• jessica a gomez libros - Jessica A. Gomez

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    Broker de profesion, Taylor Carter solo tiene un objetivo en la vida: ser afortunado y tener una gran fortuna. Para lograrlo hace lo que mejor sabe: jugar con el dinero. Sin embargo, sus juegos van mas alla de Wall Street.
    El poker es su pasion. Demostrar que es una gran jugador y un ganador nato es lo que mas lo enorgullece. Arriesgando en mesas de juego, entre vicios y sexo, se siente un hombre completo. Su ambicion no tiene limite. Su vanidad, menos. Taylor ama el dinero y el juego, por encima de todo. Pero controlar los pasos que da para alcanzar su sueno lo empuja a obviar lo unico que no se puede controlar: las emociones. Sus sentimientos.
    En el momento en el que Mei Ling se cruza por su camino, una poderosa mujer de negocios, ella se convierte en su fetiche. La admira. La desea. Mei se convierte en su nuevo capricho a satisfacer. Por ella, Taylor esta dispuesto a todo. Y caer en su mayor tentacion sera lo mas facil para el. No obstante, las consecuencias que conlleva actuar por impulso lo empujaran a enfrentarse incluso a si mismo. Lo arriesgara todo, con tal de conseguir su proposito. Y hacerlo provocara danos colaterales, que afectaran directamente a sus hermanos. A partir de ese momento, la encrucijada en la que Taylor se encuentra sera el punto de partida para un reencuentro, sin duda, inesperado.

  • Jessica Gomez: Libros - Amazon.es

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    de Jessica Gómez | 10 septiembre 2019. 4,5 de 5 estrellas 299 ... Libro de bolsillo ... de Jessica Townsend y Elda García-Posada Gómez | 5 junio 2018.

  • No Esperaba Conocerte: (Trilogía La Torre I) Versión Kindle

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    No Esperaba Conocerte: (Trilogía La Torre I) eBook : Gómez, Jéssica A.: Amazon.es: Tienda Kindle. ... Mirar en el interior de este libro.

  • Libros | Jessica Gómez

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  • JESSICA GOMEZ | Casa del Libro

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    Escribo desde que tengo memoria, siempre he querido ser escritora y me quitaría internet antes que el teclado. He publicado algunos libros, aunque ¿quién los ...

  • Todos los libros del autor Gomez Jessica

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    38 títulos para "Gomez Jessica" · Come chocolate y no discutas con idiotas · Mamá en busca del polvo perdido · Come chocolate y no discutas con idiotas · Una teta, ...

  • Selección Libros Jessica Gómez y opinión | Fnac

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    Encuentra todos los productos Jessica Gómez al mejor precio en FNAC. ... Jessica Gómez - Normal en español (Libro) Publicado en 09/2019.

  • JESSICA GÓMEZ - El Corte Inglés

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  • Jessica Gómez busca la paz mental, sin bañador verde, en el ...

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    4 oct 2019 — Libros · Libros · Jessica Gómez busca la paz mental, sin bañador verde, en el libro 'Come chocolate y no discutas con idiotas' · Jessica Gómez ...

  • No esperaba conocerte - Jessica A. Gómez - Pinterest

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    Jessica A. Gómez - No esperaba conocerte Libros Para Adultos Jóvenes, Libros Para Leer. taniaap84. Tania Arias ... POSEEME | J. KENNER | Casa del Libro.

  • Jessica Gómez - MADRID: ME VOY A FIRMAR LIBROS A ...

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    MADRID: ME VOY A FIRMAR LIBROS A GRAN VÍA El día 2 de octubre estaré en Casa del Libro de Gran Vía. Haremos un encuentro literario a las 18h y a...

  • Asociada con… la Muerte de Megan Marsell

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    Leah era una chica bajita y delgada, muy pequena aun a sus 20 anos. Tenia el cabello negro con las puntas tenidas de rojo, un corte degrafilado y el cabello un poco por debajo de sus hombros. Vivia con su hermano en la gran ciudad. Nueva York, ya me entienden. Su hermano era un tipo alto, delgado y muy parecido a ella en el rostro. Acababa de ser asesinado por un demonio en su departamento, en frente de Leah… Leah se apartaba el flequillo de los ojos mientras corria por las calles buscandola a ella. Anticipandose a su muerte, su hermano le habia dicho que huyera en su busqueda. Sus pantalones de mezclilla se rasgaron al atorarse en algun escombro de la ciudad en ruinas mientras se escabullia entre el caos que provocaba el apocalipsis. Llego hasta ese pequeno y semioculto local en el que parecia que el desastre no habia llegado. Entro silenciosamente y la llamo. --?Sra. Ollie? Me llamo Leah, vengo de parte de Morton… --Se muy bien quien eres… Una ancianita encorvada y vestida con una tunica bastante extravagante se acerco a ella. Le tomo el rostro entre las manos y la examino. A Leah le recorrio un escalofrio. --No temas. Soy el oraculo de este mundo. Supongo que tu hermano no tuvo tiempo de explicarte… Leah se retorcia las manos en su espalda de nervios. --No… Solo me dijo que usted me ayudaria. La anciana se rio por lo bajo. --No se si sera de ayuda, pero al menos te pondra a salvo. Ayuda al Jinete Palido en su busqueda y recuperaras a Morton… Y a toda la humanidad en realidad. Es bastante simple. Se le acelero el corazon. --?Que Jinete? ?Por que yo? No entiendo nada… La anciana le sonrio amablemente mientras de un estante del oscuro local tomaba un pequeno arbol bonsai y se lo ponia en las manos. --Ya lo entenderas… Buen viaje, hija de Eva. El bonsai resplandecio un instante y despues todo se volvio oscuridad en Leah. * * * * * * * El Jinete Palido, Muerte, avanzaba cauteloso hacia las montanas nevadas que eran el hogar de Padre Cuervo. No habia tiempo que perder si queria salvar a Guerra. Por el camino se iba encontrando abominaciones congeladas que fungian como obstaculos simples. Uno de ellos bloqueaba una cueva. Lo desperto, lo asesino y entro en ella. A veces se encontraban cosas de valor en ellas. Era algo pequena y habia un bulto en el fondo, tirado en el suelo. Se acerco y de una leve patada lo volteo para darse cuenta de que era una… ?humana? Muerte no pudo menos que fruncir el entrecejo. ?Que narices hacia una humana en los dominios de Padre Cuervo? Ella comenzo a moverse y cuando abrio los ojos un gritillo de horror escapo de sus labios mientras corria fuera de la cueva. Se tropezo y se giro para ver a Muerte. El avanzo hacia ella con intencion de interrogarla, pero ella retrocedio al punto de casi caer por el precipicio que se extendia detras de ella. Muerte la tomo de la blusa tirandola hacia delante, contra el muro de roca de la montana. --?Quien eres y que haces aqui? Le espeto de forma amenazadora. --Yo… La pobre Leah no sabia si tiritaba de frio o de temor ante el imponente Jinete. --?Y bien? Muerte no era un hombre paciente. --Me ha enviado el Oraculo de mi mundo. Mi hermano murio, todo es un desastre y ella dijo que debia ayudar al Jinete Palido… Respondio Leah apresuradamente, mientras las palabras se le trababan al intentar salir presurosamente de su boca. Muerte enarco una ceja y la miro como analizandola. Los enormes ojos grises de Leah estaban clavados en los de el, anaranjados y brillantes. --Pues yo soy el Jinete Palido y no necesito tu ayuda, humana. --le dijo comenzando a andar y arrojandole el manto purpura que antes cubria sus hombros encima. --Moriras de frio antes de poder si quiera seguirme el paso. Leah dudo unos instantes. El manto aun estaba caliente. No tenia mas alternativas. Se acomodo como pudo el manto sobre los hombros y comenzo a correr detras de Muerte. II. Miedo a las alturas. --En serio estas decidida, ?eh? Bien, te llevare con Padre Cuervo y eso sera todo. El sabra que hacer contigo. Muerte seguia caminando mientras Leah lo seguia de cerca con la cabeza gacha. No tenia idea de quien era Padre Cuervo, pero sonaba a que seria mejor que estar con un lunatico que tenia finta de pegarle a todo lo que osara si quiera mirarlo de una manera que el considerara inapropiada. Llegaron a un enorme precipicio. Algunas columnas de madera sobresalian del techo y un anciano encorvado y vestido de negro los miraba desde el otro lado mientras murmuraba algo que Leah no alcanzaba a escuchar. De cualquier modo, ?como iban a cruzar aquello? Muerte miraba el entorno analizando sus opciones. Y si… No tenia mas remedio. Suspiro y se coloco dandole la espalda a Leah. --Sube a mi espalda y sujetate fuerte o te caeras. Leah lo miro incredula. --?En serio piensas cruzar esto asi? Es una caida mortal… --dijo asomandose al precipicio. Muerte suspiro algo fastidiado. --Como quieras… --y empezo a andar. --!Esta bien! No tienes que presionar… --dijo Leah subiendose a su espalda y enredando los brazos alrededor de su cuello y las piernas en su cintura. Era como cuando su hermano la cargaba, solo que este tipo era mucho mas grande. Muerte dio un salto y se sostuvo de la primera columna. Leah dio un pequeno gemido de terror clavandole las unas al Jinete en el pecho, aunque el ni se inmuto. Salto a la siguiente columna y el anciano se desvanecio en una parvada de cuervos que se dirigio directo hacia ellos antes de seguir su vuelo. Leah se asusto y hundio la cara en el cabello del Jinete por temor a que la atacaran. Una vez cruzado el barranco, Leah dejo su espalda y siguio andando junto a el. Durante el camino, se cruzaron con varias bestias de hielo. Muerte las despachaba con rapidez mientras Leah solo se mantenia donde no pudiera estorbarle. No mediaron palabra mientras andaban, hasta que llegaron a la sala del trono de Padre Cuervo. --Tu quedate aqui… --le ordeno Muerte en un susurro. --Leah… --solto ella bajito. --?Mmhh? Muerte se giro hacia ella. --Mi nombre… Es Leah… --dijo ella temerosa. --Da lo mismo… --dijo el avanzando. Y, como era una chica testaruda, Leah le siguio de cerca haciendo caso omiso a su orden. --Padre Cuervo… Necesito tu ayuda. --clamo en voz alta el Jinete. --Ah… Jinete… Ya te he ayudado una vez… !Y he estado maldito desde entonces!--dijo agitando algo que parecia un talisman brillante de color verdoso. --!Desearia no haberlo hecho! Muerte no se impresiono. --No he venido a liberarte de tu sufrimiento… Aun no. --?Que es lo que buscas, Jinete? --Revivir a la humanidad. --!JA! Menuda locura… --Pues si es una locura, quien mejor para guiarme que tu. --?Serias capaz de matar a tu hermano por mantener tu preciado equilibrio? --!El es inocente! --grito Muerte molesto. --?Tan seguro estas…? Hay un lugar donde encontraras las respuestas que buscas… Una especie de portal se abrio entre Muerte y el Padre Cuervo. Mostraba un enorme arbol. Leah solo observaba en silencio. --El Arbol de la Vida… --musito Muerte y comenzo a avanzar hacia el. Pero el anciano lo cerro antes de que pusiera un pie dentro--. Abre el portal… --susurro en una voz amenazadora Muerte que le helo la sangre a Leah. --Tu no pasaras mientras yo viva… --dijo Padre Cuervo elevandose del suelo. --Que asi sea… --susurro Muerte. En una nube oscura, aparecio un hombre fornido y armado con un espadon: Guerra. Leah solo se mantenia lejos de donde pudiera recibir un golpe mientras Guerra y Muerte yacian en una encarnizada lucha. Al final, Muerte destruyo la vision y la figura de Padre Cuervo volvio a aparecer. Leah se acerco a Muerte y solto un gritito de sorpresa cuando Muerte le atraveso el torso con la hoz. --Abre… El portal… --le ordeno mientras lo arrojaba al suelo. El pobre anciano solo escupio sangre. --Tus secretos mueren contigo, anciano.--le espeto Muerte. --Los mios si… Pero no los tuyos. El talisman que llevaba se partio en trozos que salieron despedidos y se incrustaron en el pecho de Muerte, quien cayo de rodillas para despues tenderse en el suelo con un gemido de dolor. Leah corrio hasta el y lo tomo de los hombros intentando hacerlo reaccionar. !No podia desmayarse! ?Que haria ella sola? Un enorme agujero negro se abrio debajo de Padre Cuervo y apenas toco a Leah, esta se desmayo sobre el cuerpo de Muerte y ambos fueron absorbidos por la oscuridad. III. Despues de la s

  • Caballeros del suburbio de Daniel Santos

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    Escapar habia sido la unica medida que habia podido tomar para poder sobrevivir. El miedo habia tomado forma, se habia personificado en la presencia de cinco sujetos en su casa a medianoche. Sarah desconocia completamente cuales eran los negocios en los que estaba involucrado su padre, quien de alguna u otra forma, habia vendido el alma al diablo para poder llevar a la casa alimento suficiente y que no faltara absolutamente nada. Eran tiempos caoticos, de hambruna, de necesidad, por lo que, ganarse la vida de una forma honesta resultaba realmente dificil. Aquella noche, Sarah habia presenciado una de las escenas mas terrorificas que un ser humano puede evidenciar, pues ver como a su padre le quitaban la vida, sin hacer absolutamente nada, la habia obligado a salir huyendo de aquel lugar antes de que la proxima en ser degollada fuese ella. Siempre habia sospechado que las cosas no estaban bien, y que, si su padre seguia vinculandose con aquellos hombres peligrosos, terminaria metiendose en problemas. Asi que, las sospechas de aquella joven chica de 22 anos, finalmente habian llegado a cumplirse. Despertar en medio de la noche siendo tomada por el cabello mientras era arrastrada directamente al pasillo de la casa, parecia ser parte de una pesadilla muy realista. Pero al sentir el dolor en el cuero cabelludo, y los gritos de su padre de dolor mientras le quebraban algunos huesos, supo que era completamente real. Registraron completamente la casa en busca de dinero y armas, ya que, el padre de Sarah posiblemente habia ocultado algo de valor, y ante el miedo de quedarse sin nada, habia evitado pagar algunas deudas con unos hombres realmente peligroso. Muchas advertencias se habian llevado a cabo para que solventara sus deudas, pero ante su equivocacion, la vida seria el precio con el que tendria que pagar aquella noche. Aquellos sujetos enmascarados y con gafas oscuras, habian entrado de manera silenciosa, y aunque Frank siempre dormia con un revolver bajo la almohada, su capacidad de reaccion no habia sido lo suficientemente habil para poder reaccionar y poder neutralizar esta sorpresa. Habian colocado una bolsa de tela es su rostro, golpeandolo continuamente para despues llevarlo hasta la sala de la casa, alli comenzaron a patear sus costillas de forma continua. Se turnaban, se alternaban para descargar toda la violencia sobre el, ya que, habia roto el pacto que se habia establecido desde un principio, cuando se le aseguro que, si no pagaba las deudas, su vida y la de su hija estarian en peligro. Sabia que no eran hombres de juegos, que podrian tomar determinaciones realmente drasticas y lo ultimo que queria era hacerle dano a Sarah. Frank, tomo una ultima medida aquella noche, y sabia que su cabeza rodaria muy pronto, pudo darle la posibilidad a Sarah para vivir. -- Es la ultima vez que te lo preguntare Frank. Dime donde esta el dinero y nos iremos. -- Dijo un hombre que llevaba un cuchillo en su mano. -- Por favor, no le hagan dano. Solo es un hombre tratando de ayudar a su familia. -- Dijo Sarah. Una mujer se acerco a ella, ya que, su figura femenina era muy evidente. A pesar de que tenia su rostro cubierto, sus pantalones de cuero ajustado y sus tacones, hacian evidente que era una chica. -- ?Quien te ha dado autorizacion para que le abras la boca? !Callate ya! -- Dijo la mujer antes de propinar una bofetada a Sarah. De manera automatica, su boca comenzo a sangrar, dejando una chica en completo silencio mientras sus lagrimas corrian por sus mejillas. Ella no habia tenido ningun tipo de responsabilidad en toda esta situacion, pero se habia visto afectada por las malas decisiones de su padre. Una ultima medida desesperada por parte de Frank, lo llevo a tomar el arma de uno de los sujetos que se encontraba descuidado justo al lado de el. Disparo directamente al rostro del hombre que sujetaba a Sarah, dandole solo unos segundos para que esta escapara. -- !Corre, sal de aqui y no pares hasta que estes a salvo! -- Exclamo Frank. La chica, quien era muy habil y rapida, logro correr por el pasillo directamente hasta su habitacion, pero en el ultimo segundo puedo ver como su padre fue degollado, un castigo terrible para alguien que habia cometido una grave equivocacion. Con el corazon latiendo de una manera descomunal, la chica corrio directamente hacia su habitacion y cerro la puerta. Aquella mujer y un par de hombres, embestian la puerta con mucha fuerza decididos a abrirla. La chica habia tomado su pantalon de mezclilla favorito, una camiseta y unas botas. Esto le daria la posibilidad de estar un poco cubierta en medio de la noche. Salio corriendo por la ventana mientras aun se encontraba descalza, ya habria tiempo de vestirse, pero sabia que nunca mas podria volver a casa. Tardaron algunos segundos en derribar la puerta, algo que le habia dado la posibilidad de la chica de escapar de alli. Todo habia cambiado de manera drastica de un segundo a otro, era una vida de hambruna y crisis, pero estable gracias a su padre. Pero se habia transformado rapidamente el miedo, terror y sus obras, ya que, habia tenido que salir de alli huyendo para salvar su vida. Sarah sabia perfectamente que, si su padre no hubiese hecho esto, ella tambien habria sido a veces y nada aquella noche, ya que, no podrian quedar testigos de nada de lo que ocurriria aquella noche. Tras asesinar a Frank, aquel grupo de sujetos, simplemente incendiaron la casa, reduciendo todo a cenizas para eliminar todas las pruebas que pudieran vincularlos con el hecho. No recordaba la ultima vez que habia corrido tanto y con tanta velocidad, la chica tenia unas piernas privilegiadas, las cuales podrian llevarla tan lejos como quisiera, ya que, siempre habia sido la mas veloz, la mas agil y la mas inteligente en cualquier circulo donde se encontraba. Quizas Sarah no era muy estudiada, ya que, las condiciones del mundo en esta epoca habian obligado a todos a aprender un oficio especifico, lo que le daba la posibilidad de ganar algunas monedas para subsistir. La economia mundial se habia desplomado, convirtiendo a las grandes ciudades en colonias del crimen, el cual tenia el poder absoluto y podia manejar todas las operaciones, manteniendo a las personas bajo un miedo constante y un dominio total. Todos los gobiernos habian comenzado a desaparecer, grandes politicos eran asesinados, mientras otros eran perseguidos hasta ser atrapados, siendo torturados por grandes organizaciones criminales, las cuales eran casi imposibles ya de erradicar. Aquellos que hablaban sobre el infierno, asumiendo que era un lugar al que iban las almas despues de fallecer, simplemente no conocian el planeta en su totalidad, ya que, parecia que los propios demonios habian aflorado de lo mas profundo de las brasas del infierno y se habia banado de la tierra. Las calles habian vuelto peligrosas, y no habia garantia de absolutamente nada, cualquiera podria ser asesinado con una bala en la cabeza y no habia consecuencias o un juicio de por medio. Lo unico que imperaba en el mundo era las mujeres, las armas, el oro y las drogas, cuatro elementos que eran perseguidos con mucho fervor, ya que eran muy bien pagados por los grandes criminales. Aquella noche, Sarah habia corrido hasta una vieja estacion de servicio abandonada, donde se encontraba un coche reconstruido aun encendido. Se habia movido con mucho sigilo y en secreto para adentrarse en el compartimiento trasero de este coche. Abrio la compuerta y se introdujo alli, guardando silencio para finalmente comenzar la ultima fase de su escape hacia lo desconocido. No tenia la menor idea de con quienes estaba viajando, simplemente se encontraba alli, oculta, en silencio, y con lagrimas corriendo por sus mejillas al recordar el hecho de que su padre habia sido asesinado. La imagen se reproducia una t otra vez en su cabeza, algo que la habia llorar de una manera descontrolada. No podia entender como su vida simplemente habia cambiado de un segundo a otro, ahora estaba completamente sola y ya lo habia perdido todo. Lo material, el amor de su padre, su vida simplemente se habia derrumbado, por lo que, no valia la pena en lo absoluto seguir luchando. Pero tenia que honrar el sacrificio que habia hecho su padre por salvarle la vida, ya que este habia entregado la suya para darle una oportunidad escapar, por lo que, debia seguir esforzandose a pesar de no tener fuerzas para poder darle sentido al hecho de que este hubiese muerto a manos de los criminales. Sentia un fuerte deseo de acumular los recursos necesarios para volver en algun momento y vengarse, pero hasta el momento, simplemente era una chica fragil y sola, la cual debia organizar su vida y establecerse en otra region. Ya en otro momento pensaria en que medidas tomar para castigar a los culpables es una desgracia tan terrible. Viajar en aquel compartimento habia sido una de las experiencias mas terribles que habia tenido que experimentar Sarah, ya que, parecia que el compartimento habia llevado en algun otro momento carne descompuesta. Muchos, suelen encontrar animales muertos en el camino y los desollaban para tratar de extraer la carne aun fresca. La chica no podia contener las nauseas al estar atrapada con este olor en el interior de este vehiculo, pero era su unica forma de sobrevivir, ya que, si era descubierta, posiblemente estos hombres estarian vinculados a alguna otra organizacion criminal. Absolutamente todos habian aprendido a vivir con este estilo de vida, se vinculaban con hombres peligrosos y trataban de escalar posiciones, encontrando un punto de estabilidad ganandose la confianza de estos matones, que tarde o temprano terminaban por quitarlos del medio. Era una forma de comprar tiempo en la tierra, una forma de seguir subsistiendo, ya que, las oportunidades de evolucionar de una forma honesta, simplemente habian sido arrebatadas a la humanidad. Habia pocos lugares en el mundo, los cuales se habian convertido en una especie de mito, de los cuales se decia que alli las personas podian refugiarse y tener una vida normal, pero nadie que hubiese llegado a ese lugar habia salido otra vez para poder decir si era cierto o no. El mito acerca de los refugios se fue expandiendo cada vez mas, por lo que, habian surgido grupos de exploracion, los cuales se dedicaban unica y exclusivamente a la busqueda de estos lugares para poder asesinar a todos sus pobladores y tomar el poder. Ante la imposibilidad de encontrarlos, el misterio y la intriga se fue incrementando cada vez mas en torno a este tema, por lo que, parecia que simplemente eran leyendas que se habian inventado para darle esperanza a los ilusos. Por el momento, lo unico que le preocupa a Sarah es simplemente sobrevivir y abandonar a que el compartimento donde habia viajado algunas horas. La forma en que manejaba el conductor de este viejo vehiculo era completamente demente, atravesando caminos realmente deteriorados, cayendo en otros que hacian que la chica saltara en aquel compartimento golpeando su cabeza contra la superficie metalica. Este tiempo de encierro y le dio la posibilidad de cambiarse de ropa, colocando sus pantalones de mezclilla, una camiseta corta que deja ver su vientre, unas botas que comia gran parte de su pantorrilla y una gran cantidad de valor que debia acumular para poder salir adelante. No tenia adonde ir, habia perdido su casa, por lo que, las calles se convertirian muy pronto en su albergue. El vehiculo se habia movido durante un tiempo continuo sin detenerse, pero cuando Sarah logro percibir que este se habia detenido durante un tiempo importante, decidio arriesgarse, liberando la puerta para salir de alli tan pronto como pudo. Aun era de noche, la luz del dia no revelaria su posicion con facilidad, por lo que, era momento de abandonar a que el vehiculo que le habia dado la posibilidad de sobrevivir y buscar la forma de encontrar ayuda. Esta no seria una tarea facil, ya que, confiar en las personas no era algo que fuese natural en estos tiempos de guerra. No importaba cual es el aspecto, cuan atractivo, cuando sin ofender hable se vienen las personas, siempre habia una gran desconfianza, pues en cualquier momento podrian traicionar a quien los ayudaba. Es por esto, que las personas se habian vuelto frias y esquivas, tratando de mantenerse alejados y encerrados la mayor cantidad del tiempo, evitando la cercania de extranos, ya que, esto ponia en peligro las pocas cosas que habian logrado acumular con el tiempo. Abandonar aquel coche habia sido un gran alivio, ya que habia conseguido alejarse, pero habia entrado a una ciudad cuyo nombre desconocia y jamas habia estado alli. Usar habia llegado a Suburbia, un antiguo pueblo refugio, el cual habia sido tomado por una gran organizacion criminal, la cuna de la violencia, el trafico de armas, organos y drogas, y una localizacion importante para la trata de blancas. Sin saberlo, la pobre chica habia salido de un infierno para entrar directamente a otro peor, ya que, una mujer sola y vulnerable en un pueblo como este, simplemente era carne fresca, y muy pocos la ayudarian de forma sincera, ya que, sus intenciones siempre estarian enfocadas en encontrar algo de dinero a traves de la venta de una hermosa chica. El aspecto de Sarah siempre le habia traido inconvenientes en el pasado, por lo que, en muchas ocasiones solia cubrir su rostro con un sombrero de su padre. Lo utilizaba de manera que este cubriera gran parte de sus facciones, evitando asi llamar la atencion de otros caballeros, los cuales solian obsesionarse con la belleza de la chica. Sus ojos verdes eran tan grandes como dos lumbreras, resaltaban enormemente, y cautivaban a quien era objetivo de la vista de la chica. Sus cejas eran oscuras y muy gruesas, las cuales hacian un contraste perfecto, invitando a romper las reglas a cualquiera que quedaba atrapado en los encantos de Sarah. Fue por esto, que la chica tomo parte de la ropa que llevaba aquella noche y tras romper algunos retazos, habia amarrado parte en su cabeza y en su boca, cubriendo asi gran parte de su rostro para nada mas dejar descubiertos sus ojos. Esto era una practica muy comun ya que, muchos no soportaban la contaminacion en la polucion, por lo que, cubrian su nariz y boca para evitar asi respirar el ambiente toxico que se habia aduenado de la ciudad. El ambiente era caluroso, polvoriento, arido y seco, por lo que, la vida humana en estas condiciones era realmente retadoras. Sentia una sed tremenda, ya que, habian pasado muchas horas de calor desde que habia tomado una gota de agua. A pesar de que era de noche, las temperaturas continuaban voy a elevadas, por lo que, una persona se podria decir atar con mucha facilidad. La chica necesitaba beber algo de liquido, ya que, de lo contrario, muy pronto comenzaria a sentir los efectos de la deshidratacion. Se sentia debil, habia llorado continuamente y necesitaba descansar. Habia caminado un largo tramo, sin saber adonde ir o en donde estaba, pero utilizaba toda su inteligencia para mantenerse ocultas, ya que, los ojos equivocados podrian llevarla a meterse en grandes problemas. Sarah se encontraba en un pueblo que contaba con muy pocas reglas, el cual se habia vuelto mas hostil cada ano, pero, aunque existia una ley que trataba de contenerlo, lo que existia en Suburbia era una constante guerra entre el sheriff y Los clanes violentos que habian surgido en aquel lugar. Solo un hombre era capaz de enfrentar este nivel de violencia, y aunque muchos le habian prometido la muerte, nadie habia sido capaz de ponerle un dedo encima a Vittorio.

  • Vida y tiempo de Manuel Azana de Santos Julia

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  • Y tu, ?Como estas? de Yara Ariza

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    No quiero que pienses que este es un libro triste, al contrario, es una historia de amor, lucha y esperanza. Una batalla que hemos vivido durante los ultimos doce anos contra una enfermedad que no discrimina nada ni a nadie.

  • El arte de matar dragones (Capitan Arturo Andrade 1) de Ignacio Del Valle

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    La primera entrega de la serie de novela negra protagonizada por Arturo Andrade, ganadora del XXII Premio Felipe Trigo, en una nueva edicion revisada por el autor.

  • Medianoche (Medianoche 1) de Claudia Gray

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    Un internado donde nada es lo que parece. Dos jovenes atraidos por una fuerza magnetica. Un secreto oscuro y peligroso. Y una unica certeza: entregarse al amor es jugar con fuego.

  • Autorretrato de familia con perro de Alvaro Uribe

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    Hay otra fotografia, en blanco y negro, en la que tu y yo, muy ninos aun, nos dejamos abrazar por un Santaclos de alquiler: el menor de nosotros, asustado sobre las rodillas del hombre; el mayor, de pie e intentando sonreir; ambos, con la mirada fija en un punto de escorzo en donde verosimilmente se encuentran nuestros padres. En esta, de colores desleidos, tomada unos quince anos despues, ya somos un par de adolescentes grenudos, los dos enfundados en el saco obligatorio en las cenas navidenas, aunque el mayor trae un sueter con cuello de tortuga, por no ser o para no parecer convencional, y el menor, ajeno a esos dilemas, usa corbata. A la izquierda de nosotros, derecha de la fotografia, se ve a nuestra abuela materna, que viene a colacion porque en esa foto de hace cuarenta y tantos anos debe de tener poco mas o menos los sesenta y pico que ahora nos desfiguraban a ti y a mi. Con sus habiles manos de modista, como ella queria que llamaramos a las costureras, abre el envoltorio de una serpentina que lanzara hacia su lado de la mesa, en donde se sientan los adultos. Tambien nosotros, sentados en el voluntario limbo donde la adolescencia se aisla tanto de la infancia como de la madurez, nos distraemos con una serpentina. El menor de los dos habla mientras libera la espiral de papel de su envoltorio de celofan. El mayor sonrie mientras observa lo que el otro se trae entre manos. Hoy que la rememoro sin nostalgia, o nostalgico solo a causa de mi extinta juventud, me doy cuenta de que en esa escena baladi ya estamos enteros tu y yo. Los hermanos. Quien sabe cual de nosotros finge mas, finge mejor. Si el mayor de los dos, que simula interesarse en el plan de ataque desplegado ante sus ojos por el otro, o el menor, que se afana aparatosamente en granjearse ese simulado interes. Que dificil, para el primero de los hermanos, no ser el unico. Que dificil, para el segundo, ser siempre el segundo. Y, pese a todo, ninguno de los dos cambiaria su suerte por la del otro hermano. Atras de nosotros, un mesero titubea con un plato de sopa en su diestra. Tiene instrucciones de empezar ya a servir la cena, pero no se atreve a entorpecer nuestra hermanable conversacion. Si se percatara de ese titubeo, el mayor de los dos no dudaria en interrumpir al hermano en mitad de una frase, con tal de ejercer u ostentar su atencion a los predicamentos de un empleado. El menor, en cambio, seguiria hablando, quien sabe si por indiferencia hacia el mesero o por la inercia de su propia simulacion. Llegado el momento se hara, por supuesto, lo que decida el mayor de nosotros. Se hara una y otra vez, a pesar de los deseos del menor. Como se ha hecho desde siempre. Por las buenas o por las malas. Porque el mayor suele tener o pensar que tiene la razon. Porque el menor, que en el fondo piensa igual, sabe o alega saber que con su hermano es inutil y fastidioso discutir. Hasta el dia, muy distante de la Nochebuena coagulada en la foto, en que a la fuerza se oponga mas fuerza. Mas violencia amedrente a la violencia. Mas terquedad derrote a la terquedad. Y entonces los papeles se inviertan. Y ya no sea el menor de nosotros quien tema enfrentarse a su hermano. Y el mayor, sin admitir lo mucho que ha cambiado entre ambos, se repliegue en un silencio obstinado o en un cortes laconismo con los que, de ahi en adelante, disimulara a medias su temor. ?O me equivoco? ?Y eres tu, contra la costumbre, quien tiene razon, por lo menos su razon? Que lastima conocernos tanto. Mejor dicho: que lastima creer que nos conocemos tanto. Porque desde tiempo antes o despues de esa Nochebuena, confiados en lo mucho que creemos conocernos, ninguno de los dos hace grandes esfuerzos por conocer al otro mas. Al mayor de nosotros le dio por la literatura y creo con su esposa un mundo deliberadamente inexpugnable adonde, hay que reconocerlo, no ha dejado asomarse a su hermano. El menor se dedica sin gloria a la historiografia y tiene una familia a la que supedita todo lo demas. ?A cual de los dos hermanos le toco la mejor parte? ?Quien, despues de cuarenta y tantas Navidades, se puede proclamar mas feliz? El mayor no se plantea a menudo tales preguntas, aunque en no pocos momentos de su vida, sin excluir el presente, ha creido conocer la felicidad. El menor, salvo en lo que concierne a sus hijas, la busca no del todo inconscientemente, y en ocasiones la encuentra, en el infortunio del projimo. ?Cual de nosotros sale ganando? Ya no recuerdo si te dije alguna vez, cuando aun tenia algo que decirte, que la ventaja de ser narrador, en caso de que este oficio resulte ventajoso, esta en que al final te quedas siempre con la ultima palabra. Supongo que no. Te habrias reido tirandome a loco. O quiza preguntado con sorna que a quien le importan las palabras no sustentadas en hechos. ?Que piensas de eso ahora que tu, al reves de la foto, eres el que calla? ?Que sientes ahora que, al reves de la foto, el que habla en esta pagina soy yo, el mayor de los dos? Primera parte La Dona De veras que da pena ajena. Ya ni se donde meterme a la hora del paseo. Y si dicen por ahi que una no gana pa'sustos, 'ton's yo digo que menos pa'verguenzas. Pero vamos por partes. El paseo en realidad son dos. El de la manana y el de la tarde. Y la paseada, o mas bien el paseado, no soy yo. El que pasea es el Canuto. Y tampoco es que se pasee solo, nomas faltaba, sino que lo sacan a pasear. Pu's quien iba a ser. La mera mera. La Dona. Claro que se como se llama, pero yo le digo asi. La Dona. Y cosas peores cuando me hace enojar. Como a l'hora del paseo. Sobre todo el de la tarde. Porque el de la manana es mas ?como se dice? Descarado. Y es que la Dona ni siquiera se toma la molestia de disimular. La muy manosa nomas se va un poco lejos, hasta donde la gente no la conoce. Camina dos cuadras por Michoacan y una mas por avenida Mazatlan y ahi, en pleno camellon y como si nada, deja que el Canuto haga de las suyas. Y cuanto hace el condenado, viera uste. Ni quien se lo imagine en una criaturita asi de chica. O mas bien de chaparra. Sera que los salchichas tienen la panza tan larga como el cuerpo y por eso les cabe tanta caca. Y dos veces al dia, p'acabarla de amolar. Porque en la tarde el tragon de Canuto esta de vuelta lleno hasta'l tope y vuelve a vaciarse que da gusto. Es un decir. A nadie le gusta la caca ajena. Y menos que nadie a la Dona, que se lleva al paseo de la tarde una d'esas como pinzas. Como manos. Como garras al final de un brazo de plastico que con sus palancas y sus resortes sirve pa'recoger la caca sin agacharse. Pero ella nunca l'usa. Se lo juro. Nunca. Y de tanto no usarlo, el aparato esta descompuesto. Roto. Y asi, todo amolado, la Dona lo bambolea de aca p'alla. Como si fuera un machete. Y ademas se lleva al paseo una bolsa d'esas que le dan a una en el super. Dizque pa'guardar ahi la caca que dizque recoge con la garra de plastico. Y tambien ondea la bolsa de un lado pa'l otro. Haga uste de cuenta un panuelo al viento, como dice la cancion. Pa'que todos los vecinos la vean. Pa'que todos piensen que la Dona es muy acomedida. Que s'encarga de las inmundicias de su perro. Que se desvive con tal de no fregar a nadie. Mendiga vieja. Ni que la gente fuera tan bruta. O tan dejada. Lo que pasa es que la ven ya muy mayor. O media loca, que pa'l caso es lo mismo. Y todos los vecinos de la manzana se hacen de la vista gorda. Todos, salvo la senora Leticia. La de la casota esa en la esquina de Francisco Marquez y Pachuca. Andele. La que tiene enfrente una jacaranda preciosa. Mucho mas alta que los postes de la luz. Porque alli, mero al pie de la jacaranda, es donde al Canuto le gusta hacer sus necesidades. Y no hay poder humano que lo convenza d'irse a otra parte. El perrito resulto mas terco que una mula. Es un decir. Y su duena, o sea: la Dona, es peor todavia. Necia como ella sola. Taimada. Mustia. Y nada le hace que la senora Leticia proteste. Que mande a su muchacha a decirme que yo le diga a mi patrona. Que la espere ella misma alla frente a su casa y se l'encare a la Dona y l'amenace con envenenar al Canuto, qu'el pobre que culpa tiene. Porque la Dona no admite ni de relajo qu'esas cacas que un dia si y otro tambien aparecen al pie de la jacaranda son de su perro. Si la viera uste. La muy cinica zarandea la garra de plastico y la bolsa del super y alega qu'ella recoge todas las cochinadas de su perro. Y cuando la senora Leticia ya muerta de rabia l'acusa de ser mentirosa, la Dona s'hincha dizque d'indignacion y me pone a mi de testiga. Pu's que quiere que haga. Claro que le doy la razon a mi patrona. Pongase uste nomas en mi lugar. Y claro que luego me siento de la patada. Como tlaconete rociado de sal. Pero lo que mas me apena no es mentirle a otras personas. Creame uste. Y tampoco me molesta regresar a escondidas yo sola a recoger las cacas del Canuto, pa'que la senora Leticia nos deje en paz. Lo que de veras m'encabrona, perdon por la palabra, es ?como decirle?, l'obligacion, y pobre de mi si no la cumplo, de ser hipocrita conmigo. De enganar no a los demas sino a mi misma. De seguirle la corriente a la Dona, que nunca es culpable de nada. Haga uste de cuenta qu'ella fuera l'ofendida. L'insultada. La victima. Y que la senora Leticia, o cualquier otra vecina que se atreva a quejarse de las cacas del Canuto, fuera una vieja malcriada. Una tergiversadora. Y que todo el tiempo l'estuvieran levantando falsos a la Dona nomas porque si. Por pura envidia. Porque fue la primera en llegar a esta parte de la Condesa. O eso dice. Y su familia es la mas decente de todas. O eso dice. Y de chica la criaron unas monjas en Estados Unidos. O eso dice. Y no se cuantas otras cosas que l'hacen sentirse mejor. Por encima de quien sea. Valgame Dios. Ni que fuera la reina de la calle de Tula. Y aunque se me antoja decirle que no es pa'tanto, como ella dice, que a poco no es cierto qu'el Canuto va y hace caca donde no debiera, no se que me pasa cuando estoy sola con la Dona. O igual si se. Como si la mentira fuera contagiosa. Como si contar un cuento muchas veces y muy convencida lo fuera volviendo verda. Y yo siempre acabo, o pa'serle franca: empiezo, por darle a mi patrona por su lado. Y tambien m'indigno cuando ella s'indigna por las acusaciones dizque falsas de la senora Leticia o de cualquier otra vecina. Y tambien me creo qu'el Canuto es el perro mejor portado del mundo. Y que la Dona es la mejor patrona. Y hasta que yo soy la mejor sirvienta. Se lo juro. Pero cuando ya me siento bien unida a la Dona, como si fueramos compinches, casi como si fueramos amigas, ella lo echa todo a perder. Pu's nomas ve que le agarro confianza y le da por sonreirse con una sonrisa muy suya. Una sonrisa media coqueta y juguetona. Una sonrisa como de nina traviesa, que no le queda a una mujer de su edad. Una sonrisa que odio y que me da miedo. Que m'espanta y me acongoja porque se qu'en ese momento la Dona va a hacer como si no me conociera. Como si no'stuvieramos platicando de lo mas a gusto. Y de repente me dice con su voz engreida de patrona que soy una metiche. Una floja. Y qu'en vez de perder el tiempo en chismes de vecindario deberia ponerme a trabajar.

  • La navidad del multimillonario (Los Sinclair 8) de J. S. Scott

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    Los hechos y/o personajes de este libro son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Titulo original: The Billionaire's Christmas: A Sinclair Novella Publicado originalmente por Montlake Romance, USA, 2014 Edicion en espanol publicada por: Amazon Crossing, Amazon Media EU Sarl 38, avenue John F. Kennedy, L-1855 Luxembourg Diciembre, 2020 Copyright (c) Edicion original 2014 por J. S. Scott Todos los derechos estan reservados. Copyright (c) Edicion en espanol 2020 traducida por Roberto Falco Miramontes Diseno de cubierta por Cristina Giubaldo / studio pym, Milano Imagen de cubierta (c) Dmytro Bochkov (c) KaiMook Studio 99 / Shutterstock; (c) imageBROKER / Alamy Stock Photo Produccion editorial: Wider Words Primera edicion digital 2020 ISBN Edicion tapa blanda: 9782496705188 www.apub.com SOBRE LA AUTORA J.S. Scott, prolifica autora de novelas romanticas eroticas, es una de las escritoras con mas exito del genero y ha ocupado los primeros puestos en las listas de libros mas vendidos de The New York Times y USA Today. Aunque disfruta con la lectura de todo tipo de literatura, a la hora de escribir se inclina por su tematica favorita: historias eroticas de romance, tanto contemporaneas como de ambientacion paranormal. En la mayoria de sus novelas el protagonista es un macho alfa y todas tienen un final feliz, seguramente porque la autora no concibe terminarlas de otra manera. Vive en las hermosas Montanas Rocosas con su esposo y sus dos pastores alemanes muy mimados. Entre sus obras destaca la serie <>, de la que forma parte la presente novela. INDICE SOBRE LA AUTORA PROLOGO CAPITULO 1 CAPITULO 2 CAPITULO 3 CAPITULO 4 CAPITULO 5 CAPITULO 6 CAPITULO 7 CAPITULO 8 EPILOGO PROLOGO Boston, Massachusetts 22 de diciembre de 2000 Grady Sinclair se aparto un mechon de pelo con impaciencia, se recoloco las gafas frunciendo el ceno y se puso a teclear de nuevo a velocidad de vertigo. Estaba muy cerca, casi a punto de solucionar el problema de su proyecto de internet, con el que llevaba varios meses peleandose. Era un presentimiento, y su intuicion siempre tenia la virtud de empujarlo a solucionar el rompecabezas que tuviera entre manos. De hecho, solo se sentia a gusto consigo mismo cuando estaba enfrascado en uno de sus proyectos informaticos, ya que ello le permitia olvidar que era una persona imperfecta que no habia llegado tan lejos como les habria gustado a sus padres. --?No te habia dicho que bajaras a la fiesta de una maldita vez? --le grito una voz masculina desde la puerta de la habitacion, lo que provoco que Grady se estremeciera. Se quedo paralizado al oir el exabrupto de su padre, a pesar de que a esas alturas ya deberia estar acostumbrado a ello. Cuando se trataba de su segundo hijo, Martin Sinclair siempre mostraba una actitud de disgusto que, en ocasiones, rozaba la hostilidad. --Estoy trabajando en algo importante --le dijo a su padre intentando mantener la compostura. Aun asi, sintio el corazon en un puno porque ya sabia cual iba a ser la respuesta. El hombre corpulento y de pelo entrecano se cruzo de brazos ante el, rojo de ira. --Toda la familia debe asistir a la fiesta de Navidad de los Sinclair. Tu hermana y tus hermanos van a hacer lo que se espera de ellos mientras tu estas aqui arriba, escondido como un cobarde. Como siempre, eres la verguenza de nuestro apellido. Mi hijo, el idiota, no ha asistido a nuestra fiesta porque es demasiado estupido para mantener una conversacion normal. Eso es lo que dira la gente. --Martin hizo una pausa para tomar aire antes de anadir--: Vas a bajar ahora mismo e intentaras comportarte como un Sinclair. Grady intento no estremecerse de nuevo y fijo la mirada en los ojos frios y grises de su padre, identicos a los suyos. --No me gustan las fiestas --replico sin mas, plenamente consciente de que el autentico motivo era mucho mas complejo, aunque no estaba dispuesto a entrar en detalles en ese momento. Su padre nunca lo habia comprendido y a esas alturas de la vida no iba a cambiar. --Me importa una mierda lo que te guste y lo que no. No permitire que ningun hijo mio actue como un idiota y un cobarde. Se un hombre y haz lo que se espera de ti --gruno el anciano--. Quiero verte abajo. Dentro de cinco minutos. Y por una vez intenta no comportarte como un necio. Martin Sinclair dio media vuelta y se fue sin decir nada mas. Grady lanzo un gran suspiro. En el fondo se alegraba de que su padre hubiera organizado la fiesta de Navidad anual; al menos asi no habia tenido tanto tiempo para ponerlo de vuelta y media por no estar a la altura de lo que esperaba de todos sus hijos. Martin Sinclair queria que toda su prole fuera como el, pero Grady sabia que el era... distinto. No le gustaba, pero tampoco podia hacer nada por evitarlo, y con solo dieciocho anos sabia que nunca seria como su padre. Se acerco al armario, saco un traje y una corbata, y procedio a quitarse los pantalones y la camiseta que llevaba para vestirse de gala. Traje y corbata era la etiqueta minima exigida para ese tipo de eventos y, si no podia comportarse como un Sinclair, al menos estaba dispuesto a vestirse como uno de ellos. La fiesta de Navidad anual de los Sinclair lo traia siempre por la calle de la amargura. Y aunque solo tenia dieciocho anos, habia asistido a muchas, todas ellas una autentica tortura. Sabia que su hermana y sus hermanos iban a brindarle su apoyo. Su padre haria los comentarios hirientes de rigor, sobre todo a medida que avanzara la noche y Martin Sinclair fuera empinando el codo. Su padre tenia muy mal vino, y cuando bebia solia ponerse de peor humor que estando sobrio, una situacion que, por otra parte, tampoco era muy frecuente en el. Su madre ejerceria su papel de anfitriona perfecta, como de costumbre, y nunca le llevaria la contraria a su marido. Jamas lo hacia. A buen seguro el carcamal le infundia tanto miedo como a sus hijos, pero no lo exteriorizaba. Lucia una sempiterna sonrisa de plastico de oreja a oreja, que parecia a punto de llegarle a la comisura de los ojos. En ocasiones Grady se preguntaba si su madre era feliz de verdad. Algo muy dificil de decir. Los Sinclair eran una familia de rancio abolengo instalada en la cima de la clase mas adinerada. El hermano mayor, Evan, se habia ido a estudiar a Harvard y habia vuelto a casa para pasar las vacaciones de Navidad. Grady lo envidiaba y contaba los dias que faltaban para que el pudiera seguir su camino. A decir verdad, si estuviera en la piel de su hermano quiza no se habria molestado en volver a casa por vacaciones. Siempre hubiera podido inventarse alguna excusa para quedarse en el campus y evitar las humillaciones de las que era siempre objeto en las fiestas de Navidad. Sin embargo, Evan no sentia la misma aversion que Grady hacia aquel tipo de fiestas y reuniones. Es mas, estaba convencido de que su hermano debia de encontrarse ya abajo cautivando a los invitados con su encanto personal. Tal vez no se lo pasaba en grande, pero era capaz de ponerse la coraza Sinclair a voluntad, un rasgo que Grady admiraba, pero que jamas habia llegado a dominar. Todos sus hermanos sabian interpretar a la perfeccion el papel de un Sinclair ejemplar, un talento del que el carecia y por el que estaria dispuesto a dar su testiculo derecho. Que diablos, daria los dos si ello le permitiera salvarse de las criticas implacables de su padre. Grady hizo una mueca, se agarro los genitales y penso en la posibilidad de perder los dos testiculos. Bueno, quiza no seria necesario llegar a semejante extremo. Tenia dieciocho anos y, a esas alturas de la vida, esa parte de su anatomia le parecia de vital importancia. Aun asi, estaria dispuesto a dar casi cualquier cosa con tal de no ser el Sinclair raro de la familia. Si pudiera encajar no tendria que llamar la atencion de nadie.

  • Un Tren al Pasado de Rachel B. Miller

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    Sam Carter y Jennifer Van Hoydon pertenecen a mundos opuestos. Ella es una emergente modelo del mundo de las pasarelas, y el un fotografo de una modesta agencia de publicidad, hasta que un dia sus destinos se cruzan en una fiesta en el Upper East Side.
    Desde ese momento Sam sera incapaz de apartarla de su pensamiento deslumbrado por su exuberante belleza, y emprendera una trepidante busqueda por Europa en un viaje repleto de intriga y pasion.

  • Su Amante Misteriosa (Los Hermanos Thorpe 3), Elizabeth Lennox de Elizabeth Lennox

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  • Cuidarte el alma (Cuidarte el alma 1), Mariel Ruggieri de Mariel Ruggieri

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    “-?No te gusta el sexo, Andres? -Si, me gusta el sexo, Gabriela. El tema es que me gusta mas hacer el amor. Descubri que me excita el sentir cosas por mi companera de cama, y saber que ella siente lo mismo por mi. Despues de hacerlo de esa forma, el sexo por calentura pierde un poco la gracia. Llamame anticuado si queres, pero asi soy yo.” En el momento mas triste de su vida, el duende de las casualidades pone en el camino de Gabriela, al enigmatico e increible Andres Otero. Para una mujer de cuarenta y cuatro anos con dos divorcios a cuestas y con fobia al compromiso, este hombre tiene todas las desventajas: es demasiado atrayente, es demasiado querible, y ni siquiera es casado. Peligro, peligro. Alerta roja. ?Como hacer para llevar a la cama a un hombre que pondera los sentimientos por encima de las ganas? ?Como evitar desear enamorarlo? ?Como lograr no enamorarse? El deseo de disfrutarlo, es el anzuelo. Descubrir la pena que lo tortura, es la carnada. Y lo que tira del sedal es esa dulce forma de demostrarle que mas que para adorar su cuerpo, el fue creado para cuidarle el alma.

  • Querida (y odiada) casualidad (Coeur de sucre 1) de Lana Fry

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    Ah, Paris, la ciudad del amor. y de las casualidades.Cuando Lea Chartier intercambia telefonos con el misterioso hombre que ha conocido en una fiesta de disfraces, poco puede imaginar ella quien se esconde bajo la mascara. Quiza, de saberlo, se habria pensado mejor eso de hacer honor a su fama y meterse en berenjenales de los que despues no sabe como salir. Pero ?como iba Lea a sospechar que ese hombre tan encantador eRA en realidad alguien a quien apenas soporta ver en el dia a dia? En una noche en la que las mascaras permitian ser quien quisieras. ?habra el mostrado su verdadera cara o va a necesitar conocerlo sin ella para descubrir que tan real fue lo que paso aquella noche?

  • Busco encontrarte, Freya Asgard de Freya Asgard

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    Miranda es una mujer que, despues de diez anos de sufrir maltrato por parte de su pareja, decide abandonarlo. Se muda a una nueva casa, busca un nuevo trabajo y decide que su corazon nunca mas va a ser danado. Pero las cosas no le resultan tan faciles. Lorenzo no la dejara en paz y Jose Miguel tampoco, que esta enamorado de ella y quiere sanar sus heridas.
    Una historia que te hara llorar, pensar, replantear tu vida y, por supuesto, enamorarte…

  • El ladron de reflejos de Marta Lujan

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    Un viaje a una dimension atemporal.

  • La Orfiada de Victor Conde

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    Dos reinos de una Antiguedad mitica se enfrentan en esta ambiciosa novela epica en la que heroes a medio camino entre lo divino y lo humano se jugaran en el campo de batalla el destino de toda la humanidad.

  • ?Me hablas a mi? de Sam Leith

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    ?Que tiene la retorica para estar en todas partes?

  • La peligrosa amante del jeque de Elizabeth Lennox

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    Shanelle Basara se subio un poco mas el formal vestido, irritada por tener que llevar un atuendo como ese. El hecho de que tuviera que estar alli era ridiculo, sobre todo porque se habia tenido que arreglar tanto para un idiota arrogante y engreido. Habia dejado bastante claro a los poderes facticos que no tenia ningun interes en estar alli ese fin de semana, pero alli estaba. Desgraciadamente, no tenia la opcion de ignorar la citacion sin mas. !Era el jeque! ?Pero que hacia ella alli? Shanelle miro a su alrededor y vio a muchisimas mujeres ansiosas y entusiasmadas, la mayoria de ellas mas bellas y preparadas que ella. Claro que algunas de esas diferencias eran intencionadas. Habia restado importancia a su aspecto a proposito, apenas se maquillo y eligio el vestido menos favorecedor que pudo encontrar. El vestido sin espalda era de un gris plateado que hacia que su piel pareciera palida y amarillenta. El corte del vestido hacia que sus caderas parecieran enormes y sus pechos apenas eran visibles, a diferencia de las elecciones hechas por muchas de las senoritas presentes. El corte del dobladillo probablemente mostraba demasiada pierna, pero era lo mejor que pudo conseguir con tan poco tiempo. Nadie diria que estuviera gorda, pero se negaba a morirse de hambre como muchas otras mujeres. Tenia una cintura pequena, ?pero a quien le importa la linea? Sus piernas eran bonitas, pero no demasiado tonificadas como las de la mujer que tenia a la derecha. Ni eran tan largas y delgadas como las de la mujer a su izquierda. Caminaba al lado de su madre y de su padre sintiendose inepta, cohibida y amargada, deseando ser otra persona y estar en otro lugar. No entendia por que habia tantas mujeres invitadas al gran baile en el palacio. Si los rumores eran ciertos, el jeque buscaba una esposa. Pero el hombre tenia treinta y seis anos y habia estado soltero hasta el momento. ?Por que cederia a la tradicion y se casaria ahora? No tenia ningun sentido. Desde luego, tampoco tenia mucho sentido que ella y sus padres estuvieran alli. Su padre era adinerado y caia en gracia al gobierno, pero no era un funcionario de alto nivel ni el director de una institucion. Su madre no trabajaba, pero ayudaba a su padre con la socializacion, lo que Shanelle sabia que era una parte muy importante de la vida en Canaan. Igual que en muchas carreras politicas gubernamentales, gran parte del trabajo del gobierno se realizaba durante los eventos sociales, durante negociaciones discretas con una copa de vino o bourbon que terminaban con un apreton de manos. Pero aquello no tenia nada que ver con Shanelle, asi que le resultaba muy extrano que la invitaran cuando nunca habia formado parte de esa red social hasta el momento. Asi que los rumores de que el jeque necesitaba encontrar una esposa debian ser ciertos. Puesto que aquella no era una posicion a la que Shanelle aspirara, deseaba darse la vuelta y volver a casa, acurrucarse en su comoda silla y leer un buen libro. Claro que tambien podria dedicar unas cuantas horas mas a estudiar para los examenes de derecho del proximo mes en los que se habia inscrito. Mientras esperaba en la cola a que la anunciaran, miro alrededor intentando averiguar como escabullirse de esa ridicula charada. No queria llamar la atencion, queria pasar desapercibida. Estar en segundo plano. -Papa, necesito ir a refrescarme -dijo ella y solto la mano de su brazo antes de que el pudiera replicarle. Sonrio a su madre para tranquilizarla, pero giro sobre sus tacones y se marcho en direccion opuesta. Detuvo a uno de los sirvientes que llevaban una bandeja con copas de champan, le pregunto donde estaba el servicio y se dirigio hacia alli lo mas rapido posible. Si tuviera mucha suerte, podria quedarse en la zona lujosa hasta que acabaran todos los anuncios. Shanelle tenia un plan. No era un plan muy bueno, pero le permitiria permanecer invisible. Volvio a asomarse al cabo de diez minutos e inspecciono el pasillo. Seguia habiendo una fila de personas que avanzaban hacia el salon de baile, pero al menos sus padres ya estaban dentro. Eso queria decir que ya no era necesario que la anunciaran formalmente a su llegada. !Podia ser anonima! Sonrio, se levanto la falda y recorrio el pasillo por donde los camareros iban de un lado para otro. Ser invisible seria mucho mas facil si pudiera pasar por la entrada de los sirvientes en lugar de la puerta principal. Sospechaba que el jeque y su sequito estaban esperando al pie de la escalera, saludando a cada uno de los invitados a medida que los anunciaban. Con una sonrisa de deleite, oteo el pasillo, entusiasmada por la idea de haber despreciado al jeque de esa manera. Era poca cosa y quiza insignificante, pero no era buena idea despreciar abiertamente a un hombre tan poderoso. Asi que esas pequenas rebeliones eran todo lo que podia ingeniar de forma segura. Se detuvo en la esquina, se giro un poco y miro al salon, intentando descubrir si era seguro entrar por ese pasillo o si debia buscar otro. Malik Badri del Rahal, Jeque de Canaan, vislumbro con el rabillo del ojo el destello de plata en la esquina. Levanto la mano y el ayudante que caminaba a su lado quedo en silencio inmediatamente. Si no hubiera sufrido tantos intentos de asesinato recientemente, jamas habria accedido a la celebracion de ese fin de semana. Pero incluso Malik acepto que la mejor manera de detener los atentados contra su vida era casarse rapidamente y engendrar un heredero. O varios herederos, como le habian aconsejado en muchas ocasiones. Malik se habia resistido a la idea, pues preferia concentrarse en hacer que el pais creciera. La idea de tomarse el tiempo para casarse y engendrar un heredero le parecia un desperdicio ridiculo. Pero tras el cuarto atentado contra su vida, Malik supo que debia hacerse algo drastico. No era que no le gustara la compania de mujeres. No, indudablemente disfrutaba esa parte de la vida. !Incluso con mucho placer! Lo que le fastidiaba era simplemente la idea de estar atado a una mujer. Sus consejeros le habian dicho una y otra vez que estar casado no implicaba que no pudiera disfrutar de la variedad, solo que deberia ser mas discreto al hacerlo. Ese pensamiento le dejo un mal sabor de boca, pero ya se habia hecho a la idea del matrimonio. Y la manera mas apropiada de cumplir la tarea era reunir a tantas mujeres aptas como fuera posible en el palacio y seleccionar una que pudiera cumplir el trabajo. Aquel era el tercer fin de semana y, hasta el momento, ninguna mujer le habia llamado la atencion. En ese momento, Malik deseaba senalar a una de ellas y terminar ya con la decision. Aquello parecia vulgar, pero estaba cansado de aquellos fines de semana llenos de bailes y cenas elaboradas. Tenia cosas que hacer y pasar el tiempo socializando con un grupo de mujeres excesivamente maquilladas, acicaladas y muertas de hambre no parecia una buena forma de pasar el tiempo ni de gastar el dinero. El destello de plata desaparecio por el pasillo de los sirvientes y Malik camino rapidamente en esa direccion con la determinacion de capturar a quien estuviera colandose en el salon. Sabia que no era un sirviente, ya que estos llevaban uniformes dorados y bermellones. Se le paso por la cabeza que, si pudiera capturar el destello de plata, quiza podria conseguir algunas respuestas sobre el plan para librarse de el. Si pudiera descubrir quien intentaba matarle, podria eliminar la amenaza y no tendria la necesidad urgente de casarse y engendrar un heredero. Malik sabia que su ayudante lo seguia, sin saber por que no estaban yendo hacia el salon de baile. El publico ya se estaba reuniendo con ansias por ver al jeque y presentarle a sus hijas para que las examinara. Pero lo que vio cuando giro la esquina era mucho mas fascinante que cualquier intencion criminal. El trasero curvo y exuberante que habia ante el hizo que su cuerpo reaccionara con un interes inesperado. ?Por que alguien enviaria a una mujer para matarlo? Cuando el bonito trasero desaparecio bajo el voluminoso vestido de baile, observo con un interes mayor como una pierna larga y esbelta aparecia por la parte frontal. La mujer tiro del material plateado que tenia sobre esa pierna pero a Malik no le importo, ya que aquello hizo que levantara un poco la mirada. La agradable y seductora vision del pecho de la mujer cautivo su atencion. Solo pudo ver el costado y la mayor parte del pecho estaba cubierta con el fabuloso vestido, pero pudo entrever suficiente para captar su interes. <>, penso con placer. Malik recorrio el pasillo e hizo una senal a sus guardias para que se adelantaran a la mujer por el pasillo paralelo pero sin detenerla. Sus ordenes eran esperar mientras el descubria cuales eran sus intenciones. Mientras observaba, la belleza del vestido plateado caminaba sigilosamente por el pasillo. Por que intentaba ser tan silenciosa era un misterio, pero la forma en que echaba un vistazo a cada pasillo perpendicular era adorable, dandole a el otra vision de su adorable pompis. A medida que ella avanzaba por el pasillo, comenzo a sospechar que esa mujer no era del tipo criminal. Era demasiado obvia y muy poco sigilosa. Ademas, la expresion de su cara tenia algo que no parecia propio de alguien con intenciones de asesinar. Parecia demasiado alegre, demasiado encantada con su travesura. Cuando llego al final del pasillo, se acerco con intencion de verle la cara. Despues de haber observado su cuerpo durante los ultimos minutos, admitio que estaba mas que un poco intrigado. Fascinado seria una expresion mas adecuada. Se acerco mas y observo con interes como ella cruzaba los dedos a su espalda para despues asomarse a la entrada del salon de baile. <>, penso el. De ninguna manera iba a permitir que esa pequena belleza se perdiera entre la multitud, como sospechaba que intentaba hacer. Una asesina no cruzaria los dedos a su espalda. Sacaria una pistola u otra arma. Tampoco llevaria un vestido plateado que atrapara la luz, haciendo que toda su figura brillara. No, una asesina pasaria desapercibida, posiblemente con un vestido negro o incluso marron. Algo que muchas otras mujeres vistieran. O se vestiria como una camarera. Pero aun asi, ella destacaria. Ese cabello negro y reluciente trenzado en la parte trasera de su cabeza resaltaba su delicada estructura osea. <>, penso el mientras la luz del salon de baile iluminaba sus rasgos. Sus ojos eran de un marron chocolate oscuro, su piel tenia un color cremoso con tonos melocoton que el no creia que fuera maquillaje. Tenia unas pestanas largas y gruesas que rodeaban esos ojos almendrados, haciendo que tuviera un aspecto sensual sin usar montones de maquillaje. Incluso el hecho de que llevara menos de la mitad de maquillaje que las demas mujeres habria hecho que destacara. Por no mencionar el entusiasmo de sus adorables y expresivos ojos cuando se mordia su carnoso labio inferior. No, esa mujer no era una asesina. El se apostaba la vida literalmente con ese instinto cuando se acerco mas y se apoyo contra la pared justo detras de ella. En esa posicion, ella estaba demasiado ocupada mirando a la vuelta de la esquina, pero el pudo ver debajo de ese bonito vestido aquellos pechos que sus manos repentinamente ansiaban sostener y examinar. Eran abundantes y exquisitos y el corte del vestido le dio una seductora vision del profundo escote y las interesantes sombras. Sus ojos percibieron el lazo que mantenia el corpino sin espalda en su lugar y deseo con desesperacion estirar de ese provocador cordel para poder ver completamente esos pechos

  • Lady Eyre. diario de una Gorda de Maria Arbinaga

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    ?Los sentimientos cambian? No lo creo, evolucionan y las personas se frustran <> <> <>. Efectivamente, si la razon o la justificacion de una decision que afectara a tu vida la basas en algo que sientes, lo disfrutaras o sufriras intensamente, pero al menos sera siempre tuya. He sido infeliz desde antes que pueda recordar, mi mayor epoca de felicidad la puedo senalar a mis 30 anos. He vivido, no se si mucho o poco, pero he experimentado a mi manera, me he divertido, pero asi, entre tu y yo, siempre he tenido que hacer grandes esfuerzos por quererme a mi misma. Pocas veces me he querido sinceramente o he sentido que fuera merecedora de amor, carino o incluso empatia. Creo que he tenido epocas en las que he pasado por autenticas depresiones. Epocas en las que no podia ni salir de mi piso parisino de 15 m2 y violentamente me llenaba la boca a cucharadas de espaguetis con salsa de tomate. De vez en cuando me maquillaba, me ponia ropa sin pelusas y salia a que me diera el sol. Sentia que las personas me miraban raro, las chicas parisinas de mi edad eran muy chic, delgadas, altas, pelo frondoso y ojos claros. Yo paseaba por Paris con mi musica de Skrillex, unas botas militares, una sudadera verde over-size y unos shorts que me quedan muy justos y me apretaban los muslos. Ese era mi Paris, no fue siempre asi, pero lo fue una temporada. A veces creo que fue Paris lo que me saco del agujero negro en el que me habia sumergido, seguramente por eso le guarde tanto carino a esa ciudad. Mi primer dia en Paris fue complicado, estaba muy nerviosa, jamas habia vivido en un pais de habla francesa y aunque en mi interior sabia que iba a estar bien, sentia que estaba dando pasos sobre un terreno poco estable. Mis padres vivian en una epoca que ya habia quedado atras, seguian pensando que con 20EUR podria hacer la compra semanal de comida, por lo que me dejaron 150EUR para pasar el mes, me dieron un abrazo y me ayudaron a subir las maletas hasta la 4a planta de un edificio viejo y decrepito que poco despues se convertiria en mi hogar. 15 m2 en los que cabia una nevera, un fuego de cocina, un bano, un armario, una cama y un escritorio. Lo se, si no te lo cuento no te lo crees. Mi piso solo tenia una ventana, eso si, ocupaba toda una pared y desde ella veia el parque interior de una urbanizacion en la que vivian personas que obviamente tenian mucho mas que 150EUR en el bolsillo. Nunca estuve acomplejada por el tipo de hogar que tenia en Paris, mi pequeno piso era para mi un espacio de libertad. Aunque agobiantemente pequeno y sin mucho mas espacio que para rotar sobre mi misma, mi piso me ofrecia autenticidad, libertad y amor. Amor hacia mi misma, hacia mi independencia y hacia mi manera de funcionar en la vida. Saque los 150EUR del bolsillo, los deje encima del escritorio y me sente en la cama. Tenia a mi alrededor mas de 7 maletas y 4 bolsas que apenas cabian en la habitacion pero que pronto ordene. Queria que aquel fuera mi hogar, necesitaba sentirme segura en algun sitio, fuera cual fuese. Desde alli podria decidir cuanto arriesgarme, salir 1 hora o 2, coger el metro o probar a andar en bici, teniendo siempre un refugio al que regresar si un panadero borde parecia no entenderme. <> Me escribieron mis padres. <> Abri mi bolso y saque un sobre con 600EUR que habia conseguido vendiendo 2 pulseras y 3 anillos de oro que algunos familiares me regalaron por mi bautizo o comunion. Al ver ese dinero en mi apartamento, sin necesidad de esconderlo, comence a sentir que quizas podria sobrevivir a aquella aventura, sobrevivir de verdad. Tuve 2 dias para presentarme a Paris antes de comenzar a trabajar, aquellos magnificos dias de pleno mayo. Venia de ser una estudiante que vivia bajo el techo de sus padres y claro, aun tenia las mechas recientes, la ropa limpia y la vitalidad que te aporta una nutricion variada y completa. !Aquel era mi primer dia en Paris! No podia estar mas emocionada. Fingi ser chic y sofisticada, me puse unos vaqueros ajustados, una camiseta negra de tirantes con brillantes y el clasico bolso negro de Chanel, pero sin ser Chanel claro, el mio era de ioffer, pero eso nadie tenia por que saberlo. ?A quien pretendia impresionar? Nadie me conocia alli, las primeras semanas las pase completamente sola, pero algo dentro de mi mente me decia, que si estaba en Paris debia vestir acorde a lo que aquella ciudad me sugeria. Lo se, a veces yo tampoco me entiendo. Primera parada: Opera Garnier. Mi corazon no cabia en mi aun delgada caja toracica. Miles de pasos de cebra, cientos de personas y yo estaba alli, frente a la Opera sin saber muy bien que decir. ?Debia gritar wow? ?En voz alta? ?Alguien lo habia hecho alguna vez? Yo me sentia totalmente deslumbrada y era consciente de que a los hombres les gusta que te sorprendas cuanto te ponen la polla delante de la cara y aquello, creeme, era mucho mejor que cualquier polla. La opera de Paris, siempre me ha dejado sin aliento, desde el primer dia que la vi. Agarre mi bolso con fuerza, mire a mi alrededor y decidi adentrarme en una calle cualquiera, no dejaba de ver tiendas y mas tiendas, me acercaba a los escaparates e intentaba leer los precios. <> Cuando empece a ser consciente del nivel de precios de aquella ciudad, aquellos 150EUR que me habian dejado mis padres se convirtieron en una absurda limosna. Apareci en la Madeleine y volvi a sentirme en una encrucijada <> Poco despues entendi que Paris esta creada para deslumbrarte, para sobrecogerte y vayas a donde vayas vas a sentirte asi. Aun no lo sabia, pero no tarde mucho en darme cuenta. <> Encontre un local donde vendian bocadillos, alli me senti mas en mi ambiente, me comi un bocadillo que no habia pedido, porque obviamente el senor frances no me habia entendido del todo bien, pero estaba bueno. Acabe en Champs Elysees comprandome unas gafas baratas en una tienda de souvenirs. Si pretendia alargar mis 600EUR y mi vision sana hasta final de mes algo debia hacer al respecto, eso si, las gafas tenian brillantitos en las patillas. Aquel dia anduve muchos kilometros, pero no me senti cansada en ningun momento, todo lo contrario, me sentia llena de adrenalina e ilusion, como si deseara que aquel dia no terminara. Antes de volver a mi pequena guarida, entre en un supermercado e hice una compra que me permitiera comer el resto de la semana de una forma equilibrada: 2 cunas de queso Brie, 1 botella de vino, galletas, Coca-cola, un plato congelado de macarrones carbonara y dos platanos. Saque muchisimas fotos a mi apartamento y se las ensene a mis amigos, estaba muy orgullosa de estar alli. No recuerdo mi primera noche ni la segunda, pero recuerdo que dia tras dia la ropa se iba acumulando en una gran bolsa azul que tenia frente a mi cama. El primer dia de trabajo me parecio, cuanto menos, curioso. Nunca habia trabajado de cara al publico, mucho menos en hosteleria y nunca lo habia hecho con companeras de color. Yo era "la nueva" y la unica chica blanca pero mis companeros y mi jefe me acogieron con mucho carino. Mi jefe era muy simpatico y tuvo mucha paciencia conmigo, me enseno todo, desde como preparar todo tipo de cafes, hasta como hacer la caja o preparar los documentos que los proveedores debian firmar al descargar cada manana. Me daba 30EUR al dia para que comiera y siempre estaba de buen humor. Mis companeras eran tambien muy simpaticas, tenia companeras de Argelia, Nigeria, Marruecos y de Francia, claro. Les preguntaba muchas cosas, me corregian la pronunciacion y me ensenaron a decir esas cosas que nadie te ensena en una academia. Ademas de ser companeras, algunas comenzaron con el paso de las semanas a convertirse en mis amigas. Me encantaba trabajar en aquel restaurante, no tenia que cocinar y me aportaba la parte social o el contacto humano del que carecia. Un dia, cansada de pasar los fines de semana sola en mi casa o dando vueltas por Paris, busque en Google: conocer espanoles en Paris. Entonces conoci a Irene. Irene ejercia de ninera en una casa algo alejada del centro pero tenia dos dias libres a la semana que solia utilizarlos para venir a Paris y pasar tiempo juntas. Me encantaba estar con ella, siempre intentaba que nuestros dias libres coincidieran, organizaba excursiones y por si fuera poco, me hacia de guia turistico por una ciudad que todavia era nueva para mi. Luego conocimos a Sara, una chica que estaba haciendo su Doctorado en Quimica en la Universidad de Paris. Ya eramos 3 y por si aun no habia entrado en topicos, Sara era rubia, Irene muy morena y bueno... yo siempre he intentado parecer pelirroja. Y entonces llego el. Te situo, se trataba de la celebracion de la fiesta nacional en Paris. Rogue a mi jefe que me dejara el dia libre, era mi primer verano en Paris <> Le dije a mi jefe mientras el asentia una y otra vez con su eterna sonrisa. Le Champs de Mars, los fuegos artificiales, las risas y el olor a mil perfumes. Yo estaba alli con miles de personas, formando parte ironicamente, del orgullo frances. No dejabamos de sacarnos fotos, recuerdo reir y beber mucho aquella noche. Andamos desde Le Champs de Mars hasta Saint-Michel mientras nos reiamos de un rubio que queria ligar con Sara mientras Irene rechazaba a cualquier otro. <> Le grito Irene al camarero. <> Me susurro a mi despues. Melena negra larga, ojos grandes negros y una cara que la hacia atender al clasico prototipo de mujer Sevillana y que ademas hacia que todos los chicos se quedaran mirandola. Pero el me miraba a mi. Al final del bar y mientras hablabamos con unos alemanes, alli estaba el, sin apartarme la mirada y dedicandome media sonrisa. <> Les pregunte a mis amigas. No paso ni 1 segundo antes de que Sara diera el primer paso hacia el. <> Dije en voz alta. Entrar a alguien a traves de una amiga es muy patetico. <> Me dijo Irene con mirada despreocupada. No intercambiamos ni una palabra, despues de aproximarse empezo a bailar conmigo, me puso las manos sobre la cadera y no dejo de sonreirme hasta que acerco su cara a mi cuello y me dijo <> Bien, era lo unico que me habia puesto que costara mas de 50EUR, el chico tenia buen olfato. No recuerdo muy bien como transcurrio la noche, pero acabamos besandonos frente al Sena e intercambiando telefonos. Quizas el no sintiera lo mismo, pero yo senti una conexion especial, como si los dos estuvieramos en busca de un hogar. Probablemente aquella sensacion fuera unilateral, pero entiendeme, despues de dejar atras mi pequeno mundo, me vi en Paris, sentada a las orillas del Sena con un chico que me miraba como si su mundo se fuera a acabar. Jacques me enseno a convertir Paris en mi ciudad, me hablo de la parte de su familia que aun vivia en Argelia, de su trabajo, me repitio muchas veces lo mucho que le gustaban los coches y lo mucho que le gustaba yo, eso no me lo dijo, pero lo deduje yo solita. Me hizo reir mucho y fue muy carinoso conmigo, recuerdo perderme en aquellos grandes y largos brazos sin tener ninguna intencion de volver a encontrarme. Era una de esas historias que sabes que no se repetira, te agarras con fuerza a ese momento e intentas saborear cada segundo. Asi lo hice hasta que vimos amanecer. Jacques nos acompano al metro, mis amigas se fueron y yo subi andando a mi casa. Pasaron los dias y Jacques no dio senales de vida, asumi que habia sufrido la famosa diferencia cultural asi que aparte el tema de mi mente. Dos semanas despues decidio llamarme para pedirme una cita. Vino a buscarme en un Porsche y entonces empece a cuestionarme: ?Que tipo de persona habia conocido? y ?Por que le habia dicho que viniera a buscarme a la entrada de mi decrepito edificio? Si lo hubiera sabido me hubiera puesto un vestido, pero mira, la cantidad de ropa sucia que se acumulaba en el rincon de mi habitacion cada vez era mayor y no tenia mucho entre lo que elegir. Alli estaba yo, con unos vaqueros, una camiseta de los ramones y unas playeras sucias. Se bajo del coche, me abrazo y me dijo que estaba preciosa. Caminamos hasta un restaurante, nos sentamos y me pregunto que era lo que que habia hecho durante aquellas semanas y despues de la protocolaria introduccion a la cita le dije <> Mientras le clavaba la mirada. <> Me dijo mientras me sonria como si estuviera esperando que me riera con el. <> Le pregunte. Jacques me aseguro que no tenia pareja y que se sentia plenamente libre para tener una cita conmigo. Por los gestos y la entonacion quise suponer, aprovechando que estaba en Paris y tenia todo el derecho del mundo a ser romanticamente estupida, que yo era la razon de su reciente ruptura. Nunca volvimos a hablar del tema. Cenamos juntos, dimos un paseo y me invito a subir a su casa. Quizas fuera pronto, pero estaba lejos de casa, jugaba bajo mis propias reglas y aunque fuera simplemente por rebeldia, queria pasar la noche con el. Subimos a un ascensor enano que habia al final de un pasillo ruinoso y por un momento pense: gracias a Dios que es solo un presumido con los coches y vive en un cuchitril como yo. Nada mas lejos de la realidad, el ascensor se detuvo en el piso 6, bajamos, abrio la puerta y vi ante mi un piso de 160 m2 con espacios abiertos, recien reformado, con cristaleras y vistas a Notre-Dame. Yo no podia dejar de pensar que mi piso de mierda me costaba 500EUR al mes. <> Le dije mientras miraba a mi alrededor con los ojos bien abiertos. Jacques empezo a reirse y me contesto <> Yo no pintaba nada alli y esa obviedad empezo a hacerme sentir insegura. Siempre he sido una tia sexy y guapa, pero los dos eramos conscientes de que yo solo era una camarera, con un frances terrible a la que le sobraban un par de kilos. Por no hablar de que aquel dia llevaba un sujetador que se enfrentaba a su tercera noche porque era el menos sucio que tenia. Vale, eso el quizas no lo sabia, pero yo si. ?Me entiendes? La teoria decia que en Paris las mujeres no se depilaban, las francesas tenian fama de ser naturales, empoderadas y peludas. Para ser honestos, yo no me habia depilado desde hace un mes y aunque la situacion en su totalidad me hacia sentir incomoda mande todos los prejuicios a paseo, le eche morro al asunto y le dije <> El se agacho delante de mi, me bajo los pantalones y me dijo <> Todo captaba mi atencion, me fascinaba su casa, no dejaba de mirar a mi alrededor y pensar: joder, este tio esta buenisimo, vive en una casa impresionante y yo he venido con unas pintas del carajo y con un arbusto entre las piernas, al menos llevo bragas bonitas. El sexo no fue bueno, el atendio indiscutiblemente a todos los topicos asociados a la raza negra y hubo momentos fisiologicamente muy sorprendentes a lo largo de la noche, pero yo estaba distraida. Fue muy dificil seguir cachonda despues de verle hundir su cara en mi entrepierna peluda. <> Pense mientras contaba los minutos para que aquello terminara. Era la primera vez que bajaban al pilon y te juro que no me gusto. Ni un poco. Amanecimos juntos, me desperte antes que el y poco a poco me fui vistiendo. Cuando el se desperto yo corri como un misil al bano, me retoque el maquillaje, me cepille el pelo e intente no parecer Mufasa despues de una orgia. No se tu, pero yo no me levanto muy presentable. Nos dimos los buenos dias, todo trascurrio con normalidad y yo me fui a trabajar.

  • Cautiva de Laura Lago

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    Ella era la hija de mi peor pesadilla. Mi mayor enemigo.
    Una muneca de porcelana, joven y facil de seducir.
    Facil de seducir si eres un macho alfa, lider de la mayor mafia de Estados Unidos, tienes abdominales de acero y estas acostumbrado a tomar lo que quieres, cuando quieres y como quieres. Y en ese momento Marco la queria a ella.

  • Las Supervivientes de Riley Sager

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  • Pagando el precio de Larissa De Silva

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    Me sentia… tranquila. Pense. ?Es eso lo que era estar agradablemente borracha? Siempre habia sido tan abstemia. Casi nunca bebia, tal vez en caso de emergencia, me decia a mi misma, pero realmente, no me gustaba la idea de vomitar, y siempre habia sido poco bebedora. Golpee la barra y el barman se me acerco de nuevo. Era un joven de veintitantos anos con un mono en su cabeza hecho completamente de rastas. Podria haber seguido mirandolo durante anos, especialmente porque ahora parecia haber dos de el. --Un destornillador --dije--. Que sea doble, por favor. --Por supuesto, carino --dijo, guinandome el ojo. Mi corazon se agito. No crei que estuviera coqueteando conmigo, exactamente, pero al menos estaba siendo amable conmigo. Senti como si hubiera pasado tanto tiempo desde que un hombre habia sido amable conmigo. Desde que alguien habia sido amable conmigo, de verdad. Estella se habia ido a casar o algo asi en lo que se suponia que era la celebracion de mi divorcio. Scott y yo nos habiamos separado oficialmente y todo estaba en marcha para que yo recuperara mi vida. Si, claro. Eso me decia a mi misma que al inclinar el vaso hacia atras y sentir el hielo cubriendome la lengua. Estaba borracha. Nunca hubiera hecho algo asi si hubiera estado sobria, me dije a mi misma. Al menos no estaba haciendo el ridiculo delante de nadie conocido. En el hospital me mantuve firme, incluso cuando senti que queria saltar sobre Scott y arrancarle los ojos. No podia creer que, despues de lo que me habia hecho, todo el mundo fingiera que las cosas eran normales. Comprendi que habia cosas mas importantes. Nuestros pacientes eran mas importantes que nuestro drama personal. Pero no podiamos operar juntos, y el hecho de no poder trabajar juntos habia obstaculizado al hospital. Por supuesto, Scott me habia echado toda la culpa a mi. No queria contarle a nadie lo que Scott habia hecho. No queria contarles las noches en que llegaba a casa apestando a alcohol y con marcas de lapiz labial en el cuello. No queria contarles sobre los mensajes de texto que encontre en su telefono, de mujeres que fueron salvadas bajo nombres de contacto como Dr. Panama y Dr. Corea del Sur. Estaba claro que no eran medicos, que eran trabajadoras sexuales que habia conocido en una de sus muchas escapadas nocturnas, y como no podia recordar sus nombres, las guardaba en su telefono como su nacionalidad. Era insultante. Probablemente un poco racista. Si le hubiera dicho a alguien lo que Scott estaba haciendo, entonces podrian perderle el respeto en el hospital. No queria que eso sucediera. A pesar de todos sus defectos personales, sus defectos como marido y su incapacidad para ser fiel, era un cirujano maravilloso y dedicado, con una tasa de exito mejor que la mayoria de los cirujanos de nuestro estado. Diablos, en nuestro hospital. No queria que nuestro personal lo respetara menos, y sabia que el personal de la oficina se aferraria inmediatamente a cualquier chisme sobre el Dr. Noble y la Dra. Baker. Los Ken y Barbie de nuestro hospital, la gente pensaba en nosotros como si fueramos un rey y una reina en su regreso a casa. Fue terrible. Lo odie. Era un ideal que ninguno de los dos podia cumplir y yo ni siquiera queria intentarlo. Pero habia caido en el, de forma bastante inesperada, porque Scott era popular y yo era su esposa, y no podia escapar de su influencia. Parecia el tipo de hombre que deberia interpretar a un cirujano en la television, mas que a un cirujano de verdad. Demonios, probablemente lo habria hecho, si no hubiera sido por la influencia dominante de su madre. Y siempre me habia gustado mirarlo. Al menos, eventualmente. Pero tambien me habia gustado lo respetado que era, y el respeto y su capacidad para ser un buen medico, estaban, por lo que pude ver, unidos el uno al otro. Asi que mantuve la boca cerrada incluso cuando el lo anuncio -sin decirmelo de antemano- que nos estabamos separando. Cuando la gente le preguntaba por que, me pintaba como irracional y celosa, y aunque apretaba los dientes, sentia ganas de estrangularle cada vez. Me dije que los pacientes eran lo primero, incluso cuando vi el brillo de sus ojos. Tal vez se veia a si mismo como una victima, pense, sintiendome un poco mal del estomago. Me volvi a mi lado, tratando de mantenerme erguida en la barra, y vi a un hombre guapo sentado a mi izquierda. Tropece con el taburete cuando intente mantener el equilibrio y el extendio su brazo y me agarro antes de que pudiera caer de cara al suelo. Se rio, un sonido profundo que removio mariposas en mi estomago. Tal vez fue la bebida. --Oye --dijo--. ?Estas bien? Asenti, me lami los labios y trate de sentar mi trasero en el taburete de nuevo. --Si --dije--. Solo estoy teniendo… woo. Problemas de equilibrio. --?No eres gimnasta, entonces? Me rei. --Nada tan glamoroso. Me miro de arriba a abajo. Sus ojos eran oscuros, o tal vez fue solo la falta de luz en el bar, pero maldicion, era intenso. No dejaba de mirarme. --?Puedo adivinar? --Por favor, no --dije--. Si adivinas algo sobre mi vida, y tienes razon, me odiare para siempre. Se rio de nuevo. Sonaba tan sincero. Podria haber seguido escuchandolo para siempre. Habia algo familiar en el, tambien, como si lo hubiera escuchado antes, como si acabara de llegar a casa y estuviera alli, sentado en el sofa de mi sala, tomando una taza de te con mi madre. Mierda. Estaba tan borracha. --Solo iba a adivinar algo bueno. --?Como que? --No lo se --dijo--. ?Estas en la moda? Me rei de nuevo. --Eres un comediante --dije--. ?Verdad? --En el entretenimiento --dijo--. Pero no como comediante. --Lo suficientemente cerca --dije, tomando un sorbo de mi destornillador. Era tan fuerte. --?Puedo invitarte a otro trago? --Absolutamente no --dije--. ?Intentas matarme? --Kieran --dijo, extendiendo su mano mientras se reia. --Becca --respondi. Me apreto la mano, que estaba sorprendentemente sudada. No muy atractivo, pense. Pero de nuevo, probablemente me veia como un desastre, en general. Intente sentarme mas derecha -ridicula, cuando ni siquiera podia ver bien- y me pase los dedos por el pelo. --?Que estas haciendo en este bar? --Kieran pregunto. --Nunca te he visto aqui antes. --Yo… --dije--. Se supone que tengo una fiesta de divorcio. --No es una gran fiesta. Me rei. --Mi amiga se fue y se fugo --dije, tomando otro sorbo de mi bebida. --Amiga. Solo queria venir a Las Vegas para poder casarse con este tipo, supongo. ?Que mejor excusa que mi divorcio? --Tu ex es un idiota --dijo. --Salud --le respondi, sosteniendo mi bebida en el aire. Fue suficiente para llamar la atencion del camarero, lo que me hizo reir. --Creo que podrian echarme. --Se enfrentan a cosas peores cada dia --dijo--. Confia en mi. --Lo hago --dije. --Eso no fue muy amable de tu amiga --dijo--. ?Como terminaste aqui? --Queria un bar barato que no estuviera al lado de un casino --dije--. Y sabes, este parecia el lugar perfecto para que una solitaria divorciada no fuera conquistada. --?No te van a conquistar? --pregunto. Incluso en la oscuridad, pude ver que sus ojos estaban parpadeando. Hacia tanto tiempo que no estaba con un hombre, y las ultimas veces que me acoste con Scott, apenas parecia interesado en mi. Estaba haciendo los tramites antes de que nuestro matrimonio muriera. Me di cuenta de que ya no estaba interesado en mi. Este extrano, este hombre alto y guapo con ojos traviesos, iba a estar interesado en mi. Y yo estaba lo suficientemente borracha como para arriesgarme. --?Que estas diciendo? --Pregunte despues de tomar otro sorbo de mi bebida fuerte. --Estoy diciendo… ?tienes una habitacion de hotel por aqui? CAPITULO DOS KIERAN Se alojaba en un hotel a pocos pasos del bar. Lo sabia. Era uno de esos bares a los que solo iban las mujeres que podian permitirse bebidas demasiado caras, y aunque tenia la apariencia de ser sucio, fue una cuidadosa decision de marketing tomada por genios del marketing de Las Vegas. Era el lugar perfecto para trabajar, por lo menos. Las ultimas semanas habian sido sorprendentemente malas, probablemente debido al clima. Solo habia habido un par de clientes y eran personas que pagaban tarifas de cliente frecuente. Nada como lo que yo cobraria a uno nuevo. Tal vez seria divertido, me dije a mi mismo. Esta clienta… era hermosa. Pequena, con pelo marron que le llegaba a los hombros en suaves olas, y enormes ojos marrones que hacian que su cara se iluminara cada vez que me miraba. Habia algo familiar en ella, pero no podia poner mi dedo en la llaga. No importaba. Iba a llevarla al hotel, ibamos a pasar un buen rato, y tendria suficiente para pagar mis cuentas del mes. Pude ver que tenia dinero por las joyas que llevaba puestas, la ropa que usaba. Incluso en jeans y una blusa, podia ver las suelas rojas de sus zapatos. El collar y los brazaletes que llevaba eran de oro blanco o plata, con preciosos diamantes de imitacion incrustados en ellos. Me tomo la mano cuando se bajo del taburete y la sostuve, cuando se tambaleo, para que no se cayera al suelo. Estaba borracha, pero esperaba que no demasiado. Siempre fue una linea extrana para moverme y me asegure de obtener una confirmacion verbal, pero, aun asi. Solo estaba alicorada, porque hacer mi trabajo era si estaba sobria. Salimos del bar a la abrumadora calle iluminada. Habia charcos en el suelo que trate de evitar, pero Becca no lo estaba pasando tan bien. Ella tropezo hacia adelante y la atrape, poniendo mi brazo alrededor de su cintura, y acercandola a mi. Se rio. Olia a alcohol, pero tambien a champu, a coco y agave, y habia algo en su perfume. Era sutil, floral, y podria haberla sostenido para siempre, solo con su agradable aroma. Se alejo de mi y la segui hacia su hotel, un lugar imponente con una plaza enorme y una fuente en el exterior. Sabia que era un lugar que costaba al menos 300 dolares por noche, lo que no era nada despreciable cuando estaba claro que no estaba cerca de la franja y que no venian tantos turistas. --Asi que --dijo, sus palabras se entendieron un poco mal. --Mi amiga esta con su nuevo marido, Dios sabe donde. Este era el hotel mas cercano que encontre que no parecia estar lleno de cucarachas. Asenti con la cabeza, mirando el edificio de treinta pisos. --Se ve muy bonito --dije. Se burlo. --Es muy bonito --dijo--. Precioso. Planeaba pagarlo con nuestra tarjeta compartida, pero desde el divorcio, no se supone que nuestras finanzas sean compartidas. --Lo siento --dije. Ella se rio. --No lo sientas --dijo--. En general, ha sido mucho mejor para mi. Excepto por, ya sabes, mis pequenas fantasias de venganza. Me rei. Para alguien que parecia tan borracha como ella, era elocuente. --Bueno, ya no tienes que preocuparte por el --dije mientras llegabamos a las puertas dobles automaticas, que se abrieron para nosotros. La recepcionista nos saludo y yo le sonrei, saludandola. Ella me conocia, y si queria, podia hacerme la vida dificil. Esa noche no le importo lo suficiente y volvio a trabajar en algo en su computadora, lo que me permitio dar un suspiro de alivio mientras Becca me llevaba a su habitacion. Llegamos al pasillo con todos los ascensores, cuatro a cada lado, y ella se apoyo en mi. No sabia si era porque estaba borracha o porque trataba de mantener el equilibrio, pero cualesquiera que fueran sus razones, era una buena senal. Las puertas del ascensor sonaron y ella se inclino hacia adelante, casi cayendo de cara. El nivel de intoxicacion en el que estaba me hacia sentir un poco incomodo. Incluso cuando se rio y me metio en el ascensor, reboto en la pared trasera, que era basicamente una ventana al exterior. La fuerza con la que la golpeo me puso un poco nervioso, especialmente por la forma en que se rio cuando reboto en la pared. Coloque un brazo alrededor de su cintura y la mantuve cerca mientras inclinaba la cabeza hacia arriba, mirandome directamente a los ojos. --Oye --dijo, sus ojos se estrecharon. --Siento como si te hubiera conocido antes. --Muchas mujeres se sienten asi --dije. Ella se rio. --Sabes exactamente como hacer que una chica se sienta especial. Me rei con ella. Cuando apreto sus labios contra los mios, no me sorprendio. A pesar de lo borracha que estaba, besaba muy bien, y podia sentir que me dejaba llevar cuando mis labios encontraban los suyos una y otra vez. El ascensor sono y pronto estabamos en su piso.

  • 50 palos … y sigo sonando de Pau Dones

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    50 palos no es una biografia, porque las biografias huelen a muerto, dice Pau Dones. Asi que si hay modo alguno de entender este libro es como una reflexion, una charla amistosa que se alarga hasta la madrugada y en la que Pau da cuenta de sus mejores momentos, pero tambien de los peores. Del suicidio de una madre, del fracaso amoroso, de una carrera con altibajos que cuando de repente repunta queda interrumpida por un diagnostico atroz, cancer de colon.

  • Sin fin de M. C. Andrews

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    Daniel sabe que tiene que enfrentarse a los fantasmas de su pasado antes de la boda, por lo que le pide a Amelia que lo acompane a Hartford. Durante el viaje por la campina inglesa, la pareja pone a prueba los limites de su deseo y se entregan el uno al otro de un modo hasta entonces insospechado... <>. M. C. Andrews

  • Vanessa (Senoritas americanas 4) de Scarlett O'connor

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    ?Quien estaria tan desesperado como para casarse con la arisca Vanessa Cleveland?Desesperado y demente. William Witthall, conocido como el conde Loco, esta en la ruina. Quiza se deba a su mala administracion o, tal vez, a su aficion a hablar de duendes. No lo sabe. Lo unico de lo que esta seguro es de que necesita ayuda para salvar sus tierras, y ?quien mejor que la brillante senorita Cleveland?
    Vanessa no podra resistir el desafio de probar que puede hacer todo aquello que le es vedado, mas aun, cuando los secretos de su pasado vuelvan para atosigarla y la obliguen a averiguar de que estan hechos sus suenos y aspiraciones.

  • Catarsis 1 de Anabel Garcia

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    Noa tiene una vida normal y corriente, como la de cualquier chica moderna rozando la treintena. Pero de repente, un buen dia, ocurre algo increible que transforma su monotonia en una trepidante aventura sin precedentes. Tanto es asi que incluso cree que esta inmersa en algun extrano sueno o broma pesada. Y para que os hagais una ligera idea de lo que estoy hablando, digamos que se ve rodeada de elfos, dragones, serafines, unicornios y un sinfin de criaturas extraordinarias.
    Mientras intenta desesperadamente escapar de ese mundo llamado Catarsis, o al menos sobrevivir a el, ya que sus inesperados dotes como hechicera son nefastos y sus enemigos no se andan con jueguecitos, descubre que alli todos consideran que es La Elegida, aunque la cuestion es ?elegida por quien y para que?
    Ademas, y para colmo de males, si pretende cumplir con su paradojico destino como salvadora del mundo, debe acatar las descabelladas ordenes del ser mas odioso que jamas haya existido, nada mas y nada menos que el mismisimo Senor del Mal, que no tardara en descubrir atonito lo que conlleva el caracter de una gaditana enojada.
    !Adentrate en Catarsis y demuestrame que el miedo no existe!

  • El coleccionista de John Fowles

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    Frederick Clegg es un hombre solitario y anodino que colecciona mariposas. Miranda Grey es una radiante e inteligente nina bien que estudia arte en Londres. Frederick, que admira a Miranda pero es incapaz de abordarla con normalidad, la secuestra y la aloja con todas las comodidades en un sotano en su propiedad, una trampa perfecta acondicionada como una jaula de oro. Fowles recrea un intenso duelo psicologico donde captor y prisionera intercambian papeles con refinamiento y crueldad, cada cual defendiendo sus propios objetivos: Miranda desea recuperar su libertad, Frederick quiere ser aceptado como un igual por el objeto de su obsesion. El resultado es una novela magistral que, haciendo gala de un engranaje tan milimetrico como febril, ha sido leida por cientos de miles de lectores

  • Mas alla del temple, Lola P Nieva de Lola P. Nieva

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  • La humana es mia de Iris Montes Meseguer

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    LA HUMANA ES MIA

  • Una musica prodigiosa de Mitch Albom

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    Mitch Albom da vida al que quiza sea su personaje mas inolvidable, Frankie Presto, el mejor guitarrista que jamas haya existido sobre la faz de la Tierra, inspirado en el compositor de Recuerdos de la Alhambra, Francisco Tarrega, natural de Villarreal.

  • Extranos en el tren nocturno de Emily Barr

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    Cuando menos te lo esperas, tu esposa se puede convertir en una extrana.

  • Tocamela otra vez, Ethan de Anne K. Austen

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  • Un hombre con atributos de David Lodge

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    Encerrado en su casa de Regent’s Park, en pleno blitz, el escritor Herbert George Wells, <> para los amigos, intuye que se esta muriendo. Una vez fue el novelista mas famoso del mundo, <>; ahora se siente como un viejo anclado al pasado. Una voz en su interior lo obliga a rememorar: su rapido ascenso a la fama como escritor; sus primeros escarceos politicos como lider fabiano, su creencia en el amor libre. Sus dos esposas y a sus muchas amantes. David Lodge nos presenta a un personaje tan contradictorio como talentoso: un socialista que disfruto de su riqueza, un aclamado escritor que se revolvio contra la novela literaria, un mujeriego feminista; sensual y romantico, irresistible y exasperante segun soplara el viento, pero siempre vitalmente humano.

  • La sangre de las bestias de Joel Rodriguez Aleman

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    Hacia ya tiempo que Damian se sentia como si la vida lo hubiera agarrado por el cuello y no lo soltara. La impasible mano apretaba cada dia mas y mas, y cuando el flujo del aire empezo a cortarse, perdio la poca paciencia que le quedaba y cruzo el umbral que conducia a la senda de los perversos. Era muy tarde y aun estaba en la oficina. Nada lo obligaba a ello, salvo su altruismo; un companero, que iba atrasado en su trabajo, le pidio ayuda para cuadrar unos balances. La idea de hacer horas extras que nadie le iba a remunerar, sumada a lo mucho que despreciaba a aquel <>, segun sus propias palabras, le atraia tanto como a un ateo ir a misa. Sin embargo, debia hacerlo, pues las consecuencias de no terminar aquella tarea o, peor aun, terminarla mal, podian ser graves no solo para su companero, sino para la propia empresa. A medianoche, por fin bajo del autobus que lo dejaba a unos diez minutos de su casa. A pesar de la corta distancia, lo incomodaba recorrer aquellas calles repletas de drogadictos y carteristas. Miraba a todas partes y se maldecia por haberse quedado trabajando hasta las tantas. A mitad del trayecto, vio a un muchacho con sudadera sucia y una gorra con la visera hacia atras apoyado en la pared de un edificio y con una lata de cerveza en la mano derecha. Sintio una repentina opresion en el pecho. Parecia que aquel chico estaba absorbido por sus propios pensamientos y no albergaba intenciones aviesas, pero eso no lo tranquilizo. Aun asi, siguio su camino como si nada. Cuando estuvo a su altura, el muchacho solto la cerveza, que cayo con un estruendo amplificado por el silencio de la noche, y le corto el paso. Saco una navaja con la destreza de quien se ganaba la vida con ella, y dijo: --La cartera. Ya. Damian levanto las manos. Temblaban. --Voy, voy. --Su voz sono mas aguda de lo normal--. La tengo en el bolsillo izquierdo del pantalon. Voy a sacarla, ?vale? --Como me la juegues, te mato. --No, no te la juego, te lo juro. Entrego su deshilachada cartera al atracador. Este, mientras lo apuntaba con la navaja, maniobro con la mano izquierda para examinar el contenido: solo habia un billete de cinco euros y algo de calderilla. --Joder, que mierda. A pesar de lo tenso de la situacion, Damian encontro suficiente animo para ofenderse. <>, penso. --Dame tu movil. Bajo esta vez la mano derecha y extrajo de su bolsillo un Nokia de los antiguos, tan solo capaz de hacer llamadas y enviar mensajes SMS. --?Que mierda es esta? ?Por que no tienes un movil normal como todo el mundo? Me pagaran una miseria por esta basura. Antes de que tuviera la oportunidad de contestar, el ladron le propino un golpe con el reverso de la navaja que le hizo caer al suelo, y huyo a toda velocidad, insatisfecho con su botin. Damian encendio la luz, y su estudio de treinta metros cuadrados se tino del color amarillento de la bombilla del techo. La pintura de las paredes estaba desconchada aqui y alla. Sobre el escritorio, enfrente de la puerta, habia un ordenador portatil con una raja en la carcasa, fruto de una desafortunada caida anos atras. A su izquierda, el somier hundido por el centro comunicaba al mundo que su uso prolongado haria peligrar la espalda de su dueno. La cocina, al fondo de la estancia, estaba justo al lado del bano, lo cual le producia una sensacion desagradable a la que nunca se acostumbraba. Se dejo caer sobre la cama, apoyo los codos sobre sus rodillas y se tapo la cara con las manos. La amargura, que habia esperado con paciencia su momento, lo invadio. Aun asi, no lloro, tan solo se lamento de su desgracia. Normalmente, la soledad no lo afectaba, pero aquella noche lo ahogo. No tenia con quien hablar: ni mujer, ni hijos, ni tan siquiera un simple companero de piso. Se acordo de sus padres, pero bajo ningun concepto acudiria a ellos en busca de ayuda. Tras desnudarse, apago la luz y se acosto con la vana esperanza de dormirse; sin embargo, su corazon tardaba mucho en apaciguarse y aun bombeaba la sangre a demasiada velocidad. Reflexiono sobre el incidente, pero tambien sobre su propia vida. Comprendio que ser atracado en plena calle no era mas que la consecuencia de un problema mas grande: sus escasos ingresos economicos lo obligaban a residir en un barrio conflictivo, en un piso miserable, sin opcion a renovar su mobiliario, sus aparatos electronicos o su indumentaria. Le dolia vivir asi. Habia soportado mil y una penurias con encomiable estoicismo durante muchos anos, pero se acabo. Tomo una determinacion que ya no lo abandonaria jamas: cambiar esa situacion de una vez por todas. Capitulo 2 Dos dias despues, un soleado jueves de finales de verano, Damian disfrutaba de un almuerzo con su amigo Mario en la terraza de un restaurante. Cobijados por la sombra de un toldo grueso mientras bebian unas cervezas frias, mitigaban los efectos del calor. Se encontraban en una calle peatonal repleta de comercios y viandantes. --Gracias por invitarme --le dijo Damian. --Nada, para eso estan los amigos. Mario poseia una panza y unos mofletes prominentes, pelo rizado y nariz ancha. Contrastaba con Damian, enjuto, de apariencia fragil y con un pelo lacio tan mustio que no se despegaba de su craneo. Ambos llevaban sandalias y sus peludas pantorrillas al desnudo. --Mario, necesito dinero. Estoy harto de vivir donde vivo, con miedo constante a que me pase algo, en un piso que parece que se va a venir abajo a las primeras de cambio. Estoy harto de mi trabajo, estoy harto de... --Vale, vale, lo pillo. --Su amigo, un optimista perenne, no queria ver a nadie regodeandose en sus propias miserias--. Mira, es tu dia de suerte: te voy a proponer un proyecto que nos hara ganar mucha pasta. Damian, como cabria esperar, aguzo el oido: --Te escucho. Mario hizo un triangulo con ambas manos y las separo lentamente al tiempo que decia: --Inteligencia artificial. Su gusto por la teatralidad le hizo dejar una pausa dramatica, pero no logro el efecto deseado. Damian se encogio de hombros y espero a que continuara su discurso. --Es el futuro, chaval. Voy a desarrollar una inteligencia artificial para procesar grandes volumenes de informacion y detectar patrones que ayuden a decidir sobre esos datos. No es nada revolucionario, las grandes empresas llevan ya un tiempo haciendolo, pero eso es bueno: significa que hay gente dispuesta a pagar por algo asi. Y pagaran mucho dinero, muchisimo. ?Te das cuenta del enorme potencial que esconde un sistema informatico de ese estilo? --Me lo puedo imaginar. --No, no podia. --El caso es que yo me encargare de programar ese sistema, pero necesito a alguien que se ocupe de todo lo demas: buscar clientes, el marketing online... En fin, ese tipo de cosas. Asi que... ?que me dices?

  • Mi mundo se lleno con el sonido de tu voz de Cristina Prada

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    Un trabajo. Dinero. Un marido.

  • El buen hijo de You-jeong Jeong

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    Demencial y obsesivo: el mejor thriller viene ahora de Corea.

  • Curcuma Azul de Halo Summer

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    --!Pues si que eres rara! --dice mi hada madrina--. Cualquier muchacha en tu situacion estaria contentisima de poder ir a un baile. Y mas aun si tiene la oportunidad de enamorarse y huir de su miseria.

  • Triste Destino El Destino Que Nos Toco de Yume Castro

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    ?Que paso? ?En donde estoy? -me despierto me encuentro tirada en el suelo estoy algo mareada al intentar levantarme me doy cuenta que me encuentro atada. ?Que significa esto? ?Que rallos pasa? No ultimo que recuerdo es que estaba con mis amigas bailando !haaaa! no recuerdo nada mas. -lucho para poder soltar las cuerdas que sujetan mis manos y pies con mucho esfuerzo logro sentarme y llevo la cuerda que ata mis manos a mi boca para tratar de soltarla y sin percatarme que no me encuentra sola en la aquella habitacion. -de pronto escucho un sonido que llama mi atencion. -Observo en silencio y digo: ?Quien esta hay? ?Ya despertaste?-me responde alguien desde la oscuridad en un pequeno susurro. ?Quien es? ?Quien esta hay? Suuuuuu !silencio no grites nos pueden oir! Me llamo Laura y tu. ?Como te llamas? Me llamo marcela. -?Que sucede? ?Porque estamos aqui? ?Quien nos tiene aqui? – No lo se?. Yo desperte aqui al igual que tu y ellos me han tenido aqui encerrada desde entonces – ?Ello? ?Quienes son ellos? -Los hombres que nos trajeron y nos tienen encerradas a las dos aqui – ?Pero por que nosotras? ?Que quieren de nosotras? -!No se yo tambien quisiera saber!- le responde Laura -!Escucha! Parece que se acerca alguien silencio. Dice marcela Mi corazon late tan fuerte que parece que fuera a salirse de mi pecho tengo tanto miedo; que siento que mi cuerpo se paraliza. Escucho pasos que se acercan poco a poco Estan abriendo la puerta! ?Quien es? No logro verle bien la luz de afuera me siega -Y ?Como estan nuestras invitadas? No vallan a intentar nada estupido pues estan bien custodiadas ja ja ja dice elsecuestrador Aqui esta su exquisita comida espero sea de su agrado. – ?Quien eres? ?Por que nos tienes aqui? Le pregunto a ese sujeto -Ja ja tu solo preocupate por comer porque si te enfermas no me servirias para nada voy a soltarles las manos para que puedan comer y ya saben si quieren seguir vivas es mejor que se porten bien. -Senor se lo suplico por favor sueltenos no nos haga dano si nos deja ir no se lo diremos a nadie. Le suplica Laura -Ja ja ja ja tu si que me haces reir, de verdad crees que te soltare. Despues que nos tomanos el trabajo de traerte aqui. Nos dice ese hombre mientras se rie ironicamente – Si es dinero mi papas se lo pueden conseguir solo dejeme llamarlos si por favor. Le digo a ese hombre con esperanza que nos deje ir. -Te equivocas no es el estupido dinero de tus papis el que quiero hay alguien que me pagara mas por ustedes mucho mas solo tengo que traer a otra chica mas y estaremos listos para irnos. – ?Otra persona que persona? ?Por favor digame? Mis padres le pueden conseguir le el dinero solo digame Sueltame sueltame sueltame !Por favor no quiero estar aqui! -Por mas que suplique solo se dio vuelta y se marcho Solo veo como se cierra la puerta frente a mi si poder hacer nada. Laura me dice – ?Que vamos hacer ? Tengo mucho miedo que nos iran hacer porque tenia que pasarme esto, yo no le echo nada a nadie ?Por que? Lo cual yo le respondo que por ahora lo unico que podemos hacer es comer como el dijo – ?como puedes comer? !Es que no te das cuenta lo que esta pasando! Me responde Laura molesta – claro que me doy cuenta pero necesitamos tener fuerzas para escapar no crees! Si no comemos nos vamos a debilitar y por eso tienes que comer. Le respondo tratando de tranquilizarla pues ella esta algo exaltada. si tienes razon y dime ya pensaste la manera de escapar de aqui. Me pregunta Laura -!no! Pero estoy segura que conseguiremos escapar de aqui tenemos que escapar. -si tienes razon ?pero no tienes miedo que le hayan echado algo a la comida? – no lo creo, pues ese hombre dijo que nos necesitaban sanas. -Y dime ?de donde eres? - le pregunto a Laura mientras comemos -Yo vivo en los apartamentos que se llaman las colinas cerca del puente que queda cerca de la avenida ?sabes donde es? – si creo saber donde queda, y ?vives sola? -no. - vivo con mis abuelos mis padres murieron en un accidente cuando yo era pequena eso me dijeron mis abuelos la verdad es que yo no me acuerdos de ellos. Solo se lo que mis abuelos me cuentan de ellos. – lo siento mucho – no tranquila eso ya paso ase mucho y ?tu? – yo vivo con mis padres al sur del centro ja que ironia sali de casa molesta con mis papas porque yo queria que me dejaran tranquila queria salir con mis amigas sin que ellos me molestaran yo les decia que estaban paranoicos porque siempre pensaban que mi iba a pasar algo por estar afuera asta tan tarde ja ahora mirame aqui. -despues de esas ultimas palabras hubo un silencio Laura y yo solo seguimos comiendo en silencio.

  • Comida de verdad de Miguel Jara

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    Comer es mucho mas que un placer y una necesidad: la dieta y los habitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud publica que mas puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cancer hasta la diabetes. Pero comemos mal. Ingerimos, por lo general, mucha mas cantidad de lo que necesita nuestro organismo para funcionar bien, y la calidad tiende a ser cada vez peor. Hace tiempo que la industrializacion llego a la alimentacion y ello ha provocado problemas de salud publica.

  • Aguilas Y Cuervos, Pauline Gedge de Pauline Gedge

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    Tras la conquista del emperador Claudio en el siglo I, las tribus celtas de Albion ven como la pax romana los despoja de sus tierras e intenta acabar con una antigua cultura cuyos rituales y ofrendas desagradan al invasor.
    Los britanos, pueblo de artesanos y guerreros donde las mujeres combaten igual que los hombres y el honor representa el maximo valor, comprenden que solo la unidad les permitira oponerse a la todopoderosa aguila romana. Liderados por Caradoc, jefe de los catuvelaunos, y con el apoyo de los druidas, custodios de la sabiduria secreta, los cuervos celtas se repliegan al oeste para iniciar la resistencia. Pero el orgullo y la pasion de los individuos inciden, una vez mas, en el curso de la Historia.
    La lucha de Caradoc se perpetuara en la persona de Boudica, reina de los icenos, que se enfrentara al brillante general romano Suetonio Paulino.
    En esta saga, que abarca tres generaciones, la escritora canadiense Pauline Gedge, autora, entre otras, de La dama del Nilo, ha plasmado con su habitual rigor una pagina apasionante de la historia de la dominacion romana.

  • El placer de descubrir de Richard P. Feynman

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    El placer de descubrir permite acceder al mundo personal, social y cienti co de Richard Feynman, por ejemplo, a sus aventuras mientras participo en el Proyecto Manhattan, cuando se divertia -y escanda- lizaba- descifrando las claves de cajas fuertes, o a como se inicio, siendo un nino, en el estudio de la naturaleza (en el <>), que terminaria ocupando toda su vida. Podemos, asimismo, conocer sus pioneras ideas sobre las computadoras del futuro, su opinion acerca del valor de la ciencia o la explicacion, tan sencilla como profunda, que dio al desastre de la lanzadera espacial Challenger. Es este, sin duda, un libro tan fascinante como su autor.

  • Constantine (Mon 4) de Cristo Alcala

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    Dicen que hay personas, que matarian por amor.Constantine, murio por el.Otros, que en horas oscuras vendieron su almas al diablo, para luego pagar el precio.Constantine, compro al diablo.Porque, el es duro.Solitario.Y sexi.Un guerrero con corazon de fuego, negandose a rendirse tan facilmente por su sed de justicia.Sacrifico su cordura, su cuerpo y hasta su pasado, para salvar a su hermano.Y lo haria de vuelta de ser necesario.

  • Cuando el desierto florece de Prem Rawat

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    Estar vivo es lo unico que necesitas para ser feliz.

  • Cuando vuelvas a mi de Tania Sexton

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    Cuando el duque de Allthon descubre a esa preciosa muchacha en una de las salas de su casa de Edimburgo, se le hace la boca agua. Se pregunta quien sera, que hace alli y, sobre todo, a quien pertenece. No tarda ni un segundo en coquetear con ella y quedar hechizado por el candor que desprende. Pero, cuando a los pocos minutos aparece su sobrino y la presenta como su esposa, el duque cambia por completo.
    William tendria que haberse casado con la cunada del duque, como estaba acordado, no con una extranjera, que habla un ingles deplorable y que, para colmo, no es aristocrata. En que demonios estaba pensando William trayendo a... a... ese bocadito precioso, a… esa nina bellisima.
    Pese a su desacuerdo, acepto. No ordeno anular aquel matrimonio pues, aunque el no lo supiera, Rosalia ya se le habia metido en la piel. Ya estaba horadando el camino hacia su corazon.
    Cuando ella se da cuenta de que la relacion con su reciente marido no es como esperaba, conoce al duque, y es entonces cuando descubre la realidad de la pasion, el poder de lo prohibido y las encrucijadas de la vida.

  • El desafio de Dorian de Julio Sanchez

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    Agosto de 2003. La extrana muerte en accidente de trafico del conocido empresario Alonso Escamez destapa un sordido juego.
    Un grupo de pretenciosos internautas aficionados a los juegos de rol veran perturbadas sus vidas de forma inesperada con la irrupcion de Dorian un inquietante y enigmatico personaje que convertira a un empresario de exito, a un magistrado caduco, a un influyente editor y a un timorato profesor de economia en marionetas de un macabro desafio.
    El periodista Juan Valcarcel y la hija del fallecido trataran de esclarecer las circunstancias de su muerte y su relacion con el extrano juego viendose involucrados en una vertiginosa investigacion relacionada con las ciudades de Amsterdam, Londres y Fez y con el mundo de la pintura como desconcertante trasfondo.

  • Nunca te olvide de Mar Fernandez Martinez

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    Linette Montgomery descansaba despues del almuerzo comodamente sentada en el columpio del porche. Observaba con deleite a su familia, la unica que le quedaba tras la muerte de su marido. Durante los treinta anos que estuvieron casados fueron una pareja feliz como ninguna, pero una mala enfermedad se lo llevo de su lado. Ahora solo le quedaba su hijo, Jacob, que cada domingo como un reloj, la visitaba para comer en familia. Para su desgracia su Jacob se habia casado con la mas insufrible de las mujeres de la zona. Ambas eran muy distintas, ya que Mery era recta en sus costumbres, seca y poco considerada. Para colmo era una de las mayores cotillas del pueblo, como habia sido su difunta madre. A pesar de todo, Linette nunca dijo nada a su hijo porque el era libre de enamorarse de quien le placiera. Pero sus nietos eran algo bien diferente, ya que, gracias al cielo, no se parecian demasiado a su madre. En ese momento se sento a su lado la mas pequena de los tres, su dulce Jane, de diez anos y cuyos ojos azules iluminaban su cara al sonreir contagiando su alegria e inocencia. --Jane, ?te gusto la tarta de chocolate que te prepare? --Si, gracias abuelita Linette, sabes que me encanta. --?Donde esta tu hermano Derek? --Creo que esta en el viejo establo. --!Ese demonio de chico! Le he dicho mil veces que no vaya alli, esta a punto de derrumbarse... --Le gusta ir con su amigo Daniel Sullivan. --Supongo que es normal que los muchachos quieran tener su propio espacio, pero no deja de ser peligroso que anden por ahi. Hablare con el. --No te enfades abuela. Es normal --hizo un gesto con su pequena mano como si fuera mayor. Su abuela sonrio. --?Por que? --Seguro que hablan de cosas de chicos --le explico Jane muy seria --. Cuando mama esta hablando con la de Tory, que es mi mejor amiga, nos dicen que nos vayamos a jugar porque estan hablando de cosas de chicas. --Lo que hacen es chismorrear --dijo Linette entre dientes para que la pequena no la escuchara. --?Es malo hablar de cosas de chicas? --pregunto sin comprender el ceno fruncido de Linette. --No mi cielo --contesto plantando un beso en la coronilla de la pequena mientras la abrazaba con carino--. No me hagas caso Jane. La abuela, que ya esta mayor. --!Mira abuela! --exclamo senalando con un dedo el camino--. Viene la senora Rider. --su abuela la vio a lo lejos y se levanto. --Carino, sera mejor que vayas a jugar con tu hermana, tengo que hablar con Rose. Cuando se encontro con la mujer en el umbral del porche le dio un emotivo abrazo. Linette la apreciaba mucho, era la hija de su mejor amiga Greta que habia fallecido un par de anos antes. Rose la preocupaba mucho ultimamente. Era evidente que ese cerdo de Lee Rider le hacia la vida insoportable. Se caso demasiado joven con ese bueno para nada, cuando se quedo embarazada, y de eso hacia ya dieciseis anos. Al observar su rostro se percato de que tenia el ojo morado y algun que otro aranazo en su suave piel. Aquel hijo de mala madre la habia vuelto a pegar ?Por que no le denunciaba de una vez por todas??Por que no se divorciaba? Suspiro levemente ya que conocia la respuesta aun sin preguntar. Le amaba y nada podria hacerla cambiar de opinion a pesar de hacerse dano a si misma y a sus hijos. No era consciente de su error. --Sera mejor que entremos para hablar. --No, Linette, gracias. Tienes visita y no quiero molestar. --No te preocupes. --La puerta ya estaba abierta y la insto a entrar al salon. --Linette, de verdad que no quiero molestar. --Miro por la ventana deseando no encontrarse con nadie. --Jacob esta echandose una siesta y mi nuera esta leyendo en el jardin de la parte trasera. ?Que pasa? --Yo... --balbuceo algo avergonzada--. Solo venia a agradecerte que me encontraras el empleo en el restaurante de Ben. Pero creo que sera mejor que lo deje. --?Por que? --pregunto la anciana conociendo ya la respuesta de antemano. Lo veia en ese ojo morado. --Tengo que cuidar de los ninos. Ademas... --dudo antes de confesar--. Estoy embarazada, debo tener cuidado. --Rose, !Dios santo! --exclamo alarmada. Era el colmo, ese cabeza hueca la habia vuelto a liar como si la pobre Rose no tuviera ya bastante . Asi nunca lograria huir de aquel hombre. La tristeza en su rostro la desarmo--. No pasa nada cielo. Sabes que puedes contar conmigo, ?verdad? --Gracias. Si no fuera por tu apoyo estaria completamente sola. Desde que murio mi madre solo te tengo a ti. --su voz sonaba entrecortada y no pudo evitar abrazarse a la anciana en busca de consuelo. Cuando se separaron, Linette se acerco hasta el perchero en el que estaba colgado su bolso y saco su cartera. --Toma --dijo mientras ponia unos billetes en la palma de su mano. Rose fue a rehusar el gesto, pero Linette no se lo permitio--. No lo rechaces, mi nina. Sabes que eres como una hija para mi y puedes contar conmigo siempre. Esos ninos necesitan comer. --Linette. Mi vida se me esta yendo de las manos y no se que hacer. A mi Jack no se que le pasa ultimamente, pero no hace otra cosa que meterse en lios. Sus estudios cada vez van peor y lo ultimo fue... --Que ha discutido con su padre por ti. --Si. Fue cuando Lee y yo discutiamos por lo del trabajo, Jack se quiso meter en medio y le levanto la mano a mi pequeno... --Y tu se lo impediste. --?Que puedo hacer? --pregunto herida. --Lo coherente seria que te separaras de ese tipo. Rose fue a protestar, pero Linette la acallo con un gesto--. Ya se que no lo vas a hacer. Habla con el chico y dile que si quiere ser un hombre de verdad no cometa los mismos errores que su padre. Creo que es listo y lo entendera a la primera. --Espero que tengas razon. --Es un buen muchacho. Me recuerda mucho a tu padre y no a ese mulo que tienes por marido. --No seas mala. --Miro su reloj de pulsera con nerviosismo--. Ahora tengo que irme. Gracias por todo, no sabes como necesitaba hablar contigo. --Siempre que lo necesites puedes venir. Esta es tu casa si quieres. --Gracias. --Cuidate, por favor.

  • Corrompido de L. Rodriguez

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    Un terrible accidente.
    Un momento preciso.
    Una responsabilidad inesperada llevara a Lisandro Prescott a
    reconsiderar el rumbo de su vida.
    ?Podra una joven sembrar las semillas de la esperanza, el amor y la
    ilusion en un hombre que paga una condena autoimpuesta? ?Sera
    capaz Corina McKay de transformar el carino en amor verdadero?
    Descubre la historia de dos almas incompletas que fueron creadas
    para complementarse una a la otra.
    Dejate hechizar bajo el poder de la inocencia.

  • Universos infinitos de Guillermo Tato

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    ?Alguna vez has imaginado como habria sido tu vida si esa noche magica hubiese acabado de otra manera?

  • As de corazones (Vegas Clandestina 3) de Renee Rose

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    P C A P I TULO U NO epper SABES que tu carrera llego a un limite aun mas bajo cuando te contratan por ocho semanas para trabajar en Las Vegas. Miro fijo a la gigante marquesina con mi nombre en luces de neon mientras la limusina estaciona frente al Casino Hotel Bellissimo. No me importa si el Bellissimo es el lugar mas lujoso y a la moda de La ciudad del pecado, sigue siendo Las Vegas. El antro donde caen los artistas por su bajo nivel de estres y dinero facil. Usualmente despues de que se termine su fama. ?Asi que por que carajo estoy aqui a veinte meses de lanzar un album y ni catorce horas despues de mi ultima presentacion en una gira agotadora? Por culpa de Hugh; el pendejo de mi representante que me vendio. Y ahora mis padres, Hugh y yo tenemos un millon de problemas que solo yo puedo solucionar. Anton, mi guardaespaldas, sale primero y luego me ofrece su mano para ayudarme. La ignoro porque, si, tengo veintitres anos, asi que soy del todo capaz de salir yo misma de un auto y no soy tan superficial como para querer ayuda, aunque aprecio el gesto. Me bajo y muevo hacia abajo la falda de mi vestido baby doll con tiras que combine con un par de Doc Martens destartalados color rojo ladrillo, y me quito los auriculares mientras todavia suena el album de RadioHead. Una mujer de cuarenta y pico en un vestido azul y tacos cruza la puerta y se dirige directo a Hugh. Detras de ella, un hombre enorme con hombros amplios mira, parado justo afuera de la puerta decorada con oro. Me mira a mi. Eso no es poco comun. Soy estrella de pop despues de todo, pero es la manera en la que me mira lo que envia senales de alerta disparadas por mis venas. Su manera de observar muestra poco asombro y es callada y su exquisito traje italiano lo delata. Es Tony Brando, el tipo que ahora es mi dueno. Lo reconozco. Estuvo en mi recital en Vancouver, y luego otra vez en Denver. Es la razon por la que estamos aqui aunque este a tres horas de un colapso total, cerca de perder la voz y realmente desesperada por estar a solas un rato. Por supuesto, aunque la mafia no me persiguiera por casi un millon de dolares, es probable que Hugh igual me tuviera reservada hasta el proximo siglo. Sus planes o los de mis padres nunca consideraron mi bienestar cuando se trata de mi carrera. Hace dos anos le dije a Hugh que necesitaba un descanso. Algo de tiempo para encontrar mi inspiracion de nuevo y componer la musica que me llevo directo a la fama en primer lugar. Queria refugiarme en un estudio para grabar mi proximo album, lo que solucionaria los problemas de dinero en los que se metieron mis padres el ano pasado por unas malas inversiones. Pero Hugh tenia un plan infalible. Un plan idiota y peligroso que mis padres y yo confiamos a ciegas en que ejecute. --Bienvenida, senorita Heart. Soy Angela Torrino, directora de eventos. El Bellissimo se entusiasma mucho por tenerla aqui, como puede ver. --Ella hace un gesto al cartel de neon de treinta metros que tiene mi nombre en luces y se ubica sobre la franja. Muevo la cabeza e intento forzar una sonrisa. Trato de no mirar el traje a rayas que acecha detras de ella. Hugh la rodea y se pone al mando, como siempre. --Gracias por hacer los arreglos, senorita Torrino. --Le aprieta la mano--. Ahora si pudiera darnos acceso al escenario, comenzaremos a descargar para que Pepper pueda ensayar antes de su presentacion esta noche. Claro. Ensayar. Ahora. Porque Dios sabe que en serio seria un sacrilegio tener un dia de descanso despues de viajar y antes de tener que actuar. O siquiera una hora. Sigo a Hugh y a la senorita Torrino hasta las puertas del casino/hotel con Anton detras de mi y un poco a la izquierda. La senorita Torrino se detiene y le presenta el hombre grande de la puerta a Hugh. Brando la ignora y da un paso al frente. Sus movimientos son elegantes para un hombre de por lo menos dos metros. Es claro que su mirada se enfoca en mi rostro y no en la forma guau-conocere-a-lafamosa-joven-estrella-de-rock-Pepper-Heart. No, es mas como un gran lobo malo que mide a su presa. Su mirada pasa por encima de mi boca, luego mas abajo, hacia mis senos sin sosten y hasta mis piernas descubiertas. Luego sube una vez mas a un ritmo mas placentero, y al final se queda en mis ojos. Estoy bastante segura de que le gusta lo que ve, pero no tiene una mirada lasciva. La sonrisa burlona sobre su boca es mas de satisfaccion, como si yo fuera un vino exquisito que le acaban de entregar y estuviera saboreando mi buque. Mi estomago se hace un nudo. --Senorita Heart, este es Antonio Brando, uno de los directores de funcionamiento aqui en el Bellissimo, --dice de forma alegre la senorita Torrino detras de el. Me gustaria decir que su rostro grande y tenebroso lo hace feo, pero seria una mentira. Incluso con las lineas de cicatrices que danan su mandibula robusta, su frente y su mejilla izquierda es hermoso. Como alguna especie de semidios romano que enviaron a la Tierra para destrozar a los hombres y conquistar a las mujeres hasta que todos los humanos inferiores estuvieran domesticados. No me ofrece su mano. Yo tampoco lo hago. De hecho, le dedico mi mejor mirada de vete a la mierda; la que suelo reservar para Hugh. --Estoy ansioso por ver tu presentacion esta noche. --Su baritono se mueve por mi interior; vibra justo entre mis muslos. En serio desearia que mi cuerpo no tuviera esta reaccion ante su cercania porque preferiria odiar a este hombre y que no me excitara. Pero es puro poder masculino; irradia seguridad y control silenciosos. Y amenaza. Si, hay un trasfondo de violencia en el que me da escalofrios. Junto los labios con fuerza porque no puedo pensar en algo que decirle que no haga que quiera romperme las rodillas. Y estoy bastante segura de que esas cosas suceden aqui. La familia del crimen Tacone es la duena y la que dirige el Bellissimo. Ademas, y lo que es incluso mas importante, no quiero que escuche el estado de mi voz. Casi no tengo. Llevo enferma varias semanas, y para ser honesta no se si pueda sobrevivir este ultimo tramo en Las Vegas. Hugh se acerca rapido a mi lado y me toma del codo de esa forma posesiva que tiene. --Vamos, te llevaremos al escenario para que puedas ensayar. Esta noche no quiero metidas de pata. Agacho la cabeza y lo sigo, no porque este de acuerdo con que necesite el tiempo de ensayo, sino porque quiero escaparme de la mirada ardiente de Brando. Tan pronto como pueda. Hugh me toma mas fuerte del codo mientras nos movemos por el casino. --?Quieres hacer que nos maten a todos? --me dice entre dientes en el oido; su aliento apesta a cafe amargo. --Crei que ya te habias encargado de eso, --digo de forma rasposa en mi tono mas seco y aburrido; el que hace que se vuelva loco. Luego dejo de escuchar el sermon mientras los invitados del Bellissimo gritan mi nombre y comienzan a tomarme fotografias. Sonrio y les hago el gesto de la paz mientras caminamos por el casino en un largo desfile desde la puerta principal hasta el auditorio donde el autobus de mi gira esta estacionado en la salida de atras. Claro que podriamos haber entrado por ahi desde un comienzo, pero esta es la estrategia de Hugh para asegurarse de que todos sepan que hay alguien famoso en el edificio, para publicitar el espectaculo. Los miembros de la banda y los encargados del equipo tienen el lujo de quedarse tranquilos en la parte de atras. Aunque para ser honesta no me molesta. Amo a mis seguidores. Son la razon por la que escribo musica. La razon por la que canto. Un revoltoso grupo de chicos de fraternidad empuja muy cerca y se mete en mi espacio para sacarse selfis conmigo. Anton les ladra para que se vayan hacia atras, protege mi cuerpo con el suyo, pero de repente la seguridad del casino nos envuelve y forma una burbuja protectora. --No lo se, solo tiene un guardaespaldas, --dice uno de ellos mientras habla por una unidad de comunicaciones, y luego--, entendido, Tony. Nos quedaremos con ella en todo momento. Tony. Me giro para mirar a mi gran protector. Camina de forma casual detras de nosotros; sus labios se mueven mientras le da ordenes al personal. Nuestras miradas se encuentran y se quedan asi; la suya es oscura, prometedora. Mi corazon se acelera. Quiero ir hacia atras y decirle las cosas que me contuve cuando estabamos afuera, pero es como si la Tierra se derrumbara bajo mis pies. Las placas tectonicas se desplazan y se mueven, se reacomodan. Puedo haber pensado que podia manejar Las Vegas. Manejar mis obligaciones en el Bellissimo. Entrar, salir; contener mi colapso nervioso hasta que todo acabara. Pero ahora que conoci a Tony Brando, se que esto es demasiado. Es dificil imaginar sobrevivir este trabajo con el alma intacta. TONY. MERDA. Pepper Heart no es para nada como lo que esperaba. Me imagine que seria una chica fiestera; una joven estrella de rock malcriada que habia tirado su dinero por la ventana. Eso o una nina que necesitaba madurar, quizas con padres o un representante que habian manejado muy mal su carrera y sus finanzas. Y todavia puede que la ultima opcion sea la correcta, pero Pepper no es una nina y tampoco una estrellita insulsa.

  • La ideologia invisible de Javier Benegas

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    "Nos enfrentamos a un nuevo y temible totalitarismo, una ideologia invisible, liquida y polimorfica que desborda las tradicionales fronteras ideologicas. Un monstruo con vida propia que apela a las emociones y no a la razon, a las ensonaciones y no a la realidad, que promete proporcionar aquello que cada uno desee, aunque sea una identidad imposible. Incrustado dentro del propio poder, compra voluntades, proporciona prebendas a quienes son sus complices y castiga con la muerte civil a quienes lo desafian.

  • Diamantes y mentiras de Tracy Wolff

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    Cuando dos examantes trabajan juntos, !saltan las chispas!

  • Erase una vez en diciembre de Claudia Cardozo

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    ELIZA El ano de Eliza Summers no habia hecho mas que empeorar desde el momento en que empezo. Primero fue lo de su madre, que eligio esperar a la manana despues de que celebraran la llegada del nuevo ano para anunciar que habia decidido mudarse a Canada con su nuevo novio. A Canada. Con un hombre al que apenas conocia. El hecho de que aquel hombre le agradara y que le pareciera el mejor tipo con el que su madre se habia involucrado desde que podia recordarlo no fue un gran consuelo. Hasta entonces solo habian sido ella y su madre y de pronto se vio diciendole adios sin saber cuando volveria a verla. Bueno, en realidad no era cierto aquello de que solo habian sido ella y su madre. Tambien estaba su hermana Linda, pero ella tambien se fue; lo hizo mucho antes, cuando se caso y formo su propia familia, asi que a Eliza no le habia quedado otra alternativa que hacerse a la idea de que ella y su madre eran una especie de equipo de dos, companeras. Pero claro, la senora Summers no habia estado de acuerdo. A la marcha de su madre habia seguido el cierre de la empresa de diseno grafico en la que habia trabajado durante tres anos. Su jefe la mando a llamar a mediados de mayo para decirle que habia decidido vender porque las cuentas no daban para mas. Era una empresa pequena y apenas habia conseguido sostenerse en el ultimo ano; era dificil mantener una cartera de clientes que les permitiera sufragar los gastos cuando las nuevas tecnologias habian dado un bandazo en el mercado. Muchas personas que habian recurrido a ellos hacia unos anos ahora se volcaban a realizar sus propios disenos en linea a un costo mucho menor del que ellos podian permitirse cobrar. Su jefe fue muy amable, incluso le dio una pequena gratificacion que no le correspondia y le deseo la mejor de las suertes; segun el, seguro que con su talento para el dibujo podria encontrar algo mejor muy pronto. Unos meses despues, en tanto Eliza se afanaba por cambiar el pienso de la jaula de un huron particularmente malhumorado, tuvo que reconocer que las predicciones del bueno de Owen estaban lejos de haberse concretado. No solo no consiguio un buen trabajo sino que no pudo dar con uno relacionado con su especialidad antes de que sus ahorros empezaran a descender de forma alarmante. Asi que no le quedo mas alternativa que buscar algo mas. Cualquier cosa que le sirviera para pagar las cuentas. Lo bueno fue que no le tomo mucho esfuerzo encontrarlo; no solo eso: la paga era decente y le quedaba cerca de casa. Lo malo... bien, lo malo era que no era precisamente la clase de empleo que habria tomado de haber podido elegir. --?Como le va a Cosmo? ?Esta comodo? Eliza ahogo un suspiro y sonrio al oir los pasos de la senora Fitzwilliam tras ella. La mujer era un encanto, se recordo cuando la vio introducir un dedo por entre los barrotes de la jaula para acariciar los morros del animal que, como por obra de gracia, habia decidido enroscarse y parecer muy pacifico, nada que ver con las poses de demonio de Tasmania que asumia siempre cuando ella se le acercaba. --Ya me gustaria a mi sentirme tan a gusto --respondio ella dirigiendole una mirada recelosa --. Estaba a punto de terminar con el y luego me pondre con Buster. La senora, que era una de las mujeres mas altas que habia visto, mantenia una postura encorvada y reia entre dientes mientras hacia algunas carantonas al animal. --Bien. He visto que parece estar mejor pero hay que mantenerse muy atentas con el. Solo por si acaso. Buster, el pequeno erizo, era el residente mas viejo de la tienda de mascotas y el consentido de la senora Fitzwilliam. La duena de la tienda hacia los ruiditos mas graciosos para llamar su atencion cada vez que pasaba junto a su jaula y nada parecia alegrarle mas que cuando el erizo elevaba la cabecita con suavidad para fijar sus ojos oscuros en ella. A Eliza no terminaba de convencerle esa comunicacion que la senora parecia entablar con todos los residentes que tenian en la tienda, como ella les llamaba, pero tampoco se esforzaba por encontrarle sentido. Le gustaban los animales como al que mas, pero estaba lejos de ser un doctor Dolittle. --Nunca hubiera pensado que un erizo requeria tantos cuidados. La senora Fitzwilliam asintio al oir su comentario en tanto la veia asegurar la jaula del huron, que parecio muy satisfecho de que lo dejaran en paz. --Son muy fragiles, pero valen la pena; son los animalitos mas afectuosos que puedas imaginar. A Eliza no se le ocurrio contradecirla aunque la verdad era que le parecia que eran mas bien indiferentes, como la mayoria de los que se encontraban en la tienda. El negocio de la senora Fitzwilliam se encontraba cerca del edificio de apartamentos en que habia vivido siempre, algo apartado del centro de Boston. Era una zona muy poblada y tan lejos de las mas renombradas de la ciudad que los alquileres eran accesibles y, segun le conto la senora cuando llevaba un par de semanas trabajando alli, fue eso lo que le permitio reunir el dinero para rentar el espacio y cumplir su sueno de tener una tienda de ese tipo. El lugar en si no era muy grande pero el senor Fitzwilliam era contratista y habia logrado dotar al espacio de una apariencia muy agradable. Aprovecho los techos altos para acomodar una hilera de estantes multicolores en los que apilaban los juguetes para mascotas que eran el orgullo de la senora Fitzwilliam y las enormes bolsas de comida estaban dispuestas en un semicirculo en un extremo del lugar. Habia una trastienda que fungia de almacen y un pequeno espacio en el que Eliza acostumbraba comer cuando no le daba el tiempo para ir al cafe que tenian al otro lado de la calle y que ofrecia unos almuerzos bastantes economicos. Habian sido unos cinco meses muy raros, se dijo ella en tanto seguia a la senora al mostrador. Jamas hubiese imaginado que terminaria trabajando en un lugar como aquel, pero aunque no hubiera sido sincera de no reconocer que echaba de menos su viejo empleo, donde podia hacer lo que en verdad le gustaba, alli tampoco le iba tan mal. --Voy a necesitar que manana te quedes una hora mas despues del cierre. Traere algo de casa para que ambas podamos cenar ?que dices? El senor Fitzwilliam dijo que hoy prepararia lasana y pense en guardar un par de trozos para nosotras... Eliza fruncio el ceno; no tanto por el pedido en si, que no era poco habitual; no era raro que se quedara un rato mas al menos una vez por semana para hacer un inventario o pasar las ordenes de algunos pedidos de ultima hora. Lo que le llamo la atencion fue la expresion ilusionada en el rostro de la senora; no parecia como si resintiera tener que quedarse tambien y sacrificar el poco tiempo que podia pasar en compania de su marido y sus tres bulliciosos hijos. --Claro. No hay problema. Su jefa parecio encantada con su respuesta; tanto, que Eliza la vio dar palmaditas y no pudo menos que arquear una ceja. --Procura traer ropa comoda --sugirio la senora al vuelo. --De acuerdo... --Nada inflamable. --?Que? La senora se inclino para tomar una pecera enorme y la sostuvo como si no pesara nada en tanto le dirigia una mirada sonriente en la que Eliza creyo distinguir un leve tinte de verguenza. --Es posible que me haya pasado un poco el ano pasado y tuvimos un pequeno incidente. Nada serio --se apresuro a aclarar ella ante su expresion intrigada--. Unas cuantas llamas. Ni siquiera hizo falta llamar a los bomberos; lo solucione de inmediato con el extintor. --Ya. ?Que es exactamente lo que vamos a hacer? --Pregunto Eliza empezando a sentirse un poco preocupada. --Pondremos las decoraciones navidenas, por supuesto. --Pero... todavia estamos en noviembre. --Fines de noviembre --corrigio la senora luego de dejar su carga sobre un aparador--. Vamos con mucho retraso, en realidad. Siempre me ha gustado empezar en octubre, pero estas semanas hemos tenido demasiado trabajo... --Octubre --susurro Eliza, consternada-- ?Decora la tienda para Navidad en octubre? La senora rio e hizo un gesto distraido. --!No seas tonta! Sacamos las cosas del almacen en octubre, pero no empezamos a decorar hasta inicios de noviembre --aclaro ella. --Aun asi. Es demasiado pronto... --No lo creo. El tiempo pasa muy rapido, y ademas, la Navidad es una epoca tan bonita que me gusta alargarla tanto como puedo. ?Cuando acostumbran ustedes poner el arbol y esas cosas? Eliza estuvo a punto de decir que ya no habia un <> en lo que a ella se referia. Sin la presencia de Linda y ahora, tras la partida de su madre, su pequena familia se habia reducido a un solo miembro: ella. Y si de por si, cuando estaban las tres, nunca se habian afanado mucho por celebrar la Navidad mas alla de los correteos para decorar la casa al descuido un par de dias antes de la vispera y las acostumbradas carreras para comprar los regalos y preparar una cena sencilla, ese ano no tenia planeado hacer nada en especial. Aun mas, en lo que a ella se referia, pensaba hacer como si fuera un dia cualquiera. Pero no quiso sonar rara ni tener que dar demasiadas explicaciones respecto a por que le emocionaba tan poco la temporada, de modo que se encogio de hombros para dar a entender a la senora que no era algo acerca de lo que le apeteciera hablar. Por suerte, ella parecio entenderlo porque enrumbo su artilleria a un tema menos peliagudo que no fuera el escaso entusiasmo de su ayudante. --Bueno, de cualquier forma tenemos que poner manos a la obra. El ano pasado ganamos el concurso y no podemos ser menos este --comento ella. --?Que concurso? --El de decoracion navidena --explico ella--. Se organiza todos los anos entre los negocios de la zona. --?En serio? --Si, claro. Y tuvimos tambien una mencion especial como el mejor iluminado. Eliza contuvo un grunido. --Por eso lo de la ropa inflamable --aclaro la senora luego de tenderle una ruma de revistas de psicologia animal--. El senor Fitzwilliam dijo que debio de tratarse de un cortocircuito por una sobrecarga... demasiadas luces. Tendre mas cuidado, pero solo por si acaso... y sujetate bien el cabello. El ano pasado estuve a punto de desaparecerme el flequillo. Eliza se llevo una mano a su cabello castano que llevaba suelto sobre los hombros y lo echo hacia atras por instinto. --Esta bien --acepto ella a reganadientes. --Estupendo. Sera divertido; el ano pasado no tenia a nadie que me ayudara y tuve que hacerlo todo sola --comento la senora con un suspiro de agrado antes de observarla con expresion ansiosa-- ?Tienes algun pedido en especial? --?Pedido? --Musical --explico ella--. A mi me gustan los clasicos. Un poco de Sinatra, algo de Armstrong, pero tengo todo tipo de discos; podemos poner lo que gustes. --?Se refiere a villancicos? --Si, claro. ?Te gusta Buble? Mi hija lo adora. Eliza hizo un gesto vago. --?Acostumbra oir villancicos mientras decora? --!Por supuesto! ?Tu no? Iba a ser una hora muy larga, se dijo Eliza forzandose a contener una mueca y esbozar lo mas parecido a una sonrisa que pudo fingir. --?Sabe que? Usted escoja --ofrecio ella--. Lo que prefiera estara bien. --Como quieras. Eliza abandono la tienda unas horas despues con el torso embutido en su chaqueta favorita, que era lo bastante mullida para protegerla del aire frio que habia empezado a azotar los arboles de la calle. Le parecia increible que estuvieran ya a puertas del invierno y, por ende, de la Navidad. De no ser por la senora Fitzwilliam, era posible que no hubiera reparado en ello hasta unos dias antes; tan poco le importaba ese ano. En realidad, habria preferido que su jefa no mencionara nada porque asi hubiera sido mas facil ignorarlo. Ahora, aunque pensaba mantener a raya toda esa tonteria en su apartamento, iba a verse obligada a fingir un entusiasmo que estaba lejos de sentir solo para no decepcionar a la senora. Nunca entenderia por que la gente le daba tanta importancia a esa celebracion, se dijo al dar una patada a una piedra con la que estuvo a punto de tropezar. Era una excusa para gastar de mas, beber mucho y comer hasta reventar; ademas de medir el afecto que uno pudiera sentir por alguien gracias a los regalos que la mayoria se afanaba en comprar. Todo el mundo finge ser mejor de lo que en verdad es en Navidad, musito entre dientes al arrebujarse mejor en su abrigo y dar una mirada alrededor para estudiar los comercios de la cuadra que, descubrio con horror, habian empezado a decorar sus escaparates. Incluso creyo reconocer la espantosa figura de un enorme muneco de nieve inflable asomando del techo de una zapateria. Tira de chiflados despilfarradores. Eso era lo que eran, se repitio una y otra vez tras fruncir el ceno y desviar la mirada hacia una esquina poco iluminada, donde hasta el mes pasado funcionaba una heladeria que siempre le parecio demasiado elegante para la zona. No fue raro que el negocio cerrara al poco de abrir y tampoco que un anuncio de <> permaneciera colgado durante semanas antes de notar que lo habian retirado hacia algunos dias. Desde entonces, cada vez que pasaba por alli al dirigirse al trabajo y volver horas despues, habia advertido un ruido proveniente del interior que indicaba que estaban haciendo algunos trabajos para adaptarlo a lo que fuera que pensara abrir el nuevo inquilino. Eliza sentia curiosidad, lo mismo que el resto de la cuadra, e incluso habia comentado el tema con la senora Fitzwilliam, que parecio un poco preocupada ante la posibilidad de que pudiera tratarse de algun tipo de competencia, pero Eliza intento tranquilizarla entonces al decir que a su parecer debia de tratarse de un establecimiento de comida, que eran los mas populares en la zona. En ese momento, se detuvo unos minutos ante la cristalera tapiada y aguzo el oido por si le llegaba algun sonido ademas del golpeteo que le sirviera de pista, pero no hubo nada que pudiera considerar un indicativo del giro que pensaban dar al negocio, asi que, tras dar una ultima mirada, se encogio de hombros y se dirigio a la parada del autobus. Mientras apoyaba la frente sobre el cristal una vez que ocupo un asiento en la ultima unidad que pasaba por alli a esa hora, y se ajustaba los auriculares, se dijo que en lugar de husmear donde no le incumbia, deberia preocuparse por lo que le esperaba al dia siguiente. Una hora junto a la senora Fitzwilliam decorando la tienda con villancicos como acompanamiento musical. Seria un milagro si salia de una pieza de algo como eso, se dijo refundiendose en el asiento con los ojos entornados por el fastidio. De una pieza y con su cabello intacto.

  • La reina del baile (Bajo sospecha 5) de Mary Higgins Clark

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