• hiromi kawakami de pronto oigo la voz del agua - Hiromi Kawakami

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  • DE PRONTO OIGO LA VOZ DEL AGUA | HIROMI KAWAKAMI

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    Un homenaje a las librerías, a los libros y a todos aquellos que los aman. Una lectura ideal para recrearse y saborear con un buen te japonés.

  • De pronto oigo la voz del agua (Literaturas) - Libros - Amazon

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    De pronto oigo la voz del agua (Literaturas) : Kawakami, Hiromi, Ogihara, Yoko: Amazon.es: Libros.

  • De pronto oigo la voz del agua | Penguin Libros

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    De pronto oigo la voz del agua. Hiromi Kawakami · ALFAGUARA , marzo 2021. «Una obra magnética.» Lire. Una novela de la autora de El cielo es azul, la tierra ...

  • DE PRONTO OIGO LA VOZ DEL AGUA - Tipos Infames

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    DE PRONTO OIGO LA VOZ DEL AGUA ... Comenta y valora este libro ... Con la maestría casi artesanal que la caracteriza, Hiromi Kawakami vuelve a construir un ...

  • De pronto oigo la voz del agua - Goodreads

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    “De pronto oigo la voz del agua” es la última novela que se ha publicado en español de Hiromi Kawakami, una autora japonesa que llevaba mucho tiempo con ...

  • De pronto oigo la voz del agua - Kawakami, Hiromi

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    18 mar 2021 — «Una obra magnética.»Lire Una novela de la autora de El cielo es azul, la tierra blanca, ganadora del Premio Akutagawa, el Premio Ito Sei, ...

  • De pronto oigo la voz del agua - Hiromi Kawakami - Babelio

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    “De pronto oigo la voz del agua” es la última novela que se ha publicado en español de Hiromi Kawakami, una autora japonesa que llevaba mucho tiempo con ...

  • [Crítica] "De pronto oigo la voz del agua": Una bella historia de ...

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    24 ago 2021 — Con esta novela, y a través de un lenguaje simple y de atmósferas familiares, pero extrañas al mismo tiempo, la escritora japonesa Hiromi ...

  • De pronto oigo la voz del agua - Hiromi Kawakami -5% en libros

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    18 mar 2021 — De pronto oigo la voz del agua, libro o eBook de Hiromi Kawakami. Editorial: Alfaguara. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • La suerte es nuestra de Ana Martin Manas

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    <> es una palabra de solo seis letras, pero cabe tanto dentro de ella que, a veces, hasta asusta. Segun la RAE, significa experimentar sensaciones producidas por causas externas o internas. Cuando yo pienso en el verbo sentir me lo imagino como una uve enorme. Es estar en lo mas alto, caer de golpe hasta casi tocar el suelo para despues volver a resurgir y dejarte envolver por todas esas sensaciones que estallan en ti. Esta noche, la uve parece mas un guion plano, soso y sin subidas y bajadas excitantes. Unas horas antes... Abro la puerta de casa de un tiron y lo que me encuentro es a Marc con cara de perrito triste. --Siento llegar tarde. --La cosa no pinta bien esta noche, tenemos bajas, pasa. Y no se para que te disculpas, ya cuento con que vas a llegar tarde siempre. --Que poca fe tienes en mi --dice mientras pasa por mi lado y deja un beso en mi mejilla--. Bueno, me imagino que Sara y Evan no estan para fiestas, y Gabriel y Ada se quedan con el peque. ?Hugo y Carla? ?Edgar? --Espera, me acaba de llegar un mensaje de Carla. --Lo leo y suspiro haciendo pucheros--. Algo le ha sentado mal y dice que esta noche dormira abrazada a la taza del vater. --Mmm, pues Hugo estara cuidando de ella, me imagino. --Asi es... y Edgar me ha dicho que ya tenia plan. --Pues salimos tu y yo, anda que el problema... Antes de que se arrepienta, me pongo el abrigo --estamos en febrero y hace un frio que pela--, cojo mi bolso y lo arrastro hacia la calle. Llegamos a la discoteca, y no es que sea muy acogedora, pero la musica es buena y el ambiente tambien. Nadie lo puede negar, Marc es muy divertido y se anima a la primera de cambio. Siempre tiene una sonrisa plantada en la cara, es imposible que no te contagie su alegria vital. Ademas, el condenado baila muy bien. Suena una cancion de rock que le gusta y empieza a saltar fuera de si. Yo le sigo el rollo y nos ponemos a darlo todo hasta que nos dan casi las tres de la madrugada. Tras muchas risas y algo de alcohol, no se como, acabamos hablando de nuestras intimidades. Marc es asi, se puede hablar con el de cualquier cosa y sabes que no te va a juzgar. O, al menos, lo va a hacer como un amigo de verdad. --?Cuanto hace de la ultima vez? --?La ultima vez que me enrolle con un tio? --Miro al techo, pensativa--. Hara como un mes. ?Y tu, Marc? Que ya nos conocemos. --La semana pasada --dice orgulloso. --!Cabron! --Le doy un codazo de broma. --Los hay con suerte. --Me das un poco de envidia, pero es que solo me cruzo con capullos. Veo un tio que me parece guapo, me acerco, pero es que en cuanto abre la boca tengo que salir por patas. ?No puedo cruzarme con alguno decente de vez en cuando? A ver, tu eres normal. Si no me conocieras, ?nos iriamos a la cama esta noche? --Lo miro fijamente, el tira la cabeza hacia atras y suelta una carcajada. --Joder, vaya pregunta, Mir. ?En serio quieres que te conteste? --me dice cuando para de reir. --Va, no te cortes. ?Crees que estoy buena? --?Quieres la version <> o la version <>? --Quiero la version hombre adulto que sabe lo que quiere -- contesto seria, sin apartar mi mirada de la suya. --Que intensita estas hoy. --Se acerca a mi oido y, entonces, sigue hablando, tan cerca de mi oreja que puedo sentir como su aliento me acaricia--. Eres jodidamente sexi, tu cuerpo tiene unas curvas de infarto que cualquiera querria recorrer con su lengua y tu culo es perfecto. Si no fueras mi amiga, ahora mismo estaria suplicandote que me dejaras meterme entre tus piernas durante lo que queda de noche y, despues, una vez mas. Despacio, doy un paso atras. Se que mis ojos estan abiertos como platos mientras miro a Marc, que por una fraccion de segundo me observa serio, pero solo dura eso, ni un segundo, y entonces una sonrisa socarrona se extiende por su cara. A mi me entra la risa y ambos estallamos en carcajadas mientras nos doblamos por la mitad. Me acerco a el y le rodeo con un brazo la cintura para acercarlo y poder hablarle. --Eres un cabron. Me has puesto muy muy cachonda, ahora, si o si, voy a tener que buscarme un ligue para esta noche --le digo mientras el sigue riendo. Su brazo rodea mis hombros y me aprieta un poco para llamar mi atencion antes de hablar. --Creo que ya lo has encontrado. Lo miro confusa y el me senala con la cabeza hacia el otro lado de la pista. Me giro hacia alli y veo a un tipo que me mira sin disimular. --Lleva bastante rato observandote. --Oye, pues es bastante mono --le digo y me separo de el--. ?Que tal estoy? --Me aliso el vestido y doy una vuelta. Me mira durante unos segundos de arriba abajo con los ojos entrecerrados y la mano rascando su menton antes de contestar. --Explosiva. --!Genial! ?Sabias que me flipan las chupas de cuero? --Le guino un ojo y me doy la vuelta para ir a encontrarme con el bombon al otro lado de la pista. --Y no es por las motos, ?verdad? --grita Marc cuando me he alejado un par de pasos. --Es por Grease --le contesto por encima del hombro antes de seguir avanzando hacia mi objetivo. Al final, el tipo resulta ser un poco serio, pero besa bien. Bailamos algunas canciones, nos tomamos una copa hablando de todo y nada, cerca de la barra, y antes de darme cuenta, me esta preguntando si nos vamos a su casa. Acepto y le pido que me espere mientras aviso a mi amigo de que me voy. Cuando establezco contacto visual con Marc, veo que esta rodeado de mas gente. Desde lejos me pregunta con senas que tal ha ido. Le respondo con un gesto afirmativo y el sonrie. Entonces, hace otra senal empujando sus caderas hacia delante, para decirme si va a haber tema esta noche. <>, pienso, y asiento con mi cara mas perversa. Dejamos los gestitos y nos acercamos a un punto intermedio. --Enhorabuena, a ver si te da un buen meneo --me dice al encontrarnos. --Pinta bien, pero ya veremos. Oye, una cosa, cuando salgo con las chicas, siempre les envio la ubicacion cuando voy a casa de un tio. Mas que nada por si es un psicopata o un secuestrador, ?sabes? --Claro, pasamela cuando llegues alli. Cualquier cosa rara, me llamas. --Gracias, Marc. Lamento tener que dejarte, pero tu no estas del todo mal acompanado y yo necesito echar un polvo. --No te preocupes por mi, igual no eres la unica que se lo pasa bien esta noche. --!Suerte! --Le guino un ojo. --Ve, que tu amigo ya esta ahi, esperandote. --Hasta luego, bomberito --le digo mientras le doy un abrazo rapido. --Cuidate y pasalo bien. Nada mas entrar en casa del tipo, el coloca su mano en mi nuca y me atrae hacia su cuerpo. Nos besamos con ganas. Nuestras lenguas juegan entre si y sus manos empiezan a recorrer mi silueta para deshacerse de mi ropa. --Tranquilo, puedo hacerlo yo sola --le digo al ver que no acaba de acertar con la cremallera del vestido. Asiente y empieza a besarme el cuello mientras vamos dejando ropa tirada por el camino hasta que llegamos a su dormitorio. Me gusta como besa, asi que intuyo que lo que va a venir a continuacion solo puede ser bueno. Me acerco mas a el para sentir su cuerpo y dejo un reguero de mordisquitos en su cuello, provocandole un leve gemido de placer. Bajo mi mano hasta su entrepierna y puedo notar que lo acabo de poner a cien, porque, acto seguido, me empuja hacia la cama. Nos desprendemos de la ropa interior y veo que me mira avido. Yo sonrio, con la expectativa de que lo que puede venir a continuacion tiene que ver con su lengua, porque se coloca de rodillas sobre el colchon. Pero, claro, ya me extranaba a mi que todo fuera tan perfecto. Cuando me quiero dar cuenta, esta colocandose un preservativo. --Espera, ?no vas un poco rapido? --suelto sin pensarmelo dos veces. --?No quieres hacerlo? --Si, si quiero, pero... --?Entonces? <>. Pero eso, obviamente, no lo digo en voz alta. Me enderezo para besarlo de nuevo y es entonces cuando le cojo una de sus manos y la llevo hasta mi clitoris. El empieza a mover sus dedos, rapido y sin apenas mirarme. Por descontado, por mas que trato de concentrarme, no consigo sentir nada. O, al menos, nada agradable, porque mueve su mano como si estuviese completando una mision en algun videojuego; a la velocidad del rayo y, para mi desgracia, con nula destreza. <>. Decido que tengo que parar esto cuanto antes, asi que intento otra cosa que pueda excitarme. Coloco mi mano sobre la suya y empiezo a guiarlo sobre mi clitoris. Con la otra, agarro su pelo y lo acerco a mi cuello, indicandole lo que quiero que haga. Mi companero de cama, sin embargo, tiene bastante prisa y, en pocos minutos, se coloca sobre mi de nuevo y acopla sus caderas a las mias. Al principio no esta nada mal, se mueve decidido. Con cada uno de sus envites mi cuerpo se levanta un poco del colchon y una sensacion conocida empieza a serpentear por mi cuerpo. Me emociono y me dejo llevar. Pero la sensacion de <> se desinfla cada vez mas y, cuando me doy cuenta, oigo un grunido seco, y el tipo --Angel, ha dicho que se llama-- se desploma a mi lado. --Ha estado muy bien, Miranda --suelta con un hilo de voz tras un largo suspiro. <>. --Igual podriamos hacer otra cosa --propongo con mi mejor cara de nina buena--. Pero antes, voy un segundo al bano. El asiente y lo pierdo de vista por un momento cuando accedo al lavabo para asearme un poco. <>, pienso mientras vuelvo a la habitacion. Cuando me acerco a la cama, recibo mi respuesta en forma de sonoro ronquido. --!Joder! Pues vaya plan... --susurro. Seguramente, ahora mismo debo de tener cara de idiota mientras miro el techo de la habitacion de este tio. Estoy a punto de levantarme cuando pienso que primero echare una cabezadita; hace mucho frio en la calle y ahora mismo no me apetece salir. Pongo la alarma muy temprano en el movil y cierro los ojos mientras suspiro y espero a que me entre el sueno. Con lo bien que me hubiera ido un orgasmo para dormir a gusto. Cuando ya he dado como doscientas vueltas, intentando encontrar la posicion correcta para dormir, oigo unas voces amortiguadas. Debe de ser la companera de Angel, antes me ha explicado que compartia piso. Oigo que entra en la habitacion de al lado cerrando de un portazo y, despues, un golpe sordo y un jadeo. !Joder! Alguien la ha empotrado contra la puerta. Que suerte tienen algunas. Ella si ha sabido elegir. El rato pasa y un sinfin de gemidos, golpeteos de la cama contra la pared y demas sonidos llegan hasta mi. <>. No puedo dormir y, ademas, me estoy poniendo muy tontorrona mientras escucho a esos dos follar. ?Quedaria muy mal si pido unirme a la fiesta? Si, creo que si. Escondo la cabeza bajo la almohada e intento dormirme. *** La alarma del movil me despierta. La apago, echo una mirada rapida al lado y veo que Angel sigue dormido. Recojo mis bragas y mi sujetador y me los pongo antes de abandonar la habitacion. Cuando salgo, visualizo algunas de mis cosas en el suelo del comedor y avanzo hasta que... lo veo. Me refiero al hombre al que he escuchado darlo todo al otro lado de la pared. Esta de espaldas, en calzoncillos, y haciendo el desayuno en la cocina americana. Joder, te folla como Dios y despues te lleva el desayuno a la cama, eso si que es nivel para un ligue de una noche. --?Quieres un zumo? Estoy haciendo unas tostadas --pregunta sin darse la vuelta. Su voz suena ronca por el sueno o, mas bien, por la falta de el. Por mi mente pasan mil expresiones por minuto y ninguna de ellas es apta para menores de dieciocho. Este tio debe de ser deportista o algo, porque menuda espalda. Dios santo, madre del amor hermoso, virgen de las angustias, pecadores benditos. Fijo que tiene la uve de los oblicuos marcada. <>. Cojo uno de los vasos que hay preparados en la isla mientras, en mi cabeza, estoy imaginando como sera por delante. Entonces, se da la vuelta. Y eso que veo si que es una UVE de vertigo como Dios manda. Pero subo la mirada y... --!!Marc!! --Escupo el zumo de la impresion. Para ser mas exactos, lo escupo encima de su pecho. --!!Miranda!! ?Que cono haces aqui? --grita el, casi tan sorprendido como yo, mientras se seca con un trapo. --Podria decir lo mismo de ti. --?Deberia taparme? Ahora que se que es Marc, no se si es muy buena idea estar en ropa interior delante de el. Bah, demasiado tarde. En ese momento, el acaba de limpiarse el pecho y veo que me observa. Recorre mi cuerpo con la mirada. Empieza por la punta de los dedos de mis pies y sube muy lentamente, mucho, tanto que me pone un poco nerviosa y trago saliva con dificultad. Algo raro en mi, pero es que me esta dando un buen repaso. Cuando por fin nuestros ojos se encuentran, durante una decima de segundo, los suyos parecen nublados por algun motivo, pero rapidamente parpadea y habla de nuevo: --Madre mia, que casualidad encontrarnos aqui. Pero ?fue bien? Me enviaste un mensaje con la ubicacion y un triste ok y no sabia si tenia algo mas que descifrar de eso. No pense en abrir y mirar la ubicacion a no ser que me necesitaras, si no, hubiera sabido que estabas aqui. --Mejor no hablemos, Marc, tengo que salir de aqui antes de que se despierte ese tio. --Eso suena a polvo frustrado... --Estoy segura de que tu no puedes decir lo mismo, porque, joder, nene, cortate un pelin, que se habra enterado todo el vecindario de tus tres rounds sexuales. --Joder, Mir, ?me has escuchado? --Yo y estoy segura de que algunos mas --me burlo un poco y el bromea dandome un codazo--. !Mierda, mierda! --Digo en voz baja al ver que Angel sale de la habitacion. Paso al otro lado de la isla y me agacho para ocultarme de el. Marc esta justo delante de mi, tratando de disimular. --?Una tostada? --suelta Marc a modo de saludo para Angel. --No, gracias. Tengo que irme al hospital, me acaban de llamar para hacer una guardia. --Vaya, que te sea leve. --Si todavia esta aqui la pelirroja, dile que la llamare. --Vale. --La tengo loca. --?Tu no tenias prisa? --contesta Marc, que acaba de poner los ojos en blanco tras su comentario. --Venga, hasta luego. --Gilipollas --decimos Marc y yo al unisono cuando ya no puede oirnos. --Ya puedes salir --me dice Marc, cuando se oye la puerta de entrada cerrarse. --Yo solo te pido que la proxima vez procures no ponerme el paquete en toda la cara. --Solo estaba tratando de que no te viera. --!?Que cono estais haciendo?! ?En serio? ?Te lo haces conmigo y luego con ella en mi puta cara? --vocifera alguien por detras de Marc. --!No es lo que estas pensando! --se defiende el. --Si, claro, ?y me explicas que esta haciendo esta chica de rodillas a la altura de tu polla? !Capullo! --Calmate, es solo un malentendido --habla Marc en tono conciliador. --Y tu no puedes ser mas guarra, ?no? --Esta vez, la chica se dirige a mi--. ?Follaste anoche con mi companero de piso y ahora te quieres tirar a mi chico? --A cualquier cosa le llaman follar... Mira, guapa, yo me acuesto con quien me da la real gana --suelto al verme insultada. --?Por que le hablas asi? No te ha hecho nada, y no alucines, que no soy tu chico. Lo de anoche estuvo de puta madre, pero ya esta, creia que habia quedado claro --le dice Marc. --Pero ?como puedes...? !Largo de mi casa! !Fuera! Nos empuja de malas maneras y nos echa, literalmente, del piso. Marc coge al vuelo su ropa, que estaba apoyada en el brazo del sofa, y yo logro coger mi bolso antes de cruzar la puerta. --!Eh, eh! Pero dame el resto de mi ropa --grito, dando golpes en la puerta. --Por favor, Alejandra, te juro que has malinterpretado la situacion --vuelve a justificarse Marc, a ver si nos da la ropa que nos falta. --Ese vestido era mi favorito y el que mejor me quedaba. --Hago pucheros. --Doy fe de ello --dice en tono de broma Marc mientras se pone los pantalones. --!Marc! --Le suelto un manotazo. En el rellano del edificio y en bragas, lo miro sin saber muy bien si reirme o llorar. Cuando nuestras miradas se cruzan, estallamos en carcajadas porque la situacion no puede ser mas surrealista. --?Y ahora que hacemos? --?Pedimos un taxi? --sugiere. --Estoy en bragas y sujetador. --Toma, ponte mi camiseta. --?Y si llamamos a alguien de confianza y le pedimos que nos traiga algo de ropa? --propongo. --Buena idea, seguro que Evan estara despierto, suele salir a correr temprano. --Dale. Marc saca su movil del bolsillo del pantalon y empieza a llamar. --Tio, necesito que me hagas un favor. --... --Si, si, ya se que esto te recuerda a algo. Te debo una, pero, por favor, ven a buscar a este pobre infeliz. Te mando la ubicacion. Ah, y traete algo de ropa, por favor. Los pantalones mas pequenos que tengas y un par de sudaderas. --... --Mejor no hagas preguntas. *** Evan aparece en menos de quince minutos y, cuando nos ve juntos, medio en cueros, tiritando de frio y andando con el mayor de los sigilos, se descojona en nuestra cara. --Pero ?que...? Me teneis que explicar esto o sacare mis propias conclusiones y sera mucho peor --dice Evan--. Teneis ropa en el asiento de atras. --Gracias, Evan, Dios te lo pague con lo que sea que te haga feliz en esta vida --le digo mientras me contorsiono en el asiento de atras para ponerme los pantalones. --Pero ?me vais a contar que haceis en pelotas en la otra punta de Barcelona? --Pues no te lo vas a creer... --empieza a explicarle Marc.

  • Erase una vez en Londres de Laura Maqueda

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    ?Puede el modelo mas famoso del mundo enamorarse de una chica corriente?

  • Maquillaje para chicas con prisas de Georgina Geronimo

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    No necesitas maquillaje, pero. !es taaaaan divertido el color! !Se ve una taaaaan glamurosa cuando se pone un poco de mascara de pestanas! Y el maquillaje no solo es diversion, tambien es poder, y es poderoso, porque pocas cosas te hacen sentir tan segura de ti misma como un buen morro rojo cuando estas de bajon. Aprende a usar ese poder, a conseguir el efecto <> en cinco minutos de reloj y !prepara los pinceles! Porque aprenderas a sacar el maximo partido a tu belleza en muy poquito tiempo, y el resultado va a ser es-pecta- cu-lar.

  • el cuerpo prohibido de Cynthia Wila

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    Como la Cenicienta --intervino el analista. Y dio por finalizada la sesion. Camila permanecio unos segundos recostada en el divan sin moverse. A veces las verdades pueden dejarnos ciegos por un rato, penso. Su respiracion era lenta; la mirada clavada en un punto fijo del techo, casi en penumbras. Asi se sentia en ese momento. Cuando Patricio Blanchet se levanto para abandonar el sillon, pudo sentir su perfume moviendose en el espacio de aire que los separaba. Ese aroma de hombre acompano sus pasos hacia la salida haciendo aun mas evidente su silencio. Lo siguio con la vista. Era muy alto, seguramente pasaba el metro ochenta; la espalda ancha y unas piernas bien formadas con muslos que parecian siempre contraidos. Tal vez por su profesion o debido a esa personalidad indescifrable que la mantenia intrigada, no solia hablar demasiado: ni antes ni despues de terminar los encuentros. Sus labios, de proporciones desiguales, estaban cerrados al dialogo. Pero esos ojos intensos reflejaban mensajes ocultos que sus pacientes intentaban descubrir, como quien trata de encajar la pieza que falta en un rompecabezas. Patricio la esperaba en el escritorio de estilo ingles ubicado a unos metros del divan. Camila Infraga Mitre, por fin, se incorporo. Pago sus honorarios y lo saludo con gesto pobre. Una atmosfera densa la rodeo al salir del edificio. Como de costumbre, cruzo al bar ubicado en la esquina y pidio un cortado espumoso. Hoy --mas que nunca-- necesitaba esos minutos de soledad que a veces la relajaban y otras la empujaban a mortificarse. Solo le habia descripto la escena del accidente: ?Que tenia que ver el hecho de haber perdido un zapato al desmayarse con el cuentito de la Cenicienta? Era logico que se le cayera luego de semejante golpe pues se habia desvanecido al instante. Las preguntas se sucedian a borbotones en su mente, aunque siempre ligadas a las mismas cosas. Y eso la confundia mas. <> --!Y a Patricio unicamente se le ocurrio decir: como la Cenicienta! --murmuro enojada para si. En el cuento de los hermanos Grimm, la protagonista no recibia ninguna gratificacion. Por el contrario, era objeto de exigencias que la humillaban constantemente. Sin embargo, el maltrato de la madrastra y sus hermanas simbolizaba una rivalidad fraterna que las mantenia unidas a su manera. Su propio nombre --Cenicienta-- referia a la condicion de vivir entre cenizas; cuestion que la degradaba respecto de las demas. Su existencia quedaba a la espera de un superheroe que la rescatara de una vida miserable, que incluia un duelo no resuelto por la muerte de su madre. Entonces, sobre el final, un principe hermoso operaba de redentor y lograba liberarla de toda su desgracia. La fabula mencionaba a una mujer que padecia y a otras que la hacian sufrir. El varon venia a poner un corte a esta situacion dolosa, pero, en definitiva, no parecia ser el protagonista de la historia. Al fin, Camila pudo hilvanar algo de lo que habia ocurrido en su terapia: solo se trataba de mujeres... La madre de Cenicienta, al igual que su propia madre, metida en cada una de las cuestiones de su vida. Los cuentos de hadas tenian por costumbre intimidar a sus heroinas describiendo un mundo con gente malvada empenada en hacerles dano. ?Que estaba tratando de sugerirle su analista con esta analogia? Sus intervenciones la empujaban a buscar dentro de ella la responsabilidad que le cabia en cada situacion de la que se quejaba. Quizas por eso habia aludido a la Cenicienta aquella tarde, en la que Camila no paraba de querellar a su marido desde que entro. No recordaba muy bien como habia llegado al relato del accidente, lo cierto fue que, de iniciar la sesion a puro reproche contra su esposo, termino hablando del viaje de sus padres y su desmayo. Otra vez aparecia en escena como la pobre desgraciada que habia perdido la conciencia y !un zapato! Cuando en verdad, habia sido la unica que no sufrio dano: su padre termino con las costillas rotas y su hermana con la clavicula fracturada. Ella, nada. Pero en su discurso afloraba como la victima. --!Basta! --dijo de pronto. Ya no soportaba el cumulo de preguntas y mas preguntas que no paraban de torturar su cabeza. Pago al mozo con una sonrisa y se marcho. Ese detalle jamas faltaba: aunque estuviera de mal humor, siempre sonreia ante la gente. Durante el trayecto hacia la oficina de su marido llamo Irma, la nueva secretaria, para recordarle que esa noche cenarian con el grupo de inversores que llegaba del Sur. Lucio estaria de buen animo, y ella deberia simular gestos amables como venia haciendo desde hacia un ano. Reclino la cabeza hacia atras y se acomodo en el asiento del vehiculo. La sesion con Patricio, sus palabras y el calor agobiante de la tarde la habian dejado exhausta. Cerro los ojos y comenzo a evocar situaciones cargadas de sufrimiento. Mas que recordar, eran dificiles de olvidar aquellas imagenes llenas de dolor. ?Era posible olvidarse de todo y empezar de nuevo?, penso. Infidelidad... esa palabra la perseguia desde nina. En rigor, desde antes de su nacimiento. Ya su abuela le habia advertido del tema. Como una parte mas de los cuentos que le relataba de pequena, siempre aludia a la tal Pasifae, la princesa de Colquis de la mitologia griega que fue dada en matrimonio al Rey Minos de Creta. Las numerosas infidelidades de su esposo la habian enfurecido de tal manera, que ideo una venganza y le lanzo un conjuro para que ninguna amante se atreviera a sus brazos: en cada una de sus relaciones eyacularia viboras y escorpiones dentro del vientre de sus companeras, y con ello las condenaria a la muerte. <>, le decia con el dedo en alto. Como para olvidarlo... * * * Nacida en Paris, Ivonne Lafont, la abuela de Camila, habia crecido en medio de un clima candente producto de una Primera Guerra Mundial que devasto las economias europeas. La politica restrictiva de prestamos aplicada por los Estados Unidos en una epoca que pedia a gritos su colaboracion, influyo en las finanzas del Viejo Continente perjudicando a Francia frente a las deudas contraidas con el pais americano. La estrategia consistia en sortear los compromisos adquiridos con las indemnizaciones devengadas por Alemania en su favor, sin prever que el antiguo invasor jamas le pagaria. Las presiones contra el pais germano que habia quedado en ruinas generaron una inflacion imposible de manejar, lo cual incito a su acreedor a tomar cartas en el asunto: en 1923 el ejercito frances y su aliado de Belgica ocuparon la franja alemana del Ruhr, centro de produccion de carbon, hierro y acero; a Francia la tentaba la riqueza de esas tierras. Si bien la ocupacion no pretendia ser violenta, existieron incidentes de sabotajes promovidos por pequenos grupos de resistencia civil armada que obligaron a Francia a reprimir y ejecutar. La contienda se cobro la vida de manifestantes huelguistas y algunos soldados franceses, entre los que se encontraba Bernard Lafont, padre de Ivonne, quien, tras salvar su pellejo durante la Primera Guerra, fallecio de septicemia luego de haber sido baleado en un enfrentamiento con jovenes alemanes. La pequena Ivonne vio llegar a la ciudad el contingente de oficiales que volvian a su patria; caminaban por el centro de una hilera de gente que se habia aglutinado alli para esperarlos. Los sanos estaban primeros en la fila; atras, rezagados marchaban los heridos. Algunas mujeres tiraban flores a su paso; otras, en cambio, escondian su llanto entre panuelos blancos por aquellos que habian muerto. Ivonne cayo en la cuenta de que todas ellas tenian algo en comun: vestian de manera humilde y en sus rostros podia verse el sufrimiento. Carol Lafont, su madre, vio que dos soldados sostenian a Bernard al final del camino. Corrio y se abalanzo sobre el: <>, dijo su companero. Luego de llevarlo al hogar, Carol tomo la mano de Ivonne y la arrastro desesperada en busca de algun medico para salvar a su marido. Llego al hospital en un grito suplicando que la acompanaran a su casa pues Bernard no podia moverse. Pero nadie tuvo tiempo para ella; estaban demasiado ocupados con aquellos que podian pagar para ser atendidos. Y la mujer no tenia recursos. Con diez anos, la nina comprendio que solo los pobres luchaban en el frente y solo ellos eran los que morian. Esa impresion quedo grabada de manera tan fuerte en su memoria que, a partir de entonces, se instalo en su mente una idea que la acompanaria siempre: su corazon estaria del lado de quienes padecieran injusticias. La perdida definitiva de un papa al que no habia conocido demasiado, puso a Ivonne ante otro desafio: debio enfrentar la depresion de una madre cuyo duelo no cederia con el tiempo en ese mundo de tiranos y comunistas. Asi crecio la joven, sufriendo por su padre fallecido y por la escasa presencia de una mama abulica que la privo de carino. A poco de cumplir los quince anos, ya trabajaba como mesera en el bar de la familia de una amiga intima. Sirviendo jarras de cerveza helada para soportar el calor de un verano agobiante, su mirada quedo capturada por el hijo de un importante terrateniente argentino que estaba de paseo por Paris y se deslumbro con ella en cuanto la vio. Ivonne admiraba el estilo malevo de los hombres latinos, que conocia muy bien debido al triunfo de Carlos Gardel en sus tierras; el extranjero de veintinueve anos que la pretendia se peinaba a la gomina como el cantante, y sus modos reflejaban los de esos machos rudos de Buenos Aires que penaban por amor en las frases de los tangos. La diferencia de edad entre ambos no impidio que ella se fuera con el hacia America para casarse bien lejos de su historia, en busca de un futuro diferente. Logro su cometido, pero la vida no le seria tan simple: con el tiempo conoceria el precio de vivir con la soberbia de aquel hombre. Mientras el reconocido diario El Mundo destacaba el enlace del hijo de Don Antonio Infraga Mitre con una bella francesa, la alta sociedad argentina les dio la espalda. A pesar de los buenos modales y su hermosura, se notaba que la joven foranea no tenia clase ni distincion, y tampoco la instruccion adecuada para estar a la altura de semejante prometido. Pero la boda se realizo igual y los amigos de la familia asistieron simulando cortesia a pesar del desacuerdo. En el pais se vivia un clima de exaltacion: el radical Hipolito Yrigoyen triunfaba de manera abrumadora en los comicios accediendo a su segunda presidencia con setenta y seis anos, sin saber por entonces que no lograria terminar su mandato.

  • Estados Unidos de Japon de Peter Tieryas

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    La deslumbrante novela que el Financial Times recomendo como una de sus lecturas de verano de 2016.

  • Un amor para siempre de Pilar Lepe

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    Entre las colinas y montes de la Toscana, pueden suceder muchas cosas, desde ser asaltada por motociclistas; ser confundida por lo que no eres, a causa de la barrera idiomatica; encontrarte perdida de pronto entre los vinedos; o conocer a un hombre con actitud de macho alfa.
    Todo esto le paso a Brittany, luego que decidiera disfrutar la luna de miel a solas en Italia. Un viaje, planeado desde la frustracion se convertira en uno de absoluto placer, pero ?estara preparada para lidiar con una nueva atraccion?

  • Las hijas de Erik de Mercedes Martin

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    ?Puede una mujer vivir de su espada? ?Ofrecer sus servicios en guerras y expediciones de saqueo, sin la necesidad de ocultarse tras un disfraz masculino?
    Siglo diez en Dinamarca, en plena Era Vikinga. Erika “Ojos de Hielo” y Erika “la Berserker”, dos de las hijas bastardas de Erik, son saqueadoras y soldados a sueldo desde que eran apenas dos muchachas. Ha terminado el invierno y ya se disponen las campanas primaverales, que guiaran a cientos de los temidos barcos nordicos hacia Inglaterra. Esta vez, la hija de Erik, a la que apodan “Ojos de Hielo”, no buscara un barco en el que alistarse con la intencion de combatir a sueldo, y asi hacerse con una buena bolsa de monedas y oro, para regresar antes del invierno a su patria. En esta ocasion, lo hara obligada y pretendiendo escapar de los planes que su tirano padre prepara para ella. La huida la llevara hacia una aventura inesperada y peligrosa, muy distinta a la que esperaba cuando abandono su hogar.

  • El quinteto de Nagasaki de

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  • Visigodos de Jose Javier Esparza

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    Los visigodos crearon por primera vez un Estado en Espana. Lo mantuvieron vivo hasta que la peste, el hambre y la guerra lo destruyeron. No eran barbaros ni atrasados. Sabian que la Tierra era redonda, conocian la razon de los eclipses, no ignoraban la obra de Aristoteles y eran capaces de hacer ciudades como la misteriosa Recopolis. Partieron del mismo sitio donde mil anos despues aparecerian los vikingos y, en su asombroso periplo, recorrieron media Europa. Fueron enemigos, aliados y herederos de Roma. Cabalgando sobre sus caballos paso Espana de la Antiguedad a la Edad Media. Jose Javier Esparza cuenta, con extraordinaria erudicion y una epica inconmensurable, la historia de los visigodos como nunca antes te la habian contado: la aventura fascinante de un pueblo que forma parte de nuestra memoria colectiva. Ellos fueron la primera Espana.

  • ?Que robot se ha llevado mi queso? de Rafael Tamames

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    La tecnologia esta transformando la sociedad a un ritmo vertiginoso en todos sus aspectos. La manera en la que nos comunicamos, la forma en que adquirimos productos, como realizamos gestiones o simplemente la limpieza de nuestro hogar ha cambiado por completo debido a la digitalizacion y la robotizacion. Esta situacion no es facil de controlar pero no podemos quedarnos atras. Debemos, por tanto, adaptarnos.

  • Entre la Ley y el Amor de Betty Carrillo Z

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    “…estaba sumida en mis pensamientos cuando tocaron mi ventanilla, alli de frente a mi los ojos azules mas hermosos que habia visto en mi vida”….Milady Rigo una exitosa abogada que jamas imagino que el amor de su vida vendria en cuerpo de una hermosa mujer llamada Daniela Coss. Entre la Ley y el Amor es una historia repleta de ternura, pasion y la lucha por gritar a los cuatro vientos que el amor no se escoge…LLEGA.

  • Huyamos, ahora que podemos (Volumen 1) de Garcia De Saura

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    Cuando Iris y Ana fueron a las fiestas de Villa Despelucame el Ovejo, el pueblo de al lado, no imaginaron que terminarian la noche huyendo del lugar del crimen. Por un despiste y una mala decision, acabaron cargandose a Don Pepino, patron del pueblo, principal reclamo de peregrinacion e ingresos, y con el. varios siglos de historia.
    Convertidas en profugas de la justicia, haran todo lo posible por despistar a los vecinos que, de forma incesante e incluso bajo recompensa, buscaran a los culpables.
    Pero el destino les pondra en su camino a dos desconocidos y seductores forasteros, que acabaran siendo sus mayores aliados. ?O sera solo lo que ellas quieren creer?
    Descubre esta apasionante historia cargada de intriga, romance, morbo y mucho humor, donde nada es lo que parece y todo parece lo que es.

  • La hija fugitiva de Joanna Rees

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    Una nueva vida le espera, pero su pasado nunca estara enterrado del todo.

  • 3210 Anno Domini de Rafael Salcedo Ramirez

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    La carga exploto y la puerta de aquella vivienda quedo arrancada de cuajo, desprendida en su totalidad del marco de acero que la sujetaba, ahora convertida en trozos minusculos esparcidos en derredor. Simultaneamente, el gas de los botes lanzados en el ataque se expandia denso por la estancia y en la oscuridad se oian los gritos y llantos de sus ocupantes apretados entre si dentro de una de las habitaciones. -!Policia! gritaron al encanonar a estos los miembros de la patrulla a quienes, parapetados en sus trajes especiales de asalto, no les afectaba aquella atmosfera infernal que dejaba fuera de combate a quien quedara expuesto a ella. De la habitacion opuesta surgio corriendo una mujer que llevaba un bebe en sus brazos intentando alcanzar la salida; en un intento inutil puesto que el agente George Bancroft la apunto con su arma y le descerrajo un disparo tan certero que convirtio ambos cuerpos en una amalgama sanguinolenta que aparecia esparcida por suelos y techos. -Perfecto Bancroftgrito el comandante de la patrulla mientras se acercaba a este para felicitarle. El joven agente, de mas de dos metros de estatura y de complexion herculea, causaba impresion a cuantos se enfrentaba en los ejercicios de la Escuela de Policia de la Tierra, cuyo curso precisamente finalizaba con aquel simulacro que el mismo habia coronado con matricula de honor al reaccionar tal como le habian ensenado: implacable; claro que las victimas eran solo holografias y que todo estaba rodeado de tecnologia virtual. Habian sido meses y meses de esfuerzo, de fatigas a veces, de momentos de duda, de momentos de desesperacion para tomar sus pertenencias y salir huyendo, de momentos alegres con los companeros, de momentos tristes, rodeado de rudos e insensibles instructores que procuraban anular el libre albedrio de sus subordinados; aprendices bisonos de ejecutores de la ley mas terrible jamas ideada por el hombre. Habian sido dias de furia y de jubilo a la vez. Dias de viento y de fuego, de agua y humo, de fuerza y honor, de orgullo y temor; ese temor que atenaza y que hace perder el sentido de la justicia, de la verdad, de la bondad, de la piedad que, dia tras dia, George fue arrinconando en su mente ahora fria, metalica, en la que los rasgos de humanidad habian sido borrados con meticulosidad por el entrenamiento mas feroz que pudiera imaginar. Habian sido dias terribles porque quedo aterrorizado al comprobar que era incapaz de sentir lastima cuando companeros, que no habian mostrado la suficiente capacidad para resistir el entrenamiento, eran aniquilados delante de sus narices, despedazados sin remilgos por armas poderosas que serian pronto su medio para imponer la ley, bajo la mirada atonita y de hielo de todos sin comprender que aquello era parte de su entrenamiento; cuyo fin no era otro que romper sus esquemas, para dotarles de una pantalla contra cualquier tipo de conmiseracion con las potenciales victimas de sus letales acciones de combate. Habian sido dias en los que el amanecer se fundia con el anochecer, el alba y el ocaso se sucedian sin descanso y su existencia se limitaba a momentos de lucidez con otros de deseo irrefrenable de aniquilacion de cuantos objetivos le fueran marcados, en una furia ciega e irrefrenable, para la cual el unico balsamo reparador era la sangre de aquellos enemigos de La Tierra y un grito de victoria saliendo furioso de su boca, confundiendose con el lamento de las victimas que alimentaba su sinrazon. Pasaron raudos los dias y, ya con su placa de oficial luciendo en el estrenado uniforme, aquella manana gelida de invierno la lluvia fina caia sin descanso desde el amanecer a las afueras de la poblacion, cuya limpieza habia sido decretada. El comandante aun no habia dado la orden de ataque y los nervios permanecian tensos ante la inminente senal de inicio de la operacion, que para George Bancroft seria la primera de su carrera tras meses de duro adiestramiento. Pertrechado con todo el equipo y prestas las armas para fuego real, el joven agente -conocido entre sus companeros de filas por su seriedadmantenia en tension toda su musculatura, si bien su mente, inaccesible para los que le rodeaban, regia en pensamientos que le llevaban a su vida hacia tan solo un ano cuando vagaba sin rumbo por las calles de la gran ciudad, recien llegado de su pequena aldea para buscar un trabajo con el que subsistir en tiempos tan crudos. No habia sido una decision precipitada y si alimentada por el deseo durante mucho tiempo atras para George. La falta de recursos de sus padres, la escasez de oportunidades para acceder a una educacion que diera la oportunidad para centros universitarios, vedados para gente de su clase y solo disponible para las elites del Regimen Planetario, y por supuesto la falta de trabajo donde ganarse la vida en sitio tan apartado, hicieron que pensara en emigrar hacia la tierra de promision que fantaseaba era aquella ciudad por la que deambulo sin rumbo fijo, donde le llamaba la atencion la tecnologia que era comun por cada uno de sus rincones y para el sorpresiva puesto que su uso tampoco estaba al alcance de individuos como el, otro simple mortal campesino. Con unos cuantos centavos en su bolsillo, y cansado de andar de aqui para alla sin resultado, observo en las pantallas que cubrian todas las esquinas de la ciudad el anuncio de la Policia de La Tierra. Penso que seria como ultimo recurso. No le gustaba la policia y menos esa que tenia un nombre tan rimbombante. Aunque el sabia por comentarios de la gente como se las gastaba aquel cuerpo de elite, creado para acabar con la plaga de las razas inferiores, con aquellos ciudadanos del propio Regimen Planetario que infringian las leyes de natalidad y los ancianos insurrectos. El mismo no se veia atacando a gente inocente, disparando a mujeres indefensas con bebes en brazos, a los ancianos que protegian a ninos no censados, a familias que daban asilo a transgresores de las leyes taxativas que regian el nuevo orden para el control de la poblacion. Pero a fin de cuentas era un trabajo y eso es lo que el habia ido a conseguir y parecia que bien remunerado. No sabia si tendria estomago para esa forma de ganarse el sustento, pero era algo que tendria que guardar para el final del camino, ya que aun quedaban opciones de conseguir un empleo con menos cargos de conciencia. De esta forma, pasaron otras dos semanas en los que George no dejo de intentarlo aunque sin exito como desde el primer dia. Ya solo quedaban dos caminos: o bien regresar con la cabeza gacha a su aldea y con todos sus ahorros liquidados, o convertirse en miembro de la Policia de La Tierra. Penso que probaria y, si era capaz de aguantar, se quedaria para ser uno mas de aquellos sicarios que ahora veia como simples asesinos. Y a los que pronto perteneceria. Su llegada a la escuela estuvo marcada por el recibimiento afectuoso de sus superiores, en atencion a su portentoso fisico y la fortaleza mostrada en cada prueba de caracter extremo a la que le sometian. Nada era dificil para el y destacaba sobremanera con respecto a sus companeros que ya le respetaban. A todo ello sumaba su capacidad para superar con las mas altas calificaciones los ejercicios en las que la fuerza de su mente se ponia a prueba y, curiosamente, desdenando todo el adoctrinamiento al que cada dia era sometido ya que George solo pensaba en hacer su trabajo lo mejor posible, abstrayendose de su moralidad, de su etica, de su bondad o maldad, de su opinion, que quedaba relegada por la responsabilidad que habia asumido y la consecucion de las ordenes recibidas en cada momento. Ni siquiera fueron impedimentos los acontecimientos que -en sus propias carnes- habia vivido en su infancia, cuando presencio la esterilizacion forzosa de su propia madre junto con la detencion de su padre durante tres largos anos, en un episodio en el que termino con un ojo morado y un culatazo que le dejo un buen chichon y la impotencia ante aquellos agentes a los que ahora iba a emular. No era cuestion de hacerse dano con aquellos recuerdos ahora recurrentes, penso George mientras se acomodaba el equipo. Tenia que pensar en positivo y celebrar que su futuro era envidiable, con un trabajo seguro y una carrera en aquel cuerpo que sus superiores le habian augurado brillante a poco que cumpliera, con el celo mostrado durante el periodo lectivo, las ordenes en acciones reales como la que comenzaria dentro de unos momentos. Estaba en juego ese futuro prometedor y no estaba dispuesto a arruinarlo con remilgos. Actuaria con rigor y no permitiria manchar el buen nombre que ya tenia mostrandose debil ante los enemigos de La Tierra, de aquellos que procrean sin control y que son una plaga que hay que exterminar. Si, se decia a si mismo, exterminar era la palabra adecuada y tambien la estrategia final, como le habia sido ensenado durante los largos meses de entrenamiento en la academia del cuerpo de elite al que ya pertenecia orgulloso. Recordaba George, sin dejar de estar alerta sus sentidos de las inminentes ordenes de ataque, lo aprendido en la academia referente al camino de la humanidad hasta aquellos momentos, donde los dirigentes del Regimen Planetario habian decidido pasar a la accion de una forma radical para salvar a La Tierra, amenazada por la superpoblacion que no se habia visto controlada tras anos de esfuerzos y campanas para conseguirlo con distintas tacticas y estrategias que no dieron el resultado apetecido, para conseguir estabilizar el numero de habitantes y pasar de los nueve mil a mil millones. Lejanos eran los dias en el que el Regimen Planetario inicio el camino para ese objetivo, que se inicio hacia siglos tras el fin de la Guerra de los Hemisferios y la declaracion de razas inferiores para los habitantes de los pueblos vencidos, con el intento de esterilizacion de toda la poblacion procedente de aquellos, mediante la contaminacion encubierta con productos toxicos disenados para provocar la infertilidad: primero en el agua y, cuando los resultados de esta resultaron pirricos conforme a lo esperado, despues con todos los alimentos. Sin embargo, ambos procedimientos no consiguieron atajar la plaga que suponia aquella superpoblacion que asfixiaba al planeta y los dirigentes comprendieron que habrian de complementarlo con politicas de mas rigor. De esta forma, se inicio un ambicioso proyecto para impulsar los abortos obligatorios, mediante los cuales se forzaban estos ya en contra de las mujeres embarazadas, fueran de razas inferiores o ciudadanas del Regimen, secuestrandolas alla donde estuviesen y realizandolos con el consentimiento del gobierno, y en el que la Policia de La Tierra era su brazo ejecutor. Posteriormente se instauro la licencia para la procreacion con la que, de forma obligatoria, tenian que contar todas las mujeres bajo estricta observancia. Para su fiscalizacion, igualmente el cuerpo represor en el que George ahora militaba se extremo de hacer cumplir encargaba con un celo la ley, que marcaba la aniquilacion de todos aquellos hijos de mujeres sin licencia, los nacidos fuera el matrimonio y los de las adolescentes. Se comprobo el exito de la medida y la implacabilidad de los agentes entrenados fisica y mentalmente para abordar el trabajo de eliminacion de bebes y, en la mayoria de los casos, de las madres que querian impedir la aplicacion de la ley. Esto animo a los dirigentes a crear un sistema tanto de control como de vigilancia que seria ejercida con su habitual eficacia por el temible cuerpo de elite; de tal forma que se impuso por ley que todas las mujeres y hombres al llegar a la pubertad se les implantaria en el cuerpo un inhibidor de fertilidad y que, solo al llegar a la edad adulta y bajo la supervision del gobierno, podria ser retirado previa autorizacion para la procreacion planificada. Una vez realizada esta, tanto hombres como mujeres serian esterilizados de por vida o, en el caso de no someterse voluntariamente, aniquilados. Algo que George dentro de unos momentos pondria en practica. En paralelo, se encomendo a la Policia de la Tierra perseguir a todas aquellas contribuido al deterioro de familias que habian la sociedad con la concepcion indiscriminada de ninos, cuyo plan tuvo un gran exito al aniquilarse tanto a los padres y madres como sus hijos que, por herencia genetica, estaban predispuestos a continuar en su madurez al engendro de una inasumible descendencia que ponia en riesgo la salud del planeta. Pero llego el momento en aquellos dias de las medidas que harian reducir de una forma rapida y fulminante la plaga de las razas inferiores. Y estas fueron mermadas cuando los dirigentes tomaron la decision de suprimir todo tipo de vacunas y, en especial, las que protegian a la infancia. Fue calificado de espectacular por todos los medios de comunicacion el descenso de habitantes en la Tierra, que comenzo a perder cien millones de personas por dia con el jubilo de las clases dirigentes que vieron la solucion final. Sin embargo, aquellas cifras con el tiempo se estabilizaron y hubo que recurrir a nuevas vias que contuvieran con identica eficacia la plaga.

  • En algun lugar en el cielo de Fernando Cabeza

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    Durante una apacible manana de otono, el vuelo AT 2031 de la compania Air Atlantic, despega del aeropuerto de Santiago de Compostela con destino Londres. Se trata de un viaje rutinario de poco mas de dos horas, pero algo no sale como deberia. Los pilotos son incapaces de tomar tierra en la capital britanica, a pesar de que la aeronave no tiene ningun problema tecnico. Lo que en un principio parece un incidente aislado, pronto se convierte en un grave problema. La tripulacion pide ayuda de forma desesperada, pero las autoridades en tierra omiten dar respuesta o explicacion alguna, bajo un extrano secretismo. Sus pasajeros tendran que enfrentarse a las horas mas angustiosas de sus vidas, confinados dentro de un cilindro metalico de 28 metros de largo, sin comunicacion alguna con el exterior.

  • Hueles a lluvia de Dona Ter

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    Agotada. Felizmente agotada. Asi se sentia Chloe cuando salio del edificio donde habia pasado el dia trabajando. Reunion tras reunion. Era lo que menos le gustaba, ella preferia el trabajo de campo, de laboratorio para ser mas exactos; el resto era pura obligacion que siempre esperaba hasta el ultimo momento para hacerla. Lo suyo eran las esencias, la burocracia no le inspiraba nada. Saco el telefono y se puso a revisar los mensajes y llamadas, solo levanto la cabeza para fijarse en que habia un taxi parado frente a ella. Abrio la puerta y se subio en el. Estaba tan despistada, algo que su madre le recriminaba desde nina, que ni se dio cuenta que el taxista no espero a tener un destino para perderse entre las callejuelas de la ciudad. Otro problema que su progenitora le recordaba continuamente, dejarse llevar y no ser consciente de lo que pasaba a su alrededor. Cerca de ella, una melodia distorsionada, y bastante mal afinada, la hizo reaccionar. --Perdone, pero no recuerdo haberle dicho a donde quiero ir --advirtio Chloe al volver a la realidad pero sin despegar los ojos del telefono. Estaban parados en un semaforo, y a pesar de la llovizna, un ciclista estaba parado junto a ella apoyandose en el cristal y canturreando una cancion. Le parecio que era un villancico, un aviso en forma de cancion de la epoca en la que estaban. No habia mas hojas en el calendario, otro ano mas que pasaba, pero ese habia sido tan especial que aun le costaba reaccionar y asimilar todo lo ocurrido. --Lo se, pero se donde llevarla. Esa voz eclipso a Chloe, sin ser consciente, sus labios esbozaron una sonrisa, cerro los ojos y su mente se perdio en los recuerdos. Dos anos antes. Nervioso y loco. Sobre todo un "loco chiflado" es lo que se repetia una y otra vez Paul, sentado en su taxi esperando en la calle frente a un hotel. En lugar de aprovechar el mal tiempo que hacia aquel domingo por la tarde de mediados de marzo en Paris y hacer algo de dinero, sobre todo llevando a turistas que no querian mojarse, el habia decido esperar alli sentado. Creia en las casualidades, pero tambien que a veces hay que provocar la situacion para que ocurran. Por eso estaba alli, "esperando" su oportunidad. El amor incita a hacer locuras, eso todo el mundo lo sabia, fueran, o no, creyentes de Cupido; ademas estaba en la Ciudad del Amor, ?que se podia esperar? Que ocurriera, era solo cuestion de tiempo y parecia que habia llegado su momento. Tentado estuvo, pero aun no lo habia hecho, de llamar a su hermana Marion y contarselo. Ella, que con sus veinte anos era un romantica de libro, ella que creia ver amor, miradas dilatadas, almas de colores buscando su gemela en cada hombre que se cruzaba, estaria entusiasmada de que por fin el hubiera sucumbido. Refunfuno para si mismo, pero una sonrisa ladeada escapo de sus labios. Si hasta se habia puesto una camisa, que habia planchado instantes antes de salir de casa, lo nunca visto. El que era de camisetas con todo tipo de logos y colores, el de tejanos y zapatillas, el que lo de afeitarse era algo semanal y no ir a cortarse el pelo hasta que no le tapaba los ojos... se miro en el espejo del retrovisor como si con ese gesto pudiera ver algo que no hubiera visto en los ultimos veintiseis anos... Sabia que no era feo, pero tampoco un hombre irresistible. Era alto y delgado, pero no porque se privara ni machacara su cuerpo en gimnasio, habia nacido asi. Moreno, ojos verdes, nariz un poco aguilena, cara cuadrada, labios gruesos... nada resaltable, un conjunto de lo mas banal. Marion siempre le recordaba que no esperara que las chicas se le tiraran encima a la primera, "tu tienes "charme" ese encanto para seducirlas cuando te conocen, y esa es tu arma, porque luego no querran soltarte". <>, se repetia Paul, pero la sobrecarga adrenalina que llevaba desde el viernes le hacia sentir de algun modo mas vivo y con ganas de seguir esa aventura. Todo habia empezado el viernes noche cuando sobre las ocho habia acompanado a una chica desde la estacion de Montparnasse hasta su hotel en la zona de le Marais. La gente no presta atencion a lo que dice en un taxi, hablan por telefono como si estuvieran solos, detalles que frente a un desconocido nunca se les ocurriria hablar, alli dentro, parecian olvidarlo. Habia escuchado de todo, cerrar temas espinosos de contratos, citas clandestinas, peleas, palabras de amor, donde esconder las llaves o hasta la clave de ordenador de oficina... Todo ello era lo que habia llevado a escoger ese trabajo. Paul tenia una libreta siempre a mano, donde iba apuntando algunas frases, anecdotas. La inspiracion nunca sabia por donde podia aparecer. Y la chica de aquel viernes era todo un enigma. Habia algo en aquella mujer que cada vez que pensaba en ella le era imposible no suspirar como un adolescente. Desde que se subio al coche y la vio deshacerse el panuelo que llevaba en el cuello, sus ojos se habian quedado prendados por la sonrisa que ella le ofrecio al darle la direccion del hotel. El telefono de la pasajera sono y Paul se obligo a mirar hacia delante y hacer su trabajo. Con mas interes que otras veces, presto atencion a todo lo que ella decia mientras contestaba la llamada. Era una tal Annette, pronto entendio que era una amiga. En un viaje de media hora escasa, sabia que sus abuelos se habian ido a Benidorm en busca del sol y le habian dejado a ella a Coco, un loro parlanchin que tenia prediccion por Edith Piaff y desde entonces en casa solo se oia a la reina de la musette [1]francesa. Que esa misma manana se habia peleado con el que imaginaba era su novio, un tal Rene, el habia esperado hasta el ultimo momento para decirle que no la acompanaba en su viaje a Paris, y ella, harta de harta de tanta discusion, habia decidido poner fin y con palabras texturales "ir sin equipaje a la ciudad del amor". Y alli estaba el ahora, apurando el segundo cafe, ya frio de aquella tarde. Un paquete de galletas ya vacio tirado sin miramientos sobre el asiento del copiloto, junto a una libreta... y la musica de la radio sonando bajito para que no le impidiera pensar y afectara a sus frescos recuerdos. En la conversacion le recordo a Annette la hora exacta de llegada para que la fuera a buscar a la estacion, las nueve y treinta y seis minutos. Eso, junto el comentario "al pasar por Poitiers he saludado con la mano como me dijiste, aunque dudo que tu madre me viera" y algo sobre una patisserie [2] llamada David y sus famosos eclairs que no tenian nada que envidiar a las conocidas pastelerias parisinas eran las pistas que aquella noche utilizo Paul en su casa para descubrir de donde era la chica y a que hora salia su tren. "!Burdeos, te encontre!, Grito feliz." Cuando la vio salir, el corazon le empezo a bombear con rapidez, igual que un sabueso detras del maldito hueso de plastico, levanto los brazos en senal de victoria, ni que hubiera ganado la Champions. Se planteo hasta cambiar de oficio. No se le daba tan mal ser espia. Puso la luz en verde y se acerco a ella. Verla de nuevo fue una confirmacion que la espera habia valido la pena. No sabia como describirla, el era un hombre, solo llegaba a decir que llevaba el mismo chaqueton rojo y los zapatos de tacon del mismo color del viernes. Solo se le ocurrian palabras como elegante, sensual, preciosa. Siguio con precision cada paso de ella, el bamboleo sensual que hacia al caminar hacia el, completamente ignorante de los ojos hambrientos con los que Paul la observaba. Se bajo de un salto y abrio el maletero para guardar el pequeno equipaje que ella llevaba. --A la estacion de Montparnasse, por favor --dijo Chloe antes de resguardarse en el interior, se la quedo mirando absorto aun pensando en la suerte que habia tenido. Vale que el habia ayudado un poco a que se diera "esa" casualidad, ya que llevaba mas de dos horas frente a aquel hotel esperando que ella saliera, pero habia merecido la pena. Se sento y se dio cuenta de lo nervioso que estaba, hasta le temblaba una poco la mano cuando la puso en el cambio de marchas y emprendio el camino. --Maldita ciudad, estoy empapada --dijo buscando algo en el bolso. El sin anadir nada le entrego una caja de panuelos. No podia apartar los ojos de ella, estaba preciosa asi despeinada, mojada. No era la primera vez que alguna mujer aprovechaba el trayecto para maquillarse, pero para Paul, verla secarse la cara, peinarse un poco con los dedos y como remate sacar un pintalabios del bolso y pintarse los labios fue lo mas sensual que habia visto nunca, tanto como para sentarse mas erguido y recolocarse la camisa tirando de ella hacia abajo. Era preciosa, sexi. Media melena morena y algo ondulada que envolvia una cara pequena en forma de corazon, lo que mas resaltaba era sus ojos. Una mirada verde marina, grande, limpia, atrayente. El taxista no podia apartar los ojos de aquellos labios ahora rojos pasion, pasion que despertaba en el aquella boca de pinon. Sin hacer referencia a un cuerpo menudo pero con unas marcadas curvas que le hicieron hervir la sangre. Ella, ajena a los pensamientos de el, habia perdido la vista en la ciudad que un cristal cubierto de lluvia dejaba entrever. --Espero que no vaya con el tiempo justo, entre que es domingo por la noche y la lluvia esto es un caos. --No, lo imaginaba y voy con margen. Ademas el viaje ha resultado nefasto. --?No le ha gustado Paris? --pregunto el, feliz de poder empezar a hablar con ella, nada le apetecia mas. --La ciudad es preciosa pero me voy con las manos vacias. --?Venia con el o pensaba encontrarlo aqui? --No sabia porque le habia preguntado eso, pero queria saber todo de ella. --?El que? --inquirio ella sin entenderle. --El amor. --Era un tema de recurso para un taxista de Paris. --?Perdon? --dijo y antes de que pudiera contestarle le dejo claro que si que habia entendido-- No, se confunde. --?Y entonces a que ha venido? --insistio. Levanto un poco la vista, lo suficiente para verla a traves del retrovisor, parecia molesta y eso lo inquieto. --Por lo que se ve a darle conversacion a un taxista --contesto sin pensar. Una vez dicho se dio cuenta de lo mal que habia sonado y lo poco educado de la misma. Tanta espera tenia que valer para algo mas... aunque tenia que reconocer que le gustaba que no se lo pusiera facil. <> se dijo Paul. --Perdone, solo intentaba hacer mas ameno el viaje --se justifico... pensando en que decir para seguir pudiendo hablar con ella. Pero nada se le ocurria. --He venido buscando un olor --le informo Chloe al cabo de unos minutos. --Un olor... ?en la ciudad? --Estaba sorprendido. --Soy, o mejor dicho, quiero ser perfumista. Acabo de terminar Ciencias Quimicas y para entrar en Givaudan, la mejor escuela del mundo de perfumistas, tengo que dar con una excelente idea para la presentacion... --?Y que esperaba encontrar exactamente? Croissant, cafe, curry, especias, pis, y otros excrementos, humo, contaminacion... no veo yo donde esta esa inspiracion para un perfume... --Queria plasmar el olor del Paris nostalgico, el que todos los romanticos le venga a la memoria al pensar en la ciudad del amor. El Paris que inspiro a tantos artistas de la pluma como Hemingway, a los de pincel como Dali, a los de la alta costura... queria esa inspiracion... un perfume son emociones, son recuerdos...

  • Secreto de Amor (Locura 2) de Virginia Camacho

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    Tess Warden sabe lo que es amar, entregarse por ese amor, construir una familia confiada en el... Y tambien sabe lo que es perderlo todo, enfrentarse al futuro con incertidumbres y miedo, con el alma rota y llena de cicatrices. ?Que harias si un dia el amor que perdiste toca de nuevo a tu puerta? ?Arriesgarias todo de nuevo, o el miedo te haria quedarte donde estas? El destino ha decidido enredarlo todo de nuevo, de maneras inesperadas, para darle a esta mujer que lucha cada dia un pequeno solaz.

  • Ahora imagino cosas de Julian Herbert

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    <> The New York Times

  • No lo llames pasion de Noelia Amarillo

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    Yo era una mujer felizmente casada, con dos hijas maravillosas y un marido estupendo. O eso creia. Porque hace seis anos descubri que me estaba poniendo los cuernos. Pero, ojo, no unos cuernos pequenitos y disimulados, no. Unos que envidiarian incluso los miuras de pura raza. Grandes, voluminosos y afilados. De esos que todo el mundo ve menos la interesada, que, en este caso, era yo. Asi que deje de estar felizmente casada. Me divorcie, me compre un piso tan lobrego como mi alma y me mude a el con mis hijas.

  • Cambiando mi mundo de Karen Darren

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    Tras estudiar en otra parte del mundo, Jule, la joven alemana, deja Costa Rica para volver y pasar el verano en su ciudad natal.

  • La ley de la sangre (Los guardianes del sello 1) de Sarah Mcallen

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    Aquel hombre enorme se acercaba a ella, cerniendose sobre su cuerpo y atravesandola con aquella mirada del color del mar de las islas virgenes, entre verde y azulada. Su largo cabello negro le caia sobre una parte de su rostro, aunque aquello no impedia a Roxie apreciar lo increiblemente atractivo que era. Poseia una fuerte mandibula y en su menton se podia apreciar un hoyuelo, que lo partia en dos. Su nariz griega parecia haber sido esculpida por el mismisimo Miguel Angel y sus labios, carnosos, dejaban entrever unos perfectos y blancos dientes de los que... !Por Dios! Sobresalian unos afilados colmillos. Roxie retrocedio, pegando todo lo que pudo su espala a la pared. --No debes temerme. --pronuncio, con una voz ronca que hizo estremecer a la mujer, haciendola sentirse excitada a la vez que el temor desaparecia de su cuerpo. --Claro que deberia temerte, eres peligroso. --se oyo decir a si misma, con la voz jadeante, como si hubiera estado haciendo ejercicio. El hombre sonrio de medio lado, dejando aun mas expuesto uno de sus largos colmillos. --Soy peligroso, mujer, tienes razon, pero en estos momentos estoy muerto de hambre y lo unico que quiero es comerte. --sus ojos brillaron de un modo aterrador, haciendo que a Roxie se le cortara la respiracion--. No le negarias alimento a un hombre moribundo, ?verdad? Y entonces se abalanzo sobre ella. Roxie se desperto gritando y respirando dificultosamente, con la frente empapada de sudor y... con la entrepierna totalmente humeda. Le habia vuelto a pasar. Habia vuelto a sonar con ese hombre, o mas bien, con esa especie de vampiro. Hacia casi un ano, desde que cumplio los veinticinco, que aquellos suenos extranos de lugares que no conocia, como oscuras tumbas y cuevas ocultas, la atormentaban. Pero sobre todo, aquel hombre de ojos aguamarina que parecia perseguirla. Sonaba con el una y otra vez. Se levanto de la cama empapada de su propio sudor y se dirigio a la ducha. Se quito la camiseta de tirante y sus pequenas braguitas, pues hacia demasiado calor en aquella epoca del ano para dormir con mas ropa. Aun mas, teniendo en cuenta su pequeno y caluroso loft, que solo contaba con una ventana que daba a un estrecho y oscuro patio de luces. Se metio bajo el chorro del agua y cerro los ojos, respirando profundamente. Le faltaban cuatro dias para cumplir veintiseis anos y aquello la hacia sentir tremendamente apenada. Hacia tres anos que habia perdido a sus padres en un tragico accidente de coche y desde entonces, cada ano que cumplia sin ellos solo le hacia darse cuenta de lo sola que estaba. No tenia hermanos, sus abuelos hacia anos que habian muerto y tampoco se sentia suficientemente centrada como para mantener una relacion estable con ningun hombre. Menos mal que aun le quedaba su amiga, Max. Maxine Scott habia sido su mejor amiga desde el jardin de infancia. Sus madres habian sido amigas y cuando la madre de Max fallecio a causa de una terrible y larga enfermedad, que dejo marcada a su amiga para siempre, Max paso a vivir con su familia, ya que nunca habia conocido a su padre. Sus padres eran a quien su madre habia dejado como tutores, en caso de que muriera, como finalmente ocurrio. Asi que ahora solo se tenian la una a la otra. Roxie salio de la ducha, se envolvio en una toalla y descalza, dejando las huellas de sus pies humedos en el suelo, se acerco a su armario, para sacar unas mallas negras, un pequeno top blanco y unas deportivas. Necesitaba salir a correr para despejarse e ir a la pequena redaccion del periodico donde trabajaba, centrada en lo que debia de estar. Se vistio apresuradamente y se recogio el cabello mojado en una coleta alta. Al trote bajo las escaleras desde el cuarto piso donde vivia y salio al exterior, corriendo a paso ligero, como a ella le gustaba. Hacia poco que habia amanecido y habia pocas personas por la calle. Pese a ser un dia caluroso, la brisa de la manana era bastante reconfortante. Cuando llevaba un par de kilometros corriendo, sintio un repentino mareo. Se paro en seco y apoyo la mano en la pared de uno de los edificios, para no caerse. La imagen de una roca tallada con un extrano simbolo aparecio en su mente. Roxie se puso la mano en la cabeza y la sacudio. --Roxanne, centrate. --se dijo a si misma--. Estos suenos te estan volviendo loca. --?Te encuentras bien? Un joven que tambien estaba corriendo se le acerco, mirandola con preocupacion. --Si, no te preocupes, estoy perfectamente. --alzo el rostro hacia el, sonriendo para tranquilizarlo. El joven abrio la boca y se la quedo mirando como si le hubiera dado una apoplejia. Roxie suspiro. Sabia que causaba aquel efecto en los hombres. Su bonito cabello negro siempre se veia reluciente y le caia hasta su cintura. Sus ojos, de un extrano color azul oscuro, que en ocasiones casi parecian violetas, eran grandes y rasgados, rodeados de unas largas y espesas pestanas oscuras. Tenia la nariz recta y los pomulos altos, ademas de unos labios gruesos por los que hubiera matado cualquier adicta a la cirugia estetica. Eso, acompanado de su metro setenta de estatura, su cuerpo esbelto y tonificado, de largas piernas, cintura estrecha y sus pechos llenos, hacia de ella una mujer con un increible atractivo sexual para el sexo opuesto. --Quiza sea mejor que te acompane a tu casa, para asegurarme que llegas sana y salva. --el chico se irguio y contrajo sus biceps, para que ella se percatara de que estaba en muy buena forma. Y lo cierto es que no estaba mal. Tenia un cuerpo atletico y su rostro era realmente atractivo, pero como solia ocurrirle, a ella no le despertaba ningun tipo de deseo. Como diria Max, ella estaba muerta de cintura para abajo. --Te lo agradezco, pero no hace falta. --trato de pasar junto a el, pero el chico se movio, cortandole el paso. --No es ninguna molestia y me dejarias mas tranquilo. --sonrio, tratando de mostrarse encantador--. Vamos, nena, soy un conversador muy divertido. --?Nena? --se indigno--. ?Desde cuando tenian aquellas confianzas? --No lo discuto, pero prefiero ir sola, gracias, yo no soy muy buena conversadora por las mananas. --se desplazo hasta el otro lado, pero de nuevo el musculitos se interpuso en su camino. --No hace falta que hablemos, si tu no quieres. --le guino un ojo--. Se otras maneras en las que podemos divertirnos. --No estoy interesada, gracias. --se dio media vuelta para marcharse en otra direccion, y que no pudiera volver a bloquearle el paso. Pero una mano callosa la tomo por el brazo, impidiendole que pudiera moverse. --Vamos, guapa, no te hagas la estrecha. --Sueltame. --exigio. --?Y si no quiero? --alzo las cejas, yendo de sobrado. Con un rapido movimiento que habia aprendido en las clases de defensa personal, le dio un giro al musculoso brazo masculino, haciendo que el chico chillara, dolorido. --Me soltaras de todos modos. --le dio una patada en la parte trasera de la rotula, haciendolo caerse de rodillas, mientras ella se desembarazaba de su mano y reanudaba su trote, de vuelta a casa. --Maldita, zorra. --le oyo insultarla--. Eres una puta bollera, seguro. Tipico, penso Roxie, aquello le solia ocurrir cuando daba calabazas a aquel tipo de machitos, que se creian irresistibles por el simple hecho de tener unos brazos del tamano de unas vigas, que por otro lado eran proporcionalmente opuestos al tamano de sus pequenos cerebros. Llego a su edificio y cuando estaba abriendo la puerta de su casa oyo su movil sonar con insistencia, con el tono de Shallow, de Lady Gaga, que tanto le gustaba. Tomo el movil, miro la pantalla y sonrio alegre. --Hola, hola, caracola. --?Donde te habias metido? --se oyo la pizpireta voz de Max al otro lado de la linea telefonica--. Te he llamado seis veces, estaba a punto de llamar a la policia. --No seas exagerada, loca. --rio--. Habia salido a correr. --Y cuantas veces te he dicho que no salgas a correr sin tu movil. --la regano--. ?Y si te ocurriera algo? --De acuerdo, mama, lo recordare para la proxima vez. --Siempre dices lo mismo. --refunfuno, y tenia razon. --?Me llamabas por algo en especial? Entro en el bano y tomo una toalla pequena, con la que se seco el sudor de la frente y el cuello. --Si, queria decirte que ya he reservado mesa para el viernes en el restaurante que tanto te gusta. --Genial. --dijo, sin mucho animo. --Vamos, fea, no quiero verte asi, ?vale? --sabia perfectamente lo que Roxie estaba sintiendo --. Es tu cumpleanos y vamos a celebrarlo por todo lo alto. --Loca, no se... --Nada de no se. --la corto--. El viernes nos arreglaremos, saldremos a cenar y despues nos iremos a bailar, y con un poco de suerte, igual tambien echamos un polvo. Roxie rio. --Seguro que tu tienes mas suerte que yo en eso. --Porque eres demasiado exigente, ademas de fea, claro. --rio, divertida. Ambas se partieron de risa. Desde que iban al instituto, Max le habia puesto el mote de fea, por ser todo lo contrario, mientras que ella la solia llamar loca, pero en este caso, su amiga si era una loca encantadora. --Yo llevare a Grayson a la cena, ultimamente estamos medio saliendo. --reconocio. Grayson era el guapo vecino de Max y en ocasiones quedaban para desfogarse mutuamente. Aunque como siempre le pasaba, cuando la cosa se ponia un poco seria, su amiga ponia distancia de por medio.

  • Lo que esconde un penique de Maria Jeunet

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    Todo aquel que haya pisado la tierra sobre la falla de San Andres sabra que se trata de un lugar en donde flotan particulas que le ponen a uno los pelos de punta. Y en donde a veces, desaparecen personas para siempre.

  • Te pintare un mundo de colores de Paloma Perez

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    Martina no volvera a ser la misma desde que sufre un atraco en la sucursal donde trabaja. Y no sera por el miedo que pasa, sino por la sensacion que le produce uno de los atracadores. Unos ojos que consiguen helarle el alma, pero que tambien le ensenaran que solo se pisan los que bailan. No puedo dejar de pensar en aquellos minutos, en aquel dia que marco mi vida pasa siempre. No puedo dejar de recordar los pasamontanas que cubrian las caras de aquellos hombres, pero, sobre todo, no puedo olvidar esos ojos. Esa mirada que me traspaso y que no puedo sacar de mi mente ni un solo segundo. Esos ojos que intentaban tranquilizarme a pesar de estar amenazandome de muerte. Esos ojos que no pudieron hacerme dano.

  • Eso que tu haces de Valeriam Emar

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    Amy Klarson es una escritora que no logra conectarse con la protagonista de su novela: Emily, una atrevida prostituta. Y su agente literario le propone ponerse en sus zapatos. Vivir la vida de Emily le traera muchos problemas. Como ayudar a un sicario a encontrar a las personas que los quiere ver muertos a los dos.
    Greg Adams es un sicario que pretende retirarse, pero el sabe demasiado y no le sera tan facil abandonar su profesion. Siempre habia trabajado solo, hasta que en su vida aparecio: Amy Klarson. La mujer que le hara romper todas las reglas.
    Amy tendra una relacion peligrosamente adictiva con el seductor asesino.

  • De joyas y guerreros de Andrea Luna

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    Todos buscamos algo. De alguna manera, a
    veces La busqueda se convierte en la esencia de
    nuestras vidas. ?Que buscas? ?Que harias para tenerlo contigo al fin?
    ?Y si buscaras el amor de tu vida, perdido en los
    confines dei fiempi? ?Que harias para que el
    reencuentro se produzca? ?En quien conliarias?
    Dicen que si dos almas estan destinadas a
    encontrarse ni el Universo podra contra su fuerza
    de atraccion…
    Para Leonor y William implicara reunirse
    atravesando mas de tres siglos de separacion.
    Una venganza extrema a finales dei siglo XVII
    llevara al joven caballero ingles a una busqueda
    imposible en la Patagonia Argentina dei siglo
    XXI. ?Podran Julian Sinclair, un esceptico
    investigador, y Pedro Nampelkan, un mapuche
    exiliado, ayudarlos contra una magia tan
    poderosa? Comienza a descubrir el poder de la
    Patagonia magica…

  • Varron de Amasilys Palencia Ruiz

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    Puedes leer este libro entero en una sentada, preparate para una intensa experiencia…

  • Desnuda de Raine Miller

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    Ethan Blackstone es un hombre rico, sexy y protector. Dirige su propia compania de seguridad privada y esta inmerso en la organizacion de los Juegos Olimpicos 2012. Brynne Bennet es una chica americana con un pasado que la aterroriza y por el que recibe tratamiento psicologico. Vive en Londres, donde intenta empezar de nuevo mientras compagina sus estudios de arte con su trabajo como modelo. Ambos se encuentran de manera fortuita en una exposicion de fotografia en la que ella participa. Entre los dos surge de inmediato una atraccion magnetica que los acerca de forma peligrosa. Pero en esta relacion se esconden secretos. Secretos que oprimen el alma y que dejan profundas cicatrices. ?Sera Ethan capaz de liberar a Brynne del pasado que la estigmatiza? ?Cedera Brynne a sus encantos, o los espectros que la atormentan volveran a resurgir y acabaran con la oportunidad de forjar un futuro en comun?

  • Antes de medianoche (Adicta a el 2), Isabella Marin de Isabella Marin

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    “Puede que el mundo haya estallado en llamas a mi alrededor, puede que mi corazon se haya roto en tantos pedazos que nunca voy a ser capaz de encontrarlos, puede que este muriendome por dentro en este preciso instante, pero tengo que colocarme mi sonrisa una vez mas para convertirme en la persona que todos esperan que sea. La persona que a veces me gustaria ser. La mejor version de mi misma.”

  • La bruja de los zapatos rojos de Helen C. Rogue

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    Ari es la supervisora de una cadena de restaurantes. En uno de ellos, conoce a Marcos, el gerente. Desde el primer momento se sienten atraidos el uno hacia el otro. Pero una serie de circunstancias hace que se distancien. Cuando vuelven a encontrarse, estalla la bomba de relojeria… Un relato donde la tension sexual es patente desde el minuto uno, y donde lo peor es enfrentarse a unos sentimientos ocultos pero que estan a flor de piel.

  • El principiante de Julie Miller

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    De pronto habia algo mas importante para el inexperto agente Josh Taylor que destapar aquella red de trafico de drogas en la universidad y convertirse en detective. Porque, en mitad de aquella investigacion que estaba realizando infiltrado en la universidad, habia conocido a la profesora Rachel Livesay; aquello habia encendido todas las alarmas de peligro… y de pasion.

  • La ley del pueblo de Rober H. L. Cagiao

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    La luz se apago, y el eco de la voz de Paola Gomez, volo por un momento por el cielo orensano. Todos los focos se cegaron, y solo el rumor de las mas de cincuenta personas reunidas en aquel acto, rompia el silencio. Paola, empezo a mirar a todos lados en busca de su companero, el inspector Costoya, y lo vio muy a lo lejos, casi al final del claustro. Lo reconocio por su cojera y su nueva gabardina negra. Dejo los papeles en el estrado, sin darse cuenta de que el viento los haria desaparecer en apenas segundos. De repente, a lo lejos, se escucho un grito afilado, de esos que te parten el alma. Paola corrio, intentando no tropezarse con el resto de los invitados, que aun pugnaban por reconocerse unos a otros, en la penumbra de la noche de aquel frio veintisiete de febrero en el Monasterio de Santo Estevo de Ribas do Sil, lugar de entrega de los premios a los gallegos del ano. No estaba preparada para la accion. Habia escogido tacones y un vestido largo, apropiados para la gala, pero muy poco para una persecucion, asi que, como pudo, consiguio seguir los pasos de su inspector jefe, que la llevaban a la parte exterior del monasterio y en concreto, a la Iglesia adyacente. Entro, alumbrandose con el telefono movil, atenta a cualquier movimiento extrano, y vio como Costoya pasaba directo a la sacristia. Penso si era una broma o todos los misterios del mundo tenian algo que ver con la Santa Iglesia Catolica. --?Esta muerto? --Costoya le tomaba el pulso a un joven de menos de veinte anos, tirado lateralmente sobre la fria piedra de la sacristia. --La miro y sonrio. --No, solo esta inconsciente. --Se levanto a duras penas y senalo un objeto que estaba tirado al lado del chico. --Debieron golpearle con eso. --Paola hizo el gesto, pero se dio cuenta tarde de que habia dejado el bolso en la silla, antes de levantarse para dar el discurso. Tendria que volver a por el antes de tocar aquel caliz. Miro a un lado y vio una puerta abierta que conectaba directamente hacia una zona de paso. Desde alli, se comunicaba con las escaleras y por lo tanto con todo el monasterio. En ese momento, los servicios de seguridad de Santo Estevo se acercaron a ellos. No pudo ensenarles la placa, pero todos la conocian. Los miro seria. --Hasta que sepamos quien ha golpeado a este chico, lo mejor sera que cerremos todas las puertas. Que nadie pueda salir del recinto. Cuanto antes, por favor, el que lo ha hecho ha salido por aqui. --Senalo la puerta. --Asi que aun tiene que estar dentro. --El guarda hablo por su radio y dio la orden. Mientras, Costoya pedia una ambulancia para el joven. --Sera mejor que esa ambulancia llegue pronto o no podra salir de aqui. --Paola miro al hombre extranada. El continuo. --?No han visto las noticias? --Ante la negativa gestual de los agentes, se explico. --Se acerca una tormenta de las buenas y la prevision es que llovera sin parar durante toda la noche y parte de manana, asi que no sera muy conveniente andar por la carretera. --En ese momento aparecio un hombre vestido de etiqueta. Personal del hotel, supusieron. Se presento, despues de llevarse las manos a la cabeza al ver al chico tirado en el suelo. --Espero que... --Tranquilo, solo esta inconsciente, ya hemos pedido una ambulancia. --Me llamo Casiano y soy el director del parador. Nos conocimos antes. --Paola lo recordaba de la recepcion del hotel. --?Que ha ocurrido? --Parece que alguien le ha golpeado con el caliz y ha escapado por esa puerta. --Miro hacia alli con los ojos muy abiertos. --?Y las llaves? --?Que llaves? --Las llaves de esa puerta solo las tiene el parroco, Don Afonso. O en su defecto el aqui presente, el sacristan. --?Este chico era el sacristan? --Era algo que suponia, pero requeria cierta confirmacion. --Si, es Emilio. Lleva anos siendo el sacristan de Santo Estevo. --Entonces suponemos que el que ataco a Emilio se llevo las llaves. --Eso es, y es que solo hay otras copias de esas llaves y estan en nuestro poder. Tendria que comprobar si siguen en su sitio. --?Y por que querria alguien aduenarse de esas llaves? --Casiano miro a su alrededor para intentar explicarse. --Vera, comisaria, la iglesia solo comunica al parador por esta puerta y no existe ningun control, el que accede desde aqui puede tener libertad total por todo el monasterio, por las habitaciones de los clientes. Es muy peligroso, por eso solo existen esas dos copias. --Interesante. Bien, lo primero, senor Casiano, compruebe donde estan esas otras llaves, para confirmar que han robado las de la iglesia. Por otro lado, seria bueno tranquilizar al resto de los asistentes a la gala y pedirles que comprobaran sus pertenencias, asi como sus habitaciones por si falta algo. Si prefiere lo hare yo misma. --Se lo agradeceria, seguro que le hacen a usted mas caso que a mi. --El caso es que no podemos dejar a este chico aqui, solo, al menos hasta que lleguen los sanitarios. --Costoya ya se habia agenciado una manta que le habia puesto por encima a Emilio, el sacristan. --Yo me quedare, y los de seguridad, no se preocupe, nosotros nos encargamos. --Y si se despierta corra usted a avisarnos, para intentar saber si recuerda algo del ataque. --No lo dude, comisaria. Eso haremos. --Y ya se lo he dicho al guarda, cierren la salida del monasterio, que nadie pueda escapar. El que lo ha hecho esta dentro aun. Y en cuanto salga la ambulancia, selle tambien esta puerta, la de la iglesia. Salieron a la calle, la iglesia daba directamente a mano izquierda a un pequeno cementerio, al frente una gran zona empedrada utilizada como aparcamiento y a la derecha, a la fachada del monasterio. La puerta aun estaba abierta, pero custodiada por dos personas de la organizacion del hotel. Costoya encendio un cigarro. Paola lo miro. El lo hacia un poco mas arriba. --?Estas intentando comunicarte con el altisimo? --Nego con la cabeza. --No, comisaria, estoy viendo esos pedazos de nubarrones y me da a mi que ese guarda tenia toda la razon, se avecina tormenta, va a ser divertida la noche. Me da que sera mejor que apuremos con esa charla porque por mucha carpa que tengamos esto no tiene buena pinta. --Le dio a la cabeza y le sonrio. --Ir con usted a cualquier sitio es aventura segura. Vacaciones con Paola. --Le dio una colleja. --Venga, pasa para dentro anda, te voy a dar yo a ti aventura. --Un relampago ilumino el cielo orensano y de nuevo se fue la luz en Santo Estevo de Ribas do Sil. Las tinieblas se hicieron visibles antes sus ojos, como una vision. Rompe co tabaco, penso Costoya. --No gano para sustos, no gano para vicios, asi nunca llegara la jubilacion

  • El baile de los penitentes de Francisco Bescos

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    “Un thriller rural extraordinario: una trama perfectamente urdida, un elenco de grandes personajes, un escenario maravillosamente descrito y un estilo seco y directo que te atrapa sin remedio”. CARLOS BASSAS

  • Unas Vacaciones de Ensueno de Nina Klein

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    ?Q U NO ue es el paraiso? Buena pregunta. Me alegraba decir, ademas, que en ese momento podia contestarla. El paraiso es estar tirada en una tumbona, al sol, en bikini, al borde de una piscina, con un mojito helado en la mano. Todo eso en un resort de cuarenta estrellas, super exclusivo y lujoso, en Hawai. Me lo merecia de sobra, despues de los ultimos dos anos horribles que habia pasado: trabajando sin parar, diez o doce horas al dia (a veces incluso mas), y sin vacaciones. Lo peor era eso. No me acordaba de la ultima vez que me habia ido de vacaciones. Lo que si era seguro es que habian sido unas vacaciones infinitamente mas cutres que las que estaba disfrutando en ese momento. Lo bueno --por decir algo bueno-- de trabajar diez o doce horas al dia es que no tienes tiempo para hacer vida social, luego no gastas dinero. Lo mismo podia decir de las vacaciones: lo bueno de llevar dos anos sin cogermelas era que habia podido ahorrar todo ese dinero, mas el dinero que no habia gastando saliendo a ningun sitio, para tener esas vacaciones. Todo aquel trabajo me habia servido para ascender y habia acabado ganando una pasta, asi que pude ahorrar todavia mas. Lo malo era que trabajar todas las horas del dia, fines de semana incluidos durante dos anos, habia acabado quemandome, y llego un momento en que tuve dos opciones: o desconectar de todo y pasar dos semanas sin hacer nada en un sitio como aquel, donde no tenia ni que pensar ni mover un musculo si no queria, o la alternativa: tener una crisis nerviosa y no poder trabajar el resto de mi vida en nada que no fuese cultivar un huerto de vegetales. Habia elegido las vacaciones. La pasta que habia acumulado aquellos dos anos me habia permitido elegir ese sitio. Eh, me habia quedado sin vida social, amorosa y de cualquier tipo: sin vida, en definitiva --bienvenidos al trabajo en una startup--, pero ahora mismo estaba en un sitio que de otra manera nunca me habria podido permitir. ?Merecia la pena? Probablemente no. Pero los dos anos ya los habia perdido --invertido, pense con una mueca--, y ahora estaba alli, calentandome al sol y pensando en nada, la mente completamente en blanco, en el paraiso. Tenia que vivir el momento y descansar, el cerebro y el cuerpo. Ya tendria tiempo de hacer balance cuando volviese a casa. La sola idea de volver a casa, a la rutina que acababa de abandonar, casi hizo que me diera un ataque de panico, asi que respire hondo y deje que el sol me calentara la piel. Estaba, de verdad, en el paraiso: las mejores vacaciones que el dinero podia comprar. El resort era maravilloso, con gusto, super exclusivo, dedicado a profesionales y ejecutivos: nada de familias con ninos, nada de ruido, ni turistas en bermudas floreadas y chanclas. Solo relax y no preocuparse por nada. Masajes, spas, restaurantes, bebidas... todo de lo mejor, y todo incluido en el precio desorbitado que habia pagado para estar alli dos semanas, que podia servir para dar la entrada de un apartamento pequeno en una ciudad no muy cara. No tenia que preocuparme de nada: si queria agua, fruta, comida, que me preparasen una bebida, solo tenia que levantar la mano y llamar a un camarero. Incluso habia un app del resort que me habia instalado nada mas llegar, con mi numero de cliente, para cosas como reservar en el restaurante o pedir que me dejaran comida en la habitacion para cuando subiese de la piscina. O que me lavaran la ropa, o cualquier cosa. Solo tenia que preocuparme de existir. Podia dejar a mi cerebro sin actividad perfectamente. Y eso era lo que estaba haciendo: moverme lo menos posible, no pensar. Descansar. Llevaba alli solo un par de dias y ya empezaba a recuperar mi color habitual, un poco de aspecto saludable. Me habia pasado dos anos practicamente sin ver la luz del sol, encerrada en una oficina sin ventanas, estaba blanca y ojerosa como un vampiro. Abri los ojos detras de las gafas de sol y observe la piscina: de agua salada, una piscina infinita, de esas que no tienen borde y parece que te vas a caer por un precipicio. Solo habia media docena de personas, la mayoria flotando en la superficie, haciendo lo mismo que yo pero en el agua. El resort tenia cinco piscinas en total, y ninguna llegaba a estar llena, nunca. Estaba contemplando si era mucho esfuerzo mover los musculos para refrescarme en la piscina, cuando una sombra cayo sobre mi. --Hola --dijo una voz masculina. No... no no no. Estaba pensando en si podria hacerme la dormida, teniendo en cuenta que tenia las gafas de sol puestas, pero habia movido la cabeza cuando habia oido el hola. No tenia escapatoria. Era la tercera vez que el tipo se me acercaba, y solo llevaba alli dos dias. DOS DIAS. Dos de mis catorce dias de ensueno. Era el tipico ejecutivo, como los dos millones que vomitaba la parada de metro de Wall Street todas las mananas. Estaba super arreglado --sobre todo para estar en una piscina--, con un bronceado que podia ser verdadero o falso, un corte de pelo de doscientos dolares --?cuanto tiempo le costaria hacerse esa especie de tupe todas las mananas?-- y unas gafas de sol de trescientos, sonrisa de dientes blancos --un poco demasiado blancos para ser naturales--, cuerpo cuidadosamente tonificado en gimnasio, banador negro un poco demasiado revelador pero no lo bastante para resultar de mal gusto. Era curioso: puedes sacar al tipo del traje, pero no puedes sacar al traje del tipo. Estaba en banador, delante de mi, sonriendome, y la sensacion era la misma que si llevase traje puesto. No me preguntes por que. Quizas el Rolex en la muneca tenia algo que ver. Un Rolex en una piscina. Me reservaba mi opinion. Digo todo esto porque el tipo era atractivo, de eso no habia duda: en otro momento, otra situacion u otra vida, probablemente no me habria importado que se acercase a decir hola. O que aquella manana hubiese intentando iniciar una conversacion a la hora del desayuno, cuando yo entraba en el restaurante y el salia. O el dia que llegue, esperando al ascensor, despues de coger mi llave en recepcion. En otra situacion, repito, quizas no me habria molestado; pero no en mis vacaciones merecidas por las que habia pagado una pasta, no en mi descanso, no en mi recargar las pilas, no en ese momento de mi vida, no en esa semana. Simplemente, no. Se sento en la tumbona al lado de la mia --menos mal que no estaban demasiado juntas, estaban separadas por una mesita y la sombrilla--, y dijo: --?Descansando? ?No te apetece un bano? No habia respondido a su hola, no porque fuese una maleducada, sino porque no me habia dado tiempo, y tenia miedo de que al responder se lo tomara como una invitacion a hacer exactamente lo que acababa de hacer: sentarse y darme la puta chapa. Conocia a aquella clase de tipos: le daba igual que respondiese o que no. El habia ido a lo que habia ido, y mis sentimientos al respecto, mi opinion, le importaban bien poco, eso estaba claro. Suspire. --No --respondi, con tono de voz helado, y cogi el libro que tenia apoyado en la mesita, al lado de la bebida. Si me apeteciera un bano estaria dentro del agua, porque se andar y meterme en la piscina sola, pense, pero al final no lo dije porque no queria iniciar ningun tipo de conversacion, ni siquiera hostil. Abri el libro por una pagina aleatoria y me puse a leer. A hacer como que leia, mas bien. Era una suerte que me hubiese llevado el libro. No se por que lo habia metido en la bolsa porque no pensaba leerlo, no pensaba hacer nada que requiriese hacer un esfuerzo mental, por pequeno que fuese, poner en marcha mis neuronas, pero en ese momento me servia para ponermelo en la cara e ignorar al tipo. --Bradley. Me llamo Bradley. Aunque puedes llamarme Brad --dijo, con una voz totalmente llena de confianza en si mismo, como si realmente le fuese a llamar Brad, Bradley o de ninguna manera. Hice un sonido de asentimiento, como un mmm mmm, pero ni solte el libro ni me lo quite de la cara.--?Esta bien este sitio, verdad? Me lo recomendo mi broker y tenia buenas reviews online, asi me que decidi a... Deje de escuchar en broker. El tipo segui hablando, demostrando que el hecho de que yo le escuchase o no era irrelevante. A ver. En principio no me importa ser chunga con la gente si es necesario, pero ?por que tengo que hacerlo? Tenia derecho a estar alli descansando. Habia sido todo lo sutil que habia podido ser --esa vez y las dos veces anteriores-- y el tipo no se daba por aludido. No queria tener que decir "por favor, prefiero estar sola". Eso solo iba a llevar a una confrontacion directa, y mas problemas. Pero tampoco queria que me dieran conversacion. Queria descansar y relajarme, joder, y no hablar con nadie. Por eso habia ido de vacaciones sola. No-quie-ro-ha-blar-con-nadie. Igual tenia que tatuarmelo en la frente. No habia ido sola de vacaciones para ligar. Habia ido sola para vegetar, que nadie me molestase, comer lo que quisiera cuando quisiera y la hora que quisiera, moverme si queria y si no queria, no. Descanso total. Rejalacion total. No queria una confrontacion porque al fin y al cabo estabamos en el mismo hotel, era un hotel super exclusivo y no tenia muchas plazas, y me iba a volver a encontrar al tipo seguro. No queria tener que andar evitandole, escondiendome, tener que aguantar que me mirase mal, o encontrarmelo con cara de perro cada vez que fuese a desayunar. ?Tan dificil era de entender? --?...con alguien? Le mire sin tener ni la mas minima idea de que estaba diciendo, o de que me habia preguntado. Habia desconectado hacia ya un rato. Como no me quedaba otro remedio, abri la boca para decir que no queria compania, cuando de repente una voz masculina --otra-- dijo: --Carino, menos mal que te he encontrado. No sabia a cual de las piscinas habias ido. V D OS olvi la vista hacia el recien llegado. Tenia musculos pero no parecia que los hubiese conseguido en un gimnasio, sino cargando con sacos de cemento o cortando arboles, o jugando al rugby. A diferencia del pelma, tenia el pelo despeinado y desordenado, como si no se hubiese peinado al salir de la cama, no se habia depilado el pecho --no era que lo tuviese peludo, lo normal, pero no parecia de plastico-- y no, no llevaba un Rolex en la muneca. De hecho no llevaba reloj, solo una mochila pequena en la mano y una toalla. Tampoco se habia afeitado ese dia, probablemente tampoco los dos dias anteriores. Tambien estaba de buen ver, pero en plan mas relajado, no como si hubiese estado preparandose una hora antes de salir de la habitacion. De todas formas tampoco me fije mucho. Estaba a lo que estaba. El pelma de la tumbona, en vez de levantarse e irse, siguio mirando al recien llegado de arriba a abajo. --?Que has hecho con el anillo? --dijo el tipo nuevo, mirandome la mano izquierda con el ceno fruncido. Tenia las neuronas en modo descanso, pero de repente me di cuenta de lo que estaba haciendo el hombre que acababa de llegar. Me estaba haciendo un favor. --Lo he dejado en la habitacion, corazon --le dije, con la voz mas melosa y absurda que se me ocurrio poner--. No queria que se me perdiera en la piscina... Le lance una sonrisa de oreja a oreja, me la devolvio, y a continuacion ambos miramos a puedes-llamarme-Brad. El tipo todavia se hizo el remolon unos segundos, pero acabo levantandose, murmuro un "nos vemos", o algo igualmente patetico, y se escurrio fuera de nuestra vista. Con suerte, a alguna de las otras cuatro piscinas. Plasta. --Una pensaria --dije, mientras miraba al tipo irse-- que por la pasta que se paga por venir aqui, no iba a encontrarme a babosos de discoteca. --Es un poco dificil --dijo el desconocido, y me volvi a mirarle-- porque, ?como los filtras? ?En el formulario de reserva del hotel? ?Puede por favor marcar esta casilla si es usted un gilipollas? Ademas, tambien hay gilipollas con pasta. De hecho, diria que incluso son mas numerosos entre la gente de pasta. Ya sabes, esa sensacion de que pueden tener lo que quieran cuando quieran... Le mire sonriendo y moviendo la cabeza.

  • El nino que fuimos de Alma Delia Murillo

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    “Pertenecian al grupo de personas que necesitan el poder de irse.”

  • La Amante Encubierta del Coyote de T. S. Ryder

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    ?Que se supone que debe hacer una detective cuando el atractivo sospechoso que esta investigando comienza a besarla. y mas?

  • Mi digno principe de Arwen Grey

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    Cuando te crees indigno de todo, solo el amor puede mostrarte tu verdadero valor.

  • 21 Dias para tener tu casa en orden de Alicia Iglesias Galan

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    El metodo 21 Dias para tener tu casa en orden nacio de la experiencia personal de la autora en su vida diaria y se desarrollo al aplicarlo a cientos de clientes con diversas problematicas relacionadas con la acumulacion o la organizacion de tiempos y espacios.

  • La noche que mataron a Bolivar de Mauricio Vargas

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    La historia de un hombre con las mayores ambiciones del un continente, pero tambien la historia del ego que lo traiciono hasta dejarlo completamente aislado: Simon Bolivar admite todo tipo de versiones sobre si mismo y la que propone este libro lo muestra con nuevos matices. Tras mas de cinco anos de investigacion, Mauricio Vargas regresa a la novela historica para explicar las muchas muertes del Libertador.

  • El abismo de la mente de Olivia Ortiz

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    Marie Odette a sus padres mato, con un hacha las cabezas corto, en las manos se las dejo, a observarlos ella se sento…

  • Amor y virtud, Rolly Haacht de Rolly Haacht

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    Amor y Virtud es el primer libro de una trilogia de genero juvenil/new adult. Los protagonistas -con edades comprendidas entre los 19 y los 22 anos- viven a lo largo de todo un ano y comparten con el lector todas sus decisiones, una veces con mas acierto que otras. No todos se conocen desde el principio y esa es precisamente la magia de la historia: dos de ellos son hermanos, una de las chicas tiene una hermana gemela y la otra es una chica huerfana amiga de los hermanos. Ademas, tambien hay personajes secundarios que son igual de importantes, sobre todo en la continuacion del segundo libro. Cabe destacar que no hay un argumento principal sobre el cual giran los personajes, sino que son precisamente los personajes los que requeriran de toda tu atencion. Y por ultimo: NO es un libro de filosofia, pero “las virtudes cardinales de Platon” son la linea argumental secundaria que acompana a toda la historia. "Se sento en uno de los comodos sofas con uno de los libros que habia empezado hacia semanas. Le habia llamado mucho la atencion uno de los capitulos, y no hacia mas que releerlo. Trataba acerca de las virtudes cardinales y segun decia, Platon habia establecido cuatro virtudes para la estabilidad del alma. Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia. Cuanto mas leia, mas deseaba saber. Leia y releia las frases mas importantes y las descripciones de las virtudes, y se preguntaba si ella seria capaz de completar las cuatro..."

  • Yo no soy una mujerzuela de Liu Zhenyun

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    Esta es la historia de una simple campesina, Li Xuelian, que se enfrenta a su realidad y, a la vez, al gobierno de su pais. Nuestra protagonista se niega a abortar su segundo hijo y, para poder dar a luz sin infringir la ley, finge su divorcio. Pero el entonces exmarido se casa de nuevo y ella se queda con una hija en brazos y el honor agraviado, pues el hombre que la engano la llama Pan Jinlian, personaje de la literatura china conocida por adultera. El rumor se esparce tan rapido como la ira y las desgracias de la protagonista, y entonces Li Xuelian se decide a obtener justicia por mano propia.

  • A dos metros de ti de Rachael Lippincott

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  • Enamorados sin querer de Bianca De Santis

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    Lamentablemente, dias despues de haber aceptado, mire a mi alrededor y me percate que no habia sido asi.

  • Stieg Larsson. El legado de Jan Stocklassa

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  • ?Quien diablos eres? de Raquel De La Morena Rubio

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    Alicia de la Vega, una joven periodista de origen espanol que vive en Nueva York con su madre y su hermana, comienza a trabajar para una revista especializada en fenomenos paranormales. Junto a un enigmatico fotografo, se enfrentara a misteriosos casos sobrenaturales que pondran a prueba su escepticismo: descubrira que las historias de casas embrujadas, exorcismos, maldiciones y vampiros esconden mas verdad de la que jamas imagino. De hecho, ella sera la unica capaz de ver al fantasma de un joven amnesico de aspecto decimononico, llamado Duncan, por quien pronto empezara a sentir una fuerte atraccion.
    ?Quien es el? ?Que vinculo los une? Para hallar las respuestas, Alicia emprendera un apasionante viaje a traves del espacio y del tiempo hasta la Escocia del siglo XIX. En su camino se cruzara con las huellas de personajes historicos como Jane Austen, Oscar Wilde o sir Walter Scott.
    Una trama llena de romance, misterio y aventuras que nos muestra que el amor es capaz de sobrevivir a cualquier adversidad. Incluso a la muerte.

  • Abrazos en el aire de Inmaculada Leon Tirado

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    La lucha de una mujer por sobrevivir en una sociedad que la limita humana, politica y socialmente.

  • Todo Por Ella de Pao Flores P.

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    La noche era fria y empezo a llover, Maximiliano tomo el codo de Mila y le ayudo a subir al Bentley. --Espera. ?Que te pasa? --pregunto Mila al ver a Maximiliano con su quijada tensa y sus ojos centellando rabia. Maximiliano ignoro su pregunta, cerro la puerta, rodeo el auto hasta llegar a su lugar, encendio el auto y arranco a toda velocidad provocando que ella se recargara al respaldo de su asiento. Despues de varios minutos de silencio ella hablo. --Voy a volver a preguntar, Maximiliano. ?Que es lo que pasa? --Maximiliano se giro un poco para mirarla al mismo tiempo que se detuvo en el semaforo en rojo. --?Fue muy agradable la conversacion con el hijo del embajador? --Mila entendio el motivo de su actitud. Celos, muchos celos de parte de el. Llevaba dias con esa actitud y no entendia el por que.--?Hablas en serio, Maximiliano? --pregunto ironica, pero el semaforo cambio a verde y este aprovecho para acelerar y evitar responder. Mila puso los ojos en blanco y se dedico a mirar por la ventana, perdida en sus pensamientos. Maximiliano al ver que Mila se quedo callada y pensativa, se dio cuenta de su actitud de macho alfa. <> apreto sus manos al volante y acelero perdiendose entre el trafico. Mila sintio un escalofrio, giro hacia Maximiliano quien seguia manejando a toda prisa, era como una sensacion de alerta. Ella intento animar la situacion e ignorar. --Sabes que te amo, ?verdad? --Maximiliano quien siguio con la mirada hacia el frente, suavizo su rostro. Despues de unos segundos de silencio, accedio hacer las paces. --Si. ?Lo sabes tu? --el giro un poco su rostro para mirarla. Ella asintio, levanto su mano, dejo un beso tronado en su palma y lo avento en el aire direccion a el, haciendo que Maximiliano sonriera, levanto la mano para atraparlo y ambos se guinaron el ojo coquetamente. Asi de simple la tension se esfumo en segundos. Maximiliano tomo la interestatal para llegar a las afueras de la ciudad. Tomo la mano de Mila y dejo un beso en su mano. --?Que es lo que ibas a contarme al finalizar la cena de beneficencia, nena? Mila sonrio felizmente, era el momento de hablar. Y en el momento de levantar su rostro y mirar hacia Maximiliano, un auto del lado de el se estampo contra ellos, provocando girara sobre el aire y despues cayeron al lago. Los gritos de Mila y Maximiliano se apagaron. El agua era fria, la noche silenciosa, despues a lo lejos se escucho las patrullas, gritos de la gente del exterior y ambulancias. Maximiliano abrio los ojos y de inmediato busco a Mila, el agua estaba entrando por sus pies, la cabeza de ella estaba contra la ventanilla, su cabello rubio cubrio su rostro. --!MILA! !MILAAAA! !NENA! !MILA!!DESPIERTA! --con dificultad intento quitar el cinturon de seguridad de Mila, pero ella siguio inconsciente, el agua subio a gran velocidad, el auto se siguio deslizando mas alla. Una mano y despues dos mas agarraron a Mila y con dificultad la sacaron del auto, Maximiliano siguio atascado, el agua llego a su cuello, la desesperacion aumento junto con el panico. Cerro los ojos rogando a Dios que ella estuviera bien. El otro hombre intento desatascar el cinturon, pero parecia imposible ya que su pierna estaba aprisionada. La respiracion la contuvo cuando el agua lleno el espacio, intento ayudar al hombre que peleo con el cinturon, pero Maximiliano lo detuvo. ?Ese seria su destino? El hombre se aferro a salvarle la vida, pero Maximiliano acepto que muriese ahi, dentro del auto, ahogado, pero sabiendo que Mila pudo salir. Dejo de luchar al ver que sus posibilidades eran nulas, se maldijo dentro de el al pensar que debio de tener mas tiempo para disfrutar la vida, de Mila, su alma gemela, su todo. Pero ahora era tarde… …Y la oscuridad finalmente lo abrazo. Capitulo 1. Desde las sombras Maximiliano Dos anos despues... --Senor Rogers, el auto esta listo. --Levanto la mirada al escuchar la voz de Marco, esta de pie frente al escritorio con sus manos al frente y entrelazadas. --Ya estoy terminando--miro la hora y puedo sentir como mi corazon se acelera--?Estamos a buen tiempo? --Marco arquea una ceja sorprendido. Asiente lentamente luego baja la mirada a su reloj.--Tenemos diez minutos extras, por si quiere…--duda en seguir y el sonrojo llega a sus mejillas--usted sabe. Asiento en silencio. Me levanto de mi silla con cuidado, tomo mi americana y le entrego mi maletin, salimos del edificio, el auto espera con Scott y la puerta abierta. Entro y me acomodo en el asiento, estoy nervioso. Marco se reincorpora en el trafico de Washington, el clima es agradable y las nubes amenazan con estropearlo. Tomo mi movil y llamo a mi madre. --Hijo, ?Ya vienes? --suena demasiado ansiosa. --Si. Solo llego y te entrego la documentacion para que la firmes--Suspira. --?No puedo persuadirte de que te quedes a cenar con nosotros? --Sabes mi respuesta. --?Algun dia nos vas a perdonar? --Me quedo en silencio, aprieto el puente de mi nariz, no quiero despertar el dolor del pasado. --Solo te entregare la documentacion, necesito tu firma…--El silencio invade nuestra conversacion. Vuelve a suspirar. --Esta bien. Solo dire que te amamos, lamentamos lo que ha sucedido hace dos anos atras, si pudiera regresar el tiempo atras, creeme hubiera actuado diferente. --El hubiera lamentablemente no existe. Llego en veinte minutos. --Esta bien, te espero--dice finalmente rindiendose. Termino la llamada, miro hacia el frente y el corazon late frenetico. El Bentley llega a su destino. Encuentro la mirada de Marco por el retrovisor, quien ha terminado de hablar por su movil. --Me han confirmado que sigue adentro. --asiento sin decir nada. Miro mi reloj muy nervioso, la garganta se seca, el pulso se acelera mucho mas. Cierro los ojos e intento tranquilizarme, <> agarro aire y lo suelto despacio. Levanto la mirada y me concentro en el lugar, el restaurante. Y antes de que otro pensamiento llegue a mi mente, ella aparece. Hermosa, radiante y sana. Su cabello castano cae por encima de sus hombros, viste unos pantalones ajustados, camiseta gris con el numero 12 en numeros grandes centrado en la parte delantera y sus convers. Esta hablando con alguien, pero no puedo mirar con quien, ya que la gente que transita en ese momento por la acera se cruza, ella mira hacia nosotros por breves momentos y siento como su mirada atraviesa el auto. --?Ella nos puede ver? --pregunto nervioso. --No. He tintado los vidrios como usted ha ordenado y el resto de la flota. --?Y la gente que…? --no termino la pregunta cuando ella se acerca a la acera. Mira a su alrededor y luego regresa su atencion a la mujer que acaba de aparecer a su lado. --Es Katherine Sullivan--informa Marco al notar mi curiosidad. --Gracias. Sigo observandola, se cruza de brazos y sigue conversando animada con la rubia a su lado. Su sonrisa se ensancha y comienzan a caminar hacia nosotros. Es la unica forma de poder mirarla desde mis sombras y en silencio. --No se preocupe, no pueden vernos. --Dice Marco al tiempo que mira que me recargo bruscamente al respaldo de mi asiento y puedo apostar que hasta Scott ha dejado de respirar. Pasan de largo entretenidas en su conversacion. Suelto el aire y dejo caer mi cabeza hacia atras. Cada vez que la miro me quedo un poco tranquilo. --Vamos, mi madre me espera--se que sueno derrotado. Mi giro para intentar alcanzar a mirarla de nuevo, pero ella se ha marchado y como cada vez que tengo la oportunidad de mirarla, mi corazon se estruja del dolor por no tenerla a mi lado. Las puertas de hierro forzado se abren cuando el auto esta llegando, Marco entra sin detenerse. Cruzamos el gran jardin y la fuente de piedra que adorna la mansion. Se estaciona a un lado del BMW blanco de mi hermana Lauren y me doy cuenta de que del otro lado esta el auto de Ian. --Mejor estaciona en la entrada, solo bajare unos momentos no voy a tardar. --Si, senor Rogers--enciende de nuevo el auto y se estaciona a unos cuantos metros de la entrada. Con cuidado subo las escaleras de piedra, arreglo mi corbata, nervioso, me detengo frente a la puerta y repaso lo que dire y el tiempo que me voy a tardar, sin tocar el timbre o una invitacion entro a la casa de mis padres. Las voces van incrementando cuando mas avanzo hasta el comedor, al llegar mi madre nota mi presencia, sus voces callan. Mi madre, Elsa, abre los ojos por la sorpresa de estar ahi sin antes llamar, se levanta a toda prisa y se acerca a mi. --!Hijo, ven, toma lugar! --suena emocionada. Niego al mismo tiempo que repaso la mesa con vista de ojo de aguila. Mi padre Ernest de un extremo de la mesa, mi hermana Lauren de un lado y mi hermano Ian frente a ella. Los tres estan en silencio. --Gracias, madre, solo revisa y firma, necesito irme. Ella suspira nostalgica. --Vamos al despacho--sin decir mas, camino detras de ella. Entramos y le entrego la carpeta, mis dedos aflojan la corbata al sentir ansiedad. Ella rodea el escritorio y se sienta en la silla, abre la carpeta, la hojea rapido y levanta su mirada hacia mi--?Estas seguro? --asiento en silencio. Han pasado dos anos desde el accidente y lo unico que quiero en estos momentos es volver a tener todo el control de mi empresa, he comprado las acciones de todos, en estos momentos solo falta el 20% de las acciones de mi madre. ?Como no podria estar seguro? !Es mi empresa, yo la levante de la nada y por ser mi familia la hice parte de ella! Suelto el aire cargado de frustracion. Ella toma una pluma, empieza a firmar todos los papeles. Al terminar cierra la carpeta y la desliza hacia mi direccion. La tomo y antes de volverme hacia la salida del despacho, ella me detiene. -- Necesitamos hablar--arrugo mi ceno. Niego en silencio, ninguna palabra sale de mis labios. No quiero pelear de nuevo con ella. --Tengo que irme--ella suaviza su rostro y sonrie. !No, no sonrias, maldita sea! Pongo los ojos en blanco, ella rie y tira de mi brazo para que tome asiento en el sillon de la sala que se encuentra dentro del despacho. Tomo asiento y ella se sienta a mi lado, me mira en silencio, como si estuviera pensando lo que dira a continuacion, ruego dentro de mi a todos los santos por haber que no toque el tema de mi pasado, el accidente. No quiero romperme ni mostrar lo que cargo por dentro. --?Como has estado? --su pregunta me sorprende. --Bien, ?Y tu? --respondo nervioso. Se que hay algo por ahi escondido preparandose para salir atacarme y ahogarme en la oscuridad. --Bien, preocupada por mi hijo--arrugo mi ceno. ?A que viene eso? --Tengo entendido que tu hijo Ian se encuentra bien, al igual que Lauren--ella niega con una hermosa sonrisa en sus labios. --Sabes a quien me refiero. ?No te has cansado de alejarte de nosotros? Por que yo desde hace casi mas de dos anos que si. --No empieces madre. --me pongo de pie y comienzo a caminar por el despacho. Intento no romperme, no gritarle todo lo que tengo dentro de mi. --?Donde esta tu baston, Maximiliano? --me detengo. ?Como sabe que uso baston? --No se de que…--se levanta bruscamente como si el demonio se le hubiese metido en el cuerpo. Sus ojos centellan de furia. --!Basta! !Basta de esconderte! !De fingir! !A ti te duele, a nosotros mucho mas! !He perdido a mi hijo pequeno! !Y no te atrevas a ocultarme lo del baston! --senala con el dedo indice en mi direccion. --!No me escondo! --replico furioso pasando mis dedos por mi cabello. (Un tic de frustracion) Lo habia dejado en el Bentley, no me gustaba usarlo, pero mi rodilla no habia quedado del todo bien, solo cuando no soportaba el dolor, lo usaba. --!Si te escondes! ?Crees que por ocultar el baston me hara pensar que estas bien? !No estas bien! !Soy tu madre, Maximiliano Rogers! --Y cuando mas te necesite, ?Donde estabas, madre? --digo en un tono bajo cargado de ira. Ella abre sus ojos como platos, sus hermosos ojos grises se cristalizan. --Eso no es justo…--me responde con el nudo en su garganta. --?Y para mi si? ?Sabes el dolor que me causo el que mi propia familia rechazara a Mila? ?Todo lo que hicieron para alejarnos? !Dime! ?Donde estaba la madre amorosa, la madre que apoyaba por sobre todas las cosas a sus hijos? --Yo… --detiene sus palabras, las lagrimas caen finalmente, sus labios tiemblan y lo intenta ocultar. --Yo la amaba con toda el alma y no tienes idea del dano, la ira, el odio que cargo desde entonces--susurro con dolor, ahora mis lagrimas amenazan con salir. --Ella…--levanto el dedo indice en direccion a ella para detener sus palabras. --!No te atrevas a hablar mal de ella y mucho menos delante de mi! --grito furioso. Necesito irme de aqui. --Maximiliano, por favor--me alcanza a tomar mi brazo. No la miro, sigo con la mirada en la puerta del despacho. --Nunca entenderas nuestros motivos. --me giro para mirarla. --La felicidad de tu hijo debio haber estado por encima de esos motivos, ahora…--cierro los ojos con ira y al abrirlos la miro detenidamente y pongo la mano sobre la suya--... ?Valio la pena esos motivos? ?Vale la pena ver a tu hijo muerto en vida? ?Sin el amor de su vida? ?Hundido en las sombras y destruido? --alcanzo su mano, la suelto del agarre lentamente. --Ahora lo se, carino, y no me cansare de pedirte perdon--se cubre su boca para callar un jadeo por su llanto. --Lamentablemente no hay vuelta atras--camino a la puerta y antes de salir me detengo. -- Esto es lo que queda de tu hijo pequeno, un hijo destruido por su propia familia y tendras que vivir con ello el resto de tu vida--Cierro la puerta detras de mi, acelero el paso para evitar cruzarme con el resto de la familia. Al salir, Marco abre la puerta y entro por fin, acaricio mi rodilla al sentir las punzadas de dolor. --Vamonos. No quiero estar mas tiempo en este lugar…--Marco sale de la mansion, dejando todo lo que una vez ame… A mi familia. Capitulo 2. Suenos Humedos Mila “Sus labios recorren mi piel, centimetro a centimetro, mi piel se eriza al grado de obtener un dolor placentero, siento como la humedad se hace presente en mi centro. Mi cuerpo tiene vida, me retuerzo, gimo, jadeo y vuelvo a retorcerme entre las sabanas de la cama. - Eres exquisita, Mila - su voz es ronca y sexy, sus labios encuentran mi humedad en mi sexo y comienza a jugar con su lengua. - !Oh, Dios mio! !Oh, Dios mio! - las sensaciones que produce son indescriptibles, el calor sube y despues se arremolina en el centro de mi vientre, estoy a punto…--Solo dime tu nombre… --Soy yo, t....--y cuando esta a punto de decir su nombre, llego a mi climax…” Despierto de golpe, reincorporandome como un resorte mientras el sudor se desliza por mi piel, cierro los ojos y puedo sentir aun los ultimos espasmos de mi orgasmo, me toco y efectivamente… --Otra vez…--me dejo caer sobre la almohada, miro el techo y revivo en mi mente una y otra vez su silueta en la oscuridad. La forma en que dice mi nombre, el extasis al darme el placer es como si el conociera cada tramo de mi piel, como un mapa... *** Estaciono el auto en el estacionamiento de a lado, tomo mi bolso y mi movil. Miro el reloj y llego justo a tiempo para la junta del personal. Salgo del estacionamiento y antes de girar para entrar veo el auto de mi padre frente al restaurante, un hombre vestido de negro y lentes oscuros se baja y abre la puerta, le ayuda a mi padre a bajar con cuidado, al verme su sonrisa se expande por casi todo su rostro. Le regreso de la misma manera ese gesto, corto la distancia para evitar que el haga esfuerzo en venir hasta mi. --Vaya, ?Que hace el senor Davis en mi trabajo? --lo saludo de beso en ambas mejillas. -- ?No puedo venir a ver a mi unica hija? --dice en un tono ironico. Pongo los ojos en blanco y le hago senas de que entremos al restaurante. --Vamos, ?Ya has desayunado? --El niega--Entonces ven, desayunemos juntos. Lo llevo a la mesa que se encuentra en el lado de la calle con vistas al trafico de la manana, Alejandro, el mesero nos toma el pedido. --Veamos entonces…--lo miro detenidamente, me recargo en el respaldo de la silla y me cruzo de brazos arqueando al mismo tiempo mi ceja, con aire intrigada. --Si has venido hasta aca eso quiere decir que es algo serio, ?O me equivoco? El sonrie a medias, baja la mirada y luego mira a traves del gran ventanal. --Solo queria verte un poco mas--su mirada se encuentra con la Lauren--No me basta una vez a la semana y solo una hora, ?No crees, pequena? Pongo los ojos en blanco. --Lo siento, el restaurante me ha tenido absorbida junto con el que vamos a abrir en un mes en la calle principal… --Sabes que puedes contratar personal para que se encargue de ello, ?Por que no lo haces? --Por que no tendria el orgullo de decir que estuve al mando de mi propio negocio, sabes que me apasiona esto, no quiero estar llevandome todos los meritos cuando no he metido mis manos en ello, eso debes de saberlo de sobra. Cambiemos de tema, ?Por que mejor no me cuentas como llevas con el divorcio con mi madre? El se tensa, llega el mesero y nos deja el jugo de naranja, mi padre espera que el mesero se retire para poder hablar. --Ella no ha querido verme, se que no fui el mejor esposo, pero…--se detiene y desvia la mirada hacia el exterior--se que tengo defectos e hice cosas que ella nunca aprobo, pero sabe Dios que lo hice para un bien. Bueno, basta de mi, no quiero arruinar tu dia con mis problemas. ?Como va el restaurante? Nos metemos en el tema del negocio, le cuento mis futuros proyectos y lo emocionada que estoy. El me cuenta como esta la empresa de exportacion de la familia y los beneficios que ha ganado debido a un contrato con una empresa de California. Llega el desayuno y entre platicas sacamos otros temas y como hace mucho tiempo no teniamos, la pasamos bien. La alarma de mi reloj pita tres veces, eso me recuerda que tengo que tomar la pastilla para el dolor de cabeza, busco en mi bolso y al fin de unos minutos las encuentro, pillo a mi padre con el ceno arrugado mirando mis pastillas. -- ?Todavia sigues tomando pastillas? --sorprendida por su pregunta y en la forma que lo pregunta asiento lentamente. --Aun sufro de las jaquecas, el doctor Sullivan me ha recetado unas nuevas, hacen maravillas, la ventaja es que solo dos veces al dia tengo que tomarla, ?Pero por que te sorprende? Tomo el jugo que queda de mi copa para tomar la pastilla, el sigue mirando la pequena caja que he puesto a un lado de mi plato. --Crei que habian cesado esos dolores…--su tono es bajo, levanta su mirada y sus ojos marrones me contemplan-- ?Por que no me has contado eso? --Padre, basta. Solo son pastillas para el dolor, la proxima semana me toca chequearme. Desde el accidente de hace dos anos, no han encontrado el motivo del dolor. Su rostro se contrae. --Lo se, solo pense que ya no lo tenias, llama a Victor, tengo pendientes que hacer en la oficina. Le hago senas al hombre de la entrada, e inmediatamente se acerca y le ayuda a mi padre. --Bueno, espero verte el fin de semana, ?Si iras verdad? --asiento con una sonrisa. --No me perderia tu cena de cumpleanos por nada del mundo. Nos despedimos en la acera, el auto desaparece entre el trafico de las once de la manana. Me quedo viendo por donde se ha marchado, cuando me vuelvo para entrar, de nuevo esta el Bentley estacionado a varios carros de la acera. Habia dias en que el auto permanecia aproximadamente una hora diario, uno de los chicos del restaurante solo justificaba que el auto era de uno de los duenos de las oficinas que estaban a unos cuantos locales, era obvio ya que el estacionamiento de varios locales era exclusivo a clientes. Miro de nuevo el auto, estoy tentada en preguntar realmente de quien es, ?Por que no, Mila? Me abrazo a mi misma, y ladeo el rostro. Puedo ver movimiento en el interior, asi que eso confirma que hay alguien dentro del auto. ?Y si es un secuestrador o acosador? ?Tuyo, Mila? Me regano mentalmente de que esto a mi no me incumbe, ?Y que si se estaciona siempre en ese lugar? Pero es casi a diario…para mi en lo personal es sospechoso. Mis piernas se mueven en su direccion y ya estoy formulando en mi cabeza lo que voy a preguntar. Me acerco a la puerta del piloto, doy un toque con mi nudillo contra la ventana tintada, al no obtener respuesta, doy otro toque, el vidrio se baja y descubro a un tipo de traje negro. -- ?Si? --estoy a punto de hablar, pero una imagen atraviesa por mi mente. Es el, pero viste un traje veraniego, usa lentes de sol y esta algo borroso. -- ?Esta bien senorita? --asiento saliendo de mis pensamientos. --Si, disculpe… ?Nos conocemos de algun lado? su y rostro me es familiar--su rostro palidece y despues niega. --Oh, no se por que me es familiar, bueno, disculpe, ?Espera a alguien? --Si, senorita, estoy esperando a mi jefe--dice dudando de su respuesta. -- ?Donde trabaja su jefe? --lo interrogo. --En el edificio de la esquina, es que siempre encuentro este lugar desocupado, suerte, ?no? -- asiento, dudosa. El se da cuenta y me sonrie, y es una sonrisa calida, familiar y en lugar de sentirme incomoda, es lo contrario. -- ?En que trabaja tu jefe? --pregunto curiosa. --Es empresario, lo demas es confidencial. Lo siento. --Oh, lo siento, no suelo ser tan curiosa. --Si, lo se--se calla bruscamente luego intenta acomodar su respuesta--me refiero a que hay gente curiosa otras no, y… --su movil suena. --Lo siento tengo que responder.

  • El Vagabundo de Mariana Moreno Landero

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    ?De donde venimos??Que finalidad tiene la vida??Que significa “todos somos Uno”?
    Estas y otras preguntas se hizo Yared, protagonista de esta novela quien con tan solo quince anos sufrio un accidente que lo llevo a una experiencia extrema mas alla del cuerpo. Entonces todas sus preguntas obtuvieron respuesta. Hoy es un hombre poco comun. Su pasion por la naturaleza y sus experiencias misticas le hacer vivir con la mente abierta, dispuesto a ver en cada acontecimiento un aprendizaje que le ensena algo de si mismo. Tambien descubrio que el mundo que contemplamos es un reflejo de nuestro interior y que cada persona tiene un invisible conexion con su entorno, creando circunstancias coincidentes llamadas casualidad. Por eso supo que conocer a Yudica en el bosque y verse arrastrado por lo hechos y sensaciones que escapaban de su control, no era fruto del azar.
    Ambos personajes son los ejes centrales de esta historia que llega al corazon y donde capitulo a capitulo, nos ofrece una profunda reflexion, expone preguntas existenciales, y nos acompana a descubrir nuestras propias creencias.
    A ti, querido lector, debo advertirte que tampoco es casualidad que este libro este entre tus manos. Su lectura no te dejara indiferente, y puede ser el puente que te conduzca a ver la vida de otra manera.

  • Paul McCartney. La biografia de Philip Norman

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    La historia de Paul jamas contada fue confiada al cronista por antonomasia de la vida y obra de estos improbables semidioses; seres por los que nadie daba un duro en sus inicios, ni siquiera el que fuera su mentor, Tony Sheridan. Philip Norman ya nos deleito con su enciclopedica biografia del companero de andanzas de Paul, John Lennon, en un abrumador alarde de apabullante erudicion, solo apto para conversos, voyeurs insaciables y amantes de la obra ilustre del cuarteto de escarabajos. No menos ambiciosa es esta segunda entrega dedicada al que muchos consideran el rey sin corona de la banda.

  • El alma de la radio de Angeles Donate

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    Querida Senorita Leo, Me llamo Elisa y es la primera vez que escribo una carta. !Ojala no hubiera tenido que hacerlo nunca! Se la envio a usted, pero en realidad va dirigida a mis padres. A ellos no tengo el valor de mandarsela. Espero que puedan perdonarme algun dia por lo que estoy a punto de hacer. Estoy cansada y solo tengo diecisiete anos. Pero es que cada dia he vivido por dos y lo que es peor... se que asi sera el resto de mi vida. ?Se imagina usted lo que es eso? Mis padres tuvieron gemelos, pero mi hermano murio con cinco anos. Habia nacido muy debil, con problemas de corazon. Desde entonces, me converti en la superviviente. No soy mas que eso. Haga lo que haga, el siempre esta presente. Por muchos anos que pasen, hay personas muertas que ocupan mas espacio y hacen mas ruido que las vivas. Cuando me miran, no pueden evitar pensar en el y reviven el dolor de su ausencia. Marco es la sombra pegada a mis talones y yo soy la sal que cae en la herida abierta de mis padres, que no les deja cicatrizarla. Cada oportunidad que pierdo la pierdo para mi, pero tambien para el. Si desaprovecho una habilidad, la desaprovecho tambien para el. Cada sueno que no cumplo, cada error que cometo, cada... Y lo peor de todo es que yo tambien echo de menos a Marcos. A veces creo que me estoy volviendo loca. Siento que lo voy a traicionar, porque yo tuve la suerte de quedarme con la vida, la de los dos. Preferiria no haber llegado hasta aqui. Necesito descansar, senorita Leo, espero que pueda entenderme. Todo pesa mucho para mi. Quiero descansar, papa y mama. No lloreis por mi. Por eso digo adios y os pido perdon. Elisa German cerro los ojos. Tumbado en su cama, trato de imaginar a la chica mientras escribia aquella carta tan triste. ?Habria cumplido su amenaza? Tal vez, mientras el escuchaba sus palabras por la radio, Elisa ya no existia, como una estrella lejana que vemos, pero ya se ha extinguido. La voz de la locutora lo habia transportado a una pequena habitacion con las paredes de color celeste. Por algun motivo la imaginaba asi. Alli, una chica de diecisiete anos con mirada de cincuenta se inclinaba sobre una hoja de cuadritos, aferrada a su pluma con el mismo desespero que un naufrago se agarra a lo que queda de su barca. Desde su oscuro cuarto en la pension, German podia incluso ver las palabras de tinta emborronadas por las lagrimas Unos golpes en la puerta le sobresaltaron. --Abra inmediatamente --dijo una voz chillona al otro lado--. ?Como se lo tengo que decir? No es la primera vez que se duerme con el pitillo en la mano... !Un dia se quemara vivo! Y de paso a todos nosotros. German contuvo la respiracion y trato de no mover un solo musculo de su cuerpo. Habia visto en los documentales que algunos animales del Amazonas, para escapar de sus depredadores, se pasaban horas en la misma postura. Si podia hacerlo un bicho cualquiera... ?por que no lo iba a conseguir el, un representante de la especie superior? --No me tome por tonta, senor Gomez. Se que esta usted ahi --insistio la mujer--. ?No me quiere abrir la puerta? !Pues abra el cajon de la mesita! El solitario viajante siguio sin moverse. No le hacia falta obedecer la orden para saber que encontraria ahi dentro: una biblia de bolsillo y un papel plastificado que contenia los Diez Mandamientos de la pension La Perla. El quinto era: <>. German abrio los ojos solo para confirmar que el humo del ultimo cigarro enturbiaba aun la habitacion. Sonrio con satisfaccion. Desafiar a dona Concepcion y a su regimen tiranico en aquel piso de huespedes de la Barceloneta le provocaba cierto placer. Al otro lado de la madera, oyo la respiracion entrecortada de su patrona. Se la imagino olisqueando su puerta como un perro sabueso. --Un dia tendremos un disgusto --murmuro la mujer mientras se alejaba cojeando por el pasillo--. Y todo sera rechinar de dientes y lamentaciones... Solo entonces German se atrevio a revolverse en su cama, dando la espalda a aquella voz agria. Luego se puso en pie. Se dio cuenta de que, al colgar el traje en el armario, se habia quedado abierto. El espejo interior le devolvia ahora su propia imagen: un varon de treinta y muchos, alto para los de su generacion, hombros anchos y una promesa de tripa a corto plazo. Un hombre sin mujer y sin hijos, pero con siete maletas descansando a sus pies. <>, solia decir cuando pedia cama en las pensiones y hostales. De mas joven, cada semana habia buscado clientes en una ciudad distinta. Y, por las noches, los companeros de bar eran todos nuevos. En aquellos primeros anos solo era fiel a Cherie, aunque supiera que su relacion se sustentaba en una mentira. La marca que representaba en exclusiva para el litoral mediterraneo presumia de ser <>. Asi lo explicaba el en las pequenas mercerias que visitaba a lomos de su Seat 1400. --Estos sujetadores vienen de Paris, como los ninos. Solo que a ellos los traen las ciguenas y a esta maravilla de saten la traigo yo --repetia una y otra vez para embaucarlas. Los primeros anos, de tanto decirlo, casi llego a creerselo, aunque los viajes a primeros de mes a la fabrica de Mataro le devolvian a la realidad. Aquello le habia resultado divertido hasta que dejo de serlo. Quince anos despues, ya tenia sus puntos de venta fijos y a las dependientas les daba igual de donde venian los productos. Eran vistosos, salian bien de precio y a las clientas les gustaban, tres motivos suficientes para hacer pedidos generosos. Sus primeros companeros de barra, viajantes como el, se acabaron casando y fueron sustituidos por otros con menos arrugas y una conversacion que le sonaba a repetida. Hacia tiempo que German preferia pasar las noches con su vaso de whisky Dyc en el cuarto, a solas con la voz y las historias que narraba su unica posesion de valor: la radio. Sintonizaba el dial con pericia y, mientras aguardaba el sueno, descubria vida y milagros de otros oyentes a traves de sus cartas al consultorio radiofonico. Lo habia descubierto por casualidad y, al principio, el morbo y el aburrimiento le llevaron a engancharse. Sin embargo, ni uno ni otro tenian ya importancia. Era con ella, fuera quien fuera, con quien se citaba cada noche. Con la presentadora del programa. O mejor dicho, con su voz, dulce pero con un punto seco que impedia que se hiciera empalagosa. <>, suspiro mientras se encendia el ultimo cigarrillo de la jornada. Mil y una noches habia tratado de imaginarse como seria su amiga y cada vez el resultado era distinto. <>, penso. Sin saber muy bien por que, se la imaginaba con una melena castana, no muy alta, y con una talla noventa de sujetador. En su fantasia, la voz de la senorita Leo vivia en el centro de Barcelona. Habia enviudado prematuramente y tenia dos hijos que iban a la escuela, tal vez a la Salle Condal, como su padre. Aunque era mujer, tenia que trabajar para llevar el pan a la mesa. --Hoy te quiero asi --le hablo a la radio, exhalando circulos de humo. Justo en ese momento, la voz repitio el nombre de Elisa, que desplazo a la locutora en los pensamientos de German. --No lo hagas, chiquilla, no lo hagas... Espera un poco. ?No sabes que en menos de veinticuatro horas todo puede cambiar? Aguanta, Elisa, te lo ruego. Solo unos dias. !Espera! No tienes nada que perder. -- Fueron las ultimas palabras que el viajante lanzo a la noche anonima antes de quedarse dormido, sin saber si aquella chica aun podia escucharle.

  • Crimenes diabolicos de Enrique Laso

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    En un condado de Texas estan apareciendo cadaveres de jovenes que han sido sometidas a un extrano ritual. Uno de los detectives asignado al caso decide, desesperado, recurrir a un cura mexicano que esta considerado el mejor exorcista de toda America: el padre Salas. Entretanto, el FBI envia desde la factoria de Quantico a uno de sus mejores agentes de la Unidad de Analisis de Conducta, Ethan Bush, para colaborar en la investigacion y crear un perfil del asesino en serie.

  • Maple Hill de Antonio Jesus Fuentes Garcia

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    Michael Halley vuelve a su pueblo natal para asistir al entierro de su hermano pequeno. Repudiado por su familia anos atras, se da cuenta de que los terrorificos motivos que le empujaron a huir cuando solo era un adolescente, no eran unicamente producto de su mente destrozada. Una fuerza maligna acecha al idilico pueblo de Maple Hill, esperando con ansia su oportunidad para exprimir los secretos y deseos mas oscuros de sus habitantes. Michael, junto con el sheriff Vaughn y un anciano un tanto extravagante, deberan enfrentarse a sus errores del pasado para combatir el poder que se extiende como una enfermedad entre sus vecinos.