• libro de repente la libertad - Evelyne Pisier

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    La historia de dos mujeres en busca de la libertad a traves del siglo XX. Un poderoso homenaje a mayo del 68 en su quincuagesimo aniversario.

  • De repente, la libertad | Penguin Libros

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    La historia de dos mujeres en busca de la libertad a través del siglo XX. ... De repente, la libertad. Évelyne Pisier · Caroline Laurent ... Casa del libro.

  • De repente, la libertad / And Suddenly, Freedom - Amazon.es

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  • De repente, la libertad (Narrativa) Tapa blanda – 10 mayo 2018

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  • DE REPENTE, LA LIBERTAD | EVELYNE PISIER - Casa del ...

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  • DE REPENTE, LA LIBERTAD. PISIER, EVELYNE - Librería ...

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  • DE REPENTE, LA LIBERTAD - EVELYNE PISIER-KOUCHNER

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    DE REPENTE, LA LIBERTAD, ÉVELYNE PISIER;CAROLINE LAURENT, 19,13€. ... «Un himno a la vida; una vida que vamos a recordar mucho después de cerrar el libro.

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    DE REPENTE, LA LIBERTAD. PISIER, ÉVELYNE / LAURENT, CAROLINE. $ 65,000.00. IVA incluido. En stock ... El libro está terminado.» Caroline Laurent ...

  • Libro De Repente, la Libertad, Evelyne Pisier - Buscalibre ...

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    Libro De Repente, la Libertad, Evelyne Pisier; Caroline Laurent, ISBN 9786073165815. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • De repente, la libertad. Empezar el 2019 libre. | maria mena

    https://mariamena.wordpress.com/2019/01/08/de-repente-la-libertad-empezar-el-2019-libre/

    8 ene 2019 — La mamá de Evelyne, que en el libro se llama Mona, es una mujer que al casarse se va con su marido a Hánoi, en Indochina. Es la época de ...

  • La terquedad de las estrellas de Lara Beli

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    Anne es timida, sonadora y un poco torpe. Trabaja de barista en un casino (o de barwoman, como le gusta decir a ella porque suena a superheroina) y espera pacientemente un amor que no llega.

  • Multimillonario perverso de April Z. Monroe

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    ?Cual es tu precio? Es la pregunta que me he hecho a mi misma desde hace unas semanas. Mudarme no fue facil, no suelo adaptarme a los cambios rapidamente, sin embargo, necesitaba cambiar de ambiente, !necesitaba renovar mis energias! Por lo que me mude a una gran ciudad, en donde los edificios parecen rascacielos, uno tras otro, imponiendose cual obras de arte. Me senti afortunada al ser contratada como agente inmobiliaria, fue la principal razon por la que decidi mudarme y, no lo puedo negar, soy buena para eso, es a lo que me he dedicado desde hace ya algunos anos. Sentia que estaba en donde debia estar. El problema era la soledad. Cambiar de residencia era empezar de cero, deje a mi circulo social muy lejos de mi, y ahora debia empezar a hacer nuevos amigos. Es probable que mi trabajo me ayudara a lograrlo, ya que estaba socializando constantemente con clientes y colegas. Mi madre era la principal afectada, antes de irme tuvimos una conversacion que resuena en mi mente como si la estuviera viviendo a cada instante, cual deja vu. --Hija querida, ?que vas a buscar en otro lado? Aqui lo tienes todo, no necesitas nada mas. --Mama, siento que me he quedado bloqueada, encerrada en la misma rutina. Lo prometo, sera solo por unos meses, dependiendo de como me vaya decidire si tengo los recursos suficientes para llevarte conmigo o si debo regresar. --Diana... no tienes nada que buscar. Te vas a buscar problemas, porque no te conformas con la tranquilidad que te da tu hogar. --No es eso mama... --?Y tus amigos?, ?y tu novio Rafael? Mama... Rafael y yo nos dimos un tiempo, necesitamos aclarar nuestras mentes. Y mis amigos no dejaran de serlo. !Tranquila! Me estan ofreciendo un trabajo prometedor, que nos puede ayudar mucho si me va bien. --Espero que asi sea, y que no te arrepientas. Emprendi el vuelo, y deje a mi mama con lagrimas en los ojos, a mis amigos con expectativas sobre mi futuro, y a Rafael, completamente consternado. Siempre fui una chica obediente, era la primera decision que tomaba sin consentimiento de mi familia o de mi novio. Ademas, el que diran es sumamente importante para mi, me gusta cuidar de mi imagen y de mi reputacion. Se que, si logro cosas buenas con este nuevo empleo, me permitire demostrarle al mundo que naci para el exito y para nada mas. 2 Los primeros dias fueron de adaptacion, conocer como manejarme en mi nuevo empleo, aprender las calles, conocer a algunos vecinos y aclimatarme al nuevo lugar. Sin embargo, las personas no eran como en mi viejo hogar, en donde la familiaridad, el carino y la confianza eran parte de la vida diaria. Aqui me dieron la bienvenida, pero los vecinos y colegas eran algo distantes, todos centrados en su vida o en su trabajo. Y, no era para menos, eso era exactamente lo que debia hacer yo !Que ingenua! ?Acaso esperaba que me recibieran con abrazos? Debo adaptarme a la personalidad de esta sociedad si quiero lograr algo. La competencia en la empresa en donde laboro es bastante fuerte, hay grandes vendedores con habilidades increibles. Pense que era buena, pero aqui hay verdaderos expertos. Por lo tanto, debo hacer todo lo posible para estar a su altura, quiero destacar y se que puedo hacerlo. --!Tres meses! --me aclaro Jose, el gerente de ventas--. Tienes tres meses para lograr la venta de veinte casas, como minimo. Mientras tanto, yo estaba tomando nota de todo lo que me decia. --La empresa constructora Pierce ha contratado nuestros servicios para vender todas las casas que construyan en esta region. Somos la mejor agencia de este y otros paises, por lo tanto, nuestros agentes deben ser los mas calificados. Estaba dispuesta a cumplir con todas sus expectativas. --La estaremos evaluando constantemente, en los momentos que usted menos espere. Asi que no baje nunca la guardia. Asenti y me retire. Me di cuenta de que esta, era la oportunidad de mi vida. Si me contrataban, muchos de mis problemas estarian resueltos. Ahora solo tengo que ver como hago para vender veinte casas en los proximos noventa dias para quedar seleccionada... no parece un reto facil de alcanzar, pero tampoco imposible. Ademas, son mansiones y casas de mucho lujo, se que hay un selecto mercado que esta dispuesto a invertir en este tipo de propiedades. 3 Empece con mi labor, tenia mucho por hacer los proximos meses asi que debia administrarme bien. Organice mis tiempos y me planifique escrupulosamente para cumplir con la meta. Todo estaba calculado. A la semana pude concretar tres ventas, era un buen inicio, considerando que no conocia a nadie, que mis "colegas" no me aconsejaban y que solo estaba trabajando bajo las indicaciones de Jenny, mi jefa, quien expresaba estar satisfecha con mi desempeno. --!Muy bien Diana!, te has adaptado muy rapido en tu primera semana. La mayoria de los postulantes nunca consigue hacer una venta la primera semana, es algo complicado. Si sigues mejorando tu ritmo alcanzaras la meta en menos del tiempo estimado. Me guino el ojo y se retiro para que continuara trabajando. Jenny era una mujer muy amable, tenia muchos anos trabajando para la agencia y su gran experiencia lo hacia notar. Sin embargo, parece que, por su edad, no consideraban su ascenso. Sentia una gran tranquilidad de que ella fuese mi jefa, a diferencia de Jose --el gerente-- que lo unico que hacia era exigirnos y presionarnos. Pasaron dos semanas y la confianza en mi misma habia aumentado considerablemente: habia concretado siete ventas. Jenny me daba animos y me enviaba mensajes motivadores, ella sabia el potencial que habia en mi. Mientras tanto, por mi parte, solo podia comprar una botella de vino y brindar en soledad por cada exito. Hacia videollamadas con mi madre y mis amigos para darles las buenas nuevas, ellos celebraban conmigo en la distancia. Los extranaba, pero tambien les demostraba lo mucho que era capaz de alcanzar por mi propia cuenta, y eso me hacia sentir grandiosa. De vez en cuando hablaba con Rafael, el se sentia orgulloso de mi. A pesar de habernos dado un tiempo, seguiamos hablando, era inevitable no extranarnos despues de tres anos de noviazgo.

  • Te vi y te ame por el simple hecho de ser de Mina C. Hubeck

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    – Pero si eran felices.
    – Eran.
    – ?Que paso?
    – La felicidad es tortura cuando el amor es de tres.

  • Cancion de invierno de S. Jae-jones

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    Oscura, romantica e inolvidable, Cancion de invierno es una encantadora historia para las lectoras de Dentro del laberinto y La bella y la bestia.

  • Maldad de Tammy Cohen

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    <thriller adictivo que penetra de forma apasionante en el mundo de las politicas de empresa.>> (Closer)

  • Lissy de Luca D’andrea

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    Dos golpes ligeros y estas palabras: Crunch, crunch, crunch. ?Quien roe, roe? ?Quien mi casita me come? Marlene, veintidos anos, un metro sesenta, o algo mas, ojos color azul melancolia, un lunar al final de la sonrisa, indudablemente hermosa e indudablemente asustada, se miro reflejada en el acero de la caja fuerte y se dijo a si misma que era idiota. Era metal, no el mazapan del cuento. Y no habia ninguna bruja en las inmediaciones. Es el miedo, se dijo, solo es eso. Movio los hombros, dejo de respirar, como su padre antes de apretar el gatillo de la escopeta, vacio los pulmones y volvio a concentrarse. Las brujas no existian. Los cuentos mentian. Solo la vida importaba, y Marlene se preparaba para cambiar la suya definitivamente. La combinacion era facil de recordar. Uno. Tres. Dos. Luego un cuatro. Un giro de muneca, otra vez cuatro y ya estaba. Tan simple que las manos de Marlene lo hicieron todo por si solas. Aferro el tirador de acero, lo bajo y apreto los dientes. Un tesoro. Fajos de billetes de banco apilados como lena para la Stube . Una pistola, una caja de municiones y una bolsita de terciopelo. Por debajo de la caja asomaba una libreta que valia mas que todo ese dinero multiplicado por cien. Habia sangre y tal vez incluso un par de cadenas perpetuas guardadas entre sus paginas arrugadas: una interminable lista de acreedores y deudores, nombres de amigos y de amigos de amigos escritos con la caligrafia pequena, delgada e inclinada de Herr Wegener. Marlene no le dedico un segundo vistazo. No le interesaban la pistola, las balas ni los fajos de billetes. La bolsita de terciopelo, en cambio, hizo que le sudaran las palmas de las manos. Conocia su contenido, conocia su poder, y estaba aterrada. El suyo no era un simple robo. Llamemos a las cosas por su nombre. Lo que la mujer joven estaba haciendo con el corazon en un puno era… traicion. Marlene Taufer in Wegener, legitima esposa de Robert Wegener. El hombre frente al que todo el mundo se quitaba el sombrero: cuarenta anos transcurridos en la construccion de una carrera hecha de intimidaciones, contrabando, emboscadas y asesinatos. Nadie bromeaba con un hombre como Wegener. Nadie se atrevia ni a utilizar siquiera su nombre de pila. Para todo el mundo Robert Wegener era Herr Wegener. Incluso para ella. Marlene. Su esposa. Espabila. El tiempo apremia. Sin embargo, tal vez precisamente debido al acoso de las agujas del reloj, durante un parentesis entre un tic y un tac, cuando Marlene abrio la bolsita de terciopelo, la fabula volvio a tomar la delantera sobre la realidad y la mirada de la mujer joven se cruzo con la azul, profunda y terrible, de criaturas minusculas y puntiagudas. Cobolds. Le parecio incluso obvio. A los cobolds les gustaba el metal, el frio y la muerte: caja fuerte, pistola, dinero y libreta. Un nido perfecto. Los cobolds reaccionaron con ferocidad ante ese allanamiento. Se apoderaron de la luz de la habitacion, la apresaron en sus ojitos crueles y la transformaron en un destilado de odio tan salvaje que por poco a Marlene no se le cayo la bolsita de los dedos. Eso la hizo volver al presente. A la caja fuerte completamente abierta. A la villa en el Passirio. Es decir, a la realidad. La bolsita de terciopelo estaba repleta de zafiros. Carbono condensado que, debido a una broma de la fisica, habia aprendido a brillar como una estrella. Toda, o casi toda, la fortuna de Herr Wegener apretada en su puno. Pero nada de brujas ni de cobolds. Porque, se dijo de nuevo Marlene, no existian las brujas, ni tampoco los cobolds; en cambio, esas piedras preciosas no solo eran reales, sino que tambien eran la llave para su nueva vida. Siempre y cuando dejara de perder el tiempo y se largara. Sin prestar mas atencion al mundo de los cuentos, y sin pensar en la cadena de consecuencias que acababa de poner en marcha, Marlene cerro la bolsita, la escondio en el bolsillo interior de su chaqueta acolchada, cerro la caja fuerte, la oculto detras del cuadro, enderezo la espalda, le dio un toquecito a un mechon que amenazaba con acabar dentro de los ojos y dejo atras el dormitorio. Recorrio el pasillo, un tramo de escaleras, el salon, el vestibulo con innumerables espejos, la escalinata exterior. La noche la acogio con una suave brisa que soplaba del norte. No se detuvo. Puso en marcha el Fiat 130 gris y se marcho. La villa que se desvanecia en el espejo retrovisor. El discurrir de las farolas. La alianza de oro tirada por la ventanilla sin volver a pensarselo. La ciudad dormida. El desguace. Una parada rapida y, gracias a un abultado sobre de dinero, el Fiat 130 se convirtio en un Mercedes W114 color crema, con matricula <>, la documentacion en regla, los neumaticos recien estrenados y el deposito lleno. Nada de gracias. Nada de saludos. Directa hacia el oeste. Aparte de los primeros copos de nieve, todo iba de acuerdo con los planes. Al menos hasta el puesto de control a pocos kilometros de Malles. Un autentico engorro. Al final de una serie de curvas que Marlene habia empezado a enfilar, vio una furgoneta con las luces de emergencia apagadas y un par de carabineros con el aspecto de alguien que se esta muriendo de frio. O de sueno. O de quien, furtivo, esta esperando a alguien o algo. Herr Wegener tenia ojos y oidos en todas partes. Tambien entre los uniformes. De manera que: ?tentar a la suerte o cambiar de itinerario? Si no fuera por la ansiedad y el miedo, Marlene habria podido mantener todavia su plan a salvo de los imprevistos. Sin embargo, la ansiedad, el miedo y la nieve cada vez mas densa la llevaron a pisar el freno, cambiar de sentido y enfilar una carretera secundaria, desencadenando una nueva serie de acontecimientos. La carretera secundaria la llevo a otra, aun mas estrecha y sinuosa, que atravesaba un pueblecito sumido en el sueno hasta un cruce (?derecha o izquierda?, ?cara o cruz?), y aun mas adelante, con la nieve que se acumulaba en capas. Y cuando el coche empezo a dar bandazos, la chica con el lunar al final de la sonrisa decidio continuar de todos modos, con un ojo puesto en la calzada cada vez mas empinada y otro en el mapa en el que, no hace falta decirlo, ese paso (malditos sean ellos y sus mapas llenos de errores) no aparecia marcado. No era cierto. El mapa era inexacto, tal vez, como todos los demas, ?pero erroneo? Era de 1974, y en 1974 el hombre ya habia dejado su huella en el polvo lunar: no era posible que un mapa se equivocara. Marlene simplemente tendria que haber estacionado, echar el freno de mano, encender la luz del interior, respirar profundamente un par de veces y verificar mejor. Las cosas habrian ido de otra manera. Pero Marlene no se detuvo. A la ansiedad se le habia anadido la incredulidad de quien descubre que se ha perdido. Dale gas, pero adagio , se dijo, y sigue adelante. Tarde o temprano la carretera conducira a alguna parte. Un pueblo, un refugio, una explanada. Se sentiria satisfecha incluso con un espacio abierto que fuera lo bastante ancho para consentirle maniobrar y volver atras, dispuesta a desafiar el puesto de control: cualquier cosa con tal de interrumpir esa nueva e inexorable secuencia de acontecimientos y retomar el control de su propio destino. No fue asi. Tal vez la nieve, tal vez los ojos que no podian despegarse del mapa; en cualquier caso, Marlene percibio de repente que el Mercedes perdia adherencia, derrapaba a la izquierda, hacia un trompo y volaba . Fue horroroso. La negrura barrida por los faros. La nieve oscura que remolinaba en enjambres. Las fauces del precipicio. Los troncos de los arboles, inmoviles y perfectamente perceptibles en todos sus detalles. La colision. Violenta. Un fogonazo de dolor sofocado por el ruido de chapas rasgadas. Un aullido infernal, esta vez si, demasiado parecido al chirrido de la puerta de la bruja. Marlene grito el nombre de Dios. Y mientras la montana, negra y sin nombre, se cernia sobre ella, su grito se convirtio en un jadeo. Pero fue el amor lo ultimo que invoco. El amor que la habia empujado a traicionar al hombre mas peligroso que habia conocido en su vida. Ese amor que tenia un nombre. --Klaus. La ultima palabra de Marlene antes de la oscuridad. 3 Casi al amanecer. De no haber sido por el reloj, nadie se habria dado cuenta. La nevada se habia convertido en una tormenta de nieve. No habia nada de luz en el exterior, tan solo una neblina blanca. Tampoco habia nada de luz dentro de la habitacion. La arana de cristal parecia incapaz de iluminar nada, limitandose a dibujar una masa informe en el suelo. Si uno la observaba largo rato, se arriesgaba a que le asaltaran malos pensamientos. Tanto el hombre como la mujer evitaban hacerlo. Se parecia demasiado a una mancha de sangre. Aparte del tictac del reloj de pendulo y de su respiracion, solo habia silencio. La mujer estaba sentada en una butaca, las manos entrelazadas sobre los muslos apretados. Rigida como un soldadito de plomo, los rasgos faciales cristalizados en una mueca que la envejecia una decada. Llevaba una especie de uniforme. La falda hasta la rodilla, un delantal muy blanco y el pelo recogido en una trenza. De no ser por la expresion cenuda (?o asustada?), habria sido hermosa. Se llamaba Helene, y desde hacia mas de cinco anos era el ama de llaves en la villa del Passirio. Hacia mas o menos el doble de tiempo que habia dejado de morderse las unas. Esa habia sido una de las primeras lecciones en la Escuela de Economia Domestica de Bresanona, donde aprendio los fundamentos del oficio. Las manos de una buena ama de llaves, le explicaron sus profesores, son su tarjeta de visita. Nunca sucias, siempre arregladas, bien cuidadas. Dejar de morderse las unas habia sido casi como dejar de fumar, pero luego se acostumbro a ello. Durante anos la idea de volver al viejo habito ni siquiera se le habia pasado por la cabeza. Hasta que empezaron los gritos. ?Que clase de hombre podia emitir semejantes sonidos? Basto solo un instante y volvio a caer. Mordisqueaba, roia, y cuando los dientes alcanzaban la carne viva, Helene, con un gesto irritado, dejaba caer sus manos sobre el regazo para martirizarse el delantal. Luego empezaba de nuevo. Manos. Boca. Unas. Dientes. Una pequena punzada de dolor. Delantal. Y otra vez mas, desde el principio. Helene habia intercambiado una unica mirada con el hombre alli de pie, apoyado en la gran chimenea que nadie usaba nunca. Una unica mirada. Mas que elocuente. El hombre se llamaba Moritz. Habia cumplido recientemente los treinta, tenia unas ojeras como hematomas y una pistola automatica en una funda, oculta bajo la americana de su traje oscuro. Por regla general, ese traje le sentaba de maravilla. Habia pagado por el una cantidad desorbitada, pero habia valido la pena. Se lo decia por las mananas, mientras se hacia el nudo de la corbata o le daba un ultimo retoque al pelo engominado, y se lo confirmaba el interes de las mujeres con las que se cruzaba por las calles del centro. En ese amanecer, en cambio, con o sin traje oscuro, Moritz se habria sentido en cualquier caso incorrecto y torpe como un espantapajaros. Porque cuando sus ojos se reflejaron en los de Helene, el hombre de la pistola vio algo que lo aterro. Una mirada de las que habia ya captado bastantes, desde que entrara a formar parte del circulo de Herr Wegener. La mirada de una victima. Y eso no estaba bien. No estaba bien, porque Moritz era un hombre sencillo que dividia el mundo con el lanzamiento de una monedita. ?Victima o verdugo? Facil: nada mejor que el sonido de una nariz al romperse. Con su metro noventa y sus noventa kilos de peso, y su propension natural a la violencia, Moritz nunca habia sentido el miedo de la victima. Hasta el momento en que, reflejandose en los ojos de Helene, se pregunto: <>. Pero tambien: <>. Por eso dejo de mirar al ama de llaves. Y la mancha en el suelo de la habitacion. Demasiadas, demasiadas preguntas. Moritz odiaba las preguntas. Porque a las preguntas uno no podia romperles la nariz. A las preguntas no les podia meter una bala en el corazon (y otra en la cabeza, por seguridad) y hacer que se callaran para siempre. Las preguntas eran como esos insectos repugnantes, todo boca y paciencia que, famelicos y canallas, eran capaces de derrumbar incluso el mas solido de los castillos. Silencio. Eso es lo que le habria gustado a Moritz. Pasar por completo de los gritos y desaparecer durante unos minutos. Los suficientes como para ahuyentar los malos pensamientos. Un cigarrillo en el jardin. O una copita de brandi. Pero las ordenes eran las ordenes. Las ordenes, para alguien como Moritz, le cortaban la cabeza a los signos de interrogacion. Marcaban la frontera entre lo que se podia hacer y lo que estaba prohibido. Las ordenes trazaban una linea recta, simple, y el era un hombre simple. Ademas, hacian que la desobediencia fuera mucho mas emocionante. Y era esto, si queremos ser sinceros hasta el fondo, lo que le habia provocado problemas. Asi que Moritz permanecia inmovil, erguido en su traje oscuro, apoyado en la chimenea apagada. Escuchando los gritos y sintiendo el peso de la automatica, que lo aplastaba contra el suelo. Sobre la mancha informe del suelo. Helene, sin embargo, tenia una vision mas compleja del mundo. No existian unicamente el blanco y el negro. La obediencia y la transgresion, las victimas y los verdugos. Habia todo un oceano de grises en los que navegar. Bastaba poco para transformar una orden en un consejo y los consejos no eran trampas, siempre ofrecian alguna escapatoria. Sus obligaciones, por ejemplo, guardaban relacion con la villa. No con su empleador. Villa y empleador eran dos cosas diferentes. Aqui habia una via de escape. Cuando decidio que ya habia tenido suficiente de aquellos gritos, Helene se levanto de golpe y salio de la habitacion. Silenciosa como un fantasma. 4 El amanecer. Mas que verla la sintio en los huesos. No habria podido hacer otra cosa. Las ventanas que daban al jardin estaban cerradas. Solo la pantalla de una lampara, rota pero aun en funcionamiento, iluminaba la habitacion sumida en el caos. Armarios completamente abiertos, cajones fuera de sitio, mantas y ropa hechas jirones, una infinidad de papeles, joyas, cuadros, libros (menos uno) por los suelos, victimas inocentes de su furia. En el centro de la sala, toda ella de estuco y con cortinas de terciopelo bordadas en oro, sentado en la cama sin hacer, Herr Wegener se dio cuenta de que si no dejaba de gritar y empezaba a razonar de manera lucida y racional todos los logros que lo habian llevado a ser lo que era se convertirian en una montana de estiercol y esfuerzo desperdiciado. El autocontrol habia sido durante anos su orgullo. Los nervios de acero y la sangre fria le habian permitido llevar la batuta de lo que, en secreto, habia bautizado como <>. Un imperio listo para dar el salto que, ese era el plan, le consentiria elevarse desde el rango del hombre ante el que uno se quita el sombrero al del hombre en cuya presencia es obligatoria una genuflexion . En ese gelido amanecer, por mucho que se esforzara en recuperarlo, el autocontrol seguia siendo una quimera. Lo era porque Wegener no queria creer lo que sus nervios de acero y su sangre fria le sugerian. Y la que era la unica y simple explicacion: Marlene. Imposible. Marlene nunca lo habria traicionado. Marlene era su esposa. Marlene era la mujer a la que amaba. Por encima de todo, Marlene era una mujer y nunca se habia visto que una mujer lograra joder a alguien como el. O tal vez si, tal vez en algunas partes del mundo habia mujeres capaces de atreverse a tanto, pero Wegener estaba seguro de que Marlene no pertenecia a esa categoria. Ni en broma. Nervios de acero y sangre fria no estaban de acuerdo. No hacian mas que repetirselo. Ha sido ella, ha sido ella, ella, ella.

  • La boca roja del Riachuelo de Graciela Ramos

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  • Una libreria con magia de Thomas Montasser

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    Si alguien hubiera mirado por la ventana, no habria visto nada mas que la espalda encorvada de una senora mayor vestida con gran esmero, cuyo mono blanco como la nieve y un poco deshecho se balanceaba sobre la caja registradora envuelto en la indulgente luz de una tenue lampara de techo. Si acaso, habria observado como la mujer trazaba una energica raya debajo de una lista que habia anotado en un antiquisimo cuaderno de contabilidad. Luego, la anciana cerro el cuaderno con el mismo brio con el que abrio el bolso de mano que estaba al lado, extrajo de el un monedero del que a su vez saco un billete de un valor mas bien escaso y lo deposito en la caja. El observador habria visto que su estrecha mano salpicada de las manchas propias de la edad, pero por lo demas aristocraticamente palida, cerraba a continuacion la caja registradora y luego la rozaba de nuevo --como quien da un golpecito en el hombro a un viejo amigo para consolarlo--, para levantarse al fin, recorrer las estanterias que llegaban hasta el techo, contemplarlas y susurrarles algo y, por ultimo, apagar la luz y salir de la pequena tienda por la puerta de atras. De este modo, nuestro observador se habria convertido en testigo de ese suceso que se puede resumir en cuatro palabras: la desaparicion de Charlotte. Ahora bien, no hace falta tener una especial clarividencia para reconocer que tal observador no existia. En esa --significativa, como veremos mas adelante-- noche de invierno no habia ningun transeunte que echara un vistazo por la ventana o, digamos mas bien, por el escaparate. En otras palabras, era una noche completamente normal, en modo alguno inusual, una noche como cualquier otra. Pero eso no habia que atribuirlo a la falta de gente deambulando por la zona. Al contrario, la pequena tienda de la anciana se hallaba, si bien algo retirada, a un tiro de piedra del centro, como suele decirse. Una boutique del pan habria hecho seguramente un buen negocio, y tambien una licoreria... por no hablar de una pequena sala de fitness. En ese sentido, la anciana, a la que podria haber visto al principio nuestro inexistente observador, lo tenia mas dificil. Mucho mas dificil. Porque como es sabido, la clientela de paso es una especie rara, caprichosa, obstinada e imprevisible, pero sobre todo se caracteriza por estar ausente cuando se la necesita. Aunque, en honor a la verdad, hemos de mencionar que el ramo concreto del comercio de la anciana no depende en modo alguno solo de la clientela de paso, sino en mayor medida de la clientela fija. Pues en este tipo de negocio no se ofrece genero de batalla para un rapido consumo, ni tampoco efimeras beldades que enseguida se marchitan, sino algo esencialmente mas sustancial o, digamoslo asi, mas trascendente. Aqui se trata, en mas de un sentido, del ser o no ser. De ahi que la desaparicion de Charlotte pueda tambien considerarse con razon como un acontecimiento cultural... aunque desde luego nada agradable. Pero de eso hablaremos mas adelante. Aun tendria que pasar un tiempo hasta que la puerta de la pequena tienda se www.lectulandia.com – Pagina 7 abriera de nuevo. Aunque en unas circunstancias completamente distintas. www.lectulandia. com – Pagina 8 Dos La pintura tenia ya algunos desconchones y el cristal de la puerta presentaba una grieta en una esquina. Valerie meneo la cabeza. Cuando por fin logro abrir aquella especie de castillo antiguo --la puerta estaba ya un poco oxidada y no encajaba bien por arriba--, le vino el olor del aire enrarecido por las semanas de cierre. Dejo la puerta abierta y lo primero que hizo fue ir al fondo del todo, al despacho, y abrir alli tambien una ventana. Por suerte, era un calido dia de primavera. Valerie dejo caer el bolso desde el hombro hasta el suelo e intento no desesperarse tan pronto. !Santo cielo!, ?por donde empezar? La tienda era como un vestido que la anciana se hubiera confeccionado a su medida. A ella seguro que le sentaba bien. Pero a la joven le resultaba incomodo y nada practico. Lentamente, tomo asiento en el raido sillon que la tia Charlotte habia colocado junto a la ventana para tener mas luz. --?En que lio me habre metido? --suspiro Valerie. Sobre una mesita auxiliar habia una pila de tarjetas de visita con el nombre de la tienda escrito en letras de caligrafia. Valerie tomo una de ellas y noto que irradiaba una peculiar fascinacion. La superficie parecia de terciopelo y las letras estaban estampadas en un color rojo oscuro. Valerie no pudo reprimir una sonrisa. --Ringelnatz & Co. --dijo en voz baja. En parte le hacia gracia y, en parte, le resultaba patetico. Saltaba a la vista que la tia Charlotte habia querido emular la libreria parisina Shakespeare and Company que tanto admiraba. Ya puestos, ?por que no habria llamado a su tienda directamente Goethe & Co. ? Valerie se sentia incapaz de resolver el enigma. Pero quiza no tuviera ninguna explicacion. Tal vez se debiera sencillamente a que la tia Charlotte era de otra epoca. ?Cuanto tiempo hacia que Valerie no pisaba la libreria? Anos. Varios anos. Desde la muerte de su madre, habia dejado de frecuentar a su tia, con la que su padre nunca se habia llevado demasiado bien. Como catedratico de economia, siempre acababa sacando temas financieros en las conversaciones. Y entonces la tia Charlotte le crispaba los nervios. --Sencillamente no eres una mujer de negocios, Charlotte. !A ver si te entra de una vez en la cabeza! --le gritaba en todas y cada una de las conversaciones que tenian. Despues le daba la espalda y movia la cabeza con gesto de resignacion. Nunca encontraron un tema de conversacion del que pudieran participar los dos. Y ahora era precisamente Valerie la que debia liquidar la vieja libreria, donde tan a menudo y tan a gusto habia estado de nina, aunque luego le pareciera un tanto extrana y anticuada. La casualidad habia querido que ella fuera el pariente mas proximo de la anciana y que, gracias a su titulo recien sacado de economia www.lectulandia.com – Pagina 9 empresarial, dispusiera tambien de los necesarios conocimientos. Solo que en realidad tenia otros planes para cuando terminara la carrera. Queria dedicar cuatro semestres a hacer un master y, al mismo tiempo, adquirir cierta experiencia profesional trabajando media jornada y prepararse como consultora para Escandinavia y las economias emergentes de los paises balticos. Mientras seguia sentada en la vieja libreria de la tia Charlotte, fuera le esperaba la respuesta de dos docenas de solicitudes que habia enviado a empresas punteras: servicios de asesoramiento empresarial, sociedades de auditorias, agencias de marketing y departamentos de estudios. Ahi es donde queria llegar: al meollo de los acontecimientos, donde palpitaba el business, donde chisporroteaba el ingenio y se inventaba el futuro. Sin embargo, habia ido a parar entre papeles viejos y no podia ni imaginarse lo que le esperaba en los libros de contabilidad de su tia. Pero de eso solo adquirio conciencia cuando ya estaba metida hasta el cuello en esta historia. O incluso mas tarde. Todo este asunto era mucho mas complicado todavia porque la tia Charlotte, aunque habia desaparecido, no estaba registrada como fallecida. Sencillamente no la habian encontrado por ninguna parte. Tan pocos indicios habia de que se hubiera marchado voluntariamente como de que se hubiera ido involuntariamente a algun sitio... aunque fuera al mas alla. Pero como es natural, nadie se hacia ilusiones, y menos Valerie. Siempre le habia caido bien su tia Charlotte, y le atormentaba que la anciana --para entonces estaria cerca de los ochenta anos-- se hubiera despedido tan misteriosamente de la vida. Nadie la habia vuelto a ver. Simplemente, habia abandonado su existencia, tan apacible como extravagante. Y la nota que habian encontrado encima de la mesa de su cocina ni siquiera servia como testamento oficial porque le faltaba la firma; ademas, bien mirado, lo que importaba no era la posesion de los bienes relictos, sino unicamente su paradero. La nota decia: <>. Nada mas. Daba la impresion de que la tienda no habia cambiado nada desde la epoca de su fundacion; es decir, desde finales de la decada de 1950. Desde luego, las estanterias contenian otras lecturas, y el samovar --casualmente eso lo sabia Valerie con exactitud-- habia sido anadido en los anos noventa, despues de un viaje de su tia a la Rusia liberada del comunismo, el pais de Dostoievski, Tolstoi y Pushkin, la tierra anorada por Charlotte hasta que hizo ese viaje y volvio algo desencantada. En aquella epoca, la madre de Valerie le habia dicho: <>. (Pero por lo demas: viejas estanterias de madera que llegaban hasta el techo y que necesitaban desde hacia tiempo una mano de barniz, suelo de tarima desgastado, tres lamparas con unas anticuadas pantallas verdes sobre tambaleantes mesitas auxiliares, y unas pesadas cortinas de terciopelo con volantes y www.lectulandia.com – Pagina 10 con los bordes recamados de oro, que separaban el escaparate del resto del espacio y que, probablemente, en otro tiempo habian sido un telon teatral de alguna epoca anterior a la guerra). Los anos de la posguerra en los que la tia Charlotte habia abierto la libreria no eran malos para ganar dinero con la letra impresa; al fin y al cabo, la gente estaba intelectualmente hambrienta y anhelaba buenas historias y sabios pensamientos. En principio, una idea comercialmente acertada, penso Valerie, para aquella epoca. Solo que la anciana no supo adaptarse a los tiempos, en todos esos anos no habia cambiado nada esencial. Naturalmente, habia sido arrollada por la profesionalidad de los modernos conceptos comerciales y por el glamour de los nuevos medios de comunicacion. ?Quien, si se puede saber, leia hoy un libro en serio? Sobre la puerta de entrada colgaba un reloj, y a Valerie le extrano sinceramente que no estuviera parado, tratandose de un lugar en el que el tiempo llevaba muchos anos detenido. Las once menos cuarto. Y ningun cliente a la vista.

  • Raoul Wallenberg de Ingrid Carlberg

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    La biografia definitiva del Schindler sueco.

  • De las ruinas de los imperios de Pankaj Mishra

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    En la segunda mitad del siglo xix, las potenciasoccidentales dominaban el mundo a su antojo,mientras las distintas culturas asiaticas vivian susometimiento al hombre blanco como una catastrofe.Eran muchas las humillaciones que occidente leshabia infringido, e innumerables los corazonesy las mentes que habian soportado con resentimientola autoridad de los europeos sobre sus paises.

  • Factura al Corazon de Sophia Ramos

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    Emma Bennett es una talentosa artista, pero su vida no va muy bien. Es sarcastica, un poco torpe, tiene un humor divertidamente oscuro y luego que un patan le rompiera el corazon, esta convencida que no volvera a ser feliz jamas.

  • Pelando la cebolla de Gunter Grass

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    El libro mas polemico del Premio Nobel de Literatura Gunter Grass

  • El secreto de tu mirada de Raquelita Gomez

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    Segunda y ultima parte de la Bilogia Secretos. Tracy es una chica alocada que, a sus dieciocho anos de edad, solo quiere vivir la vida y pasarselo bien. Esto se intensifica cuando se abre la posibilidad de viajar a Grecia. Alli conoce a su "amor fugaz de Grecia al que nunca volvere a ver". Pero quiza esa definicion no le agrade tanto al destino como le gusta a ella. Gael es famoso por impresionar y ser impredecible. Su naturaleza le hace querer ser un alma libre, pero lo que no espera es la conexion invisible que tiene con Tracy. Quiza los dos necesiten descubrir lo que es el amor. Quiza los dos esten hechos el uno para el otro. Quiza sean alma gemelas y no quieren darse cuenta.Quiza solo tengan que descubrirse. Eso lo decidira el destino.

  • Toda para el de Shayla Black

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    El agente de la Agencia de Seguridad Nacional Joaquin Munoz ha emprendido una carrera contra el tiempo para encontrar a una nina que desaparecio hace veinte anos. Al comprobar que Bailey Benson se ajusta al perfil, Joaquin la secuestra y la retiene en las seguras estancias del club de BDSM Dominium, antes de que los perseguidores de Bailey puedan acabar con ella.

  • Los asquerosos de Santiago Lorenzo

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    Manuel acuchilla a un policia antidisturbios que queria pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequena compra en el Lidl que le envia su tio. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estatico, una version de Robinson Crusoe ambientada en la Espana vacia, una redefinicion del concepto <>. Una historia que nos hace plantearnos si los unicos sanos son los que saben que esta sociedad esta enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela mas rabiosamente politica, lirica y hermosa.

  • Llamalo tu y yo de Noelia Amarillo

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    Es el ultimo dia del ano y nuestros amigos de la Plaza de la Paja estan revolucionados.

  • Te ame sin pensar de Erina Alcala

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    Luna Aguado, siempre habia sido desde nina una chica independiente. Hija unica. Sus padres, Javier Aguado, era celador del hospital de Sevilla Virgen Macarena, y su madre Rocio Hernandez, era limpiadora en el mismo hospital. Alli se conocieron de jovenes, se enamoraron y se compraron un piso cerca del hospital en unas de las bocacalles cercanas, un piso humilde de tres dormitorios. Pero al menos tenian dos sueldos no demasiado grandes para pagarlo. Cuando Luna entro a la universidad de Sevilla, ya lo habian pagado. No les faltaba, pero tampoco les sobraba. Y lo que tenian, querian utilizarlo en los estudios de su hija. Luna quiso ser odontologa, y le llevo cinco anos terminar la carrera. Con tanta suerte, que una clinica americana, se implanto en el centro de Sevilla, justo al acabar la carrera y la contrataron, primero como ayudante, y el segundo ano paso a tener su propia sala con su ayudante para ejercer de odontologa con todas las consecuencias. Era la chica mas feliz del mundo. La clinica NY Dental & Medical Management, era un mundo. Y tenia sucursales en Nueva York, Manhattan, en Francia, Inglaterra, Canada y repartidas por Estados Unidos, era un holding, de un gran empresario americano. Pero ella era feliz. Se habia comprado un coche de segunda mano y aun vivia con sus padres, aunque pensaba que en cuanto pasara ese segundo ano, despues de vacaciones, se independizaria. Ganaba lo suficiente como para estar en un piso pequeno en el centro, cerca de la clinica o en Triana, ya que la clinica estaba en la Avenida de la Constitucion. Al volver de las vacaciones veria. Iba a cogerlas en agosto, y queria ir a los Alpes suizos. Y lo mejor era ir con un grupo, luego ella haria las excursiones que decidiera. Iban en avion hasta Berna y en tren hasta subir al hotel donde se quedaria el grupo. Cuando fue a sacar los billetes, le informaron que saldrian de Sevilla un grupo de 10 personas. Estaba deseando de que llegara agosto, ya quedaba apenas un mes. Y el calor era sofocante. Una tarde se fue a las rebajas y se compro alguna ropa de abrigo porque se lo habian aconsejado por el clima. -Hija ?tan lejos te vas? -Mama voy con un grupo de gente. -Es que eres tan joven... -Mama por favor tengo 25 anos y cuando venga voy a buscar un piso. Asi que te vas a preocupar mas aun. -!Ay, Dios mio! mira Javier, la nina quiere irse de casa. -Ya es hora, deja a la nina. -Claro, tu le das todos los caprichos... -No es un capricho, tiene que aprender a valerse por si misma, de todas formas, aqui tiene su casa. Iba en el avion con el grupo de personas que iban a los Alpes, se conocieron en el aeropuerto, la mayoria eran parejas jovenes y un matrimonio mayor, la unica soltera era ella, pero no le importaba. Iba a descansar y a ver esos paisajes suizos preciosos que habia visto en Google. Por fin, llegaron a Berna y tomaron el tren que los dejaria en la estacion de esqui y en el hotel donde habia rutas y excursiones y aquello era un hervidero de gente y era agosto. No habia mucha nieve en ese mes. Tiro de su maleta y su bolso. Y entro en el hotel. -?Como?- le dijo a la recepcionista. -Que no hay habitaciones. -Tengo mi habitacion aqui. – No figura. -Tome.- Dijo enfadada Luna que se veia en la calle. -Ya a todo el mundo lo estaba ubicando y ella estaba enojada. ?Como no encontraban su habitacion? -Senorita, lo siento, debe haber un error. -?Que error? He pagado una habitacion durante una semana entera. Tengo la factura. Y en ese momento un chico alto, se puso a su lado con un jersey de lana, rubio de ojos azules, le sonrio, pero ella estaba muy cabreada. -Senor Mars- le dijo la recepcionista. -Digame, -le contesto en ingles. Y ella se enteraba de la conversacion porque sabia ingles. Para eso trabajaba en una clinica americana, y cuando entro en ella, debia saber ingles perfectamente y ella lo hablaba con total normalidad. -Hay un error. -?Que error? -La senorita tiene la misma habitacion que usted. Y la miro de nuevo. -A ver... Y le dieron la factura. -Nunca nos habia pasado esto. -Llevo ya tres dias aqui, es imposible. -Debe ser un error informatico. -Quiero mi habitacion, he pagado por ella.-seguia Luna erre que erre. -Bueno, dijo Brayan, es una suite, tiene dos dormitorios independientes. Cuando la reserve no quedaba otra. -Si no le importa y quiere compartirla... Y ella seguia irritada. -Pero yo he pedido una sola para mi. -Pero no hay y los demas hoteles estan al completo. -No la molestare y puede salir por la otra puerta. Y cerrar la que da a la mia. Son independientes.- le ofrecio Brayan. -Si.- dijo la recepcionista para quitarsela de en medio y solucionar el problema. -Bueno, si no me queda otro remedio... -Venga, la acompano, voy a la habitacion. -Le dieron otra llave, y el le cogio la maleta y el bolso. -No hace falta que... Pero el siguio hacia adelante. Cuando entraron en el ascensor... -Te va a gustar, es el atico, digamos, bueno, tiene el tejado, pero las vistas son maravillosas, las mejores. -?Eres inglesa? -No, espanola. -!Ah bien!, Luna, encantada. -Brayan, americano encantado.- le sonrio con una sonrisa blanca y perfecta, como la suya. -?Has venido desde america? -Si, desde Manhattan. ?Has estado en Nueva York? -No, pero trabajo en Sevilla para una clinica odontologica de alli. -!En serio?, dental NY. -Si, ?como lo sabes? -Trabajo en ella, de hecho, soy el subdirector en la gran manzana. -!No me puedo creer! Yo soy odontologa en la de Sevilla. -?Que tal es la clinica en Espana? -Grande y bonita, y tenemos mucha carga de trabajo. -?Cuanto llevas alli Luna?... -Aguado, Luna Aguado. Dos anos, cuando acabe la carrera. La verdad, tuve mucha suerte. -Tienes entonces... -25 anos ?y tu? -28. -?Tan joven eres subdirector? -Es que el director es mi padre. -?Enchufado? -Exacto, pero soy bueno. -No lo dudo. -Ya llegamos, es aqui. -Mira, puedes entrar por aqui, yo por esta, tengo mis cosas en ella. -?Y los banos? -Hay dos, no te preocupes. -!Ah vale! Y entraron por la puerta de Brayan. -Esta es la mia. -!Que bonita!, !y que grande! Se asomo a la ventana y lo miro encantada. -!Que vistas! -?La mia tiene las mismas? -Las mismas. -Ven. Y pasaron con la maleta a la otra, te dejo las maletas. Aqui cierras el pestillo y ya esta. -Yo no necesito sino esta. -Espera, me llevo estas cosas mias. -Brayan gracias. -De nada, te dejo que te instales. -La comida es a las dos, voy a descansar, ?te llamo y bajamos juntos? -Bueno, te doy un toque en la puerta. -Vale, gracias. Cerro con el pestillo. !Ay, Dios! !que tio mas bueno!, y trabajaba en su empresa, por Dios !que alto!, habia sido un flechazo, estaba enamorada. !Joder...que pedazo de tio bueno! Ya podia ser espanol y ella mas guapa y alta. Tenia Brayan los ojos azules y el pelo rubio y una barbita preciosa, la nariz recta no muy grande y un entusiasmo que ya quisiera ella. Era energico y sonriente, educado. Y ella no pasaba el metro sesenta, la melena larga y castana clara, los ojos verdes y una nariz pequena y respingona. Bueno, era lo que habia, no era muy guapa ni fea tampoco. Tenia su encanto y era ironica por naturaleza. Ese tipazo seguro tenia mas mujeres que moscas en la miel. Y ella solo habia tenido dos hombres, instituto y universidad. No era un Curriculum largo. Ni la experiencia necesaria para satisfacer a un tipo como ese. Tenia que olvidarse de el, habia ido a pasarlo bien. Si habia algun chico, no pensaba perder la oportunidad, eso seguro, pero venia a ver los paisajes. Deshizo las maletas y le dio con la plancha que habia en el armario a lo que necesitaba un repaso. Luego se dio una ducha y miro por la ventana, la abrio y sintio el aire fresco. !Que maravilla! !Que belleza! A Brayan le gusto esa muneca desde que la vio cabreada en la recepcion. Le gustaban las mujeres pequenas, no sabia porque le llamaban mas la atencion. De hecho, no tenia una relacion al uso con Loren, salia a veces con ella y se acostaban, como amigos, sin compromiso ninguno. Pero Luna, era distinta. Le gusto su enfado con la habitacion y a el no le importaba compartir la suite. Al contrario, le hizo gracia, a pesar de lo pequena, su fuerza, ese pelo y los ojos grandes y verdes, esa naricilla respingona. La oyo banarse y e imagino su cuerpo bajo el agua, sus pechos, !joder! Se iba a poner duro y todo solo con pensarlo. El, que controlaba, le habia gustado mucho Luna. Era su prototipo de chica y trabajaba en su empresa, Lastima que no estuviera en Nueva York, porque de lo contrario iba a tener un problema. Un problema satisfactorio claro. La oia por la habitacion de un lado a otro y abrir la ventana. Estaba haciendo un trabajo en el ordenador, pero iba a enterarse en el almuerzo que planes tenia, para poder cambiar los suyos o los de ella, queria pasar esas vacaciones con ella, asi de simple. Cuando acabo el trabajo, la llamo a la puerta por la que se comunicaban. Luna cerro la ventana y abrio la puerta. -?Que hora es? -La del almuerzo, si no nos lo queremos perder vamos, si quieres. -Vale, cojo el bolso. -Te espero en la puerta de fuera. -Vale, cierro por alli. -Tomo el ascensor... -?Que tienes pensado hacer esta tarde? -Pues iba a montar en el teleferico y ver el pasaje desde arriba ?y tu? -Pues lo mismo, pero me llevo los esquis y me tiro, bajo esquiando, ?te atreves? -?A que? ?A matarme? Y Brayan se reia. -?Mujer no sabes esquiar? -No, no se. -Tendre que darte una clase manana. -Si te atreves... -Ya veras. -Si, parecere un pato. – M uj e r ... a n d a a l l i e s t a e l c o m e d o r, v a m o s a v e r q u e t i e n e d e b u e n o ...

  • ?Quien necesita un angel? de Maya Moon

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    Ella no necesitaba un guardaespaldas pero el debia cumplir con su trabajo.
    ?O quizas si que lo necesita?

  • Eso que llamamos Casualidades de Lorena R. Jeffers

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    Casualidad: Causa o fuerza a la que, supuestamente, se deben los hechos o circunstancias imprecisas, especialmente la coincidencia de dos sucesos.
    Adrian Ramirez, un drogadicto y baterista desempleado, cree en las casualidades mas que en cualquier cosa. O tal vez no. Con su vida derrumbandose vertiginosa e irreparablemente, rentas atrasadas y un corazon roto debido a su ultima relacion fallida, el piensa que alguna fuerza superior esta en su contra. Es decir, ?que mas podria ser? Dios, el Destino y el Cosmos, incluso Satanas, lo odian a muerte. Fin de la historia.
    Sin embargo, la tarde en la que regresa de una fallida entrevista de trabajo y se encuentra con un bebe tirado en el basurero, Adrian se da cuenta de que la vida es mucho mas que un juego de dados. A veces, solo a veces, Dios y el Destino nos empujan al fondo del oceano, sin salvavidas, solo para ensenarnos a nadar.

  • Como detener el tiempo de Matt Haig

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    Tom Hazard esconde un secreto: puede que parezca un hombre de unos cuarenta anos pero, debido a una rara enfermedad, lleva vivo desde hace varios siglos.
    De hecho, tiene aproximadamente cuatrocientos anos y, entre otras muchas cosas, ha actuado con Shakespeare, ha explorado el mar con el capitan Cook y ha compartido cocteles con Scott Fitzgerald.
    Tom debe cambiar a menudo de pais y de identidad para preservar su secreto. De este modo, ha sido testigo y protagonista de grandes momentos historicos. Ahora solo desea sentirse un hombre mas. Asi,
    se instala en Londres tratando de llevar una vida corriente y empieza a trabajar en un instituto como profesor de Historia, donde ensena a los ninos sobre guerras y sucesos de los que ha sido testigo de primera mano.
    Una historia de amor eterno sobre un hombre perdido en el tiempo, la mujer que podria salvarlo y las vidas necesarias para aprender a ser feliz.

  • Deseo de venganza de Esperanza Riscart

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    Una novela de romance y suspense en la que todo es posible.
    Cuando el amor aparece en la vida de Alexander sus deseos de venganza se veran relegados a un segundo plano pero… ?Cuanto se puede dar por amor?

  • En el piso de abajo de Margaret Powell

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    Naci en Hove en 1907. Yo era la segunda de siete hermanos. Lo primero que recuerdo es que habia ninos que parecian andar mejor de dinero de lo que andabamos en mi familia. No obstante, nuestros padres se preocupaban muchisimo por nosotros. Hay algo que recuerdo especialmente, y es que todos los domingos por la manana mi padre nos traia una revista de historietas y una bolsa de golosinas. Las revistas de historietas valian medio penique cuando eran en blanco y negro, y un penique cuando estaban coloreadas. Cuando lo recuerdo ahora, me pregunto como se las arreglaria para comprarlas cuando estaba sin trabajo y en casa no entraba nada de dinero. Mi padre era pintor y decorador, una especie de manitas. Todo se le daba bien: arreglar tejados, enlucir... pero su fuerte era pintar y poner papel pintado. Sin embargo, en nuestro barrio habia poco trabajo en invierno. A la gente no le gustaba que se hicieran arreglos en su casa por esas fechas. No se podia pintar por fuera, y nadie queria tampoco las complicaciones de pintar dentro. De modo que los inviernos eran tiempos dificiles. Mi madre limpiaba casas desde las ocho de la manana hasta las seis de la tarde por dos chelines al dia. A veces volvia a casa con algun tesoro, como un cuenco de grasa de carne asada, media hogaza de pan, un poquito de mantequilla o un tazon de sopa. Mi madre odiaba aceptar cosas. Odiaba la caridad. Pero a nosotros nos gustaba tanto que trajera cosas que, cuando veiamos que traia algo, saliamos corriendo para ver que era. Supongo que hoy puede parecer curioso que mi madre odiara tanto la caridad, pero cuando mis padres nos criaron no habia dinero para los desempleados. Si recibias algo, era por caridad. Me acuerdo de que mi madre, una vez en que solo teniamos un par de zapatos para cada uno y todos necesitaban remiendos, se acerco al ayuntamiento para ver si le daban alguna ayuda. Tuvo que contestar montones de preguntas y le hicieron sentirse avergonzada por no tener suficiente dinero para mantenerse. Encontrar un lugar donde vivir era por aquel entonces muy distinto a como es ahora. Bastaba con salir a la calle y andar un poco para ver carteles de <>. Cuando las cosas se ponian muy cuesta arriba, nosotros solo podiamos tener una o dos habitaciones, y siempre en casa ajena. Sin embargo, cuando papa tenia trabajo, podiamos alquilar media casa. Nunca tuvimos casa propia. Por aquel entonces poca gente podia permitirse tener una casa entera para su familia. En lo que se refiere a comprar una casa, !santo cielo!, era algo que ni se nos pasaba por la cabeza. Me acuerdo de que yo me preguntaba a menudo como era posible que, estando las cosas tan mal como estaban, mama no dejara de tener ninos, y tambien me acuerdo de lo mucho que se enfadaba porque una pareja de solteronas para las que trabajaba le decia sin parar que no tuviera mas hijos porque no podia permitirselo. Una vez le pregunte a mi madre: <>. Y ella me respondio: <>. Ya ven cual era el unico placer que podia permitirse la gente pobre. Era algo que no costaba nada, al menos no mientras se estaba haciendo el nino. Tener ninos era de lo mas facil. A todo el mundo le daban igual los medicos y, ademas, traer a la partera suponia poco gasto. En cuanto al hecho de que despues si que fuera a suponer un gasto, bueno, por aquel entonces la clase trabajadora nunca pensaba mucho en el futuro. No se atrevia a hacerlo; bastante tenia con vivir al dia. Ademas, la gente no pensaba en el control de la natalidad. Solo se pensaba en tener familia. Tal vez fuera un legado de la epoca victoriana porque, en cierto modo, cuantos mas hijos tenias mas se te veia como a alguien que cumplia con su deber de ciudadano cristiano. Aunque la verdad es que la Iglesia no tenia mucho peso en la vida de mi padre o de mi madre. No creo que tuvieran mucho tiempo para eso. Aunque seguramente seria mas exacto decir que si tenian tiempo, pero no disposicion. A algunos de nosotros ni siquiera nos habian llevado a cristianar. Yo, por ejemplo, no lo estaba, y nunca lo he estado. Sin embargo, todos teniamos que ir a la escuela dominical. No porque mis padres fueran religiosos, sino porque asi se nos quitaban de en medio. Los domingos por la tarde se dedicaban a hacer el amor, porque en las casas de la clase trabajadora no se podia tener mucha intimidad. Cuando vivias en dos o tres cuartos, alguno de los ninos siempre dormia contigo. Si tenias sentido de la decencia --y mis padres lo tenian porque en toda mi infancia nunca llegue a enterarme de si hacian el amor-- te esperabas hasta que se durmieran o no anduvieran por medio. La verdad es que nunca los vi siquiera darse un beso, porque mi padre era tirando a seco, al menos en apariencia, y me asombre mucho cuando, no hace tanto, mi madre me dijo que en realidad era un hombre muy ardiente. Asi que, como ven, solo podian dejarse llevar cuando los ninos no andaban por medio. Total, que los domingos por la tarde, despues de una buena comida (todo el mundo procuraba hacer una buena comida los domingos) era el momento de pasarse un rato en la cama, haciendo el amor y echandose una siestecita. Porque, como me dijo mi madre tiempo despues, puestos a hacer el amor, mejor hacerlo con comodidad. Cuando llegas a la mediana edad, hacerlo en rincones raros ya no te hace tanta gracia. Por eso la escuela dominical tenia tanto exito. No se como sera ahora. Mi hermano y yo empezamos a ir juntos al colegio. Por aquel entonces te dejaban empezar con cuatro anos. Mi madre me envio a la escuela con el porque ya tenia a otro nino danzando por ahi, y penso que seria mejor quitarse a dos de encima. Teniamos que volver a casa para el almuerzo. En el colegio no se daba de comer, ni leche, ni nada parecido. Te llevabas una rebanada de pan con mantequilla envuelta en un trozo de papel y se la dabas a la maestra para que te la guardara, porque muchos de nosotros, de ninos, teniamos tanta hambre que nos la comiamos a mordisquitos durante las clases de la manana, en lugar de estar haciendo lo que tuvieramos que hacer. A las once en punto nos las repartian. Guardo pocos recuerdos de mis primeros dias en el colegio; es como si, hasta los siete anos, no hubiera tenido necesidad de ocupar un lugar en la existencia. Lo que paso es que, como mi madre se marchaba temprano por la manana para ir a servir y yo era la nina mayor, me tenia que ocupar de poner el desayuno a mis hermanos. Piensen que para darles el desayuno no habia que cocinar, ni nada parecido. Nunca tuvimos huevos, ni tocino, y de los cereales ni siquiera habiamos oido hablar. En invierno tomabamos avena cocida, y en verano unicamente pan con margarina y una capa fina de mermelada, cuando mama traia. Solo teniamos permiso para tomar tres rebanadas. Siempre me gusto ir a la panaderia y comprar esos panes redondos que por encima tienen un dibujo que hace cuatro picos (creo que se llamaban panes de Coburgo). Siempre nos peleabamos para quedarnos con los picos, porque contaban como un trozo de pan pero llenaban mas que una rebanada. Despues preparaba el te --un te muy flojo al que se llamaba escoria, de lo barato que era--, recogia, fregaba y me preparaba para ir al colegio. Llevaba a la guarderia a los dos pequenos. Valia seis peniques diarios por nino. Por ese dinero, tambien almorzaban. Los dejaba alli justo antes de entrar al colegio y los recogia por la tarde, al salir. A mediodia me iba a casa corriendo, sacaba las patatas y las verduras, ponia en marcha el almuerzo y hacia todo cuanto podia para que mi madre, al volver corriendo del trabajo, no tuviera mas que servirlo. Por lo general comiamos estofados, porque es lo que mas llena. A veces madre nos preparaba un pudin de carne. Cuando pienso ahora en aquel pudin de carne, me hace gracia. Me acercaba hasta la carniceria y pedia seis peniques de <>. La higiene no tenia nada que ver con lo que es ahora, y los carniceros colocaban unas grandes tablas de madera fuera de la tienda para exponer toda la carne, a la gente y a las moscas. A medida que cortaban siempre quedaban restos de carne, que iban esparciendo alrededor. A esos recortes se les llamaba <>. Por lo general, yo compraba seis peniques de recortes y un penique de sebo. Con eso mi madre preparaba un pudin de carne fantastico. Sabia muchisimo mejor que el que yo hago ahora, cuando pago cinco o seis chelines por la carne. En cuanto acababa de comer, mi madre se volvia al trabajo a todo correr, porque solo le daban media hora de descanso. Total, que a mi me tocaba fregar antes de volverme al colegio. Despues, en cuanto salia por la tarde, recogia a los dos pequenos de la guarderia, los llevaba a casa, ordenaba y hacia las camas. Nunca tuve la sensacion de estar sufriendo, ni tampoco de que me maltrataran. Las cosas eran asi, nada mas. Cuando eras la hija mayor en una familia de clase trabajadora, eso era lo que se esperaba de ti. Por las tardes era mama quien se encargaba de todo, claro. Volvia a casa a eso de las seis y nos daba de merendar lo mismo que en el desayuno: pan con margarina. De pequena nunca sali de noche a la calle, y mis padres eran muy estrictos en este sentido. En cambio, leia mucho. Por entonces ya teniamos una biblioteca gratuita. Tambien nos las apanabamos para entretenernos solos. Mi hermano mayor nos montaba a menudo espectaculos de magia. Se le daba de maravilla. Alguien nos regalo una linterna magica con transparencias. No se movian, desde luego, pero mi hermano se las arreglaba para inventarse historias sobre ellas. No hubo una sola tarde en que nos aburrieramos. Siempre habia algo que hacer. A diferencia de mucha gente que he conocido, en mis anos de escuela yo no hice amigos que perdurasen. Supongo que es facil verlo desde hoy y afirmar que mi madre y mi padre eran poco sociables porque no nos daban permiso para traer amigos a casa. Mama ya tenia bastantes ninos. Nunca tuve fiestas de cumpleanos, por supuesto; esas cosas eran inimaginables. En el colegio habia dos ninas con las que me llevaba bien, pero ya se sabe lo que pasa cuando hay tres, que son multitud y a una le dan de lado, y esa siempre era yo. Creo que aquellas dos ninas procedian de casas donde se hablaban las cosas, como por ejemplo de sexo, porque entre ellas habia una especie de codigo, del que yo nunca entendi ni una palabra, que hacia que anduvieran todo el rato con risitas. Una vez, cuando yo estaba a punto de cumplir los trece, una de ellas --se llamaba Bertha-- no queria salir a jugar. Yo le pregunte: <>. Y ella me respondio: <>. Y las dos empezaron con sus risitas. Pero la verdad es que, teniendo como tenia a mi familia, todo eso me daba igual y, ademas, teniamos toda la ciudad a nuestra disposicion.

  • Cuando vengas a buscarme de Antonio Reyes

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    Ismael llega al hospital en el ultimo momento para despedirse de su hermana. La estampa es desoladora, con unos padres destrozados por el inminente adios de su hija. Las palabras de Paula a su hermano parecen no tener sentido para el: “Buscame, Israel, buscame”.
    Un ano despues de su muerte cree haber descubierto lo que su hermana quiso decirle en aquella fria cama de hospital. Decidido a hallar su verdadero significado, se embarca en un viaje para encontrar a la persona que posee el legado que Paula dejo.
    En un pueblo del sur de Espana, encontrara un grupo de personas que intenta cerrar sus propios circulos personales. Una mujer con un turbio pasado conyugal y que buscar sacar adelante su pequena familia de dos junto a su hija, un viejo vasco que escapo del recuerdo de su esposa fallecida y un sacerdote con dudas de fe y acosado por los arrebatos de una joven.
    ?Hasta donde serias capaz de llegar para mantener vivo el recuerdo de un ser querido?
    Una historia de personas que buscan a personas y de otras que ni siquiera saben que desean ser encontradas.

  • No temas al amor de Alice A. Cross

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    Nunca creyo que el llegaria a romperle el corazon.

  • La Mujer Loca de Juan Jose Millas

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    Julia trabaja en una pescaderia y de noche estudia gramatica porque esta enamorada de su jefe, que en realidad es filologo. En sus ratos libres, la joven ayuda en el cuidado de una enferma terminal, Emerita, en cuya casa coincide con Millas, que esta haciendo un reportaje sobre la eutanasia. Durante sus visitas, el escritor se siente atraido por la idea de novelar la vida de Julia, aunque para lograrlo debera enfrentarse a su bloqueo creativo con la ayuda de una psicoterapeuta. La realidad trastoca los planes del escritor cuando Emerita revela un secreto que ha guardado celosamente toda su vida. Lo que habia comenzado como una cronica periodistica se convierte entonces en una suerte de novela en la que el se vera involucrado como personaje. El mejor Juan Jose Millas regresa a la novela con La mujer loca, una historia en la que el lector habra de decidir que es verdadero y que es falso, una investigacion sobre los limites de la realidad y la ficcion en una obra que condensa la esencia del maestro de la extraneza: humor inteligente, dialogos excepcionales y una escritura provocativa. Un ejercicio de honestidad con el que afronta sus cuitas como autor desde la verosimilitud de la pura ficcion.

  • Los buenos suicidas (Inspector Salgado 2) de Toni Hill

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    En una ciudad que ha perdido el brillo, un policia lucha contra las sombras.
    Segunda parte de la trilogia del inspector Salgado.

  • Un tiempo nuevo de Elizabeth Jane Howard

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    No pasa nada en la vieja y senorial casa de campo de los Cazalet y resulta que pasa todo>>. FERNANDO R. LAFUENTE, ABC <>. ROBERT SALADRIGAS, La Vanguardia <>. S. SANCHEZ-REYES PENAMARIA, Zenda <>. HILARY MANTEL Estamos en 1945, la guerra ha terminado. El momento, tan anhelado por los Cazalet, ha llegado finalmente, pero una Inglaterra atormentada por las privaciones y la desintegracion del Imperio ensombrece la emocion por la noticia.

  • Cruzando la linea de James Patterson

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    Del autor de thrillers mas vendido del mundo, llega el nuevo caso de su investigador mas famoso: ALEX CROSS, DETECTIVE, PSICOLOGO, PADRE Y CAZADOR DE ASESINOS EN SERIE.

  • Irresistible 1 de Robyn Hill

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    Aunque siempre me he sentido un privilegiado en la vida, el dia que aterrice en Las Vegas maldije mi mala suerte. Despues de dos meses en Nueva York, en un centro de desintoxicacion por consumo de cocaina, habia decidido trasladarme a la ciudad del pecado. Alli me aguardaba un productor musical con un contrato para cantar en un casino y publicar un disco. Estaba entusiasmado, deseando empezar cuanto antes. Por desgracia, todo eso se habia evaporado de repente, pero empezare por el principio. Para quienes no me conozcais, mi nombre es Eric Cassel, naci en Paris, tengo treinta anos y fui un jugador de futbol muy reconocido durante ocho anos, e incluso llegue a ser internacional en cien partidos. El futbol para mi no fue mas que un medio para lograr mi independencia economica, si, me gustaba, sin embargo, no era mi autentica pasion. Aquello que siempre me ha hecho sentir vivo es cantar. Desde pequeno me gustaba coger el mando a distancia del televisor e imaginar que cantaba como Frank Sinatra, mi idolo, frente a miles de personas. Pero casi sin darme cuenta, el futbol se cruzo en mi camino y devoro todo mi tiempo libre, aunque yo sabia dentro de mi que, tarde o temprano, acabaria cumpliendo mi destino. Cuando festejabamos en cualquier discoteca la consecucion de algun titulo con mi equipo, el Paris Saint Germain, me encantaba apoderarme del microfono y cantar <>. !Que bien lo pasaba! Magnifique! Aun asi, en aquellos tiempos cantar lo hacia solo de vez en cuando, por diversion. Una lesion me obligo a retirarme del futbol hace dos anos y, sin la necesidad de trabajar en la vida, el cine me pico la curiosidad, ya que siempre me habian ofrecido papeles para protagonizar peliculas debido a mi agraciado fisico y a mi fama. Fue una etapa muy divertida, pero cuando me llamaron de un festival de cine de Nueva York para ser jurado a ultima hora sustituyendo a un importante director frances, entendi que era una senal del destino. En cuanto pise la ciudad, me deje contagiar por la electrizante energia que desprende cada rincon y supe que habia llegado el momento de probar un nuevo desafio empezando de cero. La suerte quiso que despues de cantar, por casualidad, en un bar de moda de Manhattan, un productor se acercase para ofrecerme cantar en Las Vegas en un casino de su propiedad y, si triunfaba, publicar un disco. No me sorprendio que esto ocurriera en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, asi que le dije que si inmediatamente. Por desgracia, una noche loca que disfrutaba de la compania de dos amigas, me arrestaron en plena calle con dos gramos de cocaina. Despues de arduas negociaciones con la fiscalia, mis abogados lograron un excelente trato: una fuerte multa economica de cuatro ceros, dos meses en una clinica de desintoxicacion y continuar en posesion de mi visado de turista. Asi pues, en junio aterrizaba por primera vez en Las Vegas. Despues de registrarme en una suite en el MGM, alquile un Ferrari para acudir a la oficina del productor, en el centro comercial Fashion Show. Me encontraba entusiasmado, con mariposas en el estomago, imaginandome en un gran escenario ante miles de personas. En cuanto sali de las escaleras mecanicas, me quede con la boca abierta. Se habia formado un tumulto de gente, y de ahi, de repente, salieron dos policias escoltando a un hombre corpulento y calvo: el productor que habia conocido en Nueva York. Merde! Pregunte a una mujer y me comento que, al parecer, lo habian detenido por estafa. Toda mi ilusion se vino de abajo de pronto. Sintiendo una profunda decepcion, decidi pensar en mi siguiente paso mientras regresaba conduciendo por El Strip, la avenida principal de Las Vegas. Podia regresar a Paris, pero alli los medios me verian como el exfutbolista millonario que canta por capricho. Tambien podia permanecer en Las Vegas y encontrar un sitio donde cantar, si, seria divertido seguir los pasos de Frank Sinatra. Ademas, a cada paso me cruzaba con bellisimas mujeres buscando amour. Me resultaba imposible vivir tiempos prolongados sin la calidez y el aroma femenino. Conquistar a una mujer es un manantial de fuertes sensaciones, y algo a lo que nunca podria renunciar. Necesitaba el placer suculento de su piel, por eso queria estrenar cuanto antes la cama matrimonial con una noche eterna de lujuria y desenfreno. En cuanto llegue a la suite, encendi el televisor. Odio el silencio y siempre necesito bullicio a mi alrededor. Ordene que el servicio de habitaciones me trajera una botella de Dom Perignon, mi champana favorito, y la puse a enfriar en la nevera. En ese momento llamo mi madre al telefono del dormitorio. --?Cuando te vas a casar, Eric? --fue lo primero que dijo--. Quiero que me des nietos de una vez. Estoy cansada de esperar, no quiero morirme sin nietos. Suspire. Mi madre siempre con la misma cancion. Esposa, hijos, hogar... --Mama, acabo de llegar a Las Vegas. Aun no he encontrado a la mujer ideal, ya te lo he dicho --dije mientras me sentaba sobre la cama y me quitaba los zapatos. --!Ya no quiero que me presentes mas a tus novias! --dijo con enfado--. La proxima mujer que conozca sera mi futura nuera, que ya me queda poco para pasar a mejor vida. --Mama, que solo tienes sesenta anos... --dije negando con la cabeza. A mi madre le encantaba el drama. --Hijo, nunca se sabe. --Mama, te quiero muchisimo y te echo mucho de menos, pero primero he de encontrar a esa mujer que haga sonar mi corazon. Ahora tu eres la mujer mas importante de mi vida --dije con una sonrisa, sabiendo como agradarla. --Oh, callate --dijo mi madre riendo--. Siempre consigues que se pase mi enfado. --?Cuando vendras a visitarme? --En cuanto me tome unas vacaciones... --Deja el trabajo de una vez, yo te mantendre. Sabes que el dinero no es problema, mama. En ese momento llamaron a la puerta. Sin duda, seria room service con mi Dom Perignon. --Me gusta mi trabajo, Eric. En casa me aburriria, echaria de menos a mis pacientes. Ser enfermera es mi vocacion. --Esta bien, como quieras --dije sabiendo que seria imposible convencerla--. Te dejo, que llaman a la puerta. Luego hablamos. Un beso. --Un beso, hijo. Cuidate. *** Despues de almorzar en el hotel, decidi pasear por el casino del MGM. Mi plan era hablar con la gente y descubrir un bar donde pudiera cantar, aunque fuese en modo karaoke. Me era indiferente si me pagaban un salario o no, con acudir todas las noches y disponer de un publico entregado, me daba por satisfecho. Yo solo queria hacer aquello que de verdad me complacia. Muy cerca de la entrada me llamo la atencion la jaula de cristal habitada por leones reales. Los turistas se fotografiaban sin cesar; a todos les parecia divertido encontrarse animales salvajes al lado de las slot machines. Enfrente se situaba una pared con decenas de televisores y, en cada uno, se retransmitia un acontecimiento deportivo distinto. Los empleados atendian a los jugadores que formaban una fila india esperando con resignacion su turno para apostar. Rios de gente iban y venian en medio de luces y sonidos hipnoticos. Las mujeres me miraban sin disimulo, y yo les saludaba con un guino o un movimiento educado de cabeza. Oh, femmes... Estableci contacto visual con una bella camarera de ojos verdes, que se acerco cimbreando las caderas y bandeja en mano. --Hola, guapo, ?quieres algo para beber? --me pregunto con una sonrisa seductora. --Si, un kamikaze, por favor. Era mi coctel favorito para empezar las fiestas. Se trataba de una racion generosa de vodka, zumo de limon, jarabe natural y escarchado con azucar. Mmm... sensationnel. Pero no solo habia llamado a la atractiva para ordenar una bebida, si trabajaba en Las Vegas debia conocer bien la ciudad del pecado. --Me encantan tus ojos, ?como te llamas? --pregunte cogiendola de la mano y mirandola fijamente. Observe como sus pupilas se dilataban, lo que solo podia significar que le atraia. --Pamela --dijo inclinandose hacia mi. --Pamela --repeti lentamente su nombre--. Dime un bar donde pueda cantar y pasarlo bien. La camarera se quedo pensativa durante unos segundos mientras yo la desnudaba con la mirada. De su preciosa boca salio finalmente una direccion. --En Town Square hay un bar que se llama Yesterday. Una vez fui con mis amigos y pasamos una noche muy divertida con la musica de los noventa --dijo apoyando su mano sobre mi pecho. --Genial. Gracias, Pamela --dije mostrando mi mejor sonrisa. --No te vayas muy lejos, ahora te traigo tu bebida... Pamela me dio la espalda y observe de nuevo su sexy contoneo. Sus gluteos eran firmes y se movian con una gracia que embrujaba. Suspire de amor. Mi interes en Las Vegas no era precisamente el juego, pero pisar la ciudad y no apostar, era como ir a Paris y no visitar la Torre Eiffel. Me acerque a una mesa donde un grupo de gente enfervorizada jugaba a la ruleta. Pedi cambiar cien dolares en fichas, y fui dejando montoncitos sobre el tapete, algunos en la frontera entre dos numeros. Lo ideal hubiese sido entablar conversacion solo con mujeres, pero en ese momento me parecio que una pareja se lo estaba pasando de maravilla. Decidi acercarme primero a hablar con el hombre, ya que si abordaba primero a la mujer, como es logico, se hubiese creado una tension innecesaria. --?De donde sois? --pregunte al joven, cuya edad rondaria los veinticinco anos. --De California. ?Y tu? --De Paris. ?Has estado alguna vez? --No, pero a mi y a mi mujer nos encantaria --dijo y despues se giro hacia ella--. Carino, te presento a un frances. Ella me saludo con una bonita sonrisa. --Ella es Michelle, y yo soy Sam. --Yo me llamo Eric Cassel. Michelle era un bellezon con un cuerpo escultural. Me incline a Sam y le susurre: <>. Sam me tendio la mano para que chocara las palmas, lo que los americanos llaman high five. En ese momento regreso Pamela con mi coctel kamikaze. --?Donde estabas? Pense que te habia perdido --dijo poniendo una mano sobre su cadera, como si estuviera enfadada. Sin pensarmelo dos veces, le di un beso en la mejilla, lo que le causo extraneza al principio, pero despues le parecio un gesto divertido. --En Francia solemos dar un beso en la mejilla cuando acabamos de conocer a una mujer --dije para excusarme. --Me gusta el estilo frances --dijo Pamela sin dejar de mirarme mientras me deslizaba una nota en mi chaqueta. Seguramente su numero de telefono. --?Que bebida es esa? --pregunto Michelle. --Kamizake. Pamela, por favor, trae una ronda de kamikazes para mis nuevos amigos. Yo invito --dije. Sam y Michelle vitorearon mi generosidad. Ya habia empezado a granjear amistades a las pocas horas de llegar. La decepcion por el arresto del productor estaba mas que olvidaba. La vida sigue. --?Que os parece si despues nos vamos a un bar que me ha recomendado Pamela para cantar? --pregunte rodeando por los hombros al matrimonio. --!Si! !Me apetece cantar! !Sera genial! --exclamo Michelle pegando saltitos de ilusion. Al cabo de un rato, con el alcohol de los kamikazes fluyendo por nuestras venas nos apeamos del Ferrari en frente del Yesterday. Senti un cosquilleo en el estomago, como el que sufren los artistas antes de salir al escenario. Entre el primero y me quede unos segundos mirando el bar, procurando que todos reparasen en mi presencia. Era tambien otro truco del manual del seductor: hacerse notar, por eso habia decidido acudir con gente, para no entrar solo, lo cual me hubiera ocasionado la perdida de valor. El Yesterday era un bar no demasiado grande, con paredes decoradas con fotografias de los muchos clientes que lo habian visitado. La luz era calida y acogedora, y todos parecian disfrutar de un rato formidable. La barra se disponia en forma de u, y varios camareros se afanaban en preparar cocteles y servir nachos con queso. Al fondo, un pequeno y simple escenario para debutar en Las Vegas. No estaba mal. Michelle, Sam y yo nos sentamos en una mesa, y ordenamos las bebidas. Ellos, cervezas; yo, un Dirty Monkey, que consiste en vodka, licor de cafe, un poco de crema de whiskey, leche y platano. Enseguida pedi mi cancion: <>, del maestro Frank Sinatra. Michelle se decanto por <> de Natalie Imbruglia, y Sam decidio tomarselo con calma. Mientras llegaba nuestro turno les pregunte cuanto tiempo llevaban casados. --Un ano --dijo Sam mirando a su esposa. Michelle asintio con la cabeza. --Nos conocimos a traves de unos amigos. Fue un flechazo, en cuanto lo vi supe que era el hombre de mi vida. --Y yo la mujer de mi vida --dijo cogiendola de la mano. Se dieron un beso rapido y carinoso en los labios. De repente, me llamaron al escenario, me sentia pletorico de energia, como un nino el dia de Navidad. Sabia que los dejaria a todos asombrados con mi voz. Los primeros compases de la cancion empezaron a sonar mientras disfrutaba del escenario. Yo era el centro de atencion en ese momento y eso me encantaba. Ahora empezaba lo mas bonito, seducir al publico, amarlos y llevarlos a la cama... Mi voz empezo a llenar el bar a la vez que observaba la reaccion entusiasmada de todo el bar. A mitad de la cancion, salte del escenario a las mesas, me arrodille delante de un grupo de mujeres... Asi debia sentirse Frank Sinatra en sus inicios. Pero esto no fue lo mas increible, cuando termine la actuacion me despedi entre apasionados aplausos. En cuanto regrese a la mesa, un hombre bajito y rechoncho se me acerco y me dijo: --Me llamo Lou Wagner. Acabo de abrir un nuevo restaurante espectaculo, y quiero contrarte. ?Que me dices? Sonrei de oreja a oreja. Esto solo podia suceder en America.

  • Un ano de amor contigo. 365 historias de amor de David Alfaro

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    Este es un libro lleno de amor. Literalmente. Contiene 365 historias de amor. Algunas son de una frase, otras tienen mas de dos mil palabras, las hay de ficcion y tambien reales; las hay comicas, dramaticas, emotivas, absurdas, cotidianas y excepcionales. Pero todas tienen un denominador comun: el amor. A la pareja, a los hijos, a los animales, a uno mismo… Amor, a fin de cuentas. En su vertiente mas amable y tambien en su cara mas oscura, la del desamor. Este libro deberia durar exactamente un ano desde el momento en que empieces a leerlo; cada dia tendras una nueva historia que echarte a los ojos, debidamente fechada. Si lees cada una en su dia correspondiente, llegara a durarte 365 dias. Siempre que seas capaz de dosificar el amor.

  • Vencedora de Lesley Livingston

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  • Diario de una secuestrada de Ana Cepeda Etkina

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    Cierra los ojos unos segundos y olvidate de tu realidad. Cuando los abras de nuevo, estaras atado al cabecero de una cama ajena, sin poder moverte. Observas a tu alrededor y ves que estas dentro de una cabana. La primera pregunta que te viene a la cabeza es: ?Donde estoy? ?Que ha ocurrido? Y entonces sabras que estas en situacion de peligro. Eva del Alamo es nuestra protagonista, una mujer normal, con una vida corriente, sin sobresaltos ni grandes aventuras, hasta que de pronto un dia la atacan en un parking. Durante el transcurso de la novela, Eva conocera a sus secuestradores, pero no el motivo de su secuestro, pues no hay un movil economico. Inmersa en una turbia trama donde el nombre de su marido es lo primero que destaca, tendra que poner en marcha toda su astucia para enfrentarse a la situacion antes de que sea demasiado tarde.En esta historia se mezcla la intriga, el suspense y unas gotas de erotismo que no dejaran al lector impasible.

  • El tiempo de la razon perdida de Ava Cleyton

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    Un apasionante romance historico en el que la vida de la protagonista dara un giro inesperado por el estallido de la Guerra Civil espanola.

  • La mentira que nos unio de Rose Days

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    Madeleine no penso dos veces cuando la casamentera del Londres le consiguio matrimonio con el unico heredero del conde de Yorkshire. Esa boda era muy importante para la joven, por muchos motivos.

  • Te necesito esta noche de Sarah Wall

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    Carlos y yo eramos felices. ?Que nos habia pasado? Nuestro amor era indestructible, o al menos eso pensaba yo. Soy una persona que cuando ama lo hace sin condiciones. Me entrego totalmente. Apenas habia tenido un par de novietes antes que el y ninguno me calo tan hondo como Carlos. Siempre tuvo un problema y es que le encantaba flirtear, ser el centro de atencion, aunque para el fuera algo innato y sin intencion; sin quererlo, mas de una vez tuve que sacar a relucir mi mala leche en algun local, por alguna moscona/buscona que revoloteaba alrededor. Odiaba entrar en un restaurante y que automaticamente todas las mujeres se quedaran boquiabiertas al verlo, sin disimulo; posiblemente todas deseando tirarselo sin ningun tipo de miramiento. El no le daba importancia, es mas, le gustaba gustar... estoy casi segura de que me ha sido fiel, excepto el ultimo ano. Recuerdo muy al principio de nuestra relacion cuando eramos unos salvajes. Teniamos las hormonas mas que revolucionadas, no parabamos de hacer el amor. Nuestro sexo era apasionado y brutal; ahora hace mas de cinco meses que no nos tocamos y apenas hablamos... ni siquiera hemos discutido. Simplemente la llama se esta apagando y parece que los dos estamos soplando con fuerza para que eso ocurra. Nuestro amor languidece, noto que muere y cada manana me pregunto ?que nos ha pasado? Mi madre le ama, mi hermana lo admira y mi padre lo tolera. A Juan, mi padre, se que nunca le acabo de gustar la reputacion de Carlos. Antes de casarnos, sutilmente me pregunto si estaba segura de lo que hacia. Ha sido la unica vez que me he enfadado con el; un hombre que jamas se habia inmiscuido en mis relaciones, de repente me advertia. Carlos entre sus clases y sus conferencias no para por casa. Yo, entre mis guardias y mis consultas estoy tan cansada que intento evitar todo contacto y noto que el tambien lo hace. Pero la pregunta es... ?cuando fue que todo esto se hizo tan grande que ya no lo podemos parar? Hemos tenido horarios dificiles, si, pero siempre encontrabamos un hueco para nosotros. Y nunca habiamos estado mas de una semana sin hacerlo, !NUNCA! Soy enfermera jefe en la planta de cardiologia infantil del Hospital Central, aunque mi padre y mi madre, especialmente ella, querian que fuera neurologa como papa; estoy acostumbrada a la presion y desgraciadamente a perder pacientes, aunque a esto dificilmente te acostumbras; el corazon es lo que tiene: Se intenta todo, se hace lo mejor que se puede y mas. Y aunque estas cerca de tus pacientes las veinticuatro horas, aun asi, muchas veces los pierdes. Aunque te preparen para ello nunca acabas de estarlo y menos en una planta infantil. Siento como si estuviera perdiendo parte de mi vida. !No puedo luchar mas! y se que Carlos tampoco ha colaborado demasiado los ultimos meses. ?Que nos ha ocurrido? ?Que ha sido del chico apasionado, dulce aunque con genio, detallista y siempre optimista que habitaba en el? Es su mismo cuerpo, pero su corazon piensa de distinta manera. Ya no le inspiro los mismos sentimientos de antes y quiero saber el motivo. Carlos y yo nos conocimos en una fiesta organizada por mis padres donde se encontraba lo mas selecto de la ciudad. Es una fiesta que mis padres organizan todos los veranos en nuestra casa en la zona alta de Barcelona. Solo teniamos dieciocho y veinte anos respectivamente; en aquel momento nos gustamos, eso era mas que evidente... el no dejaba de mirarme y yo no dejaba de mirarlo... Ese cuerpo deportista, ese cabello ondulado y oscuro, esa piel morena y esos ojos color miel, indefinidos entre el verde y el castano... ?Como no mirarle? si es que estaba para mojar pan y lo que fuera necesario mojar... Yo estaba en plena selectividad para poder cursar la carrera de enfermeria, mi autentica vocacion, en contra de la opinion de mi familia que me atosigaba para que siguiera los pasos de papa en medicina. Mi madre no dejaba de repetir que, al ser una chica con el expediente academico tan brillante, podia aspirar a <>. Mi vocacion era enfermeria y eso es lo que hice. <> Fue lo que dijo mi madre con los ojos como platos. <>... Mi madre es buena mujer, pero quiza demasiado entrometida e interesada. No me gusta escoger a las personas solo por el maravilloso futuro que me puedan ofrecer... pero es mi madre, no la cambiare. Carlos se marcho al otro lado del charco, pero seguia sabiendo de el por los amigos comunes. No me gusto nada oir que una tal Charlotte le tenia mas que pillado. No era mio, lo se, pero lo deseaba y a veces incluso fantaseaba con lo que podriamos ser... !A imaginacion no me gana nadie! Ambos tuvimos nuestros rollitos y romances; el mas que yo... por supuesto, el era el <> de EE.UU. Que si Charlotte, que si Kayla, Hayley... un sinfin de chicas pasaron por su cama... y los rollos de Carlos salian en mas de una charla. Al cabo de unos pocos anos la foto habia cambiado. Yo ya estaba trabajando en el Hospital Central y Carlos lo hacia en una importante financiera americana, aunque lo que realmente le gustaba era la docencia. Volvio a Barcelona y empezo a dar clases en una reconocida Universidad consiguiendo un alto cargo en ella. Intente averiguar cuando volvia a Barcelona y consegui saberlo, pero no disponia de sus datos de contacto y, pese a que pregunte a varios amigos comunes siempre con disimulo y excusas, un dia casualmente lo vi aparecer por la cocteleria Jims's. No era una habitual del Jims's, pero justo aquel dia habia quedado con Anna, una de mis mejores amigas. Anna todavia no habia llegado --suele llegar la ultima a todos los eventos, es algo que la caracteriza-- y alli estaba yo, esperando como una boba. Parecia que iba buscando rollo. Ya llevaba dos copas cuando el entro por la puerta. Carlos estaba mas guapo que nunca con su polo blanco y sus tejanos... esa barbita de dos dias... informal pero irresistible. Siempre ha tenido estilo. Sus brazos aun estaban mas fornidos pero sin llegar a estar hinchados, culito irresistible... Aunque le conoci de inmediato, me hice un poco la dura para mantenerle atento y que no viera como mis babas asomaban por mi boca sin remedio, como pasaba con todas. De hecho, cuando me dio los dos besos de cortesia en la mejilla, mas que cerca de la comisura, diria yo, mi cuerpo sufrio una descarga electrica indescriptible y me ruborice, estoy segura. Pero siempre se le puede echar la culpa a dos Manhattans que me habia cascado esperando a Anna. Tras nuestra cordial conversacion y con la excusa de ir al bano, llame a mi amiga Anna para cancelar nuestros planes y quede en que ya le contaria el porque. Empezamos a hablar de los viejos tiempos. El plan se desarrollo a la perfeccion y cenamos en Chez Pierre. Para ser nuestra primera cita e improvisada no estuvo nada mal. Tras la cena le sugeri que me dejara en casa y, como excusa, le dije que tenia turno de manana. Era mentira, no queria caer a cuatro patas de buena a primeras, que es lo que hubiera pasado. No queria que pensara que yo era como las demas, una <>; yo queria estar con el para siempre y no que a los dos dias se cansara de mi. Quise mantenerle en vilo... crear un poco de intriga para llamar su atencion, pero claro, tambien podia salir rana la jugada y no volverle a ver el pelo. Al dia siguiente volvimos a vernos y desde entonces, siempre juntos. Hasta ahora, que nuestros caminos parece que se separan.

  • La legion de los olvidados de Claudette Bezarius

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    La livida mano de una siniestra criatura con apariencia de mujer se extiende hacia ti. Sus largas y puntiagudas unas son tan oscuras como el abismo, su rostro blanco parece haber perdido todo rastro de sangre. Este extrano ser de femeninas formas te hace una tentadora invitacion: quiere que te unas a La Legion de los Olvidados. ?Aceptarias o rechazarias una oferta asi de extraordinaria? La eleccion de Dahlia Woodgate definira el incierto destino de la humanidad entera. Miles de vidas penden del delicado hilo que separa a la luz de las tinieblas, dos fuerzas que habitan en su poderosa alma humana. Ambas luchan entre si por dominar la conciencia de una valiente joven. Y ella todavia no comprende la magnitud de la encarnizada batalla ancestral que amenaza con desatarse, una vez mas, si toma la decision equivocada ?Cual sera su resolucion final?

  • Morir de amor de Elizabeth Lowell

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  • Los Hermanos Siniestros de Ibeyise Pacheco

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    Los ultimos anos en Venezuela han inspirado este libro, en el que eventos y personajes existen, aun cuando algunos han sido modificados y presentados en circunstancias distintas. Por eso es relevante precisar que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Los hermanos siniestros es el retrato del estiercol, el viaje al infierno. Ese rostro dantesco que no habiamos imaginado como parte de nuestro ecosistema. Torturadores, dictadores, violadores, pillos, canallas. Bestias insensibles y amorales que con su maldad han activado el rostro oscuro de los venezolanos. Este libro lo escribi porque soy de las convencidas de que a esa inmundicia hay que mantenerla en el registro de los capitulos de lo aborrecible que nunca mas se deberia repetir. Agradezco a mis amigos que me han apoyado con nobleza. Destaco la confianza y valentia de incontables e inimaginables informantes. Sin su ayuda este libro no habria sido posible. Cuando regrese la libertad a mi pais, el mundo podra conocer sus nombres, si asi lo desean. En Los hermanos siniestros sobresale la portada, obra de Rayma Suprani, amiga genial, valiente, sensible, generosa. Sin ella este libro estaria incompleto. Gracias, Rayma. Quisiera tambien rendir homenaje a la honestidad y el coraje de muchos que han entregado su vida en esta lucha que lleva veintiun anos. Cada victima muerta o que ha sobrevivido, permanece en mis pensamientos. Espero que las proximas generaciones se encarguen con exito de que los culpables de tanto dolor paguen ante la justicia y jamas regresen al poder. Ibeyise Pacheco Miami, 2020. A Celina Rivas y Guimar Parra, angeles por Miami PRIMERA PARTE I Llevaba la prisa de la muerte. Su mente habia considerado el tiempo para cada detalle. Con malestar de jet lag, por su regreso a Caracas de Lisboa, programo recuperar su pistola, que habia dejado enterrada en el cerro Avila hacia mas de un ano, tres dias despues del derrumbamiento de las Torres Gemelas. Cuatro curvas a la derecha, una a la izquierda, la pequena quebrada, el arbol que a sus pies tiene una piedra en forma de gnomo... El arma la obtuvo a cambio de droga con unos clientes del bar donde trabajaba en Chacaito. Demasiado loco hay en la calle. Todo legal, registro EEK499. Bonita pistola, una Glock punto 40, de esas que lanzan cuatro tiros por segundo. !Pam, pam, pam, pam! Retumbo su cerebro. Regreso al edificio Tejar de Parque Central, directo a la tienda de municiones. Compro dos cajas de balas tipo hollow-point. Su bolso koala negro amarrado a la cintura, alojaba el peso del arma. Entro a la peluqueria Formula II. Le gustaba ese nombre. Destacaba un asiento en forma de carro destinado a ninos que le habria encantado ocupar. Con rudeza que las peluqueras atribuyeron a cierta verguenza para ocultar su coqueteria, solicito que le tineran el cabello de rojo y le aclararan las cejas. Se dejo llevar por las manos expertas. Fue el unico cliente. Despues, aun de dia, entro a un cine de peliculas pornograficas. En la quinta escena se quedo dormido; no le gustaba masturbarse en publico. Lo arrullaron los gemidos en la sala. Al despertar se sintio un poco confundido. La luz suele sorprender al sexo pagado. En la calle pregunto la hora. 6:42 pm en tiempo para cumplir su mision. Fernanda lo noto enseguida. El pelirrojo con rizos desordenados sacudia cabeza y manos conversando con la nada. Fernanda administraba desde hacia doce anos el kiosco de periodicos en la plaza Francia. Tenia un lugar privilegiado para observar centenares de transeuntes diariamente. El sol sale siempre, era su saludo hasta en dias de lluvia, el cual acompanaba con gel desinfectante que frotaba confianzuda en las manos de los clientes. Mucho microbio en el ambiente. A los ninos solia regalar algun caramelo. Fernanda dice que los ojos del hombre dispararon primero. Cuando lo avisto cruzando desde el otro lado de la calle, no le gusto. Sintio la cercania del demonio. El sujeto con camisa gris y pantalon verde esquivo temerario carros y motos en la avenida Francisco de Miranda. Al llegar a la plaza se freno. Entonces se levanto sobre uno de los bancos donde ancianos cansados suelen brindar a sus extremidades una pausa en la vida. Hizo un paneo sobre la masa. Con las piernas fijas como una tijera abierta clavada, introdujo la mano derecha en su bolso. Su cuerpo giro en direccion al Avila, tomo aire, miro el cielo y luego apunto. El primer disparo fue certero. A la cabeza de una joven victima. Fernanda venia trabajando horas extras hacia algo mas de un mes. Las ventas habian mejorado desde que alli los militares lanzaban, en las noches, discursos contra Chavez. En la plaza abundaban tarantines improvisados bajo paraguas de colores con la oferta de banderas, pitos, gorras, estampitas de santos, constituciones, rosarios convertidos en pulseras y collares. Habia cierta organizacion dentro del caos. Una tarima se crecia con el escenario que se apoyaba en el Obelisco, de cuya punta descendian tres largas telas con los colores de la bandera de Venezuela que se crecian con el verde del cerro Avila. Los fotografos hacian de las suyas. A la caida de la noche el ambiente se iba animando. Llegaba a ser un buen plan para un viernes. La plaza estaba cerca de la salida del Metro y en sus esquinas convergian varias paradas de transporte publico. El lugar habia sido bautizado como la Plaza de la Libertad luego de que mas de una docena de oficiales de la Fuerza Armada reto al gobierno de Hugo Chavez a partir del alzamiento que ocho meses atras habia fracasado. La conspiracion muto en un paro petrolero que presionaba para su salida del poder. En una accion poco convencional, los militares tomaron la plaza donde arengaban a los venezolanos. Contaban con las simpatias de los transeuntes y de buena parte del pais. Los medios de comunicacion desplegaron sus equipos para cobertura constante. El facil acceso al lugar y la posibilidad de servicios habia pesado en la decision estrategica de seleccionar ese punto como centro de concentracion que, ademas, estaba en Chacao, un municipio opositor. Los oficiales alzados se alojaban en el hotel Four Seasons. Solo tenian que cruzar la avenida. El general Enrique Medina Gomez, quien habia sido el agregado militar en la embajada en Washington, funcionaba como el jefe de la operacion. En la plaza se habian instalado banos portatiles y carpas de asistencia de salud y seguridad. Unas gradas estaban colocadas mirando hacia la tarima que se prolongaba en un aparatoso equipo de sonido. El espacio, usualmente destinado al esparcimiento entre bancos de cemento y jardines con flores moradas, rojas y amarillas, cedio el turno a la militancia politica. Ese 6 de diciembre de 2002, recibio unas trescientas personas. Las balas estallaban. El hombre esperaba que su victima lo mirara. Una madre nunca veria a su nina crecer. La pareja joven sentia que iba a morir abrazada. El anciano --ya nada tengo que perder-- arrojo su cuerpo para proteger al nieto. Despues de los primeros disparos, el pelirrojo apunto a Fernanda que, congelada, era una de las pocas que habia quedado de pie. Enfoco para no fallar. Ella no grito, no respiro, no pestaneo, no rezo. Un senor corrio hacia el atacante. Valiente, vacio de miedo y de armas, choco su hombro derecho contra el brazo del pistolero y suspendio la matanza. Cayeron los dos al piso, pero el pelirrojo, con agilidad, se repuso del ataque. Aprovecho el impulso para cambiar el peine de la Glock y continuar la masacre. A pesar de los disparos, de los gritos y la sangre, a muchos les costaba entender que un lugar familiar fuese el centro de ese espanto. Hasta ese viernes, las noches en la plaza convidaban a encendidos --y a veces aburridos -- discursos politicos que se fusionaban con los ninos y sus globos que explotaban junto a su risa. Eso no fue lo que estallo.

  • La pasion lo es todo de Milagro Sanchez

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    Lucas es el irreconocible que salvo a Jacqueline de una acometida a manos de otro estudiante. Jamas se habia fijado en este enigmatico chico hot y tatuado, pero desde ese momento se lo encuentra por todas partes. La atraccion entre ellos es instantanea y arrolladora. Pero ?puede Jacqueline confiar en el o acabaran los misterios de Lucas interponiendose entre ellos? Juntos lucharan contra el mal y la responsabilidad, pero ademas van a descubrir el poder inesperado del amor.

  • La dulce nina de papa de Stasia Black

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    Mama se casa hoy. Otra vez. Este sera el esposo numero tres, y la cena de practica de anoche fue la segunda vez que conoci a su futuro esposo, Paul, y a su hijo. Y tengo que decirlo: no lo entiendo. El hombre es hermoso. Hablo de una belleza digna de un dios.; es rubio, de mandibula cuadrada, nariz recta y guapo como un vikingo. Tiene el cabello corto y hay canas en los extremos de su sien, pero es el tipo de cuarenton del que las mujeres se quejan diciendo que no es justo que los hombres se vean mas guapos a medida que envejecen. Su hijo es una version identica de el, pero apenas lo mire. Francamente, debe ser un imbecil que se tira a todo lo que se mueve con lo atractivo que es a los veinticuatro, ?no? Ademas, es doctor. Bueno, un doctor en formacion, en todo caso. En su padre, la belleza habia tenido tiempo de anejarse y asentarse fabulosamente, como un exquisito vino. Era mucho mas atractivo. Y el hombre se va a casar con mi madre. Eh, ?que? Mi madre tambien esta en sus cuarentas. Pero mientras el senor Winters lleva sus anos como un dios de los antes mencionados, mi mama los lleva como… esto, ?como decirlo? Dejemoslo en que mi madre es una envejecida reina de belleza cuyos tres intentos de cirugia plastica no hicieron mas que retorcer y tirar de su piel correosa y bronceada para convertirla en un simulacro de una muneca Barbie un poco derretida que consume metanfetaminas. Vale, no consume metanfetaminas; su droga preferida es la cocaina. Nunca ha podido tener un trabajo de verdad debido a eso. ?Se entiende lo que digo? Es una autentica triunfadora. El senor Winters es el jefe del departamento de oncologia de un prestigioso hospital de Boston. Entonces, de nuevo, ?que demonios hace con mi mamita querida? --?Que le hiciste a ese vestido? --me pregunta mama entrando en el vestidor de la iglesia. Lo se, una iglesia. Y esta vestida de blanco. Las ironias de este dia nunca van a terminar. La miro de arriba abajo. Ha conseguido entrar en un encantador vestido de Vera Wang. Menciono anoche que era un vestido real de Vera Wang unas diez mil veces, ignorando completamente el hecho de que logro comprarse un vestido real de Vera Wang por la riqueza del senor Winters o quizas la influencia del abuelo. No tenia nada que ver con algo que ella hubiese hecho. Ser una de las familias mas antiguas de Boston sigue teniendo algunos privilegios, aunque casi estuvieramos en bancarrota. Bueno, ya no, ahora que mama se estaba casando con el senor Winters. Es guapo y, ademas, rico. De nuevo, ?que es lo que esta haciendo con mama? --Solo hice que lo modificaran un poco para que me quede mejor. Miro a mama en el espejo, ella entrecierra los ojos. --Te quedo como se suponia que tenia que quedarte. Frunzo el ceno. --Pero me quedaba holgado y flojo en la panza. Sin mencionar el cuello alto que casi me ahorcaba. Mama me mira como queriendo decir <>. --Lo mande a hacer a mi medida para que me quedara bien. Ella suelta un bufido de frustracion. --La idea del vestido de dama de honor es que sea feo para que no opaques a la novia. Cielos, ?es que no sabes nada? Ya esta --declara, alzando las manos--. No puedes ser mi dama de honor si eso te queda asi. Ya es lo suficientemente malo que tenga una hija de diecinueve anos. --Sacude la cabeza--. Sigo diciendo que deberias haber sido la maldita nina de las flores. En fin, Marla tendra que ocupar tu lugar y tu puedes ponerte al final de la fila. Bajo la vista y miro el vestido. --No es exactamente... --Hago una pausa, sin saber que decir por un momento--. ... favorecedor. Eligio el tono naranja menos atractivo que haya visto y que seguramente chocaria con el tono de piel de cualquier persona, sin importar su etnicidad. Trate de maquillarme lo mas natural posible y llevaba mi cabello castano recogido, pero no se podia ignorar lo horrible que era el vestido que me cubria el cuerpo. Mama hace un chasquido con la lengua. --Este es mi dia especial, Sarah Elizabeth, que ni se te ocurra empezar. Suspiro y retrocedo. --Claro, mama. Lo que quieras. Es el camino de la menor resistencia. En mi vasta experiencia, se que es la forma mas facil de abordar los conflictos con mama. --Ahora ve a buscar a todas las chicas y dile a Marla que es mi nueva dama de honor. Cambia tus flores por las de ella y asegurate de que todas esten en sus lugares. Me dirijo hacia la salida. En veinte minutos, las otras doce --si, doce-- damas de honor y yo, junto con los correspondientes padrinos, nos encontramos acorralados en el vestibulo de la iglesia. ?O en este punto se les llama damas matronas, considerando que son todas amigas de mama y que la mayoria se ha divorciado al menos una vez y otras varias veces, como mama? Solo un par de mujeres tuvieron la misma idea que yo y modificaron sus vestidos. Bueno, todas nos vemos ridiculas, pero las demas se ven absolutamente espantosas con la brillante tela color de sorbete naranja que les cubria los cuerpos. --?Estas lista? --me pregunta Dominick, mi futuro hermanastro. El extiende el brazo y me dedica una sonrisa brillante. Su cabello dorado resplandece en la luz que entra por el vitral en lo alto. Tiene el cabello mas largo que el de su padre, y le baja por los lados de la frente con un desgrenado estilo de surfista californiano. Cielos, este hombre es demasiado astuto. Le sonrio, pero ?han oido de aquel dicho que dice que alguien sonrie, pero la sonrisa no le llega a la mirada? Si, mi sonrisa es como una de esas: patentada, decorativa y perfectamente superficial. Es la que siempre uso en estos tipos de eventos a los que me arrastran de vez en cuando; mas que nada por el nombre y el <> del abuelo, o por la desesperacion de mama porque la incluyan en los circulos importantes. Tener una hija a la que podia acompanar visiblemente y presentar a la sociedad de Boston ayudaba a cubrir un poco del hedor de ser una desesperada mujer florero a la que habian usado tres veces. Pero aqui estaba mama, viviendo sus dias de gloria otra vez. Era una esposa de nuevo, a pesar de que su esposo ahora fuese mas unflorero que ella. En especial porque el senor Winters de verdad tiene un trabajo aparte de ser tan endemoniadamente guapo. Empieza a sonar musica de organo. --Perdon, ya no soy la dama de honor. --Ignoro el brazo tendido de Dominick y senalo a Marla, una mujer escandalosa con cabello tenido de un estridente color rojo a la que sospecho que mama tiene como <> porque hace que ella se vea mucho mas linda y delgada en comparacion--. Esa es la mujer a la que vas a llevar del brazo. A pasarla bien. Mi sonrisa se vuelve una pizca mas genuina ante la expresion de espanto que se dibuja en el rostro de Dominick al tiempo que los padrinos se ponen en formacion, y yo me dirijo hacia un hombre mayor que esta al final de la fila. La procesion comienza un par de minutos mas tarde, tan pronto como mama hace acto de presencia. Camino hacia el altar, sorprendida de lo abarrotada que esta la iglesia de ambos lados. Es facil pensar que mama alejo a todas las personas que ha conocido, pero cuando llego a la primera fila y veo al abuelo sonriendome a mi, y no a mi madre, recuerdo por quien estan todos aqui. Puede que el abuelo ya no tenga la fortuna que una vez tuvo, pero sigue siendo un hombre acaudalado. El hecho de que haya desheredado a su hija es un secreto bien guardado, aunque tal parece que el futuro esposo de mama esta al tanto. ?Como es que se ese pequenisimo detalle? Vale, puede, solo puede que anoche lo haya llevado aparte despues de que se sentarajunto a mi madre mientras ella bebia una copa de champan tras otra en medio de la cena; su expresion no era otra cosa que benevolente mientras la miraba con afecto. El se excuso para ir al bano y yo lo segui unos minutos despues. --?Sabes que no tiene dinero? --le pregunte justo despues de que saliera del bano. El pasillo era estrecho y oscuro; estaba lejos de las cocinas y era poco transitado. --?Disculpa? --pregunto sorprendido, arqueando las cejas. Sin embargo, se mantuvo firme y no me ignoro. De inmediato me senti como una nina a pesar de mis tacones de siete centimetros. --Eh, mi madre. Ella no tiene... digo... --Trague en seco y baje la vista al suelo antes de reunir la valentia para volver a mirar al rubio vikingo mitad hombre y mitad dios mas alto que yo. Era el hombre mas hermoso que habia visto--. No hay dinero, si es por eso que te estas casando con ella. El abuelo ya no es tan rico y dejo de darnos dinero, de todas formas. Asi que si esa es la razon por la que lo haces... --En ese punto estaba temblando de pies a cabeza. Oh, Dios, solo necesitaba decir esto y luego podria esconderme en un armario por el resto de la noche --. ...no deberias. Porque no hay, ?sabes? No hay dinero. Y con ese ultimo tartamudeo me di la vuelta con mis pequenos y puntiagudos tacones y me fui de ahi. Y ahora heme aqui, al frente de la iglesia. No podia postergarlo mas. Al fin subo la vista y ahi esta el.

  • Stripteacher de Lisa Aidan

    https://gigalibros.com/stripteacher.html

    ?Y si alguien te rompe tanto los esquemas que te hace replantearte todo lo que conoces?

  • La borde y dulce Lai 1 (LGBT) de Monica Benitez

    https://gigalibros.com/la-borde-y-dulce-lai-1-lgbt.html

    Despues de seis anos de relacion, Lai se ve obligada a dejar a Vero tras enterarse de que esta la engana. A partir de ahi entra en un ciclo autodestructivo hasta que su mejor amiga, Lore, decide que ha llegado el momento de que Lai abra los ojos y vuelva a encaminar su vida.

  • ?Hay alguien ahi fuera? – Marian Keyes de Marian Keyes

    https://gigalibros.com/hay-alguien-ahi-fuera-8211-marian-keyes.html

    Anna Walsh protagoniza esta cuarta novela de la saga de la peculiar y entranable <>.

  • Proxima estacion, Atenas de Petros Markaris

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    En su serie de novelas policiacas, Petros Markaris envia siempre al comisario Kostas Jaritos a investigar por el laberinto de Atenas, al principio en su Mirafiori, luego en su Seat y ultimamente, debido a la crisis, en autobus. Ahora, el autor se lleva al lector consigo y lo acompana por la ciudad, siguiendo la
    linea mas antigua de metro de la capital griega. Es un viaje por todos los estratos sociales: desde la ciudad portuaria del Pireo hasta el centro, y de alli, a traves de los barrios mas pobres, a la noble Kifisia. Como en una maquina del tiempo, el pasajero viaja a la Antiguedad, a pleno siglo xix y al presente; y si
    quiere huir del ajetreo, encuentra, bajo la guia experta de Markaris, rincones escondidos donde el tiempo parece suspendido.

  • Frio y calor (Los secretos de Boira no 2), Gina Peral de Gina Peral

    https://gigalibros.com/frio-y-calor-los-secretos-de-boira-no-2-gina-peral.html

  • Sin Mirarte de Auraluna

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    Una regla basica: No mirar.

  • La llave de mi destino, Karol Miller de Karol Miller

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    Manuel Baena es un doctor malagueno que pide su traslado a Londres para conseguir al amor de su vida, Alisa MacLeod. Ella es una joven reacia al compromiso, pero tampoco quiere que otras mujeres disfruten de la compania de el.
    Vanesa es una joven universitaria, alegre y divertida, que pasara las navidades con su hermano Manuel en Escocia junto con los amigos de este, los hermanos MacLeod. Alli conocera a Ian, el espiritu libre de los MacKenzie.
    ?Se hara Manuel con el amor de su vida? ?Descubrira Vanesa a un Highlander en sus navidades en Escocia?

  • La sombra del adepto (El adepto de la reina 4) de Rodolfo Martinez

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    La nemesis del adepto sale a la luz.

  • Devastador de Jorge Borges

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    Mark le salvo la vida.
    Alicia hubiera muerto ahi fuera.
    Un simple accidente de coche.
    . un lago, y agua.

  • Por el amor de un medjay de Iris Vermeil

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    Nacida en El Cairo, Egipto, Nailah Sarhan, es una joven abierta de mente que ha crecido en un seno familiar conservador, el cual la obliga a atarse en matrimonio a un hombre al que considera un amigo, nada mas. La pasion por Egipto la lleva en sus venas, adora su cultura y sus raices, por ello, decidio ser arqueologa. Aventurera de espiritu, se une a un proyecto de gran repercusion social; Excavar en el Valle de los Reyes hasta encontrar las riquezas del faraon Tuthbej X aun sospechando que puede ser la reencarnacion de la ultima princesa de Egipto; Hathor I.

  • El Tesoro del Diablo de Victor Toth

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    Cansado de su extenuante trabajo en las cosechas, un hombre decide partir en busca de una leyenda, el tesoro perdido de los antiguos pobladores. La riqueza es inmensa, pero el precio a pagar es demasiado alto.

  • Satori de Don Winslow

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    Satori (nombre), del japones: instante de conciencia subita o de iluminacion individual; el primer paso hacia el nirvana. Transcurre el otono de 1951 y la guerra de Corea esta en pleno apogeo. Nicholai Hel, de veintiseis anos, ha pasado los tres ultimos en prision incomunicada, a manos de los americanos. Hel es maestro de la hoda korosu o <>, habla fluidamente varios idiomas y ha afinado su extraordinaria <>, conciencia adicional ante una presencia peligrosa. Posee las aptitudes para convertirse en el asesino mas temible del mundo y en este preciso momento la CIA lo necesita.