• la mensajera de elphame - Jane Hormuth

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    Escocia, siglo XV.

  • La mensajera de Elphame (PHOEBE) Tapa blanda - Amazon.es

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  • La mensajera de Elphame Versión Kindle - Hormuth, Jane

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  • LA MENSAJERA DE ELPHAME | JANE HORMUTH - Casa del ...

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    2 oct 2017 — Escocia, siglo XV. Ante la imposibilidad de concebir hijos con su esposa Meribeth, Alistair Mcleod, jefe de su clan, encarga a un grupo de ...

  • jane hormuth - la mensajera de elphame - Casa del Libro

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  • Reseña: La mensajera de Elphame de Jane Hormuth - Libros ...

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    2 nov 2017 — Título: La mensajera de Elphame. Autor: Jane Hormuth. Saga: No. Género: Romántica histórica. Editorial: Phoebe. Libro en Goodreads

  • La mensajera de Elphame by Jane Hormuth - Goodreads

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    Ahora voy al libro. "La mensajera de Elphame" es un libro que ocurre en la Escocia medieval. Aila es una bruja o druida, descendiente de una gran estirpe de ...

  • LA MENSAJERA DE ELPHAME - HORMUTH JANE

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    Escocia, siglo xv.Ante la imposibilidad de concebir hijos con su esposa Meribeth, Alistair Mcleod, jefe de su clan, encarga a un grupo de guerreros, ...

  • La mensajera de Elphame - Libros De Mario

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  • LA MENSAJERA DE ELPHAME - JANE HORMUTH - Agapea

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  • Jane Hormuth - La mensajera de Elphame - El Rincón de la ...

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    Hacía ya un tiempo que no leía romántica histórica y teniendo en cuenta que los libros ambientados en Escocia me encantan, no podía dejar de leer La mensajera ...

  • Coleccion Especial Policiaca de Raul Garbantes

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  • En la mas alta torre de Marisa Ayesta

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    El rencor y las ansias de venganza se desvanecen con la fuerza del amor.

  • Asistente personal de Wilson Tovar

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    James McGregor, director ejecutivo de McGregor Industries, fallecio ayer por la noche despues de una larga batalla contra el cancer. James McGregor, de 63 anos...” Elizabeth apago la television, no podia soportar escuchar esto… Ella habia estado alli cuando sucedio, no necesitaba que se repitiera. Se sirvio otro vaso de whisky y se lo llevo a la boca con la intencion de tirarlo de una vez. Por un segundo vacilo, dudando si esta forma de duelo era una buena idea… Levanto el vaso y miro el liquido naranja que habia dentro. Suspirando al recordar la primera vez que habia bebido whisky. Habia sido con el Sr. McGregor, acababa de cerrar un trato comercial y buscaba celebrar. Abriendo el globo terraqueo en su oficina, saco una botella de whisky de 20 anos y dos vasos. Sin preguntarle si bebia algo, le sirvio un vaso. Ella se sento alli sin saber como responder cuando se lo entrego. “No se si bebes. Y no te preguntare, pero por favor brinda conmigo por el trato”. Dijo con una sonrisa amable. Ella se rio entre dientes pensando en eso. Recordando la sensacion de ardor mientras se deslizaba por su garganta haciendola toser. Desde ese momento, no habia tocado el material, hasta ahora. Agacho la cabeza y tiro el whisky por el desague de la cocina antes de irse a la cama. Una semana despues de la muerte de James McGregor, su hijo entro en su oficina. James Jr. Era un hombre bastante intimidante a su altura de 64. Entro en el edificio con su traje Armani y cruzo el pasillo a grandes zancadas. En el segundo en que su pie toco el suelo de marmol, todos se quedaron en silencio. Porque no habian visto a James Jr. en este mismo edificio en casi tres anos. La secretaria que estaba sentada detras del mostrador cogio el telefono nerviosamente y dijo: “Esta aqui”. La gente se separo mientras se dirigia al ascensor y lo subia hasta el ultimo piso. Sintio poca o ninguna emocion al salir del ascensor. En este punto, estaba solo, lejos de todas las miradas. Echo un vistazo a su alrededor, asimilando todo lo que habia cambiado. La ultima vez que estuvo aqui no habia pinturas, ni flores y, en general, no habia decoracion. Paso junto al escritorio vacio del asistente personal, notando el hecho de que estaba vacio. Habia oido hablar de la llamada asistente personal “perfecta” y esperaba que estuviera sentada alli. Cuando entro en la oficina de su padre e inmediatamente tomo el telefono. “Ven aqui, ahora”, le dijo a la secretaria del otro lado y de la linea. Natalie habia tenido miedo desde el momento en que lo vio que esto sucederia. De hecho, habia estado asustada desde el momento en que escucho que el vendria a la oficina. Habia trabajado en McGregor Industries durante los ultimos cinco anos como secretaria y en esos cinco anos habia conocido a James Jr. tres veces. La primera vez fue despues de haber trabajado alli solo durante un mes. Habia estado de fiesta en ese momento y habian aparecido fotografias en las noticias. Su padre no estaba particularmente complacido con sus acciones y lo maldijo frente a toda la oficina. La segunda vez fue mas de un ano despues, pudo ver que el habia cambiado. En lugar de sus habituales jeans y chaqueta de cuero, llevaba un chaleco con pantalones a juego. De hecho, le habian peinado el pelo y le habia desaparecido la barba incipiente. Esta vez el encuentro con su padre fue diferente. Hablaban mas como jefe y empleado que como padre e hijo. La ultima y ultima vez que lo vio fue hace poco menos de tres anos. Esta vez llevaba un traje completo. Tuvo una discusion con su padre cuando salio furioso del edificio, nadie sabia realmente de que se trataba la discusion, todo lo que sabian era que despues de eso, nunca volvio a visitar a su padre en el trabajo. Ahora estaba de vuelta otra vez. En el segundo en que lo vio entrar, supo lo que tenia que hacer. Tenia que decirle a Elizabeth que se fuera, y lo hizo. Pero tambien sabia que el querria saber donde estaba Elizabeth. Subio corriendo al ascensor y lo subio al ultimo piso. Durante el viaje, se aseguro de alisarse el vestido y arreglarse el cabello antes de que se lo quitara con calma. Casi conteniendo la respiracion, se acerco al hombre que se encontraba actualmente en la oficina de su antiguo jefe. “?Usted llamo?” Dijo de pie en la puerta que se abria. James se dio la vuelta para mirar a la mujer rubia. “?Donde esta ella?” Capitulo 1 Eran las 7 en punto cuando Elizabeth entro en la oficina. Sonriendo para si misma mientras caminaba hacia su escritorio. Casi todos los dias durante los ultimos tres anos habia entrado en esta oficina exactamente una hora antes que su jefe. Hoy, sin embargo, no sabia si veria a su ‘jefe’ en una hora. Sr. McGregor Jr. fue bastante impredecible. Ayer lo habia evitado a proposito, sintiendo que su primera vez de regreso a la oficina deberia ser sin ella. Solo habia conocido al chico una vez. Habia sido en su primer mes trabajando alli y, con toda honestidad, realmente no queria que se lo recordaran. Cerrando los ojos como para deshacerse de ese viejo recuerdo. Aunque solo conocio al chico una vez, habia leido lo suficiente sobre el como para sentir que lo conocia. De vez en cuando aparecia en una de esas revistas de chismes, siendo un idiota como de costumbre. Incluso la forma en que habia tratado a su propio padre le decia que no era bueno. Una vez que los abrio, miro el reloj y noto que eran las 7:10 am, lo que significaba que tendria que empezar. Eran las ocho en punto cuando McGregor salio del ascensor. Sus fosas nasales se llenaron de inmediato con el olor a cafe recien hecho. Miro a su alrededor tratando de localizar a la persona que lo habia elaborado, pero no encontro a nadie alli. Camino hacia la oficina y se sento detras del escritorio. Sobre la mesa del escritorio habia una taza de cafe y justo enfrente de el habia una nota. Estimado Sr. McGregor, Se espera que este en una reunion hoy en el tercer piso a las 9 en punto. Antes de eso, debera leer el documento que se encuentra a su derecha. (Miro a su derecha y vio un papel alli.) Despues de eso, tiene una cita para almorzar en el Pompadour. En cuanto a la tarde, la lectura de la ultima voluntad y testamento del Sr. McGregor se hara a las 3 pm. Saldre hoy ocupandome de varios deseos del Sr. McGregor sr. En caso de que me necesite, llame o envie un mensaje de texto al numero que figura en el reverso de este documento. Atentamente, Elizabeth Waverton PD. El cafe se hizo a las 7:57, negro sin azucar. Se burlo dando la vuelta al papel. ?Quien diablos se cree que es? Como se dice en la carta, habia un numero de telefono escrito alli, rapidamente saco su telefono e ingreso el numero. Por un momento quiso llamarla, pero luego decidio no hacerlo, en cambio, guardo el numero en su telefono y comenzo a leer el periodico. Eran alrededor de las once cuando James abandono la reunion. Sabia que despues de eso se suponia que debia ir a almorzar, pero ella no habia escrito. Asi que decidio llamarla. Tomo el ascensor hasta el ultimo piso y estaba a punto de llamar cuando la puerta se abrio y vio a una joven de cabello castano rojizo sentada detras del escritorio. Al principio penso que lo estaban ignorando cuando vio que ella estaba hablando por telefono. “Sr. Scanlon, con el debido respeto, esto fue arreglado hace meses”, dijo en un tono enojado. “No me importa, el Sr. McGregor quiere el rojo”. James la miro sorprendido por su tono de voz. Cuando la vio por primera vez, le habia parecido diferente de alguna manera, no fragil, pero tampoco como era ahora. La mujer vestia un body de color verde oscuro que supuso terminaria justo por encima de la rodilla. Llevaba pequenos pendientes de perlas y un delicado reloj en la muneca. Su cabello castano rojizo habia sido recogido en un pulcro mono en la parte superior de su cabeza. Llevaba lapiz labial rojo que parecia ser el adecuado para ella y el resto del maquillaje. Este sin duda tenia que ser la asistente personal ‘perfecta’. Siempre habia oido hablar mucho de ella a todo el mundo. La mayoria de las personas que tenian negocios con su padre, o amigos de el, conocian a la joven y todos la adoraban. Segun el mejor amigo de su padre, podia hacer una reserva en cualquier restaurante, incluso si estaba lleno. Otro de sus amigos le dijo una vez que ella podia hablar cuatro idiomas. No sabia si creia todo lo que decian sobre ella, pero ella sabia que incluso la competencia la amaba por completo. No fue hasta que estuvo de pie frente a el que se dio cuenta de que habia terminado su llamada telefonica. “Buenos dias senor.” Ella comenzo sin emocion, ni siquiera una sonrisa en su rostro. “Su cafe esta en su escritorio al igual que una copia de su horario para manana”. Dijo mientras los dos caminaban hacia su oficina. Por un momento escucho atentamente viendo de que estaba hecha, pero pronto tuvo suficiente. “?Donde estabas ayer?” Dijo interrumpiendola. “?Le ruego me disculpe?” Dijo frunciendo el ceno. “Solo pregunto esto una vez mas, ?donde estabas ayer?” Dijo constantemente enojandose. “Tuve un dia personal”. Ella respondio enderezandose. “?Un dia personal?” Se burlo, “Eres un asistente personal, ellos no tienen dias personales. Se supone que debes estar aqui en cada llamada”. “Sr. McGregor, no soy un perro faldero”. Dijo que su tono cambio ligeramente. “O creo que eso es exactamente lo que eres” comenzo, pero fue interrumpido por Elizabeth muy enojada. “!No soy un perro faldero! Y no soy su asistente personal. No sere, ni ahora ni nunca sere Tu asistente. Ya entregue hace dos semanas mi renuncia”. “?Hiciste que?” Dijo luciendo amenazador. “Me escuchaste. Al final de la semana, me ire, no te preocupes”. Dijo enderezandose el vestido. “Ahora, para volver al asunto actual. El trato con Young se ha resuelto y el Sr. Young lo ha invitado a cenar manana por la noche. En cuanto a la gala, la mayoria de las cosas estan preparadas, necesito su opinion sobre el arreglo de la reunion. Pero aparte de eso, todo esta hecho". Con eso ella comenzo a alejarse solo para darse la vuelta y decir: “Ah, y tu reserva para el almuerzo es a la 1 en punto”. Capitulo 2 James no tenia idea de como habia sabido que el Pompadour era su restaurante favorito. Tampoco sabia como se las habia arreglado para conseguirle una reserva para el almuerzo. El tampoco tenia ni idea de como sabia ella la forma en que le gustaba su cafe. Nunca habia conocido a la chica. Actualmente estaba sentado en una mesa para uno en el Pompadour esperando su almuerzo. Una parte de el todavia estaba furioso por su presentacion anterior a la Sra. Waverton. ?De donde saco ella los nervios para hablarle asi? “?Escuchaste sobre Elizabeth Waverton?” De repente escucho decir a una anciana en una mesa detras de el. “?Que quieres decir con Elenor?” Pregunto la otra dama. La curiosidad saco lo mejor de James cuando comenzo a escuchar la conversacion. “Se rumorea que va a dejar su trabajo”. Dijo Elenor. “Oh querida… Ella fue una de las mejores cosas que le ha pasado a esa empresa”. “Lo se, pero aparentemente ella no quiere trabajar para el nuevo CEO”. Ella continuo. “?Pero como llego a trabajar alli en primer lugar?” Dijo la dama que no era Elenor. “Ah, ahora que mi amigo es una historia interesante”. Elenor se rio. "Fue hace unos tres anos cuando la joven Elizabeth Waverton entro en el edificio de McGregor. En ese momento yo todavia trabajaba como la senora del cafe, llevandoselo al senor McGregor en persona. Yo estaba en el vestibulo cuando entro. Esa pobre chica parecia desesperadamente perdida mientras caminaba hacia la recepcion. Detras, sentada Natalie, por supuesto, le dijo que su entrevista de trabajo seria en el ultimo piso. Ahora Elizabeth nunca tuvo nada que ver con los negocios, ella era, oh, no se, algun tipo de cosa que no tenia nada que ver con lo corporativo. Subio a la oficina del Sr. McGregor para un trabajo totalmente diferente al que termino. Aparentemente no habia otro trabajo para ella y el Sr. McGregor dijo que necesitaba un asistente personal. Ella le dijo que no estaba hecha para esa profesion. Pero necesitaba tanto uno que le dijo que le pagaria el doble. Elenor se rio de eso. “Asi que fue entonces cuando nacio la asistente ‘perfecta'”, dijo la otra dama mientras tomaba un sorbo de te. “Oh, Dios, no querida, pasaron meses para que eso sucediera. Al principio, la pobrecita era terriblemente torpe. Nada parecia ir bien, ni se vestia y se veia como ahora. No se como”. Eso paso.” Dijo Elenor. Extrano, penso James, asi que ella no queria ser asistente personal en primer lugar… Todavia no le gustaba su actitud en absoluto. Faltaban cinco minutos para las tres cuando Elizabeth entro en la oficina del abogado del difunto Sr. McGregor. El anciano canoso levanto la vista de su escritorio y dijo: “Un poco demasiado temprano como siempre, Sra. Waverton”. Con una risa al final que se convirtio en tos. “Temprano como siempre, Sr. Jacobi.” Dijo sonriendo mientras caminaba hacia el hombre. “?Necesita ayuda con eso, senor?” Senalo la carpeta grande que estaba sobre el escritorio. “No, no, no querida, ?que clase de caballero te haria llevar eso?” Dijo dandole una sonrisa amable. Juntos hablaron y se dirigieron a la sala de conferencias mas grande donde se leeria el testamento. Fue cuando entraron cuando alguien se aclaro la garganta.

  • Catalunya para marcianos de Jaume Pi I Bofarull

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    Oriol Conill i Pi, funcionario de la Generalitat y destacado dirigente de Omnium Cultural, dicta al taxista andaluz, y por tanto charnego, Cucufato Redrojo Garcia 47 lecciones para que pueda convertirse, como desea, en un buen catalan. Con buenas dosis de cinismo, este catalan de pura cepa le cuenta al converso todos los topicos, invenciones y ensonaciones historicas en las que se basa el movimiento secesionista.
    El resultado es una critica vehemente que levantara ampollas porque cuenta hechos y usa argumentos que son considerados tabu en el mundo nacionalista y su entorno, y que tampoco suelen desplegar sus opuestos por timidez o prudencia.

  • Un Ultimo Cafe de Nahomy Rodriguez

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    Eric lo tenia todo para ser feliz. Un brillante futuro como arquitecto, una amorosa familia, leales amigos, bienestar y un sin fin de suenos en mano. Pero sumido en su orgullo e inseguridades, destruyo aquello que en algun momento del camino olvido era lo mas importante en su vida.
    Kate, cayendo en un punto sin retorno, querra cortar de raiz el dolor que sin malicia alguna se han causado. Enfrentando la dificil decision de separarse cuando, temiendo un adios cargado de rencores, Eric recurra a un ultimo cafe con la esperanza de evitar que su historia tenga un triste final.

  • Leonardo da Vinci. La biografia de Walter Isaacson

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  • Mongo Blanco de Carlos Bardem

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    Carlos Bardem vuelve a la escritura con la apasionante epopeya de un personaje real, el poderoso y legendario Mongo Blanco, en una epica y ambiciosa novela plagada de accion.

  • Los crimenes de Alicia de Guillermo Martinez

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    Oxford, 1994. La Hermandad Lewis Carroll decide publicar los diarios privados del autor de Alicia en el pais de las maravillas. Kristen Hill, una joven becaria, viaja para reunir los cuadernos originales y descubre la clave de una pagina que fue misteriosamente arrancada. Pero Kristen no logra llegar con su descubrimiento a la reunion de la Hermandad. Una serie de crimenes se desencadena con el proposito aparente de impedir, una y otra vez, que el secreto de esa pagina salga a la luz.
    ?Quien quiere matar al mensajero? ?Cual es el verdadero patron que se esconde tras esta sucesion de crimenes? ?Quien y por que esta utilizando el libro de Alicia para matar?

  • Eternamente Tygrain (Lover Tygrain Al de Kelly Dreams

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    Jasmine Mukhtar estaba convencida de que el karma la odiaba, prueba de ello era que su regreso a Bahir vino acompanado de un ataque en pleno desierto que cambio su futuro en un abrir y cerrar de ojos. De pronto se encontro luchando no solo por su vida, sino por la del principe tygrain que el destino volvio a poner en su camino y a quien habia jurado proteger.
    Sharif Al-Hanak tenia en mente dos cosas: Capturar a los bastardos que estaban sembrando el caos en las tribus del desierto y llevarlos ante la justicia. Una tarea sencilla que, sin saberlo, lo conduciria a una trampa mortal en la que no solo estaria a punto de perder la vida, sino que tambien pondria en su camino a la unica mujer a la que un tygrain no podia resistirse.
    Unidos por una promesa, un principe tygrain y su guardiana deberan poner a prueba el vinculo que los une y enfrentarse a los secretos de un pasado que nunca debio ser desenterrado.

  • Al otro lado de la pared de Laura Nuno

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    Robert Smith esta decidido a dejar atras su pasado como mercenario y emprender una nueva vida, pese a saber que, haga lo que haga, vaya donde vaya, su pasado le perseguira. Para una persona que ha visto el mal cara a cara, que esta acostumbrado a desconfiar de todo y de todos, no es facil amoldarse a una vida normal y corriente. Por mucho que lo intente, por mucho que lo desee, siempre recelara de las personas, sobre todo de cualquier muestra de gratuita generosidad. Es por ese motivo que cuando la vecina de al lado se presenta en su apartamento dandole la bienvenida con un bizcocho, no puede menos que sospechar que pertenece a un grupo del crimen organizado. A partir de ese instante centrara todos sus esfuerzos en averiguar cuanto hay de verdad en la bondad de la muchacha, y cuanto de mentira. Pero al hacerlo no contara con los sentimientos que la gitanilla despertara en el.
    Ni que debera renunciar a ellos debido a un pasado que le esta pisando los talones.

  • Amor ciego de Alina Covalschi

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    No eran amigos y tampoco novios, sino todo lo contrario. Tenian una relacion complicada y destinada al fracaso.
    Se separaron y tomaron caminos opuestos.
    Pasaron anos y el hilo invisible que los mantenia conectados se enredo y se rompio.
    Pero el primer amor nunca se olvida y siempre deja huellas imborrables.
    Angelica y Raul aprendieron que hay segundas oportunidades, y que son las definitivas.

  • El coleccionista de sonrisas de Raquel Rodrein

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    Una tranquila localidad del condado de Fife, Escocia, se convierte en el escenario de una triste tragedia que sacude a todo el pais. Dos anos mas tarde, Sam Hamilton continua sumido en una profunda depresion, ha abandonado su trabajo y logra encontrar cierto alivio a su pena a traves de la pintura. Hasta que una manana recibe una llamada que vuelve a derrumbar su mundo.
    Olivia Muriel viaja a Edimburgo con motivo de una oferta laboral y con el objetivo de cerrar un capitulo de su vida. La ruptura con Duncan Murray, el hombre por el que estuvo dispuesta a cambiarlo todo, le ha dejado un inconsolable vacio y muchas preguntas. En busqueda de respuestas empieza a escarbar en los recuerdos y descubre un pasado del hombre a quien amaba que desconocia. Frustrada ante tantas incognitas, esta dispuesta a llegar hasta el final con todo el dolor que ello conlleva.
    ?Y si la persona que amas no es quien dice ser?
    Olivia tendra que remontarse muchos anos atras para desenterrar secretos que Duncan jamas le revelo.
    Un conmovedor relato sobre esas personas que dejaron una huella en nuestras vidas y la verdad que nunca nos contaron.

  • Los millones de Santiago Lorenzo

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    La carcel de Palencia se llama La Moraleja. El nombre le hacia mucha gracia a Francisco Garcia. El resto de reclusos no entendia el chiste, porque ninguno era de Madrid. La Moraleja es uno de los barrios mas postineros de la capital. Hacia tres semanas que la sala de Modelismo Ferroviario de la prision albergaba la exposicion <>. La componian treinta y dos cuadros realizados con todo tipo de material escolar (ceras, Plastidecor, rotuladores gordos y finos, temperas Pelikan, etc.). Malos a rabiar, parecian reirse de tantos cumplidos que recibian de los visitantes, destinados a que los presos se animaran, recobraran sus puntos de autoestima y sopesaran la posibilidad de dejar de delinquir. Habia un solo oleo en la exposicion. Era distinto a todos. El cuadro representaba un reloj de pared, con sus agujas marcando las doce y siete, y debia de ser obra de algun recluso que se figuraba asi sus dias: a tiempo parado. Ocurria con el lienzo lo que a veces ocurre con cierta obra plastica de aficionados que se encuentra por bares, por domicilios particulares, por entidades de gestion: que la pintura, tras una pesima ejecucion de manual, muestra la impronta de un espiritu derruido, que lame a pincel sin vigor alguno y que, plasmando asi su cansancio desmochado, retrata la desesperacion con cruda verdad. Con mas exactitud, en definitiva, que el espabilado que durmio a pierna suelta, desayuno bien, se puso frente al caballete en soleado estudio y trazo con desparpajo su ejercicio de simulada angustia. El tio del reloj de manecillas inmoviles no estaba para explosiones de animo, y pinto un cuadro desmotivado que lo mismo daba acabar que empezar de nuevo. Retrato un objeto que no estaba en ningun sitio, como si el propio autor tampoco estuviera en lugar alguno. Un homenaje al aburrimiento que al producir tanta lastima resultaba emocionalmente mucho mas eficaz que tanta obra expuesta en galeria. El pintor habia escrito la marca Exactus en la esfera y habia titulado Sin titulo a su cuadro, que ni para denominar Reloj a su pintura reunio ganas. La idea de utilizar el infinitivo con pronombre para traer la palabra <> a la denominacion de la exposicion, con ser una baratez, habia sido muy aplaudida entre los miembros de la direccion gestora. Pero los cuadros le daban igual a todos los internos. Sin titulo, sin embargo, fascinaba a Francisco. Quien hoy, treinta y uno de julio de 1988, tenia en vilo a los dieciocho reclusos que ocupaban la sala. A las 16:56 horas, Francisco se disponia a enchufar a red la toma de corriente general de la inmensa maqueta a escala 1:87, casi como el ano en curso, que los inscritos en el Taller de Modelismo Ferroviario habian construido durante los ocho ultimos meses. Hoy estaba lista para su primer rodaje. Por aparente afan de exactitud, Francisco hizo tiempo con excusas tontas hasta que dieran las cinco en punto en su Casio de plastico: miro el oleo, comprobo que el mando estaba a cero, supuso un inaudible tic-tac al Exactus, se fue al enchufe de la pared, inserto el macho, volvio a la maqueta y acaricio el transformador general. --?Vamos o no vamos? --pregunto un preso que tenia ganas de ver biela en movimiento. --Todavia no. Se tienen que asentar las vias --mintio Francisco--. A en punto la ponemos. 2 Dos anos y medio atras, el quince de febrero de 1986, Francisco habia cumplido los veintisiete. Ya llevaba dieciseis meses bajando todas las mananas a las siete al bar CoyFer, como antes habia acudido cada dia al bar Tembleque, de la Puerta del Angel, y antes al bar Reno, en Nueva Numancia. Siempre para hacer lo mismo. Se colocaba en la barra del bar, a la altura de una baldosa con la esquina partida, y pedia un cafe con leche en vaso de cana con las palabras justas. Luego, con toda discrecion, palpaba bajo el mostrador. Si no habia tres chicles pegados, no pasaba nada. El dia que si los hubiera, sin embargo, tendria que ir a la papelera que habia enfrente del CoyFer y hurgar un poco. Alli encontraria el material explosivo y las instrucciones precisas sobre cuando, como, donde y con que fin habria de llevar a cabo aun no sabia que accion. Seria su primera intervencion directa tras anos de fisgar bajo los tableros de aglomerado de los bares de Madrid. Hoy tampoco habia chicles. Francisco era del GRAPO, grupusculo de accion armada que renqueo desde el mismo momento de su creacion en 1975. Estaba fichado por la policia, por muy corto que fuera el alcance de sus cometidos. Prestando mucha atencion y yendo sobre aviso, su foto podia localizarse en algunos carteles de ciertas comisarias de pueblo. Su cara venia en blanco y negro, y en un grupo de retratos de menor tamano que el resto. Dentro de una supuesta jerarquia de peligrosidad, Francisco jugaba en division regional. No era de extranar. Lo mas importante que le habian dejado hacer en la banda era lo de los chicles. Con eso y todo, y aunque hubiera sido destinado a actividades aun mas banales, ya no tenia forma de dar marcha atras. Aunque el apenas lo percibiera, sabia que en el GRAPO le tenian tan controlado a el como el tenia controlados los bajos de la barra del CoyFer. No se sabia cuantos miembros quedaban en la banda en 1986, no se sabe hoy, pero para Francisco la unica forma de dejarlo era morirse de viejo: porque todos seguian en busqueda y captura, y porque ningun cuadro del GRAPO (<>, los llamo un dirigente en plena negociacion con Interior) iba a permitir ventoleras de desercion. Dedicado a esta tarea de enlace, Francisco no conocia a ninguno de sus companeros. Solo a Jose Ramon Perez Marina. Perez Marina era el fundador del Grupo de Montanismo <>, en el que Francisco ingreso en 1973. Se montaba unas excursiones fenomenales. En 1979, y a instancias de Marina, Francisco ya estaba encuadrado en la estructura informativa del GRAPO. Le vio por ultima vez en 1981. De el solo sabia que continuaba en la clandestinidad, en activo, con nombre falso, y que por las tardes se dedicaba a restaurar objetos religiosos en cierta iglesia de cierta ciudad castellana. Paradero tan secreto que Francisco se borraba de la cabeza el nombre de la tal ciudad cada vez que su memoria lo escribia en su mente. El CoyFer era un ajado local de los que se llamaban <>, cuyos duenos, Fermin y Concha, no conseguian reunir fondos para emprender la reforma de la decoracion, por mas que ahorraban. Los cuatro paneles de formica gris recien instalados eran insuficientes para darle el aire limpito que ellos anhelaban. Cada silla era de una familia, y el mural que cubria la pared de barra estaba repleto de bobadas bienintencionadas: la coleccion de llaveros, el poster del perro disfrazado de camarero con gafas de Blues Brothers, el bote de propinas que regalaba Canada Dry, la garrota CONTRA MOROSOS y mucha grasa por las paredes. A las siete de la manana lo ocupaba parroquia trabajadora, que ya empezaba a traer el bocadillo del almuerzo en papel Albal (lujo poco antes impensable). Se bebia mucho solysombra y un mejunje que habian puesto de moda los trabajadores de la subestacion electrica de Tetuan: el trifasico, a base de gaseosa, ginebra y chinchon, tres bebidas blancas como los enchufes de la pared. El CoyFer olia a bar espanol, un aroma que ni cambia ni remite, asi pasen las decadas. Quedaba en el cruce de las calles Bardala y Platano, en pleno barrio de la Ventilla. En 1982, el gobierno municipal de Tierno Galvan habia aprobado el plan para borrar la barriada con una goma y edificarlo todo de nuevo sobre su misma planta. No obstante, eran aun muy pocas las transformaciones operadas en ese nucleo de aluvion noroccidental en el que los emigrantes del cuadrante noroccidental de la peninsula (Madrid detiene a sus oleadas humanas en el punto al que arriban) se construyeron a mano sus propias vivienditas. Asi que la Ventilla aun se parecia mucho a como fue concebido por sus improvisados creadores, que no la concibieron de ninguna manera. Lo que nunca ha cambiado en el barrio es la triste emocion de sus vacios. Nunca hay nadie por la calle, como si hubieran arrojado esa bomba de neutrones que acaba con las poblaciones pero que respeta los edificios que ya no van a cobijar a nadie. En el CoyFer, la conversacion apenas abandonaba el genero de la tarugada, a base de exponer tenues sandeces para confirmar que no se esta solo (<>, <>, <>, etc.). Francisco, por el contrario, no hablaba con nadie. Obligado a mantener su clandestinidad a toda costa, evitaba los intentos de Fermin y de Concha por resultar amigables con un cliente que, aparte de ser tan fiel, parecia tan pesaroso. Era violento negarse a ellos, porque ambos se comportaban con una bonhomia tan bien sopesada y con unos deseos de agradar tan exactamente amables que daba mucha lastima rehusar sus atenciones. Francisco envidiaba a quien podia permitirse el lujo del comentario bobalan, mananero y trabajador. Pero no le quedaba mas remedio que beberse rapidamente el cafe fortisimo e irse luego con un pobre y corroido <> (<>). Vivia a doscientos dieciocho pasos del CoyFer, en el primero derecha del numero 26 de la calle Santa Valentina. Era un edificio de dos plantas, con una puerta a calle sin cerradura y en el que el era el unico vecino. Bajo la barra del bar Tembleque, su anterior observatorio, encontro un dia, menudo susto al palpar, un sobre con la direccion y la llave de la nueva guarida a la que le mandaban. Ya sabia lo que tenia que hacer. Cogio sus cuatro cosas de la casa baja de Puerta del Angel y se mudo esa misma tarde. En un vaso de la cocina encontro su nuevo destino de vigilancia (el CoyFer) con los datos sobre horas, dias y papeleras. Nunca se entero de quien era el propietario del inmueble. Seria de alguien del GRAPO. O quiza es que sencillamente el dueno no era nadie, porque toda su vida estaba llena de nadies. Nadie dejaba los chicles y, si un dia aparecieran, nadie los habria puesto alli. La casa era una cochambre. Pero para Francisco, que paso la adolescencia preguntandose de donde iba a sacar el para una vivienda, era mucho mas de lo que habia esperado jamas de la vida. Estaba desconchada y remendada, repintada, recompuesta y amarillenta. Cuando Francisco llego a instalarse encontro los escasisimos enseres del piso recubiertos de esa mugre a la que ya no se vence, porque esta hecha de tiempo y no hay detergente que la disuelva. Pero a base de frotar con el aguarras industrial que encontro en las basuras de un taller de maquinaria, los muebles no daban demasiado asco. Todos eran de cocina, en cualquiera de las cuatro estancias de la casa. En el salon habia una alacena mural de melanina, de extranas formas abombadas. Alli tenia Francisco sus siete libros: uno de Pearl S. Buck; Cinco semanas en globo, en Editorial Molino; Hechos que conmovieron al mundo; el finalista del Planeta 1965; Historia universal 3.o BUP; Otelo, de Guillermo (sic) Shakespeare; y el catalogo de juguetes de El Corte Ingles de 1971. Todos forrados con papel de periodico. Habia expuesto su medalla de montanismo de 1975 sobre un pequeno atril hecho con pinzas de la ropa y guardaba en un cajon la navajita de cortar el chorizo de las excursiones de entonces. El resto de los objetos de la alacena (dos ceniceros de loza con la inscripcion <>, un reloj que metia mucho ruido, la cabeza de un caballo de plastico y una moneda de cincuenta centimos) ya estaban en la casa cuando el llego. Habia ademas una mesa de lamina imitando madera de algo, un sofa de gomaespuma, tapado con un cobertor morado, una tele en la que no se distinguian las figuras, porque en el edificio no habia antena, un transistor que si se oia y un video Betamax al que no habia que echar de comer. En la cocina fue donde el habitante mas froto con la parte verde del estropajo. Como no habia quemadores con que usarla, la bombona de butano le servia como mueble auxiliar (colgando las bolsas de las asas y del pitorro). Cocinaba con un infiernillo electrico de resistencia, de los que en 1986 ya estaban prohibidos por la querencia que mostraba el rojo vivo a contagiar su fuego a los cortinajes y a las faldillas adyacentes. Su banera no tenia ducha, pero se habia fabricado una con la goma de la bombona y un bote de suavizante calado como un colador, que podia coger por su asa para restituir el efecto de telefono. Se habia hecho unas cortinas de bano con unas bolsas de basura de comunidad, de un negro satinado que creaba una extrana sensacion luminica a la hora del aseo completo. Habia reforzado la banda superior con cinta aislante, y la habia perforado pinchando con un boli para insertar las anillas de las que colgaba. Pegandoles una base a los cartoncillos de los rollos de papel de vater usado, Francisco se habia compuesto un cubilete para lapices, un costurero y un simpatico tirador de sentido alusivo para la cadena de la cisterna (que no era cadena sino cordel). La casa estaba repleta de utiles como estos, lo suficientemente pueriles y pobres como para llamarlos <>. La mitad de los cierres de sus armarios estaban descoyuntados, pero mantenia las puertas en su sitio a base de tiras de celo. Francisco trabajaba en una decrepita nave de seiscientos metros cuadrados en la calle de Miramelindos, levantada en un descampado hoy urbanizado y en la que el laboraba solo, de ocho de la manana hasta que quisiera irse, segun tarea. Se colocaba ante una inmensa maquina de coser industrial y se dedicaba a fijar las etiquetas falsas de Benetton que fabricaban en un taller de Tarancon (Cuenca) en el cuello de las camisetas falsas que fabricaban en una nave de San Fernando (Cadiz). Luego las doblaba y las iba metiendo en bolsas de celofan. Cobraba cuatro pesetas por cada prenda apanada, y dejaba listas ciento sesenta o ciento setenta por jornada.

  • Antologia de relatos romanticos de

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  • Mademoiselle Coco. y la pasion por el numero 5 de Michelle Marly

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    Una novela que no solo revela el significado del mitico Chanel no5, sino que muestra a una mujer sensible, apasionada y generosa. Por sus paginas desfilan sus grandes amigos y amores, personajes reales como Picasso y Stravinski, y la esencia de ciudades como Paris o Venecia. Paris, 1919. La ciudad se ha rendido a los disenos de Gabrielle <> Chanel.Su moda es revolucionaria y su creadora se ha convertido en un simbolo de elegancia. Pero cuando su gran amor muere en un accidente automovilistico, Coco se derrumba y tiene la sensacion de que su propia vida se ha terminado. Solo la idea de crear un perfume unico que inmortalice su amor logra sacarla de un estado de profunda tristeza. Mientras busca la esencia perfecta, visita Venecia, donde conoce a Dimitri Romanov y la historia del perfume de Catalina la Grande. Un viaje que marcara un antes y un despues en la vida de Coco.

  • Todo esta muy oscuro (Las doce puertas 3) de Vicente Raga

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    ?Te atreves a entrar en el universo de Las doce Puertas? Piensalo bien porque te costara salir.

  • Terelu Campos. Frente al espejo de Teresa Viejo Jimenez

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    Con prologo de Raphael y fotografias ineditas, Frente al espejo recoge las memorias y confesiones de Terelu Campos.

  • Mentiras ocultas de Joanna Wayne

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    Una sucesion de asesinatos habian vuelto a unir al detective de homicidios Dallas Mitchell con la mujer a la que llevaba anos intentando olvidar. Despues de tanto tiempo, entre ellos seguia habiendo mucha pasion contenida. Pero esa vez la pasion era demasiado peligrosa, ya que Nicole Lancaster era ahora una mujer casada, y Dallas era un policia intentando atrapar al peor asesino en serie que habia habido en Louisiana, un hombre que podria ser precisamente el marido de Nicole…

  • A la orilla del rio de Robyn Carr

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    Los habitantes del tranquilo pueblo de Grace Valley eran como una gran familia… y a todos les encantaba meterse en los asuntos ajenos.

  • El ultimo caso de Philip Trent de E. C. Bentley

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    <>.
    DOROTHY L. SAYERS

  • Cuando es real de Erin Watt

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    Fiestas, riqueza, fama y una historia de amor digna de Hollywood

  • Delirando contigo de Irina Cristina Cretu

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    Ella es una bailarina con mucho arte. solo con ponerse de puntillas y hacer sus piruetas a su alrededor todo se calma, aunque detras de su hermosa sonrisa hay un dolor insoportable. Escondida en sus propios pensamientos y con un pasado alborotado se decide a seguir el consejo de su mejor amiga y esta decision hace que por un tiempo sus penas se suavicen. Con un solo click en su portatil, conoce al hombre que le ensena a delirar en su propio mundo. Viven una vida llena de inseguridades, confusiones y secretos, pero con un simple roce entre sus miradas, aprenden a perdonar lo que parece imposible. Cambian el odio por el amor, las lagrimas por sonrisas, y construyen su propio cuento voluptuoso, sensual. Sin embargo, ?conseguiran que el destino permita un final feliz para los dos?

  • La promesa de Helena. Bilogia completa de Chloe Santana

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    Helena era una experta en llegar tarde. Nadie la creeria por mucho que ella dijera que no lo hacia a proposito. La realidad era que siempre le surgian contratiempos que la ralentizaban en contra de su voluntad. Por ejemplo, aquella manana habia sido bastante precavida al despertarse con dos horas de antelacion. Le habia dado tiempo a darse una ducha larga, pelearse un buen rato con el armario hasta escoger el jersey azul cielo que segun su madre hacia juego con sus ojos, desayunar un bol de cereales e incluso se habia acordado de ordenar la habitacion para causarle una buena impresion a su companera. Para ella tenia mucho merito porque era un desastre con patas (o eso afirmaba su padre). Pero la vida constantemente la bendecia, notese la ironia, con percances que la retardaban. Y esa manana no contaba con aquella anciana de la parada del autobus que estaba visiblemente desorientada. Si Helena hubiera sido otra clase de persona, se habria limitado a esperar el bus como el resto de los pasajeros. Pero Helena era una mujer empatica por naturaleza y siempre tenia una sonrisa para todo el mundo. Como decia su abuelo: <>. Ella creia en los pequenos gestos y la habian educado para ser amable con los demas, asi que se intereso por la octogenaria y descubrio que se habia equivocado de parada. Ni corta ni perezosa, se subio con ella en un autobus que la alejaba de su destino y le indico cual era la parada correcta. Al fin y al cabo, le hubiera gustado que alguien hiciera lo mismo por su abuelo. ?Por que la gente iba a lo suyo en un mundo que giraba demasiado deprisa? No pudo responderse a si misma porque le sucedio lo de siempre: llegaba tarde. Habia vuelto a confiarse y su buena voluntad le habia jugado una mala pasada. Era su primer dia en la universidad. Se habia matriculado en humanidades en la universidad de Chicago con la intencion de graduarse en periodismo. O quiza en escritura creativa. Aunque Lengua y literatura inglesa le ofrecia bastantes posibilidades en el mercado laboral. Todavia no lo tenia claro pero sabia que su gran pasion eran los libros. Y como llegase tarde a aquella primera clase tendria un inicio academico de lo mas catastrofico. Corrio a toda prisa por los pasillos de la universidad mientras buscaba su aula. Ademas de ser impuntual era despistada. La clase de persona que olvidaba donde habia dejado las llaves de casa e ignoraba que su clase de literatura universal se encontraba en el edificio anexo. Le costo diez minutos y preguntar a un monton de alumnos dar con el sitio exacto. Estaba empapada en sudor y tenia la respiracion acelerada cuando llego al aula magna. Sentia tal euforia que abrio la puerta de par en par y todos se volvieron hacia ella. Por lo visto habia hecho un poco de ruido. Trago con dificultad e intento mimetizarse con la pared, pero su maldito jersey celeste resaltaba demasiado sobre el muro de hormigon blanco. ?Algo que Helena no soportase? Ser el centro de atencion. Ella preferia ir a lo suyo porque pensaba que destacar solo le traia problemas a una chica que habia sido bendecida con una belleza de la que no se sentia orgullosa. Apreto la carpeta contra el pecho y deseo ser invisible. Centenares de ojos se posaron en ella mientras subia las escaleras con la cabeza gacha y la intencion de ocultarse en el fondo del aula. --Empezaremos la clase cuando la senorita impuntual se siente. Tranquila, no tenemos prisa. Si Victor Hugo tardo diecisiete anos en escribir Los miserables, nosotros podemos esperar unos minutos a que usted le apetezca escoger un asiento --la autoritaria voz del profesor de literatura universal arranco las risas maliciosas de un punado de alumnos. <>. Un calor abrasador le subio por las mejillas cuando todo el mundo empezo a mirarla. Algunos lo hacian con cierta compasion y otros con impaciencia. Hubo cuchicheos y miradas de desaprobacion. Seguro que pensaban que a la rubia tonta le encantaba llamar la atencion --para su desgracia, era la imagen que solia provocar en los demas--. Se sento en el primer asiento libre. Le temblaban las piernas y el corazon se le iba a salir del pecho por culpa de la carrera y la verguenza. --Menos mal. Ha tardado lo suyo. Esperemos que no sea igual de lenta para todo... --la broma de mal gusto del profesor la obligo a mirarlo a la cara para encajar el golpe. Era un hombre alto, canoso y de mirada desabrida. Tres segundos en clase y ya se habia ganado su antipatia--. Muy bien, senorita... --Helena Jones --su voz sono estrangulada. --Senorita Jones, ya que ha interrumpido mi clase, no le importara hacer la introduccion del primer epigrafe del temario sobre Los origenes de la literatura. La escuchamos. <>. A Helena le empezaron a sudar las manos. ?Una exposicion sobre Los origenes de la literatura? Si ni siquiera le habia dado tiempo a comprar el libro. Pensaba hacerlo aquella misma tarde porque ayer su prima Martha la llamo llorando desconsolada porque su novio habia roto con ella y claro, ?como iba a decirle que no podia escucharla porque tenia que ir a la libreria? Ante todo, Helena era impuntual y buena amiga. --Yo... esto... Senor... --intento recordar el nombre del profesor. Uf, se estaba luciendo. Ademas de impuntual y buena amiga, tenia memoria de pez. ?Como se llamaba el profesor de introduccion a la literatura universal? Recordaba haber leido su nombre en aquel temario que se habia manchado de cafe cuando se quedo dormida viendo por enesima vez Pretty Woman. La culpa de todo la tenia Richard Gere--. Disculpe, Senor... El profesor le dedico una mirada irritada. --Ya se que no soy Shakespeare, pero no le vendria mal aprenderse mi nombre. Mas risas maliciosas. Se acababa de labrar una reputacion de imbecil que la perseguiria durante todo el curso. Que bien empezaba. --Llega tarde, no se sabe el temario y desconoce el nombre del profesor. En lugar de haberse matriculado en la universidad, deberia volver a prescolar para que le ensenaran las nociones basicas sobre como comportarse en publico. Helena noto como todo el peso de la verguenza caia sobre sus hombros. A partir de ahi, la clase fue a peor. El Senor Foster, que asi se llamaba el susodicho, no dejo pasar la oportunidad de ridiculizarla cada vez que explicaba algun tema. <> <> <> Helena se sintio tan humillada que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no echarse a llorar o huir de la clase. El profesor habia encontrado al blanco perfecto de sus burlas y por lo visto no iba a soltarlo. Hasta que una voz masculina y socarrona se impuso entre las risas de sus companeros: --Yo tampoco lo se. El senor Foster levanto la cabeza del libro y busco al propietario de aquella voz masculina tan energica. --?Disculpe? --Josh Sackler --dijo con orgullo el alumno--. Le decia que yo tampoco se la diferencia entre la lirica renacentista y el petrarquismo. No tengo nada en contra de la senorita Jones, pero me parece fatal que monopolice la clase. Si va a darle clases particulares a la senorita Jones, tambien me apunto. He notado que tiene cierta predileccion por ella y no soporto los tratos de favor. Tampoco iba a desperdiciar la oportunidad de hacerme notar, para que mentir. --todo el mundo se volvio hacia el con los ojos abiertos de par en par. Helena lo miro entre sorprendida y aliviada por dejar de ser el centro de atencion--. Por cierto, esta noche doy una fiesta y estais todos invitados. Quiza no sea tan interesante como esta apasionante clase de literatura, pero nos merecemos disfrutar de una buena juerga antes de que la presion academica nos asfixie. Al Senor Foster se le cambio la expresion. Arrugo la frente y puso mala cara cuando la mitad de la clase rio las gracias de aquel joven. A Helena no le paso desapercibida la seguridad que desprendia. A diferencia de ella, estaba encantado siendo el protagonista. De lejos pudo apreciar que era la clase de universitario atractivo y descarado que tendria bastantes admiradoras. --En fin, ya tenemos al gracioso de turno. No sera el mas listo de la clase pero seguro que es el alma de la fiesta. Gracias por su intervencion, Senor Sackler. --De nada, Senor Foster Hizo una reverencia antes de sentarse y casi toda la clase se partio de risa. Menos ella. Estaba demasiado abochornada para sonreir. Se paso el resto del tiempo tomando apuntes para ponerse al dia, mientras se juraba que aquella misma tarde iria a la biblioteca para pedir prestado el libro y enterraria la cabeza dentro hasta absorber todo el temario. Asi le demostraria al Senor Foster que no era una completa idiota. Cuando la clase termino, busco a su salvador para darle las gracias. Era lo minimo que podia hacer porque habia sido el unico que le habia echado un cable. Los demas se limitaron a mirar para otro lado, agradecidos de no ser ella, o a reirse en voz alta de su mala suerte. Josh estaba de espaldas y charlaba animadamente con un grupo bastante numeroso de alumnos. Parecia el lider, algo impropio de un alumno de primero. A lo mejor no habia sido tan desinteresado como ella pensaba y habia montado aquel numerito para destacar. A partir de ahora seria conocido como aquel alumno de primero que se habia atrevido a contradecir en publico a un profesor. Todos hablarian de el. <>. --Hola. Helena tuvo que levantar la voz para hacerse notar. El estaba demasiado encantado pavoneandose delante de un par de chicas que la miraron con fastidio cuando ella le toco el brazo. Josh se volvio hacia ella con una amplia sonrisa que se ensancho cuando la reconocio. No era atractivo, era guapisimo. De pelo negro, ojos verdes y piel tostada por el sol. Intento adivinar de que parte de Estados Unidos seria antes de que el hablase. --Hola, senorita Jones. Del sur. California, Los Angeles, Arizona... tal vez Texas. --Hola, senor Sackler --le siguio el juego--. Solo queria que supieras que agradezco mucho lo que has hecho por mi. Te debo una. El la miro con interes y ella capto la clase de mirada que le dedicaba. Solia provocar aquel efecto en los hombres. Lo odiaba. Cuando eras guapa los demas siempre sacaban conclusiones precipitadas y creian conocerte. Lo que veian era el envoltorio, pero el envoltorio jamas definia quien eras. --Hecho. Ven esta noche a la fiesta que se celebra en mi fraternidad. Asi estaremos en paz. <>. Helena sabia como quitarse de encima a aquella clase de tipos. Se haria la tonta, que era lo que esperaban de ella, y luego le diria lo que queria oir. Era la unica estrategia para salir airosa de la situacion. --Pues... no se. La verdad es que todavia tengo que instalarme y hacer algunas compras de ultima hora. --Me gustaria mucho que vinieras --el insistio con una seguridad que la arroyo. Estaba convencido de que ella daria su brazo a torcer. Era muy predecible. --Me lo pensare --respondio, y se aparto el pelo de la cara para demostrar unos nervios que no sentia. Tenia ganas de quedarse a solas y llorar sobre la almohada por lo sucedido con su profesor. Pero debia provocar la impresion equivocada si queria quitarselo de encima. En la vida se habia topado con suficientes Josh Sackler para saber como actuar--. Sera mejor que me vaya. Tengo clase y no quiero llegar tarde. Otra vez. --Adios, senorita Jones. A ella le gusto su voz. Suave, confiada y varonil. Le ofrecio una media sonrisa y se alejo a paso ligero. El resto del dia transcurrio con normalidad. Llego puntual a todas las clases, fue a la biblioteca y consiguio el ultimo manual de literatura universal y ceno un sandwich de queso mientras leia Desesperacion. Lo habia escrito Vladimir Nabokov y se quedo dormida con la intencion de demostrarle al Senor Foster que no era una estupida. No fue a la fiesta. 1 En un recondito lugar de Texas. Presente. Mantengo la mano izquierda sobre el volante e intento cambiar de emisora de radio con la derecha. Me doy por vencida cuando lo unico que logro sintonizar es una emisora local de musica country. Odio la musica country. Yo soy mas de Adele, Sia o Dua Lipa. Bajo el volumen pero la dejo encendida. Llevo casi cuatro horas al volante y no quiero quedarme dormida. El sol de principios de marzo se refleja en el parabrisas delantero y tengo ganas de echar una cabezadita. No soy una imprudente, pero quien habria imaginado que lo unico que veria durante cientos de kilometros serian surtidores abandonados, una carretera eterna y un horizonte de pastos dorados. Menos mal que llene el deposito hace cuatro horas, porque de lo contrario no se que habria sido de mi. El gps del movil me ha abandonado y mi unica guia es un mapa anticuado que adquiri en la gasolinera por cuatro dolares. La semana pasada estaba convencida de que mi vida no podia ir a peor. Arruinada, sola, con una excedencia y amargada. Entonces tome la decision de embarcarme en esta locura de viaje con la intencion de revertir mi situacion. Me dije: <>, pero como diria Murphy: <>. Y ahora cabe la posibilidad de que me quede sin gasolina y deambule deshidratada por una carretera solitaria hasta desmayarme de agotamiento y ser devorada por los buitres. Menudo final tan patetico. Tengo ganas de gritar, pero en lugar de ello subo el volumen cuando suena una cancion decente. Shania Twain canta que se siente como una mujer y que va a salir de fiesta. Mi fiesta perfecta seria encontrar una habitacion de hotel decente y darme una ducha de agua fria. El aire acondicionado del coche que he alquilado no funciona --un detalle sin importancia que se le olvido comentar al de la agencia--, y fuera hace tanto calor que sospecho que en el asfalto podria freirse un huevo. Aunque llamar <> a un camino polvoriento y lleno de baches es ser demasiado considerada. Bajo la ventanilla para refrescarme y me veo obligada a subirla cuando el interior del vehiculo se llena de un polvo amarillento y denso que esta a punto de asfixiarme. Me entra un ataque de tos y los ojos se me llenan de lagrimas. Odio la musica country. Odio los viajes largos. Odio Texas. Es la primera vez que estoy aqui y ya me he labrado una opinion precipitada. Texas representa todo lo que aborrezco. Es el segundo estado mas grande de Estados Unidos por detras de Alaska. Supera el indice promedio nacional de la tasa de criminalidad y la mitad de las ejecuciones del pais tienen lugar aqui. Es un bastion republicano y hace mas de medio siglo que en Texas no gana ningun candidato democrata --concretamente desde Jimmy Carter--. Kennedy fue asesinado en Dallas y es el estado con un mayor numero de armas de fuego registradas ademas de ser la cuna de la cultura cowboy, el petroleo y las minas de carbon. Para una democrata contraria a la pena capital, vegetariana y ecologista, es algo asi como el paraiso. Notese la ironia. Sin embargo, nadie pudo quitarme la idea de la cabeza cuando decidi emprender este viaje. Ni siquiera mama y sus: <>. O Penny y sus: <>. Si, las dos tenian razon. Este ultimo ano me ha hecho perder el juicio y sentirme tremendamente culpable. Por eso estoy aqui. En un intento desesperado por solucionar mis problemas y cumplir una promesa. Quiza de paso mi vida cobre ese sentido que perdio hace quince meses.

  • Un asesino tras la pantalla de Gabriel Azores

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    ==>Ha nacido una nueva forma de matar.
    ==>No hay pistas solidas que seguir, tan solo dados de la empresa Q-Workshop con los que crea el terror.
    ==>Es meticuloso, paciente, detallista, inteligente y no sigue pautas.
    ==>La detective Cora Felton Kailani tiene una teoria sobre esos asesinatos.
    ==>Suman ya 19 muertes y creciendo.
    ==>El asesino puede que trabaje solo, o puede que no.
    ==>La alcaldesa de Baltimore prioriza este caso por encima de todos los demas.
    ==>Hay un perfil entre todas las victimas...pero no es suficiente.

  • Sexo en Fantasia de Gema Perez

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    Hechizada por el Elfo Oscuro: Romance Paranormal y Fantasia Oscura
    Nueva York es la “ciudad que nunca duerme”.
    Pero en las sombras es mucho mas que eso.
    Todos piensan que llevo una vida normal.

  • El pasado que nos une (Tiempo 1) de Ailina Shebelle

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    Joel Hunt odia el tabaco y se siente perdido. Lleva siete anos sin pisar Telluride, el lugar que lo vio nacer y crecer. Se niega a volver debido a los sucesos que alli acontecieron, pero algo lo obligara. No sabe como actuar con las personas que lo apoyaron y quisieron durante su infancia. Es consciente de que debe muchas explicaciones y, aunque no se siente preparado para darlas, tendra que afrontar el hecho de que, a pesar del tiempo, sigue enamorado de Mandy.
    Mandy Brown es una chica que lucha contra las adversidades de la vida que amenazan con frenar sus suenos. Pinta cuadros llenos de luces y sombras, adora el chocolate caliente con nubecitas y contar las estrellas fluorescentes del techo de su habitacion. Y, por mucho que le duela, sigue enamorada de Joel .
    Aunque el pasado aprieta y ahoga en ocasiones, ambos encontraran la forma de llegar el uno al otro para construir un futuro juntos, mientras las pesadillas mas temidas de Joel vuelven para desestabilizarlo todo.
    El pasado que nos une es una historia sobre como el amor nos hace fuertes para superar el miedo, repleta de sentimientos a flor de piel y con un mensaje claro: el destino esta escrito en las estrellas.

  • El sueno de Agnodice (La medica de las mujeres 1) de Rosaura Hernandez Soto

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    Siglo III a. C. Un sueno imposible para una mujer; una mujer que no conoce el significado de la palabra imposible.

  • Mickey Mouse era traficante de armas de Ulises Novo de

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    Estas muerto. Lo se porque yo te mate. Hay acciones de las que no me siento orgullosa, pero de esa en concreto si lo estoy. Aprendi mas rapido de lo que mi padre creia. Y ahora que me han encerrado, presiento que la vida va a pasar demasiado lenta. Pero es el precio del orgullo y no me arrepiento, Mike. Mucha gente opinara que alguien tan joven como tu no deberia haber muerto. Sin embargo, esa gente, que no se calla ni debajo del agua, desconoce que hay demasiada gente joven que muere todos los dias: en accidentes de trafico, en las salas de urgencias, infartados por clembuterol de gimnasio, en plantas de Oncologia o esnifando coca. Hay una lista interminable de formas de morir entre los adolescentes. Ya no soy tan joven. He cumplido los cuarenta y dos. Cuando dispare contra tu cara, aun no teniamos los veinte. No puedo olvidarme de la oscuridad, de la oscuridad de aquella noche frente al estanque. Era una oscuridad plateada, aunque no hubiese luna llena. Asombroso. Estabas mas contento que otras noches. Quizas porque habias bebido ginebra, quizas porque pensabas que al fin iba a dejar que me follaras. Pero no. Yo se por que estabas feliz. Porque precisamente no ibas a hacerlo. Porque aquella noche iba a ser la ultima de todas. Porque una voz en tu interior no cesaba de aconsejarte que me dejaras. Un sexto sentido insistia en que alguien como yo podia ser, a largo plazo, un peligro para ti. Sin embargo, yo me adelante a la jugada y no pudiste exhibirte ante mi como la verdadera criatura que eras, un mentiroso, el comienzo de un hombre que no hara feliz a las mujeres. No sabias follar, enterate. Se veia en tus ojos y en aquella estupida sonrisa de simio que logre borrarte con facilidad. Tenia que haberlo hecho antes, Mike. Tenia que haberte asesinado mucho antes. Que sutil es la palabra "asesinar". "Matar" es una palabra mas rotunda. Este verbo contiene un sentido mitico. Parece que proviene de una expresion persa: "Shat mat". "El rey ha muerto". Si, Mike, el rey ha muerto, aunque fueses tan solo un esclavo de aquella oscuridad que nos cernia y que a mi me protegio, incluso mucho despues de apretar el gatillo. 2 Si alguien desaparece, lo hace por alguna razon. Vaciaron mi mochila, la roja, la que mas te gustaba, porque detestabas la primera, la que me regalo mama antes de que me acompanaras a todas partes. Para que veas que todavia te tengo aprecio, Mike. Conservo cosas que pertenecen a esa epoca que pase contigo. Lo se. Eramos unos ninatos. Ultimo curso de instituto en el que alguien como yo no podia pasar desapercibida. Buen culo. Buenas tetas. Y varias camisetas ajustadas en las que podias leer frases tan provocativas como sinceras, las mas sinceras que he leido en mi vida. El jodido Mr. Wonderful deberia tomar nota: "Soy virgen, te lo juro por mis hijos" o "Gracias, papa, por no usar preservativo". Hay objetos que definen epocas de tu vida, pero, en mi caso, encuentro que algunos me ayudan a recordar emociones concretas, franjas de un dia cualquiera, un momento preciso, tan preciso que presiento que no es nada bueno regresar a el una y otra vez. Pero esa noche, Mike, no solo fui yo, sino que los dos hicimos algo grande. El merito de mi transformacion tambien es tuyo. 3 Cuando le compre el arma al tipo, fue un momento preciso. Y obsceno. En su origen, "obsceno" significaba "contra la escena". "Obscenus" proviene de "ob" (contra) y "scenus" (escena), es decir, aquello que no se muestra en el teatro, sino solo en la realidad. Y el hecho de matarte fue real. No se pudo fingir. No voy a esconderme ahora que tengo la oportunidad de no callar. No me han obligado a callar, salvo en los pasillos y en el comedor donde todas parecemos reses de una misma manada. Agachamos la cabeza y engullimos mecanicamente. Y nos miramos con la intencion de demostrarnos que una celda y un equipo de funcionarias con rifle no son suficientes para que suspiremos por matarnos; si, eso es, matarnos en una orgia con cortes letales y breves martillazos en las partes mas blandas de nuestros cuerpos. Me apetece escribir y llamar a las cosas por su nombre, u omitir esos otros momentos en los que fingi ser feliz contigo, o con aquellos otros que me follaron dentro de un coche, o con aquella imbecil de companera de clase que devoraba una y otra vez la novela AFTER, y vomitaba despues del almuerzo por temor a que su peso aumentara y fuese una chica corriente mas entre nosotras. ?Sabes que? Nos encerrabamos en el aseo y, antes de dejar que ella lo hiciese, nos besabamos. Un ritual estupido. ?Acaso todos los rituales no lo son? Yo nunca vomite con ella, aunque he de reconocer que experimentaba una especie de euforia al comprobar como se provocaba las arcadas para regurgitar un pellizco de donut que habia ingerido media hora antes. Curioso mundo donde, para muchas mujeres, la celulitis puede ser una condena mayor que hibernar en el corredor de la muerte. Era confortable, incluso, que alguien fuese feliz en su propia derrota. Para ella, la inmortalidad era eso, era una manera de distinguirse de las demas. En tu caso, Mike, yo preferi volarte la cabeza. Sobre gustos hay mucho escrito afortunadamente. Una vez me confeso que tenia miedo, no a que la descubriesen, sino miedo a mi, a que nada de aquello me estuviese perjudicando. Se habia percatado de que yo disfrutaba con aquella escena, llena de un ridiculo dramatismo. Pero, como le gustaba besarme, preferia no buscar ningun tipo de conflicto conmigo. Tenia razones quiza para no confiar demasiado en mi. Sin embargo, aquella gilipollas lo tenia claro. Si alguien sabe guardar un secreto, era yo, porque yo tampoco era una mas en aquel rebano de pijas y adictas a las unas de porcelana. Porque, en el fondo, ella tenia la esperanza de que, en algun momento, yo me afiliaria a su club de anorexicas purgativas y entonces, !oh, milagro!, vomitariamos juntas en el mismo urinario, o en el mismo parque publico, donde esas madres, adictas a los ansioliticos y a asistir a funerales ajenos, cuidan de su prole como mejor podian. O vomitariamos dentro de los garajes de esos apartamentos de lujos, o sobre el capo de esos coches tan caros de la Rayant's Corner, o sobre su tapiceria de vinilo, que una doncella, madre de dos hijos y con una casa embargada en Nuevo Mexico, limpiaria de rodillas, con el mismo teson que se la chupo a uno de los policias que viso sus papeles para entrar legalmente en este pais. Los impuestos y una osteoporosis sin diagnosticar la haran anicos. O vomitariamos en el patio del instituto, en ese enorme patio con dos pistas para jugar al baloncesto, donde te presentaste como Mike, aunque te llamaras en realidad Gustavo, o Pedro, o Carlos. ?Que poco importa eso ahora, verdad? Para mi, eras Mike y siempre seras Mike. Un nombre corriente. Me moleste en buscarlo. "Mike" esta clasificado en la sexta posicion de los nombres mas usados. Se estima que existen por lo menos quince millones de personas en el mundo que han recibido ese nombre este ultimo ano, lo que representa el 0.208% de la poblacion actual. El nombre de Mike esta compuesto, ademas, por cuatro letras, asi que es relativamente corto y esa cualidad lo hace facil de pronunciar. Mike, Mickey, Mickey, Mike. Tic-tac, tic-tac. Lo que pone de relieve esta informacion es que tu muerte no afecta en nada a la poblacion de la Tierra, lo que implica que mi decision fuese la correcta. Al tedio de tus habitos, a la falsedad de tus comportamientos conmigo, se unio la vulgaridad de tu nombre, su hedor anodino. 4 Esta historia solo dice algo de mi. Odio esta frase. Me habria gustado escribir algo mucho mas rotundo y sepulcral como que "esta historia intentara despojarme de toda apariencia". Lograste algo conmigo que nunca te perdonare. Durante esos tres meses que estuvimos juntos, fui victima de un contagio, del tuyo, el contagio de tu falsedad, de tu amaneramiento incluso, cuando pretendias caerme simpatico. Y, cr eeme, lo hacias muy bien, pero no pudiste frenar mis impulsos y mis impulsos eran mi destino. No leiste El extranjero, de Camus. Ahi se expone muy bien la declaracion de intenciones de un asesino que no lo es, hasta que la vida lo presiona de una manera tan despiadada que solo puede sobrevivir con la violencia. No lo entiendes, ?verdad? Aunque vivieras otra vida, Mike, no terminarias de comprender a Camus. ?Sabes por que? Porque te llamabas Mike y eras otro de esos gilipollas que leias AFTER y toda esa mierda de Crepusculo. Lo peor es que la mentira te arrastro al mismo lugar donde va a acabar tu madre, alguien a quien no conozco apenas, salvo por unas fotos que me ensenaste. Una mujer pequena y fea, con los hombros hundidos hasta las costillas. Seguramente una parte del sueldo de tu padre nunca llegaria a vuestra casa. El cono de alguna putita lo absorberia con profesionalidad, con mucha profesionalidad. Tu madre no se parece a la mia, sino a esa mujer, por llamarla de algun modo, de la que te he hablado antes, esa mujer que dejo a dos hijas en Nuevo Mexico, que se la chupo a un policia en la frontera, que inhalaba gotitas de gasoil en un panuelo con la intencion de olvidar que, despues de la mierda de vida que llevaba, solo habria una mierda mayor. Mike, Mike, Mike...Mickey, que facil era echarte de menos desde ese pozo en el que tu cuerpo se sumergio como una de esas plomadas que se usan para pescar las carpas y los barbos. Yo lo hice, yo misma, no. Te arrastre unos metros. Luego me ayudo un tipo. Pero fui yo la que dispare. ?Dos vece? ?O tres? ?O una solamente? No lo recuerdo. Lo mejor de todo es que me he librado de una condena de por vida. No me han condenado a muerte. Volvere a casa y al estanque, donde comenzo todo, como le sucedio al personaje de la novela de Camus con la playa. Si, Mike. No lo sabes. Pero, en mi casa, comenzo todo y estoy orgullosa de los acontecimientos que alli sucedieron. No he mentido nunca, ni se la he chupado a ningun policia, ni he mirado a la pared del fondo de mi celda con la sensacion de estar encerrada. No, yo saldre de aqui algun dia, mientras tus rinones, tu corazon, tu vesicula, tu cerebelo y tu pancreas se siguen pudriendo como hacen tambien los de mi madre. La putrefaccion es un jodido acto democratico; nos hace semejantes en nuestro camino hacia la desintegracion. Mike, yo saldre de aqui algun dia y no podre invitarte a vomitar en los parques publicos junto a aquella gilipollas que me besaba antes de hincar la rodilla delante del vater. Si, era una gilipollas, por no llamarla Carla, Anna, Valeria. ?Que poco importa eso ahora, verdad? Tu nombre ocupa el sexto lugar en el mundo y quiza sea el primero en Occidente. Que las aguas te bendigan, Mike. 5 Hace una noche hermosa, tan hermosa como aquella en la que te mate sin que nos diese tiempo a despedirnos. Solo le habria anadido mas patetismo a una secuencia de mi vida que debia ser prodigiosa. Me parece recordar que no hacia tanto frio como habian pronosticado algunos meteorologos en aquella emisora donde las voces se solapaban, tosian o se extinguian despues de un desquiciante barullo. No se por que me detengo en esta clase de detalles. Pero aquellas voces me ponian muy nerviosa cada vez que montabamos en tu coche y te empenabas en estar informado del estado de la carretera, como si fuesemos a Nebraska. Solo nos dirigiamos a un self service y despues al estanque. Repare en que fuese una noche especial. Aunque hubiese nevado o llovido a raudales, habria seguido siendo una noche especial. Era tu noche y la mia. No esperabas que regresasen tan pronto las garcetas blancas hasta el estanque. Nuestros padres tambien las observaron anos atras, en el mismo lugar, sentados sobre el mismo murete, cuando nosotros eramos tan solo lo mas parecido a una idea infantil. Sus ojos oscuros y su forma de desvanecerse, lejos de los edificios, me atraian; majestuosas cuando desplegaban sus alas, entre blancas y cobrizas, para elevarse sobre las aguas donde yacia el cadaver de mi madre. ?Como era posible que el ayuntamiento no hubiese respetado aquel paraje? Las constructoras habian arrasado con los sotos y ahora lo que quedaba era tan solo aquel estanque, resquicios de una epoca dorada que ni tu ni yo degustamos. Pero las garcetas seguian cumpliendo esa promesa, a la que la naturaleza las obliga, como un mal innecesario, el arrojo de sobrevivir gracias a esos vuelos casi eternos. Nunca fuiste capaz de usar correctamente las palabras y no tenias la suficiente inteligencia para acceder a mis pensamientos. Y, si lo hubieras hecho, te habrian parecido poco interesantes o no los habrias comprendido; te habrian parecido otras ideas infantiles frente al estanque, como las de nuestros padres cruzandose la mirada porque se gustaban. O eso creia mi madre, educada en la tradicion mas estricta, en la que una mujer solo puede aspirar a ser una nodriza bien cualificada. Pero, Mike, hay tantas razones por las que no me gustabas. En realidad, nunca ha llegado a gustarme nadie del todo. Quiza, Stormy, de la que hablare un poco mas adelante y que no llegaste a conocer porque ya estabas muerto, hundido en las aguas del estanque junto a mi madre, un particular idilio que me emociona especialmente cuando lo evoco. Quiza, estoy siendo demasiado severa contigo. Es cierto que tenias rasgos fisicos que me resultaban familiares y que me hacian agradables los ratos que pasabamos juntos. Tus manos, por ejemplo, fuertes y recias, acostumbradas a manejar la azada en unos huertos que tu padre poseia al otro lado de la ciudad. Pero nunca las usaste conmigo. Nunca quisiste tocarme como hicieron otros, mas inspirados seguramente en satisfacer una voracidad tan despreciable como sus conversaciones ridiculas e inmaduras. Hace una noche hermosa. Y echo de menos las garcetas blancas, su raudo vuelo, disipado por la ceniza que cubria el cielo. Si, quiza sea eso, Mike. Quiza eche de menos tambien tu insultante debilidad y las cenizas, las cenizas, las cenizas, ... No se si sabias que "prodigio", para los romanos, significaba algo inedito y monstruoso. Por esa razon, insisto en que aquella secuencia de mi vida, en aquella noche hermosa, debia ser prodigiosa, seguramente la unica. Mike, eramos dos monstruos. Admitelo. CUADERNO 2 FROZEN 1 Me daba asco. No era asco, perdon. Era algo peor. Lo impuro. Como si el humo penetrase en mi. El sucio humo de su piel. Porque lo imaginaba asi, envuelto en el humo. Y, sin embargo, consiguio que acabase gustandome. Todos relacionan el placer con un estado colmado de serenidad, de rebosante bondad, de satisfaccion personal. Pero no es asi. En ocasiones, Mike, el placer tambien es lo contrario, algo como ser reducido a cenizas o que alguien presione sobre tu nuca para experimentar el agudo dolor de una asfixia lenta. Me besaba el pelo para demostrarme que no estaba sola en el mundo. Pero a mi me importaba una mierda estar sola. Nunca he esperado demasiado de la gente. Mi padre tenia siempre la necesidad de manifestar que podia sustituir a mama. Pero nadie puede sustraer el espacio de nadie, ni de nada. El problema era que El, como todas las personas que se han cruzado en mi vida, tampoco sabia manejarse con las palabras, asi que era yo quien debia interpretar cada uno de sus mensajes a traves de un lenguaje no verbal, muy instructivo y pedagogico para lo que El pretendia de mi. Cuando fui creciendo y me crecieron las tetas, continuo besandome el pelo. Y parecia hasta mas impulsivo en aquella accion inspirada en el afecto y en el apego. Aseguraria que parecia mas necesitado de hacerlo, aunque yo no tuviera voluntad de corresponderle con otro arrumaco. Menudo imbecil, pero tengo tanto que agradecerle. Mama no lo decia, pero lo pensaba. Unos ojos vacios sustituyen cualquier frase, cualquier sentencia. Y, aunque, Ella no podia ser tan sutil en el silencio ni en los gestos, era evidente que no estaba comoda. A Ella tengo tambien que agradecer mucho de lo que soy en este momento. Mi madre era una mujer perdida en definitiva, pero, para mi, eso es una virtud. Experta en Literatura del Romanticismo y Modernismo, nunca llego a ejercer como docente. Nunca me quedo claro si llego a acabar la carrera. Lectora voraz. A veces yo la imitaba. Gracias a ella, algunos autores, determinantes para mi conducta, llegaron a mi como si el mismisimo Zeus, disfrazado de repartidor de pizzas, hubiese dejado la puta caja de Pandora en el felpudo de la entrada. No me intranquiliza recordar a aquel matrimonio. Al contrario, una euforia que roza la excitacion me embarga al esbozar sus rostros serios, palidos, enfebrecidos en ocasiones, cuando mi aprendizaje comenzaba en aquellas habitaciones desnudas. Puedo dormir por las noches. Puedo mirar a mi padre y desearle que tenga la muerte mas lenta y dolorosa, como El estara deseando para mi cada minuto que pasa sentado en su camion. A Ella ya no podre mirarla a la cara, Mike. Esta tan muerta como tu. Y hundida en el fondo de estanque. La mato El y, de alguna manera, yo tambien participe en aquel asesinato porque formaba parte de mi instruccion como lo habian sido las palizas que Ella habia recibido, a lo largo de los anos, sin otro fin que el hecho de que yo mirase el declive de unas naturalezas a las que la ilusion, las mentiras y las rutinas nunca pudieron domesticar. Hoy he vuelto a lavarme el pelo. Y el humo, su humo, no ha desaparecido. La ceniza se diluye entre las yemas de mis dedos, tu ceniza, Mike. Y la escasa luz atravesando este espacio blanco, aseptico. Mi celda me recuerda a mi casa. No hay nada colgado de las paredes. Mike, a ti no te gustaba tocarme el pelo. A ti no te gustaba tocarme.

  • El verano de tu vida, Lucy Morton de Lucy Morton

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    Una historia basada en hechos reales que necesitas experimentar.

  • A Merced del Deseo de Tara Pammi

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    Valentina siempre habia creido en la pasion que consumia tanto a Kairos, su marido, como a ella. Hasta que descubrio que su matrimonio no era mas que un frio trato de negocios. A pesar de que entre ellos habia una quimica innegable, ella se nego a permanecer unida a aquel griego despiadado. No obstante, antes de concederle el divorcio, Kairos le exigio que volviera a actuar otra vez como su adorable esposa. Y, cuando se encendio de nuevo la llama de la pasion, Valentina descubrio que estaba a merced de su propio deseo.

  • Esclava de sangre de Laura Lago

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    Los talentos para la arquitectura del Gran Duque Danes Christopher Vita, y unos contactos algo envidiables, le otorgan la oportunidad de oro de viajar a Paris, Francia, para formar parte de la historia junto al equipo de trabajo de Eiffel & Co., llevando consigo a su unica hija, Beatrice Vita; una chica angelical con sus ojos azules y rulos dorados que encajan perfectamente con sus dotes de mujer. Con una vision que difiere de la norma establecida por la sociedad de aquel entonces, esta deseosa de formarse una carrera como escritora de poesia, y decidida a dejar los frenos de vuelta en su pais natal, Dinamarca.

  • Anos de soledad de Soledad Becerril

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    Soledad Becerril fue una de las veintiuna mujeres elegidas diputadas en las elecciones generales de 1977, en un Congreso donde habia 350 escanos; fue la primera mujer nombrada ministra, de Cultura, en un Gobierno de la monarquia parlamentaria en 1981; fue, tambien, la primera mujer elegida alcaldesa de Sevilla, en 1995, ciudad a la que dedica paginas conmovedoras, y la primera mujer defensora del Pueblo, en 2012. Diputada en seis legislaturas, senadora en una, a veces en la oposicion y otras veces con la mayoria ganadora, llego a la politica antes de cumplir los treinta anos con el afan de tomar parte en los hechos y decisiones que permitieron alcanzar la democracia y el deseo de priorizar siempre la transigencia, el dialogo y la concordia. En este libro recoge sus recuerdos de una larga etapa que empieza a comienzos de la decada de 1970 y acaba a mediados de 2017. A lo largo de una gran parte de los anos que rememora, la presencia de la mujer en la vida publica era casi inexistente, por lo que la actividad que llevo a cabo y su figura fueron seguidas con una atencion inusitada y muy critica. Este libro esta dedicado a los jovenes para que valoren como se ha llegado a un Estado democratico y de derecho, y comprendan que este reciente capitulo de nuestra historia es uno de los que acaba bien. Y a las mujeres, que hoy lo tienen todavia dificil, para que el legado y el trabajo de personas como Soledad Becerril valga para que sean tratadas con respeto, igualdad y sin discriminacion.

  • El corazon de Aldabia de Pat Casala

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    Aladi Hustrasga era el segundo en la linea de sucesion al trono de Aldabia, juerguista empedernido, chulo, despreocupado e irresponsable que pasaba los dias de fiesta en fiesta sin escatimar con el alcohol, drogas o sexo. Hasta el asesinato de su hermano en palacio. De la noche a la manana se convierte en el heredero legitimo al trono y se ve obligado a abandonar su vida disoluta para adoptar su nuevo papel en la linea sucesora monarquica. Intenta eludir esa realidad, pero nada evita su destino.

  • La Marquesa de Connemara de J.f. Morgan

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    Francia, 1851.

  • Una cita a medianoche (Minstrel Valley 11) de Ruth M. Lerga

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    Continua la rompedora serie de <>, creada por catorce autoras de Selecta. Ambientada en la Inglaterra de la Regencia en un pequeno pueblo de Hertfordshire, descubriras una historia llena de amor, aventuras y pasion.

  • Lo inolvidable de Eduardo Berti

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    Eduardo Berti posee una de las escrituras mas solidas de la literatura argentina actual.

  • El plan 15/33 de Shannon Kirk

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  • Tu maldita voz en mi memoria de Maria Estevez

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    ?Puede un famoso brillante destrozar la vida de una familia? La historia de una joya heredada por dos hermanas en los albores del nazismo.

  • Suicidio Perfecto de Petros Markaris

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    Tras haber sobrevivido al disparo recibido mientras resolvia su anterior caso (Defensa cerrada), el comisario Jaritos arrastra una aburridisima existencia de convaleciente lejos del ajetreo policial. Una noche, mientras ve pasar las noticias por el odiado televisor, una escena lo arranca de cuajo de la mediocre monotonia en que ha caido: en medio de una entrevista, un celebre empresario griego saca una pistola y comete un acto que deja pasmados a todos los televidentes. ?Por que un hombre de negocios tan discreto y bien considerado realiza una accion tan espectacular? El instinto del viejo sabueso despierta y Jaritos se pone en movimiento. Aunque esta de baja y otra persona ha ocupado su despacho en las dependencias de la policia, el olfato del comisario es insustituible para esclarecer un caso cuyas repercusiones aumentan cada dia. Las pesquisas de Jaritos nos llevaran por la Atenas olimpica, donde se percibe la corrupcion inmobiliaria y la modernizacion creciente convive con el cafe al mas puro estilo griego.

  • El largo sueno de tu nombre de Amaia Oloriz Rivas

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    “En la cara norte de la celda se abria una unica ventana, desprovista de cristales y protegida por gruesos barrotes. Aquella abertura podia ser su amiga o su peor enemiga, todo dependia de la estacion en la que se encontraran. En aquellos dias de mayo se la sorteaban. Todos esperaban ansiosos su turno para pegar el rostro a los barrotes e inspirar, si el viento se mostraba generoso, el abanico de aromas con el que la primavera revestia el monte Ezkaba.

  • L de ley de Sue Grafton

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    La detective Kinsey Millhone se aprestaba a ser dama de honor en la boda del hermano de su casero cuando, pocos dias antes, acepta investigar para un vecino, Chester, por que en los archivos militares ha desaparecido todo rastro de Johnny Lee, su padre recien fallecido y veterano de la segunda guerra mundial. !Adios planes de boda!, porque, de pronto, alguien ha entrado en casa del difunto dejandolo todo patas arriba y Chester descubre, en una caja de caudales, una llave con esta misteriosa inscripcion: LEY. A partir de entonces nadie es ya quien dice ser: ni Ray Rawson, el antiguo amigo del ejercito, que quiere alquilar la casa; ni Gilbert Hays, a quien Kinsey sorprende llevandose una bolsa de la casa de Lee; ni Laura Huckaby, la mujer a quien aquel entrega la bolsa. A Kinsey no le queda mas remedio que emprender una salvaje odisea en la que, para desenredar la madeja, acabara pasando por cualquier cosa, menos por detective…

  • La chica que oia canciones de Kurt Cobain de Miguel Aguerralde

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    Comedia romantica ambientada decada de los 90.

  • Territorio de luz de Yuko Tsushima

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    El apartamento tenia ventanas a los cuatro lados. Cuando mi hija era todavia pequena, vivimos durante un ano en el ultimo piso de un viejo edificio de tres plantas; eramos las unicas inquilinas, y por esa razon teniamos la planta entera para nosotras, asi como la azotea. En el bajo habia una tienda de fotografia, y las dos siguientes plantas albergaban oficinas. Una pertenecia a una empresa que fabricaba y enmarcaba escudos familiares de oro macizo; la segunda era una asesoria contable, y la tercera, una escuelita para aprender a tejer. En todos los meses que pase alli, solo hubo una oficina que no se ocupo nunca: una de la segunda planta que daba a la avenida. A veces, por las noches, mientras mi hija dormia, me colaba alli a hurtadillas, abria un poco la ventana y disfrutaba de las vistas, ligeramente distintas a las del tercero. Otras veces me limitaba a pasearme por las habitaciones vacias; era como estar en un lugar secreto que nadie mas conocia. Por lo visto, antes de mi llegada, toda la tercera planta habia sido la vivienda del antiguo propietario del edificio, lo cual explicaba que solo se pudiera acceder a la azotea desde mi apartamento y que en esa azotea hubiera un cuarto de bano enorme. Eso estaba muy bien, pero por esa misma razon parecia que el cuidado de la torre de agua y de la antena de television habia recaido sobre mi, y la nueva propietaria dio por hecho que yo me ocuparia de bajar las escaleras para cerrar la persiana mecanica de la entrada por las noches, cuando la gente de las oficinas ya se hubiera marchado. La empresaria que habia comprado el bloque se apellidaba Fujino y era bastante conocida en la ciudad. Rebautizo su adquisicion como <>, con la idea de empezar a alquilarlo con fines residenciales y no para albergar oficinas, como habia sido el caso hasta entonces. Yo fui su primera inquilina. Al parecer, como no estaba segura de si lograria alquilar el piso --al fin y al cabo, se trataba de un edificio bastante deteriorado y los apartamentos no tenian una distribucion normal--, le puso un precio muy bajo, para tantear el mercado. Tuve mucha suerte, porque fue una tremenda casualidad que yo lo encontrara justo en ese momento, como tambien fue casualidad que el edificio hubiera sido bautizado con el apellido del hombre que todavia era mi marido. A esto se debio que la gente me confundiera constantemente con la propietaria. Al subir por las escaleras rectas, estrechas y empinadas, se llegaba a una puerta de aluminio, que quedaba justo enfrente de otra puerta, esta vez de hierro: era la salida de emergencia. Habia muy poco espacio en el descansillo entremedias, y para abrir la puerta del piso habia que, o bien bajar un peldano, o bien inclinar el cuerpo hacia el umbral de la salida de emergencia. La llamaban <>, pero en realidad no era mas que una serie de barrotes de hierro perpendiculares al suelo; de ocurrir alguna emergencia, habria sido mas seguro rodar escaleras abajo con mi hija en brazos. Sin embargo, en cuanto abria la puerta, me encontraba en un apartamento que derrochaba luz a cualquier hora del dia. El parque rojo que se extendia desde la entrada hasta el fondo del salon hacia que la sensacion de luminosidad resultara especialmente intensa, hasta tal punto que tenia que entornar los ojos cuando llegaba con la vista acostumbrada a la penumbra de las escaleras. --!Anda, que calentito! !Que bonito! Mi hija, que estaba deseando cumplir los tres anos, se puso a soltar grititos la primera vez que se sumergio en aquel bano de luz. --Es muy calido. El sol es una maravilla, ?verdad? --le dije. Mi hija empezo a corretear por el salon y respondio, toda orgullosa: --Claro que si, ?es que no lo sabias? Me di cuenta entonces de que aquella luz me estaba permitiendo, ya desde el primer momento, proteger a mi hija del gran cambio que acababa de producirse en su vida, y senti el impulso de darme a mi misma una palmadita en la espalda. La ventana que recibia la luz de la manana estaba situada en una pequena habitacion de menos de dos tatamis, contigua a la entrada. Decidi que ese seria mi dormitorio. Al asomarme por aquella ventana orientada al este podia ver el vecindario, los tendederos de ropa y las azoteas de otros edificios mas pequenos que el Fujino. Se trataba de una zona comercial ubicada enfrente de la estacion de tren y no habia casas con jardin, pero daba gusto ver las macetas y las tumbonas que la gente colocaba en alfeizares y azoteas, donde de vez en cuando aparecian personas mayores envueltas en sus yukata.[1] Habia ventanas orientadas al sur en cada una de las habitaciones que se sucedian en fila --en la pequena, en el salon y en el cuarto de seis tatamis--; al asomarse, uno podia ver parte del tejado de una casa vieja y una callejuela con bares y restaurantes de yakitori. El trafico era intenso a pesar de lo estrecho de la calle, y el estruendo de las bocinas llegaba hasta el salon. Al oeste, es decir, al fondo de aquel piso tan angosto y alargado, habia una gran ventana por la que el sol y el ruido se infiltraban sin piedad. Desde esa ventana se veia la avenida, con sus autobuses y su rio de cabezas negras atravesando el paso de cebra, hacia la estacion si era por la manana, hacia el lado contrario si era por la tarde. Tambien se veia a la gente esperando el autobus en la parada situada frente a la floristeria, al otro lado de la carretera. Cada vez que pasaba el autobus, o algun camion, el piso entero se ponia a temblar y los platos tintineaban dentro del aparador. En la esquina de mi edificio confluian tres vias, dibujando una interseccion en forma de cruz si se tenia en cuenta la callejuela que se extendia al oeste. Varias veces al dia el semaforo y el trafico se sincronizaban, dando lugar a un breve silencio que apenas alcanzaba a disfrutar: desaparecia enseguida cuando el semaforo se ponia en verde y los coches aceleraban impacientes haciendo tronar sus motores. Desde el extremo izquierdo de esa misma ventana tambien se atisbaba el bosque, un parque extenso que antano habia formado parte de la mansion de un daimio. Solo se veia un trocito, pero ese pedazo de verde era fundamental para mi. Suponia el principal atractivo de la ventana. --?Eso? Eso es el Bosque de Bolonia --les decia a las visitas cuando me preguntaban al respecto. Aquel parque situado a las afueras de Paris me sonaba a cuento de hadas, aunque solo fuera por el nombre, como Bremen o Flandes. El mero hecho de pronunciarlo me resultaba de lo mas divertido. A lo largo de la pared norte del salon se alineaban un armario, un aseo y las escaleras para subir a la azotea. El aseo tenia su propia ventana, por la que se veian los trenes y la estacion. A mi hija le encantaba aquella pequena ventana. --!Se ven los autobuses y los trenes! !Toda la casa se echa a temblar! --empezo a presumir en la guarderia delante de sus maestras y amigos. Sin embargo, nada mas mudarnos, le subio la fiebre y se paso en cama casi toda una semana. La tuve que dejar en casa de mi madre, que vivia sola en otro barrio, no muy lejos de alli, para poder ir al trabajo. La biblioteca estaba dentro de las oficinas de una emisora de radio, y yo me encargaba de organizar los documentos relacionados con la programacion, ordenar las cintas, tramitar los prestamos, etcetera. Despues del trabajo me acercaba a casa de mi madre, me quedaba con mi hija hasta pasadas las nueve y finalmente volvia sola a mi edificio. Estoy segura de que, si hubiera llamado a mi marido, me habria ayudado sin dudarlo, pero yo preferia importunar a mi madre antes que depender de el. No dejaba de sorprenderme el miedo que tenia a que mi marido volviera a acercarse a mi. Me aterraba mi exceso de dependencia. Mi marido me sugirio repetidas veces que regresara a casa de mi madre. --Tu madre esta sola, debe de sentirse triste, y para ti tambien es duro cuidar a la nina por tu cuenta. Me quedaria mas tranquilo si supiera que, despues de nuestra separacion, vas a estar con tu madre. El ya habia encontrado un apartamento a orillas del ferrocarril. Tenia previsto mudarse al mes siguiente de que el piso se quedara libre. Yo, en cambio, no sabia adonde ir, no podia pensar, todavia no habia sido capaz de asimilar su decision. Seguia albergando la esperanza de que quiza, al dia siguiente, me dijera entre risas que todo habia sido una broma. ?Para que entonces iba a preocuparme de si me mudaba o no me mudaba, y adonde? --No pienso volver a casa de mi madre --respondi--. Cualquier cosa menos eso. No quiero tratar de disimular asi tu ausencia. Fue en ese momento cuando me dijo que me ayudaria a buscar piso. --Si intentas hacerlo sola, seguro que te enganan. Y si terminas mudandote a un sitio raro me quedare intranquilo y no podre dormir. Asi que no te preocupes y dejamelo a mi. Estabamos a finales de enero y llevabamos varios dias de buen tiempo cuando empece a visitar inmobiliarias con mi marido. Nos citabamos a la hora de comer en alguna cafeteria cercana a mi trabajo y preguntabamos en las agencias de los alrededores. Lo unico que yo tenia que hacer era estar callada y seguirlo a el. Mi marido les explicaba a las inmobiliarias las caracteristicas que queria: un piso de dos habitaciones con mucha luz y un bano completo, y que no costara mas de 30 000 o 40 000 yenes al mes.

  • Kalopsia de M. Sallow

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    Desearia poder resumir todo lo que me sucedio alrededor de los trece anos pero eso seria imposible, solo se que me fragmente en algun momento durante ese tiempo, se que mi cabeza se volvio un caos y que me volvi una criatura completamente diferente a lo que era. Existen personas que cambian nuestro mundo con solo aparecer en nuestras vidas, eso fue lo que me sucedio. Su presencia era tan atrayente y llamativa que inevitablemente me arrastro hacia si, me enseno lo que es la maldad, la sociedad, el dolor, el miedo y el abandono. Todo cambio y solo necesito mirarme unos segundos a los ojos.

  • De la indignacion a la esperanza de Jose Carlos Diez

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    Cinco anos despues de la publicacion de Hay vida despues de la crisis, Jose Carlos Diez regresa al analisis de la actualidad economica con un libro escrito desde la conviccion de que hay motivos para la esperanza y propone un plan para conseguir una Espana, una Europa y un mundo mejor para los ciudadanos.

  • Restauracion de Ave Barrera

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    Restauracion es la escalofriante historia de terror de una joven restauradora atrapada entre los recuerdos de una vieja casona de la Ciudad de Mexico y los siniestros planes de un fotografo obsesionado con recrear los escenarios de la novela Farabeuf, de Salvador Elizondo.

  • La maldicion Silach de Antonio Martin Morales

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    Las almenaras recitaban en alto poemas de fuego, cuando Lord Veleron irrumpio en el palacio del Rey Tendon de Vestigia. Concluyeron las plegarias fabuladas a los dioses, despues de la gran cena en el salon de embajadores. Rilmor, capitan que ejercia como jefe de armas de la casa de los Veleron, acompanado de tres de sus mejores hombres, mostro sus credenciales a los custodios de la puerta del gran salon. Los acordes de las arpas y las gargantas finas de los juglares se apagaron cuando Rilmor entono la presentacion ostentosa de su senor. --!De las tierras del Este, de la region del gran Valle de Lavinia, el noble hijo de la casa Veleron, mi senor y mi protector: Rolento Veleron, hace acto de presencia! El noble cruzo en ese momento el gigantesco porton,_ a paso ligero, ruidoso, hasta arrimarse a la gran mesa. Se detuvo en la distancia prudente para que todos los comensales pudieran verlo. Ataviado con armadura de combate, levanto murmullos por doquier. Hablo el Rey y los demas guardaron silencio. --Amigo Rolento, tu visita es grata e inesperada... ?Que esconden tus ojos apenados? Ese rostro no corresponde a tu afamada tranquilidad -- pregunto directamente Tendon. Se detuvo el postre. Se paro el discurrir del vino y el paso de gargantas cuando Lord Veleron narro, sin tomar asiento, una historia terrible. A viva voz, sin la precaucion de pedir audiencia privada con el Rey Tendon, parecia al borde de la locura pronunciando estas palabras: --Traigo el corazon destrozado por los terribles acontecimientos que sucedieron en mi casa no hace ni cinco dias. En la noche mas apacible que los dioses nos han regalado, durmiendo placidamente resguardado en mi castillo, rumores picotearon la tranquilidad. Me desvele con la sensacion precipitada de abandonar la cordura. Asomado a la balconada de mis dependencias, vi a varios de mis hombres correr en el patio interior del palacio, sombras agitadas, escuche gritos, cristales rotos, metales cruzados en combate, sonidos que acompanan a la muerte rebotaban en los muros de mis dependencias, como si el pasado volviera para recordarme las manchas de sangre en mis propias manos. Corri por los pasillos tratando de averiguar por mi mismo lo que sucedia, alarmado ante aquellos estruendos. Jamas, ni en la peor de mis pesadillas imagine que... Rolento hizo una pausa, trago saliva como alfileres, mientras los invitados del Rey lo miraban con los ojos hinchados de sorpresa, sin mover un musculo, sustraidos por el encantamiento de aquella noche ominosa que el noble describia. Rolento ahora desgarro con sus manos el aire gritando... --!Despedazaron a los guardias! Yo luche a vuestro servicio en la Gran Guerra y jamas vi semejante destrozo. Las visceras de algunos de los moribundos... !las habian esparcido por el suelo, hasta amontonarlas como si fueran reses cuarteadas! Las puertas de mi castillo permanecieron cerradas. Sus muros son fuertes y altos y no sirvieron para contener la entrada de esos salvajes. No hay cuerdas ni escalas. No se si tuvieron tiempo de llevarselas o si encontraron otro medio para saltar dentro. No queda un solo hombre vivo que mantuviese combate con ellos. Los demas vieron muertos, escucharon ruidos y cuentan locuras... !locuras! No robaron nada, pero vinieron a por mi tesoro mas preciado. Se llevaron a mi hijo, Patrio, matando a cualquiera que se interpuso en su camino. De nuevo otra pausa en su discurso. Esta vez sombria y dolorosa como el luto de un heroe. --Agarre mi espada, mi peto metalico, convoque a mi guardia y sali en busca de fantasmas ensillando mis mejores caballos. Segui las pistas de la muerte pues, en las cercanias de mi palacio, cometieron los intrusos los mas abominables crimenes. Logre averiguar que eran diez o doce caballos y un carromato. Pero despues de perseguir el rio de muerte, todo rastro se perdio. En las estribaciones de mis tierras ya no podia estar seguro de cual fue la direccion que tomaron. Ocultaron bien sus huellas. Supieron escoger bien su retirada. Y mi pobre y bello hijo ahora esta a merced del capricho de esos asesinos... El llanto de un padre asolaba las oquedades del palacio real. Las llamas de las chimeneas eran el unico acompanamiento a sus lamentos. La voz del Rey se deslizo entre sus sollozos. --Destino funesto el vuestro, querido amigo. Manana en la madrugada trataremos ese asunto en reunion de gobierno... --Mi senor, mi sabio monarca. --Ahora Rolento Veleron se arrodillo y ese gesto provoco murmullos de condolencia--. Suplico varias informaciones inmediatas, si alguno de los presentes posee algun rumor, alguna presuncion sobre tan desdichado acontecimiento. --Lord Veleron espero y ninguno de los que alli habia invitados tuvo algo que decir--. Imploro que partan emisarios a los pasos fronterizos con Nuralia, que recaben informacion sobre cierto contingente de hombres, a caballo y a pie, y sobre todas las cosas, ruego permiso de su majestad para enviar un grupo de rescate a la vasta Nuralia y traer de vuelta a mi divino hijo Patrio. Entre los comensales se instalo un rumor de comentarios a media voz. El Rey, en ese momento, cambio su semblante apacible y trepo en su asiento hasta la postura erguida de quien atiende asuntos serios, abandonando la placidez del agotamiento del final de una cena copiosa. Su esposa, la reina Itera asistida por tres damas de compania, se retiro a sus aposentos despues de dar sus condolencias al recien llegado. --Seria una imprudencia absurda enviar hombres armados a Nuralia -- intervino Rosellon, quien fuera General de los ejercitos y a quien ahora el Rey habia empleado como consejero personal--. Comprendo la horrible pena y la incertidumbre que lo han animado a venir aqui, pero le recuerdo a nuestro querido amigo Rolento Veleron que, en los tratados de paz firmados tras la Gran Guerra, se prohibe expresamente la incursion de contingentes armados, mas alla de la escolta minima de los diplomaticos con salvoconducto real. El capitan de la guardia de Lord Veleron se ayudo de sus hombres y arrojo al suelo un brazalete metalico y un punal que, al estrellarse en la pulida piedra oscura desprotegida de tapices, produjo un escandaloso estruendo. --!Encontramos pruebas de que nos atacaron hombres armados de Nuralia! !Ellos han roto el tratado! --grito Rilmor. --Senores --ahora fue el Rey quien tomo la palabra--, permitid que despida a mis invitados para que podamos tratar este asunto. El desfile de graciosos vestidos y capas elegantes parecia interminable para besar la mano del Rey antes de enfilar la gran puerta y salir silenciosamente. La mayoria comentaban cosas como <>, cuando pasaban junto a Rolento. A el no lo besaban suponiendo que no estaba ahora para rituales afectuosos... Los esclavos y esclavas de palacio se afanaban en desmontar las mesas y retirar la abundancia de desperdicios. Provocaban cierta aversion al contemplarse en los platos, frente a las sillas vacias. Mas tarde, en privado, el Rey abrazo al noble y le dio muestras de comprender su dolor. Rosellon, implacable en sus consejos, seguia argumentando que jamas se deberian romper los tratados por muy lamentable que fuese el suceso; que debia llamarse a consultas al embajador de Nuralia y exigirle que su Rey persiguiese a los culpables. Antes de marcharse, el Rey sosego la inquietud de Lord Veleron, a solas, sin consejeros ni escolta, de hombre a hombre. Rolento Veleron financiaba con su fortuna los intereses de la corona, pagando abultados impuestos comerciales por su exportacion de aceite a Plubea, y albergaba en sus tierras un gran contingente armado sumiso a la orden real de los Caballeros Rojos de Vestigia. El Rey y el noble se arrimaron a la enorme chimenea del salon. Hipnotizado por las llamas, Tendon hablo asi. --Rosellon expone bien las razones Rolento, pero comprendo el dolor que debes sentir. Jamas podre respaldarte publicamente; sin embargo, te preparare un salvoconducto especial, asi la entrada de tus hombres en Nuralia sera posible. Si alguna vez fuesen apresados esos hombres, si acaso se pidieran responsabilidades argumentare que es falso ese documento y que, dejandote llevar por la pasion de padre, infringiste la Ley. Seras multado en Vestigia y en Nuralia y habras de responder con un porcentaje de tus negocios a la multa, asi que ten cuidado de actuar con discrecion en Nuralia, no queremos mas guerras, no sirven mas que para matar hombres. Las voces, copiando la tiritera de las llamas, rebotaron en las piedras oscuras del salon, y llegaron a oidos de un hombre que escuchaba en la oscuridad...

  • Voragine 1 de Estefania Blanco Reyes

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    ?Estarias dispuesto a abandonar tu propia humanidad por salvar al resto del mundo?

  • Te vuelves tan inocente de Esther Llull

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    G Capitulo 1 reta habia vivido cerca de veintidos anos sin que casi nada la afligiera o la enojase. Era la menor de las dos hijas de un padre carinoso e indulgente. Hacia ya dos anos que su madre habia muerto, aun asi conservaba un leve recuerdo de sus caricias, y como consecuencia de la boda de su hermana con un abogado de la ciudad, se habia tenido que hacer cargo de la casa, y de su padre, que era pensionista por invalidez, dado su mal estado de la columna, y que en otro tiempo habia sido profesor de literatura francesa. Por otra parte, habia tenido que contratar, desde que falto su madre, a una mujer, que hacia las veces de cocinera y cuidaba de su padre y de la casa, mientras Greta tenia que ir a trabajar. Greta habia sido una nina inteligente y avispada, e influida por su padre estudio la carrera de filologia especializandose en la lengua francesa y arabe. Ello le habia supuesto, al final de su carrera, recien terminada, aspirar a un puesto de trabajo en el centro de refugiados. No obstante, por ahora, se tenia que conformar con practicas de trabajo y, en realidad, no estaba todavia fija en el puesto, donde habia mucha competencia laboral. Ella sabia que su trabajo no era seguro, pero lo eligio porque le gustaba estar alli y comunicarse con gente de diversas nacionalidades del mundo, y en especial del Oriente Proximo. Vivien, que era la joven que llevaba al servicio de la casa durante casi dos anos, se habia encarinado de tal modo con Greta, que la intimidad, que habia entre ellas, era mas de hermanas que de otra cosa. La blandura del caracter de Vivien, y el hecho de los cuidados que prodigaba a su padre, las habia hecho convivir juntas, como amigas, sin que se hubiese impuesto la sombra de autoridad de ninguna. Pero ademas, desde hacia muy poco, Vivien se habia puesto en relaciones de noviazgo con uno de los vecinos del bloque, un hombre divorciado y algo solitario, y que Greta le habia presentado. En realidad, Greta se sentia orgullosa de haber buscado un novio a su amiga, y de tener la suerte de encontrarlo en alguien que ella conocia de toda la vida, y de quien pensaba que era una persona buena y de todo fiar. Solo habia que objetar que tenia un hijo de su anterior matrimonio, pero esto no perjudicaba su buen caracter, ni empanaba su conducta. Tal vez, parecia algo mayor para ella, pero no mucho; en realidad, ella tenia un caracter bastante formado y serio, que se acoplaba bien a el. Lo cierto es que Greta habia favorecido mucho el que ellos se viesen a traves de cenas o meriendas. Y todo habia seguido su curso normal. Sobre todo, porque el hermano de el, que era profesor de sociologia politica, habia sido companero de trabajo de su padre. Y muchas veces Greta los invitaba a los dos a comer. En realidad, era Edgar, el hermano, quien venia mas ultimamente, porque le gustaba charlar con su padre y recordar los momentos que compartieron en el instituto, o simplemente hablar de las ultimas investigaciones sociologicas que se estaban realizando, tema que le gustaba mucho tratar al padre de Greta. Y, en cierta manera, asi mantenia viva su mente y su vitalidad. Greta no escatimaba nada por que su padre pudiera encontrar este alivio en su vida. Los dos hermanos habian vivido juntos el ultimo ano. No obstante, Edgar siempre pensaba en trasladarse lo antes posible, y buscar su propio sitio. Pero todo estaba muy caro, sobre todo, los alquileres de esa zona de la ciudad se habian encarecido extremadamente, al haberse construido un centro comercial muy cerca de ellos, asi como un centro recreativo para la infancia y un parque grande con jardines. En cuanto al hermano de Edgar, Jacobo, habia sido militar en la guerra de Afganistan y, actualmente, con cuarenta y cinco anos, cinco mas que su hermano, se encontraba retirado por una lesion de guerra y pequenas secuelas psicologicas. Aun asi su estado era el de un hombre energico y que aparentaba ser mas joven de lo que era. Greta habia tenido muchas conversaciones con el sobre Afganistan y ahora tambien sobre Siria, pues ella atendia a refugiados de esa region. En cuanto a su divorcio podemos decir que fue un matrimonio desafortunado, desde el principio, y que la suerte de tener el que vivir lejos de su pais contribuyo a la separacion. En realidad, habia sido el hijo tenido, lo que motivo el hecho del matrimonio mas que una voluntad totalmente libre. Pero se habia puesto de manifiesto con el tiempo la incompatibilidad de sus caracteres y los intereses diferentes que terminaron por separarlos legalmente. Eso si sin querer hacer dano al hijo comun que ya era un jovencito de veintipocos anos, al igual que Greta. Y aunque el vivia con su madre casi siempre, a veces tambien visitaba a su padre. Pero llego el momento en que vino una contrariedad para Greta --solo una pequena contrariedad--, sin que ello la turbara en absoluto de un modo demasiado visible: Vivien anuncio que iba a casarse. Perder a Vivien fue el primero de sus sinsabores. Y fue el dia de la boda de su querida amiga, cuando Greta empezo a alimentar sombrios pensamientos de cierta importancia. Hasta ahora lo cierto era que los verdaderos peligros de la situacion de Greta, de una parte, eran que podia hacer siempre su voluntad, y, de otra, que era propensa a tener una idea demasiado buena de si misma. Y estas eran desventajas que amenazaban mezclarse con sus muchas cualidades. Sin embargo, hasta el momento el peligro parecia imperceptible y, en modo alguno, podia considerarse como inconveniente suyo. Pero ahora habia llegado esa pequena contrariedad. Su amiga se habia ido a vivir a una casa que tenia Jacobo en el pueblo que nacio. Ahora no podria ir a trabajar con ella, y lo mas seguro es que buscaria un trabajo mas cerca o se acoplaria con la pension de su marido. El mismo dia de la boda cuando regresaron, y su padre y ella se sentaron solos, en la gran mesa del comedor del salon de la vivienda, sin un tercero que alegrase aquella estancia, y cuando su padre se dispuso a ir a dormir, como de costumbre, a Greta no le quedo mas que ponerse a pensar en lo que habia perdido. Pero la boda parecia proponer toda suerte de dichas a su amiga, dado lo generoso que Jacobo habia sido con ella. Tenia la edad conveniente y ambos tenian un trato agradable. Incluso en Greta habia algo de satisfaccion en el pensar con que desinteres, con que generosa amistad ella habia siempre deseado y alentado esta union. Pero la manana siguiente fue triste. La ausencia de Vivien iba a sentirse a todas horas y todos los dias. Habia sido una amiga y una companera como pocas existen: inteligente, educada, servicial, afectuosa, conociendo las costumbres de la familia, compenetrada con todas sus inquietudes, y sobre todo preocupada por ella, por todas sus ilusiones y por todos sus proyectos; alguien a quien podia revelar sus pensamientos apenas nacian en su mente, y que le profesaba tal afecto, que nunca podria decepcionarla. ?Como iba a soportar aquel cambio? Claro que su amiga se habia ido a vivir a un pueblo, que solo estaba a media hora en coche o en tren de cercanias; pero Greta se daba cuenta de que debia haber ahora una diferencia entre Vivien casada y la Vivien que pasaba tanto tiempo con ella en la casa. Y, a pesar de todas las grandes cualidades de Greta, corria el gran peligro de sentirse moralmente sola. Amaba tiernamente a su padre, pero para ella no era esta la mejor compania; los dos no solian hablar de cosas intimas, ni el preguntaba demasiado. Ademas el mal de la disparidad de sus edades --su padre Federico no se habia casado muy joven-- se veia considerablemente aumentado por su estado de salud y sus costumbres; pues como habia estado enfermizo durante toda su vida, sin desarrollar la menor actividad fisica, solo la intelectual, sus costumbres eran las de un hombre mayor de lo que correspondia a sus anos. Aun asi era querido por todos por la bondad de su corazon y lo afable de su caracter, y en el unico talento que destacaba, su aficion por la literatura, por lo que le gustaba leer y lo hacia aunque pausadamente. Su hermana, aunque su matrimonio no la habia alejado mucho de ellos, ya que se habia instalado en otra zona moderna de la ciudad, pero en la periferia, estaba, aun asi, lo suficientemente lejos, como para no poder estar a su lado cada dia. A veces tenia que llegar la Navidad para que significase la nueva visita de su hermana con toda su familia, su marido y sus dos pequenos, que llenaban la casa proporcionandoles de nuevo el placer de su compania. Greta tenia muchas amistades en su nuevo y primer trabajo. Este se encontraba en una grande y populosa villa en un area cerca de la ciudad, pero con acceso a prados independientes y con plantios. Era un sitio administrado por el ayuntamiento y la diputacion provincial, asi como las generosas subvenciones de la union europea en relacion a la politica de inmigrantes. Greta habia hecho amistad con una chica turca que tambien se ocupaba, como ella, de servir de interprete y traductora de los refugiados, asi como de cuidar por sus derechos. Su nombre era Sonay. Pero si bien nadie podria ocupar el sitio de Vivien y podia parecer un triste cambio, si se piensa en ello, Greta no podia por menos de suspirar y desear imposibles. Y realmente Sonay era tan afectuosa con ella que podria llegar a quererla igual. Pero estaba casada y tenia una hija de veinte anos. Ella tenia el doble de edad que Greta y, aunque no lo pareciese, por su gran espiritualidad y lo sencillo de sus costumbres, esto precisamente la retenia para hacer confianza con ella. Por aquel tiempo su padre despertaba muy de manana, y Greta sabia que era necesario ponerle buena cara y no hacerle sentir preocupaciones. Necesitaba que le levantasen el animo. Era un hombre nervioso, propenso al abatimiento; queria a cualquiera a quien estuviera acostumbrado, y detestaba separarse de el; odiaba los cambios de cualquier especie. Aun no habia asimilado ni mucho menos el matrimonio de su hija, y siempre hablaba de ella de un modo compasivo, a pesar de que habia sido por completo por amor su matrimonio. Pero sus costumbres de placido egoismo y su total incapacidad para suponer que otros podian pensar de modo distinto a el, le predisponian a imaginar que Vivien habia cometido un error, y que hubiera sido mucho mas feliz de quedarse cerca de ellos y no irse tan lejos. Greta sonreia y se esforzaba para que su charla fuera lo mas animada posible, para apartarle de estos pensamientos; pero luego a la hora de la cena y cuando Greta volvia del trabajo, a su padre le era imposible no repetir exactamente lo que ya habia dicho en la manana. Greta empezo a concebir la idea de que tendria que encontrar a alguien que sustituyese a Vivien, una cuidadora, una chica au- pair o lo que fuese. --!Pobre Vivien! Me gustaria que pudiera volver con nosotros. !Que lastima que a Jacobo se le ocurriera pensar en ella! --dijo el padre lamentandose. --En esto no puedo estar de acuerdo contigo, papa; ya sabes que no. Jacobo es un hombre excelente, de muy buen caracter y muy agradable, y por lo tanto merece una buena esposa; y supongo que no hubieras preferido que Vivien estuviera aqui para siempre y soportara todas mis manias, cuando podia tener una casa propia... y no una en alquiler y que tenia que pagar, aunque ella vivia de modo compartido. --?Tener una casa propia? ?Eso es todo? Pero ?que sale ganando? Seguro que aqui tenia mas espacio. Y tu nunca has tenido manias, hija mia. --Iremos a verles a menudo y ellos vendran a vernos... !Siempre estaremos juntos! Somos nosotros los que tenemos que empezar, tenemos que hacerles la primera visita, y muy pronto. --Pero nina, ?como voy a ir tan lejos? Ese pueblo esta demasiado lejos. No podria andar ni la mitad del camino. --No, papa, nadie dice que tengas que ir andando. Desde luego que tenemos que ir en coche. --Pero en coche, ?en que coche? El mio lo vendi. Tu todavia necesitas sacar el practico, para pasar el examen de conducir. --Bueno, ya veremos. En todo caso, podemos coger un taxi

  • Noche y dia (Los secretos de Boira 3), Gina Peral de Gina Peral

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  • Perdida (Amnesia 2) de Mario Escobar

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    ?Estas listo para recordar?
    Descubre la novela de la que todo el mundo hablara este ano.
    “A veces la memoria nos pone a prueba y no nos atrevemos a recordar quienes somos”.
    Sinopsis 1o Parte.
    Internacional Falls, Minnesota, 4 de julio, una mujer es encontrada inconsciente y cubierta de sangre en el Parque Nacional de Voyaguer. El resto de su familia ha desaparecido y ella no parece recordar nada. El doctor Sullivan, director del centro psiquiatrico de la ciudad, y Sharon Dirckx, ayudante del Sheriff, intentaran que recuerde todo lo sucedido aunque sin saberlo pondran en juego sus vidas, su idea de la cordura y los llevara hasta dudar de lo que la paciente le esta contando. El tiempo corre en su contra y cada minuto cuenta para dar con los tres desaparecidos, antes de que sea demasiado tarde.
    Sinopsis 2a Parte:
    Una madre desesperada, despues de descubrir lo que le ha sucedido a su familia y luchar para que lograra sobrevivir. Ahora tiene que buscar a su hija en Canada, donde la ha llevado un grupo que explota a jovenes y las prostituye a ambos lados de la frontera. Para ello contara con la ayuda de la agente que ha arriesgado su vida para salvar a su familia. Las dos mujeres emprenderan la mayor aventura de sus vidas e intentaran recuperar a la chica.

  • En la mitad de la vida de Kieran Setiya

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