• labios de piedra - Nancy Huston

    https://gigalibros.com/labios-de-piedra.html

    En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografia de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudonimo de Pol Pot, y la contrapone a su propia historia de joven rebelde, a traves de Dorrit, su alter ego. Nacida en Canada, su rechazo a una vida programada la lleva a labrarse su propia formacion intelectual y humana. Su busqueda la llevara al mismo Paris efervescente y radical que anos antes habia pisado Saloth Sar. Emigrado a Paris desde Camboya, Saloth Sar transformara su marxismo teorico en hechos y, ya como Pol Pot, sumira a su pais en un horror sin precedentes.

  • LABIOS DE PIEDRA | NANCY HUSTON | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-labios-de-piedra/9788417747947/10096886

    13 nov 2019 — En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, ...

  • Labios de piedra (Narrativa) Versión Kindle - Amazon

    https://www.amazon.es/Labios-piedra-R%C3%BAstica-Narrativa-Huston-ebook/dp/B07ZQT1H5Z

    Código QR para descargar la app de Kindle. Mirar en el interior de este libro. Labios de piedra (Narrativa) de [Nancy Huston, Antonio Soler] ...

  • LABIOS DE PIEDRA | Traficantes de Sueños

    https://traficantes.net/libros/labios-de-piedra

    En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, y la contrapone ...

  • Labios de piedra - Galaxia Gutenberg

    http://www.galaxiagutenberg.com/libros/labios-de-piedra/

    13 nov 2019 — En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Salot Sar, ... y matándose dentro de sus libros… y sonriendo, fuera de ellos, ...

  • Labios de piedra - Libro de Nancy Huston - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/104926/labios-de-piedra

    En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Salot Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, y la contrapone ...

  • LABIOS DE PIEDRA - Laie

    https://www.laie.es/es/libro/labios-de-piedra/9788417747947/919705

    En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los ... seguirá torturándose y matándose dentro de sus libros... y sonriendo, ...

  • labios de piedra - Grant Librería

    https://www.grantlibreria.com/libro/labios-de-piedra_13718

    En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo el pseudónimo de Pol Pot, y la contrapone ...

  • Labios de piedra - Nancy Huston -5% en libros | FNAC

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    Labios de piedra, libro o eBook de Nancy Huston. Editorial: Galaxia gutenberg. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • labios de piedra - huston, nancy - Librería La Puerta de ...

    https://www.puertadetannhauser.es/libro/labios-de-piedra_35675

    LABIOS DE PIEDRA, HUSTON, NANCY, 17,50€. En Labios de piedra, Nancy Huston traza la biografía de Saloth Sar, uno de los mayores genocidas del siglo xx bajo ...

  • El viejo teatro de la noche. Acto de sombras de Juanma Martin Rivas

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    Son una voz sin rostro, la sensacion de que hay alguien donde no hay nadie.Son algo atrapado entre nuestro mundo y el siguiente.Esperan agazapadas al otro lado, oliendonos, sintiendonos.No suba esas escaleras, Vanessa ya no es lo que usted recuerda.No debe mirarla, no debe buscarla, no debe tocarla? Esta advertido.? Barcelona, 1904. A traves de la ventana del tranvia Gabriel cree ver a un fantasma. Pero Vanessa desaparecio, murio, eso le dijeron al volver de la guerra, sinembargo? Una de las ultimas anotaciones en su diario habla de un lugar, un teatro, pero cuando Gabriel cruce sus puertas la realidad comenzara a disolverse poco a poco. Alli, la magia parece a un latido de existir, personajes desconcertantes le invitan a creer de nuevo en la vida o a desconfiar de las sombras. Si insiste en adentrarse en ellas podria hallar incluso? monstruos.

  • Una relacion inapropiada de Hilda Rojas Correa

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    Lady Olivia ha pasado los ultimos tres anos enclaustrada en un bosque, al norte de Inglaterra. Sin embargo, no lo lamenta,
    esta conforme con su existencia llena de esfuerzo y estrecheces, muy lejos de Londres y de las estrictas normas que rigen a
    la alta sociedad. Esas mismas normas provocaron que su familia la repudiara, y apenas le permitieron quedarse con lo mas
    preciado de su vida, su hijo.
    Andrew Witney, antes de ser el vizconde Rothbury, era veterano de las guerras napoleonicas y tenia la vida de un hombre comun. Nada hacia presagiar que obtendria su titulo gracias a una tragedia familiar, y junto con ello, hacerse cargo de un
    sinfin de responsabilidades propias de su posicion, para las cuales nunca estuvo preparado, entre ellas, engendrar un heredero.
    Eso es lo mas complicado, no porque no quiera, sino porque nadie es capaz de mirarle a la cara sin hacer una mueca de
    repulsion. Su fealdad y cojera le dan el triste apodo de <>.
    En las aguas heladas de un lago comienza la verdadera historia. Un encuentro fortuito desencadenara la union de sus vidas de manera dulce y natural. Pero para el resto de la sociedad, ese amor que nace entre ellos solo podra ser catalogado de una
    manera: como una total y absoluta relacion inapropiada.

  • Las hermanas Sunshine de Jane Green

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  • Amor accidental de Marisa Ayesta

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    Iciar Albatrecu es testigo involuntario de como dos hombres se alejan de un restaurante tras cometer sendos asesinatos. Su declaracion ante la policia hara que se vea envuelta en una trama donde la mafia china en la provincia ha dado la orden de acabar con ella. Perseguida y asustada, encontrara la seguridad en los brazos del policia nacional Pau Salas, hacia el que surgira un amor tan accidental y repentino como la voragine de asesinatos e intrigas que les rodean.

  • Siete susurros de Roser A. Ochoa , Yolanda Garcia

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    Desde el principio de los tiempos han existido romances que se hicieron eternos. Entre estas paginas encontraras siete efimeras historias de amor, cargadas de ternura, sensualidad, nostalgia, magia, alma…

  • Amor Encubierto de Rose Marie

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    El amor puede existir bajo cualquier circunstancia: tiempo, lugar, lo que sea … puede suceder. Puede cambiar toda una vida con su presencia, con su luz. Aqui hay una historia que sucedio en mi vida y me convencio de la verdad de que el amor es mas poderoso que cualquier otra cosa … y de todos modos puede existir. Cuando nos acercamos al lugar donde nos habian enviado, alguien grito “emboscada”. y tuvimos que extendernos y correr. Las balas comenzaron a llover sobre nosotros desde un lugar que nadie podia ver. Me tire al suelo, cubriendome los ojos, como si eso pudiera haberme protegido de las balas. Despues de un rato, el sonido se detuvo. Mire hacia arriba: todo el grupo se habia dispersado en el campo que estaba intercalado con empinadas trincheras y valles. Me levante y camine sin rumbo unos pasos, cuando una mina de campo exploto a mi lado, arrojandome al borde de un pozo y cubriendome con un monton de tierra polvorienta. Casi me caigo en la gran trinchera de abajo. Era el borde de una grieta en el suelo, hecha por un terremoto o explosiones previas. Me puse de pie, tratando de alejarme del suelo resbaladizo bajo mis pies y esparci la tierra de mi cabeza. ajustando el casco de metal. De repente, escuche una voz desde abajo: “Oye, ?quien esta alli?” Mirando hacia abajo, me di cuenta de una nina. Un soldado tambien. No fue una sorpresa que la guerra tambien reclutara chicas, pero fue sorprendente verla alli, en la zanja. Su largo cabello le caia sobre los hombros, debajo del casco. Sus ojos verdosos me miraban extranamente y brillantemente. “Me cubriste de polvo”, dijo en tono de broma y sonrio, esparciendola de su uniforme. “?Como llegaste alli?” Le pregunte con curiosidad. “Probablemente de la misma manera que casi lo hiciste”, respondio ella y siguio sonriendo. Eso me parecio divertido y me rei. Ella tambien se rio y luego dijo: “?Me ayudaras a salir?” “Claro”, dije y extendi una mano. Sus largos dedos, del color de la palida luz de la luna me llamaron la atencion. Cuando se paro a mi lado, me di cuenta de que probablemente tenia la misma altura y edad que yo. Los dos teniamos apenas dieciocho anos, no estabamos listos para la guerra y no estabamos listos para exponernos a un peligro inminente, pero nos reiamos de eso con ese desafio inconsciente que tienen los jovenes, con una certeza inexplicable de que de alguna manera eramos invencibles y no nos afectaba lo que sucediera a su alrededor. nos. “!Gracias!” Se sento y comenzo a rascarse el barro de sus botas. Queria salir de la trinchera, pero una bala chisporroteo en mi oido, asi que me agache en la zanja. Me sente a su lado, mientras ella limpiaba sus botas con un palo. “?De que unidad eres?” Yo le pregunte a ella. “Veinte. ?Que pasa contigo?” “Veintiuno.” Ella me miro atentamente. Sus ojos tan llenos de luz me asombraron. “Podriamos tener que arrastrarnos para salir de aqui”, dije. “Hmm … no importa, los dos hemos terminado”, respondio un poco disgustada. “!Vamonos!” Saltamos de la zanja al mismo tiempo, arrastrandonos y rodando rapidamente bajo las balas voladoras hasta llegar al bosque. Luego corrimos para encontrar a nuestros camaradas entre los arboles. La vi desaparecer y lamente un poco no haberle preguntado su nombre. “De todos modos, podriamos no volver a vernos, asi que …” Pense para mi mismo. Mis camaradas ya estaban reunidos en la fila. El oficial al mando me vio integrarme entre ellos y me pregunto severamente: “!Tu! ?Donde has estado?” “Hubo una explosion cerca y me cai en una zanja y …” !Saca las manos de los bolsillos y no vuelvas a alejarte del grupo! ?Entendido?” “Si.” Irritado por no haber dicho “Si senor”, el oficial me dio la espalda y nos ordeno que subieramos a la cima del bosque profundo. Por la noche llegamos a los barracones que representaban nuestros cuartos en esa montana. Habia sido un camino largo y agotador, asi que cuando llegamos alli, tenia hambre y sueno, asi que me meti en la cama de inmediato. Temprano en la manana la sirena ensordecedora me desperto. Fui al bano y encontre solo agua helada en los grifos, asi que me lave la cara y sali al patio. Todos ya estaban en linea otra vez. El comandante me fruncio el ceno. La luz de la manana fue repentinamente aguda y cegadora. !Siempre estas separado del grupo, soldado! ?No escuchaste la sirena? “Yo hice.” “Entonces, ?por que no te moviste mas rapido y llegaste a tiempo para la salida de la manana?” “Fui al bano.” Las lineas comenzaron a reir, sus voces se alzaron en el aire despejado de la manana. “!Silencio!” rugio el oficial. “Ve a tu casa ahora y no hagas que esto vuelva a pasar, ?me oyes?” “Si.” “?Si que?” “!Si senor!” “Cuando un oficial superior te esta hablando, debes pararte derecho. ?No lo sabias? “Si senor, lo sabia”. “Entonces, ?por que no lo hiciste?” “No podia recordarlo”. “?Que quieres decir con que no te acuerdas?” “Si me esta gritando, no puedo recordar todo lo que debo, senor”. El comandante me miro, tratando de ver si me estaba burlando de la situacion o si realmente queria decir lo que dije. No podia decidir, asi que nos grito que fueramos a desayunar: !Al comedor, soldados! !Moverse!” La cantimplora se lleno repentinamente de ruido, charla y tintinear platos. Comi en silencio, solo en mi mesa. No conocia a nadie lo suficiente: no habia habido tiempo para ello. Nos habiamos reunido y subido a toda prisa la montana para fortalecer los puestos defensivos, incluso antes de que pudieramos mirarnos. Entonces oi mas ruido en las puertas de la cantina: un nuevo grupo entraba a desayunar. “Unidad veinte”, dijo alguien a mi lado y levante la vista con curiosidad. Eran en su mayoria chicas. Los muchachos de la cantina silbaron alegremente, dando la bienvenida a los hermosos soldados que parecian esperar eso y no prestaron mucha atencion a la atmosfera. Tenian hambre y solo les importaba la comida en ese momento, que rapidamente colocaron en sus bandejas. El comandante anuncio que la nueva unidad se mezclaria con la nuestra, por lo que tuvimos que dejarles espacio en los barracones. Acababa de terminar el desayuno y me quede mirando a las chicas desempacar en el patio. De repente, vi al que habia conocido un dia antes, en la zanja. Ella estaba luchando con una mochila. Me acerque a ella. “Hola. ?Como estas? ?Puedo ayudarte?” Ella me miro y no parecio sorprendida. Ella me permitio ayudar, aceptando algo cansado: “Si quieres, puedes llevar esta mochila; es un poco pesado “. Yo lo levante. “?Cuales son los barracones donde nos quedamos?” Pregunto, mirando a su alrededor aburrida y desprendida, como si hubiera visto suficiente y ya habia tenido suficiente. “Aqui. Esos son los cuartos de los oficiales. Nos quedaremos en este otro lado. ?Por que llegaste tan tarde? Llegamos ayer. ?No se suponia que estabas aqui al mismo tiempo? Mis preguntas le hicieron responder simplemente: “No lo se. Nuestro guia probablemente se desvio. Fue un largo camino por el bosque. En realidad, fue una pista bastante miserable “, dijo con disgusto. Abri la puerta del barracon. “Puedes elegir tu lugar, hay suficientes disponibles. Tenemos camas bunker. “?Donde te estas quedadando?” ella me pregunto de alguna manera desorientada e indecisa. “Estoy aqui, la cima. El de abajo es gratis. “Perfecto. Prefiero el de abajo. Me quedare aqui, si no te importa. Parecia sentirse segura a mi lado, asi que coloco su mochila en la cama y se sento en el borde, mirando desolada. Entonces, de repente, recordo algo y levanto la vista alegremente: “Vamos a presentarnos el uno al otro. Nos hemos conocido, pero no se tu nombre. “Es Ky”. Me miro atentamente y sus ojos brillaron con una luz profunda. “Ky”, sonrio mientras decia mi nombre. “Te conviene. Me llamo Seloren. Le estreche la mano otra vez, la misma mano palida a la luz de la luna con dedos delgados. “Encantado de conocerte, Seloren”. Su nombre era tan delicado y refinado como sus manos. Me sorprendio la chica inusual que de alguna manera habia aterrizado en el mismo bosque, en la misma montana, en el mismo barracon que yo. Parecia cansada y se quito las botas, estirandose sobre la manta aspera. El cuartel de madera estaba vacio. Todos seguian en la cantina. “No comiste mucho” me di cuenta. “?No quieres el desayuno? Podria traerlo para ti. “Eso es bueno, pero no me gusta la comida que nos dan. Debo tener cuidado con lo que como. Tengo unos bocadillos en esta mochila. “Te dejare descansar ahora”. Sali, mientras los soldados se reunian para recibir las instrucciones en el patio. Tuvimos que hacer un horario para patrullar el bosque y no queria terminar en el turno de noche, aunque de alguna manera sucedio. Mientras cruzaba el patio, el comandante me vio. “!Tu! ?Estas perdiendo el tiempo deambulando? ?No tienes nada mejor que hacer, soldado? “Iba a revisar el horario”. “Simplificare el horario para ti: !ve a la cantina y ayuda a lavar los platos! ?Ya llegaste? !Moverse!” Tenia que ir a la cocina, asi que el horario se decidio en mi ausencia … y tuve el turno de noche, por supuesto. Por la noche, el bosque estaba lleno de sombras al acecho, ramas quebradizas, buhos chirriantes, movimientos inesperados de hojas y nos asustaba el mas minimo sonido. Nos pusimos nuestras gafas de vision nocturna, por lo que al menos pensamos que de alguna manera estabamos mas seguros, aunque todavia era desconcertante, mirar hacia la oscuridad y caminar sobre nuestros pies. Cerca del amanecer regrese y me meti en la cama. Todos estaban dormidos. Seloren tambien estaba dormido.

  • Casi sin querer de Jose A. Gomez Iglesias

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    El amor algunas veces es tan complicado como impredecible. Pero al final lo que mas valoramos son los detalles mas simples, los mas bonitos, los que llegan sin avisar. Y a la hora de escribir sobre sentimientos, no hay nada mas limpio que hacerlo desde el corazon. Y eso hace @Defreds en este libro.

  • Instantaneas de Claudio Magris

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    El lector encontrara aqui textos breves capaces de capturar lo que tiende a escurrirse entre los dedos, de retratar con perspicacia y acidez comportamientos humanos, de observar el mundo con una sofisticada mezcla de humor, melancolia, bondad y sabiduria. El resultado es un ramillete de deliciosas miniaturas en las que asoman temas, personajes y situaciones variopintos: la ciudad de Trieste; un episodio comico vivido en la Galeria Leo Castelli de Nueva York que ilustra las imposturas del arte de vanguardia; el modo ridiculo en que Thomas Mann se entera del inicio de la Segunda Guerra Mundial; los editores que imponen finales felices a los autores a los que publican; el secreto motivo por el que una conferencia muy erudita y potencialmente soporifera se llena a rebosar; los congresos culturales y el sexo; la soledad de las parejas...

  • Desnuda mis cicatrices (Besos y venganza 1) de Paula C. Marquez

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    Samantha nacio para ser lider de la guerra familiar. Capaz, divertida e inteligente, prometia ser mucho mas que sus primos varones. Era el orgullo de la familia Varsole, aquella que por fin acabaria con los Uzcategui, los mayores enemigos de esta familia.
    Habia nacido para ser la asesina mas letal.
    Entonces un dia Samantha huyo decepcionandolos a todos.

  • Al diablo! con el amor de Vanessa Lorrenz

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    A la cuenta de tres, !fondo chicas!-- Sophie sonrio al escuchar a sus amigas, que reian a carcajadas y levantaban sus copas al aire, esa noche terminarian mas borrachas que nada, pero valia la pena. Era su despedida de soltera, por fin todos sus suenos se harian realidad. --Por Sophie y Frank, porque tengan una vida con mucho sexo salvaje. Todas se soltaron a reir como locas, y ella las observo lentamente a todas, sus tres amigas, Emily con sus cabellos rubios platino y esos ojos color azul con los que a tantos hombres habia cautivado, claro el cuerpazo tenia mucho que ver, parecia modelo de television y se dedicaba a atender su pequena pasteleria en el centro de la ciudad, Marian una linda y simpatica morena, con espectaculares curvas que iban mas alla de lo que dictaba la moda, pero ella era feliz y muy guapa, era la clienta numero uno de Emily y se dedicaba a la publicidad colaborando en una revista muy importante y Zoe una hermosa triguena, con su cabello castano y unos espectaculares ojos color miel, era la mas menudita de todos, a primera vista los hombres pensaban que era una damisela en apuros pero nada mas lejos de la realidad, su amiga era una autentica furia si se lo proponia no por nada era la mejor abogada de la ciudad. Eran unas autenticas brujas cuando querian, pero tambien eran las mejores amigas que cualquier chica pudiera tener. Esa noche estaba celebrando que por fin despues de seis anos de relacion, Frank su novio desde el instituto estaba dispuesto a comprometerse con ella y formar una familia juntos. En verdad no podia pedirle mas a la vida, estaba tan contenta. -- ?Sabes que hora es Sophie?-- alzo la mano para observar su reloj haciendose la tonta, solo esperaba que sus amigas no contrataran a uno de esos desnudistas para que le hiciera un bailecito -- No seas tonta Sophie llego la hora de los regalos. Bueno la situacion comenzaba a ser fabulosa, claro, con lo que ella no contaba es que las alocadas de sus amigas le regalaran todo un set de articulos sacados directamente de un libro erotico, de esos que estaban tan de moda, no, si esas mujeres no podian ser normales ?verdad?, tenian que regalarle, unas esposas, cuerdas, lenceria,<< aunque esta si que era mona>>, penso mientras seguia sacando los articulos de una enorme canasta, encontrandose con un libro del Kama Sutra, correas, !por dios! Que clase de amigas tenia, estaban todas como para mandarlas al psiquiatrico. --Chicas en serio, parece que no me conocen. --Porque te conocemos, estamos seguras de que Frank estara encantado con los regalos, mira amiga cuando llegue, lo atas a la cama y no lo dejes que se levante de ahi hasta que quede todo seco, por tanta accion --. Dijo Zoe provocando que todas estallaran en carcajadas. Dejo la enorme canasta a un lado y se dispuso a disfrutar lo mas que pudiera de esa escapada nocturna. Las bebidas parecian que nunca se terminaban, y ella ya se sentia un poco achispada. Bailaron toda la noche, rieron hasta que les dolio el estomago, charlaron contando antiguas anecdotas de cuando se conocieron, y despues sucedio lo que ella tanto temia, sus amigas contrataron a uno de esos hombres que bailan con muy poca ropa. Ella tenia puesto un velo en su cabello sujetado por una corona lo que claramente la identificaba como la novia. De pronto de la barra central del antro salieron cinco hombres vestidos de sexys oficiales de policias, vaya estaban para comerselos, pero se recordo interiormente que ella estaba comprometida con un magnifico hombre, el cual estaba celebrando su despedida de soltero en las vegas. Penso seriamente en cuantos anos le darian de carcel por matar a sus examigas, por lo menos ellas se la estaban pasando en grande riendo a carcajadas, cuando los hombres la rodearon bailando sensualmente, provocando que ella se sonrojara. !Pero es que esos hombres no sabian lo que era el pudor!, bailaban casi restregandose encima de ella, !Santo dios!, el hombre que se habia sentado a horcadas encima de ella y la miraba como si fuera un suculento pastel, estaba que daba miedo de lo guapo que era, vale que ella tambien era mujer y el hecho de que estuviera comprometida no afectaba nada, estar a dieta no impide que se le eche un buen vistazo al menu de postres, eso decia su abuela ,y este postre era en verdad muy, muy apetecible. Este hombre la miraba sonriendo con un brillo especial en los ojos, como cuando alguien esta frente a un gran reto, y era obvio que el reto era ella, pero se tenia que concentrar en su novio, ella era una novia amorosa y fiel, que jamas osaria en faltarle a su amado Frank, no caeria bajo el embrujo de esos ojos del color de la miel fundida, ni tampoco se dejaria tentar por eso firme musculatura que se apreciaba a ver bajo la camisa de policia, no, ella era una psicologa, recien graduada pero al fin y al cabo era una profesional centrada. Por eso no caeria en la tentacion de esos gruesos labios, !no, no y no! Definitivamente se habia vuelto loca, no sabia porque parecia como si todo el mundo hubiera desaparecido, como si cuando sus miradas se encontraron el mundo simplemente se hubiera detenido. Y fue en ese preciso momento que la mujer profesional y centrada desaparecio, y obviamente tambien fue el momento de su perdicion. Capitulo 2 Una luz resplandeciente la estaba matando, sentia que la cabeza le explotaria en cualquier momento, abrio un ojo para darse cuenta de que no estaba en su habitacion. Trato de recordar en que lugar extrano se habia metido, pero a su mente no le llegaba nada, se trato de levantar pero el dolor de cabeza no dejaba de martillarla. Estaba a penas acostumbrandose a la luz cuando un golpe la sobresalto, un brazo se poso encima de su cintura, por instinto y constandole la vida misma, giro la cabeza para ver como su mundo se caia a sus pies. Ahora como demonios iba explicarle a Frank que le fue infiel el dia de su despedida de soltero. Sin saber de donde saco las fuerzas suficientes, se levanto de la cama para buscar su ropa que estaba tendida en lo que parecia la sala del departamento, se puso el vestido color rojo entallado y se recogio su cabello pelirrojo en una coleta alta, las zapatillas eran un problema, no se veia con las suficientes fuerzas para salir caminando con un tacon del numero 12. Tomo su cartera, verifico que estuviera todo dentro y se marcho del lugar. Tuvo suerte porque en cuanto salio al exterior del bloque de departamentos, un taxi paso y le pidio que la llevara con direccion a la casa de Frank, tenia que hablar con el, no queria ocultarle nada y la pena la estaba matando. Esperaba que su prometido se tomara con calma el asunto, pero tampoco era como si se lo fuera a tomar de manera tranquila, rogaba para que fuera mas fuerte su amor ante las adversidades. En cuanto llego a su destino, abrio la puerta con su propia llave y subio a buscar a su prometido, en las escaleras fue encontrando una camisa y corbata tiradas, sonrio pensando que seguramente el tambien habia disfrutado de la noche con sus amigos. Claro que su sonrisa se esfumo cuando llegando a la habitacion encontro un vestido de encaje negro, y una tanga del mismo color. Pero eso no podia ser, su respiracion se comenzo a acelerar, pero se obligo a tranquilizarse, despues de todo ella tambien le habia fallado. Unos gemidos del otro lado de la puerta le hicieron apretar los punos furiosa, estaba bien, ella tambien se habia acostado con otro, pero no por eso habia repito en la manana, es mas, estaba tan borracha que dudaba que hubieran tenido sexo. Los gritos de la mujer mientras nombrada a su prometido la hicieron entrar hecha una furia para confirmar sus peores sospechas, la secretaria de su marido estaba subida a horcadas en el, mientras este se movia desenfrenado embistiendola. !Eso no le estaba pasando a ella!, seguramente era una pesadilla de la que pronto se despertaria y se daria cuenta que solo era un sueno, o eso pensaba hasta que Frank la vio y salio disparado de la cama cubriendose con una sabana, mientras su amante caia al suelo totalmente desnuda. --Cielo, no es lo que piensas--Vaya con los tios, si que son idiotas, en verdad piensan que alguna vez nos tragaremos esa historia--Todo esto tiene una explicacion. -- !Si!, y !?cual se supone que es?!-- grito frustrada porque aquel hombre al que habia amado, la trataba como a una tonta--Estabas practicando para el concurso del toro mecanico con tu secretaria. --Sophie necesito que me dejes explicarte-- Frank extendio una mano queriendo alcanzarla y entonces ella se dio cuenta de que aquello era un callejon sin salida. -- !Te casaste Frank!, ?con tu secretaria? ?En serio?--dijo senalando el anillo de bodas de esos que venden en las Vegas, cuando te escapas para casarte en uno de sus casinos. --Cielo, dame tiempo, anulare la boda, todo sera como antes, pondre a mis mejores abogados para que la anulacion de esta boda sea mas rapida y poder casarnos en la fecha que ya teniamos. -- !?Que?!-- Natalia la secretaria de Frank les miraba desde la cama, donde habia tenido la decencia de taparse. Ella la miro con lastima, aunque en realidad la tendria que estar fulminando y queriendo matarla, pero por extrano que pareciera, por mas que se esforzara solo sentia lastima, otra tonta que cayo en las garras de Frank. --Sabes algo Natalia, tu ganas !quedatelo!, pero te voy a decir algo, si empezo esta relacion enganandome a mi, que esperas tu de todo esto, !suerte querida! Espero que el karma pronto de encuentre. Sin mas salio de la habitacion ignorando los gritos de Frank, ahora tenia que pensar en como seguir con su vida, esa vida que ella tanto habia planeado, lo peor de todo es que seguramente, solo ella tendria que dar la cara delante de todos para cancelar la boda.

  • Cero se repite siempre de G. S. Prendergast

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    OCTAVO es un soldado de bajo rango del ejercito Nahx carente de voz propia, pero sabe cual es su deber: proteger a su companera, y dejar que sea ella quien dispare, quien mate a los humanos. RAVEN es una chica de dieciseis anos de edad que se encuentra en un campamento de verano cuando ocurre la terrible invasion de los Nahx. Aislada en el bosque, Raven solo puede esperar el rescate, pero un alienigena asesina a su novio y ella se oculta para evitar sufrir su mismo destino. Arrojados en un mundo violento y desconocido, Octavo y Raven son presas del odio y el miedo. Pero cuando Raven es gravemente herida, y Octavo abandona su unidad de asalto, su supervivencia dependera de la confianza que puedan depositar el uno en el otro.

  • Estacion Uno de Rosario Jimenez Roque

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    Basada en la falsa noticia de internet llamada "la Mona Lisa de la luna", Estacion Uno, es un viaje en el tiempo con el espacio como escenario donde pasado y futuro se funden en una misma cosa.
    En un futuro no muy lejano la vida en la Tierra expira tras una inevitable tercera guerra mundial. Ragna y Neferu, dos humanoides creados artificialmente por los ultimos supervivientes, tienen la mision de encontrar un lugar similar al que una vez fue el planeta que dejan atras para recrear la vida de la Tierra. Sin embargo, sus experiencias durante el viaje, asi como las opiniones que cada uno se va formando sobre lo que significa el ser humano, les llevara a plantearse si es eso lo que deben hacer realmente.

  • Olivia y su caos de Christian Martins

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    La vida de Olivia Simmons es perfecta hasta que su nuevo vecino, el <>, se traslada al piso de enfrente. Desde entonces, todo se convierte en un verdadero caos.

  • Sera larga la noche de Santiago Gamboa

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  • Una extrana en la playa de Marie Hermanson

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    De nina Ulrika paso los veranos en Tangevik, una pequena ciudad costera, junto con su gran amiga Anne-Marie, la hija de los vecinos, hasta aquella noche de San Juan en la que todo cambio para siempre cuando la hermana adoptiva de Anne-Marie, una nina extrana y silenciosa, desaparecio en la playa.
    Veinticuatro anos despues, Ulrika regresa a Tangevik y recorre junto con sus hijos los escenarios de su infancia.

  • Ren. A microfono solitario de Kannah Winter

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    Nadie te prepara para sufrir, pero sin embargo, yo siento desde que el inicio de mi vida estaba mas que lista para sufrir.
    Cuando conoci a Ren esa noche de eterno invierno en la playa, supe que estaba mas que lista para sufrir sin importar que.
    Quizas mi madre siempre tuvo razon, dos personas que llevan el mismo nombre y se amen, eso no implica que puedan estar juntas. Quizas debi aprender de los errores de mis padres y cambiar la direccion de mi destino.
    Pero mi amor por la musica y por Ren me llevo a sufrir justo como todo estaba planeado. Quizas despues de todo debo esperar a que algo bueno suceda.
    Aquellas noches y conciertos, aquellas canciones y las melodias suaves del piano de Ren, esos son mis mejores recuerdos.
    Dime, Ren, tu que estas muerto, ?crees que naciste para sufrir?

  • El eco entre la bruma de Ricardo Ramos Rodriguez

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  • Cristina de Maria M. Villen

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    Cristina, una estudiante de Bellas Artes de diecinueve anos, coincide con Carlos, un atractivo millonario de mas de treinta, en una de las discotecas de moda de la ciudad. Aunque ella no lo sabe, es el vastago de una de las familias mas ricas del pais, que ha venido a hacer negocios con Santiago Altamiranda, dueno y senor de todos los negocios de la zona y del gran complejo Dark Side, donde se ofrecen todos los placeres a manos de prostitutas de lujo. Aprovechando una deuda con el padre de Cristina, Santiago la obliga a trabajar para el en el complejo. Asi es como la joven, apenas una nina, empieza su horrible andadura en el mundo de la trata de mujeres.

  • Posverdad y otros enigmas de Maurizio Ferraris

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    Si “Posverdad” de Matthew D’Ancona, publicado ya en esta coleccion, abordaba este asunto central en nuestros dias exponiendolo desde un punto de vista practico y politico, en “Posverdad y otros enigmas” el filosofo Maurizio Ferraris lo aborda de forma mas analitica y teorica, con el objeto de buscar el origen y los fundamentos de este fenomeno como <> y de proponer medios para combatirlo. Pese a los multiples argumentos que se dan para trivializarla, para Ferraris la posverdad es un concepto filosoficamente relevante y su surgimiento define una caracteristica esencial del mundo contemporaneo: la alianza entre la modernisima potencia de la web y el mas antiguo anhelo del hombre, a saber: tener la razon a cualquier precio. Otras obras del autor en esta coleccion: “La imbecilidad es cosa seria”.

  • La creacion de Eva de Federico Jeanmaire

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    Maruja acude a una iglesia porque necesita confesarse con el parroco del pueblo, el padre Jorge. Esta desesperada y se siente sola. Su pareja, el doctor Milbergen, ha muerto y teme que su cunado se quede con la casa. La confesion de Maruja se remonta a los anos en que su nombre era Jose Maria, los inicios de su relacion con el doctor, la operacion de cambio de sexo y los veinte anos de convivencia y amor que mantuvieron. Pero Maruja ve y describe el mundo en clave femenina, y de esa manera se apropia de la lengua como contrapeso de la mirada masculina que no solo impone el lenguaje. Tambien esta la mirada inquisitoria de los otros y de la propia Iglesia. Con esa particular manera de expresarse y en su dialogo confesional con el parroco, Maruja cuestiona temas como la transexualidad, la religion, la mentira, el deseo, la moral y el uso de la lengua.
    Al igual que en Mas liviano que el aire, Federico Jeanmaire devela, con humor y agudeza, la confrontacion que existe sobre las formas de ver, de vivir y de nombrar el amor.

  • Stripteacher de Lisa Aidan

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    ?Y si alguien te rompe tanto los esquemas que te hace replantearte todo lo que conoces?

  • Esperanza tuya – Emma K. Johnson de Emma K. Johnson

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    La tentacion entre ellos es demasiada, y el amor no sabe decir que no.

  • Nunca se sabe de Alberto Medina Moya

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    Si habia algo que le apasionaba, era asustar a la gente. En el momento y en la forma que fuera. Un buen susto le resultaba algo simplemente desternillante. Comenzo poniendo cara de psicopata con cuchillo al aparecer por detras de alguien que estuviera sentado tranquilamente en un parque. La pobre victima salia disparada del banco mientras el se revolcaba en el suelo de la risa. En otras ocasiones esperaba en el aparcamiento de un centro comercial a que llegara algun cliente, y cuando lo tenia identificado empezaba a seguirlo a unos metros de distancia. Al rato, en la zona de congelados, por ejemplo, se acercaba a el y le preguntaba si tenia un coche modelo tal matricula tal. Tras la respuesta afirmativa, le decia que se lo estaba llevando la grua. El desgraciado ponia esa maravillosa cara de horror, y salia pitando mientras el se aguantaba la risa hasta que no podia mas. El susto era su alimento, su vicio, su droga. Otra de sus jugarretas consistia en entrar en una tienda con un pasamontanas y una pistola, apuntar al dependiente durante unos segundos y dispararle finalmente un chorrito de agua. Ver aquellas expresiones de puro acojonamiento le suministraba un chute de endorfinas insuperable. Con frecuencia llegaba a dolerle la mandibula de tanto reir. A medida que transcurrian los anos fue perfeccionando su habilidad para asustar al projimo. Pero el susto supremo, el mas terrorifico, fue el que se llevo el albanil que encontro su esqueleto sentado en el sofa del salon, dos anos despues de su muerte. DETECTIVE Lo ha pensado, y se lo ha imaginado mas de una vez, y de dos, y de tres. A el desnudandola, comiendole la boca, los pezones, embistiendola una y otra vez, y las hormonas se le alborotan hasta inundarla del gozo que ahora siente al ver ese deseo abrasador hecho realidad. Quien se lo iba a decir hace tres semanas, cuando fue a solicitar sus servicios como detective. En la primera impresion le parecio atractivo, pero ni de lejos podia imaginar que poco tiempo despues iba a ser penetrada por el, ignorando la rabia que le producia sospechar que su marido la enganaba desde hacia semanas. No podia soportar esa aniquiladora incertidumbre; necesitaba saber la verdad y aquel atractivo hombre le prometio que se la proporcionaria. Desde que el la vio entrar por la puerta supo que haria lo que fuera por ella, y de momento parece que no lo esta haciendo mal, a juzgar por los alaridos de placer que salen de su garganta mientras la posee vigorosamente, haciendola suya y olvidando las muchas horas que paso siendo la sombra de ese marido del que nunca encontro el menor indicio de engano. Hubiera querido no tener que mentir a la mujer que le tiene loco, pero el deseo ha podido mas que la verdad y ya nada importa. Ahi estan los dos cautivados por el roce de sus pieles, los besos, los mordiscos, gozando ajenos a todo, incluso al intenso dolor que atraviesa a un marido que los observa desde la puerta. PREMIO Subia las escaleras maldiciendo aquel antiguo edificio sin ascensor en el que vivia la vieja. No es que la visitara muy a menudo, pero las pocas veces en que lo hacia, siempre en fechas senaladas, ya le parecian demasiadas. Vivia en la sexta planta, la ultima, y cuando llegaba a la puerta estaba a punto de infarto. <>, pensaba mientras subia el ultimo tramo de escaleras. Cuando por fin llego a la puerta espero unos segundos hasta recuperar el aliento antes de abrir. Al entrar vio el salon vacio con la tele encendida. Miro en el dormitorio y, para su sorpresa, la encontro tirada en el suelo, inconsciente, al lado de la cama. Le palmeo las mejillas y la zarandeo un poco, pero no respondia. La ausencia de pulso confirmo sus esperanzas. Estaba frita. <>, penso con indiferencia. Miro la mesita de noche, repleta de medicamentos y estampitas de virgenes y santos. Tambien habia un decimo de loteria. Saco el movil, comprobo el numero y se quedo a cuadros cuando vio que tenia el primer premio del sorteo de la ONCE. Treinta y cinco mil euros. Noto como se acaloraba y salio al balcon para tomar un poco el aire, pero un golpe de viento le arranco el decimo de las manos ante su desesperacion. Como alma que lleva el diablo se lanzo hacia las escaleras. Al salir del portal lo vio a unos quince metros, en medio de la calzada, y corrio hasta atraparlo para descubrir que no era mas que un papelucho. Miro hacia atras, hacia delante, busco, anduvo, pregunto, y termino aplastado por la cruel realidad: lo habia perdido. Subio de nuevo a la casa arrastrando su abatimiento y se dejo caer en el sofa aturdido, sin poder creerse como habia podido pasarle algo asi. Aquel dinero era su salvacion. Al rato se levanto y se dirigio al dormitorio. Al ver a la anciana noto algo raro. Se acerco a ella, y al mirarla observo con sorpresa que habia una pequena sonrisa dibujada en su cara. CARNAVAL Aquella hermosa manana volvia de la cabalgata de carnaval cuando me cruce con Yolanda, un amor que tuve anos atras. La sonrisa que me regalo fue una ventana que se abria a la primavera. Por un instante volvimos a ser aquella pareja que respiraba alegria por cada poro de la piel y de la que hablaban todas las canciones y poesias de amor. Fuimos de nuevo aquella naranja entera que rodaba triunfante por la vida. Todo volvio a ser como siempre debio ser, antes de los errores, de la niebla, del infinito dolor que nos separo arrancandonos el alma. Aquella sonrisa que una vez fue la mayor de mis pasiones me acaricio con una dulzura que no he vuelto a encontrar. Al verla marchar me invadio la tristeza. No habia sido capaz de quitarme el disfraz de Bob Esponja. TRAMPAS La manana del dia de Navidad no habia quien consolara a los ninos. Ninguno habia recibido su regalo. En un paisaje nevado del norte, tampoco habia quien consolara a Papa Noel. Todos sus renos estaban muertos. Habian sido envenenados. En un lugar de Oriente, tres Reyes Magos brindaban euforicos. Aquel ano iban a arrasar. REFUGIO Primero me cruce con un hombre cejijunto que murmuraba algo inaudible, luego con una muchacha sonriente que me pregunto varias veces si queria ver su mariposa. El auxiliar la aparto suavemente y siguio conduciendome a mi habitacion. Estaba al final del pasillo. --Para entrar tienes que pedirnos las llaves, ?vale? Asenti mientras observaba el interior. Una cama, una mesita con silla y el bano. Era suficiente. Cuando se marcho me tumbe boca arriba en la cama, cerre los ojos y respire profundamente tratando de alejar las imagenes que invadian mi cabeza: la mirada celosa y enferma de mi marido, los golpes de mi cuerpo contra la pared, los gritos, las bofetadas, la angustiosa espera del sonido de sus llaves hurgando en la cerradura… Pero lo habia conseguido. Fingiendome loca, en aquel hospital psiquiatrico estaria a salvo de la locura en que se habia convertido mi vida. POR LAS MALAS El corazon le brincaba en el pecho. Todo habia salido como esperaba. Ya solo tenia la carretera por delante y la alegria de ver cumplido su objetivo. En medio de la euforia le vino a la mente la cara aterrada de la chica al ver el machete, y le parecio oler de nuevo el embriagante perfume que percibio al agarrarla para ponerle el arma en la garganta. Tambien recordo el rostro tenso del quinceanero, y el sollozo de la cria de pocos anos que acompanaba a su madre. Era lo unico que rompia el tenso silencio en que transcurrio todo. Afortunadamente nadie quiso darselas de heroe cuando grito: <>. Un minuto mas tarde salia de la farmacia con un brazo por encima del hombro de la chica y el otro ocultando el machete, obligandola a montar en el coche y conducir. Recordo el remordimiento que sintio al ver lagrimas rodando por su cara. --No te voy a hacer nada --le dijo con pesar. Hasta llego a decirle que lo sentia antes de parar el coche y decirle que se bajara, como tenia previsto. La dejo al lado de un gran parque, en las afueras de la ciudad. Ahora todo habia terminado. En la carretera empezaba a oscurecer. Se juro que esa era la ultima vez; ya estaba cansado. Tenia que enfrentarse a su maldita timidez. En el asiento de al lado llevaba el botin: una bolsa con varias cajas de preservativos.

  • Paisley (Divas 3) de Emma Madden

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    Paisley Campbell-Evans empezo su carrera musical muy joven, triunfo a los veintidos anos y a los veintisiete, en el mejor momento de su carrera, su vida personal se desmorona, llega un divorcio inexplicable, y una epoca sentimental muy dura salpicada por intromisiones ajenas, mentiras y malos entendidos que, sin embargo, no logran destrozar su animo, ni la pasion que siente por su hija, por su musica y por el gran amor de su vida, su exmarido, Michael Evans.
    Paisley, la gran estrella mundial de la musica, sobrevive, lucha y brilla en los escenarios para alegria de sus millones de fans, mientras en la intimidad intenta recuperar la estabilidad y la felicidad que le fue arrebatada de forma tan injusta.
    "PAISLEY" es el tercer libro de la Serie Divas, de la escritora Emma Madden, dedicada a esas mujeres fuertes, famosas y con un exito esplendoroso, que viven el amor a su manera y con una tremenda pasion.

  • Lo que esconde tu nombre, Clara Sanchez de Clara Sanchez

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  • La botella de la etiqueta roja de Carlos Lloret Sirerol

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    Adrian “Adry” Rodriguez es un chico timido que, contando tan solo con la compania de dos amigos, detenta acrecentar su status social dentro de su clase, y esta dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr su objetivo. Empecinado en llevar a termino exitosamente sus anhelos de ascender en una jerarquia que lo ha relegado al ultimo de sus estratos, encontrara su esperadisima oportunidad en el aniversario Maria Sendra, la chica mas guapa y deseada de su populosa clase. Siendo asi, emprendera su viaje en busca de una mejora de la aceptacion que le prodigan sus renuentes companeros.

  • Sangre de una estrella violeta (The Zuccarelli 2) de Mar B. Prat

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    No sigas leyendo si no has leido “Los Zuccarelli”.

  • Los chicos del calendario 4: Agosto, septiembre y octubre, Candela Rios de Candela Rios

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    Me llamo Candela Rios. Supongo que a estas alturas del ano no hace falta que te explique quien soy o por que estoy recorriendo el pais de norte a sur y de este a oeste. Los chicos del calendario ha llegado a su ecuador y cada vez estoy mas cerca de acabar esta aventura. Cada mes he vivido una experiencia unica y he conocido a personas maravillosas con las que he aprendido lecciones inolvidables.
    En agosto, septiembre y octubre visitare tres nuevas ciudades para continuar con mi busqueda de un hombre que valga la pena y me haga cambiar de idea sobre el sexo opuesto. Aunque ?quereis saber algo? Creo que empiezo a atisbar lo que buscaba. No tanto al hombre en si, sino la respuesta. Empiezo a entender que todo es cuestion de perspectiva o del momento vital de atravesamos. Y que la cuestion no es tanto dar con ese ejemplar perfecto y unico en su especie, sino encontrar ese chico cuyo momento coincida con el tuyo y haga que este caos que es el dia a dia sea tan intenso que ya no te importe subirte a la montana rusa del amor.

  • El chico del chubasquero amarillo de Sweet Melibea

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    Alice Evans, disenadora de moda, esta comprometida con Edward Brown, socio del padre de Alice del emblematico hotel de los Evans.
    No obstante, no esta muy segura de dar ese paso, sobre todo cuando Josh, un profesor de musica, sencillo, con pelazo y ojos de infarto se cruza en su camino de forma accidental.
    El destino, a pesar de que Alice no cree en el, pondra a prueba su capacidad de eleccion para poder alcanzar la felicidad.
    ?Y Josh? ?Que papel tendra el en esa decision?
    Descubre esta divertida historia en la que el amor es el protagonista.

  • El arbol de las cerezas de Paola Peretti

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    Mafalda es una nina de nueve anos que adora ir a clase, jugar al futbol y a su gato, Ottimo Turcaret. Esta segura de que el espiritu de su abuela vive en el cerezo que hay en el patio de la escuela, junto a Cosimo, el protagonista de su libro favorito, El Baron Rampante. Mafalda siempre cuenta los pasos hasta la escuela y cada dia son mas los que necesita para ver el cerezo: la enfermedad de Stargardt que padece la esta dejando ciega poco a poco. Mafalda intenta aceptar la oscuridad que se aproxima a pasos de gigante con una mezcla de terror y prodigiosa valentia. Junto con la extraordinaria Estella, la conserje de la escuela, aprendera a subir al cerezo con los ojos cerrados y a hacer una lista de las cosas que mas le gustan y que no quiere olvidar.
    En este extraordinario, debut literario, Paola Peretti transmite con una fuerza contagiosa la complejidad de su propia experiencia, pues ella misma esta perdiendo la vista poco a poco. Con vocacion de clasico universal, inolvidables personajes y un lenguaje de intensa fuerza poetica, El arbol de las cerezas supuso un acontecimiento editorial extraordinario, e incluso antes de su publicacion los derechos se adquirieron en veinte paises.
    ?Somos aun capaces de recuperar lo esencial, lo verdaderamente valioso de nuestra experiencia vital? ?Es posible conservar aquello que conocemos y amamos, y a la vez dar un salto hacia lo desconocido? Mafalda conoce, mas temprano que muchos otros, el vacio de la perdida, pero tambien la belleza infinita de la amistad y el amor, y aprende que la aceptacion no es renuncia. Una novela sensible, exquisita y osada, para lectores de todas las epocas y todas las edades.

  • Dulce Sincronia de Claudia Zamora

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    El 27 de agosto habia caido en dia sabado. Un sabado muy parecido al anterior, con el mismo paisaje de todos los dias, el mismo cielo azul sin nombre, humedo del Atlantico, que nos traia noticias de cuanto sucedia al otro lado, a la salida del sol. Las nubes eran las nubes del dia anterior, las mismas nubes huerfanas que son empujadas por la brisa; los mismos arboles que nunca conseguira arrancar el viento, firmes, silenciosos, con la savia templada de otros huracanes y de otras torridas tormentas. Una direccion del viento, de las circunstancias, del destino o de la casualidad, siempre marca nuestro rumbo. Sea hacia al Norte, sea al Sur; la misma engendra un impulso irresistible que acomoda nuestras vidas, en alineacion con las fuerzas del azar y nuestra eventual designacion terrestre. En este caso, el Este habia engullido el destino de la familia Lopez. ?Cual es el mensaje que la Providencia enuncia con sus fuertes vientos? – Se preguntaba Amanda Lopez, mientras miraba el cielo de Simpson Village; una pequena poblacion de escasos doscientos habitantes, a unas 150 millas de la costa atlantica. – No pasara nada!, se decia una y otra vez, intentando atisbar algo diferente, en los filamentos blancos de las nubes mas lejanas. ?Que podia saber ella? Absolutamente nada. Era una recien llegada a estas tierras y nadie le habia hablado jamas de huracanes en Simpson Village. Esta seria la primera vez que podria presenciar un huracan en vivo y en directo. Y no sentia ningun placer por sobrevivir una nueva temporada de tormentas tropicales. Ella no habia nacido para vivir la vida en lugares donde Dios traza una linea con los vientos. Amanda Lopez, era una mujer positiva y valiente, pero por sobre todo, tenia mucha fe y amor en su corazon. Desde pequena habia aprendido a comunicarse con el lenguaje de la naturaleza. Su abuela Cecilia, le habia ensenado a mirar y observar el mundo con otros ojos. Con los ojos del amor hacia todo lo creado. Dona Cecilia, que escondia su cabello gris canoso con panuelos aprovechar su de vivos colores, habia sabido vida, acumulando una serie de grandes conocimientos; que transmitia con carino a algunos de sus descendientes. No creia en dogmas ni doctrinas; pero apreciaba la obra del buen Dios manifestada en todo cuanto la rodeaba y a menudo, se conectaba con sus guias espirituales, con un profundo sentimiento de respeto hacia los animales y seres vivos. Habia heredado de su madre, el don de curar con plantas y hierbas medicinales y muchos en su comarca la llamaban 'curandera' porque arreglaba milagrosamente esguinces, torceduras y huesos rotos, ademas de curar el empacho y el temido mal de ojos. A pesar de la perfida fama que la escoltaba, como suele ocurrir en los pequenos pueblos; Dona Cecilia poseia un mundo personal muy autentico con sus valores, los cuales transmitia con su nobleza ante la vida. Insistia en que para poder hacer "la paz" habia que tenerla interiormente y cultivarla cada dia con el santo ceremonial de agradecimiento a la bendita tierra que pisamos. Abuela Checha, como solia llamarla Amanda carinosamente, le habia ensenado el arte de meditar y de escuchar el sonido del silencio, como asi tambien, comulgar con los genios del universo mediante ciertas invocaciones magicas. Amanda habia crecido observando estos extraordinarios rituales, que dona Cecilia denominaba "energeticos" y que reforzaban aquella profunda fe que la guiaba, y tenia por costumbre, sin importar el sitio donde se encontrase, agradecer cada dia, por todo cuanto tiene vida en la tierra. Desde los coloridos y fuertes robles, que enmarcan el lote de su casa, las inanimadas piedras que conservan el espiritu del tiempo en sus entranas, como asi tambien la vida de las mujeres y hombres que habitan nuestro fertil planeta. Todo parecia estar tranquilo, a pesar de que la vibracion en su calle, se sentia diferente; un sintoma que Amanda percibia desde hacia un par de dias, y que la llevaba a estar mas pendiente y conectada con sus percepciones. Cerro sus candidos ojos, y respiro profundamente, cargando sus pulmones y exhalando nuevamente, en el intento de sentir el pulso de la coyuntura inmediata. Recordo que una vez, cuando tenia alrededor de once anos, la abuela le habia ensenado, 'casualmente' a hacer un ritual para los vientos. De pronto, su rostro se ilumino con fe, y su piel se estremecio sintiendo tambien la presencia de Abu Checha cerquita de ella, guiandola. Pasaron veintiocho anos y miles de kilometros de distancia, desde aquel ritual magico en casa de Dona Cecilia. Ahora, con sus dedos, apoyados sobre la tierra, en este pequeno pueblo Amanda dibujaba un de Carolina del Norte, enorme circulo blanco dividido en cuatro partes de azucar, simbolizando las cuatro esquinas del mundo. Con magistral ritmo sacro, en su centro, colocaba una velita, representando los cuatro puntos cardinales asociados con las fuerzas de la naturaleza. Blanco hacia el Norte, codificando la sabiduria y purificacion del espiritu. Amarillo hacia el Sur, lugar de vida y florecimiento de las semillas de expansion de luz. El Azul hacia el Oeste, donde todo se transforma y renace, y por fin, la vela Roja hacia el Este, representando nuestras emociones y pasiones y por donde la tierra recibiria la sacudida de los vientos mas fuertes, ahora de la mano de un huracan bautizado con nombre de mujer: "Irene". Una vez armado el circulo de poder, encenderia cada uno de los fuegos en las cuatro direcciones, y en voz alta y resonante, elevaria sus peticiones al cielo y a sus angeles auxiliadores: "Que la Tierra resista en perfecto equilibrio, la fuerza de los vientos. Que Dios, los angeles y los espiritus guias, nos protejan. Que asi sea!". Dio por finalizado su ritual magico, que la habia sumergido en la atemporalidad del espacio exterior y con su mirada humedecida de emocion, miro hacia el cielo, el movimiento rapido de las nubes, y delicadamente suspiro con confianza renovada y su alma serena. Las ramas de los arces se columpiaban incesantemente y el aire que venia viajando desde el Atlantico, traia bocanadas saladas cargadas de misterio y de mar. Cerro las puertas y ventanas del patio y encendio el televisor. Greg Fishel, comentarista meteorologico, de la cadena de television local WRAL, comentaba con voz honda y penetrante: "En la region metropolitana de Washington como en la Costa Este, comenzaron las preparaciones. El posible paso del huracan Irene, podria causar inundaciones y cortes de energia electrica. El gobierno aconseja a la poblacion tomar los recaudos necesarios para surtirse de alimentos de primera necesidad, agua, comida enlatada, linternas con baterias y velas, asi tambien, como llenar los tanques de los automoviles con gasolina y tener dinero en efectivo suficiente para al menos unos cuantos dias." - Tambien explicaba el funcionamiento del sistema de emergencias 'weather call', que monitorea permanentemente el paso de las tormentas y avisa telefonicamente, a los residentes que se encuentran viviendo en la 'linea de fuego' - como ellos le llaman, o sobre el peligro. Siendo casi todo el Este, una zona afectada regularmente por tornados y fuertes tempestades, este sistema de pre-aviso de desastres, habia demostrado ser muy eficaz. Pero a pesar de ello, ?funcionaria este sistema en casa de los Lopez? Amanda confiaba en los metodos americanos, pero sabia que no era suficiente amparo. Subio al atico en la parte superior de la casa, y despacito observo cada viga de la estructura de madera. ?Resistirian la fuerza implacable de Irene? Michelle Brown, que vivia dos casas, calle arriba; alarmada, revisaba presurosa un par de linternas, asegurandose que ambas tuviesen baterias nuevas y funcionasen correctamente. Michelle tenia una voz preciosa y sonaba con ser cantante algun dia. Lamentablemente, habia suspendido aquellos suenos de manera abrupta e inesperada al perder a sus padres en un fatal accidente automovilistico, del cual su hija, Katie de ocho anos, se habia salvado milagrosamente. La vida le habia ensenado a ser fuerte ante la adversidad, pero aun asi, estaba asustada por lo que este huracan podria traer entre manos. Luego que su esposo se marchase, hacia ya un par de meses, ella y Amanda solian conversar por las tardes, mientras sus hijas andaban en bicicleta por la cuadra o hacian juntas las tareas de la escuela. Ahora sentada en el escalon de la entrada de la casa de los Lopez, con reflexionaba con tristeza: -Como nuestras vidas voz entrecortada pueden cambiar vertiginosamente y sin previo aviso, en un abrir y cerrar de ojos! - -Ya lo creo Michelle! A veces el destino nos da vuelta como una tortilla - Amanda le decia, mientas Carol Baker, su vecina de enfrente, a golpe de martillo, intentaba clavar unas maderas que sirvieran de proteccion adicional a sus ventanas. Tanto Carol como Michelle, habian acordado con Amanda, mantenerse informadas de todo movimiento en caso de sufrir la interrupcion del servicio electrico. Incluso se habian puesto de acuerdo en que llegado el caso que Irene se convirtiera en un huracan de categoria 3 o superior, todos se resguardarian en casa de Amanda, que era una de las pocas casas del barrio que contaba con un sotano. Intuitivamente, y por casualidad, cuando los Lopez compraron aquella propiedad, les resulto atractivo el hecho que contase con un sotano adicional, que ademas de estar debajo la estructura de la casa, estaba construido con concreto macizo y podria eventualmente servir de refugio. Hasta ese momento, Amanda Lopez gozaba de vivir una vida en armonia y tranquilidad. Su mundo giraba en torno al cuidado de sus pequenas hijas, las fragantes y coloridas flores de su jardin y sus curiosas mascotas. Disfrutaba la sencillez de vivir en una ciudad pequena cercana a la Costa Este de los Estados Unidos. La mayor parte del tiempo, lo utilizaba, escribiendo emails y cartas amorosas a su esposo Ramiro, quien era soldado y ahora estaba cumpliendo servicios militares en Medio Oriente; tambien, detallando fragmentos de su vida cotidiana, y tomando apuntes en su libro diario, ahora en forma de documento digital en su computadora. Luego de vivir en Europa algunos anos, habia llegado el momento domicilio fijo donde de por fin, consolidar un educar a sus dos ninas, Victoria y Emily, ambas cursando los primeros anos de la escuela primaria. Carolina del Norte, parecia tener las cualidades pertinentes para establecer una familia y gozar de una vida buena y pacifica. Lejos de los ruidos bulliciosos y calles malolientes de barrios urbanos; este sitio gozaba de bellos y verdes bosques, rios cristalinos y escuelas donde educar a las ninas. Siempre y cuando no hubiese huracanes, como en este caso. prestigiosas amenaza de Imprevisto, que puso en tela de juicio la seguridad de Simpson Village y la de la propia vida de Amanda, que ahora se encontraba sola con sus pequenas, ante la posibilidad de perderlo todo con un solo soplo de viento huracanado. A pesar del corto tiempo que vivian en este lugar, ella y las ninas, habian creado lazos de amistad con la mayoria de sus vecinas, que tambien casualmente, por hache o por be, se encontraban sin la compania de sus esposos. Por las tardes, a veces se reunian las mujeres de la cuadra, a tomar te en casa de Martha Sullivan; que tenia cinco ninos en escalera y estaba estudiando para Chef en Le Cordon Bleu; por lo que, habitualmente, los deleitaba con sus decorados y apetitosos pastelitos. Aquella manana, se habia cruzado con Martha, que afligida y apurada, daba marcha atras con su camioneta Explorer llena de ninos, y le habia comentado que pensaba manejar a casa de sus padres y que sentia mucho miedo por el huracan. Le dejo el numero telefonico donde se encontraria, por si acaso, hacia falta, y se despidio con un apretado abrazo, suplicandole a Amanda, que por favor estuviera pendiente de 'Tyson', un veterano Bullmastiff que custodiaba vigilante su casona enrejada. La alcaldesa, Beverly Perdue, habia hecho su aparicion en el canal de noticias, alertando a la poblacion, a evacuar las zonas costeras, inmediatamente, y previniendo tambien, que por el tamano y la fuerza del huracan "Irene", seria el evento mas importante, quizas en los ultimos veinte anos desde un sistema tropical, que mereceria toda la atencion juiciosa de los habitantes de esa nacion. Amanda, presurosa, cerro todas las ventanas y se aseguro que no quedasen fuera maceteros y elementos que pudieran transformarse en nocivos proyectiles en caso de ser soplados por los fuertes ventarrones. Junto con Victoria, su hija mayor, aprovecho para hacer un corto video clip dedicado a su familia. Quizas para calmar sus propias ansiedades o como legado prematuro lacerante enigma de servilmente, su recuerdo. obituario, que ante el

  • La fragilidad de un corazon bajo la lluvia de Maria Martinez

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    Es duro aferrarse a un sueno. Lo hice durante mucho tiempo, y nunca deje de creer que debia de haber algo mejor que aquella vida erratica por la que mi madre me arrastraba. Lo habia. Lo descubri a los doce anos. Cuando estaba a punto de rendirme. Cuando ya habia dejado de esperar. Llegue a un lugar en el que encajaba. Poseia todo lo que siempre anhele: luz, calor, risas, momentos extraordinarios… seguridad. Y ellos. Sobre todo, ellos. Deje que abrieran la caja donde habia guardado mis latidos, mis palabras y la esperanza, recubierta por una fina pelicula de polvo. Confie y me deje llevar, permiti que alimentaran mis suenos. Cruce al otro lado del espejo, creyendo que alli todo seria eterno. No lo fue. No salio bien. Termino, y lo unico que aprendi de aquel tiempo es que hay personas que nacemos para ser abandonadas. Antes o despues, siempre acaba pasando. Se deshacen de nosotros. No importan las promesas. Es tan facil incumplirlas como lo fue pronunciarlas. <> Cuanto dolor pueden causar esas cinco letras, hasta que descubres que no existen tiritas ni medicinas para calmarlo, y solo puedes protegerte de el. Evitar esa sensacion de abandono, cuyo unico tratamiento es el olvido. Un olvido meticuloso y selectivo. Esa certeza me transformo y cambio mi forma de relacionarme con los demas. Aquel dia, sentada frente a Eliza, aun no era consciente de hasta que punto habia desaparecido dentro de mi propio cuerpo. Ni de que los ultimos ocho anos solo habian sido una sucesion de dias, semanas y meses sin mas trascendencia que el simple paso del tiempo. Porque el tiempo habia pasado y yo no. Mis miedos se habian transformado en cadenas invisibles a las que me acostumbre sin darme cuenta. No hacer nada era mejor que arriesgarse, avanzar o cambiar. Mejor que abrirse, confiar e ilusionarse. Porque, si solo me limitaba a ser, las posibilidades de descubrir cual era esa tara que me hacia tan prescindible en la vida de los demas se reducian bastante. Apenas recuerdo como empezo ese dia. Podria haber sido un dia mas. Un martes cualquiera como tantos otros. Pero no lo fue. Tuve que perderlo todo para darme cuenta de que nunca habia tenido nada. Que para poder avanzar, debia retroceder. Para encontrarme, debia perderme de nuevo. Un martes cualquiera --Deberias decirle algo --me susurro Eliza--. El diseno es tuyo y mereces que se reconozca tu talento. Esa mujer se lleva todo el merito, mientras tu vives a su sombra y nadie sabe que existes. Me humedeci los labios, incomoda, y pasee la vista por la gente que abarrotaba el restaurante espanol en el que comiamos un par de veces a la semana, a medio camino entre mi trabajo y la floristeria de Eliza. Esa misma manana, mi jefa habia presentado el nuevo logo para una discografica independiente neozelandesa. Mi logo. Mi diseno. Del que se habia aduenado sin ningun reparo, otra vez. Llevaba tres anos aguantando aquella situacion, esperando un contrato como disenadora que no llegaba nunca, malviviendo como una estudiante becaria en practicas indefinidas. Tres anos, nueve campanas que habian funcionado gracias a mis ideas y mi trabajo. Por las que habia sacrificado tantas cosas. Sin embargo, para el mundo yo solo era la chica que servia cafes, tomaba notas y hacia los recados. Sabia que Eliza tenia razon. La culpa era mia por permitir que Veronica se apropiara de mis obras. Al principio, porque valoraba mas la experiencia que iba adquiriendo y las perspectivas de futuro que danzaban en mi horizonte una vez que me licenciara. Ahora, porque esa mujer era el Demonio y, si me marchaba sin su consentimiento, ya podia olvidarme de volver a trabajar en el sector. Tenia mucha influencia en el mundillo y frustraria cualquier oferta que pudiera recibir. --Tu jefa es una bruja. --Lo se --admiti. Veronica era una mujer muy complicada y dificil de tratar. No brillaba por su comprension ni su simpatia. Era fria y, en ocasiones, muy despotica. Por suerte, yo nunca habia sido el objetivo de sus arrebatos. El truco consistia en no abrir la boca, entregar el trabajo a tiempo y darle siempre la razon. --Podrias dejarla en evidencia y que sus clientes descubrieran la verdad. --Dudo de que mi palabra sea suficiente para convencer a nadie --replique. Di un sorbo a mi cafe--. Necesito el dinero, Eli. No puedo permitirme perder este trabajo. --?Y vas a conformarte sin mas? --Yo no he dicho eso. Solo que debo esperar un poco, antes de tomar otras medidas. --?Como cuales? --Ahora que conozco todos los entresijos, montar mi propia agencia de publicidad seria una opcion. --?Y por que esperar para eso? Andrew podria echarte una mano. Las cosas le van bastante bien. Sonrei sin poder ocultar lo orgullosa que me sentia de el. Tras graduarse en la universidad, se habia arriesgado a crear su propio negocio. Desarrollaba aplicaciones para telefonos moviles y en el ultimo ano habia logrado posicionarse entre las empresas mas punteras del sector. --Ya sabes lo importante que es para mi no depender de nadie, y menos de Andrew. --No creo que aceptar su ayuda te convierta en una mujer dependiente. Llevais dos anos viviendo juntos y algun dia formareis una familia. Compartireis muchas cosas y el dinero sera una de ellas. --Quiere que deje de trabajar cuando nos casemos. Me lleve a la boca un pellizco de la tarta de manzana que compartiamos y rehui su mirada suspicaz. --No me habias contado nada de eso. --Es algo a largo plazo y tenemos que hablarlo con calma. Por eso no te he dicho nada. --Una cosa es dejar que te ayude y otra muy distinta que lo abandones todo. --Bueno, lo que quiere en realidad es que deje la agencia y monte un pequeno estudio en el que trabajar, que cree algunas obras, busque un agente y trate de exponer. Incluso intentarlo en el mundo editorial, ya sabes, ilustrar libros, cuentos, disenar cubiertas… Eliza se inclino sobre la mesa y pude ver como sus ojos se iluminaban. --Pero !eso es genial, Darcy! Ser artista profesional es tu sueno desde… desde siempre. Por eso elegiste Bellas Artes como carrera. --Asi es… pero… Guarde silencio sin saber muy bien como explicar ese sentimiento que me llenaba el pecho cada vez que pensaba en esa posibilidad. Pintar, ilustrar, crear arte desde un simple papel. --!Eh! --Eliza me tiro una bolita de pan. Me habia quedado ensimismada, divagando. Insistio --: ?Pero? Suspire con ese deje de derrota que solia impregnar mi voz cuando hablaba sobre el tema. --?Sabes lo dificil que es convertirse en una artista que logre exponer sus trabajos? Y de ganar dinero con ello ni hablamos. --Apure el cafe y negue con la cabeza--. Si no sale bien, y no saldra, perdere todo lo que he conseguido hasta ahora. --?Te refieres a trabajar cuarenta y cinco horas a la semana y ser la esclava de Veronica el resto de tu vida? !El sueno de cualquiera! La fulmine con la mirada. Ella encogio un hombro sin ningun indicio de arrepentimiento. No podia culparla por ser tan directa conmigo. Era asi desde que nos conocimos en la residencia de estudiantes, cuando la casualidad nos hizo companeras de habitacion y se convirtio en mi mejor amiga. --Bueno, prefiero ser la esclava de una loca egocentrica que una esposa mantenida y culona. --?Culona? Me aparte el pelo de la cara con ambas manos. --Anna ha comentado una de nuestras fotos en la cuenta de Instagram de Andrew: <>. --!Menuda arpia! Se muere de envidia. --Esta enamorada de el desde la universidad. --Pues que lo supere de una vez, es tu chico y ella no deja de perseguirlo. ?Acaso no tiene dignidad? Sonrei. --No me importa. --Pues deberia importarte un poquito. Las chicas como ella no tienen ningun reparo a la hora de inmiscuirse en una relacion, y ya sabes lo que dicen… <>. El estomago me dio un vuelco. Andrew era la parte mas estable y segura de mi vida, la idea de perderlo me provocaba un gran malestar. --Andrew no me enganaria. Ni tampoco me dejaria. --Claro que no, es un chico estupendo y te quiere muchisimo. --Con los codos en la mesa, Eliza hundio el rostro entre las manos y solto un grunido--. Si tu tienes el trasero grande, entonces el mio deberia llamarse Moby Dick. Frunci el ceno.

  • Frontera alterada de Julio Gude

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    El inexpugnable muro de Trump, finalmente levantado en la totalidad de la frontera entre Estados Unidos y Mexico, ha arrancado la esperanza para cualquier ciudadano latinoamericano de encontrar una vida mejor emigrando hacia el norte. Ahora un hecho sobrecogedor provocara que la sociedad estadounidense busque huir hacia tierras meridionales, pero ?que pasa cuando tu propio medio de defensa se convierte en una trampa mortal?

  • Akelarre de Mario Mendoza

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    Al investigador privado Frank Molina, borracho, marihuanero y paciente psiquiatrico, lo alcanza su pasado con una cuenta de cobro cuando la policia lo llama para que los asesore con unos extranos asesinatos que tuvieron lugar en el barrio Santa Fe. Un imitador de Jack el Destripador esta inmerso en una autentica orgia de sangre y mata prostitutas sin contemplacion. Mientras Molina sigue pistas de un extremo a otro de la capital para dar con el criminal, sus pasos se cruzan con los de su mentor, un sacerdote atormentado por los secretos que esconde de su juventud. Y al fondo de este cuadro gotico de la ciudad contemporanea, una joven pintora descubre que no es una artista, sino una hechicera que atesora poderes ancestrales.

  • Las rosas de las espinas de Alexandra Martin Fynn

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    Elizabeth Colt, la propietaria de la fabrica de revolveres mas importante de los Estados Unidos, se hallaba trabajando frente al pequeno escritorio que habia dispuesto en su alcoba. A traves de los enormes ventanales, enmarcados por cortinas satinadas, se atisbaba el hilo ceruleo que comenzaba a ganar la batalla a la noche. Una lampara de aceite iluminaba el gesto concentrado de la mujer, que respondia a la carta que le habia enviado Abraham Lincoln. Desde que iniciara la Guerra de Secesion, un ano atras, la demanda de armas se habia duplicado y la compania recibia permanentes presiones por parte del Gobierno. La elegante caligrafia de la <>, tal como la llamaban, ornaba las paginas de la misiva que dirigia al jefe de Gobierno: Respondiendo a su inquietud, senor presidente, confie en que la compania Colt seguira funcionando al maximo de su capacidad para apoyar su magnifica gesta. Si los mas de mil empleados con los que cuento no alcanzan para sostener la produccion, contratare a mil mas. Debemos ganar esta guerra, para que el sueno de la libertad de los esclavos se vuelva realidad. Si los estados del sur se independizan de los Estados Unidos y fundan una nacion basada en el trafico de personas, la humanidad toda habra fracasado. Esta fabrica no descansara hasta que la Union se alce victoriosa. La mujer debio abandonar la tarea por un momento para limpiarse la enrojecida nariz. Desde hacia dos dias no paraba de toser y estornudar. Sin duda, aquella indisposicion era consecuencia de todos los pesares que habia debido sobrellevar en los ultimos diez meses: su esposo habia fallecido el pasado enero, victima de la enfermedad de la gota y, en agosto, debio afrontar la perdida de su embarazo, que se encontraba en estado avanzado. Aquella criatura que llevaba en el vientre habia sido el unico consuelo frente a la muerte de Samuel. Pero el destino se llevo tambien a su pequena nina, dejandola devastada. En aquel momento, entro en el cuarto la senora Witts, el ama de llaves de la mansion. Cualquiera la hubiera confundido con la duena de la casa, de tan orgullosa y augusta que era su postura. --Buenos dias, senora --saludo--, ya son casi las seis de la manana, ?desea que le haga traer una taza de chocolate? --Buenos dias, querida. En un rato, por favor. Aun no termino con esto --respondio Elizabeth, entre toses. --En media hora le hare subir el servicio. La mujer ya se retiraba, pero se volvio y dijo: --No lo tome a mal, senora, pero, ?me permite hacerle una sugerencia? --Por supuesto. --Quiza le convendria guardar cama, al menos por un par de dias. Y llamar al medico. Aunque usted insista en ignorarlo, es evidente que esta cursando un fuerte constipado. Elizabeth desestimo aquello con un ademan y replico: --Querida, agradezco mucho su preocupacion, pero no tengo tiempo para caer enferma. Estamos en guerra; no puedo permitirme ni la debilidad ni el descanso. --Lo se, senora, pero… --Tengo apenas treinta y cinco anos. Dormire cuando sea vieja. En aquel momento, una doncella entro a la habitacion. --Senora Colt, disculpe la interrupcion --dijo--. Acaba de llegar un jinete; un soldado. Dice que trae una carta urgente de parte del comandante del Ejercito del Potomac, el general George McLellan, y que debe entregar el sobre en mano. Le dije que usted no estaba en condiciones de recibirlo, pero el insistio mucho. Ante la mencion de su viejo amigo, Elizabeth se envolvio en su pesada bata e indico: --Que pase a verme. --Pero... !usted esta en ropa de cama! --reclamo el ama de llaves. --El cabalgo tres dias seguidos desde Arlington Heights para llegar aqui y no lo voy a tener esperando. Hagalo subir y prepare un cuarto para que el pobre se asee y descanse. Las dos empleadas se retiraron y cerraron la puerta tras de si. El joven militar se mostro avergonzado cuando sus botas dejaron un reguero de barro en la lujosa alfombra Aubusson. Estaba tan sucio que el azul de su uniforme casi no se distinguia bajo las capas de polvo que lo cubrian. No acepto la invitacion a sentarse, por temor a dejar inservible la silla que le ofrecian. --?Cual es su nombre, muchacho? --se intereso Elizabeth. --Gregory Hall, senora. --Muy bien, Gregory. Digame, ?cual es el mensaje que desea entregarme personalmente? --El comandante McLellan me pidio que le de esta carta. Debo aguardar a que usted escriba la respuesta, para llevarsela a el lo antes posible. --La leere en este mismo instante. Ahora, vaya con la senora Witts. Ella le esta preparando un cuarto para que pueda lavarse, comer y descansar un poco. --Le agradezco su generosidad, senora Colt, pero debo partir lo antes posible. Si tengo sueno o hambre, no tiene importancia. Debo responder a mi comandante. Elizabeth sonrio. Era sabido que McLellan era idolatrado por sus tropas. --Si no come ni duerme, caera rendido en el camino y no podra cumplir la orden de su superior --la mujer tiro del cordel que llamaba al servicio--. El ama de llaves lo acompanara. El muchacho agradecio y siguio los pasos de la empleada. Cuando se encontro a solas, Elizabeth rompio el sobre con el sello del Ejercito y leyo la carta que contenia. De inmediato comprendio porque McLellan no habia utilizado ni el correo militar ni el telegrafo para comunicarse con ella. Arlington Heights, Campamento General del Ejercito del Potomac, 5 de octubre de 1862 Querida E.: Espero que te encuentres muy bien y que el pequeno Caldwell este creciendo sano y fuerte. Lamento mucho no haber podido visitarte luego del fallecimiento de tu esposo. Bien sabes el afecto y el agradecimiento que le he profesado a lo largo de estos anos, pues el ha sido para mi una fuente invalorable de inspiracion y apoyo. Yo me encuentro bien, aunque mi alma sangra por el resultado de la batalla de Antietnam. Obtuvimos una victoria sobre el ejercito que comanda el general Lee, pero eso no me brinda mas que la tibia satisfaccion de haber cumplido con mi deber. En un solo dia perdi a 12 000 soldados, entre muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos. Desde el parapeto en el que me encontraba mientras se producia la lucha, vi a mis muchachos caer y amontonarse como pilas de carne inerte. Y observe a los sobrevivientes, arrastrando sus maltrechos espiritus, con los miembros agarrotados y los ojos secos de tanto llorar a sus companeros. Al final de aquella dramatica jornada, recibi ordenes de Lincoln en las que me instaba a lanzarme, de inmediato, tras las tropas confederadas. Su plan era cortar la retirada a Lee, antes de que el pudiera reponerse de sus perdidas en el campo de batalla. Sin embargo, desoi sus demandas, pues hacer aquello hubiera implicado sacrificar miles de hombres mas. El se niega a comprender que hoy no cuento con los recursos necesarios para asegurar una victoria: los regimientos estan mermados y las municiones escasean. Tambien tenemos una urgente necesidad de nuevas armas, pues muchas de las que teniamos se averiaron en la refriega y hemos perdido miles a manos de los rebeldes. Tengo la conciencia tranquila, pues se que mi decision fue acertada. Sin embargo, todos se han vuelto en mi contra: los politicos, los oficiales y los periodistas opinan que soy indeciso y cobarde. Peor aun; me llaman traidor, por haber dejado escapar a Lee. Y Lincoln sigue presionandome para que lance mis tropas al campo de batalla, aun en la precaria situacion en la que se encuentran. Yo resisto en mi conviccion, pero se que, mas temprano que tarde, seran sus ordenes las que se ejecuten. Por ello, me urge recuperar mis recursos. Nuestro ejercito sera arrasado si no contamos con armas suficientes antes de una nueva lucha. En suma, necesito tu ayuda. No te pedire nada en concreto, pues lo ultimo que deseo es comprometerte. Si lo unico que puedes enviarme son palabras de aliento, estas seran para mi un tesoro en este escenario de desolacion. De mas esta decir que esta comunicacion y todas las que sigan, sea cual fuere su naturaleza, deben mantenerse en el mayor de los secretos. Si envias a alguien a reunirse conmigo, asegurate de que sea una persona de nuestra mutua confianza. Recelo de todo el mundo. Tuyo, G. Elizabeth dejo la carta sobre el escritorio y se tomo el rostro con las manos. Penso que McLellan debia estar realmente desesperado para ponerla en una situacion tan delicada como aquella. El no podia ignorar que, si se descubria que ella le habia enviado armas de manera ilegal, aquel seria el fin de la compania Colt. Y habia sido inteligente al elegir las palabras que estampara en su carta: ?como podria alguien negarse a brindar una ayuda que evitaria la muerte de miles de seres humanos? La mujer se restrego los ojos, como si de ese modo pudiera aclarar su vision. Pero solo un cumulo de ideas contradictorias se enredaron en su mente. --Si tan solo Sam estuviera aqui… --susurro. Entonces, se puso de pie y se acerco a la enorme pintura en la que estaba plasmada la figura de su esposo. Y con un suave ademan, extendio la mano para acariciar el marco dorado. --?Que debo hacer, querido mio? --le pregunto a la imagen del retrato. Elizabeth sabia muy bien que el padre del comandante habia sido una persona muy importante para Samuel Colt. Su apoyo habia sido clave en un momento en el que el contexto economico y politico se presentaba muy adverso para el inventor de armas. Tan estrecha se volvio la amistad entre ambos que, en el lecho de muerte del anciano doctor McLellan, Samuel le juro que velaria por el porvenir de sus dos hijos varones. Dado ese compromiso, Elizabeth estaba segura de que su esposo hubiera deseado que ella honrara la promesa hecha a un moribundo. Aquella certeza la inclinaba en favor de enviar la ayuda que el militar le solicitaba. Por otra parte, ella no dudaba de que McLellan ansiaba salvar la vida de miles de soldados; una gesta que apoyaria cualquier persona con corazon. Sin embargo, comprendia cabalmente que enviarle armas al comandante, sin la anuencia del Gobierno, era una jugada que podia poner en riesgo el futuro de su fabrica y de todo aquello por lo cual ella y su esposo habian luchado tanto. Urgida por resolver su conflicto interior, la mujer unio las manos en oracion. Su padre, el reverendo William Jarvis, le habia inculcado el camino de la fe, y ella lo transitaba cada vez que necesitaba reunir fuerzas para salir adelante. En aquel momento, requeria mas que nunca la guia del Senor, pero de El solo obtuvo un angustioso silencio. Agobiada por la roca que le pesaba en la espalda, volvio a dirigir la mirada a la imagen de su amado. Fue entonces cuando los primeros colores del alba iluminaron la habitacion y un reflejo rojizo parecio dar vida al retrato de Samuel Colt. A Elizabeth se le empanaron los ojos y, por un instante, tuvo la impresion de que el le sonreia. Entre lagrimas, tomo aquello como la senal que estaba esperando y se sintio algo mas aliviada. En su corazon y en su mente, la decision estaba tomada: no ignoraria el pedido del general McLellan, en honor a todo lo que su padre habia hecho por Samuel Colt. Y, menos aun, dejaria indefensos en la batalla a miles de soldados que luchaban por una causa noble. Estaba dispuesta a correr los riesgos que fueran necesarios. Con la decision asumida, regreso a su escritorio, coloco la mano sobre la carta que habia estado escribiendo a Lincoln y dijo, en voz alta: --Perdoname, Abraham, por hacer esto a tus espaldas. Es en beneficio de tu causa. Con algo de alivio por la resolucion adoptada, era menester reflexionar acerca de como instrumentar la ayuda que le ofreceria a McLellan. Lo primero que debia decidir era que tipo de armamento enviar. Sabia que al comandante le convendria recibir rifles Springfield, los mismos que el Ejercito distribuia entre los soldados; pero aquello no seria posible. Deshacerse de un gran numero de armas largas implicaria incumplir el contrato que la Colt habia firmado con el Gobierno y aquello resultaria en multas monstruosas para la compania. Elizabeth decidio, en consecuencia, entregar revolveres que, ademas, serian mas simples de transportar de incognito. George habia mencionado que muchas de las armas con las que contaba se habian averiado en batalla. Ella sabia que algunas podrian ser reparadas por sus empleados, pero la fabrica no podia prescindir de los brazos de sus operarios, dada la enorme cantidad de trabajo que tenian pendiente. Sin embargo, si se reordenaban los turnos y se ajustaban algunos procesos, podia hacer el sacrificio de enviar algunos hombres. Pero solo serian unos pocos; los suficientes para sacar del aprieto a McLellan. La idea era que los enviados permanecieran unos dias en el campamento militar, tratando de arreglar la mayor cantidad de revolveres y rifles que fuera posible. Ahora Elizabeth debia pensar en quienes serian las personas idoneas para realizar semejante labor. Sin duda, deberian ser excelentes trabajadores, ademas de hombres de su entera confianza. Casi sin proponerselo, tres nombres acudieron a su mente: William Green, George Arlen y Jim Carson, tres obreros que, ademas de ser excelentes personas, eran incansables y muy capaces. Los tres habian sido esclavos fugitivos que, tras su huida, se refugiaron en la fabrica de Colt, al amparo de Samuel y de ella. Y Elizabeth sabia que el honor de aquellos hombres haria que dieran su vida por cualquier causa en la que ella se embarcara. Por ultimo, McLellan habia enfatizado que, si ell

  • Boicot a la boda de Hugo Sanz

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    Poco podia imaginar Paul que la boda de sus amigos Joel y Victoria supondria su reencuentro con Elisa, una mujer que habia marcado su pasado. Eclipsado por el cambio que ella habia experimentado, volvio a caer en las redes de sus encantos sin ser siquiera consciente de lo que su corazon comenzaba a sentir.
    El secreto que Elisa escondia le cogio por sorpresa y, lo que en un primer momento represento un doloroso handicap, se convirtio pronto en el gran reto de su vida: conseguirla al precio que fuera.
    Tres meses por delante, un plan meticulosamente trazado y la inestimable ayuda de sus amigos constituian las bazas a su favor. Y el destino. ?de que lado se posicionaria?
    Una emocionante historia con un final espectacular.

  • Pelillos Al Cafe de Goya Red Summer

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    Todo empezo cuando rasure la barba de mi abuelo. No le corte ni una sola vez. Jamas me hubiese perdonado que manchara de sangre su camisa nueva. Nada de lo que te cuente tiene importancia si decir que mi abuela acababa de morir. Ibamos a su funeral. Las palabras de mi abuelo fueron: No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado. Por supuesto que no, abuelo. Le deje hecho un pincel. Me opuse, claro que me opuse. Mientras el resto de la familia se vestia como se supone que te debes vestir en ocasiones como estas, yo estaba sentada frente a un taco de folios blancos. Ahi me quede, a la espera de que en un momento de derrota y despedida, las palabras brotaran de mis tripas, recorrieran cada una de mis venas y los dedos las tradujeran a ritmo moderado un particular adios. No voy a enganarte, queria arrancar las lagrimas de mi familia, demostrar que bajo la fachada sobria en la que se enfrascaban a diario, habia algo de humanidad en ellos. Pero nada de eso paso. Me quede en silencio en mi cuarto, vi el amanecer, me di una ducha, me tome un cafe mirando viejos albumes, repase notas que tenia en viejos cuadernos cubiertos de polvo en las estanterias de arriba y retome el blanco de las hojas vacias de nuevo. Eche a llorar. Cuando se me secaron las mejillas sali al pasillo y mi abuelo me tendio la emboscada mas grande de su vida. Llevaba la camisa desabrochada, una camiseta de algodon ridiculamente estrecha por debajo y el pelo revuelto. --He engordado un poco --me dijo con cara de asombro--. Ayudame, Gaia, por favor. --!Todavia asi! Mama te mata. Mi madre era, y es, un ser complicado. Coge la primera revista de moda que encuentres. Mira la contraportada. Asi es mi madre. Altiva, engreida, petulante. Bueno, la clase de madre que no quiere una hija como yo, pero si unos hijos como mis hermanos. Que orgullosa estaba de ellos. Luca y Leon, valientes megalomanos. Dos anos mas pequenos que yo pero con el mismo ego que un octogenario que haya superado once operaciones a corazon abierto. Iban por la vida con la intencion de aparentar que lo sabian todo, pero nada mas lejos de la realidad. De los dos, Leon era el mas espabilado y, sin saber a dia de hoy si tiene algo que ver o no, peor persona. Luca era corto. No bobalicon o inocente, no: corto. Joder, los tres nos habiamos tragado todo el cine italiano del siglo XX, habiamos leido a Nietzsche, a Schopenhauer, a Maquiavelo y montamos lo suficiente a caballo de pequenos para tener conciencia de disciplina. No parecia tonto despues de haber hecho todo eso, pero un dia me dijo que era mucha casualidad que el agua se congelase a cero grados centigrados e hirviera a los cien. Leon le dio con el codo en las costillas sin decirle nada. Yo puse los ojos en blanco. --Tu madre esta en la peluqueria --se justifico mi abuelo. --Y tu deberias haber ido con ella --pense en alto mirandole el pelo. Dio media vuelta y se metio en su cuarto. Se lamio la mano y trato de peinarse el remolino que se le formaba en la frente. Con el gris oscuro de sus canas perecia un huracan furioso. Furioso porque su sirena se habia ido, furiosos porque no la volveria a ver en mucho tiempo, furioso porque aun no la habia llorado todo lo que tenia que llorarle. --No voy a despedirme de mi senora con estas pintas de hippie desarrapado --como os dije, dijo--. Ven. Mi abuelo era, y es, peculiar. En el pecho llevaba el tatuaje de una virgen que se hizo, naturalmente, antes de conocer a mi abuela y sentar la cabeza. Aun asi siempre juro que era ella a la que llevaba retratada, y lo decia tan convencido, que el tatuaje lo disfrazamos de premonicion y destino para justificar que decia la verdad. Tenia un tono azulado que se confundia sus las venas de pecho palido y angosto. Formaban parte el uno del otro, siempre lo pense asi. Le segui. Lo hice porque no sabia, ni se me paso por la mente, lo que me pediria. --Me gusta la raya al lado. Y no me quites las patillas, me hacen mas esbelto -dijo estirando el cuello mientras observaba su perfil en el espejo --?Lo ves? Si la abuela estuviese aqui te pagaria porque me las quitaras. Nunca quiso que fuese muy guapo, por si me robaban, ?sabes como te digo? Juntos hasta la muerte --susurro con la mano en el pecho. Grave y arenosa, asi sono su voz. Tan convencido como de que mi abuela estaba en el dibujo de su pecho como de que yo podria ayudarle. --Claro. Pero, ?quieres que te corte y todo? --Por favor, no. --Si. El pelo crece, la vida acaba. Fui a buscar las tijeras buenas al bano de mi madre. Olia a una mezcla pomposa y desagradable de los mejores perfumes de mis hermanos. Cedro y sandalo. Violeta y mimosa. Se habian banado en esencias extravagantes para enfundarse en prendas oscuras, nuevas y almidonadas. Apostaria mi mano derecha a que ensayaron el apreton de manos que darian a los asistentes en la iglesia. Eran unos capullos. Tengo que ser adoptada, seguro. Apoyado en la jamba, Luca me hablo: --?Sabe mama que le estas cogiendo las tijeras? --Si, le he llamado para pedirle permiso --dije. Cuando hablo con ellos de verdad espero que me entiendan, pero no suelen hacerlo a menudo. Evidentemente, no la habia llamado. La ironia y Luca aun no tenian el placer de conocerse. --Bien --como si mi hermano pequeno fuese mi instructor en la vida--. ?Quieres estar guapa para Abigail? --No puede venir. --?Y eso? --pregunto llevandose las manos a los bolsillos. --Tiene trabajo --dije. Respire hondo --Mira, Luca, de verdad. No me apetece darte explicaciones de nada. Abbie trabajaba tanto que, si ganase el minimo por hora establecido por la ley, tendria un par de casas a su nombre y tres coches en la puerta. Sin embargo, Abbie y yo viviamos en un sexto sin ascensor, minusculo y tendiamos la ropa en radiadores electricos. Su jefe era un tirano. Leon algun dia seria como el. --Es tu amiga, deberia venir a algo como esto --para mi sorpresa, coincidia con lo que intentaba decirme. --Es mi novia, no mi amiga. Pero, si, deberia venir. No se, Luca. Es el menor de mis problemas ahora mismo. La abuela ha muerto, todo lo demas me da un poco igual, la verdad. Luca se fue con una sonrisa ironica en la cara. Cuando se reia le florecia un maldito hoyuelo en su mejilla. Los gemelos no eran de reirse a carcajadas, pero siempre llevaban una sonrisa picarona que habian mejorado con el paso del tiempo y el hoyuelo les delataba. Era imperceptible para el resto de la especie. Para mi sus intenciones se hacian evidentes bajo esa marca. Abbie no fue bienvenida nunca. Hoy tampoco. Aun asi esa falsa modestia heredada de mi madre les hacia parecer encantadores. Nada mas lejos de la realidad, eran unos capullos, sobre todo Leon. Cuando llegue al cuarto de invitados, mi abuelo ya se habia colocado una toalla sobre los hombros. La habia anudado torpemente y se habia dejado un hueco considerable entre el cuello y la espalda. Hasta la crin mas gruesa de caballo entraria por ahi. Trate de colocarselo mejor sin hacerle parecer un desastre. Sonrio. --A tu abuela le va a encantar. --Estoy segura de que si. Una taza de agua basto. Fui metiendo la yema de los dedos en ella y dejando caer las gotas en su cabeza. Una de ellas resbalo por la frente se mi abuelo hasta su nariz. La respiracion pausada pero profunda la hizo desaparecer. Se descompuso con la exhalacion de mi abuelo y seguramente cayeron centenas de micro esferas a su regazo. Una explosion de moleculas. Le moje el pelo. El agua estaba tibia y oscurecia aun mas las canas de mi abuelo. La raya al lado, como el me pidio. Hasta ahora no me habia dado cuenta de lo gratificante que era cortar el pelo a alguien. Era como deshacerse del pasado para siempre. Todo lo contrario al apego; cortar, retirar, barrer. Era liberarse. Mi abuelo tuvo muchos demonios en su vida y yo los estaba mutilando. No le recuerdo fuera de casa hasta este dia. Por foto le habia visto hasta bailar, pero mi abuela enfermo antes de que yo naciera y, segun me contaron, desde entonces que el no bailaba. Cuando mi abuela salio del hospital para marchitarse poco a poco en su propia casa, mi abuelo agarro del reposabrazos una de las butacas de su salon. A pulso. Solo. Retiro su mesilla de noche y coloco el que seria su nuevo asiento favorito. Cuando se cansaba de estar sentado, daba paseos por el cuarto o se tumbaba boca abajo en los pies de la cama. Era enorme, mi abuela no llegaba con los pies al final del colchon. A veces se quedaba dormido ahi, como un gato. Custodiaba los suenos de mi abuela. Paso asi treinta de sus setenta y nueve anos. --Te voy a peinar ya, ?vale? --Espera --me dijo--. Busca en mi bolsa el neceser y traemelo. Es azul. Un neceser azul. --?Este? --Si, ese. El azul, el azul. Trae. La maleta de mi abuelo era un escaparate variopinto. Debajo de sus camisas y sus pantalones de pinzas, tenia una decena de libros antiquisimos, una brujula y un mapa de carretera descolorido. Yo suponia que se quedaria bastante tiempo en casa de mi madre, despues de todo ocupar de nuevo ese sillon en una habitacion vacia no seria el hogar que hubiese deseado para el, pero la casa no era tan grande como para usar brujula. Ah, abuelo, que magicos estos artilugios tuyos. Abrio el neceser y saco una brocha, un frasco y una cuchilla. --?Me afeitas? Sobre todo el cuello y la nuca, que eso ya solo no puedo. !Ah! Y cuidado con el bigote --me dijo el adorable caradura. --No voy a afeitarte. No. --?Crees que te lo pediria si pudiera hacerlo yo? Vamos... Soy un viejo que ya no vale para nada --esas palabras no se las creia ni el. Era un chantaje en toda regla al que acabaria cediendo. --No. Lo hice. Por supuesto que lo hice. Mi abuelo tenia una piel agrietada. No, no es esa la palabra. No eran grietas, eran rias. Lo se porque cuando rasuraba su cuello le broto una lagrima que recorrio su mejilla por un canal que antes yacia seco. El mar eran sus ojos, salados, llenos de despedida y de recuerdos. Como brillaban; tanto como la cuchilla que acariciaba su cara descabezando el trigo plateado que emergia de el. Era un hombre gris, mi abuelo. Ese dia lo era. Sin ella que matices le esperaban. --Bien al ras, Gaia. No quiero nada de ayer en mi. No le deje nada de ayer en el. Supongo que en la ducha froto hasta hacerse dano en la piel porque no soportaba el terrible peso de una sola fibra que llevase el nombre de mi abuela. Cuando acabe no dijo nada. El se miro al espejo, irreconocible. Tanteo sus patillas, encendio el grifo y se echo agua fresca en la cara. Se seco con la toalla de sus hombros, la sacudio y la dejo perfectamente doblada encima del lavabo. Hasta la cena familiar de esa noche, no hablo. --!Por la abuela! --dijo levantando su copa e incorporandose torpemente mientras recolocaba su cinturon. Yo, por supuesto, agarre mi copa y observe que nadie mas lo hacia. En un acto de solidaridad, me levante. Ahi estabamos, uno frente al otro, tratando de arrancar a esa panda de insensibles un acto de conmemoracion y respeto. Y de amor, sobre todo de amor. --Por la abuela --mire a mis hermanos furiosa. --Por la abuela --susurro Luca levantandose. Leon se le quedo mirando con un codo por encima del respaldo de su silla. Mi madre se froto las manos y suspiro mientras cogia su copa y la alzaba. --Por mama --dijo. --Levantate, Leon --le ordeno. Cuando mis hermanos nacieron yo ya tenia cinco anos y habia disfrutado algo mas de la abuela. Ellos, sin embargo, el recuerdo mas lejano que tienen es de cuando ya no podia levantarse y se orinaba encima. El beso de saludo y el beso de despedida se les obligo siempre, pero mientras yo ya empezaba a tener conciencia de las cosas y me quedaba leyendo a su lado, ellos correteaban por el pasillo y la terraza sin acercarse mucho a su cuarto. Mi madre se llevaba a mi abuelo a la terraza, en parte para vigilar a los gemelos y para hablar de asuntos de mayores, como a mi me decian, sin que la abuela se enterase. --Gaia, ve a jugar. Debe hacer un dia maravilloso. Que te de el sol en ese pelo de fuego que tienes. --No abuela. Ya me da el sol todos los dias --le decia peinando los rizos que inundaban mi cara. Leon se levanto de mala gana, se fue a la licorera del comedor y se sirvio un whisky sin hielo. Le dio un par de vueltas en el vaso antes de aproximarse a la mesa y levantar su vaso algo mas alto que los del resto. --Por ella, la senora que nos ha dejado pelados --bebio de un trago el whisky mientras los demas bajabamos las copas. --!Leon! !Controla lo que dices! --grito mi madre. --Deja de beber. !Luca! Quitale la copa a tu hermano. --Eres un capullo borracho --le dije mientras salia en busca de mi abuelo que habia salido del comedor tras escucharle. --!Borracho como papa! !Egoista como la abuela! Pero mas honrado que tu, hermanita. A mi no me mantiene mi novia. Por cierto, ?donde esta Abbie? --grito dando pasos torpes por todo el comedor. --Te has pasando --le dijo Luca sentado en su silla. --!Oh, callate, lelo! --le contesto. Cuando encontre al abuelo tras zigzaguear por toda la casa, ya se habia puesto un abrigo y llevaba una maleta consigo. Le agarre del hombro y al darse la vuelta vi que lloraba. De sus mares cayeron todas las rias del continente. Lo abrace, el metio la cabeza entre mi cuello y mi hombro y sollozo tres veces hasta que un grito de mi madre llamandole le recompuso. --Antes de que venga tu madre, toma --me dio un sobre. --Esto es tuyo y solo tuyo, ya lo he arreglado. No le digas nada a tu madre ni a tus hermanos. --Abuelo --le dije confusa mirando el sobre y su maleta. --No hace falta que vuelvas a casa, esta es tu casa ahora. --Gaia, yo no he dicho que me vaya a casa. Se fue misterioso por la puerta de la cocina. Cuando mi madre llego yo estaba sola con la mirada perdida en direccion al picaporte que acababa de resonar el cierre. La ignore completamente. --Gaia, mirame. No tenia nada que hablar con ella ni con nadie. Recogi mi bolso y me fui a casa. La noche estaba despejada, la ciudad tranquila y mi curiosidad aflorando a cada paso que daba.

  • Dulce y salado de Margarita B. Sainz

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    Martin no quiere ningun tipo de compromiso.

  • Te llamare muerto de Jose De Cora

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    Ano 1900. En una casa de la costa gallega dos mujeres sufren ataques de fuerzas que no atienden a las leyes fisicas. El ruido de cien tormentas antecede al vuelo de los objetos mientras un gorila espalda plateada trata de ejercer con ellas su papel de semental. Nadie se explica que motiva las aberraciones de la Casa de los Muertos..., porque su terrible secreto hay que buscarlo dieciocho anos antes. Tres peculiares personajes coinciden alli para disputar el descubrimiento al arzobispado de Santiago. Son el medico y espiritista Manuel Otero Acevedo, el escritor de esperpentos Ramon Maria del Valle-Inclan y el abogado y periodista Prudencio Landin Tobio. Sin saberlo, cada uno de ellos representa una faceta de esta fabulosa historia basada en hechos reales que enfrenta supersticiones a vanguardia cientifica, carne a espiritu, vivos a muertos.
    Esta es la nueva y sorprendente novela que nos presenta Jose de Cora, autor de “El estornudo de la mariposa”.

  • Buscando a Ella de Juan Francisco Soto Rodriguez

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    Buscando a ella es la primera novela
    de una saga. Basada en hechos reales, plasma el amor y en la libertad, en los derechos de las personas. Aunque el
    lector se encontrara una historia llena de amor, desamor, erotismo, y en ocasiones sexo crudo, Buscado a ella nos implica
    en los momentos familiares dolorosos y complicados de su protagonista, las peleas de instituto, el racismo, las drogas, y las situaciones verdaderamente dificiles que nos marcan en nuestra vida, y que en ocasiones hace que la vision particular que tenemos del mundo cambie, pero, que le han servido a el para madurar y para crecer como persona.

  • Mi jardin secreto de Nancy Friday

    https://gigalibros.com/mi-jardin-secreto.html

    Todas las fantasias sexuales de las mujeres contadas por ellas
    mismas sin inhibiciones.
    Nancy Friday presenta en este libro los testimonios de mas de 150
    mujeres seleccionadas entre otras muchas con las que se entrevisto o
    mantuvo correspondencia.
    Confesiones en las que esas mujeres exponen de forma
    absolutamente desinhibida sus fantasias sexuales mas secretas.
    Partiendo de esa base documental, la polemica autora
    norteamericana intenta profundizar en una faceta del mundo
    femenino que a menudo se ha mantenido oculta por pudor, por miedo
    o por la imposicion social de adoptar actitudes hipocritas ante el
    sexo.
    Con Mi jardin secreto, Nancy Friday abre la posibilidad de liberar toda
    la energia sexual de la imaginacion no solo a las mujeres cuyas
    fantasias se ven plasmadas en el libro, sino tambien a quien aborda
    su lectura.

  • Una historia negra de Antonella Lattanzi

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    Empieza el juicio a una mujer
    que es un juicio a todas las mujeres.
    Nadie te ha contado esta historia asi.

  • Una boda francesa (Los salvajes 1) de Sabri Louatah

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  • Una educacion de Tara Westover

    https://gigalibros.com/una-educacion.html

    Como una educacion puede salvar una vida

  • Historia de la criptografia de Manuel J. Prieto

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    Desde que el ser humano escribio la primera palabra, se han querido ocultar y codifican mensajes. Secretos de Estado, ordenes militares, asesinatos o la simple privacidad entre personas han servido para desarrollar complejos sistemas de encriptacion que han desempenado un rol fundamental en la guerra y la politica.

  • Invierno en Madrid de C. J. Sansom

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    Inolvidable, irresistible e imprescindible, Invierno en Madrid es una novela de amor y espionaje que trata sobre la dificultad de elegir bien en un momento marcado por la guerra.

  • Noches de Karnak (B de Books), Nieves Hidalgo de Nieves Hidalgo

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  • Legiones de Roma, Stephen Dando Collins de Stephen Dando Collins

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    La historia definitiva de todas las legiones imperiales romanas

  • El demonio entre las piernas de Cristina Brocos

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    Marta se enamoro, siendo una nina, del cura de su pueblo. Creyo que ese amor se diluiria con el paso del tiempo, pero, como decia la abuela, “el amor, cuando es verdadero, no se olvida, se acrecienta”. Siguiendo los dictados del corazon, que es el unico que conoce el camino verdadero, regreso anos despues, convertida en una mujer de bandera y dispuesta a derribar las Murallas de Jerico. ?Podra el amor luchar contra la fe mas profunda? ?Podra lidiar con todo un pueblo y sus inquinas?

  • El increible viaje de las plantas de Stefano Mancuso

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    Desde la publicacion de Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal, Stefano Mancuso se ha convertido en un referente ineludible en el conocimiento de la fascinante realidad de las plantas. Suponen el 99,7% de la vida del planeta y sobrevivirian sin los animales mientras que nosotros desapareceriamos inmediatamente en un mundo sin ellas. Si en sus libros anteriores Stefano Mancuso nos descubria que las plantas son sensibles, se comunican e intercambian informacion, duermen, tienen memoria, cuidan de sus hijos, toman decisiones, resuelven problemas y nos mostraba lo que las plantas nos ensenan para resolver los multiples desafios del futuro, en este su nuevo libro se centra en algo que la evidencia parece negar: que las plantas se mueven y viajan.

  • Protegiendo a Alba de Jorge Borges

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    Yo daria la vida por mis hermanos.
    Por mi familia. Por mi mafia.
    Y mi jefe habia confiado en mi.
    Para cuidar de su hija. VIRGEN.

  • Inseparable de Mia Ford

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    El camarero miro el asiento vacio que habia frente a mi en mi mesa, mientras llenaba mi vaso de agua por segunda vez. Ordene el tenedor sobre la servilleta de lino que tenia delante y suspire, poniendo las manos en mi regazo. El restaurante estaba lleno, y habia gente esperando mesa en la parte delantera. Me senti un poco incomoda al estar sentada alli sin pedir nada, pero aun no estaba muy segura de lo que pasaba. Detuve al camarero antes de que abandonara mi mesa y le pedi una copa de chardonnay, para que al menos no estuviera alli sentada con las manos vacias. Habia quedado con mi mejor amiga Lindsey para repasar algunos detalles de la boda. Lindsey habia sido mi mejor amiga desde antes de que pudiera recordar. Habiamos crecido juntas y continuabamos nuestras vidas en el mismo lugar, Los Angeles, California. Eramos chicas de Los Angeles y eso nunca cambiaria. Lindsey habia conocido a su prometido Jordan Smith en una hora feliz en ese mismo restaurante, y a partir de ahi todo fue historia. Me gustaba mucho Jordan, y los dos encajaban perfectamente. A veces me ponia celosa, pero luego recordaba la clase de imbeciles que podian ser los hombres. En cualquier caso, Lindsey debia estar alli para hablar de su proxima boda. Yo era la dama de honor, y el gran dia estaba a solo un mes de distancia y habia unas mil cosas por hacer. La queria, pero a veces era como si pensara que esas cosas se resolverian magicamente si las ignoraba. La planificacion de la boda habia empezado con fuerza tras su compromiso, pero cuanto mas nos acercabamos, mas agotada la veia con todo ello. Todos estabamos en el punto en el que solo queriamos que la boda llegara. Meti la mano en el bolso y saque mi telefono, que estaba vibrando salvajemente. --?Donde estas? --susurre con irritacion. --Lo siento mucho, Amanda --dijo--. Tengo una sesion de fotos en marcha, y pense que se acabaria, pero las cosas estan tardando demasiado. No creo que pueda ir a la cena hoy. Lo reprogramaremos muy pronto. Lindsey era una de esas chicas con un cuerpo perfecto, una tez perfecta y curvas en todos los lugares adecuados. No era solo una modelo en potencia, sino una modelo de verdad. Llevaba una vida de lujo, y siempre me hacia gracia verla en diferentes anuncios por la ciudad. Era tan tonta en la vida real pero tan seria cuando se trataba de su trabajo. Suspire y tome un trago de mi vino. --Esta bien --dije--. Llamame cuando hayas terminado y cambiaremos la fecha. --Gracias --dijo dulcemente--. Te quiero mucho. Tengo que irme. El fotografo va a volver. Colgue el telefono y mi sonrisa se desvanecio rapidamente. Intente ser comprensiva, pero estaba un poco irritada. Llevaba mas de veinte minutos sentada alli sola. Mire a mi alrededor, sintiendo que mi estomago refunfunaba y decidi que por que no comer alli. Ya estaba alli sentada. Hice senas al camarero y le susurre. --Mi invitada no viene --le dije--. Me voy a quedar, pero me ire a la barra para que esta mesa quede libre para otra persona. --Muy bien, senora --dijo con una sonrisa y un asentimiento--. Hare que le transfieran la cuenta. --Lo siento mucho --dije, poniendome de pie y cogiendo mi cartera de la mesa. --De verdad que no hay problema --dijo amablemente, acompanandome a la barra--. Sucede a menudo. Sonrei y me hice a un lado mientras el se daba la vuelta y se dirigia a la parte de atras. Sacudi la cabeza, ligeramente avergonzada por tener que anular una mesa asi, pero lo ultimo que queria era sentarme sola en una mesa a comer. Me acerque a la barra y sonrei, colgue mi bolso sobre el respaldo del taburete y me puse de puntillas para sentarme. Apoye mi cartera en la barra y mire por encima del hombro, observando al hombre realmente guapo que estaba sentado dos sillas mas alla. Me sonrio y me sonroje, volviendo a mirar al camarero mientras me entregaba la carta. Mientras ojeaba la lista de platos principales y pedia, pude ver que el chico guapo se cambiaba a mi lado. --?Te importa si me siento? --me pregunto. --En absoluto --respondi, sintiendo una atraccion instantanea entre ambos. --Soy Nathan --dijo, extendiendo la mano. --Amanda --respondi con una sonrisa. --?Que te trae hoy aqui sola, Amanda? --Tenia que encontrarme con mi mejor amiga, pero el trabajo la mantuvo alejada --dije. --Ella se lo pierde, yo lo gano --respondio con una sonrisa encantadora. --?Y tu? --Ahogando mis penas --dijo con una risa--. Solo estoy bromeando. Queria alejarme de las multitudes, supongo. --Puedo entenderlo --dije, riendo. Nos sentamos, comimos, bebimos y hablamos durante toda la noche. Era realmente encantador, y resultaba que tenia su propia empresa de tecnologia, aunque no estaba segura de cual. Por el aspecto del Rolex en su muneca y el traje de Louis Vuitton que llevaba, sospeche que no le iba nada mal. Las bebidas empezaban a subirseme a la cabeza, pero no me importaba en absoluto. Estaba disfrutando de este encuentro inesperado. --Tuve que convencerla de que no usara el estampado floral para las damas de honor. --Me rei--. Ha sido una pesadilla. --Eso parece. --Se rio, terminando su bebida y mirando alrededor del restaurante, que se estaba vaciando--. Parece que nos hemos pasado de la raya. --Oh, Dios --dije, mirando la hora--. ?Te gustaria ir a mi casa para tomar otra copa? --Pense que nunca me lo pedirias --dijo, llamando al camarero--. Dame la cuenta de los dos. --No tienes que hacer eso --dije, negando con la cabeza. --Por favor, me haria sentir como un caballero. --Sonrio. Me rei y recogi mis cosas mientras el pagaba las cuentas. Salimos a la calle, y el saludo a un sedan negro aparcado al final de la manzana. El coche avanzo y se detuvo frente a nosotros. El conductor salio y abrio la puerta. --?Vamos? --pregunto. --Pues claro --dije, impresionada. Cuando llegamos a mi casa, Nathan le indico al conductor que llamaria cuando estuviera listo. Abri la puerta principal y entre con el detras. Me dirigi a la cocina donde guardaba el alcohol y cogi el whisky del estante superior. Me quede helada al sentir las manos de Nathan rodeando mi cintura y su entrepierna rozando mi culo. Cerre los ojos cuando me paso los labios por el cuello antes de girarme para mirarle. Apoyo su mano en mi cara y apreto sus labios apasionadamente contra los mios, sin perder tiempo. Los dos sabiamos que esa era la razon por la que le habia invitado a mi casa, y yo sabia que queria quitarle esa ropa y pasar mis manos por su pelo oscuro. Me levanto y me sente a horcajadas sobre el, con mis brazos rodeando su cuello y mis labios aun pegados a los suyos. Se echo hacia atras y me miro con sus grandes ojos marrones, con un destello de sonrisa cruzando sus labios. Apoyo mi culo en el borde de la encimera y me subio la mano por el muslo, deteniendose despues de cruzar el borde de mi corta falda y entreteniendose bajo ella. --?Donde esta el dormitorio? --pregunto. Sonrei y le bese los labios. Luego baje de un salto, le cogi de la mano y tire de el atravesando el salon y el pasillo hasta mi dormitorio. Cerro la puerta de una patada cuando entramos. Avance hacia la cama, sonriendo timidamente y sacando mi top por encima de la cabeza, y el me miro con lujuria. Se acerco, se quito la chaqueta del traje y la corbata y bajo la cremallera de mi falda. Me la quite y me sente en la cama, deslizandome hasta que mi espalda se apoyo en el cabecero. Observe como se desnudaba, quitandose la camisa y revelando sus duros y bronceados musculos debajo. Era absolutamente maravilloso, y yo queria follar con el. Cuando se quedo en calzoncillos negros, se arrastro hacia mi, me agarro por los tobillos y me acerco a el. Me rei mientras me deslizaba y apoyaba la cabeza en las almohadas. Me quito lentamente las bragas y las tiro a un lado. Me eche la mano a la espalda y me desabroche el sujetador, dejando que mis pechos rebotasen. El sonrio y se tumbo boca abajo, apoyando mis piernas sobre sus hombros. Pase la mano por su pelo oscuro y cerre los ojos mientras su lengua empezaba a rozar mi clitoris. Separo mis pliegues y lamio a traves de mis jugos, volviendome absolutamente loca. --Date la vuelta --gemi. Giro su cuerpo y se tumbo junto a mi. Me levante y le baje los calzoncillos hasta las rodillas, sacando su enorme y dura polla y rodeandola con mis labios. El gimio cuando me gire hacia un lado, sintiendo su cara sumergirse de nuevo entre mis piernas, mi cabeza se movia arriba y abajo de su eje vibrante. La sensacion de su boca contra mi cono fue demasiado para mi, y chupe con fuerza su polla antes de echar la cabeza hacia atras y gritar de extasis. Todo mi cuerpo se puso rigido, mi orgasmo fluyo por cada vena y cada musculo de mi cuerpo. Levanto la cabeza, sonriendo, y se quito los boxers del todo, inclinandose sobre la cama y cogiendo un condon. Me retorci sobre las sabanas y mi cuerpo empezo a relajarse justo cuando el deslizo la goma por su ereccion y separo mis piernas. Introdujo su polla en mi interior. Grite, sintiendo como me llenaba por completo con su enorme eje, empujando y sacando a traves del torrente de jugos. Levanto la mano y me agarro las tetas, golpeando su polla dentro de mi una y otra vez, mientras el sudor se acumulaba en su firme pecho. Me mordi el labio y tire de el hacia abajo, pasando mi lengua por su boca y gimiendo en su garganta. Me agarro por los hombros y bombeo sus caderas una y otra vez, con los ojos oscuros de pasion. Levanto su cuerpo y bombeo varias veces mas antes de retirarse y darme la vuelta. Me levante a cuatro patas y me agarre a las sabanas mientras el volvia a empujar dentro de mi. Su mano se deslizo por mi espalda y se inclino hacia delante, poniendo la otra alrededor de mi y deslizandola sobre mi clitoris. Sus dedos se restregaron con fuerza sobre mi clitoris mientras me empujaba con pasion, con nuestras pieles golpeando con fuerza una contra otra. Grite, sintiendo que el fuego de mi vientre empezaba a aumentar mientras el grunia profundamente, excitandome aun mas. --Dios --gimio--. Frota tu cono para mi. Volvi a meter una mano y reemplace sus dedos, frotando circulos alrededor de mi clitoris mientras el se sentaba, me agarraba de las caderas y me penetraba una y otra vez. Mis gemidos alcanzaron un tono febril, y pude sentir que el fuego comenzaba a explotar. Grite, frotandome mas rapido entre las piernas antes de estremecerme salvajemente. Me corri con fuerza, mi cuerpo se tambaleo en extasis mientras el se introducia profundamente en mi interior y grunia, su cuerpo palpitaba mientras el tambien se corria. Su semilla caliente lleno el preservativo mientras mi cono vibraba contra su eje. Cuando los dos habiamos sentido todo el curso de nuestro placer, se retiro y se dirigio al bano para limpiarse. Cuando volvio, se subio a mi cama y me acerco a el, rodeandome con sus grandes brazos y dejando escapar un profundo suspiro. Normalmente, no dejaba que mis parejas de una noche se durmieran en mi cama, pero cuando sus ojos se cerraron y su respiracion se hizo mas profunda, me senti demasiado comoda para moverme. Me deje llevar, cayendo en un sueno sin suenos, envuelta en los brazos de este hombre interesante y sexy