• la vida secreta de los brandon - Mercedes de Miguel

    https://gigalibros.com/la-vida-secreta-de-los-brandon.html

    Han transcurrido unos anos desde que Beatriz y William contrajeran matrimonio. En Londres, la vida de la joven pareja transcurre placidamente, ella como psiquiatra y el como funcionario del Ministerio del Interior. hasta que William es reclutado por el MI5.

  • La vida secreta de los Brandon Versión Kindle - Amazon.es

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  • La vida secreta de los Brandon Tapa blanda – 1 julio 2019

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  • La vida secreta de los Brandon - Goodreads

    https://www.goodreads.com/book/show/52194290-la-vida-secreta-de-los-brandon

    2 jul 2019 — La vida secreta de los Brandon book. Read reviews from world's largest community for readers. Han transcurrido unos años desde que Beatriz y ...

  • La vida secreta de los Brandon - Mercedes de Miguel

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    Duke se revolcaba por la hierba con Jamie, entre carcajadas de este y lametones del perro. Cuando el niño se levantó, tenía la ropa hecha un desastre.

  • La vida secreta de los Brandon - Mercedes de Miguel - Libros4

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    7 jul 2019 — Resumen y Sinopsis del libro: La vida secreta de los Brandon de la autora Mercedes de Miguel. Han transcurrido unos años desde que Beatriz y ...

  • La vida secreta de los Brandon | Mercedes de Miguel [Miguel ...

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    Han transcurrido unos años desde que Beatriz y William contrajeran matrimonio. En Londres, la vida de la joven pareja transcurre

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  • La Vida Secreta de Los Brandon - Mercedes de Miguel | PDF - Scribd

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    Han transcurrido unos años desde que Beatriz y William contrajeran matrimonio. En Londres, la vida de la joven pareja transcurre plácidamente, ...

  • Ya disponible LA VIDA SECRETA DE... - La mente del asesino

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    Ya disponible LA VIDA SECRETA DE LOS BRANDON en Amazon en ambos formatos ... Aprovecho este hilo para informaros de que los 7 libros de regalo ya han sido ...

  • La semilla (Los casos de la agente Utrilla 1) de Luis M. Nunez

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    La agente de policia Lucia Utrilla esta a punto de descubrir que el ultimo caso de asesinato que se le ha asignado esconde una realidad mucho mas siniestra y oscura de lo que parece a simple vista.
    En su investigacion, topara con aliados y enemigos capaces de dominar fuerzas mas alla del entendimiento humano y comprobara que existe un mundo de locura y horror escondido tras el nuestro, viendose implicada de manera personal y peligrosa en las conspiraciones de una criatura blasfema y poderosa.
    Su vida, su familia y su cordura dependeran de lo acertado de sus decidiones frente a un enemigo implacable.

  • Los Tatuajes No Se Borran Con Laser, Carlos Montero de Carlos Montero

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  • La puerta de arena de Jesus Fernandez

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    < Muchos nombres nos habeis impuesto cuando jamas hemos deseado alguno. Quisimos pasar desapercibidos pero todo fue en vano.
    Hemos visto caer imperios, fuimos testigos de la masacre del Pueblo Gris y conocemos las palabras que abren La Puerta de Arena en el reino de Lum.
    El mundo no tiene secretos para nosotros pues hemos vivido en cada uno de sus dias y sus noches. Si olvidais vuestra esencia, tendremos que intervenir.>>

  • Mi unica reina de Jodi Ellen Malpas

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    Su historia de amor comenzo intensa y apasionadamente. La princesa Adeline y Josh Jameson sabian que cualquier futuro juntos era imposible: su estatus de princesa y la posicion de el como un galan de Hollywood lo impedian. Pero las cotas de placer a las que podian llevarse mutuamente fueron totalmente inesperadas. Y poco a poco los limites se hicieron mas y mas borrosos: lo fisico se volvio emocional, y sus corazones se entrelazaron. Pero un giro cruel de los acontecimientos vendra a amenazar su historia y Adeline se vera mas atada que nunca al protocolo que exige su titulo. El ejercito de asesores reales que esconden los secretos y escandalos de la monarquia hara todo lo posible para mantener a raya a los medios… y a Josh lejos de Adeline. Sin embargo, Josh se niega a perder a la mujer que lo ha consumido por completo y ha sido capaz de distorsionar sus limites. ?Triunfara el poder de la monarquia britanica? ?O cambiara su intenso amor el curso de la historia?

  • Aliados del amor (Libertinos Enamorados 1) de Vanny Ferrufino

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    A sus veintitres anos de edad y en su quinta temporada, lo mas atractivo que Lisa Stanton, hija de los marqueses de Winchester tiene, es su dote.
    Una dote por la cual el empobrecido conde de Hamilton sera un excelente pretendiente. Pero el duque de Windsor, el hombre que rompio su compromiso anos atras, estara dispuesto a hacer todo lo posible con tal de atraparla.
    Y Jaden Browning, duque de Windsor, siempre consigue lo que quiere. En este caso, tener bajo su poder el corazon y el alma de Lisa Stanton.

  • El alocado mundo de Rebeca de Vega Fountain

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    ?Y si el mayor peligro de trabajar en riesgos laborales fuera el de enamorarte de tu companero de trabajo?

  • Todas las familias felices de Mercedes De Vega

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  • Hombre de futbol de Arthur Hopcraft

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    Un clasico de la literatura deportiva. Mencionado constantemente como el mejor libro jamas escrito sobre el futbol.

  • El cuento que nunca vio el final (Un mundo para Hector 1), Estefania Yepes de Estefania Yepes

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    Hector, a su corta edad, lo tiene todo. Una familia que le adora, un dormitorio que parece sacado de un cuento de hadas, todos los munecos de superheroes que admira e infinitos lapices de colores con los que dar rienda suelta a su imaginacion. Sin embargo, hay algo que a dia de hoy trae a Jana de cabeza pues, a sus tres anos de edad, Hector todavia no ha pronunciado palabra alguna. Jana, aparentemente feliz con su vida, con su pequeno, con su tienda y con la compania alocada de la pelirroja que tiene por amiga, siente que el vacio que impera en su vida se hace cada dia mas fuerte, mas intenso, llevandose a su paso el control de su propia voluntad, de su entereza y de todo cuanto habia construido hasta el momento, amenazandola sin piedad, poniendo en peligro su propia vida. y tal vez mucho mas que eso. Martin, un reputado psicologo especializado en el tratamiento y terapia en el ambito infantil, recibe el curioso expediente de un nino que, a pesar de los indicios iniciales que apuntan a un posible nuevo caso de autismo, esconde tras ese silencio extrano y permanente algo muy distinto a todo lo que ha visto hasta el momento.

  • Ojo de dragon de Andy Oakes

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    Ocho cuerpos terriblemente mutilados hasta ser irreconocibles aparecen encadenados en los lodos del rio Huangpu, en la moderna Shanghai, enfebrecida de ambicion, dinero y desarrollo. Por la precision de las heridas y la brutalidad de los crimenes, todo parece indicar que los asesinos no son delincuentes comunes. A la hora de investigar el caso, el investigador jefe Sun Piao no cesa de hallar obstaculos administrativos, no exentos de intimidaciones. Piao sabe que deberia abandonar el caso, pero no es la clase de policia que este dispuesto a hacerlo. “Ojo de dragon” es una inquietante y arrolladora novela de intriga situada en la pujante pero siempre reservada China moderna. Andy Oakes (Londres, 1952) fue distinguido con el Premio Europeo de Crimen y Misterio 2004 por esta novela. Es un gran conocedor de la Republica Popular China, donde ha trabajado y cuyo territorio ha recorrido en numerosas ocasiones.

  • Sombras oscuras de Elena Romero

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    El mundo es un lugar frio.
    Oscuro. Y diferente.
    Ahora es puro, simple. Real.
    Unos mandan, otros obedecen.

  • La fiebre del heno de Stanislaw Lem

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    Una agencia de detectives requiere los servicios de un astronauta norteamericano retirado para que ayude a esclarecer una serie de misteriosas muertes acaecidas en un balneario de Napoles. Varias personas han enloquecido y algunas se han suicidado sin que se conozca motivo para ello. Otras parecen haber muerto accidentalmente. Todas las victimas eran extranjeras, viajaban solas, rondaban la cincuentena y padecian algun tipo de alergia. Tanto la policia local como la Interpol consideran que no hay pistas suficientes para afrontar el caso con garantias, hasta que empieza a cundir la idea de que en cierto modo las muertes obedecen a algo mas perverso. ?Estaran sujetos los asesinatos al jugueton capricho de las leyes de la probabilidad y el caos? Obra maestra indiscutible de la ciencia ficcion, aderezada con los ingredientes de la novela clasica de suspense, La fiebre del heno es un autentico tesoro recuperado del genio Stanislaw Lem y una de las historias mas miticas de un autor irrepetible.

  • Los Wadlow I: ?Azar, destino… o premeditacion? de Marisa Maverick

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    “?AZAR, DESTINO… O PREMEDITACION?” es la historia de Kathy y Adam, primer volumen de la Saga Los Wadlow y con FINAL CERRADO. La segunda entrega se titulara “?Atraccion, amor… o gratitud?”, donde conoceremos como es la vida de Johan y del resto de la familia Wadlow. ?Me acompanas?
    <>
    Celebrar el buen fin de su ultimo caso en los tribunales fue la razon que llevo a Kathy a entrar en ese afamado local. Aceptar, y solo por esa vez, la insistente invitacion de su companera de trabajo para tomar una copa, el motivo de Adam.
    El amor surgira entre ellos de forma arrolladora, con una pasion que marcara sus propios tiempos. Y esa sera la fuerza que los ayude a enfrentarse tanto a personas que quedaron en el olvido como a miedos y traumas del pasado.
    Sin embargo, un estricto sentido del deber, unido al imperioso deseo de hacer justicia, llevara a un miembro de la familia Wadlow a remover acontecimientos del ayer. Pero toda accion conlleva una reaccion, que afectara de forma implacable a sus seres mas queridos y empujara a la joven pareja hacia un letal peligro que decidira su futuro.
    ?Quizas el azar, caprichoso, les jugo una mala pasada?
    ?Tal vez estaban marcados por el destino?
    ?O el que sus caminos se cruzaran solo fue premeditacion?...
    Como cita Norbert Wadlow: Omnia vincit amor, et nos cedamus amori.

  • Buscando Esposa de Julia Quinn

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    Londres, cerca de St. George, Hannover Square, Verano de 1827 Sus pulmones estaban en llamas. Gregory Bridgerton estaba corriendo. A traves de las calles de Londres, ignorando las miradas curiosas de los transeuntes, estaba corriendo. Habia un extrano y poderoso ritmo en sus movimientos -uno dos tres cuatro, uno dos tres cuatro- que lo empujaban, impulsandolo a seguir adelante, mientras su mente permanecia enfocada en una sola cosa. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tenia que detener la boda. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Un minuto? ?Cinco? No podia saberlo, no podia concentrarse en otra cosa diferente a su destino. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. Tendria que haber empezado a las once. Eso. La ceremonia. Eso que jamas debio haber pasado. Pero sin embargo, ella lo habia hecho. Y el tenia que detenerla. Tenia que detenerla a ella. No sabia como lo iba a hacer, y seguramente no sabia por que, pero ella estaba haciendolo, y todo era un error. Ella tenia que saber que estaba en un error. Ella era suya. Ambos se pertenecian. Ella lo sabia. Lo peor de todo, era que ella lo sabia. ?Cuanto tiempo tardaria en desarrollarse una ceremonia? ?Cinco minutos? ?Diez? ?Veinte? Nunca habia prestado atencion antes, seguramente nunca penso en mirar su reloj de principio a fin. Nunca penso que necesitaria esa informacion. Nunca penso que le importaria tanto. ?Cuanto tiempo llevaba corriendo? ?Dos minutos? ?Diez? Giro alrededor de una esquina y se dirigio a Regent Street, grunendo lo que parecia ser un <> cuando tropezo con un caballero respetablemente ataviado, y le tiro su maleta al piso. Normalmente Gregory se habria detenido para ayudar al senor, inclinandose para recoger su maleta, pero no hoy, no esta manana. No ahora. La iglesia. Tenia que llegar a la iglesia. No podia pensar en nada mas. No debia. Debia... !Maldicion! Patino al hacer una parada, cuando un carruaje se detuvo enfrente de el. Descansando las manos en sus caderas -no porque queria, sino porque su desesperado cuerpo se lo exigiaaspiro enormes bocanadas de aire, intentando aliviar la furiosa presion de su pecho, ese horrible ardor, que lo hacia sentir como... El carruaje se movio y el comenzo a correr de nuevo. Ahora estaba cerca. Podia hacerlo. No podian haber pasado mas de cinco minutos desde que habia salido de la casa. Quizas seis. Se sentian como treinta, pero no podian haber pasado mas de siete. Tenia que detener esto. Todo estaba mal. Tenia que detenerlo. Lo detendria. Ya podia ver la iglesia. A lo lejos, su torre gris elevandose hacia el brillante cielo azul. Alguien habia colgado flores en las linderas. No podia decir que clase de flores eran -amarillas y blancas, pero en su mayoria eran amarillas. Se derramaban en el exterior con un abandono temerario, saliendo de los cestos. Lucian alegres, incluso contentas, y todo estaba tan mal. Este no era un dia alegre. No era un evento que debia ser celebrado. Y el lo detendria. Redujo la velocidad solo lo suficiente para poder seguir corriendo sin caerse de bruces, y entonces tiro de la puerta para abrirla, amplia, mas amplia, mientras escuchaba el golpe al chocarse con la pared exterior. Quiza debio haber entrado con un poco mas de silencio, dandose un momento para evaluar la situacion, para darse cuenta lo lejos que habian llegado. La iglesia quedo en silencio. El sacerdote detuvo su parloteo, y cada columna vertebral de cada banco se giro, hasta que todas las caras se volvieron. Hacia el. – No -jadeo Gregory, pero tenia tan poco aliento, que apenas si podia escuchar sus propias palabras. – No -dijo, mas alto esta vez, agarrandose del borde de los bancos mientras avanzaba-. No lo hagas. Ella no dijo nada, pero el la vio. Tenia la boca abierta de la conmocion. Vio como el ramillete de flores se caia de sus manos, y sabia, por Dios que lo sabia, que ella habia dejado de respirar. Se veia tan hermosa. Su cabello dorado parecia capturar la luz, y brillar con un fulgor que lo llenaba de fuerzas. Se enderezo, aun respirando con dificultad, pero ahora podia caminar sin ayuda, y se solto del banco. – No lo hagas -dijo el otra vez, avanzando hacia ella con la gracia furtiva de un hombre que sabe lo que quiere. Que sabe lo que debe ser. Ella aun no hablaba. Nadie lo hizo. Eso era extrano. Trescientos de los entrometidos mas grandes de Londres, estaban en ese edificio, y nadie habia proferido ni una palabra. Nadie podia apartar la vista de el mientras caminaba en medio del pasillo. – Te amo -dijo, justo alli, enfrente de todo el mundo. ?Y a quien le importaba? No podia guardarse ese secreto. No permitiria que se casara con nadie mas, sin asegurarse de que todo el mundo supiera que ella era la duena de su corazon. – Te amo -dijo otra vez, y por el rabillo del ojo pudo ver a su madre y a su hermana, sentadas en un banco, boquiabiertas de la sorpresa. Siguio caminando. Por el pasillo, cada paso era mas seguro, mas confiado. – No lo hagas -dijo, saliendo del pasillo y entrando en el altar-. No te cases con el. – Gregory -susurro ella-. ?Por que haces esto? – Te amo -dijo, porque era lo unico que podia decir. Era lo unico que importaba. Sus ojos brillaron, y el podia ver como contenia el aliento. Ella miro al hombre con el que estaba tratando de casarse. Levanto las cejas cuando el simplemente le contesto con un diminuto encogimiento de hombros, como si le dijera: Esa es tu opcion. Gregory inclino una rodilla. – Casate conmigo -dijo, con su mismisima alma en sus palabras-. Casate conmigo. Contuvo el aliento. La iglesia entera dejo de respirar. Ella fijo los ojos en los suyos. Eran grandes, claros y todo lo que habia pensado que era amable y verdadero. – Casate conmigo -susurro el, una ultima vez. Sus labios temblaron, pero su voz fue clara cuando dijo... Capitulo 1 En el que nuestro heroe se enamora Dos meses antes. A diferencia de la mayoria de los hombres que conoce, Gregory Bridgerton cree en el verdadero amor. Tendria que ser un tonto para no creer en el. Teniendo en cuenta lo siguiente: A su hermano mayor, Anthony. A su hermana mayor, Daphne. A sus otros hermanos, Benedict y Colin, sin mencionar a sus hermanas, Eloise, Francesca, y (aunque no lo crean) Hyacinth, todos -absolutamente todos-estaban completamente enamorados de sus respectivas parejas. A la mayoria de los hombres, ese tipo de cosas solo les produciria un ataque de bilis, pero para Gregory, quien habia nacido con una alegria incomparable, que de vez en cuando (segun su hermana menor) era irritante, eso sencillamente significaba que no tenia otra opcion, mas que creer en lo obvio: El amor existia. Y no era una completa invencion de la imaginacion, disenada para evitar que los poetas murieran de hambre. Podria ser algo que no se podia ver, oler o tocar, pero estaba alli, y era solo cuestion de tiempo antes de que el, tambien, encontrara a la mujer de sus suenos y se estableciera para ser fructifero, se multiplicara y asumiera aficiones como el papel mache y la coleccion de ralladores de nuez moscada. Aunque, si queria ser claro en un punto, que parecia ser bastante necesario para ese concepto tan abstracto, sus suenos no incluian exactamente a una mujer. Bueno, no a una con atributos especificos e identificables. No sabia nada de la mujer que iba a ser suya, la unica que supuestamente transformaria su vida completamente, convirtiendolo en un pilar feliz de aburrimiento y respetabilidad. No sabia si seria bajita o alta, o morena o rubia. Le gustaba pensar que podria ser inteligente y poseer un gran sentido del humor, pero mas alla de eso, ?Como iba a saberlo? Ella podia ser timida o franca. Tal vez le podria gustar cantar. O quizas no. Quizas era una amazona, con un cutis sonrosado por estar demasiado tiempo bajo el sol. No lo sabia. Cuando esa mujer llegara, esa imposible, maravillosa y actualmente inexistente mujer, todo lo que en realidad sabia era que cuando la encontrara... Lo sabria. No sabia como lo sabria; solo sabia que lo sabria. Ocurriria algo muy importante, su mundo se estremeceria, y la vida se alteraria... bueno, en realidad, no iba a llegar susurrando su paso por su existencia. Vendria pleno y poderoso, como una tonelada proverbial de ladrillos. La unica pregunta era cuando. Y mientras tanto, no veia ninguna razon para no pasarla bien mientras se anticipaba a su llegada. Despues de todo, uno no tenia que comportarse como un monje mientras esperaba al verdadero amor. Gregory era, segun todos, un tipico hombre londinense, con una comoda -pero no extravagante-asignacion, tenia muchos amigos, y el suficiente sentido comun para saber cuando debia alejarse de una mesa de juegos. Era considerado lo suficientemente decente para ser tenido en cuenta en el Mercado Matrimonial, puede que no estuviera precisamente a la cabeza (los cuartos hijos nunca llamaban mucho la atencion) y siempre estaba en demanda cuando las matronas de la sociedad, necesitaban a un hombre que llenara los requisitos para ser invitado a un buen numero de fiestas. Lo que hacia que su anteriormente mencionada asignacion, se estirara un poco mas, convirtiendose en un beneficio. Quizas debio haber tenido un poco mas de proposito en su vida. Alguna clase de direccion, o incluso una tarea insignificante que realizar. Pero eso podria esperar, ?no es verdad? Pronto, estaba seguro, todo se aclararia. Sabia que era lo que deseaba hacer, y con quien deseaba hacerlo, y mientras tanto, el tenia... No tenia tiempo. Por lo menos, no en ese preciso momento. Para explicar: Actualmente Gregory estaba sentado en una silla de cuero, una muy comoda por cierto, y no era que realmente tuviera que pensar en el asunto, mas que en el hecho de que la falta de incomodidad conducia a las personas a sonar despiertas, lo que a su vez conducia a no escuchar a su hermano que, debe anotarse, estaba de pie, aproximadamente a un metro de distancia, hablando sobre algo o alguna cosa, casi seguramente relacionada con alguna variacion de las palabras deber y responsabilidad. En realidad, Gregory no le estaba prestando la debida atencion. Raramente lo hacia. Bueno, no, ocasionalmente lo hacia, pero... – ?Gregory? !Gregory! Levanto la mirada, pestaneando. Anthony tenia los brazos cruzados, esa nunca era una buena senal. Anthony era el vizconde Bridgerton, y lo habia sido durante mas de veinte anos. Y mientras que era -Gregory era el primero en insistir-el mejor de los hermanos, tambien hubiera podido ser un excelente senor feudal. – Perdoname por entrometerme en tus pensamientos, de esta manera -dijo Anthony en una voz seca-, pero tu has, quizas -solo quizas- ?escuchado algo de lo que te he dicho? – Diligencia -repitio Gregory como un loro, mientras asentia con lo que juzgaba era un gesto de suficiente gravedad-. Direccion. – En efecto -replico Anthony, y Gregory se felicito a si mismo por lo que claramente habia sido una excelente actuacion-. Es tu ultima oportunidad de que le busques alguna direccion a tu vida. – Por supuesto -murmuro Gregory, principalmente porque no habia cenado, y tenia hambre, y habia escuchado que su cunada estaba sirviendo refrescos en el jardin. Ademas, nunca tenia sentido discutir con Anthony. Nunca. – Debes hacer un cambio. Escoger un nuevo camino. – Claro. -Quizas habia bocadillos. Podia comerse cuarenta de esas ridiculeces cortadas por la mitad. – Gregory. La voz de Anthony tenia ese tono. Aquel que era imposible de describir, pero lo suficientemente facil de reconocer. Y Gregory sabia que era el momento de prestar atencion. – Correcto -dijo, porque de verdad, era notable como una sola silaba podria borrar a una frase apropiada-. Espero unirme al clero. Eso hizo que Anthony se congelara. Muerto, helado, frio. Gregory hizo una pausa para saborear el momento. No le importaba que para ello, hubiera tenido que convertirse en un condenado vicario. – ?Disculpame? -murmuro Anthony finalmente. – No es que tenga muchas opciones -dijo Gregory. Y cuando esas palabras emergieron, comprendio que era la primera vez que las habia dicho. Las hacia mas reales, de algun modo, mas permanentes-. Es el ejercito o el clero -continuo-, y bueno, debo decir esto: Soy una bestia para disparar. Anthony no dijo nada. Todos sabian que tenia razon. Despues de un momento de incomodo silencio, Anthony murmuro: – Hay espadas. – Si, pero con mi suerte, me enviarian a Sudan. -Gregory se estremecio-. No debe ser demasiado terrible, pero en realidad, hace mucho calor. ?Querrias ir? Anthony objeto inmediatamente. – No, claro que no. – Y -agrego Gregory, empezando a disfrutarlo-, esta Madre. Se hizo una pausa. Entonces: – Ella sabe algo de Sudan... ?verdad? – No le gustaria mucho mi partida, y entonces tu, sabes, seras el unico que debera sostener su mano cada vez que se preocupe, o tenga alguna pesadilla horrible sobre... – No digas mas -le interrumpio Anthony. Gregory se permitio reir internamente. Realmente no era justo para su madre, quien, solo para senalar, nunca habia dicho alguna vez que pronosticara el futuro con algo tan tonto como un sueno. Pero si odiaria que el se marchara a Sudan, y Anthony tendria que escucharla cuando se preocupara por eso. Y como Gregory no estaba particularmente deseoso de partir de las orillas nubladas de Inglaterra, el argumento era muy discutible, de cualquier forma. – Correcto -dijo Anthony-. Bien. Estoy feliz, entonces, de que finalmente hayamos podido tener esta conversacion. Gregory le echo un vistazo a su reloj. Anthony se aclaro la garganta, y cuando hablo, se escuchaba un filo de impaciencia en su voz. – Y que hayas pensado finalmente en tu futuro. Gregory sentia que algo se apretaba en la parte de atras de su mandibula. – Solo tengo veintiseis anos -le recordo-. Seguramente soy muy joven como para que tengas que repetirme la palabra finalmente. Anthony simplemente arqueo una ceja.

  • La sangre no salta de Alfonso Gutierrez Caro

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    Novela negra espanola

    ?Estas buscando novedades en novela negra y policiaca? No le des mas vuelta el regreso del detective privado Samuel Alonso es el libro que esatabas buscando. Una novela apasionate dentro del genero de detective thrillers.

  • 49 penurias de Troy, C.J. Benito de C. J. Benito

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  • No te vayas, QUEDATE CONMIGO de Monica Hoff , Norah Carter

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    Sofia, una escritora de novela romantica no interesada en el amor y que vivia una solitaria vida enfrascada en su mundo, decide ayudar un dia a un triste vagabundo que pide para poder comer. Aunque un poco reticente, no puede evitar tenderle la mano para ayudarlo a salir de la miseria. Cuando Cristian acepta su ayuda, se convierte en parte indispensable en la vida de la escritora, tanto que acabaran mas unidos de lo que pensaron, haciendo que el extrano llegue a ganarse su corazon. Pero uno de los dos sera la voz de la razon, intentando evitar que sus sentimientos vayan a mas. ?Podra Sofia dejarse llevar cuando el corazon sea el que mande? ?Sera Cristian, el vagabundo, quien le haga ver cuanto lo necesita ella en su aislada vida? Una intensa historia de amor que te ensenara que si el corazon es el que elige, los prejuicios no tienen cabida.

  • Erase una vez en Londres de Laura Maqueda

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    ?Puede el modelo mas famoso del mundo enamorarse de una chica corriente?

  • Andrew (Escoceses 1) de Emma Madden

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    -Las Highlands no son toda Escocia, ni todos los hombres escoceses son highlanders, ni son como Jamie Fraser de la serie "Outlander", que por cierto esta inspirada en los libros de Diana Gabaldon, que deberia ser lo importante para nosotros... estoy harta de que medio mundo hable de highlanders y escoceses como si todo mi pais fuera un territorio de tios cachas con falditas escocesas, que se llaman Kilt, ya que estamos... es muy triste que nadie sepa de verdad nada de Escocia, cuando encima esta tan de moda. -Solo fue un comentario, Fiona, no es para que te pongas asi. -Esto es la universidad de Columbia, no estamos en el patio de un colegio, Kim, ni en la peluqueria, me gustaria que al menos aqui, en esta aula de literatura escocesa, hablaramos con algo de propiedad. -?O sea que el profesor McAllen no es un highlander? -pregunto con cara de tonta una de las chicas del fondo de la clase, que esa manana estaba hasta los topes, y Fiona Murray bufo entornando los ojos. -?Lo unico que te importa es si es un highlander?. Es una eminencia, un especialista... -Esta muy bueno y si viniese con la faldita... el kilt... seria la bomba. Toda la clase se echo a reir y Fiona, que estaba hasta el mono de intentar aclarar que sus paisanos no eran ni tan guapos, ni tan aguerridos, ni unos trozos de carne con faldas escocesas, como solian aparecer en algun tipo de novelas y en la tele, respiro hondo y se concentro en ordenar la mesa de Andrew McAllen, el profesor visitante de la Universidad de Edimburgo, que iba a pasar un curso en Nueva York dando clases en el departamento de literatura escocesa de la Universidad de Columbia, y del que le tocaba ser ayudante. El profesor McAllen, doctor McAllen, porque tenia un doctorado, era un tio al que presidia una fama de serio y muy estricto, sobre todo despues de pasar por un escandalo apoteosico en su pais hacia pocos meses, asi que queria ahorrarle chorradas con sus alumnos (sobre todo alumnas) que estaban alli a ver si podian vislumbrar algo debajo de su kilt, porque estaba segura de que las muy ilusas seguian creyendo que apareceria con la falda escocesa. -?Donde estan exactamente las Highlands, Fiona? -pregunto un chico de la primera fila, Jim Wang, una de las lumbreras de la clase y ella lo miro por encima de las gafas-. No quiero equivocarme con el doctor McAllen, yo no soy como esta panda de salidas. -Vete a la mierda, Jim -gritaron varias y Fiona respiro hondo. -El territorio de las Tierras Altas esta formado por distintas regiones. La comarca de las Highlands representa solo un 40% de toda la zona real considerada de las Tierras Altas, el resto de la region lo forman los concejos de Aberdeenshire, Angus, Argyll y Bute, Moray, Perth and Kinross y Stirling. Ya sabeis que estan al norte del pais y su capital es Inverness. -Google dice que Andrew James McAllen es de Inverness, por lo tanto, es un highlander ?no? -apunto otra alumna y ella asintio-. No estabamos tan equivocadas y no necesitabamos de tu bronca, Fiona. -Es de Inverness, pero se crio y formo en Edimburgo, sin embargo, es igual. No es solo por el doctor McAllen, es en general, solo intentaba iluminar un poco vuestras cabezas y dejar de oir estereotipos estupidos sobre los escoceses que, repito, no son todos highlanders y menos aun unos galanes de telenovela... -Estoy de acuerdo. Oir el acento y la voz de McAllen a su espalda la hizo saltar, y antes de girarse para mirarlo a la cara, vio los ojos brillantes de las chicas, y de algun chico, que dejaron de hablar y de moverse para prestarle atencion con la boca literalmente abierta. Respiro hondo, se dio la vuelta y lo miro a los ojos, esos enormes ojos color turquesa o verdes, o algo asi, que la estaban observando con curiosidad. -Doctor McAllen, bienvenido al aula de Literatura Escocesa 2 -le ofrecio la mano y el se la estrecho con energia-. Me llamo Fiona Murray. -Senora Murray, encantado. Ahora vamos a empezar, buenos dias a todas y a todos, damas y caballeros. -Buenos dias. Respondieron al unisono y Fiona no pudo evitar fijarse en la camisa blanca y perfecta que llevaba ese hombre, en sus pantalones de pitillo y en los zapatos bien lustrados. Tenia una pintaza, era alto y muy atractivo, con manos grandes y sonrisa impoluta, asi que tuvo que admitir que acababa de derribar de un plumazo sus argumentos contra el estereotipo de escoces igual a tio bueno, y a punto estuvo de echarse a reir, pero se contuvo y camino hacia su mesa mirando de reojo como el abria su maletin de cuero destartalado y sacaba un libro para tirarlo con energia sobre su escritorio, antes de mirar a los alumnos y decir con su voz ronca y varonil: -Robert Burns, "Caledonia y otros poemas". ?Quien quiere leer el primero? 1 -?Que tal el apartamento? -?Apartamento?, esto es un piso de lujo, Ewan, muchas gracias por dejarmelo. -Es propiedad de mi empresa, te lo deja ella. Me alegra que te guste. -Tu empresa, tu, da igual, al final es lo mismo. ?Donde estas? -Desayunando en Singapur, ?te llego la invitacion para la boda de mi hermano?, es en Ibiza, tio. Me pidio dinero para comprar el anillo de compromiso porque no tenia un duro, y resulta que ahora se casan en Ibiza porque a Mimi le hace mucha ilusion casarse en la playa, no entiendo nada. -Igual paga la familia de ella. -No creo, no lo se, solo se que una bonita boda en Edimburgo seria perfecta, si hasta esta de moda casarse en Escocia, podria conseguirle un castillo en cualquier largo de las Highlands, macho. Mi hermano esta pirado y mis padres que trinan. -Creo que acabaremos todos en Ibiza, que tampoco esta nada mal. -Duncan dice que se apunta y que le contratara un DJ como regalo de bodas. -Genial, lo pasaremos bien -miro a traves de los ventanales la noche cayendo sobre Manhattan y suspiro. -?Todo lo demas bien, Andy? -Si, el primer dia de clase ha ido bien, he conocido a muchos companeros y alumnos y mi ayudante, que es una institucion en el departamento de literatura escocesa, es una senora muy eficiente. No me puedo quejar. -Me refiero a "lo demas", colega, ya me entiendes. -Estoy en Nueva York y no quiero pensar en "lo demas", estoy bien. -Ok, si tu lo dices -respiro hondo y Andrew se fue a la cocina para servirse la comida china que habia comprado para la cena-. Ya sabes que tengo un monton de amigos en Nueva York que quieren conocerte, promete que los llamaras o aceptaras alguna invitacion y te lo pasaras bien. -Claro, en cuanto me instale mejor, acabo de llegar y tengo que organizarme un poco. -La madre que te pario, tio... bueno, te dejo, tengo una reunion, si necesitas lo que sea me llamas. Adios. -Adios. Le colgo, se sirvio la comida china y volvio al salon, se sento en el suelo, delante de las ventanas que rodeaban todo ese espectacular atico, y tomo un primer bocado cerrando los ojos, pensando en Andrea, su mujer, o su exmujer segun ella, deseando que al abrirlos estuviera alli, a su lado, para compartir con el la cena, las vistas y su paso por Nueva York. Un sueno cumplido para los dos que lamentablemente tendria que superar solo. Tenia treinta y ocho anos y una vida destrozada, o asi se sentia despues de que su chica, la mujer de sus suenos, su esposa, lo abandonara en Edimburgo hacia ya ocho meses. La culpa era toda suya, porque el la habia cagado, el habia mandado al garete su idilica historia de amor el dia que, contra todo pronostico, habia decidido ir a la fiesta de inauguracion del club nocturno de su amigo Duncan en George Street. Duncan, que ademas de ser una estrella de la musica internacional, era uno de sus dos mejores amigos, inauguraba su espectacular club en la mejor zona de Edimburgo y no habia podido evitar asistir. No habia podido. Aunque Andrea estaba en Madrid con su familia celebrando la Noche de Reyes y a el no le apetecia nada ir sin ella, al final se habia animado y habia aparecido alli y ya de madrugada habia estado lo suficientemente borracho como para liarse con una exalumna, una estadounidense muy insistente de la que no recordaba nada, pero de la que se acordaria el resto de su vida porque ella, en un alarde de irresponsabilidad absoluta, habia colgado en Instagram fotos y videos de los dos besandose y tocandose y metiendose mano en un reservado del local. Honestamente, no recordaba nada de aquello, nada, y asi se lo habia jurado a su mujer de rodillas, un millon de veces, pero a ella su seminconsciencia no justificaba sus actos y destrozada, hecha un mar de lagrimas, humillada publicamente y muy cabreada, habia dejado primero su casa de Edimburgo para irse a la de una amiga y finalmente habia renunciado a su trabajo y habia vuelto a Espana decidida a solicitar el divorcio. Toda Escocia se habia enterado de su supuesta "infidelidad", medio mundo habia visto las imagenes, y milagrosamente no lo habian despedido de la universidad porque la estadounidense era mayor de edad y ya no era alumna suya, pero el escarnio habia sido apoteosico, las miraditas de burla y desaprobacion lo habian perseguido durante semanas, sin embargo, todo aquello lo habia superado con tranquilidad, con la frente alta, porque se consideraba totalmente inocente. Personalmente estaba tranquilo, en paz con respecto a todo ese vergonzoso incidente (que apuntaba a ser una burda trampa) ... pero otra cosa era intentar apaciguar el dolor de su mujer. Jamas podria superar la punetera realidad de que le habia hecho dano, le habia fallado, la habia decepcionado... incluso, ocho meses despues de aquello, seguia sin hablarle, esperando enrocada y ofendida a que le firmara de una buena vez los papeles del divorcio, y el no podia lidiar con eso. Andrea queria el puto divorcio, pero el no pensaba firmarlo, no podia hacerlo, aunque ya le habia advertido su abogado de que se iba a divorciar igualmente porque la ley estaba de su parte y pasado un tiempo prudencial ya no necesitaria de su firma para divorciarse, el no pensaba cooperar. Respiro hondo y trato de no entrar en panico como le habia ensenado su terapeuta. Abrio los ojos y miro Manhattan bajo sus pies. Nueva York era fabulosa, una ciudad que le encantaba, de hecho, parte de su luna de miel la habian pasado alli, y hacia un ano, cuando la Universidad de Columbia lo habia invitado a dar clases durante un curso entero, habian saltado de felicidad, los dos, porque Andy (a los dos los llamaban Andy) estaba ilusionadisima con la oportunidad de vivir ocho meses en la Gran Manzana... quien les iba a decir que un ano despues estaria alli solo, con el corazon roto y la vida hecha pedazos. Maldita sea, exclamo y se levanto ya sin hambre, sin poder quitarsela de la cabeza. Habia conocido a Andrea Aramburu, una espanola deslumbrante, cuando habia aparecido en Edimburgo a los veintidos anos para hacer un master en su departamento de literatura. Una brillante licenciada en filologia inglesa, amante de la literatura escocesa, que queria especializarse en Robert Burns y de la que lo habian nombrado tutor porque por aquel entonces aun no tenia catedra propia y se ocupaba de los alumnos de post grado. Una maravillosa circunstancia, porque desde que la habia visto se habia enamorado de ella, y ella le habia cambiado la vida para siempre. El tenia treinta y dos anos por entonces, y un largo y agitado curriculo sentimental a sus espaldas, incluso llevaba unos meses combinando a dos amigas en perfecta y relajada armonia, una de Londres y otra de Paris, con las que compartia sexo y diversion sin compromiso, pero habia aparecido Andrea y todo se habia detenido, todo habia cambiado, y por primera vez en su vida descubrio que era capaz de enamorarse como un crio inexperto, porque ella lo desarmaba con solo mirarlo, lo ponia del reves con una sonrisa, y lo volvia completamente loco, asi que se habia dejado llevar, se habia enamorado sin vuelta de hoja y habia empezado a "cortejarla", a salir con ella, hasta que acabado su primer curso en Edimburgo la habia seguido hasta Espana, durante sus vacaciones, para decirle lo que de verdad sentia. -Te amo y no pienso dejarte en paz hasta que te cases conmigo -le solto en San Sebastian, donde la pillo paseando con su abuela por el Paseo de la Concha, y ella le habia sonreido incredula-. Va en serio, Andy, si quieres me arrodillo delante de todo el mundo. -?Como me has encontrado? -Vamos... mirame y dame una respuesta. -Te quiero -le habia contestado poniendose de puntillas para darle un beso en la boca-, y claro que me quiero casar contigo, pero no hay ninguna prisa. -Eso lo diras tu, porque yo tengo toda la prisa del mundo. -Andrew... -Los escoceses no solemos tener mucha paciencia, amor. ?Te casas conmigo o no? -Si, por supuesto que si. Le habia puesto un anillo en el dedo, lo habian celebrado con su familia, que en un principio no estaba nada de acuerdo con que se casara con su profesor, un tio diez anos mayor que ella y a los veintidos anos, pero que al final habia acabado aceptando su decision, incapaces de poner puertas al campo, y cuando volvio a Escocia para su segundo curso del master se fueron a vivir juntos. Seis meses despues estaban casados y el se habia convertido en el hombre mas feliz, fiel, enamorado y dichoso del planeta. En una nube de perfeccion y amor desatado habian vivido seis anos, hasta ese maldito 5 de enero, cuando el de forma inconsciente, porque estaba borracho como una cuba, se habia liado con una mujer de la que no sabia nada, habia mandado todo al traste y Andrea habia reaccionado como siempre habia prometido actuar ante una infidelidad: habia cogido sus cosas, a su gata y lo habia dejado solo y a su suerte. Aun en contra su propia naturaleza, desesperado, habia suplicado, llorado, gritado, roto cosas, la habia asustado persiguiendola por Edimburgo o por Madrid, se habia deshecho en explicaciones, pero no habia conseguido nada y al final habia decidido seguir adelante con sus planes y viajar a Nueva York. Todo su entono lo habia animado a viajar a los Estados Unidos para trabajar en Columbia ese curso. Esa parecia ser la unica oportunidad que tenia para recomponerse un poco y olvidar a su mujer, aunque sabia que eso no pasaria jamas. Estaba roto por dentro, por fuera respiraba, comia, trabajaba e interactuaba con el mundo, pero en su interior lloraba a todas horas, la echaba de menos y anoraba su vida juntos, su compania, sus besos, el sexo, sus planes, sus charlas, su sonrisa, la complicidad, los hijos que habian planeado tener a partir de ese mismo ano ... y no sabia como afrontarlo. No sabia si iba a poder, algun dia, volver a ser el que habia sido, y esa certeza no hacia mas que destrozarlo y provocar que la necesitara y anorara aun mas, si eso era posible.

  • Pensandolo mejor de Kristan Higgins

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    Una hermana a la que hace siete anos que no ve…?Las circunstancias de la vida haran que sea su mayor apoyo?
    Ainsley O’Leary esta preparada para casarse, preparadisima: incluso ha encontrado el anillo de compromiso que su novio guardaba escondido. Lo que no se esperaba es que Eric le diera planton sin miramientos y lo publicara en un blog que, como no podia ser de otra manera, acaba por hacerse viral. Destrozada y humillada, decide acercarse a su media hermana, Kate, que lucha ella misma para recuperarse tras la perdida de su marido.

  • Suplicando Problemas (Blackish Masters 3) de Nisha Scail

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    Faith Valentine tan solo buscaba respuestas. El que las encontrase en lugares poco recomendables, que la conducian a incomodas equivocaciones, no era culpa suya. Sin embargo, Dain pensaba que si. El estaba convencido que su sola presencia generaba problemas y que la unica manera de ponerle freno era manteniendola vigilada. Tener a ese hombre cerca no podia ser bueno para la salud, especialmente porque su atractivo, amabilidad y seductora presencia le hacia muy dificil el ignorarle.
    Hacerse el heroe no entraba en los planes de Dain Ratcliffe, pero cuando vio que maltrataban a una mujer no pudo quedarse cruzado de brazos. Si alguien le hubiese dicho que una buena accion lo mandaria al hospital y terminaria uniendole a una mujer cuyo segundo nombre era problemas, se lo habria pensado dos veces. Pero Faith resulto ser demasiado timida, calida y dulce para ser ignorada por su vena protectora, un verdadero iman para el desastre.

  • Alborada de Cristina Duran

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    Camila estaba acostada, pero no dormia, solo disimulaba que lo hacia. No se acordaba de cuando habia dejado de anorar un beso o una caricia de su marido. Solo ansiaba oir el sonido de la puerta de la calle cerrarse. Cuando por fin lo escucho, echo las sabanas hacia atras. Lucas por fin se habia marchado a trabajar. Era el momento de escapar de la carcel de su hogar. Se sento en su taburete delante del tocador, encendio las luces del espejo y mientras se maquillaba pensaba: <> Mientras ese pensamiento se reproducia en su cabeza una y otra vez, peinaba su larga melena negra azabache, maquillaba sus ojos verdes intentando tapar el desgaste de la vida y la rutina. Intento que el labial rojo tapara su falta de besos. Su escasez de suenos. Con un suspiro fue al armario y se vistio con su vestido rojo de polipiel, corto, por encima de las rodillas. Sus botas negras de tacon de aguja y una chaqueta de cuero negra para tapar el frio de la noche. Lista para salir. Preparada para olvidar su desgana entre musica, humo de cigarrillo y vaivenes de cadera. En el salon cogio su bolso, las llaves de su coche y su telefono movil. Ahi iba una noche mas dispuesta a espantar sus malos suenos, alejar la rutina de un matrimonio que habia empezado a asfixiarla. Llego al club y saludo a sus companeras, habia logrado una sintonia especial con ellas. Aexcepcion de una compa- nera que buscaba cualquier oportunidad para pelearse con ella. Aguanto estoicamente los piropos de su jefe, ese hombre que ponia su carne de gallina y le calentaba la sangre. No sabia como, pero llevaba todo un ano, resistiendose a los multiples encantos de Marc. No queria serle infiel a su marido, aunque la atraccion que sentia por aquel individuo, crecia cada dia mas. Se preparo para salir al escenario, ese escenario que la llamaba, que hacia que se entregara en cada nota de musica a un baile sensual y desenfrenado. Su cuerpo siendo invadido por cada nota musical, el vaiven de sus caderas animando al publico. La alborada rozaba en el cielo cuando llegaba a casa, pero ese dia algo le habia entretenido, haciendo que se le hiciera demasiado tarde. Lucas no tardaria en volver. Mientras conducia su viejo coche pensaba en el hecho que le habia retrasado. Marc la habia llamado para ordenarle que bailara para el, con una excusa que no lograba recordar. Podia haberse negado, pero algun diablo poseyo su alma, porque no supo decir que no. Su jefe puso una melodia que la incitaba a contonear sus caderas y bailo para el. Las prendas de ropa fueron cayendo. Pudo haberse negado, pero le apetecia tanto sentirse querida, el deseo que sentia por Marc sobrepasaba al que una vez sintiera por su marido. Se transporto a otra galaxia sin darse cuenta, solo estaba su cuerpo y la musica. Estaba en su propio mundo, cuando unos sentimientos que no deberia sentir, se abrieron paso por su alma y su corazon. Hasta que sintio unas manos fuertes y asperas posarse en sus pechos. Entonces volvio a la realidad y sintio que se ahogaba con la lujuria que empezaba a recorrerle todo el cuerpo. Deseo prohibido, anhelaba tanto lanzarse a esos brazos, dejarse llevar. Pero una vez mas huyo llenandose de insatisfaccion. Todo su ser clamando por entregarse y dejarse enamorar. Pero creia que no debia. Sentia que no era lo correcto. Aparco y subio corriendo, no le daba tiempo a ducharse, se desnudo escondiendo su ropa de trabajo y para tapar su desnudez se puso una bata de seda. Justo cuando ponia la cafetera al fuego y el pan en la tostadora la puerta de la calle se abria. Su marido entro con paso cansado al apartamento. --?Te has dormido? Normalmente a esta hora me tienes el desayuno -- protesto el, solo queria comer, una ducha caliente y dormir. --Ya voy Lucas, ya voy --contesto ella molesta, cansada de ser solo una criada para el. Hacia tiempo que no se sentia como una mujer, tampoco el la trataba como tal. De mala gana sirvio el desayuno como su marido esperaba, como siempre ni un beso. Ni un agradecimiento, ni darse cuenta que su corazon ya volaba muy lejos del que fue su hogar. Reprimiendo un bostezo fue al cuarto de bano para darse una ducha corta, unos minutos despues Lucas entro en el bano. No le dedico ni una sola mirada al cuerpo de su mujer. --!Joder! !Y ahora me quitas la ducha! --volvio a quejarse. --Ya voy a salir Lucas, ?por un dia podrias dejar de protestar? ?Que tal si te metes en la ducha conmigo y me haces el amor salvajemente? ?Cuanto hace que no me tocas Lucas? --Pregunto ella con amargura. --Estoy cansado Camila te prometo que en nuestras vacaciones sera todo fantastico --contesto el deseando irse a dormir. --Si como el ano pasado que las anulaste --ahora le llego el turno a Camila de quejarse. Salio de la ducha envuelta en una toalla y se marcho del bano rozandose con el cuerpo de su marido con la intencion de provocar una reaccion en el. Como siempre nada paso, entonces ella se sintio cansada y dolida. Cuando llego a la habitacion se sento en la cama y penso: <>. A Lucas solia molestarle cuando su mujer se ponia minifaldas o escotes, no le gustaba que nadie la mirara. Por eso Camila habia decidido vestirse como realmente le gustaba. Ya no le importaba su opinion, ya le daba igual lo que Lucas quisiera. Se vestiria como ella realmente queria hacerlo. Tal vez asi podria lograr algo de su atencion. Aunque ya dudaba que quisiera eso. Se perdio en el fondo del armario buscando sus antiguas minifaldas, las vaqueras nunca pasaban de moda. Despues de ponerse la ropa interior se coloco la corta prenda. Busco algo con que conjuntar y encontro un corse precioso. Sonrio malevolamente. Salio del vestidor calzandose unos zapatos de tacon de aguja rojos, Lucas aun no habia salido del bano. Se llevaria una sorpresa. O eso queria pensar. Cogio su rizador de pelo del cajon y procedio a rizarse su lisa melena. Se esmero en maquillarse, aunque no se maquillo tanto como cuando iba al club. Sonrio cuando sintio la presencia de su marido en la habitacion. Se levanto lentamente sin mirarle, se puso una cazadora vaquera. Y se acerco a el para darle un beso en la mejilla. --Querido, me voy a trabajar --dijo para despedirse. --?Desde cuando vas asi a trabajar? --pregunto el mirando su atuendo y sintiendose preocupado. --Desde que he decidido que no me importa lo que me digas. Chao mi amor --contesto ella saliendo de la habitacion. Cogio su bolso, las llaves del coche y salio en direccion al garaje. Era una tortura encontrar aparcamiento en aquella ciudad. Cuando por fin encontro un hueco aparco, corrio ave- nida abajo para poder abrir la tienda de bisuteria que tenia a medias con su mejor amiga. Se sorprendio de que Samanta aun no hubiese llegado, levanto el cierre y colgo el cartel de abierto. Dejo su bolso y la cazadora en la parte de atras para poder trabajar comodamente. La campanita sono, penso que seria demasiado temprano para que fuera un cliente, creyo que era su amiga. Por eso se agacho para ordenar los collares de la estanteria de abajo. Supo que no era Sami cuando sintio una mano grande y aspera pasearse por su pierna. Sabia que su marido no era. Sentia su sangre mas caliente y espesa. El tacto de la persona que le tocaba no era el mismo que el de su marido. Le falto el aliento, sentia que se ahogaba, Lucas jamas causo ese efecto en ella. Podia sentir un calor que le quemaba. --?Cuando te vas a rendir y ser mia? --pregunto Marc con esa voz ronca que le volvia loca. En ese momento todo el flujo sanguineo se le habia acu- mulado en la entrepierna. Quiso aullar de frustracion, de deseo incumplido. Deseo poder ser libre para poder entregarse sin miedos. Se le puso la carne de gallina cuando el paso su lengua por su cuello. --Llevas un ano resistiendote a mi. Me estas volviendo loco de deseo. Cuando te veo bailar en el club solo pienso en empotrarte contra la pared. --Estoy casada Marc. No me acostare contigo nunca --murmuro ella intentando no gemir. Con un movimiento rapido y experto la arrincono con- tra el mostrador, le levanto la pierna para poder conseguir una pose intima. Se restrego descaradamente. --?Me sientes? ?Sientes lo duro que me pones? --volvio a preguntar el incansable. --?A que has venido Marc? --pregunto ella intentando que su voz no sonara ronca. --A darte la noche libre. Esta noche se cierra el club por motivos personales. Pero manana por la noche a la hora de siempre. Siempre el mismo juego, el provocando e intentando seducirla, ella intentando resistirse. No queria convertirse en una mujer infiel. No oyeron la campanita de la puerta, concentrados como estaban en ganar terreno. --Vaya amiga si quieres vete a un hotel yo me encargo de la tienda --se escucho decir a Samanta con voz alegre. --Hagamos caso a tu socia, vamonos, dejame llevarte al paraiso --dijo con chuleria Marc. --Marc por favor vete. Tengo que trabajar --suplico Camila de repente sintiendose agotada por culpa de aquella situacion. Entonces el la solto y salio del lugar, dejandola temblorosa y triste. Sami quiso acercarse y abrazarla para darle consuelo, pero Camila no queria que se acercara aun. Necesitaba recomponerse. Su entrepierna latia furiosa y sentia las piernas como si fueran gelatina. Marc siempre arrasando, dejandola con ganas de mas y muerta de deseo por el. Cuando su cuerpo volvio a la tranquilidad suspiro, sus ojos se llenaron de lagrimas. Samanta se acerco preocupada y le dio un corto abrazo. Como amigas lo sabian todo sobre sus vidas, por eso Sami volvio a decirle lo de siempre. --Cam tienes que pedirle el divorcio a Lucas no puedes seguir asi. Te esta destruyendo, hermana no puedes seguir asi. Lo primero que hiciste fue irte a trabajar a ese club. No estas haciendo cosas logicas. --Necesitaba algo para escapar de la rutina, Lucas se dedica a ignorarme -- intento defenderse Camila. Aunque en el fondo sabia que Sami tenia razon. --Y llevas un ano bailando en ese club de striptease, no es que me parezca mal. ?Pero que pasara si Lucas te descubre? --pregunto preocupada Samy. --No lo hara, en este ultimo ano lo unico que ha hecho es trabajar en su taxi. Ni me sorprenderia que se quedara a dormir en el --contesto dolida ella. La campana le salvo de seguir hablando, llegaban clientes, empezaba el dia de trabajo. Jornada que Camila esperaba que fuera intensa para poder olvidar los problemas de su casa. Borrar de la memoria su soledad, dejar entre renglones ese infierno que se habia convertido su matrimonio. Cuando cerraron la tienda a las siete ella le dio una orden a su amiga. Tenia la noche libre y no estaba dispuesta a quedarse en casa. --Sami, reune al grupo. Saldremos esta noche. --Manana es dia laboral. No podremos trasnochar mucho --advirtio Samanta. --?Que te parece cena en el Ginos de Gran Via? Y luego una copichuela rapida en el Gin club --planeo Camila sabiendo que su amiga moveria cielo y tierra por una pizza marinera en el Ginos. --Quedamos en la boca del metro de tu barrio --dijo aceptando Sami. Camila subio la calle sonriendo, era tan facil convencer a su amiga. Ojala fuera tan facil de convencer su marido para tener una noche loca, o para hacerle ver que su matrimonio se iba a la basura. Sus ojos se posaron en el escaparate de una tienda y se enamoro de un vestido, espero que el semaforo cambiara para cruzar y poderselo comprar. Entro tambien en un establecimiento de lenceria para elegir ropa interior nueva. Se enamoro de los encajes, de las sedas, de los lazos y de los colores brillantes. Lastima que por mas dinero que gastara en lenceria Lucas no se fijara en ella. Feliz con sus compras fue a buscar su coche para dirigirse a casa, compro en el supermercado algo rapido para prepararle a su marido para cenar. Subio casi corriendo las escaleras, ese era su ejercicio diario, penso que quiza podria apuntarse a un gimnasio para ejercitarse en las horas del mediodia. Pero luego penso que no seria buena idea, esas horas eran las que aprovechaba para dormir.

  • Las 999 mujeres de Auschwitz de Heather Dune Macadam

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    Una increible historia de amistad, sororidad y supervivencia. La historia de las primeras 999 mujeres judias que fueron enviadas al campo de exterminio.

  • Lo que ocultan las cerezas de Marion Marquez

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    Ariadne Clair lleva una vida solitaria y acaba de mudarse a la gran ciudad en busca de un trabajo con el que pueda mantenerse. Cuando descubre que ha sido contratada como asistente ejecutiva de uno de los mas grandes empresarios, se entera tambien de que al lado de esa oportunidad se presentara un gran desafio.

  • Adios, Tomasa de Geney Beltran

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  • Los cuerpos de la habitacion roja de Inigo Aguas

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    Me llamo Eric y tengo tres normas:
    Nadie puede descubrir mi secreto.
    Solo podemos hacer el amor dentro de la habitacion roja.
    Y la mas importante, no voy a enamorarme de el.

  • Ahogada de Magenta Perales

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    Alicia estuvo a punto de morir.
    Un simple accidente de coche.
    Acabo en el rio. Atrapada. Ahogandose.
    Y todo se volvio negro.

  • French Kiss de Alina Covalschi

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    Amor, misterios y secretos en esta apasionante novela romantica de Alina Covalschi con Paris como telon de fondo.

  • Inseparable de Mia Ford

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    El camarero miro el asiento vacio que habia frente a mi en mi mesa, mientras llenaba mi vaso de agua por segunda vez. Ordene el tenedor sobre la servilleta de lino que tenia delante y suspire, poniendo las manos en mi regazo. El restaurante estaba lleno, y habia gente esperando mesa en la parte delantera. Me senti un poco incomoda al estar sentada alli sin pedir nada, pero aun no estaba muy segura de lo que pasaba. Detuve al camarero antes de que abandonara mi mesa y le pedi una copa de chardonnay, para que al menos no estuviera alli sentada con las manos vacias. Habia quedado con mi mejor amiga Lindsey para repasar algunos detalles de la boda. Lindsey habia sido mi mejor amiga desde antes de que pudiera recordar. Habiamos crecido juntas y continuabamos nuestras vidas en el mismo lugar, Los Angeles, California. Eramos chicas de Los Angeles y eso nunca cambiaria. Lindsey habia conocido a su prometido Jordan Smith en una hora feliz en ese mismo restaurante, y a partir de ahi todo fue historia. Me gustaba mucho Jordan, y los dos encajaban perfectamente. A veces me ponia celosa, pero luego recordaba la clase de imbeciles que podian ser los hombres. En cualquier caso, Lindsey debia estar alli para hablar de su proxima boda. Yo era la dama de honor, y el gran dia estaba a solo un mes de distancia y habia unas mil cosas por hacer. La queria, pero a veces era como si pensara que esas cosas se resolverian magicamente si las ignoraba. La planificacion de la boda habia empezado con fuerza tras su compromiso, pero cuanto mas nos acercabamos, mas agotada la veia con todo ello. Todos estabamos en el punto en el que solo queriamos que la boda llegara. Meti la mano en el bolso y saque mi telefono, que estaba vibrando salvajemente. --?Donde estas? --susurre con irritacion. --Lo siento mucho, Amanda --dijo--. Tengo una sesion de fotos en marcha, y pense que se acabaria, pero las cosas estan tardando demasiado. No creo que pueda ir a la cena hoy. Lo reprogramaremos muy pronto. Lindsey era una de esas chicas con un cuerpo perfecto, una tez perfecta y curvas en todos los lugares adecuados. No era solo una modelo en potencia, sino una modelo de verdad. Llevaba una vida de lujo, y siempre me hacia gracia verla en diferentes anuncios por la ciudad. Era tan tonta en la vida real pero tan seria cuando se trataba de su trabajo. Suspire y tome un trago de mi vino. --Esta bien --dije--. Llamame cuando hayas terminado y cambiaremos la fecha. --Gracias --dijo dulcemente--. Te quiero mucho. Tengo que irme. El fotografo va a volver. Colgue el telefono y mi sonrisa se desvanecio rapidamente. Intente ser comprensiva, pero estaba un poco irritada. Llevaba mas de veinte minutos sentada alli sola. Mire a mi alrededor, sintiendo que mi estomago refunfunaba y decidi que por que no comer alli. Ya estaba alli sentada. Hice senas al camarero y le susurre. --Mi invitada no viene --le dije--. Me voy a quedar, pero me ire a la barra para que esta mesa quede libre para otra persona. --Muy bien, senora --dijo con una sonrisa y un asentimiento--. Hare que le transfieran la cuenta. --Lo siento mucho --dije, poniendome de pie y cogiendo mi cartera de la mesa. --De verdad que no hay problema --dijo amablemente, acompanandome a la barra--. Sucede a menudo. Sonrei y me hice a un lado mientras el se daba la vuelta y se dirigia a la parte de atras. Sacudi la cabeza, ligeramente avergonzada por tener que anular una mesa asi, pero lo ultimo que queria era sentarme sola en una mesa a comer. Me acerque a la barra y sonrei, colgue mi bolso sobre el respaldo del taburete y me puse de puntillas para sentarme. Apoye mi cartera en la barra y mire por encima del hombro, observando al hombre realmente guapo que estaba sentado dos sillas mas alla. Me sonrio y me sonroje, volviendo a mirar al camarero mientras me entregaba la carta. Mientras ojeaba la lista de platos principales y pedia, pude ver que el chico guapo se cambiaba a mi lado. --?Te importa si me siento? --me pregunto. --En absoluto --respondi, sintiendo una atraccion instantanea entre ambos. --Soy Nathan --dijo, extendiendo la mano. --Amanda --respondi con una sonrisa. --?Que te trae hoy aqui sola, Amanda? --Tenia que encontrarme con mi mejor amiga, pero el trabajo la mantuvo alejada --dije. --Ella se lo pierde, yo lo gano --respondio con una sonrisa encantadora. --?Y tu? --Ahogando mis penas --dijo con una risa--. Solo estoy bromeando. Queria alejarme de las multitudes, supongo. --Puedo entenderlo --dije, riendo. Nos sentamos, comimos, bebimos y hablamos durante toda la noche. Era realmente encantador, y resultaba que tenia su propia empresa de tecnologia, aunque no estaba segura de cual. Por el aspecto del Rolex en su muneca y el traje de Louis Vuitton que llevaba, sospeche que no le iba nada mal. Las bebidas empezaban a subirseme a la cabeza, pero no me importaba en absoluto. Estaba disfrutando de este encuentro inesperado. --Tuve que convencerla de que no usara el estampado floral para las damas de honor. --Me rei--. Ha sido una pesadilla. --Eso parece. --Se rio, terminando su bebida y mirando alrededor del restaurante, que se estaba vaciando--. Parece que nos hemos pasado de la raya. --Oh, Dios --dije, mirando la hora--. ?Te gustaria ir a mi casa para tomar otra copa? --Pense que nunca me lo pedirias --dijo, llamando al camarero--. Dame la cuenta de los dos. --No tienes que hacer eso --dije, negando con la cabeza. --Por favor, me haria sentir como un caballero. --Sonrio. Me rei y recogi mis cosas mientras el pagaba las cuentas. Salimos a la calle, y el saludo a un sedan negro aparcado al final de la manzana. El coche avanzo y se detuvo frente a nosotros. El conductor salio y abrio la puerta. --?Vamos? --pregunto. --Pues claro --dije, impresionada. Cuando llegamos a mi casa, Nathan le indico al conductor que llamaria cuando estuviera listo. Abri la puerta principal y entre con el detras. Me dirigi a la cocina donde guardaba el alcohol y cogi el whisky del estante superior. Me quede helada al sentir las manos de Nathan rodeando mi cintura y su entrepierna rozando mi culo. Cerre los ojos cuando me paso los labios por el cuello antes de girarme para mirarle. Apoyo su mano en mi cara y apreto sus labios apasionadamente contra los mios, sin perder tiempo. Los dos sabiamos que esa era la razon por la que le habia invitado a mi casa, y yo sabia que queria quitarle esa ropa y pasar mis manos por su pelo oscuro. Me levanto y me sente a horcajadas sobre el, con mis brazos rodeando su cuello y mis labios aun pegados a los suyos. Se echo hacia atras y me miro con sus grandes ojos marrones, con un destello de sonrisa cruzando sus labios. Apoyo mi culo en el borde de la encimera y me subio la mano por el muslo, deteniendose despues de cruzar el borde de mi corta falda y entreteniendose bajo ella. --?Donde esta el dormitorio? --pregunto. Sonrei y le bese los labios. Luego baje de un salto, le cogi de la mano y tire de el atravesando el salon y el pasillo hasta mi dormitorio. Cerro la puerta de una patada cuando entramos. Avance hacia la cama, sonriendo timidamente y sacando mi top por encima de la cabeza, y el me miro con lujuria. Se acerco, se quito la chaqueta del traje y la corbata y bajo la cremallera de mi falda. Me la quite y me sente en la cama, deslizandome hasta que mi espalda se apoyo en el cabecero. Observe como se desnudaba, quitandose la camisa y revelando sus duros y bronceados musculos debajo. Era absolutamente maravilloso, y yo queria follar con el. Cuando se quedo en calzoncillos negros, se arrastro hacia mi, me agarro por los tobillos y me acerco a el. Me rei mientras me deslizaba y apoyaba la cabeza en las almohadas. Me quito lentamente las bragas y las tiro a un lado. Me eche la mano a la espalda y me desabroche el sujetador, dejando que mis pechos rebotasen. El sonrio y se tumbo boca abajo, apoyando mis piernas sobre sus hombros. Pase la mano por su pelo oscuro y cerre los ojos mientras su lengua empezaba a rozar mi clitoris. Separo mis pliegues y lamio a traves de mis jugos, volviendome absolutamente loca. --Date la vuelta --gemi. Giro su cuerpo y se tumbo junto a mi. Me levante y le baje los calzoncillos hasta las rodillas, sacando su enorme y dura polla y rodeandola con mis labios. El gimio cuando me gire hacia un lado, sintiendo su cara sumergirse de nuevo entre mis piernas, mi cabeza se movia arriba y abajo de su eje vibrante. La sensacion de su boca contra mi cono fue demasiado para mi, y chupe con fuerza su polla antes de echar la cabeza hacia atras y gritar de extasis. Todo mi cuerpo se puso rigido, mi orgasmo fluyo por cada vena y cada musculo de mi cuerpo. Levanto la cabeza, sonriendo, y se quito los boxers del todo, inclinandose sobre la cama y cogiendo un condon. Me retorci sobre las sabanas y mi cuerpo empezo a relajarse justo cuando el deslizo la goma por su ereccion y separo mis piernas. Introdujo su polla en mi interior. Grite, sintiendo como me llenaba por completo con su enorme eje, empujando y sacando a traves del torrente de jugos. Levanto la mano y me agarro las tetas, golpeando su polla dentro de mi una y otra vez, mientras el sudor se acumulaba en su firme pecho. Me mordi el labio y tire de el hacia abajo, pasando mi lengua por su boca y gimiendo en su garganta. Me agarro por los hombros y bombeo sus caderas una y otra vez, con los ojos oscuros de pasion. Levanto su cuerpo y bombeo varias veces mas antes de retirarse y darme la vuelta. Me levante a cuatro patas y me agarre a las sabanas mientras el volvia a empujar dentro de mi. Su mano se deslizo por mi espalda y se inclino hacia delante, poniendo la otra alrededor de mi y deslizandola sobre mi clitoris. Sus dedos se restregaron con fuerza sobre mi clitoris mientras me empujaba con pasion, con nuestras pieles golpeando con fuerza una contra otra. Grite, sintiendo que el fuego de mi vientre empezaba a aumentar mientras el grunia profundamente, excitandome aun mas. --Dios --gimio--. Frota tu cono para mi. Volvi a meter una mano y reemplace sus dedos, frotando circulos alrededor de mi clitoris mientras el se sentaba, me agarraba de las caderas y me penetraba una y otra vez. Mis gemidos alcanzaron un tono febril, y pude sentir que el fuego comenzaba a explotar. Grite, frotandome mas rapido entre las piernas antes de estremecerme salvajemente. Me corri con fuerza, mi cuerpo se tambaleo en extasis mientras el se introducia profundamente en mi interior y grunia, su cuerpo palpitaba mientras el tambien se corria. Su semilla caliente lleno el preservativo mientras mi cono vibraba contra su eje. Cuando los dos habiamos sentido todo el curso de nuestro placer, se retiro y se dirigio al bano para limpiarse. Cuando volvio, se subio a mi cama y me acerco a el, rodeandome con sus grandes brazos y dejando escapar un profundo suspiro. Normalmente, no dejaba que mis parejas de una noche se durmieran en mi cama, pero cuando sus ojos se cerraron y su respiracion se hizo mas profunda, me senti demasiado comoda para moverme. Me deje llevar, cayendo en un sueno sin suenos, envuelta en los brazos de este hombre interesante y sexy

  • El amor esta en la toalla de al lado de Christian Martins

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    La vida de Beca se desmorona cuando Jorge, su marido, le pide el divorcio.
    Beca no sabe como salir adelante, ni como enfrentarse a la realidad, ni que sera de ella si no consigue recuperar el amor de Jorge.
    Pero entonces conoce a Marcos. Marcos es especial, diferente. Le gusta el mar, cree en el amor a primera vista y no cree en las casualidades.
    Y ella. ella esta convencida de que el unico hombre capaz de proporcionarle estabilidad es el padre de su hija, Jorge.
    ?Recuperara el amor o lo volvera a encontrar

  • Princesas sin miedo de Luna Villa

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    Valerie descubrio la dureza de la vida en su mas tierna infancia. Afortunadamente, acabo encontrando personas que le ofrecieron proteccion y cuidados, entre ellas, Harper, quien le ayudo a ser mas fuerte de lo que ella pensaba y a sacar lo mejor de cada situacion. No ha tenido mas remedio que salir hacia adelante. Cuando empieza a encauzar su vida, aparece su primer… ?amor?, una relacion que dara un giro inesperado a sus planes, pero que ella sabe afrontar sin miedo. Ante este nuevo reves, ella acabara demostrando que el verdadero amor todo lo puede.

  • Los crimenes de San Andres de Teixido de Rafael Salcedo Ramirez

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    En la primavera de 1960, una pareja de recien casados franceses, Alain Pascal y Shantal Laporte, quienes recorrian en coche la gallega Sierra de Capelada, sufrieron un accidente en los alrededores de la Garita de Herbeira, cayendo su vehiculo al mar. No obstante, solo se localizo el cuerpo de Alain, iniciandose una exhaustiva busqueda de Shantal sin que se obtuviese resultado alguno. Veinte anos despues, y gracias a una secuencia encadenada de casualidades, son hallados sus restos y pertenencias personales, que asi le identificaban, en una zona boscosa aledana a San Andres de Teixido.

  • Trilogia Completa Desde el infierno de Enrique Laso

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    La nina habia pasado toda la noche gimiendo. Era casi como una especie de ronquido gutural, salido de las entranas de un animal, en lugar del cuerpo enjuto, casi famelico, de una criatura de apenas diez anos. Estaba acurrucada en una yacija conformada por sacos de paja desigualmente repartida. Sus padres, mas por desesperacion que por resentimiento o temor, la habian confinado en un cobertizo que usaban para resguardar de la lluvia los aperos de labranza y algunas pertenencias de escaso valor que con los anos habian ido heredando de diversos familiares. El medico se aproximo con aprehension a la chiquilla, que parecia dormitar, aunque respiraba con sacudidas constantes, impropias de un ser humano. – ?Cuantos dias lleva postrada en este estado? – Una... una semana... – se atrevio a responder la madre, segura de recibir de inmediato una reprimenda por parte del medico. El doctor lanzo un suspiro de resignacion y tomando la mano de la criatura trato de medirle el pulso. Sintio un escalofrio intenso al percatarse de que el corazon de la nina apenas latia... !poco mas de 20 pulsaciones por minuto! Era completamente imposible. Los padres permanecian en una esquina del oscuro chamizo, apretados el uno contra el otro, preocupados y un tanto avergonzados. Mantenian los ojos clavados en el facultativo, esperanzados en que al fin, aunque fuera a costa de una significativa parte de sus escasos ahorros, aquel hombre que parecia bueno y sabio, sacara a su Magdalena de aquel ensimismamiento en el que se habia sumido repentinamente. El medico tomo la temperatura a la pequena, y nuevamente un estremecimiento se apodero de sus entranas: 31deg centigrados, otra vez un indicador absolutamente incompatible con la vida. Pero la nina... !estaba respirando! – No acierto a comprender... – musito el facultativo, casi para sus adentros. De subito la nina se giro, como recobrando las fuerzas. El doctor se aproximo un poco a la pequena, esperanzado. La chiquilla abrio los parpados y el hombre pudo contemplar horrorizado unas pupilas completamente negras y en forma de cruz invertida, que contrastaban tenebrosamente con el resto de sus ojos, de un color purpura intenso, como si toda la sangre de su demacrado cuerpo se hubiera apelmazado y podrido en ellos. – !Que diablos! - exclamo el medico, aterrado, mientras se apartaba de aquella criatura. La pequena entonces se incorporo de subito, como impulsada por un resorte, y abrio de una manera desproporcionada su boca para emitir un bramido rudo e ininteligible. Despues se desplomo, como si hubiera perdido su ultimo halito de vida. 2. Mexico D.F., redaccion del periodico "Las Noticias" Jose Antonio Sancho caminaba pesadamente entre las mesas de la redaccion del periodico en el que venia trabajando los ultimos cinco anos. Tras mucho tiempo deambulando de medio en medio por fin algo de estabilidad, y sin embargo... Ahora su puesto de trabajo estaba en peligro. Las Noticias llevaba meses sin tener una exclusiva que llevarse a la boca: los diarios cada vez se vendian menos y tampoco la version digital tenia una gran audiencia. Resultado: los ingresos publicitarios habian descendido enormemente, y eso iba a suponer un recorte en la plantilla. Todos los sabian. Pero para Jose Antonio era todavia peor. Habia llegado procedente de Espana, de donde era oriundo, con la esperanza de dejar atras un pasado manchado por dos rotundos fracasos: uno profesional y otro amoroso. Si lo echaban de Las Noticias se encontraria en un pais que no era el suyo y ademas sin empleo. No queria ni pensarlo, aunque ahora resultara casi inevitable hacerlo. Llego a su mesa y encendio su ordenador con desgana. Miro su agenda de contactos pare ver a quien podria telefonear esa manana. Quiza detras de un nuevo asesinato, algun secuestro o una rina entre bandas mafiosas podria estar la historia que llevaba tiempo buscando: una que impulsase su carrera y que despertase en el ciudadano medio la pasion por volver a leer, por volver a seguir un caso desde el lado independiente de un periodista maduro que ya no tenia nada que perder. Fue entonces cuando le sobresalto el sonido del telefono de su mesa. – Al habla Sancho, ?quien es? Jose Antonio espero unos segundos. Era extrano que le llamasen al terminal fijo, en una epoca en la que ya todo el mundo disponia de su celular. Por unos segundos penso que podria tratarse de Amador, el jefe de personal, que le iba a comunicar su despido. – Jose Antonio, soy Liliana, de recepcion. Llama una persona muy nerviosa. No se si es un charlatan... Dice que estan sucediendo cosas extranas en las afueras de Guadalajara, y que quiere hablar con un periodista de sucesos sin prejuicios. He pensado que tu... La buena de Liliana, siempre tan atenta. En lugar de transmitir la llamada al jefe de redaccion se la pasaba a el. Era una oportunidad. Lo mismo se trataba de las divagaciones de un chalado, pero su intuicion le decia que esta vez era la ocasion que andaba buscando. – Pasame la llamada. Y gracias, te debo una mas... A los pocos segundos pudo escuchar la respiracion agitada de un hombre mayor al otro lado de la linea. – El periodista de sucesos de Las Noticias Jose Antonio Sancho al habla - dijo en un tono neutro, cargado de profesionalidad. – Se… senor... – ?Si? – Mire, le llamo desde Zapotlanejo, Jalisco, cerca de Guadalajara... – Si, si, conozco la ciudad. He estado alli en un par de ocasiones. El hombre parecio calmarse al escuchar que Jose Antonio sabia donde se encontraba. Estaba como asustado, y hablaba entrecortadamente. – Estan sucediendo cosas extranas... – Le ruego que se explique. – Posesiones... demasiadas posesiones... Sancho sintio que se hundia un poco en su silla. ?Posesiones? Liliana tenia razon, un nuevo chiflado que perturbado por haber transmutado su sangre en cerveza y tequila llamaba para hacer participe de sus pesadillas al primero que quisiera hacerle caso. – ?Posesiones? Puede ser un poco mas preciso... – El diablo. Creemos que el diablo esta detras de todo esto. Aqui en Zapotlanejo ya van tres ninas poseidas; pero es que en Tonala hay otros tres casos, en Puente Grande otros dos y en El Salto dos mas... El hombre que le hablaba no parecia un mamarracho. Aunque un tanto confundido, el tono de su voz y la forma de expresarse denotaban un cierto nivel educativo. – ?Y usted como ha tenido conocimiento de estos casos? – Soy medico. Pertenezco al IMSS-Oportunidades, y atiendo a los barrios mas pobres y conflictivos... Todas estas ninas son de familias humildes, que viven casi en la indigencia. He atendido personalmente ya a siete de esas criaturas. Todas presentaban sintomas similares y al final los casos han ido cayendo en mis manos. Es horrible... – Pero, ?por que recurre a un periodista? – !Porque yo soy un medico! ?A quien puedo andarle contando que pienso que un punado de chiquillas estan poseidas? !No lo entiende! Jose Antonio aguardo unos instantes. Su instinto le corroboraba que alli detras habia una historia. Quiza la Gran Historia que necesitaba. Si salia con su coche ya mismo al caer la tarde podria estar en Zapotlanejo sin problemas, tomando la Federal 15. – Necesito verle en persona. Necesito que me facilite sus datos y corroborar esta historia. – Estoy dispuesto a colaborar. Pero pongo una condicion... Usted mantendra a salvo mi identidad. Quiero que alguien ayude a esas ninas, pero tambien deseo desvincularme cuanto antes de este asunto. – Cuente con ello. Mientras Sancho anotaba la direccion del medico en Zapotlanejo y el numero de su celular, sintio que las piernas le temblaban. Era el temblor agradable de la excitacion que provoca encontrase frente a un reportaje de fabula. Ya no tenia dudas: ese caso iba a cambiar su destino para siempre. 3. Pequena iglesia en Coyoacan, delegacion de Mexico D.F. El padre Salas acababa de finalizar la misa de la tarde y estaba recogiendo el caliz, la estola y la casulla y las estaba doblando con sumo cuidado cuando sitio que alguien entraba de nuevo en su pequeno templo. Penso que seria algun parroquiano que deseaba hablar con el en la intimidad, una vez el resto de feligreses hubiesen abandonado la iglesia. Pero cuando se giro para ver a su intempestivo huesped descubrio un rostro familiar y un subito estremecimiento hizo que todos los enseres que portaba entre las manos se le escapasen, desparramandose sobre el suelo del altar. – Padre Salas, despues de tanto tiempo pareciera que ha visto usted al mismisimo maligno, en lugar de a un viejo amigo - dijo el hombre, esbozando una sonrisa, mientras se aproximaba a el y trataba de ayudarle a recoger el caliz. El padre Salas no habia reconocido en aquel hombre a ningun angel caido, pero si a la mano derecha del Arzobispo de la Archidiocesis Primada de Mexico. Y que hubiera ido a visitarlo hasta su pequeno retiro en una iglesia en ruinas perdida en Coyoacan no podia significar nada bueno para el. – ?Que quieres de mi? - inquirio el padre Salas de forma directa, tuteando a su interlocutor. El visitante dejo el caliz sobre la mesa del altar y despues se aproximo mas al cura, para poder posar ambas manos sobre sus hombros. – Siempre has sido un hombre inteligente. Posiblemente uno de los mas inteligentes que jamas haya conocido. – Y tu uno de los mas astutos... – No se como tomarme ese comentario... Pero debo ser humilde y mostrarme resignado, porque estas en lo cierto: te necesitamos. – Sabes bien, como lo sabe tambien el Arzobispo, que nada que podais necesitar de mi me interesa. Por eso me retire a esta pequena iglesia. Aqui estoy en paz con Dios, aqui ayudo a gentes humildes y soy de utilidad a Nuestro Senor - replico el padre Salas, mientras elevaba su mirada para contemplar, buscando algo de calma, al Cristo crucificado. El visitante se alejo unos pasos, y dirigio la vista hacia las dos hileras de bancos destartalados que podian acoger como mucho a un centenar de almas, el mas transitado de los dias. – Padre, jamas hubiera venido a verte por un interes personal, y muchisimo menos me hubiera obligado a hacerlo el Arzobispo. Tenemos bien claro que no quieres saber nada mas de nosotros, y te hemos respetado durante bastante tiempo, aunque no compartamos tu decision - declaro con cierta tristeza la mano derecha de la maxima autoridad de la Iglesia Catolica en Mexico, antes de volver a encararse a su interlocutor -. Si me he visto obligado a llegar hasta aqui es porque de verdad te necesitamos. De verdad le necesitan... El padre Salas retrocedio torpemente unos pasos. Se sentia mareado y confundido. A su mente regresaban episodios de su vida que creia haber dejado atras para siempre. Y que bajo ningun concepto deseaba volver a revivir. – ?Quien puede necesitarme? – ?No ves la television? ?No escuchas la radio? ?No lees la prensa? ?Ni siquiera navegas por Internet, ahora que esta tan de moda? – Apenas... Me dedico a rezar, a leer la Biblia, a los fieles y a tratar de ayudar a los mas necesitados... El visitante le dio un ejemplar de aquel mismo dia del periodico Las Noticias, uno de los mas leidos en el D.F. – Pues estas ninas te necesitan, padre Salas. Es usted el unico que puede salvarlas. Manana le esperamos a las once de la manana en los despachos de la Catedral Metropolitana. Ahora queda en tu mano que haras, yo ya te he transmitido el mensaje. Habla con el Senor esta noche... – musito el visitante, mientras se alejaba de el, dejandolo nuevamente a solas en su misero templo. El padre Salas leyo el titular a cinco columnas del periodico Las Noticias que le habia tendido su visitante: "Al menos ocho casos de posesion confirmados en Jalisco". Firmaba la cronica un tal Jose Antonio Sancho.

  • La cordura del idiota de Marto Pariente

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    Toni Trinidad es un atipico policia de pueblo. Un tipo solitario e imperturbable, pero que se desmaya si ve una sola gota de sangre, sobre todo si es suya.
    Sin embargo, su tranquila existencia esta a punto de cambiar: su puesto de trabajo pende de un hilo y por si esto fuera poco, su hermana Vega --una de las pocas personas que le importan en este mundo-- ha contraido una deuda que no puede pagar con un cruel narcotraficante de la zona que se hace llamar el Colmenero.
    Toni Trinidad comprobara que no es facil mantener el tipo rodeado de narcos, policias, sicarios y politicos corruptos, sobre todo, cuando las circunstancias te obligan, una y otra vez, a verte rodeado de sangre y de violentos crimenes.
    Ambientada en lo mas profundo de la campina de Guadalajara, en un lugar en mitad de ninguna parte camino de los pantanos y con un elenco de personajes al mas puro estilo Fargo, Marto Pariente narra, a ritmo de guion cinematografico, una cronica sobre la soledad, la corrupcion urbanistica, los traumas infantiles y el amor incondicional entre hermanos.

  • Ocho noches blancas de Andre Aciman

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  • Lo que esta y no se usa nos fulminara de Patricio Pron

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    Patricio Pron regresa al relato breve para dar otra leccion de sobriedad, ironia, originalidad y elegancia. Lo que esta y no se usa nos fulminara hace lo que todo libro deberia hacer (pero casi nunca logra): llevarte a un lugar del que desearias no tener que regresar nunca.

  • Lady Valentina (Lady's 3) de Jane Mackenna

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    Valentina Mackencie hija del laird Alexander Mackencie; siempre ha amado a un solo hombre y desde muy joven supo que su corazon y fidelidad le pertenecerian a el. Sin embargo, no seria facil pues ese hombre es Sebastien Mackencie un guerrero con sangre gitana, cuyo lugubre y doloroso pasado lo marco de por vida volviendolo un hombre frio lleno de odio y dolorosos secretos que cubrieron de temor su corazon. Pero todo eso no le impidio enamorarse de Valentina.

  • El primer asesinato de Franco de Angel Vinas

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    Angel Vinas vuelve a ocuparse de Franco tras La otra cara del Caudillo y Sobornos. Esta vez en compania de dos grandes expertos en Anatomia Patologica y Aeronautica con objeto de aclarar uno de los acontecimientos mas desfigurados de la guerra civil: la extrana muerte en accidente del general Amado Balmes, comandante militar de Gran Canaria. Un analisis critico de evidencias, algunas conocidas y otras nuevas, permite establecer con absoluta seguridad que se trato de un asesinato. A la par se desmienten patranas como las supuestas dudas de Franco sobre incorporarse a la sublevacion, el autentico significado del famoso vuelo del Dragon Rapide y la necesidad de aterrizar en Las Palmas. Asi se desvela, por fin, una de las paginas mas tenebrosas de la biografia de Franco, mantenida oculta hasta hoy en dia. Los autores siguen una tecnica narrativa propia de un relato detectivesco en el que gradualmente van surgiendo la verdad documentable y la luz adicional sobre el origen y el desarrollo de la conspiracion militar.

  • Los planes del club Bilderberg para Espana de Cristina Martin Jimenez

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    ?Fue la Transicion tal como nos la contaron? ?Que papel desempeno en ella el Club Bilderberg, ese elitista y selecto grupo compuesto por algunas de las personalidades mas influyentes del mundo? ?Quien ha tomado realmente las decisiones politicas mas importantes y trascendentes en las ultimas cuatro decadas en Espana? ?Los Gobiernos elegidos democraticamente en las urnas o el Club?

    Nadie hasta ahora se habia atrevido a investigar los vinculos que unen, desde hace mas de cuarenta anos, a Espana con el Club Bilderberg. Cristina Martin Jimenez, tras el exito de Perdidos y El Club Bilderberg. Los amos del mundo -libros que ya explicaban su funcionamiento y senalaban a algunos de los maximos responsables de este Club-, recurre a los documentos desclasificados por la Agencia de Seguridad Nacional y la CIA para demostrarnos y explicarnos una realidad diferente a la conocida hasta ahora. Seremos testigos, por ejemplo, de como Henry Kissinger y Giscard d’Estaing, destacados Bilderberg, actuaron activamente en nuestra politica o como la situacion geopolitica y geoestrategica de Espana ha hecho que nuestro pais siempre estuviese en el punto de mira de los mas poderosos.

  • El unico Maestro en esta deseada Sumision (The Crossroad Company 3) de Nisha Scail

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    Cuando Camden O'Rourke encontro a esa mujer medio muerta en la parte de atras de su restaurante supo que iba a tener problemas. No se trataba solo del hecho de que su companero y policia, Logan Cooper, hubiese estado alli para hacerse cargo del caso, sino que la victima resultase ser una nina salida de su pasado recordandole una infantil promesa.
    Siobhan Carrigan era todo lo que Cam no queria en su vida: una mujer calida, compasiva, necesitada de afecto y con alma de sumisa, justo lo que no buscaba. Entonces, ?como se las habia arreglado para aceptar el encargo de uno de los socios de la Crossroad Company para cuidar de ella? ?Por que su companero de casa parecia mas decidido que nunca a resolver el caso y cuidar de esa mujer? ?Y por que diablos debia ocurrir todo eso bajo su propio techo?
    Camden estaba a punto de descubrir que no siempre se obtiene lo que se quiere, sino lo que un par de maltrechos corazones necesitan.

  • Driven. Cegados por la pasion de K. Bromberg

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    Que ocurre cuando la persona menos esperada se convierte en tu razon de ser?

  • Matrimonio por contrato de amor de Sophie Rose

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    Este libro es una obra de ficcion en su totalidad. Por favor tenga en cuenta que los nombres, personajes, lugares y hechos son producto de la imaginacion del escritor, han sido utilizados de forma ficticia y no deben tomarse como hechos reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, eventos y acontecimientos, entidades u organizaciones son totalmente una mera casualidad. Todos los derechos reservados. Sin limitar los derechos bajo copyright reservados anteriormente, ninguna parte de esta publicacion puede ser reproducida, almacenada o introducida en un sistema de recuperacion, o transmitida de ninguna forma, ni por ningun medio (ya sea electronico, mecanico, por fotocopia, grabacion o de otra manera) sin el permiso previo por escrito del propietario del copyright. El autor reconoce la condicion de marca y los titulares de marcas de diversos productos a los que se hacen referencia en esta obra de ficcion, que se han utilizado sin permiso. 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Julian es blanco, Amanda tambien. Los dos desnudos sobre la cama que tambien estaba desnuda a causa del torbellino de pasiones, conformaban un cuadro perfecto, el de espontaneidad, el de lo sublime y natural, al mismo tiempo que parecian emanar luz de sus cuerpos apasionados, ardientes, y a la vez un poco palidos. --Te amo, Amanda. --Exclamaba Julian entre gemidos y jadeos de amor desesperado, de amor sincero. --Yo lo se, mi amor. Eres mi todo. --Respondia ella, acalorada, sofocada, como perdiendo el aliento al mismo tiempo que toda ella se perdia entre los brazos de Julian. Ella estaba sobre el, deleitandolo con sus 19 anos de amor y sus pocos kilos de verdadera pasion. Amanda era delgada por aquellos dias de su juventud, una mujer muy bella, rubia, de ligero peso y de grandes sentimientos. El vaiven del cuerpo de Amanda sobre el de Julian era una cosa hermosa, sublime, casi musical. Mantenian un ritmo perfecto, un compas inquebrantable, una armonia silente que les permitia sentir el mismo placer al mismo instante a cada uno. Julian no paraba de hacerla suya, y por mas que el placer tocaba su puerta, invitandolo a hundirse en el climax, en el fulgor de una relacion perfecta y en un encuentro amoroso intenso que deseaba llegar a su maximo punto de ebullicion, el preferia retardar el placer, seguir deleitandose con lo que tenia frente a si, un mujer perfecta, bella, hermosa, lo mejor que verian sus extasiados ojos. --!No pares, mi amor! --Suplicaba Amanda, queriendo ser adorada y venerada como una diosa a la que Julian debia entregarle y generarle todo el placer que ella pidiera. Se erguia, acariciaba los negros cabellos de su amante y se dejaba llevar por el momento, incluso aranandole la espalda en repetidas ocasiones hasta que ninguno de los dos pudo soportar mas y el orgasmo fue mutuo, sonoro, como un alarido que desperto desde lo mas profundo del bosque en el que se hallaban. --Te amo. --Dijo Julian como quien confiesa una gran verdad. --Jamas me cansare de decirtelo. La cabana donde los dos tortolos hacian el amor quedaba en un bosque espeso y a la vez muy tranquilo y relajado, un lugar natural donde casi ningun humano transitaban un lugar alejado de la civilizacion, del ruido de la ciudad, de todo lo que este fuera de la burbuja que ellos dos habian creado para amarse de manera infinita dentro de ella. Esa cabana pertenecia a un tio de Julian, el senor Pedro. El tambien era dueno de la camioneta Pick Up en la que Julian llevaba a Amanda a pasar tardes de verdadero y profundo amor. --No me siento bien. --Dijo Amanda esa vez antes de bajar de la cama para ir directo al bano. En sus 19 anos jamas habia estado tan segura de algo como de las sospechas que tenia de estar embarazada. Ambos ya lo habian hablado dias antes, y aprovecharian la oportunidad y la soledad en la cabana para que Amanda se practicara una prueba en el tocador. Julian la vio entrar al bano como un cordero que va al matadero, la vio temblar, la vio sentir miedo. Por un segundo quiso ir tras ella y acompanarla, pero tambien dudo por el solo hecho de no querer atormentarla o incomodarla mas de lo que ya podia estar. La incertidumbre era grande, tan grande como el amor que se tenian. ?Que pasaria si ella estaba embarazada? ?Como se lo dirian a sus padres? ?Que podrian y deberian hacer? Eran demasiadas las preguntas, muchas las dudas. Jamas en la cabana se habian sentido asi de estresados y habia una razon, era que ese lugar solo era para amarse, para relajarse y dejarse envolver por los mas hermosos sentimientos. Julian penso en eso por un instante y se armo de valor, dejo que su cuerpo se fuera hasta la puerta del bano, porque su mente y su corazon ya tenian rato alli. Al abrir la puerta, Amanda sonreia con un par de lagrimas deslizandose por sus mejillas. No hizo falta que dijera nada, Julian entendio todo. El la abrazo, la condujo hasta la cama, se sentaron uno al lado del otro en silencio hasta que Julian dijo todo lo que necesitaba expulsar de su mente y su corazon. --Te amo. Lo vamos a tener. Sera un nino sano, saludable, y muy amado. Papa me ofrecio un puesto en la fabrica, y si todo marcha bien, si trabajo duro, obtendre la direccion de todos los proyectos y nos ira muy bien. La pregunta es: ?Te quieres casar conmigo? --Pregunto Julian luego de arrodillarse frete a Amanda. --!Claro que si, mi amor! --Fue la exclamacion de Amanda, la respuesta mas sonora que se oyo en todo el bosque llegando casi hasta los rincones de la ciudad. Julian le coloco el anillo, la miro a los ojos como queriendo gritarle con la mirada todo lo que ya le habia dicho varias veces aquella tarde. Ella sabia que estaba frente al amor de su vida y no tuvo miedo de aceptar lo que en el fondo anhelaba con demasiadas ansias. Hoy ya han pasado 20 anos desde aquella hermosa cita furtiva en los alrededores del bosque, la misma que cambio las vidas de Julian y de Amanda para siempre. Ya tienen 20 anos de casados y una adorable hija de 19 llamada Mia. Mia es encantadora, excelente estudiante, cursa estudios de finanza los cuales ya esta por culminar, es de las mas destacadas en su universidad y esta proxima a graduarse y obtener su diplomaba en financias. Mia fue la unica hija que tuvieron Julian y Amanda. Ellos intentaron por todos los medios volver a tener otro hijo, pero nunca pudieron. Probaron toda clase de metodos, fueron ante todos los medicos expertos que pudieron, y aun asi no lograron conseguir volver a tener un hijo. En una ocasion incluso Amanda decidio darle una oportunidad a los consejos de un guru de la television, que aseguraba que la mejor manera de quedar embarazada, o por lo menos el metodo mas efectivo, era hacer el amor en la posicion del misionero, quedarse con las piernas levantadas, y todo aquello durante una noche de luna llena en la que el hombre haya cumplido por lo menos 72 horas sin haber eyaculado, y haber bebido jugo de tomate durante tres noches consecutivas.

  • Como tocar a una estrella (Estrellas del basket 1) de Lola Cooper

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    Bruce Ross, capitan del equipo de baloncesto Ottawa Owls, se teme lo peor; apenas puede mover el hombro sin sentir un dolor intenso. Es la peor de las noticias justo en la mitad de una temporada en la que se juega su futuro profesional. Su vida personal tambien es un desastre; las continuas apariciones de su exnovia en las televisiones, inventando todo tipo de historias escabrosas sobre su relacion, estan afectando a su imagen. No, la verdad es que no esta en su mejor momento. Por suerte, Samantha Riley, una de las mejores fisioterapeutas de Ottawa, tiene una paciencia infinita para aguantar al malhumorado, engreido y carismatico capitan. Cuando Sam le pide ayuda para entrenar a un grupo de ninos de la organizacion benefica con la que ella colabora, el se niega en redondo; la paciencia no es su mayor virtud y aun asi. ?podra convencerlo Samantha de que la vida es algo mas que jugar al baloncesto?

  • Suspiros al Alba de Katy Molina

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    Suspiros al Alba es un libro compuesto de tres historias cortas romanticas y eroticas.

  • La decision de Scarlet de Lia Martinez

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    Cuando Scarlet creia que su vida volvia a estar encaminada tras su ruptura con Ian, un acontecimiento en la vida de ambos, hara que esta se plantee tomar una de las decisiones mas dificiles e importantes a las que jamas se haya tenido que enfrentar.
    Un accidente, un Reality Xtrem y un dispositivo de busqueda, la llevaran hasta un pais desconocido para ella y para su peculiar grupo de amigas virtuales, que no dudaran en dejarlo todo para unirse a ella.
    Su amistad, carino, valor y sentido del humor, ayudaran a Scarlet a seguir adelante en este duro capitulo de su vida.
    Una historia repleta de ternura, dolor, tension y todo lo que necesites para pasar un buen rato.
    ?Tomara Scarlet las decisiones correctas y adecuadas o se catapultara en el mayor error de su vida arrastrando con ella a su grupo de amigas?
    Adentrate en esta maravillosa historia y acompana a nuestra amiga en la locura de su existencia donde los lazos de la amistad estan por encima de todo.

  • Se que sera para siempre de Sophie Saint Rose

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    Payton bebio de su cafe sin quitar la vista de la puerta de la empresa. En la Farmaceutica Lackman era la hora de largarse a casa, aunque sabia que su presidente aun tardaria algo mas en salir. Solia hacerlo sobre las cinco y media. Sobre el sillin de su bicicleta volvio a beber de su cafe y se detuvo en seco al ver abandonar la empresa a Keane Lackman, que con el telefono al oido miraba de un lado a otro como si estuviera nervioso. Dijo algo al telefono de muy mala manera antes de meterselo en el bolsillo interior de la chaqueta del carisimo traje gris que llevaba. Ella como si nada bebio lo que le quedaba de cafe antes de tirar el envase a la papelera que tenia al lado sin dejar de mirarle de reojo. El hijo del presidente de la empresa tenia treinta y dos anos. Rubio y enormemente atractivo media uno ochenta y seis, su cumpleanos era el seis de julio y le habian operado de apendicitis con catorce anos. Tenia una hermana pequena que era una nina mimada que solo se dedicaba a ir de tiendas. Entrecerro sus ojos azules de la rabia haciendo que se oscurecieran hasta tomar un tono violaceo recordando la ultima factura de la nina. Veinte mil dolares se habia gastado en un bolso de firma que seguramente usaria dos veces en su vida. Cuando el miro hacia alli se ajusto la gorra sobre su cabello rubio platino. Vio que llegaba su Porche gris y que el mozo se bajaba a toda prisa. Keane cogio sus llaves furioso y rodeo el coche metiendose en el como una exhalacion. Payton decidio seguirle a el ese dia. Parecia que tenia prisa. Demasiada para su gusto. Acelero saliendo al trafico y ella le siguio bajando al asfalto. Nueva York estaba llena de repartidores y era facil pasar desapercibida. Cuando se detuvo en el semaforo ella se subio a la acera y detras de una farola se cambio la gorra por una roja. El semaforo se puso en verde y al ver que aceleraba a toda pastilla tuvo que salir al trafico haciendo que un coche tuviera que frenar. Hizo una mueca pedaleando a toda prisa para no perderle. Estaba claro que le importaban un pito los limites de seguridad. Giro hacia la derecha y ella se coloco detras de una furgoneta preguntandose a donde iba porque era evidente que ni iba a los laboratorios ni a su casa. Al ver que se desviaba hacia el Soho chasqueo la lengua porque iba a casa de su hermanita. Tenia que haber seguido a su padre. Pero cuando paso de largo su calle se quedo en blanco. ?A donde cono iba? Keane freno en seco ante un edificio sin importarle que no pudiera aparcar y se bajo del coche a toda prisa para correr hacia el portal y pulsar el boton del tercero. Payton con la respiracion agitada observo como entraba. Lo mas rapido que pudo dejo la bicicleta apoyada en una senal antes de bloquear el seguro que tenia en el manillar y cogio la caja de pizza que llevaba en la mochila a la espalda para correr hacia el portal. Solo habia cuatro pisos por planta. Pulso casi todos los botones menos los del tercero y alguien abrio. Empujo la puerta y al ver que el ascensor llegaba en ese momento se dio cuenta de que no lo habia esperado y habia subido por las escaleras. Ya que estaba alli se subio en el ascensor y pulso el tercero. Se mordio el labio inferior y cuando llego a la tercera planta salio con precaucion mirando alrededor. Vio dos de las puertas. --?Es que estas loca? --Se escucho un portazo y ella miro hacia el pasillo que tenia a su derecha. Camino hacia alli sin hacer ruido con sus zapatillas de deporte y en la esquina saco la cabeza. Solo habia una puerta al final del pasillo y se escuchaban gritos. De puntillas se acerco y pego la oreja. --Voy a llamar a una ambulancia --escucho que decia Keane. Se le corto el aliento porque era la primera vez que oia su voz y decidio ignorar el brinco que pego su corazon. Al escuchar un sollozo entrecerro los ojos--. Debes haber perdido la cabeza. --!No! !Va a venir! --!No digas tonterias, Poppy! --Parpadeo al escuchar el nombre de su hermana. --!No te quiere! ?Por que crees que me ha llamado para que solucione esto? Escucho su llanto desgarrado y como gritaba --!Si que me quiere! --?Cuantas pastillas te has tomado? --No se. Medio bote. --?De esto? --Ella debio asentir. --!Joder! ?Sabes lo fuertes que son? --Dejame. No... Escucho una arcada y despues de esa otras, asi que supuso que le habia metido los dedos en la boca. --!Si, necesito una ambulancia! !Mi hermana se ha tomado un bote de pastillas! Payton sonrio maliciosa enderezandose y se volvio saliendo de alli a toda prisa. Minutos despues sentada en su bicicleta en la esquina de la calle vio como llegaba una ambulancia y como a los diez minutos sacaban a la princesita en una camilla con su hermano detras. Saco fotos con su movil. El se volvio como si quisiera asegurarse de que nadie les veia y ella saco una foto a su preocupado rostro. Busco un telefono en la agenda y se lo puso al oido sonriendo. --Jerry, cuanto tiempo. ?Adivina que tengo para ti? --pregunto viendo como Keane se subia a su coche --. Si, algo muy jugoso. Por casualidad ahora mismo estoy viendo como se lleva una ambulancia a la hija de un pez gordo. Poppy Lackman. Sobredosis. Tengo fotos. --Se echo a reir. --Si, ya se que me quieres. Te las envio de inmediato. ?Donde? Ahora estoy en el Soho. No fastidies, ?tengo que seguirles? --pregunto sabiendo de sobra que se lo pediria--. ?Para saber a que hospital van? Bueno, pero me deberas una muy gorda. Vale... Te llamo cuando sepa el hospital. Uy, te dejo que tengo que coger un taxi si no quiero perderles. --Colgo para seguir a la ambulancia. Estaba segura de que con la prisa que tenian desde alli la llevarian al Presbyterian y no se equivoco. Le envio un mensaje a Jerry con las fotos y la localizacion. El le envio una cara sonriente dandole un beso. Paso de largo el hospital porque a partir de ahi se encargaria Jerry enviando a sus reporteros para sacar toda la basura de esa historia. Sonriendo encantada pedaleo en direccion a su casa. Ese habia sido un buen dia. Ante su ordenador mordio el donut riendo por lo bajo porque la historia estaba en todos los tabloides. Ya fuera en television o en internet. Jerry debia haber ganado una pasta con eso. Puso de nuevo el video donde Keane saliendo del hospital le gritaba a un reportero que le dejara en paz antes de darle un empujon. --Chico tienes que llevarte mejor con la prensa. Son tus amigos --dijo a la pantalla antes de morder el donut de nuevo. La puerta de su casa se abrio y apago la pantalla sonriendo a su madre que entraba con una bolsa de la compra. --Deja que te ayude. --Se acerco cogiendo su bolsa y dandole un beso en la mejilla. --?Que tal el dia? Su madre la miro divertida. --Te veo muy contenta. --Hoy ha sido un dia genial. Me han subido el sueldo. Nora se llevo una mano al pecho. --?Y eso por que? --Porque he encontrado algo que salvara muchas vidas. Una enzima que es muy beneficiosa para el fortalecimiento del corazon. --Hija, que bien te explicas. A tu hermano no le entendia ni palabra de lo que decia. --A ambas se les oscurecio la mirada, pero su madre forzo una sonrisa intentando no estropear el momento. --Eso es genial, ?y que te ha dicho tu jefe? --Que esta muy contento con mi trabajo y que puede que en un ano me de su puesto en el laboratorio cuando se jubile. --?No me digas? --Nora chillo de la alegria y la abrazo muy contenta. --Felicidades. --Mama, para eso queda un ano. --Pero si te lo ha dicho la decision esta tomada. --En cuanto cene tengo que irme. Su madre fruncio el ceno. --?Otra vez tienes que trabajar? --Tengo unas placas que hay que revisar con urgencia --dijo sacando las cosas de la bolsa disimulando--. Me quedare hasta tarde. --Hija ultimamente tienes unos horarios de lo mas raros. Asi no vas a encontrar novio en la vida. --Bah, soy joven. ?Quien quiere novio? --Es que ni sales a divertirte. --Claro que me divierto. --Abrio la nevera para meter la fruta y la verdura. Cuando se volvio vio que su madre la miraba incredula. --Me encanta mi trabajo. !Alli me divierto mucho! --?Y ese cientifico que te tiraba los tejos? ?Era guapo? --?Jack? Mama... --Si no dejas de mirar tanto el microscopio un dia te daras cuenta de que los anos han pasado y te tiraras de los pelos por haber perdido parte de tu vida. --No voy a perder parte de mi vida. Tengo veintiseis anos. Ahora es momento de trabajar y labrarme un futuro. En un par de anos me planteare lo de cazar a un hombre, ?vale? --!Yo quiero un nieto ya! !Me aburro mucho! Puso los ojos en blanco cogiendo las latas y su madre le rogo con la mirada. --Vamos, eres tan bonita que debes tener a todo el laboratorio deseando que les hagas caso. --Casi todo somos mujeres. Somos mas listas, aunque los puestos buenos se los lleven los hombres. --Ya empezamos con el feminismo. --!Es cierto! Y tener hijos tiene mucho que ver en eso, ?sabes? --Dejate de rollos. --Exasperada su madre se paso un mechon castano tras la oreja para fulminarla con sus mismos ojos azules. --Eres capaz de enamorarte e ignorarlo con lo cabezota que eres. --Tranquila, que si llega mi principe azul en su caballo blanco le guinare un ojo. -- Coloco la ultima lata y se volvio poniendo los brazos en jarras. --?Pedimos una pizza? --?Y para que he comprado tanta comida? --Ni idea. ?Piensas cocinar ahora? Su madre gruno. --No, estoy molida. En la peluqueria hoy estaban muy pesadas. --Es el calor. Ya empieza el verano y los neoyorkinos nos volvemos algo locos. Mama, te he dicho que ya no tienes que trabajar tantas horas. Gano mas que suficiente para que no te pases tanto tiempo de pie con esas pesadas. --Dejare de trabajar cuando tengas un nino. --Y dale. ?Que tal un gatito? Ni hay que sacarlos. Gruno cogiendo el telefono. --?Comida china? --Vale. --Se quito la camiseta mostrando su sujetador deportivo. --Voy a ducharme mientras tanto. Salio con ella al salon y su madre volvio a grunir al ver el envase de donuts. --Hija, ?por que compras estas cosas? --pregunto cogiendo uno y dandole un mordisco antes de decir al telefono con la boca llena--. Si, quiero hacer un pedido. Divertida entro en el pasillo y fue hasta la puerta del fondo donde estaba el bano. Cerro la puerta y se quito los leggins dejandolos caer al suelo antes de abrir el grifo de la ducha. Se quito la ropa interior y la goma del pelo dejando caer su larga melena sobre su espalda. Ya le rozaba el trasero. Un dia de esos tenia que decirle a su madre que se lo cortara un poco. Al levantar los brazos para apartarse el cabello jadeo al ver que tenia un par de pelitos en el sobaco. --Menudo timo la depilacion laser. Se agacho para buscar una maquinilla en el armarito de debajo del lavabo y al revolver al fondo vio un bote de espuma de afeitar. Se le puso un nudo en la garganta cogiendo el envase. Hacia nueve meses que le habian perdido y seguia encontrando cosas suyas por la casa. Una lagrima corrio por su mejilla recordando su risa. Ya no le veria mas. No volveria a escuchar su voz y nunca mas la abrazaria. Habia perdido a su hermano para siempre. Su otra mitad. Reprimio un sollozo apretando el bote en su mano queriendo gritar de dolor y ese dolor hizo que su odio por los Lackman se multiplicara por mil si eso era posible. --Hija, ?quieres rollitos? --grito su madre al otro lado. Asustada escondio el bote en la ropa sucia y carraspeo por lo bajo antes de gritar--!Si! --Y rollitos de primavera --dijo su madre alejandose de la puerta. Suspiro del alivio escondiendo bien el bote entre la ropa antes de coger la cuchilla y cerrar la puerta del armarito. Menos mal que su madre no lo habia visto porque era encontrar algo de Kenneth y ponerse a llorar una semana. Ya lo tiraria cuando ella no la viera. Se ducho a toda prisa y cuando salio del bano envuelta en su albornoz con el cabello mojado cayendo por su espalda fue rapidamente a su habitacion. Saco el bote de la espuma de afeitar y lo escondio en el armario tras las camisetas. Alli su madre no lo encontraria, ella se encargaba de colocar su ropa. Viendo los montones de ropa colocados por colores sonrio con tristeza recordando como Kenneth le decia que tenia un trastorno compulsivo y como ella le decia a el que viendo su habitacion alguien debia ser la ordenada de la familia. Cerro la puerta y su mirada fue a parar a la fotografia de los tres que estaba sobre su tocador. Los tres felices miraban a la camara mientras Kenneth extendiendo su brazo sacaba el selfi en un dia de playa un ano antes. Puede que su padre les hubiera dejado tirados cuando los mellizos tenian dos anos, pero no habia familia mas unida que la suya. Los tres se habian apoyado los unos en los otros y en cuanto habian sido capaces de trabajar habian ayudado a su madre en lo que habian podido. De hecho se llevaban tan bien que seguian viviendo juntos y jamas habia habido un conflicto. Pero le habian perdido. Mirando a su hermano dio un paso hacia el y siseo --Yo no olvido, Kenneth. No te olvido. Pagaran lo que te hicieron, hermano. Te lo juro por mi vida. Apunto el resultado y miro el microscopio de nuevo para analizar la reaccion en la celula. --Eso es, pequena... Reaccionas muy bien. --?Payton? --Levanto la vista hacia su jefe que sonrio. --Chica, ?que haces aqui a las dos de la manana?

  • Despierta de Monika Hoff

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    Hace mucho, mucho tiempo atras, la intrepida Daniella, quien no creia en cuentos fantasticos, se adentro en las feroces fauces de una cueva, que decian, las malas lenguas, estaba testada de hediondos aromas. Pero ella, tan valiente y maravillosa que era, !no les hizo caso!, y tan pronto hubo entrado solto su bandera con “Daniella estuvo aqui” y se echo una siesta. Despues de todo se la merecia, habia andado por horas y horas. Estaba agotada y la humedad que habia alli tampoco es que ayudase a estar para echar cohetes. Se sento en una pequena esquina libre de piedras y suspiro, orgullosa, por haberlo logrado. No cualquier nina de trece anos era capaz de semejante hazana. Bostezo y apoyo la cabeza en la pared rocosa. Si estuviera donde deberia estar, se prepararia un tazon de leche caliente. Pero no, ella habia preferido llevar la contraria y asi estaba ahora. Sin fuerzas. Cerro los ojos pensando en descansar un rato. Dejo a su mente hacer su trabajo de recordar como habia llegado hasta alli, de cuan poco le costo (seguramente se estaria diciendo eso a si misma, cuando estuvo a punto de despenarse mas de cinco veces ladera abajo) llegar a aquella cueva, apartada de toda civilizacion. De como el cargado aire sentencio sus pequenos pulmones a quedarse sin apenas aire, pero que siguio como si el aire para ella estuviera de adorno. Recordo lo impresionante que era la cueva, tan grande, tan fornida, tan esbelta como una senora. La cueva llevaba anos existiendo, como todas las cuevas y como toda cueva estaba llena de rocas, y a Daniella le parecio que cada roca y piedra que alli reposaba era muy distinta a tantas otras tanto dentro como fuera, como si cada una fuera una persona distinta en el mundo, con sus pensamientos, con sus sentimientos, con sus quejas... Se perdio por sus pensamientos durante un rato mas. De un manotazo se quito la mano que tenia posada en su cabeza. Suspiro de alivio y volvio a acomodarse. --Despierta --escucho esa aguda voz mientras la mano volvia, esta vez, a tocarle los parpados. Daniella protesto y volvio a darle otro manotazo. Solo que esta vez fue a su propia cara. Aturdida, pestaneo y abrio los ojos. Arrugo la nariz, pensaba que todo habia sido un sueno. Craso error. Pero ya todo estaba hecho, habia comenzado a adentrarse mas en la cueva, movida por la curiosidad que tantas historias habia creado. Vio como las paredes tenian musgo pegado de una singular manera, pues simulaban dibujos como tantas veces habia visto en las paredes de su pueblo. Pero no eran dibujos de cosas que ella supiera que significaban, habia como pajaros al lado de arboles, al lado de picos de montana, al lado de otras cosas que ella no distinguia claramente. Quitando esos detalles nimios, aquella cueva la desilusiono al comprobar que no era mas que una cueva mas. Tenia trece anos y mucha imaginacion. Quizas esperaria… bueno, yo no se que esperaba encontrar. La cuestion es que se desilusiono. Pesarosa, miro con desdicha al techo, pero lo que alli se encontro no fue un techo rocoso... que habria sido lo normal teniendo en cuenta que estaba en una cueva, se encontro una manada de manchas negras de ojos brillantes que la miraban con hambre. Daniella empezo a temblar. Podia adentrarse en una cueva desierta en lo mas recondito de un bosque encantado. Pero murcielagos... Ese ya era otro tema. Les tenia panico. Empezo a darse la vuelta para salir corriendo (sin pensar que hacer eso los alertaria a todos cuando lo mas normal seria que caminara lentamente hacia atras y no los enojara), cuando alguien la detuvo. --No lo hagas --susurro una inteligente voz. Daniella giro la cabeza bruscamente a la izquierda e intento ver entre las sombras al ser que se encontraba alli. --Yo... yo... --tartamudeo, no era capaz de decir nada mas. --Tu quieres salir corriendo, imagino que te daran miedo los murcielagos. Porque habras pensado que eran eso --la voz cada vez se escuchaba mas cerca. --?Quien eres? --consiguio preguntar. --?Yo? ?Que quien soy? --se rio-- Dimelo tu. Daniella resoplo, no estaba para escuchar tonterias, tenia decenas de seres asquerosos chupasangre encima de su cabeza que en cualquier momento le morderian o la convertirian en vampiro (si, habia leido muchas historias ella), para andarse preocupando por alguien a quien no veia. Ella solo pensaba en correr. --Te dije que no lo hagas. ?Acaso quieres que todos vayan a por ti como su proxima presa? Esto la paro en seco. No habia pensado en eso. En realidad nunca pensaba mucho las cosas. Ella se escudaba en que era una nina y tenia que correr aventuras, pero un poco de sentido comun no le vendria mal. Claro que eso no se le podia decir, las aventuras estaban antes. --Me quiero ir --dijo con voz segura esta vez. --?Por que? --?Que por que? Bueno, esto... --?Crees que son vampiros, Daniella? --?Como sabes mi nombre? --Me lo dijiste tu. Daniella estaba empezando a impacientarse. --Mira, no tengo tiempo para tonterias-- dijo auto convenciendose de que todo estaba bien--. Me da igual quien seas, o quienes son esas cosas, yo me voy a casa y no hay mas que hablar. Comenzo a andar sin mirar atras creyendo ir hacia la salida de la cueva, la muy ingenua no sabia de las genialidades de esta "simple" cueva. --Espera --susurro de nuevo la molesta voz. Que diantres querra hacer o decir ahora--, por ahi no es. --Detesto a esa desagradable voz que suena. Deberia saber cuando callar... deberia... Deberia !morir! ?!Eh!? Bien, su voz sono tan fuerte que las criaturas se abalanzaron sobre ellos desde las alturas. Se pegaron a sus cuerpos como mucosas salvajes que eran. Este es el fin para las mocosas que van en busca de lo que no tienen que buscar, en vez de quedarse en casa cenando un tazon de cereales con leche.... ?pero, que? De pronto un haz de calor hizo chillar a las criaturas pegajosas, teniendo que deshacerse de sus presas y dejando a la pringosa Daniella libre de nuevo. Daniella se palpo todo el cuerpo y empezo a sentir escalofrios, era la primera vez que veia aquellas criaturas, pero sentirlas en su cuerpo, le hizo pensar que casi preferia haberse encontrado con murcielagos, y aquello la sobresalto demasiado. Se levanto del suelo, respirando pesadamente, parecia que el corazon le iba a salir por la boca. Cogio aire lentamente. Mas vale que os tapeis los timpanos, queridos lectores... --!?Pero que eran esas cosas?! --grito a pleno pulmon. Despues se preguntaria por que siempre estaba ronca...-- Jo... --se callo instantaneamente, recordando su edad y que habia ciertas palabras que no debia decir-- Pfff, !?que eran esas cosas?! --grito mas fuerte y agudamente esta vez, si es que eso era posible. Nadie respondio asi que miro a su alrededor, esperando ver al ser con el que habia hablado minutos antes. Iba a gritar de nuevo (lo se porque estaba volviendo a llenar sus pulmones de aire) cuando una sonora carcajada retumbo en la cueva. Daniella abrio los ojos, incredula. --?Te estas riendo? --pregunto. Pregunta que no necesitaba, la voz no dejaba de reir. --Perdon, --dijo entre risas-- es que no te viste. --Que no me vi... !Que no me vi! !?Como me iba a ver si esos seres estaban a punto de hacerme pure?! --Eres un poco exagerada --seguia riendo. Como Daniella no me escucha, os lo digo. La verdad es que un poco exagerada si era la nina, o un poco peliculera mas bien. Pero bueno, ella se divertia. --Soy exagerada. --refunfuno mientras empezaba a caminar de un lado para otro-- Unos asquerosos bichos se abalanzan sobre mi para chuparme la sangre cuales sanguijuelas y tu me dices que soy exagerada... No puedo creerme esto, a ver por que no me tome el tazon de leche y me meti en mi cama en vez de hacer lo que hice. Siempre igual, --empezo a mover las manos exageradamente-- la proxima vez hare caso a los adultos y dejare de meterme en lios. Pfff, --resoplo de nuevo, eso tambien lo hacia mucho-- cualquier dia muero de un infarto --dijo esto ya quieta, con una mano sobre su pecho y la otra en la frente. Peliculera. --Claro que si --convino la voz que mas bien sonaba como que no la creia. Ser inteligente... --Y tanto que si. --aseguro ella de nuevo-- No estoy dispuesta a morir joven, soy una nina, tengo trece anos, tengo muchas av... --se interrumpio, sabia que iba a meter la pata con la frase. --Aventuras que vivir. --termino la voz por ella-- No puedes negar lo que eres, Daniella. --Yo no... --Ahora dime, --no la dejo hablar-- ?estas dispuesta a vivir cada una de esas aventuras? --?Que aventuras? --pregunto ella, haciendose la tonta. --Aventuras como esta, Daniella. --No te entiendo --nego con la cabeza. Realmente no lo entendia. --Dejame explicarlo de otra manera. --la voz carraspeo-- ?Estas dispuesta a vivir cada uno de tus suenos y pesadillas? Daniella siguio mirando a su alrededor, preguntandose donde estaba, de quien era aquella voz, porque de alguien tenia que ser, o al menos eso era lo que su mente algo logica le reprimia. Las voces no pueden ir por ahi solas por la vida, como tampoco pueden ir los pies sin el resto del cuerpo. CAPITULO 1 Pfff... el comienzo Daniella era una nina muy curiosa que nunca solia hacerle caso a las cabezas pensantes de las personas de su alrededor. Y esto, muchas veces la llevaba a meterse en verdaderos problemas. Pero bien que le hacia caso a las voces sin cabeza que escuchaba en mitad de las cuevas en las que se adentraba. Era una nina muy extrana. Caminaba por un extenso pasillo de cristal liquido espeso, tan espeso que cuando pisabas por el, tus huellas se quedaban impresas como si de barro se tratase. Pero la suela te la dejaba limpia, invento de los diminutos del sur. Ella, por supuesto, iba sin darse cuenta de este detalle, si se fijara mas en las cosas que debia fijarse, estaria ahora en el septimo sueno. Pero ella no era asi. Y aqui estamos. Se encontraba en un edificio colindante de la cueva, estaba enteramente hecho de cristal, con las paredes bien alejadas del pasillo flotante. A veces caian gotas del techo, a veces se oian sollozos, eso era algo que le inquietaba a Daniella. Pero seguia caminando con el paso firme, como si no fuera la primera vez que estaba aqui. --?Hola? -- dejo caer de pronto. Y los sollozos pararon al mismo tiempo que dejaron de caer gotitas. Aunque pasados unos minutos, unas gotitas empezaron a subir hacia el techo y unas risas demenciales empezaron a brotar de las lejanas paredes. --Esto es un mundo de locos --se quejo en voz baja. Se acerco a uno de los cristales y, lentamente, al ver su reflejo, acerco la mano para tocarlo. --Lo que me faltaba, una sala llena de espejos --nego con la cabeza, demasiado tipico. Todo el mundo les tenia miedo a los espejos, pensaban que escondian oscuros secretos tras ellos. Todos menos ella, claro. Ella era muy valiente, hacia falta algo mas para asustarla. Ademas, ?un mundo dentro de un espejo? En fin... Habia que tener mas imaginacion. Miro la imagen reflejada y sonrio. Pero la imagen no lo hizo. El brinco que dio Daniella fue digno de ver. Aparecio en la otra punta de la sala en cero coma... --Pfff... --su resoplido favorito-- Vas a perder la cabeza, Daniella. Inspira, espira... Son los nervios y el cansancio, nada mas. Y el hambre y la sed y... Bueno, da igual, no viste lo que es. Ya mas tranquila, camino lentamente, muy lentamente, hacia el espejo. Podia mirar cualquier otro, seria por espejos... Pero no, era Daniella la valiente, tenia que ser ese. Cuando estuvo cerca, o mas bien, cuando estuvo al lado de ese espejo, reflejandose en otro, pero no en el espejo en cuestion, empezo a dudar. Toco el espejo esperando en su fuero interno que se tratase de un espejo, y chillo contenta al comprobar que efectivamente tenia tacto de espejo. --Vamos, Daniella, --se dijo a si misma-- tu puedes. Es un espejo, por dios. Poniendo su cuerpo en una extrana posicion, cual contorsionista del mejor circo del mundo, empezo a mover la cabeza para verse en "el espejo". Dio otro brinco cuando vio, aunque por supuesto ella lo negaba, una silueta correr dentro del espejo. Yo podria deciros como era esa silueta, pero no me corresponde, ni quiero. Sin embargo, aquel ultimo brinco le provoco hipo. Cada vez que hipaba, los espejos resonaban como altavoces en un concierto, y como todo estaba lleno de cristal, se escuchaba un concierto de repiqueteo de cristales. Una maravilla y Daniella no era capaz de bailar al son de la musica. Ella seguia hipando cuando en mitad de su asombro cedio la atencion en otro reflejo distinto. --?Que... hip... es... hip... eso?-- dijo sin aliento. Lo que ella se habia quedado mirando era el paisaje de las altas cumbres, se veian las nubes rosadas y el rio de cuadrados, la ventisca helando a su paso con glacial abrazo y las miradas huecas de sus habitantes mas comunes. Pronto, otro reflejo le llamo la atencion. En este caso se trataba de uno aun mas alto que el anterior, se trataba de un hombre sollozando, de apariencia grotesca y llena de arrugas. De su reflejo brotaban gotas que subian al techo, como antes de que pronunciara ninguna palabra nuestra inteligente Daniella, solian bajar al suelo. Aunque hay estudiosos que dicen que las gotas de ese reflejo nunca suben al techo ni bajan al suelo, sino que suben al suelo y bajan al techo. Pero eso ya son minucias que no vienen a cuento... Daniella se habia hartado de mirar a alguien llorar, asi que se paseo por los reflejos sin pensar demasiado, y se encontro con uno que daba a un conejo banandose en una olla enorme que estaba puesta al fuego, mientras se restregaba unas hojas de lechuga por el cuerpo a modo de esponja. Daniella sin poder impedirlo, volvio a hipar, pero lo que vio a continuacion le quito el hipo y la hizo adentrarse en un espejo: el conejo la miro con desagrado y corrio la cortina con gran indignacion. Pero eso ya es otra historia, Daniella ya no estaba rodeada de espejos... ahora... tenia otros asuntos mas importantes. --Jopetas. --refunfuno cuando se vio en el suelo. Se toco la frente, que era donde se habia llevado el golpe y levanto la cabeza para mirar malamente a la cama-- Siempre tengo que caerme de la cama, ?no puedo despertarme como cualquier nina normal? Esa pregunta sobraba, la palabra normal al lado del nombre de Daniella... Ja. Gimio de dolor al levantarse. No le digais quejica, pequenos lectores, tened en cuenta que dormia arriba de una litera. El por que aun no lo se, no tenia hermanos ni nada parecido y todos los dias se despertaba cayendose de la cama, asi que lo logico seria que durmiera en la cama de abajo, pero... Logica y Daniella. --Juro por Dios, que algun dia dejare de caerme la cama --senalo al techo a la vez que lo decia, cual Scarlata O'Hara. No os riais, recordad lo dramatica... --Deja de jurar en vano y ven a desayunar --grito su padre, como cada manana, desde la planta de abajo. --!Ya...! --se callo, con el ceno fruncido. Esperad... ?que? ?Su padre? --Otra vez me afecto el golpe --puso los ojos en blanco--. Mi padre llamandome a desayunar, si eso no es que esta vez me golpee bien fuerte, --se lavo la cara, o mejor dicho, se mojo los dedos en el agua que tenia en la pequena palangana que dejaba todas las noches en la mesilla de noche y se refrego los ojos para quitarse las leganas-- pues no se. El dia que mi padre se levante antes que yo y mi madre y nos haga el desayuno, hago el pino con la nariz. Se quito la camisa de dormir y se puso un vestido. Rosa, ella nunca cambiaba de color. Lo que hacia pensar a los demas que nunca cambiaba de vestido, pero lo hacia todos los dias, lo que pasa que tenia trece iguales. ?Por que trece? Pues vete a saber... Hay cosas que son mejor no preguntar. O conocer.

  • Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino

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    El conjunto de relatos de Cementerio prohibido de Francois Villanueva Paravicino mezcla el terror y lo fantastico con un estilo finamente descarnado, en cuyas paginas desfilan verdugos, canibales, condenados, catastrofes, asesinatos, longevos, pesadillas, alienados, y zombis. El autor hace gala de un tacto hipersensible para sufrir y recrear el miedo, aquel temor que obsesiona al lector de este genero, y que le revelara el oscuro rostro del Mal. Tal vez esta propuesta sea un tributo a Poe, Maupassant, Lovecraft, Shelley, Kipling, Byron, Quiroga, Clemente Palma, y otros genios que vislumbraron en las tinieblas una luz para forjar el oficio de la escritura literaria. El que se aventure en estas misteriosas paginas, se intrigara con las historias que lo cuestionaran sobre lo real, lo tragico, la muerte, la verdad o sobre la propia existencia. Por ello, la puerta esta abierta.

  • Vida de Guastavino y Guastavino de Andres Barba

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    No sabemos nada y la historia es mentira y el amor no existe, pero a veces basta el miedo, el miedo como el hilo dorado de una fabula, para recuperar todas las realidades perdidas; la verdad, la ciencia, el amor. Por cada gesto bajo sospecha, el miedo engendra una constelacion de ciudades posibles. Dadle miedo a alguien capaz de construirlas y tendreis el mundo. Un par de casualidades y varios accidentes llevan a Rafael Guastavino a Nueva York. Sabemos como es su rostro en 1881: la boca tachada por un bigote prusiano, los parpados caidos, la calva incipiente. Lo vieron nuestros bisabuelos, se cruzaron con el en el muelle de Marsella y no lo recuerdan. Algo les llevo a quitarse el sombrero; el traje caro, quiza, o la belleza de la mujer que le acompana con dos ninas propias a un lado y un nino ajeno al otro, un nino que es como la version embellecida y diminuta de su padre, algo les llevo a quitarse el sombrero y sin embargo no lo recordaron mas, era demasiado normal, demasiado espanol. Ahora sabemos lo que no sabian nuestros bisabuelos: ese hombre y ese nino se llaman Rafael Guastavino, sabemos que seran encumbrados como los grandes constructores de Nueva York y luego olvidados y finalmente recuperados como el germen de la arquitectura modernista en Norteamerica, sabemos que seran ninguneados como los caraduras que patentaron un sistema de construccion medieval para que nadie pudiera emplearlo sin su consentimiento anadiendo, a lo que todo el mundo habia hecho desde el siglo XII, un punado de cemento Portland o unas cinchas de hierro, los que vendieron una arquitectura ignifuga a un pais horrorizado por el fuego, los visionarios que hicieron migrar de continente a todo un sistema de construccion y le otorgaron una dignidad que nunca habria tenido, los genios, los albaniles, los timadores, los hacedores de vinos, los nepotistas, los constructores compulsivos, circunstancias demasiado contradictorias como para ser ciertas o tal vez precisamente lo bastante contradictorias como para serlo, pero no sabemos como era ese miedo de Guastavino, el que le hizo embarcar en Marsella rumbo a Nueva York el 26 de febrero de 1881 sin hablar una palabra de ingles y tras una estafa que le impediria volver para siempre, el miedo electrizante que hace que cada vida tenga un rumbo. Es decir, no sabemos nada. Aunque, bien pensado, puede que el miedo no fuera estrictamente de su competencia. El antropologo chino Fei Xiaotong escribio una vez que los Estados Unidos de America era el unico pais sin fantasmas. Tal vez Rafael Guastavino eligio sencillamente Nueva York como mundo sin fantasmas. Un mundo sin fantasmas al que llevar una arquitectura sin fuego. Se dice que Rafael Guastavino, de segundo apellido Moreno, vio su primer incendio a los dieciseis anos, en 1859, en la ciudad de Valencia. No sabemos las circunstancias precisas. Suponemos, porque somos de naturaleza novelesca, que lo hizo asomado entre la muchedumbre. Sabemos que vivia a poca distancia de alli, en la calle Veronica, que su padre era un ebanista descendiente de un fabricante de pianos y que era el quinto hijo de una familia de catorce de la que solo siete llegaron a la edad adulta. El incendio fue en la antigua casa consistorial. Sabemos tambien como es el fuego. En su Traicte du feu et du sel, Vigenere lo describe como <>. Y aunque hemos perdido <> -como decia, un poco pomposamente, el propio Guastavino-, en la masa de las llamas dejamos de leer y empezamos a sentir. Que extrano saber se apodera de nosotros: de pronto resulta evidente que los edificios resisten o arden hasta los cimientos y caen, como cae esa casa consistorial, que los edificios y los puentes caen como caen las personas, sin que tenga mucho sentido preguntarse que ha sucedido. Tal vez en la fabrica de azulejos del arquitecto Monleon, Rafael Guastavino ve tambien otro fuego, uno inmovil que se repite sin menguar ni crecer, el fuego del horno de ladrillo. Y tambien lo ve en la musica, en las vetas de la madera del violin. Desea ser musico y luego no, o quiza no completamente, porque sabe que no tiene talento aunque tenga amor. Siempre es asi. El fuego de la musica se parece al que hunde la casa consistorial, es exigente y comprometedor, sin moraleja. Y tambien ve el fuego en las bovedas de su pariente lejano Juan Jose Nadal, en la curva que se inclina sobre los fieles de la iglesia de Sant Jaume. Lo ve anos despues en los cuerpos de las mujeres, en la excitacion que le provoca llegar a ellas. A veces querria senalar a una en la lonja y tenerla alli mismo, querria que ellas sintieran lo que siente el y que todo fuese expeditivo, que la misma obnubilacion que le priva de sentido las privara tambien a ellas y a los pocos minutos estuvieran los dos resoplando en un callejon. ?Simple? Puede que si, pero nadie ha dicho que Guastavino sea un casanova. Tambien en los negocios ve el fuego Guastavino. En las narraciones que envuelven y doran las palabras precisas o que se hunden por la ausencia de palabras precisas. A diferencia del que acaba con la casa consistorial, el fuego de los negocios elude los motivos que lo provocan, es un incendio sin centro en el que hay que atender a los comentarios azarosos, donde se debe decir lo que se espera y aprender a callar. Por eso vence la arquitectura a la musica en el corazon del adolescente Guastavino. Porque el fuego de la musica quema, pero el de los edificios enriquece. Se sabe que Rafael Guastavino se traslada a Barcelona en 1859, con diecisiete anos, para estudiar maestro de obras y se aloja en casa de un tio paterno demasiado rico como para no ser aprovechado, Ramon Guastavino, sastre de profesion, copropietario de la cadena de textiles El Aguila. Se sabe tambien que no tarda mucho en dejar prenada a su prima Pilar Guastavino, nacida Buenaventura, huerfana a la que ha adoptado y dado su apellido el tio Ramon. Ese hogar que representa todo lo que no ha tenido en la vida cambia el mundo para Guastavino, esa casa en la que disfruta de sus privilegios, en la que se pasa el verano con fantasias burguesas preparando asignaturas de maestro de obras, persiguiendo a Pilar cuando se quedan solos y cepillandose el traje para que haga bonito. La casa en la que tiene un bigote fino y una mirada de gato hambriento lo cambia todo. Alli admira el talento comercial del tio Ramon y el dinero del tio Ramon, y abomina de Valencia y del padre ebanista. Descubre tambien que hay principes de este mundo y que se puede ser como ellos con un poco de audacia y otro poco de olvido. De modo que tras la bronca de rigor y el brindis de rigor y el puro y la palmada de rigor, porque al fin y al cabo -por muy absurdo que parezca- todo ha quedado en la familia, se casan Guastavino y Maria Pilar Buenaventura, antes Guastavino, en el mismo ano de 1859 en la iglesia parroquial de Sant Jaume, demasiado adolescentes como para que no se burlen de ellos los invitados, con un novio que acaba tocando el violin, seguramente borracho, y una novia, seguramente sobria, que le odia desde el principio, aunque a quien le importa, al fin y al cabo, que se amen o se odien dos adolescentes. Pero tambien podemos fiarnos de Guastavino. Podemos pensar que en esos anos en los que al nacimiento del primer hijo, Jose, sigue el de otro nino, Ramon, y luego un tercero, Manuel, Guastavino se convierte en lo que suele decirse un hombre. Podemos pensar que junto a las veleidades burguesas, Guastavino aprende a amar su oficio con amor artesano, como ha amado la musica que le gustaria componer y no puede, y que por eso agradece a sus <>. Embrionario desde hacia siete siglos, no importa, embrionario al fin. Porque una nube pase por encima de un prado no lo vamos a ver menos iluminado. Y es que, si no podemos fiarnos del todo de las palabras de Guastavino, al menos podemos fiarnos de su alegria. En el camino hacia el estudio de Granell i Robert en el que trabaja como ayudante o yendo desde la fundicion a la Escuela de Maestros de Obra, Guastavino siente a veces una euforia extrana, parecida a una pulsion. Esta alegre no solo porque, sin haber terminado los estudios, ya ha disenado un par de mansiones, sino porque todo es posible, porque ha enganado al mundo, aunque enganar no es la palabra adecuada. Lo que queremos decir es que Guastavino comprende que vivir es la cuestion fundamental, que es necesario hacer, hacer, hacer, que la carrera no la gana el talento sino los que aun poseen recursos cuando los demas los han perdido, que la propiedad es religion, cosas tan elementales como el agua y que, pese a todo, la gente comprende tarde y algunas personas nunca. Guastavino lo consigue gracias a su deseo de repetir los ceremoniales de los Guell, los Muntadas, los Oliver, los Blajot, de ser adoptado por ellos con esa extrana fragilidad aleatoria con que los ricos eligen a sus amigos menos ricos pero si inteligentes, menos ricos pero grandes artistas, para dar color a sus vidas y sacudirse el enorme aburrimiento, el tremendo aburrimiento mortal que les producen precisamente sus propios privilegios.

  • Todos los dias son nuestros de Catalina Aguilar Mastretta

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    Maria y Emiliano parecian una pareja indestructible, de esas que se conocenen el instituto, nunca pierden la pasion y terminan siendo dos adorables ancianos cogidos de la mano. Por eso, cuando llegan a la treintena y una noche, al volver de la fiesta de unos amigos, Maria empieza una discusion, nadie hubiese imaginado que la pelea terminaria con Emiliano haciendo las maletas y volviendo a casa de sus padres.

  • Una apuesta indecorosa de Hilda Rojas Correa

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    Margaret Croft, condesa de Swindon, ha sido apostada por su esposo, para poder recuperar el dinero perdido un juego de cartas.
    Para escandalo de todo el mundo, lord Swindon, no gano. Y ella no lo sabe.
    Michael Martin, conocido granuja, truhan y libertino, ha construido su reputacion y fortuna, jugando al whist en todas las mesas de juegos disponibles en Londres. Y su ultima adquisicion es, nada mas y nada menos, que lady Swindon.
    Y, a pesar de que su fama lo precede, nada es lo que parece.
    Dicen que el azar es el retorcido y caprichoso hermano del destino. ?Que se puede hacer cuando el, es quien baraja las cartas?
    Pues, el deber de todo granuja es jugar y arriesgarlo todo por ganar la apuesta… Aunque sea indecorosa.

  • Maestros de la costura de Shine

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    En Maestros de la Costura descubriras todo lo necesario para iniciarte en este apasionante mundo: desde lo que has de tener en tu costurero basico hasta entender patrones, pasando por conocer las principales puntadas a mano y a maquina. Basado en el programa de TVE del mismo nombre, el libro te muestra las fotografias del paso a paso y los patrones elementales para que seas capaz de hacer tu propio proyecto.