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  • Adrian y Rosa (El llamado del Amor 2) de Kankis Lefky

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    Adrian Bilbao era un joven tan encantador como apuesto, aunque algo mal-hablado y vanidoso, cuya idea de diversion era pasarse todo el fin de semana de parranda con sus amigos. Llevaba la mitad de su carrera universitaria con calificaciones mediocres, las cuales lograba mas por su carismatica personalidad, ya que a los profesores les caia muy bien y lo consideraban tan agradable y simpatico que no lo reprobaban. Si no fuera por lo cautivante de su personalidad, seguro enfrentaria la realidad... !Tendria que estudiar! Era tan cordial y sociable que a pesar de su irresponsabilidad, profesores, companeros y amigos lo apreciaban mucho y como en verdad era un joven muy atractivo, por supuesto tambien contaba con la estimacion de las chicas universitarias, quienes lo consideraban adorable. Aunque el Sr. Bilbao conocia el estilo de vida de su hijo Adrian, solo le llamaba la atencion cuando llegaba a pescarlo haciendo algo fuera de lugar, pero pronto terminaba su regano, pues era minado por la apenada expresion de su encantador hijo, que cada vez le hacia sus vanas promesas de que ya se portaria bien. Asi era la despreocupada vida de Adrian Bilbao, hasta que un dia... --Yo creo que ahora si la hiciste Adrian, papa no te va a pasar esta borrachera. --Le decia su hermana Viviana, mientras el estaba acostado escuchando musica. --No pasa nada carnalita, siempre es lo mismo, me avienta su sermon de 10 minutos, le digo que lo siento, que no volvera a suceder... !y ya! !listo! Todo queda olvidado. --Respondio confiado, mientras fingia tocar una invisible guitarra electrica en la parte mas algida de la cancion. --No Adrian, esta vez no sera asi... --le aseguro su hermana mayor al quitarle los audifonos --. Esta vez si te pasaste de la raya... En ese momento su mama abrio la puerta de la habitacion y al verlo acostado, negando con la cabeza le ordeno: --Levantate, tu papa te espera en el despacho... --Adrian se levanto y de inmediato peino su larga melena, pues una de las cosas que mas le reprendia su papa era precisamente esa, que tuviera el cabello hasta el hombro--. Ay hijo, ahora si te metiste en una buena. Sonriendo y dandole un beso en la mejilla a su mama comenzo a caminar por el pasillo para ir a recibir el paternal regano y al irse acercando a la oficina preparo en su rostro la expresion de arrepentimiento y chico confundido. En cuanto entro al despacho vio que con gesto adusto el ya lo esperaba. --Sientate. Con energica voz ordeno el Sr. Bilbao y al ver que se sentaron junto a el su mama y su hermana Viviana, Adrian entendio que esta vez la cosa iba en serio, pues parecia estar en el banquillo de los acusados. Los tres lo miraban de forma reprobatoria, aunque extranamente su hermana parecia estarlo disfrutando, pero como solo lo veian y ninguno hablaba, Adrian comenzo a divagar y mientras les mostraba su cara de arrepentimiento, en su mente empezo a planear la nueva parranda del fin de semana. De pronto la severa voz de su papa lo saco de sus profundos pensamientos: --?En que estabas pensando Adrian? --Ante tal pregunta Adrian titubeo, pues el estaba pensando en lo que haria ese fin de semana, pero sabia que no era esa la respuesta que su papa esperaba escuchar y solo atino a mirarlo con desconcierto--. Te doy todo lo que quieres, no puse obstaculos para la Universidad que elegiste y que no aprovechas porque siempre andas en tus famosas fiestecitas. Ademas, en la casa tenemos cuatro perros que recogiste en tus parrandas y dime... ?Como correspondes? --Mientras su papa recitaba el mismo regano de siempre, Adrian tenia la estudiada expresion de afliccion, arrepentimiento y chico bueno--. Cada fin de semana es lo mismo, desde el viernes te vas de parranda con tus amigos buenos para nada como tu, se gastan todo el dinero en borracheras y ya has chocado tres coches. Todo parece indicar que no comprendes que te enfrentas a muchos peligros... pero en fin, esta vez ya fue el colmo... me llamaron de la Delegacion y tuve que pagar una fuerte multa para poder sacarte, porque en tu borrachera le pegaste a no se cuantas personas. Era cierto, sin saber como habia empezado el pleito o quien lo habia provocado, al final de la fiesta se agarraron a trancazos todos contra todos y al recordar lo buena que se habia puesto la fiesta y el pleito, Adrian sonrio y al instante escucho la severa voz de su padre: --?Y todavia tienes el descaro de reirte Adrian? !No puedo creerlo! --No papa... ?Como crees? No me estoy riendo. --Entonces... ?Por que pones esa cara de estupido? --Es que iba a estornudar... --!Pues estornuda carajo! --Despues de fingir el estornudo y hacer un esfuerzo para no reirse de sus propias tonterias, volvio a poner su tan gastada expresion de nino bueno con la que siempre se salia con la suya, pero en esta ocasion no le sirvio de nada--. Despues de haber hablado largamente con tu madre y tu hermana, hemos decidido el castigo que mereces. --Al instante Adrian las miro pensando: "Traidoras". --?Castigo? Pregunto como si no pudiera creerlo y volteo a ver a su hermana esperando que lo ayudara, pero ella solo asintio como diciendo: "es por tu bien". No le paso desapercibido a Adrian, que Viviana hacia un esfuerzo por no reir, pues tal parecia que le parecia gracioso que al fin lo castigaran. En cambio su mama se veia triste porque habia conspirado en su contra y aprobado la crueldad del castigo. --Si, estas castigado... trabajaras. Ante esas palabras Adrian se trabo, eso era mucho peor que recibir un insulto o que lo mandaran de rodillas hasta la muralla china. --?Que? ?Yo trabajar? Pero papa... --Ya esta decidido, trabajaras. --Comprende papa, si trabajo no tendre tiempo para estudiar. --El Sr. Bilbao le dirigio una mirada de no poder creer lo que estaba diciendo. --No digas babosadas Adrian, tu nunca estudias, de hecho no recuerdo haberte visto una sola vez con un libro en la mano. En cuestion de segundos infinidad de pensamientos pasaban por la mente de Adrian, pues trataba de encontrar algo que pudiera liberarlo de tan terrible apuro. De pronto llego una idea que le parecio genial, penso que si le decia que si a todo, aceptaba su culpa y mostraba rasgos de madurez, entonces su papa le retiraria el castigo y lo perdonaria como siempre. --Tienes razon papa, comprendo que me equivoque... he sido un irresponsable y tal parece que no he valorado el carino y el apoyo que me has brindado siempre, pero es todo lo contrario, creeme que me considero afortunado por tener un padre como tu y por eso te aseguro que esto no volvera a repetirse. --Me alegra que lo tomes tan bien, pero no por eso dejare de ser mas estricto. El proximo lunes vas a entrar a trabajar en una de las companias y por supuesto empezaras desde abajo. --Al ver que su estrategia fallo, enojado exclamo en voz baja:. --!Me lleva la ching...! --?Que dijiste Adrian? --Que en donde queda dicha compania. --Deberas trabajar en esa compania por lo menos tres meses para que puedas pagar la ultima reparacion del coche y la multa que pague. --Al entender que no habia manera de librarse del castigo, espeto:. --Papa tengo 20 anos... ?No es la edad en la que puede uno divertirse y vivir la vida? Comprende que la juventud se va y no regresa jamas... --El Sr. Bilbao lo miro fijamente durante largos segundos, algo que le dio a Adrian un halito de esperanza. --Veo que me he equivocado al darte tanta libertad, pero afortunadamente es algo que si puedo corregir. Desde el lunes iras a trabajar y olvidate de la camioneta. --!Pero papa! ?Como voy a trasladarme? --Como lo hace la mayoria de los empleados, en autobus o caminando, tu provocaste el castigo Adrian y aunque no lo creas, esto me duele mas a mi que a ti. --Si... !Como no! Exclamo Adrian en voz muy baja, mientras veia que tranquilamente su papa salia del despacho. 2 Ese fin de semana fue un suplicio para Adrian, pues no podia superar el entripado que sentia por la traicion de su hermana y de su madre, que no lo defendio, pero que aseguraba cada 5 minutos que lo adoraba, y tambien por el Genhis Kan de su padre, que le habia impuesto un castigo imperdonable. Lo estaba enviando a trabajar sabiendo que el no tenia ni la menor idea de como hacer eso, es mas, el solo pronunciar esa palabra le provocaba escalofrios. Finalmente llego el lunes y a las 5:15 de la manana su hermana Viviana fue a despertarlo con una jarra de agua que casi le vacio en la cara, pues el despertador ya llevaba algunos minutos sonando. Tan fuerte fue la impresion, que Adrian se cayo de la cama. Estaba sonando que estaba en la playa rodeado de hermosas chicas con seductores trajes de bano, cuando de pronto una ola lo envolvio revolcandolo y haciendolo despertar en el piso de su habitacion... sin contar que se encontraba todo empapado y tiritando de frio. --!Pero que demmm...! --Deja de vociferar y levantate, tienes que ir a trabajar. --Le dijo su hermana aun con la jarra en la mano. --!Te pasas Viviana! ?Esa es la forma de despertar a la gente? --A la gente no, pero a ti si, pones el despertador y parece que no lo oyes. --Es que me siento cansado, para tu conocimiento casi no dormi. --No pongas pretextos porque de esta no te salvas, hoy es tu primer dia de trabajo. !Y apaga esa cosa, que no para de aullar como gallo asustado! --Exigio de mal humor senalando el despertador. --Vaya con la inteligente de mi hermana mayor, los gallos no aullan. Viviana le dirigio una severa mirada y salio de la habitacion. Ya resignado, Adrian entro a asearse y despues de peinar y atorar detras de las orejas su largo cabello castano, se puso un fino traje gris, camisa blanca y una corbata color vino con delgadas rayas grises. Mientras se revisaba frente al espejo, con seriedad dijo: --Bueno Adrian, ya tienes casi 21 anos y no hay manera de evitar tu primer dia de trabajo... tienes que emplear toda tu simpatia porque no tengo ni idea de lo que debo hacer en esa compania. --Resoplo con fastidio--. Definitivamente creo que para pagar la reparacion y la multa es una exageracion trabajar tres meses. Adrian, debes poner atencion y hacer meritos para que mi padre nos devuelva la camioneta, el fin de semana la necesitamos para ir al fandango con los cuates. -- En ese momento cayo en cuenta que no tendria coche--. !Un momento! No estara pensando que me voy a ir en camion al trabajo... Alarmado salio en busca de su papa, que tambien ya estaba casi listo para ir a sus diarias actividades, entonces le pregunto: --Oye papa, si no me permites usar la camioneta, entonces dime... ?En que me voy a ir? -- Mientras el Sr. Bilbao se anudaba la corbata frente al espejo, un tanto cortante respondio: --Yo te voy a llevar. --!Que, que, que! Tengo casi 21 anos... !Eso no es cool! --?Casi 21 anos? Pues seria bueno que lo recordaras de vez en cuando antes de irte de parranda y apurate, que ya nos vamos. --Cuando ya estaban listos para irse, Viviana se despidio diciendole: --Mama y yo vamos a extranarte Adrian. --No me digas... ?Mientras pasean por las tiendas del centro comercial al que van casi todos los dias? --Los dos hermanos se querian mucho, pero siempre se la pasaban molestandose uno al otro, asi que Viviana respondio rapido:. --Por cierto Adrian... !Aguas! Creo que a tu jefe le vas a gustar mucho... !Le gustan los grenudos! --Adrian se irguio y mostrando esa sonrisa que siempre enloquecia a las chicas dijo confiado:. --Espero que si. --Pero... ?Si sabes que es hombre? ?No? --Ante la espontanea carcajada de su hermana, el se quedo helado. --Ya subete Adrian. --Ordeno el Sr. Bilbao. --?Me dejas conducir a mi? --Pregunto con inocente sonrisa. --?Es chiste Adrian? --No papa. --Ante la fria mirada del Sr. Bilbao, que no mostraba intencion de moverse del volante, resignado Adrian se sento en el lado del copiloto. --?Bueno y donde voy a trabajar? --Es una fabrica de veladoras y creo que te pondran en el area de produccion... el dueno de la empresa es uno de mis grandes amigos, asi que por favor portate como la gente decente y no quiero enterarme que dices palabrotas. --!Hombre papa! ?Yo? --Si, tu, que a veces pareces carretonero… mira hijo, aunque te he impuesto trabajar como un castigo, creeme que te estoy haciendo un favor. Aprovecha esta oportunidad y aprende. ?Entendido? --Entendido papa, sere tu orgullo. Dijo con su juvenil sonrisa, mientras hacia un ademan de saludo a un militar de rango. A pesar de que no le gustaba nada la idea de trabajar, Adrian no perdia el buen humor, por lo que durante el trayecto le conto divertidas anecdotas de sus dias de fiestero, que inevitablemente hicieron reir a su papa hasta que llegaron a la fabrica. Se despidieron con el carino de siempre y Adrian se bajo para comenzar su primer dia de trabajo. 3 La fabrica de veladoras no se veia nada mal, eran tres enormes naves pintadas de blanco y de pronto al joven Adrian Bilbao le parecio interesante conocer lo que se hacia en cada una de ellas. Aunque su papa le habia advertido que entraria a trabajar desde abajo, quiso impresionar al llegar bien vestido, pues imagino que ahi trabajarian chicas guapas que le harian soportable esos meses de martirio. Al llegar a Vigilancia pidio hablar con el Sr. Leonel Cervantes, el Jefe de Produccion, quien al recibirlo en su oficina lo miro de arriba abajo, pues le sorprendio la elegancia con la que vestia para trabajar en produccion. Luego de una corta charla, el Sr. Cervantes le pidio que pasara a Recursos Humanos para que realizaran los tramites correspondientes. Asi lo hizo y la Gerente lo atendio unos minutos despues de que llego. En cuanto entro a su oficina, Adrian se presento con educacion y prestancia y la Gerente le dio la bienvenida. No le paso desapercibido que a la guapa Psicologa, una joven de cabello y ojos castanos, literalmente casi se le caia la baba al verlo, pero el se mostro sereno, seguro de si y manejando muy bien sus armas mientras pensaba: -- "Obvio, no podia fallarme". --Me da mucho gusto darte la bienvenida Adrian. --Le dijo extendiendo su mano y el la recibio con un calido y suave apreton--. El Sr. Moncada me hablo de ti y me pidio que te cuidaramos muy bien porque eres el hijo de su mejor amigo. --Decia encandilada al ver lo alto y guapo que era Adrian. --Me siento honrado, es usted muy amable Srita.... --Cinthia… Cinthia Garcia, pero puedes llamarme Cindy. --Dijo con una coqueta sonrisa, mientras le apretaba ligeramente el brazo al nuevo empleado. --"A fuerzas, ya caiste". --Pensaba Adrian mientras mostraba una falsa sonrisa timida, que por supuesto ella se creyo--. Muy agradecido por la confianza... Cindy. Mientras la risuena y guapa Psicologa no dejaba de platicar de manera encantadora y de tocarle el brazo mientras se hacia la simpatica, Adrian asentia con toda propiedad. Se sentia tranquilo porque se daba cuenta de que se la iba a pasar muy bien, pues solia causar ese efecto en las mujeres y desde los 15 anos habia aprendido a aprovecharlo para su propio beneficio. --Adrian, me encanta tu cabello, dime el secreto de como lo cuidas, luce mas suave y brillante que el mio. --Decia Cinthia sin dejar de sonreir. --Gracias Cindy, pero no es asi, tu cabello es tan hermoso, que es dificil dejar de mirarlo. --Ay Adrian... ?Asi te parece? Le dijo con coqueta mirada, mientras con una de sus manos tomaba su cabello y lo colocaba sobre uno de sus hombros. Como Adrian estaba encantado de no hacer nada, con discrecion guio la platica. Despues de una hora de platicar sobre los lugares que les gustaba frecuentar los fines de semana, alguien llamo a la puerta, era el Sr. Moncada, dueno de la fabrica, quien con sincera sonrisa llego para darle la bienvenida al hijo de su amigo. Como todo un caballero Adrian se levanto y estrecho la mano que el le extendio, de inmediato le agradecio por la oportunidad de trabajar en su empresa y le aseguro que trabajaria con mucho ahinco. Mientras lo hacia, Cinthia no disimulaba la clara expresion de embobamiento. --No hijo, no tienes nada que agradecer, espero que encuentres interesante tu nuevo trabajo, que seguramente Cindy ya te explico en que consiste. ?Verdad? --Ella se sorprendio, pues se la habian pasado hablando de todo menos de trabajo, por lo que Adrian respondio:. --La Srita. Garcia ha sido tan amable y paciente, que ha estado informandome sobre los lineamientos de la empresa y sobre el trabajo que debo desarrollar en el area de produccion. --Lo dijo mirandola y dedicandole esa sonrisa que las volvia loquitas a todas. --Perfecto, Cindy hagame el favor de mostrarle su lugar de trabajo al Sr. Bilbao y haga las presentaciones correspondientes. --Con mucho gusto Sr. Moncada, enseguida lo hare. Con amable sonrisa se despidio el Sr. Moncada y cuando salio de la oficina, a grandes rasgos Cinthia le informo a Adrian sobre el funcionamiento del area de produccion y sobre el trabajo que el debia realizar, el cual en realidad no era dificil. --Lo mas seguro es que te pidan que te cortes el cabello, pero no les hagas caso porque tu cabello te hace lucir mas atractivo, solo recogelo en una coleta. ?ok? --El asintio sonriendo, pues entendio que con ella iba a tener el camino facil--. Vistes tan elegante, que me apena informarte que aqui solo vestiras uniforme. --No te preocupes Cindy, lo entiendo. ?Donde me entregaran el uniforme? --Yo tengo los uniformes, en un instante te los entrego. --Cindy camino hacia un armario, saco dos pantalones y dos camisas con logotipo de la empresa en color gris oscuro--. Para evitar que algun obrero te haga una diablura en tu ropa, entra a mi bano para que te cambies y cuando termines puedes guardar en el armario tu ropa y el uniforme extra. Cuando salgas de trabajar pasa a recogerlos. --Deliberadamente rozo sus manos cuando le entrego los uniformes--. Ay Adrian, te ves tan guapo y elegante, que me apena darte los uniformes... pero en fin... --Al recibirlos el penso: "esto esta horrible", pero al instante le dijo:. --No tienes por que apenarte, yo no tengo ningun problema en ajustarme a todos y cada uno de los lineamientos de la empresa... Cindy. --Nuevamente ella sonrio y toco su brazo. --Ay Adrian, tienes brazos muy fuertes... El sonrio encantador y entro a cambiarse. Luego de algunos minutos salio y mientras guardaba sus pertenencias en el armario le pregunto: --Ya estoy listo Cindy. ?Ahora podrias indicarme a donde debo ir y a quien debo dirigirme? --De ninguna manera Adrian, yo te llevare para presentarte con todos. --Con traviesa sonrisa el respondio:. --Me parece genial ir en tu adorable compania. Halagada Cindy se colgo de su fuerte brazo y al cruzar el area administrativa y al entrar en la de produccion, todos los empleados lo vieron como si se hubiera equivocado de lugar o se tratara de una publicidad, pues Adrian parecia modelo de portada de revista disfrazado de plomero.

  • !No lo hagas!: La organizadora de bodas de Vega Manhattan

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    Paige es una mujer de exito. Ser una de las mejores organizadoras de bodas de Manhattan no es algo que le haya caido del cielo.
    Despues de mucho tiempo, decide tomarse un descanso y volver a casa. Lo que Paige no puede imaginar es que sus vacaciones se complicaran cuando no solo tenga que trabajar, sino que su cliente es la ultima persona a la que quiere ver.
    ?Que hara cuando tenga delante al hombre que le partio el corazon y tenga que organizar la boda de el con otra?
    Una historia de corazones rotos que te hara cuestionartelo todo.

  • Siempre sera el de Monica Lezama Zelayaran

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    Sin saberlo el, le cambio una vida tranquila por un destino diferente al introducirla a un mundo de negocios y relaciones que la envolverian en un remolino de emociones, en donde se convirtio en la mujer que marcaria la vida de los cinco jovenes mas poderosos e importantes del mundo.
    Aprendio que, un solo gesto puede representar la ruina o el exito, y por mucho que te amen: el poder, los titulos nobles y el honor pueden mas.

  • Sobreviviendo En Auschwitz de Primo Levi

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    Me habia capturado la Milicia fascista el 13 de diciembre de 1943. Tenia veinticuatro anos, poco juicio, ninguna experiencia, y una inclinacion decidida, favorecida por el regimen de segregacion al que estaba reducido desde hacia cuatro anos por las leyes raciales, a vivir en un mundo poco real, poblado por educados fantasmas cartesianos, sinceras amistades masculinas y languidas amistades femeninas. Cultivaba un sentido de la rebelion moderado y abstracto. No me habia sido facil elegir el camino del monte y contribuir a poner en pie todo lo que, en mi opinion y en la de otros amigos no mucho mas expertos, habria podido convertirse en una banda de partisanos afiliada a <>. No teniamos contactos, armas, dinero ni experiencia para procurarnoslos; nos faltaban hombres capaces y estabamos agobiados por un monton de gente que no servia para el caso, de buena fe o de mala, que subia de la llanura en busca de una organizacion inexistente, de jefes, de armas o tambien unicamente de proteccion, de un escondrijo, de una hoguera, de un par de zapatos. En aquel tiempo todavia no me habia sido predicada la doctrina que tendria que aprender mas tarde y rapidamente en el Lager, segun la cual el primer oficio de un hombre es perseguir sus propios fines por medios adecuados, y quien se equivoca lo paga, por lo que no puedo sino considerar justo el sucesivo desarrollo de los acontecimientos. Tres centurias de la Milicia que habian salido en plena noche para sorprender a otra banda, mucho mas potente y peligrosa que nosotros, que se ocultaba en el valle contiguo, irrumpieron, en una espectral alba de nieve, en nuestro refugio y me llevaron al valle como sospechoso. En los interrogatorios que siguieron preferi declarar mi condicion de <> porque pensaba que no habria podido justificar de otra manera mi presencia en aquellos lugares, demasiado apartados incluso para un <>, y juzgue (mal, como se vio despues) que admitir mi actividad politica habria supuesto la tortura y una muerte cierta. Como judio me enviaron a Fossoli, cerca de Modena, donde en un vasto campo de concentracion, antes destinado a los prisioneros de guerra ingleses y americanos, se estaba recogiendo a los pertenecientes a las numerosas categorias de personas no gratas al reciente gobierno fascista republicano. En el momento de mi llegada, es decir a finales de enero de 1944, los judios italianos en el campo eran unos ciento cincuenta pero, pocas semanas mas tarde, su numero llegaba a mas de seiscientos. En la mayor parte de los casos se trataba de familias enteras, capturadas por los fascistas o por los nazis por su imprudencia o como consecuencia de una delacion. Unos pocos se habian entregado espontaneamente, bien porque estaban desesperados de la vida de profugos, bien porque no tenian medios de subsistencia o bien por no separarse de algun pariente capturado; o tambien, absurdamente, para <>. Habia, ademas, un centenar de militares yugoslavos internados, y algunos otros extranjeros considerados politicamente sospechosos. La llegada de una pequena seccion de las SS alemanas habria debido levantar sospechas incluso a los mas optimistas, pero se llego a interpretar de maneras diversas aquella novedad sin extraer la consecuencia mas obvia, de manera que, a pesar de todo, el anuncio de la deportacion encontro los animos desprevenidos. El dia 20 de febrero los alemanes habian inspeccionado el campo con cuidado, habian hecho reconvenciones publicas y vehementes al comisario italiano por la defectuosa organizacion del servicio de cocina y por la escasa cantidad de lena distribuida para la calefaccion; habian incluso dicho que pronto iba a empezar a funcionar una enfermeria. Pero la manana del 21 se supo que al dia siguiente los judios iban a irse de alli. Todos, sin excepcion. Tambien los ninos, tambien los viejos, tambien los enfermos. A donde iban, no se sabia. Habia que prepararse para quince dias de viaje. Por cada uno que dejase de presentarse se fusilaria a diez. Solo una minoria de ingenuos y de ilusos se obstino en la esperanza: nosotros habiamos hablado largamente con los profugos polacos y croatas, y sabiamos lo que queria decir salir de alli. Para los condenados a muerte la tradicion prescribe un ceremonial austero, apto para poner en evidencia como toda pasion y toda colera estan apaciguadas ya, como el acto de justicia no representa sino un triste deber hacia la sociedad, tal que puede ser acompanado por compasion hacia la victima de parte del mismo ajusticiador. Por ello se le evita al condenado cualquier preocupacion exterior, se le concede la soledad y, si lo desea, todo consuelo espiritual; se procura, en resumen, que no sienta a su alrededor odio ni arbitrariedad sino la necesidad y la justicia y, junto con el castigo, el perdon. Pero a nosotros esto no se nos concedio, porque eramos demasiados, y habia poco tiempo, y ademas ?de que teniamos que arrepentirnos y de que ser perdonados? El comisario italiano dispuso, en fin, que todos los servicios siguieran cumpliendose hasta el aviso definitivo; asi, la cocina siguio funcionando, los encargados de la limpieza trabajaron como de costumbre, y hasta los maestros y profesores de la pequena escuela dieron por la tarde su clase como todos los dias. Pero aquella tarde a los ninos no se les puso ninguna tarea. Y llego la noche, y fue una noche tal que se sabia que los ojos humanos no habrian podido contemplarla y sobrevivir. Todos se dieron cuenta de ello, ninguno de los guardianes, ni italianos ni alemanes, tuvo el animo de venir a ver lo que hacen los hombres cuando saben que tienen que morir. Cada uno se despidio de la vida del modo que le era mas propio. Unos rezaron, otros bebieron desmesuradamente, otros se embriagaron con su ultima pasion nefanda. Pero las madres velaron para preparar con amoroso cuidado la comida para el viaje, y lavaron a los ninos, e hicieron el equipaje, y al amanecer las alambradas espinosas estaban llenas de ropa interior infantil puesta a secar; y no se olvidaron de los panales, los juguetes, las almohadas, ni de ninguna de las cien pequenas cosas que conocen tan bien y de las que los ninos tienen siempre necesidad. ?No hariais igual vosotras? Si fuesen a mataros manana con vuestro hijo, ?no le dariais de comer hoy? En la barraca 6 A vivia el viejo Gattegno, con su mujer y sus numerosos hijos y los nietos y los yernos y sus industriosas nueras. Todos los hombres eran lenadores; venian de Tripoli, despues de muchos y largos desplazamientos, y siempre se habian llevado consigo los instrumentos de su oficio, y la bateria de cocina, y las filarmonicas y el violin para tocar y bailar despues de la jornada de trabajo, porque eran gente alegre y piadosa. Sus mujeres fueron las primeras en despachar los preparativos del viaje, silenciosas y rapidas para que quedase tiempo para el duelo; y cuando todo estuvo preparado, el pan cocido, los hatos hechos, entonces se descalzaron, se soltaron los cabellos y pusieron en el suelo las velas funebres, y las encendieron siguiendo la costumbre de sus padres; y se sentaron en el suelo en corro para lamentarse, y durante toda la noche lloraron y rezaron. Muchos de nosotros nos paramos a su puerta y sentimos que descendia en nuestras almas, fresco en nosotros, el dolor antiguo del pueblo que no tiene tierra, el dolor sin esperanza del exodo que se renueva cada siglo. El amanecer nos ataco a traicion; como si el sol naciente se aliase con los hombres en el deseo de destruirnos. Los distintos sentimientos que nos agitaban, de aceptacion consciente, de rebelion sin frenos, de abandono religioso, de miedo, de desesperacion, desembocaban, despues de la noche de insomnio, en una incontrolable locura colectiva. El tiempo de meditar, el tiempo de asumir las cosas se habia terminado, y cualquier intento de razonar se disolvia en un tumulto sin vinculos del cual, dolorosos como tajos de una espada, emergian en relampagos, tan cercanos todavia en el tiempo y el espacio, los buenos recuerdos de nuestras casas. Muchas cosas dijimos e hicimos entonces de las cuales es mejor que no quede el recuerdo. Con la absurda exactitud a que mas adelante tendriamos que acostumbrarnos, los alemanes tocaron diana. Al terminar, Wieviel Stuck?, pregunto el alferez; y el cabo saludo dando el taconazo, y le contesto que las <> eran seiscientos cincuenta, y que todo estaba en orden; entonces nos cargaron en las camionetas y nos llevaron a la estacion de Carpi. Alli nos esperaba el tren y la escolta para el viaje. Alli recibimos los primeros golpes: y la cosa fue tan inesperada e insensata que no sentimos ningun dolor, ni en el cuerpo ni en el alma. Solo un estupor profundo: ?como es posible golpear sin colera a un hombre? Los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta; en mi vagon eramos solo cuarenta y cinco, pero era un vagon pequeno. Aqui estaba, ante nuestros ojos, bajo nuestros pies, uno de los famosos trenes de guerra alemanes, los que no vuelven, aquellos de los cuales, temblando y siempre un poco incredulos, habiamos oido hablar con tanta frecuencia. Exactamente asi, punto por punto: vagones de mercancias, cerrados desde el exterior, y dentro hombres, mujeres, ninos, comprimidos sin piedad, como mercancias en docenas, en un viaje hacia la nada, en un viaje hacia alla abajo, hacia el fondo. Esta vez, dentro ibamos nosotros. Todo el mundo descubre, tarde o temprano, que la felicidad perfecta no es posible, pero pocos hay que se detengan en la consideracion opuesta de que lo mismo ocurre con la infelicidad perfecta. Los momentos que se oponen a la realizacion de uno y otro estado limite son de la misma naturaleza: se derivan de nuestra condicion humana, que es enemiga de cualquier infinitud. Se opone a ello nuestro eternamente insuficiente conocimiento del futuro; y ello se llama, en un caso, esperanza y en el otro, incertidumbre del manana. Se opone a ello la seguridad de la muerte, que pone limite a cualquier gozo, pero tambien a cualquier dolor. Se oponen a ello las inevitables preocupaciones materiales que, asi como emponzonan cualquier felicidad duradera, de la misma manera apartan nuestra atencion continuamente de la desgracia que nos oprime y convierten en fragmentaria, y por lo mismo en soportable, su conciencia. Fueron las incomodidades, los golpes, el frio, la sed, lo que nos mantuvo a flote sobre una desesperacion sin fondo, durante el viaje y despues. No el deseo de vivir, ni una resignacion consciente: porque son pocos los hombres capaces de ello y nosotros no eramos sino una muestra de la humanidad mas comun. Habian cerrado las puertas en seguida pero el tren no se puso en marcha hasta por la tarde. Nos habiamos enterado con alivio de nuestro destino. Auschwitz: un nombre carente de cualquier significado entonces para nosotros pero que tenia que corresponder a un lugar de este mundo. El tren iba lentamente, con largas paradas enervantes. Desde la mirilla veiamos desfilar las altas rocas palidas del valle del Adige, los ultimos nombres de las ciudades italianas. Pasamos el Breno a las doce del segundo dia y todos se pusieron en pie pero nadie dijo una palabra. Yo tenia en el corazon el pensamiento de la vuelta, y se me representaba cruelmente cual deberia ser la sobrehumana alegria de pasar por alli otra vez, con unas puertas abiertas por donde ninguno desearia huir, y los primeros nombres italianos... y mirando a mi alrededor pensaba en cuantos, de todo aquel triste polvo humano, podrian estar senalados por el destino. Entre las cuarenta y cinco personas de mi vagon tan solo cuatro han vuelto a ver su hogar; y fue con mucho el vagon mas afortunado. Sufriamos de sed y de frio: a cada parada pediamos agua a grandes voces, o por lo menos un punado de nieve, pero en pocas ocasiones nos hicieron caso; los soldados de la escolta alejaban a quienes trataban de acercarse al convoy. Dos jovenes madres, con sus hijos todavia colgados del pecho, gemian noche y dia pidiendo agua. Menos terrible era para todos el hambre, el cansancio y el insomnio que la tension y los nervios hacian menos penosos: pero las noches eran una pesadilla interminable. Pocos son los hombres que saben caminar a la muerte con dignidad, y muchas veces no aquellos de quienes lo esperariamos. Pocos son los que saben callar y respetar el silencio ajeno. Nuestro sueno inquieto era interrumpido frecuentemente por rinas ruidosas y futiles, por imprecaciones, patadas y punetazos lanzados a ciegas para defenderse contra cualquier contacto molesto e inevitable. Entonces alguien encendia la lugubre llama de una velita y ponia en evidencia, tendido en el suelo, un revoltijo oscuro, una masa humana confusa y continua, torpe y dolorosa, que se elevaba aca y alla en convulsiones imprevistas subitamente sofocadas por el cansancio. Desde la mirilla, nombres conocidos y desconocidos de ciudades austriacas, Salzburgo, Viena; luego checas, al final, polacas. La noche del cuarto dia el frio se hizo intenso: el tren recorria interminables pinares negros, subiendo de modo perceptible. Habia nieve alta. Debia de ser una via secundaria, las estaciones eran pequenas y estaban casi desiertas. Nadie trataba ya, durante las paradas, de comunicarse con el mundo exterior: nos sentiamos ya <>. Hubo entonces una larga parada en campo abierto, despues continuo la marcha con extrema lentitud, y el convoy se paro definitivamente, de noche cerrada, en mitad de una llanura oscura y silenciosa. Se veian, a los dos lados de la via, filas de luces blancas y rojas que se perdian a lo lejos; pero nada de ese rumor confuso que anuncia de lejos los lugares habitados. A la luz misera de la ultima vela, extinguido el ritmo de las ruedas, extinguido todo rumor humano, esperabamos que sucediese algo. Junto a mi habia ido durante todo el viaje, aprisionada como yo entre un cuerpo y otro, una mujer. Nos conociamos hacia muchos anos y la desgracia nos habia golpeado a la vez pero poco sabiamos el uno del otro. Nos contamos entonces, en aquel momento decisivo, cosas que entre vivientes no se dicen. Nos despedimos, y fue breve; los dos al hacerlo, nos despediamos de la vida. Ya no teniamos miedo. Nos soltaron de repente. Abrieron el porton con estrepito, la oscuridad resono con ordenes extranjeras, con esos barbaros ladridos de los alemanes cuando mandan, que parecen dar salida a una rabia secular. Vimos un vasto anden iluminado por reflectores. Un poco mas alla, una fila de autocares. Luego, todo quedo de nuevo en silencio. Alguien tradujo: habia que bajar con el equipaje, dejarlo junto al tren. En un momento el anden estuvo hormigueante de sombras: pero teniamos miedo de romper el silencio, todos se agitaban en torno a los equipajes, se buscaban, se llamaban unos a otros, pero timidamente, a media voz. Una decena de SS estaban a un lado, con aire indiferente, con las piernas abiertas. En determinado momento empezaron a andar entre nosotros y, en voz baja, con rostros de piedra, empezaron a interrogarnos rapidamente, uno a uno, en mal italiano. No interrogaban a todos, solo a algunos. <> y segun la respuesta nos senalaban dos direcciones diferentes. Todo estaba silencioso como en un acuario, y como en algunas escenas de los suenos. Esperabamos algo mas apocaliptico y aparecian unos simples guardias. Era desconcertante y desarmante. Hubo alguien que se atrevio a preguntar por las maletas: contestaron: <>; otro no queria separarse de su mujer: dijeron <>; muchas madres no querian separarse de sus hijos: dijeron <>. Siempre con la tranquila seguridad de quien no hace mas que su oficio de todos los dias; pero Renzo se entretuvo un instante de mas al despedirse de Francesca, que era su novia, y con un solo golpe en mitad de la cara lo tumbaron en tierra; era su oficio de cada dia. En menos de diez minutos todos los que eramos hombres utiles estuvimos reunidos en un grupo. Lo que fue de los demas, de las mujeres, de los ninos, de los viejos, no pudimos saberlo ni entonces ni despues: la noche se los trago, pura y simplemente. Hoy sabemos que con aquella seleccion rapida y sumaria se habia decidido de todos y cada uno de nosotros si podia o no trabajar utilmente para el Reich; sabemos que en los campos de Buna-Monowitz y Birkenau no entraron, de nuestro convoy, mas que noventa y siete hombres y veintinueve mujeres y que de todos los demas, que eran mas de quinientos, ninguno estaba vivo dos dias mas tarde. Sabemos tambien que por tenue que fuese no siempre se siguio este sistema de discriminacion entre utiles e improductivos y que mas tarde se adopto con frecuencia el sistema mas simple de abrir los dos portones de los vagones, sin avisos ni instrucciones a los recien llegados. Entraban en el campo los que el azar hacia bajar por un lado del convoy; los otros iban a las camaras de gas. Asi murio Emilia, que tenia tres anos; ya que a los alemanes les parecia clara la necesidad historica de mandar a la muerte a los ninos de los judios. Emilia, hija del ingeniero Aldo Levi de Milan, que era una nina curiosa, ambiciosa, alegre e inteligente a la cual, durante el viaje en el vagon atestado, su padre y su madre habian conseguido banar en un cubo de zinc, en un agua tibia que el degenerado maquinista aleman habia consentido en sacar de la locomotora que nos arrastraba a todos a la muerte. Desaparecieron asi en un instante, a traicion, nuestras mujeres, nuestros padres, nuestros hijos. Casi nadie pudo despedirse de ellos. Los vimos un poco de tiempo como una masa oscura en el otro extremo del anden, luego ya no vimos nada. Emergieron, en su lugar, a la luz de los faroles, dos pelotones de extranos individuos. Andaban en formacion de tres en tres, con extrano paso embarazado, la cabeza inclinada hacia adelante y los brazos rigidos. Llevaban en la cabeza una gorra comica e iban vestidos con un largo balandran a rayas que aun de noche y de lejos se adivinaba sucio y desgarrado. Describieron un amplio circulo alrededor de nosotros, sin acercarsenos y, en silencio, empezaron a afanarse con nuestros equipajes y a subir y a bajar de los vagones vacios. Nosotros nos mirabamos sin decir palabra. Todo era incomprensible y loco, pero habiamos comprendido algo. Esta era la metamorfosis que nos esperaba. Manana mismo seriamos nosotros una cosa asi. Sin saber como, me encontre subido a un autocar con unos treinta mas; el autocar arranco en la noche a toda velocidad; iba cubierto y no se podia ver nada afuera pero por las sacudidas se veia que la carretera tenia muchas curvas y cunetas. ?No llevabamos escolta? ?...tirarse afuera? Demasiado tarde, demasiado tarde, todos vamos hacia <>. Por otra parte, nos habiamos dado cuenta de que no ibamos sin escolta: teniamos una extrana escolta. Era un soldado aleman erizado de armas; no lo vemos porque hay una oscuridad total, pero sentimos su contacto duro cada vez que una sacudida del vehiculo nos arroja a todos en un monton a la derecha o a la izquierda. Enciende una linterna de bolsillo y en lugar de gritarnos <> nos pregunta cortesmente a uno por uno, en aleman y en lengua franca, si tenemos dinero o relojes para darselos: total, no nos van a hacer falta para nada. No es una orden, esto no esta en el reglamento: bien se ve que es una pequena iniciativa privada de nuestro caronte. El asunto nos suscita colera y risa, y una extrana sensacion de alivio. En el fondo El viaje duro solo una veintena de minutos. Luego el autocar se detuvo y vimos una gran puerta, y encima un letrero muy iluminado (cuyo recuerdo todavia me asedia en suenos): ARBEIT MACHT FREI, el trabajo nos hace libres. Bajamos, nos hacen entrar en una sala vasta y vacia, ligeramente templada. !Que sed teniamos! El debil murmullo del agua en los radiadores nos enfurecia: hacia cuatro dias que no bebiamos. Y hay un grifo: encima un cartel donde dice que esta prohibido beber porque el agua esta envenenada. Estupideces, a mi me parece evidente que el cartel es una burla, <> saben que nos morimos de sed y nos meten en una sala, y hay alli un grifo, y Wassertrinken verbotten. Yo bebo, e incito a mis companeros a hacerlo, pero tengo que escupir, el agua esta tibia y dulzona, huele a cienaga.

  • Relatos de amor de Perla Mucino

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    En el 2015, estaba sentada a la orilla de una banqueta conversando con un amigo… Le platicaba de algunas historias que conocia; historias que habia escuchado a lo largo de mi vida y que, si bien distaban mucho de ser un cuento de hadas, eran autenticos relatos de amor. El, por su parte, me contaba de lo afortunado que habia sido en el amor comparado con el resto de sus amigos, decia que nunca estaria lo suficientemente agradecido con Dios por ello. Cuando me conto su historia, me encanto y me conmovio bastante; era una de esas historias en que no puedes dejar de pensar en su magia. Resultaba evidente que mi amigo era muy, pero muy afortunado. Emocionados por la historia, hicimos planes a futuro; estos incluian: una boda, ropa especial para los novios, banquete, flores y muchas cosas mas. Todos estos planes se cristalizarian en el 2020, pero en el 2019, mi amigo... !murio! Su perdida significo para mi, un duro golpe emocional. Ese fue el motivo que me llevo a escribir Relatos de amor. [?][?][?] Estaras en el ultimo relato de este libro, amigo. Ahi, viviras por siempre. Escribir es inmortalizar... Marissa se va Cuando el <> solo cambia de forma Mi nina hermosa, !no llores!, !aqui esta papa! !Marissa!, !si sigues corriendo te puedes caer! !No vas a salir con esa falda a ningun lado, jovencita! Que descanses princesa... te amo. Enseguida vuelvo, voy a ajustar cuentas con aquel patan. [?][?][?] --Papi... ?te gusta como se ve? Su tierna voz me saco de mis recuerdos. Vi a mi Marissa de cuatro anos preguntandome si se veia bien con su traje de hadas, se veia tan bella y tan alegre. --!Papa!, ?estas bien? --pregunto Marissa un poco angustiada--, te noto distraido. ?Vas a estar bien, verdad papi? --Si, mi nina, estoy bien, solo estoy pensando --le conteste con tristeza--, hace apenas unos anos usabas vestidos verdes con brillos y mallas amarillas y... !mirate ahora! --Papa, eso fue hace demasiados anos --exclamo--, yo tenia entonces cuatro anos y era un festival de primavera. --Si, lo se --anadi--, pero no pudimos quitarte esas mallas en varios dias porque creias que si te las quitabamos se acabaria la primavera, tu madre tuvo que banarte con ellas... !Sonia! -- murmure con tristeza al recordarla--. Tal vez tu madre estaria llorando ahora mismo si te viera vestida asi. --Papa... --dijo cabizbaja--, mama nos mira desde el cielo y si te pones triste, ella tambien lo estara. !Ven papi!, vamos por agua, tengo algo de sed. Nos levantamos, se colgo de mi brazo y caminamos en busca de agua. Yo solo queria alargar el camino, deseaba estar con mi hija el mayor tiempo posible. --Debo aceptar --confese--, que no se como reaccionar. Tu madre ya me habria dado algunos consejos para actuar con cordura y superar estos sentimientos tristes, me habria abrazado y me habria contado algun chiste tonto sobre la ocasion, pero no esta y no se como sobrellevar esto yo solo. --Papa --susurro con ternura--, deberias reirte porque tengo dos horas pensando en que mi mama diria que mi cabello parece un nido de golondrinas o algo parecido. Rei su observacion, sabia que su madre habria dicho algo similar y seria un comentario muy acertado, ese peinado parecia un nido de pajaro. Mi princesa habia heredado el sentido del humor de su madre, asi como su calidez y amabilidad. En cambio yo, un viejo de cincuenta y cinco anos, estoy amargado por la perdida de mi amada esposa y, ahora, por la partida de mi hija: mi mas hermoso tesoro sobre la tierra, la flor mas hermosa de mi jardin. ?Que sera de mi sin mis dos pilares? Lo habia pensado con tal intensidad, que no me di cuenta que mis pensamientos salieron por mi boca. --!Papa! --expreso con carino mientras me abrazaba--. Yo estare contigo siempre, y siempre necesitare de ti. No me ire nunca, solo estoy creciendo. Sus palabras sonaban tan calidas y certeras, que no pude oponerme mas. !Era verdad lo que ella decia! Mi hija solo estaba creciendo y seguiria su camino como yo lo segui en su momento... como lo siguio su madre conmigo. Entonces, por que habria de entristecerme el ver a mi retono florecer y enraizar en una mejor tierra, por que deberia dolerme su maduracion y crecimiento. Eso no tenia ningun sentido. --Tienes razon mi nina --comente convencido--, no es una despedida ni nada parecido. !Hagamos lo propio! Tome su mano, la mire a los ojos, le sonrei y nos dirigimos de vuelta al dormitorio. --!Vamos, mi nidito de golondrina! --dije en tono de broma--, !tenemos algo pendiente! Quince minutos despues caminabamos hacia <>. !Al fin!, ahi estaba yo llevando a mi hija del brazo, caminando en medio de un pasillo flanqueado por personas y, mientras caminabamos hacia el altar, los recuerdos de mi princesa me rondaban por la mente mientras escuchaba la marcha nupcial que, a decir verdad, me sabia mas a una marcha funebre. Vi a lo lejos a aquel nono, bobo, pazguato, papanatas que me habia arrebatado a mi mas hermosa flor. Ahi estaba el, esperando como buitre a que la presa muriera, mirando a mi Marissa con la misma sonrisa de idiota que lo caracterizaba. Y mi hermosa princesa, tan feliz y nerviosa como nunca. Tan bella ella, con ese vestido blanco y ese velo que le cubria la cara evitando que vieran su angelical sonrisa. ?Que puedo hacer?, me he prometido no llorar y no maldecir. Solo debo dejar a mi hija seguir su camino con quien ella ha escogido para compartir su vida. Sonrei, respire profundamente y entregue su mano a el: al maldito nuevo heroe de mi princesa. !La fiesta fue un exito!, mi hija estaba tan feliz como nunca y... si mi hija era feliz... !yo tambien deberia serlo! [?][?][?] Han pasado seis anos desde la boda y, como lo prometio en su momento, mi nina nunca me olvido. Ahora, Fernando, mi yerno, me ha hecho comprender la frase de la que siempre me burle: <>. El ha sido un excelente companero de mi amada Marissa, la ha tratado muy bien y que decir de... --!Esperen!, !que esperen, les digo!, !los atrapare!, !ya veran! Bueno, ustedes me disculparan, pero a estos pilluelos tengo que alcanzarlos... --!Manuelin, Yesenia!... ahora que les ponga la mano encima... !me los comere a besos!, !ya veran!

  • EL CIELO SOBRE ORAN (Las aventuras del Capitan Riley), Fernando Gamboa de Fernando Gamboa

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    EL CIELO SOBRE ORAN es una novela breve, una emocionante aventura, acontecida solo unos meses antes de los hechos que se relatan en la novela CAPITAN RILEY, que da nombre a la serie.
    En esta ocasion, Alex Riley y su tripulacion son contratados por el banquero y contrabandista Joan March, para llevar a acabo un misterioso robo en alta mar a cambio de una indecente cantidad de dinero.
    Los tripulantes del Pingarron descubriran, como siempre demasiado tarde, que estan metidos en un lio mucho mayor del que se esperaban, y que las consecuencias de sus actos podrian afectar incluso al resultado de la guerra que asola Europa.
    De ese modo, una vez mas y a riesgo de sus propias vidas, se veran empujados a elegir entre hacer o no lo lo correcto. O al menos, intentarlo.

  • La rebelion de las brujas de Maria Jesus Estepa

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    La clarividencia de Angie Holbein no es suficiente para esclarecer el misterioso pasado que la persigue. El destino le tiene preparado una revelacion de antano, que dejara en entredicho el papel de la Santa Iglesia. Tras un ritual de magia, su cuerpo viaja a traves de un portal a la Alemania del siglo xv donde descubrira, en sus propias carnes, la falta de escrupulos de una sociedad dominada por la religion.

  • Al final de la tarde de Kent Haruf

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    Kent Haruf, autor de Nosotros en la noche, vuelve al pueblo imaginario de Holt en esta continuacion de la <> que inauguro con La cancion de la llanura.

  • Todas las benditas decisiones (Everlasting Wound 2) de May Boeken

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    Despues de la ruptura con Gary, Rebeka se refugia en casa de su hermano en Hallerburg, Alemania, para reorientar su vida e intentar olvidar cuanto antes al rockero norirlandes. Se siente perdida, herida y cabreada. Lo echa mucho de menos, pero se niega a recular e intentar arreglar las cosas con el.
    A base de juergas en el Rocco’s -un peculiar bar ilegal-, los cuestionables consejos de su amiga Ana y una nueva amistad con su vecino Daniel -un especimen germano guapo a rabiar-, consigue recuperar el rumbo. Pero lo que tiene el amor es que viene sin avisar y a veces llega sin llamar.
    ?Su relacion con Daniel se convertira en amistad-algo-mas? ?O existiran las casualidades cosmicas y volvera a aparecer Gary en su vida?

  • El Azul del Cielo de Georges Bataille

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    A pesar de la luminosidad del titulo, esta obra se inspira en la transgresion de una moral prudente, en una busqueda peligrosa: el aprendizaje de la muerte, la profundidad <> de ese cielo azul que nos atrae y repele al mismo tiempo. Londres, Paris, Barcelona, dibujan una topografia de la perdicion, un marco en el cual Troppmann, a traves de borracheras, noches en blanco y extranas celebraciones, se va acercando hacia esa nueva forma de pureza, la comunion con la muerte gracias al descubrimiento iluminador de lo sordido.

  • Secretos De Papel de Teresa Corroto

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    El ruido de unos zapatos negros de tacon de un cuarenta y dos retumbando bajo los pies de una mujer que pisaba ahora mas decidida que nunca, no dejaba indiferente a nadie. Una brisa de aire caliente. tipica de un mes de verano mas caluroso de lo habitual, mecia su corta y lisa melena a falta de subir solo los dos ultimos escalones para ver la luz del dia. La tradicional boca de metro de Atocha impasible ante el paso del tiempo, daba pie a un sol que acentuaba mas todavia el color rubio ceniza de su pelo. Siete minutos a paso ligero eran los que separaban a Alexia de su destino. Fueron tantos los dias que sus pies se habian dedicado a realizar ese recorrido, que hasta podia indicar los metros exactos que separaban su parada de metro diaria de la pinacoteca madrilena por excelencia la que se habia encomendado los ultimos treinta anos de su vida. Un ano entero era el tiempo exacto que habia permanecido alejada del lugar que consideraba como su segunda casa y que ahora la reclamaba de nuevo. La jubilacion habia llamado a sus puertas el mismo dia en que cumplia los sesenta y cinco. El semblante de la estatua de Velazquez custodiando incansable la entrada principal del museo, parecia mirarla de forma entranable y Alexia dejaba escapar su imaginacion al pensar que hasta esa estatua de bronce se habia atusado el bigote para darla la bienvenida. --Yo tambien me alegro de verte Diego --guinandole un ojo disimuladamente. El V Centenario de la muerte de El Bosco junto a la muestra monografica que se le dedicaba en Espana, eran la excusa perfecta para volver a pisar el museo del Prado y, de paso, aprovechar para rescatar momentos entre cercanos y olvidados, calles llenas de vida y descubrir otro Madrid que apenas hacia un ano parecia que se hubiese reinventado. Rumbo a la sala 56 A, dedicada en exclusiva al maestro flamenco, no dudo ni por un momento el recorrido que deberia seguir y no hizo escala en ninguna otra sala mas a no ser por el resto de visitantes que tenia que sortear y con los que deberia tener paciencia para que abriesen el hueco suficiente para poder atravesar. Atras quedaron aquellos tiempos en los que interrumpir a una pareja con un plano en la mano para ubicarles en el punto <>, ya no se encontraba dentro de su cometido, aunque ganas no le faltasen de hacerlo. Era espectacular como unas luces led adheridas a un falso techo iluminaban toda la sala como nunca antes la habia visto y unos altillos de pladur, a la altura de la cintura de cualquier viandante, daban asiento a cada uno de los tripticos que compartian esa sala y singularizaba mas su caracter al contemplar tanto el anverso como el reves de sus laterales. <>, penso. Nada mas entrar, a la derecha, estaba el Carro del heno, a la izquierda La Adoracion de los magos y, entre medias, El jardin de las delicias. Una vez dentro, el profundo suspiro de Alexia acaparaba toda la sala del museo. Mientras exhalaba por completo el aire que sus pulmones habian retenido durante unos escasos segundos, sentia que su alma aun encerraba todas esas preguntas que nadie le habia sabido responder con palabras. A pesar de encontrarse situada justo entre los tres tripticos mas conocidos de todos los tiempos, El jardin de las delicias era su obra preferida y mas que merecedora de requisar toda su atencion. No era la primera vez ni la segunda que Alexia se sumergia entre tal alboroto de imagenes no para intentar desvelar su misterio, sino para permanecer sumergida en el. Figuras fantasmagoricas, animales maravillosos y un caos incendiandolo todo como un dia de fiebre, eran ilustraciones mas que emblematicas para ahondar en ellas y perderse el tiempo suficiente hasta conseguir despejar su mente. --El apocalipsis --decia Alexia en voz alta al contemplar la ultima tabla del triptico--. Todo arde ante el tormento de las almas torturadas por seres que despellejan y deguellan. Casi como en la vida real --retorciendo la comisura de sus labios al terminar de hablar y observando por el rabillo del ojo las curiosas miradas de los que se encontraban a su alrededor al escucharla. Era evidente que, ni su atrevido comentario, ni unas cuerdas vocales retocadas anos atras por la cirugia, iban a pasar inadvertidas ante nadie. Y es que nada le gustaba mas que permanecer con su impavida mirada ante la obra mas extraordinaria y, a la vez, mas enigmatica que el ser humano haya podido constatar y a la cual siempre visitaba cuando el trabajo se lo permitia antes de marcharse a casa. Nada menos que tres rigurosas decadas completaban el tiempo que Alexia habia dedicado en cuerpo y alma a procurar la proteccion de ese museo. Y nunca mejor dicho. Tambien llego a formar parte del cuerpo de seguridad que, al caer el sol, se encargaba de custodiar todas y cada una de esas obras. O como a ella le gustaba llamarlo, otra forma de felicidad terrenal. Su cuerpo habia sufrido una transformacion tremenda desde entonces y, ese museo, habia sido el maximo testigo de todo ese cambio fase por fase. Ni el mismisimo cuadro de La pasion de Juana de Arco juzgada por la inquisicion por actuar y vestir como un varon, podria explicar mejor un espiritu atrapado en un cuerpo que no se corresponde. Aspecto de hombre de dia, corazon de mujer de noche. Alli, donde las ideas revolotean como los angeles, lo extrano era bello, las obras solo pueden hacerse con amor y la imaginacion es capaz de dispararse sobre un simple lienzo en blanco, era donde su nostalgia encontraba cura. Y porque alli, entre dioses hermafroditas de la antigua Grecia plasmados en lienzos y delicadas estatuas de ninfas con pene, podia desnudar su alma y mostrarse tal y como era porque las obras de arte no la juzgaban, sino que se sentian identificados con ella. Desde que, por caprichos del destino, se establecio en Madrid con tan solo quince anos, lo unico que la ataba a su Mediterraneo y a su luz y calor, era el recuerdo de una tierna infancia y de una menos acertada adolescencia. Y de eso su querido Sorolla sabia mucho. No necesitaba mas que un barrido de ojos a su paleta de colores para regresar a su anorada Valencia y sentirse cuya nina, perfectamente plasmada, correteaba inofensiva por el mar. Atras quedaban ya las reuniones de amigos alrededor de las hogueras con olor a sal, el caluroso viento de levante, o los atardeceres envueltos en agua espumosa. Sus padres junto con el y su hermana, abandonaban su casa de Altea de toda la vida por la promesa de un ascenso para su padre a cuatrocientos kilometros de alli y de la posibilidad de darles una vida mejor. Una vida de privilegios con un final que se truncaba desde el mismo momento en que su hijo, recien cumplida la quincena, aparecia de repente a ojos de su padre vestido de mujer. --Pero ?que cojones haces con eso puesto? --le increpo su padre malhumorado mientras le atravesaba con fuego en la mirada. --Nada, papa --acerto a decir completamente bloqueado. --Alejandro, !que que cojones llevas puesto! --elevo el tono. Un silencio sepulcral entre ellos que hasta parecia atravesar las paredes impregnaba todo el salon. El nudo de Alex, cada vez mas latente en su garganta, parecia ahogarle. Si los ojos son el espejo del alma, el alma de su padre parecia estar cociendose en ese momento en las mismisimas puertas del infierno y Lucifer, a su lado, ser un simple aprendiz. Lo poco que fuese que se le estuviese pasando por la cabeza mientras observaba a su hijo travestido, o como diria el: disfrazado de marica, no seria ni por asomo la mitad comparado con la hostia que le esperaba a Alex si no arrancaba a hablar de un momento a otro y daba una buena explicacion de su modelito. --Tranquilo, papa, te lo puedo explicar --colocando sus manos frente a su padre a modo de escudo. --Te estoy esperando.

  • El heroe de al lado de Mia Ford

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    Esme --Si, senor Jones. Voy enseguida. Yo solo… --<> Siempre esta igual: estresado, grunon... y como soy su secretaria, me toca a mi aguantar el chaparron. Mi trabajo se supone que consiste simplemente en organizar su agenda y filtrar las llamadas que no quiere contestar. No responsabilizarme cuando los clientes no estan contentos, cuando el equipo de produccion no termina las cosas a tiempo o cuando pierde dinero… pero me echa la culpa a mi. No es de extranar que tenga ojeras y un permanente nudo de estres en los hombros. Nada me gustaria mas que decirle al senor Jones donde puede meterse el empleo, pero entonces no se que seria de mi. En que podria trabajar ademas de en esa oficina. Al terminar mis estudios, me contrato como su asistente personal y no he hecho nada mas. Con veinticuatro anos, no puedo renunciar y buscarme otro trabajo. Vivo de cheque en cheque y mientras no encontrara un nuevo empleo, no tendria dinero. No puedo permitirme ese lujo. No puedo. Junto a la puerta de mi casa, cierro los ojos. Deje que mi jefe despotricara en mi contra sin parar y, ahora, intento bloquear el dolor que eso me ha causado. Su horrible actitud no es personal, aunque a veces lo parece. Lo ultimo que necesito ahora es ponerme a llorar y, aunque ya noto los ojos anegados de lagrimas, no puedo dejarlas salir… Despues de gritarme como un loco, me ha colgado el telefono, antes de que tuviera tiempo siquiera de responderle. Por supuesto, ?para que molestarse en escucharme? Nada de lo que yo pueda decirle significa nada para el. Joder, menuda forma de empezar una manana de lunes. Debi suponer que el dia no comenzaria bien cuando no oi el despertador. Salgo a la calle y dejo que el sol me bane durante unos segundos antes de entrar en el coche. Cuando llegue a la oficina, no vere mas la luz del dia. No tengo posibilidad alguna de disfrutar del sol porque, sin importar la epoca del ano que sea, siempre es de noche cuando vuelvo a casa, asi que decido tomarme un minuto. !Oh! Pero un sonido me distrae de mi momento de soledad. Proviene de la vivienda de al lado, aunque ha estado vacia desde hace mucho tiempo. Ni siquiera se que le paso a la ultima persona que vivio en el, simplemente desaparecio. No es que tenga el habito de conocer a los vecinos. Intercambiar un rapido saludo esta bien, pero eso es todo. Prefiero mantenerme al margen porque mi trabajo es muy absorbente. No tengo tiempo para tomarme un cafe con ellos. --Ah, hola. --Un joven musculoso me sonrie, mostrandome unos preciosos hoyuelos. Sus ojos verdes y su pelo negro brillan con el sol. Pero no es lo que mas me cautiva. Es el uniforme de bombero que tiene en la mano, uno autentico, no el de un stripper. Es un chico de uniforme que hace que me derrita. Ni siquiera sabia que tenia este tipo de fantasia hasta ahora--. Me llamo Theo Landon. Acabo de mudarme. Tu debes ser mi vecina, la mujer a la que acudire cuando se me acabe el azucar o la leche. Encantado de conocerte. Sonrie y me extiende la mano con calidez, sin embargo, yo solo puedo pensar en el latido de mi corazon y en el terror que me entra porque, a partir de ahora, tendre que estar en forma. Vestida y maquillada, con el cabello bien peinado, por si acaso este cachas se presenta para algo. Adios a los pantalones de chandal… --E… Esme Smith --tartamudeo como una idiota mientras tomo su mano. Su calida y gigante mano salvavidas que envia un escalofrio de excitacion a mi columna vertebral--. Mi nombre es Esme y eh... yo tambien estoy encantada de conocerte. Bueno, como primera impresion, seguro que ha sido una mierda. Puedo verlo mirandome con curiosidad mientras me ruborizo. No se que tono de rojo deben tener mis mejillas ya, pero resulta totalmente humillante. Aun asi, nuestros ojos permanecen unidos. No puedo dejar de mirarlo, por mucho que lo intento. De verdad, quiero apartar la vista para romper la magia de este momento antes de que me trague entera y me encuentre hecha un charco a sus pies, pero no puedo. Debe ser porque Theo es el primer chico guapo que he visto desde hace mucho tiempo. No sentia este extrano aleteo en la boca del estomago desde Luke, con quien sali en el instituto. No obstante, eso fue solo un amor de adolescente. Crei que esa era la razon por la que no habia vuelto a pasarme, pero ahora empiezo a pensar que puede haber otra razon por la que ninguna de mis otras citas ha funcionado. Me he estado perdiendo esto. Que lastima que no pueda interactuar con el. No es que un hombre tan sexi como mi nuevo vecino quisiera verme otra vez pero, aun asi, estoy demasiado ocupada con mi trabajo. No tengo tiempo, aunque una pequena parte de mi, ahora mismo, desea saltar sobre el. Me encantaria envolver mis piernas alrededor de su cintura y aferrarme a el para siempre… Sobre todo si lleva el uniforme. Vaya, apuesto a que esta increiblemente guapo vestido asi. --Theo, ?donde diablos quieres que ponga esto? --Una mujer aparece justo detras de el, sacudiendo su pelo tenido de purpura. Es preciosa y tambien tiene una de esas sonrisas de anuncio. Solo con verla, mi autoestima queda por los suelos. Tengo que admitir que nunca me he considerado sexi o guapa, mas bien del monton, pero esta chica es todo lo que yo no soy. Y, por supuesto, hace una maravillosa pareja con Theo, como debe ser--. Oh, hola. --Hola. --Ahora mis niveles de intimidacion estan por las nubes, y apenas puedo contenerme. Estaba pensando en su novio de una manera definitivamente inapropiada. Me pregunto si ella puede notarmelo en la cara. --Yo soy Natasha. Encantada. Creo que has dicho que te llamas Esme, ?verdad? Bonito nombre… Dios, es un cielo y, ademas, simpatica. Por supuesto que si. ?Por que no iba a serlo? Lo tiene todo a su favor. No soporto estar cerca de ella, es demasiado para mi. Necesito escapar. --Animo con la mudanza. --Me retiro, esperando que mi sonrisa no sea demasiado forzada--. Tengo que irme a trabajar antes de que mi jefe se ponga aun mas gilipollas. Aunque… estoy segura de que os vere a los dos por aqui. Cuando entro en el coche, siento que todo mi cuerpo vibra y grita. Esto ha sido demasiado, como si mi manana no hubiera sido ya lo suficientemente mala, ahora esto. Dios mio, voy a vivir al lado de un bombero sexi y su novia. No es justo. --?Como va todo? --me pregunta Delia mientras toma asiento a mi lado en la cafeteria. Tiene un caracter muy alegre, pero supongo que puede porque, en la fabrica, no tiene que lidiar con el senor Jones todo el tiempo. Si lo hiciera, estaria palida y estresada, como yo--. Oh, oh, mal, ?eh? Me encojo de hombros, sabiendo que debo tenerlo escrito en la cara. --Si, mas o menos. Las cosas no parecen ir bien. Lo de Starks ha provocado algunas quejas y ahora podrian dejar de trabajar con nosotros… --Bueno, el unico responsable es el jefe. Quiere usar materiales mas baratos y eso es lo que pasa cuando se hacen recortes. De todos modos, tu no tienes la culpa, Esme, asi que ?por que te llevas la peor parte de todo? Antes de que pueda empezar a despotricar sobre la necesidad de defenderme --lo que, en mi caso, es mas facil de decir que de hacer--, cambio de tema para contarle la otra cosa de la que estoy desesperada por hablar. --Tengo un nuevo vecino guapisimo, sabes. --Me rio, sintiendo que me ruborizo una vez mas. No dejo de ponerme roja cada vez que pienso en Theo. El provoca ese efecto en mi, no puedo explicarlo. Cada vaso sanguineo dentro de mi reacciona--. Es bombero, creo. Llevaba el uniforme y parecia muy agradable. Es una pena que tenga novia… --Arg, iba a sugerirte que le invitaras a salir. Me conoces demasiado bien. --Delia se golpea con la palma de la mano en la frente--. ?Sabes su apellido? Busquemoslo en Internet para que pueda verlo por mi misma. --Theo Landon. No se si es un nombre demasiado comun, pero dejame echar un vistazo en… No termino de decirlo cuando me doy cuenta de que ella ya lo ha encontrado. Esta casi tan guapo en fotografia como en persona, me deja sin aliento solo con mirarlo. Y es bombero porque hay fotos de el en el trabajo. Se que voy a pasar mi tarde mirando… !vaya! Mi corazon late acelerado y siento que mi aliento se atasca en mi garganta. Ya soy un desastre y este hombre vive en la puerta de al lado. --Aqui no dice que tenga novia. --Delia frunce el ceno--. Pero supongo que el hecho de que una mujer se mude con el, es algo privado. Es una pena porque es muy sexy. ?Como vas a vivir al lado de un dios del sexo sin perder la cabeza? Desde luego, a mi me pone a cien con solo mirarlo. Me carcajeo con fuerza. Hablar de Theo y pensar en el hace que, de pronto, mi dia con el senor Jones no parezca tan malo. Si este tio logra distraerme asi, me alegro de que se haya mudado. Y me ha hecho pensar en que, tal vez, deberia tratar de salir un poco. Es algo en lo que no he pensado desde hace anos, asi que resulta emocionante. --Esme --me grita el senor Jones, sacandome de mi ensimismamiento de golpe. Por supuesto, nunca tendre tiempo para conocer a alguien con el pegado--. Vuelve al trabajo ahora mismo, has jodido esta factura… --Es la hora del almuerzo, y yo ni siquiera me encargo de hacer las facturas --susurro, aunque solo me oye mi amiga. No tengo valor de decirselo a la cara a el porque no se como terminaria eso. En nada bueno, eso seguro. Nadie se enfrenta al jefe por esa razon. Todos estamos en sus manos--. Hasta luego, Delia. Capitulo 2 Theo --Natasha, no se que habria hecho sin ti. --Atraigo a mi hermana para darle un abrazo--. Muchas gracias por todo. Mudarse de casa es una putada, pero has logrado que hasta resultara divertido. Natasha no se toma muy bien los elogios porque siempre antepone a los demas sin pensarlo. Ni siquiera se le habra pasado por la cabeza que hoy renuncio a un dia de vacaciones para poder ayudarme, eso le resultara natural. Yo no habria sido capaz de afrontar el fin de mi desafortunado matrimonio sin ella. Aunque Jane fue la causante de que nuestra relacion terminara, con infidelidad incluida, mi ex conseguia hacerme sentir culpable de todo. Por suerte, mi hermana se ha asegurado de que mantuviera la cabeza erguida. Si no fuera por su apoyo, no se donde estaria ahora. --Sigo pensando que es peligroso vivir tan cerca de Jane --exclama Natasha mientras se aparta de mis brazos--. Incluso aunque sea en la misma ciudad. Esa tia no te ha dejado en paz, pero entiendo el porque de tu decision. No querias cambiar de parque de bomberos, a pesar de que en cualquier otro te hubieran cogido. --Me gustan mis companeros --declaro encogiendome de hombros--, y me gusta vivir aqui. Jane ya me ha quitado demasiadas cosas, como la casa. No quiero perder esto tambien. Ademas, no creo que ella se interese mas por mi ahora que hemos firmado el divorcio porque no puede sacarme nada mas. --?Y que pasara cuando sigas adelante con tu vida? --Natasha me guina un ojo--. Entonces, podria entrometerse. Esta acostumbrada a que estes solo. Lo has estado desde que la abandonaste. Cuando eso cambie… --Creeme, no ocurrira pronto --respondo ironico--. Primero deseo acostumbrarme a mi nueva casa y a vivir sin ella. No tengo ninguna prisa por encontrar a alguien que me cause mas problemas. --No todas las mujeres somos iguales. No nos juzgues a todas por ella. --Natasha echa un vistazo al edificio--. Y creo que has empezado con buen pie. Esto no es tan grande como la casa que tenias antes, pero dispondras de mas espacio porque tu ex no estara por el medio. Esto sera un nuevo comienzo. Has estado solo mas de un ano. Divorciado al fin, ahora es el momento de empezar a recuperar tu propia vida. Y si eso significa seguir adelante, entonces deberias seguir adelante… --Probablemente tengas razon. --Abrazo a Natasha otra vez--. Y gracias de nuevo, por todo. Supongo que sera mejor que entre y vea que mas tengo que hacer… aunque tu has trabajado mucho. --Ya me conoces… tengo que hacerlo todo. No puedo evitarlo. --Bueno, yo necesito organizarme antes de ir a trabajar. Hoy tengo turno de noche… --?Seras capaz de aguantar? Has trabajado todo el dia. Dios, no me di cuenta... tenia que haberte obligado a dormir mientras yo me encargaba de todo… --La cabeza de mi hermana parece a punto de explotar. --!Puedo dormir ahora! --La tranquilizo con una sonrisa--. Ademas, tenemos camas en el parque. Ya lo sabes. No es problema. No te preocupes por mi, preocupate por ti misma…

  • Love letters to the dead (Traduccion) de Ava Dellaira

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    Comienza como una tarea para la clase de Ingles: Escribe una carta a una persona muerta. Laurel elige Kurt Cobain porque su hermana, May lo amaba. Y murio joven, al igual que May lo hizo. Pronto, Laurel tiene un cuaderno lleno de cartas a gente como Janis Joplin, Amy Winehouse, Amelia Earhart, Heath Ledger, y mas; a pesar de que nunca le da una sola de ellas a su maestra. Ella escribe sobre el inicio de la escuela secundaria, la navegacion por las nuevas amistades, enamorarse por primera vez, aprender a vivir con su fracturada familia. Y por ultimo, sobre el abuso que sufrio mientras May se suponia que estaba cuidando de ella. Solo entonces, una vez que Laurel ha escrito la verdad sobre lo que paso con ella, ?Puede realmente ella comenzar a aceptar lo que le paso a May?. Y solo cuando Laurel ha comenzado a ver a su hermana como la persona que era; encantadora y sorprendente y profundamente imperfecta; puede comenzar a descubrir su propio camino.

  • La nave eterna de Francesca Haig

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    Hace cuatrocientos anos, una explosion nuclear asolo la Tierra. Ahora, la lluvia radiactiva ha cesado y la civilizacion humana se recupera, pero por alguna desconocida razon todos los alumbramientos son de gemelos. En cada uno nace un alfa, fisicamente perfecto, y un omega, marcado con alguna deformidad.

  • 24 besos de Caroline March

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    Alex es inconformista, reaccionaria, sonadora y una aventurera incansable hasta que sucede algo terrible y tiene que cambiar la perspectiva con la que ve su futuro. Cuando piensa que ya no hay salida, una descabellada propuesta trastocara su existencia.

  • Por que fracasan los paises de Daron Acemoglu

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    ?Que determina que un pais sea rico o pobre? ?Como se explica que, en condiciones similares, en algunos paises haya hambrunas y en otros no? ?Que papel tiene la politica en estas cuestiones? Que algunas naciones sean mas prosperas que otras, ?se debe a cuestiones culturales?, ?a los efectos de la climatologia?, ?a su ubicacion geografica? No, en absoluto. Ninguna cuestion relativa a la prosperidad de un pais esta relacionada con estos factores, sino que proviene de otro mucho mas tangible: la politica economica que dictaminan sus dirigentes. Son los lideres de cada pais, afirman los reconocidos profesores Daron Acemoglu y James A. Robinson en este libro, quienes determinan con sus politicas la prosperidad de su territorio, y asi ha ocurrido en todos los periodos de la historia, como demuestran en este apasionante estudio.

  • Crimen en directo (Los crimenes de Fjallbacka 4) de Camilla Lackberg

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    Patrik y Erica siguen disfrutando de su idilio en el pueblo de Fjallbacka, ahora acompanados por su bebe, la pequena Maja, que ya tiene ocho meses. Mientras la joven pareja esta plenamente volcada en los preparativos de su proxima boda, los asuntos en la comisaria, donde Patrik trabaja, siguen su curso rutinario. Pero el alcalde reune al pleno del ayuntamiento para anunciar la llegada a Tanum de un equipo de television para filmar un reality-show bastante escandaloso llamado <> que, supuestamente, deberia reportar unos jugosos beneficios a la poblacion y que va a suponer en realidad una autentica pesadilla.

  • Luciernagas en la ciudad de Jose Salento

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    El recuerdo de aquellos dias es lo unico que me queda de un viaje inesperado entre la razon y la locura. Yo, que ahora no soy mas que la triste sombra de lo que una vez fui, ejerzo mi derecho a no olvidar, a nunca olvidar la traicion que acabo con la ultima esperanza de la humanidad. Pero no os adelantare mucho mas, narrare toda la verdad --o por lo menos mi verdad-- en las siguientes paginas. No sabria decirlo con certeza, quizas todo sucedio hace cincuenta anos o puede que fuera hace un siglo, para nosotros el tiempo no es mas que un invento humano al que debemos atenernos cuando trabajamos. La tarde en la que empezo el principio del final recibi un nombre, una direccion y una hora. Acto seguido me puse con los preparativos previos a cualquier recogida: me peine cuidando cada detalle, mi larga melena oscura es el fruto del trabajo de una eternidad y supone un gran esfuerzo ponerla a punto para el publico; luego me pinte los labios de un rojo intenso y las pestanas de negro; por ultimo, me maquille. Al acabar busque un traje formal en el fondo del armario, ajuste mi reloj y me dispuse a poner rumbo hacia la direccion senalada. Aunque no conocia el barrio al que me dirigia no estaba preocupada, nosotros nunca nos perdemos porque siempre sabemos encontrar el sitio al que debemos acudir. En ocasiones calculamos mal y llegamos a deshora, como aquella noche, pero esto no suele suponer un problema. Alcance el lugar indicado una hora antes y me sente a esperar. Era un cruce de avenidas en pleno corazon de la ciudad. Alli las calles se presentaban como lo que fueron y ya no eran, hasta donde alcanzaba la vista habia viejos locales vacios que habian albergado negocios que otrora habian tenido exito... y que ya no lo tendrian mas. Ahora apenas sobrevivian una peluqueria, alguna cafeteria y un avejentado pub. Normalmente tenemos varios nombres a por los que debemos ir al cabo del dia, pero yo llevaba un par de semanas sin recibir ninguno. Esas cosas pasan, a veces hay mucho trabajo, otras no hay tanto, pero siempre acaba llegando algun encargo. Por aquel entonces estaba leyendo un libro que habia pertenecido al ultimo nombre al que habia ido a buscar. Tenemos totalmente prohibido manipular o quedarnos con pertenencias de quienes recogemos, pero hacia ya mucho que empece a sentir que me aburria desarrollando mi funcion y comence a desobedecer el reglamento. Supongo que mi falta de respeto hacia las normas seria la causa de todo lo que ocurrio a continuacion. Asi que, con todas las ganas del mundo de acabar la novela e intentar comprender el porque de lo que sucedia en ella, me sente en un banco, abri mi bolso... y me di cuenta de que me la habia olvidado en casa. Hubiera sido mejor para mi haberme quedado quieta en aquel cruce, pero no, tuve que meterme en aquel pub de luces tenues. No estaba dispuesta a quedarme mirando el suelo una hora, ya ves tu que tonteria: ?que supone una hora en el infinito de la eternidad? Pues en aquel momento me parecio demasiado para estarme sin hacer nada. El pub era lo unico abierto cerca del cruce y no te miento si te digo que siempre he tenido atraccion por los sitios oscuros. Cuando entre todo estaba en silencio, mire extranada hacia el fondo y vi un pequeno escenario iluminado. Puede que en la oscuridad hubiera unas veinte o veinticinco personas de publico, no sabria deciros con certeza porque quede absorta en la imagen que vi sobre la tarima. Un hombre, sobre las tablas solo habia un hombre, pero su manera de hablar y lo que decia me atraparon. Estaba recitando unos versos con los labios pegados al microfono, recuerdo perfectamente aquellas palabras: <>. Entonces me percate que tenia sus enormes pupilas azules clavadas en mi. Aquello era catastrofico, ningun humano puede ver a un angel de la muerte... salvo que vaya a morir en poco tiempo, y ni siquiera eso es comun. Aquel hombre ataviado con una vieja chaqueta, que originalmente fue una compra cara pero que ya se notaba pasada de moda, siguio hablando tras un fuerte aplauso. Inicio un discurso sobre la necesidad de la experiencia como unico testigo real de haber vivido, sobre lo importante de entender el presente como algo irrepetible. En realidad, no era nada que antes no hubiera escuchado o leido, pero no podia retirar mi atencion de el, estaba atrapada en esa voz grave y limpia que fluia a traves de los altavoces del pub. Recito un poema sobre dos amantes que no saben que son amantes porque se desean, pero se niegan, y en esa tension no resuelta se encuentra latente su relacion. El pequeno aforo se puso de pie y aplaudio como si les fuera la vida en ello. Yo pense de manera automatica que no podia ser menos y aplaudi todo lo fuerte que podia, que a efectos practicos no es mas que lo que dos manos normales pueden. Era evidente que quien pisaba el escenario era alguien reconocido por el publico, ya que le lanzaban frases de elogio y alguna que otra proposicion indecente desde el sector femenino (supe minutos despues que su pareja estaba entre los asistentes). A continuacion, aquel hombre se dirigio a sus oyentes para agradecerles el haber acudido al recital. Para finalizar, quiso invitar a subir al escenario a una persona muy especial para el --la senorita Marta Rivas, dijo--, y la gente la ovaciono. Al subir se besaron brevemente, lo que me provoco una inesperada necesidad de separarle la cabeza del cuello a esa insolente muchacha. Nosotros no podemos segar las vidas que se nos antojen, solo tenemos acceso a aquellos nombres que nos asignen y, por tanto, llevarme un anima a voluntad no me estaba permitido. De todas formas, daba igual, mis ganas homicidas desaparecieron en un segundo: me di cuenta que su luz -- al igual que la de su pareja-- tambien se estaba apagando, no le quedaba mucho en este mundo. Marta Rivas se presento como un cargo de un partido politico que abogaba por la justicia social y un estado para el pueblo y por el pueblo. No soy experta en discursos y no juzgare sus palabras, pero tenia metido en el bolsillo a la gente --luego supe que casi todo el publico eran amigos y cargos del partido--. No te voy a mentir, no le preste nada de atencion, no dejaba de mirar al poeta o al que recitaba poesia o al que fuera lo que fuese. Ahi, en una esquina de la tarima, con la cabeza medio rapada intentado ocultar un evidente principio de alopecia, se alzaba su esbelta figura de ojos azules y barba de varios dias. No era muy alto, pero tenia algo que hacia que su presencia fuese imponente, incluso de ese modo tambien habia algo en el que lo hacia parecer extremadamente fragil. Sujetaba un vaso de ginebra que levantaba como si fuese agua y se muriese de sed. Mire el reloj, quedaban veinte minutos. Al acabar el minimitin, los aplausos exagerados y los gritos de animo inundaron el local. Muchos querian fotografiarse con ella, todos buscaban la foto con el, y yo no podia dejar de mirarlo. El, de vez en cuando, me devolvia la mirada, no sabia si se habia dado cuenta de quien era yo o si simplemente pensaba que era una espectadora mas. Incluso llegue a pensar que era una obsesion mia y me estaba imaginando que me veia, cuando el hecho normal seria que no lo hiciera. Estuve tentada en ir a hablar con el, pero ?que le iba a decir? Tenia la sensacion dentro de mi de que todo esto iba directo a ser una catastrofe de dimensiones nunca vistas. No me equivoque ni por un apice. Fuera, en la calle, comenzo a llover y yo me acerque a la puerta. Al mirar al exterior lo vi, alli estaba con su mascara cadaverica el otro angel, y lo salude con la mano. Cada uno puede ir a trabajar con las vestimentas o apariencias que desee, pero creo que debemos de poner un poco de coherencia a nuestra labor, si ya resulta traumatico para el humano comprender que ha fallecido, mas lo es tener que caminar junto a la Parca hasta las puertas del otro lado. No cuesta nada arreglarse, ponerse formal, que, aunque no quita el trauma del deceso, si que ayuda. Pero asi estaba, con su aterradora figura, le daba igual. En el local la gente se iba yendo. El estaba con el codo en la barra hablando de manera amistosa con un hombre, no parecian conocerse de antes, intercambiaban comentarios sobre no se que escritor americano del siglo XIX. En una mesa estaba ella con cuatro personas mas y varios papeles sobre la madera. No se por que me fui hacia aquel grupo, es como si hubiera tenido verguenza de acercarme a la barra y sentirme observada, no lo entiendo, nosotros no tenemos sentimientos. Asi que me sente en una silla que estaba vacia y cotillee los documentos un poco, los deje porque eran informes de proximos movimientos politicos: mitines, reuniones, congresos locales... algo bastante aburrido. Hablaban de que quedaban diez meses para las proximas elecciones nacionales y que el partido veia posibilidades de conseguir algo grande. Hablaban de la violencia y de la agresividad que estaban tomando los ultimos encuentros parlamentarios. Hablaban de simpatizantes de uno y otro lado reventando actos del partido contrario. Hablaban, hablaban simplemente. En un momento dado, uno de ellos le sugirio a Marta Rivas la necesidad de contar con su pareja como activo politico, ya que --segun decia--habia rechazado todas las propuestas para apoyarlos y era fundamental que cambiase de parecer debido a la importancia del apoyo de un intelectual tan distinguido. La discusion saco de quicio a Marta. Ella asentia y comprendia el requerimiento, pero argumentaba que su pareja era libre de decidir y habia decidido no compartir la lucha politica del lado de ellos. Terminaron la conversacion con el compromiso de parte de la joven candidata de que volveria a discutir con el poeta la posibilidad de un apoyo publico en actos de la futura campana electoral. Yo sabia que esa conversacion nunca tendria lugar, la luz de ambos se apagaba y ahora solo titilaban tenues en la oscuridad del pub. Mi reloj marcaba siete minutos para recoger el alma de aquel que discutia en la barra sobre un poeta muerto al otro lado del oceano. Tenia curiosidad por ver como ocurria todo, era evidente que no iba a ser un fallo natural, dos almas serian recogidas simultaneamente. No podia evitar mirar de un lado para otro nerviosa, en realidad aquello no tenia mucho sentido, la recogida seria en el cruce de las avenidas y no en el interior del local. Queria hablar con el hombre, no sabia que decirle, pero algo me llamaba la atencion en el como nunca me lo habia llamado nada. Aproveche para abordarlo cuando se adentro en el pasillo para ir al bano. Le toque el hombro y el se dio la vuelta, entonces se hizo el silencio, el cual rompi al titubear <>. Sonrio, se acerco a una mesa, saco un papel de un servilletero y un boligrafo de su bolsillo y escribio <>. Lo lei emocionada y quise agradecerle su dedicatoria, pero el ya habia desaparecido cuando levante la mirada. Me apoye en la barra y volvi a leer aquellos versos. Senti que todo se habia helado dentro de mi. Lo lei una tercera vez y decidi avisarlo, le iba a decir que huyera, que le daria todo el tiempo del mundo o, mejor aun, que me fugaria a su lado. Asi que saque valor de lo mas profundo de mi y me gire para buscarlo, pero ni el ni ella estaban ya en aquel lugar. Me habia quedado atrapada en el texto de la servilleta, sin darme cuenta de que ellos se habian despedido de la gente y se habian ido. El reloj marcaba dos minutos. Sali fuera todo lo rapido que pude y los vi entrando en un vehiculo. El se sento frente al volante, su pareja en el asiento aledano. Ella estaba muy alterada, las palabras que decia las acompanaba de gestos nerviosos que hacia con las manos. El otro buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas a que el funesto coche llegara. Me quedaba sin tiempo y sin ideas. Ellos empezaron a discutir dentro del automovil. El reloj marcaba un minuto. Me coloque delante del coche sujetando mi bolso fuertemente, no debian llegar al cruce. El encendio el motor y quito el freno de mano sin dejar de discutir con ella, no habian apartado la mirada el uno del otro y nadie se percato de mi presencia. Metio la primera marcha y me vio, puso cara de asombro e hizo un gesto para que me apartara a un lado. Le fui a decir que apagase el motor, pero, de repente, alguien golpeo con los dedos la puerta del copiloto. No lo vi llegar. El buitre de la muerte se relamia en el cruce de las avenidas. Todos miramos al individuo que acababa de entrar en escena. Ella bajo la ventanilla: -- ?Es usted Marta Rivas? -- Si. --Tengo un mensaje para sus votantes. Acto seguido, aquel hombre dio un paso atras y descubrio el revolver que sostenia con su mano derecha. Sin dudarlo un segundo, le acerco el canon a la cara de la politica. El asaltante fue a decir algo cuando, inesperadamente, el motor rugio y el poeta hizo el intento de escapar con el coche, pero no habia espacio para salir sin maniobrar y choco con el que estaba aparcado justo delante suya. El intento de evasion hizo que la ventanilla golpeara fuertemente la mano de aquel individuo, disparandose el arma que portaba. La bala alcanzo a Marta Rivas en la sien derecha. Nosotros no tenemos sentimientos. Mateo Rosas dio marcha atras y volvio a meter primera. El buitre de la muerte esperaba en el cruce de avenidas. El asaltante, que parecia haber quedado paralizado tras haber abierto fuego, volvio a apuntar al automovil, que ya habia conseguido salir

  • Siete tumbas, un invierno de Christoffer Petersen

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    UN ASESINATO QUE PUEDE HACER CAER EL GOBIERNO DE GROENLANDIA
    Despues de haber sido torturado por un criminal, el agente David Maratse apenas puede caminar sin dolor. Incapacitado para ser policia en Nuuk, la capital de Groenlandia, decide retirarse a una pequena poblacion de la costa oriental. Alli, cada verano los habitantes cavan siete tumbas antes de que el interminable invierno endurezca la tierra, con la esperanza de que sean demasiadas. Ese ano, sin embargo, no podian imaginar que apareceria el cadaver de una joven en las gelidas aguas articas. Su asesinato puede cambiar el destino de la mayor isla del mundo y obligara a Maratse a abandonar su retiro forzoso.

  • Mister de E.l. James

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    Mister es la apasionante nueva novela de E.L. James, autora de la trilogia y fenomeno mundial de ventas <>.

  • Carrozas, calabazas y unos manolos de Rose B. Loren

    https://gigalibros.com/carrozas-calabazas-y-unos-manolos.html

  • Peligro Extremo de Shannon Mckenna

    https://gigalibros.com/peligro-extremo.html

    El regreso mas esperado de Shannon McKenna a Manderley con un thriller romantico de alto voltaje erotico .

  • Las doce puertas 1 de Vicente Raga

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    ?Quieres entrar en el universo de Las doce Puertas? Piensalo bien porque te costara salir...

  • A la orilla del mar (Hermanos Inclan 1) de Ana F. Malory

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    Primera entrega de la serie <>.

  • La carachupita Alina de Gavino Quinde Pintado

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    La carachupita Alina se encuentra en un dilema: adentrarse en la Gran Ciudad o regresar al bosque. Ha recorrido un camino largo, en busca de una familia de humanos con quienes tuvo una buena experiencia. Algunos animales le motivan en su busqueda, otros le aseguran que ellos, los hombres, no son buenos. ?Que hara la carachupita Alina? ?Los buscara por entre los edificios, entre los vehiculos, el cemento y las peligrosas calles de la Gran Ciudad? ?Los encontrara?

  • La voz del silencio de Kelly Dreams

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    Kara R. Marzoa siempre cumplia sus promesas, incluso las hechas a los muertos. Descendiente de una antigua estirpe, habia heredado el don de la vision, lo que le permitia comunicarse con los espiritus. Asi que, cuando su abuela dejo precipitadamente este mundo, hizo suya su ultima voluntad; viajar a Escocia para devolver a su lugar de origen una reliquia familiar. Una tarea en apariencia sencilla, termino por convertirse en un viaje lleno de obstaculos, uno en el que descubriria que su don no era mas que un grano de arena en una inmensa montana de acontecimientos que traerian consigo la revelacion de inesperados secretos y el resurgir de un pasado enterrado tan profundamente que solo ella podia escuchar su voz.
    Como draoidh, Broderick Campbell habia nacido con un unico cometido, mantener el equilibrio de su tierra natal, una tarea que habia desempenado sin problemas hasta que aparecio ella. Ironica y problematica, tenia el poder suficiente para desestabilizar su mundo y poner patas arriba su propia tranquilidad. Durmientes que despiertan, encuentros con la muerte, asesinatos rituales, un pasado enterrado. Kara hace que todo cambie a su alrededor y que el infierno amenace con desatarse bajo sus pies, una amenaza demasiado peligrosa como para que pueda permitirse perderla de vista.

  • La Hija del Hielo de Daniel Cuadrado

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    El mundo atraviesa una era de inseguridad. Viejos poderes ya olvidados estan resurgiendo y un oscuro mal se alza en el este extendiendose como una sombra terrorifica.
    Barbaros y salvajes se agolpan en las fronteras del mundo civilizado y las debiles guarniciones de occidente, apostadas en el Muro de Hiperion, apenas pueden hacer nada para resistir los ataques. Ademas, movidos por la codicia y el poder, reyes y caudillos intrigan y se traicionan en las sombras de un complejo entramado de alianzas y pactos secretos.
    En medio de esa voragine de caos y terror, Alanys, la joven lider de Bastion de Plata, libra una guerra de venganza contra el asesino de su familia, una guerra que ya dura mas de seis anos y que se ha cobrado millares de vidas. Buscando siempre saciar su resentimiento, Alanys ha recorrido medio mundo y luchado en decenas de batallas al frente de sus poderosos ejercitos. Ahora, justo cuando esta a punto de vencer, surgen nuevos interrogantes ?Quien es ella de verdad? ?De donde viene? Sin pretenderlo, Alanys se convierte en la unica esperanza que le queda al mundo para subsistir. Su viaje la llevara a poner a prueba sus propios limites fisicos y mentales y a enfrentarse al mismo mal que asola un reino tras otro haciendo uso de unas fuerzas que todos pensaban que solo existian en las leyendas.

  • La mujer del Coronel de Rosa Liksom

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    Me habia inscrito en el campamento de verano de la organizacion femenina Lotta Svard. Tome el autocar hacia Kittila y luego me interne con mis bartulos en el bosque; camine hacia una landa entre un lago y el remanso encharcado de un rio. Alli estaban ya las otras ninas y mujeres, ocupadas montando las tiendas, y me uni a ellas. Al sur del campamento habia una laguna que el musgo invadia a gran velocidad y al norte, un hermoso lago virgen de aguas placidas y limpidas cuya orilla vecina bordeaba una playa de arena. Vagar por el bosque era para mi bastante natural. Papa habia quedado fascinado por el ideal escultista en Alemania, a su regreso introdujo la practica en la ciudad de Rovaniemi y me incorporo a las exploradoras a mis siete primaveras. En las lobeznas aprendi que una persona de bien es digna de confianza, servicial, educada, obediente, responsable, trabajadora, valiente y patriota. Bajo esos hermosos principios nos peleabamos, nos atormentabamos unas a otras, acosabamos a las mas pequenas y aprendiamos a vivir. Yo era una exploradora entusiasta y tuve la oportunidad de pasar varios veranos de campamento en Alemania, al mismo tiempo que aprendia el idioma. Juuden raus! Que hermoso sonaba entonces en mis oidos y que mal suena hoy. Mis hermanas y yo eramos pequenas lotta diez anos antes de que se fundara oficialmente la seccion juvenil de esta organizacion. Nuestra familia era un pilar de la guardia blanca y un ejemplo para todos los finlandeses. Con las pequenas lotta aprendi a poner la mesa y a tejer tapetes de ganchillo. Despues de la Guerra de Liberacion, asi llamabamos a la guerra civil, recogiamos trozos de huesos para fabricar jabon y raices de dientes de leon para hacer cafe. Yo reuni tambien tantas pinas que recibi una insignia en forma de estrella en la pechera de mi pequeno uniforme. He conservado todos los trajes, aunque tras el armisticio se dio la orden de destruirlos. No los hice desaparecer, los deposite en el fondo del arcon del ajuar que ahora esta alli, en un rincon de la habitacion. La general de nuestro campamento en Kittila era la deana. Era atenta, despierta, meticulosa y precisa, siempre defendia la vida ante la muerte y, en ese sentido, era pacifista. Nos enseno como preparar un buen cafe, como alimentar a un millar de hombres a la vez, como tratar a los heridos, como recaudar fondos para la Guardia Blanca. Aprendi que una mujer ha de ser obediente y trabajadora hasta el sacrificio, y prepararse cuidadosamente para su futuro papel de madre de soldados. Que de la naturaleza masculina es intrinseca una cantidad adecuada de tirania y que el hombre ha de ser moralmente superior a la mujer. Y que el amor es una lucha que para el comienza con el odio y acaba en la victoria moral, y una mujer ha de aprender a aceptar y a amar a pesar de todo a su marido con un afecto inocente y puro. Un dia, en el campamento nos dejaron un rato de libertad. Cada una podia hacer lo que deseara. Una leia la Biblia, otra entonaba himnos, otras jugaban al corre que te pillo. Yo me fui al pantano de turba mas proximo para comprobar si los camemoros ya estaban en flor y como seria la cosecha. Me introduje entre los alisos y al momento senti que el suelo seco bajo mis pies empezaba a hundirse y el mundo se sacudia como si me hubiese sentado en una mecedora. Ante mis ojos se abria una llanura pantanosa de gran belleza. Yo retozaba cual reno brincando de una balsa de musgo de turbera a otra y chillaba como una posesa. Mis saltos removian el agua del pantano y de las profundidades de la tierra ascendian tales olores y emanaciones que tuve que agarrarme a la rama de un deformado pino para no desmayarme. Se arremolinaban en mi cabeza los distintos colores, veia luces y sombras, toda clase de reflejos. Los pinos de troncos marrones susurraban, los abetos de liquenes colgantes bramaban, las rocas resonaban y una bandada de grullas lanzaba gritos en la boveda celeste. Me sentia febril, mi cabeza se habia separado del cuello y reia a carcajadas. Continue avanzando, vadeando descalza el agua y en mis sensibles dedos de los pies notaba las cosquillas del aliento de los hielos eternos del pantano. Pronto estuve empapada hasta la cintura y sumergida en los sedimentos, plantas palustres y cieno. En mi cabello quedaron atrapados toda clase de juncias y de fosiles, pero nada me detenia, y olvide la floracion de los camemoros; me sentia tan libre y tan plena e infinita que dentro de mi fluia la savia y pense que si ahora me venia la muerte, la recibiria con los brazos abiertos. Yo era fuerza sobrenatural y extasis del principio al fin. Zumbaban los escarabajos, coleopteros, mosquitos, simulidos y algun tabano, las ranas croaban invitaciones y las grullas chillaban como si les hubiesen disparado en el estomago. Cerre los ojos y me deje llevar por los sentidos. Mi olfato me conducia al sur, mi tacto hacia el oeste, y cuando al caer la tarde me detuve exhausta y abri los ojos, ya no sabia donde me encontraba. No me inquiete, solo me mire los pies embarrados. Estaban cubiertos de aranazos encarnados, sanguinolentos, rasgados por los afilados bordes de las hojas de las plantas lacustres y picados por las criaturas. Todo mi cuerpo estaba enfangado, negro como un viejo pino quemado en un incendio. Me toque entre las piernas, me ardia, y mi mano rozo una especie de tripa viscosa que colgaba. Me levante la falda y me di cuenta de que era una sanguijuela, que me chupaba sangre en el borde de la vagina. Debia de haber estado succionando durante mucho tiempo, grande y hermosa como era. La separe con cuidado y la arroje al brezal. Estaba completamente rendida, me acoste sobre una balsa de turba y entonces tuve una vision fugaz del mundo tal y como podria ser algun dia. Ese mundo seria al mismo tiempo hombre y mujer, juego y amor, ternura y placer, todos serian buenos unos con otros, todos serian aceptados como son, no habria maldad ni bondad, ni palabras, solo sensaciones. Con esa maravillosa imagen me quede dormida. Estuve flotando en la balsa de turba toda la noche y al despertar la luna menguante habia palidecido y me habia quedado varada a la orilla de un estanque. El agua estaba negra como el carbon y me asome a su profundidad sin fondo y en su superficie brillante vi las luces y sombras de una nube y a mi misma. Vi el rostro sereno de una mujer joven, hermosa, y un mastil plantado del reves. Ondeaba en el el estandarte de Lotta Svard. Me gire y reconoci nuestro campamento un poco mas lejos, en la orilla. Alli dormian todas un sueno calido. Me deslice hasta la fogata, coloque unos lenos entrecruzados, encendi el fuego con una corteza de abedul y prepare un buen puchero de cafe. Cuando el resto despertaron, estaban encantadas de poder sentarse enseguida alrededor de un cafe caliente. Al concluir el campamento, desbordaba de un irrefrenable entusiasmo. Estaba completamente convencida de la filosofia de las lotta y de la actividad de la guardia blanca. Ambas se basaban en el idealismo aleman y en un sentimiento de superioridad, asi como en el odio a los rusos y en la idea de que nuestra mision era unir a todos los pueblos de lengua finlandesa en una Gran Finlandia. La base, sin embargo, era la santa trinidad: hogar, religion, patria. Eso iba bien conmigo. Me fije la tarea de convertir al mundo entero al credo de la Guardia Blanca. No sabia mantener la boca cerrada, ni siquiera a la mesa. Mama se veia en un aprieto conmigo y mis palabras, pues en el fondo ella apoyaba al Partido Joven Finlandes, como papa en su juventud. En la ciudad de Kemi se iba a celebrar una asamblea de la organizacion Lotta Svard y yo me empene en ir. Al principio mama se nego, pero cuando mi hermana Rebekka prometio cuidar de mi, se ablando. Imite a Rebekka y me puse el uniforme y sostuve mi primer discurso en el que dije que la patria representaba un valor ante el cual el sacrificio nunca era en vano. La fiesta culmino en un desfile al que asistieron, ademas de las lotta, apuestos y acicalados guardias blancos de uniforme. La belleza y la armonia de la marcha nos infundio voluntad de lucha y nos animo en una futura guerra contra los rusos. Mi padre, Juho, habia nacido en una de las familias campesinas mas ricas de Kittila y tambien la unica de comerciantes. Fue el primer habitante de su pueblo en convertirse en agronomo. Su padre, Frans, murio antes de que yo naciera, y mi abuela Elve, la madre de mi padre, era una sami de pura raza. Vivio hasta los ciento uno. No procedia de una miserable comunidad de pescadores, sino de un clan de pastores de renos nomadas y, siendo una nina, subia y bajaba las laderas de los cerros montada en un trineo de renos como una princesa. A mediados del invierno, la abuela Elve rociaba leche de reno al sol, pues este traia luz y calor despues de la oscuridad y el frio. El sacerdote de Kittila la llamaba ramera licenciosa y perra poseida por el demonio porque ella no creia en sus sermones graves y simples. Yo era su nina mimada y me ensenaba secretos del viejo mundo. Ida, mi madre, era natural de Helsinki y procedia de una familia aristocrata de lengua sueca. Hiltrud, mi abuela materna, habia sido la prometida secreta del gobernador general Bobrikov, y el padre de mi madre, el abuelo Thomas, era un reconocido empresario que acumulo una fortuna tremenda y luego la perdio. No los recuerdo porque murieron antes de que yo viniera al mundo. No habria sabido nada sobre el colapso de los mercados mundiales y la depresion economica surgida en Nueva York, pero tambien a mi me exploto en plena cara cuando la querida casa de nacimiento de mi padre a las afueras de Kittila acabo bajo el mazo de la ley. El tio Matti habia sido su propietario tras la muerte de los abuelos. Se habia visto obligado a contraer deudas que garantizaba el granjero mas rico del pueblo, Paksuniemi, un antiguo companero de colegio de papa. Llegado el momento de saldar cuentas, el tio Matti no tenia dinero y al acaudalado dueno se le ocurrio que necesitaba dos habitaciones mas para el ala de verano de su casa, y se las llevaba a cambio de la deuda. Por aquel entonces, estaba yo de visita en casa del tio Matti, daba sorbos a una infusion de hojas de frambuesa y escribia el diario y unos poemas, cuando el tal Paksuniemi se presento en el patio con unos obreros. Antes de mediodia ya habian serrado los cuartos del fondo y por la tarde cargaron los troncos en un carro y se los llevaron. La querida casa de infancia de papa se quedo llorando, violada y deshonrada. El tio Matti explico que ahora solo tenian dinero los ricos y que los desempleados capaces de trabajar se arrastraban por los caminos, pues el empleo se habia marchado a otro sitio y que, ademas de la pobreza general y la escasez, habia habido muchos anos seguidos de malas cosechas, otras tantas granjas habian acabado en subasta, las letras de cambio recortaban las pequenas haciendas y los periodicos se llenaban de anuncios de subastas forzosas. Entonces una idea muy clara lleno mi cabeza, que tambien Finlandia necesitaba un guia de voluntad firme que dijera que no y que escuchara la voz de los desfavorecidos y los excluidos del mercado. Los comunistas no eran capaces. No hacia falta mas que mirar al tio Matti, que era rojo, y que se limitaba a gemir en lugar de tomar un hacha y defender lo suyo. En ese preciso momento decidi que seguiria con las Lotta Svard hasta el final y luego iria mas alla. Necesitabamos ideas y acciones mas firmes, claras y sencillas para levantar Finlandia.

  • Jamas no sera siempre de Rosa Alcantara Menendez

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    Malaga en plena temporada alta es un reclamo seguro para el turismo. Carmen Arjona, enfermera en paro y divorciada con un hijo pequeno a su cargo, empieza a plantearse explotar su centrico piso como alojamiento turistico para aliviar el peor bache economico que recuerda. Solo se resiste por el resquemor a perder su intimidad, por no exponer al nino a desconocidos. Sin embargo acaba cediendo empujada por su mejor amiga, que incluso se ofrece a gestionar el hospedaje a traves de una famosa web.

  • Los cuatrillizos del multimillonario de Ciara Cole

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    !Un bebe sorpresa por cuatro!

  • Suenos (Italia 2) de Elizabeth Betancourt

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    Sentada en el bar, sumida en sus pensamientos, siquiera oia la triste musica de fondo que tanto se asemejaba a su estado de animo. Ya desde un inicio sabia que emprender el viaje hasta Italia era un riesgo, pero estaba dispuesta a arriesgar porque la seguridad en la que vivia en casa de sus tios era una ilusion, una carcel disfrazada de solidez, de una garantia de vida tranquila que era estatica sin cambio alguno, estando en un bucle que consistia en rutinas interminables de aburrimiento. No lamentaba haberse ido de "Boring", pero ni en sus peores pesadillas se habria imaginado que perderia todo por culpa de una mentira, por culpa de una farsante maquiavelica que a simple vista no parecia alguien de quien temer... Durante el viaje, aquel viaje inolvidable en el que habia conocido a Angela y a Domenico, habia pensado que podia fracasar con el proyecto que habia emprendido, pero por cuestiones economicas, no por el odio de toda una comunidad que la habia tratado al principio como una persona que merece respeto y carino, para despues sin siquiera escucharla, juzgarla y echarla de sus vidas como si fuera un perro callejero. Sus ojos todavia se empanaban al recordar lo perdida que se sentia al salir de la casa de Domenico. La habian sentenciado sin siquiera darle la minima oportunidad de poder defenderse. Habia creido que en seis meses la conocerian, sabrian la clase de persona que era y sobre todo, sabrian lo mucho que habia entregado de su amor a todos ellos. Una lagrima se deslizo por su mejilla sonrojada y Melania la borro con rabia, diciendose a si misma que ninguno de ellos valia la pena, ninguno de ellos merecia una sola lagrima suya, ninguno, excepto su angelito... Si seguia alli, planeando y luchando por descubrir las mentiras de Antonella, era por Angela y por su casa, habia trabajado muy duro como para abandonar el unico hogar real que habia tenido en la vida. --Disculpe, senorita... Espero no molestarla, pero creo que necesita compania. --La voz de un hombre interrumpio sus reflexiones. Le miro sin llegar a verle, lo cierto es que se sentia desde hacia semanas como en un mundo lleno de niebla espesa que la permitia abstraerse de la realidad. No queria sumergirse en su mundo interior, pero el dolor por la perdida de aquello que siempre habia anorado tener y por fin parecia haberlo logrado, la mortificaba. --Nnno, no pasa nada. --Murmuro Melania en respuesta. El hombre sonrio y toco su mano, fue entonces cuando la pelirroja por fin se fijo en el. Era un hombre atractivo, debia rondar los treinta y cinco anos, moreno y de estatura promedio. Iba vestido de manera informal y debia admitir que tenia una sonrisa bonita. Su gesto no parecia el tipico de un varon joven que intenta llevarse a la cama a una chica que se encuentra en un bar en los suburbios de la Toscana. Parecia que deseaba genuinamente ayudarla, al menos escuchandola, si, tenia pinta de ser un buen oyente. --?Por que una joven inglesa tan bella esta sola en esos lares y con la mirada tan triste? -- Pregunto aquel hombre cuyo acento en ingles era dulce y gracioso. --Es una historia muy larga. --Contesto Melania, haciendo un intento de esbozar una sonrisa que mas bien parecia una mueca y en un italiano perfecto, casi de nativa. --Se me da bien escuchar. --Respondio el moreno. Su mirada era calida y su voz muy tranquila y serena, tanto que resultaba calmante. --Eso parece... ?Eres un escritor que busca inspiracion en historias tristes? ?O tal vez, un sociologo que intenta estudiar el comportamiento de las feminas extranjeras en Italia? ?O, eres alguien sin una vida propia que no tiene nada mejor que interesarse en las vidas ajenas? Melania no habia pretendido resultar tan borde, pero ultimamente no parecia ella misma, no se sentia como la mujer serena, dulce, simpatica y graciosa que generalmente era. Algo en su interior se habia roto... --Perdona, no queria... --Intento disculparse, pero el hombre la dedico una sonrisa, como diciendo: No pasa nada. --Soy criminologo, me acabo de tomar las vacaciones y decidi venir a este sitio que se caracteriza por sus buenas costumbres y la paz. Mi trabajo muchas veces impide esa tranquilidad mental que deseo. --Dijo el desconocido dejando a Melania sorprendida. Ella jamas habia conocido a un criminologo y aquello resultaba de lo mas interesante. --!Vaya! No me extrana... ?Es como en "Mentes Criminales"? Me refiero, seguro que has visto cosas espeluznantes... --Dijo Melania con la curiosidad tipica de una nina pequena. --La realidad supera la ficcion. --Contesto el hombre y en sus ojos ella pudo apreciar cierta tristeza, pero fue solo por unos segundos tras los cuales la expresion del moreno volvio a ser afable y sus ojos brillantes, chispeantes como el lucero vespertino. --Entiendo... ?Y que te parece la Toscana hasta ahora? --Pregunto Melania cambiando de tema, aunque se moria por saber mas sobre las cosas que debia haber visto aquel desconocido tan atractivo. Su imaginacion volaba por las nubes, imaginandose situaciones, historias dignas de un episodio de NCIS. --A La Toscana la podria definir como un paraiso idilico donde el tiempo se ha detenido. -- Respondio el criminologo. --Oh, recuerdo que yo habia pensado lo mismo cuando pise estas tierras. --Dijo Melania con cierta melancolia. --?Y ahora? ?Opinas de la misma manera? --Pregunto el hombre que al parecer se interesaba por el comportamiento humano incluso fuera del trabajo. --Claro que si, lo que pasa es que... No se, es dificil de explicar. --Dio una respuesta bastante ambigua la pelirroja, pues ya no confiaba en las personas como antes y tanto interes repentino por parte del desconocido sonaba sospechoso. --Intenta explicarlo. Creo que has sufrido mucho, parece que alguien a quien amaste con todo el corazon te destrozo emocionalmente... No pareces desear soltar tu dolor a un perfecto desconocido. Lo cual es comprensible y ademas, aconsejable. Pareces una buena chica, alguien capaz de escuchar... Tal vez tu podrias ser mi oyente por unos minutos, a mi no me importa que seas una desconocida, casi que lo prefiero, siento que me puedo expresar mejor con alguien a quien no conozco, alguien cuya opinion en el fondo no me importa, alguien a quien tras una charla amena no volvere a ver. --Dijo el moreno sonriendo, Melania correspondio a su gesto. --Entonces tienes una historia... --Dijo ella, mas para si misma que para el, reflexionando en voz.--En esta clase de sitios siempre hay alguien con una historia, dispuesto a ahogar el dolor con una copa o un rapido revolcon. --Yo solo vine a por una o varias copas. --Dijo la pelirroja, dejando clara su postura. --Tu corazon pertenece a alguien, inconscientemente pones barreras a cualquiera que quiera ligar contigo porque sientes que le debes lealtad a esa persona. --Dijo el desconocido sin inmutarse, con una voz pragmatica. --!No le debo nada a ese! --Contesto Melania con voz ronca, con los ojos reflejando su llanto interior. --Lo que yo decia, un corazon roto. --Dijo el moreno levantando una ceja y ella le miro rabiosa. --!Deja de analizarme! Mi cabeza es mia y solo yo puedo estar dentro de mi coco. La respuesta de la inglesa le hizo reir al criminologo, a ella le parecio que su risa era agradable al oido y sin poder evitarlo, tambien lanzo una carcajada. --Cuentame tu historia. --Dijo al cabo de un rato la pelirroja, tomando un gran sorbo de su jarra de cerveza. --Me suspendieron del trabajo por un trauma... --!Oh dios mio! --Exclamo Melania horrorizada, con los ojos abiertos de par en par. --No es por algo que haya visto, esas cosas no suelen afectarme, solo unos cuantos casos durante mis primeros anos de oficio, pero el ser humano esta hecho para encontrar la forma de poder avanzar a pesar de ver las cosas mas horrorosas hechas por seres que han caido en la miseria de su existencia. --Respondio el con una voz inexpresiva, probablemente una tecnica que habia aprendido como forma de suprimir sus emociones para desempenar su trabajo. --?Y entonces? --Pregunto Melania consternada por lo frio que parecia al hablar de su trabajo. --El ano pasado mi hermano, Alphonso, se suicido. Fue de forma repentina, el parecia estar bien meses atras, pero se enamoro perdidamente de una chica a la cual yo nunca llegue a conocer. Encontre su cuerpo sin vida en su habitacion, pues compartiamos piso, el colgaba desde el techo y en su mano habia una carta desgarradora en la que describia ese amor enfermizo que sentia hacia esa mujer llamada Chiara. Al parecer, ella nunca correspondio a su amor, pero a pesar de eso era extrano ese comportamiento en mi hermano, el no era un cobarde, todo lo contrario y jamas antes se habia obsesionado de esa forma con una mujer hasta perder la cabeza. Lei todas las cartas que le habia escrito, solo se repetia ese nombre y la belleza que poseia la mujer, pero ninguna pista sobre la identidad de Chiara, tan solo su nombre de pila. Llegue a tener una gran mania de encontrar mas respuestas para poder explicarme la razon de que mi hermano hubiera tomado tal decision, una resolucion radical y sin logica... Pero, no hallaba las respuestas a todas mis preguntas, mi jefe lo noto, me dio un plazo para recomponerme y dedicarme de nuevo de pleno en mi trabajo, pero no pude... Es por eso que Basilio, mi superior me suspendio temporalmente y vine aqui... Creo que me vendra bien. --Termino de relatar el hombre y anadio. --Te acabo de contar parte de mi vida y sin embargo, ni te he dicho mi nombre. Me llamo Cristiano. La historia de lo que le habia pasado al criminologo habia dejado a Melania con un malestar en las entranas. --Yo Melania. Espero que estas tierras apacibles realmente te ayuden, es algo atroz lo que ha pasado y puedo comprenderte perfectamente, puedo entender las dudas que te asechan, sobre todo, teniendo en cuenta que tu hermano era alguien con todos los tornillos bien puestos... Es extrano el cerebro, su funcionamiento... !Un dia piensas normal y ves las cosas con logica y perspectiva, al otro has perdido las facultades! --Asi es, pequena pelirroja. He hablado de esto solo con mi terapeuta.

  • Ebano (Enfrentados 2) de Mercedes Ron

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    Amar nunca fue tan peTheme Settingsligroso como en <>, la nueva saga de Mercedes Ron.

  • La sombra de Erin (Celtic 1) de Adriana Rubens

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  • La primavera ausente (El Trastorno de Elaranne 1) de Ruben H. Ernand

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    Hace siete anos una devastadora epidemia, conocida como la Plaga, asolo los cinco reinos de Balaeron. Kirius, superviviente de la terrible enfermedad, vive en una prospera ciudad del reino de Merethia junto a su abuelo, bibliotecario de la ciudad. El joven arrastra unas extranas secuelas que perturban su mente y lo apartan de los demas. Un ser imaginario, al que el llama el Ausente, le habla haciendo que su cordura este siempre en peligro. Kirius intenta combatir su propia oscuridad interior confiando en que los suenos de seguir los pasos de su padre, a quien nunca conocio, se conviertan en realidad.

  • Las ninfas a veces sonrien de Ana Clavel

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    En ese entonces me daba por tocarme todo el tiempo. Fluia. Me desbordaba. Jugueteaba con mis aguas. Claro, era una fuente. Pero no se crea que hablo en sentido figurado. Era transparente. Inmediata. Entera. Rotunda. Tambien era una diosa. En plenitud de poderes. Decia "viento" y los cefiros mecian el aire. Decia "belleza" y las aguas me devolvian mi imagen. Por supuesto, tuve que ir entendiendo cada cosa en su momento. Mis hermanas mayores me renian: "Te miras demasiado, terminaras por descubrir la muerte". Las desoia y entonces volvia a tocarme. Me envolvia en mis petalos, me gozaba sintiendome. Aspiraba mis olores. Respiraba. Latia. Bullia. Y vuelta a fluir. Yo era mi Paraiso. 2 Me gustaba recoger flores camino del templo. En ese entonces, en el trayecto, habia grandes extensiones sin edificios ni fabricas y los prados crecian a su aire por entre las vias abandonadas de un tren. Amapolas, margaritas, oropendolas, alcatraces, se inclinaban a mis pies, suplicandome que les concediera un lugar en mi regazo. Las elegia segun el arrebato del color, una transpiracion salvaje, el laberinto desnudo de una corola que empezaba a desflorarse. Era una abeja letal zumbando el placer de segarlas y hacerlas mias. Llegaba al templo cargada con un ramo copioso que no depositaba a los pies de ninguna efigie. Ahi tenian vasijas y floreros votivos con lanzas de gladiolas y penetrantes nardos. Asi que, antes de entrar, sacudia mis sandalias y abandonaba el ramo entre los jardines de rosas y narcisos cultivados que miraban con desden la agonia languida de sus hermanas silvestres. Una ocasion en que emprendia el camino de las vias del tren, me di cuenta que un hombre desconocido me seguia. De hecho, lo descubri al salir de la dulceria que estaba a un lado de mi casa, adonde habia ido por la diaria racion que don Eliseo me obsequiaba de corazones de caramelo, mis favoritos. Eran corazones encarnados y macizos pero se podian ir deshaciendo en la lengua con una suave succion. A don Eliseo le encantaba que le mostrase el avance de los dulces reducidos en mi boca, sobre todo porque --decia-- los labios entintados se me volvian mas coquetos que los de una muneca. Recuerdo que aquella vez traia yo puesto un vestido de gasa con unas cintas entretejidas a manera de corse y un ramito de violetas de fantasia en el nacimiento del pecho. "Parece que vas a una cita y aun no estas en edad", me reprendio una de mis hermanas mayores. No le hice caso, feliz del vuelo de la gasa que me envolvia como un capullo. Pero cuando atisbe que el hombre desconocido me habia visto al salir de la dulceria, supe que Teresa tenia razon: Destino se aprestaba a dar uno de sus pasos certeros. Cierto es que yo tambien le ayudaba al Destino: me detenia de tanto en tanto para verificar que el hombre me iba siguiendo. Le marcaba el camino. Tampoco podia evitarlo: el hombre me recordaba a mi padre, el mismo aire de titanes que saben lo que quieren y decirtelo con el palpito de una sola mirada. Y asi lo fui llevando por el sendero de las flores. Recuerdo que me inclinaba para cortar un diente de leon cuando percibi que el hombre estaba a mis espaldas y me tenia a su alcance. Me gire para ofrecerle las flores que habia segado hasta el momento y el se apresuro a tomarlas con todo y mi mano. Todo un senor titan pero cayo de rodillas ante mi y pude verlo a los ojos. Era la mirada que despues he visto en otros: un fervor sufriente, apremiante. Claro, yo era una diosa. Dispensadora de dones. Aparto las flores y me alzo la gasa tenue del vestido apenas lo suficiente para dar con mis pantaletas. Devoto, se inclino hasta hacerlas bajar a los tobillos. Entonces me toco. Conoci un nuevo Paraiso: ese que comienza en ser juguete del deseo de los otros --y disfrutarlo--. Aun puede quitarme el aliento recordar su respiracion entrecortada en mi vientre. O sus dedos tenues abriendome en flor. O sus labios bebiendome apenas sin pausa. 3 Nada que ver con los episodios que le escuche contar a otras diosas en el bosque. Ninas violentadas con el vientre despanzurrado como munecas inservibles. Olas pubescentes que se habian quedado atoradas en miasmas de dolor y ultraje. Fue el caso de Jazmin y el jardinero. Un hombre hermoso como el vigor de su piel, que afilaba las cuchillas de la podadora y la aceitaba con un esmero de amante solicito. Comenzo por ofrecerle granadas que Jazmin atrapaba en la falda del vestido, luego nisperos con los que le fue senalando el camino a una covacha, situada en la tapia de las plantas en sombra. Claro, se trataba de un juego. Siempre es un juego. ?En que momento dejo de serlo? Jazmin se llevo las manos a la boca como para acallar un gemido. Con los ojos bajos dijo: "Por eso no tolero que venga un heroe cualquiera y quiera montarme por detras… De cualquier otro modo, menos por detras". Durante el relato, estaban presentes sus hermanas. Un claro en el bosque y en la memoria de todas. Entonces hablo Dalila y conto que, en vez de nisperos, el jardinero habia usado con ella galletas y suspiros de dulce. Y luego Rosa que confeso que a ella solo tuvo que guinarle un ojo. Era un satiro en toda la extension de su miembro. Rosa reconocio recostandose en la hierba humeda: "Y sin embargo… se mueve". Las otras la miraron con furia. 4 Confieso que era ambiciosa. Un par de monedas podian hacerme sonreir solo de pensar en otros dones: ya lo he dicho: dulces con forma de corazon, un lazo para el cabello, una caja de diamantinas, un frasco para hacer burbujas. El debio de saberlo desde que me vio en la dulceria. El caso es que me espero a la salida de la tienda, lejos de la mirada de don Eliseo, y sin que nadie pudiera percatarse en la calle, ni el portero de palacio, ni los pretendientes de mis hermanas que hacian corro en el cofre de un Mustang estacionado, me mostro una reluciente moneda de plata. Por supuesto, lo segui cuando se introdujo en el corredor central de esa ciudadela donde viviamos. Atravesamos el primer foso. De un lado, aparecio la mujer del vigia con su cara de dragona enfurrunada y me dijo: "Acuerdate que a tu mama no le gusta que juegues en los patios de atras". El hombre habia seguido su camino y yo tuve que cortar hacia un pasadizo lateral. Era un mundo de pasadizos, no se como conseguia llegar alguna vez a mi torre. A punto de subir las escaleras, con un pie en el borde del primer escalon, descubri una mancha de lodo en mis botines de charol negro. Con toda la elegancia de una principessa, saque un panuelito de la manga y prepare un buen trago de saliva que deje estampar directamente sobre la mancha de lodo. Acto seguido, me aplique a limpiar con el panuelito la zona del estropicio que parecia haber aumentado. La mancha se habia tornado luminosa y comenzo a bailar de un lado a otro por la superficie lustrada del botin. Despues, subio por el tobillo hacia la calceta gris y luego a la rodilla y de ahi ascendio en rafaga hacia mis piernas que el vestido rabon no podia cubrir del todo. Me incorpore de un brinco. El brillo me salto al rostro y de ahi a la mirada. No pude verlo, pero lo adivine: desde el patio de luz en aquel mediodia fragante, el hombre de las monedas de plata las hacia espejear resplandores como un experto mago trashumante. Cuando me empujo suavemente al cubo sombrio de las escaleras, yo iba con el si de una sonrisa plena. Queria las monedas magicas. Me deje tocar por el mago que tambien era un caballero de manos dulces. Las monedas de plata me fueron conferidas. Juro que resplandecian en la penumbra con el fulgor de las promesas. Entonces, me llamaron mis hermanas. Primero, Clio; despues, Teresa. Sus gritos eran tan fuertes que tuve que zafarme del mago. El hizo aparecer mas monedas entre sus dedos --o solo una mas, pero la hacia serpentear entre uno y otro como si fueran varias--. Le prometi: "Volvere por mas". Pero mis hermanas me encerraron: "No te das cuenta… Una vez mas, te hemos salvado". Y escondieron la llave hasta que llego el Padre omnipotente. 5 Padre omnipotente --fulgurator, lucetius, pluvius, celestial, stator, terminus, tonante, victorioso, summanus, feretrius, optimus maximus, alias el magnanimo-- me mando llamar. Estaba en su trono y escuchaba el recuento del dia cuando entre a la sala de audiencias. Hice las reverencias necesarias y con su venia me acerque. "Asi que otra vez has hecho de las tuyas…". Baje la mirada. Me dio tres nalgadas y un jalon de orejas que era vehemencia, puro beso contenido. 6 Habia placer por todos lados. Hasta en recoger chicles pegados del suelo y volver a mascarlos. Competencias entre Pancho Pantera y Juan Pistolas para ver quien terminaba primero el tazon de ambrosia con cereal. Me gustaba mi nombre delicado y etereo --papa habia elegido el eco de un nombre con alas y poderes magicos-- pero no tenia empacho en convertirme en Juan Pistolas o en Aquiles Magno con tal de que reflejase todo mi poderio. El impetu de mis piernas bullentes, la entereza de mi espalda, el goce del aire en mi pecho, sin necesidad de coraza alguna. Sola la fuerza de mi espada… o de mis pistolas. Unos trabajadores del servicio de calderas del palacio habian hecho apuestas sobre quien entre todos los delfines se arrojaba desde el primer balcon sin romperse una costilla. Hicimos cola para medir nuestras destrezas en el arte de rebotar trovando pues ademas habia que cantar una cancioncilla antes de estamparse. Quisieron negarme el paso y sacarme de la fila: "Dijeron delfines, no infantas infantiles", me espetaron. Yo les dije: "Infantes ustedes, yo soy hija de monarcas, ?no conocen a las delfinas?" Entonces David, que traia su envidiada chamarra de cuero, blandio su honda ante los ojos de mis rivales: "Dejenla en paz, si quiere despanzurrarse… ella sabra". Pero no me despanzurre: cai perfecta sobre mis piernas de silfide amaestrada y les gane a todos porque a la hora de la caida se lastimaban un hombro, la cadera, un tobillo. Solo David, que era de mi tamano, cayo como pastorzuelo experimentado de barrancos y precipicios. Pero se le olvido entonar el himno: "Cuando se muere por una sirena, se va con ella al fondo del mar", que coreaban como buenos piratas los de la caldera. Y asi, con el titulo de Delfin Juan Pistolas, princesa Ada para mas senas, me coronaron vencedor de abejorros y picaflores. Por supuesto, los chicos se molestaron. Solo David, que ya he dicho era de mi tamano, me invito a jugar con el, traspuesta la honda y una montanita de piedras por si los otros se acercaban. Le comparti un caramelo acorazonado que chupamos por turnos. Me presto un caleidoscopio magico de letras que formaban mensajes cifrados. Cada vez nos ibamos acercando mas. Nos estampamos besos de vampiro en los brazos que quedaron con huellas amoratadas de tanta succion y en los que despues me volveria toda una especialista. Nos frotamos la piel hasta extraernos un exquisito eau de parfum no. 5 de gallina concentrado. De pronto, me cobijo entre el compas de sus piernas. El cuerpo y la piel eran una alegria rotunda, como en el principio de los tiempos, la piel y sus abismos, siempre la piel. El cuerpo que se enciende y cuyo goce es el mas profundo de los saberes. Solo estabamos sentados, uno adentro del otro. Yo recostaba la frente en su hombro para calmar tanto Paraiso, cuando llegaron a interrumpirnos. "Miralos, estan jugando a papa y mama…" Por supuesto, fueron a acusarnos. Esta vez llegaron Talia y el arcangel Azrael, que al igual que padre, trabajaba todo el dia, blandiendo nubes y truenos. David se asusto y sin que le pidieran explicacion alguna, confeso: "Solo jugabamos a las cebollitas…" "Asi que muy hortelanos, ?no?", nos amenazo Azrael secundado por Talia, "pero la proxima vez, los expulsamos del Paraiso".

  • Cuentame como sucedio 2 de Erika Jennel

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    Relatos independientes 2.
    Historias de amor independientes con algo en comun: lucha por lo que quieres conseguir. Disfrutad con esta recopilacion de historias que os haran suspirar.

  • Papeles con Sangre de Ruben Marti Rodriguez

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    Sangro mucho, pero no sangraria jamas de nuevo.

  • Sangrando bajo la piel (En compania de vampiros 4) – A.R. Morena de A.r. Morena

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    Carmen, una bella vampira aplastada por un terrible pasado.
    ?Como quitar de su espalda ese horrible peso?
    ?Como borrar la negra mancha que le nubla la mente?
    Michael, un vampiro neofito que se desvive por una hembra.
    ?Sera capaz de conquistar su corazon?
    Y, lo mas importante, ?podra asumir que sea de otra manera?
    La vida sigue en Nueva York, girando, entrelazando y atando las cuerdas del destino, mientras todos los integrantes de la comunidad encuentran su camino.

  • Alfa y Omega (Brestanverse 1) de Aris Meyer

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    Reese Constantinescu es la gobernante de Brestan. En sus manos yace la nacion entera, y su figura de alfa es tan eminente que intimida a todas las castas por igual. A pesar de su apariencia casi divina, guarda un oscuro lado de si, que sale a relucir cada vez que compra un “juguete nuevo” para saciar sus mas bajos deseos carnales.

  • Spanish Lady de Claudia Velasco

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    ?Que pasaria si una brillante chica espanola que emigra a Londres para buscar trabajo y cumplir sus suenos se topa de repente con un irlandes de origen gitano, tan atractivo como un actor de cine, tan arrebatador como interesante, e inicia un romance loco e inesperado que le descubre un mundo del que no tiene la mas minima idea?

  • Camila de Marie Battaglia

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    CAMILA
    Novela por Marie Battaglia
    Una saga de suspenso que empieza en los anos 1890.

  • Despues de la tormenta de Maritza G

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    Cuando piensas que todo esta perdido, que tu vida no tiene sentido siempre habra alguien que te devolvera las ganas de volver a sonar.
    Volver a levantarse despues de ser consumida por el dolor, sera todo un reto para Lucia. Ha perdido un pedacito de su corazon, ha olvidado sonreir, se niega a vivir.
    Retraida en su dolor vera pasar el tiempo, se ira consumiendo lentamente, hasta que una manana alguien tocara a su puerta y le demostrara que aun hay mucho por vivir.
    Gabriel es viudo y un doctor respetable, trabajaba en un hospital y tenia locas a las enfermeras, mas a ninguna le hacia caso, vivia para y por sus hijos. Dos ninos, Jessica y Jonathan, los cuales le daran el impulso para seguir adelante. Ambos seran la clave para que Lucia y Gabriel vuelvan a sonar.

  • Que estas mirando de Carolina Ortigosa

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    Luna Garcia estaba mirando por la ventana con gesto aburrido, cuando alguien llamo su atencion. Le costo varios minutos reaccionar. Estaba tan ensimismada en sus recuerdos, que ni siquiera se percato de que su jefa la observaba con preocupacion y su tono de voz no podia ocultar cierto tono reprobatorio. Desde que empezo a trabajar en la inmobiliaria, la relacion con Belinda y Fabian, duenos de la agencia y tambien padres de su mejor amiga, habian sido como unos segundos padres para ella. No es que no lo fueran antes, pues ella y Tania Sanchez se conocian desde que eran ninas; pero la relacion se habia estrechado aun mas desde que se veian cada dia. Luna tuvo sus dudas en un principio... ya se sabe, la confianza a veces es demasiado... pero no fue el caso. Eran como una segunda familia sin contar con la abuela Aurora. Madre de su madre, la habia criado desde que sus padres fallecieran en un incendio que arraso su hogar cuando ella apenas era una adolescente. Ahora a sus veintiseis anos, habia pasado por algo parecido. Igualmente traumatico, ya que su novio, con el que llevaba saliendo dos anos, habia sufrido un accidente al saltar desde unas rocas en el mar. Aunque todo apunto al principio a que se recuperaria, no sobrevivio y Luna llevaba sin ir a la playa desde entonces. Tampoco habia vuelto a salir con nadie, a pesar de que desde la muerte de Hugo ya habian pasado mas de once meses. De hecho, en dos semanas seria el aniversario del fatidico dia y por eso su mente divagaba con mas frecuencia de lo normal. No era nada extrano porque habia estado muy enamorada. Conocio a Hugo Vidal en una discoteca y congeniaron de inmediato, era de esas personas que caen bien a todo el mundo, atractivo y muy divertido. Desde que le puso los ojos encima, estuvo segura de que ese chico era para ella, y como solo se llevaban unos meses, pues tambien tenian en comun muchas cosas, como las ganas de salir y pasarlo bien, sin pensar demasiado en el futuro. Hugo era demasiado temerario para el gusto de Luna, pero siempre le gusto esa faceta de su personalidad. No le temia a nada y aunque eso le hacia ser tan especial, tambien fue su perdicion. Le apenaba recordar que ese fin de semana habian discutido porque ella pensaba que se estaba pasando con tanta aventura. El le espeto de malos modos que era su manera de ser, le gustaba la adrenalina y sin ella no pensaba vivir. Muy a su pesar, se dio cuenta de que Hugo podria vivir perfectamente sin ella, pero no sin sus actividades de alto riesgo. Sin embargo, como siempre, se habia resignado y se despidio con un <> sin mucho sentimiento. El ni siquiera respondio. Detestaban discutir y cuando eso sucedia, a menudo Hugo se iba durante dias para que el ambiente se relajara entre ellos. Asi funcionaba el la mayoria del tiempo.

  • D de deuda de Sue Grafton

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    La ayuda que, en esta ocasion, le pide un tal Alvin Limardo a la investigadora privada Kinsey Millhone es mas bien rutinaria: localizar a un joven que le ha hecho un favor y a quien adeuda un talon de U.S.$ 25.000. Demasiado tarde se enterara Kinsey Millone de que su verdadero nombre es John Dagget y de que, ademas de mentiroso, alcoholico y ex convicto, es tambien un fiambre mas en la morgue del distrito. Los polis dicen que murio ahogado, pero Millhone se niega a creerlo. Metida en la basura que es la vida de ese muerto, pronto descubre que tenia muchos enemigos con buenas razones todos para acabar con el: la hija y la esposa, marcadas por la convivencia con un borracho, una mujer que creia ser su esposa legitima y, para colmo, detras de los U.S.$ 25.000, una banda de narcotraficantes. Pero, ante todo, estan las familias de las cinco personas que John Dagget atropello un dia salvajemente en pleno estado etilico.

  • Preguntamelo ahora de Ana Forner

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  • No seas neandertal de Sang-hee Lee

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    En este fascinante best seller internacional, la paleoantropologa coreana Sang-Hee Lee explora y cuestiona algunas de las asunciones evolutivas mas importantes con resultados del todo inesperados.

  • Forastera (Forastera 1) de Diana Gabaldon

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    Recien acabada la Segunda Guerra Mundial, una joven pareja se reune por fin para pasar sus vacaciones en Escocia. Una tarde, cuando pasea sola por la pradera, Claire se acerca a un circulo de piedras antiquisimas y cae de pronto en un extrano trance. Al volver en si se encuentra con un panorama desconcertante: el mundo moderno ha desaparecido, ahora la rodea la Escocia de 1734, con sus clanes beligerantes y supersticiosos, hombres y mujeres rudos, a veces violentos, pero con una capacidad de vivir y de amar como Claire jamas habia experimentado en su anterior vida. Acosada por los recuerdos, Claire tendra que elegir entre la seguridad del futuro que dejo atras y la apasionante incertidumbre del pasado que ahora habita. En esta primera parte de la saga de Claire Randall -que continua con Atrapada en el tiempo, Viajera y Tambores de otono-, Diana Gabaldon ha escrito una historia de amor diferente, en la que los encuentros fortuitos y el juego equivoco del tiempo se conjugan en un intrigante final.

  • De 0 a 100 de Jorge Borges

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    Nunca fui una chica demasiado ambiciosa.
    Un novio normal, un trabajo normal.
    Pensaba que eso era todo en la vida…
    Pero entonces conoci a Marcus.

  • Un Vaquero Leal (Rancho Atkins 1), Tess Curtis de Tess Curtis

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  • Solo he sido feliz a tu lado de Sophie Saint Rose

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    Mathew acaricio la espalda de Ingrid que sentada en la cama se estaba poniendo las medias. --No pongas esa cara. --Es pensar lo que opinaran los chicos y me pongo de los nervios. --Le miro de reojo. --Y Aaron. --Gimio llevandose la mano a la frente. --Esto es una locura. Cogio su barbilla e hizo que levantara su rostro hacia el. Apreto los labios al ver en sus preciosos ojos azules que estaba a punto de echarse atras y no podia consentirlo. No podia perderla de nuevo. Llevaban diez anos separados y por fin habian limado asperezas. Habian conseguido entenderse y no pensaba consentir que nadie se interpusiera en su camino. --Te quiero. Te he querido media vida. Ingrid sonrio acariciando su rostro. --Y yo a ti, mi amor. Pero tenemos ya una edad... --?Edad? Cuando se ama la edad no importa. Y tu estas hecha una jovencita. --Carino, que nuestra hija pequena tiene veintiseis anos. Le guino un ojo. --Y es casi tan lista como yo. Ella agacho la mirada. --Lo paso muy mal con el divorcio. Era la unica que aun vivia conmigo y... --Eh... es nuestra vida. Samantha lo comprendera. Ingrid se mordio el labio inferior porque la conocia muy bien y le iba a sentar como un tiro. No porque no quisiera que fueran felices, sino porque temeria que todo se torciera de nuevo y volvieran a perder la pequena tregua que habian conseguido tras diez anos de discusiones. -- Solo prometeme una cosa. --Lo que quieras. --Dejame hablar a mi con ella primero. --Mathew apreto los labios como hacia su hija cuando algo no le gustaba demasiado y vio en sus ojos verdes que estaba a punto de protestar. -- Si se lo decimos juntos van a saltar fuegos artificiales porque teneis el mismo caracter. El acaricio su melena rubia hasta llegar a su cuello y la beso suavemente en los labios. -- Muy bien. Habla con ella, pero no dejes que te convenza. --Mathew suspiro levantandose y se paso las manos por su cabello negro que empezaba a tener canas en las patillas, lo que le hacia mas sexy. --Aaron se va a quedar de piedra. --Seamos francos, no le va a sentar bien a nadie. Por Dios, si nos hemos tirado los trastos a la cabeza diez anos --dijo incredula como si no entendiera como habian llegado alli. --Cielo, eso es porque nos queriamos. Si hubieramos sido indiferentes a lo que hacia el otro, ni nos hubieramos hablado y todo nos hubiera dado igual. --Van a creer que estamos locos. --Y lo estamos. Estamos locos el uno por el otro y no pienso estar ni un minuto mas disimulando. Llevamos asi casi un ano. Quiero casarme otra vez contigo, preciosa. Ingrid sonrio ilusionada. Mucho mas ilusionada que la primera vez porque estaba mas enamorada si eso era posible. --Bueno, pues este fin de semana se lo digo. Mathew se acerco, cogio sus manos y la levanto para abrazarla por la cintura. --Perfecto. Y en Navidades la boda. --No, ese sofa no pega ni con cola --dijo a su ayudante descartando ese modelo en la decoracion para el salon de los Connelly. Preocupada se paso la mano por la frente apartando su flequillo rubio--. Dime que me estas tomando el pelo. Quieren algo clasico, Albert. El suspiro y se paso la mano por el puente de la nariz. --Lo siento, Samantha... pero la nina no deja de llorar con los colicos y casi no pego ojo. --Vete a casa. --Se sento en su sillon molesta fulminandole con sus ojos verdes. --No, no... Me quedo que estoy buscando el aparador del hall que me pediste y... --Asi no me sirves para nada. Vete a casa y descansa. O mejor, vete a dormir a un hotel. Albert rio por lo bajo. --?Hablas en serio? --Mira, tengo que hacer esta presentacion el lunes. No quiero que pienses que soy insensible con tu situacion, pero si no me gano a estos clientes mi despacho va a durar menos abierto de lo que duraria un caramelo ante la puerta de un colegio. Son gente de pasta que es lo que necesito y conocen a muchisima gente que pueden proporcionar buenos ingresos en el futuro. !Asi que te aconsejo que si quieres conservar el trabajo y si quieres que esto despegue para asegurarlo, ya puedes ir poniendote las pilas por mucho que llore tu nina! !Ayer no dormi para terminar el diseno del dormitorio y tu solo tenias que buscar un punetero sofa! Albert se sonrojo. --Lo siento, Samantha. Suspiro tirando el lapiz sobre la mesa. --Vete a casa, te vere el lunes. Ya lo terminare yo. Su ayudante apreto los labios y salio del despacho en silencio. Samantha juro por lo bajo mirando el sofa que era realmente horrible. Se notaba que lo habia buscado sin ninguna gana. Necesitaban exclusividad. Se mordio el labio inferior cogiendo el raton para pinchar en su pagina favorita, rezando para que hubieran traido algo nuevo cuando le sono su movil. Al ver que era su madre lo cogio distraida. --Mama, estoy trabajando. --?Estas reunida con algun cliente? --?Cliente? Eso seria casi un milagro. Estoy con un diseno. --?Vienes a cenar a casa? --Mama, tengo que terminar esto. Esperan una presentacion el lunes y... --Tenemos que hablar. La frase fatidica le hizo entrecerrar los ojos. --?Que pasa? ?Es David? --Tu hermano esta bien. Pero me gustaria contarte algo importante. --?Como de importante? --?Vas a venir o no? --pregunto levantando la voz. Sorprendida miro el telefono. --Vale. --Su madre suspiro como si estuviera aliviada. -- Mama, ?estas bien? ?No estaras enferma? --pregunto preocupada levantandose--. Voy para alla. --No estoy enferma, cielo --dijo con carino. --Menos mal, por un momento me he mosqueado. ?Por que no me lo cuentas por telefono? --Prefiero decirtelo cara a cara. --Estas muy misteriosa. --Bufo mirando los disenos desperdigados sobre la mesa. --Esta bien, cenare contigo. --De repente se enderezo. --Esto no sera otra encerrona para que conozca a un hombre, ?no? Mira que si es eso me voy a cabrear. --No, hija. Nada de encerronas. --Menos mal, porque ya he pasado cinco veces por eso y esta vez no seria tan amable con todo lo que tengo que hacer. Su madre se echo a reir. --?Amable? Cielo, al ultimo le plantaste antes de que llegara el primer plato. --Es que no hablaba, mama. Lo decia yo todo --dijo exasperada--. Menudo aburrimiento de vida.--Pues he tenido que cambiar de dentista porque me miraba con rencor. --Tu te lo buscaste por meter la nariz donde no te llama nadie. No me busques mas citas, te lo he dicho mil veces. --Te aseguro que despues de lo del dentista he aprendido la leccion. --Pues mira, de algo ha servido. Te veo en un par de horas, ?vale? --Iba a colgar cuando dijo rapidamente --Mama, ?tienes bizcocho? Su madre se echo a reir. --Te hare uno. Gimio de gusto. --Te quiero. Mi trasero no te lo agradece tanto como mi estomago, pero te quiero. Ingrid riendo colgo el telefono y lo dejo sobre la encimera de la cocina mirando los dos bizcochos, las pastas y la lasana que estaba a punto de meter en el horno. No sabia donde lo metia, pero si su hija estaba mas relajada cuando comia la iba a inflar. --Uy, el pan de ajo... Vio como devoraba la lasana como si no hubiera comido en una semana y fruncio el ceno. -- Hija, ?te alimentas bien? Estas mas delgada. --Esto esta buenisimo --dijo con la boca llena antes de cortar otro pedazo --. Me alimento a base de pizzas congeladas. La miro con horror. --Hija, tienes que alimentarte mejor. ?Que ocurre? ?El negocio no va bien?--Eso es decir poco. Me lo gasto casi todo en alquileres. Entre la casa y la oficina casi no llego. --Si necesitas dinero... Su orgullosa hija la miro fijamente dejando de masticar. --No necesito nada, mama. Suspiro sirviendole mas agua. --Papa podria echarte una mano. --Pienso hacerlo sola. Ya me habeis ayudado bastante. --Puede presentarte clientes. --Claro, voy a tirar de sus amigos para que me contraten por compromiso. Quiero salir adelante por mi misma como los demas. Ingrid apreto los labios. --Aaron y David lo han tenido mas facil. Han aprendido del mejor. Gruno metiendose el ultimo pedazo de lasana en la boca y cuando mastico levanto una de sus cejas rubias. --Mama, estoy encantada con este banquete que has preparado, ?pero no tenias algo importante que contarme? Llevo aqui una hora y todavia no has soltado palabra. La verdad es que estoy intrigada. Ingrid se puso nerviosa. --?No quieres mas? Ya lo se. He hecho tarta de manzana y... Samantha entrecerro los ojos. --?Que pasa, mama? --Al ver que forzaba una sonrisa y que parecia realmente preocupada se mosqueo. --Mama, ?no me habras mentido? Me dijiste que ese catarro... --Estoy totalmente curada, cielo. Suspiro del alivio. --?Quieres soltarlo de una vez? Forzo una sonrisa de una manera que parecia una loca peligrosa. --Sabes que hay momentos en la vida que... No, mejor empiezo de otra manera. --Samantha entrecerro los ojos. --La vida puede darte sorpresas. A veces son agradables y a veces no tan agradables. Pero no todas las que en principio parecen desagradables lo son del todo. Solo hay que ver el lado bueno. --Dios mio, sabia que ese profesor de yoga iba a liarte con sus paranoias. --Que no, que Fruido no tiene nada que ver en esto.

  • H de homicidio de Sue Grafton

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    Este bien pudiera ser el caso hasta ahora mas peligroso y complicado de Kinsey Millhone. El nombre de la victima era Parnell Perkins y hasta muy poco antes de medianoche habia sido gestor de reclamaciones de la compania de seguros La Fidelidad de California, para la que tambien trabaja a veces Kinsey. Luego, alguien le pego un tiro y lo dejo tieso. Kinsey habia ido alguna vez de copas con Parnell y no le habia parecido un mal tipo. Aun asi, si dependiera de ella, no se habria metido en los lios en los que una tal Bibianna Diaz, cuyo nombre figura en los archivos de Perkins y que teme por su vida porque nadie se cruza impunemente en el camino del maniaco Raymond Maldonado, parece empenada en arrastrarla. Pero la vida nunca es tan simple y a Kinsey le molesta dejar sin mas a un companero en la cuneta y a un asesino suelto por el mundo.

  • La conspiracion de los Illuminati de G. L. Barone

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    En lo mas profundo de la noche, una inmensa fogata ilumina repentinamente la ciudad de Turin y la peor de las noticias se dispersa por todo el mundo: el Santo Sudario ha sido destruido. Cuatro meses despues, en Roma, un escandalo convulsiona al Vaticano: el coronel Weistaler, jefe de la guardia suiza, ha sido asesinado brutalmente. ?Que une a estos acontecimientos aparentemente tan distantes? La investigacion de Stella Rosati, una joven fiscal italiana, revela la extrana relacion entre la elite de la Santa Sede, el presidente del Banco Vaticano, traficantes de armas y celulas terroristas islamicas. A la investigacion de Stella se unira Andreas Henkel, un exagente checo ahora al servicio del Vaticano.