• libro al mal tiempo mejor cara - Barbara Constantine

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    Con la tripa pegada al volante, y la nariz al parabrisas, Ferdinand conduce muy concentrado. La aguja del velocimetro no se despega del cincuenta, la velocidad ideal. No solo ahorra combustible sino que ademas le da tiempo a ver desfilar el paisaje por la ventanilla, a disfrutar del panorama. Y, sobre todo, a detenerse a la mas minima alerta, sin exponerse a sufrir un accidente. Hablando de accidentes, justo ahora ve un perro corriendo delante de el por la carretera. Por puro reflejo, Ferdinand pisa el freno. Los neumaticos chirrian, y la grava sale despedida. Los amortiguadores dejan escapar un quejido. El coche da un bandazo y por fin se detiene en mitad de la calzada. Ferdinand se asoma por la ventanilla. – ?Adonde vas, chaval? Por ahi de juerga, ?eh? El perro se aparta, pasa de largo a toda velocidad y se tumba algo mas lejos en la hierba de la cuneta. Ferdinand sale del coche con dificultad. – Anda, pero si eres el perro de la vecina. ?Y que haces aqui tu solo? Se acerca, alarga la mano muy despacito y le acaricia la cabeza. El perro tiembla. Al cabo de un rato, cuando ya se ha ganado su confianza, el animal se decide a seguirlo. Ferdinand le abre la puerta del asiento trasero y vuelve a arrancar el motor. Al llegar a un camino de tierra, abre la puerta del coche. El perro baja, pero se le arrima a las piernas gimiendo, como si tuviera miedo. Ferdinand abre la cerca y lo anima a entrar. El perro repta a sus pies, sin dejar de gemir. Ferdinand recorre el sendero entre dos setos de maleza y llega a la puerta de una casita. Esta entornada. Llama en voz alta... Eh... ?Hay alguien?... No recibe respuesta. Mira a su alrededor, pero no ve a nadie. Empuja la puerta. Al fondo de la habitacion alcanza a distinguir en la penumbra una silueta tendida en una cama. Vuelve a llamar. La silueta no se mueve. Ferdinand olfatea el aire. Ahi dentro apesta... Olfatea otra vez. !Buf, pero si huele a gas! Corre hacia la cocina, cierra la bombona de butano y se acerca a la cama. !Senora, senora! Le da palmaditas en las mejillas. Al principio flojito pero, al ver que la mujer no reacciona, cada vez mas fuerte. El perro ladra, dando saltos alrededor de la cama. Ferdinand tambien se asusta, y ya no son palmaditas sino bofetadas lo que le da a su vecina. Le grita que se despierte. Los gritos se mezclan con los ladridos. !Senora Marceline! !Guau, guau! !Abra los ojos, maldita guau! !Despierte, por guau, por favor, guau! La mujer deja escapar por fin un pequeno gemido. Ferdinand y el perro suspiran de alivio a la vez. 2 CINCO MINUTOS MAS TARDE, MARCELINE SE ENCUENTRA MEJOR Marceline ha recuperado un poco de color en las mejillas e insiste en servirle una copita. No recibe visitas todos los dias. Son vecinos, pero nunca habia puesto un pie en su casa, hay que celebrarlo. Por mas que Ferdinand le dice y le repite que no tiene sed, que solo se ha acercado a traerle a su perro, ella se levanta de todas maneras, avanza tambaleandose hasta el aparador y saca una botella de licor de ciruela que quiere a toda costa que pruebe para saber que opinion le merece. Es la primera vez que lo prepara. Digame a ver que le parece, a ver si esta bueno. De acuerdo, Ferdinand asiente con la cabeza. Ella empieza a servirle y, de pronto, se detiene y pregunta, preocupada, si luego tiene que conducir. El le dice que ya se va para casa, esta solo a quinientos metros, !podria recorrer el trecho con los ojos vendados! Mas tranquila, termina de servirle la copita. Apenas le da tiempo a mojarse los labios cuando Marceline siente un mareo. Se deja caer pesadamente sobre una silla, con la cabeza entre las manos. Incomodo, Ferdinand se concentra en el mantel de hule, en deslizar el vaso sobre las lineas y los cuadros. Ya no se atreve a beber ni a decir nada. Al cabo de un largo silencio le pregunta, casi en un susurro, si quiere que la lleve al hospital. – ?Al hospital? ?Para que? – Pues para que la examinen. – Pero si solo me duele un poco la cabeza. – Ya, pero... con lo del gas... – Ya... – No es bueno... – No, claro. – Puede haber efectos secundarios. – ?Ah, si? – Vomitos, me parece. – Ah. No lo sabia. Otro largo silencio. Marceline tiene los ojos cerrados. Ferdinand aprovecha para mirar a su alrededor. La habitacion, pequena y oscura, esta repleta de cachivaches. Enseguida piensa que en su casa ocurre exactamente al reves, casi hay eco de vacia que esta. Esa idea le deprime, asi que vuelve a concentrarse en el mantel de hule. Por fin se anima a decir: – Por lo general no me suelo meter en la vida de los demas, Marceline, bien lo sabe usted. Pero ?no sera porque tiene usted muchas preocupaciones por lo que ha... por lo que ha...? – Por lo que he ?que? – ?El gas? – ?Que pasa con el gas? – Pues eso... A Ferdinand le cuesta hablar. Es un tema personal. No se le da bien hablar de temas personales. Sabe que tiene que decir algo, pero es incapaz de ir al grano, asi que se pone a hablar y hablar para no decir nada, intentando hacerse entender con medias palabras. (Tambien le gusta mucho la expresion <>.) Esta tan convencido de que las palabras traicionan el pensamiento que preferiria funcionar por instinto y dejar que este se encargara de todo. !Aunque no le falta lucidez para reconocer que mas de una vez se la ha jugado, el muy sinverguenza del instinto! Pero, sin querer, una cosa lleva a la otra, y teme provocar un exceso de emocion, le da miedo que la mujer se eche a llorar para desahogarse o le desvele algun secreto, y esas cosas a el no le gustan nada. !Cuanto mas facil seria la vida si la gente se las apanase siempre sola! Con su mujer tenia un truco para evitar la trampa de las conversaciones demasiado intimas: en cuanto notaba que ella iba a ir por ese camino, Ferdinand evocaba el pasado. Una palabra nada mas, como quien no quiere la cosa, y listo, ya podia escucharla sin prestarle atencion, como quien oye llover. Como le gustaba hablar a su pobre difunta... De cualquier cosa, de tonterias. Era una autentica cotorra. Pero lo que mas le gustaba, por encima de todo, era hablar del pasado, de su juventud. Solia decir que todo era mejor antes, que todo era mucho mas bonito. !Sobre todo antes de conocerlo a el! Siempre terminaba enumerando con rabia todo lo que habria podido vivir en otra parte, en America, en Australia o en Canada, quiza. !Pues si, por que no, claro que habria podido ser asi! Si no la hubiera sacado a bailar, si no le hubiera susurrado palabras tiernas, si no se hubiera arrimado tanto a ella, en ese dichoso baile del 14 de julio. Que lastima. Ferdinand no le guardaba rencor por hablar asi. El tambien habia tenido suenos. El tambien habia sonado con cosas bonitas. Pero no habia tardado en comprender que los suenos y el amor no iban de la mano. A lo mejor porque el no estaba hecho para esas cosas. O quiza seria en otra ocasion. !O en otra vida, como los gatos! Bueno, toca volver al presente. Esta en casa de su vecina. La mujer tiene un problema pero no parece querer hablar de ello, pese a las preguntas que el le hace discretamente. No sabe gran cosa de ella excepto que se llama Marceline, que vende miel, fruta y verdura en el mercado, y que es un poco extranjera. ?Rusa o hungara, quiza? Del Este en todo caso. No hace mucho tiempo que se instalo aqui. Bueno, unos anitos ya si que hace. ?Seis o siete? Si, por lo menos seis o siete ya... Ferdinand vuelve a mirar a su alrededor. Esta vez repara en que no hay calentador encima del fregadero, ni tampoco hay nevera, ni lavadora ni televisor. Ninguna comodidad moderna. Como cuando era nino, tan solo la radio para enterarse de las noticias, y agua fria en la pila para lavarse. Recuerda que en invierno siempre buscaba la manera de escaquearse. Y tambien intentaba librarse de hacer la colada, la ropa salia tiesa y helada del lavadero, y el tenia que ayudar a escurrirla, con las yemas de los dedos moradas de frio y arrugadas como garbanzos. !Anda que no era dificil todo en aquellos tiempos, me caguen diez! Se dice a si mismo que tal vez la pobre senora Marceline se haya cansado de esa vida tan dura y tan llena de incomodidades. Se habra desanimado. Y tambien se habra deprimido por estar lejos de su pais y de su familia, ?no? Lo mismo es ese el motivo por el que... Siente que no se va a poder librar, que no va a tener mas remedio que hablar. Y no de tonterias, de si va a llover o si va a hacer bueno. O incluso de su perro. !Que chucho mas listo, oiga! Que suerte tener uno asi. Yo el ultimo que tuve era tonto perdido, pero muy carinoso. Este... Ah, ?que es una perra? ?Esta usted segura? No me habia fijado. Inspira hondo y se lanza a hablar. De un tiron le dice que lo entiende, que a el tambien le han dado ganas un par de veces en su vida. Tres, en realidad. Bueno, venga, para ser del todo sinceros, cuatro. Si, pero... el se tomo el tiempo de pensarlo bien antes, y encontro muy buenas razones para no hacerlo. Como por ejemplo... Asi de sopeton no se le ocurre ninguna. !Ah, si, claro, sera tonto: sus nietos! Los nietos son maravillosos. Apasionantes. Nada que ver con los hijos. Si, si, de verdad. Son mas guapos, mas vivos y mucho mas listos. A lo mejor tiene que ver con la epoca en que vivimos, los tiempos han cambiado. A no ser que seamos nosotros, tal vez al hacernos mas viejos nos volvamos mas pacientes. Puede ser... ?Usted no tiene nietos? ?Ninguno? Vaya. Que pena. Pero hay otras cosas por las que vale la pena vivir. Espere, dejeme pensar... Marceline levanta los ojos para mirar al techo. Ferdinand se rasca la cabeza. Tiene prisa por encontrar algo. – Mire usted, de vez en cuando tambien es bueno acordarse de que hay gente que esta peor que uno. Asi uno pone los pies en la tierra. O, si prefiere, pone las cosas en perspectiva. A veces es necesario, ?no cree? Marceline parece estar en otra parte. Ferdinand busca algo gracioso que decir. – Bueno, y como nadie ha vuelto nunca para decir si al otro lado estan mejor las cosas, lo mismo no merece la pena adelantarse, ?eh, senora Marceline? Puede que sea mejor esperar a que llegue tu hora, y ya esta. Suelta una risita. Espera su reaccion. No hay reaccion. Entonces ya si que se preocupa. Se inclina hacia ella. ?Me entiende cuando le hablo? A lo mejor hay alguna palabra que no... Marceline tiende la mano hacia la tuberia de la cocina y, temblandole la voz, dice que ya esta, que llevaba un rato pensandolo pero que ya se acuerda, que todo ha sido por su viejo gato. Hace ya varios dias que ha desaparecido. ?Se habra muerto? Espera que no. Seria dolorosisimo para ella... Y, mientras tanto, su casa es un caos. Los ratones hacen lo que les da la gana. No paran de bailar, todo el dia y toda la noche. En los armarios, debajo de la cama, en la despensa... Roen, roen y roen sin parar. !La estan volviendo loca! Si siguen asi, al final se subiran a la mesa y comeran de su plato, los muy descarados. Ferdinand ha desconectado, ya casi no la escucha. Divaga por completo la pobre mujer. Debe de ser por el gas. Eso que cuenta del gato muerto y los ratones que bailan no tiene ni pies ni cabeza. La mira hablar y luego le observa las manos. Bonitas y estropeadas. Piensa que es por trabajar la tierra, deberia cuidarse, ponerse crema, lo necesita. Pero el caso es que parece mas joven de lo que el pensaba. Tendra unos sesenta, calcula... De pronto, la mujer se pone de pie. Sorprendido, Ferdinand da un respingo y se levanta a su vez. Ella le dice que es muy frustrante hablar y que nadie te escuche. Pero bueno, ya se encuentra mejor. Gracias por todo, ya puede irse, ahora se va a tumbar a descansar un poco. El gas la ha dejado aturdida. Ferdinand mira el reloj: las cuatro y media, es pronto para acostarse, le extrana. Ella le dice que no lo acompana hasta la puerta, que ya se las apanara el solito. El le dice que si, escondiendo una sonrisa. !No hay mucho peligro de perderse en una casa que solo tiene una habitacion! Le acaricia la cabeza a la perra. Bueno, pues nada, adios, senora Marceline. Si necesita algo, lo que sea, no dude en llamarme. Si, gracias, asi lo hare. Se encoge de hombros y masculla en voz baja: en cuanto me instalen el telefono, no te digo...

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  • Al mal tiempo, mejor cara | Librotea

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    Ficha del libro. Título: Al mal tiempo, mejor cara. Autor: Barbara Constantine. Editorial: Seix Barral. ISBN: 9788432215612 ...

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    7 ene 2015 — Personajes todos ellos que arrastran un pequeño drama en su vida particular, pero que a diferencia de otros libros de profundidad más dramática, ...

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    31 may 2018 — Al mal tiempo, mejor cara – Barbara Constantine ... un homenaje a la buena cara cuando las nubes amenazan lluvia e incluso cuando están ...

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  • Lady Zoella (Mujeres Poderosas 1) de Elizabeth Betancourt

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    Es el ano 1625, Reino de Inglaterra. Muchos cambios politicos y decisivos para el reino estan ocurriendo, la guerra anglo-espanola esta en auge. Sin embargo, nada de esto les interesa a los duques de Buckingham que acaban de perder a su tesoro mas preciado.
    Zoella Etherington ha desaparecido. Toda la ciudad esta en un estado de trauma, la futura duquesa tiene tan solo cinco anos. Nadie se imagina que la pequena mientras jugaba se ha subido a un barco de piratas y que estara en ese barco hasta sus dieciocho anos, convirtiendose en una pirata temible, la reina de los mares.
    Amos Hamilton esta desesperado porque desde que ha comenzado la epoca de presentacion en sociedad no se quita de encima ni con agua hirviendo a Zoella, una salvaje pirata que habia resultado ser duquesa. No la podia aguantar porque habia matado a toda su tripulacion hundiendo su barco cuando viajaba a Espana. Ella no se acordaba, pero el si recordaba sus ojos verdes de serpiente. Una noche el duque se quedo espantado al ver que la loca le habia raptado en su barco “Furia del Mar”. ?Podria escaparse o su corazon se hechizaria con esa peligrosa mujer que en el fondo tenia un corazon tan grande como el mismisimo Reino de Inglaterra?

  • En la sangre de Laura Gomara

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    Eva Valverde es carterista, tiene dos carreras y viste de Prada.

  • Lady Corianne, Sophie Saint Rose de Sophie Saint Rose

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    Lady Corianne debia iniciar la nueva vida que la Reina Victoria habia elegido para ella. Que su discolo marido la hubiera ignorado desde el dia de la boda, dejandola con su hermana, le indicaba claramente que no queria saber nada de ella. Pero Corianne debia dejarle claro que ahora estaba en su vida y se iba a quedar con el costara lo que costara. Para convencerle y enamorarle como deseaba, solo tenia que hacer dos cosas. Demostrarle carino continuamente y ponerle de los nervios para que la deseara. Iba a seguir los consejos de su hermana al pie de la letra por mucho que protestara su Conde. Al final cederia.

  • …y navegar en tu mar (Serie Extrarradio, #2), Juani Hernandez de Juani Hernandez

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  • El recuerdo de tu voz de Sandra Gabriel

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    L Prologo os Angeles. Marzo de 2000. --!Dejalo, Ryan! !Lo vas a matar! --exclamo la nina. --Eso no sera nada comparado con lo que se merece --replico el sin dejar de dar patadas al nino, que estaba hecho un ovillo en el suelo en un intento de protegerse de los golpes. --Si dejas de pegarle para que pueda hablar, seguro que me pide perdon --sugirio ella en tono razonable. Eso hizo que se detuviera. Se aparto del nino, que yacia en el suelo, y le interrogo con rabia: --?Es eso cierto, Scott? ?Le vas a pedir perdon? Este asintio mientras sollozaba. Se levanto a duras penas y les miro asustado. --Perdoname, Katy --gimio con voz lastimera--. No volvere a decir nada sobre tus tet... --se interrumpio al ver la mirada asesina que le lanzaba Ryan--... pechos. No volvere a decir nada sobre tus pechos. Una vez ofrecidas las disculpas, echo a correr antes de que Ryan cambiase de opinion y siguiese con su paliza. Katy se cruzo de brazos avergonzada mientras le veia alejarse. Solo tenia diez anos, pero su cuerpo ya se habia desarrollado como el de una mujer y eso hacia que en ocasiones tuviese que aguantar ciertas bromas de mal gusto por parte de algunos ninos. --No te volvera a molestar --afirmo su amigo al ver que Scott huia con el rabo entre las piernas. Se sentia muy orgulloso de si mismo. Detestaba a aquel mocoso y habia disfrutado dandole una paliza. Con catorce anos era solo un par de anos mayor que Scott; sin embargo, por su aspecto fisico aparentaba mas edad. Ya alcanzaba casi el metro ochenta de estatura. Eso, unido al hecho de ser el hijo de Stefano Spositto, uno de los hombres mas peligrosos de la ciudad, hacia que tuviera muy pocos amigos; por eso valoraba tanto su amistad con Katy y la protegia. Era la unica amiga de verdad que tenia. Pese a que su padre y el de Scott eran socios de negocios, disfrutaban enfrentandolos. Eso habia hecho que ambos se odiaran profundamente. Cuando le contara a su padre lo que habia hecho, estaba seguro de que le felicitaria. Katy, a su vez, le miro molesta por sus acciones. Agradecia que la defendiese; lo que no le gustaba eran los metodos que utilizaba para ello. Trato de tranquilizarse y hacerle comprender que esa no era la manera correcta de actuar. Sabia que para el era dificil darse cuenta de que la violencia no era la solucion a todos los problemas, ya que su padre le habia inculcado que asi era como se resolvia todo. Ser una nina no le impedia ser consciente de la realidad que la rodeaba. Todo el mundo sabia que entre Stefano Spositto, el padre de Ryan, y Luca Maltesse, el padre de Scott, controlaban el trafico de drogas, la prostitucion y los juegos de azar de toda la ciudad. Su propio padre era participe al ser el contable del padre de Ryan, asi que, a pesar de que trataba de mantenerla lo mas alejada posible de todo ello, el hecho de vivir en la misma casa que Ryan hacia que fuese imposible que no supiera lo que ocurria a su alrededor. Sabia que lo que acababa de suceder iba a ocasionarle problemas a su amigo. No solo por haber atacado al hijo de Luca Maltesse, sino por defenderla a ella. Stefano Spositto era un sociopata que disfrutaba maltratando y torturando a su propio hijo. A Katy le dolia el corazon cada vez que tenia que ser testigo de ello, cosa que sucedia bastante a menudo. --No puedes darle una paliza a cada nino que me diga algo que me moleste --le dijo en un intento de que comprendiese que esa no era la manera correcta de actuar. --?Como que no? --replico el con altaneria--. Tienen que aprender que no pueden molestarte. --No puedes resolverlo todo a traves de la violencia --trato de razonar ella. --Si que puedo. --Estaba molesto porque no le agradeciera lo que habia hecho por ella. Se paso las manos con los punos despellejados por su pelo negro desalinado y la miro desafiante al clavar sus oscuros ojos en ella. --No dejare que nadie se meta contigo. Eres mi mejor amiga. Katy sintio como su corazon se calentaba ante sus palabras. No se podia creer que en verdad fueran amigos. El no lo sabia, ya que ella jamas se atreveria a confesarselo, pero en los ultimos meses comenzaba a tener sentimientos, deseos… cosas que la confundian, la hacian sentir extrana y le generaban mariposas en el estomago cada vez que estaba con el. --Ryan... --Por un segundo penso en preguntarle si a el le pasaba lo mismo. No sabia si era normal tener esos pensamientos y solo podia recurrir a el para preguntar. Ninguno de los dos tenia madre, ya que ambas habian muerto hacia ya muchos anos. Esa era una de las primeras cosas que les habia unido cuando se habian conocido, cruzando la barrera de la diferencia de edad. --A veces… --no se atrevio a formular en voz alta sus pensamientos. Se moriria de verguenza si el se reia de ella. Eran amigos, si bien el hecho de que fuera cuatro anos mayor que ella hacia que se diera cuenta de que para el era una nina. Cuando estaban juntos y la miraba con ese orgullo, como si hubiese realizado una gran hazana, o cuando se presentaba frente a ella con ese aspecto desalinado, hacia que no se sintiera como una nina, sino… diferente. En momentos asi le gustaria besarlo y que el la besase a ella. --?Que pasa? --la interrogo el al ver que le miraba de una forma extrana--. Estos dias estas muy rara. --Na...na... nada. --tartamudeo avergonzada de que pudiera leer sus pensamientos mas intimos--. Vamonos a casa. El miro la mano que ella le tendia y se la cogio con una sonrisa. Durante unos instantes habia temido que se enfadara por haberle dado una paliza al gilipollas de Scott. ?Como se atrevia ese imbecil a poner su sucia mirada en los pechos de Katy? !Era una nina! Menudo cerdo. Habia disfrutado al golpearle. Cuando se lo contara a su padre tendria que mentirle sobre el motivo de la disputa, ya que si descubria que habia sido por Katy no creia que le gustara. Hasta el ano pasado habia tolerado y permitido su amistad; vivian en la misma casa y, teniendo en cuenta que no se le permitia tener amigos entre sus iguales, era logico que Katy y el se hubieran hecho cercanos; no obstante, de un tiempo a esta parte su padre habia empezado a insinuarle que se alejara de ella. Decia que le ablandaba. Aun le escocia la espalda por la ultima leccion que le habia dado al respecto. Miro a su amiga y su pequena mano entrelazada con la suya. Por mas que le hiciera o le dijera su padre, no pensaba renunciar a ella. Contemplo los rubios cabellos de Katy, que descendian en cascada por su cintura y, por un momento, deseo acariciarlos, que girase su rostro hacia el y le mirase con esa dulzura con la que siempre lo hacia. Le hacia sentirse mejor persona, casi como si fuera bueno, a pesar de que sabia que era mentira. Nunca seria bueno y nunca se la mereceria. L 1 os Angeles. Veinte anos despues. Ryan miro su reloj con impaciencia. Eran las diez y cinco y se suponia que su novia Brooke tendria que estar en la casa para cenar con el. Habia llamado varias veces tanto a ella como a Drew, el hombre que habia contratado para protegerla y ninguno le habia cogido el telefono, lo que le molestaba y le parecia una falta de respeto. Sus hombres sabian que debian atenderle siempre las llamadas. Para eso les pagaba tan bien; para que estuviesen disponibles las veinticuatro horas del dia. En cuanto a su novia, sabia que detestaba que le hicieran esperar. --Me habias dicho que sirviera la cena a las diez y ya han pasado. ?Esperamos mas por tu invitada o cenaras sin ella? --quiso saber Mary, el ama de llaves, que esperaba instrucciones en la puerta del comedor. Se giro para hablar con ella y sintio que su mal humor se atemperaba un poco. Mary era una de las pocas personas que apreciaba en esta vida. Rondaba la cincuentena, de figura algo rechoncha y abundantes canas que salpicaban sus negros cabellos, era como la madre que nunca habia tenido. Habia temido que tras la muerte de su padre, dos anos atras, hubiera decidido irse, pero no lo habia hecho y se lo agradecia. Dirigia la casa desde hacia tantos anos que no se imaginaba vivir alli sin ella al frente. Habia entrado en su vida siendo nino y el poco calor humano y bondad que habia recibido habia provenido de ella. Tanto Katy como el la habian amado como si se tratase de su propia madre. El recuerdo de Katy le produjo, como siempre, un dolor sordo en el corazon. Se froto el pecho de forma distraida para aliviarlo, a pesar de saber que de nada serviria. --Ya deberiamos estar cenando --replico enfadado, en un intento de distraer sus pensamientos. Mas valia que Drew tuviera una buena excusa para explicar por que cojones no estaba alli con Brooke. Habia planificado una velada tranquila que incluia cenar, echar un polvo y luego permitir que ella se quedara a pasar la noche. En el preciso instante en el que cogia el movil para llamar de nuevo a su hombre, este comenzo a vibrar, pero el nombre que aparecio en la pantalla no fue el del guardaespaldas de Brooke, sino el de Steven, su segundo al mando. --Steven --exigio en el momento que descolgo el telefono--. Averigua donde cojones se ha metido Brooke y por que ni ella ni Drew me cogen el puto telefono. --Jefe... Tenemos un problema... Oir como su hombre dudaba al hablarle hizo que sintiera cierta inquietud. Tuvo el presentimiento de que en ese instante averiguaria el motivo por el que no habian aparecido. --?Que ocurre? --demando saber con frialdad. --Sera mejor que venga. Tenemos un problema muy gordo.

  • Y si te toco yo de Chloe Collins

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    ?Como comenzar a contar mi historia? Todo empezo en el colegio. No es facil sobrevivir cuando eres pelirroja y tienes la cara llena de pecas, y todos te llaman <>. Te pasas escuchando la misma cantinela durante tu infancia y cuando vas al instituto o a la universidad la cosa cambia un poco, pero no mejora cuando te encuentras con el tipico tio que se enrolla contigo y, en el meollo del asunto, te dice: <>. Venga ya. ?En serio? !Pense que te gustaba yo, mi cuerpo, mi cara! Esta claro que nadie se enamora de Berta, la chica desastrosa y gafe, nadie se enamora de ella aunque haya heredado el cerebro de su padre y el fisico de su madre. Solo les interesa saber si soy pelirroja natural o si tengo pecas en el trasero. No soy nada popular, al contrario que mis padres: mi madre es presentadora de un reality en una famosa cadena de television y mi padre es un prestigioso cientifico. De ahi que al final, con mi buen don para las matematicas y la buena influencia recibida en casa, decidiera optar por sacarme la carrera de Quimica. Pero dada mi penosa popularidad y mis desastres continuos, tras finalizar mi carrera he decidido poner rumbo a Madrid para intentar comerme el mundo. Buen intento, Berta, pero se va a quedar en eso. No he tardado ni tres meses en darme cuenta de que todos mis intentos por conseguir un trabajo de lo mio se ven abocados al fracaso asi que tengo que conformarme con trabajos que no se adaptan a mis expectativas. Comparto piso con varias chicas que, aunque no son mala gente, no me entienden para nada asi que ahora solo como donuts, una nueva adiccion. Si mi madre la descubre estoy segura de que me mataria. Esa es mi nueva vida: donuts, entrevistas de trabajo, soledad y asco. Solo espero que pronto me toque la loteria, porque esto va de mal en peor... Capitulo 1 Apago el despertador por cuarta vez. !Vale hoy tengo otra entrevista! Pero aunque quiero ser positiva, no dejo de pensar que no me cogeran. Ademas, ?quien quiere trabajar como teleoperadora? La gente te cuelga cuando les intentas vender algo y para colmo el sueldo es minimo y comisionado por ventas. --!Berta! !Levantate de una vez! --me recrimina Carla, una de mis companeras de piso--. !Llegaras tarde! --Voy bien de tiempo... --le contesto mientras me desperezo sin mucha prisa. --!Ja! Son las ocho y media y tienes la entrevista a las nueve. ?Vas bien de tiempo? --Siiii, tranquila. Al final me levanto y ni siquiera me ducho, me visto con cualquier cosa y me pongo en camino. Tiene razon, no llego ni de chiste, la entrevista esta a la otra punta de la ciudad, pero da igual. No quiero ese trabajo. Solo estoy haciendo el paripe porque les debo ya dos meses de alquiler y tengo que admitir que yo en su situacion me habria echado a la calle a patadas, son unas santas. Pero, ?que culpa tengo yo de que no me duren los trabajos? Primero fue el de recepcionista en un hotel. Me duro quince dias. Me echaron en cuanto mande a tomar por donde amargan los pepinos, por decirlo de una manera mas finolis, a unos huespedes que tenian mucha prisa pero que resultaron ser VIP. Despues fue el de camarera. La bandeja se me cayo encima de unos clientes derramando toda la comida encima. A eso tengo que sumarle que me dieron otra oportunidad y destroce media vajilla. Dure una semana. Despues he trabajado de repartidora, de dependienta y de ninera. Ninguno me duro mas de un mes. El ultimo fue en una cafeteria con bolleria, donuts en su mayoria. Hace una semana que me despidieron. Me empache porque me comi diez donuts seguidos, todos de chocolate. Acabe vomitandole al jefe. Deprimente, esta claro. El problema es que para colmo de males, el contrapunto a lo que suele pasar cuando te empachas con alguna comida es que sueles odiarla despues, pero yo no, yo me he vuelto adicta a los donuts. ?Se puede ser mas estupida? A las nueve y media llego al lugar de mi entrevista y la persona que me va a entrevistar me mira de manera despectiva. Supongo que por llegar tarde, o por mis pintas, o por las dos cosas. --Siento el retraso --digo con fingida inocencia--. Perdi el metro. Vuelve a echarme un vistazo y me hace pasar. Revisa mi curriculo y despues me pregunta: --?Cree estar capacitada para el puesto? --No estoy segura... Pero necesito el dinero --le respondo con sinceridad. --Senorita Martinez, no me haga perder el tiempo. Tengo cincuenta entrevistas que hacer hoy, si no quiere el trabajo, ?por que viene? --pregunta malhumorado. --Si le soy sincera, no lo se. Mis companeras de piso llevan dos meses fiandome el dinero del alquiler y aunque este trabajo no es lo que ansio para mi futuro... --!Ya! Nadie quiere ser teleoperador toda su vida, lo entiendo. Ni yo quiero entrevistar a gente todos los dias --dice el entrevistador con sarcasmo--, lo que quiero es que me toque la loteria. --!Anda, y a mi! ?A que juega? --le pregunto y me mira cenuda. --Centremonos. ?Cree que puede trabajar, o no? --Sinceramente, no es lo mio. --Perfecto. Entonces no perdamos el tiempo. Gracias por su claridad. Salgo de alli y me dirijo a mi antiguo trabajo, pero en cuanto mi jefe me ve, su cara se enciende como un tomate. --!Fuera de aqui! --Perdone, vengo como cliente, ?acaso no puedo? --digo indignada--. Quiero, necesito donuts. Mi ex jefe resopla e indica a una chica nueva, diria que mi sustituta, que me atienda y pido un capuchino y un donut de chocolate para llevar. Luego me acerco al quiosco de la esquina a por el periodico, ademas de jugar a la Primitiva, al cupon de la Once y al Eurojackpot, y tambien he cogido un rasca de la Once. Bueno, me he gastado diez euros. Mi tarifa normal en juegos del azar. Si, quizas si guardara todo ese dinero podria pagar a mis amigas una parte del alquiler, pero es que la suerte esta a punto de llamar a mi puerta, estoy segura. !Lo presiento! Me siento en un banco y antes de mirar el periodico en busca de alguna oferta de empleo que me guste, rasco mi boleto y, como todos los dias, nada. Cero patatero. No ha habido suerte. Hoy mirare el resto de juegos a ver si esta vez suena la flauta. <>, me digo a mi misma, pero no me hago caso. Al final el que la sigue la consigue, ?no? Miro el reloj y creo que es la hora de irse a casa. Mis companeras me dejan estar en casa aunque por ahora no pueda pagar a cambio de que vaya a entrevistas, encuentre un empleo pronto y les haga la comida. Ya son las once y media, tengo que coger dos buses y comprar el pan. He ojeado un poco el periodico pero, como siempre, no hay ninguna oferta interesante para mi. Termino mi donut y, como el cafe me gusta mas bien frio, lo llevo en la mano para que termine de estar a mi gusto. Voy un poco despistada ojeando las redes sociales en mi movil cuando un armario empotrado se choca contra mi. --!Mierda! Podria usted mirar por donde va, ?no? --me suelta y cuando me fijo en el caballero que me ha recriminado con tanta osadia frunzo el ceno--. Alan, tengo que colgar, una estupida ha estampado su cafe en mi carisima camisa de Armani. Te llamo luego --espeta sin mas fijando duramente de nuevo su mirada en mi. ?Estupida? ?En serio? ?Y el, que? Voy a contenerme porque en cierto modo tiene razon, iba despistada, pero estoy segura que el tampoco iba mirando al frente. No soy tan pequena e insignificante como para que no me vea, ?o si? Vuelvo a mirarlo, tengo que admitir que es un tio bastante fornido y que quizas, solo quizas, no me haya visto. Aun asi, podria tener mejores modales, por muy camisa de Armani que lleve el chulo este. --!Ayudeme al menos! --dice, y cuando dejo de mirarle a el, veo que hay un monton de papeles por el suelo. --?Me llama estupida y quiere que le ayude? ?De verdad? --le replico indignadisima. --Senorita, o me ayuda o le hago pagar la camisa, usted decide. !Joder! Lo que me faltaba. No rechisto, aunque me gustaria decirle cuatro cositas bien dichas. !Esto es abuso de poder! Pero por la pinta, seguro que es abogado y me toca ir a los tribunales, y ya tengo bastante con deber a mis companeras de piso como para seguir aumentando mi morosidad. Con la suerte que tengo... Me arrodillo como puedo con la minifalda que llevo y recojo los papeles, y cuando me percato de la documentacion que estoy recogiendo mis ojos se salen de las orbitas. !Son formulas quimicas! !Santo cielo! ?Sera de los mios? --!Apremie! No tengo todo el tiempo del mundo. --Ya va, ya va... Recojo varios papeles y como este tio me esta puteando de lo lindo decido esconderme uno de los folios en el doblez del periodico. --!Tenga! --le digo entregandole los folios. Y cuando esta a una distancia prudencial, le grito --: !Estupida tu puta madre! Igual me he pasado, pero odio a los pijos prepotentes que se creen mas que nadie por tener un buen trabajo. Me voy a casa y mientras hago la comida echo un vistazo a la hoja que le he robado al pijo estirado. !Santo cielo! Esto es como volver a la universidad. En cuanto termino la comida, voy a mi habitacion, cojo un cuaderno y me centro en descifrar las formulas, no me lleva mas de una hora.--!Que te den, capullo! --digo triunfal al terminar--. ?Ahora quien es la estupida? Me gustaria decirselo a la cara, pero me conformare con la satisfaccion de saber que cuando llegue a su despacho no tendra las formulas, mientras yo las tengo aqui y en poco mas de una hora las he descifrado. Sonrio y cuando llegan mis companeras, comemos juntas, les cuento lo desastroso de mi entrevista, maquillando la realidad, pero no les hablo del pijo estirado. De momento esta es una victoria que quiero saborear en secreto.

  • A Sexy Berling Valentine (Sexy Berling 4), Maya Blair de Maya Blair

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  • Te sigo amando de Bianca De Santis

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    Te puedo describir mi vida en tres simples palabras: Dinero, diversion y Mujeres

    Ella esta de vuelta en mi vida, en mis pensamientos, en mi respirar. y la quiero en mi cama.
    Cuando eramos pequenos, yo era el mejor amigo de su hermano.

  • Con y sin miedos, te amo de Connie Daniels

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    Quedar embarazada de gemelos fue una gran noticia y luego estaba el hecho de que mi pareja era un hombre lleno de miedos y una vida llena de luces. No era lo que deseaba pero las cosas terminan y aun que el dinero no falto, me quede con el corazon destrozado. El abandono era algo a lo que estaba acostumbrandome y no iba a dejar que mis hijos sintieran ese dolor. Me aferraba a mi familia pero no podia confiar del todo en los demas.
    Intentamos recuperar nuestra relacion, pero habia mucho que sanar, mucho que superar... la vida de alguna forma se encargaria de ensenarnos a perdonar, a avanzar y a lograr ser mejores personas. Luchar por amor y lograr triunfar.

  • El desvan de los suenos perdidos de Javier Romero

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    Nadie sabe que ocurre con los recuerdos que desaparecen de nuestra mente y con los suenos que, de un dia para otro, dejamos de sonar. Un mundo oscuro es el que nos espera si no dejamos que nuestra imaginacion vuele, si permitimos que nuestro pasado nos abandone y se convierta tan solo en eso: en pasado.
    La vida de Michael se ha transformado en un infierno. Perdio a su madre dos anos antes en un accidente de trafico y su padre, sin poder superar la pena, se ha dejado arrastrar por el alcohol y la desidia. Una familia feliz destrozada y una vida truncada por los avatares de un cruel destino que decidio jugar a ser Dios con ellos tres.
    Pero la existencia de Michael da un giro de ciento ochenta grados la tarde en la que su pelota de beisbol favorita acaba, por accidente, en el desvan de su vecina, la senora Philips, la mujer a la que todos en el vecindario toman por una bruja.
    Pero Michael descubrira en el desvan un portal que conduce a otro mundo y al que tendra que viajar con sus amigos si quiere salvar el mundo de la luz y, por encima de todo, si desea que los adultos no olviden sus recuerdos y que el Senor de la sombras, criatura cruel que se alimenta de las ilusiones de los adultos, no siga viviendo de todos esos suenos perdidos.

  • Tres dias y una vida de Nuria Rivera

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    Un amor de verano a orillas del mediterraneo.

  • No te olvides de mi de Carlos Fonseca

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    La Transicion no fue el periodo modelico que muchos politicos pregonan, sino una etapa conflictiva y tragica, en la que decenas de personas perdieron la vida intentando asentar las fragiles libertades que comenzabamos a recuperar frente a quienes defendian la pervivencia de un franquismo sin Franco.
    Yolanda Gonzalez Martin, una estudiante bilbaina de 19 anos, fue una de esas luchadoras anonimas. Ni fue la primera ni seria la ultima victima de aquel tiempo convulso, pero las circunstancias que rodearon su brutal asesinato en febrero de 1980 en Madrid la convirtieron en el simbolo de una generacion de jovenes idealistas que se echo a la calle decidida a cambiar el mundo.

  • La muerte de las cuatro reinas de Astrid Scholte

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    Iris se marcho de su pais natal a los dieciocho, cuando la informaron del fallecimiento de su madre. En un barco toriense, navego por el canal hasta llegar a palacio. Se adapto a su nueva vida y al trono sin inmutarse e insistio en participar en la corte minutos despues de que enterraran a su madre bajo el palacio. Aquella misma noche se quedo despierta hasta la madrugada, leyendo libros de historia arquiana y sobre diplomacia. Nada la afectaba. Ni siquiera la muerte de su madre.
    Iris abrio sus ojos verdes y observo el cielo azul brillante. Estaba disfrutando del respiro que se habia dado del eterno palacio dorado. Como una cupula de cristal rodeaba el palacio, tanto en cada habitacion como en el interior se reflejaba un tono dorado. Incluso por la noche, los pasillos adquirian un color ambar oscuro, como si la oscuridad no se atreviese a rozar a las reinas con sus dedos negros…
    Una abeja le pico en la garganta. Una picadura fuerte que dio paso a un ligero dolor.

  • En carrera al amor de Mary Kate Williams

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    Ella:
    Disfruto del olor de las calles, la emocion y la incertidumbre de correr en la clandestinidad. Me gusta este mundo, pero me mantuve al margen porque aun era joven. Este ano es diferente. Todo es muy diferente. Este ano soy la chica que da la partida. Lo que no estaba en mis planes, era ver el regreso de Felix a las pistas. Yo lo habia visto sufrir, lo vi realmente mal. Ni siquiera estaba segura de que este fuera un buen momento para volver. Pero de alguna manera confiaba en el. Creia en el.
    Si tan solo supiera las veces que me quede viendolo cada vez que podia, las ganas que me daban de acercarme y fundirme en el. Es la tentacion hecha carne para mi.
    Puede que sufra, pero tambien puede que seas inmensamente feliz en el lugar correcto. A mi me parece que eso es lo que voy a vivir.

  • Cristina de Maria M. Villen

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    Cristina, una estudiante de Bellas Artes de diecinueve anos, coincide con Carlos, un atractivo millonario de mas de treinta, en una de las discotecas de moda de la ciudad. Aunque ella no lo sabe, es el vastago de una de las familias mas ricas del pais, que ha venido a hacer negocios con Santiago Altamiranda, dueno y senor de todos los negocios de la zona y del gran complejo Dark Side, donde se ofrecen todos los placeres a manos de prostitutas de lujo. Aprovechando una deuda con el padre de Cristina, Santiago la obliga a trabajar para el en el complejo. Asi es como la joven, apenas una nina, empieza su horrible andadura en el mundo de la trata de mujeres.

  • Vivir con ella de Irene Funes

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    Mi despertador marca las 7:02. Extravagancia personal. No me agradan las horas en punto. Me visto sin hacer ruido, me ato mis Nike recien estrenadas gracias a una amiga de la familia que tiene descuentos. Piso el asfalto al ritmo de End of Time de Beyonce, mis pies se mueven sin cesar. Corro para olvidar, para aclarar todas las ideas que me retumban en la cabeza. Salgo a esa hora porque ella aun duerme y se que es el unico momento en que me dejaria salir sola. Se que cuando llegue tendre que volver a encerrarme. La calle no esta hecha para personas como yo. Sus palabras resuenan en mi mente. Cambia la cancion y acelero el ritmo, noto como bombea mi corazon, siento cada paso que doy. La adrenalina de volar libre. Libertad. Es una palabra de la que no gozo al pronunciarla en voz alta, pero que si me permito experimentar en estos pequenos instantes. Y una sensacion que desaparecera en el momento que ella decida. Es como si pudiera rozar con la yema de los dedos esa sensacion, como el nino que intenta llegar a la nube con sus propias manos. Pero mi nube se vuelve oscura y turbia porque ella nunca quiere perder el control. Control. Que gran palabra. Es en esos momentos en el asfalto cuando me empodero y me convenzo de que puedo trazar la direccion de mi vida. Justo en ese instante acelero aun mas, advirtiendo mi libertad, avistando mi albedrio, justo en ese preciso instante la realidad me cae encima como un peso muerto sobre los hombros. Se me escapa una lagrima, pero no, me la limpio con la manga de mi camiseta. Continuo porque no debo retrasarme, he de regresar antes de que ella abra los ojos porque, si no, puede pasar lo peor. Llego sudada y satisfecha por el trabajo realizado. He conseguido subir hasta la montana y bajar en una hora. Esa montana me da paz. Ella tambien lo sabe, por eso me hace creer que mira hacia otro lado cada manana mientras salgo a hurtadillas, ya que en el fondo ella tambien lo necesitaria, pero es demasiado tozuda para hacerlo. Prefiere quedarse en casa, durmiendo, levantarse tarde y atiborrarse de comida fria que haya sobrado la noche anterior. Me meto en la ducha, dejo que caiga el agua templada sobre mi cabeza mientras cierro los ojos pensando que ojala esta sensacion de bienestar pueda durar toda la vida. Sonrio imaginandome que acaso pudiera llevar las riendas de mi vida, pero enseguida oigo la puerta; ya esta aqui. Mi sonrisa se desvanece a la vez que ella hace su aparicion. Mi nombre es Maria. Bienvenidos a mi historia. 2 SOLO SIRVO PARA ESCONDERME Intento concentrarme en el agua que cae sobre mi cabeza, cada gota consigue que toda mi musculatura se relaje, que toda la tension que ella pueda producirme disminuya debajo de ese chorro que parece que me transporte a donde yo quisiera estar, pero muy pronto vuelvo a la realidad. --Oye, tu, necesito la ducha. Date prisa. Cada manana lo mismo. Me irrita lo inoportuna que eres siempre --dice con una sonrisa cinica y su tono amargo tan habitual de por las mananas. --Acabo de entrar, Ana. Dame unos minutos. Ademas, es sabado, no tienes que ir a trabajar. --Intento contestar con la maxima dulzura posible para que su enfado no aumente, aunque no entiendo ese mal humor matutino. Lo tiene desde hace anos y realmente procuro convivir con el, pero es muy molesto. --?Unos minutos? Maria, espabila. No te lo vuelvo a repetir. --Cierra la puerta a la vez que sisea la ultima letra, sabiendo el panico que eso me produce. Ese sonido sibilante activa mi sistema de alarma. Su expresividad y su forma de remarcar cada palabra me hacen comprender que la situacion puede agravarse si sigo en mis trece. Me apresuro porque no pretendo tener problemas. Solamente anhelo seguir experimentando la sensacion anterior, la que consigue que me levante cada dia. Salgo de la ducha procurando tragar el nudo que se me ha formado en la garganta. Me miro al espejo. Observo mi piel palida. Paso mis dedos por el ondulado cabello que cae a un lado de mi cuello, y justo en ese momento aparece ella e insiste: --Si dejaras que yo controlara la situacion, si dejaras de resistirte, todo seria mas facil. --Tienes razon, Ana. Lo siento --le respondo mientras bajo la mirada. --Buena chica --contesta con un gesto de triunfo que no me pasa desapercibido, y me da un pequeno azote en el trasero antes de meterse en la ducha--. Si quieres, como hoy te has portado bien, podemos desayunar juntas. Pero algo ligero, que cada vez estas mas gorda y asi no vas a gustar nunca a nadie. --Tienes razon. Quizas haya ganado un poco de peso. Te lo agradezco, Ana. Eres muy considerada conmigo. --Ya lo se, Maria. Siempre pienso que harias en esta vida si yo no fuera tu guia --me responde mientras se atusa el pelo mirandose al espejo. --Pues… --empiezo a decir, pero me corta tajante. --!Pues llorar y quejarte! --Me mira de reojo mientras su brazo se ha quedado suspendido en el aire. Intuyo que con esa ultima frase quiere acabar la conversacion para poder ducharse tranquila. Cierro la puerta y oigo que ya ha puesto la musica a todo volumen. Creo que la pone tan alta para no oirme. Para no tener que escuchar nada, para no pensar. Solo disfrutar, ese es su lema.

  • El juego de la horca de Gina Peral

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    Me llamo Di; soy era una chica de lo mas normal, una friki del cine con una vida monotona y aburrida. Mi curiosidad por saber si una antigua leyenda sobre una princesa persa era cierta me llevo a aceptar la aventura que mi hermana Bianca me regalo por mi cumpleanos, pero nunca imagine que la expedicion arqueologica pudiera salir tan mal.Acusada de asesinato, mi unica compania es una libreta en la que he volcado todo lo sucedido durante los ultimos dias, en los que encontrar a Bianca fue todo mi mundo. Mientras la buscaba tuve que huir, esconderme, robar, defenderme y disparar. Encontre el amor, pero acabe encerrada, esperando ir a la horca mientras relato mi historia con la esperanza de que, entre sus paginas, tu puedas descubrir que paso. <El juego de la horca. ?Te animas a jugar?>>. .

  • Siete Cero Dos de Paloma Ainsa

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    Emma es contable. Su vida transcurre sin sobresaltos, y su circulo social se limita a cuatro amigos y a su excentrica madre.

  • Quiero amarte de Tina Casado

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    Una Escocia moderna y romantica son el escenario perfecto para demostrar valores como la pasion, el amor, la ternura. La lealtad tambien habra que demostrarla. Pero no todo es bueno, lo negativo tambien hara acto de presencia. El odio puede ser fuerte, pero ?lo sera mas del amor que existe entre ellos?

  • Otra Navidad sin ti de Nq Palm

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    Jared se bajo del autobus y dio la vuelta para ir a buscar su petate entre los pasajeros que se agolpaban a los costados del vehiculo, intentando recuperar sus pertenencias. La gente parecia tener prisa, asi que espero. El no tenia demasiadas ganas de correr hacia la casa que su familia tenia al norte de Nueva York. La Navidad anterior se habia librado, su destacamento debia hacer los trabajos de vigilancia en la frontera entre Afganistan y Pakistan. Pero este ano el coronel Jones no habia querido escuchar sus pretextos para quedarse en la base, <>, habia expresado impasible. No era cierto, eran grandes amigos fuera de la vida militar. Jones era mas mayor y habia sido amigo de su padre, y tambien tenia una familia a la que este ano no veria. Jared, pensando en ellos, se habia ofrecido a quedarse para que el pudiera ver a sus nietos pequenos. Aun asi, no lo habia conseguido. Desde su altura podia ver a los hombres, mujeres y ninos que chocaban entre si para salir de manera precipitada de la estacion de autobuses. Resoplo y se agacho a coger su petate, ya habia esperado suficiente, la paciencia no era una de sus virtudes. Camino un par de manzanas hasta llegar al parking donde dejaba su Harley a buen recaudo, mientras estaba fuera del pais. Saco las llaves del bolsillo y, despues de enganchar su bolsa, arranco. El rugido del motor entre sus piernas le dio la primera alegria del dia, eran las ocho de la tarde, pero el viaje en el autobus se le habia hecho eterno y pesado. Subio la cremallera de su cazadora de cuero y se dispuso a volar sobre el asfalto. Tenia su propio apartamento en Manhattan, pero habia prometido a su madre ir directamente a verla y quedarse con ellos unos dias. Mientras conducia a velocidad moderada penso en su padre, ya hacia nueve anos que habia muerto; un maldito cancer se lo habia llevado en tan solo seis meses. Fue una epoca dura para el, con veinte anos necesitaba de los consejos de su progenitor, en lo referente al ejercito y en su cabezoneria por ingresar en los Marines. Su padre tambien lo habia sido y decidio seguir sus pasos. A su madre le habia sentado como un tiro, pero decidio aceptar viendo las malas companias que habia adquirido en su adolescencia. Maggie, su madre, se habia vuelto a casar tres anos despues con un buen hombre. John se habia divorciado de su esposa y tenia una hija adolescente preciosa de la que tanto el como su hermano se habian encaprichado, le parecio bastante gracioso ver al cabron de Tyler perder la cabeza por una mujer. El, que siempre decia que antes de atarse tenia que conocer el amor libre. En aquella epoca, Jared se retiro, ya que ella tambien parecia corresponder a esa atraccion por su hermano pequeno. Tanto su madre como John se quedaron congelados en el sitio cuando su hermano y su hermanastra anunciaron su boda. Y el no queria ni recordar lo que vivio en aquel momento, una mezcla de felicidad por Tyler y unos celos que no habia sentido jamas en su vida. Esa chica se habia instalado bajo su piel y lo supo demasiado tarde. No asistio a la boda, ni queria ni podia. Se casaron jovenes, los dos tenian la misma edad, veinticuatro anos, Jared tenia dos mas. Por suerte, solo los veia una vez al ano. El dia de Navidad era la fecha en que todos se reunian en la casa de John, a la que su madre se mudo despues de casarse con el. El problema era que cuando el la cagaba lo hacia a lo grande; un par de Navidades atras se habia acostado con Kyra. Joder, se habia enredado con la mujer de su hermano. Algo impensable y repentino, pero habia sido el mejor sexo de su vida. Tenerla entre sus brazos habia sido un sueno hecho realidad, aun recordada el toque de su piel y lo adictiva que habia resultado. Se habia enamorado de ella y por eso los evitaba siempre que podia. Tyler era un tipo con suerte y el un capullo por haberse metido entre ellos. La verja de la entrada estaba abierta y la fachada totalmente llena de esas bombillas de colores, se detuvo un momento para admirar la pomposa decoracion y algo llamo su atencion en el tejado, ?habia un puto trineo con sus renos incluidos? Joder, su madre llevaba esto de la Navidad al extremo, conseguiria que John se matara por hacerla feliz. Llevo la Harley por el camino empedrado hasta la misma puerta principal y apago el motor. Estaba estabilizando la maquina en el irregular suelo de gravilla cuando oyo la voz de John. --Jared, todo ese ruido ensordecedor solo podias hacerlo tu --dijo descendiendo los peldanos en su direccion. Era un hombre fornido con el cabello lleno de canas. --Hola, John, lo siento... --No te preocupes por eso, me alegra que este ano hayas podido venir. Tu madre es una mujer feliz desde que llamaste para darle la noticia. --Le tendio la mano y se la estrecho en cuanto bajo de la moto. --Sigues entero despues de subir el trineo... John alzo la cabeza y sonrio. --Esta vez fue a Tyler a quien le toco hacer el trabajo. Oir el nombre de su hermano lo puso en guardia, despues de dos anos sin verse, tendria que enfrentar su ira... o eso suponia. Cogio la bolsa y subio las escaleras al lado del hombre, pero se mantuvo en silencio. --Tu hermano no esta, tenia trabajo en Washington y se fue ayer. Vendra antes de Navidad, pero no ha asegurado el dia. Kyra ya esta aqui, aunque ha salido --informo John. Parecia leer en su mente la pregunta que le rondaba la cabeza. Bien, saludaria a su madre y se iria tambien, no habia necesidad de ver a Kyra hasta la manana siguiente. El destino le daba unas horas mas de tranquilidad. --!Jared! --El grito de su madre le llego desde la cocina, la mujer salio con un trapo entre las manos y cubierta con un delantal rojo con las letras <> bordadas en el. Solto el petate para coger a su madre, que se habia lanzado a sus brazos, al vuelo. --Hola, mama, ?ya te estas pringando en la cocina? Le dio un sonoro beso en la mejilla que el correspondio sonriendo. Cuando su madre se ponia con ganas, hacia comida para todo un batallon, solo se podia esperar salir con diez kilos de mas de esa casa. --Este ano, por fin, os reuno a todos. Tambien vendran vuestros tios y ya sabes que no quiero que falte de nada en la mesa. --Estoy seguro de que eso nunca ocurrira. --Me rellenas como a un pavo para luego ponerme a dieta, eso es bastante injusto, mujer --solto John frunciendo el ceno. --!Hombres! Siempre quejandose --contesto ella, dandose la vuelta--. Nosotros ya hemos cenado, no sabiamos a que hora vendrias. Enseguida te preparo algo, Jared. Ahi tenia su oportunidad. --No te molestes, voy a ver a los chicos, ya cenare algo con ellos. --?Acabas de llegar y ya te vas? --dijo frenando su avance hacia la cocina y dandose la vuelta para encararlo.

  • El ladron de virgenes de David De Juan Marcos

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  • Besos con sabor a piruletas de Carlota Manzano

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    Anais busca la noticia, pues es colaboradora de uno de los espacios televisivos del corazon mas famosos de Manhattan. Mark es la noticia pues, a pesar de ser un afamado hombre de negocios, siempre esta en el punto de mira de los medios.

  • La hija del pintor de Julie Klassen

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    Un cambio de vida y un matrimonio con un desconocido para acallar un escandalo no parecen ser la mejor via para llegar al amor. ?O si?
    Sophie Dupont trabaja en el taller de su padre, retratista. Tiene talento propio y, sin embargo, lo mantiene oculto. De viaje por la costa de Devon, un destino habitual para los pintores de la epoca, conoce a Wesley Overtree, el primer hombre que le dice que es guapa. El capitan Stephen Overtree esta acostumbrado a ocuparse de las obligaciones que su hermano Wesley deja sin atender.

  • La peligrosa amante del jeque de Elizabeth Lennox

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    Shanelle Basara se subio un poco mas el formal vestido, irritada por tener que llevar un atuendo como ese. El hecho de que tuviera que estar alli era ridiculo, sobre todo porque se habia tenido que arreglar tanto para un idiota arrogante y engreido. Habia dejado bastante claro a los poderes facticos que no tenia ningun interes en estar alli ese fin de semana, pero alli estaba. Desgraciadamente, no tenia la opcion de ignorar la citacion sin mas. !Era el jeque! ?Pero que hacia ella alli? Shanelle miro a su alrededor y vio a muchisimas mujeres ansiosas y entusiasmadas, la mayoria de ellas mas bellas y preparadas que ella. Claro que algunas de esas diferencias eran intencionadas. Habia restado importancia a su aspecto a proposito, apenas se maquillo y eligio el vestido menos favorecedor que pudo encontrar. El vestido sin espalda era de un gris plateado que hacia que su piel pareciera palida y amarillenta. El corte del vestido hacia que sus caderas parecieran enormes y sus pechos apenas eran visibles, a diferencia de las elecciones hechas por muchas de las senoritas presentes. El corte del dobladillo probablemente mostraba demasiada pierna, pero era lo mejor que pudo conseguir con tan poco tiempo. Nadie diria que estuviera gorda, pero se negaba a morirse de hambre como muchas otras mujeres. Tenia una cintura pequena, ?pero a quien le importa la linea? Sus piernas eran bonitas, pero no demasiado tonificadas como las de la mujer que tenia a la derecha. Ni eran tan largas y delgadas como las de la mujer a su izquierda. Caminaba al lado de su madre y de su padre sintiendose inepta, cohibida y amargada, deseando ser otra persona y estar en otro lugar. No entendia por que habia tantas mujeres invitadas al gran baile en el palacio. Si los rumores eran ciertos, el jeque buscaba una esposa. Pero el hombre tenia treinta y seis anos y habia estado soltero hasta el momento. ?Por que cederia a la tradicion y se casaria ahora? No tenia ningun sentido. Desde luego, tampoco tenia mucho sentido que ella y sus padres estuvieran alli. Su padre era adinerado y caia en gracia al gobierno, pero no era un funcionario de alto nivel ni el director de una institucion. Su madre no trabajaba, pero ayudaba a su padre con la socializacion, lo que Shanelle sabia que era una parte muy importante de la vida en Canaan. Igual que en muchas carreras politicas gubernamentales, gran parte del trabajo del gobierno se realizaba durante los eventos sociales, durante negociaciones discretas con una copa de vino o bourbon que terminaban con un apreton de manos. Pero aquello no tenia nada que ver con Shanelle, asi que le resultaba muy extrano que la invitaran cuando nunca habia formado parte de esa red social hasta el momento. Asi que los rumores de que el jeque necesitaba encontrar una esposa debian ser ciertos. Puesto que aquella no era una posicion a la que Shanelle aspirara, deseaba darse la vuelta y volver a casa, acurrucarse en su comoda silla y leer un buen libro. Claro que tambien podria dedicar unas cuantas horas mas a estudiar para los examenes de derecho del proximo mes en los que se habia inscrito. Mientras esperaba en la cola a que la anunciaran, miro alrededor intentando averiguar como escabullirse de esa ridicula charada. No queria llamar la atencion, queria pasar desapercibida. Estar en segundo plano. -Papa, necesito ir a refrescarme -dijo ella y solto la mano de su brazo antes de que el pudiera replicarle. Sonrio a su madre para tranquilizarla, pero giro sobre sus tacones y se marcho en direccion opuesta. Detuvo a uno de los sirvientes que llevaban una bandeja con copas de champan, le pregunto donde estaba el servicio y se dirigio hacia alli lo mas rapido posible. Si tuviera mucha suerte, podria quedarse en la zona lujosa hasta que acabaran todos los anuncios. Shanelle tenia un plan. No era un plan muy bueno, pero le permitiria permanecer invisible. Volvio a asomarse al cabo de diez minutos e inspecciono el pasillo. Seguia habiendo una fila de personas que avanzaban hacia el salon de baile, pero al menos sus padres ya estaban dentro. Eso queria decir que ya no era necesario que la anunciaran formalmente a su llegada. !Podia ser anonima! Sonrio, se levanto la falda y recorrio el pasillo por donde los camareros iban de un lado para otro. Ser invisible seria mucho mas facil si pudiera pasar por la entrada de los sirvientes en lugar de la puerta principal. Sospechaba que el jeque y su sequito estaban esperando al pie de la escalera, saludando a cada uno de los invitados a medida que los anunciaban. Con una sonrisa de deleite, oteo el pasillo, entusiasmada por la idea de haber despreciado al jeque de esa manera. Era poca cosa y quiza insignificante, pero no era buena idea despreciar abiertamente a un hombre tan poderoso. Asi que esas pequenas rebeliones eran todo lo que podia ingeniar de forma segura. Se detuvo en la esquina, se giro un poco y miro al salon, intentando descubrir si era seguro entrar por ese pasillo o si debia buscar otro. Malik Badri del Rahal, Jeque de Canaan, vislumbro con el rabillo del ojo el destello de plata en la esquina. Levanto la mano y el ayudante que caminaba a su lado quedo en silencio inmediatamente. Si no hubiera sufrido tantos intentos de asesinato recientemente, jamas habria accedido a la celebracion de ese fin de semana. Pero incluso Malik acepto que la mejor manera de detener los atentados contra su vida era casarse rapidamente y engendrar un heredero. O varios herederos, como le habian aconsejado en muchas ocasiones. Malik se habia resistido a la idea, pues preferia concentrarse en hacer que el pais creciera. La idea de tomarse el tiempo para casarse y engendrar un heredero le parecia un desperdicio ridiculo. Pero tras el cuarto atentado contra su vida, Malik supo que debia hacerse algo drastico. No era que no le gustara la compania de mujeres. No, indudablemente disfrutaba esa parte de la vida. !Incluso con mucho placer! Lo que le fastidiaba era simplemente la idea de estar atado a una mujer. Sus consejeros le habian dicho una y otra vez que estar casado no implicaba que no pudiera disfrutar de la variedad, solo que deberia ser mas discreto al hacerlo. Ese pensamiento le dejo un mal sabor de boca, pero ya se habia hecho a la idea del matrimonio. Y la manera mas apropiada de cumplir la tarea era reunir a tantas mujeres aptas como fuera posible en el palacio y seleccionar una que pudiera cumplir el trabajo. Aquel era el tercer fin de semana y, hasta el momento, ninguna mujer le habia llamado la atencion. En ese momento, Malik deseaba senalar a una de ellas y terminar ya con la decision. Aquello parecia vulgar, pero estaba cansado de aquellos fines de semana llenos de bailes y cenas elaboradas. Tenia cosas que hacer y pasar el tiempo socializando con un grupo de mujeres excesivamente maquilladas, acicaladas y muertas de hambre no parecia una buena forma de pasar el tiempo ni de gastar el dinero. El destello de plata desaparecio por el pasillo de los sirvientes y Malik camino rapidamente en esa direccion con la determinacion de capturar a quien estuviera colandose en el salon. Sabia que no era un sirviente, ya que estos llevaban uniformes dorados y bermellones. Se le paso por la cabeza que, si pudiera capturar el destello de plata, quiza podria conseguir algunas respuestas sobre el plan para librarse de el. Si pudiera descubrir quien intentaba matarle, podria eliminar la amenaza y no tendria la necesidad urgente de casarse y engendrar un heredero. Malik sabia que su ayudante lo seguia, sin saber por que no estaban yendo hacia el salon de baile. El publico ya se estaba reuniendo con ansias por ver al jeque y presentarle a sus hijas para que las examinara. Pero lo que vio cuando giro la esquina era mucho mas fascinante que cualquier intencion criminal. El trasero curvo y exuberante que habia ante el hizo que su cuerpo reaccionara con un interes inesperado. ?Por que alguien enviaria a una mujer para matarlo? Cuando el bonito trasero desaparecio bajo el voluminoso vestido de baile, observo con un interes mayor como una pierna larga y esbelta aparecia por la parte frontal. La mujer tiro del material plateado que tenia sobre esa pierna pero a Malik no le importo, ya que aquello hizo que levantara un poco la mirada. La agradable y seductora vision del pecho de la mujer cautivo su atencion. Solo pudo ver el costado y la mayor parte del pecho estaba cubierta con el fabuloso vestido, pero pudo entrever suficiente para captar su interes. <>, penso con placer. Malik recorrio el pasillo e hizo una senal a sus guardias para que se adelantaran a la mujer por el pasillo paralelo pero sin detenerla. Sus ordenes eran esperar mientras el descubria cuales eran sus intenciones. Mientras observaba, la belleza del vestido plateado caminaba sigilosamente por el pasillo. Por que intentaba ser tan silenciosa era un misterio, pero la forma en que echaba un vistazo a cada pasillo perpendicular era adorable, dandole a el otra vision de su adorable pompis. A medida que ella avanzaba por el pasillo, comenzo a sospechar que esa mujer no era del tipo criminal. Era demasiado obvia y muy poco sigilosa. Ademas, la expresion de su cara tenia algo que no parecia propio de alguien con intenciones de asesinar. Parecia demasiado alegre, demasiado encantada con su travesura. Cuando llego al final del pasillo, se acerco con intencion de verle la cara. Despues de haber observado su cuerpo durante los ultimos minutos, admitio que estaba mas que un poco intrigado. Fascinado seria una expresion mas adecuada. Se acerco mas y observo con interes como ella cruzaba los dedos a su espalda para despues asomarse a la entrada del salon de baile. <>, penso el. De ninguna manera iba a permitir que esa pequena belleza se perdiera entre la multitud, como sospechaba que intentaba hacer. Una asesina no cruzaria los dedos a su espalda. Sacaria una pistola u otra arma. Tampoco llevaria un vestido plateado que atrapara la luz, haciendo que toda su figura brillara. No, una asesina pasaria desapercibida, posiblemente con un vestido negro o incluso marron. Algo que muchas otras mujeres vistieran. O se vestiria como una camarera. Pero aun asi, ella destacaria. Ese cabello negro y reluciente trenzado en la parte trasera de su cabeza resaltaba su delicada estructura osea. <>, penso el mientras la luz del salon de baile iluminaba sus rasgos. Sus ojos eran de un marron chocolate oscuro, su piel tenia un color cremoso con tonos melocoton que el no creia que fuera maquillaje. Tenia unas pestanas largas y gruesas que rodeaban esos ojos almendrados, haciendo que tuviera un aspecto sensual sin usar montones de maquillaje. Incluso el hecho de que llevara menos de la mitad de maquillaje que las demas mujeres habria hecho que destacara. Por no mencionar el entusiasmo de sus adorables y expresivos ojos cuando se mordia su carnoso labio inferior. No, esa mujer no era una asesina. El se apostaba la vida literalmente con ese instinto cuando se acerco mas y se apoyo contra la pared justo detras de ella. En esa posicion, ella estaba demasiado ocupada mirando a la vuelta de la esquina, pero el pudo ver debajo de ese bonito vestido aquellos pechos que sus manos repentinamente ansiaban sostener y examinar. Eran abundantes y exquisitos y el corte del vestido le dio una seductora vision del profundo escote y las interesantes sombras. Sus ojos percibieron el lazo que mantenia el corpino sin espalda en su lugar y deseo con desesperacion estirar de ese provocador cordel para poder ver completamente esos pechos

  • Mia en silencio (Confesiones en la noche 2) de Marion Marquez

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    Francis Laughton, conde de Welltonshire, no ha tenido una vida facil. A pesar de todo, desde su infancia ha aprendido a enfrentar las adversidades con sabiduria y un increible optimismo. Es por esa razon que reconoce su interes por los mas debiles, hasta el punto de ser incapaz de ignorar la desgracia ajena. Melanie Hefferman, hija de un antiguo vizconde, es una joven envuelta en un pasado demasiado oscuro para que alguien se atreva a traerlo a luz. Ignorada por los ojos de la mayoria, se ha refugiado en la soledad... hasta que se encuentra con el. Francis estara decidido a quitarle la mascara y hacerla hablar, no importando que tenga que soportar y a que deba recurrir, incluso, casarse con ella.

  • El ejercito de los sonambulos, Wu Ming de Wu Ming

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    Paris, enero de 1793. El rey Luis XVI esta a punto de ser guillotinado y la ciudad bulle entre el entusiasmo de los partidarios del nuevo orden y las conspiraciones de los monarquicos. El Terror no tardara en llegar, y la Revolucion entrara en una fase critica.

  • El reflejo de la injusticia de Hector Bueno Martin

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    “En un ambiente sociopolitico en constante enfrentamiento, un misterioso personaje, con una mascara de espejo, decide impartir la justicia que parece haber dejado de funcionar. Los medios le llaman "El Reflejo de la Injusticia", pero Marel Marno prefiere no imponerse ningun titulo; al fin y al cabo, ella solo es una joven que sigue buscando a los culpables de la desaparicion de su mejor amiga”. En esta ocasion, Hector Bueno, el autor de "Proyecto Tempus", nos recrea un thriller con esencia de novela negra actual, que transcurre por las calles de varias ciudades y pueblos aragoneses, como Calatayud, Zaragoza o Bijuesca. La trama alrededor de los personajes se va mezclando y enlazando hasta sumergirnos en una historia de crimenes, venganza y justicia.

  • La senorita Amelia pesca a un duque de Sandy Raven

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    "No tengo la costumbre de ir pidiendoles a las damas que se casen conmigo. De hecho, sois la segunda mujer que ha recibido nunca tal... invitacion." Se aproximo un poco mas a ella, hasta acercarse tanto que podia ver el leve temblor de su delicioso labio inferior. "Y me devolvio el beso, Amelia, no pretenda que no."

  • El psicoanalista de John Katzenbach

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  • Pandemia selectiva de

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    Habian descubierto el arma definitiva. A peticion de cualquier cliente que lo pudiese pagar, podian fabricar un virus letal capaz de eliminar solo a la etnia seleccionada..
    La mas novedosa tecnologia farmaceutica al servicio de la muerte. Intriga, suspense, asesinatos, en la carrera de venderla al mejor postor.
    Sin quererlo Yoko Yoshida, se habia visto envuelta en la conspiracion. Para enfrentarse a ella solicito la ayuda de la unica persona a la que confiaria su vida: Sergio.
    Para el resto del mundo, Yoko era la heredera de una de las familias mas poderosas de Japon. Para Sergio su mejor amiga. Cuando se acomodo en el asiento de aquel avion para encontrarse con ella, no podia imaginar que tendria que perseguir a la muerte por varios continentes.

  • Sed de Neal Shusterman

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    ?Hasta donde llegarias para conseguir la ultima gota de agua?

  • Quedate (Quedate 1) de Lina Perozo Altamar

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    Quedate: Volumen 1
    Nos cuenta los primeros anos de vida de Victoria Anderson, una tierna nina de ojos verdes y cabellos dorado. Es la unica hija del matrimonio de Stephen Anderson, heredero de una de las familias mas poderosas de Escocia, radicada en Estados Unidos, con Virginia Hoffman, una campesina de Illinois.
    Victoria tendra que enfrentarse a grandes desafios, como: la muerte de su madre, vivir por un tiempo alejada de su padre y, luego, abandonar su vida apacible en el campo, para iniciar una nueva, bajo el seno de su familia, los Anderson. Y cuando por fin es realmente feliz, una tragedia trastocara su mundo, llenando su corazon de tristeza, confusion y culpa.
    En un viaje hacia Europa, conocera al atractivo y misterioso Terrence Danchester, hijo mayor del duque de Oxford, quien de inmediato despertara el interes de Victoria. Juntos, formaran una entranable amistad, que los llevara a descubrir la magia del primer amor, durante un inolvidable verano en Escocia.
    Este es el primer libro de la serie <> escrita por las hermanas Lily y Lina Perozo, que inicio en junio de dos mil nueve, y consiguio cautivar el corazon de cientos de lectoras en todo el mundo.

  • La senora Stendhal, Rafel Nadal de Rafel Nadal

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    Cuando el ultimo dia de la guerra una bala se lleva la vida de una joven madre en un tiroteo en la plaza de Sant Pere de Girona, el destino de Lluc queda para siempre atado al de la senora Stendhal, que lo criara como si fuera hijo suyo. La fuerza de la madre adoptiva, la rebeldia del joven Dani y la sabiduria del abuelo Didac acompanaran la mirada inocente del nino por un paisaje cargado de emociones y promesas. Hasta que choque con el ansia de venganza de los ganadores, decididos a saldar cuentas. Despues del exito internacional de La maldicion de los Palmisano, Rafel Nadal vuelve a la posguerra con su obra mas madura; una novela, entre realidad y ficcion, que cierra el ciclo del autor sobre los bandos, el destino y la libertad individual.

  • La ruta de los reyes de Morgan Rice

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    El rey MacGil ha muerto. Sus perversos enemigos esta vez si han logrado el objetivo que ya persiguieran en La senda de los heroes y, con su asesinato, el caos se aduena rapidamente del Reino Occidental del Anillo: las luchas por el poder, los celos, la violencia y la traicion se apoderan de la situacion y los McClud tratan de aprovecharla para hacerse con el reino. Al mismo tiempo, Thor intenta saber mas sobre su origen y esos extranos poderes que tantos contratiempos le han ocasionado. Sus descubrimientos pueden ayudarle a acabar con la sinrazon que gobierna el reino, asi como servirle para otro de sus fines mas anhelados: recuperar el amor de la hija del rey, Gwendolyn.

  • Reclamada por su Alfa de T.n. Hawke

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    Sheila:

  • La Indiana de Maria Teresa Alvarez

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    Maria Teresa Alvarez referente en la novela historica en Espana

    Una oscura noche de 1877, en el pueblo de Candas, Asturias, los ninos Marina y Silverio pierden a sus respectivos padres en la mar. El se pondra a faenar como pescador para mantener a su madre y sus hermanos. Ella, inteligente y despierta, continuara en la escuela y ayudara a su amigo a seguir educandose. Pero Marina tambien tendra que abandonar pronto los libros, su gran pasion, para trabajar en una fabrica de conservas.

  • El tributo de la corte oscura de Holly Black

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    La malta justifica mejor que Milton los caminos de Dios para con los hombres. E. Housman Terence, This Is Stupid Stuff Kaye dio otra calada al cigarrillo, y lo introdujo en la botella de cerveza de su madre. Era una buena forma de comprobar hasta donde llegaba la borrachera de Ellen. Quien sabe, igual esta vez ni se daba cuenta. Ellen, Lloyd y los demas componentes de Stepping Razor seguian en el escenario. La actuacion habia sido desastrosa y, al ver como destrozaban el equipo, Kaye comprendio que ninguno de ellos habia quedado satisfecho. No importaba mucho, la verdad, pues el sistema de sonido estaba demasiado alto, casi chirriaba; ademas, el publico no habia parado de beber, fumar y gritar. Lo mas probable era que al agente de la banda le importase un bledo. Incluso hubo quien bailo al ritmo de la musica. El camarero de la barra miro otra vez a Kaye de forma lasciva, y le ofrecio una bebida “a cuenta de la casa”. --Leche --contesto Kaye con una sonrisa burlona, al tiempo que echaba hacia atras su despeinada y rubia melena. Cuando el camarero se dio la vuelta, Kaye se metio en el bolsillo un par de estuches de cerillas. En ese momento la madre de Kaye se planto junto a ella, dio un largo sorbo de la botella de cerveza y acto seguido escupio sobre la barra. Kaye apenas pudo reprimir la carcajada que escapo de sus labios. Su madre se quedo mirandola con incredulidad. --Ve a cargar el coche -- le ordeno, con voz ronca tras la actuacion. Ellen se aliso con los dedos el cabello empapado y lo retiro de la cara. El carmin casi le habia desaparecido de los labios, pero aun quedaban restos en las comisuras. Parecia cansada. Kaye se bajo de la barra y, de un salto, subio al escenario. Mientras recogia al azar los objetos esparcidos, Lloyd la fulmino con la mirada, por lo que Kaye se limito al reunir las pertenencias de su madre. Los ojos de Lloyd se veian vidriosos. --Oye, nina, ?llevas dinero encima? Ella se encogio de hombros y saco un billete de diez dolares. Tenia mas; acababa de regresar de Chow Fat, y Lloyd debia de saberlo. Servir comida china a domicilio no resultaba muy rentable, pero se ganaba mas que actuando con un grupo musical. Lloyd recogio el billete y se dirigio a la barra, seguramente con la intencion de pedir unas cervezas. Kaye termino de recoger las cosas de Ellen y se fue abriendo camino entre la multitud, que se apartaba para dejarla pasar. Al salir del bar, el aire fresco del otono resultaba un alivio, a pesar del desagradable olor que despedian los tubos de escape y los pasos subterraneos. Kaye siempre tenia la impresion de que la ciudad apestaba a metal. En unos minutos cargo el coche. Entonces, regreso al bar con la intencion de sacar de alli a su madre antes de que alguien rompiese la ventanilla y robase todo lo que habia dentro del vehiculo. En Philly no se podia dejar nada en el interior de los automoviles. La ultima vez que habian abierto el coche de Ellen habia sido para robar un abrigo de segunda mano y una bolsa con toallas. Esta vez, la muchacha que comprobaba los documentos de los clientes a la entrada del bar miro a Kaye con detenimiento, pero la dejo pasar. De todas formas, ya era tarde, casi habia llegado la hora de la ultima ronda. Ellen seguia junto a la barra, fumando y bebiendo, ahora whisky. Lloyd estaba hablando con un tipo de pelo largo y oscuro. Aquel hombre parecia fuera de lugar, demasiado acicalado quiza; pero Lloyd le pasaba el brazo por los hombros. Kaye capto un fugaz destello en los ojos del extrano. Era un resplandor amarillo, como de ojos de gato, que se reflejaba en la barra oscura. Kaye sintio un escalofrio. A veces, veia cosas extranas; pero habia aprendido a ignorarlas. --Ya esta todo en el coche --le dijo a su madre. Ellen asintio con un gesto, sin apenas prestarle atencion. --Dame un cigarrillo, tesoro. Kaye rebusco en su mochila militar de segunda mano y saco dos cigarrillos. Le paso uno a su madre y encendio el otro. Ellen se acerco a Kaye, y esta noto aquel olor a whisky y cerveza que le resultaba tan familiar como a otras personas un determinado perfume. --Beso de cigarrillo --dijo su madre de esa forma tan pueril que resultaba embarazosa y tierna al mismo tiempo, y junto el extremo de su pitillo con el de Kaye; entonces, aspiro con fuerza. A la segunda calada, el cigarrillo se encendio. --?Preparadas para volver a casa? --pregunto Lloyd. Kaye dio un respingo. Sabia que Lloyd estaba alli, pero le asusto el tono de su voz. Sonaba aterciopelada, un tanto sordida. No era la voz habitual de Lloyd. En absoluto. Al parecer, Ellen no advirtio nada raro. Se acabo de un trago el resto de su bebida. --Claro que si. Un instante despues, Lloyd levanto el brazo como si fuera a golpear a Ellen por la espalda. Kaye reacciono sin pensarlo, y le dio un empujon. Solo gracias a que el estaba totalmente borracho Kaye fue capaz de hacerle perder el equilibrio. El cuchillo cayo al suelo con un ruido metalico. El rostro de Lloyd se mostraba totalmente inexpresivo carente de toda emocion. Tenia los ojos abiertos de par en par y las pupilas dilatadas. Frank, el bateria de Stepping Razor, agarro a Lloyd del brazo. Este solo tuvo tiempo de darle un punetazo en la cara antes de que otros clientes lo redujeran y alguien llama a la policia. Para cuando llegaron los agentes, Lloyd no recordaba nada; pero estaba fuera de si y no paraba de gritar e insultar a Ellen. Los policias condujeron a Kaye y a su madre hasta el apartamento de Lloyd y esperaron hasta que la muchacha hubo terminado de meter la ropa y las pertenencias de ambas en bolsas de basura. Ellen hablaba por telefono, intentando encontrar un sitio donde pasar la noche. --Tesoro --dijo, por fin --, no nos queda mas remedio que ir a casa de la abuela. --?La has llamado? --pregunto Kaye, mientras metia sus discos de vinilo de Grace Slick en una caja de naranjas vacia. No habian visitado a su abuela ni siquiera una vez desde que abandonaron New Jersey, seis anos atras. Ellen apenas cruzaba un par de palabras con su madre en las fechas mas senaladas, y enseguida le pasaba el telefono a Kaye. --Si, la he despertado --la voz de Ellen sonaba a oido de Kaye mas cansada que nunca--. Sera por poco tiempo. Podras visitar a esa amiga tuya… --Janet --interrumpio Kaye. Kaye albergo la esperanza de que Ellen se refiriera a Janet. Confiaba en que su madre no empezara otra vez con rollo de las hadas. Si volvia a escuchar otra historia sobre Kaye y sus amigos imaginarios, le iba a dar algo…

  • Otra vuelta de tuerca de Henry James

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    Un clasico del terror gotico, que marco un hito en la literatura universal, reinterpretado a traves del estilo perturbador e inconfundible de Ana Juan. Una lectura a la que volver una y otra vez para descubrir lo que se esconde entre las lineas del texto y los trazos de los dibujos, ya que en esta historia inmortal todo asombra y nada es lo que parece.

  • El general del ejercito muerto de Ismail Kadare

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    Veinte anos despues de la derrota del ejercito italiano en Albania, un general asume la mision de recuperar los cadaveres de sus compatriotas caidos alli en combate durante la Segunda Guerra Mundial. Entre ellos, los restos del emblematico coronel Z., por especial encargo de su aristocratica madre y de su muy atractiva viuda. En compania de un capellan militar se traslada al vecino y accidentado pais, y emprende la penosa labor de localizar, desenterrar y reunir los despojos de aquel ejercito muerto. En el largo itinerario, que se prolonga durante meses, resucitaran las viejas historias, unas emotivas y otras crueles, de quienes fueron sus protagonistas directos, tanto muertos como vivos. El barro, la oscuridad, las inclemencias del tiempo y la mirada desconfiada de los aldeanos constituyen la atmosfera que envuelve a la pintoresca pareja. Una atmosfera que se va cargando por momentos, provocando tensiones reflexivas entre el general y el religioso sobre su cometido, la guerra, el amor, la vida y la muerte, hasta desentranar el destino del coronel Z.

  • La guerra de los pobres de Eric Vuillard

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    A su padre lo habian ahorcado. Habia caido al vacio como un saco de grano. Tuvieron que cargarlo a hombros por la noche, y despues enmudecio, la boca llena de tierra. Entonces todo ardio. Los robles, los prados, los rios, los galios de los taludes, la tierra pobre, la iglesia, todo. El tenia once anos. A los quince anos de edad, habia fundado una liga secreta contra el arzobispo de Magdeburgo y la Iglesia de Roma. Leia las Epistolas de san Clemente, el Martirio de Policarpo, los Fragmentos de Papias. El y algunos camaradas cantaban las maravillas de Dios, atravesaban el Jordan en batin y, trazando con tiza en el suelo el circulo cosmico, signo de union, se tumbaban dentro por turnos, y estiraban los brazos en cruz para que descendiese el Cielo en la Tierra. Y entonces el se acordaba del cadaver de su padre, de su lengua enorme como una palabra que se hubiese secado. <> Eso creia el. Cuentan que, en Stolberg, un tal Barthol Munzer habia sido vinador; se habla tambien de otro tal Monczer Berld y de un Monczers Merth, pero nada se sabe de ellos. Esta tambien Thomas Miinzer, muerto en una trifulca en una taberna. No se sabe si le habian sacudido un mamporro o le habian roto la crisma, tampoco se sabe si fue o no pariente del otro Thomas Muntzer, aquel cuyo padre, hacia 1500, por motivos desconocidos, fue ejecutado por orden del conde de Stolberg, unos dicen que ahorcado, otros que en la hoguera. * Cincuenta anos antes, una pasta ardiente habia fluido desde Maguncia hasta el resto de Europa, habia fluido entre las colinas de cada ciudad, entre las letras de cada nombre, en los canalones, en los recovecos de cada pensamiento, y cada letra, cada pedazo de idea, cada signo de puntuacion, habia quedado apresado en un trocito de metal. Esos trocitos los habian repartido en un cajon de madera. Las manos habian elegido uno, luego otro, y habian compuesto palabras, lineas, paginas. Los habian mojado con tinta y una fuerza prodigiosa habia presionado lentamente las letras sobre el papel. Repitieron la operacion decenas y decenas de veces, antes de doblar las hojas en cuatro, en ocho, en dieciseis. Las fueron colocando las unas a continuacion de las otras, las pegaron entre si, las cosieron, las envolvieron en cuero. De ese modo se formo un libro. La Biblia. Asi, en tres anos, confeccionaron mas de ciento ochenta ejemplares, cuando un solo monje no habria copiado mas que una. Y los libros se multiplicaron como los gusanos en un cadaver. Con lo cual, el pequeno Thomas Muntzer podia leer la Biblia, crecio con Ezequiel, Oseas y Daniel, pero era el Ezequiel de Gutenberg, el Oseas de Gutenberg y su Daniel; y tras abrir la cancela podrida y desvencijada que rascaba el suelo, permanecia largo rato abajo, en la vieja cocina, frotandose los ojos. No sabia lo que veia ni lo que debia ver. Estaba solo como un ladron, y era inocente. Paso el tiempo; vivio con su madre, sin duda en la estrechez. Padecia del corazon. Bajo los robles, los abetos, en la tierra pobre del Harz, mientras corria tras los cerdos con otros crios, tenia que detenerse, atontado de pronto, y rompia a llorar. Si, me lo imagino al borde de un rio de guijarros negros, el Wupper o el Krebsbach, eso poco importa, o en las laderas de pequenas lomas tristes, de caos rocosos, colinas erosionadas, miseras turberas, en el valle del Bode o del Oker, asfixiandose en medio de una mezcla de amargura y amor. Finalmente, curso estudios, en Leipzig, luego se hizo cura en Halberstadt, en Brunswick, despues preboste aqui y alla, hasta que, tras sufrir numerosas tribulaciones entre la horda de los partidarios de Lutero, salio de su agujero, en 1520, cuando fue nombrado predicador en Zwickau. Zwickau Mas alla de las fronteras de Sajonia, Zwickau es poco conocida. Es un simple villorrio. Zwicker quiere decir quevedos, Zwickel, bolsillo de chaleco, Zwiebel, cebolla, y zwiebeln, atormentar, vejar. Pero Zwickau no quiere decir nada, o bien significa mondaduras, fulanos, buenos negocios, si, eso quiere decir Zwickau: fulanos y buenos negocios. Porque en Zwickau se teje, se teje muchisimo, se teje para todo el mundo, para la gente de Frankfurt y de Dresde; incluso en Paris se cuenta que antano algunos dormian en sabanas de Zwickau. Y tambien se excava en la tierra, se explotan minas. Y asi, inmediatamente despues de los Welser y los Fugger, vienen los burgueses de Zwickau. Los burgueses oyeron predicar a Muntzer, en la iglesia de Santa Maria; pero, al regresar Egranus, a quien habia sustituido, nombraron a Muntzer predicador en la iglesia de Santa Catalina, parroquia de los tejedores y de los mineros. Alli, Muntzer debio de codearse con el grupo de los profetas de Zwickau: Storch, Stubner, Drechsel. Aquellas tres sombras se agitaban con todas sus fuerzas, inmersas en el extasis, las visiones y los suenos, pendientes del momento en que Dios les hablaba directamente . La gran controversia la suscitaba predicar un bautismo voluntario y consciente. Bueno, es que resulta un tanto anticuada esa idea de bautismo, ese racionalismo de locos furiosos, ese Aufklarung del copon. Pero en realidad es una reaccion a la corrupcion de la Iglesia, a la irracionalidad de la doctrina y de los sacramentos. Porque los locos furiosos de Zwickau no leen a Agustin y a Tomas de Aquino, no, ellos leen a Erasmo y a Nicolas de Cusa, leen a Raimundo Lulio y a Jan Hus, polemizan, argumentan, quieren mantenerse desnudos en la verdad. Asi, la ciudad esta dividida en dos. Por un lado, los patricios, en Santa Maria, por el otro la plebe, en Santa Catalina. La razon y la pureza se la llevaran los pobres; ante ellos comienza a agitarse Muntzer, ahi se aviva la herida. El habla. Se le escucha. Cita los Evangelios: <>. Cree que los textos pueden leerse sencillamente, al pie de la letra; cree en una cristiandad autentica y pura. Cree que todo aparece es- crito con pelos y senales en san Pablo, que en los Evangelios se encuentra todo lo que es menester. Eso cree. Y eso es lo que predicara a los pobres tejedores, a los mineros, a sus mujeres, a todos los menesterosos de Zwickau. Cita el Evangelio anadiendo signos de exclamacion. Y le escuchan. Y se remueven las pasiones, porque los tejedores son conscientes de que, si se tira del hilo, detras ira todo el tapiz, y los mineros, de que, si se excava demasiado, se desmoronara toda la galeria. Entonces comienzan a decirse que les han mentido. Desde hacia tiempo los asaltaba una impresion perturbadora, desasosegante, habia un monton de cosas que no se entendian. No se entendia por que Dios, el dios de los mendigos, crucificado entre dos ladrones, necesitaba tanta pompa, por que sus ministros necesitaban tanto lujo, a veces eso les hacia sentirse incomodos. ?Por que el dios de los pobres se situaba tan extranamente junto a los ricos, con los ricos, sin cesar? ?Por que hablaba de abandonarlo todo por boca de quienes se habian apoderado de todo?

  • Un alma candida de Elizabeth Taylor

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  • Sin red (Serie Hacker 2) de Meredith Wild

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    A pesar de su caracter controlador, Blake Landon, el joven y rico hacker, ha conseguido por fin ganarse la confianza de la mujer que ama.
    Por su parte, Erica Hathaway, creadora de una red social de moda, ha accedido por fin a darle una oportunidad a Blake.
    Dispuestos a empezar juntos una nueva etapa, Erica esta decidida a no dejar que nada se interponga entre ellos, aunque para ello deba cederle el control a Blake dentro y fuera de su dormitorio.
    Pero cuando los demonios del pasado amenazan su futuro, Erica toma una decision que podria cambiar sus vidas para siempre.

  • El jefe de mis suenos de Carmina D

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  • La obsesion de Maddy Clare de Simone St. James

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    Una mujer que odiaba a los hombres en vida... y que siguio haciendolo despues de muerta. Pero ?por que? ?Podra desvelarse el secreto tantos anos despues?

  • Al rescate del amor de Isabella Abad

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    Es el ano 1843. Las oscuras y traicioneras aguas del Rio de la Plata, en el cono sur americano, se han cobrado otro navio: Nuestra Senora de la Caridad. Con el se hunde tambien una hermosa y enigmatica escocesa y su historia de amor, amen de un pequeno tesoro.
    Ciento setenta anos despues, una expedicion de rescate se organiza para encontrar los restos del naufragio. El buzo y capitan argentino Sebastian Cortes ignora que, al poner a rodar sus suenos de exploracion subacuatica, tambien activa una trama antigua de ambiciones y venganza.
    A bordo de su buque, el Incitatus, y custodiado por la bella Elvira Gamboa, de la familia noble de los Bedford, la busqueda se tenira de pasion y romance. Pronto todo se desvirtua y prima la lucha entre los deseos de poder del Conde de Bedford y los de revancha de los O’Connell, clan que clama justicia por su antecesora abandonada y enganada para morir lejos de su tierra natal.
    Un pequeno cofre en el lecho marino, un clan de airados escoceses, una rancia familia noble inglesa, un amor del pasado y otro del presente.
    Una historia en dos tiempos que te asegura romance, pasiones y suspenso.

  • Cuando vuelvas a mi de Tania Sexton

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    Cuando el duque de Allthon descubre a esa preciosa muchacha en una de las salas de su casa de Edimburgo, se le hace la boca agua. Se pregunta quien sera, que hace alli y, sobre todo, a quien pertenece. No tarda ni un segundo en coquetear con ella y quedar hechizado por el candor que desprende. Pero, cuando a los pocos minutos aparece su sobrino y la presenta como su esposa, el duque cambia por completo.
    William tendria que haberse casado con la cunada del duque, como estaba acordado, no con una extranjera, que habla un ingles deplorable y que, para colmo, no es aristocrata. En que demonios estaba pensando William trayendo a... a... ese bocadito precioso, a… esa nina bellisima.
    Pese a su desacuerdo, acepto. No ordeno anular aquel matrimonio pues, aunque el no lo supiera, Rosalia ya se le habia metido en la piel. Ya estaba horadando el camino hacia su corazon.
    Cuando ella se da cuenta de que la relacion con su reciente marido no es como esperaba, conoce al duque, y es entonces cuando descubre la realidad de la pasion, el poder de lo prohibido y las encrucijadas de la vida.

  • El imperio de marfil ( Temerario 4), Naomi Novik de Naomi Novik

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  • Matrimonio por Contrato de Anna Sanz

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    Eve es una chica normal, todo lo normal que puede ser una persona, claro, tal vez por eso, cuando Daniel, el hombre con quien pasa una noche de borrachera, aparece en su trabajo y le pide que se case con ella no puede creerselo. Al menos no puede creerselo hasta que el insufrible millonario le explica el por que quiere casarse con ella.

  • Aunque suene con tu nombre de Natalia Sanchez Diana

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    Unas reliquias, un libro publicado en la epoca victoriana, un hombre misterioso y mucho deseo en esta nueva novela para amantes de las flores y del romance.

  • Recuerda, mi amor de Nekane Gonzalez

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    Dejate enamorar por la historia de Julia y Tony en la que tendran que enfrentarse a innumerables acontecimientos, peligros que jamas imaginaron y situaciones adversas en las que nadie es lo que parece.

  • Una chica viral de Silvia Alcala

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    Ahi esta otra vez. ?Ha pasado por delante de mi mesa a proposito? Raul es guapo, muy guapo, de esos guapos que no van de guapos. Si el mundo fuese al reves, y a los tios se les valorase por el fisico, ya seria un jefazo. No digo que no tenga talento, porque lo tiene. Pero es que es taaaan guapo, que cuesta tomarselo en serio. Durante el dia se dedica a llevar la contabilidad de la empresa, y por lo que intuyo a pasar por delante de mi mesa. No es que yo no sea guapa, que lo soy, o eso dice mi madre. Es cierto que todas las madres dicen que sus hijas son guapas, pero es que la mia no es una madre de esas. Cuando mi madre me sacaba a pasear en el carrito y le decian "que nina mas guapa tienes", ella les miraba con cara de circunstancias y respondia "gracias por la mentira". Fue asi de bebe, y fue asi cuando era una nina morena de ojos claros, de esas que podrian haber hecho algun anuncio de chocolate, o de detergente, o de lo que fuese que necesitase a una nina mona y sonriente. Aunque mi madre, si me hubiese llevado a algun casting, habria sido a esos de antes y despues. Por supuesto, yo seria el despues. --?Tienes la cuenta de Nissan? Vale. Ahora se ha parado delante de mi mesa. Y encima me ha hablado. De trabajo, pero me ha hablado. --Te la envie por mail. Su mail es RaulpuntogutierrezarrobaCooperandsonpuntocom, pero deberia ser mazizobuenorrodejatederodeosypidemeunacitaarrobayapuntocom. --Se me habra traspapelado. O seguramente ha ido directamente a la carpeta de spam, como mis insinuaciones. ?Tan sutil soy? ?Es que este escote no te esta diciendo "hola, amigo, hacemos un afterwork"? --Es posible que lo tengas en la carpeta de no deseado. No deseado. Algo incompatible con Raul. --Lo miro enseguida y te digo. Ahi se va otra vez. Os juro que yo no soy una de esas tias del tipico libro romanticon. A mi me gusta tomar la iniciativa, no tengo problema en entrar a los tios. Pero no puedo. No desde que esa capulla de Beatriz, la harpia mas grande que conozco y para mas senas mi mejor amiga desde el insti, me dijo que no tardaria ni un mes en entrarle al primer tio que me gustase de mi nuevo trabajo. Y por ahi no paso. No pienso darle la razon. Aunque me muera de ganas, aunque tenga toda la razon del mundo. --Raul, por cierto... Raul, anda, guapo, girate un segundo. --?Si? --Si aceptan el presupuesto, habra que celebrarlo. --Claro, hacemos un afterwork. Yo preferiria un after-after-afterwork. Pero me vale. Y no, no estoy dandole la razon a la harpia de Beatriz. Tan solo estoy confraternizando profesionalmente. Eso no cuenta. --?COMO QUE NO CUENTA, PEDAZO DE GUARRA? Ya esta Beatriz y su diplomacia exquisita. He quedado con ella para comer, y ya me lo esta echando en cara. --No me seas tan... tu. --?Guapa, lista, simpatica, decidida...? --Y mojigata. --Tia, que es tu curro. Que en el curro la gente cotillea de todo, en Espana es deporte olimpico. Que como te lies con este Raul, la has cagado. --La gente ya no es asi. --No, claro que no, es peor. Antes al menos tan solo te ataban a un palo y te prendian fuego por bruja. Ahora encima lo comparten por instagram, twitter y tiktok. --Se te olvida Facebook. --Que antigua eres. Facebook es tan solo para viejos. --?Y que somos nosotras? --Mujeres con caracter que han pasado de los treinta y lo llevan fenomenal. Vale, que han pasado mucho de los treinta, pero ni se nota. --?Entonces, no voy al afterwork? Porque nos han aprobado la cuenta. --?Tu eres tonta? Debo de serlo, porque si fuese lista no estaria escuchando a mi amiga, la psicokiller de Fuenlabrada. La llamamos asi porque ha matado tantas relaciones que la deberian meter con cadena perpetua en la carcel del amor. Si es que algo asi existiese. Que no existe, pero deberia. --A ver, experta, ?entonces tengo que ir? --Pues claro. Tu vas, brindas con una cerveza, a poder ser cero cero, y te largas. --?Y que hay de malo si de la cerveza me paso al vino, y del vino al gintonic? --Que acabas en la cama del hijo de tu jefe. Ah, si. Se me habia olvidado ese pequeno detalle. Raul es el hijo del dueno de la empresa. Y su padre no solo tiene esta empresa. Tiene un monton de empresas, es el Amancio Ortega de los Amancios Ortegas. --Eres una paranoica. --Ya, claro. La nueva entra en la empresa y a los tres meses se tira al hijo del jefe. Si al menos fueses fea, dirian que ha sido suerte, o que estabais muy pedo. Pero tienes la desgracia de ser mona. --Gracias. --De nada. Asi que hago caso a mi amiga Beatriz y acudo al afterwork. Os aviso de que es lo unico en lo que voy a hacerle caso. Porque Raul esta ahi plantado en la barra, con su ropa de sport, y parece el prota de un anuncio de Martini, o de colonia cara. Muy cara. --Has venido. --Claro, me debes una cerveza. --?Ah, si? No lo recuerdo. Tranquilo, yo te lo voy a recordar. --Si no es por mi, ese correo seguiria en la carpeta de spam. Asi que me voy a tomar una cana. Y tu me vas a invitar. --?No prefieres un vino? Lo siento, Beatriz, pero voy a dejar de hacerte caso a partir de YA. --Dale. Una copita de rioja. --Yo soy mas de ribera. --A mi es que me gustan con cuerpo, profundos. Si, lo se, no soy la reina de la sutilidad. Pero es que Raul ya lleva dos copas, y su mirada me dice que no tengo que andarme por las ramas. Asi que cuatro copas de vino despues nos pasamos al gintonic, del gintonic nos pasamos a un taxi, del taxi a su casa, de su casa a su cama, y de su cama... bueno, os imaginais el resto. Vale, vale, os lo voy a contar. No estuvo mal. Bueno, ni bien. Las primeras veces siempre son raras. No conoces mucho al otro, cuesta encajar. Ademas, yo llevaba tres anos de monogamia. Vale, no del todo, algun besito si cayo durante las fiestas de la Paloma cuando Pedro se fue de vacaciones con su familia. Pero no pase de ahi. Por lo que a mi respecta, fui monogama de cintura para abajo. Una lastima no haberlo sido hasta los pies, cuando el muy capullo me dejo a la vuelta del viaje familiar, que en realidad resulto ser una escapada romantica con la tia que se tiraba desde hacia ocho meses. --?Quieres un cafe con leche? ?Algo de desayuno? Por lo menos es atento. No lo fue tanto cuando estabamos por faena. Ahi se salto algunos preliminares. Tengo una norma para medir los preliminares. Lo llamo el camino de Santiago. Santiago es un tio con el que me enrolle hace anos, y que hizo que me corriese en los preliminares. Comenzo su ruta por el cuello, bajo a los pechos, siguio por el sobaco -os juro que no soy una tia rara, pero fue muy cerdo- luego paso por el ombligo, fue hacia mis muslos, se agarro bien al culo y puso su lengua en modo thermomix. Desde entonces, si un chico se acerca a un treinta por ciento del camino de Santiago me doy con un canto en los dientes. Raul digamos que no es muy de preliminares, y que su forma de trabajar ahi abajo es mas como un robot de cocina barato de esos que venden en el Lidl. Es la marca blanca del cunnilingus. --Un cafe con leche, por favor.

  • !Hector, Victor no, Hector! – Judith Galan de Judith Galan

    https://gigalibros.com/hector-victor-no-hector-8211-judith-galan.html

    Hector, dos anos despues de su divorcio, cree estar viviendo una vida perfecta: abogado de exito, apartamento de lujo, fiestas nocturnas, whisky y sexo, mucho sexo.
    Naira, despistada e incapaz de recordar los nombres, esta pasando por un momento algo complicado, pero el amor de su marido y su profesion como periodista colman su vida de felicidad.
    ?Puede una historia de amor empezar sin un flechazo? ?Y si cambiamos el orden de la formula amor-matrimonio-hijos? ?Conseguira Naira recordar el nombre de Hector? ?Conseguira Hector volver a ser el muchacho humilde que era antes de su divorcio?
    Dos anos de castigo y un hermoso pueblo son las claves de esta divertida e insolita historia de amor.