libro chantaje emocional
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libro chantaje emocional - Selva Palacios
https://gigalibros.com/chantaje.htmlEl repiqueteo de sus tacones altos contra el pulido suelo de marmol dejaba claro que se trataba de una mujer muy segura de si misma. Si se hubiese inclinado, habria podido contemplar su hermoso rostro reflejado a sus pies. Varios hombres giraron sus cabezas para seguir observandola mientras se alejaba con parsimonia de ellos. Sus andares eran insinuantes, casi hipnoticos. Sus largas piernas quedaban ocultas a la altura de la rodilla bajo un ajustado vestido azul que hacia destacar sus bien proporcionadas curvas. Se detuvo frente al ascensor y con el dedo indice pulso el boton de llamada. Sus unas estaban cubiertas por un par de capas de laca color rojo brillante. Estiro la mano y comprobo que su manicura seguia intacta, como si ninguna otra preocupacion nublara su mente. Dejo el puno reposando sobre su diminuta cintura y descanso su peso sobre una sola pierna. Al hacerlo, la curva de su trasero se acentuo, haciendolo parecer mas voluminoso. Un pitido advirtio de que las puertas del ascensor se abririan. Se introdujo en la cabina y se echo un pulso frente al espejo. Sus ojos eran grandes, verdes, ribeteados por un halo avellana en el limite de su iris. Su cabello color castano se deslizaba en suaves ondas sobre sus hombros. Le llegaba hasta mitad de la espalda. Sus labios eran carnosos, cargados de voluptuosidad. Los llevaba pintados de rojo e hizo un breve sonido al apretarlos entre si. Sonrio y alzo una ceja, senal de que le gustaba lo que veia. Justo entonces, las puertas del ascensor se volvieron a abrir, diez pisos mas arriba. Unos pasos mas y estaria en su despacho. Ayudandose de una llave electronica, abrio la puerta. Al lado de esta, un letrero. En blanco sobre negro, podia leerse: "Estefania Madariaga. CFO". Por supuesto, CFO eran siglas en ingles, idioma que dominaba a la perfeccion. Chief Financial Officer. Aquel era el cargo que ocupaba desde hacia tres meses. Habia sido un ascenso fugaz en su meteorica carrera. Lo habia sudado, habia peleado como una condenada jabata, dejandose la piel, trabajando mas de diez horas diarias durante los ultimos seis anos. El esfuerzo habia dado sus frutos y, habiendo demostrado que estaba mas que cualificada para ese puesto, se gano una promocion sin duda merecida. La noticia habia levantado unas cuantas ampollas entre companeros mas veteranos, haciendo ruido como un enjambre encolerizado de abejas asesinas durante semanas por los pasillos de la oficina. Sin embargo, aquel no era su problema. Ella estaba muy por encima de todo eso. Estefania era la mas joven en ocupar un cargo directivo en toda la compania, y la primera mujer CFO en la historia de la empresa. Un hito que nadie habia podido replicar en ninguna de las treinta delegaciones que se repartian por todo el mundo. Se atuso el pelo antes de poner sus preciosas posaderas en su silla ergonomica de diseno. Era la directora financiera de aquella corporacion. El titulo de su cargo en castellano tenia mucho menos glamour. Y, si habia algo que le sobraba a Estefania, eso era precisamente glamour. --?Tienes un minuto? Mas bien tenia un suspiro, y se lo dedico por entero a la persona que demandaba su atencion. El semblante de Estefania cambio como por arte de magia. Una sonrisa estudiada aparecio en su cara, mostrando unos dientes perfectamente alineados y muy blancos. --Claro. Su voz era algo mas grave de lo que uno se esperaria en una mujer tan femenina como ella. Sin embargo, le sentaba bien. En las reuniones dificiles, cuando debia imponerse ante hombres que le sacaban veinte anos, sabia modularla, explotar su partido. Como al resto de las armas que reunia. Lo importante era salirse con la suya, y con frecuencia lo lograba. Le gustaba ganar. Su secretaria traspaso el umbral de la puerta cargando unos folios y empezo a vomitar una retahila de informacion inconexa a la que Estefania no presto excesiva atencion. Se perdio en sus propias ensonaciones, todavia tratando de asimilar que era ella la que ocupaba ese cargo. Sus anhelos, sus metas, se habian materializado en aquella realidad que aun le resultaba inexplicablemente ajena. Y es que Estefania era una mujer que se habia hecho a si misma... o casi. Licenciada en una de las mejores universidades, beca Erasmus incluida, habia realizado un master y un MBA en prestigiosas escuelas de negocios de Londres y Nueva York respectivamente. Desde nina ya tenia claro que queria llegar alto, ser la mejor. Tenia a quien parecerse. Apreto los dientes, contrariada. Aunque le doliera admitirlo, jamas habria podido costearse ella sola la matricula ni los gastos derivados de su exclusiva formacion academica. Todo eso se lo debia a el. Estaria agradecida de por vida con aquel hombre por haberle permitido desarrollar su potencial. Sin embargo, su radio de influencia era todavia mas amplio. En el fondo de su alma, Estefania sabia que el habia tenido mucho que ver con el hecho de que ella ocupase esa confortable silla. --Entonces, ?te parece bien que adelantemos la reunion al martes? Estefania parpadeo varias veces seguidas. Tres capas de rimel alargaban sus pestanas hasta hacerlas kilometricas. Enmarcaban su mirada gatuna de un modo que pocos hombres podian resistirlo. --No --respondio, sin alterarse un apice--. Aprovechemos que esta aqui el senor Cortes hoy para atajar el asunto de una vez por todas. Comprueba cuando quedan libres para convocarlos a todos a continuacion. Con un gesto algo altivo, le hizo entender a su secretaria que podia retirarse. Ella asi lo hizo, cerrando la puerta al salir. Estefania echo una ojeada a la pantalla de su portatil ultimo modelo. En su bandeja de entrada habia por lo menos medio centenar de correos por leer. Ya lo haria mas tarde. Se levanto de la silla y paseo por el despacho. El frufru de sus muslos al caminar en contacto con el tejido de su falda se hizo tremendamente audible en el silencio reinante. Dejo que sus rojas unas se deslizasen lentamente por la blanca pared. Aquello era suyo. Sus dominios. Se dio media vuelta y contemplo el paisaje que se extendia ante sus pies. Las oficinas de su empresa se situaban en el decimo piso de una de las torres acristaladas mas llamativas de la ciudad financiera de la capital. Desde tan arriba, los coches parecian de juguete, las personas, insignificantes peones viviendo anodinas existencias. Estefania casi sintio lastima por todas ellas. Sin embargo, una punzada le atraveso el corazon al acordarse de su hermano, Diego. Cerro los ojos para tratar de borrar el recuerdo de su marchito cuerpo en la cama de aquella fria clinica. Era muy injusto que el destino se cebara de aquel modo con el. Lo peor de todo, sin duda, residia en que su mente estaba lucida todo el tiempo, haciendo a Diego plenamente consciente de que su carne se consumia. La enfermedad, ese monstruo impio, era degenerativa; lenta pero inexorablemente la luz de Diego se apagaba. Estefania apreto los punos. El tratamiento que conferia cierta calidad de vida a su hermano era mas que caro, prohibitivo. La mitad de su generoso suelo iba destinado a pagar las facturas que mes a mes volvian a estar ahi, como una pesadilla recurrente, recordandole la suerte que su hermano habia corrido. --Estefania, ya esta hecho. En hora y media, sala doscientos tres. Lo tienes en tu agenda. Ella dio media vuelta, dejando las espectaculares vistas de la ciudad detras para que la ciudad disfrutara de unas magnificas vistas de su trasero. Sonrio sin mostrar los dientes, contrariada por el hecho de que su secretaria la hubiese pillado con la guardia baja. Al volver a quedarse sola, paseo su mirada por el despacho, maravillandose otra vez por lo espacioso que era, por lo pulcramente que estaba decorado. Todo era blanco: el suelo, su gigantesco escritorio, sus archivadores, el sofa de dos plazas situado al lado de la puerta, su silla de diseno, incluso el enorme cuadro que colgaba de las niveas paredes derrochaba pulcritud. Un vago esbozo llamado arte moderno: tres tristes circulos marrones en un oceano de lienzo sin tocar. Habia costado miles de euros a la empresa, pero era lo que ella deseaba, y sus deseos eran ordenes. Contemplo el reloj que adornaba su minuscula muneca. Tomo su telefono movil y encargo una ensalada a su restaurante favorito a traves de una aplicacion. En menos de quince minutos ya la habia terminado, y pudo centrarse en preparar la reunion, que se avecinaba larga. Estefania no se equivoco: la reunion fue larga, justo como imaginaba que la tendria el senor Cortes. Lo contemplo sin reservas a traves de sus largas pestanas, sabiendo que la atencion estaba puesta en la persona que exponia las conclusiones de un reporte trimestral ante una selecta audiencia de la que ella tenia el deber de formar parte. Leonardo Cortes era un habitual en las juntas. A pesar de que llevaban viendose seis anos en reuniones, eventos y conferencias, Estefania se dio cuenta de que apenas sabia nada sobre el. --?Podriamos ir al grano? No tengo todo el dia... Su voz era grave, autoritaria, no dejaba espacio a la replica. Leonardo ni siquiera estaba mirando al aludido, sino a su carisimo reloj. Suspiro tenuemente y manipulo uno de los gemelos de oro y zafiro que adornaban el puno de su camisa. Entonces, alzo la vista y la miro. Bueno, no la miro. Para ser exactos, clavo sus ojos azules sobre Estefania y le sostuvo la mirada como si estuviese de caza. Ella trago saliva, pero no se amilano. Leonardo entreabrio sus labios, una boca fina pero apetitosa por la que Estefania se sintio tentada, pero se abstuvo de contemplarla. No pensaba perder aquel absurdo juego. Ella nunca perdia. Leonardo curvo las comisuras de sus labios hacia arriba. Se paso la mano por la mandibula, como si estuviese repasando su afeitado y se inclino lentamente hacia delante, hasta que su espalda dejo de tocar el respaldo de la silla. Estefania pudo sentir que su respiracion se agitaba, muy a su pesar. Comenzo a respirar por la boca, y la sintio seca. Una voz la llamo por su nombre por tercera vez. Con ello se rompio el juego de miradas que se traian los dos. Estefania pestaneo varias veces y sonrio a los presentes. Recupero la compostura en un visto y no visto. Se levanto de la silla, estiro la tela del vestido hacia abajo y camino con seguridad hasta situarse al lado del proyector. Comenzo a exponer su parte hablando de cifras, porcentajes, indicadores. Sus bonitos ojos verdes hicieron un barrido por toda la sala. Tenia la atencion de todos aquellos hombres. Sin embargo, no transcurrio mucho tiempo hasta que enfoco sus pensamientos unicamente en el senor Cortes, que habia girado su silla en un angulo de noventa grados y se habia cruzado de brazos para escucharla. Su semblante era inexpresivo al tiempo que repasaba sin perder detalle el cuerpo de Estefania embutido en aquel vestido azul. Bueno, no solo eso: ella descubrio en sus ojos algo que ya habia detectado en los de otros hombres: deseo. Si, eso era. La estaba desnudando con la mirada. Trago saliva y se quedo en blanco. Apenas fueron unos segundos, pero eso basto para que el senor Cortes sonriera satisfecho, mostrando una hilera de dientes perfectos, dignos de anuncio televisivo. Ella se paso una mano por el pelo. Para poder terminar su exposicion y salir impune, tuvo que esforzarse. Regreso a su sitio y mantuvo su atencion en el proyector. Sabia que Leonardo seguia mirandola: por el rabillo del ojo se hacia eco de su escrutinio. Estefania se pregunto que mosca le habria picado a aquel hombre. Le hacia sentir incomoda, incluso... insegura. Apreto los dientes y se encontro deseando que terminara aquella reunion cuanto antes. Sin embargo, aun faltaba para eso. Leonardo se levanto de la silla y, en lugar de estar de pie, quieto, se dispuso a caminar por toda la sala, atrayendo, irremediablemente, la atencion de Estefania por enesima vez. El senor Cortes exponia su discurso con una seguridad y un aplomo que ella, en secreto, admiro. Haciendo uso de pocas palabras, esbozaba ordenes, deseos, de manera extraordinariamente directa. Leonardo era socio minoritario de la compania, pero ella sabia que aspiraba a mas. Siempre queria mas. Desde que lo conocia, Estefania habia seguido de cerca sus movimientos, siendo testigo indirecto de sus progresos, de sus avances. Sabia que, de seguir por aquel camino, pronto se haria fuerte entre los miembros del consejo de administracion, lo que potencialmente convertiria al senor Cortes en su jefe. La mera idea estallando en su cabeza fue suficiente como para que un escalofrio le recorriera la espalda.
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El filo de la verdad de Selva Palacios
https://gigalibros.com/el-filo-de-la-verdad.htmlUn sol de justicia caia impio sobre Nueva Trada. Ni siquiera los ancianos mas longevos recordaban haber sufrido con anterioridad un calor como ese que asolaba la ciudad desde hacia varios dias. Mik Rogers accedio con parsimonia a una de las tabernas mas inmundas del puerto. Saludo al dueno mientras caminaba hacia el fondo del local. Los parroquianos dormian la mona o bebian sumidos en el pozo de sus pensamientos. Ninguno tenia demasiada gana de charla, de juerga o de trifulca. Eso lo dejarian para cuando la noche cayera y la temperatura diese un respiro. Dentro no olia a orines como en las inmediaciones, pero si a sudor rancio. Mik arrugo la nariz y clavo su mirada en la mesa mas apartada, esa que permanecia guarecida por la penumbra en un rincon y que habia reclamado tiempo atras como suya. La utilizaba como centro de operaciones para sellar todo tipo de acuerdos turbios. El antiguo pirata llevaba trece anos pululando por los bajos fondos de aquella ciudad maldita, esclavo de los pactos que amarraban en corto su conciencia, preso de los malos recuerdos que enturbiaban sus pesadillas. Un hombre se hallaba sentado en su silla. Portaba esa mirada turbia de quienes ya estan acostumbrados a que el duermevela ligero sustituya un descanso reparador. Daba cuenta sin prisa alguna de una botella de vino medio vacia y mantenia la cabeza gacha, como si en el fondo quisiera pasar desapercibido. Mik alzo las cejas, sin dar credito. Debia tratarse de un error: a aquella hora intempestiva esperaba encontrarse con un servicial criado y, en cambio, era un caballero el que ahora habia engarzado su mirada con la suya y lo estudiaba con un rictus de seriedad demasiado impostado bajo su sombrero. No albergo duda alguna: el origen de ese tipo era noble y lo dilucido por sus ropas, por la rigidez a la que sometia a su espalda, pero, sobre todo, por la manera en que desentonaba en aquel tugurio. Estaba fuera de su ambiente y era tan obvio que, si perdia cuidado, pronto tendria problemas. Mik se sento frente al desconocido con recelo, pero intrigado por saber que asuntos queria tratar con un don nadie como el. -- Dispensa si no me quito el sombrero -- dijo hombre, tocandose el ala --, pero tengo motivos para conservarlo sobre mi cabeza. Mik sonrio, divertido. Su dentadura blanca contrasto al instante con su piel morena. -- ?Y cuales son dichos motivos, senor? Si no le importa que le pregunte... -- Dos, principalmente -- contesto, muy sereno --. El primero, que deseo minimizar el riesgo de ser reconocido. El segundo, que no pretendo tener deferencia para con un hombre de tu calana. Sin ofender --. Anadio, muy serio. Mik rio. Echo la cabeza hacia atras y expulso con fuerza el aire por la nariz. Despues, robo un trago a la botella que reposaba sobre la mesa. El liquido caliente se deslizo por su garganta y le revolvio las tripas. -- Hace falta mucho mas que palabras para ofenderme, senor, asi que pierda cuidado. Yo si que me descubrire la cabeza -- anuncio, tras despojarse de su sombrero y dejarlo descansando sobre la rodilla izquierda --. Al fin y al cabo, estoy ante un respetable miembro de la ilustre ciudad de Nueva Trada. El caballero le dedico una sonrisa ladeada que no duro mucho. Paso por alto el tono condescendiente de Mik y fue directo al grano. -- Supongo que te estaras preguntando por que estoy aqui cuando podria haber enviado a un intermediario en mi lugar... Mik coloco el codo en el respaldo de la silla y apoyo la espalda en la sucia madera. Estudio a aquel tipo, intrigado. Tenia la piel muy blanca y su barba bien recortada enmarcaba una boca de labios finos y dentadura pobre. -- Entiendo que estara a punto de desvelarme la incognita. -- En efecto. Veras, la cuestion es que si puedo encargarme yo mismo de un asunto tan delicado como este que nos trae entre manos, no lo dejare en las de otros. Es el unico modo de asegurarme de que todo saldra como es debido. Mik se fijo en sus unas bien cortadas, en sus dedos largos y finos. Estaba claro que aquel tipo nunca se habia ganado el pan con el sudor de su frente. Su interlocutor y el no podian ser mas distintos en cualquier aspecto en que se compararan. Alzo el menton y lo miro a los ojos. -- Le escucho. Antes de hablar, el desconocido aparto la vista. No acostumbraba a tratar a hombres como Mik de igual a igual. Probablemente, era la primera vez en su vida que un negro lo miraba directamente a los ojos. Y no le gustaba, pero tendria que soportarlo. O mas bien acostumbrarse: cada vez eran mas los esclavos que compraban su libertad. Los tiempos estaban cambiando y no para bien. -- Quiero que te encargues de un pequeno asunto que deseo encomendarte. Y te advierto de que, si no cuento con tu discrecion absoluta, habra consecuencias. Mi posicion en esta ciudad es privilegiada. Soy amigo personal del gobernador y me ha puesto al tanto de tu peculiar... situacion. Mik torcio el gesto y chasqueo la lengua: si venia de parte de Joaquin Ventura, el mandamas de Nueva Trada, sabia que tipo de tarea se disponia a encomendarle el caballero: una sucia, en la que se mancharia las manos de mierda o de sangre. Probablemente de ambas. Se encogio de hombros, dispuesto a seguir con la conversacion como si trataran asuntos mas mundanos. -- Creo que ha quedado sobradamente demostrada mi capacidad para desempenar todo tipo de encargos con eficacia y sin levantar sospechas -- expuso Mik --. Mi reputacion me procede. -- !Desde luego, eso no lo pongo en duda! Estoy ante el mejor asesino de la ciudad -- dijo, bajando la voz --. Por no hablar de tu habilidad creando toda clase de pocimas y unguentos. !Tu eficacia es legendaria! -- rio sin ganas y se inclino ligeramente hacia el --. No estoy aqui para cuestionar tus sanguinarios metodos, Rogers, al contrario. Lo que deseo es que los utilices en mi beneficio, pero antes quiero acotar los terminos bajo los cuales cumpliras mis ordenes. Deberas seguirlas a rajatabla para no dejar margen de error. La improvisacion es enemiga del exito. El caballero sudaba copiosamente bajo sus delicados ropajes. Sendos cercos de sudor se expandian bajo las axilas oscureciendo la tela y una pelicula brillante perlaba su frente haciendola brillar. En cambio, Mik resistia con bastante entereza los envites del clima. Ventajas de provenir del continente africano. -- ?A quien desea que borre del mapa? -- pregunto Mik, repentinamente cansado de tanto rodeo --. ?A un rival en los negocios? ?A un viejo enemigo? ?Al amante de su esposa, tal vez? Rio su ocurrencia, pero el caballero lo escrutaba con aires de suficiencia y el gesto bien serio. No volvio a tocar la botella, aunque la miro de pronto como si necesitara desesperadamente un trago. -- En tu ultima suposicion no ibas muy desencaminado -- admitio, muy a su pesar --. En este caso, el amante soy yo. Quiero casarme en segundas nupcias, pero para ello, primero debo enviudar y por ende, mi esposa debe morir. Mik lo miro durante un buen rato con la boca cerrada a cal y canto. Se paso la mano por la mejilla y se rasco la cabeza, que lucia afeitada para evitar la molesta invasion de piojos y otros parasitos. -- Lo que me esta pidiendo es del todo imposible, senor -- le informo con solemnidad -- . No asesino a mujeres ni a ninos. Siento comunicarle que no soy su hombre. Busquese a otro. Se levanto con parsimonia y se coloco el sombrero en la cabeza. Murmuro una despedida. La voz del caballero lo detuvo cuando ya le daba la espalda. -- ?Un asesino con escrupulos? !No puedo creerlo! Mik no se giro. Efectivamente, aun no habia perdido toda la rectitud que quedaba en el, aquella que Samuel Rogers le inculco. Dio un paso mas en direccion a la salida, deseando que el aire torrido de la calle le golpeara en la cara para asi, al menos, sentir algo. -- !No puedes negarte, escoria! No estas en condiciones de rechazar mi peticion. Tienes contraida una deuda con esta ciudad y con nuestro gobernador. ?O acaso lo has olvidado? Mik se detuvo y cerro los ojos. Gruno. Solto un improperio en alguna lengua desconocida y se sento de nuevo a la mesa. Su humor se habia agriado y ni siquiera hizo el mero intento de disimularlo. -- ?Por que? -- No estas en disposicion de negociar, ni de hacer preguntas, Rogers. Mik se trago su orgullo acompanado por una buena dosis del vino barato que tenia frente a el. -- No me malinterprete, senor, se lo ruego. No es menester mio juzgarlo. Eso queda entre usted y Dios -- expuso con la solemnidad de un parroco encerrado en un confesionario --. Supongo que estara al corriente de que existen alternativas para hombres como usted. Seguro que halla un metodo efectivo para disfrutar de los placeres que su... amante pueda proporcionarle sin poner en riesgo la integridad de nadie. Muchos caballeros siguen este precepto y son plenamente felices. Incluso cuentan con la bendicion de su esposa. El tipo rio. Alzo la cabeza y le dedico una mirada furibunda por encima del ala de su sombrero. -- Es usted muy temerario, Rogers. De ser otras las circunstancias, no le quepa la menor duda: mandaria que lo azotaran hasta verlo desangrarse y nada me complaceria mas que esa vision. Sin embargo, no soy la clase de bestia inhumana que cree que soy. No pretendo deshacerme de mi esposa por capricho. Mi matrimonio fue una farsa desde el inicio. Nos unimos por interes mutuo de nuestras familias y nunca desarrollamos sentimientos de afecto el uno por el otro. Al contrario, detesto a esa vaca esteril que no ha sido capaz de cumplir con su unica obligacion: traer a mi heredero al mundo. Y, tras una decada, senor Rogers, comprendera que ya no albergo absolutamente ningun tipo de esperanza. Ese feliz acontecimiento no va a suceder: no me dara descendencia. Por ello, me veo en la obligacion de sustituir a mi amada esposa por otra mas... competente. Y mas joven. He ahi la razon de hallarme frente a usted. Por eso requiero de sus... servicios. Mik exhalo un suspiro y lo taladro con la mirada. -- ?Y no ha considerado el divorcio? El caballero enfurecio. Una sombra negra planeo sobre sus ojos. -- !No digas sandeces! -- Grito, provocando que un par de miradas se posara sobre ellos. Percatandose de ello, bajo la cabeza y la voz --. !Eso es pecado! !Una blasfemia propia de la gente barbara del norte! Y aunque fuese legal en Nueva Trada, sin mi, mi esposa no es nada. !No es nadie! Creeme, ella opinaria lo mismo: estara mejor bajo tierra que deshonrada y condenada al ostracismo de la alta sociedad. Mik entorno los ojos y puso las palmas de sus manos encima de la mesa. -- Lo lamento mucho senor, pero creo que su problema tiene mejores soluciones que esa... -- Si no eres tu, Rogers, !otro se encargara! --. Le interrumpio el tipo, perdiendo la poca paciencia que le quedaba --. Hare que te ejecuten en la horca. A ti y a los tuyos, a los que quedan. Solo tengo que mover un dedo y el peso de la justicia caera sobre tu tripulacion por entero. !Piensalo bien, necio! Dio un punetazo en la mesa que delato su nerviosismo. La botella vibro durante un efimero instante. Mik trago saliva y bajo la mirada. Reflexiono acerca de su situacion y de sus opciones. El caballero, por muy poco que mereciera tal apelativo, estaba en lo cierto: no tenia mas alternativa que aceptar. Cargaria en el foso de su conciencia con otra vida que iba a sesgar por encargo, por no hablar de todas las que arrebato en alta mar, con Samuel Rogers y despues, como capitan del Servus. Aquellos tiempos quedaban bien lejos. Otros mas oscuros eran los que le estaba tocando vivir. Mandaria al cielo otra alma para que la suya fuese directa al purgatorio. Y esta vez, se trataria de una mujer inocente cuyo unico pecado era no haber parido hijos. !No podria hacerlo! Se imagino a si mismo empunando su daga pero no hundiendola en la carne de aquella dama. Aunque no la mirara una sola vez a los ojos para leer en ellos como pedia misericordia, sabia que no seria capaz de infligirle dano alguno. Se conocia mejor que nadie. Era un hombre cauto, pese a la vida que llevaba. Pensaba detenidamente las consecuencias de sus actos. Nunca se precipitaba antes de actuar. Samuel le enseno a ser mas astuto, mas rapido, mas fuerte y mas valeroso que ningun otro. Solo asi habian sobrevivido ambos en aquel mundo gobernado por hombres blancos. Por eso, cuando una idea cruzo su mente, fue tal el cambio que acusaron sus facciones que el caballero se puso en alerta, mas no dijo nada. -- Esta bien, senor -- concedio Mik --. Lo hare. Digame como se llama su esposa, donde y cuando. El como, me lo reservo para mi. El caballero sonrio. Los ojos le brillaban. Una gota de sudor descendio por su sien hasta aterrizar sobre la mesa. Mik lo miro con desagrado. Quiza Dios o la naturaleza no deseaban que aquel sujeto se reprodujese. De inmediato compadecio a su esposa, a pesar de que no fuese buena idea empatizar con una futura victima. El desconocido ni siquiera se percato de las tribulaciones del antiguo pirata. Estaba demasiado ocupado celebrando su triunfo por anticipado. No veia el momento de regresar con su amante y yacer con ella en pecado por ultima vez. Pronto la convertiria en su esposa mientras fingia llorar a la anterior. Se inclino sobre la mesa y coloco la mano en torno a su boca: -- Escucha atento y no pierdas detalle -- repuso con voz grave --. Manana, emboscaras el carruaje en el que Elvira regresa a casa. Al anochecer. * Dona Elvira de Diego se enjuago el sudor de su frente con un suave panuelo de seda. Lo empapo tras restregarlo tambien por la cara y por el cuello hasta que la tela se torno translucida. Volvio a guardarselo en las profundidades de su generoso escote. Resoplo, maldiciendo para sus adentros el calor tan insoportable que hacia dentro del carruaje. No veia la hora de regresar a casa, asearse y meterse en la cama. Habia sido un dia agotador. La visita a su prima lejana, Angustias, no se desarrollo todo lo bien que esperaba. Angustias la recibio con animos destemplados pese a que fue ella quien insistio, misiva tras misiva, en que debian verse de inmediato. Ambas tenian la misma edad. Se habian criado juntas, casi como hermanas. Sin embargo, su relacion nunca fue buena. Llevaban cinco anos sin verse cuando a Angustias le entro apremio por citar a su prima en su lujosa mansion, ubicada a las afueras de Nueva Trada. En seguida Elvira comprendio que las prisas de Angustias obedecian a un unico proposito: el deseo de restregarle la felicidad que experimentaba por la cara. Contaba con un esposo carinoso y atento, cuatro hijos maravillosos que gozaban de buena salud, unas amistades solidas y unos excelentes contactos que la convertian en una de las damas mas populares de la ciudad. Por si esto fuera poco, acababa de adquirir una lujosa mansion equipada con los ultimos adelantos modernos de tres plantas y catorce habitaciones. Su afianzada posicion dentro de la alta sociedad nuevatradense era ya un hecho consolidado. Angustias recibio a Elvira en su salon de te. Proyectaba seguridad y confianza en si misma, nada que ver con esa chiquilla vacilante que diez anos atras era un alma en pena. Sus lamentos se debian a que ningun hombre la pretendia, ninguna propuesta de matrimonio llegaba. La envidia la corroia al ver como su prima Elvira se prometia con uno de los mejores partidos de la ciudad: Leopoldo de Diego. Habia llovido mucho desde entonces. Las tornas giraron tanto que se terminaron invirtiendo. La tirria de Angustias hacia su prima se habia transformado en una superficial lastima tenida de fingida compasion. Durante varias horas, frente a una taza de te que se habia quedado frio, Elvira tuvo que aguantar los comentarios hirientes y las sarcasticas burlas de su prima, que no paraba de jactarse de su larga racha de buena suerte. Era, precisamente, de lo que carecia Elvira en aquellos momentos, pero aguanto la tempestad con estoicismo y clase. Siempre con una sonrisa permanente en sus labios. Porque ante todo, si algo caracterizaba a dona Elvira de Diego era, precisamente, la clase que tenia. Y asi lo demostraba cada vez que tenia ocasion: llevaba el orgullo adherido a su persona como una suerte de segunda piel. Ni Angustias ni nadie la veria flaquear jamas, aunque Elvira sintiera que su vida se estaba desmoronando sin que pudiera hacer nada por evitarlo. El camino estaba plagado de baches. La senora De Diego se agarro con firmeza a su asiento y respiro agitadamente. Apoyo los pies con firmeza en el suelo para evitar caer hacia delante. El cochero restallo el latigo con el que azuzaba a los caballos. Debia darse prisa. Estaba a punto de anochecer y la oscuridad propiciaba que bandidos y pistoleros campasen a sus anchas por los desolados caminos, desamparados ante la ausencia de luz. Un repentino mareo invadio a Elvira. No solo lo causaba aquel maldito y accidentado viaje, sino el tercer trozo de pastel que habia engullido en casa de su prima Angustias. Demasiado dulce para pasar aquel amargo trago. No le habia caido bien en el estomago y ahora pagaba las consecuencias de su gula. Cerro los ojos y sintio la desagradable sensacion que acompana a una repentina arcada. Dio dos golpes secos en la pared del carruaje. El cochero no se detuvo. Lo intento otra vez, ya sin paciencia. Se hizo dano en los nudillos al aplicar en el proceso todas las fuerzas que le quedaban. Por fin, el vehiculo paro a un lado del camino. Elvira abrio la puerta y descendio apresurada. Su sudor era frio, lo percibio en cuanto se levanto una leve brisa. Con la mano izquierda se tapaba su boca. Con la derecha, se tocaba el vientre. Ese vientre que era yermo, esteril. Se acurruco tras un arbol, se agacho y vertio la merienda sobre unas hierbas procurando no hacer demasiado ruido mientras regurgitaba. Desde su posicion, el cochero seguro estaria escuchando los estertores que la garganta de Elvira emitia. Eran tan poco dignos de una distinguida dama que un repentino arranque de verguenza la invadio. Se le pusieron rojas las mejillas otorgando algo de color a su tez palida y empanada. Un pensamiento esperanzador broto de las profundidades de su mente. ?Y si estaba encinta? Desecho la idea de inmediato, torturandose por albergar ilusiones huecas. Era fisicamente imposible. Leopoldo llevaba sin yacer con ella meses. El fracaso de su matrimonio se comportaba como un viejo fantasma que de vez en cuando acudia a ella para atormentarla. Elvira se incorporo y, con el mismo panuelo que antes, limpio sus labios. Una solitaria lagrima salio despedida de uno de sus ojos azules. No se molesto en secarla. Achaco su presencia al hecho de que se encontraba mal del estomago, y no a la tristeza que se empenaba en invadirla. Apoyo su mano en el tronco del arbol que tenia al lado. Se sereno contemplando el horizonte anaranjado. Consiguio respirar con normalidad al fijar la vista en esos ultimos rayos de sol que se perdian lejanos, oblicuos, moribundos, a punto de ser tragados por la oscuridad. Sin previo aviso, un brazo le rodeo la cintura con fuerza. Una mano le tapo la boca. La punta de una daga rozo su yugular. Elvira se olvido de tomar aire. Estaba paralizada y no solo debido al miedo. Hacia mucho tiempo que no sentia el calor de otro cuerpo cera del suyo, el cuerpo de un hombre. Percibio un aroma varonil invadiendo sus fosas nasales que, en otras circunstancias, le hubiese suscitado cierto agrado. Sin embargo, en el contexto de un asalto esta informacion paso desapercibida y el terror se manifesto sin tapujos. Las rodillas le temblaron. La garganta se le cerro. Ni siquiera el grito que habia dejado a medias termino de salir. Aquel era su fin. El fin de Dona Elvira de Diego, ilustre senora de Nueva Trada. -- No se mueva o la matare -- susurro una voz ronca a su oido. El acento delataba que se trataba de un extranjero. Un proscrito, tal vez. Elvira descendio la mirada y, bajo la luz del crepusculo, estupefacta, descubrio que la mano que le tapaba la boca pertenecia a un hombre de piel oscura. Un mestizo, quiza algo peor. Se pregunto que querria aquel malnacido de ella. Dinero. Joyas. Un rescate. Deshonrarla, en el peor de los casos, mancillando su cuerpo sin remedio. Entonces su esposo la repudiaria para siempre y de manera definitiva. Aquel seria para Elvira un fin peor que la muerte. El corazon le latia tan rapido que creyo estar a punto de abandonar este mundo. Recupero su voz tan solo para emitir un leve quejido. Ni siquiera en esas circunstancias era capaz de imponerse, de luchar por su vida. Reprocho internamente su propia pasividad, su cobardia. Aquel fue el ultimo pensamiento racional que tuvo antes de desmayarse de puro espanto, de autentico pavor.
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Mientras estes a mi lado (Rancho Triple K 5) de Laia Sinclair
https://gigalibros.com/mientras-estes-a-mi-lado-rancho-triple-k-5.html<
Lo que no podia ni sospechar, era que ese casanova frivolo y encantador conseguiria poner mi vida totalmente patas arriba>>. -
El Secreto del Multimillonario de Sophie Kiss
https://gigalibros.com/el-secreto-del-multimillonario.htmlElla camina por las calles de la gran ciudad sin saber que no sera un dia mas, el es un chico muy guapo y atractivo que al tocarla le transmite algo muy especial. El intentara ocultar un secreto que lleva guardado pero al final todo se sabe
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El viaje de Cilka de Heather Morris
https://gigalibros.com/el-viaje-de-cilka.htmlCon solo dieciseis anos, la prisionera judia Cilka Klein fue convertida en la concubina de uno de los comandantes de Auschwitz-Birkenau. Se salvo de morir de hambre, enfermedad o en las camaras de gas, pero, tras la liberacion, fue acusada de colaboradora y espia ante la NKVD, la brutal policia secreta sovietica. Y asi, por segunda vez en tres anos, Cilka se encuentra de nuevo hacinada en un tren de ganado que la transportara a Vorkuta, el gulag de Siberia situado a noventa y nueve millas del Circulo en el que debera cumplir con mas de diez anos de condena de trabajos forzados.
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El Tormento de Alex de Elena Garcia
https://gigalibros.com/el-tormento-de-alex.htmlLas imprudencias se pagan y eso es algo que, por desgracia, Alex sabe muy bien. Un hombre atormentado por una mala decision. Una promesa cada dia mas dificil de cumplir y un sentimiento que creia olvidado amenazan con florecer de nuevo en su interior.
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Tomada por sus companeros (Programa de novias interestelares 6) de Grace Goodwin
https://gigalibros.com/tomada-por-sus-companeros-programa-de-novias-interestelares-6.htmlTras haber caido en una trampa y ser acusada de un crimen que no cometio, Jessica se ofrece voluntariamente para participar en el Programa de Novias Interestelares con el fin de evitar una larga condena en prision. La asignan a un principe, el heredero al trono del poderoso planeta Prillon, pero su futuro se vuelve incierto cuando el rey de Prillon rechaza la union.
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Fuego en la montana de Penelope Dunn
https://gigalibros.com/fuego-en-la-montana.htmlLaura viene saliendo de una relacion toxica y tortuosa, y su amiga la ayuda a despejarse invitandola a pasar unos dias de vacaciones a la montana.
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El Cuarto Mono de J. D. Barker
https://gigalibros.com/el-cuarto-mono.htmlEl detective de la policia de Chicago Sam Porter investiga el caso de un hombre atropellado, pues los indicios en la escena del crimen apuntan a que se trata de El Cuarto Mono, un asesino en serie que ha estado aterrorizando la ciudad. Su modus operandi consistia en enviar tres cajas blancas a los padres de las victimas que secuestra y mata: una primera con una oreja, una segunda con los dos ojos, y otra con la lengua; y finalmente dejar abandonado el cuerpo sin vida en algun lugar.
El hombre atropellado llevaba una de esas cajas blancas. Se inicia asi una frenetica carrera contrarreloj para averiguar donde se encuentra encerrada la proxima victima. -
Enamorarse de Olga Salar
https://gigalibros.com/enamorarse.htmlLas hermanas Obando son dos mujeres completamente opuestas, tanto fisica como mentalmente y, a pesar de ello, ambas buscan lo mismo: la felicidad de la que todo el mundo habla, y la misma meta de una vida plena.
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La ultima Sibila de Isabel Abenia
https://gigalibros.com/la-ultima-sibila.html -
La tragedia del girasol de Benito Olmo
https://gigalibros.com/la-tragedia-del-girasol.htmlBenito Olmo, el nuevo talento del genero negro y criminal, presenta una brutal aventura protagonizada por el irreverente inspector Manuel Bianquetti.
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Giros del destino de Isabel Acuna
https://gigalibros.com/giros-del-destino.htmlAdrian Cameron y Gabriela Rivera se conocen en medio de condiciones adversas, al compartir un suceso traumatico que derrumba la certeza y la confianza sobre las que cada uno habia fundado su vida y los obliga a enfrentar una nueva realidad que los lleva a apoyarse el uno en el otro para sobrellevar el desengano, a la vez que nace entre ellos una intensa atraccion.
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Todo por ti (completa) de Lorena Lazo
https://gigalibros.com/todo-por-ti-completa.htmlPrimera parte de la trilogia “Todo por ti”
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La dulzura de Daniel Mugica
https://gigalibros.com/la-dulzura.htmlLa joven Gadea desaparece el mismo dia en el que, en la estacion madrilena de Atocha, los trenes estallan. Es un 11 de marzo. Sus hermanas Estela y Malena la buscan denodadamente, temen que estuviera en uno de aquellos trenes. Y la busca tambien Juda, escritor frustrado, enamorado de ella hasta el tuetano. Pero pasan las horas, los dias, y no hay noticias de Gadea. Durante esa angustiosa busqueda, los diversos personajes que la trataron rememoran el tiempo pasado junto a ella, el modo en que influyo en sus vidas, y las circunstancias que propiciaron su internamiento en un lobrego centro psiquiatrico; una decision adoptada por Eneko, su padre, un hombre marcado por el fundamentalismo religioso, cuyas obsesiones gravitan sobre el clan familiar.
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La reina y los peones (Ronda Mortal 1) de Lina Perozo Altamar
https://gigalibros.com/la-reina-y-los-peones-ronda-mortal-1.htmlDeborah Wallis lleva una vida rodeada de lujos y comodidades en Nueva Orleans. Es inteligente, elegante y tiene el hombre que desee a sus pies. Quienes la rodean, la consideran una mujer egoista, caprichosa y arrogante. Lo que no saben, es que esa es la manera en que Deborah alza sus murallas, para evitar que conozcan sus debilidades y puedan llegar a lastimarla.
Ella disfruta del sexo desenfrenado, valiendose de mentiras y juegos de seduccion, para llenar el vacio en su corazon, que le provoca el no tener el amor y el carino del unico hombre de quien siempre lo ha anhelado, y de quien solo ha recibido odio y desprecio. Con su rechazo y sus constantes humillaciones, el la llevara al extremo de tomar una decision, que cambiara el destino de muchos, dando asi inicio a un complicado juego de ajedrez.
Deborah se convertira en la reina que tendra a varios peones dispuestos a sacrificarse y no dudara en usarlos para conseguir sus planes. Entra a esta Ronda Mortal y dejate arrastrar por el deseo, la pasion, la ambicion, el odio y las intrigas, que llevaran a estos personajes a romper sus propios limites. -
A la sombra del arbol kauri, Sarah Lark de Sarah Lark
https://gigalibros.com/a-la-sombra-del-arbol-kauri-sarah-lark.html -
Los Caminos del Amor de Lily Cerda
https://gigalibros.com/los-caminos-del-amor.htmlLos Caminos del Amor
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Princesa de luna nueva 2 de Tamara Kruger
https://gigalibros.com/princesa-de-luna-nueva-2.htmlDespues de huir de su reino, Eleonor debera continuar el misterioso recorrido que el destino desde su nacimiento ha trazado. Su llegada al Bosque Blanco en busca de la respuesta para el fin acabar con el encantamiento que vincula a hombres y lobos, finalmente sera despejado, pero irremediablemente la verdad traera nuevos conflictos y cuestionamientos que la llevaran a tomar decisiones trascendentales.
La guerra comenzo hace mucho, pero la batalla esta vez la alcanzara y junto a sus companeros deberan confrontar sus miedos, su pasado y el encarcelamiento al cual han sometido sus sentimientos.
La aparicion de un inesperado adversario pondra en riesgo a sus seres amados y en peligro la liberacion de su pueblo, enfrentandola a un descubrimiento aun mas oscuro, que cambiara todo lo que hasta ese momento creia, guiandola al lugar mas sombrio de su corazon. -
Palabras de otro lado de Alonso Cueto
https://gigalibros.com/palabras-de-otro-lado.htmlAurora es una joven abogada de treinta anos que vive en Lima. Es una profesional exitosa y lleva una vida apacible. En el inicio de esta novela, luego del secreto que le revela su madre en su lecho de muerte, se encuentra sin embargo frente a un abismo. Descubre que su padre es un espanol que vive en Madrid y, despues de algunas dudas, decide viajar a buscarlo. A lo largo de la busqueda en una ciudad que recien conoce, va a toparse con una serie de personajes. Carlos, Nuria, Paco, Luis y otros van a acompanarla en una jornada de revelaciones personales y sustituciones del pasado.
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Un amor de emergencia de Aitor Ferrer
https://gigalibros.com/un-amor-de-emergencia.htmlCuando conoces a esa persona de la que te enamoras, te hace sentir completo, que todo lo tienes, que sereis felices para siempre, que, como dicen en los cuentos, comereis perdices, y llegado el momento de afianzar la relacion lo haces. Te lanzas a la piscina, compras el anillo mas bonito que has visto en tu vida, te arrodillas despues de una cena en plan sorpresa y haces la pregunta que cambiara tu vida y la de esa persona, para siempre. --Celia. ?Quieres casarte conmigo? Esa, esa fue la pregunta que, cuando tenia treinta y un anos, cambio mi vida. Celia y yo nos casamos un ano despues, con la ilusion de sabernos enamorados el uno del otro, con el amor flotando en el aire y las ganas de formar una familia. Eso, al menos, es lo que yo pensaba. Siempre nos habia ido bien, desde que nos conocimos ya no pudimos volver a separarnos, en palabras de nuestros amigos, eramos la pareja mas envidiada del grupo. La boda fue preciosa, la luna de miel donde ella siempre habia sonado, Holanda, la casa que compramos, la de sus suenos... Todo era idilico, aquello que imagine cuando me decidi, despues de algun tiempo juntos, era lo que queria. Y a ella, a Celia la amaba como nunca antes habia hecho y, si soy sincero, como nunca hare. Si, la amaba, porque, cuando supe lo que me ocultaba, el golpe que recibi fue tan grande que deje de hacerlo. Vale, nadie deja de amar a otra persona de la noche a la manana, por mucho que lo intentes, pero con el paso de los dias, ese amor quedo en el rincon en el que ella lo dejo mucho antes, puesto que yo la quise hasta el ultimo momento que estuvimos juntos. Llevo anos ejerciendo como medico de urgencias y aquella noche sali de mi turno antes de tiempo. Cuando llegaba a nuestra casa, no me podia creer lo que veia. Mi mujer, mi Celia, una calle antes, besandose con otro, apoyados en un coche. Ni que decir tiene que no llegue a casa, no en ese momento. Me fui al piso de un companero que, por aquel entonces, vivia cerca de donde trabajabamos, tenia copia de sus llaves porque solia quedarme alli cuando acababamos un turno y habia que hacer otro de seguido. Esa noche necesitaba estar solo y pensar que era lo que podria haber pasado entre mi mujer y yo, para que estuviera con otro. A dia de hoy, esa pregunta me la sigo haciendo. Seis anos de casados a la basura y otros tantos de novios, porque decidio dejarme por ese hombre, que resulto ser un companero del banco donde trabajaba. Creia que ella era el gran amor de mi vida, la mujer con la que formaria una familia y llegariamos a ser un par de ancianos rodeados de nietos. Que ilusa puede llegar a ser la gente por amor. Cuando nos divorciamos me compre una casa, fue en ese momento y no antes, cuando comence a asimilarlo todo y empezar a sobrellevarlo. Me gusto la casa en cuanto la vi, era adosada y con un pequeno jardin donde podria disfrutar de una de mis pasiones, los libros, y garaje. Pero no me vine solo, mi hermana Judith, una psicologa diez anos menor que yo, se compro la casa de al lado, pasando a ser mi vecina, asi que vivimos puerta con puerta. Cuando le ensene la casa que iba a comprar, ella se enamoro y dijo que queria otra, asi que nos lanzamos a la aventura los dos, de ese modo no me sentiria tan solo, siendo realista. Y es que, Judith, ademas de mi hermana, siempre ha sido mi mejor amiga, a pesar de la diferencia de edad. Podriamos haber seguido viviendo con Lidia, nuestra madre, puesto que ella estaba sola desde que murio nuestro padre cuando nosotros eramos pequenos, pero tanto Judith como yo, queriamos esa independencia y no darle disgustos ni quebraderos de cabeza, no mas de los necesarios. Ademas, mi madre tiene su vida, sus amistades y esos viajes que planean y visitan lo que quieren. Con la pension que le quedo de nuestro padre, que era juez, se mantiene y vive bien, eso si, desde que nos compramos la casa, solemos cenar todos juntos alguna noche en casa de mi hermana o en la mia, y ella se queda en la que toque a dormir, nos echa de menos y es normal, siempre seremos sus polluelos. Hacia dos anos de aquello, de la separacion de mi mujer, esa a la que tanto quise y por la que di siempre mi vida. Con ella lo tenia todo, lo queria todo y sabia que me costaria volver a sentir una conexion tan fuerte como la que tuve con ella. Mi hermana solia preguntarme si me dolia pensar en mi ex mujer. Claro que dolia. Habian sido muchos anos juntos, anos en los que lo ultimo que sentia al acostarme eran sus labios sobre los mios con ese beso de buenas noches que, durante semanas, tal vez meses, tanto extrane. Dolia, porque nunca habia concebido una sola manana sin ella a mi lado, sin nuestros desayunos entre risas, quedar para comer cuando yo no tenia turno, pasar un sabado en el centro comercial de tiendas, en el cine o cenando en nuestro restaurante favorito, ese en el que le pedi matrimonio y al que no volvi a ir tras el divorcio. Y, dolia, porque cuando supe que aquello era real, que la habia perdido sin saber por que, decidi que era hora de dejar todo atras, todo lo que me recordara a ella, y hasta cambie mis cuentas a otro banco. El simple hecho de ir por alli y verla a ella, o a los dos, era insoportable. Habian pasado dos anos de mi divorcio, dos anos en los que mi madre y mi hermana fueron mis pilares, esos que me sostenian cuando ni yo mismo me soportaba. Fueron ellas las que me levantaban el animo y me obligaban a salir, las que dejaban todo por mi, sus noches de cenas con amigas, sus viajes, sus dias libres. Todo. Dos anos, quien lo diria cuando a mi me parecia que apenas hubieran pasado unos meses. Pero estaba superado, de eso no me cabia la menor duda, el dolor de la perdida se acabo, igual que para ella se acabo aquel amor que una vez sintio por mi. En este tiempo habia conseguido recomponerme y me dedicaba en cuerpo y alma a mi trabajo, a hacer aquello que siempre quise, ser medico. Tal vez haya quien pueda decir que soy un sensiblero, que no es de hombres llorar. Pero, ?acaso no tenemos los hombres tambien un corazon que bombea y late? Por supuesto que si, y es ese, el corazon de toda persona, el que mas sufre el dolor de saber que se ha amado a alguien con toda la fuerza de uno, y mil latidos, y descubre que, para la otra parte, ese sentimiento se acabo, en el tiempo exacto que dura el aleteo de una mariposa. Como he dicho, una de mis pasiones son los libros, la otra es el cine, y en lo que respecta al amor, esta es una de las mayores verdades que he leido nunca: <
> Capitulo 1 --Mujer, treinta y cuatro anos, accidente de coche, no responde a los estimulos, pero tiene las constantes vitales estables. --Vamos para quirofano --dije, mientras pedia a otro companero que avisara a mi equipo. Traumatismo craneoencefalico, un brazo roto, pero lo peor era el golpe en la cabeza que la mantenia inconsciente. Una vez que se le trato todo, se la llevaron para cuidados intensivos, asi que mande a que localizaran a su familia, tenian sus datos, se llamaba Ruth. La manana se me paso volando y cuando me di cuenta ya era la hora de irme, era lo que tenia trabajar en urgencias, que no parabas, ademas, yo era el jefe con lo cual era hacer de todo, menos estar cruzado de brazos. Sali de alli y me dirigi a ver a mi vecina, o sea, a mi hermana, habia salido temprano de trabajar y me dijo que estaba preparando un buen pescado al horno, asi que no me pude resistir. --Hermano, te juro que hoy por poco me da un soponcio. --?Que te paso? --Me vino a la consulta Pedro. --?Tu ex? --Ese mismo... --Volteo los ojos. --?Y que queria? --Una sesion --solto una carcajada. --?No me digas? --Asi mismo, total que le di una cita para la semana que viene en la que me contara sus penas, por lo visto su novia lo dejo, asi que me toca hacer de hombro donde llorar. --Madre mia, para lo que hemos quedado. --Yo, ni que tu lo tuvieras que atender --reia. --Tambien es verdad. --?Y tu dia que tal? --Pues mira, lo mismo de siempre, accidentes, colicos y demas. --!Viva la monotonia! --exclamo y me saco una risa. Descorche una de las botellas de vino blanco que tenia mi hermana, en una especie de bodega en el cuarto de la despensa de la cocina, yo tenia otra y tampoco me faltaban, en eso habiamos salido iguales. Tras una comida y una sobremesa en la que no falto nuestras charlas literarias, me fui para mi casa a descansar un rato, estaba agotado, necesitaba mi horita de sofa y desconexion del mundo. Y eso era vida... La tarde tambien se me paso en un abrir y cerrar de ojos, entre la siesta, salir a correr, ducha, cena y leer, cuando me di cuenta ya estaba roncando. Como cada manana me tome un cafe antes de salir para urgencias, mi turno era de ocho a tres de lunes a viernes, por lo que los fines de semana eran mios, aquellos en los que la tranquilidad volvia a mi vida. Llegue y pase consulta a los de cuidados intensivos. --Tenemos un problema con esa chica --me hizo un gesto, senalando a Ruth, la chica del accidente. --?Que pasa? --Desperto a media madrugada y dice que se quiere ir, pero no se acuerda ni de su nombre y a los familiares no se los ha localizado. --Dejamela a mi. Me despedi del companero del otro turno y me dirigi hacia ella. -
Agua de Claudio Hernandez
https://gigalibros.com/agua.htmlSiempre, en alguna parte, debia brillar el sol; pero en Chamberlate, una amorfa cara opaca parecia sonreir desde lo alto del cielo mas negro que el culo de una marmota. La mezquina luz lamia el cementerio, con sus estacas incluidas, y los Fresnos que lo rodeaban en unos bosques realmente frondosos extendian sus copas como refugios a las almas perdidas de su interior, igual que a los cuervos. Sean tenia puesta la gabardina de color beis que le llegaba hasta las punteras de sus zapatos. Estaban tan desgastados que, ahora, empezaban a brillar mas que el mezquino destello de la que venia despues del astro rey. Un puro humeante como la chimenea de un vapor hacia las delicias en los pulmones de Sean, un anciano retirado que habia sido detective, pero que narices, el pensaba que todavia lo era. ?Por que no? Se enjuago la boca con gran cantidad de saliva y escupio un enorme chorro de espesa mucosa sobre una lapida. La cruz, que parecia un espantapajaros, con los brazos extendidos y laxos sobre una superficie llena de vacio, ignoro tal guarrada. Y, con todo eso, la cosa no habia hecho mas empezar para Sean Rickman (apodado y conocido como Coningan). Apoyando su barbilla poblada de una barba gris, como las cenizas, sobre una de sus manos, concretamente la derecha; clavo la mirada en otra de las tumbas y penso como se encontraria el fiambre alla abajo, es decir, bajo tierra. Se inclino en creer que simplemente dejaba pasar el tiempo mientras el cuerpo se descomponia en medio de guturales ruidos, grunidos ignorados y flatulencias repentinas. Y penso en el. El asesino. Entonces, de repente, el cielo tosio un par de veces haciendo estremecer la tierra bajo sus pies, y, al mismo tiempo, solto un graznido como un perro cabreado. La lluvia, una de las mas intensas de aquel jodido otono del 99, en Chamberlate, habia retomado de nuevo su proyecto para repiquetear el suelo y todo lo que habia sobre el, con sus grandes gotas, al ritmo de decenas de pajaros carpinteros. Sean Rickman levanto ahora la mirada hacia el cielo y dijo: --Mierda. Sabia por que. 2 Locos los hay en todas partes del mundo, pero como David Harring no lo habia. Sus ojos oscuros parecian proyectar una luz disciplinariamente roja, pero era frialdad lo que arrojaban, como destellos oscuros, si, era eso. Una mirada profunda. Traumatizada y perturbadora. Inquietando incluso para las miradas perdidas o aviesas de aquellos que estaba encerrados en un psiquiatrico. Su camisa de fuerza era ella: Melissa Harring, de soltera Aarons. Y para nada hacian pensar que era del estado de Maine: ni por sus nombres, ni por sus costumbres. Solo eran forasteros, y su acento dejaba loable el deseo de pertenecer a un pueblo tranquilo. Su acento estaba lejos de ser sureno. Todas las noches, cuando el astro rey se estrellaba en los picos de las montanas rocosas desangrAndose, levantaba el pie derecho y lo apoyaba sobre un taburete cojo de una pata. El jodido perro, es decir, Dan, lo habia mordisqueado como a un hueso. Entonces dejaba que el palillo correteara por toda la cantera de los dientes mientras se mesaba la barba rala. Profundamente relajado, pensaba en lo bien que lo hacia. Como la amaba y que polvo iba a echar esa noche, quisiera Melissa o no. Era una rata de alcantarilla. O peor aun: Una mierda aplastada por las botas sucias del sheriff del condado. Que, a decir verdad, era un borracho embaucado por las deudas del juego y la escoria de Chamberlate. Tan corrupto como los politicos del mundo. Solo que el era ignorado. Pero ?por que todos los hijos de puta -- bueno, los cabrones-- tenian tanta suerte de ocupar puestos tan ostentosos? David era uno de ellos. Abogado de profesion habia dejado atras los problemas de sus clientes --mayoritariamente lunaticos y obsesionados con las leyes-- para cambiar su vida por completo. Menos el de seguir siendo el mas capullo del mundo, pero eso tenia diferentes connotaciones. Cabron, perturbado, celoso patologico, asesino… Todo se quedaba corto cuando estaba frente a ella. Y su capacidad para ser tan amable como un mayordomo ante las estupidas sonrisas de los testigos de Jehova, no hacia que Melissa pensara lo contrario de el. Hijo de la gran puta. Y Dan empezo a ladrar al sol que habia dejado el rastro sangriento a la deriva. 3 Habia un loco suelto y Sean lo sabia. Cada atardecer, como una esposa en pena, acudia a visitar el cementerio bajo una manta de agua. Tosia como un descosido y se encendia un enorme puro que lo sacaba de ese estado penoso a su edad. Rondaba los setenta anos y ya habia decidido parar de contar los cumpleanos. A partir de cierta edad, los huesos sonaban como unas piedras en el interior de una bolsa y los dolores reumaticos se extendian hasta la polla. Ademas, habia descubierto que los huevos crecian sobremanera a partir de los sesenta. Sin mujer ni hijos, ni trabajo a que dedicarse mas que aplastar cucarachas con un cuarenta y dos de pie: tenia la impresion de que el asesino no se retorcia como un gusano en ningun lugar de ese cementerio, que era visitado por un oscuro gato dando por culo con sus maullidos desgarrados. Sean lo miraba con cierta incomprension y bajaba la vista. El jodido gato siempre estaba en lo alto de una de aquellas cruces que miraban a un cielo tan zozobrante como un mar embravecido. Despues el gato saltaba al suelo y se hundia en el lodo. Sean Rickman, ajeno a los poderes mentales de algunos perturbados que pasaron por Castle o Boad, o incluso Derry, estaba mas tieso que una estaca en el cementerio. Astillada y sin vida, bueno, ninguna estaca tiene vida, pero las habia que brillaban cuando salia el sol, y ese otono no habria mas sol que una lampara en lo alto de su cabello de color cobrizo. Era su cabello natural que, al contrario que la barba, no conocia mas ceniza que la de una chimenea muerta en el interior de una casa de una familia que no tenia ni lena para calentarse. Camino hasta la cripta. Solo habia una y se detuvo a dos metros mientras el humo del puro se arremolinaba alrededor de su cabeza con la intencion de arrancarsela y elevarla al aire. Sus dedos rollizos tiraban del puro, que se despegaba de sus labios secos, y entonces movia el cuello como queriendo hacer un circulo, aunque le crujian las cervicales como las bielas de un motor viejo. --Maldito seas. Se que no estas aqui --murmuro entre el ruido de la lluvia. En lo alto de todo, algo ilumino el cielo y la tierra, pero despues no sucedio nada mas. El detective retirado se quedo con las ganas de sentir el atronador ruido como una de las bombas del Vietnam. El gato le respondio. Pero el asesino no. 4 --Hoy no tengo ensalada --dijo Melissa con cierto temblor en su voz, la cual formaba un vibrato que se paseaba por la cocina como un chorro de aire lleno de obstaculos. --?Y que se supone debo cenar esta noche? --pregunto arrogante David. Le clavo la mirada como dos chinchetas. Ella estaba apoyada en el fregadero. Su tez era palida y el estaba sentado en la silla, con los brazos laxos sobre la mesa rugosa. Ella cabeceo un instante. El repentino dolor del miedo la sobrecogio. --Ya sabes que hoy no hemos bajado al pueblo y… De pronto, un puno cerrado quiso agujerear la tabla de la mesa, y los ojos de ella casi saltan de sus cuencas para botar como bolas en el suelo. Los dientes de el estaban rechinando de tanto que los apretaba. --!?Acaso no tenemos huerto?! --grito mientras permanecia encorvado como un buitre al borde de la mesa. Le dolia el puno, es decir, el canto de la mano. Los cubiertos habian saltado como unas ranas plateadas, pero seguian sobre la dichosa mesa. --No he… podido... recoger nada --termino de decir ella, visiblemente asustada. El miedo se cruzo de nuevo delante de sus ojos y, bajo sus tetas --bueno, bajo su pecho-- aquello golpeo el esternon. Su corazon. --!Estas temblando! ?Por que? ?Te han hablado de mi esas pellejas? --Su mirada acusadora evoco la puerta y parecio verlas a traves de ella. Eran dos amigas, entre comillas, para un monstruo como el. Solo tenia cuarenta y dos anos, era de estatura alta, atletico y guapo, pero por dentro bombeaba petroleo en lugar de sangre. Hasta los demonios huian de el. Ella no pudo responder. No, al menos, de inmediato. --Me ayudan… --!Callate! --El golpe, esta vez, fue con la palma de la mano abierta, que sono tan fuerte que parecia que se le iban a salir todos los dedos como lapices. Su profunda mirada le mostraba el monstruo que nunca habia estado dormido y que habitaba en el. Incluso cuando usaba la cosmetica de su mujer, para ver a un payaso reflejado en un espejo que acusaba con romperse en mil pedazos en un vomito repentino. Si, David hacia eso cuando ella no estaba en casa. 5 La insignia de policia relucia de manera imponente sobre su pecho, pero no era asi siempre. Burt no era el tipo de agente que se las daba de algo que no podia ser competente. De modo que siempre tenia la jodida insignia guardada en algun bolsillo del pantalon. Junto a la funda cerrada del revolver. A la gente del pueblo le importaba un bledo que la llevara brillando bajo su hombro. Todos sabian quien era el. Incluso Sean, el viejo detective. Burt decia que el pueblo no se dedicaba a hacer insignias ni tampoco a rozarlas con sus miradas de desacuerdo. En realidad pensaba que a todos se la inflaban si la tenia o no. Pero por supuesto que todo el mundo en Chamberlate sabia quien era el. Su ayudante Harris tambien tenia una, y por supuesto que este si la llevaba clavada en su pecho. En su piel, y los dientes le brillaban junto a la insignia. Eso solo cuando hacia sol en el mes de junio, julio y el punetero agosto, en el que los lagartos sacaban sus rosadas lenguas en las canteras. Harris no comprendia la decision de Burt de llevarla en la billetera o junto a las llaves de casa. Era algo que el hombre de la ley jamas habia podido entender. Claro que en el pueblo todo el mundo sabia que el era el agente. El mas borracho de todo el estado de Maine, pero habia que tener en cuenta la tradicion centenaria, desde que los indios MickMac desaparecieran de alli. Pero habia que tener en cuenta la responsabilidad y la seriedad. Cuando se estaba al servicio de la ley, habia que pensar en esas cosas y en las tetas de la vecina de enfrente. Harris pensaba frecuentemente en ellas, es decir, en las cosas de la ley, aunque solo podia ser agente con dedicacion parcial, dado que casi todo el tiempo Burt estaba resoplando en el viejo sofa de su casa. Y asi fue como unos degenerados mentales construyeron un lago de sangre en el pasado, que, visto lo visto, parecia no haber acabado todavia. Si, ahora habia detectives. Y lo sabia. Mejor. 6 Pero Sean era el protagonista, porque no dejaba de pensar en el asesino que se ocultaba en el silencioso cementerio, que, a su vez, sonaba como miles de exhalaciones de todos los que reposaban panza arriba. No tenia sombrero y ni falta que le hacia. Su cabello mojado era ahora una plaga de algas sobre su cabeza y las gotas se columpiaban en su menton, agarradas en el pelo de la barba. Sus ojos mantenian aviesamente la mirada sobre aquellas tumbas, dia tras dia, mientras recordaba. El jodido gato aparecia maullando todos los malditos dias, y eso le cabreaba de forma lenta y oficiosa, hasta estar a punto de gritarle, pero no lo hacia. Todo su temple era un abedul esperando que el tiempo pasara ante sus ojos…, bueno, sus hojas verdes. --Te llevaste a todas esas pobres chicas a la tumba de la forma mas asquerosa que pueda emanarse de un monstruo como tu. Eras algo horrible. Una especie de locura a la que cualquier autoridad no se puede enfrentar. Ni siquiera un maldito psiquiatra, con sus gafas de empollon sujetandose con cierto malabarismo en su descendente curva de la nariz. Claro que no. Te condenaron a la cadena perpetua y, despues, a la muerte. No vi tus cenizas, cabron, pero eso es porque no te metieron por el culo todo aquel fuego, cabron. Se que no estas aqui tampoco; pero, como soy un idiota, vengo cada dia por si veo una bota tuya en medio de un charco de agua. Que jodido eres. A veces creo que yo mismo me estoy volviendo loco. ?Lo sabias? La edad me sienta fatal. ?Por que no me contestas ya de una punetera vez? El detective abrio mas los ojos y clavo su fria mirada en el gato que cada dia parecia mas negro. Sus ojos verduzcos brillaron en aquel atardecer de lluvia intensa, y mostro sus afilados colmillos cuando maullo de forma aguda. Sean sonrio con la menor intensidad del mundo, tanto, que su rostro no lo reflejo. Y se sintio un verdadero capullo cuando supo que le estaba hablando al gato. Si, al jodido gato. Y, mientras tanto, seguia lloviendo con tal intensidad que el cementerio parecia ya un lago con las cupulas de los edificios asomando en el agua, como cabezas humanas que se iban a ahogar. 7 Melissa se encontraba ajetreada con los platos sucios de la cena de esa noche. El ruido era ensordecedor y a veces golpeaba la vajilla de porcelana contra el metal del fregador para descargar la ansiedad que el comportamiento de David le generaba. Habian pasado los primeros dias idilicos en la nueva casa de la colina. Si, esa que estaba en lo mas alto de la misma y desde donde se podia divisar la carretera polvorienta --ahora llena de lodo-- que llevaba al centro del pueblo tras una serpentina brillante. Y por mas que golpeaba y pensaba, no conseguia encontrar un solo pedazo de carino en el. Era puro odio y un enfermo mental, enajenado por las psicopatias de las manias, los celos y las peculiaridades. --Maldito seas --mascullaba mientras sus hermosos labios se arrugaban como una cuerda enrollada. Su cabello rubio le cubria los hombros, y las puntas le llegaban a la parte mas baja de la espalda. Normalmente solia tenerlo atado con una goma elastica que chillaba cada vez que se tensaba, pero esa noche no. Lo tenia suelto y, de espaldas, cualquier hombre la veria hermosa aunque sus manos se movieran como remos al ritmo de los tambores de guerra. Su corazon estaba convulsionado y sabia que… Arriba, en la habitacion, su marido estaria haciendo algo extrano. No para el, sino para ella. Si hubiera subido las escaleras de puntillas, le habria visto pintarse los labios de rojo, de forma sutil, y, despues, apretando con un poco mas de fuerza la barra de labios, mientras decia: eres preciosa, Keti. Y en eso estaba. 8 --La maldita lluvia me tiene hasta los huevos, Forrest. Me duele hasta eso. --Se senalo la entrepierna de un pantalon vaquero, tan gris como su cabello. Estaba sentado en lo alto de un taburete que podria ser un atril perfectamente y ser el reverendo repartiendo ostias a sus feligreses.
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El chico que dibujaba constelaciones de Alice Kellen
https://gigalibros.com/el-chico-que-dibujaba-constelaciones.htmlEsta es una historia de amor, de suenos y de vida. La de Valentina. La chica que no sabia que tenia el mundo a sus pies, la que crecio y empezo a pensar en imposibles. La que cazaba estrellas, la que anhelaba mas, la que tropezo con el. Con Gabriel. El chico que dibujaba constelaciones, el valiente e idealista, el que confio en las palabras <
>, y creo los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo que fueron y los recuerdos que se convertiran en polvo. -
SIETE ROSAS Y UN CLAVEL, R. Ogalla de R. Ogalla
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https://gigalibros.com/amigo-imaginario.htmlKate Reese es una madre soltera que escapa de una relacion de abuso para empezar desde cero en el pueblo Mill Grove, junto a su hijo de siete anos, Christopher. Pero Mill Grove no resulta ser ese lugar seguro que cree: Christopher desaparece en un bosque cercano, donde hace cincuenta anos tuvo lugar otra desaparicion similar de un nino que nunca fue resuelta.
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Sin aliento (Sin compasion 3) de W. Winters
https://gigalibros.com/sin-aliento-sin-compasion-3.htmlH 1 . C A RT E R a pasado mucho tiempo desde que alguien intento matarme en mi propia casa. Nadie se habia atrevido a hacerlo. Y aun mas tiempo desde que alguien me apunto con un arma y vivio para contarlo. Apenas puedo escuchar debido al zumbido en mis oidos. He esperado este momento, pero no es asi como pense que seria. Ella me ama, me recuerdo. Ella me ama, joder. Se que es asi. La cara de Aria esta sonrojada y su mano tiembla mientras lucha por mantener firme el arma. Doy un paso hacia ella y ella prepara el gatillo. El clic resuena en las paredes. Si quedaba algo de corazon en mi pecho, se acaba de pulverizar, los pequenos fragmentos disparan oleadas de dolor a traves de mi cuerpo. La sonrisa enfermiza en mi rostro se desvanece incluso mientras lucho por mantenerla en su lugar, concentrandome en esos hermosos ojos color avellana. Ojos que me atrajeron hacia ella, que me suplicaron piedad, que me hicieron sentir mas de lo que he sentido en anos. Ojos que me enganaron. --Suelta tus armas --exige Aria, su voz temblorosa pero clara y fuerte independientemente. Es una jodida locura que en este momento me parezca absolutamente hermosa. Asi de fuerte, esta en su momento en el que se ve mas hermosa. --!Sueltalas! --ella grita con mas fuerza y el arma vacila. Es obvio que nunca ha tenido una antes, o al menos, nunca ha disparado. Sin embargo, me esta apuntando con ella. Podria disparar accidentalmente, y matarme. ?Se arrepentiria? Cuestiono y siento un fuerte tiron en el pecho. Un pozo de emocion amenaza con romper mi compostura. Cada centimetro de mi piel esta entumecido mientras miro el canon de la pistola, sintiendo que todo se desmorona a mi alrededor. Frente al enemigo. Delante de mis hermanos. En frente de ella. --?Carter? --Escucho a Jase sin verlo, preguntandole si deben escucharla o no. Dos de mis hermanos, Jase y Declan, estan detras de mi con pistolas apuntando a tres hombres arrodillados en el suelo. Dos de ellos son sus primos y el tercer hombre es su antiguo amante y amigo. El nombre por el que oro mientras ella estaba en la celda, el unico nombre que estoy cansado de escucharla pronunciar. Los tres son hombres que querian matarnos hace solo unos momentos. Hombres a los que Aria esta protegiendo y dispuestos a matarme para salvarlos. Esos jodidos fragmentos cavan mas profundamente en cualquier herida que me hayan abierto en el pecho. Tragando el nudo en mi garganta junto con la angustia que estoy sintiendo, respondo a Jase, aunque no aparto la mirada de Aria. --Sueltenlas. --Al instante, el alivio se muestra en el rostro de Aria, e incluso relaja el agarre del arma hasta que agrego--: Pero no dejes que esos cabrones las tengan. Nadie tiene un arma-- trago saliva y agrego, forzando una sonrisa en mi rostro, --excepto Aria. El control todavia esta en mi demanda. Me escucharan, todos los que valen un carajo en este lugar lo haran... pero a medida que pasa el tiempo, puedo sentir que se me escapa. Solo puedo imaginar lo que piensa su familia, pero es lo que mis hermanos estan viendo lo que me destroza. Saben que la amo. Y ahora la estan viendo traicionarnos a todos. --Dejalos ir --Aria ordena en un tono mas debil, lleno de una suplica. Visiblemente tragando, finalmente rompe mi mirada para mirarlos. Su asombrada y brusca inhalacion a lo que ella ve me destruye. Su misericordia y compasion por ellos son repugnantes. Ellos vinieron a matarme. Ella sabe eso. Ella podria matarme todavia. La amo. Se que la amo y ese fue mi primer error. La ira aumenta y resuena en mi sangre. Mi cordura finalmente vuelve a mi, endureciendome y recordandome quien soy y todo por lo que he trabajado. Todo se va a derrumbar. Todo por ella. Hubiera hecho cualquier cosa por ella. --Vamonos. --Escucho la voz de Nikolai, baja y llena de dolor. La sangre todavia esta rojo brillante por la herida de su labio y ya se ha formado un moreton en su rostro. Mis nudillos se ponen blancos mientras mi puno se aprieta. Todo lo que necesito es un momento para descargar cada parte de mi agresion sobre el. Quiero romperle la mandibula por atreverse a decirle esas palabras a mi Aria. Nunca senti la rabia como la siento ahora cuando el la alcanza como si pudiera alejarla de mi. Porque el puede. Porque ella esta dispuesta. --Vete --dice ella, y la voz de Aria es fuerte mientras lo mira. Una vez mas, el arma esta floja en su agarre. No parece darse cuenta de lo suelta que esta la pistola en sus manos. Podria tomarla; Podria arriesgarme. Pero correria el riesgo de ponerla en peligro, y mi mirada cae ante el pensamiento. --Ahora --sisea uno de sus primos, tirando del brazo de Nikolai. La camisa se aprieta alrededor de su cuello mientras tira de la tela. Mirandolo desde mi periferia, estoy disgustado, al igual que Nikolai, a juzgar por su expresion. --Ven con nosotros --insta Nikolai, alzando la voz para ordenarle, pero tambien le suplica, y aparto mi atencion de Aria, mirando al hombre que es Nikolai. Me recuerda al chico que una vez fui. Necio e imprudente. Pero el nunca paso por la mierda que yo lo hice. Fue criado en esta vida, no fue arrojado a ella y obligado a luchar para sobrevivir todos los malditos dias. Sin embargo, el cree que puede llevarsela. --Yo me quedo --dice Aria con autoridad antes de que yo pueda decir algo. Su declaracion hace que Nikolai se estremezca. Un poco de esperanza revolotea en mi pecho. Mi garganta se aprieta y me duele el pecho, sintiendo como si estuviera a punto de abrirse de par en par. Ella se queda. --!No tenemos tiempo para esto! --grita uno de sus primos, mirando alrededor del lugar como si en cualquier momento yo fuera a cambiar de opinion y los fuera a matar a todos. El tendria razon si no fuera por Aria. Ella los quiere. Ella los eligio. --No me ire sin ti --grune Nikolai y acecha a Aria, listo para llevarsela. Esa es mi senal para alcanzar mi arma. Su reunion ha durado bastante y me niego a dejar que el se la lleve. Nadie me la quitara. Nadie. La adrenalina corre por mi sangre, mi respiracion se hace mas pesada mientras mi mandibula se aprieta. El arma esta caliente en mi mano. Mas caliente que nunca. La mia apunta a Nikolai; la de Aria me apunta a mi. Mi voz es profunda y aspera cuando les digo a los tres--: Tienen dos minutos para correr. --Carter --ella dice, suplicando desesperadamente, pero no tiene lugar para negociar y no me queda piedad, ni siquiera por ella. La ignoro, sintiendo que la rabia de lo que ha hecho se filtra en la medula de mis huesos cuando termino de decir--: y luego abriremos fuego. Mis hermanos se mueven lentamente, alcanzando sus armas mientras la expresion de Aria se arruga por el dolor y se balancea hacia la pared, con su nerviosismo evidente. La mandibula de Nikolai esta tensa, sus ojos azul claro brillando con odio. --Ven conmigo --el dice entre dientes y luego le habla a sus aliados--. !Tomenla! Pero corren, dejandolo solo y dejandola atras. --!Ella tuvo su oportunidad! --Uno de los hombres grita detras de el. Sus tenis deportivos chirrian cuando sus pasos golpean el piso recien pulido. Cobardes. Los hombres de Talvery son cobardes. --Aria, por favor --le suplica Nikolai como si eso le rompiera el puto corazon. Que se joda. --Un minuto --digo entre mis dientes y finalmente el me mira. Mi agarre se aprieta en el arma. Un apreton del gatillo y me desharia de el para siempre. Estoy tan cerca de tirar del gatillo, solo para terminar con todo. El me mira a los ojos y desearia que la mirada que le devolviera fuera suficiente para matarlo. --Vete --ella gime. Mirando primero al arma en mi mano y luego a el. --!Sal de aqui! --ella le grita. --Volvere por ti --el le dice como si ella fuera su amor perdido hace mucho tiempo. Espero que el vuelva por ella. Mis fosas nasales se dilatan y me duele el pecho mientras ella jadea por respirar al verlo irse. Vuelve por ella, Nikolai. Vuelve, asi puedo romperte el maldito cuello. Muerdo mi lengua, saboreando el sabor metalico de la sangre en mi boca. Lo matare asi sea lo ultimo que haga. El todavia esta corriendo lejos de ella. Mis unas desafiladas se clavan en mis palmas mientras mis punos se aprietan y la ira y los celos se mezclan en una combinacion mortal. El rojo sangra en mi vision y es todo lo que puedo hacer para no apretar el gatillo mientras sigue sus movimientos. --Queria decirte --solloza Aria mientras el sonido de Nikolai huyendo se desvanece en el pasillo--. No pense... --?Decirme que? --le pregunto. --Que ellos venian --ella dice con un dolor en la voz que coincide con el que se arremolina en sus ojos. Ella se esta rompiendo, apenas respira y puedo ver el arrepentimiento, el remordimiento. Pero solo una cosa me resuena. --?Tu sabias? --la interrogo y siento un escalofrio recorriendo mi cuerpo que se hunde hasta mis huesos. Nunca me amo. Nunca lo hizo. Proteges a los que amas. Siempre. Y ella no me protegio. Fui un maldito tonto y ella no es la mujer que yo pensaba que era. Ella es una maldita mentirosa. --?Realmente los estamos dejando ir? --La pregunta de Declan atraviesa la bruma de la incredulidad y la traicion. --?Tu sabias? --le pregunto de nuevo, mi temperamento regresa. --Yo, yo... --ella tartamudea, su mirada recorriendo mi rostro, el miedo y el dolor hacen que sus ojos color avellana se llenen de lagrimas. Baja su arma, sin atreverse a apuntarme y dejo caer la mia mientras me acerco a ella, cada paso pesado suena mas premonitorio que el anterior. --?Carter? --Declan grita mi nombre, exigiendo una respuesta. Con cada paso mas cerca de ella, da uno en reversa hasta que sus hombros golpean la pared. Guardo mi arma en la funda antes de arrancar la suya de las manos, aunque ella no se opone. --Carter --Declan llama de nuevo, sin importarle que la mujer que yo amo me engano. Ella sabia que venian a matarme, a matarnos a todos, y no hizo nada. --?Los vamos a dejar ir o no? --pregunta Declan. Con una mano apoyada en la pared sobre la cabeza de Aria y la otra sujetando su cadera, la miro a los ojos, ignorando todo lo que me atrae de su mirada. Ya no puede tener eso. Le estoy quitando ese poder. Sintiendo el dominio del odio fluir a traves de mi y queriendo lastimarla como ella me lastima a mi, respondo a Declan con una voz profunda que es apenas audible.
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Un escandalo Tentador entre Dos de Olivia Saint
https://gigalibros.com/un-escandalo-tentador-entre-dos.htmlDos hombres apuestos, una mujer comun, una inocencia por corromper y un corazon para compartir
Emma es una chica comun, estudiante de Economia en la Universidad, toda su vida compartio a su lado de David, su primer amor. Anos mas tarde a punto de casarse con su David otro chico que le producia sensaciones prohibidas vuelve a aparecer en su vida, este multimillonario hara lo que sea para que ella sea suya, pero ?que sucedera con David? ?cual de los dos la hara mas feliz? embarcate en esta historia, donde dos hombres desean a la misma mujer y haran lo que sea por estar con ella, el desenlace te sorprendera, nunca sabes lo que sucedera, hasta que tomas el riesgo y arriesgas por un amor -
Triste Destino El Destino Que Nos Toco de Yume Castro
https://gigalibros.com/triste-destino-el-destino-que-nos-toco.html?Que paso? ?En donde estoy? -me despierto me encuentro tirada en el suelo estoy algo mareada al intentar levantarme me doy cuenta que me encuentro atada. ?Que significa esto? ?Que rallos pasa? No ultimo que recuerdo es que estaba con mis amigas bailando !haaaa! no recuerdo nada mas. -lucho para poder soltar las cuerdas que sujetan mis manos y pies con mucho esfuerzo logro sentarme y llevo la cuerda que ata mis manos a mi boca para tratar de soltarla y sin percatarme que no me encuentra sola en la aquella habitacion. -de pronto escucho un sonido que llama mi atencion. -Observo en silencio y digo: ?Quien esta hay? ?Ya despertaste?-me responde alguien desde la oscuridad en un pequeno susurro. ?Quien es? ?Quien esta hay? Suuuuuu !silencio no grites nos pueden oir! Me llamo Laura y tu. ?Como te llamas? Me llamo marcela. -?Que sucede? ?Porque estamos aqui? ?Quien nos tiene aqui? – No lo se?. Yo desperte aqui al igual que tu y ellos me han tenido aqui encerrada desde entonces – ?Ello? ?Quienes son ellos? -Los hombres que nos trajeron y nos tienen encerradas a las dos aqui – ?Pero por que nosotras? ?Que quieren de nosotras? -!No se yo tambien quisiera saber!- le responde Laura -!Escucha! Parece que se acerca alguien silencio. Dice marcela Mi corazon late tan fuerte que parece que fuera a salirse de mi pecho tengo tanto miedo; que siento que mi cuerpo se paraliza. Escucho pasos que se acercan poco a poco Estan abriendo la puerta! ?Quien es? No logro verle bien la luz de afuera me siega -Y ?Como estan nuestras invitadas? No vallan a intentar nada estupido pues estan bien custodiadas ja ja ja dice elsecuestrador Aqui esta su exquisita comida espero sea de su agrado. – ?Quien eres? ?Por que nos tienes aqui? Le pregunto a ese sujeto -Ja ja tu solo preocupate por comer porque si te enfermas no me servirias para nada voy a soltarles las manos para que puedan comer y ya saben si quieren seguir vivas es mejor que se porten bien. -Senor se lo suplico por favor sueltenos no nos haga dano si nos deja ir no se lo diremos a nadie. Le suplica Laura -Ja ja ja ja tu si que me haces reir, de verdad crees que te soltare. Despues que nos tomanos el trabajo de traerte aqui. Nos dice ese hombre mientras se rie ironicamente – Si es dinero mi papas se lo pueden conseguir solo dejeme llamarlos si por favor. Le digo a ese hombre con esperanza que nos deje ir. -Te equivocas no es el estupido dinero de tus papis el que quiero hay alguien que me pagara mas por ustedes mucho mas solo tengo que traer a otra chica mas y estaremos listos para irnos. – ?Otra persona que persona? ?Por favor digame? Mis padres le pueden conseguir le el dinero solo digame Sueltame sueltame sueltame !Por favor no quiero estar aqui! -Por mas que suplique solo se dio vuelta y se marcho Solo veo como se cierra la puerta frente a mi si poder hacer nada. Laura me dice – ?Que vamos hacer ? Tengo mucho miedo que nos iran hacer porque tenia que pasarme esto, yo no le echo nada a nadie ?Por que? Lo cual yo le respondo que por ahora lo unico que podemos hacer es comer como el dijo – ?como puedes comer? !Es que no te das cuenta lo que esta pasando! Me responde Laura molesta – claro que me doy cuenta pero necesitamos tener fuerzas para escapar no crees! Si no comemos nos vamos a debilitar y por eso tienes que comer. Le respondo tratando de tranquilizarla pues ella esta algo exaltada. si tienes razon y dime ya pensaste la manera de escapar de aqui. Me pregunta Laura -!no! Pero estoy segura que conseguiremos escapar de aqui tenemos que escapar. -si tienes razon ?pero no tienes miedo que le hayan echado algo a la comida? – no lo creo, pues ese hombre dijo que nos necesitaban sanas. -Y dime ?de donde eres? - le pregunto a Laura mientras comemos -Yo vivo en los apartamentos que se llaman las colinas cerca del puente que queda cerca de la avenida ?sabes donde es? – si creo saber donde queda, y ?vives sola? -no. - vivo con mis abuelos mis padres murieron en un accidente cuando yo era pequena eso me dijeron mis abuelos la verdad es que yo no me acuerdos de ellos. Solo se lo que mis abuelos me cuentan de ellos. – lo siento mucho – no tranquila eso ya paso ase mucho y ?tu? – yo vivo con mis padres al sur del centro ja que ironia sali de casa molesta con mis papas porque yo queria que me dejaran tranquila queria salir con mis amigas sin que ellos me molestaran yo les decia que estaban paranoicos porque siempre pensaban que mi iba a pasar algo por estar afuera asta tan tarde ja ahora mirame aqui. -despues de esas ultimas palabras hubo un silencio Laura y yo solo seguimos comiendo en silencio.
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El arte de perder el control de Jules Evans
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https://gigalibros.com/los-cadaveres-no-suenan-la-segunda-novela-policiaca-del-agente-del-fbi-ethan-bush.htmlSi te apasionaste con ‘Los Crimenes Azules’ volveras a disfrutar con LOS CADAVERES NO SUENAN. Una novela policiaca que esta fascinando a los amantes del genero.
ENRIQUE LASO regresa con la segunda entrega de la serie de novela negra protagonizada por el agente de la UAC Ethan Bush, impulsado por el exito mundial tanto de ventas como de critica de ‘Los Crimenes Azules’ (ya traducida a 6 idiomas, los derechos cinematograficos comprometidos con Hollywood y con mas de 350.000 copias vendidas)
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Cazadora de hadas, Jennifer L. Armentrout de Jennifer L. Armentrout
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Para no olvidarte de Viki Tapada
https://gigalibros.com/para-no-olvidarte.htmlEra pleno verano. En la noche se oian a los grillos cantar con todo el enfasis con que podian hacerlo. Aquella noche Laura no habia podido dormir casi nada y lo poco que habia dormido lo habia hecho a ratitos y mal. El sudor hacia de las sabanas una pegajosa masa de tela que no podia quitarse de la piel. El estridente canto de los grillos habia hecho de aquella jadeante noche bastante movida, llenas de pesadillas y malos pensamientos. Amanecio la manana con un gran sol. Los restos de la noche pasada se reflejaban en el rostro de Laura, pero habia llegado la hora de levantarse. Aun no habian terminado las clases, aunque faltaban pocos dias. Ya se sabe que los ultimos dias de clase son los mas desesperantes pues parece que nunca llega el final. Se levanto como siempre. La cabellera morena y larga se asemejaba a un revoltijo de pelo en el que se habian puesto todos de acuerdo para hacerla parecer una leona. Unas ojeras hasta los pies y arrastrando el cuerpo con poco garbo. Laura inmediatamente se dirigio al cuarto de Marcos y desperto a su hermano. --Marcos, despierta, que ya es hora. Vamos a llegar tarde, levantate… !Ya! --!Vale! Podrias gritar menos, ?y mama? --Esta dormida. Ahora voy a despertarla. !Tu vistete, desayuna y despierta a Ines…! --Siempre me toca lo peor a mi. Ines no se despierta conmigo, solo se despierta con mama... --suspiro con cara de pocos amigos. Laura se dirigio a la habitacion de su madre, descalza y de puntillas…. --!Mama! !Despierta! Que llegamos tarde, ya son las ocho. !Vamos, Mama! --le susurro en el oido suavemente. Laura paro por un momento y se quedo observandola. En un gesto inconsciente de querer grabar su serenidad en su mente. Empezo a menearla. Primero con suavidad, al no conseguirlo insistio con mas fuerza a ver si conseguia despertar de una vez a su madre. Pero no habia manera. Un brazo se quedo colgando fuera de la cama. De repente, al tocarla, sintio un escalofrio por todo el cuerpo. Su madre estaba completamente helada. El cuerpo lo tenia rigido. Laura empezo a ponerse muy nerviosa. No sabia que hacer, apoyo su cara sobre el pecho de su madre, pero no oyo los latidos de su corazon. No oyo nada. No podia ser… no, no podia ser eso… se repetia Laura una y otra vez en su interior. La realidad se habia convertido en pura ficcion. Ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado algo asi, a veces la realidad supera con creces a nuestra imaginacion por muy retorcida y siniestra que pueda llegar a ser. Alli estaba Laura, en pie frente a ella, paralizada, en otra dimension, en un escalon que separaba la realidad de sus propias fantasias para no cruzar el crudo hilo de la realidad. Su madre no podia irse de esta manera, pensaba para sus adentros. Tan pronto, no. A los treinta y tres anos era pronto para morir e incluso para ella que habia vivido deprisa, que las amargas experiencias habian marcado aquella vida que hoy se habia truncado por completo. Como hoja de otono barrida por el viento, sin pena ni gloria, sin darse cuenta de su verdadera existencia. Se habia ido con la misma soledad con la que habia nacido, crecido y vivido. Aunque su soledad fue rota por el nacimiento de sus tres hijos: Laura, Marcos e Ines. Sola en una cama inmensamente grande para una persona sola. Sola en el principio, sola al final. En la oscuridad de aquel retraimiento que siempre la habia perseguido alli donde fuese. Laura rogaba a Dios que aquello no fuese verdad. ?Que podia hacer ella? Su hermano estaba a punto de entrar en la habitacion donde se hallaba postrada su madre, pero Laura se lo impidio justo a tiempo: --Marcos, !estate quieto! No entres en el cuarto. Quedate con Ines en la sala. Mira los dibujos que tengo que llamar por telefono. !Anda, vete ya! --exclamo Laura nerviosa y con un maldito nudo en la garganta. --Pero... ?por que? Eres una gorda insoportable. Culona. Solo quiero decirle una cosa a mama... --protesto con genio el nino. --Por favor, por una vez hazme caso, es mejor que te quedes cuidando que Ines no venga, que no entre en el cuarto de mama. Esta durmiendo --imploro Laura. Cerro la puerta del cuarto de su madre, suspiro por haber salvado la situacion y se dirigio corriendo hacia la entrada de la casa, donde estaba situado el telefono. Se sento en el suelo mirando hacia la mesa de madera de color caoba que habia en la entrada, era la tipica de madera, clasica con un poco de carcoma que le daba cierto aire envejecido y un poco desalinado. Cuando se dispuso a coger el telefono entre sus manos, se le resbalaba por el exceso de sudor. Siempre que le asaltaban malos pensamientos, que estaba preocupada y nerviosa, su cuerpo respondia transpirando en exceso. Por una parte, el calor que hacia era insoportable, por otra los nervios la hacian estremecerse en lo mas profundo, perturbando su mente y su cuerpo. Llamo al 061, el telefono de urgencias sanitarias. Sin llorar, casi sin creerse lo que estaba ocurriendo, despues de llamar dos o tres veces, consiguio que le cogieran la llamada, entre los nervios y la tristeza que sentia, logro explicarse a duras penas, entre tartamudeos y lagunas en blanco, se sentia como un nino pequeno intentando explicarse, por desgracia una de las cosas mas normales y corrientes, pero a la vez mas dolorosas. Que su madre habia muerto… en la noche y a escondidas como una nina traviesa se habia marchado dejandola sola, con un gran vacio a cuestas y una insistente pregunta: ?por que a ella? Todo lo que ocurrio a continuacion fue penoso. La separacion de su madre habia sido horrible, el alma se le habia ido muy lejos, pero separarse de sus hermanos, ya era la gota que colmaba el vaso, separarse de esas dos personitas pequenas fue una punalada rastrera y baja del destino. Aunque logico… eran hermanos, si, pero de diferente padre. Sus hermanos tenian el mismo y por lo menos seguirian juntos, seguirian con los mismos amigos y el mismo colegio. Se harian compania juntos en un mismo dolor. Pero ella no. Ella cambiaria todo: la familia, la casa, el pueblo por la ciudad, dejaria a sus amigos de toda la vida. Se sentiria morir. A ratos le daban ataques de furia, culpando a su madre por no estar ahi con ella, como siempre habia sido… otras, le acosaban los remordimientos, pensaba: ?y si hubiera estado mas con ella? ?Y si la hubiera ido a ver por la noche? ?Y si…? ?Y si…? Las pesadillas ahora eran muy reales y no podia quitarselas de encima, estaban dentro de ella y no tenian intencion de salir, se habian acomodado en su corazon. Se alimentaban de sus recuerdos. El cielo azul de aquel dia 19 de junio se habia transformado para ella en una gran losa negra que tapaba sus esperanzas, asi como sus ansias de vivir. Deseaba con todo su ser morirse para reunirse con ella. Llego el dia del funeral. La iglesia aquella que habia sido testigo para ella de los bautizos de sus hermanos, de su comunion. Ahora le parecia tenebrosa y fosca. Alli estaban todos los familiares. Sus hermanos con su familia, (Laura les miraba desde lejos queriendo recordar cada detalle de sus pequenas caritas, no sabia cuando les volveria a ver). Marcos, con sus grandes ojos, estaba embelesado mirando las esculturas de santos y apostoles mientras Ines jugueteaba con el lazo de su vestido, Laura penso: debe sentirse incomoda porque no le gustaban los vestidos. Su familia, amigos, enemigos (!como no! Ni ese dia la podian dejar en paz…). Todos ellos estaban alli. Tambien un monton de curiosos y las consabidas beatas que se encontraban alli con sus rosarios, como siempre, para averiguar quien era, como vivio y sobre todas las cosas…, ?como murio? En un banco cercano al de Laura estaba sentada la que habia sido la mejor amiga de su madre durante los ultimos cinco anos. Al ver a Laura, Isabel se dirigio hacia ella. La abrazo energicamente. Isabel no podia dejar de llorar, tenia los ojos enrojecidos y la cara blanca como si hubiese visto algo tan terrorifico que le habia cambiado el semblante de la cara. --Lo siento mucho, Laura, si pudiera hacer algo por ti lo haria… pero no creo que te pueda ayudar, carino --dijo Isabel apretujando contra su pecho a Laura, que tenia el cuerpo como una marioneta. --Gracias, Isa, pero de todas formas me tengo que ir a Palma y casi no nos veremos, ?y tus hijos? --pregunto Laura. --En casa con mi marido, ellos estan bien, pero no he querido que viniesen, ya sabes que la querian mucho y no queria que vieran esto --respondio agradecida la mujer por el detalle de Laura al preguntar por sus hijos--. Bueno, carino... --titubeo un poco-- Yo me voy porque no aguanto mas aqui. Si algun dia vienes por Inca, pasa por casa, nos gustara verte. Tu sabes que siempre seras bien recibida --le dijo abrazandola de nuevo. --Gracias. Te prometo que nos veremos algun dia. Si subo a Inca te hare una visita --dijo Laura despidiendose --!Adios! --intento sonreir Laura sin conseguir mas que una mueca. --Adios, que te vaya bien en Palma --se despidio Isabel entre sollozos que no podia contener por mucho que lo intentara. Pasaron a darle el pesame muchos amigos de su madre, unos lo llevaban mejor y otros lo llevaban peor. Se sentia como una estatua a la que habian dejado en una exposicion, a la que todos miran de arriba abajo y luego se van para seguir admirando otras esculturas. Aquel olor a incienso que antano le gustaba tanto, hoy le repugnaba, al igual que todo lo que la rodeaba. Aquello la estaba dejando sin respiracion, sentia como hacia esfuerzos sobrenaturales para seguir respirando, pero no conseguia sentir que el aire entrase en sus pulmones. Se sentia ahogar… su mente estaba muerta junto con su corazon y con todas aquellas cosas que un dia le parecieron bellas y que una vez amo. Todo habia quedado en el pasado. Un pasado que le parecia muy lejano, pero en realidad era su presente. Todo habia ocurrido en cuestion de dias. Unos dias eternamente largos y pesados en los que habia podido recapacitar en lo fragil que puede ser la vida, en como un suceso como el que habia vivido ella le habia cambiado todas sus convicciones. Haciendo que de pronto tuviera que crecer a la fuerza. La ninez se habia truncado delante de ella sin poder evitarlo, la burbuja de su mundo se habia roto y no existia en el mundo parche que pudiese remendar lo inevitable de su vida. Se habia quedado sin su madre. Ella se habia ido para no volver nunca mas. Tal vez en sus suenos...
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Chantaje 2 : Mi mejor eleccion – Mia del Valle de Mia Del Valle
https://gigalibros.com/chantaje-2-mi-mejor-eleccion-8211-mia-del-valle.htmlHa pasado el tiempo. Clara y Aaron se vuelven a encontrar con un nuevo desafio entre manos, esta vez las cartas estan a favor de Clara y su eleccion debera ser acertada, ya no tendra cabida el corazon, sino la razon. Ella debera planear con cuidado cada uno de sus movimientos en el reencuentro con el hombre mas egoista, resentido, egolatra y vengativo que jamas ha conocido. En menos de un ano Aaron ha hecho estragos con su vida, gracias a el perdio todo. su padre, su trabajo. fue chantajeada, enamorada y desechada cual envoltorio de caramelo; se caso y separo en lo que dura un suspiro y ahora la vida la pone nuevamente en el ruedo.
Con mas fuerzas que antes, decidida a que las cosas desde ahora se hagan cuando y donde ella lo decida, duena de una vez y para siempre de su vida, Clara se halla en una encrucijada y debera medir en la balanza de la vida, el peso de sus sentimientos o lo que le dicta su mente.
“Si Aaron me quiere de vuelta en su vida debera sudar como yo lo hice meses atras… Estar junto a el no es la unica opcion que tengo delante. desde ahora solo sera mi peor o mi mejor eleccion”
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Un amor y un contrato de Julianne May
https://gigalibros.com/un-amor-y-un-contrato.html?Quien no ha tenido que lidiar alguna vez con una suegra insportable?
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La tierra que pisamos de Jesus Carrasco Jaramillo
https://gigalibros.com/la-tierra-que-pisamos.htmlHoy me ha despertado un ruido en mitad de la noche. No un ronquido de Iosif, que, raro en el, a esa hora dormia a mi lado en silencio, medio hundido en la lana del colchon. He permanecido tumbada, con la mirada detenida en las vigas de haya que sustentan el techo, apretando fuertemente las sabanas en busca de una firmeza que el lino, tan sutil, me ha negado. Durante un buen rato me he quedado quieta, con los hombros contraidos y las manos cerradas. Queria volver a escuchar el ruido con nitidez para poder atribuirselo a alguno de nuestros animales y asi, tranquila, regresar al sueno. Pero, mas alla del aire agitando las ramas de la gran encina, no he percibido nada, y entonces, como por ensalmo, el viejo mito del intruso de ojos vaciados por la codicia se ha agarrado a mis tripas y ha empezado a devorarlas. Es agosto, las hojas de guillotina estan subidas hasta los topes y una brisa perfumada y calida mece los visillos. Los hace danzar de un modo tan hermoso que, en esta epoca, durante mis desvelos, me siento contra el cabecero y me quedo embelesada viendolos ondear cual delicados pendones. Aspiro las fragancias que el aire trae y que, por momentos, desplazan a los aromas estancados del cuarto. Llegan en oleadas, de la misma manera que el mar va depositando en la orilla los restos de un barco naufragado. En primavera el azahar de los naranjos florecidos lo ocupa todo, especialmente cuando cae la tarde. Dias antes de que eso suceda, el arbol siempre envia un mensajero. Jornadas todavia frescas en las que, repentinamente, un hilo fugaz avisa de que, en algun lugar de los contornos, la vida ha sido convocada a su renacimiento. Con los punos llenos de tela y los ojos cerrados, he tratado de concentrarme en la oscuridad exterior. Y asi, he imaginado que me asomaba al porche elevado sobre el fragante cesped que rodea la casa y, desde alli, he dirigido mi atencion hacia el frente, al lugar donde el predio se asoma al valle. A lo lejos titilan las farolas de gas del pueblo, encaramado como un galapago a las faldas del castillo. En mi mente desciendo los escalones de madera y camino unos pasos sobre la hierba humeda hasta la verja que domina el huerto de la terraza inferior. No oigo nada alli, ni siquiera el aspero roce de las hojas ya secas del maiz. Me giro hacia la casa para recorrer la parte trasera de la propiedad. En los tiestos sujetos a la balaustrada del porche crecen formas confusas. La campana de alarma cuelga del tejadillo sobre ellas y su cuerda casi las toca. A la izquierda del edificio se levanta la gran encina, un ser poderoso y rotundo, cuya copa invade parte del alero. Al otro lado, entre la vivienda y el camino, el pequeno establo con sus ventanucos enrejados y sus tejas alomadas. Dentro, ni siquiera se oye a la yegua rascar el suelo de pizarra con sus herraduras. Tampoco se oye a Kaiser, nuestro perro; era de suponer, porque es sin duda el animal mas indolente que se pueda imaginar. <
>. Y yo quiza sonrei por la ocurrencia y seguro que le di la razon para que se marchara pronto. Al parecer hay un lince, o un lobo, que lleva varias semanas merodeando por los alrededores del pueblo y que ha matado, dicen, a varias ocas y a algun cordero. Me lo conto el doctor Sneint en el dispensario de la guarnicion la ultima vez que fui al castillo en busca de las medicinas de Iosif. Mientras colocaba los frascos en mi alforja, el se levanto y, despues de repasar someramente los lomos de su biblioteca, extrajo un atlas de fauna iberica y me lo mostro. Del grabado me llamaron la atencion las patillas colgando a los lados de la boca y el aspecto puntiagudo de las orejas. < >. Tanto la idea de buscar los excrementos como la de abrirlos me resulto en aquel momento repugnante, pero luego, ya de vuelta a la casa, encontre las heces y no pude resistir la tentacion de revolver en ellas con un palo. Hacerlo no me resulto desagradable. Olian a conejo y, por su aspecto, se diria que esos animales solo se alimentan de pelo. Me he levantado y he prendido la lampara que tengo sobre la mesilla. Asomando el cuerpo sobre el alfeizar, he movido la luz a un lado y a otro en busca de signos del animal, pero enseguida me he dado cuenta de que la luna llena iluminaba mas que mi farol y he terminado por apagarlo. En cualquier caso, no he apreciado nada extrano. Quiza mi luz lo haya espantado. Los animales seguian tranquilos y yo he dejado que el aire templado que asciende por el valle me acaricie la cara. La luna llena tenia de un extrano amarillo las nubes detenidas sobre la llanura distante. He cerrado las contraventanas y me he vuelto a meter en la cama. Mientras regresaba el sueno, de nuevo mirando al techo, he reparado en que no hay hayedos en esta parte del pais. www.lectulandia.com – Pagina 7 2 Lo veo por primera vez con la manana bien entrada, mientras arreglo los geranios. Los pliegues de su chaqueta se cuelan por entre las lamas blancas de la verja que da al huerto, justo enfrente de mi. Iosif descansa en su mecedora a mi lado, aunque decir que descansa es, de algun modo, redundante, pues se pasa el dia recostado: en la cama, en el sillon del salon y, durante el buen tiempo, aqui, en el porche. Lo levanto cada manana, lo visto y lo siento donde corresponda segun la epoca del ano. Le agarro del codo y el, con pasitos cortos, se deja llevar de un lado para otro como un perrillo complaciente. La enfermedad lo ha reducido a una minima expresion de lo que fue. Un hombre que ha tenido a su mando divisiones, que ha dispuesto de las vidas de otros hombres, que ha asediado ciudades y pasado a cuchillo a enemigos y sediciosos. Me pregunto si sus viejos adversarios, aquellos a los que sometio hasta convertirlos en subditos de su majestad, conservaran la antigua furia con la que, sin duda, rindieron sus armas a este hombre a cuya sombra he vivido y cuya sombra es ahora todo lo que respiro. Su mente opera de manera discontinua y lo mismo pasa dos semanas callado, con la cabeza caida, incapaz siquiera de levantarse solo e incluso haciendose sus necesidades encima, que comienza a regir de manera repentina. En esos episodios, de duracion indefinida, se incorpora a la vida cotidiana tan plenamente que parece que nunca la hubiera abandonado. A veces regresa y se comporta igual que un paciente caprichoso. Si estamos en la cocina y me esta viendo cortar verduras, me exige que haga trozos grandes, y me explica, por enesima vez, que a el le gusta notar lo que esta comiendo. < >. En ocasiones, su cordura se remonta al pasado y se dirige a mi como si yo fuera parte de un recuerdo; me llama < > o < >, con tono marcial o almibarado, segun el caso. Y lo extrano es que nunca en la vida, ni cuando estabamos prometidos, me llamo asi, < >. Se diria que entre las grietas de su cerebro reverdecen viejos anhelos o el recuerdo de otra mujer a la que, sin duda, deseo durante sus largas ausencias; en la epoca en que las campanas se sucedian y parecia que el Imperio acabaria ocupando el globo entero. Por suerte, el que hace anos que no me visita es aquel hombre que hacia temblar los cimientos de mi mundo. El modo en que se enfurecia cuando el pequeno Thomas no declinaba correctamente, o cuando volvia manchado del jardin. Lo agarraba de la oreja, tiraba hacia arriba y casi levantaba al muchacho. Lo zarandeaba y no fueron pocas las veces en que recibio bofetones y golpes en los dedos con la regla de madera. Yo le suplicaba que lo dejara, que era solo un nino, y entonces el se volvia y me hundia con la turbidez de su mirada; la de quien ha bebido hasta hartarse la sangre bullente de los hombres. Una mirada cuyo recuerdo todavia me estremece y de la que aun quedan rastros en el fondo de sus ojos. www. lectulandia.com – Pagina 8 < >, me digo al ver los tallos agujereados. Son imposibles de exterminar y todos los anos tengo que arrancar muchas de mis plantas y quemarlas tras la casa, ya que es la unica manera de que la plaga no afecte a los ejemplares sanos. Las tomo por el tallo y las vuelco para sacarlas de los tiestos. La tierra oscura cae al suelo, siempre fresca y bien ligada, formando grumos esponjosos que yo me llevo a la nariz para embriagarme con sus aromas -
Tengo que olvidarme de ti de E.m. Cubas
https://gigalibros.com/tengo-que-olvidarme-de-ti.html -
Impostores de Robin Cook
https://gigalibros.com/impostores.htmlImpostores, el nuevo y explosivo libro del autor superventas y maestro del thriller medico Robin Cook, te hara dudar de todo.
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Viaje alrededor de mi craneo de Frigyes Karinthy
https://gigalibros.com/viaje-alrededor-de-mi-craneo.htmlFrigyes Karinthy era el columnista mas popular de Budapest, en 1936, cuando se entero de que tenia un tumor cerebral y que debia operarse de urgencia para sobrevivir. El unico cirujano que podia hacerlo estaba en Suecia. Una colecta le permitio llegar a Estocolmo y enfrentar el bisturi. Con el desparpajo y la agudeza que lo caracterizaban, Karinthy conto paso a paso la experiencia a sus lectores, a traves de su columna semanal en la prensa. Meticuloso y alucinatorio, burlon y emocionante, egocentrico y universal, su libro es simultaneamente una novela de intriga y un caso clinico, un viaje al fondo del miedo y una bitacora de la resistencia, el chisporroteo de un espiritu brillante y el anticipo del derrumbe del humanismo que Europa padeceria poco despues.
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Los ninos del rio de Sarah Pinborough
https://gigalibros.com/los-ninos-del-rio.htmlUn nuevo caso del Doctor Thomas Bond.
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Sin red (Serie Hacker 2) de Meredith Wild
https://gigalibros.com/sin-red-serie-hacker-2.htmlA pesar de su caracter controlador, Blake Landon, el joven y rico hacker, ha conseguido por fin ganarse la confianza de la mujer que ama.
Por su parte, Erica Hathaway, creadora de una red social de moda, ha accedido por fin a darle una oportunidad a Blake.
Dispuestos a empezar juntos una nueva etapa, Erica esta decidida a no dejar que nada se interponga entre ellos, aunque para ello deba cederle el control a Blake dentro y fuera de su dormitorio.
Pero cuando los demonios del pasado amenazan su futuro, Erica toma una decision que podria cambiar sus vidas para siempre.
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Purpura Profundo de Mayra Montero
https://gigalibros.com/purpura-profundo.htmlEl vital y seductor Agustin Caban, critico musical de un periodico, acaba de jubilarse. Dispone ahora de mucho tiempo libre, pero no le apetece viajar ni jugar con los nietos; solo tiene un deseo: invocar los fantasmas que hasta el momento han sido casi su unica razon de vivir. Sebastian, el entranable jefe de la seccion de espectaculos del periodico, le da el empujon definitivo: lo anima a escribir una memorias. Mientras Sebastian devora, lleno de envidia y entusiasmo, las paginas que le va entregando el critico musical, el lector va internandose en el mundo amoroso de Agustin, y conocera sus apasionadas aventuras con la violinista Virginia Tuten, poseedora de un extrano fuego caribeno que estuvo a punto de hacer zozobrar el matrimonio del critico; con el pianista Clint Verret, que no fue el unico hombre en la vida de Agustin, pero si el que lo llevo al borde del enamoramiento; con la transparente Clarissa Berdsley, interprete de trompa que mantiene unas curiosas relaciones con un murcielago. Y si su pasion por Alejandrina Sanroma, virtuosa de la celesta, llevo a Agustin al goce mas etereo, su obsesion por la torrida violinista Manuela Suggia desato en cambio sus mas bajos instintos y lo arrastro hacia los infiernos. Estas y otras historias conduciran a Agustin por senderos insospechados, desde menages a trois hasta torturadas relaciones de corte sadomasoquista, pues cada interprete <
> en el una cuerda muy distinta. Pero de lo que no cabe duda es de que, para Agustin, la musica ha estado siempre vinculada a la pasion sexual; para el, conquistar al musico significa poseer no solo a la mujer (o al hombre), su carnalidad --el purpura profundo, en ultima instancia--, sino tambien saberse dueno de una implacable, irrepetible melodia: la Musica, con mayuscula, que ambicionamos todos. -
Resilio (Atrevete a Amar 2) de Lorena Fuentes
https://gigalibros.com/resilio-atrevete-a-amar-2.htmlHace mucho tiempo, en Londres, quisieron destruirme, solo que esta vez casi lo logro yo misma. El dolor puede cegarte y llevarte a las situaciones mas extremas.
Connor fue lo mas hermoso que la vida me ha regalado despues de tanto sufrimiento. Sin embargo, tambien es el recuerdo mas doloroso de mi regreso, porque me enseno que podia dejar los miedos atras para atreverme a amar, y luego destrozarme el alma con su engano.
Londres es mi Infierno personal, hay personas que desean verme muerta. Regreso para luchar por todo lo que me han quitado, di un rebote y sane aquellas heridas que mi corazon se negaba a cerrar.
Mi resilio no es mas que mi hija y la vida que deseo vivir junto a ella, porque deje ir a mis demonios para amar lo unico que me hace sentir viva. -
Amor entre parentesis (Corazones en Manhattan 4) de Camilla Mora
https://gigalibros.com/amor-entre-parentesis-corazones-en-manhattan-4.htmlUltima parte de la serie Corazones en Manhattan.
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Desde el alma de Javier Romero
https://gigalibros.com/desde-el-alma.htmlDesde el alma no es solo una historia de esperanza, amor y lucha. Son varias historias cogidas de la mano y que nos muestran una realidad diferente que se aleja de la maldad que en nuestros dias parece querer aduenarse del mundo.
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El sermon del fuego de Jamie Quatro
https://gigalibros.com/el-sermon-del-fuego.html -
Toxic Man (Destruccion 1) de Grislanddy L. Hernandez
https://gigalibros.com/toxic-man-destruccion-1.htmlEl amor, un sentimiento que para Emilie Green y Damon Armstrong esta prohibido.
Ella huyendo de su pasado y el teniendola en la mira. El es destruccion, peligro y dolor, mucho dolor. Que no te confunda su Rolex, su traje Kiton 50 creado por el mismisimo, Enzo Diorsi, esa sonrisa arrogante ladeada o su sensual boca y sobre todo no caigas en sus palabras intensas. -
Mi luna de miel contigo (Amores imprevistos 2) de Emma Colt
https://gigalibros.com/mi-luna-de-miel-contigo-amores-imprevistos-2.htmlUn encuentro inesperado. Una vieja llama. Una venganza por cumplir.