• john wolf nba - John Wolf

    https://gigalibros.com/veronica-8220-la-leyenda-8230-cobra-vida-8221-biblioteca-del-terror-1-john-wolf.html

  • John Wolf: Libros - Amazon.es

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  • Joe Wolf - Wikipedia, la enciclopedia libre

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    Joseph James "Joe" Wolf (nacido el 17 de diciembre de 1964 en Kohler, Wisconsin) es un ... Fue elegido en la decimotercera posición del Draft de la NBA de 1987 por ...

  • Joe Wolf en la NBA, ficha y datos como jugador - Hispanosnba

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    Ficha y datos de Joe Wolf como jugador en la NBA, altura, peso y edad, lugar de nacimiento, temporadas jugadas, promedios en su carrera y premios logrados.

  • JJ Wolf: La historia del junior revelación en el US Open - ESPN

    https://espndeportes.espn.com/tenis/nota/_/id/7383308/jj-wolf-la-historia-del-junior-revelacion-en-el-us-open

    4 sept 2020 — Con tan solo un año como tenista profesional, Jeffrey John Wolf (138°) ... deportista (su abuelo Charles Wolf fue entrenador de la NBA en la ...

  • Libros antiguos y de colección de tapa dura de baloncesto en ...

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    John McLendon Rápido Break Baloncesto Vintage 1965 Libro De Tapa Dura ... David Wolf 1972 falta! el Connie Hawkins historia colegialas Star a NBA Tapa Dura ...

  • Libros Basquet | MercadoLibre

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    Manu Ginobili El Señor De Los Talentos Ed Olé Basquet Libro. 500 pesos$500. Usado. Miami Heat - Richard Rambeck - Nba. 1950 pesos$1.950. Usado ...

  • Historias de (Solo)Basket: mis monstruos favoritos (el lado ...

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    Además, descubrimos la NBA; aquella liga donde los dioses de la canasta alcanzaban cotas de calidad y ... Se ganó el apelativo de John “Contract” Koncak.

  • 10 novelas baloncestistas: el basket en la literatura - Érase ...

    http://www.eraseunavezqueseera.com/2014/08/17/10-novelas-baloncestistas/

    17 ago 2014 — Pues bien, se remonta tan sólo a 1960, año en que, gracias a John ... la familia de un famoso jugador de baloncesto procedente de la NBA, ...

  • El mapa del tesoro escondido de Mo Yan

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    La narrativa vertiginosa y original de Mo Yan resulta deliciosa para el lector, que queda irremediablemente atrapado en la trama.

  • La princesa del East End (Secretos de alcoba 3) de Christine Cross

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    El carruaje que traqueteaba por las calles londinenses a esas horas de la noche olia a dinero por los cuatro costados, lo mismo que el hombre que se sentaba a su lado. Rose se reclino contra el lujoso asiento acolchado, tapizado en seda adamascada, y permitio que sus labios se estiraran en una sonrisa satisfecha. Habia hecho bien en no hablar sobre el caballero con ninguna de las chicas del burdel o alguna de ellas se lo habria arrebatado. Solo Bertha, la pequena criada que limpiaba las habitaciones, conocia su existencia, aunque se habia encargado de dejarle claro lo que sucederia si se iba de la lengua. No tenia nada en contra de la pobre chica, ademas, era demasiado asustadiza y timida como para ir a contarle sobre sus asuntos a la madame; a la muchacha le convenia estar en buenos terminos con todas las chicas, pues su sueldo dependia de ellas. Habia sido mala suerte que la nina saliera a tirar la basura al callejon trasero del edificio justo cuando ella le ofrecia sus servicios al caballero, aunque le habia bastado una mirada de advertencia para que la criadita desapareciese a la carrera por la puerta de la cocina. Para una vez que tenia fortuna en la vida, no iba a desperdiciarla. El prostibulo que regentaba madame Beth en Haymarket era uno de los mas cotizados entre los nobles de la aristocracia, pero tambien uno de los mas estrictos en cuanto a sus reglas de gobierno. No se permitian las relaciones fuera del local, quiza por miedo a que alguna de las chicas emulara el ejemplo de Laura Bell, la joven cortesana irlandesa que habia conseguido casarse con el capitan August Frederick Thistlethwayte, de Grosvenor Square. La que habia sido conocida como <> era en esos momentos la orgullosa senora de una finca en Ross-shire, Escocia. Rose echo un vistazo al semblante de su acompanante. Su perfil, elegante y masculino, oscilaba entre las luces y sombras que atravesaban la ventanilla del coche. Si jugaba bien sus cartas, ella, Rose O'Flaggerty, tambien obtendria lo mismo que su compatriota. El hombre era atractivo, de constitucion fuerte y movimientos mesurados. Sus ojos tenian un perpetuo halo de tristeza que le provocaba la acuciante necesidad de envolverlo en sus brazos, como si fuese un nino necesitado de consuelo, aunque lo cierto era que el le doblaba la edad. --?Se arrepiente, senorita O'Flaggerty? La voz calida y suave le produjo un estremecimiento. Le encantaba que la tratase con el respeto debido a una dama, hacia que se sintiese valorada como mujer. --En absoluto, milord. ?Como podria arrepentirme? --Su tono reflejo cierta incredulidad. No comprendia que el pudiera pensar que le costara dejar atras la vida que llevaba. Habia llegado a Londres desde Irlanda con dieciseis anos y habia comenzado trabajando como sirvienta por unos pocos chelines. A los diecisiete, el hambre y las circunstancias --una madre viuda y tres hermanos menores-- la habian obligado a prostituirse en las calles. Odiaba aquel negocio, se sentia como una mercancia usada, pero habia aprovechado bien su belleza juvenil para evitar que sus hermanas menores tuviesen tambien que prostituirse. Entrar en el negocio de madame Beth habia sido lo mejor que habia podido sucederle, tenia su habitacion propia y ganaba casi tres veces mas de lo que conseguia en la calle; poseia vestidos elegantes y podia comer un plato caliente cada dia. No, desde luego, no se arrepentia. En esos momentos tenia veinticinco anos y, aunque seguia siendo una mujer hermosa, los caballeros preferian a las muchachas mas jovenes, con lo que cada vez mermaban mas sus posibilidades de conseguir un buen sustento para el futuro. --Conocerlo ha sido lo mejor que me ha pasado --agrego Rose al ver que el no decia nada. --Me alegro mucho. --Tomo su mano con suavidad y se la apreto con delicadeza. Sintio la reconfortante calidez que emanaba del cuerpo masculino cuando se inclino hacia ella, y las notas especiadas de su aroma--. Es mi deseo hacerla feliz y que pueda vivir en paz. Rose parpadeo, un tanto sorprendida, ante aquella forma de expresarse. Con toda certeza, <> no era una palabra que habria incluido en su vocabulario y en su vida. Se removio inquieta sobre el asiento, con una sensacion extrana atenazandole las entranas; sin embargo, se esfumo apenas vio el estuche de terciopelo que el caballero puso ante sus ojos. --!Oh, es precioso! Paso los dedos con delicadeza sobre las piedras de rubi, talladas con una gran perfeccion, que descansaban sobre engarces de oro. Tenia un aire antiguo que atraia la atencion de un modo casi hipnotico. --Pertenecio a una reina. --La voz profunda no logro arrancar su mirada del brillo de los rubies--. Toda mujer deberia poder lucir una joya asi al menos una vez en la vida. Saco el collar del estuche y le hizo darse la vuelta para colocarselo. Rose se estremecio, aunque no supo si fue por el roce de las manos masculinas sobre la piel de su nuca o por el peso de la gargantilla. Noto un calorcillo en el pecho y la recorrio una pequena agitacion. --Milord, no se que decir. --Se giro de nuevo hacia el y esbozo una sonrisa seductora--. Muchas gracias por este precioso regalo. Yo… Se quedo en silencio cuando el coloco un dedo sobre sus labios para acallarla. Noto como lo deslizaba despacio por el carnoso labio inferior y deseo que la besara. No lo habia hecho despues del dia en que se conocieron en aquel oscuro callejon, al que ella salio para refrescarse del opresivo ambiente del burdel. En esa ocasion, la habia besado con fuerza, casi con desesperacion; pero, tras aquel dia, se habia comportado como un perfecto caballero, como si de verdad la cortejara. Y aunque le encantaba sentir aquella especie de veneracion con que el la trataba, en algunos momentos le hubiera gustado que pareciese un poco mas terrenal. --?Por que no brindamos por la nueva vida que le espera? --le dijo, sacando del bolsillo interior de su chaqueta una petaca de plata y ofreciendosela--. Sera una mucho mas feliz, sin carencias, sin dolor. ?Me cree, senorita O'Flaggerty? Rose asintio. --Le creo, milord. --Entonces, brindemos a nuestra salud. Acepto la petaca y dio un largo sorbo. El liquido le quemo la garganta y le calento las entranas. Aunque era algo mas fuerte de aquello a lo que estaba habituada, no se quejo. No pensaba morder la mano que le iba a dar de comer. A ella y a su familia. Aun no le habia hablado de sus hermanos ni le habia contado que les habia entregado a ellos el dinero que el le habia ofrecido con tanta generosidad. Maud habia crecido en los ultimos meses y necesitaba vestidos nuevos; a Sheila se le habia acabado el material para fabricar los bonitos sombreros que luego vendia a un elegante negocio de la calle Bond; y Michael habia requerido zapatos nuevos. Si el caballero cumplia su palabra, no les faltaria de nada a partir de aquel momento. --?Falta mucho para llegar? --pregunto. Sentia la lengua rasposa y dio otro pequeno trago, o tal vez lo hacia solo para animarse a hablar. Sabia que tenia que ser sincera con el y contarle de su familia, y aquel era un buen momento para hacerlo. --No demasiado --respondio, al tiempo que le quitaba la petaca de la mano temblorosa y volvia a guardarsela en el bolsillo--. En un par de minutos habremos llegado a nuestro destino. --Aun no me ha dicho adonde nos dirigimos. --?Eso importa? Mientras encuentre el camino, todo estara bien. Rose sacudio la cabeza en un intento por despejarse. Aquellas palabras le habian resultado incomprensibles, quiza porque habian llegado a ella distorsionadas. De hecho, la figura del hombre parecio desvanecerse por momentos, y extendio las manos hacia delante para aferrarse a ella mientras una sensacion extrana se apoderaba de su mente y de su cuerpo, una liviandad que la asusto. --?Que… camino? Yo… me siento… Cerro los ojos casi al mismo tiempo que notaba las manos de el acercandola a su cuerpo. Su calor y su esencia la envolvieron, y se dejo llevar por la niebla que inundaba sus sentidos. --Duerma, senorita O'Flaggerty. Pronto terminara todo y usted podra descansar en paz, como deseaba. El dolor le martilleaba en las sienes y detras de los parpados. Ademas, tenia frio; la superficie sobre la que se hallaba tumbada desprendia un helor que le calaba los huesos a traves de las capas de su vestido. Voces indistintas alcanzaron sus oidos, pero se encontraba demasiado aturdida para comprender los ricos tonos masculinos. Se pregunto si se habria quedado dormida en algun salon del burdel. Intento abrir los ojos y una luz brillante, como del sol, la deslumbro. ?Ya era de dia? Pero ella recordaba haber viajado de noche con el caballero. Parpadeo varias veces y trato de enfocar la mirada. No era el sol. La luz que la cegaba era el fuego ardiente de unas antorchas que iluminaban el recinto en el que se encontraba. Sombras oscuras danzaban sobre las paredes. Componian extranas figuras que provocaron que su corazon comenzase a latir apresurado. Una se cernio sobre ella y quiso gritar, pero tenia la garganta seca y cerrada. La respiracion acelerada provoco que le dolieran los pulmones y se acrecentase el mareo. --No tendria que haber despertado. --Reconocio la voz y casi sollozo por el alivio. Aunque no podia ver bien su rostro, sabia que se trataba del caballero--. Ahora todo sera peor. Rose no comprendio sus palabras por completo. Todavia sentia el cuerpo descompuesto y temblaba de frio. --Agua --le pidio, arrancando un quejido a su garganta. --Es mejor que no tome nada. Todo se acabara pronto, se lo prometo --le aseguro el. Su voz sonaba cargada de melancolia y tristeza, y la caricia suave que retrato su mejilla sabia a dolorosa despedida. Un estremecimiento involuntario la recorrio por entero. Intento incorporarse, a pesar del mareo, pero un fuerte tiron en las munecas se lo impidio. El panico comenzo a atenazarla, un terror irracional que se acrecento cuando el caballero se alejo y la luz de las antorchas le permitio ver las cadenas que sujetaban sus manos. Rose comenzo a gritar mientras tiraba con fuerza de sus ataduras en un vano intento por deshacerse del tintineante metal. --!Dejeme ir, milord, yo no he hecho nada! --La garganta le ardia, pero los ecos de su voz se perdian en la resonante boveda de piedra. Las lagrimas que arrasaban sus ojos le quemaban la piel--. !Soy una buena chica! Cerro los parpados, angustiada. ?Que iba a ser de su familia: de su madre, del pequeno Michael, de Maud y Sheila? ?Como podrian vivir sin su sustento? Una sombra la cubrio y abrio los ojos, sobresaltada. En ese momento, la luz se habia tornado mas intensa y pudo ver con claridad los de el. El caballero la miraba con una tristeza mas profunda de lo que nunca le habia visto. Pero, en esta ocasion, no sintio compasion, solo terror cuando un coro de voces masculinas entono un cantico en una lengua desconocida y extrana. Unos hombres vestidos con tunicas negras rodearon la piedra sobre la que se encontraba tumbada. --?Podra perdonarme, senorita O'Flaggerty? --La voz del caballero era un susurro dulce--. Ella es todo lo que amo y la necesito de vuelta conmigo. Usted tiene que morir para que ella viva, ?lo comprende? --!No! !No, no, por favor! --suplico entre sollozos--. No quiero… Enmudecio y sus ojos se dilataron por el terror cuando vio ondear sobre su cuerpo una daga de plata, empunada por el hombre que le habia prometido que la haria feliz. El grito agudo y horrorizado golpeo las paredes de piedra, pero sus oidos permanecieron sordos al eco de su propia voz y al borboteo de su sangre caliente al derramarse en el interior del caliz de plata. El caballero contemplo el bello rostro de la mujer, exangue y palido, y durante unos instantes experimento lastima por ella. <>. El pensamiento vago por su mente y lo ayudo a tranquilizarse. --Lo has hecho muy bien. --La felicitacion del Gran Maestro de la Orden lo saco de sus cavilaciones--. El primero es siempre el mas dificil, pero tu no has dudado. Estoy seguro de que conseguiras lo que te propones. El asintio. Volver a ver a su preciosa Alice, a su unico amor. Nunca habria nadie como ella; nunca podria amar a nadie mas. Si, lo conseguiria. El numero siete era el numero de la perfeccion, el que unia el numero tres del espiritu con el numero cuatro de la materia y devolvia la vida. Solo necesitaba seis victimas mas para realizar el ritual completo y poder traer a su esposa desde el abismo de la muerte

  • El Sexo siempre es la Respuesta de Jorge Borges

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    Como Animales: Romance, Sexo y Erotica con el Licantropo Alfa

  • Tiempo de odio de Andrzej Sapkowski

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    La catastrofe se abate sobre el mundo de Geralt de Rivia. Decir que la conoci seria una exageracion. Pienso que, excepto el brujo y la hechicera, nadie la conocio de verdad jamas. Cuando la vi por vez primera no me causo especial impresion, incluso pese a las extraordinarias circunstancias que lo acompanaron. Se de algunos que han afirmado que al instante, a primera vista, percibieron el halito de la muerte que seguia a esta muchacha. A mi sin embargo me parecio completamente normal, y ya por entonces sabia yo que no era normal, por eso me esforce en mirar, descubrir, percibir lo extraordinario en ella. Pero nada vi y nada percibi. Nada que pudiera haber sido senal, presentimiento ni profecia de los tragicos acontecimientos posteriores. Aquellos de los que fue causa. Y aquellos que ella misma provoco.

  • Un destino inesperado de May Bonner

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    Un encuentro fortuito en un tren hara que una joven, algo patosa y con ciertos problemas de autoestima, tenga el valor de arriesgarse a cambiar de vida y embarcarse en un misterio que la lleva a conocer a un hombre fascinante, del que se enamora. Parece que esta viviendo un sueno maravilloso, ?o no?

  • Te averguenzas de mi de Sophie Saint Rose

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    Julianne Ryder miro la fachada del restaurante y forzo una sonrisa apartando un mechon rubio de la cara. El nuevo corte de pelo por la nuca, haria que esos dias le sacaran un monton de fotos. --Ahi los tiene, senorita. -- dijo el chofer divertido. --Es parte del trabajo, Jim. Su chofer desde hacia tres anos, la miro sonriendo--No se como lo soporta. Que siempre esten pendientes de usted. --Es acostumbrarse. Mi madre era famosa y me han sacado fotos toda la vida. -- miro su reloj de oro, que le habia regalado una gran firma y le dijo mirandolo con sus ojos verde esmeralda-- En hora y media pasa a buscarme. Tengo una sesion... --En el Soho, lo se. Lori me pone al dia todas las mananas. Puso los ojos en blanco al hablar de su agente, que era una autentica tirana y se echo a reir sin poder evitarlo-- Te ha enviado el horario al movil, ?verdad? --Puntualmente a las seis y media de la manana. Riendo salio del coche y varios paparazzi se acercaron sacandole fotos -- ?Es cierto que estas saliendo con Will Tarner? Se detuvo asombrada mirando a Carlos, uno de los fotografos que la conocia de toda la vida-- ?Pero que dices? ?Con un jugador de baloncesto? Por Dios, si mido uno sesenta y cinco. Las fotos quedarian fatal. Los chicos se echaron a reir y ella les guino un ojo entrando en el restaurante y busco con la mirada a su amiga Debra, que se suponia que estaba esperandola. El maitre se acerco a toda prisa-- Senorita Ryder, es un placer tenerla de nuevo con nosotros. Menudo pelota, pero aun asi forzo una sonrisa-- Gracias. ?Ha llegado mi acompanante? --Me temo que todavia no. Que extrano. Debra siempre era muy puntual --Muy bien, ?y mi mesa? -- pregunto al ver que el hombre se la quedaba mirando como un tonto. --Oh, si. Por aqui. Julianne le siguio hacia una mesa. Al ver el traje gris y el pelo moreno de Dan Feldman sonrio divertida, porque al lado de su mesa comia su presa favorita. Ignorando al maitre, se acerco a el por detras y le tapo los ojos con las manos, sorprendiendo al tipo que tenia delante. Juguetona se acerco a su oido y susurro-- ?Adivina quien soy, guapo? --Ya he visto los paparazzi en la puerta, Anne. Sabia que llegarias en cualquier momento. -- respondio el ironico sujetando sus manos y apartandolas como si no quisiera que le tocara. Julianne disimulo su disgusto por su trato. Siempre era borde con ella. Y cuanto mas lo era, ella mas le fastidiaba comportandose como una diva. -- ?Y como sabias que estaban ahi por mi? En esta ciudad hay muchos famosos. --Julianne puso morritos mirando sus ojos azules-- Carino, ?no me vas a presentar? El hombre se habia levantado como si fuera de la realeza mirandola embobado. Debia tener la edad de su padre y ella sonrio encantadoramente-- Julianne Ryder. --Es un honor. -- dijo el hombre sonriendo mientras le cogia la mano y se la besaba como si estuvieran en el siglo dieciocho-- Milton Browning. --Oh, senor Browning. Mi padre me ha hablado mucho de usted. -- le guino un ojo -- Me ha dicho que tiene un drive impresionante. El hombre se sonrojo encantado-- Greg siempre tan amable. --Un dia tenemos que echar un partido. -- dijo divertida mirando a Dan que ni se habia molestado en levantarse de la mesa -- ?Verdad Dan querido, que soy buena jugadora? -- ?Sabes lo que es un drive? No mostro que estaba irritada porque pensaba que era estupida -- Tiene algo que ver con pelotitas blancas y palos largos, ?verdad? El senor Browning se echo a reir-- Si, algo tiene que ver. Estare encantado de jugar con usted. --Debo decirle a papa que lo organice. --miro a Dan fijamente y vio su pelo negro impecablemente peinado-- Carino, te has cortado el pelo. -- hizo pucheros mirando sus ojos azules que estaban mucho mas oscuros porque estaba enfadado. Como el noventa por ciento del tiempo que pasaba con ella -- Sabes que me gusta un poco mas largo. --Lo mismo digo. -- respondio molesto-- Y ahora si nos disculpas, estabamos hablando de negocios. --Como siempre. --dijo riendose sin ganas para volver a mirar a su acompanante-- ?No es aburrido hablar siempre de lo mismo, cuando hay temas mucho mas apasionantes? --Tiene toda la razon, senorita Ryder. --Oh, llameme Julianne o Anne como hace Dan. -- ?Le gustaria sentarse con nosotros? Vio el pelo rojo de Debra que llegaba en ese momento y le miro con pena-- No quiero molestarles, estan hablando de negocios. Ademas, ahi esta mi amiga Debra. -- cuando el hombre miro a su amiga, abrio los ojos como platos pues era una de las actrices mas prometedoras del momento -- ?La conoce? --No tengo el honor... Debra se detuvo a su lado y suspiro --Siento llegar tarde. Me ha costado aparcar. --Esto es Nueva York, cielo. Todo el mundo va en taxi. Su amiga fruncio el ceno al oirla hablar con ese tono estupido y al mirar a sus acompanantes se dio cuenta lo que estaba pasando-- ?Y no mostrar mi Porsche? ?Para que me lo he comprado? Dan gruno sentado en su mesa y Debra sonrio dandole un golpe en la espalda-- !Hola, tio! ?Como te va? --Debra, deja que te presente al encantador amigo de mi padre, el senor Browning. --Un placer. -- dijo el besandole tambien en la mano --Tiene un talento increible. --Que amable. --Bueno, nosotras nos vamos para que hablen de acciones y esas cosas. --miro a Dan-- Carino, te perdiste la cena del sabado, pero te perdono. La fulmino con sus ojos azules-- Tenia otros compromisos. --Seguro que serian de lo mas interesantes. -- dijo insinuando que era un aburrido de primera -- Pasenlo bien, senores. --Julianne. -- dijo el amigo de su padre mirandolas con adoracion mientras se alejaban. --Vaya, vaya. -- susurro Debra acercandose a su mesa-- Parece que quiere hacerte desaparecer de la faz de la tierra. Cuando se sentaron Julianne le guino un ojo haciendola reir-- Es una pena. Hoy le he fastidiado poco. --Este juego que llevas con el, un dia te pasara factura. --Debra se sento dando la espalda a Dan, mientras que ella le veia de frente. Al ver que Dan las observaba, le lanzo un beso y el apreto los labios-- ?Sabes que hay rumores sobre que tienes algo con el? Julianne se echo a reir maliciosa-- Y a el le revientan. Su amiga se echo a reir mirandola admirada-- ?Has sido tu? --Esta saliendo con una pija de Park Avenue, que es hija de un senador. --Entiendo. ?Y a ella no le sentaran mal esos rumores? --Eso espero. -- cogio la carta sonriendo a la camarera -- Una botella de champan. --Por supuesto. ?Dom Perignon? --Si, ese es perfecto. Debra sonrio-- ?Que celebramos? --Mi nueva linea de maquillaje. Y un contrato de cinco millones de dolares. Debra grito levantandose de la silla y la abrazo llamando la atencion de todo el mundo, mientras ella se echaba a reir. Cuando se calmo, se sento en su silla ignorando a los cotillas, mientras que Julianne miro sin querer a Dan, que las observaba con el ceno fruncido. Seguramente porque habian llamado la atencion, cosa que odiaba. --Cuentamelo todo. -- dijo su amiga. --Pues se han puesto en contacto con Lori para el contrato hace dos semanas y lo acabo de firmar. Una linea de maquillaje con mi nombre y mi imagen, por supuesto. --Por supuesto. Ire a la presentacion. --Mas te vale. -- se echaron a reir porque Julianne habia apoyado en todo a Debra y su amiga lo sabia. -- ?Sigue mirando? --Pues si. --cogio su copa de champan y le dio un sorbito -- Con esos frios ojos azules, que te traspasan el alma. ?Sabes que el otro dia le dijo a mi padre que deberia meterme en un centro de reposo, a ver si podian ayudarme? -- ?Ayudarte a que? --pregunto asombrada. --A ser normal. Debra jadeo indignada-- ?Y que dijo tu padre? --Que era de lo mas normal que hubiera salido asi, viviendo en el ambiente en que me habia criado. --Bien dicho. --Y despues se echo a reir en su cara, diciendo que seguramente ganaba mas que el con lo que considera mi disipada vida. --Eso lo dudo. --Y mi padre tambien, pero le habia molestado el comentario. El hecho es que le quiere mucho y le considera el hijo que nunca tuvo. -- bebio otro sorbito de champan y al ver llegar a la camarera le tendio la carta-- Ensalada de la casa. -- ?El alino aparte? --Si, por favor. --Yo quiero raviolis de queso. Esos tan ricos con parmesano. --Julianne gimio-- ?Que? No trabajo hasta dentro de dos semanas. --Voy a hacerme actriz. -- ?Pero que dices? Eres una celebrity. Todo lo que haces, es noticia. Las marcas se te rifan y te pagan locuras por asistir a eventos o aparecer en portadas. --Que bien me vienes para subirme la moral. -- ?Que haces por la tarde? Porque queria ir al cine. --Tengo una sesion para la portada de Glam Style. Algo muy sexy y con plumas. -- se encogio de hombros-- O eso me ha dicho Lori. -- ?Otra portada? Te odio. Julianne se echo a reir-- Venga, tu tambien has salido. --Si, pero se olvidan de mi en cuanto estreno. --Vaya mentira. -- la mirada de Dan la estaba poniendo nerviosa y sin darse cuenta se metio el cabello tras la oreja. --Te gusta. Miro los ojos azules de su amiga-- ?Estas loca? --Te gusta mucho. Por eso le fastidias y te comportas como una nina mimada cuando esta presente. -- gruno bebiendose el resto de la copa y la camarera se la lleno de inmediato-- Cuidado o en esa sesion van a flipar contigo. --Solo bebere otra. Y no es cierto. --Claro que lo es. Todavia recuerdo cuando le conociste. ?Tenias dieciocho? -- Julianne la fulmino con la mirada-- ?No quieres recordar lo que dijiste? Es guapisimo. -- dramatizo su amiga, llevandose las manos al pecho-- Y tiene unos ojos... --Era una cria y estupida ademas. --Taaannn inteligente. --Cierra el pico. Debra se echo a reir-- Pero cuando volviste de las vacaciones de verano, ya era imbecil y un creido. --Me lleva ocho anos y pensaba que era una cria. Cometi un error. Su amiga la miro con pena-- Nunca me dijiste que ocurrio en los Hamptons ese verano. --Nada. Simplemente que me vio con un amigo en la piscina y desde ese dia piensa que soy un puton o algo asi. Debra abrio los ojos como platos-- ?Que? Chasqueo la lengua-- Pues...-- gimio antes de seguir-- Habia ido a una fiesta con unos amigos y bebi un poco. -- ?Cuanto es un poco? --Tenia un pedo que alucinas. Nunca en la vida me sento peor la bebida. Debra la miro con la boca abierta-- Si tu nunca te emborrachas. --Es que la experiencia fue tan buena, que se me quitaron las ganas, te lo aseguro.

  • Belleza fatal de Mona Chollet

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    Mona Chollet, referente feminista con mas de 200.000 ejemplares vendidos en Francia, analiza, en este libro, las nuevas formas de alienacion femenina procedentes de la industria de la moda y del culto al cuerpo perfecto.

  • Coincidencia millonaria de Gina Rosi

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    --Deberias conectarte totalmente con Chad esta noche. --!Que! --Exclamo--. !De ninguna manera! --Miro hacia arriba y me encuentro con los ojos grises de mi prima en el espejo. Ella esta de pie detras de mi, arreglando mi masa de cabello cobrizo intenso con mechas rubias en preparacion para la fiesta de cumpleanos de Chad Black, a la que practicamente me obliga a asistir. En este momento me esta mirando con su propia expresion particular de exasperacion. --En serio, Sarah --dice, insertando otro alfiler en mi cabello para mantener el estilo que esta creando--, necesitas divertirte un poco. Y por lo que me has dicho, Chad es lindo, sexy y esta ansioso por darte justo lo que necesitas. --Yo y todas las demas chicas de Nueva York --me burlo--. Vamos, Liz, no esta tan mal. Me divierto. Te tengo a ti, Brandon, todos esos hermosos libros en mi e-reader y un trabajo increible --hago una pausa--, que no es tan sorprendente, pero lo que sea. Liz se rie y se echa hacia atras el pelo negro y rizado que le llega hasta la espalda. Ella acababa de regresar del trabajo cuando le hable de la fiesta de Chad, a la que no estaba seguro en ese momento, a la que queria asistir. Inmediatamente, lo dejo todo y comenzo a ayudarme a prepararme, insistiendo en que tenia que irme. Ella debe estar cansada, despues de un largo dia en el bufete de abogados donde trabaja, pero aun se ve deslumbrante. Me gusta pensar que nos parecemos, al menos en cuanto a rasgos, nuestros padres son gemelos identicos despues de todo, pero en el color tomamos como nuestras madres. Mi piel es palida y un poco rosada en un buen dia, mientras que Liz tiene un tono caramelo claro absurdamente hermoso. --Estoy segura de que sabes lo patetico que es cuando mi novio, yo, los libros y el trabajo somos tu unico derecho a una vida llena de diversion --dice Liz, todavia sonriendo--. Cuando dije divertido, no me referia a la version PG. --Me mira a los ojos en el espejo y baja la voz a un susurro teatral--. Me refiero al sexo. Me rio. --No voy a tener sexo con Chad. Es suficiente con que practicamente me obligues a ir a su fiesta. --Si --dice sin arrepentirse--, Brandon pasara la noche y no quiero preocuparme por ser ruidosa. --Ella sonrie con picardia--. De todos modos, ambas sabemos que si no te obligo, te sentaras en tu habitacion suspirando por ya-sabes-quien. Niego con la cabeza. --No suspiro, y puedes decir su nombre. --Se que puedo, solo deseo que lo olvides. --Me clava otro alfiler en el pelo. --Su nombre es Jim Weyland --digo obstinadamente. Ella pone los ojos en blanco--. Y es un idiota. --El no es. --Es demasiado. Las dos nos reimos, recordandonos cuando eramos ninas. Practicamente crecimos juntas y hemos sido inseparables toda nuestra vida. Su risa termina en una pequena risa. --No se tu, pero cuando un chico te invita a salir, te lleva, pasa dos meses haciendote enamorar de el, y cuando finalmente le dices como te sientes, te dice que el tambien te ama, pero… --se detiene--, ?cuales fueron las palabras exactas de nuevo? Yo no respondo. No quiero recordar A veces, todavia es demasiado doloroso pensar en ello. Liz tiene razon. Paso demasiado tiempo pensando en Jim Weyland. El escritor de largometrajes mas renombrado de Gilt Traveler, un viajero de aventuras de fama mundial, y el hombre del que he estado enamorado, silenciosamente y sin ser correspondida durante los ultimos dos anos. Inmediatamente despues de la universidad, consegui un trabajo en Gilt Traveler, una de las muchas publicaciones propiedad de Gilt Magazines. Me enamore de Jim en mi primer dia en el edificio despues de la entrevista, cuando paso junto a mi en el vestibulo. Habia empezado como asistente de Mark Willis, el editor principal de funciones, y me dirigia a los ascensores cuando un chico alto, moreno y apuesto con confianza se acerco a mi, haciendome mirar fijamente. Me guino un ojo y casi me tropece con mis tacones de ocho centimetros. No sabia quien era en ese momento, pero lo descubri muy pronto. Por alguna providencia divina, tambien trabajo en Gilt Traveller. Era un escritor talentoso, guapo, encantador y nada parecido a los chicos que habia conocido en la universidad. Me invito a cenar, convirtiendome en la envidia de todas las chicas de Gilt, porque nunca habia salido con nadie de la oficina. Fue magico. O eso creia yo. Al final de la semana, me acoste con el. Al poco tiempo, supe que me estaba enamorando de el. Estupidamente, le dije como me sentia, y el respondio diciendome que yo era dulce y que el tambien me amaba, pero que nunca podria comprometerse con ninguna mujer y que solo me haria dano a la larga si lo intentaba. --Lo digo en serio cuando digo que te amo --dijo con seriedad, con una expresion apasionada que siempre me habia hecho sentir como si yo fuera la persona mas especial del mundo para el--. Significaria mucho para mi si pudieramos ser amigos despues de esto. Liz todavia esta esperando que responda. Cierro los ojos, tratando de bloquear el triste recuerdo--. Dijo que no puede comprometerse con una sola mujer. --Eso --dice Liz--. Cuando un chico hace eso, es un idiota, y no sigues siendo amigo de el por ningun motivo. Ni siquiera irias a la fiesta de Chad esta noche si Jim estuviera en la ciudad para decir ‘Oye, Sarah, ?por que no vamos a pasar el rato en este o aquel cafe? Sere tan encantador y divertido, mientras me complace el hecho de que en solo dos meses conmigo, te hice incapaz de enamorarte de nadie mas’. Hemos tenido esta pelea un par de veces, aquella en la que ella me dice lo poco saludable que es mi amistad con Jim para mi, y yo trato de defender a Jim y el hecho de que dos anos despues de que me rompio el corazon, todavia estoy en amor con el. Cuando no respondo, Liz, inusualmente, deja el asunto descansar. Clava un ultimo alfiler en mi cabello y da un paso atras, mirando su obra. La mayor parte de mi cabello esta recogido en un peinado que es intencionalmente desordenado, pero elegante, con algunos mechones enmarcando mi rostro. Es encantador. Me encuentro con los ojos de Liz en el espejo y sonrio con agradecimiento. --Gracias. Ella le devuelve la sonrisa. --No hay problema. Ahora ve a esa fiesta y diviertete. --Ella guina un ojo--. En caso de que cambies de opinion y decidas sacudir el mundo de Chad. Deje un regalo en tu bolso. Mirandola con recelo, me acerco a mi cama y cojo el bolso negro, lo abro y pongo los ojos en blanco ante el ‘presente’. --Definitivamente no los necesitare --digo con una sonrisa. Liz se encoge de hombros. --La noche aun no ha terminado. Permiteme un poco de esperanza. * * * * Menos de una hora despues, estoy frente a la sala Oyster, un exclusivo restaurante y bar en el segundo piso del Swanson Court Hotel. Desde el exterior, es imposible adivinar que hay una fiesta en el interior. Deteniendome en el pasillo fuera de las puertas, veo mi reflejo en el cristal y agradezco a mis estrellas por Liz. Tambien me ayudo a escoger mi ropa, un vestido verde oscuro del mismo color que mis ojos, con un escote sugerente y un dobladillo que termina justo por encima de mis rodillas, combinado con tacones negros que suman diez centimetros a mi modesto metro sesenta y cinco. Satisfecho de que nada esta fuera de lugar, abro las puertas y entro en una tranquila antesala ocupada por una sonriente anfitriona, que me dirige hacia otro par de puertas que se abren directamente al restaurante. En el interior, la fiesta esta en pleno apogeo, y aparentemente incluye a todos los jovenes elegantes, artisticos o creativos de la ciudad de Nueva York. Eso no es sorprendente. Chad Black, el celebrante, es un fotografo galardonado que a veces trabaja para Gilt Traveler. Desde la entrada, vislumbro a algunas personas de la oficina, y luego a Chad al otro lado de la habitacion, susurrandole algo a una rubia increiblemente delgada, que se rie de lo que sea que este diciendo. Chad tipico. Le encanta coquetear, y ha estado intentando, de muy buen humor, meterse en mis pantalones durante anos. Tomo una copa de champan de un camarero que pasa, con los ojos todavia en Chad. Es guapo, muy guapo, con cabello largo y castano, ojos color caramelo y una sonrisa encantadora que le da la apariencia de ser el vecino inofensivo, amistoso, pero increiblemente atractivo. Lo se mejor, su amor por las mujeres es generoso, no discriminatorio y definitivamente no monogamo. Levanta la vista de la oreja del rubio y me nota. Sonriendo, se disculpa y se acerca. --Sarah, carino --exclama por encima de la musica pop fuerte, luego me besa en ambas mejillas antes de inclinarse hacia atras para mirarme--. Te ves impresionante. --Tu tambien --respondo, esquivando una segunda ronda de besos--. Gran fiesta. --?Yo se, verdad? --Toma mi mano y hay un destello cuando alguien toma una foto. No tengo tanta influencia social como algunas de las otras chicas de Gilt, asi que no me preocupa que mi foto aparezca en alguna de las columnas de moda o chismes. Chad todavia esta hablando. --Tengo grandes amigos que se dan cuenta de que no hay nada mas importante que celebrar el hecho de que hace veintiocho anos vine a este mundo en beneficio de las mujeres de todas partes --proclama. Me rio. Estas tan lleno de eso. --Si --responde con una sonrisa encantadora--. Pero me amas. --Si --Entonces, ?por que no me dejas mostrarte lo loco que estoy por ti? Le doy un manotazo en el brazo. --Porque me amo demasiado. Suspira exageradamente. --Ven entonces. Te presentamos a algunos de mis amigos. --Tirando de mi a traves de la habitacion, me lleva a un grupo de personas hablando y riendo con bebidas y bocadillos. --Chicos, esta es Sarah --anuncia Chad--, en cuyas bragas estoy tratando de meterme. --Me guina un ojo, impenitente, mientras sus amigos ululan. Alguien tira de su manga y le susurra algo al oido. --Vuelvo enseguida --me dice antes de irse para ocuparse de lo que necesite. Uno de los amigos, un tipo de cabello castano desordenado y rostro sin afeitar, me dice su nombre con un acento britanico fresco. Tambien presenta al resto del grupo. Hay un pintor, una morena con curvas que trabaja en un tabloide, un critico gastronomico y la mezcla tipica de escritores, artistas y otros tipos creativos. --La mayoria de las veces fuimos a la universidad con Chad --dice un britanico--. ?Como lo sabes? --El hace un trabajo para nosotros…, la revista donde trabajo. --?Que revista? --La pregunta viene de la pintora, una mujer menuda con un corte pixie. --Viajero dorado --respondo. --Esa es buena. --La escritora sensacionalista, creo que su nombre era Annabel, parece impresionada--. ?Que haces? --Soy un asociado de funciones --les digo. Es el titulo oficial de mi trabajo real, que consiste en escribir los pequenos articulos en los que los escritores no pueden molestarse. --Suena como un buen concierto --dice alguien. --Si, lo es --estoy de acuerdo con un encogimiento de hombros. --No puedo esperar el momento en que una modelo en bikini salga de un pastel --declara un britanico, terminando su bebida e inmediatamente cogiendo otra de una bandeja que pasa. --?Pasara? --Pregunto interesada. Nunca habia visto algo asi fuera de las peliculas. --No es probable. No es una fiesta de fraternidad. --Suena melancolico. Chad regresa. --Entonces, chicos, ?habeis convencido a Sarah de que valgo al menos una noche de su tiempo? --?Eres tu? --Dice una de las mujeres, sacudiendo su cabello--. No por lo que recuerdo. El resto del grupo se echa a reir y me uno a ellos. Chad intenta parecer molesto, pero falla. --!Chad, carino! --La voz suave viene del otro lado de la habitacion y todos miramos en esa direccion. La oradora es una mujer vagamente familiar, alta y esbelta, con una masa salvaje de cabello rubio oscuro y piernas de un kilometro de largo luciendo un mono ajustado. --Aqui viene Claudia --oigo decir a alguien. Pero no estoy escuchando. Mi corazon esta martilleando, mis ojos se fijaron en el hombre de pie junto al recien llegado. Jim Weyland. ?Que esta haciendo el aqui? Pienso, presa del panico y euforico al mismo tiempo. Se supone que debe estar en Inglaterra, haciendo paracaidismo con Reese Fletcher, el temerario multimillonario de la electronica de sesenta anos. Habiamos hablado por telefono hace solo unos dias, y no menciono nada sobre regresar a Nueva York. Sin embargo, aqui estaba, con la mujer mas hermosa de la fiesta, nada menos. Todavia no me ha visto, asi que tengo tiempo de mirarlo. El esta de pie, mirando a su cita mientras se arroja a los brazos de Chad, su expresion, esa irresistible combinacion de aburrimiento y misterio que solo algunos chicos pueden lograr. Su cabello oscuro es corto a los lados y hacia atras, mas largo al frente, con un atractivo mechon cayendo sobre su frente. Su cuerpo, perfecto con una elegante camisa y pantalones oscuros, esta en forma y atletico. Mi corazon se atora en mi garganta, llenandose con el familiar dolor agridulce que siento cada vez que lo veo.

  • Cuestion de prioridades de Javier Gimeno

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    Javier Gimeno presenta Cuestion de prioridades al concurso literario de Amazon 2019
    Casi 4000 casos de desapariciones infantiles en EEUU estan sin resolver.
    La doctora Myers no va a permitir que la desaparicion de su hija sea un nuevo caso olvidado.
    Con el firme proposito de encontrarla, acude a Snakeriver, una remota poblacion de Maine.
    La busqueda no sera facil, una ciclogenesis explosiva la acompanara durante la investigacion, ademas de una tormenta de recuerdos y sentimientos enfrentados.

  • Los hombres de Texas no hablan de amor de Olivia Ardey

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    Jasper Blanchard acepto de mala gana el encargo de pasear a un estudiante por los alrededores del rancho. Boquiabierto, vio como llegaba a la terminal del aeropuerto una rubia de largas piernas. Sam,
    el joven empollon que esperaba, resulto ser Samantha. La prioridad de Samantha Larson era recabar datos para su investigacion academica, pero lejos de casa no iba a desaprovechar la ocasion de disfrutar al limite de aquellas vacaciones. Sin embargo, las apariencias enganan. Ni Jasper es inmune al amor, ni Sam es tan ingenua como para arriesgar su futuro por el vaquero con la mirada mas sexy de Texas.

  • La noche mas profunda de Coradino Vega

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    Bucarest, primavera de 1945. Un hombre camina por la ciudad medio derruida, en direccion a la universidad, y recuerda. Rumania cambio de bando a ultima hora y, en cuestion de meses, ha pasado de ser una dictadura fascista a convertirse en un pais controlado por la Union Sovietica. Pero el hombre ha sobrevivido, tanto a la brutalidad antisemita como a los bombardeos de las dos partes. Porque el hombre no es otro que el escritor Mihail Sebastian: judio; amigo, entre otros, de Cioran o Mircea Eliade; miembro de la intelligentsia rumana que, bajo la tutela del profesor Nae Ionescu, flirteo con la Guardia de Hierro. Y hasta que punto las palabras no son tambien responsables de la barbarie, como la frivolidad, el oportunismo, el mirar para otra parte… Concebida como una sinfonia, La noche mas profunda es el retrato de un temperamento concreto, de una manera de percibir la vida, pero a la vez es el friso de toda una epoca que termina; una novela que va desde las lealtades y traiciones de la amistad y el amor, hasta la gran crisis europea de los anos treinta y el horror de sus consecuencias.

  • El alma que me habita de Antonia Romero

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    Pallars. Ano del Senor 1017. Bertrand de Riell, abate del monasterio de Suverte, se dispone a escribir una cronica de la historia de su familia y los motivos por los que desaparecio el Senorio de Riell sin dejar rastro...

  • Arriba con la Cita (Mejor una Cita que Nunca 8) de Susan Hatler

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    Me tomo ocho anos graduarme de la universidad. Ahora, a los veintisiete anos, me daba cuenta de que habia escogido la carrera erronea. Era una especie de dolorosa revelacion dado a que tenia un millon de prestamos de estudio vaciando mi cuenta bancaria cada mes. Mis padres me habian asegurado que un titulo en negocios abriria una amplia gama de oportunidades de trabajo. Y tenian razon. Ademas, yo no pude esperar trabajar con un mejor empleador que Woodward Systems Corporation. Me habian contratado como recepcionista, me promovieron en cuestion de meses y me trataron con todo el respeto que un gerente de oficina podria desear. Si tan solo no fuera tan aburrido. Mire alrededor de mi oficina, la cual habia decorado con fervor, con colores brillantes. Mural de fotos personalizadas. Incluso pinte la oficina por mi misma. Decorar mi oficina habia sido mi parte favorita del trabajo. No era una buena senal para mi futuro. Mi mirada se desvio a la pintura enmarcada de acuarela abstracta que habia hecho en mi clase de arte por la noche. Originalmente me habia inscrito para estudiar una carrera de artes en la universidad local aqui en Sacramento. Pero mis padres me habian dicho que no era practico y me habian animado a cambiar a negocios. Por "animar" me refiero, a que me habian hostigado hasta que finalmente me rendi y cambie de carrera. Gran error. Deje caer mi barbilla en mi puno, me volvi hacia la pantalla de mi computadora y senti mis ojos borrosos mientras trataba de concentrarme en la orden de insumos de oficina que habia estado armando en linea. Plumas. Grapas. Papel de copia. Ha mmm… El telefono de mi escritorio sono y llamenme una sonadora, pero no pude evitar preguntarme si el universo me estaba lanzando un hueso. Tal vez era un cazatalentos que estaba buscando un decorador con ningun grado de aplicacion y experiencia practica. Claro, ni cerca de lo que pudiese suceder. Con un suspiro, levante el auricular hacia mi oreja. -- ?Hola? --Hola. ?Habla Ginger? --Pregunto una voz masculina. Un hormigueo rodo a traves de mi mientras el hermoso rostro de Greg Shaffer me vino a la cabeza. Ojos almendrados marrones. Pelo rubio castano. Y una hermosa sonrisa que me hizo sentir deshuesada. Habia conocido a Greg hace un mes, en un club de baile. El y yo habiamos hecho clic inmediatamente y el chisporroteo entre nosotros habia estado A-R-D-I-E-N-T-E. Entonces descubri lo que el hacia para ganarse la vida: medico de urgencias. Mi padre habia sido un medico de urgencias y la tension del trabajo lo habia convertido en un alcoholico furioso. Ademas, su exigente carrera no le habia dejado tiempo para sus hijos. No me iria por ese camino, muchas gracias. Por suerte, Greg vivia en San Diego, asi que le dije que no me gustaban las relaciones de larga distancia. ?Estaria en la ciudad? Si era asi, ?como habia conseguido mi numero del trabajo? --Mmm, si. Es Ginger. --Mi padre amaba dos cosas: La Isla de Gilligan y el escoces. El programa de television llego primero, lo que mi mama encontro tan adorable que habia accedido a que me nombraran Ginger y a mi pequena hermana Mary Ann. ?Pero el escoces? No era tan divertido. Era un milagro que todavia estuvieran casados. -- ?Quien es? --No estoy seguro de si me recuerdas… La hermosa sonrisa de Greg destello en mi mente, y me dio el fuerte deseo de olvidar que el queria una gran familia y que yo no queria responsabilidad de ninos. Contemple la idea de colgar el telefono… --Habla Bob Seaver. Trabajo con Jill Parnell aqui en Fundando Amistades. ?Dono usted sus servicios de decoracion para nuestra subasta benefica de este viernes? ?Bob? ?No Greg? Aprete los ojos cerrandolos mientras alivio y decepcion me inundaban. Mi buena amiga Jill habia comenzado recientemente Fundado Amistades... un programa para personas sin hogar que proporcionaba alimentos, vivienda, asesoramiento, capacitacion para el trabajo, etc., para ayudarlas a las personas sin hogar a ponerse de nuevo en sus pies. -- ?Como van las cosas con la subasta? --Mejor de lo que podriamos haber imaginado. --Su voz sono con entusiasmo--. Esta es la primera gran recaudacion de Fundando Amistades y hemos recibido mas de cuatrocientas entradas pre-compradas ya. --Eso es increible. --No es que su exito me sorprendiera. Jill Parnell destacaba en todo lo que hacia. A diferencia de mi, que incluso ni siquiera habia tenido las agallas para tomar la carrera que habia querido. Suspire. --Definitivamente es un esfuerzo colectivo y realmente apreciamos su contribucion. --Hizo una pausa--. En ese sentido, estoy armando un folleto de los articulos de la subasta y me preguntaba si usted tenia un sitio web que le gustaria que yo incluyera de su negocio. Mis cejas se juntaron. -- ?Mi negocio? --Si. ?Arriba con la Cita? Aqui dice que usted esta donando sus servicios de decoracion para renovar la casa del ganador. La primera consulta sera programada inmediatamente con el ganador. --Su tono de voz hizo sonar como que el estuviera leyendo alguna descripcion que Jill le habia dado (y que habia inventado ella misma). --Pense que usted tal vez querria incluir su sitio web para publicidad. Decorar siempre habia sido una de mis aficiones y Jill me habia empujado a ofrecer mis "servicios" despues de una reciente barbacoa que les habia hecho en mi apartamento. Ella se habia entusiasmado sobre mi decoracion y no podia creer que hubiera hecho todo por mi misma. Para la subasta, ella aparentemente le habia llamado a mi negocio inexistente "Arriba con la Cita". --Mmm, no tengo un sitio web. --Bien. Solo queria comprobarlo. --Su voz arrastro las palabras como si estuviera escribiendo algo--. Gracias de nuevo por donar a la subasta. La vere el viernes por la noche. --Nos vemos entonces. --Colgue el telefono y torci mi larga y oscura cabellera alrededor de mis dedos... las ideas se filtraban en mi cerebro. Cerre los ojos y me imagine en una carrera donde pudiera lanzar mi creatividad en el trabajo todos los dias. Colores y telas bailaban a traves de mi cabeza. Salpicando pintura sobre lienzo. Completo y total paraiso. El telefono de mi escritorio sono, arrancandome del feliz sueno. -- ?Ginger? Reconoci la voz de Kaitlin inmediatamente. Ella era la gerente de recursos humanos en Woodward Systems Corporation y tambien una buena amiga. Tome el telefono. -- ?Que pasa? --Algo esta pasando con Rich Woodward, y esta siendo firme sobre recortar costos en todos los departamentos tan pronto como sea posible. --Su voz sonaba tensa--. Te necesito para encontrar un personal de limpieza mas economico para nuestra compania. Empezo a palpitar justo en medio de mis cejas. Buscar un servicio de limpieza mas barato, sonaba casi tan estimulante como rellenar el cartucho de tinta en la impresora. --No hay problema. Pondre manos a la obra. --Gracias. --Ella dejo escapar un suspiro--. Por otro lado, Paul y yo vamos a cenar antes de la subasta de Jill el viernes por la noche y el tiene un amigo que es soltero. ?Quieres una cita doble? Parpadee. Las citas habian sido la ultima cosa en mi mente. Por desgracia, mi historial con hombres habia ocupado el top de mi lista junto con la eleccion de mi carrera (tambien conocida como deprimente). Pero no deberia juzgar a toda la especie masculina basandome en Victor. O Tyler. O Anthony… -- ?Ginger? --Estoy aqui. --Enrolle mi oscuro cabello alrededor de mi dedo--. Solo estoy tratando de decidir si estoy lista para soportar el dolor. Quiero decir, tener citas de nuevo. Kaitlin se echo a reir. --Deja de sobre-analizar y di que si. Trenton Davis es muy agradable. Hicimos una reservacion a las seis en punto. Adios. --Trenton es la capital de Nueva Jersey, --le dije, pero ella ya habia colgado. Puse el telefono en su soporte, preguntandome como quien seria Trenton… el hombre, no la ciudad... y si el posiblemente seria una cita divertida. Sin previo aviso, los ojos almendrados de color marron, aparecieron una vez mas en mi mente… seguida de una hermosa sonrisa que venia meciendose por enfrente del porche. Negue con la cabeza, luego gire en mi silla e hice clic en el raton para poner un motor de busqueda. A pesar de que mi carrera no requeria una pizca de creatividad, pagaba las cuentas. Asi que, tenia un trabajo que hacer: localizar un servicio de limpieza asequible. No tenia tiempo que perder pensando en un negocio de decoracion inexistente o en algun tipo que habia conocido en una pista de baile hace un mes. Necesitaba olvidar y enviar al tubo los suenos de una carrera emocionante y olvidar a Greg Shaffer. Gracias a Dios estaba muy lejos, en San Diego. No era como que lo volveria a ver de nuevo. Bombee mis brazos mientras corria por la acera, hipnotizada por los profundos desvanecimientos de colores rojos al final de la puesta de sol. Las luces de los faroles se encendieron, iluminando mi camino. Mi mente se habia aclarado dos kilometros atras y todo lo que sentia era el calmante golpeteo ritmico de mis pies contra el suelo mientras inhalaba y exhalaba el aire caliente de la noche. Correr era mi escape feliz. Mi complejo de apartamentos aparecio a la vista y frene mi ritmo a una caminata. El sudor corria por mis sienes y detras de las orejas. Limpie mi frente con el dorso de mi mano mientras me acercaba a un cartel que decia "En Venta" del apartamento vecino de arriba… un gigante rotulo de "VENDIDO" ahora colgaba debajo del anuncio de la inmobiliaria. Interesante… El chico joven que habia estado alquilando la unidad arriba de mi, pisoteaba todo en pasos parecidos a una estampida de ganado. Tambien hacia demasiadas fiestas ruidosas como para adaptarse a mi tranquilo estilo de vida. Cuando el apartamento habia salido al mercado como una venta corta, hice que mis amigos enviaran un mensaje al universo para que me diera un vecino tranquilo. Bueno, no podia hacer dano. Saque la llave fuera de la bolsa de mi zapato para abrir mi unidad alquilada y la introduje en la cerradura, la cual no hizo click mientras la gire. Esto me decia que mi irresponsable hermana (y companera de cuarto) me habia ganado en llegar a casa. Veintiseis anos de edad y no podia ser molestada con la responsabilidad de echar llave a la puerta principal. -- ?Mary Ann? Por desgracia, el ritmo pujante que salia de nuestros altavoces en la sala de estar, ahogaba mi voz mientras entraba y me quitaba los zapatos para correr. Mary Ann tenia la television en una estacion de musica. Mi cabeza golpeaba por el alto volumen y el punto central entre mis cejas se tenso. Aqui terminaba mi karma relajante de mi ejercicio nocturno. Presione el boton de apagado del televisor y fui recibida con un exquisito silencio. -- !Hey! --Mary Ann salio de su habitacion vestida con una falda negra que, en mi opinion estaba varios centimetros demasiado corta. Ella agitaba la varita del rimel que estaba sosteniendo. --Estaba escuchando eso. Me dirigi a la cocina, abri el armario y alcance un vaso. --Nadie del complejo quiere escuchar a Lady Gaga a las nueve de la noche. Acabamos de deshacernos del ruidoso de alla arriba.

  • Mariposas en tu estomago (Septima entrega) de Natalie Convers

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    No hay nadie mas experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 anos no solo es la mayor de cuatro hermanos, tambien es la companera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante a la vez que estudia muy duro para las clases. Despues de que su padre se marcharse sin ninguna explicacion cuando ella tenia solo 16 anos, aprendio una gran leccion: no te fies de ningun tipo con sonrisa arrolladora y un iman natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmatico y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer magicamente mariposas en su estomago y que irremediablemente cambiara su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.
    Una historia de amor autentico, un amor que no tiene fin, un amor de dos caras que solo es el principio. La novela New Adult que marca la diferencia

  • El viento idiota de Peter Kaldheim

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    La historia real de un hombre que cometio todos los errores posibles, pero encontro la forma de superar la tragedia para construirse una nueva vida.

  • El monasterio (Medieval 3) de Luis Zueco

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    Un thriller historico de maximo suspense ambientado en un fascinante escenario medieval, entre los muros de uno de los monasterios medievales mas impresionantes de Espana.

  • Desdichas modernas de Sophie Divry

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    Una Emma Bovary de nuestros dias.

  • En nuestro proximo destino de Carolina Munoz Fuentes

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    Te conozco desde antes. ?lo sabes?
    Despues de un accidente, Teresa se enfrenta a una serie de enigmaticos recuerdos, los cuales entrecruzan su vida en dos epocas diferentes: 1940 y 2017. En medio del vacio y la confusion, comienza una importante busqueda que se vuelve cada vez mas compleja, traspasando incluso la barrera del tiempo.

  • Secretos bebidos en el agua de Sara Lis

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    En la Irlanda del siglo XX, Erin es una nina de trece anos que repentinamente se queda huerfana. Por ello que su nuevo hospedaje sera junto a su abuelo en una casona familiar tipica irlandesa, donde poco a poco descubrira el secreto oculto que tras varias generaciones ha sido silenciado, y el cual le transportara a un mundo fantastico paralelo en el tiempo, lleno de accion, aventura y romance.
    Esta novela relata el periplo de una chica despreocupada y revoltosa que abandona su infantilismo, adquiere una temprana madurez debido a sus complejas vivencias, y que en su viaje alcanzara la adolescencia y hallara ademas el amor verdadero.
    Una historia que no dejara impasible al lector al que mostrara el sensacional estallido de emociones que experimenta alguien en pleno desarrollo.

  • Eres mi sueno de Dani Eliott

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    H July abia fantaseado con ese dia desde que era una nina. Me imaginaba usando un vestido de encaje blanco, con flores en la mano, y un carruaje tirado por caballos que me llevara a un castillo escoces donde mi hombre rico y poderoso me esperaba para hacerme su esposa. Pero, la realidad termino siendo una perra, y mis suenos se fueron a la mierda. El magnifico castillo fue reemplazado por un centro de convenciones, y el encantador vestido blanco que se suponia que debia fluir por millas, fue sustituido por una maldita baratija de poca tela. Al menos una cosa parecia estar en marcha. Me iba a casar con el hombre que amaba, rodeada de mis amigos y familia, y lista para comenzar mi nueva vida con un gran hombre a mi lado. En todas mis fantasias, sin embargo, habia una cosa que nunca imagine. Una persona en particular a quien nunca le hice lugar en mi sonada lista de invitados, y quien en ese momento se cernia sobre mi, con sus ojos negros como el carbon entre un rostro cubierto de pelo salvaje y marron chocolate. Chewbacca. Y no solo eso, era Chewbacca vestido con un esmoquin que, sorprendentemente, le quedaba muy bien. --?Mffmhmmm? --Um, lo siento. No hablo wookie --le respondi. Se encogio de hombros de una manera frustrada que, debo admitir, estaba un poco fuera del personaje. Parecia mas un mocoso adolescente de gran tamano, que un temible y poderoso wookie. --!Mffmmhmm! --repitio. Decidi que eso era suficiente. --Cory, por mucho que admiro tu dedicacion a la autenticidad, vas a tener que quitarte eso si quieres que escuche una sola palabra de lo que dices. Agito la cabeza por un momento, como si tratara de sopesar los pros y los contras de la ruptura del personaje. Finalmente, levanto sus grandes manos peludas y se quito la mascara, mostrando una cara regordeta, con su cabello tipicamente desgrenado y despeinado pegado a su frente sudorosa. Respiro profundamente unas cuantas veces, como si acabara de salir de un sauna y necesitara desesperadamente llevar algo de aire no estancado a sus pulmones. --Lo siento. El disfraz es muy caluroso. --Lo entiendo. Esa cosa tiene que ser como un horno. Un horno cubierto de pelo, si es que es algo real. --?Crees que esto es pelo real? --pregunto, tirando de un punado de su antebrazo--. Ni siquiera se si lo es. Pero me mantengo alejado de las velas porque estoy bastante seguro de que de lo que sea que este hecho este disfraz, se consumira como papel de seda si me acerco un poco al fuego. Mire por encima del hombro a la escena detras de el. Era una locura disfrazada. Los invitados a la boda estaban todos en modo cosplay, vestidos como sus personajes favoritos de fantasia y ciencia ficcion. Un remix techno de lo que parecia el tema de Battlestar Galactica. Una de las fiestas mas nerds que habia visto en mi vida. Pero no era solo una fiesta, sino una boda. Mi boda. Todo hecho segun las especificaciones de mi futuro esposo, y con muy poca participacion de mi parte. Una figura delgada se me acerco, una que reconoci de inmediato, incluso por el rabillo del ojo, como Loisa Weeks. Trabajadora social, rubia explosiva, una de mis mejores amigas y, dama de honor. Llevaba un largo y elegante vestido, con su cabello rubio atado en la parte posterior de su cabeza en una gruesa trenza que enmarcaba sus bonitos rasgos como un halo. --Cory --repuso ella, cruzando los brazos sobre su pecho e inclinando las caderas a un lado --. Mas te vale que estes aqui por algo bueno. Estamos preparando a esta hermosa chica, y estoy bastante segura de que da mala suerte que estes en su presencia. No pude evitar sonreir. Defenderme nunca habia sido un problema para mi, pero Loisa, siempre se aseguraba de erradicar los inconvenientes antes de que tuvieran la oportunidad de empezar. --Es cierto --la respuesta salio de mi boca sin pensarlo. La cara de Cory que ya estaba roja por el disfraz, incremento su rubor. --Lo se, lo se. Pero me preguntaba si alguna de ustedes habia visto a George. --?George? --pregunto Loisa--. ?George Salt? ?El novio? Me estremeci, como siempre, al escuchar el apellido de mi prometido. Claro que me emocionaba mucho la idea de casarme finalmente despues de treinta y dos largos anos, pero tomar su apellido era algo que provocaba una reaccion diferente. No es que hubiera nada malo con el nombre en si mismo, sino que una vez que se llevara a cabo toda la estrafalaria boda, seria conocida, hasta que la muerte nos separe, como la Sra. July Salt.--Si --respondio Cory, limpiandose el sudor de la frente con la parte posterior de su muneca --. No lo he visto en ninguna parte. Pense que podria estar pasando el rato con ustedes. --Los novios no "pasan el rato" con las damas de honor antes de una boda, George --refuto Loisa--. Eso es basicamente maldecir la boda. --!Tranquila! --alzo sus manos peludas--. Solo me aseguro de que todo este bien. Quiero decir, es un poco raro que el novio este desaparecido durante su boda, ?verdad? Te lo pregunto en serio, nunca he estado una de estas cosas antes. --?No lo has visto? --le pregunte--. ?Estas seguro de que no esta entre la multitud en algun lugar? Es una boda tematica de cosplay, despues de todo. Una donde me convertiria en la Sra. July Salt y que incluia al Chewie que tenia delante de mi en la lista de cosas que nunca pense que estarian presentes el dia de mi boda. No me malinterpretes, me encantan las cosas de geek. Ponme en el equipo de un concurso del pub y pasare a la categoria de ciencia ficcion como una Runabout de Star Trek atravesando el fuego del laser durante una batalla en la guerra de los Dominios. Por supuesto, todo eso fue un remanente de la escuela secundaria, y en ese entonces me gustaba pensar que habia hecho la transicion de "dolorosamente nerd" a "encantadoramente sexy". George por otro lado, no tanto. Cuando llegamos a la vida del otro diez anos despues de habernos visto por ultima vez en la secundaria, me di cuenta de inmediato que aunque yo habia cambiado, el todavia ondeaba su bandera geek en alto. Y no lo niego, senti cierta nostalgia. --George no lleva una mascara --aseguro Cory--. Esta vestido como Indiana Jones, ?recuerdas? Claro que lo recordaba. Habia visto el disfraz muchas veces. Incluso intente llevarlo a la cama en varias oportunidades. Y no quiero decir que quisiera dormir en el. Me refiero al otro tipo de "llevarlo a la cama". "Intentar" es la palabra clave. --?Y no lo viste afuera tampoco? --pregunte. --No. Por eso me parece que es algo raro, no se. --Esta bien --intervino Loisa, poniendo su mano en la puerta del camerino--. Vamos a tener la boda en una de las mayores convenciones de comics de la ciudad, no es sorprendente que se haya ido a alguna parte. Ahora, Cory, ?por que no regresas con el resto de los invitados y dejas de darle a la hermosa novia mas cosas de las que preocuparse? Cory parecia mas que un poco avergonzado, pero su expresion se desvanecio rapidamente cuando enfoco su mirada en Loisa. La mujer con la que habia intentado, inutilmente debo anadir, meterse en la cama durante el ultimo ano. --Claro, claro. Las dejo solas, senoritas. Por cierto, Loisa, me encanta tu cosplay de Zelda… me impresiona mucho tu originalidad. --!Ja, ja! --ladro ella--. Sabes, iba a cerrar la puerta suavemente, pero ahora… Con eso, cerro de un portazo. El gran Chewbacca con cabeza humana fue reemplazado por madera solida. --Dios mio --resoplo. --No se por que te molestas. El tiene razon acerca de tu cosplay, pareces de un millon de dolares --admiti, senalando en un rapido sube y baja su vestido purpura y dorado de Leyenda de Zelda. --Un millon de rupias, querras decir --me guino un ojo y sonrio. Me rei. --Buen punto. --?Estas lista? --pregunto Ceci, otra de mis damas de honor y mejor amiga desde el instituto. Estaba vestida de pies a cabeza con un ajustado mono blanco, rosa y azul, su version de D.Va de Overwatch. Era una toma exacta, lo que dejaba muy poco a la imaginacion. Pero ella tenia el cuerpo delgado y tonificado, ideal para tomar ese personaje. El cabello largo y castano, y unos bonitos toques de pintura rosa bajo sus ojos completaban perfectamente el look. --?Que fue todo eso? --pregunto Dyana, la tercera dama de honor. Dyana era una amiga de la Universidad, la primera amiga que hice cuando llegue a Los Angeles. Desde entonces, ambas eramos inseparables, y siempre estabamos juntas en las buenas y en las malas. Y a diferencia de muchos de los invitados en la boda, ella conocia todo sobre el mundo del cosplay. De hecho, no era una cosplayer cualquiera, sino una sensacion de Instagram con un numero de seguidores cercano al millon. Ninguna convencion de comics de la ciudad estaba completa sin que ella apareciera vestida con cualquier disfraz en el que hubiera trabajado duro. Y mi boda no seria una excepcion. Su Viuda Negra era perfecta, hasta en los ultimos detalles. Y su buena apariencia de estrella de cine me hizo pensar que Scarlett Johansson deberia empezar a cuidar su espalda. --Era Cory, preguntando por George --aclaro Loisa. --?Y que hay con eso? --pregunto Dyana mientras se dejaba caer en una de las sillas rellenas cercanas. --Dijo que no lo habia visto --le respondi. --Antes de intentar ofenderme con su comentario, por Dios --dijo Loisa, con una sonrisa de satisfaccion. Me rei. --Si. Antes de eso. --Hmm --murmuro Ceci, sacando su telefono y mostrando poco interes en el asunto. Me pare frente al espejo, dandole un vistazo a mi vestido. No se trataba de un tema especifico de cosplay, queria tener algo de autenticidad en todo el proceso, despues de todo. Pero era apretado, corto y los hombros acampanados le daban un aspecto de nave espacial. Sin embargo, debo admitir que las chicas hicieron un trabajo increiblemente bueno con mi apariencia. Mi cabello negro azabache, hasta los hombros, estaba peinado a la moda, y el azul alrededor de mis ojos me daba un aspecto fresco y futurista, como una especie de mujer del futuro. --?Ya revisaste el Instagram de George? --me pregunto Ceci, con los ojos todavia en su telefono. --No. Ahora mismo tengo otras cosas en mente que las redes sociales. Como tratar de olvidar el hecho de que mi nombre iba a ser July Salt, por ejemplo. Y tratando de ignorar el hecho de que por mucho que no queria admitirlo, en algun lugar del fondo de mi mente sabia que me estaba casando con George porque el estaba alli, y me lo habia pedido, porque queria estabilidad en mi vida y tenia mucho miedo de quedarme sola. No es que no estuviera emocionada. Yo amaba a George, claro, aunque fuera un idiota. Era dulce -a veces demasiado dulce- y tenia un buen trabajo como supervisor de administracion de sistemas para una empresa de ingenieria local. !Y me iba a casar con el! Como, realmente casarse, ?sabes? Claro, lo del cosplay era un poco extrano, pero divertido. --?Por que? ?Que pasa con su Instagram? --pregunto Dyana. --Nada. Pero, um, su publicacion mas reciente fue hace una hora. Y aqui, en la convencion. --?Que tiene eso de raro? --pregunte--. Quiero decir, es donde se celebra la boda. Loisa, evidentemente comprendiendo el hecho de que Ceci estaba pensando algo y no lo decia, se acerco y le quito el telefono de la mano. --?Quien es la chica? --?Eh? --me aleje del espejo y me apresure a su lado. En la pantalla estaba el Instagram de Ceci, su nombre de usuario @balthasardidnothingwrong, era una referencia que nunca habia entendido realmente. Por supuesto, estaba el hombre en persona, vestido como un Harrison Ford -no tan guapo-, y de pie en medio del caos de la convencion. Y justo a su lado habia una chica que parecia que acabara de salir de la secundaria. Apenas reconoci su cara, el resto de ella eran grandes tetas y caderas anchas envueltas en el traje de un personaje de Street Fighter pero del que no sabia el nombre, uno de los mas mal vestidos, por supuesto. El brazo de George estaba alrededor de su cintura de una manera que parecia demasiado cercana y comoda para un hombre que estaba a punto de casarse. Y la chica se inclinaba hacia el con una mirada sonadora en sus ojos. No tenia ni idea de lo que estaba pasando, pero no me gustaba. Ni en la parte superior de la foto, ni el pie de foto, ni en el punado de etiquetas hacia ningun tipo de referencia a una boda. Un detalle menor. --!Mierda! ?Es realmente ella? --pregunto Dyana sorprendida. --?Que? ?Sabes quien es? --inquiri. --Claro que si --saco su propio telefono y comenzo a buscar--. Es Enji Gray. Ella es una especie de leyenda en la escena del cosplay. Tiene un recuento de seguidores que me hace quedar en panales. Dyana me dio su telefono, y con total intensidad pase por las fotos de la chica, asimilando foto tras foto de ella en los mas minimos y escasos trajes de cosplay, ni uno solo de ellos dejaba nada a la imaginacion. --!Santas tetas! --exclame. Pase por las fotos, todas posando en diferentes convenciones con diferentes trajes. No estaba segura de cuales eran algunos de ellos, pero el hilo comun era mostrar de mas. En todos se las arreglaba para poner sus voluptuosas tetas a la vista. Despues de profundizar un poco mas, me detuve en una foto que casi me hacer dejar caer el maldito telefono. Era George, sentado en una mesa con la pequena senorita Enji, y con quien habia salido un par de meses atras. El paisaje detras de ellos no era otro que en la maldita Francia de Paris, la ciudad de las luces y la ciudad de lo que sea que estuviera pasando entre mi prometido y un par de tetas sonrientes con piernas. --?Que demonios? --pregunto Ceci--. ?Se conocen? --La fecha coincide con un viaje de negocios que me dijo que tenia en Austin --respondi, todavia tratando de entender lo que estaba viendo. --Soy una chica de Los Angeles --dijo Loisa--, pero eso no parece Austin para mi. --?Por que demonios mi prometido esta saliendo con una chica de cosplay a mis espaldas? Loisa me quito el telefono y miro las fotos. --Santas tetas, tienes razon --admitio. --?Donde esta George? --pregunte, con panico--. ?Donde esta? Mi cara se calento y mis dedos se enfriaron. No tenia ni idea de lo que estaba pasando, pero era algo que no me gustaba. --July, no te pongas nerviosa. Estoy segura de que esta aqui en alguna parte --insistio Ceci. Ni siquiera espere a que terminara su frase cuando ya tenia mi telefono en la mano y disparaba mensajes como la Annie Oakley de los SMS. Luego decidi ir mas lejos, llamando a George para llegar al fondo de las cosas.

  • Desafiante de Lesley Livingston

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    Fallon no hizo caso cuando se lo advirtieron, y ahora le toca sufrir las consecuencias de haberse ganado el carino de los romanos por ser la gladiadora favorita del Cesar. Aunque creia haber conseguido su libertad, Fallon pronto descubre que quedarse tiene un precio. Cuando las chicas de una academia rival causan problemas a sus hermanas guerreras, las gladiadoras de Ludo Aquilea se ven obligadas a huir. En su viaje encontraran una tribu de aguerridas amazonas que podrian ayudarlas. O acabar con ellas.

  • Viajar en el tiempo de James Gleick

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    Partiendo de La maquina del tiempo, de H.G. Wells, James Gleick expone las distintas teorias y relatos que ha ido suscitando el anhelo humano de viajar en el tiempo. Para ello acude a todo tipo de fuentes en los ambitos de la fisica, la filosofia, la literatura, el cine, los comics, las series de television… De esta manera, en las reflexiones de Viajar en el tiempo conviven James Clerk Maxwell con Borges, Proust con Felix Klein, Hermann Winkowski con el cybepunk de William Gibson, Leibniz con Foster Wallace, Asimov con San Agustin, Kurt Godel con Dr. Who, o Pierre Laplace con las aventuras Ci-Fi de la serie de television Cuentos asombrosos (Amazing Stories) o Regreso al futuro.

  • Gala de Carmen Domingo

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  • Por el Sendero del Puma de May Blacksmith

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    Olivia Cobos es una mujer divorciada de 43 anos, dedicada a su trabajo y sus hijos. En una cena de empresa, coincidira con un chico mas joven con el que pasara la noche. La casualidad hara que se reencuentren y que su vida monotona y rutinaria de un giro de 180o para convertirse en una montana rusa llena de altibajos, de sentimientos dificiles de gestionar, de dudas e inseguridades que le obligan enfrentarse a sus miedos e impulsandola a disfrutar de lo que se presenta en cada momento.
    Una novela intima, donde la protagonista nos hara participes en primera persona de cada una de las situaciones en las que se ve envuelta. Llena de sentimientos que nos haran vivir momentos comicos, dramaticos y llenos de pasion.

  • Hechizados por el deseo (eLit 3) de Maggie Price

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    La unica hija de un poderoso senador habia sido asesinada y habian secuestrado a su hijo recien nacido. La sargento Grace McCall y el agente del FBI Mark Santini tenian que hacerse pasar por una pareja que deseaba desesperadamente adoptar un nino con el fin de detener al sospechoso antes de que asesinara a alguien mas.

  • Deseo de ser punk de Belen Gopegui

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    Belen Gopegui, autora de La escala de los mapas, nos adentra en el mundo de Martina, una adolescente indeleblemente marcada por las estelas rebeldes del rock.

  • ?Y TU, QUE QUIERES? de Erina Alcala

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    Valeria, era una cirujana traumatologa y ortopeda. Trabajaba en el centro Cot de Boston, hasta que este, hizo una reestructuracion en la plantilla y fue una de las despedidas.
    Antes de volver a Espana, se dio una oportunidad de buscar un trabajo en Manhattan, pero el destino quiso, que esa misma noche, cuando llego , se tomo un cafe en una cafeteria del centro, con sus maletas a cuestas. En la misma cafeteria, entro un hombre guapo, muy alto y rubio e imponente.
    Estaban solos en la cafeteria y el, se sento en su mesa y le hizo una proposicion que no pudo rechazar: casarse con ella y tener un hijo en un ano, para ser dueno de la empresa de su padre que el mismo dirigia, y no su hermanastro. Le pagaba bien, y tendria contrato de trabajo.
    Aksel, era noruego, de Oslo y vino de pequeno a la gran manzana con su padre y forjaron una empresa , la mas puntera del mercado, de perfumes, maquillajes, cremas, tanto par hombres como para mujeres.
    Pero Aksel, era el hombre mas serio, frio y correcto que habia conocido en su vida y ella era todo lo contrario , y tendria que luchar por su hijo, por volver a su trabajo y por ese hombre enigmatico del que se habia enamorado, cambiarlo y tener a su familia unida.
    ?Conseguiria Valeria su proposito?

  • Renacer de las cenizas de Azahara Vega

    https://gigalibros.com/renacer-de-las-cenizas.html

    Kelder O'Brien, es el alpha de los DarkForest, un guerrero con un pasado que le marco en lo profundo de su alma, destrozandole el corazon. Por este motivo, vive por y para la manada, rechazando la sola idea de volver a encontrar el amor.

  • Las genealogias de Margo Glantz

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    <> Sergio Pitol

  • El ojo del cielo de Manuel Gutierrez Aragon

    https://gigalibros.com/el-ojo-del-cielo.html

    En el corazon de esta novela hay cuatro mujeres -Margarita, la joven y guapa madre; Valen, su hija mayor; Bel, la revoltosa hija mediana, y la pequena Clara- cuyas vidas parecen complicarse tanto por motivos economicos como por el estallido de la sensualidad. En una fotografia de las cuatro se puede observar la sombra de quien la tomo, un padre que se ganaba su vida nomada vendiendo exquisitos helados, y del que no se ha vuelto a saber nada despues de que huyera tras una dramatica persecucion por deudas, las mismas que obligan a las cuatro mujeres a dejar su casa e irse a vivir a una cabana en el monte.

  • Yo, Farinelli, el capon de Jesus Ruiz Mantilla

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    En el invierno de 1780, Farinelli, el castrato mas famoso de su tiempo, decide dejar constancia con la pluma y sobre el papel de todo cuanto ha aprendido, de todo cuanto ha vivido, de todo cuanto ha amado. A sus 75 anos, retirado en su villa de Bolonia, rememora sus inicios, sus maestros, sus amores y desamores, y sobre todo sus horas de gloria en los teatros de Europa entera, cuando la gente desfallecia de emocion ante el simple sonido de su voz. Pero donde colmo todos sus suenos fue en Espana, donde llego de la mano de la reina Isabel de Farnesio para curar la melancolia que habia anulado la voluntad del rey Felipe V.

  • La mujer del enterrador de Amanda Clark

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    El inspector Enzo Barese recibe una inquietante llamada la noche de fin de ano. Han asesinado a una joven en el bosque del pequeno pueblo de Lagarza. Cuando llega a la escena del crimen, enseguida se percata de que no se trata de un asesinato corriente, sino lo que parece la obra de un asesino en serie.

  • Mi veneno eres tu (Insaciable 2) de Isabella Marin

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    Todo se magnifica. Amor. Celos. Locura. El puede destruirla a ella. Ella puede destruirle a el…

  • De vidas ajenas de Emmanuel Carrere

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    Fui testigo de dos de los acontecimientos que mas temo en la vida: la muerte de un hijo para sus padres y la muerte de una mujer joven para sus hijos y su marido. Alguien me dijo entonces: eres escritor, ?por que no escribes nuestra historia? Empece, pues, a contar la amistad entre un hombre y una mujer, los dos supervivientes de un cancer, los dos cojos y los dos jueces. En este libro se habla de la vida y la muerte, de la enfermedad, de la pobreza extrema, de la justicia y, sobre todo, del amor. Todo lo que se dice en el es cierto. De esta manera presentaba Carrere la edicion francesa de este libro verdaderamente extraordinario. De vidas ajenas recibio el Premio Globe y otros galardones, y la prensa cultural francesa lo eligio la mejor obra narrativa del ano.

  • Su Deseo Prohibido de Renata Garcia

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    Natalia Alvarez movio las cortinas de la ventana de la cocina y miro hacia afuera. La lluvia caia en lo que se veia como una larga nube gris, y se pregunto si debia ponerse las botas de lluvia rojas que su madre habia comprado hace 2 anos. Natalia vivia en el centro de Filadelfia y trabajaba en la biblioteca de Vine Street. Hoy seria un dia como cualquier otro, penso, no iba a haber nada especialmente divertido, pero tampoco nada malo. Natalia recordaba cuando su madre solia venir a la biblioteca a visitarla mientras trabajaba en el departamento de atencion. Su madre trabajaba en la panaderia de la esquina, y ella metia croissants de chocolate o pasteles de limon en la bolsa de Natalia mientras ella trabajaba en el escritorio. Natalia penso con carino en el afecto de su madre. Cuando Betsy Alvarez fallecio de cancer de ovario solo seis meses despues, la vida de Natalia adquirio un giro completamente diferente. --Hola bebe, ?porque no le das un beso a papi? --Le grito a Natalia uno de los albaniles en la construccion mientras ella cruzaba por la avenida Benjamin Franklin y se dirigia hacia la biblioteca de Filadelfia. Natalia se rio para si misma pero no miro hacia arriba. El mismo equipo de trabajadores habian estado aqui toda la semana, trabajando en el techo de la tintoreria de Paulo, y el mismo tipo la habia interrumpido, sin falta, cada vez que se aventuraba a caminar por enfrente para ir a trabajar. Cuando Natalia llego a las grandes puertas giratorias de la biblioteca, les dio un buen empujon y luego se paro en la esquina para sacudirse un poco la lluvia. Un grupo de estudiantes de la escuela formaban una fila por la seccion de Jovenes Adultos, y parecia que estaban recibiendo un sermon de su frustrado maestro. Natalia limpio sus botas rojas de lluvia una vez mas en la alfombra negra, y luego se dirigio a su espacio en la seccion de Libros Raros. --Hola, Natalia --dijo Carla desde su lugar detras del escritorio--. Esta lloviendo a cantaros afuera ?eh? --Carla era una mujer grande, de unos cuarenta anos, y una de las mejores amigas de Natalia en el trabajo. Tenia una risa sincera y una personalidad audaz, y Natalia a menudo deseaba poder estar igual de segura y tener la misma confianza en si misma. Carla sabia que Natalia todavia estaba procesando la muerte de su madre, y trataba de mantener el estado de animo en la sala de los Libros Raros lo mas agradable posible. --Claro que si --Natalia se froto los brazos para calentarse--. Esperaba poder pintar algo afuera esta tarde, pero supongo que eso tendra que esperar --suspiro Natalia. Ella alquilaba un departamento que estaba en el primer piso, y el propietario le quito parte de su alquiler a cambio de que hiciera mejoras en la vivienda. --Bueno, nadie ha muerto nunca de un trabajo de pintura pospuesto --Carla movio su cabeza y estiro uno de sus oscuros rizos de su cabello--. Sabes, esa persona que te renta tu departamento la supo hacer --se rio--. Te tiene a ti pintando afuera y a esa otra chica podando el cesped… --se callo y siguio riendose para si misma--. Supongo que se metio en el negocio correcto --se rio de nuevo. Natalia sonrio para si misma, y divertida, se acerco a una gran caja de carton que estaba sobre una de las mesas circulares. --?Carla? --pregunto--. ?Que hay aqui adentro? --pregunto ella, curiosa. --Chica, no tengo ni idea. Barry vino ayer por la tarde y dejo esa caja en el frente. ?Damon lo trajo aqui esta manana? dijo que estaba muy pesada --Carla no parecia muy interesada y regreso a su trabajo archivando papeles en el escritorio. --Bueno, voy a abrirlo --comento Natalia, y puso sus manos en sus caderas. Natalia media alrededor de 1,70 metros con una cintura pequena y caderas curvilineas. Se sentia incomoda con su peso, a pesar de tener una buena figura. Hoy llevaba el pelo recogido en una cola de caballo, y Carla sonrio cuando se dirigio hacia la caja. --Apuesto a que son libros botanicos duros de Paris de finales del siglo XVI --dijo Carla--. No. Retiro lo dicho. Son libros del Arte de Venecia --asintio Carla. Natalia bajo las solapas de la caja. Metio la mano y saco dos grandes libros de tapa dura con letras de oro. Escritos en 1954, la coleccion de libros estaba compuesta por dibujos, pinturas e impresiones de Matisse, justo antes de su muerte. Natalia dio una rapida ojeada a traves de las paginas y luego los dejo a un lado. Los siguientes libros que saco fueron una coleccion ornamentada de poesia de tradicion budista. Natalia examino las portadas y luego las coloco cuidadosamente sobre la mesa. --Entonces, ?tenia razon? --pregunto Carla mientras miraba a traves de sus anteojos. --Bueno, estabas en el camino correcto --sonrio Natalia y alisando grueso cabello castano--. Este libro de poesia budista es lo que me llama la atencion --continuo y ojeando las primeras paginas--. Me encanta este estilo de poesia. Recuerdo a mi antigua profesora universitaria haciendo toda una unidad entera de esto --dijo con nostalgia--. Todavia recuerdo que nos hacia escribir los nuestros y luego nos pedia que los presentaramos a la clase --dijo, y luego se sento --. Eso parece que fue hace mucho tiempo --dijo Natalia distante. Carla se dio cuenta del estado de animo de Natalia y camino hacia ella deteniendose detras de su escritorio. --Estas pensando en tu madre, ?eh? --pregunto, y luego puso su mano en el brazo a Natalia--. Se como te sientes, y eso es todo lo que puedo decir --anadio. La madre de Carla habia fallecido hace unos cinco anos. Se sento de nuevo y luego Natalia parecio mejorar su estado de animo. --Pienso en ella todos los dias, Carla. Todo el tiempo --anadio--. Puedo oir su voz ahora mismo, diciendome que mis pantalones me quedan muy bien --se rio--. Ahora, ella no trataba de quedar bien o suavizaba lo que decia, pero habria pensado que estos pantalones se me verian bien --Natalia dio un pequeno giro delante de Carla--. La extrano tanto --dijo. Carla agito la cabeza y sonrio a Natalia. --Sabes, chica, creo que te vendria bien una buena salida en la noche --dijo--. ?Estas saliendo con alguien? --pregunto. --No --dijo Natalia, mirando sus botas de lluvia--. Creo que eso estaria bien. Sabes, me encantaria conocer a alguien que me haga olvidar algo del pasado --comento Natalia. Continuo dando vuelta a las paginas del libro de poesia dorado y luego los acomodo ordenadamente sobre la mesa. --Supongo que intentare encontrar un lugar para ellos en el estante --recogio Natalia los libros y se dirigio al otro lado de la habitacion. Al final del pasillo habia una gran estanteria marron. Estaba llena de novelas polvorientas y manuscritos conservados de autores oscuros. Natalia siguio buscando un lugar adecuado para los libros y decidio colocar el libro de Matisse en un extremo del Rincon del Artista. Luego agarro el libro de poesia budista y encontro un lugar para el en el estante de Literatura Cultural. Justo cuando se estaba dando la vuelta para buscar mas contenido en la caja de carton, Natalia vio a un hombre alto de pie al final del pasillo. Estaba hojeando uno de los libros de arte que se habia vuelto a archivar la semana pasada. Natalia recordo que alguien lo habia donado de un museo, y que habia sido recibido en condiciones casi nuevas. El hombre parecia perdido en la pagina que estaba viendo y, por lo tanto, no sospechaba de la intensa mirada de Natalia. --?Puedo ayudarte en algo? ?necesitas ayuda? --Natalia se le acerco y sonrio cortesmente. --Oh, no gracias, solo estoy mirando este libro increible --levanto la vista y Natalia se dio cuenta de que sus ojos eran de color azul turquesa. No podia recordar la ultima vez que vio a un hombre con unos ojos tan hermosos. Natalia tambien noto que tenia hombros anchos y cabello oscuro y ondulado. Parecia tener unos treinta y cinco anos, y a Natalia le parecio que era increiblemente guapo. --El otro dia recibimos ese libro --asintio Natalia y observo la pagina que estaba viendo. Parecia ser un boceto de arquitectura antigua, con algunas imagenes mas pequenas de jeroglificos en la parte de abajo--. Ese libro me dio mucha curiosidad desde que llego, pero aun no he tenido la oportunidad de leerlo --se acomodo el pelo detras de la oreja y luego se pregunto que mas podia decir. --Bueno, si quieres leerlo, te lo dejare aqui cuando termine --dijo el hombre, y Natalia se dio cuenta de que llevaba un brazalete de plata en una mano, y un anillo grueso de plata con un onix en el dedo. No queria parecer demasiado interesada, pero era dificil ocultar el hecho de que estaba realmente interesada en conocer a este hombre que se encontraba de pie frente a ella. --Claro, eso es genial --dijo Natalia--. ?Te gusta el arte? --pregunto. Toda la cara del hombre se ilumino. --Si, mucho --dijo--. De hecho, soy artista y estoy organizando una jornada de puertas abiertas para mi ultimo trabajo este viernes en el Cafe de Broadway. --Luego metio la mano en el bolsillo de su chamarra y saco un volante de papel doblado. Se leyo: Esculpe una vida que valga la pena vivir Obras de una epoca: Escultura, acuarela y joyeria Viernes, 1 de octubre de 6--8 Cafe de Broadway Natalia leyo el volante y luego se sintio muy emocionada. Hacia meses que no hacia nada que considerara remotamente interesante. Ella era una aficionada al arte, y de hecho solia pintar con frecuencia antes de que su madre muriera. Sintio mucho interes por el hombre, y en su invitacion a su evento. --Me encantaria ir --dijo Natalia, y luego extendio su mano--. Mi nombre es Natalia --dijo ella. El hombre sonrio, y estrecho su mano. Su agarre era firme y su mano calida. Natalia vio que llevaba botas de cuero y una bufanda de lana. --Yo soy Pedro --dijo, y sonrio genuinamente, luego respiro profundamente y paso sus dedos por su cabello arrugado--. Supongo que trabajas aqui --sonrio un poco mientras hacia el comentario. Natalia sonrio y enderezo sus hombros. --Por supuesto que si --se sintio un poco relajada con su nuevo conocido, y se dio cuenta de que por primera vez en mucho tiempo sintio una sensacion de alivio, un aura expresada de calma y de comodidad. Queria saber mas sobre Pedro, pero no queria alejarse demasiado de sus responsabilidades al otro lado de la sala de lectura--. Bueno, fue un placer conocerte. Espero verte el viernes --dijo y luego se giro para mirar hacia el escritorio. Pedro miro a Natalia mientras ella regresaba al otro lado de la habitacion. Le gustaba que su pelo fuera grueso y castano, y que llevara unas encantadoras botas rojas de lluvia. Le gustaba su sonrisa, y le gustaba la forma en que ella olia. Pedro sabia que tendria que ser cauteloso con lo mucho que revelaba sobre sus sentimientos, en el caso de que Natalia lo encontrara peculiar una vez que su verdadera naturaleza fuera expuesta. --Ok, chica. Cuentame todo sobre el --Carla ni siquiera levanto la vista de sus archivos. --Carla, ?puedes creerlo? ?Cuando fue la ultima vez que tuvimos a un chico bueno aqui? Quiero decir, claro, tenemos algunos hombres guapos de vez en cuando, !pero no de esa manera! --Natalia intento desesperadamente contener su excitacion, pero era casi imposible cuando llego a Carla. --Lo vi. Tenia todo ese asunto del macho artista --Carla asintio con la cabeza--. ?Cual es su historia? --pregunto ella, ansiosa. --Bueno, el es un artista, y su nombre es Pedro. Me invito a su evento el viernes --Natalia agarro el volante y luego lo abrio para mostrarselo a Carla--. Esto va a ser genial. Deberias de venir tambien --los ojos verdes de Natalia estaban muy abiertos y expectantes. Carla miro pensativa por un segundo

  • Lucia en la noche de Juan Manuel De Prada

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    Alguien dijo que los angeles a menudo no saben si se mueven entre los vivos o los muertos. Y cuando se mueven entre los vivos a veces ocultan su rostro, huyen de nuestras caricias, se escabullen y desaparecen, dejandonos con la sensacion de que, quiza, nunca estuvieron a nuestro lado.

  • Despertando el amor en la naturaleza de Oscar Pascual , Sonia Crespo

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    Iker y Lorena eran una pareja casi perfecta que habian superado muchos obstaculos para llegar hasta el punto en el que se encontraban, lo que les habia hecho comprender que la relacion perfecta hay que construirla dia a dia con mucho amor, respeto, comprension y poder de adaptacion, para afrontar cualquier obstaculo de la vida.
    Lorena habia encontrado en su esposo a su mejor amigo, su confidente, su complice, un padre estupendo para sus hijos y un companero de vida capaz de darle lo que necesitaba anticipandose a ella.
    Iker habia encontrado en su esposa lo mismo que ella en el, pero ademas esa musa que le inspiraba miles de detalles romanticos.
    Su amor era fuerte como una roca, pero iban a comprobar que tambien era fragil como el cristal, al aparecer viejos fantasmas del pasado, que como molestos visitantes invisibles habian aparecido para poner a prueba ese amor.
    Para intentar acabar con ellos decidieron volver ese lugar magico que era tan especial para ellos, los lagos de Covadonga. Alli descubriran que se amaban y debian de hacer lo posible para que la relacion funcionase. Lo harian a traves de la naturaleza. ?Sera eso suficiente para que su amor no se rompa?
    No se pierdan esta historia llena de carino, comprension, pasion, naturaleza y, por supuesto, mucho amor.

  • Conquistando el mundo – Aeryn Anders de Aeryn Anders

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    ?Puede un juego de guerras traspasar la pantalla e invadir la realidad?
    ?Que harias tu si la persona que mas detestas es en realidad la que mas te comprende y de la que estas enamorado sin saberlo?
    En Tenerife, durante un juego de clanes, surge una amistad que ira mas alla de la propia pantalla. Dos jugadores aliados en la conquista de un nuevo mundo sin saber que en realidad es su corazon y su propia historia de amor la que estan librando.
    Conquistando el Mundo no es simplemente una historia de amor imaginaria, es una historia de amor inspirada en hechos reales.

  • Ellas hablan de Miriam Toews

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    Durante anos, en la recondita colonia menonita de Molotschna, decenas de mujeres han sido sistematicamente drogadas y violadas mientras dormian. Despertaban doloridas y sangrando. La comunidad se empenaba en mantener que todo era producto de su absurda imaginacion, o quiza del demonio, que las castigaba por sus pecados. Los violadores, sin embargo, eran hombres de la propia colonia: tios, hermanos o vecinos que finalmente acabaron en prision pero que en apenas dos dias seran liberados bajo fianza y regresaran a casa. Ocho de esas mujeres que padecieron abusos y violaciones estan a punto de reunirse en secreto para tomar una decision que determinara su futuro. ?Que deben hacer? ?Perdonarlos, como pide el Pastor? ?Responder a la violencia con mas violencia? ?O marcharse para siempre?

  • Sin alma de Andres Ortega

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    Madrid, 1948. El Profesor, un neurologo discipulo de Ramon y Cajal, autor de La hipotesis innecesaria sobre la inexistencia o invencion humana de un alma inmortal, fallece en Madrid tras haber recibido los ultimos sacramentos en contra de su ultima voluntad. En esos tiempos duros, la Iglesia y el regimen de Franco, ayudados por el padre Aljimiro que se decia amigo del Profesor, se resisten a publicar las obras de un autor que ha entrado en el Indice de libros prohibidos del Vaticano.

  • En la piscina vacia de Felix Sabroso

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    Llevaba ya mas de dos anos sin escribir. Casi ni siquiera fantaseaba con hacerlo. Me habia dedicado un tiempo, demasiado, a esa pequena literatura oral que nos convierte en charlatanes de fiestas, sobreactuados de red social, manipuladores de las palabras en favor de un goce no siempre de ida y vuelta. Un intenso palabritas, sobrado y elucubrador. Un pesado a evitar, soportable solo a ratos. Siempre conseguia eludir el papel. No queria bajar al sotano, aterrado ante el sonido que de alli me llegaba. No era un sonido, era un terrible olor que a duras penas conseguia disfrazar, un hedor sonoro como un grito podrido. Pensaba a menudo que era cuestion de tiempo, de rachas, periodos de observacion y reflexion, de etapas de llenado. Acumulando sin discriminar, como si todo fuese informacion, como si todo me sirviese alguna vez para algo en mi Diogenes absoluto. Amontonando vivencias apestosas, situaciones y miradas como bolsas de basura apiladas en los pasillos... Me castigaba y me toleraba al mismo tiempo. Siempre supe hacerlo, combinar indulgencia y autorreproche, mi coctel favorito. Pero en cada uno de aquellos dias habia siempre un momento para la decision y la audacia, asi me convencia de que estaba intentando remediarlo, de que arrancaria con la escritura por fin partiendo de cualquiera de las innumerables ideas que diariamente hacian en mi el camino de entrada y salida. Cualquiera de ellas, incluso la peor de todas. La satisfaccion estaba solo en pensarlo: un goce neurotico, una fantasia analgesica y paralizante. El cuerpo obedece con automatica ferocidad y busca caminos para nuestros mas titubeantes requerimientos, casi siempre en contra de nosotros mismos. El cuerpo gobierna y, atendiendo a ese deseo de volver a escribir, realizo algunos movimientos, intentando ponerle remedio de la unica manera que sabia: haciendo mas ruido aun, rompiendolo todo y poniendome en jaque. Asi, una noche en la que el olor estaba a punto de asfixiarme, mi cuerpo abrio las ventanas de par en par; y alli estaba el, husmeando, merodeando. Y yo, claro, lo deje entrar. Aun confundo el momento exacto en que entro en mi vida, pero esta intacto el retrato mental que me hice de el. Era un torpe, un ambicioso, el muchacho sordo y mudo que tenia todos los nombres y ninguno. Ese idiota innecesario al que invitaria al festin con mi desden de vampiro amateur y mi exceso de falso enamorado de la vida sin decirle que el era la unica vianda. Lo habia visto ya antes, a distancia, y sabia lo que estaba haciendo. No eran, ni por asomo, pasos inocentes los suyos, pero los mios tampoco. Comence con algunas frases tontas y el respondio con algun cuestionable halago. Luego, un gesto suyo de prematuro desinteres fue decisivo para que afilase mis colmillos y me tirase en barrena a por el a una velocidad vertiginosa y comica a un tiempo. Se llamaba Victor, como siempre humilde y pretencioso como el charol embarrado de un zapato que no esta hecho para caminar y que sin embargo lleva ya el cuentakilometros al limite. Podria completar la descripcion pero lo cierto es que el dibujo a trazo gordo del idiota interesado saltaba de el a mi como las pulgas... Y nos fundiamos, o mejor, nos confundiamos, mezclandose nuestros rasgos de origen antagonicos hasta el mimetismo absoluto, como en esos videoclips con morphing de los noventa. Asi, a veces yo era el y otras el era yo, a veces moria de pena por el y otras me lamentaba de mi mismo. En cuanto a el, tambien a veces le ocurria todo, pero casi siempre nada. Podria dedicar mas tiempo a describir con detalle todos los episodios de esta breve relacion que venia a colmar el vaso, a provocar un equilibrio a traves de un gran desastre, a cambiar las cosas quiza o a desmontarlas definitivamente para que nada se moviese. Podria contarlo, disfrazando habilmente las obviedades, porque tengo cada instante de aquellos escasos dos meses minuciosamente elaborado y, por supuesto, reinventado: cuando el idiota se hizo listo, cuando yo me volvi idiota, cuando manipule triunfante, cuando me dieron la vuelta, cuando crei amar, cuando jugue sin piedad, cuando creyo amar el, cuando me desprecio, cuando se sintio despreciado, cuando nos reimos todos de el, cuando el se rio el ultimo... Pero definitivamente esto no es una cancion de amor, hablamos del egoismo y sus excelencias, asi que el relato exige a gritos una elipsis. Se trataba de un asunto de dos tan intenso como comun, tan brillante como repetido, de tal manera que todo el que fuese ajeno a aquella borrachera emocional, es decir, todo el mundo excepto yo, lo encontraria, sin duda, eludible, inutil, soporifero y no pasaria de estas primeras paginas. Malos tiempos para cuentos de amor con el unico y endeble fin de emocionar, para historias esperanzadoras que no han sido desvirgadas por venenosos puntos de giro, para paginas y paginas de dulce retrato prenado de eficaz empatia pero sin cargas de dinamita ocultas tras cada punto y aparte. Nada de eso. Voy a ir a lo que considero sin duda el verdadero arranque de la cuestion. Dare un salto mortal para situarme directamente en el momento en que mate a Victor. Aquella imborrable noche en la que destroce a ese muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. 2 Comienzos exagerados de eyaculador precoz. Siempre me pongo el liston muy alto para asi defraudar y defraudarme, creando para mi mismo un apacible fracaso, una emocion familiar que me devuelve al mismo lugar: ese narcotico confort donde siempre me rindo, me inmovilizo y apago el ruido. Destroce a aquel muchacho de tal modo que no lo reconocio ni su madre. !Que exageracion tan resultona! Soy un gandul acomodado con infulas de roquero que confunde a la audiencia haciendole esperar algo mas audaz, incorrecto y emocionante de lo que en realidad fue: ni un crimen de pasiones del hemisferio sur, ni el de un psicopata descuartizador, ni el de un escritor asesino con complejo de Dios --creador y destructor, filosofia y metafora del mundo que se desmorona, la podredumbre de la sociedad del exito, ego y naturaleza creativa--. Nada de eso. Fue solo un torpe accidente: no conduzco bien, no conduzco nada y habia bebido tanto como una comunidad autonoma. No estaba colerico ni desesperado, no se me habia colmado el vaso, aun no estaba a punto para la revolucion que posteriormente protagonizaria. Solo fue una llamada de atencion, un trailer promocional, una actuacion histerica e innecesaria: me largaba de la fiesta de cumpleanos de Adriana, mi editora, tras discutir con ella -- desacuerdos y amenazas-- y despues de una sobredosis de impertinencias de Victor. Pero la fiesta la dejamos para luego. Ahora vamos al accidente: a la rueda que marcha adelante y atras, al neumatico chirriante, a mi mano errada titubeando con las marchas, quemando el mecanismo, a su cabeza arrastrandose por el asfalto, al chof de cucaracha aplastada, al ruido de la maquina cuando cruje al ser. Le habia pedido las llaves de su coche. Nos conociamos hacia apenas dos meses y era nuestra primera fiesta juntos, pero el ya sabia perfectamente que yo no conducia nunca y se hacia evidente que estaba muy borracho. Aun asi me las dio. La indolencia y la irresponsabilidad impidieron que Victor dudase ante mi solicitud, muy propio de una generacion en la que debieron verter sosa caustica sobre el neurotransmisor encargado de la empatia con el projimo. Sali de aquel chale --oda tantas veces repetida al siglo XX y sus excelencias decorativas-- haciendome notar, interpretando el orgullo, la altivez y la radicalidad de alguien que hubiese llegado a una suerte de conclusion iluminada: una tontuna en contra de todavia no sabia que... Como pude llegue al coche y, tampoco se como, consegui meter las llaves en el contacto. El equipo de musica se activo enseguida, saturando y aniquilando mas si cabe mi percepcion del entorno. Sonaba un CD del chico, una macarrada infumable. No lo apague. La senti de pronto como la banda sonora perfecta para dar contenido a mi terrorista interior; en ese momento yo era Victor. Y probablemente tambien Victor fuera yo, porque hizo lo que sin duda hubiese hecho yo mismo: seguirme arrepentido hasta el parking. En nuestros escasos encuentros esos habian sido los pequenos gestos que yo interpretaba como amorosos, no habia otros a los que asirse. Asi se construia nuestro endeble y enganoso asunto. Victor me siguio preocupado y a mi, subjetivo como mi oficio, estos cuasigestos me ponian hasta el culo de endorfinas. Probablemente solo penso --porque efectivamente alguna vez parecio hacerlo (mas por fria templanza que por comun proceso reflexivo)-- en como cono volveria a su barrio desde aquella urbanizacion tan irritantemente desubicada, o quiza temio que me cargara su coche, su unica y mas preciada propiedad: una chatarra patria de tercera mano. Di marcha atras. No lo vi, nunca lo veia y esta vez tampoco. No supe que era lo que se habia enganchado, primero a las ruedas y luego al chasis inferior. Lo arrastre una y otra vez. En lugar de frenar, debi de concluir que la mejor manera de deshacerme del bulto seria superarlo, pisotearlo hasta que se soltase. Tambien soy asi, cuando la cago insisto hasta la gran cagada y remato... No fue tan facil mover el vehiculo adelante y atras, pero segui hasta acabar envolviendolo todo en humo. Por fin me detuve y baje del coche. Alli estaba Victor: sus zapatos pretenciosos me enternecieron. Me di cuenta por primera vez de que los llevaba para buscar mi aprobacion, otro gesto que sobreinterprete nuevamente como mudo acto de amor. Asi, antes del horror, primero senti lastima de aquel pobre hombre que en ese momento era yo; antes del horror, me cupieron incluso las milesimas ironicas, el chiste que enciende la culpa inmediata y te obliga a recular sobre ti mismo. Una casi risa ante sus delgadas piernas saliendo por la parte trasera del vehiculo: una imagen de dibujos animados, el coyote aplastado. ?Por que no grito? ?Por que cayo inerte desde el primer instante como un saco de patatas? No somos de piedra y, aunque recorramos carreteras secundarias ante el dolor --humor, escepticismo, lastima--, al final, en estas situaciones, de un modo o de otro, siempre acaba teniendo lugar la unica posible emocion de resultante logica: el horror absoluto. Vomite, me cegue y camine por las calles oscuras de la urbanizacion hasta poner entre ambos toda la distancia posible. Pero no la suficiente. Victor se quedaria conmigo mucho tiempo. ?Como llegue hasta el centro y hasta mi casa desde aquella colonia periferica? Eso es otra elipsis. El caso es que llegue y no debi tardar tanto porque la enajenacion nerviosa no me habia abandonado aun... Asi comenzo todo: el panico, la espiral de errores, las hojas de periodico tapando las ventanas, el fantasma maltratador, la locura absoluta... Pero rebobinemos hasta Adriana, mi editora, su cumpleanos, la fiesta y un grabado de Baco

  • El precio de estar a tu lado de Leire F. Cascon

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    Ubicada en la Inglaterra victoriana, “El precio de estar a tu lado” es la historia de Ann Lake, una nina nacida dentro del seno de una familia adinerada y de gran posicion que aprendera que dinero y posicion social no son suficientes para alcanzar la felicidad. La vida de Ann cambia drasticamente tras la repentina muerte de su madre, lo cual provocara en ella una crisis vital que da lugar a un encerramiento que agrieta su vida marcandola en un antes y un despues.

  • Tengo que olvidarme de ti de E.m. Cubas

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  • Volver a creer (Haven Manor 2) de Kristi Ann Hunter

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    Una mujer que huye de su pasado, un hombre que solo busca la vida tranquila del campo y un encuentro que lo cambiara todo.

  • Tatiana cuesta arriba 2 de Rosario Martin Martinez

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    Me desperto el sonido repelente del despertador electrico de mi mesita de noche como cada manana, me gire inconscientemente en la cama para abrazarme a ella y fue ahi cuando cai en la cuenta de lo que habia pasado el dia anterior. Vuelta a la realidad, Alejandro… Aquella noche me dormi llorando, abrazado a la almohada que aun conservaba el olor de Tatiana. No me podia explicar, aunque no paraba de darle vueltas a la cabeza buscando un porque, como Tatiana habia actuado de la forma que lo hizo... Otra cosa a la que no le encontraba explicacion era a como, en tan poco tiempo, habia dado tanto de mi a alguien que conocia desde hacia unos meses. No podia evitar tener la sensacion de haberle dado las herramientas suficientes para hacerme mierda. Ya se lo dije en una ocasion, cuando le entregas a una persona tus miedos, tus inseguridades, tus entranas al fin de cuentas, es como si le estuvieses dando la formula secreta para destrozarte la vida en el momento que le plazca. Tu persona en las manos de otra, un titere, creo que no hay nada mas jodido, bueno si, que esa persona sea cabrona, ahi es donde verdaderamente estaras jodido... Sinceramente, deseaba con todas mis ganas que no usase todo lo que conocia de mi para hundirme. Seguia queriendo y necesitando creer que ella era diferente. Una parte de mi seguia en calma, observando desde un sillon de cuero negro como mi otro yo se autodespellejaba vivo por la incertidumbre. Aquellos nervios jodidos de no saber como podria actuar Tatiana, era como si estuviese en vilo constantemente, eternamente alerta, aunque mi yo que tranquilo observaba desde el sillon negro tuviese la certeza de que Tatiana jamas daria un paso que me hiciese dano, no podia ser falso todo lo que vi en sus ojos tiempo atras, no podia ser mentira todo lo vivido... Recuerdo la primera vez que la vi. Entre en aquella jugueteria buscando un puzle grande para poner en el despacho una vez lo hubiese terminado. Paso frente a mi, no me miro, supuse que le acababan de dar una mala noticia porque la vi limpiarse de la mejilla las lagrimas que le caian de sus ojos turquesas. Poco despues, gracias a mi fuerza de conviccion, me entere de que sus lagrimas eran porque la habian despedido. Fue ahi donde supe que tenia que hacer algo. Me atrajo tanto que hable con Mara, dependienta y companera de trabajo de Tatiana, ex amante mia y buena amiga actualmente. --Mara, ?quien es esa? --senale en su direccion con mi menton. --Tatiana, una de las dos chicas que trabaja en la administracion. --Es guapa. --Muy guapa, pero para tu informacion, creo que esta casada. --No soy celoso --le guine el ojo. --?No piensas cambiar nunca? --?Para que? Me va genial asi. --Creo que la han despedido... A dos companeras de caja tambien le han dado la magnifica noticia. Se esta jodiendo mucho la cosa por aqui. --?Podrias darme su numero de telefono? --No tengo su telefono, Alex… Es mi companera de trabajo no mi amiga... La agarre por la barbilla y la acerque a mi con mi prepotente chuleria. A veces merecia una patada en la boca, lo reconozco. --Estoy seguro de que podras encargarte de eso --le guine el ojo--. Confio en ti. --Eres un psicopata. --Pasamelo en cuanto lo tengas --deje la caja del puzle sobre la cinta de la caja de Mara. --?Un puzle? --Para mis ratitos libres, va a quedarme bastante chulo en la pared de mi despacho. De entre tantos puzles que se apilaban en las estanterias, elegi uno de un puente sobre un rio con una iluminacion natural bastante chulo. Ahora solo quedaba montarlo... --A ver si te enamoras de una vez y dejas de dar bandazos... !Y la lata! --anadio. --No, gracias --le guine un ojo--. Mi compromiso no tiene precio. Aun no ha nacido la mujer que consiga hacerme creer en el amor. Consigueme eso. --Hare lo que pueda pero no te prometo nada. --Confio en ti. Pocos dias despues tenia el numero de Tatiana memorizado en mi agenda. Habia veces que me preguntaba como cojones me verian las mujeres a las que me acercaba. Me ponia en su lugar, si un tio se acercase a mi, pidiendome favores a golpe de guino de ojo o de sonrisita picara, le mandaria a la mierda, directamente, sin pensarmelo. Lo tenia mas claro que el agua. ?Que cono veian en mi para complacerme con cada idiotez que se me antojaba? Mara me dijo que habia abandonado la jugueteria y que andaba mandando curriculums a diestro y siniestro, incluso sin importarle donde llegaban. Estaba desesperada por trabajar, me encanto que fuese tan activa y que no se dejase hundir facilmente. Fingi que habia llegado uno a mi oficina, rece porque no recordase, como ya me dijo Mara, donde habia ido entregandolos. Cuando le dije a Susana que llamase a aquel numero y le ofreciese un puesto en el bufete me dijo que estaba loco, que no necesitabamos a nadie, era cierto, con Susana y conmigo bastaba, pero necesitaba tenerla cerca, no se que cono me paso con ella. La segunda vez que la vi fue en el encontronazo del ascensor. Eso no lo planee, eso si fue capricho del destino, pero me salio a pedir de boca. No queria nada serio con ella, mas bien seguir puteando a Susana. Tatiana me gustaba fisicamente, me atraia de una forma bestial, pero no mas que otras mujeres que habian pasado por mi vida. ?Que fue entonces lo que me engancho a ella desde el primer momento que la oi hablar? Sera eso a lo que llaman flechazo, capricho del destino. No pare hasta follarmela y una vez que lo hice solo desee hacer el amor con ella. La lucha interna que se desato dentro de mi no dio fin hasta hacia apenas unos dias, cuando decidi, como un gilipollas, ir mas alla con ella. ERROR. Si te iba bien siendo un cabron, para que tuviste que ir a mas... Sali de la cama y me dirigi al bano a darme una ducha y a afeitarme. Era un dia importante, tenia juicio. Me pare a mirarme en el espejo y vi reflejado un rostro diferente al del habitual. Hacia tiempo que no veia a ese que estaba mirandome desde el espejo. Las ojeras eran considerables. Me puse el traje negro con raya diplomatica que me daba un toque serio y una camisa blanca. Ultimamente me habia estado vistiendo delante de Tatiana y me encantaba como me miraba, me hacia sentirme tan especial... El tio perfecto me dijo en una ocasion. Nunca nadie me habia visto asi, nunca, jamas, mas bien todo lo contrario; el tio de los mil y un defectos, el que no sabia querer a nadie nada mas que a el mismo, el que unicamente se dedicaba a estar de flor en flor cagado por si algun dia daba con la que descolocase su vida… Sergio estaba esperandome en el portal del bloque de apartamentos donde yo vivia. Estaba apoyado en el capo de su coche fumandose un cigarro, parecia chulesco pero yo sabia lo noble y buen tipo que era. Los dias que tenia juicios siempre pasaba a buscarme en su coche porque yo me ponia bastante nervioso, no soy tan de hierro como quiza quiero llegar a aparentar. Sergio es mi companero de trabajo pero a la vez mi mejor amigo, el si que sabe como soy. Sabe tanto de mi que el dia que nos peleemos tendre que matarlo (notese la ironia). Se podria decir que es el hermano que nunca tuve. Me subi a su AUDI RS7 rojo, me flipaba aquel coche. --Buenos dias, hermano --nos chocamos el puno. --Buenos dias. --?Listo? --Si --dije mirando por la ventanilla. --A ti te pasa algo. !Como me conocia el cabron, joder! --Nada, una mala noche. --?Has follado demasiado y descansado poco? --le mire arqueando una ceja--. Lo se, nunca es demasiado, pero a ti algo te pasa. A el si que no le enganaba, y conociendolo me iba a estar dando tralla hasta que se lo contase. --Movida en el bufete. --?Otra vez Susana? Tio, sacala de una puta vez de tu vida. --Esta vez son dos las que me han dejado como estoy; Susana y Tatiana... --Trio magistral... ?Te has planteado follartelas a las dos a la vez? --Si, justo eso es lo que tengo en mente en estos momentos, tenia pensado hacer un grupo de WhatsApp y concretar dia, hora y lugar... --vacile--. Las he despedido. A Sergio se le paralizo la cara. No era para menos... Sergio sabia lo adicto que me estaba volviendo a Tatiana. El primer consejo que me dio cuando le conte que habia visto una tia que me gustaba en la jugueteria fue: "follatela y a otra cosa, hermano ". Y le hice mucho caso... Tanto que !la contrate en el bufete! Ahora me sentia en tierra de nadie, no me sentia encajar en ningun lado. No encajaba ni en mi propia casa, aun en el bano habia infinidad de cosas de ella, y en mis cajones ropa suya… --?Pero que cojones...? --Susana confirmo lo que yo ya sabia. --No estaba embarazada. !Te lo dije! --Exacto. Nunca lo ha estado. Odio las mentiras, disfrute echandola del bufete. Estaba deseando que llegase ese dia. --?Y Tatiana? --Ella sabia que Susana no estaba embarazada. --?Que dices, tio? --Lo que escuchas. Y prefirio mantenerle la mentira a una tia que me destrozo en el peor momento de mi vida antes que ponerse de mi lado y quitarle la puta mascara juntos, hubiese sido perfecto, pero no, Tatiana es igual que todas las tias que han pasado por mi vida, no era especial, Sergio, no lo era… Los dos nos quedamos callados. Aparco su coche y nos bajamos, Sergio atraia decenas de miradas de las mujeres, el siempre decia que era yo el iman, a mi no me quedaba ninguna duda de que era el… Caminamos con la mirada al frente hasta llegar a los juzgados. Deje mi maletin en el control de escaner y pase el arco detector. Le di la mano a Sebastian, el de seguridad. Me recordaba a mi padre. Sebastian es un tio alto, grande, de unos cincuenta y pocos anos, el pelo canoso y algunas arruguillas que le marcan la frente y los ojos. --Buenos dias, Vidal. --Buenos dias, Sebastian. ?Como esta hoy? --Bien, hijo... Algo cansado. --Unas vacaciones, Sebastian, necesita usted unas vacaciones... --asintio mientras sonreia. --?Hay juicio hoy? --Asi es. --Que tengas mucha suerte, aunque tu no necesitas de eso. Un pitido del arco detector nos saco de nuestra conversacion. --Sergio, las llaves del coche que estan en tu bolsillo derecho... Lo dijo sin apartar la vista de mi para fijarla en Sergio, algo mecanico, como si aquella frase se la hubiese dicho miles de veces. Me rei. --Ostias, perdona, Sebastian. Vi a Pablo y Victor a lo lejos, sentados en uno de los bancos metalizados que habia fuera de la sala, cogidos de la mano. Aquella relacion me parecia bastante fuerte, solida a pesar de no llevar mucho tiempo juntos. Dos hombres que habian luchado por su amor a pesar de que nadie apoyase aquello, a pesar de perder sus puestos de trabajo y, lo que era peor aun, perder familiares como en una ocasion me comento Tatiana que le habia pasado a Pablo. Me parecian dos tios valientes que habian sido capaces de enfrentarse a todo y a todos por puro amor. Cuando supe que Pablo habia sido la pareja de Tatiana durante anos y que vivieron juntos, senti unos celos bestiales, ?por que cojones no me la cruce antes en mi camino? No se por que no llegaba a estar del todo enfadado con ella, mi mente la queria lejos, mi razon me obligaba a conservarla cerca. Se levantaron practicamente a la vez al verme llegar. --Buenos dias, Senor Vidal --Pablo me estrecho la mano y seguidamente Victor. --Buenos dias. El es Sergio, mi procurador. Se estrecharon las manos entre ellos. Estaban muy nerviosos, podia notarlo. No tenian porque estarlo. Aunque era complicado no preocuparse, aquello era pan comido. Por suerte, el juez, habia aceptado la grabacion que aportabamos, en ella se oia a Estela decirle a Pablo que "estaba despedido por maricon, el y su novio". Estaba seguro de que se irian para casa con una buena indemnizacion en el bolsillo.

  • Lazo eterno (Seleccion RNR), Lucia de Vicente de Lucia De Vicente

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  • La casa de las voces de Donato Carrisi

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    Una caricia en suenos. En el nebuloso confin con la vigilia, un instante antes de caer en el abismo del olvido, el suave toque de unos dedos frios y finos en la frente, acompanado de un triste y dulce susurro. Su nombre. Al oir la llamada, la nina abrio los ojos de par en par. Y en ese mismo instante, sintio miedo. Alguien habia venido a visitarla mientras se iba quedando dormida. Podia ser alguno de los antiguos habitantes de la casa; a veces charlaba con ellos o los oia moverse como ratones, rozando las paredes. Pero los fantasmas hablaban en su interior, no fuera de ella. Tambien Ado --<>-- iba a visitarla. Sin embargo, a diferencia de todos los demas espiritus, Ado no hablaba nunca. Por eso ahora un pensamiento mas concreto la turbaba. Aparte de mama y papa, nadie sabia su nombre en el mundo de los vivos. Era la <>. La idea de haber violado una de las cinco recomendaciones de sus padres la aterraba. Siempre habian confiado en ella; no queria decepcionarlos. Y menos ahora que papa le habia prometido ensenarle a cazar con el arco y que mama habia estado de acuerdo. Pero entonces reflexiono: ?como iba a ser culpa suya? <>. No habia dicho su nuevo nombre a extranos, y tampoco era posible que alguno de ellos se hubiese enterado accidentalmente. Ademas, hacia al menos un par de meses que no veian a nadie merodeando por los alrededores de la casa de campo. Estaban aislados en medio de la nada; la ciudad mas cercana se encontraba a dos dias de camino. Estaban a salvo. Solo ellos tres. <>. Entonces, ?como era posible? Quien la habia llamado era la casa; no encontraba otra explicacion. A veces, las vigas producian siniestros crujidos o gemidos musicales. Papa decia que la casa se asentaba en sus cimientos como una senora entrada en anos sentada en un sillon y que, de tanto en tanto, necesita acomodarse mejor. En el duermevela, uno de esos ruidos le habia parecido el sonido de su nombre. Eso era todo. La inquietud en su alma se aplaco. Volvio a cerrar los ojos. El sueno, con su silencioso reclamo, la invitaba a seguirlo a ese lugar acogedor y calido donde todo se disuelve. Cuando ya iba a abandonarse, alguien volvio a llamarla. Esta vez la nina levanto la cabeza de la almohada, se incorporo y, sin bajar de la cama, sondeo la oscuridad de la habitacion. En el pasillo, la estufa hacia horas que se habia apagado. Al otro lado de las mantas, el frio sitiaba su lecho. Ahora estaba completamente despierta. Quienquiera que la habia invocado no estaba en casa; se hallaba fuera, en la oscura noche de invierno. Habia hablado con la voz de las corrientes de aire que se insinuan por debajo de las puertas o entre las persianas cerradas. Pero el silencio era demasiado profundo, y ella, con el corazon latiendo con impetu en los oidos como un pez dentro de un vaso, no lograba distinguir ningun otro sonido. <>, le habria gustado preguntar a las tinieblas. Pero temia la respuesta. O tal vez ya la conocia. <>. Se levanto de la cama. Pero, antes de moverse, busco a tientas la muneca de trapo con un solo ojo que dormia a su lado y la agarro para llevarla consigo. Sin encender la luz de la mesilla, se aventuro a ciegas por la habitacion. Sus pequenos pasos descalzos resonaban en el suelo de madera. Debia avisar a mama y a papa. Salio al pasillo. El olor del fuego que se consumia lentamente en la chimenea subia por la escalera que conducia a la planta de abajo. Se imagino la mesa de olivo de la cocina, todavia con los restos de la pequena fiesta de la noche anterior. La tarta de pan y azucar que habia preparado mama en el horno de lena y a la que le faltaban tres raciones exactas. Las diez velas que habia apagado de un solo soplido, sentada sobre las rodillas de papa. Mientras se acercaba al dormitorio de sus padres, los pensamientos felices se evaporaron y dejaron paso a oscuros presagios. <>. Lo habia visto con sus propios ojos: los extranos cogian a la gente, se la llevaban lejos de sus seres queridos. Nadie sabia donde iban a parar ni que era de ellos. O tal vez todavia era demasiado pequena, todavia no estaba preparada, de modo que nadie se lo habia querido contar nunca. Lo unico de lo que estaba segura era de que esas personas ya no regresaban jamas. Nunca mas. --Papa, mama... Hay alguien fuera de la casa --susurro, pero con la determinacion de quien no quiere que sigan tratandola solo como a una nina. Papa se desperto el primero y, un instante despues, lo hizo mama. La nina obtuvo inmediatamente toda su atencion. --?Que has oido? --pregunto la madre, mientras el padre cogia la linterna que siempre tenia a mano junto a la cama. --Mi nombre --contesto la nina, titubeando, temiendo una reganina por haber violado una de las cinco reglas. Pero ninguno de los dos le dijo nada. Papa encendio la linterna y cubrio el foco con la mano para iluminar apenas la oscuridad de la habitacion y que los intrusos no supieran que estaban despiertos. Sus padres no le preguntaron nada mas. No sabian si creerla o no. Pero no porque sospecharan que hubiera mentido, sabian que nunca mentiria sobre algo asi. Solo debian determinar si lo que habia contado era real o no. A la nina le habria gustado que simplemente se tratase de su imaginacion. Mama y papa estaban alerta. Pero no se movieron. Permanecieron en silencio, con la cabeza ligeramente erguida, escrutando la oscuridad, como los radiotelescopios de su libro de astronomia, que escrutan lo ignoto que se esconde en el cielo, esperando y a la vez temiendo captar una senal. Porque, como le habia explicado su padre, descubrir que no estamos solos en el universo no seria necesariamente una buena noticia: <>. Discurrian interminables segundos de silencio absoluto. Los unicos ruidos eran el viento que agitaba las copas de los arboles secos, el llanto quejumbroso de la veleta de hierro oxidado en lo alto de la chimenea y los grunidos del viejo granero, como una ballena durmiendo en el fondo del oceano. Un sonido metalico. Un cubo cayo al suelo. El cubo del pozo, mas concretamente. Papa lo habia atado entre dos cipreses. Era una de las trampas sonoras que colocaba cada noche alrededor de la casa. El cubo estaba situado cerca del gallinero. Ella estaba a punto de decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo, su madre le puso una mano en la boca. Queria sugerir que tal vez se tratara de un animal nocturno --una comadreja o un zorro--, no necesariamente de un extrano. --Los perros --susurro el padre. No se le habia ocurrido hasta entonces. Papa tenia razon. Si hubiese sido un zorro o una comadreja, despues del ruido del cubo al caer, sus perros guardianes sin duda habrian empezado a ladrar para senalar su presencia. Como no lo habian hecho, solo habia una explicacion. Alguien los habia hecho callar. Ante la idea de que les pudiera haber ocurrido algo malo a sus amigos peludos, unas calidas lagrimas le hirvieron en los ojos. Hizo un esfuerzo por no echarse a llorar; su disgusto se mezclo con un repentino ataque de terror. Sus padres intercambiaron una mirada. Fue suficiente para saber exactamente lo que debian hacer. Papa fue el primero en bajar de la cama. Se vistio rapidamente, pero sin ponerse los zapatos. Mama lo imito, pero ademas hizo algo que dejo a la nina atonita durante un instante: le parecio que su madre esperaba el momento en que el padre no se diera cuenta, y a continuacion vio como metia una mano debajo del colchon, cogia un pequeno objeto y se lo introducia rapidamente en el bolsillo. La nina no tuvo tiempo de ver que era. Le extrano. Mama y papa no tenian secretos. Antes de que ella pudiera preguntarle nada, la madre le dio una segunda linterna y se arrodillo delante poniendole una manta sobre los hombros. --?Recuerdas lo que debemos hacer ahora? --pregunto, mirandola fijamente a los ojos. La nina asintio. La mirada decidida de la madre le infundio valor. Desde que empezaron a vivir en la casa abandonada, hacia alrededor de un ano, habian ensayado decenas de veces el procedimiento: asi lo llamaba papa. Hasta entonces nunca hubo la necesidad de llevarlo a la practica. --Agarra fuerte a tu muneca --le recomendo su madre. A continuacion, cogio su pequena mano con la suya, calida y fuerte, y se la llevo. Mientras bajaban la escalera, la nina se volvio un instante y vio que el padre habia cogido uno de los bidones del trastero y ahora esparcia el contenido por las paredes de la planta de arriba. El liquido se filtraba a traves de las vigas del suelo y tenia un olor penetrante. Cuando llegaron a la planta inferior, mama la arrastro consigo hacia las habitaciones traseras

  • Corey (Detras de la musica 4) de Yunnuen Gonzalez

    https://gigalibros.com/corey-detras-de-la-musica-4.html

    Mala suerte. ?O esperando al destino?

    Ser el guitarrista principal de The Radicals asegura fans por monton, siempre dispuestas a cumplir fantasias. La fama da eso y mas.

  • Cuando te golpeo de Meena Kandasamy

    https://gigalibros.com/cuando-te-golpeo.html

    La segunda novela de Kandasamy la ha situado en los altares de la novela contemporanea India.

  • Dime la verdad de Tess Gerritsen

    https://gigalibros.com/dime-la-verdad.html

    Dos homicidios sin aparente relacion tienen mas en comun que el simple hecho de que los investiguen la inspectora de Boston Jane Rizzoli y la forense Maura Isles. En ambos casos, los cadaveres presentan heridas espantosas, pero se desconoce la causa real de la muerte. Un doble desafio que se presenta en un momento inoportuno para ambas. Mientras Jane se esfuerza por salvar a su madre de un matrimonio fracasado que amenaza con enterrarla, Maura se enfrenta a la muerte inminente de la suya, la infame asesina en serie Amalthea Lank. Esta, aun siendo victima de un cancer terminal, todavia disfruta manipulando a su hija y le facilita una pista criptica sobre los dos extranos asesinatos que Maura y Jane intentan resolver.

  • Memorias de hielo (Malaz. El Libro de los Caidos 3) de Steven Erikson

    https://gigalibros.com/memorias-de-hielo-malaz-el-libro-de-los-caidos-3.html

    Memorias del hielo es la tercera entrega de la saga <>, la decalogia originalmente publicada entre 1999 y 2011 que ha convertido al escritor canadiense Steven Erikson en una de las mayores voces de la fantasia epica contemporanea. Desde entonces, esta obra maestra de la imaginacion esta considerada una de las series mas ambiciosas del genero de los ultimos anos.

  • ?Estas dormida? de Kathleen Barber

    https://gigalibros.com/estas-dormida.html

    Una novela de suspense psicologico con un gran gancho narrativo, ?Estas dormida? cautivara a los fans de The making of a murder y atraera a los lectores que buscan protagonistas femeninas fuertes.