• libro amy winehouse - Scarlett O'Connor

    https://gigalibros.com/amy-senoritas-britanicas-3.html

    Una historia que derriba los prejuicios y escribe con sus escombros el mas bello amor.
    -Melanie Rogers.

  • Amy Winehouse: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Amy-Winehouse-Libros/s?k=Amy+Winehouse&rh=n%3A599364031

    Amy, Amy, Amy. de NICK JOHNSTONE y JAIME GONZALO | 1 diciembre 2008. 4,3 de 5 estrellas ; Amy Winehouse: Stronger than her (Vidas Ilustradas). de Susana ...

  • Amy Winehouse - 835303031: Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Amy-Winehouse-Libros-835303031/s?k=Amy+Winehouse&rh=n%3A599364031%2Cp_n_feature_browse-bin%3A835303031

    1-16 de 24 resultados para "Amy Winehouse".

  • Amy Winehouse - Susana Monteagudo,Pezones Revueltos

    https://www.planetadelibros.com/libro-amy-winehouse/300455

    22 oct 2019 — Y recibe cada mes nuestras novedades gráficas, ilustradores y libros de arte. Cargando... Otros libros de Arte.

  • AMY WINEHOUSE: STRONGER THAN HER - Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-amy-winehouse-stronger-than-her/9788417858322/9843902

    Sinopsis de AMY WINEHOUSE: STRONGER THAN HER ... La primera biografía ilustrada de una artista única. Inquieta, dramática y siempre a la búsqueda de acción y ...

  • Amy Winehouse: el libro que muestra la cara menos ...

    https://www.harpersbazaar.com/es/cultura/ocio/g21961253/amy-winehouse-libro-vida-real-blake-wood-taschen/

    28 jun 2018 — Y entre ellos nació una estrecha amistad que refleja el libro Amy Winehouse by Blake Wood que publica la editorial Taschen.

  • Así es el preciosa biografía ilustrada de la que los ... - Vogue

    https://www.vogue.es/living/articulos/preciosa-biografia-ilustrada-amy-winehouse-octubre-2019

    14 oct 2019 — Portada del libro 'Amy Winehouse. ... Stronger than her (Lunwerg), un libro ilustrado que se adentra en la biografía de la cantante y ...

  • La biografía de Amy Winehouse, Stronger than her Crítica ...

    https://musicandrock.com/libros/critica-biografia-amy-winehouse-stronger-than-her/

    ¿Es un libro recomendable? — Stronger than her es el libro que, acertadamente, ha lanzado Lunwerg, dentro de su colección Vidas ilustradas. Curiosamente, ...

  • Amy Winehouse - Susana Monteagudo -5% en libros | FNAC

    https://www.fnac.es/a6862763/Susana-Monteagudo-Amy-Winehouse

    Amy Winehouse, libro o eBook de Susana Monteagudo. Editorial: Lunwerg. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • AMY WINEHOUSE (Libro en papel)

    https://www.atenealibreria.com/libro/amy-winehouse_206110

    AMY WINEHOUSE. STRONGER THAN HER, MONTEAGUDO, SUSANA ; PEZONES REVUELTOS, 19,95€. Inquieta, dramática y siempre a la búsqueda de acción y atención, ...

  • La Historia de amy Winehouse - Buscalibre España

    https://www.buscalibre.es/libro-amy-amy-amy-la-historia-de-amy-winehouse/9788461276462/p/4219525

    Libro Amy, Amy, amy: La Historia de amy Winehouse, Nick Johnstone, ISBN 9788461276462. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • Secretos 3 de Christian Martins

    https://gigalibros.com/secretos-3.html

    A falta de unos dias para dar el "si, quiero", Julia decide mandar todo a paseo y comenzar una vida de cero. Para hacerlo, toma la decision de disfrutar en solitario del viaje que tenia programado para la luna de miel, sin saber lo que encontrara en este. En pleno Caribe, conocera a Elias Castro, un poderoso empresario que tiene todo lo que quiere en el momento en el que lo pide. Ambos comenzaran un apasionante romance rodeados de los mas exquisitos lujos. Julia no tardara demasiado en enamorarse del irresistible Elias, pero tambien descubrira que no todo es lo que parece. Las mentiras y los secretos comenzaran a estar presentes en el dia a dia de la pareja hasta que Julia, hastiada de mantenerse al margen y de desconocer la verdadera vida de su pareja, decidira marcharse y abandonarle para regresar a Madrid, su ciudad. Pero Elias ha encontrado al amor de su vida y no piensa dejarlo escapar tan facilmente. Regresara en busca de Julia y encontrara en Madrid un sinfin de peligros de los que no podra protegerse. Fuera de Mexico, no tiene poder ni contactos para mantener a Julia bajo proteccion, asi que no les quedara mas remedio que regresar. Julia, guiada por el amor ciego que siente por Elias, decide obviar todos los riesgos que ha sufrido y regresar a Mexico bajo la promesa de que, nada mas llegar, la hara participe de los secretos que han rodeado su relacion. ?Podra soportar la verdad? ?Le contara Elias todo lo que tanto ha luchado por mantener oculto? ?Se acabaran las mentiras entre ellos? Y..., lo mas importante, ?estaran por fin a salvo de los sicarios que les persiguen? 1 Habian detenido a Elias. Aquello era lo unico que su confusa mente era capaz de procesar. El control habia saltado, activando sus alarmas, y los agentes que se encontraban presentes le habian pedido que se retirase a una de las esquinas. Julia miro hacia su alrededor, buscando ayuda. ?Pero quien iba a ayudarla? Se habian metido en un tiroteo, unos psicopatas querian asesinarlos y Elias llevaba una pistola encima en un control del aeropuerto. !Por Dios! ?!Como no se habian deshecho de la pistola antes de entrar!? Se movio unos metros hacia la izquierda para evitar perder al hombre que amaba de su campo de vision. Estaba llorando, le temblaban las piernas y sentia que de un momento a otro su pecho estallaria de la presion. Escuchaba los latidos de su corazon resonar con fuerza dentro de ella y la tension acumularse en cada articulacion. Sabia que varias personas la miraban con curiosidad, pero le daba igual; tenia demasiado por lo que preocuparse. ?Y si le perdia? ?Que iba a hacer sin el? !Y si terminaba en la carcel! Atisbo como los policias elevaban los brazos de Elias y comenzaban el cacheo. Desde aquel lugar, no podia ver muy bien a Elias, tan solo la espalda y la silueta del policia que le realizaba el registro. Penso que, quizas, podia armar un escandalo alli mismo. Gritar, llorar o incluso amenazar a alguien para distraer la atencion de los agentes que tenian retenido a Elias pero... ?De que le serviria a el? No podia huir a ninguna parte. Estaba rodeado. Vio como el policia terminaba el registro y se hacia a un lado para dejar paso a Elias. No podia ver muy bien que era lo que ocurria, pero parecia que regresaban a la zona del control. Volvio a colocarse en el mismo lugar de antes para recuperar visibilidad y observar mejor el panorama. Elias, junto a la salida de la cinta de las maletas, se quitaba el cinturon con parsimonia y se lo entregaba a uno de los policias que le habia cacheado. Julia le vio cruzar el control, esperar unos segundos y regresar al otro lado en busca de su cinturon con una sonrisa de oreja a oreja en el semblante. No lograba escuchar ni distinguir que era lo que ambos se decian, pero parecia un saludo cordial y una disculpa por parte del agente. Elias recogio sus pertenencias y se marcho, caminando a paso ligero. Necesito varios segundos para procesar que era lo que habia ocurrido y que los dos se encontraban sanos y salvos. Cuando logro tranquilizarse, se coloco en la cola del control mientras ejercitaba su respiracion para no parecer fuera de lugar; habia llamado la atencion de varios operarios que no le quitaban los ojos de encima y queria pasar desapercibida, aunque esa mision parecia imposible de cumplir. Elias estaba bien. Elias estaba bien. No dejaba de repetirselo a si misma, pero parecia demasiado bonito para ser verdad. El hombre que tenia delante cruzo el control y el guardia le hizo un gesto para animarla a continuar. Julia se quito los zapatos, los coloco en la cinta y, aun con el corazon latiendole desbocadamente, cruzo al otro lado. Sonrio -- con la mejor sonrisa que fue capaz de emitir -- al operario de la cinta y recogio sus zapatos. Decidio caminar al frente y alejarse antes de calzarse porque no podia soportar un segundo mas continuar en el centro de atencion de los presentes. --! Ey, senorita! -- dijo un agente, colocando la mano sobre su hombro. Julia se dio la vuelta de un salto, aturdida. Habia vivido tanto en tan pocas horas que cualquier cosa parecia capaz de crearla ansiedad. -- ?Si? -- pregunto en voz baja. El hombre sonrio. -- ?Se encuentra bien? -- inquirio, con una sonrisa conciliadora en el semblante. Julia supuso que la habria visto llorar minutos atras. O quizas, simplemente, sus ojos enrojecidos habian captado su atencion. Asintio sigilosamente con un movimiento de cabeza y sonrio a modo de despedida. Sin decir nada mas, aun descalza y con los zapatos sujetos en una mano, echo a caminar al frente. -- !Que tenga un buen viaje! -- exclamo el agente, pero ella no se giro hacia detras. 2 Elias la estaba aguardando en la primera sala de espera que encontro. Nada mas verlo, Julia se lanzo a sus brazos, respirando hondo el aroma de su perfume. -- Ya esta, bella... Ya estamos a salvo -- murmuro con calma, mientras la aprisionaba entre sus musculos de manera carinosa. Ella alzo la cabeza, aun con los ojos acuosos y la tension acumulada en su cuerpo. -- ?Y la pistola? -- susurro en voz baja para que nadie pudiera escucharla. Elias sonrio al pensar en lo mucho que aquella chica habia cambiado. Recordo a la mujer que tiempo atras habia conocido y fue incapaz de imaginarsela preguntando por una pistola o desenvolviendose en una huida. Julia habia demostrado una valentia que el jamas hubiera imaginado que albergaba en su interior cuando la conocio. -- ?De verdad te creias que me iba a meter en un aeropuerto con una Glock en la cintura? -- respondio, sonriente. Julia no pudo evitar soltar una risita de alivio. En realidad, no tenia gracia en absoluto; pero estaban a salvo y tenia que liberar la tirantez de alguna manera. -- ?Donde esta? El la libero del abrazo y echo a caminar al frente. Tenian poco tiempo y el embarque habia sido anunciado. -- Me deshice de ella nada mas salir del hotel. Llegaron justo a tiempo para la ultima llamada de embarque. Cuando Julia atraveso el control de subida al avion, con el pasaporte en mano, volvio a notar la sensacion de angustia oprimir su pecho. Pero, por suerte, nada les retuvo en tierra y veinte minutos despues de mostrar ambos pasaportes se encontraban surcando los cielos rumbo a Mexico. Elias habia realizado una llamada desde una de las cabinas del aeropuerto y todo estaba organizado para su llegada. Un coche blindado les estaria esperando para recogerles y, ademas, habia ordenado que se doblase -- o triplicase -- la seguridad de la mansion. Escucho la respiracion agitada de Julia, que se habia quedado dormida sobre su regazo, y se pregunto si estaria teniendo una pesadilla. Rezo porque no fuera asi y decidio no despertarla. En los ultimos dias, habian vivido situaciones demasiado intensas y sabia que el estres acumulado podia llegar a ser peligroso. Ademas, hacia muchisimo que Julia no descansaba como era debido y le daba pena despertarla...

  • Donde me encuentro de Jhumpa Lahiri

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    La nueva novela de la gran autora revelacion de los ultimos anos, ganadora del Premio Pulitzer, y su mayor desafio literario: las estaciones de una mujer de hoy.

  • El secreto de Marrowbone de Sergio G. Sanchez

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  • Volver a creer de Elizabeth Bermudez

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    Cuando el dueno de la cadena de television privada mas importante del pais, Sebastian Quiroga, descubre que su nieta no murio al nacer, tiene casi veinticinco anos y esta en peligro, de inmediato traza un plan para salvarle la vida.
    Elena ignora quien es realmente y lo que ocurre a su alrededor. Vive alejada en un pequeno pueblo en la sierra de Huelva, Aracena, con las personas que cree que son sus verdaderos padres.
    Martin Quiroga le debe todo lo que es a la persona que lo adopto cuando tenia doce anos, Sebastian, el abuelo de Elena. Por ello, cuando su padre le pide algo que nadie mas puede hacer por el cedera sin remedio.
    Volverse a casar no entra en los planes de Martin, y menos con una mujer que no conoce ni su rostro. Sin embargo, es necesario para que la vida de Elena no este en riesgo. Se negara a enamorarla y a tener un matrimonio normal con ella. Ambos seran conscientes del trato, que es una union necesaria y de cara a los demas.
    Martin es un importante hombre de negocios, acostumbrado a vivir solo en la gran ciudad sin que nadie guie sus pasos. Compartir su espacio con Elena, una mujer mas joven que el y de costumbres muy diferentes a las suyas, le va a poner todo su mundo del reves.
    Elena derrocha simpatia, vitalidad e inocencia, ha tenido una vida tranquila hasta que Martin Quiroga se convierte en su marido y descubre que en cualquier momento se puede volver a nacer.

  • Asesinos inocentes de Jose Javier Abasolo

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  • El amor no cierra a mediodia de Abby Baker

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    Valentina trabajaba en una tienda de libros viejos. Bueno, en realidad era mucho mas que eso. Era un sitio donde llegaban libros raros y eran tratados como obras de arte, cuidadosamente restaurados para volverlos a poner a la venta para los coleccionistas amantes de la calidad. Esa tienda, llamada El estante de Jane Austen, habia sido desde siempre el sueno de Valentina. Desde que tenia uso de razon habia sonado con abrir una tienda de libros viejos, pero no una de esas polvorientas, con olor a rancio, sino de las que podian compararse con un museo. Y tras muchos anos lo habia conseguido. Despues de licenciarse en Filologia inglesa, y con la ayuda de los contactos de sus padres, compro un local en las callejuelas del Barrio Gotico de Barcelona y abrio su sonada libreria de viejo. Fue bautizada en honor al primer volumen que puso en los estantes, un ejemplar antiguo de Emma que le habia regalado anos atras su abuela y que, a pesar de formar parte de la coleccion de libros que habia en la tienda, era el unico que siempre tenia el cartel de <> delante. Durante seis anos se habia dedicado enteramente a esa libreria, que se habia convertido en punto obligado de visita para todos los bibliofilos de la ciudad, gracias a la perseverancia y al trabajo de su mejor amiga, Victoria, licenciada en Filologia inglesa igual que ella y restauradora de profesion. Eran las unicas empleadas del negocio y, aunque a final de mes siempre tenian beneficios, no podian dejar de abrir ni un solo dia. Ese sabado en concreto, le tocaba a Valentina, asi que, despues de dejar su apartamento en el Eixample, bajo por la Rambla de Catalunya, cruzo la Gran Via y la plaza Catalunya y, tras girar a la derecha antes de llegar al final de Portal de l'Angel, subio la persiana de El estante… Normalmente, la tienda la visitaban curiosos y los pocos clientes habituales, los tipicos coleccionistas en busca de la pieza esencial para su coleccion, que, dada la calidad de los libros alli expuestos, podia ser cualquiera. El local era alargado. La mayor parte estaba dedicada a los libros que estaban a la venta, dispuestos en los altos estantes de las paredes; las piezas mas valiosas se hallaban cerradas bajo llave en unas vitrinas de cristal. Al fondo habia una pared con una puerta en la que se podia leer <>, que daba acceso a la sala donde Victoria restauraba los libros antes de volverlos a poner a la venta. En el catalogo de El estante no habia cualquier libro. Valentina se encargaba de seleccionar los ejemplares antes de adquirirlos. Los que entraban a formar parte del fondo solo eran incunables, ediciones raras, ediciones anteriores al siglo XIX, y cosas por el estilo, es decir, autenticas piezas de coleccion. Encendio las luces y el oscuro local se convirtio en un bonito espacio de paredes blancas, bien iluminadas, donde se podian ver perfectamente los libros meticulosamente ordenados. Para Valentina, abrir la tienda siempre era un placer. Tras dejar sus cosas debajo el mostrador, que estaba al lado de la puerta de entrada, se dispuso, como cada sabado, a quitar el polvo de todos los estantes. No queria que su tienda oliera a viejo. Aunque pareciera raro, los sabados eran el dia mas tranquilo en El estante. Ese dia, la mayoria de la gente salia a pasear y a comprar con sus familias; los turistas deambulaban por la ciudad haciendo fotos de todos los rincones famosos de Barcelona y muy pocos pensaban en adquirir una edicion de coleccionista de algun libro en latin, impreso a mediados del siglo XVIII. Por ello, era la mejor ocasion para hacer limpieza y revisar la caja de la semana. Esa manana del sabado transcurrio sin sorpresas, es decir, sin visitas, y casi al mediodia Victoria llego a la tienda. --Buenas tardes --saludo. --Hola, Vicky. --?Alguna venta importante? --pregunto Victoria--. ?Alguien ha comprado la edicion del Galileo de mil setecientos noventa? --No se ni para que lo preguntas --respondio Valentina--. Sabes de sobra que ese libro nunca nos lo sacaremos de encima. --Claro, ?quien va a comprar un ejemplar de hace mas de doscientos anos, cuyo precio pasa del cuarto de millon de euros? --Hizo una pausa--. Suerte que lo compraste tirado de precio en Florencia; si no, habria sido nuestra ruina. El verano anterior, tras tres anos sin vacaciones, ambas decidieron de mutuo acuerdo cerrar la tienda durante el mes de agosto e irse de vacaciones a la Toscana. Y, como siempre, mientras Victoria confraternizaba con algun italiano de mas de metro ochenta y torso musculoso, ella no hizo mas que comprar libros, entre ellos ese ejemplar que habia mencionado su amiga. --Sabes que si no cambias, no te volvere a llevar de vacaciones conmigo. -- Victoria se callo, rememorando un pasado magnifico--. ?Como se llamaba el que te estuvo tirando los tejos el dia que estuvimos en Pisa? ?Giancarlo? ?Pietro? Bueno, eso es lo de menos. ?Por que no le hiciste caso? Cada vez que se quedaban solas o no habia clientes cerca, Victoria le recordaba las posibles conquistas que Valentina habia rechazado durante su viaje. --Mira que eran guapos y… !estaban buenisimos! --grito, como si tuviera hambre --. ?Que debe tener un hombre para que le dirijas la palabra? --Les dirijo la palabra --replico Valentina. --Si, como a Francesco, que se te durmio a los treinta segundos. --?Ves? --dijo Valentina--. Eso es lo que busco en un hombre: que me pueda aportar algo mas que un abdomen musculado y una bonita sonrisa, y que no se me duerma si le hablo de algo que no este relacionado con el. Victoria no quiso seguir con la conversacion. Sabia como acabaria. Valentina buscaba al hombre perfecto, algo que, como habia podido comprobar ella misma, no existia. Segun Victoria, solo la suma de fragmentos de muchos hombres distintos daba como resultado el hombre perfecto. El unicornio blanco. --Cambiando de tema --dijo--, estoy a punto de terminar con el Hamlet en frances de mil ochocientos. ?Hay alguien que este interesado? Valentina nego con la cabeza. --Esto no puede seguir asi --continuo Victoria--. Cada vez tenemos mas libros y no conseguimos venderlos. Hasta que vaciemos un poco los estantes no deberiamos comprar mas. --Justo ahora que viene la Feria del Libro de Ocasion --respondio Valentina--. Sabes que ire y que no podre resistirme. --Esta semana no hemos vendido nada. Deberiamos ampliar el mercado. Hacer algo que atraiga a mas clientela que los coleccionistas viejales que vienen a comprar para ligar con nosotras. --No seas mala, Victoria. Esta se encamino al fondo del local y entro en su taller para, pocos segundos despues, colgar en la puerta una hoja de papel escrita a mano que decia <>. No era la primera vez que Victoria hablaba de ese tema de las relaciones con Valentina. Casi cada sabado la invitaba a ir con ella de copas para ver si ligaba. Pero mientras que Victoria no podia recordar a cuantos habia presentado como su <>, Valentina no habia tenido mas que decepciones. Por eso, ultimamente ya no se proponia ni siquiera entablar conversacion con ningun hombre. En cuanto a la tienda, la verdad era que Victoria tenia razon. Deberian ampliar el mercado, pero Valentina no tenia ni idea de nada que no fueran sus preciados libros. Pero como minimo tenian que intentar vender algun ejemplar valioso, para solventar los ultimos meses, un poco ajustados. Durante la tarde, Valentina se canso de recibir visitantes desde detras del mostrador. Personas mayores que descubrian una tienda que <>, turistas despistados buscando la catedral, gente que se confundia de local y entraban pensado que era una libreria <>, y un largo etcetera. Tan solo una joven pareja compro algo. Tras ver el ejemplar de Emma, y los precios de los libros de alrededor, el chico habia convencido a la chica para que buscaran algo un poco mas asequible. Asi que esta se acerco a Valentina. --Hola --dijo con voz decidida--, estaba buscando algun ejemplar un poco raro de alguna obra de Jane Austen… --Pero que no sea extremadamente caro --intervino su pareja. --!Carino! --protesto ella--. Eso no se dice. --No pasa nada --dijo Valentina--. Se que algunos ejemplares son un poco caros. Vamos a ver si encontramos algo. Salio de detras del mostrador y se fue a una esquina de la tienda, seguida de cerca por la chica, mientras el chico se distraia con cada cubierta que veia. Se notaba que entendian. Se les veia en la cara que eran lectores habituales, y no tan solo de bestsellers. Ella seguro que habia leido todo Jane Austen y a las hermanas Bronte, y el sin duda habia hecho algo mas que hojear Sherlock Holmes. --Aqui tenemos los ejemplares de principios del siglo veinte. Tal vez no son tan raros como los del dieciocho, pero tienen su encanto. Empezo a repasar los estantes en busca de algo que pudiera satisfacer a su joven clienta. --Mira, aqui tienes Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad de los anos veinte, por unos veinte euros cada uno. Saco los dos libros y se los enseno. La chica los hojeo detenidamente, parandose en las paginas que contenian grabados, intentando valorar si la calidad y el precio eran aceptables. Mientras, Valentina le iba ensenando otros libros de la misma epoca y autora, a precios que no superaban los treinta euros. --Carino --dijo la joven--, ven aqui a ver que opinas. --Un segundo --replico el--. Yo tambien estoy mirando. Cogio un ejemplar de Verne que habia estado leyendo hasta ese momento y se acerco a su pareja. --?Que? ?Te decides? --No se. Sabes que me gusta muchoEmma, pero este ejemplar de Orgullo y prejuicio es mas antiguo. El cogio los dos libros que tenia en las manos, los hojeo, miro los precios y luego la miro a ella. --Quedate los dos --sentencio. --?Los dos? ?Ya te va bien? --pregunto la chica. El asintio con seriedad y, mientras iban con Valentina hacia el mostrador para pagar, discretamente dejo el Verne donde estaba. Mientras les cobraba y se despedia de ellos, Valentina envidio a aquella joven. Se notaba que el, a pesar de tener sus gustos y caprichos, era capaz de dejarlos de lado para hacerla feliz. Pues, al fin y al cabo, parecia que ella fuera su mayor capricho.

  • Mas de 555 millones podemos leer este libro sin traduccion de Jose Maria Merino

    https://gigalibros.com/mas-de-555-millones-podemos-leer-este-libro-sin-traduccion.html

    Un poderoso manifiesto a favor del espanol.

  • La herencia de Vigdis Hjorth

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    Cuatro hermanos, dos casas de verano en Hvaler y un terrible secreto. El reparto de la herencia familiar se convertira en un tema de desencuentro.
    La aparente disputa entre los hermanos por las propiedades encierra algo mucho mas profundo: los fantasmas del pasado regresan y lo que parecia olvidado revive en la familia.
    Galardonada con los mas prestigiosos premios literarios de su pais, La herencia se convirtio desde su salida en un exito de ventas en Noruega y genero, junto a la serie Mi lucha de Karl Ove Knausgard, un importante debate sobre la relacion entre literatura y realidad. Marmara y Nordica nos unimos para publicar una de las grandes novelas de la literatura europea de los ultimos anos.

  • Mariposas en tu estomago (Primera entrega) de Natalie Convers

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    Hace dos anos... --!Estas quemada como un cangrejo, tia! --me solto mi amiga Marta sonriendo de oreja a oreja. Sus ojos pequenos y verdes me recorrieron de arriba abajo antes de echarse a reir escandalosamente, atrayendo la atencion del grupo de estudiantes que nos rodeaba. Uno de los profesores nos llamo en ese momento para asegurarse de que no nos dispersaramos mientras pasaban lista. --!Eh, nos van a echar la bronca! -- adverti a Marta, dandole un pequeno empujon. Abri la boca perezosamente y di un largo bostezo; apenas lograba sostener en pie mi uno sesenta y cinco de estatura. Acababamos de regresar de nuestro viaje de fin de curso a Barcelona, para celebrar que dentro de no mucho comenzariamos el bachillerato, y ahora estabamos en el aeropuerto de Barajas de Madrid. En breve tomariamos el autocar que nos llevaria de vuelta al instituto, donde nos recogerian nuestros padres para ir finalmente a casa. Suspire; echaba tanto de menos a mi familia... Sobre todo a la pequena Natalia, que habia cumplido los tres anos hacia poco. Orgullosamente, guardaba una foto suya en la cartera, donde aparecia riendose y mostraba el hueco que un diente de leche habia dejado en su dentadura, dandole un aspecto tanto infantil como travieso. --!Me meeeooo! --se quejo Marta de repente, estrechando comicamente los ojos--. Beca, cuidame la maleta, ?si? -- me pidio, sin darme tiempo a responder y dejando tirado su equipaje de un rosa chillon en medio del suelo. Negue con la cabeza y me agache, y al hacerlo vi la cafeteria. <>, pense sonolienta. Eche un vistazo atras; los profesores parecian estar enfrascados en una conversacion seria mientras levantaban los brazos de forma efusiva. Seguramente aquello les llevaria un rato y, por otro lado, el autobus no llegaria hasta al cabo de veinte minutos, asi que cargue como pude mi mochila a la espalda y agarre el abrigo de mi amiga junto con el resto de sus cosas. En cuanto llegue a la barra de la cafeteria, practicamente vacia, salude a la camarera de aspecto agradable y uniformada de azul que la atendia y le hice mi pedido: un cafe con leche con dos cubitos de hielo y mucho azucar. --!Gracias! --me despedi satisfecha tomando el vaso reciclable entre mis manos. Estaba fresquito y olia deliciosamente. Respire el aroma al mismo tiempo que me giraba. De pronto, me tambalee y tropece con una silla. Todo mi cafe con leche fue a aterrizar sobre un hombre que estaba sentado en una de las mesas. Iba trajeado y exhibia una voluminosa barriga, y habia estado hasta aquel mismo instante devorando con gran apetito un desayuno americano a base de fritos y muchas calorias. El hombre levanto de inmediato la cabeza y me dirigio una mirada furiosa. Menudo desastre le habia causado: ademas de mancharle la ropa, de la frente le caian unos goterones marrones. Sin saber que hacer, me mordi el labio mientras el me gritaba cosas en un idioma que, supuse, debia ser ingles. Agache la cabeza varias veces. --Lo siento, lo siento --insisti juntando las manos para que me entendiera. No obstante, el extranjero se levanto de su sitio y apunto hacia su bandeja con un gesto de gran enfado en su cara redonda y empapada. Cogi unas servilletas e intente secarlo, pero el hombre se aparto muy alterado. Si al menos me hubiese esforzado en escuchar en clase de ingles..., pero aquella era la unica asignatura que siempre se me resistia. Respire hondo y por fin, a pesar de los nervios, recorde algo. --Sorry! --grite mas alto de lo que pretendia, sintiendo que el cuerpo comenzaba a temblarme de impotencia. Sabia que algo iba muy mal, porque el senor estaba todavia mas irritado que antes y alzaba la voz, llamando la atencion de la gente sentada en otras mesas. Con el rabillo del ojo vi a la dependienta del cafe saliendo de la barra. Intente calmarme. De pronto, el hombre dio un paso hacia delante y levanto una mano. Automaticamente, me encogi aterrada, esperando el golpe. Pero el golpe no llegaba. Extranada, levante la cabeza y descubri que otra persona habia impedido que asi fuera: un chico alto, de piel palida, no mucho mayor que yo y con el pelo corto de un rubio ceniza poco comun, sostenia el brazo del hombre con el ceno fruncido. Tenia una complexion atletica y del cuello le colgaban unos cascos blancos y grandes de aspecto caro, pero lo que mas me llamo la atencion fueron sus ojos ligeramente rasgados, de un intenso azul electrico, que miraban amenazantes. Definitivamente, habia en el algo peligroso e intimidante, que habia logrado dejarme sin aliento durante los primeros segundos.

  • Camino a renacer de Anabella Franco

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    Con Camino a renacer, Anabella Franco retoma la historia de amor de Julian y Natalia. La novela que las lectoras estaban esperando.

  • Soy una mama divorciada, alocada y de nuevo enamorada de Megan Maxwell

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    He retomado mi vida.

  • En la frontera del tiempo de Lina Galan

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    El caballero, sobre su caballo blanco y al frente de sus leales soldados, por fin siente que el hogar esta cerca. Los bosques de pinos o las suaves montanas daban fe de ello, dejando atras las vastas llanuras. Rodearon la aldea y su muralla y, sobre la elevacion mas alta, aparecio la gran fortaleza rodeada por la mas robusta muralla, como una madre que abre los brazos para proteger a sus hijos. Cruzaron el foso sobre el puente levadizo para entrar en el patio de armas, donde escuderos y pajes se apresuraron a atender a sus exhaustos y polvorientos senores y a sus igualmente fatigadas monturas. El senor de Montsolis, tras bajar de su caballo, alzo la mirada hacia las almenas, como siempre que volvia a casa. Pero, como siempre, nunca encontraba a nadie esperandole. Siempre que regresaba de alguna de las revueltas sarracenas o, como en esta ocasion, de una reunion en Las Cortes, imaginaba, fugazmente, que su dama le esperaba impaciente en alguna de las almenas o sobre el adarve de la muralla. Incluso en ese mismo instante le parecia estar divisando una oscura silueta femenina recortada sobre el rosado cielo del ocaso, con sus ropas y sus cabellos ondulando al viento. Sacudio la cabeza para salir de su ensonacion y volver a la realidad. Se quito el yelmo y se dejo ayudar por Nuno, su escudero, ofreciendole sus armas para su limpieza. Todavia con la cota de malla, aunque sacandose el mismo el almofar y la crespina por la cabeza, subio las escaleras de la torre del homenaje para encaminarse a sus estancias privadas. Primero, como tenia por costumbre, saludaria a su esposa, aunque ya sabia de antemano que ella apenas le devolveria el saludo. Ni siquiera le miraria a los ojos. En realidad, penso, no sabia de que color eran esos ojos que siempre miraban hacia el suelo. Ademas, apostaria su vida a que se encontraria flanqueada por sus inseparables guardianas, sus propias hermanas, que, como hermanas mayores del senor y en su calidad de viudas de sendos senores ciertamente notables, se encargaban de la organizacion domestica. Algo que a la propia senora del castillo parecia agradarle sobremanera, ya que era mas feliz bordando o tejiendo algun tapiz mientras sus cunadas revoloteaban a su alrededor como si quisieran protegerla hasta de su propio marido. Despues de pedir permiso, flanqueo la puerta de la estancia mas soleada del castillo, donde un grupo de mujeres bordaban y tejian y suaves murmullos femeninos llenaban el aire, aunque cesaran de repente al advertir la presencia del senor. Sus hermanas, Elvira y Mencia, tan frias como siempre, fueron las primeras en dirigirle algo parecido a una bienvenida. --Hermano --saludaron con un movimiento leve de sus cabezas. --Hermanas --correspondio el. Y seguidamente dirigio su mirada a su esposa--, esposa --y se Inclino levemente. Amicia parecio mover ligeramente los labios, aunque su marido no estaba seguro si como saludo o como plegaria por su poca deseada presencia. Asi que, volviendose a inclinar, pidio permiso para retirarse y salio para encaminarse a sus propios aposentos. Si, siempre habia deseado volver al hogar, despues de batallas o reuniones con nobles o con el rey. Pero cada dia que pasaba sentia mas un vacio interior y un hueco en su corazon que necesitaba llenar pero que cada vez se hacia mas y mas grande. Siempre tuvo claro que, como heredero de la baronia, tendria que casarse con la mujer elegida para el. Y asi fue. El mismisimo rey Jaime I le habia concertado el matrimonio con Amicia de Bearn, para evitar una guerra promovida por el rey frances que llevaba acechando al monarca desde hacia varios anos. De esta manera, el rey Jaime seguia dominando el sur de Francia y se aseguraba la fidelidad de su caballero al convertirlo por herencia y por matrimonio en Guillem I de Montsolis y vizconde de Bearn. Guillem recordaba ahora el dia de su enlace con Amicia. Nunca se habian visto antes, pero era algo que ocurria muy a menudo y no le importaba especialmente. Pero en el fondo habia esperado algo mas. Sus propios padres se habian entendido bastante bien. Incluso sus desapegadas hermanas habian tenido unos matrimonios aceptables. El habia imaginado al menos una companera que esperase su regreso, o para conversar sobre temas cotidianos, como compania en la mesa y, por supuesto, en su cama. Pero habian sido deseos vanos. Tras un ano de casados, no sabia como era la voz de su esposa, ni tan siquiera el color de su cabello, que siempre llevaba tapado por un virginal velo blanco, casi tan virginal como ella misma. Ese era otro tema que si le preocupaba. Ese matrimonio necesitaba descendencia, ya que la falta de hijos podria acarrear un serio problema incluso a nivel politico, puesto que el rey Luis intentaria reconquistar las tierras a falta de herederos. Pero hacia ya demasiado tiempo que no visitaba la cama de su esposa. Un rictus amargo se le formo en la boca al recordar la noche de bodas. Su experiencia con mujeres nobles podia ser exigua, pero esa noche intento comportarse como el caballero que era. Mientras recorria el angosto pasillo envuelto en su propia sombra proyectada por la luz de las antorchas, recordo. Recordo la camara nupcial, en la mas completa oscuridad, con solo un pequeno atisbo de la silueta de su esposa metida en la cama y tapada hasta la barbilla. A el, colocandose encima, mientras ella, rigida como una tabla, recitaba una letania de oraciones. Despues de esa noche vinieron varias mas, en las mismas condiciones y sin resultado de embarazo tras varios meses. No era de extranar. Pensaba que un acto realizado con tanto miedo y aversion no podria dar nunca como fruto un hijo. Guillem entro en sus aposentos privados y suspiro cansado. Se sintio viejo, aunque a sus veintiseis anos deberia sentirse en la flor de la vida, una mezcla de juventud y experiencia. Miro a su alrededor y se sintio relativamente satisfecho. La estancia, disponia de una antesala, con una mesa, silla y documentos para revisar, y del dormitorio, donde el mueble que mas resaltaba era la gran cama. Podia no importarle que la decoracion y el resto de mobiliario fuesen escasos y austeros, como indicaba la sencilla presencia de un baul, un arcon y una pequena comoda. Pero despues de anos ayudando a su rey en multitud de batallas, sobre todo la conquista de Valencia, viviendo en las mas atroces condiciones, para Guillem eran muy importantes el descanso y la comida. Por eso no encontraba nada frivolo poseer una gran y comoda cama y una mesa donde nunca faltara la buena comida. Mientras le preparaban una tina de agua para el bano, se asomo a la ventana y observo el paisaje. Al menos la vision del entorno familiar que lo rodeaba le daba la seguridad y la fuerza necesarias para pensar en el futuro. Por lo demas, Dios proveeria. Habia vuelto al hogar. CAPITULO 1 Barcelona, mayo de 2014 Correr calle Muntaner abajo para poder coger el tren, sin tropezar y sin que la atropellaran en el intento, era un riesgo al que cada dia se enfrentaba Beatriz, o Bea, como preferia que la llamaran. Bea trabajaba en un hospital de esa zona como enfermera y se consideraba afortunada de tener una profesion que le encantaba y por haber conseguido un puesto para los tiempos que corrian. Pero ese dia deseaba cuanto antes poner tierra de por medio. Hay dias en los que es mejor no levantarse de la cama, le oia decir muchas veces a su madre, y ese, especialmente, habia sido uno de ellos. Al levantarse por la manana, no le habia sonado la alarma del movil, ya que se le habia apagado sin bateria. Sin tiempo para desayunar, habia corrido hasta la boca del metro para descubrir que solo habia servicios minimos por la huelga de transportes, por lo que tuvo que coger un taxi, donde el pobre taxista se habia visto obligado a sortear velozmente el trafico de esa hora de la manana, debido a la orden imperiosa de una usuaria con los nervios de punta. Al llegar, habia tenido que aguantar la mala cara de la companera a la que relevaba y, para colmo, Oscar habia vuelto al hospital tras su excedencia. Ahora, volviendo para casa, y por fin en el interior del vagon, Bea se agarro a la barra, apoyo su frente en ella y cerro los ojos. ?Que mas podia haberle salido mal ese dia? ?Por que habia tenido que volver a verle a el?

  • Al caer la luz de Jay Mcinerney

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    Russell Calloway es un brillante y ambicioso editor y su mujer, la fascinante Corrine, una joven agente de Bolsa que trabaja en Wall Street. Llevan casados poco tiempo, pero a sus amigos les parece que forman un matrimonio perfecto.

  • El doctor (Seleccion RNR) de Bel Diciembre

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    La casa era imponente. En medio de la campina inglesa, sus muros grises se alzaban majestuosos. Con una altura de tres pisos, mas de mil metros cuadrados por planta y una extension de casi tres mil hectareas, no cabia duda de que la mansion del Conde de Gloucester era una muestra del poderio de aquel noble ingles. Martin caminaba despacio intentando seguir el ritmo que su padre, con la pierna lesionada, no tenia mas remedio que tener. Pero eso le permitia apreciar con mayor capacidad toda la inmensidad del lugar en el que se encontraba. Sin embargo, su padre no paraba de grunir y resoplar. --No te preocupes. Vamos con tiempo suficiente. --Martin intento tranquilizarle sabiendo que el sufria siempre por mantener lo que consideraba las minimas formas, y entre las que se encontraba el guardar una correcta puntualidad. --Lo se, hijo, pero me siento un inutil viendo como debes contener tu paso. La edad no perdona y esto solo es una muestra de lo que puede pasarme en un futuro muy cercano. --No digas tonterias. No hay ningun futuro cercano que anuncie calamidades y, cuando llegue el futuro lejano al que te refieres, tendras tu propia casa y el jardin en la misma puerta para poder regarlo si quieres desde la misma ventana, sentado en tu butaca. De eso me encargo yo, te lo aseguro. El senor Golsmith miro a su hijo con orgullo. Tenia ya veintisiete anos y habia heredado la hermosura de su madre, pero con una masculinidad propia. El color de su pelo era rubio mientras que sus ojos se acercaban al gris profundo abandonando el azul. Sin embargo, estaban siempre brillantes, muestra de una fuerte personalidad, curiosa y avida de conocimientos, que disfrutaba con lo nuevo y lo antiguo sin distincion. El cuerpo atletico era el de alguien que siempre ejercia algun que otro ejercicio fisico y todos los esfuerzos realizados por su educacion se dejaban ver en sus gestos y maneras, propias de cualquier miembro de la aristocracia. El senor Golsmith nunca habia ahorrado una sola libra en esa formacion pero, ademas, habia tenido la inmensa suerte de que el marques de Standford, con quien estuvo trabajando durante mas de veinte anos, le dejo en herencia una cantidad que para John Golsmith fue toda una fortuna. Aquel dinero se dedico en su integridad a su unico hijo a quien, con catorce anos, envio al mejor college de Inglaterra. Conocia los riesgos de esa decision. Relacionarse con la aristocracia cuando tus origenes eran tan humildes como los que correspondian a un simple jardinero no iba a ser facil para su hijo. Pero tambien era cierto que los tiempos estaban cambiando y que ya no era imprescindible poseer un titulo nobiliario para acceder a las mejores posiciones e, incluso, ser miembro del Parlamento. Martin demostro ser un muchacho con una tremenda personalidad. Nunca se acomplejo ni se amilano ante sus companeros de altisima clase social. Muy al contrario, su caracter bondadoso, su liderazgo natural y su privilegiada capacidad intelectual le granjearon, en muy poco tiempo, grandes amigos entre los que se contaban el vizconde de Ressy y el conde de Charmington. Junto con ellos, estudio aquellos primeros anos y nunca perdieron la amistad pese a que cada uno escogio caminos diversos para completar su formacion, desde el mundo de las finanzas para el conde de Charmington hasta la formacion en naviera militar preferida por el vizconde de Ressy, pasando por los estudios de medicina que habian sido la pasion de su hijo desde que, a los ocho anos, se habia quedado sin madre por una enfermedad que fue tan devastadora como cruel y repentina. El orgullo de ir conociendo como su hijo iba progresando personalmente fue un sentimiento mucho mas poderoso que la anoranza de no verlo mas que muy de vez en cuando. Durante todos aquellos anos se habian escrito cartas casi con frecuencia semanal y en todas ellas su hijo siempre le informaba de los mas nimios detalles, al tiempo que nunca olvidada transmitirle un carino que parecia ser incombustible a la distancia sin que nunca mediara un solo reproche. Era una prueba mas del caracter bondadoso de aquel muchacho, que habia sido siempre una constante en su personalidad. Sin embargo, lo cierto era que cada vez que lo miraba, John Golsmith veia a un hijo fisicamente muy diferente y a veces temia no poder reconocerlo en la siguiente ocasion. No era de extranar, la visitas que siempre suponian el traslado del padre donde estuviera su hijo, solo se producian una o dos veces como mucho al ano, y por muy breve tiempo. Para John Golsmith no era facil viajar porque suponia abandonar su trabajo y tenia un coste importante. Traer a Martin a su lado tampoco era simple. Los jardineros siempre vivian en casas muy humildes y pequenas ubicadas en las propiedades que cuidaban. Pero, por encima de todo, Mr. Golsmith queria evitar que su hijo tuviera que conciliar de una manera excesiva sus posibilidades y entorno con lo que significaba su propia familia

  • El beso definitivo (Los Kinsberly 2) de Evelin Mordan

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    Segunda entrega de la serie <>.

  • La madre de Fiona Barton

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    Un escueto parrafo en el periodico anuncia el hallazgo de unos restos antiguos de un bebe en una zona en construccion de Londres. Muy pocos lectores siquiera le echaran un vistazo.
    Para tres mujeres, sin embargo, la noticia es imposible de ignorar.
    Para la primera, es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.
    Para la segunda, la peligrosa posibilidad de que su secreto mas oculto sea revelado.
    Para la tercera, la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.
    Secretos guardados durante anos, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazon, saldran a la luz para cambiar tres vidas para siempre.
    Fiona Barton vuelve con su protagonista Kate Waters en un nuevo thriller imposible de olvidar.

  • Siroco, Veronica A. Fleitas Solich de Veronica A. Fleitas Solich

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    Natalia lleva meses recorriendo el mundo junto con su amiga Agustina, sin tener un destino fijo, sin preocuparse por otra cosa que no sea disfrutar de los lugares a los que el viento las ha arrastrado. Cuando estan a punto de regresar a su pais, les ofrecen trabajar como camareras para la escuderia Bravio.

  • Flores en la tormenta de Laura Kinsale

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    Un clasico del genero romantico historico, una de las historias de amor preferidas de las lectoras.

  • El Secreto de Rhonda Byrne

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    El Gran Secreto siempre ha estado presente de forma fragmentada en las tradiciones orales, en la literatura, en las religiones y en las distintas filosofias de todos los tiempos. Por primera vez, todos esos componentes se han reunido en una increible revelacion que transformara la vida de todo aquel que la experimente.

  • Los caminantes (Aeternum 4) de Carlos Sisi

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    Llega la continuacion de la saga de zombis mas famosa de nuestra geografia. En esta cuarta novela Carlos Sisi recupera a sus personajes mas emblematicos y da respuesta a los interrogantes que planteo en Hades Nebula.

  • Los hermeticos de Armando Cuevas Calderon

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    Un prologo, siete historias y un epilogo componen este nuevo trabajo del autor de "Cuando aun no existias". Un libro de relatos en el que hallareis morbo, humor negro, sexo duro, frustracion y cobardia. Pero sobre todo, si sabeis mirar entre alguno de sus pliegues, encontrareis la soledad que provoca el amor que se ha perdido o que nunca se ha tenido, ambas cosas son lo mismo. Historias imposibles, situaciones inverosimiles llenas de personajes irreales, o no tan irreales, vosotros juzgareis.

  • Relatos de Carlos Ruiz Zafon

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    Recopilacion de relatos de Carlos Ruiz Zafon realizada por el Proyecto Scriptorium. Todos estos relatos se pueden encontrar en la web del autor, salvo <> que salio publicado en la prensa espanola.

  • Las virgenes suicidas de Jeffrey Eugenides

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    En menos de un ano y medio, cinco hermanas adolescentes hijas de una catolica ferviente que no las dejaba salir con chicos, se suicidaron. Veinte anos despues, varios hombres que fueron sus vecinos intentan desentranar el enigma de esas muertes relacionadas con los misterios de la feminidad y el deseo. Una esplendida primera novela que ha sido llevada al cine con gran exito por Sophia Coppola.

  • Lo que pasa en Las Vegas de Eneida Wolf

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    ?Sera capaz Julia de divorciarse y volver a casarse en un tiempo record?

  • Al mas fuerte de Robert Fabbri

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    Babilonia, 323 a. C.

  • Doble seduccion de Sarah M. Anderson

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    Sofia Bingham, viuda y madre de dos hijos pequenos, necesitaba un trabajo y lo necesitaba de inmediato para dar de comer a sus hijos.

  • Y, de repente, un beso, Calista Sweet de Calista Sweet

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    ?Hasta donde serias capaz de llegar por amor?

  • Filthy Coach (Chicos malos 6) de Amy Brent

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    ?Que es lo mejor de ser famoso?, me pregunta la gente a menudo. Suponen que tener toneladas de dinero en el banco o una flota de coches exoticos en la entrada de tu mansion de cincuenta habitaciones, o la adoracion de millones de fans, que hace que a una estrella le tiemblen los dedos de los pies. Mentira. Lo que mas me gusta de ser famoso, si es que se me puede seguir llamando asi, son las seguidoras: esas senoras, algo ligeras de cascos, que te chupan la polla por debajo de la mesa en un club nocturno, o que te follan hasta la saciedad en una caseta del bano de un estadio de futbol durante el descanso. Hay groupies de todas las edades y colores, de todas las formas y tamanos, todas dispuestas a aceptar lo que quieras darles. En la boca, en el cono, en el culo; lo que sea. Para ellas siempre es lo mismo y para mi tambien. Hay una cosa que se debe comprender de ellas, que no tienen nada que ver contigo; al menos no con tu verdadero yo. Todo se relaciona con tu <> famoso, el personaje publico que creen conocer, el que ven en la television o en las revistas. No se tiran o se la chupan al famoso por satisfaccion sexual, sino para presumir ante sus amigas groupies. <>, seria su conversacion. Piensalo, ?cuantas mujeres pueden decir con sinceridad que se han follado a un quarterback de la Liga de Futbol Americano, en el vestuario del equipo durante el descanso de un partido de los playoffs del campeonato nacional? Solo una que yo sepa. Y lo se porque fui yo el que se la follo. No recuerdo su nombre, pero se llevara esos derechos de jactancia a la tumba. Nadie la creera cuando cuente la historia, pero no importa porque ella sabe en su corazon que es verdad. Cuando se es famoso, independientemente del motivo, las seguidoras forman parte del juego. Mick Jagger tiene una fila de ocho kilometros de veinteaneras excitadas, dispuestas a follar con el, aunque sea mas viejo que el Guardian de la Cripta y parezca que se esta descomponiendo ante nuestros ojos. Los cantantes, los actores, los deportistas, los multimillonarios, todos tienen sus fans. Incluso los asesinos psicopatas tienen mujeres preparadas para tener sexo con ellos. Charles Manson sigue recibiendo cartas de amor de mujeres que quieren tener un hijo suyo, a pesar de que lleva cuarenta y cuatro anos encerrado en la carcel por asesino en serie. Los dos hermanos Menendez se casaron despues de ir a la carcel por matar a tiros a sus padres. El puto OJ Simpson consiguio mas conos despues de matar a su mujer y a su amiga. Las groupies no pueden controlarse, hay que comprender que eso forma parte del encanto y del peligro. Son como sabuesos. Te olfatean alla donde vayas, siempre al acecho de un nombre conocido al que poder tirarse, chupar o follar, para luego colgarlo en Facebook o presumir ante sus amigas de a que famoso tuvieron en algun agujero de su cuerpo. Diablos, en realidad no hace falta ser una gran estrella para que se sientan atraidas como las abejas por la miel. O las moscas a la mierda. Solo hay que mirarme. Soy un tipo guapo, pero no soy millonario; al menos, ya no. Soy mas popular por lo que solia ser que por lo que soy ahora. Con los anos, he notado una degradacion de la sensualidad de las fans que se me acercan. Tal vez sea eso. La calidad de la seguidora disminuye en proporcion directa a la disminucion del nivel de fama. Cuando eres Sammy Carson, el quarterback titular de un equipo de futbol universitario clasificado a nivel nacional, o Sam Carson, el quarterback franquicia de un equipo de la AFL, que juega en la television cada dos domingos por la noche, la calidad de la admiradora es increiblemente alta. Pero cuando eres Sam Carson, el ex quarterback cuyo brazo de lanzar se destrozo en un accidente de coche, lo que practicamente puso fin a tu carrera como jugador de la noche a la manana, y tienes que dedicarte a ser entrenador solo para mantener un pie en el juego, las seguidoras bajan a la mitad. No me quejo. Incluso las pocas que me admiran estan mucho mas buenas que las que siguen a la mayoria de los chicos del monton. Se dan revolcones con cuatro o cinco conos y son felices de conseguirlos. En los deportes profesionales, las groupies estan por todas partes y juegan en todos los niveles del futbol. Cuando yo era el pasador titular de los Nassau College Buccaneers, las animadoras solian hacer cola fuera del vestuario para ver con cual pasaba la noche. Algunos dias, me llevaba a dos o tres a casa, lo que cabreaba al resto del equipo porque se quedaban con mis sobras. Lo siento, amigos. Tal vez podais conseguir que una de ellas os la chupe en el autobus de vuelta a casa. Si no, podeis abriros camino en el grupo de ex alumnos que estarian encantados de llevarse a un jovencito a la cama. Yo soy la estrella y escojo primero. !Si no os gusta, que os den por culo! Cuando me reclutaron en los New York Thunder, las mujeres comenzaron a surgir de la nada para estar conmigo. Al convertirme en el quarterback titular del equipo, salia con una mujer diferente cada noche y tenia que tomarme un dia libre, de vez en cuando, para dar un descanso a mi pobre polla. Incluso ahora, como entrenador de los Troyanos de Atlanta, con cuarenta y dos anos de edad, todavia me admiran. <>, me preguntan con los ojos muy abiertos y riendose. <>, respondo con amabilidad. <>. Asi fue, mas o menos, la conversacion que mantuve cuando sali de Atlanta por la Interestatal 16 para orinar. Tambien eche gasolina a mi Land Rover, de camino a la casa de playa de mi jefe en Hilton Head, Carolina del Sur. La chica que estaba detras del mostrador tendria unos treinta y cinco anos, llevaba el pelo tenido de rojo y tenia un buen par de tetas. Me miro y me reconocio enseguida. --Hola, ?no eres Sam Carson? Sonrei y movi la cabeza. --Lo soy. --Soy Janine --dijo con un marcado acento sureno. Paso la lengua por sus carnosos labios--. Me encantan los Troyanos de Atlanta. Apuesto a que estaras muy guapo ahi abajo, en la banda, con los auriculares puestos. --Esperemos que si. --Suspire, senalando con la cabeza hacia los surtidores de gasolina y anadi--: He puesto treinta y cinco de gasolina. Puse los dos paquetes de seis cervezas en el mostrador y le mostre mi tarjeta de credito para que me cobrara. Ella la ignoro, me miro con ojos sonadores y fruncio los labios. Bingo. Alerta de una groupie. Volvi a meter la tarjeta de credito en la cartera y sonrei. --Entonces, ?quieres que te firme las tetas o algo asi? Eso fue todo lo que necesite. Ella se acerco al mostrador sin decir nada mas. Paso por delante de mi para cerrar la puerta principal y luego me llevo a la habitacion trasera. La incline sobre una pila de cajas de cerveza y me la tire por detras. El suyo no era el cono mas estrecho en el que la habia metido, pero funciono. Diez minutos mas tarde, estaba de vuelta en la carretera con un tanque lleno de gasolina y dos paquetes de seis de cervezas; todo por cuenta de la casa. Ya lo dije. Las fans son jodidamente increibles. Capitulo 2 Allie Winston Tarde casi cinco horas en mitad de un intenso trafico en la interestatal. Iba desde mi loft, en el centro de Atlanta, hasta la casa de playa de mi padre en Hilton Head Island, justo en la costa de Carolina del Sur. Fue un viaje lento, pero disfrute de la paz y la tranquilidad del largo trayecto. Estaba deseando disfrutar de la soledad de un largo fin de semana en la playa. Era viernes por la tarde y no tenia que volver a la oficina hasta el martes. Pensaba pasar todos los dias con la unica compania de varias botellas del mejor Chardonnay de mi padre y la ultima novela de John Grisham. Ni siquiera me iba a llevar un ordenador. Iba a ser la primera vez que me desconectara en anos. De acuerdo, no estaria totalmente alejada de las redes. Tenia mi iPhone, pero no se podia esperar que una chica se desconectara de golpe. Me prometi a mi misma que no navegaria por Internet ni responderia a ninguna llamada que no fuera de mi padre o de Darcy, mi asistente en Atlanta. Ella enviaria un mensaje de texto al 911 si se incendiaba la oficina y solo me avisaria si se convertia en un infierno que no podia apagar. Mi padre, que era el dueno del equipo de futbol profesional de los Troyanos de Atlanta, estaba en Los Angeles en una reunion, asi que no esperaba saber nada de el hasta la semana siguiente. Sinceramente, si no viera, hablara o tuviera noticias de otro ser humano en los proximos tres dias, me pareceria bien. Una vez que sali del horror que es el trafico de Atlanta y llegue a la Interestatal 16 este, acelere mi Audi, puse el ultimo CD de Bruno Mars y cante a todo pulmon. Me sentia muy bien, como si dejara atras el mundo y todos sus problemas, al menos durante unos dias. Conduje sin zapatos y con las ventanillas bajadas. Me encantaba la sensacion del viento acariciando mi cara y azotando mi larga melena rubia. Era primavera en Georgia. El aire era calido y humedo, pero la brisa era fresca y refrescante cuanto mas me acercaba al oceano. Mire por las ventanillas laterales y di un suspiro de felicidad. El mundo habia vuelto a ser verde, despues de un invierno aburrido que me dejo muy necesitada de un descanso. Lo llamo descanso en lugar de vacaciones porque si no me alejo de vez en cuando para descomprimirme, soy capaz de romper cosas en la cabeza de la gente. Llevo bastante bien el estres, pero de vez en cuando me afecta. Soy asesora de imagen y relaciones publicas para una de las principales empresas de marketing deportivo del pais, con sede en Atlanta. Trabajo sobre todo con deportistas profesionales que juegan en el sureste, incluidos los que juegan en el equipo de mi padre, los Troyanos de Atlanta. Es un oficio estresante, pero me encanta y no puedo imaginarme haciendo otra cosa. Trabajo con mi padre sin tener que rendirle cuentas porque es mi cliente, no mi jefe. No me gustaria que fuera de otra manera. Le quiero mucho, pero nunca podria estar a sus ordenes. Puede ser un poco abusivo, como dice que hay que serlo si se quiere triunfar en el despiadado mundo del deporte profesional. Papa no me estresa, al menos, desde que soy una adulta que ha demostrado que puedo cuidar de mi misma. Mi ansiedad la produce mi vida personal; sobre todo, la larga lista de gilipollas que se cuelan en mi cama y en mi corazon. Suelen ser autenticos idiotas que tienen miedo al compromiso, o que ya estan liados con alguien y se han olvidado de decirmelo, o son delincuentes convictos que huyen de la policia, o son homosexuales que quieren experimentar con mujeres. Incluso pueden ser todo lo anterior. No bromeo, es tal y como lo cuento. El ultimo imbecil que ha pasado por mi vida ha sido Brett, el hermano pequeno de un ex amigo --antes era un amigo-- que estaba deseando conocerme, follar conmigo, robarme la tarjeta de debito y vaciar mi cuenta corriente. Al final, la broma fue para el. Mi banco retiene, en el acto, el dinero que sobrepasa una cantidad determinada; de modo que el bueno de Brett solo escapo con cien dolares y mi eterno desprecio. No me habria importado tanto el robo si el sexo hubiera sido bueno, pero los recien nacidos podian mantener la ereccion mas tiempo que Brett. La cocaina provoca ese problema y le llaman <>. ?Quien lo diria? Aparte aquellos pensamientos sobre el despreciable culo de Brett y gire por la interestatal 278. Estaba a menos de treinta minutos de la casa con vistas a una playa privada, en el lado del oceano de Hilton Head Island. Me moria de ganas de descorchar una botella de vino y hundir los pies en la arena. Un fin de semana a solas era exactamente lo que necesitaba para recuperar la cabeza.

  • SAN VALENTiN A LA VUELTA DE LA ESQUINA (Rompecorazones 1) de Edith Galvez

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    Cuando Clarisa desperto el dia de San Valentin, penso que seria igual a todos los anos anteriores: en soledad. Sin embargo, despues de la oficina, en un semaforo, conocio al que se convertiria en el amor de su vida. Nicolas, un hombre encantador, galan, poeta, sensible y perfecto la llevaria a vivir el amor como nunca lo imagino. No obstante, Clarisa nunca penso que antes del siguiente dia de San Valentin todo cambiaria.
    Una novela para reflexionar sobre el amor, el destino y las segundas oportunidades en el amor.

  • Mi causa perdida de May Mars

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    Syah no ha logrado superar la ruptura con su exnovio Carlos, se siente sola y atrapada en un piso que solo le trae viejos recuerdos y en una ciudad donde, mire donde mire, ve momentos pasados en los que era feliz.
    Cansada de todo decide dar un vuelco a su vida y tomar la oportunidad que una empresa le brinda para trabajar en Alemania. Para ello debe dejar todo atras, aunque sus amigos intentan advertir a Syah que el trabajo que le ofrecen no es trigo limpio, sus ansias de huir haran que no escuche a nadie y partira de cero con tan solo sus dos maletas de equipaje.
    Tal como sus amigos predijeron el trabajo no era en absoluto lo que parecia y seis meses despues Syah se ve en la calle, sola, sin trabajo ni dinero en un pais extrano, es oficial: ha fracasado.
    Es entonces cuando Vali, un hombre con problemas de conducta y traumas sin resolver, se cruza en su camino y le ofrece un trato. Syah debera cuidar de el a cambio de un lugar a donde ir. Asi es como Syah se convierte en la Asistente Personal del artista conocido como Liosberi, un chico tan roto como atractivo que despertara en la espanola, no solo el deseo de arreglarlo, sino otras emociones que no querria volver a sentir y menos con alguien como el. Porque, ?que ocurre cuando te enamoras de alguien que no es capaz de amar?

  • Dame tu corazon de Francisco Merchan

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    Tirada una oscuras en el patio trasero de su casa, Ellen Cistar agoniza en medio de un gran charco de sangre mientras observa, con impotencia, como su asesino se pierde entre la lluviosa noche. Guarda un horrible secreto que unas horas despues consigue contar al anestesista del Hospital General del Condado que intenta salvarle la vida. El doctor Peter Tenway, junto al inspector de Policia de Augusta, Anderson Harper, se veran inmersos en una lucha contrarreloj por desentranar el pasado turbio que atormento a Ellen hasta su ultimo aliento.

  • Una familia imperfecta, Pepa Roma de Pepa Roma

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    Narrada en primera persona por su protagonista, Candida, Una familia imperfecta es el relato de una profunda crisis vital, cuyo desarrollo y consecuencias resultaran reconocibles para muchos lectores.

  • Vertigo por perderme en ti, Rebeca Banuelos Ortiz de Rebeca Banuelos Ortiz

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  • Salvando el Para Siempre 4 de Lexy Timms

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    Cuando el Dr. Elijah Bennet le propuso matrimonio a Charity, ella dijo que si. Habia dudas en el fondo de su mente, pero ella entendia una cosa; ella lo amaba y no queria estar sin el. Ella podria manejar cualquiera de las reservas o incertidumbres que pudieran surgir.

  • Se acerca el invierno de Jesus Nieto Quintana

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    <>, <> o <> son algunas de las frases que han pasado de la serie Juego de Tronos a la cultura popular. Pero ?que hay detras de ellas mas alla de lo puramente televisivo para que tengan tanta repercusion y las utilicen millones de personas en los cinco continentes, seguidoras o no de la serie?

  • Alina. Una historia en la oscuridad de Dixiana Silva

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    Esta no es una historia de amor, aunque es ese sentimiento el que me ha hecho invencible.

  • Madre esclava de Liah Jones

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    La desaparicion de Lucia convierte a su madre en esclava sexual, para conseguir pistas que la lleven hasta el paradero de su hija. Lorena tendra que adaptarse a un mundo nuevo y muy diferente del rol de ama de casa que acostumbra. ?Que estara dispuesta a hacer con tal de encontrarla? ?Aguantara los castigos severos que le imponga su ama, la unica persona que parece saber donde esta Lucia?

  • El asesinato de los marqueses de Urbina de Mariano Sanchez Soler

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    Como escribio Balzac, detras de cada gran fortuna siempre aparece un crimen.

  • 148 de David Munoz Lopez

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    ADVERTENCIA:
    Es importante que se asegure de querer leer este libro antes de subir al avion. No se trata de un libro cualquiera. Si decide no leerlo, viajara comodamente hasta llegar a su destino.

  • El Descenso de los Inmortales de Fabiola Valenzuela

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    Porque va buscando a una fugitiva, porque se ha enamorado o porque quiere saber lo que es vivir, cada inmortal tiene motivos diferentes para dejar Maronea, la ciudad donde nadie muere, y permanecer en la tierra.Clara, sin embargo, solo ha encontrado en el plano mortal el rechazo de parte de su familia sanguinea y ha conocido lo que es tener el corazon roto.

  • El precio del silencio de Juan Infante

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    Han transcurrido tres anos desde el secuestro de Lucia, la hija de Gorostiola, y hoy nos toca despedirlo. El gran capo ha muerto, nos ha dejado de una manera vulgar, de un infarto.
    Se va uno de los nuestros y eso siempre duele.
    Tomas Garrincha vive muy tranquilo desde entonces, pero su vida volvera a complicarse. Una vez mas, debera ejercer de "detective" y acercarse al mundo del delito, que no hace tanto que abandono.
    Lucia necesita su ayuda. Amenazas graves
    la acechan y Garrincha se vera arrastrado con ella, es el Precio del Silencio.
    Los inspectores de la Ertzaintza, Sara Cohen y Miguel Fabretti volveran a intervenir en un caso que esta vez no quieren que se les escape.
    Una novela intensa, con un Garrincha genial, que nos mantiene en suspense y emocion hasta el final.

  • Anita Dolar de Roma Garcia Guereta

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    Chicago, 1912.Anita Schneider es una de esas princesas americanas que volaron en bandada a Reino Unido para casarse con un lord y ofrecer asi a su familia un lugar en la despiadada sociedad neoyorquina.Como la esperanza de su madre, quien suena con ser recibida como una reina por las grandes familias de Nueva York, y la martir de su hermano Ernest, que desea un matrimonio sencillo con su amor de la infancia, Anita llegara a Londres con unas ambiciones mas misteriosas de lo que su familia piensa.Sin embargo, tras un flirteo por el que sale mal parada, su camino a traves de la alta sociedad britanica se le hara mas dificil todavia.

  • Una vez atraido (Un Misterio de Riley Paige 4) de Blake Pierce

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    Mujeres estan apareciendo muertas en un tramo de carretera en Delaware. Algunas desaparecen por un periodo de tiempo inexplicable, mientras que otras estan apareciendo muertas, sus cadaveres exhibidos de formas extranas y misteriosas. Cuando se descubre un patron, al FBI le queda claro que un retorcido asesino en serie esta a la caza, atrayendo a chicas en conspiraciones sinuosas. Y el no dejara de matar jamas.

  • Neuroeducacion de Francisco Mora

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    ?Que es la NEUROEDUCACION? ?Se puede hablar de NEUROEDUCADORES, una nueva profesion?

  • Los Plebeyos de Marta Lopetegui

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    El vuelo llegaba el lunes a las 6:40 AM. Estaba casi sin dormir. Su jefe no habia aceptado mandarle un remis. "Tenemos que ir nosotros", le dijo. "Nosotros", y lo mando a el. Habitualmente zafaba, pero esta vez estaba empezando a compensar unos dias que pediria para irse a Rosario. Necesitaba puntos a favor en ese juego de la oca que era su trabajo. Cartelito en mano, una hoja con el membrete de la compania y abajo escrito grande con marcador: "Manuel Cisneros Diaz". Cuando se abrio la puerta tuvo la misma sensacion de siempre: ?por que los viajeros se visten ridiculos cuando viajan?, ?que les cuesta averiguar que temperatura hara en destino? Habiendo tanta ropa neutra, zapatillas por ejemplo, ?por que algunos se empecinan en llegar a Buenos Aires a las siete de la manana de un dia de julio en ojotas? Iban saliendo algunos, que miraban con cara de naufragos a ver si alguien los habia ido a buscar. Dos mujeres medio grandes que se habian hecho intimas en la valla que separa a los viajeros de los buscadores de viajeros esperaban a los hijos que se volvian. Los dos se habian ido con la crisis de 2001 de aca y se volvian con la crisis de 2011 de alla. Parecian hermanas, seguramente si se hubieran encontrado antes habrian comparado las tenencias, los logros, los viajes, los poderes; ahora competian para ver cual de los dos hijos habia caido mas bajo. Hasta sospechaban las dos que habia cosas que no les habian dicho para que no se amargaran. Salio la tripulacion, impecables, hasta felices parecian. Por los altoparlantes las aerolineas avisaban que llegaban o que se iban. Aparecio por la puerta. Venia de traje, como recien banado y con calzoncillos limpios, bastante alto, pelado a proposito. Ni bien lo vio no tuvo dudas de que se depilaba todo. Sonrio y se dio cuenta de que era el porque haciendo como una pistola con la mano derecha disparo el indice y le dio al cartelito. Traia un juego de valijas, "maletas" les diria, buenas, caras pero no ostentosas. Como bolso de mano traia un morral de cuero negro como las valijas, que no le iba con el traje pero que tampoco chocaba. Buenos zapatos. Se paro un poco antes de encontrarse y saludarlo. A Manuel le sono su telefono. Una llamada de trabajo, dio instrucciones, espero una respuesta y corto, medio seco. Sonriendo, mientras le estiraba la mano, le dijo: --La diferencia horaria, estan casi cerrando. Cuando le fue a estrechar la mano se dio cuenta de que le tenia que dar un apreton y listo, si era medio fuerte mejor. Beso, en la oficina se daban beso todos con todos. Pero enseguida se dio cuenta de que el espanol era de los que besan a la madre y a las hermanas nada mas. ?A la novia? Hummm, no le parecio que fuera de los que tenian novia. Mucha facha pero algo olio que lo hacia dudar de que estuviera de novio. Linda voz tenia. Arranco diciendo: --Joder, que te he hecho madrugar. Por mi estaba bien que me mandaran un coche de una agencia vuestra, pero han insistido: que no, que ira por ti una de nuestras promesas, un joven muy emprendedor, asi en el viaje te va poniendo al corriente. ?Sera largo el viaje? Al hotel primero, por favor, que me tengo que duchar y hacer algunas llamadas. El carro cargado con las maletas choco con una azafata de Lufthansa, una alemanita preciosa, y Manuel se puso a gorjearle, que si estaba bien, que si le dolia algo, que como hacia para disculparse. A ella no le habia pasado nada, lo miro, entorno lo ojos, se ve que le gustaba el acento de Manuel, y espero a que avanzara. Nacho se corrio y lo dejo hacer. Hubo un revoleo de telefonos y se dieron cuenta de que paraban en el mismo hotel. En algo quedaron, pero quedaron en ingles y Nacho entendio lo que pudo. Tuvo otra vez la misma sensacion de sequedad vital. Le parecia que no corria liquido por sus venas, eso le pasaba cuando no dormia, cuando no dormia bien, cuando sentia que algo de todo el montaje fallaba mucho. El no queria estar ahi, no queria estar haciendo eso. Nacho sabia que era hora de arremangarse, de dejar de hacerse el distraido y de empezar a actuar y a la vez de dejar de actuar como un actor que se la pasa metiendo bocadillos. Ya no esperaba un protagonico, pero ser un actor de reparto, un extra con algunas lineas, ya lo tenia cansado. ?Como habia que hacer?, ?como era que se tomaba el toro por las astas y se dejaba de ver espaldas y mas espaldas, siempre por detras? Manuel le dijo: --Cada vez que vuelo mas de diez horas en lugar de jet lag tengo un subidon de adrenalina brutal. Llevame al hotel, una buena ducha, un desayuno bien proteico y arrancamos. ?Me llevaras a un buen lugar a tomar algo por la noche o eres de los que se cansan facilmente tu? -Mientras hablaba avanzaba hacia la salida, sin hacerse cargo de sus maletas, su abrigo, su carro y su lacayo. El viaje duro lo que dura un viaje Ezeiza-Recoleta a esa A las 7:22 pasaron por el peaje del aeropuerto y, como siempre, guardo el ticket. Despues no los cobraba, no tenia claro si debia pasar el gasto o si eso en realidad era un honor, poner el auto, poner el sueno, ponerse al servicio. Hasta unos meses atras se habia atrevido a pensar que sus suenos y el mismo tenian limites que no estaba dispuesto a negociar. Despues entendio que se negocia cuando hay otro negociando por la cosa, que hasta la negociacion con el mismo la habia ido perdiendo despacito. Llegaron al hotel, Manuel se bajo sin importarle donde dejaria Nacho el auto y las maletas. Retrocedio, se acerco bastante a la ventanilla y le dijo: --Me ducho y bajo, ?subes conmigo o me esperas a desayunar? Esperame aqui mejor, hare mas rapido si no me estoy chocando contigo mientras me cambio. Se veia que Manuel estaba acostumbrado a seducir a todos y a todo. Busco los tickets, estacionamiento, peaje, los puso juntos y se juramento que los cobraria o los cambiaria por algo, algo podia ser un dia mas en Rosario, con goce de sueldo. Ese viaje a Rosario era un algo para hacer de cuenta que tenia un proyecto. Faltaba convencerse a si mismo de que tenia sentido viajar, de que ya no era demasiado tarde. Lo unico que sabia era que tenia que ir en los proximos quince dias. Le habia hecho llegar las maletas y la notebook a la habitacion. Se quedo en el lobby del hotel, los diarios todavia eran los de ayer, los de ese dia los estaban mandando a las habitaciones y al salon donde se servia el desayuno. Se entretuvo mirando lo que les ofrecian a los turistas: dia de campo, las fotos mostraban un campo plano y muy verde con un asado al asador, gauchitas sirviendo empanadas y un gaucho con las patas chuecas por un malambo con boleadoras. El Tigre. Casas de cueros. El folleto del tango era la foto de una pareja enroscada de tal manera que parecia que era el hombre el que tenia un tajo hasta la ingle en el pantalon, los dos con los ojos cerrados, la mujer mordiendose un costado del labio como si fuera una propaganda de lubricante femenino. En fin. Si a Manuel le interesaba el tango lo llevaria a una tangueria en serio, Lo del Chino, La Viruta o La Catedral de Sarmiento y Medrano. Todos eran lugares para turistas, pero menos mentirosos. Nacho no sabia bailar tango, le parecia tierno cuando sus padres bailaban una o dos piezas casi al final de alguna fiesta familiar. Bailaban despues de aclarar que no eran de la epoca del tango, sino de la del rock and roll. Se abrio la puerta del ascensor y aparecio un nuevo Manuel. Cambiado, perfumado, hasta mas alto parecia. Nacho vio que lo buscaba y se le puso a tiro de ojo. Se sintio como con resaca, a el tambien le hubiera venido bien una ducha. Ropa como esa no tenia, ni zapatos, ni reloj. Su elegante sport acababa de pasar a ser sport a secas. Se ve que Manuel tuvo la misma sensacion, hizo un gesto con la cabeza y como le parecio poco agito tambien la mano y le dijo: --Venga, a desayunar asi te vas a descansar un rato. Seguro que lo iba a esperar dispuesto a primera hora de la tarde para almorzar, ya le habia dicho en el viaje que lo que mas le costaba era almorzar antes de las tres de la tarde, que es la hora en la que se almuerza durante la semana en Madrid. Los fines de semana le aclaro que, si almorzaba, no era antes de las cuatro. Nacho calculo que para esa hora iba a estar en forma nuevamente. ?Nuevamente? Capitulo 2 La mesa del desayuno era un vergel, un no va mas. Como hacia casi siempre que se le venia encima algo no habitual, Nacho le pego una recorrida visual de mayor a menor, de lo general a lo particular, diria la Tausend. La profesora de historia que tuvo en la secundaria les decia: "Escuchen con atencion, no pretendo que sepan historia, les quiero ensenar a vivir". Casi a final de tercero se revelo y les dio las pautas del materialismo dialectico. El ser determina la conciencia. Nacho supo bien por que justo ahi habia prestado tanta atencion, con el tiempo se dio cuenta de que habia sido endovenoso lo de la Tausend, con su metodo habia internalizado como analizar a una mujer, a un cliente y ahora inconscientemente, estaba sacandole la ficha a una mesa de desayuno de hotel... por favor, necesitaba unas vacaciones. Lo de Rosario no iban a ser vacaciones precisamente. En la mesa habia vajilla: tazas y platos, platos un poco mas grandes, vasitos para el jugo, copas para agua; tambien habia cubiertos que ya se veian pesados a la vista: cucharas, cucharitas de dos medidas, cuchillos y tenedores de dos medidas. Jarras de agua y jugos de tres colores distintos: color naranja, color frutilla y color citrico mas maracuya. Artefactos que no eran mas que grandes termos para servirse cafe, agua caliente, leche caliente. La leche fria estaba en una jarra. Despues venian la manteca en pancitos, los potecitos de queso crema, los dulces con cartelitos en ingles rayita frances rayita espanol, pero con solo verlos ya te dabas cuenta: manzana, naranja, frutilla, dulce de leche y uno que no se podia saber ni leyendo el cartelito de que era, tenia clavo de olor. Eso lo sabia. Tablas con jamones crudos y cocidos, fuet, mortadela con pistacho -eso a Nacho le dio risa-, quesos brie, gruyere y dos o tres variedades mas de las que seguro una era pategras o, como le dijeron siempre en su casa, queso Mar del Plata. Cereales de varios tipos y colores, sobre todo colores, habia aritos verdes, pegados a los yogures enteros y descremados, natural, vainilla y frutilla. En una mesa con ruedas habia unos baules con tapa con fuego abajo, como cuando se hace fondue. Uno tenia salchichas de carniceria con salsa; el otro, huevos revueltos; y el ultimo, verduras: distinguio zapallitos, cebollas, papas y esparragos pero verdes. Todo caliente. Al final, desde donde Nacho miraba, desde su punto de vista, la pasteleria, como diez cosas distintas, a esta altura ya estaba empachado. Y al final habia fraperas con champagne y copas flautas. Aca me quedaria a vivir, penso. Se entro a reir solo pensando que en ningun rincon de semejante mesa habia un mate, un triste mate. Los que desayunaban hacian muy poco ruido, si se reian era con sordina. El sonido, la intensidad del sonido, es una senal de elegancia. --Ignacio eras, ?no? -escucho que le decia el gallego, que se arrimaba a la mesa a elegir unas tostadas, huevos revueltos y frutillas. Nacho miro el plato, dulce con salado, puaj. --Todos me dicen Nacho, decime Nacho. Yo llevo los cafes, ?como lo queres vos? --Mucho cafe y apenas leche fria, luego cerrare con una lagrima o como le digan aqui. Se las arreglo bastante bien, mas que nada porque Manuel se habia instalado en una mesa cercana. Cuando llego con las tazas tuvo que hacer malabarismos porque en la mesa ya habia tazas vacias, la primera taza de cafe la servian unas ladies que estaban paraditas esperando la senal de veni y atendeme que les hacian los huespedes. Una de ellas se acerco y retiro las tazas vacias. Se miraron y Nacho casi que le vio un globito como en los comics arriba de la cabeza que decia: "Hola, ?que tal? Tranquilo que te doy una mano, soy de Berazategui, te tengo visto por Quilmes". Hubo contacto visual, que lindo, un contacto visual es todo. Estaba meta contactar cuando volvio Manuel con el plato cargado pero discreto. Tenia el saco puesto sobre los hombros, no habia metido los brazos por las mangas. Despues escucharia que no le decia "saco" sino "americana" o "chaqueta". Se veia que en los bolsillos tenia cosas importantes, estaba siempre pendiente de donde lo dejaba. Nacho se tomo el cafe solo, largo, que se habia traido para el. Mucho buffet, penso, pero el cafe estaba apenas mas que tibio. Se paro y fue a cargar un platito con dos medialunas y un cuadradito de tarta de ricota.

  • Pasion Indomita (Kavanagh 1) de Emily Blayton

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    Sophia Carrington parecia destinada a la solteria. Sus escasos talentos para el flirteo, su dote escasa y una madre recalcitrante y enfermiza que trata de convencerla de que ella no esta hecha para el matrimonio, todo parece conspirar para que se convierta en la solterona de la familia.
    Hasta que conoce a Ephraim Kavanagh, el irlandes. Un caballero guapo y fascinante pero con un oscuro pasado.
    Los lugarenos huyen de ese hombre y se santiguan a su paso. Aseguran que tiene una pesima reputacion y que en verdad esta maldito.
    Todos le advierten que es muy mala idea tener amistad con ese irlandes, pero ella esta harta de hacer siempre lo correcto…

  • El verano de tu vida de Lucy Morton

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    Esto no puede estar pasando. !No puede estar pasando! Quiero gritar, quiero bailar, quiero irme a un karaoke, ponerme hasta arriba de mojitos y cantar toda la noche. En 24 horas, voy a casarme con el hombre mas maravilloso sobre la faz de la tierra y no puedo creer que una chica como yo, del monton, haya tenido esta suerte. Conoci a Martin en un pub de Nueva York al que solia ir con mis amigas cada viernes. Habia acabado de romper mi relacion de un ano y medio con un idiota llamado Joshua y lo unico que me apetecia esa noche era tener sexo sin compromiso con un completo desconocido. Queria arriesgar, necesitaba aventura y pasion. Me puse el vestido rojo. Si, ese vestido rojo, llamativo, ajustado, escotado y exuberante que todas las mujeres tenemos en nuestro armario, pero que no nos atrevemos a ponernos nunca. Llame a Charlotte, Pam, Lucy y Betty, que como siempre, vinieron corriendo a consolarme. Era una suerte poder contar con ella, no todo el mundo puede decir que tiene las mejores amigas del mundo. --!Menudo idiota! -dijo Charlotte, la mas pizpireta y alocada de todas--. !Por la solteria! --!Por la solteria! --gritamos todas al unisono. Excepto Betty. Betty, la mas modosita del grupo, el raton de biblioteca siempre con sus inseparables gafas de pasta y sus monos mal hechos, se limito a sonreir en silencio. --?Que pasa, Betty? --pregunto Lucy, una cascarrabias malhumorada, que a pesar de todo, soportabamos por sus siempre graciosos chistes. --Bueno, yo… --balbuceo Betty--. He conocido a un chico. Nos reimos y a continuacion, la bombardeamos a preguntas. Lo cierto, es que aunque me alegraba por la dulce Betty, no me apetecia escuchar lo bonito que habia sido su encuentro en el metro con un atractivo hombre con el que acababa de iniciar una relacion; tras otro fracaso personal que anotaria en mi agenda de relaciones amorosas. Gracias a mi distraccion, vi al hombre mas perfecto que Dios (si es que existe), creo. Oh, si… En ese momento crei en Dios y en los angeles que habian traido hasta la tierra a un Adonis de cabello castano, ojos rasgados de color azul y unos labios carnosos que desee desde el primer momento. No pude evitar mirarlo fijamente con descaro, mientras mis amigas seguian hablando con Betty sobre el tio del metro. El dejo de mirar al tipo barbudo que tenia enfrente para devolverme la sonrisa. !Que sonrisa! --Kate. Kate. Kate. !Kate! --chillo Pam--. ?Que te pasa? ?Donde estas? La voz chillona y aguda de Pam hizo que todos los presentes en el pub nos miraran. Me sonroje y en un ataque de valentia, me levante y fui hacia el Adonis que me habia robado el corazon desde el minuto uno en el que repare en su presencia. Claro que en vez de saludarle, me coloque estrategicamente entre el y su amigo y me apoye en la barra dirigiendome al atolondrado camarero, utilizando dos tacticas infalibles: Pechos y trasero. Trasero en pompa, pechos apoyados en la barra pareciendo mas tersos, redondos y deseables. El amigo barbudo del Adonis puso los ojos en blanco y se fue al bano. --Martin Logan. !Mi Adonis tenia nombre! --Kate Spencer. Sonrei picaramente ofreciendole mi mano. El la beso, como los galanes de Hollywood de la epoca dorada. --?Quieres algo? Yo invito --se ofrecio, caballeroso y amistoso. --Un Bloody Mary --respondi coqueta. Fue el inicio de la mejor noche de mi vida. Tal vez estuviera mal que dejara colgadas a mis amigas. Al fin y al cabo, habian quedado conmigo esa noche para consolarme y yo se lo pagaba, sustituyendolas por un hombre al que acababa de conocer. Y aunque en principio, lo unico que queria esa noche de noviembre era olvidar mis penas, ahogarlas en alcohol y tirarme a cualquier tio en el mugriento bano de un pub; acabe descubriendo que era verdad lo que mi abuela decia siempre: <>. Cinco anos mas tarde, las mariposas siguen revoloteando por mi estomago cada vez que estoy con el. Y hoy ademas, una mezcla explosiva de temblor en las piernas y un nudo de emocion en la garganta, han venido a visitarme para hacerme saber que al fin, unire mi vida con la del hombre al que amo. !Para siempre! En la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe. Reviso mi agenda. Quiero que todo este perfecto manana. Vestido y complementos listos, el restaurante, las flores, la iglesia, el menu, la tarta nupcial, los invitados… Martin se ha portado muy bien. Ha dejado que me quede sola en el apartamento que compartimos desde hace tres anos, y se ha ido a la habitacion de un hotel. Imagino que habra salido a celebrar la ultima noche de soltero con sus amigos, aunque prometimos que nada de "alocadas" fiestas en las que el hombre prometido acaba tirandose a la del streptease. No pasa nada, confio en el y se que no le van ese tipo de mujeres. Martin es elegante y refinado, cuidadoso hasta con el mas infimo detalle. A veces me pone un poco nerviosa que quiera tenerlo todo siempre tan organizado, pero hasta eso me gusta de el. Suena mi telefono, es Betty. Betty se caso el ano pasado con el tio del metro. Lo llamo asi porque soy muy mala para los nombres y no recuerdo como se llama. Y si, se que tal vez soy la peor amiga del mundo por no recordar el nombre del marido de una de mis mejores amigas. --?Todo listo, Kate? --pregunta entusiasmada. --!Si! He estado revisando las listas y todo esta preparado. --?Y Martin? --Supongo que en el hotel. No nos veremos hasta manana en el altar. !En el altar, Betty! !Oh, Dios…! Estoy tan nerviosa… ?Tu tambien estabas tan nerviosa? No lo recuerdo. Betty no se desprendio de sus gafas de pasta, ni siquiera enfundada en el bonito vestido de novia palabra de honor que llevo el dia de su boda. El tio del metro la miro embelesada como si fuera la mujer mas hermosa del mundo. Recuerdo haber envidiado esa mirada y haber deseado con todas mis fuerzas, que Martin me mirara asi el dia de nuestra boda. --Claro que si, Kate --dice riendo--. ?No lo recuerdas? Me temblaban las manos, Karl ni siquiera acerto a la primera al colocarme el anillo de casados. Eso es, Karl. Recordaria el nombre del tio del metro hasta despues de la boda. --?Quieres que quedemos? ?Se lo comento a las chicas? --propone. --!Claro

  • Malasangre de Michelle Roche Rodriguez

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    Venezuela, ano 1921. Diana, la hija de catorce anos de una familia de arribistas de Caracas, descubre que ha heredado la hematofagia de su padre, prestamista y hacendado, ocupaciones que desempena gracias a su relacion con la dictadura de turno. La enfermedad la inclina a la violencia contra algunos hombres y la aleja de su madre, de estrictas convicciones catolicas.
    Mientras madura, Diana se enfrentara al maltrato del novio con el que se empenan en casarla, a la brutalidad de su familia y a la tirania del patriarcado militarista y religioso. Sin embargo, lo peor sera verse involucrada en las actividades ilicitas y las conspiraciones politicas de los socios de su padre, que la llevaran hasta las recamaras privadas del palacio presidencial. Son tiempos de revolucion petrolera y el general al mando se llama Juan Vicente Gomez, un hito en la historia venezolana menos porque duro tres decadas en el poder que porque en su tiempo se instauraron y fortalecieron las dos grandes instituciones del pais: las fuerzas armadas y la economia rentista.
    Michelle Roche Rodriguez ha escrito una poderosa alegoria en la que conviven lo fantastico y lo historico, la exploracion de la sexualidad y la politica, la lucha por afirmar la identidad como mujer en una sociedad machista y el vampirismo como realidad y como simbolo.
    Un libro seductor, envolvente y perturbador sobre la rebeldia y la transgresion. Una novela que juega con el genero de terror explorando territorios nuevos, llevandolo mas alla de los caminos trillados.

  • En lo profundo del bosque de Sonia Lopez Souto

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    1 Ano 1640, algun remoto lugar de las Highlands -Madre -Marsali se acerco a ella, con la respiracion agitada y el corazon latiendo a toda prisa tras aquella frenetica carrera. Sostuvo su peso, apoyando las manos en sus rodillas, intentando tranquilizar a su sofocado corazon. Luego inspiro varias veces tan profundo como pudo, ya que no podria hablar con su madre si no se relajaba. Esta espero, con impaciencia, a que su hija le explicase a que venia tanta agitacion. A pesar de ser madre e hija, en su aspecto, no podian ser mas diferentes. Mientras la madre era rubia y de ojos azules, el cabello de la hija, adornado con tonos rojizos pardos, armonizaba con el color miel de sus ojos. Un claro y doloroso recuerdo para la madre, de su padre. -Hay un hombre junto al rio -logro decir, a pesar de que su respiracion todavia era erratica-. He venido a deciroslo en cuanto lo vi. -Es imposible. Nadie conoce este lugar -se limpio las manos en el mandil, con calma, mientras hablaba-. Lo habras imaginado. -Habra llegado por casualidad -inspiro, mas relajada -. Lo he visto bien, madre. Es un hombre. -?Te ha visto el a ti? -Creo que esta muerto -fruncio el ceno al pensarlo-. Esta tirado junto al agua, como si hubiese intentado llegar a ella. No me he atrevido a acercarme mas por si solo esta desmayado. -Vayamos a ver, entonces -se acerco a la despensa, donde guardaba la espada que una vez le robo al jefe de su clan. Antes de haberse quedado embarazada, Iona habia sido la amante del laird. Habian disfrutado las noches juntos durante anos, mientras por el dia fingian ser senor y sirvienta. Iona era, por aquel entonces, una muchacha joven e ingenua, muy impresionable, y se habia enamorado locamente. El era un hombre alto y fuerte, apuesto y atento; y cuando se fijo en ella, una simple ayudante de cocina de dieciseis anos, se creyo la mas afortunada de las mujeres. Pero nada es como parece y menos cuando la que lo piensa es casi una nina. Ross solo buscaba diversion en la cama, justo lo que su esposa no queria ofrecerle de buen grado. No pensaba en sentimientos, sino en actos carnales, por eso, cuando Iona supo que estaba embarazada y fue a contarselo como la mas maravillosa noticia y como la culminacion de su amor, Ross mato sus ilusiones sin remordimientos, al pretender obligarla a recluirse en un convento hasta que diese a luz y abandonar en el a su bebe despues, para ocultar todo rastro de la infidelidad. Horrorizada ante semejante idea, Iona se escabullo del castillo en una noche tormentosa, que nada bueno presagiaba para ella. Solo llevo comida para el viaje, algo de ropa y aquella espada. A punto estuvo de perecer en el camino, cuando el caballo se encabritaba con el ruido de los truenos; asi que, sin poder controlarlo por mas tiempo y con temor a que en una mala caida perdiese a su bebe, finalmente lo dejo marchar y continuo a pie. Durante semanas, recorrio largas millas de distancia, siempre oculta de la gente que se iba cruzando en su camino y temerosa de que Ross la encontrase; aun cuando en el fondo sabia que no la estaria buscando. Su desaparicion le convenia, incluso mas, que tener que pagar su estancia en el convento durante un ano entero, ya que si no estaba en el castillo, el problema desapareceria para siempre y el engano a su esposa seguiria siendo un secreto. Saber que Ross buscaria a otra que ocupase su lugar y dejaria de pensar en ella, fue consumiendo a Iona poco a poco, hasta convertir su corazon en una pasa arrugada y negra, que tan solo la llegada de su bebe logro suavizar ligeramente. Pero aun amando tanto a su hija, no podia dejar de ver en ella la perdida de su primer y unico amor, y la renuncia que habia hecho a compartir su vida con el. En ocasiones, Iona se habia lamentado de haber sido tan impulsiva y haber huido lejos. En ocasiones, deseaba haber abandonado a su hija en el convento para seguir con Ross. Porque aun habiendo pasado tantos anos, seguia amandolo. -?Esta muerto? -pregunto su hija, instantes despues de que se agachase junto al hombre para comprobar su estado real. Podia notar la ansiedad en su voz y se propuso dejar en claro que su presencia no era bien recibida, antes de que se hiciese ilusiones con aquel extrano. Comprendia su curiosidad hacia el, pues no habia conocido a nadie mas que ella en sus dieciocho anos de vida, pero dejarle entrar en su mundo no era buena idea. -Esta gravemente herido -dijo con voz firme y dura-. Morira en pocos dias, no se puede hacer nada por el. -Madre, podria intentarlo -se ofrecio-. Conozco unas hierbas que… -No, Marsali -se levanto y la tomo de un brazo para alejarse de aquel lugar con ella-. No vamos a curarlo. Dejaremos que la naturaleza siga su curso con el. Ese hombre esta mas muerto que vivo. -Pero, madre, no podemos dejarlo ahi. -Podemos y lo haremos -se detuvo, enfrentando sus miradas-. Los hombres son crueles, hija. Juegan con los sentimientos de las mujeres. Siempre les dicen lo que quieren oir para seducirlas y conseguir de ellas lo que desean, pero cuando ya no les interesan mas, las abandonan a su suerte, sin remordimientos. No le tengas lastima, seguramente se merezca la muerte. -Eso no lo sabes, madre -replico-. Tal vez no sea asi como dices. Y... -Son todos iguales -grito, alterada y despues cerro los ojos para controlar su enfado-. Es hora de volver a casa. Aqui no tenemos nada que hacer ya. -Si, madre -Marsali desvio su mirada una ultima vez hacia el lugar donde yacia el hombre, antes de seguir a su madre de regreso a la cabana. Sentia curiosidad por el, pero no podia hacer nada con su madre cerca. -No vayas al rio hasta que yo me haya deshecho del cadaver -le advirtio, segura de saber lo que pasaba por la mente de su hija- ?Lo has entendido, Marsali? -Si, madre. Se escucho resignada, pero como si no la creyese del todo, la mantuvo cerca lo que resto de dia, dandole tiempo al hombre a sucumbir a sus heridas. Al llegar la noche, no se rindio al sueno tampoco, hasta saber que su hija estaba profundamente dormida. No iba a correr riesgos con ella ahora, despues de todo lo que habia hecho para protegerla; ni con el hombre, que tan nerviosa la habia puesto, al ver los colores que lucia. Sin embargo, si hubiese sabido que su hija iba a enganarla, fingiendo dormir, quiza le hubiese podido impedir que saliese de la cabana a hurtadillas, con su bolsa de medicinas y una manta vieja. Quiza hubiese podido detenerla antes de que caminase, con la luna iluminando sus pasos, hacia el rio, con intencion de intentar salvar la vida de aquel hombre. Pero no lo supo y Marsali logro marcharse sin que su madre lo descubriese. Cuando llego al rio, el hombre continuaba en la misma posicion en que lo habian dejado y temio no haber llegado a tiempo de salvarlo. Se arrodillo a su lado y lo giro con cuidado para ver la gravedad de las heridas, pero cuando los rayos de luna iluminaron su rostro, Marsali se quedo sin respiracion. Nunca habia visto a un hombre antes de el y le parecio hermoso. Tenia una linea de la mandibula muy marcada y unos labios plenos; las pestanas pobladas y una nariz bien perfilada. El cabello, aunque sucio por pasar tiempo tirado en el suelo, le llegaba a los hombros y lucia un tono negro que le recordaba las noches de invierno. Su cuerpo, que estudio buscando heridas, era fuerte y muy fornido. Le impresiono la gran cantidad de cicatrices que lo cubrian; todas ellas antiguas. -!Oh, Dios! -exclamo, al encontrar el tajo en su bajo vientre. No era tan profundo como para llegar a sus organos internos, pero lo suficiente para que hubiese perdido gran cantidad de sangre; de ahi la palidez extrema de su rostro. Pero respiraba todavia, lo habia notado en cuanto le dio la vuelta y volvia a sentirlo ahora. Si se daba prisa, podria salvarlo. Saco varios panos de lino de su bolsa y fue a empaparlos al rio para lavar la herida, antes de aplicarle el emplasto que tenia en mente ya: romero para combatir la infeccion, corteza de abedul para el dolor, cola de caballo para evitar la hemorragia y ruda para una rapida cicatrizacion. Una vez satisfecha con la limpieza, comenzo a mezclar las hierbas en un cazo lleno de agua y lo aplico sobre la herida, en cuanto estuvo listo. La luna llena le ayudo a ver sin necesidad de encender un fuego y aunque hacia frio y les habria venido bien su calor, no tenia tiempo para perder en ciertas comodidades. Primero era la vida de aquel hombre, despues lo demas; pues ya habia pasado demasiadas horas en el frio suelo y habia perdido mas sangre de la que le convenia. Aunque sabia que debia hacer, sus manos temblaban al trabajar, quiza pensando en que aquel hombre era la primera persona que conocia, aparte de su madre, y no sabia como actuar ante el, una vez despertase. Si acaso lo hacia, que empezaba a dudarlo, porque habia tardado demasiado en ir a socorrerlo. Ademas, tenia sentimientos encontrados en cuanto a salvarle la vida. Queria hacerlo, pero temia descubrir que su madre tuviese razon con respecto a los hombres y le hiciese dano si despertaba. No creia poder enfrentar a aquel hombre, si resultaba ser un desalmado, pues le ganaba en fuerza, incluso herido, pero a pesar del miedo que le inspiraba, no podia dejarlo morir. Hizo su trabajo, al final, sin pensar en nada mas. Impregno la herida con la pasta, hasta cubrirla por completo y despues envolvio con cuidado la zona, escuchando sus protestas cada vez que lo movia, para rodear su torso con la venda. Una vez hubo terminado, recogio sus pertenencias y las lavo en el riachuelo, mientras pensaba en algun lugar donde esconderlo hasta que se recuperase. Y el modo en que lo trasladaria, si no despertaba pronto para ayudarse. Era demasiado grande y pesado para ella, por lo que necesitaria una parihuela, aunque no se creia capaz de arrastrarla tampoco. Pero sabia que lo mas complicado seria ocultarle a su madre que lo habia ayudado a sobrevivir. Cuando regresase al rio para deshacerse del cadaver y no lo encontrase, era necesario convencerla de que se habia ido por su pie y que ella no tenia nada que ver con eso. -?Eres un angel? La pregunta, hecha con voz grave y profunda, la dejo petrificada. Sabia que le estaba hablando a ella, pues no habia nadie mas, pero no se atrevia a mirar hacia el todavia. Su respiracion se habia acelerado y todos sus musculos se tensaron, tratando de reunir el valor suficiente para enfrentarlo. ?Que tan malo podia ser el hombre? Estaba herido y demasiado debil todavia, como para hacer dano a alguien, si aquella fuese su intencion. Quiza por eso, se atrevio a girar hacia el, dispuesta a desafiarlo con la mirada, pero antes de poder hacer nada, se perdio en la profundidad de sus ojos negros. Mas negros que la noche mas agitada, que la cueva mas oscura, que el lugar mas recondito de aquel frondoso bosque, donde la luz del dia nunca lograba atravesar las copas de los arboles. 2 -No lo pareces -el hombre continuo hablando, pero Marsali no fue capaz de apartar la mirada de el, ni de hablarle-. Aunque eres muy bella. Un intenso rubor cubrio su rostro por sus palabras y su cuerpo respondio de igual modo, encendiendose de una forma que nunca antes lo habia hecho. Fue entonces cuando reacciono y aparto la mirada. Tomo su bolsa y se levanto para cruzarla al pecho. Aunque no estaba segura de querer tocarlo ahora que habia despertado, todavia tenia que llevarlo a algun lugar donde su madre no lo encontrase. -?Como te llamas? -el hombre siguio hablando- ?O tampoco eso me vas a decir? -Marsali -dijo al fin, reuniendo valor- ?Serias capaz de caminar? Necesitamos buscar un refugio para ti. -Bonito nombre -le sonrio-. Mi nombre es Neil. Neil Sinclair. ?A que clan perteneces? -?Puedes levantarte? -no es que evitase responder a sus preguntas, sino que no podia hacerlo. Su madre jamas habia hablado de su pasado, salvo para decirle que el mundo era cruel y que habia huido al bosque para protegerla. Despues de que evadiese todas sus preguntas durante anos, decidio no volver a hacerlo y conformarse con el presente que tenia. Sin embargo, cuando descubrio al hombre tirado en el suelo, su curiosidad renacio con fuerza y de nuevo, las preguntas comenzaron a acumularse en su joven mente. Necesitaba respuestas y sabia que su madre no se las daria nunca. Penso, al verlo herido, que si le podia salvar la vida, el le diria lo que queria saber. Le hubiese gustado hacerlo sola, pero busco a su madre para que le ayudase, creyendo que tal vez aquello la reconciliase con el mundo y pudiesen marcharse del bosque al fin, pero su madre solo le habia metido el miedo en el cuerpo y se habia negado a curarlo. -Puedo intentarlo -dijo Neil, apoyando las manos en el suelo y regresandola al presente a tiempo de ver como se impulsaba hacia arriba. El dolor le arranco un grunido hondo y Marsali se apresto a socorrerlo. Entre ambos lograron ponerlo en pie y apoyandose en ella, consiguio dar varios pasos, pero pronto tuvo que detenerse junto a un arbol para descansar- ?Ese refugio esta muy lejos? -Me temo que si -se mordio el labio, nerviosa, pues si no podia caminar, seria practicamente imposible llevarlo hasta la cueva. Podia buscarle un lugar mas cerca, pero si su madre lo descubria alli, quien sabe que haria. Nunca antes la habia visto tan alterada como esa manana, cuando le sugirio que lo salvasen. Le habia dejado claro que no lo queria alli, aunque no podia entender por que. A ella no le parecia tan malo. Habia sido educado con ella y no habia intentado enganarla o seducirla como su madre habia insinuado que haria.

  • Tu maldita sonrisa (Sin Mar 3) de Cherry Chic

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    La vida de Alex es justo lo que el ha querido siempre. Vive en Sin Mar, una urbanizacion tranquila a las afueras de la ciudad, y comparte sus dias con su padre, la mujer de este, sus tres hermanas, a las que adora, aunque le vuelvan loco, sus cunados, sus sobrinos, sus amigos y hasta un perro comunitario. Tiene el trabajo que siempre sono y tantas mujeres dispuestas a pasar un buen rato como dias tiene el ano, o casi. No le falta nada. De verdad que no. Todo es perfecto tal y como esta... hasta que llega ella. Y arrasa. Y lo vuelve del reves. Y lo descoloca. Y lo enciende, para bien y para mal. Ella, que no busca nada, salvo una vida tranquila. Ella, que lo ultimo que quiere es una relacion con alguien como el. Ella, que no corre hacia sus brazos, sino en direccion contraria.
    Ella. Solo ella. Siempre ella.
    Ella y su maldita sonrisa.

  • Gloria de Eduardo Mendoza

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    Gloria y Ricky, Silvia y Coponius son dos matrimonios amigos y propietarios de una editorial. La ruptura de una de estas parejas implica la necesidad de encontrar un nuevo socio. Un camarero con una doble vida y un caballero rico y sin escrupulos son los demas personajes de esta obra, capaz de arrancar carcajadas y mover, al mismo tiempo, a una honda reflexion.

  • Un trato con la NERD de Cynthia Walter

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    SINOPSIS: Nadia Rodriguez es una excelente economista, tiene una carrera brillante y mas meritos de los que necesita; ?Por que entonces no consigue mantener un trabajo? Es una nerd, si, esa chica cerebrito que sirve para todo pero nadie quiere ensenar. Adam Zavala es un empresario exitoso que tiene un plan para lanzar a lo mas alto el negocio heredado del mundo de la moda de su padre; ?Que hara cuando se de cuenta de que su plan no es viable? El padre de Adam mandara a Nadia a comprobar el trabajo de su hijo... Nadia se dara cuenta de que nunca habia conocido a nadie tan atractivo como su nuevo jefe... ?Podra Adam ver mas alla del trato que firmara con la Nerd para salvar su negocio? Capitulo 1 Nadia Me levante como cada manana a las cinco en punto al oir el despertador. El espejo me recibio en el bano con una especie de reproche por acostarme a las tantas; ?Nadie entendia que mi trabajo requeria estar siempre dispuesta a pasar sueno? Me duche tomando un poco mas de tiempo del necesario en mi pelo, rizado como una escarola no queria quedarse en su sitio y mas bien parecia que no me habia peinado en la vida. Odiaba el vaho que se formaba en el bano porque mis gafas se empanaban suficiente como para sentirme totalmente ciega; ?Habian pensado alguna vez en construir unas barras como las del coche para la lluvia instalandolas en unas gafas? Yo las llevaria. Sono el timbre y abri aun con el albornoz puesto para recibir a Tom, mi mejor amigo ademas de un crack de las finanzas tanto casi como yo. -No he visto ningun error en el documento que me mandaste a las dos de la manana. -dijo con cierto reproche por la hora en la voz. - ?Esta lloviendo? -pregunte al comprobar que sus gafas de culo de vaso tambien estaban empanadas. -Evidente. -contesto riendose cual cerdito. - ?Como es que tu intachable jefe te pidio que hicieras un balance de semejantes caracteristicas con tan poco tiempo? -anadio buscando alguna magdalena en mi cocina. -Aun no me ha dado tiempo a hacer el cafe. -asegure. No me senti nada violenta por estar en albornoz por la sencilla razon de que Tom y yo eramos como hermanos, ademas de que dudaba de que a cualquier hombre le pudiese gustar verme semidesnuda. -Diria que Enzo Zavala no se fia mucho de las cuentas que le mandan desde Shadows and ligths S. L. -afirmo riendose de nuevo con su sonora y tipica voz ronca. -Supongo que tienes razon. -conteste. Me dispuse a servir las tazas del brebaje magico llamado cafe para los dos y sali disparada hacia mi habitacion para buscar algo que ponerme en el armario; Escogi unos pantalones de vestir mas altos y con corte de hombre junto con una camisa blanca que no marcaba nada, y unos tirantes negros para unirlo todo. -Menos mal que eres un genio. -Tom se metio conmigo por mi vestimenta como de costumbre. Mi amigo tenia razon, nosotros eramos nerds al margen de la sociedad de la moda; Lo nuestro era la economia y los informes. Sentada a la mesa tomando el cafe pense en lo que habia dicho Tom sobre el senor Enzo. El tenia negocios por todo el pais e invertia en distinta empresas, yo era algo asi como su mano derecha para ese tipo de operaciones; Era extrano por tanto que me hubiese pedido hacer un analisis de esa empresa de moda que dirigia su hijo Adam en un plazo record. Ya eran las seis y media asi que debia salir para el trabajo si tenia en cuenta que mi coche arrancaba cuando queria. Tom se levanto de su asiento cogiendo su maletin recolocandose la corbata de cuadros muy a nuestro estilo para seguirme. Rojito era mi vehiculo desde que me habia conseguido sacar el carnet, por supuesto a la primera como todo lo que dependia unicamente de mi esfuerzo y no de mi imagen. Llegue a la esquina del edificio central donde trabajaba y deje que Tom se bajase para ir hasta su empleo; Uno por debajo de su cualificacion tal y como me pasaba a mi. Aparque como pude entre dos coches enormes y lujosos para despues bajarme asegurandome de pasar por recepcion para recoger las cartas ademas de un cafe que habia pedido que dejasen alli para Enzo Zavala. -Senorita Rodriguez, pase. -dijo mi jefe. A pesar de ser ya mayor seguia teniendo un porte elegante que, sin embargo, se encontraba empanado por un rostro de preocupacion. -Aqui tiene. -conteste sacando torpemente las diversas carpetas de mi bandolera cruzada. -He traido tanto el informe que me pidio, como un analisis sobre los numeros que me facilito. -anadi quedandome callada. -Despues de tanto tiempo y sigo sin conseguir que me tutees. -contesto con una pequena carcajada. -Pero lo que si se es que cuando no terminas una frase con rigurosidad es que hay algo malo. -anadio poniendome entre la espada y la pared. -Me resultan incompletos los numeros, como si hubiesen hecho el dosier sobre una parte de la informacion. Una vision optimista pero no estoy segura de si realista. -conclui aun sabiendo que de alguna manera estaba poniendo en duda algo cuya direccion llevaba su propio hijo. -Precisamente por eso... -dijo pensativo. -Necesito que me hagas un favor, voy a mandarte a la delegacion de Shadows and lights por un tiempo. Quiero que supervises los negocios de mi hijo porque su entusiasmo puede llegar a ser un riesgo para la compania. -Su mandato me cayo como un jarro de agua fria. -Pe-Pero... Yo no tengo ni idea de...De... Ese sector. -conteste tartamudeando por los nervios al borde de tirar el cafe del jefe. -Nadia. -El senor Zavala cogio el vaso de mi mano y lo dejo en la mesa para despues seguir sosteniendo mi mano entre las suyas. -Siempre ha hecho un trabajo excelente pero ahora necesito que vayas a esas oficinas y me ayudes a comprobar que todo sigue siendo solido. -Su peticion era totalmente seria. -Esta bien. -respondi recolocandome las gafas. Entre en mi despacho recogiendo las pocas cosas que tenia en el e imprimi los documentos que el mismisimo senor Zavala habia preparado para mi.