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J. S. Scott
Los hechos y/o personajes de este libro son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Titulo original: The Billionaire's Christmas: A Sinclair Novella Publicado originalmente por Montlake Romance, USA, 2014 Edicion en espanol publicada por: Amazon Crossing, Amazon Media EU Sarl 38, avenue John F. Kennedy, L-1855 Luxembourg Diciembre, 2020 Copyright (c) Edicion original 2014 por J. S. Scott Todos los derechos estan reservados. Copyright (c) Edicion en espanol 2020 traducida por Roberto Falco Miramontes Diseno de cubierta por Cristina Giubaldo / studio pym, Milano Imagen de cubierta (c) Dmytro Bochkov (c) KaiMook Studio 99 / Shutterstock; (c) imageBROKER / Alamy Stock Photo Produccion editorial: Wider Words Primera edicion digital 2020 ISBN Edicion tapa blanda: 9782496705188 www.apub.com SOBRE LA AUTORA J.S. Scott, prolifica autora de novelas romanticas eroticas, es una de las escritoras con mas exito del genero y ha ocupado los primeros puestos en las listas de libros mas vendidos de The New York Times y USA Today. Aunque disfruta con la lectura de todo tipo de literatura, a la hora de escribir se inclina por su tematica favorita: historias eroticas de romance, tanto contemporaneas como de ambientacion paranormal. En la mayoria de sus novelas el protagonista es un macho alfa y todas tienen un final feliz, seguramente porque la autora no concibe terminarlas de otra manera. Vive en las hermosas Montanas Rocosas con su esposo y sus dos pastores alemanes muy mimados. Entre sus obras destaca la serie <
>, de la que forma parte la presente novela. INDICE SOBRE LA AUTORA PROLOGO CAPITULO 1 CAPITULO 2 CAPITULO 3 CAPITULO 4 CAPITULO 5 CAPITULO 6 CAPITULO 7 CAPITULO 8 EPILOGO PROLOGO Boston, Massachusetts 22 de diciembre de 2000 Grady Sinclair se aparto un mechon de pelo con impaciencia, se recoloco las gafas frunciendo el ceno y se puso a teclear de nuevo a velocidad de vertigo. Estaba muy cerca, casi a punto de solucionar el problema de su proyecto de internet, con el que llevaba varios meses peleandose. Era un presentimiento, y su intuicion siempre tenia la virtud de empujarlo a solucionar el rompecabezas que tuviera entre manos. De hecho, solo se sentia a gusto consigo mismo cuando estaba enfrascado en uno de sus proyectos informaticos, ya que ello le permitia olvidar que era una persona imperfecta que no habia llegado tan lejos como les habria gustado a sus padres. --?No te habia dicho que bajaras a la fiesta de una maldita vez? --le grito una voz masculina desde la puerta de la habitacion, lo que provoco que Grady se estremeciera. Se quedo paralizado al oir el exabrupto de su padre, a pesar de que a esas alturas ya deberia estar acostumbrado a ello. Cuando se trataba de su segundo hijo, Martin Sinclair siempre mostraba una actitud de disgusto que, en ocasiones, rozaba la hostilidad. --Estoy trabajando en algo importante --le dijo a su padre intentando mantener la compostura. Aun asi, sintio el corazon en un puno porque ya sabia cual iba a ser la respuesta. El hombre corpulento y de pelo entrecano se cruzo de brazos ante el, rojo de ira. --Toda la familia debe asistir a la fiesta de Navidad de los Sinclair. Tu hermana y tus hermanos van a hacer lo que se espera de ellos mientras tu estas aqui arriba, escondido como un cobarde. Como siempre, eres la verguenza de nuestro apellido. Mi hijo, el idiota, no ha asistido a nuestra fiesta porque es demasiado estupido para mantener una conversacion normal. Eso es lo que dira la gente. --Martin hizo una pausa para tomar aire antes de anadir--: Vas a bajar ahora mismo e intentaras comportarte como un Sinclair. Grady intento no estremecerse de nuevo y fijo la mirada en los ojos frios y grises de su padre, identicos a los suyos. --No me gustan las fiestas --replico sin mas, plenamente consciente de que el autentico motivo era mucho mas complejo, aunque no estaba dispuesto a entrar en detalles en ese momento. Su padre nunca lo habia comprendido y a esas alturas de la vida no iba a cambiar. --Me importa una mierda lo que te guste y lo que no. No permitire que ningun hijo mio actue como un idiota y un cobarde. Se un hombre y haz lo que se espera de ti --gruno el anciano--. Quiero verte abajo. Dentro de cinco minutos. Y por una vez intenta no comportarte como un necio. Martin Sinclair dio media vuelta y se fue sin decir nada mas. Grady lanzo un gran suspiro. En el fondo se alegraba de que su padre hubiera organizado la fiesta de Navidad anual; al menos asi no habia tenido tanto tiempo para ponerlo de vuelta y media por no estar a la altura de lo que esperaba de todos sus hijos. Martin Sinclair queria que toda su prole fuera como el, pero Grady sabia que el era... distinto. No le gustaba, pero tampoco podia hacer nada por evitarlo, y con solo dieciocho anos sabia que nunca seria como su padre. Se acerco al armario, saco un traje y una corbata, y procedio a quitarse los pantalones y la camiseta que llevaba para vestirse de gala. Traje y corbata era la etiqueta minima exigida para ese tipo de eventos y, si no podia comportarse como un Sinclair, al menos estaba dispuesto a vestirse como uno de ellos. La fiesta de Navidad anual de los Sinclair lo traia siempre por la calle de la amargura. Y aunque solo tenia dieciocho anos, habia asistido a muchas, todas ellas una autentica tortura. Sabia que su hermana y sus hermanos iban a brindarle su apoyo. Su padre haria los comentarios hirientes de rigor, sobre todo a medida que avanzara la noche y Martin Sinclair fuera empinando el codo. Su padre tenia muy mal vino, y cuando bebia solia ponerse de peor humor que estando sobrio, una situacion que, por otra parte, tampoco era muy frecuente en el. Su madre ejerceria su papel de anfitriona perfecta, como de costumbre, y nunca le llevaria la contraria a su marido. Jamas lo hacia. A buen seguro el carcamal le infundia tanto miedo como a sus hijos, pero no lo exteriorizaba. Lucia una sempiterna sonrisa de plastico de oreja a oreja, que parecia a punto de llegarle a la comisura de los ojos. En ocasiones Grady se preguntaba si su madre era feliz de verdad. Algo muy dificil de decir. Los Sinclair eran una familia de rancio abolengo instalada en la cima de la clase mas adinerada. El hermano mayor, Evan, se habia ido a estudiar a Harvard y habia vuelto a casa para pasar las vacaciones de Navidad. Grady lo envidiaba y contaba los dias que faltaban para que el pudiera seguir su camino. A decir verdad, si estuviera en la piel de su hermano quiza no se habria molestado en volver a casa por vacaciones. Siempre hubiera podido inventarse alguna excusa para quedarse en el campus y evitar las humillaciones de las que era siempre objeto en las fiestas de Navidad. Sin embargo, Evan no sentia la misma aversion que Grady hacia aquel tipo de fiestas y reuniones. Es mas, estaba convencido de que su hermano debia de encontrarse ya abajo cautivando a los invitados con su encanto personal. Tal vez no se lo pasaba en grande, pero era capaz de ponerse la coraza Sinclair a voluntad, un rasgo que Grady admiraba, pero que jamas habia llegado a dominar. Todos sus hermanos sabian interpretar a la perfeccion el papel de un Sinclair ejemplar, un talento del que el carecia y por el que estaria dispuesto a dar su testiculo derecho. Que diablos, daria los dos si ello le permitiera salvarse de las criticas implacables de su padre. Grady hizo una mueca, se agarro los genitales y penso en la posibilidad de perder los dos testiculos. Bueno, quiza no seria necesario llegar a semejante extremo. Tenia dieciocho anos y, a esas alturas de la vida, esa parte de su anatomia le parecia de vital importancia. Aun asi, estaria dispuesto a dar casi cualquier cosa con tal de no ser el Sinclair raro de la familia. Si pudiera encajar no tendria que llamar la atencion de nadie.
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