• libro buenos dias espiritu santo - Alicia Gonzalez

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    Obra ganadora del Certamen de Novela Corta Princesa Galiana, en la que se destaco su interesante estructura narrativa. Relata la vida de la joven Miriam, que se va completando para el lector con los enfoques de los diversos protagonistas. La existencia de Miriam se ve manipulada por las exigencias de cuantos la rodean; seres egoistas, guiados por la unica necesidad de satisfacer sus propios deseos. Una historia conmovedora e intensa; pero tambien llena de coraje y cargada de esperanza.

  • Buenos Dias, Espiritu Santo : Hinn, Benny - Libros - Amazon.es

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  • Buenos días, Espíritu Santo Versión Kindle - Benny Hinn

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    Buenos días, Espíritu Santo eBook : Hinn, Benny: Amazon.es: Tienda Kindle. ... Comenzando con un dramático encuentro, este libro desvela el tránsito poco ...

  • Buenos dias, Espiritu Santo.pdf - Benny Hinn - Google Docs

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  • buenos dias espiritu santo de benny hinn - IberLibro.com

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    Buenos dias, espiritu santo/ Good Morning, Holy Spirit (Spanish Edition) de Benny Hinn y una gran selección de libros, arte y artículos de colección ...

  • Buenos días, Espíritu Santo by Benny Hinn - Google Play

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    En Buenos días, Espíritu Santo el pastor Benny Hinn comparte los recursos y verdades que Dios le ha enseñado a través de los años. Comenzando con un dramático ...

  • BUENOS DIAS, ESPIRITU SANTO - BENNY HINN - Agapea

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  • buenos dias, espiritu santo - Cuesta Libros

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    BUENOS DIAS ESPIRITU SANTO (REVISADO) [Libro] · La forma de identificar la voz del Espíritu Santo. · Los siete pasos para una vida de oración más efectiva. · La ...

  • BUENOS DIAS ESPIRITU SANTO - Ibero Librerías

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  • Serie Dulce Perversion de Kelly Dreams

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    Cuatro historias, cuatro hermanos, cuatro formas de entender el placer.
    Adentrate en esta Dulce Perversion…

  • Pesadilla (Ametsgaiztoa) de Jon Hernandez Quintana

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  • Castigos justificados (Bergman 5) de Hans Rosenfeldt , Michael Hjorth

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    Una estrella de television es hallada muerta de un tiro a la cabeza en una escuela abandonada. Su cuerpo se encuentra de cara a la pared y, atadas a una silla del aula, unas hojas de examen. A juzgar por el numero de respuestas incorrectas, la victima suspendio el examen mas importante de su vida.
    Este horrible asesinato es el primero de una serie de muertes que tendran como victimas a personajes famosos. La Brigada Criminal de Torkel Holgrund se encargara del caso y solo gracias a la pericia de Sebastian Bergman lograran, siguiendo las pistas halladas en chats de internet y en cartas anonimas publicadas en los periodicos, resolver el misterio.

  • En el punto de mira – Baltasar Garzon de Baltasar Garzon

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    Los jueces espanoles estan protagonizando en la prensa diaria la vida publica espanola. Uno de los pioneros en el esclarecimiento de la verdad y en la defensa de causas nobles fue el juez Garzon. El 9 de febrero de 2012, el Tribunal Supremo le condeno de forma unanime por prevaricacion por las escuchas ilegales durante la investigacion del caso Gurtel, con la pena de <<11 anos de inhabilitacion especial para el cargo de juez o magistrado con perdida definitiva del cargo que ostenta>>. Mas tarde, el pleno del Consejo General del Poder Judicial, convocado el 23 de febrero de 2012, ratifico la expulsion de la carrera judicial del juez Garzon. Terminaban asi 25 anos de entrega vocacional a la profesion de juez. Todo el mundo penso que se habia acabado con este significado personaje, pero, lejos de venirse abajo, Baltasar Garzon decidio que se podian seguir haciendo muchas cosas por la justicia y las victimas de abusos politicos y judiciales, desde otros lugares de la justicia, en Espana y en el mundo.
    Esta obra es un repaso biografico de esos 25 anos a partir de los casos mas llamativos de su profesion. Desde Gurtel, a la causa abierta contra los crimenes del franquismo, el terrorismo de ETA, el GAL, el
    caso Banca Catalana, la lucha contra el narcotrafico y un largo etcetera.
    Un libro muy original que resume historia profesional y vida privada.

  • Nublares de Antonio Perez Henares

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    Ojo Largo es uno de los jovenes mas destacados de Nublares, un clan primitivo que ha creado su propia sociedad. Valeroso e inteligente, Ojo Largo es demasiado independiente para aceptar las reglas sin mas, como lo demuestra su deseo por Mirlo, la mujer del brujo de la tribu.
    En esta incipiente sociedad, las pasiones humanas reflejan valores ancestrales y eternos como el amor y la lealtad, en un mundo donde la naturaleza impone sus propias exigencias.
    Pocos escritores se han atrevido con las aventuras de sus remotos antepasados prehistoricos. El escritor y periodista Antonio Perez Henares lo hace de forma soberbia con Nublares, que inicia una magistral saga.

  • Libre de Promesas (Blackish Masters 2) de Nisha Scail

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    *2a entrega de la serie Blackish Masters / 5ade la Crossroad Company*

  • La aldea olvidada de Cleiomar Queiroz

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    Una novela que aborda el mal que existe en cada uno de nosotros. Si, nadie es santo, pero todos merecen una segunda oportunidad, que solo es posible en el “pueblo olvido”.

  • El limite de Jose Miguel Gaona

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    Tras el exito de su anterior libro, Al otro lado del tunel, el doctor Gaona, psiquiatra de reconocido prestigio y colaborador en varios medios de comunicacion (programa Iker Jimenez, de neurologia y experiencias paranormales, director del Proyecto Tunel, etc.) retoma el tema de la muerte como limite y demas fenomenos de este tipo desde un punto de vista cientifico.

  • El titan de Wall Street de Anna Zaires

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    Un multimillonario que busca la esposa perfecta…

  • La amiga de Teresa Driscoll

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    <> Cuando se mudo a Tedbury, Sophie buscaba la seguridad de un pueblo pequeno donde criar a Ben, su hijo de cuatro anos, pero nada esta saliendo como esperaba. No tuvo en cuenta que se sentiria sola. Que su nueva amiga, Emma, despertaria rumores en el pueblo. Que alguien moriria. Un dia, mientras viaja en tren con su marido, lejos de su hogar y de su hijo, Sophie recibe una estremecedora llamada. Dos ninos estan hospitalizados tras un tragico accidente. Uno de ellos es Ben. Entonces, Sophie se da cuenta de quiza ha cometido un terrible error y de que toda su familia esta en peligro. Al fin y al cabo, ?cuanto conoce a Emma?

  • Conexion Inesperada (Victimas de Murphy 4) de Miriam Meza

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    CASUALIDAD. MALA SUERTE.
    Todavia no se a quien culpar.
    Solo se que despues de ese mensaje las cosas no volvieron a ser iguales.
    El era un extrano, y yo me sentia sola.
    Nuestra conexion se volvio adictiva, y me hacia olvidar cosas en las que no deberia pensar.
    Hasta que choque con la realidad,.
    ?O seria con Murphy?

  • Tres mujeres y una historia de Lily Carmona

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    Alba encuentra una fotografia donde aparece, siendo aun adolescente, entre dos mujeres, Ruth y Laura, amigas de su padre. Se pregunta que habra sido de ellas mientras comienza una busqueda. Uniendo los hilos de cada uno de los personajes ira tejiendo la historia de las dos mujeres, que la llevara a reencontrarse consigo misma.

  • El poder del amor de Samantha Parker

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    El sol empezaba a entrar por la ventana de su habitacion, Ken y Joanna aun permanecian dormidos en la cama, abrazados despues de haber hecho el amor una y otra vez, cuando ella se desperto mirandolo con tanto amor. -Kenny, ?Estas despierto?-le pregunto Joanna en voz baja. -No -dijo el sonriendo sin abrir los ojos. -?Entonces de que te ries? -le pregunto ella riendo mientras se echaba sobre el. -?Sabes que dia es hoy? -Creo que es miercoles -?Nada mas? -le pregunto mirandolo fijamente. -?Dia 15? -?No recuerdas que dia es hoy? -le pregunto Joanna muy seria. -Claro que lo recuerdo, Hoy hace dos anos que cometi la mayor locura de mi vida -dijo sin poder contener la risa -La mejor decision que he tomado en mi vida - dijo mirandola con tanto amor, besandola apasionadamente. -?De verdad lo piensas? -Lo mejor que he hecho en mi vida ha sido casarme contigo, tu eres la mejor. -Tu si eres el mejor -le dijo ella abrazandolo mientras miraba sus profundos ojos azules. -Nadie daba un centimo por lo nuestro. -Pues todos los que apostaban en nuestra contra estaban equivocados, esta noche lo celebraremos, tengo una reserva en ese restaurante nuevo del que me hablaste y luego iremos a bailar a un lugar romantico, de esos que te gustan. -Eres un encanto-le dijo Joanna besandolo -Entonces esta noche te dare mi regalo, te quiero. -No mas que yo, el unico regalo que quiero es que estes conmigo -le dijo Ken mientras se incorporaba sentandose en la cama con la intencion de vestirse para ir a trabajar, mientras Joanna de rodillas abrazada a su espalda empezaba a besarlo en el cuello. -No sigas haciendome eso o llegare tarde a trabajar -le dijo Ken complacido con los besos de su esposa aunque con intencion de levantarse mientras Joanna le retenia abrazado. -Puedes llegar tarde, ser el jefe de la empresa te da ciertos privilegios -le dijo Joanna mientras empezaba a hacerle caricias con la lengua por la espalda de Ken. -Me haces cosquillas -le dijo Ken empezando a reir -No me hagas eso.-?Esto esta mejor? -le dijo Joanna cogiendo con su mano el miembro de su esposo. -A la porra la reunion con el alcalde -dijo Ken dandose la vuelta y echandose sobre su mujer mientras le daba un apasionado beso Despues de hacer el amor de nuevo, Ken, que permanecia abrazado a su mujer, se dio la vuelta en la cama para encender un pitillo. -Carino, no puedes pararte a eso, tienes una reunion con el alcalde -le dijo Joanna que parecia haber recobrado la sensatez. -Que mas da, que se ocupe Tom, el esta al tanto de todo, de todas formas no llegaria a tiempo aunque quisiera. -Pero tu eres el jefe, tienes que estar al frente -le dijo Joanna mientras le empujaba con sus manos invitandole a levantarse. -De verdad que no hay quien te entienda -le dijo Ken mientras empezaba a vestirse. -?Sabes que el otro dia por la noche cuando nos quedamos en casa de mi madre, mama, nos oyo?-le dijo Joanna que aun estaba desnuda en la cama. -?Nos oyo haciendo el amor?-le pregunto Ken algo preocupado mientras se disponia a abrocharse la camisa. -Haciendo el amor no, tonto, eso nos oira siempre - le dijo Joanna divertida. -Como eres tan escandalosa - le dijo Ken -Podrias chillar un poquito menos. -Es que tu me pones a cien y no lo puedo evitar, pero no es eso. -?Entonces que? -le pregunto Ken. -Cuando estuvimos peleando por el mando de la television -dijo Joanna, que desnuda abrazaba con carino a su esposo por la espalda dificultandole hacerse el nudo de la corbata. -A quien se le ocurre disgustarse por el mando de la television -dijo Ken. -Pero despues te lo di para que vieras el futbol -le dijo Joanna en tono meloso. -Si, despues de haber estado chillando como una loca. -Pues mi madre penso que nos peleabamos en serio -le dijo Joanna que le retocaba el nudo de la corbata y le ahuecaba un poco la bonita melena negra de Ken. -No me importa lo que piense tu madre, sino lo que pienses tu -dijo Ken. -Gracias por quedarte un poco y hacerme sentir lo maravilloso del amor -le dijo carinosa al oido, tras lo cual cogio el maletin de Ken poniendoselo en la mano. -Gracias carino, me voy ya, no puedo pararme mas -le dijo Ken algo apresurado abriendo la puerta. -!Kenny! -le llamo la atencion Joanna mientras el salia por la puerta. -?Asi me vas a dejar? -le dijo haciendole una posturita a su marido completamente desnuda. -Estas loca -le dijo Ken riendose -Recuerda que quedamos a las siete en el restaurante -le comento mientras se marchaba. Cuando Ken llego a su oficina, le estaba esperando Jared, su antiguo socio en la empresa. -!Caramba que sorpresa, Jared, creia que ya estarias en Bahrein ?Lo has pensado mejor y te quedas con nosotros? -le dijo Ken a su amigo al que estimaba desde que eran companeros en la facultad de arquitectura. -Mi avion sale esta tarde, solo he venido a despedirme de mi buen amigo, pero al llegar, tu secretaria me dijo que estarias en una reunion con el alcalde ?Que haces aqui?-le dijo Jared extranado de verlo faltar a una cita tan importante. -Me ha surgido un tema urgente que he tenido que atender sin demora. -?Y lo has dejado solucionado? -pregunto Jared preocupado. -Bueno tendre que insistir mas veces en el tema, pero creo que voy por buen camino -le dijo Ken recordando los momentos que acababa de pasar con su mujer, mientras se acercaba a una mesa para ojear unos planos. -Bueno, me voy, le das un beso a Joanna de mi parte -comento Jared. -?Estas seguro de lo que vas a hacer? -le pregunto Ken esperando convencerlo para que se quedase. -Tu sabes que mi mayor sueno es construir un rascacielos, y hacer este hotel de lujo de noventa y tres plantas en Bahrein, es la oportunidad que estaba buscando. -Si, pero para eso no tenias que desprenderte de tus acciones en la compania, podias seguir siendo socio. -Un trabajo nuevo, una vida nueva, tu sabes que yo soy asi, gracias por comprarme mis acciones de la compania, se que te has tenido que hipotecar para ello. -No iba a dejar que Mcgregor Corporacion te presionara para comprarte tus acciones a mitad de precio. -Gracias, eres un amigo -dijo Jared al tiempo que se abrio la puerta de la oficina entrando Tom, el subdirector de la compania, que habia acudido a la reunion con el alcalde en lugar de Ken. -Gracias a Dios que has venido a la oficina -dijo Tom al verlo. -?Como ha ido la reunion? -le pregunto Ken. -Fatal, el alcalde se disgusto muchisimo al comprobar que no habias acudido, yo le dije que estabas con cuarenta de fiebre y que en realidad no te podias levantar de la cama. -Muy bien dicho -Dijo Ken. -Pero me dijo que si para las tres de la tarde, en que volveria a reanudarse la reunion, no estabas alli, que podiamos olvidarnos del proyecto. -No te preocupes, estare -dijo Ken sonriendo. -Veo que el trabajo en la compania sigue tan vertiginoso como siempre, ya no te entretengo mas -le dijo Jared extendiendole la mano a Ken para despedirse, estrechandola Ken en el acto, dandole un carinoso abrazo. -Recuerda que aqui siempre tienes un amigo -le dijo Ken. -No os olvidare, ni a ti ni a Joanna, os tendre presentes cada dia. La reunion con el alcalde habia terminado antes de lo esperado, por lo que despues de soltar algunos documentos en la oficina, se dirigio caminando despacio hacia el restaurante donde habia quedado con Joanna, al cual llego poco antes de las siete. -Perdone, tengo una reserva para dos, a las siete -le dijo Ken al camarero al llegar. ?A nombre de quien? -le pregunto el camarero. -Senor y senora Adams -respondio Ken. -Ah, si, su mesa es aquella que esta junto a la ventana -dijo el camarero acompanandolo hacia ella, donde Ken se sento mirando su reloj, observando que faltaban un par de minutos para las siete. Despues de esperar diez minutos, Ken estaba un poco impaciente, Joanna solia ser puntual, y era la primera vez que habia quedado con ella y llegaba tarde, seguramente se habria encontrado con alguna amiga en una tienda viendo ropa y se le habria ido el santo al cielo, y el estaba impaciente por verla llegar y darle el regalo de aniversario que le tenia preparado, una llave que tenia guardada en una pequena cajita y que era la llave de la casa que entre los dos habian disenado y que el habia construido en aquel bonito lugar, con un gran jardin con muchos arboles, para crear la numerosa familia que los dos deseaban, no teniendo Joanna ni idea del regalo que le iba a hacer su marido, pues el se habia encargado de mantener el secreto hasta tenerla terminada para entregarsela. -?Le sirvo unos aperitivos mientras espera a su esposa? -le pregunto el camarero que habia acudido a la mesa. -No gracias, mi esposa esta al llegar. -Le traere unas aceitunas rellenas, obsequio de la casa mientras llega -le dijo el camarero intentando ser amable. -Gracias -dijo Ken que no dejaba de mirar su reloj, cogiendo nuevamente su telefono para llamarla al movil, saliendo nuevamente el mensaje de que ese numero de telefono estaba apagado o fuera de cobertura, por lo que llamo nuevamente a su casa sin que nadie cogiera el telefono. Seguramente vendria de camino se dijo para si intentando tranquilizarse a si mismo, de buena gana encenderia un cigarrillo si no estuviera prohibido en el restaurante. Momentos despues ya sin poderse controlar salio a la puerta a fumar un cigarro, avisando al camarero que el seguia en su mesa. Tras diez minutos mas esperando en la puerta, mirando de un lado a otro de la calle por si apareciera su mujer, Ken, sin saber que hacer, entro de nuevo, sentandose en su mesa absorto y con cara de preocupacion, sin saber que hacer, cuando el camarero volvio a acudir. -Perdone senor, pero hay clientes esperando para comer y no podemos reservar por mas tiempo esta mesa si no va usted a comer. -Si, comprendo -balbuceo Ken sin saber muy bien lo que decia, saliendo rapidamente del restaurante como empujado por un resorte y dirigiendose rapidamente al aparcamiento de su empresa,

  • No madres de Maria Fernandez-miranda

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    Ser o no ser madre, esa es la cuestion para tantas y tantas mujeres…

  • Mil anos despues de la guerra de Carine Fernandez

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    Miguel Carabajal, un solitario anciano, decide dejar atras su pueblo en la provincia de Toledo y tomar, junto a su inseparable perro Ramon, un autobus hasta su pueblo natal, Montepalomas, al que no volvia desde el tiempo de la guerra. Pero todo en el pueblo ha cambiado: las aguas de un pantano inundan ahora las callejuelas y plazas de su infancia. Alli, Miguel hara un repaso de todo lo vivido: las aventuras de su ninez, con el apodado de Medianoche en sus espaldas, el asesinato de su hermano mellizo, Mediodia, por los falangistas, sus diez anos en distintas carceles, su primer amor, su matrimonio fallido y el suicidio de su hijo, entre otros. Carine Fernandez, hija de un republicano espanol exiliado en Francia, dibuja un viaje interior hacia la redencion, a traves de una revision del pasado mas oscuro en la historia de nuestro pais.

  • Hijas del Norte de Sarah Hall

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    Me llamo Hermana. Ese es el nombre que me pusieron hace tres anos. Es como me llamaban las demas. Es como me llamo a mi misma. Antes de eso mi nombre no tenia importancia. No recuerdo que se usara. Ya no respondere a ese nombre ni me oire decirlo en voz alta. No dare muestras de reconocerlo. No existe. Me llamareis Hermana. Fui la ultima mujer que salio en busca de Carhullan. Fue un mes de octubre de lluvias torrenciales cuando me puse en camino. En la ciudad, las hojas habian empezado a caer de los arboles y el suelo estaba cubierto de su pulpa amarilla. Los ultimos frentes tormentosos atravesaban la region del norte descargando aguaceros. El verano se retiraba. Daba la sensacion de que la atmosfera habia estallado por fin, y las mananas y las noches empezaban a ser mas frescas. Era un alivio no despertarme empapada en sudor en nuestra habitacion del barrio de adosados, salir de una pesadilla con esa humedad lechosa en el pecho. Siempre he dormido mejor en invierno, como si la frecuencia del pulso disminuyera. El frescor parecia limpiar tambien la ciudad. El olor a bacterias de la refineria y las plantas de fuel se dispersaba por la noche cuando las nubes se disipaban y aflojaba el calor. Los ultimos anos, desde la Reorganizacion Civil, el bochorno habia durado mas de lo normal; los meses frios se concentraban en una franja mas estrecha del calendario, y viviamos envueltos continuamente en una nube toxica de colza y arenas bituminosas, hacinados como peces en un ahumadero. El cambio de la temperatura trajo consigo una sensacion de euforia, un estado de alerta que iba mas alla de los nervios o la creciente conciencia de los peligros que sabia que estaba afrontando. Era reparador. El frescor me recordaba los tiempos de mi infancia. Las estaciones estaban entonces mas definidas, mas separadas. La gente mayor de la fabrica en la que trabajaba decia que de todas las tradiciones inglesas que estaban amenazadas el tiempo era la mas triste. Como si hubieramos tenido la posibilidad de elegir en referendum aquel clima semitropical. Todavia recuerdo las cosquillas frescas del granizo en la cara en el mes de marzo, cuando esperaba el autobus para ir al colegio. Y el rugido del viento que en otono lo zarandeaba todo, las cosas grandes y las pequenas. El frio en las venas en enero; las manos y los pies entumecidos a pesar de la lana y el vellon. Cuando eres joven no tienes miedo de las posibilidades. No crees que el mundo pueda destruirse o que vaya a ocurrirte una desgracia a lo largo de la vida. Incluso la lluvia es diferente ahora: imprevisible, violenta, no como la constante llovizna gris de las postales antiguas, de los chistes y las cronicas televisivas. Es una lluvia que parece herida. Rara vez se ve nieve en los montes, aunque la gente de la ciudad sigue buscandola por pura costumbre. Me dirigia a una zona alta y remota, y tenia la esperanza de volver a ver esas ventiscas blancas, si es que podia quedarme alli algun tiempo. Sali al amanecer, con la idea de alejarme de Rith sin que nadie me viera. Prepare una mochila ligera para resistir el largo camino hasta las montanas. Llevaba pocas cosas: ropa, botas, unas cuantas latas de comida, galletas, una cantimplora con agua y un botiquin, para el caso de que pudiera quitarme el dispositivo, aunque no sabia si era posible. Y llevaba un fusil de la Segunda Guerra Mundial, entre las sudaderas y los impermeables. La punta roma del canon rozaba la solapa de la mochila. Con el me proponia negociar en Carhullan. La noche anterior escondi la mochila en un callejon, detras de nuestro edificio, para salir sin peso, sin chocar contra las paredes y aranarlas al bajar las escaleras. Lo deje en un hueco oscuro y seco, detras de la camara principal del deposito de lluvia. Lo puse alli mientras las familias de las otras casas estaban cenando y antes de que mi marido volviera del trabajo, tanteando primero en el vacio con un palo para asegurarme de que no habia nidos de ratas. De madrugada sali de la cama sin despertar a Andrew y me vesti sigilosamente en el cuarto de bano comun. Me habia guardado una bolsa de plastico en un bolsillo de los pantalones para meter las cosas que necesitaba. En un estante habia una pastilla de jabon nueva, de la familia con la que compartiamos la casa, y decidi llevarmela. La eche a la bolsa con la pasta de dientes, el desodorante y una cuchilla de afeitar con varias hojas de repuesto. Dude un momento antes de abrir el botiquin de los vecinos. Encontre aspirinas, un paquete de compresas y una bolsita de polvos para la cistitis, caducados. Lo cogi todo. Despues cruce el pasillo y baje las escaleras. En la puerta principal espere unos minutos para asegurarme de que Andrew no me habia oido salir y procure tranquilizarme. El corazon me bombeaba la sangre a chorros. Notaba la corriente de ida y vuelta en las puntas de los dedos. Me dije que todo saldria bien. Llevaba meses entrenandome, levantandome temprano, y habia ensayado la huida. Siempre lograba salir en silencio y sin peligro y recorrer la ciudad a oscuras, evitando las zonas por las que merodeaban los perros asilvestrados, antes de volver a casa. Pero esta vez no era un simulacro. Respire hondo, solte el aire y espere. Lo ultimo que queria era que Andrew me siguiera, que me dijera que estaba loca, que armara un escandalo y despertara a todo el mundo. Jamas me dejaria marcharme con una mochila, salir de las zonas oficiales, a pesar de que estabamos enfrentados, nos odiabamos y no nos dirigiamos la palabra. Yo estaba atada a aquella casa. Los dos lo sabiamos. No teniamos ninguna otra alternativa. Si me hubiera descubierto, me habria llevado a rastras escaleras arriba, o me habria inmovilizado en la calle, a pesar de mis forcejeos, hasta que apareciese un supervisor de la Autoridad, y entonces habria puesto alguna excusa para explicar mi comportamiento, como que estaba colocada o habia tenido una pesadilla. Me habria dicho que esperara un poco, que por muy mal que estuvieran las cosas en ese momento conseguiriamos salir adelante, y despues nos separariamos, cuando el ambiente estuviera menos tenso, cuando fuera menos peligroso. Me apoye en la fachada, atenta al ruido de sus pasos por ultima vez. Lo unico que se oia en el piso de arriba era el zumbido del contador electrico en modo de espera, como una avispa. Levante la mirada. El cielo tenia el color oscuro del asfalto, como el esquisto que trituraban en los tanques de la refineria donde trabajaba Andrew. La mancha blanca de la luna asomaba como una ulcera hinchada y opaca por detras del forro de las nubes. Aun no se habian encendido las luces en Rith y nadie saldria a la calle hasta que se reanudara el suministro electrico, a las seis de la manana, para que la gente pudiera calentar el agua, cocinar y ver el primer parte informativo de alguno de los frentes meteorologicos o el sorteo de la loteria. Para entonces esperaba estar muy lejos. Por fin me acerque al callejon a recoger mi mochila. Sabia que tenia que darme prisa y no pensar mas de lo necesario. Normalmente la ciudad estaba muerta a esa hora, pero siempre era posible encontrarse con una patrulla de la Autoridad. Me ponia mala solo de pensarlo. No tendria ninguna posibilidad de explicarme. Y no queria enfrentarme a lo que estaba haciendo, y flaquear, aunque estaba segura de que no me pasaria. Despues de las ultimas semanas no podia pasarme. Cruce la ciudad, alejandome de las viviendas compartidas, y pase por delante del antiguo centro comercial, con las ventanas cubiertas con tablones, y por delante del almacen de las turbinas, donde las carcasas de metal esperaban apiladas desde hacia anos el momento del reparto. Las calles estaban desiertas y tranquilas. Unicamente los ladrillos rojos, la pizarra y el asfalto reflejaban cierto resplandor, presentando una version de la ciudad que parecia antigua y fantasmagorica. Costaba imaginar que hubiera tanta gente detras de las fachadas, durmiendo dos o tres en la misma habitacion, o despierta, hablando en voz baja para no molestar a las otras familias. Algunos estarian llorando y alguien quiza los consolaria, o nadie les haria caso. A otros les traeria sin cuidado que pudieran oirlos a traves de las paredes, arrastrando el cuerpo dolorido cuando el efecto del chute de efedrina barata empezara a esfumarse. Cada vez que me habia atrevido a ensayar la fuga, el ambiente de las madrugadas me parecia disminuido, como si en lugar de concentrar a la gente hubieran practicado un sacrificio selectivo. Al final de cada hilera de adosados se veian las siluetas de los contadores, como quistes pequenos y ruidosos disenados para leer el flujo de la energia de las tejas fotovoltaicas. Ahora los empleaban para regular el consumo de la antigua red de suministro domestico. Habia habido muy pocas mejoras despues de la Reorganizacion. El plan de recuperacion de diez anos empezaba a convertirse en un mito imposible. Me costaba no volver la cabeza para ver si alguien me seguia o me veia pasar. Me obligue a no mirar. Me dije que la mejor manera de seguir andando era poner la vista en un solo punto: adelante. Se oyo un leve chasquido en el cielo, y un trueno retumbo al oeste. Sabia que pronto empezaria a llover, que tendria que parar a ponerme el impermeable. Pero no podia permitirme el lujo de detenerme mientras siguiera dentro del perimetro. Quiza mas tarde, cuando estuviera lejos de alli y hubiera entrado en calor con el ejercicio, podria desnudarme. Me secaria antes que la ropa. Llevaba anos sin salir de Rith. Ningun civil habia salido de la ciudad, salvo para que lo trasladaran a un centro de detencion. No se permitia el transito de una zona a otra. La gente quedo atrapada en el sector en el que se encontraba cuando se hizo el primer censo despues del colapso. Solamente la Autoridad y los agentes del gobierno tenian necesidad de viajar o medios de transporte, y en esos casos solian ir en tren. Yo habia nacido en Rith y conocia bien el entorno: las calles empinadas y el maremagnum de los tejados, el cerro de Beacon y el castillo enfrente, en la cima de dos penas gemelas. Continue por el antiguo paso elevado de la carretera. Abajo habia montones de basura y escombros, y se oian susurros animales. Mas alla de las fronteras de la ciudad, en las llanuras, las carreteras se habian deteriorado. Estaban mucho peor de lo que me esperaba, hundidas y agrietadas tras anos de desuso. Las riadas se habian llevado tramos enteros. Al plantar el pie tenia la sensacion de estar atravesando un pedregal. En algunas partes habia crateres llenos de agua de lluvia. Metia las botas sin verlos y me empapaba los pantalones hasta las rodillas. Comprendi que era verdad lo que la gente decia en la fabrica y en las reuniones del distrito. Que solo estaban reparando las principales arterias, las que utilizaba la Autoridad. Al principio fui corriendo siempre que podia, muy atenta para no resbalar o torcerme un tobillo, y luego afloje el paso para afrontar el largo dia que tenia por delante. En media hora habia llegado al promontorio donde se encontraba la caseta blanca del puesto de peaje. No tenia ventanas, y una parte del tejado se habia hundido. Recordaba que en una clase de historia local nos contaron que tuvieron que reconstruirla en dos ocasiones, despues de que los escoceses le prendieran fuego. Ahora volvia a estar casi en ruinas. Los duenos debian de haberse marchado a Rith hacia mucho tiempo, con los demas vecinos de la periferia. A los pies del monte, un poco mas adelante, el antiguo puente de Yanwath seguia intacto. Lo habia cruzado muchas veces en coche antes de que se prohibiera el trafico. El semaforo que regulaba la circulacion estaba muerto, con los focos negros de mugre y el poste inclinado en los cimientos de hormigon. En la hondonada de la carretera, antes del punto en que empezaba a subir hacia los contrafuertes del puente, se habia formado un charco de agua arremolinada. Habia residuos flotando, casi imposibles de identificar; tal vez trastos superfluos de las casas de la parte alta del rio. Vadee el charco, llegue hasta el centro del arco y me asome a mirar por el parapeto. El rio Eden corria a mis pies, encrespado y turbio, a una velocidad aterradora. Vi en la penumbra el brillo del agua en movimiento en las orillas, la estela de los remolinos y las crestas blancas. Las lluvias habian reventado la ribera, y el caudal anegaba las acequias y los huertos a ambos lados. Se oian crujidos en las ramas mas bajas ahora que los arboles de la orilla habian perdido sus hojas. Las casas de campo mas cercanas al puente estaban sumergidas en el agua hasta las ventanas. Notaba un olor fuerte, a cemento, a tela mojada y a cieno: el olor familiar de las viviendas inundadas. La corriente se deslizaba por las paredes de las casas, pudriendo alfombras y cortinas. Diez anos antes me habia despertado con el mismo olor, cuando al bajar las escaleras me encontre la casa inundada por las aguas residuales. Sabia que, al otro lado del puente, la carretera pasaba por un pueblo desierto y se adentraba mas adelante en los abandonados parajes del antiguo parque nacional: en la zona que la generacion de mi padre conocia como el Distrito de los Lagos. Era mediodia cuando vi aparecer el coche, y estaba lloviendo a cantaros. Al principio pense que era el ruido del agua que arrastraba el viento o corria por los acuiferos por debajo del asfalto. Despues oi el cambio de marcha. Me aparte de un salto a la cuneta y di media vuelta, casi esperando ver la forma azul oscura de un coche patrulla y dispuesta a esconderme detras de una cerca de piedra. Una furgoneta civil, de color blanco, se acercaba despacio por la carretera destrozada. Parecia que tenia la suspension en mal estado y eso amplificaba el ruido, como si la carroceria se levantara del chasis, y vi que se zarandeaba al pasar por encima de un monticulo o un bache. Llevaba las ventanillas cubiertas de residuos, de vainas y de hojas arrancadas de los arboles por el ultimo diluvio. Desprendia un olor a grasa quemada y negra. Paso a mi lado y freno despues. Me acerque a la puerta del conductor y la ventanilla chirrio al bajarse. --?Adonde vas, chica? --Era un hombre con la cara roja como un trozo de cristal sacado de un horno. Me miro de arriba abajo con sus ojos claros. Estaba hecha una pena. Tenia el pelo chorreando y el chubasquero viejo y blanco empapado y pegado a la piel. Doble los hombros hacia delante y me cubri el pecho con los brazos. Se echo a reir. Tenia los dientes picados en los bordes, deslucidos y cubiertos por una capa amarillenta, y en la linea de las encias se veia una reveladora sutura de plata--. Bueno, parece un buen sitio para ir de excursion. ?Eres de los ultimos de los Wainwright? O a lo mejor quieres ser la primera que vuelve a subir a las cumbres y plantar tu bandera. Eso significa que las cosas han mejorado en la ciudad. Vamos. Sera mejor que subas al coche. Dude. No queria hablar con nadie en el camino y sabia que si me hacia preguntas podia tener problemas, pero me dolian los hombros y los pies y no tarde en decidirme. Di la vuelta por detras de la furgoneta hasta la puerta del pasajero. Me quite el chubasquero empapado y lo escurri. El conductor se inclino para abrirme la puerta, como hacia mi padre cuando me llevaba al colegio. Puso un trapo sucio encima del asiento, para que no lo mojara al sentarme. Deje la mochila a los pies del asiento y subi al coche. --Bueno --dijo--. Que encuentro tan oportuno, ?verdad? Metio la marcha y arranco. Tuve una sensacion extrana. Hacia anos que no subia a un coche. Me obligaron a entregar las llaves y la documentacion, como a todo el mundo, y se me habia olvidado lo que era llevar el control de un vehiculo, estar encerrada en el y al mismo tiempo libre de ir adonde una quiera. Ver como pisaba el embrague o movia la palanca del limpiaparabrisas me parecio un sueno o un recuerdo perdido. Habia un olor muy fuerte en la cabina, acido, como a ropa vieja o a vinagre mezclado con orina, o quiza fuera el olor corporal del conductor, que no se lavaba. Pero no me queje ni hice ademan de bajar la ventanilla. Me alegraba de librarme de la lluvia. Empezaban a dolerme las plantas de los pies, y eso que me habia puesto dos pares de calcetines gruesos. Empezaba a notar como si me clavaran alfileres y agujas en las puntas de los dedos y me puse a encogerlos y a estirarlos. No esperaba volver a viajar en coche. Llevaba meses entrenandome para la caminata en mi tiempo libre, al principio sin rumbo, solamente por pasar el rato, luego con un objetivo, rodeando la periferia de Rith, subiendo hasta la cima del Beacon y bajando otra vez. Andar no era un delito, aunque a Andrew le parecia absurdo que me arriesgara a ser atacada por los perros que buscaban comida en la ciudad y removian la basura en los vertederos. Decia que estaban sucios y desquiciados, y que andar por alli era como pedir a gritos que me mordieran. Atacaban a la gente de vez en cuando, aunque nunca con consecuencias fatales. En esas excursiones no podia llevar la mochila, para no levantar sospechas, y me sorprendio que pesara tanto. Me habia asegurado de comer bien la ultima semana: dos raciones de arroz en vez de una y sardinas para desayunar; incluso pense que estaba acabando con las provisiones y que Andrew lo pasaria mal el resto del mes. Estaba todo lo en forma y bien alimentada que podia. Pero rodear la ciudadela de madrugada y comer una lata de sardinas de mas era muy distinto de atravesar el parque nacional abandonado, con mis bartulos a cuestas. Habia recorrido unos veinte kilometros y estaba reventada. Tenia la espalda agarrotada por el peso de la mochila. Llevaba horas soportando chaparrones intermitentes y me rozaba el dobladillo de la ropa mojada. Cada paso me alejaba de la ciudad y me acercaba a mis propios limites. Que pudiera aparecer un vehiculo era improbable, casi milagroso, y di las gracias.

  • Ella,el y el danes de Ana Alvarez

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    Necesito otro trabajo --dijo Cristina mientras introducia el tenedor en el enorme plato de pasta carbonara que tenia delante y se llevaba una generosa porcion a la boca. Amanda, su amiga intima, que estaba sentada enfrente con una simple ensalada delante, movio la cabeza dubitativa. --?Otro? ?Y cuando piensas realizarlo? --Tengo algunos ratos libres y me vendria bien un poco mas de dinero. Si queremos ir a Escocia en un par de anos, necesito ahorrar. --Y yo tambien, pero tu no tienes tiempo, no paras de la manana a la noche. Era cierto. Cristina Duran se levantaba todos los dias a las cinco y media de la manana para salir a correr, actividad que jamas, salvo enfermedad muy grave, dejaba de realizar, fueran cuales fuesen las condiciones meteorologicas reinantes o las circunstancias de la jornada. Despues de una ducha rapida y tras un suculento desayuno se marchaba al trabajo, andando, por supuesto, y recorria los mas de dos kilometros que distaban desde su casa hasta la inmobiliaria donde trabajaba. Desde alli comenzaba un largo periplo ensenando casas por toda la ciudad. A mediodia, o media tarde, segun se diera el trabajo, sacaba del enorme bolso que siempre la acompanaba un tupper con comida o un bocadillo que tomaba sentada en cualquier parque antes de continuar su recorrido. Mientras, habia ido sobreviviendo a base de fruta, caramelos, chocolate o cualquier cosa comestible entre visita y visita. Solia llegar a casa alrededor de las nueve de la noche y se dedicaba a las tareas domesticas y a cocinar para el dia siguiente. Los fines de semana oficiaba bodas y recorria los supermercados de la ciudad buscando ofertas, cargada con la propaganda que habia ido recogiendo de los buzones de las casas que ensenaba a lo largo de la semana, amen del suyo propio. Amanda comio un poco de ensalada sin dejar de observar a su amiga, que continuaba dando cuenta de su cena con un apetito rayano en la obsesion. --Si yo comiera todo eso antes de dormir, moriria de indigestion --comento. --Yo no tengo ningun problema. --Ya lo se. Tampoco de sobrepeso. Algun dia me gustaria que, aunque fuera solo por un mes, te engordara todo lo que tragas, para que supieras lo que sentimos el resto de los mortales al tener que dejar de lado las comidas que mas nos gustan. O al menos dosificarlas. Estaban cenando en casa de Cristina, como tantas veces, porque era imposible coincidir a otra hora, debido al apretado horario de esta. Amanda trabajaba en una cadena de zapaterias como administrativa y salia mas temprano que su amiga. --?Y en que has pensado trabajar? Porque no me cabe la menor duda de que ya tienes alguna idea al respecto. --Se me ha ocurrido aprovechar mis ratos libres. --Ah… ?pero tu tienes eso? --Algunos domingos por la manana y horas sueltas entre una visita y otra a pisos de la inmobiliaria. --?Y por que no aprovechas esas horas libres para meterte en un cine a ver una pelicula, leer un libro o simplemente descansar? --Ya descansare cuando sea vieja. Ahora tengo treinta anos y me falta vida para todo lo que quiero hacer. Amanda sacudio la cabeza. No iba a convencerla, tratar de hacerlo era mision imposible. Conocia a Cristina desde hacia quince anos y jamas la habia visto quieta mas de diez minutos. --Tambien podrias aprovechar ese rato para echar un buen polvo, ya que no para descansar. --A eso no le diria que no, pero no hay ningun candidato a la vista. --Pues emplea tus energias en buscarlo; seguro que sera mas productivo y te dara mas satisfacciones que otro trabajo. Cristina nego con la cabeza y se levanto para dirigirse a la cocina a buscar el postre. Coloco una fuente con fruta y una lata de gallegas caseras sobre la mesa. --!Seras arpia! ?Como me pones una caja de mis galletas favoritas delante a estas horas de la noche? --Por eso, porque son tus favoritas. --Son casi las once, me voy a ir a la cama en poco rato y todo el azucar y la mantequilla se van a posar en mi tripa y mis caderas mientras duermo. --!No sera para tanto! --?Que no? Cogi tres kilos el verano pasado y no consigo soltarlos por mucha dieta que haga. Sin fuerza de voluntad, Amanda alargo la mano y cogio una galleta, mientras su amiga colocaba un punado en su plato y se llevaba la caja de vuelta a la cocina. --?Vas a decirme en que otra cosa piensas trabajar? --pregunto mordisqueando despacio la galleta para que le durase mas. --Voy a registrarme en una pagina web como acompanante turistico. --?Y concretamente eso es…? --Pues mas o menos guia turistico a pequena escala. Se trata de acompanar a grupos reducidos, a veces una pareja o una familia, a recorrer la ciudad, recomendarles donde comer o algunas actividades y resolverles problemas si surgen. --?Y para eso no es necesario cursar estudios de turismo? --No, basta con hablar con fluidez un segundo idioma y conocer la ciudad. Yo domino el frances y un poco de danes que me enseno mi abuela paterna, asi que cumplo el perfil. --Y la ciudad te la conoces de un extremo a otro, de eso no tengo ninguna duda. ?Y lo de buscar pareja? ?No lo consideras? --Es complicado, Amanda. --Que hayas tenido una mala experiencia en el pasado no significa que vuelva a suceder. --No es eso. --?Entonces? Cristina se encogio de hombros. --No tengo tiempo para un hombre, ni para buscarlo ni para mantenerlo a mi lado. --Pero prometeme que no saldras corriendo si aparece. --No lo hare. --Entonces me voy ya para que puedas descansar. --Todavia tengo que planchar una lavadora. --Cris, son las once y media… ?De verdad vas a ponerte a planchar ahora? --No tengo otro momento. Amanda se levanto y cogio platos y cubiertos para llevarlos a la cocina y empezo a colocarlos en el lavavajillas. Despues de dejarlo todo recogido, contemplo como su amiga desplegaba la tabla de la plancha en el salon. Se acerco a ella y atisbo en la cesta de ropa. --Prometeme que plancharas solo lo imprescindible y vas a pasar de las bragas. --Siempre las plancho. --Pero es muy tarde ya. Y Cris… son de licra, no se arrugan. Cuando las extiendes sobre tu bonito y delgado trasero quedan perfectas. Ademas… no hay nadie que las vaya a ver. Cristina no respondio y Amanda miro al techo, impotente. --Esta bien, haz lo que quieras. Dame un beso. Ambas amigas se abrazaron, y mientras acompanaba a Amanda hasta la puerta alargo la mano y encendio el ordenador. --?Que haces? --Mientras se calienta el deposito de vapor voy a registrarme en la pagina de acompanantes. --Me marcho ya, que me estas estresando. La puerta se cerro detras de Amanda y, mientras bajaba hasta la calle, se dijo una vez mas que lo que Cris necesitaba era un tio que la tuviera anclada a la cama durante dos dias seguidos a base de polvos. Que le hiciera quemar esa energia desbordante que dedicaba al trabajo. Cuando llego a su casa, situada varios numeros mas abajo en la misma calle, se dijo que, si su amiga no hacia nada por buscar pareja, ella iba a darle el empujon que necesitaba. Se sento ante el ordenador y busco entre las paginas de contacto una que le parecio seria y abrio un perfil a nombre de Cris. Estatura: 1,78 cm. Peso: 67 kg. Edad: 30 anos. Color de pelo: Pelirroja natural. Color de ojos: Verdes. Complexion: Delgada. Estudios: Medios. Profesion: Agente inmobiliario. Aficiones: Aqui Amanda se quedo pensativa. Para hacer honor a la verdad deberia poner <>, porque en realidad no habia nada de lo que Cris no disfrutara con la excepcion de estar sentada, pero no podia poner eso. Se decidio por: <> Hubiera podido anadir <>, pero eso solo asustaria a los posibles candidatos. Luego busco una foto sexi de Cris y la anadio al perfil. A proposito, dejo en blanco las casillas sobre el tipo de hombre que buscaba, para no reducir las posibilidades, y relleno solo la referente a la edad. Entre treinta y treinta y cinco anos. Y le dio a aceptar.

  • Coleccion completa Max Cornell de Adrian Aragon

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    Libro 1: EMBOSCADA ~ (Max Cornell thriller de accion no 1)
    La vida del mercenario Maximilan Cornell da un giro radical cuando un desconocido deja un extrano mensaje en su puerta. Katty, la hija de quien habia sido su querido mentor, desaparece misteriosamente en la ciudad de Hong Kong. Max no tendra mas opcion que volver a la accion y trabajar duramente para sacar a la luz todo lo oculto detras de este hecho.

  • Un adios con olor a lavanda de Mar Fernandez

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    Hannah esta destrozada tras la muerte de su mejor amiga, que ha formado parte de su vida desde tiempo inmemorial. No es facil asumir que ya no volvera, que no podra abrazarla ni la encontrara al llegar a casa.
    Aun sumida en la tristeza de la perdida recibe una llamada que le helara la sangre y la llevara a investigar sobre la muerte de Lindsay junto al hermano de esta, al que hubiera deseado no volver a ver pero que es la unica persona capaz de acompanarla en busca de la verdad.

  • Un bonsai en la Toscana, Isabel Keats de Isabel Keats

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    El cientifico Robert Gaddi esta a punto de hacer un descubrimiento que supondra un inmenso avance para la medicina; sin embargo, hay demasiados intereses en juego y mucha gente decidida a que sus investigaciones no vean la luz. La noche que destrozan su laboratorio en Washington D. C., tanto su jefe como su amigo Charles Cassidy, del FBI, insisten en contratar los servicios de un guardaespaldas.

  • Querida Rosaura de Lujan Fraix

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    Rosaura Waner fue una persona que no supo entender la vida. Se entrego a los demas en un ir y venir de situaciones divididas. Amo a su madre Magdalena quien cerceno, desde nina, sus deseos mas queridos; la obligo a ser una mujer y a llevar sobre si las cargas de un adulto. No disfruto de los momentos por hallarse inmersa en un pasado que le dejo secuelas hondas: la muerte temprana de Magdalena y la de su hermano Juan Jose de treinta y cinco anos.
    Rosaura vivio para el dolor, para llorar de la manana a la noche a sus muertos, para velar por su hermano menor, Ruben, hasta el ultimo dia. A Maria, su hija, la cuido como un tesoro que le costo mucho concebir. Sintio terror por su salud porque conocia de memoria el sabor de las ausencias; ahogo su juventud con reclamos absurdos y extendio la doctrina de su madre hasta el final de su historia.
    Segun sus propias palabras amo a un Dios que le arrebato la vida.

  • Ahora de Aurelien Barrau

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    Nos enfrentamos a una situacion limite, el reto es inmenso. El planeta Tierra se muere. En los ultimos cuarenta anos, mas de cuatrocientos millones de pajaros europeos han desaparecido, alrededor de la mitad de la poblacion de fauna salvaje ha muerto, la contaminacion mata cada ano tres veces mas personas que el sida, la concentracion de CO2 en el aire no solo ha aumentado, sino que se ha acelerado, una buena parte de la Gran Barrera de Coral esta abocada a desaparecer, el calentamiento global llevara al colapso del precario equilibrio planetario, los incendios forestales se han multiplicado por 4,5 en las ultimas decadas. El futuro esta en peligro. Hay que hacer algo ya. !Ahora!

  • No volvere a tener miedo, Pablo Rivero de Pablo Rivero

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    El reconocido actor Pablo Rivero da el salto a la literatura con una opera prima perturbadora, hipnotica y genuina.

  • La revolucion cultural nazi de Johann Chapoutot

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    La <> era en un principio para el nacional socialismo la simple transcripcion de la naturaleza: reverenciar a los arboles y a los rios, reproducirse, alimentarse, pelear como los demas animales, defender unicamente la propia horda… La desnaturalizacion se produjo cuando los semitas se instalaron en Grecia, cuando la evangelizacion introdujo el judeocristianismo y cuando finalmente la Revolucion francesa termino de instaurar construcciones ideologicas absurdas (igualdad, compasion, abstraccion del derecho…). Para salvar la raza nordico-germanica habia que operar una <>, volver a encontrar el modo de ser de los antepasados y hacer que de nuevo coincidieran cultura y naturaleza. Recreando asi el derecho y la moral fue como el hombre germanico creyo poder actuar de conformidad con lo que exigia su supervivencia. Gracias a la reescritura del derecho y de la moral, golpear y matar se convertian en legal y moral. A traves de aspectos como la lectura del estoicismo y de Platon durante el III Reich, el uso de Kant y de su imperativo categorico o la recepcion del derecho romano en Alemania, Johann Chapoutot pone de manifiesto como se opero la reescritura de la historia de Occidente y por que canales llegaron tales ideas a los actores de los crimenes nazis.

  • Controlando a la estrella (Love me, pop star 1) de Marta Frances

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    Jennifer Scott es cantante.
    Jennifer Scott es una estrella.
    A Jennifer Scott le encanta salir de fiesta.
    Su representante esta cansado de aguantar los escandalos de su tren de vida, de verla ocupando portadas de revistas y portales de internet con fotos de sus fiestas y su descontrol.
    Una clausula de su contrato le da via libre para fichar a alguien que la controle e impida que siga comportandose asi. David Hill entra de lleno en la vida de Jennifer para compartirla las veinticuatro horas del dia, pero ella no pretende ponerle las cosas faciles.
    Jennifer es malhablada, caprichosa e impulsiva. David es firme, arrogante y demasiado atractivo. Se atraen, se odian, se desean y querrian matarse. ?Podran luchar contra los sentimientos que despiertan el uno en el otro?

  • Desde el infierno, con amor (Operacion Khaos) de Alissa Bronte

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    Cuando la Guardia Civil de Almeria desarticula una parte de la organizacion dedicada a la prostitucion y trata de blancas que investiga a nivel internacional, el teniente Cobos recibe una informacion muy valiosa sobre el paradero de Soledad, a la que lleva buscando sin descanso desde hace anos.

  • Solo quedo nuestra historia [LGBT] de Adam Silvera

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    Cuando Theo, el primer amor y exnovio de Griffin, muere ahogado en un accidente, su universo estalla. A pesar de que Theo se habia mudado a California para asistir a la universidad y habia comenzado a salir con Jackson, Griffin nunca dudo de que Theo regresaria con el cuando fuera el momento indicado. Pero ahora, el futuro, todo lo que tenia pensando para su vida, se esta derrumbando.
    Para empeorar las cosas, la unica persona que de verdad comprende el dolor de su perdida es Jackson. Pero sin importar cuanto se sinceren el uno con el otro, Griffin continua hundiendose en su dolor. Comienza a perderse en sus obsesiones y elecciones destructivas, mientras todos esos secretos que tiene tan bien guardados podrian destruir su vida para siempre.
    Si Griffin quiere reconstruir su futuro, primero debera enfrentarse a su pasado, a cada pieza desgarradora del rompecabezas de su vida.

  • En un cafe de Mary Lavin

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    Pocos han oido hablar de Mary Lavin, pues no contabamos con traducciones de su obra en nuestra lengua; sin embargo, a partir de ahora, estamos convencidos de que estos magnificos relatos formaran parte del imaginario de muchos lectores. Si, un descubrimiento, uno de esos libros miticos que llamamos clasico contemporaneo. ?Los escenarios? La Irlanda verde, campestre y tan atractiva como dura, y la Irlanda de las ciudades oscuras y grises --en ocasiones recreada, revivida, desde Estados Unidos--, la de la memoria y el deseo de tantos jovenes expatriados, de tantas viudas. Un libro a la altura del <> de Joyce en muchos momentos. En la senda de Chejov unas veces, de Katherine Mansfield otras --y anticipando la obra de Edna O'Brien--, los relatos de Lavin sorprenderan y cautivaran a los lectores en espanol, y les mostraran tambien el poder que encierra un <> cuento, lo formidable y evocador que puede llegar a ser ese <> antiquisimo e inigualable... Una de las certezas que tenemos al leer esta reunion de historias es que, todas juntas, forman casi una cosmogonia, la novela de una vida, de una familia, de un pais. Y pese a estar muy arraigadas en la sociedad irlandesa de su tiempo, trascienden la epoca y el lugar, pues se ocupan de temas centrales, y desde perspectivas por las que no pasa el tiempo: el amor, el desamor, la familia, la maternidad, la emigracion, los tabus...

  • Luchando por ella de Amy Brent

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    iona Cassidy Aunque parezca de locos, creo que Kyle queria que lo pillara follando con Wendy Lowenstein en nuestra propia cama aquella noche. Sabia que yo llegaria despues de las diez. Era como si todo estuviera planeado solo para ver mi mirada de sorpresa y mi cara de asco. Wendy era la jefa de Relaciones Publicas de la empresa de Kyle, Cassidy Event Management. Una pelirroja bajita, de tetas grandes y expectativas pequenas, que habria saltado de un puente si Kyle le hubiera dicho que lo hiciera. Era guapa, aunque iba siempre demasiado maquillada; de ojos azules y labios gruesos, que mojaba con la lengua todo el tiempo, especialmente cuando Kyle estaba en la misma habitacion. Resultaba muy triste lo pateticamente colada que estaba por mi marido. Por supuesto, Kyle era apuesto; alto, se mantenia en forma, tenia un bonito cabello rubio arena, tez bronceada, brillantes ojos verdes y una preciosa sonrisa que, en los viejos tiempos, hacia que me derritiese. Parecia mas un surfista vestido de Armani que el director general de una multimillonaria empresa dedicada a la organizacion de eventos. Y la mayoria de las veces, actuaba de esa manera. Tambien era un verdadero seductor, demasiado cuando se trataba de mujeres con las que queria acostarse. Kyle se autoproclamo como un experto dando abrazos. Si eras mujer, encontraba una razon para tocarte el brazo o ponerte la mano en la espalda. Te abrazaba cuando entrabas en la habitacion y te abrazaba cuando te ibas. A veces, el gesto duraba demasiado como para ser simple cordialidad. A mi solia abrazarme asi. Y yo solia disfrutarlo. Ahora, en cambio, no. Encuentro sus abrazos repulsivos. Lo mas chocante de pillarle con Wendy fue que ella no encajaba en su tipo. Wendy era bajita, no estaba delgada y era la tipica persona ansiosa por complacer. Todas las mujeres con las que me habia enganado, al menos las que yo conocia, eran altas y delgadas, de pelo rubio y ojos azules, como yo. Tal vez mi magullado ego asumia que yo establecia el estereotipo de las chicas con las que Kyle se acostaba. Tal vez el hecho de que se parecieran a su esposa era solo una coincidencia. O, tal vez, nunca tuvo un tipo de mujer en concreto. Quiza se habia abierto camino entre las rubias altas y, ahora, estaba pasando a las pelirrojas gorditas. No me sorprendio lo mas minimo que Wendy se acostara con mi marido. Se lo habria follado en la plaza del pueblo al mediodia si el quisiera. Ella, literalmente, babeaba cuando Kyle la miraba. Practicamente tenia tatuada en la frente la palabra <>, al menos en lo que respectaba a Kyle. Siempre senti un poco de lastima por ella, hasta que la encontre tirandose a mi marido en mi casa, en mi cama. No me habria molestado tanto si se lo hubiera montado con Wendy en su despacho, apoyando su gordo trasero sobre su escritorio, pero la trajo a mi casa, le quito la ropa y se la follo en mi cama. Hace mucho tiempo que dejo de importarme que Kyle follase con otras, era un hecho que habia asimilado ya, pero tenia que respetar ciertos limites si esperaba que siguiese casada con el. Y mi casa estaba fuera de ellos. Kyle sabia que iba a asistir a esa cena benefica con sus padres --su propia empresa la patrocinaba--, que terminaria sobre las diez y que me iria directamente a casa, por lo que llegaria a las diez y media como muy tarde. Debi suponer que algo pasaba cuando vi a ese babuino de Danny O’Shea frente a nuestro edificio, fumando con el portero. Kyle no era capaz ni de ir a cagar, a menos que supiera que Danny vigilaba. Desde luego, su vida no estaba en peligro. No era ningun mafioso, por el amor de Dios, aunque a veces creo que se imaginaba a si mismo como tal. Su serie favorita era Los Sopranos. Adoraba a Tony Soprano; el mafioso asesino, tramposo, despiadado y fornido que hacia lo que queria a quien queria, sin importarle las consecuencias. La idea de hacer lo que quisiera, sin tener que rendir cuentas, fascinaba a Kyle. --Imaginate el vivir sin preocuparse por las repercusiones de tus actos --me dijo una vez mientras veiamos la serie en la cama, despues de una ronda de sexo a medias--. ?No seria genial? Esa fue su manera de decirme que yo era una repercusion. Yo era la unica ante la que respondia, aunque ya no lo hacia mucho. No le importaba lo que yo pensara, siempre y cuando mantuviera las apariencias y no malgastara su fortuna familiar. La diferencia entre Tony Soprano y Kyle Cassidy era que Tony Soprano era un ganster y Kyle no. Aunque ambos coincidian en algo: no tenian corazon. Danny O, como Kyle llamaba a su gorila, no me dijo nada cuando sali de la limusina y espere a que el portero me abriera la puerta para entrar. Danny habia sido luchador profesional y su cara lucia las marcas y cicatrices de la docena de anos que habia pasado peleando contra otros hombres tan grandes como el. Su frente colgaba sobre sus ojos, como la ceja de un cavernicola. La nariz se la habian roto numerosas veces, por lo que en el puente tenia un chichon y la punta se inclinaba extranamente hacia la derecha. Su oreja derecha habia sido tan golpeada que, ahora, semejaba una coliflor y su rapada cabeza estaba llena de cicatrices, que el mostraba como insignias de honor. Su complexion era fuerte, por supuesto; hombros anchos y brazos gruesos que parecia que, en cualquier momento, romperian las costuras de los caros trajes que llevaba; trajes comprados por mi marido. Lo mas amenazante de Danny O’Shea, al menos para mi, eran sus ojos. Nuestras miradas se encontraron un instante cuando sali de la limusina y camine hacia la puerta. Fue como mirar fijamente los ojos muertos de un tiburon justo antes de que hundiera sus dientes en tu carne. No soportaba estar cerca de Danny O’Shea y sabia que el no me apreciaba mucho. Me miraba como si fuera a comerme de un solo bocado, pero Kyle adoraba a ese pitbull. Danny haria lo que Kyle le dijera, cosas que mi marido nunca se atreveria a hacer por si mismo. Una vez dentro del ascensor, puse mi tarjeta en la ranura y marque los numeros del teclado para que me llevara a nuestro atico, en el piso 30. Me recoste contra la pared del fondo y suspire. Entonces, contemple mi reflejo en las puertas de espejo. Parecia cansada, a pesar de que el maquillaje y el pelo siguieran aun perfectos. El corto vestido negro que llevaba y los tacones hacian que mis tonificadas y bronceadas piernas se vieran increibles, pero los zapatos me estaban matando y el tanga se me habia metido incomodamente por el culo. Lo unico que deseaba en ese momento era llegar a casa, desnudarme y meterme en la banera. Di por hecho que Danny habia avisado a mi marido de que estaba subiendo. Kyle probablemente ya estaria borracho, repantingado frente a la television, viendo una pelea de lucha libre. No me sorprendio que no se presentara aquella noche a la velada, aunque me habia jurado que lo haria. Las promesas de Kyle tenian muy poco peso para mi. ?Por que se molestaba en mentirme, si ambos sabiamos que no las cumpliria? Supongo que era un habito. A veces me preguntaba cuanto tiempo tratariamos de seguir manteniendo lo nuestro. Kyle odiaba todo lo que no implicara a hombres sudorosos dandose palizas sobre un ring o a mujeres bailar desnudas alrededor de una barra. Los actos de caridad eran proyectos de su madre, Ramona, y como el padre de Kyle --Edward-- era el dueno de la compania y controlaba los hilos, querian que su unico hijo estuviera con ellos. Kyle tenia que asistir, sin embargo, solia inventarse cualquier excusa de ultimo momento para no ir y a mi no me quedaba otra que acudir sola. Eso no me importaba. En realidad, me caia bien su padre y podia tolerar a su madre. Ademas, resultaba agradable alejarse de el, aunque fuera solo por una noche. --Nos vemos alli, Fee --me habia dicho mi marido por telefono a las ocho. Supongo que me llamo <> porque Fiona debia ser demasiado esfuerzo para el. Cuando trate de localizarlo, media hora despues, saltaba directamente el buzon de voz. Su madre estaba decepcionada. Su padre, furioso. A Kyle le esperaba una buena bronca el lunes, aunque no serviria de mucho. Las puertas del ascensor se abrieron en nuestro vestibulo. El atico era enorme --tenia mas de quinientos metros cuadrados-- y era todo un homenaje al despilfarro. Mi suegra habia insistido en decorarlo como regalo de aniversario y Kyle se nego a que yo lo redecorara porque eso heriria los sentimientos de su madre. Dios, odiaba aquellos adornos tan recargados, los muebles antiguos, el pesado papel tapiz y las persianas. Parecia sacado de una vieja pelicula. El dia en que la madre de Kyle muriera, seria el dia en que comenzaria la redecoracion. El atico tambien tenia mucho mas espacio del que necesitaban dos personas. Incluso aunque, como nosotros, se evitaran y vivieran en extremos opuestos de la casa. Mi dormitorio era mi santuario personal, mientras que Kyle pasaba la mayor parte del tiempo en la sala, donde una gigantesca pantalla de television cubria una pared entera. Cuando Kyle compro el piso, sin siquiera consultarme, dijo que era porque seria el lugar perfecto para formar una familia ya que habria espacio de sobra para que los ninos jugaran. Eso fue hace cinco anos y todavia no tenemos hijos. Lo intentamos durante un tiempo, sin embargo, luego parecio convertirse en una carga para el; tener relaciones con el fin de tener hijos, en vez de como simple diversion, no es lo suyo. Asi que, el sexo disminuyo de manera constante y la idea de formar una familia se perdio por el camino. Me alegro de que no hubieramos tenido hijos. No desearia que un nino tuviera que soportar un matrimonio como el nuestro. Aunque, lo cierto, es que tampoco recuerdo cuando fue la ultima vez que nos acostamos juntos. Apostaria a que no fue muy bueno. Al salir del ascensor, el atico estaba en silencio. Deje el bolso y las llaves en la mesita del vestibulo y me saque los tacones porque los pies me estaban matando. Cogi los zapatos y me dirigi a nuestra habitacion. El dormitorio principal se hallaba al final de un largo pasillo. Iba por la mitad del corredor cuando, de pronto, oi unos gemidos que procedian de nuestro cuarto, cuya puerta estaba entreabierta. Enseguida supe lo que pasaba alli dentro. Reconoci vagamente los silbidos y grunidos de Kyle. Eran unos sonidos que hacia mucho que no oia. Como pude encontrarlos sexis antes. Me acerque hasta la puerta y me asome. Entonces, vi a Wendy acostada en mi cama, con el culo en el borde del colchon. Sus piernas se encontraban abiertas de par en par, sus pies en el aire y apretaba los punos con fuerza en mis sabanas. Kyle estaba de pie entre sus muslos, sosteniendola por los tobillos, mientras entraba y salia de ella con un movimiento tan brusco que parecia que montaba un toro mecanico. Me concentre en Wendy por alguna razon. Probablemente porque ya habia visto a Kyle follar y nunca fue tan impresionante. Sus grandes tetas saltaban como globos de agua en su pecho. Tenia los ojos cerrados y se mordia el labio inferior, al tiempo que emitia pequenos chirridos cada vez que Kyle se metia en ella. Kyle iba a toda velocidad. Salia casi fuera de su sucia vagina y, luego, empujaba tan fuerte que sus pelotas golpeaban su culo carnoso y causaron que todo su cuerpo saltara. La polla de Kyle no era larga, pero era extranamente gruesa, semejaba mas un pepino gordo que un pene. Tuve que reconocerle el merito. Estaba dandole un gran uso a lo que tenia. Aparentemente, no habia perdido su toque porque Wendy lloraba como una verdadera banshee al ser liberada de la caja de Pandora.

  • La guardiana del ambar de Freda Lightfoot

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  • La inesperada verdad sobre los animales de Lucy Cooke

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    Verdades sorprendentes, chocantes y a menudo muy divertidas sobre el reino animal, en un libro delicioso que combina rigor y humor.
    ?Lo sabemos todo sobre los animales? ?Nuestros conocimientos sobre ellos son realmente cientificos? ?O nos dejamos arrastrar por mitos, cliches y falsas verdades?
    Este libro nos desvela como proyectamos sobre los animales nuestras creencias, como les atribuimos actitudes y roles que son traslaciones de nuestra vision del mundo. Y asi, seducidos por las imagenes de un celebre documental sobre pinguinos, los convertimos en un dechado de virtudes familiares, fidelidad y responsabilidad. Entranable. Pero ?realmente son asi? Pues resulta que mas bien no...
    Y, como este, el libro tira por tierra otros muchos mitos falsos: ?de verdad son cobardes las hienas? ?Los murcielagos son aficionados al vampirismo? ?Son los buitres los malos de la pelicula? Y ademas nos ofrece un jugosisimo anecdotario que va de la costumbre de los perezosos de defecar cada ocho dias al uso cosmetico de los testiculos de castor, pasando por la fuga de hipopotamos del zoo de Pablo Escobar en Colombia, la aficion de los supuestamente timidos pandas a los trios, el peculiar ciclo reproductivo de las ranas o el desaforado apetito sexual de los pinguinos. Lucy Cooke ha escrito un delicioso ensayo de ciencias naturales, instructivo y muy divertido, que habla de los animales, de nosotros y de nuestros prejuicios y fantasias.

  • Nosotros, ?para siempre? de Chloe Santana

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    El primer amor nunca se olvida, ?o tal vez si?

  • Toda una vida para amarnos de Susy Hope

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    Emma esta intentando superar un doloroso suceso del pasado que no la deja avanzar. Regresa a casa de sus padres sumida en un pozo sin fondo; no sabe como rehacer su vida. Junto a ellos, pero en especial, junto a sus amigas, Nona y Martina empieza a creer que puede lograrlo.
    Cuando se encuentra con fuerzas y animos suficientes, se traslada a Barcelona donde enseguida encuentra piso y un nuevo trabajo como maestra infantil. Los companeros y en especial la directora del centro, la acogen como a una mas. Pero no todos los companeros son lo que parecen.
    Sin embargo, parece ser que la vida no esta dispuesta a darle un respiro, al menos de momento. Un cumulo de situaciones le impide comenzar la tan ansiada nueva vida lejos del pasado.
    Entre el pasado, una terrible noticia, un suceso inquietante, un amor que pende de un hilo y una herencia genetica que la llevara a tropezarse por donde va, Emma se vera envuelta en una tension que le sera muy dificil canalizar.
    ?Conseguira superar todos los obstaculos? ?Sera feliz, de una vez por todas?
    Solo ella tiene las respuestas

  • Viernes 23 de julio de Alfonso Sierra Garrido

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    Nos creiamos dioses; seres capaces de lograr cualquier cosa gracias a los avances tecnologicos conseguidos desde la Revolucion Industrial. Sin embargo, una manana de verano, un fenomeno desconocido y poderoso devolvio a la humanidad a su olvidada lucha por la supervivencia.
    El viernes 23 de julio de 2027 la luz se apago, tambien dejaron de funcionar los aparatos electronicos. El caos se extendio por la ciudad atentando contra las normas de convivencia que regian nuestra sociedad organizada y moderna.
    El escrito de Andres Caviedes quedo como cronica de los acontecimientos que transformaron este mundo en un lugar hostil y despiadado con los mas debiles. Un viaje lleno de traiciones, miserias e injusticias en el que compartiremos, a traves de la joven mirada de su protagonista, una apasionante aventura por sobrevivir.

  • Al tercer dia de Roser A. Ochoa

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    En un solo segundo la vida puede cambiar. Pasar de tenerlo todo, a perder lo que mas has querido, de ser feliz, a no poder deshacer el nudo que atenaza tu garganta y que amenaza con ahogarte. Y a pesar de lo que pueda parecer, poner miles de kilometros entre el dolor y tu no suele funcionar.

  • Havana’s Cafe de Roser A. Ochoa , Yolanda Garcia

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    ?Puede el robo de un Aston Martin cambiar el destino de dos personas? La respuesta es si.
    Jhett Rider pone en jaque la vida de Miranda Clarins cuando el azar hace que sus caminos se crucen. Y aunque enamorarse no entraba en sus planes, ambos sucumbiran a lo inevitable. Pero Jhett esconde un secreto que, de salir a la luz, podria dinamitar la confianza de Miranda y acabar con todo… Y es que el amor, a veces, puede no ser suficiente.

  • El rastro de su voz de Antonio J. Sanchez

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    Una fria tarde de 1945 Martin llega a San Nicolas, un hogar para ninos huerfanos con trazas de mansion embrujada donde permanecera hasta que su madre se cure de una tuberculosis. Antes de marcharse, ella le hace valedor del mayor de sus tesoros: El Rastro de su Voz, un pequeno disco de pizarra que cambiara su vida para siempre. Martin pronto descubre que la herencia de su madre es algo mas que un trozo de plastico, una cancion maldita que le arrastrara durante anos por un laberinto de secretos y mentiras, y por la que un misterioso coleccionista de objetos unicos esta dispuesto a pagar toda una fortuna.

  • Verdugo de Yaira Britos

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    Genova queria a un hombre que la hiciera temblar unicamente con una sonrisa, pero, sobre todo, ella queria experimentar y solo hacia falta que tocara la puerta de la oficina de aquel magnate multimillonario para recibir todo lo que alguna vez habia deseado.

  • Un dia mas de Mitch Albom

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    ?Quien no ha sonado alguna vez con reunirse con sus seres queridos fallecidos aunque solo sea para pasar un dia mas juntos?Chick Benetto ha perdido todo en su vida y esta a punto de suicidarse. En ese momento, en la frontera entre la vida y el mas alla, se reencuentra con su madre, fallecida hace anos euros juntos pasan un dia, viajaran al pasado y Chick por fin tendra la oportunidad de comprender muchas cosas de su vida.

  • Inframundo (Guardianes Del Alma 4) de Kim Richardson

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    Kara inhalo profundamente y soplo el polvo de una fila de libros con cubiertas agrietadas y lomos arrancados. El aire olia a una mezcla de pegamento y moho. Las motas de polvo flotaban como un enjambre de insectos y la humedad caliente y humeda se sostenia en el ambiente y se aferraba a su ropa. No era el ambiente perfecto para guardar libros viejos, pero le encantaba el olor rancio de la tinta sobre el papel. Era el olor de la imaginacion... donde las grandes mentes se unian y creaban magia con tinta y papel, el olor de aventuras aun no descubiertas. En los libros, todo era posible… y eso le encantaba. Limpio el sudor de su frente y sujeto su cabello en una coleta. Ella apreto Las Aventuras de Huckleberry Finn entre El Llamado de la Naturaleza y El Viejo y el Mar, en la seccion de novelas clasicas. Las coloco en una perfecta linea recta, con sus lomos dispuestos verticalmente. Una vez que estuvo satisfecha con su trabajo, limpio la humedad y la suciedad de sus manos en sus pantalones de mezclilla, agregandole un tanto a la capa de suciedad de la jornada. La escalera se sacudio y se tambaleo bajo su peso. Apreto las manos con firmeza alrededor del riel y bajo con cuidado. Una vez que llego a la parte inferior, salto el ultimo escalon. Con una sonrisa en su rostro, Kara empujo un carrito de metal apilado con libros y revistas hacia la parte delantera de la tienda. Se agacho bajo la unica bombilla que oscilaba nerviosamente de un cable suelto en el centro de la tienda y condujo el carro entre montones de libros que se tambaleaban peligrosamente en altas torres, llegando hasta el techo en algunos lugares. Rayos de luz se derramaban a traves de un gran ventanal de la parte delantera de la tienda iluminando las estanterias con un suave resplandor dorado. Las particulas de polvo brillaban a la luz como copos de nieve en miniatura. Kara podia ver las telaranas grises que colgaban de las esquinas mas altas del techo e hizo una nota mental para retirarlas mas tarde con su escoba. Papel tapiz pintado a rayas marrones y beige se escarapelaba de las paredes detras de un debil mostrador de madera colocado a la derecha de la tienda. Una vieja caja registradora con botones manuales y una palanca roja estaba colocada encima de el. Debajo de la caja registradora habia una vitrina con bolas de cristal de diferentes tamanos. Kara se reia al ver su retorcida imagen en ellas. Una brisa calida agito el flequillo de Kara de su rostro. Los carillones de viento cantaron suavemente encima de la puerta abierta. Kara estornudo y el carrito dio un salto. Un grueso manto de polvo cubria la mayoria de los estantes de libros posteriores, una clara indicacion de que aun tenia mucha limpieza que hacer. Tardaria mucho en retirar el polvo de anos de abandono de la tienda. Dudaba seriamente que alguna vez hubiera estado limpio, para empezar. En su primer dia en la tienda, Kara habia limpiado muy bien las ventanas y habia barrido y trapeado los pisos de su sucia capa de mugre y de unas manchas color marron que ella preferia no saber que eran. Kara inhalo alegremente el viento del verano que llegaba desde la puerta abierta... dientes de leon y cesped recien cortado... su espiritu sonreia con cada nuevo olor. Era una sensacion increible. Habia terminado la escuela y ahora era, oficialmente, una empleada en un lugar que admiraba y respetaba. El Sr. Patterson le habia dado un trabajo de verano en su libreria. Sus funciones eran ayudarle a clasificar todos los libros en un nuevo programa informatico, mantener la tienda limpia y trabajar la caja registradora cuando el estaba en su hora de almuerzo. Habia resultado ser el mejor trabajo de todos y Kara estaba determinada a ahorrar suficiente dinero para cursar el primer semestre en el Dawson College. El Sr. Patterson incluso le dijo que podria seguir trabajando medio tiempo cuando fuera a la escuela. Ella no podria pedir un mejor jefe o un mejor trabajo. Por fin, las cosas finalmente estaban mejorando para ella. Sujeto el carro, tomo un punado de revistas National Geographic y las coloco por fecha a lo largo del estante intermedio del revistero. Las coloco todas juntas... y se congelo. Su cabello se erizo de repente. Kara sintio una presencia inexplicable. Siguio la fuente de la sensacion hacia la ventana... Alguien estaba mirandola desde el otro lado de la calle. Su corazon se agitaba en su pecho. Una chica joven con un vestido blanco estilo antiguo con un gran lazo rojo atado en el medio, miraba a Kara desde el lado opuesto de la calle. Su sedoso cabello negro le llegaba a la linea de la mandibula y acentuaba sus rasgos afilados. Era hermosa, como una muneca de porcelana. Parecia tener cerca de doce anos. Incluso desde la distancia, Kara podia ver rastros de enrojecimiento alrededor de sus ojos y nariz. Su palido rostro se retorcia en una mueca, tenia una mirada aterrorizada. Kara casi podia sentir su tristeza. Sus ojos suplicaban ayuda, la ayuda de Kara. Una conexion inexplicable con la chica se removio en el pecho de Kara. Era como si estuvieran emparentadas de alguna manera, como si fueran primas segundas. La chica volvio la cabeza de repente y empezo a retroceder. Dos hombres en trajes grises meticulosamente entallados se acercaban a la joven desde ambos lados. Su pelo era blanco platino y sus rostros eran identicos. Su piel tenia un enfermizo color blanco parecido a los albinos. Se movian con rapidez, con un proposito. La chica se reclino contra la pared frontal de la tienda vecina. Fijo su vista una vez mas en los ojos de Kara, en una suplica silenciosa. Con los labios, deletreo Ayudame. Kara contuvo su respiracion. La muchacha estaba atrapada entre los dos misteriosos hombres de ojos negros. El ruidoso martilleo del corazon de Kara ahogo todos los demas sonidos a su alrededor. La chica no era rival para esos dos malvados hombres. Kara tenia que hacer algo, tenia que salvarla. Kara empujo el carrito fuera de su camino y se arrojo sobre el mostrador. Tomo el bate de beisbol que el Sr. Patterson mantenia oculto detras del mostrador en el caso de una operacion peligrosa con un cliente y salio corriendo de la libreria a la calle. Se detuvo de golpe. Estaba vacia. La nina habia desaparecido y los hombres de ojos negros tambien habian desaparecido. La calle estaba en silencio, la acera estaba vacia salvo por unas palomas recogiendo migajas en el suelo. ?Estaban sus ojos jugandole una broma otra vez? ?Era esta otra de sus visiones extranas? Durante los ultimos meses habia tenido sentimientos recurrentes de que estaba siendo vigilada. Habia percibido espeluznantes sombras en lugares oscuros siguiendo todos sus movimientos, arremetiendo contra ella cuando pensaban que ella no estaba mirando. Pero tan pronto como ella daba la vuelta para hacer frente a lo que fuera, desapareceria en un abrir y cerrar de ojos. Quizas este era uno de esos sucesos, o tal vez ella se estaba volviendo loca. Ella penso que debia ser eso. "?Planeas pegarle a alguien con ese bate?" Kara giro, un apuesto adolescente con una sonrisa insolente peinaba su rubio cabello con sus dedos. Con la cabeza en el aire, paseo hacia ella dando saltitos. "?Estare seguro? ?O debo volver mas tarde?", rio David, metiendo sus manos en los bolsillos. Kara lo ignoro y observo el lado opuesto de la calle. "Yo... me parecio ver algo". David levanto las cejas. "Asi que decidiste hacerla de vigilante y tomaste un bate de beisbol... ?para golpearlos?" "Vi a una chica. Creo que estaba en problemas...no. Se que estaba en problemas. Estaba muy asustada, necesitaba mi ayuda". Los nudillos de Kara estaban blancos por la fuerza con la que presionaba el bate. Recordo el rostro petrificado de la nina cuando los hombres se acercaron. "?Que chica?" David la busco por la calle. "No veo a ninguna chica. ?Seguro que has visto algo? Ya sabes, todo ese polvo que inhalas todo el dia podria estar afectando tu cerebro". Kara suspiro y bajo el bate. "Estaba alli hace un minuto, estoy segura de ello. Y habia dos hombres de aspecto extrano con el pelo blanco... realmente feos y escalofriantes. Senti que iban a hacerle dano. Tenian unos ojos negros que daban miedo". "?Ojos negros? ?Como si los hubieran golpeado en la cara o algo asi? Justo como lo ibas a hacer tu con el bate, ?no?" Kara miro la cara perpleja de David y decidio dejar el tema. Claramente pensaba que ella estaba loca. Ella movio la cabeza y se encogio de hombros. "No importa", respiro con frustracion y luego le dio una sonrisa ladeada. "?Que haces aqui tan temprano? Pense que tenias practica de futbol". "Asi es", David hizo varios pases con los pies para impresionar a Kara. "Se cancelo. Creo que podriamos ir al cine, o algo asi". Kara se esforzo para no sonreir, pero su rostro la habia traicionado. Miro hacia otro lado. Sus mejillas se sentian calientes, y supo al instante que se habia sonrojado. Su corazon rebotaba entre sus orejas. "Bueno… dejame preguntarle primero al Sr. Patterson. Quiza aun necesite que me quede el resto del dia". Esperaba secretamente que no lo hiciera, David habia venido a la tienda todos los dias desde la primera vez que se habian encontrado accidentalmente hacia ya dos meses. Y cada vez que llegaba, las mariposas se agitaban dentro de su vientre. Con el bate de beisbol colgando a su lado, Kara entro a la tienda. David se agacho debajo el carillon de viento y la siguio. Oyo el chasquido de la puerta de atras, volvio a ver hacia arriba. El Sr. Patterson caminaba hacia ellos. Sus huesos crujian y tronaban. Rasco su cabeza, haciendo ondas en su pelo blanco. Sus cortas piernas se asomaban por debajo de sus habituales bermudas caqui y coloridas camisas hawaianas amarillo con naranja. Las tablas del suelo crujian bajo el peso de sus pies descalzos. Kara nunca entendia por que andaba descalzo sobre la suciedad y el polvo del suelo, pero con el paso del tiempo se habia acostumbrado a ver sus cuadrados dedos del pie y largas unas amarillas. Se hizo una nota mental para adquirir un certificado de regalo en el spa local Pies de Diez para una pedicura. Si estaba obligada a ver sus pies, por lo menos deberian verse bien. El Sr. Patterson les saludo con entusiasmo. "!Hola, Denis! ?Que te trae a este lado del mundo literario? ?Has venido a comprar un libro por fin? Hay una nueva seccion con grandiosos libros de aventuras para ninos alli..." el arrojo su larga barba blanca sobre su hombro y senalo a un alto estante de libros a su izquierda. David sonrio incomodamente y rasco la parte posterior de su cuello. "Uh… no, Sr. P... pero gracias de todos modos. Estoy seguro que todos son… muy buenos" David volvio a ver a Kara y hablo por la esquina de su boca. "El todavia me llama Denis". Kara cubrio su boca y se rio. El Sr. Patterson se detuvo y miro con recelo Kara. "?Clara? ?Por que estas sujetando el bate loco? ?Paso algo? ?Entraron en un combate con un cliente psicotico?" David suspiro. "?El bate loco? ?En serio? Suena un poco loco para mi..." Kara pateo a David en la espinilla y escondio el bate de beisbol a sus espaldas. "Uh… nada. Solo estaba… limpiandolo". Se inclino sobre el mostrador y dejo caer el bate detras de el. "En realidad, Sr. P", dijo David, "vine a ver si Kara podia tomarse el resto de la tarde". "Ya veo". El Sr. Patterson vio a David sospechosamente por un momento. Sus ojos azules se asomaban por debajo de los pliegues de cientos de arrugas. El fruncio los labios y se rasco la cabeza. "Bueno, no veo por que no. Creo que Clara ya hizo suficiente por hoy. Puedes irte con Denis si lo deseas".

  • La tierra desnuda de Rafael Navarro De Castro

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    Manuel Vilas Decia Luis Bunuel que en su pueblo, en la provincia de Teruel, la Edad Media habia durado hasta bien entrado el siglo xx. Algo asi sucede en el escenario de esta novela, un lugar que puede ser casi cualquiera en la Espana interior. Alli nace, al mismo tiempo que la Segunda Republica, un nino llamado Blas. Y en el mismo lugar muere, ochenta anos despues, sin ser consciente de que se lleva a la tumba una forma de vida milenaria. El es el ultimo.

  • Dibujando una vida de Fanny Vega

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    Lo que Diego mas ama es dibujar, algo innato en el pero que su padre odiaba. Su infancia y la de su hermana no fue facil y los marco de por vida.
    Un hombre inseguro, con miedos e inseguridades que jamas pudo decirle a la mujer que amaba lo que sentia, resignandose a amarla en silencio.
    Hasta que un beso entre ellos lo cambia todo.

  • La perla de John Steinbeck

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    Cuando la noticia del gran hallazgo de Kino –la “Perla del Mundo”– se esparcio por el pueblo, nadie imagino el poder que esta tendria para enganar, corromper y destruir.

  • La invitacion de Belinda Alexandra

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    Cuando llegue a la cafeteria de la Rue du Faubourg-Montmartre, mis extravagantes amigos ya estaban alli enfrascados en una animada conversacion. Claude fue el primero en verme y me saludo con la mano. Los demas se volvieron para ver quien habia llamado su atencion. Por su expresion de alegria estaba claro que les habia dado la buena noticia. --!Ahi va nuestro gran exito literario! --dijo Nicolas. No se habia quitado el mono antes de ir a la cafeteria y llevaba la ropa y la cara manchadas de pintura amarilla y negra--. !Os presento a mademoiselle Emma Lacasse, autora de historias de misterio! Claude se levanto y me dio un beso. Estaba guapo con su traje de pana, la cara bien afeitada y su mata de pelo castano ondulado. Aunque era frances, rezumaba una sensualidad mediterranea que acentuaba su atractivo. Despues de cinco anos juntos, aun me hipnotizaban sus ojos grises. --Supongo que no te importara que les haya contado lo de la novelita antes de que tuvieras la oportunidad de hacerlo tu --dijo, dandome un apreton en la mano--. La noticia es demasiado emocionante para callarsela. --Nos da esperanzas de que nuestros barcos lleguen algun dia --dijo Sophie, que se cambio de sitio para que Claude y yo pudieramos sentarnos juntos--. Que bonito, por cierto --anadio, clavando sus ojos de muneca en mi vestido azul marino--. ?Es nuevo? Negue con la cabeza. --No, pero le he puesto encaje en el cuello y los punos. --!Hoy invitas tu! --exclamo Robert, peinandose hacia atras su cabello castano rojizo. Era poeta, pero su verdadero talento era convencer a otros de que le pagaran las cosas. --De acuerdo --dije, haciendo senas a Jean-Francois, el propietario de la cafeteria, para que nos trajera un par de jarras de vino y unos vasos. Aunque el anticipo que habia cobrado por la novela dificilmente ahuyentaria a los lobos, tenia ganas de celebrarlo. Despues de anos enviando textos a revistas literarias, docenas de relatos cortos y unas cuantas obras en un acto, finalmente habia escrito algo sustancial. Belda, cuyo cabello blanco grisaceo, pomulos altos y piel de porcelana recordaban a una reina de cuento de hadas, se me acerco. --Me gusta el argumento --dijo--. Todas las mujeres que han sido traicionadas por su amante querrian cobrarse su venganza igual que lo hace tu heroina, aunque su retribucion es bastante accidental. ?Que estas escribiendo ahora? --Estoy acabando otra novela corta titulada El gato misterioso... y varios relatos --respondi --. Despues intentare escribir mi primera novela extensa. --?Ya tienes alguna idea? --pregunto--. Tendrias que incluir a un personaje que sea arpista. Lo que conoces siempre es util a la hora de escribir. Mientras le exponia mis ideas, abrio su cuaderno de bocetos y empezo a dibujar furiosamente. Belda era una de mis excentricas favoritas de Montmartre. De joven era una artista prometedora, pero su marchante la explotaba. Cuando intento despedirlo, el le aplasto la mano derecha con un torculo. No se habia percatado de que Belda era zurda, y el juicio posterior la hizo famosa y disparo la cotizacion de su obra. Con el dinero de la indemnizacion, compro en la Rue Girardon una casa con jardin cuyas dimensiones le permitian alquilar varias habitaciones, y se daba una buena vida con su coleccion de gatos, perros, ocas y cabras rescatados. Tambien dirigia galerias de arte y en ocasiones ejercia de critica literaria. Fue Belda quien me presento a mi editor. Cuando hubo terminado, me tendio el dibujo. Habia captado fielmente mi rubio niveo, mi cuello esbelto y mis hombros y brazos delgados. Curiosamente, tambien habia logrado plasmar mi mirada ausente. Jean-Francois llego con el vino y los vasos, y dejo un ejemplar de mi coleccion de relatos cortos, Histoires de fantomes, encima de la mesa para que lo firmara. Siempre me emocionaba al ver la portada de tela amarilla con mi nombre grabado en oro encima del titulo. --Lo pondre con orgullo en el mostrador y le dire a la gente que mademoiselle Lacasse es una de mis clientas habituales --dijo. --Miralos --susurro Sophie, senalando a una pareja que nos observaba desde la otra acera. La mujer llevaba un vestido de bucle con mangas pierna de cordero y cuello y canesu de saten. Su acompanante tambien iba muy elegante con un traje de rayas, solapas en punta de lanza y un sombrero estilo Homburg. No podian desentonar mas en aquella calle cubierta de estiercol, pero nos miraban a nosotros y a la cafeteria como dos ninos asomados al escaparate de una tienda de chucherias. --!Venid, venid! --exclamo Jean-Francois--. !Venid a beber en una autentica cafeteria bohemia donde los artistas, bailarines y escritores mas interesantes se pasan el dia fraguando ideas maravillosas! Su invitacion fue como agitar una zanahoria delante de un burro. La pareja se miro, cruzo la calle a toda prisa y se sento entusiasmada a la mesa que les ofrecia Jean-Francois. Claude y yo intercambiamos una sonrisa. --!Que guantes! --dijo Sophie, cautivada por el atuendo de la adinerada dama--. !Amarillo claro, imaginate! Probablemente se los pone solo una vez y luego los tira. --Suspiro de envidia --. Estoy convencida de que nunca tiene frio. Seguramente no sale de la cama hasta que los sirvientes han encendido las chimeneas. A mi me aterra este invierno. El estudio de Vauclain siempre esta helado y, aunque tiene dinero, protesta si le pido que eche mas carbon a la estufa. --Una vez fui a cenar a casa de Vauclain --dijo Belda--. Se guardo su mejor botella de vino para el y sirvio uno mas barato a sus invitados. Todos nos echamos a reir. --Eso mismo hara Robert algun dia --dijo Claude--. Si es que alguna vez nos invita a cenar. Robert se unio al jolgorio. En nuestro pequeno grupo de artistas nos tomabamos el pelo sin compasion, pero siempre nos apoyabamos unos a otros. Pese a la avaricia de Robert, nos gustaban sus fanfarronadas y disfrutabamos oyendo sus historias, sobre todo de su epoca trabajando en un circo. Mientras los demas seguian hablando, me fije en el brazo delgado de Sophie cuando cogio su copa de vino. Era todo piel y huesos, y no podia permitirse perder mas peso si queria seguir trabajando como modelo de artistas. Pedi sopa de champinones y pan y despues fingi que era demasiado para mi y se la pase. --Gracias --dijo antes de probar una cucharada--. Mi hermana, la de Pont-Aven, vuelve a vivir conmigo. La quiero, pero me vuelve loca. !Insiste en cocinar para mi, pero, o se pasa con la sal, o se quema la comida! No tengo dinero para ir constantemente al mercado. --?Por que vive contigo? --Ella y su marido han vuelto a discutir. Es un bruto que se pone violento cuando bebe. Yo ya le dije que no se casara con el. --Al menos podeis recurrir la una a la otra en tiempos de necesidad --dije--. Compensa que te vuelvan loca. Mientras hablaba, me percate de que Claude estaba escuchando. Se tiro del lobulo de la oreja, pero no dijo nada. Robert empezo a contar una historia sobre unas hermanas siamesas a las que conocio en el circo. --Una era contralto, y la otra, soprano, y era precioso escucharlas... Claude me toco la mano y ladeo la cabeza en direccion al reloj colgado en la pared de la cafeteria. --Deberiamos irnos si quieres ver a tu editor antes de que se vaya --me recordo. Nos despedimos del resto y entramos en la cafeteria para pagar a Jean-Francois, que busco debajo de la barra y entrego a Claude un sobre con dinero. --Esta semana he vendido casi todas tus postales --dijo--. No tardes en traerme mas. Claude se guardo el sobre en el bolsillo sin mirarlo y asintio. Los bocetos llevaban la firma de <>, que para Claude era el equivalente a un seudonimo. Dibujaba escenas parisinas y las vendia en varias cafeterias y tiendas para turistas para financiar sus obras de arte mas serias. --Y para usted, mademoiselle --dijo Jean Francois--, tengo un paquete aun mas grande. -- Me entrego un monton de sobres atados con un cordel--. Sus admiradores aumentan cada dia. Llegaron todas de golpe. !Si todas las cartas fueran de mis admiradores! Me meti el paquete debajo del brazo antes de que Claude viera los sobres amarillos de Roche & Associates, los acreedores. --El editor te aconsejo bien cuando dijo que no les dieras tu direccion a los lectores -- comento Claude cuando salimos a la calle--. Pronto tendras que contratar a una secretaria. Mi sonrisa era mas bien una mueca. No me gustaba guardarle secretos a Claude, pero no era rico. Lo ultimo que queria era que hiciera un esfuerzo heroico para salvarme. Mis deudas eran mi problema y tenia que afrontarlas yo sola. Mi editor, monsieur Plamondon, tenia su oficina en la Rue Auber, en el noveno arrondissement. Cuando su empleado anuncio mi llegada, me recibio con una amplia sonrisa que mostraba el hueco que tenia entre las dos paletas. Tuve suerte de que Belda me presentara a monsieur Plamondon. No solia aceptar a nuevos escritores y, en materia de ficcion, sus criterios eran exigentes. <> --Mademoiselle Lacasse --dijo ahora--, !es un placer verla! --Senalo con la cabeza las cartas que llevaba debajo del brazo--. Veo que le ha llegado la correspondencia que le enviamos a la cafeteria. El numero de cartas aumenta cada dia. !Ha hecho felices a un monton de lectores! --Eso parece --dije mientras ocupaba el asiento que me ofrecia. Unas estanterias de caoba atestadas de novelas cubrian todas las paredes de su despacho. En el aire se percibia una curiosa mezcla de olores: libros viejos y mohosos y tinta fresca de los documentos que se amontonaban sobre la mesa. --Cuenteme, ?en que esta trabajando ahora mismo? --dijo. Le hice un resumen de la novela corta, que trataba de una mujer que se reencarna en gato y visita a sus amigos y parientes para descubrir que pensaban realmente de ella cuando estaba viva. --Tambien estoy trabajando en varias ideas para una novela. Por alguna razon, sigue viniendome a la mente la imagen de dos hermanas, dos hermanas con un secreto. Monsieur Plamondon arrugaba la cara cuando yo hablaba y la relajaba de nuevo cuando hacia una pausa. Era como si fuera una esponja que intentara absorber cada una de mis palabras. --Lo que me sorprende de usted, mademoiselle Lacasse, es que cuando viene se la ve tan fresca e inocente como un diente de leon en el campo. Estoy bastante seguro de que seria usted incapaz de hacerle dano a otro ser humano o incluso desearle mal. Sin embargo, sus historias revelan el lado oscuro de la naturaleza humana. Me parece fascinante. --A lo mejor nos atrae lo contrario de lo que somos --le dije--. Mis historias de amores que duran mas alla de la tumba, muertes truculentas y una tristeza infinita a menudo me sorprenden. Nunca me he considerado macabra, pero mis escritos con frecuencia lo son. --Pues claro que nos fascinan nuestros opuestos. Era el caso de mi difunta esposa, y el mio, desde luego. Ella vivia solo a un volumen: fuerte. Yo, en cambio, siempre valore la tranquilidad. --Monsieur Plamondon se recosto y cerro los ojos un momento, como si estuviera deleitandose en el silencio de su despacho. Luego sonrio--. He oido que toco usted el arpa para una produccion del Theatre de l'Oe uvre. No sabia que era usted una arpista consumada. --Mi abuela me enseno cuando era pequena, hasta que su artritis se lo impidio. Entonces contrato a una profesora. Mi abuelo era medico, pero tambien un gran pianista. Por lo visto, se enamoraron tocando duos. Monsieur Plamondon aplaudio. --Una manera perfecta de enamorarse. Es una lastima que no escriba usted ficcion romantica. Seria una buena historia. Cuando llego la hora de irme, monsieur Plamondon busco entre los papeles de su mesa y me entrego un libro escrito en ingles: El despertar, de Kate Chopin. --Un companero estadounidense me envio esto. Es excelente. Me gustaria saber si puede leerlo y darme su opinion como mujer. A cambio, yo le mande Historia de una casa solitaria, por si cree que puede haber lectores estadounidenses para su obra. --Espero que los haya --respondi satisfecha--. Que me publicaran en ingles seria maravilloso. Estados Unidos tenia una poblacion de mas de setenta millones de habitantes, el doble que Francia. Tener lectores alli podia salvarme de mis problemas economicos. --Trata de una mujer que deja a su marido y a sus hijos para buscar su libertad personal --dijo monsieur Plamondon, senalando la novela de Chopin--. La historia esta ambientada en Luisiana. Usted nacio alli, ?verdad? --Me fui de Estados Unidos cuando aun no habia cumplido dos anos --dije--. La plantacion en la que naci fue destruida en la guerra de Secesion y mis padres murieron de fiebre amarilla. Vine a vivir con mi abuela materna y..., aqui, en Paris. Estuve a punto de mencionar a Caroline. Tenia mucho cuidado con a quien le hablaba de mi hermana, ya que explicar nuestro distanciamiento resultaba demasiado doloroso. La hermana de Sophie la volvia loca, pero al menos se tenian la una a la otra. En mi caso, era como si Caroline no existiera. Monsieur Plamondon se froto la barbilla. --Luisiana tiene una atmosfera inquietante, llena de fantasmas y vudu. ?Escribira sobre ella algun dia? Aunque era muy pequena cuando se fue, es increible lo que puede alojarse en nuestro subconsciente.

  • La falsa pista de Henning Mankell

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    En Suecia nadie recuerda un verano tan caluroso como el de 1994. Mientras la gente sigue con pasion los partidos finales del Campeonato Mundial de Futbol, el inspector Kurt Wallander se dispone a iniciar unas cortas vacaciones. Pero la tranquilidad de la provincia de Escania se ve truncada cuando una muchacha, al parecer extranjera, se suicida quemandose a lo bonzo. Wallander y su equipo tratan de averiguar la identidad de la joven y los motivos de esa tragica decision; pero los sobresaltos no han hecho mas que empezar, pues un brutal asesino en serie ha comenzado su macabra actividad. Las primeras victimas son un antiguo ministro de Justicia, un adinerado tratante de arte y un ladronzuelo de poca monta. Para detener esta carniceria, Wallander se aferra a una pista que le conducira a las altas esferas de la politica y pondra en peligro su vida y la de sus allegados..

  • Tu tambien puedes tener un cuerpo como el mio de Alexandra Kleeman

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    La singular primera novela de Alexandra Kleeman es un cruce sorprendente y a ratos inquietante entre La subasta del lote 49 de Thomas Pynchon y Ruido blanco de Don DeLillo.

  • Gala de Carmen Domingo

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  • Un highlander en mi vida de Carlota Manzano

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    "Escuchame, comprendelo, es imposible nuestro amor..." --?Tu sabes que lo tuyo es la bomba, Bonnie? --?Por que la bomba? --Hizo el gesto de estallar y provoco mi risa. --Porque debes ser la unica escocesa en el mundo que cante por Camela, por eso. --Pues tu culpa ha sido, Patricia... Jamas pense que fuera a divertirme tanto con aquella petarda a la que ya consideraba una media hermana. Desde que llego a la Facultad de Veterinaria de Cordoba, via Erasmus, me di cuenta de que nosotras ibamos a disfrutar de una amistad de esas que son un tesoro, que trascienden en mucho a unas buenas borracheras de fin de semana y a una ensarta de abrazos fraternales despues de aprobar los examenes de junio. Bonnie se habia convertido en mi pano de lagrimas en aquel ultimo curso que se me antojo el mas gris de todos y el momento mas complicado de mi joven vida, a mis veintitres anitos. La razon no era otra que mi novio, Kilian, le habia puesto ese ultimo ano mucho empeno a las clases, pero no a las que impartian en las aulas, sino mas bien a unas clases privadas de anatomia que le impartio Miriam, la buenorra de nuestra promocion, a puerta cerrada. Lo peor del asunto fue lo rematadamente tonta que me senti cuando tome conciencia de ello, pues de nada sirvio que los rumores por el campus se extendieran como la polvora. "?Mi Kilian? No, el es incapaz de una cosa asi", contestaba yo a aquellos que querian ponerme en antecedentes para evitar que el gran disgusto de mi vida llegara encima en forma de sorpresa. Cuan vanidosas podemos ser las personas, ahora lo sabia. Durante aquellos meses en los que me converti en la comidilla de nuestro entorno, ni en una sola ocasion di credito a las que consideraba malintencionadas palabras de unas lenguas viperinas demasiado aburridas por no contar en sus vidas con una preciosidad del estilo de mi Kilian, que yo no sabia si era mas bonito por dentro o por fuera. "Antes me corto un brazo que ponerte los cuernos", solia decir en el comedor del Colegio Mayor cuando, un tanto agobiada, yo le confesaba que no entendia por que la gente tenia tanta maldad y podia inventar infundios semejantes. Pues nada, el muchacho iba a lucir munones que era un gusto. Otra de las perlas que solia anadir al respecto era que la gente le daba a la sin hueso "porque no se quieren como tu y yo". Segun Kilian nuestro amor seria leyenda, que el era muy de Alejandro Sanz, pura sensibilidad a simple vista. Y hablando de vista, la mia fue mi tabla de salvacion pues, aquel aciago dia que, entre risas, sali de la biblioteca con Bonnie y vi a Kilian comiendose lo que viene siendo todo el filete con Miriam a plena luz del dia, comprobe que no hay mejor ciego que el que no quiere ver y entendi de golpe que iba a ser el blanco de todas las miradas de la facultad, por los siglos de los siglos. Suerte que en ese momento Bonnie me sujeto, porque de no haber sido asi, aquellos dos hubieran tenido que ir a por una peluca ipso facto. Y es que no me faltaban ganas de desmonarlos, en particular a el, la rata ponzonosa que debia pensar que los cuernos me quedaban fenomenal y decidio hacerme un cambio de look gratis. A partir de ese momento el ambiente se enrarecio hasta el punto de que la tension podia cortarse con un cuchillo cada vez que coincidia con uno de los dos. No en vano, al dolor de saber que me la llevaban dando con queso en toda mi jeta durante meses, tuve que sumar el de que debian haberse apuntado a un concurso de "tortolitos del ano", ya que no habia manera de doblar una esquina del campus sin que me los encontrara derrochando amor a raudales. A consecuencia de aquello, la convivencia se convirtio en una especie de martirio chino, por lo que opte por irme a mi casa de Cadiz todos los fines de semana, cuando venia haciendolo uno al mes hasta ese momento. El primer viernes que hice la maleta para volar al nido paterno hasta el domingo por la tarde, me sorprendio ver a Bonnie haciendo tambien la suya. --?Y eso? --le pregunte. --"Eso" es porque no pienso dejarte sola en este mal buche por el que estas atravesando--me respondio en aquel espanol en el que ya tanto afinaba, aunque de vez en cuando le bailara alguna palabreja. --Sera en este mal trago. --Le sonrei pensando en que que mierda importaba en realidad como se dijera cuando lo que primaban eran los sentimientos de una persona que no se cansaba de demostrarme que era una de esas amigas que se cuentan con los dedos de una mano. --Eso, como se diga... --Pero yo no soy precisamente la alegria de la huerta en estos momentos... --Bueno, pues me tendras que compensar diciendole a tu madre que me haga unas tortillitas de esas de... ?como se llaman? Las que dices que estan tan buenas. --De camarones y eso esta hecho. --Recuerdo aquel abrazo con emocion. A partir de ahi comenzo una nueva etapa. Entre semana estabamos en Cordoba y yo tomaba sal de heno por kilos para digerir lo que alli tenia que ver y los findes nos ibamos a Cadiz, a disfrutar del buen tiempo, de la playita y de la compania de mis padres, que acogieron a Bonnie como si fuera una hija mas. Hasta mi hermano Roberto, de diez anos y que es un trasto, hizo las mejores migas con Bonnie. Y asi transcurrieron unos meses que me pesaban como una losa, pero que sirvieron de amortiguador para mi dolor. Normalmente, era poner los pies en Cadiz y reunirnos con mi mejor amiga desde la infancia, Virginia, para corrernos unas juergas de aupa en las que yo ahogaba las penas en alcohol y, con llanto hiposo, solia terminar a la hora de los churros deseandole a la parejita lo mejor, esto es, que los partiera un rayo. Y entre rayo y rayo, llego el final de curso y aunque me costo Dios y ayuda el concentrarme en los examenes, me dije a mi misma que aquellos dos ya me habian aguado bastante la fiesta como para ahora tambien dar al traste con mis estudios. Asi las cosas, me puse manos a la obra, hinque codos a la bestia y hasta una matricula de honor me traje, que esas no las habia visto yo en mi curriculum academico en la vida. Pero la sorpresa, con mayusculas, llego un dia antes de que Bonnie volviera a sus amadas Highlands, las Tierras Altas de Escocia, ese lugar iconico por excelencia y que la vio nacer. Mientras preparaba las maletas la vi con dos billetes de avion en la mano y me dijo que uno llevaba mi nombre. --?Que dices, loquilla? --le pregunte con las bolas de los ojos dandome vueltas como a Marujita Diaz. --Te vienes a mi casa, ?o es que yo me voy a hartar de tortillitas de camarones y tu no vas a probar las especialidades de mi madre? Que alli tambien comemos, ?eh? Y, ademas, a ti te hace falta lo que dice la tuya, eso que no me sale... --Un canonazo de calorias dice ella, que siempre me ve raquitica. --Hombre, ahora un poco de razon si tiene, que te has quedado que hace falta pasar dos veces para verte, guapita. En cuestion de un rato, yo ya tenia la maleta preparada, aunque por desgracia, lo primero que volvi a meter en ella fue la pena por el desgraciado ese de Kilian, cuyo recuerdo no me dejaba ni a sol ni a sombra. Iba con billete de ida, pero no de vuelta. Y no, no es que pensara quedarme en las Highlands a vivir, sino que mi amiga penso que mejor dejar el mundo correr y que me quedara el tiempo que fuera necesario para que mis heridas cicatrizaran.

  • Apartamentos Fifi. Forever de Lux Aeris

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    Alicia es una mujer atractiva, emprendedora, segura de si misma y, sobre todo, de sus gustos que ya no cree en el amor, pues su ultima relacion la ha marcado mas de lo que es capaz de admitir.
    Kala busca su lugar en el mundo. Se acaba de mudar a los apartamentos y cree que alli lo ha encontrado. Sin pretenderlo, se presentara ante ella la ocasion de saciar su curiosidad y experimentar con aquello que la hace arder de deseo.
    Alejandro es un comprometido estudiante de veterinaria, de gustos peculiares, que tiene claro lo que quiere en la vida y con quien.
    ?Conseguiran los integrantes de la comunidad unir a personas tan dispares? ?Fifi estara a la altura de sus nuevos retos? ?Vodka dejara a un lado sus lios de faldas y se unira a las nuevas misiones que se le encomienden?
    El circulo se cierra en estos locos apartamentos con sus peculiares inquilinos y esta vez, con un cincuenta por ciento mas de Vodka... con Limon.

  • Una Espana mejor de Mariano Rajoy

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    La cronica personal de la etapa de Mariano Rajoy al frente del Ejecutivo.

  • La Esposa Perfecta de Blake Pierce

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    La estudiante de perfilado de criminales (y recien casada), Jessie Hunt, de 29 anos, descubre que en su nuevo hogar en los suburbios acechan secretos ocultos; cuando aparece un cadaver, se ve atrapada entre el punto de mira de sus nuevas amistades, los secretos de su marido, el trabajo con casos de asesinos en serie-y los secretos de su propio pasado tenebroso.

  • El caso Morel de Rubem Fonseca

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    El fotografo Paul Morel recibe una inesperada visita en la celda donde esta prisionero. El comisario Matos y su amigo Vilela, una famoso novelista, estan dispuestos a todo para averiguar cuanto se refiere al crimen que imputan al artista. Este, al parecer, esta escribiendo una autobiografia con la que pretende confesar unos actos que ni en sus mas retorcidas pesadillas Matos podria llegar a imaginar. Pero ?que hay de ficcion y que de realidad en tan delirante texto? Sexo, violencia, depravacion, abusos…todo cabe en el relato. ?O quiza era eso su vida?