• lars vasa johansson - Lars Vasa Johansson

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    Cuando el bosque pide ayuda, llega al rescate Anton, un mago egolatra cuya vida es un fracaso que el se niega a admitir. Se somete entonces a una terapia muy especial. Todo empieza a ultima hora de la tarde de un dia de junio. Anton acaba de tener un accidente con su coche en mitad de la nada. No tarda en encontrarse con una muchachita rubia, quien le pide que la ayude a recoger flores para la noche del solsticio de verano. A traves de los retos que se ve obligado a superar, Anton sera consciente de sus propios fracasos y de su actitud egoista.

  • Todos los libros del autor Johansson Lars Vasa

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  • Todos los libros del autor Vasa Johansson Lars

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  • LARS VASA JOHANSSON - El Corte Inglés

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    LARS VASA JOHANSSON. Libros de LARS VASA JOHANSSONVolver · El mago que se perdió en su sombrero (Tapa blanda). 20 €. Ver detalle. AAAA. Página #. Anterior.

  • El Mago Que Se Perdio En Su Sombrero - Agapea

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  • Libros de Lars Vasa Johansson en Librería Cervantes

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    Vasa Johansson, Lars. Escritor y guionista, ha creado algunas de las series y largometrajes de más éxito de la televisión sueca. Autor de populares novelas ...

  • El mago que se perdió en su sombrero (NEFELIBATA)

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  • El Mago que se Perdio en su Sombrero - Buscalibre España

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    Libro El Mago que se Perdio en su Sombrero, Lars Vasa Johansson, ISBN 9788416634484. Comprar en Buscalibre - ver opiniones y comentarios.

  • Lars Vasa Johansson - Babelio

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    Lars Vasa Johansson, escritor y guionista, ha creado algunas de las series y largometrajes de más éxito de la televisión sueca. Autor de populares novelas para ...

  • mago que se perdio en su sombrero,el - Librería Publics.

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    MAGO QUE SE PERDIO EN SU SOMBRERO,EL, VASA JOHANSSON,LARS, 20,00€. Cuando el bosque pide ayuda, llega al rescate Anton, un mago ególatra cuya vida es un ...

  • el mago que se perdió en su sombrero - Margen Libros.

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    EL MAGO QUE SE PERDIÓ EN SU SOMBRERO, LARS VASA JOHANSSON, 20,00€. Cuando el bosque pide ayuda, llega al rescate Anton, un mago ególatra cuya vida es un ...

  • El Valle de Ixchel (Eres mi tiempo 3) de Sandra Lugo

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    Diario de Daniel Constantin Rosacruz. Paris 1314. --Mi senor... hemos llegado a la isla de los judios. Me dice Itzue, mi fiel amigo, protector y el mejor escudero de toda Galia, aunque en su muy lejana aldea nunca haya empunado una espada, despues de tres dias de haber atracado mi barco en el puerto de Genova de tan larga travesia, por esos misteriosos y desconocidos mundos a los que he tenido el privilegio de conocer, y que quisiera que permanezcan alejados de toda esta barbarie. He vuelto a Paris despues de veinte anos en el Valle de Ixchel, donde no necesitaba protegerme de nada, pero se que estas tierras siempre seran peligrosas hasta para alguien llamado Daniel Constantin Rosacruces, y el quinto posible rey de Francia, si mi padre, el rey Felipe III, no hubiera creido en las profecias de su hechicero de turno, donde predijo que su quinto hijo seria una maldicion y que tendria que nacer muerto para que el pudiera seguir reinando, y la desgracia no se apoderada de su linaje, pero el once de enero de mil doscientos setenta y uno, mi madre... Isabel de Aragon se cayo de un caballo y... naci prematuro una noche en Cosenza, Italia, bajo un cielo claro y una estrella de una larga cola resplandeciente como nunca se habia visto. Vivi a la sombra de mi familia, nunca existi, aunque mi padre y sus sirvientes siempre supieron de mi existencia; no entendieron que hacer con un nino como yo, con ojos de diferentes colores, ya con eso era de mal augurio, menos mal nunca conocieron mi verdadero poder. Mis padres adoptivos tampoco supieron que hacer con mis rarezas, a pesar que eran los mismos profetas que anunciaron al rey la maldicion que seria dejar nacer a un hijo como yo, pero yo a medida que fui creciendo y pude entender lo que no decian sus bocas, supe trasmitirles como debian criarme, y cuando llegue a los quince supe que era el unico hombre que podia escuchar los pensamientos, que el agua era mi segunda piel, el cielo un libro abierto y que haber nacido en estos tiempos era necesario. Hoy el gris lugubre inunda la ciudad, asi como tambien las orillas del Sena, rebosantes de curiosos tanto en el lado de los lindos jardines del palacio del rey como del mercado, diria que hay alegria entre la muchedumbre, aunque este a punto de morir un ser humano, segun Itzue, quien se ha estado informando de todo lo que acontece aqui, esto se ha convertido en un lugar de festin, aunque la fiesta sea amenizada con la muerte. En este lugar la Santa Inquisicion ejecuta a los sentenciados por herejia, idolatria, simonia y blasfemia contra la santa cruz. --Itzue... ?Sabes quien es el pobre que ejecutan? --pregunto, aun sabiendo de quien se trata, por el he salido de la selva, ese lugar que pocos conocen, aunque todo vengamos de ahi. --El ultimo templario... Jack de Molay, despues de siete anos de cautiverio, el pobre ya no tiene fuerzas para sostenerse, pero esto es un espectaculo, una fiesta, senor mio, con invitados de honor --asiento con la cabeza a mi amigo, mi fiel confidente y conocedor de muchos secretos. --Si... ya los veo --hay un... no puedo definir lo que ven mis ojos. Molay, es un despojo humano balbuceante e incapaz de mantenerse en pie; es conducido a duras penas por los alguaciles, a la visa de toda la realeza de Francia incluido mi hermano Felipe, el rey. Lo llevan frente a la pira y al preboste de Paris, que esperan inquietos el espectaculo. --Nos bajaremos aqui, senor. Es un buen lugar el que Itzue elige para ver este atroz espectaculo. Ser alguien de una inmensa fortuna por estos lares es algo que puede ser un privilegio o una ruina, aunque para mi ha sido lo primero, pero solo porque parte de mi vida la he hecho en sitios remotos e inexistentes aun para esta jauria de salvajes. --Jacques Bernard de Molay, vigesimo tercer Gran Maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y el Temple de Salomon, conocido como templarios --dice el alguacil a viva voz--, has sido juzgado y hallado culpable por tu propia confesion de los delitos de... herejia, simonia, idolatria y blasfemia contra la Santa Cruz... por ello has sido condenado a morir en la hoguera. Se hace un silencio sepulcral por largo rato. --Fui... condenado a cadena perpetua, no a muerte... Y ahora mismo... --tose mi pobre amigo, mientras a mi se me desgarra el corazon de pena e impotencia-- me retractare de esa confesion que fue obtenida bajo la horrenda y despiadada tortura que se ha cometido ante un anciano, desvalido y amante de... Dios. Tuve el honor de conocer a este noble caballero en Tierra Santa hace algun tiempo, rebosante de juventud y senor de senores, y verlo en estas condiciones me llena de dolor, aunque supe su destino desde ese dia que lo conoci, asi como el tambien supo que podia confiar sus tesoros y misterios conmigo. Levanta la vista ante los espectadores y se encuentra con la mia, !me ha reconocido!, y... es el momento para trasmitirle lo que he venido a traerle, sabra que nada esta perdido, solo con mi presencia nuestro legado y gran secreto esta resguardado, y su muerte no sera en vano. --?Rechazas la misericordia del rey Felipe? ?Te atreves a proclamarte inocente cuando ya habias sido hallado culpable? Desgraciado, pero anades el pecado de soberbia y asi... condenas a todos los templarios a la desaparicion. --Ya no existen mis hermanos... --aun mantengo su mirada, mientras replica--, pero la orden vivira para siempre, ciento trece han sido asesinados en la hoguera... y... yo sere el ultimo. --Es voluntad del rey y de Su Santidad que la Orden sea erradicada, maldita y caiga en el olvido y... asi sera... !!!seras el ultimo templario sobre las faz de la tierra!!! --No... --tose-- les sera tan facil y... ya no me interesa servir a los vivos porque el cielo no tiene limites y el reino ahi es... eterno. Me mira y asiento con la cabeza, mientras una leve risa me confirma que esta consciente y que aun esta entre los vivos. Un ser humano como cualquiera jamas hubiera aguantado tan atroz destino, siete anos de cautiverio esperando este dia, sin perder su fe, una fe que lo ha llevado hasta aqui y asi cumplir su destino; nunca quise utilizar a esta humanidad para salvarme, pero, aunque son debiles de cuerpo, son demasiado fuertes de espiritu. Molay se desprende de la tunica que lo cubre y descubre un cuerpo huesudo y moribundo; coloca la mano izquierda en su corazon donde hay dibujada una cruz, la misma que habia guiado su existencia. El preboste y la multitud expectante hacen un quejido de repugnancia al ver la escena, pues la herida esta infectada y llena de gusanos. --Felipe y... Clemente me mataran, pero no impediran morir con la cruz... --vuelve a toser-- en el lugar donde siempre ha estado. --Pues... morira con la cruz, asi tambien su legado --dice el preboste mientras le hace senas al verdugo. El encapuchado arrastra a Molay hasta el poste, donde esta la madera seca. --Me gustaria... morir mirando a Notre Dame --el verdugo mira al preboste y este asiente--, pero antes... Clemente y, tu tambien Felipe, traidores a la palabra de los hombres... !los emplazo a los dos ante el tribunal de Dios! A ti Clemente, antes de cuarenta dias, y a ti... Felipe, dentro de este ano... Dios sabe quien se equivoca y ha pecado... la desgracia se abatira pronto contra aquellos que nos han condenado sin razon, pero existe un lugar en este vasto universo que se levantara y salvara a la humanidad de... la mugre que la cubre hasta el final de los tiempos. Un silencio gelido se cuela por el lugar ante esa maldicion dicha con tanto poder, y mientras atan al ultimo Gran Maestre Templario y hacen el ritual de cremacion, mi corazon se desgarra ante lo que ven mis ojos. Quince anos en el Valle de Ixchel, habian hecho que olvidara la crueldad humana, solo espero que la pocima hecha por mi, y que ordene serle dada durante estos siete anos aun hagan efecto para que Molay, no sufra tan horrendo final y pueda llegar a su destino. Lamento no tener el poder para detener esta locura, hay cosas que nunca he entendido de mi vida, solo se que cuando encuentre lo que me ha traido hasta aqui, entendere mi pasado mi presente y mi futuro, solo espero que haya algo que salvar cuando eso ocurra. El embravecido fuego arde, y se apaga una vida bajo la ignorancia de todos los presentes, pero el poder que ha llevado a esta humanidad a desfallecer desde hace milenios, se merma a medida que crece la maldad ante el diminuto lugar de donde venimos... El Valle de Ixchel.

  • Juramentada (El Archivo de las Tormentas 3) de Brandon Sanderson

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  • La ayudante perfecta de Sophie Saint Rose

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    Sienna esta acostumbrada a su jefe y no le sorprendia su mal humor en absoluto. Era algo tan habitual en el que no le afectaba. Lo que si la afectaba esa era atraccion que Matthew parecia sentir por ella recientemente y la tension de una demanda contra la empresa no ayudaba en absoluto…

  • Canas y barro de Vicente Blasco Ibanez

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    Publicada en 1902, “Canas y barro” es sin duda una de las novelas donde el vigor expresivo de Vicente Blasco Ibanez alcanza una de sus cotas mas altas.
    En “Canas y barro”, Vicente Blasco Ibanez describe la Albufera valenciana: las costumbres, el modo de vida de los pescadores y de los agricultores del arroz, las fiestas con que la gente humilde de la laguna se esparcia o la organizacion perfectamente democratica de la pesca mediante los redolis.

  • Los imperdonables de Cristina Campo

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    Imperdonable, Cristina Campo, como Hugo von Hofmannsthal, Marianne Moore o Gottfried Benn, porque su pasion es la perfeccion: <>. Estas son las primeras frases del texto <> que da titulo a este libro, en el que fueron reunidos sus escritos sobre las fabulas, sobre autores en los que ella se reconoce y cuya lectura llega hasta el fondo mismo de su ser para mostrarlos sin mascaras, en su mas absoluta desnudez, como le confeso intimidado William Carlos Williams.

  • Las constelaciones oscuras de Pola Oloixarac

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    Despues de sacudir la escena literaria argentina con Las teorias salvajes, Pola Oloixarac arremete con una nueva, brillante, audaz y polemica novela: Las constelaciones oscuras. Oloixarac es una de las voces mas singulares que han surgido de la literatura latinoamericana, fue traducida a varios idiomas y reconocida por la academia y la critica como la autora mas innovadora de los ultimos tiempos.

  • Lord Desesperado (Lores Malditos 1) de Sydney Jane Baily

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    Simon contemplo la oscuridad y sintio una oleada de satisfaccion. No habia ni una pizca de luz. Asi era como le gustaba. El dia o la noche no suponian ninguna diferencia para el. Ni tendria por que. A la agonia que invadia su mente no le importaban cosas como la salida o la puesta del sol. Solo la entrada de sus sirvientes con una bandeja llena de comida o, mejor aun, con brandy frances, perturbaba su rutina. Un rayo de claridad atravesaba la infinita negrura cuando estos abrian la puerta con suavidad y depositaban su ofrenda casi sin hacer ruido sobre la mesa. De vez en cuando llegaba el medico infernal, si es que en realidad lo era, con sus tonterias sobre el aire fresco, los paseos y la toma de gotas de laudano para calmar su estado de animo. De manera exasperante, el hombre dejaba la puerta abierta de par en par para poder ver mejor a su <>, como llamaba a Simon, quien no se sentia nada enfermo. El ultimo tratamiento novedoso aconsejado por el curandero fue la hipnosis, sugerencia que fue recibida por parte del falso enfermo con un grito de rabia echandolo de la casa. El hombre salio huyendo, y con razon. Tal vez, seria inteligente y no volveria nunca. Por suerte, alguien cerro la puerta tras el, y el mundo de Simon se sumio de nuevo en una absoluta oscuridad. De vez en cuando, si no podia concentrarse en el juego de ver a traves de las sobras, sus pensamientos se desviaban hacia Toby. El querido primo Tobias. Lo habian descuartizado y dado de comer a los pajaros ante los ojos de Simon. No fue una forma de tortura. No, Toby ya estaba muerto cuando empezaron a cortarlo en trozos, se habia desangrado en la celda antes de que arrastraran su cuerpo al sucio patio y lo hicieran pedazos, pero no fue un castigo, sino una advertencia a Simon y a los otros dos desventurados reclusos del terrible destino que les esperaba si se salian de la linea, como habia hecho Toby. Este habia pedido otro sorbo de agua, segun recordaba Simon. El guardia se ofendio y lo atraveso con su sable. Aquello sacudio a Simon hasta la medula. El y su primo habian pasado por muchas cosas juntos. Habian crecido tan unidos como si fueran hermanos y, por eso, cuando Toby anuncio su intencion de luchar por la reina y la patria, Simon sintio que tambien era su deber hacerlo, aunque pensara que la causa del conflicto birmano era el comercio de la madera de teca y el beneficio que reportaba, y no un ideal patriotico. Sin embargo, era imprescindible vencer a los franceses para evitar que realizasen alguna incursion en las posesiones imperiales de la reina Victoria. Despues de haber librado docenas de batallas, ambos al mando de tropas indias, acabaron como prisioneros en la misma celda birmana olvidada de Dios. Se habian cubierto las espaldas el uno al otro durante tanto tiempo, que a Simon le resultaba ahora imposible que aquel hombre, que siempre habia estado en su vida, inteligente, amable y feroz como el infierno cuando era necesario, ya no volveria a formar parte de esta. Ya nada tenia sentido. Su vida no tenia sentido, y tampoco preocuparse por ningun motivo. No encontraba ninguna razon para que algo le importase lo mas minimo, excepto esperar a la muerte, que era lo que Simon habia hecho hasta que un dia, por un milagro, o quiza por desgracia, la puerta de su celda se abrio de repente. !Rescate, libertad, condenacion eterna! ?Como iba a volver a esa vida de lujo y comodidades? ?Como iba a beber te y sentarse a la mesa con gente civilizada, cuando sabia que el ser humano podia alcanzar ese nivel de crueldad? ?Como podria olvidar los ojos vidriosos de Toby? ?Como podria cerrar los parpados y dormir? Simon no podia hacerlo, al menos, no de forma voluntaria. Luchaba contra el sueno cada noche, y a veces perdia la batalla. Se sentaba en la oscuridad y no dejaba que su cuerpo o su mente supieran si era la hora de la vigilia o del sueno. Sin embargo, cuando este lo dominaba durante unos minutos, incapaz de mantenerse despierto, se desataba el infierno. Las batallas, el salvajismo y los ojos de Toby eran sus pesadillas. Y la celda infestada de ratas. Siempre la celda. ?Aun estaba en ese pequeno espacio, en el que no podia ni ponerse de pie, sonando con esta casa en Sheffield, con esta habitacion en el hogar de su familia? ?O solo estaba imaginando esta vida, que le parecia completamente irreal, y en la que sabia que ya nunca podria participar? Simon Devere, septimo conde de Lindsey, lo ignoraba. Pero mientras permaneciese con los ojos abiertos en medio de la oscuridad para no poder fijarse demasiado en los detalles de la habitacion, entonces estaria aqui, en Inglaterra, en Belton Manor. Capitulo 1 --No creo que pueda trabajar un dia mas para ese hombre. --El inesperado comentario provino de una joven en edad casadera, con el pelo color caramelo, y que lucia una expresion de desdicha en su encantador rostro. Maggie habia vuelto a casa. Jenny se percato de la llegada de su hermana por el portazo de la puerta principal y, por lo tanto, estaba preparada para verla entrar en la habitacion, arrojar sus guantes sobre el escritorio y sentarse al otro lado del mismo. Jenny intento evitar la exasperacion en su voz. --No trabajas para ningun hombre, que yo sepa --le dijo--. Asi que, ?de que demonios estas hablando? Maggie fruncio el ceno, recogio unos papeles que tenia delante, los miro como si estuvieran escritos en un idioma extranjero, en lugar de ser los pagos de su pequena casa de campo y sus tierras, y luego los volvio a dejar sobre la brunida superficie de nogal. --Ya sabes a quien me refiero. A lord Desesperado. Jenny suspiro. --Eso suena poco amable. Ademas, tu no estas a su servicio, sino que ayudas a esa pobre mujer, que esta casi loca de dolor por la muerte de su marido. Muestra algo de compasion, Mags. Maggie se envaro. --Oh, lo hago, lo hago. Me siento con esos chicos a diario mientras intentan conjugar los verbos franceses y hablar con tanta fluidez como su madre. Si lady Devere entra en la habitacion, con su rostro palido y sus ojos enrojecidos, siempre le pregunto como se siente. Sin embargo, han pasado casi dos meses desde que lord Desesperado llego a casa y trajo la noticia del fallecimiento de su primo y esposo de lady Devere, ?no es asi? Por no mencionar que, en realidad, lleva muerto unos dos anos. Aun asi, la senora llora como si lo hubiera colocado hoy mismo en el feretro y acabara de darle la ultima despedida. --Tobias Devere era un buen hombre, segun tengo entendido --ofrecio Jenny. Maggie asintio. --Los ninos tambien lloran a veces, aunque dudo que lo recuerden. Aunque si se han dado cuenta de que su padre no va a volver. Nunca. Jenny oyo que la voz de Maggie se entrecortaba y supo que su hermana no era ajena a la tragedia de la familia Devere, pues le traia a la memoria su propia perdida, la de su querido, pero irresponsable padre, lord Blackwood. --No tengo nada que hacer alli --insistio Maggie--. No quiero estar en medio de su dolor. Tengo que lidiar con el mio --anadio--. Es mas, no quiero ser tutora de frances. ?Por que tengo que serlo? ?Por que no puedo quedarme en casa y ayudarte con esas cifras que estas sumando todo el dia? --Senalo los libros de contabilidad y los papeles sobre el escritorio. Jenny se encogio de hombros. --Todos hacemos lo que podemos para ayudar a mama. Ya lo sabes. Y tu eres tan poco apta para la aritmetica como yo para el frances. --?Y Eleanor? Jenny sonrio ante la idea de que su hermana menor pudiera desempenar un trabajo remunerado. --Si puedo encontrar una retribucion economica a sonar despierta y dibujar rosas de vez en cuando, entonces tendre el empleo perfecto para ella. Jenny extendio la mano por encima de la mesa y la puso sobre la de su hermana. --Por favor, sigue con ello. Se que tu salario es una miseria comparado con lo que vales, pero por ser la hija de un baron, te pagan mas de lo que pagarian a un verdadero tutor o a una institutriz. Las fosas nasales de Maggie se dilataron. --!Que debamos discutir sobre salarios, como… comerciantes! --Maggie se puso en pie, se dirigio al aparador y comenzo a juguetear con la jarra de brandy vacia. A los dieciocho anos, Maggie, la hermana mediana de Jenny, atrapada en el campo y sin ningun pretendiente a la vista, era muy consciente de su precaria situacion. Sobre todo, por la falta de dote y porque, lamentablemente, su unica temporada habia sido truncada con la prematura muerte de su padre a principios de ano. Entonces, los acreedores comenzaron a llamar a la puerta. Las perspectivas matrimoniales de Jenny tambien se esfumaron de inmediato cuando lord Adler, un vizconde aparentemente honrado que la habia cortejado y conquistado durante su segunda temporada, retiro su oferta de manera abrupta. Si su padre hubiera estado vivo, habria impugnado la ruptura del contrato verbal. Por supuesto, de haberlo estado, el vizconde no lo habria roto, en primer lugar. Jenny se habria casado, como era su deber, y tendria que haberse sentido agradecida por tener la oportunidad de ayudar a dirigir la hacienda de lord Alder y criar a los hijos con los que ella y el vizconde hubieran sido bendecidos. Sin embargo, Jenny solo habia sentido un leve interes por aquel hombre y por la idea de convertirse en su esposa. A la muerte del baron Lucien Blackwood, su madre no estaba preparada para hacer nada mas que reunir a su familia, incluidas sus tres hijas y todos los sirvientes que pudiera seguir empleando, y dirigirse a la casa de campo de la familia en Sheffield. Alli tenian muchos buenos recuerdos rodeadas de veranos calurosos y otonos frescos, al contrario que en Londres. Y durante muchos anos, cuando Jenny era mas joven, los Blackwood iban a Sheffield a pasar las vacaciones de invierno. Si los Deveres estaban en la residencia campestre, celebraban una de sus legendarias fiestas de Navidad. Jenny recordaba haber ido a Belton Park y haber conocido tanto a los Deveres con titulo que vivian en la gran casa solariega como a sus parientes menores de Jonling Hall. De los cuales, sir Tobias Devere, solia ser el feliz senor. La guerra de Birmania habia acabado con todo eso. Tobias se habia marchado hacia tres anos para cumplir su deber con su primo Simon, el vizconde y heredero del condado. Para cuando Jenny y su familia habian llegado de Londres, ya se temia que ambos estuvieran muertos, yl a familia de Tobias Devere se habia trasladado a Belton Manor. Jenny esperaba que el motivo de su mudanza fuera poner a la viuda y a sus hijos bajo la proteccion del conde. Sin embargo, temia que se debiera a la presion financiera que afectaba a muchas de las grandes familias, ya que mantener las tierras y pagar a los sirvientes no era tarea facil. --Incluso cuando estamos pasando una tarde agradable --se lamento Maggie--, de repente, oimos a lord Desesperado… --Por favor --interrumpio Jenny--, deja de llamarlo asi. Mas o menos al mismo tiempo que su familia se establecia en Sheffield, Simon Devere habia regresado en un estado mental terrible, o eso decian los rumores, que se extendieron con rapidez entre los habitantes del pueblo. Es mas, habia confirmado lo peor respecto a lady Devere, la esposa del primo de este, nacida en Francia. Sir Tobias habia muerto, y Simon, cuyo padre habia fallecido mientras el estaba en Birmania, ya no era vizconde, sino el nuevo conde. Un conde al que nadie habia visto salir de Belton Manor desde su regreso. --Es lord Devere, y el noble de mayor rango de este condado --le recordo a su hermana. Jenny guardaba una vaga memoria de las pocas veces que su familia habia ido a la mansion para una fiesta de Navidad o de finales de verano. El conde tenia ojos amables y era bastante llamativo. Era mayor que ella, quiza siete u ocho anos, por lo que nunca habia compartido con el mas que un breve saludo. Sin embargo, se habia quedado con la impresion de que era cortes. --En realidad, supongo que ahora que su padre ha fallecido, lord Devere se ha convertido en lord Lindsey. --Bien --cedio Maggie--. El caso es que, mientras les leo un cuento los ninos y les pido que presten atencion al vocabulario, tenemos que escuchar a lord Lindsey gritar o dar golpes en su habitacion como un jabali herido. El abatimiento que cae sobre ellos y la pobre lady Devere es casi palpable. Habria sido mejor que se quedaran en Londres. --Tal vez no tenian otra opcion. Maggie lo considero en silencio, y luego senalo los papeles sobre el escritorio. --?Como ha ido? ?Estamos en mejor situacion que el mes pasado? Jenny miro los numeros que tenia delante. --Tu salario ayuda enormemente. --Eso era exagerar, pero cada pequena cantidad contaba. Maggie asintio en senal de acuerdo. --Tu contribucion es mucho mayor, estoy segura. Jenny se sonrojo. Si, sus habilidades contables habian aportado una buena suma, y esperaba que eso continuara, siempre y cuando los duenos de aquellos libros no supieran que era ella, una simple solterona de veinte anos quien se ocupaba de su contabilidad. Se volverian locos si conocieran su identidad, una mujer sin experiencia en los negocios. A traves de Henry, el criado de su padre, al que su madre se habia negado a despedir tras la muerte de lord Blackwood, Jenny habia conseguido ganarse la confianza de unos cuantos clientes. Llevaba las cuentas de los comerciantes locales, asi como de algunos nobles. Henry era el encargado de llevarle los libros de cuentas, y ella era el misterioso genio que determinaba la cantidad que un subdito leal debia a la corona o tenia derecho a guardar en sus propias arcas. Si tan solo hubiera sabido las terribles circunstancias de su padre… Gracias a su creciente clientela y al modo de vida frugal, evitaba que su madre, sus hermanas y su hogar cayeran en la indigencia. Aunque Maggie no aportaba gran cosa, la idea de que todo no recaia sobre sus espaldas reconfortaba mucho a Jenny, y asi podia afrontar la considerable carga de la manutencion de su familia. Ademas, aunque no se lo habia mencionado a Maggie ni a Eleanor, todavia les quedaba algo de dinero de la venta de su casa en la ciudad. Con esto y la bendicion de su madre, Jenny estaba decidida a darles a sus hermanas la oportunidad de tener su temporada en Londres, aunque esta fuera muy corta. Sin embargo, seria imposible reunir una dote. Las dos jovenes eran encantadoras, Jenny lo sabia, y si tan solo pudieran dejarse ver en algunos salones de baile, tendrian ocasion de conseguir un buen partido. En cuanto a ella misma, Jenny descubrio que no le importaba el drastico cambio de estilo de vida, como habia temido. Ser una solterona en Londres habria sido insoportable; habria sido despreciada y sus compromisos sociales se habrian visto severamente limitados a medida que envejecia. En el campo, tenia libertad. Ya dirigia una casa y supervisaba a sus hermanas como si fuera un hombre. Montaba a caballo cuando queria y leia lo que le apetecia, y aqui nadie la obligaba a tocar el temido pianoforte, a cantar o a bordar. De hecho, Jenny odiaba beneficiarse de la miseria de los demas, y menos aun de la su madre y hermanas, pero su vida habia mejorado. Y no habia tenido que asumir el papel de esposa de un vizconde, sobre todo, como resulto evidente, el de una esposa que no era en realidad deseada. La unica nube negra era la ingrata posibilidad de no casarse nunca, de no experimentar los misterios del lecho matrimonial ni de tener hijos propios. --De todos modos, no puedo volver manana. --La voz de Maggie la saco de sus pensamientos. Jenny se puso en pie. --?Que estas diciendo? ?Por que no? --Mama me ha pedido que lleve a Eleanor a la ciudad para comprarle un sombrero nuevo, ya que los ha perdido todos, y unos guantes, pues ha roto su ultimo par. Un sombrero y unos guantes. Jenny queria gritar ante la frivolidad de aquello. --No puedes abandonar a tus pupilos por un asunto asi. No cuando se supone que estas trabajando. Maggie levanto la mano.

  • Seis ninas ahogadas en una gota de agua de Beatriz Espejo

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    Los ensayos de este libro nacieron como un reconocimiento a la calidad del trabajo de cada una de las autoras que aparecen.
    “Su original impronta se presta a esos juegos que establezco cuando abordo el ensayo: trenzar la vida y la obra de los artistas con el fin de establecer correspondencias secretas”, afirma Beatriz Espejo.

  • Batea mi corazon de Rose B. Loren

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    Cuando todo parece ir bien, cuando tu vida se ha estabilizado y las cosas parece que funcionan, de pronto el destino te juega una mala pasada y toda tu vida se desmorona. Siete anos antes Estoy en la sala de espera del Hospital General de Massachusetts, esperando a que Jo, mi esposa, de a luz a nuestra preciosa hija. Cuando me dijo que estaba embarazada, todo mi mundo cambio, no estaba preparado para ser padre; acababa de firmar un contrato con mi actual equipo, los Boston Red Sox, nos habiamos mudado desde Nueva York, dejando a nuestra familia alli. Jo se enfado por mi reaccion ante la noticia de nuestra proxima paternidad. <<--Nena, ?estas segura? Ahora no es el momento. --Como quieras, le dire a nuestro cigoto que se espere unos anos a desarrollarse. Hasta que el senorito este preparado. !Ryan! Por favor, sabiamos que podia pasar cuando deje de tomar la pildora. --Lo se, pero ahora mismo no se si es el mejor momento para ser padres, mi futuro esta en juego, esta apuesta es muy importante, no se si podre sobrellevarlo. --Estamos hablando de tener un hijo, es lo que siempre habiamos querido, formar una familia. --Pero justo ahora... --Ryan, voy a tener este bebe te guste o no. Si te arrepientes de la decision que tomamos, lo respetare. Lo tendre sola. --Nena, no es eso, pero sabes que estamos en el comienzo de la temporada, entrenaremos todos los dias, no voy a poder ocuparme de ti como necesitas. --Se cuidarme sola --contesta malhumorada. --Carino, no te enfades, tendremos ese bebe, espero que al menos sea un nino y que le guste el beisbol como a su padre>>. Aqui estoy, ocho meses despues, deseando que todo salga bien y poder ver pronto a mi pequena princesita y a mi amor. No era lo que yo queria, pero desde el momento en el que vi la ecografia, descubriendo que era una nina, supe que me robaria el corazon. Llevo mas de tres horas en la sala de espera, sin que nadie me diga nada. Quise entrar al paritorio, pero algo se ha complicado y de momento no me han dado permiso para entrar. Mi paciencia se esta colmando y cuando veo aparecer a una enfermera, le pregunto: --Senorita, ?me podria facilitar alguna informacion sobre Josephine Farrell? --Lo siento; en cuanto pueda, saldra el medico a decirle algo. En ese momento, mi familia aparece en la sala; al menos la espera sera mas llevadera. Los he avisado en cuanto rompio aguas, pero hay casi cuatro horas de distancia entre Nueva York y Boston. Jo no tiene familia, pues sus padres fallecieron en un accidente de trafico hace unos anos. --Ryan, hijo, ?como va todo? --Aun no me han dicho nada, no me han dejado entrar, dijeron que el bebe venia con una vuelta de cordon y que era posible que tuvieran que hacerle una cesarea. Pero de momento no tengo ninguna noticia. --Tranquilo, estas cosas son normales --expone mi hermana, que es enfermera en el hospital NYC Salud--, intentare enterarme de algo, ahora mismo vuelvo. --Hijo, todo va a salir bien --mi padre me estrecha entre sus brazos y me reconforta. No se por que, pero tengo un mal presentimiento; quizas solo sea uno de mis muchos desvarios, pero sea lo que sea, mis nervios comienzan a crisparse. Mi hermana sale al poco rato, su cara de preocupacion nos alerta a todos. --Cath, ?que ocurre? --Jo esta grave, ha habido complicaciones en el parto, ha perdido mucha sangre, esta muy debil y... --?Y? --le pregunto agarrandola con fuerza. --Ryan, quiero que te pongas en lo peor, puede que no sobreviva ninguna de las dos. Van a hacerle la cesarea ahora mismo porque al bebe le han bajado las constantes. --?Como es posible? ?Han esperado todo este tiempo y aun no le han hecho la cesarea? --Siempre se intenta por el metodo natural antes de hacerla. Todo mi cuerpo tiembla ante la posibilidad de perder a Jo y tambien a mi bebe, que aun no tiene nombre. Las lagrimas se agolpan por salir ante la estupefaccion de toda la familia, que se han quedado mudos. --Me van a dejar entrar --dice Cath--, os mantendre informados. Mi hermana regresa al paritorio y todos permanecemos en silencio, esperando lo que sea que tenga que pasar. No puedo perderla ahora, no seria justo para nosotros. Solo llevamos tres anos casados; nos conocimos en el instituto y pese a que al principio Jo se nego a tener una relacion, yo supe, desde el primer momento en que la conoci, que seria la mujer de mi vida. Una hora mas tarde, mi hermana sale con cara de desolacion y con el bebe en brazos. --Ryan, esta es tu hija --la deposita en mis brazos y la observo; es preciosa, tan pequenita, con esos preciosos ojos azules, con la cara sonrosada y esas pequenas manitas, es casi tan guapa como su madre. --Cath, dime algo de Jo. --Carino... --me dice con lagrimas en los ojos--, Jo no lo ha conseguido. Pero antes de morir me pidio que te dijera que te quiere con todo su corazon y que cuides de vuestra hija. Que le gustaria que su nombre fuera Jo, para que siempre te acuerdes de ella. Estrecho a la pequena Jo entre mis brazos, cuando las lagrimas se apoderan de mi. No es posible, no es justo perder a la mujer de mi vida, a la madre de mi hija... Le entrego la nina a mis padres ante sus vidriosos ojos al recibir la noticia, y salgo rapido a la calle. Esto no esta pasando, necesito gritarle al mundo que no es justo que mi hija crezca sin una madre. --?Por que?--chillo cuando estoy fuera golpeando todo lo que se encuentra en mi camino--. ?Por que? Sentado en un banco de la calle, dejando que la suave brisa inunde mis sentidos, lloro desconsolado. No se cuanto tiempo permanezco de esa manera, sin poder remediarlo. Mi padre se acerca a mi cuando parece que me he calmado un poco. --Hijo, la vida nos pone muchos obstaculos, pero todo sucede por algun motivo; quiero pensar que Jo estara ahora descansando en un lugar privilegiado, que te cuidara, velara por ti y por vuestra hija. --!No es justo, papa! --Lo se, Ryan, pero no podemos hacer otra cosa, ahora mismo lo unico que debemos hacer es recordarla y evitar que el dolor se apodere de tu alma. --No puedo vivir sin ella... --Lo conseguiras, tienes que tener paciencia y dejar que pase el tiempo... --Necesito pediros un favor, ahora mismo mi carrera esta en su punto mas alto, aunque no se si podre seguir adelante… No puedo cuidar a la pequena Jo... --Hijo, no puedes desentenderte de tu hija. --Papa, ahora no puedo tenerla conmigo, es igual a ella... --Hablare con tu madre, pero tu hija te necesita, ya ha perdido a su madre, no permitas que se crie tambien sin su padre. Podemos mudarnos por un tiempo a Boston para ayudarte si es lo que quieres... --Necesito ayuda, no se como podria cuidar a un bebe yo solo.

  • Mi bombero dominante de Anastasia Lee

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    Lisa es una bombera que desea comenzar una nueva vida. Luego de romper su compromiso con un hombre que la enganaba, ha decidido concentrarse en su carrera; batallar el fuego y salvar personas. Sin embargo, bajo su fachada fuerte y feminista yacen muchas inseguridades y soledad.
    La noche antes de su primer dia de trabajo en un destacamento nuevo, se emborracha y tiene un torrido encuentro casual con un misterioso hombre de cabello negro y un dragon tatuado en su brazo. A la manana siguiente, ademas de una enorme resaca, Lisa descubre que ese hombre misterioso es Jack, jefe del departamento de bomberos, y su nuevo jefe.
    Su caracter dominante choca con el de Lisa, pero a la vez una potente atraccion les impide trabajar juntos.
    ?Podran Lisa y Jack llegar a un tratado que les permita trabajar juntos? ?o se rendiran a la lujuria? ?y cuando esa lujuria se convierta en amor?

  • Irlanda. Luchando por una pasion de Claudia Velasco

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    En 1913, Sean O’Callaghan, miembro de la Hermandad Feniana estadounidense, llega a Dublin para apoyar financieramente el alzamiento de Irlanda contra los britanicos, desencadenando, de paso, una serie de acontecimientos que lo llevaran a conocer a Eireann O’Niall. Una irlandesa insolita, una camarada revolucionaria, una rebelde indomable que cambiara su percepcion del mundo, de la vida y de sus sentimientos y que lo llevara a experimentar la aventura mas arriesgada y apasionante de su vida.

  • Se hace tarde y anochece de Cardenal Robert Sarah

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    “En la raiz de la quiebra de Occidente hay una crisis cultural e identitaria. Occidente ya no sabe quien es, porque ya no sabe ni quiere saber que lo ha configurado, que lo ha constituido tal y como ha sido y tal y como es. Hoy muchos paises ignoran su historia. Esta autoasfixia conduce de forma natural a una decadencia que abre el camino a nuevas civilizaciones barbaras”. Esta afirmacion del cardenal Robert Sarah resume el proposito del tercer libro de entrevistas con Nicolas Diat, la profunda crisis espiritual, moral y politica del mundo contemporaneo: crisis de la fe y de la Iglesia, declive de Occidente, traicion de sus elites, relativismo moral, globalizacion sin limites, capitalismo desenfrenado, nuevas ideologias, agotamiento politico, entre otros.

  • Bestia de Amelia Gates , Cassie Love

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    Temele.
    Resistete.
    Odiale.

  • El camino que me lleva hacia ti de Francisca Herraiz

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    Iba de compras con su madre, necesitaba ropa de invierno nueva para comenzar las clases en septiembre. A diferencia de otros chicos, a el le gustaba ir de compras con su madre, le gustaba pasar tiempo con ella y le gustaba probarse cosas nuevas. La unica pega era que su madre siempre decidia por el, nunca podia elegir su propia ropa y ella siempre compraba la misma ropa aburrida, de cuellos altos, tonos grises o marrones y pantalones azul oscuro. A el le gustaba el color, sobre todo el violeta, o el rosa, pero sabia que no eran colores apropiados para un chico, asi que no decia nada. Pero, aun asi, disfrutaba yendo de tiendas. Por aquel entonces tenia unos once anos y su vida no era complicada, solo debia obedecer a sus padres, estudiar y jugar, no tenia preocupaciones. Su madre se detuvo un momento en la iglesia, a ella le gustaba entrar y encender alguna vela por sus padres, que habian fallecido hacia poco. El les echaba de menos, fueron unos buenos abuelos. No tenia muchos recuerdos de ellos, pero los que tenia eran felices. Recordaba ir los domingos a comer a su pequeno piso de alquiler, donde se reunia toda la familia. Recordaba como su abuela siempre le daba una propina antes de irse y que siempre tenia chocolate en la nevera para sus nietos. A su abuelo le gustaba pasear y siempre le llevaba con el para que jugara en el parque. Al volver le compraba alguna golosina. Su madre se enfadaba, pero sus abuelos siempre le decian: <>. Y asunto zanjado. A el le gustaba recordarles, pero no entendia por que debia hacerlo en una iglesia, podia hacerlo en cualquier momento. A el no le gustaban las iglesias, eran frias y aburridas, aun asi, tenia que asistir cada domingo a misa. Estaba obligado a ir, pero no a entrar para poner velas a sus abuelos, asi que la espero fuera. Mientras esperaba se acerco a la libreria jugueteria que habia justo en frente de la iglesia. Le gustaba pararse a mirar el escaparate, siempre tenia un monton de munecas expuestas. Habia una en especial que le gustaba mucho, era preciosa. Sus cabellos eran largos y rubios, tenia una diadema rosa con una flor en el lateral, un vestido largo, de falta ancha, tambien de color rosa y unos delicados zapatos de tacon. Era muy bonita. Le encantaria poder tener una, pero no se lo podia decir a su madre, ella no lo veria bien. Sus padres siempre le compraban camiones, o coches para navidad y en su cumpleanos, soldados o libros de aventuras. Al menos los libros estaban bien, el resto lo guardaba en el armario, le aburria jugar siempre con coches y soldados. Su madre salio con una sonrisa, le encantaba la iglesia, decia que siempre se sentia mejor despues de asistir a misa o simplemente entrar y mirar la cruz. Segun ella era un lugar sagrado, donde sentia cerca a Dios. El no podia entenderlo, solo veia un bonito edificio con unas campanas escandalosas. Su madre se puso a su lado y continuaron el camino. No tenia hermanos, pero si una prima con la que se llevaba muy bien. Solian venir a visitarlos cada semana, comer juntos los domingos y, mientras los mayores tomaban cafe, fumaban y jugaban a las cartas, ellos dos se iban a jugar al cuarto. Le encantaban los domingos, cuando terminaba la misa de la manana. Despues eran divertido y pasar tiempo con su prima era de lo mejor, porque sentia que ella le entendia. En casa era como si fuera invisible, nadie le escuchaba y solo podia hablar de deberes y de tareas en casa. Con su prima era diferente, nunca le juzgaba, hablaban de cualquier cosa, se reian, lo pasaban bien juntos. Y le encantaba cuando hablaba de cosas de chicas, vestidos, amigas, chicos guapos, era entretenido. Aquel dia, Andrea, su prima, trajo sus munecas Barbie. Cuando el las vio le parecieron una preciosidad. Cogio una y la miro como si fuera el primer juguete que le hubiesen regalado nunca. Por fin tenia una en las manos, era tan delicada, tan bonita y ese vestido... --?A que son bonitas? --le dijo su prima. El asintio. --Vamos a jugar, venga, tu puedes ser esa misma que tienes en la mano, eres la amiga de esta que tengo yo, se llama Julia y la tuya es Sonia. Han quedado para ir a comprar ropa y alli se encontraran con Kevin, que es este chico tan guapo de aqui que, en realidad, es un principe. Su prima continuo hablando, Felipe asentia y se sentia de lo mas feliz. Ir de compras, encontrarse a un apuesto joven, todo le parecia ideal. Entonces su prima se detuvo y le miro. --Ahora que lo pienso, tu deberias ser el principe, sera lo mas normal, ?no crees? Le acerco al muneco. --No, me gusta Sonia, quiero ser Sonia. Andrea se encogio de hombros y continuo. --Esta bien, es normal, porque esa muneca es la mas bonita que tengo. El sonrio, le encantaba poder ser tan natural con ella y que no le mirara raro o se cuestionara nada. Los padres de Andrea la llamaron para volver a casa. --Oh, que fastidio --dijo ella-- ?te parece si continuamos la historia el domingo que viene? El asintio mientras le decia: --?Me dejas tu muneca esta semana? El domingo te la devuelvo, yo no tengo juguetes asi. --Claro, quedatela, igual le digo a mi madre que me compre otra, te puedes quedar a Sonia. Ademas, eres un chico, no creo que tus padres te compren una muneca. --No, ni pensarlo. --Bueno, nos vemos el domingo. Cuida bien a Sonia. Se dieron un abrazo y Andrea salio del cuarto. De forma instintiva, Felipe guardo la muneca bajo la almohada, no queria que la vieran sus padres. Salio a despedirse y despues volvio a su cuarto. Corrio hacia la cama y cogio la muneca, le acaricio el pelo y sonrio. Le gustaria poder tener otra para jugar con ellas, se quedo pensativo. No habia otra, sacaria los soldados y jugaria con ellos, podian rescatar a Sonia que, como diria su prima, era, en realidad, una princesa. Cogio los munecos y se sento en el suelo. Nunca le habia apetecido tanto jugar. Se invento una preciosa historia donde un soldado debia rescatar a la princesa, que se habia escapado de palacio porque no era feliz. Buscaba su amor verdadero, su padre, el rey, queria que se casara con alguien que ella no amaba... --?Se puede saber que haces? Felipe miro hacia la puerta, estaba tan concentrado en el juego que no le escucho entrar. ?Cuanto tiempo llevaria en la puerta? ?Le habria escuchado poner voz de chica? Su corazon latio deprisa y se quedo sin habla, no sabia que decir. Sintio que sus mejillas se ruborizaban, avergonzado. Se sintio culpable, ?de que? No estaba seguro, solo estaba jugando, pasandolo bien, sin molestar a nadie. Su padre se acerco a el y le quito la muneca de las manos. Se le veia enfadado. Al poco aparecio su madre. --?Que son esos gritos? --pregunto desde la puerta. Felipe seguia sentado en el suelo, sin moverse por miedo a la reaccion de su padre. --?Que hacias con esta muneca? --pregunto su padre con seriedad, zarandeando la muneca delante de el. --Es de Andrea, se la ha dejado. --?Y por eso tienes que jugar con ella? --Se giro para mirar a su madre--. Te dije que no era bueno que jugara tanto con Andrea, es una mala influencia, necesita jugar con otros chicos. Manana mismo te apunto al equipo de futbol del colegio. --Miro a su hijo, mostrandole la muneca--. ?Y esto? Si te vuelvo a ver con una muneca, de la paliza que te doy no te levantas en una semana, ?me oyes? --grito. --Solo estaba jugando. --Intento defenderle su madre. --?Con una muneca? Sabes tan bien como yo que eso no conduce a nada bueno, cuanto antes le queden las cosas claras, mejor. --Le volvio a mirar--. Eres un chico y juegas con juguetes de chicos, esto es una mariconada y no quiero volver a verte con una de estas, ?queda claro? Felipe asintio. Su padre salio del cuarto, entregandole la muneca a su madre. Ella le miro entristecida. --No te preocupes, ya sabes como es, guardare la muneca y se la devolvere a Andrea el domingo. Tu sigue jugando con tus soldados, eso estara bien, ?si? El asintio, seguia sin saber que decir. --Tranquilo, veras como jugar al futbol te gusta. Te llamo cuando este la cena. La vio cerrar la puerta con cuidado y llevarse la muneca con ella. Felipe siguio en el suelo, miro los aburridos soldados, la historia ya no tenia sentido. ?Jugar al futbol? Era un deporte absurdo, lo odiaba. Su padre siempre veia los partidos y el no entendia como podia gustarle. Ver a un monton de hombres corriendo detras de un balon. ?Y eso era muy masculino? No entendia a su padre, no se parecian en nada y tampoco queria parecerse. Era un hombre frio, hurano, siempre de mal humor, se enfadaba por cualquier cosa, nunca hacia reir a su madre y siempre la veia triste, sola. Y el ni se daba cuenta ni le importaba. Despues del trabajo solia irse a tomar alguna cerveza con sus companeros. Los sabados se iba al bar a jugar al domino y a seguir bebiendo. A veces venia algo borracho, lo que acentuaba su mal humor. Nunca le veia ir a pasear con su madre, nunca le traia ningun detalle, solia olvidarse de los cumpleanos y, sobre todo, del aniversario. Y su madre callaba, consentia y se refugiaba en la Biblia, que siempre llevaba encima. A veces la escuchaba llorar, pero ella siempre se escondia o fingia si Felipe la descubria diciendole que recordaba a sus padres. Felipe sabia que no era feliz en su matrimonio, pero el solo era un crio y ella no queria preocuparle. Si, era un crio, pero se enteraba de las cosas y sabia cuando su madre estaba triste o decepcionada, o enfadada, o se daba cuenta que sus padres no eran como los padres de Andrea. Sus tios se cogian de la mano, se besaban alguna vez, reian y parecian llevarse bien. Nunca vio a sus padres mirandose como lo hacian sus tios. Nunca los veia cogerse de la mano o besarse en la mejilla. Su madre se pasaba los dias en casa, sola, limpiando, cocinando y cuidando de ellos. Segun ella era lo que debia hacer una buena esposa y madre, cuidar de los suyos. Pero ella tambien era algo mas, era una mujer y deberia dedicarse tiempo a si misma. Por eso a Felipe le gustaba tanto pasar tiempo con ella los dias de compra, al menos la veia mas alegre. Ella se merecia algo mas, pero nunca le escucharia, era su hijo y era un nino, no tenia ninguna autoridad, solo debia obedecer y callar. Cogio los soldados y volvio a guardarlos en el armario. Ya no tenia ganas de jugar. Se tumbo en la cama y se puso a leer, al menos en los libros podia ser quien quisiera, sin miedo.

  • La reina en el palacio de las corrientes de aire de Stieg Larsson

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    Los lectores que llegaron con el corazon en un puno al final de La chica que sonaba con una cerilla y un bidon de gasolina quizas prefieran no seguir leyendo estas lineas y descubrir por si mismos como sigue la serie y, sobre todo, que le sucede a Lisbeth Salander.
    Como ya imaginabamos, Lisbeth no esta muerta, aunque no hay muchas razones para cantar victoria: con una bala en el cerebro, necesita un milagro, o el mas habilidoso cirujano, para salvar la vida. Le esperan semanas de confinamiento en el mismo centro donde un paciente muy peligroso sigue acechandola: Alexander Zalachenko, Zala. Desde la cama del hospital, y pese a su gravisimo estado, Lisbeth hace esfuerzos sobrehumanos para mantenerse alerta, porque sabe que sus impresionantes habilidades informaticas van a ser, una vez mas, su mejor defensa.
    Entre tanto, con una Erika Berger totalmente inmersa en las luchas de poder y las estrategias comerciales del poderoso periodico Svenska Morgon-Posten, en horas bajas tras el descenso de las ventas y de los anunciantes, Mikael se siente muy solo. Quizas Lisbeth le haya apartado de su vida, pero a medida que sus investigaciones avanzan y las oscuras razones que estan tras el complot contra Salander van tomando forma, Mikael sabe que no puede dejar en manos de la Justicia y del Estado la vida y la libertad de Lisbeth. Pesan sobre ella durisimas acusaciones que hacen que la policia mantenga la orden de aislamiento, asi que Kalle Blomkvist tendra que ingeniarselas para llegar hasta ella, ayudarla, incluso a su pesar, y hacerle saber que sigue alli, a su lado, para siempre.

  • Mi vida en la sombra de Aurora Fuertes

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    Las sirenas antiaereas comenzaron a resonar en la ciudad de Londres como llevaban haciendolo a diario durante las ultimas semanas. Mientras la multitud se apresura a buscar refugio, Helen, decide quedarse en su piso. En su decision arrastra a Daniel, su novio, que se queda a su lado. Aquella noche del 24 de agosto de 1940, los aviones alemanes bombardean por primera vez la ciudad desde que comenzara la Segunda Guerra Mundial. Daniel desaparece bajo los escombros del edificio, alcanzado por una bomba. Helen lo busca sin exito en una ciudad devastada, presa del caos. Desconoce si esta vivo o muerto. Ambos se reencontraran en el corazon del III Reich, pero para entonces, ninguno sera quien dice ser.

  • Anna de Nora Alzavar

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  • Los ojos de la muerte, Eba Martin Munoz de Eba Martin Munoz

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    Cuando la joven Natalia abandona el orfanato para reunirse con un padre totalmente desconocido, no se podia imaginar que la verdadera pesadilla estaba a punto de comenzar para ella. A traves de los diarios de su madre muerta, descubrira una realidad que llevaba oculta largo tiempo. Los fantasmas despiertan y una oscura amenaza se cierne sobre ella hasta que abandona el hogar.
    Anos despues, la pesadilla volvera a comenzar. Solo que, quiza, esta vez no haya escapatoria.
    1.La Muerte ha regresado.
    2.Tiene hambre.
    3.Te esta buscando.
    4.No la mires a los ojos.
    5.Si tu ventana aparece abierta, !huye!

  • Muneca Bonita y Rota de Magenta Perales

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    Grayce tenia una vida normal.
    24 anos. Un marido normal.
    Una casa normal. Un trabajo normal.
    Y un secreto bien escondido.

  • Adorada por su Lobo (Los Lobos de Green Valley 5) de T.n. Hawke

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    Nina:

  • Una arruga en el tiempo de Madeleine L'engle

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    Fisica cuantica y romance adolescente en una alocada odisea espacial. Un clasico inclasificable de la literatura juvenil.
    Meg Murry, nuestra protagonista, tiene problemas para adaptarse en la escuela, es dificil adivinar que sus padres son cientificos. Papa desaparecio tiempo atras en extranas circunstancias, pero mama no ha perdido la esperanza de volver a verlo. Su hermano pequeno, Charles, es un nino prodigio; su mente posee una percepcion excepcional que le permite ver mas alla de las apariencias.Es esa habilidad la que les permitira encontrarse con las senoras Que, Cual y Quien, y descubrir que detras de ellas se esconde un increible secreto, "la arruga en el tiempo" que puede llevarlos a otros mundos. Justo lo necesario para emprender la busqueda de su padre perdido, ?no creen?En el espacio exterior no existe el aire, asi que respira hondo y preparate a viajar junto a Meg, Charlie y su amigo Calvin para averiguarlo.

  • La salvacion del multimillonario -Max de J. S. Scott

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    M Febrero, 2011 ax Hamilton miraba al vacio desde la arenosa franja de playa detras de su casa, tiritando y frunciendo el ceno al agua que rompia en la arena, como si se tratara de un enemigo. La oscuridad de la noche era casi absoluta, pero los astros iluminaban lo suficiente como para ver batirse el mar delante de el. Habia hecho de la gran masa de agua que le habia robado a Mia su nemesis y, en ese momento, sentia resentimiento por cada gota de agua en el Atlantico. Perdido en el, el cuerpo sin vida de su esposa flotaba en sus entranas, sepultada en una tumba de agua. Podia sentir como su cuerpo se alejaba mas y mas de el. Como si al irse le hubiera arrancado el corazon y se lo hubiera llevado con ella, el se habia quedado alli, indefenso, sangrando incesantemente a traves de la herida. Se llevo la mano al pecho y se lo froto, pero no pudo aliviar el insoportable dolor. No... maldita sea. No puede ser. Crei que tendria todo el tiempo del mundo para doblegar poco a poco mi deseo. Crei que podria someter mis debilidades y amarla como se merecia ser amada. Le fallaron las piernas y dio con los gluteos en la arena, la humedad calando sus pantalones vaqueros. No le importo. Su mirada clavada en el agua. Estaba demasiado aturdido para sentir los elementos, demasiado roto para que le importara, todo su ser concentrado en Mia, como si esperara devolverla a la vida con la fuerza de su voluntad. Ignoro no solo el frio embate del viento contra su cuerpo, cubierto solo con una camiseta y unos vaqueros, sino tambien los mosquitos que hacian de su piel desnuda un festin y el tortuoso sentimiento de abandono, tan doloroso que si no se obligaba a cerrarle el paso se volveria loco. Tenia cada musculo de su cuerpo en tension, los punos apretados, la mente intentando mantener sus emociones bajo control. Llorar significaria aceptar que Mia se habia ido para siempre y se negaba a creerlo. No iba a llorar su muerte. Nunca la aceptaria. Si aceptase que se habia ahogado en aquella misma playa, mar adentro, no podria sobrevivir la agonia de pensarlo. Max Hamilton no lloraba. Nunca lo habia hecho. Hasta cuando sus padres murieron en un tragico accidente reprimio el impulso, o se avergonzarian de el. Ningun Hamilton se dejaria llevar por sus emociones ni permitiria que la razon se sometiera a ellas. Sabia que sus padres lo habian querido, pero habian nacido en un mundo de privilegios y siempre le habian ensenado a actuar con decoro y moderacion. Sus padres siempre dijeron que era el hijo perfecto y siempre estuvieron orgullosos de el. Al ser adoptado, Max habia querido ser perfecto en todo momento e hizo todo lo posible, aun despues de que ellos murieran. Su costumbre de mantenerse a distancia era algo que el asociaba con el afecto y la aprobacion. Ahora no estaba tan seguro. Su corazon le decia que Mia podia haber muerto sin llegar a saber lo que de verdad sentia por ella. Por desgracia, no se sentia tan seguro y ecuanime en ese momento y su compostura hamiltoniana parecia estar abandonandolo. Mia habia desaparecido de aquel mismo lugar una semana antes. Habia dejado su bolso, ropa y telefono en la playa. Siempre le habia gustado darse un bano rapido en aquel lugar, al que llamaba su paraiso particular. Cerro los ojos. Max dibujo su rostro, su expresion traviesa y su sonrisa burlona. !Dios! !Como odiaba que fuera sola a nadar o hiciera cosas que el consideraba peligrosas!. La aleccionaba lo mismo que un maestro haria con su pupilo, pero ella siempre se burlaba de el, sacandolo poco a poco de su enfado, diciendole que era demasiado serio y se preocupaba en exceso. El problema era que nunca pudo estar enfadado con ella por mucho tiempo. Condenada mujer. Lo habia manejado a su antojo desde el momento en que se conocieron y el la habia dejado hacer. Siempre que la advertia cuando hacia cosas que le preocupaban acababa dejandola hacer lo que le diera la gana, haciendole creer que se preocupaba solo a medias, cuando en realidad le horrorizaba la idea de perderla. El era el hombre serio, responsable, que siempre actuaba logicamente y con cautela. Y Mia... !Oh, Mia! Lo hizo feliz, siempre lo hacia reir, lo complementaba, hacia que deseara perder el control completamente. Nunca lo hizo. Ni una sola vez. Fue capaz de sujetar la rienda a los instintos que ella despertaba en el. Pero por poco. -- Era nuestro trato --susurro roncamente, aunque el trato nunca fue oficial, nunca lo hablaron--. Yo me encargaba de las cosas serias y tu me ayudabas a aliviar la carga. Ella lo hacia reir cuando el estaba tenso y el le daba a ella serenidad. Juntos eran perfectos. O quizas solo Mia era perfecta y simplemente lo hacia a el un hombre mas feliz. No le importo reprimir el deseo constante de comportarse como un hombre de las cavernas y llevarsela a rastras a su guarida. Pero ella nunca habia conocido esa faceta secreta de el, que le pedia a gritos rienda suelta. Porque no queria que eso la alejara de mi. Se tumbo y se cubrio la cara con el brazo, dejando escapar un grito ahogado de dolor. Sus emociones encontradas, batallando por dominar el caos de una mente tomada por la rabia, la desesperacion, la rebelion y el dolor. Para su desgracia, la agonia que le corroia alma y corazon estaba ganando la pelea, atenuada solo por su negativa a admitir la realidad. No ha muerto, ella no ha muerto. Necesito mas tiempo con ella. Apretando los ojos fuertemente para aliviar el escozor que sentia bajo sus pestanas por las lagrimas que se negaba a verter, reprimio el sollozo que se estaba formando en su pecho. El y Mia formaban una pareja. No podia funcionar sin ella. Llevaban dos anos casados, compenetrados como piezas de un rompecabezas, inseparables desde el primer momento en que se conocieron. Nunca habia creido en el amor a primera vista o en la conexion inmediata hasta que conocio a su esposa. En muchas cosas eran completamente opuestos y, aun asi, eran el uno para el otro. Ese sentimiento lo habia acompanado desde el comienzo de su relacion. Pero entonces se resistia a admitirlo, pensando que lo que sentia por ella se atenuaria hasta hacerse soportable. Nunca fue asi y, honestamente, Max sabia desde el principio que nunca seria asi. Simplemente, habia sido demasiado estupido para admitirlo. Volvio a sentarse, se abrazo las rodillas y se mecio, luchando contra cualquier pensamiento racional que pudiera filtrarse en su mente acerca de la desaparicion de su esposa. Si empezaba a pensar logicamente, tendria que admitir, probablemente, que estaba muerta. Mia no desapareceria sin decirle nada. Podria ser algo descuidada con su propia seguridad, deshaciendose de su guardaespaldas siempre que podia, pero nunca habia sido desconsiderada. No era posible que no contactara con el, a menos que fisicamente no pudiera. -- ?Donde estas, Mia? --susurro con voz ronca, desesperada--. No me hagas esto, por favor. Te necesito. Deberia haberle dicho mas veces que la amaba, pasar mas tiempo con ella en lugar de volar de un lugar a otro buscando conquistar el mundo y de ocultar los instintos que despertaba en mi. No deberia haber huido de ellos. Ella podria haber sido capaz de aceptarlos, como habia aceptado todo lo demas. Lo cierto es que nunca le habia dado la oportunidad. Nunca se abrio completamente a ella, nunca le dijo exactamente lo que sentia. Lo lamentaba ahora, cuando era demasiado tarde. Meciendose con mas fuerza, abrio los ojos y las lagrimas brotaron finalmente. Se paso el brazo por los ojos, maldiciendo su suerte mientras se secaba bruscamente su torturado rostro. Pero las lagrimas volvian a aparecer y solo conseguian irritarlo mas. A duras penas pudo ponerse en pie. Se acerco al borde del agua y siguio caminando hacia delante, tentado de perderse en el oceano si era de la unica manera que el y Mia pudieran volver a estar juntos. No ha muerto. Ha desaparecido. No la voy a abandonar. -- !Mia! --El viento impetuoso arrastro su lamento mar adentro. Tiritando, grito desesperadamente--. !Vuelve! Nadie respondio. Cayo de rodillas en el agua helada, dejando que le acariciara el pecho. Sus lagrimas se mezclaban con el agua. Su desesperacion y su angustia se rompian en la garganta con un doloroso sollozo. Y luego otro. Y otro. Las olas empujaban su cuerpo hacia la orilla y el se dejo llevar por la inercia del agua. Cuando llego a la arena, gateo una corta distancia hasta derrumbarse en la playa. Deja de llorar de una puta vez. No esta muerta. Esta en algun lugar, perdida. Tienes que encontrarla. Empezo a toser violentamente. Intento reprimir el estridente sonido que se escapaba de su boca, le bastaba la colera que le producia lamentar la muerte de una esposa que podria no estar muerta. ?Y que si la policia y todo el mundo pensaba que estaba muerta? No se daba por vencido. Nunca se daria por vencido. No habia movimientos en su cuenta bancaria, ninguna senal de que estuviera viva. Pero el no iba a parar hasta encontrarla. Sin apenas dormir desde que desaparecio, habia pasado la ultima semana removiendo Tampa buscandola, contratando detectives privados cuando ya la policia se limitaba a mover la cabeza de un lado a otro con resignacion. -- No me rendire, mi vida. Te lo prometo --murmuro con los labios rasposos a causa de la arena que empezaba a recubrir el interior de su boca con cada respiracion--. Te esperare siempre. Con la vista nublada, abrumado por el cansancio, miro fijamente a las olas que rompian. Podia ver luces a lo lejos, barcos que pasaban por su campo de vision en la oscuridad de la noche. Parpadeo intentando mantenerse consciente, pero la oscuridad se apodero de el y se rindio a ella. Sabia que no iba a irse de aquella playa esa noche. Quizas nunca lo haria. Quizas se quedaria alli hasta que muriera o hasta que Mia volviera a el. La figura mojada, aterida, embarrada, yacio inmovil hasta el amanecer. Abrio los ojos en la madrugada con la esperanza de que todo lo que habia pasado la semana anterior hubiera sido solo un sueno. No lo era. Cuando se miro al espejo al dia siguiente tuvo que admitir para si que a veces no existian las segundas oportunidades. De vez en cuando, algo o alguien extraordinario aparece en tu vida y solo hay una ocasion para hacerlo tuyo. Desgraciadamente, el habia sido un cobarde, con miedo a los cambios, y le habian quitado su alguien extraordinario antes de que pudiera reclamarla como suya.

  • Amame lentamente de Carlota Medina

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    Doscientos cincuenta grados – Esta reduccion tiene demasiada pimienta, Gustavo. Hazla de nuevo, pero hazla bien. Los clientes esperan. -le dijo Soraya con propiedad. – Cindy, por favor ve rapido con esas cebollas. -le senalo ella. – Dejame ver. -le dijo a Lorenzo, probando el caldo que preparaba. – Senores, tenemos todas las mesas llenas. Necesito que le pongan corazon. Quiero que todo salga a tiempo y perfecto. -les senalo a todos los trabajadores. Aquella era una noche importante la Soraya, era la apertura del restaurante donde ahora era chef. El dueno era Dorian Andueza, caballero de muchos recursos, amante de la gastronomia que un dia probo un plato de Soraya, en el antiguo restaurante donde trabajaba, y resolvio que habia encontrado la pieza fundamental para hacer realidad su sueno de tener un restaurante de alta cocina. – Caballero, ?puede decirle al chef que quiero felicitarlo? -le pregunto al mesonero aquella noche hacia poco mas de dos anos. – Con gusto. -le respondio. El senor Andueza, a sus cincuenta y ocho anos de edad y a pesar del dinero del que disponia, no se habia atrevido a perseguir su sueno ya que no conocia un chef con el toque magico que el estaba buscando; pero con el plato que esa noche le habian presentado, sintio que la oportunidad tocaba a su puerta. Vio a una bella mujer, con chaquetilla, acercandose a el. Se dio cuenta que ella era la responsable de tan deliciosa comida y le parecio increible. No era lo que se esperaba, ya que era muy joven y solian decir que los mejores chefs son hombres. – Buenas noches, senores. Me informaron que querian hablar conmigo. – ?Usted es la responsable de esta exquisitez? -le pregunto el. – Me satisface que le haya gustado. – No solo me gusto, me fascino; me dejo completamente encantado. ?Desde cuando se dedica a la cocina? – Desde que tengo uso de razon cocino senor, pero de manera profesional desde los dieciocho anos. -le conto ella. – !Pues, hombre! Que maravilla. -le dijo el muy emocionado. Y desde esa vez, Dorian Andueza se convirtio en un comensal asiduo del lugar. Soraya siempre le servia lo mejor y el siempre le agradecia con halagos. Un dia el le hablo de su sueno y le propuso que se uniera a el para abrir un restaurante. Al principio, ella penso que el solo bromeaba pero su insistencia era cada vez mayor. Le ofrecio el mejor sueldo y la posibilidad de organizar absolutamente todo segun lo que ella dispusiera. Despues de algunos meses, la convencio y juntos emprendieron el recorrido que ahora habia llegado a su fin, por lo menos de una primera etapa, la apertura. Soraya deseaba que todo saliera perfecto en aquella ocasion tan especial. Se sentia comprometida con el senor Dorian, por toda la confianza que deposito en ella. Pero tambien porque sentia un gran compromiso consigo misma. Desde ese nuevo restaurante, ella podia luchar por hacer su propio sueno realidad: obtener una estrella Michelin. – La mesa cinco tiene tiempo esperando, por favor. -le anuncio a sus ayudantes. Soraya estaba nerviosa esa noche, pero su satisfaccion superaba cualquier sensacion incomoda que pudiera tener. Durante anos habia tenido que trabajar con lo que le fuera impuesto, ahora ella habia sido la responsable de todo en aquel local, desde la organizacion de las cocinas hasta la contratacion del personal que trabajaria con ella. Ella y Dorian habian trabajado arduamente para lograr tener el mejor restaurante posible segun sus consideraciones. – Cindy, no vayas a dejar que ese bistec se pase de coccion. El cliente lo pidio termino medio. – Chef, la solicitan en la mesa nueve. -le comunico uno de los mesoneros. – Voy enseguida. A ella le encantaba ver cara a cara a los clientes, asi podia realmente darse cuenta del trabajo que hacian. Hablando con ellos era la mejor manera de evolucionar en las preparaciones. Por lo que rara vez despreciaba un llamado de alguna de las mesas, por mas ocupada estuviera en las cocinas. Asi que se dirigio a la mesa nueve, donde vio una pareja joven y a una senora que parecia ser la madre de alguno de ellos. – Buenas noches senores, espero hayan disfrutado de sus platos. -los saludo ya en la mesa. – Estuvo delicioso. Desde hace muchisimo tiempo no probaba una sopa de cebolla tan exquisita. Incluso mi madre se siente celosa de que nunca me habia comido una sopa con tanto gusto en toda mi vida. -le senalo la mujer de la joven pareja. – Me alegra que haya sido de su agrado. -les dijo con una gran sonrisa en el rostro. – ?Cual es el secreto? -le pregunto la mujer mayor. – El secreto de nuestra sopa de cebolla es la calidad de los ingredientes que seleccionamos para ella; las mejores cebollas, el mejor vino blanco, el mejor aceite de oliva y la coccion lenta. – Lo tomare en cuenta. -le dijo la senora. – Espero que sigan disfrutando de la velada. Hasta luego. -se despidio ella y volvio a las cocinas. Al terminar el servicio de esa noche, se sentia un ambiente de celebracion. Tanto Dorian como Soraya, habian felicitado con mucha emocion a todo el personal por el excelente trabajo realizado. Habian destapado varias botellas de vino para brindar por el exito de la apertura. Despues de una ameno compartir, todos se retiraron cansados a sus hogares. A Soraya la esperaba Oriana, su amiga y companera de piso. – !Felicitaciones! -le dijo su amiga al verla. – Gracias Ori. ?Te gusto la comida? – Demasiado. La comida fue espectacular y la atencion fue tambien excelente. Van a tener muchisimo exito. !Que emocion! -le expreso su amiga muy alegremente. – Yo tambien siento mucha emocion. – Oye pero no parece. Estas como desanimada. -apunto Oriana. – No, para nada. Solo es que estoy muy cansada. – Pense que iriamos a un lugar a celebrar. – Creo que mejor lo dejamos para otro dia. -le pidio Soraya. – Vale, pero lo tenemos pendiente. ?Entendido? – Entendido. -le respondio Soraya. Soraya llego a su departamento casi muerta de sueno, pero como era su costumbre, primero se metio a la ducha. Nunca se iba a dormir sin ducharse antes pues sentia que el olor de los alinos se impregnaba en ella. Comenzo su ducha como siempre, primero con agua caliente, luego tibia y finalmente, agua fria antes de salirse. Asi, ella sentia que el calor de los hornillas abandonaba su cuerpo; este era un consejo que le habia dado su madre y que ponia en practica, cada dia de su vida. A penas coloco su cabeza en la almohada, Soraya quedo completamente inconsciente. El cansancio y la perdida de sueno de meses le habian caido directamente en los parpados y le impidieron levantarse sino doce horas despues, cuando ya practicamente debia regresar al restaurante para organizar todo para su turno de trabajo. – Sor, estaba muy preocupada. Ya casi llamo a una ambulancia; pense que se habias muerto. -le dijo Oriana, como siempre exagerando. – Ay Ori, es que estaba muy cansada. Sabes todo lo que trabaje antes y durante la apertura. -se justifico Soraya. – Si, lo se. Pero no me vuelvas a asustar asi. -le advirtio su amiga. – Esta bien. Voy a vestirme para salir. – Si quieres te llevo. -le ofrecio Oriana. – No es necesario. Puedo tomar un taxi. – He estado todo el dia encerrada, quiero salir. Te llevo y asi me das un almuerzo especial alla. – Esta bien. -accedio Soraya. – Oye, ?no se te olvida algo? -le pregunto Oriana. – !La critica! ?Ya la leiste? – No, no he podido. Esperaba por ti. – La voy a buscar. -dijo Soraya, y corrio a buscar su movil. – Leela en voz alta. -le pidio su amiga. – Aqui esta. Anoche fue la apertura del restaurante La Estancia en el centro de la ciudad. Debo decir que la experiencia ha sido refrescante. Se nota que en este lugar saben lo que hacen. La comida estuvo absolutamente exquisita, la atencion es sin duda la mejor que he visto en anos, el ambiente es encantador. El unico consejo que podria brindarles es que podrian mejorar la presentacion de los platos para que este acorde con la excelsitud de todo lo demas que nos brindan. Recomiendo este nuevo lugar ampliamente, estoy seguro que os sorprendera gratamente. -leyo Soraya en voz alta. – !Excelente! -dijo Oriana con emocion. – ?Excelente? -pregunto Soraya molesta. – ?No? – ?Que es eso de la presentacion?, ?acaso esta loco? La presentacion era completamente impecable. Yo personalmente revise cada plato antes de que saliera a las mesas. – Soraya pero no dijo que estuviera mal, solo que podria mejorarse. Como un consejo. Nada serio, sabes como son los criticos. -le dijo Oriana tratando de calmar a Soraya. – A ver, ?quien escribio esto? Cristobal Aparicio. ?Quien demonios es Cristobal Aparicio? -se pregunto leyendo en el movil. – Creo que estas exagerando Sor. No es para que te pongas asi. La critica en realidad es muy buena. – Trabaje mucho tiempo e inverti muchisimo esfuerzo para que todo fuera perfecto Oriana. – Y lo fue. Solo que asi son los criticos, tienen que criticar algo; por eso se llaman asi linda. Calma. Que esto no arruine tu momento. Desayuna, date una buena ducha y vamonos al restaurante. ?Si? – Ok. -le dijo aun molesta. Soraya no quiso desayunar, se dio una ducha y estuvo lista rapidamente para regresar al restaurante. Durante el trayecto estuvo muy callada mientras que Oriana no paraba de hablar, tratando de hacerla olvidar del asunto desagradable de la critica, pero era imposible; Soraya no hacia mas que asentir con la cabeza y miraba insistentemente hacia el frente, como planeando algo. Su actitud permanecio de la misma manera durante largo rato, incluso ya en el restaurante. Le sirvio a su amiga un almuerzo especial y se sento a comer con ella pues ya sentia mucha hambre. Todos en el restaurante sabian que estaba muy molesta y sabian perfectamente cual era la razon; sin embargo, nadie decia nada al respecto. – Gracias por traerme Oriana. – No me llames asi, pareciera que me estuvieras reganando a mi por tu asunto de la critica. – Ese es tu nombre, creo que estas a la defensiva. -le dijo Soraya. – Tu nunca me llamas por mi nombre completo, excepto cuando me meto con lo que estas cocinando. Y claro que estoy a la defensiva, desde que leiste eso has tenido una actitud terrible y estas incomodando a todo el mundo. -le reclamo Oriana. – Soy la chef, se supone que debo incomodar a la gente. – No estas en servicio. -le dijo con seriedad. – Tienes razon, disculpa. Tu no tienes nada que ver con esto y no tengo por que hacerte pagar por ello. – Asi es. Ahora tendras que compensarme por el mal rato. – ?A que te refieres? -le pregunto Soraya con suspicacia. – Pues que iremos a celebrar esta noche despues del trabajo. – No estoy de animos Ori. – No tienes opcion. Vamos, bailaremos, beberemos y nos divertiremos. Esta dicho. -le impuso ella. – ?Obligado? – Asi es. Vendre por ti. Saldras un poco antes, nada de quedarte hasta tarde. ?Entendido? – Ok. -le dijo con mala cara. – ?Como? – Si, Ori. – Mejor. Adios. -le dijo y se fue. Soraya y Oriana era amigas desde hacia muchos anos atras. Oriana se mudo al lado de la casa de Soraya cuando eran adolescentes. Desde ese momento hicieron una excelente relacion, sobre todo porque a Soraya y a su madre les encantaba cocinar y a Oriana le fascinaba comer, por lo que se convirtio entonces en la probadora oficial de todos los platos y los inventos del duo.

  • Secretos por descubrir de Rachael Thomas

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    Al magnate Antonio Di Marcello le encantaban los desafios, pero reencontrarse con Sadie Parker mientras trabajaba de incognito como mecanico lo conmociono. Cuatro anos despues de la apasionada aventura que habian mantenido, debia enfrentarse a sus sorprendentes consecuencias.

  • Infiltrado en el KKKlan de Ron Stallworth

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    En 1978, cuando Ron Stallworth -el primer detective negro en la historia del Departamento de Policia de Colorado Springs- encontro un anuncio clasificado en el periodico local pidiendo a todos los interesados en unirse al Ku Klux Klan que se pusieran en contacto a traves de un apartado de correos, hizo su trabajo y respondio con interes, usando su nombre real, pero haciendose pasar por un hombre blanco.

  • Los caminos de la luz de Coia Valls

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    Revisar las lecciones del dia antes de bajar a la sala del piano; sobre todo meditar detenidamente como explicar en mis clases de musica la ejecucion del martele, ese movimiento que a los estudiantes les resulta tan dificil en cuanto perciben la proximidad del teclado. Tambien podria examinar a fondo la maquina de escribir de Thurber, por si ha logrado superar la que construyo Foucault hace unos anos, cosa que dudo. Despues, idear la manera de ayudar al nuevo alumno que ha llegado al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, que se pasa el dia haciendo preguntas y que tanto me recuerda a… No, nada de esto me sera posible. No estoy en Paris, donde ha transcurrido gran parte de mi vida. Es otro quien se ocupa de impartir las clases y, en el fondo, de poco me sirve confiar en el. La maquina que ha patentado Charles Thurber, siguiendo mi metodo, se quedo en la estancia donde acumulo recuerdos que solo yo entiendo. El nuevo alumno, !ay!, quiza tendra que proseguir su aprendizaje sin mi intervencion, al igual que sus companeros. En realidad, cuando llevaba a cabo este repaso previo de las tareas matinales, solo sonaba. Sueno mucho desde que la enfermedad casi me ha confinado a un retiro forzoso en la ciudad de Vichy. Sueno a todas horas, incluso cuando me quedo inmovil de cara al techo, con mis pensamientos como unico juguete. Segun dicen, en el aposento que me han asignado hay pinturas que representan ninfas y faunos, motivos de otros tiempos, en un mundo que esta cambiando. A pesar de que mis ojos tienen una expresion vacia, de lejos podria parecer que presto una atencion que no es tal. En realidad no se detienen en sitio alguno ni siguen los gestos de mis interlocutores; son incapaces de descubrir formas o colores. !Hace ya tanto tiempo que las senales de vida solo golpean mis otros sentidos! Y, por otro lado, ?acaso no es en el alma donde cobran forma los pensamientos? Mi camino ha estado repleto de evidencias interiores y, postrado en esta cama con dosel que otros pagaran por mi, tan solo existirian los recuerdos, de no ser porque ella me acompana. No pasa ni un dia sin que me averguence de lo que queda de mi, es todo lo que puedo ofrecerle, aunque, por otra parte, ya atenuadas las urgencias de la juventud, espero que su amor se conforme con mis carencias. En su presencia he encontrado la armonia que proporciona un espiritu capaz de equilibrar la balanza. Y ella constituye una parte importante del peso que impide que por fin se incline de forma definitiva. No ha sido facil. Antes de que volviera a mi lado, todo parecia desmoronarse. En febrero los estudiantes se sublevaron en Paris y, al igual que ha venido ocurriendo en los ultimos anos, los obreros se sumaron a las protestas. Las multitudes se lanzaron a la calle; unos en defensa del rey Luis Felipe, otros para repudiarlo, pero yo estaba demasiado cansado para seguir los hechos con detalle. En medio de aquel caos, el unico motivo de alegria fue enterarme de que, finalmente, mi estimado Alphonse de Lamartine habia pasado a formar parte del nuevo gobierno de la Republica. No he olvidado la visita que en 1838 hizo al Instituto Nacional de Jovenes Ciegos, ni como denuncio ante la Asamblea Nacional las insalubres condiciones de nuestro dia a dia. Siempre he perseguido una brizna de ingenio que nos permitiera, a mi, a los mios, a los que son como yo, acceder al saber. A veces lo he conseguido, otras no tanto, pero me queda la certeza de que he hecho cuanto estaba en mi mano. Ahora quizas ha llegado el momento de aprender a permanecer en un segundo plano, pero !tengo todavia tanto que hacer! A pesar del descanso forzoso, en cuanto cierro los ojos me veo de nuevo en la institucion. Como si rechazara este cuerpo mio tan limitado y me sintiera todavia lleno de fuerza, repaso mentalmente cuentas y proyectos, mantengo conversaciones imaginarias con los profesores mas jovenes y les explico mi metodo para que puedan transmitir la esperanza que yo senti un dia. La esperanza de que nosotros, los ciegos, tambien podremos abarcar el mundo; que hay caminos de luz que nos aguardan en la oscuridad. Es curioso. A pesar de que hoy no vendra, no puedo evitar fijarme en la puerta de entrada. Se a ciencia cierta que se ha marchado para ocuparse de los negocios de su familia, que contribuyen a sufragar los gastos de mi estancia en Vichy. Asi pues, no me quejare de este ardor que me devora las entranas y aprovechare todas las oportunidades que se me presenten. Todavia querria profundizar en algunos aspectos de mi metodo, corregir dudas, ampliar sus posibilidades, pero, a pesar de que las horas se hacen largas en esta cama tan diferente a mi jergon de la institucion, a veces me encuentro demasiado comodo y me resulta imposible mantenerme despierto; luego, por la noche, me visita el insomnio y me invade la inquietante sensacion de que la vida se me escapa sin remedio, la poca que todavia me queda. Quiza por este motivo, y por la necesidad que siempre he sentido de ordenar el mundo, he decidido escribir sobre algunos momentos que conservo en la memoria. Tambien porque, despues de leer las pocas paginas que ya he redactado, albergo la sensacion de que la vida es demasiado compleja para soltarse sin acotar el discurso. Tengo muy presentes las palabras de Joubert, cuando dice que <>. No escribire, pues, mi biografia, que seria insulsa y aburrida, sino que hablare de los instantes en que me he sentido mas vivo, de los tiempos en que todo era posible. Y, para ello, he de remontarme a mi ninez, aunque me resulte dificil y ello me lleve a recordar a personas a las que quise con locura y que, sin duda, me esperan en un lugar mejor. Se lo comente hace poco a Gauthier, antes de salir hacia Vichy, y se mostro reticente. Dijo que volver atras seria otra prueba de mi talante melancolico, que lo haria mas evidente todavia. Pero ya lo he decidido. Pienso combatir sus reservas, y las mias, escribiendo como si se tratara de una vida ajena, como si fueran capitulos sobrantes de alguna novela de Balzac, Dumas o Sue. Durante las horas que pasamos juntos, despues de hablar de todos los que nos han acompanado, ella me va leyendo una pagina tras otra de esos folletines que compra cada dia y que, si se olvidara de uno, supondria una tragedia. Su voz no ha cambiado, todavia me sorprendo cuando la escucho. Usa el mismo tono de confidencia, casi un murmullo, que me transporta a los anos dorados, y tambien terribles, de nuestra juventud. Asi combatimos el tedio que a veces amenaza con apoderarse de nosotros. La cantinela de estas lecturas se me adhiere a la piel. Como neofito en el oficio de escritor, estoy convencido de que formara parte de mi historia. Y si vuelvo atras, si me propongo hablar de los momentos mas importantes que me ha tocado vivir, hay uno que destaca por encima de todos, el que marco a fuego el resto de mi existencia…

  • El olor de los dias felices de Marta Gracia Pons

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    Barcelona, 1928. Anna Exposito es una joven huerfana que ha crecido en la Casa de la Misericordia. Su aficion por el cine, las revistas femeninas y la cosmetica han hecho de ella una muchacha independiente que quiere disfrutar de la vida. A su salida del orfanato, empieza a trabajar como dependienta en una drogueria donde conoce el arte de la persuasion y las ultimas novedades en articulos de belleza. Cuando por casualidad descubre la fotografia de una mujer que podria ser su madre, emprende una busqueda que la llevara por diferentes lugares, desde Sant Feliu de Guixols y Madrid hasta la exotica Filipinas. Durante un camino lleno de dificultades y sorpresas, Anna se convertira en una de las primeras mujeres publicistas de la epoca.

  • Redencion (Serie Hacker 4) de Meredith Wild

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    Blake Landon es un hombre que lo tiene todo: dinero, poder, atractivo, y por supuesto el amor incondicional de Erica Hathaway. A pesar de las dificultades que ha sufrido la pareja siempre han sabido superar todas las adversidades y lograr, incluso , que su amor sea mucho mas fuerte.
    Erica por fin esta dispuesta a dar el <>, pero cuando ya esta preparada para aceptar el compromiso, descubre un episodio perturbador de la vida de Blake. Ella ya hecho las paces con su propio pasado y con la familia que dejo atras, ahora le toca a Blake derribar las ultimas barreras que les separa. Erica esta decidida a conocer el pasado del hombre que ama, pero nunca imagino que encontraria un mundo que va mas alla de su imaginacion e incluso de los limites de su propio deseo.
    El peligro acecha y los secretos mas oscuros salen a la luz. ?podra el pasado destruir la las promesas de amor eterno?

  • Pelillos Al Cafe de Goya Red Summer

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    Todo empezo cuando rasure la barba de mi abuelo. No le corte ni una sola vez. Jamas me hubiese perdonado que manchara de sangre su camisa nueva. Nada de lo que te cuente tiene importancia si decir que mi abuela acababa de morir. Ibamos a su funeral. Las palabras de mi abuelo fueron: No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado. Por supuesto que no, abuelo. Le deje hecho un pincel. Me opuse, claro que me opuse. Mientras el resto de la familia se vestia como se supone que te debes vestir en ocasiones como estas, yo estaba sentada frente a un taco de folios blancos. Ahi me quede, a la espera de que en un momento de derrota y despedida, las palabras brotaran de mis tripas, recorrieran cada una de mis venas y los dedos las tradujeran a ritmo moderado un particular adios. No voy a enganarte, queria arrancar las lagrimas de mi familia, demostrar que bajo la fachada sobria en la que se enfrascaban a diario, habia algo de humanidad en ellos. Pero nada de eso paso. Me quede en silencio en mi cuarto, vi el amanecer, me di una ducha, me tome un cafe mirando viejos albumes, repase notas que tenia en viejos cuadernos cubiertos de polvo en las estanterias de arriba y retome el blanco de las hojas vacias de nuevo. Eche a llorar. Cuando se me secaron las mejillas sali al pasillo y mi abuelo me tendio la emboscada mas grande de su vida. Llevaba la camisa desabrochada, una camiseta de algodon ridiculamente estrecha por debajo y el pelo revuelto. --He engordado un poco --me dijo con cara de asombro--. Ayudame, Gaia, por favor. --!Todavia asi! Mama te mata. Mi madre era, y es, un ser complicado. Coge la primera revista de moda que encuentres. Mira la contraportada. Asi es mi madre. Altiva, engreida, petulante. Bueno, la clase de madre que no quiere una hija como yo, pero si unos hijos como mis hermanos. Que orgullosa estaba de ellos. Luca y Leon, valientes megalomanos. Dos anos mas pequenos que yo pero con el mismo ego que un octogenario que haya superado once operaciones a corazon abierto. Iban por la vida con la intencion de aparentar que lo sabian todo, pero nada mas lejos de la realidad. De los dos, Leon era el mas espabilado y, sin saber a dia de hoy si tiene algo que ver o no, peor persona. Luca era corto. No bobalicon o inocente, no: corto. Joder, los tres nos habiamos tragado todo el cine italiano del siglo XX, habiamos leido a Nietzsche, a Schopenhauer, a Maquiavelo y montamos lo suficiente a caballo de pequenos para tener conciencia de disciplina. No parecia tonto despues de haber hecho todo eso, pero un dia me dijo que era mucha casualidad que el agua se congelase a cero grados centigrados e hirviera a los cien. Leon le dio con el codo en las costillas sin decirle nada. Yo puse los ojos en blanco. --Tu madre esta en la peluqueria --se justifico mi abuelo. --Y tu deberias haber ido con ella --pense en alto mirandole el pelo. Dio media vuelta y se metio en su cuarto. Se lamio la mano y trato de peinarse el remolino que se le formaba en la frente. Con el gris oscuro de sus canas perecia un huracan furioso. Furioso porque su sirena se habia ido, furiosos porque no la volveria a ver en mucho tiempo, furioso porque aun no la habia llorado todo lo que tenia que llorarle. --No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado --como os dije, dijo--. Ven. Mi abuelo era, y es, peculiar. En el pecho llevaba el tatuaje de una virgen que se hizo, naturalmente, antes de conocer a mi abuela y sentar la cabeza. Aun asi siempre juro que era ella a la que llevaba retratada, y lo decia tan convencido, que el tatuaje lo disfrazamos de premonicion y destino para justificar que decia la verdad. Tenia un tono azulado que se confundia sus las venas de pecho palido y angosto. Formaban parte el uno del otro, siempre lo pense asi. Le segui. Lo hice porque no sabia, ni se me paso por la mente, lo que me pediria. --Me gusta la raya al lado. Y no me quites las patillas, me hacen mas esbelto -dijo estirando el cuello mientras observaba su perfil en el espejo --?Lo ves? Si la abuela estuviese aqui te pagaria porque me las quitaras. Nunca quiso que fuese muy guapo, por si me robaban, ?sabes como te digo? Juntos hasta la muerte --susurro con la mano en el pecho. Grave y arenosa, asi sono su voz. Tan convencido como de que mi abuela estaba en el dibujo de su pecho como de que yo podria ayudarle. --Claro. Pero, ?quieres que te corte y todo? --Por favor, no. --Si. El pelo crece, la vida acaba. Fui a buscar las tijeras buenas al bano de mi madre. Olia a una mezcla pomposa y desagradable de los mejores perfumes de mis hermanos. Cedro y sandalo. Violeta y mimosa. Se habian banado en esencias extravagantes para enfundarse en prendas oscuras, nuevas y almidonadas. Apostaria mi mano derecha a que ensayaron el apreton de manos que darian a los asistentes en la iglesia. Eran unos capullos. Tengo que ser adoptada, seguro. Apoyado en la jamba, Luca me hablo: --?Sabe mama que le estas cogiendo las tijeras? --Si, le he llamado para pedirle permiso --dije. Cuando hablo con ellos de verdad espero que me entiendan, pero no suelen hacerlo a menudo. Evidentemente, no la habia llamado. La ironia y Luca aun no tenian el placer de conocerse. --Bien --como si mi hermano pequeno fuese mi instructor en la vida--. ?Quieres estar guapa para Abigail? --No puede venir. --?Y eso? --pregunto llevandose las manos a los bolsillos. --Tiene trabajo --dije. Respire hondo --Mira, Luca, de verdad. No me apetece darte explicaciones de nada. Abbie trabajaba tanto que, si ganase el minimo por hora establecido por la ley, tendria un par de casas a su nombre y tres coches en la puerta. Sin embargo, Abbie y yo viviamos en un sexto sin ascensor, minusculo y tendiamos la ropa en radiadores electricos. Su jefe era un tirano. Leon algun dia seria como el. --Es tu amiga, deberia venir a algo como esto --para mi sorpresa, coincidia con lo que intentaba decirme. --Es mi novia, no mi amiga. Pero, si, deberia venir. No se, Luca. Es el menor de mis problemas ahora mismo. La abuela ha muerto, todo lo demas me da un poco igual, la verdad. Luca se fue con una sonrisa ironica en la cara. Cuando se reia le florecia un maldito hoyuelo en su mejilla. Los gemelos no eran de reirse a carcajadas, pero siempre llevaban una sonrisa picarona que habian mejorado con el paso del tiempo y el hoyuelo les delataba. Era imperceptible para el resto de la especie. Para mi sus intenciones se hacian evidentes bajo esa marca. Abbie no fue bienvenida nunca. Hoy tampoco. Aun asi esa falsa modestia heredada de mi madre les hacia parecer encantadores. Nada mas lejos de la realidad, eran unos capullos, sobre todo Leon. Cuando llegue al cuarto de invitados, mi abuelo ya se habia colocado una toalla sobre los hombros. La habia anudado torpemente y se habia dejado un hueco considerable entre el cuello y la espalda. Hasta la crin mas gruesa de caballo entraria por ahi. Trate de colocarselo mejor sin hacerle parecer un desastre. Sonrio. --A tu abuela le va a encantar. --Estoy segura de que si. Una taza de agua basto. Fui metiendo la yema de los dedos en ella y dejando caer las gotas en su cabeza. Una de ellas resbalo por la frente se mi abuelo hasta su nariz. La respiracion pausada pero profunda la hizo desaparecer. Se descompuso con la exhalacion de mi abuelo y seguramente cayeron centenas de micro esferas a su regazo. Una explosion de moleculas. Le moje el pelo. El agua estaba tibia y oscurecia aun mas las canas de mi abuelo. La raya al lado, como el me pidio. Hasta ahora no me habia dado cuenta de lo gratificante que era cortar el pelo a alguien. Era como deshacerse del pasado para siempre. Todo lo contrario al apego; cortar, retirar, barrer. Era liberarse. Mi abuelo tuvo muchos demonios en su vida y yo los estaba mutilando. No le recuerdo fuera de casa hasta este dia. Por foto le habia visto hasta bailar, pero mi abuela enfermo antes de que yo naciera y, segun me contaron, desde entonces que el no bailaba. Cuando mi abuela salio del hospital para marchitarse poco a poco en su propia casa, mi abuelo agarro del reposabrazos una de las butacas de su salon. A pulso. Solo. Retiro su mesilla de noche y coloco el que seria su nuevo asiento favorito. Cuando se cansaba de estar sentado, daba paseos por el cuarto o se tumbaba boca abajo en los pies de la cama. Era enorme, mi abuela no llegaba con los pies al final del colchon. A veces se quedaba dormido ahi, como un gato. Custodiaba los suenos de mi abuela. Paso asi treinta de sus setenta y nueve anos. --Te voy a peinar ya, ?vale? --Espera --me dijo--. Busca en mi bolsa el neceser y traemelo. Es azul. Un neceser azul. --?Este? --Si, ese. El azul, el azul. Trae. La maleta de mi abuelo era un escaparate variopinto. Debajo de sus camisas y sus pantalones de pinzas, tenia una decena de libros antiquisimos, una brujula y un mapa de carretera descolorido. Yo suponia que se quedaria bastante tiempo en casa de mi madre, despues de todo ocupar de nuevo ese sillon en una habitacion vacia no seria el hogar que hubiese deseado para el, pero la casa no era tan grande como para usar brujula. Ah, abuelo, que magicos estos artilugios tuyos. Abrio el neceser y saco una brocha, un frasco y una cuchilla. --?Me afeitas? Sobre todo el cuello y la nuca, que eso ya solo no puedo. !Ah! Y cuidado con el bigote --me dijo el adorable caradura. --No voy a afeitarte. No. --?Crees que te lo pediria si pudiera hacerlo yo? Vamos... Soy un viejo que ya no vale para nada --esas palabras no se las creia ni el. Era un chantaje en toda regla al que acabaria cediendo. --No. Lo hice. Por supuesto que lo hice. Mi abuelo tenia una piel agrietada. No, no es esa la palabra. No eran grietas, eran rias. Lo se porque cuando rasuraba su cuello le broto una lagrima que recorrio su mejilla por un canal que antes yacia seco. El mar eran sus ojos, salados, llenos de despedida y de recuerdos. Como brillaban; tanto como la cuchilla que acariciaba su cara descabezando el trigo plateado que emergia de el. Era un hombre gris, mi abuelo. Ese dia lo era. Sin ella que matices le esperaban. --Bien al ras, Gaia. No quiero nada de ayer en mi. No le deje nada de ayer en el. Supongo que en la ducha froto hasta hacerse dano en la piel porque no soportaba el terrible peso de una sola fibra que llevase el nombre de mi abuela. Cuando acabe no dijo nada. El se miro al espejo, irreconocible. Tanteo sus patillas, encendio el grifo y se echo agua fresca en la cara. Se seco con la toalla de sus hombros, la sacudio y la dejo perfectamente doblada encima del lavabo. Hasta la cena familiar de esa noche, no hablo. --!Por la abuela! --dijo levantando su copa e incorporandose torpemente mientras recolocaba su cinturon. Yo, por supuesto, agarre mi copa y observe que nadie mas lo hacia. En un acto de solidaridad, me levante. Ahi estabamos, uno frente al otro, tratando de arrancar a esa panda de insensibles un acto de conmemoracion y respeto. Y de amor, sobre todo de amor. --Por la abuela --mire a mis hermanos furiosa. --Por la abuela --susurro Luca levantandose. Leon se le quedo mirando con un codo por encima del respaldo de su silla. Mi madre se froto las manos y suspiro mientras cogia su copa y la alzaba. --Por mama --dijo. --Levantate, Leon --le ordeno. Cuando mis hermanos nacieron yo ya tenia cinco anos y habia disfrutado algo mas de la abuela. Ellos, sin embargo, el recuerdo mas lejano que tienen es de cuando ya no podia levantarse y se orinaba encima. El beso de saludo y el beso de despedida se les obligo siempre, pero mientras yo ya empezaba a tener conciencia de las cosas y me quedaba leyendo a su lado, ellos correteaban por el pasillo y la terraza sin acercarse mucho a su cuarto. Mi madre se llevaba a mi abuelo a la terraza, en parte para vigilar a los gemelos y para hablar de asuntos de mayores, como a mi me decian, sin que la abuela se enterase. --Gaia, ve a jugar. Debe hacer un dia maravilloso. Que te de el sol en ese pelo de fuego que tienes. --No abuela. Ya me da el sol todos los dias --le decia peinando los rizos que inundaban mi cara. Leon se levanto de mala gana, se fue a la licorera del comedor y se sirvio un whisky sin hielo. Le dio un par de vueltas en el vaso antes de aproximarse a la mesa y levantar su vaso algo mas alto que los del resto. --Por ella, la senora que nos ha dejado pelados --bebio de un trago el whisky mientras los demas bajabamos las copas. --!Leon! !Controla lo que dices! --grito mi madre. --Deja de beber. !Luca! Quitale la copa a tu hermano. --Eres un capullo borracho --le dije mientras salia en busca de mi abuelo que habia salido del comedor tras escucharle. --!Borracho como papa! !Egoista como la abuela! Pero mas honrado que tu, hermanita. A mi no me mantiene mi novia. Por cierto, ?donde esta Abbie? --grito dando pasos torpes por todo el comedor. --Te has pasando --le dijo Luca sentado en su silla. --!Oh, callate, lelo! --le contesto. Cuando encontre al abuelo tras zigzaguear por toda la casa, ya se habia puesto un abrigo y llevaba una maleta consigo. Le agarre del hombro y al darse la vuelta vi que lloraba. De sus mares cayeron todas las rias del continente. Lo abrace, el metio la cabeza entre mi cuello y mi hombro y sollozo tres veces hasta que un grito de mi madre llamandole le recompuso. --Antes de que venga tu madre, toma --me dio un sobre. --Esto es tuyo y solo tuyo, ya lo he arreglado. No le digas nada a tu madre ni a tus hermanos. --Abuelo --le dije confusa mirando el sobre y su maleta. --No hace falta que vuelvas a casa, esta es tu casa ahora. --Gaia, yo no he dicho que me vaya a casa. Se fue misterioso por la puerta de la cocina. Cuando mi madre llego yo estaba sola con la mirada perdida en direccion al picaporte que acababa de resonar el cierre. La ignore completamente. --Gaia, mirame. No tenia nada que hablar con ella ni con nadie. Recogi mi bolso y me fui a casa. La noche estaba despejada, la ciudad tranquila y mi curiosidad aflorando a cada paso que daba.

  • Di que no me quieres. Trilogia completa de Janis Sandgrouse

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    Trilogia completa de mi novela Di que no me quieres, donde podras disfrutar de dos capitulos extra sobre esta gran familia.
    Sinopsis:
    Una mansion, fiestas privadas, dinero, lujo, poder, mascaras que esconden quien eres…
    ?Puede una persona encontrar ahi el amor?

  • Me canse de ti de Walter Riso

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    Si tu pareja te ignora, te vigila, te hace dano o te miente. ?por que seguir con ella? ?Por que soportar una relacion que te hace sufrir? Aqui te va una verdad dolorosa: El amor no es suficiente para mantener unida a una pareja. Y, en algunos casos, aquello que tu consideras <> no es mas que posesion, miedo y costumbre. Walter Riso explora algunos de los motivos que llevan a las personas a cansarse de su relacion. Si estas incomodo con tu vida amorosa, y lo has intentado casi todo, quiza sea hora de replantearse algo mas de fondo. ?El amor se termino o eres tu quien se canso de ese amor? A partir de cartas de despedida escritas por el autor, aprende a decir adios cuando solo puedes pensar: <>. Deja de sufrir inutilmente y permite que el realismo se imponga.

  • El ultimo susurro, Gema Tacon de Gema Tacon

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    Una serie de asesinatos sin resolver asaltan la ya de por si complicada vida de la inspectora de policia Kate Warne, sin que sepa que la calve de todo se encuentra en ella misma.
    Tras el duro golpe de perder a su pareja y companera en una mision encubierta, Kate se convierte en la sombra de lo que fue, hasta que un asesino en serie la obliga a regresar a la realidad. Las partes amputadas y desaparecidas de las victimas del Silenciador de Susurros, apodado asi por la prensa, hacen que la investigacion de Kate sea a contrarreloj para evitar que el homicida deje otro cadaver mas. Cada vez que cree estar a punto de atraparlo la historia da un giro y alguien cercano a ella sufre las consecuencias.
    Nuevas pistas reconducen el caso guiandola por los entresijos de su pasado. Equivocarse de persona la llevara al borde de la locura, pero ?que pasara cuando descubra la verdad? ?Que tiene que ver el asesino con los asmrtist muertos? ?Podra Kate asimilar lo que esta por descubrir?
    Un thriller policiaco lleno de sucesos inesperados, que haran al lector adentrarse en la mente de nuestra protagonista y vivir con ella cada nuevo obstaculo a superar.

  • Un hombre con atributos de David Lodge

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    Encerrado en su casa de Regent’s Park, en pleno blitz, el escritor Herbert George Wells, <> para los amigos, intuye que se esta muriendo. Una vez fue el novelista mas famoso del mundo, <>; ahora se siente como un viejo anclado al pasado. Una voz en su interior lo obliga a rememorar: su rapido ascenso a la fama como escritor; sus primeros escarceos politicos como lider fabiano, su creencia en el amor libre. Sus dos esposas y a sus muchas amantes. David Lodge nos presenta a un personaje tan contradictorio como talentoso: un socialista que disfruto de su riqueza, un aclamado escritor que se revolvio contra la novela literaria, un mujeriego feminista; sensual y romantico, irresistible y exasperante segun soplara el viento, pero siempre vitalmente humano.

  • Gafas De Sol Para Dias De Lluvia de Mamen Sanchez

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    Lina es capaz de ver lo negro blanco y llevar gafas de sol en los dias de lluvia. Perseguida por un asunto turbio, huye de su pais natal y encuentra trabajo en el servicio de limpieza del hotel Ritz de Madrid.
    Carol es la unica heredera de una de las familias mas poderosas de Manhattan. Aunque vive rodeada de lujos y diversiones, no logra ser feliz.

  • Woods Lane de David Verdejo

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    En mitad del desierto de Tejas se levanta un pequeno pueblo, tranquilo, cuya comunidad vive en paz y sosiego cuando un crimen despierta viejos temores. Woods Lane comienza a sufrir en sus propias carnes una serie de acontecimientos dificiles de controlar por los agentes de la oficina del Sheriff. Una historia familiar oculta durante decadas esta a punto de ser descubierta a raiz del primer asesinato y no sera el ultimo. La leyenda que recorre las calles del pequeno pueblo cobra vida y podria arruinar la reputacion de los miembros mas notables de la comunidad.

  • Una isla sin mar de Cesar Silva Marquez

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    Cuando la huida se convierte en la unica posibilidad de vivir.

  • Perdido en las olas de Javier Romero

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    Tristemente, la historia de Pau es muy comun en nuestros dias. Ninos que, un dia si y otro tambien, son el dano colateral de una violencia de genero grabada a fuego en nuestra sociedad y que se ha convertido en el pan nuestro de cada dia. Ninos que no creen en la fantasia y que ven como su infancia se trunca por un amor enfermizo y que, en la mayoria de las ocasiones, ni tan siquiera pueden disfrutar.

  • Las trampas del deseo, Dan Ariely de Dan Ariely

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    ?Por que compramos lo que compramos? ?Somos realmente duenos de nuestras decisiones o se nos puede manipular como consumidores? ?Tienen trampa las ofertas? Que influye en que un producto nos parezca caro o barato? ?Gasta mas quien paga con tarjeta de credito? ?Por que compramos cosas que no necesitamos? ?Influyen las marcas en nuestro grado de satisfaccion ante un producto? ?Hay robos mas eticos que otros? ?Somos compradores compulsivos e irracionales? Este libro apasionante, riguroso y ameno responde a estas y otras muchas preguntas sobre nuestras decisiones cotidianas, como consumidores y como ciudadanos, a partir de experimentos punteros llevados a cabo por el prestigioso especialista en psicologia del consumo Dan Ariely. El autor nos proporciona nuevas y sorprendentes conclusiones sobre la naturaleza humana, que ayudaran al lector a tomar mejores decisiones en su vida personal y laboral.

  • Hablemos de nosotras de Carlota Corredera

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    Nunca se habia hablado tanto de feminismo. Nunca se habia hablado tanto de igualdad. Nunca se habia hablado tanto de nosotras.

  • Atentado en Manhattan de Raul Garbantes

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  • Una reconciliacion temporal de Dani Collins

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    Era solo un acuerdo conveniente... hasta que el se dio cuenta de que la queria para siempre.

  • El lobo de Escocia de Emma G. Fraser

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    Gael Sinclair es uno de los guerreros mas temidos del norte de Escocia. Su fama de despiadado es conocida en las Tierras Altas. Uno de sus enemigos es Calem Sutherland, pero el mayor de ellos lo tiene entre sus muros: Leslie Sinclair. Despues de que Gael la rechazara como esposa, decide vengarse y robar el bien mas preciado de Gael: un colgante de su difunta madre. Para evitar que fuera encontrado, lanza un hechizo sobre el, pero algo sale mal y desaparece. Sin embargo, es encontrado por Sophie Blanc que, en busca de nuevas experiencias en su vida, decide gastar sus ahorros en comprar un castillo en Escocia.

  • Mi amor prohibido de Jodi Ellen Malpas

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    La princesa Adeline se niega a someterse a las obligaciones que implica su titulo, pues sabe que bajo la imagen perfecta de la familia real no hay mas que mentiras y secretos. Ni quiere formar parte de ello ni piensa aceptar la peticion de su padre para que se case con un hombre al que no ama…Todo cambia cuando se cruza en su camino Josh Jameson, un actor escandalosamente sexy que pronto se convierte en el ultimo vicio de la princesa: su atractivo es abrumador y sus caricias son puro fuego. Nadie la ha hecho sentir tan viva nunca. Pero, aunque el pertenezca a la <> de Hollywood, no es un aristocrata real, y Adeline sabe que el rey y sus consejeros haran todo lo que este en sus manos para impedir que vivan esa pasion. ?Acabara rindiendose a los deseos de su padre o a los de su corazon?

  • Mas vale nunca de Daniel A. Tortora

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    Supe que definitivamente era el final. Solo me entristecia que no fuese mas tragico, que se marchase asi nomas, como el otono, con alguna lluvia, con apenas un poco mas de frio. La parejita trepo los escalones de la estacion escoltada por los familiares y algunos vecinos. Se dirigieron hacia el unico banco que se mantenia en pie y apoyaron los bolsos y la valija en el piso. Don Anselmo destapo el termo y comenzo la ronda de mate con Elvirita. Simularon sonrisas y algunas bromas, los amigos apartaron del grupo a Alberto, seguramente para darle consejos. Elena tomo a Elvirita con las manos y la repaso de arriba abajo, negandose a aceptar que quien se iria a vivir a la ciudad, --y ya no regresaria--, era su hija. El mate paso de Juan a Elena, de Elena a Ramon, de Ramon al Chuno y asi hasta acabar nuevamente la ronda en Don Anselmo. Esta vez el tren no se hizo esperar como cuando se marcharon las hijas de Clara. Aquella tarde si que debieron aguardar, sin embargo hoy llego en hora. Juan tuvo que arrancar a Elvirita de los brazos de Elena y Don Anselmo intervino tomando a su esposa por los hombros. Los domingos no son buenos para las despedidas, mucho menos por la tarde. Cuando el tren arranco, cerre la ventana y me fui a acostar. Unos fuertes golpes en la puerta me despertaron, pero tarde en reaccionar hasta que se repitieron acompanados por los gritos del Negro. --Abra maestro, somos nosotros, los pecadores, vamos abra. --Va, va. Ya va. --Les abri la puerta mirando hacia abajo y refregandome los ojos. El Negro traia un paquete en la mano. Detras de el entro Raul con las manos en los bolsillos y mirando hacia todas partes. --Hola profesor. ?Dormia? --Un poco. Pasa Raul, pasa y cerra la puerta. El Negro ya se habia sentado y mientras desenvolvia el paquete con tortafritas me senalo el mate que habia quedado alli desde la noche anterior. Fui hasta la cocina a calentar agua. Me quede esperando que se me pasara la modorra, ademas no tenia muchas ganas de hablar. --?Y maestro, falta mucho con eso? --Ya va Negro, esta calentandose. --Regrese a la pieza y apoye la pava sobre la silla, despues me sente en la cama. El Negro fue el encargado de preparar el mate. --?Vio que se las tomo Elvirita y Juan? --dijo, guinandome un ojo. --Si, los vi desde la ventana. --Por eso el poeta anda medio triston, vio, le tenia unas ganas a Elvirita. Nos reimos. --?Es verdad lo que dice el amigo, Raul? --pregunte. --No le haga caso, son inventos del Negro --contesto Raul. --Dale, que no, las punetas que te habras hecho con Elvirita, guacho, a mi me vas a decir --se defendio el Negro. Nos reimos un buen rato con eso. El Negro siguio hostigandolo y yo haciendo de partenaire. Raul se abandono al papel de victima y opto por escuchar las barbaridades que decia su amigo. Casi no tuvimos otro tema de que hablar. Alrededor de las dos de la manana, el Negro se paro de repente, se sacudio los restos de tortafritas que le habian quedado sobre la barba y la camisa y mirando a Raul le dijo --vamos poeta, manana tengo que laburar. --Vamos --respondio su amigo. Los acompane hasta la calle, pense que habia dormido demasiado para acostarme tan temprano. El Negro cruzo la calle y fue a orinar contra un arbol, de espaldas a nosotros. Raul encendio un pucho y le pego una chupada interminable. El Negro seguia de espalda, de pronto nos miro y grito. --Disculpen, eh. --Y se tiro un pedo. Me rei mirandolo a Raul que negaba con la cabeza, pensaria que ese no podia ser amigo nuestro. --?Te vas a acostar Raul? --pregunte todavia riendome. --No, todavia no. --?Lo acompanamos al Negro y vamos a dar una vuelta por ahi? -- ofreci. --Vamos, pero primero pasemos por casa. CAPITULO II Cuando el tren se detuvo, me apresure a descender. Busque algun punto de referencia para guiarme, pero lo unico que encontre sobre los arboles fueron los techos, la antena de un radioaficionado y la cruz de la iglesia. Camine hasta el borde de la escalerita que estaba rodeada por macetones repletos de flores que ya empezaban a marchitarse. Me quede un instante observando el panorama, despues mire el reloj, eran la seis y cuarto, entonces cruce la plaza desierta y opte por caminar hasta la escuela. La escuela estaba a unas cuadras, imposible perderse. Desde la plaza podia versele, era un edificio prolijamente pintado, moderno, que no encajaba con las casas que lo rodeaban. Subi los seis escalones que separaban la puerta de la vereda y lei el cartel que estaba pegado en el vidrio “atencion al publico de 9hs. a 12hs.” --Que bien-- pense. Deberia buscar un hotel, ya que presagiaba que a esa hora seria imposible encontrar a alguien. Una hora mas tarde pude ubicarme en el unico hotel que tenia el pueblo, comer algo, banarme y acostarme, aun restaba una semana para que comenzasen las clases y tendria tiempo para escribirle a mi familia. Me desperte temprano, me duche sin apuro y baje a desayunar en el hall del hotel. Una mujer vieja me sirvio un cafe con leche con tres facturas. Le di las gracias pero no me respondio. Me apresure a desayunar y sali para el colegio. Las pocas personas que me cruzaba se quedaban mirandome como si yo fuese un dibujito animado, algunos no me quitaban los ojos hasta que me perdian de vista, yo miraba para adelante con aire de personaje importante, me sentia Charles Bronson. Camine sin apuro, mostrandome. El colegio estaba a solo tres cuadras del hotel. Al llegar a la esquina donde debia doblar procure recordar las palabras que me habian dicho en el Consejo. “Cuando llega, se presenta en el colegio y les comunica que usted es el profesor de historia y geografia que pidieron, pero los papeles no los entrega, me entendio.” Subi las escaleritas, atravese el corredor y camine hasta otra puerta, cuando la abri me encontre, a la derecha, con un aula. Mire hacia todos lados buscando a alguien que pudiera atenderme, pero como no habia nadie golpee con los nudillos. Una voz de mujer grito "adelante". Abri con cuidado y meti solamente la cabeza. Era una mujer de alrededor de cuarenta anos o tal vez algunos mas, me miraba sorprendida, como si Charles Bronson realmente hubiese entrado, despues se puso de pie. --Pase, pase, adelante. --Buen dia, soy el profesor de historia y geografia --me presente. --Ah si, si, sientese. Por aca tengo sus datos. --Leyo una carpeta que tenia sobre la mesa y dijo --Alejandro Roboni. El senor Alejandro Roboni --repitio recalcando el “senor”. --Ragoni --dije. --?Como? --pregunto. --Alejandro Ragoni. --?Ragoni? --repitio. --Si, Ragoni, como se pronuncia. --Entonces aca lo pusieron mal --se excuso y comenzo a borrarlo--. ?Sabe que el lunes comienzan las clases? --Si, ya me lo comunicaron. --Bueno, si desea saber algo mas o alguna otra preguntita --comenzo a decir. --Quisiera conocer mis horarios, saber quien me va a entregar los programas y si se puede visitar la escuela. De repente la mujer me echo una mirada de furia, como si le hubiese pedido vaya a saber que cosa y me respondio pausada pero marcialmente. -- El lunes debe venir a las ocho de la manana y ahi va a conocer sus horarios. Los programas debera retirarlos en la municipalidad de lunes a viernes de ocho a trece horas y al colegio no va a poder visitarlo porque solo esta abier ta la secretaria, que es esta aula, y ya la conoce. Sin responderle comence a ponerme de pie, le iba a dar las gracias de mala gana y a marcharme cuando se abrio la puerta y entro una adolescente que se quedo clavada cuando me vio. --Perdon --dijo. --Pasa Susana, pasa. --Hola mama --saludo la chica. La mujer me senalo con el dedo y le dijo a su hija con voz socarrona --el joven es el nuevo profesor de historia y geografia que vas a tener desde el lunes. El senor Raboni, ?asi era, no? --Ragoni --le conteste, mirando a su hija y pensando que si esta era la secretaria como seria la directora. Mas tarde me enteraria que ella tambien era la directora. --Disculpe que no me presente -- me dijo con una voz mucho mas amigable--, me llamo Clara Prieto, pero todos me llaman Clara, solamente. --A mi llameme Alejandro, es mas facil.

  • Senorita victoriana de Gema Perez

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    Delilah ha sido siempre una nina desfavorecida. Criada en las calles de Londres, huerfana y forzada a crecer a marchas forzadas. Una superviviente, ladrona, y paria.

  • Zonas de guerra de Roland Spranger

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    Profundamente traumatizado por su experiencia en la guerra de Afganistan como soldado de elite, Daniel Schramm regresa a su tierra, en donde vive completamente desorientado. Su matrimonio ha naufragado y su esposa Melanie se ha ido a vivir con su nueva pareja. La vida de Daniel ha tocado fondo. En su entorno comienzan a suceder crimenes terribles y Daniel se convierte en sospechoso para la policia, pero el comienza a investigar por su cuenta para intentar descubrir quien se encuentra detras de los asesinatos. Se pregunta si no sera el el asesino, si una parte de su doble personalidad esquizofrenica ha comenzado a matar en serie y la otra no es capaz de recordar tales actos.

  • Deseo de venganza de Esperanza Riscart

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    Una novela de romance y suspense en la que todo es posible.
    Cuando el amor aparece en la vida de Alexander sus deseos de venganza se veran relegados a un segundo plano pero… ?Cuanto se puede dar por amor?

  • Instantaneas de Claudio Magris

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    El lector encontrara aqui textos breves capaces de capturar lo que tiende a escurrirse entre los dedos, de retratar con perspicacia y acidez comportamientos humanos, de observar el mundo con una sofisticada mezcla de humor, melancolia, bondad y sabiduria. El resultado es un ramillete de deliciosas miniaturas en las que asoman temas, personajes y situaciones variopintos: la ciudad de Trieste; un episodio comico vivido en la Galeria Leo Castelli de Nueva York que ilustra las imposturas del arte de vanguardia; el modo ridiculo en que Thomas Mann se entera del inicio de la Segunda Guerra Mundial; los editores que imponen finales felices a los autores a los que publican; el secreto motivo por el que una conferencia muy erudita y potencialmente soporifera se llena a rebosar; los congresos culturales y el sexo; la soledad de las parejas...

  • El mito de las dietas de Tim Spector

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    ?Por que fracasan la mayoria de las dietas? ?Por que una persona que come un determinado alimento aumenta de peso mientras otra que come lo mismo adelgaza? ?Por que, pese a todos los consejos sobre que hemos de comer, seguimos engordando?

  • Te lo dare todo de Arwen Grey

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    ?Que significa tenerlo todo cuando has perdido tu corazon?
    Nueva York 1839
    En una ciudad nueva como el amanecer, todos luchan por crearse un futuro, aunque sea a costa de los demas.
    Flynn y Alba han crecido juntos. Sus corazones laten al mismo ritmo y no dudan que tambien moriran juntos un dia. Sin embargo, recien llegados a la joven Nueva York, se ven obligados a rehacer sus vidas en el mismisimo corazon del infierno, Hell’s Kitchen.
    El hombre mas cruel y despreciable de la ciudad se interpone entre ellos y les separa. hasta que el destino y la fuerza del amor les vuelven a unir y les dan la oportunidad de vengar un pasado que nunca podran olvidar.

  • Rainbow eyes 1 de C.g. Forne

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    Burgos, la ciudad en la que nunca pasa nada hasta que el te mira a los ojos. Gemma se encuentra atascada en un caso sin pruebas en el que las victimas solo tienen en comun la forma de morir… ?O hay algo mas?

  • La Rendicion de Suzanna de Nora Roberts

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    Suzanna Calhoun y sus hermanas pidieron ayuda al ex policia Holt Bradford para encontrar el collar de esmeraldas de su bisabuela. Holt siempre habia sentido un especial interes por Suzanna y ahora tenia la oportunidad de proteger su vida y de intentar que ella se interesara por el...