• libro buscando esposa pdf - Julia Quinn

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    Londres, cerca de St. George, Hannover Square, Verano de 1827 Sus pulmones estaban en llamas. Gregory Bridgerton estaba corriendo. A traves de las calles de Londres, ignorando las miradas curiosas de los transeuntes, estaba corriendo. Habia un extrano y poderoso ritmo en sus movimientos -uno dos tres cuatro, uno dos tres cuatro- que lo empujaban, impulsandolo a seguir adelante, mientras su mente permanecia enfocada en una sola cosa. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tenia que detener la boda. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Un minuto? ?Cinco? No podia saberlo, no podia concentrarse en otra cosa diferente a su destino. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tendria que haber empezado a las once. Eso. La ceremonia. Eso que jamas debio haber pasado. Pero sin embargo, ella lo habia hecho. Y el tenia que detenerla. Tenia que detenerla a ella. No sabia como lo iba a hacer, y seguramente no sabia por que, pero ella estaba haciendolo, y todo era un error. Ella tenia que saber que estaba en un error. Ella era suya. Ambos se pertenecian. Ella lo sabia. Lo peor de todo, era que ella lo sabia. ?Cuanto tiempo tardaria en desarrollarse una ceremonia? ?Cinco minutos? ?Diez? ?Veinte? Nunca habia prestado atencion antes, seguramente nunca penso en mirar su reloj de principio a fin. Nunca penso que necesitaria esa informacion. Nunca penso que le importaria tanto. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Dos minutos? ?Diez? Giro alrededor de una esquina y se dirigio a Regent Street, grunendo lo que parecia ser un <> cuando tropezo con un caballero respetablemente ataviado, y le tiro su maleta al piso. Normalmente Gregory se habria detenido para ayudar al senor, inclinandose para recoger su maleta, pero no hoy, no esta manana. No ahora. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. No podia pensar en nada mas. No debia. Debia... !Maldicion! Patino al hacer una parada, cuando un carruaje se detuvo enfrente de el. Descansando las manos en sus caderas -no porque queria, sino porque su desesperado cuerpo se lo exigiaaspiro enormes bocanadas de aire, intentando aliviar la furiosa presion de su pecho, ese horrible ardor, que lo hacia sentir como... El carruaje se movio y el comenzo a correr de nuevo. Ahora estaba cerca. Podia hacerlo. No podian haber pasado mas de cinco minutos desde que habia salido de la casa. Quizas seis. Se sentian como treinta, pero no podian haber pasado mas de siete. Tenia que detener esto. Todo estaba mal. Tenia que detenerlo. Lo detendria. Ya podia ver la iglesia. A lo lejos, su torre gris elevandose hacia el brillante cielo azul. Alguien habia colgado flores en las linderas. No podia decir que clase de flores eran -amarillas y blancas, pero en su mayoria eran amarillas. Se derramaban en el exterior con un abandono temerario, saliendo de los cestos. Lucian alegres, incluso contentas, y todo estaba tan mal. Este no era un dia alegre. No era un evento que debia ser celebrado. Y el lo detendria. Redujo la velocidad solo lo suficiente para poder seguir corriendo sin caerse de bruces, y entonces tiro de la puerta para abrirla, amplia, mas amplia, mientras escuchaba el golpe al chocarse con la pared exterior. Quiza debio haber entrado con un poco mas de silencio, dandose un momento para evaluar la situacion, para darse cuenta lo lejos que habian llegado. La iglesia quedo en silencio. El sacerdote detuvo su parloteo, y cada columna vertebral de cada banco se giro, hasta que todas las caras se volvieron. Hacia el. – No -jadeo Gregory, pero tenia tan poco aliento, que apenas si podia escuchar sus propias palabras. – No -dijo, mas alto esta vez, agarrandose del borde de los bancos mientras avanzaba-. No lo hagas. Ella no dijo nada, pero el la vio. Tenia la boca abierta de la conmocion. Vio como el ramillete de flores se caia de sus manos, y sabia, por Dios que lo sabia, que ella habia dejado de respirar. Se veia tan hermosa. Su cabello dorado parecia capturar la luz, y brillar con un fulgor que lo llenaba de fuerzas. Se enderezo, aun respirando con dificultad, pero ahora podia caminar sin ayuda, y se solto del banco. – No lo hagas -dijo el otra vez, avanzando hacia ella con la gracia furtiva de un hombre que sabe lo que quiere. Que sabe lo que debe ser. Ella aun no hablaba. Nadie lo hizo. Eso era extrano. Trescientos de los entrometidos mas grandes de Londres, estaban en ese edificio, y nadie habia proferido ni una palabra. Nadie podia apartar la vista de el mientras caminaba en medio del pasillo. – Te amo -dijo, justo alli, enfrente de todo el mundo. ?Y a quien le importaba? No podia guardarse ese secreto. No permitiria que se casara con nadie mas, sin asegurarse de que todo el mundo supiera que ella era la duena de su corazon. – Te amo -dijo otra vez, y por el rabillo del ojo pudo ver a su madre y a su hermana, sentadas en un banco, boquiabiertas de la sorpresa. Siguio caminando. Por el pasillo, cada paso era mas seguro, mas confiado. – No lo hagas -dijo, saliendo del pasillo y entrando en el altar-. No te cases con el. – Gregory -susurro ella-. ?Por que haces esto? – Te amo -dijo, porque era lo unico que podia decir. Era lo unico que importaba. Sus ojos brillaron, y el podia ver como contenia el aliento. Ella miro al hombre con el que estaba tratando de casarse. Levanto las cejas cuando el simplemente le contesto con un diminuto encogimiento de hombros, como si le dijera: Esa es tu opcion. Gregory inclino una rodilla. – Casate conmigo -dijo, con su mismisima alma en sus palabras-. Casate conmigo. Contuvo el aliento. La iglesia entera dejo de respirar. Ella fijo los ojos en los suyos. Eran grandes, claros y todo lo que habia pensado que era amable y verdadero. – Casate conmigo -susurro el, una ultima vez. Sus labios temblaron, pero su voz fue clara cuando dijo... Capitulo 1 En el que nuestro heroe se enamora Dos meses antes. A diferencia de la mayoria de los hombres que conoce, Gregory Bridgerton cree en el verdadero amor. Tendria que ser un tonto para no creer en el. Teniendo en cuenta lo siguiente: A su hermano mayor, Anthony. A su hermana mayor, Daphne. A sus otros hermanos, Benedict y Colin, sin mencionar a sus hermanas, Eloise, Francesca, y (aunque no lo crean) Hyacinth, todos -absolutamente todos-estaban completamente enamorados de sus respectivas parejas. A la mayoria de los hombres, ese tipo de cosas solo les produciria un ataque de bilis, pero para Gregory, quien habia nacido con una alegria incomparable, que de vez en cuando (segun su hermana menor) era irritante, eso sencillamente significaba que no tenia otra opcion, mas que creer en lo obvio: El amor existia. Y no era una completa invencion de la imaginacion, disenada para evitar que los poetas murieran de hambre. Podria ser algo que no se podia ver, oler o tocar, pero estaba alli, y era solo cuestion de tiempo antes de que el, tambien, encontrara a la mujer de sus suenos y se estableciera para ser fructifero, se multiplicara y asumiera aficiones como el papel mache y la coleccion de ralladores de nuez moscada. Aunque, si queria ser claro en un punto, que parecia ser bastante necesario para ese concepto tan abstracto, sus suenos no incluian exactamente a una mujer. Bueno, no a una con atributos especificos e identificables. No sabia nada de la mujer que iba a ser suya, la unica que supuestamente transformaria su vida completamente, convirtiendolo en un pilar feliz de aburrimiento y respetabilidad. No sabia si seria bajita o alta, o morena o rubia. Le gustaba pensar que podria ser inteligente y poseer un gran sentido del humor, pero mas alla de eso, ?Como iba a saberlo? Ella podia ser timida o franca. Tal vez le podria gustar cantar. O quizas no. Quizas era una amazona, con un cutis sonrosado por estar demasiado tiempo bajo el sol. No lo sabia. Cuando esa mujer llegara, esa imposible, maravillosa y actualmente inexistente mujer, todo lo que en realidad sabia era que cuando la encontrara... Lo sabria. No sabia como lo sabria; solo sabia que lo sabria. Ocurriria algo muy importante, su mundo se estremeceria, y la vida se alteraria... bueno, en realidad, no iba a llegar susurrando su paso por su existencia. Vendria pleno y poderoso, como una tonelada proverbial de ladrillos. La unica pregunta era cuando. Y mientras tanto, no veia ninguna razon para no pasarla bien mientras se anticipaba a su llegada. Despues de todo, uno no tenia que comportarse como un monje mientras esperaba al verdadero amor. Gregory era, segun todos, un tipico hombre londinense, con una comoda -pero no extravagante-asignacion, tenia muchos amigos, y el suficiente sentido comun para saber cuando debia alejarse de una mesa de juegos. Era considerado lo suficientemente decente para ser tenido en cuenta en el Mercado Matrimonial, puede que no estuviera precisamente a la cabeza (los cuartos hijos nunca llamaban mucho la atencion) y siempre estaba en demanda cuando las matronas de la sociedad, necesitaban a un hombre que llenara los requisitos para ser invitado a un buen numero de fiestas. Lo que hacia que su anteriormente mencionada asignacion, se estirara un poco mas, convirtiendose en un beneficio. Quizas debio haber tenido un poco mas de proposito en su vida. Alguna clase de direccion, o incluso una tarea insignificante que realizar. Pero eso podria esperar, ?no es verdad? Pronto, estaba seguro, todo se aclararia. Sabia que era lo que deseaba hacer, y con quien deseaba hacerlo, y mientras tanto, el tenia... No tenia tiempo. Por lo menos, no en ese preciso momento. Para explicar: Actualmente Gregory estaba sentado en una silla de cuero, una muy comoda por cierto, y no era que realmente tuviera que pensar en el asunto, mas que en el hecho de que la falta de incomodidad conducia a las personas a sonar despiertas, lo que a su vez conducia a no escuchar a su hermano que, debe anotarse, estaba de pie, aproximadamente a un metro de distancia, hablando sobre algo o alguna cosa, casi seguramente relacionada con alguna variacion de las palabras deber y responsabilidad. En realidad, Gregory no le estaba prestando la debida atencion. Raramente lo hacia. Bueno, no, ocasionalmente lo hacia, pero... – ?Gregory? !Gregory! Levanto la mirada, pestaneando. Anthony tenia los brazos cruzados, esa nunca era una buena senal. Anthony era el vizconde Bridgerton, y lo habia sido durante mas de veinte anos. Y mientras que era -Gregory era el primero en insistir-el mejor de los hermanos, tambien hubiera podido ser un excelente senor feudal. – Perdoname por entrometerme en tus pensamientos, de esta manera -dijo Anthony en una voz seca-, pero tu has, quizas -solo quizas- ?escuchado algo de lo que te he dicho? – Diligencia -repitio Gregory como un loro, mientras asentia con lo que juzgaba era un gesto de suficiente gravedad-. Direccion. – En efecto -replico Anthony, y Gregory se felicito a si mismo por lo que claramente habia sido una excelente actuacion-. Es tu ultima oportunidad de que le busques alguna direccion a tu vida. – Por supuesto -murmuro Gregory, principalmente porque no habia cenado, y tenia hambre, y habia escuchado que su cunada estaba sirviendo refrescos en el jardin. Ademas, nunca tenia sentido discutir con Anthony. Nunca. – Debes hacer un cambio. Escoger un nuevo camino. – Claro. -Quizas habia bocadillos. Podia comerse cuarenta de esas ridiculeces cortadas por la mitad. – Gregory. La voz de Anthony tenia ese tono. Aquel que era imposible de describir, pero lo suficientemente facil de reconocer. Y Gregory sabia que era el momento de prestar atencion. – Correcto -dijo, porque de verdad, era notable como una sola silaba podria borrar a una frase apropiada-. Espero unirme al clero. Eso hizo que Anthony se congelara. Muerto, helado, frio. Gregory hizo una pausa para saborear el momento. No le importaba que para ello, hubiera tenido que convertirse en un condenado vicario. – ?Disculpame? -murmuro Anthony finalmente. – No es que tenga muchas opciones -dijo Gregory. Y cuando esas palabras emergieron, comprendio que era la primera vez que las habia dicho. Las hacia mas reales, de algun modo, mas permanentes-. Es el ejercito o el clero -continuo-, y bueno, debo decir esto: Soy una bestia para disparar. Anthony no dijo nada. Todos sabian que tenia razon. Despues de un momento de incomodo silencio, Anthony murmuro: – Hay espadas. – Si, pero con mi suerte, me enviarian a Sudan. -Gregory se estremecio-. No debe ser demasiado terrible, pero en realidad, hace mucho calor. ?Querrias ir? Anthony objeto inmediatamente. – No, claro que no. – Y -agrego Gregory, empezando a disfrutarlo-, esta Madre. Se hizo una pausa. Entonces: – Ella sabe algo de Sudan... ?verdad? – No le gustaria mucho mi partida, y entonces tu, sabes, seras el unico que debera sostener su mano cada vez que se preocupe, o tenga alguna pesadilla horrible sobre... – No digas mas -le interrumpio Anthony. Gregory se permitio reir internamente. Realmente no era justo para su madre, quien, solo para senalar, nunca habia dicho alguna vez que pronosticara el futuro con algo tan tonto como un sueno. Pero si odiaria que el se marchara a Sudan, y Anthony tendria que escucharla cuando se preocupara por eso. Y como Gregory no estaba particularmente deseoso de partir de las orillas nubladas de Inglaterra, el argumento era muy discutible, de cualquier forma. – Correcto -dijo Anthony-. Bien. Estoy feliz, entonces, de que finalmente hayamos podido tener esta conversacion. Gregory le echo un vistazo a su reloj. Anthony se aclaro la garganta, y cuando hablo, se escuchaba un filo de impaciencia en su voz. – Y que hayas pensado finalmente en tu futuro. Gregory sentia que algo se apretaba en la parte de atras de su mandibula. – Solo tengo veintiseis anos -le recordo-. Seguramente soy muy joven como para que tengas que repetirme la palabra finalmente. Anthony simplemente arqueo una ceja.

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  • Una mujer rebelde de Julia Quinn

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    William Dunford bufo con aversion, mientras contemplaba fijamente a sus amigos que anhelosamente se miraban a los ojos el uno al otro. Lady Arabella Blydon, una de sus mejores amigas en los dos anos pasados, acababa de casarse con Lord John Blackwood. Se miraban como si quisieran comerse el uno al otro. Era asquerosamente lindo. Dunford golpeo ligeramente el pie y puso sus ojos en blanco, esperando poder reirse. Tras de ellos, junto con Dunford estaban su mejor amigo, Alex, el Duque de Ashbourne, y la esposa de Alex, Emma, que era prima de Belle. Su transporte habia tenido un contratiempo, y estaban esperando un nuevo coche . Al sonido de ruedas rodando por los guijarros, Dunford se dio la vuelta. El carruaje nuevo se detuvo en el camino hasta pararse enfrente de ellos, pero Belle y John no parecieron fijarse. De hecho, casi no miraron a nadie, como si estuvieran listos a entregarse por completo a los brazos el uno al otro. Y el amor marca el lugar. Dunford decidio que ya habia tenido bastante. --!Eh! --Grito en una voz repugnantemente dulce--.!Jovenes amantes! John y Belle finalmente se separaron, dieron la vuelta y se dirigieron hacia Dunford, quien caminaba hacia ellos. --Si vosotros lograis dejar de hacer el amor, podemos estar en camino. En caso que no os hayais fijado. El carruaje esta aqui. John suspiro profunda y acongojadamente antes de acercarse a Dunford y decir: --Perdona los abrazos, no nos dimos cuenta de que habia alguien. Dunford sonrio alegremente. --De ningun modo. ?Estabamos ausentes ? John se acerco a Belle y le ofrecio su brazo. --?Mi amor? Belle acepto su gesto con una sonrisa, pero cuando Dunford entro en el carruaje, ella dio la vuelta y rechiflo, --Voy a matarte por esto. --Estoy seguro que lo intentaras. El quinteto estuvo pronto acomodado en el carruaje nuevo. Despues de algunos momentos, sin embargo, John y Belle se contemplaban arrobadamente al uno al otro otra vez. John puso su mano sobre la de ella y golpeo ligeramente sus dedos en contra de sus nudillos. Belle sonrio con satisfaccion. --!Oh, por el amor de Dios! --exclamo Dunford, dirigiendose a Alex y Emma--. ?Los veis? Cuando vosotros os casasteis no fue asi de nauseabundo. --Algun dia, --dijo Belle en voz baja, hincandole un dedo--, encontraras a la mujer de tus sus suenos, y en ese momento voy a hacer tu vida miserable. --No me asustas, mi estimada Arabella. La mujer de mis suenos es tal modelo de excelencia, que es posible que no exista. --Oh, eres insufrible, --bufo Belle--. Apuesto a que dentro de un ano estaras profundamente enamorado , encadenado con grilletes a tu pierna, y feliz por ello. Ella se recosto con una sonrisa satisfecha. A su lado John se estremecia de regocijo. Dunford se inclino hacia adelante, apoyando los codos sobre sus rodillas. -- Tomare esa apuesta. ?Cuanto estas dispuesta a perder? --Tu vas a perder, y yo no ?por cuanto te arriesgas? Emma miro a John. --Parece que te casaste con una mujer que disfruta de los juegos de azar. --Si fueses yo, puedes estar seguro habria pesado mis acciones mas cuidadosamente. Belle le dio a su reciente marido un pinchazo jugueton en las costillas, dirigio una mirada a Dunford y le pregunto: --?Bien? --Mil Libras. --Hecho. --?Estas loca? --exclamo John. --?Debo suponer que solo los hombres pueden jugar juegos de azar? --No puedes hacer esta tonta apuesta, Belle, --dijo John--. Vas a perder, ya que el hombre con quien has hecho la apuesta controla el resultado. Tu solo puedes perder. --No menosprecies el poder del amor, mi amor. Aunque en el caso de Dunford, quiza solo la lujuria lo hara. --Me hieres, --dijo Dunford, colocando la mano dramaticamente sobre su corazon para dar enfasis--, asumiendo que soy incapaz de emociones mas altas. --?No lo eres? Los labios de Dunford se cerraron en una linea delgada. ?Estaba ella en lo correcto? En realidad no tenia ni idea. De una u otra manera, dentro de un ano el seria mil libras mas rico. Dinero facil. Capitulo 1 Algunos meses mas tarde Dunford estaba sentado en su salon, tomando el te con Belle. Acababa de llegar a visitarlo; Se alegro de esa visita inesperada, ya que desde que ella estaba casada no se veian tanto. --?Tienes la seguridad de que John no va a irrumpir aqui con un arma? --bromeo Dunford. --Esta demasiado ocupado para esa clase de disparates, -- dijo ella con una sonrisa. --?Esta demasiado ocupado para acceder a su naturaleza posesiva? Que extrano. Belle se encogio de hombros. --El confia en ti, y mas importante aun, confia en mi. --Un autentico modelo de virtud, --dijo Dunford secamente, sin querer reconocer ante si mismo que estaba un poco celoso de la dicha marital de su amiga. --Y como… Un golpe sono en la puerta. Entro en el cuarto Whatmough, el flematico mayordomo de Dunford, anunciando: --Un abogado ha llegado, senor. Dunford alzo la cabeza. --Un abogado, que desea hablar a solas con usted. No pude averiguar sus razones. --Es muy insistente, senor. --Hagale pasar entonces. --Dunford miro a Belle y sin saber que hacer encogio los hombros. Ella sonrio con picardia. --Pase. Whatmough condujo al visitante. Era un hombre de cabello gris de estatura mediana, y se veia muy interesado en ver a Dunford. --?Sr. Dunford? Dunford asintio con la cabeza. --No puedo decirle que contento estoy por haberle localizado finalmente, --el abogado dijo alegremente. Miro a Belle con una expresion desconcertada--. ? Y esta es la senora Dunford? Fui inducido a creer, que usted no estaba casado, senor. Oh, esto es extrano. Puede ser obstaculo. --No estoy casado. Esta es Lady Blackwood. Ella es una amiga. ?Y usted es? --Oh, lo siento. --Dijo muy apenado. El abogado saco un panuelo y palmeo su frente--. Soy Percival Leverett, de Cragmont, Hopkins, Topkins, y Leverett. --Se inclino hacia adelante, para dar enfasis adicional al decir su nombre--. Tengo una noticia importante para usted. Muy importante ciertamente. Dunford agito sus brazos expansivamente. --Oigamoslo entonces. Leverett miro a Belle y su mirada regreso a Dunford. --?Quiza deberiamos hablar privadamente, senor? Ya que la senora, no es su esposa. --Por supuesto. --Dunford miro a Belle--. ?No te molesta esperar, solo sera un momento, verdad? --Oh, de ningun modo, --le aseguro, con su sonrisa diciendo que tendria mil preguntas listas cuando hubieron terminado--, esperare. Dunford hizo una senal hacia una puerta que conducia a su estudio. --Directamente por aqui, Sr. Leverett. Salieron del cuarto, y a Belle le dio mucho gusto notar que no cerraron la puerta correctamente. Inmediatamente se puso de pie y se movio hacia la silla mas cercana a la puerta, ligeramente abierta. Estiro el cuello, intentado oir. Un barboteo de voces. Mas barboteo. Y entonces, de Dunford, --?Mi primo que… ? Barboteo, barboteo. --?…de donde… ? Barboteo, barboteo, algo que sono como a Cornualles. --?…cuantas veces… ? No, eso no pudo haber sido “ocho” lo que ella oyo. --?…y el me dejo que… ? Belle aplaudio. !Que encantador! Dunford acababa de obtener una herencia inesperada. Espero que fuese un buen suceso. Justamente uno de sus amigos de mala gana habia recibido en herencia a treinta y siete gatos. El resto de conversacion fue imposible de descifrar. Despues de algunos minutos los dos hombres terminaron de hablar, y se estrecharon la mano. Leverett aparto de un empujon algunos escritos en su caso y dijo, --Tendre el resto de documentos enviados tan pronto como sea posible. Necesitaremos su firma, por supuesto. --Por supuesto. Leverett asintio con la cabeza y regreso al cuarto. --?Que te dejaron? --Belle exigio. Dunford parpadeo pocas veces, como si todavia no pudiese creer lo que acababa de oir. --Parece que acabo de recibir en herencia una baronia. --!Una baronia! Corcholis, voy a tener que llamarte Lord Dunford ahora, ?verdad? El puso los ojos en blanco. --?Cuando fue la ultima vez que te llame Lady Blackwood? --Hace diez minutos, --dijo ella impertinentemente--, cuando me presentaste al Sr. Leverett. --Touche, Bella. --Se recosto en el sofa, sin esperar a que ella se sentase primero--. Supongo que me puedes llamar Lord Stannage. --!Valgame Dios! Stannage, --ella se quejo--. Que perfectamente distinguido. Willian Dunford, Lord Stannage. -- Sonrio diabolicamente. -- ? Es William, verdad? Dunford bufo. Lo llamaban por su nombre de pila tan raras veces, que era un chiste familiar el no poderlo recordar. --Le pregunte a mi madre, --contesto finalmente el--. Dijo que cree que es William. --?Quien murio? --le pregunto Belle francamente. --Alguna vez has tenido tacto y refinamiento, mi estimada Arabella. --Bien, obviamente no pareces lamentar la perdida de tu pariente lejano, del que hasta ahora no conocias su existencia. --Un primo. Un octavo primo, para ser exacto. --?Y no pudieron encontrar un pariente mas cercano? -- pregunto ella incredulamente--. No es que tenga envidia de tu fortuna, claro esta, pero realmente es extenderse. --Parecemos ser una familia de potrillas. --Gracias, --mascullo sarcasticamente ella. --Termina los sarcasmos, --dijo el, ignorando su mofa--, ahora tengo un titulo y una pequena hacienda en Cornualles. Asi que ella habia escuchado correctamente. --?Has ido alguna vez a Cornualles? --Nunca. ?Has estado tu? Ella nego con la cabeza. --He oido que es realmente dramatico. Los acantilados y las olas derrumbandolos. Muy incivilizado. --?Que tan incivilizado podria ser, Belle? Esta es Inglaterra, despues de todo. Ella se encogio de hombros. --?Vas a ir alli , a visitarlo? --Supongo que debo. --El golpeo ligeramente su dedo contra el muslo--. ?Incivilizado, dices? Probablemente lo adorare. * * * * * --Espero que el odie estar aqui, --dijo Henrietta Barrett, tomando un feroz mordisco a su manzana--. Espero que realmente destete este lugar. --Ya, ya, Henry, esa actitud no es propia de ti, no es muy caritativo de tu parte. --Le dijo escandalizada la senora Simpson, el ama de llaves de Stannage Park. --No me siento tremendamente caritativa por el momento. He metido una buena cantidad de trabajo en Stannage Park. Los ojos de Henry se enrojecieron tristemente. Habia vivido en Cornualles desde los ocho anos, cuando sus padres habian muerto en un accidente de carruaje en su ciudad natal de Manchester, dejandola huerfana y sin dinero. Viola, la esposa del baron, era la prima de su abuela y amablemente habia acordado acogerla. Henry inmediatamente se habia enamorado de Stannage Park, de la piedra palida del edificio, las ventanas vibrantes, los grandes jardines . Y asi es que Cornualles se habia convertido en su casa, mas de lo que fue Manchester alguna vez. Viola se habia entusiasmado por ella, y Carlyle, su marido, se convirtio en una distante figura paternal. El no paso una buena cantidad de tiempo con ella, pero siempre tuvo una palmada acogedora en la cabeza lista cuando entraba en el vestibulo. Cuando tuvo catorce, sin embargo, Viola murio, y Carlyle estaba muy afligido. Apenas le interesaba el resto del mundo y se encerro en su despacho, dejando a un lado el control de la hacienda y la casa. Henry inmediatamente entro en accion. Amaba tanto a Stannage Park y no iba dejar que se malograse, ademas, tenia ideas firmes de como debia ser manejada la propiedad. Los pasados seis anos ella habia sido no solo la senora de la heredad sino tambien el senor, universalmente aceptada como la persona a cargo. Y a ella le gustaba su vida simplemente asi. Pero Carlyle habia muerto, la hacienda y la casa habian pasado rapidamente a algun primo lejano en Londres que probablemente era un petimetre. El nunca habia ido a Cornualles antes, penso Henry, olvidandose convenientemente de que ella llego alli solo cuando murieron sus padres. Ella habia llegado alli doce anos antes. --?Cual era su nombre? --pregunto otra vez la senora Simpson, mientras cogia la masa y empezaba hacer el pan. --Duford o Dunford, --dijo Henry asqueada--. No quisieron darme su nombre de pila, Aunque supongo que no tiene importancia ahora que es Lord Stannage. El probablemente insistira en que usemos el titulo. La aristocracia usualmente lo hace. --Hablas como si como no pertenecerias a esa clase, Henry. No pongas mala cara al caballero. Henry suspiro y tomo otro mordisco de su manzana. --El probablemente me llamara Henrietta. --Deberia. Estas mayor para llamarte Henry. --Tu me llamas Henry. --Soy demasiado vieja para cambiar. Peor ya no eres una nina. Ha pasado el tiempo Y es preciso que encuentres un marido. --?Y hacer que? ?Irme de Inglaterra? No quiero dejar Cornualles. La senora Simpson sonrio, para senalar que Cornualles era ciertamente una parte de Inglaterra. Henry queria tanto la region que no podia pensar acerca de ella como perteneciente a un lugar mayor. --Hay caballeros aqui en Cornualles, con los que te podrias casar, --le dijo--. Bastantes en los pueblos cercanos. Podrias casarse tambien con uno de ellos. Henry se mofo. --No hay nadie que me parezca atractivo y conoces a la gente de aqui, es simple. Ademas, nadie se casaria conmigo. No tengo uno chelin ahora que Stannage Park la tiene este desconocido, todos ellos piensan soy un fenomeno hombruno. --!Por supuesto que no lo hacen! --contesto rapidamente la senora Simpson--. Todo el mundo te admira. --Ya se--Henry contesto, girando sus ojos grises hacia la ventana--. Me admiran como si fuera un hombre, y por eso estoy agradecida. Pero los hombres no quieren casarse con otros hombres, sabes. --Quiza si llevaras puesto un vestido… Henry miro hacia sus gastados pantalones. --Me pongo un vestido. Cuando es apropiado. --No puedo imaginar cuando fue eso, --bufo la senora Simpson--, desde que te conozco nunca te he visto en uno. Ni siquiera en la iglesia. --Que hecho tan afortunado para mi que el vicario sea un caballero muy liberal. La senora Simpson dirigio una mirada sagaz hacia la joven. --Que hecho tan afortunado para ti, que al vicario le gusta el brandy frances que le envias una vez al mes. Henry se hizo la sorda. --Lleve un vestido para el entierro de Carlyle, si recuerdas. Para la fiesta del condado el ano pasado. Y cada vez que recibimos a los invitados. Tengo al menos cinco en mi armario, muchas gracias. Oh, y tambien me los pongo cuando vamos al pueblo. --No lo haces. --Pues bien, puede ser que no para nuestra pequena villa, pero lo hago cada vez que voy a algun otro pueblo. Pero cualquiera estaria de acuerdo que son de lo mas impracticos cuando reanudo mis actividades normales supervisando la hacienda. --Sin mencionar, penso Henry torcidamente, que con ellos se veia terrible. --Bien, te pondras uno cuando el Sr. Dunford llegue. --No estoy completamente loca como una cabra, senora Simpy. --Henry lanzo el corazon de la manzana a traves de la cocina a un cubo pequeno, que se derramo por lo lleno que estaba. Dejo salir un grito de orgullo--. No he perdido al cubo en meses. La senora Simpson cabeceo. --Si solo alguien te ensenara como ser una chica. --Viola quiso hacerlo, --Henry contesto descaradamente--, y podria haber tenido exito si hubiera vivido mas tiempo. Pero la verdad es, me gusta mucho ser como soy. La mayoria de las veces al menos, penso. De vez en cuando, veia a una bella senora en un primoroso traje de noche que le parecia hermoso y le daba celos. Tales mujeres no tenian pies y eran irreales, Henry decidio que deberian tener ruedas para poder deslizarse en ellos, mientras las miraban una docena de hombres entontecidos. Tristemente clavaba los ojos en ese cortejo, imaginandolos sonando tras ella. Entonces se reia. Ese sueno particular no tenia probabilidad de hacerse realidad, ?y ademas, a ella le gustaba su vida simplemente como estaba, verdad? --?Henry? --La senora Simpson la saco de su ensonacion--. Henry, hablaba contigo. --?Hmmm? --Henry parpadeo saliendo de su fantasia--. Oh, lo siento, estaba pensando acerca de lo que tenemos que hacer con las vacas, --mintio--, no estoy segura de que tengamos espacio suficiente para todas ellas. --Deberias estar pensando acerca de que hacer cuando el Sr. Dunford llegue. ? El envio una nota que seria esta tarde, no? --Si, asi es. --!Henry! --le reprocho la senora Simpson. Henry nego con la cabeza y afirmo. --Si acaso alguna vez hubo un tiempo para maldecir, es ahora, Simpy. ?Que ocurre si el quiere interesarse en Stannage Park? ?O peor… si se le ocurre asumir el mando? --Si lo hace, sera su derecho. El es el dueno, sabes. --Si, lo se. Es tan terrible. La Senora Simpson mezclo la masa, le dio forma de una barra de pan y la coloco aparte para levantarse. Limpiandose las manos, dijo: --Tal vez vendera. Si la vendiese a una persona del pueblo, no tendrias nada por lo que preocuparte. Todo el mundo alli sabe que manejas a la perfeccion Stannage Park. Henry salto del mueble en que estaba encaramada, planto las manos en sus caderas, y comenzo a caminar por la cocina. --El no puede vender. Esta vinculado al titulo. Si no lo estuviese, el Sr. Carlyle me lo hubiera dejado. --Oh. Bien, entonces vas a tener que esmerarte en llevarte bien con el Sr. Dunford. --Ese hombre es Lord Stannage ahora, --Henry gimio--. Valgame Dios… El baron Stannage… el es el dueno de mi casa y el que va a decidir mi futuro. --?Eso te aterra? --Quiero decir que el es mi guardian, mi tutor.

  • La Vendedora de Deseos de Andrew Hesber

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    Existe un lugar distante, uno en donde las estrellas son solo el brillo de enormes faros coronando islas. Las ciudades terrenos flotantes como barcos a la deriva. Y el cielo, un mar multicolor e infinito. Alli, en medio de ese sin fin, viven nuestras dos protagonistas: Isbel y Arlette.Isbel siempre ha sonado con dejar atras su vida en los suburbios de La Ciudadela y comenzar una nueva en el nivel superior, donde la contaminacion jamas podria alcanzarla. Cuando un misterioso noble se cruce en su camino y le ofrezca su fortuna a cambio de participar en un peligroso plan, se embarcara en un viaje lleno de peligros y traiciones que podria cambiarlo todo para siempre. Arlette, sin embargo, es la peligrosa Dama Sanguinaria, una temida Pirata del Firmamento, que esta segura de que la leyenda de la Vendedora de Deseos es real. Empujada por sus demonios internos y rota por el recuerdo de un amor perdido, surcara el Cielo Infinito y se enfrentara al propio destino con tal de ver cumplido su unico deseo: revivir al amor de su vida.

  • Sombras nuevas, Alba Duro de Alba Duro

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    Patricia lleva anos viviendo en Los Angeles, donde trabaja como escritora erotica en espanol. Su dia a dia consiste en apagar cigarrillos en el cenicero, escribir a oscuras en su ordenador y contestar emails de fans. Sin embargo, todo llega cuando recibe un email de Arturo, uno de sus lectores.

  • Caleb y la chica del pelo rosa (Familia Reed 4) de Olivia Kiss

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    Lo ultimo que Caleb quiere es regresar al pueblo en el que crecio, pero no puede negarse cuando su abuela le pide que lo haga para que le eche una mano Emma, la chica con la que el salio en el instituto y que ahora tiene una hija. Cumplir el deseo de la anciana no es tan facil. Para empezar, porque Emma lo odia. Y, ademas, ?que sabe Caleb sobre ninos cuando lleva toda su vida viajando de un sitio a otro y cuidando tan solo de si mismo? Sin embargo, cuando su vida choca con la de Emma todo parece tambalearse, los recuerdos regresan, tambien los reproches, y esa quimica abrasadora que compartieron en el pasado. ?Es posible que las segundas oportunidades existan para ellos?

  • Entre dos vidas de Jennyfer L.f

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    La vida de Daniela es perfecta, o eso cree ella. A sus casi treinta anos es una mujer de exito que dirige una sucursal bancaria en Barcelona; lleva un nivel de vida a todo tren junto a Cristhian, su pareja, con el que comparte una vision poco romantica del amor.

  • Cien canciones para Amelia de Maruja Moyano

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    El dia que Amelia desaparecio parecia un dia normal, como cualquier otro. El otono hacia semanas que arrancaba hojas de los arboles plantados a la entrada de aquel pequeno patio de vecinos y el viento las arremolinaba obcecadamente junto al pozo situado a la derecha de la entrada de mi casa, justo enfrente de la de Amelia Apenas habia comenzado la tarde y corri, como cada jornada, con mi pedazo de pan con chocolate, a pasar unas horas con ella, a contarle los pormenores de mi manana escolar y, mientras me rehacia las coletas con aquellas manos finas y habiles, escucharla cantar las canciones de aquella epoca en la que las heridas de la contienda continuaban sangrando y el Madrid de principios de los anos sesenta se llenaba de gentes de otras partes de Espana, que escapaban de la miseria de sus pueblos y se encontraban de bruces con mas miseria. La puerta estaba cerrada, extranamente cerrada, porque en aquel tiempo las puertas se cerraban solo de noche y la casa de mi vecina siempre estaba abierta y mas a aquella hora en la que yo solia visitarla. Aplique la oreja a la madera despues de llamarla varias veces sin obtener respuesta, y volvi sobre mis pasos mordisqueando con desgana el chocolate, defraudada por el inesperado planton de mi vecina. Nadie habia echado en falta a Amelia aquella manana. Los hombres partian muy temprano hacia el trabajo, aquellos que lo tenian, los demas salian tambien temprano a buscarlo por las obras y los talleres. Habia que caminar un cuarto de hora hasta llegar a una parada de autobus que comunicaba aquel barrio marginal y apartado con el centro de la capital y otros barrios colindantes y mas afortunados. Excepto Pedro, un joven al que una bomba en el ano 44, siendo un nino pequeno, le habia amputado una pierna y le habia dejado privado de la vision de un ojo cuando jugaba con otro nino en el campo. El vivia con su madre, ya anciana, que recogia chatarra y la revendia para abastecerse de lo mas basico; los ninos y ninas, que en aquella epoca abundabamos, acudiamos a la escuela muy pronto, aliviando la carga de trabajo de nuestras madres durante unas horas; las mujeres trabajaban sin descanso desde el amanecer: despues de preparar el almuerzo de sus maridos y el bocadillo que los hijos que ya iban a la escuela comerian en el recreo, calentaban la leche para todos --en el caso de que tuvieran--, despues salian con los orinales repletos de porqueria a volcarlos en el descampado anexo a aquel conjunto de casitas en las que habitabamos, y que crecia con el paso de los meses sin permiso ni control. Aquel era un barrio colonizado por la miseria, sin agua corriente ni alcantarillado, con luz electrica enganchada quien sabe como, rodeada de campo con escasos arboles y un buen monton de basura. Sus habitantes, en su mayoria inmigrantes andaluces, luchaban a diario por sacar la cabeza de los barrizales de los dias de lluvia y las colas de leche en polvo para sus hijos, como resultado de una parte del acuerdo del regimen franquista con EEUU, a cambio de la instalacion de bases militares en territorio espanol. Pero como decia, nadie echo en falta a Amelia. Yo insistia en preguntarle a mi madre donde estaba Amelia, y ella, molesta y un poco celosa por mi interes, me daba razones vagas que no acababan de convencerme: <>, <>, <>. Nadie atendia a mi preocupacion, ni mi madre ni las vecinas del patio. Nadie. En realidad, nunca se hace mucho caso a los ninos, y en aquellos anos menos aun. Nadie parecia percatarse de que mi angustia, la angustia de una nina de cinco anos, era algo lo suficientemente importante como para pararse un momento y escuchar. Fue la senora Josefa la que dio la voz de alarma avanzada la tarde, cuando al sacar agua del pozo encontro las gafas de Amelia con un cristal roto enganchadas en el cubo. Recuerdo que, a pesar de mi escasa edad y de que no entendia muy bien la situacion, el hecho de que todas las vecinas acudieran curiosas y alertadas a contemplar aquella pesca fortuita, evidencia de que algo andaba mal en el vecindario, me produjo cierto alivio. !Por fin se habian dado cuenta de que Amelia habia desaparecido! Padecia una miopia lo suficientemente importante como para impedirle marchar sin sus gafas. Entonces comenzaron los golpes en la puerta, los gritos de llamada, los corrillos y los comentarios morbosos sospechando que ella, mi querida Amelia, pudiera estar en el fondo del pozo de cuyas aguas bebiamos los habitantes de aquel patio; o tal vez un ataque repentino la hubiera dejado muerta o postrada, incapaz de moverse y abrir la puerta. Unas vecinas jaleaban para tirar la puerta abajo, otras, mas prudentes, preferian llamar a las autoridades y que se hicieran cargo de una posible desgracia. Tardaron mucho en decidir que hacer, hasta que dos vecinos en moto marcharon hacia el puesto de policia mas cercano --y bastante lejano-- para alertar del incidente. Era ya de noche y me encontraba acostada en mi cama, a punto de sumergirme de lleno en el sueno, cuando los vecinos volvieron acompanados de varios policias. Escuche las voces de los adultos y el ruido del motor del coche patrulla. Me asome a la ventana: todo el mundo estaba reunido en el patio frente a la casa de Amelia. Sonaron varios golpes en su puerta y la llamada potente de una voz masculina que achaque con acierto a los uniformados. Por fin, el estruendoso golpe de una patada en la puerta de Amelia resono en la noche en medio del sepulcral silencio de los vecinos expectantes. La casa de Amelia estaba vacia. Digo vacia porque ella no estaba; en cambio, su humilde pero primorosamente decorado hogar se presentaba ante los circunstanciales invasores pulcro y acogedor. Yo lo conocia bien, no era necesario entrar para visualizar cada detalle de aquella casa. Empece a llorar al pensar en que aquellos hombres revolverian sus delicadas pertenencias, aquellas que yo no volveria a tocar jamas. Supe, porque me lo decia el corazon desde un lugar no identificado dentro de mi, que no volveria a ver a Amelia, que los dias de dicha en los que me cantaba sus canciones mientras trenzaba mi pelo; que me ensenaba fotos de los anos en que actuaba en los teatros; que me permitia disfrazarme con sus zapatos y sus complementos de coloridas plumas… aquellos dias en los que con dulzura me llamaba <> habian desaparecido para siempre con ella. Al dia siguiente sondearon el pozo, cuyas aguas abastecian a un buen numero de familias, y comprobaron que no albergaba cadaver alguno, calmando asi los peores temores de los vecinos preocupados por su salud. Yo tambien me alegre, pero no porque temiera contaminarme con los fluidos de un cuerpo muerto, sino porque al menos estaba segura de que Amelia no se habia ahogado en aquel oscuro y profundo hueco al que a los ninos y ninas del patio se nos tenia prohibido asomarnos. Una vez lo hice bien agarrada al cuello de mi padre y me dio pavor mirar hacia aquellas profundidades negras como el mismisimo infierno; al menos eso es lo que me sugirio aquel abismo interminable y oscuro, y tambien fue esa la intencion de mi padre: provocarme un sentimiento de miedo hacia el pozo y mantenerme alejada de el. No recuerdo con claridad que paso despues. Las idas y venidas de gente a aquella casa, posiblemente la policia y algunos familiares que fueron localizados, se mantuvieron durante algunas semanas. Lo que si recuerdo es un profundo sentimiento de tristeza, un vacio que permanecio dentro de mi durante mucho tiempo. Llore la ausencia de Amelia como si hubiera sido la de mi propia madre. Creo que escuche la palabra <> por primera vez durante los dias que siguieron a la desaparicion de Amelia. Aquella palabra me produjo una sensacion de desazon inexplicable. No sabia muy bien que pasaba con la gente que moria. Decian los mayores que tras la muerte las personas subian al cielo si habian sido buenas, o caian a las llamas de un infierno aterrador si habian sido malas. Amelia debia estar sin duda en el cielo, no podia imaginarmela en ningun otro lugar si no estaba a mi lado, asi que dirigia mis ojos hacia lo alto, escudrinaba con los ojos semicerrados entre las nubes; trataba de mirar directamente al sol con mis manos por visera; buscaba verla, una senal, un saludo, sus rasgos dibujados en el aire… cualquier cosa que me indicara que no la habia perdido para siempre. No era posible que se hubiera marchado, ni siquiera al cielo, sin despedirse de mi, eso no era propio de ella. A veces escuchaba hablar a mi madre con otras vecinas, y al acercarme curiosa callaban o decian bajando la voz: <>. Y aunque era muy pequena, me producia enfado, me sentia absolutamente sola ante una pena que no me permitian compartir con nadie. Eran mi pena y mi soledad mucho mas grandes que el pecho que las albergaba. Ni siquiera mi madre conseguia calmar los llantos nocturnos que ella atribuia a pesadillas y terrores infantiles. En realidad, cada noche creia que al despertar todo seria como antes, pero nunca fue asi, la verdad se me mostraba implacable cada amanecer. * * * Tan solo hacia tres anos que Amelia ocupaba aquella casita con patio. Tres anos desde el milagro, o eso decia mi madre al recordar lo que pudo haber sido un drama en mi casa y que, gracias a la vecina recien llegada, no llego a pasar. Unas pocas semanas desde que aquella mujer joven, sola y peculiar se instalo en su casa frente a la mia, ocurrio algo inesperado. Era invierno y anochecia pronto, mi madre planchaba y mi padre aun no habia vuelto del trabajo. Yo era muy pequena y lloriqueaba aburrida y sonolienta despues de tomarme un vaso de leche con galletas. No habia mucho mas. Mama decidio acostarme, mas que nada por quitarme de en medio para que la dejara trabajar tranquila en sus quehaceres. Al poco de acostarme, deje de lloriquear y mama continuo con su plancha creyendome dormida. El viento silbaba frio en el exterior. Ella acabo pronto con la plancha y entro en el pequeno cuarto para asegurarse de que estaba bien arropada en mi mantita, pero lo que encontro le hizo gritar de horror: yo estaba boca arriba, fria y con los ojos abiertos, inmovil y segregando una espesa espuma blanca por la boca. Abrio la puerta de la calle gritando desesperada y pidiendo ayuda; los vecinos abrieron sus puertas. Tambien Amelia. Ella fue la primera en entrar, me cogio en brazos y me tumbo en el suelo de la cocina mientras todo el mundo se arremolinaba impotente a nuestro alrededor. Con su propio panuelo limpio mi boca por dentro y por fuera y comenzo a presionar ritmicamente mi pecho, soplando aire en mis pulmones de tanto en tanto. Aquel masaje cardiaco duro unos minutos que a todos les parecieron interminables; eso es lo que me contaron anos despues. De pronto comence a llorar con todas mis fuerzas, despertandome de no se sabe que triste sueno. Mi corazon latia y mis pulmones se llenaban de aire y lo exhalaban de nuevo.

  • Cal viva de Daniel Serrano

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    Ambos dibujan sus respectivas biografias en paralelo, viajan a la infancia y la juventud, y a la vez retratan las convulsiones de este actual tiempo de agitacion.

  • Hegel en 90 minutos de Paul Strathern

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    La coleccion Filosofos en 90 minutos incluye interpretaciones breves, pero autorizadas, de los mas grandes pensadores de la humanidad y descifra sus filosofias en una forma amena y accesible que las hace interesantes y comprensibles a casi cualquiera. La filosofia se puso realmente dificil con Hegel. Su metodo dialectico produjo el mas grandioso sistema metafisico que ha conocido el hombre. El propio Hegel admitio que <>. El sistema de Hegel abarca absolutamente todo, pero su elemento mas vital es la dialectica de tesis, antitesis y sintesis. El metodo se origino en la ambicion de Hegel de superar las deficiencias de la logica y ascendio hasta el Espiritu como realidad ultima. Su vision de la Historia como un proceso de autodesarrollo de la humanidad inspiro a Marx en su sintesis de la filosofia del materialismo dialectico. En Hegel en 90 minutos, Paul Strathern presenta un recuento conciso y experto de la vida e ideas de Hegel, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Hegel, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento y cronologia que situan a Hegel en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.

  • Trilogia Generacion (Completa) de Lisa Sune

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    No me olvides (G#1)
    Sheena huye de su hogar al cumplir la mayoria de edad. Dejando una sociedad adinerada que no desea para su carrera. Inconformista por el futuro que le habian disenado y ambiciosa por tomar sus propias decisiones.
    Diez anos despues de su marcha se enfrenta al pasado para cerrar una etapa. Enfrentarse al hombre que puso su vida patas arriba y que tanto se habia empenado en olvidar todo ese tiempo. El amor que pudo sentir hacia el anos atras paso a ser rencor, pero tras su primer reencuentro no logra alejarse de el y corre el riesgo de volver a caer rendida a sus pies.
    ?Sera capaz de mantenerlo lejos de ella?
    ?Sera capaz de no volver a enamorarse?

  • Puentes y sombras de Fernando De Cea Velasco

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    Una exotica reportera en su primer dia de trabajo: “Muy facil, solo tengo que cubrir una manifestacion”.

  • En el cuarto oscuro de Susan Faludi

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    Una ambiciosisima memoir novelada sobre el laberinto de la identidad.
    En verano de 2004, Susan Faludi fue a Hungria para visitar a su padre, con el que no tenia ningun trato desde hacia muchos anos. Cuando llego al aeropuerto de Budapest se llevo una sorpresa: su padre era una mujer. A sus setenta y tantos anos, Steven Faludi, ahora Stefanie Faludi, habia ido a un hospital de Tailandia y habia cambiado de sexo. Pero no se trataba del unico cambio que se habia producido en su vida. Personaje enormemente complejo y poliedrico, estaba acostumbrado a los disfraces y a cambiar de nombre. Habia sido rico y pobre, era judio y se habia hecho pasar por cristiano, habia sido varon y ahora era mujer, y cuando reconocio que era judio, empezo a votar a partidos antisemitas. Susan se decide a investigar su vida, a pesar de la oposicion del padre, que solo poco a poco ira revelando sus asombrosos secretos.En el cuarto oscuro es un libro minucioso, reflexivo y potente sobre la identidad de sexo y de genero, y sobre la identidad nacional de un pais que, al igual que muchas personas, necesita inventar su propia historia.

  • Fascinacion (Celebrity 4) de M. S. Force

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    El control es su estandarte, hasta que una mujer rompe sus esquemas, su ferreo control y su corazon.

  • Besos de cafe y cerveza de Ivonne Vivier

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    Sabrina es una timida y sensible mujer de treinta anos que decide volver a su pais despues pasar tres anos viviendo en Roma. Tiene una vida demasiado monotona y con pocas, aunque demasiado recordadas, experiencias amorosas, las que no le hicieron ningun favor a su personalidad tan retraida.

  • El mundo de Sarah Coliner de T. Rubio

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    El mundo de Sarah Coliner, esta siempre regido por su madre, Prudence. Sarah, vive en el condado de Vagoneth, de donde es la futura heredera. La pasion de Sarah por los caballos hara que se encuentre con su destino. La lucha de Sarah por el amor, lo pondra todo patas arriba, donde estara en juego hasta su propia vida.Una llamada a la libertad, una historia que te atrapara.

  • Culpable (Trilogia Criminal 1), Kris Buendia de Kris Buendia

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    Emily Thompson es declarada Culpable de un delito:
    El asesinato de su esposo.
    Mientras cumple su condena, lee las cartas que dejo antes de morir donde le confiesa la vida secreta que tenia:
    Un lider de El Circulo, un asesino.
    Ahora Emily Thompson esta libre y buscara a los verdaderos culpables, aunque esto la lleve a ser parte de El Circulo.
    Todo sea por cobrar su venganza.
    < Todos deben saber la verdad.
    Yo no lo mate. Yo no lo hice.>>

  • Seduccion Vengativa de Trish Morey

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    Su vengativa seduccion. !los uniria para siempre!

  • A tres pasos de ti, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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  • Amurao. La boda roja de Fran Barrero

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    La boda roja

    Una pareja de recien casados es encontrada muerta en los aseos del salon en que celebraban su enlace. Nadie parece haber visto nada. Cristina Collado y su nuevo companero, Victor Garza, tendran que componer el extrano rompecabezas. Los analisis de la forense Maite Redondo y del equipo de la policia cientifica seran de vital importancia para resolver el caso.

  • La fuerza de un destino de Marti Gironell

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    Con veintiun anos, Ceferino Carrion huye de la gris y asfixiante Espana franquista en busca de aires nuevos, por lo que embarca en un buque desde Le Havre con destino a los Estados Unidos. En Nueva York cambiara de identidad y se convertira en ciudadano estadounidense como Jean Leon. Su peripecia vital lo lleva hasta California, donde su espiritu emprendedor y una serie de golpes de suerte lo situan a un paso de la gloria, junto a las estrellas de cine a las que admira y de las que se convertira en amigo y confidente.
    Con James Dean planea abrir La Scala, un restaurante que, a pesar de la muerte prematura del actor, seconvertira en un referente en el Hollywood de los anos cincuenta y sesenta y que conto con clientes habituales como Paul Newman, Warren Beatty, Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o los Kennedy.
    Con una vida de pelicula, Jean Leon demostro que, con sacrificio y esfuerzo, los suenos, incluso el de elaborar su propio vino, estan al alcance de la mano.

  • Clavicula de Marta Sanz

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    Durante un vuelo, a Marta Sanz le duele algo que antes nunca le habia dolido. Un mal oscuro o un flato. A partir de ese instante crece el comico malestar que desencadena Clavicula: <>

  • La desfachatez intelectual de Ignacio Sanchez-cuenca

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    Muchos de los intelectuales espanoles de mayor prestigio y visibilidad, casi siempre escritores y hombres de letras, se caracterizan por participar en el debate politico con ideas superficiales y frivolas, expuestas en un tono tajante y prepotente. La desfachatez intelectual se sostiene sobre una impunidad generalizada, que nace de la ausencia de una critica explicita a las opiniones de las principales figuras de nuestra clase intelectual. Frente a la figura del intelectual que pontifica sobre cualquier asunto, este libro apuesta por una esfera publica mas plural, menos personalista y con filtros mas eficaces, que eleven el nivel de nuestro debate politico.

  • Una Dama Elegante de Cedric Daurio

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    Agotada por la sucesion de eventos del dia, y en realidad de la semana que habia transcurrido en Buenos Aires, coloco su modica valija en el portaequipaje ubicado sobre la linea de asientos, se sento en su butaca que estaba situada junto a la ventanilla y anticipando lo que las azafatas le pedirian se coloco el cinturon de seguridad. El asiento, ubicado en la clase turista, le resultaba muy estrecho teniendo en cuenta que el vuelo a Nueva York insumiria nueve horas de modo que resolvio que reclamaria de sus sponsors que le sacaran un pasaje en la categoria ejecutiva para los proximos vuelos, al menos aquellos que superaran una duracion determinada, por ejemplo cinco horas; penso que este requisito era razonable dado que la mayoria de sus viajes eran dentro de Estados Unidos y por lo tanto de una duracion inferior. Siguiendo su habitual ansiedad habia sido una de las primeras personas en abordar y ahora comenzaban a ingresar los pasajeros por los angostos pasillos del avion; el pasaje consistia en una mezcla de argentinos y americanos, los ultimos parejas o pequenos grupos de personas mayores que volvian de unas vacaciones en el lejano pais del sur, vistiendo llamativas camisas de estampados multicolor y otras prendas mas apropiadas para Miami o Hawai que para la agitada urbe sudamericana, cuyos habitantes parecian caminar y viajar siempre con un ritmo frenetico, tan distinto al de otras ciudades latinoamericanas que habia conocido. Los argentinos eran distinguibles por su vestimenta mas austera y por la cantidad de bultos que pretendian colocar en los compartimentos para equipajes, aun forzando su capacidad. Rogo para que le tocara de companero de asiento un americano, ya que como ella no hablaba castellano podia llegar a ser un viaje aburrido y demasiado largo. De reojo atisbo a un muchacho alto y delgado que se acercaba mirando las letras de las filas de asientos buscando donde sentarse. Aunque a primera vista le parecio uno de los argentinos, secretamente deseo que se sentara junto a ella, pues se trataba de un joven muy bien parecido. Agito su cabeza como para ahuyentar la idea. <Lena, podria ser...no tu hijo pero si un sobrino mucho mas joven. No es para ti.> Ignorante de los pensamientos que circulaban por la cabeza de la mujer el joven se detuvo en la fila donde se hallaba sentada Lena, confirmo su ubicacion y la miro sonriente. -Hola.-Dijo escuetamente. -Hello- Contesto la mujer furiosa consigo misma por no haber ni siquiera aprendido a responder un saludo en espanol. El muchacho coloco su valija en el portaequipaje y se dispuso a sentarse en el asiento del pasillo. -Permiso. Tengo el asiento 14B.- Dijo en ingles, para alivio de Lena, quien sin embargo volvio a recriminarse de inmediato. La azafata recorrio el pasillo, donde aun habia pasajeros luchando con sus maletas, ayudandolos a guardarlos en los compartimentos portaequipajes y a cerrar sus puertas. El joven se coloco tambien el cinturon de seguridad y como sus piernas eran demasiado largas para el corto espacio entre asientos las coloco parcialmente en el pasillo luego de que la azafata pasara. -Asientos muy pequenos para viajes tan largos.-Expreso el joven, en sintonia con lo que habia estado cavilando Lena con anterioridad. Luego sonriendo nuevamente le extendio la mano derecha y se presento. -Federico Gribaudo. Lena fue nuevamente sorprendida gratamente por la presentacion formal del hombre y contesto de inmediato. -Lena Javit -?Neoyorquina?-Era evidente que el joven llamado Federico tenia deseos de conversar. Aunque la mujer se habia formado la idea de dormir lo antes posible para recuperar sueno acepto de buen grado la disposicion de su companero de viaje. -Si.-Contesto.- Nacida y criada en Nueva York. Roto el hielo con tanta facilidad Lena prosiguio la conversacion. -?Es su primer viaje a Estados Unidos? -No, estuve un par de veces en Miami, pero nunca en Nueva York. -Estara ansioso por conocer la Gran Manzana. Tiene todo un mundo por descubrir. -Si, en realidad lo conozco por referencias familiares. Mi padre vivio varios anos en Nueva York de joven y mi madre, que era entonces su novia, lo visito...por supuesto hace ya muchos anos. -Todo esta muy cambiado y a la vez la ciudad sigue siendo la misma. -Mis padres regresaron hace un par de anos por turismo, a visitar todos los sitios que habian recorrido juntos tanto tiempo atras. Fue un viaje sentimental. Estuvieron frente al edificio donde mi padre alquilaba un apartamento. -?Sabe en que zona? -Si, en Brooklyn Heights. Un sitio historico. Hablaban mucho de el. -En realidad un buen lugar para vivir. Para alegria de Lena la conversacion fluia agradablemente. Aunque su vocabulario era un tanto limitado y cada tanto necesitaba ayuda con algun termino particular, Federico hablaba ingles en forma muy aceptable con un acento argentino particular que la mujer ya conocia de sus entrevistas de negocios. Su charla denotaba que se trataba de un joven inteligente. -Y dime, Federico.- La charla ya se habia tornado coloquial.- ?De que otros sitios te hablaron tus padres? La larga enumeracion de museos, galerias y otros sitios termino de convencer a Lena que el muchacho provenia de una familia de buen nivel cultural. -?Piensas visitar esos sitios? -Si. Voy a estar un buen periodo en Nueva York. -?Y de que mas te hablaron tus padres? -Dejame pensar...habia un parque... -?El Central Park? -No solo me hablaron del Central Park. Habia un parque pequeno, cerrado, al que por alguna razon le asignaban una connotacion romantica. Recuerdo haber visto fotos de mis padres frente a ese parque. -?Gramercy Park?-Lena dio un respingo en su asiento conteniendo su entusiasmo. -Si, creo que era ese. -Pero alli es donde vivo yo. La conversacion ingreso insensiblemente en temas un poco mas personales. Lena trataba sin mucho exito de no hacer su interes demasiado obvio. -?Que vas a hacer en Nueva York? ?Vas a radicarte en los Estados Unidos? -No por el momento. Voy a trabajar en la casa matriz de mi empresa por seis meses, que es lo que permite la visa que tengo al presente. -?Que empresa es esa? Federico dio el nombre de la firma. -?A que se dedica esta empresa? -Servicios financieros. -?Tu eres un experto en finanzas? -No, soy licenciado en sistemas. Me voy a capacitar en los sistemas que usa la firma en todo el mundo. En Buenos Aires acaban de abrir una sucursal que tendra a su cargo los negocios en todo el Cono Sur de America. -?Hace mucho que trabajas con ellos? -Seis meses. Como te dije, la firma se instalo recientemente en el pais. Lena se decidio finalmente a hacer la pregunta que le estaba rondando en la mente. -?Cuantos anos tienes? -Veintitres.

  • Espera a la primavera, Bandini de John Fante

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    America sucumbe a la Gran Depresion. Arturo Bandini, hijo de emigrantes italianos, transita entre la infancia y la adolescencia. Su padre, Svevo, amante del vino y las mujeres, es albanil, pero en pleno invierno apenas hay trabajo y la inactividad lo desespera. Su madre, Maria, es una catolica ferviente, a un tiempo sumisa y feroz. Esperando la primavera crece el joven Arturo, adolescente turbulento que intenta abrirse camino en la vida y sobrevivir cuando el padre abandona el hogar para irse a vivir con una riquisima viuda.

  • Tu rancho por mi olvido de Erina Alcala

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    Derek Porter ha trabajado toda su vida para Daniel Hunter, el anciano dueno de un rancho en Dirvin Village, un pueblecito de Wyominig. Derek habia trabajado duro en el, desde que termino la universidad, pero cuando sabe que a Daniel Hunter le queda poco tiempo de vida, su vida da un rumbo que no esperaba.
    Nadie sabia que Daniel Hunter tenia una nieta espanola, llamada Susana. Por eso es una sorpresa cuando quiere traerla desde Sevilla y hacerla su heredera. Solo hay una condicion: Susana debera casarse con el capataz del rancho: Derek Porter.
    ?Sera tan buena idea realizar un matrimonio de conveniencia? ?Se casara Derek para no tener que dejar el rancho que tanto ama? ?Sera capaz Susana de casarse con alguien que apenas conoce?

  • La culpa es tuya de Sophie Saint Rose

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    Sybil se giro al espejo de cuerpo entero mientras se ponia los zapatos de tacon rosa. Se miro satisfecha, porque el vestido de flores estilo anos cincuenta con la falda de vuelo le quedaba perfecto para el te al que debia asistir esa tarde. Su pelo rubio que normalmente llevaba suelto estaba recogido en un mono frances que no le quedaba nada mal. Suspiro cogiendo el bolso de mano rosa. No le gustaban nada esas reuniones pero su padre siempre le decia que ahora que su madre no estaba, ella debia representar a la familia en las reuniones sociales. Tambien eran importantes para la empresa. Los contactos eran esenciales. Salia al salon revisando el contenido de su bolso cuando casi se choca con M eli.- Oh perdona, no te habia visto- dijo con una encantadora sonrisa. -Carino, ?donde vas?- pregunto su ama de llaves mirandola de arriba abajo- ?No vas a la oficina? -Esta tarde tengo un te- dijo arrugando su naricilla. M eli se echo a reir- Es lo que tiene ser de la alta sociedad neoyorkina, bonita. Yo tengo una barbacoa el sabado. -Seras mala.-gimio -Con lo bien que hace Joss las costillas. -M i marido es un cocinero de primera- dijo la mujer que llevaba trabajando para ellos veinte anos. Para ella era como una segunda madre.- Bueno, de todas maneras pasalo bien. !Y busca novio! Sybil puso los ojos en blanco yendo hacia la puerta- Nadie me quiere, ?te lo puedes creer? -Si, es increible. !Asi que espabila! Se echo a reir mientras salia del atico de Central Park West y entraba en el ascensor. No habia dia en que no le dijera que se buscara novio. Solo tenia veintisiete anos. No iba a jubilarse manana. Tenia tiempo de sobra. Iba a llamar un taxi cuando le sono el movil. Entrecerro los ojos al ver que era su padre. Se suponia que tenia una reunion muy importante esa tarde con un inversor. Descolgo rapidamente- ?Que ocurre? -Tienes que venir a la oficina, hija. -Tengo el te con las mujeres de la asociacion. -No podras ir. Llama para disculparte y ven enseguida. Sybil fruncio el ceno mirando hacia la calzada. En ese momento pasaba un taxi y levanto el brazo- Estoy ahi en veinte minutos. -Bien. Entro en el taxi que se detuvo ante ella y dio la direccion de la oficina en el Distrito Financiero. Se mordio el labio inferior preocupada porque la voz de su padre no indicaba nada bueno. Nunca le hablaba de una manera tan seca y eso indicaba que estaba preocupado. Busco en la agenda del movil el numero de Kristy, la presidenta de la asociacion. Estuvo dandole un sermon durante todo el camino hasta la oficina sobre el compromiso para conseguir fondos para la nueva planta del hospital al que estaban ayudando. -Lo siento mucho, de verdad. Pero ha surgido un problema en la oficina y no podre asistir. Kristy, tengo que dejarte. -Esta bien pero me debes una. Sabia que algo tenia que conseguir a cambio. Era experta en sacar fondos a los bolsillos llenos y no iba a dejar de pasar la oportunidad- El cheque sera mayor este ano. Kristy se echo a reir- Tu si que tienes clase, cielo. -Gracias.- colgo el telefono y al ver que habia demasiado trafico suspiro. Cuando llegaron al edificio de su padre entro saludando al portero- Hola, Stuart. -Senorita Richardson.- se llevo una mano a la gorra saludandola mientras iba hacia los ascensores. Un hombre entro con ella -Sybil, debo decir que hoy estas radiante. -Phill, tu siempre tan lisonjero. No se que diria tu esposa de tanto piropo.-dijo mirando al mejor amigo de su padre. -Seguramente que tengo buen gusto. Sybil se echo a reir y le estaba dando un beso en la mejilla cuando se abrieron las puertas del ultimo piso. -Te veo luego, guapa. -dijo saliendo con ella y dirigiendose a su despacho de vicepresidencia. Ella fue hasta el de su padre y despues de abrir la puerta vio a su secretaria que parecia nerviosa- Rose, ?ocurre algo? -No, senorita- dijo colocando unos papeles. Le temblaban las manos y Sybil fue hasta la puerta de su padre. -?Esta solo? La mujer nego con la cabeza y ella solto el pomo- Pero la estan esperando. -Animate, Rose. ?Por que no vas a tomar un cafe? -Si, sera lo mejor- susurro mientras ella abria la puerta. Al entrar en el despacho vio un hombre sentado ante su padre vestido de traje- Querida... ya has llegado.- dijo su padre levantandose de su sillon de cuero. -Si.-Sybil miro la espalda del hombre que no se habia movido de su silla, extranada por su groseria y se acerco a su padre dandole un beso en la mejilla- M e dijiste que viniera y aqui estoy-se volvio para saludar al hombre cuando se quedo con la boca abierta. -Hola, Sybil.- el unico hombre que no esperaba volver a ver en su vida, se levanto de la silla y metio las manos en los bolsillos de su pantalon sonriendole ironicamente. Estaba todavia mas guapo que diez anos antes cuando se conocieron. Sus ojos verdes la miraron de arriba abajo evaluandola mientras ella no perdia detalle, viendo que su pelo negro antes estaba mas largo. Era mas fuerte, pero era logico pues la ultima vez que lo habia visto tenia veinticuatro anos. Sybil temblo interiormente mirando su impecable traje hecho a medida y su reloj de oro de cincuenta mil dolares. Estaba claro que ya no era limpia piscinas.- ?Que haces aqui, Roy? -Te dije que lo pagarias y aqui estoy para cobrar tu deuda, pequena. Esas palabras le pusieron los pelos de punta a Sybil y miro a su padre asustada negando con la cabeza imperceptiblemente.- ?Que ocurre aqui?- pregunto palida como la nieve. Sus ojos azules parecian grises y su padre la cogio del brazo. -?Por que no te sientas? -sugirio Roy divertido.-Esta conversacion te va a interesar mucho. -?Papa? -Sientate, hija- tambien estaba palido y ella asintio. Rodeo el escritorio sintiendo que le temblaban las piernas y se sento en la silla que le ofrecio Roy, sabiendo que todo aquello no le iba a gustar nada. -Ahora que ya has montado tu drama- dijo ella con odio- ?A que viene esto? Roy sonrio apoyando la cadera en el escritorio de su padre- Eso depende de ti. Sybil miro a su padre que se paso las manos por la cara. Estaba muy nervioso y ella temio por su salud- Papa, ?estas bien? -Hija- cuando aparto las manos tenia los ojos llenos de lagrimas y Sybil que solo le habia visto llorar en dos ocasiones se tenso mirando con odio a Roy. -?Que has hecho? -Tranquilizate- la miro de arriba abajo deteniendose en sus contorneadas piernas.-Tu padre te lo explicara en cuanto recupere el aliento. -Lo he perdido todo, Sybil- ella lo miro sorprendida.- La empresa, la casa, las acciones en electricas... todo. -?Como ha podido pasar eso?- pregunto asombrada. -Necesitaba liquidez para no cerrar tiendas pues no podiamos malvender los locales, asi que pedi un prestamo. Ella miro a Roy que levanto una ceja- ?Se lo diste tu? -Siempre has sido muy lista. -Imagino que no has podido devolverlo y el se ha quedado con todo.-Aunque le intrigaba saber como habia conseguido esa cantidad de dinero no pensaba preguntarlo- Bien -se levanto y miro a su padre-No te preocupes, papa. Todavia tengo la herencia de mama. Saldremos adelante. Su padre se echo a llorar y Sybil sintio que el mundo se le caia encimaTodavia tengo los cinco millones, ?verdad? -Fue lo primero que gaste, Sybil. Asombrada se tuvo que volver a sentar y miro a Roy que se habia quedado con todo lo suyo, pero ella no fue capaz ni de decir que era un cerdo. No tenia palabras por el error que habia cometido su padre dejandolos en la ruina. -Asi que no tenemos nada. -M e moria por ver esa cara- dijo Roy con satisfaccion.-Pero cuando tu padre te cuente lo siguiente voy a ser el hombre mas feliz del mundo. Sybil miro a su padre sintiendo que estaba al borde del desmayo.-Hija, me enviara a la carcel sino consientes en... -?Carcel?- Sybil sintio que le faltaba el aliento y Roy la cogio por la barbilla mirandola furioso.

  • Conquistando a Tiago de Dylan Martins

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    Abigail es una chica independiente que vive en un pequeno apartamento en la ciudad de Vigo. Trabajadora de una de las mayores empresas de venta online, vive sin mayores complicaciones.
    Hasta que una noche sale con Emmy, su companera de trabajo. En un intento por sacar a su amiga de la tristeza tras la ruptura con su pareja, Abigail no puede imaginar que esa noche sera su vida la que cambie. Un pequeno incidente con un chico hara que su mundo quede patas arriba. Y no solo el suyo, tambien el de Emmy.
    Tiago, el misterioso hombre detallista e improvisador, sera el responsable del caos en el que se convertira la vida de Abigail, haciendola ver todo desde una perspectiva muy diferente.

  • Trilogia Completa Desde el infierno de Enrique Laso

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    La nina habia pasado toda la noche gimiendo. Era casi como una especie de ronquido gutural, salido de las entranas de un animal, en lugar del cuerpo enjuto, casi famelico, de una criatura de apenas diez anos. Estaba acurrucada en una yacija conformada por sacos de paja desigualmente repartida. Sus padres, mas por desesperacion que por resentimiento o temor, la habian confinado en un cobertizo que usaban para resguardar de la lluvia los aperos de labranza y algunas pertenencias de escaso valor que con los anos habian ido heredando de diversos familiares. El medico se aproximo con aprehension a la chiquilla, que parecia dormitar, aunque respiraba con sacudidas constantes, impropias de un ser humano. – ?Cuantos dias lleva postrada en este estado? – Una... una semana... – se atrevio a responder la madre, segura de recibir de inmediato una reprimenda por parte del medico. El doctor lanzo un suspiro de resignacion y tomando la mano de la criatura trato de medirle el pulso. Sintio un escalofrio intenso al percatarse de que el corazon de la nina apenas latia... !poco mas de 20 pulsaciones por minuto! Era completamente imposible. Los padres permanecian en una esquina del oscuro chamizo, apretados el uno contra el otro, preocupados y un tanto avergonzados. Mantenian los ojos clavados en el facultativo, esperanzados en que al fin, aunque fuera a costa de una significativa parte de sus escasos ahorros, aquel hombre que parecia bueno y sabio, sacara a su Magdalena de aquel ensimismamiento en el que se habia sumido repentinamente. El medico tomo la temperatura a la pequena, y nuevamente un estremecimiento se apodero de sus entranas: 31deg centigrados, otra vez un indicador absolutamente incompatible con la vida. Pero la nina... !estaba respirando! – No acierto a comprender... – musito el facultativo, casi para sus adentros. De subito la nina se giro, como recobrando las fuerzas. El doctor se aproximo un poco a la pequena, esperanzado. La chiquilla abrio los parpados y el hombre pudo contemplar horrorizado unas pupilas completamente negras y en forma de cruz invertida, que contrastaban tenebrosamente con el resto de sus ojos, de un color purpura intenso, como si toda la sangre de su demacrado cuerpo se hubiera apelmazado y podrido en ellos. – !Que diablos! - exclamo el medico, aterrado, mientras se apartaba de aquella criatura. La pequena entonces se incorporo de subito, como impulsada por un resorte, y abrio de una manera desproporcionada su boca para emitir un bramido rudo e ininteligible. Despues se desplomo, como si hubiera perdido su ultimo halito de vida. 2. Mexico D.F., redaccion del periodico "Las Noticias" Jose Antonio Sancho caminaba pesadamente entre las mesas de la redaccion del periodico en el que venia trabajando los ultimos cinco anos. Tras mucho tiempo deambulando de medio en medio por fin algo de estabilidad, y sin embargo... Ahora su puesto de trabajo estaba en peligro. Las Noticias llevaba meses sin tener una exclusiva que llevarse a la boca: los diarios cada vez se vendian menos y tampoco la version digital tenia una gran audiencia. Resultado: los ingresos publicitarios habian descendido enormemente, y eso iba a suponer un recorte en la plantilla. Todos los sabian. Pero para Jose Antonio era todavia peor. Habia llegado procedente de Espana, de donde era oriundo, con la esperanza de dejar atras un pasado manchado por dos rotundos fracasos: uno profesional y otro amoroso. Si lo echaban de Las Noticias se encontraria en un pais que no era el suyo y ademas sin empleo. No queria ni pensarlo, aunque ahora resultara casi inevitable hacerlo. Llego a su mesa y encendio su ordenador con desgana. Miro su agenda de contactos pare ver a quien podria telefonear esa manana. Quiza detras de un nuevo asesinato, algun secuestro o una rina entre bandas mafiosas podria estar la historia que llevaba tiempo buscando: una que impulsase su carrera y que despertase en el ciudadano medio la pasion por volver a leer, por volver a seguir un caso desde el lado independiente de un periodista maduro que ya no tenia nada que perder. Fue entonces cuando le sobresalto el sonido del telefono de su mesa. – Al habla Sancho, ?quien es? Jose Antonio espero unos segundos. Era extrano que le llamasen al terminal fijo, en una epoca en la que ya todo el mundo disponia de su celular. Por unos segundos penso que podria tratarse de Amador, el jefe de personal, que le iba a comunicar su despido. – Jose Antonio, soy Liliana, de recepcion. Llama una persona muy nerviosa. No se si es un charlatan... Dice que estan sucediendo cosas extranas en las afueras de Guadalajara, y que quiere hablar con un periodista de sucesos sin prejuicios. He pensado que tu... La buena de Liliana, siempre tan atenta. En lugar de transmitir la llamada al jefe de redaccion se la pasaba a el. Era una oportunidad. Lo mismo se trataba de las divagaciones de un chalado, pero su intuicion le decia que esta vez era la ocasion que andaba buscando. – Pasame la llamada. Y gracias, te debo una mas... A los pocos segundos pudo escuchar la respiracion agitada de un hombre mayor al otro lado de la linea. – El periodista de sucesos de Las Noticias Jose Antonio Sancho al habla - dijo en un tono neutro, cargado de profesionalidad. – Se… senor... – ?Si? – Mire, le llamo desde Zapotlanejo, Jalisco, cerca de Guadalajara... – Si, si, conozco la ciudad. He estado alli en un par de ocasiones. El hombre parecio calmarse al escuchar que Jose Antonio sabia donde se encontraba. Estaba como asustado, y hablaba entrecortadamente. – Estan sucediendo cosas extranas... – Le ruego que se explique. – Posesiones... demasiadas posesiones... Sancho sintio que se hundia un poco en su silla. ?Posesiones? Liliana tenia razon, un nuevo chiflado que perturbado por haber transmutado su sangre en cerveza y tequila llamaba para hacer participe de sus pesadillas al primero que quisiera hacerle caso. – ?Posesiones? Puede ser un poco mas preciso... – El diablo. Creemos que el diablo esta detras de todo esto. Aqui en Zapotlanejo ya van tres ninas poseidas; pero es que en Tonala hay otros tres casos, en Puente Grande otros dos y en El Salto dos mas... El hombre que le hablaba no parecia un mamarracho. Aunque un tanto confundido, el tono de su voz y la forma de expresarse denotaban un cierto nivel educativo. – ?Y usted como ha tenido conocimiento de estos casos? – Soy medico. Pertenezco al IMSS-Oportunidades, y atiendo a los barrios mas pobres y conflictivos... Todas estas ninas son de familias humildes, que viven casi en la indigencia. He atendido personalmente ya a siete de esas criaturas. Todas presentaban sintomas similares y al final los casos han ido cayendo en mis manos. Es horrible... – Pero, ?por que recurre a un periodista? – !Porque yo soy un medico! ?A quien puedo andarle contando que pienso que un punado de chiquillas estan poseidas? !No lo entiende! Jose Antonio aguardo unos instantes. Su instinto le corroboraba que alli detras habia una historia. Quiza la Gran Historia que necesitaba. Si salia con su coche ya mismo al caer la tarde podria estar en Zapotlanejo sin problemas, tomando la Federal 15. – Necesito verle en persona. Necesito que me facilite sus datos y corroborar esta historia. – Estoy dispuesto a colaborar. Pero pongo una condicion... Usted mantendra a salvo mi identidad. Quiero que alguien ayude a esas ninas, pero tambien deseo desvincularme cuanto antes de este asunto. – Cuente con ello. Mientras Sancho anotaba la direccion del medico en Zapotlanejo y el numero de su celular, sintio que las piernas le temblaban. Era el temblor agradable de la excitacion que provoca encontrase frente a un reportaje de fabula. Ya no tenia dudas: ese caso iba a cambiar su destino para siempre. 3. Pequena iglesia en Coyoacan, delegacion de Mexico D.F. El padre Salas acababa de finalizar la misa de la tarde y estaba recogiendo el caliz, la estola y la casulla y las estaba doblando con sumo cuidado cuando sitio que alguien entraba de nuevo en su pequeno templo. Penso que seria algun parroquiano que deseaba hablar con el en la intimidad, una vez el resto de feligreses hubiesen abandonado la iglesia. Pero cuando se giro para ver a su intempestivo huesped descubrio un rostro familiar y un subito estremecimiento hizo que todos los enseres que portaba entre las manos se le escapasen, desparramandose sobre el suelo del altar. – Padre Salas, despues de tanto tiempo pareciera que ha visto usted al mismisimo maligno, en lugar de a un viejo amigo - dijo el hombre, esbozando una sonrisa, mientras se aproximaba a el y trataba de ayudarle a recoger el caliz. El padre Salas no habia reconocido en aquel hombre a ningun angel caido, pero si a la mano derecha del Arzobispo de la Archidiocesis Primada de Mexico. Y que hubiera ido a visitarlo hasta su pequeno retiro en una iglesia en ruinas perdida en Coyoacan no podia significar nada bueno para el. – ?Que quieres de mi? - inquirio el padre Salas de forma directa, tuteando a su interlocutor. El visitante dejo el caliz sobre la mesa del altar y despues se aproximo mas al cura, para poder posar ambas manos sobre sus hombros. – Siempre has sido un hombre inteligente. Posiblemente uno de los mas inteligentes que jamas haya conocido. – Y tu uno de los mas astutos... – No se como tomarme ese comentario... Pero debo ser humilde y mostrarme resignado, porque estas en lo cierto: te necesitamos. – Sabes bien, como lo sabe tambien el Arzobispo, que nada que podais necesitar de mi me interesa. Por eso me retire a esta pequena iglesia. Aqui estoy en paz con Dios, aqui ayudo a gentes humildes y soy de utilidad a Nuestro Senor - replico el padre Salas, mientras elevaba su mirada para contemplar, buscando algo de calma, al Cristo crucificado. El visitante se alejo unos pasos, y dirigio la vista hacia las dos hileras de bancos destartalados que podian acoger como mucho a un centenar de almas, el mas transitado de los dias. – Padre, jamas hubiera venido a verte por un interes personal, y muchisimo menos me hubiera obligado a hacerlo el Arzobispo. Tenemos bien claro que no quieres saber nada mas de nosotros, y te hemos respetado durante bastante tiempo, aunque no compartamos tu decision - declaro con cierta tristeza la mano derecha de la maxima autoridad de la Iglesia Catolica en Mexico, antes de volver a encararse a su interlocutor -. Si me he visto obligado a llegar hasta aqui es porque de verdad te necesitamos. De verdad le necesitan... El padre Salas retrocedio torpemente unos pasos. Se sentia mareado y confundido. A su mente regresaban episodios de su vida que creia haber dejado atras para siempre. Y que bajo ningun concepto deseaba volver a revivir. – ?Quien puede necesitarme? – ?No ves la television? ?No escuchas la radio? ?No lees la prensa? ?Ni siquiera navegas por Internet, ahora que esta tan de moda? – Apenas... Me dedico a rezar, a leer la Biblia, a los fieles y a tratar de ayudar a los mas necesitados... El visitante le dio un ejemplar de aquel mismo dia del periodico Las Noticias, uno de los mas leidos en el D.F. – Pues estas ninas te necesitan, padre Salas. Es usted el unico que puede salvarlas. Manana le esperamos a las once de la manana en los despachos de la Catedral Metropolitana. Ahora queda en tu mano que haras, yo ya te he transmitido el mensaje. Habla con el Senor esta noche... – musito el visitante, mientras se alejaba de el, dejandolo nuevamente a solas en su misero templo. El padre Salas leyo el titular a cinco columnas del periodico Las Noticias que le habia tendido su visitante: "Al menos ocho casos de posesion confirmados en Jalisco". Firmaba la cronica un tal Jose Antonio Sancho.

  • Pasaje al nuevo mundo de Tania Juste

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    Una apasionante travesia en un transatlantico a principios del siglo XX decidira el destino de una joven barcelonesa.

  • Liquidacion Final de Petros Markaris

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    Mientras los griegos ricos se las ingenian para no pagar impuestos, los griegos empobrecidos por la crisis solo pueden indignarse ante el escandaloso fraude fiscal o desesperarse ante el empeoramiento de la situacion. Sin embargo, un hombre ha decidido pasar a la accion y tomarse la justicia por su mano. Con cartas de amenaza y armas anticuadas, se dispone a ajustar cuentas. Entretanto, en la Atenas al borde de la quiebra, todo esta patas arriba, excepto el Departamento de Homicidios. No hay crimenes, solo rutina y burocracia. Cuando encuentran el cadaver de la primera victima que se cobra ese peculiar justiciero, el comisario Kostas Jaritos casi siente alivio. Su jefe le ha hablado de un posible ascenso, pero de momento le han recortado el sueldo y su hija Katerina piensa en emigrar porque no encuentra trabajo. Y el tiene que atrapar a un asesino que realiza una obra <>, aplaudida por muchos ciudadanos.

  • El olor de la vida de Rosa Rodriguez Cubela

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    La vida transcurre dentro de cada historia, las historias guardan destinos que hay que hacer cumplir, y las prohibiciones, no pueden evitar que un mito, llegue a parecer verdad. Cuando nadie creyo en sus locuras, comenzo a cambiarlo todo. ?Que hiciste con las rosas Jose? Acaso no te basta con su aroma.Asi empezo una historia fantasiosa, entre adivinadoras y conejos que espantaban el ruido, junto a los falsos fosiles, y muy dentro de los experimentos con flores, en un mundo terrenal y divino, en una historia, que mas alla de jardines y mares, trae debajo de la piel; el olor de la vida.

  • Los Smith. Las Ruedas del Corazon de Tomas Guevara

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    Juventud, magnifica juventud, no puedo mas que agradecerles por ser la total inspiracion de mi historia. Solo gracias a ustedes es que esta novela nacio, vivio y por siempre existira.
    Alcoholismo, un grave accidente, amor, desamor y uno que otro escape de casa son la amalgama llamada Los Smith: Las Ruedas del Corazon.
    En esta novela hay grandes historias: El amorio entre Josh Smith y Janice Knight con sus respectivas consecuencias como, por ejemplo, infidelidad y la fuga que hacen. Otra historia es la de el accidente de Anna Taylor que trae consigo consecuencias… hhmmm carcel, no dije nada. Lo que si te digo es que la carcel no es la unica consecuencia tras el accidente.
    Si eres adolescente, te sentiras identificado con todos los personajes de la novela y si eres adulto, no creo que esta novela sea de tu agrado. Adolecerte, si tu, a ti te hablo, no creas que estas mal, solo no escuches a los vejetes.
    El narrador no tiene pelos en la lengua, asi que no esperes una historia con las mejores palabras para cada frase.
    Si bien esta novela esta ubicada en Inglaterra, pudo haber estado ambientada en cualquier otro pais.
    Te hago una apuesta, no te sientas identificado con un solo personaje. Si me ganas… ehhhmmmm nada, felicitaciones.

  • El cielo en llamas (HQN), Claudia Velasco de Claudia Velasco

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  • Mitos y leyendas Inuit de Knud Rasmussen

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    Asi comienza esta compilacion de Mitos y leyendas inuit, un volumen unico y revelador que nos invita a conocer de primera mano la cosmovision y creencias de uno de los pueblos mas ancestrales, enigmaticos y poco conocidos de nuestro planeta. Mucho se ha hablado y especulado sobre la forma de vida de los habitantes de las zonas mas frias de la Tierra, pero casi siempre se reduce a una vision sesgada y llena de estereotipos.
    Este volumen ofrece una cuidada seleccion de las transcripciones que Knud Rasmussen, intrepido explorador del siglo pasado y perteneciente al pueblo inuit, realizo durante toda una vida dedicada a recorrer gran parte del vasto Artico para documentar y dar voz a una de las tradiciones orales mas hermosas y apasionantes, a veces tambien descarnada, de la civilizacion humana.

  • Angel Millonario de Blanca Moral

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    Solo unos segundos frente a la TV habian sido suficientes para darse cuenta de la enorme atraccion que sentia por este hombre de traje que transmitian en vivo a traves del canal mas popular del estado. La mayoria de las cadenas de television en ese instante habian puesto su atencion en un evento muy importante de la ciudad de San Diego, California. La inauguracion de un nuevo edificio, destinado al desarrollo de la industria de la moda, habia captado la atencion de los curiosos, periodistas y fanaticos de este sector, los cuales habian abarrotado lugar, tomando fotografias y grabando a un hombre que se habia convertido en una celebridad. Angel Montero era la sensacion del momento, el gran crecimiento financiero que habia experimentado en los ultimos anos, lo habia convertido en uno de los jovenes empresarios con mayor exito en California. Tan solo con 28 anos de edad, habia logrado conseguir mas de 150 millones de dolares gracias a su ojo clinico para realizar inversiones precisas en el momento indicado. Con una gran cantidad de acciones en la bolsa, adjudicadas a multiples companias, Angel Montero simplemente tendria que sentarse en su escritorio a ver como sus cuentas bancarias crecian rapidamente sin que este generara una gota de sudor. Pero como todo en esta vida, no todo habia sido exito y satisfaccion en la vida de Angel Montero, ya que este habia tenido que afrontar duras pruebas para poder establecerse como el apuesto millonario en el que se habia convertido actualmente. Cualquier mujer habria dado lo que fuese por ganarse la atencion de Angel, quien hasta el momento no habia conseguido tener exito en ninguna relacion sentimental. Estaba casado absolutamente con los negocios, su pasion por hacer dinero constantemente le generaba rupturas sentimentales y una estabilidad emocional que dejaba mucho que desear. Detras de ese peinado perfecto, y un rostro de revista, Angel Montero sufria enormemente la ausencia de una companera, ya que, tener tanto dinero y exito era completamente absurdo para el si no tenia con quien compartirlo. Mujeres, abundaban notablemente en su vida, pero simplemente eran objetos temporales cuyo paso por su vida era realmente breve. En su lista, habia logrado marcar salidas con modelos, actrices, periodistas, y cualquier cantidad de chicas de multiples edades. Angel no se detenia a evaluar estatus social o edad, su busqueda incansable por una companera, lo llevaba a estar constantemente evaluando nuevas mujeres que se convirtieran en la elegida para compartir la fortuna del atractivo Angel millonario. La camara de la cadena de television central TV, hace una toma cerrada del rostro de Angel Montero, quien se encuentra abrazado a una reconocida modelo, cuyas medidas podrian detener el trafico de la ciudad. Mientras el rostro del empresario ocupa la totalidad de la pantalla de la TV de una cafeteria, unos dedos femeninos acarician la pantalla del viejo artefacto en el que solo funcionan dos canales. Mientras la mitad de la ciudad se encuentra en el lugar, gran parte de ella observa el evento a traves de la senal abierta, siendo Sandra Vidal uno de los espectadores que disfruta de un evento sin precedentes en la ciudad de San Diego, minutos antes de que Angel Montero corte la cinta inaugural del edificio. El hombre se acerca al podio, toma el microfono en sus manos, el cual hace un leve feedback y dirige unas palabras a la ciudad, en las que expresa su enorme agradecimiento por todo el apoyo que recibido hasta ese momento. Justo detras de el puede verse a la hermosa modelo cuya sonrisa de catalogo no deja de deslumbrar al publico, Angel Montero ha elegido a su companera ideal ese dia para causar una buena impresion ante los presentes. La superficialidad esta a flor de piel, nada es genuino en aquel lugar, ni la felicidad que irradia el rostro de Angel por su nuevo logro, ni la aparente conexion existente entre el y la modelo, todo es una completa farsa. Sandra Vidal habia escuchado multiples veces que, si deseabas algo con mucha fuerza y continuamente, posiblemente esto se haria realidad. Estas personas que habrian formulado esta teoria, posiblemente no se encontraban en la situacion que atravesaba Sandra cada dia de su vida. Mientras intenta desconectarse de su entorno, y se traslada directamente a un lado de Angel Montero, la chica logra generar un poco de satisfaccion en medio de tanto dolor. Por algunos segundos, la chica suena con llevar puesto el vestido negro que lleva la hermosa modelo. No tiene sus medidas, por lo que intenta transformar su cuerpo en una obra de arte, a fin de cuentas, es su propia imaginacion y no hay reglas en ese lugar. Pero, aunque intenta esforzarse, es muy dificil para Sandra Vidal poder proyectarse en una situacion como esa, ya que lo mas valioso que tiene en su vida es el calzado que lleva puesto en ese instante. La situacion financiera de Sandra nunca habia estado estable, siempre con deudas en su tarjeta de credito y un salario que generalmente estaba comprometido a la hora de recibirlo. No es nada dificil para ella sonar ser parte de una vida de lujos, pero si resulta complicado proyectarse en ella, ya que no conoce absolutamente nada de dicho entorno. Observa la forma en que Angel Montero se expresa, la clase y la elegancia que irradia, son notables, algo que posiblemente Sandra jamas lograria conseguir. Finalmente, su momento de ilusion y desconexion es interrumpido por el timbre ubicado en la barra de atencion de la cafeteria. La chica sujeta una pequena toalla de tela en sus manos, la cual, ante la impresion generada por el sonido agudo generado por un cliente, cae al suelo. Sandra se inclina para tomar la toalla, pero su falta de cuidado hace que su cabeza golpee el filo de uno de los muebles de madera que sobresale. El timbre suena una segunda vez, por lo que, el jefe de Sandra, Larry Keller, sale de su oficina muy molesto ante el descuido de sus clientes. -- ?Que se supone que haces alli en el suelo? -- Dijo Larry, mostrando una enorme inconformidad con el trabajo de Sandra. La chica no puede evitar colocar su mano derecha en su frente, justo en el lugar de la herida, la cual, a pesar de no estar abierta, palpita fuertemente ante el impacto contundente que recibido. Sandra se asegura de que no haya ningun sangrado antes de ponerse de pie. -- Me golpee y cai al suelo. Volvere a trabajar enseguida. -- Dijo Sandra mientras hacia un esfuerzo por levantarse del suelo. -- Sabes perfectamente que los clientes no pueden esperar. Ponte de pie y ve a la barra, no volvere a repetirtelo. -- Dijo Larry. Sandra siente una gran necesidad de gritarle a su jefe y golpearlo con el primer objeto contundente que se atraviese en su camino. El desposta sujeto, suele tratarla con mucha crueldad, ya que en sus multiples intentos de cortejarla e intentar llevarla a la cama por conveniencia, siempre ha terminado en rotundo fracaso. El orgullo del hombre lo ha llevado a comportarse como un completo patan con la chica, quien trata de hacer su trabajo de la mejor manera posible cada dia. A pesar de que hay multiples empleados en la cafeteria, Sandra Vidal es constantemente vigilada a traves de las camaras de seguridad para encontrar el momento exacto en el cual, Larry pueda llamarla la atencion y denigrarla justo como en esa ocasion. Sin demasiadas oportunidades de empleo, Sandra ha tenido que quedarse en este sitio de trabajo soportando los malos tratos y las vejaciones que lleva a cabo su jefe. Sandra se coloca de pie, arregla su uniforme y ajusta la cinta que amarra su cabello, observando directamente hacia la TV para ver el rostro de Angel Montero una ultima vez antes de que Larry Keller apague el equipo. -- Sueles distraerte demasiado con la TV. Me llevare estoy aqui. -- Dijo Larry mientras arrancaba el objeto del lugar, despegando el cable de alimentacion de corriente subitamente. El viejo objeto era lo unico que hacia medianamente amena la estadia de Sandra en aquel lugar, el cual detestaba en cada metro cuadrado de este. Sandra no ve la hora en que podra tirar literalmente la toalla al suelo y largarse de ese lugar para no volver jamas. La chica camina directamente hacia la barra para atender al cliente, quien solicita una taza de chocolate caliente, ha vuelto de nuevo a la rutina del dia, completamente desinteresada por hacer su trabajo de una manera adecuada. Tal como la sonrisa de la modelo de TV, Sandra debe fingir empatia por los clientes, forzando una felicidad que puede notarse desconectada de cualquier sentimiento agradable o satisfactorio. Despues de una jornada laboral de 9 horas de constante presion de Larry y los insoportables clientes, Sandra finalmente puede ir a casa. Cada dia sube al transporte publico y se traslada unas ocho calles, para luego continuar caminando unos 300 metros hasta llegar a casa. Es una ruta que podria hacer con los ojos cerrados y que ha venido haciendo durante los ultimos 3 anos de dia de su vida. Despues de abandonar sus suenos, planes y proyectos, Sandra ha quedado confinada a una vida que posiblemente este a punto de terminar. Al entrar a la vieja casa de su abuela, con quien ha vivido desde muy nina, la chica nota que algo no esta bien. Suele encontrar a la anciana Greta Olson sentada en su silla favorita justo enfrente de la TV, de donde solo puede levantarse con la ayuda de Sandra. -- !Abuela, ya estoy en casa! -- Dijo la chica mientras cerraba la puerta y aun no notaba la ausencia de la mujer de la silla. Posteriormente, al colocar su bolso en la mesa, la chica no escucha respuesta de la anciana mujer, quien suele dar un saludo bastante carinoso al reencontrarse cada dia con su nieta. La mujer habia dedicado su vida entera al cuidado de Sandra, pero en algun punto, la curva de su salud comenzo a descender vertiginosamente, convirtiendose en una carga para la chica, quien dejo la universidad y echo a un lado toda la vida que conocia para dedicarse al apoyo y cuidado de su abuela. El dinero existente en las cuentas bancarias de ambas mujeres era bastante escaso, a pesar de que la herencia de su difunto abuelo las habia dejado en una estabilidad parcial. Pero esta habia desaparecido tras los continuos tratamientos que debian llevarse a cabo para mantener a la abuela estable. La enorme necesidad de independencia, habia llevado a Greta a intentar trasladarse al cuarto de bano por sus propios medios. A pesar de que tenia un panal desechable que le permitia mantenerse en el mismo lugar y llevar a cabo sus necesidades fisiologicas sin mover un musculo, esta estaba cansada de la inutilidad. Su constante intencion de tener una vida independiente y liberar de su karma a la bella Sandra Vidal, la habia llevado a cometer un grave error, ya que sus piernas habian perdido una gran cantidad de masa muscular y no tenian la fuerza necesaria para mantenerla en pie. -- Abuela, ?donde estas? -- Pregunto la nerviosa Sandra, quien comenzo a caminar por todo el lugar. Al acercarse en el cuarto de bano, la chica pudo observar a la mujer en el suelo, lo que practicamente la dejo sin respiracion. Sandra y Greta eran realmente unidas, y era lo unico que tenian mutuamente, por lo que, Sandra corrio hacia la anciana mujer para determinar si aun tenia signos vitales. Tres horas habian pasado desde que la mujer habia caido al suelo, y aunque aun estaba con vida, habia golpeado fuertemente su rostro contra la superficie solida del suelo. Sandra llamo rapidamente a emergencias, quedandose a la espera de la llegada de la ayuda para la anciana mujer, un dia que habia sido nefasto e inolvidable para Sandra. Pero, mientras la tragedia se aduena de la vida de Sandra, aquel hombre que observaba por la TV horas atras, celebra su exito de una manera muy triunfal, llevando al trofeo que lo acompanaba durante todo el dia llevando un vestido negro, directamente a uno de los hoteles mas lujosos de la ciudad. Tener dinero simplemente le proporcionaba el acceso rapido a este tipo de actos con las mujeres que deseara, ya que no tenia que preocuparse por convencerlas o enganarlas para poder disfrutar de los placeres de sus cuerpos. Despues de arrancarle el vestido a la chica y dejarla completamente desnuda, Angel se abalanza sobre la mujer y le hace el amor de una manera salvaje. La chica no tiene tiempo ni de respirar, ya que el hombre se encuentra completamente ebrio por las cantidades apoteosicas de champagne que ingirio durante toda la noche. La chica, intentando asegurar su futuro, permite que Angel haga lo que desee con ella. No opone resistencia a ninguna de las locuras que propone el sujeto, quien succiona su piel de una forma tan agresiva que genera cierto dolor. -- Angel, detente. Me estas lastimando. -- Dijo la modelo de cabello oscuro.

  • ?Por que tenias que ser tu? de Raquel Garcia

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    Dave era una cabeza loca, pasando de fiesta en fiesta a sus veintiseis anos creia que el mundo le pertenecia hasta que de golpe sus padres y su hermana mueren en un accidente de coche. Sin tiempo ni para llorar sus muertes, Dave tiene que dejar toda su vida de desenfreno para hacerse cargo de sus dos sobrinos, tomando la decision de dedicar su vida a ellos, no enamorarse y dejar que el tiempo la consumiera… hasta que conoce a Jeyson Shalder un conde al que debe una importante suma de dinero que no puede pagar por culpa de su sobrino adolescente y con quien choca en caracter nada mas conocer…

  • Conquistando a Alice de Susana Oro

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    Samuel Davila siempre sintio admiracion por la vida disipada de su tio Arturo, un hombre libre, independiente, y al que nunca le faltaba una mujer para compartir el lecho.
    Pero el tio Arturo ha muerto. Y su sobrino se ve acorralado por su idolo, puesto que le ha dejado su hostal en herencia con la condicion de que siente cabeza.
    Samuel Davila, digno sobrino de Arturo, necesita urgente una esposa para quedarse con la herencia de su tio. Lamentablemente, en su larga lista de mujeres, ordenada alfabeticamente, no hay una en la que pueda confiar para ofrecerle un matrimonio con fecha de caducidad.
    La unica confiable y que, por logica, no esta en su larga lista sino tachada de ella, es la honesta, noble y generosa Alice Montiel. Una amiga de la familia de toda la vida. Una romantica empedernida que le produce prurito. La mujer de la que siempre ha huido despavorido.
    ?Que son seis meses de soportarla?
    Pero en ese tiempo, Samuel descubre que Alice Montiel no es lo que siempre habia imaginado. Alice Montiel es una caja de sorpresas.

  • La hojarasca de Gabriel Garcia Marquez

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    En La Hojarasca nacio Macondo, ese poblachon cercano a la costa atlantica colombiana que ya se ha convertido en uno de los grandes mitos de la literatura universal. En el transcurre la historia de un entierro imposible. Ha muerto un personaje extrano, un antiguo medico odiado por el pueblo, y un viejo coronel retirado, para cumplir una promesa, se ha empenado en enterrarle frente a la oposicion de todo el poblado y sus autoridades.

  • Un corazon roto se viste de amarillo de Jose Manuel Perez Varela

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    Esta pequena parte del libro sirve para sintetizar en pocas lineas la obra que tienes entre manos. Sin embargo, me he devanado los sesos y no he conseguido resumirla y mucho menos he sabido definirla. Podria decirte que es una novela historica, aunque la historia no es lo que se ha vivido, sino lo que se recuerda, como se recuerda, como se cuenta y quien lo cuenta; y todo esto es muy dificil de llevar a cabo sin apasionamientos. Tambien podria decir que dentro hay una historia de amor, pero no es esta una novela romantica, ni mucho menos.

  • De que vas, princeso de Rosario Martin Martinez

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    Antes de darte a conocer mi historia me presento, mi nombre es Carla. Siempre fui una chica del monton, de esas que solian pasar desapercibidas y que evitaban, a toda costa, ser el centro de atencion. Nunca me ha gustado destacar sobre el resto y siempre me ha dado bastante rabia las personas que se creen el ombligo del mundo o hacen todo lo posible para ser el centro del universo... Me mude a las afueras de la ciudad porque lo que mas me gusta del mundo, y lo considero un autentico privilegio teniendo en cuenta en el mundo frenetico y caotico en el que vivimos, es la tranquilidad, la paz y la calma. Soy de las que se quedan horas observando a la nada en cualquier postura que me permita estar relajada. Soy una chica que detesta el ruido y que necesita que todo este tranquilo y en calma para realizar cualquier cosa, sea lo sea. Aquel pequeno apartamento luminoso era todo cuanto necesitaba para sentirme a gusto. Un edificio bastante antiguo en el que apenas viviamos cinco familias con dos miembros, como maximo, por apartamento. Un bloque de apartamentos de cuatro plantas y un bajo en las que, sin haberlo planificado, viviamos una familia por planta. Todo en calma, un lujo. Vivia sola desde hacia cinco anos, siempre estuve deseando cumplir la mayoria de edad para independizarme. Mis padres eran de esos padres conocidos como "chapados a la antigua", no querian que me relacionara con chicos, tenia hora de llegada cuando ni el sol ni siquiera habia comenzado a ocultarse, tenian control absoluto de todos los pasos que daba fuera de casa, y un largo etcetera que lo unico que conseguia era despertarme mas necesidad de echar a volar lejos de aquella casa. Solo tengo un hermano, Aitor, el no entendia mis prisas por salir de aquella casa que yo consideraba practicamente una prision en la que estaba presa por el unico hecho de haber nacido chica. Mi hermano jamas tuvo hora de llegada, ni recibio aquella charla bochornosa sobre el uso de los condones que recibi yo a los dieciseis (con la posterior advertencia de que ni se me ocurriera tener relaciones sexuales con algun chico). Mis padres habian hecho muchas distinciones entre Aitor y yo y, sinceramente, estaba harta. Llegue incluso a cogerle un poco de mania a mi hermano a pesar de saber perfectamente que el no tenia culpa de nada. La relacion con mis padres no era buena por esas diferencias que hicieron entre Aitor y yo, digamos que un dia me revele y eche a volar. Ellos no entendian como su hija pequena se habia marchado de casa de un dia para otro, a ver como les explicaba que yo no eche a volar de un dia para otro, yo, con sus formas, fui saliendo de aquel hogar, que para mi era una prision, poco a poco y lo ultimo que saque de alli fue mi cuerpo. Estudiaba arquitectura, era algo que me apasionaba, disenar era una de las partes que mas me gustaba de la carrera. Me sentaba en aquel escritorio de madera oscura de una de las habitaciones vacias de mi pequeno apartamento y alli dejaba volar mi imaginacion sobre los planos vacios. Sabia que aquella carrera era larga pero no me importaba porque, cuando haces algo que te apasiona, poco te importa el tiempo que le dediques... Los estudios lo compaginaba con un trabajo a media jornada en una pequena tienda esoterica, la verdad que cuando empece a trabajar alli pense que no era un trabajo que fuese mucho con mi personalidad pero la verdad que poco a poco fui conociendo algunas cosas que rodeaban aquel mundo que me fascinaban como por ejemplo los olores de aquellos inciensos y velas que vendiamos alli. Empece a tener en mi apartamento velas e inciensos que me daban calma con sus olores y que regulaban la energia de mi pequeno apartamento haciendome sentir en el aun mejor. Como ya he dicho, aquel pequeno apartamento a las afueras parecia estar hecho a mi medida; un salon (con un gran ventanal) hacia tambien de recibidor, no tenia muchos muebles solo un sofa de dos plazas, una mesa en la que cinco comensales ya no comerian a gusto y una pequena estanteria horizontal en la que sobre ella estaba el televisor. Aquella estanteria colmada de libros y de velas reflejaban dos de mis grandes vicios. La cocina estaba separada por una barra americana que odiaba con todas mis fuerzas, me parecia una absoluta horterada que no pegaba ni con cola en aquel apartamento antiguo. El bano no era muy grande pero era super bonito: muebles de madera oscura con tiradores envejecidos, una banera de esas que salen en las peliculas de terror con patitas del mismo color que los tiradores de los muebles, un gran espejo que me encantaba (hasta que llegaba el momento de tener que limpiarlo que ya dejaba de encantarme), una ventana que llenaba la estancia de luz y una estanteria con toallas perfectamente dobladas (ya me encargaba yo de ello) y con velas aromaticas que llenaban la estancia de un olor maravilloso a canela. Aquel apartamento solo tenia dos habitaciones, una la usaba como mi dormitorio en el que tenia una cama con un cabecero de forja, un par de mesitas de noche, un armario bastante mas grande de lo que necesitaba y una alfombra de pelo largo marron a juego con las flores de mi colcha y las lineas de las cortinas. El otro dormitorio lo utilizaba para trabajar en los diferentes proyectos que debia ir entregando en la universidad y estaba practicamente vacio, a excepcion de una silla giratoria y un escritorio. Como has podido leer, todo lo que me rodeaba era paz y armonia, pobre de mi que estaba ajena en aquel momento a lo que estaba a punto de llegar a mi vida y que bien podria describirlo como el caos personificado... Capitulo 2 Fin de la calma Era un lunes de julio como cualquier otro, o al menos eso creia yo, que seguia ajena a lo que pasaria. Estaba sentada en el sofa mezclando mi bol de cereales con leche cuando oi un tropel de personas en el descansillo. Extranada y curiosa, practicamente a partes iguales, me asome a la mirilla. No alcanzaba a ver mucho, solo podia ver algunas cajas apiladas y tres o cuatro hombres "organizando", porque poca organizacion veia yo alli, aquel desastre. --!Es aqui! --escuche como grito aquella voz masculina y seguidamente oi abrirse la puerta del apartamento colindante al mio. No alcance a ver al dueno de aquella voz grave pero, el saber que iba a tener vecinos, me angustio bastante. Pense en esas series de television en las que los vecinos son desastrosos y rece porque los recien llegados fueran personas civicas y que, al igual que yo, adoraran la paz y la tranquilidad. Aquellas cajas apiladas sin ton ni son me ponian de los nervios, juro que estuve por salir y ayudarles a organizar semejante caos pero decidi seguir alli, detras de aquella mirilla coronandome como la maruja del edificio. Era consciente de que mi desayuno se enfriaba sobre la mesa pero el chisme me podia, nunca imagine que yo podia llegar a ser tan cotilla. Los hombres salian y entraban ruidosamente del apartamento de al lado, introduciendo dentro de este las cajas que iban arrastrando por el suelo. Algunas, por el ruido que hacian al caer, intui que eran echadas a volar como si de gorriones se trataran. Un autentico desastre lo mirase por donde lo mirase... Llegue a pensar que los verdaderos duenos de aquellas pertenencias metidas en cajas no debian andar cerca porque yo jamas, en la vida, hubiera permitido que tratasen de esa forma cualquier cosa mia. Cansada de mirar por la mirilla y ponerme enferma ante aquel despliegue de poco tacto, me volvi a sentar frente a mi bol de cereales completamente frio y me dispuse a desayunar. La universidad no empezaria hasta septiembre pero yo seguia inmersa en uno de los proyectos que debia presentar a finales de ano porque yo no soy de esos que lo dejan todo para el ultimo dia. Estaba sentada en la silla giratoria que tenia en el cuarto al que yo llamaba "el cuarto del castigo", le puse aquel nombre porque, cuando entraba en el, no sabia a que hora saldria, era como si yo misma me castigara metiendome entre aquellas cuatro paredes que, a pesar de tener un gran ventanal, era la parte mas oscura de todo el apartamento. Tenia sobre el escritorio un gran despliegue de papeles que intentaba colocar de forma ordenada, a pesar de no estar segura al cien por cien de que los estaba colocando bien. Te preguntaras que, siendo tan ordenada como yo era, como es que el orden de aquellos papeles se me resistia, pues bien, en el apartamento colindante aun seguia el ruido incesante de cajas, muebles y decenas de ruidos mas. Pense en golpear la pared, o acercarme directamente a pedirle a los nuevos vecinos que cesaran un poco con los ruidos, pero no queria empezar con mal pie asi que me puse los auriculares y puse a reproducir, de forma aleatoria, mi lista de reproduccion de sonidos de la naturaleza.

  • Te quiero a ti de Elizabeth King

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    Carolina se encuentra en la edad de casarse, pero ella no desea otra cosa que casarse por amor y no vivir lo que su mejor amiga, su madre y otras mujeres viven en una epoca donde los hombres tienen a la mujer para estar en casa y tener hijos. Sin embargo, los milagros existen y Carolina encuentra en los Thompson y lord Hunter una gran ayuda para evitar ese matrimonio que sus padres desean para ocultar un enorme secreto. Lord Hunter desea ayudarla, la ama aunque no lo sabe, pero sus propios problemas le acarrean una tristeza inmensa de la cual unicamente Carolina parece poder sacarle. ?Podran estar juntos? ?Cual es ese secreto que lleva a esa boda? ?Se liberara Carolina de ese matrimonio?

  • Los Propietarios del Miedo de Sebastian Abdala

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    Es un compendio de relatos, acerca de distintas situaciones donde el miedo es el desencadenante… Pero no miedo de terror, si no miedos a, por ejemplo, la soledad.

  • Botones y gracia de Penelope Sky

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    He iniciado una guerra entre clanes.
    Me he granjeado un enemigo formidable.
    Por una sola mujer.
    Fue una estupidez de decision, pero no me arrepiento de nada.
    Porque Bellissima es mia por fin.

  • Cartas a Middleton de Patricia Garcia Ferrer

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    No puedo creer que Lady Middleton sea lo unico que os interese leer del periodico del pueblo --dijo Margaret Westworth mientras arrojaba indignada el trozo de papel sobre la mesa del comedor--. No hay nada con cierta seriedad en sus comentarios que deba tenerse en cuenta. --?Lady Middleton regresa con noticias? --la menor de las hermanas Westworth se levanto de la mesa con energia para recuperar la hoja en la que se recogian los suculentos y recien publicados cotilleos. A su paso, movio con impetu el mantel de la mesa arrojando algunos panecillos que tanto cuidado y esmero se disponian en torre sobre una de las bandejas. Los vasos casi derramaron su contenido y Margaret, conocedora de la energia de su hermana, agarro con fuerza la mesa para evitar que ellas no fueran detras de aquel gran terremoto. --Insultan nuestra inteligencia. --la indignacion de la mayor de las hermanas crecia por momentos ante el entusiasmo del resto de miembros de la familia. No podia creerse como aquellas palabras tan hirientes sobre su persona podian interesar tanto. --Hermana, estos panfletos no estan escritos para las mujeres --dijo Rose Westworth mientras aireaba por encima de la cabeza la octavilla de Middleton orgullosa de ser la mayor seguidora de aquella seccion del periodico local -- Economia, venta de ganado y tierras… Carece de interes. Sin embargo, la seccion de Lady… --Si todos supieran quien es Lady Middleton, sus comentarios atrevidos y sin pudor carecerian de interes, ?no crees? --Margaret sembro la duda y la reflexion entre sus hermanas que con rapidez se miraron la una a la otra y regresaron a las palabras avispadas y mordaces--. Ninguna mujer en su sano juicio deberia disponer de tiempo para rumores sin fundamento. Margaret era, para su desgracia, la mas sensata de las tres hijas del senor Westworth. Durante anos habia cultivado su mente a traves del poder de la palabra en libros y cartas. Era capaz de tratar la mayoria de los temas que pudieran interesar a caballeros y entablar con ellos conversaciones con criterio. Sin embargo, carecia de algunas, o muchas, de las habilidades sociales requeridas para una dama. Jamas habia pretendido serlo y a pesar de que la misteriosa Senora Middleton pusiera todo su empeno en dejar en evidencia sus carencias y su falta de interes por capturar un marido, ella se mantendria fiel a sus creencias. --Estas enfadada porque la autora de estas lineas siempre encuentra un momento para criticarte. --sugirio la mediana de las hermanas con un ligero tono altivo. Todas las mananas, cuando llegaba la temporada social, se repetian una y otra vez las mismas escenas en el desayuno y Grace estaba cansada de que su hermana les sermoneara con su falta de prudencia al creer aquellas palabras. --No seas necia, Grace --la insinuacion del interes de Margaret en figurar en las paginas de sociedad era una broma entre hermanas que bien sabian que era disparatada, pues la mayor de las hermanas deseaba acaparar la atencion de la lengua viperina de esa mujer tanto como los adulteros necesitaban ser reconocidos. --?Y en que deseas que invirtamos nuestro tiempo, querida hermana? --pregunto con sorna Rose mientras se llevaba con delicadeza refinada la taza de te a la boca provocando la risa de Grace y agrandando la frustracion de Margaret--. Esto es Middleton, no ocurre nada emocionante en Middleton. Nunca --dramatizo la pequena de la familia. Rose era un espiritu libre con ganas de volar lejos de las cuatro fincas del condado, pero jamas, en sus dieciocho anos de vida habia puesto un pie mas alla de las tierras de Robert Pulman. Para ella, Lady Middleton era un soplo de aire fresco. Es posible que para su tierna edad conociera los secretos de la mayoria de los lugarenos de Middleton y de algunos que procedian de mas alla de las fronteras del pueblo. --En el fondo la admiras. Admitelo --insistio Grace mirando a su hermana mayor. --?Admitir que me interesan los cotilleos de este pueblo? --el color en el rostro de Margaret comenzo a cambiar de un color palido a otro propio de una persona con pocas ganas de seguir hablando de forma decente. --Si te hubieras casado el ano pasado con el senor Martin tendriamos la posibilidad de encontrar entretenimiento en los actos sociales y recreacion con otras conversaciones. Sin embargo, estamos obligadas a perder otra temporada. --critico Grace. --?Ahora la culpa es mia? --cuestiono enfurecida Margaret mientras no dejaba de observar a sus hermanas. La discusion entre las hermanas habia alcanzado un nivel de tension alarmante. El cuello estirado de Margaret dejaba paso a un rostro tomado por el color carmesi. La provocacion de sus hermanas menores habia dado sus frutos porque el enfado de Margaret era evidente. --Si. -- gritaron las dos hermanas a coro divertidas. Rose y Grace quedaron durante un segundo en silencio tras comprobar la falta de gracia que habian tratado de transmitir a su hermana. Las dos miraron fijamente a Margaret y por la tension de su cuerpo interpretaron que la mayor de ellas estaba a punto de estallar. Quiza habian sido demasiado duras con su hermana mayor. Justo en ese instante, Margaret rompio el silencio con una gran carcajada y sus hermanas le siguieron. --Sin duda, Lady Middleton tiene la capacidad de enterarse de todos los secretos intimos de la sociedad de Middleton y por ello la admiro. --confeso Rose mientras se terminaba su enfriada taza de te. --Rose, querida, deberias admirar a personas que hayan aportado algo mas interesante al mundo y no una retahila de chismes y suposiciones sobre amorios. --Margaret censuro el comportamiento y las aficiones poco profundas de su hermana. --Deja que la pobre se encapriche y obsesione con aquello que le haga feliz, tampoco hay muchos entretenimientos que digamos en que ocupar nuestro tiempo. --sugirio Grace ante la critica que Margaret habia hecho sobre el comportamiento de Rose. --Algun dia averiguare quien es Lady Middleton. --prometio de forma solemne la pequena de la familia Westworth. Era tenaz y constante en aquellas cosas que cautivaban su interes asi que, sin duda, alcanzaria el exito. Con esta firme promesa pronunciada por Rose y terminado el desayuno, todas se retiraron a sus quehaceres. Rose salio al jardin para recolectar el fruto del escaramujo, que tenia las ramas demasiado salvajes, con el fin de que la cocinera de la residencia preparara unas deliciosas mermeladas. Grace retomo la lectura de "La dama de las camelias", novela romantica que su tia le habia regalado semanas atras. Y Margaret se retiro a su dormitorio. Tras la muerte de la senora de la casa hacia unos anos a causa de unas graves fiebres, la joven Margaret se habia visto obligada a representar a la familia en sociedad. Para ella, sin embargo, era mas un castigo que una bendicion. Lejos de encontrar placer en los bailes de salon, en los trajes voluminosos o en los juegos de seduccion con los abanicos, la mayor de las hermanas Westworth solo deseaba pasar una temporada mas sin ser el foco de atencion de miradas lascivas. A pesar de sus duros intentos por no acaparar miradas, su tez palida y su larga melena oscura siempre eran comentadas en cada reunion social, su compania solicitada en cada baile y sus palabras halagadas en cada conversacion. Las madres de todos los jovenes caballeros en edad casadera adoraban su posicion social, su fortuna y, por supuesto, la sensualidad con la que su cadera y sus pechos acompanaban un lindo rostro. Los mayores de otras familias agradecian la sabiduria y la formalidad de la joven pues podia equiparar en confianza y seguridad a cualquier varon. Los jovenes solteros ansiaban y rechazaban al mismo tiempo sus comentarios toscos y mordaces hacia su genero. Tachable comportamiento para cualquier joven de buena familia y reputacion que deseara contraer nupcias en cualquier circulo social. Pero era su comportamiento desafiante lo que la convertia en una joven tan atractiva para los apuestos jovenes que cada semana trataban de acercarse a su padre para ganarse su favor. Sin embargo, y muy a pesar de las intenciones de la tia de Margaret, de su querido padre y de su difunta madre, Margaret Westworth no deseaba encontrar un esposo. No deseaba entregar su vida a ninguna persona que no mereciera su corazon y por ello esperaria el momento adecuado, aunque con ello privara a sus hermanas de la posibilidad de entrar en sociedad y de encontrar alivio y divertimento en los encuentros sociales. En apenas unos dias daria comienzo la nueva temporada social y las jovenes de todo el condado encargarian nuevos vestidos, zapatos y cintas para decorar sus cuerpos con el fin de agradar las vistas de los interesados. Y alli estaba Margaret Westworth, sentada en la cama de su ostentoso dormitorio mirando a traves de la ventana con una pulcra carta en la mano y preguntandose por que debia seguir esperando.

  • Un soplo de nieve de Francisca Herraiz

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    Su vida era perfecta y no necesitaba mas. Aqui podria terminar la historia, pero no, todo tenia que complicarse. Si, todo era perfecto, menos su nombre, Peonia. Sus padres, conservadores, le pusieron el nombre de su abuela. No lo tenia mejor su hermana, Jacinta, aunque, visto lo visto, lo preferia al suyo. De todos modos, el nombre, por feo que le pareciera, no le impidio triunfar en la vida y conseguir todos sus propositos. Todos. Incluso el de estar soltera y sin hijos. Nunca quiso casarse, lo veia innecesario y eso de tener hijos, menudo fastidio, ninos correteando, llorando, molestando e impidiendo hacer su trabajo, subir puestos, ascender hasta llegar a directiva. Vaya, eso no lo cambiaba por nada. Lo habia visto en su hermana que se caso a la tierna edad de veinte anos, con su novio del instituto, tan tipico que le hacia reir. El amor de su vida, le decia. Pasados unos anos, se quedo embarazada, tuvo cuatro ninos, todos varones, y ahora estaba embarazada del quinto, en busca de la nina. Por lo visto la ecografia les dio la buena noticia y al final tendrian la nina tan deseada y Peonia solo esperaba que dejara de tener mas criaturas. Su casa era un caos, todo por medio, olia mal, todos gritando, era un bullicio constante. Para colmo de males tambien tenian perro. Y tantos ninos hicieron que su hermana se quedara en casa para cuidarles, mientras su marido trabajaba trayendo a casa un misero sueldo que no les llegaba para nada. Vacaciones, cero. Cenas romanticas, ninguna. Tomar algo en el bar, para nada. El dinero se lo llevaba la hipoteca, la comida, mucha comida y las facturas. No entendia como podia ser feliz con esa vida. No la envidiaba para nada. Es mas, odiaba tanto la vida de su hermana, que solo la visito una vez. Nunca volvio a ese pequeno piso caotico. En navidades les enviaba buenos regalos, era una buena hermana y una buena tia. Les llamaba para felicitarles las fiestas y poco mas. Jacinta si la llamaba de vez en cuando para ver como estaba, para hablar, pero Peonia siempre estaba tan ocupada que le colgaba en seguida con la promesa de hablar otro dia, aunque ese dia no llegara nunca y tuviera que ser Jacinta quien la volviera a llamar. Tampoco entendia esa dependencia. Ya eran mayores, sus padres murieron hacia unos anos y cada una tenia su vida, distinta, distante. Cada una eligio su camino, ?no podia su hermana dejarla tranquila? No le apetecia nada que la llamara para contarle algo sobre su marido, o sobre alguno de sus sobrinos. Eran temas aburridos que no le interesaban en absoluto. Luego estaba su casa. Tan distinta a la de su hermana. Dado su abultado sueldo, pudo permitirse la casa sonada, dos plantas, garaje, piscina, jardin, terraza, jacuzzi, gimnasio, cocinera, limpiadoras, chofer. Y varios coches. Uno para ir al trabajo, mas formal, oscuro. Otro para los finas de semana, mas rapido y pequeno, funcional. Otro para ir de vacaciones, un todoterreno. Otro para fardar, descapotable. Tambien tenia su casa de vacaciones, por supuesto, en Canarias. Tambien con piscina, jardin, dos plantas, en fin, no se privaba de nada. Cuando ella estaba en Canarias dejaba a su hermana pasar unos dias en su casa de Girona. Total, tenia sirvientas que lo dejaban todo limpio cuando se marchaban, para ella no era un problema y le hacia sentirse buena persona. Sus sobrinos disfrutaban de la piscina y ella podia disfrutar de unas vacaciones lejos de todo, incluso de su familia. Le gustaba ir de compras los sabados, por eso tenia grandes roperos en ambas casas, todos abarrotados de trajes, vestidos, chaquetas, abrigos y, zapatos, muchos zapatos. Asi como complementos, fulares, anillos, gargantillas, pendientes. Le encantaban las joyas. Tambien las fiestas, que solia realizar una vez al mes, amen de las que asistia por invitacion. Su vida social era amplia, aunque no podia presumir de grandes amistades. Conocia a mucha gente, pero todos por un mismo fin, el dinero. Mas clientes, mas acuerdos, mas sonrisas para firmar un contrato y llenar aun mas sus bolsillos. Le iba bien. No queria atarse a nadie, intimar con nadie. Las relaciones que mantenia con sus conocidos eran las perfectas, las justas, hablaban casi por obligacion, normalmente de trabajo y poco mas, despues cada uno a su casa, a sus obligaciones y a no meterse en la vida del otro. Eso es lo que ella hacia, suponia que no todas las mujeres actuaban igual, habia mas de una chismosa, eso era inevitable. Aunque ella nunca hacia caso de las habladurias, ni siquiera estaba al tanto de los ultimos chismorreos, estaba demasiado ocupada y centrada en el trabajo para prestar atencion a esas chiquilladas. El chofer, como cada manana, la dejo en el trabajo. Se bajo, vestida con un traje chaqueta color azul oscuro, falda hasta las rodillas, zapatos de tacon ancho, eran algo mas comodos que los de tacon de aguja. Gafas de sol de marca, un panuelo de seda al cuello, el maletin de piel en su mano derecha. Todo adornado bajo un grueso chaqueton de piel. Camino segura, con la cabeza alzada, hasta la entrada del recinto. El guardia de seguridad le abrio la puerta y le dio los buenos dias. Ella le sonrio levemente sin decir nada y fue directa al ascensor. Otro esplendido dia de trabajo. Le encantaba ir a la oficina, centrarse en el papeleo, en las ventas y nada mas. Oh, y se acercaba navidad, la mejor fecha para vender. Al acercarse a su despacho, su secretaria, como de costumbre, le cogio el abrigo y le entrego un cafe descafeinado, con leche desnatada y sin azucar. Bebio un trago y fue hacia su sillon reclinable, de color negro, que presidia una gran mesa de oficina, de roble. Habia unas cuantas plantas adornando la estancia, asi como varias estanterias y un gran ventanal detras. Una gruesa alfombra frente a la mesa. En una de las paredes habia un sofa y dos sillones, frente a ellos una mesita de cristal. A veces le gustaba tener reuniones en su despacho de forma algo mas informal. Encendio el ordenador y comenzo su rutina. Media hora mas tarde sono el telefono, era su secretaria que, antes de pasarle ninguna llamada, la informaba. --Su hermana al telefono. Peonia alzo los ojos al cielo, no se cansaba nunca de importunarla. Le tenia dicho que no la llamara en horas de trabajo. --Dice que es urgente. --Pasamela. --dijo a reganadientes. El telefono sono y pulso el boton para escuchar la voz de su hermana en manos libres. --?Que pasa? --le dijo sin despegar los ojos de la pantalla. --Raul esta en el hospital, un energumeno se ha saltado un semaforo y le ha atropellado cuando iba al instituto. --Su voz sonaba angustiada. Peonia miro el telefono intentando recordar quien era Raul, tenia tantos sobrinos que nunca conseguia saber quien era cada cual. --?Esta bien? --dijo algo fria. --Un golpe en la cabeza y magulladuras. Los medicos quieren que se quede para vigilar el golpe en la cabeza. ?Puedes ir a recoger al resto de mis hijos cuando salgan del colegio? Como si ella tuviera tiempo. --?No puede ir tu marido? Yo estoy bastante ocupada. --El ha salido del trabajo en cuanto le he llamado y viene hacia aqui, esta preocupado, como yo. Solo necesito que cuides de mis ninos unas horas, luego ira su padre a buscarlos, por favor. Como le gustaba dramatizar. Se paso la mano por la cara mientras negaba con la cabeza, ?como podia pedirle algo asi? ?Es que no sabia apanarselas sola? Era increible. Al final dijo: --No te preocupes, yo me encargo y dile a Raul que se mejore. No espero a que le dijera nada, colgo y pulso el boton que le pasaba con la secretaria. --Sonia, llama a mi chofer y dile que pase por el colegio de mis sobrinos para recogerlos y llevarlos a casa. A mi casa no, a la suya, por favor, ni se le ocurra confundirse, ?de acuerdo? --Entendido. A la hora de comer su secretaria le trajo comida preparada, normalmente una ensalada, un yogur desnatado y una fruta. Comio en el despacho, a solas. A la tarde, a eso de las seis, se fue a casa. Su secretaria le entrego el abrigo y su chofer estaba en la puerta esperandola. O no. ?Donde estaba? Miro arriba y abajo de la calle, no se veia el coche, en su lugar vio a un mendigo pidiendo limosna. Se le veia tan sucio y su mal olor llegaba hasta alli. ?Donde estaba la policia cuando se les necesitaba? Aquel era un buen barrio, ?como dejaban a gente como aquella pasear por ahi? Le esquivo, no queria oler mal, o coger cualquier enfermedad. Deberian prohibirles pasear por las calles, ?por que no tenerles en un centro, alejados de la gente normal? Una vez perdio de vista al mendigo, cogio el movil para llamar a su chofer y saber por que no habia ido a recogerla. --Senorita, sus sobrinos estan en su casa... --dijo con voz temblorosa. --?Perdona? Creo haber sido muy clara al respecto. --No tienen las llaves de su casa y hasta que no llegue su padre se han quedado aqui. Las sirvientas ya se han ido y el mayordomo tenia hoy el dia libre, asi que no me ha quedado mas remedio que acompanarlos, no queria dejarlos solos. --Esta bien, esta bien, supongo que has hecho bien, yo, no se, ire en taxi. Le colgo. Menudo contratiempo, esperaba que el padre de esos pequenos demonios no tardara en llegar. No queria a esos mocosos rondando en su santuario. Miro la carretera, no veia ningun taxi. Su casa tampoco estaba tan lejos, podia ir dando un paseo. Hacia buen dia y asi daba tiempo a su cunado a recoger a sus sobrinos. Escucho una campana sonar varias veces. --Ho ho ho, feliz Navidad. ?Una limosna para los sin techo? Lo que le faltaba, un Papa Noel con su traje, su barba postiza, su campana amarilla sonando una y otra vez y el vaso de plastico para pedir dinero. Si tuviera que dar dinero a todo el que pedia se arruinaria en un dia. Paso de largo. --Senorita... No podia ser, ?le estaba siguiendo? Apreto el paso. --Senorita... Se giro para ver al Papa Noel pisandole los talones, habia dejado la campana para coger su panuelo de seda. Se toco el cuello, por lo visto debio caersele. Se detuvo para recogerlo. --Espero pase unas bonitas navidades junto a su familia. Le dijo el Papa Noel. Ella cogio el panuelo, pero el lo retuvo un momento. --?Tiene familia? --?Y a usted que le importa? --le espeto sin mas, menudo insolente metomentodo. --Es triste la Navidad cuando uno esta solo, yo lo veo todos los anos. Hay mucha gente sin hogar, sin familia. Usted esta sola, muy sola y no lo sabe. --Devuelvame mi panuelo. --le dijo mirandole con desprecio. --Que tenga una bonita Navidad --dicho lo cual le soplo en la cara y su aliento estaba helado. Cerro los ojos y se paso la mano por la cara congelada. ?Pero que hacia ese tio? Al abrir los ojos, el Papa Noel no estaba y ella tenia su panuelo en la mano. Suspiro aliviada, menos mal que se habia ido, ya pensaba en llamar a la policia. Estupido farsante, le vestian de Papa Noel y ya se creia capaz de juzgar a las personas. ?Quien se creia que era, Santa Claus de verdad? Esos tipos estaban todos locos. Le gustaba la navidad por las compras, a ella le encantaba comprar y vender, pero odiaba los sentimentalismos, los arboles, los adornos, las reuniones familiares. Ella hacia anos que celebraba la navidad sola, o en alguna isla tropical, escapando del frio y las tonterias. Por fortuna, un taxi aparecio. Se subio en el y le pidio que le llevara a casa. Al llegar, todo estaba tranquilo. Su chofer la recibio en la entrada, su cunado estaba con todos los crios revoloteando a su alrededor, parecia que se preparaban para marcharse, gracias al cielo. --Pense que ya os habriais ido --dijo a modo de saludo. Dejo el abrigo, el bolso y el maletin en la entrada

  • Un pequeno empujon de Cass R. Sunstein , Richard H. Thaler

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    El libro que inspiro a Barack Obama los fundamentos de la politica al demostrar el poder de un pequeno empujon.

  • El reto del multimillonario (Los Sinclair 1) de J. S. Scott

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  • En la sangre de Laura Gomara

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    Eva Valverde es carterista, tiene dos carreras y viste de Prada.

  • El cielo en tus ojos de Angela Drei

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    Evan ha aprendido desde pequeno que cada logro va a acompanado de esfuerzo y dolor.
    Cuando por fin encuentra el amor, el pasado regresa para hacerle caer de nuevo.
    Quiza esta nueva vida junto a Allyson no es para el, tal vez solo es un sueno imposible.
    Tendra que luchar por ser el hombre que ella merece porque, despues de todo, el no sabe escribir poesia, pero sabe que esta enamorado de ella.

  • A mi amigo escoces de Maria Barbal

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    Benet y George se conocen en el hospital al que han sido trasladados tras las heridas recibidas en el frente de la Guerra Civil espanola. George, de origen escoces, sirve en las brigadas internacionales, mientras que Benet es un chico de provincias destinado en el frente. A pesar de ser poco habladores, Benet a causa de un problema que le afecta al sistema nervioso y le impide el habla, y George por su poco dominio del idioma local, conectaran rapidamente y forjaran una amistad que perdurara a lo largo de los anos.
    Tiempo despues, George buscara a su amigo de la guerra. De sus cuadernos, que Benet le regalara, George decidira escribir un libro.
    Una historia de amistad forjada durante la guerra y que perdurara a lo largo de los anos.

  • Cuando Cupido te ignora de Dublineta Eire

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    Acabo de terminar de leerme la historia que Dublineta Eire nos regala en "Cuando Cupido te ignora" y que os puedo decir, que comparar el final con una traca de fuegos artificiales no seria suficiente para poder explicaros la calidad y la cantidad de sucesos que ocurren en cuestion de pocas paginas. Pero empecemos por el principio. Hace unos meses Dublineta me pidio que si podia escribirle el prologo de su primera novela "Dias de caracoles y pastillas" y acepte encantada porque para mi era un honor en muchos sentidos y cuando no hace mucho volvio a escribirme para pedirme de nuevo el prologo para su siguiente novela "Cuando Cupido te ignora", volvi a sentirme super halagada. Estoy segura de que va a tener mucho exito con este segunda libro, porque es una historia narrada de manera original (como es ella), con una muy buena trama y de la que no te puedes saltar ni una sola pagina porque te perderias la mitad de la historia. Es una novela trepidante, que no deja de sorprender, porque los acontecimientos suceden uno detras de otro, de manera vertiginosa, pero sin perder ningun detalle. Combina el humor y el sarcasmo, la intriga y el amor, con giros argumentales que te hacen sorprenderte y tener que volver a cerrar el libro para asegurarte de que sigues en la misma historia. He descubierto la vena romantica de Dublineta (reconozco que jamas pensaria que lo haria), pero leer determinados pensamientos de Moira, entre otras cosas, desvelan la parte romantica de esta autora. Ahora quiero hablaros de los personajes. Hay uno principal, que es Moira y muchos secundarios, que a mi se me convirtieron en primarios desde el primer capitulo. Pero no puedo dejar de hacer mencion al personaje de Lola, una mujer que me ha hecho reir mucho y me ha parecido super surrealista. No quiero hacer spoilers, pero hay escenas que me recuerdan a sketch de humor de los ochenta, en la que todo era un caos, en su mente organizado, pero no deja de ser un caos lleno de guinos alocados que no podras dejar de leer (ni de sonreir). Cualquier cosa que Dublineta escribe se convierte en sonrisa asegurada, tiene la facilidad de convertir algo serio en una escena de humor, pero sin quitar importancia a la esencia de la misma. Recomendare este libro siempre porque tiene un poco de todo: intriga, humor, romance... Es ameno, facil de leer y con todos los ingredientes que tiene que tener una novela para enganchar desde la primera pagina. Y doy fe que esta los tiene. No os entretengo mas y empezad a conocer a los personajes de esta entranable novela que no os dejara indiferentes. Un beso. y Dublineta, cuenta conmigo para lo que quieras. Maria Beatobe 1 Hacia menos de una hora, Moira habia firmado el contrato de sus suenos, nada menos que con una cadena internacional de hoteles, se acababa de asegurar una tranquilidad economica por mucho tiempo. Moira estaba feliz. Y su felicidad rozaba limites insospechados gracias tambien a que su hija en menos de dos meses regresaria a casa para quedarse. Disfrutaria todo el verano de su ninita, solo le quedaba un curso para licenciarse. Muy contenta se dirigia hacia su despacho cuando se dio cuenta que la puerta estaba entornada, estaba convencida que la habia cerrado antes de marcharse al notario. Se acerco muy despacito, queria saber quien estaba dentro, se oia hablar a alguien. Se acerco para poder escuchar mejor. -!Dios mio! !No puede ser! -se decia a si misma apoyada contra la pared del almacen aguantando la respiracion-, he debido escuchar mal, es imposible -se repetia-. !Por favor que no sea eso! Me muero. Empezo a notar como le temblaban las piernas, estaba a punto de que le diera un ataque. Era Noelia hablando por telefono, sabia perfectamente que hablaba con Ginevra, pero lo que acababa de escuchar no era posible, seria un malentendido. ?Como averiguar la verdad? No sabia que hacer. Tenia muy claro que si le preguntaba a Noelia, se lo negaria, se estaba mareando de la angustia que le habia creado aquella situacion. En cuanto colgo el maldito telefono, tosio haciendose notar y empujo la puerta intentando aparentar toda la naturalidad que le fue posible fingir. -!Buenas, Noelia! ?Todo bien? -saludo pausadamente a su ayudante. -!Hola Moira! No te habia escuchado -respondio sorprendida-, si, todo bien. Cuentame, ?como te ha ido en la firma? -dijo mientras se bajaba de un salto de la mesa del despacho. -Si, todo perfecto -le contesto seria y distante. -Pues cualquiera lo diria, menuda cara traes -dijo Noelia sonriendo. -Bueno, pues un mal dia, o tu todos los dias estas contenta, ?a que no? -respondio seca y tajante. Dejo rapidamente las carpetas dentro de los archivadores de la estanteria, seguia intentando aguantar el tipo, pero los nervios y la preocupacion la estaban matando. Tenia que preguntarle que habia pasado, aunque no le dijera la verdad, al menos sabria si lo que habia escuchado era real. No hacia falta que nadie le dijera que tanto Noelia como Ginevra eran confidentes, eran mas que hermanas, y algo asi, a la primera que se lo contaria seria a ella. -?Y con quien hablabas cuando he entrado? -pregunto a la joven. -?Eh? Pues…, con Gin. -Apreto los labios-. !Que nos echa de menos! -?Eso es todo? -Si, !claro! Contando los dias para regresar a Espana. Bueno, te dejo que se me ha hecho tarde, ya nos vemos manana. Besitos -se despidio cogiendo su bolso. Moira se sento en el sillon de su despacho, puso la mano sobre el telefono, dudaba en llamar a su hija, pero algo le decia por dentro que debia hacerlo. Estaban a tantos kilometros de distancia, la tenia tan lejos, seguia sin saber como ayudarla, pobre nina. Respiro hondo, saco fuerzas y marco el numero de su hija. -!Hola carino! -suspiro. -?Como te va? Te echo de menos. -!Hola mami! Si, todo genial. !Como siempre! Yo si que te echo de menos, pero en nada estoy de vuelta. Ademas, tengo una gran noticia que darte -se rio. -?Una noticia? No me puedes dejar asi. ?De verdad que estas bien? Te noto diferente -insistia. -Nada mami, es una sorpresa, pero todo bien. Bueno, te tengo que dejar, estaba arreglandome para ir a la Uni. Besitos -se despidio. Moira colgo, su hija parecia feliz, pero a ella se le acababa de caer el mundo encima. Dejo el telefono sobre la mesa, se reclino contra el respaldo del sillon, cerro los ojos y cogio todo el aire que pudo expulsandolo rapidamente. Tenia que ir a Paris a ver a Ginevra, pero no queria ir sola, esto no podia vivirlo en solitario. Se incorporo y descolgo nuevamente el telefono, necesitaba hablar con Marga, ella era la unica que seria capaz de entenderla. Se conocian desde ninas, aunque en un momento de sus vidas se separaron, al poco tiempo volvieron a reencontrarse para quedarse juntas para siempre. Margarita era la madrina de Ginevra y ella la de Noelia, las habian criado como a primas, y ellas eran mas que hermanas. Habian superado juntas los peores momentos de sus vidas, la ruptura sentimental con el padre de Noelia y el embarazo en solitario de Moira como madre soltera, aunque ella se sentia comoda pensando que su estado civil era "viuda". -!Buenas, maja! ?Como va la cosa? -respondio alegremente Margarita. -Es una emergencia. !Te necesito ya! Es super urgente, de vida o muerte. Deja todo lo que estes haciendo y ven inmediatamente al local. Me muero, Marga, me muero. -Colgo el telefono. A Margarita casi le da un ataque, descolgar y escuchar la voz desencajada de su mejor amiga pidiendole ayuda de esa manera, entendio que algo muy grave acababa de suceder. Salio corriendo de la cafeteria, le pidio a una clienta que por favor la llevara hasta el local de Moira, no era la clienta mas agradable, pero le valia, tenia carne y tenia coche, y super importante, aquella manana tan solo se habia bebido una Coca-cola Zero

  • Trilogia Mas alla de la razon de Antoni Scaluggia

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    * Sinopsis El caso Alamo: Fran Velasco es un joven malagueno rico e inmaduro que trabaja como detective privado. Lleva la vida que siempre deseo, pero su suerte cambiara cuando es contratado por un prestigioso hombre de negocios para que investigue los ultimos dias de su socio, Rafael Alamo, justo antes de que contrajera una terrible enfermedad que los medicos no saben diagnosticar.

  • Se mi verano en un dia de invierno de Priscila Serrano

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    ?Se puede tener todo un dia y al siguiente no tener nada? Savannah lo sabia muy bien. Sus veranos siempre eran importantes, esos meses en los que todo lo demas sobraba; los problemas no existian y las risas y alegrias estaban aseguradas.
    Pero, el verano de 2017 fue el ultimo y el sol ya no alumbraba con tanta intensidad como cada manana, provocando en ella una tristeza tan grande que no lograria superarlo ni con recuerdos.
    Sin embargo, todo cambia cuando Savi se ve obligada a viajar a otra ciudad, una que podra cambiarle la vida.

  • El mal causado (Un dia en el Tamesis 2) de Diaz De Tuesta

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    !Segunda entrega de esta apasionate serie de Diaz de Tuesta!