• gloria martin valverde - Gloria Martin

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    Tras su segunda novela, Cuando yo era Antonio Molina, Gloria Martin, fiel a su tematica y a su estilo, vuelve a regalarnos otra historia con el mundo del espectaculo de fondo; una historia amargamente comica: la de Casilda Garcia, alias “La Culo”.

  • Gloria (feat. Martín Valverde, Mariola Alcocer & D'colores Band)

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  • Gloria de Martín Valverde letra y acordes para Adoración

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    Gloria · Categoría ó momento Litúrgico · Acordes de la canción · Mas sobre Martin Valverde.

  • Martín Valverde - Wikipedia, la enciclopedia libre

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    Libros — Ha realizado más de 25 producciones musicales en audio (español, inglés, portugués e italiano), dos en video y dos libros de formación para músicos ...

  • Libros de Martín Valverde | eBooks Católicos

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    Libros de Martín Valverde ... Es para mí una alegría, presentarles este libro de mi amigo Anwar Tapias ... Este es un libro dedicado a la Virgen María.

  • Gloria, Martin Valverde - LaCuerda.net

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    Acordes de Gloria, Martin Valverde: Letra y Acordes de Guitarra.

  • 8 ideas de MARTIN VALVERDE - Pinterest

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    04-dic-2016 - Explora el tablero de Marlene Lanuza Matamoros "MARTIN VALVERDE" en Pinterest. Ver más ideas sobre martin valverde, musica, musica catolica.

  • Gloria - Martin Valverde - Lanzamiento de una Marca - UNAM

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  • Martín Valverde - El Matrimonio – gloria.tv

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    Martín Valverde - El Matrimonio. Reflexión de Martín Valverde -músico, cantante y compositor católico- sobre "El Matrimonio" (El que Tenga Oídos... - EWTN).

  • La casa y la isla de Ronaldo Menendez

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    Anabela y Rebeca comparten un pasado adolescente de amores y traiciones. Anos despues sus vidas vuelven a cruzarse en torno a un joven medico revolucionario cubano, que ha decidido no volver a ejercer ni salir jamas de su casa. Esta especie de ‘inxilio’ se convierte en el nucleo de una historia trepidante donde el autor interviene como un personaje mas, tejiendo las biografias de estos tres personajes y la suya propia.

  • Una corte de hielo y estrellas de Sarah J. Maas

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    Feyre, Rhys y su circulo mas intimo se encuentran reconstruyendo la Corte de la Noche y su mundo. Pero el Solsticio de Invierno finalmente llega… y con toda su fuerza. Aun su atmosfera festiva no puede contrarrestar que las sombras del pasado acechen en el presente. Feyre se da cuenta que los que mas quiere guardan heridas del pasado de las que no era consciente. Cicatrices que tendran un gran impacto en el futuro de su Corte.

  • Cuentos de la Guerra Civil de Ambrose Bierce

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    Los cuentos que invadiran la cabeza del lector no fueron escritos por un general avido de medallas, un profeta del pacifismo o un escritor esperanzado en la humanidad. Fueron creados por un soldado que vivio la Guerra de Secesion en carne propia y supo, pese a todo, desentenderse del patriotismo ciego y el discurso oficial del Norte, que a la postre gano la guerra y se autoerigio como el bando <> y redentor de los esclavos negros. Bierce desecha de cuajo ese facilismo binario y detalla las contraluces propias de una guerra fratricida: pondera miedos y valentias, explica atrocidades, ilumina las sombras de personajes esculpidos por una epoca feroz de la cual solo queda una leyenda. Una leyenda que aun divide a Estados Unidos y provoca odios mutuos. Con todo, esa equidistancia (oscura, a veces desgarradora) es lo que diferencia a Bierce de la mayoria de los narradores y corresponsales belicos, quienes muchas veces buscan asentar la culpa del conflicto en un bando. Leyendo estos relatos se adivina que el soldado promedio de los dos ejercitos era el mismo prototipo, que muchas veces se trataba de un hermano luchando por el Sur y otro por el Norte, que los generales casi nunca tragaban barro y que la muerte vivia al acecho. Ademas, para quien recien se adentra en la tematica, es posible detenerse en ciertas frases racistas o analizar la perspectiva que los blancos, incluso los yanquis, tenian de los negros. Y eso lleva a sospechar que Bierce, quiza inconscientemente, ya sugeria lo que el grueso de los gringos sigue ignorando: que la Guerra Civil norteamericana no se libro con el mero proposito de liberar a los esclavos negros y adaptarlos en un plano de igualdad ciudadana a la sociedad, sino que mas bien se trato de un choque entre elites y sistemas economico-productivos. Por un lado, el Norte de la Union Federal, lleno de industrias que requerian mano de obra libre y asalariada, la cual se podia despedir a placer y no exigia la manutencion del obrero; por el otro lado, el Sur Confederado, atrasado, agricola y cuasi feudal, que veia a las plantaciones de algodon y a la esclavitud como un asunto medular e irrenunciable de su identidad. Pero dejemos la vastedad de este topico a economistas e historiadores sociales. Calculemos, por un instante, la interpelacion que generan estos cuentos en nosotros como latinoamericanos. No hay nexo aparente. Los gringos estan locos, la esclavitud tuvo otros ribetes en Latinoamerica y acaso el unico suceso comparable, en cantidad de muertos, sea la revolucion mexicana. No obstante, al palear unos centimetros de tierra, aparecen osamentas para refutarnos. Y no me refiero a las guerras civiles del siglo diecinueve ni a las montoneras que siguieron a la independencia del dominio espanol. Me refiero a muertos mas recientes; aquellos que les toco vivir una epoca donde un vecino era un potencial delator o un amigo de la infancia podia transformarse en verdugo. Probablemente el adolescente Ambrose Bierce jamas sospecho que le dispararia a muchachos de Alabama o Texas. Y muchos ninos latinoamericanos de la decada de 1960 tampoco pensaron ser asesinados por sus ideas politicas o convertirse en torturadores. El devenir, sin embargo, dictamino otra cosa. Sirvan estos relatos como advertencia a los horrores fratricidas. Sirvan como un oscuro testamento a favor de la paz. No despertemos a la bestia. Es un monstruo que duerme a la sombra de la paz. Lo que vi de Shiloh I Esta es la sencilla historia de una batalla; una historia contada tal como puede narrarla un soldado que no es escritor a un lector que no es soldado. La manana del domingo seis de abril de 1862 fue clara y tibia. El toque de diana resono algo tarde, ya que las tropas tendrian un dia de descanso tras una larga marcha. Los hombres haraganeaban en torno a las brasas del vivac; unos preparaban sus desayunos, otros examinaban con descuido la condicion de sus armas y pertrechos, aguardando la inevitable inspeccion, y algunos otros hablaban con indolente dogmatismo acerca del tema infalible: el final y el proposito de la campana. Los centinelas deambulaban el confuso frente con una libertad de paso y maneras que no hubiesen sido toleradas en otro momento. Un punado de ellos cojeaba, sin parecer soldados, a causa de sus pies ampollados. A escasa distancia, en la retaguardia de las armas apiladas, se veian unas pocas tiendas de campana; ocasionalmente, desde su interior, asomaban oficiales despeinados. Languidamente daban ordenes a sus sirvientes para que les llenasen una palangana con agua, desempolvaran un abrigo o puliesen una vaina. Jovenes y esbeltos ordenanzas, cargados de mensajes evidentemente insignificantes, espoloneaban a sus caballos viejos y se abrian paso entre los hombres, soportando con desden sus burlas y humoradas, ese castigo por ostentar un puesto superior. Pequenos negros de estatus y funciones imprecisas se revolcaban sobre sus estomagos, golpeando el suelo con sus talones largos y desnudos bajo el brillo del sol, o bien dormitaban pacificamente, inconscientes de las bromas aleccionadoras, preparadas por manos blancas para enmendar su perdicion. De pronto, la bandera que colgaba floja y sin vida en los cuarteles parecio levantarse vivamente en el asta. En el mismo instante, se escucho un sonido amortiguado y distante, semejante a la pesada respiracion de un animal gigante bajo el horizonte. La bandera alzo su cabeza para oir. Hubo una pausa momentanea en el zumbido del enjambre humano. Entonces, mientras la bandera caia, el silencio se fue. Pero ya habia cientos de hombres de pie, miles de corazones latiendo a un pulso alborotado. Otra vez la bandera hizo una senal de advertencia, y nuevamente la brisa trajo hasta nuestras orejas el sonido largo y profundo de unos pulmones de acero. Como si hubiese recibido una orden ferrea, la division se puso de pie y se conformo en grupos de atencion. Incluso los negritos se irguieron. Despues de esto he vuelto a ver conmociones similares, provocadas por terremotos, pero creo que en ese momento no temblaba. Los cocineros, sabios de su generacion, sacaron los calderos humeantes del fuego y se prepararon para correr. Los ordenanzas montados se esfumaron. Los oficiales se arrastraron a punta y codo desde sus tiendas de campana y se aunaron en grupos. Los cuarteles se habian transformado en una bullente colmena. El sonido de la metralla ahora llegaba en rafagas regulares. Era el latido fuerte y constante de la fiebre de guerra. La bandera ondeaba entusiasmada, remeciendo su escuderia de estrellas y bandas con una especie de feroz placer. Un ayudante de campo montado corrio hacia la sombra del circulo de los oficiales; parecia haber brotado del suelo en una nube de polvo y al instante se oyeron las notas claras y agudas de un clarin. Las notas se repitieron y fueron replicadas por otros clarines hasta alcanzar los campos marrones, esparcidas por las filas de los bosques, transportadas hasta lejanas colinas; hasta en los valles nunca vistos se reprodujeron esas notas. Los acordes mas leves y remotos casi se ahogaban entre vitores, mientras los hombres corrian a agruparse torno a las bayonetas. Porque esta llamada no era el tedioso clarin "general" ante el cual se desarman las carpas. Este era el emocionante llamado de "asamblea", que llega al corazon como el vino y revuelve la sangre como los besos de una mujer bella. Habiendolo escuchado, sobre los rugidos de los canones, ?quien seria capaz de olvidar la intoxicacion salvaje de su musica? II Las fuerzas confederadas de Kentucky y Tennessee habian sufrido numerosos reveses que culminaron en la perdida de Nashville. El golpe fue severo: cantidades inmensas de material de guerra quedaron en manos de los vencedores, junto con todos los puntos estrategicos importantes. El general Johnston reculo el ejercito de Beauregard hacia Corinth, al norte de Mississippi, donde esperaba conseguir mas reclutas y equiparse hasta ser capaz de asumir la ofensiva y recuperar los territorios perdidos. El pueblo de Corinth era un lugar miserable, la capital de un pantano. Esta a dos dias de marcha hacia el oeste del rio Tennessee. Alli, y por el curso de ciento cincuenta millas, el rio fluye casi hacia el norte, hasta desembocar en el Ohio, en Paducah. Es navegable hasta este punto, es decir, hasta el embarcadero de Pittsburg, al cual se llega desde Corinth mediante un camino erosionado que cruza una region boscosa y tupida y que corre hacia el rio bajo arcos selvaticos cubiertos de musgo espanol. En algunos lugares la via yace obstruida por arboles caidos. El camino a Corinth se convertia, en ciertas estaciones, en un brazo del rio Tennessee. Su boca era el embarcadero de Pittsburg. Aqui, en 1862, habia algunos campos y una o dos casas. Ahora existen un cementerio nacional y otros progresos. El general Grant emplazo su ejercito en el embarcadero de Pittsburg, con un rio a su retaguardia y dos lanchas a vapor como medio de comunicacion con el lado Este, adonde llegaria el general Buell desde Nashville, acompanado de treinta mil hombres. La pregunta ha sido formulada: ?por que el general Grant ocupo la ribera enemiga del rio, encarando a una fuerza superior antes del arribo del general Buell? Buell tenia un largo trecho que recorrer; acaso Grant estaba cansado de esperar. Seguramente Johnston lo estaba, pues durante la plomiza manana del seis de abril, cuando la division de vanguardia de Buell estaba vivaqueando cerca del pueblito de Savannah, ocho o diez millas mas abajo, las fuerzas confederadas -habiendo abandonado Corinth dos dias antes- cayeron sobre las brigadas avanzadas de Grant y las masacraron. Grant estaba en Savanah, pero se apresuro hacia el embarcadero, justo a tiempo para encontrar sus campamentos en las garras del enemigo y los rastrojos de su ejercito derrotado, acorralado por un rio a sus espaldas como apoyo moral. He relatado las noticias de este asunto tal como nos llegaron a Savannah. Vinieron a grupas del viento, un mensajero que no transporta detalles copiosos. III En la ribera opuesta al embarcadero Pittsburg existen algunas colinas bajas y ralas, parcialmente rodeadas por un bosque. Visto desde el otro lado del rio Tennessee, durante el crepusculo del seis de abril, este espacio abierto (esta ribera, de hecho, fue angustiosamente contemplada por miles de ojos, muchos de los cuales se oscurecieron antes del ocaso) hubiese dado la impresion de estar veteado por franjas largas y oscuras, con nuevas franjas que surcaban constantemente el horizonte. Esas franjas eran los regimientos de la division de vanguardia de Buell. Habiendose desplazado desde Savannah a traves de un territorio que no era mas que pantanos y bajios sin senderos, con repentinas irrupciones de exuberante selva, la vanguardia arribaba al campo de batalla exhausta, con los pies doloridos y muerta de hambre. Habia sido una carrera terrible; algunos regimientos perdieron un tercio de sus hombres por fatiga, los soldados caian abatidos como si les hubiesen disparado, y alli los dejaban en el suelo para que se recuperasen o fallecieran a su gusto. La escena a la que les habian invitado tampoco inspiraba la confianza moral capaz de curar la fatiga. El aire estaba colmado de truenos y la tierra temblaba bajo sus pies. Y si hay algo de verdad en la teoria de la conversion de la fuerza, estos hombres almacenaban energia por cada shock que lanzaba ondas sobre sus cuerpos. Quizas esta teoria explique mejor que otras el tremendo aguante de los hombres en la batalla. Pero los ojos solo constataban materia idonea para la desesperacion.

  • El club de los lectores criminales de Carlos Garcia Miranda

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    Cuando Angela acepto participar en el club de lectura de novelas de Stephen King, no imaginaba que su vida daria un vuelco terrorifico. Enredados en una tragica muerte en plena Universidad Complutense de Madrid, todos los participantes del club deberan enfrentarse a sus mas profundos secretos y a la peor de las amenazas: cualquiera de ellos puede morir en la siguiente pagina, y cualquiera de ellos puede ser el asesino.

  • Fuera de combate de Anna Garcia

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    Kai O’Sullivan ha demostrado sobradamente que es mucho mas que el hermano mayor de Connor. Es arrogante, aprovechado, caradura, descarado, apasionado, cabezota y mujeriego… Pero acaba enamorado perdidamente de Sarah.
    ?Os quedasteis con ganas de saber algo mas sobre uno de los secundarios de lujo de la historia “Esta sonando nuestra cancion”? ?Os apetece saber como acabo el cazador cazado? ?Quereis saber algo mas acerca de su infancia? ?Conocer a su primer amor? ?Saber quien le rompio el corazon por primera vez?

  • Ni un paso atras de Pilar Pinero

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    La autora de la novela Voy a volverte loco vuelve con esta nueva y atrevida historia.

  • Menuda tropa de Joaquin Luna

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    Joaquin Luna ha estado en la guerra de Irak y Kuwait, pero tambien en el cortejo funebre de Paquirri en Sevilla. Ha cubierto cuatro Juegos Olimpicos y tres Mundiales de futbol, asi como el debut copero de Messi en el Barca en el campo de la Gramenet. Informo de la matanza de Tiananmen en 1989 y de los atentados del 11-S en Nueva York, de tres elecciones presidenciales estadounidenses y de dos francesas, y fue protagonista de noches memorables en Paris, Hong Kong y Washington, cuando lo de ser corresponsal era otra cosa.

  • Atrapados en la noche (Nueva York 3) de Mariah Evans

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    Tercera entrega de la serie Ciudad de reyes.
    Despues de que la division enviada a Nueva York haya derrotado la nueva vivienda de los vampiros, Ryan conocera a Evelyn, una telequinesica con la que comenzara con muy mal pie, pero dado los problemas generados por su hermano, James, al tener numerosas deudas provocadas por el juego, Ryan se vera obligado a protegerla no solo de los vampiros, sino tambien de la mafia.
    Una divertida combinacion de romance, accion, suspense y risas que haran la delicias del lector.

  • Superwoman de Begona Ameztoy

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    La protagonista de esta historia, Almudena Cortazar, vive la ficcion de un mundo imaginario construido a su imagen y semejanza. Se cree una heroina, un icono de belleza y elegancia, una triunfadora temida y envidiada por la fauna de mediocres que la rodea. Pero, en realidad, es un bluf, y aun no lo sabe. Lo descubriras tu misma en cada linea y en cada pagina de esta historia divertida y original.
    Superwoman es un prototipo de nuestro tiempo, el mito erotico y robotico que esta sociedad de mierda merece. Un hibrido aberrante de progre implacable, liberada y canalla con toques del marujeo mas cutre y ramplon.
    Dinero, poder, amor, sexo. Solo son salidas de emergencia que ella utiliza para escapar de sus frustraciones y complejos.
    Como no podia ser de otra manera, el final de su recorrido es tan catastrofico y sorprendente como la vida misma. Y tan impredecible que no hay dios que te haga un spoiler.

  • De puno y letra de Rita Black

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    ?Quien escribe cartas en estos dias? Nadie, excepto Emma y Raul.

  • La rosa del viento de Corina Bomann

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    Una historia de amor, libertad y coraje y una antigua embarcacion que encierra muchos secretos.

  • Mujer policia busca problemas de Amy Stewart

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    Amy Stewart vuelve a la carga con otra inolvidable aventura protagonizada por las aguerridas hermanas Kopp.

  • El segundo sexo de Simone De Beauvoir

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    “El segundo sexo” no solo ha nutrido a todo el feminismo que se ha hecho en la segunda mitad del siglo, sino que es el ensayo feminista mas importante de la centuria. Todo lo que se ha escrito despues en el campo de la teoria feminista ha tenido que contar con esta obra, bien para continuarla en sus planteamientos y seguir desarrollandolos, bien para criticarlos oponiendose a ellos. “El segundo sexo”, que es el ensayo de una filosofa existencialista, se encuadra en el ambito mas amplio de un pensamiento ilustrado que toma de la ilustracion precisamente sus aspectos positivos, emancipatorios; ante todo, una concepcion igualitaria de los seres humanos, segun la cual la diferencia de sexos no altera su radical igualdad de condicion. Al mismo tiempo, es un ensayo filosofico que analiza el hecho de la condicion femenina en las sociedades occidentales desde multiples puntos de vista.

  • Una sola vez en la vida de Carlota Manzano

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    Abrochandome los botones de la camisa ante el espejo, pense que ya quisieran muchos de mi edad conservarse tan bien como yo. No quiero parecer un engreido, pero nadie podia creerse que tuviera cuarenta anos. Las chicas que conocia por ahi en los locales de copas me decian que las estaba vacilando, y es que ninguna me echaba mas de treinta o treinta y dos tacos. Supongo que el hecho de no tener ni una sola cana aun en las sienes tenia mucho que ver en el asunto. Cero canas, cero arruguitas en el rostro y cero barba, que siempre me ha gustado ir con la cara bien afeitada. Ademas, normalmente suelo vestir de manera informal y muy juvenil, pero aquella tarde de sabado tocaba ponerse un poco mas elegante, puesto que habia quedado con mi amigo Claudio para asistir a la inauguracion de un lujoso bar-pub en uno de los barrios mas selectos de Barcelona. La ropa de pitimini, como yo la llamo, la dejo para ocasiones especiales. Y para el trabajo, claro esta. Un director de banco no puede permitirse el lujo de sentarse en su despacho en vaqueros y camiseta para atender a los clientes, pero el resto del tiempo... dificil era pillarme a mi con traje de chaqueta y corbata. Ni siquiera aquella tarde. Una camisa blanca arremangada hasta medio antebrazo, un pantalon azul marino de pinzas y unos modernisimos zapatos marrones que tocaba estrenar me parecia el look perfecto para la ocasion. Ni mas mas ni mas menos. Bueno, miento. El Lotus que me habia regalado Maria un par de anos antes, puesto en la muneca, completaba mi atuendo. Con el pelo ligeramente engominado y un toque de mi perfume preferido de Calvin Klein, parecia yo el tipico senorito andaluz. Lo digo sin animo de ofender a nadie, ojo, pero esa fue la comparacion que me vino a la cabeza mientras me terminaba de abrochar los botones. En ese preciso momento recibi la llamada de Claudio. --?Como vas, Thiago? --Ya estoy listo. ?Por? --Genial, estoy por ahi en ocho o diez minutos, que me he metido en un atasco que no veas. --?Un atasco a estas horas? --Me extrano, la verdad. Si fuese a primera hora de la manana, cuando la ciudad condal es un autentico caos de gente moviendose a la carrera por todas partes para ir al trabajo, todavia... --Bueno, ha habido un pinazo con una moto. Una movida que no veas, ahora te cuento cuando te vea. --Perfecto, enseguida bajo. Claudio trabajaba en la misma sucursal bancaria que yo, solo que aquel chaval era un simple cajero, lo que no impidio, como es logico, que hicieramos buenas migas desde que entrase a currar alli seis meses atras. Mi amigo tenia treinta y seis anos y acababa de separarse cuando vino a parar alli. Lo estaba pasando mal, sobre todo porque su ex era una de esas mujeres de armas tomar que le ponia mil trabas para ver a las dos ninas cuando le tocaba recogerlas. Por mi parte, acababa de poner punto final a mi relacion con Maria, aquella mujer celosa hasta la saciedad. Tres anos y medio habiamos estado de noviazgo, tiempo suficiente para entender que lo nuestro no tenia ningun futuro. No solo por sus celos, que ya bastante con eso. Maria era una mujer con mamitis aguda cronica. Parece mentira que con casi treinta tacos no pudiera mover un pie sin el visto bueno de su madre. Aparte, todos los fines de semana sin excepcion teniamos que ir a comer con sus "papis", como ella les llamaba, al chalet en que vivian en las afueras. Y los tres veranos que estuvimos juntos... a Benidorm de vacaciones con ellos, al apartamento que los senores tenian alli, porque "?que mejor que pasar las vacaciones en familia?". Y como asi, tantas y tantas cosas mas, de modo que estaba un poco harto del tema. Mandona tambien, el colmo fue ver a las claras que aquella chica no queria tener hijos. Al principio no le di tanta importancia, pensando que con el tiempo quizas cambiase de opinion, pero al ver que me estaba equivocando de medio a medio porque nadie la sacaria de sus trece, me dije que por ahi no pasaba. Tengo cuatro hermanos, tres chicos y una chica, y bien orgulloso que estoy de todos ellos. Los cinco nos llevamos fenomenal y siempre estamos disponibles los unos para los otros en cuanto nos necesitamos. No es que pretendiera tener en el futuro una familia tan numerosa, pero queria tener al menos un par de hijos que heredasen mi apellido y mis genes. Estaba visto que con Maria tendria que abandonar mi sueno. Eso o abandonarla a ella, y opte por esto ultimo, aunque ese no fue el unico motivo, como ya he explicado. Claudio tardo algo mas de un cuarto de hora en aparecer con su Audi. Venia vestido mas o menos en mi misma linea. --Venga, sube, que nos cierran Barcelona--me dijo a la par que bajaba la ventanilla del coche. --A mi no me estreses, ?eh? que es sabado y hoy no tengo ninguna prisa en acostarme. --Toma, ni yo. Bueno, aunque manana tengo que recoger a las nenas a las once, asi que tampoco quiero enredarme mucho. --?Y todo bien? --Calla, toquemos madera--el muy vacilon se dio unos toquecitos en la cabeza con los dedos --. Ultimamente, la madre esta mas relajada. Yo creo que debe andar con alguien y por eso no chista. Vamos, que parece que esta deseando que me lleve a las crias para quedarse tranquila. --La vida sigue para todo el mundo. --Estaria bueno. Oye, ?Has visto la foto esa del local que ha salido hoy en el periodico? --No, vi una la semana pasada. --El sitio esta guapisimo, tiene un pedazo de terraza asi en plan chill out que flipas. --Veremos a ver que se cuece por alli. Nada malo, desde luego. Claudio aparco unos metros mas arriba en la misma acera y el portero nos dio la bienvenida alli en el escalon de entrada. "Esperamos que les guste el Karachi", anadio. Aquel sitio destilaba lujo por todos los rincones. El ambiente tambien era de lo mas "chic", con tanta gente elegantemente vestida, charlando animada con sus copas entre las manos. Mi amigo y yo nos acoplamos en la barra, cerca de un par de chicas mas jovenes que nosotros que andaban ya ahi sentadas en sus taburetes. Me llamo muchisimo la atencion una de ellas por su espectacular melena de rizos pelirrojos. Llevaba un traje de coctel de color rosa palido y unos altisimos tacones a juego que no le hacian mucha falta, y es que debia medir cerca de metro ochenta con ellos. No es que uno sacase ahi el metro, pero fue llegar nosotros y levantarse y salir andando hacia el bano. Un metro ochenta y cinco mido yo y aquella guapisima chavala de ojos verdes casi me alcanzaba. --Eh--Claudio chasqueo los dedos ante mis narices--, estoy aqui, espabila. Me habia quedado por unos segundos medio alelado, siguiendola con la mirada. --?Has visto que porte? Ufff, madre mia. --Ya te digo --me respondio mi companero alzando las cejas. Minutos despues, la chica volvia del bano y la escena se repitio. Ahi no pude reprimirme y le di las buenas noches educadamente al pasar junto a mi. --Buenas noches. No se limito a corresponder por cortesia a mi saludo con esas simples palabras. La preciosa sonrisa con que las acompano me cayo de propina, asi que no me lo pense mucho. Espere a que se sentase y apurase el ultimo trago de su vaso, le pregunte en voz baja a Claudio y, con su aprobacion, me acerque a ella. --Disculpa. ?Estais solas? Nos gustaria invitaros a una copa. La chica, que se quedo un poco cortada, miro a su acompanante antes de volver la cabeza de nuevo hacia mi para disculparse. --Te lo agradezco muchisimo. Mejor dicho, os lo agradezco, pero estoy hablando con ella de negocios. --Oh, perdon--Yo si que me quede cortado con su respuesta. --Lo siento mucho. Ademas, tengo que irme en breve a trabajar. ?A trabajar? Eso si que me pillo fuera de juego. Un sabado por la noche y de esa guisa... la verdad es que asi de repente no se me ocurrio a que podria dedicarse. --Planchazo, amigo mio--Claudio me hizo un gesto de resignacion con los ojos. En cambio, yo no me resigne a dejar la cosa ahi. No es que insistiese mas, pero se dio la circunstancia de que media hora despues entraron unos amigos de mi companero a los que, al parecer, hacia bastante que no veia, y se liaron a charlar. Apenas cinco minutos mas tarde, la preciosa y finisima pelirroja cogio su bolso de cartera y se dispuso a salir de alli con la otra chica, que tambien estaba de muy buen ver, por cierto. Alta, morena, con un vestido muy sexy y tacones plateados, parecia otra modelo de alta costura. Me disculpe con Claudio y sali tras ellas como un detective de pacotilla. Mi amigo se quedo flipado y quiso saber a que tanta prisa. --Ya te contare--Fue lo unico que le respondi. Capitulo 2 Ambas mujeres desfilaron hacia la puerta acaparando a su paso todas las miradas masculinas, con sus firmes y elegantes andares. Cuando las vi coger calle abajo y acercarse a un lujosisimo Mercedes blanco para meterse en el, tire para arriba y pare un taxi justo cuando la pelirroja echaba andar. --Buenas noches, ?donde vamos? --Quiso saber el taxista. Eso quisiera saber yo tambien, a donde ibamos, pero como no tenia ni idea ni era plan explicarle que teniamos que perseguir al coche blanco de delante, le dije que tirase, que yo le iria indicando. Asi pues, cada vez que la veia poner un intermitente, le indicaba que tirase a izquierda o derecha, segun procediera, y asi hasta ir a parar al comienzo del Paseo de Gracia. Cuando vi que la pelirroja aminoro la marcha y torcio a la derecha para entrar con su coche en el garaje de un edificio de alto standing, le pedi a aquel tipo bigotudo que parase ya donde pudiera. --Muchas gracias, que tenga buena noche. --Se debio poner mas contento que unas castanuelas con los cinco euros que le di de propina. --No hay de que, buen servicio, amigo. Y buena pamplina la que yo acababa de hacer, y es que... ?que narices hacia alli, en la otra punta de la ciudad, mirando como un idiota los ventanales de aquel suntuoso bloque? Tal vez la mujer habia ido a cambiarse de ropa para ir a trabajar. O quizas me la habia dado con queso y aquello solo habia sido una mera excusa para quitarse el muerto de encima. Espere como unos quince minutos, plantado ahi en la acera como un pasmarote, antes de montarme en otro taxi que me llevase de vuelta a mi casa. De camino, recibi un wasap de Claudio. --?Se puede saber que mosca te ha picado? ?A santo de que te has largado con tanta prisa? --?Sigues ahi? --Desvie el balon porque me sentia un tanto ridiculo. --Claro, seguimos aqui dandole a la alpargata, vente para aca, que no veas como se ha puesto ya esto de gente. --No, tio, tengo un poco de acidez de estomago y no me apetece mucho. --Que jodio, pues no sera por lo que has bebido hoy, que ni te has terminado el primer cubata. Venga, anda, animate. --No, gracias, prefiero tirar ya para casa. --?Eras tu el que decia que hoy sin prisas? Como veas, que te compre el que te entienda, pero tu te lo pierdes. Quizas tuviera razon, pero no me apetecia un pimiento volver hasta alli para juntarme con aquella panda de antiguos companeros universitarios de mi colega a los que yo no conocia de nada. Parecera una estupidez, pero me dije para mis adentros que lo mas interesante de ver en aquel lugar ya se habia recogido en su casa, asi que no dude en meterme en la mia, ponerme otra copa y tomarmela tranquilamente, escuchando musica en el sofa. Seguia dandole vueltas a la cabeza. Con que arte me habia despachado aquella pelirroja tan guapisima y tan bien moldeada... El viernes de la siguiente semana, al salir a mediodia de trabajar, me encontre de casualidad con un vecino y amigo con quien tambien habia salido por ahi en tiempos alguna que otra vez. Marcos entraba justo en ese momento en la zapateria de al lado del banco. --Ey, Thiago, ?ya acabaste por hoy la faena? --Me pregunto sonriendo. --Si senor, hasta manana ya no me ve ni Cristo el pelo por aqui. --?Tienes prisa? --Ninguna, ?por? --Echame una mano, tio, que tengo que comprarme unos zapatos para la boda de mi hermana, y luego nos tomamos unas canejas. --Vale. --Acepte su propuesta del tiron, y es que no tenia nada que hacer. Al menos, nada que no pudiera esperar. Despues de escoger uno de los pares de zapatos mas caros que habia alli dentro, entramos a tapear en un bar a la vuelta de la esquina. --?Tienes algun compromiso para manana? --. Estaba visto que pensaba plantearme alguno. --No, nada. --Pues vente con Israel y conmigo a tomar un copazo por la noche. Hace un par de dias me pregunto por ti. --?Donde pensais ir? --A un sitio que quizas no conozcas, pero creo que te va a gustar. Nosotros hemos ido un par de veces. Es un sitio de esos donde uno puede recrearse la vista a base de bien con los bombones que andan por alli. La vista y, si uno quiere, otras cosas tambien... Me la vi venir.

  • No puedes ser tu de Sarah Rusell

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    Arranque el coche y casi se tiran los viandantes al suelo, ese tubo de escape ya estaba en las ultimas, pero claro, sin trabajo, apenas me daba mi madre para lo justo y poco mas, demasiado que ese dia me podia permitir el lujo de cogerlo pues tenia un restillo de gasolina. El coche era de mi padre que habia fallecido doce anos atras, para aquellos entonces ya lo tenia desde hacia ocho anos por lo cual, demasiado que siempre se le hacia un arreglo de ultima hora para pasar la ITV y lo bueno era que, un vecino mio que trabaja alli, nos echaba el cable y nos daba el visto bueno pues sabia con la poca pension que se vivia en mi casa. A mi madre solo le quedaron setecientos euros, los unicos ingresos que entraban en el hogar, ya que yo no encontraba trabajo o me duraban dos dias. La casa estaba pagada, por ese lado nos salvabamos, pero vamos, vivir con mi madre era vivir en un constante mal rollo impresionante y es que siempre tenia una cara que le llegaba al suelo y chocabamos bastante. Iba a una entrevista de trabajo para la que no tenia ni cita, pero me habian dicho que estaban buscando limpiadora para las oficinas de una de las mayores firmas de joyas. --?Su nombre y apellido, por favor? --me pregunto la chica de detras del mostrador. --Clara Bronca. --?Como? --Clara Bronca. --A ver, su nombre es... --Clara --resople. --?Y su apellido? --Bronca. B de Barcelona, R de Roma, O de Oviedo... --Ya, ya --negaba con la mano para que me callara mientras ponia mala cara, incredula por mi nombre. !Ni que tuviera yo la culpa de llevar ese San Benito! --?Y a que hora dice que tiene la reunion con Susana? --A las diez --sonrei. --No, no veo aqui ninguna cita, dejeme un momento que vaya a hablar con ella. --Gracias. Mentira cochina, no tenia ninguna reunion con la tal Susana, pero estaba claro que era la unica forma que tenia para llegar a la jefa de limpieza e intentar camelarmela para que me diera el puesto. Eche una visual y volvio, me hizo un gesto para que la siguiera. --???Clara??? --pregunto al verme. --Joder ???Susana??? --!Si! --exclamo emocionada y vino a abrazarme. --No me digas que eres la jefa de limpieza. --Si, desde hace un par de anos --agarraba mis manos. --El tiempo que no llevas con mi primo Ricardo. --Efectivamente --se rio--. Por cierto, perdona, no tenia constancia de esta cita. --Tranquila, ni yo, pero me dijeron que estaban buscando personal y ya sabes --rei. --Le echaste morro... --Volteo los ojos riendose. --Efectivamente. --Sabes que siempre tuve debilidad por ti y que te dare el puesto, pero me tienes que prometer que no la vas a liar. --No, no, pero ya sabes que los fines de semana son sagrados. --Tranquila --se reia negando--, el horario es de lunes a viernes de ocho a dos. --?Y no hay de diez a dos? --!Clara! --se rio. --Esta bien, hare un sacrificio y me levantare mas temprano. --No cambias --me dio un pellizco en la mejilla. --?Y cuando empiezo? --El lunes. --De lujo, asi tengo cuatro dias de descanso hasta entonces. --Que morro tienes. Anda ven, vamos a ir al despacho del asesor para que te prepare el contrato. --?Esta bueno? --Tiene sesenta anos, no esta mal, pero no empieces --me dio una colleja y la segui hasta alli. Tras dos golpecitos en la puerta y escuchar una voz de lo mas varonil, entramos y juro que casi me desmayo. !Madre mia como estaba el asesor! Si ese hombre era abuelo, yo firmaba por llegar a su edad en las mismas condiciones. Que bien llevados los sesenta anos, por Dios. Que yo me esperaba un senor asi bajito, mas bien calvo, regordete, con el traje tan apretado que le podria estallar el boton del ombligo en cualquier momento, y tenia delante a mi propio guardaespaldas, pero literalmente porque el tio era clavadito a Kevin Costner. Mas de metro ochenta, ojos azules, cabello castano con unas cuantas canas y bien apanadito. Vamos, que si yo tuviera veinte anos mas le tiraba los tejos. Un codazo me saco de mis pensamientos, mire a Susana y ahi estaba ella, con ceja arqueada y con la cara de "No la lies, que no te contrato", que me estaba dando hasta miedo. --Senor Perez, veniamos a que le prepare el contrato a la chica nueva para limpieza --le dijo ella. --Ahora mismo. Si me permites tu DNI --lo saque del monedero, se lo entregue y tras leer mis datos le vi contener la risa, y le estaba costando, pero el hombre era un caballero de los pies a la cabeza y no dijo ni pio. Media hora despues sali del despacho con una amplia sonrisa y mas feliz que todas las cosas, ya tenia mi nuevo empleo asi que a partir del lunes tocaba dar el do de pecho, madrugar y dejar aquellas oficinas como los chorros del oro. --Muchas gracias, Susana --dije dandole un abrazo. --Con que seas responsable y no me falles, me doy por satisfecha. --Lo hare, no te preocupes. --Nos vemos el lunes, en el vestuario tendras una taquilla con tu nombre y dentro la bata de limpieza. --Genial. Nos vemos. Lo de limpiar mesas y fregar suelos no era el sueno de mi vida, pero no habia estudiado, no encontraba otra cosa y necesitaba dinero, que con lo que me daba mi madre para salir algun fin de semana, no me llegaba. Subi al coche y por mas que le daba no queria arrancar, asi que espere cinco minutos ahi metida, asandome como un pollo, hasta que al fin me hizo caso. Volvi a casa, pero antes me pase por la panaderia a por una barrita de pan, era la matraca de mi madre, si sales trae pan y si no salia ese dia no comiamos pan. --Ya he vuelto --dije en cuanto entre. Viviamos en una casa baja, con un pequeno jardin delantero, tres habitaciones, salon, cocina y, a Dios gracias, dos cuartos de bano. Bueno, cuarto de bano y aseo, el segundo era el que yo me habia quedado para mi solita, que para algo estaba cerca de mi habitacion. --?Has traido pan? --pregunto ella, a voz en grito, desde la cocina. --Si --conteste cuando llegue a la puerta y lo deje en la mesa. --Vamos a comer en nada, pon la mesa. --Me cambio en dos minutos y voy. Y asi fue, me puse el pantalon corto y la camiseta de tirantes de andar por casa, puse la mesa y la ayude a servir la comida. Como de costumbre, ese rato el silencio era tan solo roto por los cubiertos chocando en los platos, pero es que preferia no hablar para no acabar discutiendo. Cuando acabamos, me puse un cafe, cogi un cigarro y me asome a la ventana del salon para fumarlo tranquila. Tardo poco en echarme la bronca. --No se las veces que te he dicho que lo dejes. --Pues como tropecientas, pero sabes que me da igual. --El mismo vicio que tu padre. --Algo tenia que tener de el, no iba a ser todo tuyo. Y es que me parecia fisicamente a mi madre un monton, pero el caracter era el de mi padre. --Mas valia que hubieras salido a mi en otras cosas. --?Por ejemplo? --pregunte sin mirarla. --En lo trabajadora, que no te dura un puesto mas de dos dias. Yo no se que hice mal contigo, de verdad que no lo se. --Pues si no lo sabes tu... --?Ves? Siempre contestando. Eres como el aceite hija, tienes que quedar por encima. --Papa decia eso mismo de ti. Me acabe el cigarro y el cafe de un trago, cuando iba a la cocina para fregar la taza, volvio a la misma cantinela de todos los dias.

  • Temporada de avispas de Elisa Ferrer

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    La superheroina imbatible que era de nina ha perdido sus poderes. Esta manana, que me encantaria volar, desaparecer, viajar en el tiempo, detenerlo, solo siento un pinchazo espantoso en la cabeza, el regusto acido de las copas de ayer. Ha sonado el telefono y mi madre me ha despertado antes de las ocho de la manana con su urgencia por hablar conmigo, aunque no tuviera nada que decirme: Nuria, carino, ?todo bien? Me ha costado levantarme, no sentirme culpable por tener a Juan respirando en mi nuca, ahogandome con su abrazo de cuchara. Me ha costado no enfadarme porque me prometi no liarme mas con el. Y al final me cabreo, porque respondo cuando me llama, porque voy a verle, aunque ya no quiera. Me ha costado darme una ducha, salir de su casa, que, aunque hace un tiempo fue mia, ahora me es ajena, lejana, triste; meterme en el metro, en el ascensor. Pensar en encerrarme en el sarcofago de la oficina. Llego a la redaccion y, al abrir la puerta, Lucas me mira de reojo. Sabe de donde vengo, el porque de mi cara culpable y mi ropa de ayer y me sonrie como el que espera que en cualquier momento reviente una tormenta; ojala la unica tormenta fuera la que esta por estallar en mi cabeza, el craneo partido, la masa encefalica contra la pantalla del ordenador. !Buena resaca, ?eh, Nuria?!, el grito de Hector en mi oido. Le sonrio, pero querria escupirle. ?Resaca?, repito. Ninguna. Y sonrio con mas enfasis tras responder, aunque haya espadas apunalandome las sienes. Enciendo el ordenador con desgana, intentando olvidar que me esperan ocho horas en ese cubiculo, y retomo la vineta de ayer sobre la operacion bikini y unas salchichas de Frankfurt. No la recordaba y resulta que es una mierda, a mi jefe le va a encantar. Siempre llega el ultimo, y no se como lo hace, pero todos los dias tiene una mancha de cafe o de tinta o de salsa en su camiseta de algodon. Camisetas que llevan escrito un texto gracioso que pronuncia en voz alta cuando llega por las mananas: <>. Hoy llega antes, apenas he encendido el ordenador, y ya ha abierto la puerta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS, senala su camiseta y mi dolor de cabeza detona tras el grito, el portazo. Nada mas sentarse, me llama a su mesa y mira de reojo mis dibujos mientras se corta las unas con un cortaunas ronoso y desportillado que guarda en el bote de los boligrafos. Hay algo extrano en su modo de no mirarme a mi, cuando se concentra en valorar la vineta. Creo que le gusta, que le gusta de verdad, lo creo por su hoyuelo, porque quiere asomarle en la mejilla, pero el no lo deja. Quiero comentarte una cosa, me dice serio, tengo que decirte algo. ?Que ocurre? Y me siento estupida frente a mi jefe, con aliento a roncola, con mi ropa de ayer, con su intencion de decir algo y luego callarse. Porque el tio se calla y mueve la mano como quien llama al camarero para decirme que luego, que hablamos luego, que cuando termine la vineta escriba un articulo sobre la maternidad hoy. ?Como? Si, sobre ser madre hoy. ?En que contexto? En el que quieras, Nuria. Ser madre hoy. Estoy harta. No se escribir, no soy periodista, pero no te puedes quejar, me dicen, al menos tienes trabajo. Y hoy prefiero no protestar, callarme, agachar la cabeza, pasar desapercibida. Lucas se acerca a mi cubiculo para decirme que no me preocupe por lo de mi jefe, que no sera nada, pero, aunque mueva las manos como si fuera una vendedora de Tupperware y le quite importancia, el tambien esta preocupado. Y para rebajar la tension, le corto del unico modo que funciona, le hablo de sus canas, de las pocas que le han salido y ya asoman en la parte derecha de su cabeza. Mas de quince canas en la derecha, Nuria, ni una en la izquierda. El asunto del desequilibrio capilar, asi lo llamamos, <>, le pone nervioso, le desquicia. ?Tu te acostarias con un tio con la cabeza dividida en dos colores? ?Con la cabeza como una punetera tarta helada? Y me obliga a arrancarle dos, tres canas mientras grita. Pero es el esfuerzo que debo hacer, dice, para seguir seduciendo a tipos tan guapos como yo. Le pido que me acompane a fumarnos un porro en la azotea, pero me responde que ni hablar, que eso me faltaba hoy, que me ve descentrada, resacosa, que acabe con el dibujo de una santa vez. Intento concentrarme en la vineta en la que trabajo con la tableta grafica, pero mi mano se mueve sola y termina dibujando con el rotulador como tantas veces, como siempre, avispas en un papel. Las avispas que pueblan mis cuadernos, el corcho de la cocina, las servilletas del desayuno que se van a la basura junto a la corteza del pan de molde. El rotulador amarillo y el negro las trazan solas. La semana pasada dibuje avispas en chandal de tactel, en kimono, en posturas imposibles para una avispa, para el Kamasutra, y esta manana a una le he puesto bigote y quiza la convierta en nazi. Ni lo pienso, la mano se mueve sola desde que empece a dibujarlas en clase en lugar de tomar apuntes y aun hoy, como cuando era nina, me siento Batman, que vence su miedo a los murcielagos aliandose con ellos. A golpe de trazos amarillos y negros me crezco frente a esos aguijones afilados que de pequena eran para mi mas que un pinchazo caliente y doloroso, de hecho, representaban el final del juego. Mi movil vibra con insistencia y al final respondo. No es Juan, a pesar del martilleo de mensajes al que me ha sometido a lo largo de la manana, se trata de un numero que desconozco, pero es una voz que he oido antes, desgastada, de hombre mayor, una voz que me dice que tal Nuria, pero la llamada se corta antes de que me de tiempo a preguntar quien es, que quiere, quien habla. Esa breve conversacion me deja una sensacion extrana, la vista clavada en la pantalla del telefono, donde el reloj parece detenido, mientras mi mano se queda estancada sobre la ilustracion sin acabar. Apenas faltan diez minutos para salir, cuando termino la vineta. ?Que tal vas?, pregunta mi jefe. Ya esta, le digo. El la mira en la pantalla del ordenador, el sol, los crateres planetarios, la pierna trazada con ligereza, como si fuera real aun siendo un dibujo. Manana a primera hora me pongo con el articulo ese de las madres, le digo. Y hace un gesto raro. Le encanta, se que el dibujo le encanta, pero ni una palmadita en la espalda, ni un Buen trabajo, Nuria. Bien, bien. Mandame la vineta y manana vemos eso. ?Querias hablar conmigo?, le pregunto. Pero Hector le zarandea, tira de la manga de su camiseta, KEEP CALM AND LOVE YOUR BOSS. ?Unas canitas? Ese zarandeo es el salvavidas al que se aferra mi jefe, que mira el reloj y claro, claro, anda si ya es la hora. Unas canas, ?por que no? Y esta incomodo. Bajais, ?verdad, Nuria? Y va a decir Lucas, pero siempre se queda en blanco y le llama Nicolas o Luis o tu, sin mas, tu. Tu, ?bajas? El bar huele a humo, aunque no se pueda fumar. Quiza sigue alli ahogando los poros de los sillones de escay desde el ultimo cigarrillo que se disfruto antes de la prohibicion. Hector pide canas para todos sin preguntar si las queremos, como tampoco pregunto si queriamos salir de la oficina, ni nos pidio permiso para interrumpirnos cuando al fin empezabamos a hablar.

  • El camino del soutjin. El vagabundo de B.p Gallego

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    Para los amantes de la fantasia, con las intrigas de Juego de Tronos y la aventura de El Senor de los Anillos.
    Debian asesinarlos a todos, eran las ordenes que habian recibido del Principe. Pero el capitan no lo hizo, traicionando a su amo y, contra todo pronostico, adopto al chico.
    Asi comienza el relato de Ryon y su camino para convertirse en Soutjin. El dia de su nombramiento, unos horribles acontecimientos lo llevaran a viajar y a descubrir la realidad que se esconde tras las ensenanzas de sus maestros, desafiando a todo un Imperio.

  • Mi mapa de ti de Isabelle Broom

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    Unas vacaciones en la impresionante isla griega de Zakynthos, con sus cielos azules perfectos, playas de arena blanca y aguas cristalinas, deberian ser un sueno hecho realidad para cualquier persona. menos para Holly. Para ella es mas bien una pesadilla.
    Al llegar a la isla, para poner en orden una casa que acaba de heredar, Holly no tiene ni idea de que esperar. Y la verdad es que no esta preparada para los secretos familiares que esta a punto de descubrir.
    Con la ayuda de Aidan, su atractivo vecino, Holly se dispone a explorar la isla con la esperanza de reconstruir su propia historia perdida. Sin embargo, la vida real, incluido el novio que dejo atras, amenaza con alcanzarla.
    Holly piensa que esta siguiendo los secretos del pasado. Pero, ?es posible que acabe configurando un mapa de su futuro?

  • Virus Luna. El Torreon de V.m. Granda

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    Cuando Corea del Norte libera un letal y desconocido virus, este se propaga velozmente por occidente y a los pocos dias, millones de enfermos colapsan los centros sanitarios, pero cuando llega el crepusculo y la luna brilla, se convierten en bestias sedientas de sangre que salen en busca de presas con las que saciar su hambre.

  • Mapamundi de Christophe Paul

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    Cuando Natalia le dice a su amiga Zi, que desde hace dos dias unos hombres estan vigilando su calle camuflados en un coche, los acontecimientos se precipitan. Escapan milagrosamente de un secuestro y huyen sin saber por que. Una huida hacia lo desconocido, en la que se mezclan un enigmatico mapamundi robado, la sombra del emperador Alejandro Magno y poderosos intereses…

  • Donde se cumplen los suenos de Loren Mills

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  • Perdoname… me enamore de Viktoria Yocarri

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  • Reparar a los vivos de Maylis De Kerangal

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    Le Havre. Simon Limbres regresa con sus amigos de una adrenalinica sesion de surf. La camioneta en la que viaja choca contra un arbol. Poco despues de ser ingresado en el hospital, el joven muere, pero su corazon sigue latiendo. Thomas Remige, un especialista en trasplantes, debe convencer a unos padres en estado de shock de que ese corazon podria seguir viviendo en otro cuerpo. Y salvar, tal vez, una vida. Este es el contundente arranque de la novela, que mantiene al lector en vilo hasta las ultimas lineas.

  • Dejame estar a tu lado de Toni Fernandez

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    Diez anos es mucho tiempo pero no el suficiente para olvidar lo sucedido.
    Sergio vive controlando su presente. Tiene claro lo que quiere en la vida: seguir siendo la persona en la que se ha convertido. Pero algo se le escapa de las manos y le hara recordar lo que es sentir miedo de nuevo.
    Mireia no puede creer que haya regresado. Ahora cuando todo parecia en calma. Pero no viene solo y mucho menos con las manos vacias. Debera preparase para lo que esta por venir.
    Luchar juntos no es una opcion, amarse tampoco. Y es que cuanto mas huimos del pasado, mas posibilidades hay de que nos encuentre.

  • Mi lugar favorito en el mundo eres tu de Marta Frances

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    Que escapes de la que siempre fue tu vida es malo; que lo hagas cambiando Madrid por un pequeno pueblecito de unos cien habitantes tampoco pinta bien; pero que llegues alli y la primera persona con la que te cruces sea un desagradable y maleducado que te deja con la palabra en la boca no presagia nada bueno.

  • Un reportero en apuros (eLit 3) de Gina Wilkins

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    Ninguna mujer en el mundo habia rechazado a Riley O’Neal. Todo lo que tenia que hacer era mostrar su irresistible sonrisa. Pero siempre habia una primera vez, y fue la camarera Teresa Scott quien le hizo vivir la experiencia. !Y que camarera! Era un ritual: cada manana, desayunaba en el Rainbow Cafe, y ademas de un cafe bien cargado, Riley se tenia que tragar un buen “no”.

  • Los lobos no piden perdon de Miguel Conde-lobato

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    El thriller revelacion para los lectores que piensan que lo han leido todo.

  • El amor puede esperar de Oscar R.campos

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  • Angie; Envolviendome En Tus Brazos de Valeria Wolff

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    Desde tiempo siempre he anhelado por publicar historias basadas en el erotismo del ser humano. Es un tema que siempre me ha atraido, no solo por el hecho de sentir el sexo en su maxima expresion al momento de estar en el acto, en esas dos fusiones de cuerpo que experimentan dos personas al unirse sus cuerpos, donde no solo se palpa el calor, sino tambien aromas, perfumes, sudor, miradas, agitacion; sino tambien que por el hecho que en muchos casos (por no decir la mayoria) esas relaciones ''prohibidas'' o ''no permitidas'' que a veces nos toca pasar, siempre nos dejan un profundo mensaje de reflexion. Se dice que mientras mas prohibida es la relacion, mayor es el deseo. Casi parecido como tocar el cielo, mientras se esta pecando. Al contrario que cuando tenemos sexo ''permitido'' la sensacion de goce reduce y se convierte en algo mas calmado, pasivo. Dice el dicho que la diferencia de tener sexo y hacer el amor esta distanciado por miles de kilometros. Y ahi es donde viene la diferencia entre amar y querer. Como canta e interpreta el celebre artista mexicano Jose Jose: ''El amar es el cielo y la luz/ el amar es total plenitud/es el mar que no tiene final, es la gloria y la paz/El querer es la carne y la flor/ es buscar el oscuro rincon/es morder, aranar y besar es deseo fugaz/ Es que todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar. Y es precisamente esta diferencia la que me ha llevado a visitar mundos, envueltas en grandes historias contadas por personas que en su mayoria quedan en el anonimato. No hace mucho, me impacto una historia que lei en un portal. No solamente por la trama, sino tambien como el deseo que llevamos dentro nos hace realizar cosas quizas de forma ?inconsciente? Es la historia que entre dos personas, protagonizada por una mujer que ha vivido deseando a su jefe, pero que sin embargo dentro de la vida del protagonista una pareja del pasado no acepta verlo con otra. (Este caso tambien sucede por parte de cientos de hombres celosos que no soporta ver a su ex re haciendo su vida con otra persona) Esa historia me gusto enormemente, tanto que decidi adaptarla y fusionarla con una historia real. Le he puesto como titulo ''Angie'' Adicionalmente expongo dos historias mas a manera de narracion breve. ''Anorandote'' e ''Incertidumbre'' Estoy pensando escribir otra version de estas tres historias, ahora con la escena de, ?que hubiera pasado si las protagonistas se hubieran detenido? (Interesante pregunta) Pero hasta mientras les comparto estas tres historias. Muchas gracias por leerme. ANORANDOTE (Relato corto) El deseo, la magia y la energia siguen alli, nada ha cambiado de esos deseos que, aunque pase el tiempo ahi estan, ahi siguen, inerte, pero mas vacios que nunca. No te hablo, no te escribo, no te llamo, pero te pienso, y de una o de otra forma alli estas, siempre presente, el deseo esta vivo y nuestra presencia siempre cuando al recordar, el cuerpo late por si solo, y es que son unas ganas tan eroticas y a su vez tan sucias, tan perversas, unas ganas que hacen querer tenerte cerca, sintiendo el calor de tu cuerpo, la suavidad de tu piel, tu rico olor, la fuerza y energia imaginando, te cojo y me coges, y es tan real que comienzo a sentir como un nudo en el pecho, sabiendo claramente que soy tuya y eso tu muy bien lo sabes. Estas ganas de cada vez querer pedir y sentir mas... Estas ganas de querer comerte toda....toda tu polla, de nadie mas, solo la tuya. Esa manera tan perversa y tan rica que tienes de hacermelo... Esa manera en que con solo leer tus ojos inyectados de lujuria me mojo toda. Como dicen por ahi ''los gemidos enganan, pero la humedad, no. La humedad la decide el cuerpo y si ocurre es por algo...Esas ganas que a mi me dan de besarte y seguirte besando. Esas ganas tan ricas que me dan ponerme de cuclillas para empezar a comerme toda tu polla y mirarte mordiendome los labios, como una nina perversa y juguetona, esas ganas que me la empujes hasta el fondo de mi garganta, esas ganas que me agarres y me cojas a tu antojo, como quieras, donde quieras, cuando quieras, no me importa. Esas ganas de olvidarme de la mujer que soy y hacerme toda una ninfomana al estar contigo y solo contigo. Y es que de solo cerrar los ojos te imagino agarrandome, pero esta vez mas a lo salvaje. Que nos quitemos la ropa, asi con ganas mas ganas y de forma violenta, que me beses casi que mordiendome, que me pidas que te abra el pantalon con desespero de comerme ese rico tesoro, que me tomes del cabello y me agache para disfrutarlo todo, para ver tu cara como se llena de placer y la mia envuelta de lujuria, que me lo empujes dentro de mi guiandome con un delicioso movimiento para levantarme, y me vuelvas a besar mientras agarras mi cintura y me acuestas en la cama, para que me sigas disfrutando con tu lengua mientras te digo entre susurros que lo estas haciendo bien rico, mientras me besas de nuevo para compartir nuestros sabores al mismo tiempo que te pido que me aduenes de nuevo hasta hacerme estremecer los mas reconditos rincones sediento de placer de mi cuerpo, porque me encanta sentirte, sentirte dentro de mi, que me incline hacia atras y me hagas estremecer mas y mas, porque quiero sentirme llena, viva, sentirme mujer... Encima de ti, me muevo, de arriba hacia abajo, sintiendote, tomando tus manos y mirandote, mirandonos en el espejo que cuelga sobre la pared y me veo tan bien encorvada llenandome de placer de ti, diciendote que quiero que me acabes y me hagas estallar. Y asi te sigo anorando, mientras te pienso, mas lo hago, mas lo quiero, donde quieras, cuando quieras, decirte que siempre estoy aqui....esperandote y deseandote... ANGIE SINOPSIS: Taylor Marques siempre se considero un hombre que no dependia de ninguna mujer para ser feliz, sin embargo, despues de haber tenido una torrida aventura con una mujer que ahora formaba parte de su pasado, aparece frente a el Angie Rusher una mujer apacible a simple vista pero que ha guardado por mucho tiempo dentro de si misma, deseos incontenibles hacia su jefe. (Taylor) Angie sabe que es hora de actuar y dejar relucir sus encantos, con una tactica de seduccion indescriptible, haciendolo comprender a Taylor lo ciego que estado en no observar la hermosura escondida de Angie cubierta siempre bajo su uniforme de trabajo, aflorando sus pensamientos lujuriosos, con un desenlace inesperado en una historia llena de erotismo, donde nos refleja, que a veces los deseos contenidos y amores prohibidos conllevan un alto precio por pagar. Primera parte -?Que significa esto? --Taylor Marques agarro el brazo de Angie Rusher antes de que pudiera esconderse en su apartamento. Exhalo un gemido ahogado mientras se volvia hacia el y Taylor, agitaba la carta de renuncia frente a ella, queria una explicacion de por que le habia arrojado esa basura en su escritorio y se fue sin decir ni una palabra del trabajo. Entonces vio su rostro. Un enrojecimiento bordeaba sus inflamados ojos color cafe, mientras las lagrimas caian por sus mejillas, rodando hasta sus labios, que estaban apretados en una sombria linea. Su enojo se evaporo y se puso mas cerca de ella. -Angie, ?te encuentras bien? Ella se aparto. Su cabello claro parecia una nube alrededor de los hombros mientras dejaba caer sus llaves. -Estoy bien. En cuanto a la carta de renuncia, mi decision es irrevocable. Eso es todo lo que necesitas saber. -?Que dices? -Legalmente, no tenia derecho a saber mas, ?pero en lo personal? Angie, ?que paso? ?Alguien te hizo dano? -No de la manera que imaginas. Cerro los ojos, negandose a mirarlo -Simplemente... vete.- sentencio-. Su jefe solo habia visto llorar a Angie una vez en los tres anos que habian trabajado juntos, el dia en que habia perdido a sus padres luego de un fatal accidente

  • Nos vemos en el museo de Anne Youngson

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    A veces hace falta que un extrano te muestre quien eres… Una novela epistolar sobre las pequenas alegrias y las sorpresas cotidianas, pero tambien sobre la perdida y las vidas que no elegimos.

  • Sylvia de Leonard Michaels

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    En Sylvia no hay suspenso. Apenas empieza el relato, como en las tragedias griegas, la suerte esta echada, y esta echada aun antes de que se arrojen los dados. Prerrogativas de la ficcion autobiografica: Sylvia es la version estilizada del primer, catastrofico matrimonio de su autor, Leonard Michaels; el hombre que hacia fines de los anos ochenta se decide por fin a escribirla, casi treinta anos mas viejo que el que la vivio, escritor mas que reconocido, sabe demasiado bien que el menu con que termina su relato no incluye perdices sino cuarenta y siete pastillas de Seconal. La forma tragica, sin embargo, es una decision literaria, no un dictado de las circunstancias. El relato de Michaels no descubre, no devela nada que no este cifrado ya en la sorda combustion de sus primeras paginas, cuando el narrador, convencido de acudir a una cita inofensiva con una amiga de la universidad, tropieza de golpe con el plus de esa morocha desconocida que acaba de salir de la ducha, o en la eficacia sinoptica de una sola escena, un solo gesto, un solo objeto: el traje de bano del novio italiano de Sylvia, que esta deja colgando del picaporte del lado de afuera de la puerta mientras espera en el sillon, desnuda, que su nueva presa --el incauto narrador-- caiga en la trampa. Apenas los dejan solos, antes incluso de intercambiar las primeras palabras, el narrador dice sentir que son <>. Como pasa con los grandes relatos, lo que importa no es la carniceria sino la morbidez de la carne, el filo, el brillo y la elegancia de los cuchillos y, sobre todo, los matices infinitos que el rojo sangre es capaz de cobrar cuando los ilumina un ojo fotosensible. Todo esta escrito desde el comienzo, en Sylvia, de modo que todo puede suceder rapido, muy rapido, como solian suceder las cosas en los buenos viejos tiempos, y sobre todo en la Nueva York que describe Michaels, tan autobiografica como los hitos cada vez mas atroces de su via crucis sentimental: una ciudad que es pura simultaneidad, suerte de orgia de radicalidad donde el vociferante Lenny Bruce coexiste con las espaldas de Miles Davis, el saxo de Ornette Coleman musicaliza la predica de Malcolm X y el protoescritor que despierta entre cucarachas y ratas --zoo de cristal de los departamentostugurio donde palpita la bohemia neoyorquina-- se pasea una hora mas tarde en un Porsche descapotable con Jack Kerouac en el asiento delantero, declamando a voz en cuello las insidias que los criticos escriben sobre el. Para el narrador y Sylvia --flapper anacronica, cuyo flequillo Michaels trasplanta, ayudado por el psicoanalisis, de los roaring twenties a los golden sixties-- se trata ante todo de avanzar a toda velocidad, quemar etapas. Recien se conocen y ya se han mudado juntos de ciudad, ya se descubren durmiendo bajo el mismo techo. No es de extranar, pues, que ese primer hogar les dure lo que les llevo elegirlo: una noche, tiempo suficiente para que quien les alquila la pieza sufra en carne propia los efectos del soundtrack pasional (fornicar + pelear), aun indecorosos, al parecer, para los estandares mas bien laxos de los anos sesenta. Pero la calle en la que los amantes se sorprenden al otro dia no es un accidente sino una necesidad, la ley fatal de una relacion que ya al mes de nacer se piensa como <>: la intemperie es el espacio propio del calvario amoroso, no importa si adquiere la forma visible de un dos ambientes en Greenwich Village, un estudio en el SoHo o un piso en Columbia, tres de los puntos cardinales entre los que Michaels hace rebotar sin piedad a sus dos heroes sangrantes. Claro que no sangran por la misma herida. Sabemos que Sylvia Bloch tiene diecinueve anos, que es judia y huerfana y no <>, que nunca tuvo (ni tendra) un orgasmo, que cursa la carrera de Clasicas solo porque el narrador se lo sugiere, que tiene el primer y ultimo gesto de amor banal con el narrador --una vianda para el tren acompanada de una esquela con las palabras <>-- cuando acaba de separarse de el, que le gusta tirar y romper cosas, simular, sufrir y hacer sufrir, desproporcionar, amenazar con suicidarse, suicidarse por fin. Pero ?esta loca Sylvia? El lector precavido se lo pregunta bastante antes que el narrador, y con identica precocidad comprende tambien hasta que punto la pregunta es irrelevante, burguesa, incluso vulgar --tanto como los tapizados tajeados o los cachivaches rotos con que los filisteos confundian las obras maestras de la vanguardia-- aplicada a este frenesi que atraviesa en llamas una epoca que elogia la locura, donde la deformidad no es un accidente indeseado sino un valor (Diane Arbus es uno de los cameos conspicuos del libro de Michaels) y la inestabilidad menos una contrariedad a evitar que una experiencia imperdible, la unica verdaderamente digna de ser experimentada. Sin embargo, fieles a un identikit de mujer-bruja que vetea de un machismo aterrado pero reverencial un buen pano de la mejor literatura contemporanea --del despiadado Philip Roth de The Facts, donde Roth rememora su borrascosa relacion con Margaret Martinson, al paternalismo enternecido del Cortazar de Rayuela, con la Maga como musa loca e inocente --, los descalabros de Sylvia son tan culpables del veredicto psicopatologico con que el lector masculino se apura por neutralizarlos como de su propia envergadura de personaje: bigger than life, hilarante y feroz, extraordinario, o en todo caso extraordinariamente mas comprador --no importa lo mucho, lo en vano que intentemos ahora devolver eso que hemos comprado-- que la sensatez apatica y desconcertada del narrador, judio tambien pero de la rama victima, siempre sorprendido y perplejo y un poco farsante, siempre apagando incendios ajenos, siempre tironeado entre las bolsas de kreplaj y knishes con que lo carga su madre y los SOS colericos, los reclamos, los ultimatums de Sylvia. Cherchez la femme, sin duda. Pero ?para que buscarla si es ella --mujer medusa, monstruo inconformable, motor insomne-- la que esta todo el tiempo en camara, presente como una pesadilla, aun cuando el rostro palido que se desvive por ocupar el cuadro sea el del narrador? Y sin embargo hay que buscarla. Ademas de ser un retrato genial de psycho fatale y una de las memoirs de infierno sentimental mas espeluznantes que haya dado el fin de siglo pasado, Sylvia es tambien una fabula de iniciacion, la cronica de las primeras escaramuzas de un aprendiz de escritor que, para decirlo suavemente, no da pie con bola. Es un plano del libro que se suele pasar por alto, a tal punto tienden a eclipsarlo el magnetismo bestial de la mujer poseida y la logica autodestructiva, a la vez redundante y erratica, disparatada y monotona, de una gran pasion con destino de escombro. En rigor, la guerra amorosa va en Sylvia de la mano de la literaria. Amar y escribir: ese es el plan inicial del narrador, que el narrador mismo -- perfectamente al tanto, sin embargo, del final de catastrofe que lo espera-- evoca al principio fingiendo algo del entusiasmo, la fe, la virginidad originales con que lo acometio. Por candido que sea, el programa llama la atencion por lo persistente. A lo largo del libro, el narrador ama tanto como escribe --lo que, dada la clave catastrofe del relato, quiere decir mas bien que tropieza, pierde pie, se enfanga y naufraga tanto en el amor como en la escritura. Y aunque las batallas del primero lucen bastante mas espectaculares que las de la segunda, es dificil no ver hasta que punto estan conectadas, en que medida la intensidad critica del frente amoroso --frenesi, crispacion, imprevisibilidad-- no es la contracara de los traspies opacos del literario sino mas bien su combustible, su materia prima, incluso su condicion de posibilidad. ?Era asi como habia que amar para poder escribir, al uso psicopatico, vampirizandose hasta la demencia, en los <> anos sesenta? La leccion de Sylvia toca la relacion radioactiva entre vivir y escribir, pero la cosa no es tan simple. <>: si hay algo del paradigma sesentista a lo que Leonard Michaels sigue fiel en los noventa es esa compulsion a eludir lo directo, cierto goce del sentido obtuso que permitia que pelear fuera la metafora de follar (y viceversa) y, para un aprendiz de escritor, quiza, que escribir fuera la metafora de amar (y viceversa). <>, rememora el narrador, <>. En ese sentido, lo que el narrador le debe a Sylvia es mucho, muchisimo mas que cuatro anos de oscura, malsana, procelosa vida sentimental. Le debe en rigor su maquina de escribir: sin duda el artefacto mismo, la Olivetti Lettera 22 que Sylvia le regala (y luego, en uno de sus raptos de furor, le arroja a la cara y estrella contra la pared sin estropearla, al punto tal que es la misma que Michaels dice estar usando en los noventa), pero, de un modo mas fundamental, el programa literario que vertebra sus primeros pasos en la escritura.

  • Juegos de una Dominatriz de Lady H. Wilde

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    Soy una mujer real, normal y corriente, con sus cualidades y sus defectos.

  • Vivir con ella de Irene Funes

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    Mi despertador marca las 7:02. Extravagancia personal. No me agradan las horas en punto. Me visto sin hacer ruido, me ato mis Nike recien estrenadas gracias a una amiga de la familia que tiene descuentos. Piso el asfalto al ritmo de End of Time de Beyonce, mis pies se mueven sin cesar. Corro para olvidar, para aclarar todas las ideas que me retumban en la cabeza. Salgo a esa hora porque ella aun duerme y se que es el unico momento en que me dejaria salir sola. Se que cuando llegue tendre que volver a encerrarme. La calle no esta hecha para personas como yo. Sus palabras resuenan en mi mente. Cambia la cancion y acelero el ritmo, noto como bombea mi corazon, siento cada paso que doy. La adrenalina de volar libre. Libertad. Es una palabra de la que no gozo al pronunciarla en voz alta, pero que si me permito experimentar en estos pequenos instantes. Y una sensacion que desaparecera en el momento que ella decida. Es como si pudiera rozar con la yema de los dedos esa sensacion, como el nino que intenta llegar a la nube con sus propias manos. Pero mi nube se vuelve oscura y turbia porque ella nunca quiere perder el control. Control. Que gran palabra. Es en esos momentos en el asfalto cuando me empodero y me convenzo de que puedo trazar la direccion de mi vida. Justo en ese instante acelero aun mas, advirtiendo mi libertad, avistando mi albedrio, justo en ese preciso instante la realidad me cae encima como un peso muerto sobre los hombros. Se me escapa una lagrima, pero no, me la limpio con la manga de mi camiseta. Continuo porque no debo retrasarme, he de regresar antes de que ella abra los ojos porque, si no, puede pasar lo peor. Llego sudada y satisfecha por el trabajo realizado. He conseguido subir hasta la montana y bajar en una hora. Esa montana me da paz. Ella tambien lo sabe, por eso me hace creer que mira hacia otro lado cada manana mientras salgo a hurtadillas, ya que en el fondo ella tambien lo necesitaria, pero es demasiado tozuda para hacerlo. Prefiere quedarse en casa, durmiendo, levantarse tarde y atiborrarse de comida fria que haya sobrado la noche anterior. Me meto en la ducha, dejo que caiga el agua templada sobre mi cabeza mientras cierro los ojos pensando que ojala esta sensacion de bienestar pueda durar toda la vida. Sonrio imaginandome que acaso pudiera llevar las riendas de mi vida, pero enseguida oigo la puerta; ya esta aqui. Mi sonrisa se desvanece a la vez que ella hace su aparicion. Mi nombre es Maria. Bienvenidos a mi historia. 2 SOLO SIRVO PARA ESCONDERME Intento concentrarme en el agua que cae sobre mi cabeza, cada gota consigue que toda mi musculatura se relaje, que toda la tension que ella pueda producirme disminuya debajo de ese chorro que parece que me transporte a donde yo quisiera estar, pero muy pronto vuelvo a la realidad. --Oye, tu, necesito la ducha. Date prisa. Cada manana lo mismo. Me irrita lo inoportuna que eres siempre --dice con una sonrisa cinica y su tono amargo tan habitual de por las mananas. --Acabo de entrar, Ana. Dame unos minutos. Ademas, es sabado, no tienes que ir a trabajar. --Intento contestar con la maxima dulzura posible para que su enfado no aumente, aunque no entiendo ese mal humor matutino. Lo tiene desde hace anos y realmente procuro convivir con el, pero es muy molesto. --?Unos minutos? Maria, espabila. No te lo vuelvo a repetir. --Cierra la puerta a la vez que sisea la ultima letra, sabiendo el panico que eso me produce. Ese sonido sibilante activa mi sistema de alarma. Su expresividad y su forma de remarcar cada palabra me hacen comprender que la situacion puede agravarse si sigo en mis trece. Me apresuro porque no pretendo tener problemas. Solamente anhelo seguir experimentando la sensacion anterior, la que consigue que me levante cada dia. Salgo de la ducha procurando tragar el nudo que se me ha formado en la garganta. Me miro al espejo. Observo mi piel palida. Paso mis dedos por el ondulado cabello que cae a un lado de mi cuello, y justo en ese momento aparece ella e insiste: --Si dejaras que yo controlara la situacion, si dejaras de resistirte, todo seria mas facil. --Tienes razon, Ana. Lo siento --le respondo mientras bajo la mirada. --Buena chica --contesta con un gesto de triunfo que no me pasa desapercibido, y me da un pequeno azote en el trasero antes de meterse en la ducha--. Si quieres, como hoy te has portado bien, podemos desayunar juntas. Pero algo ligero, que cada vez estas mas gorda y asi no vas a gustar nunca a nadie. --Tienes razon. Quizas haya ganado un poco de peso. Te lo agradezco, Ana. Eres muy considerada conmigo. --Ya lo se, Maria. Siempre pienso que harias en esta vida si yo no fuera tu guia --me responde mientras se atusa el pelo mirandose al espejo. --Pues… --empiezo a decir, pero me corta tajante. --!Pues llorar y quejarte! --Me mira de reojo mientras su brazo se ha quedado suspendido en el aire. Intuyo que con esa ultima frase quiere acabar la conversacion para poder ducharse tranquila. Cierro la puerta y oigo que ya ha puesto la musica a todo volumen. Creo que la pone tan alta para no oirme. Para no tener que escuchar nada, para no pensar. Solo disfrutar, ese es su lema.

  • No se de Barbara Abel

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    Es un dia aparentemente normal. La escuela ha organizado una excursion infantil al bosque. Durante la jornada, Emma, la hija de Camille, se comporta de un modo extrano con Mylene, su maestra. Horas mas tarde, nadie sabe donde esta Emma. Todos, sin excepcion, participan en su busqueda. Al caer la noche, la pequena aparece caminando entre los arboles. Pero Mylene, la joven maestra, ha desaparecido. A veces, en la vida, bastan unos pocos elementos para despertar oscuros fantasmas del pasado y alterar definitivamente el presente.

  • Mision de doble filo de Encarna Magin

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    Olivia Park es una agente secreta de la CIA que recibe la orden de custodiar a un reconocido empresario hasta que declare en el juicio contra su exsocio. Lo que empieza siendo un caso mas se complica cuando Olivia descubre que el testigo protegido es Nick Evans, el hombre que le rompio el corazon en el pasado.

  • El viaje de los suenos de Ariel Lawhon

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    No era la primera amenaza de bomba, ?no es cierto? --El hombre de las gafas de montura negra levanta la carta y la agita ante la multitud--. ?Se molesto alguien en contar cuantas habia? ?O, por el amor de Dios, en darles alguna credibilidad? Max cree recordar que el apellido del hombre es Schroeder, pero no esta seguro, y en realidad tampoco le importa. Es un idiota si hace caso a esa chiflada de Milwaukee y da credibilidad a su carta. Claro que a ninguno de los presentes en la sala le interesa el discreto escarnio de Max. La gente murmura y asiente con la cabeza, como si fueran estupidas marionetas, ante la idea de un sabotaje. Examinen la correspondencia, decia la mujer. Hay una bomba a bordo. Esa es una teoria popular, sobre todo ahora, con los restos del dirigible todavia esparcidos ahi fuera, sobre la pista. Pero a nadie le importa la verdad. Prefieren el teatro y las teorias conspirativas. Y Schroeder esta dispuesto a proporcionarselas. El es el director de este circo y se asegurara de mantener entretenido al populacho. Wilhelm Balla se abre paso hasta el renqueando por el abarrotado hangar. Escapo del accidente con un esguince de tobillo y poco mas, pero Max sospecha que hasta en eso exagera. En cada paso se tuerce visiblemente hacia la izquierda para alardear. Para que el mundo sepa que esta herido. Balla escudrina el rostro de Max en busca de alguna pista sobre su estado emocional. --?Emilie? --le pregunta. --?Que pasa con Emilie? --?Esta preparada para volver a Alemania? Max dirige su atencion hacia el espectaculo que tiene lugar en la parte delantera de la sala. --No he preguntado. --Avisame cuando lo este. Me gustaria despedirme. --Carraspea--. Me han reservado un pasaje en el Europe con Werner para el dia 15. ?Como volvera ella a casa? --En el Hamburg, con los demas. Zarpa dentro de tres dias. Wilhelm Balla es un hombre poco dado a mostrar sus emociones. Hay quien incluso se pregunta si tiene pulso. Pero esto lo sorprende. --?No viajas con ella? Max apoya la cabeza en la ventana. El frio cristal mitiga ligeramente el martilleo que siente en la sien. No ha conseguido quitarse de encima esta jaqueca palpitante desde el accidente. Aunque bien mirado, es comprensible. --Hay muchas cosas que estan fuera de mi control, entre ellas cuando viajo. --Golpetea con la yema del dedo el sobre que tiene en el bolsillo--. No me toca declarar hasta el dia 19. Cogere el Bremen al dia siguiente. Balla le clava esa mirada lenta, escrutadora, que tanto le molesta. --?Cuantas veces has leido la carta de Emilie? --Con una tuve suficiente. Es mentira, pero no le apetece confiarse a el. No despues de los problemas que causo. Desde su lugar junto a la ventana, Max puede ver la pista y el esqueleto carbonizado que yace retorcido al lado del mastil de anclaje. Cierra los ojos e intenta apartar esa vision de su cabeza, pero es inutil. Las imagenes estan ahi, y sabe que seguiran ahi el resto de su vida: una lengua de fuego azul lamiendo el espinazo del Hindenburg, un estremecimiento de piel plateada seguido de un temblor de huesos metalicos, un destello apenas visible para quienes estaban en tierra. Confusion. Esta convencido de que los pasajeros que estaban lo bastante cerca para ver la explosion no llegaron a oirla. Simplemente fueron devorados por el fuego mientras la columna de la gran bestia flotante se partia en dos. Treinta y cuatro segundos de llamas devastadoras y a continuacion la destruccion completa, profunda. En medio minuto el dirigible paso de ser un hotel de lujo flotante a un amasijo de hierros humeante, un esqueleto que yace desplomado sobre este campo de New Jersey, ennegrecido por el humo y las llamas. No, hay cosas que nunca podra olvidar. Las comparecencias ya han comenzado. Habra testimonios. Periodistas y flashes. Una clase diferente de caos y un intento desesperado de entender por que. Habra disputas politicas. Titulares vociferando sus teorias en negrita y acompanadas de signos de exclamacion para darles enfasis. !ACCIDENTE! !SABOTAJE! Dedos senalando en todas direcciones y, por supuesto, los rumores sutiles, insinuantes. Las vagas atribuciones de culpa. Max se pregunta si sus nombres y sus caras se olvidaran cuando esos titulares sean reemplazados por una nueva tragedia. ?Se acordara alguien de los detalles de las personas que cayeron del cielo hace solo cuatro dias? El acrobata de vodevil. El grumete. Los periodistas. Una heredera americana. El comerciante de algodon aleman y el distribuidor de alimentacion judio. Una joven familia de expatriados alemanes que vivia en Ciudad de Mexico. Cocineros y mecanicos. Fotografos y oficiales. El comandante y su tripulacion. Un pequeno ejercito de camareros y Emilie, la unica camarera. Ancianos y ninos. Mujeres maduras y una muchacha de catorce anos que queria a su padre por encima de todas las cosas. ?Se acordara alguien de ellos? Los burocratas miden las perdidas con simbolos de dolar y contencion de danos. Ya han empezado. En el hangar no cabe un alfiler. Pero Max sabe que el siempre medira el coste por la perdida de vidas humanas. Tambien sabe que dentro de nueve dias, cuando le llegue la hora de sentarse en esa silla y declarar, no contara la verdad. Clavara la mirada en algun punto de la pared del fondo, justo por encima del hombro de Schroeder, y contara la mentira que ya ha elegido. Es la unica manera de proteger a Emilie. Y a los demas. Max Zabel jurara ante Dios y ante este comite que fue un vuelo sin incidentes. PRIMER DIA LUNES, 3 DE MAYO DE 1937 - 18.16 H, HORA DE CENTRO EUROPA FRANKFURT, ALEMANIA TRES DIAS, SEIS HORAS Y OCHO MINUTOS PARA LA EXPLOSION Este es el sueno del hombre desde hace muchas, muchas generaciones. No el avion, ni el hidroscopio. El hombre suena con una aeronave inmensa y elegante que se eleve con delicadeza del suelo y surque sosegadamente los cielos. Ha llegado, es un exito completo y su belleza es sobrecogedora. Akron Beacon Journal LACAMARERA --?No te parece una mala idea encender una cerilla aqui? --pregunta Emilie mientras sostiene la puerta de la cocina con el pie--. Podriamos salir todos volando. Xaver Maier, de solo veinticinco anos, es joven para ser el jefe de cocina, pero lleva su planchado uniforme --chaqueta cruzada de color blanco y pantalon de cuadritos-- con aire de autoridad. Tiene el delantal almidonado elegantemente atado a la cintura y el gorro bien cenido a la cabeza. Mira a Emilie con esa sonrisita arrogante a la que ella ha acabado por tomar carino a reganadientes y se lleva el cigarrillo a los labios. Da una calada, tan profunda que se le hincha el pecho, y lanza el humo al aire calido de mayo a traves de la ventana abierta de la cocina. --Ventilacion, cielo. Es todo cuestion de ventilacion. La manera en que pronuncia esa palabra, la forma en que la mantiene en la boca, sugiere claramente otras cosas, y Emilie lo rechaza con una carcajada. Xaver Maier es mucho mas joven que ella y demasiado engreido. --En estos momentos, cielo --responde ella--, es cuestion de aspirinas. Necesito dos. Y un vaso de agua, si puede ser. La cocina es pequena, pero esta bien organizada, y los ayudantes de Xaver estan ocupados troceando, hirviendo y cociendo en su jugo los alimentos que se serviran en la cena. Como un coronel dirigiendo a sus soldados, el jefe de cocina esta plantado en medio de la refriega, pendiente de cada uno de sus movimientos. --?Fingiendo una jaqueca? --pregunta--. Pobre Max. Pensaba que por fin te habias dejado camelar. Hemos hecho nuestras apuestas, ?sabes? --Para el carro. --Abre un cajon y hurga en su contenido. Ha dejado perfectamente claro que toda conversacion referente a Max es terreno prohibido. Tomara una decision cuando este preparada--. Ayer fui al dentista y siento como si se me fuera a caer el lado izquierdo de la mandibula. Deja el cajon abierto y pasa al siguiente. --Por lo general, cuando una mujer me dice que le duele la mandibula, le pido disculpas. Emilie abre un tercer cajon. Y un cuarto. Cierra este ultimo con vehemencia. --Me puso un empaste. --Comienza a impacientarse. Y a enfadarse--. ?Y las aspirinas? Se que las guardas por aqui. El la sigue cerrando cajones. --Ya basta. Eres peor que la verdammt[1] Gestapo. --?Que? --Emilie levanta la vista. Xaver alarga el brazo por detras de su cabeza y abre la puerta de un armario poco profundo atornillado al techo. Saca un bote de aspirinas, pero no se lo ofrece. --Me alegra comprobar que no estas al tanto de todo lo que ocurre en este dirigible. --Se da golpecitos con el bote en la palma de la mano y los comprimidos se agitan dentro con un repiqueteo metalico--. Aun es posible guardar secretos. --Tu no puedes ocultarme nada. --Alarga la mano--. Dos aspirinas y un vaso de agua. ?Que Gestapo? El cuenta las pastillas como si estuviera pagando una deuda. --Se presentaron aqui por lo de las amenazas de bomba. Quince de ellos con sus verdammte uniformes grises. --?Cuando? Ella coge un vaso del escurridor que hay sobre el fregadero y lo llena de agua tibia. Se toma las aspirinas de un solo trago. --Ayer. Registraron el dirigible entero. Tardaron casi tres horas. Tuve que bajar con los oficiales a la pasarela de la quilla y llevarlos a la despensa. Los muy cabrones abrieron hasta la ultima lata de caviar, hasta la ultima rueda de Camembert curado, y no creas que no probaron todo lo que pudieron encontrar. Dijeron que buscaban explosivos. Me he pasado la noche intentando encontrar repuestos. --El jefe de cocina se interrumpe para dar una calada larga y calmante a su pitillo--. Y te aseguro que a ese proveedor con cara de sapo de Bockenheim no le hizo ninguna gracia que lo despertara en mitad de la noche para servir un pedido de pate de oca. Por supuesto que Emilie ha oido hablar de las amenazas de bomba; todos han oido hablar de ellas. Las medidas de seguridad se han reforzado. Esta tarde le registraron el equipaje antes de dejarla entrar en el aerodromo. En su opinion la idea es absurda, imposible. Pero dicen que asi es la vida en la nueva Alemania. Un gobierno de gatillo facil, receloso de todos, independientemente de la ciudadania. No, de la ciudadania, no, se corrige, de la raza. Contempla la pista desierta desde las ventanas de la cocina. --?Sabias que no dejaran que la gente venga a despedirse? Los pasajeros estan esperando en un hotel de la ciudad a ser trasladados en autobus. Nada de bombo y platillo esta vez. --Sera un vuelo divertido. --Para eso --responde ella con una sonrisa-- tendremos que esperar al viaje de vuelta. Iremos completos, con todos esos americanos locos por la realeza que vendran para la coronacion del rey Jorge. --No me importaria conocer a una de esas americanas locas. Preferiblemente de California. Rubia platino. Emilie pone los ojos en blanco cuando Xaver silba y dibuja con las manos un cuerpo de guitarra. --Schwein --dice, pero se inclina y le da un beso en la mejilla de todos modos--. Gracias por las aspirinas. La cocina huele a levadura, a ajo y al aroma penetrante y fresco del melon. Esta hambrienta, pero falta mucho para que pueda comer. Una voz grave y jovial que habla desde la puerta interrumpe su lamento por el escaso almuerzo. --?De modo que eso es todo lo que se precisa para obtener un beso de fraulein Imhof? Es Max. Emilie no necesita darse la vuelta para poner nombre a la voz. Le averguenza que la haya encontrado asi, coqueteando --aunque inocentemente-- con el donjuan por excelencia del dirigible. --Me lo he ganado a pulso --se defiende Xaver--. Tu tambien deberias intentarlo. --Cuando me den la oportunidad. Su manera directa de decir las cosas la irrita. Max esta muy elegante con su uniforme azul marino. Tiene el pelo tan negro y brillante como los zapatos. No aparta sus ojos grises de ella. Aguarda paciente, como siempre, su respuesta. Emilie se pregunta como lo consigue. Max repara en su cara de desconcierto y una sonrisa tira de la comisura de su boca, dejando entrever un hoyuelo, pero logra someterla y se vuelve hacia Xaver. --El comandante Pruss quiere conocer el menu de esta noche. Cenara con varios de los pasajeros estadounidenses y confia en que la comida proporcione la suficiente distraccion. El jefe de cocina se enoja

  • La lampara de Clarice Lispector

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    La lampara (1946) es la segunda novela de Clarice Lispector y, como el objeto que lleva por titulo, deslumbra hasta cegar, a la vez ilumina aspectos cruciales de la narrativa de la siempre personalisima autora brasilena. Reducido a su nucleo esencial, el texto cuenta la historia de un probable incesto --el de los hermanos Virginia y Daniel-- y de una soledad segura, la de ella, que con su aislamiento distorsiona todas las formas de lo real, enfrentandose y enfrentandonos a la evidencia de la fragilidad de nuestra manera de relacionarnos con los demas y con el mundo. Porque la mirada de Virginia no hace concesiones y penetra hasta esos rincones del yo que los adultos convenimos desde siempre en ocultar. Por eso, cuando llega el sorprendente y rapido desenlace de la trama, todos asentimos al unisono, comprendiendo de inmediato que era el unico final posible.

  • Chispa (Electrico 2) de E. L. Todd

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    Me he enamorado de Taylor.

  • Crisalida de Andres Alonso Castillo

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    Octubre de 2015. Obras de dragado en el embalse de Sobron.

  • Te encontre de Sandra Estevez Calvar

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    Lola, profesora de lengua y literatura, huye de su pasado sin darse cuenta que este la perseguira hasta que descubra la verdad. Para ello solicita un traslado y se va a vivir a Sevilla; una ciudad que siempre la ha atraido por sus gentes, sus costumbres y su hermosa historia.

  • Nebraska. En el corazon del rancho grande de Ariadna Baker

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    Tras terminar su carrera, Keira vuelve al rancho familiar. En Nebraska no solo esta su familia, tambien un hombre que despertara en ella sentimientos inesperados.
    Izan, quien ahora se encarga de los caballos, se convertira en mucho mas que un simple trabajador.
    Su mejor amiga, Silvia, planea visitarla y, al parecer, ambas encontraran en ese lugar mas de lo que podian imaginar.
    ?Que ocurrira despues de que los sentimientos tomen el control?

  • Nunca fue tan perfecto de Laimie Scott

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    Una nueva y apasionante novela de Laimie Scott.

  • Cleptomanas de Kirsten Smith

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  • Mares. Wendy Darling 2 de Colleen Oakes

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    En Mares, Wendy y su pequeno hermano Michael
    viven a bordo del Noche Repentina, el barco del capitan
    Garfio y su tripulacion sedienta de sangre. Para Wendy
    y sus hermanos, regresar a Londres ahora parece un
    sueno lejano; las traiciones apenas han comenzado.

  • Ciudad Satelite de Toni Hill

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    Un relato corto que complementa la ultima novela de Toni Hill, Tigres de cristal, y que recupera el protagonismo de Ciudad Satelite, un barrio emblematico de las afueras de Barcelona.

  • Noche y oceano de Raquel Taranilla

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    Bea Silva se topa con una noticia del diario que la deja atonita: alguien ha robado el craneo embalsamado del mitico director de cine mudo F. W. Murnau. Lo sorprendente es que Bea esta segura de conocer al culpable. Se trata de Quiros, un cineasta medio ocioso que un dia recalo en su enorme casa destartalada.
    A punto de cumplir treinta y dos anos, Beatriz es una mujer poco sociable, una profesora universitaria hastiada y culta hasta lo patologico. La llegada de Quiros acentua en ella una mirada lucida e hiperactiva que la condena al desencanto mas desquiciado.

  • Las horas muertas de Jorge Caneda

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    Samuel e Izan viven aislados en una casa al borde del acantilado. Hace anos que no ven un infectado de cerca. El anciano, testigo del mundo previo al apocalipsis climatico que estallo hace decadas, esta obsesionado con sobrevivir lejos de los zombis y del contacto humano. A diario lucha contra las inquietudes de su nieto, quien ansia saber que habra mas alla de las estacas que los protegen. La rutina diaria se rompe cuando Samuel lleva por primera vez al joven a explorar un pueblo abandonado. Alli encontraran un cuaderno con un extrano mensaje.

  • El vendedor de silencio de Enrique Serna

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    <>

  • Alas de mariposa de Begona Hernandez

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    Lili es una gimnasta de diecisiete anos que suena con competir en las Olimpiadas. Jota tiene veinte anos, y juega de alero en el equipo base de la Fundacion Lucentum. El destino les hace coincidir... ?el amor por el deporte les unira?

  • Omerta (El juego de las seis mascaras 1) de Adriana Criado , Maria P. Marti

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    ?Sera cierto que nuestro destino esta escrito? Hugo, arrogante. Nikki, diva. Bruno, cruel. Mia, sensual. Marco, payaso. Serena, fria. Seis miradas que tras nueve anos vuelven a reencontrarse, arrastrando con ellos un pasado tan oscuro como su presente… y su futuro. ?Habeis oido alguna vez que no es oro todo lo que reluce? Hijos de las familias mas poderosas de Providence, ocultos tras mascaras de mentiras, creen tener el mundo a sus pies: dinero, lujo y secretos. ?Hay arma mas poderosa??Seras capaz de guardar silencio? ?De jurar… Omerta? Bienvenidos al principio del fin.

  • A otra con ese cuento, Raquel Antunez Cazorla de Raquel Antunez Cazorla

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    Lucia es una chica normal y corriente que vive como quiere y puede. Comparte piso con sus dos mejores amigas, trabaja en una importante empresa y mantiene una relacion mas o menos estable con Daniel, el chico que le gusta. Pero un buen dia todo cambia de la noche a la manana. Lucia es enviada a otra oficina bajo el mando de una jefa despota que parece tener algo contra ella. Como si esto no fuese suficiente, ademas tiene que aguantar a Marcos, un companero que muestra un extrano interes por ella, no sabe si espia para la jefa o si solo es un tarado. Para colmo, algo no acaba de funcionar bien con Daniel y la sombra de la sospecha empieza a planear sobre su idilico romance.

  • STORM. Si te descuidas te robara el corazon de Rose Gate

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    Nadie dijo que fuera una buena persona ni pretendo serlo.