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    El agente del FBI Oliver Vargo decidio consultar los expedientes de sexo para hacerse una idea de como seria la mujer mas sexy del mundo. Lo que no esperaba era encontrarse con un ejemplo viviente. La bella Peggy Fox lo intrigaba… y, sobre todo, lo excitaba demasiado. ?Quien era esa misteriosa mujer que parecia tan empenada en seducirlo?

  • JULE MCBRIDE | Casa del Libro

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    Jule Mcbride. Dejar a Kier Remington había sido duro, pero vivir sin él había sido aún peor. Shahna Reeves nunca había esperado que la buscara y mucho menos ...

  • PIRATA DE FANTASIA | JULE MCBRIDE | Casa del Libro

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  • El ano de los delfines de Sarah Lark

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  • Palabras de otro lado de Alonso Cueto

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    Aurora es una joven abogada de treinta anos que vive en Lima. Es una profesional exitosa y lleva una vida apacible. En el inicio de esta novela, luego del secreto que le revela su madre en su lecho de muerte, se encuentra sin embargo frente a un abismo. Descubre que su padre es un espanol que vive en Madrid y, despues de algunas dudas, decide viajar a buscarlo. A lo largo de la busqueda en una ciudad que recien conoce, va a toparse con una serie de personajes. Carlos, Nuria, Paco, Luis y otros van a acompanarla en una jornada de revelaciones personales y sustituciones del pasado.

  • Dulce chico indecente (Wild Seasons 1) de Christina Lauren

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  • La vida sonada de Emma de M Teresa Guirado

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    Emma tiene 34 anos, es la mujer de Tomas, la mama de Julia y Marcos y un simple peon en el despacho de abogados de su marido.

  • Belleza misteriosa de Kristine Rolofson

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    Jess Sheridan pensaba que el matrimonio era lo peor. Con una vez ya habia tenido mas que suficiente y no habia mujer en el mundo que lo llevara de nuevo al altar. Pero cuando llego aquella misteriosa rubia a Beauville, Texas, Jess sintio hacia ella algo mas que una simple atraccion. Ademas, Lorna Walters no solo era maravillosa, !sino que estaba embarazada! Pronto Jess se olvido de sus principios y decidio hacer lo que debia. ?Y quien mejor para arreglar aquella dificil situacion que un vaquero soltero?

  • La Isla De Los Glaciares Azules, Christine Kabus de Christine Kabus

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  • Mas trabajo para el enterrador de Margery Allingham

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    Vuelve el atractivo y elegante aventurero Albert Campion, en una trama criminal en la que se mezclan envenenamientos, cartas anonimas, mediums, certificados de defuncion falsificados, merodeos nocturnos y ataudes que se desvanecen. En la senorial casa de la excentrica familia Palinode, nostalgica de un pasado en que la fortuna les sonreia, cuyos miembros, todos hermanos y hermanas, se comportan como si el tiempo no pasara, con una dignidad exagerada de clase, comiendo y bebiendo lo que encuentran por los parques solo para ahorrar, se producen una serie de muertes de lo mas sospechosas. Campion acepta a reganadientes el caso para hacerle un favor a su fiel lugarteniente, el antiguo delicuente Lugg, y trata de desentranar un misterio que pone a prueba todas sus capacidades.

  • Me conformo con un para siempre, Paris Yolanda de Paris Yolanda

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  • Cuando el abecedario empieza por la Z de Laura Cardenas

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    La primera vez que se vieron fue una fria tarde de otono. Alex salia del cafe Berlin hablando por telefono. Gesticulaba de manera exagerada, caminaba nervioso con pasos cortos de un lado a otro de la puerta del local, por lo que se intuia una conversacion tensa. Vestia ropa informal. Su cabello castano desalinado, loco, entre rizado y grenudo. Sus ojos verdes y su barba de nino rebelde la hicieron perder la vista en un todo que solo el formaba. No le importo el descaro, y sin respeto lo miro, lo analizo y le gusto. Cuando Alex sintio su presencia, clavo su mirada apartando levemente el auricular de su oreja. --?No te han dicho nunca que es de mala educacion escuchar una conversacion ajena? Ella no hizo la mas breve mueca por contestar, pero tampoco aparto la mirada. Mientras tanto, el volvia a su conversacion: --Disculpa, ?te importa si te llamo mas tarde? --Volvio a mirarla a los ojos .--Soy Alex -- dijo extendiendo su mano amigablemente. Ella, tan solo contesto: <>. --!Vaya! Voy a hacer un nuevo intento. ?Me permite la senorita cotilla que la invite a un cafe? --No escuchaba la conversacion. --?Ah, no? Dejo caer el peso de una pierna a otra. --Tan solo te miraba a ti y no creo que tras esta respuesta deba aceptar tu cafe. --No entiendo el por que, ?que tiene de malo tu respuesta? --No lo se. !Pidele al destino que nos volvamos a ver y entonces lo aceptare! Con media sonrisa pintada en la cara camino calle abajo, segura y tranquila. --!!Zoe!! --grito Alex--. ?Que significa esto? --!!!No lo se!!! !!!Pero tu no dejes de jugar!!! --???A que??? --!!!!A esto!!! ... En la madrugada de una noche cualquiera, entre el gentio de un humeante y centrico local diviso su sonrisa. Se acerco y con el cuidado de no ser descubierto, se hizo un hueco entre la muchedumbre, le sonrio y le susurro al oido. --?Me permite la senorita chismosa que la invite a un cafe? --?Perdona? !Son las tres de la madrugada! --?Hay un horario estipulado para tomarse un cafe contigo? --?Hay cafeterias abiertas a las tres de la manana? --Si ese es el problema... confia en mi instinto cafetero. --No voy a ir contigo a tu casa, si es eso en lo que estas pensando. --Te prometo que no iremos a mi casa, que no cogeremos el coche, que estaremos separados por una distancia minima de medio metro y que sera un lugar suficientemente iluminado. ?Me das la oportunidad? --?Deberia? --No lo se. ?Deberias? Debia hacerlo. Fue ella quien insistio en que prosiguiera ese juego y, como aliciente, el caprichoso destino los habia llevado al mismo rincon de Madrid. No queria salir. Bastante tenia ya con ver las mismas caras durante ocho horas al dia, pero la obligacion laboral y la conciencia la llevaron a lucir la mejor de sus sonrisas en una aburridisima cena y posterior copa. Necesitaba una excusa para salir de alli y el se la ofrecio. Pero de vuelta a la realidad y aun deseando saber mas de su desconocido, recordo que en el fondo no sabia de el mas que su nombre y el modelo de su telefono movil. Alguien le dijo una vez que para ganar primero hay que arriesgar. Se marcho con el. Concurrido, iluminado, abierto 24 horas y el cafe... autocalentable. Todo disponible en la gasolinera mas cercana. --?Te han dicho alguna vez que tienes un gusto pesimo para elegir cafe? --No me has dado opcion a mucho mas. Prometo que el proximo no tendra nada que ver. --!Ah! ?Pero habra proximo? --Si sobrevivimos a este te garantizo que hare todo lo posible para que haya muchos mas. Se sorprendia a si misma viendose en esa situacion. Le hablaba con tal sinceridad que asustaba, incluso pareciendo cortante e ironica, sin apartar la mirada de sus ojos. Como acto reflejo, se comportaba asi cuando tenia la suficiente confianza. Y este no era el caso. Con Alex dejo de lado el protocolo del <> y, simplemente, fue ella. ?Por que? No tenia la menor idea, pero tampoco le importaba. --?Que hacia una chica como tu parada a las puertas del Berlin? --Buscaba historias. Historias para fotografiar. --Y te intereso la mia. --Te repito que no escuche la conversacion. Me interesaste tu. --!Vaya! Pues creo que no valgo la pena como modelo. --No te veia como modelo. Eras... una historia. Formabas parte de la ciudad. El viento, tu estado nervioso y gesticulando en exceso. Caminando sin cuidado. Inestable y a la vez confiado. Pendiente de no llamar la atencion y de que tu conversacion no fuera algo publico. La tarde arrugada, los tonos anaranjados y como complemento, estabas tu. --Pero, no me fotografiaste. --!Fui descubierta! --Fuiste poco sutil. --Tal vez. --Te propongo un trato: otro cafe y dejo que me fotografies. Ella nego con la cabeza. --Te fotografiare cuando menos te lo esperes. ... --?Y tu? ?Eres chica de ciudad o un complemento? --Soy una chica <>. --?De que zona? --Tengo un estudio en el centro. El cual para no decir que es pequeno digo que es minimalista. --?No tienes familia? --?Quien es ahora el chismoso? --Mujer, se llama conversacion. --Tengo. !Claro que tengo! Mi padre vive en las afueras con su mujer y sus dos rebeldes hijos adolescentes. Mi madre vive en la otra punta de la ciudad, con su marido. Y yo... fui el error en un matrimonio malavenido. Curioso, ?verdad? --!Vaya! Toda una mujer con historia. --?Y tu? --Trabajo aqui. Me vine hara dos anos el mes que viene. Y mi familia es feliz y bien avenida. Tengo un hermano y un perro. --?A que te dedicas? --?Ademas de a discutir al telefono? Trabajo en ingenieria. --?Y procedes? --De la Ciudad Condal --respondio con un perfecto acento catalan. El sarcasmo de una chica perdida en su ignorancia respecto a la persona que tenia frente a si se convirtio en una conversacion normal y distendida, sincera, e incluso a ratos, interesante. Su nerviosismo de quinceanera adolescente escondida en el cuerpo de una chica de casi treinta anos desaparecio tras el primer trago de aquel horrible cafe. Eran casi las seis de la manana, se encontraban caminando por el centro de la ciudad con las manos perdidas en los bolsillos y la vista clavada en la puntera de sus zapatos aprovechando los descuidos para mirarse a los ojos. Siendo conscientes de lo poco que iban a dormir y lo duro que les iba a resultar ir a trabajar. Un portal rojo de madera, antiguo, pero reformado, daba pie al estudio minimalista en el que Zoe vivia. --Bueno, hemos llegado. --!Que pena! --!Son las seis de la manana! Voy a tener un dia muy productivo, no se por que, pero lo preveo. Durante unos segundos que parecieron eternos permanecieron mirandose a los ojos sin decir nada. El queria besarla. Ella queria que la besara. --Espero que pases bien lo que queda de noche --dijo al tiempo que le regalaba una sonrisa inocente y se daba media vuelta para volver calle abajo. --Igual. Cuando lo vio alejarse, subio las escaleras de la entreplanta refunfunando entre dientes: -- Eres idiota. !Bocazas! La senorita marisabidilla. !Vas de lista y te pierdes las mejores! ?Pero que te pasa, Zoe? !Asi te va! Que todos te huyen... !Das miedo!. <>, !que gran frase de despedida!… <>. Apuntatela, que esta hara historia. Los minutos pasaban mientras daba vueltas en la cama sin suerte, en el intento de poner en orden las ideas aun a sabiendas de que lo esperado era mucho mas y no fue conseguido. La sensacion que tenia era mas que buena. Volviendo a la misma situacion una y otra vez. No lo conocia, al menos hasta hacia unas horas no era mas que un desconocido, con cara y telefono, que le gusto mas de lo pensado en una tarde de otono y en esa fria noche, en la soledad de su casa solo tenia una cosa clara: deseaba volver a verlo, volver a pasar los minutos con el, saber cada detalle de su vida, volver a ver como le salia una pequena arruga en la comisura de los labios cada vez que sonreia, volver a ver como se acariciaba el pelo de forma nerviosa en los momentos de inseguridad, su manera absurda de mover las manos al hablar y todo lo que en ese momento de soledad se maldecia por no haber descubierto y por ello, no poder recordarlo. Notaba su olor como si lo tuviera cerca y lo mas increible es que no lograba entender como alguien como el se habia fijado en alguien como ella. Quedaba menos de una hora para que amaneciera y no sabia si dormia o sonaba despierta. ... En la redaccion, el sueno era su fiel aliado. Su mejor amiga, Marta, era una de esas chicas estandar del departamento de deportes. Con pinta de modelo de alta costura, cabello largo, castano claro, y ropa a la moda. Zoe era distinta. No solia ni ir muy arreglada ni muy maquillada. En cambio, tenia ese tipo de belleza natural, y fuese como fuese y se pusiera lo que se pusiera, siempre conseguia estar perfecta. Tenia una elegancia natural y una sonrisa sincera que no solia desaparecer de su cara. No se veia guapa, odiaba su manera de vestir, sus cabellos indomitos, su cara de buena manana, y se reia de si misma cuando analizaba como habia sido capaz de salir asi de casa. En definitiva, era una chica feliz con su vida y eso la hacia radiante a ojos de los demas. Marta no acudio a la cena, asi que era ajena a todo. Aunque conocia la historia del Berlin y el berlines, a quien apodaron asi en un alarde de originalidad. De como se quedo petrificada y como el la descubrio teniendo que ejercer de borde y sarcastica. --!Zoe! --grito desde la entrada --?Que tal anoche? --No te perdiste nada. --?Seguro? Deja que te vea --Se acerco con cuidado realizando un completo analisis de arriba abajo y de abajo arriba.-- Cansancio, ojeras, maquillaje para disimularlas, tu ropa grunge sustituida por ropa normal, apatia con tu mejor amiga, ojos brillosos. !Tu has follado, carino! --!Marta! --?Que? ?Dime que no? --!Pues no! Pero... tampoco he dormido. --?El berlines? --!!Si!! Encima es un encanto. Me llevo a tomar el peor cafe de mi vida a las tres de la manana y resulto ser... !perfecto! Tras ellas aparecio una de las companeras de cena y copa, que en un absurdo intento de simpatia intento saber cual fue su destino. --Zoe, !desapareciste muy rapido! ?Donde te metiste? --Me fui a casa, me dolia un poco la cabeza. --Mentirosa --chirrio Marta entre dientes y recibiendo como respuesta un codazo--. !Me debes un desayuno y un monton de detalles! ... A la vuelta del trabajo lo vio sentado en el portal de su casa, mirandose fijamente a los pies, como si analizara cada surco de desgaste, cada costura o cada resquicio de insignificancia que el uso y el tiempo hubieran dejado alli, inapreciables para el resto y con tanto sentido para el en ese preciso momento. Sintio nervios en el estomago al acercarse, y aun a sabiendas de que el no la habia visto miraba de un lado a otro intentando pasar desapercibida. Dejo caer a su lado una moneda de cinco centimos sonriendo inquieta. --Pareces un indigente.

  • Los moteros del MidWay, 1 de Patricia Sutherland

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    !Las historias de la serie Moteros que siempre has querido leer!

  • Despertar en tus brazos, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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  • Tu, Despues De Mis Suenos de Noah Evans

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    Ya habia pasado mas de mes y medio desde que acabo con Angel. Habia perdido la cuenta de las veces que el habia intentado contactar con ella. Lo intento de varias maneras, hasta a traves de sus amigos. Pero Blanca siempre se negaba. Le conto que habia hablado con una companera, la asistente social del hospital donde trabajaba, para buscar una solucion a su problema. La respuesta de Blanca siempre era la misma, "Olvidalo", "Olvidame", "Alejate de mi". Asi que Angel concluyo la relacion con un "Aqui me tienes si lo necesitas". Y al fin se habia hecho el silencio desde hacia unas dos semanas. Pero no he tenido mas remedio que escribirle. La esquina de un mueble en una de sus discusiones con Paco, habian sido la causa. Angel no sabia nada, solo le habia escrito un mensaje preguntandole si estaba en el trabajo o en casa. Y al responderle que "en casa", le pidio un favor enorme. No tengo a quien mas acudir. Llevaba su maleta trolley. Habia salido huyendo de casa, el Cari ya lo sabia. Estaban a miercoles y le ofrecio el dormitorio de su hermano, ya casado, para que se quedara al menos hasta el domingo. Tambien Blanca llamo a su jefe para decirle que estaba enferma y que ese fin de semana no podria trabajar, corriendo el riesgo de que la despidieran, puesto que habia mas chicas que puestos en ese oficio. No queria meter a Angel en el asunto, solo iba a llegar a su casa, estar alli diez minutos y marcharse a casa del Cari. Ese era el plan. Supuso que a Angel le habria extranado que despues de mes y medio sin querer cruzar mas de una o dos palabras, y de no responderle a la mitad de sus mensajes, Blanca acudiera a el. Pense que me mandaria a la mierda. Algo totalmente comprensible si lo hiciera. Es lo que merezco. Pero no fue asi. No hizo preguntas, solo le respondio, "Lo que necesites, estare aqui toda la tarde". Corria por la estacion de metro mientras las ruedas de su maleta esquivaban los pies de otros pasajeros. Hacia frio, acababa de pasar la Navidad, estaba nublado, nevaba en toda Espana. Blanca llevaba un abrigo marron claro de ante con el interior de pelo, de cuello alto, una bufanda gruesa, un gorro de lana, y unas enormes gafas de sol. Era ese complemento el que llamaba la atencion entre los transeuntes que se cruzaban con ella. Estaba nerviosa, le costaba respirar con la carrera y notaba como hasta las manos le temblaban. Su madre la llamaba sin parar, dudaba si era por saber donde se habria metido o si iba a cometer lo mas sensato que deberia, que seria acudir a poner una denuncia de una vez por todas. "Donde estas. Vuelve a casa" "No voy a volver en unos dias. Dejame en paz". "Yo tambien quiero volver a Cadiz". "Volveremos a Cadiz, te lo prometo. Dejame tiempo, volveremos". No sabia el como, ni el cuando. Pero estaba segura de que al menos haria lo posible para que su madre pudiera regresar a Cadiz junto a su abuela y tia. "Tres mujeres que solo han conocido el ninguneo y el desprecio de los hombres, sean padres o maridos". Le dolia el cuello, supuso que seria del propio golpe. Fue una mala suerte chocar contra el mueble. El golpe se hubiese quedado en poco si no se hubiera estampado contra la esquina. Pero al rato se asusto tanto que no tuvo mas remedio que llamar a Angel por mas que se habia prometido no hacerlo. Subio las escaleras de la estacion. Jadeaba. Oliver le habia escrito tambien unos dias atras. En cuanto alguien le dijo que Blanca volvia a estar sola. Con el fue tan breve como con Angel, o mas si cabe. Ni loca pensaba retomar el contacto con Oliver, era peligroso y embaucador hasta el limite que pudiera imaginar, tenia que mantenerlo alejado de ella todo lo posible, y mas cuando volvia a ponerlo como escudo contra Angel. Sin embargo, el escudo habia sido en vano. Tenia que pasar el duelo de su corta relacion con Angel, no le quedaba otra. A ver si esto de hoy no lo empeora. Llego hasta el portal, llamo, el no tardo en abrirle. Tomo el ascensor y cuando llego hasta su puerta, esta ya estaba abierta. En cuanto vio la silueta de Angel su estomago se encogio para dar paso a aquella sensacion que daban las montanas rusas cuando bajan la rampa a gran velocidad. Vio la alegria en la expresion de Angel pero algo cambio en su rostro cuando se percato de la maleta de Blanca. A ver si se va a pensar que me vengo con todo el equipo para quedarme. Que verguenza, yo no se para que vengo. [?]Pasa [?]le invito el, ahora serio. Blanca entro con la cabeza baja. No tenia que haber venido. Siento que no tenia que haber venido. [?]?Que ha pasado?[?]le pregunto acercandose a ella. Blanca aun tenia puestas las gafas de sol. [?]Lo siento, pero necesito que lo veas. No puedo ir a otro sitio [?]comenzo Blanca. Se desenlio la bufanda del cuello. [?]Bienvenido a mi realidad [?]se quito las gafas. No se atrevio a mirarlo directamente, miraba hacia un lado. Los ojos se le llenaron de lagrimas. Angel se acerco a ella en seguida, le vio las intenciones de abrazarla, pero lo detuvo con la mano. [?]Solo va a ser un momento [?]le dijo ella con la voz ronca de aguantar las lagrimas[?]. Dime que esto es normal y que volvere a ver bien en unos dias y me marcho. [?]Blanca...[?]la cogio por la barbilla. [?]Es la primera vez que me pasa [?]le explicaba ella mientras el la miraba[?] el golpe fue demasiado cerca del ojo. [?]?Como ha sido?[?]pregunto moviendole la cara a un lado y a otro. [?]Con la esquina de un mueble[?]Angel se detuvo de nuevo en su ojo derecho, en la protuberancia que habia junto a el y en el golpe que habia al otro lado, en la mejilla izquierda. [?]?Por que no has ido a que te lo vieran a un hospital? [?]le renia, Blanca sabia que estaba completamente sorprendido, enojado y muchas mas cosas que no podia reflejar para no hacerle a ella pasar peor el momento. [?]He venido a que me lo veas tu [?]se defendio, la respiracion la tenia demasiado acelerada. [?]Tendria que vertelo un oculista[?]le respondio Angel. Blanca se miro en el espejo del mueble del recibidor de Angel. Su ojo iba a peor, y no era por el moreteado que tenia junto a el, sino por el propio ojo. El iris verde agua que solia tener era ahora una isla brillante y vidriosa en medio de un mar de lava roja. Hasta el lagrimal estaba rojo. Le molestaba, el parpado le pesaba demasiado pero lo que mas le habia asustado era la vision borrosa. [?]No puedo ir a urgencias[?]le respondio ella. Sabia que si iba le harian preguntas, y que por muy bien que ella inventara las respuestas, acabaria en el despacho de la asistente social o de un psicologo, y el miserable de su padrastro en un cuartelillo. Tomo aire de manera profunda , pero el aire se encogio en sus pulmones en un rebote para luego salir. Angel estaba muy serio, negaba con la cabeza sin dejar de mirarle el ojo. El escozor de la garganta de Blanca aumento. Quizas si que habia sido un error acudir a el. No queria reconocerlo, pero ahora que estaba alli necesitaba aun mas consuelo, el consuelo de el. Lo necesito en cuanto Paco le dio el golpe. Ya lo habia sentido con Oliver tiempo atras, esa sensacion de no estar sola, de que habia alguien, en otro lugar, que estaria a su lado, que la abrazaria luego y le curaria los golpes, tanto los de fuera como los de dentro. Es mentira eso de que no necesito a nadie. En cuanto comprobo en su casa que no podia ver bien, sintio que tenia que ir con Angel. Pero la necesidad de estar con el habia llegado antes, siempre la tuvo, desde el mismo momento en que su relacion termino. No podia aguantar mas las lagrimas. Tenia que salir corriendo de alli. De forma instintiva agarro el picaporte de la puerta de entrada para salir corriendo, pero Angel se acerco a ella y la abrazo. El le puso una mano en la cabeza y se la inclino hacia el pecho. En cuanto la mejilla de Blanca reposo en el calido pecho de Angel, en su respirar sereno, en su agradable olor, el escozor de su garganta aumento y su llanto le aviso que estaba a punto de estallar. Lo abrazo por la cintura, rompio a llorar. Algo que no solia hacer con el Cari, ni con Alba, ni con Noelia, ni siquiera con Regina. Sus amigos nunca la veian llorar asi por nada. Nunca le gusto mostrar debilidad, Raquel era la unica conocedora de su verdadero sentir. Angel no dejaba de abrazarla y le daba besos en la cabeza. Madre mia, que situacion le traigo al pobre. Despues de haberlo rechazado durante un mes. [?]Vamos dentro [?]le pedia el, aun estaban en el recibidor[?]. Voy a mirarte mejor eso. Blanca se quito el abrigo y el gorro y lo dejo en el perchero del recibidor. Echo su maleta a un lado. Se prometio estar alli solo unos minutos, los justos para que el la mirara. Pero en el fondo no queria ir a ninguna parte hasta que no se calmara. [?]Ven [?]la invito a sentarse en el sofa. El sofa de Angel era sumamente comodo. La calefaccion estaba puesta lo suficientemente alta como para que se le fuera quitando el frio de la calle. [?]?Quieres algo?[?]le pregunto y Blanca nego con la cabeza. Angel le trajo una manta de pelo y se la echo en las piernas. Se sento junto a ella. [?]Si tienes algo que hacer...[?]Blanca estaba tan abochornada que no sabia que decir[?].No voy a quedarme mucho tiempo. Solo necesitaba que lo vieras. Angel nego con la cabeza. [?]No te preocupes por eso [?]le respondio[?]. Te dije que aqui estaria si me necesitabas. Y casi me alegro de haber venido. Lo miro de reojo, a punto estuvo de inclinarse hacia el y volver a dejarse caer en su pecho, pero se contuvo. Ya la escenita de la entrada habia sido suficiente. Angel acerco su mano a la mejilla de Blanca y se la acaricio, luego le levanto el parpado para ver mejor el mar rojo en el que se banaba su iris derecho. [?]Es un derrame[?]la ojera tambien se estaba moreteando[?]. De todos modos voy a consultarlo con un amigo. [?]No pienso ir al hospital[?]le dijo Blanca firme. [?]Es lo que deberias de hacer pero no te puedo obligar [?]cogio su movil[?]. Espera un momento. Angel se levanto y se dirigio hacia la cocina, Blanca lo oia hablar con alguien, explicandole lo de su ojo. Tardo unos minutos en volver. [?]Puede verte pero a ultima hora de la tarde[?]le explico. [?]Te he dicho que no voy a... Angel nego con la cabeza. [?]Tiene una consulta privada [?]le explico[?]. Iremos a ultima hora, cuando ya este cerrada. Toda la tarde aqui entonces. Si lo mejor es que no hubiese venido. Blanca suspiro. [?]?A donde ibas?[?]le pregunto mirando la maleta. [?]A casa del Cari[?]aun se le encogia el pecho al hablar[?]. Me quedo con el hasta el domingo. Angel entorno los ojos. [?]?Quieres quedarte aqui? [?]No [?]la respuesta fue rapida. Como me voy a quedar aqui. [?]Puedes quedarte, no..., hay una habitacion de invitados. Blanca negaba con la cabeza. [?]Esta noche tendras que despertarte cada pocas horas, despues de un golpe asi y...pienso que seria lo mejor. Y yo tambien pienso que lo mejor para mi, por muchos motivos, seria quedarme. Pero seria egoista por mi parte, porque en cuanto este bien no volveras a saber de mi. [?] Al menos esta noche, manana te llevo a casa de Alvaro [?]le dijo[?]. De todas formas no sabemos a que hora volveremos del oftalmologo. Blanca nego de nuevo, esta vez sin tanto convencimiento. [?]Manana tengo turno de manana[?]hizo una mueca[?]cogio su movil de nuevo[?]. Pero con las horas que me deben... [?]No [?]ella intento detenerlo pero Angel habia vuelto a la cocina. Blanca agudizo su oido. Que no puede volver hasta el lunes, dice. Este quiere que me quede aqui hasta el domingo. Madre mia, que cabezota es. Por una parte estaba apenada por Angel, por traerle el problema hasta su casa, pero por otra vio que a el no le importaba en absoluto, hasta se veia orgulloso, dentro de lo que cabia, de que hubiese recurrido a el. Quizas lo veia como un filon para retomar lo suyo. De eso nada, maldita sea. Que otra vez me voy a meter en el lio. Angel regreso de la cocina. [?]Esta noche te quedas aqui, manana haces lo que te apetezca[?]le dijo sentandose a su lado. Blanca se incorporo enseguida del sofa y sin mirarlo salio corriendo al bano. Cerro la puerta, rompio en vomitos. No eran los primeros del dia. Cogio papel y limpio el WC de salpicaduras. Es para matarme, encima vengo a dar por saco y ensuciarle el piso inmaculado. Luego busco en el mueble donde sabia que Angel guardaba la pasta de dientes. Con el dedo y la pasta, se limpio lo mejor que pudo. Salio del bano, Angel estaba esperando en el pasillo. [?]?Bien?[?]le pregunto. [?]He cogido... El hizo un gesto con la mano. No importa, ok. [?]?Cuantas veces has vomitado desde el golpe?[?]le pregunto. [?]Tres[?]respondio ella. Angel le acaricio la nuca en cuanto se sento en el sofa y a Blanca se le erizo el vello de toda la espalda. Cerro los ojos. Entre la vista borrosa, los vomitos y el lote de llorar, le pesaban los parpados y lo unico que deseaba era tumbarse en el sofa, con aquella manta de pelo tan gruesa, y dormir. Miro a traves de la ventana. El cielo estaba oscuro, lloveria de un momento a otro. Hacia viento, las hojas de las palmeras se movian con fuerza. Esta vez no se contuvo, se dejo caer en el pecho de Angel y este reposo la espalda en el sofa. Lo miraba de reojo, el sonreia. Esta feliz y no se como puede estarlo. Yo misma me hubiese mandado a la mierda. Le acariciaba la espalda y la beso en la frente. Ya vale, ya se esta pasando. Blanca cerro los ojos. Pero la verdad es que me encanta.

  • La habitacion cerrada (Inspector Martin Beck 8) de Maj Sjowall

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    Las campanas de Santa Maria daban las dos cuando ella salia de la estacion del metro de Wollmar Yxkullsgatan. Antes de apresurarse hacia la plaza de Maria, se detuvo y encendio un cigarrillo. El ruido ensordecedor y continuado de las campanas de la iglesia resono en el aire, haciendole recordar los tristes domingos de su infancia. Ella habia nacido y se habria criado a unas pocas manzanas de la iglesia de Santa Maria, donde tambien fue bautizada y confirmada (de esto ultimo hacia casi doce anos). Todo lo que ella podia recordar de su preparacion para la confirmacion, era que el vicario le pregunto por que habia citado a Strindberg al escribir aquello del <> de las campanas de Santa Maria. Pero ella no recordaba su respuesta. El sol le daba en la espalda. Despues de cruzar St. Paulsgatan, aminoro el paso, pues no deseaba empezar a sudar. De repente se dio cuenta de lo nerviosa que estaba y lamento no haber tomado un tranquilizante antes de salir de casa. Al llegar a la fuente que hay en medio de la plaza, metio el panuelo en el agua fresca y, habiendose alejado, se sento en un banco a la sombra de los arboles. Se quito las gafas y se froto la cara con el panuelo mojado, se limpio las gafas con una punta de su camisa azul claro, y se las volvio a poner. Los grandes lentes reflejaron la luz, ocultando la mitad superior de su rostro. Se quito el amplio sombrero azul de dril, se levanto el liso pelo rubio, tan largo que le caia sobre los hombros, y se paso la mano por la nuca. Luego, volvio a ponerse el sombrero, se lo encajo hasta las cejas y se quedo sentada e inmovil, con el panuelo arrugado y hecho una bola entre las manos. Al cabo de un rato extendio el panuelo ante ella, sobre el banco, y se froto las palmas de las manos sobre los pantalones tejanos. Miro su reloj: eran las dos y media. Unos minutos para calmarse antes de que tuviera que irse. Cuando el reloj dio las 2.45, ella alzo la tapa del bolso colgante de lona verde oscuro que tenia sobre el regazo, tomo el panuelo, que ahora estaba completamente seco, y, sin doblarlo, lo metio en el bolso. Entonces se levanto, paso sobre el hombro derecho la correa de cuero del bolso, y empezo lentamente a caminar. Al acercarse a Hornsgatan sintio menos tension; y se persuadio a si misma de que todo saldria bien. Era viernes, el ultimo dia de junio, y para muchas personas las vacaciones de verano acababan de empezar. En Hornsgatan, tanto en la calzada como en las aceras, el trafico era muy animado. Saliendo de la plaza, ella giro a la izquierda y penetro en la sombra de las casas. Esperaba haber elegido bien el dia. Sopeso los pros y los contras y se dio cuenta de que podia haber demorado su proyecto hasta la semana siguiente. No habia nada de malo en ello, pero no habia tenido muchas ganas de exponerse a tal tension mental. Llego alli antes de lo que habia pensado, y se detuvo en el lado sombreado de la calle, observando el gran ventanal que tenia enfrente. El cristal reluciente reflejaba el brillo del sol, y el denso trafico le tapaba parcialmente la vista, aunque se dio cuenta de una cosa: las cortinas estaban corridas. Fingiendo mirar escaparates, anduvo lentamente arriba y abajo por la acera, y aunque habia un gran reloj que colgaba en el exterior de una relojeria cercana, siguio mirando al suyo. Y mientras tanto no dejaba de observar la puerta en el otro lado de la calle. A las 2.55 se dirigio hacia el paso de peatones en el cruce. Cuatro minutos mas tarde se hallaba frente a la puerta del banco. Antes de empujarla para abrir, alzo la tapa de su bolso. Al entrar, echo una mirada de reojo a la oficina, la sucursal de uno de los bancos mas importantes de Suecia. Era larga y estrecha; en la pared frontera estaba la puerta y la unica ventana. A la derecha un mostrador iba desde la ventana a la breve pared del otro extremo, y a la izquierda habia cuatro mesas fijadas a la larga pared. Mas alla, habia una mesa baja, redonda, y dos taburetes tapizados con un material rojo a cuadros. Aun mas lejos, una escalera empinada desaparecia hacia lo que probablemente era la camara acorazada del banco. Solo un cliente habia entrado antes que ella: un hombre, que estaba de pie ante el mostrador, metiendo billetes de banco y documentos dentro de su cartera de mano. Tras el mostrador vio sentadas a dos empleadas. Mas alla un empleado permanecia de pie hojeando las cartulinas de un indice. Dirigiendose hacia una de las mesas, la joven saco una pluma del bolsillo exterior del bolso, mientras observaba con el rabillo del ojo como el cliente de la cartera de mano salia por la puerta de la calle. Tomo un impreso de ingresos y empezo a garrapatear en el. Al cabo de un rato observo que el empleado se dirigia hacia la puerta y la cerraba con llave. Luego se inclino y solto el gancho que mantenia abierta la puerta interior. Mientras esta se cerraba con ruido silbante, el volvio a su sitio tras el mostrador. Ella saco el panuelo del bolso. Sujetandolo en la mano izquierda, la hoja de ingresos en la derecha, se acerco al mostrador, fingiendo limpiarse la nariz. Entonces metio la hoja de ingresos en el bolso, saco una bolsa de compra, de nailon, que estaba vacia, y la puso sobre el mostrador. Asio la pistola, apunto con ella a la cajera y, manteniendo el panuelo ante la boca, dijo: --Esto es un atraco. La pistola esta cargada, y si usted hace el menor ruido, disparare. Meta en este bolso todo el dinero que tenga. La mujer que habia detras del mostrador se la quedo mirando con fijeza, tomo despacio la bolsa de nailon y la puso ante si. La otra mujer interrumpio el peinado de su cabello, y dejo caer las manos lentamente. Abrio la boca para decir algo; pero no salio el menor sonido. El hombre, que seguia de pie detras de su mesa, tuvo un violento sobresalto. Inmediatamente, ella le apunto con la pistola y le grito: --!Estese quieto! Y ponga las manos donde yo pueda verlas bien. Haciendo un gesto impaciente con la pistola encanonando a la mujer que tenia delante, evidentemente paralizada por el terror, prosiguio: --!Dese prisa con el dinero! !Pongalo todo! La cajera empezo a meter fajos de billetes en la bolsa. Cuando hubo terminado, la solto sobre el mostrador. De repente, el hombre de la mesa dijo: --Nunca escapara con eso. La policia... --!Callese! --grito ella. Entonces metio el panuelo en el bolso abierto, y agarro la bolsa de nailon, que le parecio agradable y pesada. Retrocediendo lentamente hacia la puerta y apunto por turno con la pistola a cada uno de los empleados del banco. De repente alguien corrio hacia ella desde la escalera, en el extremo opuesto de la habitacion: un hombre alto y rubio con pantalones muy ajustados y una chaqueta ligera de franela azul con botones brillantes y un gran emblema dorado prendido en el bolsillo del pecho. Se oyo en el local un estruendo cuyo eco atrono el espacio cerrado entre las paredes. Y mientras, a causa del retroceso, el brazo de ella se movia hacia el techo, vio caer violentamente hacia atras al hombre de la chaqueta de franela. Sus zapatos eran de calidad, nuevos y blancos, con gruesas suelas acanaladas de goma roja. Solo cuando su cabeza choco contra el suelo de piedra con un horrible golpe sordo, ella se dio cuenta de que lo habia matado. Solto la pistola en el bolso, y miro fija y salvajemente a las tres personas horrorizadas que habia tras el mostrador. Luego echo a correr hacia la puerta. Mientras descorria torpemente el pestillo, tuvo tiempo de pensar antes de salir a la calle: <>. Pero en cuanto se vio en la acera, apresuro el paso hacia el cruce. No veia a la gente que la rodeaba; solo se dio cuenta de que tropezaba con algunas personas, y le parecia que el disparo seguia resonando en sus oidos. Dio la vuelta a la esquina y echo a correr, con la bolsa de compra en la mano y el pesado bolso golpeandole la cadera. Abrio de golpe la puerta de la casa donde habia vivido de nina, siguio el viejo camino familiar hacia el patio, y trato de contenerse y andar al paso. Paso directamente bajo el soportal de una glorieta mirador y salio a otro patio trasero. Bajo por la empinada escalera hasta una bodega, y se sento en el escalon inferior. Trato de meter la bolsa de nailon sobre la pistola en el bolso colgante, pero no habia bastante espacio. Entonces se quito el sombrero, las gafas y la peluca rubia y las metio en el bolso. Su pelo verdadero era negro y corto. Se levanto, se desabotono la camisa, se la quito, y la metio en la bolsa. Bajo la camisa llevaba un jersey de algodon negro, de manga corta. Colgando el bolso sobre su hombro izquierdo, tomo la bolsa de nailon y subio por las escaleras hasta el patio. Salto por un par de muretes antes de encontrarse al fin en una calle en el extremo de la manzana de casas. Entonces entro en una pequena tienda de comestibles, compro dos litros de leche, metio los botes de carton encerado en una gran bolsa de papel, y luego puso encima de ellos la bolsa de nailon. Despues, se dirigio hacia Slussen y alli tomo el metro hasta su casa.

  • Lo primero es no hacer dano de Sonia A. Kirchen

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    En la vida todo suma, lo bueno, lo malo y lo regular. Es una sucesion de desajustes que conseguimos falsear hasta enderezarlos, creyendo que cuanto nos ocurre conviene, animados por un falso eslogan de bienestar.
    Pero ?que pasa si no te sientes duena de tus decisiones?
    ?Si amas tu profesion, mas no ejerces como deseas?
    ?Si las mentiras comienzan a ser menu de plato fijo?
    ?Si piensas mas en Thor que en tu marido?
    ?Que sucede cuando ya no eres feliz?
    Yo vi mi tiempo tan <> que de nuevo me guie por la sabiduria de Coral, experta en como disfrutar bajo cualquier circunstancia y docta en exprimir el jugo a los segundos hasta la ultima gota.
    Siguiendo su consejo, me traslade a Albricias, y ni en mil anos habria sospechado lo que el destino tenia previsto para una estirada pediatra de ciudad, ni como cambiaria mi manera de enfrentarme al misterio, al panico, a la perversidad, a la perdida y al amor.
    Y asi, sin pretenderlo, me codee con la maldad. con la muerte, y escapando de su guadana, consegui que mis semanas fueran de siete vidas.

  • Rencor de Hector Pous

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    Hubo un tiempo en que Terrabona era un lugar tranquilo, donde nada sucedia y no se tenian perspectivas de que nada sucediese en el futuro. Pero ese tiempo estaba llegando a su fin. El pequeno municipio de Terrabona, un pueblo dormitorio olvidado por todos menos por sus pocos habitantes, se extendia exiguo en la costa valenciana. El verano habia llegado y como cada ano los turistas ingleses ocupaban las costas disfrutando del Sol abrasador del mes de Junio. En la costa todo parecia limpio y cuidado pero si uno se adentraba en el pueblo, encontraria otro panorama. Calles agrietadas y desiertas por doquier, en Terrabona no habia nadie, todo el mundo trabajaba fuera, alli el unico trabajo lo realizaban ancianos agricultores y unos pocos jornaleros cuando era epoca de recoleccion de la naranja. Aquellos que quisieran trabajar, debian mirar en otras poblaciones, no les quedaba otra, quedarse significaba morirse de asco. El unico edificio interesante de este pueblo se alzaba entre naranjos; antiguo y elegante, el Colegio San Cristobal de Terrabona, con su fachada hecha de roca blanca y pilares ornamentados de marmol del mismo color. Daba la sensacion de un castillo encantado, por supuesto no lo era, anteriormente habia sido un monasterio bastante conocido hacia algun que otro siglo. El edificio tenia tres plantas, cada una destinada a: Primaria, Secundaria y Bachillerato respectivamente, a algunos alumnos les hacia ilusion el llegar al ultimo curso de Primaria porque eso significaba que subian a la planta superior y tendrian mejores vistas; los que pasaban a Bachillerato, si es que pasaban, les daba igual. Los terrenos eran espaciosos, alli habia un campo de futbol que a su vez tenia postes con canastas para jugar al baloncesto, arboles y mucho espacio para hacer que los ninos, en su confinamiento, se lo pasasen lo mejor posible... o lo peor posible. Carlos Cots, un adolescente de dieciseis anos, delgaducho y de aspecto fragil, Caminaba mirando a los lados, temiendo ser objeto de burla otra vez. El recuerdo del tanga de Lara, la chica por la que estaba enamorado desde los seis anos, le hizo sonreir pese a la verguenza que habia sentido teniendo una ereccion en medio de clase. Sonriendo se adentro en el edificio. Tenia unas ganas tremendas de orinar. Carlos entro al sucio y maloliente servicio de su instituto bajandose la bragueta, ya no podia mas. El sitio estaba revestido de baldosas blancas salpicadas con orina y mocos, pintarrajeadas con rotuladores permanentes con todo tipo de frases y dibujos obscenos. Cuando el chorro se inicio, Carlos dejo escapar un respiro de alivio. No vio que dos personas estaban detras de el. Ruben Ibanez era un chico de diecisiete anos atletico y varonil con la mandibula cuadrada y pelo largo del color de la arena, iba seguido por su sombra: Un chico con cara de pocas luces llamado Pablo Roca que senalaba a Carlos. --Ahi lo tienes --dijo Pablo--, seguro que aun la tiene dura. --?Te gusta el culo de mi novia, Esmirriado? Con la primera palabra de Ruben a Carlos casi se le corto el chorro pero no se podia detener. No contesto, ignorar era su mejor arma defensiva aunque no fuera facil utilizarla. Asi le llamaban por alli, Esmirriado, entre otros apelativos cada cual mas ofensivo que el anterior. --Cuando alguien te pregunta debes contestar --insistio Ruben--. ?No eras maricon? Carlos estaba harto de que todo el mundo se burlase de el diciendo que era gay, siempre se habia contenido pero hoy, aunque timidamente, contesto: --?A caso no lo seras tu? Ruben lo agarro de los hombros haciendo que Carlos lo salpicara todo con su chorro mientras Pablo se unia a su fiel lider en sus esfuerzos. Entre ambos arrastraron a Carlos hasta uno de los cubiculos. Carlos lanzo codazos sin mucho afan, en el fondo sabia que era inutil resistirse, el no tenia fuerza y solo conseguiria que le hicieran mas dano, aun asi se resistio aunque fuera una mera resistencia simbolica. Los esfuerzos de Carlos divertian a Pablo que le hablo a la oreja, haciendole llegar su apestoso y humedo aliento. --Entra a ver si te gusta la sorpresita que te he dejado. Con un ultimo empujon, Ruben y Pablo tiraron a Carlos contra la asquerosa taza del inodoro. Carlos alzo una mano para evitar golpearse la cara contra la pared, se torcio la muneca derecha. Dentro del inodoro una pastosa mierda ocupada toda la taza desprendiendo un olor nauseabundo, Carlos se tapo la boca y la nariz con su mano buena y se giro hacia la puerta. Ruben estaba listo para la siguiente ronda pero Carlos fue mas rapido y cerro la puerta bloqueandola con el pasador. Ruben zarandeaba la puerta, temblaba como si un gran terremoto la estuviese sacudiendo y Carlos apoyo su cuerpo en ella para que no se saliese de los goznes. --!Abre Esmirriado de mierda! --grito Ruben. Pablo empezo a reir, sonaba como los rebuznos de un burro. --!Abre! te voy a ensenar lo hombre que soy --aporreaba la puerta Ruben--. Te voy a ensenar a no mirar a quien no debes. !Abre! --Eso --coincidia como un idiota Pablo. Al no obtener respuesta, dio un golpe en el contrachapado blanco dejando un agujero. El golpe fue tan violento que Carlos lo sintio recorrer su esqueleto, el sonido lo dejo sordo. --Como vuelva a pillarte te voy a matar, ?!me oyes!? El dia que menos te lo esperes te hundire la cabeza de un punetazo. Mientras Ruben continuaba profiriendo amenazas, Carlos estaba apoyado contra la puerta al borde de las lagrimas, impotente ante la agresividad de Ruben. Al cabo de unos interminables segundos se cansaron y decidieron marcharse. Era la hora de la salida y tenian que entrenar, por ningun motivo iban a quedarse mas que el tiempo obligatorio en el instituto. Cuando todo se calmo, Carlos abrio la puerta despacio, sin hacer ni un ruido. Miro por la fina ranura y solo vio el servicio desierto. De pie junto a los urinarios, Carlos miro a la puerta de entrada, asustado por si estaban alli fuera esperandole. Reunio valor, le costo mucho pero al final decidio que le daba igual lo que le pasase. --El dia que menos lo esperes --dijo entre dientes Carlos--, sere yo quien te mate. Pero su falta de conviccion era evidente ?como iba un esmirriado como el a siquiera pensar en hacerlo? Aparto ese acceso de locura de su cabeza. Con mucho sigilo abrio la puerta y se encontro un pasillo laminado en madera, desierto. En el umbral de la puerta Carlos contemplo la quietud del pasillo, un reflejo de como era toda su existencia, solitaria. Nadie en el instituto, nadie por las calles mientras andaba con la cabeza gacha y las manos en sus bolsillos. La mochila le pesaba como si llevara una roca en la espalda. El camino hacia casa se lo conocia de memoria, no le apetecia ir alli, pero no tenia otro sitio al que acudir, no tenia actividades extraescolares en las que poder concentrarse, ningun cine cercano en el que encerrarse, en Terrabona no habian bibliotecas en las que pasar el dia y no tenia amigo alguno con el que hablar hasta que se pusiera el Sol. Resignado, se dirigio al unico sitio seguro que disponia. 2 Un piso viejo y ennegrecido que habian intentado reformar muy poco; estaba sucio, habia pelusas de polvo rodando como si fueran plantas rodadoras de un western, todo estaba desordenado, daba la sensacion que este piso estaba abandonado desde hacia diez anos, pero la puerta de la entrada se abrio y Carlos entro arrojando la mochila a una esquina al azar y cerrando de un portazo. <> penso Carlos, desde hacia semanas su odio hacia el habia ido en aumento, sabia el momento exacto en que empezo a ser insoportable: Habia salido andar y se habia encontrado con Lara y el besandose apoyados en una pared, una daga atraveso el pecho de Carlos y la punzada de los celos no habia dejado de dolerle desde entonces. Al menos en esa destartalada casa podria obtener un poco de paz y seguridad, el encuentro con Ruben y el lameculos de su amigo lo habia dejado agotado, odiaba sentirse tan impotente pero tenia que aceptar la verdad de que nunca podria enfrentarse a alguien como el. Se acostaria y manana seria un nuevo dia, tal vez nadie se burlara aunque lo dudaba. Se habria extendido la historia de los banos y conociendo a los idiotas del instituto, se habrian encargado de modificarla para humillarle aun mas, para mostrarlo como un mariquita que habria aranado al grandote Ruben en su afan de agarrarle la polla y el le habia dado su merecido o tal vez como un baboso que se hacia pajas en el servicio pensando en los culos que habia visto en clase. La coherencia no valia, solo el poder de humillar al Esmirriado. Tenia ganas de que el instituto acabase y perder a todos de vista. Que se fueran a la mierda. Del sucio y maloliente servicio salio un hombre de unos cuarenta anos con barba de seis dias y el pelo alborotado, era evidente que volvia a estar borracho, ni siquiera habia tenido la decencia de vestirse y bajar a su bar preferido. Rafa Cots, padre de Carlos iba vestido con una camisa interior blanca con manchas y unos calzoncillos holgados de tela. Rafa balbuceo algo ininteligible para Carlos pero que para el sonaba perfectamente elocuente, sonaba a: --?Crees que esa es manera de entrar? --Ahora no papa --dijo en un tono que queria decir <>. Carlos iba a encerrarse en su habitacion, tal vez eso fuera mejor dadas las circunstancias. Se acerco a su padre evitando mirale a los ojos. Cuando estuvo cerca de el, Rafa le puso una mano en su pecho obligandole a pararse. Apreto, dolia. --?Quien cono te crees que eres hablandome asi? --no se entendia nada. Carlos estaba frente a frente con la cara de su padre, cerro los ojos, el olor a alcohol cortaba la respiracion--. Eres muy valiente ?verdad? te ponemos mi uniforme y vemos si aguantas una noche de patrulla. Carlos se solto, miraba de un lado a otro, pero no habia hueco en el estrecho pasillo para escabullirse a su habitacion, reticente echo un vistazo fugaz a los enrojecidos ojos de su padre que continuaba en su incomprensible parloteo enfadado. --Deberias de respirar lo que yo respire, ver lo que yo vi. Pero no lo soportarias porque eres un blando. En su borrachera no se entendia nada, pero no habia nada que entender, Carlos habia aprendido a bloquear lo que fuera que le estuviese diciendo e ignorarlo. Intento esquivarlo pero se interpuso en su camino, otro intento, esta vez siendo escurridizo como un pez. Lo logro. Continuo hacia su habitacion, la tenia a menos de dos metros. Si dormia la mona, su padre olvidaria todo lo que le hubiese dicho y volveria a su estado depresivo de siempre. Rafa le agarro la camisa con tanta fuerza que la desgarro. No pensaba dejarlo tan pronto. --?Que cono haces? --grito enfadado Carlos, no lo podia ignorar mas--. ?Crees que tengo camisas de sobra? Vete a tu habitacion papa, duerme la mona. --Cuando te enfrentes al fuego y casi mueras no te importara una camisa rota. ?Te gustaria no tener que ponerte una nunca mas? si hubieras estado a punto de morir, de ver la muerte tan cerca como yo, lo mirarias todo como lo hago yo: Como una mierda que no vale la pena. Ahora lo que farfullaba su padre le quedo claro, ?como no se habia dado cuenta? era lo que habia estado intentando ahogar a base de alcohol todo ese mes. Su padre habia recibido una llamada a la comisaria que le anunciaba que habia un incendio en la panaderia de la Calle del Forn. Codujo a toda velocidad y estuvo alli antes de que llegasen los bomberos. Vio a la panadera fuera retorciendose las manos y llorando en un ataque de ansiedad, miraba como el humo y las llamas salian de la panaderia que era a su vez su casa. Rafa, al oir lo que decia la panadera <> entro sin pensarselo dos veces. Luchando contra la tos, el calor y el desfallecimiento, Rafa subio las escaleras que llevaban a la casa, encontro al bebe en una de las habitaciones, lo cubrio con una manta para protegerlo de las llamas y se encamino de vuelta a rastras para evitar el venenoso humo. Un tablon del techo se desprendio, las chispas que levanto casi lo dejaron ciego. A pesar del intenso dolor avanzo. Una vez fuera, la ambulancia estaba llegando y corrio para atendiesen al nino. Trataron de ponerle una mascarilla de oxigeno pero el no paraba de gritar <> Cuando abrieron la manta encontraron al pequeno Miquelet muerto. Carlos intento serenarse e intentar una vez mas que la noche pusiera todo en su sitio. --Papa relajate, ve a tu habitacion y manana veras… Una bofetada lo tiro contra la pared. --!Como me vuelas a llamar borracho te juro… Carlos empezo a gatear hacia su habitacion. --?Donde crees que vas? --dijo meciendose al intentar seguirlo con la mirada. Carlos, avergonzado miro a su padre desde la puerta. Lagrimas de rabia le surcaban las mejillas. --!Cabron de mierda! --estallo Carlos--. ?Que diria mama si te viera? --!No menciones a tu madre! A trompicones Rafa se acercaba a Carlos, pero su hijo fue mas rapido y se encerro en su habitacion. Detras de la puerta se oyeron ruidos mientras Carlos, furioso, bloqueaba la puerta tirando lo primero que encontrara. Carlos respiraba fuerte, su pecho se movia con violencia, por fin estaba en su habitacion, un sitio igualmente desordenado y sucio cuyos unicos elementos limpios era la coleccion de CDs en una estanteria negra abombada por el peso y un piano electrico que parecia haber sido pulido con cera. Se acosto en su cama pero no podia relajarse, no podria en toda la noche. Una sensacion de peligro lo inquietaba, respiraba aceleradamente <> insistia su mente, su padre nunca se habia mostrado tan violento, pero esta no era la primera vez que le pegaba en este mes. Antes solo se mostraba deprimido, ahora todo era a peor. Deseaba que lo dejara de una vez, pero con un adicto no se puede razonar y Rafa Cots sabia de eso bastante. Cuando conocio a su futura mujer y madre de su hijo, era un pastillero esmirriado de la ruta del Bakalao que se metia rayas de cocaina y se emborrachaba todos los fines de semana quemando el poco dinero que ganaba y por ella dejo toda esa mierda, ella era su pilar de limpieza y sobriedad. Hasta ese momento, aunque el mundo exterior asustaba a Carlos, dentro de esta casa tenia una cierta paz y seguridad. Ahora no estaba seguro ni en su propia casa. Tres horas mas tarde, cuando todo se calmo, Carlos daba vueltas a la habitacion. Harto de la ansiedad, se sento al piano. Contemplo por la ventana que daba a la Montana de la Creu, el Sol se ponia tras la cruz de hierro oxidado que coronaba la cima de la colina. Su aspecto era fragil, parecia que se iba a derrumbar si el viento soplaba un poco mas fuerte de lo habitual. Carlos poso sus manos sobre el piano, las aparto indeciso, no sabia que tocar. Cada vez que se sentia mal con su mundo, Carlos tocaba el piano electrico, la herencia mas preciada de su madre junto a la coleccion de discos. Carlos miro una foto que habia sobre su escritorio, en ella un Carlos de seis anos saludaba a camara con su madre, que estaba en la cama de un hospital con un panuelo alrededor de su cabeza. Habia encontrado lo que estaba intentando expresar. Sus manos tocaron las teclas del piano y una melodia que alternaba altibajos de agresividad, pasion, delicadeza y tristeza se apodero de la habitacion. Dos horas mas tarde estaba profundamente dormido junto al piano con un brazo sobre las teclas. Lo que pasase manana lo tomaria con resignacion. Al menos en sus suenos era libre, pero en muchas ocasiones incluso alli lo perseguian las burlas. 3 Bajaba las escaleras con el murmullo lejano de su clase delante de el, queria retrasar al maximo su llegada a la siguiente clase, la aborrecia tanto como aborrecia al profesor que la impartia. Al salir, vio el campo de barro con rayas blancas pintadas de manera improvisada. Tenia dos porterias de futbol oxidadas y sin red a cada lado, un poste con un aro de baloncesto sobre cada una de ellas. Carlos odiaba el deporte pero preferia jugar a baloncesto un millon de veces antes que jugar a futbol, pero en el mundo parecia que solo existiera un deporte. Encendia la television y veia las noticias, cuando llegaba la seccion de los deportes, el unico del que se hablaba era de futbol, si el espacio duraba treinta minutos, veintiocho de ellos se lo dedicaban a machacar sobre partidos, poniendo musica dramatica y dramatizando algo que tenia menos drama que alguien cocinando un pastel, hablando de los jugadores como si fuesen dioses. Ruben estaba alli rodeado de sus amigotes y su fiel sombra Pablo, queria llegar a ser un jugador profesional y aprovechaba cada ocasion para demostrarlo. Carlos pensaba que iba en el buen camino, ya era un ignorante analfabeto con el unico proposito de ganar. Un grupo de unos treinta alumnos estaba congregado delante del profesor de gimnasia. Mario era un chico de treinta anos con cuerpo atletico; lucia una barba perfectamente delineada; su pelo, un tupe negro peinado con algun tipo de potingue que lo dejaba brillante. La imagen perfecta de un futbolista, de hecho, Mario habia deseado llegar a profesional pero la oportunidad nunca llego y se tuvo que contentar con este puesto, soportando adolescentes cuando los detestaba cada vez mas. Entre los alumnos se rumoreaba que le habian dado este trabajo porque no daba para mas. Gobernaba a sus alumnos como si el fuera un general y ellos sus soldados. --A Ver… Ruben, Ivan. Haced equipos --dijo Mario fingiendo senalar al azar. Ruben salio sonriendo satisfecho junto con Ivan, un chaval de diecisiete anos que siempre miraba por encima del hombro a los demas pero que rara vez lo hacia con maldad. <> penso Carlos. Ruben fingia que le costaba decidir pero estaba claro que ya tenia su equipo en mente. --Pablo. Uno a uno Ruben e Ivan fueron seleccionando a los alumnos de mas atleticos a mas escualidos o gordos, de sus amigotes a los marginados. Carlos y Patri <>, una chica de dieciseis anos con algunos kilos de mas y una marana sin brillo de color arena por pelo, fueron los ultimos candidatos a ser elegidos. Ruben los miraba con una mano en su barbilla. Alargo su decision haciendo que se sintieran aun mas incomodos. --Fatty, quiero decir, Patri --se burlo Ruben. Patri avanzo y sin que nadie mas que ella lo oyera dijo: --Muy gracioso, Cabron. Durante un largo rato, Ivan se debatio entre escoger a Carlos o pedir jugar con un jugador menos. Harto de tanta tonteria, Mario dijo: --Carles, al equipo de Ivan. Carlos se quedo en su sitio, levanto la cabeza y dijo asqueado:

  • Amor y Rojo (Elemental 1) de Fabiola Valenzuela

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    La primera entrega de la emocionante saga de romance paranormal “Elemental”, en la cual los guerreros de la raza se unen para derrocar a la monarquia.

  • Lluvia de Yolanda Quiralte

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    La miro desconcertado y suspiro. Jamas hubiera podido llegar a imaginar, ni siquiera por un breve instante de tiempo, que aquella mujer, a la que siempre habia deseado de una manera sobrenatural, iba a dejar de satisfacer esa parcela tan importante de su vida. No era el, ni mucho menos, un sonador, o uno de aquellos hombres que se dejaba enamoriscar y engatusar por cualquier mujer; no, mas bien era todo lo contrario. Oscar se enorgullecia de ser uno de esos tipos duros y poco romanticos que hasta la fecha se dejaba llevar mas por impulsos sexuales que por verdaderos sentimientos. No es que no creyese en el amor, pero habia decidido no compartir su vida con nadie, al menos por el momento. Solo tenia veintiocho anos y aun le quedaba un largo camino por recorrer en el terreno de las conquistas. Volvio a mirar a su acompanante de cama. Ella dormia. Sus cabellos rubios se desparramaban por las almohadas y brillaban bajo aquel sol de primavera que entraba casi a escondidas por la ventana. Las sabanas, de un verde claro, formaban extranas formas mientras cubrian el esbelto e impresionante cuerpo de la mujer que descansaba a su lado. Ella tenia la maravillosa cualidad de poseer la piel mas tersa y suave del mundo, y el lo sabia muy bien, pues la habia recorrido con sus manos mas de mil veces. !En cuantas ocasiones habia temblado con solo imaginar en su cama que rozaba esa exquisita piel! !Cuantas! Y sin embargo... No es que la muchacha no tuviera otras facultades. Era de una belleza deslumbrante, con sus ojos azul cobalto y su boca, algo grande, pero bien formada. Podria considerarse que era toda una belleza. Conquistarla le habia costado lo suyo. No habia sido cosa de uno ni dos dias, ni siquiera semanas, y eso para el encantador ego de Oscar Quintana, habia supuesto todo un reto a vencer, incrementando sus ganas de hacer frente a aquella batalla con forma de cuerpo femenino. Y sin embargo... Sin embargo alli estaba, tendido junto a ella en aquel enorme lecho, exhausto tras haber gozado de ella una tarde mas. Una vulgar tarde mas. Al mismo Oscar le sorprendio la frialdad con la que describio lo que un buen observador hubiera denominado como la escena mas torrida jamas contada. Si, era cierto, sus cuerpos se entendian a la perfeccion. Cada vez que el rozaba con sus manos los lustrosos pechos, ella disfrutaba, al igual que lo hacia cuando, minuto tras minuto, la penetraba con fuerza una y otra vez hasta conseguir llevarla al mas profundo abismo. Y ella, !ay, ella!, era capaz de volverle loco con tan solo acariciarle el torso desnudo o besar su abdomen. Su virilidad siempre respondia con entusiasta satisfaccion a los masajes que aquella mujer, hecha para el placer, le proporcionaba. Y sin embargo... Sin embargo, lo supo. Lo supo tras haber derramado su semen una vez mas. Tras aquella explosion multicolor que lleno su cuerpo de temblores, descubrio que aquello ya no le producia la misma sensacion de placidez que en ocasiones anteriores. Algo habia cambiado. Fisicamente estaba claro,seguia disfrutando, pero en su alma empezaba a abrirse paso un vacio preocupante y nada comun. Volvio a mirarla. Quizas si la poseyera una vez mas, eliminaria todos esos pensamientos ridiculos que le martilleaban el cerebro. Y no porque se hubiera cansado de su amante, sino porque si era franco con sus emociones, siempre habia pensado que aquella mujer seria la amante definitiva, no su mujer, eso estaba claro. Nunca hubiese afirmado tal cosa. Martina conocia a la perfeccion el arte del sexo, pero no tenia las cualidades suficientes como para pedirle que se casara con el algun dia. Era una cortesana, muy habil, pero cortesana. Ella suspiro, y quizas eso fue lo que le distrajo de sus pensamientos. Decidio volver a poseerla a pesar de que aun dormia. Oscar deslizo sus manos despacio entre las sabanas hasta alcanzarle el trasero. Aquello fue la senal. Ella rodo en el lecho hasta ponerse con la espalda tocando el mullido colchon de plumas y abrio las piernas. El hecho de que durmiera, no importaba. Hasta en suenos sabia distinguir cuando Oscar estaba excitado. Y lo estaba, vaya si lo estaba. El se coloco entre sus piernas, y sin ni siquiera despertarla, la penetro con fuerza. Ante tal invasion, ella, adormilada, sonrio y fue abriendo los ojos a medida que el la embestia una y otra vez. La poseyo con dureza durante un buen rato, y solo tras lograr que ella obtuviera su orgasmo, se derramo en ella, volviendo a temblar con la misma intensidad de siempre, sin miedos, porque como ella decia siempre, no habia posibilidad alguna de quedar embarazada. Nunca habia sucedido a lo largo de sus muchos anos de matrimonio con el difunto conde. A pesar de todo, antes de dormirse, Oscar penso que aquello ya no tenia remedio. No le quedaba otra opcion que dejar de visitar a aquella diosa del sexo. Ya no le bastaba. Capitulo 1 Oscar Quintana era guapo, irremediablemente guapo, y lo peor de todo es que era consciente de ello. No es que se aprovechara de la situacion, pero su belleza, unida a una muy bien modelada educacion, hacian de el el perfecto prototipo de caballero. Los rumores que volaban por la ciudad susurraban que era un conquistador empedernido, un coleccionista de amantes. Se decia que por sus brazos habian pasado tantas mujeres que no cabian juntas en un gran salon de baile. La fama le precedia, y alla donde iba, antes de que el senor Oscar Quintana hubiera hecho su aparicion, podia verse a todas las mujeres, incluidas las casadas, expectantes y esperanzadas ante la posibilidad de lograr un buen beso de tan deseado caballero. Y todas las mujeres estaban satisfechas con el hasta entonces. Todas excepto quizas una,su madre Valeria. --Habladurias, mama --rio antes de preguntar--: ?Desde cuando has hecho caso a los rumores? --dijo Oscar besuqueando mimoso a su madre, una dama de la alta sociedad, bien situada y muy hermosa. --Oscar, es cierto. En esta ciudad los cotilleos se engrandecen pero, Dios mio, estos rumores empiezan a martillear mi conciencia. Hablan ahora de una condesa... --!Mama, por Dios! No es algo que deba preocuparte, puedo asegurartelo... --exclamo Oscar con la intencion de calmar a su madre, mientras la miraba con recelo--. La mitad de las conquistas que me adjudican son falsas. Cierto es que como soltero me permito algunas licencias mas... --Querido, ? algunas licencias? Desde que volviste de la universidad hasta ahora no hay semana en la que no me lleve algun sobresalto. Oscar miro a su madre de soslayo. ?Que sucederia si llegara si quiera a imaginar como fueron sus anos universitarios? Fue el despertar a la sexualidad. Alli descubrio el genero femenino. Alli comenzaron sus andanzas. --No dejo de escuchar rumores sobre el hecho de que hayas coleccionado << amistades>> una tras otra, sin tan siquiera plantearte la posibilidad de encontrar una mujer adecuada y casarte --concluyo su madre, mientras se ahuecaba las faldas color berenjena. << Maldicion>> , penso Oscar. !Ya estaba alli el dichoso tema! Sabia que a su madre le preocupaba que ninguno de sus hijos, cuatro para ser exactos, dos varones y dos damas, hubieran contraido matrimonio. Oscar, el primogenito; y Pablo, con quien tan solo se llevaba un ano de diferencia, ya estaban en edades de analizar la situacion. Lorena, de diecinueve; y Amelia, de catorce, aun podian sin embargo retrasar tan magna decision por un tiempo, aunque no demasiado,si se regian por los canones de la epoca. --Madre --comenzo a replicar con voz severa, tono que cambio cuando vio la tristeza que asomaba en sus ojos verdes y que se reflejaba en todo su rostro--. Mama, aunque considero razonables tus preocupaciones al respecto --dijo con un tono mucho mas dulce--, no deseo que ellas te impidan disfrutar de tu tiempo. Admito que quizas tengas un punto de razon en algunos de tus comentarios, pero te ruego dejes esa eleccion en mis manos. Confieso --anadio de forma silenciosa y un tanto apesadumbrado por los recuerdos-- no haber encontrado aun una mujer con la que poder vivir una historia de amor. --En tiempos anteriores, hijo --alego Valeria--, el amor era algo secundario. Bien sabes que cuando tu padre y yo nos casamos no habia entre nosotros ningun sentimiento romantico y, si te fijas, el destino hizo que nos enamorasemos. --Quizas sea por ello, madre --empezaba a agotarse su paciencia--, puesto que he sido testigo durante anos del amor que padre y tu os profesais, puedo aspirar a disfrutar de algo semejante, ?no? Jaque mate. Sabia que acababa de dejar a su madre sin palabras. --Bien, bien, Oscar, prometo concederte una tregua, puesto que he observado que este tema te produce cierta desazon. --Sonrio la dama, ahuecandose de nuevo las faldas para sentarse, con el mayor decoro posible, en el sillon de estilo romantico que presidia aquel cuartito de estar--. Lamento haber sacado tan espinoso asunto --y dicho esto procedio a ojear la nueva revista de moda que le habian facilitado zanjando asi el tema... De momento. La gran casa familiar presidia una de las principales calles de la ciudad. Tenia una gran balconada desde la cual se podia divisar el enrevesado e imponente parque, El Olmedar. Se decia de el que habia sido testigo silencioso de los principales romances de la ciudad, guiados, quizas los enamorados por el bucolico entorno de aquellos parajes centenarios, donde los caminos cubiertos de bellos olmos evocaban en la imaginacion escenas de amor furtivo, ese que aprovecha la oscuridad y la penumbra del follaje para dar rienda suelta a la pasion mas absoluta. La Mansion Quintana, como era conocida la finca, era descrita por Oscar como un gran cuartel de caballeria, salvando las distancias, por supuesto. Llena de alegria y luz, era de todo menos silenciosa. Alli se habian criado numerosas generaciones de Quintana, entre ellas, el ultimo batallon, como decia su padre, Alonso Quintana. La decoracion era impecable, cinendose a los canones actuales, desde luego, pero dotada tambien de cierta comodidad y bienestar, algo poco comun entre las casas aristocraticas de la zona. Abundaban los amplios sillones de terciopelo amarillento, cuyas almohadas cobijaban recuerdos de conversaciones secretas. Cabia destacar tambien la presencia de la amplia biblioteca, que hacia las delicias de toda la familia, desde el primero hasta el ultimo, incluyendo al numeroso personal domestico que ayudaba a mantener la mansion en perfecto estado. Estos ultimos constituian sin duda alguna un gran grupo de personas de confianza, ganada a pulso gracias a los numerosos anos de servicio a la familia, logrando con ello que los vinculos que se habian establecido entre senores y trabajadores se hallaran marcados por el afecto y la cordialidad, hecho que dotaba al servicio de ciertos privilegios, como el acceso a la biblioteca y a los libros, la participacion en tertulias familiares y la satisfaccion de ser tratados como autenticos miembros de la familia Quintana. El ama de llaves, Maria, llamada en la intimidad familiar con el diminutivo Marita, era una inflexible y organizada mujer que habia ayudado a traer al mundo a todos los actuales Quintana. Su mano firme y su capacidad de decision ferrea y autoritaria desaparecia por completo cuando ante ella se posaba cualquier par de ojos que perteneciera a un Quintana, especialmente el joven Oscar, puesto que el la habia salvado sin duda de una gran catastrofe. Marita estaba casada con Victor, tutor de estudios de todos los hermanos Quintana. Juntos vivian en una casita cubierta de jazmin amarillo que se encontraba en el jardin de gran la finca senorial. Formaban una estupenda y maravillosa pareja, que aun todavia, de vez en cuando, a pesar de los muchos anos que llevaban casados, eran sorprendidos por alguno de los hermanos dandose algun beso furtivo o alguna caricia sofocada. Tenian una hija, pequena aun, la traviesa y escurridiza Victoria, a la que todos llamaban Lluvia, en recuerdo de la magica noche en que fue hallada. Casi todos los miembros de aquella familia habian olvidado por completo que Lluvia en realidad no era hija de Marita y Victor. La nina aparecio de repente en sus vidas como un torbellino de fuerza y alegria. Sucedio una noche de tormenta. Todos los hermanos Quintana adoraban las tormentas. Les encantaba permanecer durante horas apoyados contra las enormes cristaleras de la mansion mientras disfrutaban de << la gran batalla>> , nombre popular con el que la familia solia llamar a las tan temidas, por otros, tormentas. La idea surgio de Alonso, el padre de familia, hombre dotado de una gran imaginacion y aficionado a escribir en sus ratos libres. Habia desarrollado toda una serie de fantasticas historias que entretenian a su numerosa familia durante las horas que duraban las descargas electricas. Una de esas noches, toda la familia al completo, incluyendo a Marita y a Victor, los Quintana se hallaban reunidos, acurrucados en torno a los ventanales, escuchando una de las maravillosas historias que Alonso solia narrar. Merecia sin duda la pena ver las caras de los ninos, mientras el patriarca gesticulaba, gritaba,susurraba y saltaba, a la vez que contaba su ultimo cuento. En aquellos dias, Oscar ya tenia 16 anos, y pronto comenzaria la universidad en una prestigiosa institucion donde habian estudiado todos los miembros varones de su familia. Pablo, con 15 anos, terminaba la escuela superior mientras comenzaba a convertirse en un alocado joven que traia de cabeza a sus padres con sus incesantes y constantes aventuras, pues era un enamorado de las piedras y las rocas, razon por la cual siempre andaba metido en alguna cueva buscando material geologico. Lorena, la mayor de las muchachas, con siete anos y una cara llena de pintorescas pecas, ademas de a sus obligaciones escolares, se dedicaba, no con demasiada fortuna, a tocar el piano; y Amelia, la benjamina de la familia, con solo tres anos, hacia las delicias de toda la familia, ahora que ya habia dejado de ser un bebe regordete y jugueton, mas bien dado a romper todo lo que encontraba a su paso. --... De pronto,se abrio de forma repentina el baul que con tanto esfuerzo habia llevado Baltasar al desvan y... ?Sabeis que encontro? --pregunto Alonso misterioso. Siete caras expectantes se movieron con rapidez a la vez que negaban con la cabeza... --!Pues encontro el viejo mapa del tesoro familiar que se habia perdido durante el viaje del tatarabuelo a las colonias! --!Oh, papa, es sin duda una de tus mejores historias! --Si, querido, hacia tiempo que no disfrutaba con tanta intriga. --?Crees que publicaras tambien este cuento? --?Lo haras bajo tu nombre secreto? Todas estas preguntas salian con atropello de las gargantas de los Quintana mientras hablaban a voz en grito preguntando al compas de los truenos y relampagos que sacudian con fuerza las hermosas ramas de los arboles que poblaban el jardin. --Tranquilos, hijos, tranquilos... Si, es probable que esta sea una mas de las increibles historias del legendario escritor Augusto Sancho --rio el padre con esa risa profunda y gutural a la que tan acostumbrada estaba ya su prole. De repente, un gran relampago ilumino la estancia, acompanado de un estruendo tan ensordecedor que por un instante ninguno de los Quintana oyo el grito desgarrador que bramo en medio de aquella salvaje tempestad. --?No habeis oido gritar a alguien?

  • La gallera de Ramon Palomar

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    Narcos, polis corruptos y peleas de gallos.

  • Bajotierra de Robert Macfarlane

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    Robert Macfarlane nos invita a bajar la mi

  • La improbabilidad del amor de Hannah Rothschild

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    Una novela deslumbrante sobre el amor, un famoso cuadro desaparecido y un oscuro secreto del pasado. Una brillante combinacion de thriller, romance y satira sobre el mundo del arte.

  • El cielo en llamas (HQN), Claudia Velasco de Claudia Velasco

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  • El heredero caido (Los Royal 4) de Erin Watt

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    Rivales. Reglas. Remordimientos. Los Royal acabaran contigo.
    Easton Royal es un triunfador: es guapo, rico e inteligente. Su meta en la vida es divertirse tanto como pueda y nunca piensa en las consecuencias de sus actos. No necesita hacerlo.
    Pero un dia aparece en su vida Hartley Wright, una joven que pondra su mundo patas arriba. A pesar de sentirse atraida por el, Hartley lo rechaza. Easton no entiende por que, y eso la hace aun mas irresistible. Hartley le dice que tiene que madurar. Y puede que tenga razon.
    Por primera vez en su vida, la riqueza y la popularidad de los Royal no sera suficiente para Easton.

  • La voz del silencio de Kelly Dreams

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    Kara R. Marzoa siempre cumplia sus promesas, incluso las hechas a los muertos. Descendiente de una antigua estirpe, habia heredado el don de la vision, lo que le permitia comunicarse con los espiritus. Asi que, cuando su abuela dejo precipitadamente este mundo, hizo suya su ultima voluntad; viajar a Escocia para devolver a su lugar de origen una reliquia familiar. Una tarea en apariencia sencilla, termino por convertirse en un viaje lleno de obstaculos, uno en el que descubriria que su don no era mas que un grano de arena en una inmensa montana de acontecimientos que traerian consigo la revelacion de inesperados secretos y el resurgir de un pasado enterrado tan profundamente que solo ella podia escuchar su voz.
    Como draoidh, Broderick Campbell habia nacido con un unico cometido, mantener el equilibrio de su tierra natal, una tarea que habia desempenado sin problemas hasta que aparecio ella. Ironica y problematica, tenia el poder suficiente para desestabilizar su mundo y poner patas arriba su propia tranquilidad. Durmientes que despiertan, encuentros con la muerte, asesinatos rituales, un pasado enterrado. Kara hace que todo cambie a su alrededor y que el infierno amenace con desatarse bajo sus pies, una amenaza demasiado peligrosa como para que pueda permitirse perderla de vista.

  • Atrapado en el infierno de otra mente de Monica Moreno

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    Gabriela y Gerardo llevan muchos anos juntos en una vida relativamente feliz. Sin embargo, ella empieza a sospechar que el quiere dejarla y lo cela y presiona de mas, invitandolo con sus celos a hacer realidad esos temores. En este triller psicologico ubicado en la Ciudad de Mexico contemporanea encontraremos una historia de intensas emociones, secretos y obsesiones, podremos ver como las situaciones cotidianas pueden llevar a la locura a quien no sepa manejarlas, afectando a otras personas. Porque, a final de cuentas, hay mas demonios en una mente obsesiva que en el infierno.

  • Desconocidos en un anden, Noa Pascual de Noa Pascual

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  • La maldicion del circulo perfecto (El reino del Aguila 2), Moruena Estringana de Moruena Estringana

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  • Tu. Yo. Ahora. de Mercedes Alvarez

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    "Se te cayo la bufanda." Lola me quito la bufanda sin siquiera mirarme. Cuando mis dedos rozaron los suyos, ella no se dio cuenta. "A tu orden" Las palabras salieron sarcasticamente, poniendo enfasis en sus modales olvidados. Pero incluso entonces, no levanto sus ojos para encontrarse con los mios. No se detuvo ante mi presencia mas de lo que tardo en sacar la bufanda de mis manos. Una bufanda negra. Lo note. Note el hecho de que su chaqueta era negra tambien. Asi como su blusa. Para ti, esto puede no parecer raro. Podrias inclinarte a pensar que soy un poco descerebrado para llegar a la conclusion de que Lola no estaba bien. Y para sacar la prueba de su no-estar-tan-biendel color de su ropa. "?Estas bien?" grite mientras se apresuraba a su escritorio, apoyando sus manos contra la superficie de madera en un movimiento de frustracion. Ella miro por encima de su hombro durante tres segundos – probablemente solo para ser cortes – antes de mirar a otro lado. Lola y yo no haciamos este tipo de cortesias – haciamos familiar y amigable y nos sonreiamos jodidamente el uno al otro. No era la clase de mujer que se abstenia de iluminar una habitacion. De hecho, la forma en que su sonrisa hacia que sus mejillas se hundieran y las esquinas de sus ojos se arrugaran tan ligeramente no era nada menos que perfectas. Ella era nada menos que perfecta. "Estoy bien. Gracias." La respuesta fue lenta, como si tuviera que pensarla, dando vueltas en su cabeza unas cuantas veces antes de contestar. Ella no estaba bien. Era el tercer dia seguido que habia usado todo negro. Lo cual no habria significado nada si hubiera sido alguien mas. He notado que las mujeres usan mucho negro en su lugar de trabajo. Se supone que te hace ver mas delgado, ?cierto? Pero esta era Lola y Lola raramente llevaba negro. La habia visto pasar por mi escritorio varias veces al dia durante dos anos, y ella usaba rosado, ella usaba azul y verde y amarillo y naranja y rojo y morado. Incluso gris. Pero raramente usaba negro. Las pocas veces que ese color la vestia de la cabeza a los pies tambien parecia desalinada, su pelo oscuro y ondulado atado en un mono desordenado, su camisa arrugada, sus ojos verdes hinchados y rojos. Estaba desalinada ahora. Y cuando vislumbre sus ojos estaban hinchados y rojos. La vi acercarse a su escritorio y sentarse. Envolvio la bufanda alrededor de su cuello y luego se hundio en su silla, tan bajo que el monitor de la computadora ocultaba su cara. Me recoste en mi propia silla y mire a la parte posterior del monitor que le oscurecia la cara. Luego me acerque a su escritorio. Permaneci en silencio durante un minuto, con las manos en los bolsillos. Ella no me noto. Su rostro estaba pulgadas de la pantalla y estaba escribiendo rapido, golpeando las teclas tan fuerte que retumbaban en lugar de hacer clic. “Oye.” Se sobresalto cuando escucho mi voz, su piel de color oliva se sonrojo. “Dios. Me asustaste.” Sonrei. “Lo note.” Empezo a escribir de nuevo. Ahora mas lento. “?Estas bien?” "?Por que sigues preguntandome eso?" "Porque no te ves bien." "Vaya, gracias. Estoy bien." Bajo, una vez mas ocultando su rostro detras de la pantalla. "De acuerdo. ?Que tienes para almorzar?" "Nada. No tengo hambre, para ser honesta. Ademas, estoy tratando de hacer esta divulgacion antes de las cuatro." "Te ves hambrienta" "Estas lleno de cumplidos hoy ?no?, ?Como puedo lucir hambrienta?" "Me apetece algo de Wahaca para el almuerzo. ?Quieres venir? Yo invito." Ella pidio Wahaca para el almuerzo al menos una vez a la semana durante los ultimos seis meses. La alegria en su rostro cuando salio de su escritorio, sabiendo exactamente lo que iba a ordenar, y con la seguridad de que no tendria un sabor diferente que las ultimas cuatro veces, era dificil de imaginar en este momento. Ella sacudio su cabeza. "Gracias, Christopher. Pero, honestamente, no tengo hambre." Su estomago gruno. Ruidosamente. "?Si? Parece que tu estomago no esta de acuerdo," sonrei. Recogi su abrigo de la parte de atras de su silla, lo mantuve abierto. Ella se puso de pie sin mirarme y tomo el abrigo, deslizandolo sobre sus hombros por si misma, alisando sus manos sobre la tela antes de enganchar los botones en su lugar. Uno y luego el otro. Observe sus dedos todo el tiempo. Cuanto tiempo lo hicieron. Como el esmalte de unas de Borgona en su dedo anular estaba pelandose. Como ese mismo dedo estaba vacio de un diamante brillante de corte princesa. !El anillo no estaba! Ido. Desaparecido. Y el esmalte de unas pelado me dijo que habia sido sacado con fuerza. En lugar de sorprenderme, la realizacion hizo que mi estomago revoloteara positivamente. Mariposas bailando cosquilleaban su camino a la parte superior. Casi sonrei. Casi. Las chicas como Lola son tan raras como un calamar de piedras preciosas y en la casualidad de que te tropieces con uno de ellos, estan marcados con uno de los tres titulos: Ocupado, No Interesado, Jugando para el otro equipo. No es que Lola estuviera interesada, pero veras que es mas facil cambiar el interes de una mujer soltera en ti, que convertir a una gay a hetero o una casada a divorciada. "Bien, pero no puede ser muy largo. Realmente necesito-" “Terminar tu divulgacion antes de las cuatro. Volveremos antes, Cenicienta. Prometido.” El tiempo afuera estaba de mierda, como mi habilidad para mantener una conversacion entretenida. Nuestra caminata estaba llena del tipo de silencio que la mayoria de las mujeres encontrarian incomodo. Me gustaria decir que no fue mi culpa, porque honestamente, este tipo de cosas por lo general no lo son. Soy conocido por mi encanto. Conocido por tener habilidad con las palabras y tambien conocido por usar muchas. Pero tenia mi mano en la pequena espalda de Lola y la sensacion de tocarla me habia dejado sin habla. Suena como una cosa marica que decir, ?no? Excepto que asi fue. Lola nunca habia estado soltera antes. O mas bien, nunca habia conocido a una Lola soltera antes de hoy y digamos que, todas las posibilidades de lo que podria ser o no ser, se alojaron en la parte mas delgada de mi garganta. Y el sexo… no es que estuviera pensando en ese tipo de cosas… pero solo dejame decir, si fueramos a llegar a eso, se las arreglaria para volar mi puta mente. O por lo que he oido decir, que las mujeres que lanzan sus anillos de compromiso en un ataque de ira, tienden a canalizar toda esa energia reprimida en actividades de cama extraordinarias. Al parecer, es el tipo de sexo que te deja jadeando dias despues de que el sudor se seca. Energetico. Apasionado. Nada de esto se hablado desde la experiencia, por supuesto. Por mucho que pudiera ser uno de los playboys mas estimados de Londres, nunca he conseguido acostar a una mujer tan cerca, pero tan lejos del matrimonio. De nuevo, no se trataba del sexo. Se trataba de Lola. Y Lola era mucho mas que una buena noche. Sostuve la puerta abierta, practicamente obligando a mi mano a apartarse de su espalda mientras ella entraba. Y luego me quede atras por un minuto, despejando los abruptos pensamientos en mi cabeza. Calculando mi siguiente movimiento. "?Vienes Chris?" Ella giro su atencion a mi direccion, apenas encontrandome a los ojos antes de seguir su camino. No habia acomodado mis pensamientos, pero la segui, pasando las mesas de metal, un poco demasiado juntas y luego deslizandome en la mesa regular de Lola. Se sento a mi lado en vez de al frente, sabiendo muy bien que era la mejor manera de evitar el contacto visual. Lentamente, se paso los dedos por el pelo, suspiro y agarro el menu. A pesar de que todavia estaba escaneandolo de atras hacia adelante, de adelante hacia atras, ordeno como si no tuviera que pensar la decision. Porque era siempre la misma comida que confirmo aun mas que habia algo mal. Seria y jodidamente mal. Tome un trago de mi Corona, permitiendo que el vaso descansara en mis labios un poco mas de lo necesario. Miro la botella de cerveza que tenia en la mano, sus ojos verdes llenos de desaprobacion. "Sabes que tienes que volver a trabajar despues, ?verdad?" Me encogi de hombros. Tome otro trago. Guino. "Es viernes." Le pase la botella. "?Quieres un poco?" “No, gracias.” "Parece que necesitas un trago" Su sonrisa era sarcastica. “?Estas realmente encantador hoy, no es asi?” Sonrei, reprimiendo una carcajada. Esa afirmacion era cierta. Yo era un verdadero encantador. Mis bolas eran grandes cuando se trataba de impresionar a las mujeres y puedes apostar tu culo que muchas de esas mujeres podrian recitar con precision exacta lo que la cosa entre esas bolas era capaz de hacer. Asi que si, a pesar del claro sarcasmo en su tono, yo era realmente encantador. Tomo un sorbo de su Sprite a traves de un popote, y entonces miro fijamente el vidrio, girando el popote en vuelta y vuelta. No habia nada que odiara mas que ver a Lola como si el mundo se le hubiera puesto justo sobre sus hombros. Busque una palabra o dos para aligerar su estado de animo, pero lo unico que me salio fue: "Lola". Ella giro su cabeza para mirarme. Hizo contacto visual. "?Estas bien?" Le pregunte, en serio ahora. "Por favor, deja de preguntarme eso." "?Por que?" "Porque no estoy bien." "Lo se." Ella aparto la mirada. Doblo su servilleta. Desplego su servilleta. "Entonces, ?por que preguntar?" "Porque espero que me digas por que no estas bien." Ella sacudio su cabeza. Tomo otro sorbo de su bebida. Volvio a doblar su servilleta. "No es nada." El mesero trajo los platos chisporroteados de tacos, taquitos y quesadillas de pollo. Comimos en silencio por un tiempo. El restaurante estaba lleno. Habia grandes grupos de companeros de trabajo hablando y riendo alrededor de las mesas que tuvieron que ser juntadas para acomodarlos. Lola y yo eramos una de solo cuatro mesas con menos de tres personas. Mire a mi alrededor, fingiendo estar interesado en cualquier otra cosa – cualquier cosa para detenerme de mirar a Lola todo el tiempo. Ni siquiera me miro una sola vez. Despues de un largo y espantoso tiempo, dejo de comer y se seco las comisuras de la boca. Bebio su bebida.

  • Mi amigo invisible de Guillermo Fesser

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    Con la mezcla de cotidianeidad y surrealismo que le ha convertido en un referente del humor contemporaneo en Espana, Guillermo Fesser hace en esta novela una version 2.0 de La tesis de Nancy, la cara B de su best-seller A cien millas de Manhattan. Su protagonista, Ingelmo, es un autor en crisis, incapaz de enfrentarse al reto de escribir su segunda novela tras el moderado exito de la primera. A su crisis creativa se le suma un tsunami vital y matrimonial que el personaje va desgranando en primera persona. Por si esto no fuera ya lo suficientemente complicado, nuestro heroe tiene que soportar todo el dia los sermones que le suelta Agenjo, su amigo invisible. Cuando Ingelmo piensa que no podra soportar mas dosis de neurosis al cuadrado y de surrealismo al cubo, Agenjo le hara una propuesta que no podra rechazar.

  • Girasoles para Lu de Lorena Fuentes

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    El amor puede sanarte y hacerte feliz, sin embargo, muchas veces intentado proteger a quienes amamos, terminamos lastimandolos sin pensarlo.
    Lucia Chapman crecio enamorada de su mejor amigo, habia aprendido que el primer amor podia ser real, sus padres eran el vivo ejemplo.
    Matthew Mraz sentia miedo por amar a la hija de sus padrinos, ella era su familia, no de sangre, pero si por eleccion.
    Hay sentimientos que son inevitables y traeran consecuencias, mientras que un error puede marcar sus vidas para siempre, cambiando el rumbo de sus destinos.
    Lucia volvera a Nueva York creyendo que podra evitar reencontrarse con Matthew.
    Ambos tendran que alzar la bandera blanca de la paz, por el eslabon que los mantuvo unidos durante su adolescencia, su primo Sean. En el camino aprenderan a perdonar, para asi poder alcanzar la felicidad.
    Girasoles para Lu es la historia de los ninos que conociste en la Serie Nos Pertenecemos, demostrando una vez mas, que hay almas que nacen para estar juntas.

  • Un asesinato corriente y otros relatos de P.d. James

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    Cuatro relatos de una de las grandes autoras de misterio por primera vez reunidos en un libro. Narraciones de intriga que juntas, en palabras de la propia autora, constituyen un delicioso <>.

  • El testamento del Diablo de Mario Escobar

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    En 1917, Europa se desangra por la gran guerra, la Rusia zarista se encuentra al borde del colapso y los servicios secretos alemanes estan dispuestos a colaborar con los comunistas, con tal de desestabilizar a sus enemigos. Los crimenes ocurridos en un apartado monasterio ortodoxo parecen tener relacion con la busqueda de un libro al que todos conocen con el nombre de El testamento del diablo. Las Centurias Negras lo buscan desesperadamente para evitar la caida del zar, pero no son los unicos: el misterioso psiquiatra Carl Gustav Jung, el lider sionista Leo Motzkin, el joven Iosif Stalin y los servicios secretos rusos tambien desean hacerse con el libro. Si Hercules Guzman Fox y sus amigos no se adelantan, Europa puede verse sumida en el peor genocidio de la historia…

  • El hijo inesperado del jeque de Carol Marinelli

    https://gigalibros.com/el-hijo-inesperado-del-jeque.html

    La seduccion del jeque... tuvo consecuencias para toda la vida.

  • Desafiante de Lesley Livingston

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    Fallon no hizo caso cuando se lo advirtieron, y ahora le toca sufrir las consecuencias de haberse ganado el carino de los romanos por ser la gladiadora favorita del Cesar. Aunque creia haber conseguido su libertad, Fallon pronto descubre que quedarse tiene un precio. Cuando las chicas de una academia rival causan problemas a sus hermanas guerreras, las gladiadoras de Ludo Aquilea se ven obligadas a huir. En su viaje encontraran una tribu de aguerridas amazonas que podrian ayudarlas. O acabar con ellas.

  • Colin (Sin reglas ni principios 3) de Alina Covalschi

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    Todas las posibilidades de ser feliz desaparecen para Colin cuando se ve obligado a dejar ir al amor de su vida. Un trato y su mal comportamiento son los culpables de su nueva situacion.
    Pero como el bien sabe, la vida da muchas vueltas. Dos anos despues, alguien le hace saber que la persona que mas quiere necesita su ayuda mas que nunca.
    Un territorio desconocido, una banda de moteros mas que peligrosa, drogas y armas son las cosas que le esperan en su nuevo viaje.
    Esta dispuesto a hacer lo que sea necesario para que Freya vuelva a casa.
    ?Lo conseguira? ?Freya podra perdonarlo? ?Sera suficiente el amor para vencer todos los obstaculos que les tiene preparado el destino?

  • Casi la luna de Alice Sebold

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    En su nueva novela, Alice Sebold explora los entresijos de las relaciones entre madre e hija, el lado oculto de la piedad y la linea invisible que nos separa de nuestros mas profundos deseos.

  • Nada es lo que parece de Alejandro Khan

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    311 d.C Pergamo. El joven escriba Lisandro, tiene una habilidad especial, con la que su amo Blasius esta encantado: puede transcribir exactamente cualquier discurso por largo que sea. Tras pertenecer a varios amos, Lisandro llega a ser escriba en la corte de Constantino el Grande, donde transcribira en un codice, todos los detalles de como el emperador consiguio demostrar la falsedad de los origenes de la secta de los cristianos. Si el codice de Lisandro, llegara a hacerse publico.la Iglesia podria desaparecer para siempre. Un abogado, Mark y dos arqueologos, Hector y Emy, empiezan a investigar la extranisima muerte de Fidel, sacerdote y tio de Mark y de Hector Deveris, tambien arqueologo y padre de Hector y Emy. A medida que avanzan en su investigacion, los jovenes se sienten vigilados y amenazados por los que se autoproclaman como los Milites Dei, o soldados de Dios y por los Aureos, escepticos ateos que rinden culto a phi o el numero aureo (F) En una espiral de accion, que les lleva de Malaga a Estambul, Roma e Israel, el Vaticano, la mafia, los Milites Dei y los Aureos, parecen estar buscando algo desesperadamente, pero al final. nada es lo que parece

  • La hora muerta (Cronicas del Homo mortem 1) de Vicente Silvestre Marco

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    Cuando Antonio extrajo un cigarrillo del paquete de tabaco y prendio el extremo no imaginaba que seria el ultimo que se fumaria en la vida. Eran la tres y media de la madrugada del veinte de mayo y habia terminado la ronda por su zona de patrulla, la circunscrita entre la valla interior y la exterior de la instalacion, aquella que todavia se consideraba territorio espanol. Las noches todavia eran demasiado frescas y lo unico que deseaba era quedarse en la garita de guardia hasta las cinco o cinco y cuarto, momento en que tendria que hacer la segunda y ultima ronda. Durante ese tiempo se tomaria un par de tragos de vodka y seguiria viendo la serie de television que tenia preparada en el ordenador portatil. Las patrullas eran, a su parecer, una tarea inutil, pero no es que se quejara por ello ya que eran parte del trabajo y, en resumidas cuentas, le gustaba su trabajo. En los ocho anos que llevaba como vigilante de seguridad, durante el turno de noche, jamas habia tenido ningun problema. Ninguno en absoluto. Ni el mas minimo suceso que mereciera ser anotado como tal, mas alla de las averias o desperfectos tipicos debidos al tiempo o al uso: una camara estropeada, un foco que perdia potencia, o cuando el aire acondicionado dejaba de funcionar correctamente. Esta ausencia de incidentes serios no era casual, sino que se debia como consecuencia directa al aislamiento que proporcionaba aquel emplazamiento agreste, recogido entre colinas plagadas de pinos silvestres, tejos y robles, y al que tan solo se podia acceder por una anodina y serpenteante carretera secundaria de montana que zigzagueaba sobre el escarpado terreno. Sin embargo, aquella noche habia sido una excepcion, por partida doble. Por una parte, se habia encontrado con la puerta de la valla interior entreabierta y, por otro lado, Javier, el companero del turno previo al suyo habia abandonado su puesto antes de que el llegara para recibir el relevo. Al menos eso es lo que Antonio supuso al no encontrar ni a Javier en la garita ni a su vehiculo aparcado como de costumbre. Lo cierto es que si Antonio se hubiera asomado por el pronunciado terraplen que quedaba muy cercano al aparcamiento habria distinguido el Suzuki todoterreno de Javier atravesando con el morro un tramo de la verja interior. Y si no hubiera cerrado la puerta metalica con una total ausencia de interes, habria distinguido el parpadeo tenue, semioculto entre la floresta, anaranjado y ritmico como un sol moribundo, procedente del edificio de los americanos. Pero no hizo ninguna de estas dos cosas. En su lugar, despotrico para si mismo sobre la falta de profesionalidad de su companero, anoto la ausencia en el registro de su turno, y se preparo para continuar viendo la ultima temporada de "The walking dead". A mitad de un capitulo, durante una de aquellas escenas en que Rick y Negan se enfrentaban otra vez --en aquella ocasion el enfrentamiento se produjo en las entranas de un edificio en ruinas-- le surgio la idea fugaz de que Javier, su companero del turno anterior, debia haber abandonado el puesto mucho antes de que el mismo llegara al complejo militar, ya que no se cruzaron durante la estrecha carretera de acceso, y esta se prolongaba solitaria durante casi una hora. Pero esta idea no prevalecio, solo fue el eco de un pensamiento que pronto quedo anegado por los vapores del alcohol y el agradable ensimismamiento de perderse en la serie de los muertos vivientes. A lo largo de todos aquellos anos trabajando como vigilante de seguridad habia reflexionado sobre el lugar en que trabajaba. Tanto el como el resto de los companeros de la empresa de seguridad, eran el primer y mas inofensivo obstaculo para acceder a aquella instalacion militar sin nombre. Su funcion principal consistia en controlar el acceso, dar paso a los trabajadores de la instalacion (en su mayor parte estadounidenses, al menos a sus ojos) y, en caso de necesidad, ponerse en contacto con su enlace de la Guardia Civil. No estaban armados ni tenian autoridad para usar la fuerza como medida disuasoria. A efectos practicos eran poco mas que espantapajaros con un comunicador. Con los anos se habia enterado de que el puesto estuvo antes ocupado por miembros de la Benemerita, pero tras alguna clase de acuerdo interno la tarea de vigilancia habia recaido en una empresa privada de la que se rumoreaba que el propietario era un alto cargo del ejercito. La unica diferencia con otros puestos en los que habia trabajado con anterioridad consistia en una clausula al final de su contrato laboral. Una clausula de confidencialidad que le prohibia filtrar informacion del lugar o el trabajo que realizaba. Otra soberana estupidez, ya que ellos apenas mantenian contacto con los trabajadores de la instalacion y no estaban al tanto de lo que sucedia entre sus muros, pero tampoco se quejaba por aquello ya que debido a esa clausula cobraba bastante mas de lo que cobraria en cualquier otro puesto de condiciones similares. Donde uno podia encontrarse en serias dificultades era a partir de la segunda verja, cuando pasaba a ser territorio estadounidense. Hacia tres anos, un companero veterano al que solo le quedaban unos dias para jubilarse, le habia confesado con aire conspirativo que el origen de aquella instalacion se debia a una concesion del gobierno de Espana a Estados Unidos, fruto de las simpatias y el acuerdo del Trio de las Azores, cuando los presidentes Aznar, Blair, y Bush hicieron causa comun para invadir Irak. Antonio no tenia motivos para dudar de aquella afirmacion. Alli tenian sus propios guardias. Y no eran vigilantes de una empresa armados con comunicadores, sino soldados profesionales. Rara vez los veia o se cruzaba con ellos, pero no creia que a nadie en su sano juicio se le ocurriera atacar a militares pertrechados con fusiles de asalto. Se rumoreaba que, en el interior del recio edificio, aparte de soldados, tambien podia encontrarse un importante numero de trabajadores a los que se suponian cientificos. Rara vez salian y, a principio de cada mes, llegaban camiones cargados con suministros, lo que les hacia pensar que la instalacion estaba preparada para una reclusion prolongada. El edificio, a pesar de tener diez pisos de altura, se hallaba construido en una cuenca natural, de forma que las montanas y los arboles se elevaban mas de una veintena de metros por encima del helipuerto que coronaba la parte superior, aprovechando la orografia del lugar para camuflarlo. Sin embargo, la cuestion mas interesante, la pregunta del millon, seguia sin respuesta. ?Que es lo que hacian alli? ?Que era lo que investigaban con tal secretismo hasta el punto de hacerlo en un lugar tan recondito? El companero veterano que se habia jubilado hacia unos anos afirmaba convencido --con el convencimiento de quien no necesita argumentos ni pruebas, solo su experiencia-- de que alli dentro hacian ensayos de armas que los militares estadounidenses no estaban dispuestos a probar en su propio pais. Javier, por otro lado, defendia que se trataba de una especie de Guantanamo; una prision fuera del radar, donde nadie pusiera en duda los metodos que empleaban para conseguir informacion. Y Antonio habia llegado a la conclusion de que no le importaba en absoluto lo que se hiciera dentro de aquellos muros. Cuanto menos supiera del asunto mucho mejor para el. Que otros se encarguen de los misterios que todavia quedaban en el mundo. El lo unico que deseaba era vivir bien. Viajar a algun paraiso tropical durante las vacaciones. Tener relaciones esporadicas con una chica, sin ataduras ni giros dramaticos. Ver los partidos de futbol los domingos por la tarde con los amigos. Estaba en paz consigo mismo y con lo que esperaba de la vida. De forma que tras aquella reflexion en la que parecia el ser mas henchido de satisfaccion del universo, le dio una prolongada calada al cigarro y sostuvo el humo en los pulmones durante varios segundos, antes de exhalarlo en una ondulante marea gris que se difumino con el frio de la noche. Uno de los focos titilo y Antonio fruncio el ceno extranado. Volvio a titilar y se apago. --No me jodas. Menuda suerte la mia. En respuesta al comentario de Antonio un zumbido electrico, como una ola que reventara contra la valla, resono con violencia y todas las luces se apagaron a la vez. --No puede ser --y solto un suspiro de protesta. Las nubes cerraban la noche. En la siguiente calada el cigarro brillo con intensidad. Lo arrojo al suelo y se dirigio a ciegas al interior de la garita, donde guardaba la linterna. Antes de entrar escucho el leve crujir de la gravilla, pero no le otorgo ningun significado en especial. La noche estaba plagada de pequenos ruidos y, tras tantos anos, uno aprendia a mantenerlos en un segundo plano; un ruido blanco sin ningun interes. Ya en el interior de la pequena garita, recorrio con las manos, tanteando, la mesa del vigilante, hasta que por fin encontro la linterna. Comprobo que los monitores de las camaras de seguridad tambien se habian apagado. Les dio unos golpecitos como si aquello pudiera devolverlos a la vida. Lo unico que le mostraba la superficie de los monitores era su propio y oscuro reflejo sobre la pantalla… pero aquello no era del todo exacto, porque tambien mostraban el rostro de alguien mas, alguien detras de el. --?Javier? --la pregunta de Antonio surgio forzada, tratando de aparentar normalidad, como si al hacerlo pudiera espantar el miedo, acido y fluido, que le subia por la garganta desde el fondo del estomago. Antonio se giro y el haz de luz de la linterna se poso sobre el rostro sanguinolento de Javier. Este ultimo no aparto la mirada. La pregunta habia surgido automatica porque el corte de pelo de aquel individuo --rapado hasta la raiz del cuero cabelludo-- era el de su companero Javier. Y el uniforme tambien; si se ignoraba la camisa abierta y desgarrada; si se ignoraba la sangre que cubria la ropa, convertida en un amasijo sombrio. Pero, sobre todo, si se ignoraba… si se ignoraba, aquel rostro descarnado al que le habian arrancado la nariz, al que le faltaban los labios y parte de los pomulos y parte de las mejillas. Javier se balanceaba como si el solo hecho de mantenerse de pie fuera un acto extenuante. Esta borracho. Esta borracho y ha tenido un accidente, penso Antonio, pero la idea no le resultaba tranquilizadora. Lo que quedaba del rostro de Javier fue adoptando una actitud agresiva, rabiosa. El rostro se inclino un poco. Los ojos se entornaron con un brillo maligno y salvaje. Y se lanzo hacia delante, silencioso y voraz. La linterna cayo al suelo. Antonio se descubrio forcejeando con su antiguo companero. --!Para! !Para! ?Te has vuelto loco? --logro decir entre jadeos, sosteniendo a Javier desde las munecas. Apenas podia verlo, pero si que podia oler su aliento. El olor metalico e incisivo de la sangre coagulada. Cerca, muy cerca de la cara. Demasiado cerca… Sintio la saliva, cayendo sobre el como gotas de rocio hediondo. Se le estaba tirando con todo el cuerpo encima. No lo golpeaba, solo lanzaba el rostro hacia delante, mordiendo, ansiando (Dios, oh dios, suplico para sus adentros) un bocado de su cara. Empujado por el enloquecido companero Antonio choco de espaldas contra la mesa donde descansaban los monitores. En un movimiento desesperado golpeo la rodilla de Javier, haciendole perder el equilibrio, y tiro de sus brazos hacia un lado. Logro arrojarlo al suelo y tanteo, desesperado, por encima de la mesa en busca de algo, algo contundente, algo con lo que defenderse… La linterna iluminaba los pies de Javier. Ya empezaba a levantarse de nuevo y Antonio adivino la mirada, la horrible mirada de su companero, que prometia no detenerse jamas hasta lograr acabar con el. Su mano se cerro sobre un objeto duro. Sin vacilaciones, Antonio golpeo donde creia que debia estar la cabeza de Javier. Fue un golpe directo entre los ojos. El objeto revento en una lluvia mordiente de cristales y el aire se lleno de un intenso, invasivo, olor a alcohol. El instinto de supervivencia tomo las riendas de Antonio y, antes de que el mismo se diera cuenta de lo que hacia, ya estaba saliendo de la garita del vigilante. Cerro la puerta con violencia confiando en que, debido a su estado enloquecido, Javier no pudiera abrirla. Su primera idea fue ir al aparcamiento, pero la desestimo al instante. La llave del vehiculo estaba en el interior de la garita y antes de volver a entrar alli estaba dispuesto a buscar ayuda, aunque fuera caminando. Por muy lejos que estuviera de la civilizacion. Quizas los americanos pudieran ayudarle y, sin embargo, aquella idea tampoco acababa de convencerlo. Detuvo las cavilaciones al escuchar de nuevo el crujir de la grava. Un crujido arrastrado, prolongado, demasiado regular y cercano. Pero no podia ser Javier porque todavia estaba encerrado en la garita. Entonces… Entonces se dio cuenta de que el sonido provenia de varias direcciones y todas ellas tenian como origen, provenian, de la base militar. Supo, con cristalina certeza, que aquellos pasos terminaban en el. Suspiro de alivio al notar en el bolsillo de los pantalones el mando con el que podia abrir y cerrar la verja metalica a los vehiculos. Se apresuro hacia alli, casi a ciegas, confiando mas en la memoria de tantos anos de trabajo que en su limitada vision. Pulso el mando. No paso nada. Lo volvio a pulsar, en esta ocasion con fuerza. Repitio el gesto, desesperado, sintiendo como las lagrimas del panico saltaban desde las comisuras de los ojos. --Por favor, por favor, joder, por favor, funciona… !Funciona! Pero la puerta (la condenada puerta) seguia sin abrirse. Y entendio por que. El motivo era tan evidente que lo habia pasado por alto. La corriente electrica habia saltado para toda la instalacion y este hecho incluia, por supuesto, el brazo hidraulico que desplazaba la verja. Sintio como tras el varias formas se aproximaban. Pausadas. Ineludibles. Pero el brazo hidraulico podia desbloquearse. Solo se hacia en caso de que se estropeara y se requiriera abrir la verja manualmente. Recorto los metros que le faltaban hasta el enrejado mientras, tanteando, soltaba el manojo de llaves que le colgaba del cinturon. Las manos le temblaban incontrolables en busca de una llave pequena. Las llaves tintinearon escandalosas, o por lo menos asi le parecio a Antonio, cuando se le cayeron de las manos para rebotar contra el suelo. Escucho un grunido tras de si. Un grunido de satisfaccion. En respuesta el vello de los brazos se le erizo como si hubiera recibido una descarga. Sus dedos se cerraron en torno a una llave pequena, diminuta, y suplico silencioso que fuera la correcta. La cerradura no giro de inmediato. Gimio, protesto, y, por fin, libero el brazo hidraulico del entramado metalico de la verja. No comprobo a que distancia se encontraban las figuras de el. Abrio la puerta y salio de la instalacion. Un momento de duda le hizo considerar cerrar la puerta, pero le alcanzo de nuevo aquel sonido arrastrado y torpe sobre la grava e imagino, aterrorizado, el rostro encarnado, abiertas las heridas, de Javier. --A la mierda con todo. Y con aquella frase tan apropiada para la situacion, pues albergaba tintes profeticos, Antonio dejo libre a la mayor plaga en la historia de la humanidad.

  • La peticion de Olivia de Abril Camino

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    Olivia quiere ser madre. Siempre lo ha deseado, pero la vida tenia otros planes para ella. Recien cumplidos los treinta y cinco, y despues de muchos anos retirada de las pasarelas, tiene una propuesta que hacerle a su exmarido.

  • Lo estas deseando de Kristen Roupenian

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    En diciembre de 2017 Kristen Roupenian publico en el New Yorker el relato <>. De inmediato se hizo viral y se convirtio en uno de los mas comentados y que mas revuelo han generado entre los publicados por la revista, junto con los ya clasicos <> de Shirley Jackson y <> de Annie Proulx.

  • Nomeolvides (Coraje 1) de Kris L. Jordan

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    Dos hombres diferentes e inmersos en mundos distintos se enfrentaran a sus miedos.
    Martin es un policia de Manhattan obsesionado con resolver un caso de asesinatos en serie. Aterrado con el parecido que tiene su hermana con las victimas, intenta sobreprotegerla. Pero no podra hacer nada frente a la pasion que ella sentira por una persona inadecuada.
    Las pistas que ha dejado el asesino son escasas, el tiempo corre y Martin sabe que habra otra victima. ?Conseguira atraparle a tiempo?
    A su vida estresada, se une la aparicion de un fantasma que parece necesitarle e intenta comunicarse con el de manera desesperada.
    Ivan ha luchado por vivir, por salir adelante en un mundo corrupto. Abandonado en un Hospicio, aprendio a ocuparse de si mismo sin importarle los demas. Anos despues le persigue el sueno visionario de sor Mari, que le previene de una mujer que de manera casual aparecera en su vida. Pero no podra resistirse a su pasion, porque su corazon sera quien tome las riendas.
    ?Que tienen en comun un policia y el dueno del mejor club de striptease y prostitucion de Manhattan?

  • Mi duque atormentado de Amaya Evans

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    Despues de varios anos de vivir en la escuela de los marqueses de Wilmington, Nancy Taylor asume un cargo imposible: enfermera del duque de Sutland. Sin embargo, a pesar de su enorme deseo por ayudarlo cuando se conocen, sabe que las cosas no seran tan sencillas, pues todo el mundo dice que el hombre es un ogro y vive amargado debido a su condicion fisica. Pero ambos tienen algo en comun; necesitan ser amados.
    De alguna manera, Nancy debe llegar a su corazon y en el camino hacia este, descubrira sus raices y un pasado doloroso, que le daran la fortaleza de luchar por su amor.
    Rupert Stanway, duque de Sutland, es un hombre mal humorado que vive molesto por la mala suerte de haber perdido su pie izquierdo y atormentado por las pesadillas del dia en que eso ocurrio. Pero cuando conoce a Nancy, se sorprende al escuchar su dulce voz y la forma en la que esta lo tranquiliza, de manera que la lleva a su casa para que trabaje como su enfermera. El problema es que ella poco a poco, con su caracter voluntarioso, se mete en su corazon. Pero… ?Podra ella sentir algo por un hombre incompleto?

  • Todo es posible 1 Paris. Nueva York. Copenhague de Audrey Carlan

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  • La marca de Sara de Elena Garcia

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    Sara es una estudiante de 20 anos que, tras la repentina muerte de su padre por culpa de los problemas economicos que acechan a su familia, se ve forzada a abandonar la carrera universitaria que cursa.
    Estos graves problemas economicos por los que estan pasando le obligan a buscar un empleo para evitar que una orden judicial se aduene de lo unico que tienen: su hogar. Ahi vive junto a su madre, enferma, y sus hermanos, de 14 y 9 anos. Su inexperiencia en el mundo laboral la lleva directamente a una trampa, y cuando se da cuenta de ello ya parece demasiado tarde.
    ?Quien es ese hombre que parece querer ayudarla? ?Podra confiar en el? ?Tiene otra opcion?

  • El legado de Sybill de Patricia Maria Gallardo

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    Londres, 1904. Mary a sus dieciseis anos, se que da sin opciones: debe elegir entre servir como doncella o cruzar el oceano para casarse en America con el viudo Thomas Longfellow. Aunque esta ultima opcion le aterra, le parece la mas adecuada, y resulto ser la mas acertada. No obstante, una maldicion provocada por el corazon rotoo de Sybill Preacher encauzara sus vidas.
    Ethel debera elegir entre sus sueno de cantar o permanecer junto a su familia en casa y esperar el regreso de Michael de la guerra de Vietnam. Pero ?y si no vuelve? De nuevo, Sybill hara que tome una decision importante.
    Avigail, una judia berlinesa, ha sobreevivido a la Segunda Guerra Mundial. En plena boca del lobo, termina siendo una Longfellow de pleno derecho. Tal vez Sybill tuvo algo que ver, o tal vez no…

  • En Realidades Infinitas (Almas Suicidas 2) de Gonzalo Ruiz

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    Para conseguir la felicidad, un objetivo por el cual vivir, es necesario ir a buscarlo, no a esperar sentado o sentada. Sin importar nada, ni las distancias, los recuerdos, las dificultades, a veces algunos idiotas intentan lo que sea por sonreir una vez mas sin importar perderse a si mismos otra vez. Salir de la depresion es dificil. Buscar la felicidad y encontrarla es mas porque el mundo puede llegar a ser cruel o a veces algo bueno.

  • Transgenicos sin miedo de J.m. Mulet

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    La alimentacion y los transgenicos se han convertido en uno de los debates cientificos por excelencia en Espana y el mundo entero en los ultimos anos. La manipulacion genetica de los alimentos es hoy uno de los mayores tabues en nuestra sociedad. Los grupos ecologistas han organizado campanas contra ellos y contra sus supuestas consecuencias negativas para la salud. ?Pero alguien se ha preguntado cuales son los beneficios de los transgenicos y de los avances cientificos aplicados a la alimentacion? ?Que opinan los cientificos acerca de este tema? ?Tenemos toda la informacion que necesitamos para poder juzgar por nosotros mismos? ?O estamos sometidos a la influencia de intereses cruzados que nada tienen que ver con lo que nos conviene o no?

  • Enamorate de ti de Walter Riso

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    EL amor a uno mismo es un dique de contencion contra el sufrimiento mental. Amarse a uno mismo no solamente es el punto de referencia para saber cuanto se debe amar a los demas (“Ama a tu projimo como a ti mismo”), sino que parece actuar como un factor de proteccion para las enfermedades psicologicas y un elemento que genera bienestar y calidad de vida. Activar toda la autoestima disponible o amar lo esencial de uno mismo es el primer paso hacia cualquier tipo de crecimiento psicologico y mejoramiento personal. Y no me refiero al lado oscuro de la autoestima, al narcisismo y a la fascinacion del ego, a sentirse unico, especial y por encima de los demas; no hablo de “enamoramiento” ciego y desenfrenado por el “yo” (egolatria), sino de la capacidad genuina de reconocer, sin verguenza ni temor, las fortalezas y virtudes que poseemos, integrarlas al desarrollo de nuestra vida y volcarlas hacia los demas de manera efectiva y compasiva. Quererse a uno mismo, despreciando o ignorando a los demas, es presuncion y exclusion; querer a los demas, despreciandose uno mismo, es carencia de amor propio. “Enamorate de ti” significa: “Quierete y amate a ti mismo honestamente”. Perseverar en el ser (conatus), como decia Baruch Spinoza, para defender la existencia individual y sacar a relucir lo mejor de cada quien. Quererse a uno mismo tambien es propiciar la autoconservacion sana, tal como promovian los estoicos, y procurarse el mayor placer y salud posible, como lo estipulaba Epicuro. Quererse a uno mismo es considerarse digno de lo mejor, fortalecer el autorrespeto y darse la oportunidad de ser feliz por el solo hecho, y sin mas razon, de estar vivo. El amor empieza por casa. Tu primer amor es el que se dirige a ti mismo, y en ese primer idilio aprenderas a amar la existencia o a odiarla. ?Como abrirle las puertas al amor de los que te rodean si desprecias o no aceptas tu ser, o si te averguenzas de existir? Un paciente destruido por la depresion me decia: “Lo siento, pero… Me averguenza estar vivo”. ?Habra mayor decadencia del ser? Asi como no atacas ni te desentiendes de quienes amas, no hagas lo mismo con tu persona. Ser amigo de uno mismo es el primer paso hacia una buena autoestima. Amar es buscar el bien del otro y disfrutarlo, que su dolor nos duela y su alegria nos alegre, y con el amor propio ocurre algo similar: si no te perdonas, si te fastidia estar contigo mismo, si no te soportas y te menosprecias, !pues no te amas! A veces me preguntan si es posible odiarse a uno mismo, y mi respuesta es categorica: “Por supuesto, !y con que intensidad!”. Incluso hasta el extremo de querer desaparecer de la faz de la tierra y obrar en consecuencia. Muchas veces nos regodeamos en el dolor autoinfligido. Cuentan que una senora iba en un tren y, a las tres de la manana, mientras la mayoria dormia, comenzo a quejarse en voz alta: “!Que sed tengo, Dios mio! !Que sed tengo, Dios mio!”. Una y otra vez. Su insistencia desperto a varios de los pasajeros, y el que estaba a su lado fue a buscar dos vasos de agua y se los trajo: “Tome, senora, calme su sed y asi dormimos todos”. La senora se los bebio rapidamente y la gente se acomodo para retomar su descanso. Todo parecia que habia vuelto a la normalidad, hasta que a los pocos minutos se escucho nuevamente a la senora decir: “!Que sed tenia, Dios mio! !Que sed tenia, Dios mio!”. Incorporamos el castigo psicologico a nuestras vidas desde pequenos sin darnos cuenta y como si fuera una faceta normal y hasta deseable; en suma, nos acoplamos a el. Nos regodeamos en el sufrimiento o le ponemos velas. A veces nos comportamos como si el autocastigo fuera una virtud porque “templa el alma”, y aunque sea cierto que es importante el esfuerzo por alcanzar las metas personales, una cosa es la autocritica constructiva y otra la autocritica despiadada que nos golpea y nos hunde. Una cosa es aceptar el sufrimiento util y necesario, y otra muy distinta acostumbrarnos al dolor que masoquistamente nos propiciamos a nosotros mismos en aras de “limpiar culpas” o “tratar de ser dignos” para que alguien nos ame. Los hallazgos realizados en el campo de la psicologia cognitiva en los ultimos veinte anos muestran claramente que la vision negativa que se tiene de uno mismo es un factor determinante para que aparezcan trastornos psicologicos como fobias, depresion, estres, ansiedad, inseguridad interpersonal, alteraciones psicosomaticas, problemas de pareja, bajo rendimiento academico y laboral, abuso de sustancias, problemas de imagen corporal, incapacidad de regular las emociones y muchos mas. La conclusion de los especialistas es clara: si la autoestima no posee suficiente fuerza, viviremos mal, seremos infelices y ansiosos. El presente libro va dirigido a aquellas personas que no se aman lo suficiente a si mismas, que viven encapsuladas, amarradas a normas irracionales y desconsideradas con ellas mismas. Tambien va dirigido a quienes sabian amarse a si mismos en alguna epoca y se han olvidado de hacerlo por los rigores de la vida o las carreras desenfrenadas por la supervivencia, donde uno se pone en segundo plano, como si fuera material desechable. La propuesta de estas paginas es simple y compleja a la vez: “Enamorate de ti; se valiente; comienza el romance contigo mismo, en un ‘yo sostenido’, que te haga cada dia mas feliz y mas resistente a los embates de la vida cotidiana”. ENAMORARSE DE UNO MISMO QUERERSE a uno mismo es quizas el hecho mas importante que garantiza nuestra supervivencia en un mundo complejo y cada vez mas dificil de sobrellevar. Aun asi, y curiosamente, gran parte del aprendizaje social se orienta a sancionar o subestimar el valor del amor propio, posiblemente para evitar caer en las garras del engreimiento. Si decides felicitarte dandote un beso, es probable que las personas que te rodean (incluso el psicologo en turno) evaluen tu conducta como ridicula, narcisista o pedante. Esta mal visto que nos demos demasiado gusto o que nos mostremos muy alegres de ser como somos (una persona muy feliz consigo misma y con el mundo puede facilmente ser diagnosticada como hipomaniaca por algunas reconocidas clasificaciones psiquiatricas). Cuando nos ocupamos de nosotros mismos por demasiado tiempo, nos mimamos o nos autoelogiamos, llegan las advertencias: “!Cuidado con el exceso de autoestima!” u “!Ojo con el orgullo!”. Y en parte resulta entendible, si vemos los estragos que puede realizar un ego inflado y sobredimensionado. Sin embargo, una cosa es ser egolatra (endiosado de si mismo), egoista (avaricioso e incapaz de amar al projimo) o egocentrico (incompetente para reconocer puntos de vista distintos), y otra muy distinta ser capaz de aceptarse a si mismo de manera honesta y genuina sin hacer alharaca ni despliegues publicitarios. La humildad es ser consciente de la propia insuficiencia, pero de ninguna manera implica ser ignorante de la valia personal. La consigna: “Quierete, pero no en exceso”, es decir, desproporcionada o irracionalmente (para no quedar embelesado y atrapado por la propia imagen reflejada), es un buen consejo, ya que nos pone en alerta contra el lado oscuro de la autoestima. No obstante, es mejor no exagerar y tener presente que en determinadas situaciones, cuando nuestro amor propio es vapuleado o atacado, querernos a nosotros mismos sin tanto recato ni miedos irracionales puede sacarnos a flote y ayudarnos a andar con la cabeza en alto. La politica de ocultar y/o minimizar el autorreconocimiento, y de disimular las fortalezas que poseemos, produce mas dano que beneficios. La sugerencia de no quererse a uno mismo “mas de lo necesario” puede transformarse en un autoamor resfriado y enclenque. Es verdad que no hace falta gritar a todo pulmon lo maravillosos que somos ni publicarlo en primera pagina, pero reprimirlo, negarlo o contradecirlo termina por herirnos emocionalmente. Al intentar dejar fuera el egoismo salvaje, a veces no dejamos entrar el amor propio; por evitar la pedanteria insufrible del sabelotodo, algunos caen en la verguenza de ser lo que son; por no despilfarrar, somos mezquinos. Si me siento mal por ejercer mis derechos personales o simplemente los ignoro o pienso que no los merezco, quiza me falte autorrespeto. A medida que vamos creciendo, una curiosa forma de insensibilidad hacia nosotros mismos va adquiriendo forma y nos lleva a dejar atras aquellas gloriosas epocas de la ninez cuando el mundo parecia girar a nuestro alrededor y saltabamos felices de juego en juego. En aquellos momentos, todo era gratificante y fantasioso. El “yo”, por momentos, parecia bastarse a si mismo autogratificandose y construyendo universos infinitos a su antojo (esta claro que la tendencia natural de un nino no es el autocastigo, sino pasarla lo mejor posible y de paso sobrevivir). Pero las cosas buenas no duran tanto, y al crecer hacemos a un lado ese delicioso mundo “yoico” (ya que ninguna sociedad sobreviviria a tal egocentrismo) y nos orientamos mas “hacia fuera” que hacia dentro: nos “descentramos”, por decirlo asi, y aceptamos a reganadientes que amar al projimo es mas importante, valioso y encomiable que amarse a uno mismo. Las conclusiones psicologicas actuales sobre el tema de la autoestima son un llamado de alerta que vale la pena tener en cuenta: no educamos a nuestros hijos para que se quieran a si mismos, al menos de manera sistematica y organizada como en otros aprendizajes. Desde pequenos nos ensenan conductas de autocuidado personal respecto a nuestro fisico: lavarnos los dientes, banarnos, arreglarnos las unas, comer, controlar esfinteres, vestirnos y cosas por el estilo. Pero ?que hay del autocuidado psicologico y la higiene mental? ?Les prestamos la suficiente atencion? ?Los ponemos en practica? ?Resaltamos la importancia del autoamor?

  • Caminos del Aire de Luis Tamargo Alonso

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    El protagonista inicia un periplo personal, despues de ser despedido y quedarse sin trabajo. Una inquietud literaria y el proyecto de retomar un camino a Santiago, tiempo atras postergado, le servira de tregua, a la vez que de acicate, para reencontarse, reinventarse y proseguir su andadura vital hacia adelante. Paisaje y literatura siempre presentes en el texto, brindan una lectura fresca, dinamica, sin complicacion, con un tema de nuestros dias y un mensaje de voluntad y futuro.

  • Una visita inesperada de Juani Hernandez

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    Con el final de Cada vez que te beso, pudimos disfrutar de la emocionante declaracion de Raul a Diana en aquella entrega de premios en la que fue galardonado, y meses despues, asistimos a la preciosa ceremonia en la que no solo contrajo matrimonio la pareja, sino que tambien se casaron Angel y Sofia, un sueno hecho realidad tras tantos anos separados. Pero ?que ocurrio en el transcurso de esos meses? Vamos a echar un vistazo a un dia cualquiera de sus vidas --o no tan cualquiera, al fin y al cabo-- y veamos como les va a nuestros chicos de Extrarradio. ?Seguiran siendo la banda de rock exitosa tal y como todos esperaban? ?Como lidiaran las chicas con la fama de sus parejas sin trastocar su dia a dia? ?Habra quedado su pasado definitivamente atras? Descubrelo en Una visita inesperada, una serie de relatos que todos los fans de XTRD, sin duda, disfrutaran.

  • El sueno de Silen de Cristina Rodriguez Trueba

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  • Origenes de Lewis Dartnell

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  • El viejo teatro de la noche. Acto de sombras de Juanma Martin Rivas

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    Son una voz sin rostro, la sensacion de que hay alguien donde no hay nadie.Son algo atrapado entre nuestro mundo y el siguiente.Esperan agazapadas al otro lado, oliendonos, sintiendonos.No suba esas escaleras, Vanessa ya no es lo que usted recuerda.No debe mirarla, no debe buscarla, no debe tocarla? Esta advertido.? Barcelona, 1904. A traves de la ventana del tranvia Gabriel cree ver a un fantasma. Pero Vanessa desaparecio, murio, eso le dijeron al volver de la guerra, sinembargo? Una de las ultimas anotaciones en su diario habla de un lugar, un teatro, pero cuando Gabriel cruce sus puertas la realidad comenzara a disolverse poco a poco. Alli, la magia parece a un latido de existir, personajes desconcertantes le invitan a creer de nuevo en la vida o a desconfiar de las sombras. Si insiste en adentrarse en ellas podria hallar incluso? monstruos.