labios de piedra
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labios de piedra - Nancy Huston
https://gigalibros.com/labios-de-piedra.htmlEn Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografia de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudonimo de Pol Pot, y la contrapone a su propia historia de joven rebelde, a traves de Dorrit, su alter ego. Nacida en Canada, su rechazo a una vida programada la lleva a labrarse su propia formacion intelectual y humana. Su busqueda la llevara al mismo Paris efervescente y radical que anos antes habia pisado Saloth Sar. Emigrado a Paris desde Camboya, Saloth Sar transformara su marxismo teorico en hechos y, ya como Pol Pot, sumira a su pais en un horror sin precedentes.
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LABIOS DE PIEDRA | NANCY HUSTON | Casa del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-labios-de-piedra/9788417747947/1009688613 nov 2019 — En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, ...
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Labios de piedra (Narrativa) Versión Kindle - Amazon
https://www.amazon.es/Labios-piedra-R%C3%BAstica-Narrativa-Huston-ebook/dp/B07ZQT1H5ZCódigo QR para descargar la app de Kindle. Mirar en el interior de este libro. Labios de piedra (Narrativa) de [Nancy Huston, Antonio Soler] ...
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LABIOS DE PIEDRA | Traficantes de Sueños
https://traficantes.net/libros/labios-de-piedraEn Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, y la contrapone ...
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Labios de piedra - Galaxia Gutenberg
http://www.galaxiagutenberg.com/libros/labios-de-piedra/13 nov 2019 — En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Salot Sar, ... y matándose dentro de sus libros… y sonriendo, fuera de ellos, ...
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Labios de piedra - Libro de Nancy Huston - Lecturalia
https://www.lecturalia.com/libro/104926/labios-de-piedraEn Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Salot Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, y la contrapone ...
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LABIOS DE PIEDRA - Laie
https://www.laie.es/es/libro/labios-de-piedra/9788417747947/919705En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los ... seguirá torturándose y matándose dentro de sus libros... y sonriendo, ...
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labios de piedra - Grant Librería
https://www.grantlibreria.com/libro/labios-de-piedra_13718En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, y la contrapone ...
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Labios de piedra - Nancy Huston -5% en libros | FNAC
https://www.fnac.es/a7082886/Nancy-Huston-Labios-de-piedraLabios de piedra, libro o eBook de Nancy Huston. Editorial: Galaxia gutenberg. Los mejores precios en libros y eBooks.
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labios de piedra - huston, nancy - Librería La Puerta de ...
https://www.puertadetannhauser.es/libro/labios-de-piedra_35675LABIOS DE PIEDRA, HUSTON, NANCY, 17,50€. En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo ...
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Ninguno de nosotros volvera de Charlotte Delbo
https://gigalibros.com/ninguno-de-nosotros-volvera.htmlUno de los pocos testimonios femeninos sobre los campos nazis, una obra maestra de la literatura concentracionaria.
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Antologia de relatos romanticos de
https://gigalibros.com/antologia-de-relatos-romanticos.html -
Contra el viento del norte de Daniel Glattauer
https://gigalibros.com/contra-el-viento-del-norte.htmlUna historia de amor a traves de internet. Contra el viento del norte es la novela romantica inteligente y brillante que dio a conocer a Daniel Glattauer y que se convirtio en un bestsellergracias al boca a boca.
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Un pitcher solo en mi corazon 2 de Christian Martins
https://gigalibros.com/un-pitcher-solo-en-mi-corazon-2.html?Estas bien? --pregunta Bryan, observandome fijamente. La verdad es que no. No lo estoy. Cruzar el pasillo repleto de periodistas y camaras me ha dejado un sabor de boca amargo. Se que esta escapada de fin de semana nos traera muchas consecuencias, pero no se hasta que punto puede cambiar esto mi vida. La primera vez que Brian y yo quedamos en la cafeteria para arreglar los papeles del coche y nos fotografiaron pude atisbar discretamente lo que significa ser el foco de atencion constante. Y no me gusto. No me gusto en absoluto. Puede que mi hermana, Scarlett, este hecha para la fama. Pero yo no. --Estoy bien --murmuro, acomodandome en mi asiento. Es mejor que no le de importancia, al menos por ahora. Ya me preocupare manana de buscar una solucion a todo esto. --?Lo dices de verdad? No parece que estes bien... --susurra en voz baja, acariciandome el antebrazo. Es increible lo poco que hemos necesitado Brian y yo para formar esta complicidad entre nosotros. A su lado me siento comoda y feliz, como si llevase asi toda la vida. Como si nos conocieramos desde siempre. Es extrano, porque esa misma sensacion jamas la tuve con Marcus. --No me gusta la prensa --respondo en voz baja, para que nadie mas pueda escucharnos. Aunque en realidad, nadie puede hacerlo. Por primera vez en mi vida, viajo en primera clase. Y tengo que admitir que la diferencia con la clase turista es abismal. --Lo se. Olvidate de ellos, ?vale? No volveran a molestarnos en todo el fin de semana. Asiento, respiro hondo, y decido que seguire su consejo al pie de la letra: me voy a olvidar de ellos. Despues del mensaje de Patsy y de nuestra breve reconciliacion tras la fiesta de cumpleanos de Ginna Godbsy, este es nuestro primer encuentro. Y la primera vez que pasaremos juntos varios dias seguidos. Las ultimas semanas de mi vida han sido bastante complicadas, asi que me apetece mucho desconectar y disfrutar de Brian. Ademas, se que el partido que se disputa este fin semana es realmente importante para el y, en cierto modo, me hace feliz que me haya pedido que le acompane. Confia en mi y se apoya en mi. Me paso el resto del vuelo callada, pero para cuando llegamos a nuestro destino el malestar se me ha pasado y he terminado de olvidar por completo el episodio que nos ha tocado vivir con la prensa. Cogemos el equipaje de mano y desembarcamos del avion en primer lugar. Brian rodea mi cintura con su brazo, me estrecha contra el y me dedica una enorme sonrisa mientras caminamos por los pasillos del aeropuerto. --El coche nos esta esperando en la puerta --me dice, justo antes de guinarme el ojo derecho. Brian se ha encargado de todo. Bueno, no se si ha sido cosa de el, del club o de su manager. Y la verdad es que tampoco creo que ese detalle importe demasiado. Lo que realmente valoro es lo cuidada que me siento, como si pretendiera adelantarse a cualquier detalle e imprevisto para que mi unica labor estos dias fuera disfrutar. --Oye... --le digo, deteniendome en seco--. Gracias por todo. Creo que todavia no se las he dado. --No digas tonterias, Ash... Pero antes de que pueda restarle mas importancia, me pongo de rodillas y le beso en los labios. Brian sonrie justo antes de apartarse de mi. --Venga, vamos. Nos estan esperando. Antes de las nueve de la noche llegamos a nuestro hotel. Un impresionante edificio de cinco estrellas situado en una de las avenidas mas importantes y centricas de Baltimore. Sabian que llegabamos, asi que no tenemos que esperar. Un botones recoge nuestras maletas y nos guia hasta la habitacion que nos corresponde, situada en la ultima planta de todas. Es increible. Tiene unas impresionantes vistas a la ciudad y casi es mas grande que mi propia casa. --?Desean algo mas? ?Les gustaria pedir la cena? Brian me mira de reojo y yo me encojo de hombros. --Llamaremos si necesitamos algo, gracias. Y dicho eso, el hombre desaparece de la habitacion y Brian y yo volvemos a quedarnos a solas. --Guau... --murmuro para mi misma, repasando el bano de arriba abajo, que tambien es enorme y tiene una ducha preciosa, de piedra y cristal. El dormitorio, como ya he dicho, tambien es un espectaculo. Esta dividido en dos zonas. En una de ellas esta la cama con las dos mesitas de noche y la gigantesca television de plasma y en la otra hay un sofa, una mesita y... !Un jacuzzi! !Es increible! No quiero imaginarme lo que puede costar la estancia en una suite como esta, pero adivino que no sera precisamente barato estar aqui. Por un momento, me siento fatal. Todo esto lo esta pagando Brian sin pedirme nada a cambio. --?Que te ocurre? ?Hay algo que no te guste? Sacudo la cabeza en senal de negacion. --Si algo te disgusta, puedo pedirles que nos cambien de habitacion. Vuelvo a negar rotundamente. No se con que tipo de chicas ha estado Brian hasta ahora, pero no soy capaz de imaginar a quien en su sano juicio le puede disgustar esto. --No, todo es... perfecto --aseguro, dejandome caer sobre el sofa--. El problema es que es... --hago una pausa, esforzandome por encontrar la palabra adecuada--. Demasiado. Mucho mas de lo que me puedo permitir. Brian se sienta junto a mi. Parece confuso. --No entiendo. --Que esto es demasiado caro para un sueldo como el mio, Brian. --Pero tu no tienes que aportar nada --asegura--. Ademas, esta estancia la paga el club. Ni siquiera yo. Eso tampoco me consuela demasiado. Poyner se acurruca mas junto a mi y me levanta la barbilla para obligarme a mirarle a los ojos. --No puedes ser mas extrana, ?lo sabias? --bromea, aunque ya me lo ha repetido en demasiadas ocasiones--. Disfruta de lo bueno y deja de preocuparte por lo demas. ?Puedes hacerlo? --Si... Creo que si. Supongo que es mejor no plantearse las cosas. No puedo permitir que Brian pague todo cuando estemos juntos, pero supongo que por una vez puedo hacer la excepcion. La conversacion se queda suspendida en el aire cuando me besa. Sus labios humedos recorren los mios y nuestras lenguas comienzan un baile frenetico cuya coreografia no les es en absoluto desconocida. Son complices, al igual que nosotros. Siento sus manos recorriendo mi cuerpo. Las mias arrancandole la ropa. Asi es todo con el; no necesito demasiado para encender la llama y que, un simple beso, se convierta en un instante de pasion desenfrenada. Dos minutos despues, ambos nos encontramos desnudos. La ropa esta tirada en el suelo, bajo el sofa, mientras nos enredamos en un abrazo. Esta vez no me apetecen cuerdas ni juegos extranos, solamente quiero que seamos el y yo. --?Te apetece que encienda el jacuzzi? --propone sin apartarse de mis labios. --Me parece buena idea. Brian se levanta y enciende los grifos. Mientras la banera se llena de agua caliente, yo disfruto de las magnificas vistas que me ofrece su cuerpo. Es perfecto. Puede que simplemente sea cuestion de genetica o puede que se deba a las tantisimas horas de deporte que realiza semanalmente, no lo se. Y la verdad es que esos detalles tampoco me importan demasiado. --?Vienes? --pregunta, sumergiendose en el agua. Apaga los grifos y enciende el burbujeo. Yo camino hasta el, sintiendome un poco expuesta. Estoy totalmente desnuda y Brian me recorre de arriba abajo con la mirada, lo que me resulta... incomodo. El es perfecto; tiene un cuerpo musculado, definido y envidiable. Pero yo solamente soy una chica normal, con sus defectos. Practicamente corro hasta llegar al agua. Me introduzco en el jacuzzi, mirandole a la cara, y me siento sobre el. Siento su miembro ahi abajo, palpitante, dispuesto. Le sonrio y el me devuelve la sonrisa antes de estrecharme entre sus brazos. --?Crees que manana ganaremos? --pregunta. Si tuviera un poquito de idea sobre beisbol podria responder con sinceridad; pero la verdad es que nunca me han interesado demasiado los deportes hasta que Poyner tropezo en mi vida. --Estoy segura de que si --miento, aunque evidentemente eso es lo que deseo. Brian coge el botecito de jabon y deja caer un par de gotas en el agua. En pocos minutos, la espuma coge volumen alcanzando el borde del jacuzzi. El no parece preocupado por si se desborda, asi que yo tampoco. Brian coge otro poco de jabon, se lo coloca en las manos y las frota para extenderlo bien por sus palmas. Despues las deja caer sobre mis hombros y comienza a masajearme suavemente. --Manana tienes que madrugar, ?verdad? --Ahora mismo eso es en lo ultimo en lo que estoy pensando --me dice, justo antes de descender con las manos hasta mis pechos. Los masajea lentamente, presionando en los puntos clave para hacerme enloquecer. Brian sabe como tocarme, como hacerme disfrutar... Y eso, en ocasiones, me asusta. Es unos anos mas joven que yo, pero aun asi esta bastante claro que es el quien tiene mas experiencia de los dos. Mucha experiencia. Intento imaginar el numero aproximado de mujeres que han pasado por su cama, pero decido desechar ese pensamiento antes de que termine haciendome dano y causandome inseguridades innecesarias. Ahora esta conmigo. Aqui. El y yo... y nadie mas. Desliza sus manos sobre mi espalda y yo me inclino hacia el para poder besarle. Brian me lo permite, lo que es toda una novedad. Con el el sexo suele ser mas... extrano. Diferente a lo habitual. Le gusta que sea sumisa, que le deje hacer lo que quiera y que no me mueva ni un milimetro. Pero hoy, como si por arte de magia hubiera sido capaz de leerme el pensamiento, no esta siendo asi. Hoy simplemente hacemos el amor como una pareja normal. Siento su miembro endureciendose aun mas, rozandose con mi sexo. De forma inconsciente, comienzo a mecerme suavemente, rozandome contra el. Un cosquilleo se instala en mi bajo vientre, haciendome gemir. Brian tambien jadea. Puedo sentir como la excitacion va creciendo poco a poco entre nosotros. Sus manos vuelven a rodear mi cuerpo hasta mis senos. Los aprieta, masajea y disfruta. Me besa. Sus besos son suaves, humedos y calientes. Entonces me levanto levemente y guio su ereccion a mi interior. Una pequena parte de mi esta esperando a que Brian, como siempre, me detenga; pero no lo hace. Hoy no. Por una vez, me deja tomar las riendas. Me mira intensamente mientras yo desciendo hasta clavarme por completo, y entonces comienzo a mover las caderas en circulos. Echo la cabeza hacia detras. Mi cabello roza el agua, mojandose. Sus manos continuan paseandose por mi cuerpo y poco a poco van descendiendo hasta mi sexo. Me toca. Mis movimientos se aceleran mas. El jadea mi nombre, presionando mi clitoris, haciendome enloquecer y disfrutar. Y entonces, alcanzo el orgasmo. Siento como mi cuerpo se sacude por el placer y cierro los ojos, entregandome al momento. Cuando vuelvo a abrirlos, estoy abrazada a Brian. El sonrie con picardia mientras me besa en los labios. --Yo todavia quiero mas --me dice con la voz ronca. Suelto una risotada mientras se levanta del jacuzzi para salir de el. Despues, me pide que me ponga en pie y me coge en brazos. Estamos encharcando el suelo de la habitacion, pero a Brian no parece importarle lo mas minimo. Camina unos pasos hasta llegar al sofa y con delicadeza, me deja sobre el. Es increible la fuerza que tiene Brian; cuando me coge en brazos es como si me transformase en peso pluma. Me coloca de espaldas y me empuja suavemente hacia el respaldo. Despues me coge de las munecas para unir las manos y me penetra desde atras de forma brusca y mucho menos romantica. Suelto un grito por la sorpresa, justo cuando el comienza a entrar y salir mas fuerte. Este es mi Brian... Inmovilizandome. Sometiendome. Y tengo que admitir que me gusta. Tiene algo que engancha, que siempre te hace volver y querer mas. Entra y sale... Mas y mas fuerte, sin soltarme. Reteniendome. Y entonces, cuando siento que esta a punto de estallar y cuando pensaba que no podia sentir mas, exploto junto a el. Brian libera mis munecas y se deja caer sobre mi para besar delicadamente mi nuca. Despues me pide que me de la vuelta. --Eres increible, ?lo sabias? Le respondo con una sonrisa, porque no se que otra cosa se puede contestar a algo asi. Despues me coge por la muneca y me guia hasta la cama. No hemos cenado, pero no importa. Tampoco tengo hambre. Lo unico que deseo es acurrucarme junto a el en la cama, sentir su piel en contacto con la mia y cerrar los ojos. Aspirar su aroma y sentir paz. Nada mas. Nos metemos bajo la colcha y yo me coloco sobre su pecho. Aun estamos mojados, pero a ninguno de los dos parece molestarnos. Ya nos secaremos. Me concentro en su respiracion y cierro los ojos. Brian apaga la luz.
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La patria de Enriqueta de Graciela Ramos
https://gigalibros.com/la-patria-de-enriqueta.htmlEnriqueta, hija de inmigrantes, lucha con todas sus fuerzas para salir adelante en una Argentina convulsionada: la decada infame, la de los anos treinta.
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Temporal de Tomas Gonzalez
https://gigalibros.com/temporal.htmlMario y Javier salen de madrugada a pescar con su padre. Y desde las primeras lineas de esta novela con tintes de thriller psicologico es claro que la tormenta y el odio que sienten los hijos por el padre amenazaran a los tres personajes, hora tras hora de la travesia, con sumergirlos en la desgracia. No importa que tan abundante sea la pesca ni que tan imponentes sean las imagenes de la naturaleza que los rodea, pues las arremetidas del rencor nunca dejaran de sorprenderlos, y los hermanos se quedaran perplejos ante las ansias de acabar con el padre.
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Operacion Caronte de Maria Arenas
https://gigalibros.com/operacion-caronte.html“Soy Dolores Suarez de Tejada. Naci y me crie en Madrid, en una familia acomodada; rica, vaya. Tuve todo lo que quise. No habia visto nunca morir a nadie y no sabia disparar un arma.
Desde hace pocos anos, soy agente de la seccion de secuestros de la Organizacion Internacional de Intervencion, una unidad secreta creada por Naciones Unidas.
Cuando conoci a Ian quise recuperar mi vida, dejar la OII, pero ya era demasiado tarde.
Arrastro mi pasado como una losa. A ratos, puedo apartarlo, dejarlo al margen, pero forma parte de lo que soy.
Sientate. Te invito a un tequila y te lo cuento… “.
Una historia de secretos truculentos, verdades a medias y conspiraciones internacionales, que reune las grandes cuestiones de la frontera norte mexicana: narcotrafico, migracion e intereses opacos por ambos lados.
Cuando Lola decide tomar las riendas de su vida y abandonar la OII, su jefe le encarga una ultima mision que la lleva de regreso a Mexico para interrogar al jefe de un cartel del narcotrafico.
Cruzara el pais hasta Sinaloa en busca de un secreto y encontrara un dosier, una carpeta marron con fotografias y documentos de blanqueo de dinero. Un ejercito de sicarios aterroriza la frontera y bloquea el transito de emigrantes y mercancias. Y se vera envuelta en una conspiracion, perseguida por brutales sicarios y acorralada en el desierto.
Pero solo cuando atacan lo mas importante de su vida, sabra cual es el camino a seguir. -
Mientras estas sola (Rancho Triple K 3) de Laia Sinclair
https://gigalibros.com/mientras-estas-sola-rancho-triple-k-3.htmlLa soledad no es mala si has escogido libremente vivir asi tu vida, pero cuando te la han impuesto por culpa de la incomprension de tu familia y allegados; cuando es lo que soportas porque el hombre que creias que era toda tu vida, te abandona; cuando no te queda mas opcion porque todo el mundo se aleja de ti, entonces, es lacerante. Mi vida no ha sido un camino de rosas. No soy lista, ni guapa, ni divertida, ni interesante. Soy una mujer del monton, de las que nadie mira dos veces, de las que nunca levantan pasiones. Por eso, cuando con quince anos Justin se fijo en mi, no pude creerlo. El era guapo, popular en el instituto, capitan del equipo de rugby, y todas las chicas andaban locas por el. Yo era virgen en todos los aspectos, ni siquiera me habian besado alguna vez. Justin fue el primero, en todo. Tenia dos anos mas que yo, y cuerpo de hombre. Era alto, ancho de hombros, con el pelo rubio que brillaba al sol como si fuese de oro, unos ojos calidos, como chocolate derretido, y la piel morena por culpa de todas las horas que se pasaba al sol, entrenando. Sus manos eran grandes pero suaves cuando me acariciaban, y su voz, cuando me hablaba muy bajito al oido, hacia que mi piel se erizara y deseara entregarle todo. Iba dos clases por delante, y siempre estaba rodeado por las animadoras. Por eso, cuando un dia se acerco en el pasillo del instituto y me invito a su fiesta, crei que se estaba burlando de mi. Pero aquel sabado, a la seis en punto, estaba con su coche ante la puerta de mi casa, esperandome. Fue el inicio de una historia que yo crei maravillosa pero que, dos anos despues, se revelo una autentica pesadilla para mi. Justin ya estaba en la universidad. Yo permanecia todavia en Cascade, en mi ultimo ano en el instituto. Deseaba terminar de una vez para poder irme a vivir con el. El plan era que yo iba a trabajar mientras el terminaba la carrera; despues, cuando el ya estuviera establecido, me tocaria a mi estudiar. Pero mi embarazo lo echo todo al traste. O, mejor dicho, me obligo a abrir los ojos ante la verdadera personalidad del que creia que era el hombre de mi vida. --?Que estas embarazada? --me dijo gritando por telefono cuando se lo dije. Estaba realmente furioso--. ?Como has podido permitir que pasara algo asi? ?Es que has dejado de tomar las pastillas? No, no habia dejado de tomarlas, pero habia estado enferma con un inicio de pulmonia y el medico me habia recetado antibioticos. Yo no sabia que estos podian restarle eficacia a los anticonceptivos y, cuando Justin habia venido el fin de semana a Cascade e insistio en hacer el amor aunque yo no estaba todavia bien del todo, no fui consciente de que corria el riesgo de quedarme embarazada. Cedi, como siempre, porque el era el amor de mi vida y mi mision era hacerlo feliz; asi que a pesar de que no deseaba hacerlo, de que todavia tenia decimas de fiebre y dolor de cabeza, deje que se desahogara en el coche. En aquel entonces todavia era muy nina e inocente, a pesar de tener diecisiete anos. !Sabia tan poco de la vida! No me daba cuenta de su egoismo, ni de que yo realmente no le importaba nada. Bebia los vientos por el, y era capaz de hacer cualquier cosa, !cualquier cosa! por hacerlo feliz. Me sentia orgullosa cada vez que me decia <
>, y terriblemente mal cuando yo intentaba negarle algo y el me acusaba de haber dejado de amarlo. Era convincente, con su mirada triste y su voz rota. Me manipulaba como queria, y yo ni siquiera me daba cuenta. Mis padres no me ayudaban en nada, con su estricta moral religiosa y sus sermones constantes. < >. Esa era la frase preferida de mi padre, que le repetia a mi madre constantemente, y me inculcaba a mi. Creci creyendo que mi unico objetivo en la vida era hacer feliz al hombre que me estaba destinado; y, en aquel entonces, estaba convencida de que Justin era ese hombre. Por eso acepte su primer beso cuando sus labios me lo exigieron, en aquella primera fiesta. Por eso me entregue a el dos meses despues, a pesar de que yo no estaba preparada para ello. Y segui haciendolo cada vez que me requeria, a pesar de que para mi era molesto y doloroso, y de que nunca, jamas, supe que era el placer con el. Esa fue la causa de que empezara a tomar las pastillas anticonceptivas que el me suministraba, y que nunca supe de donde sacaba, porque, decia, no le gustaba usar condon. < >. Cuando me acuerdo de esa epoca, me pregunto como pude llegar a ser tan estupida. Como pude permitir que lo que yo creia amor, me cegara hasta el punto de no darme cuenta de que Justin solo me estaba utilizando. Tenia a su disposicion a una muchacha bien dispuesta a esperarlo en casa cuando se fuera a la universidad, y a trabajar para mantenerlo mientras el estudiaba (su familia, como la mia, no nadaba precisamente en la abundancia); a satisfacerlo siempre que el lo exigia, sin protestar. Ese era su plan, que yo trabajara como una esclava para mantenerlo mientras el seguia estudiando. Ni siquiera me enfade cuando, a las pocas semanas que se fuera, una conocida que estudiaba en la misma universidad que el, me dijo que lo habia visto enrollarse con una chica en una fiesta. !Como podia enfadarme! El era un hombre, tenia unas necesidades y yo no estaba alli para poder satisfacerlas. Ademas, en la universidad habia mucha golfa suelta, y Justin solo era un hombre propenso a caer en el pecado. Aquello, lo unico que hizo, fue reafirmarme en la necesidad de ir junto a el cuanto antes. !Que estupida era! Cuando supe que estaba embarazada, crei que aquello lo haria feliz. !Ibamos a formar una familia! Si, iba a ser una complicacion, pero lo superariamos. Nos casariamos, yo me quedaria en Cascade mientras el estudiaba, para cuidar de nuestro pequeno, y nos reuniriamos mas adelante. El seguiria viniendo algunos fines de semana para vernos, y pasaria las vacaciones entre semestres con nosotros. No seria perfecto y tendriamos que hacer algunos sacrificios, pero todo valdria la pena. --Tienes que abortar. Ya. Sus palabras me dejaron helada. ?Abortar? ?Como podia decir algo asi? --!No! --grite, sorprendida--. !No puedo hacer algo asi! Es una vida que esta creciendo en mi interior y... --Es un maldito error al que le vas a poner remedio, Elsa. --Su voz, dura y fria, se me hizo irreconocible--. Si te empenas en tenerlo, lo vas a estropear todo. Yo no puedo hacerme cargo de un nino ahora. --!Pero Justin! No tienes que preocuparte, carino. Una vez que nos hayamos casado, yo me quedare con mis padres. Mi madre me ayudara con todo, y tu podras seguir estudiando. --?Casarnos? ?Estas loca? El plan era que tu trabajarias para que yo pudiera dejar de hacerlo y concentrarme en mis estudios. ?Como pretendes hacer eso si tienes que ocuparte de un mocoso? ?O es que pretendes que yo siga trabajando y estudiando mientras tu te quedas tranquilamente en casita sin dar golpe? ?Sabes lo dificil que es eso? ?Lo cansado que voy siempre? No, de eso nada. Vas a abortar, o todo habra terminado entre nosotros. --?Como...? ?Como puedes decir algo asi? --susurre, viendo que el mundo a mi alrededor se estaba desmoronando--. No puedes dejarme, me quieres... --?Quererte? --se rio, haciendo que mi corazon se rompiera en mil pedazos, triturado por sus palabras--. Nunca te he querido, mujer tonta. Tienes un buen polvo y eres buena en la cama, aunque eso es merito mio por haberte ensenado a hacer lo que me gusta. Pero puedo sustituirte por otra chasqueando los dedos. Si quieres seguir siendo mi chica y que nuestros planes sigan adelante, deshazte de eso. Ya lo sabes. Colgo, dejandome en un estado de shock en el que no era ni capaz de llorar. Para verguenza mia, lo pense. Pense seriamente en abortar, en quitarme de encima a ese ser que estaba creciendo en mi interior y por culpa del cual estaba a punto de perder al amor de mi vida. Lo medite durante dias, terriblemente asustada por el futuro tan desolador que se abalanzaba sobre mi, como un monstruo con las fauces abiertas dispuesto a engullirme. Los dias pasaron, mi tripa iba creciendo, y mi madre lo supo sin necesidad de que yo se lo contara. Llevaba cuatro meses sin tener la menstruacion, no necesito nada mas para imaginarselo, y cuando me lo pregunto, no pude mentir. Mi mundo acabo de derrumbarse. Mis padres, tan religiosos, tan preocupados por el pecado ajeno, se pusieron de parte de Justin. Tambien quisieron que abortara. -
A bocados de placer de Josefina Rossi
https://gigalibros.com/a-bocados-de-placer.html -
Momentos Especiales (Extras Serie Moteros 6) de Patricia Sutherland
https://gigalibros.com/momentos-especiales-extras-serie-moteros-6.htmlLo ultimo que esperaba Shea al trasladarse a Londres tras su divorcio era que, apenas un mes despues de instalarse, su corazon volviera a palpitar por otro hombre al que se siente ligada de una manera que no es capaz de explicar.
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El cerebro escindido de Antonio Trijueque Monge
https://gigalibros.com/el-cerebro-escindido.htmlYo era periodista. No me resignaba a dejar de trabajar en esa profesion aunque estuviera limitado por mi paralisis. Entre en el despacho maniobrando la palanca de control de mi silla de ruedas, movida por la bateria electrica que producia un leve silbido, como si fuera dejando tras de si finos hilos de cautela. Ese motor me daba autonomia suficiente para desplazarme sin problemas, a no ser que me encontrara con los descorazonadores obstaculos de los lugares en donde todavia no habian habilitado rampas que posibilitaran los movimientos a esta clase de vehiculos. Pese vermelas frecuentemente con esos amargos inconvenientes, al menos no dependia de nadie que tuviera que venir empujando pesadamente tras de mi. --?Le apetece un cafe, un te, o tal vez prefiere un refresco? --me ofrecio amablemente el doctor Lizabe. --Un te me vendria bien. Gracias. El cafe me da ardor. Una enfermera fue la encargada de colocar, a los pocos segundos de haber terminado de pronunciar mis palabras, el platito con la taza sobre una mesa pequena que habia junto a mi silla de ruedas. --Esta perfecto --dije despues de haber dado un sorbo de cortesia para probarlo--. Gracias. --Mire estas radiografias --intervino Lizabe sin preambulos, senalando la amplia pantalla holografica del ordenador--. Bueno, no son exactamente radiografias. Son imagenes tomadas con diferentes dispositivos. Creo que ahora sobran explicaciones tecnicas sobre ese respecto. Yo asenti para que continuara. --Observe tambien estas otras fotos tomadas en el mismo lugar del accidente. Fije la vista con el interes que supuestamente debia demostrar. De entre los densos matorrales que crecian en la cuneta de una carretera secundaria, aparecia un coche completamente destrozado. --?Se da cuenta de la proporcion del siniestro? Cuando un mes despues los chicos abrieron los ojos, a nadie se le ocurrio que pudiera haber algo oculto, como lo que precisamente a continuacion le quiero explicar. Ya habia bastante sufrimiento con la muerte de uno de los jovenes. >>Es a causa de este suceso por lo que le he convocado a la cita. Ya ve, para hablarle de un caso olvidado desde hace ya tanto tiempo... ?Se ha planteado alguna vez el concepto de tiempo? Se lo pregunto porque hay miles de versiones al respecto desde que el ser humano tomo consciencia de su entorno. --El tiempo es lo que hay, dicen algunas existencias anodinas, para luego desaparecer como fugaces destellos de luciernaga. Lo lei en algun poema --dije. Observo mi gesto expectante y continuo. --Ahora vuelva a contemplar las imagenes tomadas por mi. No he dejado que las viera nadie antes, a no ser que fuera una persona en quien confiara plenamente. Como puede comprobar, aparecen dos craneos con la mitad de un cerebro cada uno. --Si, es cierto… Solo se ve la mitad de un cerebro. --Puse cara de escepticismo. --Es algo que se presta a inventar chistes impertinentes sobre cierto tipo de gente... ?No le parece? Yo me limite a seguir observando las imagenes que rotaban lentamente, procurando no dar mas juego al comentario. --Fijese bien. El de ella tiene el hemisferio izquierdo, y el de el el hemisferio derecho. El ADN de ambas masas cerebrales se corresponden mutuamente; mientras que los cuerpos, ademas de tener, como es natural, ADN diferentes entre si, no tienen ninguna relacion con cada una de las dos mitades del cerebro… Queria que usted lo supiera para que, como su profesion es la de periodista, se encargue de divulgarlo en su publicacion. Puse un semblante de incertidumbre, como quien de repente se percata de que le quieren vender una mercancia fraudulenta. --Ya veo que incluso en nuestros dias resulta dificil que este asunto sea creible --anadio al ver mi expresion de duda. El aspecto de Lizabe era como el de una persona sin perfil definido. Un hombre sin atributos destacables por el que se le pudiera describir pasadas unas horas despues de haber hablado con el.--Usted es un reportero de prestigio reconocido --prosiguio--, y seguro que encuentra la formula, para que todo esto que le estoy contando, resulte creible y no una ficcion insustancial. --Yo no lo veo asi en absoluto --le corte--. Solo veo que me esta induciendo a que escriba una serie de falacias sin sentido ni realidad. --Reconozco que es usted mas perspicaz de lo que hubiera imaginado. Tiene razon. Evidentemente, lo que yo le trato de explicar cabe a la perfeccion en el largo catalogo de fraudes, a los que dificilmente se les puede dar credito. Aun asi, voy a continuar, porque seguramente, al igual que lo he conseguido yo, en alguna parte del mundo habra otro u otros chalados que tambien ocultan logros similares. Muy pocas cosas suelen funcionar aisladamente. Yo arrugue la boca con un gesto lleno de preguntas sucesivas que se apelotonaban por salir. Al final pregunte: --?Un inconsciente colectivo? --Lleno de arquetipos. Otra vez consiguio arremolinar mi mente: --Demasiado para mi en estos momentos --dije chasqueando la boca con escepticismo--. Prefiero alejarme de esa deriva… Si, segun usted, todo lo que me esta mostrando es la pura verdad, no se de que tiene miedo. ?Que por falta de etica corra el peligro de acabar entre rejas? Al doctor Barnard no le paso nada cuando realizo el primer trasplante de corazon. Todo lo contrario. Quedo para la historia como un heroe y eso que el paciente sobrevivio tan solo una semana. --Efectivamente, por ahi va bien su razonamiento. Como organo, el cerebro no es mas que lo que pueda ser el higado, el bazo o el pancreas; salvo que el cerebro, ademas de consumir energia de manera similar, crea los pensamientos que nos llevan a ser o creer lo que somos. A poder decir <
> o < >... o < >. --Entonces, ?por que no es un cientifico sin miedo y lo hace publico usted mismo, aunque eso le cause problemas? Esta claro que recibira el odio y la reprobacion de mucha gente, pero sabe que tambien conseguira el apoyo y la admiracion de muchos mas. No le hace falta el respaldo de ningun periodista como yo. --Le comprendo perfectamente. Pero quiero volver al principio, cuando realice toda la tarea en silencio y sin la ayuda de nadie. Lo hice porque sabia que no causaba ningun mal. Todo lo contrario --dijo sin mostrar sentimientos en su rostro inexpresivo. Mientras hablaba, se habia quedado mirando absorto a traves de los cristales del amplio ventanal a la ciudad sin confines. Algo me indicaba que sus opiniones transmitian muchos mas significados que los encerrados en las palabras anteriores, pronunciadas de una manera neutra, nebulosa… --El problema --continuo-- es que todavia me queda un segundo paso para superar todos estos inconvenientes eticos, morales, legales o como quieran ser llamados. Ustedes, los periodistas, tambien tienen un codigo etico, deontologico, igual que lo tenemos los medicos. De hecho, todo el mundo, se dediquen a la tarea que sea, vienen a tener unas reglas de convivencia con las que poderse entender y respetar. --En las sociedades civilizadas es lo que se suele establecer como principio necesario. Pero no encuentro mucho la relacion... que puede haber en todos estos conceptos que me esta presentando. Tras hacer una breve pausa, en la que parecio recopilar las ideas, continuo: --Le contare las circunstancias de lo que les sucedio a los tres amigos, como consecuencia del accidente… Se quedo pensativo unos segundos mas. --Para que el asunto quede claro, se lo voy a detallar aplicando una letra para cada unos de los tres sujetos y asi no perdernos en la explicacion. Aunque le prevengo de que las narraciones lineales no son precisamente mi fuerte. Por eso le pido disculpas por las veces que pueda saltar de un asunto a otro sin motivo aparente, ya que suelo despistarme y repetir lo que ya he comentado con anterioridad. --Por mi de acuerdo. No se preocupe. Fui a apretar el icono en la pantalla del telefono movil para empezar la grabacion, pero Lizabe me indico que preferia que lo hiciera a la usanza clasica, o sea, utilizando una agenda y un boligrafo -
La leyenda de los centinelas de Manuel Criba
https://gigalibros.com/la-leyenda-de-los-centinelas.htmlDaven el Cuervo es un guerrero vikingo que, al morir, transgredio la mas importante de las viejas reglas: enamorarse de la valkiria que debia trasladarlo al Valhalla. Fue condenado por los dioses a vagar por el mundo por los siglos de los siglos.
Cuando el abad de un monasterio pirenaico le pide que desentierre un tesoro maldito para liberarlos de una vieja leyenda, Daven se niega. Sabe que hay cosas que es mejor no remover.
Sin embargo, alguien no parece pensar lo mismo. Irene, una joven que acaba de quedar huerfana junto a sus dos hermanos, desentierra el tesoro para abandonar una vida de pobreza y desesperacion. Cuando los espectros que custodian el oro la persiguen para recuperarlo, tendra que decidir si renuncia a sus esperanzas o sigue adelante arriesgando su vida y la de los suyos. -
La caja de botones de Gwendy de Richard Chizmar , Stephen King
https://gigalibros.com/la-caja-de-botones-de-gwendy.html -
El canto de las montanas de Nguyen Phan Que Mai
https://gigalibros.com/el-canto-de-las-montanas.htmlMi abuela me decia que, cuando mueren, nuestros antepasados no desaparecen, sino que siguen protegiendonos. Y ahora siento que ella me protege mientras enciendo una cerilla y prendo una varilla de incienso. En el altar de los antepasados, detras de la campana de madera y de las bandejas de comida humeante, los ojos de mi abuela brillan cuando la llama de color azul anaranjado prende el incienso. Agito la varilla para apagarla y, al tiempo que se consume sin llama, las espirales de humo y el aroma ascienden hacia el Cielo, llamando al espiritu de los muertos para que regresen. --Ba oi --susurro, alzando el incienso por encima de la cabeza. Entre la niebla que difumina la frontera entre nuestros dos mundos, la abuela me sonrie. --Te echo de menos, abuela. Una rafaga de viento entra por la ventana y me acaricia el rostro, tal como hacia mi abuela. --Huong, querida nieta. --Los arboles que crecen junto a la ventana susurran sus palabras--. Estoy aqui contigo, siempre estoy contigo. Coloco la varilla en el tazon situado delante del retrato de mi abuela. Sus suaves rasgos brillan con el perfume del incienso. Contemplo las cicatrices de su cuello. --?Te acuerdas de lo que te dije, querida? --murmura su voz entre las ramas incansables--. Los retos que los vietnamitas han tenido que afrontar a lo largo de su historia son tan altos como las mas altas montanas. Si nos detenemos demasiado cerca, no podemos ver las cumbres. Si nos alejamos de las corrientes de la vida, podremos tener una vision completa... Rojo sobre blanco Hanoi, 1972-1973 La abuela me da la mano mientras caminamos en direccion al colegio. El sol es como una gran yema de huevo que se asoma entre una hilera de casas con tejado de hojalata. El cielo es tan azul como la falda favorita de mi madre. Me pregunto donde estara. ?Habra encontrado a mi padre? Me sujeto el cuello de la chaqueta mientras el viento se abre paso y arremolina una nube de polvo. La abuela se inclina y me pone un panuelo sobre la nariz. Mi mochila del colegio le cuelga del brazo y se tapa la cara con la palma de la mano. Volvemos a ponernos en marcha en cuanto se disipa el polvo. Por mucho que me esfuerce, no oigo cantar a los pajaros. Busco, pero no encuentro ni una sola flor a lo largo del camino. No hay hierba a nuestro alrededor, solo montones de ladrillos rotos y metal retorcido. --Guayaba, ten cuidado. --La abuela tira de mi para alejarme del crater de una bomba. Me llama por mi apodo, Guayaba, para protegerme de los malos espiritus que, segun ella cree, rondan la tierra en busca de ninos hermosos para secuestrarlos. Dice que mi nombre verdadero, Huong, que significa 'fragancia', los atraeria. --Cuando vuelvas a casa tendras tu comida favorita, Guayaba --me dice la abuela. --?Sopa pho con fideos? --La felicidad hace que me salte un escalon. --Si... Los ataques aereos no me han dejado cocinar, pero ahora esta todo en calma, asi que vamos a celebrarlo. Antes de que pueda contestar, una sirena rompe nuestro momento de paz. Una voz femenina grita desde un altavoz atado a un arbol. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan los bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --!Oi troi dat oi! --La abuela invoca al Cielo y a la Tierra. Corre tirando de mi. Rios de gente salen de las viviendas como si fueran hormigas huyendo de un hormiguero destrozado. A lo lejos, desde lo alto de la opera de Hanoi, aullan las sirenas. --Por aqui. --La abuela corre hacia un refugio antiaereo excavado al borde del camino. Tira de la pesada tapa de hormigon. --!No hay sitio! --grita una voz desde abajo. En el interior del agujero redondo, en el que solo cabe una persona, hay un hombre medio arrodillado. El agua fangosa le llega hasta el pecho. La abuela se apresura a cerrar la tapa. Tira de mi hacia otro refugio. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se aproximan a Hanoi. Estan a sesenta kilometros de distancia. Las fuerzas armadas se disponen a rechazarlos. --La voz femenina parece mas imperiosa. Las sirenas son ensordecedoras. Vamos refugio tras refugio, pero estan todos llenos. Delante de nosotras, la gente se precipita de un lado a otro como pajaros con las alas rotas, abandonando bicicletas, carros, bolsos. Una nina pequena, sola, llama a gritos a sus padres. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Los bombarderos americanos se acercan a Hanoi. Estan a treinta kilometros de distancia. Aturdida por el miedo, tropiezo y me caigo. La abuela me levanta. Tira mi mochila del colegio a un lado de la calle y se agacha para que me suba a su espalda. Me sujeta las piernas con las manos y echa a correr. Un ruido ensordecedor se aproxima; se oyen explosiones lejanas. Me agarro a los hombros de la abuela con manos sudorosas, aplasto la cara contra su cuerpo. --!Atencion, ciudadanos! !Atencion, ciudadanos! Se acercan mas bombarderos americanos a Hanoi. Estan a cien kilometros de distancia. --Corred al colegio, no van a bombardearlo --grita la abuela a un grupo de mujeres que cargan con ninos en brazos o a la espalda. A los cincuenta y dos anos, la abuela es fuerte. Pasa corriendo junto a las mujeres y se pone a la altura de las que van delante. Entre sacudidas presiono la cara contra su largo cabello negro, que huele como el de mi madre. Mientras pueda olerlo estare a salvo. --Huong, corre conmigo. --La abuela se acuclilla delante de mi colegio, jadeando. Tira de mi hacia el patio y se mete en un refugio vacio situado junto a un aula. Me deslizo a su lado y el agua me llega hasta la cintura; me agarra con manos heladas. Hace un frio horrible. Estamos a principios del invierno. La abuela se incorpora para cerrar la tapa. Me abraza y el latido de su corazon palpita en mi sangre. Agradezco a Buda que nos haya dado este refugio en el que cabemos las dos. Tengo miedo por mis padres, que estan en el frente. ?Cuando volveran? ?Habran visto al tio Dat, al tio Thuan, al tio Sang? Las explosiones se acercan. El suelo se mece como si fuera una hamaca. Me tapo los oidos con las palmas de las manos. El agua sube de golpe, me moja la cara y el pelo, me nubla la vista. El polvo y las piedras se cuelan por una pequena hendidura y me caen en la cabeza. Se oye el fuego antiaereo. Hanoi devuelve el ataque. Mas explosiones. Sirenas. Gritos. Intenso olor a quemado. La abuela se lleva las manos al pecho. --A Di Da Phat, Nam Mo Quan The Am Bo Tat. --De sus labios sale un torrente de plegarias a Buda. Cierro los ojos y la imito. Las bombas siguen rugiendo. Sobreviene un minuto de silencio. Un ruido estridente. Me encojo de miedo. Una tremenda explosion nos impulsa hacia la tapa del refugio. El dolor me oscurece los ojos. Aterrizo con los pies sobre la barriga de la abuela. Tiene los ojos cerrados, las manos parecen una flor de loto en su pecho. Reza mientras el ruido atronador desaparece y se elevan los gritos de la gente. --Abuela, tengo miedo. Tiene los labios azules, tiembla de frio. --Ya lo se, Guayaba... Yo tambien tengo miedo. --Abuela, si bombardean el colegio, ?se... se hundira este refugio? Se agita en el reducido espacio y me atrae hacia sus brazos. --No lo se, carino. --?Si se cae moriremos, abuela? Me abraza con fuerza. --Guayaba, si bombardean el colegio, quiza el refugio se nos caiga encima, pero solo moriremos si Buda lo consiente. No morimos aquel dia de noviembre de 1972. Despues de que las sirenas anunciaran el final del bombardeo, la abuela y yo salimos, temblando como hojas, y avanzamos tambaleantes por la calle. Se habian derrumbado varios edificios, los escombros cubrian el camino. Reptamos tosiendo por montones de cascotes. Los ojos me ardian con las espirales de humo y polvo. Agarre con fuerza la mano de la abuela mientras contemplaba a las mujeres que se arrodillaban y aullaban junto a los muertos cuyos rostros habian cubierto con ajadas alfombrillas de paja. Las piernas de los cadaveres nos apuntaban. Piernas mutiladas, cubiertas de sangre. De una piernecita colgaba un zapato rosa. La nina muerta tendria mi edad. Empapada, cubierta de barro, la abuela tiro de mi, cada vez mas deprisa, y pasamos junto a trozos humanos dispersos, casas derruidas. Sin embargo, al lado de la sombra del bang, nuestra casa se alzaba bajo un sol glorioso e incoherente. Habia escapado de milagro. Solte la mano de la abuela y corri hacia la puerta de entrada. La abuela me ayudo a cambiarme a toda prisa y me metio en la cama. --Quedate en casa, Guayaba. Baja si vuelven los aviones --dijo, senalando el refugio antiaereo que mi padre habia excavado en el suelo, junto a la entrada del dormitorio. El refugio era lo bastante grande para las dos y estaba seco. Preferia refugiarme ahi, bajo la atenta mirada de mis antepasados, cuya presencia irradiaba el altar familiar situado en lo alto de la estanteria. --Pero... ?adonde vas, abuela? --pregunte. --A mi colegio, a ver si mis alumnos necesitan ayuda. --Me arropo con nuestra fina manta. --Abuela, es peligroso... --Esta a dos manzanas, Guayaba. Volvere corriendo en cuanto oiga la sirena. ?Me prometes que te quedaras aqui? Asenti. La abuela se dirigio a la puerta de la casa, pero volvio a mi cama. Me calento el rostro con la mano. --?Me prometes que no saldras a curiosear? --Chau hua --conteste con una sonrisa para tranquilizarla. Nunca me dejaba ir sola a ningun sitio, ni siquiera durante los meses sin bombardeos. Siempre habia temido que me perdiera. Me preguntaba si mi tia y mis tios tendrian razon cuando afirmaban que la abuela me sobreprotegia porque sus hijos habian sufrido cosas terribles. Cuando la puerta se cerro a su espalda, me levante y cogi un cuaderno. Moje la plumilla en el tintero. <
>, escribi, empezando una nueva carta para mis padres sin dejar de preguntarme si les llegaria alguna vez. Se desplazaban con las tropas y no tenian direccion fija. Estaba leyendo otra vez Bach Tuyet va bay chu lun, inmersa en el mundo magico de Blancanieves y sus amigos, los siete enanitos, cuando la abuela volvio a casa con mi mochila del colegio colgada del brazo. Le sangraban las manos, heridas al haber intentado rescatar a las personas enterradas bajo los cascotes. Me atrajo hacia su pecho y me abrazo con fuerza. Esa noche, me deslice bajo nuestra manta mientras escuchaba las oraciones de la abuela y el ritmico sonido de la campana de madera. Rezaba para que Buda y el Cielo terminaran con la guerra. Rezaba para que mis padres y tios regresaran sanos y salvos. Cerre los ojos y me sume a sus oraciones. ?Estaban vivos mis padres? ?Me echaban tanto de menos como yo a ellos? Queriamos quedarnos en casa, pero una notificacion urgente de las autoridades ordeno a los ciudadanos que evacuaramos Hanoi. La abuela tenia que guiar a sus alumnos y a sus familias a un lugar remoto en las montanas, donde seguiria impartiendo clases. --Abuela, ?adonde vamos? --pregunte. --A un pueblo que se llama Hoa Binh. Alli no podran encontrarnos las bombas, Guayaba. Me pregunte quien habria elegido un nombre tan bonito para un pueblo. Hoa Binh eran las palabras que llevaban en las alas las palomas pintadas en las paredes de mi colegio. Hoa Binh en mis suenos era de color azul, el color del regreso a casa de mis padres. Hoa Binh significaba algo sencillo, intangible y valiosisimo: 'paz'. --?Esta muy lejos ese pueblo, abuela? ?Como vamos a ir? --Andando. Esta solo a cuarenta y un kilometros. Si vamos juntas, podremos hacerlo, ?no crees? --?Y la comida? ?Que comeremos? --No te preocupes. Los campesinos nos daran comida. En momentos de crisis la gente es buena --contesto con una sonrisa--. ?Me ayudas a hacer el equipaje? Mientras nos preparabamos para el viaje, la voz de la abuela se elevo en una cancion. Tenia una voz preciosa, igual que mi madre. Se divertian inventando canciones tontas, cantando y riendo. Cuanto echaba de menos aquellos momentos tan felices. Cuando la abuela cantaba, los grandes campos de arroz abrian sus brazos verdes para recibirme, las ciguenas me llevaban en sus alas, los rios me arrastraban con la corriente. La abuela extendio un panuelo. Apilo nuestra ropa en el centro y anadio mi libreta, la pluma, el tintero y el material que ella empleaba para dar clase. Puso encima de todo la campana de rezos y luego ato las esquinas opuestas para hacer un hatillo que pudiera echarse al hombro durante el viaje. Del otro se colgo un largo tubo hecho con una cana de bambu, lleno de arroz crudo. Habia preparado ya mi mochila del colegio con agua y comida para el camino. --?Cuanto tiempo estaremos fuera, abuela? --No lo se, quiza un par de semanas. Me plante delante de la estanteria y pase las manos por el lomo de los libros. Cuentos de hadas vietnamitas. Cuentos rusos. La bija del vendedor de pajaros, de Nguyen Kien, La isla del tesoro, de un autor extranjero cuyo nombre no se pronunciar. -
Magia en tus brazos de Belen Urcelay
https://gigalibros.com/magia-en-tus-brazos.htmlElizabeth temia que su madre fuera a desmayarse en cualquier momento. Caroline Simmons estaba sofocada, tenia la cara roja, la vena de la frente muy visible y el peinado desarreglado de tanto llevarse las crispadas manos a la cabeza. <
>, se dijo. Si ella misma no se hubiera sentido tan hundida, se habria echado a reir. Queria a su madre, pero siempre habia pensado que sus reacciones a casi todo eran exageradas, aunque jamas se lo habia siquiera insinuado. Elizabeth era, ante todo, una dama virtuosa, una esposa leal y una hija ejemplar. O, al menos, lo habia sido hasta hacia poco. --!Un nuevo escandalo! --exclamo Caroline al tiempo que dejaba la taza de te con tanta fuerza que se desbordo y creo un charquito marron sobre el platillo de porcelana--. Primero tu hermana y ahora tu... Pero ?como puedes hacerme esto, Elizabeth? !Vais a matarme entre las dos! Ella continuo sentada en el borde del sofa, con la espalda tan recta como siempre, con las manos placidamente cruzadas sobre el regazo, con los musculos de la cara inmoviles. Caroline habia regresado la noche anterior de un corto viaje para visitar a una prima viuda y se habia encontrado a su primogenita instalada de nuevo en su casa junto con una desagradable noticia... Mas que desagradable, en realidad. Se trataba de algo tan inaudito, tan espantoso, tan contrario a todas las normas del decoro y de la buena sociedad, que costaba creer que una cosa como esa pudiera estar ocurriendo de verdad. Y, sin embargo, asi era. Elizabeth Simmons, la docil, apacible y disciplinada lady Ashton, acababa de pedir el divorcio. --No te hago nada a ti, madre. --Y anadio en voz mas baja, como si le bastara con decirselo a si misma--: Solo quiero ser feliz. --?Como vas a ser feliz convirtiendote en una mujer divorciada? !Y de lord Ashton, nada menos! !No puedo ni imaginarlo! --Caroline agito la cabeza para demostrar su total incomprension--. ?Es que te has vuelto loca? Elizabeth se mordio los labios para evitar responder que, en todo caso, habia sido al aceptar la oferta de matrimonio de Robert cuando debio de volverse loca. Miro a su padre para averiguar si el pensaba lo mismo que su madre, y descubrio que ya la estaba mirando con una mezcla de lastima y desconcierto. --Caroline, querida --intervino Harold Simmons al fin--, es evidente que nuestra hija ya ha tomado su decision, y no nos queda mas remedio que aceptarla. Si, todo esto es muy desagradable y sumamente incomodo, pero... --?Desagradable e incomodo? --repitio Caroline, incredula. Parecia que los ojos se le iban a salir de las orbitas--. ?Como eres capaz de definir como < > que pretenda divorciarse de Robert? !Y sin ninguna razon en absoluto! Era cierto que, de puertas para fuera, su matrimonio con Robert no era ni mas ni menos infeliz que el de muchas otras mujeres de la alta sociedad. Elizabeth habia conocido a lord Ashton en un baile, durante su primera temporada social, cuando tenia dieciocho anos. Su madre y su institutriz la habian preparado a fondo para que su debut fuera un exito, y realmente lo fue: ese ano no hubo en Londres una joven mas bella, educada, elegante y encantadora, que supiera bailar mejor o que fascinara mas a todos los hombres de su alrededor. Elizabeth deslumbraba con su perfeccion, y Caroline no podia estar mas orgullosa de ella. O eso imaginaba, porque cuando descubrio que entre sus muchos pretendientes estaba lord Ashton, creyo volverse loca de contento. Lord Ashton era, de lejos, el mejor partido disponible ese ano, y Caroline se preparo para la batalla con mas paroxismo que un general, desplegando todas sus armas para que el cortejo no acabara malograndose por culpa de la apatia de su poco entusiasta hija. Despues de meses de insistencia (tanto por parte de su madre como de Robert), una Elizabeth aun adolescente, facil de manipular y bastante hastiada acepto la propuesta de matrimonio y se convirtio en lady Ashton. No era que lo amase, desde luego, y en realidad ni siquiera le gustaba como persona, pero desde los doce anos habia tenido muy presente cuales serian sus deberes como mujer de familia acomodada, y no parecia haber muchas mas opciones que casarse con un caballero de buena posicion como el, trasladarse a su mansion y darle un heredero, cosa que cumplio un par de anos despues de la boda, cuando dio a luz a Bobby. A partir de ahi, su vida se convirtio en una sucesion de dias en los que sus unicos momentos de verdadera felicidad consistian en estar con su hijo y tocar el piano. La casa de Mayfair en la que vivian era enorme y lujosa, y tenian todo lo que se pudiera comprar con dinero, pero Robert empezo a ignorarla en cuanto se percato de que su esposa, aunque de comportamiento intachable, no sentia ningun afecto --ni respeto-- por el, y muy pronto se hizo con una larga ristra de amantes que no se molestaba demasiado en ocultar. Poco a poco, Elizabeth fue cayendo en la cuenta de que, quiza, los valores y ensenanzas que habian grabado en su mente desde pequena, y que compartian todas las mujeres de su clase, podian no ser los correctos. El cambio fue tan paulatino que solo cuando su hermana menor, Lillian, se fugo con su enamorado, acepto el pozo de tristeza que escondia en su interior, asi como el hecho de que tal vez merecia algo mejor. Paso casi un ano hasta que se atrevio a decirse a si misma que lo que deseaba era divorciarse, y le costo varios meses mas reunir el valor suficiente para decirselo a Robert. Su marido primero se habia reido de ella, luego habia montado en colera y, finalmente, habia adoptado una actitud gelida que en la actualidad mantenia. Robert solo se mostraba preocupado por el escandalo que un divorcio podia acarrearle a el, e insistio mucho en que hicieran parecer que era el propio Robert quien lo habia solicitado, y no Elizabeth. --Admitiras que tienes un amante, Beth, y que yo lo he descubierto y por eso te pido el divorcio --le habia exigido una noche de la semana anterior, de pie frente a la chimenea y de espaldas a ella. --?Por que iba a decir que tengo un amante? !Eres tu el que las tiene! --repuso Elizabeth. Despues de casi una decada de matrimonio, solo entonces habia empezado a replicarle. --Querida, no seas ingenua. --El se habia reido, girandose para mirarla con desprecio--. Ya sabes que un hombre puede tener amantes sin que eso sea razon necesaria ni suficiente para que la esposa pida el divorcio. Y tampoco tienes pruebas de ello. Era cierto. Para que una mujer obtuviera el divorcio, ademas del adulterio por parte de su marido debia demostrar tambien que este era culpable de otros cargos, como desercion, crueldad, incesto o bigamia. En cambio, bastaba con que un hombre acusara a su mujer de adultera (sin necesidad de presentar ninguna prueba) para que se le concediera el divorcio casi al instante y se quedara con todos los bienes de ella, incluyendo, la mayoria de las veces, a sus hijos. Esto ultimo era lo que mas le preocupaba a Elizabeth: la posibilidad de que le arrebatara la custodia de Bobby. Por ello, de ninguna manera iba a admitir que tenia un amante cuando no era cierto, ni siquiera para agilizar los tramites. Elizabeth habia acudido a ver al abogado de sus padres, el senor Milton, y este habia asegurado hacer todo lo posible por ayudarla, aunque, como dijo alzando las cejas desde el otro lado de su gran mesa de despacho, no podia prometer nada. Al menos ya habia preparado para ella los primeros documentos legales, que Elizabeth guardaba en el secreter de su antiguo dormitorio de soltera en casa de los Simmons. --Madre, apenas he cumplido veintiocho anos, y he pasado los ultimos ocho siendo desgraciada -- trato de argumentar--. ?Eso es lo que quieres para mi? Caroline se disponia a replicar cuando Martha, la doncella, entro para recoger el servicio de te. --Martha, sera mejor que me traigas una copa de licor, a ver si con eso se tranquilizan mis nervios. Traeme aquel tan fuerte de hierbas que utilice despues de que Lillian se fugara como una vulgar... !Oh, ni siquiera se que nombre dar a lo que hizo! --Si, senora Simmons --respondio la criada, acostumbrada por completo a la rabia que Caroline llevaba expresando por su hija menor desde hacia tiempo. Miro de reojo a Elizabeth mientras recogia su servilleta--. ?Desea tambien una copa de licor, lady Ashton? Caroline respondio por ella: --No desea mas que dar problemas, Martha, exactamente igual que su hermana... --Caroline... --murmuro Harold con tono levemente amenazante. --Y sera mejor que dejes de llamarla < > --continuo, sin hacerle caso--. Ya no sera tratada de < > nunca mas. --Miro a su hija con frialdad--. Eso es lo que quieres, ?no? Elizabeth bajo los ojos. --En realidad, si. Caroline emitio un bufido exasperado y la doncella parecio confusa, pero recogio la pesada bandeja con la tetera de plata y las tazas, y salio en silencio. --?Cuando piensas volver a tu casa, querida? --pregunto Harold a Elizabeth. --Manana ire a entregar a Robert los documentos que me ha dado el senor Milton. Pero no se si permanecere alli. Quiza sea mejor recoger algunas cosas mas y volver aqui, con Bobby. --!Pobre pequeno! --exclamo Caroline--. Verse desde tan temprana edad envuelto en un escandalo semejante... ?Que familia lo recibira en su casa cuando sea mayor? --Cualquiera que lo aprecie por lo que es: un nino encantador e inteligente. --Eso ya lo veremos. !Y ya veremos tambien en que posicion quedare yo cuando esto se sepa! --?Tu? --!Si, yo, Elizabeth! --Caroline se levanto del sillon y se acerco a la ventana. Se asomo al exterior como si temiera encontrar una multitud enardecida a las puertas de su casa--. La gente dira: <>. ?Es que no tienes cabeza? De tu hermana casi me lo esperaba, !pero de ti...! --Lillian solo hizo lo que su corazon... --!Oh, por Dios, no me salgas con esas, nina! --Caroline volvio a sentarse, aunque mas bien dio la impresion de que se desplomaba entre un revuelo de tafetan y encajes--. Lillian ha sido una pesima influencia para ti. Como su hermana mayor, debiste haber enderezado a esa chica tozuda e insensible, y no solo no lo hiciste, sino que ahora te vuelves igual de loca... --!No hables asi de ella! La mencion de Lillian lleno de lagrimas de rabia y anoranza los ojos de Elizabeth. Echaba de menos a su hermana pequena, tan lista y voluntariosa, mas de lo que podia expresar, y sobre todo en momentos como aquellos, pero se alegraba de que fuera feliz. O al menos confiaba en que lo estuviera siendo, porque hacia casi un ano y medio que no la veia. Lillian habia huido de Londres con el hombre del que se habia enamorado, envueltos en el escandalo de un robo que todavia no se habia aclarado del todo. Su fuga habia conmocionado a su familia y a toda la alta sociedad londinense. Tambien a Elizabeth, pero de un modo positivo: la habia ayudado a descubrir que ella tambien merecia encontrar ese tipo de amor. Y por ello, estaria eternamente agradecida a su hermana, aunque nunca mas volviera a verla. --Creo que ya es suficiente, Caroline --intervino Harold. Habia permanecido sentado en actitud serena, sin alterarse en ningun momento, pero todos en la habitacion sabian que Lillian era su preferida y que oir hablar del tema de su fuga era muy doloroso para el--. Sera mejor que dejemos tranquila a Elizabeth. Martha entro de nuevo con la bandeja, portando en esta ocasion una botella de cristal tallado llena de licor y unas copitas diminutas. --Martha, tomare el licor en el jardin trasero --dijo Caroline--. Necesito que me de un poco el aire. Caroline salio de la sala seguida por la doncella, que solto un levisimo suspiro de cansancio por encima de la bandeja del licor. Harold se levanto tambien y puso una mano sobre el hombro de su hija. --Se fuerte, Elizabeth. Lo que te espera a partir de ahora sera duro --dijo con voz suave. --Lo se, papa. Pero no sera mas duro que mi vida hasta ahora. Harold se inclino para besar su cabeza y la dejo sola. Elizabeth se quedo sentada, aun muy erguida, aunque nadie la viera, con las manos todavia cruzadas sobre la falda y una lagrima deslizandose lentamente por su mejilla. Al dia siguiente, Elizabeth entro en la mansion de Mayfair en la que habia vivido durante su vida de casada. El mayordomo, Townsend, recogio su pequena maleta y la saludo con tanto respeto como siempre, pero su expresion le parecio algo mas lugubre que de costumbre. < >. Supuso que cada uno tendria su propia opinion al respecto, y que lo mas probable era que la de Townsend fuera negativa. Suspiro para si misma y se quito el sombrero para dejarlo a continuacion en manos de Jane, una de las doncellas. --Jane, ?esta lord Ashton en casa? --quiso saber. No sentia ningun deseo de ver a Robert, pero no le quedaba mas remedio; queria entregarle los documentos de su abogado y zanjar el asunto cuanto antes. Levanto la mirada hacia la doncella, extranada de su tardanza en responder. Ella tambien tenia una expresion rara en su cara redonda. --?Esta lord Ashton en casa? --repitio. --No, milady. Elizabeth se alegro. Asi dispondria de unos momentos a solas para prepararse. --Bien, avisame cuando llegue, por favor. Estare en mis habitaciones. Se dirigio a la ancha escalinata de marmol y comenzo a subir, pero se detuvo al oir la tosecilla nerviosa de Jane, que continuaba inmovil al pie de la escalera. --?Sucede algo? --pregunto. De pronto sentia su corazon latir con mas fuerza, como en prevision de una mala noticia. Las mejillas de la joven habian adquirido un tono rojo, y parecia cada vez mas nerviosa. --?No le ha dicho nada Townsend? -
Si aceptas… de Kate Dawson
https://gigalibros.com/si-aceptas-8230.htmlSienna Nevins no es famosa por tomar buenas decisiones, precisamente. Tiene un corazon enorme y una enorme empatia, pero de autoproteccion anda un poco escasa. Quiza por eso, cuando un caballero andante le ofrece una salida para sus problemas, no ve que el peligro al que se enfrentara a su lado es mucho mas abrasador que el fuego del que huye.
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La maniobra de la tortuga de Benito Olmo
https://gigalibros.com/la-maniobra-de-la-tortuga.htmlBenito Olmo compone una novela policial ambientada en Cadiz en la que los distintos hilos narrativos tejen una red de la que te resultara imposible escapar.
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La casa de los naranjos de Fabiola Arellano
https://gigalibros.com/la-casa-de-los-naranjos.html -
La venganza de Ramsay de Mia Sheridan
https://gigalibros.com/la-venganza-de-ramsay.htmlBrogan Ramsay ha vuelto a la vida de Lydia De Havilland, y ya no es aquel muchacho sensible y tranquilo que ella recuerda; se ha convertido en un hombre poderoso., un hombre que busca venganza: Brogan no olvida que Lydia es la chica que lo engano de la forma mas cruel, dejando su corazon destrozado y a su familia en la calle., pero tampoco olvida que es la unica mujer capaz de quitarle el aliento, la unica que sigue firmemente afincada en su alma. La unica a la que puede amar. Lydia De Havilland ya no es la princesita que por un capricho adolescente sedujo a Brogan Ramsay cuando este era uno de los peones del rancho de los De Havilland., aunque ella nunca olvido el escalofrio que experimentaba cuando el estaba cerca. Ahora Lydia tiene que enfrentarse al reencuentro con Ramsay y no se imagina que podra sentir en su presencia. La venganza de Ramsay es una historia de traicion e ira que nos habla de lo delgado que es el velo que separa el odio del amor, de la fuerza que puede llegar a tener el arrepentimiento y de lo poderoso que es el perdon. Porque cuando intentamos infligir dolor a los demas, invariablemente, es nuestro corazon el que sale mas herido.
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Falsa Identidad de Pablo Poveda
https://gigalibros.com/falsa-identidad.htmlUna agente novata, un despiadado criminal y cientos de vidas en juego.
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El castigo de Bella Hayes
https://gigalibros.com/el-castigo.htmlEn el futuro, los crimenes son pagados con sangre, sudor y lagrimas, impera el principio del ojo por ojo. El castigo para las narcotraficantes es la violacion.Rose Hamilton tiene 22 anos, acaba de graduarse de abogada, su mejor amiga la invita a un viaje de vacaciones a Mexico, de regreso se encuentra droga en su equipaje y es condenada a una violacion multiple.
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Amame sin mas (Contemporanea) de Loles Lopez
https://gigalibros.com/amame-sin-mas-contemporanea.htmlParo el coche cerca de la revuelta; desde el interior se veia a una veintena de jovenes manifestandose delante del Ministerio de Educacion. Pablo miro con resignacion a su amigo e inseparable companero; aquello no era de su competencia, pero los altos cargos no querian llamar a los de antidisturbios, para no crear mas animadversion hacia los politicos. Aunque el, y seguro que tambien su companero, estaba de acuerdo con lo que aquellos chicos reclamaban a gritos, no podia hacer nada al respecto. Ellos acataban ordenes y esta era muy explicita: debian disolver aquella marcha lo antes posible y sin incidentes. No estaban solos, tres coches mas de la Guardia Civil aparcaron a su lado. --!No nos moveran! !No a los recortes en educacion! --vociferaron al unisono los jovenes. Los transeuntes se arremolinaban ante los gritos de aquellos universitarios. Varias chicas alli reunidas no dudaron en despojarse de sus camisetas y ensenar sus atributos a la gente; querian que les hicieran caso y esa era otra manera de llamar la atencion. Los sargentos Medina y Rovira vieron aquella exhibicion y, con sonrisas contenidas, fueron al maletero a coger varias mantas para taparlas. --!La educacion es el poder, no nos despojeis de el! --seguian cantando llenos de frustracion ante los recortes que iba a realizar el gobierno. --Ya esta bien, chavales. Debeis marcharos --anuncio el sargento Rovira, mientras sus companeros hacian lo mismo, al tiempo que se acercaban por distintos puntos para rodearlos. --Venga, chicas, se acabo. Os teneis que ir de aqui, no teneis permiso para hacer esta manifestacion --explico el sargento Pablo Medina aproximandose a una de ellas; era rubia, con un bonito cuerpo. --!Quieto! --exclamo Elisabeth fuera de si, al ver que se acercaba a ella con la manta. --Vamos, rubita, ya se han enterado los del ministerio. Ya saben lo que quereis; ahora tapate, que tenemos que dar un paseo hasta el cuartel -- susurro en tono tranquilo. No era la primera vez que disolvia manifestaciones y sabia que debia mantener la calma. --!No me voy a mover de aqui! --grito Elisabeth, mirando de reojo como a una de sus amigas se la llevaba un uniformado y maldiciendo interiormente; esto se les habia escapado de las manos. --Yo acato ordenes y nos han dicho que os teneis que marchar. Tu eliges: ?por las buenas o por las malas? --comento en tono serio mientras abria la manta para intentar tapar el torso desnudo de aquella muchacha. Pablo Medina la observo, era una preciosidad: tenia los ojos claros, a esa distancia parecian grises; su piel era muy blanca, parecia albina, y sus pechos eran perfectos, ni muy grandes ni muy pequenos, como a el le gustaban. Desecho esos pensamientos de un plumazo y se centro en su tarea, que era sacar a aquellas chicas del centro de las miradas de los transeuntes. --!Tendras que llevarme a rastras! --amenazo ella con rabia sin achantarse--. Yo de aqui no me muevo --exclamo intentando huir de aquel hombre. --Luego no me digas que no te di a elegir... --suspiro lleno de frustracion. Rapidamente el sargento Medina corrio en busca de la joven y la agarro; Elisabeth intento zafarse, pero el era mucho mas fuerte y no pudo evitar que le colocara la manta alrededor del cuerpo, atrapando tambien sus brazos; no podia moverse. Comenzo a gritar que la soltara y, con una seguridad aplastante, Pablo Medina la apoyo en su hombro aferrandola por las piernas; la cabeza de ella colgaba por la espalda del sargento, que sonreia satisfecho de su buen hacer; entre insultos y patadas de ella, se la llevo al interior del coche, para conducirla ante su superior. El camino se le hizo eterno; sentada junto a su amiga Yolanda, en la parte de atras del vehiculo verde y blanco, no dejaba de pensar en las consecuencias de aquel acto. No hablaron en todo el trayecto, no queria que sus palabras pudiesen ser usadas para incriminarlas mas. Al llegar al cuartel de la Guardia Civil, los hicieron pasar a todos juntos a una sala de espera vigilada por varios de los uniformados que los habian llevado alli. Poco a poco los iban llamando para que entrasen en el despacho del teniente, quien les hacia varias preguntas rutinarias y los fichaba. --Elisa, estoy muerta de miedo... Como se entere mi padre, me mata --sollozo Yolanda. Seguian tapadas con las mantas; las camisetas habian desaparecido misteriosamente. --No te preocupes, ya veras como no se entera... --susurro Elisabeth mirando de reojo a los sargentos. --Yo no queria que pasara esto --murmuro su amiga con lagrimas en los ojos. --Yoli, no te angusties ahora. Seguro que todo sale bien --musito ella esperando que asi fuera. --La cara de esa chica me suena mucho, pero no la ubico --susurro Rovira a su buen amigo Medina, que se encontraba apoyado en una pared. --?Cual de ellas? --pregunto mirandolas una a una; habia siete en la sala. --La rubita. El sargento Pablo Medina la volvio a mirar; desde que habian entrado en el cuartel, sus ojos, instintivamente, se dirigian a esa muchacha tan peculiar. Le gustaba la frialdad de su mirada y el aspecto de dura que tenia; le encanto su osadia al enfrentarse a el, como peleaba por no ser arrestada. Nunca antes una chica tan joven se habia rebelado contra su cargo y contra el. Era decidida y fuerte. Lo habia impresionado. --Que pase el siguiente --se oyo desde dentro del despacho, mientras salia un chico con una sonrisa dirigida a sus companeros, que aun aguardaban a ser llamados. Poco a poco fueron pasando todos, uno a uno; al acabar, se iban hacia sus casas. La sala, gradualmente, se fue vaciando; en ella quedaron solo las dos chicas: Elisabeth y Yolanda. --Que pase el siguiente --se oyo de nuevo desde dentro. Yolanda se levanto y, timidamente, entro. Elisabeth observo aquella sala fria de colores tristes, y se topo con la mirada del guardia civil que la habia cogido. Era alto, moreno y con los ojos oscuros, muy atractivo; enseguida desvio la vista. No comprendia por que estaban alli, no habian hecho nada malo, unicamente reivindicar sus derechos. Al poco salio del habitaculo una llorosa Yolanda. Elisabeth se levanto corriendo para abrazar a su amiga.
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Candela y acero de Adrian Arangon , Miguel Aragon
https://gigalibros.com/candela-y-acero.html--NADIE ME OBSERVA, podre cazar tranquilo --se dice el Predicador y sonrie de manera perversa. Con la mano derecha sostiene un carton de vino barato, parte de su imagen de vagabundo. Y con la izquierda acaricia las empunaduras de sus dos <
>, los cuchillos de caza que lleva en el bolsillo. Desde la penumbra que le proporciona el acceso a una vieja ferreteria vigila con disimulo la acera de enfrente. Parece un indigente mas que puebla las aceras nocturnas de la ciudad y en el que nadie se fija. --Ahi esta --dice clavando los ojos en el hombre alto que sale cargando dos bolsas fucsias del restaurante japones--. Puntual como todos los miercoles. Menu para dos. El Predicador es meticuloso, observa a sus presas durante meses, aprende sus costumbres, memoriza itinerarios; y todo ello sin que sus victimas se percaten de que estan siendo vigiladas. Hay muy poca gente por la calle porque se juega un importante partido de semifinales de la Liga de Campeones. De vez en cuando se escuchan los aplausos y gritos de gol que escapan desde bares y ventanas abiertas. El hombre de la comida japonesa camina despreocupadamente, hablando por el movil con alguien de su oficina. El cazador le sigue unos metros por detras, parapetandose tras los coches aparcados. Estan llegando al edificio de la victima, que se detiene un par de minutos ante el portal mientras hace malabares con las bolsas y el movil, y busca las llaves en su mochila. El cazador tiene tiempo de sobra para ocultarse tras la marquesina de la parada de autobus, a menos de dos metros de la puerta. El hombre sigue inmerso en su conversacion y no se percata de la sombra felina que se cuela tras el antes de que se cierre el porton de entrada. El Predicador se deleita imaginando la cara de horror de su victima cuando descubra lo que le esta esperando en casa. --Eres especial, Manuel, llevo tanto tiempo deseando hacerte sufrir --piensa el cazador--, y por ello te espera una sorpresa en tu salon. No es un asesino primerizo, ha tenido ocasion de < > varias veces antes de esa noche. La prensa le ha bautizado como el Predicador, y no le disgusta el nombre porque en verdad esta predicando, igual que Moises cuando bajo de la montana con la palabra de Dios grabada en piedra. El tambien transmite la palabra, pero grabada en carne. Desde que La Orden entro en su vida, su existencia ha cobrado sentido: ser un instrumento adiestrado para conseguir que su causa triunfe. Un instrumento muy eficaz y sanguinario. Manuel sale del ascensor al rellano del tercer piso canturreando la cancioncilla de un anuncio. Se quedo sin cobertura y tuvo que colgar la llamada. El cazador se ha deslizado con rapidez escaleras arriba. Sigiloso, aguarda entre las sombras tras la puerta del ascensor. --!Carino! --El hombre abre la puerta y le da un empujoncito suave con el pie para que se cierre sola tras el--. !Traigo la cena! No hay respuesta. --?Hola? No hay respuesta. Suelta las llaves en un cuenco de la entrada y frunce el ceno, Ingrid siempre esta en casa cuando el llega con la cena. Extranado, y con las bolsas aun en la mano, enfila el pasillo. El cazador le sigue un par de pasos por detras con los cuchillos ya desenfundados. Manuel asoma la cabeza por la puerta de la cocina. Nadie. Sigue caminando por ese largo pasillo tipico de los pisos antiguos del centro de Madrid. Un bano, el despacho, un dormitorio, otro. Nadie. Al Predicador ni siquiera le sudan las manos, no le tiembla el pulso, conoce el guion de lo que va a suceder esa noche. Esta sereno, como las veces anteriores, con la mirada fija en la espalda de su victima. --!Ah!, hola, cielo. --Manuel ve la cabeza de Ingrid asomando tras el sofa. Esta sentada y, como el sillon mira hacia las ventanas, solamente le ve la coronilla--. ?No me oyes? Seguro que ya estas con los cascos enchufada a tu serie en la tableta. El hombre rodea el enorme chester y se queda paralizado al ver que Ingrid esta sentada, amordazada, atada de pies y manos con unas sogas. Un reguero de sangre le cae desde la frente tinendo la blusa con una extensa mancha roja. Esta palida y tiene los ojos cerrados. Manuel aun no recupera la respiracion, pero el ruido de las bolsas de comida al chocar contra el suelo lo saca de su ensimismamiento. Se acerca a toda velocidad a su mujer. --Pero ?que…? --No entiende que esta pasando, le tiembla todo el cuerpo y le cuesta respirar. Coge la cara de Ingrid entre ambas manos. La acaricia. Esta inconsciente--. !Ingrid, despierta! ?Que ha pasado? Ella abre los ojos despacio, aturdida, oye la voz de su marido, pero esta debil y le cuesta enfocar la vista. Le deslumbra la luz y vuelve a cerrar los ojos. Manuel observa las sogas de las manos, estan tan apretadas que le han desgarrado la piel de las munecas, las tiene en carne viva. Esta mareada, pero consigue concentrar las pocas energias que tiene en parpadear con fuerza. Lo primero que logran ver sus ojos es una difusa figura que sonrie maliciosa detras de su marido. Le entra el panico. Una chispa de lucidez la despeja de golpe, reconoce esa cara, el miedo le hace revivir el ataque que ha sufrido. Intenta gritar para avisarle a Manuel del intruso, pero algo le cubre la boca y no consigue soltar mas que un gemido ahogado. Demasiado tarde, el cazador se abalanza sobre Manuel agarrandolo por el cuello con fuerza y apretando un cuchillo contra su yugular. La presa no puede zafarse, el Predicador es muy fuerte. Cae de rodillas. Ingrid esta tan debil y paralizada por el terror que no puede forcejear ni golpear al atacante, solo le queda observar los acontecimientos. --Por fin ha llegado este momento, Alcazar. --La voz del asesino sisea en su oreja como una serpiente. Esta saboreando el terror de su victima. El olor de la sangre, del sudor salado, del miedo llena la habitacion. Manuel apenas puede respirar bajo ese tenaz abrazo. Todo se oscurece a su alrededor. --Preparate para convertirte en el mensaje. --Con un movimiento rapido y calculado le propina a su victima un fuerte golpe en la cabeza con la empunadura de su cuchillo de caza. Manuel cae al suelo, inconsciente, y la sombra del atacante se abalanza de nuevo sobre Ingrid. Lo ultimo que ve, antes de perder el conocimiento, es el destello de los dos cuchillos que se acercan lentamente hacia ella. Esta hecho. UNAS HORAS MAS TARDE, en plena noche, un hombre bien vestido, con una mochila y satisfecho consigo mismo sale de la casa del matrimonio Alcazar, dejando la puerta abierta. Un haz de luz sale del piso e impacta en el rellano. Se concentra en un tramo de la escalera, en el que deposita un pequeno obsequio. La puesta en escena es fundamental y el lo sabe. Todo esta preparado para que el mundo entero descubra su nuevo regalo. El Predicador acaba de dejar un mensaje, pero su obra esta inacabada… Todavia quedan muchos invertidos, desviadas y simpatizantes que deben ser erradicados. 2 U NA P E S A D I L LA --!YA va, ya va! Candela aun no ha abierto los ojos, no sabe que hora es, pero lo que si sabe es que va a asesinar al que esta fundiendo el timbre de su puerta. Se levanta de mala gana, embotada como si tuviera resaca, y se tropieza con la pata de la cama. --!Me cago en…! Un dolor intenso, como si un martillo le hubiera machacado los dedos del pie, le sube por toda la pierna. Medio cojeando y maldiciendo alcanza la puerta y gira la pestana de laton de la antigua mirilla. --Martin, ?que narices haces aqui tan temprano? --Candela se alegra de ver a su padrino y socio capitalista de su agencia de investigacion Benites Consulting. Esta deseando contarle lo bien que ha ido la vigilancia de anoche--. Espero que por lo menos hayas traido algo que compense el madrugon. El hombreton alza un poco los brazos. Un gran vaso de carton blanco y una cajita con el logotipo del Horno San Onofre llenan las pupilas de Candela, que abre la puerta a toda velocidad, salivando con el aroma que desprenden el cafe y la bolleria recien hechos. --Ahora si que son buenos dias. --Candela sonrie, le hace un gesto a Martin para que vaya al salon, coge el vaso de carton con una mano y levanta la tapa de la caja con la otra--. Mmmm... !Rosquillas de Alcala! --Los ojos le brillan como si hubiera descubierto la moneda del Ratoncito Perez bajo la almohada--. No sabes cuanto necesitan mis venas este desayuno. Anoche, al final, estuve hasta las tres de la madrugada plantada en la puerta del hotel Axor del aeropuerto, pero ha merecido la pena, las fotos que he sacado de ella dandose el lote con el amante han salido perfec... Candela se da cuenta de que el gesto de Martin es extremadamente serio, desencajado. Ni siquiera la mira a los ojos. Se frota las manos sobre los muslos del pantalon de arriba abajo. Mal signo. Ella sabe que algo no va bien. Cierra la boca y se sienta en el sofa, a su lado. La ultima vez que su amigo se comporto asi fue cuando le confeso el agresivo cancer de pancreas de su mujer, Nerea, poco antes de que ella muriera. En una fraccion de segundo Candela baraja mentalmente algunas opciones, deseando que no sea ninguna de ellas, pero sobre todo piensa en el avanzado embarazo de su hija mayor. Se le acelera el pulso. --?Es Estibaliz, o el bebe? Martin niega rapido con la cabeza, pero el silencio se hace muy denso y lo mejor es quitar la tirita de golpe porque en realidad no sabe ni por donde empezar. --Esta manana me ha llamado el inspector Amoros para que fuera a verle a comisaria. -- Martin coge las manos de Candela y mira directo a sus penetrantes ojos negros--. Nela, han asesinado a los padres de Vanessa Alcazar. Se queda con la boca abierta, casi sin respiracion. --Pero que... --Unas lagrimas involuntarias asoman en los ojos de Candela--. ?Como...? No pueden ser ciertas esas palabras. Tiene que ser un error. De repente el mundo gira sin control a su alrededor. De fondo, le llega la voz de Martin mientras sigue hablando, pero no consigue escuchar nada, solo su respiracion y un fuerte pitido que le retumba en la cabeza. Las paredes de su salon desaparecen y en su lugar ve dos enormes pantallas de cine en las que se reproducen en bucle las imagenes del asesinato televisado de su amiga Vanessa. El caos posterior. Los ojos en blanco de su amiga en un cuerpo que convulsiona en el suelo empapado en la sangre que brota a chorro del agujero de su pecho. La sonrisa lunatica del asesino blandiendo el cuchillo justo antes de ser abatido a tiros por un policia. La rabia y el dolor infinito de los padres, Ingrid y Manuel, que se funden en un abrazo desgarrador. Han pasado cinco anos, pero en las retinas de Candela el recuerdo permanece fresco, como si la pesadilla hubiera sucedido ayer mismo. --... el Predicador. --Solo esas dos ultimas palabras que acaba de pronunciar su amigo la devuelven a la realidad. A Candela le parece que su ensimismamiento solo ha durado dos segundos, pero, por lo visto, Martin lleva un buen rato hablando solo mientras ella asentia como un automata. --?Como dices? --pregunta Candela luego de salir de su trance. El hombre suspira con paciencia y comprende que ella ha estado ausente. --Te decia que ha sido ese asesino quien los ha matado. Amoros forma parte del equipo que lleva los crimenes del Predicador. Extraoficialmente, me ha llamado en cuanto se entero de quienes eran las victimas porque sabe de tu relacion con la familia Alcazar; y si podemos aportar algo a la investigacion, tambien extraoficialmente, no les vendria mal. --?El Predicador? Candela recupera poco a poco los sentidos, pero necesita despejar la mente y concentrarse o caera en un pozo de tristeza y no podra parar de llorar. El asesino en serie que sale en todas las noticias y que tiene en jaque a la Policia de Madrid ha matado a sus amigos, y ella debe hacer algo. Recurre al truco que le enseno su padre: < >. Este extrano truco siempre le ha funcionado cuando la vida la ha puesto a prueba... con el asesinato de su propia madre, el de Vanessa, la muerte de su padre y al abandonar el Cuerpo Nacional de Policia. -
Desesperada (Novias 2) de Eva Alexander
https://gigalibros.com/desesperada-novias-2.htmlNi la mitad. Estaba recorriendo la carretera que me llevaba a mi ciudad natal y no sentia ni la mitad de la felicidad que deberia sentir, esa felicidad que era un sueno para mi. Mi primer recuerdo era de la entrada a la ciudad, el camino rodeado de arboles verdes y altos hasta el cielo. Recuerdo que iba sentada en el asiento de atras sosteniendo un muneco de Mickey Mouse, mirando por la ventanilla del coche y escuchando a mis padres hablar. Se por lo que me contaron mis padres y por las fotos que llenaban cada pared de nuestra casa que ese dia volviamos de Disneyland, que me llevaron para celebrar mi tercer cumpleanos, pero lo unico que yo recuerdo es que estaba muy feliz, que mientras el coche iba por esa carretera era la nina mas feliz del mundo. Mi madre decia que era porque era la primera vez que salia de la ciudad y que nada se puede comparar con la felicidad de volver a casa. No digo que no tenia razon, pero no he vuelto a sentir esa felicidad, ni ahora ni en las otras veces que he vuelto a casa. Tal vez tiene algo que ver con el hecho de que mis padres ya no estan. ?Tal vez? Seguro que si. Estaba volviendo a casa, mejor dicho, estaba corriendo de vuelta a casa. He conseguido hacer un desastre de mi vida y todo por buscar esa felicidad que ahora me doy cuenta de que no existe para mi. Anos y anos de busqueda para nada, tiempo perdido, esfuerzo y lagrimas en vano. El nunca llego. El, el hombre que me haria tan feliz como mi padre hizo a mi madre. Se que estas pensando, que estoy persiguiendo un sueno que no es mio, que si algo fue bueno para mi madre no necesariamente sera bueno para mi. Que estoy buscando algo para sentirme cerca de ellos, de tenerlos a mi lado a pesar de que llevan veinte anos muertos. Deberia saber mejor que eso, ?verdad? Al fin y al cabo, soy psicologa, se todo lo que hay que saber sobre traumas. !Dios! A cualquier paciente le diria que deberia olvidar el pasado, le ayudaria a encontrar algo mas en que centrar su atencion. Pero ?lo hago? No, yo sigo adelante con la busqueda de ese hombre sin importar las consecuencias y eso es lo que me ha llevado a este momento, a volver a casa llorando. Abandone mi consulta, mis pacientes, mis amigos, para ir a casa a llorar, a curar mis heridas. Lo que no sabia era si iba a conseguirlo, nunca en mi vida estuve tan herida, tan humillada y avergonzada. Nunca senti ese dolor tan atroz en mi corazon. La ultima vez que pase por algo parecido consegui sobrevivir aqui, en casa, tuve ayuda, mucha, y por eso estaba volviendo. Kent Village, mi ciudad natal, la ciudad de mis padres, la ciudad donde nacieron mis abuelos y bisabuelos. Un pueblo pequeno en la montana rodeado de bosques, donde la gente vivia tranquila y eso era justo lo que necesitaba. Soledad, tranquilidad. Queria ir a pasear por el bosque, respirar el aire fresco y aclarar mi mente. Queria poner orden en mi vida y este era el lugar perfecto. Poco despues de entrar en el pueblo gire a la derecha echando un vistazo a la senal oculta por las ramas de los arboles. Mountain Lounge. !Dios! Mi padre era el mejor del mundo, pero ahi habia fallado y mira que no era muy dificil encontrar un buen nombre para las cabanas. No se como hizo para encontrar clientes, pero lo consiguio. Las cabanas estaban siempre reservadas, invierno y verano, los huespedes llegaban para pasar un buen rato. No habia mucho que ver excepto la montana, pero me imagino que eso era lo que ellos buscaban. Soledad, tranquilidad. Se notaba la falta de cuidados y no solo en los hierbajos que rodeaban el camino, el propio camino era un desastre. Mi pequeno hibrido Lexus de color rojo solido era perfecto para la ciudad, para la montana no tanto y solo de pensar en la factura del taller mecanico me entraba un ataque de panico. Habia ahorrado durante mucho tiempo para comprarme el coche y no pense que un dia iba a tener que hacer un viaje en la montana por caminos llenos de rocas, baches y socavones que iban a destrozarlo. Era mi culpa por haber salido corriendo de la ciudad y no pensar en el coche, pero la verdad es que no pense en nada mas que no fue correr. Correr de mi vida. Correr de esa mirada que veia cada vez que cerraba los ojos. Correr de esa palabra pronunciada con tanto asco. Desesperada. Ahora tampoco era un buen momento para pensar en lo que me hizo coger el coche y venir aqui, tenia que concentrarme en llegar a las cabanas con el coche de una sola pieza. Muchos minutos despues llegue al claro que debia ser el aparcamiento, pero en cambio era solo un mar de hierbajos. Ni loca iba a dejar a mi precioso coche ahi asi que segui adelante y me detuve delante de la fuente. Justo enfrente estaba la cabana principal y a los lados las otras cabanas. Tres a la izquierda, tres a la derecha y otras cuatro detras de estas. Todas formaban un circulo y en el medio estaba la fuente, una que habia construido mi madre con piedras que recogio en el rio que bajaba de la montana t corria detras de la propiedad. Tenia una forma extrana, piedra sobre piedra con el agua saliendo de un lugar que no podia ver, y de pequena pasaba horas mirando e intentando averiguar que era. A veces me parecia que era un elefante, otras que era una nube. Cuando estaba convencida de que habia conseguido dar con la forma justa iba corriendo a contarle a mi madre y ella me abraza riendo, diciendo que debia intentar una vez mas. Nunca averigue lo que mi madre quiso construir y tal vez no esta mal, tal vez es asi como debe ser, tal vez deberia pasar el resto de mi vida sentada en el porche intentando descifrar el misterio de la fuente. Las cabanas estaban en mal estado y no queria imaginarme como estaban en el interior, con el exterior tenia suficiente. Pintura que una vez fue blanca ahora estaba gris ahi donde quedaba algo, algunas ventanas estaban rotas, el techo de la cabana Rosa tenia un agujero. Si, cabana Rosa. Mi padre nombro el establecimiento y mi madre las cabanas. Rosa, Blanca, Roja, Azul, Verde, Morada, Gris, Violeta, Amarillo y Turquesa. La verdad es que mis padres hicieron muchas cosas que ahora me cuesta entender, mira que hicieron con los nombres con lo facil que hubiera sido poner numeros como en los hoteles. Baje del coche y al poner el pie en el suelo maldije. Mis sandalias eran tan ideales para este sitio igual que el Lexus para un camino de montana. Salir corriendo no fue una buena idea y ahora me tocaba pagar el precio. Maldije entre dientes mientras caminaba y sentia los tacones hundiendose en el barro, mientras la hierba raspaba mis tobillos. Me sente en el pequeno banco que estaba enfrente de la fuente y mire la cabana principal. Mi casa. Yo naci ahi, mi madre se puso de parto durante la nevada mas horrible de ese invierno y sobrevivi gracias a que mi abuela estaba de visita y ayudo a mi madre. Creci ahi, dije mis primeras palabras, di mis primeros pasos, hice muchas cosas y me faltaban muchas por hacer. Este sitio siempre fue mi lugar feliz y ahora solo era uno abandonado, deteriorado por el tiempo y por el dolor. Veinte anos cambian un lugar, cambian a las personas. Cerre los ojos y recorde como estaba antes. Las cabanas blancas, las flores de todos los colores brillando en tiestos en cada porche. El sonido del hacha de mi padre cortando los troncos para la chimenea. El olor a galletas que estaba horneando mi madre. Las risas de los ninos que llegaron por la manana con sus padres y se hospedaban en la cabana Blanca. No habia soledad o tranquilidad, solo ruido, risas y felicidad. Lo queria para mi, lo busque sin encontrarlo durante los ultimos diez anos de mi vida y empiezo a creer que lo estuve buscando en el lugar equivocado. Abri los ojos mientras una idea se formaba en mi cabeza, pero no tuve tiempo para dejarla fluir. El sonido de un coche llego y aun despues de tantos anos reconoceria ese motor entre miles. Era un milagro que todavia estuviera funcionando y tambien era un milagro que la persona que lo estaba conduciendo pudiera hacerlo. Me quede quieta mientras aparcaba el coche, mientras bajaba y caminaba hacia mi y solo cuando se detuvo detras de mi me levante. --Hola, abuela --dije sonriendo. --Hija. Eso fue todo, una sola palabra y las lagrimas empezaron a salir a una velocidad increible como si el tono de la abuela fue la senal de que podrian comenzar. --Hija --repitio la abuela mientras yo le rodeaba los hombros con los brazos y la abrazaba con fuerza. Llore recordando la ultima vez que lo hice en los brazos de ella. Fue hace veinte anos cuando la policia llamo a la puerta y dijo que mis padres habian fallecido en un accidente de coche. El ultimo fin de semana de cada mes era para mis padres, era su ritual, su tiempo de enamorados como lo llamaba mi padre y el accidente ocurrio justo cuando volvian de uno de esos fines de semana. Nunca supe a donde iban, si iban en coche o en avion, y no me importaba ya que ellos volvian felices. Yo pasaba esos dias con los abuelos y hacia todo lo que mis padres me prohibian. Era feliz hasta ese dia, cuando mi padre ignoro los avisos de tormenta y condujo a casa, bueno, debido a la falta de visibilidad y a la carretera mojada condujo hacia un barranco. Cayeron, el coche exploto, se incendio y no quedo nada para enterrar. Me quede huerfana a los diez anos y gracias a mis abuelos, los padres de mi madre, he sobrevivido. Estaba en su casa cuando me dijeron sobre mis padres y es ahi donde me quede hasta que me fui a la universidad. Nunca mas volvi a casa. Dos dias despues del funeral la abuela quiso llevarme a casa para recoger algo de ropa y en cuanto tomo el camino que llevaba a las cabanas empece a llorar y a gritar. Paso lo mismo semanas despues, meses despues, hasta que entendieron que no podia, que no queria volver a este lugar que habia sido mi hogar. Ya no lo era, lo que lo convertia en mi hogar eran mis padres y ellos ya no estaban ahi asi que no tenia sentido volver. Los abuelos respetaron mi decision, no vendieron la casa, no la cuidaron, no la tocaron, la dejaron como estaba que fue lo que yo les pedi. Hasta cuando llego el momento de enfrentar al pasado, de olvidar y de darle una oportunidad al futuro, de darme la oportunidad de ser feliz sin la necesidad de tener lo que ellos tenian. Sin amor. La abuela sintiendo que mi crisis habia terminado rompio el abrazo y en esos dos segundos que tarde en bajar mis brazos ella consiguio sacar un panuelo que me entrego. Blanco, planchado, doblado perfectamente y con sus iniciales bordadas. C.A.K. Caroline Anne Kent, mi abuela que a sus ochenta anos tenia una mirada que expresaba vitalidad, confianza y optimismo y eso es algo que yo no habia heredado. La confianza la tenia, bueno, en mi vida profesional si, en lo de privado no tanto. ?El optimismo? Nunca lo tuve y con cada paciente que no conseguia ayudar me iba mas hacia el lado oscuro, ese en el que no habia esperanza. --Has vuelto --dijo la abuela. --Si --asenti limpiando mi rostro con el panuelo que olia a vainilla. --Vamos a devolverle la gloria a este lugar --dijo ella mirando hacia las cabanas. ?Como diablos sabia que habia vuelto para hacer justo eso cuando ni yo misma no lo sabia hasta hace poco? La mire con los ojos entrecerrados y ella me atrapo. Se acerco, levanto la mano y acaricio mi mejilla. Sus ojos azules, y los de mi madre, brillaban con una emocion desconocida mientras que sus labios esbozaban una pequena sonrisa ensenando sus dientes perfectos. Ochenta anos y tenia la dentadura perfecta, el cutis de una mujer de sesenta y el cabello blanco, pero ni una de esas cosas delataban su verdadera edad. Para cualquiera podria pasar por una mujer mucho mas joven y mas de una vez me pregunte como lo hizo. Como sobrevivio a una infancia dificil, a la perdida de dos bebes, a la muerte de la unica hija que le quedaba y finalmente a perder al que fue su amor durante mas de cincuenta anos, el abuelo.--Este es tu lugar, Jane, siempre lo fue. Solo tenias que darte cuenta tu misma --declaro la abuela antes de darse la vuelta y caminar hacia la casa principal. Me quede mirandola, extranada por la agilidad de sus pasos. Parecia que estaba flotando, su chaqueta de punto que le llegaba hasta los tobillos pareciendo la capa de un superheroe. Malva, su chaqueta era de color malva igual que la falda y la camisa. El pequeno sombrero era blanco como el cabello que le caia poco por debajo de los hombros. Seguramente olvido que tenia cita en la peluqueria para cortarlo, a la abuela le gustaba el mismo corte desde hace mas de cincuenta anos. Corte bob a la altura de la mandibula y le sentaba tan bien que hace anos se lo robe, ahora era mi corte de cabello y la unica diferencia era que mi color era castano, un castano normal y aburrido. La abuela llego a la puerta y empezo a buscar en sus bolsillos, en los de la chaqueta, en los de la falda. Nada, la llave no estaba. Sonrei acercandome al pillar del porche, el de la izquierda donde justo a metro y medio de altura habia un escondite. Mi padre hizo un agujero en la madera y ahi guardaba la llave de repuesto, mejor dicho, las llaves. Veras, la abuela es muy olvidadiza en cuanto a las llaves y no es de ahora que ya tiene ochenta anos, no. Eso le viene de muy joven, es alguna mierda genetica que heredo mi madre y luego yo. Mi padre, harto de volver de donde estaba para abrirle la puerta a mi madre cada vez que ella olvidaba las llaves tuvo la idea de esconder algunas. Llaves, muchas llaves. Es extrano como funciona la mente humana, mi madre recordaba cada lugar en las que estaban escondidas, pero nunca recordaba coger la llave cuando salia de casa. A mi me pasa algo parecido, tanto que tengo al cerrajero en la lista de contactos favoritos. Intente todo lo posible, poner una nota en la puerta para verla antes de salir, colgarla de una cadena a mi cuello como los ninos, hice cincuenta copias y las guarde en todos mis bolsos. ?Y sabes que? Pues que en vez de mirar hacia la puerta y ver la nota yo miraba mis zapatos, la cadena me la quitaba cuando llegaba a casa y olvidaba ponerla de nuevo, las cincuenta llaves se acabaron un dia y olvide hacer otras copias. Al final renuncie y puse una cerradura electronica ya que el codigo nunca se me olvidaba. La parte mala es que no es muy barata y para reemplazar todas las cerraduras de las cabanas iba a salir muy caro, tanto que no podia permitirmelo. Voy a tener que seguir el ejemplo de mi padre y encontrar nuevos lugares para guardar llaves fuera de la casa. Recordar hacer copias tambien era buena idea. Menos mal que no hay muchos robos en el pueblo que si no los ladrones tendrian una manera muy facil de entrar a mi casa. --Jane, la puerta se ve muy floja. ?Por que no le das una patada a ver si la abres? -- pregunto la abuela. Mire la puerta despues de recoger la llave de su escondite y muy floja no parecia, la verdad es que la madera se veia muy solida. Y sucia, me arme de valor mientras miraba las telas de aranas y buscaba a esos bichos que me provocaban un miedo atroz. --?Por que romper la puerta si tengo una llave? --pregunte acercandome. --Esta es mi chica. --Sonrio la abuela. Meti la llave en la cerradura y la gire, la puerta se abrio haciendo un ruido espeluznante y juro que casi espere ver una arana gigante en la casa. Pero no, el sonido era algo normal en una puerta que llevaba veinte anos cerrada. Tal vez deberia reconsiderar mi decision. Tal vez. Segui a la abuela dentro, pero mientras ella iba hacia la cocina Dios sabe porque, yo me quede en la entrada. Justo delante estaba el escritorio que usaba mi madre para todo relacionado con las cabanas. Encima estaba el ordenador y la agenda de mi madre con su boligrafo favorito. Detras, en la pared, estaba el armario de las llaves con llaveros coloridos para saber a que cabana pertenecia. Amaba ese rincon, de pequena me sentaba ahi y me imaginaba que era mayor, que este era mi negocio. Pero lo que mas amaba era la agenda de mi madre, que no se porque razon encontraba tan fascinante. Me acerque al escritorio e ignorando el polvo cogi la agenda y la abri. Nombres, fechas, numeros de telefonos. Mi madre nunca me dejo tocarla y creia que ahi escondia secretos oscuros, pero lo unico que habia era la lista de clientes y las citas de mi madre. Jueves, diez de la manana, peluqueria. Viernes, ocho de la tarde, cena en el CP. Sabado, diez de la noche, CP con FP. Esas eran las ultimas notas de mi madre, las ultimas citas que hizo y de repente ya no quise recordar. Cerre la agenda y la deje en el mismo lugar. Limpie el sudor de mis manos en el vestido veraniego que llevaba y camine hacia el salon. Era el lugar en el que mas tiempo pasabamos como familia, fue mi lugar favorito, pero ahora solo podia sentirme agobiada. Las paredes de un marron extrano, las estanterias que cubrian todas las paredes de la habitacion, los muebles grandes y feos, los objetos que llenaban cada superficie. Me estaba ahogando, la habitacion parecia que me queria ahogar y tuve que dar media vuelta e ir a buscar a la abuela. La encontre en la cocina. Limpiando. --?Abuela? --Coge un trapo y ayudame --dijo ella. Despues de seis horas de conducir sin una sola parada para comer o ir al servicio, lo que menos me apetecia era limpiar suciedad de veinte anos. Estaba mirando los trapos y buscando la manera de convencer a la abuela de que esto era una mala idea cuando ella se dio la vuelta, puso las manos en las caderas y me miro. --?Vas a limpiar o vamos a casa y me cuentas sobre lo que te ha traido de vuelta a casa? --pregunto la abuela. Suspirando di un paso hacia la mesa y cogi un trapo. --Voy a limpiar --murmure. --Lo sabia. Claro que lo hacia, ella lo sabia todo y antes de darme cuenta iba a saber la razon de mi vuelta, pero no ahora. Lo que importaba en ese mismo instante era pasar tiempo con la abuela en lo que fue mi casa durante los primeros anos de mi vida y lo que esperaba que iba a ser mi hogar hasta el fin de mis dias.
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El intelectual melancolico de Jordi Gracia
https://gigalibros.com/el-intelectual-melancolico.htmlAl autor de este cuaderno, nacido en Barcelona en 1965 y profesor de universidad desde hace veinte anos, le llegara un dia u otro la hora de la melancolia. Mientras tanto, se protege contra ella proponiendo una diatriba contra quienes leen en clave depresiva las transformaciones del presente.
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100 Secretos de una Dama de Compania de Vanessa De Oliveira
https://gigalibros.com/100-secretos-de-una-dama-de-compania.htmlVanessa de Oliveira sabe de hombres. Su antigua ocupacion la llevo a conocer a mas de 5000, y aunque trato a la mayoria por poco tiempo, cada uno le enseno algo nuevo; no solo acerca del sexo y el oficio, sino tambien sobre el amor, el matrimonio y la vida. 100 secretos de una dama de compania reune todo lo que Vanessa aprendio durante sus cinco anos en la profesion. Por una parte manual para la vida en pareja, y otra experto tratado sobre sexo, este libro abre ademas las puertas de un mundo desconocido para muchos, pero mas parecido al nuestro de lo que creemos.
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Y tu ?Que quieres?, T. Camacho de T. Camacho
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Nadina o la atraccion del vacio de Marisa Sicilia
https://gigalibros.com/nadina-o-la-atraccion-del-vacio.htmlMathieu Girard es agente de los Grupos de Intervencion de la Gendarmeria Nacional, una unidad de elite francesa. Le gusta su trabajo y siente cierta atraccion por el riesgo, que se empena en negar y le causa problemas a la hora de mantener relaciones estables.
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Cuentos para quedarse en casa de Eloy Moreno
https://gigalibros.com/cuentos-para-quedarse-en-casa.htmlHe creado este ebook gratuito para que estos dias de cuarentena os pasen mas rapido y de una forma mas entretenida.
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Daimon de Jennifer L. Armentrout
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Tu eres el universo de Deepak Chopra
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https://gigalibros.com/amor-brackets-y-rock-8217-n-8217-roll-let-8217-s-rock.htmlDespues de un concierto de su grupo de rock, Danny Blackdadder descubre que le han robado la maleta en el aeropuerto de Valencia, dejandolo solo con su guitarra y cinco libras. Tras intentar un par de cosas, solo se le ocurre pedir ayuda a sus seguidores a traves de una red social. Nicolette, una joven fan de dieciocho anos que hasta ese momento ha sido seria y responsable, decide responder, ofreciendole la habitacion disponible que hay en su casa. Cuando Danny acepta la invitacion, la vida de ambos cambia. ?Que pueden tener en comun una incipiente estrella del rock cuyo rostro es muy conocido en el mundo de la moda y una timida chica con aparato dental? Durante unos dias, Nicolette y Danny van a vivir una historia llena de amistad, dudas, miedos, risas y canciones. Una historia de amor, brackets y rock and roll, en la que decir “te quiero” no sera suficiente.
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Borderline de Sergio Northwest
https://gigalibros.com/borderline.htmlSanto abrio los ojos. Lo primero que hizo fue estirar el brazo derecho para alcanzar su telefono y detener la alarma. Enseguida prendio la lampara que se encontraba sobre su mesa de noche. Acostumbraba dormir boca abajo, por lo que tuvo que dar la vuelta sobre su brazo izquierdo para lograr sentarse al borde de la cama. Metio sus pies en el par de tenis que se habia quitado la noche anterior, se puso de pie, encendio el foco de la habitacion, y se dirigio al bano. Primero que nada, atendio sus necesidades fisiologicas vaciando su vejiga. Despues de ello, se paro delante del lavabo, mirandose al espejo. Se lavo las manos, se tallo los ojos y se enjuago la cara para despabilar completamente. "Otro dia existiendo", penso. Y es que ultimamente vivia sin animos, asistia a la universidad porque no queria abandonarla y fallarles a sus progenitores, sentiria que se desperdicio dinero en tres anos por su culpa. Y como era comun, aunque no en todos los casos aplicaba, un titulo abria mas puertas y daba mas oportunidades de trabajo. Volvio a su habitacion. Apago la lampara. Se vistio, poniendose la ropa que encontro primero, no le daba mucha importancia a su imagen. Tomo su mochila, y reviso que todo estuviera en orden. Salio a la cocina, abrio el refrigerador y saco una caja de leche, se sirvio en un vaso, y tomo de la alacena un paquete de galletas. Antes de ir a la escuela no comia algo pesado, de lo contrario le daban dolores estomacales durante todo el dia, solo se conformaba con darle algo a su estomago para que no estuviera grunendo en medio de clases. Cepillo sus dientes y mojo un poco su cabello, para despues salir de casa en busca del camion. Le gustaba caminar, disfrutaba hacerlo. Asi encontraba la tranquilidad que tanto necesitaba en los ultimos meses. En el camion nunca viajaba sin sus auriculares puestos, en la musica hallaba lo que muchas veces le gustaria escuchar de otras personas. Una vez en su destino, se dirigia al salon de clases sin mirar hacia atras o a sus costados, se concentraba en llegar a tiempo para conservar su puntualidad perfecta. Realmente la clase le parecia aburrida, y cumplia con los trabajos y tareas unicamente por cumplir, no le ponia empeno y no le importaba si sacaba notas altas o apenas las necesarias para aprobar. Su promedio general no era lo mejor, pero era mucho mejor de lo que esperaria de si mismo. El docente llamo a la primera chica de la lista, dijo que los iria llamando uno a uno para que vieran como iba su calificacion. El no se alarmo, sabia que sus trabajos eran pesimos, pero sabia que cumpliendo practicamente tenia aprobada la unidad en curso, no obstante, queria verificar que no se equivocaba. No presto atencion a sus companeros ni al salon de clases, le gustaba sentarse pegado a la ventana para observar mas alla, hasta donde su vista le permitiera, y estaba distraido en ello. Sin embargo, se mencionaron los apellidos Milet Garza, y fue ahi cuando sus latidos se aceleraron, y volteo la mirada. Margalit se levanto de su asiento y camino hacia el escritorio, se inclino para poder ver sus calificaciones en la pantalla de la computadora, y el profesor aprovecho esos pequenos segundos para echar ojo a lo que el escote de la chica permitia ver. Santo hizo un sonido de enfado, y todos lo miraron sin saber a que se debia. Adelante, el docente continuo mostrandole a Margalit sus calificaciones, ella no podia ver bien y se acerco un poco mas a el, quien la rodeo con el brazo colocando su mano sobre la cadera de la joven, quien se movio inmediatamente mostrando su incomodidad ante tal acto. Termino y volvio a su lugar. Siempre le tocaba esperar hasta el final, era el ultimo de la lista, pero ya se habia acostumbrado desde la primaria. Durante los siguientes minutos pudo ver como el docente miraba a Margalit sin disimulo durante el tiempo que un alumno volvia a su lugar y otro caminaba hacia el. Eso le molestaba. Sabia que no tenia por que, ni le correspondia actuar de esa manera, pues ellos habian terminado hace meses. Ella levanto la mirada en varias ocasiones solo para encontrar la del docente cruzada con la suya, y cuando miro a otro lado, fue cuando se conecto con la de Santo. Era dificil. Despues de concluir su relacion, siguieron siendo amigos por maximo un mes, pero de la noche a la manana algo cambio, y ella no le dirigio la palabra nunca mas. Si esto es complicado, ver a esa persona diariamente durante ocho horas es una tortura. Ella evitaba toparse con el, y se negaba a trabajar en equipo o participar en clase si el se encontraba involucrado, asi que encontrar nuevamente esa mirada que le produjo por primera vez las dichosas mariposas en el estomago era como viajar en el tiempo. Su mirada fue de alivio, y le sonrio. El no terminaba de creerlo y no sabia como reaccionar a ello, pero ella cerro los ojos, agacho la cara, y un segundo despues la levanto nuevamente, y asintio con la cabeza. Ellos no se dieron cuenta, pero el docente se percato de esto. Sus miradas siguieron conectadas sin hacerse senas ni decir una sola palabra, no hacia falta. El amaba esos ojos descafeinados que a su momento brillaron por el. Minutos despues, escucho sus apellidos, Vargas Herrera, y se puso de pie. --?Que tiene de Santo? --Pregunteles a mis padres. --!Uy! !Disculpe la molestia! --?Me mostrara como voy, o regreso a mi lugar? --Si va tan mal, ?para que quiere saber? Mas bien, le voy dando las fechas para presentarse a nivelacion --dijo, elevando el tono de voz para que el resto de los estudiantes pudiera escuchar. --Yo que sepa, llevo todo con nota pasable, ademas soy el unico con la asistencia perfecta. He obtenido la calificacion minima en el examen para aprobar. ?Como va a decirme que voy reprobando? Exijo ver la evaluacion --a este punto, todos sus companeros se encontraban expectantes. Dio la vuelta al escritorio para poder ver la pantalla de la computadora, pero el docente la cerro inmediatamente. --He dicho que va reprobado. Y por su falta de respeto, tiene puntos menos. --?Cual falta de respeto? --Ponerse de pie delante de mi y querer fisgonear en mi computadora. --!No mame! !Pero si ha estado llamando a mis companeros para mostrarles como van! Ademas, me puse de pie porque usted me llamo. --Ahora por tus groserias y por responderme, te has ganado un reporte con la jefa de carrera. --Acepto y asumo mi responsabilidad en esta ocasion, pero lo demas, es injusto. --!A su lugar! --No, hasta ver mi avance. --!He dicho que se vaya a su lugar! --!He dicho que exijo ver mi avance! --!Si sigue asi, lo suspendere por una semana! --!Pues vuelvo hasta que tengan una solucion para esto! --tomo su mochila y salio del salon. Minutos despues, el docente se dirigio a la oficina de la jefa de carrera. Llego apresurado, que sin darse cuenta de que ahi se encontraba Santo, comenzo a hablar: --Jefa, hay un chico del grupo once que me esta dando problemas en la clase de Innovacion Tecnologica. Hoy me falto al respeto, y si sigue asi, lo suspendere de manera indefinida. --?Por que no toma asiento, senor Pascal? --indico la mujer. --Claro --respondio con toda calma, y al darse la vuelta, vio sentado al chico del que hablaba hace unos segundos. --El joven me dijo que usted llamo a todos sus companeros uno a uno para mostrarles su avance en la unidad, y que cuando llego su turno, usted hizo un mal comentario de su nombre, y le nego la revision. --!Yo no le negue nada! Solo le dije que ya esta reprobado, y que mejor le voy dando las fechas para nivelar. --Practicamente, le esta negando la revision. --Pero, ?y su falta de respeto? --Podemos llamar a cualquiera de mis companeros para que nos cuente lo que sucedio, y si fue mi error, me disculpo, y acepto que me repruebe. --!Muy bien! Jefa, llame a la senorita Milet. Ella lleva las mejores notas, y siempre pone en practica sus valores. Ella no me dejara mentir. --Esperen aqui mientras voy por ella --se puso de pie, y salio de la oficina. --No es tarde para que se retracte y se retire de aqui, joven. --!Yo no tengo nada que perder! --!Listo! --regreso la jefa, seguida por Margalit, quien saludo a ambos hombres--. Senorita Milet, ?puede usted decirme lo que sucedio en el salon de clases? Tengo dos historias diferentes, y debido a sus buenas notas y a su disciplina, la he llamado a usted para que corrobore los hechos. --Vera --miro a ambos sujetos, y nuevamente a la jefa--, el senor Pascal nos llamo por orden de lista para mostrarnos el avance de la unidad y aconsejarnos como mejorar todavia... --?Lo ve? --interrumpio Santo. --!Shh! --intervino la jefa de carrera. --Como decia --miro a Santo--, nos llamo uno a uno. Y cuando llego el turno de mi companero, hizo un mal chiste con su nombre. Ademas, le nego hacer la revision, y cuando el quiso ver la pantalla, el profesor la cerro inmediatamente. --!Fue porque me falto al respeto! --?Es eso cierto, jovencita? --No. El profesor, no se por que, fue muy grosero con el. El es quien debe tener el reporte, no Santo --el senor Pascal la miro con desagrado. --?Tiene algo que decir? --pregunto la jefa al docente. --!Oh! Y, por cierto, cuando fue mi turno, coloco una de sus manos en mi cadera. Me hizo sentir acosada. --!Senor Pascal! Ademas de tener una falta negandole al chico la revision e inventando faltas de respeto, tendra un reporte por contacto indebido. --Aparte de eso, ella no se dio cuenta, pero cuando se inclino para mirar en la computadora, el profesor miro sus pechos... --?Fue por ello tu molestia? --recordo rapidamente. Acto seguido, se llevo las manos al pecho, tratando de levantar mas la blusa. --!Asi fue! --!Por favor, senorita Arreguin! No va a creer en dos adolescentes enamorados, ?o si? Es claro que es un complot para ponerla en mi contra. --?Es cierto eso de que estan enamorados? --Terminamos hace meses... pero eso no tiene nada que ver aqui --respondio Margalit. --No pondre un reporte en su contra, profesor, sin embargo, a la siguiente que ocurra un incidente, sera usted el suspendido. Y ustedes, si ambos se ven envueltos nuevamente en un caso, no lo tomare como coincidencia --suspiro, y agrego--, asi que, por ahora, los tres de vuelta a sus labores, despues de mostrar su avance al joven Vargas. --No puede estar hablando en serio --se opuso Pascal. --Hablo muy en serio. Si se niega nuevamente, ahora si pondre un reporte, y yo me encargo de que el muchacho apruebe. --Esta bien --saco su computadora, la encendio, y abrio el archivo de Excel para mostrarles el desempeno de Santo. Salieron de la oficina. Pascal se dirigio al edificio en que le tocaba dar clases, mientras los jovenes se dirigian a su salon, tambien en otro edificio. A mitad del camino, Santo se detuvo y la detuvo a ella colocandole la mano derecha sobre el hombro, ella dio la vuelta y pregunto que sucedia, sin retirar sus manos de su pecho. El bajo el cierre de su sudadera, se la quito y se la dio a ella, quien incredula, no sabia que decir. Ante ello, el le ayudo a ponersela, pues hacia mucho tiempo que no interactuaban, y ahora, le volvia a prestar una de sus prendas, como hace meses. --Gra... Gracias. --No. Gracias a ti. Por apoyarme, y por no quedar callada con respecto al tema del toqueteo. --Es que, no debe excederse y aprovechar su puesto como profesor. --Esta mal que hoy no nos hayan tomado en serio por lo de ser adolescentes enamor... -- detuvo sus palabras al mirar sus ojos, ese ligero cafe brillante, esos bellisimos ojos descafeinados. --Si, si. Lo se. Hace mucho que no se tocaba ese punto --agacho la cara, al sentir los ojos de Santo mirando los suyos. --Sigues bella como siempre... En el salon de clases, sus companeros podian observarlos desde una de las ventanas. La amiga de Margalit gritaba de emocion, sabia que Santo nunca habia dejado de amarla, y ver que posiblemente se darian otra oportunidad la hacia feliz, en cambio, entre los hombres se escucharon comentarios como "Ojala se la folle esta vez", "Es un imbecil y cobarde por no haberse acercado en meses" y "Si yo fuera el, que no le haria. Esta buenisima". Asi que dejaron de prestar atencion a la pareja y comenzaron a discutir irrespetuosamente, y, minutos despues, se callaron en cuanto ellos entraron al salon. 2 Santo se encontraba en la plaza principal de la ciudad. De vez en cuando le gustaba sentarse en una de las bancas para tener un breve momento de tranquilidad, se sentia parte de la naturaleza y le gustaba el silencio que en la mayor parte del tiempo ahi predominaba. Habia comprado un te helado, su bebida favorita, y aunque llevaba ya un rato sentado, apenas le dio el primer trago. Con los problemas que se presentaron entre sus padres las ultimas semanas, preferia tardarse todo lo posible en llegar a casa, no queria tener que ser quien recibiera el desquite. Hace varios meses --desde su ruptura con Margalit --cargaba con emociones negativas, era dificil, pero trataba de sobrellevarlo, sin embargo, tenerla en el mismo grupo en la universidad le complico las cosas, pues desde antes ya sentia que el estudio no era lo suyo y se planteaba abandonar la escuela a pesar de que sus progenitores estuvieran jodiendo por ello -- cosa que preferia evitar--, pero reiteradamente pensaba que si habia llegado ya tan lejos y no queria que fuera tiempo perdido, debia llegar hasta el final, debia graduarse y obtener su titulo. Fue por ello que, a pesar de haber perdido las ganas, de sentir un vacio que no se llenaba, de tener cerca a su amada sin poder sacarla de sus pensamientos, seguia en la escuela. Y por esa razon, se encontraba feliz en ese momento, todo habia sido una mierda en la que se revolcaba, pero llego Margalit a limpiar el camino, sabia que no debia ilusionarse con una nueva oportunidad, pero valoraba el reacercamiento. Pasada hora y media, se levanto. Camino hacia un contenedor de basura y deposito ahi el envase del te. Miro por ultima vez el paisaje, y se dirigio a casa. Avanzo por Ponce de Leon, continuo hasta llegar a Teran, a la siguiente esquina dio vuelta hacia la derecha, caminando por Espejo, dirigiendose a Antonio de Ibarra. Tenia la costumbre de caminar con mirada gacha, por lo que muchas veces terminaba chocando con personas, y esta vez no fue la excepcion. Choco con un hombre alto y ancho, levanto la mirada, el sujeto iba acompanado. --!Disculpe! !Fue mi culpa! --dijo, tras levantar la mirada. --Ese no es el problema, joven --obtuvo como respuesta. --?Que dice? --estaba desconcertado. --Mas que tener cuidado en la calle, debes tener cuidado en la vida. No debes meterte con cualquiera --agrego el segundo sujeto, quien ahora se encontraba a sus espaldas. --?De que me...--no termino su pregunta. En cuanto volteo la mirada hacia sus espaldas, el hombre que se encontraba delante le solto un golpe en el estomago, haciendolo caer de rodillas. --No es divertido, ?verdad? --?Quienes son ustedes? --pregunto, sin levantar la mirada. Hace tiempo que no se veia envuelto en peleas, por lo que la situacion no era favorable para el. --!Te vale madres! --respondio el sujeto a sus espaldas, dandole una patada que lo hizo caer de cara contra el piso. --No puedes andar haciendo tus chingaderas donde quieras con quien quieras --dieron la vuelta, con intencion de retirarse. --!Pues ustedes tampoco, hijos de la chingada! --dijo al mismo tiempo que corria con impulso hacia ellos. Su tacleo fue efectivo, logro derribar a uno. No obstante, no fue la mejor decision que pudo tomar, su imprudencia le costaria caro. --!Ah! Ahora de valiente, ?no? --dijo el hombre que seguia en pie --!Pues ya te cargo la verga! --Adelante !Acercate! --respondio, acto seguido, cambio la mirada por unos segundos hacia el otro individuo, que se levantaba del piso. --!Tu lo pediste, pedazo de imbecil! --se lanzo sobre Santo, con navaja en mano, tratando de clavarsela en el cuello, pero fallo debido a un movimiento repentino del chico a causa de sus reflejos, tardios pero seguros, cortandole desde el labio inferior hasta el extremo derecho del menton. A pesar del dolor inmenso y de la sangre que brotaba de su rostro, no se descuido del arma blanca. Tomo el brazo derecho del hombre y le dio la vuelta en un movimiento rapido, llevandolo a su espalda, haciendo caer la navaja. Entretanto, el segundo hombre aprovecho la situacion y se apresuro a patear el hueco popliteo izquierdo de Santo, quien callo a modo de genuflexion, para despues recibir en la cara un rodillazo --bastante burlesco --que le rompio la nariz y lo hizo caer inconsciente, con la parte inferior del rostro banada en sangre. Ambos sujetos sacudieron sus sacos. Uno de ellos escupio en la cara del joven, mientras el otro levantaba el arma de la acera. El primero levanto parte del torso y la cabeza de Santo, mientras el otro se proponia clavar finalmente la navaja, pero fueron sorprendidos por un "!Auxilio! !Llamen a la policia!" de una mujer que recien pasaba por el lugar. Se pusieron de pie, dejando tendido al muchacho moribundo.
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Culpa de Juan Yanni
https://gigalibros.com/culpa.htmlSon las siete de la manana. Suena el despertador como casi todos los dias del mes de octubre. A diferencia de cualquier otro dia laborable, no le cuesta incorporarse de un salto de la cama. Lo primero que hace es abrir las dos puertas de madera de la contraventana y otear el tiempo que hace. Esta nublado, pero parece que se trata de una niebla baja, ya que un cielo azul se divisa a lo alto, a traves de una especie de claraboya que se dibuja en las nubes de la manana. El viento es sur, el que esperaba y el que necesita. Le duele algo la cabeza, pero no le importa, <
>. Se viste rapidamente, prescinde de la ducha y se pone ropa de abrigo: pantalones de pana, camiseta, camisa de lana y tres jerseis por encima. Un par de calcetines y botas de montana; el resto, chaleco de plumas y parka, guantes y gorro de lana le esperan en el coche. Los va a necesitar encima del arbol. Llego ayer desde Madrid, via Pamplona. Cogio el coche y recorrio los cuarenta kilometros que unen la capital navarra con Roncesvalles, en el Pirineo navarro, cuna del Camino de Santiago. Disfruta conduciendo por esa carretera, con puertos de montana que serpentean hacia arriba y donde solo es posible adelantar en sitios muy concretos. De hecho, piensa que podria conducir con los ojos cerrados. Quizas si le molesta algo mas la cabeza de lo que pensaba. Su amigo, el dueno de la posada donde se hospeda, no tenia intencion de dejarle ir a su habitacion a una hora prudente y le engano con algo tipico de estos pueblos, la espuela, la ultima copa: un patxaran, un vodkatonica... junto con una conversacion que rememoraba batallas pasadas con anecdotas repetidas ano tras ano. Fue una conversacion solo para dos. Cierra la puerta tras de si, sin llave, aqui no hace falta, y camina por el pasillo casi a oscuras. Conoce el recorrido. Baja las amplias escaleras de madera y ceramica hasta la planta baja y abre el amplio porton que da a la calle. Antes de dirigirse al coche, se dirige hasta la parte de atras de la casona, al lado de la huerta y de un pequeno riachuelo, desde donde se divisa el valle y las montanas. Estaba en lo cierto, una neblina baja inunda el valle, con el cielo azul naranja del amanecer asomando por encima formando una espectacular estampa. Comienza a andar hacia el coche con ese nudo en el estomago que le es tan familiar desde hace muchos anos, desde que su padre, cuando el era un nino, se la transmitio. Antes, entra en un pequeno garaje adyacente para buscar a su companero de manana, Beto, un magnifico braco aleman. Se alegra al verle, parece compartir la emocion de su amo. Arranca el coche, el termometro exterior marca cero grados centigrados. Posa su mirada sobre el cartel que senala la distancia a Santiago de Compostela, setecientos treinta y ocho kilometros y ve a un peregrino que prepara sus aperos para iniciar la marcha, su primera o segunda etapa del camino, dependiendo de que haya iniciado su aventura desde la localidad francesa de Saint Jean de Pied de Port o de Roncesvalles. De conocer bien esta zona, sabe que hay muchos caminantes que evitan la etapa francesa, dado que es un recorrido de veinte kilometros atravesando senderos por el monte, en continua subida y donde es muy facil perderse, maxime si el tiempo no acompana, algo frecuente en esta zona de los pirineos. Le vienen a la mente varias desapariciones y muertes en los ultimos anos en ese tramo, generalmente debido a imprudencias de peregrinos que no se toman en serio las inclemencias del tiempo en dias de frio y ventisca con tormentas de nieve que hacen que te desorientes, pierdas el estrecho camino y mueras por hipotermia. No sabe por que le han venido estas historias concretas a la cabeza, observandole, pero enseguida comienza a pensar en lo suyo mientras esboza una sonrisa. Conduce despacio, bajando la ventanilla, para que el helado viento le acabe de despertar. Conforme asciende el pequeno puerto de montana, la niebla se va disipando convirtiendose en bruma y cuando llega al Alto ha desaparecido por completo. Para el coche, desciende y disfruta de una incomparable vista. Un mirador desde el que se divisa todo el valle con Francia a lejos. Al otro lado observa las ovejas que pastan en lo alto de la colina, signo de que el tiempo que se espera es bueno. El viento sacude su cara, suave pero energicamente, confirmando que viene del sur. Sonrie. Sube al coche y conduce doscientos metros hasta un pequeno camino a su derecha; acostumbra a conducir rapido, se lo conoce, aminorando las marchas en las curvas, pues apenas caben dos coches por ese camino rural. Le gusta ese trayecto entre hayas centenarias y mas todavia ahora, en la segunda mitad de octubre, con la caida de la hoja, que hace del bosque un lugar encantador, magico y, tambien, resbaladizo. Tras tres kilometros, aparca su coche bajo unas hayas, bien resguardado. Abre el maletero y Beto salta excitado. Se pone la chamarra, los guantes de lana, se cala un gorro y coge su mochila. Se cuelga al hombro una escopeta enfundada y camina hacia el interior del bosque. Las hojas crujen debido a la escarcha de la manana. Pasados ochenta metros encuentra su haya. Comienza a ascender a ella a traves de su empinada escalera de madera. Lo hace con determinacion, pero con prudencia. No es la primera vez que ha habido un accidente al partirse un peldano por la humedad. Es un haya imponente. Asciende treinta metros hasta lo alto, abre una portezuela y entra en el cubiculo de madera forrado de helechos. Se incorpora, deja la mochila sobre un pequeno banco, descuelga su escopeta y le quita la funda. Lo primero que hace es cargarla. Dos cartuchos. Perdigon del siete. Se siente orgulloso de su escopeta paralela marca AYA, realizada y fundida en las fabricas armeras de Eibar, en Guipuzcoa, y heredada de su padre. Treinta anos hace ya. Asomado desde lo alto del magnifico arbol y, a pesar de haberlo visto muchas veces, todavia se asombra de la belleza del valle a sus pies. Esta solo en las alturas. Esta feliz. Comienza a recordar cuando fue la primera vez que subio a un arbol con una escopeta, debia tener ocho o nueve anos. Cazo su primera paloma torcaz, quizas con doce anos, con la escopeta de catorce milimetros de un solo cartucho que su padre le regalo. Es la unica caza que le gusta. Detesta la mayor. Cosas que se heredan -
El infierno en tu piel de Camucha Escobar
https://gigalibros.com/el-infierno-en-tu-piel.htmlMagia negra. Un pueblo sembrado de cadaveres de mujeres con el corazon arrancado. Un hombre al que todos senalan. Odios politicos que enfrentan a vecinos, amigos y hermanos. La enfermedad endemica del miedo. Y un amor que arde al borde de los convencionalismos.
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El caso Rosso (Comisario Tempesti 1) de Javier Vazquez Aponte
https://gigalibros.com/el-caso-rosso-comisario-tempesti-1.htmlBruno Barone ha cerrado la puerta de la adolescencia con exito, dejando su pasado empaquetado y sellado en su pueblo natal con la esperanza de mantener a los fantasmas de aquella epoca a raya. Se adentra en la edad adulta sin cicatrices visibles. Ahora es agente de policia, tiene un futuro y un proposito en la vida. Pero, en los rincones mas oscuros de su conciencia sabe que tan solo es un yonqui mas, uno con un poco mas de suerte, uno que ha salido del abismo y que se diferencia muy poco de los otros zombies, esos que deambulan por la gran urbe cargados de miseria.
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Gritos antes de morir de Laura Falco Lara
https://gigalibros.com/gritos-antes-de-morir.htmlComo tantos otros martes, al salir de la oficina Tom se acerco hasta la libreria de la esquina de Brekley y Preston Street. Le encantaba pasarse horas rebuscando entre todos aquellos libros viejos hasta encontrar algun ejemplar interesante; algun libro que le permitiese enriquecer aun mas su mente, y de paso fortalecer el increible ego que tenia. Aquella tarde, sin embargo, no estaba Ronald, el viejo propietario. En su lugar atendia la tienda un hombre de mediana edad, pelo canoso y aspecto desalinado. Sin hacerle demasiado caso, Tom avanzo hasta el fondo del local y empezo a hojear las ultimas incorporaciones. Tras una media hora, aquel peculiar individuo se acerco y le pregunto: --?Busca algo en especial? --No --contesto, algo molesto por la interrupcion--. Me gusta ver los libros a solas y elegir sin prisas --dijo en tono cortante, casi desconsiderado. --Ya, pero ?puedo aconsejarle? --?Como dice? ?Aconsejarme usted? ?Que podria yo aprender de un simple dependiente? -- respondio, altivo e ironico. --Bueno, a veces la persona mas insospechada es la que mejor sabe lo que necesitas. Tom se sintio algo presionado, cosa que por otro lado le molestaba sobremanera. --Tranquilo... No me hace falta. Tengo claro lo que quiero, y dudo que usted me pueda ayudar -- contesto, con grandes dosis de suficiencia y de soberbia. --Creo que hay un libro que deberia ver --insistio el hombre, subiendose a la escalera para poder alcanzar el ultimo estante. Esa fue la primera vez que Tom lo vio. Era un libro antiguo, de piel repujada y mas de seiscientas paginas que amarilleaban por los extremos. Fue tanta la insistencia del dependiente que Tom accedio a darle un vistazo. Nada mas tenerlo entre sus manos pudo observar algo que le inquieto bastante. En la cubierta, grabado a fuego, se podia leer el siguiente titulo: Historia de Tom Abnett. --?Que es esto? --inquirio, mirando fijamente a aquel extrano personaje. --?Nunca se ha preguntado sobre el final de su vida? ?Sobre lo que los demas piensan de usted, lo que siente su mujer hacia su persona? --?Que clase de broma de mal gusto es esta? --interrumpio Tom, algo nervioso. --No es ninguna broma. Usted sabra si quiere leerlo --contesto el hombre mientras se alejaba. Entonces, justo cuando Tom se disponia a abrirlo, se giro en seco y dijo: --Pero tenga cuidado: si empieza no podra parar. Saber demasiado no siempre es bueno. Perplejo, Tom observo detenidamente aquel tomo. Muerto de curiosidad, lo abrio por una pagina al azar y empezo a leer. Tom sabia que ella era la chica con la que siempre habia sonado, pero le faltaban agallas para decirle lo que sentia. Debian de faltar diez minutos para que la pelicula terminara cuando por fin se decidio. Le tomo la mano entre las suyas y sin dudarlo le planto un beso en los labios, temiendo su reaccion. Por su lado, Mia estaba nerviosa. Hacia mucho tiempo que esperaba que Tom se decidiera a besarla, y, cuando este lo hizo, creyo que se iba a desmayar. Noto que las piernas le flojeaban y el corazon le latia mas rapido de lo normal. Ella tambien sabia que Tom era el chico que mas le gustaba de todo el instituto. Tom cerro el libro, impresionado por la exactitud con que sus hojas reflejaban el momento preciso en que beso a una chica por primera vez. ?Como era posible? ?De donde habia salido aquel misterioso volumen? Inquieto, lo abrio de nuevo, esta vez por la pagina 110. No era la primera vez que discutia con Mike, su companero de trabajo. Entendian la empresa y su labor en ella de formas muy distintas. Sin embargo, esta vez, Mike, harto del desprecio y la soberbia con que Tom le trataba, estaba dispuesto a conseguir que le despidiesen. Ese fue el motivo por el cual filtro aquellos informes falsos que dejaron a Tom en evidencia ante sus superiores y llevaron a su despido. El siempre penso que se habia tratado de un error burocratico, que se debieron entregar algunos borradores hechos por los becarios en vez de su informe original. Nunca sospecho de Mike. Con los ojos encendidos y completamente fuera de si, Tom volvio a cerrar el libro. --!Sera cabron! --exclamo a voz en grito, haciendo que el resto de clientes le mirasen. Luego, tras una breve pausa, se dirigio al mostrador y le dijo al dependiente: --!Me lo llevo! ?Que otras verdades ocultaria ese libro? ?Cuantos secretos mas descubriria al adentrarse en el? Poseido, cegado por un ansia enorme de saber, Tom llego a casa, se sento en el orejero del salon y lo abrio por la primera pagina. Iba a leerlo de cabo a rabo, penso. Queria saber todo lo que los demas pensaban de el. Aquella noche, para la sorpresa de Amy, su mujer, Tom estaba tan absorto en la lectura que no quiso probar la cena, ni tampoco irse a la cama. De madrugada, Tom seguia leyendo sin descanso. Las horas habian pasado pero el continuaba ahi, enfrascado en aquellas paginas. --Asi que no soy un buen amante, ?eh? --le dijo a Amy en cuanto la vio aparecer por la puerta del salon. --?Como dices? --pregunto ella, perpleja. --Y, por cierto, dile a tu madre que no soy un fracasado, si acaso lo sera su marido, que no tuvo mas remedio que casarse con ella cuando la dejo embarazada. --Pero... ?a que viene semejante sarta de idioteces? Colerico, enfurecido con el mundo entero, Tom agarro el libro y se encerro en su habitacion; definitivamente, aquel dia no iria a trabajar. Cuando Amy regreso a casa por la tarde, encontro a Tom sentado en el sofa con la mirada perdida; parecia sumido en su mundo, lejos de alli. Preocupada, se acerco y se sento junto a el, pero este seguia ignorandola. Entonces tomo el libro de Tom de encima de la mesa y lo examino atentamente. --?Que es este libro? --pregunto, al ver su titulo. --Una condena --respondio Tom, con expresion desencajada. Amy lo miro sin comprender el sentido de sus palabras.
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!O no hay trato! de Carolina Gattini
https://gigalibros.com/o-no-hay-trato.htmlEl destino y la mala suerte llevan a Miriam a la desesperacion. No es capaz de pagar sola el alquiler al que se habia comprometido con su reciente ex, las deudas la ahogan y finalmente decide vivir en un lugar con todas las comodidades, "comodos" sofas, bano y ducha, salas de reuniones…, es decir, la oficina donde trabaja.
Miguel Garmendia esta a punto de perder lo unico que tiene, la empresa que levanto desde joven porque precisamente dedico su vida a trabajar, en lugar de disfrutar de ella como hicieron sus amigos y hermanos. Confiar en la persona equivocada, su contable, le ha llevado practicamente a la quiebra. Sin embargo hay una esperanza, conseguir la herencia de su madre, bajo la condicion de casarse. Claro que, no es tan facil encontrar a una mujer que quiera casarse con un hombre como el y renunciar a una vida normal, aunque sea por unos meses. O tal vez si… El unico problema es que esa mujer es adicta al sexo y la abstinencia de ese matrimonio no es compatible con ella… Asi las cosas… Miriam tendra que establecer sus propias condiciones… !O no habra trato! -
La ultima rosa negra de Julianne May
https://gigalibros.com/la-ultima-rosa-negra.htmlVictoria Bedoya, una impulsiva joven perteneciente a la mas alta clase social de Buenos Aires, parece tener una vida ideal. Acompanada siempre por su madre, Ana Bombel, se dedica a conocer las mas importantes ciudades europeas gracias a la profesion de su prometido, el Dr. Francisco Elizalde, quien, previo a la tan esperada boda, se compromete a un viaje mas. Lisandro Del Pozo, un ermitano y adinerado hombre de negocios, le ofrece una descomunal cantidad de dinero a cambio de sus servicios en Puerto Aguirre, un pequeno pueblo cercano al rio Iguazu. Nada parece fuera de lo comun. No obstante, los encantos de la selva misionera llevan a que Victoria descubra una antigua leyenda guarani, roce con la muerte y conozca al asesino mas temido de la zona: un extrano jaguar. Pero eso no es todo. Lisandro, al que tanto desprecia por este desear acabar con el felino, despierta en ella nuevos y contradictorios sentimientos que, poco a poco, la llevan a descubrir su mas oscuro secreto.
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True Man de Oscar Gonzalez Soto
https://gigalibros.com/true-man.htmlTruman abre los ojos sin que ninguna camara lo este grabando o espectador televisivo alguno observe su despertar. Apoyado contra el cabecero, echa la mano al despertador aun en silencio sobre la mesilla de noche y lo apaga. Toma aliento, se pone en pie y hace que el blanco pijama de tela y largas rayas azules se contorsione al estirarse. Luego, va directo a la ducha. Una vez vestido, se prepara su habitual leche sola con galletas maria, se cepilla los dientes prestando tiempo a cada zona y sale por la puerta del piso, que cierra con dos vueltas de llave. Ya en el ascensor, observa su aspecto. El pelo negro y liso es corto y de corte clasico, ligeramente hacia atras. Sus ojos castanos y oscuros siguen siendo tan castanos y oscuros como el dia anterior. Su nariz, destinada a ser del todo afilada, se encuentra no obstante redondeada en su punta, cual si un estilete hubiese pinchado una pelota de gomaespuma. Sus labios son finos y claros, aunque esto no destaque tanto por un tono de piel de quien no pasa tiempo con el sol en la cara. En el menton poco marcado no hay rastro de pelo: ante la insistencia de su dueno con la cuchilla, ya hace tiempo que ha renunciado a salir. Dos pequenos lunares brillan en su mejilla derecha. Y, sin embargo, ?algo entre todo lo previo importa? Viendole, yo no diria tanto. Porque, ante el espejo, nuestro protagonista solo tiene ojos para que su anodina camisa conserve el planchado de la noche anterior y su puno izquierdo permanezca bien abrochado sobre el viejo reloj de agujas. Tambien para que el pantalon liso y poco entallado debajo se mantenga a la altura debida sobre los zapatos. Y para que estos esten bien limpios, aunque haga mucho tiempo que hayan dejado de brillar y sus esfuerzos por conservarlos en buenas condiciones ya no puedan cumplirse en lo que a las suelas se refiere. Para cuando sale del ascensor, ni siquiera se ha mirado por encima de los hombros. Llegando a la parada de autobus frente a su casa, solo tiene en mente su recelo a la idea de pelearse con prendas nuevas y desconocidas. Pensamiento que le priva de ver como, en la otra acera, una senora guarda un paraguas en un bolso rojo al cruzarse con un tipo renqueando por el peso de su bolsa de supermercado. Por ejemplo. Llegando a su mesa de trabajo desde hace seis meses, cualquier tipo de incomodidad se le quita de encima. Como cada manana, una sonrisa ligera pero socarrona cruza su rostro al contemplar su orden con respecto a las del resto. Despues, se dedica a abrir correos, imprimir documentos, leer parrafadas y cubrir formularios con algo similar a la paz interior. El papeleo, los impresos y las carpetas mas o menos digitales hacen que la tension en sus brazos se reduzca. Aunque a veces... --?No es su hora de descanso? Truman no tiene especial interes por satisfacer a su supervisora. Sabe muy bien que, mientras rinda a su nivel, su puesto esta lejos de peligrar. Casi tanto como cree que los ascensos no llegan a la gente como el, trabajadora y responsable, sino a las parejas de padel o golf de quienes tienen encima. No me malinterpreteis: no es que le preocupe en absoluto. El prefiere disfrutar de la calma y seguridad de su silla --lejos de cotilleos y risas baratas-- para poder acabar con tiempo, repasar y dejar todo recogido. Quien sabe: con suerte en algun momento aparecera un puesto vacante en su tranquila ciudad natal. El cafe es lo de menos. --Si, acabo en un momento y bajo. Oh, lo siento si esperabais otra cosa: en ningun caso la parrafada previa implica que nuestro protagonista sea un hombre asertivo. Asi que, no sin sentir la mirada acusadora de una jefa que lo imagina un trepa, acaba por suspender el ordenador y tomar el camino a la cafeteria. Estrategicamente colocado en linea con algunos de sus companeros y una gruesa columna entre medias, pide un cafe con leche a una senora a la que el azul uniforme ya parece quedarle algo grande. La tacita se presenta bajo las conocidas carcajadas al fondo, con un color mas bien sombrio y cierto sabor a pozo negro. Suspirando, Truman se ve obligado a recurrir al azucar refinado, producto en su lista negra desde cierta lectura meses atras. --!Porque es una chica excelente! !Porque es una chica excelente! Ahora, la menuda camarera se deshace en lagrimones mientras le introducen una banda por la cabeza, al tiempo que la mayor parte del local da palmas o silba con grandes sonrisas. No seais malpensados: el tambien sonrie algo. Aunque si que es cierto que podria ser por la jubilacion del origen del oscuro veneno: eso lo dejo a vuestra eleccion. Agradeciendo su costumbre de pagar por adelantado, Truman acaba saliendo del local a medio pocillo y sin que nadie lo vea, al tiempo que los empleados de la cafeteria empiezan a repartir tarta por las mesas. Algo le dice que la hora de descanso volvera a ser literal para la mitad de la oficina. Nada mas llegar a casa, se quita la ropa y va al cuarto pequeno. Bueno, en realidad, pequenos son todos, a la imagen del estereotipo de apartamento con un alquiler demasiado elevado para su tamano. Cocina de paredes demasiado cercanas, bano con sindrome de metro, una salita para que pueda comer persona y media y un par de habitaciones: la de la cama de noventa con su mesilla de noche y la de los dos armarios, en la que a veces consigue abrir sin problemas la tabla de planchar. Mientras en esta se pone las zapatillas, la camiseta y el pantalon de deporte, el subito pensamiento de que ha sido un dia corto le hace gesticular una leve negacion con la cabeza. Cambiando su reloj de agujas por uno digital de plastico, trata de recordar la vuelta a casa de mediodia, el salmon, el cepillo, el regreso al trabajo para el turno de tarde e incluso parte de esta. Pero no lo consigue. En fin: lo mismo es: ya esta aqui, y su habitual media hora de running acabara con el en la segunda ducha del dia y un buen yogur con cereales antes de una peli seguramente de los 90. !Quizas incluso El show de Truman!
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Voluntad de Jeroen Olyslaegers
https://gigalibros.com/voluntad.html -
Los perros duros no bailan de Arturo Perez Reverte
https://gigalibros.com/los-perros-duros-no-bailan.html -
Irresistible 1 de Robyn Hill
https://gigalibros.com/irresistible-1.htmlAunque siempre me he sentido un privilegiado en la vida, el dia que aterrice en Las Vegas maldije mi mala suerte. Despues de dos meses en Nueva York, en un centro de desintoxicacion por consumo de cocaina, habia decidido trasladarme a la ciudad del pecado. Alli me aguardaba un productor musical con un contrato para cantar en un casino y publicar un disco. Estaba entusiasmado, deseando empezar cuanto antes. Por desgracia, todo eso se habia evaporado de repente, pero empezare por el principio. Para quienes no me conozcais, mi nombre es Eric Cassel, naci en Paris, tengo treinta anos y fui un jugador de futbol muy reconocido durante ocho anos, e incluso llegue a ser internacional en cien partidos. El futbol para mi no fue mas que un medio para lograr mi independencia economica, si, me gustaba, sin embargo, no era mi autentica pasion. Aquello que siempre me ha hecho sentir vivo es cantar. Desde pequeno me gustaba coger el mando a distancia del televisor e imaginar que cantaba como Frank Sinatra, mi idolo, frente a miles de personas. Pero casi sin darme cuenta, el futbol se cruzo en mi camino y devoro todo mi tiempo libre, aunque yo sabia dentro de mi que, tarde o temprano, acabaria cumpliendo mi destino. Cuando festejabamos en cualquier discoteca la consecucion de algun titulo con mi equipo, el Paris Saint Germain, me encantaba apoderarme del microfono y cantar <
>. !Que bien lo pasaba! Magnifique! Aun asi, en aquellos tiempos cantar lo hacia solo de vez en cuando, por diversion. Una lesion me obligo a retirarme del futbol hace dos anos y, sin la necesidad de trabajar en la vida, el cine me pico la curiosidad, ya que siempre me habian ofrecido papeles para protagonizar peliculas debido a mi agraciado fisico y a mi fama. Fue una etapa muy divertida, pero cuando me llamaron de un festival de cine de Nueva York para ser jurado a ultima hora sustituyendo a un importante director frances, entendi que era una senal del destino. En cuanto pise la ciudad, me deje contagiar por la electrizante energia que desprende cada rincon y supe que habia llegado el momento de probar un nuevo desafio empezando de cero. La suerte quiso que despues de cantar, por casualidad, en un bar de moda de Manhattan, un productor se acercase para ofrecerme cantar en Las Vegas en un casino de su propiedad y, si triunfaba, publicar un disco. No me sorprendio que esto ocurriera en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, asi que le dije que si inmediatamente. Por desgracia, una noche loca que disfrutaba de la compania de dos amigas, me arrestaron en plena calle con dos gramos de cocaina. Despues de arduas negociaciones con la fiscalia, mis abogados lograron un excelente trato: una fuerte multa economica de cuatro ceros, dos meses en una clinica de desintoxicacion y continuar en posesion de mi visado de turista. Asi pues, en junio aterrizaba por primera vez en Las Vegas. Despues de registrarme en una suite en el MGM, alquile un Ferrari para acudir a la oficina del productor, en el centro comercial Fashion Show. Me encontraba entusiasmado, con mariposas en el estomago, imaginandome en un gran escenario ante miles de personas. En cuanto sali de las escaleras mecanicas, me quede con la boca abierta. Se habia formado un tumulto de gente, y de ahi, de repente, salieron dos policias escoltando a un hombre corpulento y calvo: el productor que habia conocido en Nueva York. Merde! Pregunte a una mujer y me comento que, al parecer, lo habian detenido por estafa. Toda mi ilusion se vino de abajo de pronto. Sintiendo una profunda decepcion, decidi pensar en mi siguiente paso mientras regresaba conduciendo por El Strip, la avenida principal de Las Vegas. Podia regresar a Paris, pero alli los medios me verian como el exfutbolista millonario que canta por capricho. Tambien podia permanecer en Las Vegas y encontrar un sitio donde cantar, si, seria divertido seguir los pasos de Frank Sinatra. Ademas, a cada paso me cruzaba con bellisimas mujeres buscando amour. Me resultaba imposible vivir tiempos prolongados sin la calidez y el aroma femenino. Conquistar a una mujer es un manantial de fuertes sensaciones, y algo a lo que nunca podria renunciar. Necesitaba el placer suculento de su piel, por eso queria estrenar cuanto antes la cama matrimonial con una noche eterna de lujuria y desenfreno. En cuanto llegue a la suite, encendi el televisor. Odio el silencio y siempre necesito bullicio a mi alrededor. Ordene que el servicio de habitaciones me trajera una botella de Dom Perignon, mi champana favorito, y la puse a enfriar en la nevera. En ese momento llamo mi madre al telefono del dormitorio. --?Cuando te vas a casar, Eric? --fue lo primero que dijo--. Quiero que me des nietos de una vez. Estoy cansada de esperar, no quiero morirme sin nietos. Suspire. Mi madre siempre con la misma cancion. Esposa, hijos, hogar... --Mama, acabo de llegar a Las Vegas. Aun no he encontrado a la mujer ideal, ya te lo he dicho --dije mientras me sentaba sobre la cama y me quitaba los zapatos. --!Ya no quiero que me presentes mas a tus novias! --dijo con enfado--. La proxima mujer que conozca sera mi futura nuera, que ya me queda poco para pasar a mejor vida. --Mama, que solo tienes sesenta anos... --dije negando con la cabeza. A mi madre le encantaba el drama. --Hijo, nunca se sabe. --Mama, te quiero muchisimo y te echo mucho de menos, pero primero he de encontrar a esa mujer que haga sonar mi corazon. Ahora tu eres la mujer mas importante de mi vida --dije con una sonrisa, sabiendo como agradarla. --Oh, callate --dijo mi madre riendo--. Siempre consigues que se pase mi enfado. --?Cuando vendras a visitarme? --En cuanto me tome unas vacaciones... --Deja el trabajo de una vez, yo te mantendre. Sabes que el dinero no es problema, mama. En ese momento llamaron a la puerta. Sin duda, seria room service con mi Dom Perignon. --Me gusta mi trabajo, Eric. En casa me aburriria, echaria de menos a mis pacientes. Ser enfermera es mi vocacion. --Esta bien, como quieras --dije sabiendo que seria imposible convencerla--. Te dejo, que llaman a la puerta. Luego hablamos. Un beso. --Un beso, hijo. Cuidate. *** Despues de almorzar en el hotel, decidi pasear por el casino del MGM. Mi plan era hablar con la gente y descubrir un bar donde pudiera cantar, aunque fuese en modo karaoke. Me era indiferente si me pagaban un salario o no, con acudir todas las noches y disponer de un publico entregado, me daba por satisfecho. Yo solo queria hacer aquello que de verdad me complacia. Muy cerca de la entrada me llamo la atencion la jaula de cristal habitada por leones reales. Los turistas se fotografiaban sin cesar; a todos les parecia divertido encontrarse animales salvajes al lado de las slot machines. Enfrente se situaba una pared con decenas de televisores y, en cada uno, se retransmitia un acontecimiento deportivo distinto. Los empleados atendian a los jugadores que formaban una fila india esperando con resignacion su turno para apostar. Rios de gente iban y venian en medio de luces y sonidos hipnoticos. Las mujeres me miraban sin disimulo, y yo les saludaba con un guino o un movimiento educado de cabeza. Oh, femmes... Estableci contacto visual con una bella camarera de ojos verdes, que se acerco cimbreando las caderas y bandeja en mano. --Hola, guapo, ?quieres algo para beber? --me pregunto con una sonrisa seductora. --Si, un kamikaze, por favor. Era mi coctel favorito para empezar las fiestas. Se trataba de una racion generosa de vodka, zumo de limon, jarabe natural y escarchado con azucar. Mmm... sensationnel. Pero no solo habia llamado a la atractiva para ordenar una bebida, si trabajaba en Las Vegas debia conocer bien la ciudad del pecado. --Me encantan tus ojos, ?como te llamas? --pregunte cogiendola de la mano y mirandola fijamente. Observe como sus pupilas se dilataban, lo que solo podia significar que le atraia. --Pamela --dijo inclinandose hacia mi. --Pamela --repeti lentamente su nombre--. Dime un bar donde pueda cantar y pasarlo bien. La camarera se quedo pensativa durante unos segundos mientras yo la desnudaba con la mirada. De su preciosa boca salio finalmente una direccion. --En Town Square hay un bar que se llama Yesterday. Una vez fui con mis amigos y pasamos una noche muy divertida con la musica de los noventa --dijo apoyando su mano sobre mi pecho. --Genial. Gracias, Pamela --dije mostrando mi mejor sonrisa. --No te vayas muy lejos, ahora te traigo tu bebida... Pamela me dio la espalda y observe de nuevo su sexy contoneo. Sus gluteos eran firmes y se movian con una gracia que embrujaba. Suspire de amor. Mi interes en Las Vegas no era precisamente el juego, pero pisar la ciudad y no apostar, era como ir a Paris y no visitar la Torre Eiffel. Me acerque a una mesa donde un grupo de gente enfervorizada jugaba a la ruleta. Pedi cambiar cien dolares en fichas, y fui dejando montoncitos sobre el tapete, algunos en la frontera entre dos numeros. Lo ideal hubiese sido entablar conversacion solo con mujeres, pero en ese momento me parecio que una pareja se lo estaba pasando de maravilla. Decidi acercarme primero a hablar con el hombre, ya que si abordaba primero a la mujer, como es logico, se hubiese creado una tension innecesaria. --?De donde sois? --pregunte al joven, cuya edad rondaria los veinticinco anos. --De California. ?Y tu? --De Paris. ?Has estado alguna vez? --No, pero a mi y a mi mujer nos encantaria --dijo y despues se giro hacia ella--. Carino, te presento a un frances. Ella me saludo con una bonita sonrisa. --Ella es Michelle, y yo soy Sam. --Yo me llamo Eric Cassel. Michelle era un bellezon con un cuerpo escultural. Me incline a Sam y le susurre: < >. Sam me tendio la mano para que chocara las palmas, lo que los americanos llaman high five. En ese momento regreso Pamela con mi coctel kamikaze. --?Donde estabas? Pense que te habia perdido --dijo poniendo una mano sobre su cadera, como si estuviera enfadada. Sin pensarmelo dos veces, le di un beso en la mejilla, lo que le causo extraneza al principio, pero despues le parecio un gesto divertido. --En Francia solemos dar un beso en la mejilla cuando acabamos de conocer a una mujer --dije para excusarme. --Me gusta el estilo frances --dijo Pamela sin dejar de mirarme mientras me deslizaba una nota en mi chaqueta. Seguramente su numero de telefono. --?Que bebida es esa? --pregunto Michelle. --Kamizake. Pamela, por favor, trae una ronda de kamikazes para mis nuevos amigos. Yo invito --dije. Sam y Michelle vitorearon mi generosidad. Ya habia empezado a granjear amistades a las pocas horas de llegar. La decepcion por el arresto del productor estaba mas que olvidaba. La vida sigue. --?Que os parece si despues nos vamos a un bar que me ha recomendado Pamela para cantar? --pregunte rodeando por los hombros al matrimonio. --!Si! !Me apetece cantar! !Sera genial! --exclamo Michelle pegando saltitos de ilusion. Al cabo de un rato, con el alcohol de los kamikazes fluyendo por nuestras venas nos apeamos del Ferrari en frente del Yesterday. Senti un cosquilleo en el estomago, como el que sufren los artistas antes de salir al escenario. Entre el primero y me quede unos segundos mirando el bar, procurando que todos reparasen en mi presencia. Era tambien otro truco del manual del seductor: hacerse notar, por eso habia decidido acudir con gente, para no entrar solo, lo cual me hubiera ocasionado la perdida de valor. El Yesterday era un bar no demasiado grande, con paredes decoradas con fotografias de los muchos clientes que lo habian visitado. La luz era calida y acogedora, y todos parecian disfrutar de un rato formidable. La barra se disponia en forma de u, y varios camareros se afanaban en preparar cocteles y servir nachos con queso. Al fondo, un pequeno y simple escenario para debutar en Las Vegas. No estaba mal. Michelle, Sam y yo nos sentamos en una mesa, y ordenamos las bebidas. Ellos, cervezas; yo, un Dirty Monkey, que consiste en vodka, licor de cafe, un poco de crema de whiskey, leche y platano. Enseguida pedi mi cancion: < >, del maestro Frank Sinatra. Michelle se decanto por < > de Natalie Imbruglia, y Sam decidio tomarselo con calma. Mientras llegaba nuestro turno les pregunte cuanto tiempo llevaban casados. --Un ano --dijo Sam mirando a su esposa. Michelle asintio con la cabeza. --Nos conocimos a traves de unos amigos. Fue un flechazo, en cuanto lo vi supe que era el hombre de mi vida. --Y yo la mujer de mi vida --dijo cogiendola de la mano. Se dieron un beso rapido y carinoso en los labios. De repente, me llamaron al escenario, me sentia pletorico de energia, como un nino el dia de Navidad. Sabia que los dejaria a todos asombrados con mi voz. Los primeros compases de la cancion empezaron a sonar mientras disfrutaba del escenario. Yo era el centro de atencion en ese momento y eso me encantaba. Ahora empezaba lo mas bonito, seducir al publico, amarlos y llevarlos a la cama... Mi voz empezo a llenar el bar a la vez que observaba la reaccion entusiasmada de todo el bar. A mitad de la cancion, salte del escenario a las mesas, me arrodille delante de un grupo de mujeres... Asi debia sentirse Frank Sinatra en sus inicios. Pero esto no fue lo mas increible, cuando termine la actuacion me despedi entre apasionados aplausos. En cuanto regrese a la mesa, un hombre bajito y rechoncho se me acerco y me dijo: --Me llamo Lou Wagner. Acabo de abrir un nuevo restaurante espectaculo, y quiero contrarte. ?Que me dices? Sonrei de oreja a oreja. Esto solo podia suceder en America. -
Amiga. me tienes loco de Maria Beatobe
https://gigalibros.com/amiga-me-tienes-loco.htmlAquella tarde estaba tumbada en el sofa viendo la television, no tenia ganas de hacer nada, cuando el sonido de un mensaje en el movil me desperto de mi letargo. Me levante, saque el telefono del bolso y lo lei. -- Nai, ?una cerveza esta tarde en "La bodega" a las nueve? Era Isaac, mi mejor amigo desde que teniamos apenas doce anos. !Ay! perdonadme que no me he presentado, me llamo Naia, pero todos me llaman Nai, tengo veinticuatro anos y soy disenadora de moda, o al menos eso pretendo ser en un futuro, me estoy preparando a conciencia para ello y voy haciendo mis primeros trabajos. Isaac, como antes os contaba, es mi mejor amigo desde la infancia. Nos conocimos porque ambos viviamos en el mismo barrio e hicimos pandilla con mas gente. El y yo conectamos desde el principio, lo cual me extrano por lo vergonzosa que yo era en esa epoca, cualquier chico que se me pusiera a menos de cinco metros hacia que me pusiera colorada y me paralizaba, pero tal cual. Menos mal que la edad y la experiencia me ha ido espabilando un poco en temas de hombres, porque si no, menudo futuro amoroso me esperaba... Recuerdo que en el colegio, cuando tenia unos cinco anos, habia un nino rubio con el pelo a melenita que me parecia guapisimo. Nunca jugaba conmigo, pero un dia se acerco a mi para intercambiar unos cromos de futbol (tema que no me interesaba absolutamente nada) y !casi me muero de la verguenza! Es curioso que ya con esa edad sintiera esas cosquillas en el estomago. Pero es que os prometo que era guapisimo, o mis cinco anos de vida me hacian verlo asi. Una noche en plenas fiestas del barrio, entre bailes y festividad, cuando yo tenia diecisiete anos e Isaac diecinueve, me propuso dar una vuelta y salir del jaleo de la celebracion. He de reconocer que teniamos una quimica especial, dificil de explicar, pero que con solo mirarnos ya sabiamos lo que el otro pensaba. ?Quien no ha tenido alguna vez un mejor amigo asi? Con el que tienes unas confianza tan ciega que serias capaz de contarle cualquier cosa por intima que fuera. Pero como todo en la vida, la cosa se complico aquella noche. Paseamos bromeando y jugueteando, riendonos mientras compartiamos un mini de cerveza. Evidentemente no era la primera vez que paseabamos solos, pero esa noche no se si por la luna o por que, el ambiente estaba raro... mas desinhibido diria. Acabamos en un parque cercano a casa. No habia nadie, rozaban las dos de la manana y nos sentamos en un banco. Sin saber como, la mirada de Isaac cambio y de repente, con un semblante serio pero decidido, me pregunto: -- Nai ?puedo besarte? - clavo sus ojos en los mios con firmeza, mientras retiraba el mini de cerveza de mi mano, para dejarlo en el suelo, y despues acercarse a mis labios, poco a poco, sin dejar de mirarlos. Aturdida y con el corazon a mil por hora, cerre los ojos y me deje llevar, de hecho creo que mi inconsciente llevaba anos esperando este momento. Y ahora me lo acababa de brindar. Nos besamos con ternura, con dulzura mientras el paseaba su mano por mi nuca y yo sentia un cosquilleo en mi estomago... hasta que, sin pensarlo, me sente a horcajadas sobre sus piernas y empezamos a besarnos con pasion. Me acariciaba la espalda con deseo apretandome hacia su cuerpo y yo le cogia por la nuca como si me fuera la vida en ello. Daba la sensacion de que los dos deseabamos hacer eso desde hacia mucho tiempo. Nuestros cuerpos hablaban por si mismos. No podiamos dejar de besarnos, nuestras lenguas bailaban al mismo ritmo y desee que el tiempo se parara. Nos separamos un segundo para coger aire y dar voz a mi jodido subconsciente. -- Que estamos haciendo... - susurre apoyando mi frente en la suya. --Esto es una locura... ?verdad? - respondio con la respiracion agitada y una sonrisa torcida tremendamente atractiva. No me dio tiempo a responder cuando tenia de nuevo su boca sobre la mia. No tuve poder de reaccion para retirarme, y lo cierto es que no queria hacerlo. Era mi mejor amigo y sabia que esto iba a cambiar el rumbo de nuestra amistad sin ninguna duda, pero no me arrepentia para nada de lo que ahora mismo estaba pasando. Esa noche ya no volvimos con los demas, nos devoramos a besos por cada rincon como si se fuera a acabar el mundo. Me acompano a casa al amanecer con los labios rojizos e hinchados de tanto besarnos. Nos abrazamos durante minutos sin pronunciar palabra, hasta que rompi el silencio. --... ?Y manana que? - pregunte apoyando mi cabeza en su pecho. --No pienses en manana... los dos sabemos que sera complicado, pero disfrutemos del ahora. - susurro posando un beso en mi sien. --No quiero estropearlo - dije a pocos milimetros de su boca. --No dejemos que pase... - musito casi pegado a mis labios y su mano acariciando mi mejilla. Y nos despedimos con un beso devorador, que nos hizo estremecernos por dentro y por fuera. Pero paso, y al dia siguiente no nos vimos, yo no se el, pero yo, no me atrevi. Ni el me llamo ni yo le llame. Cuando volvimos a vernos habian pasado un par dias y no sabiamos ni como actuar. Nuestras miradas coincidian y enseguida la retirabamos como si nos quemara reconocer con los ojos lo que habiamos disfrutado con el cuerpo. Era como tener miedo a reconocer que aquello habia ocurrido, y no solo eso, si no que nos habia gustado...y mucho. Me habia pasado esas dos noches sonando despierta y rememorando todo lo que habiamos vivido aquella noche de las fiestas. Imaginandonos como una pareja mas que se deja ver regalandose besos por la calle sin pensar que pasara con nuestra amistad ahora que habiamos pasado esa delgada linea. Pero a los dos se nos atragantaron las palabras en la garganta, y suponia que la edad, la inexperiencia y la sensacion de haberlo estropeado, pudo mas. Que raro fue todo... No se por que pero no llegamos a hablarlo. Mantuvimos el buen rollo durante meses aunque a veces, y de manera algo forzada, seguiamos hablando, llamandonos, pero poco mas. Ni una palabra del famoso dia. Aproximadamente un ano despues, a fuerza del dia a dia, recobramos la amistad que habiamos perdido por aquel rollo de una noche, yo me sentia bien con el y conmigo misma por haber recobrado casi toda aquella confianza, e incluso una noche hablamos de lo que paso, hasta conseguimos reirnos de ello y nos prometimos que no volveriamos a estropearlo todo por un calenton (ambos sabiamos que fue mucho mas que eso...jodido orgullo) Fue una conversacion que saco el una noche entre risas y bromas, cuando nos quedamos solos en el bar tras tomar unas cervezas con los amigos. Reconozco que se me encogio el estomago cuando dijo: --Que noche aquella cuando caimos en la tentacion ?eh Nai? - dijo con media sonrisa y la voz ronca, tras dar un sorbo a su cerveza. Al principio me quede un poco cortada, me pillo fuera de juego, pero me miraba de una manera que estaba mas que claro que se referia a aquella noche. Suspire antes de responder. Y tras dar un trago a la cerveza, mas largo de lo habitual para coger fuerzas y darme tiempo antes de hablar, hable: -- Si... mordimos la manzana - respondi con media sonrisa. -- ?Te supo bien? La manzana, digo - pregunto vacilon. --No estuvo mal - dije entrecerrando los ojos y manteniendole la mirada. - mejorable diria yo - otro trago a la cerveza. -- ?Perdona? - contesto alzando las cejas jocoso. Y asi, riendo a carcajadas, conseguimos quitarnos esa espinita que teniamos los dos clavada y tanto dano nos estaba haciendo teniendola enquistada. Ahora con veinticuatro anos volvemos a ser los mismos de siempre. Mas mayores, menos gamberros y mas centrados. El ha empezado una relacion con Rosa, una chica del barrio, llevan unos tres meses juntos y yo tengo mis amigos con derecho a roce. No me apetece mucho meterme en una relacion seria ahora mismo. Estoy dedicada a sacar mi profesion adelante y reconozco que lo paso bien, sin compromisos. Me prepare para quedar con Isaac a tomar una cerveza como otras tantas veces. Me puse unos vaqueros tobilleros, una camiseta blanca basica de pico y sandalias negras de cuna. Me deje el pelo suelto y me puse una base de maquillaje, mascara de pestanas y gloss color coral. Fui al bar donde habiamos quedado y alli estaba, sentado en una de las mesas del fondo de la terraza fumandose en cigarro y mirando el movil, ajeno a mi llegada. Estabamos en primavera y los bares ya empezaban a montar su negocio fuera de sus cuatro paredes. Me acerque y debio de sentirme porque levanto la vista y me recibio con una sonrisa. -- ?Que pasa, nino? - le pregunte mientras le daba dos besos. Siempre le habia llamado "nino", despues de volver a recobrar la amistad que habiamos perdido, empece a llamarle asi de manera casual, y termino siendo la manera en que me dirigia a el siempre. -- Pues nada, aqui estamos, tomando una cervecita esperandote...-respondio con una sonrisa forzada. -- Uyyy...a ti te pasa algo - afirme frunciendo el ceno y mirandole a los ojos. --No, que va, no seas tonta...- respondio evitando mi mirada y dando una larga calada al cigarro. --A ver Isaac, nos conocemos desde hace tantos anos que podria adivinar cuando ha sido la ultima vez que te has acostado con alguien - una pequena carcajada salio de su boca - Asi que ya puedes empezar a hablar. --Hay que ver que grafica eres, joder. --Ya me conoces, no tengo filtro. - sonrei triunfante al ver que habia conseguido que me mirara. Le pedi al camarero que me trajera un tercio y una bolsa de patatas, la tarde prometia ser mas seria de lo que yo me planteaba. No pasaron ni dos minutos cuando ya tenia la bebida y la comida sobre la mesa. Le di un trago a la cerveza y suspire. --Soy toda oidos, nino...- dije acercando mi silla a la suya. Me miro de soslayo y medio sonrio, pero sus ojos no hicieron lo mismo. Inspiro con fuerza... exhalo despacio y lanzo la bomba. -- Nai, me marcho - dijo sosteniendome la mirada esperando mi reaccion. -- ?Como te me marchas? ?Donde? - pregunte frunciendo el ceno confundida. --Me marcho una temporada a Londres. El gesto de la cara se me transformo. -- ?Como? ?A Londres? - dije cogiendole las manos. - ?Ha ocurrido algo? ?Tu familia esta bien? -- Si, tranquila. No es por ellos. - hizo una pausa - Bueno...quiero aprender el idioma, ya sabes, me vendra bien para el curriculo y ahora que estoy en paro quiero aprovechar -cogio su cerveza y le dio un trago largo. No me parecia del todo sincero, no se... estaba muy raro. Le costaba en algunos momentos sostenerme la mirada. No se mostraba contento, al reves, daba la sensacion de que se iba por obligacion. --Pero a ver...espera, espera - dije alzando mis manos - aqui algo no me cuadra. ?Te ha pasado algo con Rosa? --A ver Nai... -- ?Es eso? ?Las cosas no van bien entre vosotros? --Rosa y yo lo dejamos hace unos dias. Ahora si que estaba fuera de juego totalmente, ?pero no se supone que es mi mejor amigo y deberia de haberme enterado de esto cuando sucedio? Estaba totalmente desconcertada. -- Pero Isaac, ?que ha pasado? ?Por que no me lo has dicho antes? -- No lo se Nai, no se explicarlo, es complicado -dijo mirando sus manos mientras jugueteaba con ellas - La relacion no terminaba de llenarme del todo, no sentia que esto fuera a llegar a ninguna parte y no me parecia justo para ella. --Pero se os veia bien. -- Mal no estabamos, pero bien tampoco -levanto la mirada hacia mi- Nai, no estaba enamorado de ella. Nunca estas preparada para mantener conversaciones de este tipo, porque ahora que le digo, ?que lo siento? ?Que me alegro si es por su bien? No se... -- Y ella ?como se lo ha tomado? -- Bueno, regular la verdad, y la entiendo. Pero tenia que hacerlo bien y hablarlo antes de que la cosa fuera a mas y nos hicieramos mas dano. --Has hecho bien- y me levante para acercarme a el, cogerle la mano para se levantara y darle un fuerte abrazo. Apoyo su cabeza en mi hombro y note su respiracion en el hueco de mi cuello. Le di un beso en el pelo y nos separamos. Le cogi las manos de nuevo y le pregunte. -- ?Por eso te vas a Londres? --Bueno... tambien influye .Necesito irme de aqui unos meses, creo que me va a venir bien. -- ?Me abandonas, eh? - dije con media sonrisa y los ojos acuosos. -- Ey... nina no te iras a poner a llorar ?verdad? - me volvio a abrazar. --Ya sabes... tengo un numero de lagrimas al dia para gastar y estas son las de hoy- force una sonrisa. --Sabes que estoy a nada en avion ?verdad? - asenti con la cabeza- Y el telefono aunque no lo creas tambien llega hasta alli. --No te olvides de mi ?eh? - trague saliva -?A quien vas a encontrar tu tan cabra loca como yo alli ,que son todos tan estirados? Sonrio ante mi comentario. --?Pero tu crees que voy a querer olvidarte?Ni quiero ni creo que pueda- respondio serio cogiendome la cara entre sus manos y limpiando mis lagrimas con sus pulgares. -- ?Y cuando te vas? - pregunte con miedo. --Me marcho en dos dias. -- ?Ya? ?Tan pronto? --Si Nai, creeme, es lo mejor. -- Esto estaba ya planeado hace tiempo ?verdad? - Bajo la cabeza - ?Por que no me lo contaste antes? --Porque para mi habria sido insoportable estar un mes despidiendome de ti. Quiero creer que asi es mas facil. Llamame iluso. -- ?Puedo al menos acompanarte al aeropuerto? --No te preocupes, me lleva Andres. --Porque si para ti es algo bueno, a mi me duele tanto... - me lance a decir. Me miro serio, pasaron unos segundos que nos miramos con tension. Se hicieron eternos. --Porque supongo que algo te importo - respondio apretando los labios. Sonrei triste y le volvi a abrazar. Fue la ultima vez que nos vimos. Nos despedidos en la terraza de aquel bar y nos dimos un abrazo del que eramos incapaces de separarnos. Llore y el tambien derramo alguna lagrima. No queria de ninguna de las maneras que se marchara, pero si para el era lo que debia hacer, lo aceptaria aunque me costara. No volvimos a vernos durante cinco anos. Cinco largos anos en los que al principio hablabamos casi a diario, luego semanalmente...y mas tarde cuando podiamos. La cosa se enfrio, el hizo nuevos amigos alli. Yo empece a trabajar en un estudio de moda y me llevaba muchisimas horas al dia... y el cambio de numero de telefono. Un dia que fui a llamarle me salto una voz que decia que ese numero de telefono no existia. Me quede desconcertada, no entendia nada. Algo murio dentro de mi. Ahora tengo veintinueve anos y me acuerdo mucho de el. Creo que nunca podre olvidarle, una amistad como la nuestra se queda tatuada de por vida, y me niego a no saber nada de el. Una tarde entre en una conocida libreria, disfruto mucho en estos establecimientos mirando los libros, me pierdo entre sus letras y me relaja mucho. Mientras sostenia uno de ellos y leia su sinopsis escuche una voz tras de mi. -- ?Nai? - pronuncio una voz masculina. Me gire en seguida y me quede de piedra. Isaac estaba delante de mi, con la misma mirada y sonrisa de siempre. -- ?Isaac? - dije perpleja. --Vaya, aun no te has olvidado de mi - respondio con media sonrisa. --Pero... -parpadee sin creerme tenerlo delante de mi. -- Lo siento, Nai - dijo sin dejarme terminar. Trague saliva y le mire con sorpresa, una parte de mi estaba muy enfadada con el por haber desaparecido de mi vida de esa manera, tan brusca, sin explicaciones, ni palabras... nada. -- ?Cuando has vuelto? - me atrevi a preguntar algo tensa. --Bueno...volvi la semana pasada- dijo jugando con sus manos nervioso. -- No pensabas llamarme por lo que veo.
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?Seras un error, Pablo? de Veronica Mengual
https://gigalibros.com/seras-un-error-pablo.html?Quien no se ha sentido nunca atraido por su profesor?
Y es que los amores prohibidos siempre son los mas intensos… -
El legado de Ava de Elena Fuentes Moreno
https://gigalibros.com/el-legado-de-ava.htmlEs normal que me odies, yo lo hago todos y cada uno de los dias de mi existencia, pero debes comprender... cuando llegas al terrible momento, en el que la superficie de tu vida son las profundidades de la existencia que dejaste atras, ya solo te queda intentar comprender como has llegado hasta aqui. Me esforzare en explicarte mis decisiones, quizas para justificar ante mi misma lo que hice. Sera un vacuo intento de exonerar mi culpa, soy consciente. Ingrid, solo te pido que leas esta carta con detenimiento, ya que sera nuestro primer y ultimo momento de intimidad. Estoy sentada observando el Mediterraneo. Desde esta terraza se divisa gran parte de la ciudad y una linea perfila el mar. No se me ha ocurrido mejor lugar para terminar y despedirme. Rodeada de todas mis miserias... espero poder encontrar la fuerza que requiere hacerte llegar toda la verdad. Tengo que comenzar por relatarte la historia de tus abuelos maternos, hija. Ellos me avergonzaban, ahora lo veo con claridad. Sobre todo tu abuela, con su mirada reprobatoria, capaz de lanzar miles de silenciosos reproches que me estrangulaban el alma. Cuando tu naciste, me decia a mi misma que no tenia tiempo, que estaba demasiado ocupada y que era complicado mantener una relacion mas estrecha con ellos, pero era mentira. Los esquivaba adrede, incluso mucho antes. Siempre me he esforzado por mantenerlos alejados de mis cosas. Me incomodaba tenerlos delante, porque era como gritarme quien era yo en realidad, y eso es algo que odio profundamente, siempre lo he hecho. Es ironico que en estos momentos, cuando el final me sobrevuela, sea capaz de entenderlo todo con una nitidez tan abrumadora, es casi obsceno. Llevo toda la vida renegando de mis origenes y ahora van a terminar engullendome. Espero que seas parecida a ellos, seguramente asi seas mas feliz que yo: trabajadora, esforzada y resignada, todo lo que jamas sere. Lo supe en el momento en que naciste. Luchaste por sobrevivir dentro de mi cuerpo, lo conseguiste y creo que fue precisamente esa actitud la que provoco que fuera incapaz de quererte y exilio mi instinto maternal para siempre. Al nacer, llorabas incansablemente, reclamando lo que era tuyo y yo era incapaz de ofrecerte. Te convertiste en el recordatorio permanente de mi lado mas vacuo e ignorante, tu eras una luchadora y yo no. Voy a comenzar por el principio, por lo que se o recuerdo. Creo que para seguir adelante, debes saber de donde vienes. Las dos sabemos de sobra que tu no cometeras mis errores, pero no puedes evitar ser mi hija, por mucho que te duela... Tus abuelos Consuelo y Francisco, salieron de Utrera en 1939, alentados por una promesa de trabajo de un familiar que llevaba residiendo en Francia unos anos. En Espana las cosas no eran faciles. El pais estaba azotado por una profunda crisis, que habia perseguido como una sombra a la Guerra Civil. Mi padre trabajaba en un olivar, en jornadas interminables que transcurrian de sol a sol por una miseria, y mi madre era ama de casa, pero por sus venas corria sangre flamenca. Solia cantar cada vez que tenia ocasion y se habia granjeado cierta fama en el pueblo y sus alrededores. Supongo que, de haberse dado otras circunstancias, habria podido plantearse dedicarse a ello, pues habia sido agraciada con el don de la belleza y se movia con gracia y arte, pero lo tenia todo en contra: su familia era pobre y se acababa de casar con un hombre que todavia lo era mas, pero al que amaba y respetaba con toda su alma. Francisco era reacio a salir de Espana, su familia y amigos estaban aqui y adoraba su tierra, pero el amor por su mujer fue mucho mas fuerte a la hora de decidir. Consuelo sabia que seria dificil, pero deseaba con toda su alma formar una gran familia junto a su marido, y ansiaba un porvenir mejor para sus futuros hijos. Si se quedaban, tan solo podria ofrecerles pobreza, penurias y dificultades. Dejar su hogar les romperia el corazon, pero les abriria la puerta a la esperanza. El manana en su pais resultaba poco alentador y cualquier atisbo de un horizonte prometedor era atesorado concienzudamente en su mente. Mi madre nunca oculto su ambicion, creo que se desesperaba al verse a si misma: guapa, inteligente, llena de talento para comerse el mundo y sin embargo, condenada a una vida insustancial y precaria. La carta de su prima Lourdes, en la que anunciaba que los senores de la casa en la que servia, necesitaban mas personal, la hizo volar y llevar su imaginacion a cotas estratosfericas, a las que evidentemente tan solo podia llegar sonando. La marginacion, los desplantes y el durisimo trabajo, vendrian despues a darle una bofetada de realidad, bajarla de su nube y ponerla en su sitio. Mis padres se marcharon a Francia junto a una horda de espanoles exiliados. Emigraron junto a miles de almas procedentes de todos los estamentos sociales, lo que facilito que mi madre se formara una nueva perspectiva del mundo. Por suerte para ellos, en su punto de destino les aguardaba un trabajo y un hogar, eso suponia una gran diferencia con el resto. Ella nunca habia salido de la provincia de Sevilla, su universo empequenecido y sus humildes miras, se expandieron entonces, cambiandola radicalmente. Algo desperto en ella en ese viaje. A partir de entonces, jamas se resigno a volver a su insignificancia anterior. Llegaron a Nantes justo cuando la primavera eclosionaba y probablemente para Consuelo aquello constituyo una muestra de buen augurio. La fila de casas en la Isla de Feydeau a la que llegaron se le antojaron por aquel entonces, extraordinarios palacios consecutivos, que serian solo la antesala de una vida de lujo y fastuosidad a la que habia llegado para quedarse. Siempre me describio aquel momento con solemnidad. Tenia delante un mundo infinitamente superior en todos los sentidos al que habia dejado tras de si y cogiendole la mano, se encontraba el hombre al que amaba. Su corazon reboso orgullo y excitacion ante una perspectiva inmejorable. Nantes era conocida por su floreciente actividad industrial y su ferviente comercio portuario, que habian convertido a la ciudad a orillas del Loira en una de las mas importantes del occidente frances. Francia no se habia librado de la crisis economica y la recesion que asolaba Europa, pero el patriarca de la familia que los acogia, el armador Bruno Colville, si habia sabido sortearlas gracias a su astucia, su clarividencia para los negocios y un importante patrimonio familiar, que procedia del trafico de esclavos, con el que se enriquecieron sus antepasados. La familia Colville poseia una majestuosa casa en la isla de Feydeau. Construida en el siglo XVIII, la fachada de piedra caliza estaba adornada por vistosas balconadas y barandillas de hierro forjado. Al igual que sus vecinas era una edificacion imponente, que evocaba la clase y el poder adquisitivo de las familias burguesas que las habitaban. Bruno Colville se dedicaba por aquel entonces a la exportacion de madera, pero su gran instinto empresarial estaba agitado. El mundo se movia tumultuosamente: los alemanes se habian vuelto locos e intentaba predecir hacia donde les llevarian los acontecimientos que se avecinaban. En su circulo de amistades todos estaban preocupados por Hitler y no hablaban de otra cosa. Las demandas territoriales de aquel demente no traerian nada bueno. Austria y Checoslovaquia habian sido anexionadas a Alemania y todo parecia apuntar a que aquello no pararia ahi. El sabia que debia estar preparado. Reaccionar a tiempo era vital, y mas cuando se poseia un negocio de la envergadura del suyo. Cuando Bruno descendio aquella manana por la majestuosa escalera de su vivienda y vio por primera vez a mi madre, debio parecerle una exotica extranjera con la que fantasear y entretenerse alguna que otra noche. Es curioso como la gente con dinero y poder puede cambiar el destino de unos pobres desgraciados con tan solo una mirada. En ese instante comenzo a fraguarse mi existencia y supongo que tambien mi bajada a los infiernos. Siempre he pensado en la frase de Flaubert como un vaticinio "El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahi por que se nos escapa el presente". Consuelo y Francisco tuvieron que aprender frances a marchas forzadas, abrir sus mentes e interiorizar su nueva vida con rapidez, que nada tenia que ver con su existencia en Utrera, donde las cosas eran radicalmente diferentes, debian adaptarse.Sus maratonianas jornadas de intenso trabajo, comenzaron en el mismo instante en que sus pies traspasaron el umbral de la residencia Colville. Mi padre fue trasladado como operario a la naviera del senor. Tan solo disfrutaba de una noche a la semana junto a mi madre, que pasaba los dias trabajando en la cocina de la gran casa sin descanso.
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Nuestras riquezas de Kaouther Adimi
https://gigalibros.com/nuestras-riquezas.htmlEn 1935, Edmond Charlot, un joven de veinte anos, regresa a Argel desde Paris con la idea de fundar una libreria y una editorial. Su minuscula libreria, que bautiza como Las Verdaderas Riquezas, se convierte en lugar de encuentro de aspirantes a escritores y de figuras como Antoine de Saint-Exupery y Andre Gide. Alli publica tambien el primer texto de un autor desconocido: Albert Camus. Pero Charlot ignora que dedicar la vida a los libros no le eximira de verse zarandeado por los infortunios de la historia: en visperas de la segunda guerra mundial, una revuelta esta a punto de estallar en Argelia.
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La casa que ame de Tatiana De Rosnay
https://gigalibros.com/la-casa-que-ame.htmlQuerido: Puedo oir como suben por nuestra calle. Es un rugido extrano, amenazante; sacudidas y golpes. El suelo tiembla bajo mis pies. Tambien oigo los gritos, unas voces masculinas, altas, excitadas, el relincho de los caballos y el martilleo de sus casas. El rumor de una batalla, como aquel terrible mes de julio tan caluroso en el que nacio nuestra hija, aquella hora sangrienta en la que la ciudad se erizo de barricadas. Hay nubes de polvo sofocantes, un humo agrio, tierra y escombros. Le escribo estas letras sentada en la cocina vacia. La semana pasada embalaron los muebles y los enviaron a Tours, a casa de Violette. Dejaron la mesa, era demasiado voluminosa, tambien la cocina de esmalte, muy pesada. Tenian mucha prisa y yo no pude soportar el espectaculo. Aborreci cada minuto. La casa despojada de todos sus enseres en un brevisimo instante. Su casa, la que usted pensaba que se salvaria. !Ay, amor mio! No tema, yo no me marchare jamas. Por las mananas, el sol se cuela en la cocina, eso siempre me ha gustado. Pero hoy, esta cocina, sin Mariette apresurada, con la cara enrojecida por el calor de la estufa, y sin Germaine refunfunando mientras se recompone los rizos que se le escapan del mono prieto, es un lugar muy lugubre. Con un ligero esfuerzo, casi puedo oler las bocanadas de humo del ragu de Mariette, que tejian lentamente una apetitosa redecilla por la casa. Nuestra cocina, antano llena de alegria, esta triste y desnuda, le faltan las cazuelas y las ollas resplandecientes, las hierbas, las especias en sus tarritos de cristal, las verduras frescas del mercado y el pan caliente en la panera. Recuerdo el dia que llego la carta, el ano pasado, un viernes por la manana. Yo leia Le Petit Journal junto a la ventana del salon, mientras tomaba un te. Siempre me ha gustado ese momento apacible, antes de que comience el ajetreo diario. No era nuestro cartero habitual. A ese, no lo habia visto nunca. Un hombreton grande y huesudo, con una gorra de plato verde que le cubria el pelo de lino. Llevaba una bata de color azul con el cuello rojo que parecia demasiado ancha para el. Vi como se llevaba una mano agil a la gorra y entregaba el correo a Germaine. Luego desaparecio y lo oi silbar bajito mientras seguia su ruta por la calle. Despues de dar un sorbo al te, volvi al periodico. Aquellos ultimos meses, la Exposicion Universal estaba en boca de todos. Siete mil extranjeros invadian los bulevares todos los dias. Una voragine de invitados de prestigio: Alejandro II de Rusia, Bismarck, el vicerrey de Egipto. !Que triunfo para nuestro emperador! Distingui los pasos de Germaine en la escalera y el frufru de su vestido. Es raro que yo reciba correo. Generalmente, una carta de mi hija, cuando considera que tiene que mostrarse atenta, o de mi yerno por la misma razon. A veces, una postal de mi hermano Emile o de la baronesa de Vresse, desde Biarritz, junto al mar, donde pasa los veranos. Eso sin contar los recibos e impuestos esporadicos. Aquella manana, me fije en el sobre blanco y largo. Le di la vuelta: <
> y mi nombre en grandes letras negras. Lo abri. Las palabras se distinguian claramente, pero no pude comprenderlas. No obstante, tenia las gafas bien sujetas en la punta de la nariz. Me temblaban tanto las manos que tuve que dejar la hoja en las rodillas y respirar profundamente. Cogi de nuevo la carta y me obligue a leerla. --?Que ocurre, senora Rose? --gimio Germaine. Debia de haber visto mi expresion. Meti la carta en el sobre, me levante y me alise la falda con las palmas de las manos. Un bonito vestido de color azul oscuro, con el numero justo de volantes para una senora mayor como yo. Usted lo habria aprobado. Tambien recuerdo el calzado que llevaba puesto, unas simples zapatillas, suaves y femeninas, y recuerdo el grito que solto Germaine cuando le explique lo que decia la carta. Mas tarde, mucho mas tarde, sola en nuestra habitacion, me derrumbe encima de la cama. Por mas que supiera que aquello podia suceder en cualquier momento, la impresion fue terrible. Entonces, mientras todos los de la casa dormian, cogi una vela y el plano de la ciudad que le gustaba observar. Lo desplegue encima de la mesa del comedor y tuve cuidado de no verter cera caliente encima. Si, veia la progresion inexorable de la calle Rennes, que surgia derecha hacia nosotros desde la estacion del ferrocarril de Montparnasse, y del bulevar Saint-Germain, ese monstruo hambriento, reptando hacia el oeste desde el rio. Con dos dedos temblorosos, segui el rastro hasta donde se unen. Exactamente en nuestra calle. Si, nuestra calle. En la cocina reina un frio glacial, tengo que bajar a buscar un chal y tambien unos guantes, pero solo para la mano izquierda, porque con la derecha quiero seguir escribiendole. Hace unos quince anos, cuando nombraron al prefecto, usted se mofaba: < >. Luego supimos lo que iba a ocurrir con la casa de mi hermano Emile, pero usted seguia sin tener miedo: < >. A menudo voy a sentarme a la iglesia, tranquila y apacible, para pensar en usted. Ahora hace diez anos que murio, pero para mi es como si hubiera pasado un siglo. Contemplo los pilares y los frescos, recien restaurados, y rezo. El padre Levasque se acerca a mi y cuchicheamos en la penumbra. --!Senora Rose, hara falta mas que un prefecto o un emperador para amenazar nuestro barrio! Childeberto, rey merovingio y fundador de esta iglesia, vela por su creacion como una madre por su hijo. Al padre Levasque le gusta recordarme cuantas veces se ha saqueado, destrozado, quemado y arrasado la iglesia desde la epoca de los normandos, en el siglo IX. En tres ocasiones, creo. Amor mio, que equivocado estaba. La iglesia se salvara, pero nuestra casa no. La casa que tanto amaba usted. Capitulo 2 El dia que recibi la carta, el senor Zamaretti, el librero, y Alexandrine, la florista, que habian recibido el mismo correo de la prefectura, subieron a visitarme. No se atrevian a mirarme a los ojos. Sabian que a ellos no les resultaria tan terrible; siempre habria un hueco en la ciudad para un librero y una florista. Pero sin la renta de los locales comerciales, ?como llegaria yo a fin de mes? Soy su viuda y sigo alquilando los dos locales que me pertenecen, uno a Alexandrine y el otro al senor Zamaretti; como lo hacia usted, como lo hizo su padre antes que usted, y el padre de su padre. Un panico frenetico se apodero de nuestra callejuela, que no tardo en llenarse del bullicio de todos los vecinos, carta en mano. !Que espectaculo! Todo el mundo parecia haber salido de sus casas y todos vociferaban, hasta la calle Sainte-Marguerite: el senor Jubert, el de la imprenta, con el delantal manchado de tinta, y la senora Godfin, de pie en el umbral de su herboristeria. Tambien estaba el senor Bougrelle, el encuadernador, fumando en pipa. La picaruela senorita Vazembert, la de la merceria (usted no la conocio, alabado sea el Senor), iba y venia por la acera, como pavoneandose, con un mirinaque nuevo. Nuestra encantadora vecina, la senora Barou, me dedico una gran sonrisa cuando me vio, pero me di cuenta de lo desesperada que se sentia. El chocolatero, el senor Monthier, era un mar de lagrimas. El senor Helder, el propietario de ese restaurante que tanto le gustaba a usted, Chez Paulette, se mordia nervioso el labio, lo que le agitaba el poblado bigote. Yo llevaba puesto un sombrero, nunca salgo sin el, pero, con las prisas, muchos olvidaron el suyo. El mono de la senora Paccard amenazaba con desmoronarse cuando meneaba con furia la cabeza. El doctor Nonant, tambien con la cabeza descubierta, agitaba el dedo indice rabioso. El senor Horace, el tabernero, consiguio que se le oyera entre el tumulto. Desde que usted nos dejo, el sigue siendo el mismo. Quiza tenga el pelo rizado algo mas gris y su panza haya adquirido una pizca de volumen; sin embargo, sus maneras estridentes y la risa sonora no se han debilitado. Sus ojos, negros como el carbon, echan chispas. --Senoras y senores, ?que hacen chismorreando a voz en grito? ?De que nos servira eso? Les invito a una ronda a todos, !tambien a los que no frecuentan mi antro! Por supuesto, se referia a Alexandrine, la florista, a quien le repugna la bebida. Un dia me conto que su padre habia muerto alcoholico. -
Mercurio retrogrado de Elsa Tablac
https://gigalibros.com/mercurio-retrogrado.htmlNo, yo no voy a cenar. Pero tu come tranquila, faltaria mas. El tipo exhibio otra vez su sonrisa blanca y perfecta y acto seguido dio un nuevo sorbo a su agua con gas. Pestanee varias veces, navegando entre la inercia y la incredulidad. ?En serio me estaba pasando esto? --?No vas a comer nada? --insisti sutilmente--. Crei que cenariamos algo. Quiero decir, por la hora que es... Mire mi reloj, aunque sabia perfectamente que hora era: !la hora de huir de aquella cita decepcionante! --No quiero romper mi ayuno --contesto el, imitando mi gesto y echando un vistazo a su reloj. --Tu ayuno. --Ayuno intermitente. Raul --o al menos asi se suponia que se llamaba, no me habia ensenado ninguna identificacion-- se dio unos golpecitos en los abdominales. Aguce el oido, casi se podia escuchar el acero que habia debajo de aquella camisa. De repente lo del ayuno tenia cierta logica. Ese cuerpazo moldeado por el crossfit debia someterse a unas dinamicas mas o menos estrictas. Y la dosis de carbohidratos que yo estaba engullendo en su presencia no estaba entre ellas seguro. --Quiero quitarme pronto los dos kilos extra de las vacaciones --dijo. Se senalo el labio. --Tienes… mayonesa. Horrorizada, eche mano de la servilleta, golpeando de paso mi copa de vino, que acabo desparramada por la mesa. !Hola! Mi nombre es Miranda Tuna y me pillas en medio de la cita mas desastrosa del ano; buscando ya la salida de emergencia con la mirada. La verdad es que en lo profesional no puedo quejarme; dirijo una de las revistas de cotilleo mas vendidas del pais: ALOHA. Y eso, teniendo en cuenta que a estas alturas del siglo veintiuno las revistas en papel son practicamente un muerto que se acumula en cafeterias y peluquerias, es todo un logro. Otro tema es el asunto masculino que, sorprendentemente, no se me da tan bien como cabria esperar. Asi que ahi estaba esa noche en un animado bar de copas cercano a la Gran Via, acompanada del tal Raul, alias "el crossfitero", mientras un pequeno reguero de mayonesa se escapaba entre mis labios. Estaba descolocada, esa es la verdad; y obviamente ya habia tachado el nombre de aquel chico de mi lista en el momento en que se nego a pedir algo de cenar y me dejo a mi sola delante de un delicioso taco mexicano. !Pero es que tenia hambre! Una copa de vino y un taco era todo lo que necesitaba para reconducir mi dia despues de una intensa jornada en la redaccion de la revista. Solo a mi se me ocurre tener una cita despues del trabajo con un hombre que ni siquiera tiene la decencia de acompanarme en una cena rapida y se limita a pedir un agua con gas y a senalar que una salsa resbala por mi cara. Era atractivo, si, y tenia un cuerpo de escandalo, pero como dice mi madre, "acababa de volcarme el guiso". Engulli el resto del taco en dos bocados y me limpie con la servilleta sin pensar mucho en la destruccion del pintalabios. --He de irme --le anuncie. --?Como? --Estoy muerta de cansancio, ha sido un dia muy largo. Se callo, consciente de que en el fondo el tampoco queria alargar aquella cita sin sentido. --Solo hace media hora que hemos llegado --me dijo. Levante el dedo para llamar la atencion del camarero. Nos trajo la cuenta y observe, perpleja, como mi acompanante no hacia ni el mas minimo gesto de echar mano de su cartera. Creo que mi cara me delato. --?Te importa? --inquirio--. Solo he pedido un agua con gas. Yo solo queria salir de alli. --Claro, no te preocupes. Hoy pago yo --dije. Hoy. No habria ningun otro dia, y ambos lo sabiamos. Pague la cuenta (el taco, la copa de vino derramada y el agua con gas del crossfitero) y sali del local. El me dijo que iba al bano, pero no lo espere. Me largue de alli a la francesa, sin despedirme. ?Para que? Tengo tantas citas insulsas con desconocidos a mis espaldas que, la verdad, me daba permiso a mi misma para ahorrarme ciertas despedidas que no conducirian a ningun sitio. Empece a andar a toda prisa, como si me hubiese ido sin pagar. Pense en parar un taxi, llegar a casa y sumergirme un buen rato en la banera; pero cuando me di cuenta ya habia caminado unos veinte minutos a pesar de que no llevaba los zapatos mas comodos del mundo. Me habia detenido en un semaforo mas tiempo de la cuenta y habia borrado de mi movil las cuatro aplicaciones que habia estado usando en el ultimo ano para ligar. Se acabaron las apps, pense. Desisto. Ha sido entretenido, interesante a ratos, pero lo que busco o, mas bien, lo que me gustaria encontrar sin necesidad de buscarlo, no esta tras la pantalla del telefono. Realmente no se donde esta, pero yo ya habia tomado una de mis decisiones categoricas y repentinas. Se habian acabado las citas con desconocidos. Y en el mismo momento en el que me senti plenamente liberada de esa extrana carga autoimpuesta levante la vista y lo vi. Era alto, tendria mas o menos mi edad, unos cuarenta anos. La piel demasiado bronceada para nuestra ciudad sin mar, la mirada azul, dura y concentrada en algun punto fijo sobre mi hombro. Lo supe porque el corazon me dio un vuelco. El estaba esperando en la otra acera a que el hombrecillo verde apareciese. Es decir, lo normal seria que nos cruzasemos en ese paso de cebra, con suerte nos observariamos mutuamente durante unas decimas de segundo y no nos volveriamos a ver jamas. Asi son la mayoria de encuentros fugaces en la ciudad. Ese dia, sin embargo, mi cuerpo, o tal vez mis zapatos se rebelaron. El apuesto desconocido y yo nos cruzamos en el asfalto, y mientras me acercaba a su hombro izquierdo me dije a mi misma: si me mira, me dare la vuelta y caminare tras el. "Caminare en la misma direccion que el" es una manera sutil de referirse a "lo perseguire". Y eso sucedio. Nos cruzamos, nos miramos como si estuviesemos solos en el centro de la ciudad y reconociesemos a alguien de nuestra misma especie en un Arca de Noe. Deje pasar unos segundos, me gire y camine tras el. Es absurdo, lo se. Pero lo hice. Me convenci a mi misma mientras aligeraba el paso con algunas excusas banales: Tomatelo como un poco de ejercicio extra, Miranda: te sienta muy bien dar paseos largos. La cita ha acabado antes de lo previsto, aun es pronto. Jamas has hecho eso… seguir a un desconocido por la calle, !puede ser excitante! ?Donde ira? Lo dicho, me gire sobre mis tacones y camine tras el apuesto moreno a cierta distancia durante unos quince minutos, sin tener la menor idea de quien era ni hacia donde se dirigia. Serpenteamos por las calles del centro y pronto la distancia fisica entre nosotros fue aumentando, hasta que me detuve bruscamente en otro paso de peatones. Un taxi con la luz verde se detuvo a mi lado. ?Que demonios estas haciendo, Miranda Tuna? Levante la mano y el taxista detuvo el coche a mi lado. Abri la puerta trasera y murmure mi direccion. Iba siendo hora de poner punto final a aquel dia infame. Me fui a casa. Y sin embargo, resulta que ni en casa puede estar una tranquila. Abri la puerta y segui el pequeno circuito de rituales cotidianos con los que me encuentro todas las noches al llegar (si, has leido bien: solo voy a casa a dormir), abrir la nevera, dar un trago del tetra brik de leche de la nevera, descalzarme, coger los zapatos y llevarlos hasta mi armario. Y justo entonces, el ultimo desastre del dia. El estante superior donde estaban perfectamente ordenados la mayoria de mis preciados zapatos se partio por arte de magia. Todos los zapatos cayeron encima de mi. Me llovieron los tacones y las plataformas. ?Te imaginas una muerte mas ridicula? Murio sola en casa, aplastada por su propia coleccion de zapatos; y por supuesto, posteriormente fue devorada por su gata. Tras unos segundos de aturdimiento, consegui ponerme de nuevo en pie. Unas plataformas de Prada habian aterrizado sobre mi frente, provocando una pequena herida. Pero en fin… !Sorpresa! Seguia viva