• joaquin estefania twitter - Joaquin Estefania

    https://gigalibros.com/estos-anos-barbaros.html

    Mas pobres, mas desiguales, mas precarios, menos protegidos, mas desconfiados, menos democratas. Este es el devastador balance que ha dejado la crisis economica en amplias zonas del mundo, en especial en el sur de Europa, convertido en el laboratorio mayor de los experimentos de la denominada ‘austeridad expansiva’. Una combinacion tan desmesurada y tan desfavorable de elementos no se ha dado en la historia contemporanea mas que en cuatro ocasiones: las dos guerras mundiales, la Gran Depresion y la Gran Recesion que empezo en el verano del ano 2007.

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "Libro estupendo. Oportuno ahora ...

    https://mobile.twitter.com/estefaniajoaq/status/1424056700131291137

    Quote Tweet. Capitán Swing. @Capitan_Swing. · Aug 7, 2021. ALGO. Habría que empezar por hacer ALGO. Image. 5:15 PM · Aug 7, 2021·Twitter Web App.

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "Libro excepcional de un ...

    https://twitter.com/estefaniajoaq/status/639875597024559104

    4 sept 2015 — "@lalibreria: Madrid y Nueva York son más parecidas de lo que pensamos, te lo mostramos en este magnífico libro ".

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "En Madrid todo comenzó con ...

    https://twitter.com/EstefaniaJoaq/status/1494703533307875328

    18 feb 2022 — Y sabemos lo que pasó pero faltan, creo yo, los detalles. El caso está necesitado de un buen libro que nos lo explique.

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "No ha podido ver publicado su último ...

    https://twitter.com/EstefaniaJoaq/status/1374812480082477063

    No ha podido ver publicado su último libro “El vuelo de los buitres”, sobre el desastre de Annual y la guerra del Rif”. Por unos días. ... Ha fallecido Jorge ...

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "Los libros de Owen Jones ...

    https://twitter.com/estefaniajoaq/status/668542065396031488

    22 nov 2015 — Joaquín Estefanía. @EstefaniaJoaq. Los libros de Owen Jones (Chavs y El establishment) no son utópicos. Son polėmicos. Hay que leerlos.

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "Por fin una critica que pone en su ...

    https://twitter.com/estefaniajoaq/status/945432716555714560

    Joaquín Estefanía. @EstefaniaJoaq. Por fin una critica que pone en su lugar ideológico cercano a FAES al libro "Imperiofobia". El imperio del extremo centro ...

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "Leyendo a Karl Kraus: "No ...

    https://twitter.com/estefaniajoaq/status/901150150747459585

    Qué libro, Joaquin?

  • Joaquín Estefanía on Twitter: "El capitalismo cambia de piel ...

    https://twitter.com/estefaniajoaq/status/1380847275002454018

    10 abr 2021 — Conversation. Joaquín Estefanía ... Una avalancha de libros analiza este momento crítico · 11:36 AM · Apr 10, 2021·Twitter Web App.

  • Libros Catarata on Twitter: "El capitalismo cambia de piel ...

    https://twitter.com/cataratalibros/status/1381283804699066369

    11 abr 2021 — Conversation. Libros Catarata. @CatarataLibros. El capitalismo cambia de piel. Joaquín Estefanía en. @el_pais · @babelia_elpais.

  • Revoluciones de Joaquin Estefania

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    El ultimo medio siglo (1968-2018) ha sido testigo de una generacion que amanecio a la madurez con la alegria revolucionaria de Mayo del 68 y que se esta jubilando en pleno vigor de una revolucion conservadora y de los populismos de extrema derecha que amenazan con llevarse por delante muchas de las conquistas civilizatorias de este tiempo. Esa generacion es la que ha mandado. Una generacion que con sus aciertos, sus contradicciones, sus arrebatos de colera (a veces ingenuos; a veces violentos; casi siempre justos) o su resignacion ha tratado de cambiar el mundo, aunque no con la profundidad y la velocidad que previeron sus protagonistas, algunos de los cuales podrian decir: ‘Queriamos cambiar el mundo y el mundo nos ha cambiado a nosotros’. A cada ano magico revolucionario (1968: Paris, Praga, Mexico; 1999: movimiento antiglobalizacion; 2011: los indignados) le ha sucedido una reaccion (1979-1980: Thatcher y Reagan; 2011: los neocons; 2017: Trump) que ha pretendido siempre volver al statu quo anterior, a lo que creian un estado natural de las cosas, utilizando los principios de coercion y persuasion, el poder duro y el poder blando. Durante aquellos anos magicos, los jovenes como categoria historica han disputado a la clase obrera el monopolio del protagonismo redentor de los cambios que esta tuvo durante el siglo xix y primera parte del xx. El sentido de la historia lo daba el progreso, pero el motor de la historia no ha sido solo la lucha de clases, sino las ansias de un grupo transversal de ciudadanos que ha reivindicado su lugar en la politica, la economia y la cultura.

  • La escalera del agua de Jose Manuel Garcia Marin

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    Angel es un muchacho que malvive en una misera alqueria de Las Hurdes, dedicado a las labores del campo y sin mas ambicion que lograr comer cada dia. No sabe que su familia y sus vecinos guardan un secreto, pero su abuelo se encargara de desvelarselo cuando, segun la tradicion, llegue el momento: son descendientes de moriscos, expulsados de Granada en el siglo XVI, desterrados del reino de Toledo en el XVII y refugiados en ese remoto paraje para huir de la persecucion. Ese hecho marcara la existencia de Angel, asi como un desgraciado suceso que le obligara a escapar de su aldea y a rehacer su vida en Toledo, al amparo de unos padres franciscanos que le daran carino y educacion y haran de el un hombre admirable.

  • Los saltos de Sara. La historia completa de Susanna Herrero

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    Este libro es una recopilacion de la historia completa de Sara Summers que incluye los titulos: Los saltos de Sara, Las caidas de Sara, Las decisiones de Sara y Simplemente Sara.

  • El viaje de los colibries de Sue Zurita

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    Despues de casi ocho horas sentada en aquel viejo autobus intentando dormir, por fin escuche al conductor hablar por el altavoz: Bienvenidos a la ciudad de Puebla, la temperatura es de 4o centigrados y el reloj nos indica las 5:55 am, a los pasajeros que bajan, les deseamos que tengan una excelente estancia y a los que continuan su viaje a la ciudad de Mexico, tendremos un descanso de 20 minutos. Di un suspiro que contenia una mezcla de angustia y emocion, el frio calaba hasta los huesos y mi descolorida sudadera azul no tenia ningun efecto abrigador. No podia mover las manos de lo congeladas que las tenia. Intente acomodar mi cabellera, humedeci mis labios partidos y resecos, uni las manos y las coloque en la boca para darles calor con mi aliento, me pare del asiento y recogi la maleta que estaba en el portaequipajes, arriba de mi lugar y baje del autobus lentamente. Espere a que me entregaran una segunda maleta, color azul marino con ruedas ya desgastadas y camine a la salida de la terminal, aun incredula de mi osadia. Sali de la C.A.P.U. (Central de Autobuses de Puebla) y eran las siete de la manana. Las calles repletas por vendedores ambulantes, la gente que iba a prisa se tropezaba conmigo, hacian un mal gesto y me miraban como diciendo: Avanza o retrocede, pero haz algo porque justo ahi donde estas parada estorbas. Un empujon y luego otro, levante la vista y me encontre con esa extraordinaria postal que desde entonces me causa una admiracion emocional: el Popocatpetl arrodillado junto al Iztaccihuatl, parecian alcanzar el cielo, me senti tan diminuta. Y es que la leyenda que hay sobre estos volcanes enamora a cualquier visitante. Trata de aquel guerrero azteca que ama a Xochiquetzal, quien tras ser enganada sobre la muerte de su amado se casa con otro. El guerrero, al volver, vence a su enemigo en un duelo, y va en busca de Xochiquetzal, pero la encuentra muerta, ya que ella no soporto la verguenza de haber sido de otro. El se hinco a su lado y le lloro tan amargamente que del cielo cayeron piedras de fuego, la tierra temblo, y al llegar el amanecer, donde ellos estaban, aparecieron los majestuosos volcanes como simbolo de su amor eterno. Y ahi estaba yo, tan pequena como me sentia, observando cada detalle de la silueta de la mujer acostada y su guerrero a lado. Un empujon mas y una de las maletas se me escapo de las manos. En el sitio de taxi solicite uno que me llevara a un hotel cercano, preferentemente de bajo costo. Avanzamos un par de calles y llegamos a un motel de paso, que daba un aspecto de descuidado y viejo. En la recepcion un joven flaco, de dientes grandes, me dio la llave de la habitacion. Ni siquiera me sente en la cama, tenia la impresion de que esas sabanas no habian sido cambiadas en varias semanas. Con los ojos agotados, prendi el televisor y veia las noticias locales, para tratar de ubicarme como era la ciudad en estos dias. Esperaba que se hiciera un poco mas tarde para salir en busca del desayuno, un cafe y el periodico. El recepcionista que iba de salida, se monto en su bicicleta y me acompano al puesto de periodicos y me recomendo la fonda de la esquina. --Los chilaquiles rojos, son excepcionales --afirmo. Mientras degustaba los famosos chilaquiles de la senora Mari Carmen, buscaba en los clasificados un lugar donde alojarme, tenia que darme prisa para instalarme y buscar empleo. Con los pocos ahorros que traia no sobreviviria mas de un mes, asi que subraye con una pluma roja de escasa tinta, los anuncios que podrian ajustarse a mi presupuesto. Me marche sonrojada del puesto de comida, pues no me alcanzaba para dejar propina. "Av. 9 Poniente, a un par de cuadras de la Catedral, calles adoquinadas, y casas de estilo colonial, con enormes ventanales, todo Patrimonio de la Humanidad desde 1987", decia el anuncio del periodico. Me comunique a otros lugares antes de dar con esta opcion; departamentos compartidos fuera de mi presupuesto en bonitos edificios, pensiones de estudiantes economicas sin nada de privacidad. Pero en la Avenida 9 Poniente me esperaba una casa con balcones que daban a la calle, un porton grande que estaba entre abierto, un patio espacioso lleno de plantas y flores. En medio, como si todo lo anterior fuera poco, habia una fuente de querubines en sequia, rodeada por las habitaciones. Subi las anchas escaleras detras de la fuente y toque en la puerta 22. --Buen dia --salio Nora sonriente, una anciana simpatica y sin dientes, de escaso cabello ondulado y piel con machas propias de la edad --?Romina? --me pregunto. --Romina Parmeno --me presente. Estreche mi mano con la suya, me invito a pasar a su sala. Cuatro gatos ronroneaban por ahi. Me sirvio un champurrado, una bebida milenaria que se sirve caliente, de consistencia espesa y espumosa, sabia a chocolate con un ligero aroma a vainilla, justo lo que necesitaba para calmar el frio que penetraba mis huesos. La pequena sala estaba abarrotada de muebles antiguos. La alfombra, de un color grisaceo opaco, cubria el suelo, dando la impresion de no haber sido aspirada en mucho tiempo. Estornude. --!Salud! --dijo de inmediato Nora. Las paredes estaban cubiertas por repisas y jugueteros de madera repletos de gatos de porcelana y varios cuadros con fotografias en blanco y negro de una nina. El comedor estaba frente a mi y tenia un mantel rosa palido, tejido con estambre. Despues supe que Nora lo habia hecho, pues a eso se dedicaba en sus ratos libres. Algunas ocasiones un grupo de senoras, y una que otra jovencita, se reunian en el jardin a tejer. Los domingos colocaban una mesa en el zaguan y exhibian sus piezas para vender a los que pasaban por ahi. El mueble tipo consola, detras del comedor, llamo mi atencion, era precioso, del siglo XIX, que ella me platico pertenecio a su abuela, en el tenia una variedad de piezas de una vajilla de autentica Talavera poblana. Quise preguntar por la nina de las fotos pero pense que podria ser inapropiado. Salimos de ese lugar, subimos escaleras y entramos a la habitacion que yo ocuparia. --Esta es la habitacion disponible --abrio la puerta con una llavecita antigua y oxidada, rechinaron las bisagras como el llanto agudo de un nino, el cuarto era

  • Reir al viento de Sandra Barneda

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    <>. SENECA <>. SUSAN SONTAG <>. VINCENT VAN GOGH Quiero ser ese aire puro que levanta cometas, que huele a canela de ofrendas y humedece pieles que no se olvidan de sonreir. Quiero estar cerca de esos dioses y diosas para vivir eternamente en ese lugar bendecido. No creo en religiones, ni en personas que castran, dividen… creo en la magia, en la ilusion, en la belleza. Tierra hermosa, lugar perdido que ofrece y ofrenda. Todo aquel que va a buscar… !encuentra! !Luchadora! Abandona las batallas, suelta las armas. Vive como quieras, levanta las manos y quitate las cadenas invisibles que el miedo nos construye a base de lamentos. Comprueba la fortaleza, siente la energia que, como de la misma tierra, brota dentro de ti. Viento que sopla en contra o a favor. Huracan que destruye, rafagas que despejan, brisa que alivia… pero viento. Libre, hermoso e imposible de atrapar. Uno 29B. Me acuerdo perfectamente de mi numero de asiento y poco de mi companero de vuelo: pelo canoso, gafas metalicas, ojos… ?marrones? y nada hablador. ?O fui yo la que selle la boca para que no me saliera un exabrupto cuando le veia comer como un cerdo? Veinte horas de vuelo dan para mucho o para nada; como la vida: decides exprimirla o dejarla secar como una pasa. Estoy convencida de que a el le paso lo mismo: nos dejamos secar porque nos resultamos indiferentes. Nuestras energias chocaron y nuestras neuronas decidieron no perder el tiempo e ignorarse. No fue culpa suya. En ese vuelo, aunque hubiera aparecido el tio mas sexy del planeta --Keanu Reeves--, no le habria hecho ni caso. Mis ojos estaban ciegos y mi corazon tan helado como un glaciar de su era y no de la nuestra. Mi relacion con Gonzalo habia llegado a su fin. Nueve anos de amor: la Relacion se habia desmoronado como un castillo de naipes. Ni siquiera recuerdo como le dije: <>. La belleza de las cosas esta en que no duren para siempre. Pero en ese avion no era capaz de llegar a esa reflexion, ni a ninguna otra. Estaba destrozada y sin saber por donde empezar a tirar del hilo. Hacia tan solo dos semanas que Gonzalo se habia marchado de casa, con cara de poquer y sin entender nada. Siempre ha tenido el don de la relatividad o de <>. Muy de tio; quedarse en la primera definicion del diccionario por norma y, como excepcion, mirar el resto. Mi memoria, ademas de ser selectiva, es caprichosa y decide siempre quedarse con los recuerdos placenteros y enviar al exilio los dolorosos. La ruptura con Gonzalo esta dentro de mi, pero muy desdibujada. Incluso metida en ese avion tantas horas y con la cabeza martilleando frases sueltas de aquella noche, de aquel final. <>. <>. <>. <>. <>. Fui incapaz de recomponer el rompecabezas. ?Que nos paso? ?Cuando empezamos a arrugar el amor hasta convertirlo en una bola de papel destinada a hacer canasta? Llore mucho en ese asiento: por mi, por no entender y por saber que habria dado lo que fuera para evitar la caida. Despues de aclararme con el mando y sus botoncitos e inspeccionar sus multiples posibilidades, escogi cine: El exotico hotel Marigold. Me costaba concentrarme por mi vecino, Mr. Nasty1 , y sus ruiditos. Tambien habia una nina negra de pelo muy rizado que se paseaba arriba y abajo. A veces se quedaba mirandome fijamente: los ninos tienen ese don de atravesar barreras y desarmarte en un ya. No nos dijimos nada, pero nos comunicamos sin el habla. La primera vez que la vi fue porque tropezo y cayo directa sobre mi. Su madre, un bellezon mulato, la fue a buscar y, sin levantar demasiado la voz, le echo una pequena reprimenda que la nina encajo estoicamente. Me recordo a Yago cuando tenia su edad. A los cinco anos y despues de una soberana bronca con Gonzalo, nos fuimos los dos al parque. Yago no quiso jugar, se sento a mi lado en un banco y se quedo mirandome fijamente en silencio. Despues de un rato me dijo: --<>. Me quede patidifusa, petrificada, convertida en estatua. No habia encontrado una replica a ese comentario, cuando vino el siguiente: --Papa te pone triste y ya no sonries. Me trague las lagrimas y lo abrace. --Yago… mama y papa son muy felices, lo que pasa es que… a veces se enfadan un poco. Como cuando tu y yo nos reganamos, pero nos queremos mucho. Miraba a aquella nina y me imaginaba a Yago ese dia, con sus ojos tan grandes y redondos, sentado a mi lado, tan pequeno pero siempre tan protector conmigo. Deseando a toda costa mi felicidad, incluso por encima de la suya. Siete anos despues de esa conversacion, se me saltaban las lagrimas mientras me bebia una Coca-Cola y pensaba en mi hijo, que ahora, con doce anos, no entendia nada y me culpaba de lo ocurrido. La adolescencia es muy mala compania, y como nino, futuro hombre, estaba muy unido a su padre. --!No! !No nos puedes hacer esto! No supe que responderle. Ni antes ni ahora ni nunca. Volver habria sido hacerme eso mismo a mi. Por eso estaba en ese avion, con el desconsuelo de maleta, el aturdimiento y la culpa de acompanante. Todo por una noche de insomnio y desesperacion en la que me plantee volver a fumar despues de casi ocho anos. Termine con un cubata, la mesa llena de fotos y hablando por telefono con mi amigo Pablo. Decidi que me tenia que ir de viaje, tenia que encontrarme. Llevaba una semana encerrada en casa. Lloraba, hablaba de Gonzalo y Yago en un bucle de culpabilidad, dormia, volvia a llorar, apenas me aseaba, apenas deseaba nada. Esa noche, mientras hablaba con mi amigo y me abria en canal mirando fotos, en la tele echaban un documental sobre Bali. --Encima viendo un documental sobre el destino preferido de los recien casados, !no te jode…! Pablo era un enamorado de la isla. --Alex, ?por que no te vas a Bali? Es un paraiso y necesitas pensar y sanarte. Me preocupas. --!Tu estas fatal! De paso me llevo alguno de mis libros de <> o <>. --No te iria nada mal aplicarte uno de esos manuales que escribes. --Sabes que no creo en esas chorradas. Solo me gano la vida con ellas. Son las biblias de las religiones de los agnosticos. En realidad, nada cura la decepcion, la desesperacion… Nada. Solo aprendes a vivir con ello. --Necesitas salir de ahi. Dejar esa casa por un tiempo y pensar. Pablo siguio enumerandome las multiples razones por las que tenia que irme a Bali mientras yo descartaba cada una de ellas a golpe de cubata y argumentos cada vez mas insostenibles. Sabia que tenia que hacer algo, pero mi cuerpo, mi mente y mi corazon se mantenian inmoviles. --Podrias aprender a hacer surf. Alli es el lugar ideal. --Si, a los cuarenta y tres y con una forma fisica deplorable. --?Por que no? Siempre has querido aprender, ?no? Pues ya tienes un motivo para irte. Aclararte y aprender a surfear… ?Hola? ?Alex? ?Estas ahi? Me entro un ataque de risa. Hacia tiempo que no me reia de aquella manera tan… como si se me acabara el aire y me fuera reventar la vejiga. Me parecio la razon mas surrealista de la noche y, a la vez, la que mas sentido tenia para mi. Irme a hacer surf, recuperarme, escucharme, aislarme y decidir si cerrar la puerta <> definitivamente o volver a abrirla. --!Pablo, tengo que colgarte! He decidido que me voy a Bali. Sin esperar al dia siguiente por temor a que se me pasara el pedo y me echara atras, inicie la busqueda de billete. Me meti en foros para saber algo de esa isla y me apunte en una lista todas las cosas que tenia que hacer: --Hablar con Gonzalo (!va a flipar!) --Hablar con Yago (no se si me perdonara por dejarle) --!Llamar al trabajo y pedir vacaciones ya! --Llamar a mi padre…

  • Heroes de la frontera de Dave Eggers

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    Del autor de El Circulo, una road novel que sigue la estela de En la carretera de Jack Kerouac, Hacia rutas Salvajes de Jon Krakauer y Canada de Richard Ford. Una novela que reflexiona sobre la perdida y la busqueda de nuevas oportunidades.

  • Era el chico perfecto de Sophie Kiss

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    Albern aparece despues de varios dias sin estar con el gran amor de su vida Michelle, cuando estan juntos Albern le anuncia que viene un gran cambio para sus vidas, Michelle lo sabra de a poco. Albern se la llevara a experimentar nuevas experiencias, conocer a una persona muy especial y a no renunciar a su nuevo estilo de vida.

  • Como hablar con un conservador de Gloria Alvarez

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    El pensamiento liberal ha mantenido incontables batallas contra el progresismo mas trasnochado, pero los liberales tambien deben reconocer y explicar que su pensamiento no solo es distinto del socialista, sino tambien del conservador.

  • La estrella robada de Mary Higgins Clark

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    Faltaban veintidos dias para Navidad, pero este ano Lenny queria comprar sus regalos con antelacion. Seguro de que nadie conocia su presencia y tan inmovil y silencioso que apenas se oia respirar, observo desde el confesionario como monsenor Ferris recorria la iglesia cerrando con llave las puertas para la noche. Con una sonrisa despectiva en los labios, aguardo impaciente a que las luces del sagrario se apagaran. Al ver que el monsenor echaba a andar por el pasillo lateral encogio el cuerpo, pues eso significaba que iba a pasar por delante del confesionario. Una de las tablas del cubiculo crujio y Lenny blasfemo en silencio. Por un resquicio de la cortina vio que el clerigo se detenia y aguzaba el oido. Luego, creyendo que no era nada, monsenor Ferris siguio hasta el fondo de la iglesia. Instantes despues la luz del vestibulo se apago y se oyo una puerta al cerrarse. Lenny se permitio un suspiro audible. Estaba completamente solo en la iglesia de San Clemente, en la calle 103 Oeste de Manhattan. Sondra se hallaba bajo el portal de una casa situada justo enfrente de la iglesia, al otro lado de la calle. El edificio estaba en reformas y el andamio, levantado a ras de suelo, la ocultaba de la vista de los transeuntes. Queria asegurarse de que el monsenor salia de la iglesia y entraba en la rectoria antes de dejar al bebe. Durante los dos ultimos dias habia asistido a los oficios de San Clemente para conocer las costumbres del clerigo. Tambien sabia que cada dia a las siete, en epoca de Adviento, dirigia el rosario. Debilitada por la tension y el esfuerzo del parto ocurrido unas horas antes, con los pechos hinchados por el liquido que precedia a la leche, se apoyo en el marco de la puerta. Un debil gemido procedente del interior de su abrigo parcialmente abotonado hizo que sus brazos, llevados por el instinto materno, hicieran el gesto de mecer. En la hoja de papel que planeaba dejar con el bebe habia escrito cuanto podia revelar sin delatarse: <>. Sintiendo un nudo en la garganta, Sondra vio la figura alta y algo encorvada del monsenor salir de la iglesia y dirigirse a la rectoria, situada justo al lado. Era el momento. Habia comprado dos camisitas, unos patucos, un camison largo, un abrigo con capucha, algunos biberones y panales desechables. Habia arropado a la pequena al estilo indio, con una bata de lana gruesa y dos mantas, pero la noche era tan fria que en el ultimo momento habia traido consigo una bolsa de papel marron. Habia leido en algun lugar que el papel era un buen aislante contra el frio. De todos modos, el bebe no iba a pasar mucho tiempo a la intemperie, solo hasta que Sondra encontrara un telefono y llamara a la rectoria. Lentamente, se desabrocho el abrigo y cambio de postura al bebe teniendo especial cuidado con la cabeza. Las farolas de la calle le permitian ver la cara de la pequena con claridad. --Te quiero --susurro con vehemencia--. Siempre te querre. La nina levanto la vista. Tenia los ojos totalmente abiertos por primera vez. Unos ojos marrones, unos mechones claros y rizados sobre una frente diminuta, labios pequenos y encogidos buscando el pecho de la madre. Sondra estrecho la cabecita y sus labios rozaron la suave mejilla de la criatura al tiempo que le acariciaba el cuerpecito. Luego, con gesto decidido, introdujo la diminuta figura en la bolsa marron y cogio el cochecito de segunda mano que, cerrado, descansaba a su lado. Los coches aparcados la protegian de las miradas curiosas al cruzar la calle en direccion a la rectoria. Subio los tres escalones de la estrecha entrada y abrio el cochecito. Tras colocar el freno, deposito a su hijita debajo de la capota y dejo la bolsa con la ropa y los biberones a sus pies. Se arrodillo y la contemplo por ultima vez. --Adios --susurro, y echo a andar a toda prisa hacia la avenida Columbus. Telefonearia a la rectoria desde una cabina situada a dos manzanas de alli. ***** Lenny se enorgullecia de ser capaz de entrar y salir de una iglesia en menos de tres minutos. Podria haber alarmas silenciosas, penso al abrir su mochila y sacar la linterna. Tras dirigir el haz de luz al suelo, inicio el recorrido de costumbre. Primero se encamino hacia el cepillo de los pobres. Sabia que ultimamente la cuantia de las limosnas habia disminuido, pero este cepillo contenia una recaudacion mas sustanciosa de lo normal, entre treinta y cuarenta dolares. Los cepillos de las ofrendas, situados debajo de las velas votivas, fueron los mas satisfactorios de las ultimas diez iglesias que habia saqueado. Habia siete, cada uno instalado frente a la estatua de un santo. Con mano rapida, forzo los cerrojos y recogio el dinero. Durante el ultimo mes habia acudido a misa en dos ocasiones para estudiar la distribucion de la iglesia y habia observado que el cura consagraba el pan y el vino en copas muy sencillas, de modo que no se molesto en forzar el tabernaculo. Ademas, se alegraba de no hacerlo. En su opinion, los dos anos vividos en la escuela parroquial le habian afectado profundamente, pues ahora le creaba remordimiento hacer ciertas cosas, lo cual era un fastidio a la hora de saquear iglesias. En cambio, no tenia reparos en hacerse con el trofeo que le habia llevado hasta aqui: el caliz de plata con el diamante en forma de estrella en la base. Habia pertenecido al sacerdote Joseph Santori, el fundador, un siglo atras, de la parroquia de San Clemente, y era el unico tesoro que poseia esta iglesia historica. Sobre una vitrina de caoba, en un nicho situado a la derecha del sagrario, colgaba un retrato de Santori. La vitrina, muy ornada, poseia una reja destinada a proteger el caliz. En una de las ocasiones en que habia asistido a misa, Lenny se habia acercado para leer la placa expuesta debajo de la vitrina: <>.

  • Sobre hielo de Peter Kurzeck

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    Sobre hielo es la primera novela del ciclo autobiografico Das alte Jahrhundert, cuyo punto de partida es la ruptura de Kurzeck con Sibylle, la madre de su hijo, y su posterior mudanza a un almacen de paredes tremolantes que comparte con un piano. Se trata de un monologo poetico sobre la ciudad y el tiempo, repleto de encuentros y anecdotas, escrito en una prosa personalisima de frases cortas o directamente amputadas, en continuo staccato.

  • Silencioso destino de B. E. Raya

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    Cuenta una leyenda que las personas destinadas a conocerse estan conectadas por un hilo rojo invisible. Este hilo nunca desaparece y permanece constantemente atado a sus dedos, a pesar del tiempo y la distancia. Hikaru Kiyomizu proviene de una familia japonesa encargada de cuidar el templo del Dios Musubi, ademas de que se les han asignado ciertos dones y poderes para poder resguardar y ayudar a aquellos que desean encontrar a su alma gemela, esos poderes para Hikaru son una maldicion, no desea saber nada del hilo rojo, ni de parejas predestinadas y mucho menos encontrar a su alma gemela.

  • Experimentos Con Seres Humanos de Carlos Schilling

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    Un arte simple Cuando tenia 13 anos me gustaba dibujar cruces esvasticas en los cuadernos borradores. Cruces esvasticas y variaciones de las mascaras de Kiss. Empezaba desde la ultima pagina y avanzaba en sentido contrario hasta que los dibujos se superponian a los deberes escolares. La coincidencia siempre era extrana. Una levisima sensacion de mareo, un parpadeo desorientado, una busqueda en el vacio. Cuando me quedaba sin espacio para las cruces, levantaba los ojos del cuaderno, miraba alrededor con desconfianza, veia mis companeros, veia las paredes pintadas a la cal, veia los ventanales que daban a un patio interior y, como si mirara desde la Luna, recien entonces me daba cuenta de que estaba en un aula del Liceo Militar. No se si dibujar en las horas de clase era una forma de distraccion o de concentracion en mi rutina de estudiante. Por lo que recuerdo de las isobaras y las isotermas tacharia la segunda opcion en Geografia. Pero como puedo recitar los nombres de los reyes de Francia desde el primer Ludovico hasta el ultimo Luis, deberia elegir la respuesta contraria en Historia. La verdad es que dibujaba sin pensar en el sentido de lo que estaba dibujando. No habia ninguna conexion entre mi cabeza y la mano que sostenia la birome. A los 7 anos, eran cohetes espaciales; a los 10, animales fantasticos, y a los 13, cruces nazis. Me gustaba verlas multiplicarse sobre el papel, una al lado de otra, como si expresaran en terminos simbolicos en vez de porcentuales el avance de una infeccion o una enfermedad mental. Un dato relevante es que dibujaba mas en el Liceo que en mi casa de Los Juncales. Cuando volvia a mi pueblo, los fines de semana, me olvidaba de las esvasticas y me dedicaba a las mascaras de Kiss. Era un acto de exclusion voluntaria. Me encerraba en una pieza para no ser acusado de perturbar la salud auditiva de los Staub y me aislaba del mundo toda una tarde. Siempre que encendia el tocadiscos, el efecto se repetia: los papeles se llenaban de dibujos espectrales. Una vez que logre imitar los rasgos del Gato, el Hombre del Espacio, el Chico Estrella y el Diablo, empece a introducir variaciones en los modelos originales. Al principio se reducian a minimos detalles, tan sutiles que nadie los hubiera notado en un juego de las cinco diferencias. Pero los minimos detalles conducen a los maximos detalles. En poco tiempo, ya estaba disenando mi propia serie de mascaras inspiradas en bestias provenientes de la zoologia, la mitologia o la astrologia. Una sola cosa me frustraba: no podia superar el grado de malignidad de la mascara del Diablo. Intentaba con vampiros, zombies y calaveras, pero la comparacion siempre me decepcionaba. La ventaja de las esvasticas era la simplicidad. Dos trazos que al cruzarse adquirian una potencia negativa incomparable. Parecian perfectas desde el principio. Se completaban a si mismas y a la vez no se terminaban nunca. Yo queria seguir dibujandolas hasta llenar mil cuadernos. Mil anos de cuadernos. La eternidad del Reich se cumplia en sus formas. Generaban una inercia en mi mano, una continuidad infinita. Y aunque no tuvieran significados podian significar cualquier cosa. Por ejemplo: cruces en un cementerio. Si las proyectaba en tres dimensiones formaban largas filas que se dilataban mas alla del horizonte. Hay que tener en cuenta que un espacio importante de mi vida lo ocupaban las fantasias funebres. Estaba pensando en las malas decisiones militares de Hitler (corregia la invasion a Rusia o alargaba los tiempos de prueba de los cohetes V2) y de pronto se moria mi madre. No es que imaginara una enfermedad fulminante, un accidente fatal o un asesinato, ni que abundara en detalles concretos sobre los huesos quebrados o los organos lesionados, nunca veia la cara desfigurada o el cuerpo tapado con una sabana, lo unico que registraba era la ausencia, el resultado final, la conclusion: no tenia madre. Ya no existia. Pero ni siquiera podia llorarla, ni siquiera podia velarla, porque junto con mi madre enseguida se moria mi padre, difuminado, borrado, chupado por el vacio, disuelto en el aire, y tambien era un muerto sin cadaver, una entidad imposible, un hueco mental. No quedaba nada. Ni polvo. Ni ceniza. Ni una losa con su nombre y apellido. Yo me convertia en un huerfano. Un hijo de nadie. Mis principales lazos de sangre se cortaban de un solo golpe, sin causarme dolor fisico, tras una especie de amputacion perfecta de la que solo sentia la accion de la anestesia total. Si habia algo saludable en las desapariciones de mis padres era que no me daban tiempo a reaccionar. Las muertes continuaban a un ritmo cada vez mas urgente. Moria mi hermano, morian mis primas y mis primos, morian mis tias y mis tios, moria mi abuela, morian mis parientes cercanos y lejanos, todos victimas de muertes limpias, muertes no anticipadas por ninguna enfermedad. No habia nada entre el momento en que aun respiraban y el momento en que dejaban de respirar. Sucedia tan rapido que ya no tenia familia. La habia exterminado. Yo era el ultimo de los Staub. Sin embargo, como la gente seguia muriendo, ser el ultimo Staub implicaba ser la ultima persona del planeta. Todos estaban enterrados bajo las cruces que yo mismo habia dibujado. Muchos anos despues hice el ejercicio de descomponer la esvastica en sus dos trazos principales. Es una operacion de exorcismo grafico. Por un lado, en el eje vertical, se obtiene una S, inclinada y rigida, absolutamente inofensiva, una letra tan sola y aislada que parece sentirse excluida del abecedario. Por otro lado, en el eje horizontal, surge una linea quebrada que evoca el minimo segmento reconocible de una escalera descendente. Asi dividida, sin un punto de union, sin un nucleo que la fije, la esvastica carece de poder, se desequilibra, se descompone, gira en falso, deja de presionar sobre si misma, como si le faltara una tuerca y un tornillo, y lo que quedan son dos partes incongruentes de una pinza desarmada. Mas o menos en la misma epoca descubri que la inicial de mi apellido tambien conectaba simbolos que yo siempre habia considerado distantes: la insignia de las SS con la doble S del logo de Kiss. Tengo un album editado en Alemania. En su cubierta salta a la vista una alteracion tipografica comparable a mi descomposicion de la esvastica: las S son transformadas en Z invertidas, como si despues de atravesar un espejo hubieran aparecido en un mundo al reves. A veces siento que entre el Lucas Staub que soy ahora y el Lucas Staub que era a los 13 anos, se interpone el mismo espejo. Pero antes de volver a la version adolescente de mi mismo, quisiera detenerme un instante en los sentimientos que me provoca hoy la cruz gamada. Siempre que pienso en ella no puedo separarla del circulo blanco que la rodea en la bandera del partido nacionalsocialista obrero aleman. Es una bandera roja, obsesivamente simetrica, bellisima, con esa belleza que resulta de la combinacion de colores que evocan la sangre, la muerte y la pureza. Desde un punto de vista estetico, es la obra mas perenne de Hitler. ?Cuantas horas de su vida paso disenando esa bandera? ?Cuantas variantes descarto hasta encontrar la definitiva? ?Cuantas veces volvio a dibujarla solo para confirmar que era perfecta? Ahora su silueta inclinada sobre los papeles se superpone a otra silueta que ya he presentado al comienzo de esta historia. La diferencia es que yo no le mostraba a nadie mis dibujos en el Liceo. Me sentaba al lado del mas estupido o el mas estudioso de la clase (que a veces coincidian en la misma persona) y asi evitaba las miradas oblicuas y las preguntas directas. Cuando por azar un companero descubria el contenido de los cuadernos, no le daba tiempo a reaccionar, lo agarraba de un brazo, lo atraia con fuerza hacia mi pecho y le preguntaba al oido: --?De que signo sos? A cada figura del Horoscopo le correspondia un castigo especial. Si la victima contestaba: --Tauro. La sentencia era: --Vas a chillar como un ternero. Si contestaba: --Escorpio. --Vas a tragarte tu propia meada. Esa ciencia de disuasion astrologica habia sido elaborada en las horas de ocio mientras mi mano dibujaba desconectada de mi mente y todas mis ideas se volvian funebres. No siempre daba buenos resultados, aunque sirvio para espantar a mas de un curioso. El cuerpo ya crecido, las unas largas y el mal aliento combinados con las cruces esvasticas y las mascaras de Kiss me investian de un halo de demencia satanica. Era otra persona cuando me enojaba. Era un animal. Nada en el ecosistema masculino del Liceo podia oponerse a mi involucion. No digo que mis companeros me tuvieran miedo. Solo me clasificaban como un especimen desconocido. Nunca me acusaron de nazi en la cara. Sin embargo yo estaba convencido de que Alemania habria ganado la guerra si Hitler no hubiera invadido Rusia en invierno y si hubiera esperado el desarrollo de los cohetes V2. 2. El viaje secreto No puedo decirle abuelo al padre de mi padre. Nunca lo conoci. Murio dos anos antes de que yo naciera. Se llamaba Adolfo Rodolfo Staub. Comparto su apellido y su primer nombre, pero no nos parecemos en nada. Tengo otros ojos. Tengo otra cara. Cuando murio, a los 60 anos, mi abuelo conservaba todo el pelo en su cabeza, en cambio yo empece a raparme antes de cumplir 30. El padre de mi padre era ingeniero. Ingeniero mecanico. Ademas de algunas fotos en blanco y negro, donde siempre aparece peinado hacia atras y vestido con camisas de mangas cortas abotonadas hasta el cuello, solo queda de el un cuaderno de anotaciones. No es un diario intimo, sino el borrador de un ingeniero, escrito con la caligrafia mas perfecta que he visto en un hombre, letras simples y claras, sin adornos, tan geometricas que se adaptan a las coordenadas del papel cuadriculado como si fueran insectos modelados por una mente divina. Tambien hay numeros, formulas, ecuaciones y diagramas que representan el funcionamiento de los motores de combustion interna. Mi abuelo era un experto en el tema, una autoridad internacional, y entre sus invenciones patentadas figura un motor que transforma el movimiento circular uniforme en movimiento rectilineo alterno. Los planos de ese motor estan enmarcados y expuestos junto a las fotos de nuestros antepasados. Lo mas interesante que contiene el cuaderno es un recorte de diario, fechado en 1941 y titulado Alemania desarrolla una peligrosa arma secreta. El arma era el cohete A1, un prototipo de los misiles V2 que caerian sobre Londres en 1944. El jefe del proyecto era el mismo ingeniero que lanzaria el Apolo 11 a la Luna. Nunca me importo lo que hacian los otros chicos de mi edad. Supongo que volaban con un puno alzado, reptaban por las paredes o proyectaban sombras con forma de murcielago. Mi hermano y yo, en cambio, experimentabamos una gama de mutaciones mucho mas amplia. Podiamos ser cualquier cosa viva o muerta. Podiamos dividirnos y multiplicarnos. Podiamos volvernos naturales o sobrenaturales. Nos escoltaban legiones de criaturas extranas, muchas de las cuales dibuje en mis cuadernos antes de especializarme en cruces esvasticas y mascaras de Kiss. Hubo una fase de nuestra infancia en la que Claus se creia extraterrestre y pensaba que los astronautas lo habian traido de un planeta desconocido del sistema solar. Miraba las estrellas como alguien que busca su mundo perdido. Inspirados en la moda de los cohetes, disenamos nuestras propias naves e intentamos ponerlas en orbita. La estratosfera nos parecia tan cerca que pretendiamos alcanzarla con una tabla de planchar propulsada por aerosoles o con una palangana alimentada con alcohol etilico. Claus no era el unico que tenia una relacion intima con el cielo. Mi prima Luciana Sismondi, por ejemplo, nacio el mismo dia en que el hombre llego a la Luna. Pero esa es otra historia. La cito solo para exponer la clase de relaciones que nos unian con las expediciones espaciales. No importaba cuanta sangre prusiana o piamontesa corriera por nuestras venas, descendiamos de las nebulosas. Nuestra estirpe se remontaba a la via lactea. No es raro que uno de los maximos heroes de los Staub fuera Wernher von Braun, el ingeniero de la V2 y del Saturno 5. El hombre que deposito a Armstrong, Aldrin y Collins en el Mar de la Tranquilidad. El nombre completo de Von Braun suena como una declaracion jurada de sus ambiciones: Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun. Era grande mucho antes de mirar hacia arriba por primera vez. Claus y yo nos sentiamos reflejados en sus aventuras juveniles. Wernher y su hermano tambien habian lanzado una nave espacial domestica cuando eran chicos. En vez de una tabla de planchar o una palangana, utilizaron un carro de madera. El material de ignicion y propulsion consistio en media docena de bengalas, las mas grandes que encontraron en el mercado de fuegos artificiales. Ataron la carga en la parte trasera del carro, que estaba montado en una rampa, y prendieron las seis mechas al mismo tiempo. El carro salio disparado a toda velocidad seguido por una larga cola de fuego, como si fuera un cometa (dicho con la misma imagen que emplea Von Braun en sus memorias). Una vez que los cohetes se quemaron, tras dejar una estela de chispas a su paso y emitir una especie de trueno final, la improvisada nave quedo suspendida en el aire durante un momento deliciosamente antigravitatorio, despues sintio la resistencia de la atmosfera, se desvio de su trayectoria vertical y empezo a caer hacia la Tierra. Tras el impacto lo unico que quedo del carro fueron las ruedas. Von Braun no las interpreta como un simbolo, y yo deberia imitarlo, pero las veo rodar en mi mente y las figuras que trazan me recuerdan el principio rotatorio de las cruces esvasticas. La aventura termina con Wernher y su hermano detenidos por la policia y llevados ante su padre que era ministro de Agricultura de Alemania. ?Los habra retado o felicitado? Da igual. Estoy convencido de que no habia premios ni castigos para Von Braun mas que llegar adonde queria llegar, a la Luna, y por eso era el mismo chico, ahora con cuerpo de hombre, el que caminaba por los pasillos subterraneos de los laboratorios de Peenemunde, con la cabeza desbordada de calculos de balistica y formulas de combustion controlada, porque antes de la Luna, naturalmente, estaba Londres, y habia miles de personas con estrellas bordadas en los brazaletes dispuestas a trabajar dia y noche para que, una vez aniquilado Londres, la Luna fuera posible. Mi padre nos contaba que su padre habia mantenido una amistad epistolar con Von Braun desde antes de la guerra. No se por que razon el recorte del diario doblado dentro del cuaderno de anotaciones era para mi un testimonio indudable de esa amistad. Sin embargo el relato de mi padre no se agotaba en las cartas. Incluia un episodio digno de figurar en una novela de espionaje: Von Braun, Wernher von Braun, el pionero de la astronautica, el ingeniero mas respetado del siglo XX, el cientifico salvado del juicio de Nuremberg por los norteamericanos, habia visitado de incognito a mi abuelo a mediados de la decada de 1950. En plena guerra fria, durante los anos de la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Union Sovietica, ese viaje era una proeza, un peligroso capricho que solo podia permitirse un genio. Von Braun se exponia a que lo raptara una celula de espias comunistas o a que lo ajusticiara un escuadron de judios insensibles al progreso tecnologico. Claus y yo suponiamos que habia viajado de Buenos Aires a Los Juncales por caminos de tierra secundarios, a bordo de un auto negro y enorme parecido a un coche funebre, custodiado por personal de los servicios secretos de varios paises occidentales. La falta de informacion no nos impedia retroceder hasta el principio del trayecto y postular la partida desde un aerodromo clandestino de los Estados Unidos. Era el unico pasajero de un avion camuflado cuyo vuelo dibujabamos con una linea de puntos sobre un mapa del continente. No pasaba por la aduana. No mostraba su pasaporte. Y usaba anteojos oscuros para ocultar su cara. El exceso de detalles imaginarios formaba una niebla perfectamente adecuada a las nubes de polvo que levantaba la limusina de Von Braun mientras avanzaba por nuestras subrutas nacionales. Mi padre nunca mencionaba detalles especificos de ese encuentro que en la historia de Los Juncales equivalia a la visita de un Papa. Simplemente contaba que Von Braun habia almorzado con mi abuelo en la casa familiar y que se habian entendido un poco en ingles, un poco en aleman y otro poco en espanol. No recordaba ni una sola palabra de la conversacion, aunque todo indicaba que habia estado presente y que la habia escuchado con la misma devocion con que nosotros lo escuchabamos a el. Describia a Von Braun como un hombre alto y delgado, de ojos celestes y cabello canoso, que aparentaba ser mas viejo de lo que era porque usaba un traje gris y una corbata oscura. La narracion de la famosa visita siempre degeneraba en una intrincada reflexion sobre la convergencia de la matematica, la fisica de expansion de gases y la quimica en la tecnologia astronautica. Cuando se entero de que Claus queria escribir un relato sobre ese episodio para que su hijo y los futuros descendientes de los Staub conocieran la historia, mi padre lo llamo por telefono y le dijo que la persona que se habia encontrado con su padre era Wernher von Braun, si, Wernher von Braun, pero no el verdadero Wernher von Braun. Se llamaba igual, Wer-nher-von-Bra-un, era ingeniero tambien, solo que no trabajaba para la N.A.S.A sino para la Otto Deutz, la fabrica de tractores y maquinas agricolas. Mi abuelo Adolfo le mandaba cartas a Alemania para conocer detalles de los motores de combustion interna. Escribia en espanol y Von Braun le contestaba en aleman. Cuando el gobierno argentino decidio nacionalizar las corporaciones extranjeras, este Von Braun viajo al pais y visito a mi abuelo en Los Juncales. Segun mi padre, era un hombre de estatura mediana, morrudo y cuadrado, como los tipicos alemanes del sur que visten trajes tiroleses, usan sombreros con plumas y tienen la nariz colorada, lo que en terminos anatomicos significaba que no se parecia en nada al esbelto inventor de los cohetes espaciales. Sin embargo, desde ese dia, mi padre empezo a decir que Wernher von Braun habia viajado de incognito a Los Juncales para ver a su padre. Era su mitologia personal, su conexion directa con las constelaciones. Tantas veces lo conto que al final termino creyendoselo el mismo.

  • Por una rosa de Laura Gallego

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    Laura Gallego, Javier Ruescas y Benito Taibo, tres grandes autores de literatura juvenil, reinterpretan la historia de La Bella y la Bestia en tres historias inolvidables. Por una rosa es una antologia con un diseno muy cuidado e ilustraciones de Mar Blanco. Un libro que es una autentica joya.

  • Vivir en las nubes anuncia tormenta de Carolina Levi

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  • Atlas de los lugares literarios de Cris F. Oliver

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  • El nombre de la rosa de Umberto Eco

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  • Un encuentro accidental de Cathy Williams

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    Casarnos, Abigail. No hay otro camino.

  • Dia de Gayle Wilson

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    ?Duncan? Habia recibido la llamada en el telefono movil, lo que significaba que la voz que estaba oyendo era la de una amiga, no una clienta. Sin embargo, dentro del exclusivo circulo de los que Duncan Culhane consideraba sus amigos, aquella era la ultima voz que esperaba oir. No habia ni una docena de personas que supieran aquel numero, y la mujer que acababa de decir su nombre no era una de ellas. Y no porque no hubiera querido darselo. En realidad, habria estado dispuesto a darle cualquier cosa que ella le pidiera. Pero ella nunca le habia pedido nada. Y aunque habian pasado cinco anos desde la ultima vez que habia oido su voz, no habia cambiado en absoluto el efecto que tenia sobre el. Incluso en aquel momento, despues del tiempo pasado, sintio un intenso calor en sus genitales. Era el resultado de un deseo que no habia confesado jamas. Y menos a ella. --?Andrea? Le encanto la firmeza de su voz. Y especialmente el haber sido capaz de imprimir una ligera vacilacion a su tono, como si no estuviera seguro de que fuera ella. Aunque habria reconocido su voz en una habitacion a oscuras y rodeado de miles de mujeres. El era capaz de distinguir su presencia haciendo lo que hacia cada vez que estaba cerca de ella. Le bastaria con respirar el aire que la rodeaba y llenarse de la sutil fragancia de su piel, como habia hecho cada vez que le besaba la mano o la mejilla. Jamas habia habido otro contacto fisico entre ellos, Andrea habia sido la esposa de su mejor amigo, de modo que no le habia quedado otra opcion que guardar las distancias. Y probablemente era mas necesario continuar manteniendolas despues de que Paul Sorrenson hubiera muerto. --Griff me sugirio que te llamara. Espero haber hecho bien. Deberia haberselo imaginado, penso Duncan, mientras se reclinaba en el sillon de cuero. Andrea nunca lo habria llamado por iniciativa propia. Deberia haberlo sabido antes de permitirse sentir aquella fuerte excitacion. --Claro que has hecho bien. Me alegro mucho de oirte. Hace mucho tiempo que no hablamos. Se produjo un pequeno y tenso silencio, como si Andrea estuviera intentando encontrar una respuesta. --Tengo un problema, Duncan. Y esa era la razon por la que Griff le habia sugerido que se pusiera en contacto con el, por supuesto. Cualquiera que buscara los servicios de Phoenix Brotherhood normalmente lo hacia a traves de un intermediario. Pero como Paul Sorrenson habia sido miembro del grupo antiterrorista de elite que Griff Cabot habia formado en la CIA, Andrea tenia acceso inmediato a ellos. Los miembros de Phoenix eran, al igual que el propio Duncan, antiguos agentes que trabajaban para una organizacion privada creada por Cabot despues de que la CIA disolviera el Equipo de Seguridad Exterior. La agencia habia decidido que, una vez acabada la Guerra Fria, nadie utilizaria sus servicios. Pero aunque el gobierno declarara que ya no necesitaba de sus habilidades, al parecer habia multitud de personas que las encontraban valiosas a juzgar por los dividendos que compartian. --?Que clase de problema? --pregunto, al tiempo que intentaba atemperar la respuesta emocional que la voz de Andrea evocaba. Agarraba el telefono con la mano derecha, una obra de arte hecha con plastico y sistemas electronicos y cubierta de piel sintetica, de la que sus creadores estaban mas que orgullosos. Con la otra mano, eligio un boligrafo de los que tenia en el escritorio. Nunca habia llegado a dominar el arte de escribir con la mano izquierda, al menos no tan bien como le habria gustado. Pero aun asi, normalmente era capaz de descifrar las notas que el mismo garabateaba sobre los casos que le eran asignados. Normalmente. --Es algo que tiene que ver con mis abuelos --contesto Andrea. El boligrafo caminaba vacilante sobre el papel mientras Duncan digeria aquella informacion. Teniendo en cuenta que Andrea debia de tener unos treinta y cinco anos, sus abuelos, como poco, tendrian mas de ochenta. --?Han tenido algun problema serio? --En realidad no es un problema. Es un asunto un poco complicado. A lo mejor no te apetece ocuparte de el. Griff me ha dicho que estabas en San Francisco... --vacilo un instante--. He pensado que podriamos vernos en alguna parte y hablar. La sugerencia quedo flotando entre ellos durante algunos segundos, provocando la misma clase de calor que minutos antes envolvia el cuerpo de Duncan. Aquella vez, la sensacion se unia a un cierto toque de ansiedad, incluso quiza de tristeza. Sentimientos que Duncan creia haber dejado tras el mucho tiempo atras. Quiza fue esa la razon por la que se mostro de acuerdo. Eso y el hecho de que si no hubiera sido por Paul Sorrenson el no estaria alli. --Por supuesto --contesto Duncan, sintiendo como aumentaba su tristeza--. Dime donde y cuando.

  • Mi doctor ideal de Francesca Duran

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    Soy un distinguido medico, joven y reconocido por mis habilidades con el bisturi y mi propia herramienta.
    No hay enfermera que se queje de trabajar conmigo. A nadie le molesta, las mujeres quedan satisfechas y mis amigos ya me conocen y aceptan.
    Tener que viajar a ayudar a la hermana de mi amigo en el Boston General sera algo facil y nueva carne para gozar.
    No me gustan las mujeres mayores asi que sera facil mantener mi miembro quieto con la hermanita de mi amigo, Bea. Ella es quisquillosa y grunona, pero una gran Doctora, una profesional en su area, se que puedo aprender de ella tambien, y no es nada parecido a mi tipo de mujer (tontas y plasticas).
    Pero conocerla es una ilusion, su cuerpo, cabello, su elegancia, su dureza, ella es un sueno. Como me gustaria tenerla, pero puedo ver que esta rota por dentro, su corazon es un roca en su pecho, quisiera abrazarla, hacerla mia. Maldicion, mi amigo no me lo perdonaria y es como mi hermano.
    Debo controlarme.
    Pero ese cuerpo me llama a gritos, yo podria con fuego ablandar ese hierro. Ya no tengo como sacarla de mi mente...
    ?Que hago? ?La hago mia o controlo mis instintos? ?Que pasara cuando me entere de su verdadero dolor?

  • Rojo y Oro de Selene M. Pascual

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  • Las huellas de lo invisible de Jesus Toral Fernandez

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    UN THRILLER SOBRENATURAL

  • Dies irae (Versos, canciones y trocitos de carne 2) de Cesar Perez Gellida

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  • Mil luciernagas en el jardin de Mar Vaquerizo

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    Nora lleva cinco anos sumida en una profunda depresion. Las fechas senaladas son las peores, y con la llegada de la Navidad, su vida vuelve a ser un infierno. Los recuerdos la atormentan y solo desea encerrarse en si misma.

  • Cataclismo de Aryam Shields

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    Si tuvieras que elegir entre el amor y tus suenos ?Que harias?
    La vulcanologa Charlotte Hunter tenia su futuro planificado, ambiciosa y brillante, sabe que no cometera los mismos errores de sus padres. Ella esta destinada a triunfar.
    Hasta que una noche conoce al corresponsal de prensa Nathaniel Coleman.
    Entre ellos surge una atraccion instantanea que hace tambalear las premisas que Charlotte habia decidido para su vida, antes de que suceda lo inesperado ella decide marcharse sin pensar en nadie mas que en ella.
    Seis anos han pasado desde que Nate vio por ultima vez a Charlotte, la vida le ha sonreido, esta a punto de casarse con una mujer hermosa y ha cumplido todo lo que una vez sono.
    Pero el cubrimiento mediatico a un congreso partira su vida en dos cuando un encuentro inesperado con su amor del pasado, lo lleve a enfrentarse a mentiras ocultas y verdades que siempre han estado alli envolviendolos en un verdadero Cataclismo
    ?Pueden tus ideales lastimar lo verdadero e importante?
    De la autora de las bilogias Ensename y Contrato llega esta intensa y adictiva historia. ?Te atreves a conocerla?

  • El milagro metabolico de Dr. Carlos Jaramillo

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    A todos nos gusta comer. Pero lo hacemos mal y cada dia peor. Enganados por la industria alimentaria, la publicidad, las fake news gastronomicas y los consejos nutricionales de la tia Bertha, con cada bocado tomamos decisiones nefastas que nos enferman, nos engordan y nos roban energia. ?Como detener esta espiral? ?A quien creerle y a quien no? ?Como cambiar de habitos sin volvernos rigidos y aburridos?

  • Yo, La Peor de Monica Lavin

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    La novela definitiva sobre sor Juana Ines de la Cruz. Una mujer fuera de epoca, una escritora flagrante, apasionada y sensual que entregada a la razon y consagrada en su fe, tomo los retos mas grandes para lograr que su alma se dejara conducir por los seductores caminos del conocimiento.

  • Un lugar al que escapar de Sophie Saint Rose

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    Charlene suspiro mirandose al espejo con el cepillo de dientes en la boca. Dios, no se podia ser mas patetica. Cogio el cepillo de dientes y se froto con fuerza arriba y abajo pasandose la mano por sus rizos rubios. Ya no tenia corte, ni nada. Estaba hecho un desastre. Se paso la mano por la cara y puso los ojos en blanco al ver un grano al lado de la nariz. Escupio en el lavabo y abrio el grifo enjuagandose la boca. Cogio la toalla del colgador y se la paso por la boca incorporandose. Al menos seguia teniendo los ojos verdes. Eso era lo unico que no habia cambiado en su vida en el ultimo ano. Tirando la toalla al suelo, salio del bano y se rasco la barriga por encima del pijama de cuadros que llevaba puesto desde hacia una semana. Estaba claro que habia entrado en zona roja. Atraveso el apartamento que estaba hecho un desastre y se sintio aun mas culpable si eso era posible, pero decidio ignorarlo como todo en su vida para ir hasta la cocina y abrir la nevera. Gimio tapandose la cara al ver que estaba vacia. Cerro de un portazo y susurro --Para eso inventaron el servicio a domicilio. El telefono, que debia estar debajo de los cien periodicos que tenia sobre la mesa del estudio, empezo a sonar, pero Charlene hizo como si no lo hubiera escuchado, escogiendo uno de los menus de los restaurantes de la zona que tenia colgados de la puerta de la nevera. --Chino... japones...--Paso el dedo por los menus y entrecerro los ojos al ver una nota escrita por ella misma que decia "!Espabila de una puta vez!" Cogio el post it y lo arrugo tirandolo por encima de su hombro. --Italiano. No es lo mejor para desayunar, pero de todas maneras ya tienes el estomago hecho una mierda... Busco su movil y cuando lo encontro se dio cuenta que no lo habia cargado en varios dias. Quizas tenia que haber contestado al telefono. Encogiendose de hombros se dejo caer en el sofa y marco el numero del restaurante. Veinte minutos despues estaba comiendo espaguetis a la carbonara sentada en el sofa viendo la tele. El programa de la manana era de lo mas aburrido, pero a falta de otra cosa... Llamaron a la puerta y gruno sin moverse. Seria el casero para decirle que su patetica vida acababa de empezar y que lo que habia vivido hasta ahora era un juego de ninos. Despues le pegaria una patada en el culo, echandola del apartamento por deberle dos meses. --!Charlene! !Abre la puerta! No era el casero. Era aun peor. Su prima. Se arrastro fuera del sofa y dejo el envase sobre la mesa de centro antes de ir hacia la puerta y abrir. Su perfecta prima Rubi, con su perfecto bebe en brazos, la miro de arriba abajo horrorizada. Se volvio y camino por el pasillo para volver a sentarse en el sofa, mientras Rubi miraba el apartamento sin poder pronunciar palabra, a la vez que entraba el carrito del nino y cerraba la puerta.

  • Samael de Roberto Augusto

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    Samuel lleva dos anos en paro y bebe demasiado. Su mujer lo abandona y acaba solo, durmiendo en la calle. Un dia se encuentra con Ares, el jefe de un grupo antisistema que le invita a unirse a su organizacion. Asi inicia un nuevo camino en su vida que le transformara por completo. Se convertira en un lider despiadado que no se detendra ante nada para lograr sus metas en su lucha contra una sociedad que desprecia y a la que considera corrupta.

  • Baluarte, Elvira Sastre de Elvira Sastre

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  • Yo, Julia de Santiago Posteguillo

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    192 d.C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de cesares y esposa de emperador, piensa en algo mas grande: una dinastia. Roma esta bajo el control de Comodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano y los gobernadores militares mas poderosos podrian dar un golpe de Estado: Albino en Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Comodo retiene a sus esposas para evitar su rebelion y Julia, la mujer de Severo, se convierte asi en rehen.

  • Eres todo lo que necesito de Mia Ford

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    --Vale, Aubrey, vete a jugar, carino. Papa solo tiene que hacer una llamada, ?vale? --Si, papa. --Me regala una sonrisa gigante que me derrite el corazon--. Gracias. Mi preciosa nina morena de dos anos corre hacia los columpios. Tiene el pelo oscuro como yo, pero en todo lo demas es como su madre. Esos ojos azules brillantes son todos de Nora, lo que casi me rompe el corazon. Suspiro con fuerza y tomo asiento en el banco cercano mientras hago algunas llamadas telefonicas. Necesito distraerme. --Hola, Adam. ?Como te va? ?Todo bien en la oficina? --Si, todo esta bajo control. Sabes que puedes confiar en mi, soy el gerente. Me rio con un sonido gutural. --Bien, bien, solo queria comprobarlo. Ya sabes como soy. --Lo se, lo se, la linea de moda es tu bebe, pero confia en mi, lo estoy haciendo bien. --?La sesion de fotos va bien? ?Todas las modelos se estan comportando? --Las modelos estan… ya sabes, siendo modelos, pero lo estan haciendo lo mejor posible. Todas quieren ser la cara de Ventry. Escuche a algunas de ellas decir que es un trampolin para grandes cosas. Tengo que admitir que eso me hace sentir bien. Lleve esta linea de moda desde los inicios, convirtiendola en un negocio de mil millones de dolares en un espacio relativamente corto de tiempo. Me ocupo mucho tiempo y vida, pero me encanta. No lo cambiaria por nada del mundo. Me ayudo ver a mi madre trabajar en la moda toda su vida. Aprendi los entresijos, los trucos del oficio, y lo he aprovechado. --Entonces, ?no hay ningun drama importante? ?Nada de lo que deba preocuparme? --Todo esta bien, Cooper, honestamente no necesitas preocuparte. --Lo se… pero sabes que lo hare de todos modos. --Se que lo haras. Pero no dejes que interrumpa tu tiempo en familia. Es importante. Cierro los ojos, escuchando esa verdad. Se que corro el riesgo de convertirme en un adicto al trabajo. Si no fuera por Aubrey, no saldria de la oficina para nada, pero tengo que hacerlo. Es algo bueno en realidad, pero el fanatico del control que hay dentro de mi no se deja llevar. Desearia poder dividirme en dos para poder estar en todas partes a la vez. --Lo se, por eso estoy ahora mismo soportando el infierno del parque infantil. --Oh, apuesto a que te encanta eso. Todos esos ninos gritando. --!Oh, es tan divertido! --Oh, lo siento. Una de las chicas me esta llamando… --Bueno, eso esta bien. Gracias, Adam, tratare de dejarte seguir un poco. --Gracias jefe, y te vere como siempre el lunes por la manana para que puedas revisarlo todo. Tal vez se supone que este deberia ser el momento en el que doy un paso atras y simplemente disfruto de los frutos de mi trabajo, pero todavia no puedo hacerlo. Estoy obsesionado con que todo sea perfecto, soy la clave del exito de la empresa. Bueno, ahora lo soy; hace tiempo no era solo yo. Resoplo con tristeza mientras cuelgo el telefono, enfrentandome a la verdad que hoy intento ignorar. Hace seis meses que toda mi vida dio un vuelco. Hace seis meses, aquel conductor borracho choco contra Nora, matandola al instante. Hace seis meses que toda la base de mi existencia cambio, y ahora estoy un poco perdido. Por suerte, tengo muchas cosas en las que centrarme, pero por desgracia, todo lo que tengo me recuerda lo que he perdido. Aubrey, obviamente; esa parte es un puntazo. De vez en cuando, es dificil mirar a mi hija porque me recuerda mucho a ella. En los primeros dias, cuando ocurrio, cada vez que miraba a Aubrey, lo unico que veia era la cara de Nora mientras moria aplastada. La unica gracia del accidente es que la mato al instante. Ella no sufrio. Tampoco puedo lanzarme de lleno al trabajo porque eso me recuerda a Nora. Ella no empezo conmigo, no estuvo al principio, pero en cuanto la vi al otro lado de la barra y nuestro romance empezo a florecer, me ayudo. Empezo con alguna que otra sugerencia aqui y alla, pero pronto se convirtio en parte de la empresa. No creo que hubiera sido lo mismo sin ella. Me froto la frente, intentando alejar el dolor de cabeza que me golpea en la base del craneo. Me pregunto que pensaria Nora de mi ahora. ?Estaria orgullosa de como me estoy esforzando o querria mas de mi? A veces tengo la sensacion de estar un poco disperso intentando ser todo para la linea de moda y para Aubrey, sin dar nunca lo suficiente a ninguna de las dos. Ella siempre fue mucho mejor que yo para organizarlo todo. La echo de menos. La extrano tanto que me duele. Perderla me ha dejado un enorme agujero en el pecho. La gente me ha dicho que deberia pensar en seguir adelante, pero creo que aun no estoy preparado. Eso es algo que improvisare. Claro que fui un playboy en su dia, antes de que llegara Nora, pero a los treinta y dos anos, con una hija a cuestas y un negocio que dirigir, no puedo volver a eso. Ella me cambio. Apago al playboy en el momento en que entro en mi vida y no creo que pueda volver a encender esa parte de mi. Seria una falta de respeto a la memoria de mi esposa. Que me la arrancaran cuando menos lo esperaba me ha roto. Pense que envejeceriamos juntos, que tendriamos mas hijos y mas vida. Normalmente, puedo seguir con el dia a dia, no me revuelco en la pena tanto como esto, pero es nuestro sexto aniversario, asi que me tomo el dia para estar pensativo. --Lo sentimos, Sr. Ventry. Tenemos malas noticias para usted… Esas fueron las peores palabras que he tenido que escuchar. No se lo desearia a nadie. Abro los ojos de golpe, necesitando volver al presente antes de perderme por completo en la pena, pero en cuanto lo hago, el panico se apodera de mi. No puedo distinguir de inmediato ese mechon de pelo castano, lo cual es preocupante. Se que este parque es muy grande y que podria estar en cualquier parte, pero a pesar de todo me levanto de mi asiento, necesito llegar a ella. Sin Nora aqui, ella es mi unica responsabilidad, y no puedo soportar perder a otra persona que quiero. --!Aubrey! --grito, haciendo que todas las miradas se dirijan hacia mi--. Aubrey, ?donde estas? Siento el pecho apretado, todo el aire sale de mis pulmones, me oigo roncar desesperadamente. Una vision borrosa me envuelve, me mareo tanto que apenas puedo mantenerme en pie. Esto es horrible, cuanto mas pasan los segundos, mas me asusto. Me duele el corazon. Esto es horrible. --Aubrey, ?donde estas? Contestame, carino, necesito saber donde estas. Oyes este tipo de cosas en la television, ninos que desaparecen mientras sus padres estan ocupados en sus telefonos, trabajando. Pero nunca pense que me tocaria a mi. Imagenes horripilantes pasan por mi mente mientras recorro con la mirada un monton de ninos diferentes, ninguno de los cuales es Aubrey. --Dios mio. --De repente, la veo y el mundo a mi alrededor se detiene. El silencio me rodea mientras mi cuerpo se calma. Mi hija esta a salvo, no le ha pasado nada malo, no tengo que preocuparme--. !Aubrey! Se gira para mirarme y me regala de nuevo esa sonrisa encantadora. Casi se me llenan los ojos de lagrimas cuando la cojo para abrazarla. Es curioso como solo hace falta un segundo para que todo cambie. Es una leccion que deberia haber aprendido ya. --Oh, Aubrey, me tenias tan preocupado, por un momento no pude verte. --Mami. --Esa sola palabra destroza cada centimetro de mi--. Mami. Mira. --No, carino. Mama no esta aqui. Solo estoy yo. Una parte de mi penso que pronto se olvidaria de Nora por su corta edad, pero no lo ha hecho. Habla mucho de ella como si todavia estuviera aqui. Me rompe el corazon, se que debe echarla mucho de menos. --No, mama. Mira. Sigo su mirada, mas por intriga que por otra cosa, y la vision que veo me detiene el corazon en el pecho. Es Nora, esta de pie frente a mi, como un fantasma del pasado. Me paralizo, no puedo moverme ni un centimetro, aunque no estoy seguro de querer hacerlo. Esto es lo mas cerca que me he sentido de ella en seis largos meses. El mismo pelo rojo fuego, los mismos ojos azules penetrantes, la misma cara en forma de corazon, el mismo cuerpo con curvas. --Hola… --la vision habla. --H… hola. Es Nora, pero no del todo. Es unos diez anos mas joven que ella, como Nora con veinte anos. No es que la haya conocido con veintitantos, pero he visto muchas fotografias. Entiendo que la pobre Aubrey confunda a esta mujer con su madre. Es una pena que no lo sea. - Su hija es muy linda. Es un verdadero encanto, hemos estado hablando. Inmediatamente, como hago con cada mujer que veo, recorro con la mirada su ropa, y aqui es donde terminan las similitudes de esta mujer, que despues de todo podria ser real y no un fantasma. A Nora le encantaban los estampados florales. Siempre fue tan bonita, tan femenina, tan dulce. Rosas, colores pastel, volantes. Esta mujer tiene un aspecto mucho mas negro y motero. Es como la chica problematica del colegio, escondida detras del cobertizo de la moto con un cigarrillo colgando de los labios. El tipo de chica por la que estaria super intrigado… -- Gracias, si, Aubrey es un encanto. -- Siento que pensaras que la habias perdido. Solo me vio y corrio hacia mi. -- Esta bien, es mi culpa, me distraje por un segundo. Dejo a Aubrey en el suelo y la veo correr de nuevo hacia el tobogan, completamente ajena del drama que acaba de ocasionar. No solo con la desaparicion, que todavia me deja sin aliento, sino con el hecho de que ahora estoy con una mujer que se parece tanto a mi esposa, que es dificil de digerir. -- Lo siento, debe pensar que te pareces a su madre. Intento reirme para que no sea demasiado incomodo, pero estoy seguro de que se nota la tension. -- ?Su madre no esta aqui? -- Su madre… ya no esta viva. -- Eso me hace otro agujero en el pecho -- . Murio hace tiempo. -- Oh, siento mucho escuchar eso. Es horrible. -- La mujer me mira a traves de sus pestanas -- . ?Sabes que? Pareces un poco estresado, como si hubiera sido uno de esos dias. Estaba a punto de coger un cafe del pequeno puesto de alli. ?Quieres uno? Probablemente no deberia decir que si, no se si tengo la capacidad emocional para una pequena charla con esta desconocida tan especial, pero parece que mi cuerpo tiene otras ideas para mi. Mi cabeza asiente sin mi permiso. -- Genial. Bueno, toma asiento e ire a encontrarme contigo en un minuto. ?Como te gusta? -- Negro con una de azucar. -- Oh, azucar. Sabes que eso es malo para ti, ?verdad? Mientras sonrie, mi corazon vuelve a dar un vuelco. Eso es exactamente lo que Nora siempre me decia. Es casi como si esto fuera una senal, un mensaje de ella desde el mas alla. Me parece que es alguien a quien deberia conocer, aunque no sepa exactamente por que.

  • Un Dios a mis Pies de Francisco Correa

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    Alex Gabarda era el hombre perfecto.
    Guapo. Joven. Atractivo. Medico.
    El mejor amigo de mi hermana.
    Y el hombre que salvo a mi padre.

  • Mamba negra (El clan de las serpientes 1) de Steffany Kennels

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    La joven y letal lugarteniente Ayshane Ivanova, heredera legitima de la Yakuza japonesa en Espana e hija de Eduard Ivanov, el capo de la organizacion criminal rusa mas peligrosa del pais, se vera obligada a pedir ayuda a aquellos de los que siempre habia rehuido.
    Sola y oculta entre las sombras de un mundo que hasta los demonios mas oscuros preferian evitar, Ayshane sabia que no acabaria con la organizacion que la vio nacer. Salvo que tentara a aquellos cuyo honor era inquebrantable para dar caza a su mayor enemigo, y quien mejor que Erick Roman, Inspector Jefe de un trio de agentes de elite de la policia.
    Arrastrados por Ayshane, Erick y sus agentes se veran envueltos en un infierno sin ser conscientes que no solo estan poniendo en riesgo sus vidas sino tambien, la integridad de sus corazones.

  • Las Huellas del Exito: Estrategias para manifestar lo que quieres, Lazaro Bernstein de Lazaro Bernstein

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    El linaje de Lazaro Bernstein viene directo de Andrew Carnegie. El comenzo muy pobre cuando llego desde Escocia a los Estados Unidos cuando nino.
    Andrew Carnegie se convirtio en la persona mas adinerada que existio en USA en ese entonces. De hecho, la historia nos cuenta que fue el primer billonario que tuvo el mundo.
    Alli por 1908 Andrew Carnegie fue entrevistado por Napoleon Hill. Carnegie pensaba que era una verguenza que personas como el se fueran a la tumba con todo su conocimiento. Que las leyes del exito y los logros jamas habian sido organizadas. Y el estaba buscando a alguien.
    Hill paso 3 dias con Carnegie. En esos 3 dias Carnegie le explico de que se trataba la filosofia que el estaba buscando organizar. Y luego le pregunto a Hill. “Dedicarias el resto de tu vida a una idea por la cual probablemente no recibiras compensacion monetaria por lo menos por los proximos 20 anos”.
    Y sin que Hill lo supiera Carnegie tenia un reloj de bolsillo en su mano. En 25 segundos Hill contesto que “SI”. Carnegie escribio cartas y lo introdujo a Hill a la gente mas importante en el mundo. Lideres de negocios e industrias. Y luego escribio “Piense y Hagase Rico”.
    Y escribio este libro en 1937

  • Las cadenas del deseo de Suzanne Forster

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    En los juegos del sexo, no hay perdedor.

  • ?Que es comer sano? de J.m. Mulet

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    En el mundo de la alimentacion y la nutricion circulan muchos mitos e informaciones falsas, y es dificil orientarse en ese maremagnum informativo.
    Que no sepamos filtrar esa informacion afecta no solamente a nuestros habitos de compra sino tambien a nuestra salud. Los mitos nacen y mueren, y algunos incluso renacen al cabo de un tiempo.
    J. M. Mulet, uno de los cientificos de referencia en la materia, recibe en su blog centenares de preguntas al respecto, que suelen repetirse en las charlas que imparte y en los programas a los que acude para ser entrevistado.

  • La ladrona de libros de Markus Zusak

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  • Te voy a olvidar de Fabiola Arellano

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  • Inocencia robada de Arnaldur Indridason

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    En la ultima planta de un decadente sanatorio mental de Reikiavik, un paciente esquizofrenico se lanza al vacio ante los ojos de su hermano. Casi al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad, un profesor de escuela que acaba de jubilarse es asesinado en un incendio provocado. Los dos fallecidos habian sido maestro y alumno decadas atras y en las ultimas semanas se habian visto en varias ocasiones. Ahora les corresponde al malhumorado e intuitivo inspector Erlendur y a su equipo de investigacion desvelar que inimaginable secreto ocultaba esa turbulenta relacion.

  • La novia del lobo de Aino Kallas

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    Esta legendaria historia nace de los viejos mitos de los hombres lobo en Estonia, pero cuenta, en realidad, mucho mas que eso: es tambien una metafora de la ausencia de libertad de las mujeres en el siglo XVII. El relato se situa en Hiiumaa, una isla en el lado oeste de Estonia, y comienza con un guardabosques llamado Priidik que observa a un grupo de mujeres del pueblo que lavan a sus ovejas y se enamora de la joven doncella Aalo. Escrita con un hermosisimo lenguaje, consigue trasladarnos a los bosques de Estonia y a aquellos pueblos amenazados por los lobos en los que se castigaba duramente todo lo que se consideraba brujeria. Sara Morante ha logrado meterse en la piel de la rebelde Aalo y llevarnos con sus ilustraciones a su mundo mas alla de la aldea

  • Magnolia’s Paradise de Araceli F. Rovira

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    --Bienvenidos y bienvenidas a la isla de Kauai y, por supuesto, bienvenidos al Magnolia's Paradise. Les agradecemos sinceramente que hayan escogido este destino para pasar sus vacaciones. Es un placer tenerlos como invitados y, de corazon, esperamos que tengan una bonita estancia. Todo el equipo de este gran resort y yo, personalmente, nos dedicaremos a hacer que su alojamiento sea lo mas agradable y relajante posible, atendiendo a sus necesidades y consiguiendo asi que vivan una gran experiencia en nuestro maravilloso hotel. Primero de todo haremos un recorrido por las instalaciones y al terminar, volveremos aqui para entregarles la llave de su habitacion. Esperamos que todo sea de su agrado y si tienen alguna duda, no tengan reparo en contactar conmigo. Por cierto, mi nombre es Camelia. Una vez mas repetia aquellas palabras guardadas a fuego en mi memoria. Era lunes, dia bastante ajetreado, considerando que era cuando llegaban los nuevos huespedes a la isla. Mi trabajo era recibirlos como merecian, ensenarles las instalaciones --cosa que me ocupaba toda la manana, debido a que el resort contaba con muchisimo terreno-- para finalmente acompanarlos a sus magnificas habitaciones. El Magnolia's Paradise recibia, en su mayoria, la visita de recien casados. Si, ya sabeis, ese tipo de parejas que acaban de dar el si quiero en alguna parte del mundo, sin ninguna razon aparente --al menos yo no habia sido capaz de encontrarla--. En fin, la cuestion era que decidian celebrarlo en una isla perdida en medio de la nada. Rectifico, una isla preciosa en medio de la nada. A mi favor dire que la clientela era muy agradecida, ya que acostumbraban a vestir una sonrisa permanente en sus rostros por todo lo acontecido los ultimos dias y les fascinaba todo lo que nuestro resort les ofrecia: champan en las habitaciones, petalos de rosa encima de las camas, cestas de frutas exoticas recien extraidas del arbol y un largo etcetera de cosas romanticas. En cuanto al humor de los huespedes -- intentando no generalizar, claro esta--, podiamos encontrar de todo: clientes insatisfechos, tiquismiquis, orgullosos, asi como clientes alegres, divertidos e interesantes. Cada persona era un mundo y el Magnolia's intentaba, en todo momento, adaptarse a cada necesidad, siempre y cuando entrara dentro de nuestras posibilidades, las cuales eran infinitas. Esa manana me levante energica, sonriente y con ganas de empezar un nuevo dia. La luz se filtraba por las ventanas de mi habitacion, bien pronto como cada manana, atravesando las cortinas y dandole la calidez que tanto esperaba a esas horas. Despues de una ducha rapida, donde solo me enjabone el cuerpo, me acerque al armario y me vesti con el uniforme del hotel: falda larga con estampado de flores, camiseta blanca de tirantes finos y unas sencillas sandalias rojas que combinaban a la perfeccion. En cuanto al peinado, me decante por una trenza ladeada, comoda y practica para afrontar el dia, acompanandolo de un coletero rosa. Aunque no acostumbraba a maquillarme, la energia de aquella manana me empujo a hacerlo, por lo que me aplique rimel en las pestanas y brillo de labios, quedando satisfecha con el resultado. La manana seguia su curso. Todo iba segun lo previsto. Los nuevos clientes llegaban sobre las once de la manana y tenia el tiempo justo para pasar por recepcion, echarle un vistazo a los nombres de dichos huespedes y revisar tareas pendientes. El trato personalizado era uno de los puntos fuertes del hotel, por lo que era necesario que me lo tomara como merecia, con mucha seriedad. Y lo hacia. Ese trabajo lo era todo para mi, siempre lo habia sido. Ademas, disfrutaba de el, aunque mi mente se empenara en boicotearme y recordarme que habia vida mas alla de aquel trozo de tierra rodeado de un inmenso mar. Tenia suenos, como la mayoria. Aspiraciones que por el momento veia imposibles de cumplir, puesto que las circunstancias no eran las mas adecuadas. Mi dia a dia no admitia demasiados cambios y debia aceptarlo. Siguiendo con mi rutina, me acerque al restaurante donde serviamos los desayunos. Mi padre insistia en que hiciera uso del servicio, que ocupara una mesa como los huespedes, pero yo preferia entrar en la cocina y ver el ajetreo que reinaba alli. Yo misma me preparaba una infusion de frutos del bosque --que por cierto, me encantaba-- y cogia alguna pieza de fruta. Eso la mayoria de los dias, porque si olia a bolleria, estaba perdida. Y si encima llevaba chocolate, mi autocontrol se volvia nulo. La melodia de mi telefono movil sono, devolviendome a la realidad. --Dime papa. --?Lo tienes todo listo? --Cada manana la misma llamada acompanada de una misma respuesta. --Claro papa, como siempre. --?Has mirado ya la lista de los clientes? --pregunto despertando mi atencion. --Estoy en ello. ?Hay algo que deba saber? --Si, hay una cosita. ?Te has fijado en la pareja que se apellida Cox? --Eche un vistazo a la lista y los encontre. --Si, Matthew y Barbara Cox. ?Que pasa con ellos? --De verdad hija mia, hay que explicartelo todo. Ni que vivieras en una isla. --Me hizo reir. Se le notaba tenso, pero se permitio el lujo de relajarse, aunque fuera solo un segundo--. Matthew es el hijo de Matthew Cox, uno de los hombres mas ricos de Canada. He leido en el periodico que Matthew padre esta decidido a traspasar la direccion de la empresa a su hijo cuando este vuelva de su luna de miel. --Papa, ?has estado leyendo la prensa rosa? --pregunte, sabiendo que la pregunta era negativa. --!Que graciosa eres! En ocasiones, me sorprendes --contesto en tono sarcastico--. Centrate, por favor. --Esta bien, dime que mas tengo que saber sobre los multimillonarios Cox. --Nada mas. Solamente que hay que tratarlos como si fueran reyes, ofrecerles todo lo que podamos y, evidentemente, asignarles la mejor habitacion. --Entendido. Ahora mismo hablare con los recepcionistas para que les asignen la habitacion Paradise y yo misma me encargare de que todo lo que les ofrezcamos sea de su agrado. Pero tranquilizate papa, siguen siendo personas. --Si, son personas. Pero una buena opinion de este tipo de personas, puede reportarnos muchos beneficios. En cambio, si una pequena cosa sale mal, esta isla se hunde. --A veces se ponia muy dramatico--. Yo mismo ire a presentarme a la hora de la cena, espero que tu hagas lo mismo cuando los recibas. Recuerda, trato personalizado. Le colgue. ?Clientes preferenciales? Teniamos la suerte de contar con muchos de ellos, no hacia falta ponernos mas nerviosos de lo necesario. Entendia perfectamente que mi padre quisiera tener un trato particular con ese tipo de clientela, pero dentro de unos limites. Pense en el. Continuamente vivia ese tipo de situaciones con mucho estres y bajo mi punto de vista, debia relajarse. Opte por hacerle una visita mas tarde, para tranquilizarlo y de paso recordarle que podia confiar en mi, aunque fuera innecesario. Nunca le habia fallado. El era el director general y dueno del Magnolia's Paradise, pero a efectos practicos, yo era la que me encargaba de que todo funcionara correctamente y, hasta el momento, siempre habia sido asi. Eche un vistazo a mi reloj de pulsera y emprendi mi camino hacia la entrada del hotel. El autocar debia estar a punto de aparecer con los nuevos clientes a bordo, preparados para sus idilicas vacaciones. Por un momento, imagine el olor que debia reinar el interior del vehiculo, asi como a... amor. Sonrisas de complicidad, alianzas brillantes recien estrenadas. Movi mi cabeza rapidamente borrando asi la imagen que yo misma habia creado y que no disfrutaba en absoluto. Iba distraida, centrada en mis pensamientos, cuando de repente algo llamo mi atencion. Mire hacia delante, focalizando --dado que mi mirada seguia perdida despues de aquella vision -- y mis ojos se abrieron como platos. Si bien era cierto que en ocasiones me mostraba intransigente, la situacion me parecio una buena manera de recordarlo. Sin dudar, me dispuse a actuar, haciendo uso de la parte mas oscura de mi caracter. --Perdone que le moleste, ?usted no se ha dado cuenta de que aqui no se puede fumar? Hay sitios habilitados para ello --espete de malas maneras al hombre que tenia frente a mi. Mis brazos en jarra acompanaban mis palabras, ilustrando asi mis pensamientos. --?Perdona? --contesto con tono condescendiente, cosa que me disgusto. Miro a ambos lados sin fijarse realmente, poniendo a prueba mi paciencia para finalmente responder: --Yo no veo ningun cartel que lo indique. --Mire, si se fija bien, puede ver dos desde esta distancia. --Respire profundamente y continue con mi sermon al ver que no hacia el minimo esfuerzo por complacer mi demanda--. ?Le importaria apagar el cigarro? --Lo intente decir con toda la amabilidad del mundo junto a la sonrisa falsa que utilizaba para estas ocasiones, pero consiguio desesperarme. --?Le importaria a usted dejarme en paz? --Boquiabierta. Asi es como me quede. No esperaba esa reaccion y mi ego cayo en picado. No conocia a aquel impresentable, de lo contrario, estaba segura de que me hubiera acordado. Metro ochenta y cinco, moreno, con un atractivo muy visible, que a juzgar por sus pintas, podia asegurar que no era un huesped del hotel. Supuse --ilusa de mi-- que era el conductor del autocar. Camisa parcialmente desabrochada, pantalon beige, chanclas ridiculas y, por supuesto, la arrogancia que le caracterizaba, acabaron de confirmar mi hipotesis. Convencida, le garantice: --Informare sobre su actitud a direccion, asi que vaya haciendose a la idea de perder su querido trabajo. --Me fui con la cabeza bien alta, pasando por delante de el sin ni siquiera volver la cabeza. Quiza me habia pasado. Podria haber sido un poco mas comprensiva, mas tolerante, pero el incumplimiento de algunas normas no podia dejarlas pasar. No queria, en realidad. Y esa actitud... ?Quien se habia creido que era para hablarme de ese modo? Mi ego era demasiado grande para tolerarlo. Fue curioso ver su cara de asombro tras mi comentario, pero no replico. Me escruto fijamente a traves de sus ojos grises, tratando de decirme algo, para finalmente no pronunciar ni una sola palabra. Lo preferi, en vista de que mis respuestas ingeniosas tenian un limite y el susodicho parecia haberme arrebatado las ultimas.

  • Un paso de mas de Tina Seskis

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  • Inmune al amor de R. Freire

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    Humanes se define a si misma como una depredadora sexual. Fria, directa, calculadora… esta vacunada contra el amor y es la que decide cuando y como, y tambien la que pone el punto final a cada relacion. Susana ni siquiera es lesbiana, aunque siempre ha querido probar…
    Cuando se encuentran por casualidad, la mezcla resulta explosiva. ?Quien seducira a quien? ?Habra alguna victima? Si las dos estan de acuerdo en que solo se trata de una aventura, todo deberia resultar sencillo. ?O no?
    "?De verdad he oido lo que creo? ?Es ella la que esta pretendiendo dejar claro que esto no puede convertirse en nada serio? Por favor, es el sueno de mi vida hecho realidad: una mujer preciosa que solo quiere meterse en la cama conmigo por placer, sin complicaciones posteriores ni engorrosas pretensiones de fidelidad o amor eterno. Me siento tan feliz al asimilar sus palabras que casi tengo que contenerme para no saltar de jubilo."
    "?A que estamos jugando? ?Seguimos siendo simplemente dos mujeres que lo pasan bien juntas, o por el contrario empieza a surgir algo mas profundo?"
    "En estos momentos, daria cualquier cosa por ser esa gotita de agua que ha caido sobre su hombro izquierdo para, desde alli, ir bajando despacio hasta los rinones, coger velocidad al alcanzar los gluteos y, finalmente, desaparecer extasiada en el fin del mundo que significa su entrepierna."

  • La cara oculta de Mari Jungstedt

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    EL AVION MODELO Cessna 182 con capacidad para cuatro personas habia comenzado a temblar de forma tan violenta que cualquiera habria creido que iba a estallar por los aires de un momento a otro. El piloto acelero al maximo el motor para alcanzar la velocidad correcta y provoco que la tension se apoderase de todos los que se encontraban en el interior. Aun seguian en la pista esperando la senal de despegue. Mientras tanto, el piloto revisaba las normas de seguridad, controlaba el timon de direccion, el panel de mandos, las valvulas, el nivel de aceite y la temperatura de los cilindros. El ruido ensordecedor imposibilitaba cualquier conversacion y los pasajeros tenian que gritar a pleno pulmon en caso de que necesitaran algo. Habian quitado los asientos para mayor comodidad y tanto Krister como su viejo amigo Peter se habian puesto de rodillas en el suelo. Una paracaidista que Krister no habia visto antes iba sentada al lado del piloto, de espaldas al panel de mandos. Los dos amigos, agazapados en la parte de atras y con sus paracaidas a la espalda, llevaban varios anos sin verse. Peter lo habia llamado la noche anterior para anunciarle que estaba de paso por Estocolmo y habia insistido en que fueran juntos a hacer paracaidismo como antes. Ademas, ya habia reservado en el centro al que iban cuando eran jovenes. Cecilia, la hija de dieciseis anos de Krister, estaba de visita aquel fin de semana y no escondio su decepcion al saber que su padre habia preferido quedar con otra persona en lugar de pasar el sabado con ella. Esa manana no tuvo mas remedio que ir de compras a la ciudad con la nueva novia de su padre. <>, penso Krister. No podia rechazar la invitacion y perder la oportunidad de reencontrarse con su amigo, que vivia en Estados Unidos desde hacia varios anos. Para compensar a su hija, la invitaria a cenar por la noche en un restaurante de Gamla Stan, los dos solos. Los motores rugieron. En el centro de la aeronave, habia otra mujer agachada que no habia dicho ni una sola palabra. Era bastante guapa, bajita y tenia el cabello oscuro. Parecia una de esas personas que no expresan nada. De vez en cuando, miraba fijamente por la ventanilla del avion con cara de pocos amigos. Aquel dia, Krister y Peter iban a saltar juntos a la vez, tal y como solian hacer cuando Peter vivia en Suecia y ambos participaban en las actividades del centro de paracaidismo. Los dos eran paracaidistas experimentados y llevaban practicando ese deporte desde hacia casi veinte anos. Los motores tronaron con mas fuerza y Krister supuso que ya se aproximaban a las tres mil revoluciones que se precisaban para alzar el vuelo. En ese momento, el avion empezo a dar sacudidas y a balancearse de un lado a otro. El piloto se comunico por radio con la torre de control y finalmente obtuvo autorizacion para iniciar el despegue. Acelero aun mas y la aeronave se puso en marcha. Tardaron veinte segundos en alcanzar la distancia inicial de cuatrocientos metros. A partir de ese momento, el avion empezo a dar bandazos cada vez mas fuertes hasta que finalmente se separo de la pista. Se sintieron liberados, pese a que las turbulencias y sacudidas se volvieron mas violentas. Aquel momento era el peor de todos. Parecia que el aeroplano fuera a desmoronarse cada vez que tomaban un poco mas de altura. Alcanzaron los tres mil metros despues de media hora de vuelo. Las piernas se les habian dormido debido a la postura incomoda en la que estaban y, ademas, la temperatura corporal les habia disminuido a causa de la altura. Al avion le faltaba la puerta, que habia sido sustituida por una cortina de tela que tapaba la abertura y que se cerraba con una cinta de velcro. Krister trato de pensar en otra cosa conforme perdia la sensibilidad en las piernas. Ademas, notaba que los dedos se le helaban aun mas a medida que ascendian. De repente, le vinieron a la cabeza los anos de amistad con Peter y todo lo que habian hecho juntos. Justo entonces, a bordo de aquella pequena aeronave en compania de su amigo, se dio cuenta de cuanto lo habia echado de menos. El avion continuo volando en circulos unos minutos sobre la zona de salto hasta que, finalmente, el piloto se dirigio a un area de arboles frondosos. Era importante acertar y calcular el salto correctamente segun la direccion del viento. El piloto les dio la senal y la primera paracaidista que estaba mas cerca de la cortina se coloco en posicion y bajo el pie izquierdo para apoyarse en el soporte externo. Unos segundos despues, salto del avion y desaparecio. Krister se abrio paso y se dirigio al mismo punto. Cruzo la mirada con Peter y justo despues le hizo senas con un brazo para indicarle que era el momento de saltar. Primero estiro el brazo, luego se lo pego al cuerpo y por ultimo volvio a extenderlo; Peter y Krister contaron hasta tres y se tiraron del avion a la vez. En ese momento, empezo la caida libre. Era crucial saltar exactamente al mismo tiempo para descender a la par, pues la minima desviacion de movimiento podia modificar la velocidad del descenso. El salto se realizo con exito y, mientras flotaban en el aire, ambos se encontraron de frente. Cada uno poso una mano en el brazo del otro, se agarraron de la muneca y juntos formaron una sola figura. Sin perder la concentracion, mantuvieron el contacto visual todo el tiempo. El cielo azul de mayo los envolvia y a su alrededor las nubes blancas auguraban el principio del verano. Ante su miraba, la vida humana y el paisaje verde se fundian en la inmensidad del horizonte. Durante la caida libre, que transcurria a doscientos kilometros por hora, la mente se quedaba en blanco. Peter le hizo un gesto con la cabeza a Krister y enseguida ambos doblaron la rodilla derecha y el codo izquierdo para hacer una pirueta simultaneamente. Krister pudo entrever que Peter le sonreia mientras el viento los azotaba con fuerza. Unos segundos despues, se hicieron otra senal y extendieron los brazos y flexionaron las rodillas, esta vez para realizar una voltereta hacia atras mientras continuaban precipitandose a una velocidad de vertigo. Justo despues, intercambiaron otra sonrisa cuando sus miradas se cruzaron de nuevo. Se animaron con una ultima pirueta antes de que llegara el momento de soltar el paracaidas, aunque primero se aseguraron de mantener la distancia apropiada para no acabar chocando. Krister tiro firmemente de la anilla del paracaidas para que se abriera en el aire. Sin resultado. Volvio a tirar una vez mas, pero no sucedio nada. Empezo a sentir que el panico le presionaba ligeramente el pecho. La velocidad de la caida era de doscientos kilometros por hora y sabia que tan solo contaba con unos segundos antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, no era la primera vez que le ocurria, pues a veces el paracaidas tardaba en desplegarse. Era consciente de que siempre podia haber algun fallo, pero no era lo habitual. En cualquier caso, para su alivio, todos los equipos llevaban un paracaidas de emergencia. <>, se dijo. Alzo la cabeza un poco y observo que Peter ya flotaba a una distancia considerable de el, y a lo lejos pudo ver a la otra paracaidista que se habia lanzado al vacio antes que ellos. A ella tambien se le habia abierto el paracaidas sin problema. ?Que le habria pasado al suyo? En ese instante, se acordo de que la noche anterior habia revisado el equipo de vuelo para comprobar que todo estuviera en orden. No lo entendia. Tal vez deberia haberlo revisado una vez mas antes de montarse en el avion tal y como solia hacer. Al fin y al cabo, todos los paracaidistas comprobaban el correcto funcionamiento de los sistemas de seguridad antes de saltar. <> Krister se habia concentrado tanto en la conversacion con Peter que ni siquiera se habia preocupado de revisarlo de nuevo. Tras varios intentos mas, todos fallidos, busco el arnes que tiraba del paracaidas de repuesto e hizo todo lo posible porque se soltara. Pero fue en vano. El paisaje se iba fundiendo delante de sus ojos a medida que caia en picado. Las copas de los arboles, el campo, el bosque y, al fondo, en algun lugar, el centro de paracaidismo. De pronto lo invadio un panico absoluto. El corazon le latia a mil por hora mientras se precipitaba hacia el suelo, y la desesperacion se apodero de el en el instante en que se dio cuenta de que ya era demasiado tarde. Noto una fuerte presion en el pecho y sintio que ya no podia seguir respirando. El paracaidas no se abriria nunca. En ese momento, vio pasar ante sus ojos los rostros de su hija, Cecilia, de su madre, Annika, y de Anki, su novia. En cuestion de segundos, la vida llegaria a su fin. Y tan solo con cuarenta y siete anos. De repente, noto como si algo le estuviera succionando el cuerpo de la cabeza a los pies. A su alrededor solo quedaba el viento, la hierba, la tierra... Y, al final, el suelo se lo trago. EN ALGUN LUGAR de mi ser soy consciente de que he comenzado un viaje, un camino hacia la destruccion y la eterna oscuridad. Las arrugas de mi frente asi lo reflejan, al igual que mis ojos, donde se plasma la inquietud, y los musculos de mi rostro, que siento cada vez mas tensos. Al mismo tiempo, me muevo de manera inconsciente y un tanto mecanica, como si ya no hubiera vuelta atras. Estoy sola, sentada delante de este enorme espejo, despues de que se hayan marchado todos. Se perfectamente que nadie volvera a entrar aqui hasta manana temprano. Hace unos momentos se podia palpar y oir el ajetreo, las voces, las risas y el parloteo de los actores. Mientras algunos mostraban su enfado, a otros se los veia nerviosos y preocupados. Una pareja se abrazaba y alguien le daba un masaje en los hombros a su companero con movimientos lentos e inconscientes mientras ambos se miraban fijamente a los ojos en el espejo. Siempre se respira cierto erotismo en el aire. No lo soporto. La mayoria iba a salir a tomar unas cervezas por la ciudad, pero yo he preferido quedarme con la excusa de que aun tengo trabajo que terminar. Y bueno, en cierto modo, asi es. Cuando todos se van y tan solo quedo yo es cuando me retraigo en una calma y un silencio absolutos. Es algo de lo que me es imposible escapar, no tengo adonde huir. Me viene a la cabeza una estrofa del poeta Birger Sjoberg: <>. No ha dejado de llover en todo el dia. Es una lluvia fresca que anticipa el verano y que lo humedece todo. Me gusta el silencio que deja a su paso. Cuando miro a mi alrededor, me parece que el pasado aun estuviera presente en este lugar. Al fin y al cabo, los enormes muros medievales albergan la historia de cientos de anos y representan la memoria viva de una epoca que ya no existe. No se puede olvidar. Nunca. Jamas. Un destello de color plomizo se cuela por los recovecos de los ventanales. Pronto llegara el verano y con el volvera la luz a pesar de que dentro de mi reine la oscuridad. Como ha pasado el tiempo. Delante de mi tengo todo lo que necesito. Voy a peinarme el pelo hacia atras y lo sujetare con un gorro ajustado de forma que quede completamente pegado a la cabeza, aunque, por si acaso, usare tambien cinta adhesiva. Me encuentro con mi propia mirada en el espejo, serena y decidida a la vez. Entonces alcanzo la brocha de maquillaje y empiezo a aplicarme la base. Poco a poco, la transformacion empieza a cobrar forma. Los ojos me llevan mas tiempo, pues he de ponerme varias capas de sombra oscura en los parpados hasta que quedan totalmente cubiertos. Despues, utilizo un lapiz negro y un buen perfilador para hacerme la raya, incluso me hago unos rabillos a lo Audrey Hepburn. A continuacion me pongo el colorete y me pinto los labios con calma y esmero para no perder la concentracion. Se lo que hay que hacer cuando se trata de lograr una transformacion perfecta. Por ultimo, llega la guinda del pastel. Retiro la peluca de la cabeza del maniqui que hay en la mesa y me la coloco. No lo he podido remediar, he soltado un profundo suspiro en cuanto he visto el resultado final en el espejo. Efectivamente, esa es la mujer que buscaba. Guapa, morena, misteriosa y sexy. Soy el cebo perfecto antes de la muerte, y lo mas importante de todo es que estoy irreconocible. Este es un rostro que nunca habia visto y que no habria imaginado ni en suenos. Es mi otro rostro. Ha llegado la hora de hacer lo que debo. Podria considerarlo una mision, una obligacion, aunque me gusta mas pensar en ello como una llamada de la muerte. El mero hecho de pensarlo hace que se me erice la piel y sienta cosquillas de emocion en el estomago. Llevo toda la vida esperando este preciso momento. Bueno, miento. Quiza no toda la vida. Mas bien lo llevo esperando desde el 4 de mayo de 1998. Ahi fue cuando empezo todo HENRIK DAHLMAN TENIA los ojos clavados en el techo cuando de repente un brote de ansiedad le azoto todo el cuerpo. Ese podria haber sido un domingo cualquiera, pero al final decidio hacer otros planes. Sus dos hijas mayores entraron de golpe en la habitacion con el perro y se subieron de un salto a la cama. De pronto, a Henrik lo rodearon las risas y los lametones efusivos del labrador feliz que se revolcaba sin parar en la cama de matrimonio de sus duenos. Tenia tres hijas. A la menor, Inez, de tan solo dos anos, la habia tenido con su nueva pareja. A las dos mayores, Ebba y Angelica, con su exmujer. Tenian diez y doce anos, y ambas se iban con su madre cada dos semanas. Ademas, tambien tenia una hijastra, Beata, hija de su exmujer, fruto de una relacion sentimental anterior. Beata ya habia cumplido veinte anos, se habia mudado y vivia en Estocolmo. Nunca termino de aceptar el hecho de que su padrastro hubiera tenido otra hija al poco tiempo de echarse una nueva novia, y apenas habian seguido en contacto despues del divorcio. Henrik Dahlman era consciente de lo afortunado que era a pesar de todo, pues era un artista reconocido con galeria propia y con un estudio en el centro, justo al lado de la muralla. Ademas, estaba recien casado y tenia, ni mas ni menos, que una mansion en Visby y una casa de verano en Ljugarn. Las ventanas del dormitorio de la casita de piedra situada junto al jardin botanico ofrecian unas vistas preciosas a la muralla y a un manto verde y frondoso. Se apreciaba como el verano arrancaba con todo su esplendor. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina y la vida era llevadera y sencilla para cualquiera que asi lo deseara. Por desgracia, Henrik Dahlman habia optado por lo contrario y habia preferido complicarsela. Muy a su pesar, ya no habia vuelta atras. Despues de los mimitos y el alboroto matutinos, dejo a las ninas y al perro metidos entre las sabanas y almohadas y se levanto para ir al bano. Amanda ya estaba despierta, la oia trajinar en la cocina mientras tarareaba el estribillo de una cancion que sonaba en la radio.

  • El jefe perfecto (Los hermanos Smith 1) de Brenda Ford

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    Ella esta completamente fuera de mis limites.
    Habia sido un playboy toda la vida, hasta que aparecio. Con sus curvas y sus profundos ojos verdes, consiguio que dejara atras mi pasado, al convertirse en lo unico que me importaba.
    Pero ella es inocente.
    Es mi secretaria y mucho mas joven, por lo que soy el ultimo hombre con el que no deberia estar. Sin embargo, soy el unico que lo daria todo por ella.
    Es mia.
    Estoy demasiado obsesionado para dejarla ir. Especialmente ahora que esta embarazada. Por lo que hare lo que sea necesario para reclamar a mi familia.

  • Libelula 1. Cuando mis besos acariaron tus alas de Genne L. Paris

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    Ante los ojos del mundo puede creerse que lo tenemos todo: inteligencia, belleza sin igual, una vida confortable y buena posicion social; pero… ?que hay detras de esos dificiles retos con los que nos golpea la vida sin diferencias ni compasion alguna? ?Damos paso a la amargura, o nos mantenemos fuertes a pesar de todo?Romina Sanfield es capaz de robarle el aliento a cualquier mortal; no solo por su aspecto angelical, sino por su maravillosa personalidad, aunque lleve sobre sus hombros lo que muchos considerarian un doloroso castigo. Risuena, dulce, tierna y con una valentia sin par, asi la describen quienes la conocen. Nacida y criada entre dos culturas, rodeada de un carino sin limites y resignada a que su corazon no conozca ese amor que le haga desplegar las alas y volar.Hay seres que vienen al mundo con una triste mision y que viven ajenos a secretos desgarradores. En ese espinoso camino, el rencor y la maldad seran las afiladas lanzas que apuntaran al mas noble de los sentimientos, provocando actos ?imprevisibles? y decisiones ?erroneas? en nombre de la libertad. Sin embargo, nuestro destino lo escriben las estrellas, y para Romina seran las de un magico valle y sus redondeadas montanas las que marcaran su existencia.Mientras, una frase quedara suspendida en el viento, retando al tiempo y a la vida misma para hacer nacer con ella la mas sublime y eterna historia de amor..

  • Conduceme a la Locura de Vicki Lewis Thompson

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    Ella iba por el carril rapido de la vida.

  • Instrumental de James Rhodes

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    La musica fue su salvacion. James Rhodes fue victima de abusos durante su infancia y su vida ha estado marcada por esa tragedia. Escuchar a Rajmaninov en bucle durante su adolescencia y descubrir el Adagio de Bach en un ala psiquiatrica le ayudo a combatir sus demonios y a transformar su vida. James Rhodes es uno de los mas eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la musica clasica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo. <> son sus memorias, que vieron la luz en Reino Unido despues de que el Tribunal Supremo levantara el veto que pesaba sobre la obra. Todo un tributo apasionado al poder terapeutico de la musica y que aborda cuestiones fascinantes sobre como funciona la musica clasica y sobre como y por que puede cambiar nuestras vidas.

  • Aborto en la escuela de Kathy Acker

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    Cuando aparecio en los setenta, se dijo de Kathy Acker que era la sucesora de Henry Miller, la primera pornografa feminista y la Patti Smith de la literatura pospunk. Sus libros fueron considerados <>, <> e <>. Robert Mapplethorpe la fotografiaba; en Nueva York se movia en el area de Andy Warhol, Laurie Anderson y los Talking Heads; realizaba performances en Londres; los oraculos de la modernidad la entrevistaban con frecuencia; algunos criticos abominaban de ella, mientras que otros le dedicaban arduos y sesudos estudios en los que la calificaban de <>.

  • La piramide del cafe de Nicola Lecca

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    Un elegante cuento de hadas contemporaneo que ahonda con su mirada en las hipocresias de nuestra sociedad de consumo. A sus dieciocho anos, Imi ha alcanzado su sueno de vivir en Londres dejando atras el orfanato hungaro donde siempre ha vivido y ha conseguido un maravilloso trabajo en una cafeteria de la cadena Proper Coffee. Las numerosas y minuciosas reglas que regulan la vida de la cafeteria, resumidas en el Manual del cafe, son capaces de identificar por adelantado la solucion a cualquier problema para hacer posible el completo bienestar de empleados y clientes, y para Imi, la estructura jerarquica piramidal de la compania Proper Coffee, resulta mas clara y tranquilizadora que las caoticas calles londinenses, que ocultan maravillas, pero en las que es extremadamente facil perderse y desorientarse. Tanta inocencia acabara por ponerlo en peligro; y al final tendra que ser su amigo Morgan, el librero irani de los ojos profundos, quien tome en sus manos el destino de Imi, involucrando en su audaz proyecto a Margaret, ganadora del premio Nobel de Literatura...

  • Hasta que el cielo se apague de N. T. Oto

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    Nadie en este mundo ni en ningun otro podra afirmar nunca con seguridad que no tiene ningun defecto. Esas eran las palabras que mi madre me decia cuando era pequena, y yo las repetia una y otra vez, como un mantra. No entendia entonces a que se referia, pero ahora, ya pasado el tiempo, puedo alcanzar a ver el proposito de aquella oracion. Hoy cumplo veinte anos, y mi padre, como siempre, se muestra mas entusiasmado que yo misma. En ocasiones tengo la tentacion de pedirle que se relaje, que me pone de los nervios, pero luego recuerdo el verdadero motivo de celebracion y me callo para mirarlo con compasion. Hace siete anos perdio a mi madre por lo mismo por lo que me perdera a mi. Una enfermedad que afecta en su mayoria a los hombres, a uno entre cien mil. La suerte, como veis, esta de nuestra parte. Si ya es complicado acertar a la diana con tal probabilidad minima, imaginad lo complejo que debe de ser siendo, ademas, mujeres. Mi madre siempre lamento haberme tenido, haberme condenado a sufrir, pero por aquel entonces ella desconocia su enfermedad y su gravedad, y yo no puedo reprocharselo. Tal vez, incluso se lo agradezco. Cuando sabes que vas a morir --que vas a morir en un plazo de uno a setecientos treinta dias--, la vida no pasa como para las personas corrientes, la vida se ralentiza, te muestra cosas extraordinarias, te permite disfrutar de cada corriente de viento y de cada gota de lluvia. Mi padre siempre reza por un milagro; yo le digo que existe ya milagro en la propia vida. --Vamos, abrelo --me dice. Esta mirando el paquetito que se encuentra estrategicamente colocado sobre la mesa del comedor. Yo le digo que espere con la mano mientras trago el trozo de tortita. La rutina es la misma cada ano: me levanto de la cama y bajo a desayunar. Cuando llego al comedor, siempre hay un regalo sobre la mesa esperando, pero yo nunca lo abro; yo siempre espero a que mi padre me lo diga. Y siempre lo hace a mitad del desayuno. Un dia me atragantare y la enfermedad maldecira por haberle quitado el protagonismo de mi muerte. --De acuerdo, ?que es esta vez? --le pregunto. Y el, como siempre, se encoge de hombros. Mi padre es un hombre de costumbres. Un gran hombre de costumbres. Y no lo digo unicamente por su enorme corazon; mi padre es alto, de hombros anchos y brazos largos. Sirvio a la marina hasta que mi madre empeoro, y, cuando murio, me saco del colegio, tal vez para llenar su vacio, y me educo en casa. Me diagnosticaron hace dos anos FPI --Fibrosis Pulmonar Idiopatica--, la misma enfermedad que se llevo a mi madre, y desde entonces tratamos de llevar una vida corriente. No ignoramos la realidad, pero ?por que estar hablando de ello constantemente? En fin, no aporta valor. --Veamos, ?que suena? --muevo la caja, pero no suena nada. --Daniela, abrelo de una vez --me dice, impaciente. Retiro el papel de regalo, descubriendo tras el la imagen de una camara instantanea. --!Papa, es genial! Le abrazo con fuerza, pero su abrazo es mas fuerte y mas largo. --Voy a ensenarsela a Cat. Cat es mi vecina y mi mejor amiga. Bueno, mi unica amiga, para que enganarnos. Mi epoca en el colegio estuvo protagonizada por la enfermedad de mi madre, y ello no me permitio profundizar en las pocas amistades que mi introvertida personalidad me concedio. Pase, por tanto, por alli como pasa un avion por el cielo y despues desapareci. Ella fue la unica persona que me acompano en aquel triste viaje y quien aun hoy me sigue acompanando. --!Dani! --exclama al abrir la puerta. Y me arrastra al interior con una fuerza anormal para su tamano de metro cincuenta. Me besa y abraza con carino mientras me felicita. Caterina Bell es una chica de dieciocho anos tan intensa, alocada, atrevida, extrovertida y decidida, que su pequeno tamano crece con todas esas virtudes hasta igualar el mio, diez centimetros superior. Si el Yin y el Yang tuvieran rostros, sin duda serian los nuestros. --Sientate. Mi madre no nos molestara --dice mientras me echa sobre su cama y empieza a sacar ropa de su armario, ropa fresca, que para eso es verano--. Tenemos que celebrar tu cumpleanos. Saldremos esta noche y estrenaremos esa camara. ?Quieres ir a algun sitio en particular? Evitaremos lugares con humo; esos pulmones hay que mantenerlos sanos durante el mayor tiempo posible. Cat sabe que estoy enferma, pero le da igual. Ella siempre me ha tratado como una chica corriente, a pesar de mis ingresos esporadicos en el hospital y de ser consciente de mi no muy lejano final. Ella siempre dice que viva mientras lo este, y yo, por lo general, suelo obedecer. --No se si me dejara mi padre, Cat. Te recuerdo lo que paso la ultima vez. Ella pone los ojos en blanco y se sienta en el suelo para mirarme desde alli abajo, hecha una bola, con las manos entrelazadas alrededor de sus piernas. --La ultima vez --dice, con un tono de obviedad que te anima a creer todo lo que va a salir de sus labios-- fue un contratiempo tras otro. Nos dejamos mi movil en el taxi, nos perdimos al volver, habia demasiada gente... Incluso yo, que no tengo los pulmones como estropajos, senti que me faltaba el aire. --Bien, pues habla tu con el. --De acuerdo. Pero tu tendras que apoyarme. --Hecho. Se levanta del suelo y se dirige con seguridad a la puerta. Yo, como siempre, admiro su determinacion desde las sombras mientras camino tras ella. Pero, por primera vez, se detiene en seco antes de alcanzar su destino. --?Crees que me odia por lo que te paso? --?Mi padre? !Cat, claro que no! Mi padre te adora. --Bien, pues vamos. --Cat nunca tarda mucho en despreocuparse--. Hablemos con el y despues nos ponemos a Malcolm para relajarnos. Yon Malcolm. Cat esta loca por el. Y no es para menos: veinticuatro anos embutidos en un cuerpo y una cara perfecta. En fin, es actor; de eso vive. Y, aunque suelo colocar en una misma caja a todas las personas del mundo por aquello de los principios que te regala saber que vas a morir --que vas a morir en un plazo de uno a setecientos treinta dias--, he de decir que Yon Malcolm es un ser de otro mundo que no podria de ninguna manera estar en una caja tan corriente. Si Yon Malcolm tiene que habitar una caja, la caja sera --dice Cat-- de oresmerbi. Oro, esmeralda y rubi. Un elemento unico. Como el. E imposible. Como el. Porque sus ojos no son castanos ni verdes, son verdanos --a Cat le encanta hacer palabras sin sentido uniendo otras--, su piel no es palida ni morena, su sonrisa no es muy abierta ni muy pequena, su pelo no es negro ni pardo. Yon Malcolm es, asi, un chico de ojos verdanos, piel palena, labios abienos, y pelo pargro. Vamos, un engendro, para quien la oiga. Cuando mi padre nos ve aparecer juntas, se huele algo. Porque es exmarine, y los exmarines saben hacer esas cosas. Y se pone rigido y saca pecho, preparado para defender sus ideas, decisiones y cualquier cosa que nos propongamos atacar. No esta, por supuesto, preparado para las suplicas, ojos vidriosos, y excusas bien elaboradas de Caterina Bell. Asi que lo unico que puede hacer como consuelo a su orgullo es ponernos de forma estricta una hora de regreso. Las once estan bien, pero a Cat le parecen mejor las doce. Y a mi padre, tras tres minutos y veintiseis segundos, tambien.

  • Es medianoche, Cenicienta de Adriana Andivia

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    Mi vida a los treinta y cuatro era puro cine. Pero no por lo romantica, emocionante y apasionada, sino porque la sal de mi existencia se resumia en las horas que pasaba tirada en el sofa, viendo una y otra vez las mismas viejas pelis de amor.

  • Anatomia de un escandalo de Sarah Vaughan

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