• libro casi imposible - Nicole Williams

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    Todo era posible. Al menos eso pensabamos.

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  • CASI IMPOSIBLE | NICOLE WILLIAMS | Casa del Libro

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  • RESEÑA: Casi imposible de Nicole Williams - Sueños entre ...

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    10 dic 2018 — Por su parte, cuando Quentin descubre que Jade tiene la intención de pasar el verano en casa leyendo libros, organiza otros planes.

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  • Humanos de Tom Phillips

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    Los humanos contemporaneos han recorrido un largo camino en sus setenta mil anos de paso por la tierra. Arte, ciencia, cultura, comercio: en la cadena evolutiva somos verdaderos ganadores. Pero lo cierto es que no siempre ha sido un viaje facil y, a veces, muy puntualmente, hemos llegado a pifiarla de verdad.

  • No me ignores de Lola Roman Barea

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    En esta vida no basta con ser buena persona, pues hay ocasiones que da golpes muy bajos de los que uno no puede huir y debes defenderte. Esta escrito en tu destino, que si asi ha de ser, asi sera, pero, por muy mal que te trate la vida, hay que saber identificar donde se encuentra el limite del mal.Es el caso de Dhana Allen, una buena chica (aplicada, responsable y afectuosa) que no supo controlar sus impulsos, pues antes de fallecer su progenitor, comienza a recibir crueles maltratos fisicos y psicologicos por parte de la desvergonzada de su madre y, del cruel y desagradecido supuesto mejor amigo de su padre.

  • Arenas blancas de Geoff Dyer

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    Del autor de Pero hermoso, un magnifico libro de viajes sobre los lugares que visitamos y el poder de la memoria. Un precioso homenaje al arte y a la literatura.

  • La nina que miraba los trenes partir de Ruperto Long

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  • Fragil de Belgica Cortes Jimenez

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    Un dia para otro puede cambiar tu vida, ya sea para bien o para mal.
    Emilia Jimenez es una exitosa directora creativa en Chile. Su mejor amigo Alejandro Ossandon es un reconocido fotografo internacional que la “mima” como solamente un amigo lo puede hacer.
    Una extrana situacion dara origen que Emilia conozca a un desconocido extranjero, lo cual provocara que su secreto salga a la luz.

  • Mil noches sin ti 1 de Federico Moccia

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    Tras un parentesis en Rusia, para Sofia ha llegado el momento de poner orden a su vida sentimental. Ya no puede seguir huyendo de su pasado, de la soledad de su matrimonio, ni de la historia pasional y rota con Tancredi, y decide regresar a Roma. En un viaje a Sicilia para visitar a sus padres, descubrira un secreto familiar que le afectara profundamente. Mientras tanto, Tancredi sigue todos sus pasos; es un hombre enamorado que nunca se ha rendido a la primera. Pero Sofia no confia en el. ?Acabaran reencontrandose?

  • Trilogia Generacion (Completa) de Lisa Sune

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    No me olvides (G#1)
    Sheena huye de su hogar al cumplir la mayoria de edad. Dejando una sociedad adinerada que no desea para su carrera. Inconformista por el futuro que le habian disenado y ambiciosa por tomar sus propias decisiones.
    Diez anos despues de su marcha se enfrenta al pasado para cerrar una etapa. Enfrentarse al hombre que puso su vida patas arriba y que tanto se habia empenado en olvidar todo ese tiempo. El amor que pudo sentir hacia el anos atras paso a ser rencor, pero tras su primer reencuentro no logra alejarse de el y corre el riesgo de volver a caer rendida a sus pies.
    ?Sera capaz de mantenerlo lejos de ella?
    ?Sera capaz de no volver a enamorarse?

  • Creo que me enamore de ti de Carmen Batista

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    Te quiero, le dije, como amigos...
    Amigos que comparten la vida, los gustos, la cama, esto ultimo no se lo dije, pero lo pense. Mejor guarde silencio y vi como continuaba hablandome de su novia con quien se iba a casar.
    La verdad no estoy segura de poder continuar ocultando mis sentimientos y fingiendo, " no importa que sienta esto, ya se me pasara".
    No se si podre seguir haciendo un lado esto que siento, por momento me podria confundir y creer en que lo nuestro funcionaria, pero luego esta su boda, su chica y el hecho de que espera que yo ayude con los preparativos. Definitivamente tengo ganas de arrancar... Deberia detenerme, estar a solas para componer mi corazon, mis heridas y desde ahi continuar... huir de todo, eso es lo que deberia hacer... Si tan solo el entendiera... si tan solo el me amara como yo...

  • Un diamante ruso (Secretos de alcoba 2) de Anne Marie Cross

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    Gran Ducado de Hesse y el Rin. Julio de 1843 Maria Aleksandrovna acaricio su prominente barriga y sonrio. Apenas en un par de meses seria madre de nuevo. Cerro los ojos y se recosto contra el respaldo del sofa mientras agradecia el silencio que se respiraba en la salita. La vida en la corte le resultaba en extremo dificil de sobrellevar, sobre todo si tenia detras a cada noble vigilando sus pasos y, en especial, a su suegra, la emperatriz Alexandra Fiodorovna, quien no habia dado su aprobacion al matrimonio con su hijo. Segun su opinion, y la del resto de la aristocracia rusa, Maria era demasiado sencilla, sin encanto y carente de temas de conversacion como para convertirse en la proxima Emperatriz consorte de Todas las Rusias, titulo que le corresponderia en el momento en que su esposo, Alejandro Nikolaievich, asumiese el trono. Lo cierto era que tampoco ella deseaba ese titulo ni las responsabilidades que conllevaba. Tenia diecinueve anos, llevaba casada dos y ya habia dado a luz una hija, Aleksandra, que pronto contaria con un hermano. Habia conocido a su esposo en 1838, cuando Alejandro habia viajado por Europa en busca de consorte. Tras su visita al Gran Ducado de Hesse, le habia confesado que se habia enamorado de ella y deseaba convertirla en su esposa. En ese entonces, Maria solo contaba catorce anos, por lo que habian tenido que esperar a que ella cumpliese los diecisiete para casarse. Era demasiado joven, y nada la habia preparado para las intrigas palaciegas. Suspiro al tiempo que desviaba la vista desde los grandes ventanales de la sala hasta el libro que sostenia en sus manos. Le gustaba mucho leer, especialmente aquellos libros provenientes de autores ingleses, pero en la corte no tenia demasiado tiempo para permitirse ese lujo. Por eso, aprovechaba cada visita que hacia a su tierra natal. No se avergonzaba de cambiar la fria San Petersburgo por Darmstadt, la capital del Gran Ducado, sobre todo cuando sabia que su esposo no la echaba de menos mientras se hallaba en brazos de alguna de sus amantes. Una tristeza amarga reposo en su corazon. Alejandro la amaba, a su manera, pero ella hubiera deseado que tambien le fuese fiel. Supuso que se trataba de un deseo poco realista. Clavo su mirada en las letras del libro, sin verlas, mientras pensaba en su padre, el Gran Duque Luis II, y en su madre, la princesa Guillermina de Baden, que habia fallecido siete anos atras. Segun sabia, ella, al igual que sus hermanos Alexander e Isabel, no eran hijos de Luis, sino de un amante de su madre. La puerta de la sala se abrio, y Maria abandono sus cavilaciones. Se giro para mirar al recien llegado. --Buenos dias, hermana. ?Que tal te encuentras hoy? Maria dirigio una sonrisa agradecida a Alexander y acepto su beso en la mejilla. Su hermano le habia servido de escolta desde San Petersburgo, donde, siguiendo la tradicion marcial de su familia, se hallaba sirviendo al ejercito ruso. --Muy bien, gracias. Esta noche me ha dejado descansar --respondio, mirando hacia su abultado vientre. Alexander percibio la ternura en sus ojos oscuros. --?Eres feliz? --Maria y el se llevaban tan solo un ano de diferencia, por eso se sentia mas cercano a ella y a Isabel que a sus dos hermanos mayores, que tenian catorce y dieciseis anos mas que el--. ?Te trata bien tu esposo? --Por supuesto que si. No debes preocuparte por eso. Soy feliz, aunque os echo mucho de menos. Desde luego, no iba a compartir con su hermano las intimidades de su matrimonio. <> no era una palabra que la definiese, pero tampoco se consideraba desgraciada. Su esposo la trataba bien, tenia una hija maravillosa y otro que venia en camino, y, algun dia, se convertiria en emperatriz. El tomo asiento a su lado y se quedo pensativo. --Yo no se si podria casarme con una mujer que me fuera impuesta --le confeso. La preocupacion nublo el rostro de Maria. Sabia por Alejandro que el zar Nicolas habia considerado a su hermano como un posible esposo para su sobrina, y aunque se trataba de una joven hermosa y educada, tambien conocia las ideas romanticas de Alexander, que deseaba casarse por amor. Y, por lo que habia visto, mucho se temia que su hermano ya habia entregado su corazon. Aunque era menor que el, a veces se comportaba como si fuera su madre, sobre todo cuando creia que necesitaba un consejo. --?Hay alguna joven que te interese de manera especial? Alexander suspiro y se paso la mano por el cabello, alborotandoselo. --Ya sabes que si, la condesa Julia. --?Julia de Hauke? --pregunto, sorprendida. La joven tenia apenas dieciocho anos. Habia quedado huerfana a la edad de cinco, por lo que, junto a su hermano Maurice, fueron puestos bajo la tutela del zar--. ?Mi dama de compania? --Si. Ya se que es joven, ambos lo somos, pero, con el tiempo... Maria salio de su estado de estupefaccion. --No se trata de eso, Sasha --lo interrumpio, usando el diminutivo carinoso con el que siempre lo llamaba. No queria que lo que iba a decirle sonara como un mandato--. Tu eres principe y ella solo una condesa, no puedes pensar en casarte con ella. A pesar de haber usado un tono dulce y suave, su hermano la miro como si lo hubiese abofeteado. --?Como puedes decirme eso, Maria? --repuso, dolido--. Crei que tu me comprenderias. --Pero el Almanaque de Gotha deja claro que una union asi es imposible. --Imposible. --Su tono elevado la sobresalto tanto como la forma intempestiva en que se puso de pie--. ?Acaso pide el corazon permiso para amar a alguien? ?Que importa lo que diga un miserable papel? No es palabra de Dios, solo de hombres. Pero ese documento que se publicaba anualmente en Europa --y que compendiaba con todo detalle datos de las casas reales, la alta nobleza y la aristocracia europeas, asi como datos del mundo diplomatico--, podia destruir la vida y la carrera de su hermano, penso Maria. Si Alexander se empenaba en seguir con aquella locura lo exiliarian, ya que era inconcebible que un miembro cercano de la familia imperial se desposase con una simple condesa. --Piensa en las consecuencias, Sasha. --?Y que importan las consecuencias, Maria, si estas al lado de quien amas? Hablas asi porque nunca has estado enamorada. --Apenas termino de pronunciar las palabras, se arrepintio. Su hermana no habia hecho sino cumplir con su deber al casarse con Alejandro; no habia tenido ninguna otra posibilidad. Se arrodillo ante ella y la tomo de las manos--. Lo siento. No queria decir... Ella acuno su mejilla en un gesto tranquilizador. --Lo se. Sabes que te apoyare decidas lo que decidas. Solo deseo que estes seguro del paso que vas a dar. Su hermano asintio despacio. --No tenemos prisa, como te he dicho, ambos somos demasiado jovenes. --La beso en la mejilla--. Tengo que irme, nuestro hermano, Luis, quiere hablar conmigo. Supongo que tambien querra sermonearme. El intento de bromear no consiguio alejar el punzante dolor que sus anteriores palabras habian provocado en ella. Su relacion con Alejandro habia sido impuesta por las circunstancias, ambos eran nobles y principes, y su matrimonio era bueno para las relaciones entre los dos paises. Le tenia carino, pero no lo amaba. Sin embargo, no era cierto que nunca habia estado enamorada. --Ve con el --lo animo--, o se quejara ante padre, y ya sabes lo que eso significa. Alexander suspiro y se puso de pie. --Mantendre contento a nuestro hermano. Que tengas un buen dia. Lo vio salir de la sala y se recosto contra los suaves cojines mientras su mirada se perdia, a traves de los grandes ventanales, en el lejano cielo azul de Darmstadt. Sonaron unos golpes en la puerta y esta se abrio. Una doncella entro en la sala. --Alteza, tiene visita. El conde de Bellesford. El corazon de Maria experimento un estremecimiento. No, no era cierto que nunca hubiese estado enamorada, el problema era que el amor la habia encontrado demasiado tarde. --Hazlo pasar, por favor, Hanna. Se acomodo en el sofa, extendiendo la ampulosa falda sobre el tapizado, y espero, con el corazon latiendole a una velocidad imposible. El rubor coloreo sus mejillas cuando la puerta se abrio de nuevo y entro el joven conde. Lord Bellesford tenia veintitres anos, cuatro mas que ella. Se habian conocido al inicio del verano, cuando ella habia llegado a la residencia de sus padres para pasar las vacaciones y el asistia a una recepcion en el palacio real. Aunque se encontraba realizando el Grand Tour por Europa, despues de conocerla habia decidido detenerse un tiempo mas alli. Sus ojos se demoraron en su figura. Era apuesto, con un cabello del color del trigo y unos ojos tan azules como el cielo de Darmstadt. Vestia unos ajustados pantalones negros y una chaqueta del mismo color sobre un chaleco azul plateado. --Buenos dias, alteza. --Se acerco a ella y tomo su mano, depositando sobre el dorso un beso calido que se demoro mas de lo que exigian las normas sociales--. Cada dia que pasa la encuentro mas hermosa. Maria sonrio, nerviosa. --Es usted muy galante, milord. --Retiro su mano con un movimiento delicado, aunque le hubiese gustado seguir sintiendo la calidez de su piel. --No digo mas que la verdad. --Se quedo unos instantes en silencio, antes de anadir--: He venido a despedirme. Tengo que regresar a Inglaterra. Ella lo miro y apreto los punos con fuerza. Quiso gritarle que no se fuera, pero se trago las palabras. No tenia derecho a pedirle que se quedara. Entre ellos no podia haber nada fuera de aquellos maravillosos dias que habian pasado juntos, de las miradas llenas de anhelos prohibidos, de los roces casuales, de los paseos a solas, de las conversaciones y las sonrisas intimas. --?A Inglaterra? Creia... creia que despues de Darmstadt ibas a ir a Italia. --Mi padre ha enfermado de gravedad y mi madre me ha pedido que regrese a casa -- explico. Se sento a su lado en el sofa y tomo sus manos--. Sabes que mientras estuvieses aqui no me habria alejado de tu lado, Maria. Entiendo que lo nuestro es imposible, pero no puedo prohibirle a mi corazon amarte --le dijo con un tono de profunda tristeza que provoco que sus ojos se llenasen de lagrimas--, aunque sea en silencio. Y lo seguire haciendo toda mi vida. Ella nego con la cabeza. --Tienes derecho a ser feliz, Paul. --?Aunque tu no lo seas? --Yo tendre a mis hijos. --Apoyo una mano en su mejilla, y el le beso la palma con devocion--. Mereces encontrar el amor. --Ya lo he encontrado. Maria volvio a negar. Habia sido testigo del modo en que la infidelidad de su madre habia destrozado la convivencia entre sus padres. Ella nunca haria nada parecido, no deseaba que sus hijos sufrieran. --Volveras a enamorarte, con el tiempo; y a nosotros nos quedaran los recuerdos hermosos que compartimos. No se dio cuenta de que estaba llorando hasta que el retiro, con el pulgar, las lagrimas de su mejilla. --Ven conmigo a Inglaterra. --Conocia la respuesta antes incluso de que la pronunciaran los labios femeninos, pero habia querido intentarlo una vez mas. --Sabes que no puedo. El silencio se extendio entre ellos, hasta que el solto sus manos y ella sintio el vacio clavandose en su pecho como un afilado cuchillo. --Entonces, esto es una despedida. --Asi debe ser. --Su voz broto en un susurro suave, casi agonico. Deseaba que el la comprendiera. --Odio tu sentido del deber, pero no podria quererte menos por ello. Eres una mujer admirable, Maria; y de lo unico que me arrepiento es de no haberte conocido antes. Siempre te amare. No importa el tiempo que pase. --Antes de levantarse, metio la mano en el bolsillo interior de su chaqueta y extrajo un pequeno estuche de terciopelo y un sobre que deposito en el sofa junto a ella--. Parto en una hora. Si alguna vez decides ir a Inglaterra, te estare esperando. --Ya te has llevado mi corazon. Paul se agacho y bebio de sus labios las amargas lagrimas de la despedida. Fue un beso que les rompio el corazon a ambos. Despues el se alejo, deteniendose solo cuando habia llegado a la puerta. --Adios, Maria. --Adios, Paul. Cuando la puerta se cerro tras el, Maria comprendio que era para siempre. Nuevas lagrimas corrieron por sus mejillas mientras rememoraba en su mente cada uno de los momentos pasados juntos en los que habian sido los dias mas felices de su vida. No supo cuanto tiempo habia transcurrido cuando dejo que la realidad la envolviera de nuevo. Bajo la mirada hacia el estuche de terciopelo y lo tomo. Dentro reposaba un exquisito anillo de oro con un diamante engarzado en forma de corazon. Cogio el sobre y lo abrio para leer la carta que contenia. Mi amor, Si estas leyendo estas letras es porque ya no me queda la esperanza de que envejezcamos juntos. Por eso, te dejo mi corazon. Es tuyo desde el primer instante en que te vi y lo sera siempre. Este anillo ha pertenecido a mi familia durante generaciones. Mi madre me lo dio para que yo se lo entregara a la dama que conquistase mi corazon y a quien desease convertir en mi esposa. Esa eres tu, y nunca habra otra. Hasta el dia en que me muera, te llevare en mi pensamiento, y no perdere la esperanza de que pueda volver a tenerte entre mis brazos otra vez. Tuyo para siempre, Paul Creia que ya no le quedaban lagrimas, pero no fue asi. Acuno el anillo contra su pecho, donde el corazon le latia dolorosamente, convertido en diminutos pedazos, y lloro. Lloro por Paul y por ella. Ningun imperio merecia el sacrificio del amor. Capitulo 1 San Petersburgo. Finales de abril de 1857 Lady Mary Branson corto una rosa mas y la deposito en la cesta que llevaba colgada del brazo, junto al resto de las flores que ya habia recogido. Metio, tambien, en el interior las tijeras y elevo el rostro hacia el cielo para recibir la caricia de los tibios rayos de sol del mes de abril. El silencio que reinaba en la mansion la asfixiaba. Echaba muchisimo de menos a su hermano. Misha --diminutivo de Mikhail-- se habia casado hacia una semana y habia partido con su esposa en un viaje por Europa. La guerra en Crimea por el control de los territorios otomanos habia terminado apenas un ano atras, el 30 de marzo de 1856, con el Tratado de Paris. Las fronteras se habian abierto, aunque con ciertas restricciones. El zar Nicolas I habia muerto casi un ano antes del tratado, y el nuevo zar, Alejandro II, no habia quedado muy contento por la forma en que se habian resuelto las cosas. Rusia habia perdido mucho en aquella guerra. Mary se retiro un mechon de cabello de la frente y avanzo hacia el siguiente rosal. Se alegraba mucho por el matrimonio de Misha, por supuesto; su esposa era una joven maravillosa y lo haria feliz, de eso estaba segura. Pero no podia evitar compadecerse un poco por si misma. Tenia veintidos anos y, tras la boda de su hermano, se quedaba sola en el mundo. Ella viviria en la mansion que siempre habia pertenecido a sus padres, mientras que Misha, como nuevo marques de Mansbourg, pasaria la mitad del tiempo en San Petersburgo y la otra en Londres, cumpliendo sus obligaciones en la Camara de los Lores. --Quiza deberia irme a vivir a Inglaterra --reflexiono en voz alta, al tiempo que cortaba uno de los tallos de la rosaleda. Suspiro. A pesar de todo, sabia por que le costaba tanto tomar esa decision. No solo porque las tumbas de sus padres se hallaban en el cementerio de Novodevichi y seria duro para ella dejarlos atras --aunque ellos ya no estuviesen realmente alli, segun rezaba la fe ortodoxa en la que la habian criado, como a cualquier buen ciudadano ruso--, sino tambien porque en Londres estaba James... y su esposa. El marques de Hallbrook habia sido su primer y gran amor, y aunque con el paso del tiempo habia comprendido que el siempre la habia visto como a una hermana, aun le dolia haberlo perdido. Su mente le trajo recuerdos de aquellos dias en que viajaron a Londres para la presentacion en sociedad de Sophia, la hermana de James y de Alex, y la suya propia. El habia estado demasiado ocupado, ayudando a la que en esos momentos era su esposa, lady Elisabeth, como para dedicarles tiempo a Sophia y a ella. Ni siquiera la acompano de vuelta a Rusia, sino que tuvo que soportar en el viaje al insufrible, arrogante e imposible duque de Ainsworth. --Milady. La llamada de una de las doncellas aparto sus pensamientos de unos ojos azul medianoche que todavia, despues de tres anos, aparecian de vez en cuando en sus suenos. Se volvio hacia el camino de piedrecillas por el que venia la joven. --?Que sucede, Sonya? --La inquieto el nerviosismo que dejaban traslucir el pecoso rostro y los ojos oscuros de la muchacha. --Tiene visita, milady. Fruncio el ceno. Era demasiado temprano para recibir visitas, y aunque a veces atendia a algunas de sus amistades a esas horas, desde luego su presencia no suscitaba ese estado de nervios en Sonya. --?De quien se trata?

  • Travis y Emily (Hermanos Sullivan 2) de

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    Travis Sullivan no tenia intencion de enamorarse. Acababa de regresar a Nueva York, tenia un nuevo trabajo y pensaba pasar en el gimnasio cada minuto de su tiempo libre. La vida de Emily no ha sido facil. Ha estudiado, ha hecho amigos y ha logrado, al fin, ser feliz. Pero jamas se ha enamorado. Y tiene tantas ganas de hacerlo como empeno en evitarlo. Cuando Travis y Emily se encuentran, sera inevitable que el amor surja entre ellos. Tan inevitable como un pasado maldito que los dos darian cualquier cosa por cambiar.

  • Pero. Por Que de Tess Lorente

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    Es increible como puede cambiar la vida de alguien en unos pocos meses. Te levantas un dia sintiendo que estas totalmente estancada y, de pronto, le das un vertiginoso cambio de rumbo a tu vida para sorprenderte una manana y apenas reconoces en el espejo el reflejo que tienes ante ti. Puede que te sientas abrumada por el cambio, pero, sin lugar a duda, ese cambio es la fuerza que propicia todo lo bueno que esta por venir. Y se abren un sinfin de posibilidades. Recobras el control y te permites el lujo de ser la protagonista de tu historia. Te brindas la oportunidad de vibrar de nuevo con la emocion del que lo prueba todo por primera vez. Y sientes que vives una segunda adolescencia, aunque con la seguridad que te otorga la madurez. Podria haber continuado con el camino que me habian marcado. Era comodo, estable, seguro..., no obstante, le faltaba algo especial, le faltaba luz, ilusion y, sobre todo, pasion. Nunca habria imaginado que aquel momento iba a ser el origen de todo. Estaba a punto de permitirme ser la compositora de mi propia sinfonia e iba a conocer a los mejores musicos del mundo. Y todo empezaba con una simple pregunta... Pero ?por que? Yo solo queria saber el porque, los motivos, los ingredientes que le llevaron a tomar una decision asi y a ejecutar una accion tan drastica. No queria reprocharle nada, pero creia merecer una explicacion. Bueno, quizas si queria reprocharle muchas cosas, echarle en cara todo lo sucedido, en fin, culparlo a el de todo; aunque no era capaz de articular palabra y para cuando me quise dar cuenta, el portazo exploto en mis oidos con la fuerza de un tiro al corazon y el nudo de mi garganta me dio la pista de que ya era demasiado tarde. Con todo lo que habia aguantado por el, por esa rara relacion que habiamos establecido como nuestra, ahora iba y me dejaba porque, segun el, estabamos estancados. Vale que no fueramos la pareja mas romantica del mundo, pero de ahi a romper de esa manera, sin explicaciones, sin una pelea como Dios manda, sin bronca monumental. Pense en salir corriendo tras el, en gritarle desde la ventana, en tirarle un jarron por el hueco de la escalera o, incluso, en suplicarle de rodillas que no me dejara de esa forma, sin embargo, no hice nada, no fui capaz de hacer nada, no movi ni un musculo, no balbucee ni una sola palabra, no grite llena de ira; solo cerre los ojos y pense: <>. Esta ruptura era el fiel reflejo de nuestra relacion falta de pasion, y fue en ese momento cuando me di cuenta de lo cansada que estaba de todo aquello. Y la verdad, no sabia como sentirme, dolida por la situacion esta claro, pero tambien, aunque no fuera del todo correcto, sentia algo parecido al alivio al pensar que esos meses de incertidumbre, de dudas, de malas caras y enfados iban por fin a acabar. Seria libre para sentirme como me diera la gana; reir, llorar, gritar, bailar o saltar sin sentir una mirada de desaprobacion a mi espalda, un ceno fruncido o caras de incredulidad cuando expresaba mis sentimientos de forma abierta y publica. Estaba harta del pudor irracional, del escaparatismo, de las normas establecidas por gente gris que no parecen entender que la vida son dos dias y uno y medio te lo pasas jodido. Hacia tiempo que la relacion que mantenia con Miguel no me llenaba en absoluto y sabia que habia dejado de ser yo misma para convertirme en una version mas acorde a sus gustos. Cambie mi forma de ser para interpretar el papel que se esperaba de mi. Me dejaba llevar sin plantearme siquiera la posibilidad de salir de ese bucle en el que me habia sumergido y que me estaba atrapando cada vez mas. Nunca se me paso por la imaginacion que seria el quien daria el paso, aunque mi completa pasividad se lo habia puesto en bandeja. La ruptura me ofrecia la oportunidad de reencontrarme con mi antigua yo. No es que fuera un dechado de virtudes, no obstante, por lo menos, no me hacia sentir como una traidora a mis ideas y valores. Me avergonzaba de la persona en que me habia convertido y ahora podia volver a retomar las riendas de mi vida y de mi futuro. Por un momento imagine la persona que queria ser y lo tuve claro al momento. Queria ser libre, ser independiente, ser espontanea, ser imprevisible..., queria ser YO en mi esencia mas pura, yo como persona unica, yo como un alma ligera de equipaje preparada para extraer todo lo bueno de la vida y tirar a la basura todo aquello que no me complaciera o llenara. Si. Estaba decidida, habia llegado el momento y no iba a dejarlo escapar. Lo tenia claro, lo tenia cristalino... era la mejor idea que habia tenido en muchos anos y por fin estaba dispuesta a intentarlo, iba a ser mi objetivo en la vida, por fin iba a SER FELIZ. Solo habia un pequeno detalle que debia pulir. Tenia que conseguir que el no volviera, y si volvia intentar con todas mis fuerzas ser fuerte y no dejarme vencer por la tentacion de volver a estar atada a alguien por no sentirme sola; simple y unicamente por miedo a la soledad. No. Ni hablar de eso, a partir de ese momento tenia que abrazar a la soledad como si fuera un salvavidas, una oportunidad, una amiga que me ayudara a crecer como persona y que no me hiciera sentir como alguien dependiente que no pudiera ni respirar sin ayuda de otro. Y, de improviso, me sorprendi mirando a mi alrededor, la habitacion donde hacia tan solo unos instantes habia creido que mi vida se detenia y que se convertia en un trampolin hacia un futuro totalmente nuevo, un guion por escribir, un nuevo comienzo. Pero como en todos los principios se necesita trazar un plan para no descarrilar antes de empezar, y eso me ilusionaba y me asustaba por igual. No deberia dejar ningun cabo suelto, tenia que estudiarlo todo al detalle, como si planeara un atraco de forma profesional y concienzuda, porque en este caso el botin era demasiado preciado como para perderlo por un descuido; el botin era YO. Al despertarme a la manana siguiente crei que todo habia sido un sueno extrano. No podia creer que el se hubiese ido al fin. Habia imaginado tantas veces nuestra ruptura, la escena, los gritos, reproches y lagrimas, que por un instante crei que todo habia sido fruto de mi imaginacion.

  • Christmas Sweet Christmas (Christmas’s Tales 2) de Eva P. Valencia

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    En San Francisco era conocida como Bridget Thomas, columnista en la revista Cosmopolitan Magazine, miembro del equipo de Friends of the Earth (una organizacion progresista de defensores del medioambiental para lograr un mundo justo y saludable) y vegana hasta la medula desde que tenia uso de razon, o desde mucho antes de que esa filosofia de vida se convirtiera en una simple moda. A todos los efectos, esa era mi tarjeta de presentacion en la gran ciudad: desde el 1 de enero hasta el 14 de diciembre. ?Curioso, verdad? Deduzco que tras mi planteamiento inicial, mas de uno/a habra echando cuentas y se habra preguntado quien era yo los diecisiete restantes dias... Pues bien, para vuestro interes y cotilleo personal os revelare que esos dias en cuestion era Brid: la adorable primogenita del alcalde de McAdenville, quien regresaba a casa de su progenitor cada invierno para pasar esos dias en familia a McAdenville, un precioso pueblo ubicado a las afueras de Charlotte en Carolina del Norte, cuyo principal reclamo turistico en Navidad desde 1956 era el de cambiar su habitual nombre por el de Christmas Town USA, ademas de ornamentar con mas de 450.000 luces de colores a los arboles de los alrededores, a los puentes, a las viviendas, a las bibliotecas y a las escuelas del lugar. Y si no fuera porque me causaba urticaria tanto derroche energetico, debia reconocer que se trataba de un autentico deleite para los sentidos. Era precioso, sin igual y sobre todo, magico. !Pero no! Bridget Thomas, jamas aprobara semejante agravio, ademas siempre estara a la vanguardia y en contra de cualquier acto que suponga un perjuicio al planeta. !A nuestro unico, fascinante e irreemplazable planeta! Es por ello que, cuando se avecinan dichas fechas, suelo buscar mil escusas para evitar regresar a McAdenville. Mentirijillas piadosas del tipo de: mentir sobre mi asistencia como dama de honor a la boda (imaginaria) de mi mejor amiga Charlotte. O mentir sobre estar en plena grabacion de un reality show en una isla desierta junto a famoseo casposillo. O mentir sobre el avistamiento de Ovnis cerca de Ashburt, el barrio en el que resido. A esto ultimo he de anadir que, para dar mas autenticidad a mi historia, realice un par de fotomontajes con la ayuda del Photoshop con imagenes extraidas de las peliculas de Skyline y E.T. el extraterrestre. O incluso recuerdo la ocasion en la que permaneci en bolas y como me trajo Dios al mundo, durante horas y a la intemperie, en el balcon de mi apartamento para asi pillar una buena galipandria y evitar ir. !Oh, que recuerdos aquellos! (Sonrei picarona). Sin embargo, pese a mi perseverancia, nada de eso funciono pues, como dice el refranero, mas sabe el diablo por viejo que por diablo, Kenneth Thomas, o sease: mi padre, quien se las sabia todas de calle, jamas dio credibilidad a ninguno de mis cuentos chinos. Y en honor a la verdad, yo tampoco me los hubiese creido. Asi que, otro ano mas me hallaba en el porche de su casa, a puntito de asir la aldaba de hierro fundido de la puerta, hinchando el pecho y a su vez, conteniendo la respiracion antes incluso de tomar conciencia de la gravedad del asunto. --!Brid, carino! La robusta voz de mi padre me envolvio por la espalda en un santiamen, al mismo tiempo que tambien lo hicieron sus brazos a mi menudo cuerpo. Aclaracion para la pleople: mi padre era un fornido hombre de pueblo cuya indumentaria no habia variado en las ultimas decadas. Llevaba la tipica camisa de cuadros, una bandada de cowboy rodeando su cuello, unos jeans desgastados y esas botas altas con la punta pronunciada. !Unicamente le faltaba el sombrero de vaquero y las chaparreras para parecer a John Wayne protagonizando Rio Bravo! --!Santo Cielo, Brid! ?Acaso no te dan de comer esos estirados snobs de la ciudad? -- Gruno-- !Estas tan delgada que pareces una varita de nardo! Inmediatamente, se separo de mi obligandome a dar una vuelta completa sobre mis talones y asi poder escudrinarme a conciencia de arriba abajo y de abajo arriba. --!No empieces, papa! --le sermonee y puse los brazos en jarras para dar mas enfasis a mi desagrado. --?Que no empiece, Brid? Pero, ?tu te has visto? --apremio con machaconeria. --Claro que me he visto, tengo espejos por todo el apartamento... !Como todo hijo de vecino...! Puse los ojos en blanco ante tal obviedad, supuse que no era mas que una pregunta retorica. --Pues no me lo parece... --refunfuno y yo no pude evitar sonrei al oir como un pitido muy sutil y comico, similar al de un globo al desinflarse o como el de una trompetilla, se le escapo de uno de sus orificios nasales-- !Un buen chuleton entre pecho y espalda! !Eso es lo que necesitas, cojones! Iugh! ?Carne? ?Ternera? ?Matar animales? Fue imaginar a un trozo de carne quedarse encajado entre diente y encia y os juro que... !me entraron ganas de vomitar...! --!Papa! !Dejalo ya, por favor! --me queje para zanjar el tema lo antes posible o estaba predestinada a profanar la inmaculada nieve blanca que habitaba bajo mis pies, con la putrida regurgitacion que acechaba con salir disparada de mi garganta de un momento a otro-- Sabes de sobra que no tolero bien la proteina animal; hace anos que me detectaron esa intolerancia. Fruncio el ceno con desabrido. --!Pamplinas, hija! Se perfectamente como hacer que desaparezcan esas..., !esas manias modernas que alguien te ha metido en la cabeza! Me clavo repetidas veces un dedo sermoneador en la frente. !Uf! !Uf! Y !Uffffff! !Santa paciencia! Mi padre era un ser testarudo por defecto, pero con el paso de los anos se habia vuelto mas tozudo si cabia. !Era tozudo como una mula! Y lo peor de todo no era eso, !no que va! Lo peor de todo era que lo hacia sin darse cuenta, de forma inconsciente. !Vamos! Calcadito a mi vecino del tercero cuarta quien a mi parecer sufria enajenacion mental transitoria en determinadas situaciones (cuando a el le interesa serlo, claro). --Venga, Brid. Acabemos esta conversacion en casa --anclo la llave en la cerradura y abrio la puerta, luego planto su gigante palma en mi espalda y me empujo hacia el interior-- !Fuera hace un frio del carajo! --!Ni que lo digas, dos bajo cero! --prorrumpi tras echar un rapido vistazo a la pequena estacion meteorologica que tenia instalada junto al viejo balancin de madera y que tenia mas anos que Matusalen. --Ademas, !ya empiezo a notar como se me congelan hasta las pelotillas! Al oir la ultima palabra no tuve mas remedio que negar con la cabeza pues mi padre entre otras muchas cosas, tambien era un deslenguado y malhablado, pero debia reconocer que tenia su puntito de gracia. O al menos, a mi siempre me lo habia parecido. Sonrei para mis adentros. --Brid, ?te hace un buen tazon de leche con chocolate? Esta vez me permiti el lujo de mirarle de soslayo justo antes de cerrar la puerta tras de mi. --?Tienes leche de soja? Y en el impase de tiempo en el que el depositaba las llaves en una caja reciclada de fresas a modo de vacia-bolsillos, me miro de hito en hito con la intencion de responder a mi pregunta pero, a ultima instancia, prefirio hacer mutis. Y yo que se lo agradeci en el alma, pues el viaje desde San Francisco habia sido muy largo y no tenia ni ganas ni espiritu para empezar una discusion con el. A fin de cuentas yo, Brid, la hija del alcalde de la preciosa villa de McAdenville, habia venido con la solemne intencion de pasar unas tranquilas y desapercibidas Navidades en familia... junto a el. 2 Bridget Thomas 15 de diciembre de 2014 Lo mejor de estar en fase vacacional es abrir los ojos por la manana y darte cuenta de que no tienes que madrugar, que puedes y que ademas debes levantarte a las tantas sin rendir cuentas a nadie, caminar descalza sobre el suelo laminado de madera de roble para acabar sentada en el alfeizar, degustando con total parsimonia un delicioso y calentito te de hibisco mientras observas a traves de la ventana la calma hecha pueblo. Para que me conozcais un poquito mas os explicare que naci aqui, en McAdenville, lugar en el que permaneci hasta la mayoria de edad. Un ano despues, decidi que necesitaba ver mundo y mundo que vi al dar un cambio radical a mi vida pues me embarque en un acto cargado de bastante ignorancia y una pizca de osadia. Perseguia un sueno: mi sueno, el de ayudar a mejorar el mundo (la palabra salvar siempre me ha resultado demasiado fatua). ?Me preguntais que si lo he logrado? Pues como es obvio, la respuesta es una gran negativa. Peeeero, permitidme alegar algo en mi defensa y en la defensa de mis colegas activistas, que unidos hasta la fecha, hemos ganado varias batallas pese a que aun quede muchiiiiiiiiiiisimo camino por recorrer. Y lo peor de todo es que ese camino no es precisamente llano, ni siquiera tiene un happy ending similar a la pelicula Sonrisas y Lagrimas de Robert Wise, sino que es una encaramada montana colmada de obstaculos al mas puro estilo Wipeout. Alrededor de las once de la manana sali a la calle. Afortunadamente para mi regocijo personal, la sostenibilidad habia llegado en parte a McAdenville, pues tuve ocasion de alquilar un patinete electrico para dar una vuelta completa por el vecindario y comprar un par de bricks de leche de soja, fruta y verduras. Alimentos vitales para mi alma y que brillaban por su ausencia en la colmada despensa de mi padre. En esas estaba cuando de pronto, al pretender doblar la esquina en Elm Street, fui embestida por algo contundente que me lanzo con violencia contra el asfalto. En apenas tres segundos (tiempo en el que trate de incorporarme como pude, enderezarme y recomponer el abrigo), una figura humana se acerco a zancadas a mi encuentro. A primera instancia crei que se aproximaba para averiguar mi estado y en ultima, para ofrecerme su ayuda. Peeeero, !nada mas lejos de la realidad! --!?Se puede saber que cono haces?! --Me espeto el susodicho con bastante chuleria-- !?Suicidarte?! !?Asesinarme?! ?Acaso no sabes identificar una senal de prohibido girar a la derecha? Abri los ojos como platos. --?Perdona? Aprovecho mi aturdimiento momentaneo para quitarse el casco y asi pude comprobar que se trataba de un tipo joven, alto, moreno y con una penetrante mirada azul que no cesaba de lanzarme dardos venenosos por doquier... !en lugar de socorrerme de una maldita vez! Desde luego, la humanidad al completo necesita con perentoriedad regresar a sus origenes mas basicos, pues estaba convencida de que un Australopithecus era infinitamente mas civilizado que el energumeno del siglo XXI que tenia frente de mi. Sacudi la cabeza pues en un visto y no visto imagine al ejemplar ya extinguido agarrando del pelo a una primate mu'mona (entiendase el sarcasmo) y arrastrandola a la cueva mas cercana para obligarla a tener descendencia y asi preservar la manada de salvajes. !Unga, unga, unga...! --?Una senal de prohibido? --mire con rapidez en todas direcciones, moviendo la cabeza aqui y alla, aleteando las pestanas pero nothing-- ?Donde? --Ahi, rubita --carraspeo y luego senalo con retintin-- Aaaa-hiiii... Me dijo la ultima palabra como si estuviera a camara lenta. <>. --Que sepas que has tenido mucha suerte pues acababa de salir del taller y no conducia deprisa. Iba solo con la primera marcha... Desvio la mirada hacia su moto, una del tipo Harley-Davidson. Yo hice lo mismo. --!Acababan de pintar el carenado...! --se quejo exasperado al tiempo que apretaba los labios, como si ese chatarra tuviera alma propia y se la hubiese ultrajado, como si le hubiese ofendido. Volvi a poner los ojos en blanco, esta vez casi se me quedaron encajados tras la nuca. El tipo dio un paso hacia mi y luego otro. --Espero que ese chisme y tu tengais seguro. !Ups! !Tierra tragame...! Trate de engullir un poco de saliva la cual se quedo atascada al principio de la laringe. Luego, cuando pude despegarla de las paredes, me quede en completo silencio al tiempo que aguantaba la respiracion. Uno... Dos... Tres... El tipejo me observaba con una ceja levantada. ?Que le pasaba? ?Acaso nunca habia visto a nadie ponerse violeta? Bajo la ceja despacio y luego tosio en su puno a modo de disimulo. --Primero fue el patin, luego el patin con mangos, mas tarde el patin electrico... --tercio el en tono sarcastico casi rozando lo absurdo--... !Animo, ya pronto inventareis la moto! El susodicho alias hombre de cromanon estallo en carcajadas y yo abri la boca atonita ante su cerril declaracion. !Pedazo insolente! ?Quien se creia que era? ?Charlie Rivel? !No tenia ninguna gracia! Queria matarle... lentamente, necesitaba matarle pero con mis manitas, nada de armas blancas. Esto... ?he mencionado lo de matarle lentamente? Pues eso: queria ma-tar-le len-ta-men-te. --Vamos, rubita, no te ofendas tanto… Que tan solo ha sido una pequena broma, para romper el hielo y eso... --arqueo la ceja de nuevo. !A ver si con tanto movimiento ascendente y descendente se quedaba lisiado de por vida! Cruce los dedos. --Bueno, como mi moto solo ha sufrido un pequeno rasguno y veo que todos tus huesos siguen intactos, pues eso... que me piro, que el menda tiene algo de prisa --finalizo su alegato con un guino y se llevo la mano derecha con los dedos juntos hacia la sien para emular al saludo militar. Y para mas inri, el sujeto sonrio precedido de una suave carcajada. Luego, sin perder mas tiempo del debido, se puso el casco, tenso la correa y encendio el motor de la moto. Segundos despues, desaparecio, no sin antes provocar un derrape con la rueda trasera con modesta seguridad. Y la menda se quedo en medio de la calle Elm Street con el patinete electrico cuyo eje estaba doblado, con mis asentaderas al rojo vivo y mi ego ecologista a la altura del betun (pero: organico). Of course!

  • En nuestro proximo destino de Carolina Munoz Fuentes

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    Te conozco desde antes. ?lo sabes?
    Despues de un accidente, Teresa se enfrenta a una serie de enigmaticos recuerdos, los cuales entrecruzan su vida en dos epocas diferentes: 1940 y 2017. En medio del vacio y la confusion, comienza una importante busqueda que se vuelve cada vez mas compleja, traspasando incluso la barrera del tiempo.

  • Te ame antes de conocerte (La c de Indhira Jacobo

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    El Sabor Latino, es una discoteca situada en pleno centro de Luxemburgo, pertenece a un frances, es un lugar pequeno pero que atrae a muchas personas por su musica latina. Estoy en la barra con mi amigo Carlos, al cual solo veo cuando vengo a visitar a mi hermana y la ultima vez remonta a mas de dos anos. Estamos tomandonos unos tragos y conversando de cosas triviales: el ambiente, su trabajo, problemas en el mio, y mi nuevo estatus de soltero. Giro la cabeza y me doy cuenta que no me esta escuchando. Al seguir la direccion de su mirada descubro donde esta toda su atencion. Mis ojos se topan con dos chicas que estan bailando en medio de la pista, moviendose al ritmo de Fergie con Daddy Yankee y siendo el centro de muchas miradas. Una de ellas lleva un vestido negro y unos zapatos de tacones plateados; a pesar de que va muy maquillada no puede tener mas de dieciseis anos, pero no es ella la que llama mi atencion sino su companera de unos dieciocho anos de edad. Me quedo estudiandola, me parece conocida pero no logro ubicar donde la he visto. Lleva puesto una blusa marron animal print aunque llamar eso una blusa, es mucho decir; el pedazo de tela que baja desde su cuello cubriendo sus senos bien rellenos, no muy grandes pero para mi gusto… !Perfectos! solo cubre lo suficiente; antes de terminar atado en un nudo en la espalda, dejando su vientre plano y su cinturita a la vista. Su pantalon de tubo rosado fucsia me permite tener una buena vision de su culo prieto en cada movimiento. <>. Lleva una trenza de medio lado que le llega al hombro, un poco mas arriba de sus senos. Mis ojos se pierden en el escote bien pronunciado. Recorro su cuerpo varias veces hasta detenerme en el diamante que lleva en el ombligo. <>. !Santo Dios! Mi entrepierna vibra y solo pienso en una cosa: devorarle esa boca rosadita que tiene hasta dejarla sin aliento y hacer que me pida que la folle, aqui y ahora. --?Quien es? --le pregunto a Carlos sin ocultar mi entusiasmo apuntando hacia la pista. --?Cual? --responde en un tono burlon--. No sabia que jugabas en las lineas menores. --No te hagas el chistoso conmigo, sabes que la pedofilia no es lo mio, porque esa muchacha aunque este muy bien maquillada y lleve un vestido demasiado corto, esta claro que es una nina. Te estoy preguntado sobre su acompanante. --Tranquilo, solo era broma --dice mientras me da dos palmadas en la espalda--. Se llama Adriana, vive en Francia y solo viene aqui los fines de semana. Casi nadie la conoce, por lo menos no lo suficiente. Hace una pausa y da un trago a su bebida. --Su hermano es un amigo, por lo que coincidimos de vez en cuando en algun partido de baloncesto. --?Por que lo dices como si fuera algo malo? --Bueno, no puedes negar que 'ta buena la condenada ?Quien no quisiera tirarsela? Como todavia no entiendo que hay de malo en lo que ha dicho hasta ahora anado: --?Pero? --Pero es muy altiva, nunca deja que nadie se le acerque demasiado. Solo coquetea lo suficiente para ponertela dura como piedra y nada mas. La miro otra vez, se ve tan alegre, tan segura de si misma, es tan sexy con esos movimientos tan sensuales e inocentes, como dice Carlos, capaz de ponersela dura a mas de uno, sin hacer ningun esfuerzo. Salgo de mi ensonacion cuando la musica cambia y suena una salsa. Las chicas salen de la pista y se dirigen hacia nosotros. Es mucho mas hermosa de cerca, tiene ojos grandes, tiene unos labios carnosos que provocan ser besados, sin embargo, como no quiero que me atrape en pleno repaso, volteo la cara cuando llega a la barra. --Un sex on the beach y una pina colada sin alcohol, por favor --le pide Adriana al bartender. --!Hola Linda! --saluda Carlos a su companera. --!Hey! Hola Carlos, ?Como estas? --le responde la chica, acercandose y dandole dos besos en la mejilla. --Bien gracias… se puede saber, ?Que haces aqui? ?Donde esta tu hermana?--le demanda buscando a la mencionada con la mirada. --Hoy no ha venido. --?Y como lograste burlar a los de seguridad? --Ya sabes que Claude es un amigo de la familia, le he prometido que no beberia alcohol si me dejaba entrar, y como es una ocasion especial, pues ha dicho que si. --Conque una ocasion especial, ?eh? ?Y que estan celebrando? --Pues que Adriana --comienza a explicar apuntando hacia ella con los ojos iluminados y una gran sonrisa--, ha entrado a la universidad de Metz. Carlos la mira durante un segundo --!Guau, felicidades! Eso si que es una a gran noticia. --Muchas gracias --responde ella, como si no fuera nada del otro mundo. --Tu bodyguard, ?donde esta que no lo he visto? --Si haces referencia a mi hermano, no debe de tardar en llegar. En ese momento el camarero le pasa las bebidas. --Gracias, ?Cuanto te debo? --Nada, Claude ha dejado ordenes, esta noche todas tus bebidas van por la casa --le informa guinandole un ojo. Ella se queda un tanto sorprendida, yo diria que incluso confusa antes de responder: --Es muy amable de su parte pero prefiero pagar las bebidas, asi que… ?Cuanto es? --De ninguna manera, son ordenes del jefe nena. --Bueno pues si son ordenes de Claude, no hay que discutirlas --dice Linda mientras le quita la bebida de la mano y le da un trago a la pina colada--. Vamos, las chicas no esperan. Y asi, sin mirar atras, siguen su camino despidiendose de Carlos con un gesto de la mano. Creo que va a reparar en mi, pero no, pasa por mi lado sin ni siquiera mirarme; la veo reunirse con un grupo de chicas que asumo son sus amigas y se pierden por un pasillo. Me quedo pensando una y otra vez ?donde la he visto? intento con toda mis fuerzas recordarlo, pero como no lo consigo, lo dejo pasar. <>. --Es hermosa, ?Verdad? Giro la cabeza y lo miro antes de asentir con la cabeza. --Aunque he conocido mas hermosas. Cosa que es cierta <> tambien es cierto. --Supongo que hay que agregar uno mas a la lista. Lo miro un poco confuso, con miedo de haber dicho esas palabras en voz alta. --No entiendo de que hablas --digo en un tono defensivo, sin saber bien por que. --Del dueno del club, estoy seguro que quiere echarle mano a esos huesitos --anuncia con una sonrisa diabolica--. O me vas a decir que eso de "todas la bebidas van por la casa" -- dice dibujando comillas en el aire--, es solo por cortesia. !Pues claro que no! A ese hombre lo que le interesa, es que le devuelvan el favor en especie, si entiendes lo que digo. No respondo, porque no me gusta lo que estoy escuchando y tampoco me gustaria imaginarmela en esa situacion. Veinte minutos mas tarde, Carlos termina su quinta cerveza de la noche. --Se esta haciendo tarde, manana tengo que trabajar temprano. Si quieres te puedes quedar, yo tomare un taxi de regreso --propone levantandose de la silla --No, como crees, yo te llevo. No conozco a nadie y no me voy a quedar aqui bebiendo solo. --Es muy buena forma de ligar, sobre todo para ti que estas de paso, las chicas te van a devorar con lo guapo que eres. --Ja ja, estas muy chistosito esta noche --digo ironicamente--, te recuerdo que llegue esta tarde de Italia, y apenas puse un pie en tu casa, me has arrastrado hasta aqui, ademas yo tambien estoy exhausto, asi que… !Andiamo!

  • Ojos sabor a menta de Rocio Ramirez Castillo

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    “Me llamo Veronica pero todos me dicen Vera, para no confundirme con mi mama, que se llama igual que yo. Pero soy diferente a las demas. Cuando veo colores, siento sabores. Cuando escucho musica, veo colores. Tengo los sentidos intercambiados, o sinestesia. En la escuela me dicen “la rara” o “la come-colores”. No tengo amigos, pero si hay dos chicos en mi vida. Mario, el chico que me gusta, porque cuando toca su guitarra veo colores en su musica, y Raul, el chico que mas odio, es un arrogante, un presumido, pero… tambien me gusta, porque tiene ojos sabor a menta”.

  • El factor Hynek de Manuel Bescos

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    La aburrida vida de Diego Gaston esta a punto de cambiar.

  • La chica del semaforo y el hombre del coche de David Orange S

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    Jack Miller es un genio de los numeros cuya especialidad es el estudio de la probabilidad, concretamente de los fenomenos aleatorios. Despues de anos trabajando en un misterioso proyecto que esta a punto de ver sus frutos, decide ponerlo todo en riesgo por algo que nunca ha tenido, una mujer…

  • Una Chica Sin Igual 2 de Noa Pascual

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    Noa Brown cree haber encontrado el amor. ?Lo cree o quiere creerlo? Ahora tiene que sacar a luz su verdadera personalidad y es posible que ni ella se reconozca. Sus nuevas amistades desean ver ese cambio en Noa, incluso sin saberlo se convierten en la fuerza vital de ella. Cuando todo parece ir bien, un accidente cambiara el rumbo de sus vidas. Nota: Solo el destino tiene el poder de darnos la felicidad o quitarnos la vida. Por ello tendremos que llegar hasta el final para saber que sera de Noa Brown y su pequena gran familia.

  • El elegido de Jorge Moreno

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    Pablo es joven y esta sobradamente preparado para ejercer la carrera que ha estudiado, pero esta en el paro. El reencuentro con un amigo del instituto le lleva a incorporarse a una organizacion que tiene por objeto cambiar el orden establecido y en la que esta llamado a tener un papel crucial. El lider del movimiento le reserva una mision muy importante, aunque Pablo no sabe de que se trata.
    Pero su decision absurda de abrir la puerta al sonar el timbre pondra patas arriba su existencia.

  • Llamando a las puertas de la revolucion de Karl Marx

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    Los mejores libros jamas escritos.

  • Amor de humo y algodon de Natalia Sanchez Diana

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    La vida de Sophie, hija del conde Samuel Hastings, cambia cuando descubre que tiene un hermano y que su tio, dueno de un molino de algodon en Manchester, ha sido asesinado.
    Aprovechando el parecido entre su padre y su tio Byron, este les deja escrito un plan para que suplanten su identidad y averiguen quien le ha matado.
    Para ello, tendran que relacionarse con los seis molineros mas poderosos y descubrir sus intrigas, mientras se ven envueltos en las luchas sindicales del movimiento obrero.
    Sophie no sabra en quien puede confiar, pero su corazon tal vez si.

  • Te elijo a ti de Isabella Marin

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    Un entierro familiar siempre es una buena ocasion para encontrarte con tus dos ex novios a los que has partido el corazon. O te lo han partido ellos a ti, ?que importan un par de detalles?

  • Los relatos de Fata Morgana de Jonathan Littell

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    Abajo del todo se alzan las dos torres. Destacan sobre un cielo gris, delicado, de luz contenida. Unos arboles ocultan parte de la segunda, la que esta quemada de abajo hacia arriba. Se yerguen silenciosas como centinelas, indiferentes a lo que sucede a sus pies. El viento agita las hojas de los arboles. Estelas de nubes cruzan perezosamente el cielo. Es un domingo de verano. Al rato el sol pasa por el balcon y calienta el rostro y las piernas. Asi que durante unas horas toca refugiarse en el interior oscuro y fresco del apartamento. Enfrente, hacia la izquierda, al bies sobre la colina, estan las pequenas manchas blancas de las tumbas, un reguero disperso entre las casas. Por encima del cementerio se alza una bonita vivienda, un gran edificio del siglo XIX con alas imponentes y columnas de un lado al otro de la puerta principal. Puede que ese fuese el acceso al cementerio. Es dificil saberlo, porque alli arriba no se puede llegar. Por la noche, cerca de esa casa, hay una luz que es un agujero de fuego en la oscuridad. Quien la ha puesto ahi, tampoco se sabe. Hay gente que debe de saberlo, pero yo a esa gente no la conozco. Una vez visite una casa no muy lejos de ese cementerio. Tambien era domingo, hacia el mediodia. B. me habia llevado para entregarle un paquete a la gente que vivia en ella. Nos quedamos en la terraza una media hora, bebiendo cerveza con el padre mientras la hija, en el jardin, cortaba rosas para B. Estabamos sentados un poco apartados, porque el extremo de la terraza quedaba expuesto. La ciudad se extendia a nuestros pies, con las dos torres de frente por una vez, bajo un cielo azul de verano que viraba a blanco. En el lado de la Residencia del general cayeron algunos obuses. El padre me dijo que no estabamos mas que a ciento cincuenta metros del cementerio; esa informacion me parecio sorprendente. Ayer, prosiguio, una mujer fue asesinada por un obus justo debajo de esta casa. La vispera habia sido en efecto un dia muy malo, mataron a muchas personas. Pero ese domingo yo todavia no sabia hasta que punto el dia anterior habia sido malo. Fue un fin de semana tan hermoso. El sabado, cuando atacaron por primera vez la Residencia del general, yo estaba almorzando en una taberna. Delante de mi mesa reboto una esquirla de obus con un pequeno tintineo, corri a recogerla; volvi a entrar en el cafe riendo, pasandome la esquirla aun ardiente de una mano a la otra, como cuando sacas del horno una patata asada. Mas tarde, ya de cara a la noche, fui a casa de unos amigos a tomar un coctel. Bebiamos en el jardin mientras por encima de nosotros bramaban los cohetes. Varios de mis amigos se asustaron y se acurrucaron al pie de los rosales. Fue muy divertido, nos reimos mucho. A la manana siguiente, otro obus exploto en el jardin de al lado, a unos cincuenta metros de donde habiamos estado bebiendo. Asi que ese domingo, despues de la cerveza cerca del cementerio, me fui con B. a recoger a nuestro amigo A. para ir a almorzar a un restaurante precioso, un poco aislado, con una terraza cerrada solo en parte en la que podias estar al aire libre sin violar demasiado las prohibiciones de la policia. Comimos lentamente durante toda la tarde, chuletas de cordero con una ensalada de cebolla, y nos bebimos una botella de vino tinto. Despues, B. y yo compartimos un puro, estaba demasiado seco pero igual fue un gran placer. Luego compramos pasteles y fuimos a beber alcohol a mi balcon, frente al cementerio, con las dos torres a nuestros pies. No fue hasta el dia siguiente, al leer los periodicos, cuando nos dimos cuenta de lo malo que habia sido el fin de semana. Pero el verano ya llevaba asi seis semanas, y todo apuntaba a que iba a seguir igual. La ciudad estaba completamente cerrada desde finales de mayo. De hecho, todavia quedaba una carretera para entrar y salir, pero era peligrosa. Habia a quien esa sensacion de encierro le ponia de los nervios, pero a mi me alegraba. Me encantaba la idea de estar aqui atrapado para el resto del verano, con el calor y la luz, perseguido a un lado y al otro de la ciudad por los silbidos agudos de los obuses y el ruido obsceno de sus detonaciones. Eso me hacia sentir enormemente vulnerable y me ligaba como un suplicio a esa otra cosa de la que no deberia hablar. Esa otra cosa, me resulta imposible hablar de ella pero tambien me resulta imposible no hablar de ella. Me devastaba el corazon y consumia mis noches: por la manana, al despertarme, colmaba mi cuerpo y lo retorcia de felicidad. Luego me levantaba, me vestia, me dirigia a mi despacho y reanudaba mi trabajo con una atencion y un estado tan febril que, por un tiempo, la dejaba de lado. Pero a veces los bombardeos eran demasiado fatigosos, imposible trabajar, y entonces, entre el miedo y esa cosa, me invadia una enorme pereza que volvia inutil cualquier esfuerzo. Entonces quedaba el balcon, el sol, los libros, el alcohol y los puritos que tanto me costaba procurarme, y a veces tambien el telefono, horas y horas de telefono, un medio odioso y falso pero que en ausencia de su rostro y de su cuerpo alimentaba mi angustia y mi futilidad. Y aqui estoy, hablando de ello, cuando no deberia hacerlo. Deberia hablar de otra cosa. Hacer descripciones, como al principio de este relato, describir el purito palido que me fumo en este momento, el mechero de estano barnizado que tengo delante, un poco rayado por las monedas que llevaba en el bolsillo, el cielo que vira a gris. A modo de proteccion de posibles fragmentos de vidrio, las ventanas de mi despacho estan cubiertas por unas laminas autoadhesivas de plastico translucido; a traves de esas laminas, punteadas por burbujas de aire, todo se ve turbio. Es una lastima, pero por otro lado, delante de mi despacho no hay nada que ver, solo otro edificio gris, sucio, con muy pocas ventanas intactas y estrias de impactos que atraviesan su fachada. Ah, aqui vuelve el sol, a iluminar graciosamente esa horrible fachada. No hay discusion, el sol demuestra una inmensa bondad por las pobres cosas de este mundo. Un poco mas arriba, en este mismo cuaderno en el que ahora tomo notas, hace unas semanas escribi una o dos frases sobre la luz del sol en el cuello de B. Tambien, como por azar, fue un domingo (aunque en realidad no se deba al azar, sino a que trabajo para justificar mi presencia aqui, y a estas historias no les quedan mas que los domingos). Fue uno de los momentos mas aterradores y dolorosos en que me he visto inmerso en los ultimos anos. ?Que me impidio besarla, en ese momento? Todo mi cuerpo y todo mi pensamiento, tan debiles, no tendian mas que a una sola cosa, posar mis labios sobre ese cuello resplandeciente de luz y blancura. Que horror. No me movi, me quede apoyado en la barandilla, luego nos fuimos. Podria echarle la culpa a mi natural timidez, pero algo me dice que eso seria falso, una patetica escapatoria. Mas bien me parece que aquello fue miedo, lo cual no es lo mismo. Bajo esa luz pavorosa, tan cerca de su piel, me quede descolocado, crucificado de miedo y deseo, y ni siquiera llame Elohim, Elohim, estuvimos charlando, luego nos fuimos, le cogi una flor, otra para la tumba de mi deseo, y la lleve a su casa. En verdad no deberia hablar de estas cosas. El verano continua, esta lejos de terminar. No habria que hablar de eso sino despues, mucho tiempo despues. Lo mejor seria no hablar de eso nunca, morir en silencio y que asi desapareciese, esas dislocaciones y esas luces de las que al final veremos que esta hecha la vida, si es que no lo vemos ya, y si es que alguna vez podemos decir de una vida que esta hecha, pero si no logramos callarnos, por lo menos que sea mas tarde, y que haya sido debidamente digerida antes de regurgitarla. El verano ni siquiera ha terminado, las sirenas acaban de ponerse a sonar, habria que aprender a hacerse crecer una piel antes de jugar a despellejarse con navajas de tan pobre calidad. Tanta impaciencia me desconsuela.

  • Intrigas de alta sociedad 1 de Ana Allende

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    Elizabeth Salt, es la unica hija del acaudalado abogado Marcos Salt y de una madre que solo conocio por fotografias. Al caer su padre gravemente enfermo, ella se encarga de su prestigiosa firma de abogados sin pensarlo y sin miedo, a fin de cuenta, habia sido criada para ese dia. --De la mano de su mejor amiga y secretaria, pasan sus dias sin salir de su rutina normal, sin embargo, acontecimientos inciertos empiezan a acumularse alrededor de su dia a dia, los cuales entorpecen su concentracion y hacen volatiles sus estados de animo. Una noche, al surgir un encuentro casual con un viejo amigo, se abren las posibilidades para que un amor improbable y aventurero llegue a su vida, causando estragos en su forma de pensar y demostrandole que aun en lo complicado, existen momentos de plena felicidad. Aunque todo esto podria verse opacado por traiciones inesperadas, mentiras descubiertas y fantasmas del pasado que quieren reaparecer para convertir su vida en un caos total. CAPITULO I Es una tipica manana de lunes en Manhattan, Elizabeth abria sus ojos a un nuevo dia que no prometia grandes cosas; pero si debia cumplir con grandes responsabilidades que su padre habia colocado en ella. Marcos Salt, padre de Elizabeth, era un hombre de aproximadamente 75 anos de edad, con una tez blanca, aunque no tanta, unos ojos grises y cabello totalmente blanco; su contextura era un poco robusta, pero para ella siempre fue muy buen mozo. Aparte de ser su padre, era un reconocido abogado de Nueva York, dueno de un bufete de abogados muy prestigioso llamado Salt, Lenon & Associates y, aunque habia logrado tener en sus haberes un monton de metas realizadas tanto personales como profesionales, sin esperarlo cayo gravemente enfermo hace unos meses atras, no quedandole mas opciones, tuvo que utilizar a su unica hija y vicepresidenta del mencionado Bufete como representante de sus intereses. De su madre Elizabeth nunca tuvo mucho conocimiento, solo poseia de ella una pequena foto tamano carnet en donde se veia sonriente y jovial; era de piel blanca, cabello castano claro, unos ojos color cafe y de contextura delgada, no puede negarlo, era preciosa y tampoco puede evitar encontrar una minima similitud con ella misma y la fotografia, por lo menos fisica; de pequena siempre le preguntaba a su padre ?Donde esta mami, papi? Y su padre siempre le daba la misma respuesta: "tu madre se fue un dia porque se canso de cuidarte hija, pero pase lo que pase yo nunca te abandonare, tu siempre seras mi rabbith, mi conejita de la suerte". Durante 22 anos esas palabras retumbaban en su cabeza de vez en cuando, sobre todo en los dias nublados o lluviosos; siempre le habian causado cierta nostalgia ese tipo de clima y hoy era uno de esos dias; ella nunca pudo entender como una madre se podria cansar de cuidar y atender a una nina que solo tenia dos anos cuando ella se marcho. A pesar de que ella misma todavia no habia vivido esa etapa, siempre se lamento el hecho de que tal vez, si se hubiera criado con su madre, hubiera podido ser una mujer un poco diferente a la que era ahora. Elizabeth Salt era una mujer sencilla, pese a todas las virtudes economicas de la cual su padre la habia podido colmar, era carismatica y muy inteligente, estudio Derecho igual que su padre, pero no por vocacion, sino por obligacion, su sueno de nina siempre fue bailar, pero su padre nunca lo considero una profesion; para el era menos que un hobby, sin embargo, en el transcurso de su educacion se dio cuenta de que su carrera no era tan mala como lo habia pensado y se graduo con honores de la universidad. A los pocos meses su padre la convirtio en la vicepresidenta de su importante compania; como hija unica, cualquiera pudiera pensar que era su obligacion. Su herencia genetica la habia colmado de una belleza incomparable; era blanca como el papel, de piel totalmente inmaculada, poseia unos grandes ojos grises rodeados de unas largas pestanas, su mirada era intensa, tanto que podian convencer al mismisimo Papa que el cielo era rosado y no azul si ella asi lo disponia; su cabellera era larga, con pequenas ondas y de un precioso color castano claro y, aunque no era del todo delgada, poseia unas largas piernas torneadas y una pequena cintura; mejor dicho, era todo un encanto de mujer, pero debajo de todas esas caracteristicas que a la vista de los demas la hacian parecer perfecta, solo era una mujer de 24 anos, molesta con un padre que fue sumamente sobreprotector y triste por el hecho de que ni su propia madre la quiso. ?Quien me podra querer si ni mi propia madre lo hizo? Siempre fue la pregunta que rondaba en su cabeza; con ese mantra que repetia varias veces al dia, era casi imposible tener cualquier relacion amorosa, la misma solo consistia en un par de noche al mes, al llamar a una agencia de acompanantes y asi desahogar el calor que su cuerpo emanaba. Pero sacudiendose todas esas malas sensaciones con las cuales habia despertado esa lluviosa manana, se levanto de la cama y se encamino al bano, era hora de tomarse una ducha con agua bien fria para despojarse de todos esos malos recuerdos con los cuales se habia levantado; odiaba despertar asi, su dia solia ser patetico cuando eso ocurria. Abrio la ducha, el agua estaba un poco mas fria de lo normal, pero no le importaba; mientras mas fria mejor. Se quito su pijama y entro en ella; las primeras gotas de agua que cayeron sobre su cuerpo le supieron a gloria, era como si de alguna manera le dieran frescura a su vida y borraran de su mente todos esos tristes acontecimientos por los cuales ella habia tenido que pasar, aun siendo tan joven. Aquella agua helada que sentia sobre su piel, le devolvia poco a poco cada sensibilidad en su cuerpo entumecido, no sabia si de dolor o de pena, pero el hecho era que el agua fria la hacian sentir muy bien. Despues de unos 15 minutos en la ducha, salio de ella y se encamino a su habitacion para vestirse, queria colocarse algo fresco, hoy no estaba de humor para algo muy formal, a lo que abrio su elaborado closet de madera color caoba, el cual hacia juego con su cama, su peinadora y sus dos pequenas mesitas de noche. Encontro el vestido perfecto, era de color morado con un hermoso estampado de flores negras, no era tan largo, un poco mas abajo de las rodillas, con una falda acampanada y un escote alto hasta el cuello, sin nada de mangas, era simple y precioso, tal como a ella le gustaban las cosas; cuando se disponia a colocarselo con toda la calma, ya que todavia era muy temprano para llegar a la oficina, su celular sono, inmediatamente se puso de mal humor. Samanta Brice, su secretaria, sabia cuanto le molestaba que la llamaran tan temprano, aparte de su relacion laboral, era la unica amiga que todavia le quedaba, y por la cual colocaria las manos en el fuego, ha sido incondicional y eso se agradece y se valora, pese a todo; de mala gana tomo el telefono de la mesita de noche y contesto: --Disculpa Liz, solo queria informarte que aqui esta esperandote la Sra. Loise Green, la viejita que a estas alturas se quiere divorciar.-- dice en voz chillona, segun ella disimulada, mis ojos giran como si ella pudiera verme, es inevitable, su torpeza e indiscrecion me exasperan la gran mayoria de las veces. --Samanta. -- Le digo casi con la misma voz chillona de ella a ver si entiende su indiscrecion, pero no, nada, esta muchacha es como un baul cerrado. --Yo no entiendo como estas viejecitas pueden siquiera pensar en retomar una vida, ya las senoras de su edad son para que hagan tortas y cuiden a sus nietos, mas nada, es ridiculo lo de este senora. Pongo mi dedo pulgar e indice en mi frente y aprieto esa pequena arruguita que se me forma entre las cejas cuando estoy molesta, por no decir furiosa. --Samanta, por el amor de dios ?cuando vas aprender a ser un poco mas discreta? Eres la secretaria de la vicepresidenta de la compania, comportate como tal. --Dile a la Sra. Green que en aproximadamente 30 minutos estoy en la oficina. Del otro lado del telefono solo escucho la respiracion entrecortada de una Samanta apenada; por un momento siento pena, pero debe de aprender, mi padre siempre dijo que en este mundo todos tenemos un papel muy importante que debemos saber interpretar y ella debe de aprender el suyo, no se puede valer siempre de nuestra amistad para actuar de manera poco profesional. Corto la llamada antes de arrepentirme y pedirle disculpas casi de rodillas; no lo puedo evitar, es mi amiga y la adoro, a pesar de que somos dos polos opuestos, nos complementamos de una manera increible, yo soy la chica estructurada y ella es una morena de ojos cafe oscuro y de un cabello negro corto, mas despreocupada que yo y de un alma salvaje e indomable; respiro hondo y prosigo mi rutina, me coloco mi ropa interior, paso mi hermoso vestido por encima de mi cabeza y hago medias acrobacias, casi contorsionismo para poderme subir el cierre, pero despues de un momento lo logro, tomo mi cabello y lo ato en una cola alta, escojo unos bellos zapatos negros de punta con un tacon no muy alto y me coloco unos pequenos aretes plateados en forma de luna, son mis favoritos y ya por ultimo, hecho un poco de polvo y rubor sobre mi rostro, un claro color en mis labios y estoy lista. Al bajar las escaleras de mi casa, una hermosa propiedad ubicada en el barrio Upper East Side

  • Y me lo queria perder, Rosario Vila de Rosario Vila

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  • El secreo de marcos de Rafael Nieto Rio

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    *A partir de 10 anos*
    La vida de Marcos transcurre tranquila. Se divierte en el recreo, juega de defensa suplente de futbol sala. hasta que un dia tropieza con un portal al territorio magico de Alistea y su apacible existencia da un vuelco espectacular. Un guerrero elfo, al que le encantan dos cosas de nuestro mundo (una de ellas es el chocolate con churros) se convertira en su canguro. Ambos deberan resolver un enigma por las calles de Madrid con la ayuda de un vecino jubilado, recorreran Alistea en una carrera contrarreloj.y descubriran un secreto estremecedor.

  • El secreto de la highlander (Al tiempo del highlander 2) de Mariah Stone

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    --!C! Marjorie gimio. Debia estar sonando. ?Por que otro motivo oiria el llamado a guerra de su clan? El colchon de paja le rasgunaba la piel. La habitacion estaba en silencio y olia al polvo acumulado en las cortinas del dosel. ?Estaba sola? Intento abrir los parpados, pero le pesaban, y de pronto recordo… Si abria los ojos, podia verlo a el. Y el querria golpearla de nuevo. O tomarla de nuevo. <>. Queria perderse en el olvido oscuro y entumecedor. El olvido le permitia estar lejos del dolor que sentia en todo el cuerpo. Un sonido extrano le lleno los oidos, y se aferro a el como si estuviera al borde de un precipicio. El ruido venia de afuera y de abajo. Gritos de dolor. Varias espadas chocando contra otras. Y, de pronto… --!Cruachan! --En esta ocasion, el grito se oyo mas fuerte y mas cerca. Era el coro de varios hombres. ?Acaso se lo estaba imaginando? ?Estaba tan desesperada y quebrada que estaba sonando con su hogar? El aire olia a humo. Varios pasos resonaban contra el piso de piedra al otro lado de la puerta de la habitacion en la que la tenian prisionera. La puerta se abrio, y el enrejado de hierro solto un chirrido. Luego se cerro. Ese sonido, el de esa puerta, significaba una cosa: <>. Y si el se encontraba alli, seria para causarle dolor. Unos pasos rapidos y pesados se aproximaron. El hombre respiraba agitado y caminaba de un lado al otro de la habitacion. La cota de malla hacia un sonido metalico. Aun no la habia tocado, de modo que quizas no habia venido por ella. <> Afuera, los gritos se intensificaron. Algo pesado arremetio contra la madera. --!Cruachan! <>. La esperanza florecio en el pecho de Marjorie y le dio fuerzas. Abrio un solo ojo, pues el otro estaba hinchado y cerrado, y volvio la cabeza hacia la luz que se colaba por la ventana. Alasdair MacDougall recorrio la dura pared de piedra oscura. Tenia las fosas nasales dilatadas, la mirada perdida y el cabello oscuro despeinado bajo la cota de malla que le cubria la cabeza y los hombros. Tamborileaba la hoja plana de la espada contra la mano. La miro de reojo y se congelo durante un instante, con el rostro inexpresivo. --?Estas despierta, zorrita? --Cruzo la distancia que los separaba con tres zancadas. Aunque no le quedaban fuerzas en el cuerpo, Marjorie se incorporo en la cama para intentar alejarse de el lo mas posible. La manta que la cubria se cayo, y sus muslos desnudos, cubiertos de sangre seca, destellaron en tonos blancos, rojos y amarronados. Se queria cubrir, pero se sentia muy debil. El aroma de el, con el que ya estaba familiarizada, se impregno en el aire; apestaba a sudor y almizcle masculino. Dejo caer la espada, que aterrizo en el suelo con un fuerte ruido metalico. Con una mano, la sujeto del cabello y con la otra, la abofeteo. Una oleada de dolor cegador le atraveso la cabeza. Luego la golpeo del otro lado. Marjorie sintio que los ojos le explotaban dentro del craneo. Sin embargo, no lloro. Alasdair la jalo del cuero cabelludo para acercarla a su rostro, y ella sintio su mal aliento: una mezcla de cerveza, alcohol y carne con cebollas. --?Estas contenta ahora, princesita? Creiste que eras demasiado buena como para aceptar mi propuesta, pero ahora todos veran la zorra que eres en realidad. No vales nada. Ella tomo aire para llenarse los pulmones. --?De que hablas? --se las ingenio para preguntar. --El clan Cambel esta llamando a nuestra puerta. Pero mientras yo te tenga, tengo el poder. Que el dijera que su familia habia venido a buscarla era muy distinto a que ella lo pensara o lo imaginara. Era un hecho real. Habian venido. Marjorie sonrio y se rio abiertamente en su cara. Junto saliva en la boca y le escupio una mezcla de saliva y sangre en el rostro antes de romper a reir mas fuerte. El esfuerzo le causo dolor, pero a la vez le trajo alivio. Marjorie lucharia su batalla en esa habitacion mientras su clan peleaba por ella en el patio. --Se ha acabado, maldito violador --le aseguro. El rostro de Alasdair empalidecio, y ella se siguio riendo, aunque podria acabar muerta en cualquier momento. Alasdair descargo toda la fuerza de su puno contra su rostro, y Marjorie se hundio en una niebla oscura. A traves de la neblina, diviso a dos hombres blandiendo sus espadas. --!Te voy a matar, alimana! --grito alguien. El acero resono y destello contra la luz que se colaba por la ventana. Gritos de dolor le perforaron la mente. Luego oyo un aullido mortal y desesperado, y un sonido estrepitoso de algo pesado que cayo al suelo. Se desperto al oir una voz familiar que la llamaba. Una voz muy querida que habia conocido durante toda su vida. --Marjorie. Alguien le acaricio la cabeza, pero se sintio como si unas cuchillas le estuvieran atravesando la piel. Se esforzo para abrir los ojos y apenas logro levantar un parpado. Era Craig. Su hermano. Ensangrentado y lleno de moretones, se hallaba arrodillado a su lado. Le sonreia, tenia los ojos rojos y el cabello enmaranado. Las lagrimas le nublaron la vista y le hicieron arder los ojos. El estaba alli. Y eso significaba que Alasdair ya no representaba una amenaza para ella. Craig la cuidaria. La llevaria a casa. Una ola de alivio la invadio. El eco de los sentimientos de gratitud y amor le lleno el pecho. A pesar de que tenia los labios partidos y magullados, se las ingenio para sonreir. --Hermano --susurro. La puerta se abrio de par en par, y su primo Ian entro en la habitacion. Sus rizos pelirrojos estaban cubiertos de sudor y tenia el rostro lleno de cortes y moretones, pero estaba vivo. --La encontre --le dijo Craig. --Que bien. Vamonos. El camino esta despejado. Craig asintio. Marjorie supo que le estaba prometiendo que todo estaria bien. Con cuidado, la envolvio con una manta y la levanto. El dolor la atraveso. Mientras Craig se la llevaba de la habitacion, vio el cuerpo sin vida de Alasdair en el suelo, con un charco de sangre a su alrededor. Le hubiera gustado sonreir y reirse, pero se sentia vacia. Craig bajo hasta el descanso de la escalera de madera, donde los hombres de su clan aguardaban de pie. La luz de las antorchas iluminaba sus rostros serios. Ian bajo las escaleras primero con la espada en alto, para asegurarse de que no hubiera mas peligros en el camino. Sin embargo, mientras Craig descendia los escalones, la lucha se fue deteniendo en el piso de abajo. Su padre se hallaba de pie en el siguiente descanso, con el rostro distorsionado de dolor al ver a su hija a los ojos. Ella intento sonreir para calmarlo y demostrarle que no estaba enfadada con el por no haberla protegido o no haber venido antes. Craig siguio avanzando, y Marjorie vio al tio Neil y sus hijos. Sus miradas reflejaban sentimientos de pena y furia. Al salir de la torre, Marjorie vio a John MacDougall, jefe del clan MacDougall y padre de Alasdair, aprisionado por dos Cambel. Se retorcia en vano, tenia el palido rostro crispado con una rabia silenciosa al comprender que su hijo debia haber muerto si Marjorie se encontraba en los brazos de Craig. MacDougall nunca debio haber permitido que Alasdair la secuestrara y la tratara de ese modo. Debio haber puesto fin a esa locura y haberla enviado a casa. John MacDougall habia consentido todo lo que le habia pasado a Marjorie. Por lo que a ella respectaba, el era tan culpable como su hijo. Craig por fin salio a la luz del dia del patio rodeado de los muros cortina de piedra, y Marjorie cerro los ojos. Muchos hombres habian muerto ese dia para salvarla, y no podia soportar ver la evidencia del hecho. No en ese momento. Craig camino un poco mas y, de pronto, se arrodillo en el suelo. Marjorie abrio los ojos. Su abuelo, sir Colin Cambel, yacia sobre el cesped tenido de rojo. Tenia una herida profunda cerca del corazon, pero ya no manaba sangre. Sus ojos estaban cerrados; su piel, palida. Estaba completamente quieto, excepto por el cabello blanquecino que el viento mecia. Craig tomo la mano de su abuelo y la apreto. Ian se detuvo al lado de ellos y apoyo una mano sobre el hombro de Craig. Craig le susurro algo a su abuelo, y Marjorie sintio que una lagrima se le deslizaba por la mejilla. Entonces, su hermano se puso de pie y camino con ella hacia los caballos y las carretas. --Tenemos una carreta para ti. Esta llena de mantas y pieles. Estaras en casa en breve. --La deposito sobre el lecho improvisado y la cubrio con las mantas. Pronto, el calor comenzo a regresar a ella. Se sintio a salvo. Y libre. Ciertamente, era libre; sin embargo, la humillacion, el dolor y el sentimiento de ser indigna le carcomian el corazon. La mantenian prisionera. Marjorie se doblo en un ovillo y comenzo a llorar. --Oh, Marjorie, tesoro, no llores. --Craig le dio una palmadita en la espalda--. Por favor, carino. Lamento mucho no haber venido antes. Hemos venido ni bien supimos quien te habia secuestrado. Marjorie no podia dejar de sollozar. Craig se sento a su lado en la carreta, la abrazo y la cubrio como una manta pesada y protectora. Cuando por fin dejo de llorar, se quedo quieta e intento acostumbrarse a la sensacion de libertad que le llenaba el pecho y que se sentia tan extrana. ?Como seria volver a estar rodeada de gente? ?Poder andar de una habitacion a otra? ?Salir a la luz del sol? ?Montar a caballo? Tras haber pasado un mes en cautiverio, penso que nunca volveria a experimentar esas cosas. Abrio los ojos y miro a Craig. El la observaba preocupado, con una mezcla de dolor y furia en los ojos. --?Que puedo hacer? --le pregunto. Marjorie nego con la cabeza. --Nada --susurro--. Me has salvado. Me has vengado. Has asesinado a ese bastardo. No hay mas nada que puedas hacer. Craig le apreto la mano y asintio. --Ahora nos enfocaremos en sanarte. Pronto volveras a ser la Marjorie de siempre. Ella tomo una profunda bocanada de aire y cerro los ojos. Por mas que le doliera admitirlo, eso nunca seria cierto. Por dentro, era una piedra: fria y dura. Nunca dejaria que un hombre la tocara. Nunca se casaria. Y nunca dejaria que nadie le volviera a hacer lo que Alasdair le habia hecho.

  • La caja de botones de Gwendy de Richard Chizmar , Stephen King

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  • Ultima Navidad en Paris de Encarna Magin

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    Navidad… la epoca mas magica del ano donde todos los milagros son posibles.
    Paris… la ciudad del amor.
    ?Que puede fallar?

  • Ella duerme aqui de Dominique Sylvain

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    <>. Esas son las unicas tres palabras del mensaje que, acompanado de una foto de su hija Kate con los ojos cerrados, recibe en su movil Jason Sanders. Decidido a encontrarla tras su repentina ausencia del club donde trabaja como chica de compania, Sanders toma desde Londres el primer avion hacia Tokio. Alli, Kentaro Yamada --capitan de policia de Shinjuku-- y Marie --companera de piso de la joven-- le ayudaran en su busqueda por el distrito de Kabukicho: un equivoco paraiso de neones y love hotels, donde cualquier estrategia es buena para arrastrar al cliente a uno de los cientos de locales en los que el placer se compra y se vende; un inmenso teatro de la seduccion, controlado por los siniestros yakuzas, en el que seguir el rastro de la desaparecida Kate les obligara a caminar siempre al borde del abismo…
    Dominique Sylvain, que conoce de primera mano el pulso vital de una de las ciudades mas fascinantes del planeta, nos sumerge de lleno en ese imperio de los signos y los sentidos que es la capital japonesa, sin renunciar en ningun momento a la vertiginosa trama de suspense de este perverso y exotico thriller.

  • El sabor de tus besos de Lorraine Murray

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    Margot es duena de un restaurante en el barrio parisino de Montmartre. Pero la jubilacion de su actual jefe de cocina la obligara a tomar una decision tan arriesgada como inesperada.

  • La Ciudad Perdida del Dios Mono de Douglas Preston

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    Una leyenda de 500 anos.
    Una maldicion antigua.
    Un asombroso misterio medico.

  • De la alta cocina a tu casa de David Andres Morera

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    No es habitual que el jefe de cocina de un tres estrellas Michelin decida abrir un restaurante de menus a doce euros en su ciudad natal. Tampoco lo es que tenga menos de treinta anos o que no supiera pelar una patata hasta los veinte. Pero David Andres es un joven prodigio que esta revolucionando la cocina y que ya ha sido tres veces distinguido como mejor cocinero joven de Espana.
    Con este libro, que cuenta ademas con la participacion de reconocidos cocineros como Jordi Cruz, Joan Roca o Andoni Luis Aduriz, apuesta por trasladar la filosofia de su restaurante a la comida del hogar. Platos suculentos, sanos, con ingredientes de proximidad y un ojo siempre puesto en la cocina tradicional.

  • Un dia de diciembre de Josie Silver

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    Una novela magica y emocionante que nos recuerda las inexplicables vueltas que da la vida de camino a la felicidad.

  • El orfanato de Pamplona de Bryan Valarezo

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    Un viejo orfanato...

  • Donde duerme tu nombre de Ana Maria Draghia

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    Abril tiene veintiseis anos y trabaja en un estudio de animacion. Aunque parece ser feliz, solo piensa en averiguar quien es su padre. Y, por si esto fuera poco, cuando Eric reaparece, todo su mundo se pone del reves. Queriendo alejarse de el, se acerca a su jefe, Christopher, envuelto en mas secretos de los que ella espera.

  • El hombre corriente de Narciso Uson Moral

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    ?Puede un hombre corriente subvertir el sistema juridico para lograr la justicia? ?Es moralmente aceptable? Esta es la historia de una persona, mediocre segun los convencionalismos sociales, que busca redimirse de su dolor y vindicar la dignidad de los desfavorecidos frente al corporativismo del poder. Su lucha sera ardua, costosa y obligara a otras personas a tomar decisiones morales. Es la historia de aquellos hombres corrientes que se convierten en heroes aunque sus actos solo sean conocidos por su conciencia y lo unico que busquen sea poder vivir consigo mismos.

  • Casi imposible de Nicole Williams

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    Todo era posible. Al menos eso pensabamos.

  • La criminologa (Los casos de Jennifer Palmer 1) Arthur R. Coleman de Arthur R. Coleman

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    Un trepidante thriller policiaco, una novela de intriga y sensualidad desde una optica nueva y fresca, un personaje diferente, pleno de originalidad y fuerza: Jennifer Palmer. El nuevo y mas sorprendente personaje de la novela criminal y erotica.Un novedoso enfoque de la literatura de asesinos en serie. Un autentico psicopata del crimen busca un adversario de su talla y reta a la criminologa Jennifer Palmer a traves de sus asesinatos: Los desafios del hombre. Es el kraken

  • Mi orgullo y tus prejuicios de Alissa Bronte

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    Sara tienen miedo a pesar de que ya conocia su destino, aunque saberlo de antemano no lo hace mas facil. Volara a Corea, un lugar lejano y diferente del que no comprende sus costumbres, pero al que tendra que adaptarse ya que su futuro esposo, o el futuro negocio que va a cerrar su padre, es de alli.
    Tras de si dejara amigos, un amor y un hogar que no es perfecto, pero que le es conocido, y se zambullira en otro del que apenas conoce nada.
    Al llegar, no solo se topara con un mundo opuesto al suyo, sino con un guardaespaldas que pondra su interior tambien patas arriba.
    Tambien conocera a su prometido.
    Un internado, peleas, grupos, soledad… Y lo unico que la mantendra en pie sera su orgullo o, tal vez, lo que la haga caer sean los prejuicios.

  • La mujer fuera del cuadro de Nieves Garcia Bautista

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    La extraordinaria historia de una mujer, la del cuadro que la inmortalizo y la de una epoca, la bohemia parisina de finales del siglo XIX, tan bella como extrema en sus contrastes.

  • A un latido de ti de Monica Maier

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    Llueve en Madrid. El otono ha llegado impregnandolo todo con su melancolia y me pierdo por las calles, tratando de encontrarle algun sentido a tu ausencia. No existe nada mas absurdo que la idea de no volver a verte; todo mi ser se rebela contra ello. Como no hacerlo cuando en casa las paredes me devuelven el eco de tu risa, tu olor me encuentra en cada habitacion y la cama todavia guarda el calor de mi piel cubriendo la tuya cuando haciamos el amor. Pero ya no estas y tengo que salir. No para escapar, sino para reencontrarte en las calles que vivieron nuestro amor; en mananas de comernos con los ojos sentados en cualquier terraza aguantandonos las ganas; en tardes de caminar abrazados con pereza y noches de besos robados al amparo de algun portal; porque la memoria es traicionera y te aleja de mi lado a cada momento un poco mas. Los peores son los dias cualquiera. Uno de esos en los que de pronto me veo sujetando una caja de chocolatinas rellenas de menta que acabo de comprar en el supermercado, a pesar de que siempre las he odiado porque me saben a pasta de dientes, y, sin previo aviso, el recuerdo del gusto a chocolate en tus labios estalla en mi cabeza oprimiendome el corazon y la garganta, y recordandome que el mundo es menos mundo hoy que no estas aqui. Al menos para mi, que trato de averiguar que hacer con mi vida ahora que no es tuya. Te extrano. Te quiero. Siempre. Aitor Capitulo 1 Paula La vida supone evolucion, cambio constante. Es un camino plagado de baches, intersecciones y desvios que nunca sabes con exactitud a que destino te van a hacer llegar. La mayoria de las veces todos esos vaivenes no dependen de nosotros y nos vapulean, confunden y abruman. Aqui estoy yo, andando una nueva parte de ese camino. En realidad, ahora mismo me encuentro sentada en un taburete colocado de forma estrategica en un rincon apartado, donde no pueda estorbar, reflexionando sobre lo humano y lo divino, y observando con disgusto como mi familia al completo transporta, desembala y organiza mis enseres y objetos personales. Se asemejan a un pequeno ejercito de eficientes hormigas, capitaneado por la hormiga reina --que en este caso no es otra que mi madre ejerciendo su autoridad e impartiendo ordenes a diestro y siniestro--, que trabaja de buen humor y sin descanso. Doy un pequeno trago desganado de la botella de agua que, unos minutos antes, mi padre ha puesto entre mis manos. La situacion no coincide en nada con la idilica imagen que habia dibujado en mi mente la semana anterior, cuando telefonee a mi hermano Jaime para pedirle que me echase una mano con la mudanza. La idea inicial consistia en que el y Victor se encargarian de las cajas mas pesadas y el resto seria cosa mia; queria disfrutar el momento, llenar cada armario, cada cajon, tomandome tiempo para hacer mios los espacios y rincones del que es mi nuevo hogar. El primer lugar que solo me pertenece a mi. El gesto de disculpa en el rostro de mi hermano al bajar del coche esta misma manana deberia haberme puesto sobre aviso, justo antes de que el resto de puertas se abriesen y viera descender a mis progenitores seguidos de mi prima, Alicia; a la que supongo que Jaime ha convencido con la intencion de usarla como escudo ante mi mas que probable furia. --Carino, ?donde quieres que ponga esto? --la voz de mi madre me saca de mis cavilaciones y se eleva alta y clara sobre el desorden de ruido y murmullos que llena el salon. Sujeta con las dos manos, bien visible, un corse de cuero negro y un ligero a conjunto que recuerdo haber comprado en un ataque de locura con la intencion de darle una sorpresa a Victor a su regreso a Espana, pero que nunca he tenido ocasion de estrenar y no entiendo como ha podido ir a parar a una caja rotulada en grandes letras mayusculas con las palabras: <>. El silencio inunda la sala y todas las miradas vuelan desde la pieza de lenceria hasta mi cara que, a juzgar por el calor que desprende, debe de haber tomado una coloracion cercana al purpura. Salto de mi asiento y le arrebato la prenda de las manos a mi madre entre las risas, apenas contenidas, de mi hermano y mi prima. --Yo lo guardo. --Victor se encuentra situado a mi espalda, por lo que no puedo ver su expresion --y casi lo prefiero-- y a mi padre evito mirarlo por motivos obvios. Recorro el pasillo a toda velocidad, entro en el dormitorio y, tras abrir varios cajones, suelto la escueta prenda en el primero que encuentro vacio; tarea nada facil, puesto que mi madre ha pasado por alli con antelacion y se ha encargado de colocar en un perfecto orden toda mi ropa, que ya llena armarios y cajoneras. Me dejo caer sobre el edredon que cubre la enorme cama de matrimonio y mi mirada se pierde en la recien aplicada pintura blanca del techo. De fondo, escucho el caracteristico crujido de la puerta al abrirse y unas ligeras pisadas sobre la tarima. No me muevo y al instante el colchon se hunde bajo el peso de otro cuerpo. --Lo estas llevando muy bien. Resoplo y Alicia me rodea con uno de sus brazos. --Solo estan preocupados. Tienes que darles tiempo. Necesitan saber que te encuentras a salvo --dice mientras coloca la cabeza sobre mi hombro --. Es su manera de demostrarte que te quieren. Un amor un tanto excesivo y asfixiante a veces, pero amor al fin y al cabo. Ademas --se incorpora apoyandose sobre un codo y hunde el dedo indice en mis costillas--, no se de que te quejas. Daria mi brazo izquierdo. --Alicia es zurda--, porque mi madre se ofreciese a ordenarme la casa. Mis labios se extienden en una sonrisa; mi tia no esta tan loca, dentro de las virtudes de su hija, el orden no ocupara nunca un lugar destacado. Solo hay que ver su piso, una suerte de bazar caotico y eclectico en el que la unica capaz de encontrar algo es ella misma. Se tumba de nuevo sobre el colchon imitando mi posicion y dejamos que el silencio nos envuelva en la comoda familiaridad que da toda una vida compartida. Sobre el papel, Alicia, es mi prima, la hija mediana de la unica hermana de mi madre. En todo lo demas es mi mejor amiga, mi hermana, la persona que mejor me conoce y en quien mas confio. Nos criamos juntas, a un par de calles de distancia, y ese vinculo de la infancia se ha fortalecido con el paso del tiempo hasta convertirse en un lazo indisoluble. Tanto que desde hace unos anos tambien compartimos trabajo. Su formacion como publicista y la mia en Bellas Artes se complementan a la perfeccion en el pequeno negocio de ilustracion y comunicacion con el que nos ganamos la vida. --Con que cuero --dice alzando una ceja--. Fijate que yo siempre pense que tus gustos eran mas del tipo seda y encaje. Claro que todo el mundo tiene derecho a cambiar. A decir verdad, llevas unos meses bastante rara, muy mandona y de mal genio. Me giro para mirarla y arrugo la frente en un claro de gesto de incomprension. --Ay, Paula, me parece que te han puesto el corazon de una dominatrix --exclama llevandose las manos al pecho con aire dramatico. Estiro el brazo y, con fuerza, le estampo un cojin en la cara. Las carcajadas se escuchan ahogadas bajo la tela. --Tu tomatelo a broma --me advierte cuando consigue detener el ataque de risa. Acomoda el cojin sobre la almohada e incorporandose se recuesta contra el cabecero--, pero el otro dia lei un reportaje en la revista QUO que hablaba de la memoria celular del corazon y aseguraba que se habian dado casos en los que el trasplantado adoptaba facetas de la personalidad del donante --su expresion se torna seria--. Esperemos que tu ama dominante, al menos, no fuera adicta al sexo. Aunque eso casi le iba a compensar a Victor el tema de los azotes. Le pellizco la pierna y se queja tratando de contener las carcajadas. --Quieres dejar de decir tonterias. --Tienes razon. En tu caso la mala leche ya te venia en los genes. --Me da un beso, salta de la cama y sale corriendo hacia la puerta huyendo de mi venganza. --Ali --la llamo y se detiene antes de cruzar el umbral--. ?Sabes que te quiero? --lo digo de corazon, porque siempre es capaz de leer en mi interior y sacarme una sonrisa, incluso en el peor de los momentos. Su gesto se dulcifica al escuchar mis palabras. --Y yo a ti, cielo. Pero tienes que prometerme que me regalaras el corse, creo que es mas de mi estilo. --Me tira un beso y abandona la habitacion dejandome con una sonrisa pintada en los labios y la desazon anterior ya muy lejos de mis pensamientos. Unas horas despues las pesadas puertas metalicas del ascensor se cierran ocultando a mis sonrientes padres que se despiden agitando la mano. Espero a que su imagen desaparezca por completo e inspiro con fuerza. No quiero pecar de desagradecida, se que es su buena intencion lo que les mueve, pero necesito un poco de paz. El dia ha resultado agotador. Quien se iba a imaginar que consumiria mas energia controlar el mal humor que colocar todas las cajas de una mudanza. Mas aun, porque no he podido mover un dedo bajo la severa mirada de ceno fruncido de mi madre, que me clavaba al asiento cada vez que intentaba ocuparme de algo. Mi hermano y mi prima, alegando una cita ineludible, se han quitado de en medio con mi tercer grunido de la tarde. Sin embargo, mi madre resulta mas dificil de amedrentar y solo ha accedido a marcharse cuando no ha quedado una sola caja por vaciar. Cierro la puerta y tarareando feliz pongo rumbo al salon. Victor, se ha acomodado en un rincon del sofa con un brazo extendido sobre el respaldo y mira ensimismado la pantalla del televisor. Observo su pelo castano claro, algo revuelto y su cara de facciones dulces, casi aninadas, cubierta en algunos puntos por una suave barba que apenas se aprecia. Me encanta su belleza serena y su aire, a medio camino, entre lo intelectual y lo friki. Pienso en la primera vez que lo vi. Lo nuestro no fue un flechazo, ni mucho menos, sino que mas bien se cocino a fuego lento. Nos presento un amigo comun en un cumpleanos. Poco a poco la amistad dio paso al amor y aqui seguimos, cuatro anos despues. Claro que no todo ha sido de color rosa. El ano que paso trabajando en Alemania supuso una dura prueba. Durante el transcurso de esos meses, en los que apenas nos pudimos ver, la sensacion de que nos estabamos alejando sobrevolo mas de una vez mi mente, haciendo que las dudas acerca de la fortaleza de nuestra relacion me acosaran. Entendia que no tenia opcion, que con el estado del mercado laboral del pais no podia oponerse a las directrices de su empresa --a no ser que quisiese verse engrosando las cifras de parados--, pero aun asi no lograba no sentirme insegura. Por suerte, conseguimos sobrevivir a la distancia. Mi repentina enfermedad justo a su vuelta tampoco lo puso facil. Victor estuvo a mi lado desde el primer momento y fue uno de mis mayores apoyos ante el miedo y la impotencia. Hasta ahora hemos conseguido superar los malos momentos y continuamos juntos. Espero que por mucho tiempo. Cojo carrerilla y me dejo caer a su lado, acurrucandome en el hueco de su cuello. --Crei que no se iban a marchar nunca. Victor me envuelve con su brazo, atrayendome mas cerca. --Existia la posibilidad, pero tu padre aprecia demasiado la noche de salsa como para permitir a tu madre saltarsela. --?Y tu que opinas de esta nueva costumbre? --Pues que voy a opinar, que me parece fenomenal que vivan su vida como quieran ahora que no tienen responsabilidades ni ninos a los que cuidar. --?Crees que nosotros seremos asi de marchosos cuando seamos viejecitos? --A ver, viejecitos no es la palabra que yo usaria para definir a tus padres --dice divertido--. No lo se, carino, queda mucho para eso. --Cierto, porque somos jovenes. --Despacio trepo sobre sus piernas hasta quedar sentada a horcajadas--.Y la gente joven disfruta de la vida. -- Me acerco a sus labios y los beso con suavidad. Victor coloca la mano en mi nuca e intensifica el beso. Nuestras bocas encajan a la perfeccion. Burlo el borde de su camiseta y deslizo la palma de mi mano por la piel caliente de su abdomen. Sus dedos recorren mi espalda, delineando las protuberancias de mi columna. Nos gira dejandonos caer hasta que su cuerpo queda apoyado contra el mio sobre los cojines del sofa. Acaricio su pelo mientras me miro en sus ojos castanos, oscurecidos por el deseo. --T

  • Eres mio de Lina Perozo Altamar

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    Pandora Corneille, es una mujer aparentemente normal que llega hasta una afamada galeria de arte en la ciudad de Nueva York, para ocupar el puesto de restauradora. Con el fin de recuperar lo que considera suyo, sin importar el precio que debera pagar.

  • Tu, eres mi destino de Enrique Garcia

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    El penso que seria sencillo estar a su lado. Ella se sintio atraida por el desde el principio sin pensar en las consecuencias.
    Marcos ha llegado a Bolonia con una beca para estudiar Historia del Arte en la facultad y con otro motivo oculto. Laura siente que no lleva una vida como la de una chica universitaria, y todo porque corre peligro. Pero la cercania de Marcos hara que esta sea algo mas llevadera.
    Las situaciones limite se suceden mientras ella se pregunta quien es en realidad su companero y por que se toma tantas molestias por ella. Ninguno quiere cruzar ciertos limites sabiendo lo que sucedera al final del curso.
    Para entonces, sera demasiado tarde. Y Marcos tendra que revelar a Laura la verdad de quien es, y dejar que ella decida su destino. Lo que Marcos desconoce es que ella ya lo encontro cuando lo conocio, sin importarle quien sea.

  • Motivos personales de Javier Maura

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    Estamos en diciembre de 1972 y la muerte de Franco es percibida por todos como cercana. El Servicio de Inteligencia Militar detecta una conspiracion para eliminar a su recien nombrado sucesor, Juan Carlos de Borbon.
    Un escritor pasado de moda pretende publicar su ultima novela en la editorial del Regimen. Su proximidad a conocidos ultraderechistas y su relevancia social le convierten en candidato ideal para infiltrarse en la conspiracion.
    Mientras tanto, ETA prepara el secuestro de Carrero Blanco y el FRAP debuta como grupo terrorista.
    En un ambiente de secretismo politico y convulsion social, los participantes en esta partida intentan alcanzar sus ambiciones, unos tratando de conservar sus privilegios y otros de cambiar la Historia.

  • Deseo salvaje (Gargolas 1) de Eva Mcberry

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    El dia empezo como cualquier otro: me levante poco antes del amanecer, tome un desayuno rapido con los demas sirvientes del castillo y nos preparamos para empezar nuestro trabajo. Me tocaba subir a atender a lady Siena, asi que antes de entrar me mire al espejo para comprobar que estuviera impecable, como a ella le gustaba. Lady Siena siempre criticaba a todo el mundo; para ella, nada es perfecto. No se cansaba de decirme lo horrible que me quedaba el uniforme. Parecia que le encantaba hacer que los demas se sintieran inferiores en su presencia. Aun asi, me arregle un poco para que no pudiera molestarme tanto. Mis ojos verdes parecian cansados, ya que la noche anterior habia estado despierta hasta tarde. Me recogi mi cabello castano en un mono alto y estire un poco el mandil de mi uniforme. Llego la hora de subir. --Llegas tarde --me dijo Alexa, otra criada como yo--. Lady Siena ya se esta vistiendo. --No es tan tarde, se ha levantado mas temprano. ?Pasa algo? Ella puso los ojos en blanco. Parecia fastidiada. --?No lo recuerdas? Hoy se va todo el dia al castillo de Lady Davina. --Oh... Es verdad. --Lady Davina era la mejor amiga de mi senora. Habia olvidado que hoy era su cumpleanos. --Lo bueno es que se va hasta manana. Hasta entonces no veremos a la bruja esa. --Sonrio y yo le correspondi. --Al menos sera un descanso, ya me tiene... No pude continuar; la puerta de la habitacion de Lady Siena se abrio de golpe y ella aparecio ya arreglada para su fiesta. Alexa y yo hicimos una reverencia de respeto. Ella nos miro y fruncio el ceno. Avanzo para pasar justo entre nosotras. --Quitate de mi camino, Williams --me espeto con desprecio--. No quiero pisar basura. --Me mordi la lengua. Aunque ya estaba acostumbrada a esos insultos, siempre dolian. Me movi a un lado y, aun asi, Lady Siena piso la parte baja de mi vestido--. !He dicho que te quites, inutil! --grito molesta. --Lo lamento, milady --dije sumisa, ya que sabia que le gustaba que le hablaran asi. --Callate, no te he dado permiso de que me dirijas la palabra. --Ni siquiera en un dia de fiesta cambiaba de humor. Dios, no tenia ni veinte anos y ya parecia una vieja amargada. No la entendia. --Milady, ?alguna indicacion durante su ausencia? --pregunto Moira. Ella era el ama de llaves, apenas la habia visto llegar. --Solo aseguraos de que todo este en orden. Me imagino que ya esta listo mi carruaje. --Por supuesto, milady. No se preocupe. --Perfecto. Y vosotras, trabajad. No quiero parasitos en mi castillo. Permaneci inclinada y agache la cabeza con sumision mientras ella avanzaba. Cuando salio de la habitacion, al fin Alexa y yo suspiramos tranquilas. Todos en el castillo McCord odiabamos a lady Siena, pero solo nos tocaba aguantar. Y como dice la gente, cuando el gato se va, los ratones hacen fiesta. Apenas escuchamos el carruaje de lady Siena alejarse, todos nos relajamos. Fuimos libres para arreglar las cosas a nuestra manera, conversar y reir. Solo nos conteniamos cuando Moira pasaba cerca, esa mujer amargada. Me parecia que el dia seria normal como cualquier otro, excepto por la ausencia de la senora del castillo. Llevaba un ano trabajando aqui y, aunque es vivir en tension constante, no podia quejarme de mi suerte. Lady Siena era un monstruo a veces, pero al menos tenia una cama, comida y ropa limpia. El resto de aldeanos de Abercrombie no tenian la misma suerte. Odiaba como me trataba, y aun asi estaba agradecida. El castillo McCord quedaba en lo alto de una colina, desde la que se podia ver todo el valle. No sabia cuantos anos tenia este lugar, pero si que era muy antiguo. Habia escuchado que estaba en pie desde hacia quinientos anos, tal vez mas. Lady Siena era la heredera, pero le rendia cuentas a alguien mas, alguien que le daba el dinero para mantenerla. Nunca lo habia conocido, pero imaginaba que debia ser su padre. Al llegar la noche todos cenamos tranquilos. Es increible como se relajaba la servidumbre sin la presencia de esa odiosa mujer. Se creia mucho solo porque era hermosa y rica, pero sin todo eso no era nadie. Creia que tenia derecho a pisotearnos a todos, y no teniamos mas opcion que aguantarnos y acatarlo. Lo malo era que, al amanecer, empezaria otra vez la aburrida rutina. !Que rapido se iba el dia! Fui a la habitacion que compartia con Alexa y charlamos sobre la fiesta del pueblo de la proxima semana. Teniamos planeado ir con nuestras mejores galas, que no eran gran cosa y ni siquiera parecian nuevas. Alexa tenia un novio llamado Ewen, un chico que trabajaba en la mina. A mi me pretendia Scott, el capataz. A veces me parecia guapo, pero la gente decia que era un patan. Quiza lo fuera; a mi no me gustaba de verdad. Mama insistia en que debia aceptarlo porque era el mejor partido que tendria. Puede que fuera cierto, pero yo no queria eso para mi vida. Queria amar al hombre con el que me casara. Queria amor, pasion, locura. Y si, estaba sonando mucho. Nos dormimos, ya agotadas. Pero entonces ocurrio algo extrano. Me desperte de madrugada y estaba lloviendo. Una tormenta. Era extrano, porque el cielo habia estado despejado todo el dia. Serian poco mas de las tres de la madrugada, o eso creia. Intente dormir, pero un rayo impacto cerca del castillo. Alexa parecia imperturbable; ella ni se dio cuenta. Las tormentas nunca habian de mi agrado. Ahora me incomodaban, pero cuando era nina me daban miedo. No iba a poder dormir esa noche. Cerre los ojos, esperando conciliar el sueno, pero de pronto la cosa empeoro. Algo cayo en el techo. Algo duro como una piedra. <>, pense. Lo peor fue que hasta me parecio escuchar pasos, pero no eran normales. Duros, pesados. Bien... esto era muy extrano. Tenia dos opciones en ese momento: quedarme en cama o ir a ver que rayos pasaba. Dude bastante rato y, como no podia dormir, finalmente sali a ver que pasaba. Cogi un candelabro y encendi las velas. Camine por los pasillos del castillo. Todo estaba oscuro y no habia ni un alma fuera. Empece a asustarme. Que tonta era; no tenia que haber salido. Ya no escuchaba los pasos pesados, asi que quiza fue solo mi imaginacion. Me di la vuelta, dispuesta a volver a mi cuarto, cuando de pronto vislumbre uno de los balcones del castillo. Por poco se me cayo el candelabro; no podia creer lo que estaba viendo. Ahi fuera habia algo que jamas en la vida habia visto. Enorme, grueso, con grandes alas. Era una especie de hombre de piedra, o eso me parecio de espaldas. Sabia que tenia que huir, por lo que retrocedi un paso. Y en ese preciso instante, aquel ser se giro. Yo lance un grito y me eche a correr despavorida, justo en el momento en que mis ojos se cruzaron con los suyos. Eran azules y brillantes. Nunca habia sentido una mirada tan intensa. No pude dormir, me quede en cama temblando, pensando que esa criatura vendria a por mi. Fui la primera en levantarse. El castillo dormia y la lluvia habia parado, apenas estaba aclarando el cielo. Camine a la despensa para buscar huevos que freir, pero ya no quedaba ninguno. Tendria que salir al almacen un momento. Abri la puerta y solte un grito de sorpresa. No estaba sola: habia un hombre recostado en el suelo y al parecer estaba herido. Me quede pasmada viendolo y por un instante no supe que hacer. Entonces el abrio los ojos y me devolvio una mirada azul intensa que se me hizo muy familiar. Mi cuerpo estaba temblando... Capitulo 2 Keitan La noche habia sido terrible. Aunque volver a mi hogar en Abercrombie estaba dentro de mis planes, no imagine que seria de esta manera. Las cosas entre nuestra comunidad se habian puesto tensas, muy peligrosas en realidad. Por eso tenia que volver, ahora proteger a Siena debia ser una de mis prioridades. Todo se precipito cuando me atacaron. No los conocia, pero de lejos me parecieron dos mequetrefes debiles que alguien de mi categoria podria vencer con facilidad. Error mio, no debi confiarme. Acabe a duras penas con uno de ellos, pero el otro me persiguio por los cielos. Me amenazo, dijo que iria por Siena y la destrozaria. Entre en panico y por eso me adelante para llegar al castillo y vigilar que ese miserable no la tocara. Para mi alivio, Siena no estaba en el castillo, asi que solo quedaba esperar a ese miserable para hacerle frente y acabar con el. Lo vi llegar a lo lejos, a pesar de la lluvia su silueta era inconfundible. Enormes alas, rostro fiero. Esa gargola iba pagar la osadia de amenazarme. Vole hasta el y luchamos. Admito ahora que despues de siglos de sentirme invencible, senti una especie de emocion de que me tocara un rival a mi altura. Lo derrote, pero no sali ileso de aquello. Ni siquiera tuve la fuerza suficiente para esconder su cadaver. Mi cuerpo tampoco mantuvo la forma de gargola, era demasiada energia. Volvi a mi cuerpo humano, que aunque era mas blando y debil, al menos se recuperaba mas rapido. Solo tendria que aguantar un poco el dolor, pero era mejor asi. Era preferible que algun aldeano viera a un hombre herido, no a una bestia sangrando. Mis heridas se iban regenerando poco a poco mientras trataba de llegar a mi castillo para descansar alli. Subi la colina a paso lento mientras intentaba cubrir la herida de mi vientre. Podia sentir como se iba cerrando, aunque aun faltaba para eso. No moriria desangrado, por suerte. Camine hasta la parte trasera; queria entrar con discrecion y no armar alboroto. Crei que lo lograria, pero el cansancio me vencio y cai rendido justo antes de pasar a la cocina. Maldita sea mi suerte. Quiza era mejor que me quedara ahi un momento, el hormigueo de mis heridas regenerandose era cada vez mas intenso, solo tendria que dejar que mi cuerpo hiciera su trabajo. Cerre los ojos, pero poco despues senti algo, un grito quiza. Habia alguien ahi, frente a mi. Pude sentir su presencia y su aroma. Era un aroma dulce que se me hizo familiar por alguna razon. Olia delicioso. Aquello era pureza, dulzura, feminidad. A pesar de lo cansado que estaba, abri los ojos y la mire. Oh... era ella. La mujer que vi anoche en el castillo mientras esperaba a mi rival. Anoche estaba oscuro, pero aun asi percibi sus hermosos ojos. En ese momento senti deseos de ir hasta ella, pero el deber de proteger mi raza fue mas fuerte. Ahora al fin la tenia al frente. Una muchacha, al parecer una sierva de mi castillo. La mire sin parpadear. Su aroma de mujer me fascino. Oculta tras ese traje de criada habia una muchacha exquisita que encendio mis sentidos. Estaba herido, era cierto, pero me sentia duro. Ella tambien me miraba impactada. Sonrei. A pesar del dolor que sentia, verla era un placer. Al fin, aunque timida, la muchacha se acerco a mi. --Dios mio… ?Se encuentra bien? ?Necesita ayuda? --Estoy herido --conteste al fin. Ella asintio y se agacho a mi lado. Vio mi herida y abrio los ojos como platos. --?Puedo? --me pregunto. Queria ayudarme, asi que yo asenti. --Puedes tocarme. --No pretendi sonar atrevido, pero ella lo interpreto asi y enrojecio. Despues de unos segundos, la muchacha aparto la tela de la camisa que use para cubrir la herida. Rasgo un pedazo de su pulcro mandil blanco y lo puso ahi. Sentia sus manos temblorosas, la estaba poniendo nerviosa. --Tengo que limpiar la herida. --Y yo necesito recuperarme. Tengo que entrar al castillo. --?Que? No... es que no puedo hacer eso. Trabajo aqui, pero no puedo meter gente. Lady Siena me echaria a patadas. --Ella no tiene que enterarse, ?verdad? --Le guine un ojo. No quise contarle en ese momento que yo era el conde del castillo. Su nuevo senor. Se enteraria luego; la prioridad era curarme y descansar. --No lo se, yo no lo conozco. ?Y si es un ladron? --Me conoceras bien luego, te aseguro que jamas le haria dano a una mujer. Mucho menos a una tan bella. --Enrojecio otra vez y me percate de que asi se veia mas hermosa. Su arrebatadora inocencia me maravillo. --Lo ayudare, pero en cuanto se recupere tiene que irse del castillo. No puedo arriesgarme a perder mi empleo. --No lo haras, te lo aseguro. Conozco a lady Siena, soy un pariente muy cercano. --Ella abrio la boca, sorprendida. Esperaba haberla convencido. --Bien, venga conmigo. Trate de no hacer ruido. --Por cierto, preciosa, ?cual es tu nombre? --Aurora. --Aurora... --repeti, y ella sonrio. Que delicia de nombre. Me ayudo a ponerme de pie. Hice un esfuerzo por sostenerme y di gracias por sentirme ya mejor. Ese pequeno descanso me habia servido de mucho. La rodee con un brazo, ella me sostuvo mientras me conducia al interior del castillo. Miraba todo con discrecion y curiosidad, las cosas no habian cambiado mucho desde la ultima vez que estuve aqui. Aurora me llevo hasta la zona donde solia dormir la servidumbre. Abrio la puerta y entre a la que debia ser su habitacion. Al pasar, otra muchacha nos vio. Estuvo a punto de gritar de sorpresa, pero logro contenerse. --Aurora, ?quien es este hombre? --Ayudame y luego te cuento --contesto ella. La otra muchacha parecia confundida, pero al verme herido simplemente decidio apoyar a su companera. Me acomodaron en la que distingui como la cama de Aurora, gracias a que todo estaba impregnado de su delicioso olor. --Gracias --murmure yo. La chica asintio despacio y Aurora tiro de ella para llevarla a un lado. --Ahora mismo vuelvo --me dijo Aurora, y arrastro a la otra chica fuera de la habitacion. --?De donde has sacado a ese hombre? --le pregunto la otra criada. Hablaba en voz baja, suponiendo que no las escucharia. Claro, si yo fuera un hombre comun y corriente eso seria posible. Pero yo no soy humano. Puedo escuchar mas de lo que se imaginan. --Lo encontre herido fuera, necesita ayuda. Dice que es amigo de lady Siena, asi que... --?Y tu te lo has creido? Seras estupida. Van a echarte de aqui por dar cobijo a extranos. --Eso no pasara. Lady Siena aun tardara en llegar, asi que solo tienes que guardarme el secreto. ?Cuento contigo, Alexa? Por favor... Despues de unos segundos de duda, la chica contesto: --Solo por esta vez, nadie puede darse cuenta o nos echaran a las dos. --Gracias. Necesito agua tibia, tambien algo para curar esa herida. ?Puedes ayudarme con eso? --Esta bien. Tu quedate con el, enseguida vuelvo. --No tardes --le pidio Aurora a su amiga. Luego escuche los pasos de esa Alexa alejandose de la habitacion. Sonrei ante la idea de quedarme a solas con Aurora en su cama. Vaya, vaya. Apenas la conocia y ya estaba en una situacion comprometedora con una criada. Aurora volvio a la habitacion, cerro la puerta con cerrojo y avanzo hasta quedar a mi lado. La herida seguia cicatrizando, pero tenia la piel cubierta de sangre seca. Cuando ella la limpiara, se daria cuenta de que la herida que tenia ya no existia. ?Que iba a decirle? No me quedaba mas remedio que improvisar. --Eh... Bueno..., Alexa guardara el secreto --dijo algo nerviosa--. Voy a limpiarle la herida, pero le advierto que si necesita otro tratamiento no podre hacerlo. No se nada de medicina. --No creo que sea necesario --conteste sin dejar de mirarla. --Tengo que... --?Quitarme la camisa? --Ella asintio, enrojeciendo otra vez--. Hazlo, no pasa nada. No voy a comerte. --Sonrei. Deberia calificar eso como mentira piadosa. Queria comermela, pero en un sentido delicioso. Con sus finas y temblorosas manos, Aurora se acerco para quitarme la camisa. Pronto quede desnudo de la cintura para arriba. Mi sonrisa se amplio cuando me di cuenta de que le estaba ofreciendo un espectaculo que estaba disfrutando. Cuando llamaron a la puerta, Aurora fue a abrir rapidamente y dejo pasar a una apresurada Alexa. Ella tambien me miro y enrojecio. ?Que podia hacer? Normalmente causaba este efecto en las mujeres, no podia evitarlo. --Aqui tienes, ?lo haras tu? --le pregunto Alexa. --Si, yo me encargo. --Aurora puso el recipiente con el agua a un lado de la cama, en una pequena mesa. Cogio un pano limpio, lo humedecio, y empezo a limpiar la sangre seca de mi herida. Para ese momento yo ya no tenia heridas visibles, mi cuerpo las habia regenerado. Aun estaba agotado y necesitaba recuperar las energias, pero ya nada era de gravedad. Tal como imagine, Aurora se sorprendio al no ver ninguna herida. --?Que ha pasado con...? --pregunto confundida. --Magia --le dije, bromeando, aunque hablaba muy en serio. --Que raro... --dijo extranada--. Por cierto, ?como te llamas?

  • ?Como supe que era EL? de Laia Andia Adroher

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    ?Quien dijo que la familia no se escoge? Yo no puedo haber elegido una mejor en Barcelona. Contando con mi mejor amiga, la formamos poco a poco y estoy orgullosa de lo que hemos conseguido. Asi que si, la familia que elegimos es la mejor que podamos tener.
    Tengo unos amigos un poco locos, pero lo necesario para poder ser feliz. La gran mayoria emparejados, asi que las dos solteras del grupo contamos con unos grandes conocedores del amor para ayudarnos. O eso creen ellos. Todo empieza con una punetera lista, porque claro, todos ellos creen que tienen las claves para saber quien es el hombre de tu vida. Una lista que me va a llevar al camino de la amargura.
    Evidentemente, el destino nunca esta de nuestra parte y ha decidido traerme a un madrileno para removerme las entranas. Ahora, ?quien me iba a decir que vendria con un secreto envenenado? Si es que al final, no podemos alejarnos de lo que la vida nos ha dado, al final todo vuelve a aparecer.
    Ojala el amor lo pueda todo, ojala me de las fuerzas necesarias para enfrentarme a todo ello. Antes pero, hay que estar seguras de que es la persona adecuada. ?Podra la lista convencerme de que realmente he escogido bien? Descubrelo tu mismo.

  • Siempre Contigo de Christian Martins

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    Blair no era mas que un nino inocente cuando una flecha de su arco marco una maldicion y confirmo un destino ya escrito. Ese destino se llamaba Ailsa; tenia los cabellos dorados, la piel blanquecina y los ojos celestes. Se parecia a un angel. Pero en aquellas tierras altas el destino podia torcerse con mucha facilidad, y la maldicion que anos atras habia marcado a esos dos jovenes amenazaba con destruirles. Una guerra entre clanes, el poder de dirigir a un pueblo y la necesidad de proteger a Ailsa seran la perdicion que arrastre a la locura al joven Blair Sinclair, cuyo corazon late unicamente porque ella lo mantiene con vida. Un amor. Una guerra. Una Escocia plagada de peligros, secretos y magia. ?Te apetece viajar con ellos a las antiguas Highlands?

  • Rivales y amantes de Cara Summers

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    Desde que la seductora Lily McNeil habia aparecido en su hotel, la vida de Tony Romano ya habia corrido peligro en dos ocasiones.

  • Hasta que el mundo vuelva a creer en la magia (Sin Mar 4) de Cherry Chic

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    Amelia ha tenido muchos deseos a lo largo de su vida. Algunos se han cumplido y otros no, pero solo uno le agujerea el cuerpo despertando su anhelo desde que tiene memoria: descubrir que la magia existe. Una tonteria, si tenemos en cuenta que tiene treinta y un anos y su trabajo consiste en tratar cada dia con personas que, por diversas razones, lo pasan mal en la vida. Pero cuando se tumba en el cesped de su casa, observando las nubes entre briznas de hierba, no puede evitar pensar que pasaria si un dia su sueno se hiciera realidad. A lo mejor, con un poquito de suerte, podria encontrar a alguien que estuviese tan dispuesto como ella a buscar y encontrar la magia que tanto ansia. Quiza todavia no es tarde para perder la esperanza...

  • Carolyn de Jesibel Vega Acevedo

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    Luego de escapar de su hogar en Inglaterra, Carolyn se embarca en un viaje a America con la esperanza de reconstruir su vida. Sin embargo, al llegar al Nuevo Mundo, Carolyn se da cuenta de lo dificil que sera sobrevivir en la America Revolucionaria.

  • Protegeme de Sophie Saint Rose

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    Laia hacia anos que no tenia una relacion con un hombre y en la despedida de soltera de su amiga Grace, se solto un poco la melena. Bueno, igual no fue un poco porque las consecuencias de esa noche iban a cambiar su vida para siempre. Lo preocupante era que no recordaba muy bien lo que habia ocurrido.