• libro de prada a prana - Maria Jose Marrufo

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    La autora te invita a unirte a un viaje de aventuras, en donde te comparte su transicion de ser una chica superficial y vacia a emprender un camino en el despertar espiritual para cambiar su vida positivamente.Te proporciona las herramientas que le ayudaron a trabajar a nivel personal para de esta forma vivir una vida mas plena, llena de armonia y amor. Ademas te comparte una serie de ejercicios de re programacion, para borrar viejas memorias atoradas en el subconsciente, meditaciones, dietas des-intoxicantes y multiples aventuras de una forma muy simpatica, acerca de su camino por este recorrido, que te haran como a ella, tomar las riendas de tu vida y crear una realidad de tanta satisfaccion, que no necesitaras mas buscar la felicidad fuera de ti, pues sabras que esta y siempre estuvo dentro de ti.

  • De Prada a Prana: un recorrido por el despertar espiritual eBook

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  • De Prada a Prana: un recorrido por el despertar espiritual

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  • De Prada a Prana: Un Recorrido por el Despertar Espiritual

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  • De Prada a Prana: un recorrido por el despertar espiritual

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    Este libro me pareci� como si fuera una platica con una amiga. La autora explica de manera muy simple y clara lo que ha ella le ha funcionado para ser mejor ...

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  • De Prada a Prana - Maria Jose Marrufo - Debeleer.com

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    En este libro quiero invitarte a compartir conmigo algunas de mis vivencias, alegr�as, sufrimientos, logros y derrotas, pero, sobre todo, ...

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  • De Prada a Prana: un recorrido por el despertar espiritual

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  • Sinfin de Martin Caparros

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    Sinfin es una distopia hiperbolica que orbita alrededor de la gran obsesion humana: la inmortalidad. Una novela en la que el escritor y periodista argentino Martin Caparros combina lo mejor de la escritura periodistica y la ficcion.

  • Todo sobre nosotras de Monica Lavin

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    Alejandra las habia recogido en el aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa, pero sin mas, a pesar de que venian de un vuelo trasatlantico y de que habian trasbordado en Paris, las subio a la camioneta y tomaron la carretera. Habian venido a festejar el cumpleanos sesenta de su amiga y los de ellas; las tres habian nacido el mismo ano y habian ido a la misma escuela desde los seis anos hasta la preparatoria. Pero Carla y Nuria no habian visto a Alejandra en treinta anos. Les sorprendio que fuera casi una calca de la que habia sido: el pelo seguia lacio y oscuro, aunque se lo pintara y lo llevara en una melena corta, los ojos negros intensos, casi moros, pero sus formas sofisticadas de cuando conducia aquel programa de television habian quedado ocultas por una voluntad rural. Al fin y al cabo, mujeres de ciudad, les costaba trabajo ver a Alejandra en tenis, con muy poca pintura, aunque, eso si, el barniz de unas impecable la seguia distinguiendo. Sus manos en el volante lo ostentaban. --?El azul esta de moda? --dijo Nuria, que jamas se pintaba las unas. Era lo menos apropiado para una panadera. --Ya no se que esta de moda, pero lo veo en las tiendas y lo sumo a mi cajon de barnices -- dijo Alejandra, con esa voz cantarina, con su risa facil. La recordaban en la preparatoria: con mas maquillaje que ellas, con esos barnices naranjas, o rojos o rosas nacarados que se estilaban. Las unas con forma ovalada, como de revista. Las tres distraian la platica con nimiedades porque no sabian por donde empezar. Carla y Nuria habian tenido oportunidad de conversar algo en el avion, antes de quedarse dormidas y de quejarse de lo reducido de los asientos. --?No podriamos viajar en business? --habia dicho Nuria, que era de caderas anchas, pero con menos posibilidades economicas. --?Y pagar el doble? Nuria habia olvidado por que administrar era el fuerte de Carla, despues de la nutricion. Por algo tenia una compania. Si tuviera el dinero, Nuria lo habria pagado, ?cuando tendrian sesenta anos de nuevo? ?Cuando vendrian a festejar con Alejandra a Portugal juntas? Claro que pensar asi la habia llevado a no ahorrar nada, a destinar parte de su herencia en poner la panaderia en Ensenada, cuando por fin decidio que no podia vivir un dia mas en la Ciudad de Mexico. Recorrieron el campo de arboles de follaje verde seco, con la tierra mas bien arenosa, o esa impresion daba, entre Lisboa y la desviacion hacia Evora, donde Alejandra prometio llevarlas de regreso para ver las ruinas romanas, esas columnas del templo de Diana en medio de callejas medievales. --Para quienes me visitan es parada obligada. Pero sera despues. --?Y no te hartas de hacer paseos turisticos con los que venimos? --pregunto Carla. --Ustedes no habian venido en los treinta y un anos que llevo aqui. Vivo muy lejos y las visitas no son frecuentes. Ir a Evora era un placer para Alejandra, era una conexion con el asombro original de cuando llego, recien casada con Esteban, y se comio el paisaje, la historia, el acento, el bacalao, las cerezas del verano, con los ojos, con el cuerpo, con una alegria chispeante. Estaba entonces en la cresta del descubrimiento y en la euforia amorosa; no habia ponderado lo que significaban la distancia, el desarraigo, que sus padres murieran en Mexico y que ella llegara tarde a despedirse. La friccion de las llantas contra el asfalto siseo adentro de la camioneta, donde las ventanas abiertas ventilaban el fin del verano. Entonces hizo algo abrupto, se orillo en la cuneta, oteo a ambos lados de la carretera y tomo el carril de regreso. Sus amigas no comprendieron. --?Te equivocaste? --Volar trece horas, traer otro horario, por lo menos merece una parada para comer y tomar algo. Vamos a Evora. Nuria y Carla agradecieron sentarse en las mesas al aire libre frente al templo de Diana, en medio de la convergencia de varias calles empedradas, estirar las piernas y tomar una cerveza con aceitunas para empezar a sentir el aire del Mediterraneo de su travesia. La ruta las llevaba al este, hacia la frontera con Espana. El mar les quedaba a la espalda y al sur, y la sensacion de estar en un pais desconocido las excitaba. --?No estan cansadas? --pregunto Alejandra. --A mi solo me cansa el que no pase nada, el agua quieta --dijo Carla con la espuma de la cerveza en los labios--. Esto es vida. Ademas, la cerveza es muy sana. --Se rio. Siempre habia sido una pesada con los asuntos de los nutrimentos, pero habia bajado la guardia. Era una fortuna que no hubiera tenido hijos, los habria atosigado con el discurso del balance de proteinas y grasas de las buenas, y carbohidratos de los malos y calorias vacias. Aunque sus clientas agradecian sus consejos para estar mas sanas, para aceitar el deterioro, para impedir la gordura, pero sin abandonar el placer de comer. --Ya vas a empezar. --Se burlo Nuria. --Yo quiero todos tus consejos para presumir en el hotel. Esta de moda eso de la conciencia de nutrirse bien y la dieta portuguesa es buena para eso. --Pidio Alejandra mientras compartian un plato de embutidos y una ensalada fresca. --Tengo consejos de todo tipo --anadio Carla con picardia--. Aunque les confieso que ya me harte de ser la flaca que soy. Eso de querer ser ejemplo viviente de mi compania es catastrofico. En este viaje pienso comer todo lo que se me atraviese. --Ya era hora --anadio Nuria, que era robusta, generosa de carnes y espiritu, y que movia su cuerpo sin que sus senos y caderas prominentes fueran un obstaculo. Carla casi no habia visitado a Nuria desde que se fue a Ensenada, hacia un lustro, y no soltaba el cuerpo, como si al hacerlo pudiera irse por el camino torcido. Tal vez le pesaba ser hija de medicos; su padre, un endocrinologo. --Esteban es un gran cocinero. --Presumio Alejandra--. No podras rehusarte a ningun platillo. --Ese debe ser uno de sus encantos. Alejandra sonrio con cuidado, sin la espontaneidad que le conocian. De las tres era la unica que permanecia casada, la unica que habia conservado la pareja con la que decidio hacer una vida. Dejaron que lo que Alejandra les platico sobre aquel templo --que era del siglo I antes de Cristo y que en algun momento habia sido carniceria, lo cual ayudo a que se conservara en pie-- fuera acomodando sus cuerpos al nuevo paisaje y a la alegria fortuita de compartirlo. Alejandra les dijo que lo mas impresionante era la Capilla de los huesos dentro de la iglesia de San Francisco, hecha con la osamenta de los monjes, apilados uno sobre otro, macabra y poderosa, pero penso que lo dejarian para otro dia, si acaso. Habian sido tan amigas en secundaria y preparatoria. Habian celebrado la primera boda de las amigas, la de Carla, cuando ella aun no terminaba la licenciatura, con Joaquin, su novio de tantos anos, de quien no se habia vuelto a hablar. Todas habian puesto su amistad por encima de cualquier otro argumento. No eran tres, eran cuatro. Renata habia sido mas amiga de Alejandra; Nuria y Carla, las mas cercanas. Las cuatro inseparables en aquellos anos. Tal vez por eso no se habian reunido en treinta anos. Pues, aunque Alejandra habia hecho viajes a Mexico para visitar a su familia, no las habia buscado ni ellas habian preguntado cuando iria. Las mexicanas habian perdido todo contacto con la que vivia en Portugal, hasta que ella les propuso celebrar su cumpleanos sesenta en el Alentejo. Alejandra y Renata cumplian anos el mismo dia, en una fecha innombrable: 19 de septiembre. Volvieron al auto, achispadas y con deseos de conocer el paraiso que Alejandra les habia prometido: aquella quinta donde crecian olivos y vides, y donde acababan de estrenar un hotel rural, con apenas cuatro habitaciones y un comedor. Oculto el nombre del hotel hasta que, despues de un cabrioleo por una carretera delgada entre cultivos, les senalo el letrero: Quinta Renata. Habian llegado. 2 Alejandra le asigno un cuarto a cada una, pero les advirtio que durante el fin de semana tendrian que compartir habitacion. --Como en los viejos tiempos --dijeron. --Me vengo con ustedes. --Se rio divertida. Le hubiera encantado revivir las noches en que estudiaban e ideaban estrategias para no quedarse dormidas. --Lo malo es que el vino me arrulla --dijo Nuria-- y en lugar de platicar seguro me quedo dormida pronto. Y no quiero beber Coca-Cola. --Yo, si --agrego Carla--, toda la que he dejado de beber durante anos. --Esteban la tiene prohibida hasta para el hotel --enfatizo Alejandra. Desde sus cuartos verian los vinedos dorarse bajo el sol del verano al caer la tarde, les advirtio Alejandra. Estuvieron de acuerdo en que la vista les daba paz. --Aunque tambien da desasosiego --dijo Carla. En realidad, a ella le encantaba vivir en uno de esos edificios altos del poniente, desde donde la ciudad se veia lejana, como una colcha de luces que advertia que el bullicio no paraba. Cuando visitaba a Nuria en la casa del acantilado, sentia la angustia del infinito mar. Esperaba poder dormir, el insomnio podia atacarla y que haria sin television, sin horario y con tanto verdor. La boca se le seco, pero no dijo nada. Las estaban consintiendo. Alejandra las apresuro, pues sabia que Esteban estaria ansioso por recibirlas. Quedaron en instalarse con mas calma despues. --Igual me paso desde hoy a tu cuarto --le dijo Carla a Nuria por lo bajo, temiendo el vertigo del espacio abierto. Caminaban de nuevo hacia el auto para llegar a la casa principal, una vieja construccion de adobe que les tomo tiempo remodelar, como explico Alejandra. --Claro que si, mi reina, pero ronco. --Se rio Nuria. --Yo tambien --dijo Alejandra, que las habia oido--. Eso dice Esteban. Que verguenza. --Verguenza con un amante, con el marido no creo --siguio Nuria--. Aunque yo soy la que soy a esta edad. Si alguien quiere dormir conmigo, que se lleve las caricias con el paquete completo, yo hare lo mismo.

  • H de homicidio de Sue Grafton

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    Este bien pudiera ser el caso hasta ahora mas peligroso y complicado de Kinsey Millhone. El nombre de la victima era Parnell Perkins y hasta muy poco antes de medianoche habia sido gestor de reclamaciones de la compania de seguros La Fidelidad de California, para la que tambien trabaja a veces Kinsey. Luego, alguien le pego un tiro y lo dejo tieso. Kinsey habia ido alguna vez de copas con Parnell y no le habia parecido un mal tipo. Aun asi, si dependiera de ella, no se habria metido en los lios en los que una tal Bibianna Diaz, cuyo nombre figura en los archivos de Perkins y que teme por su vida porque nadie se cruza impunemente en el camino del maniaco Raymond Maldonado, parece empenada en arrastrarla. Pero la vida nunca es tan simple y a Kinsey le molesta dejar sin mas a un companero en la cuneta y a un asesino suelto por el mundo.

  • Un verano diferente de Manuel Navarro Seva

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    Vika, una nina rusa de diez anos, viaja de vacaciones a la costa alicantina con sus padres, su amiga Yelena y su hermano Dima. Es el quinto ano consecutivo que van a pasarlas en Espana. Esta muy contenta de volver una vez mas. Sin embargo, este verano sera muy diferente a los anteriores. Ocurrira un hecho extraordinario que cambiara sus vidas.
    Una nueva y apasionante historia de suspense de Manuel Navarro Seva, situada en el marco incomparable de la ciudad de San Petersburgo y en las playas del levante espanol.

  • Dormido en el alma de Gely Santamaria

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    Lela era una nina feliz, viviendo su infancia en la Espana de la posguerra, pero la vida le empezo a arrebatar cosas, la primera a su madre a los 9 anos, despues al amor de su vida, Ricardo y por ultimo a sus hermanos. Los avatares de la vida la llevaron al otro lado del mundo, separandola de todo y de todos. Ella pensaba que ya no merecia la pena vivir, pero la vida le tenia reservada una gran sorpresa.

  • Lluvia fina de Luis Landero

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    Tras mucho tiempo sin apenas verse ni tratarse, Gabriel decide llamar a sus hermanas y reunir a toda la familia para celebrar el 80 cumpleanos de la madre y tratar asi de reparar los viejos rencores que cada cual guarda en su corazon, y que los han distanciado durante tantos anos. Aurora, dulce y ecuanime, la confidente de todos y la unica que sabe hasta que punto los demonios del pasado siguen tan vivos como siempre, trata de disuadirlo, porque teme que el intento de reconciliacion agrave fatalmente los conflictos hasta ahora reprimidos.

  • Olvidar el amor de Belinda Valle

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    El dolor de la separacion es para Belinda una tortura. ?Quien tuvo la culpa? Eso no importa y en realidad sirve para hacer mas dano.
    Un diario para olvidar el amor e intentar volver a tocar a la guitarra canciones con esperanza. Porque todos somos esclavos de nuestras decisiones, y tras ellas el arrepentimiento no es siempre suficiente.

  • La oportunista de Tarryn Fisher

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    ?Que demonios? ?No sabes quien soy? ?Como te atreves a OLVIDAR a quien te rompio el corazon?

  • Ahogados por la muerte (Dead 1) de Daniel Hernandez

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    Ya hace 100 anos, cuando un amado crucero nocturno se hundio, bajo las profundas y oscuras aguas del pacifico. Hoy nos encontramos en el puerto de, San Fernando, mismo lugar de donde zarpo aquel crucero, y donde cientos de hechos paranormales son vividos a diario, muchos de ellos con personas muertas en el agua, como firmando un tratado con el mismisimo diablo, por aquellas personas que murieron en ese accidente. Durante la oscura y helada noche, cuando se hundio el crucero mas amado por el pueblo, se vivieron horas de panico dentro y fuera del barco, porque a pocos metros mar adentro, se pudo contemplar una bola de fuego salir, por la parte lateral derecha, danando gran parte del patio, donde los tripulantes pasaban la mayor parte del tiempo, tomando el sol, bailando o dandose un banquete, con el bufe que habia a final de semana. Segundos despues de la explosion, se empezaron a oir los primeros gritos de auxilio, gente atrapada en el agua, desde ninos hasta personas mayores. Socorristas y todo el personal de rescate disponible, acudio rapidamente a su ayuda, embarcandose en pequenas lanchas hinchables, destinados a arriesgar sus vidas por salvar a los demas. Pero el silencio se hizo, una bola de luz roja, se abrio paso entre las densas nubes, dejando un circulo rojo en medio, para a continuacion, crear una cupula alrededor del accidente, envolviendo con una especie de campo de energia dicha zona, dejando fuera a algunos pocos socorristas, pero a otros muchos atrapados en ella. Minutos despues, la cupula se desaparece, como una estrella espacio, dejando toda zona sin nada. Desde esa noche, ya casi nadie navega, solo los barcos comerciales en busca de pescado fresco. Ahora el puerto San Fernando, es el lugar mas temido de toda la zona, donde cada dia se cuentan y se escuchan leyendas, sobre aquella bola de luz roja, que se reflecto esa noche. Sentado al borde del embarcadero, me concentre en el anaranjado horizonte de tarde, dejando volar mi imaginacion, e intentando alguna respuesta razonable a lo que se vio, pero despues de mucho pensar, solo llegue a una posible conclusion. Todo me llevaba a imaginar que estabamos en medio de una maldicion. Mirando al mas alla, vivo en primera persona la proyeccion en el cielo, de una "D" formada con pequenas nubes rojas, se situaba justo encima de donde se hundio el barco, esto me causo tanta intriga, que aprovecho de adentrarme en las profundidades marinas. Cojo mi linterna acuatica y equipo de buceo, para a continuacion tirarme en al agua helada, donde la vision era muy borrosa, el fondo marino estaba lleno de barro y bastante polvo, la marea estaba muy alterada, impidiendome nadar con normalidad. Durante los primeros minutos que me logro mantener bajo el agua, no consigo ver nada del barco, asi que, al estar quedandome sin aire, me decido por salir a la superficie, pero sabiendo que no deberia de estar lejos, porque por lo que se tiene entendido, la supuesta cupula que aparecio aquella noche, solo se llevo a las personas, pero el barco lo dejo. Tras coger otra vez aire, me sumerjo de nuevo y retomo la busqueda del naufragio. Finalmente consigo visualizar algo del barco, pero al estar tan hondo solo me pude aproximar unos pocos metros antes de volver a salir. Como dicen algunos, "a la tercera bala vencida", al haber fallado los dos primeros intentos, cojo todo el aire que puedo y me vuelvo a sumergir rapidamente, bucee y bucee, hasta que finalmente llegue. Al llegar al naufragio con una antiguedad de 100 anos, puede ver como grandes algas lo cubrian por completo. La popa estaba bastante reventada, al igual que el estribor y el babor, zonas en las que mas afecto la explosion. Examinando mas a fondo el barco, me doy cuenta de que, la "D" que habia visto proyectada en medio del mar, tambien estaba pintada en la popa trasera del barco del mismo color, ademas, me quede observandola durante unos segundos, pero me vuelvo a empezar a quedar sin aire, sin olvidar tambien que empezaba a rascar, obligandome salir del agua para no congelarme. Llegado al embarcadero, me dirijo rapidamente a mi casa para darme un bano caliente, pero el cielo aparte de desprender un relajante olor a lluvia, tenia el mismo color que el cielo de aquella noche. Estaba lleno de nubes rojo vino tinto y enormes rayos, entonces fue ahi, cuando me di cuenta de la horrible posibilidad, sobre que la profecia o se lo que fuese, se fuera a cumplir un siglo despues. Extranado y sorprendido tras ver aquello, decidi irme a mi casa. Al llegar, me dirijo rapidamente a mi habitacion, busco el pijama, y me lo llevo al bano para empezar a ducharme. Al apagar el grifo de la ducha, pude escuchar un extrano y escalofriante sonido que venia de la cocina. --?Que cono ha sido eso? --pregunte aterrorizado-- ?Hola? ?Hay alguien ahi? --cuestione nuevamente, mientras me visto lo mas rapido que puedo. Sali sigilosamente del bano, asomandome lentamente por pasillo que conectaba con la cocina, e intentando localizar algo o a alguien que pudiera estar provocando dicho ruido. Segundos despues, consigo ver algo por el ventanal de la cocina: una cola gigante de color rojo y azul-celeste pasar rapido frente a mi casa. --?Que? --me interrogue confundido. Durante unos minutos estaba alucinando, pues no conseguia creerme lo que habia visto hasta que, de repente, me sorprendi por la violenta e inesperada entrada de una especie de dragon, con cabeza de calavera y enormes ojos "vacios"; reventando asi la mitad de mi casa. --Tengo que estar sonando --musite, mientras contemplaba a aquella bestia. A continuacion, el extrano dragon se inclina hacia mi y me empieza a mirar de pies a cabeza. --Tu podras vivir; no eres parte de la tripulacion del naufragio -- comento en voz baja. --?Puedo saber que eres exactamente, y que haces aqui? -- indague algo desconfiado, pero lleno de curiosidad. --Eso ya lo iras descubriendo tu solo --respondio con una voz seca. La curiosidad me esta matando. Mis impulsos me ganaron y, sin pensarlo, pregunte: --?Podremos salvar a las personas de aquella noche? El callo un momento, pero luego contesto: --Haces demasiadas preguntas. Deja que todo surja a su debido tiempo, chaval. Todo era muy secreto y misterioso, pero no me pensaba quedar alli parado sin hacer nada. !Necesitaba intentar llegar al fondo de todo esto!

  • Solidaridades misteriosas de Pascal Quignard

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    Mireille Methuen se caso en Dinard el sabado 3 de febrero de 2007. Claire fue alli el viernes. Paul no quiso acompanarla. No conservaba ningun vinculo con lo que quedaba de la familia. Hacia las once, Claire sintio apetito. Estaba siguiendo el rio Avre. Prefirio dejar atras Breux, Tillieres, Verneuil. A la salida de Verneuil, se detuvo a comer en un area arenosa y vacia. Era el bosque de L'Aigle. Atraviesa el parking en direccion a una mesita de hierro posada ante un chalet alpino. En la mesita habian colocado una maceta con forsythias amarillas. Ante la maceta de forsythias esta el menu del dia, escrito con tiza en una pizarra. Examina el menu. Un hombre de unos cincuenta anos sale timidamente del albergue. Lleva un delantal a grandes cuadros rojos y blancos. --Senor, ?puedo comer ahi, al sol? Claire senala la mesita de hierro en el exterior. --?Pero se da cuenta de que aun no es mediodia? --?Le causa un problema cocinar ahora mismo? --No. --Entonces me gustaria instalarme ahi, en ese rayo de sol, aunque aun no sea mediodia. El hombre parece algo remiso. No responde. Se comporta de forma extrana. Examina a Claire atentamente. Esta se le acerca, le toma del brazo, casi le dobla en altura. --Estoy hablando con usted, le estoy preguntando si puedo sentarme ahi, al sol. --?Ahi? --Si, ahi, donde da el sol. El posadero alza sus ojos azules hacia ella. --Senor, quisiera comer algo, aunque solo sea una ensalada, ahi, a pleno sol, a las once, en pleno mes de febrero --repite ella. Silencio. --Senor, me parece que deberia usted responderme. Entonces el posadero se adelanta, retira el letrero, la pizarra donde figura el menu del dia, y el tiesto de las forsythias. Lo lleva todo al chalet. Regresa con una esponja. Limpia lentamente la mesa. Al limpiarla, se nota que la mesa esta coja. El posadero se arrodilla. Las raices han levantado la tierra. Desliza un guijarro bajo una de las patas de la mesa. Aun con la rodilla en tierra, enarcando las cejas, alza la vista hacia Claire y dice, en tono tranquilo: --Estaba indeciso, senorita, porque hay un autillo. Senala con el dedo hacia la copa del arbol. Los dos al mismo tiempo alzan la mirada. El aire es ligero y azul. El roble parece desnudo, pese a que los rayos de sol acarician sus hojitas tiernas. --Supongo que a estas horas el autillo estara dormido --dice Claire. --?Usted cree? Claire asiente. --?De verdad lo cree? El posadero, aun con una rodilla en tierra y los brazos cruzados sobre la otra, la observa en silencio. --Estoy segura --dice Claire. Coge la silla, se sienta ante la mesita, y se echa, suavemente, a llorar. La cita en la alcaldia es a las diez y media. Claire ha tomado el desayuno lo mas temprano posible (en cuanto la patrona del hotel ha ido a buscar el pan a la panaderia), a las siete y cuarto. A las nueve, va al mercado. Deambula. Contempla una cestita de fresas perfectamente fuera de temporada. No resiste las ganas de tomar una fresa, metersela en la boca, sentir su perfume. Cierra los ojos. La paladea. Estaba saboreando una fresa bastante insipida, cuando oyo una voz que le afecto de forma indescriptible. Sintio que el interior de su cuerpo se dilataba, sin entender muy bien que le pasaba. Abrio los ojos. Se dio la vuelta. Un poco mas lejos, a la izquierda, una vendedora de verdura ecologica sostenia una animada conversacion con una senora de edad avanzada. Se acerco lentamente. Las verduras expuestas a la venta en aquel puesto no tenian un aspecto magnifico: su apariencia era penosa; el volumen, informe; la piel estaba llena de tierra. La voz procedia de una dama pequenita que estaba ante ellos. Llevaba un delantal blanco y --por encima-- un panuelo con un motivo rosa de florecillas sobre fondo negro, demasiado pequeno para la masa de su cabello. La senora vieja estaba preguntando como estaban los puerros. A Claire le gustaba su voz, que oia a diez pasos de distancia. Adoraba aquella voz. Buscaba el nombre que darle a aquel timbre tan claro, a aquella especie de oleaje de frases ritmicas que la atraian. La voz ascendia de las lechugas romanas y de las remolachas negras. La voz pidio, bruscamente, con autoridad, un manojo de rabanos. Luego la voz pidio unas acelgas, y entonces los ojos de Claire Methuen ya se llenaron de lagrimas. No llego a llorar, pero con la vista empanada vio, sin extranarse, la mano y el anillo, que surgian por encima de las grandes hojas oscuras de los ramos de espinacas, para alcanzar la bolsa deslucida, de papel reciclado, que le tendia la vendedora. Claire empujaba a la gente que hacia cola. Los que formaban la cola se pusieron a murmurar y a refunfunar. --Senora Ladon --murmuro Claire, muy bajito. Nada. La anciana no se volvio. Repitio mas fuerte: --!Senora Ladon! Vio que la espalda de la anciana se contraia y su rostro se volvia lentamente hacia ella. La anciana tenia ojos castanos y gafas doradas. Alzo la mirada hacia el rostro de Claire y parecio muy intimidada al encontrarse ante aquella joven tan grande, tan alta, el doble de alta que ella, que la llamaba por su nombre. La senora Ladon no reconocio de inmediato a Claire. Estaba observandola cuando un senor, cubierto con un sombrero suizo, exigio a Claire que se pusiera al final de la cola. --Senora Ladon --repitio Claire. Claire tomo la bolsa de la compra de manos de la vieja. La dejo en el suelo. Le tomo la mano, le acaricio los dedos, tan bellos, tan transparentes, tan articulados, tan apergaminados. Los acaricio de uno en uno, como solia hacer tiempo atras. La mirada de la anciana se habia endulzado. Tenia el cabello muy fino y blanco, un poco azul. Algunos mechones blancos flotaban sueltos alrededor de la cara. --No me lo puedo creer. ?Eres la nina de los Methuen? Entonces se apartaron en silencio de la cola y del mostrador. --?Has vuelto? --Usted tambien, senora, ha vuelto a Bretana. ?Ha vuelto a Saint-Enogat?1 --pregunto Claire. --Exactamente. La tendera estaba tan emocionada como parecian estarlo las dos mujeres --era una tendera muy comprensiva. Deposito junto a la balanza la segunda bolsa de papel reciclado de la que asomaban los puerros. Los rabanos eran tan pequenos como grosellas y eran mucho mas palidos. --Eres la hermana mayor de Marie-Helene --dijo la senora Ladon con dulzura. Claire asintio. No era capaz de decir nada. Se le cerraba la garganta. --?Y el pequenin? --Paul esta en Paris. --Tengo que acabar las compras, pero prometeme que antes de irte vendras a verme a casa sin falta.--?Cuando? --Ven a verme, a Saint-Enogat, esta tarde despues de comer. --Esta tarde no puedo, es la boda de Mireille. --?La hija de Philippe Methuen se casa? --Si, hoy se casa Mireille, pero manana aun estare aqui. --Entonces manana domingo. Despues de misa, cuando quieras. --?En la misma casa de siempre? --En la misma. Ya era de noche. Claire habia bebido demasiado vino durante el banquete de boda. En la habitacion de hotel, con el mapa de la ciudad desplegado sobre la cama, verificaba como ir en coche, a partir del hotel de Dinard, a casa de la senora Ladon, en Saint-Enogat. Luego se durmio. A las nueve, tomo el desayuno en el cuarto. Desplazo el sillon hasta la ventana. Encendio un cigarrillo. Busco en el listin telefonico del hotel abierto sobre las rodillas los nombres de su infancia. Encontro el nombre de Evelyne. Los timbrazos resonaron en el vacio. Ella no estaba en casa. No habia contestador. No encontro el nombre de Simon Quelen. Encontro el nombre de Fabienne Les Beaussais. Fabienne respondio a la primera. --Soy Claire. Claire Methuen. ?Te acuerdas de mi? --Estas loca. Es domingo. --?Te acuerdas de mi, de Claire Methuen? --Si, claro, claro que me acuerdo. --?Te he despertado? --Si. --?Estas sola? --Si. --Entonces ven a desayunar conmigo. Quedaron en el cafe del puerto, La Barque de Festivus, frente al transbordador a las islas. Fabienne dejo la bici de Correos en la acera, cerca de la mesa donde Claire estaba ya sentada con una taza de cafe. Claire se incorporo pero no llegaron a besarse. Se rozaron las mejillas con los labios. A continuacion Fabienne llevo una silla a la acera y se sento a su lado. --?A que te rompe los esquemas? Tu mejor amiga es cartera.

  • 36 preguntas para enamorarte de mi de Vicky Grant

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    Paul y Hildi se conocen participando en un experimento sociologico que asegura que, respondiendo a 36 preguntas de un test, acabaran enamorandose. Sin embargo los motivos y condicionamientos de ambos son tan distintos que parece poco probable que se obre el milagro. El participa por dinero y ella, por conviccion, para demostrar que esto es una solemne tonteria. Pronto las tensiones, imprevistos y malentendidos tejen una red de consecuencias impredecibles…

  • Como te veo yo de Abril Camino

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    !Cumpleanos feliz! !Cumpleaaaaaanos feliz! --La voz de una Hazel absolutamente desafinada entra atronadora en mi dormitorio, cuando aun no he tenido tiempo de abrir del todo los ojos--. Te deseeeeeeo, Holly Rose. !Cumpleaaaaaanos feliz! Siempre me he preguntado como es la vida de las personas que no son capaces de reirse de si mismas. O, mejor dicho, siempre me he compadecido de ellas. He tenido la suerte de criarme en una casa en la que la carcajada estaba a la orden del dia, y creo que eso ha moldeado mi caracter de una manera que algun dia tendre que recordar agradecerles a mis padres. Cuando abandone el nido para ir a la universidad, vino el segundo gran golpe de fortuna de mi vida: dar con una companera de habitacion tan payasa que hace que mis padres hasta parezcan serios. Con Hazel entendi que ser hija unica no es un impedimento para tener una hermana, una que me regalo la vida y la casualidad de que el orden alfabetico nos colocara juntas en aquella residencia universitaria de Stanford. Por todo eso, por lo mucho que la quiero y por la enorme capacidad de ambas de reirnos de nuestros avatares vitales, consiento el espectaculo que tengo ante mis ojos: Hazel, portando una bandeja llena de cupcakes, coronados por una vela con el numero uno. No, no cumplo un ano hoy. De hecho, mi cumpleanos es en primavera, y el verano hace ya semanas que ha acabado. Hoy hace un ano que no me acuesto con nadie, y a Hazel le ha parecido fantastico despertarme con este festejo, justo en el que va a ser mi primer dia de trabajo. --Sopla la vela, Holly. Y, por lo que mas quieras, pide como deseo echar un buen polvo. --Cada dia es mas dificil soportar tus excentricidades. --Pese a mis palabras, le hago caso. En lo de soplar la vela, no en la eleccion del deseo. En realidad, como me ocurre siempre, me acuerdo de que deberia haber pedido algo cuando la cera ya amenaza con estropear la cobertura del pastel--. Pero gracias por el desayuno, pequena. --A tus ordenes. Siempre. --Me da un beso en la mejilla y se lanza en mi cama. Se mete bajo las sabanas y se acurruca para combatir el frio de estas horas de la manana. Frio en octubre. Ver para creer. --?A quien le has robado todo esto? --?Y quien te ha dicho que no me he pasado la noche cocinando para ti? --El hecho de que la casa no este en llamas me ha dado una pista. --Nueva York es el puto paraiso. Hay una pasteleria en Queens que envia cupcakes a domicilio las veinticuatro horas. Eres tan marmota que ni has oido el timbre. --Ya veremos si Nueva York te sigue pareciendo el paraiso cuando llegue el invierno. --!?El invierno no es esto?! Somos dos chicas del sur de California recien llegadas a la ciudad que nunca duerme. Hazel se crio en una de esas zonas de Los Angeles que nadie recomendaria a los turistas, arrastrando una historia familiar de la que odia hablar y que yo solo conoci gracias a una noche de borrachera en la que se le solto la lengua. Yo, en cambio, creci en las colinas de West Hollywood, en una casa en la que, en cada armario, cabria nuestro apartamento actual entero, y en la que Hazel encontro, bajo la manta protectora de mi madre, lo mas parecido a un hogar que la vida decidio darle. Me gusta California. Me gustan el sol y la playa; me fascina el encanto decadente del Hollywood que se ve en las peliculas y del que solo se conoce desde cerca; tengo, ademas, la firme conviccion de que poder ir todo el ano en sandalias es un lujo que no se paga con dinero. Pero... !Ay, Nueva York! Cuando, hace un par de meses, me vi ante las pantallas de Times Square, con Hazel a mi lado y con nuestro miedo compartido por estar por primera vez tan lejos de casa, entendi que habia encontrado mi lugar en el mundo. No era la primera vez que visitaba la ciudad. Habia estado muchas veces con mis padres y tambien en un viaje con amigos el segundo ano de universidad. Pero, en ese momento, ya no estaba en calidad de turista. Tenia en la mochila las llaves y el contrato de alquiler de nuestro nuevo apartamento, asi que ya nos sentiamos neoyorquinas. Estabamos en casa. En realidad, nuestro piso queda un poquito lejos de Times Square. A unos cuarenta y cinco minutos en metro y mas kilometros de los que estoy dispuesta a calcular. En el Brooklyn profundo, por mas que desde la azotea del edificio se vislumbren las copas de los arboles de Prospect Park. Es un apartamento de unos cuarenta metros cuadrados, con dos habitaciones que en algun momento tendremos que molestarnos en decorar, un cuarto de bano diminuto y un saloncocina que podria ser retro, pero me temo que se queda en viejo. Pero... a quien le importa. Es Nueva York. --Como no muevas el culo, vas a llegar tarde en tu primer dia --me recuerda Hazel, sacandome de la ensonacion que todavia me produce pensar que estoy viviendo en la ciudad con la que siempre fantasee. --?Me ayudas a elegir que ponerme? --!Venga ya! ?La mismisima Holly Rose no tiene decidido el atuendo de su primer dia de trabajo desde hace una semana? --Si, por supuesto que si. --Se me escapa una carcajada porque, si Hazel tuviera un dia especialmente malevolo, rebuscaria entre mis cosas y encontraria un cuadro con todas las posibles combinaciones de ropa que me he planteado para el dia de hoy--. Pero es el rollito que se trae la revista el que me hace dudar. Dentro de una hora y cuarenta y siete minutos, si la eleccion de ropa o mis todavia precarios conocimientos del sistema de metro no lo impiden, comenzara mi vida laboral. Cuando me gradue en Periodismo y Lenguas Modernas en Stanford, hace unos meses, dedique unas semanas de mi vida a enviar curriculums a diestro y siniestro. No quedo una sola publicacion, canal de television, emisora de radio o agencia de noticias en todos los Estados Unidos que no recibiera ese exiguo documento en el que se detallaba que tenia un expediente estupendo en la carrera, pero ninguna experiencia profesional. Ah, y tambien tenia un orgullo muy arraigado que me impidio, desde el primer momento, tirar de los contactos de mis padres para acabar colocada en un puesto que, sin duda, no me mereceria. Contra todo pronostico, a principios del mes de agosto, recibi la llamada que me ha traido hasta aqui. Hasta Nueva York y hasta esta manana de nervios instalados en el estomago. No habia oido hablar de la revista online Millenyal en toda mi vida, pero fingi al telefono que era una lectora asidua de esa pequena publicacion de temas variados dirigida al publico neoyorquino menor de treinta anos. Buscaban una redactora junior, y la prueba de acceso consistia en elaborar un articulo de opinion sobre un tema libre y un reportaje completo sobre algun aspecto relacionado con el arte y con Nueva York. Creo que acepte, en parte, por el reto que suponia prepararlo todo. Elegi, puede que con muy poca cabeza, dedicar la columna a hacer un alegato de los votantes de Donald Trump y sus motivaciones, a pesar de que me habia pasado semanas despotricando contra ellos. Para el reportaje, espere a que Hazel y yo nos mudaramos a Nueva York, algo que ya habiamos decidido incluso antes de que llegara mi oportunidad laboral, y me pase dos semanas recorriendo las calles de South Bronx con mi camara reflex, aparentando mucha seguridad cuando me encontraba con alguna banda, pero cruzando internamente los dedos para no dar con la persona inadecuada. De aquella experiencia salio un reportaje de dieciseis paginas titulado El arte urbano de los grafitis de South Bronx y una entrevista personal en la sede de la revista, que acabo conmigo firmando, casi sin tener tiempo para asimilarlo, un contrato de un ano para trabajar alli. --Pantalon negro y camisa vaquera es una combinacion ganadora. --Hazel entra en el cuarto de bano con una percha en cada mano, y yo me limito a echar un vistazo a lo que ha elegido, con el cepillo de dientes metido en la boca. --?No sera demasiado informal?

  • Condenados. El secreto de Iris de Joan Llensa

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    "Una novela atmosferica que recuerda a la oscuridad de Kendare Blake en Anna vestida de sangre. Fantasia y terror se alternan en una historia con un toque clasico que nos recuerda que magia y naturaleza conviven en nuestro mundo de forma sutil".
    Rocio Carmona

  • Caleb y la chica del pelo rosa (Familia Reed 4) de Olivia Kiss

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    Lo ultimo que Caleb quiere es regresar al pueblo en el que crecio, pero no puede negarse cuando su abuela le pide que lo haga para que le eche una mano Emma, la chica con la que el salio en el instituto y que ahora tiene una hija. Cumplir el deseo de la anciana no es tan facil. Para empezar, porque Emma lo odia. Y, ademas, ?que sabe Caleb sobre ninos cuando lleva toda su vida viajando de un sitio a otro y cuidando tan solo de si mismo? Sin embargo, cuando su vida choca con la de Emma todo parece tambalearse, los recuerdos regresan, tambien los reproches, y esa quimica abrasadora que compartieron en el pasado. ?Es posible que las segundas oportunidades existan para ellos?

  • Lazo eterno (Seleccion RNR), Lucia de Vicente de Lucia De Vicente

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  • Tres rosas robadas (Corazones desahuciados 2) de Ascen Nunez

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  • La Novia de Michelle Frances

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    Una joven encuentra al chico de sus suenos, el que la sacara de la pobreza. El unico problema es la madre de el, que desconfia de la chica. Entre ambas comienza un duelo de ingenio y perversion que alcanzara cotas insospechadas y traera consecuencias terribles.

  • ALMAS de Davinia Palacios Garcia

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    Cath lleva toda su vida deseando ir a Nueva York.
    Algo muy fuerte la atrae a esa ciudad desde que tiene uso de razon y no sabe explicar el por que de la necesidad de ir a la Gran Manzana.

  • No te arrepentiras de Bianca De Santis

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    Sonrei y asenti. Esperaria sus reacciones, aunque sabia que estarian de acuerdo. No se negarian a tomar otra cerveza jamas. Ademas, yo iba a pagar la ronda. "Pidamos otras cervezas", dije, subiendo mi cara para ver a mis amigos. "!Carajo! Pidamoslas", dijo Bruno, alzando su brazo para brindar con su copa. "Me encanta estar rodeado de chicas como estas". "Estoy de acuerdo. Pide esas cervezas", dijo Ruben, el segundo al mando de nuestro club. "En cuanto a ti, Bruno, no deberias preocuparte por las chicas que te rodean. Te tiraste a una de estas la ultima vez que estuvimos aqui. Solo querias llevarla a una habitacion". "Es verdad, Bruno. Te encantan estas chicas", dije. Sonrei y volvi a asentir. "Tienes razon. Las amo", dijo Bruno, encogiendo sus hombros. "Basta de charla. Es la hora de buscar un buen culo". Vio su cerveza y tomo lo que quedaba. Exhalo y luego dejo la cerveza en la barra. Entonces se levanto. "Busca un buen culo y quedate con el”, dijo Andres. Peino sus cabellos con su mano y uso la otra para indicarle a Bruno la pista en la que algunas chicas bailaban. "Pero para eso, sera mejor que veas a las chicas de la pista en lugar de vernos a nosotros. No me gusta que digas esa frase mientras nos ves", dijo. "?Estaras aqui otro rato?", me pregunto Ruben, viendome. Todos empezamos a reir unanimemente mientras Bruno caminaba con pasos lentos hacia la pista de baile, en busca de una companera para el resto de la noche. "Parece que te convertiste en su mama", dijo Osvaldo. Luego se levanto y toco el hombro de Ignacio. ?Por que no me acompanas a jugar billar? Quien pierda pagara las proximas cervezas". "?A que se debe tu curiosidad?", le pregunte a Ruben, dije, empezando a pasar por alto las bromas pesadas que se dijeron luego "Amigo, mi edad juega en mi contra. Si no me voy ahora, lo lamentare al levantarme a las seis de la manana. A primera hora tengo algunas reuniones importantes. Me parece que debo irme". Tome otro trago. "Vaya. Lamento escuchar eso", respondi, sonriendo. "?Algo mas que pueda hacer por ustedes?", dijo una camarera que se acerco a nuestra mesa. Era muy hermosa y sensual. Sonrio y llevo su mano a su cadera. "Si. Podrias hacerme sexo oral", le dije, viendo su cara. "Con una condicion: tienes que llevar mi pene al fondo". Sus mejillas se ruborizaron rapidamente. Ruben estrecho mi mano y luego vio a la camarera. "Tu forma de conquistar chicas es extrana", dijo. Se puso de pie, tomo lo que quedaba de su bebida. "Espero que llegues puntualmente manana. Lo lamentaras si no lo haces". Soy muy puntual", dije. "Quien llega tarde es Bruno", le dije, aunque solo podia ver a la chica. Ruben ya se alejaba. "Supongo que empezaste a trabajar en este club hoy", dije. Abrio ligeramente sus ojos y se fijo en mi cara. "Solo quiero que me complazcas", dije, y comence a reir. Una chica estaba detras de ella y captaba su atencion. Supe de quien se trataba. Era Martina Gomez. La malparida que me habia jodido. "Asi es", dijo, y rapidamente volteo para ver a la chica. Sus ojos no se despegaron de la camarera. "Carino, estan pidiendo a una camarera en la barra. Supongo que podrias ir para ayudar a tu jefe", dijo, mostrando una sonrisa amplia pero falsa. Note que su rostro se llenaba de verguenza. Incluso me parecio que se sentia humillada. Muy humillada. "Vaya. No lo escuche. Ire enseguida", respondio la camarera. En mi interior sentia un enorme deseo de tomarla y hacerle el amor en la barra, sin pensar en el resto de la gente. Sabia que era muy habil para hacer el amor, pero su comportamiento fuera de la cama era terrible. Actuaba como lo que era: una desquiciada. "Vaya, vaya. Parece que la corriente trajo a los peces mas grandes y lindos hoy", dijo. Le guine mi ojo, pero me concentre en mi trago. "No tienes que responder. Se que te alegra que haya venido. Y tambien se que te complaces a solas mientras piensas en mi sobre tu pene", dijo, sonriendo ampliamente. Tomo asiento muy cerca de mi y de inmediato toco mi ingle. En unos segundos presiono mi pene y se detuvo al bajar a mis pelotas. "Ya que tu mano esta por ahi, me gustaria que me dieras un masaje en las piernas", dije. "Y una cosa mas: ya no pienso en ti. Eres parte de mi pasado", asegure. Baje mi cara para ver como su mano subia a mi tronco. Estaba empezando a erguirse. "?Bailamos esta cancion?", pregunto, luego de reir con fuerza. Toco mi pecho y se puso de pie. Voltee para ver las caras de las chicas del bar, y recorde que habia estado en ese sitio en muchas ocasiones. "Eso jamas pasara", dije, viendola firmemente. Gire para ver mi cerveza y tome otro trago. Pude sentir sus senos juguetones con mi antebrazo. "Entiendo. Tienes miedo de lo que pueda suceder despues", dijo, dando un paso hacia mi. Su cabellera tocaba mis mejillas. "Hundiria mi tronco en tu vagina cerrada, hasta que llegue al fondo", dije. "Se que es lo que pasara despues, pero no tengo miedo", respondi. Me movi un poco y mis labios quedaron a solo unos milimetros de los suyos. Cualquier hombre desearia estar con ella... si no estuviera loco, claro. Note que jadeaba con mis palabras. Le costaba respirar. Senti su ansiedad y el aroma a fresas de su piel, que se unia con el olor dulce de su vagina. Entonces lo recorde. La primera vez que habiamos estado juntos. Y las incontables veces que vinieron despues. De hecho, Martina habia sido la primera en mi vida. Habiamos estado juntos durante varios anos. "Sabes lo mucho que te deseo", dijo, moviendose ligeramente. Con su mano derecha toco mi sien y luego llego a mi cabellera. "?Por que no buscas a otro tipo? No quisiera estar cerca de ti", dije. "Se que deseas muchas cosas, pero no puedo complacerte", dije. Retrocedi y retire su mano de mi cabeza. "Cristian, hemos estado separados por cinco meses". Mierda. Habiamos estado juntos casi una decada. Cuando comenzamos, era apenas un chico, inmaduro e inexperto, pero con su experiencia pude aprender y madurar en poco tiempo. "De hecho, han sido diez", conteste. Tome lo que quedaba de mi cerveza. Exhale y me levante. Tenia una gran ereccion, pero decidi pensar en otras cosas. Sabia que Martina despertaba esos instintos en mi cuerpo. Era capaz de llevarme a ese punto porque era muy atrevida en la cama... Aunque no queria dejarme llevar, sabia que estaba a punto de convencerme. Su cuerpo choco con mi pecho y de nuevo senti su mano en mi tronco. Lamio mi sien con su lengua caliente y me di cuenta de que mi cuerpo estaba caliente. Empece a sentir vibraciones a lo largo de mi espalda. "Al fondo hay un deposito en el que podrias complacerme". "Basta de charla. Si no sales ahora, voy a hacer lo que me pides", dije. "No tienes que recordarme ese deposito", le dije con molestia. La tome por el cuello y acerque rapidamente su cara. Acerco su boca y me dio un beso. "Te lo recuerdo porque quiero que me complazcas. Voy a quedarme aqui", aseguro.

  • Operacion espejo de Valeria Caceres B.

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    A Vanesa la conoci en un bar. Y nuestra historia empezo como toda historia de bar. Ella estaba sentada en un taburete mirando su reloj. Y yo estaba mas pendiente de su escote que de sus ojos. En fin, ?a quien iba a enganar? Siempre fui un Don Juan. Le invite una copa. Queria llevarmela a la cama. ?Quien no? Acepto un poco temerosa, pero su sonrisa me dio pie para entablar una conversacion banal. ?Por que estas aqui tan sola? ?Vienes muy seguido? Nunca te habia visto. Resulto que estaba esperando a alguien. Un tipo que se robo la atencion de todas las mujeres que se encontro a su paso y que le dio un sonoro beso en los labios. De forma posesiva. --Llegas tarde --le dijo ella con la vista baja. Deje de mirarlos para fijarme en los tragos ordenados que habia detras del bar. Vodka. Whisky. Pisco. Tequila. Ron. El barman me conocia, asi que no tardo en llenar mi copa del mejor Vodka. Mientras me lo bebia, la pareja desaparecio. Iban a los gritos. Recriminandose cualquier cosa. Otra noche paso lo mismo. Me la encontre alli mirando su reloj. Y me atrevi sin ninguna pretension a hablarle. Hay cosas que se deben hacer con calma, de manera estudiada. Claramente falle. --No se para que te vienes antes si sabes que siempre llega tarde. --Bebi de mi copa atento a su reaccion. Me miro con el ceno fruncido y despues suavizo el gesto cuando se encogio de hombros. --Supongo que porque lo amo. Me rei internamente. Amor. Que absurda era esa palabra. --!Luis! --llame al camarero--. Sirve dos copas de Vodka. --No, gracias. Estoy bien --respondio ella con voz dulce. --Es para que la espera no se te haga tan larga. Se quedo callada, mirandome. Y en su mirada no pude evitar escuchar su grito de auxilio. --Vamonos --le dije levantandome del taburete y tomandole la mano--. Vamonos de aqui antes de que el llegue. No dijo nada. Fue como llevar conmigo a una muneca de trapo que se dejaba guiar por mi. La subi a mi auto y lo puse en marcha hasta un edificio que habia sido casi como un Motel. Rente un departamento y ella siguio aferrada a mi mano. Complementando lo que no sabia que me faltaba. Ella. No preste atencion a aquello, sino mas bien me dedique a desnudarla. Y cerre los ojos. Los cerre porque no queria verla y saber que no estaba haciendo lo correcto. Que ella no estaba alli por sexo sino por algo mas. Necesitaba ser escuchada, pero yo no queria hacerlo. La use. La use como a cualquier mujer. Sabiendo que era fragil. Que estaba vulnerable. Ella se dejo guiar. Y poco a poco el deseo se apodero tambien de ella. Me quito la camisa y le ayude a desprenderse de su sujetador. Estabamos tan jodidamente excitados que no recuerdo muy bien como terminamos gimiendo apoyados en una pared. Y despues en el suelo. Y en la cama. --Vanesa --murmuro sobre mis labios--. Mi nombre es Vanesa. No queria saber mas de lo que ya sabia. Asi que volvi a besarla, inmovilizando su rostro con mis manos y, entre cuatro paredes, le hice… el amor. Dos horas despues estaba dormida sobre mi pecho y en la mesa de noche vibraba sin cesar su telefono. Podia ver el nombre de quien la llamaba: Daniel. Asi se llamaba el cobarde. Descubri tambien, gracias a mi tacto, que en sus brazos tenia marcas de dedos grandes. Y no eran producto de una noche apasionada. No. No queria despertar con ella, asi que le deje sobre la mesa un monton de billetes para que se fuera en taxi a casa y una nota en donde le sugeria que dejara al imbecil de Daniel. Me fui. Me fui con un vacio que jamas habia sentido. Vanesa pudo ser cualquier otra chica de bar; una de las miles que tuve. Pero no. Vanesa tenia unos ojos que jamas podria olvidar. Y, hasta el dia de hoy, me pregunto si Vanesa seguira frecuentando aquel bar con la absurda idea de que espera por amor a que llegue su principe azul. Yo no soy un principe. Y nunca he sido azul. Mas bien soy oscuro. Demasiado oscuro para Vanesa. Mucho mas oscuro que Daniel. II Vanesa Abro los ojos con dificultad. No lograba reconocer donde estaba y, por un instante, creo que quien ha ocupado el otro lado de la cama es Daniel. De pronto una oleada de terror se apodera de mi y no puedo reprimir las ganas de vomitar. ?Que he hecho? Corro al bano para vaciar mi estomago. No estoy borracha ni con resaca. Bebi solo una copa. Pero estoy nerviosa. De pronto las imagenes de la noche anterior me invaden por completo. !?Que hice?! Me repito una y otra vez. Cuando por fin me recupero, me miro al espejo. Esa no soy yo. No puedo ser yo. Descubro el brillo inusual en mis ojos. Hay lujuria. Es como si mi cuerpo hubiese cambiado totalmente durante la noche. Me siento mujer. Y asqueada. Daniel no me lo perdonaria jamas. Y, por solo haberlo hecho esperar, me iba a… Trago el ovillo de nervios que se ha instalado en mi garganta y me largo a llorar. Me siento indefensa. Desprotegida. <>. Esa mano que me condujo hasta aca me hizo sentir protegida. Solo un instante. Despues… Despues todo se descontrolo. Lo habia visto antes. Una vez. Habia intercambiado no mas de diez palabras… !y me fui con el! <>, digo muy bajito mientras salgo del bano y observo la cama deshecha. Mi ropa esta esparcida por todo el piso. Mi celular descansa en la mesa de noche y, junto a el, una nota. La tomo entre mis dedos con un temblor que adjudico a mi perturbacion. <>. Ni lo habia notado. Pero ahi esta. Es mucho. Demasiado. Sigo leyendo. <> ?Como supo el nombre de mi novio? !Mi telefono! Dejo de leer la nota y enciendo la pantalla de mi celular. Cuarenta y cinco llamadas perdidas. Y al menos veinte mensajes de voz. Me siento en la cama con indecision. Y es alli, sentada, que me doy cuenta de que aun sostengo la nota en mi mano. Entonces leo lo ultimo que escribio. <>. ?Quien se cree? Dejo caer la nota y me cubro el rostro con ambas manos. Vuelvo a sentir nauseas. Abro los ojos de pronto. ?Se cuido? Busco por todos lados algun indicio de aquello. Dos envoltorios de preservativos me devuelven un poco el alma. Salgo de alli intentando ocultar mi verguenza y prohibiendome recordar lo vivido la noche anterior. No se ni el nombre de aquel hombre. Podia ser un violador o un asesino. Pero no pense. Aun no comprendia por que me habia dejado llevar por el. <>, me susurra esa voz que, aunque se esta volviendo cada vez mas muda, aun sigue dentro de mi. Daniel… Daniel era el hombre mas guapo con el que habia salido. El me amaba. El queria casarse conmigo. El queria que yo fuera la madre de sus hijos. <>, susurra otra vez aquella voz. Pero me digo que tal vez es mi culpa. Muchas veces lo hago enojar. Y, lo que habia hecho anoche, lo iba a hacer enojar mucho. Muchisimo. De forma automatica me abrazo. Me abrazo porque iba a necesitar un abrazo despues de que me presentara en su puerta. No quise escuchar los mensajes de voz. Se muy bien lo que decian. El primero tendria un tono de voz carinoso y conciliador. <>. Despues vendria su desesperacion. <>. Y, finalmente, vendrian sus amenazas. <>.

  • No exactamente una cita de Catherine Bybee

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    Llega la primera novela de la deliciosa serie No exactamente… de Catherine Bybee, autora de grandes exitos de venta reconocidos por las listas del New York Times, USA Today y el Wall Street Journal. Jessica Mann es una camarera y madre soltera practica hasta el exceso. Incluso si tuviera tiempo de salir con hombres, y no es el caso, buscaria decididamente darle a su hijo una infancia mas solida de la que tuvo ella, lo que significa un marido con mucho dinero.

  • Nacera una bruja (Las cronicas nemedias 1) de Robert E. Howard

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    Alli aparecio, espada en mano, Conan el cimerio, de pelo negro y mirada taciturna, ladron, saqueador y asesino, tan desbordante de melancolia como de jubilo, dispuesto a hollar con sus sandalias los engalanados tronos de la Tierra.
    --Las cronicas nemedias

  • Amor, Sexo, Repetir de

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  • Vuelves en cada cancion, Anna Garcia de Anna Garcia

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    A veces nos olvidamos de que, aunque este nublado y llueva, termina saliendo el sol.

  • Mi confinado adolescente de Javier Urra

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    Para los adolescentes no salir de casa supone inicialmente una privacion grave de libertad. Pensamos en ellos como esos personajes que, habiendo dejado de ser ninos, no alcanzan a ser adultos, que tienen dificultades para expresar sus sentimientos y tambien problemas de relacion con sus progenitores. Este confinamiento obligado nos va a mostrar su sensibilidad, su aceptacion y su comprension. Es verdad que los adolescentes requieren, precisan, necesitan de su espacio, y tambien de su intimidad. Ellos necesitan estar conectados con su grupo de iguales, con su grupo de referencia, y no solo con el de pertenencia. Esta situacion sorprendente les obliga a redecorar su existencia, a plantearse: ?Quien soy?, ?donde estoy?, ?con quien me relaciono? Hoy, en los hogares de todo el mundo, hijos y padres comparten ansiedades, frustraciones, impotencias, angustias, anhelos y esperanzas. A los adolescentes, que en una sociedad sobreprotectora no les son comunes los limites, estas prohibiciones los han dejado perplejos, y quizas al inicio cariacontecidos, un momento de prohibiciones extremas que no han sido impuestas por sus padres, sino por los distintos Estados. Ante ello, no les va a ser facil expresar con palabras lo que sienten, lo que elaboran, pero repito: van a sorprender positiva y mayoritariamente, van a reconvertir el egoismo en solidaridad, en generosidad. Los adolescentes son tiernos, son emocionales, y cuando vean a sus padres derrotados ante la debacle economica seran ellos quienes, poniendose en su lugar, los apoyen. Hemos de darles la posibilidad de ayudar, de comprometerse, de mostrarse responsables, de mostrar lo mejor de si mismos, de compartir. Usemos el sentido del humor, a ellos les encanta, se rien a veces de todo, tambien de los adultos. Es verdad que en otros momentos estan picajosos y parecieran distintos, o diferentes, o distantes. No lo estan. Y es que a los padres nos gusta decir que adoramos a nuestros hijos, que dariamos la vida por ellos, por el contrario, los hijos no lo dicen, pero tambien lo sienten. Hemos de ser flexibles con los adolescentes en estos tiempos en los que precisan una conexion social con sus iguales, con sus amigos, con sus colegas, con sus companeros. Para ellos, las redes sociales aqui y ahora son como verdaderos nutrientes. Los progenitores debemos estar alertas para cuando los adolescentes emitan senales, y recordemos que muchas veces estas son indirectas. Hemos de lograr junto a nuestros adolescentes el mantenimiento de la salud fisica, la psicohigiene, la correcta alimentacion. Eso si, en una situacion como esta, que es extraordinaria, permitamos y permitamonos algo extraordinario, algo que este fuera de la norma. Insisto en que hay que transmitir a los adolescentes confianza, supervisada, pero confianza en el reparto de las horas del dia. Para la higiene, para estudiar, para participar en actividades domesticas, en juegos grupales, etc. Eso si, tendremos que estar atentos a algunos riesgos. A algunos riesgos de consumos, por ejemplo, los que puedan conducir a la ludopatia, o el consumo tambien de una pornografia vejatoria que atenta contra la dignidad. Por otro lado, los adolescentes van a observar, van a supervisar nuestras conductas de adultos, y lo van a hacer de cerca. Ellos tambien nos van a conocer mas. Son los adolescentes, si, los adolescentes quienes, junto a los cientificos, estan clamando contra el cambio climatico, nos estan pidiendo respeto por las generaciones futuras. Precisamos un Defensor. Yo lo fui, el primero, del menor; ahora, no se dude, se precisa un Defensor, un Defensor del futuro. Estamos en un momento de debate publico. Este no es momento de <>, este es un tiempo para controlar los instintos. No, no se trata de senalar chivos expiatorios, pero si de trabajar con nuestros adolescentes en el entendimiento, en el entendimiento mas alla de las fronteras, en el espiritu solidario. Hablemos, hablemos con nuestros adolescentes, pensemos en las generaciones futuras. Comentemos sobre la globalizacion, que naturalmente puede ser repensada, pero no sin agradecerle sus multiples virtudes. Las pandemias pasadas, y las que, no nos enganemos, llegaran, amenazan nuestras sociedades, las de hoy, las que seran de nuestros adolescentes. En estos dias que se confunden, estamos viendo la epica ciudadana. Este es un tiempo para pensar, y hacerlo, como no, con nuestros adolescentes. Para repensar, todo un reto. Rodeados de una sensacion de irrealidad ante algo que es bien real. Este no es tiempo para el <>, sino para el <>, un <> que es inclusivo de la humanidad. Un <> en el que deben participar nuestros adolescentes. Ellos se caracterizan por un alto grado de imaginacion, de fantasia, de creatividad. Adolescentes, a los que se les ha de permitir estar tristes. Es a ellos a quienes debemos de plantear dilemas tan vitales como el de dejar morir a los mas mayores. Y la pregunta dirigida a ellos es: ?tambien a tus abuelos? Tengo la penosa impresion de que el Gobierno nos trata a los ciudadanos adultos como a ninos pequenos, que no alcanzamos a ser ni adolescentes. Nos prorroga el confinamiento por fasciculos, nos amenaza con multarnos si salimos a la calle, es, o pareciera que es, que no se fian de nuestra madurez civica. En cambio, nosotros si hemos de confiar en nuestros adolescentes, hemos de debatir con ellos. Por ejemplo, preguntemonos: tras la pandemia, ?de verdad cambiara el mundo o, por el contrario, la gente se olvidara del coronavirus? Planteemonos si las prioridades de la politica y las doctrinas de la economia de verdad cambiaran. Otra pregunta: la ciencia, las aportaciones sanitarias, ?pasaran a valorarse mas? Y otra: ?quien asumira los danos economicos? Y una ultima: ?desaparecera la intolerable desigualdad? Compartamos con nuestros adolescentes que hay que construir el futuro mirando a largo plazo. Que como dijo Nietzsche: <>. Si, ilusionemonos con el futuro, si bien por ahora con objetivos concretos, a los que no pondremos fecha. Los adolescentes, como nosotros mismos, sufren de lucha interior. Ensenemosles a no alimentar las propias dudas. Sobre todo en un momento en el que el pensamiento colectivo esta acongojado por un pronunciado riesgo de muerte. Hoy, y hablemoslo, todos somos iguales. No hay famosos, no hay referencias, el aburrimiento se agolpa ante todos como un verdadero peligro. En este tiempo de espera, el telefono movil quizas sea uno de los mejores companeros, del cual ni adolescentes ni adultos nos atrevemos a prescindir, pues nos acucia el miedo a extraviarnos en la nada, en el vacio existencial, en el <>. Los adolescentes se sorprenden a si mismos Es un periodo en el que los adolescentes, como todos, vamos a comprender la importancia de la entereza de animo, del sentido del deber, de la camaraderia, del servicio publico de todos y para todos. Estamos en un mundo que lucha contra un virus, y ahi, con la percepcion en los hogares de desmovilizacion, hemos de preservar al maximo las libertades civiles y conducirnos desde el imperativo etico. Los adolescentes, y como siempre, no son escuchados por los medios de comunicacion, no se les formulan preguntas, no sabemos que piensan. Pero los adolescentes estan en comunicacion con otros adolescentes del mundo, que no son amigos pero si componentes de la misma familia, la de la especie humana. Y son los adolescentes los que se preguntan que va a pasar con los paises de Africa o de America como El Salvador o Haiti. Algunos paises que no tienen estructura sanitaria ni estructura social, que no son casi un Estado como es el caso de Haiti. Si el coronavirus nos golpea a todos, ?que ocurre con los mendigos de las ciudades?, ?que ocurre con los mas desfavorecidos?, ?que ocurre con los miles de millones de personas que por su situacion no estan ni confinados? Estas son las preguntas de los adolescentes. ?Que se preguntan? Como no, por las Administraciones, por la capacidad que tendran en el futuro para recoger, para procesar, para difundir informacion estadistica, que se ha demostrado en esta crisis como una importante herramienta contra una epidemia, pues son la base para detectar focos, medir su profundidad, seguir su ritmo, actuar deprisa. Y es que los adolescentes son el presente, son ya un futuro inmediato. A ellos el confinamiento les permite asimismo, aunque sea desde la red, el contacto con los amigos. Y un encuentro muy gustoso a veces con los propios hermanos. Es mas, a muchos los relaja porque son mas caseros de lo que se atreven a decir a sus amigos. Y estan aprovechando tambien para escribir, para dibujar. Esta es una novedad. Y a los adolescentes, y durante un tiempo, les gusta el reto. Es seguro que aprenderan que la lucha contra las pandemias se apoya en el altruismo de todas las personas, sin distinguir ideologias, nacionalidades, genero o edades. Afrontar este problema nos da fuerza. Y a padres y a hijos nos permite compartir emociones. Todos estamos buscando y aportando acompanamiento emocional. Tambien los adolescentes percibiran que las personas, ellos igualmente, tenemos una gran capacidad para adaptarnos y para superar las adversidades. De una situacion tan inesperada, tan tragica, tan dolorosa, se puede sacar algun aspecto positivo. Por ejemplo, que tambien los adolescentes estan sorprendiendose al encontrar herramientas con las cuales afrontar y tolerar la incertidumbre, tales como la autoayuda y la ayuda. Y, desde luego, la paciencia, la sobriedad y la austeridad. La verdad es que en general vivimos en un bienestar que nos aleja del estar bien. Es ahora cuando nos damos realmente cuenta de que somos un ser en el mundo, con los demas y por los demas. Tambien apreciamos como hemos de mantener el vinculo con la vida. Y, dado que tenemos un destino comun, habremos de darnos unos derechos como especie. Porque no olvidemos, no olvidemos, que el virus participa de la globalidad. Un virus que es la muerte en la vida.

  • Afortunado en el amor de K.m. Bishop

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    ?Quieres saber un secreto?
    Todavia estoy enamorada de mi novio del instituto.
    Se que suena tonto, pero sus profundos ojos marrones y sus adorables hoyuelos siguen produciendome noches de insomnio.
    Me abandono hace tantos anos que no pense que alguna vez volveria, pero ahora que ha regresado convertido en un rico, sexy y notorio playboy, no se si podre contenerme.
    Aunque despues de lo que me hizo, no creo que pueda volver a confiar en el. No cuando me rompio el corazon, pero...
    ?Que hay de malo en tener una aventura de una noche?
    Al fin y al cabo no creo que vuelva a enamorarme.
    … ?O si?

  • Caballos lentos de Mick Herron

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    Caballos lentos es la primera entrega de la multipremiada serie protagonizada por el irreverente y sarcastico Jackson Lamb, un libro que The Mail on Sunday describe como <> y que The Daily Telegraph escogio entre las veinte mejores novelas de espias de todos los tiempos. De lo que no cabe duda es de que Jackson Lamb y sus <> no dejaran indiferente a ningun lector. En esta serie, Mick Herron ha modernizado con brillo y humor la tradicional novela de espionaje y nos brinda una mirada critica y sin concesiones sobre la sociedad britanica actual. Londres, hoy en dia: la Casa de la Cienaga es el reino de Jackson Lamb; un vertedero al que van a parar los miembros de los servicios de inteligencia que han metido la pata alguna vez: por dejarse un documento olvidado en un tren, por despistarse en una vigilancia, o porque la bebida los ha vuelto poco fiables. Son los <>, los parientes pobres del espionaje britanico, y tienen una cosa en comun: todos quieren volver a la accion, salir de alli a cualquier precio. El mas amargado de todos es River Cartwright, que se pasa la vida transcribiendo conversaciones interceptadas de telefonos moviles. Sin embargo, cuando se produce el secuestro de un joven y los autores amenazan con decapitarlo y mostrarlo en directo por internet, River lo ve como una oportunidad para redimirse. ?La victima es quien parece ser? ?Y que relacion tienen los raptores con el periodista caido en desgracia que los caballos lentos investigan? Mientras suena el tictac del reloj que nos acerca al plazo establecido para la ejecucion, River descubre que cada uno de los implicados tiene intereses ocultos. Si los caballos lentos no consiguen demostrar que no son tan inutiles como los consideran los demas, el eco de la muerte de un joven resonara por todo el mundo. Mick

  • La aventura de sonar despiertos de Silvia Sancho

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    Todos me advirtieron de que no debia enamorarme de Sergio: nuestros amigos comunes, mi propia experiencia, hasta el mismo. Sergio llevaba la palabra <> escrita en los caracteristicos frunces de su ceno. Era un espiritu libre, indomable, salvaje. Su magnetismo era tan grande como su falta de compromiso. Con Sergio parecia imposible alcanzar la estabilidad que tanto habia buscado, mi sonado final feliz. El solo estaba dispuesto a ofrecerme dudas, calor entre las piernas y un empleo en su agencia, uno que nunca debi aceptar. No era una buena idea entregar mi corazon a un hombre asi, pero el resto del cuerpo. ?Es de ilusos creer que una aventura puede cambiarte la vida por completo?

  • Las brujas del este de Jorge Sevillano Gonzalez

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    Elisabeth Martin, Lisa, se despierta con la noticia de la muerte de su amiga Nastya. Su cuerpo ha aparecido en el Parque del Ebro, en la ciudad de Logrono, sobre una cama de ramas junto a gran cantidad de dinero.
    Los inspectores Daniel Garrido y Manuel Tomas llevan la investigacion de un caso que el Departamento de Policia y los politicos locales quieren cerrar cuanto antes a falta de pocos dias para las elecciones.
    Un joven con problemas mentales y la tenacidad de Lisa haran que sea ella quien inicie una investigacion paralela en busca de la verdad sobre el asesinato de su amiga. Pronto, los investigadores sufriran presiones para dejar el caso, costandole incluso el trabajo a Garrido.
    La amistad y el deber se unen para que Lisa y Garrido no desistan en su busqueda del verdadero asesino que se esconde en Logrono.

  • Berlin de Nisa Arce

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    La muerte de Andy Lightning, uno de los musicos mas celebres de todos los tiempos, ha conmocionado al mundo.

  • El trono de jade ( Temerario 2), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • Placer en la oficina de Josefina Rossi

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  • Perdiendo el miedo (Los hermanos Fuller 1) de Kate Dawson

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    Olivia lleva diez anos completamente entregada a sus hijas y a su marido. Se sienta en el mismo banco del parque en el que las mellizas juegan y se dice que eso es la felicidad. Vive en una bonita casa situada en un bonito barrio de un apacible pueblo del Estado de Nueva York. Y de repente, un dia cualquiera, su mundo salta en pedazos.
    Lo primero que tiene que hacer, en sus nuevas circunstancias, es buscar trabajo y para ello contacta con el editor de la revista en la que era correctora. Acto seguido se apuntara al gimnasio, aunque no tardara en darse cuenta de que eso no es para ella y que necesita otro modo de ponerse en forma.

  • En tus brazos de Estefany Isabela Castro

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    Tras encontrar un misterioso diario en su nuevo trabajo, Carolyn se siente inevitablemente atraida hacia el. La curiosidad es tanta que no mide sus consecuencias. Antes de darse cuenta, se ve atrapada por una fuerza que supera la realidad y se ve transportada a un nuevo lugar, un nuevo tiempo.

  • La isla de los cien ojos de Mikel Santiago

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    La tormenta lo trajo. Lo arranco de donde nunca debio salir y lo dejo varado en nuestras playas. Ocurrio durante una terrible noche de viento y lluvia como no habiamos vivido en anos. Los rayos partieron dos arboles en Santry Hill y las olas embistieron el puerto con tal fuerza que destrozaron un par de chalupas. La tarde anterior, mientras oiamos los primeros y furiosos embistes del ciclon contra las ventanas del Bohars Head, el viejo Gallagher dijo que aquello era "viento del sur". Afirmo que debia ser la punta del algun tortuoso huracan procedente de Mejico. Dijo que pasaba uno cada cincuenta anos y que el recordaba uno de cuando era nino. "Se llevo varios tejados y una vaca del establo de Doyle" recordo "A Dios gracias que solo fue eso" Gallagher siguio profetizando mas desgracias y aconsejo a los hombres que metieran a su familia bajo la cama aquella noche. Dijo que tenia un "muy mal palpito" con aquel viento silbante y calido "que algo muy malo estaba a punto de ocurrir" Yo hubiera alzado mi voz para serenar los animos y explicar lo improbable de que un ciclon caribeno llegase siquiera a rozar la costa de Irlanda, pero me contuve. ?De que hubiera servido iniciar una discusion? Todos los datos cientificos que yo pudiera aportar sonarian, a oidos de aquellos lugarenos, igual de magicos que las palabras de Gallagher, de modo que al final todo se reducia a una cuestion de credito. ?Y quien era yo al lado del viejo Gallagher? Solo un medico recien llegado de la ciudad, que ademas era protestante, y que muchos opinaban que tenia rostro de nino (por mucho que yo quisiera aderezarlo con un varonil bigote) Con todo, la noche fue terrible, digna de una profecia como la de Gallagher. Jamas he oido el viento golpear de aquella manera, como un ejercito de fantasmas aullantes que hubiese desembarcado en la tierra. Las furiosas rafagas recorrian la calle moviendo letreros, agitando los arboles y derribando tiestos. Cualquier cosa que estuviera levemente mal atada, clavada o pegada aquella noche debio salir volando. Pase casi toda la noche en vela, asustado por los rayos y los golpes que el viento daba contra mis ventanas. Supuse que la campana de mi consulta no tardaria en sonar para requerirme en algun sitio, pero curiosamente, aquella noche nadie necesito de mi ayuda. Imagine (no sin una malvada sonrisa en los labios) que los habitantes de Dowan estarian bajo de sus camas rezando al Todopoderoso mientras que el viejo Gallagher dormia su borrachera sin enterarse de un pito. Al dia siguiente amanecio claro y tranquilo, como si nunca hubiera existido la tormenta. Kate, una muchacha pecosa y habladora que servia en mi casa, fue la primera en darme algunas noticias cuando llego aquella manana. Me dijo que habia visto algunos arboles humeando en Santry Hill y que en el puerto habia habido varios destrozos. – El barco de Donovan aparecio medio hundido. Al parecer uno de los botes debio golpearle el casco y abrirle un buen boquete. Y han desaparecido un par de barcas. Y se inundo la tienda de Nolan y ha echado a perder muchisimo genero. Y... La chica estaba tan excitada haciendo inventario de las desgracias que y ni siquiera se retiro para dejarme desayunar a solas. No me importo. Al fin y al cabo, en Dublin solia leer el periodico mientras desayunaba, y en Dowan, a falta de periodico, estaba bien tener a Kate. Despues del desayuno me dirigi a la consulta y lo dispuse todo para comenzar la jornada. En el mismo instante que termine de ordenar mi escritorio sono la primera campana de la manana. Oi a Kate correr a abrir y escuche como se desarrollaba una conversacion en el vestibulo. Despues aparecio Kate otra vez, con gesto de extraneza en el rostro. – Es John Mulvaney - anuncio - Trae un caballo para usted. Dice que ha ocurrido algo en Sandyford. – Hagale pasar - le dije John Mulvaney era un chico de doce anos que servia en la mansion de Sandyford, a unas diez millas del Dowan. Su padre era el zapatero del pueblo. Me habia pagado con un exquisito par de botines de cuero por un remedio para las jaquecas de su mujer. Kate acompano al muchacho hasta la consulta, que con gesto timido se quito la gorra y se aclaro la garganta para hablar. Dijo que traia recado del senor Coverdale de llevarme con el a Sandyrock. -?Algun accidente? - pregunte. El nego con la cabeza. – ?Algun enfermo entonces? El muchacho enrojecio y volvio a ladear la cabeza. – !John Mulvaney! - le recrimino Kate - ?Puedes hacer el favor de hablar por esa boca? ?Que es lo que ocurre? El doctor no tiene tiempo para perder. – Es algo que ha aparecido en la playa - respondio el chico, ya completamente ruborizado – ... el senor... quiere que lo vea usted. – ?Que algo ha aparecido...? – Si, senor, un bote. Lo trajo la tormenta. – ?Y para que me necesita alli? Seguramente sera uno de los que han desaparecido del puerto esta noche. – No lo creo senor - dijo John – Vera ... es mejor que venga y lo vea usted. Me quede en silencio mirando a John. Estaba como asustado, sumido en un inconfesable secreto, y decidi no hacerle mas preguntas. El senor Coverdale era un hacendado ingles dueno de practicamente toda la isla. Habiamos charlado en cierta ocasion, meses atras, durante una revision medica que me pago generosamente. No me parecio un hombre tendente a la exageracion ni a las bromas. Asi que decidi que aquel misterio debia tener cierto fundamento. Apure mi te y le pedi a Kate mi gaban. Tras preparar un maletin con equipo basico, sali con John a la calle, donde nos esperaban dos magnificos caballos. Tomamos el camino de Santry Hill, la colina mas alta de las tres que rodeaban el poblado de Dowan. Al llegar alli vimos los dos arboles que los rayos habian partido e incendiado esa noche. Aun humeaban. Desde alli se tenia una buena vista del pueblo. El puerto, tal y como habia dicho Kate, uno de los dos barcos pesqueros estaba escorado. Una cuadrilla de hombres se esforzaba por enderezarlo mientras otros achicaban el agua. Pense que aquello costaria una verdadera fortuna a la economia local. Cabalgamos por el camino que bordeaba los acantilados de Ben Guillian (Llamados asi en honor a un antiguo fantasma local que debio suicidarse alli) y llegamos a la "roca del aguila" desde donde se divisaba la mansion de Sandyrock. El cielo estaba claro, sin una brizna de viento, y el mar estaba radiante. En contraste con el azul, relucia la blanca fachada de la mansion, una elegante casa senorial de tres plantas rodeada de una brillante extension de hierba y pequenos jardines. La casa estaba construida sobre un saliente bajo el cual las olas se batian en espumosos ataques contra la roca negra. A cien yardas de ella, rendida a la fuerza de la naturaleza, se abria una cala de arena blanca. Sobre ella aviste un grupo de personas rodeando un negro objeto que yacia varado junto a la orilla. Arree mi caballo. Edward Coverdale tenia porte de artista mas que de aristocrata. Tendria unos cuarenta anos, o quizas mas, pero su rostro parecia resistir los efectos de la edad. Vestia de una forma un tanto bohemia -botines negros, pantalones estrechos y una amplia camisa blanca que se hinchaba como una vela al viento – , y llevaba el pelo largo, recogido en una coleta. Era el suyo un aspecto mas apropiado para un actor del west end londinense que para un distinguido terrateniente Irlandes, cosa que al parecer (segun sabia por los chismes de Kate) tambien irritaba a sus parentela, que lo habria enviado a administrar aquella remota hacienda para alejarlo de los "circulos" Dublineses. Tambien sabia que en el pueblo no le profesaban mucha simpatia. No debia de ser un terrateniente demasiado fiero – le bastaba con cobrar las rentas aunque llegasen con cierto retraso – pero sus dedicaciones artisticas (como la pintura o la literatura) y cierta aficion por el estudio de los vestigios celtas de Dowan habian ayudado a granjearle una fama oscura entre los supersticiosos parroquianos; Ademas, no faltaban las leyendas sobre pactos con el diablo y brujeria que los contadores de historias locales (encabezados por Gallagher) se habian encargado de inventar aprovechando sus poco habituales aficiones. – Temo haberle molestado en una manana especialmente agitada - me saludo nada mas desmontar- ?Como ha despertado el pueblo? ?Ha habido muchos destrozos? – Uno de los pesqueros resulto danado - respondi – , por lo demas todo parecen cosas menores. Tejas rotas y algun negocio inundado. Sobreviviremos. ?Y que hay de usted? – El viento casi se lleva uno de los establos esta noche. Tambien me rompio un par de ventanas. Y tambien trajo eso - dijo senalando a un bote que yacia varado a unas diez yardas de nosotros – Uno de los mozos lo encontro esta manana -continuo diciendo – La tormenta debio arrastrarlo hasta aqui desde alta mar. Y por lo que encontramos en su interior, supongo que llevaba vagando a la deriva bastante tiempo. ?Quiere echarle un vistazo? – Por supuesto - respondi. Coverdale saco entonces un foulard blanco que llevaba en una de sus mangas y me lo ofrecio – Sera mejor que se tape la nariz y boca. Extranado, pero sin hacer preguntas, tome el panuelo y arrancamos a caminar hacia el bote. Mientras lo haciamos me percate del sepulcral silencio que nos rodeaba. Habia alli un par de mozos ademas de John y todos permanecian en silencio, guardando una buena distancia respecto del bote. A medida que nos acercabamos comence a percibir un fuerte olor a descomposicion que fue haciendose mas fuerte a cada paso que dabamos. Tome el panuelo de Coverdale y me lo coloque a modo de mascara, debatiendome entre la curiosidad y el temor sobre el origen de semejante fetidez. El bote yacia varado, hundido en la arena que brillaba como un espejo. Una capa de costra se extendia por su casco, salpicado de grietas y suciedad. Lo primero que mis ojos distinguieron, aun en la distancia, fue una capa de algas oscuras que cubrian practicamente todo el interior de la lancha. Sobre ella se arremolinaba un enjambre de moscas enloquecidas. Pero habia algo mas alli, una forma acurrucada bajo de aquella carpa amarillenta y resquebrajada... No tarde en verlo. Y el espanto hizo que retrocediera inconscientemente. Debajo de la carpa, enredado entre aquellas algas putrefactas asomaba el horrible cadaver de un hombre. Era un muneco atroz. Como una marioneta hecha de tela de saco. No tenia ojos, tan solo dos cuencas vacias. Su boca, por la que entraban y salian aquellas laboriosas moscas en busca de alimento, era como una negra caverna sin fondo. El resto de su cuerpo, medio cubierto de harapos desgarrados por el sol y el salitre, mostraba una piel cauterizada, reseca y dura como jamas habia visto en ningun otro cadaver antes (ni siquiera en mis practicas de la universidad donde a veces los traficantes de cuerpos traian desechos de la peor clase)

  • Playboy x contrato de Noa Xireau

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    Una novela sexy y divertida, ideal para relajarte y olvidarte del mundo que te rodea.

  • El amor como un elefante. Reliquum de L.v. Velasquez

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    Una serie de profundas reflexiones nos llevaran al repaso de la vida de Maia, quien en los dias previos a su partida definitiva del pais que la vio crecer, revivira las decisiones que en otra epoca moldearon su vida, y reevaluara los hechos que la obligaron a asistir al evento que pondra fin a su necesidad de seguir guardando el gran secreto que nadie se atrevio a imaginar.

  • La casa del lago de Thomas Harding

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    ‘Si Hanns y Rudolf era una sonata La casa del lago es una sinfonia: la historia del siglo xx vista desde la casa de recreo familiar de los Alexander. Un libro admirable, fascinante, lleno de fuerza.’ The Economist En la primavera de 1993, Thomas Harding viajo a Berlin con su abuela para visitar una casita a orillas de un lago. Era su ‘lugar del alma’, decia la anciana, un refugio que se habia visto forzada a abandonar cuando los nazis llegaron el poder. Veinte anos despues, Thomas regreso a Berlin. Ahora la casa estaba vacia, en ruinas, y su demolicion era inminente. Un sendero de cemento atravesaba el jardin, senalando el lugar donde habia estado el Muro de Berlin durante casi treinta anos. Por todas partes habia indicios de lo que fue antiguamente aquella casa, rastros de cinco familias que antano tuvieron alli su hogar. Thomas Harding cuenta la historia de este pequeno edificio de madera, que es tambien la cronica de un siglo violento y agitado y de la vida de sus habitantes: un terrateniente noble; una prospera y respetada familia judia, los Alexander; un famoso compositor nazi; una viuda y sus hijos; un informador de la Stasi… Desde finales del siglo xix hasta la actualidad, desde la devastacion de dos guerras mundiales hasta la particion y la reunificacion de una nacion, esta es una historia de supervivencia, de alegrias y felicidad domestica, de terribles penas y tragedias, y de un odio transmitido a lo largo de varias generaciones.

  • Cambio mundo por universo de Beatriz M. De Lagos

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    YO
    Me llamo Eva, tengo treinta y seis anos, estoy casada y tengo dos hijas. La relacion con mis padres es buena y aunque soy hija unica, mi amiga Paula ha sido desde el colegio como una hermana para mi. Soy coordinadora en una empresa que organiza fiestas y eventos sociales. Me encanta mi trabajo, hace que me sienta activa y me da la oportunidad de conocer a mucha gente. Vivo en una ciudad comoda para vivir y pequena para esconderse.
    Soy infiel y estoy enamorada.

  • Todo queda en casa de Alice Munro

    https://gigalibros.com/todo-queda-en-casa.html

    La seleccion de los mejores cuentos de Alice Munro, Nobel de Literatura en 2013, hecha por ella misma.

  • Un amor a la medida de Vanessa Lorrenz

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  • La hija del curandero de Amy Tan

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    Con el fin de evitar que sus recuerdos se pierdan para siempre, la anciana LuLing, emigrada a Estados Unidos, escribe el relato de su pasado en China. Un dia, su hija Ruth encuentra esos documentos en el apartamento y, a traves de ellos, llega a conocer los primeros anos de vida de su madre, y algunas revelaciones sobre el pasado familiar. Las dos generaciones de mujeres, con voces alternas, hallaran en este repaso a la memoria un punto de encuentro y reconciliacion.

  • Mickey Mouse era traficante de armas de Ulises Novo

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    Condenada a cadena perpetua por haber asesinado a un adolescente, Louise comenzara a
    escribir una serie de cartas a su victima hacia la que siente afecto y odio al mismo tiempo.
    Llena de angustia pero tambien burlandose de su destino, Louise busca en su confesion a
    alguien que, marcado por la violencia, logre comprenderla.
    ?Que secretos oculta su relato? ?Por que asesino a su novio Mike?
    ?Por que odia tanto a Mickey Mouse?

  • Prometo no amarte hasta que el pacto nos separe de Vega Manhattan

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    Dina abrio uno de sus ojos y miro el movil que habia cogido a ciegas, tanteando sobre la mesilla de noche. Las seis de la manana, no habia sonado antes de tiempo, aunque a ella le pareciese asi. Gimio a la vez que metio la cabeza bajo la almohada. Ultimamente parecia que las noches eran demasiado cortas, se pasaban en un plis plas. A veces ni tiempo le daba a abrir los ojos cuando la dichosa alarma estaba sonando. Saco la cabeza de su escondite, abrio los ojos y miro a traves de la ventana de su habitacion. Aun no habia amanecido. Pero su dia ya deberia haber comenzado. Dia que no contaba con las horas suficientes, asi que no podia permitirse el lujo de quedarse en la cama ni un minuto mas. Y a veces, muchas en realidad, le gustaria hacerlo. Ser como esas personas que ponian la alarma a una hora y la iban retrasando cada cinco minutos para disfrutar del momento. A este paso ni cuando seas vieja. Pues seguramente no. Seria una anciana que aun estaria con doble o triple trabajo para pagar deudas, pero era lo que le tocaba. Habia gente que nacia con estrella y otras personas estrelladas. Ella habia nacido ya estampada y hecha una tortilla en el suelo. En fin... Se levanto rapidamente y un alarido salio de su garganta cuando al salir del dormitorio se golpeo el dedo pequeno del pie, haciendo que se doblase en una postura antinatural. --!Me cago en...! (Piiiii) !Hijo de...! (Piiiii) !Todos tus...! (Piiiiiiiiiiiiiiii) Mejor ni escribo lo que dijo que hay gente muy susceptible por aqui y despues todo son problemas y criticas estilo "que vulgar" y cosas asi. Y como que no me apetece porque yo cuento historias para reirnos y para que disfrutemos. Para problemas ya estaba Dina. Que por si no tuviera nada encima, la pobre estaba saltando a la pata coja. Como diria mi abuela, "dobladita de dolo'". Muy de mi tierra la expresion. --!Tu... (piiiiiiiiiiiii) madre! Vale, pense que habia terminado… Desde ese momento en que se levanto, nunca mejor dicho, con mal pie, ya se presagiaba un mal dia. --Veras el dia de mierda que voy a tener --gimio unos minutos mas tarde cuando la cafetera expres medio exploto y el contenido de la capsula de cafe llego hasta el techo. Adonde Dina miro de malos modos, acordandose de todos los dioses habidos y por haber. Y por si tener que comprar una cafetera nueva no fuera poco, tendria que ver si lo de que no le hubiese llegado el agua caliente al bano la noche anterior era un problema que necesitase de un fontanero o solo era algo puntual que se arreglaba solo. Si era lo segundo, que solia pasar muchas veces ya que solo ocurria por joder un rato, bien. Pero si era lo primero... Iba a tener que plantearse, y ya en serio, el vender alguno de sus organos no vitales. Empezaria por el primero que apunto en la lista. Y si, tenia una lista sobre ello, asi de mal le iban las finanzas. Asi de preocupante era el asunto. Pero tenia que seguir, si o si. Como fuera. Por la mujer a la que le estaba cogiendo la mano en ese momento, tras sentarse a su lado, en la cama. Dina suspiro tras apretar el agarre a la anciana. Solo por ese momento merecia cualquier pena. --Buenos dias --sonrio y miro a esos cansados y tristes ojos azules. La anciana miro a Dina con curiosidad, su ceno fruncido. --?Quien eres? --pregunto, con voz somnolienta. --Tu nieta --sonrio Dina haciendo, como siempre, un esfuerzo para que no se le notase la tristeza que sentia cada vez que su abuela no la recordaba. Era una parte dura de su enfermedad, una entre tantas. --Ah... --la anciana asintio con la cabeza, como si con eso ya no tuviese lagunas, pero en sus ojos podia verse que no la reconocia. --Con la lata que te he dado siempre, como para que no me reconozcas. --No digas eso --le dio un cate a la mano de Dina--. Si has sido muy buena --sus despobladas y casi inexistentes cejas, unidas. --Ah, ?si? --esa vez, Dina sonrio de verdad. Por esos momentos en los que su abuela recordaba algun pequeno detalle, merecia la pena todo lo demas. --Si. Un poco cabezota y con un... ?Como se dice eso? --?El que? --Cuando... --la anciana refunfuno al ver que no podia explicarse-- Cuando alguien se enfada. --Ah, enfadado. --No --dijo enfadada ella, haciendo sonreir a su nieta. --?Cabreado? --la anciana la seguia mirando de mala manera, esa palabra tampoco era-- ?Enfurrunado? --Que no, cono --solto su abuela. Dina solto una carcajada. --Mucho genio tienes tu --rio la nieta. --Me parezco a mi madre, ?conoces a mi madre? A veces viene a verme. --Ah, ?si? Tocaba conversacion sobre fantasmas que venian a visitarla. --Si y tiene un genio de los mil demonios, pero no es mala. Como tu. Que vaya caracter, pero eres una santa. --No todos piensan igual, abuela --rio Dina, divertida. --!Que sabran ellos! --refunfuno la abuela-- Si te conocieran de verdad, pensarian diferente --miro a Dina fijamente--. ?Como me dijiste que te llamabas? Dina suspiro, pero mantuvo la sonrisa. Asi eran las cosas con su abuela. Eso y pasar de un tema a otro sin sentido. Y tener paciencia mientras organizaba las palabras en su mente y terminaba una frase. Eso y tantas cosas mas. --Dina, abuela. Soy Dina. --Ah... Dina --asintio un poco con la cabeza--. A tu madre siempre le gusto ese nombre --pues si, asi era--. ?Yo conozco a tu madre? --La pariste tu, si no la conoces... --?Y dolio? --Segun siempre me habeis contado, un poco mas y se te cae sola --rio Dina.

  • Cuando vuelva la luz de Julio Septien Del Castillo

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    En un futuro incierto, en el centro de una ciudad muy familiar, el gigantesco monasterio semiolvidado conocido como el Santuario permanece, bajo la custodia de la Orden de San Agustin, como el ultimo baluarte de saber en un nueva era de oscuridad y creciente fanatismo. Polibio, un nino acogido como novicio por la Orden, descubrira poco a poco el mundo cerrado del Santuario, los tesoros de otro tiempo que aun alberga, y buceara en sus secretos mas escondidos.

  • La perla negra de Claudia Casanova

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    La perla negra es la historia de Isabeau de Fuoc, trovadora y ladrona, y de su venganza contra la familia de los Montlaurel, responsables de la muerte de su madre. Nos hallamos ante una suerte de Montecristo medieval, con una protagonista femenina fuerte e inolvidable y una trama de ritmo endiablado que transcurre en el siglo XII en Narbona, en el sur de Francia. Con la lucha entre cataros y cristianos como telon de fondo y un abanico de maravillosos personajes, desde el judio Salomon al toledano Iniguez, pasando por la mismisima vizcondesa Ermengarda de Narbona, Raimundo de Tolosa, el seductor obispo de Montlaurel y el capitan mercenario Guerrejat, La perla negra garantiza horas de diversion a quienes busquen una novela historica diferente, moderna, fresca y llena de sorpresas. Al estilo de las mejores narraciones de aventuras, con pulso cinematografico, Claudia Casanova construye alrededor de su magnifica protagonista una historia llena de giros y extraordinarios personajes que la arrastraran sin respiro hasta una emocionante encrucijada final. <> Abc <> El Periodico de Catalunya <> Toni Iturbe, Que leer…

  • Los Buenos de Hannah Kent

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  • Quererte asi (Segundas oportunidades 4) de Bela Marbel

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    Continua la serie <> de Bela Marbel, iniciada con Mi tierra eres tu.

  • Dame un motivo de Gwendolen Hope

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    Tras la muerte de Isaac Myers, sus hijos heredan Llanura de los Robles, tierra que es un simbolo familiar, a la que todos han estado indisolublemente ligado por generaciones. Edward Sanders y sus hijos, ricos industriales, duenos de las tierras con las que confina la propiedad Myers, quieren apropiarse a toda costa de ella y estan dispuestos a utilizar todos los medios posibles, tanto licitos como ilicitos, para alcanzar su proposito. Victoria Sanders, en particular, quiere ganar esas tierras mas que nada en el mundo y, por ese motivo, no duda en jugar sucio. ?Pero que sucede cuando conoce a Cam Myers y se da cuenta que lo que esta en juego no es unicamente la propiedad sino su propia felicidad?

  • El espejo egipcio de Pilar Gonzalez

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    ?QUE PASARIA SI UN DIA AL COMPRAR UN ESPEJO TU VIDA SE CONVIRTIERA EN UNA PESADILLA?

  • El feminismo lo cambia todo de Silvia Claveria

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    El feminismo, por fin, ha conseguido un poco de atencion en la sociedad y en los medios de comunicacion. Nos hacemos preguntas y buscamos respuestas pero, en demasiadas ocasiones, nos encontramos ante falsedades y medias verdades. O incluso ante conceptos indescifrables. ?Mansplaining, manterruption?

  • La ultima secuencia de Enrique Vasalo

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    La libertad es nuestro bien mas preciado, pero no eres consciente de ello hasta que intentan arrebatartela. Corri todo lo que pude hasta la siguiente bocacalle. Torci a la izquierda y segui corriendo. Mire hacia atras. No se veia a nadie. Aposte por la derecha en la siguiente manzana. Entre en un hipermercado y, durante casi una hora, estuve recorriendo las estanterias del fondo simulando que hacia la compra. Finalmente, y como tenia algo de dinero en el bolsillo, compre una gorra, unas gafas de sol y una camiseta tecnica de esas que usan los deportistas. La unica de mi talla era naranja; el color no podia ser mas llamativo. Camine por las aceras mas transitadas intentando pasar desapercibido hasta la primera cabina telefonica que encontre. No sabia que hacer. ?Llamo o no llamo? Solo habia pasado una hora desde mi huida. ?Les habria dado tiempo a pinchar el telefono? Decidi no arriesgarme y segui caminando. Al doblar la siguiente esquina, me tope con dos policias que se dedicaban a observar a todo el que pasaba por la acera. Me hundi la gorra lo que pude e intente parecer tranquilo. Note, con el rabillo del ojo, como me clavaban la mirada al pasar por su lado. No los habia dejado atras ni dos metros cuando les oi decir: --!Eh!, usted. Espere un momento. Me pare en seco. Mis piernas se volvieron flacidas y mi corazon parecia que iba a saltar del pecho. Me gire hacia los agentes tratando de esbozar una media sonrisa. Pero no me miraban a mi, sino a un hombre trajeado que estaba a mi lado y caminaba en mi misma direccion. --Senor, su cartera esta a punto de caerle del bolsillo. El tipo se metio la cartera hacia adentro y les dio las gracias. --No hay de que. Buenos dias, caballero. Segui recorriendo las calles sin pararme demasiado para no llamar la atencion. Todavia no podia creerlo. Hace unos dias estaba tocando fondo, derrotado sobre la maquina de escribir. Tan solo era un escritor fracasado mas al que nadie conocia. Y ahora mi foto salia en todos los noticiarios como la del hombre mas buscado. El enemigo publico numero uno. ?Que como pudo sucederme esto? Os lo contare empezando por el principio. 1. Sin inspiracion Despues de haber permanecido una media hora frente al folio en blanco, me levante del escritorio y empece a pasear por la habitacion. Luego recorri todos los cuartos y pasillos de la casa, desde la planta baja a la de arriba. Me recoste unos minutos en el sofa. Me lave la cara. Incluso subi a la terraza y me tumbe mirando al cielo. Pero nada. Por mucho que rebusque entre aquellas hermosas nubes esponjosas, que banadas por el sol parecian helados de vainilla, de alli tampoco se escurrio ni una gota de inspiracion. Empece a teclear en mi vieja Olivetti sin mas. Escribia todo aquello que me pasaba por la cabeza, por banal o absurdo que resultase. Sin importarme que las palabras no guardasen relacion entre ellas. No tarde en llenar algo mas de media hoja. Pare de escribir y empece a leer aquel galimatias. Tenia la esperanza de que alguna palabra, frase o secuencia resultase ser el germen de una gran historia: la chispa que diese la vida al monstruo, pero no, no hubo suerte. Arranque el folio de la maquina. Lo estruje hasta convertirlo en una bola y lo lance a la papelera. Choco contra la montana de los anteriores abortos que sobresalian en el cementerio de ideas y se estrello contra el suelo, pasando a engrosar el numero de planetas que gravitaban alrededor del agujero negro que se habia formado por culpa de mi vacio interior. Dios, me estaba volviendo loco. Estaba forzando el acto creativo. Pero es que no queria afrontar el hecho de que estaba seco, falto de ideas y de motivacion. Y lo que es peor, me estaba autodestruyendo. Tal vez la vela de mi creatividad se habia consumido ya. Debia de ser una vela corta. Hace dos anos vendi un guion, el primero que escribi, a una productora cinematografica. Aunque no me pagaron mucho por el, interprete el hecho como una senal: el principio de mi gran carrera como escritor. Abandone mi empleo (profesor en un instituto de secundaria) y me centre en la escritura. Desde entonces habia engendrado cinco guiones mas pero no habia conseguido venderlos, aunque todavia no habia perdido la esperanza y seguia probando suerte enviandolos a productoras cinematograficas. El dinero ganado con mi primer guion mas los ahorros de mi epoca de profesor habian estado financiando mi aventura como escritor, pero ese pozo estaba a punto de secarse. Pronto tendria que empezar a buscarme un empleo. Entretanto mis pensamientos seguian torturandome: tal vez me habia equivocado y ser escritor no era lo mio; yo no era capaz de tan dificil empresa; ?Quien me habia creido que era? Por lo visto en mi primer guion debia de haberme acompanado la suerte del principiante. Acto seguido, la borrachera de aquel primer "exito" alimento mi vanidad y en menos que canta un gallo mis pies dejaron de tocar el suelo. Me lo crei. Y mira como habia acabado. Espachurrado contra el suelo despues de haber caido desde las grandes alturas de mi ego. No se al resto de escritores, pero a mi no me basta escribir para crear buenas obras. Necesito creer en la historia. Tiene que cautivarme y llenarme por completo. En el mundo solo puede haber dos cosas: la historia y yo. El problema era que eso solo me habia ocurrido una vez: cuando escribi mi primer guion. ?Y que habia hecho desde entonces? Convertir mi maquina de escribir en una maquina de hacer churros que fabricaba historias en serie y sin alma. No sabia si volveria a encontrar una historia que me enamorara, ni tampoco una mujer. Escuche como el cartero deslizaba el correo por debajo de la puerta. Mientras me acercaba a recogerlo, pude reconocer dos de los tres sobres que habia en el suelo: el de la compania telefonica y el de la compania hidroelectrica. Pequenos pagos que empezaban a agobiarme al recordarme el poco dinero que me quedaba y que pronto se convertirian en un serio problema. El tercer sobre, debajo de los otros, apenas se veia. Le di la vuelta para ver quien era el remitente: "PRODUCCIONES CINEMATOGRAFICAS DELTA. Asunto: guion Un golpe maestro". No pude evitar empezar a sentirme nervioso y excitado. Hace unos meses telefonee a la productora DELTA para ofrecerles mi ultimo guion. Me dijeron que se lo enviara y que ya me contestarian cuando pudiesen para decirme si les interesaba comprarlo. Habian pasado mas de cuatro meses desde que les mande la copia y, ahora, por fin, iba a saber si lo querian o no. Un golpe maestro narra, en clave tragicomica, como un grupo de parados, angustiados por su situacion economica, se meten a ladrones profesionales y planean el atraco a un banco. Llegue a la conclusion, teniendo en cuenta la de pelis que hay sobre robos a bancos, de que era un genero por siempre demandado y que podria venderse con relativa facilidad. Me esmere al maximo en todos los aspectos: creando unos personajes principales creibles y bien motivados; disenando un golpe ingenioso que exigiera minuciosidad (ahi estaba la comedia, concretamente en la parte en la que se dedicaban a ensayar y cronometrar el plan: solian cometer numerosos errores que movian a la risa, o al menos esa era la intencion); y creando una tension creciente durante todo el tiempo que duraba el atraco. Esto era la capa superficial de la historia que, de alguna manera, apelaba al inconsciente de muchos espectadores, los cuales podrian admirar a unos personajes que, al contrario que ellos, si se atrevian a desatar sus instintos mas reprimidos. Con un arma en la mano y descerrajando tiros contra la autoridad, el cine ayudaba a proyectar una fantasia reprimida: la rebelion contra el sistema y el triunfo de la libertad individual. Pero, en esencia, no aspiraba a ser una pelicula freudiana, ni tampoco revolucionaria. Nada de eso. Solo pretendia denunciar las injusticias sociales. Esa era mi principal intencion. Denunciar los comportamientos aberrantes que genera el sistema. Abri el sobre despacio. Cargado con el mismo temor con que me habia enfrentado a las anteriores contestaciones de otras productoras, todas negativas. No pude evitar pensar que el hecho de haber recibido la carta disminuia las posibilidades de que el guion hubiese gustado: ?Por que iba un productor interesado a enviar una carta pudiendo llamar por telefono? ?Iba a perder el tiempo esperando varios dias a que una carta llegase a su destinatario? ?Para que? ?Para dar tiempo a que la competencia se le adelantase? Pero contra este pesimista razonamiento, luchaban las pocas esperanzas que aun albergaba en mi interior: tal vez el guion le habia encantado al productor, pero habia optado por enviar la carta para no parecer demasiado interesado. (Una estrategia para conseguir negociar el precio a la baja. Posiblemente el viejo zorro estaria frotandose las manos mientras se fumaba un puro habano y esperaba a que yo picara.) Con el pulgar y el indice, fui sacando la carta del sobre muy lentamente, como uno de esos jugadores de poquer que acostumbra a descubrir la suerte de su juego con lentitud. Estimado Sr. Bonet: Hemos leido detenidamente su guion. Nos ha parecido muy interesante. No obstante, no encaja con el tipo de peliculas que estamos produciendo en estos momentos. Le animamos a que en el futuro vuelva a remitirnos nuevas propuestas. Atentamente, PRODUCCIONES DELTA Puta mierda. Otro punetazo mas directo al estomago. Todo mi planteamiento de vida de los ultimos dos anos volvio a tambalearse. Estaba a punto de desmoronarse por completo. Y la verdad es que ya no me importaba, estaba cansado. Necesitaba un cambio. Airear mi vida. Me mire en el espejo del recibidor. Por un instante tuve la sensacion de que no conocia al que estaba enfrente. ?Quien era aquel tipo de casi cuarenta anos con algunas canas? Alguien que me taladraba con la mirada, alguien que habia dado conmigo despues de haberme buscado durante mucho tiempo y que ahora me pedia cuentas: ?Donde has estado todo este tiempo? ?Que has estado haciendo? ?A que has estado jugando? Note como una oleada de realidad barria toda la parafernalia que rodeaba mi vida y las armaduras de proteccion se desensamblaban y caian al suelo hechas anicos. Mira donde estas, inutil. Acabas de desperdiciar dos anos de tu vida. No tienes un duro. No tienes chica. Ni sexo: no habia tenido sexo con una mujer desde hacia mas de siete meses; cuando Susi, mi ultima amiga, decidio dejar de visitar mi alcoba los domingos por la noche harta de una relacion que no iba a ninguna parte, me dijo. Nada nuevo bajo el sol. Lo mismo dijeron las anteriores. A pesar de que nunca prometi nada, no pude evitar sentirme culpable. El ring del telefono me sobresalto. Tire del cable hasta hacer salir el aparato de entre un barullo de papeles. --Diga. --?Alberto? --Si, soy yo. ?Quien es? --pregunte. --Soy Javier. ?Como estas? Tarde unos instantes, pero reconoci la voz. --Ah. Hombre. Cuanto tiempo --dije con tono de feliz reencuentro (Javier era un amiguete de mi juventud al que hacia tiempo que no veia)--. ?Como va…? --Escucha. No me queda mucha bateria. Voy al grano. --Ok. Dime. --Estoy remodelando un viejo caseron en el campo (Javier trabajaba como aparejador en la constructora de su familia) y ayer encontre algo en el sotano de lo mas insolito. --?Ah si? ?Que es? --Material cinematografico antiguo. No se que es exactamente pero enseguida pense en ti. Di la orden de que nadie tocase nada hasta que hablase contigo. Quiza sea valioso, pense. --Puede ser --dije ocultando mi escepticismo y mostrandome educado e interesado en lo que me contaba. --?Podrias acercarte a verlo? Tu sabras si esto tiene algun valor o si por el contrario su destino es mas bien el camion del escombro. --Si, por que no. Me gustaria. --El caseron esta donde el Senor perdio la sandalia. Es imposible encontrarlo si no te acompana alguien que conozca el camino. Yo tengo que ir dentro de un rato. Si te viene bien... --Si, sin problema