• javier pradera o el poder de la izquierda - Jordi Gracia

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    Este libro se mete en la caja negra de la Transicion y la democracia a traves de una figura crucial pero aun desenfocada. Javier Pradera tuvo, en palabras de Jordi Gracia, <>, pero << fue sobre todo un peligroso hombre de accion y pensamiento. Entre un Malraux sin noveleria y un Fouche sin codicia, manejo sus multiples poderes de modo con frecuencia abrasivo pero nunca intransitivo>>. A traves de su biografia de conspirador, editor y columnista, el libro radiografia algunos de los avatares decisivos de la Espana antifranquista y democratica.

  • Javier Pradera o el poder de la izquierda - Gracia, Jordi

    https://www.anagrama-ed.es/libro/argumentos/javier-pradera-o-el-poder-de-la-izquierda/9788433964397/A_537

    Este libro se mete en la caja negra de la Transición y la democracia a través de una figura crucial pero aún desenfocada. Javier Pradera tuvo, en palabras de ...

  • Javier Pradera o el poder de la izquierda - Libros - Amazon.es

    https://www.amazon.es/Javier-Pradera-poder-izquierda-democr%C3%A1tica/dp/8433964399

    Javier Pradera o el poder de la izquierda: Medio siglo de cultura democrática: 537 (Argumentos) : Gracia, Jordi: Amazon.es: Libros.

  • Javier Pradera o el poder de la izquierda: Medio siglo de ...

    https://www.amazon.es/Javier-Pradera-poder-izquierda-democr%C3%A1tica-ebook/dp/B07Z8HHQXC

    Este libro se mete en la caja negra de la Transición y la democracia a través de una figura crucial pero aún desenfocada. Javier Pradera tuvo, en palabras de ...

  • javier pradera o el poder de la izquierda - Machado Libros.

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    JAVIER PRADERA O EL PODER DE LA IZQUIERDA. MEDIO SIGLO DE CULTURA DEMOCRÁTICA, GRACIA, JORDI (1965), 25,90€. Este libro se mete en la caja negra de la ...

  • JAVIER PRADERA O EL PODER DE LA IZQUIERDA - Tipos ...

    https://www.tiposinfames.com/libros/javier-pradera-o-el-poder-de-la-izquierda/53032/

    Este libro es la biografía de un intelectual, editor y columnista que desempeñó diversos y relevantes papeles en la España de las cuatro últimas décadas del ...

  • JAVIER PRADERA O EL PODER DE LA IZQUIERDA - LAIE

    https://www.laie.es/es/libro/javier-pradera-o-el-poder-de-la-izquierda/9788433964397/920134

    Este libro es la biografía de un intelectual, editor y columnista que desempeñó diversos y relevantes papeles en la España de las cuatro últimas décadas del ...

  • Javier Pradera o el poder de la izquierda - Jordi Gracia - Fnac

    https://www.fnac.es/a6887210/Jordi-Gracia-Javier-Pradera-o-el-poder-de-la-izquierda

    20 nov 2019 — Javier Pradera o el poder de la izquierda, libro o eBook de Jordi Gracia. Editorial: Anagrama. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • JAVIER PRADERA O EL PODER DE LA IZQUIERDA

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    JAVIER PRADERA O EL PODER DE LA IZQUIERDA. MEDIO SIGLO DE CULTURA DEMOCRATICA, GRACIA JORDI, 25,90€. Este libro es la biografía de un intelectual, ...

  • 'Javier Pradera o el poder de la izquierda' - infoLibre

    https://www.infolibre.es/cultura/javier-pradera-izquierda_1_1177119.html

    20 nov 2019 — Por eso este libro es todavía dos cosas más: una meditación insatisfecha sobre las pasiones de un editor sabio y un asalto al mejor antropólogo ...

  • Javier Pradera O El Poder De La Izquierda - Agapea

    https://www.agapea.com/Jordi-Gracia/Javier-Pradera-o-el-poder-de-la-izquierda-9788433964397-i.htm

    Comprar el libro Javier Pradera o el poder de la izquierda de Jordi Gracia, Editorial Anagrama S.A. (9788433964397) con ENVÍO GRATIS desde 18 € en nuestra ...

  • El intelectual melancolico de Jordi Gracia

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    Al autor de este cuaderno, nacido en Barcelona en 1965 y profesor de universidad desde hace veinte anos, le llegara un dia u otro la hora de la melancolia. Mientras tanto, se protege contra ella proponiendo una diatriba contra quienes leen en clave depresiva las transformaciones del presente.

  • La chica que perdio su zapato (Chicas Magazine 4) de Olivia Kiss

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    Lo ultimo que Gina esperaba durante la cena de la empresa era terminar la noche en la cama de Blake Miller, el hijo pequeno del imperio para el que trabaja en la revista Golden Miller. Pero lo peor no fue eso, no, lo peor fue perder en su dormitorio su zapato, ese del que no existia un par igual en todo el mundo y que tenia que recuperar a cualquier precio.
    Sin embargo, cuando le pide a Blake que se lo devuelva, el no parece dispuesto a entregarselo sin obtener algo a cambio. Y lo que el incorregible y mujeriego Blake Miller quiere es desconcertante: que Gina lo ayude a convertirse en un chico bueno, uno que pueda hacerse cargo junto a su hermano mayor de la direccion de la revista.
    Pero ?puede Blake cambiar? ?Y ella conseguir que lo haga?

  • Algo mas que un deseo de Rocio Perez

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    Carol no penso que, debido al viaje de luna de miel de su mejor amiga, su instinto maternal se despertaria con tanta fuerza que no podria quitarse de la cabeza la idea de ser madre. Una vez decidida a dar el paso, solo una cosa tenia clara, y era que queria hacerlo sola. Pero. ?que pasara cuando el dueno de sus fantasias se oponga y quiera compartir algo mas que un deseo?
    No te pierdas esta historia en la que las risas y el amor estan asegurados. Enamorate de Mark y rie con Carol mientras cautivan tu corazon.

  • Confie en ti (Por amor) de Maria Beatobe

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    La noche prometia, aunque el plan previsto no me entusiasmara demasiado desde el principio. Cloe se habia puesto tan pesada en que la acompanara que, al final, tras sobornarme con invitarme a unos buenisimos profiteroles banados en chocolate caliente si iba con ella, hizo que definitivamente pudiera mas la gula que mis pocas ganas de ir. Al fin y al cabo, solo era una fiesta de fin de curso con la misma gente del instituto que, dia tras dia y durante cuatro largos anos, me habia encontrado por los pasillos. Ir a tomar algo a una discoteca para volver a ver a la gente de siempre y fingir una sonrisa como si te alegraras de verlos. !Que divertido! (Notese la ironia.) Tambien tengo que reconocer que soy bastante antisocial. Con esto no me refiero a que vaya ignorando a la gente que me habla ni que sea una borde malcriada, pero bueno, digamos que no hacia mucho por ampliar mi circulo de amistades. Me sentia segura en mi zona de confort, con mi espacio, mi gente y mis manias. Porque tambien era un poco maniatica --mas bien diria que perfeccionista--, aunque no una de esas chifladas que vigilan obsesivamente si sus cosas estan en el mismo sitio donde las habia dejado treinta segundos antes. Me gustaba hacer las cosas bien aunque tardara mas tiempo en realizarlas, y eso hacia que a veces mi paciencia, que ya os digo que tenia bastante, empezara a rozar limites poco agradecidos para la gente que se encontrara en esos momentos a mi alrededor. --?Que tengo que hacer que? Estas de cona, ?verdad, Cloe? --dije mirandola incredula. --Anda, no seas carca, lo pasaremos bien --respondio mientras sacaba de su bolso un pequeno espejo y ponia morritos para comprobar que sus labios maquillados seguian manteniendo el mismo tono rosa palo que llevaba cuando habia llegado a su casa. --No es cuestion de ser carca, es cuestion de dignidad --respondi mirando al techo y resoplando. --?Dignidad? Y que mas da eso. Hoy en dia casi nadie tiene --alego mi amiga sin mirarme. --Cloe, me estas pidiendo que aparezca en la fiesta vestida como una jodida verbena --dije mirandola de medio lado. No pudo evitar soltar una carcajada, que termino por contagiarme. Cerro despacio el espejito y lo volvio a guardar en el bolso. --?Una verbena? !Anda ya! Iremos... a ver que palabra utilizo para que me entiendas... --Se quedo pensativa para encontrar el termino exacto--. Atrayentes --dijo por fin. --?Atrayentes? Venga ya. Ridiculas, diria yo. --Pero vamos a ver, Naira --dijo incorporandose en el sillon y poniendose frente a mi--. La consigna de la fiesta es la misma para todos, asi que si quieres definir que nuestro atuendo sera ridiculo, todos iremos ridiculos. Asi que espabila y mueve el culo. --Joder, ya podrias habermelo avisado antes; faltas un par de dias al instituto y te pierdes la informacion mas importante de todo el ano. !A ver ahora lo que encuentro! --proteste. --No seas fatidica y ve a casa a prepararte. Yo voy a darme una ducha. !Y no te quedes ahi sentada, que te conozco! Mi amiga se levanto con agilidad, y mientras se dirigia hacia el bano, volvio la cabeza con alegria y me dijo adios con la mano, tipo despedida de una princesa o una reina, moviendola y girando solamente la palma de un lado a otro. --!Luego nos vemos, guapi! --Venga, vale... Que si, que voy... --respondi con desgana apoyando los brazos en el sillon con total apatia y resoplando. Me levante del asiento, cogi el bolso de mariposas que habia dejado apoyado en una de las sillas del comedor y me fui de casa de Cloe, no sin antes despedirme de su hermano, que jugaba a la consola en su habitacion. --!Chao, enano! --exclame asomando solo la cabeza por el marco de la puerta. --!Adios, Naira! --respondio sin apartar los ojos de la television. Viviamos cerca una de otra, apenas cruzar una calle y ya estaba en mi casa. Era un barrio centrico de Madrid, la Latina, uno de los mas castizos de la capital. Cloe y yo viviamos en la calle Colegiata y Noemi en una calle cercana, Duque de Rivas. Cuando llegue no habia nadie en casa. Mi madre trabajaba hasta las seis y mi padre llegaria como a las siete. Ahora eran las cuatro y media, y a las ocho de la tarde habia quedado en el portal con Cloe y mi otra amiga, Noemi. Nada mas entrar en mi casa fui directa a mi habitacion y me plante frente al armario con los brazos en jarras pensando que ponerme para la fiesta y, sobre todo, recapacitando en que momento habia aceptado ir. No me apetecia absolutamente nada romperme ahora la cabeza pensando en como hacer el mayor ridiculo de mi vida en la fiesta de fin de curso antes de hacer la selectividad. La consigna era clara, muy a mi pesar: teniamos que llevar en nuestro atuendo, y repartidos como nos diera la gana, !todos los colores del arcoiris! !Pero a quien se le habra ocurrido semejante chorrada! Mi fondo de armario no era nada del otro mundo. Reconozco que me gustaba la ropa, pero para conseguir todo lo que deseaba tener y de las marcas que quisiera comprar habia que disponer de mucho dinero, y yo... no lo tenia. Vivia con mi madre y mi padre en nuestra casa, y yo sobrevivia con la paga que me podian dar y con lo que me sacaba de vez en cuando cuidando a la nina de cuatro anitos de la vecina de arriba. Tenia diecisiete anos y mis padres me decian que debia acabar mis estudios, que no hacia falta que buscara un trabajo mas estable, que estaba bien ahora como estaba y que ellos me pagarian mis cosas. Pero claro, dentro de un limite, y no es que sea de gustos caros, pero la ropa era en cierto modo mi debilidad, la unica, tengo que reconocer. No fumaba, no salia mucho con mis amigas y los libros que adquiria me los compraba digitales para que me salieran mas baratos, aunque donde este un libro en papel, con su olor caracteristico, su tacto, su textura... Pero bueno, que me desvio, que no sabia que ponerme para la fiesta de fin de curso del instituto antes de realizar los examenes de acceso a la universidad. Estaba algo agobiada por esas pruebas; te lo jugabas todo a una carta, pero habia que hacerlos y demostrar todo lo que se habia estudiado durante el ano. Era la ultima celebracion y el instituto habia hablado con una discoteca grande de la zona para celebrar que nos despediamos de este centro para cambiar de escenario y comenzar la universidad, quien quisiera ir, claro. Otros preferian hacer algun modulo o directamente comenzar su vida laboral y dejar de estudiar. Yo, por mi parte, queria hacer la selectividad y estudiar Magisterio. Magisterio de primaria. Desde siempre me habia gustado ser profesora y, aunque mis padres me dijeron que me lo pensara antes, que habia muchas mas carreras con mas salidas laborales, una tarde les argumente mis razones por las que queria estudiar esa carrera y su respuesta fue que si a mi me hacia feliz, no habia nada mas que hablar. Tenia muy buena relacion con mis padres; eramos un prototipo de familia en la que podiamos hablar de todo. Bueno, de todo, no. Obviamente habia temas que yo no comentaba con ellos, como, por ejemplo, chicos, citas, de si me gustaba uno u otro..., !y de sexo, menos!, pero, por lo demas, nunca dudaba en pedirles consejo. Y el tema relacionado con los estudios que queria cursar fue uno de ellos. Mientras seguia mirando mi armario con cara de total ostracismo y pereza, mi movil empezo a sonar. Me acerque al escritorio, donde habia dejado el telefono, y lo cogi. Mire la pantalla y vi que era Noemi, otra de mis grandes amigas. --Noe, dime que no vas a la fiesta porque te han salido unas paperas enormes y que quieres que me quede contigo toda la noche cuidandote --dije del tiron nada mas descolgar. Detras del auricular se escucho una carcajada. --Pues no, nena --respondio ella--. Te llamo para animarte porque se que no estas con muchas ganas de ir. --Ya te ha escrito Cloe, ?no? --dije tirandome de espaldas en la cama. --?Que mas da eso? !Vamos a disfrutar que acabamos ya de una vez el conazo de instituto! !Aunque sea solo por decirles adios a todos con el dedo corazon! --Ella siempre tan sutil--. Anda, nena, preparate y !vamos a darlo todo! --Joder, estas animadisima, ?eh? --dije sin mucha euforia. --Ya ves... hay que disfrutar de la vida, nena. Ademas, piensa que tu queridisimo <> estara tambien por ahi... --dijo sarcasticamente. --Anda, !no seas tonta! --me queje esbozando una sonrisa invisible para ella--. Fijate que no me lo imagino diciendo <> --recite en un tono teatral exagerado

  • La batalla por el paraiso de Naomi Klein

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    Entre los escombros del huracan Maria, los puertorriquenos y los <> multimillonarios estan atrapados en una batalla campal para decidir como reconstruir la isla. En esta vital y asombrosa investigacion, Naomi Klein revela como las fuerzas de las politicas del shock y del capitalismo del desastre buscan minar la vision radical y resiliente de una recuperacion justa.

  • ?Quien necesita un angel? de Maya Moon

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    Ella no necesitaba un guardaespaldas pero el debia cumplir con su trabajo.
    ?O quizas si que lo necesita?

  • Alas al amor de Marisa Citeroni

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    El sentimiento mas poderoso es el amor, esta presente en cada acto, en cada demostracion, en cada palabra, en cada instante de la vida misma.
    En las historias aqui contadas, se habla de este amor, reflejando personas que luchan por aferrarse a este sentimiento.
    Mujeres que no entienden de mandatos ni preceptos, solo de pasion.
    Hombres que necesitan llenar sus almas vacias y no vacilan en hacerlo incluso en contra del mundo que se opone a ello.
    Protagonistas que se enfrentan de forma incansable con quienes no pueden aceptar que es simplemente eso: amor puro, egoista, desenfadado, obsesivo, pero tambien tierno, carinoso, dulce. Solo amor.

  • Una historia casi verdadera de Mattias Edvardsson

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  • Tiempo de odio de Andrzej Sapkowski

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    La catastrofe se abate sobre el mundo de Geralt de Rivia. Decir que la conoci seria una exageracion. Pienso que, excepto el brujo y la hechicera, nadie la conocio de verdad jamas. Cuando la vi por vez primera no me causo especial impresion, incluso pese a las extraordinarias circunstancias que lo acompanaron. Se de algunos que han afirmado que al instante, a primera vista, percibieron el halito de la muerte que seguia a esta muchacha. A mi sin embargo me parecio completamente normal, y ya por entonces sabia yo que no era normal, por eso me esforce en mirar, descubrir, percibir lo extraordinario en ella. Pero nada vi y nada percibi. Nada que pudiera haber sido senal, presentimiento ni profecia de los tragicos acontecimientos posteriores. Aquellos de los que fue causa. Y aquellos que ella misma provoco.

  • Segunda piel de Nadia Noor

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    La atraccion, el amor y el deseo llevaran a los protagonistas de esta novela de Nadia Noor a dejarse llevar por sus sentimientos y vivir una apasionante historia.

  • Mariposas en tu estomago (Octava entrega) de Natalie Convers de

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    <<... de pronto un conejo blanco con grandes ojos rosados se cruzo ante ella. En realidad no habia nada de extrano en ello y Alicia no se sorprendio ni siquiera cuando le oyo decir: !Ay, Dios mio, que tarde se me esta haciendo! Y aunque mas tarde, al recordarlo, le choco que no le hubiera sorprendido, lo cierto es que en aquel momento le parecio de lo mas natural. Y fue entonces cuando el conejo saco un reloj de bolsillo de su chaleco para consultar la hora, antes de echar a correr de nuevo, y solo entonces se dio cuenta la nina de que nunca en su vida habia visto un conejo con chaleco ni, mucho menos, con reloj de bolsillo. Alicia se levanto de un brinco y, muerta de la curiosidad, corrio por la pradera hacia el lugar donde se encontraba el conejo, y llego justo a tiempo de verle desaparecer por una gran madriguera que se abria al pie de un seto. Y no tardo Alicia en seguirle...>> Alicia en el Pais de las Maravillas. LEWIS CARROLL Cuarenta y cinco minutos antes... Hay alguien parado frente al estudio de Alex. Su pose relajada, aunque firme en los puntos precisos del cuerpo, parece indicar un fuerte dominio de si mismo y del mundo que lo rodea, una actitud de la que solo pueden presumir los senores de la alta aristocracia del siglo XVIII en las novelas romanticas. Pero no es solo eso lo que me lleva a no delatar mi presencia todavia, no... Su vestimenta impecable e incluso un poco excentrica posee un aire como de dandi ingles moderno de quien busca la sofisticacion hasta el extremo de destacar. Todo esto y lo anterior hace que opte por ser precavida. Continuo mi escrutinio y observo sus hombros, que no dejan de resultar masculinos, a pesar de no ser muy amplios. Una linea ancha y en diagonal de color granate recorre la camisa azul claro en la parte superior de su espalda, como un tajo hecho en la piel, hasta donde llega peinado en una coleta su lustroso cabello, tan oscuro como las alas de un cuervo. Un escalofrio viaja por mi espina dorsal. Trago saliva. Ajeno a mi examen, el hombre se mantiene con una expresion neutra mientras se apoya en lo que al principio me parece un baston, pero que al entrecerrar los ojos comprendo que es, en realidad, un paraguas de color cafe. Su extravagante comportamiento y la postura que adopta le confieren un aura de misterio y peligro que me produce una oleada de desconfianza. De repente, el hombre alza la vista al cielo; la mano libre le hace las veces de visera sobre los ojos, a pesar de que el sol esta cubierto. Hipnotizada por ese gesto que parece tan natural, sigo su mirada. El techo terraqueo parece casi euforico con sus irregulares jirones de nubes cada vez mas oscuros en movimiento, como si danzaran algun tipo de baile exotico y secreto que nadie mas, excepto sus grises nubarrones, igual que amantes, puede ejecutar. El corazon me palpita mas fuerte ante la expectativa de que pronto caera una encomiable tormenta, y no puedo evitar contagiarme de ese despliegue de animosidad, porque a pesar de que los dias de lluvia no siempre han gozado de buena reputacion entre la gente de la ciudad, para mi hay una pequena metafora en las tormentas. Son senal de que algo importante va a ocurrir en cualquier momento, pero tambien de que algo esta a punto de acabar. De forma inesperada, el hombre se vuelve, aun con la cabeza inclinada, de modo que no me ve. No obstante, me sobresalto un poco al reconocer su nariz aguilena, la cual podria hacerle pasar casi por el mismisimo Adrien Brody de ser unos centimetros mas alto... --!Cara de rata! --digo en voz alta de manera descuidada. No me quedo para comprobar si me ha oido. De inmediato me llevo las manos a la boca, me muerdo con los incisivos superiores el labio inferior como si no fuera suficiente y salgo corriendo avergonzada hasta refugiarme detras de dos contenedores de basura cercanos. Una vez que me he dejado caer poco a poco y sin hacer ruido sobre uno de los lados del segundo contenedor, los ojos se me cierran y trato de captar el sonido de pasos, de respiracion; en resumen, de cualquier cosa que pueda delatar que el me ha seguido. Pero los segundos transcurren mientras siento cada latido de mi corazon, que bombea sangre con fuerza por mis munecas, por mi pecho e incluso por mi boca, y nada sucede. Hago acopio de una valentia que no siento, inclino la cabeza hacia el lado derecho y me obligo a echar un vistazo. Hugh, el antiguo galerista de Alex, continua alli plantado frente al estudio. Un repentino sudor frio hace que me hormiguee la piel en la nuca. Ha faltado poco... Suspiro de alivio, aunque no demasiado fuerte. Por algun motivo, mi instinto me dice que el me reconocera si me ve, porque no fui precisamente un alarde de elegancia y decoro la primera vez que nos cruzamos en Londres durante la exposicion de Alex. Con solo recordarlo, noto calor en las mejillas. Por suerte, esta misma manana Alex ha salido temprano de mi casa y, en lugar de dirigirse al estudio como de costumbre, ha ido directo a reunirse con su madre con la promesa de que intentaria por fin hablar sin mas mentiras con ella. Esbozo una sonrisa sarcastica al recordar nuestra ultima conversacion. --!Eh, mi musa! Si mi madre te ve, enloquecera antes de que yo pueda decir la primera palabra. Solo seras una distraccion --me explico Alex en tono condescendiente, y luego se acerco para acariciarme la cabeza dado que yo no respondia, pero me aparte: no estaba de humor para ser lisonjeada como un gato ni para corresponderle. Aquellas palabras con las que Alex habia puesto fin a nuestra discusion me dolieron, y provocaron un extrano y frio distanciamiento entre los dos que aun no puedo quitarme de la cabeza. Y si bien accedi a no acompanarlo, todavia me preocupa el modo como Alex pueda manejar la situacion. Con su caracter a veces ironico, en otras ocasiones apasionado, pero tambien obstinado y versatil, imagino que puede estar ocurriendo en estos momentos cualquier cosa. No obstante, una parte de mi, resentida por todos los rechazos de la madre de Alex, se retuerce de jubilo. Por una vez dejo que todas mis emociones se liberen y me atrevo a pensar que quiza ella se lo merezca. De repente, un ruido peculiar, del tipo que produce una puerta oxidada al abrirse, me devuelve a la realidad. Centro mi atencion en la figura inmovil del agente de arte con curiosidad. Dado que Alex me comento que Hugh, nada mas llegar a Espana, ha tratado todo el tiempo de contactar con el, y Alex no ha respondido a ninguna de sus llamadas o mensajes, ni siquiera me resulta raro ver que al fin Hugh ha decidido ir a buscarlo directamente a su estudio. Pero me fijo en que todavia no se ha movido ni un poco de su sitio, y empiezo a dudar si ese ruido que he oido solo ha sido parte de mi imaginacion. De pronto, Hugh vuelve la cabeza a ambos lados con la mirada en alerta al igual que un halcon, lo que me obliga a esconderme de nuevo. Pero cuando me asomo otra vez, el ya no esta. Reprimo un gemido de sorpresa. !Oh, Dios mio! ?Donde ha podido meterse? Todavia sin entender que ha sucedido, me arriesgo a salir de mi refugio para localizarlo. No obstante, es como si una sombra se lo hubiera tragado. Y ahora que no esta, toda la calle parece permanecer bajo el hechizo de un silencio que engulle a otro silencio mucho mayor, mas profundo e inquietante, porque en estos momentos no hay coches u otras personas que circulen por la acera, ni gorriones y palomas que peleen por migajas de pan en el suelo, solo yo.

  • El escritor de Torre del Milano de Alex Garcia Franks

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    Desde el instante en el que posa sus ojos en el joven huesped que acaba de entrar por la puerta de su hotel, Susana queda fuertemente impresionada por el extraordinario parecido que guarda con su hijo Nicolas, desaparecido anos atras en circunstancias misteriosas.
    ?Quien es este joven huesped? ?Es realmente quien dice ser? ?Es la semejanza entre el y Nicolas meramente fortuita? ?Y que hay tras el evidente nerviosismo que exhibe la mujer cada vez que se halla frente a el? ?Por que le incomoda tanto su presencia?…..
    Toda la trama de "El escritor de Torre del Milano" gira en torno a estas dudas inquietantes, un drama cargado de suspense en el que nada es lo que parece y que culmina en un desenlace turbador e inesperado.

  • Cuenta atras (Manhattan Beach 3) de Raquel Villaamil

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    ?Que sucede despues del <<...y fueron felices para siempre>>? Miriam Sanabria esta viviendo por fin con su gran amor, el apuesto actor Sean Weller, en la idilica playa californiana de Manhattan Beach donde se conocieron. Y su preciosa amiga Sandra mantiene un romance con el director de la pelicula del mismo titulo. Todo parece marchar bien para las dos, pero… Miriam aun sufre pesadillas por el intento de asesinato del que fue victima en el episodio anterior de la trilogia. Sin embargo no esta dispuesta a que eso paralice su vida, asi que, cuando recibe el encargo de dirigir la problematica construccion de un hotel en una isla paradisiaca de Hawai, y pese a sus reticencias por volver a separarse de Sean, decide arriesgarse. Cuando llegue alli, su tarea resultara ser mucho mas complicada y peligrosa de lo que nadie podia haber previsto. Mientras, Sandra parece tenerlo todo: triunfa en Hollywood, posee una tienda de ropa de lujo en Rodeo Drive y provoca la admiracion de todos los hombres por su belleza. Sin embargo, la realidad para ella es otra bien distinta. Cuando un dia la cremallera de un vestido se niega a subir mas alla de su cadera, comienza un infierno al que va siendo arrastrada irremediablemente, justo cuando su mejor amiga esta demasiado lejos para ayudarla. La cuenta atras ha comenzado en Manhattan Beach. ?Vas a perderte el episodio final?

  • Grandes Descubrimientos de Judy Duarte

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    Cindy Tucker manejaba a los caballos mejor que cualquier hombre de Blossom, pero cocinar, coquetear y caminar con tacones. esas eran el tipo de cosas que necesitaba para echarle el lazo a un marido y que no sabia hacer. La unica persona en la que podia confiar para que le ensenara todo aquello era Blake Gray Feather. Era el unico hombre con el poder de dejarla sin respiracion, el unico con el que sonaba y el unico que no se habia dado cuenta aun de que su amiga de la infancia habia crecido. Pero ahora, en medio de las charlas nocturnas y los suaves besos, Cindy empezaba a ver otro brillo en su mirada. y eso le dio seguridad para poner en practica sus nuevas habilidades femeninas. Porque tenia intencion de utilizar las “lecciones” de Blake para conquistar el corazon del unico vaquero al que habia amado en su vida.

  • Mil noches sin ti 1 de Federico Moccia

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    Tras un parentesis en Rusia, para Sofia ha llegado el momento de poner orden a su vida sentimental. Ya no puede seguir huyendo de su pasado, de la soledad de su matrimonio, ni de la historia pasional y rota con Tancredi, y decide regresar a Roma. En un viaje a Sicilia para visitar a sus padres, descubrira un secreto familiar que le afectara profundamente. Mientras tanto, Tancredi sigue todos sus pasos; es un hombre enamorado que nunca se ha rendido a la primera. Pero Sofia no confia en el. ?Acabaran reencontrandose?

  • La desfachatez intelectual de Ignacio Sanchez-cuenca

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    Muchos de los intelectuales espanoles de mayor prestigio y visibilidad, casi siempre escritores y hombres de letras, se caracterizan por participar en el debate politico con ideas superficiales y frivolas, expuestas en un tono tajante y prepotente. La desfachatez intelectual se sostiene sobre una impunidad generalizada, que nace de la ausencia de una critica explicita a las opiniones de las principales figuras de nuestra clase intelectual. Frente a la figura del intelectual que pontifica sobre cualquier asunto, este libro apuesta por una esfera publica mas plural, menos personalista y con filtros mas eficaces, que eleven el nivel de nuestro debate politico.

  • El silencio de la noche de Sherrilyn Kenyon

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    Es navidad y todo el infierno se viene abajo. Literalmente, mientras los humanos estan de compras, un enfadado Senor de los Demonios esta planeando un supremo y violento ataque contra sus enemigos, ?para cuales? Desafortunadamente para nosotros, incluye a la raza humana. Pero cuando Stryker convoca sus fuerzas, descubre que tiene un hijo ya crecido y que nunca ha sabido de su existencia y una furiosa ex, Zephyra, que esta tan decidida a acabar con su existencia como el lo esta de acabar con la nuestra. El ultimo de los predadores esta a punto de encontrar a su igual cuando se trazan nuevas lineas de batalla y se recupera a los DarkHunters para un bano de sangre en Nochebuena. La unica pregunta es esta: ?Podra sobrevivir Stryker a su mas viejo enemigo para enfrentarse a quien quiere matar realmente o tendra Zephyra su oportunidad ante el marido que la abandono?

  • La caricia del verdugo de Alejandro Feito

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    Radu Dumukrat no es un sicario cualquiera, es tal vez el ultimo de los mulobeng, una antigua casta de guerreros y asesinos de etnia romani. Santiago Matesanz, alias el Segador, es un criminal convicto, antiguo miembro de la organizacion corsa conocida como la cofradia de Partinello. Diferentes, aunque igualmente letales, ambos se ven forzados a aceptar sendos trabajos que les llevaran a sumergirse en una cruel lucha de poder entre los mas poderosos carteles de la droga de la costa azul; una guerra que tenira de sangre las calles de la vieja ciudad de Marsella. Antagonistas mortales a pesar de no haberse conocido siquiera, cada uno debera enfrentar los mas oscuros secretos de su pasado al verse inmersos en un intrincado dedalo de enganos, mascaradas y traiciones.

  • La buena, la mala y yo (Solo chicas 3) de Fabiola Arellano

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  • Esta sonando nuestra cancion (Las canciones de nuestra vida 1) de Anna Garcia

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    ?Se puede estar enamorada de alguien incluso antes de conocerle?

  • Cada estrella de mi cielo de Victoria Vilchez

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    Sobre mi cabeza habia tan solo un cielo plagado de estrellas; bajo mi espalda, un tejado que habia visto tiempos mejores y, a mi lado, estaba Aiden, mi vecino y tambien mi mejor amigo. Nos conociamos desde que ambos usabamos panales. Habiamos quemado muchas etapas juntos y pasado por numerosos dramas; al principio del tipo <>, pero con el paso de los anos habiamos crecido y madurado, y nuestros dramas tambien. Aunque tal vez no del todo, ya que a veces el todavia se entretenia haciendo desaparecer mi movil o mis zapatillas favoritas, y yo le robaba sus camisetas del equipo de futbol porque eran estupendas como pijama. Lo que no habia cambiado era nuestra amistad y la cantidad de tiempo que pasabamos juntos; eso, en realidad, se habia incrementado. --No puedes hablar en serio --me dijo, tumbado a mi lado y con sus ojos azules fijos en el cielo. Era de noche y, si me hubiera mirado, estaba segura de que hubieran parecido casi negros; tambien se le oscurecian cuando se enfadaba. A la luz del dia, en cambio, el tono azul cobalto de su iris resultaba perturbador. Aiden habria podido cumplir con los estandares de chico popular del instituto si se hubiera esforzado un poco para aparentarlo y su vida no estuviera continuamente rozando el desastre. Solo tenia quince anos, los mismos que yo, aunque en apenas unas semanas el cumpliria los dieciseis, y ya alcanzaba el metro ochenta. Era bastante atractivo, no solo por su altura y sus ojos, sino por todo el conjunto: su rostro armonioso, los hoyuelos que solo aparecian cuando sonreia con verdadero entusiasmo, la mandibula cuadrada y un cuerpo digno del equipo de futbol del instituto. Sin embargo, en un pueblo como el nuestro, donde casi todos conocian las miserias de sus vecinos, el estigma de una familia rota pesaba demasiado. El procuraba no prestar atencion a las habladurias, pero yo sabia que le afectaban aun cuando se esforzaba por disimularlo. --Me da igual --respondi, girando la cabeza para observar su perfil--. De todas formas, ?en que momento hemos acabado hablando de mi virginidad? Aiden y yo charlabamos sobre los temas mas variados, y hoy parecia que aquel era el elegido para entretenernos. --No deberias entrometerte --anadi, y solo entonces tambien el volvio el rostro hacia mi. Una de sus cejas se elevo. --?Por que? ?Te gusta alguien? ?Lo conozco? --se intereso, y una sonrisita picara asomo a sus labios. Incluso yo, que me consideraba inmune a sus encantos, apreciaba lo lejos que podia llegar con una sonrisa asi. --?De verdad hay que darle tanta importancia? Tu no se la diste a la tuya. ?Por que habria de darsela yo? ?Porque soy una chica? --refunfune, y su sonrisa se esfumo. --Por eso mismo lo digo, Madi --comento muy serio--. Yo era un crio y lo mio fue un revolcon rapido y del que no me quedo precisamente un buen recuerdo. Esto no tiene nada que ver con que seas una chica. Sencillamente, no quiero eso para ti. Silencie el comentario que me quemaba en la punta de la lengua. Hasta donde yo sabia, esa primera vez suya no se diferenciaba mucho de lo que hacia ahora con algunas de las chicas (la mayoria chicas mayores) con las que salia, pero no iba a echarselo en cara. Aiden tenia serios problemas con las relaciones que implicaran algun tipo de compromiso por su parte. En ese aspecto, yo era su relacion mas larga, y lo nuestro no podria haber sido mas platonico. Sin embargo, entendia que, con todo por lo que habia pasado su familia, no fuera de los que creyera fervientemente en el amor. --Solo es sexo, ?no? --lo chinche, con el unico objetivo de hacerlo sonreir. El agito la cabeza de un lado a otro. --A veces dudo de que tengas realmente quince anos. --Le di un empujoncito con el hombro que lo hizo reir. A continuacion, solto un suspiro y sus ojos se pasearon por mi rostro--. Busca a alguien con el que te encuentres a gusto, aunque no se trate del... amor de tu vida. --Incluso le costaba pronunciar esa palabra. Yo sabia que no creia en el amor, lo decia solo por mi--. Que te haga sentir comoda; un tio que no este unicamente pensando en lo bien que se lo va a pasar luego contandoselo a sus amigos. --?Hablas por experiencia? Ahora fue el el que me dio un codazo, pero no rio mi broma. --Hablo como tu mejor amigo, me preocupo por ti. Nos habiamos puesto serios de repente, a pesar de que ni siquiera habia buscado tener esa conversacion. Yo no era aun mas que una cria que estaba empezando a descubrir el porque de tanto revuelo en torno al sexo. Observe su rostro mientras el volvia a contemplar el firmamento. El ceno fruncido y la linea recta que formaban sus labios bastaron para que comprendiera que sus pensamientos no debian de haber tomado un rumbo agradable. A pesar de nuestra amistad, Aiden a veces resultaba un enigma para mi; descifrar sus pensamientos, un desafio. Habia sombras en el, claroscuros y tambien partes que brillaban tanto que te hacian apartar la vista; las ultimas eran las que el se esforzaba por no mostrar a los demas. --Vale --acepte al fin. No queria continuar con aquella estupida conversacion, pero lo siguiente que dije resulto aun mas estupido--: Hazlo tu entonces. --?Hacer que? --inquirio, confundido, y sus ojos volvieron a recaer sobre mi, turbulentos y arrolladores. Trague saliva. --Conmigo. Hacerlo... conmigo. Durante unos segundos no dijo nada. Su mirada estaba fija en mi rostro, tan intensa que me arrepenti de inmediato de haber dicho semejante tonteria. Acto seguido, comenzo a reirse a carcajadas. --!Eh! --proteste, empujandolo sin demasiada fuerza. No queria que terminara rodando y cayendose del tejado. --Por un momento he creido que lo decias en serio --solto, aun riendo. Mis labios se curvaron en una sonrisa, aunque por algun motivo me costo mas que de costumbre. --Imbecil --me burle, contenta por haber borrado la tristeza de su expresion. --Estas loca, pequena. Me rodeo con el brazo y tiro de mi. Acabe con la mejilla apoyada en su hombro. Estar con el era facil y reconfortante. Al dia siguiente, y como cada manana, Aiden me esperaba en el coche para llevarme al instituto. Contaba con una licencia de aprendizaje que en realidad le permitia practicar y poco mas, pero mi mejor amigo no era de los que se preocupaban en exceso por las normas. Aquello me habia costado mas de una discusion con mi madre, aunque habia accedido finalmente solo para no tener que escucharme refunfunar por la casa y despues de que le repitiera una y otra vez que siempre ibamos directos al instituto. Nada de paradas. Lo cierto era que Aiden solia detenerse en el pueblo para comprarme un cafe; decia que no lograba entender nada de lo que salia por mi boca hasta que tomaba uno. --?No piensas volver al equipo? --le pregunte cuando el instituto asomo al final de la carretera, larga y empinada, por la que conducia. No contesto de inmediato y, con las gafas de sol puestas, me era imposible verle los ojos. --?Aiden? --Es que no me fui exactamente. --?Te han echado? --inquiri perpleja. No se por que me sorprendia. Mi amigo era un iman para los problemas. Nunca habia estado segura de si era el quien se los buscaba o le salian al paso. Se encogio de hombros; expulsado entonces. --?Que has hecho esta vez? Se detuvo junto a un aparcamiento libre, pero no hizo nada para meter el coche en el. --Tienes muy poca fe en mi, ?no? Me rei. El tambien sonreia. --La justita para continuar siendo tu amiga. Era mentira y el lo sabia. Si habia algo que yo tenia, era fe en Aiden. Pero nuestra relacion era asi, un continuo tira y afloja. --Vamos, llegaras tarde --me dijo, invitandome a bajar del coche. No habia parado el motor. Enarque las cejas y le lance una de mis miradas intimidatorias, o al menos lo intente, con Aiden no solian funcionar. --?Tu no vienes? El se inclino y me dio un beso en la sien. --Tengo algo que hacer. Estare aqui para el descanso. Definitivamente, habia llegado la hora de descubrir que estaba pasando. Le arranque las gafas de un manotazo antes de que pudiera hacer nada para evitarlo, dispuesta a bucear en su mirada azul y robarle una respuesta, y se me escapo un gemido al contemplar la hinchazon que se extendia alrededor de su ojo.

  • Un hermoso accidente de Veronica A. Fleitas Solich

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    Domenico Martinelli, mas conocido como Dome, es un hombre divertido y sin prejuicios que tiene muy buena fama tanto dentro como fuera de Delice.

  • El paisaje de los suenos de oro, Belinda Alexandra de Belinda Alexandra

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    Una conmovedora historia que se mueve entre dos grandes ciudades: Barcelona, en el periodo previo a la Guerra Civil, y Paris en la decada de 1970.

  • Mas alla de estas paredes de J.l. Berg

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    Dicen que el amor puede superar cualquier obstaculo. Pero, ?puede realmente sobrevivir a la muerte? Se suponia que eramos felices. Felices para siempre. Tazas de chocolate, los pies descalzos en la arena y una vida plena donde todos nuestros suenos podian cumplirse. Ese era el futuro que el me habia prometido y en el que yo habia creido.Podia sentirlo, tocarlo con mis manos. Hasta que, de repente, todas nuestras ilusiones y esperanzas se esfumaron como arena entre mis dedos. Esta es la increible historia de amor de Lailah y Judas en “Mas alla de estas paredes”.

  • Rewind de Juan Tallon

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    Un viernes de mayo, con visos de ser un dia perfecto, se produce una explosion extrana en un edificio de Lyon. En uno de los pisos del inmueble, que queda reducido a escombros, vive un grupo de estudiantes de distintos paises que esa noche celebraba una fiesta. Paul, alumno de Bellas Artes; Emma, perseguida por la tortuosa historia de su familia espanola; Luca, fascinado tanto por las matematicas como por el ciclista Marco Pantani; e Ilka, una estudiante que dejo Berlin con solo su guitarra a cuestas, son los inquilinos de una vivienda muy frecuentada por los universitarios de la ciudad. En el domicilio vecino, tambien afectado por la explosion, reside una discreta familia marroqui, en apariencia bien integrada en la vida francesa.
    La novela explora lo sucedido desde varios puntos de vista. A traves de cinco narradores, victimas y testigos, conocemos que ocurrio esa noche de viernes, asi como sus consecuencias a lo largo de los tres anos siguientes, hasta cubrir con sus relatos cada angulo muerto de la explosion.
    Rewind indaga en la posibilidad o imposibilidad de rebobinar, en los fantasmas personales, en los golpes de azar, en la persona que al final no somos, en los secretos que deben o no deben contarse y en la capacidad de las personas para rehacerse cuando se rompen. La novela es una maniobra de espionaje de los mecanismos de la propia vida, que cambia sin avisar, gira, salta por los aires y te destruye sin que estes preparado: y de manera igual de incomprensible o mas, si eso no acaba contigo, permite que te rehagas y que sigas adelante

  • Las pompas del diablo de Carles Casajuana

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    Como funcionario del Ayuntamiento de Barcelona, no se puede decir que Serafi Serratosa haya tenido una carrera brillante. Pero sus perspectivas profesionales cambian de golpe cuando, tras doce anos de trabajo gris, lo nombran jefe del gabinete del nuevo teniente de alcalde. Encargado de revisar el proyecto del nuevo Centro de Control de Transito, Serafi Serratosa consigue en muy pocos dias llegar al corazon de la
    corrupcion municipal.
    No es que el se lo proponga, porque solo pretende aprovechar las ventajas de su nuevo cargo para vivir bien, pero enseguida se ve rodeado de tecnicos suspicaces, secretarias displicentes, arquitectos sospechosos, constructores que no estan para mandangas, un par de chicas de buen ver y una muestra variada del hampa menos refinada. Ademas de los politicos, claro.
    Todo ello lo lleva a protagonizar esta comedia alocada, incisiva e hilarante, Las pompas del diablo.

  • Juego Cerebral. La Cofradia del Conejo de Jose Miguel Vasquez Gonzalez

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    Peter Mark-Hodges, exitoso escritor, siente que su vida da un vuelco fatal al recibir la noticia de que tiene un tumor cerebral inoperable. Ni en sus tramas mas escalofriantes se le hubiera ocurrido tal situacion. Su hijo Jake, el centro de su vida, de apenas 10 anos, depende emocional y economicamente de el. Tras una riesgosa operacion, Peter sobrevive pero nuevamente la vida le da sorpresas. Su cerebro le empieza a jugar malas pasadas. Con la extirpacion del tumor, recibe el extrano don de transformar lo que escribe en realidad, convirtiendose en el blanco de poderosos grupos, que ven en el la oportunidad de controlar el mundo.

  • Veinte de Manel Loureiro

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  • Lena (Juegos Salvajes 1) de Lena Wolf

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    La vida no ha sido facil para Lena y el destino, acaba de hacer su ultima jugada con ella. Sin trabajo, sin dinero y sin hogar, Lena tendra que valerse de todas sus armas para intentar sobrevivir.

  • Desconocidos de David Lozano

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    Dos vidas que se cruzan de madrugada a traves de las redes. Pronto daran el siguiente paso: una cita a ciegas. Sin embargo, encontrarse con un desconocido siempre entrana riesgos. Porque todos ocultamos secretos. Un cadaver. El cuerpo de un muchacho, desfigurado por la violencia de la caida. Una vida joven arruinada para siempre, una muerte que suscita mas preguntas que respuestas.

  • Regalo del Cielo, Mercedes Gallego de Mercedes Gallego

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  • El ultimo escandalo de Kimberley Troutte

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    Hicieron el amor toda la noche sin ataduras, pero ?les venceria la pasion?

  • Un marido adecuado de Renee Roszel

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    El guapisimo Noah Barrett era el marido que toda mujer sonaba con tener: era carinoso, amable. y no le iba a resultar nada dificil convencer a la familia de Sally Johnson, durante su visita, de que iba a ser un padre maravilloso para el bebe que ella estaba a punto de tener.

  • Escuela de trading de Francisca Serrano Ruiz

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    Francisca Serrano nos da todas las pautas para invertir a corto plazo sin riesgo, desde un plan de trading a organizar una cartera de inversiones; crowfunding, crowlending, business angels y criptomonedas.
    ?Que debo saber antes de invertir? ?Que tipo de inversor soy? ?Invierto en bolsa con el trading, mejor oro o tal vez inmobiliario? ?Que ventaja tiene invertir a corto plazo frente al largo??Como controlo el riesgo? ?Como opero en bolsa online?
    REGALO DEL CURSO ?COMO INVIERTEN LOS RICOS?

  • Botones y gracia de Penelope Sky

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    He iniciado una guerra entre clanes.
    Me he granjeado un enemigo formidable.
    Por una sola mujer.
    Fue una estupidez de decision, pero no me arrepiento de nada.
    Porque Bellissima es mia por fin.

  • El buen padre de Santiago Diaz

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    La calle principal de la urbanizacion de chales se ilumino con el azul de las sirenas. Uno de los Zetas freno en la rampa del garaje y el otro derrapo en el jardin de entrada, llevandose por delante un rosal y una pequena palmera. Los cuatro agentes --tres hombres y una mujer-- salieron de los coches y fueron a aporrear la puerta. --!Policia! !Abran! Ante la ausencia de respuesta, el mas veterano dio un par de pasos atras. --Apartaos. --?No deberiamos pedir una orden? --titubeo su companero. --No hay tiempo para eso --respondio la agente con determinacion. Despues de varias patadas, la cerradura cedio y la puerta quedo abierta de par en par, con el pomo incrustado en la pared de escayola. La luz intermitente que llegaba del exterior inundo el vestibulo. --!Policia! !?Hay alguien en casa?! Desenfundaron sus pistolas y entraron alumbrando con sus linternas. Nada mas llegar al salon, se quedaron paralizados al descubrir una mancha de sangre en el techo. La observaron en silencio durante unos interminables segundos, presintiendo que seria una noche dificil. --Es arriba --dijo uno de ellos, como si sus companeros necesitasen esa informacion para atar cabos. --Habria que avisar al Grupo Especial de Operaciones… --La victima todavia podria seguir viva --dijo el que habia abierto la puerta negando con la cabeza. Subieron por la escalera intentando recordar cual era el protocolo en ese tipo de situaciones. Pero cuando de la teoria se pasa a la accion real, uno se olvida de todo. Al entrar en el dormitorio, encontraron la explicacion a los gritos pidiendo auxilio que habia denunciado una vecina; en el suelo, boca abajo, en medio de un charco de sangre, yacia el cuerpo sin vida de Andrea Montero. Aunque todavia no habia empezado a descomponerse y apenas desprendia un ligero olor metalico, basto para que al agente mas joven se le revolvieran las tripas. --Informare a la central --atino a decir antes de salir a buscar un lugar donde echar la cena sin contaminar la escena del crimen. La agente, con algo mas de aguante que su companero, le dio la vuelta al cadaver y descubrio una imagen que tardaria tiempo en borrar de su memoria: la cara era un coagulo de sangre y no se distinguian las facciones; bien podria ser una chica de veinte anos o una mujer de cincuenta. Por una foto que habia sobre la comoda, dedujo que tendria unos cuarenta. Le tomo el pulso sin ninguna esperanza de encontrarselo y vio que, aparte de las al menos cinco cuchilladas en diferentes partes del cuerpo, tenia marcas defensivas en manos y brazos, y un corte en el cuello que le habia seccionado la yugular y que sin duda fue lo que le causo la muerte. --Hijos de puta --dijo apretando los dientes con rabia. --!Aqui! --grito el joven agente que habia salido unos segundos antes--. !No se mueva! !Las manos en la cabeza! Sus companeros corrieron hacia el lugar del que procedian los gritos. En medio de la habitacion contigua habia un hombre de mediana edad arrodillado, la tipica persona que pasaria desapercibida en cualquier lugar, con rasgos demasiado comunes y cara de buena gente, alguien a quien los vecinos seguramente describirian como muy educado y agradable, incapaz de matar una mosca. Pero la primera impresion que los policias se llevaron de el decia todo lo contrario: tenia la ropa, la cara y las manos manchadas de sangre. Parecia en estado de shock, como si no comprendiera que sucedia ni por que habian tomado su casa. A su lado, en el suelo, habia un cuchillo de trinchar ensangrentado. Uno de los agentes lo aparto de una patada al entrar en la habitacion. --?Que esta pasando? --pregunto paseando la mirada por aquellos policias que le apuntaban con sus armas. --!Las manos en la cabeza, no se lo volvere a repetir! El hombre considero que era mejor obedecer y, en cuanto sus dedos se entrelazaron por detras de la nuca, los agentes le cayeron encima y lo esposaron. Al dia siguiente, los informativos dirian que Andrea Montero habia sido la trigesimo septima mujer asesinada a manos de su pareja en lo que iba de ano. UN ANO DESPUES 2 La inspectora de Homicidios Indira Ramos examina el vaso de zumo con detenimiento, buscando alguna marca que le haga sospechar que no esta tan limpio como deberia. La camarera se arma de paciencia ante una escena que se repite todos los domingos desde hace casi medio ano. --?Que? ?Esta a su gusto o no esta a su gusto? --El vaso lo has lavado a mano con jabon neutro, ?verdad? --Si, senora… --responde harta--, igual que los cubiertos, el plato y la taza de cafe. ?No cree que va siendo hora de que confie en mi? En lo relativo a la higiene, Indira no confia ni en la camarera ni en nadie, y eso que cuando su psicologo le puso como ejercicio obligatorio salir a desayunar una vez a la semana, eligio esa cafeteria porque es la mas limpia que encontro, a pesar de que esta en la otra punta de Madrid. Cuando a una le han diagnosticado un TOC (un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide tener un comportamiento medianamente normal), cualquier precaucion es poca. --Gracias, Cristina --responde al fin. La camarera fuerza una sonrisa y vuelve tras la barra. Indira limpia con una servilleta la tarrina de mantequilla y la abre para extenderla sobre el cruasan a la plancha. Es uno de los pocos caprichos que se permite en toda la semana y quiza no deberia, pero ya le sobraban siete kilos antes de empezar con esa rutina. Debe de ser el aire lo que le engorda, porque si no, no se lo explica. Menos mal que, aparte de ese ligero sobrepeso, tambien tiene unas facciones lo suficientemente bonitas para permitirse ir con la cara lavada porque, como tantas otras cosas, el maquillaje le da alergia. Lo que empieza a preocuparle son las canas. A sus treinta y seis anos, todavia son pocas y consigue mantenerlas a raya, aunque por si acaso, mas por higiene que por moda, lleva el pelo corto. El problema llegara cuando tenga que tenirse: esta convencida de que el tinte le producira una terrible erupcion cutanea. Apenas se ha llevado el primer trozo de cruasan a la boca cuando suena su movil. Lo ignora, pero la insistencia de su joven ayudante, Lucia Navarro, finalmente le obliga a contestar. --?Tu no sabes que hoy es domingo, Navarro? --Los asesinos no entienden de festivos, jefa. Antes de acercarse a hablar con el forense y con los de la Policia Cientifica, la inspectora Ramos se pasea por delante de los curiosos que se han congregado alrededor del Estanque Grande del Buen Retiro, convencida de que entre ellos esta el asesino. En muchos de los libros de criminologia que ha devorado a lo largo de su vida aseguran que es cierto que algunos homicidas acostumbran a volver al lugar de los hechos, que no es solo un recurso sin fundamento que utilizan con frecuencia escritores y guionistas. Hay asesinos que vuelven para comprobar que el cadaver es rescatado tal y como llevan fantaseando desde que lo depositaron en el sitio donde debe ser encontrado. A algunos les da morbo, otros simplemente quieren asegurarse de que no han cometido algun error por el que vayan a cogerlos. Lo malo es que un domingo por la manana hay alli demasiada gente congregada y la inspectora no logra distinguir nada mas incriminatorio que gestos de sorpresa, de repugnancia y de curiosidad. Todavia esta a diez metros de la cinta policial que mantiene a los domingueros alejados del cuerpo y ya siente el profundo rechazo de sus companeros, miradas reprobatorias que la senalan como una traidora capaz de delatar a otro policia por colocar la prueba que llevaria a un hijo de puta a la carcel. Siete meses despues de aquello, el hijo de puta sigue en la calle y a la inspectora Ramos le cuesta un triunfo encontrar algo de comprension y respeto.

  • De angel a demonio de Jaime J. Palacio

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    Cuando reprimes el rencor demasiado tiempo en tu interior, acaba saliendo de la peor forma posible.
    Sergio Valcarcel, es un joven de veintiocho anos con una vida tranquila y normal, la cual se ve truncada cuando unos vecinos indeseables se mudan al piso de arriba. Debido a sus constantes ataques y molestias, Sergio comienza a dejarse dominar por su rencor reprimido y decide vengarse de todos aquellos que en el pasado le hicieron dano. Tras vender su alma al diablo, comienza a dejar tras de si, una reguero de muertes para tratar de mitigar su dolor.
    Carla Rubio, una policia de treintaicinco anos recien ascendida a inspectora de homicidios, seguira la estela de crimenes de este asesino vengativo que carece de sentido.

  • Navidad en Alaska de N. Q. Palm

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    Aisha se niega a seguir excusandose por algo que no ha hecho, harta de que su amiga de toda la vida no crea en su palabra deja San Francisco y llega a Alaska.
    Un accidente, un hombre y un lobo, cambiaran su vida para siempre. Ni en suenos hubiera podido imaginar que en un lugar tan frio se encontraria a alguien que desprende calor por todos los poros de su piel.
    Tahiel es un hombre de las montanas, un guerrero curtido y con pocas esperanzas de cambiar su inevitable futuro. Bastante oscuro, por cierto. Conocer a Aisha le hara replantearse su vida.

  • La ultima princesa del desierto de Kristel Ralston

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    A la princesa Aisha Al-Sabagh la dieron por muerta durante una rebelion en su pais, Bhareib. Toda su familia fue asesinada, aunque ella logro salir con vida en plena revuelta sanguinaria. Cuando estaba a punto de desfallecer entre las dunas, una tribu nomada la adopto y curo sus heridas. Ella es una sobreviviente, y ahora que los anos han pasado, Aisha quiere recuperar lo que le fue usurpado con crueldad. No le importa tener que enfrentarse al actual rey de Bhareib, a quien por cierto considera un cretino y vulgar mujeriego. ?Como podria ser de otra forma con la historia que lo precede? Ella esta dispuesta a sacrificar todo lo que posee, incluso su corazon, para vengar la memoria de los suyos.

  • 33 anos sin llorar de F.g. Labandal

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  • A cuerpo de gato de Hiro Arikawa

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    Una novela ironica y conmovedora que gracias a la ocurrente mirada de su narrador, un gato, nos reconcilia con la vida.

  • Entre el bien y el mal de Maria Barillas

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    Todo se remota a tus momentos vividos, y las personas con las cuales compartes tu vida, pero que sucede cuando todo lo que tenias te es perdido, y te ves estancada en ti misma, buscando respuestas para las miles de incognitas que se presentan.

  • Como si no hubiera un manana de Nieves Herrero

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    Primavera de 1953 en Madrid? No sabia quien era ese hombre que centraba todas las miradas. Ahora que lo veia de frente, comprobo que poseia un gran atractivo. Parecia muy delgado, con unos ojos llenos de vida y una sonrisa tremendamente magnetica. Le examinaba a poca distancia cuando el paro de hablar al sentirse observado. Todos se giraron para saber el motivo de su silencio y descubrieron a Ava. El corrillo se abrio para que ella se fuera acercando poco a poco hacia aquel hombre. No tenia ni idea de quien se trataba pero sabia que acabarian juntos?

  • El collado de la marquesita, Miguel de Leon de Miguel De Leon

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  • Las mentiras de Amalia (Amalia 2) de Puta Cordura

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    !Quien no apoya no folla! La musica estaba demasiado alta para que ninguna pudieramos escuchar lo que decia Triana, pero la conociamos tan bien que no hacia falta oirla para adivinar sus palabras. Ella nunca bebia sin apoyar antes, era una de sus normas. Como la de no permitir a sus ligues dormir en su casa o la de no acudir nunca a una cita si no era subida a unos tacones de infarto. Las cuatro pusimos cara rara mientras mordiamos el limon. --?De quien ha sido la idea de pedir chupitos de tequila? --pregunte a gritos mientras hacia un gran esfuerzo porque no me saltaran las lagrimas, me habia esmerado con mis smoked eyes y no queria estropearlos. --!Culpa mia! --reconocio Irene sacudiendo las caderas al ritmo de la cancion que sonaba a todo volumen haciendo vibrar nuestros timpanos. La mire sin dejar de preguntarme como podia ser que todo lo que se hacia en el pelo le quedara bien. En su ultimo arrebato habia renunciado al naranja valenciana y se lo habia tenido de un fucsia chillon que me recordaba vagamente a los chandales noventeros con parches que vestia Triana cuando la conoci. Menudo equipo, pense. Estaba acostumbrada a que Triana insistiera en transformar nuestras cenas de chicas en una partida de caza (en busca de una buena pieza de macho de la especie humana, se entiende) pero es que desde que Irene habia plantado a Leo, se habia vuelto igual... o incluso peor. En ese momento las dos joyas de la corona habian abierto hueco en medio de la pista y bailaban culo con culo, haciendo un movimiento de twerking que podia ser muy sexi... o muy bochornoso, segun se mirase. --A estas dos no hay quien las controle --me grito Laura al oido. --!No sere yo la que lo intente! --respondi levantando las palmas de las manos entre risas. Laura y yo nos habiamos quedado rezagadas en la barra del Marmarela. Triana e Irene nos habian arrastrado hasta alli despues de nuestra ya tradicional cena de viernes en El Portal. A pesar de que yo hubiera preferido estar durmiendo a esas horas, tuve que reconocer que en una discoteca de diseno con decoracion ibicenca junto al puerto y al aire libre estaba, al menos, mas fresquita que en el zulo. Exacto, ahora yo vivia en el zulo. Irene se habia mudado a su nuevo apartamento hacia poco mas de un mes, justo el mismo dia que firmo las escrituras y el que despacho a Leo por ser un cabron casado, mentiroso y aprovechado (todo un derroche de virtudes, ?verdad?). Desde entonces yo me habia proclamado como la reina y senora de aquel vasto imperio de treinta y cinco metros cuadrados. Por supuesto, y a pesar de que su piso seguia siendo pareciendose mas a unas oficinas desvalijadas que a una casa, Irene me ofrecio que me fuera con ella. Pero yo sabia cuanto habia deseado ese momento de tener algo que fuera suyo, y preferi dejar que disfrutara de empezar su nueva vida en su nueva casa a solas. Como al contrato de alquiler del zulo le quedaban tres meses para su vencimiento, acordamos que yo seguiria alli mientras buscaba otro lugar mejor... lo cual no seria dificil. Estabamos a finales de junio, el verano no habia hecho mas que empezar y aquel micropiso, con su unica ventana dando a un estrecho callejon, era el agujero mas asfixiante de la Tierra. Bien mirado, por dimensiones y temperatura, hubiera sido una fantastica sauna finlandesa. --?Tu crees que si me marcho se daran cuenta? --me pregunto Laura dejando escapar un suspiro y cambiando el peso de un pie al otro. Esa noche estaba espectacular (lo cual no era ninguna novedad) con su falda negra con vuelo y un bodi claro con escote corazon. No me explico como no teniamos un corro de tios empalmados a nuestro alrededor. Supuse que seria su mirada lo que les disuadia de acercarse. Algo en Laura gritaba alto y claro que no estaba alli buscando tema, y que cualquier valiente dispuesto a arriesgarse a pesar de sus inequivocas senales acabaria llevandose un buen rapapolvo. Es que Laura se habia tomado muy en serio su intento de arreglar las cosas con Ismael. Durante la cena en nuestra mesa de la esquina le habiamos preguntado al respecto, pero a ella siempre le ha costado hablar de sus cosas (y mas si tienen que ver con lo que ocurre entre las sabanas de su dormitorio), asi que debimos conformarnos con un timido: <>. Todas podiamos imaginar que levantar un matrimonio despues de una infidelidad no debia ser sencillo. Laura seguia sintiendose culpable por el dano que habia causado a Ismael, y no entraba en sus planes volver a poner lo suyo en peligro por un flirteo con un tio cualquiera en aquella discoteca. Nuestra Sherezade habia descubierto que era debil, mas de lo que hubiera creido, asi que las tentaciones cuanto mas lejos... mejor. --?Serias capaz de abandonarme aqui con estas dos? --proteste haciendo como que no me percataba de lo que pasaba por su preciosa cabecita para no agobiarla, e hice un gesto con la mano hacia la pista. Alli estaban Triana e Irene dandolo todo, como si hubiera salido la luna llena y de pronto se hubieran convertido en lobas en celo. Solo les faltaba aullar. Lo cual visto lo visto tampoco parecia ser imprescindible. Intui que debian estar lanzando otro tipo de senales mas discretas que los aullidos pero igual de efectivas, porque ellas si que tenian un par de tios restregandose a saco mientras hacian como que bailaban. Nos habiamos acostumbrado a ver asi a Triana, pero lo de Irene estaba siendo todo un descubrimiento. Mientras que la primera tenia mucha experiencia en la materia a sus espaldas, la segunda se habia convertido en una alumna con prisa por ponerse a la altura de su maestra. De hecho, el nuevo pelo fucsia de Irene estaba demostrando tener el poder de fascinar a un maromo y mantenerlo revoloteando en torno a ella como una polilla atraida por la luz. Resultaba evidente que Irene se estaba esforzando por olvidarse de Leo, y yo hubiera dicho que lo estaba consiguiendo. Sobre todo cuando la polilla le metio la lengua hasta las amigdalas. Aunque hay que reconocerle que era una polilla muy atractiva, eso si. Triana, por su parte, estaba arrimando la cebolleta con un tio que parecia recien salido de Mujeres y hombres y viceversa. No le faltaban los vaqueros tobilleros rotos por las rodillas tan ajustados que eran casi una segunda piel, ni el tupe descomunal que desafiaba las leyes de gravedad con ayuda de kilo y medio de gomina. Era evidente que el cerebro de Triana, afectado por una incipiente intoxicacion etilica, hizo una relacion de las suyas y le entro la curiosidad por averiguar si lo tenia todo tan empinado como el flequillo. En ese momento tuve clarisimo que no les importaria que Laura y yo nos marcharamos. Probablemente ni siquiera se dieran cuenta. Y respire aliviada. Yo tampoco queria estar alli. La verdad era que solo tenia ganas de hacerme un ovillo y acurrucarme para lamerme las heridas que seguian abiertas. De vez en cuando sangraban y escocian, como recordatorio de lo estupida que puedo llegar a ser cuando me lo propongo. Hasta entonces mis heridas eran dos, y tenian nombre propio. Aquel no era mi lugar. Yo no era mas que una treintanera despechada (por partida doble, para mas inri) que desentonaba bastante mas que el pelo fucsia de Irene. Joder, como me seguia fastidiando eso de haber cumplido los treinta. Me sentia mas vieja que nunca. Y tonta, eso tambien. Al parecer mi mayor talento en la vida era el de escoger mal a los hombres. Menuda mierda, ?verdad? Ya podria haberme tocado el carisma de Triana, la alegria de Irene, o la serenidad de Laura. Me hubiera conformado con cualquiera de esas cualidades, pero no, la mia era la de elegir siempre mal. Fatal, para ser honesta. Al menos estaba decidida a aprender de mis errores, a no dejarme enganar... otra vez. Aunque sabia que una cosa era decirlo y otra muy distinta hacerlo. Nada es tan facil como parece, y mucho menos eso de no enamorarme del hombre equivocado. Asi fue como me convenci de que la mejor manera de no volver a cagarla seria no permitir que ningun tio se me acercara. Sin oportunidad no habria error. Esa era la clave: blindarme por fuera para que no me hicieran dano por dentro. Resople. ?Seria capaz? Mi unica certeza era que estaba decidida a que asi fuera... y pondria todo mi empeno en conseguirlo.

  • La guerra de las Dos Rosas – Estirpe de Conn Iggulden

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    DOS HOMBRES RECLAMAN LA CORONA, PERO SOLO UNO PODRA ALZARSE CON ELLA.1461. Ricardo de York ha muerto. Su cabeza es exhibida sobre las murallas de la ciudad. La reina Margarita parece imparable; sin embargo, al matar al padre ha desatado la furia de los hijos.

  • Hasta que nos separe el amor de Vanessa Lorrenz

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    Madeleine miraba la luz resplandeciente del sol, que se reflejaba sobre el agua cristalina de la piscina de su casa. El clima era magnifico para pasar una tarde sobre una tumbona. Como siempre, tenia su pequeno block de notas donde dibujaba todas las creaciones que llevaria a cabo cuando fuera a estudiar a la universidad, queria ser la mejor disenadora de moda que existiera en Manhattan. Su madre le decia que dejaria a la sombra a todas esas disenadoras que no hacian mas que crear pura basura. Su familia era una de las mas adineradas de la ciudad, su padre contaba con una empresa multinacional que daba los mejores rendimientos, economicamente nunca le habia faltado nada y sus padres siempre estaban al pendiente de ella, pero tenian tantos compromisos laborales que nunca tenian el tiempo suficiente para estar con ella. Se puso sus gafas de sol, pues la luz le daba directa a la cara, y aunque tenia un sombrero de ala ancha no queria que por un descuido su piel se resintiera, tomo un poco de protector solar para cubrir su piel apinonada. Sus rizos rubios brillaban resplandecientes, a sus dieciocho anos ya se proclamaba como una belleza, y su padre estaba orgulloso de ese hecho, decia que era hermosa e inteligente y asi lo confirmaban las tres cartas de las mejores universidades de diseno que estaban esperando una contestacion por parte de ella, el unico problema es que aun no habia decidido a cual asistiria. Tenia tantos suenos e ilusiones que no podia esperar a que llegara el momento de comenzar a estudiar para disenar la mejor moda que se hubiera visto jamas. Iba a pasar las vacaciones con su abuela paterna. Resultaba que su padre siempre penso que era huerfano de madre, desde muy chico tuvo que luchar en la vida por ser alguien e ir escalando posiciones sociales, pero de un momento a otro, cuando ya tenia un futuro establecido, su abuela aparecio en la puerta de su casa para ejercer el papel de madre. Para todos fue una sorpresa, Madeleine tenia cerca de diez anos y acepto la noticia con agrado, los abuelos por parte de madre hacia tiempo que habian fallecido, asi que encontrarse a esa edad con una abuela fue lo mejor que le pudiera pasar. Y lejos de lo que pensaran, Valery Rochester tenia una enorme fortuna en sus cuentas bancarias y vivia de manera muy acomodada en una de las mejores zonas residenciales del extrarradio. Saldria al dia siguiente, aunque la casa de su abuela no estaba lejos, queria tomarse el dia para ella sola. Con una sonrisa comenzo a dibujar en su block de notas el diseno de un abrigo que seguro volveria loca a mas de una de sus amigas del instituto. La carretera que llevaba a la zona residencial parecia sacada de esas peliculas de terror donde solo se ven alrededor grandes arboles formando una perfecta fila, por suerte, en cuanto llego a la pequena comunidad donde vivia su abuela pudo conducir mas tranquila. La enorme casa de dos pisos que se dejaba ver frente a ella no era nada comparada con su casa en la ciudad, pero suponia que para una persona sola, como su abuela, estaba mas que bien. Bajo del coche sonriente, levantando sus gafas de sol para ver a su abuela en el porche, esperandola con los brazos abiertos, tenia cincuenta y cinco anos pero aparentaba cuarenta y cinco. Su rubia melena rizada estaba recogida en un mono alto, ese dia lucia un elegante vestido color azul con una chaquetilla en color perla, ver las zapatillas del mismo color del vestido casi la hace gritar, las habia visto en el Vogue la semana pasada y no lograba conseguir unas, y su abuela tenia unas por las cuales ella mataria sin lugar a dudas. -- !!No lo puedo creer, abuela!! ?Como has conseguido esas zapatillas?, !estaban agotadas!, la disenadora ha dicho que no volvera a fabricar ese modelo. --Contactos, nina, se llaman contactos, pero ?que manera es esa de saludar a tu abuela?. !Ven aqui y dame un abrazo! Sonriendo se acerco para abrazarla, su inconfundible fragancia de Chanel inundo el ambiente. --Dime que no fuiste de compras sin mi, abuela, estas usando un perfume nuevo. --Nina, de vez en cuando es bueno darse una escapada. --No se si podre perdonarte que no me invitaras. --dijo mientras comenzaban a entrar en la casa, ya se ocuparian los del servicio de subir su equipaje. Pero por el momento necesitaba pasar un tiempo charlando con su abuela. Pasaron la tarde sentadas en la terraza tomando un te helado, resulta que su abuela se habia dado su escapada a Paris y no le dijo nada, de manera que estaba simulando que estaba enfadada porque no la habia invitado a ir con ella. Sobre todo sabiendo que a Madeleine le encantaba Paris. Su abuela tenia una infinidad de historias por contar, mas aun con su reciente escapada, estaba escuchando muy atenta como su abuela salio a cenar con una disenadora muy famosa cuando algo en el jardin llamo su atencion. No fue algo, mas bien fue alguien, nunca en su vida se habia topado con un chico que le alterara el pulso incluso estando a distancia. Su abuela estaba tan emocionada contando sus anecdotas que no se dio cuenta de que ella estaba perdida observando aquel chico. Al parecer trabajaba para su abuela, porque estaba cortando el cesped de la parte lateral, tenia el cabello rubio ligeramente ondulado, desde la distancia en la que estaba no era posible distinguir el color de sus ojos, era alto, muy alto, calculaba que tendria como veinte anos, una diferencia de dos anos con respecto a ella. --Nina, ?que miras tan ensimismada? --su abuela la miraba sonriente mientras dirigia su mirada a el objeto de distraccion de su nieta--vaya, veo que nuestro Jason ha llamado tu atencion. --Tendria que estar ciega para no percatarme de su presencia, abuela. ?Quien es? --Es el nieto de mi vecino, lleva aqui dos meses, le he dado trabajo cortando el cesped, aunque mas que trabajo es un favor, ya que no me cobra nada. Es un buen chico, lastima que viva en Houston. --Tan lejos--dijo mordiendose el labio inferior, necesitaba conocerlo a como diera lugar-- supongo que regresara para estudiar la universidad.

  • Un amor para recordar (Para siempre 2) de Priscila Serrano

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    No te pierdas la segunda y ultima parte de la bilogia para siempre.

  • Madame B de Sandrine Destombes

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    Una ultima revision general y Blanche Barjac podria cerrar la puerta del piso. Ya habia acabado con las manchas que quedaban y estaba impaciente por volver a casa. Le dolian los hombros y estaba convencida de que se le habian pelado las rodillas de estar toda la noche agachada. Habia tenido que cambiar la alfombra y la disposicion de los adornos, pero en general se sentia bastante satisfecha. Tenia que empezar a hacer deporte cuanto antes. Todos sus musculos se lo pedian a gritos. Adrian ya la habia advertido. A partir de cierta edad, ese trabajo se convertia basicamente en un desafio fisico. Pero Adrian tenia setenta y seis anos, y todo lo que decia parecia en mayor o menor medida un consejo de sabio, asi que Blanche se habia acostumbrado a escuchar solo lo que le interesaba. Tendria tiempo para pensar en la artrosis y el reumatismo. Iba a cumplir treinta y nueve a finales de ano. Lo unico que necesitaba era hacer un poco de ejercicio. Desde hacia unos meses, Blanche habia empezado a separar residuos. Ella misma llevaba las bolsas de basura, recicladas y reciclables. Era su toque personal. Implicaba algunas gestiones mas, pero al fin y al cabo cada uno debia poner un poco de su parte. Por supuesto, siempre quedaban algunos desechos inclasificables, sobre los que Blanche no habia encontrado ninguna indicacion en internet o que simplemente no podia tirar. Por lo general, dejaba que Adrian se ocupase de ello. Con cuarenta anos de experiencia a sus espaldas, la eficacia de sus metodos habia quedado mas que demostrada. El habia intentado transmitirle todo su saber, pero Blanche preferia que se reservase algunos secretos. Sabia que, mientras aun tuviera cosas que ensenarle, el viejo hombre permaneceria a su lado. Blanche cerro con cuidado para no dar un portazo al salir. El propietario le habia asegurado que en esa planta no vivia nadie mas, pero la discrecion siempre era de rigor, sobre todo a altas horas de la noche. Por mas que llevase ropa neutra y fuese con la cabeza gacha en todo momento, la carretilla plegable llena de bolsas de colores era lo bastante llamativa para que alguien pudiera recordarla, llegado el caso. Sin embargo, tenia un punto a su favor. Nadie se fijaba en una senora de la limpieza. A lo sumo, algun testigo podria recordar la estatura o su aspecto a grandes rasgos, pero jamas seria capaz de describir su rostro con precision. En el ascensor que la llevaba al aparcamiento, Blanche reflexiono sobre su vida y su profesion. Hasta el momento su trabajo era irreprochable, pero ?por cuanto tiempo mas? Adrian ya no era joven, y sin el tendria que dejarlo. Con el dinero que habia ahorrado podria mantenerse unos cuantos anos, pero ?que haria en su dia a dia? Su madre habria sabido encontrar las palabras para calmarla, pero ya no estaba, y desde hacia un tiempo la echaba muchisimo de menos. Apreto las mandibulas varias veces. No era el momento ni el lugar para ponerse a dudar del futuro o rememorar el pasado. Aun tenia un arsenal de cosas por hacer antes de enviar las fotos del resultado. Le llevaria como minimo una hora de viaje llegar a casa de Adrian, sin contar la parada en el vertedero. Despues tendria que examinar la informacion que contenian el ordenador y el movil que habia rescatado en el piso y hacer capturas de pantalla de lo que considerase relevante antes de destruir a conciencia ambos dispositivos. Y aun faltaria quemar los ultimos indicios y su propia ropa antes de poder disfrutar de un desayuno en familia bien merecido. Ser limpiadora requeria cierto rigor y Blanche Barjac era una de las mejores. 2 Hacia una semana que Blanche esperaba pacientemente un nuevo encargo. Habia vuelto a su estudio de la rue Halle, en el distrito XIV de Paris. En cualquier otra parte se habria pasado los dias caminando arriba y abajo, pero alli el techo abuhardillado no le permitia dar mas de cinco pasos seguidos. Habia aprovechado el obligado descanso para poner sus documentos en orden. Oficialmente, Blanche se comprometia a eliminar todo rastro de sus intervenciones. Una vez cumplida la mision, los clientes no tenian nada que temer. Estaba en juego su propia reputacion. Adrian incluso le habia dejado una frase preparada por si le preguntaban sobre el tema. Pero Adrian tambien la habia advertido acerca de la precariedad laboral del sector y la necesidad de tomar ciertas precauciones. Aparte de obligarla a abrir un plan de ahorro al inicio de su carrera profesional, el viejo hombre le habia ensenado como cubrirse las espaldas. No se trataba de chantajear a nadie, sino de tener un seguro de vida. Si llegasen a detener a uno de sus clientes, Blanche necesitaba poder recordarle hasta que punto era imprudente implicarla. Por eso conservaba con sumo cuidado un souvenir mas o menos incriminatorio de cada mision: el arma del crimen, una fotografia, un mensaje… No era una decision premeditada, pero hasta la fecha sus grandes limpiezas siempre le habian permitido hacerse con algun elemento inculpador. Los objetos los almacenaba Adrian en su cobertizo, y Blanche se encargaba de digitalizar y archivar lo demas en su ordenador. Una base de datos le facilitaba tener los expedientes actualizados. Blanche acababa de rellenar la ficha 92 y se preguntaba que sentiria cuando llegase a la numero 100. Puede que se regalase un viaje para celebrarlo. Sonaba con conocer Argentina, pero siempre encontraba alguna excusa para posponerlo. En realidad, Blanche era incapaz de alejarse de Adrian. Era un pilar para ella, su protector. Desde hacia un tiempo la animaba a que se distanciase un poco, a que pasase unos dias sin contactar con el. Sin embargo, el resultado era poco convincente. Blanche habia vuelto a morderse las unas y se olvidaba a menudo de tomar la medicacion. Este ultimo argumento habia sido mas efectivo que ningun otro, asi que Adrian la esperaba a ultima hora del dia. Mientras tanto, Blanche ocupaba el tiempo como podia. Catalogar el ultimo encargo que habia hecho no le llevo mas de media hora. Era un caso clasico de limpieza que no habia exigido demasiado trabajo. A un hombre de negocios casado y con dos ninos se le habia ido la mano con el trabajador sexual que habia recibido en casa mientras su pequena familia disfrutaba de la nieve en Courchevel. Su primera reaccion fue llamar a su abogado, quien le aconsejo los servicios de RecureNet & Associes.

  • Bailando Descalzos de Zoe Chant

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    Un padre soltero + la maestra de su hija = un amor tan inexplicable como innegable.

  • Bellini de Anna Casanovas

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    Hacia un ano que Daniel Liveux dirigia la orquesta del Liceo de Barcelona y podia afirmar que profesionalmente habia sido la mejor decision de su vida, en lo personal no estaba tan seguro. Cambiar Paris por Barcelona le habia resultado muy facil, de Francia echaba de menos a sus mejores amigos y las comodidades de su casa, y tambien esa sensacion de tranquilidad que conlleva estar en el lugar donde has nacido y crecido. Pero no echaba de menos la condescendencia de la prensa y los paparazzi que en Paris lo seguian a todas partes. En Espana la maxima <> se llevaba a rajatabla y Daniel, si quisiera, podria salir a la calle medio desnudo sin que ninguno de sus vecinos se inmutase. En Francia seguian hablando de el, pero ahora solo aparecia en la prensa rosa muy de vez en cuando y probablemente lo sacaban para rellenar un hueco. Sin embargo, la prensa musical especializada y los circulos intelectuales que orbitaban alrededor de la Opera de Paris estaban pendientes de todas y cada una de sus apariciones en el Liceo espanol y las aplaudian con entusiasmo. Era como si ahora que ya no estaba alli, en Francia, lo hubiesen descubierto. Daniel sentia que por fin se estaba quitando de encima la etiqueta de nino mimado que le habian colgado esos mismos criticos musicales que ahora tanto lo adoraban cuando fue elegido director de la orquesta de Paris. En los articulos que recortaba y guardaba (aunque nunca lo reconoceria) ya no aparecia la coletilla <> ni mencionaban sus fiestas o sus amantes en medio de una resena de una opera. Por fin era solo Daniel Liveux, musico, compositor, director de orquesta. Para un hombre que con diecinueve anos gano un Cesar por la banda sonora de la pelicula mas taquillera en la historia del cine frances y que a los veintitres tenia ya seis Grammys, el respeto de la prensa de su pais era el santo grial, y por fin lo tenia. Y le importaba una mierda. La manana que leyo en Le Figaro una critica donde calificaban su batuta de magistral y se dio cuenta de que no sentia ninguna emocion, que no le subia por la espalda ningun cosquilleo o que no sonreia orgulloso de si mismo, Daniel se asusto. La apatia le dejo helado, la mano con la que sujetaba el periodico temblo, era la que mas utilizaba para dirigir la orquesta, y flexiono los dedos hasta arrugar las hojas de papel. El no podia no sentir nada. Imposible. El se ganaba la vida dejandose llevar por la pasion, sucumbiendo siempre a los instintos mas basicos, escuchando atentamente cualquier capricho o peticion de sus sentidos. Daniel no podia <> y, sin embargo, eso fue lo que paso esa manana. Daniel no tenia por costumbre dedicarle demasiado tiempo a la introspeccion, asi que se dijo que debia de estar resfriado, se tomo un cafe como a el le gustaba y salio a correr por la playa. El atico que tenia alquilado estaba frente al mar, en un exclusivo edificio de la zona olimpica de Barcelona, y a su alrededor se encontraban algunos de los hoteles mas caros de la ciudad. Siempre que corria por alli atraia el interes de alguna que otra turista. No solia hacerles caso, para Daniel correr era casi tan sagrado como su musica, pero esa manana, si tenia suerte, haria un excepcion. La hizo, ella era guapisima, divertida, atrevida, y aunque el encuentro le dejo exhausto fisicamente en sus entranas no sintio nada. NADA. El no se enamoraba de las mujeres con las que se acostaba, pero siempre sentia algo cuando estaba desnudo con una de ellas. No era una maquina y le gustaba saber que aunque era solo sexo el siempre sentia respeto por la mujer que lo acompanaba y unos instantes de conexion. La chica no se dio cuenta, gracias a Dios, y despues de una ducha y de vestirse con la ropa de deporte (toda de licra y de colores extremadamente llamativos) volvio a su hotel con una sonrisa en los labios y dejandole a Daniel sus datos de contacto. El volvio a ducharse, esta vez solo y dejando que el agua helada cayese con fuerza sobre sus hombros, y se fue al Liceo con la certeza de que no iba a llamarla. Lo mejor seria que no estuviese con nadie hasta que se quitase de encima ese virus que sin duda estaba incubando. Cuando llego a la Rambla y cruzo la puerta del Liceo ya se sentia mejor. Habia ido hasta alli en moto y durante el trayecto no habia pensado en nada. Se habia dejado llevar por la musica que habia sonado a todo volumen dentro del casco. Si los motoristas o los conductores de los coches que se detenian a su lado supieran que escuchaba musica clasica, ese dia Wagner, para ser mas exactos, no se lo creerian. A Daniel le gustaba el rock, el pop, el soul, el jazz, el heavy metal, el folk. Podia disfrutar casi con cualquier composicion siempre que tuviese sentimiento, que fuese de verdad. Pero solo ciertas piezas de musica clasica lograban erizarle la piel y hacerle sentir vivo. --Buenos dias, Daniel --la directora de la fundacion que gestionaba el Liceo lo miro sorprendida--, me habian dicho que hoy no estabas. Pilar Fortuny giro su delicado cuello hacia la derecha para fulminar con la mirada a su secretario. --Y no iba a estar --se apresuro a puntualizar Daniel al ver el rostro aterrorizado del joven--. ?Me necesitas para algo? El ayudante, Ricardo, suspiro aliviado y le entrego una carpeta de piel negra a Pilar cuando esta le tendio la mano. --Si, ?por que no vamos a tu despacho? --En realidad ya estaba caminando hacia el--. Anula la reunion de las diez y encargate de que nadie nos moleste --anadio en voz mas alta para Ricardo. El joven musito un gracias en direccion a Daniel y se fue a cumplir con las ordenes de su jefa. Daniel penso que nadie se merecia tener que soportar a Pilar ocho horas diarias. El tenia que lidiar con ella de vez en cuando y se podia permitir el lujo de torearla porque en ultima instancia ella era sustituible y el no. --Adelante, sientate donde quieras --la invito sarcastico cuando entro en su despacho y vio que Pilar habia apartado una pila de partituras de una silla para ocuparla. --Tienes esto hecho un desastre, le dire a Ricardo... --Deja a Ricardo en paz. Pedi que no entrase nadie a limpiar porque despues no encuentro nada. --Es imposible que puedas trabajar aqui. --No lo es. Ella le aguanto la mirada, el collar de perlas se levanto un poco cuando solto el aire para conceder esa batalla a Daniel. --Esta bien. Daniel sonrio y fue a sentarse. El nunca se sentaba en su escritorio, le gustaba mucho mas leer partituras tumbado en un sofa o en el suelo. La alfombra de ese despacho era magnifica y si se ponia uno o dos cojines bajo la cabeza podia pasarse horas en ella. Algo le dijo que a Pilar no le gustaria saberlo, y mucho menos hablar con el de esa manera, y opto por dejar encima de la mesa los libros que habia amontonado en la silla del escritorio y sentarse en ella. --?En que puedo ayudarte, Pilar? --Entrelazo los dedos y espero.

  • Cuidado con el pavo real de Isabel Bogdan

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  • Los que no amaban de Jonathan Rodmore

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    Casi todos hemos bajado a lo mas oscuro de nosotros mismos. En ese infierno de nuestra alma es cuando conocemos nuestros pensamientos mas aterradores. Esos que jamas nos atrevemos a contarle a nadie. Es ahi abajo cuando somos capaces de hacer cualquier cosa para encontrar un barco que nos devuelva al puerto de la cordura, de la felicidad o que simplemente nos lleve de vuelta a ser "normales". Estas son historias de personas que tocaron fondo… y siguieron cayendo. Personas que navegaron el abismo de sus aguas oscuras porque dejaron de amar, de amarse o de ser amados. Y que lejos de llegar a buen puerto, sus barcos tan solo les llevaron al borde de si mismas.