• la espada maldita - Lorenzo Fernandez Bueno

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    La Espana Maldita es un ambicioso recorrido por nuestro pais en el que se visitan enclaves donde todavia hoy el ambiente se condensa y la historia se alia con la leyenda para invitarnos a marchar cuanto antes. Y es que, ?que llevo a tachar de maldito al pueblo aragones de Trasmoz, al punto de que setecientos anos despues continua excomulgado por la Iglesia? ?Por que los lugares donde se ubican construcciones templarias estan ligados a oscuros tesoros, a reliquias sagradas o a fenomenos de dificil explicacion? ?Que hay detras de las muertes que se han producido en el triangulo de los suicidas andaluz? ?Existen los pueblos malditos? ?Y los santos apocrifos por decreto del mal?

  • LA ESPADA MALDITA | JON COURTENAY GRIMWOOD

    https://www.casadellibro.com/libro-la-espada-maldita/9788420686257/2309705

    Novela de intriga fantástica, "La Espada maldita" presenta una galería de personajes dispuestos a todo para mantenerse en el poder, pues «una ciudad no se ...

  • La Espada maldita - Alianza Editorial

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    En esta ciudad, mezcla de opulencia y hedor a cloaca, aparece el primer vampiro en Europa, setenta años antes que Drácula. Formato de libros. Papel 20,95€, ePub ...

  • La Espada maldita - Alianza Editorial

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  • La Espada maldita (13/20 (alianza)) - Libros - Amazon

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    La Espada maldita (13/20 (alianza)) : Grimwood, Jon Courtenay, Fernández Bobrovski, Dimitri: Amazon.es: Libros.

  • La Espada Maldita - Jon Courtenay -5% en libros | FNAC

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    La Espada Maldita, libro o eBook de Jon Courtenay. Editorial: Alianza. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • la espada maldita - jon courtenay grimwood - Comic Stores

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    LA ESPADA MALDITA, JON COURTENAY GRIMWOOD, 20,00€. Es el siglo XV y Venecia está en la cima de su poder. En esta ciudad, mezcla de opulencia y hedor a ...

  • LA ESPADA MALDITA - JON COURTENAY GRIMWOOD

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  • La espada maldita | Grimwood, Jon Courtenay - PASAJES ...

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    Resumen del libro. Es el siglo XV y Venecia está en la cima de su poder. En esta ciudad, mezcla de opulencia y hedor a cloaca, aparece el primer vampiro en ...

  • Las Hermanas Wadlow de Lily Cerda

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    Las Hermanas Wadlow

  • Garden Manor. Juega conmigo de Malenka Ramos

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    * Malenka Ramos es una de las autoras de referencia del genero romantico-erotico.
    * Nuevo libro tras el exito de la trilogia <>.
    * Una excitante historia de pasiones y secretos.

  • La Importancia de llamarse Ernesto de Oscar Wilde

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    Gran Bretana, 1890. Jack tiene un secreto. Por un lado, disfruta de una vida tranquila y respetable en el campo, donde ejerce como protector de la bellisima Cecilia. Pero, por otro, cuando necesita ciertos alicientes, se escapa a Londres, donde se hace pasar por su imaginario hermano Ernesto Worthing, un hombre tan disoluto y extravagante como su intimo amigo Algy. Sin embargo, el objetivo de su ultimo viaje a Londres es proponer matrimonio a Gundelinda, la prima de Algy. La chica, que ignora la identidad de Jack, acepta la propuesta; pero su madre, la temible Lady Bracknell, que tiene otros planes para su hija, descubre la verdad sobre el origen social de Jack: que, siendo un bebe, fue hallado en una bolsa abandonada en la Estacion Victoria. Mientras tanto, Algy, aprovechandose de la preocupante situacion de su amigo, decide visitar a Cecilia. Cuando se presenta como Ernesto, descubre encantado que Cecilia hace tiempo que suena con casarse con el hermano errante. Pero, cuando Jack regresa con la noticia de que su hermano ha fallecido, las cosas empiezan a complicarse seriamente.

  • La llamada de la selva de Jack London

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    Esta historia tiene como protagonista a un perro llamado Buck que en el otono de 1894, cuando el descubrimiento de los yacimientos auriferos de Klondike arrastra hacia los hielos de Alaska a hombres de todas partes del globo, Buck es productivamente vendido y enviado al Norte. Sin ser ya acariciado ni respetado, en un pais salvaje y hostil, se ve obligado a doblegarse a la ley primitiva del baston y el latigo,

  • La casa de los nombres de Colm Toibin

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    Una esplendida interpretacion de la Orestiada de Esquilo, por el autor de Brooklyn y Nora Webster.

  • La sangre es mas dulce de Helena Hermman

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    Historias de amores prohibidos existen muchisimas. Pero si consideramos que esta novela de Helena Hermman ha sido considerada como la mas morbosa y perversa de la literatura under, entenderemos antes de leerla que siempre existe un limite que no todos pueden cruzar.

  • Revelacion (Los Guardianes de la Lagrima 1) de Simone Lari

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    Un pacto que no puede romperse. Una piedra che tiene que ser encontrada. Un equilibro que debe conservarse. La eliminacion de un vampiro Anciano y el regreso a Persepolis de un viejo cazador el dia en el que una fuerza desconocida sera revelada. Nina, Jude y Angelique se encontraran catapultadas en un mundo que no pensaban que pudiera ser real, un mundo habitado por vampiros y cazadores, enfrentados bajo la sombra de los Guardianes de la Lagrima.

  • El hombre fetichista de Mimmi Kass

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    Carolina no tiene tiempo para nada, ni siquiera para follar. La realidad le estalla en la cara el dia que su pareja la pone de patitas en la calle tras cuatro anos de relacion.
    Sumergirse en una orgia de compras sin sentido por Madrid parece el remedio perfecto para olvidar que nada va bien en su vida excepto el trabajo, pero el encuentro con un enigmatico desconocido la situara en una morbosa y tentadora encrucijada.
    Martin vive el sexo de una manera muy particular. Ha enfrentado mas de una renuncia por ser fiel a si mismo e intentar ser feliz. Conseguira que Carolina sienta un placer excelso sin ponerle un dedo encima y provocara en ella un anhelo insaciable que buscara mas y mas.
    Juntos disfrutaran de una sensualidad lenta y sofisticada, descubriran facetas y aristas de si mismos que no conocian, y se adentraran en un mundo erotico sin limites.
    No habra vuelta a atras.

  • Medianoche (Medianoche 1) de Claudia Gray

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    Un internado donde nada es lo que parece. Dos jovenes atraidos por una fuerza magnetica. Un secreto oscuro y peligroso. Y una unica certeza: entregarse al amor es jugar con fuego.

  • Por nuestro bien de Sophie Saint Rose

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    Karen acaba de perder a su abuela y empaquetando sus cosas se lleva la sorpresa de su vida, porque descubre que durante anos oculto un secreto familiar que era para dejarla de piedra. Su curiosidad la lleva a Inglaterra y conocer a Colton fue otra sorpresa mas. No solo porque era el hombre que mas le habia alterado el corazon en su vida sino porque se sintio unida a el. Aunque sospechaba que se hacia el tonto y que sabia mucho mas de lo que le decia, esa atraccion la volvia loca. ?Tanto como para olvidar la razon por la que ha ido hasta alli?

  • A la luz de lo que sabemos de Zia Haider Rahman

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    Una manana de septiembre de 2008, el narrador de A la luz de lo que sabemos recibe una visita inesperada en su casa de Londres. El visitante esta en los huesos, tiene el aire de un indigente. El narrador, un banquero de cuarenta anos, especializado en inversiones de riesgo, tarda unos minutos en reconocer en el a un viejo amigo de los anos de universidad que desaparecio hace tiempo en misteriosas circunstancias. Cuando los dos amigos empiezan a hablar da inicio un viaje por momentos hilarante y siempre sorprendente, intimo y extrano. Un viaje que, desde Kabul a Nueva York y desde Londres a Islamabad, recorre los caminos de la amistad y la traicion, las diferencias muchas veces insalvables de clase y de raza, la dificultad del encuentro con quien es distinto, el exilio como condicion permanente del ser humano incluso en el propio pais, cuando uno ya no siente como suyo el pais en el que nacio y vive aun. Un viaje tambien a traves de las grandes finanzas, las organizaciones internacionales, la crisis economica y la guerra. El resultado es una de las grandes novelas de nuestro tiempo, sobre lo que ocurre en el mundo de hoy mismo. Una novela en la que “las ideas y la provocacion abundan en cada pagina”

  • Despiertame con un beso, Clara Albori de Clara Albori

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    Nerea, una mujer insegura que no confia en los hombres. Hugo, un hombre mujeriego que jamas se ha enamorado. Tres amigas muy liantas y dos cincuentones muy celestinos. ?A que esperas para descubrirlos?

  • Seduciendo a la chica de Sophie Kiss

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    Las maravillas del internet y el destino han juntado a esta pareja que viviran una intensa aventura con un final feliz.

  • El Reino de Istar de Margaret Weis

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    El mundo de Krynn es fuente de inagotables sorpresas, basten dos ejemplos: en uno de los siete cuentos incluidos en el presente volumen, un Kender se convierte en caballero de Solamnia (bueno, casi lo consigue). En otra narracion, un ogro llega a ser salvador de la caza de los enanos, !vivir para ver! El libro se cierra con una novela corta de Margaret Weis y Tracy Hickman, <>, en la que se cuenta la suerte que corrieron los verdaderos clerigos y como Nuitari, guardiana de la magia negra, intenta frustar las ambiciones del hechicero Tunica Negra, conocido como Fistandantilus.

  • Solo tenias que enamorarte tu de Lina Galan

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    Quienquiera que escuche mis palabras puede juzgarme, y no se lo reprochare. No pretendo justificarme, pero solo pediria que se pusiese en mi lugar, que comprendiese que el dinero era mi unica salida.

  • Lo que me dijo el cafe de Valeriam Emar

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    Magnolia Betul tenia un don, como todas las mujeres de su familia, podian adivinar el futuro a traves del cafe. Y su don le advertiria de la llegada de un antiguo amor y que la vida de el corria peligro. El problema era que ella era la unica persona que podia salvarlo. Y hubiera sido mas sencillo protegerlo si el no se comportara como un arrogante que pensaba que el cafe solo servia para beberlo.
    Dante Greco habia regresado a su pueblo para asistir al funeral de su padre y para tratar de arreglar las diferencias que tenia con su familia. Pero no contaba que su desquiciada amiga de la infancia se convirtiera en su sombra y quisiera obligarlo a creer en la magia.
    Tal vez se necesitaba de magia para reavivar un viejo amor.

  • Me prometiste el cielo pero yo queria volver de Patricia Hervias

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    Lorena vive tan ajetreada que el dia que tiene un accidente de coche y pasa al <> se da cuenta de que le queda mucho por vivir. No ha conocido al hombre de sus suenos, no se ha enamorado y no ha podido cumplir muchos de los deseos que tenia.

  • El trono de ambar. Exiliados de Paula Rossello Frau

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    La Gran Desgracia obliga al exilio al grupo de los Leales. Derrotados y heridos viajaran a un lugar muy distante de su adorado hogar. Una raza poderosa y ancestral luchara por ocupar un lugar propio en un sitio extrano que rechaza, por temor y desconocimiento, a su especie.
    Kronnan, un joven dragon carmesi accede por fin a sus nuevos dominios. Pero su vida no es facil y cuando en su camino se cruza una joven humana, tan solitaria como el, ideara un nuevo plan para terminar con la impuesta soledad a la que es sometido.
    Inheray, entusiasta admiradora secreta de esa especie ancestral desde que tiene memoria, se deleita pensando, en ese dragon de mirada celeste, mas de una vez y cuando el la reclama no lo duda a la hora de huir de una vida de esclavitud y servidumbre.
    Pero la presencia del poderoso Caudillo de los Leales trastocara sus destinos. Orthan es responsable del bienestar de los suyos y no permitira que una humana interfiera.

  • Todos tus nombres de Fernando Garcia Paneda

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    <>
    Javier Castillo, autor de El dia que se perdio la cordura

  • The Beatles. La historia de Manolo Bellon Benkendoerfer

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    Las mejores historias de The Beatles.

  • Dies irae (Versos, canciones y trocitos de carne 2) de Cesar Perez Gellida

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  • No se lo digas a nadie de Harlan Coben

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    “El pediatra David Beck y su esposa, Elizabeth, han ido a celebrar un aniversario muy especial al lago Charmaine. Crecieron juntos, se besaron por primera vez a los doce anos, y, ahora, trece anos despues, la corteza del mismo arbol vuelve a recoger el testimonio de ese amor. Pero lo que empieza siendo un romantico fin de semana pronto se vera trocado en tragedia. Mientras nadan por la noche en el lago les asaltan: David es golpeado y queda inconsciente, su mujer, secuestrada. El cuerpo de la joven aparece sin vida en una zanja. Su propio padre se ocupa de reconocer el cadaver mientras Beck se recupera de la agresion en el hospital. Han pasado ocho anos desde aquella pesadilla y el culpable, un asesino en serie, espera en el corredor de la muerte, sin embargo, las heridas de Beck no han cicatrizado todavia. Se refugia en su trabajo y sus amigos, pero el recuerdo de Elizabeth no le abandona.

  • La casa de las noches rotas de Charlotte Nicole Davis

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    El pais de Arketta las llama las Chicas de la Buena suerte, pero saben que suerte es lo unico que no tienen. Siendo ninas, las venden a las Casas de Bienvenida, donde les hacen una marca maldita. A partir de aqui, quedan atrapadas en una vida que no han elegido.

  • Fabrica del olvido de Manuel Losada

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    Fany es una joven timida que persigue sus suenos sin descanso. Una mudanza improvisada y un nuevo trabajo, la llevaran a darse cuenta que los suenos, a veces, se convierten en pesadillas. Un pueblo desconocido le transportara al pasado para mostrarle que en el miedo, en lo tetrico y en la fantasia, tambien hay verdades ocultas que le descubriran quien es ella realmente.

  • El coraje de la senorita Redfield de Ana R. Canil

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    Una fria manana de enero de 1962 llega a la casa de dona Lily, duquesa de Penalara y uno de los puntales de la sociedad madrilena, Elsa Redfield, una joven inglesa que ha sido contratada como nanny para el mas pequeno de los nietos de la aristocrata.

  • Aviones sobrevolando un monstruo de Daniel Saldana Paris

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    Hace muchos anos lei, en un libro de ensayos del poeta Robert Creeley, una pregunta que nunca he logrado sacudirme: <> Este libro es, en parte, un intento de respuesta a esa pregunta. A los diecinueve anos, mientras estudiaba en Madrid la carrera de Filosofia, entre a trabajar como redactor a una revista literaria. Decir que entre a trabajar es, como casi todo en estas paginas, una exageracion: durante un periodo de prueba no recibi ningun sueldo, pero me permitian errar entre las fotocopiadoras y el garrafon de agua unas cuatro o cinco horas por dia. A veces me confiaban un texto para corregir o traducir, o me ponian a capturar el aburridisimo indice anual de colaboradores. Un dia, no recuerdo ya si porque lo propuse o porque me lo propusieron, escribi una resena de una exposicion de arte contemporaneo. Era un texto torpe, escolar y poco informado, pero sin venir a cuento inclui la mencion de una revista neosituacionista inexistente, que segun mi articulo se habia presentado por aquellas fechas en el madrileno barrio de Malasana. En otras resenas de aquella epoca, mas adelante, difundi nuevos rumores sobre aquel exaltado grupusculo neositu en el que, de manera difusa, estaba ya el germen de una novela que escribiria mas tarde. Esa ficcion minima, escondida en un texto que se pretendia non fiction, es lo unico que salvaba a ese primer articulo que firme. Como nadie en la revista tenia mucha idea de arte contemporaneo, y como supongo que tampoco tenian la paciencia para explicarme que mi texto era muy malo, me publicaron la resena y hasta me pagaron por ella. Asi empezo mi carrera de escritor a sueldo. Desde entonces he escrito y publicado muchos textos por encargo, a veces contra reloj, a veces con un tema asignado, a veces incluso como escritor fantasma, poniendo mi prosa pero no mi nombre. Los textos aqui reunidos son producto de una labor analoga a la de aquella primera resena. Algunos fueron escritos, en principio, para cumplir cierta comision o ganar un monto mas o menos irrisorio, pero en las multiples reescrituras y rondas de correcciones cobraron otro sentido. Y, a pesar de su origen pedestre, quiero pensar que todos son fieles a un impulso personal; que todos guardan, entre lineas, ese oscuro corazon ficticio que, no tan paradojicamente, le confiere verdad a una escritura (<>, dice Antonio Machado). La aleatoriedad del freelanceo moderno impone a veces temas medio absurdos. Se me ha llegado a pedir que escriba sobre asuntos de los que no tenia la mas palida nocion, pero una mezcla de cinismo y desempleo me ha empujado a tomar tales propuestas como retos, lanzandome a las bibliotecas publicas a investigar, en jornadas maratonicas, sobre la historia de la cetreria persa, las peregrinaciones budistas o el rosacrucianismo. Con todo, el azar objetivo me ha puesto una y otra vez ante temas que me son caros y sobre los que ya habia pensado antes. El lector o la lectora de estas paginas encontrara, por ejemplo, una reaparicion constante de la ciudad como superposicion de capas narrativas, el sonido de los aviones, el ritual, la enfermedad y el dolor, las drogas. Uno tiene sus duendes, vaya, que lo persiguen de por vida aunque les aseste patadas. De la Ciudad de Mexico a Madrid, de Cuernavaca a Montreal y de alli a La Habana, este libro dibuja, ademas, un recorrido, o un derretimiento autobiografico, por las ciudades que me han marcado. <>, escribe Baudelaire en otro poema que releo mucho, de El spleen de Paris (una ciudad, quiero creer, menos horrible que Cuernavaca). Horrible oficio, anado aqui: solitario e incierto, sembrado de obstaculos reales e ilusorios, desesperante y mal pagado. Pero tambien oficio dulce, que me sosiega y me hace olvidarme de casi todo lo que en general me angustia. Pensar sobre la ciudad desde la que escribo, o sobre el cuerpo que teclea estas palabras, es siempre, invariablemente, pensar tambien el acto mismo de escribir, sus consecuencias. Por eso se cuelan, en estas paginas, algunas reflexiones sobre el oficio, horrible y luminoso, de poner una palabra delante de otra. AVIONES SOBREVOLANDO UN MONSTRUO 1 Me acerco a la ventanilla del avion casi hasta pegar mi cara contra ella. Sobrevolamos la ciudad. Juego a identificar los edificios: el World Trade Center, antes conocido como Hotel de Mexico; la Torre Latinoamericana, a lo lejos, marcando el territorio del Centro Historico; el mall de Reforma 222, por donde pasaba todos los dias para ir a mi trabajo como editor hace unos anos, antes de emigrar a Canada. No habia estado en la Ciudad de Mexico en los ultimos doce meses y lo unico que puedo pensar es que es horrible, y que la amo. Esta contradiccion es perfectamente comun y todos los chilangos la hemos sentido alguna vez cuando atisbamos el monstruo desde lejos. Pienso en todas las veces que he visto el infinito oceano de calles, casas grises y avenidas sucias de la ciudad extenderse bajo mis pies desde un avion. Cada vez, al llegar a Mexico, he experimentado esta misma mezcla de repulsion y encanto, este movimiento de atraccion y rechazo. Ese doble impulso lo sintio tambien Efrain Huerta, que en 1944 publico su <> en el mismo libro en el que se incluia uno de los textos mas hermosos y justos sobre el DF que se hayan escrito nunca: <>. A veces leo ese poema en voz alta, exaltado, para recordar mi origen: <> Hace diez anos, exactamente, aterrice en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez de la Ciudad de Mexico al que ahora nos acercamos. En ese entonces volvia procedente de Madrid, despues de pasar cuatro anos viviendo en Espana. Yo era un joven poeta de veintiun anos y tenia una beca del gobierno mexicano para escribir mi primer libro. Nunca habia vivido como adulto en la ciudad, pero una incombustible altaneria -caracteristica de los poetas jovenes- me hacia confiar ciegamente en el futuro. Era octubre de 2006 y me instale en un pequeno departamento de la colonia Roma, que en ese entonces no se habia gentrificado hasta los ridiculos niveles de hoy en dia. La vecindad en la que vivia, llena de plantas y de pericos enjaulados, tenia su entrada justo entre una sinagoga y un local de reparacion de pianos -el soundtrack de mi vida durante esos anos era una mezcla extrana de musica judia y experimentos atonales, como una composicion de John Zorn pero accidental y callejera-. Por una extrana peculiaridad arquitectonica, el breve pasillo que conectaba mi sala, mi cocina y mi cuarto estaba descubierto, sin techo, de modo que cuando llovia tenia que mojarme para pasar de un espacio a otro del departamento. Tenia muy pocas pertenencias: una orquidea que me lleve de casa de mi madre, un punado de libros de poesia y una cafetera italiana. Vivia a base de quesadillas, sexo y cerveza de lata. Me sentaba en una pequena silla de madera en el pasillo sin techo y escribia poemas en una vieja laptop frente a mi orquidea. No conocia a nadie, nadie me conocia. El DF -que ahora ha dejado de llamarse <>- era una aglomeracion de posibilidades. Poco despues, a traves de la beca que tenia para escribir mi primer libro, conoci a otros poetas. Baile con ellos, me pelee con ellos, los ame, me emborrache con ellos, nos insultamos. Las cosas que hacen los poetas jovenes de cualquier ciudad, y que paradojicamente los hacen sentirse unicos. Yo me sentia unico, escuchando las notas imperfectas del afinador de pianos mientras bailaba en el pasillo descubierto de mi pequeno departamento, bajo mi lluvia de interior. 2 Hace ya dos semanas que estoy en la Ciudad de Mexico, despues de aquel aterrizaje en el Aeropuerto Internacional Benito Juarez -despues de ese momento en que pense, como Efrain Huerta, que amo y odio esta ciudad-. Dos semanas de salir todos los dias, de volver en la madrugada, ebrio de luz electrica, y de intensidad y de smog y de tequila. Dos semanas de este parentesis extrano que es mi visita al lugar donde naci, despues de un ano viviendo fuera. Jorge, Benjamin y yo miramos el cielo, acostados en la azotea, mientras hablamos. La conversacion se interrumpe de vez en cuando por el ruido de los aviones. La colonia Narvarte, en donde estamos, esta en la ruta de aterrizaje del Aeropuerto Benito Juarez: cientos de vuelos comerciales, sobre todo a partir de las dos de la tarde, ejecutan una elegante curva sobre el techo de la casa de Benjamin antes de apuntar hacia alguna de las dos pistas de aterrizaje y despegue del vetusto aeropuerto. (Siempre me sorprendio que el nombre de esas pistas fuera 5L/23R y 5R/23L, como si no fueramos capaces de reconocer que es un aeropuerto de dos pistas, y que bien podrian llamarse 1 y 2, respectivamente.) Hace tres horas, Benjamin, Jorge y yo nos metimos media dosis de LSD cada quien. Ahora conversamos con cierto letargo, desde la lucidez alucinada de la droga, interrumpidos de vez en cuando por el ruido de las turbinas sobre nosotros. Es un domingo resplandeciente y lento. Deben ser las tres o las cuatro de la tarde. Cada vez que el sonido de las turbinas de un avion corta el cielo a la mitad, Benjamin, Jorge y yo nos callamos para mirar y escuchar con todo el poder de nuestra atencion. La aeronave asoma la nariz por el extremo izquierdo de nuestro campo de vision, que imagino corresponde al norte. Desde ahi se desliza suavemente hacia el extremo opuesto, como un cuchillo caliente que atraviesa un bloque de mantequilla. El ruido resuena unos segundos mas, cuando el avion ya no es visible desde donde estamos tumbados. El LSD acentua el efecto Doppler y se que los tres - Benjamin, Jorge y yo- estamos pensando en eso mismo, en la forma en que el sonido de los aviones revela, de un modo casi cientifico, la curvatura del planeta y el tamano exacto de la atmosfera sobre nosotros.

  • Vacaciones en el Caucaso de Maria Iordanidu

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    En julio de 1914, cuando Ana partio de Constantinopla con destino a Rusia, dejo atras la digna Constantinopla del siglo pasado. La Constantinopla de su abuela y de su madre. La Constantinopla de los movimientos lentos de los cocheros y de los estibadores, y tambien del barrio europeo donde la sombra de las abuelas aun planeaba por encima de las cocinas con los braseros y las hachuelas de destazar. Aquella era la epoca en que la Virgen extendia su mano y paraba la lluvia cuando Loxandra hacia la colada. <>, decia Loxandra, y en Constantinopla ese dia no caia ni una gota de lluvia. En agosto de 1920, cuando Ana volvio de Rusia, paso del medievo al siglo XX de un solo salto. La plaza de Karakoy estaba abarrotada de militares ingleses y franceses, de soldados griegos, de refugiados rusos, de judios, levantinos[1] y griegos que habian amasado su fortuna recientemente. Los estibadores y los arabadzides habian desaparecido... Ahora circulaban... !automoviles! En las angostas callejuelas de Galata, los camiones del ejercito frances bocineaban hasta dejarte sordo y eran capaces de matar a la gente con tal de rebasar a los vehiculos ingleses que corrian como omnipotentes angeles del cielo... !Ay de los derrotados! Nous avons gagne la guerre..., cantaba la Madelon de la victoire[2] invitando a cervezas en los bares y en los grill rooms que habian proliferado por todos lados como champinones. Ya ni en la confiteria de Retzepis se podia entrar porque frente a su puerta habia apilados un monton de barriles de cerveza vacios. Uno que se parecia al gobernador general de la provincia de Astracan deambulaba por el puente de Galata con una bandeja en las manos vendiendo pirozhki. Tres Johnnies ebrios, frente a la panaderia de Karakoy, querian golpear al bugatsero porque no vendia whisky. Los organillos, con banderitas griegas clavadas entre las flores de papel que enmarcaban el retrato de Pulu, tocaban melodias patrioticas como <>.[3] !Fotografias de Elefterios Venizelos en los cafes![4] Y por doquier, la gente entonaba al unisono el largo camino a Tipperary...[5] En Pera,[6] ahi donde esta el hotel Londres, era imposible pasar, porque una decena de soldaditos jovenes se habia puesto a media calle a bailar un kalamatianos. Y en la avenida principal el transito estaba detenido porque los escoceses, ataviados con pieles de leopardo, desfilaban tocando sus gaitas y golpeando sus tambores. El hotel Tokatlian daba la impresion de un cadaver hinchado que acabo por reventar. Frente a sus puertas pululaba un hervidero de gusanos: empresarios, agentes extranjeros, traficantes de droga, proxenetas y prostitutas de todos tipos. Un lujo desvergonzado, una juerga enloquecida, !un carnaval! La gran ramera de Babilonia, vestida de purpura y escarlata y adornada de oro, se paseaba por las calles de Pera y de Galata. Ochi chiorniye...[7] sonaba una y otra vez en los cafe-chantant. <>, cantaban las aristocratas rusas vendiendo sus ultimos diamantes para pagar el espumoso vino. Levantinas y judias de Avanos y Tahtakale llevaban velo y se hacian pasar por turcas, porque habia demanda de colorido local y las turcas de verdad se habian escondido. Un negro senegales del regimiento de Mac Mahon se comio la teta de una gran duquesa rusa. Y dos bailarinas del Bolshoi, de puro miedo, sufrieron convulsiones frente al Galatasaray.[8] A Ana le daba vueltas la cabeza. Arrastrando los pies, intentaba subir la cuesta de Akartsa preguntandose: <>. En lo que llegaba a Tatavla, cayo la noche. Las ventanas de las casas comenzaron a encenderse paulatinamente. Habia muchas puertas abiertas y gente sentada afuera, tomando el fresco. Algunos eran conocidos, pero nadie la reconocio. Como una sombra venida de otro mundo, Ana fue pasando frente a ellos, hasta que llego a la iglesia de San Demetrio y dio vuelta a la izquierda. Al cabo de muy poco fue a dar frente a la casa de la tia Agatho, donde estaba segura de encontrar a su mama. Miro hacia arriba, todo estaba oscuro. Se detuvo un momento, los dientes apretados, la frente perlada de sudor, <>. <>. Un gato se froto contra su pierna. Un gato gris. Un gato peludo como el Aslan que tenian. Como el As... !Aslan! --!Aslan! !Aslan!--exclamo Ana llorando--. Aslan querido, ?donde esta Dick? ?Donde esta nuestro perrito? ?Se murio? Una ventana del primer piso se abrio y se oyo un <>. Cuantos anos hacia que Ana no habia oido ese <> de la tia Agatho. Y segundos mas tarde la voz histerica de su mama: --!Me voy a volver loca! !Sostenedme! !La nina! Dos ventanas se iluminaron. Una puerta rechino. La escalera de arriba crujio. Porque asi era esa escalera, crujia. <>, penso Ana, y sabia que en cuanto alcanzaran el pie de la escalera, tropezarian con la mesita en la que esta el jarron chino y comenzarian a discutir. Lo dicho, ya empezaron. --Pero mujer, !que mania la tuya de poner esta mesita aqui! !Un dia nos vamos a matar! Y la tia Agatho: --Pero si su lugar es este, ?donde quieres que la ponga, Klio? El lugar de la mesita era ese, cerca de la escalera. El lugar del taburete pequeno, frente al sillon de terciopelo. Y cuando te sentabas en el canape, no tenias taburetito para los pies. Y es que en las casas, cada objeto tiene su lugar, porque cuando Dios hizo las mesitas y los taburetes y todo lo habido y por haber, lo coloco, en su inmensa sabiduria, tal y como luego lo encontraron las amas de casa en sus hogares. Y las amas de casa, todas, son iguales. Los zares pueden ser derrocados en Rusia, la faz de la tierra puede cambiar, pero a Varvara Vasilievna le sigue mortificando que caiga agua en su sillon de raso--ese sillon que unos dias despues seria lanzado por la ventana junto con sus otros muebles y acabaria, cojo, en la acera--. Y Praskovia Afanasievna, con tal de no perder ninguno de sus enseres domesticos, decidio quedarse en su casa, que estaba en la zona del fuego, y acabo quemandose viva. Lo mismo podria haberle ocurrido a la tia Agatho, y a su mama... Pero no, ahi estaban, tal como las dejo. --!Que no te me adelantes, te digo! Detras de la puerta discutian por quien cogeria primero la llave, quien levantaria primero la tranca. <>. <>. Algunas palabras resuenan como un semantron en el oido,[10] como una voz venida de otro mundo. De un mundo que ya no existe, y runrunean nostalgicas en el mundo que empieza. 2 El primer mundo de Ana habia sido el entorno festivo y hogareno de su casa constantinopolitana. Personas ahitas, de buen corazon, sencillas. Una fiesta ininterrumpida habia sido aquella primera vida suya, siempre pegada al delantal de su abuela Loxandra, y dentro de su cocina. ?Que necesidad tenia de los juguetes de pacotilla del Bon Marche si todo lo habido y por haber en su casa estaba a su disposicion? <>. !Que no harian! ?Abrir los atadijos de las telas y encontrar un trapito para coger las ollas calientes, o limpiar las rosas para hacer mermelada, o tenir los huevos y amasar la harina para los tsurekis de Pascua, o ir a Therapia[11] a felicitar al tio Kotsos que hoy celebra su santo? Cada ano en verano iban al campo, a Halki. Mas tarde, cuando la familia se instalo por un tiempo en el Pireo, ya no tenian necesidad de ir al campo porque su casa estaba sobre el mar, en Kastella. !Ah, que bonitos anos aquellos que Ana vivio en el Pireo! Aunque... ?y que me dices de los anos del colegio, cuando regresaron a vivir a Constantinopla? ?Eh? Esos anos fueron felices entre los mas felices. Tan felices que uno lamenta que hayan pasado. Otros tres anos asi de dichosos le quedaban a Ana por delante hasta terminar el colegio. Y luego se habria ido a estudiar a la universidad si no hubiera llegado aquella fatidica carta desde Batumi. La carta que partio su vida en dos. Por lo general, en su casa, una carta de Batumi era sinonimo de pelea, porque Ana estaba obligada a contestar. Y es que en Batumi vivia el hermano de su madre, el que las mantenia. --Que escribas, te digo--ordenaba Klio. Ana se sentaba con la pluma en la mano y dibujaba un gallito en el papel secante. --Ana, he dicho que escribas. --?Y que le digo? --Dile que le pides a Dios que nos reste dias de vida a nosotras para darselos a el. --!Y un cuerno! Y acto seguido comenzaba la pelea. Ana no era desagradecida y sabia muy bien que el tio Alekos, el que vivia en la Santa Rusia, era quien pagaba un monton de liras para que ella pudiera estudiar en el colegio; era quien antano --es decir, antes de que se casara con la tia Claude, que lo manejaba a su antojo--mandaba caviar y tambien iconos recubiertos de oro, y aquellas cucharitas y vasitos rusos banados en oro y con el aguila bicefala del zar estampada. <>, aprendio a decir Ana de su abuela, y al Paraiso se lo imaginaba ahi, en Rusia, donde todo era grande y abundante, donde todo era interminable, todo, incluso las horas. <>, le decia Loxandra al verdulero cuando este se demoraba. Ana veia al tio Alekos en aquel Paraiso ruso como a un dios. El dios terrible de Abraham y de Isaac, al que habia que cantar himnos con panderos y danzas, con laudes y flautas para ganarselo, porque aunque por un lado ofrecia la Tierra Prometida, por el otro no se lo pensaba mucho para pedir un sacrificio de sangre. Cada ano, cuando se acercaba septiembre, Ana lo pasaba fatal hasta que llegaba la noticia de que la matricula del colegio habia sido cubierta. En cuanto a la universidad, que le habian prometido para despues, Ana estaba dispuesta a hacer por ella todos los sacrificios del mundo. Si hubiera tenido el arpa de David o los cimbalos de Jerusalen, quiza habria podido producir el ruido necesario para expresar su agradecimiento, pero teniendo unicamente la pluma le era imposible. Y, por eso, siempre habia pleito. ?Que le podias escribir o que le podias decir a una persona a la que no habias visto mas de tres veces en tu vida y de la que corrias a esconderte debajo de alguna mesa o detras de algun ropero cada vez que aparecia? La ultima vez que ese tio habia ido a su casa habia traido con el a su mujer para que besara la mano de la abuela, es decir, de su madre, Loxandra. La mujer que el tio Alekos habia tomado por esposa se llamaba Claude y era francesa, una francesa muy delgada que entro en la casa como un huracan y la recorrio completita, por dentro y por fuera. Queria verlo todo, queria saberlo todo. Cuanto aceite se usaba para la comida, cuanto dinero se le pagaba a la sirvienta, por que vivian en esa casa situada en la calle principal de Pera y no se iban a vivir a una casa mas economica. Por que tenian animales. Los animales son portadores de microbios. Habia que deshacerse de ellos. A Aslan, el gato, que por aquel entonces tendria un ano, no le vieron el pelo durante todos los dias que duro la visita de la tia Claude. Se iba muy temprano por la manana y volvia muy tarde por la noche para guardarse bien guardadito en la cocina. A Dick, el perro de Ana, hubo que amarrarlo porque cada vez que veia a la tia Claude grunia. La abuela, que ya no salia de su recamara y que apenas oia, no se percato de nada de todo aquello. A sus noventa anos, ?que sentido tenia decirselo y mortificarla? En cuanto aquellos huespedes se fueron de la casa, el mundo entero respiro aliviado. <>, dijo la madre de Ana apenas cerrar la puerta detras de ellos. Y desde entonces el nombre de la nuera fue <>. El tio Alekos era <> y la culpa de todo la tenia <>. --Estas son maquinaciones de aquella--volvio a decir Klio en cuanto termino de leer la fatidica carta, y estaba a punto de romperla cuando Ana se la arrebato de las manos. Da vertigo pensar de que cosas tan pequenas depende la vida del hombre. Si Klio hubiese roto la carta aquel dia, !que distinta habria sido la vida de Ana! Pero ?quien iba a saber? <>, dicen. Y asi es. La carta era una invitacion a Ana para que hiciera un viajecito de placer a Rusia, un viajecito de un mes. Es decir, hasta que la escuela abriera sus puertas a principios de septiembre. Ana podria tomar rapidamente el Sicilia de la Lloyd Triestino, cuyo capitan era amigo de su tio Alekos. Su madre la embarcaria en Constantinopla y el capitan, personalmente, se la entregaria a la tia Claude en Batumi. La tia Claude, decia la carta, la estaba esperando para recorrer juntas el Caucaso y visitar a una pariente que vivia en el norte, en una ciudad llamada Stavropol.

  • Cuando menos te lo esperas (Coeur de sucre 1. 5) de Lana Fry

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    --Habia una vez un hermoso lugar, en lo mas profundo de los mares... Dos pares de ojos azules me miraron fijamente, cada uno con una expresion diferente. La pequena Evelyn, con los rizos rubios escondidos en la capucha con orejitas de su pijama, me miraba como si fuera el mismisimo rey Triton; me hizo sentir tan orgulloso que hasta saque pecho mientras seguia con el cuento de La sirenita. Se habia acurrucado en mis brazos despues de cenar, y su cabeza apoyada en mi pecho era un peso suave y liviano. Apoye la mejilla en su coronilla y cerre un momento los ojos al oler la colonia fresca de bebe. --...la pequena sirenita siempre estaba cantando... --?Y como cantaba? Se me atragantaron las ultimas palabras del cuento, y mire a Evelyn con el terror plasmado en la cara. Al otro lado estaba Lea, partiendose la caja; aunque en su defensa dire que acallaba sus carcajadas en la almohada. Mientras tanto, la nina me miraba como si de repente hubiera adquirido dotes de tenor y fuera a cantarle Bajo del mar con el acento ?mexicano? del cangrejo. Nunca habia conseguido ubicarlo. --Pues... Esto... Cantaba. Con canciones y esas cosas --trate de sonar animado y seguir con el cuento, pero mi intento de evasion no funciono porque la nina me tiro de la manga--. ?Que pasa? --?Y que canciones cantaba? --Si no fuera porque tenia la carita de un angel y me miraba con tanta inocencia, pensaria que un demonio se la habia comido entera--. Porfa, cantame una, tio Ash. Alarmado, busque ayuda en Lea, pero, por su cara roja, quiza quien la necesitaba era ella. <>, pense, al ver que se lo estaba pasando la mar de bien viendome pasar uno de los momentos mas terrorificos y angustiosos de mi vida. --Eso, tio Ash, cantanos una cancion --me animo, la muy... Habia cruzado las piernas encima del sofa, y mis ojos se perdieron, absortos y embelesados, en los largos mechones rojizos que ella intentaba recoger en una alta coleta. Me comeria esa sonrisa picara de un bocado y se que no tendria suficiente, asi de loco me tenia. ?Quien iba a decirlo, eh?--. Tu crees que en otros lados, las algas mas verdes son... Empezo a cantar, suave y bajito, empujandome a seguirla. Cerre los ojos, sobre todo porque Evelyn se habia entusiasmado hasta el punto de que se habia arrodillado encima de mi y empezaba a dar palmas, siguiendo el ritmo alegre de mi novia. --Bajo del mar, bajo del mar, vives contento, siendo sirena... --Me estremeci al escuchar el susurro de Lea en mi oido. Gire la cabeza y quien se perdio en el mar azul de sus ojos fui yo--. No decepciones a tu publico. Mi voluntad caia en picado con estas dos, incapaz de negarles nada. Lo peor de todo era que ellas lo sabian y se aprovechaban sin compasion de mi pobre persona. ?Quien iba a decirme a mi que acabaria en una situacion como esta? ?Donde habian quedado David Garret y su violin? Ahora, todo lo que se escuchaba en el coche eran canciones de Disney. No veas lo mal que lo pase ayer cuando lleve a Evelyn al colegio y estuvo en bucle la nueva cancion de Frozen. Cuando se fue el ultimo cliente de la tarde estuve a punto de cantarle Let it go. --Bajo del mar, bajo del mar, hay bailarinas, son las sardinas... --empece a cantar, y mi voz, grave y ronca, puso la nota discordante a los chillidos de mi ahijada y mi novia, quienes habian bajado ya del sofa y bailaban en medio del salon, cantando siempre que la risa las dejaba. Sonrei al ver a Lea comportarse como una nina, sin avergonzarse. No era de extranar que Evelyn estuviera como loca con ella, y la mirara con tanta devocion que hasta a mi me puso un nudo en la garganta. Iba en pijama, con la coleta mas mal hecha que habia visto nunca, danzando sobre la alfombra con los calcetines encima de la pernera del pantalon y, aunque podia parecer la cosa menos sexy del mundo, era tan ella, lo que la hacia tan unica, que la amaria aunque llevara uno de esos horrorosos pijamas de una pieza. Me sentia el hombre mas jodidamente afortunado del mundo; cuando por fin acabo la cancion y ambas volvieron a mi lado, suspire sabiendo que no necesitaba nada mas en el mundo. Bueno, habia algo, pero... Sacudi la cabeza, sacudiendo tambien ese pensamiento. --Has fruncido el ceno. ?Tus recien descubiertas facetas musicales estan haciendo que te replantees tu futuro? --Lea habia apoyado la barbilla en mi hombro y, aunque la picaresca y la diversion no desaparecieron de sus labios, en sus ojos se camuflaba una pequena sombra de preocupacion--. ?Estas bien? --?Por que no iba a estarlo? --respondi, acercando mi cara a la suya para darle un coqueto beso en la punta de la nariz--. Tengo a mis dos chicas preferidas aqui. Evelyn habia perdido la batalla contra el sueno y estaba a nada de caer en seco. Sus grandes e inocentes ojos azules luchaban por mantenerse abiertos; Lea y yo nos quedamos callados, mirandola hasta que acabo por dormirse. Despues, la cogi en brazos y subi despacio con ella las escaleras hacia nuestra habitacion. Evans y su mujer se habian tomado unos dias de vacaciones, coincidiendo con su aniversario de bodas, y habian dejado a la nina y su cuna con nosotros. La acoste ahi con todo el cuidado del mundo. En un gesto instintivo alargue el brazo y Lea se apretujo a mi lado, permitiendome abrazarla. No se que rondaba por su cabeza, pero por la mia pasaban tal cantidad de imagenes inexistentes que me dejaron con un anhelo tan grande en el pecho que necesite suspirar con fuerza, buscando calmarme. Inclinado sobre la cuna no veia a mi ahijada, sino a otra pequena con los rizos rojizos de su madre, con la manita reposando sobre una mejilla tan sonrojada que daban ganas de comersela a besos. --Otra vez te has puesto serio. Me conocia demasiado bien; acostumbrado como estaba a que nadie supiera por donde cogerme, ella tenia una facilidad asombrosa para calarme. --Estaba pensando... --!Uy, peligro! --sonrio, siguiendome hasta la cama, donde nos sentamos a los pies. --No hemos hablado de tener hijos --solte. Lea se quedo muda y, si no fuera porque no habia casi luz en la habitacion, solo la de la mesilla de noche, habria jurado que toda su cara se habia quedado blanca--. Bueno, no estoy diciendo que tenga que ser ahora, claro. Pero, no se... Se me trababan las palabras, y que Lea estuviera sumida en un poco acostumbrado silencio, no ayudaba. --Olvidalo. Es una tonteria --sonrei, antes de darle un beso en la frente y levantarme para ir al bano. Me maldije por haber sido tan bocazas; me habia acostumbrado tanto a no callarme nada con ella que me salia solo confesarle que pasaba por mi cabeza. No me pare a pensar en que este podia no ser el momento de sacar el tema, en que ambos estabamos intentando estabilizarnos en nuestro trabajo. A Lea le iba genial con el recien abierto canal de Youtube; no sabia como se las ingeniaba para sacar tiempo y ganas para seguir trabajando con Audrey en la pasteleria, ademas de grabar sus videos para despues editarlos. Estaba haciendo cursos, y yo acababa de chafarle todas las ilusiones de un plumazo. Cuando me estaba lavando los dientes y alce la mirada, vi su expresion seria a traves del espejo. Parecia cansada, incluso algo abrumada por todo. --?No eres feliz? --Su pregunta me pillo tan fuera de juego que no atine a decir nada; la mire sin parpadear, incapaz de girarme. No hacia falta, pues su reflejo lo decia todo. Era demasiado expresiva--. Ash... --!Joder! --exclame, y enseguida baje el tono para no despertar a la nina. Me gire de sopeton, plantandome delante de ella en una sola y larga zancada para despues abarcarle la cara con las manos--. Soy el cabron con mas suerte del mundo y nada, escuchame bien, nada podria hacer que fuera mas feliz que ahora. --Pero has dicho... Pese a ser alguien muy familiar, nunca me habia creido preparado para formar la mia propia. Veia a Evans con Evelyn y solo sentia carino, pero Lea habia llegado a mi vida, se habia asentado en ella para quedarse, y ese carino se habia convertido en un anhelo que no sabia que podia llegar a sentir. No tenia ni idea de cuidar y criar ninos, mi experiencia se basaba en las veces que hacia de canguro de Evelyn cuando sus padres me la dejaban. Ahora, cada vez que cerraba los ojos y trataba de imaginarme mi futuro, no encontraba solo a Lea en el. ?Como podia decirle eso a ella sin que sintiera que la estaba presionando? Sabia lo mal que lo habia pasado meses atras, cuando se encontraba perdida, sin saber que hacer con su vida o en que direccion llevarla; y yo, precisamente por lo mucho que la queria, no podia hacer que esa estabilidad que tanto le habia costado conseguir se tambaleara por mi deseo de tener ninos. --Olvida lo que he dicho. Me perdi en sus labios, que se movieron dubitativos bajo los mios. Sin separar mi boca de la suya, avance poco a poco hasta que la tuve apoyada en la pared del bano. Era pequena en mis brazos, casi podia abarcarle la cintura con las manos, aun asi su cuerpo encajaba tan bien con el mio que sentia sus curvas danzar al ritmo de mis caricias, al igual que mis musculos se expandian y contraian bajo sus manos. --No se si estoy preparada para ser madre --solto Lea en un quedo jadeo, aprovechando que habia abandonado su boca para enterrar la cara en la curva de su cuello, buscando aspirar su olor --. Soy un desastre de persona. --No pienses en eso ahora --respondi, estrechandola en un abrazo con el que pretendia consolarla y, a la vez, cerrar el tema--. Solo era un pensamiento al aire. Nos acostamos muy pegados el uno al otro, con su cabeza recostada en mi pecho y yo enredando los dedos entre los mechones rojizos de su pelo. Llevaba tanto tiempo sin cortarselo que le llegaba ya hasta casi la mitad de la espalda, y a mi me enloquecia verlo desparramado sobre la almohada. Su respiracion tardo en volverse profunda y pausada, en todo el tiempo no detuve mis caricias. Habia intentado pintarla, de hecho, habia empezado muchos retratos suyos --bien escondidos, porque me daba algo de verguenza que los viera--, y me sabia tan de memoria su nariz respingona, la curva maliciosa y traviesa de su sonrisa o la forma en la que sus cejas se arqueaban cuando no le veia la gracia a mis chistes malos, que podria dibujarla hasta con los ojos cerrados. Pero cuando llegaba el momento de ponerle color... Ninguno le hacia justicia. Ningun azul captaba el brillo de sus ojos, el amor que desprendian; tampoco ningun rosado podria igualarse al de sus mejillas. ?Y sus labios? ?Y el abanico infinito de rojizos, cobrizos y rubios de su melena? Imposible. Todo lo que intentara emular no seria mas que eso, una copia barata de una persona tan unica y especial que nada podria compararsela. Aprete su cuerpo hacia el mio, con cierta posesividad, y bese su frente, con el pecho expandiendose de pura felicidad solo por tener la oportunidad de estar asi con ella. Tarde en conciliar el sueno; cuando sono el despertador, lo apague con rapidez antes de que Lea o mi ahijada se despertaran. Disfrute un rato mas en la cama, haciendome el remolon. Pero, si no queria llegar tarde al trabajo, tenia que levantarme ya, aunque me costase la vida misma salir de debajo de la calidez de las mantas, reacio a separarme de ese delicado cuerpo que, desde que paso la primera noche aqui, se habia apoderado de toda la cama y dormia siempre invadiendo mi lado, pegado a mi. Que conste que no era una queja, todo lo contrario.

  • Dime que te quedaras (Terciopelo) de Corinne Michaels

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    POR LA ACLAMADA AUTORA CORINNE MICHAELS, BEST SELLER EN EE. UU., LLEGA UNA NOVELA SOBRE LAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES.

  • Rey de los Diamantes de Aidee Jaimes

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    Nadie me domina. No las supermodelos con las que me he acostado, ni las mujeres ricas cuyos cuellos he vestido con diamantes.

  • Prisionera de Eva Andraya

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    Incluso la ninez mas dificil quera olvidada cuando caes en mano de la mafia que mercadea con vidas humanas. Donde tu existencia solo tienen el valor que quieran darle, mientras te mantengas en pie y no pierdas la cordura. Hasta ensenarte el animal que habita en tu interior desesperado por sobrevivir.

  • El otro Manuel de Manuel Bartual

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    Una noche cualquiera, rodeado por las cajas de su reciente mudanza, Manuel hace un pedido de comida a domicilio, pero no recibe lo que ha solicitado. En su lugar le entregan la cena de Alicia, una vecina del barrio que a su vez ha recibido la cena de Manuel y a la que conocera gracias a esta confusion. Lo que parece un hecho sin demasiada importancia sera el detonante de los dias mas extranos en la vida de ambos, hasta el punto de convertirse en los protagonistas de un misterio en el que descubrir la identidad de quien esta detras de todo lo que les esta pasando sera la menor de sus preocupaciones.

  • En la boca del lobo de Michael Morpurgo

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    Una historia real y estremecedora de dos hermanos y la guerra que lo cambio todo.
    Francis y Pieter siempre han sido muy distintos. Se acerca otra gran guerra y eligen caminos diferentes: Pieter se alista para combatir mientras Francis, feroz pacifista, rehusa tomar las armas. Lo que ocurre a partir de ese momento cambiara la vida de Francis para siempre y lo arrojara directo a la boca del lobo.
    Intensa y conmovedora, considerada por Morpurgo como una de sus obras mas personales, En la boca del lobo nos cuenta la epica historia real de los tios del autor durante la Segunda Guerra Mundial.

  • Preguntame si me importas 2 de Alejandra Beneyto

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    Ha pasado un ano.
    Un ano para Olivia, que se ha puesto a prueba en todos los sentidos posibles hasta acabar reinventandose.
    Un ano para Will, que ha permanecido inmerso en una vida en la que no se encuentra a si mismo.
    Han pasado doce meses en los que el mundo ha seguido girando y, ahora, el destino ha decidido colocarlos de nuevo en la casilla de salida.
    O eso parecia.
    Nada sera facil. El tiempo ha dejado huella en ellos y ambos son diferentes. ?Realmente lo que tuvieron fue tan fuerte como para que la distancia no lo haya borrado?
    Acompana a Will y a Olivia mientras aprenden que, a veces, lo unico que te separa de tus suenos es el miedo a verlos convertidos en realidad.

  • Para enamorarte de mi (Sin Mirar Atras 2), Daniela Alessandra de Daniela Alessandra

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    Basta un minuto para pasar de tener una vida perfecta a quedarte sin Vida. Basta un solo error para que todo por lo que has luchado se vaya a la mierda. Nada habia importado hasta el momento en que Mary dejo de ser la mejor amiga de mi hermanita y se convirtio en el Gran amor de mi vida. Ese amor que le da un sentido a tu vida, que te llena y te mantiene fuerte, ese amor que te hace sentir completo y feliz. ese amor que he perdido y me ha dejado destrozado.

  • Navidad con el principe de Ella Valentine

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    Su Alteza Real la reina Eda ha dado a luz esta madrugada a sus mellizos, mediante parto natural, una semana antes de lo previsto. Sobre las cuatro de la tarde, antes de la tradicional cena de Navidad en el Palacio Real, la reina rompio aguas, iniciandose asi el protocolo previamente acordado con los servicios medicos. El parto duro 13 horas y fue asistido desde palacio. El primero en nacer fue Frederick VI, quien paso a ocupar el primer lugar en la linea de sucesion al Trono; la princesa Angela nacio pocos minutos despues, ocupando el segundo lugar. El rey Frederick V comparecio ante la prensa alrededor de las seis de la manana visiblemente nervioso y emocionado para ofrecer los primeros detalles del nacimiento. El principe Frederick VI peso 3,150 kilos y midio 49 centimetros. La princesa Angela peso 2,800 y midio 47 centimetros. Tanto los mellizos como la reina gozan de buen estado de salud. "La reina Eda y yo estamos felices, radiantes. Frederick y Angela son el milagro navideno mas bonito que le puede ocurrir a nadie". Frederick V explico que estuvo con su esposa en todo momento y que el mismo corto los cordones umbilicales de los pequenos siguiendo las indicaciones del doctor. Su majestad senalo que su hijo varon lleva su mismo nombre para seguir con la ancestral costumbre. "Me gusta pensar que un nuevo Frederick reinara Snowberg con la misma honestidad y generosidad que sus antecesores". Respecto a Angela, conto que se barajaron varios nombres. "Pero nos decidimos por Angela por el valor sentimental que tiene este nombre para la reina Eda, en honor a su amiga mas querida a la que perdio de forma inesperada hace unos meses". Frederick VI y Angela llegan despues de una decada de busqueda por parte de los reyes. En una entrevista concedida para anunciar el embarazo, la reina relato el infierno sufrido durante aquellos anos en los que llego a pensar que era infertil y que nunca seria bendecida con la dicha de la maternidad. Eda no tuvo un embarazo facil. Segun fuentes allegadas a la reina, nunca cesaron las nauseas ni los problemas estomacales, por lo que tuvo que pasar largas temporadas en reposo sin poder acompanar a su marido en sus obligaciones reales. El nacimiento de los principes se produjo durante una de las nevadas mas intensas de las ultimas decadas. Segun las leyendas locales, nacer durante una tormenta de nieve es simbolo de fortuna y prosperidad, como el rey recordo antes de despedirse de la prensa para regresar junto a su mujer y sus hijos. NOTICIA PUBLICADA EN SNOWBERG NEWS HACE 30 ANOS 1 Frederick 25 de noviembre El principe Frederick VI de Snowberg era conocido por muchos motivos. Era conocido, por ejemplo, por ser un gran comunicador. Frederick siempre sabia lo que tenia que decir para ganarse a su interlocutor. La prensa lo adoraba, las mujeres caian rendidas a sus pies y los hombres lo admiraban. Tambien era conocido por su impactante atractivo. Frederick era un hombre alto, de cuerpo atletico, espaldas anchas, facciones varoniles, cabello cobrizo y ojos tan azules como un cielo invernal. Encabezaba la lista de principes mas atractivos del mundo y su magnetismo carismatico y su porte aristocratico lo habian convertido en uno de los hombres mas deseados de todos los tiempos. Otro motivo por el que Frederick era conocido era por su fama de libertino y vividor. Se decia de el que habia dejado centenares de corazones rotos a su paso, que habia participado en un sinfin de orgias y fiestas y que no tenia intenciones de comprometerse a corto plazo, aunque todo esto no eran mas que rumores imposibles de constatar, pues si algo sabia hacer Frederick era hacerlo todo bajo estricta confidencialidad. Eran muchos los motivos por los que Frederick VI de Snowberg era conocido a lo largo y ancho del mundo, sin embargo, la puntualidad no era uno de esos motivos. --Te lo juro por todos nuestros ancestros, Frederick VI de Snowberg, como tu culo real no aparezca aqui en menos de cinco minutos y me vea obligada a sustituirte contra mi voluntad una vez mas, prometo explicarles a todos los presentes que tu pelicula favorita a tus 30 anos de edad sigue siendo El rey leon. --La voz de Angela sonaba muy enfadada al otro lado del hilo telefonico. Frederick, sentado en la parte trasera de un vehiculo oficial, suspiro pesadamente. Despues de dos trasbordos y mas de 24 horas de vuelo en el que apenas habia podido descansar y en el que habia bebido mas de lo aconsejable, la voz de aguda de su hermana le martilleaba la cabeza. --Estoy de camino. No se a que viene tanta hostilidad, hermanita. Dile a los de protocolo que atrasen el encendido hasta que llegue. Por otro lado, tu amenaza no me preocupa lo mas minimo. El rey leon es una gran produccion cinematografica. Angela bufo y Frederick, a pesar de no poder verla, supo que habia puesto los ojos en blanco. Angela no era para nada una persona hurana y malhumorada, como se mostraba en ese momento, al contrario. Angela de Snowberg era de caracter dulce y reservado, y no solia perder los nervios casi nunca. Excepto cuando Frederick hacia una de las suyas y ella tenia que pagar las consecuencias. Entonces dejaba de ser el ser angelical que era y se convertia en un diablillo ansioso por arrancarle la cabeza. Frederick sabia que llegar tarde al encendido de luces navidenas al que habia prometido asistir era una falta de respeto enorme para el pueblo al que representaba, pero el no tenia culpa alguna de que el vuelo hubiera llegado con horas de retraso. Puede que si que hubiera sido culpa suya posponer su regreso a Snowberg una semana mas por culpa de cierta diplomatica japonesa que lo habia retenido mas tiempo del debido en su paso por Paris, pero las cosas habian salido asi, no las habia programado. --Una hora, Frederick. Ese es el tiempo que llevamos esperando. Esta nevando, hace frio y la gente esta empezando a marcharse. Una punzada de culpabilidad lo atraveso. Pero fue una punzada pequena. La realidad era que en menos de un mes Frederick VI dejaria de ser principe para convertirse en rey, pues su padre, su Alteza Real Frederick V deseaba abdicar, y, entonces, su vida estaria tan cargada de responsabilidades y obligaciones que se habia tomado aquellas ultimas semanas como una especie de despedida de su antiguo yo. Colgo la llamada asegurando a Angela que llegaria a tiempo y fijo la mirada al otro lado de la ventanilla, donde la ciudad de Snowberg, la capital del reino aparecio hermosamente enclavada entre montanas altas y nevadas. El manto de la noche se cernia sobre la ciudad ahora iluminada por las luces de las casas, los comercios, las farolas y los coches. Tras dejar atras la carretera que estaban transitando, accedieron al municipio y se adentraron en sus calles. Frederick se fijo en las guirnaldas de luces navidenas que colgaban por todas partes y que permanecian apagadas a la espera de que el diera su discurso inaugural, lo que marcaria el inicio de la temporada navidena en la ciudad y el reino. Los techos a dos aguas de las casas tipicamente alpinas estaban cubiertos con nieve cuajada, igual que las copas de los arboles y los salientes de los edificios, algo que daba al lugar un aspecto magico que parecia sacado de las tipicas postales navidenas que vendian en los estancos. En aquel instante, nevaba, y pequenos copos de nieve danzaban en el aire perezosamente hasta alcanzar la superficie mas proxima. No tardaron en cruzar el centenario puente de piedra que atravesaba el rio Eis hasta llegar al Casco Antiguo y a la Plaza del Ayuntamiento, frente a la cual el chofer estaciono el vehiculo. En el mismo centro de la plaza adoquinada se alzaba el majestuoso arbol navideno de Snowberg, que sobresalia a pesar de la muchedumbre, y que estaba decorado con bolas plateadas y espumillon azul. Aquel arbol se habia convertido en los ultimos anos en uno de los simbolos navidenos mas importantes del reino. Frederick se coloco el abrigo de pano negro sobre la ropa, salio del coche acompanado por sus dos guardaespaldas y se abrio paso ante la multitud hasta llegar a la tarima que habian dispuesto junto al arbol. Sobre la tarima habia un atril y, tras esta, la bandera ondeante de Snowberg, una bandera de tres franjas horizontales de color blanco y azul. --Por el amor de Dios, Frederick, al menos podrias haberte afeitado. --Angela lo abordo desde su derecha y lo llevo hacia uno de los laterales acordonados por el equipo de seguridad. Alli habian dispuesto un pequeno campamento donde se aglomeraba el grupo de trabajadores del palacio. Angela de Snowberg era una mujer menuda, de facciones delicadas y expresion dulce. Su cabello rubio, herencia materna, estaba arremetido bajo un grueso gorro de lana negro con borla en la parte superior, a conjunto con el abrigo y las botas de pelo. En contraste, una enorme bufanda blanca enrollada sobre su cuello le tapaba parcialmente la cara, lo que hacia que sus ojos azules, que en aquel momento lo miraban desaprobatoriamente, destacaran de forma poderosa. --He venido directo del aeropuerto. No he tenido tiempo para nada. --Ya lo veo. Menudas pintas de "recien salido de un avion" que llevas, querido. Dime que al menos has preparado el discurso. --Angela lo miro con desconfianza. --?Que discurso? --lo provoco el con una sonrisa de medio lado. --!!Frederick!! --Tranquila, hermana, lo tengo todo controlado. --Le guino un ojo. Era mentira. Por supuesto que era mentira: no tenia nada controlado. Pero eso no importo. En cuanto Frederick subio al escenario frente al atril e hizo su discurso, las palabras fluyeron de su boca magicamente, como siempre. Dijo al publico lo que queria oir como el encantador de serpientes que era y, al terminar, una oleada de aplausos y ovaciones lo envolvio engrosando un poquito mas su ya enorme ego. --Y ahora, por favor, demos comienzo a una de las fechas mas magicas del ano. Que la Navidad ilumine las calles de Snowberg y la vida de sus ciudadanos. --Alzo las manos, miro al tecnico encargado de conectar las luces y en pocos segundos las guirnaldas navidenas que colgaban en arboles, farolas, postes y fachadas de la ciudad, se iluminaron, y una version instrumental de Here Comes Santa Claus empezo a sonar por los altavoces. *** Un poco mas tarde, Angela insistio en compartir el vehiculo oficial para regresar a palacio. Tras quince minutos de trayecto, Frederick lamento haber accedido a ello: --Eres un irresponsable, Frederick VI de Snowberg. Te marchaste de viaje sin avisar y regresas mas tarde de lo previsto. Va siendo hora de que madures. --Solo he estado fuera unas semanas. --?Que solo has estado fuera unas semanas? !Vas a convertirte en rey en un mes! ?Crees que este era el mejor momento para marcharse a recorrer el mundo? ?Con todo lo que hay que preparar para el gran dia? Frederick levanto las manos mostrando sus palmas como si Angela estuviera apuntandolo con un arma. --Perdona por querer tomarme un descanso de mis obligaciones reales. --?Crees que a mi no me apetece tomarme un descanso tambien? Me he pasado las ultimas semanas sustituyendote en toda clase de actos y eventos, y eso sin contar los mios propios. Estoy cansada, Frederick, muy cansada. Porque, ademas, yo no tengo tu don de palabra. Cada vez que hago un maldito discurso tengo que aguantar luego las comparaciones odiosas contigo en las que siempre salgo perdiendo. Podia ver en la mirada de Angela que aquello le causaba un gran malestar. Su hermana, al contrario que el, era reservada e introvertida. A ella le gustaban los numeros, las cosas intangibles, no las palabras, por ello se habia doctorado en Fisica. Se le daba bien representar el papel de princesa dulce y adorable que le habian impuesto, pero lo hacia con pesar. --Lo siento, Angela, tienes razon, pero necesitaba airearme un poco antes de la coronacion. En cuanto me convierta en rey, mi vida, tal como la conozco, va a terminar. --Lo dices como si eso fuera algo malo. Frederick se encogio de hombros y se fijo en la silueta del Palacio Real que aparecio recortada a lo alto de la montana que estaban ascendiendo por una serpenteante carretera. El palacio de Snowberg se situaba en una de las montanas que rodeaban la capital, a varios kilometros de distancia. --No es malo, solo... distinto. Y necesitaba prepararme para ello. Angela asintio como si quisiera decirle con aquel gesto que entendia lo que queria decirle. Frederick queria ser rey, habia sido educado y preparado toda su vida para ello, pero ser rey era un trabajo exigente y lo sabia. --Bueno, no te preocupes, aun tienes un mes para hacerte a la idea. --Frederick asintio--. Ademas, manana llega Belle Caruso a Snowberg, seguro que su estancia en palacio te ayuda con eso. --?Que? --Frederick parpadeo, desconcertado--. ?Quien dices que llega manana? --Belle Caruso. --?La influencer estadounidense? Angela asintio despacio y Frederick la miro boquiabierto. Puede que el no tuviera redes sociales, pero sabia perfectamente quien era Belle Caruso, una chica insoportable, pija y tonta que se pasaba media vida subiendo fotos y videos en Internet mostrando todo lo que compraba, las fiestas que se pegaba o los viajes que hacia gracias al dinero de su padre millonario. Su popularidad era tal que habia conseguido pequenos papeles en series y peliculas del momento. --Hace una semana papa tuvo una reunion con el gabinete de comunicacion real y le sugirieron contratar a Belle para acompanarte durante tus ultimas semanas como principe antes de la coronacion. Dijeron que era una buena manera de aumentar tu popularidad. Todo el mundo adora a Belle. --La gente tambien me adora a mi.

  • La doctora de Silvia Tarrago

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    El amor a la medicina y el apoyo incondicional que se dan entre ellas haran invencibles a estas cuatro mujeres ante los recelos de una sociedad que, gracias a ellas, empieza a cambiar.

  • Hopeless. Tocando el cielo de Colleen Hoover

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    En ocasiones, conocer la verdad resulta mas doloroso que creer las mentiras.

  • Aventuras de un detective privado especial de Manuel Aldavero

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  • Todo lo que sucedio con Miranda Huff de Javier Castillo

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    Tras el exito arrollador de El dia que se perdio la cordura y El dia que se perdio el amor, con mas de 300.000 ejemplares vendidos, Javier Castillo, maestro del suspense, despliega su virtuosismo narrativo para profundizar en los misterios de lo cotidiano, alli donde permanecen ocultos los miedos mas primarios. Una experiencia de lectura palpitante y energica que corta la respiracion.

  • Brenda se lo piensa de Erina Alcala

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    Brenda Stan, era una chica alta, media 1,75, era guapa, extrovertida y liberal. Estaba un poco alocada. De nina ya lo fue. Nacio en Austin. Vino demasiado tarde, casi cuando su madre cumplia 40 anos, despues de intentar muchos anos tener hijos sin poder, vino Brenda al mundo, pelirroja y preciosa con unos ojos verdes que encantaban a todo el mundo. Asi fue la nina bonita y consentida de sus padres. De nina, le regalaron por Navidad un juego de enfermera y dijo que ella seria enfermera y nunca jamas cambio de opinion. Tenia siempre unas ideas firmes y era algo mandona. Hubiese querido tener hermanos, claro que sus padres tambien, pero no pudo ser. Y cuando casi acabo la carrera de enfermeria, estos se jubilaron, unos anos antes de lo que les correspondian. Habian tenido un restaurante pequeno, toda su vida y lo traspasaron, querian viajar y cuando su hija Brenda, se mudo a Randolph, a una hora de Austin a trabajar de enfermera al hospital, y volo libre, ellos ya fueron libres tambien y viajaban a menudo. Su madre era una reina en encontrar chollos para viajar. La primera vez que Brenda se enamoro, ya que era muy enamoradiza, tenia 16 anos, pero hasta el dia de su graduacion, no dejo de ser virgen con su novio del instituto Robin. Aun no habia cumplido los 18. Y se quedaba en Austin en la universidad para hacer enfermeria. Sin embargo, Robin, se iba a Nevada con sus padres. Su padre trabajaba para una empresa petrolifera como comercial y se mudaban de estado con asiduidad, hasta que acababa el trabajo en las ciudades importantes. Robin, queria ser programador informatico. Brenda, estuvo enamorada de el desde siempre. Era un chico tan guapo, de 18 anos, del equipo de futbol, alto, moreno y de ojos azules preciosos. Sin embargo, tuvieron que separarse. Se acostaron todo ese verano y ella jamas olvido su primer amor. Con el tiempo, y la universidad, fue desapareciendo Robin de su vida, que no de su corazon, porque no tenia sentido, se habia ido para siempre. Se recorreria todo el pais y ella debia buscar su vida. Y la busco. Conocio a chicos, era bastante liberal y se acostaba con ellos, era una chica pelirroja y sexual, con el pelo rizado y los ojos verdes, y no pasaba desapercibida. No habia chico que no se fijara en su cuerpo de infarto. Y asi fue feliz, bromista, extrovertida y tambien tenia su corazoncito que a veces escondia y sufria en silencio, nunca de cara al exterior. En ese sentido, era introvertida y reservada y no queria que nadie sufriera por ella o conociera sus problemas amorosos, preferia sufrirlo ella sola. Pero tenia mucha suerte con los hombres. Conocio a unos cuantos, que sabia que esa relacion era de paso, que no iba a ningun lado. Cuando acabo enfermeria, tuvo suerte de ser contratada en Randolph, una ciudad a una hora de Austin, en el hospital, donde habia una base aerea. Le asignaron a una chica de Dallas, de su misma edad como medica, cirujana, Natalie, y se hicieron inseparables, se alquilo un apartamento cerca del hospital, donde Natalie tenia uno, de un dormitorio, suficiente para ella y salian a veces juntas. Se hicieron amigas y Natalie le hablaba mucho de su amiga espanola Bea, con la que habia estudiado en Nueva York. Tanto le hablaba de ella, que ya Brenda la conocia como amiga suya. Brenda sabia de su historia con Daniel y Natalie, sabia de la suya con Robin. Al cabo de los dos anos, hubo una plaza para un medico de medicina general y ella enseguida recomendo a Bea con el director, y este le dijo que si se incorporaba en diez dias las contrataba. Asi fue como pasaron de ser dos a ser tres amigas. Ya que Bea se vino de Espana en menos de una semana, alquilo otro apartamento donde ellas vivian, que ya se lo habian reservado y era como si Brenda la conociese. A Bea le cayo muy bien, eran las tres mosqueteras, Brenda paso a ser tambien enfermera de Bea. A los dos meses de Bea llegar de Espana, y ya estaba acomodada al trabajo e instalada en su apartamento, dijeron de celebrarlo un fin de semana en que no tuviesen guardias. Decidieron irse a Austin, un fin de semana, un sabado temprano y volver el domingo. Hacia calor y reservaron un hotel con una habitacion triple y piscina. Iban a pasarlo bien. Brenda queria conocer a algun chico. -A ver si tenemos suerte. Tengo ganas de tener sexo. — Decia, y Natalie y Bea se reian. En cuanto llegaron al hotel y con el calor apremiante, decidieron bajar primero a la piscina antes de almorzar y pasar alli parte de la manana. Y alli estaban, se banaron un par de veces y posteriormente se sentaron en las tumbonas, cuando un chico, moreno y alto, de cuerpo perfecto, se acerco a Natalie -mala suerte, penso Brenda, estaba muy bien ese chico. Pero si se acercaba a otra de sus amigas, era prohibido. Estaba vetado para ella. -?Natalie? -le dijo el chico sorprendido. Bea y ella estaban al lado y calladas, oyeron la conversacion y resulto por una de las casualidades de la vida, que era Daniel, del que ella les habia hablado tanto, su Daniel de los vinedos. Bueno, bueno, se lo presento a ellas y le dijo a Natalie que estaba con dos amigos celebrando su ascenso a capitanes, que vivian en la base de Randolph y fue una sorpresa que ellas tambien vivieran y trabajaran alli. En un momento Daniel llamo a sus amigos y en cuanto vinieron tanto Brenda como Lucas, uno de los amigos de Daniel, se miraron y Lucas, babeo por la pelirroja extrovertida. Ya no miro a nadie mas. Era un cuerpazo de mujer con ese cabello largo pelirrojo, algunas pecas en la nariz pequena y esos pechos preciosos, y sus ojos verdes. Y Brenda solo vio a un tio alto, de pelo castano y ojos verdes y grandes y con un cuerpo rallando la perfeccion. Pareciera que habian hecho parejas, menos Bea, que no tuvo mas remedio que hablar con Nick, el otro capitan, que al parecer no le gusto mucho lo que le toco, ya que iban a divertirse. Lucas Harper, se sento al lado de Brenda, ya que Bea se fue a la piscina con Nick. -?De donde eres Brenda? -De aqui, de Austin, pero hoy no llego a casa, si no, no me dejan el fin de semana, y tu ?de donde? -De Randolph. -!Hala, de alli mismo! -Si, pero vivo en la base ?y vosotras? -En unos apartamentos que hay cerca del hospital y la base. -!Ah no los he visto! -Son bastante baratos. -?Vivis todas juntas? -y Brenda se rio, con una risa que, a el, le parecio preciosa. -No, cada una en su apartamento, son baratos y de un dormitorio nada mas. Nos hemos comprado las tres un despacho y lo hemos puesto en la ventana del salon, bueno un despacho…, mesa, estanteria doble y sillon, pero cabe bien. -Pues nosotros estamos pensando buscarnos algo, la verdad es que si llevas a una chica es mejor tu apartamento y por las noches tambien, te evitas ese jaleo de companeros. Ya quiero estar solo, el otro dia lo estuvimos comentando. -Pues alli hay dos bloques, no se ya si quedara en el nuestro, pero en el que hay al lado seguro, viven bastantes militares de la base y del hospital. -?Eres medica? -No. Soy la enfermera de estas dos doctoras, Natalie es cirujana y Bea de medicina general. -!Vaya! Una enfermera muy guapa. -Un capitan muy guapo. -?Estas saliendo con alguien Brenda? -Ahora mismo no ?y tu? -Tampoco. -Muy bien. -?Quedamos el fin de semana y me ayudas a buscar a apartamento? -Si quieres, no tengo guardia hasta el domingo por la noche creo, si no la cambian. -Estupendo, me dejas tu telefono y te doy el mio. -Vale -e intercambiaron los telefonos. -Bueno cuentame que ha sido de tu vida, -y ella le conto que habia llegado al mundo tarde para sus padres que lo intentaron anos y que estos habian tenido un restaurante hasta hace un par de anos y ahora viajaban y estaban jubilados. -Yo no tengo tiempo de hacer ejercicio y ellos se han apuntado a un gym, a bailes latinos, tienen una agenda que ni la mia. Y Lucas se reia. -?Y tu? -Pues tengo otro hermano, esta en Nueva york, en el sector inmobiliario. -?No quieres vivir con tus padres? -Mujer con 29 anos, no, la verdad, ya sali del nido cuando el instituto, desde los 14, asi que no voy a volver ahora, si que voy a verlos, eso si. Lucas, mientras hablaba con ella no dejaba de mirar a toda chica viviente que pasaba en bikini y eso a ella no le gusto nada, fue lo unico que no le gusto de el, y era mas que suficiente. -?Te gustan mucho las chicas? -Si, es una debilidad que tengo, ?y a ti los chicos? -No todos, los que me gustan, soy una chica liberal, pero no me gustan todos. -?Y te gusto yo? -No estas mal, a pesar de tu vanidad en preguntarme tal cosa. -Y Lucas rio con ganas. -Tu a mi tambien me gustas, no hace falta que me lo preguntes. -Te gustan todas las que has mirado, Lucas. -Bueno, es mi unico defecto. -Pues ten cuidado porque no a todas las mujeres les gusta ese defecto tuyo. -Por eso no tengo pareja. -Lo mejor que haces, asi nadie se enfadara. -?Nos damos un bano? Hace un calor -Le dijo Lucas mirando sus pechos. -Anda vamos, si. Y estuvieron un rato en la piscina, hasta que Daniel y Natalie los llamaron para almorzar. Tomaron algo en el hotel, tomaron cafe y se fueron a descansar, quedaron con ellos para la cena, en el hall. Cuando estaban las chicas en la habitacion… -No me puedo creer haberme encontrado a Daniel -dijo Natalie entusiasmada y feliz. -Tu Daniel, ahi lo tienes, el amor de tu vida, el capitan ya coladito por tus huesos. No creo que te deje ya. -Hemos quedado para buscar un apartamento el fin de semana que viene. -Yo tambien con Lucas -dijo Brenda. -Y yo -dijo Bea. -Vaya, esos quieren vivir solos ya, me lo ha dicho Lucas -dijo Brenda. -?Que tal con el? -le pregunto Natalie. -Es muy guapo, es guapisimo y esta muy bueno, pero tiene un defecto. -Todos tenemos defectos. -Pero este puede ser un problema gordo para mi. -?Que defecto? -dijo Bea. -Le gustan demasiado las mujeres. -Vaya, eso no es un defecto, a casi todos los hombres les gustan mucho las mujeres. -Este es distinto, te lo digo yo -y ya no dijo nada mas. -Y tu Bea, ?que tal Nick? -Si no hay mas remedio…, otro no hay, pero vamos, mas bien, por descarte y para charlar. -?Pero te gusta? -Claro que me gusta, tiene unos ojos grises preciosos y esta bueno. Pero es raro. No se. -Vamos a pasarlo bien sin problemas ni lios, -dijo Brenda. -Es lo mejor, para eso hemos venido, -dijo Natalie. -Estoy en las nubes, como ha cambiado Daniel. Es un ligon de campeonato este tambien. -Pero si esta por ti… -Si, sabe que no me he acostado con otro y eso le ha gustado, lo he notado. -No se lo tenias que haber dicho -le dijo Brenda. -?Y eso por que? – Porque son vanidosos, todos. No se salva ni uno. Yo conozco mejor que vosotras a los hombres. He estado con algunos. -Te pediremos consejo.

  • Batiendo a Wall Street de Peter Lynch

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    El legendario gestor de fondos Peter Lynch explica en este libro sus estrategias de inversion y sus claves sobre como seleccionar acciones y fondos para conseguir la mejor cartera de inversiones posible.

  • With me. Amelia de Jessica Cunsolo

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    Amelia Collins se muda a una nueva ciudad para escapar de un oscuro pasado y lo unico que quiere es pasar totalmente desapercibida y acabar el ultimo curso del instituto. Pero sus planes cambian drasticamente cuando el primer dia tropieza, literalmente, con el chico mas increible del instituto, el chico que encabeza la lista de las personas con las que no meterse… Aiden Park.
    Amelia debe encontrar la forma de sobrevivir y de no caer en los brazos del insoportablemente atractivo Aiden, ni de Mason, su mejor amigo; pero con nuevos amigos, arpias, viejas rivalidades, bromas pesadas y un pasado del que no consigue escapar, el ultimo ano de Amelia promete estar lleno de drama…

  • Amor y Muerte (Salvada por amor n2) de Margotte Channing

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    Habian tomado la posada al asalto, aunque, al parecer, el dueno estaba encantado de que la fiesta se celebrara alli. Era una curiosa boda aquella, en la que, la mitad de los asistentes eran escoceses, y la otra mitad, vikingos. Rosslyn, por fin casada, miraba alrededor con asombro, escuchando los gritos de los hombres, y los golpes en las mesas festejando los brindis. Estaba sentada entre su hermano, Ricardo, y Gunnar, su reciente marido. Al otro lado de este, estaba sentado Ari, el hijo de Gunnar- sonrio al rectificar en su mente- en realidad, ahora era hijo de los dos. Tenia 16 anos y era un chico encantador en todos los sentidos, ademas de sumamente inteligente. No habia permitido que la invalidez con la que habia nacido, hubiera agriado su caracter. Gunnar le habia fabricado una silla de madera para que pudiera desplazarse, perfeccionandola durante meses. Recientemente, le habia incorporado un par de ruedas, el diseno estaba copiado de un papiro de 200 anos de antiguedad, que habia caido en las manos de Gunnar por casualidad. Enseguida se dio cuenta de la importancia que podria tener para la vida de su hijo. En el aparecia dibujado un general del ejercito chino, que estaba ante las tropas, sentado en una silla de ruedas. Gunnar estuvo estudiandolo durante dias. Al principio, le parecia que no podria construirla. Por eso, no le dijo nada a Ari, hasta que la fabrico. Despues de semanas de trabajo, consiguio hacer una que se movia, aunque las ruedas, incluso sin peso encima, se rompian constantemente. Despues de hacer bastantes cambios, hacia pocas semanas, se la entrego a Ari para que la probara. Este, cuando la vio se echo a llorar, entonces Gunnar fue realmente fue consciente, de lo dura que era la vida para su hijo. Una vez sentado en ella, por primera vez en su vida, pudo moverse sin depender de nadie, siempre que no hubiera escaleras por medio claro. Ari no queria que, a su edad, le siguieran llevando en brazos, como si fuera un nino. El padre de Rosslyn, William Douglas, habia cedido el lugar junto a su hija, para que, su recien descubierto medio hermano, Ricardo "Corazon de Leon" se sentara junto a ella. Volvia al dia siguiente a las cruzadas, y era la unica ocasion, en la que podrian pasar algo de tiempo juntos. Rosslyn se giro hacia Ricardo con un suspiro. Era injusto que le presentaran a su madre y uno de sus hermanos el mismo dia, y solo pudiera disfrutar de ellos un rato. – Ricardo- este se volvio sonriente, pidiendo disculpas a William, que estaba sentado a su lado. – Dime, hermana- ella contemplo su sonrisa, admirandola, sin saber que era igual que la suya. – Me gustaria que nos conocieramos un poco mejor, ?no seria posible que te quedaras unos dias mas? – No, querida, lo siento mucho. Mis soldados me esperan hace dias, he retrasado la partida por tu boda. Tampoco puedo acompanarte parte del viaje, porque vamos en direcciones contrarias- sonrio con tristeza. – Siento que hayas cambiado tus planes por mi- el levanto la mano para que no siguiera hablando. – Me ha alegrado mucho conocerte. Pero, ademas, madre no me hubiera perdonado que, no lo hubiera hecho. – ?Es muy mandona? – pregunto curiosa.

  • Ardiente verano de Noelia Amarillo

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    Maria, una joven con un hijo adolescente, se prepara para afrontar las vacaciones estivales en el pueblo de su exmarido. Solo hay un pequenisimo problema. !Odia el pueblo! ! ?Que va a hacer alli durante todo un mes? ?Visitar el castillo? ?Banarse en la fuente? ?Pasear? !Aburrirse como una ostra! O quiza no. Un dia, harta del calor, se escapa al bosque. Sus pasos la llevan hasta una cabana escondida, donde experimentara juegos prohibidos a manos de un hombre que impide que vea su rostro... Un desconocido que le susurra ordenes y al que desea mas de lo que jamas pudo imaginar. Un extrano que parece conocer sus mas intimos deseos, satisfaciendolos, y del que es incapaz de alejarse.
    ?Podra ignorar sus mas secretas fantasias o se rendira a ellas... a el, a un hombre al que ni siquiera puede ver el rostro?

  • La Esposa del Jefe de Lexy Timms

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    -Te amo y te amare hasta el dia de mi muerte. -Incluso entonces, seguire amandote.

  • Justicia: ?Hacemos lo que debemos? de Michael J. Sandel

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  • El turista perpetuo de Harkaitz Cano

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  • Otras maneras de usar la boca de Rupi Kaur

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    Otras maneras de usar la boca habla, de una forma contundente y poderosa, de como superar los golpes de la vida: el abuso, el desamor, la perdida y las ideas preconcebidas sobre la feminidad. Siempre impactantes, los versos de Kaur llenan de fortaleza al lector, que siente esas palabras como suyas y la necesidad de transcribirlas y compartirlas.

  • Puedes darme un beso de Chris M. Navarro

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    Zoe sabia que volver al pueblo despues de dieciseis anos y sin haber cumplido sus suenos no seria facil, y mucho menos para su hija Helena, una adolescente incapaz de ver con buenos ojos que la sacara de su adorado Manhattan.

  • La borde y dulce Lai 2 de Monica Benitez

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    No hace mucho que se cumplio un ano desde que Claudia y yo nos conocimos en aquel avion, diez meses desde que nos fuimos a vivir juntas y siete desde que lo dejamos. Lo se, suena horrible, pero os aseguro que no lo es, esa decision fue una de las pocas que Claudia y yo fuimos capaces de tomar sin pelearnos, y no pasa un solo dia en el que no nos alegremos de lo que hicimos. Dejad que os ponga en antecedentes: Como ya os imaginais nuestra relacion comenzo aquel dia en mi apartamento, los primeros dias todo fue bien, saliamos a comer, a pasear, al cine, en fin, lo que hacen todas las parejas, y por supuesto sexo, buen sexo, y abundante tambien... Pero ese estado no nos duro mucho, de hecho fueron tres semanas, eso fue lo que tardo en llegar nuestra primera bronca, ?Por que discutimos? Por Lore de los Polvos, yo queria presentarsela a Claudia, pero a pesar de que ya habian hablado por telefono, ella se nego a conocer a mi amiga. Aceptaba que yo me viera con ella, porque en ese sentido Claudia confiaba en mi, pero no queria conocer a la mujer con la que yo solia acostarme antes de conocerla a ella. Por una parte podia llegar a entenderla pero por otra me jodia, me jodia porque Lore formaba parte de mi, de la persona en la que me habia convertido cuando Claudia me conocio, y rechazarla a ella era como rechazar una parte de mi. Aun asi esa noche lo arreglamos en la cama, despues de un par de buenos orgasmos, Claudia me pidio un poco mas de tiempo para hacerse a la idea y yo se lo concedi, pero aquel dia se abrio la veda, empezamos a discutir con mas frecuencia, casi siempre por chorradas, cuando haciamos las paces siempre acababamos riendo por lo absurdo de las situaciones. Al principio nos daba igual, nos daba igual porque siempre resolviamos nuestras peleas en la cama, y claro, disfrutabamos mucho haciendolo. No existia el arrepentimiento o el perdon, ni yo se lo pedia a ella ni ella me lo pedia a mi, supongo que porque nuestras discusiones eran tan absurdas que cuando me ponia a pensar en ello ni yo misma era capaz de encontrar una razon coherente para haber discutido. Simplemente nos metiamos en la cama y cuando saliamos la tormenta habia pasado... pero claro, la siguiente no tardaba en llegar. Como digo, al principio nos daba igual, pero llego un momento en el que no, el sexo ya no compensaba aquellos dolores de cabeza y todos los malos ratos que pasabamos. Tuvo que ser de nuevo Lore de las Hostias la que me abrio los ojos, a mi y a Claudia, porque seguia habiendo una cosa sagrada en mi vida, los viernes cenabamos en casa de Lore, mi amiga, mi confidente y mi salvadora. Y no, no me pego un hostion si es lo que estais pensando. Lore sabia lo que pasaba entre nosotras porque yo se lo contaba para desahogarme, incluso alguna vez habiamos discutido delante de ella. Por otro lado Claudia habia establecido una amistad telefonica con mi adorable doctora: Lore de los Mocos. Yo estaba encantada, me gustaba que Claudia tuviera a alguien con quien desahogarse, yo tenia dos Lores y ella tenia una, aunque eso tambien cambiaria despues... En fin, llegamos a un punto critico, las dos nos esforzabamos por no discutir, porque que quede clara una cosa, nos queriamos, nos queriamos mucho y toda aquella situacion era muy frustrante, ?Como era posible que nos quisieramos tanto y no fueramos capaces de dejar de discutir por gilipolleces? Aquel viernes cenando en su casa, Lore nos dio la respuesta. La cena iba normal hasta que al intentar coger la sal roce mi vaso de Coca Cola y lo tire encima de la mesa. --!Joder Lai!--se quejo Claudia de mal humor. --!Joder ?Que?!--replique yo. Supongo que aun estabamos calentitas por la discusion que habiamos tenido por la manana y no nos dejabamos pasar ni una. --!Bueno, vale ya!--grito Lore dando una palmada sobre la mesa que capto nuestra total atencion--parece mentira que tengais treinta anos !Joder!, al sofa las dos --ordeno enfadada. Claudia y yo nos miramos con una mezcla de intriga, preocupacion y miedo, porque que a nadie se le olvide, Lore de las Hostias cabreada daba miedo. Las dos nos levantamos a la vez y nos sentamos en el sofa, una al lado de la otra, en absoluto silencio esperando lo que Lore tuviera que decirnos. Movio un sillon y lo coloco justo delante de nosotras. Cuando se sento tuve la impresion de estar en la consulta de una psicologa, pero mi amiga era mucho mas sabia que una psicologa cuando se trataba de mi. --?Que no veis que vais a acabar odiandoos?--dijo ya con un tono mas suave. A mi se me disparo el corazon, de pronto tuve la sensacion de que Lore iba a decir algo que Claudia y yo sabiamos pero que ninguna de las dos era capaz de reconocer. --No podeis seguir asi--continuo mi amiga--no es sano para ninguna, no haceis mas que discutir, joder. --Pero luego lo arreglamos...--susurro Claudia con la voz ahogada. --?Y cuanto tardais en volver a pelearos? Ninguna de las dos contesto, casi habia conseguido contener mis lagrimas, pero entonces vi como se le escapaban a Claudia y no pude evitar que las mias tambien salieran. --Pero yo la quiero Lore...--balbucee llorando como si Claudia no estuviera alli. --Yo tambien la quiero...--lloriqueo ella cogiendome de la mano. Me abrace a Claudia, a mi desagradable y adorable Claudia, estuvimos asi un buen rato, llorando en el hombro de la otra hasta que Lore se agacho delante de nosotras y nos cogio por la barbilla para obligarnos a mirarla. --Ya se que os quereis, pero teneis un caracter incompatible, sois demasiado iguales--dijo con una dulzura que me sorprendio--si no acabais con esto acabareis haciendoos un dano irreparable, y entonces ya no tendra solucion, no podreis ni miraros. Mi amiga volvio a sentarse y nos dejo absortas en nuestros propios pensamientos. Aquellas palabras se clavaron en mi corazon como punales. ?Podia concebir yo una vida en la que Claudia no estuviera presente? ?Estaba dispuesta a acabar odiandola? ?Queria que Claudia me odiara a mi? La respuesta a todas mis preguntas era la misma: no, no queria. --Creo que deberiamos irnos--dijo Claudia. Lore nos acompano a la puerta, nos abrazo a las dos y nos dejo ir sin decir nada mas. *** Durante el trayecto hasta mi apartamento se hizo un silencio absoluto en el coche, aunque no era un silencio incomodo, yo conducia y Claudia me cogio de la mano, acariciamos nuestras manos con afecto, supongo que para dejar claro a la otra que lo que iba a pasar no tenia nada que ver con el amor, sino con el acertado diagnostico de Lore: incompatibilidad de caracter. Cuando entramos en el apartamento nos tumbamos en el sofa, de lado, acurrucadas una frente a la otra sin decir nada, solo nos mirabamos mientras nuestras lagrimas resbalaban en silencio hasta caer en el sofa. Estabamos en calma, estabamos en paz, yo tenia la mano en su cintura mientras la acariciaba con el pulgar y ella la tenia en mi cuello jugando con uno de mis mechones rebeldes, no sabria decir cuanto tiempo estuvimos asi, mirandonos sin dejar de llorar, con hipidos y mocos, estoy segura de que fueron horas. --?Amigas?--susurro Claudia. --Amigas--conteste yo. Nos dimos un pico, tierno, de esos que suenan, lo repetimos unas cuantas veces absorbiendo los labios de la otra, despues nos abrazamos y nos quedamos dormidas alli mismo. Asi fue nuestra ruptura, sin discusiones, tierna y apacible, llena de amor y sin reproches. No voy a negar que los primeros dias fueron muy duros, seguiamos viviendo juntas, y creo que las dos estabamos cabreadas con el destino, ?Si no eramos capaces de entendernos por que nos habia unido? Pero la respuesta no tardo en llegar, empezamos a tratarnos como amigas, simplemente eso, amigas que se querian mas de lo normal, pero amigas. Y en ese papel descubrimos que nos entendiamos a la perfeccion, lo que no habia funcionado siendo pareja, iba de maravilla siendo solo amigas. Nuestra amistad es muy solida, ahora nos seguimos queriendo demasiado pero de otra manera, del rollo de que si alguien le toca un pelo le arranco la cabeza de los hombros y viceversa. Nuestras peleas se han acabado, ahora tengo en Claudia un apoyo incondicional, a veces ni siquiera necesito explicarle lo que me pasa porque ella sabe interpretarme igual que yo a ella. ?Y a quien hay que darle las gracias? A Lore de las Hostias, otra vez. *** Poco a poco cada una fue haciendo su vida con el absoluto apoyo de la otra. Decidimos seguir viviendo juntas, como amigas claro. Los viernes en casa de Lore seguian siendo sagrados, nos juntabamos las tres y pasabamos veladas estupendas, hablando y viendo pelis. De vez en cuando recordabamos aquel dia, pero no como algo doloroso, sino como algo necesario que hizo que dejaramos de hacernos dano. Al cabo de un par de meses Claudia empezo a salir, lo mismo iba a un bar cualquiera que a uno de ambiente, supongo que ella no tenia una preferencia clara. Lejos de enfadarme o sentir celos, yo estaba encantada con la idea, queria que mi amiga fuera feliz y eso era algo que yo no podia darle. De vez en cuando pasaba la noche fuera, la primera vez no quise preguntarle, no queria incomodarla, pero ella me lo conto. --No quiero que haya secretos entre nosotras Lai--dijo. Yo sabia que le preocupaba herirme, pero era algo que tenia que pasar y las dos lo aceptamos como personas adultas. Siempre me decia que me fuera con ella, que saliera y me despejara, que un polvo me vendria bien, pero a mi no me apetecia, no es que estuviera deprimida ni nada de eso, simplemente necesitaba tiempo para mi, lo de Claudia estaba muy reciente y en cierto modo aun arrastraba lo de Vero, no porque no lo tuviera superado o sintiera algo por ella, era tan simple como que siempre me quedo la duda de saber por que paso lo que paso, por que lo hizo, nunca la deje explicarse porque me dolia demasiado, pero ahora que ella no significaba nada para mi, yo necesitaba saber el porque. Creo que era una mezcla de reproches contra la vida, fui feliz con Vero durante anos y una sola accion acabo con aquello. Despues aparecio Claudia, pelee para conseguirla y cuando la tuve no fuimos capaces de hacer que funcionara. Si, creo que estaba cabreada. En parte envidiaba la forma en la que Claudia lo llevaba, y supongo que sabia que eso era lo que deberia hacer yo tambien, pero por algun motivo no podia, no era lo que mi cuerpo me pedia en aquel momento. Lo que necesitaba era estar sola y ordenar mis ideas. Asi que no solo no salia, tampoco quedaba con Lore de los Polvos que hubiera sido lo logico en mi caso. Bueno a ver, aclaremos, si que quedaba con ella, pero no para follar, solo como amigas. Realmente ni yo me entendia, me gustaba demasiado el sexo y lo cierto era que esa parte no la llevaba nada bien, aliviarme yo sola era una opcion que yo sabia que no aplacaria mis instintos durante mucho tiempo, pero de momento era lo que habia. Creo que lo que me paso con Claudia me cambio, o al menos una parte de mi. Aunque en ciertas cosas seguia comportandome como una cria, habia madurado bastante si comparaba mi comportamiento cuando lo deje con Vero a cuando lo deje con Claudia. La unica putada es que tambien me habia vuelto mas sensible de lo que ya era, todo me afectaba con mas intensidad que antes, y eso me cabreaba. *** Tras mucho insistirme, una noche accedi a salir con Claudia. Llevaba semanas pidiendome que saliera a tomar algo con ella y yo siempre me negaba, joder no me apetecia…Pero bueno, tampoco podia quedarme encerrada en casa para siempre y supongo que salir un poco me iria bien para despejarme, asi que esa noche le dije que si. Entramos en un bar de ambiente y nos pedimos un chupito de tequila, eso nos recordo todo lo que vivimos vigilando a la ninata y estuvimos comentando anecdotas durante mas de una hora, entonces la vi entrar. Gire un momento la vista hacia la puerta y vi a Lore de los Polvos, al principio me quede un poco parada, Claudia y yo no habiamos vuelto a tocar el tema de nuestra primera discusion, pero como digo, ella sabia interpretar mis gestos y mis expresiones. --?Que pasa Lai?--pregunto preocupada. Lore no me habia visto todavia, pero sabia que en cuanto lo hiciera se acercaria para saludarme, asi que se lo pregunte directamente. --Acaba de entrar Lore de los Polvos, ?Quieres conocerla o me levanto yo a saludarla? Yo no me iba a enfadar si no queria, simplemente queria saberlo para evitar una situacion incomoda. --Fui muy gilipollas con aquello Lai, claro que quiero conocerla. <> Sonrei y levante una mano para que mi amiga me viera. Lore se acerco risuena y esplendida como era ella mientras yo me levantaba. --Hola nena, ?Que haces aqui?--dijo sorprendida mientras me abrazaba con una efusividad a la que yo tambien respondi. Nos tambaleamos unos segundos fundidas en el abrazo y despues conteste. --Claudia me ha convencido para salir un rato--dije encogiendome de hombros. Ellas se sonrieron y yo las presente, Lore estaba sola, asi que le pedimos que se sentara con nosotras. Me sorprendio lo bien que se entendieron desde el principio, parecia que hacia anos que se conocian. Estuvimos hablando sin parar, me sentia bien, todas las personas importantes de mi vida parecian llevarse bien, fue como quitarme un peso de encima.

  • Solo contigo de Wendy Etherington

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    Por fin Rebecca Parsons iba a escaparse de su ciudad y se iba a Nueva York para darle un nuevo rumbo a su vida. Pero primero tenia que vender su excentrica casa victoriana. ?Quien querria aquella ruina? Por algun misterio insondable, el estupendo Alex Carlisle la queria. Si Rebecca era capaz de reparar todas las averias que amenazaban con acabar con la casa, y escaparse del irresistible encanto de Alex, solo tenia que cerrar el negocio…