• libro cinder y ella - Kelly Oram

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    ?Que harias si tu mejor amigo virtual fuese una estrella de Hollywood? Ellamara vive en Boston con su madre, esta en su ultimo ano de instituto y le encantan los libros de fantasia, en especial la saga de Las cronicas de Cinder. Eso la llevo a abrir un blog donde resena libros y peliculas. El dia de su cumpleanos, Ella sufre un grave accidente que tendra profundas consecuencias en su vida. Brian Oliver es el actor de moda de Hollywood. Tiene legiones de seguidores y, para que alcance los galardones mas preciados del cine, sus representantes deciden organizar un falso romance con Kaylee, su companera de reparto. Todo va segun lo previsto hasta que Brian recibe un correo electronico de una vieja amiga a la que conocio por internet.

  • Cinder y Ella Tapa blanda – 24 enero 2018 - Libros - Amazon.es

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    Cinder y Ella : Oram, Kelly, Arteaga, Tamara, M. Priego, Yuliss: Amazon.es: Libros.

  • CINDER & ELLA Tapa blanda - Kelly Oram - Amazon.es

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  • Cinder y Ella, de Kelly Oram - Oz Editorial

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    24 ene 2018 — Ellamara vive en Boston con su madre, está en su último año de instituto y le encantan los libros de fantasía, en especial la saga de Las ...

  • CINDER Y ELLA | KELLY ORAM | Casa del Libro

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  • CINDER Y ELLA - ORAM KELLY - Que libro leo

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  • Reseña "Cinder & Ella" de Kelly Oram - Devoradora de letras

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    20 mar 2018 — Ellamara vive en Boston con su madre, está en su último año de instituto y le encantan los libros de fantasía, en especial la saga de Las ...

  • Libro Cinder y Ella, Kelly Oram, ISBN 9788416224784 ...

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  • Cinder y Ella, de Kelly Oram - Reseñas de libros y cine en ...

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    Ellamara vive en Boston con su madre, está en su último año de instituto y le encantan los libros de fantasía, en especial la saga de Las crónicas de Cinder.

  • RESEÑA: Cinder y Ella de Kelly Oram - Sueños entre letras

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    6 feb 2018 — Ellamara vive en Boston con su madre, está en su último año de instituto y le encantan los libros de fantasía, en especial la saga de Las ...

  • CINDER Y ELLA - KELLY ORAM - 9788416224784 - Agapea

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  • Felices para siempre (Cinder y Ella 2) de Kelly Oram

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    ?Que sucede despues de que Cenicienta consiga a su principe azul?
    El final de una historia es a menudo el comienzo de otra. La estrella de Hollywood Brian Oliver y su princesa, Ellamara Rodriguez, han encontrado por fin el amor fuera del mundo virtual. Pero, tras dejar atras el anonimato, la joven pareja se enfrenta a una nueva serie de problemas.
    El estres, los seguidores enloquecidos y la presion de la fama de Brian haran mella en la relacion, y los dos jovenes dudaran si son capaces de disfrutar de su flamante historia de amor. ?Podran Brian y Ella hacer frente a los obstaculos que encuentren en su camino y vivir el “felices para siempre” con el que suenan?

  • Guerrera Alfa de Daniel Santos

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    Aina era una mujer diferente a las demas.
    Ella no era la esposa de nadie.
    Ella era una guerrera. La mejor de todas.
    Y como tal. la mas deseada.

  • El Laberinto Griego de Manuel Vazquez Montalban

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    Pepe Carvalho, investigador privado, recibe de una extrana pareja francesa, Claire y Lebrun, el encargo de hallar el paradero de Alekos, el marido griego de Claire, un griego fugitivo del amor de la muerte. Mientras recorren los antiguos barrios industriales de la Barcelona preolimpica en busca del oscuro personaje, el corazon de Carvalho sucumbira ante la belleza inalcanzable de Claire. Paralelamente otras dos mujeres tambien buscan al hombre de su vida, y una de ellas, Charo, acaba convirtiendose en el principal personaje, aunque ausente, de una novela dedicada a la irracionalidad del amor.

  • Mentiras en La Hora del Te de Susana F. Ameijeiras

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    Consiguio vaciar su habitacion de cualquier trasto inutil a la misma velocidad que eliminaba de su interior todo pensamiento inservible. Los dos habitaculos se eliminaron a la vez sin haberse puesto de acuerdo. Ya no quedaba nada a lo que poder echar mano para seguir buscando; habia agotado todos sus recursos: los externos y tambien los internos. Estaba vacio. --Senor... La cabeza del senor se dio la vuelta muy despacio; le costaba despegar su cuerpo erguido mirando a traves de aquella enorme cristalera que, de manera curiosa, todavia estaba brillante y limpia. La cristalera era la unica superviviente de todo aquello; quizas, aquel senor todavia la necesitaba para algo. --Dime, Carlos. --Creo que ya esta todo, senor. --Querras decir que ya no queda nada. Carlos balbuceo. --Puede que, para usted, senor, no quede nada, pero yo le aseguro que, para mi, irme de aqui hace que comience todo. El senor levanto las cejas; en realidad, las retorcio de una manera extrana. Aquellos ojos parecian moverse de una manera poco usual detras de sus pequenas gafas cada vez que al senor le llamaba algo la atencion. --Entonces, nos vamos ya, senor. --Estoy listo. Carlos conducia el coche mientras aquel hombre iba detras. Una de sus cejas habia quedado arqueada, sintoma inequivoco de que algo estaba pensando. Tal vez su cabeza todavia seguia sin estar vacia del todo; quizas, todavia se agarraba a algo. Siendo sinceros, aquel hombre a poca cosa podia agarrarse, ya que, por no tener, no tenia ni un hogar. Lo habia perdido todo o casi todo. --Carlos, ?has guardado el dinero donde te dije? --Si, senor --contesto Carlos--. ?Sigue queriendo que lo traspase a la cuenta que me dio? --Si, hazlo cuando puedas, gracias. Carlos miraba de vez en cuando a aquel hombre por el espejo retrovisor. Habia sido su mano derecha durante muchos anos, su chofer, su asistente personal, su chico de los recados... Si Carlos no habia fallado, entonces, ?que habia sido lo que habia provocado aquel desastre? Carlos era solo un chico normal, sin mas. No tenia pretensiones; no buscaba reconocimiento. Cualquier persona lo habria etiquetado, tal vez, de pusilanime o, quizas, habria pensado que carecia de objetivos, de foco, de ilusion, de reconocimiento... Todo lo que se le ocurria pensar a aquel hombre eran etiquetas, muchas etiquetas. Todo lo pasaba por una etiqueta. Era posible que las etiquetas pudieran resolver sus dudas. Quizas una mala colocacion de estas habia producido todo aquel caos que lo habia llevado a perder anos de trabajo. Una mala organizacion, un mal enfoque como lider... --Senor, ?se encuentra bien? El hombre levanto despacio la mirada. --Si, estoy bien. Mas de media hora en el coche casi habia conseguido que aquel hombre terminara echandose una pequena cabezada en el asiento de atras, pero ya habian llegado a su destino y debia bajarse. --Senor, deje que le abra la puerta. --Gracias, Carlos. El hombre miro aquella oficina donde debia dejar las llaves de todas sus posesiones. Algo le agarro el pecho. Suspiro levemente y se volvio a sentar. --Senor, debe hacerlo y, cuanto antes, mejor. --Lo se, Carlos, lo se. Hubo un silencio pequeno, o no. --Carlos, ?tienes dinero en la cartera? Creo que necesito dar un paseo, tomar el aire y beber un vaso de agua. Carlos lo miro, sin juicio, solo lo miro. Eran muchos anos con el. Lo normal era que Carlos quisiera asegurarse de que el senor estuviera bien. --Tome, senor, lo espero en el coche. Aquel hombre entro en una cafeteria. Intuitivamente, se sento en la mesa con menos atractivo de todas: la que estaba justo al lado de la puerta de la cocina y por la que salian todos los olores cuando algun camarero la abria. El sitio no podia reflejar mejor el valor que se daba a si mismo: ninguno. --Un cafe, por favor --pidio de manera correcta aquel hombre con el hilo de voz justo para ser amable con alguien una vez mas. El camarero poso un pequeno tazon con algo de leche y dos gotas de cafe. Aquel hombre miro la taza, un poco antigua y con restos de lo que podria haber sido el cafe anterior alli vertido. <>, penso. El senor abrio despacio el sobre del azucar, tambien malogrado por la torpeza del camarero al depositar el cafe encima de la mesa, y comenzo a fijarse como aquellos pequenos granos caian de una manera casi perfecta: no habia una sola arena de aquel azucar que se desviara hacia ningun lado. Siendo el un hombre que, en sus mejores tiempos, tomaba cafe casi a diario, el olor que desprendia aquella mezcla comenzo a parecerle muy desagradable. Su estomago termino por rechazar aquel olor y dejo el cafe. En ese momento en que no tenia ni un cafe que tomar, comenzo a sentir una extrana emocion que no controlaba. Se asusto; aquel hombre siempre lo controlaba todo. Fueron quizas los dos peores segundos en mucho tiempo: sudor, desesperacion, miedo, nervios... Por una vez en su vida sintio lo que siempre habia tenido miedo de sentir: vacio, desesperanza y ansiedad. --Ja, ja, ja. --Algo interrumpio la lucha interna de aquel hombre; unas risas y unas voces que venian de algun sitio llamaron su atencion. El senor miro. Llamo al camarero. --Un boligrafo, un papel y un vaso de agua. --Si, caballero. --Ah, una ultima cosa --continuo el senor--. Llevese este cafe y planteese cambiar de marca. Escribio y escribio, etiqueto y etiqueto; las anotaciones se iban amontonando en la mesa. Pidio mas y mas papel. Sus manos sudorosas empezaron a temblar al no poder seguir el ritmo intenso de su escritura. Carlos ya se habia asomado a la cristalera, tambien brillante (quizas lo unico brillante), de la cafeteria, pero Carlos esperaba; Carlos no tenia prisa. Solo era una persona fiel con ganas de seguir sirviendo a su senor. Carlos no protestaba. Aquel hombre dejo el boligrafo, pidio un whisky y respiro, siempre cabizbajo, pero respiro. Tras pagar la cuenta, salio en busca de Carlos, que esperaba pacientemente en el vehiculo. --Carlos, a mi casa. --Senor... --Lo se, tengo que devolver las llaves, pero todavia me queda algo por coger. Por favor, a mi casa. Carlos no dijo nada, arranco el coche y dejo a aquel hombre justo en la entrada de su casa. El senor abrio el portal, subio las escaleras y abrio la puerta. Solo fueron unos minutos. --Ya esta, Carlos, ahora vamos al banco. --No se preocupe, senor; eso ya lo hago yo como usted me mando. --No, Carlos, hay cambio de planes; yo me encargo del dinero. --Como usted quiera. El senor se fue, tal vez a cualquier habitacion de un hostal. Devolvio las llaves de todas sus pertenencias y tuvo muy claro lo que tocaba hacer a partir de ese momento. Carlos tambien se fue. Sus caminos no se volvieron a juntar.

  • Buscando a Carmen de Serafin Fanjul

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    La imagen exterior de Espana cristalizo hace tiempo, conformando un conjunto de rasgos que, en puridad, se reducen a unos pocos estereotipos en los cuales la mayor parte de los espanoles no nos reconocemos, aunque, paradojicamente, hayamos terminado por aceptarlos en el plano colectivo; este libro estudia como los viajeros europeos del XIX crearon esta imagen falsificada de Espana y los espanoles.

  • La chica nueva de Daniel Silva

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    LO QUE ESTA HECHO NO PUEDE DESHACERSE...
    En un exclusivo colegio privado suizo, el misterio envuelve la identidad de una nina de cabello negro que llega cada manana acompanada por una escolta digna de un jefe de estado. Dicen que es hija de un empresario muy rico.
    En realidad su padre es el todopoderoso Jalid bin Mohamed, el ahora denostado principe heredero de Arabia Saudi y otrora aclamado por la comunidad internacional por su promesa de emprender reformas religiosas y sociales. Jalid es ahora objeto de duras criticas por parte de todos los gobiernos debido a su implicacion en el asesinato de un periodista disidente. Y cuando su unica hija es secuestrada, recurre al unico hombre capaz de encontrarla antes de que sea demasiado tarde.
    Gabriel Allon, el legendario jefe del servicio de inteligencia israeli, ha pasado gran parte de su vida persiguiendo a terroristas. Entre ellos, a numerosos yihadistas financiados por Arabia Saudi. El principe Jalid se ha comprometido a romper al fin el estrecho vinculo que une a su reino con el Islam radical. Solo por ese motivo, Gabriel le considera un colaborador valioso, pese a que no se fie de el. Juntos forjaran una alianza precaria en una guerra secreta por el control de Oriente Proximo. La vida de una nina y el trono de Arabia Saudi estan en juego. Tanto Allon como Jalid se han creado numerosos enemigos.
    Y tienen mucho que perder.

  • Oportunidad prohibida, Eva Nieto de Eva Nieto

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    Eva es una prestigiosa periodista y presentadora de television, con suficiente cache como para que las cadenas y marcas se peleen por ella. Convertida en un icono mediatico con miles de fans, todo cambia cuando conoce a su nuevo jefe, Roberto. Roberto, un hombre astuto, seguro de si mismo, alto, atletico, dominante con sonrisa de diablo. y familiar. Su antiguo amor de instituto, separados al estudiar en universidades de ciudades diferentes, se acababa de convertir en su nuevo jefe. Desde entonces, todo comenzo a tambalearse. La seguridad, confianza y ego de Eva comenzaban a desinflarse. Todo su mundo comenzaba a temblar, rodeada por un antiguo amor al que creia olvidado, enterrado, pero que de repente estaba mas vivo que nunca. Roberto habia cambiado, y se habia convertido un hombre al que era muy dificil dificil decir que no. Advertencia: Una novela romantica y erotica con un hombre dominante y sexo explicito. Dirigida a un publico maduro.

  • Tiempos oscuros (Detective Charlie Parker) de John Connolly

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    Jerome Burnel se convirtio, anos ha, cuando trabajaba para una joyeria, en un heroe (a su pesar). Intervino para evitar un homicidio multiple, pero en su empeno se destruyo a si mismo. Su vida familiar y profesional se trunco, y el acabo encarcelado, embrutecido. Fuerzas desconocidas le humillaron, enviandolo a prision por un crimen que no cometio. Cree que es cuestion de tiempo el que esas fuerzas lo maten, pero antes de morir quiere respuestas, y recurre al detective privado Charlie Parker.
    Le habla entonces de la chica que estaba marcada para la muerte, pero fue salvada; le habla de los que lo atormentaban, y de una comunidad que se esconde en una empalizada en ruinas. Parker no es como los demas hombres. Murio, y volvio a nacer. Esta listo para presentar batalla. Y se acercara (junto a sus viejos amigos Angel y Louis) a una misteriosa y aislada comunidad, The Cut, en la que rigen el terror, la intimidacion y el asesinato, todo ello en nombre del ser al que sirven; todo en nombre del Rey Muerto.

  • Una prueba de amor de Sophie Rose

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    Amor, traicion y romance. Siempre hay una segunda oportunidad.

  • Promesas de sal y limon (El club de las Tulipanes 1) de Lucia De Vicente

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    Cadiz, junio de 2000. Ana dio un beso a su madre, otro a su padre y salio corriendo para atravesar el enorme patio del Santa Brigida Irish School a fin de atender la llamada de sus tres amigas, que estaban haciendose fotos con su querida profesora de Lengua y Literatura, la senora Quesada. El coctel que siguio a la ceremonia de graduacion de las alumnas que ese ano terminaban el colegio estaba a punto de finalizar. Hacia pocos dias se habian sometido a la dura prueba de la selectividad y tanto ella como sus queridisimas companeras de fatigas y aventuras obtuvieron magnificas calificaciones, tal y como se esperaba de ellas. La direccion y el profesorado tenian a las cuatro por buenas chicas. Las consideraban de las mejores estudiantes de su promocion, pero ella no pudo evitar una sonrisita ladina al pensar en eso. Lo cierto era que entre todas disponian de una buena coleccion de travesuras y fechorias en su haber, aunque tenian la virtud de haber salido siempre indemnes de ellas. <>, penso sin perder el paso, acercandose al grupo para posar para la instantanea. --Chicas, !hoy es nuestro dia! --grito al tiempo que levantaba el birrete de pega que les facilitaron los organizadores del evento, al mas puro estilo de Yankilandia--. Hoy, por fin, podemos quemar Cadiz; no tenemos que regresar al colegio. !Y ya somos todas mayores de edad! Solo una semana atras habian celebrado el dieciocho cumpleanos de Gabriela, la mas joven y la mas inteligente de las cuatro, por mucho que esa cualidad no se viera reflejada en sus calificaciones escolares. Ni tampoco en la facilidad para hacer amistad con el resto de sus companeras. --Tambien es nuestro ultimo dia juntas, Ana --lloriqueo Gabriela--. Hoy todas dormiremos en nuestras casas y a partir de manana cada cual seguira con su propia vida y no volveremos a vernos. --Vamos, vamos, pequena --la regano con carino la senora Quesada, abrazandola--. Hoy no pienses en eso. Como os he dicho siempre, teneis que vivir el momento. Ya sabes, carpe diem. Manana, Dios proveera. --Eso, Gabriela --corroboro Beatriz, la decana del grupo y a la que todas concedian el papel de protectora, aunque solo se llevaran unos pocos meses de diferencia--. Ademas, si que vamos a volver a vernos; lo hemos prometido. --Deberiamos sellar eso como Dios manda, ya sabeis… --propuso Patricia, la pragmatica, con un gesto picaro--, para que a ninguna se nos ocurra faltar el dia que acordemos para la quedada. --?Que es eso de sellar las promesas? --quiso saber la profesora, que miraba de una a otra, curiosa, intentando rellenar los huecos de su conversacion. --Bueno, cada vez que… --!Callate, Gabriela! --interrumpio Beatriz a la menor, alarmada ante la disposicion de esta a contar su mas protegido secreto; el que todas guardaban con celo, aunque seguramente el miedo a ser descubiertas tenia mas peso que la fidelidad a la palabra dada. --Pero si ya no pueden castigarnos --se defendio esta. --?Y que mas da? --protesto ella, enfadada. --Nada, dona Fina --salio al paso Patricia--. Se trata de una ceremonia infantil e inocua que celebramos cada vez que nos hacemos alguna promesa de futuro, no se preocupe. La profesora las miro a todas, analizando las diferentes reacciones, y sonrio enigmatica. --Ay, ninas, ?pensais que he nacido ayer? --repuso moviendo la cabeza ligeramente de un lado al otro--. Por muchos anos que lleve intentando instruir esas y muchas otras cabecitas de calabaza, nunca terminare de acostumbrarme a que sigais siendo tan inocentes aun el dia de vuestra graduacion. ?Creeis que no estoy al tanto de vuestro juramento… tequilero? --lo denomino despues de pensar un rato y a falta de otra palabra mas adecuada que acudiera a su mente. Las cuatro se miraron asombradas. --!Pero, dona Fina! --salto Beatriz, anonadada al darse cuenta de lo que la senora Quesada acababa de confesar--. ?Desde… cuando lo sabe? La mujer rio divertida. --Pues, posiblemente desde el primer dia. Os recuerdo que, por mi aula, han pasado montones de alumnas antes que vosotras y seguiran pasando despues. Y todas, absolutamente todas, teneis un punto en el que infringir las normas de la escuela se convierte en vuestro objetivo primordial. Incluso las que teneis fama de formales y estudiosas. --?Como se dio cuenta? --cuestiono Ana--. Siempre hemos actuado con mucho cuidado. --El primer dia que Gabriela bajo al comedor y dejo sobre la mesa su desayuno entero, sin tocar ni una tostada, y el resto, con cara de lechuga vieja, os quejasteis de que algo os habia sentado mal y que os dolia la cabeza, lo supe. Luego solo tuve que buscar las pruebas en vuestras habitaciones y, perdonad que os diga, sois muy poco originales intentando ocultarlas. Las cuatro se miraron alarmadas. --?Y por que no nos delato? --pregunto Patricia. Ella siempre era la mas inquisitiva, no en vano el curso siguiente se matricularia en la Facultad de Derecho e intentaria convertirse en la abogada mas aguerrida y resolutiva de toda Espana. --No hubiera servido de gran cosa --admitio--. Todos los profesores sabemos que estas cosas ocurren y es casi imposible evitarlo. Lo unico que hacemos es intentar que no se nos vayan de las manos y empiecen a convertirse en un problema. Una pequena cogorza no mata a nadie, siempre y cuando no se produzca demasiado pronto o se repita con asiduidad. Vosotras habeis sido cautas, la verdad. Un par de veces por curso y solo en los dos ultimos. --?Hacen la vista gorda? --dijo Gabriela, asombrada. --Solo a veces, ya os digo. En vuestro caso no era alarmante. Es condicion del ser humano transgredir las normas y, si los superiores lo afrontamos con excesivo celo o rectitud, lo unico que conseguimos es potenciar ese deseo natural de rebeldia. --!Gracias, dona Fina! --exclamo Beatriz, abrazandola, a punto de que se le saltaran las lagrimas por la emocion. --Pero esta noche, ya que acabo de dejar de ser vuestra profesora --propuso dona Fina, quitando hierro al momento--, ire con vosotras y compartire esos chupitos de tequila para celebrar la clausura de nuestro Club de las Tulipanes. --!Genial! --gritaron las cuatro a coro. --Ademas, tenemos algo para usted --confeso Gabriela, incapaz de guardar una sorpresa. --Gabriela… --la reconvino Patricia. --Dejala, Paty --la defendio Beatriz--. Ya sabes que Gabriela es asi. Anda, Ana, ve a buscar los regalos de la senora Quesada. Ella tambien estaba deseando ver la cara que pondria la profesora cuando le entregaran todo lo que llevaban tiempo preparando, asi que partio de inmediato con una inestable carrera sobre los tacones, ya que, acostumbrada a los zapatos del uniforme, no tenia suficiente practica para andar con ellos por un terreno tan desigual como el del patio del colegio, y se dirigio a la habitacion que habia compartido con Beatriz durante los ultimos siete anos. El equipaje de ambas estaba alli, embalado y dispuesto para ser trasladado por ultima vez hasta sus respectivos domicilios. Los armarios parecian los nichos deshabitados de un cementerio, que esperan su proximo inquilino como si el anterior no hubiera dejado alli algo mas que su esencia durante una larga temporada. Sintio ganas de llorar, pero hizo un esfuerzo supremo y consiguio reprimir las lagrimas. No queria estropearse el ligero maquillaje que se aplico para acudir a la ceremonia, ya que ese dia estaba todo, o casi todo, permitido. Evito volver a mirar la habitacion y recogio la bolsa de plastico que reposaba sobre su cama, o sobre la que lo fue hasta ese dia, y salio zumbando de alli para no derrumbarse y caer en la pena que sentia que empezaba a ahogarla. Del mismo modo que llego, corrio para volver al punto en el que las demas la esperaban, solo que esa vez eligio la puerta principal, para atajar camino. --!Morales! --la reconvino sor Elisa, la portera--, !no corra! Aunque sea su ultimo dia en esta escuela, las normas se cumplen hasta el final. Ella pego un frenazo en seco, sonrio a la monja carcelera --como la apodaban entre ellas--, pidio disculpas con una taimada sonrisa y, en cuanto piso el ultimo escalon que daba acceso al recinto, volvio a correr como alma que se llevara el diablo. --Aqui teneis, chicas --dijo al entregar su preciada carga. Todas dejaron que Beatriz hiciera los honores sin siquiera consultarlo entre ellas, como en un acuerdo tacito. Esta saco una caja cuadrada, verde, de tamano aproximado de treinta por treinta centimetros y se la entrego a la profesora. --Para que tenga un recuerdo nuestro. La mujer la tomo agradecida y emocionada. Cuando levanto la tapa, se le llenaron los ojos de lagrimas. --Esta firmada por las cuatro --aclaro Gabriela, ante el silencio acongojado de dona Fina. --Es una placa de plata con el decalogo de nuestro club --especifico Patricia. Se referia a la hermandad que surgio de forma inesperada despues de que en la sesion de cine semanal del colegio emitieran El Club de los Poetas Muertos. Ellas quedaron tan impresionadas con la pelicula, y se vieron tan reflejadas en los chicos de aquel internado, que quisieron hacer algo semejante. Y, como no podia ser de otro modo, la unica docente capaz de emular las virtudes del senor Keating era su querida profesora de Lengua y Literatura, que ademas compartia asignatura con el personaje de Robin Williams. A dona Fina le encanto la idea desde el primer minuto, pues en el fondo era otra inconformista, libre pensadora y un poquito reaccionaria, como John Keating, aunque en otro estilo. A la senora Quesada le gustaba la poesia como al que mas, claro que si, pero preferia la narrativa. Y de entre toda, la de los autores del romanticismo de los siglos XVIII y XIX; Jane Austen, Charlotte Bronte y su hermana Emily, Lord Byron, Mary Shelley, Alexandre Dumas, Gustavo Adolfo Becquer… Pero, ademas, algo que nunca reconocio delante de sus alumnas fue que era una defensora a ultranza de la romantica actual. Seguia la obra de Johanna Lindsey, Kathleen Woodiwis, Marie Jo Putney, Nora Roberts, Diana Gabaldon, Virginia Henley y un larguisimo etcetera de autoras, de las que era voraz lectora. Ellas no tardaron en averiguarlo. Les extranaba tanto verla leyendo, en los recreos y antes de irse a la cama, aquellos libros de bolsillo de pastas forradas con papel de periodico, concentrada al maximo y componiendo caras y gestos de admiracion, que no pudieron evitar dar rienda suelta a su curiosidad.

  • Menu de amor de Nicolas Barreau

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    Una deliciosa historia sobre el amor y sobre los momentos verdaderamente unicos de la vida.

  • El opalo y la serpiente de Marian Izaguirre

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    Un misterio historico lleno de misticismo que reflexiona sobre la identidad, la codicia y la necesidad de considerar el conocimiento como nuestro tesoro mas valioso.

  • Te deje ir, Clare Mackintosh de Clare Mackintosh

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    El thriller psicologico ganador del Theakston Old Peculier a la mejor novela policiaca del ano. Un libro que no te dejara ir.

  • El Hambre Invisible de Santi Balmes

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    A partir de un accidente en un concierto, Roman Spinelli, alias, Equilibrista, llega a la conclusion de que su vida debe replantearse por completo. La caida no ha sido unicamente fisica, sino que simboliza un accidente mucho mas profundo y abarca todos los ambitos de su vida. Este es el punto de partida de un libro en el que el protagonista debera emprender un viaje hacia las profundidades de si mismo, una ciudad interior llamada Bruma, habitada por alter ego de la mas diversa indole, a menudo contradictorios y todos ellos extremos.
    El Hambre Invisible es una novela con trazos de autobiografia, ensayo, poesia, diario y regresion. En ella experimentaremos la necesaria busqueda de nuestra esencia como personas, de comprender lo que nos define, y de paso, identificar a nuestro enemigo interior a traves del dialogo con uno mismo.
    En definitiva, estamos ante un mapa del alma que puede ayudar al lector a configurar el suyo.

  • La mujer del cartero de Leonor Moreira

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    Cuando un dia Clara recibe la visita de su nuevo vecino, Alex, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y, sobre todo, muy misterioso.

  • Los falsificadores de Bradford Morrow

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    <>. JOYCE CAROL OATES La comunidad bibliofila no da credito cuando Adam Diehl, un solitario coleccionista de libros raros y curiosos, aparece muerto en su casa de Montauk: le han cercenado las manos y su cadaver esta rodeado de valiosos ejemplares con la pagina de cortesia arrancada. Cuando a las pocas semanas del incomprensible asesinato, la hermana del difunto y su pareja ;un talentoso falsificador reformado, con una especial habilidad para imitar la letra de sir Arthur Conan Doyle; empiezan a recibir unas cartas de amenaza salidas de la pluma del mismisimo Henry James, se desencadena un letal duelo de simulaciones e imposturas en el que pronto resultara imposible distinguir al autor del falsificador o discernir el original de su replica, y en el que la muerte se impone como la unica certeza… En este absorbente thriller literario, Bradford Morrow alcanza un perfecto equilibrio entre la mejor novela negra y la ficcion mas clasica. No cabe duda de que los lectores de una de las dos se sentiran complacidos de sobra y de que aquellos aficionados a ambas quedaran con ganas de mucho mas. Seguro es tambien que por su profundo conocimiento de los libros unicos y de quienes viven por y para ellos, Los falsificadores solo podria haber sido firmada por un autentico maestro como el.

  • Mi vida K-Drama de Alissa Bronte

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    Un lunes mas. No, ya nunca seria un lunes mas. Lola llegaba a la oficina con una gran sonrisa en la cara, habia pasado un inolvidable fin de semana en compania de German. Al principio penso que era un error por eso de donde tengas la olla no metas la..., pero ahora estaba contenta con la decision. Aunque nunca habia querido tener una relacion con un companero de trabajo, la verdad era que sentia que estaba enamorada. En una nube. Casi como si sus pies pudieran flotar, pero ?como no sentirse asi si acababa de empezar, hacia poco mas de un par de meses, una relacion que iba viento en popa? Y, para aumentar mas su felicidad, el viernes habian anunciado que el iba a ser ascendido. Y eso era algo muy bueno porque las oportunidades en su empresa no eran muchas, menos en el departamento de contabilidad. Asi que pasar de ser uno mas al jefe de equipo era un logro que no estaba al alcance de cualquiera. Y lo habian celebrado por todo lo alto. En las nubes andaba cuando llego a la oficina y se dio cuenta del revuelo. Estaba claro que algo gordo habia pasado porque todos sus companeros, por lo general con el modo estatua en on, estaban revolucionados y no dejaban de cuchichear en corrillos repartidos por toda la oficina. Se acerco a uno de los grupos, no lo eligio por nada en especial, ya que no tenia relacion con ningun otro empleado mas alla de un <> o un <>, para ver si lograba enterarse de algo. --Buenos dias, ?ha pasado algo interesante? --pregunto, dando un sorbo al cafe que habia sacado de la maquina de la planta de abajo. --Buenos dias, Lola. Si, ha pasado esto --respondio un joven de aspecto desalinado y gafas redondeadas y sucias. --?Eso? ?Que es? Parece una invitacion de boda --anadio, mirando la cartulina que sostenia entre las manos. --!Bingo! --afirmo otro de los chicos a la vez que la senalaba con las manos formando pistolas imaginarias. ?De verdad habia hecho eso? Lola no entendia por que la invitacion de boda de alguien podria ser la causa de ese alboroto. --?Quien se casa? --pregunto con curiosidad, observandola. --Miralo tu misma --dijo una de las chicas del corrillo que llevaba poco tiempo en la empresa, y de la que no sabia ni el nombre, dandole la invitacion--. Vas a alucinar --anadio mas tension y curiosidad a la que ya sentia. --!Menudo braguetazo! Que calladito se lo tenia... --Ahora entiendo todo. --Estaba claro que algo habia detras... Los comentarios de sus companeros no paraban y la curiosidad por saber quien era el del braguetazo fue tan grande que abrio la invitacion de boda, todavia entre sus manos, y la miro con atencion. Era elegante, de un color blanco nacarado y con una cinta de saten gris brillante, con algo parecido a la purpurina, pero sin que se quedara pegada en cualquier lado, que hacia las veces de cierre. Era muy bonita. Saco la invitacion. La verdad era que se esperaba cualquier cosa menos eso. Se quedo sin aire en los pulmones, como si alguien la hubiera pateado en el estomago, y sintio que se mareaba, que perdia la conexion con la realidad. Boqueo con desesperacion, como un pez fuera del agua. Parpadeo para aclarar la vision y alejar todos esos sentimientos que la abrumaban hasta confundirla, y se centro en las letras escritas sobre relieve en la invitacion de boda. No habia dudas, ninguna. El nombre del novio era el puto nombre de <> novio. ?Era una broma de mal gusto? ?Estaban a 28 de diciembre y no se habia enterado? Releyo una vez mas lo que habia escrito en la nota. Como si al hacerlo de nuevo algo fuera a cambiar. --Ahora cuadra lo del ascenso porque todos sabemos que ni lleva aqui el suficiente tiempo ni destaca por su trabajo... --murmuraba uno. --Lo que me ha sorprendido mas es que el jefe nos haya invitado a todos --respondia otro. --Si, pero teniendo en cuenta que es su unica hija es normal que tire la casa por la ventana -- aclaraba otra de sus companeras. Los comentarios no cesaban a su alrededor, era logico porque esa noticia habia sido inesperada, aunque para una mas que para otros. --?Que te parece, Lola? ?Ha pegado o no German el braguetazo de su vida? --le pregunto otro de sus companeros. Pero ella no estaba para escuchar a nadie. Apreto la carta entre las manos y, furiosa como nunca antes, se acerco al puesto de su novio, bueno, no de su novio, del novio de otra al parecer. Coloco las manos sobre el tablero de la mesa con tanta rabia que todo vibro con la misma fuerza que el huracan que se arremolinaba dentro de ella y la hacia temblar. Busco a German por la oficina y vio que salia del despacho del director. Los ojos de este, al encontrarse con los de ella, se abrieron mucho por la sorpresa, pero ?que sorpresa era para el? ?Acaso no sabia lo que habia hecho? La sorprendida era ella. Temiendo lo que llegaria a continuacion, German le hizo un gesto con la mano que tenia libre para que esperara. Ella cruzo los brazos bajo el pecho, para intentar que estos no la traicionaran y que una de sus manos acabara estampada en su atractiva cara. --Si, si, todo me parece perfecto. Luego te llamo, Amanda, tengo un asunto pendiente que cerrar --explico a toda prisa a la mujer, Amanda, con la que hablaba al otro lado. Amanda, como la Amanda de la puta invitacion. Estrujo la tarjeta entre las manos y no pudo evitar pensar que en vez del trozo de cartulina eran sus pelotas las que apretaba hasta dejarselas inservibles. --?En eso me he convertido de repente, German? ?En un asunto pendiente que has de cerrar? --rugio. Queria controlarse, pero no podia, el huracan se habia desatado con fuerza y el ojo estaba justo en su corazon, cegando cualquier otro sentimiento que no fuera la ira. Ni siquiera le importaba que estuvieran en medio de la oficina y que los companeros estuvieran pendientes de todo lo que sucedia entre ellos. --Lola, dejame explicartelo. Tranquilizate, por favor --pidio en voz baja con una calma pasmosa--. Vamos a otro lugar y hablemos de ello --ordeno, tomandola por la muneca y arrastrandola para llevarla a otra zona. --?Que me vas a explicar? --bramo, pegando un fuerte tiron de la mano y parandose con firmeza; no estaba dispuesta a dar un paso mas--. ?El hecho de que me entero por esto -- mascullo, tirandole a la cara la invitacion-- que el que era mi novio hasta ayer se va a casar con otra? Ah, no, espera, que resulta que <> era yo --escupio, enfadada. Nunca, jamas, habia sentido un odio tan fuerte por nadie. Tras sus palabras, los murmullos lejos de apagarse cobraron intensidad. Eran la atraccion del dia y, sin verlos, podia imaginarse a todos sus companeros con las palomitas recien hechas sentados con comodidad para ver la pelicula que, de manera inesperada, iban a disfrutar a costa de ella. --?No has visto las llamadas perdidas? --interrogo bajando la voz, como si fuera lo importante en esa situacion--. Ademas, no es necesaria esa actitud tuya amenazante --anadio, molesto. Lola escuchaba sus palabras, pero no las llegaba a asimilar, ?estaba mosqueado? ?Encima? --!?Que cono esperas?! ?Que me ofrezca a acompanarte al altar? --pregunto, mirandolo con toda la fuerza de la ira que burbujeaba en sus venas, rezando por ser capaz de lanzarle rayos laser con los ojos y fulminarlo alli mismo. Si no era una broma..., iba a arder Troya. --Vamos, Lola. No ha pasado nada entre nosotros para que estes tan indignada. Ademas, nunca quise enganarte, pero aquella noche te me insinuaste y yo me deje llevar y luego..., luego no supe como explicarte que estaba en una relacion y que tenia fecha de boda y... --trato de explicarle en voz baja. Lola abrio la boca tanto que le hubiera cabido dentro un paquete de Amazon. ?En serio le echaba la culpa a ella delante de todos? ?Insinuaba que ella lo habia seducido? ?Estaba de cona? --!Seras cabron! --grito sin reparar donde estaba ni quienes podian oirla--. ?Que me insinue? ?Que te dejaste llevar? Que te has dejado llevar, ?por los dos ultimos meses? !Seras hijo de puta! --Lola, guarda la compostura, nos estan mirando todos --suplico. --?Y que cono me importa? ?Crees, de verdad, que en este puto momento de mi vida me importa algo que nos escuchen? ?Como has podido, German? !Como! Me enganaste, me hiciste creer que te importaba, que me querias, que significaba algo para ti... y resulta, resulta... --se detuvo para soltar una carcajada histerica--, resulta que yo era la otra. !Era la otra! ?Y todavia me pides que me tranquilice? ?En que mundo vives, en el de Yupi, gilipollas? --Lola, no sigas por ese camino o me voy a ver obligado a... --?A que? --pregunto, amenazante. --A denunciarte... por calumnias --balbuceo. Y aquello fue la gota que colmo el vaso, rompio a reir a carcajadas que se parecian mas a los alaridos de una persona fuera de si que a una risa normal, pero estaba a punto de enloquecer. --?Me vas a denunciar por calumnias? ?Y por lo del sabado, German? ?Vas a decir que abuse sexualmente de ti? !Vamos a celebrarlo con las piernas en alto! Ah, no, espera, <>, solo que me confundi... --espeto tan enfadada que podia prender fuego con tocarlo. --!German! !Lola! ?Que demonios sucede? ?Por que estan discutiendo? --inquirio su jefe, que, alterado por el revuelo que se intuia tras los cristales de su despacho, salio de su oficina. --Senor Ramirez --llamo dirigiendose a su jefe--, no se meta, por favor. Esto no va con usted --pidio al hombre. No le tenia ningun aprecio, la verdad, pero tenia ya unos anos y lo ultimo que queria era que le diera un sincope por su culpa. De hecho, agradecia que la oficina de este estuviera insonorizada y no fuera consciente del tema que trataban. --Lola, ?como que no va conmigo? ?Acaso quiere que, aparte de la invitacion de boda de mi hija, le llegue una carta de despido? --amenazo, iracundo. Esas palabras la remataron, miro a German, despues se acerco hasta el lugar donde la tarjeta habia caido cuando la lanzo, miro otra vez el nombre de la tarjeta para comprobar que, efectivamente, era la hija de su jefe. Como si no hubiera estado claro, como si su mente hubiera querido negar la realidad. --?En serio, German? --interpelo--. ?Te vas a casar con la hija del jefe y todavia me buscaste el sabado para celebrar tu ascenso? Aunque, claro, tambien estabas celebrando tu despedida de soltero privada a mi costa, cabron. --Senorita Salazar, ?de que esta hablando? --pregunto Ramirez al darse cuenta de que no era una discusion laboral. --Que se lo explique su futuro yerno, senor. Yo dimito --afirmo con rotundidad --. !Dimito, jefe! Ninguno de los dos me va a despedir, la que se va soy yo. ?Me oyes, German? Dimito de todo, de esta mierda de empresa y de esta mierda de... relacion --bufo, senalando de uno al otro --. Ojala cuando lo descubra todo Amada, te... <> a la mierda. !Gilipollas! --!Lola! --grito su jefe con la cara roja como un tomate, como si le fuera a dar un infarto o algo similar--. !A mi despacho! !Ahora! Asi habia resultado su lunes; ya no era un buen lunes. Dio la espalda a su jefe, se acerco hasta la que habia sido su mesa los ultimos cinco anos y se esforzo por no derramar ni una sola lagrima por German, ni por el trabajo que abandonaba para no regresar jamas. Todos sus companeros la miraban en silencio, era incomodo verlos y no escucharlos, parecian maniquies baratos amontonados. Podia ver sus pensamientos brotando como setas de sus cabezas y sus miradas iban desde la lastima hasta la indiferencia pasando por la satisfaccion. Pero le daba igual, en ese momento, solo podia sentir la tormenta que no perdia intensidad en su interior y sabia que corria el peligro de quedar destrozada si no la frenaba. Y el no merecia la pena. Nadie que enganara a la persona a la que se suponia queria merecia la pena. Dejo la oficina con cinco anos de su vida metidos en el bolso. En unas horas estaria triste, lo estaria en ese instante en el que se diera cuenta de que sus mejores anos los habia desperdiciado en ese lugar, que se habia hecho ilusiones de futuro con un impresentable que no habia tenido las pelotas suficientes de decirle que ya estaba en una relacion con la hija del jefe y, a cambio, ?que habia ganado? Nada bueno: una talla mas. Lo mas triste era que ni siquiera iba a echar de menos a los companeros, porque eran solo eso, companeros de oficina, ningun amigo, ninguno con el que tuviera una relacion mas estrecha. Volvia a estar sola. Volvia a tener que empezar de cero. Capitulo 1 Tres meses despues... Era el tercer k-drama que veia esa semana, estaban siendo su sanacion. No tenia ni idea de como no los habia descubierto antes, ?que habia estado haciendo con su vida hasta ese momento? <>, grito una vocecilla impertinente en su cabeza, aunque en las ultimas semanas la habia estado escuchando mas de la cuenta. Se limpio las lagrimas a la vez que dejaba escapar un suspiro de la emocion, ?como podia haber historias tan bonitas? ?Como podia haber hombres tan atractivos? Habia echado numeros, era lo suyo, y el tanto por ciento de tios buenos por cada millon de habitantes que habia en Corea del Sur era desorbitado. Habia estado a punto, varias veces, de escribir a la reina Letizia y pedirle que hiciera una ley en la que fuera obligatoria la crianza de los ninos a base de algas y arroz, porque, vamos, lo de Corea del Sur no era normal, no lo era... o, tal vez, la que no lo era, era ella. Se levanto a por otra tarrina de helado, ?cuantas llevaba ese dia? Y se puso a husmear entre la lista de series para ver cual atacaba en ese instante, le apetecia una de accion, y dudaba entre City Hunter o Healer. En ello estaba cuando el telefono sono. Le parecio muy raro porque nunca nadie la llamaba. Pero ahi estaba su telefono fijo, al que tenia por lo general criando malvas, sonando con ese timbre estridente que le hacia rechinar los dientes. ?Para que lo tenia? Nadie usaba ya los fijos, bueno, ella si. Se levanto en plan zombi y, al pasar frente al espejo que colgaba en una de las paredes de la habitacion, miro de reojo y no pudo creer lo que vio: !estaba horrible! Mejor no le hacia caso y cogia el telefono para que dejara de sonar. --?Si? --pregunto con la voz pastosa y extranada al ver un numero muy raro. --?Lola? --interrogo a su vez la voz al otro lado, una que no reconocio. --Si, soy yo. ?Quien es? --!Sorpresa! !Soy yo! --?Eres tu? ?Y quien eres tu? --volvio a indagar, hastiada y cabreada porque una loca la habia interrumpido y, en esos momentos, no tenia tiempo para nada mas que para revolcarse en su miseria como un cerdo en el barro. --!Joder! ?En serio? ?Me voy a vivir fuera y ya no sabes quien soy? !Soy Sonia! !Tu prima Sonia! --?Sonia? !Que sorpresa! ?Que demonios te pasa en la voz? No te he reconocido --aclaro a la vez que regresaba al sofa y se sentaba con las piernas cruzadas. --?Como estas? --curioseo. --Pues, la verdad... --dudo, no tenia claro si debia o no decirle la verdad, ?pero para que mentir? Estaban a miles de kilometros de distancia--, es que estoy hecha un puto asco. --?Que ha pasado? --pregunto con un tono de voz mas serio, preocupado. --Pues..., que no me case con un hombre rico como tu --solto sin ocultar que estaba molesta, aunque su prima no tuviera la culpa de nada. --Eso no lo es todo en la vida... --suspiro al otro lado su prima. --Yo creo que si --afirmo, convencida. --Vale, esta bien. Sientate y cuentame todo. --No creo que tengas tanto tiempo... --Abre la puerta, anda --pidio a la vez que el timbre sonaba con insistencia. --!?Que...?! --exclamo sin creerlo. !No podia ser verdad! !Tenia que ser cona! Una coincidencia, nada mas. No podia creer que su prima, despues de dos anos sin apenas saber nada de ella, apareciera justo ahora en su vida, cuando mas la necesitaba, aunque le jodiera reconocerlo. Era hija unica porque habia sido una <>: llego cuando sus padres eran demasiado mayores y sus esperanzas se habian esfumado. Su madre tuvo un embarazo complicado y el parto dejo sus fuerzas mermadas. Lola, en su fuero interno, estaba segura de que su madre nunca se recupero de esa prueba inesperada del destino y que era, de cierta forma, la responsable de su muerte prematura. Tiempo despues, su padre la abandono tambien para unirse al amor de su vida, siempre supo que habia muerto de pena; la echaba de menos hasta limites insospechados y no ayudaba el hecho de que ella se pareciera a su madre como dos gotas de agua. A veces, en la mirada de su padre veia el dolor que la similitud entre ambas le causaba, hasta el punto de que habia dias en que evitaba mirarla a la cara. Y su prima, Sonia, era lo mas parecido a una hermana que habia tenido, pero crecieron y sus caminos se separaron. Sonia se caso con un hombre de negocios de Nueva York que la alejo de ella y eso hizo que el contacto entre ambas se enfriara. Con paso inseguro y el pecho tronando de emociones, se dirigio a la puerta y abrio para encontrarse con su prima, que lucia <>. --!Prima! --exclamo feliz a la vez que la abrazaba con fuerza. Su larga melena, morena, rizada y tan alocada como todo en ella, hacia destacar todavia mas sus redondeados ojos del color de las almendras y su piel... ?morena? ?Donde estaba el color de su piel? Ahora parecia que una fina capa de leche la impregnaba. --?Sonia? ?Eres... eres tu? --susurro porque dudaba que esa mujer de aspecto desconocido fuera su prima. --!Claro, tonta! ?No me ves? ?O es que mi belleza te ha cegado? --pregunto gritando las palabras y sin dejar de dar pequenos saltitos enganchada a su cuello, lo que hizo que sus pechos de silicona rebotaran sobre los de Lola, normales y empezando a acusar el efecto de la gravedad. Al contrario que los suyos, los de su prima permanecerian en su sitio pasara lo que pasara, incluso, estaba segura, podrian servir de anclaje a un barco en plena tormenta y no se moverian. --!Joder! ?Que te has hecho? Apenas pareces tu... Estas muy cambiada. --Estoy estupenda, ?verdad? Esto es la nueva vida. --Estas irreconocible... --admiro sin quitarle la vista de encima. --Si, !gracias a Dios! --suspiro, adentrandose en el apartamento y cerrando la puerta con un delicioso y encantador puntapie. Verla moverse con tanta gracia, con esa cintura de avispa y un cuerpo perfecto en el que todo estaba en su lugar, la hizo sentirse no un cerdo revolcandose en el barro, sino un mamut peludo, torpe y pesado que no tiraba de su cuerpo. No le entraba en la cabeza como era posible que caminase dando esos pasitos cortos con esos altos tacones y como, ademas, lograba que su trasero se contoneara de esa manera que la hizo, de forma involuntaria, ladear la cabeza: hipnotizada por, al parecer, la musica magica que sus perfectos gluteos creaban a cada paso. --?Que te ha pasado? --inquirio, confusa, mientras Sonia se dejaba caer en el sofa con una gracia que, desde luego, no era innata. Lola se pregunto cuantas horas habria pasado estudiando esa caida accidental. --Me ha pasado !el Gangnam style 1! Seul, querida prima, todo eso me ha pasado --grito, feliz.

  • La tumba en llamas: Hasta los Huesos IV, Lena Valenti de Lena Valenti

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  • Nuestros mejores momentos de Audrey Ferrer

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    Elea es psicologa y su vida esta patas arriba.
    Marco solo es alguien de su pasado. Alguien enterrado, olvidado, carente de importancia... al menos eso es lo que ella quiere creer.
    Pero ?y si ese seductor de ojos verdes vuelve con su sonrisa ladeada para demostrarle que no esta dispuesto a rendirse?
    ?Y si se reencontraran en el MOMENTO menos idoneo?
    Paula es la mejor amiga de Elea, ademas de la mas picante y divertida. Podria ayudar a la psicologa en su desorden, si no estuviese demasiado ocupada con sus lios con dos hombretones.
    Un libro, pero dos historias de amor, dos conquistadores irrefrenables, muchas risas y... emocion.

  • Los moteros del MidWay, 1 de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • El arte del fuego de Daniel Hume

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  • Justo como a mi me gusta de C. Martinez Ubero

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    Raquel Lebron es una mujer llena de ilusiones y deseos. En este momento su principal deseo es el de ser madre. !Y cuidado! Pues a veces los deseos se cumplen. Aunque ser madre (y soltera) no es el camino de rosas que esperaba, y menos intentando compaginarlo con su vida profesional, Raquel ve como su vida se convierte en una maravillosa aventura.

  • Darien. El Imperio de sal de C.f. Iggulden , Conn Iggulden

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    La ciudad de Darien se encuentra en el corazon de un imperio a punto de extinguirse. Doce familias mantienen el orden gracias al control del monarca, a las alianzas y a las intrigas, aferrandose a una paz voluble que se desmorona. Los habitantes de la ciudad
    soportan una realidad que no pueden cambiar.
    Sin embargo, viejas disputas desembocan en un complot para matar al rey, una conspiracion que convocara a seis forasteros a la ciudad: Elias Post, un cazador, Tellius, un viejo espadachin expulsado de su hogar, Arthur, un nino que no habla, Daw Threefold, un chancero y jugador, Vic Deeds, mercenario sin remordimientos, y Nancy, una chica cuyo talento podria ser la ruina de todos.
    Su llegada a las murallas de la ciudad con el ocaso desatara una serie de acontecimientos explosivos. Antes de que el sol vuelva a levantarse, juntos forjaran el destino del Imperio de sal.

  • Segun venga el juego de Joan Didion

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    ?Que hace malvado a Iago?, preguntan algunos. Yo nunca pregunto. Otro ejemplo, uno que me viene a la cabeza porque esta manana la senora Burstein ha visto una cascabel pigmea entre las alcachofas y desde entonces esta intratable: yo nunca pregunto por las serpientes. Por que deberia Shalimar atraer a los bungaros. Por que habria de necesitar una serpiente de coral dos glandulas de veneno neurotoxico para sobrevivir mientras que una serpiente rey, tan similar, no necesita ninguna. Donde queda la logica darwiniana. Podrias preguntarlo. Yo nunca lo hago, ya no. Recuerdo un incidente recogido no hace mucho en el Herald-Examiner de Los Angeles: cerca de Boca Raton encontraron muerta en su caravana a una pareja de luna de miel, oriunda de Detroit; una serpiente de coral seguia enroscada en la manta termica. ?Por que? A menos que estes dispuesto a pensar a largo plazo, no existe una <> satisfactoria para tales preguntas. Pues eso. Soy lo que soy. Buscar <> no tiene sentido. Pero como aqui se dedican a buscarlas, me preguntan. Maria, si o no: Veo una polla en esta mancha de tinta. Maria, si o no: Un gran numero de personas tienen malas conductas sexuales, creo que mis pecados son imperdonables, el amor me ha decepcionado. ?Como podria contestar? NADA VIENE AL CASO, escribo con el lapiz IBM imantado. Que viene al caso, preguntan despues, como si la palabra <> fuera ambigua, abierta a interpretaciones, un fragmento dudoso de una runa islandesa. Solo existen ciertos hechos, digo, intentando otra vez participar amablemente del juego. Ciertos hechos, ciertas cosas que ocurrieron. (Por que molestarse, podrias preguntar. Yo me molesto por Kate. Aqui juego por Kate. Carter ingreso a Kate y yo voy a sacarla.) Malinterpretaran los hechos, inventaran conexiones, extrapolaran razones de donde no las hay, pero ya te lo he dicho, es a lo que se dedican. Asi que me sugirieron que dejara sentados los hechos, y los hechos son los siguientes: Me llamo Maria Wyeth. Se pronuncia mar-ay-a, que quede claro desde el principio. Aqui hay gente que me llama <>, pero yo nunca lo he hecho. Edad, treinta y un anos. Casada. Divorciada. Una hija, de cuatro anos. (Aqui no hablo con nadie de Kate. Donde esta Kate le ponen electrodos en la cabeza y agujas en la columna e intentan averiguar que fallo. Es otra version mas de por que una serpiente de coral tiene dos glandulas de veneno neurotoxico. Kate tiene una debilidad en la columna y una sustancia quimica anomala en el cerebro. Kate es Kate. Carter no pudo acordarse de la debilidad de la columna o no habria permitido que la pincharan ahi.) De mi madre he heredado el fisico y la tendencia a las migranas. De mi padre he heredado un optimismo que no me abandono hasta fecha reciente. Detalles: naci en Reno, Nevada, y a los nueve anos me mude a Silver Wells, Nevada, poblacion entonces 28 habitantes, ahora 0. Nos trasladamos a Silver Wells porque mi padre perdio la casa de Reno en una partida privada y de casualidad se acordo de que era propietario de un pueblo, Silver Wells. Lo habia comprado o lo habia ganado o quiza se lo dejara su padre, no estoy segura y a ti no te importa. Teniamos muchas cosas y lugares que iban y venian, un rancho de ganado sin reses y una estacion de esqui pagada con la segunda hipoteca de alguien y un motel que habria estado convenientemente situado a la salida de la autopista si hubieran construido la autopista; me educaron para creer que la siguiente tirada siempre seria mejor que la anterior. Ya no lo creo, pero te cuento como era. Lo que teniamos en Silver Wells eran ciento veinte hectareas de mezquite y algunas casas y una gasolinera Flying A y una mina de cinc y un apartadero de los ferrocarriles Tonopah & Tidewater y una tienda de baratijas y luego, cuando a mi padre y a su socio Benny Austin se les ocurrio la idea de que Silver Wells era una atraccion turistica natural, un campo de minigolf y un museo de reptiles y un restaurante con algunas tragaperras y dos mesas para jugar a los dados. Las tragaperras no eran exactamente rentables porque la unica persona que jugaba era Paulette, con monedas de la caja registradora. Paulette regentaba el restaurante y (ahora lo veo) se tiraba a mi padre y a veces me dejaba fingir ser la cajera despues de clase. Digo <> porque no teniamos clientes. Paso que la autopista con la que contaba mi padre nunca llego y el dinero se agoto y mi madre enfermo y Benny Austin regreso a Las Vegas, me tope con el en el Flamingo hace unos anos. --El unico Waterloo de tu padre fue que siempre vivio veinte anos avanzado a su tiempo --me informo Benny la noche del Flamingo--. El plan de la ciudad fantasma, el minigolf, la idea del blackjack automatico, ?que ves hoy en dia? Hoy Harry Wyeth podria ser un Rockefeller en Silver Wells. --Hoy Silver Wells no existe --repuse--. Esta en pleno campo de lanzamiento de misiles. --Hablo de entonces, Maria. De como era. Benny pidio una ronda de cubalibres, una bebida que yo no habia visto pedir a nadie mas que a mi madre, mi padre y Benny Austin, y le di unas cuantas fichas para que jugara por mi y fui al servicio y nunca volvi. Me dije que porque no queria que Benny viera con que clase de hombre estaba, estaba con un hombre que jugaba al bacarra con billetes de cien del otro lado del cordon, pero no fue solo por eso. Ya puesta, no me andare con rodeos, me incomoda el <>

  • El secreto de Amanda de Sarah Rusell

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    El dia amanecio gris y lluvioso pero, con independencia del tiempo que hiciera, mis mananas se habian tenido de color, desde hacia unas semanas. --Cristina, carino, un dia te dejas la cabeza se ve venir, !toma la mochila! --le dije, mientras corria tras ella. --Mama, yo lo llevo todo, no te preocupes --dijo el pequeno Pablo. --No tengo ninguna duda de eso, amor. Un beso y suerte con el examen --dije. --Hoy no vengo a comer, Amanda, recuerda que tengo reunion con los de la nueva campana. La cercania de las Navidades es la misma locura de todos los anos --me dijo Javier, mi marido, dandome un beso y saliendo por la puerta de modo precipitado. Por fin estaba sola y en 30 minutos llegaria el momento mas esperado del dia. Esa era el tiempo prudencial que Mario y yo habiamos establecido despues de que saliera Javier de casa, por si acaso algun olvido le hacia volver alguna de las mananas. Media hora despues de salir, ya estaria en el trabajo y era improbable que pudiese volver. Asi que, todas las mananas, justo a las 9:00, iniciaba mi sesion de Skype y Mario estaba esperandome al otro lado de la pantalla. Eso si, solo chat escrito... --Buenos dias, preciosa. ?Como has dormido hoy? --Mucho mejor pero te vuelvo a preguntar lo de todos los dias, ?por que crees que soy preciosa? --Lo intuyo, preciosa, lo intuyo. ?Sabes? Me gusta cerrar los ojos y ponerte cara. --Pero esa es la cara que tu me pones, no la real... --Pues algo me dice que debes ser todavia mas guapa... --Creo que me subestimas, yo no me veo... --Tu tienes la moral baja carino, no estas pasando por tu mejor momento, pero pronto vas a sacar la mejor version de ti misma...Una renovada que supere a la anterior, si es que eso es posible... --Vuelves a subestimarme, yo no creo merecer... --Tu eres una mujer de bandera y yo me voy a dejar la piel en que tomes conciencia de ello... --Eres muy bueno pero Mario...No te he contestado antes. Ya descanso mucho mejor y, desde que has aparecido en mi vida, los suenos se han normalizado, no he vuelto a tener pesadillas... Aquellas pesadillas a las que me referia eran el motivo de que, por primera vez en la vida, viera salir a mi familia por la manana, rumbo a cumplir con sus obligaciones, mientras yo me quedaba en casa. Soy policia nacional y, un incidente fortuito hizo que mi companero perdiera la vida justo a mi lado, hacia unos meses. Medite y llegue a la conclusion de que necesitaba un tiempo para mi por lo que, despues de consultarlo con la almohada y con Javier, decidi pedir una baja medica. Las primeras semanas no fueron faciles porque pronto me di cuenta de no estaba acostumbrada a la rutina del hogar, pero en el fondo sabia que debia darme un respiro y que era mejor asi. Y ahora, Mario habia aparecido en mi vida, via pantalla de Skype. Una invitacion inesperada, que resulto ser para alguien que se llamaba igual que yo y, una conversacion que se inicio de esa improvisada manera y que ninguno de los dos queriamos dar por finalizada. Desde entonces no habiamos dejado de hablar de lunes a viernes. Los fines de semana no nos era posible y esa era la razon de que hubiera comenzado a odiarlos. --Todavia alucino y lo sabes. No se como he podido contarte tantas cosas en tan poco tiempo y sin conocerte de absolutamente nada... --Porque estamos hechos el uno para el otro y tu tambien lo sabes... --Pero me siento culpable Mario... Javier no lo merece. Siempre ha sido muy bueno conmigo y todo se le hace poco para nosotros... Trabaja mucho, es solo... --Es solo que te ha descuidado, Amanda. Si no lo hubiera hecho, yo no tendria cabida en tu vida. Si me estas haciendo hueco en tu corazon es porque ya lo tenias medio vacio... --Lo hemos hablado antes, la rutina no es buena companera Mario... Y yo tampoco le puse las cosas faciles. Trabajaba mucho y me costaba desconectar. Y el lo mismo. Cuando llegaron los ninos pillabamos turnos contrarios para poder cuidarlos. Nos veiamos muy poco y siempre estabamos cansados... --?Y el sexo? --El sexo fue decayendo. Se fue esfumando por las grietas de la monotonia y, cuando quisimos darnos cuenta... --Entiendo, amor. No tienes que darme mas explicaciones. Y dime, ?en que momento sexual te encuentras ahora mismo? --Activando el modo "on" … Esta noche he sonado que lo haciamos y reconozco que me he despertado muy humeda y alterada... Es la primera vez en mucho tiempo que tengo unas ganas tremendas de... --?De que, Amanda? --de tener un asalto sexual de lo mas intenso, Mario. --?Y tengo yo algo que ver con eso? --Algo no, tienes todo bandido... Nunca hubiera imaginado un giro tan inesperado y emocionante para mi vida en tan pocos dias... Es mas, por fin vuelvo a sentirme fuerte y creo que no tardare mucho en volver a incorporarme al trabajo. --Eso me alegra y me pone a partes iguales, carino. --?Te pone? La parte de que te alegre la entiendo pero que te ponga... --?Tu que crees? Solo de imaginarte vestida de poli, con las esposas a la cintura dispara mis instintos mas salvajes... --Si no fueras tan estricto con las normas del juego, podrias verme ahora mismo. --Es una oferta muy tentadora pero hemos hecho un pacto y lo vamos a cumplir hasta el final. Si soy capaz de enamorarte hasta decidir comenzar una nueva vida juntos, tendremos un encuentro cara a cara. Si por alguna razon esto queda en agua de borrajas, preferire no haberte visto nunca en persona, mi nina. --Pero Mario, yo soy partidaria de que una no se puede enamorar sin haber visto a la otra persona. Creo que solo puedes enamorarte del conjunto, del interior, del exterior, de como huele y de como se mueve, asi como de todas y cada una de sus imperfecciones... --?Tu confias en mi, Amanda? --Sabes que si, Mario. --Pues entonces, date por enamorada... --?Y tu, piensas en mi por las noches? --?Tu que crees? Cuento las horas para hablar contigo... --Este rato de por la manana se nos va a hacer muy corto, se nos hace ya muy corto, mejor dicho... --Es complicado. Sabes que es lo unico que puedo sacar durante mi jornada laboral. Es el que paso solo en mi despacho antes de empezar la primera clase y luego, por la tarde, coincido con Elsa en casa, no es facil... --?Tu no te sientes culpable por ella, Mario? --Yo prefiero no pensar... --Cuentame alguna anecdota divertida como esa de ayer, por favor... --?De esas de cuando era un pieza de joven? Me quedan ya muy lejos, ?eh? Con el tiempo me reforme, cuando ya tuve novia y tal... Espero que no te asuste por nada de aquello, que tu eres la autoridad y pareces muy formalita... --Oye, que yo tampoco he sido la madre Teresa de Calcuta, !Tambien he hecho alguna que otra! ?Que te crees? --Una tuya por otra mia, venga... --?Cual es la trastada mas grande que has hecho en tu vida? --Me da corte contarlo, yo tambien tengo mis limitaciones... --Venga porfi, que sabes que me parto de risa con tus cosas... --Pues yo creo que la mas gorda que hice fue liarme con la madre de un amigo cuando tenia dieciocho anos. --?En serio? --Y tan en serio...A ver, que no fue premeditado pero que estaba de muy buen ver... no vayas a creer que me lie con un carcamal... --Cuenta mas, venga, !quiero detalles! --Seras morbosilla, !solo si luego me respondes a lo que te pregunte! --Trato hecho... --Pues nada, fue una tarde que mi amigo no estaba en su casa, !claro, faltaria mas! Llegue por equivocacion, teniamos que hacer un trabajo y el habia salido. Por lo visto tenia partido de futbol. Total que una cosa llevo a la otra y, en vez de hacer un trabajo, !pues nada que hice otro! --Tu eres un caso... --Era, era, !que ya estoy reformado! --?Cuanto de reformado? --Pues lo suficiente para solo tenerte en mi mente a ti. Me ha dado muy fuerte y no puedo ni quiero evitarlo. Deseo que todo fluya... --Yo no puedo prometerte nada Mario, esto me excita y me asusta a partes iguales. Reconozco que me esta viniendo fenomenal porque, en el peor de los casos, me estas ayudando mucho y, en el mejor, puedo ganar al hombre de mi vida pero, ?y tu? --?Cuantas veces tengo que decirte que no te preocupes por mi, Amanda? Conozco el riesgo. Esto es un juego fascinante, pero que no deja de ser peligroso. En cualquier caso, si me quemo, es cosa mia... --No digas eso, Mario. Me afecta. --?Te afecta? Me gusta escucharlo... --Si y es mas... --?Es mas...? --Te diria que me duele, pensar que pueda hacerte dano es una idea que no soporto... --Supongo que he de tomarlo como un cumplido y no imaginas lo que me ilusiona pero no sufras, amor... --?Te he dicho ya lo que me gusta escuchar ese "amor"? --No, no me lo has dicho, pero estas a tiempo, soy todo oidos. Y, por cierto, aprovecho para decirte que tambien me encantan los mimos. --Lo se. Me cuesta mas. Lo siento. No quiero que me tomes por una mujer fria. Es solo que la situacion me descoloca. Eso si, ?me crees si te digo que no hay hora en el dia en la que no piense en ti?--?Me crees si te digo que no hay palabras que puedan entusiasmarme mas que esas? Y por cierto, bonita sonrisa. --?Como? --Un escalofrio me recorrio el cuerpo. Mario, ?me has visto? --Ya quisiera yo, Amanda. No te he visto, pero me lo acabas de confirmar. Es lo que buscaba. Creo firmemente en eso de que "quien bien te quiere, te hara reir" ... --Entonces debes quererme mucho porque contigo me parto... --Por cierto, todavia no me has contado lo que llevas puesto hoy... --?Y quien te dice que llevo puesto algo? --guauuuuu...solo de pensarlo, !ardo! ?En serio? Haz los honores, please... --Digamos que llevo puesto uno de esos minusculos tangas negros de los que me dijiste que te pierden y, !un complemento mas! !A ver si lo aciertas! --?Un balconette a juego? --No... --?Un corse? --Va a ser que tampoco... --?Un liguero?… --Frio, frio... --Unas medias de esas de red que... --Mas frio, todavia... --Ok, ok... --Vuelvo a subir, pues... --!Cielos! Uno de esas gargantillas tan seductoras... --Caliente, caliente... --No sabes cuanto...Sueltalo ya, anda...Me estoy poniendo a tope... --Llevo una pequena corbata finita, de esas negras femeninas… Con el nudo ligeramente desabrochado y el resto cayendo sobre mis senos desnudos... --Ponte en el filo de la silla, por favor... --Ummm, chico travieso... --Acercate a la pantalla...Puedo sentirte Amanda, es como si percibiera tu olor, notara tu presencia... ?Que sonaste? Cuentame al detalle... --Pues sone que estaba tendida boca arriba en una cama con sabanas de saten blanco, totalmente desnuda, con un antifaz negro en los ojos. Tu llegabas y comenzabas a desvestirte lentamente. Cuando le toco el turno a tu cinturon, escuche la forma en la que se deslizaba por tus presillas y... --Creo que tengo un caballo al galope en el pecho, cielo. ?Sabes eso de que hace mucho tiempo que tienes dormidas ciertas sensaciones y de repente...? --Se, se... --Sigue, por favor, no nos queda mucho tiempo... --Pues que note que pasabas la correa entre mis munecas y, me atabas a los barrotes del cabecero... --?Te gusto? --Me erizo de arriba abajo, Mario... --?Y? --Tan pronto te acercaste y comenzaste a besarme, senti que me derretia... Mientras lo hacias bajaste tu mano y notaste mi extrema humedad...Tus dedos se deslizaban hacia el interior y ahogaste mis gemidos con mas besos. Llevaste mis manos hacia tu miembro y, lo erecto que estaba me encendio todavia mas... --Sigue por favor... --Al contacto con el y mientras seguias tocandome, note un intensisimo orgasmo y....me desperte con la certeza de que, pese a ser un sueno, el orgasmo habia sido real...Ademas, creeme que tuve que disimular. Tengo la sospecha de que mis gemidos nocturnos han sido tan reales como el orgasmo, !y se han escuchado! --Jaja, no puedo creerlo. No hago mas que meterte en lios... --No digas eso y, de ser asi, !vivan los lios! No soy la misma desde que has aparecido... --Amor, mucho me temo que tengo que comenzar a trabajar. --Ok, Mario. Manana mas y mejor. Te deseo un buen dia. --Y yo a ti otro, tan precioso como tu... Mi sensacion al dar por finalizada la llamada era la misma todas las mananas. Me sentia vacia. Aun no llegaba a entender como, alguien que habia aparecido hacia tan poco tiempo, podia llenarme tanto. !Menos mal que tenia trabajo para dar y regalar en casa y eso me mantendria distraida! Habia proyectado que ese dia terminaria de sacar toda la ropa de invierno de los armarios de los ninos, seleccionaria, veria a que prendas tenia que "darle el pasaporte" y haria un listado con lo que necesitaba cada uno de ellos para ir de compras. Cristina era la mayor, tenia diez anos y era un autentico torbellino, con una personalidad arrolladora. El pequenin Pablo, de siete, era mucho mas formal y tranquilo y en aquellos momentos exhibia una divertidisima mella. En cuanto a mi, habia cumplido los treinta y cinco y sentia que tenia todavia mucho camino por recorrer. Otra cosa es, de la mano de quien lo hiciera... La labor de los armarios empezo a agotarme. Eran las doce de la manana. Faltaban veintiuna horas para volver a hablar con Mario. Sonrei pensando en las casualidades de la vida. Aquel nombre me habia gustado de siempre, tanto que llegue a dudar en si llamar asi a mi hijo, aunque finalmente peso el gusto de Javier por Pablo, en honor a su escritor favorito, Pablo Coelho. Alli, con la ropa de los ninos en la mano, volvi a tomar conciencia de que el tiempo pasaba demasiado deprisa. ?Seria capaz de abandonar todo lo que hasta ahora habia sido mi mundo y salir de eso que llaman "la zona de confort"? Evidentemente tal decision no implicaba dejar a los ninos pero sabia que Javier lucharia por una custodia compartida. Los adoraba. El temor empezo a apoderarse de mi. Necesitaba un cafe. Y una llamada de telefono. --!Hola, Paty! ?Puedes hablar? Paty era mi mejor amiga desde que nos conocimos, con seis anos y estudiamos juntas hasta que yo ingrese en la Academia de Policia y ella en la Escuela de Enfermeria. Me conocia a la perfeccion, igual que yo a ella y, si de algo podiamos presumir, es de que entre nosotras no habia secretos. --Puedo, puedo. Te dije que estaria saliente de guardia pero ya sabes que soy incapaz de descansar cuando llego a casa. Ya me echare despues del almuerzo. Contesta, ?ha aparecido ya Don Juan? Aunque a juzgar por lo animado de tu voz no tengo ninguna duda... --Si, si, claro. Estuvimos hablando a la hora acordada, como cada dia... --?Y?… --Y cada vez mas enganchada. No tiene nada que ver con los primeros dias, que mas que una cita virtual, parecia una terapia. Ahora es... !saltan chispas! --No hace falta que lo jures. Puedo percibirlo en tu voz Mandy (asi es como me llamaba carinosamente), ?sabes que te estas metiendo en la boca del lobo, verdad? Que yo soy quien para decir nada, !menudo referente! Pero tu estas hecha de otra pasta... --?De que pasta, Paty? --Bueno, digamos (y sin ofender) que en tu vida personal lo mas emocionante que has hecho ha sido ganar una partida de parchis... --!Yo tambien te quiero, jodida! Me vas a deprimir... --No es eso, pero piensa que tu vida es muy convencional. En el fondo siempre te he admirado por eso. La has ido disenando, como si se tratara de encajar las piezas de un puzle y, ahora que... --Sigue por favor. Me conoces mejor que yo misma, jaja... --Pues que ahora que las tienes todas encajadas, estas cogiendo carrerilla para darle una patada. Y me asombra, eso seria mas propio de mi... --?Y si te dijera que en ese perfecto puzle la pieza que me falto por incluir fue el oxigeno? Me estoy ahogando Paty, necesito aire fresco y Mario...Bueno el no es como una bocanada de aire frio, es mas bien como todo un vendaval y, de hecho, si termino apostando por el, arrasara con todo lo que ha sido mi vida hasta ahora... --?Y estas preparada para eso? --?En serio me lo preguntas? Sabes que no tengo ni idea. Solo se que... --?Que sabes, Mandy? --Que me hace sentir viva y hacia mucho, mucho tiempo que no me sentia asi. --?Y entonces? Bueno, entonces esta Javier, al que quiero mucho, pero a quien miro ya con otros ojos y luego estan los ninos que... --Y luego esta que tienes miedo y te estas escondiendo detras de todos los que te rodean, Mandy. Por el amor de Dios, mirate, eres una policia condecorada, te has visto en jaranas en las que los demas nos hubieramos ido por la patilla y ahora... --Pero esto es distinto, Paty. Sabes que la cuestion de los sentimientos no es mi fuerte y con Javier lo tuve siempre todo muy facil. Lo estudio para que, cuando quisiera darme cuenta ya estuvieramos saliendo, me pidio casarnos como quien no quiere la cosa... Eramos un equipo... Realmente no se lo que paso. El caso es que ya lo veo como historia... --Pues te digo yo lo que paso, Mandy. Es muy sencillo: que cuando la rutina entro por la puerta, el amor salto por la ventana. Te lo adverti, a los treinta pareciais una pareja de cincuenta, !Solo os falto un viajecito del INSERSO! Y ahora Mario ha venido a recordarte que estas viva y tu, quieres recuperar el tiempo perdido... Nos despedimos con la promesa de pasarle "el parte del dia" a la manana siguiente. Volvi a mis cosas mientras puse a Dani Martin de fondo con su "Que bonita la vida" y, a la par que canturreaba, solo pensaba en una cosa: cada minuto que pasaba quedaba menos para volver a hablar con mi misterioso Mario.

  • Un Lord Con Wifi (Tecleame te quiero 4) de Isabel Jenner

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    Vuelve la serie <>, de Isabel Jenner, con esta cuarta y esperada entrega.

  • La vida juntos de Sophie Kiss

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    La vida nos da sorpresas. Fue lo que le paso a Paul, una enfermedad terminal le pone fin a su vida lentamente, para que su esposa no se quede sola, decide buscarle un nuevo companero de vida, comienzan las citas clandestinas por internet; a sabiendas de Paul para encontrar al candidato adecuado y por si fuera poco aparece Mark, el amigo de toda la vida de Paul, un multimillonario y desvergonzado; el cual es otro candidato para quedarse con ella. Aillen ama con todo su corazon a Paul ?Con quien se quedara Aillen?

  • Los amantes de Praga, Alyson Richman de Alyson Richman

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  • La mujer del camarote 10, Ruth Ware de Ruth Ware

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    has sido testigo de un asesinato…
    y nadie te cree

  • La Mejor Apuesta de Nora Roberts

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    Serena MacGregor ya estaba cansada de que su acaudalada y bienintencionada familia se metiera en su vida. Estaba decidida a depender de si misma y, de paso, poner un toque de aventura en su vida. Fue asi como acabo trabajando como crupier en un crucero y en los brazos del jugador Justin Blade. El encanto y atractivo de aquel hombre parecian tenerla hipnotizada, pero no lo suficiente como para que no se percatara de que Justin le estaba ocultando algo.

  • La vida son los miercoles de Mariela Michelena

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    Susana, Eva y Marina, tres mujeres al borde de los cuarenta, amigas desde su juventud y aparentemente <>, tendran que afrontar una serie de reveses -amorosos, laborales, familiares.- que pondran a prueba su amistad pero, sobre todo, las obligaran a replantearse su forma de estar en el mundo.

  • Las sombras del poder de Ian Rankin

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    Malcolm Fox, agente de Asuntos Internos y Conducta, se encuentra investigando a un policia por presunto abuso de poder cuando se cruza por su camino un caso lejano: la enigmatica muerte de un abogado sobre el que recayeron sospechas de colaborar con grupos terroristas. Con Escocia sumida en un momento de inestabilidad que despierta viejos fantasmas, Fox correra un grave peligro al descubrir hasta que punto los antano activistas ocupan hoy influyentes puestos de poder y estan dispuestos a todo con tal de mantener enterrado su turbio pasado.

  • Cuando todo parecia estar en nuestra contra de Estefania Gea

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    Cuando Violeta creia tener bien sujetas las riendas de su vida… Conoce a Mateo… Y de que forma…
    Tras su peculiar forma de conocerse… No sera el, el que revoluciones su vida, sino su entrometida hermana Lucia, que no dejara de ponerle trabas en el camino.
    Violeta contara con la ayuda de su abuela y su mejor amiga Olivia, que la ayudaran a trazar un plan para acabar con ella.
    ?Se vera afectada su relacion con Mateo?
    ?Sera capaz de hacer caso a los consejos de su amiga?
    ?Conseguira sortear los obstaculos que le ira poniendo?

  • #Sexy, #Yogi, #Sandwich (Terciopelo), Coco Duval de Coco Duval

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  • Deseado (Trilogia Deseo 1) – J. Kenner de J. Kenner

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    Deseado, la primera entrega de la trilogia <> de J. Kenner, nos sumerge en una historia llena de emociones intensas, erotismo y tension sexual.

  • Hotel Hillover de Claudio Hernandez

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    El Hotel Hillover era uno de los hoteles mas lujosos de toda la ciudad, o para ser mas exactos, de todo el estado de Maine, y podria ser uno de los habituales de Colorado: alli tambien existen hoteles especiales. Construido por primera vez en el siglo XIX--ya que fue reconstruido tres veces--, el hotel era ahora uno de los mas populares entre los turistas que la habitaban con sus estupidas sonrisas en contraste con el comienzo frio que tuvo hace mas de cien anos. Myer trato de no parecer aburrido mientras repetia esto a los nuevos invitados que acababan de llegar. El acababa de ordenar a viva voz, que se enviaran sus equipajes al piso de arriba y ahora los acompano a las habitaciones que habian reservado de antemano. Esas pequenas joyas que empezaban por el primer piso hasta acabar en el cuarto. Myer tenia poco mas de treinta anos. Era alto, de piel bronceada y clara, barba incipiente, ojos verdes y cabello castano claro que se peinaba cuidadosamente con cera antes de salir a cualquier parte. Llevaba una camisa blanca debajo de su traje negro y se enfundaba en esa chaqueta susodicha, con una pajarita a juego alrededor de su cuello que no era precisamente una estola. Los huespedes que se quedaron en el hotel, en adelante sencillamente hotel a secas; no eran personas comunes o se deberia decir: normales. El hotel era muy exclusivo y solo tenian acceso a su cache aquellas personas adineradas de todo el pais o de los diferentes estados que bordeaban Maine. Estos personajes residian durante largas temporadas, excepto en invierno, en este hotel, mientras estaban en Arkansas, Nueva York o Washington a traves de la magia de los telefonos moviles con su cobertura 5G. Todo el mundo sabia que punetas era. Si, todo el mundo. Las personas con una cartera en el bolsillo, de las que se consideraban normales, no podrian pagar las facturas de un hotel como este, aunque tambien conocian ese jodido 5G. Myer habia estado trabajando en el hotel durante los ultimos seis anos y su vida habia cambiado drasticamente desde el dia uno: todo empezo con una entrevista de lo mas enrevesada y extrana que uno podia imaginar. A veces la recordaba y otras, sufria de amnesia. Eso era bueno. Todos los invitados que ahora se arremolinaban cerca de el eran de familias adineradas y siempre le dejaban generosas propinas que al final acababa en su estomago en forma de alcohol. Ademas de eso, el dueno del hotel, un tipo que siempre hablaba en la penumbra de su despacho, le pagaba un buen salario--unos treinta mil al ano-- porque trabajar como conserje era un trabajo importante. Claro que lo era. Responsabilidad pensaba. Demasiado tiempo de dedicacion al completo para que el corazon del monstruo que pugnaba de la montana siguiera latiendo con naturalidad. Despues de subir las escaleras que no resonaban a su taconeo cruzo los pasillos y mostro el largo camino a los nuevos huespedes que derivaban hacia sus respectivas habitaciones. Su mano extendida bajo una incipiente sonrisa que lo hacia parecer un payaso de feria, los guiaba. --Debes estar cansado despues de este y jodido largo viaje --dijo Myer al aire, porque nadie giro la cabeza sobre sus rodillos de carne--. Puedo recomendarte los mejores espaguetis de la ciudad, una vez que hayas descansado. ?Supongo que querras cenar mas tarde? --Y esa persona no era nadie porque todavia no le escuchaban. Despues del chasco inevitable, acompano a los invitados a sus habitaciones, que estaban bien iluminadas, eran acogedoras y muy exuberantes con un papel tapiz dorado clasico que emitia vibraciones muy vintage: que fino ha quedado eso. Todas las habitaciones tenian muebles de roble oscuro, elegantes camas con dosel y chimeneas decorativas en un extremo como un ojo avizor. Estaban estrategicamente colocadas y discretas para evitar el riesgo de un posible incendio. <> Los pisos de las habitaciones estaban alfombrados. Los pasillos exteriores estaban tambien, bien iluminados, con una serie de luces alineadas en las paredes que parecian las del metro de Nueva York. Mientras se ocupaba de los clientes y terminaba con ellos casi atragantandose al comer una docena de hamburguesas, ahora, bajo las escaleras como solia hacer cuando terminaba el trabajo durante un dia si, y otro tambien. Y asi hasta la saciedad y el aburrimiento. Y es que algunas veces pensaba que, un hombre normal se habria ido a casa con su esposa e hijos despues de un largo dia de trabajo, porque ese es el unico lugar del mundo donde encontraria consuelo, pero no, Myer tenia que joderse. Para el, su salvacion estaba, bueno, oh, si, lo encontraria en el buen vino... Y en esas tupidas noches se reencontraba con un par de amigos siempre sonrientes con unas dentaduras que destellaban como focos. Simples asistentes del punetero hotel, que eran a su vez, sus companeros de bebida. Bebian todo cuanto sus estomagos aguantaban. Y la cabeza empezaba a sentirse sedosa y a escuchar como un zumbido. El y sus amigos, bebian mucho, juntos, todas las malditas noches para ahogar sus penas despues de todo. Aunque era un perfecto borracho, Myer tuvo el cuidado de no beber cuando estaba de servicio. Toda una odisea. Si lo hubiera hecho, no se habria tolerado y lo habrian despedido del trabajo al dia siguiente. Bueno, que pedante sonaba todo esto y que tan sencillo era. Sin preambulos ni metaforas de por medio. --Hola, Paul --dijo Myer moviendo la cabeza y los ojos cuando anadio--. Y Will, ?que tal? --Asintio con la cabeza con premura mientras sacaban botellas en un atroz tintineo. Estaban en el sotano, donde Myer mantenia la caldera. Tenia la experiencia necesaria para que el maldito dragon--como lo llamaba el --funcionase a la perfeccion y bajase de presion cuando se hinchaba como un globo. Tantos fueros las ocasiones que esto sucedio, que nadie mas se atrevia a acercarse a la caldera. --Bien jodido, jefe. Como siempre --sonrio Will. En los cinco minutos siguientes, llenaron sus vasos y bebieron haciendo estragos como unas alcantarillas en medio de una tormenta de otono. Despues de acabarse la primera ronda, Myer lleno los vasos de nuevo y bebieron hasta que se sintieron ligeramente mareados y por otra parte; complacientes. Esto les arrancaba sonrisas de idiotas y gastaba bromas aburridas.

  • Pongamonos para el Doctor de Jan Springer

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    El aliento de Roxie le sacudio los pulmones por dentro y cada terminal nerviosa cobro vida mientras veia a Evan Johnston acercarse a ella. Estaba desnudo; total y absolutamente desnudo, excepto el sombrero roji-blanco de Santa Claus y el estetoscopio de medico colgando de su cuello. El le sonrio traviesamente y la felicidad burbujeaba en ella. ?Como es que ella logro seducir al hombre mas apuesto de la fabrica de vehiculos recreativos donde ambos trabajaban? Dios mio, esto debe ser un sueno picaro y cachondo. Evan no querria a una nina simplona como ella, ?o si? ?Por que no? Le animo una voz interior. No seras una reina de belleza pero no eres para nada un patito feo. Su cuerpo se veia tenso al momento de examinarla; la ereccion plena y gruesa y bastante larga. La entera musculatura en su extenso torax, y su brazo derecho se agitaban maravillosamente mientras sacudia su colmado miembro. El se tocaba con firmes meneos y la estudiaba con los ojos cafes mas penetrantes que habia visto en su vida. "He esperado un largo tiempo para esto Roxie," le susurro, mientras se inclinaba hacia la cama a lado suyo. Su calor corporal irradiaba pasion en torno a ella en forma de marea caliente y el aroma de sus secreciones demolia sus sensaciones. El colchon brincaba debajo de Roxie mientras Evan se estiraba para girarse y estar frente ella; su mano agitando y tocando. Le estaba haciendo a su pene lo que ella deseaba que hiciera. Pero no podia tocarlo pues sus munecas estaban atadas: sus bazos estirados sobre su cabeza, amarrados a la cabecera con medias de seda rojas. Sus piernas permanecian estiradas, los tobillos sujetos. Ella adoraba esa sensacion de estar indefensa. Amaba la forma traviesa en que la miraba. Sabiendo que estaba totalmente a su merced. "Yo tambien te deseaba tanto", decia con un suspiro severo. "Entonces, ?por que nunca me dijiste, dulzura? ?No podias adivinar lo tanto que deseaba estar contigo?" El la miro al tiempo que ella seguia su mirada hasta que siguio tocandose a si mismo. "!Ten piedad!" dijo. Pero el continuo creciendo en su ereccion, ?o no? Una red de venas palpitantes acordonaba su flacido miembro; y su orgulloso prepucio en forma de ciruela cobraba un furioso tono morado. Sus gonadas estaban tan inflamadas que a ella no le sorprenderia que su galan actuara como un loco. Su vagina se obturo de vacio deseando ser penetrada tanto. "Se que quieres que te haga el amor. Que te coja rapido y te tome con violencia. De darte lo que ambos nos negamos por tanto tiempo. Pero primero, un beso." El se desvio hacia ella; con su mano libre, grande y callosa, testigo del trabajo de un hombre cuyo oficio es el de mantenimiento, se extendio hacia su bajo abdomen como si fuera una marca de fuego. Su cabeza se inclino y su boca calida le cubrio la suya. Sus labios acariciaron los de ella; su lengua entro a la cavidad con un ligero empujon que la hizo maullar por su contundencia. Ella estaba indefensa debajo de esa arremetida de emociones y sensaciones al tiempo que la lengua de el la asaltaba como un falo. La mano que estaba en el vientre se movio hacia sus entrepiernas abiertas. Ella emitio un gemido dentro de la boca de el, mientras un dedo ingresaba entre sus labios accediendo a su nido de amor. "Eres un aluvion alla abajo, carino," grunendo con su voz, en un tono bajo y ronco. Roxie sintio que Evan sacaba su dedo y, aprovechando su humedad pegajosa, rodeo el clitoris; lentamente, tortuosamente. Rabia y tension la cruzaron. El volvio a meter el dedo en ella otra vez, reuniendo a mas nectar para masajear su sensible vulva; de un lado al otro, hasta que ella se encorvo haca el. Sus caderas bruscamente se arqueaban, exponiendo su vagina. Ella lo deseaba, lo necesitaba. Ella queria apretar las piernas, pero los lazos lo evitaban. Queria tomar su pene y llevarlo hacia ella, pero no podia. La frustracion y excitacion se confundian al tiempo que daba un fuerte gemido, el pulso desesperado que la vadeaba mientras sus deseos llegaban rapido a la frontera de perder el control. El lindero que dificilmente cruzaba a menos que conociera muy bien a alguien. Confiara en alguien. ?Podria hacerlo con Evan, quien era casi un desconocido? "Ven a mi, dulzura," ronroneo sobre su boca mientras rompia el beso. Su aliento cachondo sobre su cara. Su cuerpo convulsionaba para el. Lo anhelaba. Su sangre corrio dentro de sus venas como un rayo blanco y calido, y su vagina apreto el dedo mientras se aproximaba por mas lubricante. El puso mas presion sobre su vulva mientras se agitaba con movimientos rapidos. Su respiracion se tornaba desigual e irregular. Lamiendole su labio inferior el besaba el borde de su boca. Tan dulcemente. Ella se estremecio contra el. Amaba los besos elegantes. Disfrutaba la base de su dedo mientras acariciaba el clitoris, bombeandolo en su vagina. "Me estoy excitando mucho por ti, Roxie. Estoy realmente caliente. Pero primero quiero que te vengas para mi. !Ten tu orgasmo!" Su voz sonaba inquieta. El corazon de ella relampagueo en el pecho. En su frente comenzo a brotar el sudor. Peleo con las cuerdas queriendo tocarlo. Queria controlar su miembro; de tomarlo hacia ella, pero estaba indefensa. "?Evan? ?Por favor? !Sueltame!," susurro. La desesperacion la apunalaba. Deseaba que la desataran. Queria tomar el control. Estaba tan excitada. Ahora su cuerpo ardia cuando se zambullian dos dedos en la vagina. Ahora tres. Ella podia escuchar la resonancia de la succion mientras su remojo lo acogia con cada embate. Podia sentir a su cuerpo respingando, apretandose. En tension. Y ahora si, ella explotaba. Llorando mientras el desistio con sus dedos para ir por ella. Su pene grueso y duro, empalandola con un brutal, pero bello empujon que la apartaba jadeando. Su boca cubrio la de ella de nuevo, sus labios resbalandose desesperadamente mientras la lanzaba adentro y afuera, aceptando esta, la feroz oleada mientras se la cogian. Encabronadamente fuerte. !Si! !Oh, Dios… Si! "!Roxie!, !vamos! Esta por comenzar la subasta de Fetiche Medico en cualquier momento. !Tenemos que dejarte lista para tu examen intimo!" Gina, la amiga de Roxie, de treinta anos logro gritar por encima de la estridente musica navidena de rock mientras la sacaba de la pista de baile. De hecho; Gina era la que venia tarde, por culpa de Pete. Roxie la habia estado esperando; sus entranas eran un manojo de nervios, mientras esperaba como alheli navideno en la pared en la orilla de la pista de baile. Habia estado viendo a Gina retorcerse como loca en medio de los cuerpos enfundada en un ajustado y cortisimo uniforme de enfermera negro, medias caladas que hacian juego y tacones de cinco pulgadas. Sus nervios la delataban hacia como se habian vuelto sus fantasias. De Evan. !Dios! Se habia metido tanto a su fantasia que estaba literalmente empapada de su entrepierna, sintiendose un poco ruborizada. !Oh!, ?por que no podia ser un poco como Gina? Ella hubiera podido tener a Evan en su cama antes de tiempo. Gina, su companera de departamento, colega en la fabrica y buena amiga. Bonita, popular, aventurera. Sin miedo de bailar. Pero Roxie era todo lo contrario. Eso es lo que le atrajo de Gina en el primer momento. La mujer no le tenia miedo a nada. Antes de que Roxie pudiera confrontar a su amiga sobre quien estaba esperando a la otra, Gina la jalo de la mano hacia el hervidero de swingers y luego, hacia la puerta, escalera arriba, por un corredor angosto decorado con flores noche buena y guirnaldas hacia el segundo nivel donde se encontraban los vestidores. "Te va a encantar lo que elegi para ti." Gina sonrio, con sus ojos cafes oscuro centelleantes de malicia mientras abria el casillero con una llave. Una enorme oleada de nerviosismo se aferro a Roxie y de pronto lo que en un momento parecia una idea excitante en permitir que Gina la visitera para la fiesta swinger con el tema medico, previo a la navidad, ya no parecia ser una buena idea. De repente parecia intimidante el poner la confianza en alguien tan atrevido y audaz como Gina. "Esto es lo que te he traido, carino. Vas a distinguirte por encima de toda la gente; captaras la atencion de Evan y este va a bufar sobre ti deseando llevarte a la cama cuando te lo vea puesto." Si, otra razon por apreciar a Gina. No se andaba con rodeos. Gina saco del casillero un traje de latex en color rojo sangre acompanado de un cinturon negro con hebillas y unas sandalias de tacon de cuatro pulgadas. Roxie se quedo con la boca abierta y en shock. En primer lugar, la fiesta era de fetiche medico, y no de latex de hule; y en segundo lugar y por ultimo, ?este traje le entallaria bien? Pareciera que fue confeccionado para una flaca y la chavala no era delgada para nada. “Sabia que te gustaria”, con un guino del ojo, Gina se lo extendio a Roxie. “Toma, sostenlo”. Te veras super sexy; Evan se va arder. Toma este sombrero de Santa Claus que combina y ponte estos pequenos aretes de muerdago”. Gina dejo caer en la banca que tenian cerca la joyeria verde que realmente parecian bolas cortas de muerdago que colgaban de pequenas argollas de oro, un sombrero rojo de fieltro con un monton de plumas alrededor del borde y un enorme pon-pon blanco en la coronilla del sombrero. “Alcanzame abajo cuando estes lista.” Antes de que Roxie le pudiera preguntar algo a Gina, especialmente porque era super timida y le daba panico que la vieran vestida con algo asi, Gina se escapo del vestidor como si su trasero estuviera en llamas. !Carajo! maldijo Roxie mientras miraba con atencion el terso traje rojo y su latido cardiaco palpitaba como si un nino tocara el tambor. ?En que se habia metido? * * * * * Desde el momento en que Evan Johnston, de treinta y cinco anos de edad cruzo la puerta del club swinger, comenzo a buscar a la mujer adecuada para sus fantasias sexuales. Le habian llegado rumores de que Roxie estaria ahi en la noche, y Evan queria asegurarse que el cuchicheo fuera real, pues si ella no se presentaba, el simplemente huiria a su granja solitaria, pues se pronosticaba que una tormenta de nieve azotaria la zona y mejor era iniciar sus vacaciones navidenas acurrucado, acompanado de sus tres aliados felinos y dos perros Golden Retreivers. A pesar de la inclemencia del tiempo proxima, el club swinger estaba atascado. Los duenos se habian excedido con la decoracion navidena. Originales luces en miniatura formadas en bateria destellaban encordadas en movimiento de zigzag por el techo de la pista de baile. Habia grandes hojuelas heladas de color azul elaboradas en poliestireno que colgaban en serie dandole a la boveda un efecto de tormenta invernal. Muy oportuno para lo que estaba por venir mas tarde. El no podia creer que se encontraba aqui esta noche. Habitualmente estaria de regreso en su pueblo natal de Oshawa, Ontario cercano a su familia para pasar las fiestas, pero este ano opto por matar el tiempo aqui; el pequeno pueblo de Solitary, Alberta. A unas cuantas millas afuera de Calgary, con el fin de alcanzar a Roxie. El seguia recordando la primera vez que la vio en el trabajo. Lo habian flechado durisimo y sabia que tenia la maldicion de la familia. Su padre le advirtio que ocurriria. Papa sabria; la condenacion lo habia alcanzado igual que a su hermano y a su hermana tambien. Ahora era su turno. Trataba de negarlo desde hace algunas semanas, pero cada vez que pensaba en Roxie, su corazon se aceleraba; le sudaban las manos y escasamente podia armar un pensamiento, a no ser que tuviera que ver con ella. En las escasas veces que el se topaba con el repentino objeto de su capricho, ellos se encontraban en el trabajo. El comenzo a trabajar en la planta de vehiculos recreativos hacia algunas semanas atras cuando percibio su timidez y nerviosismo, flechandolo con miradas coquetas pero sin ser descarada para mostrarle que le gustaba. El adoraba su retraimiento. Ella representaba un cambio fresco comparado a algunas de las aventuras amorosas con las que solia frecuentar en el pasado. Algo que le habia tomado por sorpresa era que Roxie era swinger y frecuentaba el club. No estaba seguro si esta golosina era algo bueno o no. Bueno en su mundo de fantasia, porque cada vez que se duchaba y cada noche que se metia a la cama, se masturbaba imaginandosela. Sin embargo, en la realidad dudo si ella podria estar interesada en el. ?Un chavo con poca pericia en la escena swinger? Justo en ese momento, vio a su buen amigo y colega Brody Cohen, abriendose paso entre el gentio que estaba entre Evan y el. "Oye, hombre, me alegra que hayas podido llegar". Brody le extendio su palma a Evan, echando los cinco dedos tomando camino los dos hacia la sala donde se llevaria a cabo la subasta. "Alimentar a los animales me tomo mas tiempo del que creia," Evan admitio mientras que el y su amigo ponian su nombre en la lista de personas que jugarian "al doctor" para subastar a su paciente. "Necesitas una esposa que te ayude con ese viejo pasatiempo de granja que compraste." Brody sonrio, mostrando un agradable juego de dientes blancos que contrastaba con su rostro bien bronceado. Evan sospechaba que su amigo se habia metido a la cama de bronceado para lograr esa tonalidad de piel, pues era un hecho que cuando llegaban a trabajar estaba oscuro, pero tambien cuando se retiraban.

  • La formula deseada de Menchu Garceran

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    Los laboratorios Pharmaceutical Industries han encontrado La formula deseada por muchos. Tanto, que han agredido a su descubridora, Diana Manetti, para conseguirla.
    Adam Howard. El dueno de los laboratorios, esta empenado en protegerla, pero ella no lo cree necesario.
    Entre los dos se crea un tira y afloja que los lleva a algo mas que una relacion entre un jefe y su empleada.
    Todo este caos los avoca a buscar otro tipo de formula que les sirva a ambos para alcanzar un buen acuerdo y establecer los terminos de su relacion.

  • En nuestros corazones eramos gigantes de Eilat Negev , Yehuda Koren

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    Este gran relato de la familia Ovitz compuesta por 7 enanos de 10 miembros, cuenta como fueron testigos de lo mejor y a su vez lo peor de la humanidad y de la terrible ironia del destino: ser enanos fue lo que hizo que sobrevivieran al holocausto. Antes de la segunda guerra eran simplemente una familia exitosa de artistas interpretes populares en Europa Central, hasta que los Nazis los deportaron a Auschwitz en 1944.

  • Una tumba sin nombre de Javier Sagastiberri

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    Arantza Renteria ha desaparecido. Su companera, Itziar Elcoro, abandonara Bilbao y viajara a las tierras altas guipuzcoanas, al Goierri, para investigar el asesinato de Ernesto Compson, el lider de una comunidad anarquista nacida al calor de las revueltas ciudadanas que culminaron en el movimiento 15-M.
    El Goierri es tambien la tierra originaria de Arantza y, a medida que Itziar se interesa por su companera ausente, iremos conociendo episodios oscuros de su pasado, que se remontan a la epoca franquista de nuestra historia.
    El lector asistira a un final sorprendente, en el que descubrira que el pasado siempre vuelve, y casi siempre lo hace para perpetuar la desgracia.

  • Una boda por sorpresa de Dylan Martins

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    Tras una duradera y fuerte amistad entre Iker y Sheila, esta le pide el mayor favor de su vida.
    Iker no puede creer lo que Sheila llega a pedirle, pero por la amistad que los une, acepta.
    La locura que llevan a cabo hara que su relacion cambie por completo, arrastrandolos a un nuevo nivel donde nunca pensaron verse juntos.
    El fuerte caracter de ella y la tranquilidad de el seran el detonante de situaciones que los pondran al limite.
    Despues de esa peticion, ?lograran resolver todo lo que parece separarlos para siempre?

  • Aqui se quisieron Carla y Nico de A. M. Irun

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    Porfi, porfi, porfi… --rogaba Tere con insistencia. Carla suspiraba mientras daba saltitos de impaciencia sentada en la silla. --Ay, Tere, es que no se. --El plan es perfecto. Un finde en la playa, buena compania, tres noches durmiendo con tu churri… ?Que mas se puede pedir? --Pues que no tenga que hacerme pasar por la novia de nadie, por ejemplo. --A ver, que no te estoy pidiendo que te acuestes con Marcos, solo que le ayudes un poco. Creo que el intercambio es mas que justo. Tere y Carla estaban tomandose algo en una cafeteria de Malasana. Todas las mesas y sillas eran diferentes unas a otras, y parecian sacadas de la casa de las abuelas de los duenos del bar. Si hubieran puesto unos tapetes de ganchillo en las mesas no habrian desentonado en absoluto. Las chicas habian quedado ahi porque Tere tenia una propuesta para Carla. --Es que me parece muy raro. No se si quiero participar en eso --se justifico Carla. --No es nada raro. Es muy sencillo. Marcos quiere pasar el puente de agosto con su novio Fer, pero no puede decirle a sus padres que se va por ahi con un chico porque ya estan con la mosca detras de la oreja y no son nada abiertos. Ademas, en Gandia esta medio Madrid. No seria raro que coincidieran con algun conocido. Por eso, nos pidio a Rai y a mi que les acompanaramos. Pero Marcos seguia pensando que irnos de vacaciones tres chicos y una chica chirriaba tambien... --Y es ahi donde entramos nosotras --concluyo Carla. --Exacto. La familia de Fer tiene un apartamento en Gandia. Nos invita a todos con tal de estar con su novio. --Muy generoso por su parte. --Quiere mucho a Marcos --apunto Tere. Carla se reclino sobre la silla de enea y el mimbre crujio bajo sus posaderas. --?Y por que ir mas alla haciendonos pasar por sus novias? Que le diga a sus padres que vamos un punado de gente y ya esta, ?no? Tere aspiro con los labios formando una u. --Ya… --Tere se inclino sobre la mesa y poso sus generosos pechos en ella--. Por las fotos --dijo por fin como si estuviera revelando un secreto de la CIA. --?Que fotos? --Las que os tendreis que hacer para subirlas a las redes sociales. A Carla se le cayo la cabeza y miro a su amiga por debajo de las cejas. --?Perdona? --Porfi, porfi, porfi --dijo Tere con las manos unidas por las palmas. Al llevarse las manos a los labios, los brazos se cerraron sobre el pecho empujandolo hacia arriba y distrayendo a Carla. --Fotos… ?para que? --pregunto Carla haciendo verdaderos esfuerzos para no fijarse en las tetas de su amiga. --Solo un par. Ya sabes como va esto del postureo. Ya hay muchos companeros del equipo de rugby de Marcos y Rai que preguntan donde van, con quien… ?Sabes? Pues nos hacemos unas fotos de grupo y que la gente de por hecho que sois sus novias. Ya esta. No os pedimos nada mas. Carla se rasco la frente. --No se, Tere… --Salis ganando. Apartamento gratis. Y tres noches de amor. Los ojos de Carla se perdieron bajo su ceno fruncido. --Nico trabaja, no se si podra ir. --La iremos a buscar a la salida del curro y nos iremos desde alli a Gandia. --Igual no quiere participar en este teatrillo. --Por lo poco que conozco a Nico, hara lo que sea con tal de pasar mas tiempo contigo. --A ver, yo la conozco mejor, ?no? --salto Carla ofendida. La espalda de Tere se tenso. --Perdona, no queria insinuar eso. Solo que seguro que estara deseando pasar alguna noche contigo. --Eso es lo que mas me preocupa --Cuando Carla se dio cuenta de que habia dicho aquello en voz alta quiso que se le tragara la tierra. Tere se irguio de sopeton. --?Va todo bien entre vosotras? Carla suspiro con pesadez. --No tenia ni idea de que estuvierais mal, Carla --dijo Tere alargando la mano para coger la de su amiga--. Se os ve tan enamoradas… --No, no es eso. Tere respiro aliviada. --?Que ocurre entonces? Carla evito la mirada de su amiga. --Carla… Puedes contar conmigo. Tere acariciaba la mano de Carla con delicadeza. Carla se quedo ensimismaba en el tacto de los dedos de su amiga sobre su piel. --No nos hemos acostado todavia --dijo Carla. Su amiga asintio. --No es gran cosa. ?Cuanto llevais? ?Dos meses? --Si, un poco menos. --Es normal, Carla. No pienses nada raro. Le gustas. Mucho. Se ve a la legua. Pero es dificil encontrar el momento y, sobretodo, el lugar --dijo. Seguido, levanto la mano y dio una palmada--. Por eso este trato os viene de perlas. Asi podreis hacer el amor tranquilas. --!Pero es que yo no quiero! --confeso Carla por fin. Tere ladeo la cabeza enfocando con la oreja hacia la boca de su amiga para que le llegara algun eco que le corroborara lo que acababa de oir. --?Por que? --pregunto incredula. Carla enmudecio. Agarro su taza de cafe y le dio un par de vueltas. --?Pero tu has visto a Nico? --insistio Tere--. Esta guapisima, es un cielo, y le gustas un monton. --Pero yo no --dijo Carla en un susurro. --?Tu no que? Carla miro de frente a su amiga. --Yo no me gusto. --?Y ahora eso por que? --quiso saber Tere--. Precisamente ahora que tienes pelo, que tienes color en las mejillas, que tienes musculo en las piernas… --!Que ya! --le freno Carla. --Que ya nada. A mi no me vengas con complejos. Lo que hubiera dado yo por tener tu cuerpo. --?Cicatriz incluida? --le dijo Carla con mirada desafiante. Tere freno en seco y se agarro a la mesa. --Es por eso. --Si, es por eso. Las dos quedaron en silencio unos momentos. --Es solo una cicatriz, Carla. No le des mas importancia de la que tiene. --Es enorme. Ademas, no le puede dar el sol. Otro motivo mas para no ir a la playa. --Puedes ponerte un banador. Creo que se ponen de moda otra vez. --Con lo palo que soy tengo que estar preciosa en banador -- dijo Carla con ironia. Tere levanto el culo de su silla y la acerco hasta Carla. Le agarro la cabeza y la apoyo en su pecho. --Vendreis. No hay excusas. Las dos sabian que el argumento de la cabeza de Carla en los pechos de Tere era irrefutable. La cama de Carla estaba llena de ropa desordenada que iba lanzando desde el interior del armario. Eligio una camiseta, la desplego y la puso delante de sus narices. --!Que horror! --dijo, y la lanzo a la montana de camisas y camisetas que habia sobre su cama. Volvio a meter la cabeza en el armario en busca de algo que ponerse. Tan enfrascada estaba en la tarea que no escucho el timbre de la puerta. Unos segundos despues, su madre entro en su habitacion y Carla se sobresalto al oir su nombre. Del susto golpeo con la cabeza en el estante superior del armario. --Joder, mama, !que susto! --Lo siento, carino, pero es que Nico ya esta aqui. Carla miro incredula su reloj de muneca. --?Ya? Su madre permanecia bajo el umbral de la puerta esperando indicaciones.

  • Mi vaquero indomable de Emma G. Fraser

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    Michael es un vaquero que intenta salvar su rancho de la ruina para evitar venderlo a Aaron Walker, un millonario que se esta haciendo con todos los ranchos de la zona a cualquier precio. Emelie es una veterinaria que vivio su ninez en un rancho justo al lado de Michael. Ambos fueron amigos y no han podido olvidarse a pesar del tiempo y la distancia.Emelie vuelve al rancho anos despues para ponerlo en venta, pero su reencuentro con Michael le traera recuerdos y sentimientos que creia olvidados. La joven intenta ayudarlo con su rancho, pero su incursion le causara problemas con Aaron Walker. ?Podran dar rienda suelta a sus sentimientos y sortear los peligros que conlleva enemistarse con Walker?

  • La doctora de Silvia Tarrago

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    El amor a la medicina y el apoyo incondicional que se dan entre ellas haran invencibles a estas cuatro mujeres ante los recelos de una sociedad que, gracias a ellas, empieza a cambiar.

  • Un misterio por correo de Cynthia Woolf

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    La guerra civil devasto al pais, dejando a Rachel Sawyer atada a un tortuoso empleo como modista, y sin esposo. Los hombres escasean en Massachusetts, por lo que Rachel y su mejor amiga viajan al Oeste, a Seattle, junto con los atractivos hermanos Talbot. Jason Talbot, el hermano mayor, era el dichoso dueno de una famosa compania maderera. El esta fuera de su alcance por tanto enamorarse de Jason es la cosa con menos sentido que ella pudiese hacer. Sin embargo, es exactamente lo que hace. Luego de un sensual encuentro a media noche, Jason la aparta.

  • El secreto de Elisa Lecrerc de Toni Aparicio

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    Elisa Lecrerc murio la noche del 14 de agosto de 1985 en Isla Malva. Todo el mundo coincidio entonces en que la causa de su muerte fue el suicidio.

  • Un lugar donde quedarme de Jana Westwood

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    Hace ya anos que Felicia Bellgard, hija de un pequeno terrateniente de Houston, Texas, encandilo con sus dulces ojos azules a Sam, uno de los hermanos Harbord, duenos del rancho Little Bit, consiguiendo uno de los matrimonios mas prosperos de todo el estado. Sam era el mayor y compartia la propiedad con Walter, su hermano pequeno, pero la tierra nunca seria un problema entre estos hermanos porque 507105 acres era suficiente terreno para los dos. La vida de Felicia se vio, a partir de ese momento, adornada con toda clase de lujos y comodidades, si tenemos en cuenta que vivia en un rancho. Felicia tenia una hermana, Jillian, que deberia haber seguido sus pasos si hubiese sido inteligente. Todos pensaban que Jillian era mucho mas guapa que Felicia y estaban seguros de que conquistaria a Walter sin apenas esfuerzo, de manera que los cuatro hermanos vivirian juntos y felices para siempre, en los dos mil kilometros cuadrados de terreno que poseian. Pero cuentan que Walter se enamoro de Irene Abey, la mejor amiga de las dos hermanas, y se hizo construir otra casa a unos cuantos kilometros del edificio principal, dentro del rancho, dejando a todos con cara de imbeciles. Jillian tuvo entonces que buscar el amor en otros lares y con el buen ojo que la caracterizaba fue a fijarse en Roberto Guzman, un mexicano que trabajaba en el rancho y cuyas mayores cualidades eran sus desarrollados musculos y una poderosa labia. La familia Bellgard, en concreto el padre de Felicia y Jillian, un hombre chapado a la antigua y con poco aprecio por los extranjeros, ordeno a su hija que se desenamorase inmediatamente, a lo que Jillian reacciono escapandose con Roberto para casarse. Thomas Bellgard borro a su hija de la vieja Biblia en la que la habia inscrito al nacer y prohibio a todos los miembros de la familia que tuviesen contacto con ella, de ninguna clase. Repudiada por todos, Jillian se marcho con su esposo a Saltillo, Mexico, y no volvio a tener noticias de su familia tejana. El amor que sentian el uno por el otro se fue agriando a fuerza de penurias, y mientras Jillian tenia que cuidar de sus cuatro hijos, Roberto encontro en el vino a un fiel amigo. Habian pasado diez anos sin que tuviesen noticias de la descarriada Jillian, cuando Felicia recibio una carta de su hermana. El orgullo habia muerto de hambre y le pedia ayuda. Felicia entonces tampoco era demasiado feliz, tenia todo lo que podia desear, excepto lo que mas deseaba. Dios no habia querido bendecirla con el don de la maternidad, y ver como Irene traia al mundo a Nathan y Samantha no la ayudo mucho. La contricion de su hermana y sus suplicas para que la perdonase tuvieron efecto en Felicia, que leyo a su esposo la carta en la que la susodicha le pedia ayuda diciendole que volvia a estar embarazada y que no se veia con fuerzas de cuidar a otro nino mas. Sam Harbord sabia de sobra lo necesitada que estaba su esposa de un hijo y se le ocurrio una idea, podian quedarse con el nino que llevaba Jillian en el vientre, adoptarlo como suyo y proporcionarle una vida con todo lo que pudiese necesitar. Para ello imponia una unica condicion: que fuese varon. Felicia paso toda la noche sin dormir pensando en ello. Aunque le hacia una gran ilusion ser madre, nunca se habia tenido que preocupar por otro ser humano. Entonces se le ocurrio una idea. En lugar de quedarse con uno de los hijos de su hermana, se quedarian con dos, el que aun no habia nacido y que adoptarian como propio, y la mayor de las ninas, a la que acogerian como protegida y que seria en realidad quien se encargase de atender al bebe. Su esposo estuvo totalmente de acuerdo con ella. Jillian, que amaba profundamente a sus hijos, sintio que se le partia el corazon al tener que separarse de dos de ellos. En especial de Tracy, que era plenamente consciente de lo que ocurria. Aun asi fue capaz de convencer a Roberto de que aquello era lo mejor para todos. Gracias al dinero que les darian podrian comprarse una casita y montar el taller mecanico que el siempre habia querido. Ademas, Sam y Felicia costearian la educacion de todos sus hijos. Incluso de Tracy. Roberto firmo los papeles de adopcion y entrego a su hijo recien nacido, mientras Jillian abrazaba a su pequena sin soltar una lagrima y repitiendo en su cabeza que Tracy y Harry tendrian una maravillosa vida lejos de ellos. La nina lloraria suficientes lagrimas por todos. (c) Jana Westwood Portada:Jana Westwood Foto portada: 123rf 1aEdicion: febrero de 2017 Todos los derechos reservados. Queda prohibida, bajo la sancion establecida por las leyes, la reproduccion total o parcial de la obra sin la autorizacion escrita de los titulares del copyright. Capitulo 1 Tracy era pequena y estaba demasiado delgada para su edad. A Felicia le parecio que ademas tampoco parecia muy simpatica, pero quiza se debiera a lo exageradamente timida que era. --No se parece a mi hermana, ?verdad? --dijo mirando a su marido que estaba sentado junto a ella en el avion. --Es una cria, ?que esperabas? --dijo el sin prestar demasiada atencion a nada que no fuese el bebe que tenia en los brazos. Resulto que Sam se encontraba comodo con el nino y el instinto paternal habia eclosionado en el como por arte de magia. Felicia siguio mirando a la pequena que iba sola en los asientos de la derecha. Al menos habia dejado de llorar. Cuando llegaron al rancho les esperaban con globos y carteles de bienvenida con el nombre de Harry por todas partes. Todos se portaron muy bien con Tracy. Incluso su primo Nathan que con doce anos tenia poco interes en la llegada de un bebe y una nina a la familia. Samantha, a la que todos llamaban Samy, se mostro un poco nerviosa, para ella la idea de tener una prima de su misma edad con la que jugar era todo un acontecimiento, pero Tracy no parecia muy entusiasmada por conocerla. A Tracy le parecio que todos eran increiblemente grandes y que su prima era realmente hermosa con aquella ropa tan bonita y el pelo largo sujeto en una coleta alta. Se sentia fea, pequena y tremendamente triste. No levantaba la cabeza y apenas dijo nada temiendo que se pondria a llorar. Cuando cortaron la tarta y pretendieron que comiera una porcion a punto estuvo de atragantarse al intentar contener las lagrimas. Irene Abey comprendio que la nina necesitaba desahogar su pena a solas y se ofrecio a mostrarle su habitacion dejando a los demas con el pequeno Harry. A Irene no le gustaba nada como habia decorado la habitacion su cunada. Tampoco le parecia bien que hubiese colocado a la nina en aquel cuarto tan pequeno con la excusa de que era el unico que estaba al lado del de Harry. --?Te gusta? --pregunto con ternura. Tracy asintio con sinceridad mirando a su alrededor. Habian pintado las paredes en color azul cielo, que era su color preferido. Se acerco al armario y lo abrio, estaba lleno de ropa. Se volvio a Irene. --Felicia te ha comprado ropa --dijo su tia acercandose--, penso que no tendrias mucha. Tracy miro su pequena maleta que alguien habia dejado sobre una silla y luego volvio a mirar la ropa que estaba colgada en el armario. Entre todos sus hermanos juntos no tenian tanta ropa como habia alli. --Samy hizo de modelo para escoger la talla --dijo Irene--, es posible que te esten un poco grandes, mi hija esta mas rellenita que tu. Al ver que la nina estaba incomoda con su presencia decidio dejarla sola. --Te dejare para que te instales --dijo Irene--. Supongo que querras sacar tus cosas de la maleta. Y puedes descansar o bajar cuando te apetezca. Tracy asintio y vio como Irene salia del cuarto dejando la puerta abierta. Despues de unos segundos fue hasta su maleta y la abrio. Sus pantalones raidos la miraron avergonzados y sus zapatillas gastadas parecieron esconderse tras el papel con los dibujos de Clara. Cerro la maleta, se sento en el suelo y se abrazo las rodillas con fuerza tratando de contener los sollozos que se le escapaban sin que pudiese impedirlo. Su primo Nathan entro en el cuarto y la observo unos segundos hasta que ella levanto la vista y lo miro con la cara mojada por las lagrimas. --Asi que ya conoces la tradicion --dijo el muchacho. Tracy fruncio el ceno. --La de que llorar cuando estrenas una casa trae buena suerte --dijo el muchacho sentandose frente a ella en el suelo--. Supongo que te lo ha contado mi madre, pero no hace falta que te esfuerces tanto. Venga, que te ayudo. El nino empezo a gemir y a hacer como que lloraba y Tracy se echo a reir al ver sus muecas. --?Sabes montar? --pregunto cuando la nina se limpio las lagrimas. Tracy nego con la cabeza. --Pues aprenderas --respondio Nathan--. Yo monto muy bien, y caballos grandes, no como los que monta Samy. Pero es que ella es una cria. Como tu. --?Cuantos anos tienes? --pregunto Tracy. --Trece --respondio orgulloso--. Tu no debes tener mas de ocho. --Tengo diez --dijo ella molesta. El nino la miro de arriba a abajo. --Pues eres muy pequenaja para diez anos --dijo--. Mi hermana te saca una cabeza, por lo menos y tiene nueve. ?Todos tus hermanos son tan pequenajos como tu? Tracy asintio y la tristeza volvio a invadirla al pensar en su familia, sobre todo en su hermana Clara. --Estas triste --dijo Nathan. Tracy asintio. --Echo de menos a mi familia --dijo. Su primo la miro con ternura. --?Quieres hablarme de ellos? --pregunto. A la nina se le iluminaron los ojos y asintio repetidamente

  • Que sea la ultima vez… de Maxim Huerta

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  • Maravilloso problema (Familia Allen 1) de Catherine Brook

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    lla es un problema andante.
    El la perfeccion en persona
    No pueden existir dos personas tan diferentes, y a la vez tan destinadas a estar juntas.
    Para la sociedad, los Allen son “la familia problemas” no habian salido de un lio o escandalo cuando ya estaban en otro, y Angeline Allen no es la excepcion, pues parece que ha nacido para meterse en lios y vivir en escandalos. Sabe que se casara solo por amor o se quedara solterona toda la vida. Lamentablemente, no es facil encontrar al amor de tu vida cuando ya estas en tu cuarta temporada y tu familia tiene una pesima reputacion. Las esperanzas son pocas, pero Angeline esta dispuesta a aferrarse a ellas, lo que no imagina es que terminaria enamorandose del ultimo hombre en la lista y que era su antitesis en todos los sentidos, Elliot Miller; que, por cierto, siempre parecia estar cerca para sacarla de un lio, o al menos, ser testigo de el.

  • Evelyn de Francisca Herraiz

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    Cuando las personas mas cercanas a ti se empenan en hacerte creer lo que no eres, con el tiempo, terminas por creertelo. Evelyn es una joven que intenta hacer las cosas bien, pero su entorno la obliga a ser diferente. Solo una persona podra hacerla entender que los demas estan equivocados. Y Evelyn no podra evitar enamorarse de el.

  • Cautiva de mi Senor de Sophie West

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    Branden Ware era un capullo. Guapo, si, eso no podia negarlo, con un aura sexy que la ponia muy nerviosa, con esos fuertes pomulos, los labios jugosos y ese cuerpazo de infarto que le quitaba la respiracion. Pero un capullo, al fin y al cabo, que la habia tenido trabajando hasta las tantas de la noche buscando antiguos informes y resoluciones para uno de sus casos. Branden era una de las estrellas en auge de la firma de abogados en la que trabajaba como archivista, Hooper, Maloney y asociados, y no entendia por que narices tenia que ponersele la piel de gallina cada vez que lo veia. --Capullo --repitio por lo bajo mientras subia las escaleras del metro. Eran las diez de la noche pasadas, y la calle estaba desierta. El calor empezaba a ser molesto, y Jailyn se habia quitado la chaqueta y la llevaba colgada del brazo. Vestia un traje chaqueta gris clarito, el uniforme del despacho, como ella lo llamaba, con una blusa blanca y unos zapatos de salon de tacon bajo, formales pero comodos. Subio el ultimo escalon y respiro profundamente, cerrando los ojos durante un instante. El lunes acababa de terminar y preveia una semana larga y terriblemente aburrida hasta el proximo fin de semana. Enfilo la calle en direccion a su casa. Compartia apartamento en el SoHo, en una tipica casa de fachada amarilla que habian dividido en pequenos estudios. Le gustaba vivir alli. A pesar de la gentrificacion, el barrio todavia mantenia ese aspecto bohemio tan caracteristico que la hacia viajar a los anos setenta, cuando aquel lugar era un reducto de artistas despreocupados. El alquiler no era bajo, pero su sueldo era bastante decente y compartir los gastos con Kendra, su amiga y companera de trabajo, lo hacia asequible. Sus tacones resonaron sobre el pavimento de la acera y el eco reboto contra las paredes. Jailyn se desabrocho los dos botones de arriba de la blusa y se abanico con la mano. Junio estaba siendo especialmente caluroso, y la ropa que la obligaban a llevar en el trabajo no era fresca precisamente. Paso por delante del Victor's, un pequeno restaurante italiano cuyo dueno estaba bajando la persiana, terminada ya su jornada. Lo saludo con una sonrisa y este se la devolvio. Solian ir alli con Kendra a menudo, sus pizzas eran de las mejores y su lasana... mmmm. Se le hizo la boca agua solo de pensarlo. Giro la esquina y apresuro el paso. Ya podia ver la fachada de su casa. Se daria un bano en cuanto llegara, se tomaria una copa de vino y, si Kendra se lo permitia, se meteria en la cama. Aunque podia ser que la estuviera esperando para ver el nuevo episodio de Anatomia de Grey, con un gran bol de palomitas preparado. Si era asi, no tendria mas remedio que acompanarla. !La de cosas que hacia por la loca de su amiga! Como acompanarla al Taboo, el club de BDSM al que se empeno en ir el sabado pasado. Todavia se moria de verguenza al recordar lo que habia pasado en aquel tetrico lugar. De todas las personas que hubiese imaginado encontrar, desde luego, Branden Ware no era una de ellas. Pero alli estaba, vestido de una manera informal que jamas le habia visto, con un pantalon vaquero y una camiseta ajustada que le sentaba como un guante, mirandola con aquellos penetrantes ojos castanos que la hacian temblar como si fuese un polllito recien salido del cascaron. --Capullo --volvio a musitar, como si aquella palabra se hubiese convertido en un mantra para mantenerlo alejado de su mente--. La curiosidad mato al gato, pero a ti te ha metido en una buena encerrona. Apenas le quedaban cien metros para llegar a su portal. Inspiro profundamente para controlar el temblor que la sacudio al pensar en lo que le habia hecho y apreto la mandibula con fuerza, decidida a quitarselo de la cabeza. Branden no era para ella. Por muy sexy que fuese, hasta el punto de babear solo al pensar en el; por mucho que ansiara volver a sentir sus grandes manos sobre su piel, y por mucho que en su mente reviviera el espectacular orgasmo que habia vivido entre sus brazos, tenia que cerrar de un portazo esa diminuta parte de su vida y mantener el recuerdo bien enterrado para que no volviera a molestarla. Absorta en sus pensamientos, y deseosa de llegar a su casa, no se dio cuenta de la furgoneta oscura con cristales tintados que giro por la esquina y se acerco a ella por detras, a una marcha lenta, hasta que fue demasiado tarde. El vehiculo se detuvo en seco a su lado, alguien abrio la puerta lateral, y un hombre con pasamontanas salto para agarrarla. Jailyn intento gritar, pero una gran mano le tapo la boca con un trapo humedo al tiempo que con la otra la agarraba por la cintura y la alzaba del suelo. Pataleo, intentando defenderse, pero el hombre era alto y fuerte, y no la solto. La metio dentro de la furgoneta sin que ella dejara de forcejear. Le clavo las unas en las manos y consiguio arrearle una patada en la espinilla. El hombre grito y aflojo la mano que le tapaba la boca, momento que ella aprovecho para gritar primero y morderlo despues. --!Jailyn, joder! Esa voz, a pesar de estar distorsionada por el pasamontanas, le resulto conocida. Jailyn se quedo quieta, estupefacta. ?Quien era? No podia recordar, pero estaba segura de que lo conocia. Intento seguir peleando, pero su cuerpo empezaba a notar los efectos del sedante que le habian hecho respirar. <>, penso, mientras sus ojos pesados empezaban a cerrarse. El trapo humedo que le habia puesto en la boca debia estar mojado con algun tipo de tranquilizante. --Vaya chapuza estas haciendo, de esta nos meten en la carcel --oyo decir a una voz masculina desconocida, con un tono divertido que le parecio fuera de lugar. --Cierra la boca y arranca --contesto la voz conocida, evidentemente molesto con la chanza --. No te preocupes, nena --fue lo ultimo que Jailyn le oyo decir antes de caer en la inconsciencia. La voz estaba cargada de una ternura que no supo si permitir que la reconfortara o que la alarmara todavia mas--. No voy a hacerte dano. Capitulo uno Unos dias antes Jailyn Middleton estaba de pie delante de la puerta del despacho del senor Ware. En los brazos, llevaba la pila de documentos referidos a los casos que habia pedido hacia un rato y que habia estado recopilando junto a Susan Prescott, una de las pasantes del despacho. Estaba nerviosa, como siempre que tenia que subir hasta la planta diecisiete, donde estaban los despachos de los abogados de la firma en la que trabajaba. Respiro con fuerza un par de segundos y apreto los labios con decision. Por suerte, Carola, la secretaria, no estaba alli, o hubiera tenido que soportar su mirada altanera y la ceja alzada con diversion mal contenida. La muy zorra se habia dado cuenta de que Jai bebia los vientos por su jefe y no desaprovechaba ninguna ocasion para hacerle ver que una chica simplona y nada sofisticada como ella no tenia ni una sola oportunidad de llamar la atencion del abogado mas guapo y sexy del edificio. Expulso el aire con dureza, llenandose de determinacion, y llamo a la puerta con energia. A la mierda Branden y a la mierda Carola. Podia ser que ella se pusiese cachonda como una perra solo al mirarlo, pero no iba a dejar que le hiciese perder la cabeza ni la valentia. La voz de Branden no respondio al otro lado. Quiza no estaba. Indecisa, alzo la mano mientras cambiaba el peso de un pie a otro. Golpeo de nuevo la madera con los nudillos, y espero. Nada. Estaria en la sala de descanso tomando cafe, o metido en algun bano metiendole mano a la secretaria, seguro. No le extranaria nada que esos dos estuviesen liados. Carola si era el tipo de mujer que llamaba la atencion de los hombres como Branden: sofisticada, elegante y sexy, incluso con la ropa sobria que les obligaban a llevar en el trabajo, con ese pelo rubio moldeado desde la raiz hasta las puntas... Era como una version moderna de Marilyn Monroe, con peca incluida. No como ella, que parecia una mojigata de pueblo con la blusa abrochada hasta el cuello, la falda por debajo de las rodillas, y los pantis color carne en lugar de las medias de seda con filigranas plateadas que le habia visto a Carola mas de una vez. Nada habia mas anti erotico que unos pantis color carne. Algo muy parecido a los celos se enrosco en su estomago al pensar en la secretaria enrollandose con Branden, como una serpiente despertada de mala gana, furiosa y con ganas de morderle el culo a alguien. --Le morderia el culo al senor Ware sin dudarlo --musito, cabizbaja, rindiendose a la evidencia. Se quedo unos segundos mas delante de la puerta cerrada, mirando el pomo con mucho interes, como si alli hubiera algo super interesante que hubiese llamado su atencion. Despues, miro a su alrededor para comprobar que no habia nadie observandola. Sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa cuando se le ocurrio una idea peregrina que, seguro, no haria mas que traerle problemas. <>, se dijo, algo que no tenia porque suceder. Puso la mano en el pomo y lo hizo girar. La puerta se deslizo en sus goznes sin hacer ruido alguno y Jailyn la atraveso y cerro detras de ella antes de que alguien pudiese verla y llamarle la atencion. Jamas habia estado alli dentro ella sola, sin la presencia de un Branden demasiado ocupado para levantar la cabeza de su trabajo para mirarla. <>, se tranquilizo. Si. Con decir que le traia los informes que le habia pedido, podria salvar la situacion si se daba el caso. Dejo la documentacion sobre uno de los asientos enfrentados a la enorme mesa del despacho y la rodeo. Sobre ella habia un ordenador con la pantalla apagada, varios boligrafos, el telefono fijo y mucho papeleo desperdigado. No habia fotos familiares, ni objetos personales, como en las mesas de sus companeros. Aquella mesa era impersonal y estaba vacia de recuerdos; solo con mirarla, nadie sabria adivinar quien era su ocupante, podria pertenecer a cualquiera. Paso los dedos sobre la madera, acariciando la suave y brillante superficie, y suspiro. ?Por que se habia encaprichado tanto con aquel hombre que ni siquiera sabia que ella existia? Nunca le habia pasado algo asi. Ya siendo una adolescente inexperta en temas amorosos, habia tenido claro que si un chico no le hacia caso, tenia que borrarlo de su cabeza y enfocar sus energias en otra cosa. Insistir en ir detras de alguien a quien ella no le interesaba era una perdida de tiempo, y provocaba danos emocionales que no valia la pena sufrir; nunca habia tenido problemas para olvidar, ni siquiera cuando se enamoro como una idiota de Jack Torrance, el quaterback del equipo del instituto, un muchacho que solo tenia ojos y manos para las animadoras. Paso varias semanas suspirando por las esquinas, espiandolo como una buena acosadora, haciendose la encontradiza con el con la esperanza de que la mirara, sonriendole como una boba cada vez que se cruzaban por el pasillo. Ni una sola vez consiguio que el reparara en su presencia, ni siquiera para burlarse, como hacia con otras el muy cretino. Al final, se armo de determinacion y decidio borrarlo de su cabeza y de su corazon. Paso unos dias bastante jodidos, luchando contra la tentacion de espiarlo de nuevo; pero al fin consiguio su objetivo y la siguiente vez que se cruzo con el, su corazon no se acelero, y las angustiosas mariposas no hicieron acto de presencia en su estomago. Se lo habia quitado de la cabeza. ?Por que no conseguia el mismo resultado con Branden Ware? ?Por que, a pesar de las veces que se habia dicho que tenia que dejar de pensar en el, seguia haciendolo? --Porque eres idiota --murmuro, molesta consigo misma. Era idiota, desde luego, y su necesidad enfermiza por conocer mas cosas de el, la llevaron a abrir los cajones de la mesa con la esperanza de encontrar algun objeto personal que le contara algo sobre su desconocida vida fuera del despacho. A duras penas lo conocia. Solo sabia que era un hombre muy atractivo que exudaba masculinidad por todos los poros de su piel, con unos ojos castanos preciosos, una boca demasiado besable para su buena salud mental, y un cuerpo de infarto que se moria por lamer. ?Pensar asi era tan superficial como le parecia? Si, lo era, pero !no podia evitarlo! Encontrar a un hombre tan atractivo fuera de la pantalla del cine era practicamente imposible, y era una tonteria sentirse culpable por esa atraccion animal y salvaje que la poseia cada vez que pensaba en el. Los hombres lo hacian constantemente y nadie los senalaba con el dedo por ello. De su caracter, poco podia decir. Era amable pero serio, muy formal en su trato con las personas que, en la empresa, ocupaban posiciones inferiores a la suya, y siempre se comportaba correctamente, como un caballero; pero jamas lo habia visto sonreir. Fue este pequeno detalle el que hizo que se fijara en el, mas que los musculos que se adivinaban bajo sus trajes caros, o el rostro perfectamente simetrico y varonil. Abrio otro cajon con la esperanza de encontrar algo, quiza una foto familiar, de algun hermano, o padres, o algo, pero la sorpresa por lo que encontro la hizo cerrarlo de golpe, espantada. ?Que demonios guardaba alli? Volvio a abrirlo, muy despacio, como si temiera que el contenido saltara sobre su cara de repente. Parpadeo varias veces, intentando convencerse de que aquello era una broma. Quiza no era la primera vez que alguien se dedicaba a curiosear en sus cajones y habia decidido darle una leccion a la entrometida de turno, ella en este caso. Metio la mano dentro, hipnotizada por los objetos que ocupaban el cajon, y saco uno. Era un dildo de un tamano considerable, muy realista excepto por el color rosa chicle, con las venas muy marcadas. Parecia una polla de verdad. ?Seria posible que Branden fuese gay y nadie lo supiera? No, se nego a pensar en esa posibilidad. Habia rumores sobre el que apuntaban en una direccion totalmente opuesta. Saco otro objeto, unas esposas de cuero negro forradas de pelusa roja que se quedo mirando, horrorizada consigo misma por sentir una punzada de excitacion. Lo dejo caer dentro del cajon como si le hubiera quemado en las manos y lo cerro, asustada. ?Que cono le estaba pasando? Se llevo las manos al pecho intentando normalizar su respiracion, que se habia vuelto irregular y agitada. !Estaba excitada! Durante un instante, se habia imaginado a Branden Ware poniendole aquellas esposas mientras <> con ella, y la respuesta de su cono habia sido empaparse de necesidad. Llena de curiosidad, como el gato al que no le importa arriesgar su vida, volvio a abrir el cajon y siguio curioseando. Por sus manos pasaron un latigo hecho de tiras de cuero muy suaves, o un plug bucal de silicona, de los que obligan a quien lo lleva a mantener la boca abierta. Dios santo, !Branden Ware era un pervertido! <>. Cerro el cajon con tanta fuerza que el chasquido la sobresalto. Se llevo la mano a la entrepierna con la esperanza de detener el torrente de sensaciones y deseo que la habian asaltado por sorpresa, y musito un <>, mientras respiraba en profundidad, intentando recomponerse. Se habia excitado con la idea de ser sometida.!Una locura! Tenia que salir de alli. Se movio con rapidez, como si su vida estuviera en peligro; cogio la pila de documentos que habia dejado sobre el asiento para no dejar pruebas de su presencia alli, y salio por la puerta como alma que lleva al diablo, rezando para que nadie se diese cuenta del estado tan lamentable en el que se encontraba. Se metio en el bano, dejo los documentos en el inmaculado suelo, abrio el grifo sin dejar de resollar como una res agotada, y metio la cara bajo el chorro de agua fria. Por suerte, aquella manana se habia levantado demasiado perezosa como para entretenerse en maquillarse. Volvio a su planta un rato despues, repuesta de su insolita experiencia. Se metio en su cubiculo e hizo lo que deberia haber hecho desde un principio: llamar al departamento de mensajeria de la empresa para que fuesen a recoger los documentos para el senor Ware. Colgo el telefono y miro hacia el cubiculo en el que su amiga Kendra estaba trabajando. Necesitaba contarle a alguien lo que habia experimentado, y no podia esperar a volver a casa. Se levanto y fue hacia ella. --Vamos a tomar un cafe --le dijo, senalando hacia el pequeno cuarto que utilizaban para descansar de vez en cuando. --?Estas bien? --le pregunto su amiga mirandola con aquellos ojos celestes tan peculiares--. Te veo un poco palida y sudorosa. No tendras fiebre, ?no? --Estoy bien. Vamos. La agarro de la mano y tiro de ella para serpentear entre las mesas de sus companeras de departamento. Kendra la siguio llena de curiosidad. Entraron en la sala de descanso y Jai miro hacia la oficina, donde sus companeros seguian trabajando, ajenos a sus movimientos. Deseo poder tener un poco mas de intimidad, pero ni siquiera habia una puerta que poder cerrar. --No te vas a creer lo que me ha pasado --susurro. Se lo conto, con pelos y senales, delante de una buena taza de cafe, echando una mirada de vez en cuando hacia la puerta para asegurarse de que nadie estaba escuchando su conversacion. Kendra la escucho en silencio, dejando ir de vez en cuando alguna exclamacion de sorpresa, mirandola con los ojos muy abiertos y tapandose la boca de vez en cuando para ahogar una risa. --?En serio tiene todo eso metido en un cajon? --exclamo su amiga en voz baja, tan sorprendida como divertida, cuando termino su relato--. Vaya con don seriecito, que sorpresas da la vida. --Te lo juro. Y no veas como me ha puesto, tia. --?Cachonda como una perra? --se rio--. No me extrana. El tio esta como un quesito, y si encima va de Amo... ?Te lo imaginas vestido de cuero negro, con unos pantalones apretados que le marcasen ese culo prieto? Joder, que salida voy. --Mas que eso me he imaginado, carino --contesto, indecisa por contarle el resto de la historia. --Venga, sueltalo --la animo su amiga, llena de curiosidad. Estaba siendo un dia muy aburrido y aquello le estaba dando la vida. --Me imagine desnuda ante el --confeso bajando aun mas la voz--, de rodillas, con las esposas puestas y el plug bucal, a punto de hacerle la mamada de su vida. --Tia, necesitas echar un polvo pero ya. --Lo que necesito es que Branden Ware se fije en mi, me secuestre y me convierta en su esclava sexual durante unos dias --solto a bocajarro, haciendo que su amiga ahogara una carcajada que estuvo a punto de hacerle escupir el cafe que acababa de llevarse a la boca--. Hablo en serio, no te rias. Quiza asi me lo quitaria de la puta cabeza. --Carino --Kandra alargo la mano para posarla sobre la de Jai y la apreto, en un gesto solidario y consolador--, creo que necesitas mucho mas que eso. Nunca te habia visto tan obsesionada por un tio. --Precisamente por eso. Seguro que una semana en sus manos me quitaria la tonteria. Descubriria todos sus defectos y ahi acabaria todo. --O descubririas sus virtudes y te enamorarias hasta las trancas. --Los tios como Branden Ware no tienen virtudes, Kendra. A estas alturas, deberias saberlo.

  • Cuba de Patricio Fernandez

    https://gigalibros.com/cuba.html

  • Los dioses de cada hombre de Jean Shinoda Bolen

    https://gigalibros.com/los-dioses-de-cada-hombre.html

    La psicologia masculina analizada con la ayuda de los arquetipos de la mitologia clasica.