• la escapista - Brad Meltzer

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    ?Quien es Nola Brown? Un misterio. Un problema. Y se supone que esta muerta.

  • La escapista - Brad Meltzer | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-la-escapista/292991

    28 may 2019 — Sinopsis de La escapista: ... Un thriller de espionaje adictivo, frenético, sorprendente y con una fantástica dinámica entre los personajes. Entre ...

  • LA ESCAPISTA | BRAD MELTZER | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-la-escapista/9788427045941/9179709

    28 may 2019 — Sinopsis de LA ESCAPISTA ... Un thriller de espionaje adictivo, frenético, sorprendente y con una fantástica dinámica entre los personajes. Entre ...

  • La Escapista : Meltzer, Brad - Libros - Amazon.es

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    La Escapista : Meltzer, Brad: Amazon.es: Libros. ... La escapista (Planeta Internacional) y más de 8.000.000 libros están ... Libro 1 de 1: La escapista ...

  • LA ESCAPISTA - MELTZER BRAD

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  • La escapista - Anika Entre Libros

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  • El escapista - Alianza Editorial

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  • LA ESCAPISTA. BRAD MELTZER. Comprar libro

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    LA ESCAPISTA 17,01€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Entre los restos de un avión que se estrelló tras despegar de una base militar secreta, el cadáver ...

  • LA ESCAPISTA. BRAD MELTZER - Librería Sinopsis

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    LA ESCAPISTA, BRAD MELTZER; MELTZER, BRAD, 5,72€. ... EL LIBRO NEGRO DE LAS HORAS: GARCÍA SAENZ DE URTURI, EVA: El esperado regreso de Eva García Sáenz de ...

  • LA ESCAPISTA - BRAD MELTZER - 9788427045941 - Agapea

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  • Si me escogieras de Elizabeth Urian

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    ?Que puede hacer una mujer cuando casi ha perdido la esperanza que el hombre que aprecia se de cuenta de que existe?

  • Como el agua de lluvia de Lugan Melblue

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    Josephine Lark vive llena de fobias desde que su novio la dejo. Han pasado tres anos desde la ruptura y Jo se ha apoyado en su amiga Bella y su familia. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Mike Middleton y empieza a trabajar para el.
    Con la ayuda de Mike ira recordando hechos olvidados que le llevaran al origen de sus miedos que, tal y como ella misma intuye, estan relacionados con el abandono de su ex y las experiencias vividas con el.
    “Como agua de lluvia” es un thriller romantico que combina amor, humor e intriga.

  • Que dia mas bueno de Ayelet Waldman

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    Un mes en la vida de una mujer, escritora, esposa y madre de cuatro hijos que busca la estabilidad depositando sobre su lengua dos gotas de LSD.

  • Un lugar donde perderse de Caridad Bernal

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    Ella fue hasta alli para perderse, no para encontrarlo.Nora Jones decide aceptar un traslado para olvidar el infierno que ha sufrido los ultimos meses en el trabajo. Ese pueblo de vaqueros suena lo bastante lejos como para poder olvidar a cierto tipo de Londres...
    Sin embargo, su vida alli no sera un camino de rosas. En Whipeca, Arizona, ella es una forastera y enseguida se convierte en el objetivo principal de los chismorreos por ser una mujer que ha ido a ocupar el puesto de un hombre.

  • Jauja de Use Lahoz

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    Maria Broto es una reconocida actriz de teatro al filo de los cuarenta. A la salida del estreno de El jardin de los cerezos de Chejov -su representacion sonada-, en la que encarna el papel de Luiba Andreievna, un hombre la espera en la puerta trasera del teatro. A primera vista, Maria no lo reconoce, pero el hombre insiste en explicarle quien es y por que ha venido a buscarla.

  • Esclavos de un motivo de Consolacion Gonzalez Rico

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    Muchas veces he intentado enfrentarme al papel y plasmar por escrito la historia de mi vida. Hace anos me empujaba el deseo de volver a vivir mis recuerdos, pero estaban tan recientes que evocarlos tan solo dolia tanto como desprender un vendaje de una herida infectada, y las primeras cuartillas acababan en el cesto de los papeles debido a un mero problema de supervivencia. Hoy, aunque todavia quedan cicatrices que duelen cuando se desatan las tormentas del alma, quiero intentarlo de nuevo, sin demasiada conviccion de que esta vez pueda llevar a termino mi proposito. Todo sucedio como estaba escrito, diria si creyera en la fuerza que para muchos explica el ir y venir de la existencia humana. Todo sucedio siguiendo un inexorable principio de causalidad, quiero mas bien admitir de acuerdo con las teorias deterministas que discutia en aquellas clases del Curso Preuniversitario en el Ramiro de Maeztu, tan diferentes a las que el Colegio de las Teresianas me tenia acostumbrada. Aun recuerdo la voz clara y rotunda de mi profesor de Filosofia. El largo tiempo transcurrido no ha borrado de mi mente el brillo de sus ojos redondos y penetrantes, que concedian a su rostro, junto con su nariz aguilena, el aspecto de un aguila majestuosa. Y con la misma pericia y elegancia que si de un aguila se tratara, nos hacia volar por los cielos del pensamiento en busca de respuestas a la trascendencia, al bien y al mal, a la libertad. Aquella tarde de primavera la discusion se centraba en la libertad de los actos humanos. --?No creen ustedes --preguntaba muy seguro de la respuesta-- que el principio de causalidad formulado por Kant es aplicable tambien a nuestros actos volitivos? ?O acaso piensan que somos libres cuando, despues de vencer las eternas dudas que agitan nuestro espiritu, creemos que hemos elegido entre esto o aquello? Su dedo indice largo y huesudo volaba en diagonal una y otra vez, hundiendose hasta enrojecer en los extremos opuestos de la pizarra donde habia escrito dos palabras: CAUSA – EFECTO. Yo, con la vehemencia y pasion de mis pocos anos, y la influencia todavia reciente de los principios religiosos que me habian inculcado las Teresianas, intentaba rebatirlo. --Si mis actos no son libres, ?donde queda mi responsabilidad? ?Donde mi libre albedrio? Si Dios nos ha abandonado en este mundo caotico, despojados de una voluntad libre para hacer esto o dejar de hacer aquello, ?como puede pedirnos cuentas al final del camino? ?Cual es la razon del premio y el castigo? Si existe un Dios justo, y este debe ser uno de sus atributos, ?como podra juzgarme por aquellos actos carentes de una absoluta y total libertad a los que me han conducido unas causas que se me escapan, que son ajenas a mi? Me habia levantado de mi asiento sin ser consciente de ello. Las mejillas me ardian, y mi voz habia ido cobrando un tono enfatico que chocaba con el silencio que se hizo en el aula. --No sea ingenua, senorita Morales; la libertad no existe. Siempre actuamos guiados por el motivo mas fuerte --asevero de forma irrefutable. Mis dudas y su seguridad quedaron suspendidas en la estancia hasta que fueron borradas por el sonido del timbre. Su respuesta sin embargo quedaria para siempre en los registros de mi cerebro, y durante unos minutos, en los golpes de mi sangre, que sentia en las sienes con furia. Quiza con miedo. Mire al cielo a traves de los cristales y su aspecto me parecio premonitorio. En lugar de un azul diafano, propio de la ya avanzada primavera, se presentaba como una boveda negrisima en la que pude contemplar, como unica respuesta a mis dudas, un sobrecogedor dibujo de luz zigzagueante que me produjo un escalofrio. --El motivo mas fuerte --susurre ocupando mi silla. Era una premonicion. Aun faltaban algunos anos para que yo descubriera, con la claridad de un relampago, cual iba a ser mi motivo mas fuerte; el que desencadenaria las tormentas de mi vida. Los hilos de la causalidad Pero los anos de universidad pasarian pronto, y alli estaba, no exenta de cierta angustia, recogiendo mi especialidad de anestesista y a punto de lograr mi primer trabajo. Todo habia resultado demasiado facil para alguien que como yo, en boca del Catedratico de Ginecologia, tenia <>. La frase no me disgusto, sobre todo venida del temido y admirado Profesor Antunez. Del vicio estaba segura; lo habia adquirido con los anos. En lo concerniente a su opinion sobre las virtudes de mi cabeza, tengo que admitir tambien que me ayudo a conquistar parcelas de seguridad y autonomia, imprescindibles para abrirme camino en el terreno profesional, casi vedado entonces a una mujer de veinticuatro anos. Desde luego, no creo que mi pelo caoba oscuro, ni mis ojos verdes, ni mis largas extremidades, que remataban una figura un tanto delgada para los gustos de la epoca, tuvieran nada que ver con el afecto sincero que siempre mostro por mi el Catedratico de Obstetricia y Ginecologia. Aquella manana, me habia citado en la Secretaria de la Facultad para entregarme personalmente la credencial que me habilitaria para el ejercicio de mi especialidad como anestesista. Su gesto fue todo un detalle y un honor para mi. --Andrea Morales Aguilar. Habia pronunciado mi nombre y mis dos apellidos despacio, otorgando la solemnidad precisa a cada uno, como siempre tenia por costumbre hacerlo. Yo me sentia nerviosa y aturdida frente a el. A pesar de los anos transcurridos, puedo sentir todavia su mano derecha aplastandome los nudillos, a la vez que con la izquierda retenia aun mi anhelado trofeo. --Aqui tiene, doctora Morales, su flamante licencia para dormir el dolor --dijo con voz solemne y cercana--. Espero que sepa ejercer su profesion con la misma dignidad y brillantez que siempre ha mostrado en todo cuanto hace. La emocion que me producia aquel ansiado momento, y sus palabras, que conjugaban deseo y reto, hicieron que la respuesta que traia ensayada se me quedara en la garganta. Senti que el rubor me quemaba la cara, y solo pude responder con una sentida sonrisa en la que se mezclaron satisfaccion y agradecimiento. Cuando me disponia a desasirme de su mano, retuvo con fuerza la mia unos instantes y anadio en tono confidencial: --Si quiere trabajar conmigo, manana la espero en mi despacho a las diez en punto. Alli estaba yo, naturalmente, desde las nueve y media de la manana ante la puerta del despacho del profesor mas duro, temido y respetado habido nunca en la Facultad de Medicina, segun relataban las cronicas orales que se transmitian de una generacion a otra de estudiantes. Apenas habia dormido la noche anterior. Durante las largas horas de vigilia, habia imaginado, corregido, inventado y hasta sonado la escena, que con la noche adquiria tintes desmesurados. Sin duda, era la oscuridad quien agrandaba la situacion y encogia mi entereza. La lentitud perezosa del reloj me parecia una crueldad. Cuando sus agujas se aproximaban a las seis de la madrugada, decidi prepararme para el que habria de ser el dia mas decisivo de mi existencia; entonces yo no podia imaginar hasta que punto. Me levante con presteza. La sequedad de mi garganta contrastaba con la humedad viscosa de mi cuerpo provocada por el calor. Muy despacio, sin hacer ruido, introduje mis pies en las zapatillas y me dirigi al cuarto de bano, casi palpando paredes y muebles para no despertar a mi companera y amiga Charo, que entonces compartia conmigo la habitacion. Abri el grifo, puse debajo mi boca y bebi con avidez, hasta que el chorro de agua fresca restauro los estragos producidos por el insomnio. Deje caer el camison, que el suelo recogio indiferente, y concedi la libertad a mi larga y rizada cabellera roja. La agite a derecha e izquierda energicamente y busque el efecto en el espejo. El volumen que habia adquirido, y la espesa marana de mis rizos ya libres, otorgaban a mi rostro un aire felino. Alli quedaba mi cara, perdida entre la maleza. Destacaban en ella unos enormes ojos verdes, rasgados, que el espejo me devolvia esa manana con destellos de curiosidad y expectacion, ante un horizonte prometedor que nunca hubiera presentido tan cerca. Me complacia seguir observando mi cara. Mi nariz, mas bien pequena, no era uno de sus rasgos mas relevantes, mientras que mis labios se hacian notar por su detallado dibujo y amplitud y su facil sonrisa, que dejaba al descubierto unos dientes correctos y regulares. Era excesivamente palida, pero las huellas de la noche anterior acentuaban aun mas mi palidez. Deslice la mirada por la imagen que el espejo me mostraba, y mi cuerpo me recordo la albura marmorea de las estatuas griegas, mas por su color que por sus proporciones, demasiado alargadas como ya he dicho. La unica nota de color marron rojizo, se habia cuidado la naturaleza de colocarla con profusion debajo de mis brazos y entre el nacimiento de mis piernas. Estaba claro que no era una belleza en el sentido clasico de la palabra, pero me habia ido convenciendo de que tenia un atractivo especial. Quiza fuese ese aire tan peculiar, rayando en el descuido, que no me importaba mantener. Me quite las zapatillas y me coloque debajo de la ducha. Con un movimiento mecanico y habitual, mis dedos giraron con rapidez y el impacto estimulante de aquel aguacero atrevido acaricio con frescura cada poro de mi cuerpo. Cuando la toalla termino su tarea me dirigi al cuarto de estar, donde habia dejado mi indumentaria colocada sobre una silla. No habia mucho donde elegir, ni me importaba el hecho de no contar con un ropero variado. Sin maquillar, con el pelo recogido en una trenza y enfundada en unos vaqueros casi siempre gastados, que solia conjuntar con un polo o camisa a cuadros, era la viva imagen de la sencillez y la naturalidad. Ese dia no queria ofrecer un aspecto diferente: los mismos vaqueros, un Lacoste verde manzana, la misma trenza, unos zapatos castellanos y un bolso de marroquineria colgado en bandolera. Mi corazon, al igual que dijera Adamo en su cancion, entonces tambien lo llevaba en bandolera. Un portazo leve, y el paso firme hacia la boca del metro. Madrid empezaba a despertar. El minutero de mi reloj sobrepasaba en dos minutos las diez de la manana cuando golpee tres veces la puerta cuya placa no dejaba lugar a dudas: D. Fernando Antunez Catedratico de Obstetricia y Ginecologia Su voz, inconfundible, atraveso la barrera sin dificultad. --Pase, doctora Morales --ordeno como si adivinara mi presencia. Hice girar el pomo de la puerta y avance con una resolucion un tanto forzada

  • Alto riesgo de Lee Vincent

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    ..William Taylor tiene muchas razones para ser un renegado. Ha vivido en las calles de Nashville rodeado por la hermandad de motociclistas Los hijos de la noche y ha conocido de cerca la traicion y la dolorosa perdida de un amigo.

  • Una noche dorada de

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    Arianna Townsend no tiene pensado, por el momento, enamorarse.

  • Proyecto de vida de Victoria Pade

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    Ellen Gardner no iba a permitir que el fracaso de su matrimonio o ciertas dificultades medicas se interpusieran en su sueno de tener un hijo. Como fiscal, estaba mas que acostumbrada a negociar para conseguir lo que queria. Por eso, cuando necesito la ayuda del medico mas buscado de la ciudad, tampoco dejo que el mal caracter de aquel tipo se interpusiera en su camino.

  • Los campos de concentracion de Franco de Carlos Hernandez De Miguel

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    Esta obra es un libro imprescindible por arrojar luz sobre uno de los capitulos menos estudiados y conocidos de la represion franquista.

  • Al lado de Blake Pierce

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    La pasante del Equipo de Respuestas de Evidencia del FBI Chloe Fine, de 27 anos, se ve obligada a enfrentarse a su propio pasado oscuro cuando su hermana gemela perturbada necesita su ayuda… y cuando un cuerpo aparece muerto en su pequeno pueblo suburbano.

  • La bestia de Clayton de Grace Marie March

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    El mayordomo entro en la biblioteca de la casa, donde se encontraba Morgan, aun no se habia ido a dormir pese a ser pasada ya la medianoche y que al dia siguiente se tenia que casar. -Su senoria, ha venido Lord Harris dice que es urgente. -Acompanale hasta aqui. Se pregunto porque su futuro suegro vendria a estas horas la vispera de la boda, pero cuando entro Lord Harris no vio en el ninguna expresion que pudiera demostrar su curiosidad. -Disculpe Lord Clayton, la doncella nos ha traido esta nota que ha encontrado en el dormitorio de mi hija Theresa, se ha fugado con otro hombre, aun podriamos darles alcance, si pudiera usted ayudarme a encontrarla. Morgan miro la nota y la guardo en un cajon de la mesa. Lord Harris vio ese gesto de forma nerviosa, pero no se atrevia a pedirle que se la devolviera, si por algo era conocido Lord Clayton era por su rectitud y sabia que ese gesto de su hija seria algo que el no podria pasar por alto. -Si necesita alguno de mis caballos estan a su disposicion, pero si les encuentra yo de usted forzaria una boda, porque dadas las circunstancias yo manana no me casare con su hija. -Pero... si les encontramos a tiempo... -Me es indiferente si les encuentran a tiempo o no, no necesito casarme con una mujer que huye con otro hombre en la vispera de nuestra boda. -Entiendo Lord Clayton, aun asi si me lo permite, si me gustaria hacer uso de algunos de sus caballos. -Por supuesto, ya le he dicho que estaban a su disposicion. Antes de amanecer los caballos que habia utilizado Lord Harris fueron devueltos a su lugar, pero nadie pidio volver a reunirse con el, al dia siguiente cuando bajo a desayunar se encontro con parte de su familia, despues de pedir que le prepararan el carruaje, les dijo simplemente que al final no se celebraria la boda, sin darles ninguna explicacion. -Seras capaz de dejar abandonada a Lady Harris el mismo dia de su boda -dijo su tia Harriet horrorizada. -La familia de ella ya sabe que no habra boda, bueno que no habra boda conmigo, igual hay otra. -No entiendo lo que quieres decir -le dijo Harriet mirando hacia los demas. -Igual a estas alturas Theresa ya esta casada con otro hombre, no se que decision habra tomado su padre finalmente con respeto a ella, una vez la hubo encontrado. -Lady Harris seria incapaz... -Tia, espero que no se vuelva a hablar de este tema nunca mas, ella tomo su decision ayer cuando se marcho con otro hombre, me da igual si la encontraron a tiempo o no, yo despues de desayunar me marchare de Londres y seguramente no volvere mas. -Pero necesitas casarte, debes tener un heredero. -Mi hermano ya tendra hijos, yo por mi parte solo espero que todos me dejeis ya en paz, fue un error desde el principio venir a buscar una esposa. -Pero Morgan... -?Que? -Puede que encuentres otra mujer. -Mi fortuna atrae a muchas, pero la cicatriz de mi rostro les crea repulsion hacia mi persona. -Hijo... -Dejarlo estar, sera mejor que me marche ya, creo que ya hemos hablado demasiado de este tema, espero que no volvais a hablarme de boda nunca mas. Capitulo 2 5 anos despues. Lucas entro en el club de caballeros y vio un grupo de personas en la sala de apuestas, lo que hizo que llamara su atencion. -Lord Hartley ha perdido la cabeza, alguien deberia detener esto. Lucas se acerco hasta que vio al hombre con la cara enrojecida y sudando mas de lo normal. -Solo me queda la dote de mi hija, son 10.000 libras que recibira su esposo una vez celebrada la boda. -Acepto la apuesta -dijo un hombre. Todos se callaron ante lo que acababan de escuchar, mirando hacia Lord Hartley quien cogio los dados y los lanzo, desafortunadamente tambien perdio esa mano. Se fue de la sala a paso lento y totalmente decaido, Lucas miro hacia el despreciable hombre que tenia frente a el, mientras recogia todos los papeles que le habia firmado Lord Hartley. -Todo o nada -le dijo impulsivamente. -?Creia que estaba usted prometido Lord Clayton? -Hablo en representacion de mi hermano Morgan. -?De la bestia de Clayton? -?Como se atreve a llamar de este modo a mi hermano? Se lo repito todo o nada. -Muy bien, acepto, hoy tengo un dia de suerte, ?que ganaria yo? -Nuestra casa de Londres. -Escucho un murmullo a su alrededor, pero no les presto atencion. El lanzo primero el dado pero tan solo saco un 4, antes de que lanzara su oponente el dado escucharon un disparo, Lucas no tenia duda de que Lord Hartley habia acabado con su vida. No aparto la vista del oponente, y espero a ver que numero salia en los dados que el lanzara. -Un tres. -Escucho como decian. -Lady Patricia Hartley se casara con la bestia de Clayton. -Murmuraron en voz baja, pero aun asi Lucas pudo escucharlos claramente. -Deme todos esos papeles, mi hermano sera quien de ahora en adelante cuidara de Lady Hartley y se asegurara de su bienestar. -?Cuando se celebrara la boda? No quisiera perdermela. -Dijo quien habia empezado estas lamentables apuestas con Lord Hartley. -Mi hermano cumplira la palabra dada por mi, ella sera mi cunada y espero que tenga respeto hacia todos los miembros de mi familia. Al llegar a casa, vio que su tia Harriet aun no habia salido de casa, iba a ir a una pequena fiesta que se celebraria en casa de una amiga. -Tia por favor, ven al despacho conmigo. -?Sucede algo? -Me temo que si. Despues de contarselo, vio la cara de horror de la mujer. -Necesitare que acompanes a Lady Hartley en todo momento, ella vivia sola con su padre y sus criados, de modo que necesitara una dama de compania hasta que se celebre la boda. -Tu hermano aseguro hace anos que nunca se casaria. -Por el honor de la familia, creeme el se casara. -Ella debe guardar luto por su padre, tendremos que esperar un tiempo prudente. -No, dadas las circunstancias no se esperara ese tiempo prudencial, ella debe casarse inmediatamente con mi hermano, no me fio del hombre contra el que jugue ayer, es un ser despreciable. -Ya lo creo que lo es, para realizar ese tipo de apuestas. -Avisare a mi hermano que le visitaremos en breve. -?No le diras nada de la joven? -No, no quiero arriesgarme a que desaparezca sin dejar rastro, viajaremos tras el entierro del padre de Lady Hartley, una vez lleguemos alli se celebrara la boda en la capilla familiar. -No creo que tu hermano... -Una vez casados, yo volvere a Londres contigo, estoy seguro de que Lady Hartley sera mas feliz con mi hermano que con ese despreciable hombre. -Tal vez ella le tenga miedo, ya sabes que tu hermano... -Si, hoy me han recordado como le llaman, la bestia de Clayton, pero creame tia, era aun mas bestia esa persona con la que me he tenido que enfrentar por salvarla a ella, estoy convencido de que su interior esta podrido.

  • La Orfiada de Victor Conde

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    Dos reinos de una Antiguedad mitica se enfrentan en esta ambiciosa novela epica en la que heroes a medio camino entre lo divino y lo humano se jugaran en el campo de batalla el destino de toda la humanidad.

  • Operacion espejo de Valeria Caceres B.

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    A Vanesa la conoci en un bar. Y nuestra historia empezo como toda historia de bar. Ella estaba sentada en un taburete mirando su reloj. Y yo estaba mas pendiente de su escote que de sus ojos. En fin, ?a quien iba a enganar? Siempre fui un Don Juan. Le invite una copa. Queria llevarmela a la cama. ?Quien no? Acepto un poco temerosa, pero su sonrisa me dio pie para entablar una conversacion banal. ?Por que estas aqui tan sola? ?Vienes muy seguido? Nunca te habia visto. Resulto que estaba esperando a alguien. Un tipo que se robo la atencion de todas las mujeres que se encontro a su paso y que le dio un sonoro beso en los labios. De forma posesiva. --Llegas tarde --le dijo ella con la vista baja. Deje de mirarlos para fijarme en los tragos ordenados que habia detras del bar. Vodka. Whisky. Pisco. Tequila. Ron. El barman me conocia, asi que no tardo en llenar mi copa del mejor Vodka. Mientras me lo bebia, la pareja desaparecio. Iban a los gritos. Recriminandose cualquier cosa. Otra noche paso lo mismo. Me la encontre alli mirando su reloj. Y me atrevi sin ninguna pretension a hablarle. Hay cosas que se deben hacer con calma, de manera estudiada. Claramente falle. --No se para que te vienes antes si sabes que siempre llega tarde. --Bebi de mi copa atento a su reaccion. Me miro con el ceno fruncido y despues suavizo el gesto cuando se encogio de hombros. --Supongo que porque lo amo. Me rei internamente. Amor. Que absurda era esa palabra. --!Luis! --llame al camarero--. Sirve dos copas de Vodka. --No, gracias. Estoy bien --respondio ella con voz dulce. --Es para que la espera no se te haga tan larga. Se quedo callada, mirandome. Y en su mirada no pude evitar escuchar su grito de auxilio. --Vamonos --le dije levantandome del taburete y tomandole la mano--. Vamonos de aqui antes de que el llegue. No dijo nada. Fue como llevar conmigo a una muneca de trapo que se dejaba guiar por mi. La subi a mi auto y lo puse en marcha hasta un edificio que habia sido casi como un Motel. Rente un departamento y ella siguio aferrada a mi mano. Complementando lo que no sabia que me faltaba. Ella. No preste atencion a aquello, sino mas bien me dedique a desnudarla. Y cerre los ojos. Los cerre porque no queria verla y saber que no estaba haciendo lo correcto. Que ella no estaba alli por sexo sino por algo mas. Necesitaba ser escuchada, pero yo no queria hacerlo. La use. La use como a cualquier mujer. Sabiendo que era fragil. Que estaba vulnerable. Ella se dejo guiar. Y poco a poco el deseo se apodero tambien de ella. Me quito la camisa y le ayude a desprenderse de su sujetador. Estabamos tan jodidamente excitados que no recuerdo muy bien como terminamos gimiendo apoyados en una pared. Y despues en el suelo. Y en la cama. --Vanesa --murmuro sobre mis labios--. Mi nombre es Vanesa. No queria saber mas de lo que ya sabia. Asi que volvi a besarla, inmovilizando su rostro con mis manos y, entre cuatro paredes, le hice… el amor. Dos horas despues estaba dormida sobre mi pecho y en la mesa de noche vibraba sin cesar su telefono. Podia ver el nombre de quien la llamaba: Daniel. Asi se llamaba el cobarde. Descubri tambien, gracias a mi tacto, que en sus brazos tenia marcas de dedos grandes. Y no eran producto de una noche apasionada. No. No queria despertar con ella, asi que le deje sobre la mesa un monton de billetes para que se fuera en taxi a casa y una nota en donde le sugeria que dejara al imbecil de Daniel. Me fui. Me fui con un vacio que jamas habia sentido. Vanesa pudo ser cualquier otra chica de bar; una de las miles que tuve. Pero no. Vanesa tenia unos ojos que jamas podria olvidar. Y, hasta el dia de hoy, me pregunto si Vanesa seguira frecuentando aquel bar con la absurda idea de que espera por amor a que llegue su principe azul. Yo no soy un principe. Y nunca he sido azul. Mas bien soy oscuro. Demasiado oscuro para Vanesa. Mucho mas oscuro que Daniel. II Vanesa Abro los ojos con dificultad. No lograba reconocer donde estaba y, por un instante, creo que quien ha ocupado el otro lado de la cama es Daniel. De pronto una oleada de terror se apodera de mi y no puedo reprimir las ganas de vomitar. ?Que he hecho? Corro al bano para vaciar mi estomago. No estoy borracha ni con resaca. Bebi solo una copa. Pero estoy nerviosa. De pronto las imagenes de la noche anterior me invaden por completo. !?Que hice?! Me repito una y otra vez. Cuando por fin me recupero, me miro al espejo. Esa no soy yo. No puedo ser yo. Descubro el brillo inusual en mis ojos. Hay lujuria. Es como si mi cuerpo hubiese cambiado totalmente durante la noche. Me siento mujer. Y asqueada. Daniel no me lo perdonaria jamas. Y, por solo haberlo hecho esperar, me iba a… Trago el ovillo de nervios que se ha instalado en mi garganta y me largo a llorar. Me siento indefensa. Desprotegida. <>. Esa mano que me condujo hasta aca me hizo sentir protegida. Solo un instante. Despues… Despues todo se descontrolo. Lo habia visto antes. Una vez. Habia intercambiado no mas de diez palabras… !y me fui con el! <>, digo muy bajito mientras salgo del bano y observo la cama deshecha. Mi ropa esta esparcida por todo el piso. Mi celular descansa en la mesa de noche y, junto a el, una nota. La tomo entre mis dedos con un temblor que adjudico a mi perturbacion. <>. Ni lo habia notado. Pero ahi esta. Es mucho. Demasiado. Sigo leyendo. <> ?Como supo el nombre de mi novio? !Mi telefono! Dejo de leer la nota y enciendo la pantalla de mi celular. Cuarenta y cinco llamadas perdidas. Y al menos veinte mensajes de voz. Me siento en la cama con indecision. Y es alli, sentada, que me doy cuenta de que aun sostengo la nota en mi mano. Entonces leo lo ultimo que escribio. <>. ?Quien se cree? Dejo caer la nota y me cubro el rostro con ambas manos. Vuelvo a sentir nauseas. Abro los ojos de pronto. ?Se cuido? Busco por todos lados algun indicio de aquello. Dos envoltorios de preservativos me devuelven un poco el alma. Salgo de alli intentando ocultar mi verguenza y prohibiendome recordar lo vivido la noche anterior. No se ni el nombre de aquel hombre. Podia ser un violador o un asesino. Pero no pense. Aun no comprendia por que me habia dejado llevar por el. <>, me susurra esa voz que, aunque se esta volviendo cada vez mas muda, aun sigue dentro de mi. Daniel… Daniel era el hombre mas guapo con el que habia salido. El me amaba. El queria casarse conmigo. El queria que yo fuera la madre de sus hijos. <>, susurra otra vez aquella voz. Pero me digo que tal vez es mi culpa. Muchas veces lo hago enojar. Y, lo que habia hecho anoche, lo iba a hacer enojar mucho. Muchisimo. De forma automatica me abrazo. Me abrazo porque iba a necesitar un abrazo despues de que me presentara en su puerta. No quise escuchar los mensajes de voz. Se muy bien lo que decian. El primero tendria un tono de voz carinoso y conciliador. <>. Despues vendria su desesperacion. <>. Y, finalmente, vendrian sus amenazas. <>.

  • Hasta el fin de tus dias de Mark Edwards

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    Iba a ser el viaje de sus vidas, una aventura en tren por el corazon de Europa antes de sentar la cabeza y formar una familia. Sin embargo, el viaje de Daniel y Laura termina precipitadamente cuando los echan de un tren nocturno y acaban en mitad de un tenebroso bosque, el preludio de una noche de terror interminable.

  • El juego del amor de Sophie Saint Rose

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    Diana estaba tan contenta. Habia ganado un premio estupendo para toda su familia. Un viaje a las Vegas de una semana completa. Y la cosa habia empezado pero que muy bien y mas aun cuando vio a un morenazo que estaba para comerselo. Lo malo es que iba con su familia y se empenaban en amargarle la vida. ?Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas? No siempre es asi.

  • Jugar con Fuego de Henning Mankell

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    Sofia estaba sentada junto al fuego. Ahora las llamas la amenazaban. No eran calidas y agradables, y ella sabia por que. En la oscuridad, tumbada sobre una manta, se encontraba Rosa, su hermana mayor, que estaba enferma. De todos los hermanos, Rosa era a quien ella queria mas. Rosa tenia diecisiete anos, tres mas que Sofia. con ella podia hablar de todo y reian a menudo. Rosa podia contar cosas que a Sofia todavia no le habian pasado. En especial cuando tenian que ver con aquello que llamaban amor. Y Sofia escuchaba y guardaba en la memoria todo lo que Rosa le decia. Sofia miro las llamas e intento comprender que le ocurria a Rosa. Todo el mundo se ponia enfermo de vez en cuando. Pero esta vez parecia que las llamas trataban de contarle algo. Y Sofia sintio miedo...

  • Un verano en Saint de Mayte Salmeron Almela

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    "Un verano en Saint-Malo" es una historia de misterio y de grandes emociones en la que la protagonista, Clara, conocera a diferentes personajes y vivira situaciones que haran que su verano sea menos tranquilo de lo que hubiera deseado.
    Con la aparicion de un cadaver en un ascensor, la historia empieza a moverse entre tres etapas distintas de su vida: la de su ninez mas tardia, cuando la noticia mas comentada era la desaparicion de unos ninos en las comarcas cercanas; la de su juventud, con su viaje a Saint-Malo y en donde los sucesos que acontecen dejan sin respiracion a la propia protagonista; y por ultimo, la de su vida adulta donde tendra que lidiar con todos esos recuerdos y entender mejor por que se encuentra con el cuerpo de un conocido en un ascensor.

  • ?Quien mato a Alex?: El secreto desvelado, Janeth G.S de Janeth G. S.

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  • Verano y amor de William Trevor

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    Uno de los mejores narradores irlandeses vivos, a menudo comparado nada menos que con su ilustre compatriota James Joyce. Siete anos despues de publicar La historia de Lucy Gault --editada tambien en Salamandra--, esta ultima obra de Trevor, ambientada en una pequena poblacion de Irlanda durante un verano de finales de los anos cincuenta, ha sido recibida por la critica anglosajona con elogios tan entusiastas como <> y <>. El destino parece haber dictado que Ellie y Dillahan se hayan convertido en marido y mujer. Criada en un orfanato, la joven Ellie es enviada a servir a la granja de Dillahan, donde se encuentra a un hombre que arrastra el sufrimiento de haber perdido a su esposa y a su hijo recien nacido en un extrano accidente. No obstante, ya sea fruto del azar o la necesidad, la vida de la pareja transcurre ordenada y tranquila hasta que, un dia de verano, la aparicion de Florian, un veinteanero melancolico que esta ultimando la venta de la casa de sus padres, despierta las emociones dormidas de Ellie. La pasion, repentina e irrefrenable, empuja a la joven Ellie hacia una turbadora relacion con Florian, que afectara incluso a algunos habitantes del pueblo hasta desembocar en un desenlace sorprendente. La prosa sobria y luminosa de Trevor retrata con precision fotografica los detalles mas reveladores de la vida cotidiana de unos personajes indefectiblemente ligados al entorno y al momento historico que les ha tocado vivir, creando una historia de amor acorde con los mas altos canones de excelencia literaria y estetica. Titulo Original: Love and summer Traductor: Malet Perdigo, Victoria (c)2009, Trevor, William (c)2011, Salamandra Coleccion: Narrativa ISBN: 9788498383805 Generado con: QualityEbook v0.63 WILLIAM TREVOR Verano y amor Traduccion del ingles de Victoria Malet 1 Una tarde de junio de mediados del siglo pasado, la senora Eileen Connulty atraveso la localidad de Rathmoye; partio de la pension Numero 4, en la plaza, hacia Magennis Street, continuo por Hurley Lane, recorrio Irish Street y cruzo Cloughjordan Road en direccion a la iglesia del Santisimo Redentor. Alli pasaria la noche. La vida que acababa de llegar a su fin habia estado marcada por sus buenas obras y firmes propositos, asi como por cierta severidad en los asuntos domesticos y familiares. Las expectativas de satisfaccion personal, que antano la habian influido a la hora de contraer matrimonio y dar a luz a dos hijos, se habian frustrado hacia tiempo: su marido y su hija la habian decepcionado. A medida que la muerte se acercaba, habia temido verse obligada a reunirse con su esposo y rezado para que no ocurriera. Se alegraba de separarse de su hija; habia llorado amargamente por dejar atras a su hijo, que entonces contaba cincuenta anos y habia sido su preferido desde el primer instante en que lo habia tenido en brazos. Las persianas de las casas, echadas mientras pasaba el feretro, se alzaron en cuanto lo hubo hecho. Las tiendas que habian cerrado reabrieron sus puertas. Los hombres que se habian descubierto la cabeza se calaron la gorra o el sombrero, y a los ninos que habian interrumpido sus juegos en Hurley Lane se les permitio reanudarlos. Los empleados de la funeraria bajaron los peldanos de la iglesia. Un obispo oficiaria la misa al dia siguiente; hasta el ultimisimo momento, la senora Connulty tendria lo que le correspondia. Por entonces, la gente decia que la familia con la que la senora Connulty habia emparentado al casarse era duena de la mitad de Rathmoye; una impresion causada por los locales que poseian en Magennis Street, el almacen de carbon en Saint Matthew Street y el Numero 4, la casa de huespedes de la plaza que los Connulty habian abierto en 1903. Durante las decadas transcurridas desde entonces habian adquirido otras propiedades en la localidad; restauradas en su mayor parte, les proporcionaban unas rentas modestas, pero que, sumadas, constituian una cantidad considerable. Aun asi, no dejaba de ser una exageracion afirmar que los Connulty eran propietarios de media ciudad. Rathmoye, apinada y sin nada especial, habia surgido en una hondonada, nadie sabia ni se preguntaba por que. Los granjeros llevaban alli el ganado el primer lunes de cada mes, y pedian un prestamo en uno de los dos bancos locales. Iban al dentista que tenia la consulta en la plaza para que les extrajera una muela, de vez en cuando pedian consejo a un abogado, revisaban la maquinaria agricola en Des Devlin, en Nenagh Road, trataban con Heffernan el vendedor de semillas, y bebian en alguno de los diversos pubs de la localidad. Sus esposas hacian la compra en los grandes almacenes Cash and Carry o, cuando no habia que economizar, en McGovern's; adquirian los zapatos en Tyler, y la ropa, la tela para cortinas y el hule en la merceria Corbally. Anos atras habia trabajo en la fabrica textil y, antes de que llegara la Shannon Scheme, tambien en la planta electrica; ahora generaban empleo la fabrica de productos lacteos y la de leche condensada, las constructoras, las tiendas y los pubs, y la planta embotelladora de agua. En la plaza se hallaba el juzgado, y en un extremo de Mill Street, una estacion de tren abandonada. Habia dos iglesias y un convento, un colegio de Hermanos Cristianos y una escuela tecnica. El proyecto de construccion de una piscina estaba listo, pero se posponia por falta de fondos. Segun sus habitantes, en Rathmoye nunca ocurria nada, pero la mayoria de ellos seguia viviendo alli. Los jovenes se marchaban: a Dublin, Cork o Limerick, o a Inglaterra, a veces a Estados Unidos. Muchos volvian. Eso de que nunca ocurria nada tambien era una exageracion. El funeral se celebro la manana del dia siguiente, y al finalizar, los asistentes se congregaron a las puertas del cementerio, comentando que la senora Connulty siempre seria recordada en la ciudad y sus alrededores. Las mujeres con las que habia trabajado codo con codo en la iglesia del Santisimo Redentor afirmaron que la finada habia sido un ejemplo para todas. Recordaron que no se le caian los anillos ante ninguna tarea, por humilde que fuera; que no se quejaba por pasarse horas abrillantando objetos de laton o rascando la cera derretida de los candelabros. Durante sesenta anos, no habia habido un solo dia en que a las flores del altar les faltara agua fresca, o que no se repusiera el misal de los bancos cuando era menester. Hacia pequenos arreglos a las sotanas, las sobrepellices y las vestiduras sacerdotales, y consideraba un deber sagrado fregar las baldosas del coro y el presbiterio. Mientras compartian sus recuerdos, desgranando elogios sobre la vida que acababa de llegar a su fin, un joven con traje de tweed claro, que llamaba un poco la atencion en la calida manana, fotografiaba a hurtadillas la escena. Un rato antes, habia recorrido en bicicleta los doce kilometros desde el lugar donde vivia, hasta que el paso del funeral lo habia obligado a detenerse. Tenia intencion de fotografiar el cine incendiado, del que habia oido hablar en una pequena localidad parecida a Rathmoye, donde no hacia mucho habia tomado unas instantaneas de una hilera de casas adosadas que un corrimiento de tierras habia arrancado de sus cimientos.

  • El ano que no dejo de llover de Eva M. Soler , Idoia Amo

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    Bienvenidos a Kiltarlity. Un pequeno pueblo escoces donde no faltan los hombres rudos, los dialectos imposibles, la tradicion de los clanes milenarios y, por supuesto, la persistente lluvia.
    A sus treinta y dos anos, Leslie Ferguson ha logrado alcanzar el exito en el trabajo y posee un alto nivel economico, pese a que su caracter avinagrado no despierta demasiadas simpatias en sus relaciones sociales. Cuando es enviada a un pequeno pueblo de Escocia por motivos laborales, la estirada joven no tiene mas remedio que viajar hasta alli acompanada por su ayudante personal, Shane. Pronto, Leslie descubrira que su refinado estilo de vida no es compatible con este lugar: sus empleadas no la respetan, no tiene centros comerciales donde satisfacer su vena consumista, y el encargado de ayudarla en su proyecto es un atractivo highlander que no para de burlarse de ella.
    Pero lo que parecia ser una pesadilla compuesta por niebla, humedad y gente tosca, no solo pondra a prueba su paciencia durante un ano, sino que cambiara su vida de forma radical...

  • Mi mal de amores eres tu (Seleccion RNR de Emma J. Care

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  • Herido – Veronica Valenzuela de Veronica Valenzuela

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    Esta es la revision editada, ampliada y corregida de la novela de Veronica Valenzuela. Nuevas escenas, mejor desarrollo y todo para hacer de esta una gran historia.

  • Palabras contra el olvido de Jose Luis Ferris

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    La figura de Maria Teresa Leon estuvo vinculada a la de Rafael Alberti durante al menos cincuenta anos, en los que ambos vivieron juntos las experiencias decisivas de la guerra y el exilio, pero su relacion con el poeta no debe ocultar la contribucion de una de las escritoras mas deslumbrantes de la generacion del 27.

  • Cerca de mi de Francisca Herraiz

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    Tras el exito de Te estaba esperando, llega la nueva novela de Francisca Herraiz, Cerca de mi, una obra llena de sentimientos que te hara reir, llorar y sentir intensamente. Preparate para un torbellino de sensaciones.
    Cuando crees haber encontrado la felicidad, todo cambia, tu futuro desaparece, tus esperanzas se pierden. Todo esta perdido, hasta que, sin darte cuenta, la vida vuelve a darte otra oportunidad, solo tienes que tenderle la mano y ser fuerte para continuar adelante.
    Si lo has perdido todo, ?puedes volver a empezar? Si tu corazon esta destrozado, ?puedes volver a amar?

  • Volver a respirar de Beatriz Saiz

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    Lucca llega a York con dieciseis anos, junto a una madre que no lo quiere y un padre que lo ama pero que no puede estar con el. En su camino se cruza una adorable nina de ojos azules, pelo rubio y piel blanquecina que le hace sentir cosas que no consigue explicar. Tras mucho esfuerzo, Lucca se da cuenta que no puede alejarse de Sandra, y pasa a su lado el mejor ano de su vida. Pero los miedos de Lucca son mayores y acaba huyendo lejos de ella.

  • LOLA. Todas las promesas que se ahogaron en el mar de Nazaret Yeste Vilchez

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    Lola vive en la descomunal Manhattan. Es joven, dulce y una gran profesional del mundo de la moda. Sin embargo, el fantasma de su unica relacion esta a punto de arrojarla al vacio. Literalmente. ?Por que no lo olvidas, Lola? ?Por que no empiezas de cero? ?Por que no te bajas de ahi antes de que te hagas mas dano?

  • Purgatorio de Alberto Val

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  • Una boda sin fresas (Amor en cadena 4) de Lorraine Coco de

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    !Papa, mi nosito! --Tucker, que analizaba los paneles de informacion de salida de los vuelos del aeropuerto, miro a su hija que le tiraba del pantalon con la intencion de llamar su atencion y le sonrio con ternura. Bajo hasta el suelo y la tomo en brazos. La nina le devolvio una mirada ofuscada y algo cenuda, identica a la de su madre cuando estaba preocupada o molesta. Volvio a sonreir. --Tu nosito esta en la maleta, Maria, no esta aqui, y tenemos que llegar hasta el avion --le dijo a la nina que no cambio un apice su gesto y se froto los ojos con sueno. --Ven aqui, carino, deja a papa ahora que esta concentrado --dijo Natalie a su hija tomandola de los brazos de su marido, que seguia mirando el panel mientras se pasaba la mano por la nuca. Se le veia preocupado. No le habia dicho nada, pero ella sabia que algo pasaba. Para empezar, Tucker habia insistido en que tomaran uno de los vuelos regulares que salian desde Dallas con destino a Nueva York para asistir a la boda de Julia, en lugar de hacerlo con uno de los aviones privados de la empresa. Aquello ya le parecio sospechoso y las vagas excusas que le habia dado para ese hecho no habian sido suficientemente convincentes. Tampoco ayudaba el estado de nervios y preocupacion que veia en su marido, que cada dia dormia menos y pasaba mas horas en el despacho. Acerco la mano hasta su nuca y quiso acariciarlo, pero, a su contacto, Tucker pego un respingo sobresaltado. --Lo siento, carino, estaba concentrado --se excuso el, al ver la cara de sorpresa con que lo miraba Natalie por su reaccion. Tomo la mano con la que ella queria regalarle una caricia y se la llevo a los labios depositando un beso en su palma de manera tierna. El pulso de Natalie se disparo inmediatamente y sonrio mordiendose el labio. Tucker se acerco a ella sin poderlo evitar y deposito un pequeno y lento beso en el labio que ella se habia mordido. Llevaban mas de tres anos juntos y aun no podia resistirse a los encantadores gestos de su bella esposa. --!Yo tambien quiedo un bezo --dijo la pequena Maria atrapada en el abrazo de sus padres. Ambos sonrieron y comenzaron a besarla cada uno por un lado, apretujandola y estrujandola efusivamente, lo que hizo que la nina rompiera en carcajadas. Natalie se giro en busca del cuarto miembro de su feliz familia para unirlo al abrazo, pero Tommy estaba concentrado en una partida de su consola y lo miro con horror al adivinar sus intenciones. Aun asi tiro de la manga de su cazadora y lo unio a ellos, y, a pesar de las protestas, le revolvio ligeramente el cabello y deposito un beso sobre su cabeza. Tommy solo sonrio, sin levantar la vista del aparato. --?Has encontrado nuestro vuelo? --pregunto Natalie a su marido. --Acabo de hacerlo. Llegamos a tiempo. Si no me equivoco tenemos que ir en esa direccion --dijo senalando el pasillo atestado de gente que cargaba con sus maletas y multitud de bolsas con paquetes de coloridos envoltorios. Apenas faltaban cuatro dias para Navidad y la mayoria de aquellos viajeros se dirigian a disfrutar de sus vacaciones navidenas en compania de familia y amigos, cargados de regalos. Lo que hacia que transitar por el aeropuerto, ya de por si bastante concurrido, se convirtiese en una experiencia aun mas abrumadora. Tucker le cogio a Maria de los brazos y Natalie tomo de la mano a Tommy, despues se cogieron ambos de la mano, se miraron y, tomando aire, se dispusieron a atravesar la marabunta de gente que transitaba por los pasillos que llevaban hasta su puerta de embarque. Afortunadamente su equipaje estaba ya en Nueva York y tan solo llevaban una bolsa de viaje que Tucker llevaba a la espalda, su bolso y la pequena mochila en la que Tommy guardaba sus cosas. Los intransitables pasillos, se hicieron interminables. Cuando llegaron a la puerta de embarque, tenian la sensacion de haber recorrido kilometros hasta su destino. En cuanto llegaron, Tucker deposito a Maria en una silla y comenzo a sacar los billetes de la mochila. --No tardaremos en embarcar --dijo mirando las hojas impresas en sus manos. Tommy resoplo haciendo que su flequillo, que caia ligeramente sobre sus preciosos ojos grises, bailara sobre ellos. --?Estas cansado? --le pregunto Natalie. --No, pero tengo hambre-- dijo Tommy sonriendo. --?Como es posible? !Has desayunado mas que tu tio y que yo! --le dijo ella sorprendida. --?Que puedo decir? Estoy creciendo... --contesto Tommy encogiendose de hombros a la vez que le mostraba una traviesa sonrisa que inundaba su preciosa cara de hoyuelos. --!Menudo golfo estas hecho! Anda, toma --le dijo sacando una chocolatina de su bolso y ofreciendosela. Natalie lo observo abrir el envoltorio y dar un gran bocado. Tommy era un nino maravilloso. Verlo crecer y evolucionar aquellos tres anos habia sido increible para ella, un regalo. Era un nino muy educado, obediente, amoroso y carinoso, sobre todo con la pequena Maria. Seguia siendo algo timido y retraido, pero aquel era su caracter normal. Tommy preferia pasar desapercibido, encerrarse en su consola, en algun libro, ir a montar... Cosas normales para un nino de su edad. Cuando Tucker llevo a su sobrino hasta su rancho hacia tres anos, y Tommy se negaba a hablar, nunca imagino que lo veria evolucionar de esa manera y mucho menos que tendria la suerte de verlo crecer y convertirse en el maravilloso chico que era. Estaba muy orgullosa de el y se lo demostraba a cada momento. Tommy la miro intuyendo que Natalie hacia lo mismo con el y le sonrio. Le enseno el envoltorio ya vacio de la chocolatina y rio, despues volvio a concentrarse en la consola. --En quince minutos embarcaremos --le dijo Tucker a su lado. --!Quiedo mi nosito! --volvio a insistir la pequena Maria. --Peque, ya te he dicho que esta en la maleta. ?Recuerdas cuando hicimos la maleta, y decidimos que nosito era tan importante como para no dejarlo en casa y que por eso el viajaria en la maleta? La pequena Maria asintio y su melena castana llena de rizos se agito vigorosamente frente a su rostro. --Si, pero quiedo mi nosito --volvio repetir frotandose los ojos. Natalie y Tucker resoplaron, iba a ser un viaje muy largo. Maria no se separaba de aquel osito de peluche rosa desde que nacio que le habia regalado el ama de llaves, que tambien se llamaba Maria. Iba a todas partes con el y mas de una noche les tocaba buscarlo por toda la casa antes de acostarse, pues la nina no conseguia conciliar el sueno si no era en compania de su peludo amiguito. Natalie y Tucker habian querido asegurarse de que el peluche llegaba sano y salvo a Nueva York y no sufria ningun percance o perdida durante el trayecto, y lo habian metido en la maleta que ya estaba en camino con una agencia especial de transporte. Pero no habian caido en que el madrugon haria estragos en la nina, que estaba muerta de sueno y queria a su amigo para echarse una siestecita mananera. Tucker apoyo la cabeza de su pequena en el hombro y la mecio ligeramente intentando calmarla. Afortunadamente a los pocos minutos estaban haciendo el check-in. Y un rato despues, se acomodaban en sus espaciosos asientos de primera clase. No era como viajar en uno de los aviones privados de la compania petrolera que dirigia, pero bastaria. Lo mas importante era que su familia estuviese segura y, aunque no habia querido preocupar a Natalie con sus motivos para hacer las cosas de aquella manera, sabia que era la mejor opcion y no iba a arriesgarse a ponerlos en peligro. Se giro sobre su asiento y echo un vistazo a la cabina del avion en la que se encontraban. Sus ojos no tardaron en cruzarse con los de un hombre que vestia un elegante traje negro, corbata gris y cabeza rapada al estilo militar. El hombre lo saludo con una leve inclinacion de su cabeza y Tucker con gesto petreo le devolvio el saludo. --?Lo conoces? --le pregunto Nat siguiendo la direccion en la que su marido miraba. --Me suena, pero no recuerdo de que. Da igual --dijo girandose hacia su mujer y cambiando de tema--, usted y yo, senora McGregor, ahora solo debemos pensar en los maravillosos dias que vamos a pasar en Nueva York. Han sido unos meses duros, y necesitabamos estas vacaciones --anadio cambiando el gesto y regalandole una sonrisa mas relajada. A Natalie le encantaba deleitarse con esa sonrisa, y lo contemplo embelesada. --Si, necesitabamos estas vacaciones. Han sido meses duros... --sus ojos se entristecieron recordando que uno de los motivos habia sido la muerte de su adorada Maria. Maria no solo habia sido el ama de llaves del rancho familiar, tambien la mujer que la habia criado, dandole todo el amor y seguridad que necesito de nina, y la persona mas importante en su vida hasta la llegada de su marido y sus ninos. Hacia tan solo seis meses que se habia marchado de sus vidas. Maria llevaba un par de anos luchando en silencio contra un cancer que al final pudo con ella. Al menos habia podido verla casada y disfrutando de sus pequenos, como siempre habia sido su sueno. Incluso ver como ella ponia su nombre a su primera hija. Pero ya no estaria mas con ellos y eso aun le provocaba un dolor tan grande en el pecho que era dificil de soportar. --Siempre estara con nosotros --le dijo Tucker adivinando el rumbo de sus pensamientos. --Si, siempre lo estara --dijo ella forzando una sonrisa mientras acariciaba el cabello de su pequena Maria que dormia en el regazo de su padre. Miro a Tommy, que leia un comic, y cerro los ojos apoyando la cabeza en el fuerte hombro de su marido. Su proximidad siempre la reconformaba y se dejo llevar por el cansancio cerrando los ojos.

  • El quinto cristal (Las hijas de las tormentas 3) de Jordi Sierra I Fabra

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    Joa intuye que el cristal que le dejo su madre es la clave para volver a establecer el contacto con ella. Todas las Hijas de las Tormentas habian aparecido con uno, pero tambien habian desaparecido con el, excepto ella y Amina. Necesitan encontrar a la tercera mujer que puede darles la pista definitiva Indira Pradesh nacida de una de las Hijas de las Tormentas. Sin embargo, convencer a Indira no sera facil, su dura vida la ha convertido en una mujer esceptica y amoral, con unos extraordinarios poderes.

  • Libre de Pecados de Kelly Dreams

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    Despues de casi un milenio pagando sus pecados, Gerion, uno de los soldados de elite del purgatorio, sabe que el pago total de su deuda esta cerca, todo lo que necesita es llevar a cabo esta ultima mision y rescatar a una mujer cuyo destino podria alterar el equilibro del cielo y el infierno.Para Shura, dejar atras una vida marcada por la perdida, las pesadillas y los enganos, es primordial, pero para hacerlo, tendra que escapar primero de la clinica en la que lleva dos anos recluida, una mision aparentemente imposible... hasta que aparecio el.Dos mundos en colision y un camino compartido llevaran a Gerion y Shura a poner a prueba sus almas y su capacidad de perdon.

  • El chico del Maravillas de Lluis Llach

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    Roger Ventos, futuro baritono reconocido a escala internacional en el mundo de la opera, tiene unos origenes peculiares. Nace en 1939 en la ciudad francesa de Seta, pero a los quince anos su madre lo manda a Barcelona con su tio, Lluis Ventos, tramoyista en un teatro de variedades del Paralelo. Es alli, entre los bastidores del teatro Maravillas, donde Roger descubre a su verdadera familia mas alla de los lazos de sangre y empieza a recibir clases de canto en el Liceo.
    La vida de Roger desde entonces basculara entre dos polos: el de la calidez familiar de su Maravillas
    y el de la independencia personal consagrada a las exigencias del canto. Mientras seguimos su fulgurante carrera operistica, asistimos tambien a traves de sus ojos a la evolucion forzosa del viejo teatro del Paralelo. Y lo hacemos con una esplendida galeria de personajes secundarios que subraya el impacto de una historia conmovedora.
    Literariamente impecable, El chico del Maravillas consolida a Lluis Llach como un autor de referencia. En su obra mas personal y emotiva, las experiencias de un cantante lirico, que vive la musica de una forma apasionada y al mismo tiempo reflexiva, trascienden al personaje y reflejan las complejidades de toda una epoca.

  • Secretos en el desvan de Luz Guillen

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    Julia necesita sentirse valorada por su padre y su hermano. La ocasion de demostrarlo se le presenta cuando le piden que se encargue de organizar una fiesta para celebrar el cuarenta aniversario de la empresa familiar. Para ello tendra que viajar a la mansion de su abuela, donde anos atras tuvo lugar una tragedia que la marco para siempre. Pero no va a estar sola. La acompanara Keith, el atractivo sobrino de su Nana. Psicologo de profesion, la ayudara a enfrentarse a los secretos que han permanecido ocultos durante anos y, al mismo tiempo, buscara el origen de las extranas pesadillas que la persiguen desde hace meses. Y en el camino le ensenara el verdadero significado de la palabra amor.

  • El Boleto (El Amorio 1) de Aidee Jaimes

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  • Mr. Star (Speed 5) de Rose Gate

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    Cuando el abogado mas prestigioso de Barcelona muere asesinado, las vidas de Andres Estrella y Esmeralda Martinez cambian por completo.
    Esmeralda, una rica influencer, es acusada de parricidio y decide ponerse en manos de Andres, un abogado recien licenciado que odia todo lo que ella representa.
    Si mezclas dos mundos opuestos, dos personas que jamas apostarian el uno por el otro, el resultado no puede ser mas explosivo. Ambos se veran envueltos en una partida al amor que no estan dispuestos a jugar.
    ?Podran los sentimientos ganar la batalla a los prejuicios?
    ?Podran dar con el asesino antes de que acabe con ellos?
    Descubre esta trepidante historia de la mano de Rose Gate donde el humor, la accion, la pasion, el dolor, la amistad y la familia haran que:
    Vivas la ley de la pasion hasta que pierdas el juicio.

  • Tenias que ser tu, Alexandra Danell de Alexandra Danell

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    Nunca pense que existieran los flechazos. Pero eso fue lo que senti al ver a Mishelle. Mi vida, monotona y caotica, dio un giro y ella se convirtio en mas que "la chica de mis suenos".
    Pero nunca imagine que mi relacion con ella pudiera hacerle tanto dano a mi mejor amiga y que la vida me pondria en una encrucijada para decidir si apoyaba a Elizabeth cuando me necesitaba, la mujer que mejor me conocia, o si me entregaba en cuerpo y alma a la joven que me habia robado el corazon.
    La vida me tenia preparada mas de una sorpresa y, a veces, el amor esta mas cerca de lo que podemos creer. Pero no todos somos capaces de verlo...

  • Sabotaje de Arturo Perez Reverte

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    ?Es el Guernica que conocemos el verdadero cuadro que pinto Picasso?

  • Un te con jazmin (Un te con amor 1) de Mar P. Zabala

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    Primera entrega de esta serie divertida y romantica, en la que cada personaje es mucho mas de lo que aparenta en un principio.

  • Vikingo de Daniel Santos

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    Los Vikingos eran barbaros.
    O eso me decia mi padre.
    Entonces llegaron.
    Y lo tomaron todo.

  • Hijas del sur de Deb Spera

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    Una conmovedora novela protagonizada por tres inolvidables mujeres surenas en los duros anos que precedieron a la Gran Depresion.

  • Avion Club de Carlos Santos

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    El Avion Club fue uno de los locales mas singulares de la epoca de la movida. Por el paso media Espana, gentes muy diversas que cantaban al son que tocaba Cesar, un pianista sacado de una pelicula o un blues, pero que, a diferencia de los pianistas de los blues y las peliculas, sonreia todo el rato, sin el menor atisbo de melancolia. Al Avion no se iba a figurar ni a hacer tertulias. Se iba a vivir.

  • Vertigo por perderme en ti, Rebeca Banuelos Ortiz de Rebeca Banuelos Ortiz

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  • Luz de febrero de Elizabeth Strout

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    A primera hora de la tarde de un sabado de junio, Jack Kennison se puso las gafas de sol, se monto en su deportivo descapotable, se abrocho el cinturon de seguridad pasandoselo por encima de la prominente barriga y se fue hasta Portland, a casi una hora de viaje, a comprar una botella grande de whisky, cualquier cosa con tal de no encontrarse con Olive Kitteridge en el colmado de Crosby, Maine. Ni con aquella otra mujer que le habia hablado del tiempo mientras el esperaba en la cola del colmado con el whisky en la mano. !Del tiempo! Aquella otra mujer (no recordaba su nombre) tambien era viuda. Mientras conducia, se apodero de el algo muy parecido a la calma y, una vez en Portland, aparco y fue a dar un paseo junto al mar. El verano ya habia hecho acto de presencia y aunque todavia hacia frio para mediados de junio, el cielo estaba azul y las gaviotas sobrevolaban el muelle. Habia gente en las aceras, muchos jovenes con ninos pequenos o empujando cochecitos de bebe, y todos parecian conversar. Aquello no dejaba de asombrarlo: !como daban por sentado el hecho de estar los unos con los otros, de hablar! Nadie parecia prestarle atencion y se dio cuenta de algo que ya sabia pero que ahora entendia de otro modo: que era solo un viejo con una barriga fofa en quien no merecia la pena fijarse. Y casi resultaba liberador. Atras quedaban esos anos en que habia sido un hombre alto y guapo, sin barriga, que se paseaba por el campus de Harvard, y que llamaba la atencion. Los alumnos lo miraban con respeto y las mujeres, las mujeres tambien lo miraban. En las reuniones del departamento imponia; se lo decian sus colegas y el no lo dudaba, porque precisamente ese era su proposito. Ahora, al pasar por uno de los muelles frente a los que habian construido zonas residenciales, se le ocurrio que tal vez debiera trasladarse a vivir alli, donde habia agua por todas partes, y tambien gente. Saco el telefono movil del bolsillo, le echo un vistazo y volvio a guardarlo. Era con su hija con quien queria hablar. Por la puerta de uno de los edificios de apartamentos aparecio una pareja de su misma edad: el hombre tambien tenia barriga, aunque no tan grande como la suya, y la mujer parecia preocupada, pero por su manera de estar juntos le parecio que llevaban muchos anos casados. <>. Pasaron por delante de el (sin advertirlo) y cuando se giro para mirarlos un instante despues, le sorprendio --vagamente-- ver que la mujer se habia cogido del brazo del hombre mientras avanzaban por el muelle hacia aquella ciudad pequena. Jack se quedo alli quieto, mirando el mar; primero hacia un lado, despues hacia el otro. Una brisa que no habia notado hasta ese momento levantaba unas cabrillas en el agua. Alli atracaban los ferris que venian de Nueva Escocia. Una vez, Betsy y el se habian subido a uno. Habian pasado tres noches en Nueva Escocia. Hizo un esfuerzo por recordar si Betsy lo cogia del brazo; tal vez si. Y le vino a la mente una imagen de ellos dos bajando del ferri, ella cogida de su brazo. Se dio la vuelta para irse. --Menudo cabeza de chorlito. Nada mas decirlo, vio que un nino que habia cerca, en el muelle, se habia girado y lo miraba desconcertado, lo que queria decir que era un viejo que hablaba solo en un muelle de Portland, Maine. Y no conseguia comprender como el --Jack Kennison, con sus dos doctorados-- habia llegado a ese punto. --!Vaya, vaya! Eso tambien lo dijo en voz alta, despues de adelantar al nino. Habia unos bancos y se sento en uno que estaba vacio. Saco el movil y llamo a su hija; todavia no debia de ser mediodia en San Francisco, que era donde vivia ella. Le sorprendio que respondiera. --Papa --dijo--. ?Pasa algo? El alzo la vista al cielo. --Ah, Cassie --dijo--. Solo queria saber como estas. --Estoy bien, papa. --Ah, vale, bien. Me alegro de oirlo. Ninguno de los dos dijo nada durante unos instantes, hasta que ella le pregunto: --?Donde estas? --Oh, estoy en el muelle de Portland. --?Y que haces ahi? --le pregunto ella. --Nada, se me ha ocurrido venir a Portland. Ya sabes, para salir un rato de casa. Jack entorno los ojos y miro hacia el agua. Otro silencio. Entonces ella dijo: --Bien. --Oye, Cassie --dijo Jack--. Solo queria decirte que ya se que soy una mierda. Eso lo se. Para que lo sepas, nada mas. Se que soy una mierda. --Papa --dijo ella--. Venga, papa. ?Y ahora que se supone que tengo que decir yo? --Nada --respondio el, afable--. No tienes que decir nada. Solo queria que supieras que lo se. Se hizo otro silencio, esta vez mas largo, y el tuvo miedo. Ella dijo: --?Esto es por como me has tratado o por la relacion que tuviste todos esos anos con Elaine Croft? El bajo la vista y la clavo en los tablones del embarcadero, se fijo en las zapatillas deportivas negras, de senor mayor, sobre los tablones desgastados. --Por las dos cosas --dijo el--. O escoge tu la que prefieras. --Ah, papa --dijo ella--. No se que hacer. ?Que se supone que tengo que hacer por ti? El meneo la cabeza. --Nada, nina. No tienes que hacer nada por mi. Solo queria oir tu voz, nada mas. --Papa, ibamos a salir. --Ah, ?si? ?Y donde vais? --Al mercado de productos locales. Es sabado, y los sabados vamos a ese mercado. --Esta bien --dijo Jack--. Pues idos. Ya hablaremos. Adios. Le parecio oirla suspirar. --De acuerdo --dijo ella--. Adios. Y nada mas. Nada mas. Jack se quedo mucho rato sentado en el banco. La gente pasaba por delante, o tal vez habia ratos en que no pasaba nadie, pero el seguia pensando en su mujer, Betsy, y le entraban ganas de aullar. Solo entendia una cosa: que se merecia todo lo que le habia pasado. Se merecia estar llevando en ese momento una compresa para las perdidas como consecuencia de su operacion de prostata; se lo merecia. Se merecia que su hija no quisiera hablar con el, porque durante anos el no habia querido hablar con ella. Su hija era lesbiana; era lesbiana, y eso aun le provocaba cierta sensacion de incomodidad. Pero Betsy no merecia estar muerta. El que merecia estar muerto era el, pero Betsy no. Aun asi sintio una rabia repentina hacia su mujer: <>, murmuro. Cuando se estaba muriendo, era ella la que estaba furiosa. Le dijo: <>, y el le dijo: <>. Y ella le dijo: <>. Pero el se lo decia en serio. ?Como iba a echarle la culpa a ella? No podia hacer eso. Y las ultimas palabras que le dijo fueron: <>. Al levantar la vista y ver una gaviota, penso: <>. * * * El bar del Hotel Regency estaba en el sotano, las paredes eran de un verde oscuro y las ventanas daban a las aceras, pero estas quedaban muy arriba y casi lo unico que veia el eran piernas que pasaban. Se sento en la barra y pidio un whisky solo. El camarero era un tipo agradable. --Bien --respondio Jack cuando el joven le pregunto como estaba. --Pues me alegro --dijo el camarero.

  • El arte del engano de Daniel Tubau

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    Una cuidada edicion que ofrece la mas completa panoramica del arte de la estrategia china publicada hasta la fecha.

  • Te envolvi en besos (Por amor 03) de Maria Beatobe

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    De lo siguiente que tenia recuerdos era del sonido de la ambulancia y del revuelo que se habia formado en la calle. Por un momento crei que todo era un sueno o que estaba viviendo una realidad paralela, pero no. Era real como la vida misma y a mi amiga acababan de atropellarla. Me sentia totalmente anegada y aturdida. Esto no podia estar pasandole a ella. Note que Gael me abrazaba con fuerza mientras de reojo veia como metian a Noe en la ambulancia. Acababa de caer en la aplastante realidad. Seguia inconsciente. Yo solo queria zafarme de el y correr a abrazar a mi amiga, pero los sanitarios tampoco me lo permitieron y le pidieron a Gael que me retuviera. Estaba temblando. !Noe! No hacia mas que repetir su nombre como si de un mantra se tratara. Queria pensar que, cuanto mas lo gritara, antes despertaria. Pero mis fuerzas flaquearon cuando vi que cerraban las puertas traseras de la ambulancia con un sonido que me partio el corazon. --Vamos, Naira, seguiremos a la uvi movil hasta el hospital --dijo Gael mientras me ponia la mano en la espalda. ?Habia dicho uvi? ?Tan mal estaba que necesitaba una ambulancia de ese calibre? Yo lo vivia todo como fuera de mi; en algunas ocasiones incluso tenia la sensacion de levitar. Agradeci que Gael estuviera conmigo en ese momento; si no, probablemente habria terminado desmayada junto al cuerpo de mi amiga. Le mire agobiada hasta que consegui decir una palabra. --Vamos. Subimos al coche y nos pusimos el cinturon de seguridad a toda velocidad. Gael arranco resuelto y corrimos al hospital que nos habian indicado los sanitarios. Conducia rapido, pero no tenia miedo; en ese instante, por lo que sentia verdadero panico era por mi amiga. Zigzagueo con maestria entre los coches hasta que vi de lejos la ambulancia que trasladaba a Noe. --!Esta alli! --grite senalando con el dedo y mirando despues a Gael--. ?La ves? Fruncio el ceno, concentrado, y giro el volante para cambiarse de carril y adelantar a un par de coches. Al final, la alcanzo y se puso tras ella, mientras el sonido de la sirena me hacia ser consciente de la gravedad de la situacion. Notaba de vez en cuando la mirada fugaz de Gael sobre mi, preocupado por como me encontraba. En apenas diez minutos llegamos al hospital. La ambulancia se metio por una via en la que una senal avisaba de que era un acceso restringido a vehiculos especiales. Me daban ganas de tirarme del coche en marcha y correr hacia la camilla en la que iba mi amiga, agarrarla de la mano y no soltarla hasta que despertara. Aparcamos en el garaje y sali del vehiculo casi antes de que Gael pudiera apagar el motor. Sentia como me seguia con premura. Corri despavorida mientras buscaba el modo de llegar a urgencias. Vi muchos carteles que dirigian hacia alli, pero el panico me tenia tan paralizada que no era capaz de descifrar ninguno de ellos. Gael debio de notar mi miedo y tomo el mando. --Ven conmigo --dijo mientras me cogia de la mano y caminaba con ligereza. Finalmente, llegamos a la sala de espera de urgencias. Era una estancia en tonos grises que, a pesar del calor que hacia en la calle, desprendia un frio paralizante. Nos cruzamos con un ir y venir de personal sanitario, y me sentia hasta mareada de tanto mirar hacia los lados. Apenas vi la ventanilla de informacion, me dirigi directamente alli. --Hola --dije alterada y con palpitaciones--. ?Como esta Noemi? La chica que estaba al otro lado intento calmarme. Era joven, de pelo largo moreno y lacio, y con una pequena placa en el uniforme que rezaba Estela Martin. Nos atendio con una sonrisa amable, que no perdio tras mi acelerada pregunta. --A ver, tranquila, necesito que me des mas datos. ?Como se apellida? --me pregunto solicita. --Soler, se apellida Soler --respondi casi metiendo la cabeza por la ventanilla. La chica tecleo con soltura en su ordenador el apellido de mi amiga. La espera se me hizo eterna. --Pues... no me aparece nada. Espera que pruebe otra vez. De nuevo, volvio a pulsar las teclas y note que la ansiedad crecia en mi por segundos. Como no me dijera algo ya, iba a explotar y me iba a poner a gritar sin parar hasta que me dejaran ver a mi amiga. La recepcionista volvio a decirme lo mismo: --Lo siento, pero no aparece en el ordenador --respondio al fin, negando con la cabeza. --!Como que no aparece! --chille--. !Tiene que estar! !Una uvi la acaba de traer! Pruebe otra vez, por favor, !pruebe otra vez! En ese momento, Gael me cogio por la cintura, dio un paso adelante y se hizo cargo de la situacion. --Disculpe, acaban de trasladarla en una uvi movil --dijo con educacion mientras yo esperaba a punto del infarto. --!Ah! Es la chica que acaba de llegar. --De repente, la recepcionista se percato de la persona por la que preguntabamos--. Aun no estan los datos actualizados en el ordenador. Esperadme un momento, que voy a consultarlo. Y desaparecio tras aquellas puertas color plata.

  • La Danza de la Gaviota de Andrea Camilleri

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    El insomnio ha vuelto a sacar al comisario Montalbano de la cama. Al amanecer, con una taza de cafe en la mano, sale a la terraza para contemplar el mar y asiste a un solitario y lugubre espectaculo: en la arena, una gaviota enferma, o quiza herida, parece ejecutar una extrana coreografia antes de caer fulminada, como si la vida se resistiera a abandonar su cuerpo para siempre. La imagen suscita en el comisario los mismos sentimientos funebres e insidiosos que en los ultimos tiempos han enturbiado su mente, y se le antoja una especie de premonicion. Y lo es. Las vacaciones que Montalbano tenia previsto disfrutar junto a Livia se frustran cuando Fazio, la inestimable mano derecha del comisario, sencillamente desaparece del mapa. No ha vuelto a casa, su telefono esta desconectado y solo se sabe que iba a encontrarse con alguien en el puerto. Sus companeros se temen lo peor, y la vision de su querido Fazio herido, o tal vez muerto, mortifica a Montalbano de tal forma que no reparara en esfuerzos para encontrarlo. Bien entrado en la cincuentena, Salvo Montalbano vive cada dia mas angustiado por los efectos de la edad y el desencanto. En otro sutil toque de humor de su genial creador, los acontecimientos de La danza de la gaviota transcurren cerca del lugar donde se esta rodando un episodio de la famosa teleserie sobre Montalbano. Por supuesto, este evita a toda costa cruzarse con el actor que lo interpreta, que es mucho mas joven y atractivo, aunque dificilmente tan irresistible para las mujeres como el.

  • Rindete amor mio (Que peligro tiene mi jefe 1) de Kelly Dreams

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    Cuando el destino llamo a su puerta, Emily Burton lo perdio todo. En un abrir y cerrar de ojos se encontro despojada de sus suenos, privada de su primer amor y entregada a un hombre al que no amaba.
    Ahora, quince anos despues, el destino vuelve a intervenir y Matthew Oliver ve la oportunidad de recuperar aquello de lo que fue privado, la bruja que ha nacido para contener su magia, la unica mujer destinada a unirse a el para toda la vida. La pregunta es, ?era ya demasiado tarde o podia albergar esperanzas de que Emily todavia lo quisiera?

  • Un chantaje arriesgado (Escandalos de temporada 2) de Eneida Wolf

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  • Riu Lough. El misterio del plan Bonnie & Clyde de Uriel Morales Valverde

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    ?Crees en las maquinas del tiempo?, ?crees que puedes detener el universo?, si respondiste que si, sigue leyendo.
    Esta historia continua, la confianza absoluta tiene un nuevo nivel, Riu Lough ha dejado de ser el protagonista para darle la oportunidad a Cuatro de lograr su plan.
    Bonnie ha demostrado ser la mujer perfecta, una mente agil, noble y carinosa que sabe demostrar que su confianza es infinita. Cuatro ahora aprendera la leccion de su vida, pero para esto su mundo caera, su destruccion sera inminente y solo si es capaz de reconocer la conclusion universal podra recuperar su mundo.
    Las reglas ya no existen, la sociedad ha quedado en el olvido y asegurar el siguiente paso ya no es necesario.
    Un plan, un metodo para obtener lo que sea, y la magia de Riu Cuatro acompanan esta historia para ensenarnos que nosotros mismos podemos convertirnos en verdugos de nuestro mundo.

  • Las raices del angel de Lucinda Riley

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    Una historia de olvido y recuerdo cuyas raices se hundiran en lo mas profundo de nuestra memoria.

  • Hielo y fuego de Diana Palmer

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    Margie Silver sabia muy bien que iba a atraer las miradas de los comensales masculinos que cenaban en aquel restaurante tan selecto de Atlanta en el que se hallaba sentada, esperando. El color de su vestido de seda, un verde muy vivo, era de por si llamativo, pero lo verdaderamente imponente era el corte: de manga larga, cenido y con un escote muy pronunciado, en pico, que bajaba casi hasta la cintura, rodeada por un ancho cinturon. Unido a la melena negra y a los ojos verdes de Margie, el efecto de aquel vestido era explosivo. La falda tenia una abertura lateral que subia hasta encima de la rodilla y dejaba entrever las piernas, largas, cubiertas por unas medias muy finas que enfundaban tambien los pies, pequenos y calzados con zapatos negros de tacon alto, muy sexys. Bebio un sorbo de su ginger-ale. Los dedos de Margie, que en ese momento sujetaban el vaso, eran largos, de pianista. Llevaba las unas pintadas de rosa. Aunque tenia el aspecto de una modelo de alta costura, en realidad se ganaba la vida escribiendo novelas romanticas de tipo historico bajo el seudonimo de Silver McPherson, una autora muy famosa. No le estaba permitido mencionarlo esa noche, porque semejante revelacion caeria como un jarro de agua fria sobre el nuevo amor de su hermana Jan. Margie tenia el presentimiento de que aquella invitacion a cenar tan de ultima hora encubria un cara a cara con el futuro cunado de Jan, el ricachon, y habia elegido ese vestido tan llamativo con el deseo expreso de provocar. Fruncio los labios, irritada. Cuando Jan la habia llamado esa tarde, estaba escribiendo y se hallaba en medio de una escena especialmente dificil. Su hermana le habia rogado que estuviera en el restaurante a las siete; eran las siete y media y no habia ni rastro de Jan. Estaba furiosa. Cambio de postura y se miro el vestido de seda con expresion divertida. Jan iba a quedarse horrorizada: le habia explicado que los Van Dyne eran muy conservadores en cuanto a las formas, y tambien lo que pensaba el hermano mayor de las mujeres llamativas y estridentes. Habia advertido a su hermana mayor que se mostrara comedida, y le habia sugerido que se vistiera como una monja. Asi que Margie, naturalmente, como detestaba que le dieran ordenes, habia sacado del armario el vestido mas llamativo y se habia maquillado como una vedette. Le brillaban los ojos solo con imaginarse como reaccionaria Jan, para no hablar de Andrew Van Dyne y su hermano mayor. Si lo que Jan habia pretendido era crear un encuentro improvisado entre ellos, se iba a divertir de lo lindo. <>, decia Jan, refunfunando, cada vez que le daba por hacer una de sus extravagancias, como colocar una estatua de Venus, completamente desnuda, delante de su casa, cuando sabia que la pobre senora James, su vecina, pasaba un apuro tremendo cada tarde al cruzar por alli para ir a regar sus propias plantas. Por lo menos en la foto de la solapa de su ultima novela, Ardiente pasion, aparecia solo su cara. Habia amenazado a Jan con fotografiarse en salto de cama, y su hermana le habia asegurado que, si se atrevia a hacer tal cosa, emigraria y se marcharia a vivir a otro pais. Pero ella seguiria viviendo como le apeteciera y urdiendo nuevas maneras de escandalizar a Jan. Su matrimonio, que habia sido muy breve, estaba en el origen de aquel modo de comportarse suyo tan alocado. Las extravagancias eran su manera de protegerse del mundo y encubrir su vulnerabilidad. Su marido habia muerto en accidente dos meses despues de la boda, y para ella habia sido casi un alivio, pues ya para entonces habia perdido todas sus ilusiones en lo que se refiere a la intimidad con un hombre y al matrimonio. Habia aprendido la leccion: uno no conoce de verdad al otro hasta que no convive con el y tenia buenas razones para recordarlo. En aquella epoca, con apenas veinte anos, creia realmente que estaba enamorada de Larry Silver. El era joven y, aparentemente, tenia un caracter agradable y una prometedora carrera de abogado. Habian salido unas cuantas veces, luego se casaron y pronto descubrieron que eran incompatibles. Larry murio al cabo de dos meses en un accidente de avion y ella, mas que destrozada, se sentia culpable. Habian transcurrido cinco anos y desde entonces Margie no se tomaba nada demasiado en serio. Tomarse las cosas en serio era un suicidio mental, solia decirle a Jan, aunque a menudo pensaba que su hermana menor no se dejaba enganar por su aparente superficialidad. Dio otro sorbo a su ginger-ale y suspiro. Si Jan y Andy no aparecian en los diez minutos siguientes, se marcharia. Faltaba apenas un mes para la fecha limite que le habia marcado su editor, no tenia tiempo para andar saliendo a cenar con desconocidos. A pesar de que sabia que su hermana estaba cada vez mas encarinada con Andy, no tenia el menor de deseo de conocer al hermano de este. Miro a su alrededor, se sentia como si hubiera caido en una trampa. Sabia que <>, como lo habia apodado, desaprobaba la relacion de su hermano con Jan. Jan era secretaria de un despacho de abogados. El millonario, claro, queria que su hermano se emparejara con la hija de alguno de sus poderosos amigos de Chicago, no con una insignificante secretaria de Atlanta. Los padres de esas jovencitas controlaban el mercado de la confeccion y los Van Dyne eran grandes fabricantes de ese mismo sector. Para el hermano de Andrew seria una union de ensueno. Sintio un hormigueo en la nuca como si alguien la estuviera mirando. Giro la cabeza y se encontro mirando fijamente a un hombre cenudo de ojos oscuros que acababa de entrar. La impresion hizo que el vaso casi se le cayera de la mano. Nunca habia visto unos ojos semejantes ni una cara parecida. El recien llegado era alto, grande, y tenia un rostro duro, como tallado en madera de teca. La miraba con hostilidad y Margie sintio que aquellos ojos la fascinaban. ?Por que ese completo desconocido la miraba con tanto antagonismo? La desaprobacion que leia en su rostro la divertia y, sin pensarlo, fruncio los labios y formo el inconfundible perfil de un beso, al tiempo que parpadeaba con coqueteria. Luego esbozo una sonrisa seductora y se giro de nuevo. Dejo el vaso en la mesa y se llevo la mano a la cara para disimular un ataque de risa. La cara que habia puesto aquel hombre era digna de verse. Un poco de diversion la ayudaria a disipar el aburrimiento y la irritacion que sentia. Jan se escandalizaria cuando se enterara de como pasaba el rato su hermana mayor. Vio una sombra a su lado, levanto la vista y descubrio al desconocido junto a ella. Su expresion era tan severa que habria servido para detener el trafico. --Cualquiera diria que es la sombra del mismisimo monte Rushmore --murmuro Margie con una sonrisa traviesa. Se giro hacia un lado y apoyo el brazo en el respaldo de su asiento mientras lo miraba de arriba abajo--. Sientate, encanto, y tomate una copa conmigo. El no sonrio. Mas aun, parecia como si nunca en su vida hubiera sonreido. Sus ojos miraban a Margie con creciente desaprobacion. --No, gracias. Tengo una cita con una joven --enfatizo esa ultima palabra como si quisiera insinuar que el termino no era aplicable a Margie. A esta le gusto su voz de inmediato. Era profunda y algo aspera, muy masculina, propia de una persona educada. --?Una cita a ciegas?

  • La peor parte de Fernando Savater

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    El libro mas personal, emotivo e intimo de Fernando Savater.