• libro alguien esta mintiendo - Karen M. McManus

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    Todo el mundo tiene secretos, ?verdad? Pero, ?que serian capaces de hacer para protegerlos?

  • ALGUIEN ESTA MINTIENDO | KAREN M. MCMANUS

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  • Alguien está mintiendo (Instituto Bayview) | Penguin Libros

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  • Alguien tiene un secreto de Karen M. Mcmanus

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  • Lagrimas en la nieve (Seleccion RNR), Maria C. Garcia de Maria C. Garcia

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  • Que volvamos a vernos de Amanda Garcia

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    El reloj marca las doce en punto y mi cuerpo me pide escaparme de nuevo. Antes, debo de prepararme para ir a misa, como cada domingo, con mi padre y mis hermanas. He de reconocer que, a pesar de mi querer a Dios, temo aburrirme como de costumbre. Mas mi padre, buen hombre desde que tengo memoria, dice que debemos ir y de ese modo honrar a nuestra madre que con Dios descansa en su seno. Pero yo solo quiero que lleguen las cinco de la tarde y poder correr hacia la hemeroteca municipal. Alli, mi refugio, me siento en paz, sin tener que ocuparme de lavar y peinar a mis hermanas o de fregar con esmero el patio. Tan solo se me permite estar hasta las siete fuera de casa, pero para mi es mas que suficiente. Carmen, la secretaria del edificio, me ha acabado cogiendo carino y me deja poder llevarme el libro a casa para poder terminarlo y devolverlo el domingo siguiente. Siempre me dice que estoy invitada a ir cuando quiera y, que, de mayor, sere la mujer con mas cultura del mundo. La misa acaba de terminar y llega la hora de almorzar. Hoy he preparado sopa porque se que a mi senor padre le agrada y, realmente, es facil de hacer, de modo que me dara tiempo a tener todo limpio para cuando den las cinco de la tarde y pueda salir. En mi camino hacia la hemeroteca, veo pasar a multitud de ninos jugando con sus padres, abuelos dando un paseo e incluso parejas dadas de la mano. Mi madre siempre me decia que los hombres no traen mas que desgracias y que procurase buscar a uno bueno que me cuidase para toda la vida, !ay madre, cuanto la echo de menos! Pero la verdad que me llama la atencion como sera eso de ser querida por un chico. Mi amiga Margarita, con la misma edad que yo, ya tiene fecha para su futura boda con un hombre diez anos mayor que ella y, siendo sincera, no es algo que a mi me gustase vivir. Por eso, prefiero ahora vivir las historias de amor que se narran en los libros y ser libre el tiempo que me quede. --Buenas tardes, Clarita --dice la secretaria. --Buenas tardes nos de Dios --respondo educadamente. La secretaria me pregunto que tal se encontraba mi familia y me invito amablemente a sentarme y leer el libro que escogiese. Escoger, que dificil decision. Tantas historias contadas en cada libro que nunca se por cual decantarme, hasta que vi uno que me llamo la atencion. No era de un tamano muy grande, mas bien mediano podriamos decir, y su aspecto era sobrio y descuidado, como si ya tuviese muchos anos. Se notaba que era un libro poco usado, ya que me costo lo suyo poder alcanzarle y tenerle en mis manos. Al sostenerlo, pude sentir que no se trataba de un libro cualquiera. Sus hojas y su portada se encontraban deterioradas por el paso del tiempo y desprendian un fuerte aroma a baul olvidado La intriga pudo conmigo y me dispuse a comenzar a leer la primera hoja, que comenzaba de este modo: Diario de 1854 Hoy comienza mi nueva vida. Llevo mentalizada de este momento desde bien pequena y es lo mejor para todos. Es mi sexto dia como novicia en el convento de San Cadalso y me produce terror el hecho de sentirme sola. Son las seis de la manana y me dispongo a ponerme los habitos y bajar a rezar a la capilla. Sor Maria, la abadesa del convento, me estuvo explicando en mi llegada todos los horarios que debia de cumplir. Mi hermano mayor, que me acompano hasta la propia puerta del convento para despedirse de mi, hizo multitud de preguntas con el fin de quedarse el mismo tranquilo sobre como seria mi vida espiritual en aquel lugar. Se de buena mano que no es de su agrado que tome los votos y me aleje de nuestra bien amada familia, mas mis padres asi han requerido y mi voluntad es obedecerles. De bien pequena, me gustaba fantasear con mi hermano acerca de un futuro prometedor y dichoso, en el que viviriamos juntos y felices dedicandonos a aquello que nos apasionara. Sin embargo, a mi corta edad de nueve anos, pude entender por mi misma que eso no ocurriria. Mi madre, Magdalena Infante, hija de unos pequenos burgueses, quedo embarazada de su tercer hijo, esta vez un varon de nombre Jose, que apenas estuvo con nosotros seis meses de su vida. Tras la perdida de mi hermano pequeno, mis padres cambiaron y apenas mostraban afecto por sus otros hijos. Con tan solo quince anos mi madre me anuncio que en mi mayoria de edad entraria a formar parte de un convento y me ganaria de ese modo una buena reputacion como cristiana. Yo ni siquiera pude intervenir y me resigne a acatar la decision de mi senora madre. Son las ocho de la manana, la misa acaba de terminar y mis entranas empiezan a rugir hambrientas. Si algo bueno tiene estar en el convento, es que nunca me faltara un plato caliente que llevarme a la boca, aunque bien es cierto que sus inconvenientes tiene tambien. Entre estas cuatro paredes la mayor parte de las mujeres son senoras de mas de sesenta anos de edad, que han decidido dedicar su vida a Dios y, la verdad, que me siento fuera de lugar entre ellas. Por ello, le rezo al Divino para que me envie una novicia que, como yo, con mi edad y mis temores, podamos compartir el tiempo. Mientras tanto, tan solo me queda aguardar y esperar que el tiempo pase. Al llegar la noche, las monjas me reclaman para reunirnos a rezar por ultima vez antes de acostarnos, pero un estrepitoso ruido interrumpe nuestras oraciones. Sor Maria Eugenia decide ir a la puerta principal para ver quien osa llamar a nuestro hogar a tan altas horas de la noche, y yo decido acompanarla por lo que pudiese pasar. Al abrir la puerta, encontramos a un hombre mayor, de unos sesenta anos y de buen parecer, rodeado de tres caballeros y una joven. Que alegria me lleve al ver a una jovencita de mi edad despues de pasar todo este tiempo con personas que me triplicaban los anos. --Buenas noches, Madre. Disculpe tan inadecuadas horas, pero nos ha surgido un percance a mi familia y a mi mismo, y es de extremada gravedad poder hablar con la responsable de su bien conocido convento --dijo el senor de manera firme y respetuosa. --Buenas noches, caballero. Si me acompana usted y sus acompanantes, podran hablar de inmediato con Sor Maria, abadesa del convento. Tras pronunciar dichas palabras, el misterioso hombre junto a los caballeros y la joven que la acompanaban entraron sin miramiento alguno con el fin de hablar con la madre superiora. Reconozco que en mi breve vida me habia topado con infinidad de hombres y mujeres, pero ninguno de los que habia visto se asemejaban a los que vi en esta fria noche. Todos vestian hermosos ropajes, incluso la joven, que lucia un hermoso vestido color marfil y una pamela a juego que dejaba entrever su rostro. La curiosidad cada vez era mayor en mi y las preguntas se agolpan en mi cabeza, ?quienes serian?, ?que les habria ocurrido?, ?que querran?… Al llegar al salon principal, Sor Maria nos pidio que abandonaramos la sala a excepcion de los invitados, pero la intriga pudo conmigo, de modo que pongo mi fino oido al ras del porton de madera con el fin de escuchar la conversacion. --?Desean tomar algo? A pesar de que somos una comunidad humilde gustamos de tener buen trato hacia nuestros invitados --dice la madre superiora. --No se moleste senora --responde el mas joven de los caballeros. He de reconocer que en el fue en el primero que me fije. Sus ropajes y su rostro me resultaban conocidos, como si en otra vida nos hubiesemos encontrado. --Vera usted Madre --continua diciendo el hombre mayor--. Tan solo venimos de paso. Ayer al alba, mis hijos, aqui presentes y uno mismo, decidimos partir hacia Canaluero para resolver unos asuntos pendientes, pero uno de nuestros caballos sufrio un percance y anduvimos hasta, gracias a Dios, encontrar vuestro convento. Por ende, nos gustaria alojarnos esta noche y la del dia siguiente a ser posible. Siempre y cuando no seamos un inconveniente. --En absoluto senor... perdone la indiscrecion, pero aun no han mencionado sus nombres -- responde Sor Maria --Mi nombre es Pelayo de Borbosa, y estos son mis cuatro hijos Carlos, Esparto y mis dos hijos menores Felipe y Lourdes --contesta Don Pelayo. A los pocos segundos, comienzo a escuchar una voz que grita mi nombre "Catalina, Catalina". Es la madre superiora que me llama para ir al salon principal, y para que nadie sospeche que me habia quedado escuchando a traves de las paredes, se me ocurre la ingeniosa y desafortunada idea de entrar corriendo a la sala, como alma que lleva el diablo. Pero tal fue mi desgracia, que yo, vestida con los habitos aun de novicia, tropece nada mas abrir la puerta con tal fin de ir a parar sobre los brazos de Felipe. Enseguida mi rostro se torno colorado y la verguenza se apodero de mi.--Lo siento muchisimo senor, no era mi intencion --digo con un hilito de voz con el fin de disculparme. --No se preocupe Hermana, ha sido un accidente --me responde amablemente el joven muchacho y me sonrie. Juro que, por un segundo, mientras el muchacho se disculpaba, nuestras miradas se entrecruzaron y senti que el mundo se habia detenido. Pero ese esplendido resplandor de felicidad es interrumpido por la voz de Sor Maria. --Nuestra querida Catalina aun es novicia, aunque le queda poco para tomar los habitos, si es que no tiene mas descuidos como los de hoy. Acompana a los senores y a la senorita a los aposentos de la entrada, las monjas y yo dormiremos juntas en otro lado --me indica Sor Maria. Y asi lo hago. Acompano a los invitados a sus dormitorios y me dirijo yo al mio, a sabiendas de que en escasas horas llegara la hora del rezo de primera hora de la manana.

  • Los 40 son los nuevos 30 de Amanda Peters

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    Lucia Iriarte esta a punto de vivir un dia que recordara para siempre. Esa manana recibira tres noticias diferentes que trastocaran todo su mundo y se sumira en un pequeno caos personal del que no sabra salir sin ayuda de sus amigas.

  • Mujeres de guerra, Helen Bryan de Helen Bryan

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    La vida en la tranquila localidad de Crowmarsh Priors se ve alterada por la amenaza de la llegada de la guerra europea a Inglaterra. Los evacuados, los bombardeos, el racionamiento y las muertes en batalla se convierten en la nueva realidad, donde cinco mujeres forjan una insospechada amistad que cambiara sus vidas para siempre.

  • Nueva historia de la Revolucion rusa de Sean Mcmeekin

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    La historia mas original, polemica y definitiva sobre la Revolucion Rusa en el ano de su centenario.

  • La potencia femenina de Svenja Flasspohler

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    Una via alternativa para el feminismo del siglo XXI.

  • Insondable de Joaquin Serrano Diaz

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    Transcurre el ano 1491. Dragan, un adinerado buscador de reliquias que intuye su final inminente a manos de mercenarios, le entrega tres pequenas cajas de alabastro a Victoria, su hija adolescente, apercibiendola de que en su interior esconden el fruto del trabajo de toda su vida, y que de su custodia dependera la de ella.
    Una de las cajas contiene un arcano del Tarot.
    Otra, fragmentos de un poema de caballeria.
    La siguiente esta vacia.
    Antes de huir a traves de un oscuro pasadizo subterraneo, su padre le da un ultimo consejo:
    <>

  • La doctrina del Sainte-Victoire de Peter Handke

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    De vuelta a Europa necesitaba escribir todos los dias y releia de un modo nuevo muchas cosas. Los habitantes del pueblo apartado y solitario que sale en el Bergkristall de Stifter son muy laboriosos. Cuando una piedra se cae de un muro la vuelven a poner; las casas nuevas las construyen como las viejas; los tejados que tienen algun desperfecto los reparan con el mismo tipo de pieza de madera. Donde aparece de un modo claro y llamativo esta tenacidad es en el caso de los animales: el color se queda en la casa I . En cierta ocasion, en medio de los colores me senti como en mi elemento. Los matorrales, los arboles, las nubes del cielo, incluso el asfalto de la calle tenian un brillo que no era ni de la luz de aquel dia ni de la estacion del ano. El mundo de la Naturaleza y el de las obras del hombre, el uno a traves del otro, me depararon un momento de beatitud que conozco por las imagenes de la duermevela (sin embargo, sin este elemento amenazador que anuncia lo extremo o lo ultimo) y al que se le ha llamado el nunc stans: momento de eternidad. Los matorrales eran retama amarilla; los arboles eran pinos aislados de color marron; las nubes, a traves de la niebla que se habia posado sobre la tierra, aparecian con un color azulado; el cielo (el mismo cielo que Stifter aun podia poner de un modo tan sosegado y tranquilo en sus narraciones) era azul. Me habia parado en la cima de una colina de la Route Paul Cezanne, que, en direccion al este, va de Aix-en-Provence al pueblo de Le Tholonet. Distinguir los colores y, todavia mas, darles nombre es algo que desde siempre me ha resultado dificil. Goethe, en su Teoria de los colores, haciendo gala un poco de sus conocimientos, habla de dos sujetos en los cuales en parte me veo a mi mismo. Los dos, por ejemplo, confunden <>: solo con pequenas matizaciones de mayor o menor claridad, mayor o menor viveza parece que estos colores cobran independencia y se distinguen unos de otros a sus ojos. Uno de ellos ve en el negro un cierto tono marron y en el gris un cierto tono rojizo. En general, lo que los dos perciben con mayor finura es la gradacion de claro y oscuro. Probablemente tienen un defecto de vision, pero Goethe los ve todavia como casos que estan en el limite entre lo normal y lo patologico. No hay duda: dice que si hablando con ellos uno deja que la conversacion siga derroteros azarosos y les pregunta sobre los objetos que tiene delante, termina en la mayor de las confusiones y acaba temiendo volverse loco. Esta observacion del cientifico, dejando aparte el hecho de que en ella me reconociera a mi mismo, me mostro lo que es la unidad entre mi mas remoto pasado y el momento presente: en un momento dilatado de ese <> estoy viendo como la gente de entonces -padres, hermanos e incluso abuelos-, unidos con la gente de ahora, se divierten oyendome decir los colores de las cosas que me rodean. Parece literalmente como si el hacerme adivinar los colores fuera un juego de familia; un juego en el que en realidad los que estan confundidos no son los otros sino yo. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con los dos sujetos de experimentacion de Goethe, en mi caso, por lo visto, no se trata de una enfermedad hereditaria. Dentro de mi circulo yo soy un caso aislado. A pesar de esto, con el tiempo me he dado cuenta de que no soy lo que normalmente se llama un daltonico y que tampoco padezco ninguna modalidad especial de esta enfermedad. A veces veo mis colores y los veo tal como son. Hace poco estaba yo en la nieve, en la cima del Untersberg. A muy poca altura por encima de mi cabeza, hasta tal punto que casi lo podia coger con la mano, dejandose llevar por el viento, planeaba un grajo. Vi el amarillo de sus garras, pegadas al cuerpo, como el color amarillo propio de las garras de un pajaro; el marron dorado de las alas que brillaban al sol; el azul del cielo. Estos tres colores producian las lineas de una amplia superficie extendida en el aire y a la que en aquel mismo momento percibi como una bandera tricolor. Era una bandera sin pretension alguna, un objeto hecho simplemente de colores. Sin embargo, gracias a ellos, las banderas de tela, que, hasta entonces, las mas de las veces, lo unico que hacian era impedirme ver lo que habia detras, se han convertido por lo menos en algo que puedo contemplar; porque en mi fantasia esta presente su origen pacifico. Hace veinte anos me examinaron para ver si era util para el servicio militar. En aquella ocasion, el mozo que normalmente estaba tan inseguro cuando le preguntaban sobre colores, en la prueba de la tabla cromatica, de entre la marana de puntos saco con bastante precision los numeros que le pidieron. Cuando luego comunique en mi casa el resultado del examen (<>), mi padrastro tomo la palabra -ya no nos hablabamos- y dijo que en aquel momento por primera vez estaba orgulloso de mi. Anoto esto porque en lo tocante a este asunto lo que he dicho de palabra ha sido siempre incompleto y ademas ha tenido una claridad equivoca. Al hablar de este hombre decia siempre que estaba <>. Sin embargo, este detalle, que en si mismo corresponde a la realidad, deforma la historia entera. ?La realidad no es mas bien que aquel dia vi la casa y el jardin con una extrana sensacion de llegada ? La observacion de mi padrastro me resulto repulsiva inmediatamente. Pero ?por que en mi memoria ha quedado asociada al fresco marron rojizo del huerto que aquel hombre terminaba de cavar? ?No llegaba tambien yo a casa en parte orgulloso con la noticia? Como sea, lo que ha quedado de aquel incidente ha sido el color de la tierra. Cuando ahora busco este momento ya no me veo como el joven de pocos anos que era entonces sino como un ser atemporal, sin perfil, como mi yo deseado, metido completamente dentro del marron rojizo, como dentro de una claridad gracias a la cual puedo comprenderme a mi mismo y tambien al soldado que era entonces. (Uno de los primeros recuerdos de Stifter eran las manchas oscuras que habia en el. Mas tarde supo <>. Ahora sus narraciones abren en mi una y otra vez zonas coloreadas en bosques cualesquiera.) Durante la guerra franco-alemana de 1970/71, Paul Cezanne hizo que su padre, el banquero acaudalado, le liberara del servicio militar mediante el pago de una suma de dinero. Paso la guerra pintando en L'Estaque, una localidad que en aquel tiempo era un pueblo de pescadores junto a una bahia, al oeste de Marsella, y que actualmente es uno de los barrios de esta gran urbe. Conozco el lugar unicamente por los cuadros de Cezanne. Pero solo este nombre, L'Estaque, abre en mi un espacio para una imagen de lo que es la paz. La region, incluso aquello en lo que esta se ha convertido, sigue siendo <>; no solo frente a la guerra de 1870, no solo para el pintor de entonces y no solo frente a una guerra declarada. No olvidemos que en los anos que siguieron a este retiro Cezanne continuaba trabajando a menudo alli; tenia especial predileccion por pintar en dias de mucho calor y bajo <> que le parecia <>. Los cuadros del tiempo en que estuvo escondido eran casi exclusivamente en blanco y negro, fundamentalmente con una atmosfera sentimental de invierno; en cambio, luego, aquel lugar, con sus tejados rojos ante el mar azul, se fue convirtiendo poco a poco en su <>. En las cartas que escribia desde L'Estaque encontramos por primera vez, junto a su nombre, la palabra <>, como hacian los pintores clasicos. Es el lugar <>. Los cuadros de despues de la guerra ya no reflejan estados de animo ni representan momentos especiales del dia o estaciones del ano: la forma muestra una y otra vez de un modo contundente la elementalidad del pueblo junto al Mar Tranquilo y Azul. Hacia el cambio de siglo aparecieron en L'Estaque las refinerias de petroleo y Cezanne dejo de pintar aquel lugar; dentro de unos cuantos siglos vivir carecera totalmente de sentido, decia. Solo en los mapas geologicos, la region, con su juego de colores, aparece totalmente virgen, y una pequena superficie de un verde de reseda, probablemente para mucho tiempo, lleva incluso el nombre de Calcaire de l'Estaque. Si, al pintor Paul Cezanne le debo el haber estado en medio de los colores en aquel lugar libre que hay entre Aix-en-Provence y el pueblo de Le Tholonet y que incluso el asfalto de la carretera se me apareciera como sustancia coloreada. Me he criado en un ambiente de pequenos campesinos en el que casi los unicos sitios donde habia cuadros eran la casa rectoral y las pequenas capillas que habia junto a los caminos; de ahi que desde el principio no haya visto en ellos mas que algo meramente accesorio y que durante mucho tiempo no haya esperado de ellos nada decisivo para mi. Algunas veces, leyes como la prohibicion de imagenes -caracteristica de algunas religiones o de algunos estados- las entendia yo como algo deseable; yo, que unicamente miraba los cuadros como quien mira algo que le distrae. Un objeto ornamental al que era posible prolongar hasta el infinito, por el hecho de corresponder a mi sed de infinitud -al llevarla mas lejos y darle fuerza-, ?no era el verdadero objeto que tenia enfrente? (En una ocasion, viendo un suelo con un mosaico romano me fue posible imaginar la muerte como un bello transito, sin la angostura habitual que llamamos <>.) ?Y no es la doctrina acabada de los colores y las formas lo que puede cobrar vida de un modo absolutamente maravilloso? (Aqui viene a cuento una frase de un cura de otro <> -ningun laico deberia permitirse una predicacion como esta-, y no hay que olvidarla, fijemonos en que ha omitido el articulo delante de la ultima palabra: <>.) Por esto, en relacion con los pintores me comportaba mas bien con una cierta ingratitud; pues no era nada infrecuente que aquellos supuestos objetos accesorios me sirvieran cuando menos de tablas de contemplacion y que no poco de lo que habia alli se convirtiera en imagenes recurrentes de la fantasia y de la vida. No obstante, en esta operacion de mirar, los colores y las formas, en si mismos, se convertian en algo de lo que apenas me daba cuenta. Lo que contaba era siempre el objeto especial que habia alli. Los colores y las formas, sin objeto, eran demasiado poco; los objetos, en la familiaridad que les daba la luz del dia, demasiado. <> no es aun la expresion adecuada; porque lo que tenia valor eran precisamente las cosas corrientes a las que el pintor habia colocado a la luz de lo especial… y que ahora puedo llamar sin mas <>. Los ejemplos que se me ocurren son todos ellos paisajes: y concretamente aquellos que corresponden a las imagenes amenazadoras, despobladas y silenciosamente bellas, de la duermevela. Lo que en ellos llama la atencion es el hecho de que formen siempre una serie. A menudo llegan incluso a encarnar todo un periodo de la obra de un pintor: las Plazas metafisicas, desiertas, de De Chirico; las ciudades de la jungla de Max Ernst, desoladas a la luz de la luna, unas ciudades cada una de las cuales lleva el nombre de Toda la ciudad; el Reino de las luces de Magritte, aquella casa que sale tantas veces, bajo arboles frondosos, en la oscuridad, mientras que alrededor brilla un cielo blanquiazul de dia; y, finalmente, y en primer lugar, las casas de madera escondidas en los pinares de Cape Cod/Massachusetts, del pintor americano Edward Hopper, y que llevan nombres como Carretera y casas o Carretera y arboles. Sin embargo, los paisajes de Hopper tienen me nos de amenaza onirica que de realidad abandonada. Uno puede reencontrarlos a la luz del dia y de la razon en el lugar donde estan; y cuando hace unos anos fui a Cape Cod, adonde tenia ganas de ir desde hacia tiempo, y busque alli sus cuadros, por primera vez, dondequiera que estuviera en aquella franja de tierra, senti que estaba en el reino de un pintor. Las curvas, las elevaciones y hundimientos de aquella carretera de dunas podria dibujarlas ahora. Los detalles, a menudo completamente distintos de los que pinto Edward Hopper, se encuentran en mi memoria, a derecha e izquierda, como en una pantalla. En el centro de un cuadro de estos, tomado de la realidad, metido en la gruesa capa de hielo de un estanque y formando un conjunto con una caja de lata que hay al lado, hay una inflorescencia de junco. Una vez llegado alli, por interes mio, me marche con la conciencia de que fuera, en el taller de un pintor y en las formas del paisaje de New England, habia hecho los preparativos para una guia de viajes; por la noche vi brillar las casas de madera entre los pinos -no estaban abandonadas, en absoluto, mas bien representaban una vivienda ideal- y encontre alli el hogar del protagonista de un relato que todavia tenia que escribir. Los poetas mienten, leemos en uno de los primeros filosofos. Parece pues que desde siempre impera la opinion de que lo real son los estados malos y los sucesos deplorables y que, consecuentemente, las artes son fieles a la realidad cuando tienen como objeto fundamental y como norma lo malo o la desesperacion, mas o menos comica, que lo malo provoca. Sin embargo, ?por que ya no puedo oir hablar de todo esto?, ?ni ver ni leer nada? ?Por que asi que escribo una sola frase en la que me queje, me acuse o me ponga en evidencia, a mi mismo y a otros -!a no ser que se trate de la santa ira!-, se me pone literalmente una nube negra ante los ojos? Y si, por otro lado, nunca voy a escribir nada sobre la fortuna de haber nacido, o sobre el consuelo de un mas alla mejor, la inevitabilidad de la muerte sera siempre lo que me guie, y, sin embargo, espero que no sea nunca mi tema fundamental. Es cierto que al principio Cezanne pintaba cuadros de terror, como las tentaciones de San Antonio. Pero con el tiempo su unico problema fue la realizacion (<>) de lo terreno, puro y sin culpa: de la manzana, de la roca, del rostro de un ser humano. Lo real era entonces la forma alcanzada; la forma que no lamenta la desaparicion de las cosas en los avatares de la historia, sino que transmite un ser en paz. El arte es esto solo. Pero justamente lo que le da a la vida su gusto es lo que al transmitirlo se convierte en problema. ?Que era lo que empezaba en mi cuando, en aquella ocasion, todavia en la epoca de los cuadros magicos, nosotros, la mujer y yo, ibamos en coche por otro paisaje del sur de Francia? Una parte de aquel viaje es ahora tambien aquel paseo de la tarde anterior, cuando fui a la tierra ondulada, todavia por explorar, en la que se encontraba la casa de la mujer. Era uno de los ultimos dias del ano y el mistral -el viento, normalmente frio, que baja del macizo central- era en aquella ocasion calido; sus rafagas, fuertes pero continuas, sin lo repentino y brusco que tienen los vientos de tormenta, que impiden mirar comodamente. Aunque pronto dejo de haber camino, quedaba todavia una sensacion de proximidad: estaba cerca de la casa de la mujer. Esta me enseno por primera vez los cuadros de Edward Hopper, era capaz de gozar de las cosas pequenas y sabia <>. Me sente en un claro del bosque cubierto de hierba que se movia en un unico temblor. Las copas de los arboles, inclinadas, casi inmoviles. El aire era claro y al oeste, en el horizonte, en el que aun habia luz, se formaban continuamente mechones de nubes que se levantaban bruscamente hacia el cielo y alli volvian a desaparecer; y la luna, que salio despues sobre el horizonte, se empareja ahora -<> (asi describio Cezanne en una ocasion su forma de pintar)- con otra luna que, en un atardecer que tenia una calma parecida, vi por encima de la linea del horizonte como si fuera el arco de la puerta de un granero. Estaba sentado en medio del silbido del viento, igual que hace anos el nino estaba sentado oyendo silbar un pino determinado (y como mas tarde, en medio del ruido de una gran ciudad, pude estar oyendo el murmullo del rio que la atravesaba). El viaje en coche del dia siguiente fue el principio de un viaje que ibamos a hacer los dos y que nos llevo al llano, a la costa. El mistral habia dejado de soplar; un dia suave de invierno, despejado y amplio. En el paisaje pedregoso, a una cierta distancia unos de otros, crecian pinos mediterraneos. El nombre exacto de estos pinos, que vuelve a mi con frecuencia como un estribillo, junto con el ano de 1974, me lo dijo la mujer: pins parasol. La carretera, descendiendo levemente, pasaba junto a estos pinos. Entonces (no <>), junto con la carretera y los arboles, el mundo estuvo abierto. <> paso a ser tambien <>. El mundo era un reino terrenal, firme, sustentador. El tiempo esta parado, es eterno y cotidiano. Lo abierto, una y otra vez, puedo ser tambien yo. Puedo rechazar lo cerrado. Debo estar siempre muy tranquilo en el mundo de fuera (en los colores y las formas). Incurrire en culpa en el momento en que, en peligro de cerrarme a mi mismo, no quiera la presencia de espiritu que puedo tener hasta el fin de mis dias. En un relato que escribi cinco anos antes, un paisaje, aunque era llano, se abovedaba y se acercaba tanto al protagonista que parecia expulsarlo de el. Sin embargo, el mundo de 1974 -un mundo completamente distinto, dilatado, concavo, que libraba de toda opresion y que pensaba en el cuerpo libremente- sigue estando ante mi como un descubrimiento que debo transmitir: los pinos parasol y mi alegria de vivir, he aqui una realidad valida. Como fuera, a partir de entonces, los pins parasol fueron muchas veces de utilidad cuando ante mi se convertian en bovedas los vestibulos de las casas de los otros, aunque la persona de aquel mundo de antes pudiera una y otra vez perder la presencia de animo y la serenidad (hay una culpa propia). ?Fue entonces, y no antes, cuando realmente empezo algo para mi? ?No fue mucho antes, delante de otros arboles meridionales, cuando pude imaginar una alegria racional? Ante los oscuros cipreses del verano de 1971, en Yugoslavia: ?que es lo que alli, dia tras dia, iba cediendo en mi que al fin alguien abrio los brazos por primera vez? (Una parte de esto es tambien aquel moral, a cuya sombra nos sentabamos a menudo, y la luminosa arena que habia a sus pies, salpicada con el suave rojo de los frutos que habian caido.) En aquella ocasion tuvo lugar la transformacion. El hombre que yo era se hizo grande y al mismo tiempo sintio anhelos de estar de rodillas, o tumbado en el suelo con el rostro hacia abajo, y de no ser nadie en medio de todo eso. La transformacion era natural. Era el deseo de reconciliacion que, como dice el Filosofo, venia del <>; y este deseo me parecio real-racional y desde aquel momento me sirvio tambien para escribir. Al mismo tiempo no era una epoca buena. (Mi madre, temiendo que iba a morir, me estaba mandando gritos de socorro a los que yo no sabia como contestar.) Por esto, en los cipreses volvia a ver yo los arboles funerarios magicos de la Antiguedad. <>: esta era desde hacia tiempo una maxima al escribir: representarse los objetos que hay que apresar, de tal modo que parezca que los estoy viendo en un sueno, con el convencimiento de que alli, y solo alli, es donde aparecen en su esencia. Entonces, en torno al que escribia estos objetos formaban una arboleda desde la cual este, y muchas veces solo forzado por la necesidad, volvia a encontrar una vida. Es cierto que repetidamente veia en las cosas algo esencial, pero esto no se podia transmitir a los demas; y cuando se empenaba en fijarlo dejaba de estar seguro de si mismo. No, los cuadros magicos -ni los de los cipreses- no eran los verdaderos cuadros para mi. En su interior se encuentra una Nada, ajena totalmente a la paz, una nada a la que, por propia voluntad, no me gustaria volver jamas. Yo solo soy fuera, entre los colores del dia. Al Estado se le ha llamado la <>. En cambio, yo se que estoy obligado al reino de las formas, como a un orden juridico distinto en el que <>, como ha dicho el Filosofo, <> y toda forma tiene el poder de un ejemplo (aunque los artistas mismos, en los nuevos estados, sean <>).

  • Las Navidades de mi vida de Ariadna Baker

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    --Clara, te acompano en el sentimiento --me dijo Don Damian, el cura del pueblo. --Muchas gracias, se lo agradezco de corazon. --Un corazon muy grande es el que siempre has tenido tu, nina. No cambies, ?eh? --Don Damian, un poco enfadada si que estoy con el de ahi arriba, a usted no le puedo mentir. --Hija mia, no digas eso ni en broma. Dios nuestro Senor ha tenido a bien acogerlos en su seno por alguna razon, ?no te parece? --No, lo siento mucho, Don Damian, pero no me parece. Mire sus lapidas y las lagrimas cayeron como punos desde mis ojos... Con el cuerpo completo perlado de sudor, me sente en la cama de un salto. Un salto mas... Y una madrugada mas sin pegar un ojo. Aquella situacion era insostenible. Seis meses habian transcurrido desde el fallecimiento de mis padres y seis meses en los que estaba por primera vez que lograra dormir a pierna suelta. Imposible hacerlo. No cuando aquella pesadilla me asaltaba una y otra vez. Ni que decir tiene que la clave estaba en que yo no podia soportar su marcha. Me lo decia mi amiga Carla, que estaba estudiando Psicologia. Y me lo corroboraba cada noche, mientras charlabamos un ratito despues de la cena, mi tia Marita, la unica hermana de mi madre, con la que yo me habia marchado a vivir desde la muerte de mis progenitores. --Carino, ?otra vez la misma pesadilla? --Ya la tenia en el quicio de la puerta, como cada noche cuando aquello ocurria. --Me temo que si. Y lo que mas siento es que te despierto a ti, no es mi intencion. --No seas bobita, mi nina. Te voy a preparar un vasito de leche calentita y, si quieres, te doy un poquito de palique mientras te vas durmiendo, como cuando eras pequenita y te quedabas a dormir aqui en mi casa algun fin de semana, ?te acuerdas? --Como no voy a acordarme, tita, si eras la mejor cuenta cuentos del mundo... --Imaginacion si que he tenido siempre, es cierto... Pero es que no me costaba ningun trabajo, carino, tu has sido siempre tan agradecida... --Y tu la mejor tita del mundo... No exageraba, pero lo cortes no quitaba lo valiente. Mi tia, que ademas era mi madrina, siempre habia derrochado carino conmigo, pero ello no le restaba ni un apice de dolor a mi corazon por el fallecimiento de mis padres. Cincuenta anitos tenian, justo el doble de mis veinticinco. Estaban en la flor de la vida, mejor que nunca, ahora que creian que por fin me habian metido en vereda haciendome estudiar. Cuanto me arrepentia de no haberles dado antes ese gusto, pero es que yo estaba convencida de que no servia para hincar codos con los libros. Y ellos, que no habian tenido esa oportunidad de jovenes, morian porque su unica hija fuera universitaria. Total, que, siguiendo mi instinto, me puse a trabajar en la panaderia de la senora Lola a los dieciocho anos, cuando termine el Bachillerato. Y alli permaneci hasta que cumpli los veintiuno. --Hija, que poco nos gusta a tu padre y a mi que te deslomes en esa panaderia por cuatro duros --me decia cada dos por tres. --Mami, pero es que tengo que trabajar, ?o quieres que sea como los ninis esos que no dan palo al agua? --Claro que no, Clarita, pero tu tienes cabeza para hacer la carrera que te venga en gana, otra cosa es que para coger los libros si que eres mas floja que un muelle guita y eso tienes que reconocerlo. Lo reconocia, pero tanto me lo dijeron mis padres que finalmente me matricule en Sociologia a los veintiun anitos. Y justo iba a graduarme cuando ellos fallecieron. Solo una semana faltaba. Ni acudir al acto de graduacion queria. No me sentia con fuerzas. Si no hubiese sido por mi tia Marita, que me llevo practicamente a rastras, alli no me hubieran visto el pelo. Fue acabar el acto y volver para casa. No quise ir a la cena de celebracion con mis companeros. A diferencia de ellos, que se sentian victoriosos, yo pensaba que aquella victoria se la debia a mis padres y ya no estaban para verlo. El verano fue una autentica pesadilla para mi, con unos dias largos que invitaban al ocio y que se me hacian eternos, dado que el mencionado ocio era lo ultimo que me apetecia. A decir verdad, ni me apetecia el ocio ni absolutamente nada. Aquel accidente de trafico habia truncado mis suenos. Mis padres fueron, mientras vivieron, el gran puntal de mi vida y yo me sentia tremendamente desgraciada por su marcha. A medio verano, volvi a trabajar a la panaderia de la senora Lola. --Pero vamos a ver hija, ?se puede saber como una senorita licenciada va a desempenar el mismo trabajo de cuando no tenia estudios? --me recrimino mi tia. --Es que, empezar a buscar trabajo de lo mio, me supone marcharme del pueblo y tenerme que ir a la capital y eso no me llama ahora. Salamanca capital me encantaba y yo habia sido muy feliz estudiando alli, pero desde la marcha de mis padres no habia tenido agallas para volver y ahora solo queria refugiarme en el pueblo. La senora Lola fue la primera sorprendida en verme aparecer por su local con la intencion de trabajar, pero como yo habia dado el callo como la primera mientras estuve alli, me acogio con los brazos abiertos. Desde entonces ya habian transcurrido varios meses y, dado que alli tambien se vendian dulces, con la campana de Navidad a las puertas estabamos a tope. Despues de una noche toledana como la que he descrito, tuve que disimular mis ojeras para poder ir a trabajar como Dios manda. Por el camino me encontre a la senora Ana, quien no tardo en pararme. --?Como estas, Clarita? En el pueblo todos me llamaban por mi diminutivo. Dias atras yo le habia preguntado a mi tia por cuando creia que dejaria la gente de hacerlo y me comento que probablemente nunca. --Hija, es que como pareces una chiquilla... Con esas facciones tan tiernas, ese pelito rubio y esos ojos azulitos, pues que dan ganas de achucharte. Me dio uno de sus achuchones habituales y se quedo en la gloria con su explicacion. Lo peor no era ya solo que me trataran como a una nina, sino que en los ultimos meses habia vivido asi. Atras, en Salamanca capital, quedo mi noviazgo con Cesar. La muerte de mis padres se lo termino de llevar por delante, aunque no voy a decir que ese fuera el unico motivo. Cesar y yo llevabamos saliendo un par de anos. El era el hijo de la pareja que nos alquilo un piso de estudiantes a mi y a mis companeras, Mara y Raquel, mientras duraron nuestros estudios. Un buen dia, cuando ya llevabamos dos cursos alli, Cesar aparecio para sustituir una lampara estropeada y lo que se ilumino entre nosotros fue la llama del amor. Eso si, pasados los primeros meses, la relacion tampoco es que fuera la bomba y un par de anos despues yo me planteaba hasta que punto era el hombre con el que deseaba compartir mi vida. El fallecimiento de mis padres le dio jaque mate a nuestro noviazgo, pues yo me aparte del mundo por completo, lo que le incluia a el. Y tampoco es que Cesar luchara demasiado por lo nuestro. Digamos que ambos fuimos dejando que nuestro amor muriera poco a poco, dando paso a una cierta amistad y poco mas. --Ahi vamos, senora Ana --le conteste con muy pocas ganas de entrar en honduras. --Poco a poco, hija. Ya en nada tenemos aqui las Navidades y... La mujer lo solto de sopeton y en automatico se callo, pues debio darse cuenta de su metedura de pata. Malditas ganas que tenia yo de celebrar las Navidades ese ano. Si hasta me queria zafar de decorar la casa con mi tia y no sabia como hacerlo. La pobre me habia "amenazado" con que el puente de la Constitucion debiamos hacerlo y yo no paraba de darle largas. --Ya, ya... Por cierto, ?y Lucas? Hace mucho que no lo veo. Su hijo Lucas y yo habiamos sido grandes amigos en la infancia y adolescencia. --Dificilito esta que lo veas, hija. Se fue con la muchacha esa con la que salia, con Elsa, a Laponia a vivir. --?A Laponia? --Si, si, hija, a la gran puneta, vaya, que ademas hace alli un frio que pela. Pero como a ellos les ha encantado, pues nada. --Me quedo loca, yo no veia a Lucas demasiado lejos del pueblo, vaya vueltas que da la vida. --Ni yo, hija. Pero se fueron este verano y alli estan, regentando una tienda de galletas de jengibre que por lo visto para los lugarenos son lo mas de lo mas. --Que personaje este Lucas.... Me despedi de la senora Ana y pense en lo sorprendente que era la vida. De ninos, yo le decia a Lucas que seria jefa de una gran compania y el a mi que astronauta. Y ahora resulta que el vendia galletas en Laponia y yo en el pueblo. Y eso pese a que los dos eramos licenciados.... Una casualidad que me saco la sonrisa, cosa que no ocurria todos los dias en los ultimos meses. Llegue a la panaderia y la senora Lola me indico el cerro de trabajo que debiamos realizar. Hasta la espalda se me estaba resintiendo desde que teniamos la Navidad en puertas. --Clarita, ya le he dicho a Lorenzo, mi marido, que como esto siga asi al final vamos a tener que ampliar el negocio. Francisco, el chico del local de al lado, lo deja en breve y creo que seria una gran oportunidad para hacerlo de una vez por todas tambien pasteleria. --?Y no lo es ya, senora Lola? Por el amor de Dios, si aqui servimos mas dulces que gente hay en la guerra. --Es verdad, hija, incluso nuestros turrones artesanales estan teniendo un exito de no te menees. Son ya muchas las personas de otros pueblos que se estan acercando a por ellos. De hecho, yo queria hacerte luego un ofrecimiento, Clarita, a ver que te parece. --De acuerdo --asenti mientras me cambiaba y me ponia el uniforme de trabajo que recientemente la buena mujer habia encargado para mi.

  • El consumo de patata en Irlanda de Flann O'brien

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    Pocos autores en la literatura del siglo xx han despertado tantas pasiones como el irlandes Flann O’Brien. Desde Borges y Joyce a Vila-Matas y Sergio Pitol la lista es innumerable. Su calidad literaria y su sentido del humor hacen de sus novelas piezas inolvidables. Reunimos en este volumen sus tres novelas cortas mas brillantes: La boca pobre, La vida dura y La saga del sagu. Tres obras que tienen como protagonistas a Irlanda y los irlandeses. Edna O’Brien dijo de el: <>.

  • Sakura de Matilde Asensi.

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    En 1990, Ryoei Saito, un multimillonario japones, adquirio El retrato del doctor Gachet, de Vincent Van Gogh, en una subasta de Christie’s por la suma mas grande pagada hasta entonces por una pintura: 82,5 millones de dolares. El multimillonario fallecio poco despues y, con el, el cuadro desaparecio para siempre.

  • Descubriendo a Olympia de S. A. Kirchen

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    Si digo que mi vida es facil, miento. Si digo que todo me sale mal, miento. Si digo que puedo con todo, miento. Por lo tanto, miento continuamente. Sigo atrincherada dentro de mi talante borde y desabrido, para luchar contra mis propias inseguridades. Ese es el rasgo que mejor me define. Y si, ya no soy una adolescente regordeta acomplejada por mi fisico, sin embargo, asumo mi incapacidad de serie para congeniar con el sexo opuesto. O sera que busco el romance perfecto e imposible, o que me marco a fuego el aroma del ninato que me desvirgo con dieciocho anos. Empiezo a estar cansada de besar a principes para convertirlos en sapos. Empiezo a estar cansada de no sentir nada al besar dos veces al mismo sapo. Empiezo a estar cansada de no sentir nada…

  • Somos eternos (Trilogia Mi tarea pendiente 3), Marta Lobo de Marta Lobo

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    Si, parece que habia conseguido controlar mi vida, que por fin Nueva York era mi hogar
    y habia encontrado el amor, pero aquella punetera entrevista me hizo saber que no era asi.

  • Alma de Cristal de Rocio Manana Bouzon

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    Cuando Alma sabe que necesita un cambio de aires, huye de Madrid y se aventura a probar suerte en A Coruna. Una vez alli, el impulso de un nuevo comienzo hace que conozca a Sebas, un chico que, al igual que Alma, ha sufrido y no esta dispuesto a dejar que le hagan dano una vez mas.
    Una nueva ciudad, un nuevo destino y una persona desconocida en la que confiar.
    ?Pueden dos almas rotas estar destinadas?

  • Es facil dejar de fumar, si sabes como de Allen Carr

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    Reconocido mundialmente como el sistema mas eficaz para dejar de fumar, quien sigue el metodo EASYWAY no solo dejara de fumar de inmediato, sino que lo encontrara facil y disfrutara del proceso.
    Funciona para todos, incluso para el fumador empedernido. Cualquiera que siga sus instrucciones se mantendra como no fumador y estara feliz de serlo durante el resto de su vida.

  • Las dos muertes de Ray Loriga de Daniel Jimenez

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    En 2017, tras varios anos de silencio, Ray Loriga gana el Premio Alfaguara con su novela Rendicion. El escritor mas representativo de la nueva narrativa espanola de los noventa recupera de golpe la fama que habia ido perdiendo. El libro recibe buenas criticas y se agota la primera edicion, la segunda, la tercera. Ray concede entrevistas, bromea con los periodistas que le habian dado por muerto, acude como invitado a un late night. Luego viaja a Latinoamerica para promocionar su obra. La gira finaliza en Buenos Aires. Y alli, en un hospedaje del barrio de La Boca, aparece su cadaver.

  • Los juegos del jefe de Luis Avila

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    Vive la pasion de un romance explosivo.

  • No seras un extrano de Laura Merce

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    Una novela de corte senorial y drama romantico, donde las intrigas se conjugan con el amor y los inventos tecnologicos para pintar un cuadro vivido de Inglaterra y Francia a principios del siglo XX.

  • Volver a Assam (Aromas de te 3) de Janet Macleod Trotter

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    La India, 1933. Adela Robson es una adolescente que escapa de la escuela, decidida a perseguir su pasion por la interpretacion. En Shimla, la sede veraniega del Gobierno imperial, se entrega a cuantas diversiones ofrece la sociedad india de la epoca a una hermosa debutante. Pero cuando parece a un paso de alcanzar sus ambiciones, la joven llama la atencion de un apuesto principe, un juerguista encantador que dara al traste con sus suenos…

  • Esta princesa ya no quiere tanto cuento de Anabel Garcia

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    La vida parece divertirse poniendome en situaciones limite de las que no se como salir. Pero esta vez se trata de un gran dilema, pues mi camino se ha bifurcado de repente y me lo juego todo a cara o cruz.

  • Contigo es todo de Carmina D.

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    Odiaba esto. No habia nada peor que hubiera experimentado en toda mi vida que tener que visitar a mi hermano en el hospital. Ni siquiera sabia -nadie sabia- si Julian iba a salir adelante o no. Cada vez que venia aqui, era un gran signo de interrogacion sin respuesta aparente. Y aun con todo eso, amaba a mi hermano. Creia en el y queria que mejorara. Asi que segui viniendo a verlo, a pesar de que estar aqui era muy dificil, por no decir otra cosa. La vista del vestibulo del hospital se cernia sobre mi mientras la gente iba y venia, algunos en camillas y otros en sillas de ruedas. Julian no merecia este destino, no merecia tener que estar aqui. Mi hermano era grande, ruidoso y carinoso, era de los que hacia una broma de todo, su alegria llenaba los espacios, nada lo perturbaba, nada lo sacaba de su centro. No pertenecia a un lugar como este, sin importar cuan amables fueran las enfermeras o cuan vanguardista fuera la tecnologia. No deberia estar quieto, con tubos entrando y saliendo de el, luchando por su vida. Este no debia ser su destino. Pero lo era, y ese era un golpe demasiado duro para mi. Me trague mi depresion y reuni todo el coraje que pude, pero aun asi arrastre los pies cuando entre al hospital y volvi a subir a su habitacion por lo que me parecio la milesima vez. El ascensor hubiera sido mas facil, pero necesitaba mantenerme en movimiento hasta que lo viera. Los ascensores estaban empezando a sentirse un poco claustrofobicos. Llegue a su habitacion y atravese la puerta con determinacion y una actitud fabricada para disimular mi verdadero estado. --Julian, no creerias esta nueva…-- Su cama estaba vacia. Oh, Dios, ?que habia pasado? --!Enfermera, enfermera!-- Corri a la pequena estacion de enfermeras a unos pasos de la puerta de Julian. --?Que le paso a mi hermano? ?Por que no esta en su habitacion? --Oh, Mila, calmate--, dijo una de las mujeres, levantandose de su escritorio y abrazando mis hombros. Su tono y la forma en que me dio palmaditas en la espalda como si fuera una nina me hizo saber que todos aqui estaban hartos de la frecuencia con la que me asustaba y sobre reaccionaba. Pero no era algo que podia evitar, se me conocia por decir lo que pensaba y por estar un poco nerviosa e hiperactiva sin importar la ocasion, y ?quien podria culparme por estar preocupada en una situacion asi? Me alegre de que las enfermeras fueran amables, pero empezaba a darme cuenta de que les estaba poniendo los nervios de punta. --Esta bien--, continuo la enfermera. --Acaba de ser trasladado a otra habitacion del hospital. Respire un tembloroso suspiro de alivio y me limpie los ojos. Me llevo a otra estacion en un costado. Mientras yo me quedaba parada esperando, haciendo todo lo que podia para ser paciente -lo cual ciertamente no era mi fuerte-, ella hojeo algunos papeles y se puso a hacer clic en su computadora. Mila, deja de ser debil. Tienes que ser fuerte. Si algo hubiera pasado, habrian llamado a la familia. Respira. Julian estara bien. Luego podras reganarlo de nuevo por su molesta tendencia a dejar la tapa del inodoro levantada. -Me dije mentalmente para tratar de calmarme. Esto no era justo. Julian era un buen tipo, y un hermano increible aun que dejara el bano hecho un desastre. --Aqui vamos, esta en el ala norte del hospital, en la habitacion 24B. Te llevare alli. Puede ser confuso tratar de llegar a esa ala del hospital. Vamos carino. Ella me sonrio, su humanidad la hizo ver suave-o tal vez estaba feliz de deshacerse de mi- pero, de cualquier manera, yo estaba agradecida. Le devolvi la sonrisa. --Gracias. En el camino, la enfermera empezo a hablar de su familia. Supongo que fue para calmar mis nervios. Cada palabra que decia me entraba por un oido y salia por el otro. Trate de prestar atencion mientras ella me contaba algo sobre sus planes para el fin de semana, incluyendo una barbacoa familiar, y luego me pregunto cuales eran mis planes. Tuve una vision de tunel, pensando que estaria aqui todo el fin de semana, por supuesto. Todo lo que me importaba era mi hermano. Ya era bastante dificil que mama y papa estuvieran demasiado ocupados para venir a verlo. Pero si tuviera que cuidar de el yo sola, lo haria. El Senor sabia que me cuidaba con suficiente frecuencia, era un hermano muy protector conmigo. Y siempre necesitaba de el para sentirme mas segura de mis acciones, asi que, era habitual vernos juntos o que yo le pidiera consejos, sobre todo. --Bien, estamos en el ala norte, y su habitacion esta al final del pasillo. Avance rapido siguiendo la direccion que me indico, contando las habitaciones a medida que pasaba por cada puerta. Alli. Lo encontre. Le hice senas a la enfermera y ella se despidio con su mano antes de girarse para volver a su puesto. Tal vez nunca se habia enfadado conmigo, y todo estaba en mi cabeza. Parecia que me estaba volviendo loca debido a la ansiedad ultimamente. Tire de la puerta y entre. --!Julian! Ahi estas. No respondio. Sabia que estaba en coma, pero cada vez que hablaba con el, sentia que era mas cercana la esperanza de que se despertara y me contestara. Despierta, por favor, despierta pronto. Le limpie el pelo de la frente a un lado. Los moretones estaban bajando, y parecia tranquilo. Dijeron que no tenia ningun dolor, y me aferre a esa tranquilidad. Moriria si supiera que estaba sufriendo. Me acomode en la silla junto a su cama, poniendome comoda para una larga visita. --Asi que, queria que supieras que estoy probando algunos trucos con los tragos en la barra-- dije, tomando su mano. --Es en un club de striptease raro, pero no soy una de las chicas que baila. Lo juro. Su mano estaba caliente, un buen recordatorio de que estaba vivo y que aun podia volver a mi. --No gano dinero como ellas, pero la paga es decente y las propinas tambien. Pero tuve que dejar la universidad. El dinero ha estado un poco escaso en la casa. Pero volvere, ?de acuerdo? Asi que no me grites por abandonar. Es solo temporal. Le frote la mano y mire los monitores y las maquinas que estaban conectadas a el. --Estamos demandando a la persona que te choco--, continue, --pero los tribunales se estan tomando su tiempo. Hacemos todo lo que podemos. Pero estaras bien. Y si ganamos tal vez tengamos una casa mas grande y tu tengas tu propio bano para estropear todo lo que quieras-- Sonrei. ?A quien estaba enganando? No habia forma de que pudiera sentarme aqui y fingir que era la Srta. Risitas. Tenia un corazon, y estaba siendo apunalado repetidamente. Ojala hubiera podido evitar que saliera esa noche. ?Pero como iba a saber que lo iban a chocar? Comence a tararear y luego a cantar una cancion. --Don't worry, be happy... La cancion era tanto para mi como para el. Necesitaba recordarme a mi misma que preocuparse no servia de nada. Pero mientras continuaba cantando, no pude evitar sonreir nuevamente. Era raro tratar de no reirme en una habitacion de hospital, en una de mis horas mas oscuras. Sin embargo, tambien era gracioso que yo estuviera cantando, porque Julian siempre se burlaba de que yo no tenia oido para la musica. Cuando eramos pequenos me gritaba: <>, y yo seguia adelante, solo para seguir molestandolo, que era mi trabajo como su hermana. Era un juego que haciamos a veces, en largos viajes en coche cuando estabamos aburridos, o mientras pescabamos en el arroyo. Me decia que dejara de cantar porque ahuyentaba a los peces, decia que tendria que alejarse de mi porque mi voz era muy mala y le daria dolor de cabeza. O le diria a mama y papa que me echaran del auto por someter a todos a mi horrible voz. Aunque era una broma exagerada y desproporcionada, sabia que tenia razon, que no podia cantar para salvar mi vida. Pero ahora esperaba poder cantar para salvar la suya. Sabia lo ridiculo que sonaba, pero tenia que concentrarme en algo para no volverme loca. De repente, hubo algunos golpes suaves en la puerta. Me relampaguee -otra frase que Julian me decia que hacia mientras cantaba- y me di la vuelta para ver a un hombre de mediana edad con un traje de tres piezas entrando. --Tu debes ser uno de los Foster. Esta relacionada con Julian Foster, ?correcto? ?Como estas?--, pregunto. --Si, soy Mila. Su hermana. Y supongo que estoy bien.-- Mire hacia atras a Julian y a su gran cantidad de maquinas, queriendo preguntarle al tipo como pensaba que yo estaba, pero no dije nada. A veces se necesitaba todo lo que tengo para contener mis comentarios sarcasticos. --Lo siento, acabamos de mudarnos a esta ala--, le dije. --?Quien eres tu?. --Soy de la administracion del hospital--, hablo bruscamente. --Srta. Foster. Me gustaria que me diera mas informacion sobre el seguro de su hermano, si es que sabe. --Ya tienen su informacion-- Me puse un poco nerviosa --Lo se--, dijo, frunciendo el ceno, --pero ese seguro nos ha llamado recientemente, para decirnos que ya no podia cubrir sus necesidades medicas. Salte de mi silla. --!Eso es imposible! !Todavia esta en el seguro de nuestros padres! ?Que hay del hombre que lo choco? Tambien lo trajeron aqui, ?verdad? ?Por que no le preguntas a el?. El hombre reviso su portapapeles. --Lo siento, Srta. Foster. Pero el fallecio esta manana. No podia comprender porque estaba pasando todo esto, mi corazon comenzo a latir fuertemente en mi pecho, queria gritar y llorar, pero en el fondo de mi sabia que este no era el lugar para actuar de esa forma, y tampoco frente a mi hermano. Tenia que salir de aqui. --Permiso-- dije, mientras intentaba dar cabida al mar de emociones que tenia en mi pecho. El otro conductor habia muerto y yo lamentaba eso, por su familia, pero mi hermano estaba donde estaba por su culpa y eso no era todo, ahora resulta que el seguro no cubriria. Pase al lado del hombre y camine tan rapido como pude por el pasillo. ?Por que tuvo que pasar toda esta mala mierda? Este era mi hermano, un hombre bueno con todo el mundo y todo lo que le importaba al hospital era el maldito dinero. Me tope con gente, tropece con la pierna de una persona, pero no importaba el obstaculo que se interpusiera en mi camino para frenarme, tenia que salir de este hospital. No podia sentarme alli con Julian sabiendo que el pensaria que era una cuenta mas que teniamos que pagar. Que frivolo era todo cuando su vida estaba en juego y todo se resumia a la cantidad de dinero que podiamos conseguir. Por primera vez desde el accidente, esperaba que no pudiera oir lo que sucedia a su alrededor. No queria que se enterara de que no habia dinero para ayudarle a mejorar, porque entonces podria darse por vencido. Capitulo 2 Mila Cuando llegue a la parada del autobus, me puse a llorar. Saque mi telefono celular y a traves de mi vision borrosa, presione el boton de marcacion rapida para mi padre. --Hola, carino. ?Como estas?--, pregunto el. --!Papa! El hospital dijo que el seguro ya no cubre lo de Julian. Dijeron que el seguro lo dejo. Y el tipo que lo choco esta muerto. Suspiro, dejando un momento de silencio entre nosotros antes de responder. --Mila, querida, ya lo sabia. Estamos tratando de llegar a un acuerdo, tu madre y yo. Mi agarre alrededor del telefono se intensifico. --?Que? ?Lo sabias y no me lo dijiste?-- Mi voz temblo. --Lo visito todos los malditos dias. ?Soy la unica persona que viene a verlo y no me lo dijiste? --Mila, por favor--, dijo cansado. --Tu sabes... Colgue. Odiaba cuando mi padre tenia ese tono condescendiente, y sabia que no valia la pena pelear con el. Me dolio que no confiara en mi para informarme sobre las cosas importantes que pasaban, pero ya habia aprendido que no podia hacer nada al respecto. El autobus llego y abrio sus puertas. Lo mire en blanco. Todavia no podia superar toda la informacion, habia estado protegida por Julian y ahora estaba sin el, mis padres no me incluian en esto y mi hermano necesitaba dinero, necesitaba tener todas las condiciones para vencer a la muerte. Dios, todo esto era demasiado. Era una mujer adulta, pero siempre al alero de la proteccion de mi hermano. Nunca tuve la necesidad de enfrentar las cosas, de ser fuerte o de tener que solucionar algo tan grande. Me arrastre en el autobus y pase mi tarjeta de transferencia por la maquina. Mi cuerpo se sentia sin vida. Mi familia se habia desmoronado despues del incidente del coche, y estaba empezando a pensar que no iba a volver a se la misma nunca. En lugar de regresar a casa, me detuve en los servicios sociales locales y obtuve un monton de papeles que contenian informacion de lugares que ayudaban con las facturas medicas. Una breve resena, sin embargo, no hizo sino aumentar la tristeza y la perdicion ante mis ya terribles noticias. Medicaid no iba a cubrirlo, no podiamos permitirnos una nueva poliza privada, y las iglesias que estaban en la lista solo ofrecian atencion medica de hasta cien dolares. Tire los papeles y opte por ir caminando al trabajo para despejar mi mente. Todo va a estar bien. Julian podria despertarse y salir de esto. Siempre ha sido un bastardo con suerte. Realmente necesita hacer una de sus acrobacias mas grandes de la vida ahora. Estaba recordando cuando eramos pequenos y Julian me llevo a dar un paseo en la ATV de nuestro primo. Iba demasiado rapido y se estrello contra una valla. Ambos salimos volando del vehiculo, pero Julian permanecio ileso, mientras que yo termine en el hospital con un brazo roto. En ese momento, yo habia estado enojada con el por ponerme en peligro sin experimentar ninguna consecuencia. Siempre pense que nunca aprenderia. Pero ahora, mirando hacia atras, no puedo evitar sonreir un poco por su suerte, y espero que continue ahora en su edad adulta, cuando mas lo necesita. Diez minutos mas tarde habia llegado finalmente a mi trabajo, lo que me dio un poco de consuelo. Al menos tenia algo mas en lo que concentrarme. Tan pronto como entre en el bar, mi jefe me miro, levantando una ceja. --Bueno, hola, Mila. Llegas media hora antes. ?Puedo ayudarte en algo?. --Hola Sr. Eliott. Solo queria venir temprano--, le dije. --No tengo nada mas que hacer. --Hmm, bueno, esta bien. Sabes que no pago horas extras. Senalo con su cigarro, y unas cenizas cayeron al bar. Mi jefe era un tipo duro, por asi decirlo, al que le gustaba declarar con orgullo que se habia registrado en la ciudad con su bar de puros para obtener una licencia especial, para que nadie pudiera decirle que no podia fumar su cigarro en su propio establecimiento. Una tonteria que solo para el parecia importante. Agite la cabeza y busque un trapo para limpiar las cenizas. --Si, lo se. Trabaje en el bar, limpiando botellas y vasos de chupitos. Al Sr. Eliott no parecia importarle, siempre y cuando yo no fichara todavia. Una vez que mi turno comenzo oficialmente, comence a preguntar a los clientes que les gustaria beber. Al final de la tarde me acomode mientras caminaba de un lado a otro, sirviendo cerveza, mezclando cocteles y tratando de conversar un poco con los clientes. Era dificil en un lugar como este, donde el tipo de charla que querian hacer incluia las palabras: <<Muestrame tus tetas>>. Por mas que lo intente, no podia olvidar la situacion de mi hermano. La cara pacifica de Julian en mi mente me destrozo. ?Cuanto tiempo pasara hasta que lo saquen de la maquina? ?Podrian hacer eso? ?Era legal? No podia ver en que se diferenciaria esto de un asesinato si mi hermano moria por falta de dinero. Mientras mi mente se perdia en un monton de interrogantes, una de las bailarinas se sento en la mesa del bar y saco un fajo de billetes. Comenzo a contarlo, y no pude evitar mirarlo como si fuera un faro de luz. Sabia que ganaban dinero. Pero automaticamente lo asocie con la cantidad de dinero suficiente para pagar las cuentas medicas. --Karen--, le pregunte, dandole un trago de tequila, que sabia que era su favorito. --?Es eso lo que puede hacer una bailarina en una semana? Ella empujo sus labios a un lado, pensando, y lanzo su trago por la garganta. --En realidad no. Quizas si eres nueva. Hice esto anoche, estaba demasiado ocupada para contarlo. El Sr. E. saca doscientos por noche y nosotros nos quedamos con el resto. Se me salieron los ojos de las orbitas. --Espera, ?el se lleva doscientos y todavia te queda todo eso?. Ella se rio. --Si. Asi no tenemos que preocuparnos por un porcentaje. Mis ojos se detuvieron en el dinero por un segundo. Sacrificio. Fue lo primero que pense. Habia que hacer un sacrificio. Ahora, lo que pasaba por mi mente era una solucion a todos mis miedos. Yo sabia que tenia que hacer algo y justo ahora esta en mi mesa la respuesta. Al menos esta era la unica solucion rapida que tenia en mis manos. Sin pensarlo mas y convencida por la cantidad de dinero que vi en las manos de Karen. Le di un ultimo trago a cuenta de la casa y fui a la oficina del Sr. Eliott. --Oiga, ?jefe?-- Le pregunte, espiando con mi cabeza en su oficina. --Adelante, Mila. Entre y me sente frente a su pequeno escritorio. --?Que pasa?--, pregunto. --Sabia que algo te pasaba hoy. --Quiero ser bailarina-- solte. Lo dije con prisas, antes de que pudiera cambiar de opinion. --?Quieres bailar para mi?-- Sonrio y se volvio a meter el cigarro en la boca. --Ya era hora de que me lo pidieras. ?Quieres saber cuantos hombres han preguntado si ibas a salir de detras de esa barra y subirte a un poste? --Tal vez prefiera no saberlo… Pero me encantaria empezar cuanto antes. Esta noche si usted quiere. Se levanto e hizo un gesto para que lo siguiera. Me llevo a otra parte del edificio en la que nunca habia estado antes; era el area de las bailarinas. Habia armarios y mucho espacio en el mostrador con espejos en la parte superior, con el maquillaje derramandose sobre todas las superficies. Los diminutos y brillantes pedazos de ropa que llevaban estaban colgados en bastidores, asi como colgados en las sillas. Los que ya habian usado en el escenario habian sido claramente arrojados a favor de un nuevo atuendo, y llenaron el piso, junto a toneladas de tacones altos. Quiero enfatizar, tacones muy altos. --Vistete con la menor ropa posible, puedes usar cualquier cosa aqui. Ya que eres nueva, me quedare con el 15% hasta que des un paso adelante y mejores. Me agarre a mi camisa. --Gracias, Sr. Eliott. Realmente aprecio esto. Asintio con la cabeza. --Dime, siempre has sido la dulce chica de modales suaves aqui, la chica a un costado y todo eso, ?que te hace querer hacer esto? --Bueno, el seguro medico para mantener a mi hermano en el respirador dejo de cubrirlo, asi que…. --Ya veo-- Agito la cabeza, su cigarro se tambaleo de un lado a otro. -- Malditos hijos de puta codiciosos. Les gusta recaudar dinero, pero no quieren pagarlo. Mi abuelo fallecio asi--, me dio una palmadita en el hombro. -- Estaras bien. Sal y baila un poco. Eso te ayudara a alegrar tu estado de animo y a llenar tu cuenta bancaria. Y la suya tambien. --Gracias, Sr. Eliott. Se fue a su oficina y yo me quede quieta en medio de la habitacion como un poste fuera de lugar. --Esto es muy poco--, murmure para mi misma, recogiendo una tanga. Pero no era diferente a un traje de bano, ?verdad? Bien, sigue diciendote eso…. --Hola, ?que haces aqui atras?-- pregunto Karen, apareciendo detras de mi. --Ahora soy bailarina--, dije, encogiendome un poco de hombros. --?En serio? ?El Sr. E. te dejo entrar, asi como asi? Vaya, que rapido. Me hizo una audicion para el y me dijo que engordara un poco. Dijo que a los chicos de aqui les gustan las mujeres con carne en los huesos y que yo era demasiado flaca. Que maldito, ?verdad?-- --Si, eso es grosero--. Respondi con autentica empatia. Me senti mal por ella. Pero por una vez, ese peso extra que nunca pude bajar parecia haber funcionado a mi favor y no en mi contra. Karen se sento en su estacion de maquillaje. --No importa. Nunca subi de peso porque mi metabolismo es bueno sin importar cuantas hamburguesas coma.

  • El viajero de Joaquin Ortiz Sanchez

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    A JM le encanta su trabajo, viajar en coche le apasiona, conocer nuevos lugares, nuevos destinos. A veces los caminos nos llevan a bonitos parajes llenos de secretos, secretos ocultos que esperan ser descubiertos para crear el caos.

  • El premio de Brenda Joyce

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    “Devlin O'Neill, celebre capitan de la Marina Real britanica, vive consumido por el deseo de destruir al conde de Eastleigh, el hombre que asesino brutalmente a su padre. Tras llevarlo al borde de la ruina, aguarda el momento de asestarle el golpe de gracia. Y su oportunidad se presenta en forma de una impetuosa joven americana, sobrina del conde, que esta dispuesta a hacer estallar en llamas su vida fria y calculadora.

  • Encaje de dos orillas de Mirta Perez Rey

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    En esta novela, Mirta Perez Rey va bordando exquisitamente la distancia entre Espana y Argentina y despliega ante nuestros ojos las voces de estas mujeres inolvidables cuyas vidas, tan semejantes a las de nuestras tias, madres o abuelas, estan hechas con la misma madeja fragil y preciosa con la que se bordan los suenos.

  • Mi guardaespaldas de Carolina Paz

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    Lukas Parker es el negociador del equipo SWAT de la ciudad de Los Angeles, pero un acontecimiento inesperado hace que se aleje de su unidad por un tiempo y que decida aceptar un trabajo como guardaespaldas.
    Asi es como llega a trabajar para la familia Cross los cuales estan siendo victimas de una serie de ataques en su contra. Su mision, cuidar la vida de Nicole Cross.
    Desde el primer dia en que la ve, Lukas sabe que esta mujer le pondra el mundo de cabeza, aunque trate de ser lo mas profesional posible y no dejarse dominar por lo que comienza a sentir luego de conocer un poco mejor a su protegida.
    El esta ahi para protegerla, no para involucrase mas alla con ella y se llama a la cordura diciendose que, algo entre dos personas de mundos tan distintos, no puede ser.
    Un suceso pone en riesgo la vida de Nicole y Lukas sabe que todo lo que se diga para mantener sus sentimientos a raya no vale de nada. El tiene que salvarla, aunque en el camino tenga que dejar su corazon.
    ?Podra Lukas llevar a cabo la mision mas complicada de su vida?

  • Bosque Negro de B. J. Castillo

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    Hannah convence a sus amigos de acompanarla a una inolvidable aventura en el sombrio y enigmatico Black Wood. Si bien, para conseguirlo tuvo que guardar silencio sobre el aciago pasado del bosque. Una vez en el, no tardan en descubrir que no estan solos, y que sus vidas corren peligro. Entretanto, Jeff Harcourt, detective de la policia de Salem, Oregon, debera investigar el desvanecimiento de seis jovenes dentro de los limites de Black Wood, que goza de una siniestra reputacion como escenario de misteriosas desapariciones y asesinatos que jamas fueron resueltos.

  • Sexo, Orujo y Flamenco (Las Mujeres Gonzalez 1) de Katy Molina

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    Carmela es una joven muy vainilla en el ambito sexual que descubrira un mundo con el sheriff Bruno y hara que se plantee su modo de vida.
    El dolor por la perdida de un ser querido la llevara a Nueva Orleans a unificar las raices familiares que perdio en el pasado e ira descubriendo los secretos que guardan sus tres tias mellizas, prima y hermana.
    Haran una pina y volveran a sentirse una familia cuando descubran que el demonio es de carne y hueso y duerme bajo el mismo techo. Las chicas Gonzalez nacen con un sexto sentido, premoniciones y visiones con el mas alla, que seran la clave para resolver el enigma que mantiene a Ursula, la hermana mayor de Carmela, alejada de la familia.
    Nada es lo que parece y todo es como esta escrito.

  • Un atico con vistas de Eleanor Rigby

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    ?Quien dijo que era necesario salir de casa para encontrar el amor?

  • El rastro de un susurro (Asesinos e hijos de la luz 1) de M. Markusen

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    Desde las profundidades de un inmenso acantilado espero la venida de mi inevitable destino. El mar infinito se extiende sobre los restos de un ejercito de amantes desesperanzados que, a lo largo de los tiempos, han entregado sus almas al dios del abismo como sacrificio. Como ellos, le regalo mi existencia a una inevitable muerte que me observa acariciando su guadana. Cientos de gotas de lluvia sacian su lujuria sobre mi piel y me refrescan de una forma deliciosa. Me ilusiona pensar que disfruto de un intenso placer entre tanto dolor, pero no puedo estar mas equivocado, ya que una tras otra, titanicas olas se esfuerzan por expulsarme de su territorio. Trago agua, escupo agua. La tormenta crece y el mar se agita con rabia. Mi mano izquierda, aferrada a una roca con toda su fuerza, pierde demasiada sangre. La derecha, bajo la espuma del mar retiene a un par de dedos que no me pertenecen y conecta nuestros latidos con ferocidad. Apoyo mi suela sobre la cabeza del propietario de los dedos y hago fuerza para hundirlo en las profundidades. Puedo sentir como se ahoga lentamente. Su sufrimiento se agrava, luchando por sobrevivir, agita mi pierna con ambas manos. Decenas de burbujas escapan de sus pulmones y suben a la superficie. Mi victima no tiene ninguna posibilidad de escapar. Cuento mentalmente los segundos que han pasado desde el inicio de sus clases de buceo involuntarias. Noventa y uno, noventa y dos, noventa y tres... El desgraciado es bueno, pero no es inmortal. Tomo oxigeno profundamente, lo expulso gradualmente y le digo a mis remordimientos que acepten ser los responsables de despojarle de la vida. Puedo explicar mi falta de empatia hacia el; durante dias he matado a mi enemigo de terribles y grotescas formas entre la soledad de mis pensamientos. ?Como me siento? Con escalofrios emocion y nervios; perdiendo la virginidad. La tormenta se hace mas intensa y levanta olas mas altas. Ciento siete, ciento ocho, ciento nueve... Mi acompanante apenas se mueve. La muerte se esta apoderando del escaso oxigeno que perdura en el interior de sus inundados pulmones. Un poco de tierra humeda se desprende de mi mano como la suela de una zapatilla de imitacion y pierdo el equilibrio. Me golpeo la barbilla accidentalmente contra una piedra afilada. Sangro. Vuelvo a apoyarme en un pequeno saliente y consigo mantenerme a salvo lo mas rapido que puedo. Miro al cielo y contemplo la colosal roca que descansa sobre mi. Es imposible trepar a traves de sus brazos, tengo que hacerme a la idea. Mi invitado deja de moverse al fin, eso me reconforta. Suelto su mano y su cadaver se hunde muy docilmente en la oscuridad, alejandose de mi vista. Sin una segunda oportunidad; sin solucion ni vuelta atras. Suenos y susurros, buscandome noche tras noche... Suenos y susurros... 1 Alan Brody El origen de todas las grandes tragedias ?Por que a mi? No puedo creerlo. ?Esto es real? Mi credulidad descansa apaciblemente sobre un lejano horizonte perdido en otro mundo y aun asi no puedo evitar darme cuenta de la realidad de la situacion. El sufrimiento que aflora de mi interior es inmenso e insoportable. Todo espiritu tiene un limite marcado por una linea y cuando la agonia la sobrepasa, la cordura emprende una muerte lenta y la locura renace como una raiz en el cerebro que crece despacio, controlandolo todo poco a poco. Dios misericordioso, eres incapaz de imaginarte lo mucho que ahora te odio. Calentado por una pequena manta y en mitad de la noche observo bajo la seguridad de la parte trasera de una ambulancia como, en el exterior, el fuego purifica mi casa y la transforma en polvo gris. Un dios arroja incontables lagrimas sobre el mundo que aplauden al tocar el suelo y empapan a los curiosos que se amontonan tras un muro resguardado por policias. Mis padres compraron la hermosa montana de ladrillos que arde meses antes de mi nacimiento. Dos pisos rebosantes de una independencia lo suficientemente solida como para dar refugio a una pequena familia y a su felicidad durante muchos anos. El exterior esta, o quizas deberia rectificar y decir estaba, decorado con un delicado y minusculo jardin donde se podian almacenar un par de matorrales, ni uno mas. Mi madre siempre me solia decir que plantar un punado de flores a lo largo de toda nuestra vida no iba a cambiar el mundo, nuestros actos tenian que ser mas intensos para dejar una huella en los demas; opino que algo es algo, ?no? Decenas de residencias perfectamente simetricas a la mia abrian un largo circulo lunar que llegaba hasta el horizonte. Las paredes eran gruesas e impedian que alguno de mis vecinos se enfadase por escucharme improvisar un estornudo o por ir al bano a altas horas. En las noches mas iluminadas se podia ver al final de la carretera el reflejo de las luces de los edificios altos que estaban en el centro de la ciudad. Mis padres trabajaron muy duro durante muchos largos y pesados anos para conseguir quitarse de encima la asquerosa deuda de la casa. Ambos murieron en un grave accidente de trafico durante un viaje que hicieron por sus bodas de plata y al ser hijo unico no tuve problemas para repartir la herencia entre uno solo. Al principio disfrute de la soledad, pero con el tiempo la casa se hizo cada vez mas grande, hasta que conoci a Judith y la comparti con ella, con el amor de mi vida, el mismo amor que estoy viendo en este instante salir por lo que queda de la entrada principal de mi casa metida dentro de una bolsa de plastico negra para cadaveres. Si, es real. Ahora no tengo con quien dormir ni donde hacerlo; solo una pequena manta sobre mi espalda se ha quedado conmigo. Mi vieja vecina, como es costumbre en ella, me observa desde la seguridad de su solitaria morada de piedra. La anciana nunca aparta sus brillantes ojos de los movimientos de los demas residentes en ningun momento para contarselos a su almohada. Maldita seas un centenar de veces. --Entra en tu cueva y vuelve a quedarte a solas con tus gatos, insolente y nauseabunda vieja arrugada. --susurro. Los bomberos corren de un lado para otro, esforzandose por eliminar los ultimos vestigios del fuego que aun permanece latente. Ya no queda nadie dentro asi que pierden el tiempo. ?Un gato quizas? Imposible, los odio y no recuerdo el motivo, pero los detesto y los temo. Lloro... lloro en soledad. Unifico todos los lamentos de mi vida y los expulso como uno solo, fuerte y uniforme. Segun avanza el tiempo, las sirenas inician el cese de su canto y las voces de los bomberos se silencian, un simbolo indudable de que su trabajo esta llegando al final. He intentado salvarla con todas mis fuerzas, lo juro por dios, pero no han sido las suficientes. Tendria que haber sido mi turno... En mi cabeza veo su cuerpo envuelto entre intensas llamas, retorciendose de un lado para otro; es ciertamente una escena insufrible, una pesadilla perfecta. Un hombre entra en la parte trasera de la ambulancia en mitad de mi lamento. Viste un elegante traje negro y lleva puesta una reluciente corbata gris, todo recien lavado y planchado, un uniforme demasiado refinado para pertenecer a un simple agente, debe tratarse de un oficial. Sus mejillas rebosan cicatrices y su cuerpo desprende un aroma a cerveza repugnante, similar al de un maton barato. En su mano derecha sujeta una carpeta plana y un boligrafo atado con un nudo simple cuelga de esta. Se sienta frente a mi y cierra la puerta del vehiculo con suavidad. Fuera llueve tan intensamente que al quedarnos solos lo unico que escucho es el traqueteo de las gotas rebotando sobre el techo. --Menuda tormenta, ?no le parece? --me pregunta. ?Como le puede hacer esa pregunta a un hombre que acaba de perderlo todo? Me hace pensar que es imbecil y que ha conseguido el puesto de oficial... bueno, ya os imaginais como. --No me habia dado cuenta, estaba mas pendiente del olor a quemado de los restos de mi mujer. --respondo. --Obviamente. Disculpeme, senor Brody. ?Que tal se encuentra?, ?tiene alguna herida? --estoy trastornado y en estado de shock absoluto, lo cual es algo razonable y logico teniendo en cuenta el drama que estoy atravesando, pero guardo silencio; no me veo capaz de contestarle cortesmente --Lo que ha hecho usted ha sido muy valiente, aunque muy arriesgado para su vida. Comprendo su reaccion a la perfeccion, senor Brody, yo habria hecho lo mismo por mi esposa si se hubiera visto envuelta en algo similar, pero tiene que comprender que salvar a una persona retrasa el rescate de otra, ?lo entiende? --?Insinua que ella ha muerto por mi culpa? --le pregunto muy enfadado. El oficial suspira. --No, usted se confunde, nada mas lejos de mi intencion el ofenderle, pero si no hubieramos entrado a sacarle a usted todo se habria agilizado mas y... bueno... ?Comprende lo que le intento decir, senor Brody? Quiero partirle su boca diente por diente y mostrarle el resultado tras una larga sesion fotografica, pero me contengo. Demasiado estres por hoy. --Por supuesto que lo comprendo, --miento --sin embargo, solo me he dejado llevar por el instinto, sin importar las consecuencias en lo mas absoluto. Por mucho que usted me diga que lo entiende, estoy convencido de que no es asi. Medito durante un pequeno instante y mi vigilante respeta mi deseo sin pronunciar palabra alguna. Los ojos de Judith, el amor de mi vida, resaltan entre la oscuridad de mi interior, volando libres a traves de mi dolor. --Lamento mucho lo sucedido, sinceramente. Se que no es el mejor momento para hacer esto, pero tendra que contestarme a unas preguntas. --interrumpe mi meditacion. Mas lagrimas se deslizan a traves de mis mejillas. --Pregunte lo que quiera. Ayudare en lo que pueda, le doy mi palabra. --cedo. Da unos ligeros toques en su libreta con el boligrafo. --?Donde estaba usted cuando se inicio el incendio, senor Brody? --inicia el interrogatorio. Seco mis lamentos con la manta que me han prestado. --Trabajando. --contesto --Soy camarero en un restaurante cercano desde hace dos anos, mas o menos. Justo cuando llegue a casa al terminar mi turno, el fuego estaba muy avivado y los vecinos acababan de llamarles a ustedes. Ninguno de ellos tiene mi telefono y no pudieron comunicarse conmigo. Intentaron evitar que entrara en la casa cuando me vieron correr hacia la puerta con un ataque de panico; no lo consiguieron, ya lo sabe. --?Puede probarlo? --me pregunta. Me doy cuenta del rumbo que estan tomando sus preguntas. --Hay camaras de seguridad en el local, si pide las grabaciones a mi encargada seguro que se las mostrara sin ningun inconveniente. Mis companeros tambien me vieron trabajando, pregunteles a ellos. --le explico. --?Garantiza que todos dirian lo mismo? --Bueno... siempre hay algun gilipollas, como en cualquier parte, ?no? En nuestro trabajo todos tenemos a un insoportable, vago, sucio y prepotente companero capaz de amargarnos el dia y al que es mejor ignorar por completo. Se convierte en una excusa para arrojar el despertador con furia contra la pared al apartar las sabanas para levantarnos. No lo hagas contra el suelo si lo que pisas es parque de calidad, no hace falta ser tan estupido. Inexplicablemente, a el lo ascienden antes que a ti. --Tras revisar las escrituras he comprobado que usted es el unico propietario del inmueble incendiado, ?no es asi?

  • Las Alas de la Esfinge de Andrea Camilleri

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    Despues de lo acaecido en Ardores de agosto, la relacion entre Montalbano y Livia ha dado un giro tan pronunciado que Salvo se encuentra sumido en un mar de dudas, presa de un profundo desasosiego que el paso del tiempo no parece sino agravar. En tal estado de animo se encuentra el comisario cuando una llamada de Catarella lo obliga a zambullirse en la investigacion de un crimen. Ha aparecido el cadaver desnudo de una joven, y la unica pista sobre su identidad es un tatuaje en la espalda que representa una pequena esfinge, una mariposa nocturna. Con el buen pulso al que nos tiene acostumbrados, el escritor siciliano vuelve a poner el foco en la inmigracion ilegal y la explotacion que conlleva para mostrarnos, una vez mas, la turbia idiosincrasia en la que se asienta nuestra sociedad, con la doble moral como bandera y la complicidad del poder politico, el economico y el mediatico como sosten de los mas variados entramados, tan lucrativos como abyectos. Andrea Camilleri sigue dibujando con trazo fino los desvelos de su famoso personaje, en pleno debate amoroso y existencial. Sus teatrales excesos y geniales estrategias para sonsacar informacion forman parte de su persona tanto como su sabiduria de zorro viejo, su sentido del humor o su golosa sensualidad.

  • Contrapunto de Elizabeth Farinango

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    “Contrapunto” es una novela romantica que en su primera edicion te trae una historia donde los finales felices no son los que podrias imaginar. Adaptada al tiempo moderno, en varios escenarios de Estados Unidos, Inglaterra y otros paises del mundo, esta novela promete cautivar tu corazon de una forma pletorica e impredecible.

  • Su cancion de Rose B. Loren

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    Anabel es una joven sonadora espanola afincada en Canada. Tras terminar sus estudios financieros acepta el trabajo de ninera que le ofrece un reconocido compositor de fama mundial, que abandono su carrera tras la muerte de su esposa y que actualmente dirige la empresa familiar.

  • Sincronicidad de Carl Gustav Jung

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    Carl Jung define la <> como <>. Lo que distingue una sincronicidad de sucesos sincronicos normales es la existencia de un significado subjetivo comun que inevitablemente interpreta el sujeto que la experimenta. Se trata de una teoria que descarta el principio de causa-efecto del paradigma moderno y, al mismo tiempo, es una teoria antimaterialista, puesto que se centra en una experiencia subjetiva que engloba alineamientos supuestamente <> de sucesos.
    Durante su vida, Jung vivio constantes sincronicidades tanto personalmente como en la vida de pacientes de psicoanalisis. En un determinado caso, una paciente excesivamente <> sonaba constantemente con un escarabajo dorado. Jung no podia avanzar en el psicoanalisis con ella debido a la resistencia de un modo de pensar demasiado cerrado. Sin embargo, un dia, tras relatarle la paciente otro sueno, sono un golpe en la ventana, Jung la abrio y en la habitacion entro precisamente un escarabajo verde dorado que se poso sobre la mesa. La mente de la paciente no volvio a oponer resistencia al psicoanalisis.
    Las sincronicidades suelen suceder con mayor profusion en periodos de transformacion: nacimientos, muertes, enamoramiento, psicoterapia, obra creadora intensa, cambio de profesion... En palabras de David Peat, <energia mental se propagase hacia afuera en el mundo fisico>>.

  • Entender la Rusia de Putin de Rafael Poch-de-feliu

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    La Rusia poscomunista y el particular regimen del presidente Putin, su nacionalismo, su critico desden y desconfianza hacia Occidente y su cinico escepticismo hacia los valores reclamados como <>, asi como el considerable consenso que todo ello tiene en la sociedad rusa, no se comprenden sin atender a los anos noventa, a la forma y los motivos que llevaron a la autodisolucion de la URSS por sus propios dirigentes, y al rasgo central que esa decada imprimio en la conciencia social y nacional de los rusos: la humillacion.

  • Max & Suhail de Tatiana M. Alonzo

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    Max y Suhail se aman, pero el espera en un aeropuerto mientras ella esta a punto de casarse. Ambos tienen mucho que contar sobre los acontecimientos que los trajeron a este punto. Se conocen desde ninos, se enamoraron desde muy temprano, ?que paso a traves de los anos? ?Por que se separaron? Cada uno tiene su version.

  • 7 things de Natalia Olmedo

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    Ariadna se siente enjaulada bajo la obsesion de su madre por las apariencias y el protocolo.
    Rodrigo tiene un sueno: conquistar a Ariadna.
    Los destinos de ambos se cruzan para ponerlos a prueba.
    ?Sera el amor tan fuerte como para superar todo tipo de adversidades?
    Adentrate en esta intensa historia de amor donde nada es como te esperas y la musica tiene un papel protagonista en la vida de Ariadna y Rodrigo.
    ?Te atreves?

  • Mi Nombre es N de Robert Karjel

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    Ernst Grip, miembro del Consejo de Seguridad sueco, ha sido convocado en Nueva York, pero ignora por que. La agente del FBI Shauna Friedman esta alli para recibirlo, quiere que hable con uno de los prisioneros en una base militar secreta, pero ?por que Grip tiene la sensacion de que esta siendo interrogado? El prisionero, conocido como N, es sospechoso de haber perpetrado un ataque terrorista pero nadie sabe quien es o para quien trabaja. Sin embargo, N no es el unico que guarda secretos. Entre N y Grip existe un peligroso vinculo que los une irremediablemente, y tendran que aprender a confiar el uno en el otro si quieren mantenerse con vida.

  • Un Tren al Pasado de Rachel B. Miller

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    Sam Carter y Jennifer Van Hoydon pertenecen a mundos opuestos. Ella es una emergente modelo del mundo de las pasarelas, y el un fotografo de una modesta agencia de publicidad, hasta que un dia sus destinos se cruzan en una fiesta en el Upper East Side.
    Desde ese momento Sam sera incapaz de apartarla de su pensamiento deslumbrado por su exuberante belleza, y emprendera una trepidante busqueda por Europa en un viaje repleto de intriga y pasion.

  • No lo revelare (Rebeca Olsen 3) de Raul Garbantes

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    ESPELUZNANTE TRIPLE HOMICIDIO cometido por el <>. La familia Donovan ha sido hallada asesinada en su propia casa. Michael (55), Mary Ann (54) y Clare (30) fueron asesinados en el comedor de la residencia ubicada en Georgetown, en una tranquila calle llamada Oliva, frente al sendero boscoso que conduce al rio Potomac. El hecho ha dejado desconcertado al Departamento de Homicidios de Washington, y todo apunta a que el FBI se encargara de la investigacion. Melany Hunt, vecina y amiga de los Donovan desde hacia diez anos, noto que la puerta de la casa estaba abierta y se extrano porque <>. Esto hizo que sospechara algo malo y llamo de inmediato a la policia. En pocos minutos llego una patrulla. Los uniformados, al no obtener respuesta, ingresaron a la vivienda, y al entrar al comedor se encontraron la dantesca escena. Los cuerpos de Michael, Mary Ann y Clare se hallaban atados de pies y manos, y dispuestos sobre las sillas del comedor en torno a la mesa. Habian sido degollados. Estaban volcados hacia delante de forma tal que las cabezas descansaban sobre los platos ensangrentados. El mantel blanco estaba empapado de la sangre de las victimas, asi como las servilletas, la tapiceria de las sillas y la alfombra. Lo mas aterrador es que sobre los platos tambien habia un trozo de pastel <> puesto sobre la sangre. Melany Hunt ha declarado que los Donovan no tenian enemigos, que eran unas maravillosas personas, amigables y alegres, y que nunca se entrometian en las vidas de los demas. Que llevaban mas de veinticinco anos viviendo alli y eran apreciados por todos los vecinos. El inspector encargado del caso no quiso dar declaraciones a la prensa, pero informo que esperan la colaboracion del FBI. Es la primera vez que en el barrio de Georgetown sucede algo como esto. Hace veinticinco anos, y tambien para epoca navidena, esa misma calle vivio un hecho tragico; una mujer llamada Elizabeth Sullivan, en un descuido, dejo la puerta de la terraza abierta y su hijo, un nino de tres anos, cayo en la piscina y se ahogo. La mujer y las dos hijas --quienes eran mayores que el chico-- se fueron a Canada, y la casa numero 1225, ubicada en el cruce de las calles 27 y Oliva, nunca volvio a ocuparse. Para los vecinos, la vivienda de Elizabeth Sullivan era el recordatorio constante de la tragedia y algunos de ellos se mudaron, pero los Donovan no. Ahora, este nuevo suceso ha venido a ensombrecer la apacible vida de la calle Oliva. <>, dijo, entre lagrimas, Melany Hunt. Helen Stone, otra vecina, recien llegada a la ciudad, cree que la calle esta maldita y habla de rescindir el contrato de alquiler del inmueble ubicado justo del otro lado de la casa de los Donovan. <>, afirmo con vehemencia. La ciudadania espera que las autoridades atrapen al asesino, que ha sembrado el panico en uno de los barrios mas emblematicos y visitados de Washington. 2 DESPUES DE LOS sucesos en la isla Royale me aceptaron en la organizacion, asi que debia ser paciente y esperar a que me involucraran en los casos que ellos considerasen. Mientras tanto, continue investigando en las redes sociales y haciendome pasar por personas ficticias para contribuir a identificar los niveles medios y altos de la Black Key. Logre que se pusieran tras la pista de varios delincuentes gracias a mis investigaciones. Volvi a Washington para celebrar la Navidad. Necesitaba descansar y vivir unos dias de tranquilidad en casa, con mis padres. Habia prometido a Rose no contarles nada hasta que ella lo decidiese. Ahora me comunicaba con mi hermana una vez a la semana y, aunque no me aclaraba donde estaba y nuestras conversaciones duraban solo cinco minutos, me sentia feliz porque la habia recuperado. En resumen, estaba satisfecha de mi misma, y muy animada llegue en la manana a la casa de mis padres en Arlington, el 21 de diciembre. Ellos volverian de su viaje a Europa al dia siguiente, asi que tenia unas horas para comprarles los regalos y acomodarlos bajo el arbol antes de que estuviesen en casa. Unos dias despues se juntaria con nosotros Gary. Mis padres aun no lo conocian, aunque ya les habia hablado de el y sabia que mama se moria de la curiosidad por verlo. Pero la noticia que lei aquella manana al llegar a la casa me dejo inquieta. Tanto que la sensacion de desasosiego me acompano durante todo el dia y no me dejaba dormir aquella noche. No solo por lo espantoso que era imaginarse a esas tres personas asesinadas y acomodadas de esa manera, como si estuviesen cenando, sino porque yo los conoci de chica. Ellos vivian en la calle Oliva de Georgetown y alli tambien vivimos mi familia y yo hace veinticinco anos, cuando tenia cinco. Mis padres rentaron a un precio muy bajo la casa que habitamos por poco tiempo. Esa calle, que era como la muestra de esas cosas que estan en medio de un lugar totalmente diferente, estaba en Georgetown, pero, a pesar de eso, parecia que se encontraba en medio del bosque. Como si estuviese en una montana, y lo ironico era que apenas a pocos metros estaba la calle M, tan llena de tiendas, cines y de turistas. Se trataba de una callecita perpendicular interrumpida por el sendero boscoso llamado Rock Creek, que daba al rio Potomac. Todos deciamos que viviamos cerca de la calle M en lugar de en la <>. Es que casi nadie la conocia. Las unicas casas cuyo frente daban al sendero eran la nuestra, la de Susy Graham, la de Jenny Sullivan, la de los Donovan y la del senor Piketty. Este ultimo me daba miedo. Era un personaje siniestro, al menos para mi. Se la pasaba caminando por el sendero cubierto de nieve, entre los arboles, con un palo en la mano y mirando a todos lados, como si quisiera atacar a alguien, pero a la vez sonreia. Creo que fue mi primera idea de la locura. Hasta se me parecia al Guason, porque tenia los labios muy grandes y las cejas finas y arqueadas como un payaso. Una vez discutio con mi padre y recuerdo que, aunque el es un hombre tranquilo, me di cuenta de que en esa oportunidad estuvo a punto de perder los estribos. Recuerdo unas palabras sueltas que pronuncio Piketty: <>, <>, decia el, y mi padre lo contradecia, molesto. Susy, Jenny y yo eramos inseparables y ademas teniamos un juramento, aunque nuestra amistad solo durara unos pocos meses porque muy pronto nos fuimos de Georgetown. Era la Navidad del ano 1994. <>, me dijo Susy un dia en secreto. Despues de eso no volvi a ver a Jenny Sullivan y nadie me explico por que. Recuerdo a Susy con un abrigo azul claro y una gorrita blanca, dandome la noticia. Es muy extrano, porque aunque no puedo recordar el rostro de Susy, me acuerdo de como vestia aquel dia. Y tambien de una cicatriz que tenia en la mano por una mordida del perro de los Donovan. Lo unico que recuerdo de Jenny era que no podia estarse quieta y que le encantaba tocar los objetos que mama tenia en casa. Casualmente, en la cena de Accion de Gracias de este ano, antes de que mis padres se fueran de viaje, me contaron algo inesperado en relacion con esos tiempos: el hermano de Jenny se ahogo alli en su casa y su mama, Jenny, y su hermana Natalie --a la que pocas veces vi y no recuerdo casi nada-- se fueron desoladas a Canada. Despues se fue Susy de la calle y al poco tiempo nosotros. Esa era la misma Elizabeth Sullivan que el periodico mencionaba. Las veces que trate de recordar como eran mis dos amigas, las imagenes que me venian a la mente eran efimeras y pobres. Pero ahora, con esta noticia, todo adquiria un tono agrio y espeluznante. Porque Clare Donovan nunca quiso juntarse con Susy, con Jenny y conmigo, y ahora alguien la habia degollado. Era solo un ano mayor, pero no le gustabamos, ni ella a nosotras. Creo recordar que una vez --al principio-- la invite a jugar en el patio de casa y ella sonrio, dio la vuelta y se alejo sin decir una palabra. Una de ellas, o Susy o Jenny, me dijo que no le prestaramos atencion nunca mas porque era una <>. El asesino del <> la habia matado en su casa, en la misma calle Oliva, que era el lugar de mis recuerdos mas confusos

  • Carlota y el cactus de color rojo de Andrea Longarela , Neira

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    Carlota lleva una vida tranquila. Esta terminando sus estudios de Periodismo, vive con su madre y pasa el rato con su amigo Basil. Tambien fantasea de vez en cuando con su profesor favorito y evita pensar en unos ojos azules con los que se cruzo hace ya muchos anos, en un pasado que prefiere olvidar, aunque lo recuerde cada dia cuando despierta.

  • Malditamente Sebas, Mary Ferre de Mary Ferre

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    Sebas Trumper vive consternado y encerrado en una rutina absurda desde hace cinco anos tras la marcha del amor de su vida. Se abandono como hombre ausentandose de la realidad y se perdio en el recuerdo eterno de la chica que un dia le dijo adios. Afronta la soledad a su manera convirtiendose en alguien que odia ser, sin preocupaciones, sin sentimientos y sin nada por lo que luchar. El vacio de su corazon es meramente una excusa mas para seguir sobreviviendo hasta que un dia el destino quiso devolverle lo que siempre habia deseado, a la mujer que le llevo al infierno y le volvio a subir a las estrellas.

  • El fin de Oz de Danielle Paige

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    Basada en El mago de Oz, llega la cuarta y ultima entrega de esta serie juvenil best sellerinternacional.

  • Quedate 4 de Lily Perozo , Lina Perozo Altamar

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    Fransheska Di Carlo, siempre sono con encontrar a su principe azul, ese hombre que apostaria todo por ella y la hiciera vivir un mundo de ensueno. Y este parece haber llegado en la figura del apuesto, aventurero y caballeroso Brandon Anderson; sin embargo, cuando se trata del amor, la vida tiende a complicar un poco las cosas.

  • El unico Maestro en esta deseada Sumision (The Crossroad Company 3) de Nisha Scail

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    Cuando Camden O'Rourke encontro a esa mujer medio muerta en la parte de atras de su restaurante supo que iba a tener problemas. No se trataba solo del hecho de que su companero y policia, Logan Cooper, hubiese estado alli para hacerse cargo del caso, sino que la victima resultase ser una nina salida de su pasado recordandole una infantil promesa.
    Siobhan Carrigan era todo lo que Cam no queria en su vida: una mujer calida, compasiva, necesitada de afecto y con alma de sumisa, justo lo que no buscaba. Entonces, ?como se las habia arreglado para aceptar el encargo de uno de los socios de la Crossroad Company para cuidar de ella? ?Por que su companero de casa parecia mas decidido que nunca a resolver el caso y cuidar de esa mujer? ?Y por que diablos debia ocurrir todo eso bajo su propio techo?
    Camden estaba a punto de descubrir que no siempre se obtiene lo que se quiere, sino lo que un par de maltrechos corazones necesitan.

  • Las madres negras de Patricia Esteban Erles

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    En el convento de Santa Vela vive recluido un grupo de ninas huerfanas, victimas de destinos oscuros y malhadados. Quienes las han llevado hasta alli para buscarles un futuro mejor ignoran que el convento esta regido por la hermana Priscia, una mujer que solo entiende la entrega a Dios desde el fanatismo ideologico y el castigo del cuerpo y del alma. Ese universo cerrado parece obedecer en todo a la hermana Priscia hasta que una de las ninas, de nombre Mida, anuncia que Dios se le ha aparecido para decirle que El no existe. Con estos mimbres, Patricia Esteban Erles construye una novela llena de sensibilidad, profunda y cautivadora sobre la relacion entre creencia y conocimiento, ciencia y fe, fanatismo y razon, con el conflicto siempre latente entre el mundo de los adultos y el de la infancia. Esta novela de Patricia Esteban Erles, conocida hasta ahora por la extraordinaria calidad de sus cuentos, merecio el IV Premio Dos Passos concedido por unanimidad por un jurado compuesto por Pilar Adon, Marcos Giralt Torrente, Manuel Longares, Fernando Marias, Ines Martin Rodrigo, Clara Sanchez y Santos Sanz Villanueva.

  • Patito malo de Lui Jim

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    Patito malo
    Erase una vez un patito malo que olvido a su amor, para vivir una mentira, pero se puede obviar lo que se desea con tanta fuerza.
    David ve que ha perdido lo que mas ama y quiere recuperarlo a cualquier precio, pero porque lo hizo, duele la traicion. Pero se puede vivir una relacion clandestina y prohibida. Se puede compartir lo que se desea para uno solo.
    Elizabeth olvida que lo que mas amaba aparte de David que era bailar, una mentira la arrastra, en una vida que no quiere vivir.
    Amor, traicion, deseo, seduccion, sexo. No te pierdas el final te sorprendera.

  • Que se pare el mundo que me bajo (Que la ley no nos separe 2) de Olga Salar

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    Que la practica hace al maestro es el mantra que guia a Susana, y que la lleva a buscarse un novio de pega con el que aprender a ser sexy e interesante.
    El problema es que toda practica conlleva sus riesgos; y mas cuando el sujeto en cuestion es un abogado inteligente, atractivo y acostumbrado a deslumbrar a las damas.
    ?Que puede hacer ante eso una jueza acostumbrada a lidiar con toda clase de abogados? ?Ceder a la tentacion o admitir a tramite la propuesta?

  • El ultimo coyote de Michael Connelly

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    Connelly desvela un episodio oscuro en la vida de Harry Bosch.
    La vida de Harry Bosh es un desastre. Su novia le ha abandonado, su casa se halla en un estado ruinoso tras haber sufrido los efectos de un terremoto, y el esta bebiendo demasiado. Bosch se resiste a ver al medico asignado por la policia de Los Angeles, pero finalmente acaba reconociendo que un hecho tragico del pasado continua interfiriendo en su presente. En 1961, cuando tenia once anos, su madre, una prostituta, fue brutalmente asesinada. El caso fue repentinamente cerrado y nadie fue inculpado por el crimen. Bosch decide reabrirlo buscando, si no justicia, al menos respuestas que apaciguen la inquietud que le ha embargado durante anos.

  • El hielo de mis venas de Mike Lightwood

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    Vivir con culpa no es tarea facil, y eso es algo que Dario sabe muy bien. Despues de todo, el que solia ser su mejor amigo vive un autentico infierno tras confesarle lo que sentia por el, y lo peor es que Dario no puede hacer nada para arreglar la situacion. Atormentado por unas oscuras pesadillas, Dario se enfrenta cada dia a su peor enemigo: el mismo. El problema es que es demasiado dificil aceptar lo que siente, sobre todo cuando hacerlo significaria que tal vez no sea la persona que siempre ha creido ser. El hielo de sus venas se extiende cada vez mas, y dependera solo de el conseguir que se derrita o dejar que se extienda hasta congelarlo por completo.

  • Fuera de juego (HQN) de Anna Casanovas

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    Era la peor semana de su vida, de toda su miserable y jodida existencia. Si lograba salir adelante, algo que le parecia mas que improbable en ese momento, cuando tenia la mirada fija en el fondo de un vaso de whisky, jamas le ocurriria algo peor. El mundo podia partirse en dos, el kraken podia atacarlo y arrancarle la cabeza y nada conseguiria jamas empeorar su situacion actual. En cierto modo era liberador, penso mientras vaciaba ese vaso, igual que llevaba haciendo toda la noche. No habia tocado fondo, no senor, el habia ido mucho mas alla. El lo habia perdido todo y ahora ni siquiera sabia quien era ni que queria hacer durante el resto de sus dias. Patetico, sin duda, y lamentable. Volvio a llenarse el vaso de whisky y siguio compadeciendose de si mismo. Estaba harto de mantener las formas y de fingir que era un hombre razonable. Estaba hecho una mierda, se sentia estafado y enganado, y lo peor de todo era que estaba furioso consigo mismo porque todo, absolutamente todo, era culpa suya. El era el unico culpable de esa debacle. El y solo el. El habia sido el chico perfecto, habia estudiado la carrera perfecta en la universidad perfecta y se habia enamorado de la chica perfecta. Despues se habia casado y tenia la esposa perfecta para el trabajo perfecto. Y una mierda. Ben se bebio ese whisky y se sirvio otro, ?cuantos llevaba? ?Seis, siete? Daba igual, nadie lo levantaria de ese sofa ni le obligaria a dejar esa botella hasta que el lo decidiese. Estaba solo, igual que lo habia estado en los ultimos meses y, quiza, en los ultimos anos. Por mas que lo intentaba no conseguia encontrar ese punto en el tiempo, aquel instante en el que todo se habia ido a la mierda. El creia que lo estaba haciendo todo bien; habia estudiado derecho por vocacion, durante los anos que habia trabajado como fiscal se habia ganado el respeto de sus companeros y de sus contrincantes, el paso a la politica lo habia dado porque creia desde lo mas profundo de su corazon que podia ayudar a crear una ciudad mejor, un pais mejor. Y, Dios, penso, pasandose las manos por el pelo, habia colaborado sin saberlo con un psicopata que habia asesinado a cuatro personas a sangre fria y cuyo sueno empresarial consistia en inundar el pais de armas. Otro whisky, el ardor de la garganta no era nada comparado con el que le estaba destrozando el estomago y la cabeza. Si los agentes encargados de investigar el caso de esos asesinatos no hubiesen desconfiado de las pruebas y no hubiesen llegado hasta el final, ahora estaria en la carcel. O peor aun, muerto. Sin embargo estaba vivo, y dejando a un lado el pequeno detalle de que su esposa se habia enamorado de ese maldito agente y lo habia abandonado para irse con el a Boston, habia salido relativamente indemne del asunto. La botella estaba vacia, observo aturdido, pero por suerte habia sido previsor y tenia otra preparada al lado. La abrio, no sin cierta torpeza, y se lleno el vaso de nuevo. Su matrimonio se habia hundido al mismo tiempo que su carrera. Habria podido salvarlos a ambos, Victoria se habia quedado con el el tiempo necesario para no danarlo politicamente y el fiscal habia accedido a mantener en secreto su participacion en todo lo relacionado con los asesinatos. A el, al fin y al cabo, le habian utilizado y su ayuda habia sido vital para resolver el caso y para reunir las pruebas necesarias para condenar a los verdaderos culpables. Pero no fue capaz de salvarlos, quiza no lograria recordar jamas el momento en que todo se fue a la mierda, pero si que recordaria el momento en que decidio que no queria seguir enganandose ni conformandose con una vida perfecta. No la queria perfecta, la queria suya. Derramo unas gotas de whisky sobre la mesa y sobre la mano con la que estaba sujetando el vaso que vacio tras levantarlo. El ni siquiera recordaba la ultima vez que habia sido feliz con Victoria, verdaderamente feliz, ni la ultima vez que habia sentido emocion por despertarse e ir al trabajo. Estaba casado con una mujer perfecta y tenia el trabajo perfecto, asi que sencillamente cumplia con lo que se esperaba de el. Era lo menos que podia hacer. Ese mismo dia habia firmado los papeles del divorcio. Victoria y el se habian citado en el despacho de abogados que habian elegido para llevar, muy discretamente, el tema. Victoria no estaba con Harrison. Asi se llamaba el sucedaneo de James Bond del que se habia enamorado. Al parecer el se habia puesto en plan heroe y le habia dicho que no queria que estuviera a su lado mientras estuviera herido. Si Victoria le hubiese insinuado, aunque hubiese sido solo durante un segundo, que ellos dos podian reconciliarse, Ben habria dicho que si. Asi de triste y asustado, por que no reconocerlo, se habia sentido en medio de aquel lujoso despacho de abogados. Pero ahora no. Ben sabia que habria sido un error, habria sido volver al camino facil, aquel por el que llevaba anos, toda la vida, transitando y que nunca le habia hecho feliz. ?Cuando habia sido feliz por ultima vez? La cabeza le daba vueltas cuando volvio a llenarse el vaso. Tras firmar los papeles y despedirse de Victoria, Ben camino por la calle. Al principio habia creido que no tenia un rumbo fijo, queria pensar en lo que su ya exesposa le habia dicho, "Quiero volver a ser tu amiga. Te he echado de menos todo este tiempo". Aunque le doliera en el orgullo, Victoria tenia razon, ellos dos siempre habian sido amigos. Habia sido una estupidez querer convertir esa amistad en algo mas, pero eran tan perfectos el uno para el otro, sus vidas encajaban tan bien, que la tentacion habia sido demasiado grande. El sabia que Victoria lo queria, y el la queria a ella, pero la suya no era ni habia sido una gran historia de amor. Esas historias no existian, se sirvio otro whisky, igual que tampoco existian los politicos honestos, ni los mares donde navegar sin llegar nunca al horizonte. Ni las noches interminables de sexo apasionado. Derramo el vaso que tenia en la mano y se sirvio otro. ?Desde cuando le importaban esas cosas? Era culpa de Victoria y de su discurso sobre el amor de verdad, la pasion, la amistad y gilipolleces de esa clase, penso bebiendose el liquido ambarino. Lo del mar, sin embargo, era otra cuestion. A Ben le apasionaba navegar, pero hacia anos que no se subia a un barco y mucho menos a un velero. Le costaba recordar la ultima vez que habia sentido el viento del mar en el rostro o el sabor de la sal en los labios. No habia tenido tiempo libre para dedicarse a eso, ni a su matrimonio, ni a si mismo. Pero eso habia acabado, ahora disponia de todo el tiempo del mundo. Quiza habia abandonado el despacho de los abogados sin un destino en mente, pero sus pies lo habian llevado hasta la sede de su partido. No le costo decidirse, subio un escalon tras otro y cuando llego a la oficina donde practicamente habia vivido esos ultimos meses encendio el ordenador y tecleo su dimision. La gente le hablaba, el no oia a nadie. Con la hoja de papel en la mano camino hasta la sala de reuniones donde estaba el presidente del partido y sus asesores y se la entrego sin decir nada. Intentaron detenerlo, le pidieron que se tomase tiempo para pensar. El se limito a contestarles que ya no habia marcha atras. Ese Ben, el congresista, ya no existia. Ahora era solo Ben. Solo Ben estaba borracho. Lleno de nuevo el vaso y sonrio como un idiota al recordar las amenazas nada veladas que habia recibido de la direccion del partido: "Estas acabado". "No podras volver a dedicarte a la politica en tu vida". "Si nos dejas tirados ahora, Holmes, jamas lograras nada en Washington". Dias atras esas frases le habrian encogido el estomago y se habria echado atras al segundo de escucharlas. Ahora las anadio a la coleccion de pruebas que demostraban que su vida era un fracaso y que en realidad llevaba tiempo sin importarle. Por eso estaba bebiendo esa noche, porque acababa de darse cuenta de que ni perder a Victoria ni perder su carrera politica le habia importado demasiado. Se habia asustado, se habia sentido enganado, estafado, incluso insultado, pero no le habia importado. No realmente. Si el escandalo de Wortex no se hubiese producido, el habria seguido adelante con esa vida gris, con una mujer que no lo amaba apasionadamente y trabajando en proyectos politicos inutiles. Ahora lo habia perdido todo, pero ni siquiera eso habia sido decision suya. Al menos Victoria habia conseguido librarse, penso bebiendo el whisky, ella habia recuperado la pasion, habia descubierto el amor con un jodido espia, y le habia abandonado. A Ben le dolia, en el orgullo y quiza tambien en otra parte, pero el principal sentimiento que lo embargaba si pensaba en ello era la envidia

  • No te alejes nunca de Helena Sivianes

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    Luna ha conseguido lo que con tanto esfuerzo le ha costado: acabar la Selectividad con una gran nota para poder acceder a la misma universidad que su amigo de la infancia, Daniel.
    Tras dos anos separados, y con una relacion de amistad que se ha enfriado por la distancia, ansia poder recuperar esa relacion que tantas buenas cosas le ha dado durante su vida. Lo que no espera es encontrarse a un nuevo Dan, con una nueva vida en la que ella no encaja y a la vez darse cuenta de que tal vez los sentimientos ya no son lo que eran.

  • PatchWord de A. G. Porta , Gregorio Casamayor

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    El narrador de este artefacto literario, ni mas ni menos que un sombrero, cuyo ultimo nombre es ATHANASIUS PERNATH, nos cuenta las peripecias de los dispares personajes a los que ha acompanado a lo largo de los anos. El relato de este Genuine Panama Hat 58 es un compendio de las cosas que ha oido y percibido, al hilo de las cuales va desgranando sus opiniones sobre el mundo e incluso sobre el lector, al que no dejara indiferente. Asi que si vosotros, pacientes lectores, teneis la osadia de llegar hasta la ultima pagina, comprendereis algo que quiza no sepais aun: que las historias no solo existen cuando alguien las cuenta, sino, sobre todo, cuando alguien las lee.