• julia desaparece libro - Catherine Egan

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  • JULIA DESAPARECE | CATHERINE EGAN | Casa del Libro

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  • Julia desaparece Versión Kindle - Amazon

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  • Julia desaparece | Penguin Libros ES

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  • Libro Julia desaparece, Catherine egan, ISBN 9788420485539 ...

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  • JULIA DESAPARECE - SARA CANO FERNANDEZ - Agapea

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  • Julia desaparece, de Catherine Egan - Libros y Literatura

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    18 ene 2017 — Cuando decidí leer Julia desaparece me pasó algo que no suele sucederme cuando escojo un libro. Normalmente, leo el pequeño resumen que ...

  • julia desaparece - Margen Libros.

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  • Julia desaparece | Egan, Catherine | 978-84-204-8446-4

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    Resumen del libro. Julia espía. Julia roba. Julia... desaparece. Asesinatos, robos, brujería y traición. Catherine Egan construye un mundo fascinante y ...

  • julia desaparece - egan, catherine - Letras a la taza

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  • JULIA DESAPARECE. EGAN, CATHERINE. Libro en papel ...

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  • La hija de Joyce de Annabel Abbs

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    Zurich, 1934. Lucia Joyce, de 27 anos, cuenta lo que ha sido su vida al Doctor Carl Jung, el mas reputado psicoanalista de su tiempo, al que ha recurrido el padre de Lucia, James Joyce, para encontrar remedio al devastado estado psiquico de su unica hija. En las tensas sesiones, Lucia recuerda su pasion por la danza, el publico que la aclamaba en los mas reputados teatros de Paris. Pero tambien la imposibilidad de seguir su carrera atrapada en el amor destructivo de su padre, que la tenia por su musa, y en la fatal atraccion por uno de los protegidos del padre, Samuel Beckett, y por su profesor de dibujo, Alexander Calder. Asi se conforma el retrato de una mujer joven cuya pasion por la vida, y la desesperacion en la que se hunde cuando no puede seguir el camino que le marca su talento, quedan poderosamente expresados en esta novela, que es a la vez el retrato intimo de la familia Joyce y del Paris de los anos veinte y treinta, uno de los mayores momentos creativos de la historia contemporanea

  • La Historia de Jameela (Hermanas Sfeir 2) de Bella Hayes

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    Jameela, de dieciseis anos, es obligada a tomar el lugar de su hermana Nahla, en el matrimonio de conveniencia que su padre habia pactado con un importante jeque arabe, cuarenta anos mayor que ellas. Durante anos, aun sabiendo que es imposible, ha sonado con convertirse en la esposa de Kazim, el hijo mayor del jeque, ahora debe casarse con el padre.
    Desde la sombra Kazim siempre ha tratado de cuidar a Jameela. Viudo y con un hijo pequeno, se apoya en ella para criarlo, sin saber que el amor pudiera estar tocando a su corazon, sin importarle las leyes y los prejuicios que trataran de separarlos.

  • !Te odio, Derek Brooks! de Isabella Marin

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    La alocada, divertida, (un poco loca, quiza) Lizzy O'Conner tiene un sueno: publicar un libro bajo el sello de Ediciones Brooks, que, a su juicio wisconsiniano, es la mejor editorial de la ciudad.

  • Volver a Canfranc de Rosario Raro

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    Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitacion secreta, varias personas contienen la respiracion mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En la estacion internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvastica ondea sobre la playa de vias. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.
    Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo con la valentia que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judios consiguieran atravesar esta estacion mitica. Ademas de ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el regimen nazi la esperanza se llamo Canfranc.

  • Laberintos en linea recta de Mauro Libertella

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    Laberintos en linea recta reune las tres historias autobiograficas de Mauro Libertella conformando una singular novela de iniciacion a traves del duelo, la constatacion de la mortalidad y el amor.

  • El ano que no dejo de llover de Eva M. Soler , Idoia Amo

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    Bienvenidos a Kiltarlity. Un pequeno pueblo escoces donde no faltan los hombres rudos, los dialectos imposibles, la tradicion de los clanes milenarios y, por supuesto, la persistente lluvia.
    A sus treinta y dos anos, Leslie Ferguson ha logrado alcanzar el exito en el trabajo y posee un alto nivel economico, pese a que su caracter avinagrado no despierta demasiadas simpatias en sus relaciones sociales. Cuando es enviada a un pequeno pueblo de Escocia por motivos laborales, la estirada joven no tiene mas remedio que viajar hasta alli acompanada por su ayudante personal, Shane. Pronto, Leslie descubrira que su refinado estilo de vida no es compatible con este lugar: sus empleadas no la respetan, no tiene centros comerciales donde satisfacer su vena consumista, y el encargado de ayudarla en su proyecto es un atractivo highlander que no para de burlarse de ella.
    Pero lo que parecia ser una pesadilla compuesta por niebla, humedad y gente tosca, no solo pondra a prueba su paciencia durante un ano, sino que cambiara su vida de forma radical...

  • Refugiado de Alan Gratz

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    JOSEF es un chico judio que vive en la Alemania nazi de los anos treinta. Ante la inminente amenaza de los campos de concentracion, su familia y el se embarcan en un navio rumbo al otro extremo del mundo ISABEL es una nina cubana en 1994. Con los disturbios y la agitacion que asolan su pais, su familia y ella se echan a la mar en una balsa con la esperanza de hallar la seguridad en Estados Unidos MAHMOUD es un muchacho sirio en 2015. Con su patria desgarrada por la violencia y la destruccion, su familia y el inician una larga caminata hacia Europa Los tres ninos partiran en un terrible viaje en busca de refugio. Los tres se enfrentaran a peligros inimaginables: desde la posibilidad de morir ahogado hasta los bombardeos y las traiciones. Pero siempre existe la esperanza de un manana, y, aunque Josef, Isabel y Mahmoud estan separados por los continentes y las decadas, sus historias acabaran por entrelazarse de manera sorprendente.

  • Hasta el Fin de la Soledad. Pandemia de Angel Palacios

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    En medio de un mundo desolado por una pandemia, Adhara se enfrente a la incognita de saber a donde ha ido su unico companero. Las dudas le inundan al igual que los recuerdos de su vida con el. Y cuando Adhara intenta continuar su vida lo mas normal posible, en medio de una profunda soledad, cuando empieza a escuchar que alguien le persigue.

  • Autonomous de Annalee Newitz

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    La Tierra, 2144. Jack es una cientifica antipatentes que se ha convertido en una pirata de drogas; viaja por el mundo en un submarino como si fuera una Robin Hood farmaceutica, fabrica recetas baratas para gente pobre que de otro modo no podria permitirselas. Pero el ultimo farmaco que ha pirateado ha dejado un rastro de sobredosis letal, ya que la gente se convierte en adicta al trabajo, realizando tareas repetitivas hasta que se vuelven peligrosas o pierden la cabeza.

  • Tampoco pido tanto de Megan Maxwell

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    Carol trabaja como bailarina en distintos espectaculos, aunque su sueno es volver a ejercer de tripulante de cabina de pasajeros, y la oportunidad se le presenta en la compania High Drogo. Daryl es comandante y viaja por todo el mundo pilotando aviones de dicha compania. Ambos se conocen a traves de Lola, hermana de Daryl y amiga de Carol. Y, aunque se atraen, y los dos estan abiertos a disfrutar del sexo sin tapujos, intentan no acercarse mas de lo debido, pues no quieren causarle problemas a Lola.

  • No me amas como quiero de Sophie Saint Rose

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    Cassandra Hamilton suena con su primera temporada y con lograr ser la esposa de Dan, el mejor amigo de su hermano. Para conseguir ser la Marquesa de Maidstone se ha esforzado mucho pero parece que no es suficiente por las reacciones de su posible marido.

  • Guapa Lista y Madridista de Janis Sandgrouse

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    Damaris es una joven alegre cuyo sueno es ser periodista.A pesar de que la vida le ha golpeado muy duro, ella no pierde nunca esa sonrisa que le hace ser alegre y, junto a sus tres amigas de toda la vida, que forman esa peculiar familia, tratan de vivir al maximo el dia a dia y las situaciones que pasan en su camino.Cuando menos lo espera, en el momento mas dificil, su novio, la persona en la que mas confiaba y por quien lo habria dado todo, decide tomar otro rumbo.A partir de ahi se apoya en sus amigas para superarlo, viviendo las cuatro juntas momentos que nunca olvidaran.Amores, desamores y unos escoceses que al cruzarse en sus vidas les daran mas de una sorpresa.?Que les espera vivir a Damaris y sus amigas con los escoceses?

  • Llegaste para quedarte, Carol S. Brown de Carol S. Brown

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    Elliot Wise, segundo hijo del duque de Lennox, ya no ha vuelto a ser el mismo desde hace un ano. Una horrible tragedia se cernio sobre el, destruyendo su vida, por eso, ante la noticia de ser el heredero de el ducado de Weston, no muestra demasiado entusiasmo. Dicha herencia conlleva un titulo y responsabilidades con nombre de mujer. ?Quien es esa joven, que no se comporta como una dama, pero que le despierta sentimientos que creia olvidados hace ya mucho tiempo?
    Cassie Price, vive de cerca la perdida del viejo duque de Weston, siendo este su padrino, ahora vera como un desconocido hereda su titulo y se instala en la casa. Algo le dice que el nuevo duque no sera tan permisivo con ella. Ese hombre querra tener voz y voto en su futuro, y eso es algo que ella no piensa permitir.

  • El Angel de su alma gemela de Laura Zarraga

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    A sus veintinueve anos, Alexander no ha sido capaz de mantener una relacion que sobrepase mas de una noche; para el, la idea de comprometerse es absurda.

  • Velos. ?Estas lista para el Diablo? de Alissa Bronte

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    Karen esta cansada de que todo en su vida gire en torno a su aspecto. Por eso, una noche acude a Velos, un local exclusivo y diferente donde lo que menos importa es la apariencia y en el que todo esta permitido.

  • El filo de la verdad de Selva Palacios

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    Un sol de justicia caia impio sobre Nueva Trada. Ni siquiera los ancianos mas longevos recordaban haber sufrido con anterioridad un calor como ese que asolaba la ciudad desde hacia varios dias. Mik Rogers accedio con parsimonia a una de las tabernas mas inmundas del puerto. Saludo al dueno mientras caminaba hacia el fondo del local. Los parroquianos dormian la mona o bebian sumidos en el pozo de sus pensamientos. Ninguno tenia demasiada gana de charla, de juerga o de trifulca. Eso lo dejarian para cuando la noche cayera y la temperatura diese un respiro. Dentro no olia a orines como en las inmediaciones, pero si a sudor rancio. Mik arrugo la nariz y clavo su mirada en la mesa mas apartada, esa que permanecia guarecida por la penumbra en un rincon y que habia reclamado tiempo atras como suya. La utilizaba como centro de operaciones para sellar todo tipo de acuerdos turbios. El antiguo pirata llevaba trece anos pululando por los bajos fondos de aquella ciudad maldita, esclavo de los pactos que amarraban en corto su conciencia, preso de los malos recuerdos que enturbiaban sus pesadillas. Un hombre se hallaba sentado en su silla. Portaba esa mirada turbia de quienes ya estan acostumbrados a que el duermevela ligero sustituya un descanso reparador. Daba cuenta sin prisa alguna de una botella de vino medio vacia y mantenia la cabeza gacha, como si en el fondo quisiera pasar desapercibido. Mik alzo las cejas, sin dar credito. Debia tratarse de un error: a aquella hora intempestiva esperaba encontrarse con un servicial criado y, en cambio, era un caballero el que ahora habia engarzado su mirada con la suya y lo estudiaba con un rictus de seriedad demasiado impostado bajo su sombrero. No albergo duda alguna: el origen de ese tipo era noble y lo dilucido por sus ropas, por la rigidez a la que sometia a su espalda, pero, sobre todo, por la manera en que desentonaba en aquel tugurio. Estaba fuera de su ambiente y era tan obvio que, si perdia cuidado, pronto tendria problemas. Mik se sento frente al desconocido con recelo, pero intrigado por saber que asuntos queria tratar con un don nadie como el. -- Dispensa si no me quito el sombrero -- dijo hombre, tocandose el ala --, pero tengo motivos para conservarlo sobre mi cabeza. Mik sonrio, divertido. Su dentadura blanca contrasto al instante con su piel morena. -- ?Y cuales son dichos motivos, senor? Si no le importa que le pregunte... -- Dos, principalmente -- contesto, muy sereno --. El primero, que deseo minimizar el riesgo de ser reconocido. El segundo, que no pretendo tener deferencia para con un hombre de tu calana. Sin ofender --. Anadio, muy serio. Mik rio. Echo la cabeza hacia atras y expulso con fuerza el aire por la nariz. Despues, robo un trago a la botella que reposaba sobre la mesa. El liquido caliente se deslizo por su garganta y le revolvio las tripas. -- Hace falta mucho mas que palabras para ofenderme, senor, asi que pierda cuidado. Yo si que me descubrire la cabeza -- anuncio, tras despojarse de su sombrero y dejarlo descansando sobre la rodilla izquierda --. Al fin y al cabo, estoy ante un respetable miembro de la ilustre ciudad de Nueva Trada. El caballero le dedico una sonrisa ladeada que no duro mucho. Paso por alto el tono condescendiente de Mik y fue directo al grano. -- Supongo que te estaras preguntando por que estoy aqui cuando podria haber enviado a un intermediario en mi lugar... Mik coloco el codo en el respaldo de la silla y apoyo la espalda en la sucia madera. Estudio a aquel tipo, intrigado. Tenia la piel muy blanca y su barba bien recortada enmarcaba una boca de labios finos y dentadura pobre. -- Entiendo que estara a punto de desvelarme la incognita. -- En efecto. Veras, la cuestion es que si puedo encargarme yo mismo de un asunto tan delicado como este que nos trae entre manos, no lo dejare en las de otros. Es el unico modo de asegurarme de que todo saldra como es debido. Mik se fijo en sus unas bien cortadas, en sus dedos largos y finos. Estaba claro que aquel tipo nunca se habia ganado el pan con el sudor de su frente. Su interlocutor y el no podian ser mas distintos en cualquier aspecto en que se compararan. Alzo el menton y lo miro a los ojos. -- Le escucho. Antes de hablar, el desconocido aparto la vista. No acostumbraba a tratar a hombres como Mik de igual a igual. Probablemente, era la primera vez en su vida que un negro lo miraba directamente a los ojos. Y no le gustaba, pero tendria que soportarlo. O mas bien acostumbrarse: cada vez eran mas los esclavos que compraban su libertad. Los tiempos estaban cambiando y no para bien. -- Quiero que te encargues de un pequeno asunto que deseo encomendarte. Y te advierto de que, si no cuento con tu discrecion absoluta, habra consecuencias. Mi posicion en esta ciudad es privilegiada. Soy amigo personal del gobernador y me ha puesto al tanto de tu peculiar... situacion. Mik torcio el gesto y chasqueo la lengua: si venia de parte de Joaquin Ventura, el mandamas de Nueva Trada, sabia que tipo de tarea se disponia a encomendarle el caballero: una sucia, en la que se mancharia las manos de mierda o de sangre. Probablemente de ambas. Se encogio de hombros, dispuesto a seguir con la conversacion como si trataran asuntos mas mundanos. -- Creo que ha quedado sobradamente demostrada mi capacidad para desempenar todo tipo de encargos con eficacia y sin levantar sospechas -- expuso Mik --. Mi reputacion me procede. -- !Desde luego, eso no lo pongo en duda! Estoy ante el mejor asesino de la ciudad -- dijo, bajando la voz --. Por no hablar de tu habilidad creando toda clase de pocimas y unguentos. !Tu eficacia es legendaria! -- rio sin ganas y se inclino ligeramente hacia el --. No estoy aqui para cuestionar tus sanguinarios metodos, Rogers, al contrario. Lo que deseo es que los utilices en mi beneficio, pero antes quiero acotar los terminos bajo los cuales cumpliras mis ordenes. Deberas seguirlas a rajatabla para no dejar margen de error. La improvisacion es enemiga del exito. El caballero sudaba copiosamente bajo sus delicados ropajes. Sendos cercos de sudor se expandian bajo las axilas oscureciendo la tela y una pelicula brillante perlaba su frente haciendola brillar. En cambio, Mik resistia con bastante entereza los envites del clima. Ventajas de provenir del continente africano. -- ?A quien desea que borre del mapa? -- pregunto Mik, repentinamente cansado de tanto rodeo --. ?A un rival en los negocios? ?A un viejo enemigo? ?Al amante de su esposa, tal vez? Rio su ocurrencia, pero el caballero lo escrutaba con aires de suficiencia y el gesto bien serio. No volvio a tocar la botella, aunque la miro de pronto como si necesitara desesperadamente un trago. -- En tu ultima suposicion no ibas muy desencaminado -- admitio, muy a su pesar --. En este caso, el amante soy yo. Quiero casarme en segundas nupcias, pero para ello, primero debo enviudar y por ende, mi esposa debe morir. Mik lo miro durante un buen rato con la boca cerrada a cal y canto. Se paso la mano por la mejilla y se rasco la cabeza, que lucia afeitada para evitar la molesta invasion de piojos y otros parasitos. -- Lo que me esta pidiendo es del todo imposible, senor -- le informo con solemnidad -- . No asesino a mujeres ni a ninos. Siento comunicarle que no soy su hombre. Busquese a otro. Se levanto con parsimonia y se coloco el sombrero en la cabeza. Murmuro una despedida. La voz del caballero lo detuvo cuando ya le daba la espalda. -- ?Un asesino con escrupulos? !No puedo creerlo! Mik no se giro. Efectivamente, aun no habia perdido toda la rectitud que quedaba en el, aquella que Samuel Rogers le inculco. Dio un paso mas en direccion a la salida, deseando que el aire torrido de la calle le golpeara en la cara para asi, al menos, sentir algo. -- !No puedes negarte, escoria! No estas en condiciones de rechazar mi peticion. Tienes contraida una deuda con esta ciudad y con nuestro gobernador. ?O acaso lo has olvidado? Mik se detuvo y cerro los ojos. Gruno. Solto un improperio en alguna lengua desconocida y se sento de nuevo a la mesa. Su humor se habia agriado y ni siquiera hizo el mero intento de disimularlo. -- ?Por que? -- No estas en disposicion de negociar, ni de hacer preguntas, Rogers. Mik se trago su orgullo acompanado por una buena dosis del vino barato que tenia frente a el. -- No me malinterprete, senor, se lo ruego. No es menester mio juzgarlo. Eso queda entre usted y Dios -- expuso con la solemnidad de un parroco encerrado en un confesionario --. Supongo que estara al corriente de que existen alternativas para hombres como usted. Seguro que halla un metodo efectivo para disfrutar de los placeres que su... amante pueda proporcionarle sin poner en riesgo la integridad de nadie. Muchos caballeros siguen este precepto y son plenamente felices. Incluso cuentan con la bendicion de su esposa. El tipo rio. Alzo la cabeza y le dedico una mirada furibunda por encima del ala de su sombrero. -- Es usted muy temerario, Rogers. De ser otras las circunstancias, no le quepa la menor duda: mandaria que lo azotaran hasta verlo desangrarse y nada me complaceria mas que esa vision. Sin embargo, no soy la clase de bestia inhumana que cree que soy. No pretendo deshacerme de mi esposa por capricho. Mi matrimonio fue una farsa desde el inicio. Nos unimos por interes mutuo de nuestras familias y nunca desarrollamos sentimientos de afecto el uno por el otro. Al contrario, detesto a esa vaca esteril que no ha sido capaz de cumplir con su unica obligacion: traer a mi heredero al mundo. Y, tras una decada, senor Rogers, comprendera que ya no albergo absolutamente ningun tipo de esperanza. Ese feliz acontecimiento no va a suceder: no me dara descendencia. Por ello, me veo en la obligacion de sustituir a mi amada esposa por otra mas... competente. Y mas joven. He ahi la razon de hallarme frente a usted. Por eso requiero de sus... servicios. Mik exhalo un suspiro y lo taladro con la mirada. -- ?Y no ha considerado el divorcio? El caballero enfurecio. Una sombra negra planeo sobre sus ojos. -- !No digas sandeces! -- Grito, provocando que un par de miradas se posara sobre ellos. Percatandose de ello, bajo la cabeza y la voz --. !Eso es pecado! !Una blasfemia propia de la gente barbara del norte! Y aunque fuese legal en Nueva Trada, sin mi, mi esposa no es nada. !No es nadie! Creeme, ella opinaria lo mismo: estara mejor bajo tierra que deshonrada y condenada al ostracismo de la alta sociedad. Mik entorno los ojos y puso las palmas de sus manos encima de la mesa. -- Lo lamento mucho senor, pero creo que su problema tiene mejores soluciones que esa... -- Si no eres tu, Rogers, !otro se encargara! --. Le interrumpio el tipo, perdiendo la poca paciencia que le quedaba --. Hare que te ejecuten en la horca. A ti y a los tuyos, a los que quedan. Solo tengo que mover un dedo y el peso de la justicia caera sobre tu tripulacion por entero. !Piensalo bien, necio! Dio un punetazo en la mesa que delato su nerviosismo. La botella vibro durante un efimero instante. Mik trago saliva y bajo la mirada. Reflexiono acerca de su situacion y de sus opciones. El caballero, por muy poco que mereciera tal apelativo, estaba en lo cierto: no tenia mas alternativa que aceptar. Cargaria en el foso de su conciencia con otra vida que iba a sesgar por encargo, por no hablar de todas las que arrebato en alta mar, con Samuel Rogers y despues, como capitan del Servus. Aquellos tiempos quedaban bien lejos. Otros mas oscuros eran los que le estaba tocando vivir. Mandaria al cielo otra alma para que la suya fuese directa al purgatorio. Y esta vez, se trataria de una mujer inocente cuyo unico pecado era no haber parido hijos. !No podria hacerlo! Se imagino a si mismo empunando su daga pero no hundiendola en la carne de aquella dama. Aunque no la mirara una sola vez a los ojos para leer en ellos como pedia misericordia, sabia que no seria capaz de infligirle dano alguno. Se conocia mejor que nadie. Era un hombre cauto, pese a la vida que llevaba. Pensaba detenidamente las consecuencias de sus actos. Nunca se precipitaba antes de actuar. Samuel le enseno a ser mas astuto, mas rapido, mas fuerte y mas valeroso que ningun otro. Solo asi habian sobrevivido ambos en aquel mundo gobernado por hombres blancos. Por eso, cuando una idea cruzo su mente, fue tal el cambio que acusaron sus facciones que el caballero se puso en alerta, mas no dijo nada. -- Esta bien, senor -- concedio Mik --. Lo hare. Digame como se llama su esposa, donde y cuando. El como, me lo reservo para mi. El caballero sonrio. Los ojos le brillaban. Una gota de sudor descendio por su sien hasta aterrizar sobre la mesa. Mik lo miro con desagrado. Quiza Dios o la naturaleza no deseaban que aquel sujeto se reprodujese. De inmediato compadecio a su esposa, a pesar de que no fuese buena idea empatizar con una futura victima. El desconocido ni siquiera se percato de las tribulaciones del antiguo pirata. Estaba demasiado ocupado celebrando su triunfo por anticipado. No veia el momento de regresar con su amante y yacer con ella en pecado por ultima vez. Pronto la convertiria en su esposa mientras fingia llorar a la anterior. Se inclino sobre la mesa y coloco la mano en torno a su boca: -- Escucha atento y no pierdas detalle -- repuso con voz grave --. Manana, emboscaras el carruaje en el que Elvira regresa a casa. Al anochecer. * Dona Elvira de Diego se enjuago el sudor de su frente con un suave panuelo de seda. Lo empapo tras restregarlo tambien por la cara y por el cuello hasta que la tela se torno translucida. Volvio a guardarselo en las profundidades de su generoso escote. Resoplo, maldiciendo para sus adentros el calor tan insoportable que hacia dentro del carruaje. No veia la hora de regresar a casa, asearse y meterse en la cama. Habia sido un dia agotador. La visita a su prima lejana, Angustias, no se desarrollo todo lo bien que esperaba. Angustias la recibio con animos destemplados pese a que fue ella quien insistio, misiva tras misiva, en que debian verse de inmediato. Ambas tenian la misma edad. Se habian criado juntas, casi como hermanas. Sin embargo, su relacion nunca fue buena. Llevaban cinco anos sin verse cuando a Angustias le entro apremio por citar a su prima en su lujosa mansion, ubicada a las afueras de Nueva Trada. En seguida Elvira comprendio que las prisas de Angustias obedecian a un unico proposito: el deseo de restregarle la felicidad que experimentaba por la cara. Contaba con un esposo carinoso y atento, cuatro hijos maravillosos que gozaban de buena salud, unas amistades solidas y unos excelentes contactos que la convertian en una de las damas mas populares de la ciudad. Por si esto fuera poco, acababa de adquirir una lujosa mansion equipada con los ultimos adelantos modernos de tres plantas y catorce habitaciones. Su afianzada posicion dentro de la alta sociedad nuevatradense era ya un hecho consolidado. Angustias recibio a Elvira en su salon de te. Proyectaba seguridad y confianza en si misma, nada que ver con esa chiquilla vacilante que diez anos atras era un alma en pena. Sus lamentos se debian a que ningun hombre la pretendia, ninguna propuesta de matrimonio llegaba. La envidia la corroia al ver como su prima Elvira se prometia con uno de los mejores partidos de la ciudad: Leopoldo de Diego. Habia llovido mucho desde entonces. Las tornas giraron tanto que se terminaron invirtiendo. La tirria de Angustias hacia su prima se habia transformado en una superficial lastima tenida de fingida compasion. Durante varias horas, frente a una taza de te que se habia quedado frio, Elvira tuvo que aguantar los comentarios hirientes y las sarcasticas burlas de su prima, que no paraba de jactarse de su larga racha de buena suerte. Era, precisamente, de lo que carecia Elvira en aquellos momentos, pero aguanto la tempestad con estoicismo y clase. Siempre con una sonrisa permanente en sus labios. Porque ante todo, si algo caracterizaba a dona Elvira de Diego era, precisamente, la clase que tenia. Y asi lo demostraba cada vez que tenia ocasion: llevaba el orgullo adherido a su persona como una suerte de segunda piel. Ni Angustias ni nadie la veria flaquear jamas, aunque Elvira sintiera que su vida se estaba desmoronando sin que pudiera hacer nada por evitarlo. El camino estaba plagado de baches. La senora De Diego se agarro con firmeza a su asiento y respiro agitadamente. Apoyo los pies con firmeza en el suelo para evitar caer hacia delante. El cochero restallo el latigo con el que azuzaba a los caballos. Debia darse prisa. Estaba a punto de anochecer y la oscuridad propiciaba que bandidos y pistoleros campasen a sus anchas por los desolados caminos, desamparados ante la ausencia de luz. Un repentino mareo invadio a Elvira. No solo lo causaba aquel maldito y accidentado viaje, sino el tercer trozo de pastel que habia engullido en casa de su prima Angustias. Demasiado dulce para pasar aquel amargo trago. No le habia caido bien en el estomago y ahora pagaba las consecuencias de su gula. Cerro los ojos y sintio la desagradable sensacion que acompana a una repentina arcada. Dio dos golpes secos en la pared del carruaje. El cochero no se detuvo. Lo intento otra vez, ya sin paciencia. Se hizo dano en los nudillos al aplicar en el proceso todas las fuerzas que le quedaban. Por fin, el vehiculo paro a un lado del camino. Elvira abrio la puerta y descendio apresurada. Su sudor era frio, lo percibio en cuanto se levanto una leve brisa. Con la mano izquierda se tapaba su boca. Con la derecha, se tocaba el vientre. Ese vientre que era yermo, esteril. Se acurruco tras un arbol, se agacho y vertio la merienda sobre unas hierbas procurando no hacer demasiado ruido mientras regurgitaba. Desde su posicion, el cochero seguro estaria escuchando los estertores que la garganta de Elvira emitia. Eran tan poco dignos de una distinguida dama que un repentino arranque de verguenza la invadio. Se le pusieron rojas las mejillas otorgando algo de color a su tez palida y empanada. Un pensamiento esperanzador broto de las profundidades de su mente. ?Y si estaba encinta? Desecho la idea de inmediato, torturandose por albergar ilusiones huecas. Era fisicamente imposible. Leopoldo llevaba sin yacer con ella meses. El fracaso de su matrimonio se comportaba como un viejo fantasma que de vez en cuando acudia a ella para atormentarla. Elvira se incorporo y, con el mismo panuelo que antes, limpio sus labios. Una solitaria lagrima salio despedida de uno de sus ojos azules. No se molesto en secarla. Achaco su presencia al hecho de que se encontraba mal del estomago, y no a la tristeza que se empenaba en invadirla. Apoyo su mano en el tronco del arbol que tenia al lado. Se sereno contemplando el horizonte anaranjado. Consiguio respirar con normalidad al fijar la vista en esos ultimos rayos de sol que se perdian lejanos, oblicuos, moribundos, a punto de ser tragados por la oscuridad. Sin previo aviso, un brazo le rodeo la cintura con fuerza. Una mano le tapo la boca. La punta de una daga rozo su yugular. Elvira se olvido de tomar aire. Estaba paralizada y no solo debido al miedo. Hacia mucho tiempo que no sentia el calor de otro cuerpo cera del suyo, el cuerpo de un hombre. Percibio un aroma varonil invadiendo sus fosas nasales que, en otras circunstancias, le hubiese suscitado cierto agrado. Sin embargo, en el contexto de un asalto esta informacion paso desapercibida y el terror se manifesto sin tapujos. Las rodillas le temblaron. La garganta se le cerro. Ni siquiera el grito que habia dejado a medias termino de salir. Aquel era su fin. El fin de Dona Elvira de Diego, ilustre senora de Nueva Trada. -- No se mueva o la matare -- susurro una voz ronca a su oido. El acento delataba que se trataba de un extranjero. Un proscrito, tal vez. Elvira descendio la mirada y, bajo la luz del crepusculo, estupefacta, descubrio que la mano que le tapaba la boca pertenecia a un hombre de piel oscura. Un mestizo, quiza algo peor. Se pregunto que querria aquel malnacido de ella. Dinero. Joyas. Un rescate. Deshonrarla, en el peor de los casos, mancillando su cuerpo sin remedio. Entonces su esposo la repudiaria para siempre y de manera definitiva. Aquel seria para Elvira un fin peor que la muerte. El corazon le latia tan rapido que creyo estar a punto de abandonar este mundo. Recupero su voz tan solo para emitir un leve quejido. Ni siquiera en esas circunstancias era capaz de imponerse, de luchar por su vida. Reprocho internamente su propia pasividad, su cobardia. Aquel fue el ultimo pensamiento racional que tuvo antes de desmayarse de puro espanto, de autentico pavor.

  • La cancion secreta del hada de Claudia Cardozo

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    ?Que palabra mas anhelada que el nombre de quien se quiere? ?Que murmullo mas audible que el que permite llamar a esa unica persona? Esa es la cancion mas secreta, la primera voz que puede articular quien no sabe hablar, a la espera de que acudan a su llamado.

  • Emily (Senoritas americanas 3) de Scarlett O'connor

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    UNA NOVELA REFRESCANTE, QUE ROMPE LOS ESTEREOTIPOS Y QUE NOS INVITA A SER LA HEROINA DE NUESTRA PROPIA HISTORIA. -Melanie Rogers

  • Chicas De Tormentas Y De Sombra de Natasha Ngan

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    En lo profundo del corazon oscuro del palacio real, el rey se ocultaba. Habia estado alli durante semanas, negandose a recibir a todos los visitantes excepto a los hechiceros que trataban sus heridas y sus dos confidentes mas cercanos, que cuidaban de los danos de su cuerpo y su ego. Por supuesto, nunca admitiria que eso era lo que hacia. Y si alguien se atreviera siquiera a sugerir que estaba pasando por un momento dificil, los ejecutaria de inmediato. Nada de eso era doloroso. Nada era demasiado para manejar para el gran Rey Demonio de Ikhara. Sin embargo, al igual que la mayoria de las mentiras que las personas se dicen a si mismas, se derrumbo entre la sombra y la quietud de la noche. El rey, por mucho que expresara lo contrario, estaba perturbado. Sus heridas habian penetrado mas profundo que su carne y hueso. Habian atravesado, maliciosamente, cada vena, celula y poro, hasta que sintio el eco del miedo en cada latido de su corazon. Y ese miedo tomo forma. Y nombre. Lei-zhi. Se negaba a pronunciarlo en voz alta, pero su cuerpo lo traiciono. Susurraba su nombre al ritmo de su pulso. Le mostraba el rostro de la chica cuando el dormia: piel de porcelana con salpicaduras de sangre; labios levantados; ojos salvajes, aquellos brillantes ojos dorados llenos de tanta furia atravesaban su alma, los lugares exactos en su interior que el creia que habia arrancado de raiz hacia tiempo. Cuando fue demasiado, cuando el rostro y el nombre de la chica se burlaba de el hasta que no podia respirar y los muros de su cuarto se cerraban sobre el, el rey llamaba a una chica. Ninguna de esas chicas, claro. Aun tenian que ocuparse adecuadamente de esas chicas. Aunque lo haria. Sino que llamaba a otra chica. Tal vez una bonita de la casta de acero con aspecto de lince de las Casas de Noche, o una joven esclava de papel recien traida de un asedio. No le importaba. Le entregarian una chica y el la destrozaria, solo para demostrar que podia hacerlo. Para sentir de nuevo que era todopoderoso. Una chica humana no lo venceria: incluso el ardor y el dolor constante de sus heridas le recordaban lo cerca que habia estado la chica de lograrlo. Cada dia, los hechiceros reales iban a curar las heridas en la garganta y el rostro del rey. Naja habia hecho un buen trabajo. Los hechiceros habian llegado justo a tiempo despues del ataque de la chica para salvar la mayor parte de sus cuerdas vocales, aunque le dolia hablar y su voz era mas ronca que antes: un grunido aspero y gutural. Sin embargo, su ojo derecho fue imposible de salvar. La cuenca estaba arruinada, tenia varios nervios danados y carne pulposa, estaba demasiado danada para permitir siquiera la colocacion de un ojo de cristal. En las semanas que habian pasado desde el ataque, la herida del ojo se habia vuelto un poco menos aterradora gracias a la magia de los hechiceros. Si bien pasarian muchos meses mas hasta que el resto de su rostro volviera a la normalidad, ni siquiera los hechiceros podian traer a la vida a los muertos, y su ojo derecho perdido seria un recordatorio eterno de aquella noche. El rey recordo las palabras de uno de sus generales, tambien con forma de toro, que una vez habia ido a verlo para pedirle usar la magia de los hechiceros reales para quitar un corte horrible que atravesaba la mitad de su rostro. <>, le habia dicho al soldado. <>. Lleva tus cicatrices con orgullo. Que gran tonteria. El siempre lo habia sabido, claro, pero una parte de el habia creido en aquel sentimiento alguna vez. Ya no. El rey ahora sabia exactamente que eran las cicatrices: recordatorios de tus propios fracasos. Al igual que de aquellos que las habian infligido. La chica aun estaba alli afuera. Pero el rey tenia fe. Naja aun no le habia fallado. Ella la encontraria, como habia prometido, junto a la hija del traidor Ketai Hanno, y las llevaria a ambas al palacio ante el. Porque el rey tambien habia aprendido otra cosa sobre las cicatrices: eran una caldera ardiente de odio. Y si una furia como esa podia darle a una debil chica humana el poder de atacarlo a el... bueno. Ya verian lo que podria hacerle a un Rey Demonio con un hambre voraz de venganza. 1 Desde la noche en que escapamos del palacio, lo que al principio era una suave llovizna de copos se ha convertido en una tormenta de nieve. En menos de veinticuatro horas la primera capa se asienta. En solo un dia se convierte en una manta gruesa y blanca resplandeciente. En un dia mas la nieve lo ha cubierto todo, una alfombra de polvo amortiguado que arde en los ojos a la luz del dia y proyecta formas extranas de noche entre las sombras. Despues de dos semanas, es como si hubieramos vivido en ese mundo congelado desde siempre. Camino con dificultad a traves de los monticulos profundos mas alla del templo, mis botas rompen la nieve con crujidos pesados. El frio ha entumecido todo mi cuerpo. Flexiono la punta rigida de mis dedos bajo los guantes. Las gotas de hielo se derriten y ruedan sobre mis botas de cuero prestadas sin importar cuanto las apriete. Pero al menos mis manos y mis pies tienen alguna clase de proteccion contra el clima. Mi rostro lucha directamente contra los elementos... es una guerra y la esta perdiendo. El viento arde sobre mis mejillas descubiertas mientras miro entre los copos de nieve danzarines, intentando ver donde han ido los demonios leopardo. Ya llevamos rastreando las montanas casi una hora. Las empinadas colinas boscosas estan tapadas de nieve, cada arbol sin hojas esta cubierto de hielo. La tarde es espeluznantemente silenciosa: solo se oyen los cristales de nieve, las pisadas de las botas y mi propia respiracion acelerada. --?Como va todo ahi atras, princesita? Suspiro. Ni por asomo es tan silencioso. --Mi nombre --grito a modo de respuesta--, como te he dicho millones de veces, Bo, es Lei. En cuanto las palabras salen de mi boca, el viento me las arrebata. Los copos de nieve bailan sobre mi nariz y depositan besos frios y humedos en mis mejillas expuestas. --?Princesa? Escucho de nuevo la voz de Bo, esta vez con mayor claridad. Los hermanos deben de estar a pocos metros de distancia delante de mi. Mi respiracion dibuja nubes a mi alrededor mientras apresuro el paso para alcanzarlos. Sus siluetas altas se materializan a traves del viento lleno de nieve, con extremidades largas y desgarbadas como los troncos de los arboles que los rodean y practicamente de apariencia humana. Cuando me acerco mas, sus detalles demoniacos aparecen: orejas puntiagudas de leopardo, patas atleticas, colas largas que se mueven de lado a lado, cubiertas de la misma piel beige con manchas negras que recubre el resto de sus cuerpos. Unos ojos verdes resplandecen debajo de los parpados con borde negro. Sus rostros redondos son tan similares que es dificil diferenciarlos a primera vista. Uno de los dos pares de ojos es suave y amable. Nitta. El otro par, los ojos de Bo, baila entretenido. Nitta corre hacia mi con un grito de alivio y aparta los mechones humedos de cabello negro de mi sien. --!Gracias a Samsi! Por un momento, temiamos haberte perdido. Lo siento, Lei, avanzamos demasiado rapido. Intentamos ir mas lento, pero... --Si fueramos mas lento, estariamos viajando en el tiempo hacia el pasado --protesta Bo --. Papeles --anade con un cloqueo impaciente, rascandose el lateral del menton mientras me mira por encima de su nariz chata y felina. Nitta frunce el ceno y lo mira. --Bo. --?Que? Solo digo que cualquiera que no haya nacido con proteccion contra el clima se pierde la diversion. --Tal vez deberiamos regresar. --Los copos de nieve cubren la piel manchada de Nitta y ella desliza una mano sobre su sien sin pensar; parece preocupada--. Aun no hemos encontrado nada y Lei parece a punto de morir congelada. Merrin tenia razon. Esto ha sido una mala idea. Bo coloca una mano sobre su cadera huesuda. --?Ahora vas a confiar en Plumas? Vamos, hermana, ?que sabe ese cerebro de pajaro? --Tu desafiarias las ordenes de Merrin solo para molestarlo --replica Nitta. --?Por que otro motivo crees que accedi a permitir que Lei nos acompanara en nuestro viajecito de caza? --El chico leopardo sonrie--. Sin ofender, pequenita --me dice--, pero no has venido aqui precisamente por tu habilidad innata para el rastreo. --Como si tu habilidad para el rastreo nos sirviera de algo --respondo--. ?Acaso has encontrado algo aun? ?Mmm? Mientras Bo inclina la cabeza a un lado, entretenido, yo estiro la espalda, enderezando los hombros. Aun a pesar de que tengo la mitad de la altura de los hermanos leopardo, de todos modos mi postura me hace sentir mas fuerte. --Os pedi que me permitierais venir hoy porque estoy harta de esconderme en ese templo. Ya han pasado mas de dos semanas. Si tengo que pasar un dia mas escuchando los cantos eternos de Hiro y al resto de vosotros entrenando o debatiendo tacticas de guerra mientras me prohiben hacer cualquier cosa, mi cerebro estallara. --Me coloco bien la bufanda y aprieto mis punos enguantados--. Ahora, ?podemos por favor atrapar algo bueno para comer? Estoy cansada del taro asado en todas las comidas. Nitta vacila, pero Bo alza las manos en el aire. --?Sabes que? La princesa tiene razon. Si tengo que comer un trozo mas de taro, me convertire en un taro. --Con un bufido teatral, se desploma de espaldas. Los copos de nieve llueven sobre el--. Mirad --grune con horror fingido, parpadeando mientras nos mira desde el agujero con forma de Bo en la nieve--. Ya ha empezado a pasar. Soy uno con el taro. Y es... insoportaroble. --Se pone de pie de un salto, con su abrigo cubierto de hielo, y dibuja una sonrisa amplia de dientes filosos--. ?Lo pillais? ?Insoportaroble? --Ay, hermanito --suspira Nitta--. Tus chistes son tan espantarosos. Los tres nos reimos, el sonido quiebra la quietud espeluznante del bosque cubierto de nieve, hasta que un crujido fuerte a nuestra izquierda nos interrumpe. Nos giramos con rapidez, mi corazon se aloja en la garganta, solo para ver un monticulo de nieve, que habia estado haciendo equilibrio sobre las ramas torcidas de un arbol, caer al suelo con un gran ruido. Nitta y Bo enderezan la espalda de las posturas defensivas que habian adoptado por instinto. Bo resopla y deja el cuchillo en su cinturon. --?Te asusta la nieve, hermana mayor? ?Temes que moje y arruine tu bonito cabello? Nitta mueve los ojos en direccion a su hermano. --No creas que no he visto tu reaccion. --Pero hay cierta cautela cuando se gira y alza la nariz para olfatear el aire. Mueve las orejas, escuchando. Luego, avanza--. Vamos --dice --. Sin duda hay algo ahi afuera. Y, Lei, esta vez quedate cerca. Continuamos caminando por el remolino blanco. Es lo unico que puedo hacer para seguirles el ritmo a los hermanos, sus cuerpos agiles de la casta de la Luna avanzan con facilidad entre las columnas de arboles congelados. Mientras Nitta y Bo apartan las capas de nieve con destreza con cada movimiento elegante de sus atleticas patas de leopardo, yo me arrastro con torpeza a traves de los monticulos gruesos. El colchon de nieve me llega hasta las rodillas. Las raices ocultas de los arboles se enredan con mis botas. Cada rafaga de aire frigido me corta la garganta, pero a pesar del frio, aparecen gotas de sudor dentro de mi abrigo y debajo de la bufanda de piel que rodea mi cuello y mi barbilla. Los demonios no reducen el paso. Nos detenemos solo para beber un poco de agua de la cantimplora que Nitta lleva atada a la cintura o para buscar rastros del animal que ella y Bo rastrean; los hermanos juntan las cabezas para debatir las huellas de su presa en voz baja. Despues de una hora de rastreo sin distracciones, Bo rompe el silencio. --Nos estamos acercando --anuncia, semioculto por la nevisca blanca que hay donde esta caminando a pocos pasos delante de nosotras. Nitta levanta mas la nariz. --Tienes razon. Yo tambien capto algo. Intenso, a almizcle... ?Que crees que es? --?Tu delicioso aroma natural? --sugiere su hermano. Nitta pone los ojos en blanco. --?Ves eso? --pregunta ella, senalando un arbol cercano. Bo y yo nos acercamos mas. Hay dos muescas profundas grabadas en la corteza, debajo de la altura de mi cabeza. Parecen recientes: solo las cubre una capa delgada de nieve. Bo desliza los dedos sobre las marcas. --Puede ser una cabra de montana grande. --Espera --digo, mientras retrocedo para inspeccionar las ramas bajas y retorcidas del arbol--. Es un arbol de mango. Un arbol de mango --repito, sorprendida--. ?Suele nevar aqui? No podemos estar tan alto en las montanas si hay higueras y arboles frutales. Ninguno de los dos comparte mi sorpresa. --La Enfermedad ha causado toda clase de cambios climaticos extranos --dice Nitta encogiendose de hombros; luego se gira hacia su hermano, frunciendo el ceno--. Seria una cabra demasiado grande. Creo que es mas bien algo similar a un buey. --Puaj, espero que no. La carne de buey es asquerosa. --?Quieres cenar taro otra vez? --Es mejor que culo de buey. Nitta mira hacia adelante en medio de las rafagas brillantes, sus orejas redondeadas se sacuden. Al igual que su hermano, tiene las orejas cubiertas de joyas y aros en una variedad de plata descolorida y oro y la luz invernal resplandece en ellos cuando la chica mira de izquierda a derecha. --Por aqui --dice ella, ya en movimiento. Bo me guina un ojo. --?Lista para cumplir con tu rol en la caceria, princesa? --?Que rol es ese? --La carnada --responde con una sonrisa burlona. Lo fulmino con la mirada mientras se aleja. Tardo unos instantes en pensar una respuesta. Avanzo furiosa por la nieve, lista para decirsela... cuando un movimiento captura mi atencion. Me paralizo. Mi corazon late con fuerza en el silencio del bosque cubierto de hielo. El bosque quieto y vacio. Bajo mi bufanda, mi piel se eriza. --?Estais... estais seguros de que solo hay un animal cerca? --pregunto. Nitta y Bo se giran y me silencian con la misma mirada fulminante de ojos verdes. --Tenemos que estar callados... --comienza a decir Nitta. Oimos el crujir de la nieve mas adelante. Ella se gira con rapidez e inclina el cuerpo para adoptar una postura defensiva. Bo senala hacia las rafagas de nieve. Con agilidad, toma su cuchillo mientras Nitta prepara el arco que carga sobre el hombro. Lo alza frente a ella con su mano izquierda, y con la derecha toma una flecha del carcaj amarrado a su espalda. Con un movimiento habil, coloca la flecha con cola de pluma en su lugar y hace retroceder su brazo derecho para extender el arco mientras apoya la punta de la flecha sobre sus nudillos izquierdos. Flexiona los musculos definidos debajo de su camisa de algodon mientras apunta hacia el aire gelido, pero Nitta no dispara la flecha. Aun no. Con las orejas en alerta y el rostro concentrado, se desliza entre los arboles. Bo se agazapa levemente mientras avanza detras de ella, con los dedos cerrados sobre su cuchillo, listo para lanzarlo. Busco con manos enguantadas y torpes mi propia daga en mi cintura. Es un cuchillo de hoja corta y simple: uno que les sobraba a los demas. Lo sujeto con fuerza y sigo a los hermanos, haciendo un gran esfuerzo por seguir el sendero que han creado con sus pasos precisos. Mi piel cosquillea de incomodidad. Algunas veces creo ver movimiento: no delante donde Nitta y Bo avanzan en medio del paisaje invernal, sino en la periferia de mi vision. La silueta sombria de algo grande y... no humano. Pero cuando miro, no hay nada. Solo rafagas grandes de copos de nieve brillantes. Viento frio, nubes de aliento y silencio profundo, ahogado por la tormenta de nieve. Nitta y Bo ahora avanzan mas rapido. Aunque me esfuerzo al maximo por seguirlos, la distancia entre nosotros comienza a crecer. Por delante, Nitta se gira abruptamente y nos guia sobre una colina escarpada; veo el resplandor de una cascada congelada a nuestra derecha. Mi aliento dibuja nubes gruesas mientras intento seguirlos... y luego mis pies se topan con un saliente rocoso debajo de las rafagas de nieve. Con un grito, caigo de cara a la nieve. Acumulaciones de hielo me muerden la piel, las gotas derretidas caen por los laterales de mi bufanda. Con una mueca de dolor, me pongo de rodillas y comienzo a quitarme la nieve del rostro y el pelo cuando percibo movimiento detras de mi. Una voz, liviana como una pluma, pero tan profunda como los huesos de los dioses y los terremotos, aparece en el viento. Te he encontrado. Algo frio que nada tiene que ver con la nieve rueda sobre mi columna. En un instante, su rostro aparece en mi mente. Cuernos marcados, decorados con oro, puntas afiladas como cuchillos. Un rostro delgado y apuesto, facciones bovinas mezcladas inmaculadamente con la forma humana. Una sonrisa arrogante y satisfecha. Y esos ojos... sus iris de ese azul artico limpio y transparente que recuerdo sentir como me atravesaban incluso ahora. Mas de dos semanas desde aquella noche, desde el instante en que hundi una daga en lo profundo de su garganta y le quite la vida. El Rey Demonio. Te he encontrado. Agazapada en la nieve, me giro con mi cuchillo en alto entre mis dedos temblorosos, mi corazon late con fuerza contra mis costillas. Pero el bosque esta vacio. Los arboles se yerguen altos, como centinelas silenciosos en medio de la escarcha. La sangre me sube a los oidos. Miro de nuevo en todas direcciones, los escalofrios aun recorren mis brazos y mi nuca a causa de esa voz. Habia parecido tan real. Tan cercana. Cuando me pongo de pie para continuar siguiendo a Nitta y a Bo, no hay rastro de ellos. Estoy sola. Luego, contengo el aliento. Porque, tal vez, no lo estoy. Aunque es imposible que haya oido las palabras del rey, el movimiento que he percibido y la sensacion de que alguien nos observa pueden deberse a que nos estan siguiendo. No es el fantasma del rey muerto, sino uno de sus soldados o guardias de elite. Por ese motivo Wren y los otros me han prohibido salir del templo todo este tiempo. Sabemos que es solo cuestion de tiempo hasta que nos encuentren, si es que aun no lo han hecho. Han pasado mas de dos semanas desde el ataque en el palacio la noche del Baile de la Luna. Mas que tiempo suficiente para que ellos nos hayan rastreado, incluso hasta nuestra ubicacion remota aqui, en las montanas del norte. Mas que tiempo suficiente para esperar fuera del templo, donde nos hemos escondido con magia protectora. Para esperar hasta que partamos a nuestro proximo destino, o hasta que yo me vuelva estupida y lo bastante imprudente para desobedecer la orden de permanecer oculta. Exactamente lo que he hecho hoy. Una alarma cobra vida en mi cabeza y en el mismo momento mas movimiento (real esta vez, junto a jadeos y el crujir de la nieve rota) aparece delante, en lo alto de la colina. --!Lei! --El grito de Nitta atraviesa la tormenta de nieve, agudo por el panico--. !Corre! Justo en el momento en el que una silueta descomunal salta en mi camino y emite un rugido que me hiela la sangre.

  • Un pitcher solo en mi corazon 2 de Christian Martins

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    ?Estas bien? --pregunta Bryan, observandome fijamente. La verdad es que no. No lo estoy. Cruzar el pasillo repleto de periodistas y camaras me ha dejado un sabor de boca amargo. Se que esta escapada de fin de semana nos traera muchas consecuencias, pero no se hasta que punto puede cambiar esto mi vida. La primera vez que Brian y yo quedamos en la cafeteria para arreglar los papeles del coche y nos fotografiaron pude atisbar discretamente lo que significa ser el foco de atencion constante. Y no me gusto. No me gusto en absoluto. Puede que mi hermana, Scarlett, este hecha para la fama. Pero yo no. --Estoy bien --murmuro, acomodandome en mi asiento. Es mejor que no le de importancia, al menos por ahora. Ya me preocupare manana de buscar una solucion a todo esto. --?Lo dices de verdad? No parece que estes bien... --susurra en voz baja, acariciandome el antebrazo. Es increible lo poco que hemos necesitado Brian y yo para formar esta complicidad entre nosotros. A su lado me siento comoda y feliz, como si llevase asi toda la vida. Como si nos conocieramos desde siempre. Es extrano, porque esa misma sensacion jamas la tuve con Marcus. --No me gusta la prensa --respondo en voz baja, para que nadie mas pueda escucharnos. Aunque en realidad, nadie puede hacerlo. Por primera vez en mi vida, viajo en primera clase. Y tengo que admitir que la diferencia con la clase turista es abismal. --Lo se. Olvidate de ellos, ?vale? No volveran a molestarnos en todo el fin de semana. Asiento, respiro hondo, y decido que seguire su consejo al pie de la letra: me voy a olvidar de ellos. Despues del mensaje de Patsy y de nuestra breve reconciliacion tras la fiesta de cumpleanos de Ginna Godbsy, este es nuestro primer encuentro. Y la primera vez que pasaremos juntos varios dias seguidos. Las ultimas semanas de mi vida han sido bastante complicadas, asi que me apetece mucho desconectar y disfrutar de Brian. Ademas, se que el partido que se disputa este fin semana es realmente importante para el y, en cierto modo, me hace feliz que me haya pedido que le acompane. Confia en mi y se apoya en mi. Me paso el resto del vuelo callada, pero para cuando llegamos a nuestro destino el malestar se me ha pasado y he terminado de olvidar por completo el episodio que nos ha tocado vivir con la prensa. Cogemos el equipaje de mano y desembarcamos del avion en primer lugar. Brian rodea mi cintura con su brazo, me estrecha contra el y me dedica una enorme sonrisa mientras caminamos por los pasillos del aeropuerto. --El coche nos esta esperando en la puerta --me dice, justo antes de guinarme el ojo derecho. Brian se ha encargado de todo. Bueno, no se si ha sido cosa de el, del club o de su manager. Y la verdad es que tampoco creo que ese detalle importe demasiado. Lo que realmente valoro es lo cuidada que me siento, como si pretendiera adelantarse a cualquier detalle e imprevisto para que mi unica labor estos dias fuera disfrutar. --Oye... --le digo, deteniendome en seco--. Gracias por todo. Creo que todavia no se las he dado. --No digas tonterias, Ash... Pero antes de que pueda restarle mas importancia, me pongo de rodillas y le beso en los labios. Brian sonrie justo antes de apartarse de mi. --Venga, vamos. Nos estan esperando. Antes de las nueve de la noche llegamos a nuestro hotel. Un impresionante edificio de cinco estrellas situado en una de las avenidas mas importantes y centricas de Baltimore. Sabian que llegabamos, asi que no tenemos que esperar. Un botones recoge nuestras maletas y nos guia hasta la habitacion que nos corresponde, situada en la ultima planta de todas. Es increible. Tiene unas impresionantes vistas a la ciudad y casi es mas grande que mi propia casa. --?Desean algo mas? ?Les gustaria pedir la cena? Brian me mira de reojo y yo me encojo de hombros. --Llamaremos si necesitamos algo, gracias. Y dicho eso, el hombre desaparece de la habitacion y Brian y yo volvemos a quedarnos a solas. --Guau... --murmuro para mi misma, repasando el bano de arriba abajo, que tambien es enorme y tiene una ducha preciosa, de piedra y cristal. El dormitorio, como ya he dicho, tambien es un espectaculo. Esta dividido en dos zonas. En una de ellas esta la cama con las dos mesitas de noche y la gigantesca television de plasma y en la otra hay un sofa, una mesita y... !Un jacuzzi! !Es increible! No quiero imaginarme lo que puede costar la estancia en una suite como esta, pero adivino que no sera precisamente barato estar aqui. Por un momento, me siento fatal. Todo esto lo esta pagando Brian sin pedirme nada a cambio. --?Que te ocurre? ?Hay algo que no te guste? Sacudo la cabeza en senal de negacion. --Si algo te disgusta, puedo pedirles que nos cambien de habitacion. Vuelvo a negar rotundamente. No se con que tipo de chicas ha estado Brian hasta ahora, pero no soy capaz de imaginar a quien en su sano juicio le puede disgustar esto. --No, todo es... perfecto --aseguro, dejandome caer sobre el sofa--. El problema es que es... --hago una pausa, esforzandome por encontrar la palabra adecuada--. Demasiado. Mucho mas de lo que me puedo permitir. Brian se sienta junto a mi. Parece confuso. --No entiendo. --Que esto es demasiado caro para un sueldo como el mio, Brian. --Pero tu no tienes que aportar nada --asegura--. Ademas, esta estancia la paga el club. Ni siquiera yo. Eso tampoco me consuela demasiado. Poyner se acurruca mas junto a mi y me levanta la barbilla para obligarme a mirarle a los ojos. --No puedes ser mas extrana, ?lo sabias? --bromea, aunque ya me lo ha repetido en demasiadas ocasiones--. Disfruta de lo bueno y deja de preocuparte por lo demas. ?Puedes hacerlo? --Si... Creo que si. Supongo que es mejor no plantearse las cosas. No puedo permitir que Brian pague todo cuando estemos juntos, pero supongo que por una vez puedo hacer la excepcion. La conversacion se queda suspendida en el aire cuando me besa. Sus labios humedos recorren los mios y nuestras lenguas comienzan un baile frenetico cuya coreografia no les es en absoluto desconocida. Son complices, al igual que nosotros. Siento sus manos recorriendo mi cuerpo. Las mias arrancandole la ropa. Asi es todo con el; no necesito demasiado para encender la llama y que, un simple beso, se convierta en un instante de pasion desenfrenada. Dos minutos despues, ambos nos encontramos desnudos. La ropa esta tirada en el suelo, bajo el sofa, mientras nos enredamos en un abrazo. Esta vez no me apetecen cuerdas ni juegos extranos, solamente quiero que seamos el y yo. --?Te apetece que encienda el jacuzzi? --propone sin apartarse de mis labios. --Me parece buena idea. Brian se levanta y enciende los grifos. Mientras la banera se llena de agua caliente, yo disfruto de las magnificas vistas que me ofrece su cuerpo. Es perfecto. Puede que simplemente sea cuestion de genetica o puede que se deba a las tantisimas horas de deporte que realiza semanalmente, no lo se. Y la verdad es que esos detalles tampoco me importan demasiado. --?Vienes? --pregunta, sumergiendose en el agua. Apaga los grifos y enciende el burbujeo. Yo camino hasta el, sintiendome un poco expuesta. Estoy totalmente desnuda y Brian me recorre de arriba abajo con la mirada, lo que me resulta... incomodo. El es perfecto; tiene un cuerpo musculado, definido y envidiable. Pero yo solamente soy una chica normal, con sus defectos. Practicamente corro hasta llegar al agua. Me introduzco en el jacuzzi, mirandole a la cara, y me siento sobre el. Siento su miembro ahi abajo, palpitante, dispuesto. Le sonrio y el me devuelve la sonrisa antes de estrecharme entre sus brazos. --?Crees que manana ganaremos? --pregunta. Si tuviera un poquito de idea sobre beisbol podria responder con sinceridad; pero la verdad es que nunca me han interesado demasiado los deportes hasta que Poyner tropezo en mi vida. --Estoy segura de que si --miento, aunque evidentemente eso es lo que deseo. Brian coge el botecito de jabon y deja caer un par de gotas en el agua. En pocos minutos, la espuma coge volumen alcanzando el borde del jacuzzi. El no parece preocupado por si se desborda, asi que yo tampoco. Brian coge otro poco de jabon, se lo coloca en las manos y las frota para extenderlo bien por sus palmas. Despues las deja caer sobre mis hombros y comienza a masajearme suavemente. --Manana tienes que madrugar, ?verdad? --Ahora mismo eso es en lo ultimo en lo que estoy pensando --me dice, justo antes de descender con las manos hasta mis pechos. Los masajea lentamente, presionando en los puntos clave para hacerme enloquecer. Brian sabe como tocarme, como hacerme disfrutar... Y eso, en ocasiones, me asusta. Es unos anos mas joven que yo, pero aun asi esta bastante claro que es el quien tiene mas experiencia de los dos. Mucha experiencia. Intento imaginar el numero aproximado de mujeres que han pasado por su cama, pero decido desechar ese pensamiento antes de que termine haciendome dano y causandome inseguridades innecesarias. Ahora esta conmigo. Aqui. El y yo... y nadie mas. Desliza sus manos sobre mi espalda y yo me inclino hacia el para poder besarle. Brian me lo permite, lo que es toda una novedad. Con el el sexo suele ser mas... extrano. Diferente a lo habitual. Le gusta que sea sumisa, que le deje hacer lo que quiera y que no me mueva ni un milimetro. Pero hoy, como si por arte de magia hubiera sido capaz de leerme el pensamiento, no esta siendo asi. Hoy simplemente hacemos el amor como una pareja normal. Siento su miembro endureciendose aun mas, rozandose con mi sexo. De forma inconsciente, comienzo a mecerme suavemente, rozandome contra el. Un cosquilleo se instala en mi bajo vientre, haciendome gemir. Brian tambien jadea. Puedo sentir como la excitacion va creciendo poco a poco entre nosotros. Sus manos vuelven a rodear mi cuerpo hasta mis senos. Los aprieta, masajea y disfruta. Me besa. Sus besos son suaves, humedos y calientes. Entonces me levanto levemente y guio su ereccion a mi interior. Una pequena parte de mi esta esperando a que Brian, como siempre, me detenga; pero no lo hace. Hoy no. Por una vez, me deja tomar las riendas. Me mira intensamente mientras yo desciendo hasta clavarme por completo, y entonces comienzo a mover las caderas en circulos. Echo la cabeza hacia detras. Mi cabello roza el agua, mojandose. Sus manos continuan paseandose por mi cuerpo y poco a poco van descendiendo hasta mi sexo. Me toca. Mis movimientos se aceleran mas. El jadea mi nombre, presionando mi clitoris, haciendome enloquecer y disfrutar. Y entonces, alcanzo el orgasmo. Siento como mi cuerpo se sacude por el placer y cierro los ojos, entregandome al momento. Cuando vuelvo a abrirlos, estoy abrazada a Brian. El sonrie con picardia mientras me besa en los labios. --Yo todavia quiero mas --me dice con la voz ronca. Suelto una risotada mientras se levanta del jacuzzi para salir de el. Despues, me pide que me ponga en pie y me coge en brazos. Estamos encharcando el suelo de la habitacion, pero a Brian no parece importarle lo mas minimo. Camina unos pasos hasta llegar al sofa y con delicadeza, me deja sobre el. Es increible la fuerza que tiene Brian; cuando me coge en brazos es como si me transformase en peso pluma. Me coloca de espaldas y me empuja suavemente hacia el respaldo. Despues me coge de las munecas para unir las manos y me penetra desde atras de forma brusca y mucho menos romantica. Suelto un grito por la sorpresa, justo cuando el comienza a entrar y salir mas fuerte. Este es mi Brian... Inmovilizandome. Sometiendome. Y tengo que admitir que me gusta. Tiene algo que engancha, que siempre te hace volver y querer mas. Entra y sale... Mas y mas fuerte, sin soltarme. Reteniendome. Y entonces, cuando siento que esta a punto de estallar y cuando pensaba que no podia sentir mas, exploto junto a el. Brian libera mis munecas y se deja caer sobre mi para besar delicadamente mi nuca. Despues me pide que me de la vuelta. --Eres increible, ?lo sabias? Le respondo con una sonrisa, porque no se que otra cosa se puede contestar a algo asi. Despues me coge por la muneca y me guia hasta la cama. No hemos cenado, pero no importa. Tampoco tengo hambre. Lo unico que deseo es acurrucarme junto a el en la cama, sentir su piel en contacto con la mia y cerrar los ojos. Aspirar su aroma y sentir paz. Nada mas. Nos metemos bajo la colcha y yo me coloco sobre su pecho. Aun estamos mojados, pero a ninguno de los dos parece molestarnos. Ya nos secaremos. Me concentro en su respiracion y cierro los ojos. Brian apaga la luz.

  • No te mentiria dos veces de Diaz De Tuesta

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    “--Callate, tonto --le dijo y se alzo contra el. Le tomo las manos y cubrio con ellas sus pechos--. Si no vas a ayudar, haz el puto favor de callarte.”

  • La balada del nino que queria un abrazo de Baptiste Beaulieu

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  • Viaje al pasado de Megan Hart

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    Viaje al pasado

  • 33 anos sin llorar de F.g. Labandal

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  • Dejate enganar (Citas de Amor 3) de Anna Dominich

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    Vicky es una mujer fuerte y decidida que siempre lucha por lo que desea y nunca se rinde ante nada. Tras unos anos dificiles, vive la clase de vida que siempre ha sonado. Rodeada de amigas que la quieren, independiente, propietaria de un negocio y sin preocupaciones, por fin es feliz. Ademas, tiene a Alexei, un hombre misterioso, con muchos secretos, que ha acabado convirtiendose en su confidente y mejor amigo.
    Sin embargo, el tiempo pasa y siente que le falta algo. Cuando conoce por casualidad a Daniela, una nina que ha perdido a sus padres y se ha quedado sin hogar, se da cuenta de que lo que siempre ha deseado es formar una familia, asi que no duda en acogerla, quererla y cuidarla como hubiera querido que hicieran con ella.
    Todo parece perfecto en la apacible vida de Vicky, hasta que un dia el pasado regresa y el unico hombre al que ha amado llama a su puerta.
    Ivan no entiende el motivo por el que Vicky le dejo sin darle ninguna explicacion y ahora, al reencontrarla, esta dispuesto a obtener respuestas y cobrarse la venganza. Las cosas se complican para ambos, hay muchas preguntas sin respuesta y surgen las dudas. ?Se puede desear y odiar a una persona al mismo tiempo y con la misma intensidad?

  • Dulce Tortura de Jenifer Demichelis

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    Jessica se quedo de pie frente al salon de clases. Era su primer dia de universidad. Hacia apenas un par de minutos habia ingresado a un artistico, construido por uno de los arquitectos mas famosos del pais y que por muchos anos fue sede del Ateneo, hasta que las autoridades gubernamentales se habian hecho de el y ahora formaba parte de la Universidad de las Artes, el inmueble no se prestaba mucho para ser instituto educativo, pero sin duda se sentia la vibra de las artes en el lugar, ese aire bohemio, despreocupado, pero a su vez creativo. --!Pasa! --Le grito Alondra, su amiga, quien era su vecina y con la que habia decidido empezar esta aventura de estudiar artes. --Pareces una loca ahi parada mirando la nada. Entra. La universidad se jactaba de ser muy enfatica con la puntualidad, quien llegara tarde se quedaba afuera. Solo por esa razon ya el lugar estaba convirtiendose en uno de los mejores institutos del pais Se acomodo junto a Alondra, disimuladamente miraba el reloj, ligeramente ansiosa por la primera clase, quien seria el maestro o maestra, como serian las evaluaciones, los companeros. Por un momento dudo de su talento. Tenia el don innato de hacer arte con su pincel y lienzos, en casa tenia varios cuadros sin terminar o algunos listos que eran su pequena galeria intima. Aunque era consciente de que aun le faltaba mucho por aprender, por mas autodidacta que fuera, la guia de los maestros seria idonea para conectar y poder lograr las grandes obras que deseaba trazar en la tela en blanco. Abrio su libreta que tenia arriba la imagen de una mariposa azul con negro, bautizada con el feo nombre de Morpho Peleides, los cientificos tenian un don para darle nombres terribles a tan maravillosas creaciones de la naturaleza. Comenzo a pasar las paginas, buscando una que estuviera en blanco, en las primeras, las escritas, reposaban poemas que en momentos de inspiracion escribia, en casa, en su ordenado, reposaban un par de poemario que estaban en proceso de poda, correccion y busqueda de palabras mas idoneas para algunos de sus versos. Durante los ultimos anos habia pulido sus poemas dejando un trabajo mas hermoso... Ella, sin duda alguna era una artista, solo le faltaba ese empujon, alguien qe la encarrilara para que pudiera encontrarse y mostrar al mundo lo que por esa cabecita bullia. Finalmente consiguio la hoja en blanco, anoto la fecha del dia y miro a Alondra, quien estaba inmersa en su movil. Vio para los lados y ya habia mas estudiantes, todas caras desconocidas que estaban inmersas en sus mundos, futuros amigos y seguramente enemigos que se gestarian en esa comunidad que se formaba. Jessica se iba a rendir a su propia introspeccion metiendose en alguna red social de su movil, cuando recibio un codazo de Alondra, la miro y esta le senalo con la boca la puerta. Alli estaba de pie el hombre mas guapo que habia visto nunca. Alto, llegaba casi al quicio de la puerta. Sintio como si una suave brisa acariciara los vellos de su espalda. Su mandibula estaba bien marcada, su boca poseia una sensual curvatura, su ojos eran verde, un tono extrano, porque no eran claros como los muchos ojos que habia visto en su vida, sino de un verde oscuro, militar, el cabello negro, fino, seguramente rebelde, se contenia en una cola de caballo, que aunque a ella nunca le habian gustado, por alguna razon a ese hombre le quedaba bien. Ademas, su manera de vestir era despreocupada y elegante. Parecia que cada una de sus prendas estaba hecha a su medida y le quedaba bien. No era el profesor, era otro companero de clases. Pero vaya que era hermoso. Poco rato despues entro la maestra. Quien luego de las presentaciones pertinentes y hablar de su plan de evaluacion, fue al grano. --Jovenes, a mi me encanta trabajar en grupo. --A nosotros no... --Dijo uno de los estudiantes, algunos de los presentes rieron. Se veia que era el bromas del salon. --Pues les tocara acostumbrarse --dijo la maestra sonriendo-- desde hoy comenzaremos a formar grupos y seguramente repetiran en muchas ocasiones. Como se que ustedes no se conocen, esta vez los organizare yo. La maestra tomo la lista donde aparecian los nombres de los estudiantes y comenzo a nombrarlos. --A medida que vaya nombrando, ustedes se iran cambiando de puesto con el de al lado y asi cada quien quedara al lado del otro y armaremos el grupo para comenzar a trabajar. Asi fue, a medida que los nombraba todos se iban moviendo de sus puestos y cambiandose con otros para irse acomodando. El salon tenia bastantes puestos vacios, era facil ubicar otro asiento mientras la maestra citaba su nombre. --Ojala nos toque juntas --Dijo Alondra-- y casi como si hubiera dicho un maleficio, su nombre fue mentado por la profesora. Alondra abrio los ojos, esperando escuchar el de Jessica. Pero nombraron a Marcos, al girare a buscarlo, se consiguio con un hombre de lentes, un tanto nerd, nervioso en sus movimientos, quien se le ilumino la cara cuando vio la mujer que le habia tocado en suerte como companera. Alondra miro a Jessica, como pidiendole auxilio, ella solo sonrio con la comisura de los labios y se quedo apertrechada, esperando a ver quien le tocaba en suerte. --Alessandro Mccoy --Dijo la maestra. Jessica, disimuladamente giro la cabeza, buscando al protagonista de ese nombre. Era el, el guapo que habia robado su aliento un rato antes. La profesora paseaba el dedo por la lista, buscando el companero para el. Dio un respingo cuando escucho --Jessica Alvarez. Miro a la maestra con una interrogacion grabada en su rostro, y ella parecio leer su duda. --?Que paso? Tu y Alessandro son companeros. Jessica solo atino a asentir con la cabeza. El hombre, con un gesto serio, casi arrogante vino y se sento a su lado. Puso su bolso encima de la mesa, la miro, saludo con la cabeza con cortesia y no la miro mas, puso su vista en la maestra. Jessica se sintio incomoda como nunca lo habia estado en su vida. Poco rato despues la maestra habia formado grupos. --Bueno, estamos listos. Aqui no hemos venido a jugar, asi que vamos a la accion. La maestra salio hizo unas senas desde la puerta y dos jovenes entraron con una silla de esas de madera que se usaban antes en los bares de mala muerte y detras venia una mujer con poco mas de 40 anos, unas de esas que a todas luces es ama de casa, que tiene un poco de sobrepeso y un par de hijos con algun nieto en camino. Una mujer madura. Se veia que no habia tenido buenos tiempos, su figura la verdad no era la mejor. Venia envuelta en una toalla. La silla de madera fue colocada en el centro, donde todos pudieran verla desde sus angulos. La mujer se quito el pano y estaba totalmente desnuda, se sento en la silla y adopto una posicion donde una pierna tocaba el suelo, la otra estaba en el peldano de la silla, un brazo reposaba en el espaldar y el otro en la pierna. En su estomago se dibujaban pliegues de sobrepeso, sus senos caidos mostraban que en algun tiempo fueron unas buenas tetas, su rostro, toda ella, aunque no entraba en los estereotipos de belleza, tenian una extrana belleza, supongo era su alma de artista, que no tenia reparo en venir y posar alli, desnuda ante esos estudiantes que al verla quedarse desnuda, chiflaron a modo de piropo. --Se podran imaginar lo que vamos a hacer. Quiero que cada pareja comience a dibujar a la modelo, ustedes veran como se organizan, la idea es que entre los dos, dejen un solo dibujo. Pueden tomarse la hora de clase en eso. ?Vale? Alessandro miro a Jessica, levanto una ceja, como esperando que ella actuara. --Aqui tengo hojas --Dijo ella-- ?como nos organizamos? --Te prestare un lapiz de unos buenos que traigo aqui. Vas a usar esos. Su voz era aterciopelada y hermosa, gruesa, varonil. Hacia que el autoritarismo con el que hablaba sonara sexy. Le dio un lapiz, normal, similar a los que ella tenia en el bolso, pero igual lo acepto y comenzaron a dibujar. --Se me dan bien los rostros, vamos a hacer el boceto y ahi vamos uniendo a medida, pero empezare con su cara ?Vale? --Si --respondio Jessica. Le molesto que en el rato que estuvieron dibujando, ni una sola vez el la mirara ni un momento, estaba solo inmerso en rayar la hoja y formar la figura de la mujer desnuda frente a ellos. <> tan sobrado, tan crecido, se cree que porque es guapo, ya las tiene todas ganadas. Idiota. No soportaba a los hombres crecidos, que se creian superiores, que pensaban que la belleza fisica era lo unico, que no tenian nada mas. Alondra sabia que su amiga era medio rebelde, por eso le habia advertido que tenia que hacer amigos en el lugar y ser callada, no salir con cosas a los demas cuando estos le hicieran algo que no le gustara, por ella, se quedaria callada. Pero sin duda no dejaba de molestarle que el no le regalara ni una mirada. Estuvo tan concentrada, quejandose en su interior por Alessandro, que apenas si presto atencion a su dibujo, los resultados eran evidentes, los trazos de ella se veian un poco descuidados, en cambios los de el, habian esculpido un rostro que parecia una fotografia en blanco y negro, que iban transformandose en una cuasi caricatura del cuerpo, el contraste entre el trabajo de Alessandro y el de Jessica. --?No sabes dibujar? --dijo-- Es elemental saber para estudiar esto. --Si se dibujar --respondio Jessica mirandolo con los ojos brillantes. El miro el dibujo, la miro a ella y dijo. --Ya. Fue el unico momento en el que le dedico una mirada, siguio mirando a la maestra y a la modelo, como un muneco obediente. Como si estuviera en la escuela. <> se dijo para sus adentros. --?Ya terminaron? --pregunto la maestra que se acerco y los vio sin hacer nada. --?Quien hizo esta parte? --senalo el rostro y el trabajo de Alessandro. Al descubrir la parte de cada uno, miro con una sonrisa fingida a Jessica. --?Desde cuando dibujas? --Desde siempre. Es mi vida. --Debes practicar mas, tus trazos son muy duros. Igual es la primera clase, pero mira como la hizo tu companero y como aqui el trazo cambia bruscamente. La maestra le dio la espalda y se dirigio a la clase. --Muchachos, la idea con esto, es que ustedes aprendan a trabajar en equipo, que puedan formar un trabajo donde no se note que hubo cuatro manos, sino solo una, que trazo y formo el arte. Por eso los uno, porque quiero que todos se formen igual. Asimismo les digo, si sienten que esta no es su carrera, que no saben dibujar, estan a tiempo de salir por esa puerta e irse a estudiar Abogacia, alla no tienen que dibujar. Luego de decir esto le dio una rapida mirada a Jessica, ella se sintio terrible. Alessandro se dio cuenta de todo, tomo el lapiz y dijo. --Mira, si pones el lapiz asi, podras hacer mejor el trazo porque... --Joder, yo se dibujar. Dame eso --le quito el lapiz, tomo el borrador, y toda la parte que ella habia hecho la elimino en unos segundos, ahora tomo el lapiz y en pocos minutos habia trazado toda la figura de la mujer, con una calidad casi identica a la de Alessandro. Este por primera vez la miro con otros ojos, cambiando el punto de vista que tenia sobre ella. Jessica lo noto y una rafaga de calor recorrio su cuerpo, sus ojos de madreselva la estudiaban. ?Seria capaz de arder en ese momento, sintiendo que era taladrada por ese hombre? Alessandro la estudio, su piel canela clara, su cabello listo, hermoso que caia en cascada por su espalda, sus labios gruesos y delineados, hechos para besar, con unos ojos grandes, expresivos, que parecian sonreir y mostrar una ternura en el tono oscuro. Sus pomulos anchos, que daban la tentacion de morderlos y mojarse en la miel de la que parecian estar hechos. Tambien vio su cuerpo, esto sin reparo, sin disimular, se quedo mirando la figura de guitarra, sus pechos redondos, su cintura mediana y las piernas gruesas y contorneadas, por su sangre corria sangre africana, eso le regalaba un tono suave pero una figura gruesa y hermosa como las mejores negras. Era muy hermosa. --Dibujas muy bien. --Dijo--Eres buena ?Por que el primer dibujo fue tan horrible? Ella tenia la respuesta, pero no la dijo, al menos no en palabras, porque la mirada que el le dio, parecio comprender lo que pasaba y por un instante se quedaron mirando fijamente y para Jessica este fue un intercambio mucho mejor que muchos encuentros sexuales que hubiera tenido. Finalmente desconectaron y cada uno parecio ir a lo suyo. La clase finalmente termino y todos fueron saliendo. --?Como te fue? --Le pregunto Jessica a Alondra. --Pues el nerd que me toco dibuja como los dioses. Asi que bastante bien. ?Y a ti? Estabas bien acompanada. Que envidia. Seguro te lo miraste de arriba abajo. !Guarra! --Terrible, el primer dibujo me quedo fachas y la maestra me vio como si fuera una retrasada. --?Fue por ti que recomendo irse a estudiar abogacia? Ella dijo que si con la cabeza. Alondra solto una gran carcajada. --Calla. Todo fue por culpa de Alessandro. --Ajaaa. --Es que me dio su lapiz y me quiso decir como hacer las cosas. --Te has quedado prendada de el, que eres guarra. Bueno, no fuiste la unica, todas te envidiamos en la clase, queriamos que nos tocara el. Cuando Jessica iba saliendo de la universidad junto con Alondra, suena su movil. --?Senorita Alvarez? --Pregunto una voz masculina al otro lado. --?Si? --Le habla el agente Tucson de la Policia Central. Su pecho dio un vuelco. La policia no llama nunca a nada bueno. --?Que paso? --Lamento informarle que su piso se incendio. --?Como? --Los bomberos ya apagaron las llamas, pero lamento informarle que el siniestro consumio todo. --?Como consiguio mi numero? --Me lo dio el conserje. ?Donde se encuentra ahora? --Saliendo de la universidad, precisamente iba para alla. --Aun nos encontramos aqui, estamos investigando el origen y nos interesaria mucho hablar con usted ?puede venir de inmediato? Por la mente de Jessica pasaron muchas teorias, ella, la verdad no tenia problemas con nadie, era alguien muy juiciosa, entregada a su estudio y no tenia ni ex toxicos ni enemigos conocidos, todo tenia que ser producto de un accidente. A su vez paso por su mente el donde dormiria hoy, que se pondria, que seria de su vida de ahora en mas y lo mas importante, si ella tendria la culpa de este incendio. Mientras iba casi corriendo a casa, la cual quedaba a unas siete cuadras, por su mente cruzaba si habia dejado la hornilla encendida, o el cargado del movil conectado, la plancha enchufada, alguna cosa encendida que provocara el incendio, no era fumadora asi que tampoco podia ser que dejo algo encendido. No conseguia explicacion. Llego. Alli un hombre regordete, con una gran calva parecio reconocerla, vestia de traje, con una camisa que ya no era tan amarilla y una corbata barata, al verla se acaricio la calva como seguramente lo hizo cuando tenia una cabellera que su consciente e inconsciente extranaban. --Senorita Alvarez, lamento lo sucedido. --?Como ocurrio? --No parece provocado por ninguna otra persona, pero los expertos buscan el origen para ello. El movil mas solido es el de un cortocircuito, una cortina o una tela que no estaba en el lugar correcto. Lo curioso es que todo inicio muy rapido, segun testigos cuando fueron a llamar a los bomberos ya el incendio estaba en su maximo cenit y para cuando llegaron solo apagaron el carbon, no queda nada. --Solo soy una mujer con mala suerte entonces. --?Tiene algun enemigo? --?Como dice? --Que si tiene enemigos que hayan podido causar este incendio. --No... no que lo sepa.

  • Relativo Completo, Naobi Chan de Naobi Chan

    https://gigalibros.com/relativo-completo-naobi-chan.html

    Todo es relativo, nada es como deberia ser, pero no se rinde, durante el dia es la esposa perfecta, pero cuando cae la noche.

  • El sol nace en tu mirada de Mau Vazquez

    https://gigalibros.com/el-sol-nace-en-tu-mirada.html

    El camino al exito de un escritor puede verse frustrado por un amor prohibido. Ruben Valdes, a traves de su valentia emocional nos demuestra que el amor puede surgir de formas tan inesperadas como en lo simple de un amanecer, cuando es con la persona indicada.

  • La mujer perfecta de Day Leclaire

    https://gigalibros.com/la-mujer-perfecta.html

  • Estrella oscura de Danielle Rollins

    https://gigalibros.com/estrella-oscura.html

    Seattle, 1913
    Dorothy ha pasado toda su vida aprendiendo el arte del engano. Pero tras encontrarse con un desconocido muy especial y embarcarse como polizon en su aeronave, se despierta en una escalofriante version del futuro... Dorothy esta hasta el cuello y, por primera vez, sus dotes como farsante no le serviran para nada.
    Nueva Seattle, 2077
    La chica vestida de novia que se ha colado en la maquina del tiempo de Ash, huyendo de su propia boda, es la viva definicion de la palabra problema. Justo lo que el no necesita si quiere salvar a su devastada ciudad y, por encima de todo, evitar que sus sobrecogedoras visiones del futuro se hagan realidad.

  • Cosas que pasan cuando conversamos de Estrella Montolio

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    ?Que implica que dos personas hablen simultaneamente o se interrumpan con frecuencia? ?De que modo podemos expresarnos asertivamente o defendernos de las agresiones verbales? ?Las formas comunicativas tecnologicas amplian las ventajas del hablar cara a cara?

  • Monstruos rotos, Lauren Beukes de Lauren Beukes

    https://gigalibros.com/monstruos-rotos-lauren-beukes.html

    <>. James Ellroy

  • Hoy aun estamos vivos de Emmanuelle Pirotte

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    Una historia intensa y hermosa, ambientada en la Belgica ocupada de la Segunda Guerra Mundial, que nos muestra que incluso en los momentos mas duros existe un espacio para la esperanza.

  • Calles de chatarra de Alejandro Guardiola

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    Una oscura noche, despues de una discusion familiar, la pequena Irina asiste impotente al asesinato de su hermana, sin que sea capaz de explicar nada ni a la policia ni a sus padres.

  • Cuando estabamos vivos, Mercedes de Vega de Mercedes De Vega

    https://gigalibros.com/cuando-estabamos-vivos-mercedes-de-vega.html

  • Presidente (La Casa Blanca 1) de Katy Evans

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    .Sube la temperatura en la campana electoral de Estados Unidos

  • Hechos el uno para el otro de Davinia Palacios Garcia

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    En algun punto cercano a la frontera entre Estados Unidos y Mexico, Madison sabe bien lo que es vivir en una de las peores ciudades y tener que luchar por la supervivencia. Ser mujer y madre soltera no facilita las cosas. Aunque eso no le impide ayudar a los mas necesitados.Ezekiel, propietario de un taller de motos y que a simple vista parece el cabecilla de una banda de moteros delincuentes, esconde otra ocupacion, oscura, nocturna y peligrosa.

  • Oli busca el mar de Edurne Cadelo

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    Oli es joven y algo timida, nunca ha tenido una vida facil y siempre intenta complacer a los demas.
    Ella odia lamerse las heridas y siempre prefiere mirar hacia adelante.
    Hace tiempo que la encontro el amor.
    Alberto es un guapo actor que odia la fama, pero que disfruta de su trabajo.
    El ha tenido una infancia dificil y sigue arrastrando sus propios fantasmas, siempre prefiere regodearse en el pasado en vez de mirar al futuro.
    Hace tiempo que dejo de creer en el amor.
    Unas vacaciones, un encuentro, una conexion, la playa y el mar.
    Dos almas oscuras dispuestas a encontrar la luz.
    Si la busqueda de los mares es la metafora de la busqueda de la felicidad, ?seran capaces Oli y Alberto de encontrar su mar?.

  • La dependienta de Sayaka Murata

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    Keiko Furukura tiene 36 anos y esta soltera. De hecho, nunca ha tenido pareja. Desde que abandono a su tradicional familia para mudarse a Tokio, trabaja a tiempo parcial como dependienta de una konbini, un supermercado japones abierto las 24 horas del dia. Siempre ha sentido que no encajaba en la sociedad, pero en la tienda ha encontrado un mundo predecible, gobernado por un manual que dicta a los trabajadores como actuar y que decir. Ha conseguido lograr esa normalidad que la sociedad le reclama: todos quieren ver a Keiko formar un hogar, seguir un camino convencional que la convierta, a sus ojos, en una adulta.
    Con esta vision hilarante de las expectativas de la sociedad hacia las mujeres solteras, Sayaka Murata se ha consagrado como la nueva voz de la literatura japonesa.

  • Amar en tiempos de tinder de M. Baeza

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    Ghosting, benching, orbiting, breadcrumbing… El amor en la epoca de tinder parecia facil y divertido, pero nunca ha sido tan complicado.

  • Stoner de John Williams

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    John Williams ha construido un personaje solidamente humano, tan humano que cualquiera podria contemplarse en su reflejo. Stoner es una novela sobre la integridad y la renuncia; una historia que consigue que te impliques, que comprendas, que disculpes y admires en la misma medida el estoicismo y las debilidades de este profesor al que es muy probable que ya me sienta vinculada para siempre. Stoner es, sin duda, un ejemplo de para que sirve la literatura. Stoner se presenta como un canto a la dignidad de la vida, pese a sus miserias y a sus decepciones; como un himno a la belleza de los pequenos gestos; como una loa a los instantes de quietud y de paz. Su lectura reconforta tanto que obligara a los hombres y mujeres a retomar las paginas del libro en cuanto se les presente la menor ocasion. No lo tengan a mano cuando cojan el coche, o se eternizaran en los semaforos...Stoner de John Williams es algo mas que una gran novela, es una novela perfecta, bien contada y muy bien escrita, de manera conmovedora, que quita el aliento.

  • Zafiros en la piel de Viviana Rivero

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    “La mujer a la que tanto habia amado y de la que nunca mas supo nada hasta ese mediodia, estaba aqui, frente a el. Y acababa de decirle que juntos habian tenido un hijo.”

  • Vuelo directo al amor (Unicornios 1) de Noni Garcia

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    S 1 ergio pelaba los cables de dos milimetros y medio que necesitaba para los mecanismos del bano en el que estaba trabajando. Esperaba dejar terminados tres mas ese dia o su jefe le daria un buen tiron de orejas. Pensaba en la suerte que habian tenido por haber cogido la instalacion electrica de aquel hotel junto al aeropuerto; si no hubiera sido asi, en ese momento estaria engrosando la lista del paro. Introdujo el cobre liado en el orificio y giro el pequeno tornillo, asi una y otra vez. Su trabajo era monotono, siempre igual, pero era lo que le daba de comer en aquel momento. De nada servian todos sus estudios de robotica si no podia ejercerlos alli. Y partir a otro lugar, por el momento, era imposible. Se miro en el espejo al pasar delante de el y sonrio. Su vida habia cambiado mucho en los ultimos tiempos y, a pesar de la frustracion que le provocaba no poder desarrollar su profesion, se veia mejor que nunca. El gimnasio le habia sentado genial, eso era indiscutible, pero salir del armario a sus treinta y dos anos habia obrado el milagro de darle luminosidad a su rostro. Habia pasado de ocultarlo por miedo al que diran, incluso estando su familia al tanto, a no importarle proclamarlo a los cuatro vientos. Recogio las herramientas y salio de la habitacion. Aunque los fontaneros todavia iban algunas estancias por detras, no podia permitir que lo alcanzaran. Si lo hacian, se verian obligados a parar su ritmo de trabajo y podia costarle su puesto de trabajo. Entro en un nuevo bano de la quinta planta y siguio con su rutina. Lo unico que le consolaba era saber que era viernes, que su hermana esa noche se quedaria con su padre y que podria salir a dar una vuelta con Paty, su mejor amiga y companera en la obra. El telefono del trabajo comenzo a sonar en el bolsillo del pantalon. Solo esperaba y deseaba que su jefe no le hiciera trabajar horas extras, y si lo hacia, que al menos se las pagara o le diera un dia libre, que casi lo preferia. Las noches de hospital estaban acabando con su espalda y necesitaba dias de descanso como el comer. --Dime, Fabian. --?Como lo llevas? --Me quedan tres habitaciones de la quinta. --?Por donde van los fontaneros? --Por la cuarta, aunque el lunes creo que ya subiran a esta. --Perfecto. Necesito que Paty y tu me hagais un favor. --Sergio sintio que el mundo se le caia encima. Eso solo podia significar que sus temores eran ciertos: tendria que trabajar horas extras. --?Que necesitas? --Que vayais a la direccion que os voy a mandar. Es la vivienda del dueno de la empresa de fontaneria que esta trabajando ahi. Al parecer, se le ha fundido el fusible y no tiene luz en toda la casa. Necesito que paseis por aqui, cojais material y os personeis alli lo antes posible. --Si, claro. Recogemos herramientas y vamos. --Sergio, se que no necesito decirtelo, pero es muy importante que hagais un buen trabajo. Ese hombre puede conseguirnos mas obras. --Tranquilo. Puedes tener claro que esa casa no habra recibido unos electricistas mejores que nosotros. Se dirigio a las escaleras para subir a la sexta planta, donde Paty estaba poniendo los mecanismos de las habitaciones. Cruzo la puerta que daba acceso a ellas y choco con alguien, haciendo que todas sus herramientas se desparramaran por el suelo. Maldijo para sus adentros, siempre habia sido una persona muy cauta, y se contuvo para no soltar mas de un improperio. Entre otras cosas porque asumia su parte de culpa, habia abierto la puerta sin tener en cuenta que era muy probable que hubiera algun obrero tras ella. Se agacho sin decir nada, iba demasiado apurado para entablar una conversacion con nadie, y la persona con la que habia tenido el encontronazo lo hizo con el. Un ramalazo de culpabilidad lo sacudio. --Lo siento, voy con un poco de prisa --espeto mientras sus ojos se clavaban en las preciosas y suaves manos que estaban tocando algunas de sus herramientas --No te preocupes, yo tambien iba pendiente al movil y no te vi venir -- consiguio decir el dueno de las manos, que se habia quedado embobado mirando los marcados biceps del electricista. --No pasa nada. --?Ya esta lista la quinta planta para que podamos entrar? En ese momento, Sergio se fijo como debia en la persona que tenia delante. El logotipo de la camiseta le dijo que pertenecia a la cuadrilla de fontaneros. --Me quedan tres habitaciones, pero tengo que ir a otro sitio. Aun asi, todavia no me alcanzais, podeis trabajar tranquilos --sugirio, apartando la vista del muchacho que tenia delante, ya que cierto nerviosismo se estaba apoderando de el. --Gracias. Hoy solo subiremos las herramientas, ya mismo es hora de terminar la jornada. --!Que suerte! --Mi nombre es Alejandro. --Yo soy Sergio. Estrecharon sus manos y Sergio se quedo mirando al hombre que tenia delante. Si bien era cierto que tenia rasgos latinos y su nombre asi lo indicaba, su acento era mas andaluz que el suyo, y eso le sorprendio. Se despidieron y cada uno continuo su camino. Sergio subio las escaleras, sin ser consciente de que, desde el rellano, Alejandro lo estaba escaneando de arriba abajo. Entro en la planta y suspiro hondo. El golpe, el mal genio de Sergio, su olor a masculinidad y seguridad, sus delicadas manos, sus ojos entre marron y verdes y su voz hicieron que su polla reaccionara y no pudiera evitar escanearlo de arriba abajo. Tenia el cuerpo bien definido, se habia dado cuenta con solo observar sus biceps, con una musculatura conseguida a base de horas de gimnasio y un culo divino en el que perderse. <>, penso mientras inspeccionaba las habitaciones que ya estaban listas y decidia cual cerrarian con llave para guardar las herramientas. Lo unico que le consolaba y que podia conseguir que no le tirara los tejos al electricista era que el lunes no tenia que trabajar porque tenia que hacer unas gestiones con su madre. Asi, el martes, cuando volviera a la obra, el ya les habria tomado ventaja. Sergio y Paty salieron de la obra y, tras dirigirse a la nave donde tenia la sede la empresa y recoger el material que pensaban que iban a necesitar, se dirigieron a la ubicacion que su jefe le habia enviado por WhatsApp. Aparcaron en la puerta y se quedaron alucinados al ver la impresionante vivienda que se levantaba delante de ellos. Ilusos ellos, llamaron al timbre, pero no sono nada dentro, asi que tuvieron que golpear la puerta hasta que sintieron unos pasos acercandose a ella. Tanto Sergio como Paty tenian claro lo que ocurria. Lo mas probable era que los fusibles generales de la vivienda se habian quemado por alguna sobrecarga. Por suerte, llevaban varios en la furgoneta, aunque no sabrian si el diagnostico era correcto hasta que pudieran entrar y comprobarlo. Una senora de unos cincuenta anos les abrio la puerta con una cara de preocupacion considerable. Ambos imaginaron que se trataba de la duena de la casa, ya que su forma de vestir delataba que no debia pertenecer al servicio de esta. --!Gracias a Dios que ya estais aqui! Pasad. --Buenas tardes, senora. ?Que es lo que ha pasado? --Ni pudieron terminar de hacer la comida. Yo estaba en la piscina, dandome un bano porque hace mucho calor, y se quedo toda la casa a oscuras. No hubo forma de arreglarlo. !Ya valio madres! Paty reconocio el acento mexicano de la senora a leguas, muchas eran las telenovelas que veia por las tardes, y el suyo, aunque sonaba bastante castellanizado, no la enganaba. Antes de entrar en la casa, se dirigieron a la caja donde los fusibles debian estar. Al abrirla, un olor a quemado inundo las fosas nasales de los dos. Estaban de suerte, ahi tenian el porque de que no hubiera luz en la casa. La senora se quedo observandolos desde la puerta, mientras ellos fueron al coche y cogieron todo lo que necesitaban. Con un poco de suerte, no tardarian mas de media hora en solucionar la averia y podrian volver a sus casas dentro del horario que les correspondia. Trabajaron mano a mano con celeridad, como siempre hacian. Cuando todo estuvo en orden, entraron en la casa y comprobaron el cuadro electrico. Aquella instalacion no era la mejor para la monumental casa en la que se encontraban y asi se lo hizo saber Sergio a la senora, que volvio diez minutos despues, tras comprobar que todo funcionaba correctamente. Los dos sonrieron al ver que les traia una jarra de agua con hielo y limon cortado a medias rodajas. Era algo que les sentaria de maravilla, teniendo en cuenta el calor que hacia en pleno mes de mayo. Estaban disfrutando de la bebida cuando lo unico que les faltaba por comprobar comenzo a funcionar. La puerta de garaje se abrio dando acceso a un BMW X5 azul. Sergio imagino que seria el coche del dueno de la empresa de fontaneria, pero casi se le cayo el vaso al suelo al ver a Alejandro, el chico con el que habia chocado un rato antes, bajarse de el. --!Ay, mi bebe ya esta aqui! <>, repitio Sergio para si mismo. Aquel chico, si bien era joven, de bebe tenia bien poco. Mas bien lucia un cuerpo muy definido, unas facciones muy marcadas y esa perilla le daba cierto aire de virilidad que lo dejo sin aliento. No habia tenido tiempo de fijarse bien en el cuando se cruzaron en el rellano de las escaleras, pero estaba lo suficientemente bueno para someterlo en su cama. Sacudio la cabeza para apartar esos pensamientos de su mente mientras veia caminar a la senora hasta el chico. Lo abrazo y lo beso como solo hace una madre y Paty le dio un codazo a Sergio con una sonrisa picara en los labios. No entendia como esa loca del demonio era capaz en todo momento de leer sus pensamientos. --Yo tambien me lo follaria, pero parece ser que su mirada esta mas puesta en ti que en mi. --Es el chico con el que me choque cuando subia a buscarte en la obra. --Entonces ya has catado su cuerpo, bribon... --Ya te vale, Mocosa --espeto, ganandose una mirada asesina por parte de Paty. La senora --de la que seguian sin saber el nombre-- y Alejandro se acercaron hasta ellos. Momento que pensaba aprovechar Sergio para despedirse y salir corriendo para casa, necesitaba una ducha como el comer. Alejandro les miro un tanto confuso. No podia creer que el electricista impertinente que habia conseguido que se le calentara la sangre en la obra estuviera delante de el, en su casa. Y era mucho mas guapo de lo que recordaba, probablemente porque la luz del dia le permitia tener una vision de el que no podia en el rellano casi oscuro de aquella escalera. --Bueno, pues nosotros ya hemos terminado. Le comentare a mi jefe lo que le he dicho del cuadro electrico e imagino que se pondra en contacto con su marido para que vengan mis companeros a solucionarlo... --!Ah, no! Yo quiero que vengais vosotros dos. Se ve que hacen un buen equipo. --Veo complicado que nos manden, estamos en... --Estan en la misma obra que estoy yo, mama. --A mi me da igual donde esten, yo quiero que ellos sean los que trabajen aqui y sabes demasiado bien que lo conseguire --dijo, dirigiendose a su hijo. Sergio penso que no estaria mal desaparecer unos dias de la obra, asi no tendria que cruzarse con Alejandro, que cuanto mas lo miraba, mas le atraia. Alejandro no le hizo la ola a su madre porque habia gente delante. Pensar que estaria alejado de ese hombre hecho para el pecado durante algunos dias le hizo sentir aliviado. Habia conseguido mantener su ereccion a raya en la obra, pero verlo en la puerta de su casa, a plena luz del dia y bebiendo un vaso de agua fria, habia conseguido que necesitara una ducha de agua helada con bastante urgencia. L 2 a musica sonaba en el local donde estaba tomando una copa con Paty. Despues de un par de meses sin salir de marcha, se sentia casi perdido en lo de sociabilizar durante la noche, por lo que habia pedido a su amiga que fueran a un sitio tranquilo. Y no tuvo otro sitio donde llevarlo que a un karaoke. Daba un sorbo a la copa mientras pensaba que no podia dejar que ella volviera a elegir el sitio donde disfrutar de un rato agradable, ya que los chillidos que se oian de vez en cuando por los altavoces estaban a punto de reventarle el timpano. Sergio se disculpo con Paty porque necesitaba orinar urgentemente. Despues de tanto vino en la cena, y las dos copas y media que llevaba tomadas, corria riesgo de mearse en los pantalones, y eso seria otro espectaculo bastante bochornoso, mas que el de los supuestos cantantes que pasaban por el escenario. Por suerte, no habia cola y entro sin tener que esperar. Estaba lavandose las manos cuando, por primera vez en toda la noche, escucho cantar a un chico que lo hacia muy bien, tanto que estaba consiguiendo que se le erizara la piel. Salio rapidamente, busco a su amiga y dirigio su mirada al escenario. Nada lo tenia preparado para lo que alli iba a encontrar. El cantante no era otro que Alejandro, el hijo de la duena de la casa en la que estuvo unas horas antes, el que se habia topado con el en las escaleras haciendo que sus herramientas cayeran al suelo y el que estaba consiguiendo de nuevo que su polla reaccionara dando brincos de alegria. Su noche habia empezado bien con la cena, se habia torcido un poco con el karaoke y se habia vuelto una pesadilla con la voz de Alejandro. Siempre habia seguido a rajatabla la premisa que su madre le habia ensenado desde pequeno: <>. Y mucho temia que si el chico se le ponia a tiro, la acabaria incumpliendo. Sus miradas se cruzaron y una segunda cancion comenzo a sonar. Las primeras notas de la cancion Pegate de Ricky Martin comenzaron a sonar y se desato la locura en el antro. Alejandro quito del escenario el taburete en el que habia estado sentado durante la cancion anterior y tambien el pie de micro, dejandolo en su mano. Canto y se movio al ritmo de la musica, haciendo que un calor asfixiante se apoderara de Sergio. Todos bailaban, todos reian, todos lo pasaban bien y el solo pensaba en como debian moverse esas caderas cuando follaba. Alejandro tenia los ojos clavados en el, su sonrisa lo hipnotizaba y el brillo de su mirada lo encendia mas y mas. Solo pensaba en acercarse al escenario y pegar sus caderas, como bien decia la cancion, que sintiera lo que conseguia provocarle.

  • Porciones de felicidad – Anne Ostby de Anne Ostby

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    Una historia sobre la verdadera amistad, que perdura a pesar del paso del tiempo, y sobre la necesidad de dejar atras el pasado para ser felices.

  • El paciente de Juan Gomez Jurado

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    El prestigioso neurocirujano David Evans se enfrenta a una terrible encrucijada: si su proximo paciente sale vivo de la mesa de operaciones, su pequena hija Julia morira a manos de un psicopata. Para el Dr. Evans se inicia una desesperada cuenta atras cuando descubre que el paciente que debe morir para que su hija viva no es otro que el presidente de Estados Unidos.
    Con su habitual maestria en la literatura de intriga, Juan Gomez-Jurado atrapa irremediablemente al lector. Una novela apasionante y emotiva que se desarrolla en 63 freneticas horas, que no da respiro en su lectura y que plantea un dilema moral imposible que puede cambiar el curso de la Historia.

  • Propuesta de acuerdo sobre el lenguaje inclusivo de Alex Grijelmo

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    ?El idioma invisibiliza a la mujer? ?Es compatible la lucha feminista con el respeto al sistema de la lengua? ?Tiene sentido que el masculino generico se presente como simbolo de la dominacion del varon? ?Es eficaz actuar sobre el lenguaje para combatir el machismo?

  • Censurado de Darlis Stefany

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    Anabell hizo de todo para que Dylan, su relacion mas larga llevara a la relacion a otro nivel. en la cama. Fueron meses de coqueteos, insinuaciones y profundos escotes. ?Que fue lo que hizo Dylan? Enganarla, enganarla con su prima la rusa. El despecho es peligro ?Pero algo mas peligroso que eso? Una botella de Vodka. Entonces con estos dos ingredientes peligrosos Anabell decide tomarse una sexy, caliente y reveladora foto con destino a Dylan para demostrarle que hizo la eleccion equivocada de chica rusa. ?El problema? Ella escribio un 0 y no un 8 en el destinario de la foto. Jared solo queria dormir la noche que su celular sono, pero el sueno se fue en el momento en el que vio la linda e inolvidable foto que cierta chica le envio. El no es Dylan y no conoce a ninguna rusa, pero sin duda alguna le gusta lo que vio. Ahora Jared y Anabell viven una doble vida de mensajes picantes y comentarios en persona. En lo que ambos coinciden es en dos cosas: Las fotos no van a detenerse y nadie debe saber mas que ellos de las fotos. Despues de todos son fotos censuradas. Entre divertidas experiencias, amigos alocados, un hermano con desvios sexuales, perversion y muchos recuerdos confusos de una ninez traumatica Anabell y Jared van cayendo el uno por el otro. Cuando todo se complica, el pasado emerge y los recuerdos regresan ellos deberan demostrar que tan capaces son de sostenerse y continuar con su alocada y epica relacion…

  • Mi Angel (Damas 3) de Lily Cerda

    https://gigalibros.com/mi-angel-damas-3.html

  • Terror de Ferdinand Von Schirach

    https://gigalibros.com/terror.html

    Cada vez que se produce un atentado terrorista en un pais occidental, provocando un sentimiento general de panico y estupor en la sociedad, surge inevitablemente un dilema dificil de resolver: ?estamos dispuestos a sacrificar nuestra libertad individual en aras de la seguridad colectiva? ?Cual es el camino correcto para preservar la democracia?

  • Un nuevo comienzo de Kris O'coneill

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    Sophie guarda un secreto,
    Miguel forma parte de el, o eso cree...
    Los dos han mantenido de anos una relacion que se debate entre el amor y el odio; sin embargo, la calma parece llegar a ellos llenandolos de felicidad, pero nada es lo que parece…

  • Fuego y espadas de T. J. Rymer

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    --Mi comandante, en las puertas de la ciudad un hombre demanda hablar con usted. Parece un demente. Podemos echarle si lo desea. --?Os ha comunicado que solicita? --pregunte al soldado que permanecia firme como una roca. --Dice haber avistado un Nabzang en los bosques cercanos. Una leve sonrisa se dibujo en su faz. --?Un Nabzang? --pregunte retorico a la vez que sorprendido. El soldado asintio. Parecia claro, que quien aguardaba en las murallas pervivia bajo una clara enajenacion. Los Nabzang no daban senales de vida desde hacia milenios. De no ser por los relatos que ancianos y mercaderes narraban junto al calor del fuego, ni siquiera habria oido hablar de ellos. Yo mismo escuche de boca de mi abuelo una de esas historias cuando era un nino; pero al igual que hacia todo el mundo, filtre solo una leyenda. Lo que aquel loco decia haber visto resultaba del todo imposible. Aun asi, la curiosidad se habia presentado ya en mis adentros. --Mandale subir. Apenas cinco minutos tras la orden, el soldado se cuadro de nuevo acompanado por un anciano. Portaba una tunica marron hecha anicos, sucia. Sus ojos, ensartados en una cara marchita, relucian blancos como nevisca: un hombre ciego. Aquello empezaba a parecerme una broma de mal gusto. --Anciano... --masculle mientras me acercaba--. ?Como va usted a ver nada? --No solo los ojos ven. --Su voz quebrada penetro en mis oidos, profunda y siniestra--. Tambien el alma atisba entes que no requieren vision. El corazon detiene su latir, el aliento se congela mostrando blanco su camino, el alma se inquieta y el temor cruza fronteras que estimaba infranqueables. Se puede sentir cuando un Nabzang esta cerca, si; el terror no requiere percepcion. --Escoltalo a la salida --ordene molesto--. No voy a seguir escuchando tan magna sarta de mentiras. Contemple como lo retiraban a empujones mientras mi cabeza no dejaba de darle vueltas a las inviables palabras que acababa de escuchar. No eran posibles, mas ya habian sembrado el fruto del desasosiego. Observe al anciano liberarse del brazo que le guiaba y dirigirse hacia mi. Con un gesto detuve al soldado que se abalanzaba sobre el --aunque demente, no aprecie maldad en sus inservibles ojos--, permitiendo asi su acercamiento. Y aun sin poder ver, me agarro las hombreras de la armadura, pegando su rostro al mio. --No ignores mis palabras, Astheron, o la culpa te hostigara hasta el fin de los dias. La oscuridad se acerca lentamente, mas aun hay tiempo de detenerla. !Detenla, Astheron, detenla, o no habra un manana para Theralia! Se lo llevaron arrastras mientras lanzaba al viento maldiciones y malos augurios. Yo permaneci desconcertado en lo alto de las murallas que protegian la ciudad de Atreka. Y sobre aquel espigado baluarte aviste a lo lejos el horizonte: el ocaso que indicaba el fin de mi jornada. Baje angostas escaleras de caracol en direccion al hogar, al calor de la familia. Recorriendo sus calles, pense en lo rapido que el tiempo fluye. Inquebrantable lo cambiaba todo a su paso, dirigiendo a nuestra amada Theralia a su destino, al igual que a cada uno de sus habitantes; consumiendo el presente en pos de la leve sombra que es para el hombre el pasado. Atreka, capital del sur de Theralia, anidaba en una fastuosa belleza dificil de igualar. Sus avenidas empedradas y sus casas de roca, siempre de un color casto, emanaban de la gran ciudad una pureza y pulcritud incomparables. Al termino de esas concurridas y elegantes travesias se alzaba imponente el palacio real. Braolin reinaba el sur desde antes que yo naciera. El mismo me nombro comandante del ejercito diez anos atras; decada de una tranquilidad indolente. La guerra contra los Erziofres llevaba anos en punto muerto. Ellos permanecian en el norte, nosotros haciamos del sur nuestro fortin; ellos tenian su capital Erziofre, nosotros Atreka; ellos al rey Ubklar, nosotros nos inclinabamos ante Braolin... Un mundo fragmentado en dos desde el inicio de los tiempos. Batallas y contiendas perduraban en la memoria de los mas viejos. No se recuerda una Theralia de un solo rey. Nadie recuerda una unica Theralia. El resto del mundo residia en la mas profunda neutralidad, exentos de bando alguno, campando a sus anchas por nuestras tierras fragmentadas. Elfos, nerzs, enanos..., anidaban bosques y montanas alejados del mundanal ruido. Los nerzs: pequenos seres de alma pura felices en sus pequenas y comodas <> en las copas de los arboles; los elfos: letales guerreros capaces de acabar con la vida de un hombre sin darle tiempo a consumir un pestaneo, ocultos en sus radiantes ciudades blancas; los enanos: feos, siempre refunfunando, aguardando en sus ciudades bajo la tierra un pretexto para abandonar la roca y blandir sus hachas. Milenios atras, nuestras tierras poseian nombres extranos. El mundo cambio tras eras y eras de erosion, y aquel que fue un mundo de matices, dio paso al norte y el sur. Todo pendia de un fino hilo de orden. Mas el orden tiende a la desobediencia, y en cualquier momento, en el instante menos esperado, ese equilibrio se esfumaria dejando tras el una estela de destruccion. Al cobijarme en las paredes que eran mi hogar, la turbacion que parecia perseguirme desaparecio al instante. Junto al fuego, mi mujer Aurea y mi hijo Tywren esperaban la llegada del comandante del Ejercito Atreko. Mientras mi pequeno se abrazaba a mis pies, su madre me besaba. La amaba tanto que pensar en perderla me vejaba el alma hasta convertirla en nada; y como todo ser viviente sabe, nada es demasiado poco. Pensamientos que tiempo llevaban rondando mi cabeza. <> Lo que si resultaba evidente era que las palabras del ciego no habian ayudado a aplacar mis aciagos augurios. --Hola, amor --saludo sin dejar de apretarme entre sus brazos. No me cansaba de escuchar su dulce voz--. ?Cansado? --Un dia mas. --No me complacia hablar del trabajo en casa--. !Pero ya estoy aqui con mi familia! --exclame mientras alzaba en brazos a mi hijo de tan solo dos anos--. !Y ahora solo tengo ojos para mis dos soles! Rei mientras balanceaba arriba y abajo a Tywren como a un pelele. Aurea se dispuso a servir la mesa. --Me olvidaba --declaro de pronto--. Han echado esta carta por debajo de la puerta. Es para ti. Vulgar: blanca por delante y blanca por detras, a excepcion de mi nombre, escrito en una de sus caras. La abri. Se leia: <>. --?Que dice? --La curiosidad parecia haber hecho mella en mi esposa. --Nada. Unos documentos que por algun motivo han enviado aqui. Y no lo entiendo, la verdad. Pero bueno... !Comamos! --exclame intentando cambiar de tema--. !Tengo un hambre voraz! Cene hasta saciar el apetito y me acoste junto a la mujer de pelo negro y ojos azules que robo mi corazon una decada atras en el tiempo. Le hice el amor como tantas otras noches, aunque en esa ocasion, mi mente se evadio hacia el mensaje de la enigmatica carta. Espere hasta verla dormir y me dirigi por las oscuras calles de la ciudad hacia la posada La Senda de Tul. Entre. Una cantina como cualquier otra, sumergida en una falta de luz alarmante. Al acceder, solo pude percatar una mesa ocupada. En ella permanecia un hombre enano. No bajo ni menudo…, enano de los pies a la cabeza. Resultaba extrano verles tan al sur. Pero alli estaba, sentado, inmerso en una oscuridad cerrada, fumando una larga pipa de la que emanaba un intenso humo blanco. Observe su diminuta silueta y la nube densa que se desperdigaba por los alrededores de su fea cara. Me acerque y sente. Entonces le vi: !un nerz! Quieto a su lado, con la cabeza gacha, en silencio. --Mas te vale no haberme hecho levantar a estas horas para nada, enano. --Hola, Astheron --saludo agachando la cabeza en reverencia--. Gusto en conocerte. Adverti su gesto como uno sarcastico. Un hombre rechoncho y a la vez rocoso, de faz desagradable como pocas. Pelo sucio y enmaranado, a juego con su barba azabache. De facciones duras y contritas, denostando un ser arisco; su aroma no le iba a la zaga. --Habla y dejate de absurdeces. Y ve al grano, tengo sueno. No me gustaban los de su raza. En contadas ocasiones tuve el <> de compartir mesa con alguno de sus congeneres, y no disfrute en absoluto de su compania. --Ten cuidado, sureno, no sabes con quien hablas. --Sus manos se independizaron de la mesa donde se apoyaban y me senalaron amenazantes--. Hablare..., pero no vuelvas a usar ese tono conmigo. Estoy aqui para advertirte de lo que acontece en el norte. --Su voz sonaba gruesa, robusta--. El hechicero real ha indagado mas alla de lo congenito, y un mal que dormitaba ha despertado. --?Nabzangs? La palabra broto de mi boca sin permiso, como si el temor que almacenaba mi cuerpo hubiera huido de mis tripas como una exhalacion. --Si. --Los ojos del enano despuntaron blancos entre lo oscuro--. Pero no es todo: pretende crear un ejercito y abalanzarlo sobre el sur sin clemencia, haciendo al rey Ubklar el unico en Theralia. Temo que haya dos posibilidades en todo este tenebroso asunto: el sur cae ante el norte y su ejercito Nabzang; o norte y sur lo hacen acompanados del resto de razas. Terminos que no podian ser ciertos. Aunque el hechicero real retornara a los Nabzangs, nadie seria capaz de controlarlos. Pero el ciego ya noto su presencia en los bosques cercanos a la ciudad... --Digamos que te creo. ?Que propondrias hacer? --Partir de inmediato hacia el norte y acabar con las malas artes del hechicero real. --?Pretendes que yo, el comandante del Ejercito Atreko parta hacia el norte con la unica compania de un enano loco? --Y la de un nerz --matizo--. No puedo demostrar lo que digo --prosiguio negando con la cabeza--. ?Pero no crees, Astheron, que la vida de tu mujer e hijo merecen al menos el beneplacito de la duda? --Dame un dia para meditar. Manana visitare a mi buen amigo Asdrabal, hechicero real aqui en el sur, y le contare lo que me acabas de explicar. Me aleje del enano y el timido nerz, y me dirigi raudo a mi lecho. Me abrace a Aurea, que ni siquiera habia advertido mi ausencia, e intente conciliar un sueno que sabia no iba a alcanzar. ?Y si las palabras del enano eran ciertas? ?Y si los augurios del anciano resultaban veraces? Queria creer que no, pero la simple posibilidad de que lo fueran obsequiaban a mi alma con esa pesadumbre que no parecia tener intencion de abandonarme. Desperte sin haber reposado. Desayune junto a los mios entre risas y arrumacos y me dirigi a las dependencias de Asdrabal el hechicero. Bajo el palacio real, en un pequeno torreon situado en el centro de los jardines que adornaban la base del monumental castillo, se encontraba su hogar. No era un hechicero al uso. Mas que un hombre dedicado al noble arte de lo magico, en ocasiones parecia un bufon. Pero su erudicion no conocia fin. Mientras me aproximaba a la alta torre de piedra gris, de los pequenos orificios que le hacian de ventanas percibi un fuerte estruendo y un denso humo negro. Corri hacia la puerta, que no estaba cerrada, y al abrirla vi lo que moraba dentro. Las estanterias, sillas, frascos, ollas..., todo se amontonaba asemejando la madera de una hoguera lista para arder. Bajo tan mayusculo desastre se alojaba Asdrabal, que emergio apartando los trozos de lo que fue mobiliario segundos atras. Su largo pelo negro, cubierto de polvo parecia casi blanco, al igual que su oscura tunica portadora del sol de seis puntas, emblema inequivoco del clan de los hechiceros ulgidos. --Esta vez si que he estado cerca de viajar al otro mundo --aseguro entretanto se sacudia las vestiduras. --?Que ha sido esta vez? ?La vida eterna? ?El retorno a la juventud, quiza? ?La cura al mal aliento...? --La sonrisa afloro en mi sin remedio. --No. Algo mucho mas materialista --contesto entre carraspeos--: intentaba convertir el hierro en oro. --Pues es una pena, porque vas a necesitar mucho para arreglar este desastre. Observe desde la distancia al hombre mugriento que reflejaba en su rostro el fracaso reciente. Y sin poder evitarlo, una carcajada surgio de mi boca; de igual manera, Asdrabal no pudo evitar hacer lo mismo. Reimos un largo instante. --Subamos a la buhardilla --dijo entre carcajeos--. Alli podremos conversar tranquilos. Creo saber por que estas aqui, Astheron. Ascendimos por una estrecha escalera de caracol. Al alcanzar su cima me encontre en una habitacion minuscula de bajo techo que no permitia andar erguido. En el centro de la pequena estancia atisbe una mesa de madera redonda con dos sillas. Asdrabal se sento en una de ellas y me insto a que yo hiciera lo mismo

  • El circulo de Gabriel de Aurora Pinto

    https://gigalibros.com/el-circulo-de-gabriel.html

    El veterano periodista Julian Mendez debe hacerse cargo de una tarea que considera irrelevante: un reportaje sobre un joven ingeniero que desaparece tras ingresar a una secta religiosa.
    A pesar de su desinteres inicial, Mendez emprendera una investigacion que lo llevara a conocer muy de cerca a la secta y a Gabriel, su misterioso lider. El reportero sospecha que algo turbio se encuentra detras de la organizacion y debera desentranar los juegos de poder ocultos tras el fanatismo religioso.
    ?Por que son asesinados aquellos a quienes Gabriel considera traidores? ?Que se esconde detras de los lavados de cerebro que aplica el Circulo de Gabriel a sus fieles? ?Podra el periodista luchar contra la fuerte personalidad de su carismatico lider y sobreponerse a sus propios demonios?