• la legion de los olvidados - Claudette Bezarius

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    La livida mano de una siniestra criatura con apariencia de mujer se extiende hacia ti. Sus largas y puntiagudas unas son tan oscuras como el abismo, su rostro blanco parece haber perdido todo rastro de sangre. Este extrano ser de femeninas formas te hace una tentadora invitacion: quiere que te unas a La Legion de los Olvidados. ?Aceptarias o rechazarias una oferta asi de extraordinaria? La eleccion de Dahlia Woodgate definira el incierto destino de la humanidad entera. Miles de vidas penden del delicado hilo que separa a la luz de las tinieblas, dos fuerzas que habitan en su poderosa alma humana. Ambas luchan entre si por dominar la conciencia de una valiente joven. Y ella todavia no comprende la magnitud de la encarnizada batalla ancestral que amenaza con desatarse, una vez mas, si toma la decision equivocada ?Cual sera su resolucion final?

  • LA LEGIÓN DE LOS OLVIDADOS | CLAUDETTE BEZARIUS

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  • La legión de los olvidados Tapa blanda – 3 febrero 2021

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  • La legión de los olvidados Versión Kindle - Amazon

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  • La Legión de los Olvidados (Saga Forgotten #1) - Goodreads

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    "La Legión de los Olvidados" es un libro muy corto conformado con pequeños relatos autoconlusivos que, mientras va avanzando la historia, el lector tiene que ...

  • Libro La Legión de los Olvidados, Claudette Bezarius, ISBN ...

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  • La legión de los olvidados de Claudia Oviedo - Nova Casa ...

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    El libro es muy atrapante, cada parte es exquisita, cada personaje te hace empatizar. Creo que esta es una de los mejores novelas de fantasía que he visto.

  • LA LEGION DE LOS OLVIDADOS - CLAUDETTE BEZARIUS

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  • LA LEGIÓN DE LOS OLVIDADOS (Libro en papel)

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  • LA LEGIóN DE LOS OLVIDADOS - Librería Cámara

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    LA LEGIóN DE LOS OLVIDADOS. BEZARIUS, CLAUDETTE. 17,00 €. IVA incluido. Disponible en 48/72h. Editorial: NOVA CASA EDITORIAL; Año de edición: 2019 ...

  • La legión de los olvidados - Libro electrónico - Claudette Bezarius ...

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  • Hechos poco fieles de Lena Andersson

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    Vuelve el fenomeno escandinavo:
    Lena Andersson y la afilada secuela de Apropiacion indebida.

  • Highland. En el corazon de Logan de Ariadna Baker

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    Alana no se lo penso dos veces cuando le ofrecieron la oportunidad de irse a trabajar a Escocia.
    Su vida habia sido dedicarse a sus padres hasta que fallecieron. Desde ese momento, lo unico que podia hacer era aceptar el trabajo como interna con la familia Mabry.
    Podia imaginarse de todo, menos que llegaria a considerar esa familia como suya. Sobre todo a Logan, un hombre que nunca habia tenido una relacion seria y quien, sin saberlo, lo que el buscaba en una mujer era lo que podia encontrar en Alana.
    Una familia llena de secretos por algo que ocurrio hace anos y que llego a marcar la vida de cada uno de ellos.

  • El guardes silente (El librero de toledo 2) de Manuel Peitado

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    Han pasado cinco anos desde que Domenico, nuestro joven protagonista,ingreso en un centro psiquiatrico para expiar sus culpas y cancelar su deuda con la sociedad. La Espana con la que amanecera, nada tiene que ver con aquella que dejo en 1.975. Su liberacion nos hara plenamente conscientes y participes de la inminente justicia, que irremisiblemente llegara a todos los que propiciaron muertes sin sentido, con un desproposito lleno de impiedad y locura. En esta segunda entrega, el protagonista no dudara en adentrarse en los ambientes mas sordidos de la epoca y nos hara vibrar, sufrir y disfrutar con sus andanzas que nos deja expectantes, esperando su destino que hacemos nuestro. Personaje querido y odiado que, gracias a su autor, sigue sin dejarnos indiferentes y que nos lleva de la mano hasta las profundidades de un final inesperado y, quizas, fatal. Domenico, hombre sadico y nino desvalido fuertemente influenciado por los conflictos de su entorno, emprendera una lucha encarnizada contra aquellos que creen que gozan de un poder omnimodo que les permite burlar las leyes y dar justicia a su capricho. Manuel Peiteado aborda asuntos tan delicados como la pederastia, la homofobia o mismamente el sado, que no dejara indiferente al lector. Novela trepidante que seduce y enamora por su ritmo, escrita sin artificios y en la que la intriga va in crescendo a lo largo de sus paginas.

  • Adiccion (Medianoche 2) de Claudia Gray

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    Tras una larga temporada sin verse, Bianca y Lucas buscan la forma de infringir las estrictas normas de la academia Medianoche para poder continuar con su intensa y complicada historia de amor. Pero ?hasta donde estan dispuestos a llegar? Nadie sabe tan bien como ellos que el amor mata o muere…

  • De vidas ajenas de Emmanuel Carrere

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    Fui testigo de dos de los acontecimientos que mas temo en la vida: la muerte de un hijo para sus padres y la muerte de una mujer joven para sus hijos y su marido. Alguien me dijo entonces: eres escritor, ?por que no escribes nuestra historia? Empece, pues, a contar la amistad entre un hombre y una mujer, los dos supervivientes de un cancer, los dos cojos y los dos jueces. En este libro se habla de la vida y la muerte, de la enfermedad, de la pobreza extrema, de la justicia y, sobre todo, del amor. Todo lo que se dice en el es cierto. De esta manera presentaba Carrere la edicion francesa de este libro verdaderamente extraordinario. De vidas ajenas recibio el Premio Globe y otros galardones, y la prensa cultural francesa lo eligio la mejor obra narrativa del ano.

  • Intrigas de alta sociedad 2 de Ana Allende

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    Elizabeth Salt, hija del prestigioso abogado Marcos Salt, descubre con su muerte que su madre Isabella Salt, la cual siempre anhelo por su repentina partida, no es su madre y su amado, pero sobre protector padre, tampoco lo era, ya que el la ha adoptado en un momento de tragedia familiar; ahora su supuesta madre la ha dejado sin nada, reclamando lo que cree que le corresponde por derecho. Sin mas opcion, Liz decide comenzar un camino de descubrimiento personal, en donde las principales preguntas son ?Quien es?, ?cual es su identidad?, y ?como recobrar lo que le ha sido arrebatado? En compania de nuevas amistades, que consigue a lo largo de ese camino, y a su caballero encantado Liam Johnson, se propone a recoger lo pedazos de su vida, sin darse cuenta de que todavia la vida le tenia preparada una serie de eventos que la sorprenderan y llenaran de aun mas tristeza y confusion. CAPITULO I Me encuentro caminando alrededor de lo que un dia me pertenecio, donde un dia vivi momentos inmemorables, con un padre que ahora descubro que no era el mio: momentos de una vida que no era mia, tal vez por eso siempre senti que no pertenecia a ese mundo en donde todo era singularidad y perfeccion; un monton de recuerdos regresan a mi cabeza como si de una pelicula se tratara, mi padre gritando, mi padre peleando, discutiendo con la servidumbre, el estresado en su despacho. Tengo que hacer un increible esfuerzo para recordar otros momentos, como cuando me daba mis regalos de navidad o cuando se disfrazaba de Santa Claus para hacerme reir, cuando me acompanaba a buscar mis huevos de pascua, momentos que vivi y que ahora no se si en realidad eran mios por amor o por simple responsabilidad. Sin embargo, no puedo negar que mi padre me hizo vivir una ninez envidiable y eso se lo debo agradecer; me siento en una pequena banca en medio de Central Park, por primera vez en mi vida no se que camino seguir, que decisiones tomar, me siento perdida y destruida emocionalmente, miro a las parejas caminar y no puedo evitar pensar en mi caballero de armadura reluciente, Liam, ya falta poco para que sea mi hora de llegada a casa y, de seguro, esta ansioso esperandome pero ?Como le explico todo lo sucedido? ?Como le explico que yo, no soy yo y que esta vida no es mia? Las lagrimas amenazan con invadir mis ojos, asi que sacudo mi cabeza y trato de tomar una decision. Son casi las 6:00 de la tarde y me encuentro en el mismo lugar, no he tenido las fuerzas de hacer algo mas y la sensacion abrumadora no desaparece de mi. Todo esto de mi adopcion y la aparicion de mi "Madre" hubiera sido mas facil de asimilar bajo otras circunstancias. De Isabella podia esperar cualquier cosa, pero lo que nunca espere que sucediera fue que mi "amiga", mi "confidente", me pagara con esta moneda; todavia recuerdo su mirada y el desprecio con que me hablaba, se me eriza la piel, y pensar que en algun momento su amistad fue incondicional. Me hacen ver y pensar las cosas desde otro punto de vista, empezando porque tal amistad nunca existio, sus reclamos el dia de hoy me hicieron darme cuenta de que todo fue por simple interes y cuando por alguna razon se vio desplazada por mi, su interes se convirtio en rencor, un rencor que fue almacenando hasta que exploto. La verdad yo nunca desee hacerle dano, siempre la vi como una chica indefensa de alguna manera y, por lo tanto, siempre busque la forma de cuidarla, pero eso la hizo sentirse sobre-merecedora de cosas que escapan de mis manos; no puedo evitar pensar que tal vez todo esto es mi culpa, miro al horizonte y me percato como pequenas hebras de sol empiezan a ocultarse y se que es momento de tomar la proxima decision, he decidido buscar un lugar, un pequeno hotel a las afueras de Manhattan, necesito tiempo para mi, para pensar, para asimilar tanta informacion. Tomo mi bolso, saco mi celular y en mi buscador favorito de internet busco un hotel modesto y alejado del bullicio de Nueva York, rapidamente lo encuentro, es pequeno y sencillo, tiene todos los aspectos que necesito para facilitar este momento de transicion, aparte de que estoy segura que alla nadie me encontrara porque estoy segura que Matt y Liam me buscaran hasta debajo de las piedras y yo solo necesito estar sola. Rapidamente me levanto de la banca y me dispongo a buscar un taxi que me lleve al lugar que por un par de dias sera mi refugio. Llego al hotel y me asombra su belleza natural, se encuentra en medio de un area boscosa, con muchos arboles a su alrededor e inmediatamente me siento a gusto y relajada con mi decision, paso al lobby y me registro en una habitacion sencilla sin muchos lujos. Al entrar en ella, veo una pequena cama con sabanas un poco descoloridas, que en algun momento fueron azul, dos almohadas y un cojin en el medio, una mesita de noche color marron clara y una lampara blanca sobre ella; de un extremo, una pequena peinadora con un par de gavetas y un hermoso espejo decorado, y justo frente a la cama un pequeno televisor y, por su puesto, un modesto bano; para lo que pienso hacer en esa habitacion es mas que perfecta, no tiene muchas cosas en las que me puedan distraer; luego de tomar un largo bano, miro mi telefono celular y tengo 10 llamadas de Matt y 28 de Liam, !VEINTIOCHO! Me parece una locura, me encantaria poder responderle, poder llamarlo, pero en ese momento no encuentro la fuerza ni las palabras correctas para decirle algo coherente, asi que dejo a un lado mi celular y me concentro en mi misma, es lo que necesito; me lanzo en mi comoda cama, prendo el televisor y rapidamente consigo una pelicula que me engancha, aunque un par de minutos despues caigo en un profundo sueno. Es mi cuarto, dia en el hotel y no lo puedo negar, me he sentido mucho mejor, aunque lo unico que no me deja tener una concentracion perfecta son las 20 llamadas al dia que me hace Liam, del resto, todo me ha servido de bastante ayuda, aunque todavia no logro descifrar cual sera mi siguiente paso en la vida. Tocan la puerta y es Maria, una mucama del hotel que se ha ofrecido para ayudarme en cualquier cosa que necesite, luego de haberme encontrado el dia numero 2 acostada en mi cama llorando desconsoladamente; es una chica muy linda, de mi edad, morena, de cabello largo negro y, aunque un poco llenita, tiene muy linda silueta, aparte de eso tiene un nino de dos anos de edad que es una monada, a veces cuando no consigue quien se lo cuide, lo lleva con ella al trabajo y pasa un par de horas en mi habitacion viendo munequitos. --Hola maria ?Como estas? --Bien senora Elizabeth. --Ya te he dicho que me digas Liz por favor. --Esta bien Liz, pase a entregarle lo que me habia encargado el dia de ayer. Me pasa una bolsa en donde encuentro un par de jeans, una blusa negra y un par de botas de corte alto, sonrio y le doy un abrazo. --Gracias Maria, ya tenia mucho tiempo con la misma ropa y sentia que iba a enloquecer. -- Saco mi lengua en senal de desagrado y ella rie.

  • Jardin de Pablo Simonetti

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    Temo que brote la culpa por mi desidia al momento de venderla. Sin embargo aqui estoy, hundido en el asiento de mi auto, arropado con un chaqueton que me pesa y una bufanda que me quita el aire. Intento protegerme de este dia de invierno y de cualquier otra inclemencia.>>

  • Homo Lubitz de Ricardo Menendez Salmon

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    Richard O’Hara aguarda en un hotel de Shanghai la firma de un contrato entre el Gobierno de China y las farmaceuticas occidentales que lo convertira en un hombre rico. Tras su estancia en Asia, recibe un extrano encargo: hallar el paisaje que aparece en una vieja fotografia. Obsesionado por esa imagen, emprendera entonces un viaje alrededor del planeta en compania de una mujer llamada Amanda. En este thriller vertiginoso, en el que los accidentes juegan un papel decisivo, los vampiros son coleccionistas de arte y el cineasta David Cronenberg explica cual es el verdadero espiritu del siglo xxi, Ricardo Menendez Salmon muestra su confianza en la ficcion literaria como instrumento para interpretar nuestro mundo.

  • Sal de mi camino, Valentin de Sarang Hee

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    <>. Mi mantra mananero es una verdad fuerte y bonita la cual muere en mis labios con la entrada en escena de mi archirrival, Valentin. No hace falta que levante la cabeza del teclado para saber que esta entrando. Su perfume eau du toilette de Channel, es su aviso de llegada, cual memorandum reconocido por el edificio entero. Sus pasos acompasados se escuchan cada vez mas cerca y una vez llega a nuestra oficina, como de costumbre, ni siquiera nos dedica un ‘buenos dias’. Valentin no saluda, nunca. Su comportamiento no nos sorprende ni un poco, ni a mi, ni al resto del equipo de chicas en el departamento. Ese acto o, mejor dicho: ese no acto, es muestra constante de la mala educacion del hombre. En un principio todas nos mortificabamos por ello, algunas de las muchachas no sabian que hacer; si no saludarlo de plano, o seguir haciendolo para recibir como respuesta un incomodo silencio sepulcral. En la actualidad nos hemos acostumbrado y no gastamos saliva ni energia en saludarlo. --Senor Valentin, los reportes que me solicito ayer estan encima de su escritorio; al igual que su cafe, y los curriculos de los mejores prospectos para la division de China. Celine, una menuda mujer de treinta anos, es la secretaria de direccion y tiene la tarea de todos los dias hacer lo mismo; recibir a Valentin e informarle de cualquier novedad, entretanto, el camina a su oficina, con la mirada en Jupiter. --Bien, revisare todo. Para su conocimiento voy a estar en una llamada internacional, que nadie me moleste por las siguientes horas. --Si, senor --responde una aliviada Celine. Con su primera mision del dia cumplida ella se aleja de la oficina de cristal, mejor conocida como la "pecera", con su semblante mas relajado que antes. Pasa frente a mi escritorio y hace su acostumbrada senal de alivio, le sonrio y le doy un pulgar para arriba. --Aruba. --Valentin dice mi nombre para llamar mi atencion. --Valentin --le respondo sin dejar de mirar mi computador, mas porque se que le molesta que lo ignore, que porque realmente este muy metida en lo que estoy haciendo. --?Tendras listo lo que te pedi ayer? --pregunta y asiento, sin despegar los ojos del brillante aparato. --Casi ya, en menos de veinte minutos estara en tu bandeja de correos. --No hace falta que levante mis ojos para saber que su mirada a Jupiter ha aterrizado y ahora esta puesta en mi. --Me parece perfecto, asi lo revisamos juntos antes de que te vayas a casa. Con todo dicho entre los dos, se mete en su oficina y se termina la conversacion. Todas de cierta forma respetan a Valentin, no solo porque es el jefe del departamento. El se preocupa por cosas que van mucho mas alla de la produccion y operacion, tambien le importa que su equipo aprenda y que sus colaboradores sean capaces de tomar decisiones en cualquier caso urgente. Eso, de alguna manera compensa la lengua inclemente del maleducado y engreido jefe. No se anda por las ramas, si te ganas una respuesta mordaz de su parte, la tendras seguro. !Oh, si lo sabre yo! Que fui su primera victima. Nunca olvidare esa manana de ingreso en la que, entre diez candidatos, el y yo estuvimos sentados uno al lado del otro, llenando pruebas psicologicas y examenes para determinar que tan buenos eran nuestros perfiles para el puesto. Fue un largo dia de preguntas parecidas en complejidad a problemas de fisica y respuestas a la altura. Al final de la tarde de ese dia nos habian dado los resultados, en los cuales yo aparecia como seleccionada y me di cuenta de que el tambien. Pletorica como estaba, me atrevi --con una sonrisa de boba satisfaccion personal por el logro -- a invitarle a tomarnos unas cervecitas para soltar el lastre. Mi ERROR. Ese hombre que me parecio en su momento un elegante y educado caballero; alto, de rostro bonito y ojos claros, casi en el mismo tono de su pelo castano. Me miro por encima de un hombro y sin pena alguna me dijo:--Yo no salgo con companeros de trabajo y mucho menos si son mujeres solteras que puedan malinterpretar las cosas. Mi semblante cambio al instante, estaba herida en mi orgullo femenino debido a ese despreciable desconocido, quien pensaba que como no tenia novio --cosa que aun no se como supo-- iba a acosarlo o algo asi. Pero, sobre todo, yo estaba molesta por esa forma desdenosa de mirarme, !como quien tiene un moco en la nariz! En fin, desde ese momento entre nosotros se ha instalado una especie de guerra muda, una de poder y conocimiento. Gracias a esa competitividad escalamos rapido, y hemos sido ascendidos, premiados y reconocidos varias veces, casi siempre uno delante del otro. Quizas por ello siempre he tenido la absurda sensacion de que me esta leyendo el pensamiento: si me lanzo a por un proyecto, el tambien, si hago un cambio novedoso en algo, el lo mejora en otro... y asi ha sido todo el tiempo. Es tanto el sofoco que causa en mi toda nuestra historia, que es inevitable no sentirme predispuesta, como si el pesado hombre estuviese en mi camino. Hace un ano que la competencia individual ha cesado, ambos fuimos promovidos a la vez para encargados del departamento de diseno grafico y perfil de la marca. Actualmente el es el Gerente y yo la Subgerente, por lo que la tregua esta en el aire, ambos estamos concentrados en hacer de este departamento el mejor y tocandonos la moral uno al otro, no iba a funcionar. Inconscientemente levanto la cabeza un momento de la hoja de calculo en la que estoy trabajando y le veo a traves de los cristales de su oficina, enfrascado mas de lo usual en una discusion telefonica. Aun asi, sus ojos se encuentran con los mios por un instante. Incomoda y poco interesada, le retiro la mirada y sigo en lo mio. Se supone que el y yo debiamos compartir ese espacio cerrado y privado que es la pecera y que dejariamos al resto de chicas en los cubiculos, trabajando sin la presencia de un jefe tan cerca. Cuando surgio el tema me negue en rotundo a compartir un espacio tan pequeno con el. Es cierto que estamos en tregua, pero bien, lo que se dice bien, no nos llevabamos como para compartir oficina. Sin mucho palabreo el se quedo con la pecera, mientras yo nadaba con los otros peces del estanque, y no me arrepentia de nada. Sigo concentrada en redactar un correo para enviar el informe contable del departamento, reviso lo que escribo, en el interin mi extension telefonica suena. En la pequena pantalla se refleja el numero de la extension de Maite, mi chica estrella. Tomo la llamada sin dejar de teclear el correo. --?Has visto la cara de sieso que ha traido hoy? Parecia que tenia un palo en el culo… --La diatriba, una que he escuchado antes. --!Maite! --la reprendo evitando a duras penas sonreir--. Te he dicho que no esta bien que hables asi de tu jefe. No es etico ni profesional, bajo ningun concepto, aceptar que tus colaboradores ofendan a sus superiores, incluso cuando estos se lo merezcan, como es el caso puntual de Valentin. --Aruuu, sabes que solo hablo del demonio con ustedes y es porque no entiendo como un hombre que se ve tan bien fisicamente es tan odioso e imbecil. ?Valentin verse bien?, si. No le miro mucho ni por asomo. No quiero que me vuelva a culpar de que le acoso. Al principio me costaba ignorar lo bien parecido del tio, ahora, sin embargo, lo hago con la misma facilidad con la que piso una cucaracha... Sin remordimiento. --Hay de todo en la vina del senor, Maite, vive con eso. --Con mi comentario intento quitarle hierro al asunto. --!Claro que no! Pero no te he llamado para eso: ?Aun esta en pie lo de esta noche? -- inquiere animada. Su voz es peculiar y un poco chillona, incluso a traves de la bocina del telefono. --?La cena de inauguracion de la semana del Amor? Si, a las nueve en punto nos casaremos con par de cervezas y un plato de pasta japonesa. --Con ese pensamiento tambien me animo un poco y dejo a un lado el correo casi listo. --Esa es mi jefa, iremos todas y la pasaremos bien, total, manana no se trabaja. ?Que haras hoy? Tendremos la tarde libre. --Tengo todo organizado para ir al spa y relajarme el resto de la tarde --le comento girando el asiento, en tanto rebusco algo en una carpeta. --Wao, que envidia, yo tengo que ir con mi madre a visitar a mis tias, imagina lo que me espera --se queja Maite. --No te lamentes, podria ser peor. --Define peor… --Podrias tener una desagradable cita… --Eso no es malo, yo encantada. Necesito darle alegria a este cuerpo. --Su voz no ha bajado nada, seguro la han escuchado el resto de las chicas. --Por Dios, Maite, ?como eres tan descarada? --cuestiono divertida. --Pues asi como asi. Se me da natural. --Ya veo que si. De todas formas, si quieres puedes venirte al spa conmigo --la invito. --Nah, ve tu sola, en la noche nos vemos. --Ok. Terminamos la llamada y yo releo el cuerpo del correo, luego adjunto el informe para Valentin, y envio mi mayor pendiente del dia. Al instante mi cuerpo se siente superrelajado, satisfecha de que hoy podre llegar a casa temprano y dejarme hacer de todo en las manos sagaces de un masajista profesional. Espero unos minutos la respuesta de Valentin al correo enviado, aprovecho y le pongo agua al cactus en mi escritorio, es la unica decoracion que tengo en mi cubiculo. Aprecio mucho la hermosa y redonda plantita con espinas que una vez al ano florece para mi, fue un regalo de hace dos navidades. Hicimos un angelito, una actividad de regalar y recibir presentes por varias semanas, para integrar al equipo y reirnos un poco. Ese dia Maite le regalaba a Valentin, y se le ocurrio envolver en una bolsa muy mona una camiseta estampada en el frente con el colerico munequito de la pelicula, Intensamente. Al ver el presente y la cara de Valentin tan igual a la del dibujo, nos reimos hasta llorar. Despues le toco el momento al jefe de entregar su presente y lanzo un discurso: --Este obsequio es muy especial, Aruba, ven aqui. Es para ti y cuando lo elegi lo hice pensando en todo lo que veo en ti. Ya sabia que era el quien me regalaria esa semana, las chicas no se guardan nada. Recibi la bolsa y al introducir la mano me pinche los dedos, lance un grito sutil hasta que saque el bonito pero hiriente cactus. La maseta tenia ojitos y de la planta salia una notita, la abri y alli ponia: "No todo lo que tiene espinas es feo... si no, mirate a ti." Las chicas tambien se rieron de mi expresion al leer la nota y del regalo. Unos dias bastaron para que me encarinara del peculiar y coqueto regalo, tanto que ahora la plantita es la consentida de la oficina. Con Clementina regada --asi se llama el cactus-- vuelvo a mirar el correo, sigue sin llegar una respuesta. Me levanto para ir a la impresora, el aparato es uno solo para toda la oficina. Plantada frente al monstruo blanco me pierdo mirando el calendario grande, que cuelga en la pared del frente. Es sabado siete de febrero y desde hoy hasta el catorce --dia marcado con un corazoncito flechado en el calendario-- la gente actua como loca, comprando cosas para regalar a sus amados. La maquina termina, recojo los impresos y me alejo pensando que para mi este sera un San Valentin mas. Hace unos meses que termine con el chico con el que me estaba liando, gracias a que el muy jodido ya se estaba poniendo intenso, y yo no necesito eso, por lo menos no lo necesitaba de el, que aparte de ponerme cachonda no me hacia sentir nada mas. Valentin con la rabia y tension que causa en mi, significa mas que ese chico. Es una escalofriante comparacion entre el hombre con el que peleo y el hombre con el que me liaba desnuda y al que me montaba como amazona salvaje, pero es la correcta para describir lo poco que me importaba esa relacion con esa criatura con cuerpo de modelo frustrado… --!Auch! --gimo al golpearme la frente con un costado de Valentin, hasta el choque no habia notado su presencia. Estamos solos el y yo en ese pequeno cuarto, levanto mi mirada y lo encuentro observandome serio, con sus ojos de avellana puestos en mi y su mandibula apretada. --?Sera que levantas la cabeza y miras para adelante cuando caminas? --Estamos solos, no hay que fingir que nos llevamos bien. --?Sera que sales de mi camino, Valentin? Por favor, vete a la luna. Yo misma te pago el pasaje. --No te daria esa satisfaccion, ni aunque mi vida dependiera de ello. --Su comentario mordaz y antipatico. --Cuidado con lo que deseas, que los suenos se hacen realidad. Por ahora solo sal de mi camino, esa colonia tuya es demasiado fuerte para estas horas y me molesta.

  • Las lagrimas de Hauwa Samuel de Javier Holmes

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    En un control rutinario, una patrulla de la Guardia Civil intercepta un camion y descubre en el interior de su remolque, ocultas, a veinte chicas subsaharianas. Todo se precipita en ese momento y el conductor cae abatido por una bala disparada por uno de los numeros de la patrulla.
    Unos meses mas tarde, Yaiza Cabrera tiene el encargo de investigar la muerte de Leocadio Huidobro, empresario dueno de la flota de camiones entre los que se encontraba el que se utilizo para el supuesto delito de trata de blancas. La autopsia ha dictaminado que se trato de muerte natural, pero una sustancia encontrada en el cuerpo del finado hace sospechar a los dos hijos que no fue tan natural.
    En la lectura del testamento, los dos hermanos se encuentran con que su padre, antes de morir, habia adoptado a una joven de veinte anos y a un adolescente de nacionalidad nigeriana. Por tanto, la asignacion esperada sera mucho menor. A esto se suma que el abogado de la empresa recibira una pequena parte del legado.
    Paralelamente, durante el curso de la investigacion, una muchacha es secuestrada de su pueblo, al norte de Nigeria, sufriendo todo tipo de vejaciones hasta que es instalada en Espana para ejercer la prostitucion. ?Tienen alguna relacion estos hechos con la investigacion de Yaiza Cabrera? Esta no dudara en meter su nariz en los entresijos de la empresa ya que todo apunta a que alguien la ha descapitalizado poco antes del tragico suceso.
    Jovenes capturadas en su pais para ejercer de esclavas sexuales y sometidas a un maltrato inhumano, personas sin escrupulos que no dudan en traficar con seres humanos amparados por el poder de las mafias, empresarios desaprensivos a los que solo les interesa su lucro personal. Estos son los ingredientes de una novela que no dejara indiferente al lector, por su crudeza, pero tambien por la sagacidad de una detective irreverente y desenfrenada que se enfrentara a su tercer caso.

  • Gold and Diamonds 2 de Eli Jane Foster

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    Glory les observaba sentada en su trono de terciopelo rojo, convenientemente alejada de la pareja. El hombre desnudo ante la mujer y totalmente excitado, la cogia por el cabello rubio metiendole el miembro en la boca casi hasta ahogarla. La chica, que era una de las habituales, estaba atada a una x de madera con unas correas e intentaba apartar la cabeza, pero el no se lo permitia. Glory suspiro cuando ella con lagrimas en los ojos la miro de reojo intentando respirar desesperadamente. Se levanto lentamente cogiendo su latigo de la mesa y camino sobre sus tacones de aguja hasta ellos. --!Sueltala! El tipo la miro sonriendo y tapo la nariz de la chica haciendola gritar de miedo quedandose sin aire. --Si le gusta. ?No ves como disfruta esta zorra? --Se aparto lo suficiente para que la chica aspirara una bocanada de aire y tosiera antes de que el volviera a metersela en la boca. --No estas siguiendo las reglas, guapo. Nada de poner en peligro a las chicas. --Dejo caer la cola de su latigo observando aquel culo caido del tipo que debia tener unos cincuenta anos. --No te lo repito mas. Es nuestra primera sesion y no me conoces, pero hablo muy en serio. !Si yo digo basta, es que basta! --!Callate, puta! !Pago para esto! --Se alejo de la chica pegandole un tortazo. --!Solo estas aqui para observar porque eres una mirona! Esas palabras la enfurecieron, pero aun asi no movio el gesto mirandole friamente. --Como vuelvas a ponerla en peligro, te voy a meter el latigo por el culo. --Sonrio maliciosa. --Seguro que te gusta. Tienes toda la pinta. El tipo se acerco a ella con la mano levantada para pegarla, pero antes de que llegara a ella, levanto el latigo dandole en la cara. El se aparto cubriendose la mejilla con la mano. --!Hija de puta! --Se iba a tirar sobre ella de nuevo y Glory no se reprimio mas. Le dio dos latigazos y uno le dio en su miembro retorciendole de dolor hasta caer al suelo. Lentamente Glory se acerco a el y puso el tacon de acero sobre su pecho. --Como vuelvas a intentar joderme, te voy a dar tal manta de hostias que te dejare lisiado. --Levantando una ceja por debajo de la mascara de latex miro su miembro ahora flacido. Sonrio ironica y clavo el tacon en su pezon haciendolo chillar de dolor. --Se ha terminado la sesion. --Si, ama --siseo mirandola con odio antes de que se apartara de el dandole la espalda. --Desatala y largate. Informare al jefe. --!He pagado una fortuna por ser miembro de esta mierda de club! --El club tiene reglas. Sadomasoquismo consentido. Si ella quiere parar, se detiene la sesion. Punto. --Miro a la chica que no habia disfrutado en absoluto de todo aquello y lloraba del alivio. --?Quieres parar? --Si, Glory. Sueltame, por favor... Este cabron es un sadico, que no tiene ni idea de lo que hace. Glory hizo una mueca al mirar al tipo que estaba furioso sin poder levantarse todavia. --!Tu consentiste! --!Para tener sexo, no para que molieras a hostias, cabron! Glory se echo a reir al ver la confusion en la mirada del viejo y se acerco a la chica abriendo con una mano una de las correas. La chica se desato el resto y salio corriendo desnuda como estaba. --Vaya... --Divertida miro al tipo. --No se la ve muy contenta. --!No tiene que irse contenta, zorra! Yo mando. Glory chasqueo la lengua acercandose con el latigo en la mano. --Estas sesiones se basan en dos cosas muy simples, carino. El placer de ella unido al dolor y tu placer al provocarla hasta el limite. --Le fulmino con sus preciosos ojos verdes. --Nunca rebases el limite porque no tendre piedad. Eso te lo juro. --Esta me la vas a pagar. Glory se echo a reir a carcajadas. --Si me dieran diez pavos cada vez que me dicen eso, seria rica. --Se volvio yendo hacia el ascensor. --Te aconsejo que te vayas. Voy a avisar al jefe de que has sido un chico muy malo. Se subio en el ascensor y sonrio maliciosa mirando a aquel cerdo. Llevaba en ese trabajo seis anos. Cuando tenia diecinueve vivia en la calle y Lucius la recogio dandole un lugar donde vivir en el atico del club. Sabia perfectamente lo que sucedia alli, pero Lucius nunca le pidio que trabajara alli. El anciano la trato como una hija e incluso insistio en que siguiera estudiando, pero ella no quiso sabiendo que al menos le debia trabajar para colaborar en su manutencion. Pidio trabajar en el guardarropa donde alli estaria segura de varios pervertidos del club y el estuvo de acuerdo. Estaba sentada leyendo un libro cuando escucho los gritos del piso de abajo. Miro hacia la puerta, pero el de seguridad debia estar fumandose un cigarrillo y no estaba en su puesto. Glory no se lo penso, porque la que estaba abajo era Shine y era una chica fantastica. Bajo por las escaleras y al ver que un hombre desnudo la tenia encadenada a la pared de espaldas golpeandola con una vara, se acerco furiosa a la pared y cogio el latigo. El tipo ni vio llegar el primer latigazo tan concentrado que estaba en infringir dolor y ya no pudo detener ni el segundo, ni el tercero. Glory perdio el control y le dio una paliza que el tipo no olvidaria nunca. Cuando Lucius bajo y vio la situacion, pidio a sus gorilas que sacaran al tipo de alli y antes de que se lo llevaran a rastras, le cogio por el cabello levantando su cabeza y siseo --Como abras la boca, te la vuelvo a enviar. No se destroza la mercancia, hijo de puta. Solo se disfruta. Mi nina ha hecho lo que hubiera hecho yo. No vuelvas por aqui si quieres seguir conservando la piel en el cuerpo. Unas chicas se acercaron a Shine que estaba inconsciente en ese momento y la desencadenaron llevandosela entre todas para atenderla. Con la respiracion agitada, Glory aun con el latigo en la mano miro a Lucius algo preocupada. Su jefe sonrio. --Nina, has hecho bien. --Metio la mano en el interior de la chaqueta y saco un puro mordiendo el extremo y escupiendo en el suelo de piedra. Saco el mechero y encendiendolo, ilumino su rostro y su pelo blanco mientras aspiraba una y otra vez hasta encenderlo. Lucius sonrio cogiendo el puro entre sus dedos y apartandolo de la boca para expulsar el humo. --?Como te has sentido? Le miro con desconfianza. --?A que te refieres? --pregunto agresiva. --?Crees que no se tu secreto? Eres tan transparente para mi. --Lucius sonrio mirando a su alrededor. --Se lo que opinas de nosotros. Que somos enfermos. --No opino eso de ti. --?Crees que a mi no me gusta dominar a una mujer cuando le hago el amor? --Se que te gusta, pero nunca harias algo asi. --No. --Miro con desprecio los grilletes de la pared. --A mi no me gusta torturarla provocandole dolor. --Sonrio malicioso. --Aunque un poco no viene mal para alargar el extasis, algo continuado me parece excesivo. Glory le observaba sin decir nada. Su porte y su traje demostraban que era un hombre que siempre lo habia tenido todo. Le vio caminar haciendo ruido con sus zapatos italianos sobre el suelo de piedra. --No has contestado a mi pregunta, pequena ?Como te has sentido? --?Golpeando a ese cabron? --?Cuantas veces te he dicho que no digas tacos? Sonrio sin poder evitarlo por la reganina y Lucius movio la cabeza de un lado a otro como si no pudiera con ella. --Me he sentido bien. --?Como de bien? Glory entrecerro los ojos. --No me he excitado, si es lo que preguntas. Lucius suspiro de alivio. --Pero te ha gustado. --Me encantaria pegar a todos esos cabrones, que se creen con derecho a golpear a una mujer --dijo con rabia. --No podras hacerlo si ella disfruta. Esa es la regla. Solo si el se pasa de la raya. Los ojos de Glory brillaron. --?Me dejaras? --Me acabo de dar cuenta que lo que ha sucedido hoy no puede volver a pasar. Tu evitaras que ocurra de nuevo. ?Podras soportarlo? Veras cosas que puede que te escandalicen. Glory levanto una ceja. --?No te has dado cuenta que ya no me escandaliza nada? Lucius la miro con pena. --Siento que siendo tan joven hayas visto tanto. Se encogio de hombros tirando el latigo al suelo. --Me voy con los abrigos o esos ricachones me lo revolveran todo.

  • Tormenta en Summerville (Policias 2) de Elizabeth Betancourt

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    Rick Johnson acaba de llegar a Summerville. Hacia anos que no volvia a su ciudad natal, donde habia pasado toda su infancia.
    En la encantadora y sosegada ciudad esta pasando algo muy turbio. Al principio desaparecian animales y se les encontraba degollados. Ahora, sin embargo, ha ocurrido un asesinato y todos los habitantes de la ciudad estan atemorizados. Una rubia de armas a tomar se implicara en la investigacion. Rick sencillamente no aguanta respirar el mismo aire que la mocosa de Jenny Collins. Su actividad favorita hacia anos era molestarla por su fealdad, pero ahora la muy maldita se habia convertido en una de las mujeres mas hermosas del condado. Ya no era la flacucha y desgarbada nina con aparatos de dientes. No, ahora tenia unas formas en el cuerpo que Rick no paraba de sonar.

  • Un oceano entre tu y yo de Alexandra Roma

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    Adriana parpadeo un par de veces tumbada sobre la hierba fresca. Aspiro profundamente, para llenarse los pulmones de ese olor a mar entremezclado en su justa medida con el de la naturaleza que la rodeaba. Los expertos habian dicho que esa noche habria una lluvia de estrellas como no se habia visto antes. Caerian entre cien y cuatrocientos meteoros por hora, un hermoso espectaculo que podia rivalizar con el de las famosas perseidas. Era consciente de que a lo largo y ancho del mundo, miles de personas se encontraban como ella, exactamente en su misma postura, esperando a que el infinito universo los maravillara como solo el sabia hacer, con su grandeza eterna. Sin embargo, Adriana era una afortunada. Tenia una de las mejores panoramicas del acontecimiento, desde la cumbre montanosa que custodiaba su ciudad en las Rias Baixas, Vilagarcia de Arousa. Casi podia competir con la del mirador de Lobeira. El manto oscuro cubria hasta donde alcanzaba la vista y, como banda sonora, poseia el silencio de la intimidad, adornado con el balanceo de las ramas de los arboles y los roedores, animales y aves que, conscientes de que ese territorio les pertenecia, se movian en el con total libertad. Las luces de las diferentes viviendas de las colinas parecian luciernagas que pintaban un cuadro gallego imposible de olvidar. Los arboles, salvajes e independientes como sus habitantes, crecian sin control, tratando de rozar con su copa esas nubes que alli estaban mas cerca de la tierra que en ningun otro sitio. De pequena, Lidia, su madre, siempre le decia que la linea que separaba lo terrenal de lo divino era mas tenue en Galicia. <>, repetia sin cesar. Pero su criterio era poco objetivo y, por si alguna vez tenia alguna duda, solo era necesario que sacara a relucir las viejas leyendas de las meigas. Distinguio el primer astro que caia, transformandose en un rastro que trazaba un difuminado camino blanquecino que se perdia en el firmamento, entre las constelaciones. Lo senalo, pese a que estaba sola, e imagino la cantidad de deseos que se estarian formulando en ese mismo instante. Ella no pidio ninguno. No estaba acostumbrada a dejar su vida en manos del azar ni de antiguas supersticiones. Si algo tenia que pasar, ocurriria sin que una estrella tuviera que interceder. No le gustaba sonar con fantasias futuras, sino modificar su realidad para vivir el presente deseado. Permanecio en la misma postura, hasta que esa imagen de postal se enturbio con la aparicion de un halo de luz blanca que provenia directamente de entre las nubes, enfocando un punto en el mar. No, no estaba presenciando una especie de acontecimiento paranormal. Se trataba de un helicoptero de la Policia Nacional, que acababa de localizar una lancha que trataba de introducir droga, no sabia si cocaina o heroina, que era con lo que mas se traficaba alli, en el interior de las rias. El barco comenzo a moverse entre las olas, serpenteando bajo la atenta mirada del piloto, que perseguia a los narcotraficantes sin tregua. Estos, en lugar de tirar los fardos o entregarse, trataban de huir. A saber cuanto dinero costaba la mercancia que transportaban y las consecuencias de no llegar al punto fijo que habian pactado con los cabecillas de la organizacion. Tal vez en esos momentos los delincuentes no temian entrar en la carcel, sino el dia que tuvieran que salir de ella y enfrentarse a otro tipo de justicia mas irracional. Con la sangre comenzandole a hervir, Adriana fue consciente de que debia regresar a casa si no queria que notasen su ausencia. Desde que tenia uso de razon, su padre, Edelmiro, siempre habia sido un poco exagerado en cuanto a la seguridad se referia. Pero su paranoia se habia incrementado notablemente desde que, en las ultimas semanas, habian recibido un par de cartas en las que, con letras recortadas de periodicos y revistas, amenazaban a su familia. Pese a la alarma que eso habia generado en casa de los Sierra, Adriana no estaba preocupada. Era normal que en el hogar de un politico, concretamente el alcalde de Vilagarcia de Arousa, los detractores de sus medidas les dirigiesen mensajes poco amables, repletos de insultos y alguna que otra advertencia para intimidarlos. El problema, segun su opinion, era que se les daba demasiado credito a palabras viscerales, surgidas de manera irracional, que en realidad no eran mas que una forma de expresar la frustracion de muchos. Se lo habia intentado explicar a Edelmiro en innumerables ocasiones mientras este caminaba arriba y abajo de su despacho, pero su padre siempre contraatacaba con lo mismo. El pertenecia a la generacion de los anos setenta, esa que el llamaba generacion perdida, y, segun su experto e inalterable punto de vista, se empezaban a repetir los mismos sucesos. Le hablaba de la historia negra de la costa gallega, donde el dinero, la droga y el poder se juntaron, fulminando de golpe a toda una poblacion de jovenes que se entregaban al polvo blanco, la farina, como comunmente la llamaban en su tierra, sin prever las consecuencias. La convivencia con el narcotrafico provoco que el consumo se viera con total normalidad. Hombres como su abuelo, que, crecidos en familias salidas de la miseria, tras enriquecerse con el negocio invertian en caprichos con los que nunca antes habian sonado y se permitian pazos, vinedos de albarino, joyas y coches de lujo. Pero a ninguno de los capos, la mayoria de ellos rondando la carcel, se les ocurria probar la mercancia de sus clientes, a los que, por otra parte, despreciaban. Adriana sabia que ese habia sido el escenario en el que Edelmiro se habia criado, viendo como su padre incrementaba la fortuna gracias a actos delictivos. Y por ese mismo motivo, por su experiencia, habia dedicado su vida a eliminar ese lastre impuesto, demostrandose a si mismo y a los demas que la delincuencia no era hereditaria. El era un hijo de mafioso transformado en politico, que dedicaba su tiempo a borrar la huella familiar con las medidas mas restrictivas que se recordaban en la ria de Arousa. Pese a su esfuerzo, Edelmiro aseguraba en las largas comidas en su churrasqueria preferida, A Ria de Carril, frente a al Parque Nacional Islas Atlanticas de Galicia, que la ciudad estaba revolucionada. El dinero facil siempre era atractivo y tentador, pero a diferencia de los anos setenta, los nuevos cabecillas no lo usaban para sacar adelante a sus familias, sino para quemarlo con sus vicios, dejando parte de la mercancia en casa para consumo propio. Y era consciente de que si se mezclaba el negocio y el vicio, el resultado eran ajustes de cuentas, venta y consumo. En mitad de esa lucha encarnizada contra la droga, estaba su familia. Lo unico con lo que podian atacar a Edelmiro y volverlo vulnerable. Y a eso se debia la <> de Adriana. Avisar de todos sus movimientos y no poder salir de casa una vez llegada la noche, eran las consecuencias que pagaba. Aunque ella no hacia caso en absoluto de las normas impuestas entre los muros de su hogar, con veintisiete anos, le parecia absurdo tener que escaparse a hurtadillas para ver una lluvia de estrellas. Y si ese dia habia operativo, el ambiente estaria caldeado en casa de los Sierra. No queria ni imaginar como se pondria Edelmiro si se percataba de que esa noche su hija mediana habia desobedecido sus normas. Pese a saber que se debia dar prisa, la curiosidad le pudo y se quedo hasta que vio como un policia se lanzaba desde el Condor hasta la lancha. Desde donde estaba no podia distinguir los detalles, pero al ver que el pequeno barco blanco habia frenado en seco, supuso que el agente habia amedrentado a los delincuentes con su arma y no habian tenido mas remedio que abortar la mision que los narcos les habian encomendado. Meditando sobre cual seria el castigo para la persona que pilotaba el navio, y no se referia a la carcel, sino a la ley de la calle, Adriana deshizo el camino hasta llegar a la valla que limitaba el pazo de los Sierra. Una antigua construccion de piedra rodeada por ostentosos jardines y la fragante presencia de cientos de eucaliptos. La luz de la segunda planta estaba encendida, lo que significaba que su madre y sus hermanas estarian viendo algun concurso de cocina, cuyas recetas la primera pondria en practica, posiblemente al dia siguiente. Tambien vio encendida la del despacho y eso la preocupo un poco mas. Rodeo la casa hasta llegar a la parte trasera. Exactamente a la parte donde la valla poseia menor altura y estaba en un punto muerto de las camaras de seguridad. Por ahi escapaba Adriana dia tras dia, volviendo a sentirse con la adrenalina de una adolescente que evita a sus padres para ocultarles que se ha pasado con la bebida. Paso un pie por encima y noto como la piedra se le clavaba en los muslos desnudos. Se tendria que haber puesto algo mas de tela que sus shorts vaqueros. Una vez arriba, sonrio satisfecha por su hazana y salto.

  • El asco de Horacio Castellanos Moya

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    El libro mas emblematico y controvertido de Castellanos Moya.

  • Munequita de Lori Beasley Bradley

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    E 1 l calor de la primavera tardia en la casa hacia el aire practicamente irrespirable. Dolly levanto la cabeza de los cojines tras su regazo cuando escucho el carruaje afuera. Dejo la tela a un lado y se acerco a la ventana para ver a Karl, el repartidor de la tienda de Haney, quien se bajaba. Ella fue a la puerta con una sonrisa en su rostro. El estaba alli con sus baneras de lavado para la ropa, las que tenian escurridores para sacar el agua de la ropa --Solo puedo llevarla hasta su porche, senorita Dolly --el vigoroso joven se disculpo. -- Tengo que correr a Holbrook para recoger mercaderia para el Sr. Haney en el deposito o me quedaria para llevarlas a la parte de atras y prepararlas para usted. Dolly se protegio los ojos de la luz del sol brillante con su mano agrietada. Esta bien, Karl. Puedo arreglarmelas desde aqui e instalarlas . Ella no estaba segura de que fuera verdad, pero Dolly sabia que tenia que sacar la caja y su contenido del porche delantero y llevarla al fondo antes de que Martin llegara a casa y las viera. Karl deslizo la gran caja de madera de la parte trasera del carruaje y la llevo al porche. Se quedo esperando hasta que Dolly buscara en el bolsillo de su delantal y sacara una moneda de cinco centavos. --Gracias --dijo y le entrego la moneda al joven. --Gracias, senorita Dolly --dijo mientras dejaba caer la moneda de cinco centavos en el bolsillo del pecho de su gastada camisa a cuadros--, esto me comprara un trago en Bud’s cuando llegue a Holbrook. El conductor se apresuro a cruzar la verja, se subio a su carro, quito el freno y libero a los caballos por la polvorienta calle con potencia. Dolly miro fijamente el cajon desgarbado y penso en como iba a llevarlo al porche trasero donde lavaba la ropa. Agarro la madera aspera y levanto un extremo. Lo bajo de nuevo al porche, agradecida de que no pesara demasiado. --?Necesitas ayuda con eso? Dolly levanto la cabeza para ver a su vecino, Trace Anderson, parado en la puerta. Dolly sintio que se le ruborizaban las mejillas. Habia sido muy dulce despues de haber enviudado hace algun tiempo. --Probablemente pueda conseguirlo, Trace --dijo Dolly--, pero realmente no quiero rayar el piso, arrastrandolo de regreso. Trace abrio la puerta y se dirigio al porche. --?Donde esta Martin? Dolly puso los ojos en blanco. --Tu invitado es tan bueno como el mio. No tengo ni idea de donde esta mi hermano hoy. --Ella abrio la puerta principal y se inclino para agarrar un extremo de la caja--. No es muy pesada. Trace se puso en cuclillas y recogio al otro. --No demasiado pesada --dijo con una calida sonrisa--, simplemente incomodo. Dolly le devolvio la sonrisa al grandulon. --Son tinas nuevas con un juego de escurridores para cuidar mis pobres manos cuando lavo la ropa. --Fue amable de parte de Martin hacer eso por ti. --Yah --dijo Dolly con un suave bufido. Su hermano no habia tenido nada que ver con eso. Dolly habia pagado las tinas con el dinero que habia ahorrado con los huevos y los productos que vendia al senor Haney. Llevaron la caja a traves del salon, con cuidado con las lamparas, y a traves de la cocina ordenada, donde el pollo hervia en una olla alta para hacer bolas de masa, y salieron al porche trasero. --Si tienes una palanca --dijo Trace--, yo hare pedazos esto por ti. --En el cobertizo. --Dolly salio del porche al patio y se dirigio al pequeno edificio detras de la casa conectado a su gallinero. Ella regreso con la palanca de hierro y se la entrego a Trace, quien la tomo y comenzo a arrancar los delgados listones de madera de la caja--. Puedo hacer eso --le dijo Dolly--, si estas ocupado en tu tienda. Trace Anderson tenia un negocio de monturas y tachuelas adjunto a su casa al otro lado de la calle de Dolly y su hermano en Concho, Arizona. Hacia un buen negocio con los rancheros y granjeros mormones de la zona y era muy querido en la ciudad. Las mujeres en la iglesia decian que el era uno de los solteros mas elegibles en la pequena comunidad desde que su esposa habia fallecido dos anos antes. Dolly habia puesto sus ojos en el hacia algun tiempo, pero el hombre nunca le habia prestado mucha atencion. Diez anos mayor que ella, tal vez Trace pensaba que era demasiado joven a los veinticuatro para ser una verdadera esposa y madre. --No es ninguna molestia. --Saco las tablas del extremo de la caja y comenzo a deslizar las dos tinas montadas sobre patas, para que Dolly ya no tuviera que lavar la ropa de rodillas. Saco los dos rodillos y los estudio. --?Que diablos son estos? --Escurridores --dijo con una sonrisa orgullosa. --Los montas en la banera, giras el mango alli y pasas la ropa. --Dolly se encogio de hombros. --Escurren la mayor parte del agua, por lo que la ropa no tarda tanto en secarse. --Seguro que cuidaras tus manos de las exprimidas. --Estudio las tinas--. ?En cual los quieres? --No importa, no importa --le dijo Dolly, y Trace comenzo a colocar los escurridores en una de las tinas galvanizadas--. Martin diria que esto era una perdida de buen dinero, pero son mis manos las que estan cuidando y no las suyas --dijo Dolly con una risa nerviosa--. Y fue mi dinero con el que las compre, no el suyo. Martin probablemente dira que estoy tomando el camino de la mujer perezosa para no lavar la ropa . Trace se aclaro la garganta mientras giraba su rizado cabello castano para mirar a Dolly. --No debes prestar atencion a lo que Martin dice sobre ti, Dolly. Se que trabajas duro para mantener la casa de Martin en orden y cuidar el jardin y las gallinas. --La miro a los ojos azules con los suyos color avellana y Dolly no pudo apartar la mirada--. No tiene derecho a decir las cosas que dice ni a decirlo de la forma en que lo dice. Dolly se quedo atonita por las palabras del hombre. ?Como podia saber que tipo de cosas le decia Martin? Ella miro la tela de queso sobre la ventana abierta de la cocina y suspiro. Martin era un griton como lo habia sido su padre. Cuando estaba bebiendo y queria hacer valer su punto, pensaba que decirlo mas alto haria el trabajo. Trace habia vivido al otro lado de la calle durante mas de diez anos, primero con su difunta esposa, Lucy, y luego solo. ?Cuantas de las furias malhabladas de Martin habria escuchado? ?Eran ellos la razon por la que nunca le habia prestado atencion? La verguenza repentina hizo que las mejillas de Dolly se encendieran y eso la lleno de ira. Respiro hondo y trato de controlar su irritacion. --Lamento que el despotricar de Martin le haya molestado, Sr. Anderson. Me asegurare de recordarle que las ventanas podrian estar abiertas la proxima vez . Trace, con el ceno fruncido en su hermoso rostro, apreto la tuerca final y probo la seguridad moviendo los escurridores con su gran mano. --Creo que lo hara. --Se quedo mirando el monton de listones de madera esparcidos por el porche. Asintio con la cabeza hacia el desastre--. ?Quieres que te las lleve? --Los llevare para la cocina --dijo Dolly sin mirarlo a los ojos--, pero gracias. Ella olio el pollo hirviendo en la cocina y rodeo al gran hombre, que se elevaba por encima de los cinco pies y siete pulgadas de Dolly por una cabeza y tenia hombros tan anchos que tenia que girarlos para atravesar la mayoria de las puertas. --Necesito comprobar el agua de mi pollo antes de que se queme en la olla. Trace volvio la cabeza hacia la puerta de la cocina. --Huele bien --dijo con una sonrisa--, pero toda tu cocina huele bien, Dolly . Dolly sonrio mientras levantaba la tapa de la olla esmaltada en azul. ?Habia estado oliendo su comida? Bueno, vivia al otro lado de la calle. A Dolly le gustaba cocinar y se enorgullecia de sus comidas. Tambien estaba orgullosa de su jardin libre de malas hierbas y sus gallinas regordetas. Todavia le irritaba un poco que Trace hubiese estado prestando tanta atencion a lo que estaba pasando en su casa cuando nunca le habia dado mas que un asentimiento de pasada en publico. Dolly sabia que Trace nunca habia sido un gran conversador. Quizas sea mas un oyente que un conversador. Ella sonrio para si misma. El Senor sabia que, para variar, le vendria bien que alguien la escuchara. Trace entro en la cocina. --Bueno, supongo que me ire si no necesitas nada mas --dijo mientras sus ojos recorrian la cocina ordenada--, pero recuerda lo que dije. Martin no tiene ninguna razon para llamarte perezosa o tratarte como lo hace . Dolly sintio que sus mejillas se ruborizaban de nuevo. --Se lo agradezco, pero Martin me ha estado cuidando desde que mama y papa murieron. --Se mordio el labio mientras reflexionaba sobre que decir a continuacion. --Puso su vida en espera para cuidar de mi. --Repitio las cosas que Martin siempre le decia. Trace resoplo. Te trata como a una nina y te usa como a una esclava domestica, Dolly. Ya no eres esa nina flaca que perdio a sus padres --resoplo--, asi que ten un poco de orgullo y defiendete como la mujer adulta que eres ahora. Has hecho mas de lo que te corresponde para pagarle a ese inutil borracho. --Le debo a mi hermano por cuidarme todos estos anos --protesto, defendiendo a su hermano con lagrimas en los ojos--, ?y que derecho tienes a escuchar nuestras disputas familiares privadas de todos modos, Trace Anderson? --No hay muchas formas de evitar escuchar --sonrio Trace, poniendo los ojos en blanco. Dolly no respondio, salio de la cocina, atraveso el salon y salio por la puerta. Dolly dejo que las lagrimas que habia estado conteniendo se deslizaran por sus mejillas. Si ahora pensaba que ella era una mujer, ?por que nunca la habia cortejado? Trace trago saliva mientras cruzaba la calle angosta que separaba su casa y su tienda de la de Dolly y Martin. ?Por que se habria puesto tan cascarrabias? Solo habia estado tratando de ayudar. ?Como se suponia que no iba a escuchar los alborotos borrachos de Martin cuando el hombre gritaba cada palabra?

  • Daniela y sus giros (No mas mentiras 2) de Ariadna Baker

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    Si antes habia creido vivir los peores vuelos de mi vida, este se gano la palma. Veintitres horas fueron las que tarde en llegar a Phuket, si a Tailandia, ese lugar en el que empezo todo y al que queria regresar para buscar muchas respuestas. Tuve que hacer escala en otro pais, por lo que fue el viaje mas largo, doloroso y solitario que habia vivido nunca. Llore al igual que ahora lo hacia montada en ese ferry que me llevaria a la isla de Koh Phi Phi. Lo primero que sabria es si era verdad lo que me habia dicho Delvin, de que el no era el director nuevo en Las Maldivas y que seguia teniendo aqui su puesto. Si asi era, queria tener muchas mas respuestas que, por supuesto, ya nada iban a cambiar lo sucedido. Pero no queria regresar a Espana envuelta en mil preguntas y dudas que harian comerme la cabeza aun mas. Queria cerrar el pasado, hacerlo sabiendo quien era quien, pero vamos que, con la foto de Ethan, de el poco mas me importaba saber, que mas dano que ese. Nadie me esperaba por lo cual pague a un chico con un carrito para que me llevara todo y me fui andando por el camino de madera hasta llegar al hotel donde me fui directa al despacho de Delvin, si no lo encontraba, ya preguntaria. La chica de recepcion me miro sorprendida y le pedi que me vigilara el equipaje. Fui directa al despacho y di dos golpes en la puerta. Su voz me indico que entrara. La cara de ese hombre al verme fue impactante, creo que se le subio la tension, la bilirrubina y hasta los huevos a la garganta. --Daniela… --La misma --sonrei. --No imagine que vinieras. --Pues ya ves, retornando al principio de los origenes --me puse delante de el, de pie, no me apetecia darle dos besos. --?Que te trajo hasta aqui? --Quiero tener respuestas de todo, absolutamente de todo. --Entiendo. --No, no lo entiendes y nadie me va a entender, pero con saber lo que necesito y que me lo aclares, me es suficiente. --?Comemos juntos? --Vale. Antes asigname una cabana para que deje mis cosas. --Puedes quedarte en mi… --Ni se te ocurra decirlo --murmure advirtiendole con el dedo --. Si piensas que volvi para abrirme de piernas, estas muy equivocado. --No iba por ahi. --Mas te vale. Levanto el telefono y le dijo a la chica de recepcion que me alojara en la cabana Premium de las de delante. --Ya te estan llevando alli las maletas. --En media hora nos vemos en el restaurante de la playa. --Vale. Sali de alli y me fui para la cabana, alli estaba el chico metiendo todas las cosas. Le di una propina y se marcho. Ver a Delvin me trajo muchas mas preguntas y recuerdos que se habian dormido en mi mente y que de repente, por arte de magia se hacian de lo mas latentes. Coloque todo, me duche y puse comoda. Sali para el restaurante y ya estaba alli sentado, por cierto, sin uniforme. --Pedi pescado a la plancha con verduras. --Perfecto, de todas formas, no creo que coma mucho. Quiero que me cuentes la verdad, pero toda la verdad. --Todo esto tiene un principio… --Pues cuentamelo, tengo todo el tiempo del mundo. --Comenzo todo cuando os ofrecimos a todos los de la agencia que vinierais a conocer el resort. Un dia sin esperarlo vimos que tanto tu, como Marisa ibais a venir. Se lo dije a Mikel, ya que era intimo amigo y ademas por una cuestion de una imagen para la firma, se creo un grupo con Ethan y por ahi fue donde dije lo de vuestra visita. --Sigue --murmure cuando se hizo un silencio. --Ahi fue cuando Mikel, me dijo muchas veces que me liara con alguna de las espanolas y Ethan no dejaba de repetir que directamente a orgia, que os diera por mi y por ellos. --Que asco… --murmure con tristeza, negando. --Cuando le dije que me habia liado contigo y les conte lo de la orgia, Ethan dijo que te tenia que probar y de ahi a preparar lo de Las Maldivas donde me aloje unos dias, pero no era el director. Vamos me avisaron tres dias antes. --El no sabia que iba a venir. --Si, tres dias antes me lo dijo, el mismo dia del evento. --?Martha tambien me vendio? --Siempre, es mas, ella estuvo liada con Ethan. --No me lo puedo creer... --me eche el pelo hacia atras y cogi aire, ese que me faltaba en todo momento. Me conto todo de una forma que comenzo a cuadrarme. --Yo me enamore de ti. --Si te hubieses enamorado, no habrias permitido que jugaran conmigo --me levante --. Tengo que ir a hacer esperarlo vimos que tanto tu, como Marisa ibais a venir. Se lo dije a Mikel, ya que era intimo amigo y ademas por y por ahi fue donde dije lo de vuestra visita. algo. Me aleje y me fui andando hacia la cabana de Carles, por su cara supe que no estaba avisado de que estaba en la isla. --Daniela, ?que haces aqui? --Vengo a buscar muchas respuestas --lo abrace, a el, le tenia un gran carino. --?Con quien viniste? --Sola --murmure, echandome a llorar. --No llores, princesa, no llores --besaba mi cabeza. --He estado hablando con Delvin y me conto que… --le relate todo lo que me habia dicho. --Yo sabia que Delvin no estaba jugando limpio. --Pero lo de las drogas… --Alguien te la echo, de esas no te das cuentas que estas bajo los efectos, pero lo estas. --Ahora comi con Delvin y ni bebi de la copa, no me fiaba --negue. --No se si fue el o los otros que participaron. Delvin lo paso muy mal cuando te fuiste, pero tambien sabia que iba a volver a jugar con lo de Las Maldivas y fui para protegerte, pero ya lo hizo Ethan. No pense que el tambien estuviera metido en el juego. --Me voy a volver loca --lo abrace de nuevo y es que necesitaba ese abrazo, lo necesitaba de verdad. --No llores mas, princesa, no llores mas que me duele mucho verte asi. Me dio de comer un poco de sopa que tenia en la cazuela, le conte todo lo vivido desde que me fui y lloro, lloro sabiendo todo lo que habia perdido y lo que ahora me habia pasado. Sabia que el era sincero y buena persona, pero le unia algo a Delvin que no me queria contar, pero se las tenia guardada. Al igual que fue sincero diciendo que Delvin estaba mal, arrepentido y que le habia dicho muchas veces que actuo mal conmigo, pero que me amaba. Estuve toda la tarde con Carles sentada y echada sobre su pecho, charlando mientras el me acariciaba el hombro. lo paso muy mal cuando te fuiste, pero tambien sabia que iba estaba mal, arrepentido y que le habia dicho muchas veces Era una gran persona, de las mejores del mundo. Delvin sabia que estaba con el y no lo molesto en todo el dia para nada, respeto este momento que sabia que yo tambien queria tener. De todas formas, notaba todo muy cambiado. A Carles mas protector que nunca y eso que ya lo era. Esa noche me quede a dormir con el, en su cama, como dos amigos, sabia que no le tenia que decir nada porque el me iba a respetar, sabia que ese hombre lo era de verdad. Un senor de los pies a la cabeza y un amigo de corazon. Era una gran persona, de las mejores del mundo. Delvin sabia que estaba con el y no lo molesto en todo el dia para nada, respeto este momento que sabia que yo tambien queria tener. De todas formas, notaba todo muy cambiado. A Carles mas protector que nunca y eso que ya lo era. Esa noche me quede a dormir con el, en su cama, como dos amigos, sabia que no le tenia que decir nada porque el me iba a respetar, sabia que ese hombre lo era de verdad. Un senor de los pies a la cabeza y un amigo de corazon.

  • Remordimiento de F. Javier Beristain Labaca

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    Finales del siglo XX.

  • Una novia para Wolf (Cheyenne Ridge 1) Kelly Dreams de Kelly Dreams

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    Terminar en un bar de carretera no era lo que Pandora tenia en mente el dia de su boda, tampoco que la plantasen en el altar. Lo que iba a ser una jornada inolvidable se convirtio en una pesadilla en la que su coche acabo empotrado contra un arbol y ella deambulando por el bosque en plena noche. Wolf ha pasado buena parte de su vida en Cheyenne Ridge, pero ya ha llegado el momento de irse. Lo unico que lo detiene es la presencia de los furtivos que siembran el valle de trampas, peligrosos cepos que ya han demostrado ser un peligro para los de su raza. Comprometido con la tarea de retirarlos, peina el territorio en busca de amenazas, lo que no contaba era con que la de esa de esa noche fuese una mujer vestida de novia dispuesta a volarle la cabeza con una rama.

  • Jenny, la chica del barrio de Ariadna Baker

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    Tres meses... ese era el tiempo que tenia para la mayor locura de mi vida. Porque si, la vida se compone de locuras, algunas salen bien, otras no tanto, y otras, simplemente, no salen. Pero yo estaba dispuesta, no, dispuestisima, a que la mia saliera bien, pero bien, bien. Vamos, que yo acabara con un final de esos en los que ves hasta fuegos artificiales. No, no soy "Antonita la fantastica", pero dejadme sonar un poquito, que eso es lo unico que no me cuesta dinero. Pues si, a puntito estaba de cometer una locura, una de esas que no tienen ni pies ni cabeza, pero, ?que era la vida sin un poco de accion y emocion para el cuerpo? Me presento, que se me ha ido la cabeza por otros mundos. Mi nombre es Jenny, bueno, Jennifer, pero siempre me han llamado asi en el barrio y ya como que hasta me molaba muchisimo, me sentia mas chula, mas guay. Si, pero ya no soy asi, ahora me he transformado en pija, si, a mis veinticinco anos, es lo que tiene madurar de la noche a la manana y mas, cuando tienes un objetivo... Recuperar al hombre de tu vida. Locura total despues de tantos anos, ?eh? Para que no digais que no iba a tener un verano de emociones fuertes. Vamos, ni puenting de ese, ni saltar de un avion, ni nada. Yo, a lo Indiana Jones, en, "En busca del ex perdido". ?Estara disponible James Cameron para llevar mi aventura veraniega al cine? Pensamientos que le vienen a una de vez en cuando, disculpad mis divagaciones. Jesus, si ya hablo finamente y todo, quien me ha visto y quien me ve... Volviendo a mi locura, o sea, mi ex. ?Quien era el y en que lugar se enamoro de mi? Pues muy facil, en el barrio, ?donde si no? Kevin, asi le puso su madre cuando lo pario, ni que hubiera nacido en la manzana esa de New York, en fin, cosas del barrio que queria ser fino. El, me conocia desde que naci, ya que era diez anos mayor que yo, pero segun decia mi madre, desde los cinco anos yo ya iba diciendo y pregonando a los cuatro vientos que Kevin era mi novio, vamos que apuntaba fuerte. Si es que me veia llegando a la iglesia del padre Marcos en calesa y todo, con el esperandome en el altar, tan guapo como siempre. Ay, Kevin... Recuerdo que en mi comunion me hicieron increibles regalos, pero ninguno mejor que cuando lo vi aparecer por el convite, ese si que fue un regalazo. Estaba guapisimo y me sorprendio con un regalo en la mano de parte de su familia, el ya tenia veinte anos, pero vamos, que yo tenia claro que a esa edad ya me habia hecho hasta madre. De que me casaba con el, me casaba, aunque el no lo supiera, me iba a convertir en el amor de su vida. Solo hicieron falta cinco anos, el mismo dia que cumpli quince y sali a celebrarlo con mis amigas, y por suerte del destino, nos encontramos a mi Kevin, al que le pedimos que nos comprara la bebida, ya que a nosotras no nos la vendian por ser menores de edad. El, tan ricamente nos trajo ese surtido para hacer el botellon, y, no contento con eso, se apunto con nosotras porque, como el dijo, no tenia otro plan mejor. Interiormente yo estaba dando saltos de alegria, haciendo el pino puente, saltos mortales hacia atras, la voltereta y un baile de la victoria, que para mi se quedo. Y mori de amor ese dia con el, lo veia tan guapo, tan macarrilla, tan lider de barrio... Es que aquello fue como un sueno, ?sabeis? Eso de que estas con el chico que te gusta, ese que te debe ver como una nina, pero que se queda para celebrar tus quince anos, los conocidos como "la nina bonita". Me imagine hasta a los del Duo Dinamico cantando. <> Pero no, el famoso duo no aparecio por alli, ni mucho menos, eso si, yo sentia de todo por el cuerpo, y mas aun, cuando ocurrio lo que ocurrio. Pues si, nos liamos y nos volvimos a liar, asi durante dos anos que yo me sentia la chica mas envidiada de la zona, pero claro, siempre pasa algo que jode los planes y... paso. A sus padres les toco la loteria, y a lo grande, no tardaron en hacer las maletas e irse a vivir a Ibiza, alli tenian a la familia paterna, y Kevin, con todo el dolor de su corazon, se despidio de mi. Mentiria si dijera que me hice la indiferente cuando lo vi marchar, puesto que no podia ser asi. Habia estado durante dos anos con el chico que me gustaba desde que era una nina, aquella que sonaba con un vestido blanco, una calesa, el cura diciendo eso de "puedes besar a la novia" y a Kevin, cogerme por la cintura, cual actor de Hollywood, y plantarme un beso de esos de pelicula que te dejan con las canillas temblando. En aquel entonces aun tenia diecisiete anos, una nina a ojos del mundo que nos viera juntos, ayudaba a mi padre con la casa, ya que no tenia madre, bueno si, la tenia, pero se marcho con otro y nos abandono unos anos atras, asi que seguia siendo menor de edad y con una responsabilidad que no me pertenecia. Pense que Kevin vendria a por mi en algun momento, pero no, desaparecio como la espuma, como si yo no hubiese pintado nada en su vida. Aquello dolio, y mucho, pensar que solo habia sido un entretenimiento para el durante dos anos, que no habia significado mas que aquellos encuentros a escondidas, me mataba. Aunque yo, jamas lo olvide... Asi que ahora estaba en Ibiza, me habia alojado en un camping, ya que mi presupuesto era escaso y tenia para sobrevivir alli tres meses como dije. ?Que sabia de el? Nada, absolutamente nada. Solo que vi en una foto indagando a sus familiares en Facebook, que ellos habian montado un restaurante muy pijo en la playa, de copas y comida, casi estaba segura de que Kevin, estaba alli de encargado por unos comentarios que lei en la red. Y alli estaba mirando de lejos para ver si lo veia, ya habia dejado todo en el camping y me habia ido en busca del amor de mi vida, ese que esperaba que no hubiera rehecho la suya porque me daria algo, pero claro, era diez anos mayor que yo y ya podria tener hasta su propia familia. Me acerque y me sente en una de las mesas, pedi una cervecita, aunque cuidado, cuatro pavos que me iban a cobrar por ella, vamos, ni que la botella estuviera banada en oro. --Perdona ?Kevin suele venir? --pregunte al camarero. --Lo raro es que no este ya por aqui controlando --sonrio--. Debe de estar al llegar. ?Quieres que le diga algo? --Si, que su mejor amiga esta en la mesa --sonrei. --?Y te llamas? --Jenny, me llamo Jenny. --Yo soy Paco --dijo el muchacho, extendiendo su mano. --?Se caso Kevin? --No ?Tiene pareja? --pregunto, como pensando que se habia perdido algo. --No lo se --rei--, pero es que hace como ocho anos que no lo veo. --Buenos amigos sois... --dijo con ironia. --En verdad era su novia, pero me dejo cuando se vino a la isla. --?Y ahora le quieres dar una sorpresa? --se reia. --O matarlo de un disgusto, pero aqui estoy para descubrirlo. --No, no le des disgustos que me lo estresas y luego no lo aguanta ni Dios. --?Es mal jefe? --No --se rio--. Es buena persona, las cosas como son, un poco maniatico, pero buena persona. Es muy fino, eso si. --?Fino mi Kevin? ?El chico mas chulillo de mi barrio? --Pues se ve que cambio, un poco pijo si que es. --Ay Dios, que voy a tener que hacerle una reverencia. Entonces, ?no tiene novia? --Novia en si, no, pero algun que otro ligue, si. --?Y me ves a la altura de recuperarlo? --Me puse de pie para que me viera. --Si yo fuera Kevin, no perdia ni dos minutos en llevarte conmigo. --?Adonde? --Nada, dejalo --se rio--, voy a atender a aquella mesa. En nada llegara tu ex --me hizo un guino. --Paco por Dios, ayudame. --Vale, sere tu aliado. --Asi me gusta --aplaudi emocionada. No sabia que acabaria pasando, si la locura que me habia llevado a coger cuatro cosas e instalarme en un camping ibicenco saldria bien, regular, o mal, pero aqui estaba y, como suele decirse, "De Ibiza no, no me moveran, hasta que recupere a Kevin y me lleve al altar". ?O no era asi? Me persigne y pense aquello de, "suerte maestro, y al toro"

  • Madame B de Sandrine Destombes

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    Una ultima revision general y Blanche Barjac podria cerrar la puerta del piso. Ya habia acabado con las manchas que quedaban y estaba impaciente por volver a casa. Le dolian los hombros y estaba convencida de que se le habian pelado las rodillas de estar toda la noche agachada. Habia tenido que cambiar la alfombra y la disposicion de los adornos, pero en general se sentia bastante satisfecha. Tenia que empezar a hacer deporte cuanto antes. Todos sus musculos se lo pedian a gritos. Adrian ya la habia advertido. A partir de cierta edad, ese trabajo se convertia basicamente en un desafio fisico. Pero Adrian tenia setenta y seis anos, y todo lo que decia parecia en mayor o menor medida un consejo de sabio, asi que Blanche se habia acostumbrado a escuchar solo lo que le interesaba. Tendria tiempo para pensar en la artrosis y el reumatismo. Iba a cumplir treinta y nueve a finales de ano. Lo unico que necesitaba era hacer un poco de ejercicio. Desde hacia unos meses, Blanche habia empezado a separar residuos. Ella misma llevaba las bolsas de basura, recicladas y reciclables. Era su toque personal. Implicaba algunas gestiones mas, pero al fin y al cabo cada uno debia poner un poco de su parte. Por supuesto, siempre quedaban algunos desechos inclasificables, sobre los que Blanche no habia encontrado ninguna indicacion en internet o que simplemente no podia tirar. Por lo general, dejaba que Adrian se ocupase de ello. Con cuarenta anos de experiencia a sus espaldas, la eficacia de sus metodos habia quedado mas que demostrada. El habia intentado transmitirle todo su saber, pero Blanche preferia que se reservase algunos secretos. Sabia que, mientras aun tuviera cosas que ensenarle, el viejo hombre permaneceria a su lado. Blanche cerro con cuidado para no dar un portazo al salir. El propietario le habia asegurado que en esa planta no vivia nadie mas, pero la discrecion siempre era de rigor, sobre todo a altas horas de la noche. Por mas que llevase ropa neutra y fuese con la cabeza gacha en todo momento, la carretilla plegable llena de bolsas de colores era lo bastante llamativa para que alguien pudiera recordarla, llegado el caso. Sin embargo, tenia un punto a su favor. Nadie se fijaba en una senora de la limpieza. A lo sumo, algun testigo podria recordar la estatura o su aspecto a grandes rasgos, pero jamas seria capaz de describir su rostro con precision. En el ascensor que la llevaba al aparcamiento, Blanche reflexiono sobre su vida y su profesion. Hasta el momento su trabajo era irreprochable, pero ?por cuanto tiempo mas? Adrian ya no era joven, y sin el tendria que dejarlo. Con el dinero que habia ahorrado podria mantenerse unos cuantos anos, pero ?que haria en su dia a dia? Su madre habria sabido encontrar las palabras para calmarla, pero ya no estaba, y desde hacia un tiempo la echaba muchisimo de menos. Apreto las mandibulas varias veces. No era el momento ni el lugar para ponerse a dudar del futuro o rememorar el pasado. Aun tenia un arsenal de cosas por hacer antes de enviar las fotos del resultado. Le llevaria como minimo una hora de viaje llegar a casa de Adrian, sin contar la parada en el vertedero. Despues tendria que examinar la informacion que contenian el ordenador y el movil que habia rescatado en el piso y hacer capturas de pantalla de lo que considerase relevante antes de destruir a conciencia ambos dispositivos. Y aun faltaria quemar los ultimos indicios y su propia ropa antes de poder disfrutar de un desayuno en familia bien merecido. Ser limpiadora requeria cierto rigor y Blanche Barjac era una de las mejores. 2 Hacia una semana que Blanche esperaba pacientemente un nuevo encargo. Habia vuelto a su estudio de la rue Halle, en el distrito XIV de Paris. En cualquier otra parte se habria pasado los dias caminando arriba y abajo, pero alli el techo abuhardillado no le permitia dar mas de cinco pasos seguidos. Habia aprovechado el obligado descanso para poner sus documentos en orden. Oficialmente, Blanche se comprometia a eliminar todo rastro de sus intervenciones. Una vez cumplida la mision, los clientes no tenian nada que temer. Estaba en juego su propia reputacion. Adrian incluso le habia dejado una frase preparada por si le preguntaban sobre el tema. Pero Adrian tambien la habia advertido acerca de la precariedad laboral del sector y la necesidad de tomar ciertas precauciones. Aparte de obligarla a abrir un plan de ahorro al inicio de su carrera profesional, el viejo hombre le habia ensenado como cubrirse las espaldas. No se trataba de chantajear a nadie, sino de tener un seguro de vida. Si llegasen a detener a uno de sus clientes, Blanche necesitaba poder recordarle hasta que punto era imprudente implicarla. Por eso conservaba con sumo cuidado un souvenir mas o menos incriminatorio de cada mision: el arma del crimen, una fotografia, un mensaje… No era una decision premeditada, pero hasta la fecha sus grandes limpiezas siempre le habian permitido hacerse con algun elemento inculpador. Los objetos los almacenaba Adrian en su cobertizo, y Blanche se encargaba de digitalizar y archivar lo demas en su ordenador. Una base de datos le facilitaba tener los expedientes actualizados. Blanche acababa de rellenar la ficha 92 y se preguntaba que sentiria cuando llegase a la numero 100. Puede que se regalase un viaje para celebrarlo. Sonaba con conocer Argentina, pero siempre encontraba alguna excusa para posponerlo. En realidad, Blanche era incapaz de alejarse de Adrian. Era un pilar para ella, su protector. Desde hacia un tiempo la animaba a que se distanciase un poco, a que pasase unos dias sin contactar con el. Sin embargo, el resultado era poco convincente. Blanche habia vuelto a morderse las unas y se olvidaba a menudo de tomar la medicacion. Este ultimo argumento habia sido mas efectivo que ningun otro, asi que Adrian la esperaba a ultima hora del dia. Mientras tanto, Blanche ocupaba el tiempo como podia. Catalogar el ultimo encargo que habia hecho no le llevo mas de media hora. Era un caso clasico de limpieza que no habia exigido demasiado trabajo. A un hombre de negocios casado y con dos ninos se le habia ido la mano con el trabajador sexual que habia recibido en casa mientras su pequena familia disfrutaba de la nieve en Courchevel. Su primera reaccion fue llamar a su abogado, quien le aconsejo los servicios de RecureNet & Associes.

  • Si tan solo me dejaran de Francisco Oro

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    Desde nino quise que cambiar al mundo, que todos fueran unidos que nadie tuviera hambre, y sobre todo todos puedan disfrutar la luz y sus beneficios; sabia que no seria un camino para nada facil ,de todas maneras nunca me rendi, pero cuando al fin logre cumplir mis metas, las coas no son tan faciles, la gente te aplastara hasta que estes en el fondo.

  • Casi una novela, Megan Maxwell de Megan Maxwell

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    EDICIONES VERSATIL GANADORA del premio DAMA 2012 a la mejor EDITORIAL ROMANTICA ?QUIEN QUERRIA ECHAR EL FRENO CON UN SEXY PILOTO DE MOTO GP PEGADO A SUS TACONES?Rebeca ha vivido una vida solitaria desde que sufrio un ultimo desengano. La irrupcion de Pizza, una encantadora perrita que se encuentra sola y abandonada, dara un giro a su vida inesperado. Pizza, una cazadora de piel y una nina encantadora, se encargaran de que el destino de Rebeca cambie ra- dicalmente. Cuando conozca al sexy y archiconocido piloto de moto GP Paul Stone perdera el miedo a vivir que le impedia tomar las riendas de su vida.

  • Cautiva de mi Senor de Sophie West

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    Branden Ware era un capullo. Guapo, si, eso no podia negarlo, con un aura sexy que la ponia muy nerviosa, con esos fuertes pomulos, los labios jugosos y ese cuerpazo de infarto que le quitaba la respiracion. Pero un capullo, al fin y al cabo, que la habia tenido trabajando hasta las tantas de la noche buscando antiguos informes y resoluciones para uno de sus casos. Branden era una de las estrellas en auge de la firma de abogados en la que trabajaba como archivista, Hooper, Maloney y asociados, y no entendia por que narices tenia que ponersele la piel de gallina cada vez que lo veia. --Capullo --repitio por lo bajo mientras subia las escaleras del metro. Eran las diez de la noche pasadas, y la calle estaba desierta. El calor empezaba a ser molesto, y Jailyn se habia quitado la chaqueta y la llevaba colgada del brazo. Vestia un traje chaqueta gris clarito, el uniforme del despacho, como ella lo llamaba, con una blusa blanca y unos zapatos de salon de tacon bajo, formales pero comodos. Subio el ultimo escalon y respiro profundamente, cerrando los ojos durante un instante. El lunes acababa de terminar y preveia una semana larga y terriblemente aburrida hasta el proximo fin de semana. Enfilo la calle en direccion a su casa. Compartia apartamento en el SoHo, en una tipica casa de fachada amarilla que habian dividido en pequenos estudios. Le gustaba vivir alli. A pesar de la gentrificacion, el barrio todavia mantenia ese aspecto bohemio tan caracteristico que la hacia viajar a los anos setenta, cuando aquel lugar era un reducto de artistas despreocupados. El alquiler no era bajo, pero su sueldo era bastante decente y compartir los gastos con Kendra, su amiga y companera de trabajo, lo hacia asequible. Sus tacones resonaron sobre el pavimento de la acera y el eco reboto contra las paredes. Jailyn se desabrocho los dos botones de arriba de la blusa y se abanico con la mano. Junio estaba siendo especialmente caluroso, y la ropa que la obligaban a llevar en el trabajo no era fresca precisamente. Paso por delante del Victor's, un pequeno restaurante italiano cuyo dueno estaba bajando la persiana, terminada ya su jornada. Lo saludo con una sonrisa y este se la devolvio. Solian ir alli con Kendra a menudo, sus pizzas eran de las mejores y su lasana... mmmm. Se le hizo la boca agua solo de pensarlo. Giro la esquina y apresuro el paso. Ya podia ver la fachada de su casa. Se daria un bano en cuanto llegara, se tomaria una copa de vino y, si Kendra se lo permitia, se meteria en la cama. Aunque podia ser que la estuviera esperando para ver el nuevo episodio de Anatomia de Grey, con un gran bol de palomitas preparado. Si era asi, no tendria mas remedio que acompanarla. !La de cosas que hacia por la loca de su amiga! Como acompanarla al Taboo, el club de BDSM al que se empeno en ir el sabado pasado. Todavia se moria de verguenza al recordar lo que habia pasado en aquel tetrico lugar. De todas las personas que hubiese imaginado encontrar, desde luego, Branden Ware no era una de ellas. Pero alli estaba, vestido de una manera informal que jamas le habia visto, con un pantalon vaquero y una camiseta ajustada que le sentaba como un guante, mirandola con aquellos penetrantes ojos castanos que la hacian temblar como si fuese un polllito recien salido del cascaron. --Capullo --volvio a musitar, como si aquella palabra se hubiese convertido en un mantra para mantenerlo alejado de su mente--. La curiosidad mato al gato, pero a ti te ha metido en una buena encerrona. Apenas le quedaban cien metros para llegar a su portal. Inspiro profundamente para controlar el temblor que la sacudio al pensar en lo que le habia hecho y apreto la mandibula con fuerza, decidida a quitarselo de la cabeza. Branden no era para ella. Por muy sexy que fuese, hasta el punto de babear solo al pensar en el; por mucho que ansiara volver a sentir sus grandes manos sobre su piel, y por mucho que en su mente reviviera el espectacular orgasmo que habia vivido entre sus brazos, tenia que cerrar de un portazo esa diminuta parte de su vida y mantener el recuerdo bien enterrado para que no volviera a molestarla. Absorta en sus pensamientos, y deseosa de llegar a su casa, no se dio cuenta de la furgoneta oscura con cristales tintados que giro por la esquina y se acerco a ella por detras, a una marcha lenta, hasta que fue demasiado tarde. El vehiculo se detuvo en seco a su lado, alguien abrio la puerta lateral, y un hombre con pasamontanas salto para agarrarla. Jailyn intento gritar, pero una gran mano le tapo la boca con un trapo humedo al tiempo que con la otra la agarraba por la cintura y la alzaba del suelo. Pataleo, intentando defenderse, pero el hombre era alto y fuerte, y no la solto. La metio dentro de la furgoneta sin que ella dejara de forcejear. Le clavo las unas en las manos y consiguio arrearle una patada en la espinilla. El hombre grito y aflojo la mano que le tapaba la boca, momento que ella aprovecho para gritar primero y morderlo despues. --!Jailyn, joder! Esa voz, a pesar de estar distorsionada por el pasamontanas, le resulto conocida. Jailyn se quedo quieta, estupefacta. ?Quien era? No podia recordar, pero estaba segura de que lo conocia. Intento seguir peleando, pero su cuerpo empezaba a notar los efectos del sedante que le habian hecho respirar. <>, penso, mientras sus ojos pesados empezaban a cerrarse. El trapo humedo que le habia puesto en la boca debia estar mojado con algun tipo de tranquilizante. --Vaya chapuza estas haciendo, de esta nos meten en la carcel --oyo decir a una voz masculina desconocida, con un tono divertido que le parecio fuera de lugar. --Cierra la boca y arranca --contesto la voz conocida, evidentemente molesto con la chanza --. No te preocupes, nena --fue lo ultimo que Jailyn le oyo decir antes de caer en la inconsciencia. La voz estaba cargada de una ternura que no supo si permitir que la reconfortara o que la alarmara todavia mas--. No voy a hacerte dano. Capitulo uno Unos dias antes Jailyn Middleton estaba de pie delante de la puerta del despacho del senor Ware. En los brazos, llevaba la pila de documentos referidos a los casos que habia pedido hacia un rato y que habia estado recopilando junto a Susan Prescott, una de las pasantes del despacho. Estaba nerviosa, como siempre que tenia que subir hasta la planta diecisiete, donde estaban los despachos de los abogados de la firma en la que trabajaba. Respiro con fuerza un par de segundos y apreto los labios con decision. Por suerte, Carola, la secretaria, no estaba alli, o hubiera tenido que soportar su mirada altanera y la ceja alzada con diversion mal contenida. La muy zorra se habia dado cuenta de que Jai bebia los vientos por su jefe y no desaprovechaba ninguna ocasion para hacerle ver que una chica simplona y nada sofisticada como ella no tenia ni una sola oportunidad de llamar la atencion del abogado mas guapo y sexy del edificio. Expulso el aire con dureza, llenandose de determinacion, y llamo a la puerta con energia. A la mierda Branden y a la mierda Carola. Podia ser que ella se pusiese cachonda como una perra solo al mirarlo, pero no iba a dejar que le hiciese perder la cabeza ni la valentia. La voz de Branden no respondio al otro lado. Quiza no estaba. Indecisa, alzo la mano mientras cambiaba el peso de un pie a otro. Golpeo de nuevo la madera con los nudillos, y espero. Nada. Estaria en la sala de descanso tomando cafe, o metido en algun bano metiendole mano a la secretaria, seguro. No le extranaria nada que esos dos estuviesen liados. Carola si era el tipo de mujer que llamaba la atencion de los hombres como Branden: sofisticada, elegante y sexy, incluso con la ropa sobria que les obligaban a llevar en el trabajo, con ese pelo rubio moldeado desde la raiz hasta las puntas... Era como una version moderna de Marilyn Monroe, con peca incluida. No como ella, que parecia una mojigata de pueblo con la blusa abrochada hasta el cuello, la falda por debajo de las rodillas, y los pantis color carne en lugar de las medias de seda con filigranas plateadas que le habia visto a Carola mas de una vez. Nada habia mas anti erotico que unos pantis color carne. Algo muy parecido a los celos se enrosco en su estomago al pensar en la secretaria enrollandose con Branden, como una serpiente despertada de mala gana, furiosa y con ganas de morderle el culo a alguien. --Le morderia el culo al senor Ware sin dudarlo --musito, cabizbaja, rindiendose a la evidencia. Se quedo unos segundos mas delante de la puerta cerrada, mirando el pomo con mucho interes, como si alli hubiera algo super interesante que hubiese llamado su atencion. Despues, miro a su alrededor para comprobar que no habia nadie observandola. Sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa cuando se le ocurrio una idea peregrina que, seguro, no haria mas que traerle problemas. <>, se dijo, algo que no tenia porque suceder. Puso la mano en el pomo y lo hizo girar. La puerta se deslizo en sus goznes sin hacer ruido alguno y Jailyn la atraveso y cerro detras de ella antes de que alguien pudiese verla y llamarle la atencion. Jamas habia estado alli dentro ella sola, sin la presencia de un Branden demasiado ocupado para levantar la cabeza de su trabajo para mirarla. <>, se tranquilizo. Si. Con decir que le traia los informes que le habia pedido, podria salvar la situacion si se daba el caso. Dejo la documentacion sobre uno de los asientos enfrentados a la enorme mesa del despacho y la rodeo. Sobre ella habia un ordenador con la pantalla apagada, varios boligrafos, el telefono fijo y mucho papeleo desperdigado. No habia fotos familiares, ni objetos personales, como en las mesas de sus companeros. Aquella mesa era impersonal y estaba vacia de recuerdos; solo con mirarla, nadie sabria adivinar quien era su ocupante, podria pertenecer a cualquiera. Paso los dedos sobre la madera, acariciando la suave y brillante superficie, y suspiro. ?Por que se habia encaprichado tanto con aquel hombre que ni siquiera sabia que ella existia? Nunca le habia pasado algo asi. Ya siendo una adolescente inexperta en temas amorosos, habia tenido claro que si un chico no le hacia caso, tenia que borrarlo de su cabeza y enfocar sus energias en otra cosa. Insistir en ir detras de alguien a quien ella no le interesaba era una perdida de tiempo, y provocaba danos emocionales que no valia la pena sufrir; nunca habia tenido problemas para olvidar, ni siquiera cuando se enamoro como una idiota de Jack Torrance, el quaterback del equipo del instituto, un muchacho que solo tenia ojos y manos para las animadoras. Paso varias semanas suspirando por las esquinas, espiandolo como una buena acosadora, haciendose la encontradiza con el con la esperanza de que la mirara, sonriendole como una boba cada vez que se cruzaban por el pasillo. Ni una sola vez consiguio que el reparara en su presencia, ni siquiera para burlarse, como hacia con otras el muy cretino. Al final, se armo de determinacion y decidio borrarlo de su cabeza y de su corazon. Paso unos dias bastante jodidos, luchando contra la tentacion de espiarlo de nuevo; pero al fin consiguio su objetivo y la siguiente vez que se cruzo con el, su corazon no se acelero, y las angustiosas mariposas no hicieron acto de presencia en su estomago. Se lo habia quitado de la cabeza. ?Por que no conseguia el mismo resultado con Branden Ware? ?Por que, a pesar de las veces que se habia dicho que tenia que dejar de pensar en el, seguia haciendolo? --Porque eres idiota --murmuro, molesta consigo misma. Era idiota, desde luego, y su necesidad enfermiza por conocer mas cosas de el, la llevaron a abrir los cajones de la mesa con la esperanza de encontrar algun objeto personal que le contara algo sobre su desconocida vida fuera del despacho. A duras penas lo conocia. Solo sabia que era un hombre muy atractivo que exudaba masculinidad por todos los poros de su piel, con unos ojos castanos preciosos, una boca demasiado besable para su buena salud mental, y un cuerpo de infarto que se moria por lamer. ?Pensar asi era tan superficial como le parecia? Si, lo era, pero !no podia evitarlo! Encontrar a un hombre tan atractivo fuera de la pantalla del cine era practicamente imposible, y era una tonteria sentirse culpable por esa atraccion animal y salvaje que la poseia cada vez que pensaba en el. Los hombres lo hacian constantemente y nadie los senalaba con el dedo por ello. De su caracter, poco podia decir. Era amable pero serio, muy formal en su trato con las personas que, en la empresa, ocupaban posiciones inferiores a la suya, y siempre se comportaba correctamente, como un caballero; pero jamas lo habia visto sonreir. Fue este pequeno detalle el que hizo que se fijara en el, mas que los musculos que se adivinaban bajo sus trajes caros, o el rostro perfectamente simetrico y varonil. Abrio otro cajon con la esperanza de encontrar algo, quiza una foto familiar, de algun hermano, o padres, o algo, pero la sorpresa por lo que encontro la hizo cerrarlo de golpe, espantada. ?Que demonios guardaba alli? Volvio a abrirlo, muy despacio, como si temiera que el contenido saltara sobre su cara de repente. Parpadeo varias veces, intentando convencerse de que aquello era una broma. Quiza no era la primera vez que alguien se dedicaba a curiosear en sus cajones y habia decidido darle una leccion a la entrometida de turno, ella en este caso. Metio la mano dentro, hipnotizada por los objetos que ocupaban el cajon, y saco uno. Era un dildo de un tamano considerable, muy realista excepto por el color rosa chicle, con las venas muy marcadas. Parecia una polla de verdad. ?Seria posible que Branden fuese gay y nadie lo supiera? No, se nego a pensar en esa posibilidad. Habia rumores sobre el que apuntaban en una direccion totalmente opuesta. Saco otro objeto, unas esposas de cuero negro forradas de pelusa roja que se quedo mirando, horrorizada consigo misma por sentir una punzada de excitacion. Lo dejo caer dentro del cajon como si le hubiera quemado en las manos y lo cerro, asustada. ?Que cono le estaba pasando? Se llevo las manos al pecho intentando normalizar su respiracion, que se habia vuelto irregular y agitada. !Estaba excitada! Durante un instante, se habia imaginado a Branden Ware poniendole aquellas esposas mientras <> con ella, y la respuesta de su cono habia sido empaparse de necesidad. Llena de curiosidad, como el gato al que no le importa arriesgar su vida, volvio a abrir el cajon y siguio curioseando. Por sus manos pasaron un latigo hecho de tiras de cuero muy suaves, o un plug bucal de silicona, de los que obligan a quien lo lleva a mantener la boca abierta. Dios santo, !Branden Ware era un pervertido! <>. Cerro el cajon con tanta fuerza que el chasquido la sobresalto. Se llevo la mano a la entrepierna con la esperanza de detener el torrente de sensaciones y deseo que la habian asaltado por sorpresa, y musito un <>, mientras respiraba en profundidad, intentando recomponerse. Se habia excitado con la idea de ser sometida.!Una locura! Tenia que salir de alli. Se movio con rapidez, como si su vida estuviera en peligro; cogio la pila de documentos que habia dejado sobre el asiento para no dejar pruebas de su presencia alli, y salio por la puerta como alma que lleva al diablo, rezando para que nadie se diese cuenta del estado tan lamentable en el que se encontraba. Se metio en el bano, dejo los documentos en el inmaculado suelo, abrio el grifo sin dejar de resollar como una res agotada, y metio la cara bajo el chorro de agua fria. Por suerte, aquella manana se habia levantado demasiado perezosa como para entretenerse en maquillarse. Volvio a su planta un rato despues, repuesta de su insolita experiencia. Se metio en su cubiculo e hizo lo que deberia haber hecho desde un principio: llamar al departamento de mensajeria de la empresa para que fuesen a recoger los documentos para el senor Ware. Colgo el telefono y miro hacia el cubiculo en el que su amiga Kendra estaba trabajando. Necesitaba contarle a alguien lo que habia experimentado, y no podia esperar a volver a casa. Se levanto y fue hacia ella. --Vamos a tomar un cafe --le dijo, senalando hacia el pequeno cuarto que utilizaban para descansar de vez en cuando. --?Estas bien? --le pregunto su amiga mirandola con aquellos ojos celestes tan peculiares--. Te veo un poco palida y sudorosa. No tendras fiebre, ?no? --Estoy bien. Vamos. La agarro de la mano y tiro de ella para serpentear entre las mesas de sus companeras de departamento. Kendra la siguio llena de curiosidad. Entraron en la sala de descanso y Jai miro hacia la oficina, donde sus companeros seguian trabajando, ajenos a sus movimientos. Deseo poder tener un poco mas de intimidad, pero ni siquiera habia una puerta que poder cerrar. --No te vas a creer lo que me ha pasado --susurro. Se lo conto, con pelos y senales, delante de una buena taza de cafe, echando una mirada de vez en cuando hacia la puerta para asegurarse de que nadie estaba escuchando su conversacion. Kendra la escucho en silencio, dejando ir de vez en cuando alguna exclamacion de sorpresa, mirandola con los ojos muy abiertos y tapandose la boca de vez en cuando para ahogar una risa. --?En serio tiene todo eso metido en un cajon? --exclamo su amiga en voz baja, tan sorprendida como divertida, cuando termino su relato--. Vaya con don seriecito, que sorpresas da la vida. --Te lo juro. Y no veas como me ha puesto, tia. --?Cachonda como una perra? --se rio--. No me extrana. El tio esta como un quesito, y si encima va de Amo... ?Te lo imaginas vestido de cuero negro, con unos pantalones apretados que le marcasen ese culo prieto? Joder, que salida voy. --Mas que eso me he imaginado, carino --contesto, indecisa por contarle el resto de la historia. --Venga, sueltalo --la animo su amiga, llena de curiosidad. Estaba siendo un dia muy aburrido y aquello le estaba dando la vida. --Me imagine desnuda ante el --confeso bajando aun mas la voz--, de rodillas, con las esposas puestas y el plug bucal, a punto de hacerle la mamada de su vida. --Tia, necesitas echar un polvo pero ya. --Lo que necesito es que Branden Ware se fije en mi, me secuestre y me convierta en su esclava sexual durante unos dias --solto a bocajarro, haciendo que su amiga ahogara una carcajada que estuvo a punto de hacerle escupir el cafe que acababa de llevarse a la boca--. Hablo en serio, no te rias. Quiza asi me lo quitaria de la puta cabeza. --Carino --Kandra alargo la mano para posarla sobre la de Jai y la apreto, en un gesto solidario y consolador--, creo que necesitas mucho mas que eso. Nunca te habia visto tan obsesionada por un tio. --Precisamente por eso. Seguro que una semana en sus manos me quitaria la tonteria. Descubriria todos sus defectos y ahi acabaria todo. --O descubririas sus virtudes y te enamorarias hasta las trancas. --Los tios como Branden Ware no tienen virtudes, Kendra. A estas alturas, deberias saberlo.

  • Mi Planta de Naranja-Lima de Jose Mauro De Vasconcelos

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    De mayor Zeze quiere ser poeta y llevar corbata de lazo, pero de momento es un nino brasileno de cinco anos que se abre a la vida. En su casa es un trasto que va de travesura en travesura y no recibe mas que reprimendas y tundas; en el colegio es un angel con el corazon de oro y una imaginacion desbordante que tiene encandilada a su maestra. Pero para un nino como el, inteligente y sensible, crecer en una familia pobre no siempre es facil; cuando esta triste, Zeze se refugia en su amigo Minguinho, un arbolito de naranja lima, con quien comparte todos sus secretos, y en el Portugues, dueno del coche mas bonito del barrio.

  • Mi unica reina de Jodi Ellen Malpas

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    Su historia de amor comenzo intensa y apasionadamente. La princesa Adeline y Josh Jameson sabian que cualquier futuro juntos era imposible: su estatus de princesa y la posicion de el como un galan de Hollywood lo impedian. Pero las cotas de placer a las que podian llevarse mutuamente fueron totalmente inesperadas. Y poco a poco los limites se hicieron mas y mas borrosos: lo fisico se volvio emocional, y sus corazones se entrelazaron. Pero un giro cruel de los acontecimientos vendra a amenazar su historia y Adeline se vera mas atada que nunca al protocolo que exige su titulo. El ejercito de asesores reales que esconden los secretos y escandalos de la monarquia hara todo lo posible para mantener a raya a los medios… y a Josh lejos de Adeline. Sin embargo, Josh se niega a perder a la mujer que lo ha consumido por completo y ha sido capaz de distorsionar sus limites. ?Triunfara el poder de la monarquia britanica? ?O cambiara su intenso amor el curso de la historia?

  • Sone en La Habana de Dolores Conquero

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    LA HISTORIA QUE NADIE SE HABIA ATREVIDO A CONTAR
    Tras muchos anos deseando conocer Cuba, Alicia, acompanada de su hija, viaja a La Habana de vacaciones. Alli conoce a Yodiel, un joven de quien no puede evitar enamorarse.

  • La criminologa (Los casos de Jennifer Palmer 1) de Arthur R. Coleman

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    En ese punto intermedio entre la noche y el amanecer, Jennifer Palmer se desperto. Mientras se desperezaba aun podia seguir oyendo a Jim Morrison en el recuerdo de su fogoso sueno. Enrollate, nena, enrollate, nena.... Una vez mas, como cada vez que aparecia en sus visitas nocturnas, se pregunto por que sonaba con torridos encuentros amorosos con un hombre que habia muerto antes de que ella naciese y que ni siquiera era su tipo. Ademas, su vida sexual era placentera, intensa y variada. Joven y atractiva, alta, largas piernas, sugerentes curvas y seductores ojos grises, Jennifer no necesitaba los encuentros eroticos en suenos de Jim Morrison para sentirse satisfecha. Abrio los ojos y aun podia oir en su mente a The Doors con Roadhouse blues: Si, vamos al bar de la carretera. Vamos a pasarlo realmente bien. Un buen rato... donde tienen habitaciones... y son para la gente que le gusta hacerlo despacio. Enrollate, nena, enrollate, nena... Entre suaves sabanas de algodon blanco, la joven se incorporo en la gran cama. Recogio su larga melena castana en una coleta y se despabilo lo suficiente para recordar que en unas pocas horas debia encontrarse con Donald Walker, uno de los miembros de la agencia de detectives y asesoramiento en materia criminal que ella dirigia. Donald estaba siguiendo a un marido, un importante hombre de negocios relacionado con el mundo del arte. Al contratarles, su mujer aseguro que estaba preocupada por el. Al parecer el hombre habia recibido alguna amenaza, pero no habia querido emplear escolta privada mas alla de los guardias de seguridad que vigilaban su magnifica galeria de arte y las camaras de vigilancia de su finca y la seguridad del propio residencial. Aunque, penso Jennifer, en realidad lo mas probable es que quisiese saber si le era infiel y conseguir pruebas comprometedoras y usarlas para sacar una buena tajada en el divorcio. Vaya estupidez, penso la joven, como si ser infiel o pretenderlo no estuviese en la naturaleza humana. Por su experiencia, lo raro era justamente lo contrario. De cualquier forma, aunque era un trabajo rutinario y anodino, estaba bien pagado. A pesar de que no era la actividad que mas le atraia, en realidad le interesaba mas bien poco, habia que hacer de todo para mantener a flote la agencia Solution Channel. Descalza por el pavimento de madera pulida, cruzo el salon por encima de la silueta de un dragon estampada en una gruesa alfombra rojiza. A Jennifer le gustaban estos enormes animales miticos. Desde nina le habian fascinado los cuentos de dragones, guerreros y princesas, aunque ella no tenia interes en ser una princesa, lo que deseaba en sus fantasias de nina era convertirse en una aguerrida guerrera que luchase contra el mal. Finalmente, su sueno se habia hecho, en buena parte, realidad. Jennifer era la propietaria de la agencia Solution Channel. Habia estudiado criminologia en SUNY, la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, y desde el principio sus profesores vieron su potencial. Al acabar la universidad pronto se labro un prestigio gracias a sus acertados diagnosticos. Tenia poco mas de treinta anos, y en ocasiones hacia labores de consultora en determinados casos para Inteligencia Criminal del Departamento de Policia de la ciudad de Nueva York: revision de casos desde el comportamiento y las perspectivas de investigacion, analisis del crimen, sugerencias de lineas de investigacion, perfiles de delincuentes desconocidos y estrategias para dar caza al asesino. Una joven precoz, una mente brillante, un cuerpo sensacional. Llego a la cocina y se sirvio un cafe largo bien cargado, solo, sin azucar. El primer cafe del dia solo; el segundo, a media manana, con azucar de cana. En ese momento sono el telefono. ?Quien seria a esas horas tan intempestivas? En el visor aparecio el rostro pecoso y juvenil de Donald. --Hola. --Sera mejor que nos veamos --oyo la voz alterada de su colaborador. --?Es grave? --Se han cargado al objetivo. --No fastidies. ?Donde estas? --Largandome del edificio. Esto se esta llenando de policias. --Esperame en El Mogador. Un contratiempo. La muerte del hombre al que estaban vigilando. Eso no era nada bueno para el negocio. Jennifer solia llevar ropa cenida, que resaltaba su cuerpo esbelto y llamativo. Se puso una blusa y un sueter de lino suave de color verde, abierto en pico, que dejaba ver la curva de sus senos, y unos pantalones beige ajustados a sus largas y torneadas piernas. Se calzo unos comodos zapatos de tacon bajo y se abrigo con un grueso chaqueton de lana trenzada a juego con los pantalones y los zapatos. La primavera estaba cerca, pero aun no harian mas de 10 grados centigrados. Se anudo una suave bufanda de cachemir alrededor del cuello, y salio rauda hacia la cafeteria donde habia citado a su fiel asociado. Donald Walker era fotografo, especialista en el seguimiento de personas y en obtener informacion, y experto en un poco de todo. Melena rubicunda, impulsivo, simpatico, ni muy alto, ni muy atletico. Un joven que pasaba desapercibido, ideal para su trabajo. Solia vestir de forma informal y desalinada, zapatillas de tela, vaqueros descoloridos por el tiempo, no por la moda, camisas amplias y sueltas por debajo de la cintura. Nunca usaba reloj y siempre sabia la hora exacta. El reloj atomico, solian llamarle en la agencia. Buena parte de la ciudad de Nueva York esta en tres islas: Manhattan, Long Island y Staten Island. Jennifer vivia en el distrito de Brooklyn en la punta oeste de Long Island en un apartamento de alquiler, lo que le permitia mudarse de casa y de barrio siempre que le apetecia. Su apartamento tenia una amplia habitacion y un gran salon con la cocina integrada. Cuando se instalo, el barrio era tranquilo y familiar, pero al cabo de un tiempo aparecio una reluciente lavanderia, cafes sofisticados, boutiques, restaurantes independientes y varias tiendas de vinos organicos que fueron la senal de que la zona habia sido conquistada por artistas y estudiantes con poder adquisitivo, y los precios del alquiler se elevaron drasticamente. De mil dolares se habia disparado al doble. Mucha gente trabajadora del barrio tuvo que trasladarse a las afueras donde los precios aun eran asequibles a sus posibilidades. Jennifer tambien estaba pensando en irse a una zona menos convencional. Las modas frivolas le repateaban, pero cerca de su casa aun quedaban lugares y establecimientos en los que se encontraba a gusto, como El Laberinto, un local con cocteles y bebidas de todo tipo, buena musica y amena compania. Jennifer se arrebujo en el chaqueton, salio del edificio y se subio en su Opel Cabrio blanco para dirigirse a Williamsburg, un agradable barrio de Brooklyn. Llego a Wythe Avenue y aparco en las cercanias. El sol apenas comenzaba a despuntar entre los altos edificios, cuando entro en El Mogador, un acogedor cafe bastante concurrido. Donald estaba sentado en una mesa en la parte del fondo iluminada de luz natural y ornamentada con plantas. Tomaba un sandwich de pollo con curry y una cerveza. Su desayuno predilecto, herencia de su padre, un veterano de la Guerra del Golfo. --A ultima hora de la tarde segui al objetivo tras su coche cuando salio de su galeria de arte. Le vi recoger a una joven en la esquina de una zona de dudosa reputacion --explico Donald cuando su jefa se sento frente a el. Le mostro una de las fotografias en la pantalla de su camara. Una chica de veintipocos anos, delgada, guapa, rubia, tez palida y nariz respingona. --Estuvieron hablando un buen rato en el coche, y luego fueron a un edificio en Manhattan, donde el tiene un lujoso apartamento. Estuve observando la entrada. Luego llego otra joven. Donald puso otra fotografia en el visor. Otra joven, unos treinta anos, recia, de mediana estatura, pelo largo moreno, nariz prominente. --Llamo al interfono y le abrieron. Mira --dijo senalando con el dedo indice la imagen--, apreto el boton de la casa de Adams. Al poco salio la acompanante de Adams, y una hora mas tarde la otra joven. Un rato despues vi que el portero no estaba en su puesto. Me extrano. Espere un rato mas y sali del coche a comprobar que pasaba, y justo cuando iba a entrar llego la mujer del fallecido. En cuanto la vi coger el ascensor, entre. El mostrador estaba vacio. El portero estaba inconsciente tumbado en el suelo en una pequena dependencia trasera. Subi al piso del apartamento del objetivo, la puerta estaba abierta. La mujer, Sarah Adams, estaba sola frente al cadaver de su marido. Creo que ni siquiera me vio. Estaba de pie con la mirada perdida y el telefono en la mano. --Vaya --expreso Jennifer mirandole con sus hermosos ojos grises que traspasaban a su interlocutor--. ?Viste entrar o salir a alguien mientras esperabas? --Entraron Adams y su acompanante, luego la otra joven y finalmente su mujer. --?Y salir? --Las dos jovenes, primero una, luego la otra. Nadie mas. Donald le mostro en el visor de su camara las fotografias que corroboraban su relato. El joven se puso un chicle en la boca, como si quisiese anadir una pausa a toda la informacion que acaba de soltar, y mascullo entre dientes. --Feo asunto. --Espera, tengo una llamada. !Hola! --Soy Mark. Mark Crowell, un apuesto y atletico inspector de la brigada contra el crimen de la ciudad de Nueva York. --?Que sucede? --Tenemos que vernos. Asunto oficial --la voz del inspector sonaba preocupada. --?De que se trata? --Asesinato. --?De quien? --el vello de la joven se erizo, signo de la llegada a su mente de una intuicion o, mas bien de una sincronia, como ella preferia explicar que su mente supiese algo que su razon aun no habia explicado. --William Adams, un tratante de arte. Te envio la direccion --dijo Mark, y colgo. Jennifer hizo un mohin con la nariz y fruncio sus labios sensuales y bien perfilados. William Adams. El mismo hombre que Donald estaba siguiendo por orden de su mujer. La joven no creia en las coincidencias. Y aquello era algo mas que una coincidencia. Pero nada ni nadie iban a quitarle las ganas de tomar su desayuno tranquilamente. Pidio al amable y sonriente camarero pan recien horneado, huevos benedictinos, zumo de naranja y cafe. --Nos vemos en la agencia --le dijo a Donald--. Informa a los demas, y prepara todo el material fotografico que tengas del caso. Tras el delicioso desayuno, al salir del local, Jennifer cogio su coche. Cuando una ligera bruma matizaba las aun frias aguas del rio y el sol lanzaba sus rayos matutinos, cruzo los casi dos kilometros del puente de Brooklyn. Aunque el aire era fresco, se veia bastante gente caminando en una u otra direccion del puente, runners, ciclistas y vendedores ambulantes instalando sus cuadros, llaveros y muchos otros recuerdos de la ciudad. Algunos eran turistas madrugadores haciendo fotos y mirando las vistas de la bahia, Manhattan, Brooklyn y a lo lejos la Estatua de la Libertad. Los edificios despertaban a uno y otro lado de la ciudad. Pero en uno de ellos, alguien no volveria a despertar jamas. 2 ELASESINATO La relacion entre Jennifer y Mark habia empezado una manana cuando ella impartio una ponencia sobre criminologia para miembros del cuerpo de policia. Jennifer tenia un especial don para descubrir los entresijos de los casos mas alla de las pruebas aparentes y establecer conexiones entre los hechos que pocos podian ver. Aunque a mas de uno podia parecerle una habilidad sobrenatural, Jennifer simplemente usaba su mente, su memoria y sus excepcionales conexiones sinapticas y redes de circuitos neuronales, trascendentales para los procesos biologicos que se hallan bajo la percepcion y el pensamiento. Cierto que esa genuina capacidad era algo con que la naturaleza le habia dotado, pero ella se ocupaba de mantenerla y mejorarla con sus profundos analisis y reflexiones. Al acabar la conferencia, el se acerco y le pregunto, con su voz segura y viril, algo insustancial para trabar conversacion. --Mejor sera que te conteste tomando algo en la barra de un bar --dijo Jennifer, y el estuvo encantado. Esa misma noche retozaron entre las sabanas gris marengo de la cama de Mark. Mejor en la primera cita, para que hacer esperar lo bueno, sino se corria el riesgo de que no sucediera, opinaba Jennifer, cuantas cosas placenteras dejamos para manana, y ese manana nunca llega. Habian pasado tres anos y su relacion seguia por los mismos derroteros. Compartian casos, cama y conversaciones, algunas de estas ligadas a su trabajo de asesoramiento para el departamento de policia, y otras previas a sus citas intimas. En ambas actuaciones, en los casos criminales y en los encuentros sexuales, al acabar ella se levantaba y se iba. Pocas veces se encontraban en casa de Jennifer, pero cuando lo hacian el tacito acuerdo era el mismo, el se vestia y se marchaba. Todo iba bien. Una relacion fructifera, placentera y sin ataduras. Hacia mas de un mes que Mark no la llamaba para cuestiones policiales, y cuando se encontraban era para otros menesteres mas ludicos. Una cena a la luz de las velas, un buen vino y la gran cama que Mark tenia en su agradable apartamento con vistas al Hudson. En Mark todo era grande. Jennifer media mas de un metro setenta centimetros, y aun asi Mark le sacaba toda la cabeza. Mediada la treintena, pelo rubio ligeramente rizado, aspecto agradablemente desalinado, tez curtida y bronceada y ojos azules, grandes y perseverantes, especialmente cuando miraba a Jennifer. Aunque vivian en Alpine, un exclusivo barrio residencial de Nueva Jersey, los Adams tenian un apartamento junto a la Sexta Avenida en Manhattan. Era una zona cosmopolita que se habia revalorizado mucho en los ultimos anos y un piso en ese barrio solo se lo podian permitir personas muy adineradas. Ante el edificio de piedra gris perla se veian curiosos y periodistas. Los medios de comunicacion ya estaban al tanto del luctuoso asunto. Furgonetas, hombres y mujeres jovenes microfono en mano ante sus respectivas camaras se agolpaban en las inmediaciones del toldo verde de entrada a las doce plantas del edificio. Jennifer se acerco conduciendo con cuidado, abriendose paso hasta llegar a la puerta de entrada custodiada por la policia donde se veia una ambulancia forense. Unos conos rojos y blancos marcaban la zona de la acera y de la calle protegida por la policia. Un autobus amarillo de una escuela precedia al coche de Jennifer y en cuanto paso por el carril libre frente al edificio, la joven aparco junto a la acera y una pequena zona ajardinada al aire libre. Perry Howard, un joven detective del grupo comandado por Mark, la esperaba mientras comprobaba la direccion hacia donde estaban enfocadas las camaras de vigilancia del edificio. De mediana estatura, corpulento, pelo corto oscuro, labios finos y cara sonrosada, al bajar la joven del coche, echo un furtivo vistazo a las largas y estupendas piernas de Jennifer y a su escote que, aunque prudente, se adivinaba entre el grueso chaqueton y dejaba ver parte de sus bien moldeados senos. Cuando Jennifer entro en el lujoso edificio, Mark estaba en el hall dando instrucciones a dos agentes para que hablasen con todos los vecinos del edificio. Vestido con chaqueta de sport y camisa gris, pantalones negros y mocasines comodos para poder moverse con facilidad en caso de necesidad. --El edificio tiene camaras --le indico Perry cuando se acercaron--. Cuatro, entre la entrada y la recepcion. --Compruebalas --ordeno Mark--. Y tu --se dirigio a Ron, otro de sus colaboradores--, ve tambien a hablar con los vecinos de los otros apartamentos de la planta doce por si han visto u oido algo. El detective Ron Speegle, adjunto a Mark, se aproximo. Pelo largo, castano y nariz prominente, un hombre macizo de voz grave a quien la gente solia escuchar con atencion, especialmente cuando movia sus grandes y recias manos. Mark se acerco a ella y le saludo con una sonrisa seductora. --Empieza desde el principio, mon ami --correspondio con otra sonrisa Jennifer. La joven habia pasado un ano aprendiendo frances y haciendo un master en la Universidad de Paris sobre criminologia y analisis de la conducta, y de vez en cuando le gustaba meter algun termino en frances con las personas a las que apreciaba y con las que se sentia a gusto. Y Mark era uno de sus preferidos. Guapo, amigo leal y gran amante. !Que mas se podia pedir! Mark miro con admiracion el sensual cuerpo embutido en el ajustado sueter, pero reprimio sus instintos sensuales y se limito a hablar del caso. --Un asesinato. --!Que novedad! Ni que estuviesemos en Nueva York. --Me ha llamado el capitan Mael para asignarme el caso y me ha dicho que te incorpore al grupo como consultora. --Al final acabare cayendole bien. --Me parece que el asunto no va por ahi --contesto Mark--. Ahora lo comprobaras. Mael y Jennifer tenian diferentes enfoques en cuanto al modo de enfocar los casos y los tramites reglamentarios. Y de ahi su cierta prevencion hacia Jennifer, quien a veces gustaba de coger atajos para evitar farragosos procesos burocraticos. --Vaya, que desilusion --chanceo Jennifer. Mientras hablaban se dirigieron al interior del edificio. El portero estaba siendo asistido por unos sanitarios. --Por lo que parece ha sido drogado, pero en un rato podra hablar con cierta coherencia -- dijo Perry, refiriendose a un hombre de mediana edad con una prominente calva, que estaba medio abatido en una silla y con los botones dorados de una chaqueta gris desabotonados. --?Aviso el a la policia? --pregunto Jennifer. --No, fue la mujer del difunto. La joven recordo el relato de Donald sobre la mujer con el telefono en la mano y la mirada extraviada. Los dos cogieron el ascensor y el detective pulso el boton de la ultima planta. --?Y la victima? --Millonario, norteamericano --contesto Mark. --?Norteamericano en Norteamerica? --dijo sarcasticamente Jennifer--. Esto se pone interesante. --Una de cada tres personas que viven en Nueva York no ha nacido en Estados Unidos. Bueno, ?vas a dejar de interrumpirme? --Claro, claro, continue --dijo la joven dando un toque en el brazo del inspector con su suave y firme mano. Un breve pasillo bien iluminado con apliques dorados en las paredes y revestido de marmol claro conducia a cuatro lujosos apartamentos. Ante la puerta abierta de uno de ellos se veia a dos policias hablando entre ellos con una cinta amarilla en la mano en donde se veia: escena del crimen, no pasar. Los miembros de la cientifica entraban y salian como si estuviesen en la cafeteria de la esquina. --Era un hombre hecho a si mismo --comento Mark. --Un canalla, vaya. --Un triunfador. --Vamos, eso. Nueva York, simbolo internacional y centro de las finanzas, sede del mayor mercado de valores del mundo y centro de grandes negocios en todos los ambitos incluyendo el arte de vanguardia. Y en esta area, William Adams habia sido el rey.

  • El secreto de tu amor de Cathryn De Bourgh

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    Sophia se enfrenta al momento mas dificil de su vida y de pronto comprende que esta sola, sola con sus propias fuerzas y siente que lentamente la abandonan. Entonces aparece ese guapo y excentrico millonario neoyorquino amigo de su esposo para ofrecerle su ayuda incondicional. Le ofrece su hombro para llorar, la consuela y ella sucumbe a la pasion que despierta en todo su ser…

  • El sabor de tus besos de Lorraine Murray

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    Margot es duena de un restaurante en el barrio parisino de Montmartre. Pero la jubilacion de su actual jefe de cocina la obligara a tomar una decision tan arriesgada como inesperada.

  • La cancion secreta del mundo de Jose Antonio Cotrina

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    Se llama Ariadna.

    Hace cuatro anos, la policia la encontro en una casa incendiada repleta de cadaveres y cuerpos mutilados. Ella era la unica superviviente de la matanza. Y lo unico que recordaba era su nombre.

  • Confusion de Elisabeth Tower

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    Os presento el primer tomo de una triologia, deseo que sea una gran historia para todo aquel que la lea. Este primer libro lo tendreis en tapa blanda tambien.
    Triologia “INTRUSA”
    Tomo 1:”Confusion” – Tomo 2:”Mentiras” – Tomo 3:”Verdades”
    Argumento de la Triologia completa:
    Francisco Cortes, primogenito y el cabeza en los negocios de vinedos de una acaudalada familia espanola de la maravillosa Isla de Lanzarote, creia conocer a Carmen.
    La tenia por una mujer liberal, inmoral, una caza fortunas y sobre todo por una mala madre, capaz de entregar a los pequenos Juan y Daniela a los parientes de su padre a cambio de poder vivir comodamente gracias a una suma escandalosa de dinero y olvidarse de ellos.
    Pero Francisco Cortes tras su primer encuentro con ella, jamas podria haberse imaginado que secreto guardaria aquella hermosa mujer y como lograria enganarlo tras una falsa identidad .

  • Enemigos Intimos de Nina Klein

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    Viernes por la tarde. Media hora para terminar mi jornada laboral y salir corriendo de la oficina, en direccion al pub de siempre donde habia quedado con mis amigos para tomar algo. No solo eso, sino que mi amiga iba a llevar al macizorro hermano de su novio para presentarmelo.
    ?Que podria salir mal?
    Nada, o eso pensaba hasta que mi archienemigo Tom --la persona que peor me cae de la oficina y del mundo-- se presento en mi escritorio con un proyecto de ultima hora que tenia que estar terminado para el lunes. Para ese lunes.
    No solo tenia que quedarme a trabajar la noche del viernes en la oficina --adios planes, adios macizorro--, ademas tenia que hacerlo con Tom, mi enemigo publico numero uno.

  • Un lugar para mi de Melissa De La Cruz

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    Parece que estoy entre dos tierras, como si todo lo que hubiera hecho hasta ahora fuera una mentira. Como si me estuviera rompiendo, destrozandome. ?Quien soy? ?A donde pertenezco?
    Jasmine de los Santos siempre ha hecho lo que se esperaba de ella. Guapa y popular, ha estudiado duro, haciendo que sus padres, inmigrantes filipinos, se sientan orgullosos, y esta lista para recibir las recompensas en forma de una beca universitaria completa.
    Y entonces, todo se rompe. Una invitacion a un premio escolar nacional obliga a sus padres a revelar la verdad: sus visas expiraron hace anos. Toda su familia son ilegales. Eso significa que no hay beca, tal vez ni siquiera universidad y, sobre todo, una amenaza real de deportacion.
    Por primera vez, Jasmine se rebela, probando todas las cosas de adolescentes que nunca ha tenido tiempo de hacer. Mientras intenta darle sentido a su nuevo mundo, aparece Royce Blakely, el encantador hijo de un congresista, poniendolo patas arriba.
    Jasmine no tiene ni idea de donde encaja --si es que lo hace--, en el sueno americano. Todo lo que sabe es que no va a darse por vencida. Porque cuando las reglas con las que has vivido ya no valen, lo unico que puedes hacer es inventarte las tuyas propias.

  • El color de la piel de Gema Juarez Quesada

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    A mediados del S. XVIII, Diara sera apartada de su verdadera familia para ser criada por la tribu de los fulani, originaria de Senegal, por entonces colonia francesa. El dominio colonial recuperado por Espana sobre los territorios de America, sufrira en sus propias carnes las atrocidades que hombres de su misma raza llevan a cabo con la tribu por aumentar el poder adquisitivo de sus arcas, en un tiempo donde la esclavitud campaba a sus anchas. Sin ser consciente, conocera a Guillermo Ribas, una de los pioneros desconocido para muchos que se enfrento a la opresion y crueldad del hombre blanco. Este hecho conformara el caracter guerrero y luchador de la pequena Diara, que descubrira que no pertenece ni al mundo blanco ni a la tribu que tanto quiere, y todo por el color de su piel.
    Una bella historia en linea con ” El Patio de las Luciernagas” y ” Pan y Rosas para Katrina”, que te haran emocionarte y vibrar con el transcurso de las paginas.

  • El ajedrecista de Esteban Navarro

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    Una nueva novela de uno de los autores espanoles mas leidos en todo el mundo. Esteban Navarro Soriano fue policia durante 24 anos y en la actualidad se dedica a tiempo completo a escribir, su gran pasion. Ha sido premio Saramago y finalista en el Premio Nadal, ademas de una treintena de diversos premios de novela y relato. Amazon lo ha reconocido como el fundador de la denominada ‘Generacion Kindle’ y Random House lo considero en su momento como uno de los grandes nombres de la novela negra. Es superventas internacional con obras como El apagon, La casa de enfrente, Los crimenes del abecedario, El consul infiltrado, Los fresones rojos, El buen padre o la controvertida Una historia de policias.

  • Megapack La esencia del destino de C. J. Benito

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    En este megapack podras seguir la historia completa de “La esencia del destino”

  • Sobre cosas que se ven en el cielo de Carl Gustav Jung

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    Sobre cosas que se ven en el cielo, una de las ultimas obras de Jung, es un estudio del rumor visionario sobre los ovnis. <>.

  • Rebeldes y traidores, Lindsey Davis de Lindsey Davis

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    Las Guerras civiles inglesas que azotaron los reinos de Inglaterra, Escocia e Irlanda en el amplio periodo que va de 1639 a 1651 es el autentico protagonista de este espectacular fresco historico. El juicio y ejecucion del rey Carlos I, el exilio de su hijo Carlos II, el nacimiento de la Commonwealth y la etapa del protectorado bajo el gobierno de Oliver Cromwell son mojones en un camino en que las luchas estan tenidas de enfrentamientos tanto ideologicos y politicos como religiosos. Uno de los grandes aciertos de Lindsey Davis consiste en focalizar su relato en los personajes de Juliana Lovell, esposa de un realista, y Gideon Jukes, un parlamentario convencido, lo que le permite mostrar los acontecimientos sin tomar partido y dejando que sea el propio lector quien juzgue a sus personajes y sus acciones. Otro de los grandes aciertos de esta gran novela consiste en, a traves de los viajes de los personajes, mostrar los efectos de las guerras y de las luchas no solo en Londres, sino en muy diversos puntos de los tres reinos implicados en los acontecimientos. Una novela magnifica que expone de un modo muy claro unos anos decisivos en la historia universal.

  • Distrito 1012 de Mary Ferre

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    Era nuestra prioridad. Era la duena. Era quien gobernaba nuestras vidas hasta que su descontrol conquisto lo poco que conservaba de su racionalidad. Nos replanteamos su presente como un acto natural con el que convivimos duramente, hemos atravesado etapas buenas y etapas malas en las que la reina jugo con nuestros sentimientos, y luchamos contra una persona humana que nunca lo fue porque una parte de ella murio en el pasado.

  • Memorias de hielo (Malaz. El Libro de los Caidos 3) de Steven Erikson

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    Memorias del hielo es la tercera entrega de la saga <>, la decalogia originalmente publicada entre 1999 y 2011 que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea. Desde entonces, esta obra maestra de la imaginacion esta considerada una de las series mas ambiciosas del genero de los ultimos anos.

  • El regreso de !Y tenia que ser – Norah Carter de Monica Hoff , Norah Carter

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    La felicidad cuesta y no es eterna. Eso lo descubre Davinia tres anos despues de su idilica vida junto a Peter.
    Un e-mail para el hace que las alarmas de ella salten y, aunque al principio no cree soportarlo, decide jugar. Vengarse de el…
    Una ex-mujer que reaparece cuando otra desconocida tambalea su relacion. Unos mosqueteros, sus amigos, quienes, mas que nunca, la apoyaran y un cumulo de erroneas decisiones llevaran al limite a la pareja perfecta.
    ?Un amor real? Eso solo lo descubriras con la reaparicion de El Jefe.

  • Pantano de sangre (Inspector Pendergast 10) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    El agente Pendergast se enfrenta con el caso mas personal de su vida al descubrir que su esposa Helen, fallecida en una caceria africana hace doce anos, no fue victima de un accidente. Fue asesinada.

  • El viajero sin corazon de Miguel Angel Fece Allue

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    Mischoll, un joven frances de principios del siglo XIX, descubre que su primer amor le ha robado el corazon y por tanto es incapaz de amar de nuevo. Con una enorme cicatriz en el pecho recorrera el mundo buscando la solucion entre medicos, sabios, personajes surgidos de las novelas y mujeres a las que no tiene nada que entregar.Una novela sobre amor y desamor, viajes, busqueda de uno mismo y encuentros imposibles.

  • Siempre te mirare (Mirame 3) de Marissa Cazpri

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    ?Quieres saber mas sobre Paul, Marina y el hijo de ambos? Aqui teneis un pequeno retazo de su vida en Londres.

  • La princesa de Samoya, mi cunada de Fernando Neira

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    La vida de dos hermanos mellizos tomaron caminos muy diferentes. Mientras Manuel se enfrascaba en conseguir una futuro profesional que le reportara dinero, Alberto un idealista se fue a Asia a trabajar con una ONG. Se hablaban poco y se veian menos pero no por ello no se querian.
    En los ultimos diez anos, se habian visto unicamente tres veces y por eso eran dos desconocidos. Manuel solo sabia que su hermano vivia en Samoya, un pequeno pais del sudeste asiatico, donde le consideraban un santo y poca cosa mas, ni siquiera se entero que Alberto se habia casado.
    Aunque sabia que le importaba mas esa pobre gente que su familia, siempre penso que cambiaria y que algun dia volveria a Madrid y trabajaria por su futuro pero el destino quiso que no fuera asi.
    Una manana recibio una llamada de la embajada de ese pais donde le informaron de la muerte de su mellizo y que el gobierno habia organizado un funeral en su honor y como querian que fuera, habian reservado un vuelo a su nombre que saldria al dia siguiente.
    Aunque poros exudaba odio por todo lo samoyano, comprendio que el habia dado su vida por ese pueblo y por eso no pudo negarse a honrar su memoria, pero lo que nunca imagino es que una vez en ese pais conoceria a su cunada y que esta era una Princesa.

  • Amor y virtud, Rolly Haacht de Rolly Haacht

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    Amor y Virtud es el primer libro de una trilogia de genero juvenil/new adult. Los protagonistas -con edades comprendidas entre los 19 y los 22 anos- viven a lo largo de todo un ano y comparten con el lector todas sus decisiones, una veces con mas acierto que otras. No todos se conocen desde el principio y esa es precisamente la magia de la historia: dos de ellos son hermanos, una de las chicas tiene una hermana gemela y la otra es una chica huerfana amiga de los hermanos. Ademas, tambien hay personajes secundarios que son igual de importantes, sobre todo en la continuacion del segundo libro. Cabe destacar que no hay un argumento principal sobre el cual giran los personajes, sino que son precisamente los personajes los que requeriran de toda tu atencion. Y por ultimo: NO es un libro de filosofia, pero “las virtudes cardinales de Platon” son la linea argumental secundaria que acompana a toda la historia. "Se sento en uno de los comodos sofas con uno de los libros que habia empezado hacia semanas. Le habia llamado mucho la atencion uno de los capitulos, y no hacia mas que releerlo. Trataba acerca de las virtudes cardinales y segun decia, Platon habia establecido cuatro virtudes para la estabilidad del alma. Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia. Cuanto mas leia, mas deseaba saber. Leia y releia las frases mas importantes y las descripciones de las virtudes, y se preguntaba si ella seria capaz de completar las cuatro..."

  • El amante de siempre de Beverly Barton

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  • Esposada al Rey de Laura Cruz

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    Sylvia era una joven princesa.
    Inocente, atractiva y virgen.
    Aaron era todo lo contrario.
    Un rey maduro, firme...

  • La ultima viuda de Karin Slaughter

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    Secuestrada y rota. Tiene que desvelar la verdad. antes de que se sea demasiado tarde.

  • El Cuarto Mono de J. D. Barker

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    El detective de la policia de Chicago Sam Porter investiga el caso de un hombre atropellado, pues los indicios en la escena del crimen apuntan a que se trata de El Cuarto Mono, un asesino en serie que ha estado aterrorizando la ciudad. Su modus operandi consistia en enviar tres cajas blancas a los padres de las victimas que secuestra y mata: una primera con una oreja, una segunda con los dos ojos, y otra con la lengua; y finalmente dejar abandonado el cuerpo sin vida en algun lugar.
    El hombre atropellado llevaba una de esas cajas blancas. Se inicia asi una frenetica carrera contrarreloj para averiguar donde se encuentra encerrada la proxima victima.

  • La maldicion de Tonr (Leyendas del Bosque Azul) de Leslie G

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    El gran bosque dormia sumergido en una densa niebla que lo cubria por completo como si intentara esconderlo del mundo. En el suelo, una triste criatura se arrastraba sobre la hierba mojada; el olor a tierra invadia su nariz y sus unas se enterraban en el lodo. La luz de la luna atravesaba la niebla y llegaba hasta ella transformada en sombras. Y, mientras su cuerpo maltrecho reptaba entre penumbras, la criatura se preguntaba si sobreviviria un dia mas. Sus piernas se habian convertido en dos pesos muertos que no hacian sino retrasarla en su viaje. Las piedras del camino habian abierto varios cortes en su abdomen, algunos bastante profundos, y la sangre que brotaba de su cuerpo dejaba charcos de plata escondidos entre las hojas. El cansancio iba venciendo a sus brazos, que batallaban duro para arrastrar aquel cuerpo inutil. Estaba exhausta, las lagrimas le nublaban la vista y su piel habia comenzado a agrietarse como una fruta seca. Pero no se detenia, porque llevaba el peso del mundo en su vientre desnudo, porque, si lo hacia, estaria condenandolos a todos. Cuando llego a la caverna, apenas conseguia mantenerse despierta, tenia la barriga lacerada y el rostro desfigurado por las heridas. Estaba muriendo, y el simple movimiento de estirar un brazo para impulsarse hacia el frente le parecia una tortura. Aun asi, logro colocar una mano en el agua, dejando que el frio penetrara en su piel y avivara sus sentidos. Poco a poco se arrastro hacia adentro de aquellas aguas negras con olor a muerte, cerro los ojos y se dejo llevar por la corriente hasta las entranas de la tierra. El primer sol se le perdio detras de una estalactita gigante cuya punta se hundia toscamente en el lago subterraneo. Y, cuando aquella agua congelada se llevo sus lagrimas, ella hizo un juramento. Capitulo 1: La caverna 1 Sylha solto un chiflido nada apropiado para una exprincesa de veinte anos, pero lo que tenia delante valia eso y mucho mas. Habia llegado a la isla justo cuando el primer sol comenzaba a aparecer en el horizonte, aprovechando la marea baja y las aguas calmas de la madrugada. Ahora, despues de pasarse la mitad del dia atravesando bosques y escalando el enorme morro de piedras que la separaba del extremo este, entendia por que le habian advertido que no podria rodear la isla con el bote. Delante de ella se extendia un precipicio hasta la playa, donde olas de mas de quince metros arremetian con tanta furia contra las rocas que el agua le llegaba a salpicar los pies. Cada vez que las olas se alejaban, era posible ver la arena blanca esperando para ser cubierta nuevamente. Parecia que el mar habia perdido la cordura. --Bonito, ?verdad? --sono una voz a su lado que le hizo dar un salto y desenvainar la espada --. Existe una belleza rara en todo lo salvaje --completo el anciano con una sonrisa en los labios. El hombre era rechoncho y un poco mas alto que ella. Llevaba una barba blanca que le llegaba al pecho y vestia un overol azul claro por encima de una camisa de cuadros con mangas largas. En contraste con la barba, su cabeza no ostentaba ni un solo cabello y brillaba bajo la luz del sol, cubierta de sudor. Tenia unos ojos pequenos que la miraban como ella siempre penso que lo hubiera hecho su abuelo de haberla conocido. --?Tu eres el guardian? --pregunto la chica guardando nuevamente su espada en el cinto. --Puedes llamarme asi si lo deseas, ?y tu eres la invasora? --Puedes llamarme asi. El viejo asintio, luego miro al mar: --No eres la primera que lo intenta. --Lo se. La ola que llegaba en ese momento les dio un bano de agua fria y le arrebato una carcajada al anciano. --?Vas a tratar de impedirmelo? --pregunto Sylha lamentando no haber resguardado sus pertenencias fuera del alcance de las olas. --Yo no, ese no es mi trabajo. Ella queria preguntarle cual era su trabajo; si el guardian no estaba alli para cuidar del prisionero, entonces, ?para que estaba? Se mordio la lengua, los dos soles ya habian recorrido la cuarta parte del camino y no tenia mucho tiempo si queria marcharse antes de que anocheciera. La unica entrada de la caverna se encontraba alla abajo. Sylha se pregunto de que forma el guardian le haria llegar las provisiones al prisionero, luego recordo que aquel recluso en particular no necesitaba provisiones y un escalofrio recorrio la piel de sus brazos. Sin perder mas tiempo, ato un extremo de su soga a la roca mas firme que encontro y se paso el otro por entre las piernas en forma de arnes. Conto los latidos de su corazon entre una ola y otra, y decidio que, si lograba alcanzar la entrada antes de llegar a treinta, estaria segura. Se colgo del precipicio y, cuando la proxima ola llego, el miedo la congelo en el lugar. --No tienes que hacerlo, mi nina --le dijo el anciano--. No vale la pena. Eso era todo lo que necesitaba escuchar. Sylha lleno sus pulmones de aire y espero una nueva ola. Lo ultimo que vio antes de lanzarse al vacio fue una sonrisa triste en el rostro del guardian. <>, penso y comenzo a contar. Cayo en la arena mojada con un golpe tan fuerte que abrio un hueco a su alrededor. A su espalda podia escuchar al mar preparandose para una nueva embestida; adelante, la entrada de la caverna la sorprendio por su tamano. --Es demasiado grande, no me protegera de la fuerza de la ola. Pero no habia otro lugar para donde correr, ni mucho menos tiempo de subir por la soga nuevamente. Asi que entro en la cueva, que se abria hacia el interior de la montana como una boca gigante. El enorme tunel se perdia en la oscuridad, pero continuaba siendo demasiado ancho para frenar la fuerza del mar. La chica acelero el paso, buscando entre las paredes algun refugio donde pudiera ponerse a salvo. Entonces, un instante antes de que el agua tapara por completo la luz del dia, un timido rayo de sol ilumino la grieta. 2 Cuando Sylha termino de pasar el cuerpo por la grieta, llego el agua, entrando en la caverna con un sonido estruendoso y llevandose la poca iluminacion que restaba. La chica sabia que la camara donde se encontraba ahora tambien se inundaria, pero el delgado espacio de la ranura frenaria la fuerza del mar y la salvaria de morir aplastada contra una roca. El nivel del agua comenzo a subir. Ella se sujeto de una estalagmita y contuvo la respiracion, contando los segundos en espera de que el agua se retirara de nuevo. Llego a treinta y aun no podia respirar. Algunas burbujas de aire escaparon por su boca, y la joven se vio obligada a luchar con fuerza para calmar los latidos de su corazon, era la unica forma de lograr que el poco aire que le quedaba en los pulmones le rindiera un tiempo mas. Estar rodeada de rocas no ayudaba en nada, tampoco el hecho de que ya iba por cuarenta y el agua no parecia querer salir de alli. <>. Y el agua salio. Lentamente, mucho mas despacio que como habia entrado, el agua abandono la cueva. Entonces la joven pudo ver donde se encontraba. Todo era como lo recordaba: un intrincado conjunto de grutas y rocas que se entrelazaban con la montana en caminos que ascendian a la oscuridad. Aquella era la verdadera entrada de la caverna; de haber seguido por el tunel principal, probablemente ya estaria muerta. No le fue dificil encontrar la ruta que debia seguir, ella ya habia estado alli demasiadas veces como para perderse. Sylha comenzo a subir, contemplando admirada como la oscuridad se intercalaba con los rayos de sol que atravesaban esporadicas ranuras entre las rocas que formaban la montana, manteniendo el ambiente envuelto en penumbras que a duras penas le permitian distinguir los toscos escalones. Las proximas olas tambien llegaron hasta ella, pero el agua poco a poco fue perdiendo terreno y, conforme la chica se adentraba en las entranas de aquella fortaleza escondida, el mundo en el exterior se le fue haciendo lejano. Habia muchos pasajes dentro de la montana, ninguno parecia hecho por los hombres. Las paredes de las grutas eran asperas y humedas. El techo estaba cubierto de estalactitas, algunas de las cuales se unian a las rocas en forma de columnas que la chica necesitaba rodear para seguir su camino. El suelo estaba mayormente seco, salvo por algunas pozas de agua que aparecian en medio del trayecto. Despues de un tiempo, Sylha comprendio que los <> no eran mas que irregularidades en las rocas que formaban la pendiente. Estaba tan ensimismada en su camino que no percibio cuando el aire se volvio mohoso y, solo cuando vio la enorme sombra pasar de un lado para otro a algunos metros de ella, Sylha se dio cuenta de que habia llegado a los dominios de la Raposa. 3 El corazon se le disparo en el pecho y su cuerpo entero se inmovilizo. Sylha se obligo a respirar, ella conocia al animal, podria identificar aquel olor con los ojos cerrados y sabia lo que tenia que hacer. --Espero no estar equivocada --se dijo--, no seria un buen momento para descubrirlo. Si alguien le hubiera dicho cinco anos atras a la princesa de Tonr que un dia se encontraria dentro de una caverna, jugando a los escondidos con un animal demoniaco, se hubiera echado a reir; no por causa de la caverna ni por lo siniestro del asunto, sino simplemente porque Sylha siempre odio esconderse. No lo hacia bien y odiaba todas las cosas que no se le daban bien. Aquella era otra epoca, tan distante que parecia la vida de una persona diferente. La joven se apretujo contra una estalagmita que, por su tamano, podia esconderla perfectamente. No necesitaba mucho espacio para eso, pues su cuerpo continuaba siendo tan delgado como siempre, demasiado escualido para el gusto de la mayoria de las personas. No tuvo que esperar mucho para que el animal apareciera y, aunque ella recordaba con exactitud cada detalle de su apariencia, la sangre abandono su cuerpo en el momento en que la enorme cabeza asomo por detras de las rocas. Tambien recordaba otras cosas. Sylha estiro el brazo con los ojos cerrados, intentando no pensar en las mandibulas de la Raposa, ignorando el olor a pescado descompuesto y las gotas de saliva que cayeron sobre su piel cuando la bestia acerco el hocico. Asi era el juego, la Raposa olfatearia su alma y decidiria si era digna, o al menos era eso lo que ella habia entendido despues de tantos encuentros desafortunados. Tal vez nada tenia sentido y la Raposa reaccionaba segun estuviera de humor ese dia, pero Sylha no queria ni imaginar que sucederia ahora si el animal decidiese atacarla. Mientras esperaba el veredicto, la chica se permitio un vistazo rapido e inmediatamente se arrepintio de haberlo hecho. La cabeza del animal era tan grande que el puno de la chica cabria enteramente dentro de uno de los orificios de su hocico grotesco. Su cuerpo tapaba la gruta por completo --Sylha llego a pensar que si la bestia no crecia mas era porque el limitado espacio donde vivia no se lo permitia --, y su aspecto era tal y como ella recordaba: desprovista de piel, la enorme Raposa ostentaba musculos y tendones que brillaban banados en una sangre hedionda; el rostro era una mascara de terror donde podian verse colmillos amarillentos enterrados en el hueso, como si hubieran sido implantados por la fuerza. Si algo habia aprendido la joven en sus tantos encuentros con la bestia, era que el miedo la traicionaria. Sylha mantenia el brazo firme, soportando el escrutinio de la Raposa, quien lanzaba ondas de aire caliente al olfatearle la mano. Pero no podia evitar que la chispa de temor que habia activado cuando la observo se encendiera cada vez mas. Sabia que el animal lo sentiria y sabia que aquel seria su fin. La bestia le dedico un grunido de advertencia, era una escena extrana considerando que el animal no tenia labios; aun asi, aterradora. Ella respiro con fuerza y cerro los ojos, concentrandose en el motivo que la habia impulsado a realizar aquel viaje, tenia que lograrlo. Un momento despues, la Raposa giro su cabeza y se fue. Sylha suspiro, habia pasado la primera prueba, pero no terminaria ahi. Sabia que el animal la dejaria deambular por las cavernas, pero, cuando descubriera hacia donde realmente ella se dirigia, la cazaria. 4 A partir de ese punto, los caminos por dentro de la montana se volvieron oscuros. Cuanto mas se adentraba en aquel laberinto de cuevas, mas desagradable se le hacia el viaje. Por las paredes de piedras comenzaron a aparecer rastros de sangre seca, espinas de pescados y huesos. En una de las camaras, Sylha se encontro un amontonado de armas oxidadas y viejas, entre las cuales se podian ver restos de personas. Virandose de espalda, la chica se ato un panuelo sobre la nariz y la boca, intentando filtrar el aire putrido y enfocar sus pensamientos en cualquier otra cosa fuera de aquel lugar. No podia permitirse vomitar, pues eso atraeria la atencion de la Raposa. Ella sabia lo que encontraria alla dentro, no era la primera vez que estaba alli. Sin embargo, no podia evitar que el estomago se le retorciera al recordar que, si el animal la tomaba desprevenida, acabaria uniendose a la coleccion macabra. De una cosa estaba segura: aquel era el camino correcto. Cuando se fue acercando a su destino, la luz la fue abandonando. Sylha continuaba encontrando algun que otro agujero entre las piedras; eran demasiado pequenos para poder mirar a traves de ellos, pero lo bastante grandes como para notar que alla afuera aun era de dia. Sin embargo, la luz no entraba en la caverna, sino que se limitaba a formar pequenas esferas alrededor de los huecos y el efecto optico era perturbador. La chica escuchaba los pasos de la Raposa alrededor de ella. La bestia la habia dejado ir, pero la mantenia vigilada desde los cientos de tuneles que se entrelazaban en la montana. Sylha sabia que no faltaba mucho para que el animal descubriera hacia donde se estaba dirigiendo y, disimuladamente, puso una mano sobre la empunadura de su espada. Ella era consciente de que no la podria matar, la Raposa era un animal magico que ni siquiera estaba vivo, pero se sentia mas segura de esa forma. Estaba tan oscuro que Sylha ya no veia donde colocaba los pies y tenia que pasar las manos por las paredes de las grutas para guiarse. Se encontraba cerca. Entonces, llego el silencio. Sylha detuvo sus pasos, sintiendo como el miedo formaba una bola fria en su garganta, y aguzo el oido. Las estalactitas habian dejado de gotear, la Raposa habia dejado de moverse... <>, penso mientras se dejaba llevar por el terror. Y corrio. La exprincesa de Tonr salio en disparada atravesando tuneles con el sudor mojandole la frente y una bestia milenaria siguiendole los pasos. La mayoria de las veces que habia visitado aquel lugar terminaban de la misma forma: ese era el momento en que moria. --Hoy no. Cada vez que doblaba una esquina sentia a la Raposa mas cerca. Despues de un tiempo perdio totalmente el sentido de sus pasos y temio estar dando vueltas en circulo. El hedor del animal llegaba cada vez mas fuerte, y casi podia sentir su odio. La Raposa le habia permitido pasar con una sola condicion, y ella la habia traicionado. --Lo siento --susurro como si sirviera de algo. Sylha corria con unas piernas que ya no parecian suyas, sin detenerse a buscar el camino correcto, volando sobre los charcos del suelo y girando entre tuneles oscuros. Estaba tan aterrorizada que no se dio cuenta de cuando la oscuridad la envolvio por completo, un detalle importante considerando lo que significaba: habia llegado. Sylha paro, intentando inutilmente mirarse las manos, con el corazon estallando dentro de su pecho. A pesar de no haber rejas ni cerraduras, ella sabia donde estaba; habia sonado demasiadas veces con aquel lugar, con aquella camara dentro de la montana donde, con solo colocar un pie, era invadida por una oscuridad perfecta. Llevaba exactamente cinco anos teniendo el mismo sueno, con finales diferentes. Cinco anos que habia dedicado a prepararse para el dia en que lo enfrentaria de verdad. Y alli estaba, aranada y cansada, destruida por la vida, cumpliendo su sueno; por algun motivo, aquello no parecia alegrarla. <>, penso. Entonces, unos ojos rojos aparecieron frente a ella: --Hola, Sylha, bienvenida a mi hogar.

  • Bruce (Hermanos Ramsay 1) de Adrian Blake

    https://gigalibros.com/bruce-hermanos-ramsay-1.html

    Bruce ha perdido una apuesta, y para pagar su deuda tiene que pasar una noche entera en Canallish… vestido con su uniforme de escoces del siglo XII. cuando en mitad del cerro aparece una figura femenina ataviada con una simple falda, Bruce piensa que esta como una cabra, pero antes de lo que imagina termina compartiendo con ella su comida… y su cama.
    Amber queria ver la lluvia estrellas… y habria disfrutado de ello si un imbecil no la hubiese convencido de hacerlo en Canallish. Lo peor no fue el frio, ni la oscuridad, ni siquiera el enterarse de que no podria volver a la ciudad hasta que el monumento no abriese por la manana. Lo que casi la mata del susto fue encontrarse de bruces con un hombre disfrazado de escoces… justo cuando acababa de tocar las piedras.