• heroes de la frontera - Dave Eggers

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    Del autor de El Circulo, una road novel que sigue la estela de En la carretera de Jack Kerouac, Hacia rutas Salvajes de Jon Krakauer y Canada de Richard Ford. Una novela que reflexiona sobre la perdida y la busqueda de nuevas oportunidades.

  • HEROES DE LA FRONTERA | DAVE EGGERS | Casa del Libro

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  • LOS HEROES DE LA FRONTERA | ANTONIO SOLER

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  • Héroes de la frontera | Penguin Libros ES

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    Del autor de El Círculo, una road novel que sigue la estela de En la carretera de Jack Kerouac, Hacia rutas Salvajes de Jon Krakauer y Canadá de Richard ...

  • Los héroes de la frontera - Soler, Antonio - 978-84-339-0997-8

    https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/los-heroes-de-la-frontera/9788433909978/NH_187

    Es el autor del libro de relatos Extranjeros en la noche (1992) y de las novelas Modelo de pasión (Premio Andalucía, 1993) y Los héroes de la frontera ...

  • Reseña de "Héroes de la frontera" de Dave Eggers: el camino ...

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    4 abr 2018 — Un buen comienzo para un buen libro, ¿verdad? Debo confesar que hasta que he leído “Héroes de la frontera” (Literatura Random House, ...

  • Héroes de la frontera (Literatura Random House) : Eggers, Dave

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  • Héroes de la frontera eBook : Eggers, Dave - Tienda Kindle

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    Pueden aplicarse tarifas por los mensajes y los datos. Mirar en el interior de este libro. Héroes de la frontera de [Dave Eggers] ...

  • Héroes de la frontera - Libro de Dave Eggers - Lecturalia

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    Josie se siente cansada y disgustada con una vida que se encuentra a años luz de la que alguna vez soñó. Tiene cuarenta años, dos hijos y el apremiante ...

  • Dave Eggers. Héroes de la frontera - Un libro al día

    http://unlibroaldia.blogspot.com/2018/01/dave-eggers-heroes-de-la-frontera.html

    4 ene 2018 — Dave Eggers. Héroes de la frontera. Idioma original: inglés. Título original: Heroes of the frontier. Año de publicación: 2016

  • héroes de la frontera - Librería La Puerta de Tannhäuser.

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    HÉROES DE LA FRONTERA, EGGERS, DAVE, 22,90€. ... y revela en sus libros una notable capacidad para ponerse en la piel de los otros e iluminar los rincones ...

  • El monje de Moka de Dave Eggers

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  • Por encima de todo de Saint Rose Sophie

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    Hope suspiro mirando el techo y apreto con fuerza las sabanas cuando escucho un ligero ronquido. Lentamente volvio la cabeza para ver el perfil de su marido, que dormia placidamente a su lado sin tener ni idea de todo lo que se le pasaba por la cabeza. Dios, aquello era horrible. ?Como se le ocurria pensar que no le queria? Por supuesto que le queria. Martin era el hombre perfecto. Alto, moreno y el novio ideal durante sus seis meses de noviazgo. Atento, encantador y siempre estaba pendiente de ella. Los ojos verdes de Hope se llenaron de lagrimas y rapidamente se levanto de la cama para que no la escuchara llorar. Se puso su bata de seda beige sobre su camison y salio descalza sin hacer ruido por la moqueta que acababan de elegir. Camino por su enorme apartamento a oscuras y llego hasta el salon. Las luces de la noche de Nueva York iluminaban la estancia y ella miro por el enorme ventanal, abrazandose a si misma mientras pensaba en todos los acontecimientos que la habian llevado a ese estado. El sentimiento de culpa que tenia desde hacia dos meses, le oprimia el pecho y ya le estaba pasando factura fisicamente. Habia adelgazado y no dormia bien, porque cada vez que cerraba los ojos veia esos ojos azules que le remordian la conciencia. Todo habia empezado muy bien. Era la recien casada mas feliz de Nueva York y cuando volvieron de su idilico viaje de novios por Tailandia, su marido llego un dia a casa despues del trabajo para decirle, que quien ahora era su pesadilla, volvia a Nueva York. Hope, que estaba mirando un catalogo de cortinas para el salon, se levanto del sofa de un salto con el catalogo en la mano y Martin se echo a reir cuando le beso. Su marido la cogio por la cintura mirandola con amor y sin soltarla, acaricio su mejilla hasta apartar un mechon de su pelo rubio de su sien. --?Como te ha ido hoy el dia, senora Wolf? Hope le beso en la nariz. --Muy bien, en la agencia me han ofrecido una cuenta estupenda. --Pues yo tengo una noticia increible. --La llevo hasta el carisimo sofa de cuero beige y se sentaron en el. --?Increible? !Te han ascendido! El se rio negando con la cabeza al ver su emocion. --No, aunque me lo deben. --Ellos se lo pierden. ?Cual es la noticia? --Clay esta de camino. En unos dias estara de vuelva en Nueva York y esta vez para siempre. --?Clay? --Mi hermano. Te he hablado de el, ?recuerdas? --Si --dijo molesta volviendo a mirar el catalogo de cortinas--. Recuerdo que me comentaste, que estaba demasiado ocupado para venir a la boda de su unico hermano. --Hope, no te enfades con el. Estaba en medio de una fusion que no podia dejar. Su trabajo era importante. --Si, tan importante como para faltar a la boda. Hasta a tu madre le sento como una patada en el estomago que no viniera. --Giro la hoja y le mostro una fotografia. --?Que te parecen de este estilo? Su marido suspiro, cogio el catalogo de sus manos y la miro con sus preciosos ojos marrones. --Prometeme que intentaras llevarte bien con el. Solo hay tres personas que me importan de veras en esta vida y vosotros sois dos de ellas. Ella suspiro y miro a su marido a reganadientes. No puedo evitar sonreir maliciosa. --?Que me daras a cambio? Martin riendo la cogio por la cintura colocandola a horcajadas sobre el. -- Preciosa, todo lo mio es tuyo. ?No escuchaste al sacerdote? --La beso suavemente en los labios. --Quiero un bebe. A su marido se le corto el aliento y en sus ojos vio que le habia hecho el hombre mas feliz del mundo. Recordandolo, una lagrima cayo por su mejilla, porque despues de ese dia nada seria lo mismo. El ultimo dia en que fue realmente feliz. Una semana despues estaba en el trabajo cuando escucho el sonido de su movil dentro de su despacho y entro corriendo en el para cogerlo seguida de su ayudante. --Mary, esos bocetos no me gustan. Llama al departamento de arte y diles que los repitan. --Pulso el boton y se coloco el telefono al oido guinandole un ojo a la mujer, que sonrio ironica saliendo del despacho con las muestras en la mano. --!Y que se den prisa! ?Diga? --Eres una tirana. Se echo a reir al escuchar la voz de su marido. --Y a ti te encanta. --No lo dudes. Hope rodeo la mesa sentandose en su sillon y se desabrocho la chaqueta de su traje rosa palo. --?Que crisis tienes entre manos para que me llames a las once de la manana? --Preciosa, que bien me conoces. --Soy toda oidos. --Me vas a matar, pero tienes que ir a recoger a Clay al aeropuerto. Hope apreto los labios, pero aun asi intento ser suave. --Carino, tengo trabajo. --Lo se. Pero llega hoy de Dubai y tiene que haber alguien para recibirle. ?Esta lista la habitacion de invitados? --Sabes que si. He hablado con Cloe esta manana para asegurarme, pero... --Eres su anfitriona hasta que encuentre apartamento. Iria yo mismo, pero me ha llamado el juez Lower y no puedo decirle que no. Hope sabia que habia solicitado esa reunion desde hacia semanas y se dio por vencida. --Esta bien. Ire. --Te quiero, ?lo sabes? --Hope sonrio. --Cada dia mas. --Mas te vale. Ire a buscarle y le instalare en casa, pero despues me vuelvo al trabajo. Tendre que recuperar las horas perdidas, porque mi campana de cereales va a cambiar el mundo de la publicidad --dijo ironica. --Hecho. --Te quiero. --Recuerda, en el JFK dentro de dos horas. --Cloe dejara la cena en el horno. Si todavia no he llegado a la hora de la cena, empezar sin mi. --?No llegaras para cenar? --Manana tengo la presentacion de los panales y... --Vale. No protestare. --Te quiero. --Colgo el telefono y lo dejo lentamente sobre la mesa, sintiendo un mal presentimiento. Mirando las luces de la ciudad de Nueva York en el presente, penso si su subconsciente no la estaria advirtiendo de que su vida estaba a punto de cambiar. Si el no hubiera aparecido en sus vidas, todo habria seguido igual y seguiria siendo feliz. Porque era feliz. Hasta el momento en que entro en la terminal de llegadas del aeropuerto, era feliz. Sonriendo vio en el monitor que su avion llegaria a su hora y espero pacientemente a que se abrieran las puertas de cristal que daban a la zona de recogida de equipajes. Cuando empezaron a salir varias personas, sin darse cuenta se miro el traje queriendo tener buen aspecto para su grosero cunado, que ni se habia molestado en ir a la boda para conocerla. Habia que ser idiota. Coloco su melena rubia sobre su hombro y dio golpecitos con el pie en el suelo impaciente para despues mirar su reloj de pulsera. --Estupendo. Ya he perdido dos horas. --?Hope? Levanto la vista y miro hacia esa voz grave, quedandose tan sorprendida como horrorizada por lo que acababa de sentir simplemente con el sonido de su voz. Pero verle fue un impacto aun mayor. Vestido con un traje azul hecho a medida, irradiaba un aura de fuerza que era imposible no sentirse atraida. Pero fueron sus frios ojos azules los que le traspasaron el corazon, que en ese momento empezo a latir alocadamente. --?Tu eres Hope? --pregunto el acercandose con el carrito. --Si --susurro admirando su mandibula cuadrada hasta llegar a sus finos labios, que en ese momento estaban algo crispados--. Oh, perdona... pero tienes parecido con Martin, aunque ... --No nos parecemos en nada. Excepto en el color del cabello, claro. -- Miro a su alrededor dejandola de piedra con su groseria. --?Tienes el coche fuera? Tenia que haber llamado a un chofer. !Encima! Si pudiera salir de ese estado de idiotez en que la habia dejado, le soltaba cuatro cosas. --Si, tengo el coche fuera

  • Tu me obligaste de Erica C. Morales

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    Cuando Ruth termino de poner la mesa maldijo que su marido no le hubiera avisado de que esa noche tendrian visita. Estaba cansada, no queria cocinar para nadie y ahora debia hacerlo para los tres companeros de trabajo de su marido. Con los anos, Jorge se habia convertido en un hombre impulsivo, ya no era aquel hombre del que se enamoro. Jorge sostuvo su telefono meditando durante unos segundos. Queria que su mujer luciera especialmente hermosa aquella noche. Dudo entre si pedirle que se pusiera el vestido negro ajustado o el semitransparente. Opto por la primera opcion y asi se lo hizo saber a su hastiada esposa. Durante la cena fueron muchos los elogios que Ruth recibio de sus tres invitados, tantos eran los halagos que sintio que aquellos desconocidos estaban compitiendo por ganarse su aprobacion. Jorge, que presidia la mesa, se mostraba satisfecho de lo que estaba sucediendo premiandose a si mismo al ver que su plan estaba funcionando. Cuando se caso con Ruth lo hizo creyendo que sus vidas cambiarian. Que el sexo seria mas placentero y que su vida se convertiria en una aventura. Mas los anos convirtieron a la pareja en un matrimonio insustancial. Su vida se hundia en la monotonia arrastrando a su matrimonio. El sexo se habia vuelto aburrido. Se acostaba con Ruth mas por obligacion que por deseo. Imaginar la escena le excito sobremanera. Si, queria ver como otro hombre se follaba a su mujer, queria ver como ella se corria. La imagen le resulto tan dantesca que alli mismo, tomo a su mujer hasta quedarse satisfecho. Despues de aquella noche, no volvieron a hablar de un posible intercambio de parejas. A Jorge le bastaba imaginarse a su mujer en manos de otro para excitarse. Fue asi como las noches de sexo dejaron de volverse aburridas y taciturnas. Al menos hasta que Jorge volvio a sentir una ansiedad que le corroia. Siempre queria mas, ambicionaba dar un paso que hiciera que follarse a su mujer fuese mas oscuro. Habia comprobado que le excitaba ver a mujeres practicando sexo entre ellas. La posibilidad de hacer un trio con una mujer se convirtio en su obsesion. Ruth sabia que su marido estaba cambiando. Su actitud para con el sexo rozaba la depravacion. Una noche, mientras doblaba ropa, Jorge le sorprendio con un kit para iniciarse en el mundo de las perversiones. No queria verse atada e incapacitada para hablar o moverse. Tampoco que Jorge la hiciese dano. No podia entender que algo tan sucio pudiera excitarlo, mas no se resistio. Su marido ya le habia amenazado con dejarla si no se rendia a sus exigencias. No queria perderlo, estaba enamorada de el. Esa noche junto sus manos permitiendo que Jorge cerrara las esposas. Cuando apenas habia empezado a andar, su marido la fustigo con un latigo que la hizo tambalearse sobre sus tacones de aguja. Para que no cayese, Jorge la sujeto con firmeza del pelo advirtiendola de que si no hacia lo que el queria tendria que castigarla. Ruth se acostumbro al dolor y las continuas humillaciones. Cuando Jorge se corria sobre ella rezaba para que aquello acabara, para que esa perversion diera lugar a otra en la que el dolor no tuviera cabida. Jorge sabia que a su mujer no le excitaba que la sometiese. Nunca estaba dispuesta a pelear ni a obligarlo a el a ocupar su lugar. Busco en internet algo que su mujer pudiera aceptar, algo menos sucio, menos peligroso. --Deberiamos hacer un trio. Hay una chica en mi oficina que alardea constantemente de darle vida a un matrimonio que estaba barajando divorciarse y ahora son mas felices que nunca--manipulo Jorge. --?Crees que metiendo a una mujer en nuestra cama nuestro matrimonio ira mejor? No se en que te basas para pensar una cosa asi. --Necesito aventura, Ruth. Vivir cosas nuevas. Entrar en casa feliz porque se que tengo una mujer que comprende mis necesidades. El sexo es una parte importante en una relacion, debes abrir la mente. Aceptar que podemos ir mas alla. El sexo puede ser muy placentero si te saltas las normas, al menos de vez en cuando. ?Acaso quieres que nos divorciemos? No, Ruth no queria pasar por un divorcio por lo que acepto tener un trio, solo necesitaba tiempo para asimilarlo. Una noche, despues de la cena, Jorge le propuso un juego a su esposa. Primero le mostro la imagen de una mujer rubia, despampanante y mas joven que ella. Jorge pronuncio su proposicion. --Se que quieres ir despacio, asi que he pensado que esta noche podriamos acostarnos pronto y jugar un poco. Quiero que esta noche, cuando te toque, cuando haga que te corras pienses que es ella quien lo esta haciendo. Yo hare lo mismo, asi normalizaremos que otra persona este en nuestra cama. No me digas que no, Ruth, estoy haciendo esto por nuestro matrimonio. ?Acaso no me quieres? Ante la debilidad de Ruth, Jorge se mostro mas fuerte consiguiendo que aquella noche su mujer cediera a uno de sus juegos con el que dar alas al hombre depravado en el que se estaba convirtiendo. El sexo era su unico pensamiento y siempre, siempre queria mas. Nada calmaba su sed. Esa misma noche, despues de la cena tras despedir a sus invitados, Jorge cogio en brazos a su mujer y se la llevo a la cama. No podia dejar de imaginar como reaccionaria el cuerpo de su esposa siendo follada por sus tres invitados. Durante la cena habia fantaseado con que la tomaban alli mismo, frente a el. Al recordarlo penetro a Ruth que aun no estaba preparada para recibirlo haciendo que su cuerpo se contrajese. --Me encanta cuando estas tan cerrada, asi puedo darme el gusto de ser yo quien te abra. Vamos, relajate y disfruta. Imaginate cuando uno de esos tres este aqui, con nosotros. Fantasea con ellos y dime a quien eliges para hacer el trio. Me lo prometiste, Ruth. Me lo prometiste--insistio en recordarle con cada empellon. A la manana siguiente, Jorge salio unos minutos antes hacia la oficina. Sabia que encontraria a Omar en su despacho sin su secretaria husmeando. Llamo a la puerta luciendo una sonrisa que a Omar le dio escalofrios. Sabia que estaba haciendo alli, el era el ganador del trofeo. Asi llamaba Jorge a su mujer. Era tan despectivo y humillante que Omar sintio nauseas. Queria decirle que no, que se negaba a ser participe de ese juego con el que Ruth no estaba de acuerdo. Jorge alardeaba del poder que tenia sobre su esposa humillandola frente a companeros y desconocidos despertando en Omar la necesidad de ayudarla a dejar esa vida infeliz. Si bien, Ruth no parecia recordarle, el no habia dejado de pensar en ella desde que la conocio en la universidad. Apenas mantuvieron contacto, suficiente para que Omar buscara en cualquier mujer a Ruth. --!Eh, tio! ?Me estas escuchando? --Jorge reclamaba atencion--. Ruth quiere que seas tu. Sera esta noche, no voy a permitir que se eche atras. !Ah, una ultima advertencia! Puedes hacerle a mi mujer lo que quieras, pero no se te ocurra acercarte a mi. --Descuida--respondio invitandolo a salir de su despacho. Ruth llego a casa dispuesta a darse un bano de espuma. Estaba agotada. Sentia tanta presion que necesitaba estar sola, aunque solo fueran durante un par de horas. Al entrar en el salon su marido le dio la bienvenida ofreciendola una copa de vino. Omar se mostro educado levantandose del sofa para saludarla. ?Que estaba haciendo alli? Se pregunto. ?Sera hoy? ?Sera esta noche? No habian hablado de una fecha en concreta, ni siquiera habian discutido sobre los detalles que necesitaba tratar. No iba a permitir que un desconocido se propasara. ?Que estoy diciendo? He permitido que mi marido meta a un hombre en nuestra cama, he sucumbido a ser parte de un juego sucio en el que no soy mas que un cuerpo que utilizaran para su disfrute. No quiero perder a Jorge, no quiero perderlo, pero no se si podre con esto. --No podemos decirle que se vaya, ?que pensarian de mi en la oficina? --discutio. --?Cuentas nuestras intimidades en el trabajo? --pregunto avergonzada. --Ya sabes, a los hombres nos gusta hablar de nuestras hazanas. Hablar de sexo entre colegas es lo normal, no te preocupes. Ninguno de mis companeros te conoce y los dos que te vieron anoche te olvidaron en cuanto los rechazaste. Ruth entro en el dormitorio con el picardias que su marido habia elegido para ella. Cuando cerro la puerta supo que habia perdido su dignidad para siempre. A la manana siguiente, Ruth se levanto temprano. Queria salir de su apartamento antes de que su marido se despertara. Despues de la noche que habian vivido preferia no mirarlo a la cara. Se sentia avergonzaba por haberse entregado a Omar. Un hombre que la habia hecho disfrutar mas de lo que jamas habia hecho su marido. Jorge la habia hecho creer que no era buena en el sexo, mas en brazos de Omar descubrio que el sexo no era el problema, si no el companero con quien compartia sus noches. Para hacer el menor ruido posible cubrio su cuerpo desnudo con una vieja sudadera. Descalza camino hasta la cocina con intencion de servirse un cafe cargado. Al descubrir la cafetera en manos de Omar se ruborizo. --Me servire un cafe y me marchare. No era mi intencion incomodarte--dijo sirviendo un segundo cafe. --Ruth, yo... da igual, no importa. Sera mejor que me marche. Cuando Jorge desperto, su mujer ya no estaba en casa. Aquello le dio la oportunidad de recordar, con todo lujo de detalles, lo que habia sucedido la noche anterior bajo la ducha. Al salir de casa, en el trayecto hacia la oficina no podia dejar de pensar en todas las aventuras que habian vivido en los ultimos meses. Todo empezo una manana. Mientras tomaba cafe antes de entrar a trabajar un articulo del periodico le dio la solucion que tanto ansiaba. Eran adultos y aunque el la queria necesitaba emocion en su vida. Aquella misma noche, al regresar del trabajo y durante la cena, Jorge le propuso ir a un club de intercambio de parejas. Ruth se nego tacitamente. Intento por todos los medios que su mujer aceptara, sin exito. Tenia que haberla amenazado con el divorcio, no se habria negado. Quiza, ahora que ha aceptado meter a un hombre en su cama, podria volver a proponerselo. Ruth hizo lo imposible por concentrarse en el trabajo, mas fracaso en cada intento. Cogio su telefono, necesitaba quedar con sus amigas. Salir de esa casa, aunque solo fuera durante unas horas. En la pantalla, descubrio un par de llamadas perdidas de un numero desconocido. Cuando se disponia a escribir a sus amigas una tercera llamada la interrumpio. Ruth respondio dispuesta a descubrir al remitente. Omar respondio al otro lado de la linea rogando para que no rechazara su llamada. Ruth acepto, queria saber porque la estaba llamando y volver a hablar con el hombre que le habia regalado la noche de sexo perfecta. A la hora de la comida quedaron en verse en una cafeteria cercana. Ruth sintio que, por primera vez en su vida, estaba siendo la protagonista de su propia aventura. Tomo asiento alejandose del gran ventanal fingiendo ser la amante del hombre que entraba por la puerta. Omar se sento frente a ella tras saludarla con un beso en la mejilla. No fue algo premeditado, al verla sintio la necesidad de volver a tenerla entre sus brazos, mas contuvo las ganas. El momento de hablar habia llegado y Omar no sabia como enfrentarse a la asustadiza mujer que tenia frente a el. Ruth exigio una explicacion, al no llegar, se dispuso a levantarse abandonando a su acompanante. Omar se interpuso en su camino sujetando su mano con suavidad. --Lo siento, no se por donde empezar. Imaginaba que seria mas facil pedirte que dejes a tu marido. Jorge no te respeta, es un depravado que siempre querra mas. No permitas que te siga humillando. --?Y que quieres? ?Que huya contigo y vivamos un amor de pelicula? Lo que paso anoche entre nosotros no significo nada y no volvera a repetirse--espeto ella a la defensiva. --No quiero que huyas conmigo, solo que dejes esa vida en la que no eres feliz. ?De verdad crees que no volvera a repetirse? No conmigo, yo solo era un cebo para que ahora no pudieras negarte a acostarte con una mujer. Lo tenia todo planeado, ?sabes que hara si te niegas? Amenazara con dejarte, con pedirte el divorcio. ?Me equivoco? Ruth sabia que su marido la estaba manipulando. No era la primera vez que se mostraba sumisa. En su infancia y durante su juventud permitio que su tia, con quien se habia criado, dispusiera de su herencia a su antojo. La habia amenazado con echarla de casa abandonandola en un orfanato. Se acostumbro a vivir con el temor de ser abandonado hasta aceptar que de suceder la culpa seria solo suya. ?Que podia hacer por ella si se negaba a abandonarlo? Si le contara la verdad, si desvelara que no es un desconocido del que sospechar, encontraria la manera de devolverle todo aquello que Jorge le robo al casarse con el. --?Por que no vuelves a Barcelona? Tu vida siempre ha estado alli. Ya se que tu tia murio, pero tienes amigos y companeros de trabajo que te echaran de menos. !Tienes tu casa! --exclamo desesperado. --?Que significa todo esto? ?Como sabes que yo...? Jorge no sabe que tengo una casa en Barcelona. ?Como es posible que tu sepas todo esto? --pregunto aterrada hasta que Omar le mostro su cicatriz--. ?Eres tu? !No puedo creerlo! Pensaba que vivias en Alemania y que te habias casado. Ruth rememoro la manana del accidente en la que conocio a Omar. El asfalto estaba mojado, freno todo cuanto su moto le permitio, mas no fue suficiente para evitar el atropello. La ambulancia los llevo a ambos al hospital mas cercano. Dos horas despues, la prometida de Omar aparecio en la sala de urgencias hablando por telefono intentando anular los billetes de avion que deberia llevarlos a Alemania. --Me fui con Ada dos dias mas tarde de lo previsto. Nuestra relacion iba bien, si, tenia planes de boda. Alemania lo cambio todo, especialmente a Ada. Cuando descubri que me estaba enganando regrese a Barcelona y pedi el traslado. Fue asi como me instale en Madrid hace ya diez anos--revelo para calma de Ruth--. Me gustaria volver a verte, si me dices que si no volvere a hablarte de Jorge ni de tu matrimonio. No pretendo inmiscuirme en tu vida, solo quiero que seas feliz. A aquel cafe le siguieron muchos otros. Cuanto mas tiempo pasaban juntos aumentaba la necesidad de volver a verse. Omar se descubrio enamorado de Ruth una noche de cena y pelicula. Aunque sabian que era peligroso, Ruth permitio que la acompanase hasta las inmediaciones de su casa. Para Jorge, esa noche solo era un reencuentro mas con sus amigas. Si bien habia empezado a sospechar que su mujer le ocultaba algo, supo que no seria capaz de enganarlo. La tenia tan sometida que estaba seguro de que jamas lo abandonaria. Cuando Ruth entro en el pequeno apartamento descubrio que Jorge estaba despierto, esperandola. Eso solo podia significar una cosa. Al entrar en su dormitorio obviando el beso apasionado de su marido descubrio sus intenciones. Sobre las sabanas la esperaba la mujer rubia que Jorge la habia mostrado meses atras. Jorge, a su lado, sostenia un conjunto de lenceria transparente. Omar tenia razon, solo era un truco para conseguir su botin. Jorge no queria tener aventuras con ella, solo queria follarse a la rubia semidesnuda que habia en su cama. Disculpandose con la excusa de ir en busca de una botella de champan dejo el apartamento en medio de la noche. Camino durante horas sin rumbo, sin saber a quien acudir para pedir ayuda. Inevitablemente penso en el. Cuando encendio su telefono descubrio las llamadas y mensajes de su marido exigiendo que regresara bajo una nueva amenaza de abandono. Agotada decidio pasar la noche en el hotel que estaba frente a ella. Evito usar la tarjeta, no queria que su marido descubriera donde se escondia. A la manana siguiente, Jorge llego al trabajo alardeando de su noche. Habia metido en su cama a la mujer mas atractiva de toda la oficina. Cuando Omar escucho su relato volvio a su despacho, necesitaba hablar con Ruth. Cuando estaba a punto de marcar el ultimo numero, Jorge lo interrumpio para solo a el desvelarle la unica verdad. Ruth lo habia abandonado en medio de la noche obligandolo a renunciar a su aventura.

  • Princesa (Moteros 1) de Patricia Sutherland

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    ?Podrias enamorarte de un hombre que es once anos mas joven que tu?
    Y si con ello le rompieras el corazon a tu hermana y supieras que tu familia nunca te lo perdonaria…

  • Sin arrepentimientos (Stage Dive 3) de Kylie Scott

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    Ella tiene muy claro que su relacion con el sera meramente profesional. Pero la quimica entre ambos le pide otra cosa…?Y si el fuera realmente el chico de sus suenos? Jimmy, el lider de los Stage Dive, esta acostumbrado a conseguir lo que quiere, cuando quiere, ya sean drogas, alcohol o chicas.

  • Una mujer de mundo de Nina Klein

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    Final de la trilogia “La Fiesta de San Valentin”.

  • Una Propuesta Escandalosa (La Liga de los Picaros 3) de Lauren Smith

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    LA MEJOR PAREJA DE UN HOMBRE ES UNA DAMA VIVAZ, PERO HAY QUE TRATAR A LAS DAMAS vivaces como a un caballo salvaje, con un agarre firme y una voz suave. EXTRACTO DE LA GACETA DEL MONOCULO DE CRISTAL, 21 DE ABRIL DE 1821, COLUMNA DE Lady Society: LADY SOCIETY ESTA DE LUTO. EL PELIGROSO LIBERTINO, VIZCONDE SHERIDAN, SE HA QUEDADO ciego. No puede evitar echar de menos esos ojos marrones oscuros que encendieron el corazon de mas de una joven inocente cuando el las observaba desde las sombras de un salon de baile. Oh, mi querido Vizconde Sheridan, ?no volvera a presentarse en sociedad? Lady Society lo desafia. No se esconda de ella, o desenterrara los secretos que mas atesora. Tal vez haya una dama que aun pueda provocar una tentacion en sus ojos apagados y convencerlo de que vuelva a vivir. ?No le gustaria que una mujer volviera a calentar su cama? ?Una mujer que domine su perverso corazon? LONDRES, ABRIL DE 1821 Utilizando su baston de plata con forma de cabeza de leon, Cedric, Vizconde Sheridan, lo golpeo con fuerza contra los adoquines del serpenteante camino del jardin de su casa de ciudad en Londres mientras intentaba llegar a la fuente. A su alrededor, el mundo era de un gris invernal. Sin embargo, sus otros sentidos le aseguraban que era primavera. La luz del sol le calentaba la cara y los brazos despues de haberse arremangado la camisa. Una brisa con aroma floral le cosquilleaba la nariz y le agitaba el pelo. Cedric dio siete pasos calculados, contandolos en su cabeza. Siete pasos hasta el centro del jardin, luego cinco pasos hasta... Golpeo la punta de su bota con una piedra elevada, tropezo y se estrello contra el suelo. Ahogo un grito cuando las piedras se clavaron en sus palmas y los huesos de sus rodillas crujieron. Jadeando y con todos los musculos tensos, se quedo tumbado en el suelo durante unos momentos, luchando contra las rafagas de verguenza y el impulso infantil de gemir por el dolor. No solo habia perdido la vista. Parecia que el buen juicio y el equilibrio tambien lo habian abandonado. Finalmente se incorporo, palmeo el suelo para encontrar su baston y se puso en pie con dificultad. Era un hombre adulto de treinta y dos anos; podia y debia soportar este dolor como se esperaba de cualquier caballero bien educado. Por suerte, ninguno de sus sirvientes fue testigo de este momento de debilidad. Una vez mas. Cinco pasos hasta la fuente, se recordo a si mismo y, asegurandose de levantar mas los pies, evito mas piedras elevadas. Ya deberia conocer este camino, pues lo habia recorrido cientos de veces. Sin embargo, todavia no lo veia tan claramente en su cabeza como sabia que debia hacerlo. Cuando la punta de su baston golpeo ligeramente la base de piedra de la fuente, se inclino y busco el borde. Con un gran suspiro de alivio, se sento. Cada hora de cada dia, desde que se levantaba hasta que se retiraba a la cama, vivia con el temor constante de derribar preciosas reliquias familiares, de pasar verguenza delante de sus amigos o de su familia o, lo que era peor, de infligir mas danos a su cuerpo. Era un giro cruel del destino haber sido una vez un hombre viril sin miedo a nada para luego verse reducido a despertar cada manana solo para recordar que estaba atrapado para siempre en la oscuridad. En las ultimas semanas y con demasiada frecuencia, se sentaba en su escritorio con la cabeza enterrada entre las manos mientras los bordes de sus palmas se hundian en sus ojos. Intentaba recuperar la vision que necesitaba desesperadamente. Su desesperanza era demasiado fuerte y el no podia reunir la fuerza de voluntad para ocuparse de ella. Gracias a Dios por este jardin. Paz, tranquilidad, nadie que lo viera en este estado. Momentos como este eran una bendicion. No habia visitas sociales, ni visitantes incomodos que no entendian las dificultades de ser ciego. Afuera, en su jardin, el podia existir sin preocupaciones, sin ansiedad. El aire fresco, el sol calido y los murmullos de los pajaros y los insectos le hacian sentirse vivo de nuevo, en la medida en que un hombre destrozado podia hacerlo. La tentacion de quedarse una eternidad en el exterior era muy fuerte, pero le ardian las manos de tanto rasparse y, ademas, tendria que entrar para dormir y comer. Una abeja zumbaba en algun lugar a su derecha, probablemente sobrevolando las flores en ciernes. El piar de los pajaros en un arbol cercano acariciaba sus oidos, llenando el silencio con un delicado gorjeo que era inconfundible y nitido. Podia distinguir cada nota, cada melodia singular y los cambios de tempo y tono cuando los pajaros se comunicaban entre si. Ya no podia concentrarse en los pequenos detalles visuales, como los rostros de sus hermanas y amigos mientras reian y hablaban, o como el viento agitaba los arboles en ondas de color esmeralda en verano, o la forma en que la boca de una mujer se volvia de ese tono rojo perfecto cuando la besaba. Los sonidos, los olores y el tacto ahora eran sus unicos companeros. Se aferraba al sonido de las delicadas risas de Audrey y a la suavidad de la mano de Horatia mientras lo guiaba. Las ligeras pisadas de un lacayo sobre la grava lo sacaron de sus pensamientos. Los pasos firmes eran de Benjamin Abbot, uno de los lacayos mas antiguos. Habia aprendido mucho sobre sus sirvientes en los ultimos meses. Las criadas por sus voces y el sonido de sus faldas, los lacayos por sus pisadas mas pesadas. Cada sirviente era unico. Era una de las cosas que mas habia aprendido a valorar despues de perder la vista. Siempre habia tenido una buena relacion con sus sirvientes, pero ahora dependia de ellos mas que nunca. --Hay una joven que quiere verlo, milord. --?Oh? --Cedric no se molesto en mirar en direccion a Benjamin. No parecia tener mucho sentido mirar a una persona si no podia verla--. ?Esta joven le dio un nombre? --Senorita Chessley. La hija del baron Chessley. Cedric respiro con fuerza. ?Anne esta aqui? ?Por que? Habia estado con muchas mujeres a lo largo de los anos, seduciendo de una cama a otra. Pero no con Anne Chessley. Ella era diferente. Ella lo habia intrigado, resistido y desafiado. Una verdadera doncella de hielo en su torre de marfil, pero cada vez que la miraba, por un breve segundo, surgia un calor tan brillante y abrasador que despertaba su apetito por ella. la mujer era un reto, y a el siempre le habian gustado los grandes desafios. El ano pasado la habia cortejado, pero ella no le permitio acercarse lo suficiente como para darle un solo beso. Habia gastado una fortuna enviando lujosos ramos de flores, ademas de comprar asientos en el palco de la opera frente al de su padre para verla disfrutar de la musica desde el otro lado del teatro. Y, sin embargo, ella habia permanecido inalcanzable. Siempre amable, pero nunca verdaderamente abierta. Despues de meses de intentos, Cedric se habia visto obligado a admitir su derrota. Ella nunca se rendiria a el ni a sus intentos de seduccion. Y luego habia perdido la vista. Cualquier idea de matrimonio ahora era inconcebible. Aunque su fortuna seguia siendo un atractivo para algunas damas disponibles, ya no podia soportar la macabra danza del cortejo. No cuando todo lo que oia eran los groseros susurros de las damas detras de sus abanicos sobre su condicion. No queria esa repulsion o compasion de su futura esposa. Sin duda, Anne se compadeceria de el, o se incomodaria por su nueva torpeza. Era demasiado fria de corazon como para preocuparse sobre si el podia recorrer un metro y medio sin lastimarse o arruinar algo a su alrededor. No podia entender que estaba haciendo ella aqui, y menos cuando habia pasado demasiado tiempo evitandolo. Ademas, ella no solia hacer visitas sociales y no se atreveria a hacerle una a el. Por otra parte, las noticias que habia oido recientemente sobre ella no le permitian imaginar por que estaba aqui. La semana pasada, cuando su amigo Lucien y su hermana Horatia acudieron a su visita semanal, Cedric se entero de que el baron Chessley, padre de Anne, habia muerto mientras dormia. Anne era ahora una rica heredera y no necesitaba a nadie, y mucho menos a Cedric. Lo que lo obligo a replantearse dicha cuestion infernal: ?por que habia venido? ?Estaba muy destrozada por el dolor de haber perdido a su unico pariente con vida y acudia a el en busca de consuelo? Lo dudaba. ?Que podia ofrecerle a una mujer como ella? Era un hombre a medias, destrozado, arruinado. Un maldito idiota. Se obligo a adoptar un rostro serio. La trataria como a todas las jovenes con las que se cruzaba desde su perdida de vision, con una educada distancia. Su orgullo le exigia mantener el control, especialmente con Anne. Nunca debia saber que aun la deseaba, que aun la buscaba como un loco sin remedio. Las imagenes de sus ojos grises traicionaron a su mente. Recordarla tan vividamente; los labios rosa palido que mostraban una sonrisa solo cuando ella bajaba la guardia, y la forma en que su nariz se arrugaba cuando discrepaba con el. Su pecho se contrajo al recordar sus discusiones, a menudo apasionadas, sobre los caballos, su interes compartido. Era la unica forma en que habia conseguido que ella le respondiera, sonsacandole sus energicas opiniones. A la fria diablilla le encantaba discutir, y el se deleitaba provocando su ira. Maldita sea. Me he convertido en un tonto sentimental. El lacayo tosio cortesmente, recordandole a Cedric que lo estaba esperando. --Por favor, traela --le indico. Ahora, resultaba una gran perdida de tiempo encontrar el camino de regreso al interior. Era mucho mas facil hacer que se la llevaran a los jardines. El clima era bueno, y el conocia a Anne lo suficiente como para saber que le gustaba el aire libre. Los pasos del lacayo se alejaron y, un minuto despues, Cedric percibio unas pisadas femeninas en el sendero del jardin. La oyo jadear cuando se acerco lo suficiente para verlo. --!Milord! !Esta sangrando! --Anne corrio a su lado. El percibio su olor, un seductor aroma a orquideas que era exclusivamente suyo. Sintio el calor de sus manos cerca de las suyas cuando se le unio en la fuente. Ella le cogio las palmas y toco suavemente su piel irritada. Estaba tan acostumbrado a los cortes y rasgunos que apenas los notaba. Cedric reprimio un escalofrio. Sin la vista, solo le quedaban el tacto, el gusto y el olfato para percibir el mundo. El tacto de Anne encendio una chispa debajo de su piel. --?Sangrando? --pregunto tontamente, demasiado absorto en la sensacion de las faldas de seda rozando sus espinillas. Sus manos heridas quedaron en el olvido. La excitacion ardia en sus venas, y el viejo deseo de seducir emergio a la superficie. No recordaba ningun momento en el que ella hubiera estado tan cerca de el por voluntad propia. --Si, milord. Hay gravilla en sus palmas. ?Se ha...? --dudo en continuar. Su deseo por ella se esfumo ante la compasion en su tono. --?Me he caido? Si --respondio el bruscamente. Nunca habia necesitado compasion, y no la queria ahora, y menos de ella. Saco el pecho y fruncio el ceno en su direccion. Un silencio inquietante lleno el aire entre ellos. Anne siempre tuvo el poder de ponerlo nervioso, de hacer que todos sus musculos se tensaran. ?Que expresion tenia en su rostro? ?Esas delicadas cejas que el recordaba arqueadas sobre sus encantadores ojos sorprendidos, o ahora estaban fruncidas? Maldita sea, desearia poder verla. --?Me deja ayudarlo? --pregunto Anne en voz baja. --?Como? --el escepticismo invadio el tono de Cedric. En lugar de responder, ella se quito los guantes y cogio sus manos, metiendolas en el agua fria y vigorizante de la fuente, y sus dedos limpiaron suavemente las irritadas palmas de sus manos. Luego volvio a levantarle las manos. --?Tiene un panuelo? --En el bolsillo del pecho --dijo el. Sintio que la mano de Anne hurgaba en el bolsillo de su chaleco y lo sacaba. La simple accion le resulto extranamente erotica y acelero su pulso. Siempre era el quien deslizaba una mano bajo el corpino o la falda de una dama. Era una experiencia muy diferente tener la mano de una dama moviendose bajo su ropa. Podia sentir el calor de su piel cerca de su pecho. Con una sonrisa interior, disfruto de la sensacion de sus suaves manos introduciendose en su ropa. Cuando encontro su panuelo, ella le seco las manos con delicadeza y luego coloco sus palmas en alto. Su calido aliento se deslizo sobre su piel en un suave patron mientras soplaba suavemente sobre sus cortes para secarlos. --Creo que no van a sangrar mas. Debe tener cuidado de no hacer nada brusco con ellas durante unos dias para no estimular nuevamente los cortes. Su tono a reprimenda lo pillo desprevenido y destruyo la calida burbuja de deseo que lo rodeaba. --Gracias, senorita --respondio con rigidez, mas por la sorpresa que por otra cosa--. Perdone mi atrevimiento, pero ?por que ha venido? --la pregunta urgente ?por que? seguia atormentandolo. Anne guardo silencio durante unos momentos antes de hablar. Cuando lo hizo, sus manos se apartaron de las suyas, deshaciendo su vinculo. --Estoy segura de que ha oido hablar de mi padre. --Si --dijo Cedric en voz baja--. Era un buen hombre, y no puedo decir eso de la mayoria de los hombres que conozco. Le doy mi mas sentido pesame y mis condolencias. El dolor lo atraveso, agudo y repentino, detras de las costillas. Los ataudes de sus propios padres siendo depositados en tumbas gemelas. Sus dos hermanas pequenas aferradas a sus brazos a ambos lados, con sus rostros angelicales manchados de lagrimas. Eran recuerdos que no queria, recuerdos que cada dia intentaba mantener enterrados. --Gracias --su voz era firme, pero el conocia la fortaleza de Anne y eso lo hacia sentirse orgulloso de ella. Al mismo tiempo, quiso acercarla y susurrarle cosas suaves y dulces al oido para reconfortarla. Eso lo sorprendio. ?Desde cuando era la clase de hombre que consolaba? Era un libertino, un seductor y un picaro de la peor calana. No acurrucaba a una mujer en su cuerpo. --En realidad, su muerte es la que me ha traido hasta ti. --?Oh? No puedo imaginar como... --Si me perdona por mi franqueza, milord, la verdad del asunto es que necesito casarme. La muerte de mi padre me ha dejado con riquezas y, desgraciadamente, siendo mas un objetivo para los cazafortunas de la alta. Mas de lo que me hubiera gustado. Cedric no paso por alto el tinte desesperado en su voz. Desde que la conocia, ella siempre habia huido de la mirada publica, y la carga de ser una heredera debia ser muy grande. --?Y que tiene que ver esto conmigo? --pregunto Cedric. Seguramente ella no pensaba... Era demasiado esperar que le pidiera que la cortejara de nuevo. --Necesito un marido y la mayoria de los hombres disponibles que buscan una mujer, bueno, no son lo que yo consideraria candidatos adecuados. He venido aqui... con la esperanza de que quizas... --las manos de Anne cogieron las suyas y Cedric se sobresalto, pero mantuvo la calma y se aferro a ella con suavidad. ?Que esperaba ella? El pecho de Cedric se contrajo. --Diga lo que piensa, senorita Chessley --exigio, quiza con demasiada fuerza. Ella libero sus manos y terminaron por caer en su regazo. --Tal vez esto fue un error. No debi molestarlo --musito Anne, disculpandose. La oyo levantarse para marcharse. Cedric se puso de pie junto a ella y extendio la mano a ciegas en su direccion, con la esperanza de capturar su muneca para detenerla. En lugar de ello, su mano aparecio alrededor de una cadera femenina y prominente. No la solto, sino que le clavo los dedos con la fuerza suficiente para frenar su huida. El repentino contacto provoco un grito de sorpresa. --Digame lo que ha venido a decir, por favor --suplico un poco, no queriendo que se fuera. Ultimamente habia pasado mucho tiempo solo, algo que habia creido preferir dado su estado. Pero la compania de Anne era bienvenida. Le recordaba a tiempos mejores, pero no le hacia sentir el dolor de su perdida de vision. Mas bien le encendia la sangre, recordandole la forma en que solia provocarla y como ella se resistia a el con su delicioso combate verbal. Reprimio una sonrisa cuando ella no intento escapar de su agarre. --He venido a preguntarle si consideraria la posibilidad de casarse... conmigo --la ultima palabra fue un susurro tan suave que Cedric se pregunto si la habia imaginado. --?Quiere casarse conmigo? !Por fin podria tener a Anne! Sin embargo, se habia jurado a si mismo que el matrimonio no era posible, que cualquier mujer que se atara a el nunca seria feliz con el cuerpo vacio de un hombre danado. ?Como podia pensar Anne que el seria una buena eleccion? Si pensaba que podia ser su esposa solo de nombre, se equivocaba. Si el y Anne se casaban, la meteria en una cama y Cedric encontraria el cielo que sabia que lo estaba esperando alli. Si el matrimonio era la unica via para encontrar el paraiso, entonces el haria publicar las amonestaciones inmediatamente. Sin embargo, si conocia a Anne --que lo hacia--, tenia que haber una trampa. --Si. Bueno... ‘querer’ es quizas una palabra fuerte. Pero me casaria con usted si me lo pidieras. --?Por que yo? --si podia elegir entre cazafortunas y otros jovenes, ?por que conformarse con un ciego patetico y tonto? No tenia mucho sentido. --De todos los hombres que he conocido, usted ha permanecido interesado en mi y no tiene ningun deseo de perseguirme por mi fortuna, ya que es bien sabido que la suya es mucho mayor que la mia. Estoy segura de la verdadera razon de su interes. Los sementales de mi padre pasarian a ser suyos, por supuesto, si nos casamos. Seria libre de cruzar sus propias yeguas con ellos. Pense que tal vez eso podria atraerlo. Estaria dispuesta a trabajar con usted en la crianza, ya que es un interes compartido. Tambien creo que podriamos llegar a agradarnos lo suficiente como para llevarnos bien. Usted tiene la aprobacion de mi padre, asi como la de Emily, y eso me hace confiar en su naturaleza. Cedric se rio para si mismo. A pesar de su reputacion descarada entre la alta y los rumores de los diarios, ?su padre lo habia aprobado? Ellos se habian reunido a menudo en Tattersalls para hablar de los mejores caballos. El y el difunto baron habian coincidido en casi todo, excepto en la politica, pero aquellos debates habian sido animados y bien argumentados por ambas partes con copas de oporto en clubes como White’s. Entonces, fue azotado por una fuerte sacudida ante la abrupta percepcion de la perdida del baron. Habia dejado que su ceguera se convirtiera en un motivo para sumirse en su propia oscuridad y ni siquiera habia pensado en como debia sentirse Anne. Su padre, un hombre al que estaba muy unida desde la muerte de su madre en su infancia. Y ella acudio a mi para que la protegiera de los cazafortunas... El pensamiento provoco una sensacion de calidez en un lugar profundo de su interior que habia quedado muy frio durante estos largos meses desde su perdida de vision. --?Te casarias conmigo, sinceramente? Debo advertirle, senorita Chessley, que ya no soy el hombre encantador que alguna vez fui. Mi vida se ha vuelto... complicada --la confesion le dolio como un punetazo, pero era inevitable. Ella tenia derecho a saber con que se enfrentaria si se casaba con el. --Lo se, milord. Tuve un spaniel muy querido que se quedo ciego cuando era nina. Conozco las dificultades a las que usted se enfrenta --su voz estaba todavia un poco agitada.

  • Sur de Antonio Soler

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    En el amanecer de un dia torrido de agosto de 2016, en uno de los descampados de la ciudad de Malaga, aparece el cuerpo de un hombre moribundo cubierto de hormigas. Este hecho marginal de la cronica de sucesos da origen a la narracion del dia de una ciudad y su abigarrada realidad: policias y delincuentes, adolescentes y jubilados, sacerdotes y musicos ambulantes, medicos y reporteros, escritores y asesinos, drogadictos y chamarileros, misticos y supervivientes, camareros y constructores, vivos y muertos. En la gran tradicion de las novelas que ocurren en un solo dia, como Ulises, de James Joyce, Mrs. Dalloway, de Virginia Woolf o Bajo el volcan, de Malcolm Lowry; y de las novelas que se centran en el desarrollo de la vida de una ciudad, como Manhattan Transfer de John Dos Passos, Berlin Alexanderplatz de Alfred Doblin o Petersburgo de Andrey Biely, esta nueva novela de Antonio Soler es sin duda su obra mas ambiciosa que solo un novelista con su experiencia podia acometer. La variedad de personajes, de situaciones, de registros linguisticos, de tecnicas narrativas, hacen de Sur una novela deslumbrante y fascinantemente rica en la que estan todas las historias que hierven en una ciudad, oscilando cada dia entre el infierno, la salvacion o la insignificancia.

  • Los que cambiaron y los que murieron de Barbara Comyns

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    Los patos atravesaron nadando las ventanas del salon. El peso del agua las habia abierto a la fuerza, de modo que los animales entraron en el interior. Circunnavegaron la estancia entre graznidos de aprobacion, despues partieron otra vez hacia al exterior para explorar el maravilloso nuevo mundo que habia llegado durante la noche. En los escalones del porche, el viejo Ives los llamaba aporreando su cubo rojo con un palo, pero aquel dia los anades desoyeron sus instrucciones y se alejaron remando, blancos y resplandecientes, hacia la cancha de tenis. Alli estaban los cisnes, sondeando el agua parduzca y turbia con sus largos cuellos. Por todas partes se oia el chasquido sibilante del agua al penetrar en lugares insolitos, resonaba un bramido lejano y por encima el griterio de los hombres que trataban de rescatar al ganado de los pastos cercanos al nivel del rio. Un cerdo paso chillando, sus patitas chapoteaban freneticamente y se agarraban al pescuezo, rojo y ensangrentado, y una barcaza de casco plano con varios hombres a bordo le iba a la zaga. La embarcacion daba vueltas y vueltas sobre los fieros remolinos de la corriente; con todo, al final salvaron al cerdo, que grito aun mas fuerte. Los ninos, Hattie y Dennis, contemplaban el rescate desde la ventana de un dormitorio, y de pronto salio el sol radiante y cegador y lo bano todo de plata. Desde abajo, el viejo Ives dijo: --Mala cosa que brille el sol con una riada, se lleva la humedad de vuelta al cielo. La abuela salio a su encuentro, e intercambiaron unas palabras en el porche. Olia intensamente a barro y era el primer dia de junio. En las cocinas, las criadas se habian arremangado las faldas prendiendolas con alfileres e intentaban preparar el desayuno entre chapoteos. Sus piernas desnudas estaban muy enrojecidas. En los fogones ardia una lumbre esplendorosa, y las llamas se reflejaban en el agua, pero el ambiente estaba impregnado de un olor a humedad y a bodega. Las muchachas --dos hermanas llamadas Norah y Eunice-- reian mientras perseguian una cesta flotante llena de huevos. Sus risas se transformaron en aullidos cuando una enorme sombra vocinglera paso volando por la ventana; pero no era mas que el ultimo de los pavos reales que aleteaba de un arbol al tejadillo de la carbonera. Los otros tres se habian ahogado durante la noche, y sus cuerpos flotaban tristemente por el jardin, aunque nadie estaba aun al corriente, como tampoco lo estaban de lo que les habia ocurrido a las gallinas. A lo largo del dia, encerradas en su corral penumbroso, sucumbieron a la depresion y al hambre y se precipitaron de una en una desde sus perchas para suicidarse en el agua gelida, dejando unicamente a los gallos con vida. Sus afligidas comadres cluecas, todas empollando, se hallaban en otro corral oscuro y pestilente y corrieron la misma suerte. Se colocaron sobre sus huevos en una especie de sueno negro y melancolico hasta que el agua las cubrio por entero. Cacarearon un poco; pero eso fue todo. Durante unos instantes tan solo sobresalieron del agua sus crestas rojas, y despues desaparecieron. Ebin Willoweed estaba dando un paseo en barca con sus hijas por el jardin sumergido. Remaba con brazadas suaves y poco efectivas, pues era un hombre perezoso, aunque gracias a una marcada vena curiosa, no era del todo indolente. Remaba bajo un sol ardiente; la luz refulgia con fuerza y el agua brillaba. De vez en cuando el bote se daba un golpe o un rasponazo cuando pasaba sobre una silla de jardin, un tronco o un objeto ligeramente cubierto por el agua. Desfilaban extranos objetos flotantes de aspecto deplorable: el cuerpo hinchado de una oveja ahogada, la lana mustia en el agua, una colmena blanca con las abejas, perplejas, revoloteando a su alrededor; un lechon recien nacido, rosado, y muerto; y los restos atroces de los pavos reales. Que sorprendente resultaba ver aquellas imagenes tan desoladoras bajo un sol radiante y un cielo azul; una llovizna brumosa habria sido mucho mas adecuada. Ahora pasaba un gato atigrado con la panza abotargada, las pequenas garras en la superficie y la cabecita hundida en el agua. Ebin Willoweed lo miro con interes con sus redondos ojos azules y le dio un toque suave con el remo. Pese a la profunda tristeza de sus hijas y sus ruegos por regresar a casa, puso rumbo al rio. Entonces la corriente se embravecio y el impacto de los remolinos contra arboles y postes se hizo audible, asi que no le quedo mas remedio que ceder un remo a una de las ninas para reconducir la barca hacia la seguridad del jardin. Despues de semejante esfuerzo se mostro ya mas dispuesto a volver. Cuando entraron en la casa, la abuela bajo apresurada de su dormitorio para recibirlos. Chapoteaba por el vestibulo inundado, y con su voz grave, mas bien nasal, grito: --Contadmelo todo acerca de la riada. ?Ha destrozado el puente? ?La presa ha aguantado? ?Sabeis si se ha ahogado alguien? Los bombardeaba a preguntas. Con una mano se arremangaba el largo faldon negro; con la otra sostenia la trompetilla larga y curvada. Emma, la nieta mayor, se acerco a la corneta y grito por ella unos instantes. El artilugio se cubrio de vaho, Emma se lo devolvio a su abuela y se limpio los labios con la falda de algodon. La abuela ordeno a voz en grito: --Pero no os marcheis todavia, contadme mas. ?Que ha sido de mis parterres de rosales? El hijo agarro la trompetilla que su madre sacudia freneticamente sobre la cabeza y voceo hacia sus negras profundidades: --Hay animales muertos flotando por todas partes. Tus rosales estan completamente cubiertos, tendras suerte si se salva un ramillete. --?Mollete? ?Que mollete? ?Ya esta la comida? La anciana se abrio paso por el agua hacia el comedor, donde Dennis se entretenia con una flota de barquitos de juguete. --!Hallo, marinero de agua dulce! --saludo su padre. El muchacho no respondio y se acuclillo para deslizar el barco que tenia en las manos. Los colores se le subieron a las orejas--. ?Te gustaria salir conmigo a rescatar alguna oveja? --le pregunto con fingido entusiasmo. --No, gracias, papa. Creo que hoy no me encuentro demasiado bien. Su padre lo miro con una mezcla de fastidio e impaciencia. --!Por Dios! Pero ?es que nunca te apetece hacer nada, blandengue? Bueno, subire a mi habitacion; es el unico sitio donde se puede estar hoy. No habra prensa, supongo. Se marcho del comedor sin dejar de refunfunar y subio las escaleras hacia su guarida en lo mas alto de la casa. --Cualquiera podria encontrarse mal --se dijo el muchacho para sus adentros, y siguio jugando con sus barquitos. Los habia construido el mismo y eran su mayor orgullo. --No le hagas caso a papa --lo animo Hattie--. ?Te has dado cuenta de que esta riada mantendra nuestras lecciones alejadas de su mente durante varios dias, o puede incluso que una semana? Rompio a reir de felicidad y empezo a chapotear por el agua con sus oscuros pies descalzos. La abuela reparo en que no habia indicios de los molletes y en que la estaban salpicando innecesariamente, asi que le propino un capon a Hattie en la lanosa cabeza y espeto: --Para ya, nina. Ve a la cocina a ver que andan tramando ese par de fulanas perezosas. Y Hattie se alejo berreando por el pasillo. En la planta superior, Emma estaba sentada en el alfeizar de la ventana de su dormitorio, que estaba abierta de par en par y se deleitaba al sol mientras se peinaba la melena cobriza como la mermelada de naranja. Cerro los ojos y olvido las aciagas escenas sumergidas de la manana. Un profundo sentimiento de satisfaccion se apodero de ella al sentir el calor del sol y al cepillarse el pelo, sonadora. Despues abrio los ojos, se examino las manos y se pellizco la punta de las unas, esperando que algun dia fueran largas y puntiagudas. <> Mas arriba en su guarida, arrellanado en su desvencijado sillon de cuero, su padre se preguntaba si habria sido demasiado duro con Dennis. <> Encendio la pipa. <> Volvio a encenderla. <>

  • Neandertal Eterno 3, Mary Ferre de Mary Ferre

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    El repentino arrepentimiento de Nancy ha incrementado despues de los ultimos hechos acontecidos. La joven duda sobre su actuacion regresando otra vez a su punto de partida emocional y tendra que continuar afrontando nuevas metas personales sin dejar a un lado sus sentimientos por el hombre del que se enamoro.

  • El amor molesto de Elena Ferrante

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    Una tragedia familiar se convierte en un reencuentro entre Delia, la protagonista de esta historia, y la ciudad de Napoles… y la infancia que con tanto empeno intento olvidar.

  • Misterio en Lasalle de Phoebe Willows

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    Cuando el guapo y misterioso marques de lasalle le propone matrimonio, Chloe una joven pobre y huerfana siente que vive un cuento de hadas. No puede creer lo afortunada que es.
    Hasta que de repente descubre que su marido no es ese principe del que se ha enamorado sino un hombre loco y atormentado y lleno de secretos.
    Cuando descubra el horrible misterio que esconde su marido querra escapar pero descubrira que es demasiado tarde para hacerlo…

  • A pesar de todo… Sigo siendo audaz de Rosirys Rondon

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    Camila es una mujer audaz y Matthew un hombre testarudo.
    Un accidente lleva a una apuesta que se convierte en otra y luego en otra mas, hasta que lo que se compromete es el corazon. Ninguno buscaba una historia de amor, pero les resulto imposible luchar contra sus sentimientos y al final entendieron que rindiendose era la unica manera de ganar.
    A pesar de todo... Sigo siendo Audaz es la segunda entrega de la saga "A pesar de todo" ahora concentrada en la historia de otra de las socias de Tu Decoracion, Camila Uzcategui, la mas decidida y alegre del grupo, fanatica del helado y de vez en cuando de la combinacion de colores exoticos.

  • Un romance entre recetas de Ariel Moncalvo

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    Emilio y Griselda se conocen en una Isla alejada de la ciudad. Ambos intentan escapar de su pasado, pero no les resulta nada facil. Ella es chef de un Hotel 5 estrellas y sabe muchas recetas de memoria. El tuvo su esplendor en Francia y ahora es un chef venido a menos, muy desordenado y desprolijo. Cuando aparece el romance, sus ex se hacen presentes intentando reconquistar a sus parejas. ?Como continuara la vida de Emilio y Griselda? ?Podran cortar con su pasado para recomenzar una vida? Este libro es una comedia romantica llena de enredos, donde el drama esta presente con cada historia que se les presenta.

  • Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson

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    Harriet Vanger desaparecio hace treinta y seis anos en una isla sueca propiedad de su poderosa familia. A pesar del despliegue policial, no se encontro ni rastro de la muchacha. ?Se escapo? ?Fue secuestrada? ?Asesinada? El caso esta cerrado y los detalles olvidados. Pero su tio Henrik Vanger, un empresario retirado, vive obsesionado con resolver el misterio antes de morir. En las paredes de su estudio cuelgan cuarenta y tres flores secas y enmarcadas. Las primeras siete fueron regalos de su sobrina; las otras llegaron puntualmente para su cumpleanos, de forma anonima, desde que Harriet desaparecio. Mikael Blomkvist acepta el extrano encargo de Vanger de retomar la busqueda de su sobrina. Periodista de investigacion y alma de la revista Millennium, dedicada a sacar a la luz los trapos sucios de la politica y las finanzas, Blomkvist esta vigilado y encausado por una querella por difamacion y calumnia presentada por un gran grupo industrial que amenaza con arruinar su carrera y su reputacion. Contara con la colaboracion inesperada de Lisbeth Salander, una peculiar investigadora privada, socialmente inadaptada, tatuada y llena de piercings, y con extraordinarias e insolitas cualidades.

  • Cuando tu vida es un libro de Alina Bronsky

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    Una historia de intriga y llena de humor sobre el descubrimiento de uno mismo, la amistad, la traicion, el primer amor. Y sobre como un libro puede cambiar de un dia para otro la vida de las personas.
    Kim tiene quince anos y nunca le han gustado los libros. Leer le parece algo tan aburrido, que el dia que tiene que asistir con su clase a una lectura cree que se va a quedar dormida… Pero sucede lo contrario: de repente esta mas despierta que nunca, porque todo lo que la autora va leyendo parece !un retrato identico a la vida de Kim! Es verdad que hay un par de nombres diferentes y algunos detalles insignificantes que no cuadran, pero el resto es exactamente igual.
    Kim compra el libro y cuando termina de leerlo, le aterra ver que uno de los protagonistas, que bien podria ser su companero de clase Jasper, muere al final de la historia.
    Con la ayuda de su mejor amiga Petrowna, Kim decide armar un plan para intentar a toda costa evitar el tragico desenlace. No imagina las sorpresas que aun le esperan, porque, a diferencia de los libros, la realidad es siempre cambiante e impredecible.

  • Cada dia mas cerca de Mandy Love

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    Marta es una mujer con una vida normal, inundada en la rutina del dia a dia, hasta que decide sentirse libre y se separa de su marido. Algo despierta el sentido de libertad en ella, lo que la lleva a interesarse por su Jefe, un hombre con todas las letras y no esta por demas decirlo con mucho dinero, poder y estatus. Esto llevara a Marta a vivir en una de las mas increibles y memorables historias de romance de su vida. Una aventura con todas las letras que te apasionara y te dejara intrigada hasta el final.
    Mandy Love es una escritora Espanola, autora y duena de numerosas novelas romanticas en donde la libertad femenina es lo primordial, la aventura, la sensacion de ser una mujer completa y libre esta presente en sus novelas. Muchas de sus historias estan basadas en hechos reales. Te invito a descubrir sus novelas, de aseguro que te encantaran.

  • Un hombre audaz, Diana Palmer de Diana Palmer

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    El antiguo agente de fronteras Dalton Kirk penso que su vida habia acabado, literalmente hablando, cuando una banda de traficantes lo dio por muerto. Desafiando todo pronostico, sobrevivio a la dura prueba y regreso a su cercano rancho de Wyoming para dedicarse a una vida mucho mas tranquila y hogarena. Hasta que la encantadora Merissa Baker llamo a su puerta.

  • 30 maneras de quitarse el sombrero de Elvira Lindo

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    En los anos veinte, Maruja Mallo, Margarita Manso y Concha Mendez desafiaron las normas de la epoca al quitarse el sombrero en plena Puerta del Sol, haciendo de ese gesto un acto de desobediencia. Escritoras, pintoras, fotografas y creadoras de diversas disciplinas han seguido su ejemplo al expresar sus opiniones y trasladar su particular vision del mundo al debate cultural de su tiempo. A lo largo de la historia, muchas mujeres se han visto obligadas a quitarse el sombrero de la imposicion social que las ha mantenido alejadas de una comunidad intelectual mayoritariamente masculina.

  • Chelsea (Senoritas britanicas 4) de Scarlett O'connor

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    Scarlett regresa con el tan esperado cierre de la serie Senoritas Britanicas. Una historia que te hara ilusionar, y coloca un broche de oro a su anterior entrega, Senoritas Americanas.

  • Juego de Sombras de Aitor Angelats

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    Siguiendo las indicaciones de una desesperada carta de auxilio que ni siquiera lleva su nombre como destinatario, Ted Legentrell, un desconocido cientifico de Domstrool, se ve empujado a embarcarse en el Cillian y atravesar el mar con rumbo a Angra. Al pisar por fin tierra firme, Ted conocera al senor ToddCodge, responsable de tal llamada de socorro. Juntos investigaran una oleada de muertes y desapariciones y se adentraran en un laberinto de pistas desordenadas y desconcertantes, que les conduciran a desenmascarar el nudo de mentiras y sombras que se cierne sobre Cliffdavil.
    Al final de todas las pesquisas, descubriran que tras aquel oscuro cortinaje de misterio siempre estan “ellas”; una sombria incognita vestida de feminidad.

  • A la caza de un impostor (Bdb), Alexia Mars de Alexia Mars

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    Libro 2 de la serie Cazadoras

  • Hoy te quiero mas que ayer, ya manana se vera de Benito Troya

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    Comedia romantica que nos muestra la vision masculina del amor y las primeras citas.

  • Tras el recuerdo (eLit 2) de Julie Elizabeth Leto

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  • Ladrones de libertad (Marabilia 3) de Iria G. Parente , Selene M. Pascual

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    La tripulacion del Angelique esta orgullosa de ser lo que es: una tripulacion de piratas. Su dia a dia consiste en navegar por los mares de Marabilia entre aventuras, asaltos a barcos y busquedas de riquezas; en definitiva, los piratas del Angelique viven sin acatar leyes ni obedecer ordenes de nadie.
    Hasta que el rey Geraint de Dahes los captura y todo apunta a que eso se ha terminado. La pena por pirateria es la muerte. A menos, claro, que alguien les proponga un trato que les permita salvarse… Uno que a su vez ofrezca la posibilidad de una venganza muy ansiada.
    Ante un tesoro tan valioso como la libertad, cualquier precio parece escaso.

  • Una app para estar juntos de Helena Moran-hayes

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    Ese dia decidi tomarmelo para mi. Tome mi silla de playa y meti en mi bolso una botella de agua, unas frutas, mi libro, un sueter y sali. El verano en North Berwick era particular como todo verano en el Reino Unido. El cielo estaba nublado, aunque de vez en vez se podian ver algunos rayos de sol que escapaban rebeldes reclamando que era verano y ellos tenian derecho a salir, a pesar de eso la temperatura estaba agradable. Me quedaban cuatro dias para ir a cumplir mi sueno. Empezaba mi master en restauracion de obras de arte en la Universidad de Dublin. Mi master que tanto me habia costado para que me aceptaran. Pero cuando entre lo hicieron, me ofrecieron una beca para la matricula y no habia nada en el mundo que me detuviera. Sentia que mi vida al fin tenia sentido. No solo cumplia mi sueno, sino que lo hacia con mis propias manos. Habia ahorrado por casi cuatro anos hasta el ultimo centavo y sobrevivido gracias a la caridad de Day-day. Mi amiga de la infancia, Daisy habia heredado un piso y me habia ofrecido mudarme con ella sin tener que pagarle, con la unica condicion de que por lo menos una vez a la semana le hiciera la deliciosa lasana de mi abuela, lo que me parecio un precio mas que justo. Cuatro anos despues, cada domingo las dos nos sentabamos en la mesa -a veces con acompanantes, a veces solas-, a disfrutar de la lasana. Busque un punto tranquilo de la playa, ese dia queria que fuese mio, el menos en el dia, en la noche saldria con mi mama y la tia Sage a comer y al otro dia me quedaban las despedidas. Una cena que me habia ofrecido mi mama con sus amigas de su club de lectura, lo que yo sabia se convertiria en la discusion monumental del ano con mi mama aun pidiendome que le explicara como era mas importante un master en restauracion, que casarme y tener familia, y con la tia Sage defendiendome y diciendole a mi mama que se buscara su vida y dejara de vivir a traves de la mia. A esas alturas, ya las discusiones me divertian, a diferencia de unos anos atras cuando acababa de recibir mi grado en Artes donde mi mama empezo su campana de "voy a morir sin ser abuela". Cabia acotar que mi mama solo tenia 55 anos. Pero luego de unos anos me habia reconciliado con su manera de pensar y hasta la entendia. Ella, hija unica de una hija unica, y con una hija unica, a mi mama le atormentaba la idea de quedarse sin familia y aun mas con su unica hija sin las mas minimas intenciones de formar una, es mas, de tener pareja… estable al menos. Desde hacia unos anos atras habia adoptado la estrategia de algunos hombres, mejor tener aventuras divertidas que una relacion estable con preocupaciones. Infidelidad, rutina, aburrimiento, tristezas… no, no, no. Eso no era para mi, lo mio era la libertad y mi unica preocupacion era ser contratada como restauradora en algun museo importante, en Edimburgo preferiblemente para no estar tan lejos de mi mama y dentro de todo, de la playa, asi fuese helada y gris. El olor a mar y la brisa me sabian a libertad sin contar con que a mi me gustaba mi pequena ciudad, ella me habia dado mi pequena familia, a mis amigos y muchas, pero muchas alegrias. Senti los rayos de sol rebelarse otra vez en contra de las nubes. Tome un sorbo de agua, saque una manzana y mi libro. Nada como una novela romantica para relajarse frente al mar. El sonido de mi telefono me saco de concentracion despues de no se cuantas paginas. Mire la pantalla. Sonrei. Mi madre. La pobre queria compartir conmigo cada segundo de mis ultimos dias en el pueblo, conmigo. *?Eli, donde estas? *Estoy en la playa ma, y antes de que me lo preguntes, si, tengo puesto un sueter, -no tenia por que explicarle que era un sueter ligero-, y tambien traje una manta. Escribiendo… Escribiendo… Escribiendo… Con mi mama era siempre igual, el movil podia senalarme por media hora que estaba escribiendo para luego contestarme con un monosilabo. Podia tomar una siesta, despertarme, ver la pantalla y me mostraria el mismo mensaje. *?Exactamente? Voila. No era un monosilabo, pero… *Al frente del restaurante de fish and ships del Sr. McKinean. Escribiendo… Escribiendo… Escribiendo… *Ok. Monosilabo. Rei. No iba a decir que iba a extranar los mensajes porque conociendola, los primeros dias me iba a escribir varias veces por dia. Mire a mi derecha. Un grupo de chicas y chicos jugaban voleibol a unos metros de distancia, tenian mantas en la arena con comidas y bebidas. Sus gritos y risas se escuchaban a los lejos como un susurro. De repente a mi izquierda vi un movimiento por el rabillo del ojo, alguien se acercaba. Baje mi mirada y me di cuenta de que un balon de futbol venia a toda velocidad en mi direccion. No me iba a pegar, pero estaba bastante cerca. Estire mi pierna y atraje el balon hacia mi, la figura de un hombre se hizo nitida. --Elina ?quien iba a creerlo? --su rostro era de sorpresa, incredulidad y picardia. Miro a sus espaldas como buscando a alguien, pero en dos segundos me miraba de nuevo y sonreia. La voz pertenecia a Tim Kerr, mi viejo amigo de la infancia, habiamos sido los mejores amigos toda la vida, pero por circunstancias que preferia olvidar, nos habiamos alejado, nos veiamos en las reuniones de amigos pero ya no eramos los amigos que fuimos hasta unos anos atras. A veces lo extranaba y lamentaba haberme alejado de el, Tim siempre andaba de buen humor y siempre fue un amigo leal. Su cabello rubio alborotado no habia cambiado en nada y su sonrisa divertida tampoco. --!Tim, que gusto verte! ?Aprovechando los pocos rayos de Sol? --hice el ademan de levantarme, pero el se acerco y me dio un beso en cada mejilla y un corto pero calido abrazo. Tuve la suerte de contar con unos amigos increibles, estudiamos juntos desde el preescolar hasta finalizar el bachillerato. En el ultimo ano en nuestro curso habia mas chicos que chicas y ellos nos cuidaban mejor que a sus hermanas, nunca nos faltaron el respeto y fuimos de los afortunados que no conociamos el acoso escolar, de hecho, eramos como una hermandad. Yo me aleje un poco cuando me fui a Edimburgo a estudiar, pero cuando visitaba a mi mama, aprovechabamos todo el tiempo posible para reunirnos y recordar viejos tiempos. --Cruzando los dedos para que este verano tenga mas dias como este --sonrio-- ?Y que haces aqui sola? Ven con nosotros, estamos celebrando el aniversario de mis padres y tenemos una barbacoa en la vieja posada Berwick y presiento que la vas a disfrutar. No es como las que haciamos en casa de Oliver pero creeme que te vas a divertir. ?Te acuerdas de las barbacoas en su casa? --Por supuesto que las recuerdo y su casa tambien --ambos reimos, la casa de Oliver era el centro de operaciones de nuestro curso cuando queriamos armar buenas fiestas porque sus padres siempre estaban viajando y porque la casa de 500m2 con la terraza gigante y la piscina, eran inolvidables--, pero me temo que tengo que rechazar tu oferta, hoy estoy tratando que sea un dia "Zen", dentro de cuatro dias me voy a Dublin y tendre pocos dias como este para disfrutar en paz. --Ya sabia lo de tu viaje, felicitaciones por ese master, por cierto --me respondio sincero y rio cuando vio mi ceno fruncido--, !Ah, querida Eli! Esto es un pueblo y tiene chismes de pueblo, aunque por todas las cosas que pasaron, nos hayamos alejado, no significa que no me interesa tu vida y no me alegre de tus triunfos. Suspire derrotada. No solo porque en North Berwick era imposible mantener un secreto, sino porque extranaba poder compartir mis logros con Tim y que no se tuviera que enterar por chismes de pueblo de mis cosas. --Te voy a dejar un rato sola pero no creas que voy a desistir, en poco tiempo te envio a la caballeria a buscarte. Solte una carcajada y mire detras de el, estaba segura de que con el estaban como minimo con Bob, ademas que donde hubiera alcohol y carne, Bob estaba presente. Rei. Recorde la ultima vez que Tim dijo que enviaria la caballeria y estuve una semana durmiendo solo dos horas, y bueno, a veces ni dormia. Su ultima "caballeria" me habia marcado de por vida. --No, no, no. Yo conozco sus planes y la ultima vez fue un desastre. --Eli, la ultima vez fue hace unos anos cuando regresaste de Edimburgo despues de graduarte y no digas que no fue la semana mas divertida de tu vida. Solte una carcajada. --Lo fue, por eso me da panico tu propuesta. Me quedo con los recuerdos de esos cuatro anos atras y con mi tarde tranquila de hoy. Unas voces se escucharon al fondo llamandolo. --Vete que tienes el juego detenido por estar tentandome. Tim empezo a correr hacia su grupo, se giro sin detenerse. --Disfruta el poco momento de paz que en un rato te llega la caballeria. --!Alejate mensajero del diablo! --le dije sonriendo. Hacia falta un milagro para que me sacaran de la comodidad de mi silla de playa y mi libro. Mire al mar. Luego mire como Tim se alejaba, mas para asegurarme de que se fuera y no volviera con sus ideas locas. Recorde la ultima vez que me habia amenazado con enviarme la caballeria. Cerre los ojos por unos segundos. Recorde ese verano. No lo iba a admitir, pero en realidad si fue una de las mejores semanas de vida. Ese verano la artilleria pesada de Tim llego con unos cabellos rojos alborotados, una sonrisa encantadora, los ojos azules mas hermosos del mundo, los brazos mas firmes de toda Escocia !Ah! Y los besos mas dulces de la isla. Evan Scott era el primo de Tim, par de anos mayor que nosotros que habia llegado ese verano a visitar a Tim porque siempre era el el que viajaba a Edimburgo. La situacion no fue muy diferente a esa tarde, solo que en ese momento, cuatro anos atras, yo estaba con Daisy y Megan poniendome al dia con los ultimos chismes del pueblo. Ese ano no habia podido verlas en Navidad porque estaba en finales, mi madre tuvo que ir a Edimburgo y ahi pasamos las dos juntas las fiestas. Asi que era mucho lo que tenian que contarme. Entre otras cosas que Megan estaba saliendo con Luca. --Imaginate --dijo Daisy en una carcajada--, despues de estudiar toda la vida con el tonto de Moretti, espero cuatro anos mas en darse cuenta de que le gustaba y empezar a salir con el. La dos nos volvimos a reir. --No tarde todos estos anos en darme cuenta, que iba a saber yo que Luca practicaria rugby y su trasero se iba desarrollar como la obra de arte que es ahora. Mas carcajadas. --Estas mas enamorada de su trasero que de el. --Pues si --se encogio de hombros y saco su movil--, por cierto, me dijo que le avisara donde ibamos a estar para acercarse, te quiere dar un abrazo Eli, no te ha podido ver desde que llegaste.--Y yo a el, en especial a su trasero. Daisy escupio la cerveza que se estaba tomando. --Su trasero es mio ?Ok? Tu abrazalo de la cintura para arriba. Megan le escribio mientras seguian las bromas sobre el trasero de Luca. En media hora, Luca, Oliver, Tim, Bob y Dylane estaban llegando con un par de chicas y un monumento de pelo rojo y ojos azules.

  • Dos besos de mas de Minerva Ros

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    Habia sido uno de los turnos mas horribles en los que habia trabajado. Todo habia salido mal, y Lucia era consciente de que si habian conseguido llegar al final del dia sin hojas de reclamaciones o la policia incordiandoles en la entrada habia sido exclusivamente porque Diego habia desplegado todo su encanto. Estaba cabreado porque le habia tocado a el supervisar aquel turno del demonio, porque Lucas se habia puesto a vomitar en la cocina y habian tenido que tirar una tanda de hamburguesas que se encontraba peligrosamente cerca del asqueroso cerco de jugos gastricos del camarero. Todos estaban cansados, porque, aunque se alegraban de que el restaurante fuera bien, los fines de semana eran agotadores y los jefes recortaban todo lo que podian en personal, y no les importaba la tremenda carga de trabajo que tenian que asumir. Les salia mas barato darles un pequeno plus a fin de mes que contratar a mas camareros. Cuando salia el tema, Diego siempre se ponia a blasfemar en argentino por todo el office, sin cortarse. Luego tomaba aire y volvia a salir a sala con la sonrisa de siempre. Aquella noche habian tenido que aguantar un turno especialmente intenso y sin poder suplir a Lucas cuando se marcho a casa con una gastroenteritis de caballo. Uno de los jefes del local, al que hacia poco le habia dado un aire y decia que queria involucrarse en el negocio y no ser solamente socio capitalista, habia hecho mal un pedido, por no tener ni idea y carecer de un minimo de humildad para reconocerlo, basicamente, y al poco de empezar se habian quedado sin la salsa de las patatas fritas estrella de la carta y habian tenido que mandar a uno de los pinches corriendo al supermercado de la esquina a por tomates, y habia sido Diego, y no el jefecillo de los cojones, el que habia tenido que lidiar con las infulas del cocinero porque esos no eran los tomates roma que habia pedido, sino que ponia en el envoltorio que eran tomates pera. --Son lo mismo, Carlo. --No lo son, Diego, !la receta no va a quedar igual! !Este nino es un inutil! --!Son lo puto mismo, Carlo! --insistio Diego con aparente calma, mirandole fijamente e intentando hacerle entender por las buenas que no anadiera lena a aquel infierno. Al rato, un grupo de amigos que estaban en la primera parada de su parranda nocturna, con varias cervezas de mas entre pecho y espalda, se pusieron a gritarle obscenidades a Ana y a tirarle pellizcos al culo cuando les traia los pedidos. Ana, por supuesto, le propino a uno de ellos tal bofetada que le puso a llorar del susto. Gritos, amenazas con llamar a la policia, exigencias de hojas de reclamaciones, Diego que sale, pone orden, manda a Ana a otro lado, se encara con los tipos, los tipos que al final se marchan por no pelearse con ese encargado de mas de metro noventa que esta en mejor forma fisica que todos ellos juntos. Los de la mesa once, una pareja tan acaramelada que estaban empezando a dar un poco de asco, se intentaron marchar sin pagar sobre las diez de la noche. Estallo una copa de vino en uno de los lavavajillas, y hasta que alguien pudo tomarse un rato para deshacerse de los cristales anduvieron corriendo de un lado a otro con los platos sucios e incluso lavando cosas a mano para salir del paso. Cuando por fin echaron abajo la persiana, con todo aun por recoger y fregar, Diego decidio tomarse un momento junto a la salida de atras. Y alla se lo encontro Lucia cuando sacaba una de las primeras tandas de bolsas de basura. Diego fumaba, con los ojos entornados, masajeandose el cuello, y a ella le parecia que no podia existir en el mundo, objetivamente hablando, nadie mas sexy. Ninguna estrella de Hollywood, ningun modelo de ropa interior, con mas atractivo que aquel hombre cansado y sudoroso, y aun asi divino bajo la luz de las farolas. Diego le ofrecio el cigarrillo. --No fumo --dijo Lucia. --Yo lo estoy dejando --comento Diego. Y Lucia cogio el cigarro y le dio una calada porque, basicamente, en ese instante le apetecia mucho tener en los labios algo que hubiera pasado por la boca de Diego. Fumaron un par de minutos en silencio, con cierta complicidad. --Despues de esto necesito librar como tres anos --bromeo Diego restregandose la barba y provocandole a Lucia un pequeno brote de placer. Fue entonces cuando a ella se le paso algo por la cabeza, muy fugazmente. Estaba segura de que aquel arrebato se debia al cansancio y a la tension acumulada del dia, y quiza a que, como todo ser humano que lo tuviera cerca, habia tenido algun que otro sueno erotico con el. Sabia como era Diego, y sabia como era ella. Conocia a la clase de chicas que le gustaban a el, con las que coqueteaba y que solian acompanarlo, incluida aquella ocasion en que lo pillo alli mismo, hacia unos meses, en la parte sin luz del callejon, mientras la rubia de la mesa ocho que no habia dejado de lanzarle miradas coquetas toda la noche estaba de rodillas frente a el. Lucia se acordaba de la verguenza, de la curiosidad y de la irresistible cara de placer de Diego, antes de escabullirse de vuelta al office intentando no ser vista. Diego era de los que dejaba que una clienta le hiciera una mamada en el callejon de atras en pleno turno y despues volvia al trabajo como si nada. Ella no se acercaba siquiera a tener un minimo de aquella osadia, pero en ese momento, como si estuviera borracha, andaba con todos los cables cruzados. --?Tienes algo que hacer despues? --le pregunto, aparentemente indiferente, pero tambien intentando dejar caer que le gustaria llevarselo a casa, o a cualquier otro lugar, y quiza hacerle lo de la rubia de la mesa ocho. --Me ire a intentar dormir todo lo que me deje el cuerpo --dijo Diego con un suspiro de cansancio, mirando el vacio. Lucia aun lo observo un poco mas sin entender si se trataba de una indirecta o no se habia dado cuenta. Fuera lo que fuese, se alegro, porque en el momento en que la supuesta invitacion a acostarse con ella salio de su boca, se le derrumbaron las ganas. ?En que estaria pensando? No iba a ser la primera camarera que se pillaba por Diego y despues de que el se lo pasara bien un par de dias se tenia que acabar marchando destrozada, porque Diego era incapaz de mantener ninguna clase de relacion mas alla de la cama. O de los callejones traseros. Y, lo peor, ella ni siquiera estaba pillada por el. Le gustaba porque tenia ojos en la cara y era imposible no fijarse en sus pectorales, o en su espalda tensa y musculada cuando se agachaba a recoger una caja o a colocar el genero en las baldas, o cuando se desvestia sin disimulo delante de quien fuera en los vestuarios y dejaba al aire los tatuajes y el cuerpo fibroso por todo el deporte que practicaba. Y era un companero agradable y divertido. Pero, mas alla de eso, ni siquiera era su tipo. Mas alla del sexo, nunca tendrian ningun tema de conversacion interesante. Y Lucia no se sentia capaz de estar con alguien solo por el sexo. Ni siquiera con Diego. Se lo habia propuesto muchas veces, pero no le funcionaba. Lucia era de las que sin pensarlo se enamoraba con el primer golpe de viento, y normalmente esperaba que las relaciones fueran mucho mejores de lo que eran en realidad. Ella no sabia estar sin la ternura ni las palabras bonitas, y se le iba toda excitacion de pensar en terminar de follar y levantarse de la cama como si nada. Lucia le devolvio el cigarrillo y estiro los brazos. --Hale, Lucita, nos toca pringar. Lucia volvio a la realidad. Diego se habia liado con muchas, y se acostaria con muchas mas, sin duda. Pero Lucia nunca seria una de ellas, y todo estaba bien asi. Capitulo 1 Dos anos despues No supo bien por que se fijo, porque ella nunca levantaba la cabeza cuando iba de camino a la boca del metro, y menos cuando iba tan embebida en su propio mundo y se acercaba peligrosamente la hora de la comida. Sin embargo, ahi estaba; acababa de pasar por su lado y era el. No la habia reconocido. Ella se giro y le busco con la mirada hasta localizarle entre el gentio, un poco antes de llegar al paso de cebra de la avenida. --!Diego! --le llamo para que no desapareciera--. !Diego! Y el se giro. No pudo evitar sonreir al ver a su viejo companero de trabajo, tan alto, tan rubio, de ojos de color avellana y un atractivo natural como pocos habia conocido en su vida, con el pelo un poco mas largo de como lo recordaba recogido en un pequeno mono desalinado, una camiseta de manga corta que habia conocido tiempos mejores y unos enormes pantalones de payaso de color verde botella bailando en la cintura solo sujetos por unos tirantes a sus hombros. Parecia que estuviera dentro de una piscina portatil. Al principio, cuando el se giro y la reconocio, ella solo sonrio, pero al verle asi vestido no pudo evitar echarse a reir. El la reconocio a lo lejos y tambien sonrio, senalandose los pantalones. Y de repente eran dos viejos amigos partidos de risa en mitad de la calle un dia cualquiera. Quiza fue la impresion de la indumentaria, o que realmente en aquel dia gris se alegraba mucho de encontrarse con alguien que, en su tiempo, llego a ser un buen companero, e incluso un poco amigo a ratos, con quien compartio muchas horas de su vida. El hecho es que, en vez de saludarle de manera normal (llevaban unos dos o tres anos sin verse, desde que ella dejo el restaurante), se acerco a el y le dio un verdadero abrazo de oso, muerta de la risa. Y en ese momento el se quedo bastante impresionado por lo que estaba pasando. No se esperaba el abrazo, ni la risa. Tampoco es que esperase recibir indiferencia al pasearse vestido de payaso por media ciudad, pero el calor de aquel abrazo (la cercania de ella, la risa, y el sol que le hacia desprender un aroma dulzon a su pelo, la mano de ella acariciandole el hombro y dandole una palmadita), los dos o tres segundos que duro, le hizo sentir bienvenido por primera vez en mucho tiempo.

  • AMOS Y MAZMORRAS IX de Lena Valenti

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    EL MUNDO DE LA NOCHE Y EL PECADO.
    UNA CIUDAD CORRUPTA Y PROHIBIDA.
    TRES HERMANOS DOMINANTES, SALVAJES Y MALDITOS.
    Y UNA MUJER QUE NO ESTA PARA TONTERIAS.
    QUE EMPIECE EL JUEGO.

  • Hija unica de Mi-ae Seo

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    Se informo del incendio en el barrio de Eungam-dong a las 3.37 de la madrugada del 17 de junio. El aviso <> aparecio en la pantalla de la sala de control del cuartel general de la Direccion Nacional de Bomberos de Namsan y de inmediato se informo al cuerpo de bomberos del distrito Oeste, las comisarias de la zona y el equipo de investigacion sobre incendios de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. El investigador de incendios Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, estaba de guardia cuando llego la informacion, durmiendo en la sala de descanso del personal. Lo llamaron al movil y se levanto frotandose los ojos. Habia dormido apenas dos horas, porque habia tenido que quedarse hasta despues de la una de la madrugada redactando un informe. Los parpados se le caian, pero salio a tomar aire y el viento frio le espabilo. El aire fresco de la madrugada incluso se llevo los ultimos rastros del sueno. Sang-uk fue caminando al aparcamiento. Antes de subirse al coche, llamo a su companero, el sargento Yu Dong-sik. Su voz delataba que tambien lo habian cogido durmiendo. --Ya estoy despierto, ya. Al parecer, lo habian llamado antes desde la Policia de Seul. Aun sin verlo, visualice su reaccion. Estaria sentado en la cama sacudiendo la cabeza para impedir que su mente, que rehusaba despertar, se durmiera nuevamente. Tratando de espantar el sueno y escuchando con los ojos cerrados la voz al otro lado del telefono. Habia veces que el sargento Yu se movia como un nino, lo que contrastaba con su cuerpo fornido. Reprimiendo una risa que se le escapaba entre los labios, Sang-uk le aviso de que se dirigia al lugar del incendio. --No tardes. --Espera… --?Si? Cuando estaba por colgar, Yu le detuvo con prisa. Sanguk, pendiente de las palabras del otro, presto atencion. --?Donde dijiste que era el incendio? Seguramente sabia donde era. Sin embargo, pregunto de nuevo a Sang-uk, quiza porque la informacion se le habia pasado por estar medio dormido o para cerciorarse de que lo habia escuchado bien. --En Eungam-dong. Esta vez, en la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la interseccion del Colegio Chungam. Se oyo al sargento Yu suspirar. Un momento despues, un breve silencio. Estaria tratando de ordenar sus pensamientos. Pero a los pocos segundos se escucho un pequeno gemido y Yu murmuro. Probablemente estaria maldiciendo mientras se levantaba de la cama. Sang-uk se imaginaba como estaba, aunque no dijera nada, porque simpatizaba con el. --Si… A mi tampoco me hace gracia. --Esta bien. Me preparo y salgo enseguida. Nos vemos alli. Sang-uk colgo y se subio al coche. Introdujo la llave para arrancar y miro la hora. Ya eran mas de las cuatro de la madrugada. Suponia que no habria mucho trafico en las calles porque era de madrugada y penso que llegaria a su destino en unos veinte minutos, pasando por la puerta Sungnyemun y la zona de Muakjae. Saliendo del aparcamiento, intento enumerar los incendios que habia habido recientemente en el barrio de Eungam-dong. Desde el inicio de la primavera, la cifra ya ascendia a seis. A estas alturas, en Eungam-dong, un simple comentario sobre alguien con una cerilla ponia los pelos de punta a cualquiera. El primer caso tuvo lugar no muy lejos de unas obras de construccion, en el distrito Siete de Eungam-dong, cerca del Hospital Municipal de Eunpyeong. Habia mucho desorden en la zona por estar en marcha la edificacion de un megacomplejo residencial en las faldas del monte Baeknyeonsan, pues los materiales de construccion se amontonaban por doquier, asi como los camiones utilizados en esas obras. El incendio se produjo en un terreno baldio en la calle Baeknyeonsa-gil, frente a las obras, y lo extinguieron sin que muriera nadie. Aunque se quemaron planchas de madera y otros materiales de construccion, el dano material no fue grande y pudieron reprimir el fuego porque un obrero dio el aviso a tiempo. El cuerpo de bomberos a cargo tampoco encontro indicios sospechosos sobre las causas del incendio, de ahi que concluyera que habia sido accidental, quiza causado por un cigarrillo sin apagar que alguien habia arrojado. Sin embargo, como lo siguieron otros incendios en el mismo barrio de Eungam-dong, empezaron a investigar de nuevo ese primer caso que dieron por accidental. Hasta se planteo una nueva hipotesis: alguien pudo haberlo provocado deliberadamente, aprovechando que por la noche, cuando se interrumpian las obras, casi no pasaba gente ni coches por la zona. El incendio intencionado que mas danos ocasiono fue el tercero. Fue entonces cuando se incorporaron al equipo de investigacion el agente Lee Sang-uk, de la Direccion Nacional de Bomberos, y el sargento Yu Dong-sik, de la Oficina Forense de la Policia Metropolitana de Seul. Ese incendio, al otro lado de la calle Baeknyeonsa-gil, cerca de la iglesia que hay detras de la escuela de primaria de Eungam-dong, dejo perdidas serias, pues afecto a un edificio de viviendas al propagarse el fuego por culpa de las tormentas de arena que soplan cada ano en esas fechas. Asi que se quemaron tres apartamentos y fallecieron tres personas que estaban durmiendo, integrantes de la misma familia. Aunque ocurrio alrededor de las tres de la manana, al tener lugar en un area residencial, aparecio un testigo. Este declaro haber visto a una persona con una conducta sospechosa en las proximidades del lugar del incendio mientras regresaba a casa tras hacer horas extra en el trabajo. Atestiguo que, despues de que esa persona desapareciera por la calle principal, el fuego se extendio. Sin embargo, debido a que estaba oscuro, no pudo ver como era ni la ropa que llevaba. Junto con Yu, buscaron y rebuscaron entre las cenizas en el punto donde, segun el testigo, habia comenzado el fuego, para dilucidar las causas del incendio. No obstante, la investigacion se estanco, pues no coincidian las declaraciones del testigo ni el estado fisico del lugar. Los vecinos alegaron que los incendios reiterados podrian tener alguna conexion con el conflicto que existia desde hacia tiempo entre los residentes de la zona y la constructora por un proyecto de reurbanizacion. Le sono el movil a Sang-uk cuando el coche entraba en la calle Moraenae-gil desde la interseccion de Hongje tras atravesar Muakjae. --?Donde estas? --Yu hablaba en tono bajo y serio--. ?Ya has llegado? --No. Estoy en camino. --?No quedamos en vernos alli? --Es ya el sexto, ?no, Sang-uk? --Si. El silencio se prolongo. --?Tienes algo que decirme? --le pregunto Sang-uk en voz alta para asegurarse de que aun seguia al telefono. --Es que… He tenido una pesadilla… --?Un sueno? Sang-uk parecia estar inquieto por la pesadilla que habia tenido y encima va y le dicen que ha habido otro incendio, probablemente intencionado. Ese repentino momento de debilidad del sargento Yu lo perturbo. Nunca actuaba asi. Quiza su conducta se debia al estres por los incendios en serie. Sang-uk y el sargento Yu investigaban juntos los mismos siniestros; no obstante, sus perspectivas diferian. El trabajo de Sang-uk era analizar los restos de los incendios y el estado de los lugares afectados, asi como las declaraciones tanto de los testigos como de las victimas, para llegar a la causa. Mientras tanto, el sargento Yu se encargaba de inspeccionar los lugares de los mismos en caso de existir indicios de dolo o intencion deliberada con base en los hallazgos obtenidos en la investigacion preliminar, con la colaboracion de investigadores como Sang-uk. Luego su objetivo era encontrar rastros de los autores de los incendios y resolver los casos desde el punto de vista criminal. En otras palabras, el trabajo de Sang-uk terminaba en el lugar de los siniestros. En cambio, para Yu ese era el punto de partida. Si se trataba, en efecto, de un incendio intencionado, uno que involucraba un crimen, su trabajo no acabaria hasta encontrar al autor. Colaboraban intercambiando sus opiniones sobre los incendios; pero, inevitablemente, quien padecia mas estres era el sargento Yu. Para colmo, se habian producido varios en serie en un mismo barrio en un lapso de apenas unos meses. Era de esperar que se sintiera angustiado. En situaciones ordinarias, no acudiria al lugar del siniestro con tanta prontitud ante una denuncia. Pero, con el aumento de los incendios en Eungam-dong, a Sang-uk y al sargento Yu los requerian inmediatamente cada vez que surgia un nuevo caso. Sang-uk no sabia como responder. Solo ansiaba que el de ese dia fuera el ultimo. Que cogieran al autor y que no hubiera mas incendios. --?No crees en los suenos? --Si. Mi madre tuvo uno muy revelador durante mi nacimiento, y gracias a ese sueno me converti en bombero. ?No te lo he contado? Sang-uk aludia al sueno de su madre en un tono jocoso, que no solia usar, con la intencion de relajar a Yu, aunque fuera un poco. Pero el sargento, que habia escuchado aquella historia mil veces, colgo antes de que Sang-uk terminara. Sang-uk bajo el movil con una sonrisa y acelero el coche. Aunque faltaban varios metros hasta la interseccion del instituto Chungam, el caos ya avisaba de que habia habido un incendio en la zona. La gente, pese a la hora, estaba en la calle para ver que ocurria y los conductores desaceleraban con el mismo proposito y obstaculizaban el paso. Sang-uk pudo entrar por la calle que daba acceso al templo Baeknyeonsa despues de pitar varias veces, incluso con la luz de emergencia sobre el coche. Esquivando a la gente, logro estacionar en una esquina y se acerco al lugar del siniestro, donde se percibia el ambiente inquieto tipico de estas situaciones.

  • Sexo, Camaras y Accion de Robin C. Tutti

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    Fidelidad o libertad, profesion o placer; el limite podria no existir.

  • Con esto y un bizcocho de Amara Castro Cid

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    Con esto y un bizcocho es una novela positiva, actual, y que te atrapa desde las primeras paginas. Mariana regresa a su Vigo natal para recuperarse de las secuelas de un accidente. Su familia, su psicologo, su fisioterapeuta y sus amigas intentan ayudarla a reconciliarse consigo misma pero una llamada inesperada lo complicara todo. Los personajes secundarios, tambien con sus propios miedos e inseguridades, acompanaran a Mariana en este viaje de superacion. Sus historias se van narrando en paralelo y vienen a reforzar la idea central de la novela: no podemos cambiar el pasado pero si que podemos intentar verlo desde una perspectiva diferente. Superacion, amor, amistad y una pizca de intriga hacen que quieras saberlo todo sobre los Nogueira porque, poco a poco, te vas sintiendo como uno mas de la familia.

  • Contradireccion, sin frenos y sin ti de Pat Casala

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    Kristie sigue sin tener las cosas claras. No quiere volver a confiar en Luke ni perdonarle otro desliz y tampoco es capaz de olvidar sus sentimientos por Dennis. Necesita poner distancia, pensar, dejarse mecer por las olas y aprender a hacer surf mientras consigue hallar la forma de centrarse, pero el verano en California no es suficiente para encontrar la respuesta a sus dudas.. Luke intenta recuperarla, va en su busca, quiere convencerla con palabras, como siempre, pero la ha herido demasiadas veces con su actitud y sus actos. Quizas ya es tarde para reconducir la situacion. O puede que se merezca una ultima oportunidad.
    Los recuerdos de su relacion con Dennis la bombardean. El fue el amor de su vida, la persona que estuvo a su lado durante los dificiles anos de su infancia a cargo del sistema estatal de tutela de menores y, aunque no sabe si podra perdonarle algun dia como acabaron, tampoco puede quitarselo de la cabeza.
    Tras enfrentarse a un giro inesperado y descubrir que Dennis guarda demasiados secretos peligrosos acerca de su pasado, Kristie debera decidir a quien pertenece su corazon.

  • Antes de desposarte (Solteronas 6) de Amaya Evans

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    Brighton, Marzo 1828 Lady Strathull hablaba animadamente con su amiga lady Anne, la esposa del recien nombrado conde de Emerett. --Todavia me parece increible que ese hombre tan joven haya muerto tan sorpresivamente. --Para nosotros tambien ha sido algo terrible e inesperado. Oliver jamas quiso aquel titulo, y de hecho tenia muy poca comunicacion con su hermano. Pero el principe fue tajante en que no admitiria una negativa ante el hecho de que Oliver debia heredar el titulo como segundo hijo legitimo del difunto conde de Emerett. --Asi debia ser, querida--la mujer tomo su mano--se que no es facil esta transicion, ni para usted, ni para el. Despues de todo era su hermano el que murio, para que ahora el herede el titulo. --Lo se, y a mi esposo le esta costando asimilarlo. El no me lo dice pero se que en el fondo tenia la esperanza de que algun dia el cambiara, se casara con una buena mujer y sentara cabeza. Pero lastimosamente esa vida disoluta, le gano y lo llevo a la muerte. Lady Strathull no dijo nada por prudencia, y porque le tenia carino a lady Anne y a su esposo, pero el rumor era que el habia sido amante de la esposa de un duque. No se sabia exactamente de quien, puesto que lo habian mantenido oculto muy bien, pero al final el marido se habia enterado y al parecer no era el tipo de hombre al que le gustaba que le adornaran la cabeza. Lo reto a un duelo y como era ilegal, hacerlos desde hacia un tiempo, solo los padrinos y los involucrados sabian del lugar. Lo unico que se supo despues fue que encontraron el cuerpo del conde, flotando en el muelle, y nadie tenia idea de lo que habia sucedido. A ella particularmente le parecia un hombre insoportable, pero tampoco le deseaba la muerte. --Lady Strathull ?se encuentra bien?--escucho que le preguntaban. --Oh…si, querida. Solo pensaba en como cambiaron las cosas tan rapidamente. Pero no se puede hacer nada mas que sobreponerse al dolor y seguir viviendo. --Ya hace un ano, que sucedio todo y Oliver todavia, no se acostumbra. Tal vez ahora que empieza la temporada en un par de meses, quiera ir para dejarse ver por primera vez en los diferentes actos, como el nuevo conde. Sin embargo tengo que pensar bien la forma en la que le planteo el asunto, pues no quiero que se sienta presionado. --No creo que se sienta de esa manera. Su esposo es un hombre sensato y estoy segura de que es muy consciente de las obligaciones que trae su titulo. No me cabe duda de que los vere en la temporada. -- ?Usted va a asistir? --Bueno...no lo se todavia. Mi hija como sabras, no es muy dada a esos eventos, pero su hermano practicamente la esta obligando a asistir. --La miro insegura--y...la verdad es que no habia tocado el tema por prudencia, despues de todo estan apenas saliendo del luto. Pero la verdad es que necesito su ayuda. -- ?Mi ayuda? --pregunto sorprendida. --Si, mi querida amiga. Mi hija, a la que ya conoce usted muy bien, es una joven educada con las mejores institutrices, es inteligente, amable, elegante, y con una excelente dote en caso de que algun caballero se fijara en ella. Pero ambas sabemos que no tiene la belleza--comento apesadumbrada, la mujer. --Lady Strathull, su hija es una joven agradable, que tiene muchos talentos y si es una mujer bella, que lastimosamente tuvo un horrible accidente. --Es muy amable de su parte decirlo. Pero ambas sabemos que la sociedad no perdona esas cosas y mi hija ha sufrido por los comentarios de mucha gente. Tiene toda la razon en no querer ir a una temporada, donde muy posiblemente este como un florero todas las noches, en cada baile. Sin hablar de lo que dira la gente al verla. No quiero que pase humillaciones y estoy segura de que si usted va a la temporada y la acoge bajo su ala, ella se sentira mas segura. --Entiendo...--se quedo pensativa, sin embargo lady Strathull lo malinterpreto. --No tiene que hacerlo, lady Emerett. Se que no debe ser nada facil actuar como chaperona y al tiempo encargarse de sus propios asuntos en plena temporada. A veces...soy algo imprudente-- sonrio con tristeza--creo que mis ganas de ver a mi hija feliz, al menos por un momento, me ganan. Desde siempre mi nina, ha sido una joven solitaria, que se mete en sus libros o en sus pinturas para alejarse del mundo y yo lo unico que deseo, es que tenga la suerte de encontrar un buen hombre. Uno que vea mas alla de sus cicatrices--la miro desolada-- ?cree que eso pueda ser posible? Anne sintio pena por ella--por supuesto que es posible. Todos en este mundo tenemos una persona, hecha para nosotros y Charlotte no es la excepcion. --Usted lady Emerett, tiene muy buenas conexiones, aun mejores que las mias, porque tanto sus hermanas como primas, estan muy bien casadas, son condesas baronesas y marquesas. Si mi hija no consigue un buen enlace con su ayuda, no lo hara jamas. --Anne le dio unas palmaditas en la mano--no se preocupe, lady Gardiner, prometo que hare todo lo posible por ayudarla. Vera como en muy poco tiempo, ella conocera a un buen partido. Eso se lo aseguro. ***** Charlotte se preparaba con la ayuda de su doncella para ir al baile que organizaba lady Gardiner, una vecina, que disfrutaba de hacer constantes eventos en su casa, en parte para dar a conocer a sus hijas y en parte, para alardear de la enorme fortuna de su marido. Ella detestaba ese tipo de eventos pero su hermano habia insistido tanto que no tuvo mas remedio que aceptar. Sabia lo que venia y se preparaba mentalmente para los gestos de horror, el rechazo, y los comentarios hirientes. Thomas no tenia idea de lo que a ella le costaba todo eso, porque el se dedicaba a saludar a todos, a bailar con las mujeres mas hermosas que todo el tiempo le coqueteaban y a tomar licor. --Milady--este es el vestido que me dijo que planchara. --Si, es ese, pero me pregunto si no sera mejor llevar el color crema. --Oh no, milady. El verde se le vera mucho mejor y hara juego con sus hermosos ojos. El vestido crema es muy apagado para la noche. --Pero me hara pasar mas desapercibida. --No creo que eso sea lo indicado. ?Como conseguira marido, entonces? Charlotte miro a su doncella como si estuviera loca--a veces realmente creo que necesitas lentes, Penny. La muchacha se echo a reir--no es eso, milady--la ayudo con el camison, luego el corse, y finalizo con el vestido. --Lo que pasa es que yo si estoy segura de que alguien especial vendra a su vida. ?Que tal si es hoy, el dia que lo conoce?--dijo emocionada haciendo reir a Charlotte. --Oh Penny, ?que haria yo sin ti? La muchacha la ayudo a sentarse en el tocador y comenzo a peinarla--vera la hermosa pluma que le pondre en el cabello y los cristales tan lindos que tengo para decorar el mono. Cuando termine con usted no se va a reconocer. --No servira de nada. No soy siquiera medianamente elegible. --Se ve hermosa, y creame que algun dia alguien la vera por lo que es; una joven bella, con un corazon hermoso, educada, amable, sincera... --Ya basta--sonrio--voy a creermelo. --Es hora de que lo haga--comento la doncella entre chiste y al mismo tiempo de manera seria. --Espero que no vayan lady Croft y la odiosa de lady Hurst, pero seria mucho pedir tener tan buena suerte. --Todo lo que debe hacer, es actuar como si no estuvieran alli. Una hora despues ella y su hermano estaban en la fiesta de lady Gardiner. Charlotte caminaba por detras de las columnas tratando de no dejarse ver, mientras observaba a su hermano divertirse. Luego de un rato se fue al tocador que estaba solo afortunadamente, pero cuando iba a salir, escucho que alguien entraba. --Te juro que no se como tiene el descaro de venir hasta aqui. --lady Hurst comento a las otras jovenes que estaban con ella.

  • Cuando te rindas (Los Silverwalkers 3) de Chris De Witt

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  • Espera a la primavera, Bandini de John Fante

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    America sucumbe a la Gran Depresion. Arturo Bandini, hijo de emigrantes italianos, transita entre la infancia y la adolescencia. Su padre, Svevo, amante del vino y las mujeres, es albanil, pero en pleno invierno apenas hay trabajo y la inactividad lo desespera. Su madre, Maria, es una catolica ferviente, a un tiempo sumisa y feroz. Esperando la primavera crece el joven Arturo, adolescente turbulento que intenta abrirse camino en la vida y sobrevivir cuando el padre abandona el hogar para irse a vivir con una riquisima viuda.

  • La fuga del gran narco de Harel Farfan Mejia

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    La historia de traicion y muerte, sobre la fuga de un gran narcotraficante y el nacimiento de nuevos criminales que se disputan los territorios de la droga.

  • Taylor (Sueno Americano 3) de Emma Madden

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    Un cowboy de verdad, ganador de rodeos, amante de sus raices y de su familia, ?podria convertirse en algo mas que un buen amigo?, ?podria ser tu sueno americano?
    Todo apunta a que no, porque ni quiere, ni necesita una relacion estable, pero el amor es caprichoso y el destino mucho mas, y cuando la persona adecuada se pone delante no hay quien los detenga, ni siquiera Taylor Williams, el soltero mas perseguido de Montana, que de una forma involuntaria y casi magica encuentra en una joven forastera a la mujer que habia estado esperando toda su vida.
    TAYLOR cuenta esta romantica e intensa historia de amor entre un vaquero de Montana y una maestra de Nueva York, el tercer libro de la serie SUENO AMERICANO de la escritora EMMA MADDEN.

  • Directo a tu corazon de Ester Davo

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    NO ESTOY NEGOCIANDO CONTIGO--, grito firmemente por telefono. --Te he dado mi oferta y se acabo. Creo que necesitas recordar que me necesitas mucho mas de lo que yo te necesito a ti. Mi corazon truena en mi pecho, bombeando sangre caliente alrededor de mi cuerpo a un millon de millas por hora. Doy vueltas al cordon del telefono alrededor de mi dedo de una manera que probablemente parece que estoy ansioso… pero no estoy sintiendo para nada ansiedad. Es anticipacion, adrenalina, emocion. Me encanta cuando se llega a un acuerdo, especialmente cuando esta a mi favor, que es lo que definitivamente esta sucediendo. Se como conseguir lo que quiero y como sacar lo mejor de cada uno. Es lo que me ha hecho tan exitoso. Las nuevas empresas tecnologicas nunca son faciles, pero lo he hecho muy bien y estoy orgulloso de ello, Decker Enterprises tiene exito gracias a mi y solo a mi. --Si, si, ya veo--, el tipo malhumorado del otro lado del telefono tartamudea como si se estuviera cagando en los pantalones solo por mis palabras. --Lo entiendo, pero mi jefe…. --?No estas en posicion de tomar ninguna decision?-- Me burlo. --?No te dejan tener ese tipo de poder? Pense que estaba hablando contigo por una razon. Por favor, dime que no estoy perdiendo el tiempo hablando contigo. Realmente no me gustaria oir algo asi. --No.-- Suspira, puedo oir la derrota en su tono. --?Sabes que? Si, esta bien. Golpeo mi mano en mi escritorio con regocijo. --Brillante, muchas gracias. Una vez que cuelgo el telefono me rio entre dientes. Tal vez no es la manera mas etica de comportarse, enganando a estos duenos de negocios mas debiles, pero para ser honesto ellos deberian saber a que se enfrentan. Tengo la reputacion de ponerme a mi mismo y a mi compania en primer lugar, y se que no soy el peor. Esta gente necesita endurecerse. No me siento culpable. Yo tambien tuve que aprender por las malas. Tengo intereses en juego, necesito que mi compania tenga exito. Nada mas importara jamas. --Tock, Tock. La sonrisa en mi rostro solo se hace mas brillante cuando escucho la voz suave y sedosa de mi asistente personal, muy bien elegida. Leila, asoma la cabeza por la puerta. --?Puedo entrar? Me recuesto en mi silla y le echo los ojos encima. Su rostro fuertemente maquillado me excita, porque se que lo hace solo para mi, especialmente esos labios pintados de rojo, ella sabe que me encantan. Me provocan como un loco. --Si, por favor, hazlo. Sabes que mi puerta siempre esta abierta para ti. Tambien lo digo en serio. Contrate a Leila por encima de muchas otras candidatas mas calificadas debido a su impresionante buen aspecto. Eso, y el hecho de que ella instantaneamente dejo claro que estaba loca por mi. Siempre me gusta tener a alguien a mi alrededor que aumente mi ego. Y tambien, por si acaso. Es lo suficientemente buena en lo que hace, siempre sabe donde se supone que debo estar y cuando. Y lo mas que me gusta de ella son sus labios sexys. Cuando estan envueltos alrededor… bueno, !no hay nada mejor! --Solo he venido a decirle que el Sr. Wong ha cancelado su conferencia esta tarde, citando asuntos familiares, asi que tiene toda la tarde libre--. Se posa en el borde de mi escritorio y se inclina hacia adelante para que su escote se salga de la parte superior de su blusa. Su cabello rubio cae hacia adelante, pero por suerte para mi no se interpone en el camino de la increible vista. Lo unico que me distrae es esa prominente abertura en su falda. --Asi que, puedes hacer lo que quieras. --Oh, si puedo, ?puedo?-- Muevo las cejas sugestivamente hacia ella. --Hmmm, ?que debo hacer? Leila voltea el pelo y me empuja los pechos aun mas. --Tengo algunas ideas… Estas cosas ingeniosas de ella son las que me encantan. Siempre esta dispuesta a hacerlo, sin importar donde ni cuando. Puede ser ahora mismo en mi oficina, cuando todos los demas podrian oirnos si realmente quisieran, o cuando estoy en un viaje de negocios, lo que lo hace mucho menos aburrido y doloroso, pero a ella tampoco le importa que me conecte con otras personas. Incluso me animo a salir con una chica del area de contabilidad en la fiesta de Navidad. En realidad, si recuerdo bien, ella fue quien nos presento…. Leila nunca hace preguntas, no quiere saber nada de mi vida, no quiere ningun compromiso, lo cual es perfecto porque yo no quiero nada de eso. Solo estoy en esto por el lado divertido de las cosas. Nada serio, es una ley en mi vida. Balancea sus caderas mientras se pavonea sobre mi, lamiendose los labios mientras lo hace. Casi instantaneamente mi pene comienza a crecer dentro de mis pantalones, suplicando ser liberado. Cuanto mas se acerca a mi, mas tiemblo de emocion. Gracias al Sr. Wong que cancelo. Hablar con el es una perdida de tiempo comparado con esto. A medida que se acerca a mi, puedo ver la espesa lujuria en sus ojos. Ella presiona sus manos sobre mis rodillas y cae al suelo frente a mi, sabiendo instintivamente lo que quiero sin que yo tenga que pedirlo. Mis manos se abren paso en su cabello mientras me preparo para lo que esta por venir. Mi boca comienza a salivar, no me di cuenta de lo mucho que necesitaba esto hasta este mismo momento. --Oh, joder--, murmuro en anticipacion mientras juega con mi cremallera. Son estas pequenas cosas las que hace de mi vida, una gran vida, y puede sonar como una maldita frase positiva, pero en los pequenos momentos como estos me encuentro afortunado. El placer es parte importante de mi felicidad. Lo tengo todo. Un buen negocio, un gran auto, una casa increible, dinero a montones, mujeres increibles a mi alrededor… es maravilloso. Si me concentro en esas cosas magnificas, entonces no necesito pensar en nada que la haga mejor. Quizas mas tiempo para disfrutar de todo lo que tengo, pero una cosa por otra. --Oh, Leila. Eventualmente me libera y jadea de alegria mientras lo hace. Me encanta la forma en que hace obvio, lo mucho que adora mi miembro, me excita aun mas, y me recuerda en lo poderoso que me he convertido. Su mano sube y baja a lo largo de mi eje, haciendome estremecer. Sus amplios ojos marrones se encuentran con los mios, vuelve a lamer sus labios de nuevo, dejando un perfecto enrojecimiento solo para mi. --Deja de perder el tiempo--, me refiero a que mis caderas adquieren un movimiento propio. Se abalanzan hacia ella con agilidad. --Solo tomame en tu boca ahora, ?quieres?. Por suerte para mi, Leila sabe cuando no estoy de humor para bromas y juegos, y hoy es uno de esos dias, asi que hace lo que le ordeno. Pone su humeda y calida boca a mi alrededor y me desliza hasta la parte posterior de su garganta, abriendose para mi mientras lo hace. Definitivamente puede meter mas de mi pene en su boca de lo que solia hacerlo, lo cual es otra cosa encantadora de ella. Se siente jodidamente increible tener las bolas en su interior. Especialmente cuando mueve la lengua por todas partes, como si quisiera probarme en todos los rincones. Probablemente si quiere. Es una chica sucia. Maldita sea, me encanta. Tiro fuertemente de su pelo para controlar la velocidad a la que mueve la cabeza hacia arriba y abajo. Se que a Leila no le importa mi lado controlador, una virtud mas que sumarle a esta chica, porque no se como dominarlo. Mis muslos se tensan y puedo sentirme temblar. Se que estoy cerca, pero de alguna manera eso no me satisface lo suficiente. Siento que quiero mas… asi que la saco rapidamente. --Agachate sobre mi escritorio--, le ordeno. --Abre bien las piernas y coloca las palmas de las manos sobre el mueble. Sonrie y se pavonea por alli. Mira por encima de su hombro y me da la mirada mas sexy que he visto. Antes de separar las piernas y poner las manos en el escritorio, se sacude las bragas de encaje y las patea a un lado de la habitacion. Espero que se acuerde de recogerlas antes de irse porque no siempre lo hace… y eso ha llevado a algunas conversaciones incomodas. Mientras estoy de pie y gruno con lujuria, mis pantalones caen al suelo y deslizo mis calzoncillos junto con ellos. Luego me meto en uno de los cajones y cojo un condon de alli que desgarro con mis dientes y lentamente lo hago rodar sobre mi pene. --Oh, me encanta verte hacer eso--, dice Leila con un seductor movimiento de culo. --Me excita tanto

  • Sucedio en Las Vegas de Grace Marie March

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    --LO que pasa en las Vegas se queda en las Vegas --dijo Olga levantando la copa para brindar con sus amigas en la cena que habian organizado en el hotel donde se iban a quedar ese fin de semana, tanto sus amigas, como sus familiares levantaron la copa para brindar por la felicidad de ella.--Cuando supo Aidan que veniamos a las Vegas perdio todo el color de la cara, pense que le iba a dar algo --le dijo Cloe a su amiga Sophie. --A Robert le paso lo mismo --dijo riendose. Olga y sus dos hermanas, Rebecca e Irene, eran las hijas de Alexandra Winchell, unica hija de Rebecca, lo cierto es que ellas no estaban muy unidas a su familia materna, se veian pocas veces, tenian muchisima mas relacion con la familia de su padre, pero cuando conocieron a Cloe, la esposa de su primo hermano y a Sophie, hija de un amigo de la familia, entre ellas crecio una gran amistad. --No puedo creerme que mi hermana pequena se case antes que yo --dijo Rebecca en plan dramatico--, como se case tambien Irene, ahi si que me da algo. --dijo provocando las risas de todas, pero Rebecca oculto sus verdaderas emociones con esos chistes y con un par de copas de mas, en verdad ella penso que seria la primera en casarse, habia tenido una relacion seria que se termino cuando quiso hacerle una visita sorpresa a su novio, en su piso, para celebrar su aniversario y la sorpresa se la llevo ella al verlo junto a la vecina en la cama. No solo rompio con el ese dia, sino que tambien vio afectada su autoestima cuando el le dijo que al fin estaba con una mujer de verdad, ella siguio con su vida, refugiandose en sus estudios y su trabajo, llegando a entrar en una gran empresa, ascendiendo hasta el departamento de recursos humanos, por meritos propios, como le gustaba recordar a sus hermanas. Poco a poco se fueron retirando todas de la discoteca del hotel, pero Rebecca insistio en quedarse a tomar una copa mas, pese a que ya habia tomado mas de la cuenta, si hubieran estado sus hermanas o sus primas se la hubieran llevado si o si, pero las amigas de Olga simplemente le hicieron caso. --?Rebecca? Ella se giro al escuchar su nombre y se quedo mirando al hombre que tenia frente a ella, entrecerrando los ojos tratando de verlo mejor, ya que con las copas de mas que llevaba le veia doble. --?Jefe? --Si, soy Eduard, ?te encuentras bien? --No lo se, en estos momentos creo que tengo alucinaciones, sera mejor que me vaya a mi habitacion--, estaba tratando de levantarse cuando el la escucho murmurar--, vengo hasta aqui para alucinar viendo a mi jefe, para flipar, igual es un mensaje de que quiero acostarme con el y hasta ahora no me habia dado cuenta. Eduard no pudo evitar reir ante sus palabras y al ver que casi se cae, la cogio por la cintura para ayudarla. --Vamos, que no creo que puedas llegar tu sola. --Nunca me ha pasado esto, alucinar con ver a mi jefe, si no sueno ni contigo ni nada, no eres el dueno de mis fantasias mas ocultas. --Si sigues asi destrozaras mi ego en pocos dias. --Bueno, voy a ver donde me lleva esta alucinacion tan extrana--, trato de ponerse de pie delante de el--, ?vas a despedirme? --dijo de pronto y parecia hecha polvo, llevandose una mano al pecho--, No, eso no puede ser, me llamarias a tu despacho y no vendrias a buscarme a las vegas. --volvio a apoyarse en el para volver a ir hacia las puertas--, mi hermana pequena se casa, voy a ser la solterona de la familia--, empezo a decir cuando le entro hipo--, y a este paso tambien la borracha --dijo empezando a reir--, me han dejado sola --dijo poniendose de nuevo triste. --eso es porque Adara no ha venido, es mi mejor amiga, ella estaria aqui conmigo, seguramente mas borracha que yo. --No se si eso es posible. --?Que haces aqui? --He venido a visitar a un amigo, tipo tu Adara. --?Si?, y habeis venido a las Vegas. --Es que el vive aqui. --Ahhhh --ella se aparto un poco de el y se sento en un reservado antes de la salir de la discoteca--, dejame descansar, todo me da vueltas, ?podrias traerme algo para beber? Eduard hizo un gesto al camarero y pidio dos aguas, ella vio la botella cuando se la pusieron delante y le miro horrorizada. --Es lo unico que te voy a pedir --le advirtio. Rebecca saco el movil y el vio que realizaba una llamada, pensando que seria a alguien para que fuera a buscarla, se sorprendio cuando la escucho. --Si, ya se que hora es, …, Adara es que estoy teniendo una especie de fantasia con mi jefe, ?que crees que pueda significar?, …, no, aun tenemos la ropa puesta, …, ?por que dices que eso no es una fantasia?, …, vale, entonces como estamos vestidos es normal, …, ?y que crees que quiere decirme mi subconsciente?, …, no, cobro bien, no quiero un aumento de sueldo --Eduard escuchaba boquiabierto--, vale, yo me dejo llevar, luego te llamo, …, vale manana, sabes que me ha dicho que tiene un amigo en las vegas, le voy a decir de quedar los cuatro y te lo presento, …, es verdad, si es una fantasia, olvida lo que te he dicho. Dejo el telefono en su bolso, bebio un sorbo de agua con cara de asco y le miro. --Voy a dejarme llevar --le dijo Rebecca. --Bueno, lo cierto es que estaba hablando con mi amigo, porque precisamente necesito casarme. --?Tienes novia? --No, y necesito estar casado durante dos anos para cobrar una herencia de un excentrico tio. --Madre mia, ya se lo que pasa, como he dicho que mi hermana pequena se iba a casar antes que yo, mi subconsciente me ha traido un marido --dijo casi cayendo encima de la mesa--, necesito algo mas fuerte que agua. --Solo vas a beber agua, vamos que te llevo hasta tu habitacion. --Pero no has venido para casarte, aqui en el hotel hay una capilla --dijo ella tratando de levantarse--, pero te aviso, si no me caso de Marylin, yo no me caso. --?Me vas a firmar un papel comprometiendote a estar casada conmigo durante dos anos? --Claro, porque no, no tengo planes para los proximos dos anos --dijo volviendo a sentarse --, todo me da vueltas. --Tal vez deberias irte a tu habitacion, lo mejor es que lo hablemos manana, no te veo en la mejor de las condiciones. --Mira, jefe --dijo ella tratando de senalarlo--, esta es tu ultima oportunidad conmigo, te casas ahora, siempre y cuando yo vaya de Marylin o te olvidas de casarte conmigo para siempre. Eduard la miro y saco un sobre de su chaqueta, sacando las hojas del interior. --Habia redactado esto, lo cierto es que me iba a casar con una prima de mi amigo, pero ahora mismo pienso que sera mas creible si me caso contigo, aun no esta puesto el nombre, seria escribirlo y firmar. --Pues vamos alla --dijo cogiendo los papeles y no pudiendo leerlos del mareo que llevaba --, te los voy a firmar sin leer, mira si confio en ti. --Despues de firmarlos, se levanto junto a el --. Vamos a por mi vestido. --Yo no pienso vestirme de Elvis. --Pero que soso eres, no puedo creerme que no quieras hacer eso, mal empezamos con esta boda. --Cada uno puede casarse como quiera. --Vale --dijo un poco a reganadientes--, vamos alla, no puedo creer que vaya a casarme la primera de mis hermanas.

  • Pecho frio de Jaime Bayly

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    La nueva novela del enfant terrible de la literatura latinoamericana: una satira sobre el lugar de la homosexualidad en la sociedad latinoamericana que rompe con todos los topicos.

  • La Amante Cautiva Del Jeque de Jessica Brooke

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    Emma James queria escapar del aburrimiento de su vida. Todo lo que hacia era predecible. Despues de terminar con honores en la universidad de Dartmouth, iba a estudiar derecho en Harvard en otono, tal y como habian hecho su padre y su hermano mayor antes que ella. Si Emma se pareciera en algo a su hermano mayor, Bradley, encontraria al <> en Harvard, se casaria al acabar derecho, y estaria cargada de ninos poco despues de convertirse en socia junior de un importante bufete de Washington DC. Estaba predestinada. Despues de todo, el senador Alan James Senior lograba todo lo que se proponia. Esa noche Emma habia ido con sus dos mejores amigas, Alexis y Parker, al local de moda de Georgetown, para fantasear con que era libre. Fue una especie de rebelion por tener que estar otras dos semanas mas enterrada bajo gruesos tomos de jurisprudencia y encadenada a la biblioteca preparando el inicio de las clases. Su padre insistio en que se acostumbrara primero a los textos legales, puesto que sabia lo duro que le resultaria, al haber sido el mismo abogado antes de convertirse en senador. Tras haber estado varias horas encerrada en el sotano, tuvo la sensacion de que la vida pasaba por delante sin disfrutarla. Necesitaba un respiro. --Es tu cuarto Grey Goose. --La reprendio Alexis, mientras se apartaba un largo mechon color miel de la cara. Cuando fruncio el ceno, su nariz aguilena parecia aun mas angular y pronunciada. --Solo es medianoche. ?No prefieres que nos vayamos? Emma puso los ojos en blanco y dio un trago a su vodka con tonica. --Apenas bebo. Que diablos, apenas hago nada aparte de estudiar. --Lo se, y por eso lo vas a lamentar en menos de dos horas. --respondio Alexis, bebiendo tranquilamente su ron con cola, y anadio: --Pero, ?que es lo que te agobia tanto? Emma suspiro y miro a la multitud. Parker ya estaba bailando, flanqueada por dos chicos de la fraternidad enfundados en polos de color pastel con los cuellos levantados. Era una chica alta, esbelta, de largas piernas, justo lo contrario que Emma, que, lejos de ser fea (su madre siempre decia que tenia <>), no era exactamente lo que en la avenida Madison considerarian una belleza. Su cabello era rubio natural, tan claro que parecia blanco, y tenia los ojos azules, aunque no era exactamente delgada. Es decir, tenia sus curvas, y un cuerpo voluptuoso y algo rubenesco. Con un metro sesenta, era bajita, can anchas caderas y un busto mas generoso de lo que a ella le hubiese gustado. Nunca seria tan espectacular como Parker, que podia ser modelo si los estudios universitarios le fallaban, ni como Alexis, a la que se le pegaban los chicos fuera donde fuese. La opcion que le quedo a Emma fue convertirse en la lista del grupo, la alumna estudiosa y aplicada, la paciente amiga que ayudaba a los demas a enfocar mejor sus problemas. Normalmente no le importaba su fisico, pero entre otro sermon de su padre y su inminente ingreso en la facultad de derecho, Emma estaba empezando a preocuparse por todo. --Es que quizas no es todo tan genial. Alexis resoplo. --Soy yo la que no tiene mas remedio que estudiar derecho en la universidad estatal. Tu eres muy afortunada, querida. --Quizas yo no pienso asi-- murmuro Emma, antes de terminar su bebida y saltar a la pista de baile. Tal vez otra persona podria dejar de lado esas preocupaciones y dejarse llevar por la locura de la noche, aunque en realidad ella nunca habia sido ese tipo de chica. En el instituto solo tuvo un novio y, despues, un fugaz compromiso en su ultimo ano en Dartmouth. Kevin, su prometido, habia resultado ser un completo idiota. Emma se lo encontro en la cama con otra al regresar pronto de un viaje, tras entrar en el apartamento que compartian ambos. Desde entonces, su vida habia sido basicamente la de una monja. Un infierno para su autoestima, pero excelente para sus notas. Dirigiendose al grupo de Parker, Emma sorteo a la gente que danzaba y reia, hasta llegar al lado de su amiga, y se unio al baile. Le encantaba. Sintio el repiqueteo del bajo, y el calor de la gente que la rodeaba, mezclandose entre si, bajo las luces estroboscopicas que destelleaban sobre la pista. Cerrando los ojos, Emma se apoyo en Parker moviendo las caderas al ritmo de su amiga. Se escucharon silbidos y aplausos por parte de la gente que las observaban, y, por un momento, fue divertido formar parte del grupo con el que todo el mundo queria bailar. Una vez que se calmo el alboroto, Parker se separo y se fue con los dos chicos, dejando a Emma bailando sola y sintiendo como su pulso se aceleraba al ritmo del tema de hip-hop que salia a todo volumen por los altavoces. Cuando abrio los ojos de nuevo, fue porque Alexis le estaba dando golpecitos en el hombro. Unos inquietos ojos verdes se clavaron en los suyos. --Parker se ha ido a casa con Grant y Matt. Y ha llamado mi hermana, que esta al final de la calle, en el restaurante Sullivan's. ?Quieres venir conmigo? Emma se obligo a no fruncir el ceno mientras seguia a su amiga hasta una esquina de la pista de baile. Cada vez que comian juntas, pasaba lo mismo, pero esa noche haria todo lo posible por evitarse el mal rato. Cuando Emma iba a un restaurante, lo hacia, obviamente, para pedir comida y disfrutar de ella. La hermana de Alexis, por el contrario, no tomaba mas que una minuscula ensalada y un vaso de agua… para luego pasarse el resto de la noche sermoneando impertinentemente a Emma sobre lo malo que es cenar en exceso. Lo ultimo que queria era juntarse con alguien que la reganara mientras saboreaba la ultima copa de la noche Pero Alexis era una buena amiga, por lo que Emma encontro la manera de declinar su invitacion con sutileza. Fingiendo un bostezo, sonrio. --No. Ve tu. Prometi a mis padres que volveria pronto para poder almorzar con ellos manana. Deberia irme antes de que todo me empiece a dar vueltas. Alexis dudo, y miro de reojo hacia la puerta del local. --Hemos aparcado a varias manzanas y esta bastante oscuro. --Y resulta que estamos en Georgetown, rodeadas de universitarios y boutiques. No hables como mi padre, que esto no es el centro ni hay cerca ningun fumadero de crack. --Cierto. Solo quiero que llegues bien a casa. Pero si estas segura… -- anadio su amiga, mordiendose el labio. --!Por supuesto! Todo esta controlado. No esta tan lejos, ?que podria pasarme? --respondio Emma, yendo en direccion a la mesa y recogiendo su bolso. Dejo unos billetes de propina para el camarero, que habia sido muy amable, y al fin y al cabo, alguna ventaja tenia que tener vivir en una jaula de oro. Al menos podia dar buenas propinas a los desafortunados que habitualmente tenian que lidiar con los borrachos del mundo. --Te llamo cuando llegue a casa. Si no tienes noticias mias en una hora, es que me ha pasado algo, ?de acuerdo? --Vale. Aunque no te va a pasar nada por ir a comer algo al Sullivan's, y asi luego nos vamos juntas. Solo que Allison no le quitaria el ojo de encima y soltaria su risita con cada patata frita que rozara sus labios. No, gracias. --No, me marcho a casa, estoy cansada, luego te llamo ?vale? --insistio ella, abrazando a su amiga. Despues de todo, ?que le podia pasar por caminar sola cuatro ridiculas manzanas? *** Durante el primer tramo, todo fue bien. No era tan tarde, y de vez en cuando se cruzaba con grupos de universitarios de su edad, que iban de bar en bar por aquella calle. Pero al cruzar a la siguiente manzana, una zona apartada de los locales y mal iluminada, Emma dejo de ver a otros jovenes. En la tercera manzana se dio cuenta de que un escalofrio le recorria lo mas profundo de sus entranas. Habia un hombre detras ella. Al principio no estaba muy segura. Al fin y al cabo, lo mas probable era que tambien se dirigiera al aparcamiento, pero habia algo raro. La iba siguiendo muy de cerca, y sus pasos parecian coordinarse con los suyos. Hasta le parecio notar su aliento caliente y putrido en el cuello. Cuando se detuvo en seco, el hizo lo mismo. Tragando saliva, apreto su bolso con fuerza y empezo a correr. En un primer momento, Emma penso que todo habia sido paranoia suya, porque el hombre no se puso a correr tras ella, pero de repente sintio como apresuraba el paso. Se paro y miro por encima del hombro a su supuesto perseguidor. Parecia estar caminando con rapidez, adrede. Su piel se veia oscura bajo la luz de la farola, tenia una tez olivacea y unos ojos negros que se cruzaron con los de ella. Pero lo que mas la alarmo fue su barba; era larga y gruesa, y le recordo a las que lucen los terroristas de Oriente Medio en los telediarios. Dios mio, ?Que esta pasando? Hacia la cuarta manzana, Emma corria hacia su coche a toda velocidad, y de pronto, el hombre se puso a correr. Ella jadeaba, mientras el sudor le corria por la frente. De repente, al girar la esquina del area de estacionamiento, perdio una de las sandalias, y con una patada se deshizo de la otra. Al cuerno. Podia comprar otras, podia hacer cualquier cosa siempre que ese tipo no la tocara. Cuando llego a su Volkswagen Escarabajo, busco en el bolso, apartando a un lado el movil y el maquillaje. Su llavero era grande, una cabeza de Yoda por la que sus amigas le tomaban el pelo, pero que era muy util para encontrar las llaves tanto en el apartamento como en el fondo del bolso. En ese momento, se sintio muy afortunada de tenerlo. Emma tomo las llaves y pulso el boton para abrir el coche. Estaba rozando el tirador de la puerta cuando su perseguidor la alcanzo. La agarro con fuerza del brazo, y ella grito !Fuego! tan alto como pudo. Hacia tiempo que le habian ensenado que esa palabra es mas efectiva que cualquier otra para pedir ayuda en una situacion asi. El hombre trato de tirar de ella, pero Emma se echo hacia atras, contenta, por una vez, de tener unos kilos de mas, haciendo que su asaltante perdiera el equilibrio. --!Zorra!--grito el, y anadio un sonido desagradable y gutural, en un idioma que ella no pudo identificar. El extendio la mano de nuevo con la intencion de agarrarla, pero Emma estaba preparada. Con un movimiento rapido, le dio un rodillazo en la entrepierna. Su aspirante a captor gimio y cayo al suelo. Gracias a Dios. Emma no espero. Se retorcio para abrir la puerta y entro en el coche de un salto. No se molesto en cerrarla antes de poner en marcha el motor. --!Vamos, vamos! Fue entonces cuando sintio una descarga de electricidad provocada por una pistola taser, y se dio cuenta, con horror, de que habia mas de un hombre, y que habian venido preparados para secuestrarla. *** La sacudida de la pistola electrica fue suficiente para hacerle perder el conocimiento. Cuando desperto, se encontro en la parte posterior de un VUD. Por desgracia, tenia las ventanas tintadas, tan oscuras que se pregunto si el tinte seria legal. Nadie podia verla. Con el corazon latiendole a mil por hora, intento acercarse a la ventana para golpearla y llamar la atencion de la gente para que la liberaran. Pero sintio el frio canon de una pistola clavandose en sus costillas. --!Ay! --Grito, y al parpadear distinguio a cuatro hombres que la rodeaban. Los asientos del todoterreno se habian recolocado de forma que quedaban unos frente a otros, como en las limusinas en las que su padre se desplazaba al Capitolio. Escudrino a los cuatro hombres a la vez, eran grandes y musculosos, y no le quitaban el ojo de encima. Todos tenian el mismo color de piel y lucian largas y tupidas barbas negras. --?Que esta pasando? ?Quienes sois? Uno de ellos, el mas alto, y al que le faltaba un ojo, centro su atencion en ella. Tiro de la solapa de su chaqueta hacia atras, lo suficiente para revelar la pistola taser alli escondida, haciendole entender a Emma que habia sido el el que la habia dejado inconsciente. --Trabajamos para el Jeque Munir Yassin de Yoman.

  • Falso nueve de Philip Kerr

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    Que el futbol sea un deporte no implica que haya que jugar limpio. Scott Manson, entrenador de futbol, esta buscando trabajo, pero en el actual mundo del futbol, plagado de estrellas, no le va a resultar facil encontrarlo. El puesto de entrenador que le ofrecen en Shanghai resulta no ser sino un elaborado timo, y los del F. C. Barcelona no quieren contratarle como entrenador, sino como detective. Por lo visto, una de las estrellas del Barca ha desaparecido y Scott tiene un mes para dar con ella. Mientras sigue el rastro del futbolista desde Paris a Antigua, Scott se topa con hombres corruptos y con mujeres retorcidas, y descubre lo podrido que esta el corazon de tan bello deporte.

  • Beseme, Duque (Liga de Caballeros Incasables 5) de Tamara Gill

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    HABIAN LLEGADO. Por fin. Molly bajo del carruaje y se estiro, disfrutando del calido sol mediterraneo que calentaba su sangre y curaba los muchos dolores y molestias de semanas de viaje. Roma. El solo pensamiento de donde estaba le envio un escalofrio por la columna y la expectativa le recorrio la sangre. Tantos lugares maravillosos para visitar y ver, y gracias a sus increibles amigos en Londres y al duque de Whitstone, se le habia asegurado un alojamiento de un mes en la Villa Maius. El caballero que residia aqui estaba fuera de la casa, pero sus sirvientes cuidarian de ella y su acompanante durante el poco tiempo que estuviera en la ciudad. La puerta principal de la villa se abrio y una mujer voluptuosa de cabello gris salio a la calle, con una sonrisa tan calida como el sol que brillaba en su espalda. "Signora, Molly Clare, bienvenida. Bienvenida a Roma. Venga, le serviremos refrescos. Debe de estar exhausta." Molly sonrio, aliviada de ser recibida con tanto carino en la casa. No sabia nada del senor Farley, que vivia alli, aparte de que era amigo del duque de Whitstone. Siempre habia existido una pequena preocupacion en su interior de que el personal pudiera estar molesto con su llegada, siendo desconocidos para ellos como ella era, pero no parecia ser asi. "Gracias por hospedarme. Espero que no sea una gran molestia estar aqui". Entro por la calle a un pequeno vestibulo que conducia a una gran habitacion rectangular parcialmente techada. En el centro habia una fuente, un querubin desnudo echando agua por la boca. Molly miro hacia arriba y noto que la abertura en el techo estaba directamente sobre la fuente y, en la antiguedad, seria el lugar donde la villa habria recogido el agua para la familia. "Oh, no, no, no. Estamos muy contentos de tenerla aqui". El sirviente ordeno a un hombre alto y de cabello oscuro que atendiera el equipaje mientras ella los conducia hacia un conjunto de escaleras. "El senor Armstrong no esta aqui. El estara en Napoles mientras dure su estadia y lo hemos estado esperando. Nos informo a todos antes de irse el mes pasado, para cuidarla bien. Tienen amigos en comun, ?no?" Molly miro alrededor de la villa. Pisos de mosaicos adornaban el espacio, imagenes de la vida romana, de escenas agricolas y animales. Todas las habitaciones del piso inferior tenian las ventanas abiertas y las cortinas ondeaban con el calido aire mediterraneo. La brisa olia a sal y especias, a naranjas y hierba recien cortada. Se detuvo un momento, contemplando la vista desde una de las ventanas que podia ver a traves de una puerta. El jardin del patio, lleno de olivos, la invito a sentarse y saborear su belleza. "Lo tenemos, si. El duque de Whitstone. Aunque nunca conoci al Sr. Armstrong, le estoy muy agradecido por permitirme quedarme aqui". La ama de llaves sonrio, aparentemente complacida por el cumplido a su empleador. "Es el mejor de los hombres a quien lamento que no tenga el honor de conocer". La mujer empezo a subir las escaleras de piedra. "Soy Maria, querida, la ama de llaves de Villa Maius. Si necesita algo, simplemente aviseme y hare todo lo posible para que su estadia sea placentera". "Gracias." Subieron las escaleras, el segundo piso se abria a una gran sala rectangular con sillas de mimbre reclinables. Un balcon estaba al final de la habitacion. Molly no podia pasar sin contemplar la vista. Salio al balcon, con el aliento atascado en sus pulmones. La vista daba a la calle por la que habian entrado. A esta altura, le daba un mejor punto de vista de la ciudad mas alla. Roma. Su gloria se extendio ante ella como un regalo de los dioses. Sus dedos se curvaron alrededor de la balaustrada de piedra, anclandose para no salir corriendo de la villa y ver de primera mano la antigua ciudad. Se oyeron sonidos que la provocaban e instaban a irse y explorar. Pronto, prometio. Tan pronto como se hubiera banado y bebido una taza de te. "El centro de Roma esta a pocos pasos de aqui. En el otro extremo de la villa hay otra habitacion similar a esta que da al rio Tiber. Sin embargo, siempre puede tener el carruaje a su disposicion si no quiere caminar. Para ver el Vaticano, tendra que hacer uso del vehiculo". La emocion vibraba por sus venas, y se inclino sobre la barandilla, espiando a algunas personas en las calles, algunas contemplando las vistas mientras otras ejercian su oficio. "Que ciudad tan magnifica. Siempre quise hacer turismo y ahora puedo. Increible." "Temo el viaje de regreso, sin embargo", dijo su companera, la senorita Sinclair, uniendose a ella y mirando a la ciudad con aire de descontento. "?Tomamos te?" Molly se mostro reacia a abandonar la magnifica vista, una de la que deseaba formar parte, y tampoco permitiria que la aversion de la senorita Sinclair por las distancias que habian atravesado apagara su emocion. Si su companera no deseaba ver Roma, podia quedarse en la villa. Molly iba por Londres la mayor parte del tiempo sola, no estaria fuera de lugar para ella. "Si, vamos, y luego puedo comenzar a explorar esta maravillosa ciudad". "?Le gustaria tomar el te en el balcon, signora Molly?" "Gracias, si", respondio ella, al ver el escenario al aire libre y sentarse. Los criados se apresuraron por la casa, llevando sus baules a las habitaciones. Molly casi podia pellizcarse a si misma solo para confirmar que efectivamente estaba en Roma. Su tiempo era precioso, solo un mes, y luego emprenderian el viaje de regreso a Inglaterra. El viaje le llevaria varias semanas y queria visitar otras ciudades del continente antes de regresar a Londres la nueva temporada. El te era dulce y refrescante, y carinosamente, el ama de llaves habia hecho unos bizcochos con almendras, que le aplastaron el estomago. Molly se reclino en su silla, dejando su servilleta, saciada despues de la fugaz comida. "?Terminamos el recorrido por la casa, veremos nuestras habitaciones y luego decidiremos adonde ir primero?" "Por supuesto, senorita Molly", dijo la senorita Sinclair, bostezando. Habia sido un dia largo, pero Molly estaba demasiado emocionada, habia esperado bastante para estar en Roma para acostarse por la tarde. Queria explorar, caminar por las calles, visitar los mercados y ser parte de la cultura aqui en esta antigua ciudad. "Si esta cansada, senorita Sinclair, siempre puedo salir sin usted. No me importa." Los labios de la senorita Sinclair se fruncieron en una delgada linea de desaprobacion. "No, eso nunca funcionaria. Necesita tener una acompanante y compania para mantenerse a salvo. Simplemente tendre que soportarlo". "No deseo que soporte Roma. Quiero que lo disfrute tanto como yo pretendo hacerlo". "No creo que eso sea posible, senorita Molly. Tengo aversion al calor, y si no lo percibio, hace mucho calor afuera". Molly se volvio hacia el balcon, la ligera brisa que entraba por las puertas le refresco la piel. Si, hacia calor, pero en Inglaterra siempre hacia mucho frio. ?Como podria alguien no aprovechar un clima tan hermoso y explorarlo? El ama de llaves dio un paso adelante y llamo la atencion de Molly. "Tenemos un criado aqui, senorita Clare. Estaria mas que feliz de acompanarla por Roma para que pueda ver algo de nuestra maravillosa ciudad". Molly le sonrio a la senorita Sinclair. "Ve, estare perfectamente a salvo. Podra tener la tarde para descansar y recuperarse, y esta noche nos reuniremos para cenar antes del baile de la noche". "?Tiene la intencion de asistir al baile de Lord y Lady Dalton esta noche? ?A pesar de que llegamos hoy?" "Por supuesto que tengo la intencion de ir". Molly nego con la cabeza a su companera, teniendo la sensacion de que no queria ir ni hacer nada mientras estuvieran alli. La perspectiva no era util ni seria posible. Molly tenia cuatro semanas para visitar esta maravillosa ciudad, y simplemente tendria que ignorar las quejas de su companera acerca de todo lo que pudieran hacer en ese tiempo. "Maria, ?me puede mostrar mi habitacion, por favor?" El ama de llaves se apresuro a recorrer un ancho pasillo hasta llegar a una habitacion que daba a mas terrenos de la villa, prados y jardines que nadaban con una variedad de colores. El tintineo del agua llego hasta ella y busco la fuente, pero no pudo verla desde su habitacion. Tendria que bajar las escaleras para encontrarla ella misma. Su habitacion era un piso de mosaico de baldosas que estaba hecho con una variedad de flores brotando. Su cama era grande, opulenta con su colcha y con abundancia de almohadas. Ella tambien era partidaria de tener muchas almohadas en las camas. De alguna manera las hacia parecer completas. Perfectas. Un pequeno escritorio ocupaba el espacio frente a una ventana, y un gran sofa estaba sentado frente a su fuego. Aunque no creia que necesitaria eso en absoluto mientras estuviera en Roma. No con el clima tan calido. "Hay agua dulce y ropa de cama detras del biombo para usted, senorita Molly. Cuando este lista para salir, baje las escaleras y le buscare a Marcus. El la mantendra a salvo y le mostrara todos los mejores sitios que ofrece Roma". "Muchas gracias. No puedo expresarle lo emocionada que estoy de estar aqui". El ama de llaves sonrio antes de dejarla con sus abluciones, el sonido de la voz de la senorita Sinclair mientras la llevaban a su habitacion resonaba en el pasillo. Molly camino hacia el pequeno balcon que tenia su habitacion y miro hacia el jardin. Levanto la cara hacia el sol, respirando hondo. Que lugar tan idilico para vivir. Una podria acostumbrarse a un lugar asi y nunca volver a casa en el viejo, lugubre y lluvioso Londres.

  • La llamada de la selva de Jack London

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    Esta historia tiene como protagonista a un perro llamado Buck que en el otono de 1894, cuando el descubrimiento de los yacimientos auriferos de Klondike arrastra hacia los hielos de Alaska a hombres de todas partes del globo, Buck es productivamente vendido y enviado al Norte. Sin ser ya acariciado ni respetado, en un pais salvaje y hostil, se ve obligado a doblegarse a la ley primitiva del baston y el latigo,

  • El fin del imperio de John Scalzi

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  • El galan imperfecto de Rafael Gumucio

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    Una novela comica, una observacion sagaz del amor y las amistades, un relato sofisticado y desternillante, una prosa brillante.

  • La esclava de Manila de Jesus Maeso De La Torre

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    Al amanecer, los expedicionarios del Galeon de Manila se concentraron en el malecon de Cavite. Una brisa humeda les cortaba el resuello. Las chozas y los baluartes emergian de las sombras y una luz amarillenta difuminaba las siluetas del mastodontico barco. Dos jovenes, ama y esclava, olieron el mar y oyeron el silbido del viento zumbando entre las arboladuras gigantescas de la embarcacion. Temblaban con el estruendo de la partida y se cogian del brazo de un criado. La esclava filipina se ocultaba de las miradas indiscretas bajo una capa de lana parda, y se pegaba a su tambien asustada duena. Desde el primer instante, la sobrecogio el desafiante perfil de la colosal nave: la Santa Rosa de Lima, con su soberbio mascaron de proa que representaba un leon policromado de singular belleza. Imelda del Rosario era esclava del armador don Natalio Zornoza y dama de compania de su hija Aurora, una joven de su misma edad, diecinueve anos, rubia, fragil y asustadiza. Ella era en cambio una mujer esplendorosa a la que todos miraban por su exotismo. No necesitaba afeites ni polvos, pues su semblante brillaba con luz propia. Ya desde el mismo momento de embarcar, la tripulacion cayo de inmediato en el embrujo de su natural seduccion, y corrio el rumor de que era hija del emperador de China. Don Natalio, cansado de vivir en Manila, deseaba presentar en sociedad a su hija, demasiado influenciada para su gusto por su confesor, y acaparada por los oficios religiosos. El armador era un hombre que vivia con desahogo, pues poseia, ademas de sus naves, una plantacion cerca de Manila de te de Wulong, el llamado <>, el mas puro de Fujian, de la misma China, que vendia en exclusiva a mercaderes ingleses en su casa comercio de la calle de la Carne de Cadiz. Cuando el navio se hizo a la mar entre el griterio de la gente y se cargaron en el baluarte de Santiago las arcas y las cajas de seguridad llenas de doblones, perlas de Ceilan y las joyas hindues de oro-- la carga mas valiosa, que esperaban los oficiales del rey en Cadiz--, siete canonazos, numero de la suerte en Filipinas, despidieron a la Nao de la Seda y, de paso, a su sangrante corazon que se alejaba de los suyos. El criado Maximiliano, un mulato libre que trabajaba en la casa desde nino y al que las muchachas querian como un padre, se arrodillo en la cubierta y rezo al milagroso Nino Jesus de Manila, para que los preservara de todo peligro, mientras las jovencitas se exponian en la proa a las brisas del oceano del Sur. Imelda tuvo el palpito de que ya nunca regresaria a su amada tierra natal. La esclava, --cuyo nombre natal era Xiao--, temia la larga travesia desde Manila a Acapulco en el Galeon de Manila --el <> lo designaban los nativos--, y luego desde Veracruz a Cadiz. Pero tras dos meses de tormentosa navegacion avistaron Acapulco, y, tras trasladarse por tierra y descansar en Veracruz, cruzaron el Atlantico, protegidas por la segura Flota de Indias, y finalmente arribaron a Cadiz sin novedad. La ciudad vivia un siglo magico, donde las riquezas se multiplicaban en manos de los comerciantes y los cargadores de Indias. Gentes de todo el orbe merodeaban por su puerto, y cerca de cien mil almas se afanaban por sus calles. Era tal la claridad del aire de Cadiz que la luz reverberaba en las torres miradores que oteaban sin desmayo el oceano, y en las azoteas y los balcones sembrados de geranios que miraban al mar. Imelda del Rosario, o la Filipina, como dieron en llamarla en los mentideros gaditanos, seguia siendo un misterio para los vecinos, no asi Maximiliano, que ya habia estado con el patron otras veces en Cadiz. Solo salia de la casa en las grandes celebraciones de la Iglesia, de la era fervorosa creyente, luciendo su belleza junto a Aurora, aunque caminando, eso si, un paso atras de su ama, junto al mulato, al tiempo que despertaba la envidia de las jovenes casaderas y damitas atildadas del puerto gaditano. A la filipina le seducia el embrujo de la bulliciosa ciudad andaluza, donde nadie se sentia extrano y el rumor del oceano armonizaba sus aires como una orquesta. Pero lo realmente hermoso de Cadiz apenas si se veia. Se hallaba oculto en el interior de las casas y en sus estancias guarecidas tras las puertas, rodeadas de patios y zaguanes donde crecian los nardos y los jazmines blancos. Cadiz hacia las veces de centro neuralgico del comercio nacional, y en sus salones, donde se hablaba en todos los idiomas, se servia cafe y chocolate. Y entre las acaloradas partidas de billar, una copa de brandy y el humo de un habano, los armadores de buques, entre ellos don Natalio, arreglaban tratos, ordenaban fletes, enrolaban tripulaciones, disponian los precios del palo de Campeche, de las salazones, del cacao, o de las sedas de Manila, o tasaban el valor del real de plata con el doblon mexicano. Las casas de Cadiz maravillaban a la filipina, que no habia visto nunca tal lujo. Olian a especias y vainilla, y los comerciantes destinaban los bajos para tiendas y almacenes donde se mostraban al publico los escaparates y mostradores de venta. El reloj de la fortuna habia sacado a Imelda de la indigencia en la que vivia en Manila. Apenas si se acordaba de su familia, que habia escapado de la pobreza con los dos mil pesos que habia recibido por su compra, siendo una nina de cuatro o cinco anos. Y daba gracias al cielo por su buena ventura. Si, el reloj de su vida y de su fortuna marchaba acompasado y, aunque debia soportar el celo indisimulado del padre de su ama, don Natalio, entre platonico y enfermizo, se hallaba satisfecha por el trato que recibia de sus senores, y en especial de Aurora, su confidente, amiga y casi hermana. Imelda poseia dotes curativas, inventaba y elaboraba balsamos, pomadas y esencias y conocia las virtudes saludables de las plantas. En sus ratos libres, y a la tremula luz de los flameros del sotano, creaba balsamos y cremas reparadoras y maceraba hojas con las que preparaba afeites y lociones para las damas gaditanas. Destilaba luego en su alambique aguas olorosas, que luego su amo vendia en la tienda de la calle San Francisco de monsieur Fatou, que las suministraba a precios prohibitivos. Una vez a la semana, el laborioso Maximiliano llevaba al frances tres cajas atiborradas de tarros de perfumes y redomas de fragantes unguentos para las damas burguesas de los puertos. A veces, el aroma intenso de las resinas adormecia mansamente los sentidos y Aurora e Imelda se quedaban dormidas en el obrador, con Aurora acurrucada en su pecho, como si anorara la madre a la que apenas recordaba, pues murio siendo ella muy nina. El derroche odorifico de las mas sofisticadas esencias orientales las transportaba a suenos deliciosos. Penetradas por una irresistible sutilidad de olores y, con el vaho de la amalgama de fragancias, permanecian horas con las manos entrelazadas y sus cuerpos jovenes apretados, en un afecto que duraba horas a la luz titubeante de las lamparas de aceite. Despertaban con el rayo tibio del sol del postmeridiano que entraba por el tragaluz, henchidas de emociones que debian guardar en sus memorias. Como suele ocurrir cuando la bonanza bendice a una familia, la paz y el sosiego se quebraron en la mansion de don Natalio, que perdio una de sus dos naves en un tifon que asolo las Antillas. Hallaron los restos en las costas de Barbados y lo que quedo fue expoliado por las gentes de las islas. Estaba casi arruinado. Pidio un prestamo a la Banca Aramburu de veinte mil reales para cambiar su negocio, y dedicarse con la que le quedaba a la importacion de cochinilla de Mexico y del azogue de Brasil, donde, por otra parte, existia gran competencia. En la Natividad del segundo ano de estancia en Cadiz, tuvieron que prescindir de la mitad del servicio, excepto del bueno de Maximiliano, que puso dinero suyo, ahorrado durante anos, para contribuir a la subsistencia de la familia. Natalio vendio a un consorcio holandes la nave que le quedaba, la mas marinera y querida: la Atrevida. Se distancio de las muchachas, pero ellas, en cambio, ante la adversidad, unieron aun mas sus corazones. Despues de la Epifania, Aurora, cada dia mas melancolica, comenzo a visitar el dormitorio de la asiatica y a quedarse con ella a dormir, costumbre hasta entonces inexplorada por ellas. Y entre platicas y complicidades aminoraban sus penas. El vino dulce y la difusa atmosfera alimentaban sus intimidades y exploraban su piel y sus partes mas ocultas. La exotica camara de Imelda, repleta de redomas de aromas y cremas, se convirtio para Aurora en un lugar de sortilegios y sexo fuera del tiempo. Y la desgracia de su padre le parecio menor y sin importancia. --Me has devuelto el deseo de vivir y recompuesto mi alma rota. No me separare nunca de ti, Xiao --llego a confesarle la pasional Aurora, cuando un amanecer abandonaba la estancia con las luces de la alborada. Aurora seguia recibiendo el cristiano consuelo del prior del convento de San Agustin, el vitalista fray Sebastian Gomez, asi como su asistencia en los sacramentos, y acudia a el acompanada por Maximiliano, su inseparable y protectora sombra. Pero un dia nefasto, en el que la bruma se dispersaba desdibujando el perfil de una luna rotunda, las mas terribles dudas afloraron en la mente de Aurora, testigo casual de una conversacion que penetro en su alma como un estilete turco. Aurora, tan asustadiza como un pajarillo, escucho la platica de su padre en el despacho con un adinerado tratante genoves, micer Jose Jacome, un hombre de barba rizada y larga cabellera anudada con un lazo negro en la nuca, que mostraba un inusitado interes por su adorada Imelda, la Filipina, la llamaba una y otra vez, su refugio y abrigo de amistad imperecedera. Aguzo los oidos. Hablaban de la asiatica como si de un barril de polvora se tratara, y eso la exaspero sobremanera. --Yo me hago cargo de vuestra deuda, y vos me traspasais a la filipina. Para cuando regrese de Gibraltar, en unas tres semanas, firmaremos el contrato y esa esclava pasara a ser de mi propiedad --le ofrecio tentador. --Asi sera, don Jose --reconocio don Natalio--. Teneis mi palabra. --Espero sacar buenos dineros con su saber en los emplastes, esencias y pocimas curativas, que vendere en mi almacen --hablo el negociante con voz ronca, y sus palabras entraron como un trueno en el cerebro de Aurora.

  • Mi curvilineo fraude de Carla Tristan

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    Una luz roja parpadeaba odiosamente mientras me ponia los auriculares en la cabeza. El diminuto eco del estudio se silencio por un breve momento, antes de estirar mi brazo, y presionar con mi dedo el boton de la pequena luz. --Hola, llamador --mi propia voz me fue devuelta a traves de los auriculares. Cuando empece ese trabajo, me habia desanimado. Todo el mundo odiaba el sonido de su propia voz. Y anade eso a la ansiedad paralizante que me embargaba antes de salir al aire en vivo, y ahi lo tienes, la receta perfecta para el desastre y torbellinos de palabras epicas. Por suerte para mi, mis productores pensaron que era demasiado encantadora para rendirse conmigo tan facilmente--. Ya sabes como funciona este espacio. Empecemos con tu nombre y la razon por la que llamas, y hare lo que pueda para ayudar a curar tu corazon --las palabras salieron de mi en la misma secuencia de siempre. --?Annie? ?Eres realmente tu? --un largo suspiro femenino lleno mis oidos. --La unica e irrepetible --literalmente. Una y solo una. Un poco de culpa me invadio. No, tal vez no era culpa, pero si algo un poco mas dificil de precisar que eso. Era una nueva sensacion que no habia experimentado antes, pero que en las ultimas semanas, me habia hecho sentir como un fraude. Durante un diligente desplazamiento nocturno por Internet con una copa de vino y una vela de sandalo ambientando mi habitacion, descubri que estaba sufriendo una dolencia profesional muy comun: El Sindrome del Impostor. --Hola. Vaya. No puedo creer que me haya comunicado contigo. Um. Bien. Aqui va --hubo una pausa seguido de un respiro en el otro extremo mientras mi interlocutor organizaba sus pensamientos. Estaba acostumbrada a eso. Los que llamaban no esperaban realmente comunicarse conmigo. Al principio, hace anos... Claro. Pero ahora las lineas se inundaban de llamadas cada noche y ella sabia lo afortunada que era de estar al aire con su servidora. Se aclaro la garganta--. Me llamo Margaret. He estado tratando de comunicarme contigo durante semanas. Otra pausa lleno la linea entre nosotras, y me di cuenta de que era mi turno de hablar. --Dime lo que estas experimentando en tu relacion, Margaret --anadi una suavidad a mi voz que habia estado practicando durante anos y me preguntaba si mis oyentes alguna vez sentian que estaba demasiado ensayado. Definitivamente me sentia asi a veces. Y agregando eso a mi Sindrome del Impostor, sin duda era toda una estafa ambulante y parlanchina. Margaret dejo escapar un suspiro de derrota. --Mi novio no quiere casarse. Tiene fobia al compromiso. Me preguntaba si Margaret querria mi consejo si supiera el sindrome que estaba padeciendo. Yo era un guru del romance ridiculamente popular cuya propia vida romantica era inexistente. Mi vagina no habia sido tocada por otra cosa que no fuera mi vibrador color lila. --Es un mal que muchos sufren --me incline hacia adelante y cruce los brazos sobre el escritorio. Intente ignorar la media docena de luces rojas que parpadeaban constantemente y que eran todos gritos de ayuda de personas desesperadas. Esta misma llamada habia llegado una y otra vez--. ?Cuanto tiempo llevan juntos? --Unos doce anos. ?Doce anos? !Madre mia! --Eso es genial. No, no lo era. ?Doce anos y ninguna promesa de que haya algo mas en el futuro? Vaya. Capte la expresion de perplejidad de Doug a traves del grueso cristal que tenia adelante. Mi manager levanto una ceja, sonrio, y paso sus dedos por su cabello canoso. Habia trabajado con el el tiempo suficiente para saber que estaba pensando exactamente lo mismo que yo: es hora de soltar y marcharse, Margaret. --Supongo --respondio la chica. Habia un claro tono de tristeza en su voz. Claramente tenia anos de practica y habilidades para disfrazar su decepcion, pero como profesional que veia este tipo de cosas todo el tiempo, tenia un oido atento a la tristeza de las relaciones. --Y supongo que le has hablado a tu pareja sobre los beneficios de estar casada --me puse mis gafas de marco negro, al puro estilo de Lisa Loeb. Una calma se apodero de mi al caer completamente en mi personalidad de la radio de Noches con Annie. Los hombros de Doug se movian de arriba a abajo con risas al otro lado del cristal. Me di la vuelta para no verlo mas. Nadie entendia mis rarezas en el estudio. --Si, pero el me ignora cada vez. Siempre hay algo super importante que tiene que hacer cuando surge el tema del matrimonio. Como apretar un fregadero que gotea o ayudar a su amigo que acaba de pinchar un neumatico. Es tan frustrante. Todas mis amigas dicen que estoy perdiendo el tiempo, pero ?como puedo dejar algo en lo que he invertido doce anos? Tenemos una vida juntos. Quiero decir, he criado a medias al tipo. Me moje mis labios. --?Me llamas para que te diga que tus amigas estan equivocadas o que tienen la razon? --No lo se. Se que se preocupan por mi. Se que no estan tratando de arruinar mi relacion. Estan... estan tratando de salvarme de eso. --Entonces parece que tienes buenas amigas. --Lo son. --Margaret, creo que sabes lo que tienes que hacer. Esto es sobre ti. No sobre el. Tienes que ponerte a ti misma primero y decidir que quieres de la vida. ?Seras feliz dentro de cinco anos si estas en el mismo lugar y no estas casada? ?Impactara esto otros aspectos de tu vida, como tener hijos? Margaret se resoplo. --Creo que se acabo. Realmente se acabo hace mucho tiempo. --Yo tambien lo creo. Y creo que sabias lo que querias hacer antes de llamarme. Es hora de pensar en ti, en lo que quieres para tu vida y soltar lo que no te haga crecer. A veces, cuando sabia que una persona estaba lista para oirlo, la verdad podia ser tan aguda como un punetazo en el estomago. Y Margaret ciertamente necesitaba oirla. Mentir todas las noches a mis oyentes se habia vuelto cada vez mas dificil durante las ultimas semanas y meses, pero ayudar a alguien como Margaret lo hacia un poco mas agridulce. Claro, todavia me sentia como una impostora hablando con ella sobre dejar a un hombre que amaba cuando no sabia lo que se sentia, pero alguien tenia que hacer el trabajo sucio. Me decia a mi misma que mi falta de experiencia me hacia la persona perfecta para este papel. No era parcial. No tenia un bagaje que nublara mi juicio. No tenia nada. La chica solto una risa temblorosa para disimular su dolor. --Creo que tienes razon, Annie. Le gusta demasiado su libertad para establecerse en la vida que siempre he querido. Debi haber tirado la toalla en cuanto menciono el tema de la pina. Esa ultima frase fue un pensamiento de ultimo momento, pero me llamo la atencion. --?Cosa de pinas? --me enderece en mi asiento y le sonrei a Doug. Nunca habia un momento aburrido en este trabajo. Sus suspiros se estaban convirtiendo en el prefacio de sus proximas palabras. --En nuestro vecindario... --suspiro y se quedo en silencio. --?Donde esta ubicado tu vecindario? --pregunte para animarla a seguir con la conversacion. Mi Mountain Dew estaba al alcance de la mano y todavia estaba frio. Las rosquillas que siempre me dejaban antes de cada show, con una variedad de glaseado blanco y espolvoreado de arco iris o banadas en chocolate, ya se habian acabado. Mire las migajas en el plato mientras inclinaba la cabeza hacia atras y sorbia mi bebida. --Es un vecindario de ricos. La mayoria de los millonarios retirados viven alli --casi la podia sentir encogiendose de hombros mientras hablaba--. Mi novio gana mucho dinero en la construccion y sabia que yo siempre sone con una vida de comunidad cerrada. --Continua --retorci la tapa de mi refresco para cerrarlo. Al menos Margaret tenia la casa de sus suenos. Yo, sin embargo, tenia fotos tomadas de Pinterest llenas de inspiracion para mi casa ideal, brillante y aireada, con una gran chimenea y un comedor de techo alto. Era una amante del lujo tanto como de las donas. --Bueno, hay un acuerdo en el vecindario donde los miembros del club de intercambio de parejas ponen una pina en su porche o en su patio. Es una especie de tarjeta de visita. --?Son ustedes swingers? --pregunte con una voz monotona. No habia necesidad de hacerla sentir algo que no estaba sintiendo ya. --!No! Cielos, no --dejo escapar una risa temblorosa. Tome un largo trago de mi bebida. --?Tu novio es un swinger? --No... Bueno, si --gimio en una exasperacion dramatica. Le mostre una sonrisa a Doug, que movia la cabeza con alegria. Ambos sabiamos que nuestros oyentes estaban disfrutando de este segmento mientras conducian a casa desde sus turnos de noche o se sentaban en sus mesas de la cocina--. No lo se. Parece como si tratara de decirme que esta interesado en probarlo, y con "eso" me refiero a otras mujeres. Lleva a casa cosas de pina todo el tiempo, siendo tonto al respecto, pero no es gracioso. Es... no lo se. Como que estropea cualquier confianza que me pueda quedar. Lo cual, debo anadir, no es mucho cuando el hombre con el que has estado durante una docena de anos no quiere casarse contigo. Me dolia el corazon por ella. Nadie deberia tener que sufrir ese tipo de incertidumbre en una relacion. El amor deberia mejorar las cosas, no empeorarlas. Tenia que ayudarla, y tenia que hacerlo rapido. Ella estaba luchando alli, y por un breve segundo, estuve agradecida de que no hubiera un hombre en mi vida que me hiciera sentir tan indigna. --Esto es lo que yo haria, Margaret. Acercalo al club de los swingers. Preguntale si esta interesado en involucrarse. Haz que conteste. Es un chico grande. Lo menos que puede hacer es ofrecerte un honesto si o no. Si dice que si y tu estas tan horrorizada como pareces estarlo, entonces pateale el trasero y vete. De lo contrario, deja las llaves en el bol y disfruta. Casi podia sentir el resoplido de Doug desde la otra habitacion. Siendo un seguidor incondicional de las reglas, no entenderia la diversion de un poco de promiscuidad en pareja. --Va a decir que quiere probarlo, estoy casi segura de eso. Y yo no. --Entonces dejalo ir. Es hora de descubrir la verdad, aceptarla y disfrutarla, y seguir adelante. Ambos estan en paginas diferentes. Y es perfectamente normal que dos personas se separen. No hay que avergonzarse por ello. Lo que seria una verguenza es continuar forzando algo que ya no les sirve a ninguno de los dos. Llamame e informame de lo que decidas, ?si? --Bien. Gracias, Annie.

  • Debatiendo con Piketty de J. Bradford Delong

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    El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty es el libro sobre economia de mas exito de la historia reciente. Su detallada explicacion del aumento de la desigualdad en las ultimas decadas suscito un encendido debate politico que aun hoy continua y que probablemente marcara el futuro inmediato. Pero, ?son ciertos los analisis de Piketty?, ?acierta en su percepcion de la desigualdad y los objetivos de crecimiento? Y, si es asi, ?como deberia desarrollarse la investigacion economica a partir de sus estudios? ?Como debemos plantear el debate actual?

  • Mandibula de Monica Ojeda

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    Una adolescente fanatica del horror y de las creepypastas (historias de terror que circulan por internet) despierta maniatada en una cabana en medio del bosque. Su secuestradora no es una desconocida, sino su maestra de Lengua y Literatura, una mujer joven a quien ella y sus amigas han atormentado durante meses en un colegio de elite del Opus Dei. Pero pronto los motivos de ese secuestro se revelaran mucho mas oscuros que el bullying a una maestra: un perturbador amor juvenil, una traicion inesperada y algunos ritos secretos e iniciaticos inspirados en esas historias virales y terrorificas gestadas en Internet.

  • Incienso (Reyes Magos 2) de Judith Romero Baeza

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    Gaia Kinov no sabe si ha hecho lo correcto al saltar por la ventana del colegio de magos, dejandolo todo atras. Pero ahora que se ha encontrado con un brujo sexual de lo mas apetecible que esta en deuda con ella, y que su amiga Dragius se ha comprometido a ayudarla, su unico objetivo es encontrar a sus hermanas, Juno y Alethea, y liberarlas al fin.
    Baltasar deberia estar ayudando a restablecer el equilibrio del Pacto Sagrado, que Alexander rompio, para que todos los deseos de la humanidad se sigan cumpliendo. Tendria que cesar en la busqueda inutil de su bruja. Pero los increibles ojos bicolores de Gaia no dejan de colarse en sus suenos… y no son suenos agradables. Necesita encontrarla para saber que ocurre y no dudara en utilizar todos los medios que esten a su alcance.

  • Hoja de sangre de Crystal Smith

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    AURELIA ES LA PRIMERA PRINCESA NACIDA EN RENALT despues de doscientos anos, y su destino es casarse con Valentin, el principe de Achleva --y mayor enemigo de su casa-- para asegurar la paz entre ambos reinos.
    Pero los rumores de un principe enfermo y cruel no cesan, y lo unico que eclipsa la aprension de Aurelia hacia su inminente matrimonio es el temor a aquellos que la matarian para evitarlo.
    Pronto circunstancias funestas la haran huir de su trono, entonces descubrira la felicidad que una vida plebeya puede brindar, lejos de intrigas politicas, compromisos monarquicos y el ejercicio prohibido de su legado mas antiguo: la sombria magia de sangre que es capaz de conectarla con fantasmas y espiritus.
    Aurelia parece un simple peon en un juego de amor, poder y guerra que ha perdurado durante siglos. Ahora debe decidir si quiere entregarse a su nueva vida o luchar por la que ha perdido, al tiempo que se abre paso por los complicados lazos que la unen a un principe forastero, al inquieto fantasma de una antigua reina, y a una enigmatica planta llamada hoja de sangre.

  • Derrida en 90 Minutos de Paul Strathern

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    El desconstructivismo de Derrida es nada menos que un intento de destruir toda escritura demostrando su inevitable falsedad. El escritor escribe con una mano, pero ?que hace con la otra? Todo escrito, todo texto, insiste Derrida, contiene su propia agenda escondida, sus propias suposiciones metafisicas. El propio lenguaje del escritor distorsiona inevitablemente lo que piensa y escribe. Se socava asi la verdad de todo conocimiento; llega el posestructuralismo. En Derrida en 90 minutos, Paul Strathern presenta un recuento preciso y experto de la vida e ideas de Derrida, y explica su influencia en la lucha del hombre por comprender su existencia en el mundo. El libro incluye una seleccion de escritos de Derrida, una breve lista de lecturas sugeridas para aquellos que deseen profundizar en su pensamiento, asi como cronologias que situan a Derrida en su epoca y en una sinopsis mas amplia de la filosofia.