• libro berlin 1961 - Frederick Kempe

    https://gigalibros.com/berlin-1961.html

    Mucho se ha hablado y escrito sobre la caidadel Muro de Berlin. Muy poco, en cambio,sobre su construccion. Y sin embargo fueel acontecimiento mas decisivo de la guerra friay nunca como en esos meses de 1961 el mundoestuvo tan cerca de la Tercera Guerra Mundial.

  • BERLIN 1961 | FREDERICK KEMPE | Casa del Libro

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    Berlín 1961, libro o eBook de Frederick Kempe. Editorial: Galaxia gutenberg. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • Libro: Berlín 1961 - 9788481099669 - Kempe, Frederick

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    Berlín 1961.[ Kempe, Frederick; ]. ¿Quién y por qué decidió la construcción del Muro de Berlín? ¿Qué papel desempeñaron las relaciones personales entre ...

  • Libro: Berlin 1961 - 9780241961742 - Kempe, Frederick

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    Berlin 1961. ... At 9pm on a damp night, the "Cold War" reaches crisis point, US and Soviet tanks face off across the ... Otros libros de Kempe, Frederick.

  • BERLIN 1961 - FREDERICK KEMPE - 9788481099669

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    BERLIN 1961. EL LUGAR MAS PELIGROSO DEL MUNDO, KEMPE, FREDERICK, 26,00€. Mucho se ha hablado y escrito sobre la caída del Muro de Berlín.

  • Berlín 1961 | Kempe, Frederick | 978-84-8109-966-9

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    Fecha de edición mayo 2012 · Edición nº 1. Idioma español. EAN 9788481099669 672 páginas. Libro encuadernado en tapa dura. Dimensiones 145 mm x 220 mm.

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    BERLÍN 1961. EL LUGAR MÁS PELIGROSO DEL MUNDO, KEMPE, FREDERICK, 26,00€. Mucho se ha hablado y escrito sobre la caída del muro de Berlín.

  • El Color Del Silencio (Novela), Elia Barcelo de Elia Barcelo

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  • El pequeno libro de las grandes feministas de Julia Pierpont

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    En este luminoso volumen, la exitosa escritora del The New York Times, Julia Pierpont, y la artista Manjit Thapp combinan biografias breves, vibrantes y sorprendentes con preciosos retratos de “santas” seculares, campeonas de la fuerza y el progreso: mujeres que sacudieron la tierra, rompieron techos e hicieron explotar los moldes.

  • Matrimonio por Contrato de Anna Sanz

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    Eve es una chica normal, todo lo normal que puede ser una persona, claro, tal vez por eso, cuando Daniel, el hombre con quien pasa una noche de borrachera, aparece en su trabajo y le pide que se case con ella no puede creerselo. Al menos no puede creerselo hasta que el insufrible millonario le explica el por que quiere casarse con ella.

  • Libera tu magia de Elizabeth Gilbert

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    VENCE AL MIEDO Y DESCUBRE EL MILAGRO DE UNA VIDA CREATIVAElizabeth Gilbert, autora superventas de Come, reza, ama, nos trae un relato inspiracional como ruta de acceso a la vida vibrante y plena con la que siempre has sonado.

  • El guante de cobre. Magisterium 2, Cassandra Clare de Cassandra Clare

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  • El jeque que me amo de Loreth Anne White

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    Cuando el mar arrastro a aquella bella y misteriosa mujer hasta la isla del jeque David Rashid, la vida del guapisimo ejecutivo dio un vuelco. Aquella belleza desperto poderosas pasiones en el, pero ocultaba un secreto que podria destruirlos a ambos.

  • El poder de confiar en ti de Curro Canete

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    El acto de generosidad mas grande que puedes hacer por ti y por los que te rodean es ser feliz

  • Perdiendo el miedo (Los hermanos Fuller 1) de Kate Dawson

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    Olivia lleva diez anos completamente entregada a sus hijas y a su marido. Se sienta en el mismo banco del parque en el que las mellizas juegan y se dice que eso es la felicidad. Vive en una bonita casa situada en un bonito barrio de un apacible pueblo del Estado de Nueva York. Y de repente, un dia cualquiera, su mundo salta en pedazos.
    Lo primero que tiene que hacer, en sus nuevas circunstancias, es buscar trabajo y para ello contacta con el editor de la revista en la que era correctora. Acto seguido se apuntara al gimnasio, aunque no tardara en darse cuenta de que eso no es para ella y que necesita otro modo de ponerse en forma.

  • Ingenuidad aprendida de Javier Goma Lanzon

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    Ingenuidad aprendida es algo mas que el titulo de este libro; es sobre todo un grito de guerra. El grito de un modo de hacer filosofia que desea apropiarse del presente --asumiendo todas sus contradicciones-- y ofrecer para el un ideal positivo capaz de movilizar sus fuerzas latentes, aparentemente adormecidas, en un momento de perdida de veracidad de la cultura occidental. Un intento de pensar de forma constructiva, como es el anunciado, sera tachado de ingenuo por la mentalidad postmoderna hoy hegemonica, la cual ha demostrado ser muy poco ingenua y en cambio muy lucida, quiza demasiado. La lucidez cumplio la mision historica de liberarnos de las opresiones tradicionales deslegitimando las pretensiones de verdad de los relatos heredados.

  • LONDON: ?Destino o casualidad? de Luz Rios

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    El mundo conspira, las circunstancias se acoplan y las piezas de mi vida encajaron hasta llevarme a mi alma gemela. ?Casualidad o destino? Mi respuesta es destino, no puede haber otra cuando el viaje de tu vida te lleva a encontrar a ese ser que te ilumina, te mejora, te comprende y te acompana; ese amor que tiene el poder de destruirte, pero que dentro de la destruccion te hace renacer en una mejor version de ti. Esta novela habla de lo que me llevo a encontrar ese amor, aceptarlo en mi vida y permitirme renacer.
    Se que a el lo encontrare en cada una de mis vidas.

  • Historia del Ojo de Georges Bataille

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    Puede decirse sin temor que Historia del ojo es la obra maestra de la literatura erotica. En ella confluyen, por un lado, la mejor prosa en clave surrealista de este gran novelista, ensayista y poeta frances y, por otro, la esencia de su obsesiva preocupacion por el sexo, la muerte y la fe --su fe -- que configura, en realidad, gran parte de su obra. Partiendo de un proceso creativo muy querido de los surrealistas, relaciona, en una trama anecdotica, de hecho, muy simple, las imagenes que de un modo inconsciente y automatico evocan el ojo, el huevo, el sol, los genitales del toro, con toda su carga de connotaciones atavicas, y nos las <> en su contenido erotico mas revulsivo. El personaje de la joven Simone, que transgrede en todos sus actos cualquier norma de comportamiento sexual admitido, moral y conscientemente, es la encarnacion, por una parte, del Deseo inconsciente y, por otra, del Pecado, de lo Prohibido y por ende del Placer, que a su vez, por ser fruto del mal, no es mas que portador del maximo castigo: la muerte. Asi pues, el goce en su plenitud sabe siempre a muerte...

  • Las chicas del coro de Jennifer Ryan

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    A principios de 1940, los estragos de la guerra se hacen notar incluso en la pequena poblacion de Chilbury, en el condado de Kent. Con la mayoria de los hombres en el frente, el vicario decide cancelar los ensayos del coro, pero la directora, Primrose Trent, se opone a esta decision y convierte el tradicional coro mixto en un coro formado solo por mujeres. Bajo su firme batuta, las chicas del coro siguen adelante, superan los desafios propios del tiempo que les ha tocado vivir y hasta participan en un concurso del condado. A traves de la narracion de cuatro mujeres del coro, que se alternan a lo largo de la novela, el lector sigue las idas y venidas de los habitantes de Chilbury. A pesar de las duras circunstancias propias de la guerra &mdash eurosracionamiento, cortes de luz, toques de queda, bombardeos&mdash euros, habra lugar para el amor, traiciones, disputas familiares y se revelaran secretos. Las protagonistas comprobaran hasta que punto las creencias mas arraigadas pueden ser puestas a prueba en tiempos dificiles.

  • Contigo hasta el final (#KissMe 4) de Elle Kennedy

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    Mierda. Mierda. Mierda. Mieeeeeerda. ?Donde he puesto las llaves? El reloj del estrecho pasillo me dice que tengo 52 minutos para hacer un trayecto de 68 minutos en coche si quiero llegar a tiempo a la fiesta. Miro otra vez en el bolso, pero las llaves no estan ahi. Recorro a toda velocidad las distintas estancias de la casa. ?Vestidor? No. ?Cuarto de bano? Acabo de entrar. ?Cocina? Tal vez... Estoy a punto de darme la vuelta cuando oigo un tintineo metalico detras de mi. --?Estas buscando esto? El desprecio se aferra a mi garganta mientras me giro para entrar en un salon tan pequeno que los cinco viejos muebles que lo ocupan --dos mesas, un sofa de dos plazas, un sillon y una silla-- se agolpan como sardinas en lata. El trozo de carne sentado en el sofa agita mis llaves en el aire. Ante mi suspiro de irritacion, el sonrie y se las mete debajo de su culo cubierto con un pantalon de chandal. --Ven a por ellas. Me paso la mano con frustracion por el pelo recien alisado y miro fijamente a mi padrastro. --Dame las llaves --exijo. Ray me mira de forma lasciva como respuesta. --Joooder. Si que estas buena esta noche. Te has convertido en una nenita de verdad, Rina. Tu y yo deberiamos hacerlo. Ignoro la mano carnosa que cae a su entrepierna. Nunca he conocido a un hombre tan desesperado por tocarse sus propios huevos. Hace que Homer Simpson parezca un caballero. --Tu y yo no existimos el uno para el otro. Asi que no me mires, y NO me llames Rina. --Ray es la unica persona que me llama asi, y lo detesto con toda mi alma--. Y ahora, dame las llaves. --Ya te lo he dicho… Ven a por ellas. Apretando los dientes, meto la mano debajo de su culo de vaca y palpo en busca de mis llaves. Ray gime y se retuerce como el asqueroso de mierda que es hasta que mi mano hace contacto con el metal. Tiro de las llaves y me vuelvo a girar hacia la puerta. --?Por que le das tanta importancia? --se burla a mi espalda--. No somos familia, asi que no hay incesto. Me detengo y uso treinta segundos de mi precioso tiempo para mirarlo con incredulidad. --Eres mi padrastro. Te casaste con mi madre. Y... --Me trago un torrente de bilis--, y ahora te estas acostando con la abuela. Asi que, no, no tiene nada que ver con que tu y yo no seamos familia. Tiene que ver con que eres la persona mas asquerosa del universo y tu sitio deberia ser la carcel. Sus ojos color avellana se entrecierran. --Cuidao con lo que dices, senorita, o un dia de estos vas a llegar a casa y las puertas van a estar cerradas. Ya, claro. --Pago un tercio del alquiler --le recuerdo. --Bueno, pues igual tienes que pagar mas. Se vuelve a la television y dedico otros valiosos treinta segundos a fantasear con darle un golpe en la cabeza con el bolso. Perder esos segundos merece la pena. En la cocina, la abuela esta sentada a la mesa, fumando un cigarrillo y leyendo la revista de cotilleo People. --?Has visto esto? --exclama--. Kim K sale desnuda otra vez. --Guay para ella. --Cojo mi chaqueta del respaldo de la silla y me dirijo a la puerta de la cocina. He descubierto que es mas seguro dejar la casa por la parte de atras. Normalmente hay bandas que se congregan en las escaleras de entrada de las estrechas casas de nuestra calle. Una calle cuanto menos acaudalada, en esta parte cuanto menos acaudalada de South Boston. Ademas, nuestro aparcamiento esta detras de la casa. --He oido que Rachel Berkovich se ha quedado prenada --comenta mi abuela--. Deberia haber abortado, pero supongo que va en contra de su religion. Aprieto otra vez los dientes y me giro para mirar a mi abuela. Como de costumbre, lleva una bata desgastada y unas zapatillas rosas de pelo, pero su cabello rubio tenido esta peinado a la perfeccion y su rostro esta completamente maquillado, aunque rara vez salga de casa. --Es judia, abuela. No creo que vaya en contra de su religion, pero incluso si lo fuera, es lo que ella ha decidido hacer. --Probablemente quiere esos cupones extra de comida que dan por maternidad --concluye mi abuela, echando un largo hilo de humo en mi direccion. Mierda. Espero no oler como un cenicero cuando llegue a Hastings. --Seguro que esa no es la razon por la que Rachel ha decidido tener el bebe. --Ya tengo una mano en la puerta. Me muevo con inquietud esperando una oportunidad para despedirme de mi abuela. --Tu madre penso en abortar de ti. Ya estamos. --Vale, hasta aqui --murmuro--. Me voy a Hastings. Vuelvo por la noche. Su cabeza se aleja de golpe de la revista y su mirada se estrecha mientras observa mi falda negra de punto, mi jersey negro de manga corta con cuello barco y mis zapatos de tacon de ocho centimetros. Puedo ver las palabras formandose en su cabeza antes incluso de que salgan de su boca. --Que esnob vas. ?Vas a esa universidad pija tuya? ?Tienes clases un sabado por la noche? --Voy a un coctel --le respondo de mala gana. --Oooh, un coctel. Espero que los labios no se te agrieten al besarle el culo a todos ahi en el pueblo. --Vale, gracias, abuela. --Abro de un tiron la puerta de atras, forzandome a anadir--: Te quiero. --Yo tambien te quiero, pequena. Y es verdad que me quiere, pero a veces ese amor esta demasiado contaminado, tanto que no se si me hace dano o me ayuda. No hago el trayecto al pequeno pueblo de Hastings en cincuenta y dos minutos ni en sesenta y ocho. Me lleva una hora y media de reloj porque las carreteras estan fatal. Pasan otros cinco minutos antes de que encuentre un sitio para aparcar y, cuando llego a la casa de la catedratica Gibson, estoy mas tensa que las cuerdas de un piano... y me siento igual de fragil. --Buenas, senor Gibson. Siento mucho llegar tarde --le digo al hombre con gafas que aparece en la puerta. El marido de la catedratica Gibson me ofrece una leve sonrisa. --No te preocupes, Sabrina. Hace un tiempo horrible. Permiteme el abrigo. --Eleva una mano y espera pacientemente mientras yo me peleo con mi chaqueta de lana. La catedratica Gibson llega cuando su marido esta colgando mi chaqueta barata entre todos los abrigos caros del armario. Parece tan fuera de lugar como yo. Rechazo de una patada mi complejo de pobre y consigo sacar una amplia sonrisa. --!Sabrina! --grita la catedratica Gibson. Su dominante presencia me sobresalta--. Me alegro de que hayas llegado sana y salva. ?Sigue nevando?

  • Un lugar en el mundo de Katherine Marsh

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    Septiembre de 2015. Despues de cruzar el mar Egeo huyendo de una vida de sufrimiento en Siria y de perder a su padre, Ahmed, un chico sirio de 14 anos sin pasaporte, decide escaparse del campamento de refugiados en Bruselas por miedo a que lo deporten. Sin un lugar a donde ir, comida, ropa ni conocidos, decide esconderse en la bodega de una gran casa.

  • El asesino de La Pedrera de Aro Sainz De La Maza

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    En la fachada de La Pedrera aparece colgado un cuerpo en llamas. La investigacion posterior descubre un grado de crueldad extrema: la victima fue colgada viva antes de prenderle fuego. Todo indica que en la Barcelona para turistas ha empezado a actuar un psicopata. Y politicos, policia y jueces tienen prisa por detenerlo. Para ello, el Grupo Especial de Homicidios de los Mossos pide ayuda al inspector Milo Malart, apartado del servicio por un expediente disciplinario. Solo el parece capaz de detener al monstruo que amenaza con sembrar Barcelona de cadaveres.

  • Mi madre sonaba en frances de Luis Hernan Castaneda

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    “Conocer lo mas proximo, lo que se ha despreciado por evidente, solo me seria dado si me alejaba de mi lengua. Asi llego el relato de mi madre, un mensaje intimo disfrazado de extranjero.”

  • Alas Rotas de David Aleman

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  • Promesas incumplidas de Javier Moscoso

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    Promesas incumplidas es una historia sobre la ambicion, ligada a la promesa igualitaria y al desengano que marco el Romanticismo. De la mano de Javier Moscoso, uno de los mejores ensayistas espanoles contemporaneos.

  • Capitan Struk de Thiago Silva

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    Struk fue probado en el corazon del oceano. Se recupera y en poco tiempo, encara una mision de rescate compleja.
    Liderando a un equipo entrenado, enfrenta sus miedos y vuelve al mar. Debe traer a su compatriota a casa sin volcar una gota de sangre.

  • Silencio (Don 4) de Pablo Poveda

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    Un enjambre de turistas transitaba por la vieja plaza del mercado de la ciudad. La mayoria, visitantes extranjeros, buscaban la foto perfecta delante de la torre del Reloj Astronomico, el reloj medieval mas famoso del mundo. El sol comenzaba su retirada. Eran las siete de la tarde y una gelida brisa soplaba por las terrazas que ocupaban la plaza, bajo la mirada de las coloridas fachadas de influencia gotica y Art Noveau. Sentado en una mesita del Caffe Italia, un restaurante que de italiano solo tenia el nombre, terminaba su agua con gas mientras clavaba la mirada en el edificio de tonos rojizos y pasteles que tenia en frente: la Narodni Galerie. Ricardo Donoso, vestido de traje y con un abrigo de tres cuartos de color negro, pidio la cuenta con un ademan de mano, mientras una pareja de britanicos devoraba un codillo y saciaba su sed con dos cervezas Pilsner de medio litro. La mujer atendia a la pantalla de su telefono, mientras el hombre comia como si no existiera manana. Don los miro seriamente, hasta que la mirada del extrano se cruzo con la suya. La tension se alargo unos segundos, obligando a que este dejara de masticar, pero el arquitecto no vacilo en retirarse. Intimidado, el desconocido regreso a su plato con desaire y sin mediar palabra con la mujer que lo acompanaba. Las religiones occidentales habian instaurado el concepto de que el cielo y el infierno no eran sino lugares a los que se iba una vez muerto. Destinos como consecuencia de nuestras acciones en vida. Sin embargo, Don tenia otra idea. El arquitecto creia en el infierno como un lugar accesible, real, en el que la mayoria de las personas vivian, con suerte, en algun momento de sus vidas o, sin fortuna, para siempre. Por esa misma razon, no podia sentir pena por nadie, ni siquiera por sus victimas. La lastima no era mas que una invencion que postergaba la solucion del problema. Volvio a mirar al matrimonio. Ellos vivian atrapados, como el, en celdas distintas, pero en un mismo lugar. De repente, atisbo un grupo de personas a la salida de la Galeria Nacional. Era el, su objetivo estaba alli y debia ponerse en movimiento. Un hombre alto, de tez bronceada, cabello oscuro peinado hacia un lado y barba frondosa, salia acompanado de dos mujeres esbeltas, otro tipo de piel mas palida y movimientos torpes. Nicos Thalassinos, el cacique griego que los hombres de Velez tenian en el punto de mira desde el inicio de la crisis economica. Tsipras habia prometido destruir a los oligarcas que controlaban los medios del pais, pero solo consiguio que nacieran nuevos. Cuando esto sucedio, Thalassinos apenas rozaba los cuarenta anos, pero habia aprendido rapido las reglas del juego. Su destreza en los negocios, heredada de su padre, un magnate nautico griego; le ayudaron a escalar rapido y adquirir un fuerte poder social y politico. Pero esa no fue la razon por la que los hombres de Velez le habian encargado al arquitecto encontrar al griego. Durante la crisis y las fuertes oleadas de inmigracion que sufrio Grecia, el empresario se aprovecho de imagen publica, dono millones de euros para ayudar a los refugiados y, entre las sombras, introdujo su garra aprovechandose de la desesperacion humana y desarrollando una fuerte red de prostitucion ilegal que llegaba hasta Portugal. Un objetivo facil, a simple vista, pero delicado. Thalassinos conocia el precio de su cabeza, asi como el del silencio de sus clientes mas privilegiados. El encargo de Don era simple: sacarle los nombres de los politicos europeos que le protegian de los tribunales. Empero, nadie le indico si debia quedar vivo. Harto de esperar, introdujo la mano en el bolsillo del pantalon y dejo una moneda de cincuenta coronas en la mesa. Se puso en pie, levanto las solapas del abrigo y camino hacia el museo. Cuando menos se esperaba, el cielo se tenia de rojo. Un BMW de color negro los recogio frente a la entrada del edificio del Ministerio del Desarrollo Regional y se adentro por una estrecha calle empedrada. Don se aproximo a un viejo Mercedes de color blanco que se encontraba vacio y le pidio en ingles que siguiera al coche. El conductor, un checo cercano a la jubilacion, con fuerte olor a cigarrillos y una camisa blanca con cuadros, puso en marcha el contador y siguio la serpiente de coches que atravesaba la calle del casco antiguo. --?Italiano? --Pregunto el chofer mirando por el espejo retrovisor con una ligera sonrisa. El arquitecto guardo silencio y dudo en contestar por diferentes razones. Aquel chofer solo pretendia ser amable, pero le era indiferente. El corazon bombeaba con tanta fuerza que podia sentirlo en la frente. Hacia tiempo que no lograba saciar la necesidad de matar. Despertarse cada manana con la certeza de ser controlado, avivaba su deseo. Por otro lado, le costaba horrores lidiar con ello en silencio desde que su relacion con Marlena habia progresado. Lo mas duro era aceptar que jamas podria contarselo. Ni a ella, ni a nadie. El silencio era su unico aliado. Siempre habia un precio que pagar, penso. --Si --respondio finalmente. Podia haberle explicado que era espanol, pero eso solo lo exponia aun mas, en cualquiera de las situaciones. Ninguno de los dos hombres que estaba en ese vehiculo conocia el final de aquella noche. El taxista balbuceo algo en el idioma vecino, pero Don lo ignoro por completo. Con la mirada siguio el trayecto del coche que iba delante. Los vehiculos abandonaron el casco antiguo para alcanzar la ladera del rio Moldava, que separaba la ciudad en dos, incorporandose a la Ludvik Svobody, una gran avenida de asfalto arropada por los aledanos del parque Lannova y los barcos atracados que funcionaban como locales de ocio en verano. Don miro por la ventanilla y llego a la conclusion de que, en cierto punto, todas las grandes ciudades eran iguales. Aguardo silencioso, expectante por lo que iba a encontrar una vez se bajara del sedan. Mantente concentrado, repetia la voz de Velez en su interior. Jamas creyo que el tono de aquel indeseable le resultara familiar. El vehiculo en el que viajaba el griego con sus acompanantes se detuvo en la entrada de un gran edificio rectangular iluminado y acristalado con espejo. En lo mas alto, luces rosadas alumbraban el cielo. --Aha... --dijo el taxista mientras reducia la velocidad--. Hotel Hilton Prague, signore. En efecto, penso el arquitecto. Miro el contador y saco un billete de doscientas coronas. Acto seguido vio salir a su victima junto a las dos mujeres. El otro tipo se quedo en el interior del coche. Dos obstaculos. Era parte del plan de Thalassinos. Deshacerse de ellas no seria muy dificil. --Dekuji --respondio el espanol haciendo uso de las palabras en checo que habia aprendido para su viaje y le entrego el billete. El taxista senalo al contador para explicarle que le habia dado de mas, pero Don levanto la mano. --Dekuji... --murmuro asombrado gratamente sin rechistar. Cuando vio como el empresario desaparecia tras la puerta giratoria del hotel, salio al exterior y cerro de un portazo el viejo coche aleman. Decidido, camino hacia el interior del edificio escuchando el ruido de la suela de sus zapatos bajo el gelido sosiego de la noche. Asi como por fuera el hotel parecia un bloque hermetico, el interior revelaba el porque de su forma. Era extrano, atipico y con un sobrecargado aspecto futurista, como si estar alli dentro perteneciera a otro lugar. Don recordo algunas ciudades de Oriente Medio en las que los centros comerciales se convertian en autenticas pequenas ciudades ficticias. Suelo de marmol blanco, palmeras de decoracion, luz tenue de tonos rosados y unas escaleras subian hasta la primera planta. Los alrededores estaban formados por las ventanas interiores de las habitaciones, apiladas en torres blancas de mas de diecisiete alturas. Cuando el espanol alzo la mirada al firmamento, no vio mas que un techo formado por vigas de hierro y una gran bola de acero dividida en laminas que formaba parte de la decoracion. Sin duda, un lugar estridente para los sentidos con un exceso de modernidad. A lo lejos, vislumbro las tres figuras humanas caminar hacia los ascensores. Tomo aire y se dirigio hacia ellos. No temia que lo descubrieran, pues nadie sabia quien era el y por eso iba a realizar su trabajo con eficacia. Cuando el ascensor llego, las puertas se abrieron y el empresario espero a que entraran las dos mujeres, ambas checas y mas jovenes que el. Entonces, las miradas de los varones se cruzaron por un instante.

  • La CancioN Del Lobo. Wolfsong de T. J. Klune

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    Suspiro por lo bajo de forma brusca y le tomo un momento voltearse en mi direccion. -?Cuando llegaste a casa? -Hace un rato -me dio una comezon que no se sintio nada bien. Papi echo un vistazo al reloj viejo sobre la pared. La cobertura plastica del frente estaba agrietada. -Es mas tarde de lo que pensaba -sacudio la cabeza-. Mira, Ox... Parecia nervioso. Confundido. Mi padre era muchas cosas: un alcoholico, rapido para enfadarse y atacar con palabras o punos, un dulce demonio con una risa que retumbaba como esa vieja Harley Davison que habiamos MOTAS DE POLVO/ FRIO Y METAL enia doce anos cuando papi puso una maleta al lado de la puerta. T-?Para que es eso? -le pregunte desde la cocina. reparado el verano anterior. Pero jamas se lo veia nervioso, jamas parecia confundido. No como lo estaba ahora mismo. Presenti algo terrible. -Se que no eres el muchacho mas listo del mundo -me dijo mientras ojeaba su maleta. Era cierto, no habia sido provisto de una gran inteligencia. Mi mama una vez dijo que yo estaba bien. Mi papa pensaba que era lento. Mama le respondio que no se trataba de una carrera. Papa ya habia bebido demasiado whisky y comenzo a gritar y romper cosas. No la golpeo. No aquella noche, de hecho. Mama lloro mucho, pero el no la golpeo, yo mismo lo verifique. Cuando comenzo a roncar en su vieja silla, me escurri a mi habitacion y me oculte bajo mis mantas. -Lo se, senor -replique. Me miro de nuevo y jurare hasta el dia en que me muera que vi amor en sus ojos. -Mas tonto que un buey -dijo. No se oia malicioso viniendo de el. Tan solo lo era. Me encogi de hombros. Esa no era la primera vez que me lo decia, incluso cuando mama le habia pedido que dejara de hacerlo. Estaba bien, era mi papa, sabia mas que cualquier otra persona. -La gente hara que tu vida sea una mierda. -Soy mas grande que la mayoria -afirme, como si eso significara algo. Y lo era, las personas me temian, aunque no queria que asi fuera. Era grande, como mi papa. El era un hombre de gran tamano con un temperamento inestable gracias a la bebida. -La gente no te comprendera. -?Eh? -No te entenderan. -No necesito que lo hagan -en verdad queria que lo hicieran, pero podia comprender por que no lo harian. -Debo irme. -?A donde? -Lejos. Mira... -?Lo sabe mama? -Claro... Tal vez. Sabia que sucederia, probablemente lo sabe desde hace tiempo -rio, pero no se oyo como si encontrara gracioso lo que acababa de decir. -?Cuando regresaras? -di un paso hacia el. -Ox, la gente sera mala. Solo ignoralos y manten tu cabeza baja. -La gente no es mala, no siempre -no conocia a demasiadas personas. De hecho, no tenia amigos. Pero la gente que si conocia no siempre era mala. Simplemente la mayoria no sabia que hacer conmigo. Eso no estaba mal, yo tampoco sabia que hacer conmigo. -No me veras por un tiempo -agrego-. Tal vez por mucho... -?Que hay del taller? -le pregunte. Papi trabajaba en lo de Gordo. Siempre olia a metal y grasa cuando regresaba a casa, y sus dedos estaban ennegrecidos. Tenia camisas con su nombre bordado con puntadas de rojo, azul y blanco: Curtis. Siempre pense que esa era una de las cosas mas maravillosas. La marca de un gran hombre, tener tu nombre grabado en una camisa. En ocasiones me permitia acompanarlo. Me enseno a como cambiar el aceite cuando tenia tres, como cambiar un neumatico a la edad de cuatro y como reconstruir el motor de una Chevy Bel Air Coupe de 1957 cuando tenia nueve anos. Esos dias llegaba a casa oliendo a grasa, aceite y metal, y sonaba que tenia una camisa con mi nombre bordado. Diria Oxnard o tal vez solamente Ox. -A Gordo no le importara -dijo mi padre. Se sentia como una mentira. A Gordo le importaba todo. Era algo malhumorado, pero una vez me dijo que cuando fuera lo suficien temente mayor, podria pedirle empleo. "Los tipos como nosotros deben mantenerse juntos", me dijo. No supe que quiso decir, pero me basto el hecho de que pensara en mi. -Oh -fue todo lo que pude decirle a mi padre. -No me arrepiento de haberte tenido -dijo-. Pero me arrepiento de todo lo demas. -?Esto se trata de...? No sabia de que se trataba. -Me arrepiento de estar aqui -continuo-. No puedo tolerarlo. -Bueno, eso esta bien -respondi-. Podemos solucionarlo. Quizas podriamos irnos a algun otro lugar. -No hay solucion, Ox. -?Cargaste tu telefono? -le pregunte porque jamas recordaba hacerlo-. No olvides cargarlo para que pueda llamarte. Hay cosas de Algebra que aun no entiendo. La senora Howse me dijo que podia pedirte ayuda. Aunque sabia que mi padre no entenderia los problemas numericos mas que yo. La llamaban Prealgebra. Eso me asustaba porque si ya era dificil siendo pre, ?que pasaria una vez que solo fuera Algebra, sin el pre incluido? -Maldita sea, ?acaso no lo entiendes? -grito. Conocia ese gesto, era su expresion de enfado. Estaba colerico. -No -le respondi, porque no lo entendia. Intente no encogerme por el miedo. -Ox, no habra ayuda para Algebra, ni llamadas por telefono. No hagas que me arrepienta de ti tambien. -Oh... -Ahora tienes que ser un hombre, por eso intento explicarte todo esto. La mierda te va a llegar, solo deberas sacudirtela y seguir adelante -tenia los punos apretados a los costados. No sabia por que. -Puedo ser un hombre -le asegure porque tal vez eso lo haria sentir mejor. -Lo se -respondio. Sonrei, pero aparto la mirada. -Debo irme -concluyo al fin. -?Cuando vas a regresar? -pregunte. Dio un paso vacilante en direccion a la puerta, con la respiracion repiqueteando en su pecho. Tomo su maleta y se marcho. Pude oirlo arrancar su vieja camioneta afuera, el motor tardo en encenderse. Se oia como si necesitara una nueva correa de distribucion. Tendria que re - cordarselo mas tarde. -?Ox? -pregunto. Se veia muy cansada-. ?Que sucede? -Hola, mama. -?Por que estas llorando? -No estoy llorando -y no lo hacia porque ahora era un hombre. -?Que sucedio? -acaricio mi rostro. Sus manos olian a sal, patatas fritas y cafe mientras frotaba sus pulgares sobre mis mejillas mojadas. Baje la cabeza para mirarla. Siempre habia sido pequena y yo, en algun momento del ano pasado, habia crecido mucho. Ojala recordara ese dia, debio haber sido monumental. -Cuidare de ti -le prometi-. Ni siquiera debes preocuparte. -Siempre lo haces -su mirada se suavizo. Pude ver las lineas alrededor de sus ojos, el cansado conjunto de su mandibula-. Pero... -se detuvo. Tomo aire-. ?El se marcho? -pregunto y su voz se oyo tan pequena. -Eso creo -enrosque su cabello con mi dedo. Oscuro, como el mio, como el de papa. Eramos todos oscuros. -?Que te dijo? -me pregunto. -Ahora soy un hombre -repeti. Eso era todo lo que necesitaba oir. Mama se partio de la risa. Mama llego tarde a casa esa noche, luego de trabajar doble turno en el restaurante. Me encontro en la cocina, de pie en el mismo lugar en donde estaba cuando mi papa atraveso la puerta. Las cosas eran diferentes ahora. Tampoco se llevo fotografias. Solo un poco de ropa, su afeitadora, su camioneta y algunas de sus herramientas. Si no lo hubiera conocido mejor, hubiera pensado que jamas estuvo aqui. Sono un par de veces hasta que un mensaje dijo que el telefono ya no estaba en servicio. La manana siguiente tuve que disculparme con mama, habia colgado con tanta fuerza que quebre la base del telefono. Ella dijo que estaba bien, y no volvimos a mencionarlo nunca mas. -Mantenlas limpias y Dios te libre si las encuentro tiradas afuera. Se oxidaran y te dare una paliza. Esta mierda no es para jugar, ?entiendes? -me dijo. -Si -respondi y las toque con reverencia porque eran un regalo. No podia encontrar las palabras para decir lo completo que se sentia mi corazon. Papa no se llevo el dinero cuando nos dejo. Al menos no todo. Aunque tampoco habia demasiado, a decir verdad. Lo llame en el medio de la noche, cuatro dias despues. enia seis cuando mi papi me compro mi propio set de herramientas. No de las que eran para ninos. Nada de colores brillantes ni plastico, eran de metal frio y reales. T Un par de semanas tras su partida, me hallaba de pie en la habitacion de ellos (de ella). Mama estaba en el restaurante otra vez, en un nuevo turno. Sus tobillos estarian adoloridos cuando llegara a casa. La luz del sol se vertia a traves de una de las ventanas sobre la pared del fondo y atrapaba las pequenas particulas de polvo. Olia a el dentro de la habitacion. A ella. A ambos, a una mezcla de los dos. Pasaria mucho tiempo hasta que el se desvaneciera. Pero al final lo haria. Abri la puerta del armario y uno de los lados estaba casi vacio, aunque quedaban algunas cosas. Las pequenas partes de una vida que ya no era vivida. Como su ropa de trabajo, cuatro camisas que colgaban al final del armario. Lo de Gordo, en cursiva. Todas decian Curtis. Curtis, Curtis, Curtis. Toque cada una de ellas con la punta de mis dedos. Quite la ultima de su gancho, la deslice por mis hombros. Era pesada y olia a hombre, sudor y trabajo. -Okey, Ox -me dije-. Tu puedes hacerlo. Entonces comence a abotonarla. Mis dedos se trababan sobre sus botones, muy grandes y redondos. Era torpe e ingenuo, solo manos y piernas, sin encanto y soso. Era demasiado grande. Acabe con el ultimo boton y cerre mis ojos, respire profundo. Recorde como lucia mama esa manana: las lineas moradas debajo de sus ojos, sus hombros caidos. -Se bueno, Ox, mantente lejos de los problemas -me habia dicho, como si los problemas fueran la unica cosa que yo conociera. Como si me metiera en problemas a menudo. Abri los ojos y me enfrente al espejo que colgaba en la puerta del armario. La camisa era demasiado grande o yo era demasiado pequeno. No estaba seguro de ninguna de las dos cosas. Me veia como un nino disfrazado, como si fingiera ser alguien mas. -Soy un hombre -dije con voz baja luego de fruncir el ceno al ver mi reflejo. >>Soy un hombre -no creia en mis palabras. >>Soy un hombre -repeti con una mueca de dolor. Al final me quite la camisa de mi padre, la devolvi al armario y cerre las puertas. A mis espaldas, las motas de polvo siguieron flotando en la luz solar que desaparecia.

  • Pasion en la noche (Pasion 2) de Monica Escoda

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    Melissa trabaja como strippers en un club llamado Night Chance.
    Su sensualidad y erotismo consiguen que todos caigan rendidos a sus pies irremediablemente.
    Pero todo cambia la manana que se cruza con el.

  • El beso azul de Jordi Sierra I Fabra

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  • Solo contigo. recuerdas de Patricia Bonet

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  • A lo lejos de Hernan Diaz

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  • Ultra Negro (Volumen independiente), Veronica A Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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  • Un mundo sin fin (Los pilares de la Tierra 2) – Ken Follett de Ken Follett

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    Veinte anos despues de la publicacion de Los pilares de la Tierra, Ken Follett volvia al fascinante mundo de Kingsbridge para presentar a sus lectores un retrato admirable del mundo medieval y una magnifica saga epica que aporta una nueva dimension a la ficcion historica.

  • Amor Adolescente de Marta Escudero

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    El Chico Perfecto: Romance Juvenil con su Companero de Universidad
    Soy el ejemplo perfecto de la marginada de clase. Timida, estudiosa, obediente y totalmente centrada en mis estudios. No bebo, no salgo de fiesta, no creo problemas. O al menos, asi era hasta que conoci a Marcos, el chico mas atractivo, sinverguenza y aventurero que te puedas echar a la cara.
    Acababa de empezar en la facultad de medicina, sin relacionarme con nadie, hasta que el se acerco a mi. Intente evitar sonrojarme, y ser educada, pero Marcos tenia claro que queria sacudir mi mundo. Y lo hizo, rompiendo mi caparazon y ensenandome su vida, su realidad, su mundo, sumergiendome en una aventura para la que no estaba preparada, pero que, aun asi, me cambiaria para siempre.
    El problema era que comence a enamorarme de el. A pesar de mis diecinueve anos me sentia como una quinceanera. Lo deseaba con locura, pensaba todo el dia en el, y hasta sonaba con el. Solo queria que me besase.

  • Los hijos del rey vikingo. Saqueo de Lasse Holm

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    Primavera de 868. Una flota de 80 barcos partira de Nourmoutier, en la costa de Francia, en direccion sur. Su objetivo: Al-Andalus, la Espana musulmana. A bordo viajan Rolf y sus companeros de batalla, acompanados por 2.000 vikingos de pura sangre guerrera.

  • El Mundo de Cameron (Fargo 1) de Lizbeth Azconia

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    Cameron Baltazar sonrie mucho; lo hace como si estuviera a punto de soltar una carcajada y, no obstante, supiera lo incorrecto que seria. He cruzado la pierna izquierda sobre la derecha, y no ha dejado de mirarme a los ojos. Tuerzo una mueca para disimular el nerviosismo. El, que no se ha molestado en vestir como uno de esos empresarios pomposos, se ajusta la manga de su camisa. Ya la lleva remangada hasta los codos. Y con desgarbo, echa su amplia espalda en la silla detras del escritorio. Como es de esperarse en una empresa que se ha declarado en quiebra, la oficina a la que me han hecho pasar se encuentra a medio vaciar. Los estantes, los dos libreros altos que estan en el muro izquierdo, el mueble detras de Cameron; se han desocupado. Me recuerda a mi habitacion en Willamette. Y tambien a la voz de Rox --mi companera de cuarto-- cuando me pregunta por que nunca coloco fotos de mi familia. Carraspeo para evitar esos recuerdos. Cam sigue mirandome y sigue sonriendo. --Dejame ver si entendi --dice de pronto, con una ceja enarcada--; me caso contigo y a cambio tu... --Arreglo el desastre que esta hecha Fargo --digo, firme--. Desde mi punto de vista, es un trato bastante justo y equilibrado. Mi abogado cree que es una locura, pero no sabe nada de la vida. Estudio en Harvard. Es lo mejor que puede decir sobre si mismo. --Debes estar bromeando --recalca mi interlocutor. Se lo nota de verdad muy sorprendido --. La semana pasada declare la quiebra de Fargo, ?si lo sabes? --Se levanta lentamente. El apoya las manos en el escritorio. Yo las observo, y la voz de Chester --mi primo-- retumba en mi cabeza, diciendo <>. --Hemos estado en contacto por alrededor de seis meses, Cameron --le espeto. Finjo observarme una una con desinteres, pese a que lo que realmente quiero es escudrinar su gesto ante mi respuesta. Hace meses lei todo lo referente a la Petroquimica Fargo, formada por varios accionistas hace mucho tiempo y llevada a la quiebra por el ultimo director: Roy Baltazar, el hermano mayor de Cameron, quien, segun lo que me dijo mi investigador, tiene problemas con la bebida y el juego. Cameron es muy distinto de el. Por eso decidi que era el indicado. --En serio crei que estabas jugando: pense que eras una de esas sindicalistas gastandome una broma --dice, ahora en tono mas serio. --Respondias como si me creyeras. El curva sus dos cejas al tiempo que suspira. --Me gusta conservar el buen humor no importa que. --Permiteme reiterar la oferta --digo al tiempo que me pongo de pie. Contorneo el escritorio, recargo la cadera en el filo y me cruzo de brazos; la ventana detras de Cameron me ofrece una vista palida de Downtown, en Houston--. Necesito tu apellido, y tu necesitas capital y accionistas. --Parece que no sabes lo que significa la quiebra --murmura Cameron a mi lado, circunspecto. Bajo la vista para encontrarme con la suya. Es de tono azulado, aunque nada nitido; las fotos que vi de el en internet lo muestran con una sonrisa en el rostro. Incluso esas en las que no deberia de estar sonriendo. Me ha dado la impresion de que se le da bien guardar las apariencias: Chester me lo advirtio cuando le lleve la investigacion final. Cameron puede ser el centro de un circulo ominoso, rigido, elevado socialmente... pero tambien se lo conoce por su empecinamiento al tratar de salvar Fargo. Ademas, si mi primo no me hubiera dado luz verde, jamas lo hubiera hecho. Esto: proponerle matrimonio a un desconocido para, por fin, limpiar nuestro nombre. --Se lo que significa --susurro--; lo que te ofrezco es una reestructuracion completa. Nada de accionistas foraneos. Unicamente quiero a cuatro. Y al principio, yo representaria al cuarto. Tu te puedes quedar con el otro veinticinco por ciento. --A mi es que no me entra en la cabeza que una muchacha como tu, de tu edad, quiera casarse por estos fines. Disculpame, no lo entiendo. Se ha erguido por completo ahora. La silla retrocede despacio hasta golpear el mueble de atras. Cameron se lleva las manos al pelo, alborotandoselo. Es castano claro, ondulado y rebelde. O tal vez es que tampoco le importa no peinarlo lo suficiente. Me pregunto que diria Ches de su cabello. --?Traes tu movil contigo? El duda, pero como a pesar de todo sigue siendo un caballero, termina sacando el telefono de su bolsillo en el vaquero que lleva puesto. Me lo entrega. Sacudo la cabeza para rechazarlo. --Gregor McMillan --le espeto--. Goglealo. --Yo no... --Solo hazlo. Para que no cambie tu buen humor. Una ceja enarcada me senala que acabo de dar en el clavo. Con un gesto alicaido --una ligera sombra de duda--, Cameron sacude la cabeza. Pero lo hace. Teclea velozmente en su movil, y se muerde el labio inferior mientras aguarda a que el buscador le de la informacion que me ayudara a convencerlo de aceptar. Cualquiera diria que es amenazar lo que estoy haciendole, pero mis metodos para salir adelante no han sido nunca cuestionados por una persona que no haya nacido en cuna de oro, rodeada de comodidades, sin problemas de autoridad, con dos padres estables y una familia unida. Yo no tuve nada de eso. Ni siquiera cuando mi padre y el padre de Chester vivian. Tenia cinco anos y gateaba entre montanas de cocaina. Lo que sea que diga la alta sociedad de Estados Unidos me importa un pepino. Y no se que tipo de personas criaron a Cameron, pero lo que si se es que su impresion es genuina. Aun asi, lo que veo es a un tipo sencillo, de modales sencillos y con reacciones verdaderamente sencillas. No podria ser mas adecuado para el trabajo que quiero hacer este ano antes de que Chester deje la prision. Tengo que sorprenderlo. Con mirada critica, Cameron alza las cejas y pone su atencion curiosa en mi. --Eres tu --me dice al tiempo que pone la pantalla de su movil frente a mi rostro. Si, esa soy --me ha mostrado un dibujo del juicio--; en la corte cuando sentenciaron a Ches a siete anos de carcel por contrabando y otras cosas. Su condena fue reducida por el trato que hizo con la fiscalia y con el cual pudieron desmantelar toda una red antigua de mafia que gobernaba en el noroeste de EEUU. Me cuesta seguirme mirando alli, sentada detras del abogado que conseguimos a proposito para no levantar sospechas. Hubo algo que mi primo le oculto a la policia, pero en ese entonces yo solo tenia quince y si algo hacen bien los hombres es subestimar a una chica que, para ellos, seria incapaz de romper un plato. Mmm... Con veintidos, a punto de convencer a un ex nino rico de ayudarme a lavar un monton de dinero con su empresa quebrada gracias a un imbecil, ya he roto toda una vajilla. Al final, despues de analizarme ahi, delgaducha, palida y llorosa, digo--: Debi demandarlos por ese angulo horrible. --Ok --suspira Cameron--. Eres hija del fallecido capo McMillan. --Su entrecejo se arruga. Se guarda el telefono en el bolsillo trasero del pantalon. Y, pese a no verse asustado en lo absoluto, me pregunta--: ?Deberia tener miedo?

  • La tierra de mi legado de Do Pons Ruiz

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  • ?Sueno o realidad? (The diaries of the dandelion 1) de Laura Keller

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    Septiembre de 1991, mi primer dia de instituto.

  • Dos historias para no dormir de Stephen King

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    Un grupo de chicos y chicas sale a navegar en una balsa sobre un pacifico lago, donde una oscura mancha viscosa los acosa; en la carcel, un interno tiene extranas pesadillas en las que aparece una mujer que le atrae y repele a la vez, porque se convierte en una inmensa rata. Dos cuentos ineditos del gran maestro del terror, un terror que se instala en situaciones cotidianas con total familiaridad. Una realidad sobrenatural que traspasa los limites de lo fantastico para infiltrarse en nuestras vidas y sembrar la angustia en las noches de insomnio.

  • Harley R. (Moteros 2) de Patricia Sutherland

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    Para Abby nunca ha habido nadie mas que Dakota, un motero con el que suena despierta desde que iban al parvulario, pero ahora sabe que sus suenos nunca se haran realidad porque el no esta enamorado de ella, sino de Tess, su hermana mayor. Prendada de un hombre que el destino ha querido convertir en su cunado, sintiendose traicionada por su propia hermana y dolida con su familia que parece haberse puesto de su parte, Abby se precipita al vacio de la depresion, un abismo del que, haga lo haga, no consigue salir. Cuando aquella manana, sin saber como, amanece en la cama de Evel, el mejor amigo de Dakota, Abby comprende que ya no puede caer mas bajo.

  • Un amor inesperado + Un amor delicioso de Olga Salar

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    Un amor inesperado

  • Dos mozas de ciudad para dos senoritos de pueblo de Noni Garcia

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    E o1o ra agosto y Patricia no recordaba la ultima vez que habia cogido vacaciones. Cuando termino sus estudios de economia, tras hacer practicas en un hotel y varias empresas de mantenimiento de maquinaria industrial y agricola, comenzo a trabajar en la asesoria contable de la que ahora era socia, desde que fallecio el dueno y uno de los hijos le vendio su parte del negocio, aunque era ella la que lo manejaba todo; su companero de sociedad solo aparecia para hablar del dinero que se generaba y poco mas. Ganancias bastante considerables, ya que se trataba de una de las mas importantes del pais. Y dichos beneficios eran los culpables de que su vida girara en torno al trabajo. Sin importar que fuera lunes o sabado, cada dia se levantaba, tomaba un cafe negro, cogia su maletin, se iba a trabajar y volvia con el tiempo justo para cenar, leer media hora y acostarse a dormir. Asi, un dia tras otro, desde hacia algo mas de tres anos. Se miro en el espejo del bano privado de su despacho, y no le gusto la Patricia que mostraba su espejo, habia dejado de ser ella misma para convertirse en alguien que no conocia. Por primera vez en anos, decidio dejarse llevar, mandarlo todo al cuerno. El reloj marcaba las tres de la tarde cuando salio por la puerta del edificio donde estaba la sede de la asesoria. Fue hasta su piso y, tras meter algo de ropa en una maleta, volvio a salir, se subio al coche y emprendio un viaje que duraria los cuatro dias que tenia por delante. No sabia adonde iria. Simplemente, condujo sin mirar los carteles de la carretera, le daba igual el destino, y no se fijo en nada mas hasta que, una hora despues, la luz de la reserva de carburante se encendio. Entonces decidio que pararia en la siguiente estacion de servicio. Unos minutos mas tarde, un cartel indicativo le aviso de que el siguiente pueblo, Marquesado de Villosa, estaba a tan solo tres kilometros. Y lo supo. Ahi era donde pasaria esos tres dias si disponian de un hotel o una pension medianamente decente. Condujo con cautela por los siguientes siete kilometros que se le hicieron eternos. La carretera secundaria que conducia al condenado lugar era de doble carril, aunque dudaba mucho que cupieran dos coches en paralelo, y por ello rezo todo lo que supo para no cruzarse con nadie de frente. Las calles del pueblo estaban desiertas. Sabia que iba ser complicado encontrar alguien a esa hora de la tarde, ya que tenia que hacer un calor endemoniado fuera de su climatizado coche. Anduvo algunas calles mas y, como no habia manera de que alguien pudiera darle ninguna indicacion, saco su movil para buscar si habia algun hotel cercano a su ubicacion, pero la suerte no estaba de su parte. La compania telefonica que le daba servicio no tenia cobertura en aquel pueblo. Se vio sin carburante, sin cobertura, sin ayuda alguna y sin saber que hacer. En ese momento, la estupenda idea que tuvo en la oficina se estaba convirtiendo en otro momento de estres; como si no tuviera suficiente con su dia a dia. Decidio bajar del coche y continuar su busqueda a pie. El calor de aquel catorce de agosto hizo que, al respirar aquel aire caliente, sintiera como si sus pulmones se estuvieran quemando, hacia incluso unos grados mas que en la capital. Subio la calle donde habia dejado aparcado el coche, con cuidado de no caerse. Cosa que el inexistente acerado, la pendiente y los adoquines le hacia bastante dificil. Casi se puso a saltar cuando, unos metros mas arriba, vio el cartel de un bar. Acelero el paso, deseosa de encontrar algo de civilizacion que pudiera ayudarla. Sin embargo, su alegria se torno frustracion al llegar hasta el y descubrir que estaba cerrado, y tenia pinta que desde hacia bastante tiempo. Quiso gritar. Para terminar de rematar la faena, los zapatos estaban haciendole dano. Se los quito y mordio el tacon para ahogar el grito que tenia ganas escupir, hasta que cayo en la cuenta de que se estaba cargando unos Manolo que le costaron cerca de ochocientos euros. El asfalto quemaba, asi que corrio calle abajo lo mas rapido que la falda de tubo de aquel traje le permitia sin matarse en el intento... Con lo que Patricia no contaba era con que una de las puertas se abriera y apareciera una senora de unos ochenta y largos anos, bostezando como si llevara dias durmiendo y acabara de levantarse. El susto provoco que cayera al suelo y rodara unos metros, hasta que sus costillas frenaron contra un arbol. Arbol del que cayo un nido, haciendo que tres pequenos huevos impactaran contra su cabeza, chafando su perfecto peinado. Aquella maravillosa idea empeoraba por momentos, aunque peor ya no podia ser. Penso en levantarse rapidamente, llegar a su coche sin mirar atras y salir corriendo de aquel pueblo infernal que tan mal rato estaba haciendole pasar. Intento llevar a cabo su plan, pero sintio un dolor punzante en el costado que la dejo sin respiracion e hizo que apoyara una de sus manos sobre el arbol mientras con la otra se sujetaba el sitio donde habia sentido el dolor, como si aquello fuera a aliviarlo. --!Moza! ?Que te ha pasao? --dijo la anciana, gritando a pleno pulmon, y haciendo que Patricia pensara que aquel grito debio oirse dos pueblos mas alla. --No es nada, senora. Ya me iba... --?Adonde vas asi, mujer? Si tienes que tener rotas, por lo menos, dos costillas. Espera que te llamo al Raimundo, no te muevas de ahi. --No, yo... La senora la dejo con la palabra en la boca y volvio a entrar en la casa de la que habia salido. Patricia solo pensaba en salir de aquel maldito pueblo que en pocos minutos casi la mata, pero la senora tenia razon, debia tener al menos dos costillas rotas y era incapaz de dar un paso sin que aquel dolor punzante se manifestara de una forma mas infernal que el calor que estaba pasando. Un par de minutos despues, la buena senora salio y se acerco a ella, dando pasitos cortos y trabajosos debido a su avanzada edad. Le dio uno de los dos bastones que llevaba para que se apoyara, y Patricia no dudo en hacerlo, porque casi no podia mantenerse en pie. --Acompaname a la casa, moza, que Raimundo tarda una media hora en llegar. Esta asistiendo el parto de una de las vacas de Cipriano junto a David. --?Raimundo es el veterinario del pueblo? --Quiso salir corriendo en aquel preciso instante, pero casi no podia moverse. --No, el veterinario del pueblo es David, Raimundo es mi nieto y es medico en la capital, pero esta pasando aqui unos dias. Viene a visitarme casi todos los fines de semana porque su trabajo es muy estresante. Suspiro al saber que iba a atenderla un medico. Y escuchando hablar a aquella anciana, se dejo guiar hasta que, cuando quiso darse cuenta, ya estaba sentada en una silla, con una mano sobre el costado que le dolia y usando la que tenia libre para remover un cafe que olia a pueblo, que olia a hogar.

  • Quedate (La chica del servicio ) de Patricia Geller de

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    BAJO del coche en el que hoy, y como viene siendo habitual desde hace dias, soy el copiloto. Casi no me sostengo en pie, mis musculos han perdido fuerza, el agotamiento se ha vuelto mi gran amigo. Miro a mi derecha, la entrada de mi casa, nuestra casa. El refugio de Gisele y mio. Un intenso nudo se me forma en la garganta. Es muy dificil asimilar que cruzare las puertas y ella no estara… Siento una mano en mi hombro, dandome el empujon que necesito. Es Scott Stone, el hermano de mi mujer, que conoce lo dura que esta siendo esta nueva etapa, pues desde que ella se fue, la semana anterior, es mi gran apoyo. Ya estamos en la provincia de Malaga. Volvemos del psicoterapeuta, al que hemos ido para asegurarnos de que el tratamiento sea el correcto, tras haberlo retomado en Madrid y ahora seguir haciendolo, frente a esta enfermedad que esta a punto de acabar con lo que mas quiero en la vida: Gisele Stone. --Tranquilo, todo va a salir bien --me dice mi cunado, colocandose delante de mi--. Anoche su voz era mas alegre, ?no te lo parecio? --Le gusta que yo este aqui… --reconozco compungido--. Sabe que no podia seguir en Madrid, tampoco en casa de mis padres y el Refugio es lo mas nuestro que tenemos. Entonces me vengo abajo. --?Que voy a hacer sin ella, Scott? --Va a volver pronto --me recuerda, tan triste como yo--. Aprovechad este tiempo, recomponeos. -- Me da el llavero, que cojo con manos temblorosas--. ?Necesitas algo…? Juego con las llaves, con la mirada perdida en ninguna parte, sin el valor suficiente para dar el paso y entrar en casa. Hoy la noche de bodas es el recuerdo que mas me duele, aquella noche nos amamos locamente y ahora el vacio frente a esas imagenes es demoledor. --Dejame unos minutos a solas, por favor --le pido, caminando. --Estare aqui. Abro la puerta exterior y cruzo la zona del jardin. El suelo esta humedo, ha llovido bastante estos dias, recordandome lo fria y triste que es esta epoca del ano. El invierno, en pleno mes de enero. No quiero ni mirar a mi alrededor, no puedo soportar tantos recuerdos compartidos. --Joder, joder. --Me sobresalte ante sus quejidos. Al mirarla, vi que se estaba riendo; tenia el cabello alborotado, apenas se le veia la cara. De un manotazo se lo aparto. Sus ojos grises casi cerrados. Hermosa y atrevida--. ?!Te ries!? !Hemos perdido el vuelo! La mire cenudo, sonoliento. --!Es la una, Matt, la una! --Puta mierda. Me deje caer de nuevo hacia atras--. !Levantate! Desnuda, con aspecto salvaje; mi perdicion. Me imagine deslizandome entre sus muslos… --Anda, acurrucate aqui conmigo --le pedi, alzando la mano--. Mas tarde cogeremos otro. --?Otro? !Yo me quiero ir ya! --Me incorpore para verla mejor, con sus brazos en jarras--. Tanto jugar anoche… y mira ahora. Solte una carcajada. --Ven conmigo --le pedi de nuevo--. Un poco mas. Con osadia, se recogio el cabello en un mono alto y corrio hacia mi, haciendonos caer bruscamente hacia atras. Su emocion por viajar era evidente. La haria disfrutar como nunca. --?Como has amanecido, esposo? Pero no disfruto como me lo propuse, la jodi tambien en nuestra luna de miel. Hoy tengo miedo, miedo de no saber recuperarla, de que no vuelva nunca. A pesar de las llamadas diarias desde su marcha, su voz suena muy apagada. Se que no es feliz estando lejos de mi, pero tampoco conmigo. Las constantes y absurdas peleas, mi negativa a tratarme, mintiendole… y mi comportamiento enloquecido la han agotado. No se quererla como merece. Temo que pierda las fuerzas, la ilusion y las ganas de luchar. Inspiro al llegar a casa, son las cinco de la tarde, pero no se si donde ella esta es de dia… o de noche… No ha querido decirme su paradero, sabe que la buscare, pese a haberle prometido lo contrario. No soy tan fuerte como piensa. Justo antes de abrir, suena mi telefono. Nervioso, rebusco en el bolsillo del pantalon oscuro que llevo puesto. Un grunido escapa de lo mas profundo de mi ser. Mi garganta se abre de nuevo. La energia y el aire que necesito me llegan inmediatamente. Es ella, Gisele. --?Carino? --pregunto con agonia. --Hola, Matt. --Hola, preciosa. --?Que tal…? La noto cansada, habla en un tono poco audible. Me siento en la entrada, en los escalones. No puedo mas, desconocer tantos detalles de su vida es un sinvivir. Me duele demasiado esta distancia. --?Como estas, nena? --susurro. --?Y tu? --La oigo suspirar--. Recuerda que si tu estas bien, yo tambien lo estare. He hablado con Carlos… Me gusta ese doctor. --Es amable, si --digo sin ganas, de lo que menos me apetece hablar es de el--. Estoy en la puerta de casa, me falta valor, Gisele. Hay un precario silencio, crudo. --Te quiero mucho, mi vida. Estoy muy orgullosa de ti --musita--. ?Entramos juntos? Una de sus ocurrencias. Sonrio, negando con la cabeza. --Solo no puedo. --No lo estas… Estoy contigo, venga, abreme la puerta. Con mas animo, me levanto y me encamino hacia la puerta. La llave entra a la primera y no dudo en cruzar la sala, su voz es el empujon que necesito. Ahi, fotos de Gisele rodean la estancia. Tambien nuestras, dandole luz a este rincon tan especial. Hay muchas imagenes, sobre todo las de nuestra luna de miel. Una que me hace sonreir es en la que ella esta con su brazo alrededor de mi cuello, sentada en mis rodillas y haciendo burla. Mi cara varia entre la diversion y la sorpresa. Jugueton. --Matt --me llama preocupada--. Dime algo, cuentame cosas. Carraspeo. --Estoy haciendo todos los tramites necesarios y cuando regreses… --Nos quedaremos en Malaga --acaba enseguida, consciente de que me altero si no habla de una pronta vuelta--. ?Has comido? --Algo… En casa de mis padres. Tengo algun que otro mareo, nauseas… Esto es muy dificil, carino. Otro largo suspiro, esta contenida, cambiada. --Carlos me ha contado que, aunque las pastillas son imprescindibles para el estado de animo, la depresion y los episodios… tienen sus reacciones. --Camino por la sala, rozando su imagen con los nudillos--. Se que al principio cuesta, me acuerdo de cuando empezaste la otra vez… --murmura incomoda--, pero ahora cuentas con el apoyo de todos. Y el que mas necesito esta lejos y ni siquiera se por cuanto tiempo. --Te extrano, nena, a veces siento que me voy a volver loco si no te acaricio, si no vuelves pronto. Me haces falta --confieso, mal--. ?Podre enmendar alguna vez tantos errores? --Lo estas haciendo ya… --No se vivir sin ti, Gisele. Me gustaria decirle que no volvere a dejar el tratamiento, que no volveremos a pelearnos por tonterias y que no controlare cada paso que de. Pero se que es pronto y que pensara que sera otra promesa rota. He de ser prudente. --?!Nena!? --Dime… --?No tienes la misma necesidad de abrazarme?

  • Yo hago de Jefe de Lexy Timms

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    Jamie Connors tiene todo lo que siempre habia sonado. Un cuerpo delgado, la confianza en si misma que nunca penso tener, el mejor trabajo del mundo y ahora esta comprometida con el futuro marido perfecto.

  • Boda a Los 17 de Michel Gavica

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    -!?Que?! -exclame asombrada mirando a mis padres.
    -Si Oana, te casas -continuo diciendo mi madre, tan tranquila, con una sonrisa de oreja a oreja.
    -No quiero tener una boda a los diecisiete -conteste con los ojos muy abiertos tratando de analizar la situacion.
    -Lo siento carino. Lo haras, quieras o no -declaro mi padre mirandome muy serio.
    -!Os odio! ?Me habeis escuchado bien? Os o-d-i-o -dije recalcando cada letra y tirando un florero mientras me levantaba para salir de esa casa.

  • Siempre te he amado de Monica Hoff , Norah Carter

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    ?Quien diria que un “simple” viaje puede cambiar tu vida por completo?
    Cuando Carlota y Fran llegan, junto a sus amigos, al Caribe, no podran ocultar por mas tiempo lo que sienten el uno por el otro. El secreto que han guardado por anos, saldra a la luz.
    Pero no todo sera tan facil y, a veces parece ser que, por mas que ames a alguien, esa persona no esta destinada a permanecer en tu vida. ?Lo estaran ellos dos?

  • Maldita coleta de Susana Rubio Girona

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    Soy Guille, psicologo y escritor en mis ratos libres. Tengo un trabajo que me apasiona, una hermana a la que adoro y un amigo que me da mas de un problema. Pero para problemas las nuevas chicas de la oficina…

  • La seduccion es un arte de Fanny Ramirez

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    Toda persona tiene que pasar por un momento tragico, un momento feliz, un momento excitante. hay gente que pasa por diferentes etapas a lo largo de su vida. Otras. que se quedan en el camino. Caminos que nacen en diferentes puntos y se cruzan u otros que viven en paralelo.
    Teresa Muller esta acostumbrada a tener todo lo que desea. Ser asesora de imagen en la agencia familiar Muller Company, le permite vivir a todas sus anchas. Con una mirada suya hace que cada hombre que mira, caiga de rodillas a sus pies. Cuenta con una familia unida y amorosa. Hace y deshace a su antojo.
    Pero entonces ocurre. Su vida de ensueno se ve desestabilizada y desecha cuando una noche de frio invierno, recibe una llamada que lo cambiara todo.
    Victor Sanz, o como era mas conocido: Victor-Increible-Sanz, jugador profesional de futbol si que podia decir que habia tocado el cielo con los dedos. Tambien hay quienes dicen que la fama se le subio a la cabeza y el karma poso su mano negra sobre el. Otros. que todo ocurre por una razon. Victor sufre una lesion que le obliga a abandonar su sueno cumplido, dejandolo con el sabor de la victoria en los labios, cual caramelo favorito y arrancandoselo de cuajo cuando ya llegaba al cremoso centro.
    Dos caminos opuestos. ?Por que deberian cruzarse, verdad?

  • Hackers en guerra (El genio de Vervaeck 1) de Claudio Hernandez

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    Internet tambien tiene sus profesias, Allan Vervaeck, un vidente famoso de la decada del cincuenta, pronostico: la aparicion de un hombre que dominaria la Informatica como nunca nadie y que tanta seria la diferencia entre el y el resto de los hombres, que tendria el poder para crear y destruir; una mente capaz de causar el desequilibrio tecnologico, alguien que podria llevar a la humanidad a dar un gran salto o sencillamente destruirla.
    El submundo tecnologico lo ha denominado “El Genio de Vervaeck”
    Daniel camina sobre arenas movedizas, . es hacker, y esta en guerra con M.A.R.Y.N., una compania productora de armamento no convencional (armas de radiofrecuencia, satelitales, microfonos ultrasensibles, luces estroboscopicas, robots, aviones no tripulados, nanotecnologia, sistemas de hardware y software para control de armamento, software de seguridad, etc.) responsable de la muerte de sus padres.

  • Carne Iberica S.A de Francisco Merchan

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    En una espectacular playa de arena dorada y aguas cristalinas aparece, con evidentes signos de violencia, el cadaver del polemico actor porno Roberto Trencillo, rey del “porno-freak” y propietario de la productora porno “Carne Iberica S.A.”. Su caso interrumpe el proceso autodestructivo en el que esta inmerso el peculiar inspector de homicidios Diego Guerra. Lastrado por una grave tragedia familiar, el inspector se lanzara de forma casi suicida a una carrera por desentranar el misterio que rodea el crimen del actor y a todos sus implicados, poniendo en riesgo su vida y la de los pocos que todavia le apoyan. Una serie de sucesos cada vez mas brutales iran empanando poco a poco su labor hasta el punto en el que su fin parece ya algo inevitable. ?Podra el inspector Guerra resolver el caso antes de terminar de hundirse en las tinieblas a las que parece condenado? ?Conseguira descubrir quien es quien antes de que la funcion acabe y baje el telon? Una historia repleta de traiciones, mentiras y venganzas donde nunca podras llegar a estar totalmente convencido de nada.

  • Yo que tanto te quiero (Los Lamarc 3) de Marta Querol

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    Valencia, 1977. En Espana se celebran las primeras elecciones generales despues de la muerte de Francisco Franco. Politica, revueltas sindicales y reuniones acaloradas son parte de la vida cotidiana en un pais en ebullicion.Lucia no es ajena a ese torrente de ideas y manifestaciones culturales, pero tampoco a la ruptura del matrimonio entre sus padres, cuyo divorcio, una guerra de enganos y misterios, amenaza con acabar incluso con su vida.Yo que tanto te quiero es el emocionante homenaje de una hija a su madre luchadora y desdichada, la pieza clave de un rompecabezas que comenzo en El final del ave Fenix y que nos acerca a la historia reciente de Espana desde una optica nueva.

  • La tierra donde estar contigo de Do Pons Ruiz

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    Durante el reinado de David I de Escocia y a peticion de este, los clanes se alian unos con otros para restaurar la paz en su reino. Sin embargo, nunca faltaran aquellos que, decididos a acabar con cualquier heredad, deseen la suerte del projimo.

  • Pequenos fuegos por todas partes de Celeste Ng

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    En Shaker Heights, una tranquila y prospera zona residencial de Cleveland, todo esta planeado, desde el trazado de las carreteras hasta los colores de las casas, incluso el triunfal futuro de sus vecinos. Nadie encarna mejor este espiritu que Elena Richardson, cuya vida se rige por un principio fundamental: jugar siempre dentro de las reglas sociales. La historia comienza cuando Mia Warren, artista enigmatica y madre soltera, llega a esta idilica burbuja con Pearl, su hija adolescente. Mia lleva consigo un pasado misterioso y un desprecio por las reglas que acabaran amenazando esta comunidad tan cuidadosamente ordenada.

  • El laberinto de Aragon, Diana C. Acosta de Diana C. Acosta

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  • Sera larga la noche de Santiago Gamboa

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  • Bajo la sombra de una mentira de Arenos Consuegra

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    Bajo la sombra de una mentira, ambientada a principios del siglo XX, narra la historia de Marina, una joven muchacha que deja su pequeno pueblo para ir a trabajar como doncella a una mansion a orillas del mar. En aquella casa escuchara unos gritos extranos, sobre los que preguntara y nadie le dara respuesta. Descubrira en Fernando, el senor de la mansion, un amor diferente al de Diego, su primer amor. La vida de Diego, el pasado de dona Clotilde y el resto de los habitantes de la aldea, se iran desvelando y desarrollando a la par que la suya. El tiempo y una serie de circunstancias, alguna tragica, volveran a llevar a Marina a su pueblo y a cruzar su vida con la de Diego.

  • Y tenia que ser mi jefe 01 de Norah Carter

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    Estaba nerviosa. Despues de pasar un ano en el paro, despues de que me despidieran de El Heraldo sin darme las gracias siquiera, despues de venirme abajo varias veces, por fin encontraba un nuevo puesto de trabajo en el Diario S. Estaba nerviosa porque, al principio, pense que no me darian ese puesto. El Diario Sol era uno de los periodicos mas prestigiosos del pais y no tenia nada que ver con El Heraldo, de menor tirada y con mucho menos personal. Sabia que no iba a ser facil trabajar alli, que la competencia seria feroz, que ya no tendria el tiempo libre del que disfrutaba ahora, pero tambien era la mejor manera de sobresalir entre algunos companeros de universidad que se habian quedado como meros redactores en prensa local. El Diario Sol era una oportunidad para demostrarme a mi misma de lo que era capaz, de que yo era una mujer tan inteligente como preparada. Seguramente ahora mis nuevos jefes sabrian valorar aquellas cualidades que en El Heraldo no habian sido capaces. La crisis habia hecho estragos en el pais y yo fui despedida simplemente porque fui una de las ultimas en ser contratadas. De nada valia mis amplios conocimientos de marketing ni que me manejara perfectamente en aleman e ingles. Sencillamente habian determinado que el dano para la empresa seria minimo si me indemnizaban ahora, pues era muy joven y llevaba poco tiempo en El Heraldo, asi que en enero estaba en plena Avenida Lagos, con una caja de carton entre mis brazos que contenia boligrafos, mi vieja grapadora, un retrato de mis padres y un libro de poemas, de Pablo Neruda, Veinte poemas de amor y una cancion desesperada. Ahora que habia encontrado un nuevo puesto, estaba esperanzada en que este tipo de cosas no se volviera a repetir, porque verdaderamente me afecto mi salida de aquel periodico. Creia que habia tocado el cielo cuando empece a trabajar en El Heraldo, pero no fue asi. Para ellos mi talento y mi voluntarismo no valian nada. Me quedaba, despues de mi jornada laboral, horas y horas en la redaccion, horas que nunca fueron remuneradas, horas que emplee con mucho interes para ampliar y corregir reportajes. Me deje la piel en aquel periodico y, de repente, una llamada sin ningun tipo de explicacion y una carta de despedida fueron la gratitud a tanto esfuerzo. Maldita crisis. Deseaba que todo fuese ahora diferente en el Diario Sol, aunque estaba segura de que habria de trabajar mucho mas en este nuevo periodico. Me habian asignado la seccion de Publicidad y una seccion como esa no es cualquier cosa, pues los principales ingresos de una publicacion como el Diario Sol provienen de importantes clientes que quieren promocionar sus negocios en prensa. Parece que valoraron positivamente mi curriculum y la entrevista que hice con la jefa de personal dio sus frutos. Recuerdo que sali de aquella conversacion bastante confusa, porque me preguntaron sobre mis relaciones sentimentales. Y yo menti. No se si se dieron cuenta. Supongo que no, porque acabaron contratandome. Les dije que salia con un chico que era profesor de instituto, pues yo queria dar una imagen de persona estable emocionalmente. Si hubieran indagado un poco, habrian descubierto que yo, Davinia, habia sido un autentico desastre en mis relaciones. Sere mas incisiva y dire exactamente que habia sido un puto desastre. Mis parejas no me duraban nada. Estaban a mi lado porque les atraia mi fisico, pero luego, cuando les insinuaba que queria un compromiso solido y duradero, desparecian de mi vista. Sin pelos en la lengua, confesare que sali con autenticos cabrones como un tal Richard, que nada mas salir de casa, solo sabia meterme mano e introducirme su lengua, que parecia la lengua de una jirafa, hasta la garganta. Me dejo a las pocas semanas por una antigua novia. Me explico que yo era una estrecha, la madre que lo pario. Aun no habia salido a la calle, estupendamente maquillada, cuando empezaba a darme lenguetazos que me corria toda la pintura. Parecia un payaso, excusa perfecta para no ir a ningun sitio, sino para meterme en su coche o en casa de su madre a darme un repaso de arriba a abajo. Vamos que follabamos dia si y dia tambien, y va, y me dice que soy una estrecha. Richard es el caso mas radical de novio bruto, egoista y desagradecido. Luego tuve noviazgos mas o menos largos como el de Javier, un companero de El Heraldo, un vigorexico que se metia toda clase de proteinas y hormonas en el torrente sanguineo. Yo sabia que aquello no era bueno. Durante mas de un mes solo me daba piquitos. No era como Richard, ni mucho menos. Una noche, desesperada y excitada, tras salir de una hamburgueseria donde me habia hinchado a patatas fritas y nugguets de pollo y donde el se habia limitado a beber Coca Cola light y a tomar ensalada, decidi meterme mano a su paquete. Me grito. Me prohibio que lo tocase porque necesitaba reservar energias para un campeonato que tendria lugar en Madrid dentro de un mes. Yo me negue y, bromeando, volvi a meterle mano al paquete, pero no habia paquete. Las inyecciones le estaban pasando factura y habian hecho que su pene fuese la cabeza de un lapiz. No deberia comentar esta clase de intimidades, pero, llegados a este punto, me da igual todo.

  • El rey de las hormigas de Zbigniew Herbert

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    Zbigniew Herbert trabajo durante veinte anos en El rey de las hormigas y, no obstante, la obra quedo inconclusa hasta que su editor polaco recopilo los materiales, fragmentos y esbozos para darle la forma que hoy presentamos. En todos los textos, el poeta parece decidido a concederse la libertad de celebrar su amor por la civilizacion de la Antiguedad dando nueva vida a los mitos. El resultado es una recreacion personalisima, colorida y luminosa de un buen numero de personajes de la mitologia clasica, algunos conocidos por los lectores y otros injustamente olvidados: en las habiles manos de Herbert, gracias a la sutileza e ingenio del poeta, Cleomedes, Atlas, Ares, Cerbero, Endimion o Ayax parecen convertirse en nuestros contemporaneos, y sus peripecias, sus destinos y el fabuloso mundo en el que vivieron nos invitan a reflexionar sobre el presente y, muy a menudo, a reir.