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  • JOHN MARRS - CUANDO DESAPARECISTE - Alibrate

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  • Cuando desapareciste | John Marrs: Sinopsis del libro ...

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    Cuando Catherine despierta sola una mañana, piensa que su marido ha salido a correr antes de ir al trabajo, pero Simon nunca llega a la oficina....

  • CUANDO DESAPARECISTE - MARRS JOHN

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    Información del libro. GéneroNovela negra, intriga, terror; EditorialAUTOR-EDITOR; Año de edición2018; ISBN9782919805716; ISBN digital9782919805716 ...

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  • Cuando desapareciste (John Marrs) - Miss Salander

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    25 ene 2019 — Este libro me ha absorbido por completo, llegando al punto de desesperarme cuando me veía obligada a abandonar la lectura, de las ganas que ...

  • Cuando desapareciste - John Marrs - Mi biblioteca negra

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  • Cuando desapareciste de John Marrs - Hola Ebook

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  • CUANDO DESAPARECISTE: JOHN MARRS - Agapea

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  • Las paginas perdidas de Ugo Nasi

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    A Viola Borroni, una joven fiscal de la Fiscalia de Roma, le han encargado la investigacion sobre la extrana muerte de un hombre que ha sido encontrado con la punta de una flecha medieval en el corazon. Mientras tanto el padre de Viola desaparece. ?Los dos hechos estan conectados? A principios del siglo XX el prior del convento de Mondragone -el padre Giuseppe Strickland -vende a un comerciante polaco un manuscrito del siglo XI que contiene inscripciones desconocidas y enigmaticas representaciones de figuras femeninas, de plantas y de constelaciones. Antes de entregarlo quita, sin que el comprador lo sepa, las primeras catorce paginas y las esconde en su oficina. ?Cual es el contenido de aquellos folios y por que ocultarlos? Esas paginas perdidas se convierten en la obsesion de Adolfo Hitler que, durante la Segunda Guerra Mundial, organiza una comision de investigacion y de estudio para encontrarlas. Una historia llena de suspense, un ir y venir a traves del tiempo, donde se entrecruz…

  • A Sexy Berling New Year (Sexy Berling 2), Maya Blair de Maya Blair

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  • El silencio de Clara Lyndon de Elene Lizarralde

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    Su talento la hizo duena de su vida.

  • Reino de fieras de Gin Phillips

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  • Sonambulos de Christopher Clark

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    Sonambulos es el relato fascinante del historiador Christopher Clark de los inicios explosivos de la Primera Guerra Mundial.Sobre la base de nuevos estudios, Clark ofrece una nueva mirada a la Primera Guerra Mundial, centrandose no solo en las batallas y las atrocidades de la guerra en si, sino en la complejidad de los acontecimientos y relaciones que llevaron a un grupo de lideres bien intencionados a un conflicto brutal.Clark traza los caminos a la guerra minuto a minuto, en una narrativa llena de accion que nos lleva a los centros de decision clave en Viena, Berlin, San Petersburgo, Paris, Londres y Belgrado, y examina las decadas de la historia que nos condujeron a la acontecimientos de 1914; los detalles de los malentendidos mutuos y las senales no deseadas que llevaron a la crisis hacia adelante en unas pocas semanas.Meticulosamente documentado y magistralmente escrito, Sonambulos es una cronica dramatica de como Europa entro en una guerra que desgarro el mundo existente para siempre.

  • El principe indomito de Tara Pammi

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    Reclamaba a su heredero, el producto del desliz de una noche.

  • La cancion de los caballos de Ricarda Jordan

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    Las andanzas de la romantica y aventurera Aenlin en la Espana del Cid Campeador.

  • No debi quererte (Cruel Amor 5) de Flor M. Urdaneta

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    Han pasado tres anos desde la ultima vez que Rosie Keanton vio al chico del que siempre ha estado enamorada, el mismo que le rompio el corazon. Ella pensaba que lo habia superado, pero al reencontrarse con el, descubre que sus sentimientos son mucho mas profundos de lo que pensaba. El ha cambiado, ya no es el mismo chico sonriente y alegre que conocio hace tantos anos, se ha transformado en una persona hiriente y cruel. ?Que provoco que se convirtiera en El Senor Oscuro? Descubrir la verdad le costara lagrimas y mucho dolor. Cuando Ryan Wilson llega a Los Angeles, su proposito es retomar su carrera como guitarrista y compositor. Cree que es su unica oportunidad de recuperar un poco de lo que fue alguna vez y alejar asi el dolor de su corazon. Pero, aunque quiera enganarse, sabe que solo hay alguien capaz ayudarlo. No sera facil, su pasado es doloroso y su lucha interior entre el deber y el querer su eslabon mas debil. ?Sera Rosie la cura para su corazon roto, o terminara destrozando el suyo? ?Que pasara cuando "No Debi Quererte" se convierta en su lema?

  • Una historia de chicos guapos y un monton de zapatos de Cristina Prada

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    Lauren llega al aeropuerto JFK con las ideas muy claras. Sabe lo que quiere, pero tambien esta completamente convencida de que hay dos obstaculos demasiado guapos que le estan impidiendo dar el salto hacia la vida que quiere tener. Uno es Bentley, el editor de la revista Spaces, dentro del imperio del Riley Group. El otro es James, su novio de la facultad y su mejor amigo.

  • Binti. Hogar de Nnedi Okorafor

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    Cinco, cinco, cinco, cinco, cinco, cinco --susurre. Ya estaba ramificando, con los numeros dando vueltas a mi alrededor como granos en una tormenta de arena, y senti un profundo chasquido cuando algo en mi interior cedio. Produjo un dolor agradable, igual que al crujir los nudillos o estirar un musculo. Me hundi mas y halle calidez. Podia oler la sangre en mis venas y el aroma terroso del otjize que me habia aplicado en la piel. La habitacion desaparecio. La mirada sorprendida en el rostro de Okpala, mi profesora de matematicas, desaparecio. Aferraba mi edan, y las puntas de su forma estrellada se me clavaban en las manos. --Oh, cielos --murmure. Algo le estaba pasando. Abri las palmas ahuecadas. Como no sabia que no debia soltarlo, lo habria dejado caer si no me hubiese hallado en meditacion matematica profunda. Lo primero que pense fue en la bola de hormigas que vi una vez, con seis anos, rodando por una duna; asi se desplazaban cuesta abajo las hormigas del desierto. Habia corrido para observarla de cerca y chille con alegria y asco ante la fluctuante masa viva de sus cuerpos. Mi edan se retorcia y revolvia ahora como una bola de hormigas del desierto; las laminas triangulares que lo componian giraban, rotaban y cambiaban entre mis palmas. La corriente azul que habia invocado oscilaba rodeando y adentrandose entre las placas como un gusano. Se trataba de una nueva tecnica que me habia ensenado la profesora Okpala y que habia perfeccionado durante los ultimos dos meses. Incluso la llamaba la corriente del <> por su forma y porque requeria emplear la metrica de estos agujeros para activarla. <>, me dije. Una parte reprimida de mi queria lamentarse porque la corriente que atravesaba el edan lo estaba desmontando; debia parar, nunca seria capaz de juntar todas las piezas de nuevo. Sin embargo, abri la boca y volvi a susurrar el numero tranquilizador. --Cinco, cinco, cinco, cinco. <>, pense. Senti una rafaga de viento en la cara, como si algo hubiera pasado por delante. Me pesaban los parpados. Deje que se cerraran... -- oOo -- Me hallaba en el espacio. Oscuridad infinita. Ingravidez. Volaba, caia, ascendia, atravesaba el quebradizo polvo metalico de un anillo planetario. Unas piedras minusculas me acribillaban la piel. Abri un poco la boca para respirar y el polvo me azoto los labios. ?Podia respirar? Un aliento lleno de vida broto en mi pecho desde mi interior y senti que los pulmones se expandian, llenandome. Me relaje. --?Quien eres? --pregunto en el dialecto de mi familia una voz que procedia de todas partes. --Binti Ekeopara Zuzu Dambu Kaipka de Namib, ese es mi nombre --respondi. Silencio. Espere. --Hay mas --dijo la voz. --Eso es todo --repuse, irritada--. Ese es mi nombre. --No. El fogonazo de rabia que me atraveso me pillo por sorpresa. Pero enseguida lo acogi con agrado. Conocia mi nombre. Estaba a punto de gritarlo cuando... -- oOo -- ...Me halle de vuelta en el aula. Sentada delante de la profesora Okpala. <>, pense. <>. Esa furia era un sentimiento horrible. En casa, las sacerdotisas de las Siete Deidades podrian haber dictaminado que tal nivel de rabia era impuro. Uno de mis okuoko con aspecto de tentaculo se contrajo. Fuera, el segundo sol se estaba poniendo. Su brillo se mezclaba con el del otro sol e inundaba el aula de un color que me encantaba, una combinacion intensa de rosa y naranja que los nativos de Oomza Uni llamaban <>. Los ntu ntu eran unos insectos del planeta que ponian huevos de ese intenso rosa anaranjado que resplandecian con un brillo tenue en la oscuridad. La luz ilumino mi edan, cuyas partes simetricas flotaban ante mi en una red de corriente. Nunca lo habia visto tan desmontado y no habia sido mi intencion hacerlo. Lo que pretendia era que el objeto se comunicara por si mismo al filtrar una corriente entre sus trazados. Segun Okpala, eso solia funcionar y yo queria saber lo que mi edan tenia que decir. Sufri un pinchazo de ansiedad. <>, pense con desesperacion. Llena de alivio, observe que todas las partes del edan que se habian separado regresaban lenta y sistematicamente a su lugar. Completo de nuevo, el edan se poso en el suelo ante mi. <>, pense. Tanto el azul de la corriente que seguia envolviendo al edan como el intenso ntu ntu brillaban en la cabeza gacha de Okpala. Tenia una libreta y un lapiz de verdad en la mano, elementos muy terricolas. Escribia con frenesi con uno de esos rudos lapices que confeccionaba ella misma a partir de la rama de un arbol parecido al tamarindo que crecia cerca del edificio de Matematicas. --Te has caido de la rama --dijo sin levantar la mirada. Asi llamaba a ese momento cuando alguien estaba ramificando y de repente dejaba de hacerlo--. ?A que ha venido eso? Por fin habias conseguido que el edan estuviera dispuesto a abrirse. --?Eso es lo que hacia? ?Entonces es algo bueno? --La profesora se rio entre dientes sin dejar de escribir. Yo frunci el ceno y sacudi la cabeza--. No lo se... Ha ocurrido algo. --Me mordi el labio--. Ha ocurrido algo. Centre mi atencion en ella cuando alzo la mirada. Hubo un momento en el que me pregunte si era su estudiante o su objeto de estudio. Deje que la corriente se disipara, cerre los ojos y descanse la mente con la ecuacion tranquilizadora de f(x) = f(-x). Toque el edan. Solido de nuevo, menos mal. --?Te encuentras bien? --pregunto la profesora Okpala. A pesar de curarme con la ecuacion calmante, la cabeza empezaba a dolerme. Y entonces una ira cegadora me inundo como agua hirviendo. --Uf, no lo se --respondi, masajeandome la frente y con el ceno mas arrugado--. No creo que lo que ha pasado tuviera que pasar. Ha ocurrido algo, profesora Okpala. Algo raro. La profesora solto una carcajada. Aprete los dientes, enfadada. Otra vez. Tanta furia... No era propia de mi. Y ultimamente se estaba convirtiendo en parte de mi, porque ocurria muy a menudo. Pero ?mientras ramificaba? ?Como era posible? No me gustaba ni un pelo. Aun asi, llevaba un ano terricola trabajando con la profesora Okpala y si algo habia aprendido era que trabajar con cualquier tipo de edan, sin importar en que planeta se hubiera encontrado, significaba trabajar con lo impredecible. <>, solia decir Okpala. Cada edan hacia algo distinto por distintas razones. El mio, ademas, era ponzonoso para las medusas; aquello me salvo la vida cuando me atacaron en la nave. Por eso Okwu nunca venia a ver mis sesiones con Okpala. Sin embargo, si yo lo tocaba, no me producia ese efecto. Incluso me habia arriesgado a tocar el edan con uno de mis okuoko. Solo asi me di cuenta de que, por muy medusa que fuera esa parte de mi, yo seguia siendo humana. --Ha sido una deconstruccion aislada --dijo la profesora Okpala--. Habia oido hablar de ella. Nunca la habia presenciado. Bien hecho. Lo dijo con toda la tranquilidad del mundo. <>, me pregunte. Ensanche las aletas de la nariz para calmarme. No, eso no era propio de mi. El tentaculo volvio a contraerse y un pensamiento extrano y bastante solido se instalo en mi mente: <>. Me atraveso un escalofrio electrizante de rabia y pegue un salto. ?Quien intentaba hacerle dano? Me esforce por parecer tranquila. --Profesora, tengo que irme. ?Puedo? --dije. Dejo de escribir y me dirigio un ceno fruncido. La profesora Okpala era tamazight y, por lo que mi padre decia tras anos vendiendo a los tamazight, eran gente de pocas palabras, aunque contundentes. Podria haber sido una generalizacion, pero resulto ser cierto en mi profesora. Conocia bien a Okpala; tras ese ceno se daba toda una galaxia repleta de accion. Sin embargo, debia marcharme, y debia marcharme ya. Okpala alzo una mano y la agito. --Vete. Me levante y casi choque contra una maceta que habia detras de mi al darme la vuelta con torpeza hacia donde tenia la mochila. --Cuidado --me dijo--. Estas debil. Recogi la mochila y sali antes de que cambiara de opinion. La profesora no era directora del departamento de matematicas por nada. Seguro que cuando me conocio ya lo tendria todo calculado. No fue hasta muchisimo mas tarde cuando me percate del peso de esa sucinta advertencia. -- oOo -- Tome la lanzadera solar. Como el segundo sol se estaba poniendo, la lanzadera de la universidad se habia cargado por completo e iba a maxima potencia. Tenia forma de serpiente, pero era tan espaciosa que cabian cincuenta individuos del tamano de Okwu sin problema. La capa externa estaba hecha de la piel mudada de alguna criatura gigantesca que residia en alguno de los muchos bosques en Oomza. Me contaron que el cuerpo de la lanzadera era tan resistente que una colision no le dejaria ni un aranazo. Se apoyaba y viajaba sobre un lecho de <>, un aceite verde y resbaladizo secretado sobre la via por unas plantas insectivoras enormes que crecian junto a la estacion.

  • El sabor de tus besos de Lorraine Murray

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    Margot es duena de un restaurante en el barrio parisino de Montmartre. Pero la jubilacion de su actual jefe de cocina la obligara a tomar una decision tan arriesgada como inesperada.

  • El chico del chubasquero amarillo de Sweet Melibea

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    Alice Evans, disenadora de moda, esta comprometida con Edward Brown, socio del padre de Alice del emblematico hotel de los Evans.
    No obstante, no esta muy segura de dar ese paso, sobre todo cuando Josh, un profesor de musica, sencillo, con pelazo y ojos de infarto se cruza en su camino de forma accidental.
    El destino, a pesar de que Alice no cree en el, pondra a prueba su capacidad de eleccion para poder alcanzar la felicidad.
    ?Y Josh? ?Que papel tendra el en esa decision?
    Descubre esta divertida historia en la que el amor es el protagonista.

  • Poder contarlo de Ferran Torrent

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    Valencia, ano 1982. Messie y Llargo regentan varios negocios sospechosos, como una sala de juegos clandestina y combates de boxeo irregulares. Esta relativa calma se ve truncada cuando Messie convence a Llargo para rememorar los viejos tiempos y unirse a un antiguo socio y a dos jovenes de extrema
    izquierda que planean robar el importante banco Intrans.

  • Dos mil noventa y seis de Gines Sanchez

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    En el ano 2056 los servicios sociales han colapsado y los estados se han retirado de amplias zonas del mundo. La poblacion huye hacia el norte escapando de las epidemias. En una ciudad cualquiera, un grupo de familias cierran el pozo en torno al que viven y se unen al rio de desplazados. Muchos anos mas tarde la misma zona no es mas que un monton de ruinas donde sobreviven bolsas aisladas de poblacion, acuciadas por la sequia y el hambre. Alli viven Enis y Andera, un muchacho y una nina de ojos transparentes que juntos abandonaran la ciudad en 2096 y marcharan a traves de un mundo de soledad y desiertos interminables. Siempre hacia el norte, siempre en busca de la preciada agua. Hasta que den con una ciudad descomunal, en la que vive la tribu del misterioso Taner.

  • El hombre del corazon negro de Angela Vallvey

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    Mas de 70.000 mujeres cada ano son enganadas y sometidas a esclavitud sexual solo en Europa. Este es un dato extraido de los periodicos, pero en esta novela todas esas mujeres se resumen en Polina, una adolescente nacida en Moldavia cuyas ilusiones comienzan a desmoronarse en un tetrico sotano de Estambul. Muy lejos de los sollozos de la pequena, la historia comienza con la desaparicion de los cinco gatos de la viuda Hergueta en un barrio residencial de la periferia de Madrid. Los vecinos rusos resultan los primeros sospechosos, ya que su actitud es hurana y misteriosa. Gracias a sus contactos, las quejas de la viuda encuentran finalmente eco en Sigrid Azadoras, una agente experta en artes marciales, a la que la insignificante desaparicion de los gatos la llevara a adentrarse en el complicado entramado de las mafias del Este, una estructura que tiene sus raices en el desmoronamiento politico, economico y social de las ex republicas sovieticas.

  • Frio en Velesta de Axel Beiner

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    En el ano 2002, mientras una serie de acontecimientos violentos sacuden la ciudad de Barcelona, los limites del poder se funden en la comisaria de policia Pilar Brausse, una mujer alfa, destinada a dirigir la mejor unidad de elite de la Policia espanola. En Frio en Velesta, el lector se vera inmerso en escenarios prohibidos y descubrira algunos que ni siquiera imaginaba. Observara de cerca como los personajes se desenvuelven con soltura e impunidad, amparados por la ambicion, la venganza y una extrema violencia.

  • Deseada por el peligro (Secuestrada por el peligro 2) de Melissa Hall

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    Alanna Gibbs ha conseguido huir de sus secuestradores, volver a casa y despedirse de su mejor amiga ante una tumba vacia. Llena de ira y de presion, acepta el trato que le ofrece su padrastro Ronald; Encontrar a su padre y recuperar el dinero que este le robo al verdadero Vikram. Pero ella no podra llegar hasta Gael sola, necesitara la ayuda de las personas que la alejaron de su vida cotidiana durante meses.
    Bloody no esta dispuesto a caer una vez mas ante las promesas de un nuevo mafioso que insiste que es el verdadero Vikram, pero tampoco tiene pensando en pasar toda su vida en prision. Buscara a su viejo jefe en Mexico, siempre y cuando el supuesto Vikram acceda a ayudarlo en un par de problemas que tiene pendientes y no lo dejan dormir por las noches.
    Bloody no asume tener que reunirse con la chica que lo volvio loco. Aun asi, intentara acercarse a Alanna incluso cuando ella esta junto a su nuevo novio, Raymond, el cual no tardo en aparecer en la vida de ambos.
    ?Podran admitir que se desean por encima de todos los problemas que causo Gael y Shana? O, ?Alanna seguira sintiendose traicionada por la persona que la secuestro y la deseo sin darse cuenta?

  • Unas cuantas calles de Juan Francisco Polo

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    Politica, sexo y rock’n’roll para los chicos de barrio en el Madrid de los setenta.

  • Solo podria amarte a ti de Sandra Bree

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    Nueva York, 1880 Max Kerrick cerro la puerta del despacho con un golpe seco. Con pasos largos llego hasta el escritorio que estaba en el centro de la sala y observo la correspondencia amontonada. Todo estaba en riguroso orden, tal y como le gustaba. Los rayos de sol penetraban en la estancia a traves de los visillos blancos. La ventana estaba abierta y la tela se hinchaba con la brisa matinal refrescando el cuarto. Con manos temblorosas cogio el fajo de sobres buscando uno en especial. No le deberia ser dificil dar con el ya que lo habia estado ojeando hacia un par de horas. Sin embargo, no lo veia. A punto de llamar a su empleada aparecio la carta. Con un languido suspiro rodeo la mesa, se sento en la silla y se preparo a responder la misiva. No estaba contento en absoluto con lo que iba hacer, pero ya no tenia mas opcion. Despues de darle muchas vueltas habia llegado la hora de dar una leccion a su nieta. --!Esta nina del diablo! --mascullo entre dientes soltando la pluma por unos segundos. Se froto la sien apaciguando el dolor de cabeza. Ultimamente pensar en Valentine le provocaba molestias. !Ella no podia hacer lo que se le antojara! No lograba entender como habia cambiado tan de repente. Siempre habia sido una nina buena y dulce, y de la noche a la manana se habia vuelto una respondona y una desobediente. Estaba seguro de que la culpa era de ese hombre, de Trevor. Desde que el aparecio en Nueva York todo se habia vuelto patas arriba. De ser una familia intachable habian pasado a ser la comidilla de todos los chismes de las reuniones, tanto sociales como politicas. Y Max habia luchado mucho en su vida para mantener esa posicion que habia transitado de generacion en generacion, como para ahora permitirse el lujo de que su nombre fuese arrastrado por los suelos. Capitulo 1 Texas (El Paso) Era uno de esos dias calidos de junio en que los rayos de sol se filtraban en la estancia donde Jane Wingate habia ubicado el nuevo despacho de su hermano mayor, Wolf. En ese momento el aporreo la pared con el puno haciendo que uno de los cuadros cayese hecho anicos al suelo de piedra. Estaba enfadado, y no era para menos. Llevaba sonando con el rancho de Max Kerrick durante toda su vida, y de mil maneras diferentes habia estudiado el modo de hacerse con el, de restaurar la propiedad y darle unos usos que ahora no tenia. El rancho llevaba mucho tiempo abandonado de la mano de Dios. El se habia puesto en contacto con el dueno en varias ocasiones y habia llegado a ofrecer mas de lo que en si valia. Sin embargo, Max Kerrick habia rechazado todas sus ofertas. Pero ahora... ahora se la cedia mediante un contrato matrimonial. Lo malo de todo es que el no deseaba casarse. No era contrario a los esponsales, pero definitivamente odiaba que alguien quisiera imponerselo. Wolf Wingate era el mayor de cuatro hermanos y el responsable de sacar adelante a su familia. Su padre, Leonardo, era un borracho al que se lo podia encontrar mas facilmente en la cantina que en cualquier otro sitio. Mas de una vez habian tenido que recogerlo a altas horas de la madrugada en un estado de total embriaguez. Petter, el menor de todos, tenia doce anos y era el unico que parecia interesado en seguir sus pasos. Era responsable y le gustaba estudiar y aprender. Luego estaban Jane y Julian, que eran mellizos. Tan parecidos y tan dispares a un tiempo. Julian estudiaba en Inglaterra, o al menos fingia que lo hacia, ya que tenia que haber concluido su carrera hacia mas de un ano, puede que dos, y todavia no parecia acercarse el dia en que terminase. Pocas veces acudia a la casa familiar si no era por alguna ocasion especial o por falta de dinero. Y Jane, sin embargo, se creia duena absoluta de la residencia. Organizaba fiestas y reuniones redecorando continuamente las habitaciones y haciendo lo que le venia en gana. La ultima habia sido dejarse embarazar negandose a decir quien era el padre. Wolf intuia que se trataba de un hombre casado al que ella queria proteger. El caso es que esa ultima disputa con ella lo habia impulsado a acelerar su prisa por independizarse. Deseaba tener su propia casa y su propia vida sin la necesidad de sentirse avergonzado a cada momento por lo que hiciese su familia. Pero de ahi a casarse tan rapido existia un abismo. Posiblemente por genes maternos, su mente era agil y despierta, eso lo habia llevado a ejecutar varios negocios con bastante exito. Habia invertido mucho dinero en reses triplicando los beneficios. Con su duro esfuerzo y trabajo habia podido mantener el nivel de vida al que siempre habian estado acostumbrados. Es decir, antes de que Leonardo se diera al alcohol y al juego y comenzara a despilfarrar como si el dinero creciese en lo alto de los arboles. Si Wolf ahora era un ganadero de renombre, creador de su propio imperio, no era gracias a nadie mas que a si mismo. Wolf poseia tierras en Boston, era socio mayoritario de un club de hipica en Nueva York, y tenia una hacienda en Mexico llamada como su difunta madre: <>. Cerro los ojos y la vision del rancho Kerrick se aparecio ante el como un espejismo. Los altos muros exteriores de piedra gris, ahora semiderruidos y derrumbados por multitud de sitios; la casa agrietada de bellas lineas antiguas que alojaba toda clase de plantas y enredaderas creciendo de forma silvestre; el amplio terreno que lo circundaba, ideal para el pasto del ganado... La imagen desaparecio de su mente tan rapido como habia llegado. La entrada de su amigo Richard en la camara atrajo su atencion. --He escuchado el golpe y creo que no he llegado en buen momento, ?me equivoco? -- comento, observando la habitacion hasta que sus ojos oscuros se posaron en los restos del cuadro --. !Vaya, yo tambien actuaria asi si me hermana me hubiese puesto el despacho de esta manera! ?No es un divan demasiado femenino? Quiza si fuese en otro color en vez de ese rosa brillante seria otra cosa. Wolf no se habia fijado en eso y al hacerlo fruncio mas el ceno. ?Como diablos se le habia ocurrido a Jane poner ese mueble alli? Recorrio con la vista el resto del despacho. El divan no era lo unico desagradable, tambien lo eran el delicado servicio de te que decoraba una estanteria acristalada y la cenefa celeste que partia las paredes en dos. Tener una charla con su hermana iba a ser lo siguiente en hacer. De momento se limito agitar la carta que tenia en su mano. Sus ojos grises de mirada intensa y peligrosa le dijeron a Richard que Wolf no se hallaba asi por la decoracion del estudio. --?Que pasa? ?Te ha llegado la contestacion de Kerrick? Wolf afirmo. --Esta vez no me da una negativa directa, sino que me hace una contraoferta. --!Pero eso son estupendas noticias! --exclamo, jubiloso. --No lo son. --Wolf le hizo una senal para que se sentase en el divan, pero Richard prefirio el banco de madera que estaba junto a la estanteria. Ambos se conocian de toda la vida y entre ellos el afecto quiza era mas fuerte de lo que Wolf sentia por sus propios hermanos--. Su contraoferta no se trata simplemente de dinero. Richard aflojo el panuelo de seda que llevaba atado al cuello. --Entonces ?de que se trata? Wolf le tendio la carta y camino hasta la ventana, dejando vagar la mirada sobre los campos. Los rayos de sol banaban los trigales y los prados, y los colores verdes se mezclaban con los tonos dorados. --!Vaya! --silbo Richard, abrumado--. El viejo parece haberlo pensado muy bien --comento despues de leer--. Siempre se ha dicho que estaba un poco loco, y desde luego muy cuerdo no debe de estar si quiere entregarte a su nieta sin siquiera conocerte. --Dejo la carta sobre la mesa del escritorio y volvio a su sitio--. ?Que tipo haria algo asi? Wolf, con los ojos aun sobre el paisaje, se encogio de hombros. --Tu lo has dicho: solo a un loco se le ocurriria hacer algo asi. --Es una decision dificil. ?Que vas a hacer? --pregunto Richard. Se volvio a el agitando la cabeza. --No voy a pensarlo siquiera. Todo tiene su precio, pero el que el pide es excesivo. Richard solto un fuerte suspiro. --!Que desilusion! Supongo que eso significa que renuncias a la propiedad; bien, tal vez puedas ir mirando otras. Wolf apreto los punos contra las caderas. Richard sabia cuanto deseaba el aquellas tierras. --Si has leido bien, aunque me casase con esa mujer tampoco me otorgaria la totalidad. Ella tendria la mitad de todo.

  • La isla de las mujeres de Laura Perez Caballero

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    Un brujo, un Emperador, cientos de mujeres confinadas en una isla desierta y una muchacha misteriosa que llevara a cabo una ingeniosa y deseada venganza.
    Fantasia mezclada con brujeria, con supersticiones, con ambicion y con venganza.

  • Forastera (Forastera 1) de Diana Gabaldon

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    Recien acabada la Segunda Guerra Mundial, una joven pareja se reune por fin para pasar sus vacaciones en Escocia. Una tarde, cuando pasea sola por la pradera, Claire se acerca a un circulo de piedras antiquisimas y cae de pronto en un extrano trance. Al volver en si se encuentra con un panorama desconcertante: el mundo moderno ha desaparecido, ahora la rodea la Escocia de 1734, con sus clanes beligerantes y supersticiosos, hombres y mujeres rudos, a veces violentos, pero con una capacidad de vivir y de amar como Claire jamas habia experimentado en su anterior vida. Acosada por los recuerdos, Claire tendra que elegir entre la seguridad del futuro que dejo atras y la apasionante incertidumbre del pasado que ahora habita. En esta primera parte de la saga de Claire Randall -que continua con Atrapada en el tiempo, Viajera y Tambores de otono-, Diana Gabaldon ha escrito una historia de amor diferente, en la que los encuentros fortuitos y el juego equivoco del tiempo se conjugan en un intrigante final.

  • Cuando nos volvamos a encontrar de Marta Lobo

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    Vika es patosa, descarada, ironica, algo bocazas, pero siempre esta de buen humor. Ailean es metodico, algo cinico y siempre esta cuestionando a todo el mundo.
    Vika cree que el no tiene ni idea de como vivir. Ailean cree que ella basa su vida en vestidos de marca, zapatos de suelas rojas y frases positivas pegadas en un tablon lleno de cosas superficiales.
    Ella no se ha enamorado jamas y el ya no cree en el amor.

  • Uno de los tres Algo para recordar de Lucy Morton

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    Una nina de ocho anos no deberia acudir al funeral de su padre. No todavia. Para eso deberia estar realmente preparada; tener veinte anos mas como poco o, con un poco de suerte, cuarenta. Una nina de ocho anos aun necesita a su padre y su padre, necesita y merece verla crecer y disfrutar de todas y cada una de las etapas de su vida. Compartir con ella momentos. Conservar esos recuerdos hasta la vejez. Eso seria justicia; esto, no lo es. Los padres son fundamentales durante los primeros amores de sus hijas. ?Quien si no, le va a asegurar de que si hay chicos buenos cuando de adolescente grite y llore diciendo que todos son malos? ?Quien si no va a poner malas caras cuando venga a casa un adolescente con los pantalones caidos y el cabello sucio? ?Quien va ahora a protegerla de todos los monstruos que estan debajo de la cama? Acaricio el cabello rubio de mi hija. Cabizbaja y con los ojos llorosos, manosea el petalo de la amapola que lleva entre sus manitas. No ha querido ponerse el vestido oscuro, ha dicho que el preferido de papa es el rosa de flores y ese es el que lleva en el funeral. ?Como negarle algo asi? A el no le hubiera gustado el vestido azul oscuro. Me hubiera dicho: --Jean, no resalta su preciosa cara. Ponle otro. Le hubiera guinado un ojo a su hijita y, de inmediato, la hubiera subido a caballito. A mi siempre me duele la espalda y no puedo hacerlo. April ya pesa demasiado para mi. No escucho las palabras del parroco. Me niego a estar pendiente de los lamentos y las lagrimas de los asistentes al funeral del padre de mi hija. Me niego a creer que el que esta en el interior de ese ataud de madera de abedul sea el, cuando estaba tan lleno de vida. Prefiero pensar, mientras me concentro en el murmullo del viento, que el que esta dentro de la caja es un desconocido. O estoy aqui por simple compromiso. Un amigo mayor de mi padre o algo asi. Pero luego, miro a mi lado y no lo veo a el pasando el brazo por mi hombro, sonriendome y diciendome que todo ira bien. --?Existen los fantasmas, mama? --me pregunto April la noche anterior, solo unas horas antes de enterarnos del fallecimiento de papa. No supe que decirle. En vez de eso, me vi en la obligacion de decirle a mi madre que se quedara un rato con April y me encerre en el cuarto de bano a llorar durante dos horas. Me quede bien a gusto. Luego vino mi madre con una taza de te y me dijo que April se habia quedado dormida. --Tranquila, carino. Los ninos a esta edad son fuertes, lo superan todo. --No sabes lo unida que estaba April con su padre, mama --le dije yo, aceptando el panuelo que me estaba ofreciendo. --Todo pasara, Jean. Todo pasara. Cuando alguien te dice algo asi, es porque no sabe que decirte. Porque entiende todo el dolor que sufres en esos momentos y estupidamente cree que puede consolarte diciendote que el tiempo pasa y que, gracias a eso, las heridas se curan. Se van haciendo mas pequenas. Cicatrizan. Pero solo lo creen y quieren hacertelo creer a ti cuando sabes que, en realidad, mienten. Que todo es una farsa, un complot que se cierne a tu alrededor por tu propio bien. Por tu salud mental. Porque llega un momento en el que te escuecen los ojos de tanto llorar y te salen heridas en la nariz de tanto refregarte el panuelo en los orificios nasales. Porque llega un momento en el que te pesa hasta el alma y sientes que los latidos de tu corazon se han ralentizado hasta tal punto, que dudas hasta de si seguiran latiendo a la manana siguiente. Y aun asi, por mucho que te digan que el tiempo pasa, no pasa nada. No pasa nada. El tiempo pasa, pero el dolor no. El dolor sigue consumiendote, sobre todo cuando ves a tu hija, inocente y pura, preguntar que le ha pasado a papa y si ahora es un fantasma. Mi madre me da un codazo. El parroco ha dejado de hablar y me mira; puede que lleve asi varios minutos y yo no me haya dado cuenta. Miro a mi alrededor perdida y cojo la mano de April para acercarla hasta el ataud en el que deja la flor. Es entonces cuando el silencio se ve entorpecido por los llantos histericos e inconsolables de una nina que, al igual que yo, no puede creer que papa este dentro de ese ataud. Muerto. Quieto. Sin vida. Sin alma. Sin poder verla. Sin poder acariciarla. Sin poder hacerla reir. Sin nada. Nada. Nada. Nada. Ya no nos queda nada. --Hija... Se me parte el alma. Trato de cogerla, pero la nina se resiste a separarse del ataud. Todos los presenten exclaman palabras como: <>, <>, <>, <> y, mientras tanto, yo tengo ganas de gritarles que se vayan a la mierda; que me dejen estar sola con mi hija y que ambas, en cierta manera, al compartir el dolor, podamos ser capaces de consolarnos mutuamente y recomponernos. Con el tiempo. De nuevo el maldito tiempo. CAPITULO 2 -- Que la tristeza desaparece cuando dejas de pensar en ella, decian. Mentira. Que cuando sonries, tus ojos lo ven todo de otro color. Mentira. Que cuando proyectas pensamientos positivos el universo se confabula para concedertelos. Mentira, patranas. ?Que sabran ellos? Ilusos optimistas con una sonrisa boba en sus rostros. Hoy todo es de color negro. Hoy no ha salido el sol. Hoy, la "princesa" que se niega a ser como el resto de ninas y prefiere ser un caballero, un minero o todo lo que acabe en -ero en vez de en -esa, es solo la sombra de lo que fue. Porque su padre no esta con ella. Porque yo ya no se que hacer. DOS MESES MAS TARDE AHORA La mirada de April me dice que hoy tampoco esta bien. Sigue confundida, quiere saber que le paso a su padre y yo, imbecil de mi, sigo sin saber como decirle que su muerte fue del todo injusta. Que todo fue culpa de un destino o de un universo cabron. No, no deberia hablar asi. No deberia transmitirle toda mi frustracion y cabreo a mi hija. Por ella y solo por ella, deberia sonreir y tratar de estar bien. Ser mas amable, decir menos tacos y no dejarme llevar por los impulsos, que no son mas que el enemigo traidor del cabreo monumental que tengo en estos momentos. En todos y cada uno de los dias de estos largos y penosos dos meses desde que murio el padre de mi hija. --Te he preparado zumo de naranja y tortitas, ?quieres? April niega lentamente con la cabeza sin mirarme. --Tienes que comer algo. Ha perdido peso. Estoy empezandome a preocupar de verdad; quiza si seria buena idea ir a visitar a un psicologo tal y como me ha recomendado su tutora. --?Chocolate? Ni con esas. --?Que miras con tanta atencion? ?Tan fea me he levantado esta manana que no eres capaz de mirarme? --pregunto riendo. Tampoco funciona. --?Te ha mordido la lengua el gato? Demasiado mayor para gilipolleces. --Bueno, coge la mochila. Vamos al cole. La miro mientras recoge sus cosas para ponernos en marcha. Llegamos tarde, pero da igual. Hace tiempo que April no se pone un vestido, ahora prefiere llevar tejanos y camisetas de algodon como todas las ninas de su edad. !Con lo que le gustaban los vestidos! Ahora no son mas que un cumulo de polvo y una atraccion irresistible para las polillas que habitan secretamente en el armario. La ultima vez que la vi con un vestido fue en el funeral de su padre; a el le encantaban. <> Con la frustracion marcada en la expresion de mi rostro, lanzo el zumo de naranja que le habia preparado por el desague y las tortitas van directas a la basura. April sigue ignorandome, ya lista y esperando para salir. El viento de noviembre golpea nuestro rostro nada mas poner un pie en la calle. April se coloca bien el gorro e ignora mi mano. Ya no me da la mano. Caminamos a paso rapido cinco manzanas hasta llegar al colegio y, una vez alli, no me da un beso en la mejilla. Se limita a decirme adios con la mano y a reunirse con Sam y Lucy para entrar juntas al colegio. Me fijo en como un nino de su edad la mira y ambos se sonrien mutuamente. Pienso, pienso, pienso. Pienso en como conoci a su padre. Cuando April desaparece de mi vista, soy yo la que entra en el colegio justo cuando suena el timbre. Subo hasta direccion y toco dos veces a la puerta de la tutora de April, por si tengo suerte y aun la pillo dentro. --Jean --me saluda con prisas--. ?Hay algun problema? --No, ninguno. Bueno, lo de siempre, Ingrid. Ya sabes. He venido para pedirte el numero del psicologo de la escuela. --No creo que haga falta, Jean. --Hasta hace dos dias creias que si. --April necesita a su madre --dice sonriendo. --Su madre siempre esta ahi --respondo molesta. --Lo se, lo se... Tambien ha sido un golpe duro para ti, estoy convencida de que en cuanto tu lo superes, April tambien lo hara. --Han pasado dos meses. --?Por que no le cuentas la historia?

  • Las mil caras de la Luna de Eva Villaver

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    No tenemos que regresar a la Luna, porque siempre hemos estado alli.

  • Por orgullo de Sophie Saint Rose

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    Xana trabajaba en una discoteca y conocer a Philip fue un autentico regalo que no se esperaba. Un gran amigo para toda la vida. Asi que cuando fue a visitarle a Inglaterra, se llevo una sorpresa al conocer a su hermano que era totalmente opuesto a el e impresionantemente sexy. Era una pena que no la tragara.

  • ALEXY (Genesis 1) de Maricela Gutierrez

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    Alexy no es el tipico heroe que lucha por salvar a la humanidad, despues de todo, tiene sus propias batallas que librar. Para el no existe nada mas que su busqueda de venganza, aquella que ha perseguido durante siglos, hasta que aparecio ella, un angel en medio de la oscuridad.

  • La muerte de Ulises (Detective Kostas Jaritos 1) de Petros Markaris

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    La noticia llego mientras saboreabamos el cafe de la manana, ritual que Guikas habia inaugurado recientemente. Como se ha pasado media vida entrando y saliendo de los despachos ministeriales de todo tipo de partidos y autoridades politicas, en algun momento se entero de que los primeros ministros empiezan siempre su jornada laboral con un cafe y se apresuro a emular la costumbre. Para ser sincero, no tengo la menor idea de lo que hablan los jefes politicos con sus ayudantes mientras toman el famoso cafetito, pero nosotros hablamos de gilipolleces. De cara a la galeria, se supone que aprovechamos la coyuntura para dar un repaso a los asuntos y documentos de la vispera y trazar nuestros planes de accion para el dia en curso, pero la mayor parte de las veces perdemos el tiempo escuchando los recuerdos archivados en la cabeza de Guikas. Asi que, cuando sono el telefono y Guikas descolgo el auricular y me dijo: <>, tuve un presentimiento, que Vlasopulos me confirmo en el acto. --Se ha producido un asesinato, senor comisario. --?Se conoce la identidad de la victima? --Por supuesto. Es el escritor Lambros Spajis. La mujer de la limpieza ha encontrado su cadaver esta manana en su despacho. --?Y tu sabias que ese tal Spajis era un escritor famoso? -- pregunto extranado, porque a mi el nombre no me dice nada. --Yo tampoco lo sabia, pero he buscado en la Wikipedia y he encontrado su biografia. <>, me digo para mis adentros. <> --?Donde vivia la victima? --En la calle Romano el Meloda, que parte de la circunvalacion de Licabetos. --Bajo enseguida. Vlasopulos esta esperandome en el coche patrulla delante de la entrada de Jefatura. --He avisado a los de la Cientifica y al forense. Tambien he enviado un coche patrulla para que vigile la casa. La victima vivia sola. La casa de Spajis, una vivienda de tres plantas, debio de construirse mas o menos en los anos treinta. A la izquierda, segun se entra, hay una sala de estar llena de muebles antiguos y recuerdos de familia, sobre todo viejas fotografias. En un amplio sillon con apoyabrazos de madera torneada esta sentada una cincuentona de cabello negro y nariz aguilena, que permanece inmovil y con la cara hundida en las palmas de las manos. Enseguida veo que es extranjera, aunque no acierto a adivinar su nacionalidad. El agente joven encargado de custodiarla esta de pie junto a la ventana, fumando y admirando el paisaje. La cocina se encuentra justo enfrente de la sala de estar. A su lado, una escalera de madera conduce a las plantas superiores. Primero echo un rapido vistazo a la cocina. Los armarios estan cerrados y en el fregadero hay una pila de platos amontonados de cualquier manera. La nevera esta llena de frutas y verduras. En la segunda planta me esperan dos dormitorios. Entre uno y otro, un pasillo estrecho conduce al cuarto de bano. La victima debia de dormir en la habitacion de la izquierda, ya que alli los armarios estan llenos de trajes y ropa interior masculina. En la mesilla de noche hay un libro junto a un par de gafas. El segundo dormitorio, en cambio, da la impresion de que no lo utilizaban. Seguramente hacia las veces de habitacion de invitados. En el unico balcon de la casa malviven unas plantas canijas que, sin lugar a dudas, provocarian escalofrios a mi mujer. La tercera y ultima planta esta ocupada en su totalidad por un enorme despacho lleno de estanterias que cubren las paredes hasta el techo. Seguro que a Guikas le daria envidia, no por la gran cantidad de libros sino por las vistas, ya que a traves de las dos amplias ventanas se divisan Atenas y la Acropolis como servidas en bandeja. La luz que inunda el despacho presta un aspecto acogedor a todo lo que hay en el, salvo al cadaver, que esta tendido de bruces delante de la ventana izquierda con el craneo destrozado. La sangre ha creado un charco alrededor de la herida y ya aparece seca en las orejas de la victima y en el cuello de su camisa. No hay senales de lucha en la habitacion, cosa que significa que la victima conocia al asesino, que era persona de su confianza: por eso este ultimo pudo pillarlo por sorpresa y golpearle la cabeza mientras miraba por la ventana. No veo que mas puedo hacer en el despacho de Spajis, asi que decido bajar para interrogar a la mujer de la limpieza y dejo las demas tareas en manos de la Cientifica y el forense. En mitad de la escalera me topo con Stavropulos, el medico forense. --?Que tenemos? --me pregunta. --Un muerto con el craneo hecho pedazos. A la victima la golpearon por la espalda mientras miraba por la ventana. No he visto senales de lucha en ninguna parte, asi que el asesino debe de ser alguien conocido, teniendo en cuenta, ademas, que Spajis lo recibio en su despacho y no en la sala de estar. Quien lo mato no entro para robar. Vino para hacerle una visita. Stavropulos se ahorra todo comentario y sigue subiendo la escalera mientras yo me acerco a la mujer de la limpieza, que permanece en una posicion similar a como la deje hace un rato. Ahora apoya la cabeza en una mano mientras en la otra aprieta un panuelo de papel. --?De donde eres? --pregunto. Los funcionarios tienen que acreditar sus bienes, los inmigrantes tienen que acreditar su procedencia. --De Armenia. --?Llevas muchos anos al servicio del senor Spajis? --Nueve anos. Pobre senora Urania aun vivir. --?A que hora has llegado esta manana? --A las nueve, como siempre. --?Vienes todos los dias? --No. Dia si, dia no. Voy primero cocina. No espero encontrar platos sin fregar. Senor Lambros fregarlos siempre, porque el monte Licabeto estar cerca y haber hormigas. Despues me sorprendo mas. --?Por que? --Porque subir habitacion y ver cama hecha. --?El no se hacia la cama? --No, hacerla yo cada dos dias. Empezar a llamar su nombre: <>. Nada. Luego subir despacho y... !verlo! Se echa a llorar de nuevo y se seca las lagrimas con el panuelo de papel. --Muy bien, ahora vete a casa a descansar --le digo--. Manana pasa por Jefatura, en la avenida Alexandras, para prestar declaracion oficial. --Senor Lambros muy buena persona --dice ella mientras se pone de pie con esfuerzo--. Lastima morir asi. Mucha lastima. La dejo y subo a la tercera planta para ver que ha averiguado Stavropulos. Entretanto, los de la Cientifica han puesto manos a la obra. Stavropulos ha terminado el examen del cadaver y ya esta recogiendo sus instrumentos. --No puedo decirte gran cosa --explica--. La muerte debio de ocurrir entre las diez de la noche y la una de la madrugada. El craneo muestra senales de golpes reiterados con un objeto pesado. Probablemente, alguna bandeja o recipiente metalico, ya que encima del escritorio estan desparramados alfileres, sujetapapeles y gomas elasticas que Spajis debia de guardar en su interior. En cualquier caso, el asesino se llevo el arma del crimen. No la hemos encontrado en ninguna parte. --Registrad el escritorio y el ordenador --digo a Sfakianakis, de la Cientifica. El me mira sorprendido, porque acabo de mandarle hacer lo que es evidente. Vlasopulos sube jadeando la escalera. --Tiene una sobrina por parte de su mujer, que vive en Patras. No tenia mas familia. Era un hombre tranquilo. Parece que se mostraba abierto y amigable con todo el mundo. --?Algun testigo ha visto al asesino entrar en casa? --No. Claro que el hecho de tratarse de una vivienda unifamiliar complica las cosas, porque no hay vecinos inmediatos. --Muy bien. Avisad a Patras para que nos manden a la sobrina en un coche patrulla. Vamonos ya. De momento, aqui no podemos hacer nada mas. Y dudo mucho de que se encuentre nada que nos sea util.

  • El rey caido de Joaquin Sanjuan

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    La venganza es un sentimiento destructor, pero tambien constructor, pues destruye mundos y construye imperios; destruye civilizaciones y crea reinos donde no los habia; destruye vidas y crea alianzas; destruye amores, y crea, por que no, amor.
    Esta es la historia de una venganza de proporciones divinas: la de una diosa despechada. Es tambien la historia de una venganza de proporciones epicas: la de un gran rey. Pero es ademas la venganza del ultimo eslabon de la sociedad, de un ratero devenido en asesino.
    La venganza es lo que alza de nuevo al Rey Caido, y lo lleva a amenazar Saphir, en una espiral de miedo, de terror, que lo cubre todo y amenaza con destruir la vida como la conocemos. Solo un punado de Neonatos, dirigidos por el lider de sus asesinos sera capaz de plantarle cara, a la vez que huyen del acoso de la Legion de los Cien Corazones.
    ?Quien quedara en pie cuando las cenizas de la venganza se enfrien?
    Joaquin Sanjuan, autor de la saga de fantasia oscura Leyendas de Lacenor y de la antologia de relatos sobre Solomon Kane Cazadores de lo Imposible nos ofrece una nueva novela de fantasia epica en la que la oscuridad toma nombre propio.

  • Irina de Empar Fernandez

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    Una nina que sobrevivio al silencio y a la distancia, una novela sobre la tragedia del exilio republicano en Rusia.

  • Al escondite ingles de Reina Gonzalez Rubio

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  • Un juego muy peligroso 3 de Norah Carter, Monika Hoff, Patrick Norton

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    No, no me lo podia creer. Sola en esa celda, con esa chica que, gracias a Dios, se la llevaron rapido. Mi cabeza iba a reventar. Ahora tenia que esperar ahi a pasar a disposicion del juez. La noche era un calvario. Por un lado, odiaba a Ethan con todas mis fuerzas. Por otro, pensaba que era un sueno. Esa cama fria me daba asco, era incapaz de acostarme sobre ella. Pase toda la noche en el suelo sentada, lloraba sin consuelo, no se me quitaba de la mente la imagen de mi padre derrumbado. Era un dolor muy grande. Por la manana, escuche que venian hacia la celda. De repente, aparecio Bruno y me derrumbe. Era incapaz de recriminar nada. Solo queria respuestas. --Bruno ?Tu eres comisario de verdad? -- dije mientras el abria la celda con un policia nacional y yo me agarraba a los barrotes desesperada esperando respuesta. --Soy el jefe de Narcoticos, del departamento antidroga -- dijo mientras terminaba de abrir la puerta y me cogia para abrazarme. -- ?Que esta pasando Bruno? ?Por que me dijo que era juez? ?Por que lo acusan de narco? -- pregunte desesperada agarrando su camisa. --Escuchame, Maika. Vamos ante el juez. Tengo en mi poder el contrato que firmaste con Ethan para estar un ano trabajando con el. Tambien me dio tu amigo Marcelo todos los papeles de tu vida laboral. Avise a tu abogado y me he reunido con el. Quiero sacarte de esto hoy mismo. Vamos para el juzgado y di toda tu verdad, que te enamoraste de el y lo que te conto. Hazme caso, no digas nada que no sea eso. --Entonces... ?Es verdad lo que el me conto y que ahora lo estan metiendo en otro lio? --No, no es verdad lo que te conto, pero tampoco es un narcotraficante exactamente. Es muy dificil de explicar. Prefiero que lo haga el, ahora vamos primero a intentar sacarte de esto. --No entiendo nada -- dije siguiendolo mientras el pedia al policia que no me esposara. --No te lo digo mas, centrate en ti, deja que te saquemos de esta y ya hablaremos. Entenderas muchas cosas. --Bruno, lo odio -- dije metiendome en el coche. --Lo se, pero yo lo quiero como un hermano. Confio en el mas que en nadie en este mundo y creeme... lo apoyo. --Y a ti ?Por que no te han detenido? --Contra mi no tienen nada. Estoy ayudando en la investigacion. --Sigo sin entender nada. --Bueno, prometo que, si sales libre por esa puerta, quedo contigo y te cuento todo, luego tu decides si ver a Ethan o no. --No lo quiero ver, esto no se lo perdono y si no salgo del juzgado, dile de mi parte, que ojala se muera -- mis palabras estaban llenas de rabia cuando solte aquello por mi boca. Bruno ya no dijo nada. Callamos durante el resto del trayecto hacia los juzgados. El coche se detuvo despues de media hora y unos agentes que me iban a escoltar abrieron la puerta del coche para que bajara. Bruno no me acompano. Lo mire desde afuera y su rostro transmitia confianza. Pero yo me estaba sintiendo como si fuese una asesina, como si fuese una delincuente muy peligrosa a la que llevan anos persiguiendo. Y yo no era mas que una estudiante fracasada, una dependienta de una tienda de ropa, de esas tiendas que hay a miles en cualquier lugar del mundo. Ahora estaba alli, en un juzgado. Seria condenada por una serie de delitos que yo ni siquiera conocia. Quiza me habian involucrado en una serie de acciones criminales de las que yo no era consciente. Joder, yo no hice nada malo. Yo no apunte con un arma a nadie. Ni amenace, ni chantajee. Solamente me enamore de un tipo que me dijo que era juez. De un hombre que quiso ser amable y generoso conmigo. Cierto es que su personalidad a veces era cambiante y existia la sospecha de que me ocultaba algo. Pero, ?narcotraficante? No daba credito. !Que cojones estaba pasando con ese hombre y que demonios estaba pasando conmigo! Senti la humillacion. Obedecia y arrastraba los pies como una automata. No sabia que iba a ser de mi vida. Pero se me paraba el corazon con solo pensar que podia acabar en una celda, teniendo como companera a una asesina o a cualquier mujer violenta. Temblaba con el hecho de que podia pasar el resto de mi juventud entre rejas. No. No podia ser verdad.

  • Nerd. Chantaje 2.1 de Mia Del Valle

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    Carmela y Geronimo son grandes amigos desde la adolescencia, y se puede decir que se conocen tanto que puede llegar a ser molesto, ambos compartieron vacaciones, salidas, tambien se consolaron luego de algun amor fallido y camuflaron grandes resacas con sus familias fingiendo males e inventando mentiras de todo tipo.
    Ellos se quieren y odian en partes iguales, Gero es un mujeriego empedernido, Mela una maniatica controladora y aman llamarse con despectivos sobrenombres como "blonda tonta" y "estupido nerd" y aunque la mayor parte del tiempo la dedican a discutir, una noche su amistad se vio levemente alterada, cuando tras una mala cita Carmela busco refugio en los brazos de su amigo Nerd, traspasando de esa forma la barrera chica-chico que siempre tuvieron por norma.
    De un momento a otro Carmela debera poner sobre la balanza su amistad con el mujeriego numero uno, sabiendo que quien juega con fuego puede salir quemado.
    En esta oportunidad Mia del Valle nos presenta la historia de Carmela y Geronimo, amigos de Clara <> Nerd, una novela romantica, acida y llena de humor.

  • Entregate a Mi de Tia Louise

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    Patton Fletcher es
    Exigente.
    Determinado.
    Muy atractivo y, por si fuera poco...
    Mi nuevo jefe.

  • Tuyo Para Siempre de Gwendolen Hope

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    A este tengo que hacerlo sufrir. Es parte del encargo, y si ese fue el pedido, solo puedo pensar que debe merecerselo. A mi, honestamente, no me importa. Puedo usar el baston y demorar unos cuarenta segundos o tomarme dos buenas horas en la bodega que Turturro pone a mi disposicion para esta clase de trabajos. Este, por ejemplo, debe terminar en la bodega, eso fue lo que me dijeron. Y alli terminara. Apago el cigarrillo y lo veo saldar la cuenta del restaurante con el camarero. Tiene el estomago colmado con su ultima cena y yo estoy listo para irme con el. Ha dejado de nevar pero la calle aun se encuentra resbaladiza, por este motivo una mujer que pasa a mi lado esta a punto de perder el equilibrio y habria terminado en el suelo si el hombre que la acompanaba no la hubiese sostenido. Rien del accidente que han evitado, luego intercambian algunas palabras, se besan rapidamente en los labios y me superan. La gente feliz me deja totalmente indiferente; no la envidio, no la compadezco. Simplemente no comprendo como se puede tener tanta necesidad de alguien mas. Sera que yo siento que no necesito a nadie. Me envuelvo con mas fuerza en mi chaqueta. Hace frio. Tengo que estar listo. Miro al otro lado de la calle. Mi objetivo ha pagado la cuenta pero aun no ha abandonado la mesa. Esta estudiando su telefono. Escribe, escucha una nota de voz. Luego, a su vez, graba una. Soy paciente, metodico, no me importa esperar, ni bajo la nieve, ni bajo el sol que quema la piel. Lo importante es completar con exito el trabajo que me han encomendado. Finalmente hace a un lado su telefono y se pone de pie. Se coloca su abrigo, en el ingreso saluda al maitre, quien le hace una reverencia. La ultima. Atraviesa la puerta del restaurante y se encuentra en la calle. Yo cruzo, comprobando fugazmente que no vengan coches, y me posiciono detras de el. Confundirse entre las personas que pasan, hoy es facil. Son las nueve de la noche y estamos proximos a Navidad, las calles del Queens estan repletas de personas que van en todas las direcciones, con las cabezas gachas y las manos llenas de regalos y bolsas de compras. Todos estan atontados por las luces, nadie mira exactamente donde deberia. Regresan a casa para cenar o pasar la noche luego de una jornada de trabajo y diligencias. La gente es adicta a estos habitos, tanto que no nota lo demas, lo que la rodea, los detalles. Mi hombre no es la excepcion. En lugar de girarse cada tanto para comprobar si alguien lo sigue, mira fijo, saca el telefono y responde una llamada, termina y devuelve el movil al bolsillo. Y con todo, no se trata de un santo, una minima sospecha deberia tener. Sin embargo, no. Se detiene en una tienda y me veo obligado a demorar el paso y luego a detenerme tambien yo, a distancia para no ser descubierto. Finjo estudiar un escaparate pero lo mantengo bajo control con el rabillo del ojo. Cuando las calles estan discretamente atestadas es dificil hacer lo que tengo que hacer sin ponerme en evidencia. Pero no me importa. Ni un gramo de preocupacion pesa sobre mi alma. Me siento completamente vacio y no me detengo a preguntarme si eso es algo bueno o malo. Mi objetivo comienza a caminar de nuevo y lo mismo hago yo. En la esquina gira. Se dirige a buscar su coche. Vive un tanto lejos de aqui y yo he estudiado bastante bien sus movimientos como para saber que no utiliza medios de transporte publicos. Se mueve en su propio automovil y nosotros estamos en las proximidades de un gran parking subterraneo. Podria haberlo dejado alli abajo. Parking subterraneo quiere decir camaras de vigilancia. Tengo que poder interceptarlo antes. Para mi sorpresa, no baja al aparcamiento sino que se dirige a otro lado. Gira en un callejon aun menos concurrido. Se acerca a un coche pequeno, coge las llaves de su bolsillo y, mientras tanto, mira una vez mas al telefono. Esta maldita mania de los moviles hace que la gente se vuelva estupida, como el. Si no estuviese mirando su telefono, podria ver a un hombre con gorro de lana aproximandose y tener una pequena duda acerca de lo que quiere. Pero no, no lo hace. De modo que, cuando apresuro el paso, me avecino y le hablo, desconoce por completo la situacion y no se encuentra preparado. --?Tienes fuego? --le pregunto cuando estoy practicamente a su lado. --No --responde en forma poco cortes y sin levantar la vista. Mirar menos el telefono en ocasiones puede salvar vidas, seria necesario tenerlo presente. Ya he sacado la mano derecha del bolsillo, la que empuna la pequena jeringa llena de Rohypnol. La clavo en su cuello con un gesto seco. Se gira, insulta y me mira primero con sorpresa y luego con terror. Sostengo su mirada mientras tomo las llaves directamente de su mano. Con un brazo rodeo su cintura para evitar que caiga y con el otro abro la puerta del coche. Se ha aflojado y rapidamente lo deposito en el asiento del conductor, luego con un par de maniobras muevo su cuerpo al sitio del pasajero. Le ajusto el cinturon de seguridad y me ubico detras del volante. Su cabeza se balancea, la posiciono de modo tal que parezca que esta dormido. Bien, ahora puedo trasladarlo a mi lugar secreto para terminar aquello con lo que acabo de comenzar. Si debe sufrir, sufrira. *** Me tomo cuatro horas, de las cuales una la utilice para limpiar. Sali del viejo sotano arrastrando dos bolsas de residuos negras y reforzadas. Las cargue en el furgon para descartarlas. Luego regrese y limpie con meticulosidad. Lo hago siempre, cada vez que vuelvo aqui todo debe estar en perfecto orden. Me muevo en absoluto silencio, como de costumbre. Ninguna distraccion, nada de musica, nada de pensamientos que se entrometan en mi cabeza. Es mi trabajo, lo demas no me importa. Llevo el furgoncito al vertedero que funciona dia y noche. Hay un hombre de Turturro en el ingreso. Me conoce, sabe que debe dejarme pasar y de hecho lo hace, levanta la barrera sin hacer preguntas y estoy dentro. La maquina que se ocupa del tratamiento de los residuos trabaja siempre y yo despacho alli los dos sacos. Hecho. Giro y me voy sin sentir nada: ni alivio, ni remordimiento, ni nervios. Nada de nada. ?Que puedo hacer? Beber algo. En este momento, es la unica idea que consigue despertar algo de interes en mi. Subo nuevamente al furgon y lo llevo al sotano. Tomo el coche y conduzco hasta un bar que se encuentra en la carretera principal, al que visito con bastante frecuencia. No dejo que nadie aqui dentro se me acerque demasiado ni entre en confianza conmigo y, mientras nadie ponga atencion en mi, podre continuar viniendo. Me siento en la barra y el barman me pregunta que quiero. --Un whisky solo --respondo. He aprendido a decirlo asi, aunque lo que verdaderamente querria es un rakija torcibudella, de esos que bebia cuando era chico en Sofia. Tomaba fundamentalmente brlja porque el alcohol de calidad no podia permitirmelo. Bebo pequenos sorbos del liquido, disfrutandolo. Es lo unico bueno, lo unico que esta noche puede suscitar un sentimiento positivo en mi. Pero pronto se acaba y deja tras de si un sabor amargo. Apuro la copa y abandono el bar. Necesito descansar. Capitulo 2 Anna Han llamado a la puerta. --!Yo voy! --Ya estoy bajando las escaleras que del piso de arriba conducen al salon, por lo tanto no me cuesta nada acercarme a la entrada. Tocan nuevamente, quien quiera que sea debe estar impaciente y yo se quien es. --!Voy! --digo en direccion a nadie en particular. Abro la puerta de casa y una rafaga de aire frio me golpea precisamente en el momento en que veo a mi hermana y a su novio en el portico. --Haznos pasar, !hace un frio de perros! Su entrada a la casa trae salpicones de agua mezclada con nieve por doquier y una sensacion de frio intenso y penetrante. Rose tiene un abrigo verde salvia que se enlaza en la cintura y que cubre gran parte de sus piernas. Guantes, bufanda y gorro son negros, al igual que su bolso. Pero su bufanda es demasiado ligera y el gorro lleno de lentejuelas es solo decorativo si se tiene en cuenta el frio que hace por estos dias. Ronald, su novio, es tan elegante como ella pero sufre menos el frio. Su abrigo gris debe ser pesado, con toda esa piel de oveja en el interior, y ademas lleva guantes acolchados que parecen mantener sus manos bien calientes. Para los hombres es mas simple ser elegantes. Para los hombres todo es siempre mas facil, al menos en mi familia. Rose hace que Ronald la ayude a quitarse el abrigo y mientras tanto no deja de hablar. Se deshace del sombrero y una cascada de cabellos oscuros y gruesos flota sobre sus hombros. Sus ojos brillan por el entusiasmo. Ha vivido alguna aventura, esta contenta y no puede esperar para contarnoslo. --?Donde esta mama? Tenemos que hablar del almuerzo de Navidad, aun no hemos acordado la segunda parte del menu y debemos hacerlo cuanto antes. Los padres de su novio pasaran Navidad con nosotros y Rose quiere causar la mejor de las impresiones. Es por eso que en estos ultimos dias previos al evento esta siempre alterada y nerviosa. Sera la ocasion perfecta para una presentacion oficial, un paso mas para sellar la amistad de nuestras familias. Yo no tengo novio, por lo tanto no puedo comprender que se siente pero creo que, incluso si lo tuviera, de todos modos no entenderia. Rose y yo somos completamente diferentes y no solo esteticamente hablando. Ella tan femenina y refinada, y yo tan simple y practica. --?En que punto te encuentras con tus regalos? --me pregunta jadeante mientras hurga en su bolso. --Voy bien --respondo. Para no decir que no he comenzado aun. --Debes darte prisa, si esperas al ultimo minuto no encontraras nada. --Ha cogido su celular y comienza a revisar sus mensajes. No encontrar nada en Manhattan es practicamente imposible, pero no se lo senalo porque Rose esta en pleno delirio. En cambio miro a Ronald, quien me hace un guino comprensivo que yo devuelvo con una sonrisa. En terminos generales me gusta Ronald, es perfecto para Rose. Y no lo pienso solo yo, lo piensa tambien mi familia y en especial mi padre, Joe Turturro. Si el no lo quisiera, mi hermana no podria ver a Ronald ni siquiera con binoculares. En la familia Turturro uno no se casa por amor o por eleccion. El matrimonio es un contrato, un trampolin, un modo de estrechar alianzas entre familias. Afortunadamente mi padre quiere. Y quiere porque Ronald es un Russel y su familia es lider en el sector de la cria intensiva de aves de corral. Parece que, para mi progenitor, los Russel son socios indispensables en la gestion de su cadena de restaurantes. Sea como sea, Ronald es un hombre guapo, parece enamorado de Rose y eso es suficiente para mi. Sera el mechon rubio que cae sobre su frente o ese aire de principe azul de cuento de hadas. Son perfectos el uno para el otro, como dos piezas de un puzzle que encastran a la perfeccion para formar un diseno. Los sigo al gran salon de la planta baja, alli a donde me dirigia antes de que llamaran a la puerta. El gran pino fue ubicado frente a la ventana que da a la calle. Siempre en el mismo sitio, cada ano, desde que tengo memoria el arbol de Navidad en mi casa nunca ha cambiado de ubicacion. Marita, nuestra ama de llaves, esta de pie en el ultimo peldano de las escaleras y sigue con la frente fruncida las instrucciones de mi madre que le dirige: un poco mas arriba, un poco mas abajo, para colocar la guirnalda. Mi madre lleva un vestido moteado que no estiliza su figura en absoluto, pero a ella no le importa porque es de disenador y eso es lo unico que basta para convertirlo automaticamente en una prenda apta para formar parte de su guardarropas. No puede conjugar la pasion por la moda con la que siente por la mesa, especialmente por la pasta y los platos italianos, pero tambien eso parece no interesarle. Para ella unicamente es importante hacer ver que tenemos dinero, lo demas viene solo. --Rose, Anna, vengan aqui. ?No deberia estar mas alto ese grupo de bolas rojas? ?Aquel bajo el puntal? !Marita, date prisa con ese puntal! --Marita se pone en puntillas balanceandose hacia delante y hacia atras y por un instante pienso que sucederia si cayera de la escalera. Mi hermana se lanza inmediatamente en la discusion y tambien ella le da instrucciones a Marita. A mi, sinceramente, no me importa. Solo me limito a notar lo similares que son mi madre y mi hermana. Rose es mas alta y mas delgada pero dentro de treinta anos sera redonda como mama. Tienen los mismos ojos oscuros y el cabello de una tonalidad de negro que parece casi azul. Ambas poseen un desarrollado sentido del buen gusto y no saldrian de casa si no pudieran hacer combinar correctamente zapatos y bolso. Yo soy diferente. Tengo la impulsividad y la impaciencia de mi padre, ademas de dos ojos de color verde melancolico y tez clara. Verde melancolico. No verde claro u oscuro o verde intenso. Durante un periodo lo defini como "bosque" para ser menos cruda, pero mi madre siempre ha dicho melancolico, un adjetivo que por si solo tiene el poder de absorber toda la poesia del verde. Luego esta mi palidez. Siempre me veo asustada, con estos grandes ojos que destacan en un rostro demasiado redondo. No soy fea, pero tampoco guapa, lo que es seguro es que soy muy diferente a Rose. No tengo su altura, no tengo su clase, no tengo su belleza. Solo tengo el mismo apellido. Marita ejecuta las ordenes de pie sobre la escalera, mientras mama y Rose no consiguen decidirse. Llaman nuevamente a la puerta. Estoy lista para ir otra vez, ya que soy la menos implicada en la decoracion, pero Ronald me detiene en el corredor tomandome por un brazo. Literalmente me frena, con bastante energia, como si pudiera escapar de su agarre. --Deja, voy yo. --No entiendo el por que pero le hago un gesto de asentimiento con la cabeza. Me adelanta y con su altura obstruye mi campo visual. No deberia importarme, pero soy curiosa por naturaleza y el brazo por el que Ronald me ha cogido me duele todavia un poco. Echo un vistazo nuevamente hacia el salon y luego miro la entrada. La puerta esta abierta, hay un hombre en el umbral, que veo con dificultad debido a la presencia de Ronald. Intercambian algunas palabras, luego el prometido de mi hermana lo hace entrar y entonces yo lo veo al pasar. No lo conozco, debe ser alguien que esta aqui para ver a mi padre. Es alto, robusto y macizo. No me mira. Giro de inmediato la mirada hacia el corredor que lleva al estudio. Ronald va a sus espaldas, escoltandolo, aunque el desconocido es mas alto y poderoso que el. Ambos desaparecen rapidamente de mi vista. Un escalofrio recorre mi cuerpo. No se por que, pero ese hombre me ha causado un sentimiento de inquietud y miedo. Rose se asoma. --?Ronald? --Esta con papa --respondo-- con un tipo que acaba de llamar a la puerta. --Quisiera agregar "alguien que mete miedo con solo verlo" pero me contengo. Fue simplemente una sensacion y es usual que a casa vengan personas desconocidas, socios de negocios de mi padre. Pero son en su mayoria hombres distinguidos, envueltos en abrigos de cachemira, no tipos grandes y robustos que parecen recien salidos de la carcel. --?Quien? --No lo se. Casi dos metros de alto, macizo, no le he visto bien la cara. Rose no responde, entonces dejo de mirar el corredor y me giro. Su rostro esta serio, casi asustado. --?Lo conoces? Pero no tiene tiempo de responder porque la voz de mi madre interrumpe la conversacion. --?Quereis venir? ?O tengo que hacer todo sola? *** Han pasado mas de cuarenta minutos. Casi hemos terminado de adornar el arbol y yo he ido cien veces del salon al corredor, asomandome con frecuencia ante el mas minimo sonido. Quiero ver al hombre que se encerro con Ronald en el estudio de mi padre. Tengo curiosidad, ni siquiera yo se por que. Era tan alto, grande, con un aire esquivo y misterioso. No misterioso. Temible. Debo llamar a las cosas por su nombre. Estoy colocando las guirnaldas que hemos decidido no usar en la caja que se encuentra justo fuera de la sala de estar, cuando escucho que la puerta del estudio de mi padre se abre y luego se cierra. Pasos en el corredor. De dos personas. Me tenso pero permanezco inclinada guardando los adornos y luego levanto la cabeza para mirar. Ronald escolta al desconocido hasta la puerta de entrada. Lo miro nuevamente, esta vez de espaldas y una vez mas tengo la sensacion de encontrarme junto a un hombre que da miedo. Ronald abre la puerta de casa. No se estrechan la mano y el hombre se marcha ya. Yo estoy inmovil, como hipnotizada, mirando ese par de hombros gigantes que hacen parecer pequeno incluso al novio de mi hermana. El sujeto voltea por un instante en mi direccion. Ahora si, me ha visto, estoy segura. Por una fraccion de segundo nuestras miradas se cruzan y advierto una extrana sensacion en la base de la espina dorsal, como un hormigueo insistente, una senal de alarma que induce a escapar a toda velocidad sin mirar atras. Me siento como paralizada mientras Ronald abre la puerta y el tipo sale. Se va. El novio de mi hermana abandona el corredor y regresa sobre sus pasos en direccion al estudio de mi padre. Hay algo en el suelo, un trozo de papel, tal vez un boleto, no se que es. Yace alli, en la alfombra. Sin pensarlo, avanzo hasta la puerta ahora cerrada. Podria ser suyo, del hombre que acaba de dejar nuestra casa. Podria ser importante o no representar nada. No estoy segura que es lo que me lleva a hacerlo, pero abro la puerta. Una rafaga de aire frio me golpea, como antes, sin piedad, pero de todas formas avanzo y bajo los pocos escalones que separan nuestra casa de la calle. El hombre de enorme figura y contextura de luchador ha hecho varios pasos ya y esta casi llegando a la esquina. Mis pantuflas se empapan con la nieve y mis pies comienzan a enfriarse, pero de todos modos avanzo, con una mezcla de temor y expectativa. Ni siquiera se por que lo estoy haciendo pero probablemente me arrepentire. --!Disculpe! --llamo. Pero el no voltea. Hay viento y avanzo con dificultad. --!Hey! --continuo y lo alcanzo. Mi voz tan cercana hace que se gire y, en el instante en el que voltea su cuerpo hacia mi, me pregunto que se me paso por la cabeza. Me detengo y siento que me falla la respiracion. El me mira y yo no se que decir. Parece que lo he olvidado. El hecho es que hay algo raro en su cara. Tal vez la mirada. Si, debe ser eso, tiene un ojo mas abierto y en el otro el parpado esta algo bajo, ambos son de un azul intenso pero no exactamente identico. En conjunto posee una belleza ruda y desconcertante, una belleza no para ser admirada sino temida. De cerca su rostro es serio. Si esta sorprendido no lo deja ver, mas bien parece indiferente. No sabria bien como definir su aspecto, sino diciendo que me resulta interesante en un modo tosco y casi temible. Tiene la barba rasurada pero evidentemente, acaba de volver a crecerle, negra y poblada. Sus cabellos, por lo poco que se puede ver en las sienes, son oscuros y cortisimos y sus labios estan cerrados y se ven duros. Parece un condenado a cadena perpetua que evadio su pena. Esta comparacion me salta en mente tan de repente que ciertamente no consigue tranquilizarme. No dice nada, espera que yo le esclarezca por que lo detuve. Y subitamente parece que lo he olvidado. Extiendo la mano, la que tiene el folleto y, para mi gran pesar, tiemblo. --Creo que se te ha caido a ti --le digo tendiendole el papel pero mirandolo a los ojos. Esos ojos: ?que tienen de diferente? El alarga su mano y toma lo que le doy sin dejar de mirarme. Nuestros dedos se rozan ligeramente pero no esta prestando atencion a mi mano. Me mira solo a mi. No dice gracias, no dice nada. --Tal vez es importante --dejo caer avergonzada. Algo no esta bien. ?Por que no habla? ?Por que no dice nada? Aunque sea un simple gracias seria suficiente para romper la tension. --Ok, era solo eso --agrego casi arrepentida de mi impulsivo gesto. Yo soy impulsiva. Si no lo fuera no lo habria seguido, me hubiese quedado adornando el arbol de Navidad y no hubiese pasado mas de media hora con las orejas paradas para controlar quien salia del estudio de mi padre. Ahora que he aplacado mi curiosidad, ?que he ganado? Solo verguenza. Cuando ya he perdido las esperanzas de que este tipo pudiera decir algo, me sorprende. --Gracias --pronuncia con un acento extrano. Tiene una voz baja y profunda. --De nada --respondo. Es extranjero, seguro. --?Como te llamas? --me arriesgo. Si ha hablado una vez... Parece pensarlo mientras no deja de penetrarme con sus ojos. Luego mira a su alrededor, como comprobando si habia alguien mas ademas de nosotros, como si satisfacer mi curiosidad no fuese una buena idea y estuviese dispuesto a hacerlo solamente si no hubiese gente en las inmediaciones. --Andrei --responde al final. Definitivamente es extranjero. --Entonces, !chau, Andrei! --digo. El no me devuelve el saludo. Simplemente me da la espalda y se va.

  • Dormido en el alma de Gely Santamaria

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    Lela era una nina feliz, viviendo su infancia en la Espana de la posguerra, pero la vida le empezo a arrebatar cosas, la primera a su madre a los 9 anos, despues al amor de su vida, Ricardo y por ultimo a sus hermanos. Los avatares de la vida la llevaron al otro lado del mundo, separandola de todo y de todos. Ella pensaba que ya no merecia la pena vivir, pero la vida le tenia reservada una gran sorpresa.

  • La batalla de Occidente de Eric Vuillard

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    El conflicto con que Europa inauguro el siglo XX, la Primera Guerra Mundial, fue una masacre sin justificacion alguna y cuyas causas se nos antojan carentes de sentido. Desencadeno la caida de varios imperios, una gran revolucion y una carniceria sin precedentes. Todo eso provocado por unos tiros de revolver… Eric Vuillard, a su personalisima manera historica, politica y polemica, elige puntos de vista ineditos para narrar episodios de esa Gran Guerra que desde 1914 a 1918 desangro a Europa, para poner el foco en el atentado de Sarajevo, en las estrategias alemanas y francesas, en las alianzas inexorables, en las ideas de pensadores <> como Schlieffen, Clausevitz y Carnot, y seguir el trazo de los dolares de la guerra, asi como las huellas de algunos asesinos. Sin olvidar a los muertos, los prisioneros, los deportados y los mutilados una vez acabada la contienda. Quiza hicieron falta mas de diez millones de muertos para que, por primera vez, todas sus tumbas se parezcan.

  • En esto del amor. La primera escoba, la segunda senora de Cristina Serrano

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    Una chica llena de ilusiones con gran talento para el dibujo.
    Un hombre enamorado que se propondra conquistarla.
    Nada volvera a ser igual para la joven madrilena, porque es muy sencillo confundir amor con dependencia. Cuando se percata del error ya es tarde, no encuentra el modo de romper esa relacion obsesiva que la esta consumiendo. Solo el amor verdadero la mantendra viva. Un amor secreto que aparecera por sorpresa, que guardara consigo y no querra mostrar ni siquiera al implicado de sus suenos.
    Una historia distinta, emotiva. No te dejara indiferente.

  • Tu, irremediablemente tu de Inma Munoz

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    Han pasado siete meses desde que la vida de Salma dio un giro radical. Cansada de todo y motivada por sus amigas, se propone vivir un apasionante verano. Con el intentara pasar pagina y cerrar ese capitulo tan intenso de su vida. ?Sera el destino quien guie sus pasos?
    Tras “Tu, me gustas tu”, llega el final de esta apasionante historia de amor y con ello las respuestas a todas esas preguntas que quedaron en el aire.

  • La preparadora de juicios de Francisco Marco

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    Del famoso detective de Metodo 3*Un impactante thriller que desvela los entresijos del poder, el lujo y la corrupcion de nuestro pais.
    Los tribunales tienen su propios rituales y tambien secretos que encubren pasiones desmedidas de lujo, sexo, dinero y poder... Solo la preparadora de juicios los conoce.
    Barcelona. Nestor Sanchis es un detective privado con una vida sencilla y feliz, hasta que Ricardo Corbin, uno de sus clientes, acaba en prision. No sabe por que lo han encarcelado, pero esta dispuesto a saber la verdad, cueste lo que cueste.Mientras tanto, en Madrid, Tomas Sanchez de Gamonal, un banquero reputado, acaba tambien entre rejas. Hay quien considera que es culpable. Hay quien cree que se trata de una vendetta personal de un juez que quiere deshacerse de el. Pero, ?quien esta en lo cierto? Entre las dos ciudades se va tejiendo una red de contactos, sobornos, amenazas y secretos que afecta a muchas mas personas que los cuatro principales implicados. Una red que va apretandose alrededor de los cuellos de aquellos que no se lo esperaban. Porque la informacion es poder. Y el poder siempre tiene un precio.

  • El sol brilla por la noche en Cachemira de Andres Pascual

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    Inspiro, espiro. ?Por que mi cuerpo se aferra a la vida, si lo unico que quiero es morir? Me apoyo en la barandilla del puente y sigo con la vista el avance lento de una barca cargada de telas. La mujer que la guia, ataviada con un sari agitado por el viento, introduce el remo en el agua turbia con el mimo de una repostera que remueve chocolate. Inspiro, espiro. Ya no me queda nada por hacer en esta Tierra que cada vez tiene menos de madre. Nadie que estuviera en mi lugar querria seguir viviendo. Me quito la gorra azul y paso la mano por la cara. La barca se escora hacia la orilla, donde un par de adolescentes esperan junto a un carrito de madera con el que transportaran la delicada seda. Imagino lo que ocurrira despues: la apilaran en su comercio del mercado, sera acariciada por clientes indecisos y dentro de unos meses venderan el ultimo rollo y llegara otro bote con un nuevo cargamento. Es injusto que, mientras yo me veo obligado a soportar mi pena insoportable, la vida siga para el resto con esta exasperante normalidad. Giro la vista hacia la carretera. Un camion del ejercito indio toca el claxon y escupe humo negro que pica en la garganta. Durante unos instantes no veo nada, pero al poco se disipa la nube y amanece de nuevo Srinagar, la capital de verano de Cachemira. Contemplar esta ciudad es pegar el ojo a un caleidoscopio. A pesar de llevar a sus espaldas varias decadas de guerra, conserva el aspecto de un escenario atiborrado de atrezo en el que bien podrian representarse todas las leyendas. Frases en hindi, pakistani y tibetano hacen tirabuzones en el aire, tejiendo una pashmina de palabras. Docenas de dioses y budas se dirigen a sus templos; hay tantos que han de cederse el paso en las esquinas. Mientras espero a que el soldado que conduce el jeep venga a recogerme, cruzo al otro lado del puente. El lago Dal parece una enorme acuarela. En sus fondos dormitan --como adictos al opio-- proyectiles sin explotar. Una inquietante serenidad en forma de bruma envuelve a los barcos-casa anclados en los desvencijados embarcaderos. Se confunden sus contornos, vibran como los suenos. En otro tiempo, esta atmosfera de contrastes me habria fascinado. Los soldados que custodian la <> demarcada por Naciones Unidas danzan entre los sacos terreros y las alambradas que cruzan la ciudad como retorcidas cicatrices. La persistente polvareda se entrevera del tufo de la fruta pisada a la entrada de los santuarios, del canto del muecin que llama a la oracion desde la mezquita, del humo de la manteca que queman los lamas. Cuantas paletas de colores para un solo lienzo... A ella tambien le habria fascinado estar aqui. Inspiro, espiro. Me seco el sudor de la frente con la manga del polo. Es de color negro, con el emblema cosido en el pecho, la tipica vestimenta de observador de la ONU. Un helicoptero sobrevuela mi cabeza. Su sombra me engulle durante un instante y se pierde en la tierra ennegrecida por el aceite derramado de los tanques. Una voz logra hacerse oir entre el ruido atronador: --!David! !Hora de volver! Es mi chofer. Le dirijo una mirada desganada. No es mal chico. Se alisto en los cascos azules para ayudar a la humanidad. Acostumbra a decirlo asi, con la ingenuidad de un nino que sale por primera vez de excursion con el colegio. Yo nunca hablo de lo que me trajo aqui. Antes pase por Somalia y por Haiti. Nadie creeria que estoy buscando una manera rapida de acabar con todo. Me dirijo al jeep. En la parte de atras se amontonan media docena de tijeras para cortar alambre que acabo de comprar en el mercado. Si los mandos las hubieran pedido a traves del protocolo de abastecimiento habrian tardado una eternidad en llegar, y las cosas no estan como para perder tiempo. Cada dia que pasa, los destacamentos de fuerzas internacionales nos vemos obligados a levantar nuevas empalizadas alrededor de los campamentos. Tras una temporada de tregua no escrita, han surgido grupos radicales que no dudan en atacar a pecho descubierto. Ni siquiera sabemos quien es el enemigo; indios, pakistanies y cachemires independientes guerrean en un marco confuso que yo aprovecho para hacer mas inspecciones de las que me corresponden. Siempre que puedo me salgo de la ruta, flirteo con la muerte. --Tenemos que regresar cuanto antes --dispone el chofer con aire de veterano--. Se esta haciendo de noche y pronto saldran los espectros. Mas de una vez he oido esa expresion a los lugarenos. Dicen que los muertos vagan con impunidad por este valle enclaustrado entre escarpadas montanas. Yo tambien lo creo. Cada vez que se pone el sol, los imagino acercandose a los nidos de mortero y jugueteando con los muelles hasta que se escapa una bala. --?Dejas que conduzca yo? --le pregunto. Me mira con desconcierto. --No. --Apiadate de mi. Llevo muchas semanas de copiloto... --Sabes que me arrestaran. Me llevo la mano al pecho. --Un kilometro antes de llegar, paro y te lo devuelvo. Prometido. Me siento al volante sin darle tiempo a reaccionar y enfilamos la carretera que discurre sobre la linea de control. Tras medio siglo generando resentimiento y cadaveres, nadie gasta dinero en reparar los efectos del monzon sobre el precario asfalto. Azotados por los desprendimientos, algunos tramos de esta frontera inventada apenas aguantan sin vencerse hacia el fondo del barranco. Nos sumergimos en el silencio que por la noche hiela el alma de los jovenes reclutas hasta hacerles creer que estan acurrucados bajo mantas de nieve. Al rato, creo divisar un reflejo. No pueden ser las luces del campamento, aun estamos lejos. Tampoco hay luna, ni es noche de estrellas fugaces. Detengo el jeep y repaso el cerro palmo a palmo. No veo nada, pero me invade una sensacion extrana. Llevo varios meses aqui, volviendo sano y salvo de las misiones mas arriesgadas. Algun dia tiene que agotarse la suerte. ?Va a ser hoy cuando por fin ocurra? Siento un pulso ajeno, el corazon de la cordillera se acelera y trepa por los neumaticos para resonar en mis entranas. La niebla despliega un par de brazos fantasmales. Reanudo la marcha, pero al poco he de parar de nuevo. En mitad de la carretera hay una gran roca desprendida de la ladera... O eso quieren que creamos. ?Va a ser hoy? Permanezco unos segundos quieto, aguzando el oido. La respiracion de mi companero se agita, poco a poco se acompasa con los desaforados latidos de la montana. Como impulsado por un resorte, lleva su mano al arma automatica e intenta decir algo, pero un estallido sordo solapa todas las palabras. A partir de entonces tomo conciencia de las cosas con una claridad inusitada. Escucho el clic del detonador,

  • El espiritu de la imagen de Carlos Alberto Gonzalez Sanchez

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    La imagen, como objeto historiografico y fuente documental de suma utilidad, parece estar constituyendo en la actualidad un campo de investigacion interdisciplinar que algunos denominan ” historia de la cultura visual ” ; donde, sobre todo, confluyen la Historia y la Historia del Arte. Asi, el estudio de la iconografia, desde una perspectiva diferente a la tradicional, otorga una especial relevancia al contexto y el acervo ideologico-cultural en el que surge y cumple su funcion.

  • El papel de mi vida de Alma Fernandez

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    Como un cuento de hadas decia Sebas que habia sido lo mio con Mario, vaya ojito el suyo. Que Dios le conservara al menos oido, porque con la vista no tenia ya nada que hacer. --Nina, ?estas bien? --me pregunto y me saco de mis pensamientos. --Bien jodida, eso es lo que estoy, amigo. Y menos mal que te tengo a ti. --Y que lo digas. Yo te veo fatal, con esas ojeras que me llevas, ?tu crees que vas a poder tragarte ese sapo? --se intereso con esa carita que era para comerselo, aunque le hubiera arrancado el pescuezo por eso que me dijo de las ojeras, con lo que a mi me gustaba cuidarme. --?Tantas ojeras tengo? Pues si que estoy apanada--resople. --Nada que no se quite con un buen corrector. A ver, dejame que te aplique un poco, bobita. --Ni corto ni perezoso saco uno y empezo a darle al asunto como si no hubiera un manana. --Tienes unas manos que son para embalsamartelas, Sebas, ?Que haria yo sin ti? --Estar perdida en la vida, pero muy perdida, Laila... Es mas, no creo que hubieras podido llegar a cumplir los veinticinco sin sufrir un accidente mortal si yo no hubiese estado a tu lado. -- Volteo los ojos y se echo para atras. --?Los veinticinco sin rima? --le pregunte burlona. Aunque no tenia ganas ni de mirarme, con Sebas siempre me reia. Mario se revolvio en su asiento, que se ve que los remordimientos deben dar acidez de estomago o algo. Y eso contando con que el supiera lo que era eso, que tampoco las tenia yo todas conmigo. --Sin rima o con rima, y no mientes la soga en casa del ahorcado, que tu al menos tienes la posibilidad de darte un buen homenaje estas semanas, pero yo, como no recurra a la alemanita, ya me contaras. --?A la alemanita? ?Quien es esa? ?La nueva masajista? --bromee porque mi amigo era gay. --No, es mi prima la coja... Nina, ?tu en que mundo vives? La alemanita, lo que viene siendo darle a la zambomba de toda la vida de Dios... Mi risa se escucho en todo el avion, pese a que en aquellos dias no pasaba por mi mejor momento. El caso era que Sebas ejercia sobre mi un efecto terapeutico, siempre ocurrio y asi seguia siendo. --Eres la bomba, nino, de veras que no se lo que haria sin ti--insisti. --Y dale, Laila, que te repites mas que el ajo... Tu no necesitas a nadie para brillar con luz propia, no se como tengo que decirtelo. Sin mi harias lo mismo que conmigo, destacar. --Eso era antes, Sebas, ahora me veo apagada. --Apagada, derrotada, hundida... Que hartito estoy ya de escucharte, me voy a cagar en todo lo que termine en -ada, nina, que me voy a tener que tomar un ansiolitico por tu culpa. Y luego va a ser Pablo el que pague el pato, cuando lo pille ese va a chillar. Pablo era el nuevo novio de Sebas, el que era un tirillas, siempre se fijaba en todos los fortachones del gimnasio. Y en aquella ocasion habia sonado la flauta, el musculitos de turno le correspondio. Ademas, el tio tenia buen fondo, por lo que mi amigo estaba que se salia del pellejo con el. --Disfrutalo ahora que puedes, que nunca sabe una cuando va a venir una lagarta a quitarle la alegria. --Mire a Valle, que estaba sentada cerca de Mario, y pense que no sabia si como decia mi amigo me podria tragar ese sapo, porque atragantado lo tenia una cosita mala. --En mi caso no creo que sea una lagarta, tambien te digo. Un lagarto si puede ser, uno que tenga el rabo muy largo. Sebas tenia para todo el mundo y para todas las ocasiones. Imposible ser mas locuaz... El y yo eramos de Palencia, y siempre que ibamos al extranjero nos reiamos cuando algun lumbreras nos hablaba de las excelencias de la paella, confundiendo nuestra tierra con esa otra tambien maravillosa, famosa por sus Fallas. El sintio mucho mi marcha a Barcelona, ciudad a la que me traslade para estudiar arte dramatico. Hice bien porque, aunque todavia no habia triunfado como actriz, ahora tendria que echar mano de mis dotes como tal para poder soportar la situacion. A la ciudad condal llegue con la maleta llena de ilusiones y sin un euro en el bolsillo. Mis padres, que tenian cuatro hijos mas pequenos que yo, me dijeron que si lo hacia tenia que ser por mi cuenta y riesgo, que ellos no me podian dar mas que un plato de comida en casa, pero hasta ahi. Yo lo hable con Ruth, mi mejor amiga, con la que compartia el sueno de pisar los escenarios. --Te deseo mucha mierda, como se suele decir en el argot, y te prometo que en cuanto pueda me piro para alla contigo, estoy hasta los ovarios de reponer en el super... Por lo menos ella tenia trabajo, pero es que yo llevaba tres meses en el paro y no podia estar mas desesperada. --No se te ocurra dejarme en la estacada, ?eh? Que a mi esto de irme sola me da un poco de yuyu. --?Tu eres tonta? ?Cuando te he dicho yo algo que no cumpliese? --?Cuando? Dejame que haga recuento...--Me puse a contar con los dedos y ella me dio un zasca en toda la cabeza. --!Ay, eres un animal de bellota! --le chille. Y me decidi a dar el salto. Cierto que Ruth no asomo el hocico por alli, pero en el fondo era algo que ya intuia. Mis comienzos en Barcelona no es que fueran para tirar cohetes. Por las mananas me emplee en una casa en la que cuidaba ninos. El tema del alojamiento, que era lo principal, lo tenia salvado. No en vano, yo escogi esa ciudad porque alli vivia mi tia Paloma. Mi tia, eso si, muy, muy feliz no es que fuera la mujer. Me explico, le habian diagnosticado de joven una depresion tal que le llevo a que ella, que era funcionaria, acabara con una paguita en su casa. Y aquel lugar venia a reflejar su caracter que, cuando menos, era mas acido que un limon. Para colmo, la casa en la que me emplee, gracias a un contacto suyo, no es que fuera a reportarme innumerables satisfacciones; seis ninos mas malos que la quina (que para eso sus padres eran del Opus) y el, encima, mas salido que el pico de una mesa. No, no era lo que yo habia sonado ni se le parecia en nada; ese tio muy religioso si que seria, pero que cuando no me estaba mirando el culo era porque babeaba con mis tetas. --Tia Paloma, ?y no me puedes buscar otra casa? --Mira que en esa voy a durar dos telediarios, que no veas como me mira el asqueroso ese. --El asqueroso ese es el senor, asi que menos tonterias y a dar el callo, que la mesa no se pone sola. "El senor", tampoco tenia cuentos mi tia ni nada. Y gracias a ello, se suponia que yo debia aguantar carros y carretas... Hasta el dia que "el senor" se permitio el lujo de darme "un extra" junto con la paga. --?Que mierda ha sido eso? --le pregunte cuando note que puso sus pezunas sobre mi culo, dandome un pellizco. --Eso ha sido un carinito, mujer, no seas arisca. Si lo fueras menos, yo podria hacer que tu vida mejorara, no se si me entiendes. Si que lo entendi, igual que me entendio a mi cuando le solte aquel mega guantazo y lo deje con los ojos fuera de las orbitas. --Buena la has liado, sobrina, ahora si que te vas a tener que buscar la vida sola, que yo no estoy para mantener a nadie y ese era el unico contacto que tenia. --Tia, pero ?es que no has escuchado que ese cerdo me ha metido mano? --Mujer, tanto como meterte mano, que digo yo que habra sido un pellizquito de carino. No era que mi tia Paloma se hubiera caido de un guindo, no, es que esa, con tal de coger un euro hacia el pino puente. Y el que yo perdiera el trabajo era lo peor que me pudo ocurrir cara a ella. Dos semanas mas tarde, seguia sin curro y eso provoco entre nosotras tan mal rollo que solo tardo otras dos en ponerme de patitas en la calle. --Espero que de una vez sientes cabeza--me dijo y todavia me recordo lo muy agradecida que debia estarle por pagarme el billete a Madrid.

  • Esclava de sangre de Laura Lago

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    Los talentos para la arquitectura del Gran Duque Danes Christopher Vita, y unos contactos algo envidiables, le otorgan la oportunidad de oro de viajar a Paris, Francia, para formar parte de la historia junto al equipo de trabajo de Eiffel & Co., llevando consigo a su unica hija, Beatrice Vita; una chica angelical con sus ojos azules y rulos dorados que encajan perfectamente con sus dotes de mujer. Con una vision que difiere de la norma establecida por la sociedad de aquel entonces, esta deseosa de formarse una carrera como escritora de poesia, y decidida a dejar los frenos de vuelta en su pais natal, Dinamarca.

  • Mujeres asesinas 3 de Marisa Grinstein

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    Una tarde, sola en su casa, Blanca A. empezo a escuchar voces. Ni por un momento se asusto ni penso que habia entrado alguien a robarle ni que se habia vuelto loca. Eran voces desconocidas pero firmes que le decian que tenia que cuidar a su marido. Las voces llegaron en una epoca en la que Blanca habia empezado a temer por la estabilidad de su matrimonio. Llevaba 16 anos casada con Cacho, un electricista apocado y honesto que la habia elegido como mujer despues de un desengano sentimental con su novia de toda la vida. Blanca, por su parte, tambien habia tenido un noviazgo frustrado que termino sin pena ni gloria por un clarisimo desinteres por parte del novio. Asi, la union de Blanca y Cacho estuvo marcada por el agradecimiento mutuo: cada uno sentia que el otro lo ponia a salvo de opciones peores y conflictivas. Cuando se casaron, Blanca tenia 24 anos y su marido 32. La diferencia de edad tranquilizaba a Blanca, cuya madre, Aurora, siempre le habia machacado sobre el mismo asunto. "Los maridos -le explicaba- tienen que ser bastante mayores. Si no, se aburren de una y se van con otras mujeres mas jovenes." Asi, Blanca vivio sus relaciones con un miedo enfermizo a que se aburrieran de ella. Y contra eso no podia hacer nada, tenia la certeza de que era una persona anodina, que no podia despertar el interes de nadie. Desde muy chica, Blanca queria ser arquitecta para construir casas enormes con vista a jardines. Pero Aurora la habia convencido de que su capacidad no daba para tanto. Impaciente, le recomendaba ser maestra y tener un trabajo seguro y menos complicado. Blanca acepto. Su hermana Rosa, cinco anos mas grande, la cuidaba y habia intentado preservarla de la asfixia materna. Pero muy pronto se fue de la casa: se caso un mes despues de haber terminado el colegio secundario y se instalo en otro barrio. Blanca todavia tenia 13 anos, de modo que paso su adolescencia como hija unica, escuchando los sermones de su madre. Su padre, un empleado municipal enfermo y depresivo, pasaba el tiempo escuchando radio y haciendo crucigramas, aunque una vez por semana, todos los miercoles, desaparecia de la casa a las 7 de la tarde y no volvia hasta las 11 de la noche. Cuando Blanca se animo a preguntarle a Aurora por el misterio de esas ausencias, recibio una cachetada. Mucho mas tarde, cuando su padre murio de un infarto y ella ya estaba casada, se entero de lo que ya suponia: su padre reservaba las tardes de los miercoles para encontrarse con su amante. El matrimonio de Blanca fue rutinario desde el comienzo. Sin embargo, ella compensaba la falta de pasion con la certeza intima de que Cacho se iba a cansar de ella y le pediria el divorcio. Y esa certeza hacia que el interes por su marido estuviera activado constantemente. Durante los primeros anos, trabajaba como maestra. Daba clases a alumnos de septimo grado, pero despues se dio cuenta de que nada le interesaba de la ensenanza primaria. Cada dia era una tortura: los planes de estudio le parecian mediocres, los alumnos la asustaban, sus madres le resultaban agresivas. Solia dar clases parapetada tras su escritorio, indecisa y fragil. Los chicos habian advertido sus puntos debiles y la martirizaban: le tiraban tizas, se burlaban de ella, la imitaban, le pegaban chicles en la silla. Volvia a su casa llorando y se quedaba en la cama todo el dia. Los medicos le habian dado varias licencias psiquiatricas hasta que, al fin, la jubilaron anticipadamente, a los 33 anos. Cacho, su marido, la acompanaba en este proceso. Nunca minimizo sus miedos ni sus fobias, y siempre fue partidario de que abandonase un trabajo que -era evidente- no la hacia feliz. Un dia, mientras tomaban el desayuno en la cocina. Cacho anuncio que Gutierrez, uno de sus mas antiguos clientes, queria instalar un negocio de articulos de electricidad. Habia alquilado un local a una cuadra de la estacion de trenes y, como sobraba espacio, lo habia invitado para poner alli mismo su taller de arreglos. Blanca estaba espantada. Todos sus miedos se materializaban: su marido, al fin, tal como ella habia imaginado, se iria. Al borde de las lagrimas, le suplico que no aceptara la propuesta de Gutierrez. A pesar de los antecedentes psicologicos de su esposa. Cacho no entendia esa reticencia absurda. Los miedos y traumas de Blanca eran demasiado complejos para un hombre sencillo como el. Tres meses despues, Gutierrez y Cacho inauguraron el local. Una semana antes, Blanca empezo a escuchar las voces que la alertaban sobre el alejamiento de su marido, y se acostumbro a contestarles. Solia hablar sola en voz alta, y disimulaba en cuanto llegaba su marido. Para distraerse, limpiaba su casa freneticamente. Compraba revistas femeninas en las que buscaba todo tipo de consejos para el hogar. Asi, se habia acostumbrado a varios rituales: frotaba las alfombras con vinagre, pasaba espatulas en las juntas de los azulejos, les daba brillo a las canillas usando un trapo con jugo de limon. Sus habitos de limpieza le calmaban los nervios, le hacian pasar mas rapido el tiempo en el que Cacho estaba fuera de la casa y le daban la idea de que su marido, viendo una casa reluciente y pulcra, no estaria tan ansioso por abandonarla. Paralelamente, habia desarrollado la costumbre de rascarse el brazo izquierdo hasta lastimarse. Durante anos, Blanca y Rosa respetaban la costumbre de visitar juntas a su madre una vez a la semana. Pero desde que Cacho habia instalado su taller en el local de Gutierrez, Blanca habia dejado de ir. Estaba demasiado desmoralizada y desganada como para, ademas, escuchar las permanentes criticas de su madre. Una tarde, sin embargo, Rosa fue a buscarla y la llevo casi a rastras. En casa de Aurora se comporto de forma tan esquiva que la madre y la hermana advirtieron que algo extrano estaba pasando. Blanca ofrecio resistencia, pero al final confeso que se sentia debil y sin ganas de nada. "Por ahora, Cacho se va a trabajar, pero dentro de poco me va a dejar. ?No entienden? Se va a ir y no va a volver", dijo. El marido de Rosa habia muerto hacia dos anos y vivia sola. Como su hermana, jamas habia podido quedar embarazada, pero si bien Rosa vivia este hecho como una injusticia menor, Blanca se sentia culpable de no haberle dado un hijo a Cacho. Le pregunto otra vez quien le habia contado que Cacho se iba a ir. Blanca no aguanto mas y dijo: "Escucho voces". Rosa la convencio de que fuera a un psiquiatra. Antes, tuvo que jurarle a Blanca que la acompanaria y no le contaria lo de las voces ni a su marido ni a su madre ni a nadie. Blanca siguio escuchando voces. Tomo las pastillas durante unas semanas, pero antes de que hubiera pasado el tiempo necesario para producir efecto las abandono. Las voces ya no solamente le confirmaban sus miedos y sospechas, sino que habian empezado a darle ordenes. Asi, las voces le exigieron que controlara de cerca la actividad de Cacho. Blanca pasaba entonces tardes enteras espiandolo desde la esquina del local, histerica ante la posibilidad de ser descubierta, rascandose el brazo hasta lastimarse. Otro dia, cuando Cacho llego a su casa mas tarde de lo habitual y explico que habia estado terminando un arreglo atrasado, las voces le dijeron a Blanca que el mentia. Enceguecida, ella le dijo que queria saber la verdad y que sus explicaciones eran falsas. Todo termino en una pelea feroz. Cacho estaba al tanto de la precariedad emocional de su esposa. Rosa, su cunada, le habia contado lo de las voces, las sesiones con el psiquiatra y los medicamentos. De modo que Cacho, a su vez, tambien espiaba a su mujer: escondido, pudo verla hablando sola, destornillador en mano, o cortando un tomate mientras movia los labios como si rezara. Una manana Cacho se despidio mas temprano que lo usual. Dijo que tenia que buscar un dinero en la casa de Gutierrez y despues pasar por el banco. En cuanto se fue, Blanca advirtio que habia dejado su caja de herramientas. Se sento al lado de la caja, pensativa. Las voces le indicaron que Cacho estaba mas dedicado a su trabajo que a ella, y que era esa dedicacion enfermiza lo que estaba acabando con su matrimonio.

  • Noventa dias de M. C. Andrews

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    Tras poner punto final a su relacion dias antes de la boda, Amelia Clarck decide romper con su vida anterior y se muda a Londres dispuesta a empezar de cero. Ella cree estar lista para el cambio, pero nada la ha preparado para enfrentarse a Daniel Bond.

  • Ni todas las mujeres quieren flores ni todos los heroes llevan capa de Irene Hall

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    Existe un piso en Madrid donde conviven tres inquilinos: Maravillas, Arantxa y Eloy. Maravillas trabaja en los multicines del centro comercial y desde su taquilla suena con un buen desenlace para el largometraje de su vida. Arantxa se esta volviendo imprevisible. Ahora resulta que busca emociones fuertes y no se le ocurre otra cosa que lanzarse a seducir a una hetero. Eloy se encuentra perdido. Su novia esta lejos y el futuro de ambos es incierto.

  • Nunca te dejare de Judy Christenberry

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    Jed sabia mucho de caballos y un poco de mujeres, pero quizas por haber sido un hijo ilegitimo que habia tenido que pasar mucho tiempo solo, lo que jamas conseguiria entender seria el concepto de familia.

  • Gimpel, el tonto de Isaac Bashevis Singer

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    El primer libro de relatos de Isaac Bashevis Singer, Premio Nobel de Literatura.

  • Los Indeseados de Yrsa Sigurdardottir

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    Un thriller nordico contundente que reune lo mejor del genero: misterio y ambientacion.

  • Notas para Grace de Brittainy C. Cherry

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    “Por y para siempre.”

  • Congelando el tiempo de Sonia Roca

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    Despues de tanto tiempo, tras toda su preparacion y el peso de los anos a su espalda, su cuerpo sigue reaccionando a la defensiva cada vez que piensa en el orfanato. Un cosquilleo le recorre de los pies a la cabeza mientras un pinchazo constante se instala en su cerebro, entonces empiezan los temblores. Hoy le ha vuelto a ocurrir. Le ha visto en las noticias, su nombre al lado de la palabra "asesinado". Ha muerto con los labios y los ojos cosidos, sus manos han sido arrancadas del cuerpo. Igual que los otros cadaveres. Uno mas para la coleccion, ha pensado. Y despues de eso ya no ha podido pensar en nada mas. El pasado le ha golpeado con fuerza y no oye mas que ruido a su alrededor. El mundo sigue su camino, pero el se queda alli congelado con la muerte a sus espaldas. Acechandole. Ese es el motivo por el que ha ido esta noche al lago, quiere acabar con ese ruido que le martillea por dentro. La luna llena ilumina sus pasos mientras se acerca al acantilado, se detiene justo en el borde y suspira. Se descalza y desabrocha su camisa, la dobla cuidadosamente y la deja encima de los vaqueros que ya se ha quitado. Una vez en ropa interior alza la vista al cielo y sonrie levemente a la luna. Flexiona las rodillas y salta desde el borde. Deja que el agua le engulla y consigue que por fin desaparezca el sentimiento de culpabilidad que le lleva acompanando desde hace tanto tiempo. Una silueta se asoma tras un arbol lejano, lo ha visto todo. Saca una libreta y hace un par de anotaciones, despues da media vuelta y desaparece en la oscuridad de la noche. Capitulo 1 Aiden t.l, Presente, 1985 Shane esta sentado en su despacho repasando todos los detalles del caso. Es el tercer asesinato con el mismo modus operandi, eso solo puede significar dos cosas: la misma persona ha cometido los tres crimenes o alguien esta replicando el primer asesinato de hace dos anos. Esta esperando el informe del forense, aunque no le hace falta leerlo para saber que pone. Muerte por hipoxia cerebral, tararea mentalmente. En otras palabras, asfixia. Probablemente el asesino utilizo una almohada para ahogarle. Luego, con los guantes puestos se dedico a coser con gran destreza los ojos y los labios de su victima, dejandolos cerrados para siempre. No contento con eso cerceno las manos del cadaver de un golpe seco y las arrojo al otro lado de la habitacion. En los casos anteriores no encontraron huellas, ni el arma homicida. Tampoco ningun sospechoso. Por lo que tiene claro que esta ocasion no sera distinta. Se frota con cansancio los ojos, lleva encerrado todo el dia. Le ha despertado una llamada cuando todavia no habia amanecido para avisarle de un nuevo asesinato. Asi que ha salido con sigilo de la cama intentando no despertar a su mujer y despues de desperezarse con una rapida ducha de agua fria se ha dirigido hasta el lugar del crimen. Aun bailan por su mente las imagenes de las anteriores muertes, un escalofrio recorre su cuerpo y se estremece. Shane ya no es ese chico asustadizo de antano, se hizo inspector de policia para defender a los inocentes. Sabe que este caso le costara mas que cualquier otro, la verdad siempre ha sido un arma de doble filo y le da autentico pavor lo que pueda encontrar. No le asusta la muerte, ni lo horriblemente macabro que pueda llegar a ser este caso. Le aterra enfrentarse a su pasado, porque sabe que detras de ese muerto vendra otro y luego otro mas. Hasta desvelar la verdad, que le arrollara con fuerza y le devolvera al infierno del que ya no podra escapar. El forense entra sin preguntar en la habitacion que tiene Shane como despacho. No hay ninguna ventana, son dos tubos fluorescentes los que iluminan la mesa del inspector durante todo el dia en ese sotano de la comisaria. Esa luz de hospital le da dolor de cabeza, pero eso no le va a impedir resolver este caso, se dice a si mismo. Shane alza la cabeza de entre los papeles y mira fijamente a Oscar con sus ojos color miel mientras espera las palabras magicas. --Es un imitador. Arruga la nariz, no era eso lo que esperaba. Oscar deja caer el informe en medio de todo el papeleo de Shane y se sienta a su lado con cansancio. Se toca la barbilla con nerviosismo, un gesto que pone histerico al inspector. -- Es el mismo modus operandi --niega con rotundidad--. Tiene que ser la misma persona que cometio los otros dos asesinatos. -- Respecto a eso --carraspea--, en vista de los nuevos acontecimientos he revisado los informes que hice en su dia para cada crimen y he descubierto nuevas pistas. ?Te acuerdas de las pequenas diferencias que hubo en los dos primeros casos? --La primera vez que mato fue torpe, estaba nervioso y se notaba en la forma en que cosio los ojos, tenia las manos temblorosas y eso le llevo a hacer mas de un remiendo para que su obra quedara perfecta. Dejo pasar el tiempo y perfecciono su tecnica con el segundo --Shane se lo sabe de memoria, recuerda cada palabra de esos informes. El caso le obsesiono, se paso noches enteras investigando sin sacar nada en claro. --Ya, esa fue mi hipotesis --suspira con cansancio--. Ahora lo veo todo con mas perspectiva y tengo claro que cada asesinato lo cometio una persona distinta. Shane abre los ojos y contiene la respiracion. -- Si lo que dices es cierto --intenta mesurar sus palabras y hablar con tranquilidad--, tenemos a tres asesinos sueltos. Va a cundir el panico, la gente ya esta muy nerviosa. ?Estas seguro? -- Del todo. Teniendo muestras de los tres crimenes veo claramente las diferencias en cada uno, son minimas, pero estan alli. Tenemos a dos imitadores. Shane se levanta apresuradamente con el informe de la autopsia en la mano, coge la gabardina que cuelga del perchero y se dirige hacia la salida. -- No hables de esto con nadie, tengo que solucionar un par de asuntos primero --le dice antes de desaparecer por la puerta. Cuando sale de la comisaria ya es mas de medianoche, su mujer ya estara durmiendo por lo que en lugar de ir directamente a casa empieza a deambular por la ciudad. Despues de veinte minutos andando sin rumbo fijo se para delante de una cabina telefonica, mira a ambos lados y cuando esta seguro de que esta solo entra en su interior. Marca con rapidez un numero de telefono que ya se sabe de memoria y espera a su interlocutor. Un tono, dos tonos, tres hasta que salta el contestador. Shane insiste, pero Aiden no responde. --Maldicion --se lamenta. El telefono de Aiden sigue sonando pero el no esta en casa. Necesita silenciar el ruido que retumba en su cabeza desde primera hora de la manana, apagar las voces que le atormentan cada noche y que hoy gritan con mas fuerza que nunca. Por eso ha ido al lago, para lograr unos instantes de calma. No es la primera vez que lo hace, descubrio que el lugar donde mas a salvo se sentia era bajo el agua. Esta noche se ha zambullido con mas fuerza que nunca, ha saltado con precision del acantilado y ha sentido la gravedad tirando de el hasta el fondo. El gelido abrazo del agua le ha arropado y le ha dado el chute de energia necesario para seguir con su trabajo, se reencuentra a si mismo y una sensacion de calma le inunda. Despues de eso todo se vuelve silencio. Se queda muy quieto dejando que la corriente del lago le meza con suavidad eliminando todo el dolor y resentimiento que hay en su interior. Cuando ya no puede aguantar mas la respiracion sale a la superficie. Da varias brazadas para llegar a unas escaleras de acero oxidado que suben hacia una torre que se conecta con el borde del acantilado gracias a una pasarela de madera. Aiden se dispone a subir por las escaleras y observa lo maltrechas que estan las barras de acero. Es probable que un dia de estos se desplomen junto a el hasta el fondo del lago, pero Aiden no teme al peligro. Ha vivido con el toda su vida. Sube con agilidad hacia la torre y permanece unos instantes en medio de la pasarela, respirando y escuchando el sonido de la noche. Cuando ya esta seco se dirige hacia el arbol donde ha dejado cuidadosamente doblada su ropa. Se viste y vuelve a la soledad del hogar. Cuando entra en su casa unifamiliar escucha el timbre del telefono y el maullido quejica de su gato. Le da mala espina. Se apresura a cogerlo pero el telefono deja de sonar. Intuye que llamaran de nuevo por lo que llena el bol de Ronnie con leche y se recuesta en el sofa esperando la llamada. Su casa no es muy grande; la planta baja esta compuesta por un comedor de ladrillo visto con un gran ventanal donde los unicos muebles que hay son un sofa que hace las veces de cama, un televisor encima de un mueble de color roble y una mesita junto al sofa donde aguarda apaciblemente el telefono. La cocina no es nada del otro mundo y la nevera daria risa a cualquiera que la abriera, come fatal. Hay un aseo al lado de las escaleras y en la planta superior dos dormitorios y un bano completo. Podria escuchar el telefono desde cualquier zona de la casa, pero prefiere quedarse cerca, por si acaso.

  • Descubriendo el cerebro de Facundo Manes

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    ?Por que un libro de neurociencia para ninos? Porque es el cerebro el que nos permite percibir, pensar y sentir. Este fascinante organo juega un papel clave en el modo de hacer las cosas que hacemos, en el aprendizaje de cosas nuevas y en la aceptacion de que habra ciertas cosas que nunca podremos hacer sin importar cuantas veces lo intentemos. Los seres humanos tenemos mayores posibilidades en nuestras vidas cuando sabemos mas y entendemos mejor.