• laura perez caballero - Laura Perez Caballero

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    Cuando se decidio poner en marcha el proyecto, nos aseguraron que nada de lo que imaginabamos podria pasar. Como siempre. Pero la historia se repite, a eso estamos condenados. Los humanos tropezamos una y otra vez con la misma piedra. ?Por que? Porque nos creemos invencibles y superiores. Superiores, he ahi el error. Aun creyendonos mejores que nadie, una raza insuperable, siempre buscamos ir mas lejos. Asi crearon a los “Precoces”. Se tardo un periodo exiguo de tiempo para que el Gobierno aprobara el proyecto, pese a las criticas de algunas de las grandes potencias. La no intervencion se habia firmado poco tiempo antes y creo que de ello se aprovecho Astonia para poner en marcha aquel experimento. Los ADN de mas de un millon de personas fueron modificados y luego en grandes laboratorios gubernamentales se gestaron los Precoces de forma artificial. Los Precoces eran igual que el resto de los humanos, solo que ellos eran rubios, todos. Tambien tenian los ojos y la piel clara, y, sobre todo, todos tenian el mismo apellido: Solares. El de su padre y creador. Los Precoces se repartieron en varios asilos estatales donde se les daba una formacion especial basada unicamente en las matematicas y las ciencias. Se les dirigia hacia el aprendizaje practico de soluciones a problemas en la vida real, esto parecia haber creado hombres y mujeres cuyo sentido empatico no existia. Solo se centraban en las soluciones practicas. Se les veia frios y calculadores, lo cual al Gobierno no dejaba de parecerle perfecto pues eran mas faciles de manejar. Cuando llegaban a la mayoria de edad se les colocaba en laboratorios y fabricas de investigacion con la idea de conseguir el mas alto rendimiento en I+D de cualquier otro pais en el mundo. Se les proporcionaba una vivienda y se les animaba a integrarse con el resto de los habitantes del pais. Sin embargo, no se sabe si debido a su falta de empatia, al haber estado aislados durante toda su infancia y adolescencia o a su desconfianza, cuando se incorporaban a la sociedad se concentraban en comunidades formadas por Precoces y mantenian el minimo contacto con el resto de las personas. Procreaban entre ellos y sus hijos se criaban en los mismos centros en los que ellos lo habian hecho, hasta que, a su vez, llegaban a la mayoria de edad. Y un dia, cuando se acercaban las elecciones presidenciales en Astonia, un “Precoz” presento su candidatura y puso patas arribas todo el sistema. Se puso en duda si era posible que un Precoz se presentara, pero puesto que el Gobierno los habia reconocido como ciudadanos en todo momento, no encontraron excusa para que no pudiese hacerlo. Poco despues todas las calles estaban forradas con propaganda electoral del Precoz Augusto Solares. A pesar de que los precoces no solian relacionarse con el resto, poco antes de que todo comenzara, muy poco antes, cuando en el fondo todos estabamos seguros de que algo asi pasaria aunque ya nadie lo dijese en voz alta, yo conoci a Dylan Solares. Y asi, con ese punto de partida, me gustaria contarles esta historia. 1. Papa no recordaba bien en que momento el Gobierno de Astonia habia aprobado el proyecto, porque el era aun pequeno, tenia seis anos. Sabia que se habia anunciado en todos los telediarios y en las redes sociales como un gran acontecimiento, un acontecimiento que supondria el despegue de Astonia para ponerse a la cabeza del resto de naciones, para crear un pais puntero en I + D. Esta era la apuesta de Astonia, generar cabezas pensantes, hombres y mujeres adelantados a su tiempo. Lo que si recordaba bien, y me contaba a menudo, era cuando la primera generacion de Precoces salio de los Asilos estatales y se incorporo a la sociedad. Ahora ya hay tres generaciones viviendo entre nosotros. Cuando llegaba a esa parte del relato abria los ojos como platos y su voz tomaba un tono mas bajo, pero admirado. --Era muy dificil describirlos fisicamente. Su belleza superaba la de los angeles de los cuadros. Eran... eran perfectos. Ahora estamos tan acostumbrados a verlos que ya no nos llaman tanto la atencion, pero entonces... Entonces me miraba y sonria. Seguia manteniendo la dulzura en sus ojos a pesar de que las arrugas que los rodeaban cada vez eran mas profundas. --Bueno, tu puedes entenderlo bien. Tu eres como ellos. Cuando naciste se lo dije a mama: ?Con que precoz me has enganado? --se reia y miraba a mama, que trasteaba por la casa y que siempre movia la cabeza a los lados sin decir nada, como si se avergonzara con el comentario. Papa siempre me lo contaba. Cuando naci hasta la matrona y las enfermeras quedaron sorprendidas con la tersura de mi piel completamente blanca a pesar del esfuerzo para salir del vientre de mama. Luego, fui creciendo y cada vez mi cabello se volvia mas claro, caia en mechones suaves y lisos que mama peinaba con premura y admiracion. Por la calle los vecinos me observaban, embelesados con mis ojos azul marino y con la gracia de mi cuerpecito delgado y elastico. --Tan hermosos como inaccesibles --decia papa refiriendose a los Precoces. El primer error del Gobierno al tratar de que los Precoces se integraran en la sociedad y con el resto de habitantes fue facilitarles viviendas en barrios preparados para ellos. Esto solo reforzo su sentimiento de Comunidad y les aislo mas del resto. Como se dedicaban a trabajar en laboratorios y fabricas de investigacion tenian autobuses que los recogian en cada barrio y los repartian en su trabajo, con lo que su contacto con el resto se limitaba al que mantenian con los humanos no precoces que habia en esas fabricas y con los dependientes y duenos de establecimientos en los que tenian que abastecerse para su supervivencia. Por lo demas, cualquier actividad de ocio, como ir al cine, al teatro, ballet, a centros comerciales o cualquier otro lugar tambien la realizaban entre ellos. Eran una sociedad aparte. --Quiza sea mejor asi --decia mi padre--. No todo el mundo estaba de acuerdo en su "creacion". Tenia algo de... antinatural, e ir contra la naturaleza no suele terminar bien nunca. Y si no que se lo digan ahora a las autoridades... Papa se referia a que hacia unos meses, uno de los precoces se habia presentado como candidato para las elecciones presidenciales de Astonia. Y lo que en un momento parecia imposible, ahora, si se tenian en cuenta las encuestas, parecia estar a punto de cumplirse contra todo pronostico. --Astonia dirigida por Precoces, ?lo imaginas? --preguntaba mi padre -- Dirigida por gente que jamas se ha integrado entre nosotros. Por gente que no nos conoce. Y entonces era el quien movia la cabeza de un lado a otro. --No nos conocen, Ruth, ni nos conocen ni tienen el mas minimo interes en conocernos. Pero ahi se equivocaba, al menos habia un precoz que si tenia interes en conocer a un no precoz. Bueno, a una no precoz. Vaya, en concreto tenia interes en conocerme a mi. 2. Desde muy nina me habia obsesionado con el ballet. Miraba extasiada las imagenes de las bailarinas en mi dispositivo movil y les decia a mis padres que yo seria una gran bailarina. Apenas naciamos nos colocaban entre las manos una tableta y disponiamos de total libertad en su uso pues determinados contenidos se activaban unicamente cuando llegabamos a los dieciseis anos de edad. Para que esto fuese asi, las tabletas que ibamos adquiriendo se registraban a nuestros nombres y estos iban directamente al registro civil en el que estaban nuestros certificados de nacimiento. Esta claro que era, ademas, una forma de mantenernos controlados, de disponer de infinita informacion sobre nosotros y de tenernos localizados en todo momento. Esto habia logrado que nos volvieramos totalmente dependientes de todos los dispositivos electronicos, pero no habia terminado aislandonos en una realidad virtual, tal y como papa contaba que su abuelo y la generacion del mismo siempre habia temido. Asi, yo me pasaba horas y horas observando a aquellas bailarinas, sonando con sus cuellos despejados, largos, etereos. Con sus piernas ligeramente musculadas, dentro de aquellas medias blancas que aun les daban un aspecto mas fragil, mas fantasmal... En las tiendas deportivas iba a la seccion de ballet y acariciaba las zapatillas con puntera, los lazos, los tutus. Imaginaba mi cuerpo vestido con aquellas mallas con olor a nuevo. Con seis anos papa me dio la noticia una tarde al volver del colegio. --No te cambies, vamos a volver a salir. Yo le miraba sorprendida. --?Juntos? --Juntos, si. --?Y la tienda? --Hoy abrire un poco mas tarde. Papa tenia una tienda de venta de telas al peso. Mama cosia las mismas telas que otras senoras compraban y ellas le encargaban convertir en faldas, blusas o vestidos. Cogida de la mano de ambos, atravese la puerta del lugar que se convertiria en mi segundo hogar durante trece anos. La Escuela de Ballet clasico oficial de Astonia. La senorita Claudia, que entonces y durante los trece anos que yo estuve en la Escuela fue la directora, nos condujo entre lo que entonces me parecio un laberinto de pasillos, y mas tarde me aprenderia al dedillo, mientras nos iba senalando una y otra puerta a los lados y nos decia a que sala correspondia. Asi hasta llegar a la que yo ocuparia como principiante y donde se encontraban las ninas que tenian mas o menos mi edad. El suelo era de madera, pero habia perdido su brillo original. Las ninas se apoyaban contra la barra anclada a la pared y cesaron su actividad cuando la directora abrio la puerta. Mis ojos, avidos por aprender, lo registraban todo. Una, dos, tres, cuatro... diecisiete ninas. Tres llevaban mallas negras, una de ellas rosa palido y el resto de color blanco. Cerre los ojos y trate de imaginarme entre ellas, con mi propia malla, y, mientras, la directora se dirigia a ellas para decir: --Esta es Ruth, va a ser vuestra nueva companera. Yo pensaba en el color de la malla que iba a elegir al tiempo que Apretaba, emocionada y agradecida, las manos de papa y mama.

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  • La tormenta infinita de Laura Perez Caballero

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    Veo, veo. ?Que ves? Una cosita. ?Y que cosita es? Veo la cama de Eva Simon Marquez. Veo la cama de una estudiante de enfermeria de veinte anos que comparte piso en Oviedo con dos companeras mas. La cama esta deshecha. Faltan las sabanas y el colchon esta cubierto de sangre. Falta algo mas. Falta un cuerpo. El cuerpo a quien pertenece la sangre. Cuerpo que no es dificil imaginar envuelto en las sabanas ausentes de esa cama. Las camas sin vestir dan sensacion de mudanza, de dia de colada o de casa abandonada. No puedo evitar pensar en alguna de esas situaciones cuando veo una cama sin sabanas. En este caso, ademas, la sangre indica una agresion, una pelea, puede que un crimen. Veo a los de la cientifica afanandose en su trabajo, zumbando como moscas a mi alrededor, con ese aspecto aseptico que los rodea y que los vuelve impenetrables, ajenos a todo lo que no les parezca que pueda ser una prueba. Ajetreados en obtener todo aquello que pueda ser util, antes de que la escena se contamine, como se contamina todo aquello que toca la mano humana. Mis ojos se desplazan por el cuarto tomando nota. Persiana levantada, cortinas cerradas. Algo de sangre salpica la pared a la que esta pegada la cama, pero en general se concentra toda en el colchon. En el suelo una huella borrosa de un zapato, dibujada con el rojo de la sangre de la victima. --Supongo que alguien habra fotografiado eso --digo. Aunque lo hago en un susurro, mas para mi misma que para el resto, uno de la cientifica se apresura a responder que si. Su tono es neutro. No hay reproche por la intrusion en su trabajo. Las dos companeras de piso de Eva permanecen en el salon del pequeno piso alquilado. Esta en El Cristo, muy cerca del Campus, es facil saber porque lo han elegido. Es una tercera planta, en un edificio viejo en el que recientemente han instalado un ascensor que baja hasta los estacionamientos del sotano. En seguida hablare con ellas, pero primero quiero ver con detalle la escena del crimen. ?El crimen? Por la cantidad de sangre que empapa el colchon yo diria que si, que la pobre chica no puede seguir viva despues de haber perdido tanta. ?La chica? Estoy haciendo conjeturas demasiado rapido. No hay cadaver, la sangre podria ser de otra persona y la inquilina de la habitacion ser su asesina. ?Asesina? Todavia no se nada. Dejo hacer su trabajo a los de la cientifica y observo. Observo una mesita junto a la cama. Sobre ella una lamparilla de noche antigua, con una de esas tulipas que se llevaban tanto en los anos ochenta, un paquete de panuelos de papel, la funda de unas gafas, una botella de agua mineral y un libro. El libro se titula Tiempo de silencio. Esta escrito por Luis Martin Santos. Yo no leo demasiado. En la portada hay un par de ratas blancas, de esas de laboratorio. Giro el libro y leo la sinopsis. Va de un estudiante de medicina. Muy adecuado para alguien que estudia enfermeria, aunque tiempo es lo que alguien ya no tiene. Y silencio, bueno, no es silencio exactamente lo que se escucha ahora mismo en este piso, pero son gajes del oficio, el alboroto es basico en el inicio de una investigacion. El alboroto y el caos que se forma cuando cuatro personas nos movemos con premura en una habitacion de apenas ocho metros cuadrados. Uno de los agentes sale de un pequeno bano con lo que parece una servilleta de cafeteria. --Estaba dentro de la taza del vater, tiene algo escrito pero no es legible --dice dirigiendose a mi. La guarda con cuidado en una de las bolsitas plasticas que usan. Imagino a alguien extrayendola del servilletero de un bar, rojo (no se por que, pero lo imagino de ese color con la publicidad de una marca de cerveza serigrafiado en el) y garabateando algo en ella. Que se anota en una servilleta. Un numero de telefono, una direccion, un poema, o se hace un dibujo de forma distraida mientras se toma algo en un bar. Estas en la barra, sentada en uno de esos taburetes altos, tomandote un vino o una cervecita, mientras picoteas del coctel de frutos secos que te han puesto en un platillo y de pronto te llaman por telefono. El interlocutor te dicta un numero o una direccion y ?que haces? Sacas una de esas servilletas que no absorben absolutamente ningun liquido y le pides un boligrafo al camarero para apuntar en ella lo que te estan dictando. Veo una comoda un poco mas alla, apoyada contra la pared pintada de color azul cielo. A primera vista se distingue un cepillo de cabello, del que seguramente alguno de la cientifica habra recogido algun pelo, un foulard muy bien doblado, una caja que parece un joyero, un frasco de perfume. Y pienso que ni volcando todo el contenido del perfume podriamos dejar de respirar ese olor metalico tan caracteristico de la sangre. Ese olor se mete por la nariz y tarda mucho en abandonarte, se instala en la pituitaria y se repite una y otra vez a lo largo del dia, con mucha mas intensidad al tragar saliva. Veo una foto. Es la foto de una nina sentada frente a una tarta de cumpleanos con una vela de numero. El numero es un seis. Una mujer la abraza desde la espalda y su cabello, largo, claro y brillante, cae sobre los hombros de la nina, mezclandose con el suyo. Supongo que son Eva y su madre. Estan al aire libre, parece que es el patio de una casa. Hacia un dia esplendido, se puede apreciar por la luz en la fotografia, el sol estaba alto, asi que debia ser primera hora de la tarde cuando se la sacaron. Pienso en su madre, en que tendre que llamarla para darle la noticia de la desaparicion de su hija. No sera la primera vez, tampoco la ultima, pero todas son igual de incomodas, dolorosas. --Nosotros hemos terminado aqui --dice el jefe de la cientifica. El resto de sus hombres ya han salido de la habitacion. Es un hombre enorme, debe medir cerca de dos metros y tiene algo de sobrepeso, pero su voz es suave y amable -- ?Como esta tu madre, Lujan? --Sigue igual. Eres el unico del que recuerda su nombre --miento. Les digo lo mismo a todas las personas que tienen la delicadeza de preocuparse por ella, aunque sea con una simple pregunta. Puede que ni siquiera les importe, pero se agradece el que la recuerden ya que ella no puede hacer lo mismo. Sonrie y me aprieta el hombro con una de sus manazas antes de dejarme sola en el cuarto. Sola con los fantasmas. La habitacion se vacia y el silencio se vuelve, ?como se dice?, si el silencio se vuelve atronador. Vuelvo la vista de nuevo hacia la foto y despues observo la imagen que me devuelve el espejo que tengo enfrente. Veo una mujer de cincuenta y seis anos. Una piel lechosa, con pecas que, de nina, fueron el deleite de los abusones del colegio. Veo un cabello que llega a la altura de los hombros, cobrizo, con canas brillando en las sienes, intrusas peleando por destacar entre el tinte. Un rostro que se ha ido rellenando con carne y arrugas. Veo ojeras y bolsas bajo los ojos. Si, esa soy yo. Veo a Lujan Garcia Prieto, inspectora en el cuerpo de policia de Oviedo. Veo, en resumen, que otro caso mas me esta esperando. 2. ALEJANDRA Menuda noche, vaya manera de echar agua, hacia anos que no caia una tormenta asi. Lo se porque siempre me ha gustado ver los rayos mientras me siento a salvo, como ahora tras la ventana. Cuando era una nina, mi abuelo siempre nos contaba a los nietos como le habia caido un rayo a un vecino del pueblo mientras araban la tierra. Los ojos se le enrojecian y la voz salia temblorosa de su boca, acompanada de aliento con olor a vino y queso. Decia que el rayo le habia destrozado la ropa, que el vecino habia quedado tendido en el suelo, con el cuerpo abrasado y la ropa desperdigada a su alrededor. Los nietos le escuchabamos en silencio, sobrepasados por la historia y sobre todo por las lagrimas de mi abuelo. En nuestras cabezas se dibujaba la imagen de un hombre desnudo y chamuscado. Durante la infancia tuve miedo a las tormentas. Era un miedo que al mismo tiempo me atraia. Como el vertigo que se siente al montar en una montana rusa, o el cosquilleo mientras ves una pelicula de terror. Hace anos que lo supere para disfrutar del espectaculo natural que suponen los hilos de luz que caen sin piedad sobre la tierra, como si la castigara por haber cometido algun pecado. Eva me llamaba pesada porque yo contaba aquella historia, la de mi abuelo, siempre que habia tormenta. --Pero que pesada que eres, de verdad. Superalo ya --me decia usando aquellas expresiones de adolescentes que escuchaba en la escuela o leia por las redes. Sin embargo, el haz de luz que atraveso los cristales de mi habitacion no era el de un relampago. Era sin duda la luz que proyectan los focos de un coche. Instintivamente dirigi la mirada hacia el reloj despertador que tenia sobre la mesita para, entrecerrando los ojos, comprobar que era mas de la una de la madrugada. Luca, la perra pastor que le habiamos regalado a Eva cuando cumplio ocho anos, ladro en el salon, donde tenia su cama para dormir. El viento habia cambiado de direccion y las gotas de lluvia ya no golpeaban contra los cristales de la ventana. Contuve la tentacion de abrir las hojas para inspirar el olor a tierra mojada y observe sorprendida que se encendia el farolillo de entrada de la casa del jardin. La casa que mi marido habia construido para Eva cuando ella apenas tenia dieciseis anos y reclamaba intimidad. --Yo te construyo la casa, pero tu prometes ser responsable. Su padre siempre la habia mimado y consentido. --Es una cria --habia protestado yo. --Asi aprendere a dejar de serlo --replico ella. --Asi ?como? --Asumiendo responsabilidades, como dice papa --dijo mientras se colgaba del cuello de su padre. Sabia que habia ganado la batalla, que tenia a su padre vencido. Y eso bastaba. --A ver, a ver a ver. Cierra los ojos y desealo con fuerza, con mucha fuerza, con toda tu alma. Sabes que lo que se desea con toda el alma se acaba cumpliendo --reia Benjamin, encantado con los arrumacos de su hija. --Papa --protestaba Eva--, que ya no soy una nina pequena para creer en esas milongas. Y ya se habia salido con la suya. Eva siempre se salia con la suya. Su padre, arquitecto, dibujo los planos y se ocupo de construir una pequena casa de una sola planta con una cocina que hacia las veces de sala, una habitacion y un bano minusculo. Yo la observaba entrar y salir acompanada de Nestor. Me averguenza reconocer que algunas veces llegue a asomarme a traves de los cristales para tratar de ver lo que hacian dentro, deseando descubrir algo que me diera la razon en mi postura de que aun era una cria irresponsable, pero con el paso de los meses acabe por acostumbrarme y Eva se instalo a vivir en la casita de a hecho. Luca se quedo con nosotros en la casa grande. Eva habia rogado por tener un perro, pero se habia cansado de la perrita en muy pocas semanas. Benjamin era quien se ocupaba de sus cuidados, comprarle la comida, cambiarle el agua, sacarla a pasear por el monte. Luca le adoraba. La cortina de lluvia me impedia ver quien era la persona que abria la puerta y accionaba la luz del recibidor, pero si distinguia la figura de una mujer. Regrese a la mesita de noche y tome el telefono mientras buscaba su numero entre los contactos. Al tercer pitido su voz me llego como desde otro mundo. --?Mama? ?Te he despertado? --Eva ?eres tu? ?Estas en la casa del jardin? --Si, soy yo, mama. --?Que ocurre? ?Como has venido a estas horas? Y ademas con la que esta cayendo. --No pasa nada, mama, acuestate. --Voy a verte. --No, mama, acuestate. Estoy bien, de verdad, pero estoy muy cansada y no quiero que vengas con este diluvio. Manana con calma hablamos, necesito dormir un rato. Las madres sabemos cuando nuestros hijos no estan bien, pero ademas yo tenia una ventaja, o dos: la hora que era y el tiempo que hacia. Nadie se aventuraria desde Oviedo hasta Valmilar por gusto bajo aquella lluvia torrencial, pero como buena madre tambien sabia cuando era mejor ceder. --Esta bien, carino. Manana me paso a verte. Tuve que ir hasta el salon a tranquilizar a Luca que no dejaba de ladrar. Me miraba con esos ojos grandes y cansados, su pelaje se habia poblado de canas y cada vez aspiraba mas de sus pelos de los suelos y los sofas, ya tenia doce anos y comenzo a lloriquear cuando le dije con voz firme que se callase. --Tonta, tonta, ?que pasa? Es Eva. ?Por que te asustas asi? Eres una cagona, menuda perra guardiana estas hecha. La perra se dejaba mimar, mi mano pasaba una y otra vez sobre su cabeza, entre las orejas, arrastrado pelos entre mis dedos. En cuanto daba un paso para alejarme comenzaba a aullar desesperada. Al final me la lleve al cuarto y le permiti echarse sobre la alfombra, a mi lado, como si fuese una nina pequena asustada que quisiera dormir con su madre. Algo que Eva nunca habia hecho. A Luca no se lo habia permitido mientras Benjamin estaba vivo, sin embargo, al morir el fue como si Luca se volviera mas asustadiza. Benjamin habia sido el faro que guiaba su vida, ahora tenia que acostumbrarse a su ausencia y a mis cuidados, sustituir las rutinas que mantenia con mi marido a las que yo misma mantenia. Me parecio que su vida ya se habia vuelto lo suficientemente dura como para negarle algun capricho de vez en cuando, como el dormir en la habitacion conmigo cuando se mostraba mas estresada, como ahora. Lo ultimo que vi antes de meterme en la cama y quedarme dormida, hasta que me desperto la llamada al movil, fue un rayo caer en el terreno, cerca de la casa del jardin. O quien sabe, quiza solo hubiese sido parte de un sueno, el inicio de un sueno del que seria dificil despertar.

  • Enamorados sin querer de Bianca De Santis

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    Lamentablemente, dias despues de haber aceptado, mire a mi alrededor y me percate que no habia sido asi.

  • Las intrigas de la fama 3 de Mercedes Franco

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    Carolina decide irse de viaje ayudada por Gustavo Cortez y una persona inesperada, ella logra ganar un importante papel en una pelicula internacional.

  • Las chicas de Rosewood de Osvaldo Semrik

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    Anne no es como todas las ninas.
    No tiene las mismas habilidades que los demas para comunicarse. Su familia resuelve entonces enviarla a un instituto de salud mental.
    Al poco tiempo, pierden contacto con ella.
    Anne ha desaparecido.

  • Los amos del mundo estan al acecho de Cristina Martin Jimenez

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    En las reuniones secretas de Bilderberg se decide el destino del mundo. Si no tienes el honor de ser invitado, simplemente no existes, no eres nadie. El objetivo del Club es acabar con nuestras libertades personales y manipularnos mediante un unico gobierno mundial establecido en la ONU. ?Como es posible que Google, Nokia, Coca-Cola o el FMI puedan cambiar nuestras vidas? En este libro politicamente incorrecto, Cristina Martin Jimenez desvela las ultimas mentiras fabricadas por los <> para mantener a la poblacion atemorizada y, como consecuencia, controlada.

  • Lo mejor de ir es volver de Albert Espinosa

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    Hay un dia en la vida en que debes decidir si deseas tener la razon o la tranquilidad.

  • Misterioso amor de Alex Vera

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    --Voy en camino --dije, tenia ambas manos en el volante y la pieza del Bluetooth en mi oido. --Date prisa, por favor --contesto mi padre en voz baja--. Algo no esta bien, Marcial. Hay una mala… --Se interrumpio--. Y no se… --Papa se quedo completamente callado, quite las manos del volante y me estire en el asiento. --?Papa? ?Papa, hola? ?Puedes oirme? Pero ya no estaba. Y yo, me encontraba atrapado en un maldito ferry camino a Nantucket sin nada mas que preocupacion por esa llamada. Eso no era propio de el. Mi padre era una roca. Mentira, ni siquiera era una roca, era acero. El hombre me habia criado, por el amor de Dios. En toda mi vida nunca me habia pedido ayuda, y ahora, el dia que me pide ir a conocer a mi nueva madrastra y hermanastra, me hacia esa llamada ?Sonaba asustado? ?Donde estaba su rudeza habitual? --Joder --murmure, y saque el auricular de mi oreja, lo que hizo que me picara instantaneamente--. Ahhhhh --grite, y lo arroje al asiento del pasajero de mi Audi. Abri la puerta y sali del auto para buscar a alguien que me explicara que diablos estaba pasando. Un tipo con un uniforme de marinero cursi se paseaba entre los demas vehiculos, observando y anotando las matriculas en un portapapeles y sonriendo a la gente sentada dentro de ellos. --!Hey, tu! --grite. Varias cabezas se voltearon hacia mi. El marinero tambien levanto la vista --. Si, tu, ?cuanto falta para que esto termine? --Quedan quince minutos de viaje, senor. --Quince minutos --Saque mi billetera y se la menee como si fuera una delicia--. Que sean cinco y te dare mil dolares. El hombre volteo los ojos de tal manera que solo se veia lo blanco de ellos. --?Senor? ?Tartamudee? --No, senor, pero me temo que no puedo cambiar el rumbo ni la velocidad del ferry. Esta en nuestra pagina web, senor. El viaje dura dos horas y quince minutos, en total. --Dos mil dolares --le conteste igualmente, y saque algunos billetes para probar que hablaba en serio. La suave brisa, el olor del oceano, la hermosa vista del dia en este verano, todo se me escapaba. --Senor, no puedo hacer que el ferry vaya mas rapido. Tendra que esperar --dijo el hombre. Bueno, mierda. Esa era la primera vez que me rechazaban una oferta asi. Habia sido rico la mayor parte de mi vida, y alcance a serlo mucho mas trabajando en tecnologia y bienes raices, despues de dejar la casa de mi papa. Segun mi experiencia, el dinero lo compraba todo, incluyendo viajes mas cortos a traves del oceano. Me sente de nuevo en mi auto, refunfunando en voz baja. A pesar de todo, alcance mi movil nuevamente y llame al telefono de mi padre. No contesto. Probe llamar al telefono fijo despues, apretando los dientes a traves del incesante zumbido. --Vamos --murmure--. Contesta, papa. La culpa me envolvio. Habia estado lejos de el ultimamente. Lo habia dejado esperando muchas veces. Incluso venir a conocer a su nueva esposa e hija esta semana habia sido una tarea casi imposible para mi, y ahora esto estaba sucediendo. Finalmente, el ferry atraco, y me dirigi hacia la larga calle que se unia con Cliff Road y terminaba en direccion a North Shore. O al menos, la parte de North Shore donde estaba ubicada su mansion. Sentia la tension acumularse y recorrer mi columna vertebral. Esto no era normal. Estaba en peligro. Tranquilo, imbecil. El esta bien. Mi padre no tenia ningun enemigo. No era como yo, en ese aspecto. No habia ninguna razon para que estuviera en peligro. Mis manos sudaban al volante, mi pie presionaba impaciente el acelerador. Me gustaba tener el control todo y no esperaba a que nadie mas hiciera algo. Estaba en mis manos, y asi era como me manejaba. Me acerque al camino de entrada de la mansion, y me incline hacia adelante. Mierda. Mi mirada viajo desde el camino hacia el cielo, una y otra vez. Senti un vacio en mi estomago. Una columna de humo negro se elevaba en la distancia. No. No puede ser. !Carajo! Hundi el pie en el acelerador, resbalando en el camino que conducia a la casa. Luces parpadeantes aparecieron en mi espejo retrovisor y un camion de bomberos se acercaba detras de mi. Acelere mucho mas y atravese con el Audi las rejas de entrada a la propiedad. La mansion estaba al final de un largo camino de grava. El fuego vivo serpenteaba desde las ventanas abiertas en el ultimo piso. La casa de la piscina a la izquierda ya estaba envuelta en llamas. La puerta principal estaba abierta a lo alto de los enormes escalones de piedra, pero no habia nadie de pie fuera de ella. No veia a mi padre en ninguna parte, no estaba afuera con su nueva esposa a su lado. Apenas habia frenado cuando mi mano ya habia soltado el cinturon de seguridad y con la otra abri la puerta. Salte y corri hacia la entrada principal. Detras de mi podia escuchar el chirrido de las llantas del camion de bomberos y los gritos. El humo que salia del pasillo, me asfixio. --Mierda --gruni y me arranque la camisa. Me la ate alrededor de la nariz y la boca y luego entre--. !Papa! Papa, ?donde estas? Mis ojos ardian, no podia ver. Me arrodille y me arrastre hacia la habitacion mas cercana, tosiendo, balbuceando y llamando a mi padre. Una figura aparecio en la alfombra grisacea delante de mi. Una mano delicada con los dedos enroscados contra la palma, unas pintadas de rosa palido. La imagen me llamo la atencion. Era una mujer. ?Quien era? ?Que hacia ella aqui? Mi Hermanastra. Me arrastre hasta ella, con la garganta seca, tosiendo y agarre uno de sus brazos levantandola con cuidado. Tenia que sacarla de ahi. No podia seguir con el plan de arrastrarme y buscar a mi padre. Si pude encontrarla a ella, los bomberos encontrarian a mi padre y a mi nueva madrastra tambien. Una gran grieta resono sobre mi. !Muevete! Antes de que todo el maldito techo se derrumbe sobre tu cabeza. Ella era ligera en mis brazos a pesar de su cojera. Corri a traves del humo hacia el vestibulo de entrada y un estruendoso choque, seguido de una ola de calor, me persiguio, pero no me detuve a mirar atras, no me atrevi. Alcance los escalones de piedra de la entrada, agarrando a la mujer en mis brazos. Tosi bajando cada uno de ellos y me detuve en el camino de grava junto a mi auto. Los bomberos pasaron corriendo frente a mi y entraron en la mansion. Sonaban gritos. Desenrollaron una gruesa manguera del camion y una ambulancia se apresuro a subir por el camino. La mujer aun estaba inconsciente. Me agache y la puse sobre la grava tan suavemente como pude, y luego me arranque la camiseta de la cara. Mi vision era borrosa, salian lagrimas involuntarias de mis ojos. Tosi, parpadee, me limpie la cara. Finalmente, me aclare un poco, y mi mirada se poso sobre ella. Mi corazon se detuvo por un instante. El mundo que me rodeaba se ralentizo, casi desaparecio por completo, y durante un milisegundo no habia fuego, ni peligro, no pense en mi padre, ni escuchaba las sirenas ni los hombres gritando. Solo estaba ella. Era perfecta. Coloque sus brazos suavemente a los costados, su pecho subia y bajaba lentamente. Era curvilinea, perfectamente proporcionada, con una expresion en su rostro que era verdaderamente pacifica, incluso a traves de las manchas de hollin. Una sensacion extrana se apodero de mi pecho, tenia la creciente necesidad de protegerla de las llamas, del humo, de cualquier peligro. Me puse un puno en el pecho, tratando de deshacerme de ese sentimiento. ?Quien eres? --!Hey! --El grito rompio el hechizo. Levante la vista y un bombero venia hacia mi, despejando el humo con sus manos. --Oye, ?estas bien? ?En que diablos estabas pensando? No puedes entrar a… --Se detuvo cuando vio a la mujer. Me dolia muchisimo la garganta, pero la aclare para hablar, al menos lo intente. --Mi padre --dije con voz ronca--. Mi padre y su esposa estan en el edificio. Tienen que sacarlos. --Nos encargaremos de ello --dijo el tipo de uniforme, y luego miro hacia atras por encima del hombro--. Aqui vienen los medicos. Quedate aqui mismo y no la muevas. --No me digas --le conteste, tosiendo en mi puno. No podia moverme, mucho menos a ella. Dios, habia inhalado tanto humo y gastado toda mi energia, pero queria volver corriendo a esa mansion y buscar a mi padre. ?Como diablos paso esto? Mire a la mujer aun inconsciente. ?Como se llamaba? Mi padre me lo habia dicho, pero yo era una mierda a la hora de recordar fechas y nombres. Olivia, Luna o algo asi. Me sono una alarma en el cerebro cuando la mire fijamente. Ella sabia lo que habia pasado. Tenia que saberlo. Un par de medicos corrieron hacia nosotros, con una camilla. La bajaron y se pusieron a trabajar en ella, revisandole el pulso, levantandola, atandola. Otro corrio hacia mi y se agacho, agarrando una pequena linterna con la mano. --Senor, ?puede oirme? --No, el humo ha tapado mis oidos. La confusion se apodero de la expresion del paramedico. --Por supuesto, puedo oirte. ?Adonde la llevas? --pregunte, poniendome de pie. --Al hospital. Por supuesto. Pregunta estupida. Pero yo actuaba extranamente protector al pensar que se la llevarian. Mi hermanastra. Papa. ?Donde diablos esta papa? Mire hacia la mansion, dudando entre seguir a la ambulancia hasta el hospital o quedarme esperando que sacaran a mi padre. El fuego salto de las ventanas del ultimo piso cubriendo los alfeizares y los aleros. Se escucho un crujido resonante, y dos bomberos salieron corriendo de la casa, con las manos vacias, saltaron del porche y cayeron al cesped. El crujido se convirtio en una enorme grieta, y el lado izquierdo del techo, justo encima de donde habia encontrado a mi nueva hermanastra, se derrumbo, escupiendo chispas y motas de hollin. Las llamas rugieron y los hombres abrieron la manguera, descargando el agua sobre la casa.--Mierda --murmure, llevando mis manos a la cabeza y agarrando punos de mi cabello--. Mierda. Esto no puede estar pasando --Camine hacia adelante--. !Papa! Una mano salio disparada y aterrizo en mi pecho, impidiendome correr hacia la ruina ardiente por segunda vez. --Whoa. Tranquilo amigo --dijo una voz masculina. La casa era un desastre. No habia forma de entrar sin una muerte segura. Me voltee hacia el bombero que estaba a mi lado y lo agarre por los hombros. --?Donde estan? --gruni--. ?Donde esta mi padre? ?Donde esta su esposa? --Senor, tiene que calmarse --contesto el tipo. --?Donde? Pero el grito de la sirena de la ambulancia me interrumpio. Me gire hacia ella, mirando como cerraban las puertas a bofetadas, mientras los medicos saltaban adentro. No habia nada que pudiera hacer aqui. Y existia la posibilidad de que mi hermanastra supiera donde estaba mi padre; tal vez se habia ido de la casa antes de que comenzara el incendio. Trato de llamar a la policia. Eso explicaria por que la ambulancia habia llegado a tiempo. Era una falsa esperanza. Aprete los dientes, luchando conmigo mismo por sentir esto, por sentirme atraido a seguirla a pesar de mis instintos de quedarme y buscar de nuevo en la casa en llamas, aunque eso significara poner mi vida en riesgo. Un nuevo crujido resono en el lugar y otra seccion del techo se derrumbo. Rapidamente, me separe del bombero y del segundo medico que trato de acercarse a mi, y corri hacia mi auto. Si alguien sabia lo que habia pasado, seria ella. Capitulo Dos LUNA !Dame tu corazon! !Damelo! ?Donde estas? La voz resonaba en la oscuridad que me rodeaba. Te arrepentiras si no lo haces, ?entiendes? Lo lamentaras por el resto de tu corta vida. Abri mis ojos y parpadee ante la luz del sol, luego los entrecerre. Estaba en una cama de hospital con sabanas blancas limpias. Levante mis manos y vi que estaban completamente cubiertas de hollin, ademas, me dolia la garganta y los pulmones. ?Por que estoy aqui? El pensamiento se me vino a la cabeza, y me hizo estremecer. No podia recordarlo. En panico, examine la habitacion con mi mirada, viajando hacia la ventana con sus cristales limpios que ofrecian la vista de un estacionamiento y un arbol a un lado de el. Mi mirada regreso desde esa vista de nuevo a la habitacion y luego a la cama. ?Que demonios…? Un hombre increiblemente guapo estaba dormido a mi lado apoyado en la silla, con la cabeza inclinada hacia un lado dejando al descubierto un cuello grueso y una fuerte linea de la mandibula, recubierta de una delgada y definida barba. El cabello corto y de castano oscuro adornaba su cabeza, y sus labios se movian levemente mientras dormia. Me resultaba familiar. ?De donde te conozco? Escudrine mi mente, entre el miedo y la confusion que tenia por estar en ese lugar. No habia nada, nada que explicara por que yo estaba ahi, en esa cama, con el sentado a mi lado como una especie de perro guardian. !Marcial! Es el hijo del marido de mama. Habia un oscuro recuerdo de la vez que conoci a mi nuevo padrastro en la casa de mi mama en Manhattan, en donde el me mostro una fotografia de Marcial. Aunque era mas joven en la imagen. ?Era mi hermanastro? El tipo era tan guapo como un Adonis, pero eso no explicaba por que estaba aqui. De repente un dolor de cabeza palpitante broto entre mis ojos. Aprete mis parpados y exhale. !Piensa! ?Por que estas aqui? ?Donde estas? Un grunido, seguido un chirrido del sillon a mi lado me hizo abrir los ojos nuevamente. Marcial estaba despierto, sus ojos eran de un azul cristalino y estaban fijos en mi. --Hola --dijo, en un estruendo gutural que me habria hecho sentir un hormigueo, si no estuviera completamente asustada por todo lo que estaba sucediendo en ese momento. --?Por que estoy aqui? --pregunte inmediatamente. --Luna, ?verdad? --Si. Eso era todo lo que podia recordar. Que yo era Luna. Que habia tenido un laboratorio de chocolate durante mi infancia. Que mi madre habia trabajado duro para mantenerme y darme una buena educacion. Recordaba que una vez habia comido conchas de tacos directamente de la caja y solo Dios sabia por que razon. Y que era… Mi ocupacion flotaba en los margenes de mi memoria. --No puedo recordar… mucho --dije. Marcial se levanto y arrastro su asiento mas cerca de la cama. --Me llamo Marcial --dijo--. Soy tu hermanastro. --Lo se. Recuerdo haber visto tu foto la semana pasada. Creo que fue la semana pasada, en Nueva York. --?Cuando fue eso? ?Que dia? --El 7 de enero. --!Mierda! --exclamo. --?Que? --pregunte, mi estomago se apreto ante la expresion que cruzaba por su cara. --Es 24 de julio. Me quede boquiabierta al igual que el. Eso no era posible. Habia perdido… ?que, mas de seis meses? No habia nada mas en mi memoria que eso. Intente recordar, busque respuestas sobre mi, sobre quien era yo, pero no habia nada. Mi madre, mi infancia, un flash de conocer a su marido, la foto de Marcial, y algunas conversaciones con cierta gente. Mucha gente, a la que ahora no recordaba quienes eran. --Oh, Dios --murmure--. Oh, Dios mio, esto es muy malo --Me agarre la frente--. ?Como llegue aqui? Tienes que decirme como… --Espera un momento --dijo Marcial y levanto una mano--. No te ves bien. Dejame conseguirte una enfermera. Se levanto y busco el timbre que estaba junto a mi cama, pero le agarre la mano y la aprete con fuerza. --Por favor. Por favor, antes de que hagas algo, dime que esta pasando --Mi voz se quebro un poco. No iba a llorar delante de este tipo, mi hermanastro o lo que sea. Marcial miro hacia el punto de contacto entre nosotros y luego hacia mi cara, y no pude evitar sonrojarme, a pesar del miedo que me invadia, a pesar de todo. Esos ojos eran… como estanques de fuego azul, y yo estaba atrapada en ellos. ?Que demonios pasa contigo? Ni siquiera puedes recordar. --Muy bien --dijo, liberando su mano de la mia, dejando el cosquilleo de su tacto en mis dedos. Era grande, calido, muy reconfortante--. Pero esto podria ser un shock para ti, y no quiero asustarte. --Solo dime. Por favor. Me senti tentada a tomar su mano de nuevo, pero me obligue a no hacerlo. ?Que tan patetico seria eso? Tocando a un tipo que apenas conocia, rogando por apoyo. Esa no era yo. ?O si lo era? No, definitivamente no. Mi instinto me decia que yo no era el tipo de chica que me restregaba y lloraba. --Venia a ver a mi padre y a conocer a tu madre y a ti este fin de semana. Por cierto, nunca nos habiamos visto antes. --Continua --dije, esperando a que siguiera. --Recibi una llamada de mi padre, y parecia asustado. Lo que es muy raro. El nunca tiene miedo, nunca. No podia confirmarlo. Lo recordaba vagamente en su mejor momento. Sr. Stone. Si, ese era su nombre. Dios, ?que esta pasando? --Fui a la casa de Nantucket, y estaba en llamas. Tu estabas adentro inconsciente, yo te encontre. No me ofrecio mas informacion, solo me miraba con sus ojos inquietos que se movian de un lado a otro en sus orbitas. Intente procesarlo todo, rapido. Nantucket. Fuego. Me encontro adentro. --?Me salvaste? --Si quieres llamarlo asi --contesto con firmeza. --?Y mama? ?Y tu padre? --No se donde estan. No estaban en la casa. Simplemente… se han ido. --Desaparecieron --Me eche hacia atras contra las almohadas, con la boca seca y el dolor de cabeza enfurecido--. Espera, ?acabas de decir Nantucket? ?Nantucket, Massachusetts? --Correcto. Pero lo ultimo que recordaba era Manhattan. Especificamente el apartamento de mi madre en Manhattan. El que compre para ella. Me puse a indagar en ese pensamiento, pero no habia mas informacion que recoger. Ni siquiera era un recuerdo. Era como si… solo lo supiera. Entonces, ?como diablos termine en Massachusetts? --Creo que voy a vomitar --murmure, y lo decia en serio. --Espera, buscare al medico. Cerre los ojos y me disolvi en el torbellino negro, mis entranas se tambaleaban con cada giro de la oscuridad. Agarre las sabanas con los punos, respire profundo y abri los ojos, pero los giros seguian. La habitacion estaba vacia ahora. Marcial habia desaparecido, y yo estaba sola. ?Como sabes que estuvo aqui? ?Como sabes que todo esto es real? La puerta de la habitacion se abrio hacia adentro, y entro un tipo con una bata blanca, Marcial casi le pisaba los talones. --No se siente bien --dijo--. Y no puede recordar mucho. El medico levanto sus cejas tupidas y oscuras, y giro su cabeza para verme mejor, gracias al vertigo que me inmovilizaba en la almohada. Camino hacia adelante, sonriendome calurosamente y luego levanto una banda de presion arterial de una mesa cerca de mi cama. --Hola, Srta. Cullen --dijo, y suavemente tomo mi brazo derecho--. ?Como estas hoy? --Acaba de decirte como estoy --conteste yo, poniendo una mueca de dolor--. ?Quien es usted?--Soy el Doctor Khatri, y voy a tomarte la presion mientras hablamos. ?Te parece bien? --Si. ?Que me pasa? --Sufrio una lesion en la parte posterior de su cabeza, cerca de la base --dijo, mientras fijaba la banda de presion sobre mi brazo--. Y ha estado inconsciente durante dos dias. --!Dos dias! --chille. Aunque me importo poco, porque no podia recordar nada de los ultimos seis meses. --Correcto. Hemos comprobado que tiene una conmocion cerebral, pero la buena noticia es que no hay liquido en el cerebro, gracias a Dios. --Eso es bueno --De repente mi vision se arremolino--. No puedo ver bien. La habitacion esta dando vueltas. --Mmm, tu presion sanguinea esta un poco baja --dijo el medico, mientras la maquina sonaba. Se acerco y presiono el timbre que notificaria a algunas de las enfermeras. El doctor Khatri saco un boligrafo del bolsillo superior de su bata blanca y lo sostuvo frente a mi--. ?Puede seguir esto con los ojos, por favor, Srta. Cullen? Hice lo que me pidio, apretando los dientes ante las nauseas resultantes. --Me duele la cabeza --dije. --Escucha, ?que demonios esta pasando aqui? --pregunto Marcial, detras del doctor--. Claramente se siente mal. Ayudala. --Me temo que se necesita algo mas que la orden, Sr. Stone. --Entonces, ?que se necesita? ?Quieres dinero? Las palabras de Marcial salieron renidas, y su mirada estaba fija en mi, mas que en el doctor. Esas brillantes piscinas azules contenian un tipo diferente de calor ahora, uno impulsado por la preocupacion. --Esto es un hospital, Sr. Stone. No aceptamos sobornos para tratar a nuestros pacientes. Una enfermera irrumpio en la habitacion y una rafaga de actividad estallo a mi alrededor. Todo fue vertiginoso, la gente me hablaba, se inclinaba sobre mi, tomaba medidas y cambiaba las gotas. Mis ojos se cerraban y volvian a abrirse. --?Srta. Cullen? --La voz del doctor me trajo de vuelta al presente. La habitacion estaba vacia ahora, y el remolino se habia detenido. --?Donde esta Marcial? --pregunte. --Estoy justo aqui.

  • La edad de la inocencia, Edith Wharton de Edith Wharton

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  • Llamalo amor de Chloe Santana

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    Llamalo amor incluye dos novelas anteriormente publicadas por separado: Todos los veranos contigo y Nosotros… ?para siempre?

  • Cruzando la linea de James Patterson

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    Del autor de thrillers mas vendido del mundo, llega el nuevo caso de su investigador mas famoso: ALEX CROSS, DETECTIVE, PSICOLOGO, PADRE Y CAZADOR DE ASESINOS EN SERIE.

  • La pintora de estrellas de Amelia Noguera

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    Una historia sobre el exilio, la guerra, la traicion y el amor no correspondido. Un relato sobre el valor de una mujer y la memoria de un hombre que necesita redimir su pasado.

  • El diario de una bastarda (Diarios nobles 1) de Maria Isabel Salsench Olle

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    Alice Smith es una bastarda y no soporta que se lo digan. Ha vivido siempre a la sombra de sus perfectas hermanas reconocidas por la sociedad y lo unico que desea es llevar una vida tranquila lejos de las habladurias. Por fin encuentra la paz en Francia o eso piensa hasta que… un hombre muy apuesto y de ojos plateados le hace pedir perdon de rodillas, humillandola en publico.
    Ese sera el inicio de una rivalidad en la que Alice buscara recobrar su dignidad. Sin embargo, lo que no espera es enamorarse en el camino…
    Hugo Silvery es un acaudalado noble de origen ingles que se ha instalado en Francia para dejar correr sus vicisitudes lejos de la reprobacion de su padre. No soporta a la gente de clases inferiores y asi se lo demuestra a Alice, a la que considera poco mas que una campesina, pero no contaba con que ella fuera la mujer mas hermosa que habia visto nunca. Y sera la belleza femenina lo que le hara dificil despreciarla por ser una bastarda.

  • Traidores que cambiaron la Historia de Jose Manuel Lechado

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    Traidores que cambiaron la Historia es el relato de algunas de las traiciones mas celebres de todos los tiempos. Sucesos que, con su comision, cambiaron el curso de los acontecimientos historicos en un pais, un imperio y, a veces, en toda la Tierra.

  • Gabriela Mistral en verso y prosa. Antologia de Gabriela Mistral

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    Lo mejor de la obra de Gabiela Mistral, Premio Nobel de Literatura, en una edicion preparada y avalada por la Real Academia Espanola y la Asociacion de Academias de la Lengua Espanola.

  • Nosotros dos (Volumen independiente), Xavier Bosch de Xavier Bosch

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  • La huida de las ratas de Eric Frattini

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    El gobierno de Franco y el Vaticano ayudaron a escapar de Europa y de ser juzgados en Nuremberg a importantes nazis acusados de genocidio y de crimenes contra la humanidad. Adolf Eichmann, el <> del Holocausto, Josef Mengele, el <> de Auschwitz, Franz Stangl, el verdugo de Treblinka, Klaus Barbie, el carnicero de Lyon, John Ivan Demjanjuk, Erich Priebke, Gustav Wagner, Hermine Braunsteiner, Otto Wachter, Walter Rauff, Herberts Cukurs y Erich Rajakowitsch son las <> que escaparon de Europa dejando tras de si una gran marca de sangre y horror.

  • Amaras la noche (Gigolo 2) de Chris Razo

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    ?Que estarias dispuesto a hacer por amor?

  • Dulces romances de D. Scott

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    400 paginas de puro romance. Amor, pasion…
    Adentrate y descubre que se esconde tras estas lineaas.

  • Los Divinos de Laura Restrepo

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  • Nick de Inma Chacon

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    Artemisa era la diosa griega de la caza. Nacio unos minutos antes que Apolo. Los antiguos griegos la adoraban como a una diosa lunar, errante como la Luna y merodeadora de los valles y las montanas donde esperaba a sus presas. Como contrapunto, a su hermano Apolo se le tenia por un dios solar, aquel que atravesaba los cielos en un carro deslumbrante, el que no encontraba el equilibrio mas que en las cumbres. Por este motivo, se convirtio en simbolo de superacion, de la capacidad de subir hacia lo mas alto. Y asi fue como un dia, al salir del colegio, vio Dafne a Roberto por primera vez, como un dios que aparecia ante sus ojos con el carisma de lo inalcanzable. Todavia no conocia su nombre. Todas las tardes, despues de clase, algunos chicos y chicas, que estudiaban en los colegios e institutos cercanos al suyo, quedaban en un lugar que todos conocian como <>. Tambien llamaban asi a un establecimiento regentado por un oriental que se encontraba en la esquina en la que se reunian. Nadie sabia si el dueno de aquella tienda era chino, coreano, vietnamita o japones, pero el hecho es que, en toda la zona, acabo por conocerse aquella esquina por el gentilicio del gigante asiatico. Ir al Chino significaba ir a encontrarse con los amigos. La tarde en que conocieron a Roberto, Dafne y su prima Paula se acercaron al Chino, como de costumbre, y se unieron a sus companeros de curso, que en ese momento se dedicaban a pasarse canciones de unos telefonos moviles a otros. La mayoria no habia cumplido los trece anos. Roberto formaba parte de un grupo de chicos mayores, de entre dieciseis y diecisiete, procedentes de un instituto proximo. A pesar de que Dafne conocia de vista a todos los chicos y chicas que se reunian en el Chino, a Roberto no le habia visto nunca. Aquel dia, Dafne charlaba con sus amigos sin mostrar interes por los mayores, quienes, por otro lado, tampoco les hacian caso a ellos, como era habitual. Los dos grupos solian ignorarse, salvo cuando los mayores necesitaban demostrarles a los pequenos que la diferencia de edad era una barrera infranqueable, un muro que les separaba, hasta el punto de que nadie diria que solo se llevaban dos o tres anos. --!Estos son unos pipas! --solian decir los mayores cuando se referian a los chicos del grupo de Dafne y a los de un grupo de edades intermedias que tambien se reunian en la zona. Aquella tarde, cuando llevaba alli unos minutos, Dafne se acerco a la tienda para comprarse un bollo para merendar. En el momento en que ella se disponia a entrar en el Chino, Roberto abria la puerta desde dentro para salir. Llevaba un donuts de chocolate en la mano y vestia una sudadera azul con el numero siete estampado en la espalda y en la manga. Apenas la miro mientras la dejaba pasar por debajo del brazo con el que sujetaba la puerta. Probablemente, el ni siquiera la reconoceria si volviera a verla, pero a ella le parecio descubrir en sus labios una media sonrisa, un gesto que le infundia ese aire despreocupado de los chicos que se saben interesantes. Cuando Dafne cruzo el umbral del establecimiento, el solto la puerta, se dirigio hacia el banco en el que sus amigos le esperaban sentados sobre el respaldo, y se enfrasco con ellos en una discusion sobre las ultimas goleadas de su equipo. Ella trato de aparentar que no le habia impresionado el encuentro. Miro algunos articulos de la tienda como si no se hubiera puesto nerviosa, se compro, como el, un donuts de chocolate, pese a que no le gustaban, y salio de alli tratando de que nadie se diera cuenta de que su corazon corria como si se hubiera vuelto loco. No se habian dirigido la palabra, y el no volvio a mirarla en toda la tarde, pero desde ese dia se colo en su pensamiento como un ciclon capaz de arrasar todo lo que, hasta ese instante, habia en su mente. Ya nada tuvo importancia para ella mas que aquel chico que la habia dejado pasar por debajo del brazo, como su madre hacia con su hermana pequena cuando salian o entraban de alguna tienda del centro. Antes de irse, escucho a sus amigos hablando de el como de <>. Y con el Rata se quedo tambien para ella, mientras sonaba con volver a verle todas las noches, todos los dias y todas las tardes que le espero en el Chino desde entonces. -oOoDafne no durmio aquella noche, ni la siguiente, ni la otra. Sus parpados se negaban a cerrarse mientras recordaba el momento en que pasaba bajo el arco que el habia dibujado para ella con su brazo. Olia a pelea. A chulito con el que nadie es capaz de enfrentarse. A malo. A suspensos. A chicas rendidas a sus pies. A guapo. A dulce. A tardes de futbol. Y, mas que a ninguna otra cosa, olia a chico mayor, a un chaval de dieciseis anos que nunca se fijaria en una pipa que todavia no habia cumplido los trece. Ella tampoco habria querido fijarse en el. En realidad, no le gustaba. Gesticulaba mucho al hablar, e imponia su presencia a los demas con una actitud agresiva con la que ella no hubiese congeniado nunca. No. No le gustaba. Pero no podia dormir. Capitulo 2 A Dafne le hubiera encantado llamarse asi, !Dafne!, como la ninfa que enamoro al dios Apolo y se convirtio en un laurel despues de haberle rechazado. Pero, en realidad, Dafne solo es un nick detras del que resulta facil ocultarse. Y ella ni siquiera conoce la historia de la ninfa de la que ha tomado prestado su nombre. A Dafne tambien le habria gustado tener los ojos azules, la melena larga y la estatura de la modelo por la que se hace pasar en el facebook. Pero sus ojos son negros y rasgados, como los de una de sus tres hermanas, la mayor, y su pelo encrespado solo le llega a la altura de los hombros, a pesar de que, cuando se lo moja, consigue estirarlo tanto que casi le roza la cintura. Podria haber heredado los ojos de su padre, verdes, como los de su hermana pequena. Pero, para su desgracia, aunque ella pretende corregirse, solo ha heredado de el su tendencia a inclinar la cabeza al andar y la inevitable chepa en que se convierte su espalda en cuanto se descuida un momento. Desde que tiene recuerdos, la persigue una orden que nunca consigue cumplir, por mas que se esfuerce: --!Ponte derecha! Su madre, sus hermanas mayores, sus abuelos, los tutores del colegio y cualquiera que la vea caminar, todo el mundo le dice que se enderece. Pero por mucho empeno que ella le ponga, y es verdad que lo pone, sus hombros tienden a caerse hacia delante sin que pueda remediarlo y, antes de que llegue a darse cuenta, inevitablemente aparece la chepa que le amarga la existencia. Pero Dafne es asi, y asi hay que quererla. Nada mas diferente a la imagen de la ninfa que aparece en los libros sobre mitologia. La que rechazaba cualquier tipo de amor masculino y se negaba a casarse. Tan alta, tan hermosa, tan segura, tan proporcionada, !tan recta! Segun le han contado, su padre tambien sobrellevo desde nino la misma letania del ponte derecho, y la rabia de que le llamasen cheposo. Pero, en su caso, se debia a un doble motivo. El primero, porque lo era y, el segundo, porque asi apodan a los habitantes de la ciudad donde nacio, porque dicen que caminan encorvados a causa del viento, que sopla helado desde el norte con frecuencia. En ocasiones, su madre tambien llama cheposa a Dafne, y la compara con su padre para que se corrija. Pero ella siempre responde que a mucha honra, y se encorva aun mas, simulando que se cierra el abrigo para protegerse del frio. Ojala todos los cheposos lo fuesen como su padre, por haber nacido en una de las ciudades mas acogedoras del mundo. Por mucho frio y por mucho viento que hiciera. -oOoCuando Apolo vencio a la serpiente Piton, presumio de tal manera delante de los otros dioses que Eros decidio darle una leccion y le disparo una de sus flechas de oro, aquellas que infundian amor. Al mismo tiempo, lanzaba una de plomo sobre Dafne para provocarle desden y desprecio hacia Apolo, hermano de Artemisa, diosa de la caza a la que Dafne estaba consagrada desde su nacimiento. Dafne aun no lo sabe, pero algun dia querra parecerse a la ninfa que rechazo al dios de la musica, porque este acabara coronandose con las hojas del arbol que simbolizara para siempre la victoria. Ella no conoce aun el significado de su nombre, ni que la ninfa era una gran cazadora, capaz de atraer a sus presas con sencillas artimanas para que cayeran en sus trampas, tal y como ella es capaz de atraer a las suyas en internet.

  • Perdida en el tiempo de Lorena Franco

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    Despues del exito arrollador de La viajera del tiempo, con mas de 100.000 ejemplares vendidos y una gran acogida internacional, Lorena Franco regresa con una novela muy visual y cinematografica. Perderse entre las paginas de este apasionante viaje sera una aventura inolvidable.

  • La Cita de Angel Buendia Esparcia

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    Dos personas, una mesa, dos asesinatos. Esa escena se esta repitiendo en distintas zonas de Madrid y lleva de cabeza a los agentes. Los casos se relacionan con los vividos por Kreine, una reputada detective de la ciudad Condal, que tendra que revivir su pasado para poder entender el presente. Pasado y presente se entrelazan, para mostrarnos una obra nueva y fresca y donde se invita a los lectores a ponerse en la piel de cualquiera de los personajes y establezcan por supuesto su juicio ante sus actuaciones.

  • El Comienzo de Yiros Dakay

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    Me desperte de una pesadilla gritando, otra vez. Estaba respirando fuertemente con mi cabello colgado sobre mi cara casi derramando una lagrima. Me incline y alcance mi manta; Girandolo hacia un lado y sobre mi cuerpo. Poniendo un pie a la vez en el piso de madera, me pare y camine hacia mi tocador. Me puse una camiseta sin mangas, un par de jeans rasgados negros y un sueter holgado y luego baje las escaleras. Fui a la cocina a buscar agua, estaba abriendo la nevera, hasta que vi a mi borracho, gilipollas, papa. Lo cerre de golpe y cerre la cocina practicamente corriendo, justo cuando me puse los zapatos y estaba listo y cerca de la puerta, grito; “!Perra! !Trae tu culo aqui y hazme algo de comida!”. Mire hacia atras y me detuve por un momento. Iba a decir algo; Hacerle desear que nunca hubiera dicho eso, pero yo no. Mas bien me volvi hacia la puerta y corri a la escuela. Nadie estaba fuera de las puertas de la escuela. Deslizando mi desgastado Converse por el pasillo de la escuela Llego a un chillido cuando golpeo mi casillero. Lo abro y agarro mis libros con un poder intenso. Lo cerre de golpe y con una velocidad rapida fui a mi primera clase. Me detuve en la tercera puerta y mire el cartel negro en la puerta, decia; “Sala de artesania”. Gire la perilla y abri la puerta a la atencion directa de todos los estudiantes. Odio ser el centro de atencion, me enferma el estomago al darme cuenta de que los estudiantes tienen la oportunidad de decir cosas como “?Por que llegas tarde? ?Atrapado con el corte de nuevo?” O simplemente la vieja y original “Chica emocional” no original. Mientras miraba el piso, levante mi capucha y camine hacia el fondo de la habitacion hasta mi asiento asignado. El maestro, el Sr. Wheeling, dijo despues de un silencio incomodo “Hood Off, Allie”. Despues de que el miro hacia otro lado, levante mi capucha hacia atras y sobre mi cabello lacio y largo y negro. Pasaron periodos y sonaron las campanas. Me siento en la parte de atras de cada clase, asi que, como siempre, me sente en mi asiento, saque mis libros y espere la leccion intensamente agotadora de mis maestros jodidos. Cuando termine la clase, me levante deslizando mis libros por la esquina de mi escritorio. Fui el primero en salir de las puertas, y cuando llegue a mi casillero saque mi bolso de la parte inferior y lo golpee en mi espalda. Mi bolso es muy viejo, he tenido el mismo durante 4 anos. Mi mama lo compro para mi Es una bolsa de material suave negro liso. Es todo lo que me queda de ella desde que murio. Caminaba hacia las puertas de la escuela, cuan contento estaba de salir de la escuela, pero cuan asustado estaba de irme a casa. No mucho antes de golpear las puertas de metal azul, mi bolso decidio rasgarse desde la parte inferior, revelando mis muchos blocs de dibujo, cuadernos y mi cuchilla Sharpe. Arruine los papeles y libros del piso; Probraly arruinando algunas de mis obras de arte, pero no me importo. Estaba en busca de mi espada y cuando la encontre la recogi y sali corriendo por la puerta. Escuche que me llamaban, pero no mire hacia atras para ver que solo caminaba por la calle. Camine por el camino hasta que vi mi casa. Mi papa estaba en el porche con su amigo Rob. Botellas de cerveza en todas partes. Rapidamente me aleje confiando en que no me notaria sino en Corse; El hizo. Vio mi cabeza inclinarse hacia un costado y camine por el camino. Gritando con una voz fuerte, fuerte e intensa Las palabras “!Jodida puta, entra aqui ahora mismo!” Echo’ed The Street. Me detuve y volvi. Mi papa siempre ha sido abierto sobre su vida, sin secretos, sin remordimientos. Evito mi casa cuando su amigo Rob esta alli, siempre intenta violarme. Le deje algunas contusiones, pero mis cicatrices de el son mucho mas permanentes. Avance despacio por las escaleras delanteras, y mientras caminaba por la puerta rota de la pantalla, mi papa arrojo una botella de cerveza en la parte posterior de mi cabeza. Me desmaye. Me desperte con el olor a hierba encendida y Achohal derramado, estaba acostada en el sofa con solo un sujetador y ropa interior. Robar vino a mi mear borracho. “Hellof Allieef”, dijo Stammerd. Y mientras caminaba por la puerta rota de la pantalla, mi papa arrojo una botella de cerveza en la parte posterior de mi cabeza. Me desmaye. Me desperte con el olor a hierba encendida y Achohal derramado, estaba acostada en el sofa con solo un sujetador y ropa interior. Robar vino a mi mear borracho. “Hellof Allieef”, dijo Stammerd. Y mientras caminaba por la puerta rota de la pantalla, mi papa arrojo una botella de cerveza en la parte posterior de mi cabeza. Me desmaye. Me desperte con el olor a hierba encendida y Achohal derramado, estaba acostada en el sofa con solo un sujetador y ropa interior. Robar vino a mi mear borracho. “Hellof Allieef”, dijo Stammerd. Me levante “?Donde estan mis ropas que te arrastras?”, Le grite. Me abofeteo en la cara. Mi papa estaba sentado al otro lado de la sala de estar en una vieja silla de madera, riendo. Ransack le sonrio y le dio otro golpe. Mire a mi padre. “Amablemente no dejes que haga esto”, dije mientras las lagrimas caian por mis mejillas. “?Prefieres que lo hagas yo mismo, perra!” Mi papa grito de vuelta. Comence a llorar. El botin sentia mis muslos, lo empuje lejos. “!No! … !Contactame!” Dije. Me dio un punetazo en la mandibula Makin. Mi labio sangra la sangre roja mas brillante. Me golpeo una y otra vez hasta que me maree lo suficiente como para no poder sacarlo de mi. Senti un pellizco afilado y cuando eche un vistazo a mi brazo, me inyectaron una inyeccion de droga en mi piel palida. Mis ojos se pusieron caidos y mi cabeza se debilito. Apenas podia distinguir lo que estaba sucediendo, pero aun podia sentirlo tratando de tocarme. Esta vez me drogo, estaba en control total. Sin embargo, todavia soy virgen, el me habia conseguido este temperamento antes, pero esta vez nada se interponia en su camino y estaba tan seguro de ello. Estaba deslizando su mano por mis pantalones, sintiendome levantada; Hasta que los policias atravesaron mi puerta. Mi papa y Rob mirando en estado de shock. Burglarize se levanto y corrio hacia la puerta de atras, pero los policias regresaron. Un oficial me recogio y me llevo a la parte trasera del coche de policia. Estuve alli hasta que la policia entro y me llevo a la estacion. Me ayudaron a salir del auto y mis pies descalzos aterrizando firmemente en el cemento. Individuos corriendo hacia mi llevandome a una habitacion y tumbandome en el sofa de cuero. Me cai en un sueno profundo. Mi padre me desperto, salte de nuevo en estado de shock, un oficial de policia me llevo a casa. Perdi la escuela ese dia. Mas bien pase mi tiempo haciendo comida para mi papa. Esa noche no pude dormir. Me sacudi y me di la vuelta. Cuando amanecio, abri los ojos para ver a mi papa parado sobre mi con un cinturon largo. Me incline y sostuve mis rodillas contra mi pecho. “Simplemente termine con esto, voy a llegar tarde a la escuela”, dije con un suspiro. No obstante, doblo su cinturon en dos y lo azoto a mi espalda, dejando una marca de sangrado. Me contuvo el dolor y cuando se fue Mi habitacion se puso una sudadera con capucha blanca, algo delgada y me arregle el cabello en un mono desordenado. Me tropece por las escaleras y sali por la puerta. Corri a la escuela y lo hice 3 minutos antes de la campana. Camine, arroje las puertas y hacia abajo de la escuela El salon, todos susurraban. Estoy acostumbrado a escuchar “monstruosidad o perdedor”, pero todos cubrieron sus bocas en silencio mientras me miraban. De la nada senti que alguien estaba detras de mi abrazandome con fuerza y llevandome al gimnasio. No podia mirar hacia atras por la forma en que estaba posicionado, pero cuando llegamos al gimnasio y se reconocio la espera, me di la vuelta y antes que yo era un chico. Estaba a punto de gritarle hasta que mire su sudadera y hacia mi desesperacion vi sangre. “!Dios mio, tu sangrado! ?Estas bien?” Pregunte rapidamente. “!Estoy bien! Sea como fuere, !no soy yo quien sangra, lo que sucedio en tu espalda!” El respondio bastante tenso. Lo mire fijamente cuestionablemente. Me dio la vuelta suavemente y levanto mi sudadera blanca, luego mi camiseta sin mangas. Dude por una pieza pero acepte. Estaba a punto de gritarle hasta que mire su sudadera y hacia mi desesperacion vi sangre. “!Dios mio, tu sangrado! ?Estas bien?” Pregunte rapidamente. “!Estoy bien! Sea como fuere, !no soy yo quien sangra, lo que sucedio en tu espalda!” El respondio bastante tenso. Lo mire fijamente cuestionablemente. Me dio la vuelta suavemente y levanto mi sudadera blanca, luego mi camiseta sin mangas. Dude por una pieza pero acepte. Estaba a punto de gritarle hasta que mire su sudadera y hacia mi desesperacion vi sangre. “!Dios mio, tu sangrado! ?Estas bien?” Pregunte rapidamente. “!Estoy bien! Sea como fuere, !no soy yo quien sangra, lo que sucedio en tu espalda!” El respondio bastante tenso. Lo mire fijamente cuestionablemente. Me dio la vuelta suavemente y levanto mi sudadera blanca, luego mi camiseta sin mangas. Dude por una pieza pero acepte. Despues de mirarme la espalda, me di la vuelta. “?Que pasa?” Pregunte suavemente. “Tu espalda, esta sangrando. ?Cual fue el trato? ?Es cierto que fuiste golpeado? ?Quien hizo esto?” Hizo tantas preguntas que no sabia que decir. Mis ojos comenzaron a lagrimear y el me abrazo. I Barley se dio cuenta de el, pero sabia de el: tenia 16 anos, era tranquilo, timido, algunos amigos, vestia de negro, tenia un corte de pelo con pinchos y tenia el labio, la nariz y la ceja penetrados. Era extremadamente oscuro, pero definitivamente era el chico mas dulce que jamas hayas conocido. Simplemente no sabia su nombre. Despues de momentos de silencio y protagonismo, y llorando, finalmente rompi lo incomodo. “Te lo agradezco mucho … lo siento, tuviste que ver eso, y lamento que tengas que sentir lo siento por mi”, dije. “He visto cosas peores, peores, y siento pena por ti pero no por la razon” s Piensas “el siguio.” Estaba mirando desde el otro lado de la calle, y lamento haber llamado a los policias “, dijo lentamente. Mire hacia el”. Lo detuve con un abrazo. “Me alejaste de mi papa, mi hogar, la realidad”, dije mientras lo miraba a los ojos. El sonrio. “?Quieres ir a dar un paseo?” Pregunto dulcemente. Asenti y el me condujo por las puertas traseras del gimnasio. Caminamos por la calle hasta llegar a un campo grande a unas 4 cuadras de la escuela. Caminamos por los bordes del campo y nos sentamos en una colina. Dije mientras lo miraba a los ojos. El sonrio. “?Quieres ir a dar un paseo?” Pregunto dulcemente. Asenti y el me condujo por las puertas traseras del gimnasio. Caminamos por la calle hasta llegar a un campo grande a unas 4 cuadras de la escuela. Caminamos por los bordes del campo y nos sentamos en una colina. Dije mientras lo miraba a los ojos. El sonrio. “?Quieres ir a dar un paseo?” Pregunto dulcemente. Asenti y el me condujo por las puertas traseras del gimnasio. Caminamos por la calle hasta llegar a un campo grande a unas 4 cuadras de la escuela. Caminamos por los bordes del campo y nos sentamos en una colina.

  • Agatha Christie de Maria Romero

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    “Aprendi que no se puede dar marcha atras, que la esencia de la vida es ir hacia delante. La vida, en realidad, es una calle de sentido unico”, escribio Agatha Christie sobre ella. Nacida cuando la emancipacion de la mujer aun parecia lejana, la escritora inglesa fue un espiritu libre. Hecha a si misma, movida por su tenacidad y con una curiosidad sin limites, con las convenciones sociales para vivir experiencias solo reservadas a los hombres. Vivencias -algunas extraordinarias, pero tambien las dolorosas- que se convertirian en el motor de su obra y la llevarian a ser la escritora mas exitosa de todos los tiempos.

  • Si manana muero de Eugenio Fuentes

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    Ruben es un joven pintor ilusionado porque en 1936 logra su primera exposicion en Madrid y, ademas, vender de inmediato su mejor cuadro. Pero no se espera la afrenta del comprador, un tal Jeronimo de las Hoces, que acaba quemando la obra en su presencia. El estallido de la guerra lo precipita todo. Destinado al Servicio de Propaganda, Ruben conoce a Marta Medina, una violista que estudia en el conservatorio, y a su companero Marcelo. Junto con otros milicianos, los tres acabaran destinados al frente de Extremadura, a Breda, una poblacion importante y de valor estrategico, porque podria detener el avance de los militaresgolpistas, que pretenden unir la zona sur de la Peninsula con la bolsa del norte. Pero en Breda tambien reside un extrano terrateniente aficionado al arte que, enfermo de melancolia, ha construido un tumulo misterioso, un monumental mausoleo en memoria de su esposa fallecida.Entretanto, las historias de algunos de los habitantes de Breda, de sus humillaciones y traiciones, se entrecruzan con las vidas de los militares que llegan de Madrid, y con el destino de los falangistas joseantonianos dispuestos a hacer meritos.

  • La flor mas oscura de P.m. Freestone

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    EN EL IMPERIO DE ARAMTESH EL PERFUME ES PODEROSO.
    Un mundo en el que el perfume es magico y los secretos son mortales.
    Una novela embriagadora que despertara todos tus sentidos.

  • Hijo del pasado de Blanca Miosi

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    Blanca Miosi, una de las autoras mas sobresalientes del mundo literario latinoamericano nos trae esta vez un personaje vivido, con un pasado de luces y sombras.

  • Una influencer en apuros (Influencer 1) de Hugo Sanz

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    Chloe es una joven y afamada influencer britanica, que saborea las mieles del exito. En un viaje familiar conoce a Nelson, novio de una de sus odiosas primas, que irrumpe con fuerza en su corazon. No obstante, la protagonista decide apartarlo de su existencia, dadas las circunstancias, pese a que sus sentimientos por el siguen intactos.

  • Todas las estrellas son para ti, J. De La Rosa de J. De La Rosa

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    Ines lleva diez anos viviendo en Noruega, donde ha erigido una nueva vida: el trabajo de sus suenos, un apartamento decente y Bjorn, el hombre con el que intenta construir un futuro. Una noche recibe una llamada inesperada. Su padre acaba de fallecer y debe regresar a Sevilla para el funeral. Aquel era el hombre con el que ella habia medido a todos los demas, el caballero perfecto, y es entonces cuando descubre una vieja carta escrita por el, en la que declara su amor a una mujer que no es su madre. Confundida, incredula, Ines recurre al unico que puede ayudarla, un viejo amigo que es ahora inspector de policia. Reticente, Pedro se ofrece a resolver el misterio, pero la razon por la que Ines huyo de Espana quiza tenga mucho que ver con el, y los fantasmas del pasado pueden resurgir con el color asombroso de los ojos de este antiguo amor.

  • Sesion nocturna de Michael Connelly

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    Renee Ballard trabaja en el turno de noche en Hollywood. Empieza muchas investigaciones, pero no termina ninguna, porque cada manana entrega sus casos a los detectives del turno de dia. A la que fuera prometedora detective le han asignado ese puesto como castigo despues de presentar una demanda por acoso sexual contra un superior.
    Sin embargo, una noche le tocan dos casos de los que no quiere desprenderse: la brutal paliza a una prostituta que es abandonada y dada por muerta en un aparcamiento, y el asesinato de una joven camarera durante un tiroteo en un club nocturno. Ballard esta decidida a no renunciar a los casos al amanecer. Contra las ordenes y los deseos de su propio companero, se dedica a ambas investigaciones de dia mientras cumple con su turno de noche. Los casos se complican y acercan a Ballard a sus propios demonios y a la razon por la que no renunciara al trabajo por mas dificultades que le ponga el departamento.

  • El aprendiz del tejedor de Cristina Palacio

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    Ano 1535. Escalonilla es un pueblo perdido en la meseta castellana, similar a cualquier otro, con su iglesia y su fuente, su cura y su alcalde, sus viejos tomando el sol en la plaza, sus mujeres con el cantaro en la cadera y sus ninos jugando.
    Se acerca el dia de Navidad y la fecha de elegir los nuevos cargos municipales.
    Una noche de tormenta, un asesinato, un testigo.
    ?Que oculta un pueblo que parecia tan inocente?

  • La esencia de tu alma (Secretos del alma 4) de Victoria Magno

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    Continua la emocionante historia de Zarah y Allan en esta nueva entrega de la serie <>.

  • Un vaso de colera de Raduan Nassar

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    LA LLEGADA Y cuando llegue por la tarde a mi casa, alla en el 27, ella ya me esperaba dando vueltas en el jardin, vino a abrirme el porton para que yo entrase con el coche y, en cuanto sali de la cochera, subimos juntos la escalera hacia la terraza, y nada mas entrar abri las cortinas del centro y nos sentamos en las sillas de mimbre mirando hacia el lado opuesto y hacia arriba, por donde el sol se iba poniendo, y estabamos los dos en silencio cuando ella me pregunto: <>, pero yo, muy distraido, continue distante y tranquilo, el pensamiento abandonado en el enrojecimiento aquel del poniente, y fue unicamente por la insistencia en la pregunta que respondi: <>, y como ella respondio: <>, yo entonces me levante y fui sin prisas a la cocina (ella vino detras), saque un tomate del refrigerador, fui al fregadero y lo lave, y despues tome el salero de la alacena y me sente enseguida alli a la mesa (ella desde el otro lado acompanaba cada uno de mis movimientos aunque yo displicente fingia que no me daba cuenta), y sin dejar de estar en su punto de mira empece a comer el tomate, echando sal poco a poco a medida que lo iba comiendo, fingiendo un empeno exagerado en la mordida para mostrar mis dientes fuertes como los dientes de un caballo, sabiendo que sus ojos no se despegaban de mi boca, que por debajo de su silencio se retorcia de impaciencia, que tenia mas ganas de mi cuanto mas indiferente yo me mostrase, solo se que cuando acabe de comer el tomate la deje alli en la cocina y fui a buscar la radio que estaba en el estante de la sala y sin volver a la cocina nos encontramos de nuevo en el pasillo, y sin decir una palabra entramos casi juntos a la penumbra del cuarto. EN LA CAMA Al principio, ya en el cuarto, pareciamos dos extranos siendo observados por alguien, y ese alguien eramos siempre ella y yo, y era nuestra responsabilidad vigilar lo que yo hacia, no lo que hacia ella, por eso me sente en el borde de la cama y fui quitandome lentamente los zapatos y los calcetines, tomando mis pies descalzos con las manos y sintiendolos deliciosamente humedos como si hubieran sido arrancados de la tierra en aquel instante, y enseguida me puse, sabiendo muy bien lo que hacia, a andar por el parque, fingiendo que mi caminata por el cuarto seguia pequenos patrones, dejando que la bastilla del pantalon rozara el suelo al mismo tiempo que cubria parcialmente mis pies con cierto misterio, sabiendo que ellos, descalzos y muy blancos, incorporaban poderosamente mi desnudez anticipada, y enseguida yo escuchaba sus inspiraciones profundas alli al lado de la silla, donde tal vez ella ya se abandonaba a la desesperacion, enredandose al quitarse la ropa, enmaranando hasta los dedos en los tirantes que se escurrian por el brazo, y yo, siempre fingiendo, sabia que todo aquello era verdadero, conociendo como conocia su maniaca obsesion por los pies, sobre todo por los mios, de porte firme y bien esculpidos, un tanto nudosos en los dedos y marcados nerviosamente en el empeine por venas y tendones sin que por ello perdieran su aspecto timido de raiz tierna, y yo iba y venia con mis pasos calculados, dilatando siempre la espera con minimos pretextos, pero en cuanto ella abandono el cuarto y fue un instante al bano me quite rapidamente el pantalon y la camisa, y tendiendome en la cama me dispuse a esperarla ya tieso y listo, disfrutando en silencio el algodon de la sabana que me cubria, y enseguida cerraba los ojos pensando en las artimanas que emplearia (de las muchas que sabia), y de esta manera fui repasando en la cabeza cada cosa que haciamos, como ella vibraba con los jeribeques iniciales de mi boca y con el brillo que forjaba en mis ojos, haciendo aflorar lo que en mi habia de mas obsceno y sordido, a sabiendas de que ella, arrebatada por mi lado oculto, gritaria de nuevo: <>, y repase mentalmente ese otro lance trivial de nuestro juego, preambulo con todo de insospechadas tramas posteriores, y tan necesario como comenzar la partida con un movimiento de peon sobre el tablero, y en el que yo, cerrando mi mano en la suya, le acomodaba los dedos, imprimiendoles coraje, conduciendolos bajo mi mando hacia el vello de mi pecho, hasta que ellos, a imitacion de mis propios dedos debajo de la sabana, desarrollaran por si solos una primorosa actividad clandestina, o si no, en una etapa posterior, despues de explorar de manera juiciosa nuestro vello, nuestros huesos, cada uno de nuestros olores, cuando los dos, de rodillas, calculabamos el camino mas largo de un unico beso, las palmas de nuestras manos pegadas, los brazos abriendose en un ejercicio casi cristiano, nuestros dientes mordiendole al otro la boca como si mordieran la carne blanda del corazon, y con los ojos cerrados, abandonando la imaginacion en las curvas de esos rodeos, me vi tambien enredado en ciertas practicas, como cuando en trance despues de levantarme soberbiamente de la montura de su vientre atendia de manera precoz a uno de sus (de mis) caprichos mas insolitos, lanzando en chorros subitos y violentos el fluido lechoso que se le adheria a la piel del rostro y a la piel de los pechos, o tambien aquella otra, menos impulsiva y de lenta maduracion, el fruto que se desarrolla en un crescendo mudo y paciente de energicas contracciones, cuando yo dentro de ella sin movernos llegabamos con gritos exasperados a los estertores de la mas alta exaltacion y pense sin embargo en el salto peligroso del reves, cuando ella de bruces me ofrecia otra hierba y mis brazos y mis manos, simetricos y casi mecanicos, agarraban por abajo sus hombros, comprimiendo y ajustando, area por area, la masa untada de nuestros cuerpos, e iba pensando todo el tiempo en mis manos de dorso largo, muy utilizadas durante toda esa geometria pasional, tan bien elaborada por mi y que la llevaba invariablemente a decir en franca perdicion: <>, y luego me puse a pensar en los momentos de renovacion, en los cigarros que fumabamos despues de cada burbuja envenenada de silencio, o en el transcurso de las charlas con cafe (escapabamos de la cama desnudos e ibamos a profanar la mesa de la cocina), cuando ella intentaba describirme su confusa experiencia del orgasmo, hablando siempre de mi seguridad y osadia en la conduccion del ritual, disimulando mal su asombro por que yo citara insistentemente el nombre de Dios entre mis obscenidades, hablandome sobre todo de cuanto yo le habia ensenado, especialmente la conciencia en el acto a traves de nuestros ojos, que muchas veces vigilaban, piedra por piedra, cada uno de los trechos de una carretera convulsa, y entonces yo le hablaba de su inteligencia, que siempre exalte como su mejor cualidad en la cama, una inteligencia agil y activa (aunque solo bajo mis estimulos), excepcionalmente abierta a todas las incursiones, y yo de pasada acababa hablando tambien de mi, fascinado por las contradicciones intencionadas (algunas no tanto) de mi caracter, pregonando entre otras patranas que yo, canalla, era puro y casto, y yo alli, con los ojos siempre cerrados, pensaba en muchas otras cosas mientras ella no acababa de venir, ya que la imaginacion es muy rapida o su tiempo diferente, pues trabaja y mezcla simultaneamente cosas dispares e insospechadas, cuando presenti sus pasos de vuelta en el pasillo, y solo entonces llego el momento de abrir los ojos para inspeccionar la postura correcta de mis pies asomandose fuera de la sabana, percatandome como siempre de que el vello castano que brotaba del empeine y en los dedos mas largos les daba gracia y gravedad al mismo tiempo, pero de inmediato trate de cerrar los ojos de nuevo al sentir que ella entraria en el cuarto, y ya adivinando cerca su silueta ardiente y sabiendo como comenzarian las cosas, o sea: que ella man- samente, muy mansamente, se aproximaria primero a mis pies que un dia habia comparado con dos lirios blancos

  • Y si fuese tu de Alexia Mars

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    Muevo la cabeza al son de la musica, cojo una lata de pepinillos en conserva y me la acerco a los labios a modo de microfono, abro la boca y me marco un playback. El rock invade cada poro de mi piel y el de mis companeros. Todos bailamos junto a Bon Jovi y su Livin’ On A Prayer. Me vengo arriba en este punto. Tiro la diadema, pego un salto, lanzo un grito desgarrador que arranca una risa en Sugar y me despeino como una loca. Sugar se pone en pie y menea su cuerpo como si le hubiese dado un telele y siempre mirando de reojo a la puerta, por si el Basilisco aparece. Llega el estribillo y doy vueltas y saltos. En este momento soy libre, todos lo somos. Sugar se sube a la silla, abre los brazos y emite varios graznidos descompasados mientras Antonio, el encargado del armamento, coge un rifle descargado y lo convierte en una guitarra. Se pone de rodillas y toca mientras todos lo coreamos. Este es el mejor momento del dia. La primera cancion y la ultima. La tienda se abre a las diez, pero nosotros llegamos a las ocho para prepararlo todo. Trabajamos en Survivor, un pequeno local dedicado a la supervivencia. Y nuestro jefe, Herman, un aleman afincado en Valencia por amor, no es muy dado a la chachara. Bueno, ni a la musica, ni a las risas, ni a casi nada, en realidad. Nadie habla con nadie durante las horas que pasamos aqui. De hecho, Jose Maria --o Sugar, como le gusta que le llamemos porque dice que es muy dulce --, el genio de la informatica, esta en la cuerda floja porque ha recibido varias broncas por distraerse. A mi, la unica mujer empleada, se me somete a un examen todos los viernes y he de demostrar que voy avanzando en esta especialidad --armamento y supervivencia-- sacando un ocho o mas. Cuando hablo de examen es examen, eh. Con una mesa, un folio y la cara agria de Herman mirandome fijamente hasta que termino el cuestionario. ?Que por que aguanto esto? Bueno, pues porque a pesar de lo malo, me encanta mi trabajo. Soy estilista de latas de conserva y, aunque suene algo ridiculo, se me da muy bien. Dejo unos pasillos tan apetecibles, que todos los clientes que entran comprando cosas como pedernales, trampillas o canas de pescar acaban llevandose una buena provision de alimentos. Y, por otra parte, tampoco es que haya muchas ofertas de esta profesion para elegir, me aventuraria a decir que pocas o ninguna. Ni siquiera yo conocia el puesto hasta que cinco anos atras vi que lo ofrecian y me apunte. Siempre se me ha dado bien decorar, asi que pase la prueba y aqui sigo. La otra razon es la hipoteca. Y, ahora, con una bebe de nueve meses, como que no es momento de lanzarse a la piscina. Cuando no decoro los estantes, me dedico a las redes sociales de la tienda y llevo la web junto a Manel, un community manager en practicas. Estaria realmente bien si no fuese por Octavia Rayuela y Perez, la mujer del jefe. El y del apellido se lo pone ella porque le da notoriedad, segun dice. Lo cierto es que Octavia Rayuela es tan complicada como el libro de Cortazar. La apodamos el Basilisco porque destila tanto veneno como el ser mitologico. Esta es la unica hora en la que podemos relacionarnos, asi que aprovechamos, aunque siempre hay uno que monta guardia. Hoy es lunes, por lo que Herman vendra acompanado de su mujer, quien siempre nos da una nada grata visita al inicio de semana. Mi walkie talkie amarillo, colocado en la cintura, se enciende y la voz de Roberto sale en forma de grito: --Todos a sus puestos, repito, todos a sus puestos. !Llega el Basilisco! Corremos hacia nuestros lugares de trabajo, apagamos la musica y eliminamos cualquier vestigio de vida. Segundos despues oimos un motor, se apaga y, a continuacion, unos tacones. La puerta se abre y un hombre de unos cincuenta, delgado y vestido de forma deportiva aparece junto a su trajeada mujer. Ella, como siempre, toma la palabra: --Buenos dias, senores. --Se atusa el mono castano y se quita las gafas de sol. A mi me ignora. --Buenos dias, Octavia. Herman. --Al saludo de Antonio le sigue el del resto de empleados, incluido el mio. Pasa por mi lado y me sonrie. Su extravagante perfume me marea; esta mujer parece que se bane en el. --Querida, ?como estas? --Se acerca y revisa mi trabajo con ojo critico. Asiente satisfecha. --Bien. Como siempre. --Como se que realmente no le interesa, no me explayo. --?Seguro? No tienes buena cara. --Angela no duerme mucho, todavia es muy pequena. Nos despierta cada hora y aunque nos turnamos... --Lo digo para que te maquilles un poquito mas --me corta--. Recuerda que estamos cara al publico. Hay que dar buena imagen, Belen. Creo que mi corrector te iria de fabula, disimula muy bien las ojeras. Es de L’Oreal, luego te enseno una foto y asi te lo compras. <>, replico en mi mente mientras le sonrio tirante. Asiento. Llama a Herman y este le da alcance. Le susurra algo en el oido y ambos me miran de forma penetrante; tanto, que mi estomago se contrae. --Queremos hablar contigo, Belen. ?Puedes seguirnos al despacho, por favor? --La peticion de Herman me pone los pelos de punta. Quiero gritar, llorar. ?Van a despedirme? No, por favor. Le digo que si con un hilito de voz y arrastro mis pies hacia el fondo del local. Entramos y Octavia cierra la puerta. --Toma asiento, Belen --me pide mi jefa mientras se quita la americana. Herman se sienta en el borde de su mesa y me encara. Espera a que Octavia tome posicion a su lado y fijan los ojos en mi. Dejan pasar un angustioso silencio. Trago saliva. --Belen, llevas cinco anos aqui. --Si... --musito casi sin voz. Tengo la garganta seca. --Y queriamos hablar contigo de algo sumamente importante. --Vale --respondo sin saber que mas decir. !Me van a despedir, joder! --Hemos sopesado tu peticion del mes pasado y hemos decidido aceptar --declara Herman con ojos chispeantes. --Vamos a darte ese aumento --lo apoya Octavia con una gran sonrisa y una palmada. En este punto tengo que coger aire porque mi mente todavia no ha reiniciado. No van a despedirme, van a... ?Un aumento? !!Por fin!! Poco a poco mis labios van ensanchandose hasta formar la sonrisa mas grandiosa de todas. El corazon me late tan deprisa que va a estallarme. --Aguarda unos minutos. Ahora volvemos --me pide Herman. Los dos desaparecen por la puerta que da al almacen y me dejan sola. Rapidamente saco el movil y con manos temblorosas y muy feliz tecleo un mensaje para Adrian, mi marido. Belen: He conseguido un aumento. Hoy toca celebracion. Adrian: ?En serio? Enhorabuena, carino. Te dije que tarde o temprano esos dos se darian cuenta del diamante que tienen a su lado. Estoy muy orgulloso de ti. Nos vemos esta noche y brindamos. Belen: !Que contenta estoy! No me lo creo. Adrian: Te lo mereces. Eres la mejor. Belen: Bueno, carino, te dejo que ya sabes como se pone Herman si sacamos el movil. Adrian: Esta bien. Te quiero.

  • Manual de la buena vida de Luis Racionero Grau

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    Un sabio de nuestro tiempo. Un gourmet. Un recalcitrante amador casado seis veces. Un viajero curioso. Un inquieto buscador de lo espiritual. ?Por favor, senor Racionero, nos podria dar las claves de una buena vida, de su buena vida, atendiendo mas a lo material que a lo espiritual? A esta pregunta responde esta obra que destila los mas sabios consejos para ser feliz y resume lo mejor de una vida intensa.

  • Multimillonario & Rebelde de Ella Valentine

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    Jake Lawler es el heredero de una de las cadenas hoteleras mas importantes del pais. Su ambicion en la vida es la de acostarse con una mujer distinta cada noche y seguir el camino que otros han trazado para el, dejando de lado sus propios suenos y aspiraciones. Su vida es tranquila y rutinaria, pero todo cambia la noche en la que una pelirroja bajita con mucho caracter aparece en su puerta dispuesta a poner su mundo del reves.

  • No estabas en mi agenda de Dina Reed

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    Despues de una decepcion amorosa y profesional, Jessica Cooper regresa a Manhattan y necesita trabajar como sea. Asi que acepta sin pensarlo el puesto de secretaria en la compania de Chris Swift, mas conocido como el Lobo, a pesar de que todo el mundo le advierte de que hasta el momento ninguna secretaria ha aguantado mucho en el puesto.Y es que el Lobo es insufrible, por su ambicion sin limites, su alto nivel de exigencia y su caracter implacable y duro: siempre va derecho a la yugular y no se conforma con nada que no sea ganar.Nadie quiere tenerlo de enemigo y casi todas suspiran por el, no en vano es un multimillonario irresistible, guapo, sexy y carismatico.

  • Dialogos de Cortesanas Seguido de Manual de Urbanidad para Jovencitas de Pierre Louys

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    Dialogos de cortesanas y Manual de urbanidad para jovencitas suponen el mayor descubrimiento del deseo erotico femenino, hasta entonces mera comparsa del masculino, cuando no sometido a este: por vez primera mujeres y muchachas adolescentes tienen voz para expresar sin tapujos, con desverguenza incluso, sus propios y exclusivos deseos. Pierre Louys pinta en rapidas escenas el erotismo en su momento mas algido, sin arredrarse ante los terminos del amor que, empleados por todos, nunca figuran en los diccionarios.

  • Estoy colada por mi insufrible de Elizabeth Betancourt

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    La temperatura en Copenhague invitaba a salir y montar en bici, su actividad favorita. No habia nada mejor que el viento fresquillo que removia su melena de color platino haciendola sentirse tan libre como los pajaros a los que solia observar su padre en sus ratos libres, yendo sin pereza alguna hasta De Sondermarken. Un hermoso parque que enorgullecia a los copenhaguenses. Lo mejor de todo, paseando con su bicicleta era el poder ver a diferentes personas, cada una con su propio estilo, con gestos divertidos o preocupados que motivaban a Annelise a reflexionar sobre el mundo que la rodeaba, a preguntarse si en ese preciso momento alguien en la otra punta del planeta divagaba sobre las mismas cuestiones que ella. Resoplo por enesima vez, mirando el sol brillar desde la ventana de su habitacion. --?Sigues asi? --La voz de su madre la asusto y la joven dio un respingo, mirando por encima de su hombro para ver a su progenitora con una sonrisa nerviosa, plantada en el rellano de la puerta como una flor. --Estoy harta de estar metida aqui. No comprendo porque hacer una buena accion me provoca tanto dolor de cabeza. !No debia haber dicho nada! --Respondio Annelise a su madre, volviendo su cara otra vez hacia delante, concentrandose en los ninos que jugaban a la pelota en la calle. !Que envidia les tenia! --!No puedo creer lo que me estas diciendo, jovencita! !Retira eso de inmediato! Tu padre y yo te ensenamos una buena educacion basada en el respeto, la sinceridad y el amor. --Le echo la bronca la mujer. Annelise se dio la vuelta otra vez, mirando a su madre con lamento. No queria decir eso, por supuesto que no lamentaba haber ayudado a la policia para que pudieran meter tras las rejas a ese hijo de puta cuyo hobbie era violar a cualquier mujer que pudiera alcanzar, pero desde el momento en que juzgaron a Harald Adamsen con sentencia de diez anos de prision, su mundo habia cambiado por completo. --Mama, no queria decir eso, es que... Esa buena accion solo me esta llevando a la locura. -- Se explico Annelise, pero su progenitora seguia mirandola con ese ceno arrugado, ese brillo de decepcion en sus ojos hermosos de color violeta que ella habia heredado. --No es la buena accion la que te lleva hacia la locura, mas bien, el encierro, lo cual es totalmente comprensible. Tu padre y yo hemos pensado en eso y tenemos la solucion. -- Respondio Inga Dahl con un tono pausado, como si temiera la reaccion de su hija. --?Solucion? ?Que solucion? --Pregunto la joven mirando con ojos abiertos como platos. Las novedades no le gustaban nada, preferia centrarse en la comodidad de una rutina y no llevarse sorpresas. A Annelise le gustaba tenerlo todo controlado y mas que el encierro, lo que le provocaba horribles dolores de cabeza, era el hecho de no tener el control desde hacia ya tres meses. Para colmo, su familia se encerraba junto con ella y el estres aumentaba por momentos. --No te me vuelvas loca, hemos hablado con el agente Bodilsen y el cree que nuestra idea es fantastica. --?Por que no me lo habeis consultado a mi ? --Pregunto Annelise atonita. Su ojo derecho empezaba a parpadear haciendola parecer un robot, cuyo hardware esta estropeado. Un tic que la muchacha no podia controlar en momentos de nervios a flor de piel. --Cielo, no creo que ahora mismo tengas la capacidad para tomar decisiones... --Empezo Inga y su hija jadeo ofendidisima. --Dejame terminar, cielo. Veras que te gustara lo que tenemos pensado. Somos tus padres y nunca hariamos algo que no fuera beneficioso para ti y para tu vida. No hay nada mas importante para un padre que el mundo de su hijo sea perfecto, si pudieramos, probablemente la mayoria optariamos por encerrar a nuestros pequenos en una burbuja de color rosa para que siempre esten a salvo, pero el mundo no funciona asi, la realidad que nos rodea nos obliga tomar decisiones que pueden ser tristes, pero son las mejores para educar y ensenar a nuestros hijos como enfrentarse a las situaciones que nos depara este mundo. --Mama empiezas a asustarme... --Murmuro Annelise entrecerrando sus ojazos adornados por unas pestanas bien definidas. --Has estado arropada siempre por nosotros... La nina de nuestros ojos, nuestra unica hija que recibio todo nuestro amor, un carino y apoyo que siempre tendras, pero es hora... --?Me estas diciendo con palabras bonitas que me largue de casa? --Pregunto Annelise estupefacta. --No exactamente, cielo. --Dijo Inga, mirando a su hija como si esta fuera una bomba de relojeria. --Tienes veinticinco anos y nunca has estado fuera de esta ciudad, lejos de todo lo que conoces. Apenas conoces a gente y eso no es normal. Hemos pensado con tu padre, que podrias aprovechar esta situacion e irte a Espana, donde Lucia, mi mejor amiga. Tiene una granja de sandias, su casa es hermosa y la ciudad donde vive, te robara el corazon. Sera una nueva experiencia y ademas, estaras a salvo. Ningun Adamsen podra encontrarte alli. Annelise miraba a su madre, incredula. No podia creer lo que estaba oyendo. --Dime que estas bromeando. ?Enserio me estas diciendo que encima que estoy encarcelada aqui, metida entre estas cuatro paredes, ahora debo alejarme de mi entorno? ?Ir a un pais que no conozco y con personas que nunca he visto en la vida? --Oh, cielo, Lucia es encantadora. Tiene dos hijos y uno es de tu misma edad casi, son un pan de dios. Podrias tomarte esto como unas vacaciones. Ademas, ?sabias que muchas de las playas de Almeria son de origen volcanico y que tienen el observatorio astronomico mas grande del mundo? Annelise volteo los ojos y respondio. --Mama estoy segura de que es un sitio hermoso y bla, bla, bla, pero yo quiero estar en mi casa, en mi ciudad. No voy a ningun lado que os quede claro. No pienso huir de estos matones cuando no he hecho nada malo. La policia esta obligada a cuidarme como su testigo de proteccion que soy y no mandarme a kilometros de distancia lejos de mi casa. Estallo la joven y se acerco a su madre. Le sacaba tres cabezas, Inga se veia a su lado diminuta y eso que no era bajita, media metro sesentaisiete. --Iras. --Hablo Inga Dahl, empleando ese tono que usaba tan pocas veces que se podia contar con los dedos de las manos, pero que no admitia discusiones. Su mirada era de fiera, tan iracunda que Annelise sintio que su aliento se detenia. --Mama... --Hizo un intento de protestar, pero fue callada en el instante y es que su dulce y carinosa madre, cuando deseaba podia intimidar mucho. --Eres una egoista Annelise. --Afirmo la mujer con una voz que indicaba reproche y su hija la miro estupefacta. Parecia que pronto se iba a echar a llorar, pero la situacion en la que estaban exigia decisiones radicales. Era hora de que Annelise creciera y se hiciera cargo de algunas cosas, empezando por probar cierta independencia que sus padres le habian negado, sin darse cuenta en que ese exceso de apoyo podria dificultar el futuro a su querida hija. --?Por que dices eso? --Pregunto la joven con voz tremula. Inga suspiro, dandose cuenta hasta que punto sensible era su nina. Aquello era horrible, el mundo se la iba a comer si seguia asi. Su esposo y ella nunca antes se habian planteado ese dilema, pero convivir tanto tiempo con su hija, pasar tantas horas juntos, les habia hecho darse cuenta de algunas cosas. --No te importamos. Estando aqui nos pones en peligro. El padre de Harald Adamsen fue pillado antes de ayer a unos kilometros de nuestra residencia. ?Coincidencia? No lo creo y el senor Bodilsen, tampoco. Es increible que con tal de sentirte a salvo, estes de acuerdo en arriesgar la vida de tu padre y la mia. Provocarnos ese dolor de cabeza constante, ese temor insoportable de que te maten, te danen y de paso a tu padre y a mi. Contesto la mujer que conocia bien a su hija y sabia que podia ser de todo menos egoista. Ese era el ultimo "As" que se sacaba de la manga. !Debia alejarla de Copenhague! !No, debia alejarla de Dinamarca! Si para ello se veia en la obligacion de tratarla con frialdad y de culparla por esa situacion, Inga estaba dispuesta. !Mas valia un hijo enfadado y triste que uno bajo tierra! --!Mama, no me puedo creer lo que estoy escuchando! !Jamas en la vida se me ocurriria poneros en peligro! --Exclamo su nina mientras lloraba sin siquiera percatarse de eso. --!Pues no demuestras eso, Annelise! Si realmente te importara y supieras la magnitud de lo que esta pasando, estarias de acuerdo en irte a Almeria donde Lucia. Eso calmaria el ambiente, los Adamsen se olvidarian un poco del asunto al darse cuenta de que no estas aqui y de paso conocerias un nuevo pais, nuevas personas, una nueva cultura. Dijo Inga gritando. Annelise se quedo sin habla. Lamentaba tanto haber vivido aquel maldito lunes… --Pero, si algun Adamsen os ataca en mi ausencia, me pesara en la conciencia el no haber estado aqui, junto a vosotros y ademas... ?Que pasara con mi trabajo? --Pregunto la joven cuando recupero el habla. --Su principal objetivo eres tu. A nosotros no se nos acercaran si no te ven por aqui y ademas, el agente Bodilsen estara protegiendonos a pesar de tu ausencia. En cuanto a tu trabajo como profesora de guarderia, siento decirtelo cielo, pero ya lo has perdido... No creo que te vuelvan a contratar. Los padres estarian en contra porque inconscientemente pensarian que sus hijos estan en peligro contigo. Si te vas a Espana igual hasta encuentras un trabajo, no como profesora, pero bueno, hay muchas variedades de empleos, asi pruebas cosas nuevas, carino. Annelise resoplo. Estaba claro que a sus padres se les habia metido la mosca en la cabeza de enviarla donde la tal Lucia. ?Que podia hacer? Nunca se habia alejado de los suyos por mucho tiempo... Aquello iba a ser dificil, pero pensar que les ponia en peligro con su presencia alli, la animaba a tomar esa resolucion tan drastica. --Bien, pero prometeme que me llamareis todos los dias, sin falta. Dijo finalmente la joven. Su madre podia apreciar el miedo en sus ojos y se le partia el corazon, pero una madre debia hacer lo mejor para su hijo e Inga no era muchas cosas, como: Buena deportista, buena en dibujo e inclusive la cocina se le daba de pena, pero si era una buena madre, capaz de parar la rotacion de la tierra, bajar la luna y cualquier barbaridad que se le pudiera ocurrir a uno, con tal de hacer feliz a su nina.

  • Verdades enterradas de Michael Hjorth

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    ?Cuanto tiempo hacia que se habia ido de alli? Anos. Varios anos. Pero ?cuantos? Menos de diez, seguramente. Era irrelevante. Bien podrian ser muchos mas, y deberian serlos, y mas largos, penso al ver la silueta familiar de la ciudad que se extendia al otro lado del cristal del autocar. ?Que estaba haciendo aqui? ?Por que habia vuelto? Sinceramente. Habian pasado diez anos, asi que… ?para que? ?Por que le importaba? En verdad, le daba igual. No tenia el menor interes en saber que le habia pasado a ninguna de las veintinueve personas con las que se habia visto obligada a compartir tres anos de su vida. Que hacian ahora, si tenian familia o no, en que trabajaban, donde vivian. Eso le importaba una mierda. Todas ellas le importaban una mierda. Y tambien dudaba mucho que ella fuera a importarle nada a ninguna de ellas. Nunca habia significado nada para nadie. ?Acaso se acordaban de ella? Quiza algunos si. Deberian hacerlo. ?O acaso la gente se olvidaba de las personas de las que habia abusado? ?Solo existian mientras se las podia atormentar, y desaparecian en cuanto dejaban de ser vulnerables? A lo mejor, las nuevas victimas sustituian a las viejas, en todos los aspectos. ?Que estaba haciendo aqui? ?Por que habia vuelto? No es que volviera con un sentimiento de triunfo. No era una revancha exitosa. No albergaba ninguna esperanza de que fueran a juntarse a su alrededor ni verla con mejores ojos porque se hubiese vuelto famosa o le hubieran ido bien las cosas. No estaba en posicion de ensenarles nada. El patito feo no se habia convertido en ningun cisne. El patito feo solo se habia hecho mayor, se habia curtido. Asi que ?que estaba haciendo aqui? ?Por que habia vuelto? Quiza queria mostrar que seguia viva, que se atrevia, que no habian logrado destrozarla. Pero ?era asi? Quien sabia si su vida habria sido distinta si aquellos anos hubiesen sido diferentes… Mejores. Soportables. Sin los Tres, que decidian que ella no era siquiera digna de despertarles irritacion. Que la trataban como si fuera aire. Como si no fuera nada. Sin el sequito silencioso, tan inseguros todos, tan temerosos de acabar en el lugar que ocupaba ella, los que lo hacian posible. Sin Macke y Philip. No, alli no iria. Ahora no. Todavia no. Se los quito de la cabeza: los pensamientos, los nombres, aquella noche. Pero iban a estar alli, se dijo a si misma. Se encontraria con ellos. Esta noche. En la fiesta, o como se le pudiera llamar a aquello. Reencuentro no, desde luego. Para poderte reencontrar hace falta sentir algun tipo de pertenencia. Ellos iban a estar alli. A lo mejor esa era la razon por la que iba alli, el autentico motivo por el que volvia. El sueno. Recurrente. La primera vez lo tuvo la noche siguiente de recibir la invitacion. Luego, despues de haber dicho que si, se repetia mas a menudo. El sueno en el que se hacia justicia. En el que se plantaba. Por fin. En el que les daba su merecido. A veces tan real, tan vivido, que se despertaba con una sensacion de triunfo, la cual se esfumaba en cuanto se levantaba y volvia a la realidad, como no podia ser de otra manera. El autocar paso junto a los carteles que senalaban que se estaban adentrando en Karlshamn, que habia vuelto a la ciudad que habia dejado atras. Que habia abandonado. De la que habia huido. El nudo en el estomago que ella habia creido que era arrepentimiento y angustia debia de ser otra cosa, se dijo. Determinacion. Expectacion. Un odio lentamente resucitado que llevaba mucho tiempo reprimiendo, pero al que ahora pensaba darle permiso para crecer. Por eso habia vuelto. Eso era lo que pensaba hacer. Devolversela. Calle Kungsgatan. Angelica Carlsson ni siquiera trato de reprimir la sonrisa de satisfaccion al girar para adentrarse en ella. En Karlshamn habia casas mas grandes y mas lujosas, pisos mas bonitos, direcciones con mas renombre. Pero en apenas cuatro meses practicamente se habia mudado a un piso amplio de dos habitaciones en la calle Kungsgatan. No estaba nada mal, a pesar de todo. Ciento doce dias despues de conocer a Nils. Ciento trece desde que se habia puesto en contacto con el en una de las numerosas aplicaciones de citas en las que estaba registrada y que visitaba con regularidad. Diecisiete anos mayor que el. Parecia buena persona, divorciado, una hija que ya se habia ido de casa, su perfil era perfecto, justo el tipo de hombre que ella estaba buscando, aunque tampoco podia estar segura del todo. No fue hasta la quinta cita, o quiza la sexta, cuando entendio que habia dado en la diana. Con la mirada caida, habia puesto una mano encima de la de el con cierta timidez y le habia preguntado si no le apeteceria que se vieran mas a menudo, que a ella le gustaria mucho que… fueran algo mas, o sea, algo estable. El se habia reido un poco cortado, y seguro que habria abierto los brazos si no fuera porque ella le estaba reteniendo una mano. --?Para que quieres a alguien como yo? Ella no dejo que la burbujeante alegria se le reflejara en ningun momento en la cara, sino que se limito a mirarlo seriamente, le dijo que no fuera tonto, que por que se infravaloraba, si se veia a la legua que era un hombre fantastico. Por eso queria pasar mas tiempo con el. Aquella noche habian paseado cogidos de la mano hasta su casa. La primera vez que ella puso un pie en el piso de la calle Kungsgatan. Unas semanas mas tarde dejo caer el nombre de Dick. Su exnovio, un idiota sin remedio. Habia quedado con Nils en su casa despues del trabajo, y ella se habia presentado un tanto desanimada y distraida. El se percato de que algo no iba bien, desde luego, pero ella no queria hablar del tema, no queria que se viera involucrado. Mantuvo su postura hasta que presintio que en breve el ya no le preguntaria nada mas, que haria lo que ella le estaba pidiendo y se olvidaria del tema. Entonces se lo conto todo, como a reganadientes. Para cuando hubo terminado ya se habia hecho de noche. Fue asi como Nils supo todo lo que habia que saber sobre como ella y Dick se habian conocido, en una epoca en la que ella era muy joven y tonta, cuando le habia parecido emocionante participar de los planes ambiciosos e irreales de Dick, sus alocadas travesuras, su estilo de vida despreocupado. Pero debajo de esa apariencia desenfadada y carismatica se escondia una faceta oscura y controladora. Con lagrimas corriendole por las mejillas, ella le habia contado que al cabo de unos anos se habia quedado embarazada, que Dick no queria tener hijos bajo ningun concepto, que la habia obligado a elegir entre el y el bebe, y que apenas unos meses despues de abortar la habia abandonado de todos modos. Nils la habia abrazado en el sofa mientras la escuchaba, ella se habia enjugado las lagrimas, se habia dejado consolar. Le habia dado unas vueltas a como continuar a partir de ahi, pero el se lo habia facilitado a base de preguntarle por que estaba pensando en Dick justo ese dia, en ese momento. ?Habia pasado algo? ?Se habia puesto en contacto con ella? Si, algo habia pasado. Si, se habia puesto en contacto. Hacia unos anos que el habia vuelto a aparecer en su vida, le explico Angelica. Dick habia empezado a cortejarla otra vez. Le habia dicho que la echaba de menos, que lamentaba la manera en que la habia tratado, que se habia dado cuenta de lo mal que se habia comportado. Habia madurado y se preguntaba si podian volver a estar juntos. Le habia insistido y suplicado. Y ella habia cedido. Se habia creido que el realmente habia cambiado. Que le brindaria la seguridad que ella buscaba. La cosa habia empezado bien, a los seis meses habian decidido irse a vivir juntos, se habian comprado un piso en Gotemburgo. Pero al cabo de unos meses volvio a asomar la cara celosa y controladora de Dick. Esta vez se habia vuelto violento. Ella habia logrado sacar fuerzas de alguna parte para liberarse. Despues de aquello era materialmente imposible que el fuera a recuperarla, dijera lo que le dijera, le prometiera lo que le prometiera. Habia terminado con Dick. Pero el no habia terminado con ella, ni muchisimo menos. A intervalos regulares la llamaba, le exigia, la amenazaba, la presionaba, hacia cuanto podia para ponerle las cosas dificiles y fastidiarla. Ahora era por algo del piso de Gotemburgo y la hipoteca, no lo tenia del todo claro, le habia colgado el telefono en cuanto el se habia puesto a dar berridos. Ella lo habia bloqueado, pero Dick ya habia conseguido colarse bajo su piel. Por eso se habia presentado en casa de Nils tan alicaida, pese a tener motivos de sobra para sentirse feliz. Con su vida. Con el. Aquella noche se acostaron por primera vez. Despues, ella estuvo llorando entre sus brazos. Le dijo lo contenta y agradecida que se sentia de haberlo conocido. El conseguia que se sintiera tan segura, tan cuidada… --Me gusta cuidar de ti --le susurro el, y le acaricio el pelo con delicadeza. Ella lo abrazo en silencio, era justo lo que habia esperado oir. Las semanas siguientes se podria decir que se fue a vivir con el. Iba mas a menudo, se quedaba mas tiempo, se llevo una muda o dos, el le cedio un estante, un cajon, sitio en el armario. A la exmujer no la habia visto ni oido, la hija sabia de la existencia de Angelica, pero no parecia tener ningun problema con que su padre hubiese conocido a otra mujer. No es que tuvieran un contacto muy estrecho, precisamente. Nils y su hija se llamaban cada quince dias, en el mejor de los casos. Durante el tiempo que Angelica habia estado en el piso, la hija no les habia hecho ninguna visita, pese a vivir en la ciudad de Helsingborg, a menos de dos horas de alli. Angelica dio los ultimos pasos hasta el portal. Ahora no le quedaba mas remedio que borrar la sonrisa de satisfaccion. Debia sustituirla por la preocupacion y la angustia. Habia llegado el momento de dar el siguiente paso. Hoy Dick habia logrado comunicarse otra vez con ella. La habia amenazado con ir a la policia y llamar a la Agencia Tributaria y no sabia que mas. No habia logrado entender todo lo que el le habia dicho, pero Dick pensaba vender el piso de Gotemburgo y le reclamaba dinero. Tenia que subir al piso alterada, desgarrada, entre lagrimas, necesitada del consuelo que solo Nils podia darle. Y que le iba a dar. Pero no podria hallar la paz. Esta noche no. Dick le pedia doscientas treinta y cinco mil coronas. Eso era mucho mucho mucho dinero. ?De donde iba a sacarlo? Hasta ahi podia planear, luego tendria que improvisar sobre la marcha. En el mejor de los casos, Nils se ofreceria al instante y por voluntad propia a prestarle el dinero, sin cuestionar nada ni hacer ninguna comprobacion. Lo mas probable era que le propusiera ayuda juridica, quiza incluso poner una denuncia. Si era el caso, ella tendria que escurrir el bulto, actuar sin prisa pero sin pausa y, con cuidado, sembrar la idea de que Nils podria ayudarla a ser libre de una vez por todas. Su paladin del corcel blanco. Un prestamo. Una suma que para el era perfectamente asumible, mientras que para ella era decisiva. Al menos hasta que surgiera el siguiente problema y necesitara mas. Metio la llave en el portal y cerro los ojos, noto las lagrimas brotando en sus ojos. Joder, que buena era. La practica hace al maestro. Cuando volvio a abrir los ojos, le quedaban ocho decimas de segundo de vida. Solamente. La bala viajo a una velocidad de casi ochocientos metros por segundo al abandonar la boca del canon del rifle. Mas del doble de rapido que el sonido, por lo que Angelica no tuvo ni tiempo de oir el petardazo sordo antes de recibir un disparo en la sien y caer muerta en su querida calle Kungsgatan. Kerstin Neuman Bernt Andersson Angelica Carlsson Philip Bergstrom Aakif Haddad Lars Johansson Ivan Botkin Annie Linderberg Peter Zetterberg Milena Kovacs El tercer cuerpo, el tercer asesinato. Vanja echo un vistazo a la ambulancia, que cruzo sin prisa alguna el cordon policial de la calle Kyrkogatan, donde un grupo de curiosos se habia agolpado junto a la cinta blanquiazul. El vehiculo amarillo lima fue grabado por varios moviles mientras, sin sirena ni luces encendidas, ponia rumbo al hospital mas cercano que tuviera morgue. Vanja no sabia donde quedaba, no habia tenido tiempo de familiarizarse lo suficiente con la ciudad. Ursula si lo sabia, habia estado alli para sacar sus propias conclusiones de las heridas que presentaban las dos victimas anteriores. Por lo demas, lo unico que sabian de estas era lo que habian podido leer en comisaria despues de que la policia local les hubo cedido oficialmente el caso. La primera, una mujer de sesenta y ocho anos, Kerstin Neuman, asesinada por arma de fuego mientras recogia el correo en el buzon, ubicado en el cruce del camino principal. Ahi no habian encontrado gran cosa a la que aferrarse, la senora vivia en una casita aislada que quedaba a unos diez kilometros del nucleo urbano. Un aislamiento que Kerstin Neuman habia buscado a proposito, dedujo Vanja al leer el informe del caso. No habia ninguna amenaza directa contra ella, pero todo el mundo --o al menos mucha gente-- en Karlshamn sabia quien era Kerstin Neuman. Lo que habia hecho. O, mejor dicho, en lo que habia participado, puesto que nunca se la declaro oficialmente responsable. En el accidente de autobus. La segunda victima se llamaba Bernt Andersson, cincuenta y tres anos, pero aparentaba diez anos mas, al menos en la foto que colgaba del tablon de la oficina provisional que habian montado en la comisaria, a unas pocas calles de alli. Era el resultado de una vida dura. Se habia pasado un buen punado de anos consumiendo todo lo que se podia consumir. En sus ultimos dias, segun las personas que de vez en cuando se cruzaban con el cuando deambulaba por Asarum, donde vivia, se habia centrado en la bebida, principalmente. Era un rostro conocido para la policia local, habia pasado la borrachera infinidad de noches en el calabozo, lo habian detenido por alteracion del orden publico, lo habian acusado de todo tipo de delitos por estupefacientes, pero siempre habia logrado librarse con una simple multa. Algunas de las mujeres con las que ocasionalmente habia conseguido instalarse durante un tiempo lo habian denunciado por robo y malos tratos. Pero no habia ninguna sentencia condenatoria. Lo habian encontrado tirado sobre una de las maquinas de un gimnasio al aire libre junto a una arboleda tres dias despues de que dispararan a Kerstin Neuman. Un tiro en la sien, muerte fulminante. Por lo visto, el mismo rifle en ambos casos. Fue entonces cuando Krista Kyllonen, la jefa de area de la policia local, habia logrado convencer a su superior de Region Sur de Malmo para que solicitara el apoyo de la Unidad de Homicidios. Era poco habitual que lo hicieran para casos que apenas llevaban una semana abiertos, pero no dejaba de tratarse de un francotirador en ambos casos y no habia testigos ni evidencias tecnicas, aparte de las balas, no habia casquillos en las escenas del crimen, ni huellas de neumatico ni nada sospechoso en las cuatro camaras de vigilancia que habia repartidas por la ciudad. No tenian ningun hilo del que tirar y necesitaban ayuda. Decir que habian llegado a una ciudad que vivia presa del panico habria sido exagerar, pero no cabia duda de que un tercer asesinato en el transcurso de ocho dias espolearia el miedo y la preocupacion, y entonces la rabia nunca estaba muy lejos. Vanja solto un suspiro. Aquello podria convertirse facilmente en una pesadilla. Pero no podia permitir que eso sucediera. Le tenian puesto un ojo encima. Era su primer caso importante desde que habia asumido el mando de la Unidad de Homicidios en diciembre. Desde que sustituyo a Torkel. Volvio a mirar calle arriba, al cordon policial del siguiente cruce, el de la calle Sodra Fogdelyckegatan. Vanja no sabia que significaba ese nombre ni si era siquiera una palabra de verdad. Sonaba inventada. Alli tambien se habia acumulado gente curiosa, pero no tanta, y habian sacado menos telefonos moviles. Quedaba mas lejos del escenario del crimen, desde alli las fotos no debian de mostrar mas que una calle normal y corriente de una ciudad de provincias. Como mucho, cogerian a Ursula, que estaba agachada sacando fotos del sitio donde habia estado la victima, que segun el carnet de conducir hallado en el bolsillo de su abrigo se llamaba Angelica Carlsson y tenia treinta y nueve anos. --Vanja.

  • Pecado y pecadores de Julio E. Zambrano

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    Danielle Fontaine vive su sueno. Ha hecho su debut en las pasarelas de Paris y alcanzo la cumbre. Su noche de triunfo, sin embargo, se hace anicos cuando Roberto Rossi, un amante del pasado, regresa inesperadamente queriendo retomar aquel fallido romance. Su unica noche de pasion se torna violenta y Danielle viaja a America dejando atras su mayor exito. Llega a South Beach, Miami, con poco equipaje y una gran necesidad de trabajar.

  • La sirena y la senora Hancock de Imogen Hermes Gowar

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    CORTESANAS, SIRENAS, AMBICIONES, NAUFRAGIOS… LA MEJOR NOVELA SOBRE EL SIGLO XVIII DESDE EL SIGLO XVIII.

  • Medianoche en Damasco – Maha Akhtar de Maha Akhtar

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    Una novela llena de aventuras, amor, heroismo y traiciones, que nos permite entender la situacion actual de Siria, firmada por Maha Akhtar, autora best seller por La nieta de la maharani.

  • Los juegos de Nemesis (The Expanse 5) de James S. A. Corey

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    La quinta entrega de la saga superventas en la que se basa la serie de TV The Expanse.

  • Cafe y tarta de Mario Sanca

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    El agua cae sin contemplaciones desde el cielo. Las gotas de lluvia repican en el exterior contra los coches y el mobiliario urbano en una melodia anestesica y caotica, un actor en el fondo de la sala que susurra desde la distancia para comentar la escena que tiene lugar ante si. En una cafeteria de la ciudad, a traves de unos cristales perlados de gotas, se distingue un exterior frio, gris, casi detenido en el tiempo, que logra convertirse en una melancolica foto que alguien colgaria en una sala de espera. Una estampa en la que se recuerda que el agua no discrimina a nadie. Mientras, en el interior, la imagen, es muy diferente: acogedora, calida, alborotada por el sonido de la cafetera que calienta la leche, el impacto frio de las cucharas metalicas contras las tazas y las conversaciones de mujeres y hombres que ocupan las mesas. El olor dulce de las tartas y el amargo del cafe inundan todo el espacio, y arrancan una sonrisa de satisfaccion a todo aquel que llega del inhospito exterior. En ese momento de la manana, una pequena campana de metal indica que alguien abre la puerta de la cafeteria. El acolchado sonido de la lluvia desaparece durante los breves segundos en que la puerta esta abierta, y vuelve a la normalidad cuando el umbral se cierra. Al instante, se escucha un suspiro de agotamiento acompanado por el sonido caracteristico de unos zapatos mojados. --Te dije que cogieras el paraguas --comenta con una sonrisa la camarera al chico que acaba de sentarse en la barra. Con sus ojos del color del sirope de menta, enmarcados por el flequillo y unos mechones sueltos de tono chocolate con leche, observa al cliente de arriba abajo. Un leve gesto de negacion con la cabeza hace que el pelo de su coleta oscile de un lado a otro. --Se me ha olvidado en casa --contesta el mientras sus hombros bajan todo lo que su fisionomia le permite. Mojado por completo, su pelo corto, del color de las galletas tostadas, deja escapar pequenas gotas de agua que impactan sobre las gafas, por lo que su vision se transforma en un campo de estrellas translucidas y sus ojos caramelo quedan desdibujados. --Jaime... --La camarera llama su atencion--. Al menos quitate la gabardina --insiste con un tono dulce y calido, similar a la espuma caliente--. !Esta chorreando! No querras volver al trabajo con un resfriado. --No --contesta cansado--, supongo que tienes razon. Y con un movimiento lento, como si la gabardina se resistiera a terminar ese humedo abrazo, el chico se la quita con cuidado para no mojarse mas y la coloca en una butaca libre que hay junto a el. Esto deja a la vista el fisico delgado de un joven de veintipocos anos. --Tambien se te ha mojado la camisa. --Unos segundos de silencio siguen al comentario. El, a traves de las gafas, mira como lo observa--. ?Ves algo con eso? Deja que te las limpie. --Y sin pedir permiso, en un gesto que denota mucha confianza, se las quita y las limpia con mimo gracias a un par de servilletas de papel. Despues se las vuelve a colocar, en un movimiento que parece perfeccionado por la fuerza de la costumbre--. Mucho mejor, ?verdad? A traves de los cristales, ya limpios y transparentes, Jaime contempla la mirada de la camarera, clara, con una mezcla de alegria y algo mas intenso, dificil de identificar, sobre todo en alguien que apenas ha llegado a la treintena; como si su edad no acompanase el nivel de profundidad que aguarda esa mirada. --Si, gracias, Elena. --Se quita las gafas para comprobar con satisfaccion los cristales. --No tienes que darlas. La camarera lo examina de nuevo. Sin la gabardina empapada tiene mejor aspecto, al menos no parece un perro abandonado. Pero ese pelo despeinado y la camisa pasada de moda no ayudan. --Si alguien te viera ahora, diria que te sientan fatal las Navidades --comenta Elena mientras arquea una ceja. --Lo se --contesta mientras intenta sonreir. --Perdone, jovencita. --Un hombre la llama desde el otro lado de la barra. --Ahora mismo vengo, Jaime, mientras... --Lo vuelve a mirar, aunque es incapaz de terminar la frase. Contiene una carcajada y, con una sonrisa en los labios, se aleja para atender al otro cliente. A esas horas, casi a final de las fiestas, y con una lluvia que no invita a la gente a salir de casa, apenas hay transeuntes por las calles. En la cafeteria, unas pocas personas, divididas en un par de mesas, cortan el silencio del lugar; sus conversaciones se mezclan con el ruido de la vajilla y de la cafetera mientras la radio hace todo lo posible por no quedarse en un segundo plano. En los pocos momentos en que el sonido de fondo se sincroniza, el cafe se llena del lamento de los asistentes y sus quejas sobre la vuelta al trabajo. Mientras, Jaime se conforma con mirar la lluvia caer en el espejo de detras de la barra. Las gotas forman una pequena neblina translucida que distorsiona la imagen al otro lado de la calle. Y, en un instante, la escena se inunda con el aroma de cafe recien hecho, chocolate y una pizca de limon. El muchacho se fija en la barra y se da cuenta de que, delante de el, ha aparecido una gran taza de cafe con una cremosa capa de leche y una suculenta porcion de tarta. Y ese leve olor a limon solo puede proceder de una persona. --De nada --responde Elena a la pregunta que no llega a formular Jaime. --?Y eso? --Invita la casa. --Vaya... --dice el chico sorprendido--. Voy a tener que dejarme el paraguas en casa mas a menudo. --Yo que tu no me arriesgaria. Y con una amplia sonrisa, Jaime clava el tenedor en la tarta y escucha el ruido efervescente que produce el bizcocho al tacto con el metal; al mismo tiempo que, por el rabillo del ojo, observa como Elena fija la vista en algun punto de la cafeteria. Cuando sigue la direccion de la mirada, comprueba que contempla a un chico y una chica sentados en una de las mesas. --?Que opinas? --pregunta ella mientras seca los cubiertos con un pano. El se gira un poco en el asiento para observarlos mejor: el cruce de miradas, los gestos, la postura, el tono de sus voces, sus expresiones... Todo pequeno detalle que pueda delatar el tipo de relacion que hay entre ellos. --Amigos --declara Jaime tras unos minutos de analisis. Elena tuerce la boca en un gesto que deja claro que no esta de acuerdo. --No estoy tan segura. ?Hermanos? --No --niega con la cabeza el tras darle un pequeno sorbo al cafe--, amigos. Creo que el quiere ser algo mas. --?Tu crees? --pregunta ella, esceptica. --Claro que si. --No me terminas de convencer. --La camarera suelta los cubiertos y el pano con resignacion --. Eso mismo podria pensar un desconocido de nosotros. --?De nosotros? Nada mas lejos. --Es cierto. Es evidente la relacion que hay entre nosotros. --?Tu crees? --repite Jaime--. Ahora es a mi al que no terminas de convencer. Elena mira a la pareja de la mesa y suspira. --Bueno, supongo que, con el tiempo, lo averiguaremos. La campana de la puerta vuelve a sonar. La camarera presta atencion a los nuevos clientes y deja a Jaime con su tarta y su cafe para atenderlos.

  • Con mi tanga no se juega, !bruja! (Brujas 1) – Monica Garub de Monica Garub

    https://gigalibros.com/con-mi-tanga-no-se-juega-bruja-brujas-1-8211-monica-garub.html

    “Dicen que las brujas debemos estar escondidas, que nuestro don ha sido otorgado por un ser de la oscuridad y que ante todo no sabemos amar sin utilizar nuestra magia.

  • El caso Telak (Un caso del fiscal Szacki 1) de Zygmunt Miloszewski

    https://gigalibros.com/el-caso-telak-un-caso-del-fiscal-szacki-1.html

    <> (Paris Match). Una novela adictiva, ganadora del Premio Nagroda Wielkiego Kalibru (Mejor Novela Negra del Ano).

  • 1921, diario de una enfermera de Eligio R. Montero

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    El 22 de julio de 1921 llegan a Madrid las horribles noticias sobre el Desastre de Annual, una de las batallas mas sangrientas a las que el Ejercito espanol se enfrento en el norte de Africa. Las Damas Enfermeras, jovenes aristocratas formadas por la reina Victoria Eugenia, abandonan sus vidas de lujo y se movilizan para acudir en ayuda de los miles de heridos que colapsan los hospitales. Laura, una de ellas, se desplaza hasta alli en busca de respuestas sobre la repentina e inexplicable desaparicion del capitan de aviacion del que esta enamorada. Pero lo que encontrara en Melilla no es lo que esperaba. El amor por su piloto se vera puesto a prueba cuando atienda a un misterioso heroe con el rostro vendado que no recuerda nada de su pasado.

  • Infiltrado en el KKKlan de Ron Stallworth

    https://gigalibros.com/infiltrado-en-el-kkklan.html

    En 1978, cuando Ron Stallworth -el primer detective negro en la historia del Departamento de Policia de Colorado Springs- encontro un anuncio clasificado en el periodico local pidiendo a todos los interesados en unirse al Ku Klux Klan que se pusieran en contacto a traves de un apartado de correos, hizo su trabajo y respondio con interes, usando su nombre real, pero haciendose pasar por un hombre blanco.

  • Giros del destino de Isabel Acuna

    https://gigalibros.com/giros-del-destino.html

    Adrian Cameron y Gabriela Rivera se conocen en medio de condiciones adversas, al compartir un suceso traumatico que derrumba la certeza y la confianza sobre las que cada uno habia fundado su vida y los obliga a enfrentar una nueva realidad que los lleva a apoyarse el uno en el otro para sobrellevar el desengano, a la vez que nace entre ellos una intensa atraccion.

  • Pasion a ciegas de Suzanne Brockmann

    https://gigalibros.com/pasion-a-ciegas.html

    Cuando el amor llega es muy dificil escapar de el.

  • Tu tan refugio y yo tan a la deriva (Sin Mar 5) de Cherry Chic

    https://gigalibros.com/tu-tan-refugio-y-yo-tan-a-la-deriva-sin-mar-5.html

    Un dia cualquiera Marco Corleone sale de su restaurante, mira al cielo, aspira con fuerza y sonrie. Parece simple, pero hubo un tiempo en que hasta respirar parecia imposible. Sus miedos se han ido extinguiendo a la misma velocidad que en su espalda crecian un par de alas listas para volar y perseguir suenos que parecian inalcanzables. Casi todo es como debe ser. Casi. Porque a veces, aunque no quiera, duele. Todo duele: la vida, los golpes de realidad una vez al mes, los recuerdos y las dudas de lo que pudo ser y no fue.
    Quiza no es una vida perfecta, despues de todo, pero es una vida que jamas sono tener. Ahora solo necesita acabar de cerrar heridas... O abrirlas en canal y dejar que el dolor se enfrente a cada fantasma con la fuerza de quien se ha superado dia a dia y el miedo de quien tiene demasiado que perder.

  • Memorias de un Heroe Ensangrento de Daniel Nieto

    https://gigalibros.com/memorias-de-un-heroe-ensangrento.html

    A mis mas estimados jovenes, sufridores del dia y de la noche, la cual es para vosotros perenne.
    Con esta mi mas sincera apelacion, se halla una advertencia, siendo esta la siguiente: