libro bull mountain
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libro bull mountain - Brian Panowich , Ruben Martin Giraldez
https://gigalibros.com/bull-mountain.htmlDurante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con whisky casero, marihuana y metanfetamina sin que la ley repare en ello. Pero el dia en que Clayton Burroughs, quien para distanciarse del reinado criminal de su familia se convirtio en sheriff, recibe la visita de un agente federal con un plan maestro para erradicar todas las actividades ilegales a lo largo y ancho de seis estados, las lealtades de una estirpe unida por la sangre pero separada por el deber se veran peligrosamente puestas a prueba…
Esta poderosa novela, que ha renovado el genero del country noir, repasa la cronologia de una historia de violencia ejercida durante casi un siglo con el unico objeto de mantener un imperio fundado no en el poder o el dinero, sino en los lazos familiares, explorando hasta donde son capaces de llegar los hombres para protegerlos, honrarlos o incluso destruirlos. Con un ritmo tan trepidante que no deja sospechar en ningun momento los disparos que nos tiene reservados, el autor estampa cada palabra como si la descerrajase con una escopeta, y por eso mismo, nadie esta a salvo del tiroteo.
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Bull Mountain: 379 (Nuevos Tiempos) Tapa blanda - Amazon
https://www.amazon.es/Mountain-Nuevos-Tiempos-Brian-Panowich/dp/8417041338Bull Mountain: 379 (Nuevos Tiempos) : Panowich, Brian, Martín Giráldez, Rubén: Amazon.es: Libros.
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BULL MOUNTAIN | BRIAN PANOWICH | Casa del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-bull-mountain/9788417041335/529878112 abr 2017 — El libro BULL MOUNTAIN de BRIAN PANOWICH en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!
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Bull Mountain - Libro de Brian Panowich - Lecturalia
https://www.lecturalia.com/libro/102202/bull-mountainEl contundente e implacable debut que ha revitalizado el panorama del country noir. Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en ...
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Bull Mountain - Ediciones Siruela
https://www.siruela.com/catalogo.php?id_libro=3379Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con ... Otros libros de este autor:.
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BULL MOUNTAIN. PANOVICH, BRIAN - Librería Sinopsis
https://www.libreriasinopsis.com/libro/bull-mountain_288789Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, ... EL LIBRO NEGRO DE LAS HORAS: GARCÍA SAENZ DE URTURI, ...
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Bull Mountain - -5% en libros | FNAC
https://www.fnac.es/a1353077/Bull-MountainBull Mountain, libro o eBook de . Editorial: Siruela. Los mejores precios en libros y eBooks.
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bull mountain - Rata Corner
https://www.ratacorneronline.com/es/libro/bull-mountain_7190BULL MOUNTAIN, PANOWICH, BRIAN, 19,95€. «Una novela que tiene de todo: whisky, marihuana, metanfetamina, armas y caos familiar.
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BULL MOUNTAIN - SIRUELA - Tipos Infames
https://www.tiposinfames.com/libros/bull-mountain/37370/Comenta y valora este libro ... Durante generaciones, el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, traficando con ...
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bull mountain - panowich, brian - La caixa d'eines
https://www.lacaixadeines.com/cat/libro/bull-mountain_110123BULL MOUNTAIN, PANOWICH, BRIAN, 19,95€. El contundente e implacable debut que ha revitalizado el panorama del country noir. «Una novela que tiene de todo: w ...
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bull mountain - panowich, brian - Librería La Puerta de ...
https://www.puertadetannhauser.es/libro/bull-mountain_20700BULL MOUNTAIN, PANOWICH, BRIAN, 19,95€. ... el clan Burroughs ha mantenido su asentamiento en Bull Mountain, al norte de Georgia, ... Otros libros del autor.
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La llamada de la selva (Prometheus Classics) de Jack London
https://gigalibros.com/la-llamada-de-la-selva-prometheus-classics.htmlBuck no leia los periodicos, de lo contrario habria sabido que una amenaza se cernia no solo sobre el, sino sobre cualquier otro perro de la costa, entre Puget Sound y San Diego, con fuerte musculatura y largo y abrigado pelaje. Porque a tientas, en la oscuridad del Artico, unos hombres habian encontrado un metal amarillo y, debido a que las companias navieras y de transporte propagaron el hallazgo, miles de otros hombres se lanzaban hacia el norte. Estos hombres necesitaban perros, y los querian recios, con una fuerte musculatura que los hiciera resistentes al trabajo duro y un pelo abundante que los protegiera del frio. Buck vivia en una extensa propiedad del soleado valle de Santa Clara, conocida como la finca del juez Miller. La casa estaba apartada de la carretera, semioculta entre los arboles a traves de los cuales se podia vislumbrar la ancha y fresca galeria que la rodeaba por los cuatro costados. Se llegaba a ella por senderos de grava que serpenteaban entre amplios espacios cubiertos de cesped y bajo las ramas entrelazadas de altos alamos. En la parte trasera las cosas adquirian proporciones todavia mas vastas que en la delantera. Habia espaciosas caballerizas atendidas por una docena de cuidadores y mozos de cuadra, hileras de casitas con su enredadera para el personal, una larga y ordenada fila de letrinas, extensas pergolas emparradas, verdes prados, huertos y bancales de fresas y frambuesas. Habia tambien una bomba para -el pozo artesiano y un gran estanque de hormigon donde los chicos del juez Miller se daban un chapuzon por las mananas y aliviaban el calor en las tardes de verano. Sobre aquellos amplios dominios reinaba Buck. Alli habia nacido y alli habia vivido los cuatro anos de su existencia. Es verdad que habia otros perros, pero no contaban. Iban y venian, se instalaban en las espaciosas perreras o moraban discretamente en los rincones de la casa, como Toots, la perrita japonesa, o Ysabel, la pelona mexicana, curiosas criaturas que rara vez asomaban el hocico de puertas afuera o ponian las patas en el exterior. Una veintena al menos de foxterriers ladraba ominosas promesas a Toots e Ysabel, que los miraban por las ventanas, protegidas por una legion de criadas armadas de escobas y fregonas. Pero Buck no era perro de casa ni de jauria. Suya era la totalidad de aquel ambito. Se zambullia en la alberca o salia a cazar con los hijos del juez, escoltaba a sus hijas, Mollie y Alice, en las largas caminatas que emprendian al atardecer o por la manana temprano, se tendia a los pies del juez delante del fuego que rugia en la chimenea en las noches de invierno, llevaba sobre el lomo a los nietos de Miller o los hacia rodar por la hierba, y vigilaba sus pasos en las osadas excursiones de los ninos hasta la fuente de las caballerizas e incluso mas alla, donde estaban los potreros y los bancales de bayas. Pasaba altivamente por entre los foxterriers, y a Toots e Ysabel no les hacia el menor caso, pues era el rey, un monarca que regia sobre todo ser viviente que reptase, anduviera o volase en la finca del juez Miller, humanos incluidos. Su padre, Elmo, un enorme san bernardo, habia sido companero inseparable del juez, y Buck prometia seguir los pasos de su padre. No era tan grande – pesaba solo sesenta kilos- porque su madre, Shep, habia sido una perra pastora escocesa. Pero sus sesenta kilos, anadidos a la dignidad que proporcionan la buena vida y el respeto general, le otorgaban un porte verdaderamente regio. En sus cuatro anos habia vivido la regalada existencia de un aristocrata: era orgulloso y hasta egotista, como llegan a serlo a veces los senores rurales debido a su aislamiento. Pero se habia librado de no ser mas que un consentido perro domestico. La caza y otros entretenimientos parecidos al aire libre habian impedido que engordase y le habian fortalecido los musculos; y para el, como para todas las razas adictas a la ducha fria, la aficion al agua habia sido un tonico y una forma de mantener la salud. Asi era el perro Buck en el otono de 1897, cuando multitud de individuos del mundo entero se sentian irresistiblemente atraidos hacia el norte por el descubrimiento que se habia producido en Klondike. Pero Buck no leia los periodicos ni sabia que Manuel, uno de los ayudantes del jardinero, fuera un sujeto indeseable. Manuel tenia un vicio, le apasionaba la loteria china. Y ademas jugaba confiando en un metodo, lo que lo llevo a la ruina inevitable. Porque el jugar segun un metodo requiere dinero, y el salario de un ayudante de jardinero escasamente cubre las necesidades de una esposa y una numerosa prole. La memorable noche de la traicion de Manuel, el juez se encontraba en una reunion de la Asociacion de Cultivadores de Pasas y los muchachos, atareados en la organizacion de un club deportivo. Nadie vio salir a Manuel con Buck y atravesar el huerto, y el animal supuso que era simplemente un paseo. Y nadie, aparte de un solitario individuo, les vio llegar al modesto apeadero conocido como College Park. Aquel sujeto hablo con Manuel y hubo entre los dos un intercambio de monedas. -Podrias envolver la mercancia antes de entregarla -refunfuno el desconocido, y Manuel paso una fuerte soga por el cuello de Buck, debajo del collar. -Si la retuerces lo dejaras sin aliento -dijo Manuel, y el desconocido afirmo con un grunido. Buck habia aceptado la soga con serena dignidad. Era un acto insolito, pero el habia aprendido a confiar en los hombres que conocia y a reconocerles una sabiduria superior a la suya. Pero cuando los extremos de la soga pasaron a manos del desconocido, solto un grunido amenazador. No habia hecho mas que dejar entrever su disgusto, convencido en su orgullo que una mera insinuacion equivalia a una orden. Pero para su sorpresa, la soga se le tenso en torno al cuello y le corto la respiracion. Furioso, salto hacia el hombre, quien lo intercepto a medio camino, lo aferro del cogote y, con un habil movimiento, lo arrojo al suelo. A continuacion apreto con crueldad la soga, mientras Buck luchaba freneticamente con la lengua fuera y un inutil jadeo de su gran pecho. Jamas en la vida lo habian tratado con tanta crueldad, y nunca habia experimentado un furor semejante. Pero las fuerzas le abandonaron, se le pusieron los ojos vidriosos y no se entero siquiera de que, al detenerse el tren, los dos hombres lo arrojaban al interior del furgon de carga.
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Barcelona, la ciudad que fue de Federico Jimenez Losantos
https://gigalibros.com/barcelona-la-ciudad-que-fue.htmlFederico Jimenez Losantos se ha convertido en un fenomeno literario asombroso. Su libro Memoria del comunismo ya ha vendido veinte ediciones y casi cien mil ejemplares.
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El Bosque de los Pigmeos (Memorias del Aguila y del Jaguar 3) de Isabel Allende
https://gigalibros.com/el-bosque-de-los-pigmeos-memorias-del-aguila-y-del-jaguar-3.htmlCon El Bosque de los Pigmeos, Isabel Allende cierra la trilogia <
>. -
La verdad de Anna Guirao de Lorena Franco
https://gigalibros.com/la-verdad-de-anna-guirao.htmlNUNCA SE ESTA LO SUFICIENTEMENTE CERCA DE LA VERDAD
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Te deseo para mi (Rosa blanca 6) de Laura A. Lopez
https://gigalibros.com/te-deseo-para-mi-rosa-blanca-6.htmlLlega la sexta entrega de la serie de romance historico <
> de Laura A. Lopez con la historia de Lucy y Dylan. -
Tapas en Nueva York de Erina Alcala
https://gigalibros.com/tapas-en-nueva-york.htmlEstrella Rodriguez se pasaba los veranos trabajando como recepcionista en un hotel de cualquier parte del mundo, echando de menos su Andalucia. Habla cuatro idiomas, aunque su pasion es la cocina y sobre todo… Nueva York. Asi que ?iba a renunciar a su sueno? !Por supuesto que no! Tapas y Nueva York, podrian funcionar estupendamente.
Angelo Santerini es un tiburon de las finanzas y operaciones inmobiliarias. ?Mujeriego y playboy? Claro que si, por eso su imagen copa las revistas, tanto financieras, como del corazon. Pero todo cambia cuando su abuela contrata, para su cumpleanos, el catering de Estrella. Ella es tan enigmatica y distinta a todas las demas… Todo un reto. Y a Angelo le encantan los retos. -
Piscinas vacias de Laura Ferrero
https://gigalibros.com/piscinas-vacias.htmlPiscinas vacias es el primer libro de relatos de Laura Ferrero, una joven autora que irrumpe con fuerza en el panorama literario y que ha sido calificada como <
> por ABC. -
No quiero hacerte dano 1 de Veronica C. Herrero
https://gigalibros.com/no-quiero-hacerte-dano-1.htmlEva es administrativa en una agencia de viajes, es carinosa, romantica y esta casada.
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Devuelveme la luna de Elena Moreno Scheredre
https://gigalibros.com/devuelveme-la-luna.htmlNo importa si alguien oso prometerte la luna y le creiste, lo importante es descubrir que nadie puede darte aquello que no posee.Al destino se le puede esquivar, pero el corazon siempre te encuentra.
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Sacrificio de M.a. Andrade
https://gigalibros.com/sacrificio.htmlEn un mundo en el que la Guerra Biologica y Nuclear ha hecho mella, Theather y su nueva familia se ven confinados en su hogar por ordenes del Gobierno. Deben protegerse de aquellos que amenazan por matarlos, pero ?seran realmente una amenaza?
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Frente al espejo de Myrna Del Carmen Flores
https://gigalibros.com/frente-al-espejo.htmlCuando el espejo es tu unico companero, refleja tu vida.Cada dia Cecilia, se enfrenta a su imagen y a las diferencias que el tiempo ha dejado en su piel, pero mas alla de lo externo, observa su evolucion. El reflejo en su mirada le devuelve los recuerdos de las etapas de su vida, sus errores y las personas que fueron parte de su cambio.Hermosos pueblos magicos del occidente de Mexico son testigos de la transformacion de Cecilia en una creyente de la libertad, aunque el precio por conseguirla, implique quedarse sola. Frente al espejo hay alguien dispuesto aun a redescubrirse para encontrar nuevas esperanzas de continuar siendo libre a pesar de los anos vividos. En su nueva novela, Myrna del Carmen Flores nos entrega un personaje lleno de matices y emociones, con una narrativa sencilla y fluida.
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El truco final (Allan Franco 1) de Gi Maelys
https://gigalibros.com/el-truco-final-allan-franco-1.htmlEl Gran Messier Gromund ha muerto por arte de magia.
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Rosy & John (Un caso del comandante Camille Verhoeven 3) de Pierre Lemaitre
https://gigalibros.com/rosy-038-john-un-caso-del-comandante-camille-verhoeven-3.htmlDespues de Irene y Alex, llega la tercera entrega de la serie del comisario Camille Verhoeben, por el autor ganador de un premio Goncourt, de dos Dagger Awards, del Premio de Novela Negra Europea y del Permio Best Novel Valencia Negra, con mas de medio millon de lectores.
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Segunda oportunidad (El corazon del multimillonario 2) de Sierra Rose
https://gigalibros.com/segunda-oportunidad-el-corazon-del-multimillonario-2.htmlEste es el libro 2.
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El arte de romperlo todo de Monica Vazquez
https://gigalibros.com/el-arte-de-romperlo-todo.htmlEl arte de romperlo todo es el estreno literario de @ElectricNana, seudonimo de Monica Vazquez, una novela descarada, caotica, atrevida y profundamente libre.
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Botones y dolor 3 de Penelope Sky
https://gigalibros.com/botones-y-dolor-3.htmlCuando se me presento la oportunidad de escapar, lo hice. Ahora estoy en Nueva York, intentando rehacer mi vida. A pesar de llevar un rastreador en el tobillo, Crow no ha venido a buscarme. Ni siquiera me ha llamado. Le confese la profundidad de mis sentimientos, pero el los rechazo con crueldad. A lo mejor se ha olvidado de mi. Un dia, vi los botones sobre la encimera al entrar en mi apartamento. Yo no los habia dejado alli, y no habia mas que una explicacion para su presencia. A lo mejor Crow no se habia olvidado de mi, despues de todo.
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Fin de la cordura de Claudio Hernandez
https://gigalibros.com/fin-de-la-cordura.htmlSi habia algo en que reflexionar y divagar bajo la luz del sol, era en su don. Aquello que le hacia ver cosas que cualquier otra persona no podia hacer. Su madre siempre le habia llamado <
> y aquellas dos palabras resonaban una y otra vez en su cabeza como un gran mazo de roque. Hastiado algunas veces o preocupado otras, e incluso impresionado la mayoria de las veces, Peter habia encontrado un punto de inflexion que se parecia a un moco laxo sobre la superficie de la mesa. Entonces sonreia al pensarlo. Pero despues, mucho mas tarde, reflexionaba de nuevo y habia descubierto una cosa que era real: que tenia que soportar todo aquel peso sobre su cabeza. Una masa oscura, amorfa y que pesaba hasta que las sienes se abultasen como dos ojos queriendose escapar de sus orbitas. Entonces lo veia todo. Su mano era su cruz. El hormigueo en las piernas eran sus pisadas entre el barro horadado por las punteras de sus botas. El entumecimiento de la cara era como si millones de hormigas se arrastrasen con una migaja encima, por la piel aspera de Peter, y el miedo, eso que no tiene definicion o que posee muchas palabras; se escondia en el palpitar de su corazon que a veces se veia en la punta de la lengua como un alien resollando antes de escapar de alli. Era cuestion de tiempo que Peter Bray conociera su gran tragedia de sucumbir a su don. Enamorarse de quien quiza no debia y de no tener amigos que senalar con su dedo indice destartalado. Su campo visual se reducia a la nada ante tanta frustracion. El se sentia pequeno, a veces, pero la otra sensacion no la conocia. Simplemente habia oscuridad en un silencio absurdo, ominoso y a veces tetrico o perturbador. Lo que venia despues, era lo que mas derroche de materia gris le deparaba. Apretaba su puno o sencillamente deslizaba sus dedos sobre aquellas desgraciadas. Si, porque en Boad Hill, que se encontraba a menos de cuarenta millas de Portland, siempre iba a suceder. Y sucedio. Peter alzo la mirada hacia el astro rey y de pronto se cego como cuando salia del tunel negro, pero en esta ocasion ni el dolor ni las punzadas fluian por sus venas o sus sienes. En este momento solo sentia calor en sus retinas. Y siguio mirando hasta clavar sus ojos en aquella absurda bola broncinea que salia cada nuevo dia de un extremo de las montanas rocosas. Siempre de izquierda a derecha. Siempre salia. Y ellos o ellas, tambien lo hacian. 2 No muy lejos de alli, mas hacia el norte de Portland existia un pequeno pueblo llamado Road Mill. Unos 6.000 habitantes y todos aterrorizados por un coche que conducia solo, o eso era al menos lo que le decian al sheriff Banerman. --Si, estoy seguro --titilaba el anciano con su dedo artritico mientras senalaba a un vehiculo aparcado en la cuesta de Road Street--. Estaba oscuro, pero podia ver el siniestro brillo del volante. Al parecer era de cobre, bueno no, mentiria si dijera eso, creo que era de metal. Pero el maldito volante giraba solo o al menos yo no vi ni una jodida mano rodeandolo. Ni unos putos dedos oscilando sobre el. No habia nada. Se lo juro. El sheriff miraba hacia el suelo y preparaba algo de saliva en su garganta con un gorgoteo de un desague. Su corazon impasible, hacia juego con su templanza y cuando levanto la mirada le clavo los ojos en los acuosos cuencos del viejo. --?Que tal la ultima borrachera? --Jefe. Mireme. --El anciano habia abierto los brazos como si fueran a clavarle en una cruz--. ?Acaso usted, cree que este cuerpo puede soportar alguna misera cerveza? Sus ojos brillaban ahora. --He visto cosas peores --dijo Banerman agachando de nuevo la mirada. El suelo estaba alborotado. En realidad la tierra habria sido removida por las ultimas lluvias. Si, porque hacia dos dias habia caido la de dios, tal como lo dijo en su momento con toda la apatia del mundo. --Estoy seguro de ello. Como tambien estoy seguro de que odio hasta el agua. Solo bebo leche, ?sabe? Ese jodido coche de color anaranjado o quiza, rojo, se pasea por las calles a sus anchas, y ya van dos. --Si. Dos muertes sospechosas --afirmo el sheriff llevandose los dedos de sus manos detras del cinturon. Esa postura vaga y con los hombros echados para adelante le insuflaban una compostura demasiado, quiza, demasiado despectiva y desinteresada. Sencillamente, no creia nada. Pero esa noche el motor ronroneo de nuevo al final de una calle oscura, como si un gran gatazo estuviera durmiendo enroscado como una rosquilla amorfa. Hasta el suelo vibraba, y Joe, el joven de la escuela secundaria habia abierto los ojos como platos. Y despues volaron en un arco imaginario disparados como dos proyectiles brillantes. ?Pero que tenia que ver en esto Peter? Fue algo que sucedio entre el frio invierno y el otono, pero no del 2017, sino de cinco anos mas tarde. Ya era conocido en una region muy amplia en terreno, pero poco poblada, y su don habia dado que hablar, y mucho. Lo mas empatico de todo, o mejor dicho, asqueroso, era tocar aquellos fiambres reducidos a pingajos de carne y piel pegada en la arena o el asfalto. Y ver a traves de aquellos ojos despachurrados. 3 --Peter, mi colega de Road me esta pidiendo ayuda. El cree que soy yo quien resuelve todas las cosas en esta jodida ciudad, pero como ya sabes no es asi. El don solo lo tienes tu, eres capaz de… --carraspeo--… de… joder, eso es alucinante, pero el tipo quiere algo mas. --La voz de Burt Duchamp se habia elevado por encima del traqueteo de un camion destartalado que estaba cruzando en ese mismo momento el cruce del tren. Una llovizna cubria de barro el parabrisas como si docenas de pajaros se hubieran cagado sobre el liso cristal. Burt enarco una ceja en el silencio absurdo del momento y le dio tiempo a pensar que no siempre llovia a gusto de todos, y que de vez en cuando caia barro. Eran como las mierdas de un perro y en su fuero le dieron ganas de reir aunque sintio algo de rabia aun a pesar de que no era el quien limpiaria el punetero cristal. De eso se encargaba Jack. El mas tonto de todos. El cielo se ilumino como si una camara de fotos disparara un gigantesco flash cargado con millones de voltios, alla, en lo alto de las nubes que le miraban con aspecto desagradable, como si tuvieran los mofletes purpureos y estuvieran muertas. --No te entiendo Burt. ?Que es lo que pretendes decir? ?Crees que soy la bola de cristal de este estado? Oh, si, ya lo se: necesitas que le toque la mano a un fiambre, bueno --se quedo mudo un corto espacio de tiempo que parecio alargarse hasta el infinito mas absurdo e incomprensible durante el cual un ruido se colo en la distancia que les separaba a los dos y anadio--, tendre que tocar una hamburguesa que en el mejor de los casos, estara debajo de la lengua de un perro sarnoso y entonces… --Peter, ?como sabes esto? --le interrumpio la voz grave del sheriff. Peter se despego el telefono movil de la oreja con un caracteristico ruido que se asemejaba a un tapon de una botella. Lo miro como si en la pantalla hubiera un moco y se lo estampo de nuevo al oido. --Joder Burt. ?Estas borracho todavia? Reino otro corto espacio de silencio. --Oh, vaya --exclamo Burt creyendo que Peter le estaria viendo con su ojo dilatado a traves del altavoz del telefono. Y sintio incluso su aliento cerca de sus labios. Cerca del microfono del telefono. Su corazon palpito un par de veces y despues quiso detenerse, pero no lo hizo. Claro que no--. Son las pastillas de dormir --mintio. --Claro, y mi madre esta ahora a mi lado tejiendo un jersey de lana para mi. Burt deja la bebida o acabaras mal, pero que muy mal. Y para saber eso no hace falta mi don. Ya he estado dos veces en Road Mill, y encima me jodiste una cita con Ann. Ahora en el otro extremo de las ondas y con el paso a nivel alzado como un brazo senalando el oscuro cielo, Burt empezo a ver la primera llovizna que lo que hacia era empeorar las cosas sobre el cristal. Activo el limpia parabrisas y su vision se nublo como si horadara un banco de niebla, pero lleno de mierda. --No se trata de eso Peter. He tenido un descuido. Es que ya han pasado casi tres meses ya… --Si. Desde que tocara aquella sangre revuelta con el picadillo --acucio Peter que estaba observando la calle desde su ventana. Fuera, la luz estaba tenida de un marron claro, como si aquello fuera un lienzo viejo. --Bueno, el caso es que ha sucedido otra vez. --El coche sin conductor. Que bien --rezongo Peter observando en ese mismo tiempo como un cuervo se posaba sobre el cable de fibra optica que cruzaba la calle no tan laxa como quisiera, pues hacia viento y casi se mecia--. Ahora me voy a comer y despues lo vomitare todo alli. Claro, como soy el tonto de esta ciudad y el unico que puede ver ciertas cosas, siempre estoy dispuesto para lo que quiera el senor sheriff con sombrero de fieltro. Por cierto, el mas descuidado que he visto jamas, pero bueno, alli estare si lo prefieres. Total, vendras a casa a convencerme. Despues de esa perorata un trueno rajo el cielo en dos y el cristal de la ventana parecio blandirse ante una onda expansiva de un super heroe con la mano apuntando hacia el. El cuervo salio despedido del cable como si hubiera pisado un resorte. --Esta vez lo conseguiras Peter. Despues de que el cielo se partiera en dos y un resquicio de luz del astro rey lograra filtrase por la raja como si fuera un espectro o la iluminacion del mismo dios; Peter permanecio en silencio largo rato. Un minuto despues dijo que si. Y Burt colgo. El tono era largo y agudo. -
Al diablo con la muerte (Morir por amor 2) de Iris Romero Bermejo
https://gigalibros.com/al-diablo-con-la-muerte-morir-por-amor-2.htmlSegunda entrega de la serie <
> iniciada con Con la muerte en sus tacones. -
Perderte para volver a encontrarte de Dana Darius
https://gigalibros.com/perderte-para-volver-a-encontrarte.htmlEmma creia que lo tenia todo. Estaba a punto de cumplir sus suenos junto a Sergio y era feliz, pero el dia antes de su boda descubrira algo que hara tambalear su mundo y que deje de creer en el amor.
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Chicas de nieve y cristal de Melissa Bashardoust
https://gigalibros.com/chicas-de-nieve-y-cristal.html -
El verano de la Ubume (Novela Policiaca), Natsuhiko Kyogoku de Natsuhiko Kyogoku
https://gigalibros.com/el-verano-de-la-ubume-novela-policiaca-natsuhiko-kyogoku.html -
Desde el rompeolas de Helen Rytkonen
https://gigalibros.com/desde-el-rompeolas.htmlVera llega a Londres por trabajo, pero con muchisimas ganas de sacarle partido a todo lo que le ofrece la gran ciudad. Tras la primera semana liderando su proyecto, pasa una noche increible en una fiesta privada donde conoce a Nigma, el companero perfecto para forjar nuevas experiencias, y ambos se quedan con ganas de mas.
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Seb Damon 3 14 (Seb Damon 1) de Martin Mccoy
https://gigalibros.com/seb-damon-3-14-seb-damon-1.html?Imaginas vivir una historia digna del cine negro en una ciudad de la Luna? Tal vez te cueste imaginarlo, pero puedes leerlo.
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El dice. Ella dice de Erin Kelly
https://gigalibros.com/el-dice-ella-dice.htmlKit y Laura son la joven pareja perfecta, unidos por su amor a los eclipses y su deseo de viajar por el mundo para ser testigos de estos fenomenos naturales. En el silencio, tras un eclipse de sol, en un festival en Cornwall, Laura es testigo de una agresion sexual. Ella y su novio Kit llaman a la policia, y meses despues ambos declararan en el juicio. En ese momento cuatro vidas cambiaran para siempre.
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Siete minutos de Carmen Serrano
https://gigalibros.com/siete-minutos.html7 minutos es el tiempo que Gara y Airam deben permanecer
encerrados en un armario como parte de un juego.
7 minutos a solas con todos los recuerdos de lo que han vivido
como compania en el reducido espacio.
7 minutos para recorrer su historia compartida;
los anos en que se odiaban mutuamente y tambien la etapa
en la que se ruborizaban al mirarse por sus propios sentimientos.
7 minutos para terminar o comenzar aquello que sienten
el uno por el otro. -
Wolfsangel de John Reinhard Dizon
https://gigalibros.com/wolfsangel.htmlDespues de que el comando Carl Hansen fuese traido de vuelta desde las congeladas estepas de la Rusia Occidental para luchar en la invasion aliada de Normandia en 1944, su relacion amorosa con la heredera francesa Angelique Dagineau se convertira en su unica razon para sobrevivir a la apocaliptica batalla que tiene por delante.
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Loba negra de Juan Gomez Jurado
https://gigalibros.com/loba-negra.htmlEl thriller que los 250.000 lectores de Reina Roja estan esperando.
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La diosa de agua de Juan Carlos Mendez Guedez
https://gigalibros.com/la-diosa-de-agua.htmlDesde lo mas recondito de nuestra memoria, el ser humano mantiene un vinculo con lo ancestral y lo trascendental. Las leyendas y los mitos que se extienden de la Amazonia al Caribe tratan de buscar un sentido a la existencia. En ellos la naturaleza explota, el agua discurre y desborda, los animales y las fieras, los hombres y mujeres, forman parte de la misma metamorfosis. Es entonces cuando el folclore y la oralidad son el germen de las grandes creencias, cosmologias e incluso religiones. En tiempos en que nuestro habitat sufre nuestra embestida, su vitalidad nos devuelve la fuerza y la belleza que nunca debe perder.
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Un discreto amor de Lily Cerda
https://gigalibros.com/un-discreto-amor.htmlLord James Hamilton es el septimo Duque de Rodhersay, Marquez de Burleg, y Conde de Glasgow.
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Puedes darme un beso de Chris M. Navarro
https://gigalibros.com/puedes-darme-un-beso.htmlZoe sabia que volver al pueblo despues de dieciseis anos y sin haber cumplido sus suenos no seria facil, y mucho menos para su hija Helena, una adolescente incapaz de ver con buenos ojos que la sacara de su adorado Manhattan.
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En busca de la felicidad de Douglas Kennedy
https://gigalibros.com/en-busca-de-la-felicidad.htmlUna dramatica historia sentimental ambientada en la Nueva York de los anos 50, escrita por uno de los grandes autores estadounidenses.
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Protegiendo al diablo de Scarlett Van Veen
https://gigalibros.com/protegiendo-al-diablo.htmlA primera vista, Brooke puede parecer una joven dulce y angelical. Sin embargo, la teniente Daniels pertenece a un cuerpo de elite militar llamado los Silver Skulls y, en accion, es tan letal como una bala. John Kasser es un famoso cantante; el diablo que todas adoran. Lo tiene todo: belleza, exito, dinero… Por desgracia, ha sido amenazado de muerte y una sombra lo acecha dia y noche. La teniente Daniels sera la elegida para proteger al artista y dar con su acosador. Para bien o para mal, el caprichoso destino volvera sus vidas del reves y los sumergira en una gran aventura repleta de romance, sexo, intriga y mucha accion…
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Despues de tantos anos (En el ultimo rincon del mundo 2) de Sandra Heys
https://gigalibros.com/despues-de-tantos-anos-en-el-ultimo-rincon-del-mundo-2.htmlSegunda entrega de la serie de romance contemporaneo <
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Inocencia salvaje, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh
https://gigalibros.com/inocencia-salvaje-cathryn-de-bourgh.htmlNovela erotica +18
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Biodiscografias de Iban Zaldua
https://gigalibros.com/biodiscografias.htmlMientras lees este libro, la vida es eso que suena al fondo. Lo que te interrumpe para banar a un nino, para ceder el asiento del metro, para bajar del autobus en la consulta del medico, para dormir cuando el cansancio te impide permanecer con los ojos abiertos. Como en los relatos de Iban, la vida sucede mientras la musica tambien sucede. Las canciones nos enfrentan al conflicto, nos plantean una duda o bien desenlazan nuestras relaciones
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Sonata gitana de Colt
https://gigalibros.com/sonata-gitana.html“No busco tu lastima, ni tu perdon. Solo quiero dejar en manifiesto que la vida es una cruel broma. Nadie me dio la oportunidad de expresarme o explicar por que hice lo que hice.
La magnitud de mi amor por la Gitana solo podria compararse con el amor que la musica me dio, y no fue suficiente.
Fui la consecuencia del abandono, del aislamiento y una mente brillante que intentaron reprimir y, a pesar que intenten borrar mi nombre de la historia, mi Sonata Gitana vivira por siempre…” -
El caso Durroway de Laia Vilaseca
https://gigalibros.com/el-caso-durroway.htmlUn cadaver flotando en el Canal de la Robine. Un detective apartado del caso de su vida. Un ingles cautivador y solitario de pasado oscuro. Y el incendio de una mansion llena de secretos que resultara una pieza clave para la resolucion de un complejo puzle.
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Ni lo ves ni lo veras (Inspectora Helen Grace 2) de M. J. Arlidge
https://gigalibros.com/ni-lo-ves-ni-lo-veras-inspectora-helen-grace-2.htmlUn segundo caso para la inspectora Helen Grace de Tu te vas, tu te quedas.
Un thriller que te parara el corazon. -
Nosotros, en singular, se dice tu y yo de Paula Minana
https://gigalibros.com/nosotros-en-singular-se-dice-tu-y-yo.htmlNosotros: pronombre personal, primera persona del plural. Pero, ?existe el singular de nosotros? ?se puede decir nosotros en singular? ? es posible ser tu y yo mientras somos nosotros? Todas estas preguntas son las que Ada se hace tras dejar a su novio numero dos, un terrorista psicologico que se resiste a salir de su vida y volver con su novio numero uno, alguien a quien ella considera perfecto por el simple hecho de ser normal.
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El hilo que todo lo cose de Vega Rigel
https://gigalibros.com/el-hilo-que-todo-lo-cose.htmlCada dia, al alba, Lisa sale a correr por el paseo que bordea las playas de Cambrils intentando ahogar los recuerdos que la han sumido en una profunda depresion durante meses. A traves del running, ha encontrado el camino para darse una nueva oportunidad y aunque las pesadillas la atormentan cruelmente durante la noche, cada dia se levanta y le planta cara a su amarga realidad.
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El diablo me obligo de F. G. Haghenbeck
https://gigalibros.com/el-diablo-me-obligo.html -
Manos arriba (Enredos con la ley 2) de Ruth M. Lerga
https://gigalibros.com/manos-arriba-enredos-con-la-ley-2.htmlO sea, que lo mejor para los desenganos es tirarme a un desconocido un sabado por la noche con una copa de mas, ?no? --Aitana intentaba hacerse oir por encima de la musica pero sin que las escucharan los de la mesa de al lado. --!Exacto! Isabel, amiga desde la facultad de Medicina y de las pocas personas con las que no habia perdido el contacto al marcharse de Valencia diez anos antes, la habia invitado a ir <
> a los dos dias de regresar a su ciudad natal. Habian sido tremendas durante sus salidas universitarias. --?Y le pregunto como se llama?, ?o no es necesario? --le siguio la broma, porque esperaba que estuviera de cachondeo y no hablando en serio. --Si quieres, hazlo, !pero no le digas tu nombre! Ni lo lleves a tu casa, tampoco. < >, corroboro, dado que todavia no habia acabado de instalarse. Una empresa de mudanza habia llevado los muebles y cajas llenas de objetos y ropa, pero aun habia muchas cosas que colocar, y mas todavia de las que deshacerse. --?Que tiene de malo mi nombre? Despues de treinta y ocho anos le he cogido carino. Y Aitana es una sierra preciosa, ademas. --Ni nombre ni direccion, hazme caso. Cuando entres en su casa enviame la ubicacion para que sepa donde estas. Y que no se te olvide avisarme al salir. ?O eres de las que se queda a dormir? --?A dormir con un desconocido sin tener ni siquiera una muda para ducharse a la manana siguiente? Antes muerta--. No me pongas esa cara, no puedes haber olvidado todo lo que te ensene. En fin, si a las once de la manana no tengo noticias tuyas sabre donde comenzar a buscar, al menos. Aquella conversacion se estaba poniendo demasiado seria. --Isa, no flotes. ?Acaso tu te has acostado alguna vez con un completo desconocido? Sacudio la otra la mano izquierda, como restandole importancia a su inexperiencia, mientras con la derecha cogia su mojito y le daba un sorbo. --!No, claro que no!, pero yo soy medico, estoy en urgencias. No te imaginas lo que me encuentro los sabados y los domingos por la manana si estoy de guardia. Se te van las ganas de tener sexo anonimo. La tranquilizo saber que, a pesar de todas las locuras de juventud, su companera de correrias seguia siendo prudente. Le respondio con la misma cantinela: --Pues si tu ves cosas de escandalo en urgencias, !imagina lo que me puedo encontrar yo!, que soy medico forense --fue su replica medio en broma medio en serio. Su amiga casi escupio su trago. --Eres una cortarrollos, Aitana. ?Que probabilidades hay de que te maten por ir a pegar un polvo con un desconocido? --Desconozco las estadisticas de aqui --encogio el hombro derecho--, pero te aseguro que a nivel nacional no son alentadoras. De todas formas, no hay que ser un genio de las matematicas para saber que solo necesitas una vez para que ocurra. Es como lo de coger una enfermedad de transmision sexual o quedarse embarazada. Isabel se levanto, seria. --Con esa actitud moriras sin volver a follar, lo sabes ?verdad? --Rieron las dos--. Voy a la barra a por otro par. ?Era Tankeray con Fever-Tree? --Tankeray Rangpur con Fever-Tree --especifico. Ambas tenian gustos caros cuyas nominas no podian cubrir. Y tambien padres con dinero. El atico al que Aitana se habia trasladado, en una calle peatonal al lado de la Bolsa de Valencia, fue de su abuela. Su familia lo habia reformado tres anos antes, cuando aquella murio. Tambien el coche que llevaba estaba por encima de sus posibilidades: fueron sus padres quienes se lo compraron cuando tuvo un accidente de coche leve, argumentando que con un todoterreno como aquel no habria sufrido ni un rasguno y que hacia demasiada carretera, yendo y viniendo desde Salamanca tan a menudo. Habian pasado siete meses desde aquello. Ya habia pedido el traslado al Ministerio del Interior cuatro meses antes, al romper con Carlos, y, por fin, le habian concedido Valencia. Habria quien se avergonzaria de su dinero o quien, por el contrario, presumiria; ella simplemente agradecia haber nacido en el seno de una familia adinerada que le habia permitido estudiar lo que quiso y, sobre todo, no haber tenido que compartir piso durante la residencia. Apuro de un trago largo su gin-tonic y lo dejo en la mesa, volviendose a otear la pista. La alegre salsa sonaba en el local y un monton de parejas se movian a su son. Bailaban bien, era un lugar habitual para sociales[1]. Habia tomado clases de salsa, bachata y kizomba con Carlos, prescripcion de su terapeuta de parejas para intentar salvar una relacion que se hundia inexorablemente. No funciono, pero le cogio el gusto al estilo. Adoraba bailar, habia hecho anos de ballet de nina. Para su suerte, Isabel compartia su aficion, habia ido a una academia en la ciudad y era quien habia elegido donde ir esa noche. Regreso su amiga con sendas copas. --Deberiamos entrar alli. --Senalo el centro de la discoteca--. Hemos venido a eso, ?no? --Primero bebamos y elijamos victima --bromeo una vez mas, guinandole el ojo. Despues de diez minutos alguien en la pista llamo su atencion. Sonaba una bachata y un hombre bailaba con una chica inexperta, a juzgar por la inseguridad de sus movimientos. Observo con mas atencion: era el quien le hacia los adornos, le llevaba los brazos e, incluso, rotaba su cintura en los momentos lentos. Ella se limitaba a hacer el paso basico y dejarse llevar, o lo intentaba. < >, reconocio para si. Estaba convencida de que podria hacer bailar a un palo. Paso toda la cancion, cuya letra prefirio ignorar, fascinada viendo como la manejaba. En su mente imaginaba como hubiera ella ejecutado alguna figura o la corregia si erraba en el pie de salida. Le sorprendio la paciencia de el tanto como su habilidad para adaptarse a sus fallos. En cuanto la cancion termino se dieron dos besos y se separaron, cada cual en busca de nueva compania, ella con una sonrisa radiante. Que te hicieran bailar cuando no sabias era una experiencia reconfortante. Vio alejarse unos hombros anchos, una espalda amplia y un trasero fantastico. --Diria que ya has elegido, Aitana. Y esta buenisimo, te lo reconozco. Aparto la vista del cuerpazo de mas de metro ochenta que se alejaba y se volvio a Isabel, asombrada. --?Lo has visto bailar? --?A quien, a Alberto? Un monton de veces, es un asiduo. --?Has bailado con el? --Claro. La miro con ojo critico. --?No te lo habras montado con el, por un casual? Le molestaba pensarlo. No se acostaban con los ligues de la otra, era una norma que dejaron bien clara cuando comenzaron a salir juntas de marcha. Habia hombres suficientes, no hacia falta darles pie a comparaciones y vaciladas de crios inmaduros. --No, todo tuyo. --No es que fuera a acostarse con el, claro... o no de entrada... pero le encanto saber que no le estaba vetado--. Y deja de mirarlo como si fuera un bistec, al final se va a molestar. Roja, giro la cabeza. En efecto, se lo estaba comiendo con los ojos. --Tienes razon, pero... ?tu lo has visto bien? --Moreno, ojos negros, labios carnosos, uno ochenta y cinco de altura y unos ochenta kilos de puro musculo. No, no lo he visto en mi vida, !no te jode! Tendria que estar ciega. Yo y todas las mujeres de la sala. Se acabo el cubata, se cambio los zapatos por los de baile, amarillos con pequenos cristales cosidos que brillaban conforme se movia, y se puso en pie. --Voy a ver si muevo el culito un poco, ?vienes? ?Segura? Vale, pues vigila las cosas hasta que te canses de beber. Camino sola hasta la pista y se quedo en un lado, esperando a que la balada terminase. A partir de ese momento no dejo de bailar, cambiando de pareja en cada cancion. Una hora despues necesitaba un respiro, asi que se acerco primero a la barra a por un par de bebidas y despues a la barandilla que separaba la pista de la zona de mesas, solo para vips --su amiga conocia al organizador de aquella velada, que se celebraba una vez al mes en un lugar distinto--, elevada un par de escalones y separada por la balaustrada de metal, y pidio por senas a Isabel que cogiera la suya. Dio un trago a su gin-tonic y cogio aire despacio, recuperando la respiracion despues de la ultima salsa rapida. Supo que el guaperas estaba detras de ella porque su amiga comenzo a hacer muecas, era eso o que le estuviera dando un sincope. Y malditas las ganas que tenia de colocarla en horizontal y montar un numerito. --No iras a decirme que ya no vas a bailar mas, por favor. --El < > habia sido una mera formalidad, la voz sensual; no pedia aunque no exigia--. Me romperias el corazon --termino con voz divertida. Se giro a el con una sonrisa. Su voz habia hecho que se le acelerara el pulso, como cuando era una adolescente. El alcohol, tres cubatas despues de meses sin beber, le robo la verguenza. --Si no te importa bailar con alguien que va un pelin achispada, adelante. Tomo la mano que le tendia y se colocaron al fondo, en la zona mas oscura. Como no se calmara, la que iba a colapsar seria ella. -
Hijos de un dios extrano de Pedro Pujante
https://gigalibros.com/hijos-de-un-dios-extrano.htmlAbandono el cine con la confirmada desesperacion de un domingo. Los domingos le parecian tristes como la misma vida. La vida es una semana tediosa, y un domingo inesperado resulta ser el ultimo de los domingos. Un fin al que no le sucedera un lunes de sol y nuevas cosas. Habia acudido solo a la sala a ver una pelicula bastante extrana en la que un hombre volvia de un viaje espacial y no reconocia a su esposa, ni a su perro, ni nada de su antigua vida. Al final se le reimplantaban recuerdos viejos y falsos y continuaba una vida vieja y falsa, un sucedaneo de la existencia que su otro yo habia logrado borrar. Tal vez hubiese sido mas feliz sin todos esos recuerdos antiguos. Tal vez los habia olvidado para defenderse de quien sabe. Y tal vez habia viajado al otro lado del Universo con la unica intencion de dejar atras un mundo grasiento como un trapo de cocina con el que no queria limpiarse mas las manos. Pero ahora le devolvian sus recuerdos, el trapo sucio y arrugado por el tiempo, y se manchaba las manos con la misma memoria grasienta y rancia. Alfredo no entendia bien la pelicula. Todos tenemos derecho a olvidar. Y entonces penso en Gema y sintio que su estomago se retorcia como un nido de serpientes en mitad del infierno. Olvidar era un tesoro y la memoria el dragon que lo custodiaba con su humeante aliento. La noche era azul y Alfredo sintio la soledad de un oceano en sus parpados. Casi podria llorar, se dijo como el que recita un viejo salmo en una lengua que nadie comprende. Ni siquiera el. Pero era domingo, estaba solo y habia caido la noche en la ciudad. Una noche sin estrellas pero azulada como el neon tacito de la modernidad. Una noche anacronica que no le correspondia, y Gema estaba ahi, en algun lugar de su corazon, pero todo era tan complicado. Si solo hubiese un destino, si la vida se compusiese de dias y noches, blanco y negro, todo o nada... Pero no. La vida no es una moneda, cara o cruz, y sin mas eleccion. Gema o Patricia. Elegir a una seria tan sencillo que asustaba. Pero la vida no es una vieja amiga con la que puedes apostarlo todo a una sucia moneda de 50 centimos al viento. No. La vida era una extrana partida de ajedrez en la que cada instante, cada movimiento multiplicaba los siguientes hasta el infinito. Podias saltar en ele como un centauro enfurecido o hacer un largo viaje imperial en cualquier direccion. Y siempre habria una opcion mucho mejor. Siempre te equivocas, siempre. Y nunca hay marcha atras. El tablero de la vida no es de madera, es de fracaso. Era domingo y todo era azul. Estaba solo y tal vez Patricia ya estuviese buscandolo, llamando a casa de Pierre o de algun companero de trabajo, pero quien sabe. Deseaba ser en esos momentos el perdido astronauta en su perdida nave espacial. Aislado de todo seria capaz de pensar con claridad. Y quiza volverse loco de una manera distinta. Su propia locura. No la locura que le imponia esta vida. ?Quien habia elegido esa vida para el? El no, de eso estaba seguro. Yo no, se decia. Otros, sus padres, sus profesores, luego Patricia, sus suegros, sus superiores, la rutina... El no existia del todo. Era una aparicion. Aparecia en fotos de familia, en una orla de la facultad de educacion del 86 y en las cartas de colores que le enviaban cada dia para reclamar el cobro de la luz, el agua, el gas, el destino... Aparecia en las bases de datos de los bancos o de trafico. Era un fantasma. Existia en el corazon improbable de sus dos hijas y en la memoria de aquella chica polaca que conocio en Bristol en su juventud. Pero ahora, aquella rubia sin nombre tambien era un fantasma que carecia de imagen, y la habia olvidado tristemente. Era, entonces, el recuerdo breve de un fantasma. O sea, nada. Y acaso unos cuantos numeros en un calendario, fechas, dias, minutos. En la nave perdida en el negro cosmos no oiria el ruido del trafico. Un trafico lento que moria al anochecer del domingo. No se sentiria como el hielo. Aunque no hacia frio, no lograba deshacerse de la sensacion gelida. La habia aprendido y ya nunca podria deshacerse de ella. Era Patricia. Y sus ojos azules, como la noche, le recorrian, y le insistian en que dejase de ser el mismo. Ser parte de ella, renunciar a Gema y a un sueno de miles de noches en el desierto o en la barra del bar de un lujoso barco hundido: bello, silencioso y tranquilo. Quien era el, salvo la sombra de otro que ya habia muerto. Encendio un cigarro y recordo que habia dejado de fumar hacia un mes o quiza un ano. El amargo sabor a humo y metal quemado le invadio la boca. Lo tiro al suelo y lo piso con la punta de su zapatilla. Dos hombres vestidos de amarillo cambiaban la cartelera del cine. Desatornillaban el cartel del hombre-sin-memoria-que-volvia-del-espacio para colocar el de una-mujer-rubia-pensativa-y-enamorada-en-una-bicicleta-roja y que era ESTRENO. La noche cedia al silencio. Camino junto al hotel. Era siempre el mismo hotel. Aquella tarde habia recorrido los pasillos alfombrados de la sexta planta, la llave de la habitacion era una tarjeta negra con el dibujo de un trebol blanco en el centro, la habitacion era calida y en la mesilla habia una rosa de plastico en un jarroncito de diseno. Siempre la misma habitacion y la falsa flor. Las cortinas a medio echar, la luz de la tarde se filtraba, la silueta desnuda de Gema dibujandose como en un sueno pero real. Ella miraba a traves de la ventana el trafico o las copas de los edificios. Parecian imagenes absurdas y asustadas. Elevadas arboledas de ladrillo. Elegantes rascacielos. Falsificaciones de bosques. Mentiras que se extendian a las habitaciones de los hoteles y a los corazones. No hablaban. Ella contemplaba, quiza, su propio reflejo en la ventana o nada. El pensaba e intuia con una extrana certeza que Gema era feliz y que por eso el tambien. Una forma de consolar su culpa y su miedo. Porque Gema era todo en ese momento pero Patricia estaba ahi. Siempre estaria ahi, y como no. La television estaba apagada y las sabanas limpias y planchadas aguardaban. Hicieron el amor despacio. Saboreando las palabras dulcemente y sin apremios. El, por unas horas, dejaba de ser un fantasma gris y se deslizaba a Gema, a su abrazo desigual pero certero, su caricia leve en los muslos y el sexo, como una fina cuerda que casi lastimaba su fragil amor, pero era tan tierna... Y Gema suplicaba otro beso, dientes y saliva, siempre el ultimo, reia, y en sus ojos brillaba otra realidad que nadie imaginaba. La lengua, otra vez risas y los pequenos pies de Gema como manos de bebe que se agitaban y reian en el aire. Profeta del pasado, asi cualquiera, bromeaba Alfredo cuando Gema le recordaba donde empezo todo, inventaba un recuerdo o lo coloreaba para cambiar de tema, y felicidad eterna solo el dia de hoy y ya es tarde, vistete. Los hoteles son lugares donde el tiempo se detiene. Pero es un tiempo falso y al abandonarlos se sabe de forma casi tragica. Al girar la llave en la cerradura de su casa sintio la soledad del hogar que se extendia desde el suelo como una nube de gas lacrimogeno. Todo lo inundaba, le quemaba los ojos, silencio y eternidad en los escalones de la entrada, los pasos resonaban como en un templo en el fin del mundo, la puerta cedia y ya estaba en el comedor, olia el vacio, y lo reconocia como si fuera ropa humeda o el perfume del primer amor. Las ninas estan acostadas. De donde vienes. La voz de Patricia era hueca, como una grabacion, como en otro idioma pero en castellano y lo entendia todo perfectamente. Alfredo miro a su alrededor, al suelo, el abismo de parquet y dejo el abrigo en el perchero. Al alzar la vista Patricia seguia escudrinandole. Era una mirada amigable y blanda, como un hermoso caballo de Troya que queria derrotar sus muros y quemarlo desde dentro. Luego, un silencio, una pausa que era mas terrible que la voz quieta de aquella sombra en el umbral de la puerta de la cocina. Fui al cine. Fui al cine, solo. Ah, que pelicula viste. No recuerdo el titulo. Era de un astronauta que queria olvidar su vida y empezar otra nueva pero no es tan facil...Y mientras hablaba, otra voz que no era la suya hablaba por el, pero lo conocia mejor que el mismo, y la pelicula no era la misma que el habia visto esa tarde, habia una leve variacion que mejoraba la original o que la ajustaba de algun modo y todo era real y terrible. No te conozco, dijo ella. Acostemonos, manana es lunes y ya es tarde. Y el silencio de la casa, hogar dulce hogar, se adhirio a la soledad como una masa pegajosa. Una mezcla explosiva y salvaje y muerta en la que las cosas perdian su forma y su color, y se diluian en una oscuridad triste y vacia como de cementerio al amanecer. En la fria cama, entre los suenos imposibles y el tic-tac del despertador, Alfredo roncaba en un silbido de flauta y abrazaba el cuerpo equivocado de Patricia. Deja de roncar, no puedo dormir... yo tambien te amo, Gema. Un codazo, Gema es mas que un nombre y tiron violento de las sabanas. Soy Patricia. Alfredo desperto sin entender, que ocurre, nada, vuelve a dormir. Despues amanecio. No habia tocado el cuerpo de Patricia en meses. El lunes era un suspiro sin aliento, un espejo que devolvia una imagen repetida y cansada. Pero glacial y distante. En la facultad Alfredo recordaba vivamente una frase: No te conozco. En la tenue luz de la cocina, en el umbral, la figura de Patricia, tan desigual como una alargada sombra china que lo escrutaba, no te conozco. Yo tampoco te conozco, nadie conoce a nadie. Tampoco conozco a Gema, y quien puede conocer a alguien. Si al menos supieramos en que consiste conocer a alguien. Nos reconocemos en las fotos y damos por supuesto que sabemos quienes somos. Son estupidos comportamientos que aprendemos de los espejos y de otras personas que se cruzan en nuestras vidas. Ilusiones. Gema, a ella no necesitaba conocerla. Para que. Solo ansiaba sus leves presencias, que se filtrase en su vida poco a poco y la cambiase. Como la erosion lenta de las rocas por las mareas. Corazones frios de granito. El tiempo y las olas todo lo pueden. Gema. Su pelo oscuro que le rozaba la cara al besarle. Si fuese menos real quiza habria intentado borrarla de un manotazo, como la hoja del mes de marzo se tira a la basura cuando llega abril. Pero abril nunca llega y siempre es invierno. Pasan los dias y las noches. En el despacho las oquedades de su vida adquieren otra forma. Los libros ordenados cuidadosamente en las estanterias, una foto del claustro, otra de Patricia y las ninas y su comodo sillon de piel azul. Papeles, informes, circulares sobre la nueva ley de educacion y boletines de calificaciones sin rellenar. Un cuarto vacio. La soledad toma la forma del lugar donde se siente. Y en medio del escritorio, junto al calendario escolar y un libro de poesia chilena, un telefono que empieza a sonar. Soy Gema, necesito abrazarte, el mismo hotel, en media hora. De camino al hotel la felicidad le llega en forma de eclipse. Gema-felicidad es un astro que se ha colocado delante de Patricia-antigua-y-triste. Pero, ?cuanto puede duran un eclipse? Los mas bellos son los mas breves, o tal vez no. Nadie lo puede saber. Cuanto dura el tiempo o donde esta la primavera cuando es invierno... De camino al hotel se encuentra con el cine cerrado. Un cartel de una chica montando en bicicleta ha sido cambiado por el de un perro con gafas de sol que sonrie y va a salvar el mundo. Junto al can, un comico que a Alfredo nunca le ha gustado hace una mueca. Tambien lleva gafas de sol, y Alfredo sabe que no ira a ver esa estupida pelicula. Compra flores y sube a la habitacion con prisa, como si fuese la primera vez. Como quien va a recoger un premio. Ella lo espera. Desnuda y calida como ese mes de abril que al fin llega y pronto se esfumara. Ella lo espera. Deja las flores, con una calma disimulada, en el pequeno jarron de diseno. La rosa de plastico ya esta muerta. Todo esta siempre muriendo y ambos lo saben. No hay mucha luz en la habitacion. Como si lloviese en la alcoba, se desviste con celeridad y se cuela bajo las sabanas, cubre el cuerpo desnudo de ella y se precipitan a hacer el amor. Un amor como de lobos, alaridos que parecen llantos, golpes, alientos extenuados. Comienzan a sudar pero no se detienen. Ambos estan muy excitados. Saben, aunque ninguno se atreve a admitirlo, que comparten mas que una cama de hotel. Comparten la soledad y un tedio de millones de anos. Los dos estan solos y es por eso que se saben complices. No necesitan articular palabras, frases que todo lo empanen. Sonrien al verse los rostros y son moderadamente felices. Los ojos tristes de Gema reflejan el gris que proviene de la ciudad. No conciertan otro encuentro. Saben que siempre es el ultimo. Siempre es la primera vez. Y en cualquier momento entrara la luz en sus alcobas y ya no sera ni abril, ni mayo, ni junio. Sera el fin del mundo y eso no tiene solucion, todos lo saben. Tu tambien, Gema. Sin terminar de vestirse Alfredo mira a la mujer que hay en la cama. Cruzan sus miradas y sin hablar ya saben lo que piensan. Son tantos anos ya. No debemos continuar con esto. No, tienes razon, es absurdo. Nos enganamos a nosotros mismos. Estan cansados y tambien lo saben. Y el cansancio, como la desidia, es real porque se reconoce. Patricia recoge su ropa. No mas juegos, solo tu y yo, sin fingir, quiero ser yo misma y no otro nombre falso en un hotel. Quiereme como soy o vete al infierno. Si, tienes razon. Patricia abandona la piel que nunca mas se pondra y que no es de ella. Esa misma noche en casa no hablan del asunto. No inventan mas nombres ni conciben futuras ilusiones. Nunca vuelven a mencionarlo y retornan al guion y a la rutina de ser ellos mismos. EXTRANOS EN LA NIEBLA 'What seest thou else In the dark backward and abysm of time?' W. Shakespeare Intentar contar esta historia es tan dificil como querer olvidarla. Todos nos hemos sentido alguna vez extraviados en el mundo. Como si la vida nos diese la espalda. O nosotros a ella, da lo mismo. Dar la espalda a la vida o que ella te la de a ti es igual de doloroso y patetico. Si, y cuando esto ocurre se comprende que el dolor es la forma que tiene la miseria de decirnos que es parte de nosotros mismos. Yo lo intuia levemente cuando era mas joven. Ayer, la semana pasada, hace mil anos. Ahora, lo he aprendido. Gracias a Elvira. No, no es reproche. Es la verdad. Donde quiera que estes ahora, se que lo comprendes. Tal vez ya lo sabias entonces. Pero ahora no importa. Nos conocimos a la salida de un teatro. La funcion era horrible y ha sido felizmente olvidada. Solo retengo imagenes dispersas. Hombres y mujeres en la oscuridad vestidos de un blanco inmaculado. Sombras y silencio. Como sucede con los recuerdos de nuestras vidas. Se reducen a instantaneas amontonadas y vagas que habitan el cuarto oscuro de nuestra memoria. Pero el cuarto es cada vez mas oscuro. Y las fotografias que se revelan en el mas pobres y absurdas. El tiempo es una tormenta que desordena todos los recuerdos. Elvira saliendo del teatro. Yo acercandome a su paraguas con la excusa de me das fuego, vaya noche que hace y esgrimiendo una mirada lo menos desafiante posible. Su jersey blanco de lana que resplandecia entre la abrumadora multitud. Su chaqueta de cuero chorreando las ultimas gotas de soledad. La muchedumbre devorada lentamente por la omnivora ciudad. Nosotros dos, al fin, solos frente a frente. El cafe en aquel remoto bar de la esquina. Junto a la ventana en una mesa pequena, compartiendo el dialogo de la lluvia con la noche, y cojo tu cucharilla porque la mia se habia caido al suelo, siempre tan torpe y oportuno. Si, tomare otro cafe, no tengo prisa, nadie me esta esperando. Imagenes que ahora vuelven de Elvira sonriendo, cediendo al acercamiento tacito pero demoledor. La actuacion no ha sido gran cosa, coincidimos ambos. Tu cara me es familiar, decias. Sabias que no me conocias pero tan familiar al fin y al cabo. Tus facciones, tu menton afilado, el pelo… No, no era gran cosa la funcion, pero mucho mejor que albergar la certeza de estar muriendo, de que nadie nos espera y saber que estamos solos. Ambos sabiamos que la vida no era mas que un triste vals con el demonio. Y la musica de fondo nos confirmaba que nos extinguiamos y nada se podia hacer al respecto. Al borde siempre de un precipicio que no tiene fin. Yo siempre he estado solo, le susurre al oido. Y sono falso de tan tierno. Ella esbozo una sonrisa y supe que ya no habia marcha atras. Elvira no habia aprendido a lidiar con su soledad. Diez anos viviendo con un asesino no dan para mucho, me dijo en cierta ocasion. Mataba por placer pero al final el tambien murio. Simulo pesar y supe que actuaba. Comprendi que el punal de su marido seguia trabajando despues de muerto. Elvira era su victima postuma. Trabajaba despacio pero era un gran homicida. Me conto que habia fallecido en la carcel. Sobredosis o suicidio. Me mentia. En el rostro de Elvira se apreciaban las cicatrices que deja el amor cuando se transforma en otra cosa. No mostraba liberacion. Si, era obsesivo pero lo ame. Ahora estoy aprendiendo a odiarlo. Es mas duro pero me sienta bien. Aquella noche nos acostamos por primera vez. Haciamos el amor como directores de orquesta enzarzados en una pelea. Enloquecidos vaivenes, sin la menor armonia pero sin detener la voragine de dos cuerpos desnudos y hambrientos de canciones y signos prohibidos. Nunca mas fuimos al teatro. Sabiamos, de algun modo, que era el recuerdo de un principio que no nos pertenecia. El pasado ya murio, le digo sin mucha elocuencia. Ella me mira y no responde. Ahora, al evocar aquel primer encuentro, comprendo que somos efigies ilogicas de lo que un dia fuimos. O sea, nada. Parecia tan casual... Los actores salen del teatro y siguen la actuacion bajo la lluvia. Se miden los gestos, ensayan un guion unico que jamas se repetira. Hoy es siempre el gran dia. El estreno. Ella me cuenta, yo hago que la creo. E invento un desenlace feliz. Le digo: Elvira, he aprendido que la vida, a pesar de lo que oigas decir por ahi, es extrana y ajena; aunque nos empenamos, como ninos caprichosos, en creer que no lo es para no volvernos mas locos aun. Pero si, la vida es un extrano paraiso al que no nos han invitado. ?Y entonces que hacemos aqui? Podriamos ser felices, ?no crees? No lo se, respondo mientras intento desviar la conversacion a otro terreno menos pantanoso.
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Pactos y senales de J. J. Benitez
https://gigalibros.com/pactos-y-senales.htmlPactos y senales prosigue la titanica senda investigadora que J. J. Benitez emprendio hace mas de cuatro decadas: probar la existencia del mas alla. A partir de los pactos establecidos en vida entre dos personas, y la muestra explicita en forma de senales que nos llegan a traves del universo, y que uno de los dos, ya en el mas alla, manifiesta al otro como prueba irrefutable de que hay vida despues de la muerte.
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Me lo has dado todo de Sophie Saint Rose
https://gigalibros.com/me-lo-has-dado-todo.htmlQuerida, disimula un poco --dijo su madre antes de beber de su copa de champan--. Es evidente que pareces desesperada. Fulmino a su madre con sus ojos azul violaceo. --Me has ensenado bien, madre. Cumplire con la mision que me encomendaste cuando me trajiste al mundo. No debes preocuparte. Steffani Arden sonrio ironica, sin que se le notara ni una sola arruga. Para tener cincuenta anos, aparentaba treinta. De hecho, quien no las conocia, pensaba que eran hermanas. Pues eran iguales. Iguales en todo, excepto en una cosa y eso torturaba a Rebeca desde hacia anos. --No me preocupa. Has aprendido de la mejor. --Eso es cierto. Nadie como tu para venderte al mejor postor. El ojo de su madre temblo y Rebeca ignorandola se alejo de ella, porque al final terminarian discutiendo como siempre sobre el mismo tema. Ignorando las miradas de varios hombres, supo que esa noche estaba perfecta. Su vestido de gasa entallado, aparentaba que no llevaba nada debajo, y sus pequenos cristales hacian que cada movimiento hicieran resaltar su maravillosa figura. Figura que esculpia durante dos horas en el gimnasio todos los dias desde los catorce anos para estar perfecta. Bebio de su copa acercandose al enorme ventanal que mostraba Nueva York iluminado y miro al exterior, pero ella no se fijo en eso, sino en su reflejo y en las miradas posadas en ella. Vio que un mechon rubio de su impecable recogido rozaba la mejilla ocultando la unica tara que tenia. Una pequena cicatriz debajo del ojo, obsequio del segundo marido de su madre. De cuando habia llorado con cuatro anos, porque el dia de Navidad no habia encontrado debajo del impresionante arbol la muneca que queria. Esa fue la unica vez que vio a su madre realmente furiosa y cogio a su hija entre sus brazos como una leona, antes de salir de aquel piso. Por supuesto no lo denuncio, pero se encargo de sacar a su marido todo lo que podia. Desafortunadamente su estilo de vida era caro y llego el tercer marido. Ese habia sido un buen hombre, pero desgraciadamente murio. El cuarto, para su alivio, la pillo en la universidad y ya no tuvo que soportarlo. Pero desafortunadamente su aspecto hacia que no la tomaran en serio. Despues de esforzarse muchisimo en la universidad para sacar un expediente decente, todavia recordaba la mirada socarrona que tenia el hombre que la recibio en su primera entrevista de trabajo. Se burlo de ella mientras se humillaba suplicando aquel trabajo de becaria en una empresa que no llegaba ni a la suela de los zapatos a la mayoria de las empresas de sus amistades. La miro con desprecio viendo su traje de firma que costaba mas de lo que el ganaba en seis meses y le dijo con sorna --No espere nuestra llamada. Y asi fue en una entrevista tras otra. Nadie la ayudo a encontrar trabajo y despues de dos anos mantenida por su madre, se dio por vencida. Asi que habia llegado alli. A la caza de un marido como habian hecho su madre y su abuela antes de ella. No seria dificil conseguir un marido rico que las mantuviera. Lo dificil era conseguir un marido que no la hiciera vomitar con solo pensar que le pusiera la mano encima. Lo unico malo era que no tenian mucho tiempo. El alquiler de su piso vencia en dos meses y vivian de la compensacion del ultimo marido de su madre. Despues de tres anos, estaban casi sin fondos. Su madre habia sido muy clara. Necesitaba que colaborara y si era lista, encontraria a un marido que las mantuviera a ambas de por vida. Solo tenia que conseguir enamorarle antes de la boda, para que le diera verguenza pensar siquiera en un acuerdo prematrimonial. Bebio de su copa y al tragar, vio a traves del cristal llegar a la fiesta a dos hombres vestidos de smoking, que saludaban a los anfitriones como si se conocieran desde hacia tiempo. Si les conocian, era que tenian dinero. Los Forrester no se relacionaba fuera de determinada escala social. --Te veo muy sola --dijo un hombre acercandose y apoyando la mano en el cristal. Levanto una de sus finas cejas, sin dejar de mirar a uno de los hombres que acababan de llegar, sin hacerle ningun caso al tipo que tenia al lado. Era realmente guapisimo y muy alto. Perfecto para ella que media uno setenta. Ademas, estaba muy moreno de pelo y piel. Pero lo que la volvio loca, fue su sonrisa. Tenia una sonrisa ironica que le dijo que era un hombre muy seguro de si mismo. --?Quieres otra? Volvio la vista hacia el pesado y le reconocio enseguida. --?Eres Carter Willis, verdad? El tenista. Nada de deportistas. Se volvian locos con el dinero. En cuando su carrera se acababa, se quedaban sin un dolar. Y a pesar de lo que decia su madre, ella queria que su matrimonio funcionara. Era lo que mas deseaba. Casarse por amor. O al menos por un deseo arrollador, que la hiciera olvidarse de su horrible objetivo. Llevar la mejor vida que pudiera. --Exacto, bonita. Soy Carter Willis. --Sonrio como en las fotos publicitarias y la verdad es que era atractivo, pero no soportaria levantarse todos los dias con esa sonrisa estupida al lado. --Te traigo otra copa. Entrecerro sus preciosos ojos violetas. --Si, hazme el favor. Me apetece --mintio sin que se le notara. Solo queria que el moreno viera que alguien que era un playboy estaba interesado en ella--. Gracias. --Sonrio como una nina buena y el tipo casi sale corriendo. Mirando sobre su hombro como si estuviera distraida, paso la vista por el salon y cuando sus ojos pasaron por el moreno viendo que los tenia claros, no se detuvo, sino que paso de largo como si no hubiera visto nada que le interesara. Pudo sentir su mirada en ella en ese mismo instante y como si estuviera aburrida, volvio a mirar por la ventana. --Aqui tienes, preciosa. --Carter le entrego la copa de champan. -- ?Como te llamas? --Rebeca --respondio encantadoramente. --Un nombre precioso. --Gracias, eres muy amable. --No te habia visto nunca. ?Eres amiga de los Forrester? --Mi madre y Daisy son intimas desde hace anos. De hecho, fui al colegio con Stella. Carter se echo a reir. --No conozca a la mitad de los que has dicho. A mi solo me invitan a estas cosas por dar un poco de glamour. Ese tio no sabia lo que era el glamour ni aunque lo tuviera delante. --Nena, siento llegar tarde. Sorprendida miro hacia atras y vio a su moreno sonriendo encantadoramente. Maliciosa por la jugada, bebio de su copa y el se acerco besandola en la mejilla, haciendo que su corazon saltara al oler su colonia. -- ?Estas enfadada? --Un poco. ?Conoces a Carter Willis? --pregunto recuperando el aliento. --Por supuesto. --Alargo la mano y se la estrecho a Carter, que parecia decepcionado. --Soy un admirador. Paolo Viotti. Disimulo su sorpresa, porque sabia de sobra quien era. Y era realmente el premio gordo. No se podia creer la suerte que tenia. No se le podia escapar. --He oido hablar de usted --dijo Carter con admiracion--. Me han dicho que su ultimo barco es excepcional. --Buque. --Su correccion le dejaba en evidencia ante ella, pero Rebeca lo paso por alto, aparentando estar aburrida y mirando a su alrededor. --Y si, es excepcional. El buque mas grande de la historia. --Me han dicho que ya no hay plazas disponibles para el primer viaje. --Y le han dicho bien. --Miro a Rebeca. --Cara, ?vamos a saludar a Stella? Creo que acaba de llegar. --Esta en Paris... --dijo ironica mirandolo a los ojos--. Caro. Eso parecio hacerle gracia y Carter no se dio cuenta que pasaban de el mientras no dejaban de mirarse. Empezo a ponerse nerviosa porque esos ojos grises le decian claramente que queria que pasara la noche con el. Algo realmente excitante. Y tentador. Muy tentador. --?No cree que podria conseguirme un pasaje? Pagare lo que sea -- continuo diciendo Carter como si nada. --Lo siento, pero solo me queda una suite y es para mi. --Cogio a Rebeca de la cintura y la alejo un par de pasos. --Pero si hay alguna cancelacion, mi secretaria se pondra en contacto con usted. --Gracias, amigo. Divertida se dejo llevar sintiendo la mano en su cintura, mientras su cadera rozaba con la suya al caminar. Era algo demasiado intimo para el primer contacto, pero no pudo evitarlo. --Si hubiera esa cancelacion, no le llamarias. --No. Yo no me encargo de esas cosas --le susurro al oido--. Pero por ti haria una excepcion. Sonrio deteniendose y dandose la vuelta para mirarle de frente. --Crees que porque eres atractivo, rico y medianamente inteligente, lo tienes todo ganado, ?verdad? Paolo se echo a reir. --Algo asi. Dios, era fascinante y se quedaria embobada mirandole toda la noche. --Pues yo tambien soy atractiva, rica y medianamente inteligente, asi que estamos empatados. --Entonces tendre que esforzarme. --?Y cual es tu objetivo? --?Pasarlo bien? Eso le hizo gracia a Rebeca y se rio sin poder evitarlo. Le encantaria pasarlo bien con el, pero no estaba alli para eso. El era su objetivo y lo conseguiria. --Buenas noches, senor Viotti. Paselo bien. Se estaba volviendo cuando la cogio del codo deteniendola. --No se como te llamas, cara. --Rebeca. Los ojos de Paolo brillaron. --?Y eres como ella, Rebeca? Se tenso interiormente al darse cuenta de lo que queria decir, pero aun asi pregunto haciendose la tonta --?Que quieres decir? --?Eres fria y calculadora igual que la de la pelicula? Esa pregunta la ofendio, pero al fin y al cabo era cierto que Rebeca habia sido asi. Se habia casado Maximilian de Winter sin amarle, unicamente por lo que podia ofrecerle. Le habia sido infiel, aparentando ser la esposa perfecta ante todos. Y habia sido danina hasta la muerte. El paralelismo era tan exacto, que palidecio y solto su brazo mirandole friamente. --Buona notte, signor Viotti. --Buona notte, bella. Sintio su intensa mirada mientras se alejaba yendo hacia su madre, que simulaba hablar con una conocida hasta que llego a su lado. En cuando la mujer, de la que no recordaba el nombre, se alejo, Steffani la miro a los ojos. --?Viotti? --Demasiado listo --susurro intentando calmarse--. Me ha calado desde el principio. --No eres tan descuidada. Solo te esta tanteando. Se ha sentido atraido hacia ti desde que entro en la sala. --No se por que tuviste que ponerme ese estupido nombre. --?Acaso no te gusta? A mi me encanta. Mi ninera se llamaba asi. Siempre me ha gustado ese nombre. Miro a su madre con sorpresa y ella sonrio ironica. --Ya se por donde vas. Nunca me lo habias contado. --El paralelismo con la pelicula... Su madre la cogio por la muneca para que la mirara a los ojos. --No eres como ella. Nunca dejes que nadie te haga de menos. Jamas. ?Me has entendido? Vio en sus ojos lo que habia visto aquel dia que la cogio en brazos y la saco de aquel piso y se dio cuenta de algo… Que su madre era una superviviente en un mundo de tiburones y queria que ella estuviera preparada. --?Crees que ellos no nos utilizan? Hasta que llega la siguiente y pasan pagina. Una mas bella y joven por la que te dan la patada. --dijo sin demostrar que estaba enfadada--. Tienes que ser mas lista que yo, hija. Tienes que ser mas lista que ellos. Yo cometi el error de enamorarme de tu padre, ?y de que me sirvio? ?De que te sirvio a ti? Una pension compensatoria y a por la siguiente rubia. Tienes cinco hermanos que ni conoces y que no han mostrado interes por ti jamas. Y en cuanto cumpliste los dieciocho, sus abogados se pusieron en contacto con nosotros para decir que se cerraba el grifo. --Sonrio con desprecio. --No merecen que te sientas mal por ellos. Los buitres son ellos, no nosotras. Nosotras solo nos mantenemos a flote. --Nunca me habias hablado asi. A veces te muestras tan fria al respecto, que... --Steffani algo palida bebio de su copa y Rebeca se dio cuenta que la frase que le habia dicho antes le habia dolido. --Mama... --Ahora no. --Muy seria dejo la copa sobre la bandeja del camarero que pasaba a su lado y fue a penas imperceptible que su mano temblaba. Rebeca se sintio fatal. Odiaba hacer aquello, pero no tenia derecho a criticar a su madre cuando ella habia disfrutado de todo lo que habia conseguido con sus matrimonios. --Soy una hipocrita, ?verdad? Su madre la miro sorprendida y se echo a reir al darse cuenta de lo que queria decir. Acaricio su mejilla con carino. --Me encantaria tener todo el dinero del mundo para que vivieras tranquila toda la vida. Pero no lo tengo. -- Suspiro decepcionada. --Y ya no soy como tu. Me costara un poquito el siguiente.
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Dos copas y una noche (Dos mas dos 1) de Ana Alvarez
https://gigalibros.com/dos-copas-y-una-noche-dos-mas-dos-1.htmlPrimera entrega de la bilogia <
> de una de las autoras mas exitosas del sello digital Selecta. -
Cada minuto cuenta de Kate L. Morgan
https://gigalibros.com/cada-minuto-cuenta.htmlCompletamente desnuda, y de espaldas sobre la cama, sentia los empujes de el sobre ella. El cuerpo musculoso brillaba por el sudor del esfuerzo. Percibia que le costaba respirar, pero Linda se mantenia ausente. No participaba del acto sexual que para ella se habia convertido en una pesada carga. En un intento de hacerla participe, el hombre la beso larga y profundamente, pero ella seguia pensando en irse, tenia que marcharse, y valoro hacer un viaje a Texas. Entonces noto que el se tensaba, se corria dentro de ella, y rodo hacia un lado para apartarse. Linda junto las piernas, pero no se cubrio con la sabana. Seguia callada mirando hacia el techo. --He disfrutado mucho --escucho que decia--. Aunque hoy no hayas estado perfecta. --Te dije que no tenia ganas --respondio con voz baja. Lo escucho suspirar, levantarse para ponerse los calzoncillos. Entonces Linda se giro, y se cubrio con la sabana. --Esta noche he preparado algo especial, confio que si te apetezca y que le pongas ganas. Desde hacia varios meses, Linda no sentia deseo sexual sino un agobio que la asfixiaba. Sentia la necesidad de huir, de marcharse. --No --respondio seca. --?Que has dicho? --el, se quedo plantado frente a ella. --No habra una proxima vez, he decidido marcharme. El hombre clavo la mirada en la figura de ella recostada en la cama, y no supo si hablaba en serio. --Se acabara cuando yo lo decida --sentencio. Ella habia tomado una decision. --Visitare a mi tia --le explico--. Hare un viaje a Texas. El hombre se tomo la informacion como una pausa en la vida sexual de ambos, y no como una ruptura definitiva. --?Te quedaras mucho tiempo? --quiso saber. --El que sea necesario. Ella lo miro, y no sintio nada. Simplemente ya no le provocaba nada. --?Por que pienso que me mientes? Lo de visitar a tu tia es una excusa. ?verdad? --No --contesto firme--. Pero mis sentimientos han cambiado --le explico con gesto cansado. --El sexo no tiene fecha de caducidad --le aclaro el. --Para mi si. --?Tratas de decirme que no ya no deseas esto como antes? Ella no tuvo ni que pensarlo. --Tengo que ser sincera contigo, conmigo, porque ya no siento por ti lo mismo que en el pasado. Ella se lo habia dicho semanas atras, pero el habia hecho caso omiso. Linda Sheridan era una mujer unica, especial, pero muy complicada. Acostada en la cama, y completamente, desnuda parecia que habia perdido el rumbo. --?Necesitas tiempo? --le pregunto--. Creo que estas confundida. El, se habia puesto ya los pantalones y la camisa. --No necesito tiempo --respondio suave. Ahora lo escucho blasfemar. --Sabes que siempre te he deseado. Si, el se lo habia dicho en infinidad de veces durante todos los meses que habian estado juntos, pero ella ya no queria estar con el. Se habia dado cuenta de que necesitaba irse, escapar de su control. --Pero yo he cambiado, y ya no quiero seguir contigo. No fue dura, no fue vengativa al decirlo, simplemente estaba constatando una verdad ineludible. Linda queria romper la relacion con el, y no se iba a ir por las ramas. El hombre tomo el resto de sus pertenencias que estaban sobre la mesilla, y se planto frente a ella. Linda se sento sobre la cama, y lo miro atenta. --Te dare un tiempo para que lo pienses, y luego volveras aqui. No le hacia falta que le diera tiempo porque ella habia tomado una decision. Ya no sentia placer cuando tenian sexo. Y esa falta de placer retroalimentaba su bajo o nulo deseo de corresponderle. Lo que sentia por Larry, estaba muerto. --Cuando regrese a Nueva York --le dijo de pronto--, no te vere mas porque no querre saber nada mas sobre ti --su sinceridad aplastante no le gusto a el en absoluto. --No voy a permitirlo --le advirtio--. Y recuerda que esta noche he preparado algo muy especial e inolvidable. Confio que no te retrases en el trabajo, te tendre preparado un coctel de esos que te gustan tanto. Linda desvio la mirada hacia los cristales de la habitacion esperando que se marchara, y el lo hizo en silencio. CAPITULO 1 Lake Tawakoni, Dallas, Texas Lo que veian sus ojos no se parecia en nada a Nueva York. La geografia de Texas era muy diferente. Con un variado y rico territorio, Texas tenia zonas escasamente pobladas en las que la naturaleza y las actividades agricolas eran dominantes, pero tambien era una metropolis internacional. Texas era la zona de transicion entre las llanuras del Este y las montanas del Oeste. A Linda le sorprendio la vegetacion similar a la de Luisiana, y sobre todo el clima. Con un suspiro largo, admitio que se habia equivocado de ruta. Aparco el jeep a un lado de la estrecha carretera de montana, aunque tuvo la precaucion de encender los intermitentes. Tomo el mapa del asiento del acompanante y lo desplego sobre el volante. Por las indicaciones de la carretera que seguia, debia de estar en algun punto medio entre las poblaciones de Emory y Wills Point. Ella iba en direccion a Grenville, y tenia que coger la carretera comarcal en antes de llegar a Royse City, pero estaba perdida, o eso al menos creia. Miro el reloj de su muneca. El sol estaba bajo, y oscureceria pronto. A Linda no le hacia nada de gracia estar perdida en un lugar desconocido. Busco en el interior de su bolso el movil pues tenia que llamar a su tia para que no se preocupara porque llevaba ya dos horas de retraso, habia salido pronto de Buro, pero habia encontrado mucho trafico por la autovia. Cuando marco el numero se dio cuenta de que no habia senal. Se dijo que todo empeoraba. Salio del coche con el movil en la mano buscando un punto alto donde pudiera tener un minimo de cobertura. Camino unos pasos carretera arriba y llego a una propiedad en ruinas que estaba frente a una arboleda. Curiosamente al movil le llego una senal debil de cobertura, pulso el boton de llamada, y espero a que su tia respondiera. --Hola, soy yo --al otro lado de la linea se escuchaba el tono de una mujer preocupada--. Creo que me he perdido. Linda escucho en silencio las preguntas que su tia Laura le formulaba al telefono. --Si, he dejado la estatal atras. Me he desviado en Emory. Si, pero no he llegado. Estoy en la 276 --continuo escuchando las preguntas de su tia con total atencion. Los primeros dias de octubre seguias siendo templados en Texas, como fuera del coche no hacia falta chaqueta, ni se habia dado cuenta de que no la llevaba puesta. --No, ya te he dicho que no estoy en la carretera estatal --siguio explicando de forma paciente --. He cogido una desviacion con senalizacion a Quinlan, pero ahora estoy en una carretera secundaria muy cerca de un lago. Linda hizo un giro de ciento ochenta grados para observar el entorno. --Tengo poca cobertura al lado de esta casa antigua en ruinas... ?Que te la describa? Tiene un cartel... si, espera. Linda utilizo la manga del fino jersey para limpiar la placa oxidada y llena de telaranas. Habia muchas ramas apiladas en el suelo. --Creo que pone King Mountain o algo asi --Linda se mantuvo en silencio mientras escuchaba a su tia--. ?Ya sabes donde estoy? !Que alegria! ?Que tengo que volver por…? Su tia Laura le estaba dando indicaciones de como volver de nuevo hacia la carretera estatal y seguir en direccion a Grenville. --Vale, si, entiendo. Nuevamente guardo silencio escuchando las indicaciones. --?Que me esperas en el motel del cruce? Si dices que estoy tan cerca creo que no tardare mas de treinta minutos. ?Que tu tardas un poco mas? De acuerdo. Bien, nos vemos.
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Crimen en directo (Los crimenes de Fjallbacka 4) de Camilla Lackberg
https://gigalibros.com/crimen-en-directo-los-crimenes-de-fjallbacka-4.htmlPatrik y Erica siguen disfrutando de su idilio en el pueblo de Fjallbacka, ahora acompanados por su bebe, la pequena Maja, que ya tiene ocho meses. Mientras la joven pareja esta plenamente volcada en los preparativos de su proxima boda, los asuntos en la comisaria, donde Patrik trabaja, siguen su curso rutinario. Pero el alcalde reune al pleno del ayuntamiento para anunciar la llegada a Tanum de un equipo de television para filmar un reality-show bastante escandaloso llamado <
> que, supuestamente, deberia reportar unos jugosos beneficios a la poblacion y que va a suponer en realidad una autentica pesadilla. -
Cabos sueltos de Terri Reid
https://gigalibros.com/cabos-sueltos.htmlMorir es lo que cambio la vida de Mary O’Reilly. Bueno, en realidad, volver de la muerte y tener la capacidad de comunicarse con los fantasmas, es lo que realmente hizo que asi fuera.
Ahora, como investigadora privada en la zona rural de Freeport, Illinois, Mary esta tratando de aprender como incorporar su experiencia como policia de Chicago y su nuevo talento recien descubierto, en un trabajo de verdad. Su desafio es resolver misterios, obtener evidencias reales (la palabra fantasma no se sostiene ante los tribunales), y asegurarse de que los habitantes de la ciudad, especialmente el atractivo nuevo jefe de policia, no piensen que esta loca.
Veinticuatro anos atras, una joven se ahogo en la piscina de un Senador estatal recien elegido. El caso fue archivado como un accidente. Pero ahora, mientras el Senador se prepara para ascender a cargos mas altos, el fantasma se le aparece cada dos por tres a la esposa del politico.
Mary es contratada para descubrir la verdad detras de su muerte. Ella descubre una conexion entre el asesinato y la desaparicion de cinco ninas cuyos casos, veinticuatro anos despues, siguen sin ser resueltos. A medida que excava mas se convierte en el proximo objetivo de un asesino en serie que quiere dejar bien atados todos los cabos sueltos. -
Con solo tocarte de Victoria Dahl
https://gigalibros.com/con-solo-tocarte.html -
Las cuevas y sus misterios de Juan Gomez
https://gigalibros.com/las-cuevas-y-sus-misterios.htmlLas cuevas son el genesis donde han surgido todo tipo de misterios. Desde antiguo se creian de ellas que eran puertas al infierno y que adentrarse en su oscuridad era viajar al autentico inframundo. No son pocos los que afirman que estos lugares son portales a otros mundos donde habitan criaturas legendarias, mitologicas o terribles, e incluso las poseedoras de fabulosos tesoros a la espera de ser encontrados. Juan Gomez ha viajado por todo el mundo. Sus pesquisas le han llevado a contactar con protagonistas de historias increibles desde Nevada hasta Tailandia, desde los primeros albores de la humanidad en cuevas como la de El Castillo en Cantabria, hasta la busqueda de vampiros e incluso gigantes en Honduras.
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Historia De Espana Contada Para escepticos de Juan Eslava Galan
https://gigalibros.com/historia-de-espana-contada-para-escepticos.htmlComo escribe el autor, no pretende ser veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es. No esta hecha para halagar a reyes y gobernantes, ni pretende halagar a los banqueros, ni a la Conferencia Episcopal, ni al colectivo gay.