la mujer que no sabia llorar
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la mujer que no sabia llorar - Gaspar Hernandez
https://gigalibros.com/la-mujer-que-no-sabia-llorar.htmlEl protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve anos que trabaja en un periodico de comarcas. El es un chico altamente sensible que disfruta de su trabajo hasta que un buen dia se acuesta con la sexologa del periodico, Daniela Costa, una experta en su campo, atractiva, alta, delgada y elegante, pero fria como el hielo. Una mujer que esconde un secreto en el fondo de su alma que le bloquea las emociones.
Solo a traves del orgasmo es capaz de dejarse llevar y sacar el dolor que esconde en lo mas profundo de su ser.
Esta es la historia de la joven Daniela Costa. La historia de la mujer que no sabia llorar. -
La mujer que no sabía llorar - Gaspar Hernández - Planeta de ...
https://www.planetadelibros.com/libro-la-mujer-que-no-sabia-llorar/2670555 abr 2018 — Una mujer que esconde un secreto en el fondo de su alma que le bloquea las emociones. Solo a través del orgasmo es capaz de dejarse llevar y ...
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La mujer que no sabía llorar (Áncora & Delfín) Versión Kindle
https://www.amazon.es/mujer-sab%C3%ADa-llorar-Volumen-independiente-ebook/dp/B07BB6JYWKGaspar Hernández (Girona, 1971) es escritor y periodista. Ganador del Premio Josep Pla por su novela El silencio,libro de ficción más vendido en Cataluña en el ...
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LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR - LAIE
https://www.laie.es/es/libro/la-mujer-que-no-sabia-llorar/9788423353491/479743El protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve años que trabaja en un periódico de comarcas.
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la mujer que no sabia llorar - Margen Libros.
https://www.margenlibros.com/libro/la-mujer-que-no-sabia-llorar_426148LA MUJER QUE NO SABIA LLORAR, GASPAR HERNANDEZ, 19,50€. El protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve años que trabaja ...
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la mujer que no sabía llorar - hernández, gaspar - El Libro ...
https://www.ellibrotecnico.com/libro/la-mujer-que-no-sabia-llorar_520169LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR, HERNÁNDEZ, GASPAR, 18,75€. El protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve años que trabaja ...
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LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR - Librería Soriano
https://libreriasoriano.com/es/libro/la-mujer-que-no-sabia-llorar_544455LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR, HERNÁNDEZ, GASPAR, 19,50€. El protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve años que trabaja ...
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la mujer que no sabía llorar - gaspar hernández - Librería ...
https://www.libreriacodex.com/es/libro/la-mujer-que-no-sabia-llorar_212343LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR, GASPAR HERNÁNDEZ, 19,50€. El protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve años que trabaja ...
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la mujer que no sabia llorar - gaspar hernandez - Llibreria ...
https://www.llibreriagallissa.com/es/libro/la-mujer-que-no-sabia-llorar_21028LA MUJER QUE NO SABIA LLORAR, GASPAR HERNANDEZ, 19,50€. El protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve años que trabaja ...
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la mujer que no sabía llorar - hernández, gaspar - Librería ...
https://www.libreriadiogenes.com/libro/la-mujer-que-no-sabia-llorar_327407LA MUJER QUE NO SABÍA LLORAR, HERNÁNDEZ, GASPAR, 19,50€. El protagonista de esta historia, alter ego del autor, es un becario de diecinueve años que trabaja ...
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Hue 1968: El punto de inflexion en la guerra del Vietnam de Mark Bowden
https://gigalibros.com/hue-1968-el-punto-de-inflexion-en-la-guerra-del-vietnam.htmlGracias a un acceso sin precedentes a archivos de la guerra en EEUU y en Vietnam, asi como a entrevistas con participantes de ambos bandos, Bowden narra cada fase de esta crucial batalla a traves de multiples puntos de vista.
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Lo que aprendemos de los gatos de Paloma Diaz-mas
https://gigalibros.com/lo-que-aprendemos-de-los-gatos.htmlPasaron por nuestras vidas cautelosos como quien pisa sobre almohadillas de algodon; capaces de andar sobre vidrio sin quebrarlo, de rozar una copa sin derramar una gota siquiera. Sabios en escoger en verano la sombra mas fresca, en invierno, el calor de nuestros cuerpos dormidos. Andaban por la casa dejando una estela de inaprensibles briznas de oro o nacar. Cuantas veces nos quitaron nuestro sitio, que era tambien su lugar favorito, y nosotros, reyes destronados y enormes, fuimos a acomodarnos --es un decir-- en el mas incomodo asiento de la casa. Cuantas veces sosegaron nuestra angustia con ese rumor que vibra en su garganta. Les dimos cuanto quisieron; lo aceptaron ellos con la majestad de quien nada ha pedido. Y a veces nos poseia la extraneza de haber metido en casa una fiera terrible, una fiera armada de garras y de dientes que con lengua de lija peina su seda al sol. Al fin murieron: apenas un suspiro y quedo de ellos un jiron de piel suave, casi nada, sigilosos y dignos en la muerte como en la vida. Asi fueron nuestros gatos y aun ahora, muchos meses despues, de vez en cuando, encontramos un pelillo de seda en nuestras ropas. ESTEBAN VILLEGAS, Vida cotidiana, 1995 Un gato En el jersey negro que acabo de ponerme he encontrado uno, dos hilillos de oro. Tomo uno de ellos entre los dedos --no me resulta facil porque, pese a su delicadeza, la fibra se adhiere con fuerza a la lana del jersey, como si estuviera entrelazada con ella-- y lo observo. Si mi vista fuese mejor o pudiera observarlo con una lente de aumento, ya se lo que veria con toda nitidez: la fibra dorada no es de un solo color, sino que tiene tres tonos, el rubio dorado oscuro, el blanco y, entre uno y otro, un suave color crema tan delicado que resulta dificil distinguirlo. Son las rayas que tenia Tris-Tras, que murio hace ya cuatro meses. Su capa de gato europeo dorado aparentaba estar hecha de pelos de distinto color pero, en realidad, cada uno de sus pelillos repetia en miniatura el dibujo de la piel del gato entero. Cada dos por tres encontramos, todavia, sus huellas por la casa: un pelo que se adhiere a nuestra ropa o que aparece en un cojin del sillon; el enganchon que hizo con sus unas en la mejor colcha de nuestra cama, una colcha que ella mullia como quien ordena, antes de dar tres vueltas sobre si misma y acomodarse en la parte mas confortable; la aparente suciedad de la parte baja de la mesa resulta ser la marca de la grasa de su pelaje y, de repente, la recordamos frotando su mejilla, su cuello y su lomo contra esa pata del mueble, marcando el territorio que ella tenia como suyo, un territorio en el cual nosotros viviamos de prestado, como huespedes bienvenidos o, mejor dicho, bien tolerados. La primera vez que paso esto fue en un viaje transoceanico. Llegue al hotel por la tarde, aproximadamente a la misma hora en que habia salido del aeropuerto de origen (el avion habia luchado infructuosamente contra los husos horarios y nos encontrabamos en el mismo punto de partida de un dia larguisimo), y al abrir la maleta lo primero que vi fue una hebra de oro incrustada en mitad de la solapa del traje de chaqueta que pensaba ponerme en la reunion de trabajo mas formal de mi estancia. Me hizo gracia que Tris-Tras, que se habia quedado en casa, me hubiese acompanado hasta el otro lado del Atlantico, representada por aquella hebra que parecia de seda. Tome el pequeno filamento y lo deposite con cuidado en un pliegue de los gruesos cortinones de cretona que cerraban la ventana: queria dejar ahi aquel recuerdo de un animal que alli nunca estuvo ni estaria, una presencia virtual. Tal vez siga aun en el mismo sitio. A lo largo de los anos, hemos ido sembrando el mundo con menudos rastros de Tris-Tras. Los hemos llevado encima sin sentirlos y los hemos diseminado por aviones, trenes y autobuses, en nuestro coche, en la calle, en los comercios, en las butacas de los cines y en los sofas de las casas de nuestros amigos; desde alli un ejercito de desconocidos los transportaron consigo, sin darse cuenta, hasta muy lejos, a unos lugares en donde nunca estuvimos; algunas hebras doradas han llegado hasta el mar, otras se han perdido en los bosques por cuyos senderos hemos paseado sus portadores. Las hebras sedosas --cada una de las cuales tiene tres colores sutiles, como tenidos a proposito-- se habran esparcido por rincones lejanos de un mundo globalizado. Es lo que queda de Tris-Tras, ahora que ella ya no esta. Ese animal se marcho dejando el mundo lleno de pelos. Seguimos repitiendo, sin querer, los viejos gestos, ahora innecesarios: dejar todas las puertas un poco entreabiertas para que Tris-Tras pueda circular libremente por la casa, porque los gatos no soportan verse encerrados en una habitacion. Tener cuidado de cerrar bien las ventanas, no sea que se vuelva a precipitar desde un segundo piso, como ya paso una vez; y nos da un vuelco el corazon cuando pensamos que ahora ya podemos tener las ventanas abiertas de par en par: esa libertad nuestra recien adquirida nos deja una sensacion de vacio y un regusto triste. A la hora de costumbre pensamos <
>, para caer en la cuenta de que no hay ya a quien dar de comer ni de beber. Y a veces, cuando pasamos ante la puerta de cualquier habitacion, echamos una ojeada para comprobar donde esta el gato, que ya no esta. -
Con esto y un bizcocho de Amara Castro Cid
https://gigalibros.com/con-esto-y-un-bizcocho.htmlCon esto y un bizcocho es una novela positiva, actual, y que te atrapa desde las primeras paginas. Mariana regresa a su Vigo natal para recuperarse de las secuelas de un accidente. Su familia, su psicologo, su fisioterapeuta y sus amigas intentan ayudarla a reconciliarse consigo misma pero una llamada inesperada lo complicara todo. Los personajes secundarios, tambien con sus propios miedos e inseguridades, acompanaran a Mariana en este viaje de superacion. Sus historias se van narrando en paralelo y vienen a reforzar la idea central de la novela: no podemos cambiar el pasado pero si que podemos intentar verlo desde una perspectiva diferente. Superacion, amor, amistad y una pizca de intriga hacen que quieras saberlo todo sobre los Nogueira porque, poco a poco, te vas sintiendo como uno mas de la familia.
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Hija unica, Anna Snoekstra de Anna Snoekstra
https://gigalibros.com/hija-unica-anna-snoekstra.htmlTu casa puede ser el lugar mas peligroso del mundo.
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Poseida 2 de Lisa Swann
https://gigalibros.com/poseida-2.htmlConfortablemente instalada en mi asiento de primera clase, contemplaba pensativamente la pista de aterrizaje a traves de la ventanilla. !Cuantas cosas habian sucedido! Jamas me habria podido imaginar, ni siquiera hace unos dias, que me encontraria en ese avion con destino a Nueva York. Me hundi mas en mi asiento, sorprendida por su amplitud y comodidad. Nunca antes habia viajado en primera clase y no se podia negar que no tenia nada que ver con la clase turista. Me abroche el cinturon de seguridad y me prepare para el despegue, emocionada y ansiosa al mismo tiempo. No tenia miedo a volar, pero esta vez me aventuraba a lo desconocido. ?Estaba viviendo un sueno o una pesadilla? Mi encuentro con el senor Goodman (tan enigmatico, tan vigoroso e increible) lo habia puesto todo patas arriba. El encendia mi cuerpo hasta un punto que no habria creido posible. Su sola presencia en un minusculo ascensor habia bastado para poner a flor de piel todos mis sentidos: habia salido de alli con las braguitas humedas y, desde entonces, mis suenos eroticos eran cada vez mas intensos. Despues, el se habia abalanzado sobre mi en plena calle y me habia besado como nadie lo habia hecho jamas. Habia descubierto rincones de mi cuerpo que ni yo misma sabia que pudieran ser tan erogenos. Esas caricias habian dejado sobre mi piel huellas indelebles. Me sentia como marcada al fuego por sus habiles manos, por su lengua sedienta, por su cuerpo electrizante… Sacha Goodman, uno de los abogados mas importantes de Estados Unidos, me habia hecho gozar como ningun otro hombre (de hecho, nunca habia tenido un orgasmo antes de conocerle) y despues me habia humillado como nadie hasta ese dia (y eso que ya habia vivido unas cuantas humillaciones). Aun bajo el hechizo del calor de sus besos y la habilidad extraordinaria con la que me habia llevado al septimo cielo, no habia sido capaz de verlo venir: me habia largado como si fuera un par de calcetines usados en cuanto habia conseguido lo que queria, soltandome las mismas excusas de mierda que todos los hombres les cuentan a las chicas que ya no les interesan. !Que patetico! No vale nada, pense. Al final, ya no sabia si habia sido mas culpa suya o mia. Desde luego, yo habia sido una idiota integral por haberme entregado a el tan facilmente. Y, sobre todo, por haberme hecho ilusiones. Una dulce voz me saco de estos pensamientos, que me habian formado un nudo en el estomago. Ya hacia un rato que habiamos despegado. --?Champan, senorita? !Las burbujas frias me ayudaran a verlo todo con mas claridad!, me dije. La azafata poso la copa sobre una pequena bandeja, que me ofrecio junto con un platito de aceitunas. Cuantas atenciones... No me costaria nada acostumbrarme a esos lujos, pero por nada del mundo me acostaria con el patan de Sacha otra vez si ese era el precio. ?Por que habia pedido que fuera a Nueva York? No conseguia encontrar una respuesta satisfactoria. En cualquier caso, si se pensaba que yo iba a desnudarme al primer chasquido de sus dedos, !lo llevaba claro! Mis sentimientos oscilaban entre la ira, la humillacion y (tengo que admitirlo) unas ganas locas de volver a caer en sus brazos. Pero, si eso era lo que el tambien queria, ?por que me habia tratado asi? ?Que debia hacer: perdonarle u odiarle durante el resto de mi vida? Cansada de no encontrar respuesta a mis preguntas, me puse los auriculares para ver Magic Mike, una pelicula de strippers masculinos, asi me distraeria un poco y de paso me deleitaria durante hora y media viendo chicos guapos medio desnudos. De todos modos, fueran cuales fueran las intenciones de Sacha Goodman, yo por mi parte iba unicamente por motivos profesionales. Por lo menos, de eso trataba de convencerme desde que el senor Dufresne me habia ordenado que les acompanara a Nueva York para cerrar el acuerdo entre ambos bufetes. Sacha Goodman queria que yo formara parte del viaje. Pues vale. No tenia la mas minima intencion de entregar mi cuerpo ni mi corazon en la gran manzana. Me quede dormida. Cuando la azafata me desperto suavemente, ya estabamos sobrevolando Nueva York y tenia que abrocharme el cinturon. Ni siquiera me dio tiempo a refrescarme antes de aterrizar.
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El regreso de Sarah Ellen (Tu me ves 4) de Gemma Herrero Virto
https://gigalibros.com/el-regreso-de-sarah-ellen-tu-me-ves-4.htmlUna casa en la que nunca entra la luz del sol, una madre obsesiva, una nina con una extrana enfermedad, un bosque oscuro en el que es mejor no adentrarse…
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Sweet Symphony de Ginny Bennet
https://gigalibros.com/sweet-symphony.htmlHacia un tiempo que Monica Coleman habia perdido el Norte, pero el unico que se habia dado cuenta de ello era Miguel, su amigo de la infancia y medico de cabecera. --Monica estas agotada fisica- y mentalmente, necesitas romper con todo por algun tiempo. --Pues yo no noto nada de nada. Es mas, estoy super relajada --comentaba mientras quitaba malas hierbas de su jardin vertical. Ambos estaban tomandose un vino en la terraza del atico que poseia Monica en pleno barrio de Salamanca, en Madrid. --Hay dos cosas que me indican que eres muy optimista respecto a tu valoracion. Una, que estas como loca quitando malas hierbas en vez de estar aqui sentada conmigo. Y otra, que no hayas tenido ni un minuto para pasarte por mi consulta y haya tenido que venir yo a tu casa para poder explicarte un simple analisis de sangre. --Pero, ?que dices? !Si vives en el mismo edificio! No te cuesta nada --dijo Monica volviendo a la mesa y cogiendo su copa de vino. --Ya, pero esa no es la cuestion, ademas yo tambien tengo otras cosas que hacer, ?sabes? --No te quejes, que te encanta venir a mi casa. --Eso es porque tu terraza es mas grande que mi piso entero --dijo Miguel mirando a su alrededor. Y ambos se echaron a reir. Monica Coleman era espanola de padre americano. De esas que tiene la suerte de poder tener doble nacionalidad y estudiar donde le plazca. Su familia generaba dinero y mas dinero a medida que pasaban de generacion en generacion. Monica quiso estudiar ingenieria informatica y lo hizo viajando. Unos anos estudiaba en una universidad de Inglaterra, otros, estudiaba en otra de Estados Unidos… Hacia tres anos que habia montado su propia empresa. Como ocurria con el resto de su familia, ella tambien tenia suerte y capacidad innata para los negocios, asi que su empresa en poco tiempo ya le reportaba grandes dividendos a cambio de muchos dias sin dormir, por supuesto. Pero eso a Monica, de momento, no le importaba, ya que era su vida profesional la que mas le reconfortaba. Del resto era mejor no hablar. Siempre habia vivido rodeada de lujo y dinero y esta epoca tampoco era una excepcion. No tenia mayordomo en casa ya que le gustaba mucho su independencia, pero si tenia un jardinero, Julio, y una cocinera, Nora, que le hacia la comida y se la dejaba en el congelador para que luego Monica solo tuviese que calentarla. !Ah! Y de paso, limpiaba la casa. Miguel Ramirez era su vecino de la infancia y con el que empezo a jugar y a tontear hasta que se dio cuenta de que eso de las chicas no iba con el. Pero eso no impidio que su amistad se hiciese cada vez mayor. Miguel estudio medicina y en la actualidad es el jefe de medicina general de un hospital privado en Madrid. Ambos se perdieron la pista en la universidad y posteriores masters, pero cuando Monica se compro el atico en la calle Velazquez se encontraron en el ascensor. Fue como si esos anos vividos separadamente no hubiesen existido. En pocas semanas, volvian a ser intimos amigos. Desde que se encontraron, la vida privada de Monica se enriquecio, pues dos solteros en la noche madrilena daban para mucho. En esos momentos, como era lo mas habitual, ninguno de los dos tenia pareja, asi que se veian mas a menudo. En realidad, Monica hacia varios anos que no tenia pareja, la ultima ruptura le habia hecho concentrarse en su empresa y no tenia tiempo para pensar en nada mas. --En serio, Moni, necesitas un descanso mental y ya, de paso, fisico. Creo que deberias irte unos dias de vacaciones --seguia diciendo Miguel. --!Tu estas loco! ?Como quieres que me vaya ahora de vacaciones? !Si tengo todo a medias! Por ejemplo, el lunes viene el horticultor para empezar a crear mi huerto vertical --dijo toda ufana mientras daba un sorbo a su copa. --?Huerto vertical? No lo habia oido en la vida. --Jajajaja ?A que es original? Se me ha ocurrido que si puedo tener un jardin vertical seguro que puedo encontrar productos de huerta que crezcan en vertical, tambien. ?No seria magnifico? --Me suena a que la gravedad va a hacer de la suyas, pero siempre has ido por delante, asi que estoy seguro de que lo intentaras hasta el final. De todas formas, lo que te estoy proponiendo no es para irnos hoy o este fin de semana. Lo que quiero es que lo vayas pensando y te organices unos dias libres para hacer que tu mente descanse un poco. Porque me imagino que puedes dejar a alguien a cargo de tu empresa, ?no? --Por supuesto que puedo hacer eso, pero justamente estos dias estoy con un desarrollo muy importante. Si yo no estoy encima, la calidad del trabajo varia y no me lo puedo permitir con este cliente. Hubo otro silencio provocado por Miguel. Sabia perfectamente que si Monica no decia un no a la primera, siempre habia mas posibilidades de que hubiese un si. Solo necesitaba que la idea germinase en su mente. Continuaron tomando el vinito en la terraza. Esa noche era muy agradable, de vez en cuando se notaba un vientecito suave, sintoma de que el verano andaba cerca. En Madrid pocas veces puedes ver las estrellas, pero si miras detenidamente hacia el cielo en un entorno oscuro, consigues vislumbrar alguna de las mas potentes. Esa noche la luna era llena y preciosa, iluminaba algunos de los tejados cercanos que componian el skyline de Madrid. Habria sido una gran velada romantica si no fuera porque no estaban interesados el uno en el otro de esa forma. Ellos eran familia. Aceptacion Un dia cualquiera en la vida de Monica comenzaba con un despertador a las 6:30 de la manana. Antes de saltar de la cama repasaba las cuentas de e-mail y contestaba los mensajes. Creaba o alteraba la agenda del dia para que su asistente ya tuviese las modificaciones a su llegada a la oficina y acto seguido se subia a la eliptica. Mientras hacia 45 minutos de ejercicio, veia las noticias desde su Smart TV, que estaba colocada estrategicamente delante de la maquina eliptica. Al terminar, hacia unos cuantos estiramientos de pilates para relajar los musculos tensos. Si, fue un mes a Pilates, se aprendio las tablas y ahora las practica en casa para hacerlas cuando a ella le va bien, no cuando otros programen las clases. Asi es Monica Coleman. Al terminar se da una buena ducha y se bebe un batido cuyos ingredientes dependen de la ultima moda en batidos. En esos dias, era un batido de un color verde bastante repugnante porque tenia col rizada y menta entre otras cosas. Monica se lo tomaba como si fuera una medicina, sin pararse a saborearlo, de lo contrario no seria capaz de tragarselo. Siempre vestia en tonos grises combinados con blanco para ir a la oficina. Para el resto de actividades, le gustaba ir a la moda y meter algo mas de color a su vestuario. A las 8:30 ya estaba camino de la oficina. No tenia que andar mucho pues la empresa de Monica estaba ubicada en la planta baja del edificio donde vivia. Muy conveniente para ella, por supuesto, por eso estaba alli. Los dias de Monica eran casi todos iguales. Sentada y pegada a un ordenador. Reuniones online, algo de programacion para arreglar algun estropicio hecho por alguno de sus empleados y muchas llamadas por telefono y mensajes por WhatsApp. Al acabar el dia no sabia ni como habia llegado a las 6 de la tarde. Habia dias que ni recordaba si habia comido o no. Al finalizar la jornada laboral subia de nuevo a su casa. Normalmente abria una botella de vino, mientras su comida se calentaba en el microondas, salia a la terraza a sentarse si hacia buen tiempo, saboreando su copita de vino y sin dejar de mirar el movil para ver los mensajes de ultima hora. Entre esos mensajes, Monica siempre se encontraba uno de su padre que le instaba, por no decir le obligaba, a hacerle un resumen de que tal iba su empresa. Esos eran los mensajes que mas le costaba contestar, pues tratar con su padre la hacia sentirse como una nina pequena y sin experiencia. Monica odiaba ese sentimiento, pero tampoco hacia nada para que su padre no se metiese en sus asuntos. El padre de Monica era una persona de exito, por lo que era muy controlador. Si no lo hacia el, no estaba bien hecho. Y aunque ella ya llevaba muchos anos viviendo de sus propios beneficios, su padre tenia que comprobar que su ninita era una triunfadora, para continuar asegurando el exito de la estirpe Coleman. Ese lunes por la manana su rutina cambio ligeramente, pues venia el horticultor a ver el terreno. Cuando ambos salieron a la terraza y Monica le dijo donde queria la huerta urbana, Antonio, que era como se llama el horticultor, puso los ojos en blanco y se llevo las manos a la cabeza. --?Esta segura de lo que me esta pidiendo? --?No cree que sea posible? He pensado que para que la tierra aguante podemos poner algunas jaulas o a lo mejor usted sabe de algo.
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Guardar para Siempre de Lexy Timms
https://gigalibros.com/guardar-para-siempre.htmlEsta es la Parte 5 de una serie de 8 libros
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La venganza de las palabras bonitas de Victor Mengual
https://gigalibros.com/la-venganza-de-las-palabras-bonitas.htmlA veces los corazones
se incendian
y las palabras no encuentran
una salida de emergencia. -
Salvenme de la navidad de Vanessa Lorrenz
https://gigalibros.com/salvenme-de-la-navidad.html“Por eso y muchas cosas mas
Ven a mi casa esta Navidad” -
Tormenta en Summerville (Policias 2) de Elizabeth Betancourt
https://gigalibros.com/tormenta-en-summerville-policias-2.htmlRick Johnson acaba de llegar a Summerville. Hacia anos que no volvia a su ciudad natal, donde habia pasado toda su infancia.
En la encantadora y sosegada ciudad esta pasando algo muy turbio. Al principio desaparecian animales y se les encontraba degollados. Ahora, sin embargo, ha ocurrido un asesinato y todos los habitantes de la ciudad estan atemorizados. Una rubia de armas a tomar se implicara en la investigacion. Rick sencillamente no aguanta respirar el mismo aire que la mocosa de Jenny Collins. Su actividad favorita hacia anos era molestarla por su fealdad, pero ahora la muy maldita se habia convertido en una de las mujeres mas hermosas del condado. Ya no era la flacucha y desgarbada nina con aparatos de dientes. No, ahora tenia unas formas en el cuerpo que Rick no paraba de sonar. -
El Don de la Diosa. La Redencion de Arantxa Comes
https://gigalibros.com/el-don-de-la-diosa-la-redencion.htmlUn mundo amenazado por una Diosa. Una sociedad sometida y dividida por ideologias.
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Vindolanda de Adrian Goldsworthy
https://gigalibros.com/vindolanda.htmlAno 98 d. C.
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FEAST. El Juego de Rafael Alcolea
https://gigalibros.com/feast-el-juego.htmlLa especie humana ha sido doblegada a la esclavitud por otra especie superior que habia aguardado durante siglos en las sobras: los vampiros. Hartos de ver como el ser humano destruia el planeta, decidieron conquistarlo, y antes de que los hombres pudiesen reaccionar, los supervivientes se convirtieron en esclavos, con suerte, y los demas… en comida.
Solo existe una forma de escapar de Isla Muerte, el lugar donde confinan a todos los humanos supervivientes:
Ganar un juego diabolico durante una noche, en la que una treintena de humanos deben sobrevivir a las pruebas de los vampiros hasta el amanecer, aquellos que lo consiguen, obtienen su libertad.
Mara, hija de dos ganadores del juego, ha crecido en libertad y es una adolescente feliz, hasta que al senor de los vampiros se le ocurre arrebatarle la libertad y hacerla que participe en el juego cuando alcance los 18 anos.
La joven se muestra decidida a ganar ese juego mortal para reunirse con sus padres y volver a ser libre. Para ello tendra que escapar de los segadores, vampiros cazadores, entre los que se encuentra Caleb. Solo una cosa escapara al control de Mara y Caleb: la atraccion que sienten al verse.
Victima y verdugo caen en las redes de un juego amoroso que se mezclara con las reglas de otro juego aun mas importante:
la supervivencia.
?Que es mas valioso el amor o tu libertad? -
El viaje de los suenos de Ariel Lawhon
https://gigalibros.com/el-viaje-de-los-suenos.htmlNo era la primera amenaza de bomba, ?no es cierto? --El hombre de las gafas de montura negra levanta la carta y la agita ante la multitud--. ?Se molesto alguien en contar cuantas habia? ?O, por el amor de Dios, en darles alguna credibilidad? Max cree recordar que el apellido del hombre es Schroeder, pero no esta seguro, y en realidad tampoco le importa. Es un idiota si hace caso a esa chiflada de Milwaukee y da credibilidad a su carta. Claro que a ninguno de los presentes en la sala le interesa el discreto escarnio de Max. La gente murmura y asiente con la cabeza, como si fueran estupidas marionetas, ante la idea de un sabotaje. Examinen la correspondencia, decia la mujer. Hay una bomba a bordo. Esa es una teoria popular, sobre todo ahora, con los restos del dirigible todavia esparcidos ahi fuera, sobre la pista. Pero a nadie le importa la verdad. Prefieren el teatro y las teorias conspirativas. Y Schroeder esta dispuesto a proporcionarselas. El es el director de este circo y se asegurara de mantener entretenido al populacho. Wilhelm Balla se abre paso hasta el renqueando por el abarrotado hangar. Escapo del accidente con un esguince de tobillo y poco mas, pero Max sospecha que hasta en eso exagera. En cada paso se tuerce visiblemente hacia la izquierda para alardear. Para que el mundo sepa que esta herido. Balla escudrina el rostro de Max en busca de alguna pista sobre su estado emocional. --?Emilie? --le pregunta. --?Que pasa con Emilie? --?Esta preparada para volver a Alemania? Max dirige su atencion hacia el espectaculo que tiene lugar en la parte delantera de la sala. --No he preguntado. --Avisame cuando lo este. Me gustaria despedirme. --Carraspea--. Me han reservado un pasaje en el Europe con Werner para el dia 15. ?Como volvera ella a casa? --En el Hamburg, con los demas. Zarpa dentro de tres dias. Wilhelm Balla es un hombre poco dado a mostrar sus emociones. Hay quien incluso se pregunta si tiene pulso. Pero esto lo sorprende. --?No viajas con ella? Max apoya la cabeza en la ventana. El frio cristal mitiga ligeramente el martilleo que siente en la sien. No ha conseguido quitarse de encima esta jaqueca palpitante desde el accidente. Aunque bien mirado, es comprensible. --Hay muchas cosas que estan fuera de mi control, entre ellas cuando viajo. --Golpetea con la yema del dedo el sobre que tiene en el bolsillo--. No me toca declarar hasta el dia 19. Cogere el Bremen al dia siguiente. Balla le clava esa mirada lenta, escrutadora, que tanto le molesta. --?Cuantas veces has leido la carta de Emilie? --Con una tuve suficiente. Es mentira, pero no le apetece confiarse a el. No despues de los problemas que causo. Desde su lugar junto a la ventana, Max puede ver la pista y el esqueleto carbonizado que yace retorcido al lado del mastil de anclaje. Cierra los ojos e intenta apartar esa vision de su cabeza, pero es inutil. Las imagenes estan ahi, y sabe que seguiran ahi el resto de su vida: una lengua de fuego azul lamiendo el espinazo del Hindenburg, un estremecimiento de piel plateada seguido de un temblor de huesos metalicos, un destello apenas visible para quienes estaban en tierra. Confusion. Esta convencido de que los pasajeros que estaban lo bastante cerca para ver la explosion no llegaron a oirla. Simplemente fueron devorados por el fuego mientras la columna de la gran bestia flotante se partia en dos. Treinta y cuatro segundos de llamas devastadoras y a continuacion la destruccion completa, profunda. En medio minuto el dirigible paso de ser un hotel de lujo flotante a un amasijo de hierros humeante, un esqueleto que yace desplomado sobre este campo de New Jersey, ennegrecido por el humo y las llamas. No, hay cosas que nunca podra olvidar. Las comparecencias ya han comenzado. Habra testimonios. Periodistas y flashes. Una clase diferente de caos y un intento desesperado de entender por que. Habra disputas politicas. Titulares vociferando sus teorias en negrita y acompanadas de signos de exclamacion para darles enfasis. !ACCIDENTE! !SABOTAJE! Dedos senalando en todas direcciones y, por supuesto, los rumores sutiles, insinuantes. Las vagas atribuciones de culpa. Max se pregunta si sus nombres y sus caras se olvidaran cuando esos titulares sean reemplazados por una nueva tragedia. ?Se acordara alguien de los detalles de las personas que cayeron del cielo hace solo cuatro dias? El acrobata de vodevil. El grumete. Los periodistas. Una heredera americana. El comerciante de algodon aleman y el distribuidor de alimentacion judio. Una joven familia de expatriados alemanes que vivia en Ciudad de Mexico. Cocineros y mecanicos. Fotografos y oficiales. El comandante y su tripulacion. Un pequeno ejercito de camareros y Emilie, la unica camarera. Ancianos y ninos. Mujeres maduras y una muchacha de catorce anos que queria a su padre por encima de todas las cosas. ?Se acordara alguien de ellos? Los burocratas miden las perdidas con simbolos de dolar y contencion de danos. Ya han empezado. En el hangar no cabe un alfiler. Pero Max sabe que el siempre medira el coste por la perdida de vidas humanas. Tambien sabe que dentro de nueve dias, cuando le llegue la hora de sentarse en esa silla y declarar, no contara la verdad. Clavara la mirada en algun punto de la pared del fondo, justo por encima del hombro de Schroeder, y contara la mentira que ya ha elegido. Es la unica manera de proteger a Emilie. Y a los demas. Max Zabel jurara ante Dios y ante este comite que fue un vuelo sin incidentes. PRIMER DIA LUNES, 3 DE MAYO DE 1937 - 18.16 H, HORA DE CENTRO EUROPA FRANKFURT, ALEMANIA TRES DIAS, SEIS HORAS Y OCHO MINUTOS PARA LA EXPLOSION Este es el sueno del hombre desde hace muchas, muchas generaciones. No el avion, ni el hidroscopio. El hombre suena con una aeronave inmensa y elegante que se eleve con delicadeza del suelo y surque sosegadamente los cielos. Ha llegado, es un exito completo y su belleza es sobrecogedora. Akron Beacon Journal LACAMARERA --?No te parece una mala idea encender una cerilla aqui? --pregunta Emilie mientras sostiene la puerta de la cocina con el pie--. Podriamos salir todos volando. Xaver Maier, de solo veinticinco anos, es joven para ser el jefe de cocina, pero lleva su planchado uniforme --chaqueta cruzada de color blanco y pantalon de cuadritos-- con aire de autoridad. Tiene el delantal almidonado elegantemente atado a la cintura y el gorro bien cenido a la cabeza. Mira a Emilie con esa sonrisita arrogante a la que ella ha acabado por tomar carino a reganadientes y se lleva el cigarrillo a los labios. Da una calada, tan profunda que se le hincha el pecho, y lanza el humo al aire calido de mayo a traves de la ventana abierta de la cocina. --Ventilacion, cielo. Es todo cuestion de ventilacion. La manera en que pronuncia esa palabra, la forma en que la mantiene en la boca, sugiere claramente otras cosas, y Emilie lo rechaza con una carcajada. Xaver Maier es mucho mas joven que ella y demasiado engreido. --En estos momentos, cielo --responde ella--, es cuestion de aspirinas. Necesito dos. Y un vaso de agua, si puede ser. La cocina es pequena, pero esta bien organizada, y los ayudantes de Xaver estan ocupados troceando, hirviendo y cociendo en su jugo los alimentos que se serviran en la cena. Como un coronel dirigiendo a sus soldados, el jefe de cocina esta plantado en medio de la refriega, pendiente de cada uno de sus movimientos. --?Fingiendo una jaqueca? --pregunta--. Pobre Max. Pensaba que por fin te habias dejado camelar. Hemos hecho nuestras apuestas, ?sabes? --Para el carro. --Abre un cajon y hurga en su contenido. Ha dejado perfectamente claro que toda conversacion referente a Max es terreno prohibido. Tomara una decision cuando este preparada--. Ayer fui al dentista y siento como si se me fuera a caer el lado izquierdo de la mandibula. Deja el cajon abierto y pasa al siguiente. --Por lo general, cuando una mujer me dice que le duele la mandibula, le pido disculpas. Emilie abre un tercer cajon. Y un cuarto. Cierra este ultimo con vehemencia. --Me puso un empaste. --Comienza a impacientarse. Y a enfadarse--. ?Y las aspirinas? Se que las guardas por aqui. El la sigue cerrando cajones. --Ya basta. Eres peor que la verdammt[1] Gestapo. --?Que? --Emilie levanta la vista. Xaver alarga el brazo por detras de su cabeza y abre la puerta de un armario poco profundo atornillado al techo. Saca un bote de aspirinas, pero no se lo ofrece. --Me alegra comprobar que no estas al tanto de todo lo que ocurre en este dirigible. --Se da golpecitos con el bote en la palma de la mano y los comprimidos se agitan dentro con un repiqueteo metalico--. Aun es posible guardar secretos. --Tu no puedes ocultarme nada. --Alarga la mano--. Dos aspirinas y un vaso de agua. ?Que Gestapo? El cuenta las pastillas como si estuviera pagando una deuda. --Se presentaron aqui por lo de las amenazas de bomba. Quince de ellos con sus verdammte uniformes grises. --?Cuando? Ella coge un vaso del escurridor que hay sobre el fregadero y lo llena de agua tibia. Se toma las aspirinas de un solo trago. --Ayer. Registraron el dirigible entero. Tardaron casi tres horas. Tuve que bajar con los oficiales a la pasarela de la quilla y llevarlos a la despensa. Los muy cabrones abrieron hasta la ultima lata de caviar, hasta la ultima rueda de Camembert curado, y no creas que no probaron todo lo que pudieron encontrar. Dijeron que buscaban explosivos. Me he pasado la noche intentando encontrar repuestos. --El jefe de cocina se interrumpe para dar una calada larga y calmante a su pitillo--. Y te aseguro que a ese proveedor con cara de sapo de Bockenheim no le hizo ninguna gracia que lo despertara en mitad de la noche para servir un pedido de pate de oca. Por supuesto que Emilie ha oido hablar de las amenazas de bomba; todos han oido hablar de ellas. Las medidas de seguridad se han reforzado. Esta tarde le registraron el equipaje antes de dejarla entrar en el aerodromo. En su opinion la idea es absurda, imposible. Pero dicen que asi es la vida en la nueva Alemania. Un gobierno de gatillo facil, receloso de todos, independientemente de la ciudadania. No, de la ciudadania, no, se corrige, de la raza. Contempla la pista desierta desde las ventanas de la cocina. --?Sabias que no dejaran que la gente venga a despedirse? Los pasajeros estan esperando en un hotel de la ciudad a ser trasladados en autobus. Nada de bombo y platillo esta vez. --Sera un vuelo divertido. --Para eso --responde ella con una sonrisa-- tendremos que esperar al viaje de vuelta. Iremos completos, con todos esos americanos locos por la realeza que vendran para la coronacion del rey Jorge. --No me importaria conocer a una de esas americanas locas. Preferiblemente de California. Rubia platino. Emilie pone los ojos en blanco cuando Xaver silba y dibuja con las manos un cuerpo de guitarra. --Schwein --dice, pero se inclina y le da un beso en la mejilla de todos modos--. Gracias por las aspirinas. La cocina huele a levadura, a ajo y al aroma penetrante y fresco del melon. Esta hambrienta, pero falta mucho para que pueda comer. Una voz grave y jovial que habla desde la puerta interrumpe su lamento por el escaso almuerzo. --?De modo que eso es todo lo que se precisa para obtener un beso de fraulein Imhof? Es Max. Emilie no necesita darse la vuelta para poner nombre a la voz. Le averguenza que la haya encontrado asi, coqueteando --aunque inocentemente-- con el donjuan por excelencia del dirigible. --Me lo he ganado a pulso --se defiende Xaver--. Tu tambien deberias intentarlo. --Cuando me den la oportunidad. Su manera directa de decir las cosas la irrita. Max esta muy elegante con su uniforme azul marino. Tiene el pelo tan negro y brillante como los zapatos. No aparta sus ojos grises de ella. Aguarda paciente, como siempre, su respuesta. Emilie se pregunta como lo consigue. Max repara en su cara de desconcierto y una sonrisa tira de la comisura de su boca, dejando entrever un hoyuelo, pero logra someterla y se vuelve hacia Xaver. --El comandante Pruss quiere conocer el menu de esta noche. Cenara con varios de los pasajeros estadounidenses y confia en que la comida proporcione la suficiente distraccion. El jefe de cocina se enoja
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Diez canciones de Navidad para Nadia de Yaiza Castro
https://gigalibros.com/diez-canciones-de-navidad-para-nadia.html?Que pasaria si el vuelo que debe llevarte a la tierra de Santa Claus se retrasase y te quedases sola, en mitad de un aeropuerto, el dia despues de que te hayan roto el corazon?
Nadia es una joven abogada con tendencia a meterse en situaciones disparatadas a la que acaban de romper el corazon. Nicholas y Aleksei son dos pilotos a los que les han cancelado el vuelo. Un golpe de suerte, y un flechazo, hacen que, lo que parecia la peor noche de sus vidas, se transforme en una aventura por el mismo centro de la Navidad, llevandoles de un escenario a otro mientras las risas, los sentimientos y los recuerdos caen sobre ellos como copos de nieve. Al mismo tiempo, conoceremos la historia de Alvaro, el exnovio de Nadia, que comienza una frenetica carrera esa misma noche para demostrar que los milagros navidenos pueden convertirse en realidad. -
El hombre en las sombras de Angeles Goyanes
https://gigalibros.com/el-hombre-en-las-sombras.htmlDespues de pasar toda su vida intentando curar las heridas del pasado, Isabel Porto parece haber conseguido la estabilidad emocional. Se ha casado, se ha convertido en madre de dos hijos adoptivos y tiene ante si un brillante futuro politico, siendo candidata a la presidencia de Espana en las elecciones que estan a punto de celebrarse. Sin embargo, hay cabos sueltos en su vida, personas que conocen un secreto capaz de destruirla, y, lo que parece peor, personas capaces de matar para protegerlo. Todos ellos entraran en accion cuando el pequeno Alex, que ha quedado paralitico en el mismo accidente de trafico en el que murio su madre, sea secuestrado y su familia, con razones para creer que la candidata presidencial esta detras del rapto, no dude en amenazarla con hacer publico su terrible secreto, uno tan oscuro que ni la propia Isabel lo conoce al completo.
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Rendirse no es una opcion de Ramon Arroyo Prieto
https://gigalibros.com/rendirse-no-es-una-opcion.htmlCuando me diagnosticaron esclerosis multiple, un medico me aseguro que en poco tiempo no podria caminar ni 200 metros. Unos anos despues, participaba en mi primera Ironman, la prueba mas exigente del triatlon
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El caso Lamber de Felipe Ojeda Redondo
https://gigalibros.com/el-caso-lamber.htmlINQUIETANTE HASTA LA ULTIMA PAGINA, MUCHO MAS QUE UN THRILLER.
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Los sabores perdidos de Raquel Martos
https://gigalibros.com/los-sabores-perdidos.htmlUna novela inolvidable que conecta el paladar y el corazon, los sabores y la vida.
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Empezar de cero – Virginia V. B de Virginia V. B
https://gigalibros.com/empezar-de-cero-8211-virginia-v-b.htmlJulia, es la hija de un arquitecto muy importante de Estados Unidos. Un hombre despota que no la trata precisamente bien. En una fiesta que organiza su padre, conoce a Abraham Asbai. Un nuevo arquitecto recien llegado a la ciudad del que se enamora perdidamente, y con el que se casa poco despues de conocerse. Ella, esta muy enamorada, y por supuesto cree que su marido siente lo mismo que ella. Hasta que sin querer escucha una conversacion de este con su mejor amigo y descubre algo que evidentemente, ignoraba.
Desesperada y decepcionada huye en el coche para ver a su amiga y hablar con ella de lo que acaba de descubrir, pero un camion se cruza en su camino, y tiene un tragico accidente que la dejara en coma y posteriormente amnesica.
?Podra seguir Julia con su vida cuando se despierte del coma a pesar de no recordar nada de ella?
?Y que sucedera cuando esos recuerdos regresen?
?Se vera con fuerzas para empezar de cero?
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La probabilidad del unicornio de Elena Castillo Castro
https://gigalibros.com/la-probabilidad-del-unicornio.html*Una novela que demuestra la probabilidad del amor entre dos personas tan distintas y lejanas como dos estrellas de distintas constelaciones.
*El estilo sencillo, dulce y efectivo de Elena Castillo vuelve a seducirnos y a conquistarnos una vez mas. Imposible no adorarla.
*Un ejemplo mas de la buena salud de la romantica New Adult en nuestro pais. Elena Castillo posee la calidad de autoras best sellers internacionales como Colleen Hoover o Leah Raeder. -
Cronicas del desamor de Elena Ferrante
https://gigalibros.com/cronicas-del-desamor.htmlLas tres novelas que han consagrado a Elena Ferrante como una de las voces mas solidas de la literatura italiana actual.Las tres piezas que encontramos enCronicas del desamortienen como protagonista a una mujer, y las tres indagan en el dolor femenino con mano firme, sin concesiones al sentimentalismo.El amor molesto, la primera de las piezas, narra la relacion de Delia con su madre Amelia. Mi madre se ahogo la noche del 23 de mayo, el dia de mi cumpleanos…, escribe la narradora en la primera pagina, y de ahi en adelante todo sera descubrir quien era realmente Amelia.La segunda pieza, tituladaLos dias del abandono, cuenta la historia de una mujer joven, madre de dos hijos, que de repente es abandonada por su hombre y tiene que enfrentarse a un nuevo modo de vivir. Sola en Turin, la mujer cae en una espiral de dolor que la paraliza, y Ferrante consigue que sintamos esa angustia de una manera casi corporea: sus gestos, sus palabras, todo su cuerpo es la pura expresion de un mal oscuro que va mas alla de la traicion, como si la tragedia griega se hubiera encarnado en el animo de una mujer de hoy. Luego, poco a poco, el resurgir, ese nuevo pacto con la vida que ya se hace desde otras premisas, esa madurez tan …
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Con un par de alas de Alba Saskia
https://gigalibros.com/con-un-par-de-alas.htmlLia, despues de vivir en Tarifa una estrepitosa historia de amor con Hugo, regresa a Barcelona hecha anicos. Su amiga Manu la acoge y le da treinta dias para rehacerse. Mientras, Perpetua, la madre de Lia, ajena al drama que vive su hija, continua enviandole cartas a Tarifa creyendo que sigue alli. La ayuda incondicional de Perpetua y de Manu sera crucial para que Lia pueda comenzar una nueva vida, sobre todo cuando Maria, una antigua amiga con quien compartio anos de estudio en una escuela de ballet, aparece y se convierte en el puente para construir un futuro profesional haciendo lo que ama: bailar. Y Marcelo, un guapo jugador de waterpolo, estara dispuesto a acompanarla en esa nueva danza que es su vida.
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Bajo el cielo (La rendicion de un libertino 2) de Laura Merce
https://gigalibros.com/bajo-el-cielo-la-rendicion-de-un-libertino-2.htmlSegunda entrega de la trilogia <
>. -
Una Vez Tomado (Un Misterio de Riley Paige 2) de Blake Pierce
https://gigalibros.com/una-vez-tomado-un-misterio-de-riley-paige-2.htmlMujeres estan siendo asesinadas en el norte del estado de Nueva York, sus cuerpos encontrados misteriosamente colgando en cadenas. El FBI esta en el caso. Dada la naturaleza bizarra de los asesinatos y la falta de pistas, solo hay una agente a la que pueden recurrir-la Agente Especial Riley Paige.
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Muerte en los Hamptons (Las cosas y casos de la senora Starling 2) de Ana Bolox
https://gigalibros.com/muerte-en-los-hamptons-las-cosas-y-casos-de-la-senora-starling-2.html?Aun estas enfadada? --James redujo la marcha y detuvo el coche ante la verja de entrada a la mansion Carnegie. La musica de Night Fever que sonaba en la radio era lo unico que rompia el silencio desde que salieran de Nueva York. --No estoy enfadada. --Vale, defraudada. Anne estiro el brazo y bajo el volumen. Desde el asiento del copiloto, miro a su marido con los parpados entrecerrados. --?De verdad era necesario venir? ?No podias haber aplazado la reunion para despues de Navidad? La verja comenzo a abrirse lentamente. James bajo un dedo la ventanilla para evitar que se formara vaho en los cristales y el ronroneo del motor al ralenti llego con suavidad hasta ellos. Fuera, el viento comenzaba a soplar fuerte y los arboles que recorrian el alto muro de piedra que rodeaba la finca balancearon sus ramas como si estuvieran saludando a alguien desde lejos. Algunas gotas de agua cayeron sobre el parabrisas y James acciono las escobillas. --Sabes que si no hubiera sido imprescindible la habria aplazado --dijo. La voz de falsete con la que Robin Gibb, el solista de los Bee Gees, acaparaba las emisoras de radio desde que se estrenara “Fiebre del sabado noche” fue extinguiendose en los altavoces del coche sustituida por la de Casey Kasem, el famoso locutor del American Top 40. Anne fruncio los labios. Si, lo sabia. Su marido no habria anulado el viaje a Inglaterra para pasar la Navidad si no hubiera sido estrictamente necesario. Aun asi, no podia evitar sentirse, como el mismo habia dicho, defraudada. 1978 agonizaba y hacia meses que no veia a sus padres. En lugar de disfrutar de aquellos ultimos dias del ano con la familia, tendria que desempenar el papel de digna esposa de diplomatico en una reunion navidena en la mansion de Alexander y Rebeca Carnegie, junto a un nutrido grupo de personas con las que no le apetecia estar. --El Foreign Of ice esta muy interesado en que el bufete de abogados de Julian Snyder se establezca en los Estados Unidos y esta reunion con Martin Wolch es una oportunidad unica para ponerlos en contacto de manera confidencial. La puerta de hierro se estremecio al alcanzar el tope y James se adentro en el camino asfaltado que discurria a traves de una pradera. El cesped era espeso y parecia atendido con la misma meticulosidad que la del green de un campo de golf que aspirara a albergar el Abierto de Estados Unidos. --?Que es lo que pretende sir William, montar un nido de espias en Nueva York a traves de Julian? --No hables asi del ministro. No es… --?Diplomatico? --Lo has definido con perfecta exactitud, querida, tal y como suele hacer tu deslenguada habilidad para la oratoria. --Y sincera. --Anne tiro de la pernera del pantalon y la ahueco, antes de cruzar las piernas--. Deslenguada y sincera habilidad para la oratoria. --?Llamas sinceridad a la insolencia? --En efecto, llamo espontanea naturalidad a la franqueza. Lo has definido con perfecta exactitud, querido, tal y como suele hacer tu sutil capacidad para la farsa. --Me encanta cuando asimilas mi profesion a la representacion de un sainete. --Lo se. Por eso lo hago. Ella lo vio sonreir de reojo. --Ese fino humor fue lo que me enamoro de ti, pero sir William no debe saberlo. Cree que me case contigo por tu belleza y elegancia que, strictu sensu, es la unica exigencia que se requiere a la esposa de un miembro del cuerpo diplomatico de Su Majestad. --Adoro tu sinceridad diplomatica. --Lo se. Por eso la utilizo. James freno. Una cierva habia saltado de entre la arboleda enmaranada que recorria el camino por su lado derecho y lo cruzo con refinada distincion, alejandose con su peculiar trote gracioso hasta un bosquecillo cercano. --Esbelto y gracil ejemplar --dijo Anne cuando el animal se perdio de nuevo entre las ramas--. Podrias haberte casado con ella. --Y habria sido una acertada decision si tu no hubieras aparecido antes. --!Lo estas arreglando! --Tu empezaste. --Porque estoy enfadada. James levanto una ceja y dejo caer la mano sobre la palanca de cambios, sin llegar a meter la primera marcha. --Crei que estabas defraudada --dijo. --Y yo crei que dominabas el idioma de tu propia profesion. --Vale --Echo el freno de mano y se giro hacia ella--, hagamos las paces antes de entrar ahi --dijo senalando la mansion de estilo colonial que aparecia ante ellos. La puerta de entrada se abria a unas escalinatas de marmol ante las que se extendia una extensa pradera, recorrida por el camino asfaltado en el que se encontraban y que unia la casa con la verja de entrada, ahora ya oculta por el bosquecillo que acababan de atravesar--. ?Te portaras bien? Anne cerro los ojos un instante y encogio los hombros. --Sabes que lo hare. Tienes una mujer exquisita y educada que se conduce como la leal esposa de un perfecto diplomatico. --Una mujer que tambien es entrometida, rebelde y obstinada. --?Me quieres, James? --Me enamoraron tus virtudes, querida. No podria no amarte. --Eres extrano. --?Porque me gustan tus excentricidades? --Si pretendes componer una ecuacion en la que la suma de entrometimiento, rebeldia y obstinacion equivalga a excentricidad vas mal encaminado matematicamente. --Pero no diplomaticamente. --Yo tambien te quiero --Anne extendio el brazo y poso la mano sobre el muslo de su marido. --Lo se --dijo el. --Aunque cualquiera que te oyera hablar de mi pensaria que estas a punto de pedir el divorcio. --Cualquiera que se tome la molestia de observar como te miro sabra lo que es el amor.
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Yoga & medicina de Timothy Mccall
https://gigalibros.com/yoga-038-medicina.htmlEn el yoga la ausencia de sintomas no es sinonimo de salud. El yoga busca optimizar la funcion de todos los sistemas del cuerpo, desde los musculos hasta la digestion, la circulacion y el sistema inmune, junto con un bienestar emocional y una sensacion de optimismo. El yoga ensena que solo cuando estos elementos se alinean se puede maximizar la oportunidad de gozar de una buena salud y alcanzar la curacion.
Yoga & Medicina presenta los beneficios del yoga y sus usos terapeuticos desde un punto de vista medico. -
Lo estas deseando de Kristen Roupenian
https://gigalibros.com/lo-estas-deseando.htmlEn diciembre de 2017 Kristen Roupenian publico en el New Yorker el relato <
>. De inmediato se hizo viral y se convirtio en uno de los mas comentados y que mas revuelo han generado entre los publicados por la revista, junto con los ya clasicos < > de Shirley Jackson y < > de Annie Proulx. -
Escrito con sangre y seda de Africa Ruth , Marta Cruces
https://gigalibros.com/escrito-con-sangre-y-seda.htmlLondres, 1874. Tras la muerte de lord Wellesley, solo tres personas conocen el secreto de Charlie, su hijo y heredero: es una mujer. Una de ellas es Leo, su hermano bastardo, y las otras dos no descansaran hasta arruinar su reputacion para siempre. Sin embargo, las ultimas voluntades de lord Wellesley alejaran a Charlie y Leo de Londres para emprender una huida frenetica por la Ruta de la Seda. Ciudades exoticas como Alejandria, Calcuta y Canton seran testigos del afan de los hermanos por escapar del pasado y de su temor a enfrentarse a un presente marcado por una pasion prohibida.
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Tu corazon te lo dira pronto de Olivia Saint
https://gigalibros.com/tu-corazon-te-lo-dira-pronto.html -
Apartamentos Fifi. Caution de Lux Aeris
https://gigalibros.com/apartamentos-fifi-caution.htmlJose: alto, rubio, guapo, rico, rompecorazones y extravagante. ?Es oro todo lo que reluce? ?Podra superar su pasado? ?El amor es sufrimiento? ?Que precio pagara?
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La democracia es un tranvia de Andres Mourenza
https://gigalibros.com/la-democracia-es-un-tranvia.htmlEl lider turco se halla hoy embarcado en una mision historica: transformar Turquia a su imagen y semejanza. Desteja el laicismo impuesto en 1923 por el fundador de la Republica, Mustafa Kemal Ataturk, al tiempo que recupera el legado del Imperio otomano y la aspiracion de convertir Turquia en una potencia internacional islamica. Todo ello sin derrocar formalmente las instituciones democraticas del pais, sino aprovechandose de ellas.
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El secreto de Blackstone House de S.f. Tale
https://gigalibros.com/el-secreto-de-blackstone-house.htmlUna historia de amor y secretos en plena campina inglesa.
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Mujeres en la oscuridad de Gines Sanchez
https://gigalibros.com/mujeres-en-la-oscuridad.htmlMujeres en la oscuridad narra la huida de tres mujeres distintas, cuyas vidas estan entrecruzadas sin saberlo, y que comparten algo en comun: una vida deslustrada y la busqueda de luz en el amor, en el deseo. Julia, catedratica universitaria, atraida por los muchachos jovenes. Miranda, latinoamericana que trabaja en clubs selectos, padece de una profunda nostalgia por su tierra, y un marcado desprecio por todo cuanto tenga que ver con el sexo. La mas joven, Estefania, veinteanera e incurablemente romantica, aunque en las relaciones se siente como un globo que se pincho demasiado pronto. Las tres se veran empujadas por sus respectivos fracasos a viajar a Amsterdam en un mismo coche. No obstante, sin saberlo, llevan una mochila de color azul cuyo contenido desconocen y que deben entregar al hermano de Julia.
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El secuestro de la hermana Tegualda de Hernan Rivera Letelier
https://gigalibros.com/el-secuestro-de-la-hermana-tegualda.htmlViernes, 9.30 de la manana. El Tira Gutierrez llega al edificio Gomez donde tiene instalada su oficina. Viene apurado. Debo traer una cara de culo, piensa. Su insomnio cronico le hizo pasar una noche digna de ponerla en un marco y colgarla en una exposicion junto a El grito. Mas encima, ya se mea. En el lobby, el conserje y los dos guardias lo saludan reverenciales, ya saben que es un investigador privado como los de las peliculas, y el unico de la ciudad. El mas joven de los guardias --y el mas reverente-- mantiene abiertas las puertas del ascensor para que alcance a tomarlo (este guardia fue el que una noche, revisando las puertas de las oficinas, abrio de golpe la suya, que el olvido cerrar por dentro, y lo sorprendio en cueros con una pelirroja en el sofa de terciopelo verde. Esto fue antes de conocer a la hermana Tegualda). Ya en el ascensor, el Tira no quiere quedar frente al espejo, no quiere ver de que tamano le cuelgan las ojeras. Opta por ponerse frente a la unica otra pasajera, una anciana que aprieta su cartera de plastico contra su pecho. Las ojeras me deben colgar como el perigallo de esta viejita, piensa el Tira, y le hace un guino. La anciana lo mira de soslayo. El le pela los dientes. La anciana se aferra a su cartera como un naufrago a su tabla de salvacion. Cuando comienzan a subir, el ronroneo de la ascension le exacerba sus deseos de sacarse la pinga, como dicen los cubanos, y vaciar la vejiga ahi mismo. Cuba. La Habana. El recuerdo de su estadia en la isla logra que olvide un poco sus ganas diureticas. Piso doce. Antes de salir del ascensor se despide de la anciana con una sonrisa de hombre bueno. Luego saca las llaves de un bolsillo de su chaqueta (su llavero solo tiene dos llaves: casa y oficina) y, con la vejiga a punto de reventar, camina rapido los veinte pasos que hay del ascensor a la puerta de su oficina. ?Cuando se le ocurrio la tontera de contar esos pasos? Seguro debio ser un dia mas relajado que este. Llega a la puerta, introduce la llave, empuja y saluda: Buenos dias her… La hermana Tegualda no esta. Al cerrar la puerta tras de si, pisa un sobre que blanquea en el gris de la alfombra. No se molesta en recogerlo. Quitandose la chaqueta y dejandola caer en un sillon, pasa directo al bano. Antes de llegar ya se ha sacado la pinga y, con ella en la mano, levanta la tapa, apunta y aaaaaaaaaaah. El largo suspiro de alivio suena mas a gemido de actor porno. Desagua copiosamente, desagua con los ojos cerrados para no posar la mirada en los azulejos de las paredes. Es que la imagen que atormenta sus amaneceres, la imagen que su mente se ha formado del insomnio, es una vasta y encandilada sala revestida toda de azulejos blancos. Ahora ultimo, para rematar el cuadro, ademas del insomnio esta teniendo problemas de diuresis. ?Sera por el excesivo consumo de te? Tendra que ver a un matasanos. Con la antipatia que les tiene a esos tipejos. Sobre todo a los que se creen dioses y ni siquiera miran a los ojos del paciente mientras lo atienden. Algunos ni hablan. Hipocrates hipocrita. Termina de mear, abre los ojos y da un resoplido de alivio a su mechon blanco. Cuando al salir del bano se deja caer en el sofa de terciopelo verde, un olor que parece venir del balcon o del closet de los utiles de aseo le hace arriscar la nariz. Inhala para captar de que se trata, pero ya no lo siente. Mira hacia el balcon: acurrucados y flematicos, John y Yoko retozan al sol placidamente. Seguro que esos pajarracos acaban de darse un festin de perro muerto detras de los cerros. Y vuelve a despatarrarse en el sofa. Que ganas de dormir un millon de anos. Y podria perfectamente hacerlo pues no hay mucho trabajo. En verdad no hay nada de trabajo, las cosas hace rato que no caminan muy bien en la agencia. Siente ganas de incorporarse, ir a su computador a poner musica, pero se arrellena mas en el sofa. Al apoyar la cabeza en uno de los cojines, el terciopelo arestinado le raspa la nuca. Con razon la hermana le viene reclamando hace dias que ya va siendo hora de renovar el living. ?Y por que no mandarlo a tapizar nomas, hermana?, se ha resistido el. Pero que sea de otro color pues, oiga, por Dios. ?Y que tiene de malo el verde, si me hace el favor, hermana? Este verde reja de comisaria es irritante, caballero. ?O es usted daltonico? El Tira se rie solo. Mira la hora en su celular: 9. 37. Raro. La hermana jamas llega despues de el, y el ha llegado media hora tarde. Ella no acostumbra a darse esos relajos. Y si hubiese tenido que hacer algun tramite lo habria llamado. O se lo habria dicho ayer en la noche, cuando lo fue a dejar a su casa en su escarabajo amarillo y se quedo un rato con el, y terminaron <
>, como dice ella. Se acuerda entonces del sobre en la puerta. Puede que sea un nuevo caso. Se para a recogerlo y vuelve al sillon. Es un sobre apaisado sin nada escrito, ni nombre, ni direccion, ni remitente. Lo unico que exhibe es la marca de la suela de su zapato. Lo rasga. Dentro, una hoja de oficio doblada en tres. La despliega. Lo que aparece ante sus ojos es una nota escrita, en cursiva, en un procesador de textos. Lee. Queda atonito. Vuelve a leer: Tengo a la senorita Tegualda. Si la quiere viva siga las instrucciones. Vaya a la playa El Cable y busque en la letra N. Ni en vehiculo, ni andando, ni corriendo. Debe ir en marcha olimpica. Y sin quitarse la chaqueta. No involucre a la policia. Estara vigilado todo el tiempo. Mientras mas rapido haga el recorrido, mejor para ella. Marche ahora, o ella muere. Mas loco que un zapato El Tira siente que cae en un vacio, como si de golpe lo hubiesen puesto en una campana de vidrio y sumergido en las profundidades de un lago turbio. Atolondrado, sumido en un frangollo de conjeturas, sospechas, presunciones, se ha quedado mirando la nota como caido en trance. Hasta que un ruido de aleteos en el balcon lo trae de vuelta a la realidad. Lo hace reaccionar. Toma entonces su telefono y marca el numero de la hermana: Lo sentimos, el telefono al que usted llama se encuentra apagado o fuera del area de cobertura. Marca de nuevo. Lo mismo. Se para de un salto, recoge su chaqueta y, antes de salir hecho una exhalacion de la oficina, toma un cojin y lo lanza contra los ventanales, afectuosamente. John y Yoko ni se inmutan. -
Cual es tu historia de Ana Paula Benitez
https://gigalibros.com/cual-es-tu-historia.htmlAl desnudo, esta historia comenzo asi. Desperte aquella manana con casi la mitad del cuerpo sobre el escritorio. Me habia quedado escribiendo hasta muy tarde y, como siempre, me habia dormido frente a la laptop. Mire la pantalla por un momento y note que al menos no habia arruinado la escritura. Si habia babeado el escritorio de manera descomunal… Buen trabajo. Mire hacia la ventana y la luz del sol me cego por unos segundos. Me cubri los ojos con una mano y me apoye en el escritorio con la otra. Me levante y camine lentamente hacia la ventana. Sin antes bostezar y estirarme, corri las cortinas blancas y abri un poco la ventana para que el viento de la manana refrescara la habitacion. Me voltee y camine hacia la cocina con la idea de prepararme un cafe, pero no pude ni siquiera completar medio trayecto cuando fui atacada por una pieza de Lego. Si, leyeron bien. --!Ah! !Tony! !Deja de robar las cosas de los vecinos! --Con furia me dirigi hacia la cuna del gato y como de costumbre me encontre con nadie--. Desagradecido, te compro una cuna hermosa y sigues durmiendo en cualquier otro lado. !?Sabes cuanto cuesta una cuna como esa?! Calle al darme cuenta de lo inutil que era quejarme. Aun asi, se sentia muy bien. Escuche un estruendo en el patio trasero del edificio y al fin supe hacia donde debia gritar. Corri hacia la ventana y sali al balcon cargada de colera y autoridad. Asi es, soy duena de un gato y lo trato como tal... o algo asi. --!Tony! !Te voy a matar! Mire hacia el patio y note que el causante de tal estrepito no habia sido Tony. Despegue los labios para hablar, pero lo unico que salio fue un balbuceo bastante incoherente. --Hola. Al desnudo, asi comenzo. Un hombre de tez palida y ojos azules y profundos estaba parado detras de una reposera. Se veia muy nervioso y apresurado. Y lo unico que traia puesto era un reloj de oro. ?Quien era el? ?Por que estaba desnudo? ?Donde estaba Tony? Frunci el ceno y abri la boca de nuevo, pero segui sin hablar. --Tuve una mala noche --bromeo el--. ?Podrias ayudarme? --Am... --!Vivo en el noveno piso! --aclaro repentinamente--. No soy un extrano. Tu eres la duena del gato cleptomano, ?verdad? --S-Si. Mi Tony es popular entre los vecinos. --Entonces... ?me ayudas? --!E-Espera alli! Me voltee y corri hacia el dormitorio. Resbale con un calcetin y cai de espalda. Oh, bendita habitacion la cual no habia ordenado desde la ultima visita de mi madre... Tome una toalla y corri hacia el balcon de nuevo procurando no pisar otro calcetin asesino. Arroje la toalla por el balcon y le indique a mi desvestido vecino del noveno piso que esperara en la puerta. Me coloque las pantuflas y baje por el ascensor hasta la planta baja. Estaba nerviosa, avergonzada, como siempre cuando tenia que socializar con alguien. Abri la puerta y mi vecino entro con una sonrisa y una expresion de alivio en el rostro. --Gracias. --De nada. Hice una mueca nervuda con los labios y me mire los pies. --Necesitaria otro favor --mi vecino se rasco la nuca al hablar. Luego bufo, pero no dejo de sonreir ni por un segundo. --Claro. --?Me prestarias tu telefono? Necesito llamar al cerrajero para que abra la puerta, no tengo las llaves encima y, bueno... Hizo un ademan y al fin deje escapar una risilla. --No hay problema. Subimos por el ascensor en silencio, ni siquiera me atrevi a verlo. Escuche alguna que otra risa suelta en el aire por parte de el, pero no me atrevi a mirar ni una sola vez. !Adios, manana cuasi tranquila! --Soy Benjamin. --Cara. --?Cara? --Si. --Ya veo. Benjamin apreto los labios y contuvo la risa. Lo ignore por completo. Habia sido el centro de bromas en la escuela primaria y secundaria, ya estaba acostumbrada. Entramos al departamento y me dirigi a la mesa del comedor en busca del telefono celular. Escuche que la puerta de la entrada se cerro con suma delicadeza y supuse que aquel hombre envuelto en la toalla era bien educado. --Ten. --Le entregue el telefono y me aleje mientras el marcaba el numero--. Tony --murmure --. Tony, ?donde te metiste? Me incline un poco para mirar debajo de la mesa, pero no encontre nada. Junte el bloque y lo sacudi de arriba abajo por unos segundos, en silencio trate de especular donde podria estar husmeando mi felino amigo. --?Tony? --la voz de Benjamin me hizo voltear. --Mi gato --respondi mientras me sumergia en aquellos orbes llenos de curiosidad--. Sientate... donde quieras. Lo siento. Educacion Cara. Se educada tambien. --Estoy bien --contesto sin dejar de mirar los cuadros--. Bonita decoracion. --Gracias... --En especial las tazas sucias y los paquetes vacios en el escritorio --menciono y apunto el escritorio con el dedo indice. --Es mi zona de trabajo --trate de defender injustificable. --Oh, claro, necesitas ese paquete para... ?En que trabajas? --Con una ceja arqueada hacia arriba me miro. --Soy... escritora. --!?Escribes?! !Eso es fantastico! --?Eso es ironia? --pregunte con desconfianza. --?Que? !No! ?Por que haria algo como eso? Am... ?Porque la mayoria del tiempo las personas que conozco piensan que no es un trabajo real? ?Porque ni siquiera mi madre esta conforme con lo que hago? --No lo se --bufe y oculte la verdad en tres palabras. Note un brillo especial en los ojos de Benjamin. Aquel hombre con clase paso a comportarse como un nino en cuestion de segundos. --?En serio crees que es fantastico? --!Por supuesto! --Benjamin alzo las manos en el aire y me miro como si fuera una ingenua--. Me encantan los libros --comento--. Quiero decir, los buenos libros --esclarecio--. Cuando era pequeno no tenia muchos amigos. --?En serio? Con esa increible apariencia era dificil de creer. Lindos ojos, lindos labios, lindos modales... --Oye --Benjamin murmuro ofendido--. Me enfermaba mucho, tenia un sistema inmunologico deplorable. --Alli iba el y sus complejas y elegantes palabras. Benjamin se rasco la nuca por unos segundos, suficientes como para permitirme memorizar los detalles de su sonrisa--. Leia muchos libros --conto el--, Julio Verne, Edgar Allan Poe, Mark Twain, ?los conoces? --No personalmente --bromee--. Pero si, los he leido. --Lo que hacen con las palabras --hablo inmerso en su mundo--. !Son artistas! ?No crees? -- Asenti con la cabeza y el me senalo--. Los escritores son artistas, nobles artistas que viven haciendo lo que aman y que no son tan valorados como deberian. --Supongo --murmure. No supe que decir, senti las mejillas calidas y me rasque la nariz para tratar de ocultar el notorio rubor que probablemente tenia en el rostro. --!Claro que si! --reafirmo--. Crean mundos, personas, historias... --Benjamin miro el escritorio--. Pero tu casa es un desastre, si me permites decir. Benjamin tenia un modo bonito de insultar a las personas. Te ofendia, pero con cierto respeto que te provocaba mas frustracion que enojo. Benjamin se coloco las manos en la cintura, pero segundos despues cambio de postura y se puso en accion. Mi vecino tomo algunas tazas de sopa instantanea sin esperar un segundo mas y las tiro en el tacho de basura. Luego camino hacia el escritorio, arrugo los paquetes vacios e hizo lo mismo que antes. Yo solo admire la espalda de Benjamin en silencio por unos segundos. --Oye, no hagas eso. Excelente reaccion, Cara, verdaderamente apresurada y certera. --?Acaso los necesitabas? --pregunto con ironia. --N-No, pero... --?Pero...? --Es mi casa. --Y se nota --bromeo Benjamin. --!Oye! --No creo que sea una buena idea tener tantas cosas tiradas, al menos que estes construyendo una granja de cucarachas en tu propia sala. --Tal vez lo este haciendo. --?Si? --Son populares en los paises asiaticos. Benjamin dejo escapar una risilla y miro el polvo de los estantes con cierto pudor. --Oh, ya entiendo --susurre. --?Que tienes un gran problema? --No --respondi--, eres un obsesivo compulsivo por la limpieza. Benjamin me miro con la boca abierta y sonrojado, aun mas sonrojado que yo. !Touche! --!El cerrajero! --cante con felicidad al oir el timbre del departamento. Ignore los reproches de Benjamin y atendi al cerrajero con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando al fin el cerrajero pudo abrir la puerta, Benjamin me agradecio una vez mas y se despidio. Y asi, la tortura comenzo. 1 Drama innecesario ?Por que tortura? Porque al dia siguiente de aquel encuentro no tan maravilloso decidi salir al mundo por uno de los objetos mas preciados por el ser humano y al volver a mi dulce hogar me encontre con que Benjamin estaba esperando frente a la puerta. --Es un chiste --dije con la bolsa de arena para gato aun en brazos. --No --respondio con seguridad--. No puedo dejar que esa cosa nos consuma a todos. --?Cosa? --Solo abre. --De acuerdo. --?Y tu gato? --Todavia no volvio. --Tal vez este muerto debajo de toda esa basura. --!No bromees con eso! --No era una broma. Tony no estaba muerto. Volvio horas despues con la ropa interior de la vecina del quinto piso. Un gato cleptomano y un vecino obsesivo compulsivo, fantastico. --Tu casa no se ve tan mal cuando esta limpia. --Benjamin dejo la escoba por un momento y suspiro cansado. --Tienes razon. Mire a Benjamin y comence a reir sin poder evitarlo. El me miro con cierta incredulidad y curiosidad. --Esperaba un agradecimiento. --!Lo siento! Me cubri el rostro para que no me viera reir. Benjamin se veia muy gracioso con el delantal puesto, y los guantes, y el panuelo en la cabeza, y las mejillas rosadas de tanto trapear. Eso si, conste que yo no lo habia obligado a nada. El se ofrecio solo. Bueno, “ofrecer”, mas bien, se metio en mi departamento y lo considero parte de su habitad natural, pulcro y refinado. --Grosera. Me compuse segundos despues y lo mire con cierta pena, pero me di cuenta que el solo estaba bromeando. Benjamin sonrio un poco y se saco el panuelo de la cabeza. Se sento en el sofa y Tony se acerco a el. --?Tienes agua al menos? --Si. Fui a la heladera a buscar la botella y el aprovecho la oportunidad para mirar mi trabajo en la laptop. Ignoro el interrogatorio realizado por los maullidos extranos de Tony, se saco los guantes y enseno el reloj de oro. Se sento en la silla del escritorio y en silencio leyo algunas oraciones. Observe como los labios de Bejamin se movian mientras el pronunciaba de manera inaudible cada palabra. Note que reaccionaba con cada palabra, que las sentia, y que sus ojos brillaban con cada uno de esos sentimientos. Trague saliva al ver que estaba sucediendo. Me estaba enamorando. --Escribes muy bien. --Supongo. --Algo detallista. --?Lo crees? --Si, es como si observaras demasiado las cosas. --Mi madre siempre dice eso --comente mientras dejaba un vaso de agua fresca en el escritorio--. Que observo mucho, que pienso mucho. --?Lo haces? --Eso creo. --?Tienes portavaso? Tome un papel lleno de garabatos y se lo di. Benjamin tomo el papel y bufo por la nariz. Mi vecino del noveno piso bebio un poco de agua y dejo el vaso encima del papel. --Di algo de mi. --?Sobre ti? Aquella pregunta me tomo por sorpresa. --Si, algo. Note que los labios de Benjamin estaban humedecidos por el agua y sonrei un poco. Entrecerre los ojos y mire hacia la ventana, luego volvi a mirar a Benjamin y deje escapar aire por la boca. --Cuanta concentracion --bromeo el. Benjamin sonrio un poco y el foco imaginario se encendio encima de mi. --?Que tal tu sonrisa? --?Mi sonrisa? Benjamin amplio mas aquella mueca de felicidad cuando escucho mis palabras. --Si... por ejemplo, cuando te ries, tus labios se estiran junto con tus fosas nasales --le explique. El se toco la nariz, curioso--. Tienen una perfecta armonia, y se hacen unas pequenas muecas en los costados, como unos hoyuelos casi perfectos... casi. --Arrugas, malo para mi edad. Rei un poco y negue con la cabeza. --Pero cuando sonries con tranquilidad no se notan las muecas y los labios se vuelven mas finos y delicados, como si supieran que era el momento perfecto para moverse de aquella manera. --Por algun motivo habia bajado el tono de voz al hablar. Note que me habia inclinado para verlo mejor y que estaba demasiado cerca de el--. !Sin mencionar que parecen bien cuidados! --Me separe casi un metro de el. Lo se, a veces exagero demasiado--. ?Usas manteca de cacao? --Solo en invierno --dijo con una sonrisa burlona. --Y esa sonrisa burlona de costado es muy diferente a la ganadora o a la nerviosa. --?Existen mas sonrisas? --Si --respondi. Hice un ademan para que se moviera. Benjamin se levanto de la silla y se paro al lado del escritorio. Yo me sente en la silla y respire hondo para tratar de concentrarme y volver al trabajo. --Eres muy buena --murmuro Benjamin--. Pero no sabes nada de los detalles del hogar. Puse los ojos en blanco y deje escapar un quejido. Quise enojarme, quise sentirme ofendida. Pero no pude hacerlo ni un poquito. Tampoco pude evitar enamorarme de el. Aprendi cada detalle de el como si fuesen parte de una pintura. Desde el lunar debajo de su barbilla hasta la profundidad de su voz. El dia que nos conocimos, el habia salido con una chica por segunda vez. Una chica a la que jamas habia llamado de nuevo, a la que creyo jamas haberla visto o invitado a una cena y con la que aprendio una gran leccion. La dulce venganza de una mujer resentida. La mujer lo dejo en un cuarto de hotel, desnudo, atado a la cama y solo con el reloj para que se preparara cuando la mucama entrara y lo viera alli con una camara a un lado, una nota, y una foto de el desnudo. Rei lo suficiente como para que el tambien se riera de la desgracia que le habia pasado. Odie eso, odie caerle tan bien. Odie aquella sonrisa y aquellos gestos. Y los ame, ame todo de el. Odie que me abrazara cada vez que queria y que se parara tan cerca para leer la pantalla. Odie que me ayudara a escribir porque me resultaba cada vez mas dificil ser independiente. Depender de alguien de aquella manera... pateticamente romantico. Y ame los abrazos, calidos y llenos de afecto. Ame los juegos y las palabras aburridas que salian de su boca. Ame el orgullo que le salia por los poros cada vez que hablaba del trabajo, de alguna mujer o de un buen dia. Ame cuando bromeaba con sinonimos absurdos e inexistentes. Ame aquella sonrisa variante, aquellos ojos brillantes y aquella actitud deslumbrante. Amar y odiar al mismo tiempo las mismas cosas solo me hacian sentir confundida y nerviosa. Era una tortura eterna. Una tortura que yo misma cree.
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https://gigalibros.com/nadie-me-ofende-impunemente.html?No es demasiado temprano para beber? Uno esperaria que te contuvieras al menos hasta la cena. El hombre alzo la vista de la partida de ajedrez que se desarrollaba ante si y, al reconocer a su amigo, solto una risotada burlesca. Se recosto en la silla de madera de caoba tapizada en cuero oscuro. Sostenia en la mano una copa de absenta, un licor de sabor anisado y color verdoso que ya habia probado anteriormente, en uno de sus viajes a Francia. Se relamio los labios. --?Temprano? --pregunto despacio y arrastrando las palabras--. Nunca lo es para beber; y menos si el motivo es una celebracion --alzo la voz en el ultimo momento para que todos pudieran escucharle de nuevo. A Neil Bishop le gustaba hacerse notar y jactarse de sus victorias. Desde que se instalo en Irvine, un ano atras, sus amigos y conocidos habian comenzado a percatarse de sus alardes y gustos caros. Por ello, necesitaba una cantidad ingente de dinero que sufragase sus gastos. Esa tarde se sentia afortunado. El negocio que se traia entre manos desde hacia un tiempo comenzaba a dar sus frutos: prestar capital a nobles con problemas financieros. Su ultimo cliente, por asi decirlo, era un baron del norte de Inglaterra que habia acudido a Irvine con la unica intencion de hacer tratos con el. Tras investigar sus finanzas y su patrimonio, Neil le presto la suma requerida... Eso si, con unos intereses descomunales. No sabia como lo habia conseguido, pero el caballero habia devuelto el prestamo en solo tres meses, aumentando con ello sus riquezas. En la ultima hora, todos clientes del Milne's Inn conocian la cantidad exacta que habia ganado. Un movimiento poco inteligente, si se era consciente de las envidias que podria llegar a despertar. Sin embargo, se sentiria orgulloso de provocar semejantes sentimientos. Edwards arqueo una ceja y lo miro con aire socarron, para sentarse despues junto a el. Los otros dos hombres seguian jugando al ajedrez sin mostrar el minimo interes en la conversacion. --?Y por que sera...? --expreso muerto de curiosidad. Puesto que su amigo desconocia la noticia, era el momento de ponerle al corriente. Despues podria regodearse. --!La vida me sonrie! ?Que si no? --?Eso quiere decir que vas a invitarme a una cena? --sugirio el hombre en tono jocoso. Estaba acostumbrado al exagerado modo de actuar de Bishop, y era igual de fanfarron. Quizas por ello se llevaban tan bien--. Podriamos aderezarlo con compania femenina. Neil no tuvo tiempo de valorar la oferta de su amigo. Por su mente cruzo la imagen de una joven dama, de cabellos dorados y ojos seductores. Su rostro fino y delicado iba acompanado de un temperamental caracter que yacia escondido bajo una apariencia angelical. Era a ella a quien queria poseer, y no a una vulgar ramera. Sus gustos eran demasiado elevados como para conformarse con una simple mujerzuela. Para un dia cualquiera, tal vez, pero en aquel momento se sentia euforico. Se dijo que ya era hora de someterla a sus caprichos y hacerle tragar sus palabras de desprecio. Rehuia su presencia, apenas le dirigia la palabra y lo trataba como si no fuera un caballero lo suficientemente bueno para ella. Aunque era buen amigo de su padre y el daria por bueno un acercamiento entre ambos, ella insistia en rechazarle. Penso que con Elliot Singht en Edimburgo aquella era la ocasion perfecta para hacer una visita a la isla. No estaba ebrio; se necesitaban unas cuantas copas mas para conseguir emborracharlo y, aunque era tarde, no podrian negarle cobijo. Sonrio para sus adentros, complacido. No podia negar que la deseaba y que le hervia la sangre ante la perspectiva de tenerla. Aquella repentina idea estaba cobrando vida propia. Podia imaginarse a la dama entre sus brazos, solo para si. Le diria unas palabras bonitas y le contaria lo bien que le iba en los negocios. Eso cambiaria la opinion tan misera que tenia de el. Una vez ablandada, le seria muy facil meterse entre sus piernas. Neil decidio que aquella noche seria suya, costara lo que costara. --?Sabes que? Te invitare a una cena otro dia. --?De repente tienes mejores cosas que hacer? Aunque Edwards no parecia molesto, Bishop dedujo que le debia una explicacion. --Cierta dama me espera. De repente, estaba impaciente por volver a verla. Si todo salia segun lo esperaba, la noche seria muy larga. --?Y quien es, que te hace abandonar a tus amigos? Por una vez tuvo el buen juicio de bajar la voz y hablarle de la joven casi en confidencia. Edwards ya estaba al tanto de que ella le gustaba. Lo que le sorprendio fue la osadia de su plan. Trato de hacerle cambiar de opinion. Podia cometer una estupidez por una simple noche de placer. No era bueno aventurarse en el mar a aquellas horas, mas cuando quedaba tan poco para el anochecer y con el fuerte viento que soplaba. No logro convencerlo. Neil dejo el Milne's Inn de High Street poco despues. Se monto en un carruaje de alquiler y dio las indicaciones al cochero. --Al puerto --anuncio impaciente. A pesar de tratarse de una orden directa y sencilla, el chofer vacilo un momento. --?Algun problema?--mascullo Bishop en voz alta. No estaba de humor para que un simple cochero le planteara los mismos inconvenientes que Edwards. El sabia lo que se hacia. --No, senor --le escucho decir, dandose por satisfecho. Bajaron por Bridgegate, cruzaron el rio y se dirigieron hacia la zona de Fullarton, donde le dijo al cochero que esperara. Eran cerca de las cuatro de la tarde y el sol desaparecia tras el horizonte, aunque todavia habia suficientemente luz como para moverse con libertad. Eso si, no tenia mucho tiempo. Asi que se puso el sombrero, se subio las solapas del abrigo, largo y marron, protegiendose del frio, y fue en busca de cualquier hombre dispuesto a llevarle a la Isla de Beith a pesar del temporal. En contra de lo que habia esperado, a esas horas el puerto parecia desierto. Comenzaba a creer que tendria que volver a casa sin haber podido satisfacer sus necesidades. Estaba a punto de dar media vuelta, frustrado y todavia sin aceptar del todo una derrota, cuando se fijo en el viejo marinero que faenaba en la cubierta de un bajel. El barco de pesca era pequeno, de aproximadamente veinticinco pies, y poseia un casco poco profundo. Al parecer, dedujo Bishop, solo necesitaba de un tripulante para navegar. Neil Bishop sonrio por lo bajo. Confiaba en que aquel viejo estuviera lo bastante loco como para arriesgarse a salir en ese mismo instante. Si no era asi, tenia una formula infalible para convencerlo. *** --Sus ojos miraban fijos hacia adelante y dominaba su persona una rigidez petrea. Pero, cuando pose mi mano sobre su hombro, un fuerte estremecimiento recorrio su cuerpo; una sonrisa malsana temblo en sus labios, y vi que hablaba con un murmullo bajo, apresurado, ininteligible, como si no advirtiera mi presencia. Inclinandome sobre el, muy cerca, bebi, por fin, el horrible significado de sus palabras: ?No lo oyes? Si, yo lo oigo y lo he oido. Mucho, mucho, mucho tiempo… Muchos minutos, muchas horas, muchos dias lo he oido, pero no me atrevia… !Ah, compadeceme, misero de mi, desventurado! !No me atrevia…, no me atrevia a hablar! Ayla hizo una breve pausa para aumentar la tension dramatica que requeria el cuento. Si bien, antes de proseguir con el relato, echo un rapido vistazo a las dos mujeres que estaban sentadas en el pequeno salon. Complacida al advertir que ambas la escuchaban con atencion, repitio la ultima frase: --!No me atrevia…, no me atrevia a hablar! !La encerramos viva en la tumba! --!Jesus! --La exclamacion de la senora Davies sobrevino con la misma intensidad que un trueno en una tormenta de invierno. Ayla dejo la lectura y sonrio con benevolencia. Ella y su hermana habian decidido leer aquel libro, olvidado el ano anterior por algun invitado de su padre, descubriendo que era mas interesante de lo que habian supuesto en un principio. --?Se encuentra bien? --le pregunto a su queridisima ama de llaves; mujer de cabellos blancos y rostro afable. A pesar de su aspecto tierno y afectuoso, la senora Davies no poseia un alma endeble o impresionable; la vida le habia ensenado demasiado para eso y estaba acostumbrada a no esperar mucho de los demas. Pero con las muchachas siempre se comportaba de una manera casi maternal. En noches frias como esa, la senora Davies solia acompanarlas un rato, antes de irse a dormir. Ellas leian en voz alta mientras la mujer ocupaba el tiempo en sus bordados, como si su relacion con las jovenes fuera familiar. Ciertamente, las muchachas la querian incluso mas que a un pariente. Era una de las pocas personas a las que podian abrir su alma sin ser juzgadas con dureza. Las comprendia, toleraba sus rarezas y, a menudo, les daba consejos. Para las hermanas Singht aquella mujer era mucho mas que un ama de llaves. --Ese tipo de lectura es impropio de una dama. ?Que clase de escritor es? --pregunto la mujer con evidente indignacion, aunque sabia que las jovenes rara vez se comportaban como damas. Propiamente si lo eran; su padre habia puesto mucho interes en su educacion y contratado a las mejores institutrices. Pero a pesar de ello, el comportamiento de Cadha y Ayla distaba mucho de asemejarse a una: a menudo eran deslenguadas, insolentes, nada disciplinadas, odiaban los actos protocolarios, los cortejos, las visitas sociales y cabalgaban a horcajadas como los hombres. Ayla se encogio de hombros y examino la cubierta del libro. --Edgar Allan Poe --leyo--. No lo habia oido en mi vida. --Creo recordar, vagamente, alguna conversacion acerca de el --Cadha, la menor de las hermanas, fruncio el ceno tratando de hacer memoria--. Si, se trata de un escritor americano que por lo visto residio en Irvine... --murmuro, admitiendo que no poseia mas informacion. Si bien era el unico relato del senor Poe que caia en sus manos, estaba disfrutando tanto de la lectura como Ayla. Por lo cual le rogo: --?Proseguimos? --Creo que deberiamos dejarlo por hoy. ?No creeis?--opino el ama de llaves. --Es que quiero saber el final --protesto Cadha al tiempo que hacia un puchero que no convencio a nadie--. ?Usted no? No tenia ni idea de que fuera tan asustadiza… Ella las miro y, como siempre, termino accediendo a sus deseos. Asintio y continuo dando puntadas al bordado. Ayla retomo el relato.