• guerras de internet - Natalia Zuazo

    https://gigalibros.com/guerras-de-internet.html

    En este libro, la periodista y politologa Natalia Zuazo se propone bajar la tecnologia del pedestal y contar las historias humanas detras de internet para hacerla real, nombrar a sus protagonistas, y saber como funciona, quienes la controlan, que hacen las empresas y los gobiernos con nuestros datos, y cuanto de todo esto sabemos o ignoramos.

  • Guerras de internet: Un viaje al centro de la red para entender ...

    https://www.amazon.es/Guerras-internet-centro-entender-afecta-ebook/dp/B013XGJCVK

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  • de Natalia Zuazo - guerras de internet (ebook) - Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/ebook-guerras-de-internet-ebook/9789873752292/2598122

    Sinopsis de GUERRAS DE INTERNET (EBOOK). En este libro, la periodista y politóloga Natalia Zuazo se propone bajar la tecnología del pedestal y contar las ...

  • Guerras de internet | Penguin Libros

    https://www.penguinlibros.com/ar/business/156947-libro-guerras-de-internet-9789873752278

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  • Guerras de internet | Penguin Libros ES

    https://www.penguinlibros.com/es/business/2013-ebook-guerras-de-internet-9789873752292

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  • GUERRAS DE INTERNET - ZUAZO NATALIA | Alibrate

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  • Guerras de internet - El libro - Natalia Zuazo

    https://nataliazuazo.com/2021/10/05/guerras-de-internet-el-libro/

    5 oct 2021 — Guerras de internet – El libro. 5 veces compartido; 1 minuto de lectura. nzuazo. 5 de octubre de 2021. 5 Veces compartido.

  • Guerras de internet: Salir del pantano - Los Dueños de internet

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    En este libro, la periodista especializada en tecnopolítica Natalia Zuazo se sumerge en el universo de estas grandes corporaciones para entender sus fines. Y ...

  • Guerras de internet de Natalia Zuazo - Bajalibros.com

    https://www.bajalibros.com/ES/Guerras-de-internet-Natalia-Zuazo-eBook-1205049

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  • Libro Guerras de Internet: Un Viaje al Centro de la red Para ...

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  • GUERRAS DE INTERNET (EBOOK) - NATALIA ZUAZO

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  • Los duenos de internet de Natalia Zuazo

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    Este libro propone cambiar la logica monopolica de internet y aduenarnos de nuestro propio modo de relacionarnos con la tecnologia para vivir en un mundo mas equitativo.

  • La muerte del comendador 2 de Haruki Murakami

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    En el primer volumen, dejamos al protagonista deseoso de saber que se oculta detras del cuadro titulado La muerte del comendador. Tambien ha aprendido a convivir con los extranos personajes y objetos que lo envuelven desde que se instalo en la casa en las montanas. Y, a peticion de su vecino, ha empezado a esbozar el retrato de una peculiar adolescente, Marie Akikawa.

  • La sirena de Florencia Etcheves

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    En el cierre de su novela Cornelia, Florencia Etcheves deja flotando la ilusion de que la protagonista ya no es una amenaza. Sin embargo, en La Sirena, hay quienes sienten lo contrario. No basta con que Cornelia Villalba porte una nueva identidad y goce de una mejor vida en el pueblito espanol en el que se ha refugiado, ni que trabaje en una panaderia de Besalu horneando y decorando torteles. Hay alguien que aun padece por ella. Y no se trata de una cobarde sensacion de amenaza. Cornelia, la Sirena, es una espina clavada en el cuerpo, que pide a gritos un castigo.

  • La banda de los Sacco de Andrea Camilleri

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    La historia real de una injusticia cometida sobre la familia Sacco por parte del sistema
    mafioso.
    Raffadali, Sicilia, anos veinte. Los hermanos Sacco son hombres libres, de ideas socialistas;
    son hombres hechos a si mismos a quienes su padre Luigi inculco la cultura del
    trabajo y el respeto a los demas. La vida cambia de repente cuando, una manana, el mayor
    de ellos recibe una carta anonima, luego otra, y luego sufre un intento de robo. Luigi
    Sacco lo denuncia a los carabinieri, pero estos se encuentran totalmente desorientados:
    nadie antes se ha atrevido a denunciar a la Mafi a. A los Sacco no les queda mas remedio
    que defenderse ellos mismos. De la mafi a y de la policia, de sus paisanos complices de
    los traidores y de las autoridades.

  • Cuando las paredes miran de Asia Lafant

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    En este nuevo caso, la pareja de detectives Leonor y Leo, eles para los amigos, tendra que verselas con un asesino que no deja rastro ni pistas. Por las calles de Barcelona, alguien que te vigila anda suelto; ni siquiera en tu propia casa te sentiras a salvo. Estas avisada.

  • Mentiras de hielo de Marta Andres

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    Un sorprendente thriller romantico protagonizado por Elsa Maqueda, una joven psicologa que se vera atrapada en un misterioso asesinato.

  • Pide un deseo, Stefania Gil de Stefania Gil

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    Leah y Jonathan estaban realmente enamorados. Comprometidos y planeando la futura boda. Pero un dia, al llegar a casa despues de una larga jornada, Leah se entera de que Jonathan y toda su familia se marcharon sin dar alguna explicacion. Solo dejaron un vacio que ironicamente estaba lleno incognitas que jamas pudo resolver y una tristeza que parecia querer acompanarla de por vida.
    Decide mudarse a la gran manzana pensando que aquella ciudad le ayudaria a empezar de cero. Pero no. Cada ano, en la misma epoca en la que habia ocurrido todo, Leah revivia cada instante de aquel sufrimiento. Era un luto que vivia ano tras ano desde la misteriosa partida de su prometido junto a toda su familia.
    Con el pasar de los anos, entendio que en ningun lugar del mundo encontraria la felicidad y decide regresar a Arlington, junto a su familia y justo en el momento en el que su mejor amiga Ellie, a quien conoce desde que eran bebes, le propone empezar un negocio juntas. Tambien intuye que Ellie quiere emparejarla de una vez y por todas con Ryan, su hermano mayor. Sonaba con verlos juntos y felices desde que eran adolescentes, cuando las salidas en grupo se disolvian en segundos gracias a Ellie, dejandolos a ellos a solas y permitiendo que ciertas cosas ocurrieran por primera vez en la vida de ambos.
    Necesitaba volver a sus raices y buscaria la manera de ponerle punto y final a ese pasado tan amargo que la seguia a todos lados y no la dejaba ser feliz.
    Es durante la mudanza, cuando sufre un accidente que le da la vision que ella tanto estuvo buscando y entonces, lo encuentra. Su amor, por fin, despues de tantos anos y por un segundo fugaz, lo ve. Lo reconoce y en un abrir y cerrar de ojos, lo pierde de nuevo.
    ?Sera la imaginacion de Leah, movida por el amor, la que evoca la imagen de Jonathan? ?Tendra que resignarse a que nunca encontrara respuestas y cedera ante la propuesta de ser feliz que le ofrece Ryan? ?O esta en lo correcto y su amado Jonathan vuelve a ella despues de todos esos anos para retomar lo que el destino les obligo a interrumpir?

  • El mundo que viene de Juan Martinez-barea

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    Todos convivimos con el profundo impacto que han ocasionado la globalizacion y la hiperconectividad y, en el futuro inmediato, se sumaran dos nuevas olas de cambio: la aceleracion tecnologica -que en los proximos anos explotara con toda su intensidad- y la irrupcion de mas de 4.000 millones de personas de los paises emergentes. Estas megatendencias revolucionaran nuestra sociedad y modificaran radicalmente cada aspecto de nuestra vida.

  • El violinista en el balcon de Ana Alvarez

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    ?Desde cuando estar encerrado es un obstaculo para celebrar tu cumpleanos… y encontrar el amor?

  • Mi error fue enamorarme del novio de mi hermana. Parte 1 de Moruena Estringana

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    Jenna siempre se ha sentido diferente. Con sus diecinueve anos no aparenta mas de quince y para eso no ayuda mucho su despreocupado aspecto. Hija de un importante empresario nunca se ha sentido a gusto en sociedad. No encaja en ese mundo. Su mundo es la pintura, le encanta perderse en su cuadros y plasmar la belleza que solo ella es capaz de ver.

  • El Final de todos los Inviernos de David Arrabal Carrion

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    Araziel escapa del Infierno decidido a recuperar el amor que Dios le arrebato. Para ello no dudara en matar a todo aquel que se cruce en su camino, ya sea humano, angel o demonio. Los que fueron sus hermanos no dudaran en detenerle, mientras que su antiguo enemigo se revela como la piedra angular de su destino. Mientras, Irene, sumida en la indestructible tristeza a la que fue condenada, ignora la batalla que se libra a su alrededor, una lucha que busca liberarla del castigo divino impuesto por amar a alguien prohibido. “El final de todos los inviernos” es una historia de amor y muerte, de fe y tenacidad, de superacion y sacrificio, un canto a la esperanza.

  • Mariela de Yolanda Guerrero

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    Esta historia apasionada, epica e inolvidable nos habla de como la vida y el amor se abren paso incluso en la oscuridad de la mayor de las tragedias.

  • Patitas de arana de Manuela Riobo

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    En las hermosas y verdes tierras del Morrazo, en el pueblo de Meira, hay una pequena casita en la que vive Susan con sus dos hijos pequenos. Ocasionalmente recibe la visita de Bull, un antiguo novio que todavia conserva la facilidad de chantajearla y manejarla de cuando eran pareja.
    Un dia tras una visita medica en un centro hospitalario situado en las afueras de Vigo conoce a Alexio. Este la ayuda en una delicada situacion. A raiz de ese encuentro se inicia entre ellos una singular relacion.
    Alexio, poco a poco se ve envuelto en el dia a dia de Susan, cada vez mas interesado en ella, decide sortear a su lado los crueles y despoticos actos de venganza que Bull llevara a cabo al verse apartado de su vida.

  • Contactos peligrosos (Las cronicas de Krinar 1) de Anna Zaires

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    De la autora de Secuestrada, la novela superventas en las listas del New York Times, llega ahora la adictiva y emocionante historia de un amor oscuro situado despues de la invasion de la Tierra…

  • La transparencia del tiempo (Mario Conde 9) de Leonardo Padura

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    A un Mario Conde a punto de cumplir sesenta anos, y que se siente mas en crisis y mas esceptico que de costumbre con su pais, le llega de manera inesperada un encargo de un antiguo amigo del instituto, Bobby, que le pide ayuda para recuperar la estatua de una virgen negra que le han robado. Conde descubre que esa pieza es mucho mas valiosa de lo que le han dicho, y su amigo tiene que confesarle que proviene de su abuelo espanol, que, huyendo de la Guerra Civil, la trajo de una ermita del Pirineo catalan. En los bajos fondos de La Habana, Conde da con un sospechoso al que acaban matando. Con el asesinato de otro complice, Conde descubre una inesperada trama de galeristas y coleccionistas extranjeros interesados en la talla medieval, y se tropieza inevitablemente con la policia de homicidios de La Habana. Pero, en capitulos intercalados, La transparencia del tiempo tambien cuenta la epopeya a lo largo de los siglos de la estatua, una virgen negra traida de la ultima cruzada a una ermita del Pirineo por un tal Antoni Barral, y sera otro Antoni Barral quien la salve y se vea obligado a embarcar como polizon rumbo a La Habana.

  • En las manos de mi jefe de Johanna Milton

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    Johanna acaba de romper con su novio de toda la vida y ahora siente que no ha aprovechado su vida para conocer, experimentar y disfrutar...
    Nick es un empresario de exito cuyo hobby oculto es ir a fiestas donde lo que lo que mas importa es la discrecion.
    Ellos se veran gracias a una fiesta organizada por "Desata tu yo interior", pero su historia habia empezado mucho antes de eso...
    El es su jefe, pero su cuerpo invita a pensar en muchas otras cosas...
    Ella nunca habia sentido el placer de la pasion...
    Dejate llevar por tu yo interior, desata la lujuria y el sexo. No dejes que nadie opine por ti. Rebela tus deseos mas ocultos y, ante todo...NO TE ENAMORES.

  • El tiempo es algo muy liviano de Aurea Vicenta Gonzalez

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    En un futuro inmediato, entre avances tecnologicos que ya se atisban hoy, tres generaciones de mujeres perseveran en su empeno: ser ellas mismas.
    La atenta contemplacion de un lienzo de El Greco ofrecio en su dia a la mas anciana la expectativa de un hallazgo por el que todavia lucha con denuedo, pese a la edad.
    El afan de estudios superiores aproxima a la mas joven con su ancestro, al tiempo que su capacidad de empatia crece y se manifiesta.
    El respeto obra el milagro de la reconciliacion con el pasado, algo que jamas llego a imaginarse la protagonista.
    Amistad, lealtad, temores, dicha, desilusiones, esperanzas..., todo puede acarrearlo la vida sin que importe la edad fisica del ser humano ni la epoca en la que discurra su existencia ya que segun el poeta "Hoy es siempre todavia".

  • Un lugar en el mapa de Shaun Prescott

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    Shaun Prescott es uno de los autores revelacion de la nueva literatura australiana: un relato alegorico y mordaz sobre la desaparicion de los pueblos.

  • Melodia para un sueno de Ana R. Vivo

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    Otro perfecto coctel de romance y suspense por la autora de la serie Barrymore.

  • Hecho en Saturno de Rita Indiana

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    Luz de oficina, de consultorio. Luz aguada en una capota de nubes pareja que hundia los hombros del horizonte. Luz blanda, como los zapatos ortopedicos del doctor Bengoa. Blando tambien el folder en el que el doctor habia escrito el nombre de su nuevo paciente, Argenis Luna, quien bajaba de un avion de Cubana de Aviacion chorreando un sudor pastoso y frio. Bengoa lo esperaba en la pista, en su arrugada guayabera color champan, con ambas manos en el letrero de tipos bold que habia rellenado impecablemente. Al identificar a Argenis se acerco a tomarle el pulso a la vez que miraba su reloj de pulsera, y mientras caminaban por la pista para ir a buscar las maletas se lo presento a un joven militar que los escoltaba como <>. Contra el fondo gris de la nublazon las palmas retaban al rayo y la centella, a pesar del malestar Argenis penso que era hermoso. El aire estaba cargado y respiraba con dificultad, la nariz le goteaba como una llave abierta. Ya frente a la correa del equipaje, Bengoa anadio, dirigiendose al militar, <>. Las maletas se asomaron por el redondel de la correa al mismo tiempo que Bosch en la conversacion y dieron una vuelta completa sin que Argenis se animara a identificarlas, sin que se animara a interrumpir a Bengoa. Los atributos heroicos que el doctor Bengoa enumeraba orbitaban desde siempre en torno a la leyenda de su padre, y Argenis con ellos, otro satelite mas, como las maletas de tela roja en la correa. No tenia fuerzas para cogerlas, repletas como estaban con las cosas que su madre habia comprado para equipar su desintoxicacion en Cuba. Las senalo con el dedo y se subio la capucha del jaquet para combatir el aire acondicionado y la verguenza que le daba su obvia debilidad. Llevaba meses viviendo en los sofas de los amigos que todavia lo toleraban, su unica propiedad era una mochila Eastpak verde donde llevaba las jeringuillas, la cuchara y un Caselogic con sus cedes. Su madre habia echado toda la parafernalia a la basura, excepto los cedes y la mochila en la que ahora llevaba una botella de Ron Barcelo Imperial de regalo para el doctor Bengoa y una caja grande de Zucaritas. El joven militar los ayudo con las maletas hasta el carro. Los musculos de sus antebrazos apenas se contraian por el peso del equipaje. Fingia entusiasmo por el tema que Bengoa desarrollaba y miraba a Argenis de reojo, como si intentara hallar algo del heroico padre en las ciento veinte libras que aquella primavera sumaban los pellejos del hijo. De lejos, el lada color ladrillo del doctor Bengoa parecia nuevo; ya dentro, y presa de un escalofrio de los que preceden a la diarrea, Argenis calculo la verdadera edad del carro en las grietas del tablero. Llevaba cuarenta y ocho horas sin heroina y habia vomitado en el avion, las azafatas cubanas, con sus uniformes y peinados anacronicos, lucian tan absurdas como las tabletas de Alka-Seltzer que le ofrecian para aliviarlo. El doctor Bengoa abrio la guantera del carro con un golpecito y de alli extrajo una jeringuilla desechable, algodon, un pedazo de goma y una tira de ampolletas color ambar que decian <>. La tira cayo sobre el regazo de Argenis y este noto por primera vez el sucio acumulado en sus jeans. Eran los mismos que llevaba cuando, hacia poco menos de un mes, se mudara a la casa de Rambo, su pusher. Mientras amarraba la goma en el brazo izquierdo de Argenis para hacer saltar la vena, el doctor Bengoa le explico los detalles de su estadia, y luego, al meter la jeringuilla en la ampolleta le dijo <>. Lo inyecto alli mismo, en el estacionamiento del aeropuerto Jose Marti, con la tranquilidad y legalidad que su profesion le permitia y Argenis se dejo hacer como una enamorada mientras taxistas en Cadillacs de otra era iban y venian con turistas de la nostalgia. Argenis habia intuido que su cura seria de dolor y abstinencia; sin embargo, alli estaba, aliviado por completo de sus sintomas, sintiendo como el quimico hacia que las ideas y las cosas perdieran sus aristas, sus filos incomodos, rumbo a La Pradera, una clinica para los turistas de la salud que llegaban a Cuba de todas partes del mundo. El complejo lucia, por lo menos desde fuera, como un economico resort todo incluido, de esos que se llenan de familias de clase media en Semana Santa en Puerto Plata. Las paredes del camino hacia la recepcion estaban decoradas con afiches de solidaridad comunista, Argenis trato sin exito de imaginar un hotel como este en Dominicana. Coloridas serigrafias con mapas y banderas de distintos pueblos del mundo homenajeaban el trabajo medico como un baluarte de la revolucion. En uno, el liquido de una inmensa inyeccion anaranjada entraba en un mapa de Latinoamerica, Haiti era la afortunada vena; en otro momento Argenis hubiera hecho un chiste. Frente al afiche de la inyeccion, una senora mayor con acento argentino pedia informacion a una enfermera sobre la heladeria Coppelia y, a su lado, otra mujer mas joven, en silla de ruedas, que se le parecia, intentaba ocultar bajo una gorrita de Mickey Mouse la calvicie provocada por la quimioterapia. Haydee, como decia el carnet que la enfermera llevaba pinchado en la camisa, no iba uniformada, pero tenia puestos esos zapatos de goma que solo llevan los jardineros y los profesionales de la salud. Unos mocasines a prueba de todo que habian venido de fuera, producto de una noche con un europeo o del agradecimiento de un paciente satisfecho. La enfermera miraba con complicidad sonriente a Bengoa mientras ofrecia detalles historicos de la famosa heladeria a las mujeres. Se saco un pesado llavero de madera del bolsillo con el numero diecinueve pintado y se lo extendio al doctor diciendole <> antes de acompanar a las argentinas a abordar un taxi. El nuevo quimico entraba en Argenis al atropellado ritmo de la conversacion de Bengoa; un torrente de fechas emblematicas de la lucha antiimperialista, recetas para batidas profilacticas, trozos de canciones de Silvio, Amaury Perez y Los Guaraguaos, economia china y estadisticas de beisbol. Tenia la boca seca y las pupilas tan dilatadas que todo a su alrededor lucia como una foto en alto contraste. Se aferro al brazo del doctor para caminar y bordearon la piscina hasta la habitacion 19. La habitacion, que Bengoa habia llamado <>, tenia vista a la piscina y una puerta corrediza de cristal, frente a la cual, en una mesita de hierro adornada con flores de plastico, dos hombres descalzos, uno en pijama y el otro en traje de bano, jugaban a las cartas. El doctor lucho con la cerradura sin dar con el truco que Haydee les habia anunciado mientras Argenis, a traves del cristal, hacia un inventario del mobiliario de su nueva habitacion. Un abanico de techo, una cama twin y una mesita de noche. La puerta de Rambo, su pusher, tambien tenia su truco, para abrirla habia que halar al mismo tiempo que se metia la llave. <>, pidio a Bengoa, y este se hizo a un lado satisfecho con la notable mejoria de su nuevo paciente. Argenis intento una, dos veces, meneando la llave en el bombin como el rabo de un perro alegre hasta que la puerta cedio y el olor a cloro de las sabanas limpias les dio de frente. Privilegio; sentia la palabra en su boca, que hacia los mismos movimientos para la ele y la ge que para saborear y tragar una cucharada de frosting. La decia cada manana tras lavarse los dientes y la cara mientras se ponia el pequeno traje de bano Speedo que su madre habia elegido. Luego nadaba un poco, sin mucho atletismo, y daba un par de vueltas en estilo pecho. Bengoa se lo habia indicado para estimular el apetito y estaba dando resultados. Hacia las ocho Haydee le traia una bandeja con huevos fritos, pan tostado y cafe que engullia en su habitacion sin poder evitar pensar que fuera de la clinica la mayoria de la gente desayunaba un cafe aguado hecho de chicharos y borra vieja. <>, le pedia Haydee con ternura, y se llevaba la bolsa llena de papeles del zafacon del bano para botarla. Argenis se preguntaba si Haydee vivia en La Pradera o si por la noche se llevaba las sobras de los pacientes a su casa. Sus zapatos de goma eran tan higienicos como discretos y no dejaban ver mucho mas alla de la labor que facilitaban. Jamas iban a revelarle lo que Haydee pensaba de los extranjeros con dolares con acceso a lugares y atenciones con los que los cubanos no podian ni sonar. Segun Bengoa, Argenis no estaba en La Pradera por los dolares que su papa le habia hecho llegar en una de sus valijas en el vuelo de Cubana, sino por los meritos revolucionarios de su padre, la carrera politica de su padre, la orbita en expansion de sus atributos. Tras el desayuno leia un poco, sentado a la mesita de hierro, de una copia sin portada de Fundacion e Imperio de Asimov que Bengoa le habia traido y media hora mas tarde estaba de nuevo en el agua. Con los brazos en cruz, de espaldas al borde de la piscina, hacia la bicicleta con las piernas y veia como, poco a poco, el hospital se despertaba, como los enfermos surgian de sus habitaciones con pies perezosos. Solia divertirse pensando que aquel hotel era una vieja pelicula que el proyectaba con el movimiento de sus piernas bajo el agua y desaceleraba la bicicleta como si de una manivela se tratara para que las escenas fluyesen a camara lenta. Siempre lograba el efecto deseado, todos en La Pradera se movian despacio. Si hacia buen sol, para las diez de la manana la piscina estaba llena y Argenis se salia con miedo a contagiarse de alguna extrana enfermedad, otra enfermedad, porque Bengoa le habia hecho ver que estaba enfermo, que la adiccion era una condicion y que estaba alli para curarse. Iba a curarse del consumo, porque la adiccion como tal no tenia cura. <>, le habia dicho entregandole una cajetilla de cigarrillos. Almorzaban juntos todos los dias y fumaban antes y despues de la comida, en la mesita de hierro, mientras veian como a esa hora le daban terapia acuatica a un muchacho rubio con sindrome de Down. Discutian sobre los sintomas de Argenis y luego el doctor regresaba al centro gravitacional de todas sus conversaciones, la Revolucion cubana. Bengoa habia estado en la sierra con Fidel y habia conocido al padre de Argenis durante la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, en el 67. Hablaba de estos eventos con la solemnidad de un predicador, haciendo hincapie en fechas y nombres de parajes perdidos en los que habia curado las heridas, las fiebres, las infecciones y el asma de la carne revolucionaria. Cada dia, Bengoa extraia una muestra del saco sin fondo de sus anecdotas. La porcion de estas memorias era tan precisa como la dosis de Buprenorfina de Argenis, y era evidente que lo llenaban del mismo sosiego que a su paciente su medicina. El recuerdo de aquellos eventos y el recuerdo que de ellos tenian sus sentidos le dilataban las pupilas, le aceleraban el pulso; luego venia el inevitable bajon, que le hacia mirar el agua de la piscina y tirar una ultima linea, por lo general tragica, con la que disminuir lo forzoso de su aterrizaje. <>. Argenis imaginaba la palabra inmolacion latiendo en las venas de Caamano y de sus companeros, la oscura euforia que los habia hecho desembarcar en un lodazal playero del norte de Republica Dominicana a tumbar el gobierno de Balaguer en el 73 con solo nueve hombres. Tremenda nota. Tras el desahogo historico diario de Bengoa solian faltar minutos para las cuatro en punto de la tarde, hora en que sin falta inyectaba a Argenis en su habitacion. Podia hacerlo frente a la piscina pero este preferia relajarse en la cama un rato, mirar el abanico de techo o fijar la vista en una calcomania con la bandera argentina que alguien habia pegado en la puerta corrediza de vidrio. Argenis pensaba que la bandera aludia al Che Guevara, pero Bengoa le explico orgulloso que Maradona habia estado en aquella clinica y le mostro la calcomania como prueba fehaciente de la pasada presencia del astro. La calcomania se habia empezado a despegar y los bordes transparentes habian adquirido, gracias a la suciedad del ambiente, el mismo color ambarino de las ampolletas de Temgesic.

  • Eres parte de mi de Olivia Saint

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    El amor es una medicina bendita, para algunos es el motivo que endulza las noches y hace que cada dia sea una nueva oportunidad para amar. Para algunos otros, es un triste desacierto que le roba el sueno a las noches y hace de cada amanecer, un comienzo nuevo para seguir muriendo sin recibir la correspondencia del amor que se ha elegido alimentar. ?Y para los que no han tenido la oportunidad de sentirlo? ?Que les queda a esos otros?

  • Para no olvidarte de Viki Tapada

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    Era pleno verano. En la noche se oian a los grillos cantar con todo el enfasis con que podian hacerlo. Aquella noche Laura no habia podido dormir casi nada y lo poco que habia dormido lo habia hecho a ratitos y mal. El sudor hacia de las sabanas una pegajosa masa de tela que no podia quitarse de la piel. El estridente canto de los grillos habia hecho de aquella jadeante noche bastante movida, llenas de pesadillas y malos pensamientos. Amanecio la manana con un gran sol. Los restos de la noche pasada se reflejaban en el rostro de Laura, pero habia llegado la hora de levantarse. Aun no habian terminado las clases, aunque faltaban pocos dias. Ya se sabe que los ultimos dias de clase son los mas desesperantes pues parece que nunca llega el final. Se levanto como siempre. La cabellera morena y larga se asemejaba a un revoltijo de pelo en el que se habian puesto todos de acuerdo para hacerla parecer una leona. Unas ojeras hasta los pies y arrastrando el cuerpo con poco garbo. Laura inmediatamente se dirigio al cuarto de Marcos y desperto a su hermano. --Marcos, despierta, que ya es hora. Vamos a llegar tarde, levantate… !Ya! --!Vale! Podrias gritar menos, ?y mama? --Esta dormida. Ahora voy a despertarla. !Tu vistete, desayuna y despierta a Ines…! --Siempre me toca lo peor a mi. Ines no se despierta conmigo, solo se despierta con mama... --suspiro con cara de pocos amigos. Laura se dirigio a la habitacion de su madre, descalza y de puntillas…. --!Mama! !Despierta! Que llegamos tarde, ya son las ocho. !Vamos, Mama! --le susurro en el oido suavemente. Laura paro por un momento y se quedo observandola. En un gesto inconsciente de querer grabar su serenidad en su mente. Empezo a menearla. Primero con suavidad, al no conseguirlo insistio con mas fuerza a ver si conseguia despertar de una vez a su madre. Pero no habia manera. Un brazo se quedo colgando fuera de la cama. De repente, al tocarla, sintio un escalofrio por todo el cuerpo. Su madre estaba completamente helada. El cuerpo lo tenia rigido. Laura empezo a ponerse muy nerviosa. No sabia que hacer, apoyo su cara sobre el pecho de su madre, pero no oyo los latidos de su corazon. No oyo nada. No podia ser… no, no podia ser eso… se repetia Laura una y otra vez en su interior. La realidad se habia convertido en pura ficcion. Ni en sus peores pesadillas hubiera imaginado algo asi, a veces la realidad supera con creces a nuestra imaginacion por muy retorcida y siniestra que pueda llegar a ser. Alli estaba Laura, en pie frente a ella, paralizada, en otra dimension, en un escalon que separaba la realidad de sus propias fantasias para no cruzar el crudo hilo de la realidad. Su madre no podia irse de esta manera, pensaba para sus adentros. Tan pronto, no. A los treinta y tres anos era pronto para morir e incluso para ella que habia vivido deprisa, que las amargas experiencias habian marcado aquella vida que hoy se habia truncado por completo. Como hoja de otono barrida por el viento, sin pena ni gloria, sin darse cuenta de su verdadera existencia. Se habia ido con la misma soledad con la que habia nacido, crecido y vivido. Aunque su soledad fue rota por el nacimiento de sus tres hijos: Laura, Marcos e Ines. Sola en una cama inmensamente grande para una persona sola. Sola en el principio, sola al final. En la oscuridad de aquel retraimiento que siempre la habia perseguido alli donde fuese. Laura rogaba a Dios que aquello no fuese verdad. ?Que podia hacer ella? Su hermano estaba a punto de entrar en la habitacion donde se hallaba postrada su madre, pero Laura se lo impidio justo a tiempo: --Marcos, !estate quieto! No entres en el cuarto. Quedate con Ines en la sala. Mira los dibujos que tengo que llamar por telefono. !Anda, vete ya! --exclamo Laura nerviosa y con un maldito nudo en la garganta. --Pero... ?por que? Eres una gorda insoportable. Culona. Solo quiero decirle una cosa a mama... --protesto con genio el nino. --Por favor, por una vez hazme caso, es mejor que te quedes cuidando que Ines no venga, que no entre en el cuarto de mama. Esta durmiendo --imploro Laura. Cerro la puerta del cuarto de su madre, suspiro por haber salvado la situacion y se dirigio corriendo hacia la entrada de la casa, donde estaba situado el telefono. Se sento en el suelo mirando hacia la mesa de madera de color caoba que habia en la entrada, era la tipica de madera, clasica con un poco de carcoma que le daba cierto aire envejecido y un poco desalinado. Cuando se dispuso a coger el telefono entre sus manos, se le resbalaba por el exceso de sudor. Siempre que le asaltaban malos pensamientos, que estaba preocupada y nerviosa, su cuerpo respondia transpirando en exceso. Por una parte, el calor que hacia era insoportable, por otra los nervios la hacian estremecerse en lo mas profundo, perturbando su mente y su cuerpo. Llamo al 061, el telefono de urgencias sanitarias. Sin llorar, casi sin creerse lo que estaba ocurriendo, despues de llamar dos o tres veces, consiguio que le cogieran la llamada, entre los nervios y la tristeza que sentia, logro explicarse a duras penas, entre tartamudeos y lagunas en blanco, se sentia como un nino pequeno intentando explicarse, por desgracia una de las cosas mas normales y corrientes, pero a la vez mas dolorosas. Que su madre habia muerto… en la noche y a escondidas como una nina traviesa se habia marchado dejandola sola, con un gran vacio a cuestas y una insistente pregunta: ?por que a ella? Todo lo que ocurrio a continuacion fue penoso. La separacion de su madre habia sido horrible, el alma se le habia ido muy lejos, pero separarse de sus hermanos, ya era la gota que colmaba el vaso, separarse de esas dos personitas pequenas fue una punalada rastrera y baja del destino. Aunque logico… eran hermanos, si, pero de diferente padre. Sus hermanos tenian el mismo y por lo menos seguirian juntos, seguirian con los mismos amigos y el mismo colegio. Se harian compania juntos en un mismo dolor. Pero ella no. Ella cambiaria todo: la familia, la casa, el pueblo por la ciudad, dejaria a sus amigos de toda la vida. Se sentiria morir. A ratos le daban ataques de furia, culpando a su madre por no estar ahi con ella, como siempre habia sido… otras, le acosaban los remordimientos, pensaba: ?y si hubiera estado mas con ella? ?Y si la hubiera ido a ver por la noche? ?Y si…? ?Y si…? Las pesadillas ahora eran muy reales y no podia quitarselas de encima, estaban dentro de ella y no tenian intencion de salir, se habian acomodado en su corazon. Se alimentaban de sus recuerdos. El cielo azul de aquel dia 19 de junio se habia transformado para ella en una gran losa negra que tapaba sus esperanzas, asi como sus ansias de vivir. Deseaba con todo su ser morirse para reunirse con ella. Llego el dia del funeral. La iglesia aquella que habia sido testigo para ella de los bautizos de sus hermanos, de su comunion. Ahora le parecia tenebrosa y fosca. Alli estaban todos los familiares. Sus hermanos con su familia, (Laura les miraba desde lejos queriendo recordar cada detalle de sus pequenas caritas, no sabia cuando les volveria a ver). Marcos, con sus grandes ojos, estaba embelesado mirando las esculturas de santos y apostoles mientras Ines jugueteaba con el lazo de su vestido, Laura penso: debe sentirse incomoda porque no le gustaban los vestidos. Su familia, amigos, enemigos (!como no! Ni ese dia la podian dejar en paz…). Todos ellos estaban alli. Tambien un monton de curiosos y las consabidas beatas que se encontraban alli con sus rosarios, como siempre, para averiguar quien era, como vivio y sobre todas las cosas…, ?como murio? En un banco cercano al de Laura estaba sentada la que habia sido la mejor amiga de su madre durante los ultimos cinco anos. Al ver a Laura, Isabel se dirigio hacia ella. La abrazo energicamente. Isabel no podia dejar de llorar, tenia los ojos enrojecidos y la cara blanca como si hubiese visto algo tan terrorifico que le habia cambiado el semblante de la cara. --Lo siento mucho, Laura, si pudiera hacer algo por ti lo haria… pero no creo que te pueda ayudar, carino --dijo Isabel apretujando contra su pecho a Laura, que tenia el cuerpo como una marioneta. --Gracias, Isa, pero de todas formas me tengo que ir a Palma y casi no nos veremos, ?y tus hijos? --pregunto Laura. --En casa con mi marido, ellos estan bien, pero no he querido que viniesen, ya sabes que la querian mucho y no queria que vieran esto --respondio agradecida la mujer por el detalle de Laura al preguntar por sus hijos--. Bueno, carino... --titubeo un poco-- Yo me voy porque no aguanto mas aqui. Si algun dia vienes por Inca, pasa por casa, nos gustara verte. Tu sabes que siempre seras bien recibida --le dijo abrazandola de nuevo. --Gracias. Te prometo que nos veremos algun dia. Si subo a Inca te hare una visita --dijo Laura despidiendose --!Adios! --intento sonreir Laura sin conseguir mas que una mueca. --Adios, que te vaya bien en Palma --se despidio Isabel entre sollozos que no podia contener por mucho que lo intentara. Pasaron a darle el pesame muchos amigos de su madre, unos lo llevaban mejor y otros lo llevaban peor. Se sentia como una estatua a la que habian dejado en una exposicion, a la que todos miran de arriba abajo y luego se van para seguir admirando otras esculturas. Aquel olor a incienso que antano le gustaba tanto, hoy le repugnaba, al igual que todo lo que la rodeaba. Aquello la estaba dejando sin respiracion, sentia como hacia esfuerzos sobrenaturales para seguir respirando, pero no conseguia sentir que el aire entrase en sus pulmones. Se sentia ahogar… su mente estaba muerta junto con su corazon y con todas aquellas cosas que un dia le parecieron bellas y que una vez amo. Todo habia quedado en el pasado. Un pasado que le parecia muy lejano, pero en realidad era su presente. Todo habia ocurrido en cuestion de dias. Unos dias eternamente largos y pesados en los que habia podido recapacitar en lo fragil que puede ser la vida, en como un suceso como el que habia vivido ella le habia cambiado todas sus convicciones. Haciendo que de pronto tuviera que crecer a la fuerza. La ninez se habia truncado delante de ella sin poder evitarlo, la burbuja de su mundo se habia roto y no existia en el mundo parche que pudiese remendar lo inevitable de su vida. Se habia quedado sin su madre. Ella se habia ido para no volver nunca mas. Tal vez en sus suenos...

  • Estado de miedo de Michael Crichton

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    blaba en ingles, tenia un acento exotico. A decir verdad, todo en ella era exotico, penso Jonathan. De piel oscura, pomulos prominentes y cabello negro, podria haber sido modelo. Y se contoneaba como una modelo, con su falda corta y sus zapatos de tacon de aguja. Era medio vietnamita y se llamaba Marisa. Mirando alrededor, anadio- : Pero ?no hay nadie aqui? – No, no -respondio el-. Es domingo. Hoy no viene nadie. Jonathan Marshall, de veinticuatro anos, era un londinense licenciado en fisica que, como parte de sus estudios de posgrado, trabajaba durante el verano en el ultramoderno Laboratoire Ondulatoire -Laboratorio de Mecanica Ondulatoria- del Instituto de la Marina frances en Vissy, al norte de Paris. Pero en el barrio residian sobre todo familias jovenes, y para Marshall habia sido un verano solitario. Por eso no podia dar credito a la buena suerte que habia tenido al conocer a aquella chica. Una chica muy guapa y sexy. – Explicame que hace esta maquina -dijo Marisa con una mirada radiante-, y que haces tu. – Con mucho gusto -contesto Marshall. Se acerco al gran panel de control y empezo a conectar las bombas y los sensores. Al otro extremo del deposito, los treinta paneles del generador de olas se activaron uno tras otro. Marshall miro a la chica, y ella le sonrio. – Es complicadisimo -comento Marisa. Se coloco junto a el frente al panel de control-. ?Hay camaras para grabar vuestra investigacion? – Si, en el techo y a los lados del deposito. Crean un registro visual de las olas generadas. En el deposito tambien hay sensores que recogen los parametros de presion de la ola al pasar. – ?Estan conectadas ahora esas camaras? – No, no -dijo el-. No las necesitamos; no estamos haciendo ningun experimento. – Quiza si -respondio ella, y apoyo la mano en el hombro de Marshall. Tenia unos dedos largos y delicados, unos dedos preciosos. Miro alrededor por un momento-. En esta sala todo es carisimo. Debe de haber grandes medidas de seguridad, ?no? – En realidad no. Simplemente hay que usar una tarjeta para entrar. Y solo hay una camara de seguridad. -Senalo por encima del hombro-. En aquel rincon. Marisa se volvio. – ?y esa esta encendida? – Si, claro -contesto el-, esa siempre. Marisa le acaricio suavemente el cuello. – ?Asi que ahora hay alguien vigilandonos? – Eso me temo. – Entonces debemos portarnos bien. – Probablemente. Por cierto, ?y tu novio? – Ese. -Dejo escapar un resoplido de desden-. Ya me he hartado de el. Unas horas antes aquel mismo dia Marshall habia salido de su pequeno apartamento para ir a la cafeteria de la rue Montaigne, que visitaba cada manana, llevandose como de costumbre un articulo especializado para leer. Al rato, aquella chica se sento en la mesa contigua con su novio. En breve la pareja empezo a discutir. A decir verdad, Marshall tuvo la impresion de que Marisa y el novio no estaban hechos el uno para el otro. El era un americano rubicundo y fornido, corpulento como un jugador de futbol, con el cabello largo y gafas de montura metalica poco acordes con sus toscas facciones. Tenia todo el aspecto de un cerdo que pretendia pasar por intelectual. Se llamaba Jim y estaba enfadado con Marisa porque esta, al parecer, no habia pasado la noche con el. – No se por que no me dices donde estuviste -repetia el una y otra vez. – Porque no es asunto tuyo, por eso. – Pero yo pensaba que ibamos a cenar juntos. – Jimmy, ya te dije que no. – No, me dijiste que si. Y yo te espere en el hotel. Toda la noche. – ?Y que? Nadie te obligo. Podias marcharte y pasartelo bien. – Pero te esperaba. – Jimmy, no eres mi dueno. -Exasperada, suspiraba, levantaba las manos o se daba palmadas en las rodillas desnudas. Tenia las piernas cruzadas y se le habia subido mucho la falda-. Yo hago lo que me da la gana. – Eso esta claro. – Si -dijo ella, y en ese momento se volvio hacia Marshall-. ?Que es eso que lees? Parece muy complicado. En un primer momento Marshall se alarmo. Saltaba a la vista que le habia dirigido la palabra para provocar al novio. No queria dejarse arrastrar a la pelea de la pareja. – Es fisica -contesto laconicamente, y se volvio un poco, procurando pasar por alto la belleza de la chica. – ?Que clase de fisica? -insistio ella. – Mecanica ondulatoria. Olas marinas. – ?Eres estudiante, pues? – Estudiante de posgrado. – Ah. E inteligente, por lo que se ve. ?Eres ingles? ?Que haces en Francia? Y casi sin darse cuenta Marshall entablo conversacion con la chica, y ella le presento al novio, que le dirigio a Marshall una sonrisa de suficiencia y le dio un desidioso apreton de manos. La situacion seguia siendo embarazosa, pero ella se comportaba como si no lo fuese. – ?Asi que trabajas por aqui? ?En que? ?Un deposito con una maquina? La verdad, no consigo imaginarmelo. ?Me lo ensenas? y alli estaban, en el Laboratorio de Mecanica Ondu1atoria. Jimmy, el novio, se habia quedado fuera, en el aparcamiento, malhumorado, fumando un pitillo. – ?Que hacemos con Jimmy? -pregunto Marisa, de pie junto a Marshall mientras el trabajaba en el panel de control. – Aqui dentro no puede fumar. – Yo me encargare de que no fume. Pero no quiero que se enfade mas. ?Crees que puedo dejarte entrar? A Marshall lo invadio un sentimiento de decepcion. – Claro. Supongo. Ella le apreto el hombro. – No te preocupes. Despues estara ocupado con otros asuntos suyos. Se alejo y abrio la puerta del fondo del laboratorio. Jimmy entro. Marshall echo un vistazo y vio que se quedaba rezagado, con las manos el1los bolsillos. Marisa regreso junto a el, que seguia frente al panel de control. – Jimmy ya se ha calmado -dijo-. Ahora ensenamelo. Los motores electricos del extremo opuesto del deposito ronronearon y las palas generaron la primera ola. Era pequena, y recorrio suavemente el deposito en toda su longitud hasta chocar, con un ligero chapoteo, en un panel inclinado en el lado donde ellos se hallaban. – ?Y esto es un maremoto? -pregunto Marisa. – Es la simulacion de un tsunami, si -contesto Marshall mientras pulsaba el teclado. En el panel de control, los monitores mostraron la temperatura y la presion, asi como imagenes en color falso de la ola. – Una simulacion -repitio ella-. ?Yeso que quiere decir? – En este deposito podemos crear olas de hasta un metro de altura -explico Marshall-. Pero los verdaderos tsunamis alcanzan cuatro, ocho o diez metros. A veces incluso mas. – ?Una ola de diez metros en el mar? -Marisa abrio los ojos desorbitadamente-. ?En serio? – Miro al techo intentando imaginarla. Marshall movio la cabeza en un gesto de asentimiento. Esa altura equivalia a un edificio de tres plantas. Y alcanzaba una velocidad de ochocientos kilometros por hora, avanzando atronadoramente hacia la costa. – ?y cuando llega a la costa? -pregunto ella- ?Eso representa el panel inclinado de este extremo? Tiene una textura de guijarros, parece. ?Eso es la costa? – Exactamente -contesto Marshall-. La distancia que recorre la ola tierra adentro depende del angulo de la pendiente. Podemos ajustar esa pendiente a cualquier angulo. El novio se acerco al deposito, pero siguio apartado de ellos, sin pronunciar una sola palabra. Marisa estaba entusiasmada. – ?Podeis ajustada? ?Como? – Esta motorizada. – ?A cualquier angulo? -Se rio-. Pon1a a vingt-sept grados. Veintisiete. – Alla va. -Marshall tecleo. Con un ligero chirrido, la pendiente de la costa aumento de angulo. El novio americano, atraido por la actividad, se aproximo mas al deposito para echar un vistazo. Era fascinante, penso Marshall. Cualquiera sentiria interes. Sin embargo aquel tipo continuo en silencio. Alli de pie, se limito a observar como crecia la inclinacion de la superficie enguijarrada. Esta no tardo en detenerse. – ?Esa es la pendiente, pues? -pregunto Marisa. – Si -dijo Marshall-. Aunque de hecho veintisiete grados es una inclinacion excesiva, por encima del promedio de las costas del mundo real. Quiza deberia ponerla... Marisa cerro su mano morena sobre la de el. – No, no -dijo. Tenia la piel suave-o Dejala asi. Ensename una ola. Quiero ver una ola. Cada treinta segundos se generaban pequenas olas que recorrian el deposito con un leve zumbido. _ – Bueno, primero tengo que conocer la forma de la costa. En este momento es una playa llana, pero si hubiese un entrante... – ?Cambiaria si hubiese un entrante? – Claro. – ?De verdad? Ensenamelo. – ?Que clase de entrante quieres? Un puerto, un rio, una bahia... – Ah -dijo ella, y se encogio de hombros-, que sea una bahia. Marshall sonrio. – Bien. ?De que tamano? Con un ronroneo de motores electricos, la costa empezo a curvarse y se formo una hendidura

  • La aventura de sonar despiertos de Silvia Sancho

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    Todos me advirtieron de que no debia enamorarme de Sergio: nuestros amigos comunes, mi propia experiencia, hasta el mismo. Sergio llevaba la palabra <> escrita en los caracteristicos frunces de su ceno. Era un espiritu libre, indomable, salvaje. Su magnetismo era tan grande como su falta de compromiso. Con Sergio parecia imposible alcanzar la estabilidad que tanto habia buscado, mi sonado final feliz. El solo estaba dispuesto a ofrecerme dudas, calor entre las piernas y un empleo en su agencia, uno que nunca debi aceptar. No era una buena idea entregar mi corazon a un hombre asi, pero el resto del cuerpo. ?Es de ilusos creer que una aventura puede cambiarte la vida por completo?

  • El ultimo hombre de Alex Ray

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    ?Que es lo que hace el amor para convertir a los seres mas puros en entes despiadados que solo consumen el ego de sus pasiones? Hermosas almas llevadas al limite de sus angustias, victimas de ardores impetuosos que arremeten sin contemplacion la tranquilidad del espiritu y del corazon… El ultimo Hombre es una historia fascinante entre angeles y humanos, donde se manifiestan las debilidades que tiene cada ser al enfrentarse al amor, dejando al desnudo su lado mas oscuro.Al borde de la extincion, las posibilidades son minimas, todo habia sido creado con un proposito y ellos tendran que darle uno totalmente diferente para lograr sobrevivir.

  • Lo que tarda en morir un idiota de J.m. Aguilar

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    Un abogado es asesinado de forma brutal y sin motivo aparente…

  • El tiempo de la igualdad de Jacques Ranciere

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    La presente obra, compuesta por una seleccion de entrevistas realizadas entre 1981 y 2007, despliega todas las cuestiones que, con el paso de los anos, se han revelado fundamentales en el pensamiento de Jacques Ranciere, el destacado filosofo frances discipulo de Louis Althusser, con quien colaboro en la redaccion de Para Leer El capital.

  • Atrapada (Sacred Sins 2) de Nora Roberts

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    ?Que ocurre cuando un usuario de una linea erotica se obsesiona con la mujer que atiende a sus llamadas?

  • Elastico de sombra de Juan Cardenas

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    Los dos maestros sudaban aguapanela hirviendo, apenas protegidos por las latas agujereadas del paradero de buses. Llevaban mas de una hora esperando y don Sando, el anciano maestro, maestro de maestros, empezo a pensar que el sol ya estaba con ganas de hornearlos, de quemarles hasta el ultimo concho de manteca humana y dejarlos convertidos en dos carboncitos secos. Miguel, su veterano alumno, el contramaestro, como se les suele llamar en buena jerga machetera, se abanicaba con una cachucha blanca. Era casi mediodia y el viento estaba guardado en su cueva: don Sando sabia por experiencia que el viento tiene la casa en una cueva de los Farallones y hay gente osada -gente atembada tambien- que hasta se ha ido a buscar la casa del viento y no se ha vuelto a saber de ella, porque el viento agarra a esa gente, le dice cosas al oido y la enloquece. Luego se la lleva para su cueva y alla adentro se la come y no deja ni los huesos. El viento debia de estar comiendo mucha gente en su cueva porque esa manana no habia bajado al valle ni un solo ratico y los canaduzales se miraban tiesos, mudos, como soldados al acecho, a punto de invadir un pais. Esa fue la ocurrencia de don Sando, acosado por un calor que no era normal. Un calor del fin de los tiempos. Una seguidilla de volquetas cargadas de materiales de construccion dejo a su paso una nube de polvo gris y espeso que envolvio a los dos maestros durante largos segundos. Hubo toses, protestas, Miguel se permitio un hijueputazo y don Sando..., don Sando seguia pensando en el viento, en como al viento le cambia el caracter segun baja de la montana, porque aca en el valle se vuelve manso, dulce, buen conversador y hasta con dotes de sabio. Se lo extrana cuando no baja, senor Viento, dijo don Sando entre dientes para que Miguel no alcanzara a escucharlo. Igual Miguel no estaba prestando atencion porque seguia sacudiendose el polvo. Este don Viento si es cosa seria, penso don Sando. A veces de puro travieso baja muy rapido, sobre todo por las noches, y si lo agarra a uno mal parado se le mete en el puro nervo tendonoso y provoca agarrotamientos que duran hasta una semana. A don Apolino vino un dia y le pego tal juetazo que le paralizo la cara de por vida, vaya a saber por que se ensano asi con el. Yo a veces creo que fue por envidia, ?no ve que don Apolino era buen mozo? Como no, y el Viento, dicen los que lo han visto, tiene una cara muy fea, como de trompetista, siempre con los cachetes inflados de huesos triturados y la frente arrugada por el esfuerzo perpetuo de ser quien es. Don Sando se habia enfrentado a don Apolino en cuatro ocasiones y, aunque habia logrado vencerlo en todas, no tenia un buen recuerdo de esos combates. Don Apolino era manoso, ademas de gran machetero y por ahi decian que tenia su secreto, aunque no se sabia muy bien en que consistia ese secreto, pues al fin y al cabo secreto es secreto. Algunos hablaban de pactos con entidades maleficas, de brujas, pero don Sando sabia que la mitad de todo secreto son rumores que el propio machetero pone a circular como plata falsa. De cualquier forma, en esos cuatro combates, don Sando se impuso con pujanza, tirando de todo su repertorio, apelando a toda su astucia. No es facil porfiar con un machetero que tiene la cara paralizada, porque los gestos que se pintan en un rostro son como un pizarron donde se van escribiendo los movimientos futuros del rival. Ojo y mas ojo, repetia don Sando a sus alumnos. Visual y mas visual. El que juega es el ojo y es el ojo el que lee. Don Sando penso entonces que quiza el Viento le habia propinado su juetazo paralizante a don Apolino para ponerlo a prueba, para ensenarle algo y hacerle ganar nuevas destrezas. Oiga, don Viento, ?no sera que usted es mi aliado, mi profesor?, volvio a muscurrullar don Sando. El viejo machetero alcanzo a morder sus palabras por la cola cuando trataban de salir volando de su boca. Esta vez Miguel si oyo un bisbis pero supuso que su maestro estaria rezando o maldiciendo. Don Sando saco la cabeza de todo ese ventarron de pensamientos y miro a Miguel para preguntarle si se sabia algo del pisco. No, maestro, yo le mande un guasap hace ratico, pero me dejo en visto, informo Miguel. El pisco al que se referian era un tal Cero, escribidor blanquito, asi medio cafeconleche, que vivia con el hocico metido en cosas de negros, lo que molestaba a algunos estudiosos que lo acusaban de ladron y apropiadorcista de lo ajeno. Los maestros lo estaban esperando alli, en ese paradero ardiente, perdido en medio de una carretera secundaria, por disposicion de don Sando. De hecho, las palabras del viejo a la hora de dar las instrucciones habian sido claras y precisas, asi y asa, hasta el codigo de vestimenta, todos de blanco de la cabeza a los pies, rematando con una frase que ya se habia vuelto sonsonete: Hay que seguir la voluntad de don Luis. Lo que no habia contemplado don Sando era la posibilidad de que Cero, encargado de recogerlos en una camioneta prestada para hacer el viaje, se hubiera perdido en alguno de los muchos cruces de caminos arrojados como maldiciones por todo ese valle endemoniado. Ay, los cruces de caminos, penso don Sando... No se cuales son peores, si los que cortan en X o los que cortan en Y... En todos he tenido mis aventuras y desventuras. A punto estaba el maestro de recordar algo importante sobre los cruces de caminos, cuando sintio que una brisa suave y fresca le acariciaba la cumbamba como hacen las mamas con sus quicatos. Ironias del viento, se sonrio para adentro don Sando, dandole la bienvenida a su compa- nero, que empezo a sacudir alegremente los canaduzales y a montar su bulloseria de todas las tardes. Al ratico llego tambien Cero en su camioneta de color negro. Porque don Sando habia sido especificante hasta en eso: No me vaya a venir ni en carro blanco ni en carro cafe, mucho menos amarillo, si no, no podemos viajar. Asi se lo habia dicho a Cero, que se arrimo al paradero pidiendo disculpas por la demora y luego se bajo para ayudarles a los dos maestros a subir un equipaje mas bien escaso: dos mochilas medianas, otros dos morralitos de lana y un estuche de cuero donde cargaban los machetes y los bordones de madera de guasimo. Cero noto que el maestro cargaba tambien una chuspa plastica de la que no quiso desprenderse cuando Miguel y el le ofrecieron ayuda para subirse al carro. Una vez estuvo sentado en el asiento trasero de la camioneta, don Sando abrio un poquito la chuspa y miro satisfecho el contenido antes de volver a cerrarla con un nudo no muy apretado. Cero tuvo la impresion de que el maestro llevaba algo vivo ahi metido, pero prefirio no hurgar mucho en sus imaginaciones porque no queria ser impertinente ni con el pensamiento. Durante mas de una hora atravesaron los canaduzales por vias secundarias, siguiendo el mapa que don Sando habia dibujado a mano en un cuaderno escolar. En Guachene, antigua rochela de negros sembrada junto al rio del mismo nombre, se detuvieron a refrescarse con refajo de Poker y Popular en una tienda. En la pared del negocio habia fotos de todos los jugadores de futbol oriundos de este valle, casi todos defensas centrales de gran estatura y poderio fisico. Don Sando senalo la pared con el vaso todavia medio lleno y dijo que para ser machetero no habia necesariamente que tener machete. Uno es machetero si tiene espiritu de machetero. Como don Luis, que en paz descanse, machetero de la cabeza a los pies. Don Sando se referia a Luis Vidal, vecino de Puerto Tejada, cultor de varios estilos canonicos y ultimo gran maestro de los juegos de Remonte y Granadino, fallecido recientemente despues de una larga enfermedad. A la final, ese viaje que acababan de iniciar era producto de un compromiso que don Sando habia hecho con don Luis en el lecho de muerte del de mas acasito, aunque los detalles de esa conversacion permanecian en la oscuridad, incluso para Miguel, que a duras penas sabia que el difunto don Luis debia pagar una promesa con ayuda de don Sando. Pero ?promesa de que? ?A quien? ?Pagar como? Todo era un misterio: los recorridos, los mapas, el color de la ropa, el color de la camioneta, en suma, el proposito del viaje al que tanto Miguel como Cero se habian prestado ciegamente por fidelidad y respeto a don Sando. Y, desde luego, para honrar la memoria de don Luis. Cuando hubieron calmado la sed, caminaron hasta la orilla del rio Guachene y alli don Sando se aparto de los demas y, dandoles la espalda, se puso a hurgar en su chuspa de plastico y a sacar cosas que luego depositaba en la corriente. ?O mas bien era que pescaba cosas en el rio para luego meterlas a su chuspa? Miguel y Cero se hacian los desentendidos pero cada tanto intentaban ver que era lo que hacia don Sando y que tanto es que hurgaba alli, pero a esa distancia, por mas que ambos michicateaban los ojos, ninguno via nada. ?Son pescaditos?, pregunto Cero y Miguel se encogio de hombros, arqueando la boca hacia abajo, pelando mucho lo blanco de los ojos. De todos modos, Cero, que tenia por oficio escribir mamotretos, no dejaba de tomar nota en una libretica roja. !Oiga, y uste que tanto es lo que escribe alli, vea!, le recrimino festivamente Miguel. Cero le mostro una hoja llena de garabatos, flechas y frases sueltas escritas en una letra que mas parecia hormiguero emberracao. Miguel no le dio importancia y siguio pendiente de los movimientos de su maestro. En esas vieron llegar una chiva que de lo sucia y embarrada no se le distinguian ni los colores. El chofer parquio con el morro y las llantas delanteras del camion metidas en la orillita panda y piedrosa del rio, y despues de bajarse de un brinco de su chiva, se puso a lavarla con un balde y unos trapos llenos de jabon. La mugre estaba tan pegoteada que no acababa de escurrir y al chofer le tocaba refregar mucho y baldear sin descanso. Cero, que no sabia muy bien que hacer o como dejar pasar ese tiempo que ya se le estaba volviendo tedioso, se acerco al hombre y le ofrecio ayuda. Se estrecharon la mano medio blancucha con la mano negra y el chofer le dijo: Muchas gracias, caballero, no se ve gente como uste ultimamente. De nada, amigo, de nada, contesto Cero, que sin perder un segundo se puso manos a la obra y a punta de balde y estropajo y jabon comenzo a despellejar el barro de las latas de la chiva. Y en siendo asi, sobando sin tregua, fue que la coloriza de las pinturas salio a la luz nuevamente: Cero se quedo admirado porque alli se miraba un jurgo de bestias salvajes, peludas y no tanto, caribajitos y carisecas, vivos y cocinados, canastos con frutas, pajaritos, paisajes de las montanas, paisajes del valle, paisajes del mar, cielos de todos los tonos y hasta ciudades futuristicas con platillos voladores. !Ve, muy calidoso el que pinto esto!, dijo Cero. Y el chofer se sonrio henchido de orgullo: !Gracias, gracias!, dijo, !ahi le hacemos a la pintura tambien, en los pocos ratos que me deja el oficio de chofer! Pues lo felicito, amigo, dijo Cero, sin dejar de restregar la latoneria ornamentada. Despues de que un ratote hubiera parido sus muchos raticos, despues de que esos raticos crecieran y se fueran flotando rio abajo, la labor conjunta de los dos hombres habia dejado la chiva, como se dice, rechinante de limpieza. Nos quedo como monedita nueva, dijo el chofer, con las manos en la cintura. Y Cero, tambien satisfecho, dio su aprobacion a la tarea, solto un resuello y se quejo del intenso calor. Venga, caballero, que lo invito a refrescarse, dijo el chofer. Y ambos subieron a la chiva, donde, en propiedad, comprobo Cero, habia de todo para revirarle la calentura al sol dentro de una neverita de icopor: alli el chofer tenia encaletadas entre yelos unas cervezas, dos ponimaltas, varios helados de palito y una botella de viche bien escondida debajo de todo lo demas. Cero agarro un helado de mango verde y el chofer le alcanzo un salero que saco de un compartimento junto a la caja de cambios. Mientras se refrescaban en medio de un silencio picadulzon, los dos hombres vieron llegar a Miguel y a don Sando, que, al parecer, ya habia acabado de hacer sus ritos y sus cosas raras en el rio. Vengan, vengan, dijo el chofer, bienvenidos, suban a tomar algo que este calor esta muy violento.

  • Donde esta mi highlander de Kate Bristol

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    Junio 2018 Patrick McGregor, por alguna razon que su companera no acababa de comprender, intuia que esa iba a ser una noche movidita. Lo miro de reojo desde el asiento de copiloto del coche patrulla. Ella vestia ropa de calle, porque el capitan no la habia puesto a patrullar. En cambio a Patrick... el estaba monisimo con su uniforme. --Este ambiente no me gusta. --Si todo esta muy tranquilo... No pasara nada --dijo Megan. --Demasiado tranquilo. Se metio una patata frita en la boca. El coche olia a McDonalds, pero esa comida basura era la preferida de Meg. Era escocesa, como el, y desde que se habian conocido en la academia eran inseparables. --Lo que a ti te fastidia es que el capitan se haya cabreado contigo y te haya puesto a patrullar las calles. --Es una injusticia --dijo el dando un golpe al volante. --Eso te pasa por no saber callarte la puta boca. Patrick resoplo, todo lo que Meg tenia de guapa lo tenia de mal hablada. --Mira quien fue a hablar. ?Sabes cuantas amonestaciones tienes por bocazas? Megan hizo un movimiento con la mano para quitarle importancia. Miro a su companero sentado en el coche de policia, enfurrunado pero alerta, porque sus sentidos aracnidos le decian que algo iba a pasar. Meg hizo un esfuerzo para no poner los ojos en blanco. --Me abuuuurrroooooo --dijo la pelirroja-- ?Ponemos las luces? El la miro y se echo a reir. --Joder Meg… --!Vamos! --Alzo el brazo al aire llena de confianza--. Como en los viejos tiempos. Desde que nos ascendieron a inspectores no hemos podido jugar con las sirenas. --No jugabamos con las sirenas --le dijo el muy serio--. Y no lo haciamos porque nunca me dejabas. Se metio un trozo de hamburguesa en la boca mientras ella se encogio de hombros. --Era un abuso intentar ir mas rapido a casa poniendo las sirenas --dijo Meg refunfunada. --?Que ha cambiado? Se encogio de hombros. --No se, supongo que ya no somos novatos y podemos hacer cosillas no ilegales. --Pero que estan mal --dijo Patrick reprendiendola cuando se moria de ganas por poner las sirenas. --No lo haremos --convino ella--, no sea cosa que me vuelvan a poner ese uniforme horrible y tenga que patrullar de nuevo por las aburridas calles de Becontree. Patrick no dijo nada mientras se metia otro trozo de hamburguesa en la boca. Megan no estaba esa noche de servicio y habia decidido que debido a su escasa vida social y sexual, maldita sea su estampa, preferia visitar a su amigo Patrick que quedarse sola en casa con su mascota: Un pez de colores llamado Cavill. El companero de Patrick, esa noche era Solomon Hobbs, un chico recien salido de la academia que habia preferido comer solo en el McDonalds, antes que pasarse media hora aguantando el sarcasmo de Meg. --?Que tal el chico? --dijo refiriendose a Solomon. --Es bueno, silencioso, te gustaria. --?Tu crees? --dijo con una sonrisa ladeada, que anunciaba a todas luces que aquello era imposible. --Si, asi podrias escuchar tu voz sin interrupciones. --Ja... ja --Megan le dio un punetazo en el hombro-- No se a que viene eso, no soy tan habladora. Patrick meneo la cabeza. --No, en verdad no lo eres, pero cuando hablas... es dificil olvidarte. La boca de Megan era sucia como la de un camionero, y su lengua era cruelmente sincera y lo que mas le gustaba a Patrick: era leal. La mejor companera del mundo. Asi que trabajar con ella en homicidios, lo llenaba. Su trabajo era lo mejor que tenia, puesto que su vida privada era un autentico infierno. --Cuentame. ?Hay novedades? --le pregunto Meg despues de mojar la patata frita en mostaza, porque odiaba el ketchup. El meneo la cabeza. Pero Meg no se dio por vencida. Sabia que la vida de Patrick era un puto caos, y lo peor es que a veces se lo guardaba todo para el y hasta que no estaba hecho verdadera mierda no le contaba nada. --?Sobre el caso de Colins? Con el paso de los anos Megan habia empezado a leer entre lineas y ahora ya sabia cuando se avecinaba tormenta. --No tio, sobre la loca de tu mujer. --Exmujer --se apresuro a decir Patrick. Amen a eso, penso Meg. --Lo que sea, mujer, exmujer... la loca psicopata --acabo diciendo que asi es realmente como la conocia. --No es una loca psicopata, solo que tiene problemas del control de la ira. Megan cabeceo asintiendo con la boca llena. --Una loca del cono --aseguro, despues de tragar y antes de meterse de nuevo un trozo de hamburguesa en la boca--. No entiendo como pudiste estar casado cuatro anos con ella. --Supongo que el amor... Meg lo miro con cara de horror. --?Que cono...? ?Estas de broma? --meneo la cabeza--. Ni siquiera esa mierda es suficiente para aguantar a Rebeca. !Amor! --hizo un gesto con la mano desechando la palabra, como si eso existiera... --Meg... --Ni siquiera el sexo. Ni aunque hiciera las mejores mamadas de Gran Bretana... --Vale, para --le dijo lanzandole una patata frita. Meg acabo riendo. --En serio, te mereces a alguien mejor que ella. Alguien que no aparezca con una sierra mecanica cada vez que intentas tener una cita con alguien. Llevais dos anos separados. !Que lo supere! Patrick suspiro. La ultima vez que habia tenido una cita y la invito a su casa, Rebeca estaba esperandole en el patio delantero con una sierra mecanica talando uno de los arboles porque decia que estaba enfermo y el nunca dejaria decente el jardin de su casa. Por supuesto, su esposa no tenia ningun problema mental, solo que las excusas que ponia para volver a verle era las mas ridiculas de la historia. Luego estaba su madre, catolica practicante como buena escocesa, que no podia tolerar que su hijo se hubiese divorciado y por anadidura se hubiera trasladado de Edimburgo a Londres por trabajo. De eso hacia dos anos, y ya habia vuelto a solicitar el traslado a Edimburgo, no queria estar lejos de su madre, y lo que mas le habia influenciado a la hora de volver a casa: la distancia no era un problema para Rebeca, que iba y venia de Londres cuando lo echaba de menos. Mucho mas frecuentemente de lo que el deseaba. Megan habia solicitado el traslado junto con el. Como buena escocesa, tambien echaba de menos su hogar. Era una buena oportunidad para los dos, y el traslado se haria efectivo en unos meses, cuando pasaran a trabajar en la MIT, uno de los principales equipos de investigacion, concretamente en el departamento de Glasgow bajo las ordenes del superintendente Thomson, responsable de dirigir las investigaciones de asesinatos y de investigaciones criminales complejas. Lo estaba deseando. Antes de que pudieran acabarse el helado de oreo, en la radio hubo un aviso importante. Atencion coche patrulla, necesitamos que se desplace a la calle Waterloo de Becontree. Al parecer hay un pequeno incendio en uno de los patios delanteros del barrio residencial. --Oido. Vamos hacia alla. Meg se apresuro a abrir la puerta del coche y silbo para que el muchacho entrara pitando en el coche. Para hacer que se diera mas prisa, Meg puso en marcha las sirenas. El muchacho corrio perdiendo por el camino su happy meal. Meg enarco una ceja y resoplo mientras le esperaba con la puerta abierta. --Entra. --Si..., gracias --el chico subio estrujando la gorra contra su pecho. Casi se le habia ido volando en la carrera. Meg cerro la puerta meneando la cabeza. Miro la cajita de happy meal en el suelo. --Madre mia. --Y ahi iba una de las futuras promesas del departamento de policia de Londres. --Posible 10.96 en Becontree --le informo Patrick a su companero. --Eso es... Patrick lo miro un segundo mientras conducia. --?Si?

  • Hombres de Verdad de Elena Romero

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    Su Guardaespaldas: Romance Pasional, Sexo y Amor con su Guardian
    Victor es el unico hombre en el que puedo confiar.
    El unico hombre que se preocupa por mi de verdad.
    El unico que me quiere, desea, cuida y protege.
    Y es el unico al que quiero. Pero no puedo tenerlo.

  • Quarabel 1 de Gabriel Nieto

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    Primera parte de la trilogia Quarabel
    La vida de Pablo, ejecutivo de una importante multinacional de smartphones, sufre un vuelco inesperado cuando recibe un extrano regalo unos dias antes de su cumpleanos.
    A partir de ese instante su apacible vida se transforma en una aventura continua, que le situara en el centro de una profecia milenaria, que esta a punto de cumplirse, que compromete la existencia de toda la humanidad y que esta directamente relacionada con el nuevo y sofisticado telefono que pretende lanzar su empresa.
    Poco a poco, pero a un ritmo frenetico, se cruzaran en su vida nuevos personajes, amigos y enemigos, desconocidos hasta entonces, mientras va descubriendo quien es en realidad y se introduce cada vez mas en un mundo increible y misterioso, donde nada es lo que parece.
    Mundos paralelos, accion, amor, emocion y misterio, al compas de una historia, mas propia de una pelicula que de una novela, sin un momento de respiro, que se lee facil, de un tiron y que no deja a nadie indiferente.

  • El baile del reloj de Anne Tyler

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    Vida de una mujer como tu.

  • Perfecta para mi de Rita Morrigan

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    Julieta Diaz no era una persona sin expectativas; de hecho, en algunas ocasiones habia llegado a creer que sus suenos se habian convertido en el centro de su existencia. Cuando solo faltaban unos dias para su trigesimo quinto cumpleanos podia asegurar, sin atisbo de dudas, que sus objetivos eran claros. Sabia exactamente lo que queria, lo unico que le impedia lograrlo era su total y determinante falta de dinero. Lo que no dejaba de ser hasta cierto punto paradojico, pues desde pequena habia hecho todo cuanto le habian dicho que tenia que hacer para conseguir sus propositos. Sus padres se marcharon de la aldea a la gran ciudad y siempre habian subsistido con multiples dificultades. Fueron ellos los que le inculcaron la necesidad de un buen curriculum academico para optar a los mejores empleos. Y pronto Julieta se dio cuenta de que esto ultimo era esencial para alcanzar una posicion economica que le permitiera una existencia feliz. Estudio mucho hasta licenciarse con honores en Turismo. Habia elegido este sector porque era un valor en alza para el futuro. No obstante, cuando habia llegado el momento de comenzar a recoger los frutos de su esfuerzo surgio la dichosa crisis economica, y los valores seguros dejaron de existir. Aunque se podia decir que ella todavia contaba con el ultimo de ellos: la esperanza. Apenas se permitia el pago del alquiler de su apartamento con las traducciones esporadicas que algunas empresas le encargaban, pero ella seguia creyendo que algun dia conseguiria vivir tal y como queria. Y lo que deseaba con todas sus fuerzas era poder restaurar la casa que su abuela le habia dejado en herencia para devolverle su antiguo esplendor, convirtiendola en un encantador hotel rural a donde la estresada gente de la ciudad acudiera en busca de paz. Sus padres habian ahorrado para que ella y su hermano pudiesen ir a la universidad. Jamas se habian ido de viaje y en diciembre, cuando a su padre le daban vacaciones en la fabrica de coches en la que trabajaba, su familia se trasladaba a la aldea en la que sus abuelos vivian, a la casa en la que varias generaciones de Diaz habian nacido. Alli, fuera del claustrofobico piso urbano que compartia con su familia en la ciudad, Julieta habia sido feliz. Toda aquella situacion aportaba cierto grado de ironia a su existencia. Pues sus planes consistian en contradecir el sacrificio que sus padres habian realizado treinta anos atras, cuando abandonaron el pueblo. Habian llevado una existencia sin lujos para que sus hijos aspiraran a una vida mejor, y ahora ella creia haber encontrado su futuro en aquel mismo sitio. Al final, resultaba que su felicidad se encontraba en el lugar del que sus progenitores habian huido. No solo resultaba ironico; era comico, y hasta tragico. A diferencia de sus preocupados y atareados padres, el recuerdo de sus abuelos siempre le habia transmitido mucha serenidad. Como pescador, su abuelo habia desarrollado un caracter paciente que a Julieta le recordaba a una roca en mitad del oceano. Por el contrario, la abuela era una mujer pequena y nerviosa que se pasaba el dia de un lugar a otro. A Julieta le encantaba ir a pescar con su abuelo. Le gustaba caminar largas distancias entre los senderos de la costa para luego sentarse mirando al mar, aguardando a que los peces picaran. Claro que ningun pez, ni siquiera uno despistado, habia caido nunca en su anzuelo. Pero el tiempo a solas con su abuelo les permitia hablar durante horas, con la unica compania de los pajaros suspendidos en el viento y el fascinante sonido del mar. --Tu abuela es como la marea --le dijo el un dia mientras observaban el horizonte, aguardando a que algun pez mordiera el anzuelo. Julieta le miro con curiosidad, y el sonrio al ver su gesto de desconcierto. --Ella va y viene, y algunas veces se agita nerviosa como el mar --explico. Julieta observo el horizonte con aire sonador cuando el sol ya comenzaba su descenso hacia el ocaso. --?Y tu que serias entonces? --pregunto, volviendo los ojos a su abuelo--. ?Un barco? La sonrisa de el se hizo aun mas amplia, hasta que las arrugas se le marcaron alrededor de los ojos. --Eso lo dices porque me trae y me lleva a su antojo --dijo, con la voz afectada por la risa--. No, Julieta. Yo seria el acantilado; que aguanta las tempestades, impidiendole desbordarse. Sonriendo, Julieta asintio. Pero se quedo largo rato en silencio pensando en la metafora de su abuelo. Adoraba oirles discutir hasta que los dos terminaban muertos de la risa, hasta que su abuelo tomaba en brazos a su abuela y los dos desaparecian durante horas. Eran la pareja perfecta: diferentes, pero aun asi complementarios. Como la marea y el acantilado. A Julieta le gustaba fantasear con que en el mundo existia una persona igual para ella. Desde hacia tiempo, aprovechaba cualquier oportunidad para escaparse al pueblo para verles. Despues de cincuenta anos juntos, los abuelos parecian vivir en un eterno noviazgo. Tal vez fue por eso que, tras la muerte de su marido, su abuela apenas espero dos meses para reunirse con el. Le fue imposible vivir sin su roca. Y Julieta sintio como la base de su pequeno y perfecto universo junto al mar se tambaleaba Varias semanas despues de aquello, descubrio sorprendida que le habian nombrado como heredera de su casa. El viejo caseron se encontraba en la costa, a tan solo unos kilometros del pueblo. El alto y escarpado acantilado se encumbraba sobre el oceano como una fortaleza inexpugnable, y alli, encarando a los vientos, se alzaba la vivienda de sus antepasados. Frente a ella, unicamente se extendia el horizonte infinito que el cielo dibujaba con el mar. **** La senal luminosa que indicaba que la bateria de su camara digital se terminaba, aparto a Julieta de sus cavilaciones y la trajo al presente. Debia darse prisa en terminar aquellas fotos de la casa de sus abuelos, o tendria que volver al dia siguiente; siempre y cuando eso fuera posible ya que, por el aspecto del cielo y el atronador ruido del mar en los acantilados, se diria que se avecinaba una buena tormenta. Y si eso acontecia no sabia cuando podria volver, pues con las fuertes lluvias el camino hasta alli se volvia intransitable. Ese era precisamente uno de sus encantos; estaba lejos de todo y era tan hermoso que sobrecogia. Miro a traves del objetivo de la camara, intentando que la desnuda rama del roble centenario apareciese en primer termino. La idea era que los desconchones de la fachada se apreciaran lo menos posible. Su casa debia presentar el mejor aspecto en su Plan de Empresa, aquel informe en el que basicamente exponia su idea de la forma mas atractiva posible a los bancos e instituciones. Con todo lo que habia aprendido en la universidad y la ayuda de una amiga economista, Julieta aguardaba que aquel dossier que llevaba dias preparando terminase por conquistar a muchos inversores. Porque la reforma iba a ser cara, y ella apenas conseguia llegar a fin de mes con sus limitados ingresos. Los abuelos le habian contado que la vivienda habia sido edificada por un rico antepasado cubano como regalo para una amante, la cual, al parecer, decidio abandonarle en cuanto descubrio lo inhospito del lugar. La influencia de la arquitectura colonial era clara: los dos pisos y la buhardilla del desvan, la doble escalinata de acceso a la entrada principal, el majestuoso pasamano de piedra al que le faltaban varios balaustres, la gran vidriera de la galeria que ocupaba todo el frontal del primer piso, y que era uno de los elementos que a Julieta mas le apetecia ver restaurado. El edificio habia estado pintado de azul cielo pero, salvo en algunas esquinas en las que todavia se apreciaban algunos restos de pintura, nada quedaba del color original de la casa, que ahora ofrecia una triste mezcla de tonos ocres. Todo en el decadente palacete revelaba el pasado de una familia que desde hacia decadas habitaba una vivienda desproporcionada a su estatus. Pues, ?cuantos pescadores podian mantener un palacio al borde del mar? Julieta apreto el boton de la camara tras echar otro vistazo al desconsolado aspecto de la casa de sus antepasados. Estaba decidida a rescatarla de la demolicion y a construir su futuro alli. Dispuesta a no prestar atencion a quienes le decian que lo mejor que podia hacer era venderla, tomar el dinero que le dieran por aquella ruina, y olvidarse del asunto

  • Largo petalo de mar de Isabel Allende

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    La fascinante nueva novela de Isabel Allende.

  • Un ano en Roma de Anthony Doerr

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    Un ano en Roma es el hermoso y delicado relato autobiografico del Premio Pulitzer Anthony Doerr sobre su experiencia viviendo en la Ciudad Eterna.

  • Las Hijas de Tara de Laura Gallego

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  • En el nombre del hijo de Donna Leon

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    Venecia: ciudad de riqueza. y de codicia. Gonzalo Rodriguez de Tejeda, originario de Espana, ha hecho una fortuna como comerciante de arte. Ya retirado, goza de una vida tranquila en Venecia en compania de su joven amante, al que ha decidido nombrar su heredero. Pero su familia conservadora, que nunca aprobo su estilo de vida permisivo, y sus amigos mas cercanos creen que esta cometiendo un error. ?Quien es su heredero elegido? El suegro del comisario Brunetti tiene un fuerte presentimiento y le pide
    ayuda, lo que llevara al comisario a investigar en lo mas profundo del corazon humano.

  • Seis patas, dos amigos de Emilio Ortiz

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    El perro, el mejor amigo del hombre, ha influido de manera notable en grandes personajes del poder, la ciencia, la politica y la literatura. Sin la compania de estos seres peludos, la historia de la humanidad hubiera sido muy distinta.
    Seis patas, dos amigos, el nuevo libro de Emilio Ortiz, nos acerca a la sabiduria canina, que mezcla inteligencia, instinto y su capacidad de aprender del ser humano todo lo bueno y practicamente nada de lo malo.
    Un libro tierno hecho a la medida de los amantes de los animales.

  • Cazados de Meagan Spooner

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    Bella conoce el bosque de la Bestia como nadie. A pesar de haberse criado lejos de la cabana de su padre, con la elite aristocratica de la ciudad, Bella sabe que el bosque guarda muchos secretos, y que su padre es el unico que ha estado cerca de descubrirlos. Asi que cuando este pierde su fortuna, y Bella y sus hermanas se mudan a las afueras del pueblo, ella se alegra. Alli no tiene la presion de quedar bien con los nobles, ni de casarse con un hombre rico. Sin embargo, cuando su padre desaparece en el bosque, Bella toma la determinacion de encontrar a la criatura con la que el estaba obsesionado y se adentra en el territorio de la Bestia: un valle maldito, un castillo en ruinas y un mundo de criaturas que solo perviven en los cuentos de hadas. Un universo que le puede traer tanto la ruina como la salvacion. ?Quien sobrevivira: la Bella o la Bestia?

  • Berlin 1961 de Frederick Kempe

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    Mucho se ha hablado y escrito sobre la caidadel Muro de Berlin. Muy poco, en cambio,sobre su construccion. Y sin embargo fueel acontecimiento mas decisivo de la guerra friay nunca como en esos meses de 1961 el mundoestuvo tan cerca de la Tercera Guerra Mundial.

  • Ex luna de miel de Nina Klein

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    Mi matrimonio habia durado exactamente cuatro dias. Bueno, cinco, si contaba el dia de la boda.
    Seguramente haya batido algun record.
    George, mi marido, me habia abandonado aquella misma manana para irse con una mujer que habia conocido durante nuestra luna de miel.
    Juro que no me lo estoy inventando. Parece increible, pero alli estaba, en un resort de cinco estrellas en Aruba, con once dias de luna de miel por delante. Sola.
    Rodeada de parejitas felices por todas partes.
    Asi que decidi emborracharme. ?Que otra maldita cosa podia hacer?

  • Un buen dia para enamorarse de Gin

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    La vida y el destino comenzaron a crear una historia de amor, a diferencia de las otras, esta historia de amor se formaria y finalizaria con una sola persona.

  • Vindicta de Monique Amoedo

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    Daniela tiene un futuro prometedor como periodista, pero ha aparcado todo sus proyectos por permanecer al lado de Alex. Hasta que descubre quien es el realmente. Herida y llena de rencor urdira un plan para vengarse con la intencion de devolverle todo el dano que el le ha causado.
    La intriga y la expectacion son los elementos conductores de esta historia de ajuste de cuentas y vindicta

  • La tentacion del rey Midas de Jose Carlos Bermejo Barrera

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    La tentacion del rey Midas es un libro en contra de la abstraccion, pero a favor del pensamiento. intenta contribuir al analisis de la realidad economica, social y politica, partiendo del principio de que cualquier tipo de conocimiento solo puede captar una fraccion de la realidad y de que la realidad, previa a los conceptos e inabarcable por ellos, acaba siempre por salir a la luz en el choque de contradicciones y relaciones sociales y de produccion.

  • Einstein y el arte de montar en bicicleta de Ben Irvine

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    Ben Irvine nos explica como experimentar la sabia manera de ver la vida de Einstein a traves del sencillo placer de montar en bicicleta. Esta obra arroja una nueva luz sobre la vision holistica del mundo de uno de los grandes iconos de la ciencia y explora como alcanzar el equilibrio y la atencion plena a traves del placer de montar en bicicleta. Ben Irvine nos muestra una forma de vida ecologicamente consciente, integrando conceptos filosoficos, practicos y personales.

  • Irrompible de Romina Naranjo

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    Tucker y Amelia fueron, con toda probabilidad, la peor pareja del mundo.

  • Las Increibles Aventuras de Mr. Flowers de Jose Flores

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    El amor es un misterio de cuatro letras. El alfabeto, de veintises. Pero Mr. Flowers ha descubierto su secreto: cada pais esconde una letra que sigue el orden del alfabeto para ofrecerle el amor. Por desgracia, las reglas son muy estrictas. Asi que, cuando conoce a la persona adecuada con la que compartir su vida con la letra equivocada, tendra que tomar una dificil decision: respetar el camino de su destino o renunciar a descubrir lo que la vida tiene preparado para su futuro.

  • Aquella playa desierta de Rosa Alcantara Menendez

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    ?Puede el encuentro de dos personas ser como un destello de luz?

  • Nadie es perfecto de Lisa Harper

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    A que es precioso?--pregunto Juliette muy ilusionada mientras le agarraba del brazo y depositaba tiernamente la cabeza sobre su hombro contemplando la fachada del nuevo restaurante --. -- Si... si que lo es...--contesto Pierre, claramente menos emocionado que su novia con el nuevo local y con la cabeza y sus pensamientos a miles de kilometros de alli --. -- "Pierre & Juliette Bistro". !!El sueno de nuestra vida!! ?No estas contento? --dijo Juliette algo alarmada, mirandole inquisidoramente al contemplar la frialdad su novio ante el magnifico regalo de bodas que les habia realizado su padre--. -- Si, si, estoy contento Juliette, como no voy a estarlo mujer... -- !Pues hijo, no lo parece!--contesto la chica bastante enfadada mientras se soltaba del brazo de Pierre--. Nos regala mi padre un maravilloso restaurante completamente montado en la mejor zona de Paris y estas con la misma cara que si nos hubiera dado dos bonos de metro para todo el mes. Sinceramente no te entiendo Pierre. !Es que no te entiendo! -- Pero si no he dicho nada...--contesto Pierre acercandose a la chica con la intencion de abrazarla y disimular su absoluta falta de interes en el regalo de su futuro suegro--. Pues claro que estoy contento. Y muy agradecido a tu padre. Solo que me parece que poner este nuevo proyecto en marcha ya va a ser demasiado trabajo... -- Tu con tal de poner pegas nunca sabes que hacer... -- No es poner pegas Juliette. Es que en cuanto que mi padre y el tuyo firmen la fusion de sus dos empresas dentro de un mes tendre a mi cargo un total de catorce locales en Paris. Y con este ahora ya no seran catorce sino quince. Mas o menos las mismas horas que trabajo todos los dias de lunes a domingo... -- Tonterias Pierre, tonterias. Ahora somos jovenes, tenemos poco mas de treinta anos, ahora nos toca trabajar mucho, tenemos que pensar en el futuro... -- "?Tenemos?"--pregunto Pierre repitiendo las palabras de su novia con una mueca burlona--. Perdona, pero que yo sepa aqui el unico que trabaja soy yo... -- ?No pretenderas que me ponga ahora a trabajar a estas alturas, no?-- pregunto Juliette escandalizada ante la posibilidad de tener que dar un palo al agua por primera vez en toda su vida --. -- Bueno, tampoco pasaria nada... ?No dices que estamos en edad de trabajar y hacernos un futuro? Podrias hacerte cargo tu de poner en marcha este nuevo restaurante, ya que te veo tan ilusionada con el tema... -- ??Estas loco?? ??Yo?? !!Pero si yo no tengo ni idea de hosteleria Pierre!! !!Ademas ya hemos hablado de este tema mas de cien veces y hemos acordado que yo me ocuparia de la casa y de los ninos y tu de traer el dinero a casa!! -- Perdona Juliette, pero nunca hemos "acordado" nada. Tu te has limitado a dar por hecho las cosas y ya esta. De momento no tenemos hijos y tampoco pasaria nada por esperar un par de anos, no creo que debamos tener ninguna prisa... -- ??Pero... pero que estas diciendo Pierre?? ??Como puedes decirme eso a cinco dias de nuestra boda??--contesto Juliette gimoteando, a punto de iniciar uno de sus numeritos con los que solia manipular a su novio con gran exito en la mayoria de los casos--. -- Pues porque sin consultarme nada en absoluto tu padre nos hace de regalo de bodas un nuevo restaurante que hay que poner en marcha y el que tendra que hacer ese trabajo sere yo y... -- !Eres un desagradecido Pierre! !Eso es lo que eres, un desagradecido! -- De desagradecido nada, perdona. Simplemente que estoy harto de trabajar quince horas al dia y no tener un solo minuto libre para mi. Y creo que tu padre tendria que haber hablado conmigo antes de tomar la decision de cargarme con un local mas al que tendre que entregarme en cuerpo y alma durante los dos proximos anos para sacarlo adelante... -- Pero Pierre...--dijo Juliette ya llorando abiertamente-- ?Es que no te interesa nuestro futuro ni el futuro de nuestros hijos? ?Eh? ?No te interesa? -- Y dale con nuestros hijos Juliette, y dale con nuestros hijos... !!Pues claro que me interesa mujer, pero cuando los tengamos!! -- Pero Pierre... -- Anda ven aqui, so boba...--dijo Pierre abrazandola, derrotado nuevamente por las lagrimas de su futura esposa--. El futuro no te debe preocupar tanto Juliette, hay que pensar mas en el presente... -- Pero Pierre... --dijo Juliette dejandose abrazar y apoyando la cara en el pecho de su novio para que este no pudiera ver su malefica sonrisa al saberse ganadora con una nueva victoria --. -- Y sobre el futuro, sinceramente, no creo que debas preocuparte en absoluto. Digo yo que con quince restaurantes en Paris podremos pagar las facturas y el colegio de los ninos... -- Si, claro que si mi amor--contesto la chica ya mas tranquila--. Pero no es solo eso y lo sabes perfectamente igual que yo. Tenemos que recoger el legado que nos van a entregar nuestros padres y multiplicarlo para nuestros hijos... -- Si, claro que si. !!Pero no a costa de que me de un infarto a los cuarenta y te acabes convirtiendo en una de las viudas mas ricas de Paris!!--exclamo Pierre con una sonrisa dando por finalizada la discusion e intentando disimular para que su novia no sospechara sobre el verdadero asunto que ocupaba su cabeza--. No te preocupes anda. Son los nervios de la boda... -- Supongo que si... -- Ya no queda nada mujer. !!El sabado es el gran dia!! -- !!Si, mi amor!! !!Me hace tan feliz casarnos por fin!! -- !!Y a mi tambien mi amor, y a mi tambien!!--mintio Pierre intentando interpretar a la perfeccion su papel--. Y no te preocupes por el "Pierre & Juliette Bistro". !!Lo vamos a convertir en el Bistro de moda en Paris en menos de un ano!! !!Ya lo veras!! -- ??Lo ves tonto?? !!Si ya me dijo mi padre que te iba a hacer mucha ilusion!! --dijo Juliette muy contenta--. Mi padre no se equivoca nunca, tienes que dejarte asesorar mas por el... -- Hablando de padres...--dijo Pierre mirando la pantalla de su telefono movil que acababa de empezar a sonar--. !Hola papa! ?Como andas? Si, todo bien. ?Es urgente? Estoy con Juliette en Avenue Matignon viendo el nuevo restaurante... ?Muy urgente? ?No me puedes adelantar nada por telefono? Es que tengo otra reunion en una hora y luego tengo que pasar por el "Baltazar Cafe", hoy se incorpora el nuevo cocinero y... bien, bien, no te preocupes, si es tan urgente salgo ahora mismo para alla. Estoy en la oficina en quince o veinte minutos, depende de como ande el trafico. Si, si, no te preocupes. Hasta ahora. -- ?Que sucede?--pregunto Juliette algo asustada por el tono de la conversacion de Pierre con su padre mientras contemplaba la cara de preocupacion de su novio--. -- Mi padre, que dice que necesita verme urgentemente por un tema grave... -- ?No te ha dicho de que se trata? -- No, no me ha dicho nada, ya has visto que he intentado sonsacarle pero me ha dicho que quiere que lo hablemos en persona... -- ?Tienes idea de lo que puede ser? -- Te confieso que no...--mintio Pierre mientras le daba vueltas a la cabeza intentando deducir si su padre pudiera haberse enterado del tema de alguna manera. --No te preocupes, seguro que al final es alguna chorrada... -- ?Quieres que vaya contigo?--pregunto Juliette mas por cortesia que porque tuviera la mas minima intencion de ayudar a Pierre, fuese lo que fuese lo que tuviera que decirle su padre.-- -- No, no te preocupes, sera algo de trabajo, ya sabes que se lo toma todo siempre a la tremenda--dijo besando a su novia en los labios a modo de despedida--. Tu ocupate esta tarde del tema de confirmar la lista de los invitados, te llamo esta noche en cuanto me libere un poco de la lista de mi cargada agenda. -- Ok--contesto Juliette muy risuena--. No se te olvide que te amo... -- Y yo a ti Juliette. Yo tambien te amo, ya lo sabes--dijo Pierre mintiendo por quinta vez en los ultimos cinco minutos. 2 Pierre tomo un taxi y dio la direccion de destino al conductor. Mientras atravesaba la Rue de Colisee camino del Boulevard Haussmann, no paraba de darle vueltas en su cabeza a la urgente y repentina cita a la que le habia convocado su padre. Pierre solo tenia un secreto que guardar y le parecia materialmente imposible que su padre pudiera estar al tanto de dichos acontecimientos. Quince minutos despues el taxi le dejaba en el 125 del Boulevard Maurice Barres, frente al Bois de Boulogne, sede de las oficinas de la empresa familiar de los Haenel. Saludo amablemente a Jerome, el conserje del edificio al que conocia desde nino y subio directamente por las escaleras saltandolas de dos en dos hasta alcanzar la tercera planta. Entro en la oficina y se dirigio directamente al despacho de su padre. -- Et voila, ya estoy aqui, te dije que no tardaria mas de veinte minutos en llegar--dijo Pierre tomando asiento frente a su padre con tono desenfadado, intentando disimular todo lo posible su verdadero estado de preocupacion--. A ver, ?Cual es ese tema tan grave y tan urgente que no podias contarme por telefono? Me tienes en ascuas... -- ?Te importa cerrar la puerta?--contesto en un tono muy serio Olivier Haenel, el padre de Pierre--. -- No, claro que no--contesto Pierre mientras se levantaba a cerrar la puerta y tomaba de nuevo asiento--. Me estas empezando a preocupar. ?Que es lo que pasa, papa? ?Te encuentras bien? -- No hijo, no me encuentro bien--respondio el Senor Haenel con gesto de gravedad--. ?Tienes algo que contarme Pierre? Solo voy a preguntartelo una vez, o sea que medita bien tu respuesta, porque solo vas a tener una oportunidad. -- ?Pero, a que te...?

  • Carlota en las alturas de Mercedes Alonso

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  • Nuestra epopeya de Manuel Longares

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    Asi es nuestra epopeya. Pediamos la luna y nos dieron una carretera…

  • Mis monstruos internos de Khris Diaz

    https://gigalibros.com/mis-monstruos-internos.html

    Eva paso toda la vida complaciendo a los demas… A sus padres, maestros, a su marido e hijos. Todos tenian una vida, sus padres la fabrica de zapatos, su marido su trabajo y sus compromisos politicos, sus hijos sus estudios y suenos de lograr cosas maravillosas en la vida… Pero, que tenia Eva? ?Que pasaria si todos decidieran seguir sus vida sin ella? ?Con que quedaria esta hermosa cuarentona despues de entregarles su juventud y amor sin condiciones? Con el pasar del tiempo sale a luz un amorio de su esposo y la venda del amor cayo de sus ojos. Eva cree enloquecer producto de tantas decepciones y el cansancio de tener que sufrir callada siempre y vivir atendiendo los asuntos de su familia, olvidandose de ella misma. La actitud egoista de su companero de vida la hizo caer en cuenta que nunca fue realmente feliz…y que quizas esa infidelidad no ha sido la unica en todo su matrimonio. Entonces todo ese resentimiento, deseos reprimidos y rabia que muchas veces se trago por no perder la cordura se convirtieron en monstruos que vivian dentro de ella… Y que ahora tomaban el control de su vida.