• festin de buitres - Alfonso Lopez Araujo

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    Del autor de “El enigma del topo” nos llega otra cautivante novela. Un joven ejecutivo bancario, que maneja cuentas de gente muy importante en la sociedad local, aparece muerto en su departamento, sin que ninguna posta pueda llevar a descubrir quien lo hizo o por que. Una hora mas tarde, un famoso sicario colombiano, conocido por cuidar al maximo de su persona y de los detalles de su “trabajo”, es atropellado por un carro fantasma y su autopsia revela que, extranamente y no acorde con su personalidad ni “modus operandi”, estaba drogado al momento de su muerte. Luego de algunas averiguaciones, la conclusion a la que llega la Policia es inmediata: este joven sicario, de sobrenombre “Mortino”, fue el autor del crimen. Lo que no se sabe es ?por que?.
    La amistad de Gabriel Tomas Sanchez con el Mayor de Policia Ramiro Recabarren, Jefe de la Unidad de Lucha contra el Crimen Organizado, lo lleva a involucrarse en este caso, conjuntamente con su joven y brillante pupilo Carlos Maldonado.
    Al adentrarse en la solucion del crimen, empiezan a descubrir una trama de corrupcion que podria impedir el acceso al poder de un candidato, al parecer honesto y con ideas capaz de lograr el progresoy bienestar de su pueblo.
    Nos encontramos con una novela que mezcla romance, investigacion policial, corrupcion politica y narcotrafico. Elementos prersentes en nuestras sociedades del Siglo XXI. Gente con principios, morales y eticos, frente a malandrines que ponen al poder (politico-econ-omico) por sobre cualquier otra consideracion, inclusive por sobre el valor de la vida humana.

  • Festín de buitres Versión Kindle - López Araujo, Alfonso

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  • Festin De Buitres Tapa blanda – 1 enero 2013 - Amazon.es

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  • EL FESTIN DE LOS BUITRES | GREGORIO GALLEGO

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  • EL FESTÍN DE LOS BUITRES | Traficantes de Sueños

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    El festín de los buitres es la fábula de una traición. Gregorio Gallego desarrolla con su ... Coleccion del libro: Sin Colección. Idioma: Castellano.

  • EL FESTIN DE LOS BUITRES - GREGORIO GALLEGO - Agapea

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  • EL FESTÍN DE LOS BUITRES - GALLEGO GREGORIO

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    Información del libro. GéneroLiteratura contemporánea; EditorialLIBERTARIAS PRODHUFI; Año de edición1992; ISBN9788479541040; Idioma Español.

  • El festín de los buitres - Librería Luzvi

    https://www.luzvi.es/es/libro/festin-de-los-buitres-el_6490240001

    Titulo del libro: Madrid, corazón que se desangra; Gallego, Gregorio: 9788479546748: LIBERTARIAS PRODHUFI: Pedido a proveedor. 18,75 €17,81 €.

  • Festin de los buitres,el - Librería Coral

    https://www.libreriacoral.com/es/libro/festin-de-los-buitres-el_6490240001

    Festin de los buitres,el. , Gallego, Gregorio, 14,50€. ... ... Otros libros del autor. Relatos y cuentos de gregorio gallego. Titulo del libro: Relatos y ...

  • El Festín De Los Buitres - - Gallego, Gregorio - Imosver

    https://www.imosver.com/es/libro/el-festin-de-los-buitres_AGP0088813

    El festín de los buitres es un libro del género VIAJES Y MAPAS del autor Gallego, Gregorio editado por EDICIONES LIBERTARIAS-PRODHUFI en el año 1992. El festín ...

  • Festín de buitres - Libros De Mario

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  • Belleza misteriosa de Kristine Rolofson

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    Jess Sheridan pensaba que el matrimonio era lo peor. Con una vez ya habia tenido mas que suficiente y no habia mujer en el mundo que lo llevara de nuevo al altar. Pero cuando llego aquella misteriosa rubia a Beauville, Texas, Jess sintio hacia ella algo mas que una simple atraccion. Ademas, Lorna Walters no solo era maravillosa, !sino que estaba embarazada! Pronto Jess se olvido de sus principios y decidio hacer lo que debia. ?Y quien mejor para arreglar aquella dificil situacion que un vaquero soltero?

  • Operacion espejo de Valeria Caceres B.

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    A Vanesa la conoci en un bar. Y nuestra historia empezo como toda historia de bar. Ella estaba sentada en un taburete mirando su reloj. Y yo estaba mas pendiente de su escote que de sus ojos. En fin, ?a quien iba a enganar? Siempre fui un Don Juan. Le invite una copa. Queria llevarmela a la cama. ?Quien no? Acepto un poco temerosa, pero su sonrisa me dio pie para entablar una conversacion banal. ?Por que estas aqui tan sola? ?Vienes muy seguido? Nunca te habia visto. Resulto que estaba esperando a alguien. Un tipo que se robo la atencion de todas las mujeres que se encontro a su paso y que le dio un sonoro beso en los labios. De forma posesiva. --Llegas tarde --le dijo ella con la vista baja. Deje de mirarlos para fijarme en los tragos ordenados que habia detras del bar. Vodka. Whisky. Pisco. Tequila. Ron. El barman me conocia, asi que no tardo en llenar mi copa del mejor Vodka. Mientras me lo bebia, la pareja desaparecio. Iban a los gritos. Recriminandose cualquier cosa. Otra noche paso lo mismo. Me la encontre alli mirando su reloj. Y me atrevi sin ninguna pretension a hablarle. Hay cosas que se deben hacer con calma, de manera estudiada. Claramente falle. --No se para que te vienes antes si sabes que siempre llega tarde. --Bebi de mi copa atento a su reaccion. Me miro con el ceno fruncido y despues suavizo el gesto cuando se encogio de hombros. --Supongo que porque lo amo. Me rei internamente. Amor. Que absurda era esa palabra. --!Luis! --llame al camarero--. Sirve dos copas de Vodka. --No, gracias. Estoy bien --respondio ella con voz dulce. --Es para que la espera no se te haga tan larga. Se quedo callada, mirandome. Y en su mirada no pude evitar escuchar su grito de auxilio. --Vamonos --le dije levantandome del taburete y tomandole la mano--. Vamonos de aqui antes de que el llegue. No dijo nada. Fue como llevar conmigo a una muneca de trapo que se dejaba guiar por mi. La subi a mi auto y lo puse en marcha hasta un edificio que habia sido casi como un Motel. Rente un departamento y ella siguio aferrada a mi mano. Complementando lo que no sabia que me faltaba. Ella. No preste atencion a aquello, sino mas bien me dedique a desnudarla. Y cerre los ojos. Los cerre porque no queria verla y saber que no estaba haciendo lo correcto. Que ella no estaba alli por sexo sino por algo mas. Necesitaba ser escuchada, pero yo no queria hacerlo. La use. La use como a cualquier mujer. Sabiendo que era fragil. Que estaba vulnerable. Ella se dejo guiar. Y poco a poco el deseo se apodero tambien de ella. Me quito la camisa y le ayude a desprenderse de su sujetador. Estabamos tan jodidamente excitados que no recuerdo muy bien como terminamos gimiendo apoyados en una pared. Y despues en el suelo. Y en la cama. --Vanesa --murmuro sobre mis labios--. Mi nombre es Vanesa. No queria saber mas de lo que ya sabia. Asi que volvi a besarla, inmovilizando su rostro con mis manos y, entre cuatro paredes, le hice… el amor. Dos horas despues estaba dormida sobre mi pecho y en la mesa de noche vibraba sin cesar su telefono. Podia ver el nombre de quien la llamaba: Daniel. Asi se llamaba el cobarde. Descubri tambien, gracias a mi tacto, que en sus brazos tenia marcas de dedos grandes. Y no eran producto de una noche apasionada. No. No queria despertar con ella, asi que le deje sobre la mesa un monton de billetes para que se fuera en taxi a casa y una nota en donde le sugeria que dejara al imbecil de Daniel. Me fui. Me fui con un vacio que jamas habia sentido. Vanesa pudo ser cualquier otra chica de bar; una de las miles que tuve. Pero no. Vanesa tenia unos ojos que jamas podria olvidar. Y, hasta el dia de hoy, me pregunto si Vanesa seguira frecuentando aquel bar con la absurda idea de que espera por amor a que llegue su principe azul. Yo no soy un principe. Y nunca he sido azul. Mas bien soy oscuro. Demasiado oscuro para Vanesa. Mucho mas oscuro que Daniel. II Vanesa Abro los ojos con dificultad. No lograba reconocer donde estaba y, por un instante, creo que quien ha ocupado el otro lado de la cama es Daniel. De pronto una oleada de terror se apodera de mi y no puedo reprimir las ganas de vomitar. ?Que he hecho? Corro al bano para vaciar mi estomago. No estoy borracha ni con resaca. Bebi solo una copa. Pero estoy nerviosa. De pronto las imagenes de la noche anterior me invaden por completo. !?Que hice?! Me repito una y otra vez. Cuando por fin me recupero, me miro al espejo. Esa no soy yo. No puedo ser yo. Descubro el brillo inusual en mis ojos. Hay lujuria. Es como si mi cuerpo hubiese cambiado totalmente durante la noche. Me siento mujer. Y asqueada. Daniel no me lo perdonaria jamas. Y, por solo haberlo hecho esperar, me iba a… Trago el ovillo de nervios que se ha instalado en mi garganta y me largo a llorar. Me siento indefensa. Desprotegida. <>. Esa mano que me condujo hasta aca me hizo sentir protegida. Solo un instante. Despues… Despues todo se descontrolo. Lo habia visto antes. Una vez. Habia intercambiado no mas de diez palabras… !y me fui con el! <>, digo muy bajito mientras salgo del bano y observo la cama deshecha. Mi ropa esta esparcida por todo el piso. Mi celular descansa en la mesa de noche y, junto a el, una nota. La tomo entre mis dedos con un temblor que adjudico a mi perturbacion. <>. Ni lo habia notado. Pero ahi esta. Es mucho. Demasiado. Sigo leyendo. <> ?Como supo el nombre de mi novio? !Mi telefono! Dejo de leer la nota y enciendo la pantalla de mi celular. Cuarenta y cinco llamadas perdidas. Y al menos veinte mensajes de voz. Me siento en la cama con indecision. Y es alli, sentada, que me doy cuenta de que aun sostengo la nota en mi mano. Entonces leo lo ultimo que escribio. <>. ?Quien se cree? Dejo caer la nota y me cubro el rostro con ambas manos. Vuelvo a sentir nauseas. Abro los ojos de pronto. ?Se cuido? Busco por todos lados algun indicio de aquello. Dos envoltorios de preservativos me devuelven un poco el alma. Salgo de alli intentando ocultar mi verguenza y prohibiendome recordar lo vivido la noche anterior. No se ni el nombre de aquel hombre. Podia ser un violador o un asesino. Pero no pense. Aun no comprendia por que me habia dejado llevar por el. <>, me susurra esa voz que, aunque se esta volviendo cada vez mas muda, aun sigue dentro de mi. Daniel… Daniel era el hombre mas guapo con el que habia salido. El me amaba. El queria casarse conmigo. El queria que yo fuera la madre de sus hijos. <>, susurra otra vez aquella voz. Pero me digo que tal vez es mi culpa. Muchas veces lo hago enojar. Y, lo que habia hecho anoche, lo iba a hacer enojar mucho. Muchisimo. De forma automatica me abrazo. Me abrazo porque iba a necesitar un abrazo despues de que me presentara en su puerta. No quise escuchar los mensajes de voz. Se muy bien lo que decian. El primero tendria un tono de voz carinoso y conciliador. <>. Despues vendria su desesperacion. <>. Y, finalmente, vendrian sus amenazas. <>.

  • Encuentro de almas 1. Por Clara de Sonia R. Salvante

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    El Pilar, un pueblo en el que todos se conocen, es el lugar que vera crecer un amor.
    O dos.
    Clara habria sido feliz si hubiese nacido uno o dos siglos atras. Romantica, dulce y timida, su familia lo es todo para ella. Quiza por eso su mayor sueno sea crear una propia.
    Y con el.
    Chema es una persona sencilla que solo aspira a una vida normal. Seguro de si mismo, sabe lo que quiere y va a por ello. Claro que siempre ha tenido una vida relativamente facil, en la que nunca ha conocido el amor ni la desesperacion.
    Hasta que se fijo en ella.
    Y luego esta Laura. Divertida, directa e impulsiva... Su caracter explosivo esconde un enorme corazon y unas ideas inamovibles. Ser independiente, vivir en una gran ciudad y dedicarse a su gran pasion: la decoracion.
    Tres jovenes con suenos, tres almas entrelazadas y un destino que los atropellara.
    Amor, risas, respeto, fidelidad, deseo, pasion y dolor. Y, entre todo ello, la busqueda del perdon. A uno mismo, tal vez el mas dificil.
    Porque la lealtad y el corazon no siempre siguen las mismas normas. Porque uno no elige a quien amar, a quien desear, a quien perder. Porque, a veces, simplemente, algo superior decide por nosotros.

  • Mi vida, mis reglas de Julianne May

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    Siempre existen esos momentos en los que crees que tu vida no puede empeorar mas, hasta que un dia -o una noche- descubres que no hay imposibles y mucho menos en la ciudad en la que los suenos se vuelven realidad. Claro que esto puede ser tan maravilloso como peligroso, pues no solo depende ti, creeme, sino tambien del hada madrina que este disponible para ayudar… Mi nombre es Adam Style, y esta es mi historia… o, al menos, esa pequena parte de mi vida que jamas podre olvidar. Capitulo 1 <>. Si. Esas fueron las primeras palabras que habia oido en el dia. Bueno, en realidad, las segundas despues del matutino <> de mis dos hijos mellizos y preadolescentes. Digamos que solia ser el saludo afectuoso que me daban cada manana antes de que partieran a la escuela. Y Vicky, mi escultural esposa, pues… no tenia tiempo ni para eso. Pero era algo que yo entendia. Vivia trabajando, pues ser una de las mejores relacionistas publicas de Hollywood implicaba varios sacrificios, o por lo menos eso era lo que ella decia. Y a mi de verdad que solo me importaba verla feliz, asi que… si, luego de esas mananas, debia esperar durante todo el dia hasta la noche a que alguien me dirigiera la palabra. Suena extrano, pero asi era… Bueno, tal vez no siempre. Monica y Bea, del sector de contabilidad, a veces me hablaban. No era que fueran largas conversaciones -porque, siendo honestos, no lo eran-, pero escuchar que alguien se dirigiera a mi aunque fuera con un <> era para mi suficiente. Al menos para saber que para alguien de mi trabajo yo existia. Y se lo que estaran pensando: <>. Lo mismo que mi unico y mejor amigo, Robert, me decia cada vez que nos juntabamos en la playa para terminar hablando de mi vida. Claro que lo ultimo de lo que yo queria conversar era de mi, pero, luego de que lo observara montar y domar esas tremendas olas del mar californiano, pues se relajaba en la arena junto a mi a reflexionar al estilo Robert. En fin… Sabia a lo que se referia cuando me decia que renunciara, pero ese habia sido mi primer y unico trabajo por casi veinte anos. En serio. Y se que comprar papel higienico o ser el eterno asistente personal de Hugh Lawrence, director de la compania, nada tenia que ver con mi sueno de ser un gran columnista o escritor, pero lo tomaba como el trampolin ideal para lograrlo, pues no habia persona que en todo el estado no deseara trabajar para el California News, el periodico mas leido del oeste del pais. Y el ver mi empleo de esa manera no era una mera fantasia mia. Hugh mismo me lo habia asegurado el dia que empece a trabajar con el, cuando aun vivia mi madre. Me conocia desde mi infancia y, si bien aun no habia cumplido del todo su promesa de nombrarme columnista de alguna de sus secciones, no dejaba de ser un gran hombre…, al menos hasta esa tarde de viernes. -Lo siento mucho, Adam -dijo luego de que yo elevara la vista desde mi pequeno escritorio al haber oido el <>. No suelo ser una persona de esas que viven quejandose, pero, a decir verdad, aquella diminuta mesa nada se parecia a las del resto de la oficina. Eso sacando que la silla que solia usar tenia una de sus rueditas averiada desde tiempos inmemoriales… y esto sin tener en cuenta que estaba ubicado en un rincon, lo que me mantenia alejado de todo el departamento de inquietos y triunfadores periodistas. Sin embargo, segun Hugh, el que yo me mantuviera al margen, alejado de todo el mundo, no era mas que una ubicacion estrategica para darme una mejor vista de lo que seria mi futuro. No estaba tan seguro de su metodo, pero el insistia en que la visualizacion directa era la mejor tecnica para inspirarme. Solte la agenda en la que organizaba su dia a dia -ya que carecer de un ordenador o tablet era parte de la tecnica, pues se suponia que, al no poseer nada de todo eso, creceria en mi el deseo por adquirirlo- y parpadee mas de la cuenta antes de que pudiera abrir la boca, algo a lo que me animaba solo porque ya no habia nadie en la oficina a excepcion de nosotros dos. -?Es… es una broma, Hugh? -Mi titubeo se entremezclo con mi agitada respiracion. Bajo la mirada y, al tiempo que inspiro profundo, coloco las manos en jarra sobre su cintura. Aquello hizo que pasara lo que todo el dia murmuraban Monica y Bea, pues su pecho, claramente trabajado en el gimnasio, se elevo mas y se fundio con la camisa slim fit[3] turquesa que amaba lucir cada viernes. Y claro, sus jeans de tiro bajo me confirmaron que era cierto que usaba ropa interior fluorescente… Como fuera, largo todo el aire, calculo que con pena, y volvio a mirarme a los ojos. -En serio, me agradas y no tengo nada para decir en contra de ti, pero… -Suspiro inseguro. Se tomo unos segundos y, tras sacudir la cabeza, continuo determinante-. Pero ya es hora de que tomes un nuevo rumbo. Lo siento, Adam. -Y resoplo como si se hubiera sacado un enorme peso de encima. ?Era cierto? Veinte anos trabajando para el y otros tantos mas de relacion cercana que habia tenido -pero que no va al caso mencionar-, !?y no tenia nada mas para decirme?! Frunci las cejas y el sudor frio que senti en mis sienes me impulso a levantarme. Claro que la vieja silla de escritorio hizo que casi me cayera gracias a su jamas reparada ruedita. Pero, por fortuna, Hugh me tomo por el brazo, lo que evito que terminara en el suelo junto al clasico asiento de los noventa. -?Despedido? -Volvi a parpadear varias veces y, tras un incomodo silencio, necesite seguir-. Hugh, ?me estas diciendo lo ultimo que hubiera esperado escuchar de ti y no puedes darme un motivo mas que debo tomar un nuevo rumbo? -exprese sin quitarle la mirada de encima, pero el no se atrevia a elevar la vista, y crei saber por que. Pero mi silencio y mi espera lo obligaron a hacerlo. -!Oh, por Dios! !No hagas esto mas dificil de lo que ya es, Adam! -exclamo alterado y al tiempo que se paso una mano por su gris pero moderna cabellera. Nos quedamos mirando fijamente por varios segundos. Y pude haber continuado presionando para saber por que, pero, ademas de que no era mi estilo ni por lejos, sus cejas fruncidas, su respiracion nerviosa y su mirada, suplicante y llena de culpa, me decian que el motivo era tan impronunciable que no sabria si seria mas doloroso para el, al tener que decirlo, o catastrofico para mi al tener que escucharlo. No hacia falta hacer grandes deducciones… Tenia bien en claro que el <> que mis hijos usaban como saludo por la manana era la palabra con la que toda la oficina me identificaba. En pocas palabras, Hugh nunca habia creido en mi como futuro periodista. O peor aun: en todo ese tiempo, yo no habia conseguido que el creyera en mi. Baje la mirada, asenti con la cabeza y simplemente hice lo que Adam Style haria: -Esta bien, Hugh. No lo sientas. Te entiendo. -Y lo abrace. Sin dudas que aquello lo sorprendio y dejo sin aliento, pues apenas se animo a apoyarme una mano en la espalda, y yo, despues de eso, simplemente me marche. *** -!?Eres idiota?! -grito Rob. Por poco, destruye mi oido y el sistema de sonido de mi automovil, por lo que agradeci no haber tenido el movil pegado a mi oreja. -Hey, calmate, ?si? -Suspire mientras mantenia la vista fija en el camino para volver a mi casa. Necesitaba relajarme-. Deberias haber estado alli. Pude sentir su culpa. Su mirada lo decia todo, Rob. Si tu hubieras… -!Si yo hubiera estado alli, le hubiese apretado las bolas contra aquel estupido escritorio que jamas te cambio desde que trabajas con el! !Y no lo hubiese soltado hasta que rogara perdon y te diera el maldito puesto que te prometio desde siempre, Adam! -Y largo todo el resto de aire que tenia contenido. Revolee los ojos y frene ante la luz roja del semaforo. -Rob, se lo que dices y por que, pero entiendo la posicion dificil de Hugh. -Suspire enojado conmigo mismo y avance tras ver el cambio a verde-. El problema soy yo. Y si hay algo que debo admitir es que tampoco he hecho nada por merecerme un mejor lugar alli, asi que… -!Cierra el maldito pico de la version drogada del Buda que te hayas aspirado! !El que ahora tiene una posicion dificil eres tu! !Acabas de perder el trabajo y todavia te queda lo peor! !Ni yo quisiera lidiar con la zorra esa! -Calma, Rob… -le adverti, como siempre. -OK, perdon. No debi llamar <> a la zorra de Vicky… -Suspiro al tiempo que yo negue con la cabeza-. En fin… Calculo que aun no le has dicho nada, ?cierto? De lo contrario, no estarias vivo… -Rob… -suspire. La verdad era que, de algun modo, tenia razon. Vicky tenia un temperamento digamos que… fuerte, y sus aspiraciones eran, cada ano, mas altas. Y siendo honestos, no sabia como tomaria mi despido. O tal vez si…

  • Sin igual, Alyson Noel de Alyson Noel

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    Todo el mundo aspiraba a ser alguien.

  • El joven Arquimedes de Aldous Huxley

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    Aldous Huxley (1894-1963) no es solo el singularisimo autor de Viejo muere el cisne, creador de una nueva formula novelesca; es tambien, en cuanto narrador, y aparte de sus ensayos, biografias y libros de viaje, un admirable cuentista. Ducho en todas las dimensiones de la ficcion, se mueve con pareja maestria tanto en los espacios abiertos de la gran novela como en los mas exiguos de la nouvelle. Acierta del mismo modo al presentar una accion fraccionada, vista en cortes transversales, yendo y viniendo a traves del tiempo, como en <>, y otros tres apasionantes relatos, de ritmo seguido y progresion continua.

  • Esclavos de la pasion de Concepcion Marin Albesa

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    ES UNA MUCHACHA CAPRICHOSA. PERO TODO CAMBIARA CON LA MUERTE DE SU PADRE. AHORA SU TUTOR ES SCOTT. UN HOMBRE QUE CAMBIARA SU VIDA PARA SIEMPRE.

  • Loca por El Senor Equivocado de Virna Depaul

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    Era dificil fingir desinteres en una conversacion cuando la persona en mencion era un hombre con el que habia fantaseado por muchos anos. Aun asi, Bryn Donovon estaba haciendo unicamente eso. Vamos, Bryn, se honesta--, Tamara Logan la animo mientras agitaba un tenedor lleno de ensalada con su mano. -- No hay manera que puedas encarar a Daniel Mays en el tribunal cada semana y no quieras tener sexo con el. Eres mujer, tienes ojos y el es guapisimo. !Completo la carrera Ironman en los primeros cinco puestos, por el amor de Dios! Bryn resoplo, bebio un sorbo de su botella de agua, luego se encogio de hombros. -- ?Acaso el triatlon anadio una nueva categoria para: Los Cabezotas Mas Grandes, quizas? -- Bueno, eso estuvo bueno. Su comentario no revelo ni el deseo ni la tristeza que invadieron su cuerpo en el segundo que Tamara menciono el nombre de Daniel. Tam rio, haciendo que sus aretes tipo candelabro sonaran. -- Seguro que lo hicieron, solo que los jueces no estaban midiendo la cabeza sobre su cintura. El califico porque tenia el mas enorme... Levantado las manos para taparse los oidos, Bryn gimio. -- Por favor. Ahorrame los crudos detalles. -- Desafortunadamente, tendre que hacerlo. -- Toda la cara de Tam se iluminaba cuando sonreia, sus ojos brillaban y se formaban hoyuelos en sus mejillas, haciendo imposible no devolverle la sonrisa. Aunque su amistad era relativamente nueva, almorzar con Tam se habia convertido en el momento mas importante del dia para Bryn. -- De lo que de verdad me arrepiento es de no haber podido ver nunca a ese hombre desnudo, -- dijo Tam, moviendo su tenedor otra vez. --Al menos se de primera mano que es un gran besador. Ante las palabras de Tam, Bryn lucho por mantener su semblante sin expresion. Tam habia salido con Daniel una o dos veces, pero Bryn era la que se veia atormentada por suenos recurrentes acerca de el. En el sueno de anoche, ellos habian estado haciendo mucho mas que besarse. Su cabello negro habia estado revoloteando contra la parte interior de sus muslos y su lengua le habia estado haciendo cosas deliciosas a su… Ella respiro temblorosa. Incluso ahora, el recuerdo de su estado de acaloramiento y excitacion cuando se habia despertado, la enfurecia. Tambien, la confundia. Habia muchos hombres atractivos en el mundo, pero solo Daniel Mays plagaba sus suenos, al igual que sus horas despierta. Con el pelo rubio castano, ojos verdes y un leve hoyuelo en la barbilla, el hombre era innegablemente guapo. Su cuerpo ancho, alto y delgado se cernia sobre la delgada figura de Bryn de un metro sesenta, una sonrisa agradable, un leve acento sureno y un genuino encanto laconico, lo habian convertido en tema de conversacion del personal femenino del tribunal. El record de citas de Daniel y su habilidad para continuar siendo amigos con la mayoria de sus exs, mostraba que el apreciaba las diferencias unicas de cada una de sus admiradoras y las trataba bien. En los dos anos que ella habia estado entrando y saliendo de los tribunales, el habia salido con diversas mujeres: una escultural rubia del departamento de Investigacion, una pequena y delgada reportera asiatica del tribunal y por supuesto, Tam, una de las integrantes del staff de abogados del tribunal. El no parecia tener un tipo especifico de mujer, mas bien, disfrutaba de la compania de distintas mujeres inteligentes, atractivas y complicadas. Sin embargo ninguna de ellas parecia mantenerlo interesado por mucho tiempo. Y a pesar de su buen aspecto, su buen caracter y su obvio encanto, Daniel Mays defendia criminales para ganarse la vida. Este hecho deberia haber aplastado su atraccion hace mucho tiempo. Pero no habia sido asi en absoluto. Al darse cuenta que Tam estaba mirandola, Bryn lucho para recordar lo que habian estado hablando. Ah, si. La habilidad de Daniel con los besos. -- No es de sorprenderse que sea un buen besador, -- murmuro Bryn. -- Ha practicado lo suficiente. -- Es un Don Juan, -- admitio Tam, -- pero es soltero… ?quien puede culparlo? No es dificil para el. Y su practica ha dado resultado. Lo que ese hombre puede hacer con su lengua, es un milagro de la naturaleza. Vance es la excepcion, por supuesto, pero besar a Daniel Mays es mas erotico que tener sexo con casi cualquier hombre. !Y es mucho mas probable que haga a una mujer acabar! Bryn tiro el resto de su sandwich en la bolsa de papel y lo aplasto haciendolo una bola. -- Si, bueno, no lo sabria y no quisiera saberlo. La unica cosa que es menos atractiva para mi que besar a Mays, es lo que hace para ganarse la vida. -- Y el obviamente sabia como ella se sentia. Al principio, habia sido amable. Curioso acerca de ella. Cuando ella no le correspondio, el ceso todos los esfuerzos para llegar a conocerla mejor. Era cortes, pero eso era todo. Los abogados defensores no son monstruos, -- dijo Tam suavemente. Bryn hizo una mueca. Ella extendio la mano para tocar la mano de Tam pero la retiro antes de que hicieran contacto. -- Lo siento. No debo generalizar. Hay varios abogados defensores que me gustan y respeto. Especialmente Vance. Pero Mays es demasiado… demasiado… -- ?Demasiado perturbador? -- Tam sonrio deliberadamente. Demasiado, penso Bryn. Ciertamente la distraia de lo que era lo mas importante... hacer justicia a las victimas de la delincuencia: el mismo tipo de justicia que le habia sido negada a su hermana. Suspirando, se puso de pie. -- Informal. Es un tanto demasiado informal acerca de lo que hace. Pero no hablemos de el. ?Como te sientes? Tam tambien se puso de pie, gimiendo mientras lo hacia. La redondeada protuberancia de su estomago la hacia parecer como si se hubiera tragado una pelota de baloncesto. -- Excepto por los dolores de espalda y la constante necesidad de orinar, todo es color de rosa. Juro que este bebe solo disfruta dos cosas... zapatear en mi columna y descansar en mi vejiga. Bryn tiro su basura y camino hacia la oficina principal, pero se detuvo en la entrada. Miro a Tam, quien se detuvo un paso atras de ella. -- Asi que, -- Bryn comenzo forzando un tono casual, -- estaba pensando sobre tu oferta de presentarme con el hermano de Vance. Se que no estaba tan interesada antes acerca de la idea, pero ?sabes si hara algo el proximo viernes? Porque… bueno… -- La fiesta de compromiso de tu hermana es la semana que viene ?y de repente estas desesperada por un hombre para poner barreras entre tu y tu madre? -- Algo asi, -- Acepto Bryn. -- Solo que no quiero oir la misma vieja cancion acerca de ser una adicta al trabajo que va a morir como una vieja amargada con muchos gatos y que rompe el corazon de su madre. Quien sabe, si Thad esta disponible y el... Alguien aclaro su garganta. Ella se sobresalto y giro. Daniel Mays. Estaba apoyado en el gabinete del archivo, sus brazos cruzados sobre el pecho. Como siempre, el pulso de ella se acelero. Esta vez, ademas de la intensa sensacion pulsatil en sus venas, su boca se seco y la mortificacion formo un bulto irregular en su garganta. Era posible que las hubiera escuchado hablando de el, y era lo bastante listo para saber lo que habia detras de sus palabras... un deseo no deseado. Hacia el. * * * Justo despues del mediodia, Daniel entro a la oficina del staff de abogados, sintio una placentera sorpresa al escuchar la voz de Tam que provenia de una habitacion trasera. Generalmente Tam pasaba su hora del almuerzo con su marido, Vance, socio y mejor amigo de Daniel y el mismo idiota con suerte que habia atrapado a Tam poco despues de que Daniel la hubiera invitado a salir. Daniel no podia estar mas feliz por ellos. Vance era como un hermano y Tam estaba convirtiendose rapidamente en una hermana. Una hermana que el habia besado, y por lo que a menudo se burlaba de Vance. Riendose entre dientes, el empezo a caminar hacia el lugar de donde provenia su voz, cuando de repente se dio cuenta de que se trataba la conversacion. Divertido, halagado y pensando una vez mas que Vance era un tipo con suerte, Daniel se dio la vuelta para irse. Pero entonces oyo que Tam se refirio a su companera por su nombre y se detuvo en seco. ?Bryn Donovon, la estirada fiscal que no se anda con tonterias, apodada acertadamente “Magistrada” por la comunidad legal? Ni siquiera se habia dado cuenta de que Tam conocia a Bryn, y mucho menos que fuera su amiga. ?Y, aparentemente, eran suficientemente buenas amigas para hablar sobre hombres? ?Y de fantasias? ?Y de el? El deberia irse. Realmente deberia. Dos mujeres hablando sobre hombres, sexo y sobre el, no era una conversacion que el debiera estar espiando. Pero, despues de la derrota en el tribunal esta manana, podria utilizar eso para subir su ego. Cuando Tam menciono el triatlon Ironman, Daniel hizo una mueca. Huh. No era la elevacion de ego que el habia estado esperando. Ese triatlon casi lo habia matado. Fruncio el ceno ante la respuesta de Bryn, sorprendido a pesar de si mismo. No eran amigos, pero ciertamente no habia hecho nada para merecer tanto desden. Y su reputacion con las damas era muy... exagerada. Ella, mejor que nadie, deberia entender el concepto de ser inocente hasta que se demuestre lo contrario. Aparto cualquier sentimiento de culpa que hubiera estado albergando por escuchar a escondidas. El solo habia venido al percibir un movimiento. Si ambas mujeres no habian tenido el suficiente tino de cerrar la puerta cuando charlaban, no era su culpa. -- Por favor, -- oyo decir a Bryn. -- Ahorrame los desagradables detalles. Daniel aspiro profundamente ?Desagradables? Su molestia se intensificaba con cada palabra que Bryn Donovon pronunciaba. Cuando ella despectivamente rechazo su profesion y expreso desinteres por sus proezas sexuales, Daniel tuvo el loco deseo de interrumpir su conversacion y besarla hasta llevarla al orgasmo, solo para demostrarle que estaba equivocada. Vaya. ?Besar a Bryn Donovon? Ese era ciertamente, un insolito pensamiento. Si era presionado, el tendria que describirla como una persona comun y ordinaria, a lo mucho. Cabello oscuro, delgada, postura impecable, ropa simple. Inofensiva pero nada digno de mencion. Ciertamente no llamativa y nada que indicara que tuviera una personalidad divertida o calida. Daniel no necesitaba que fuera llamativa, pero si necesitaba que fuera divertida y calida. Habia algo que agregar, que sin dudas ella tenia agallas. Y Bryn tenia agallas. Definitivamente, tenia agallas. De repente, no podia lograr quitarse de la cabeza la idea de besarla. ?Tenia la impresion incorrecta de ella? ?O era simplemente que tenia demasiado trabajo? ?Habia pensado en ella como un adversario profesional tanto tiempo, que habia distorsionado sus percepciones? Daniel se encogio de hombros y sonrio. No habia mejor momento que el presente para averiguarlo. Cruzo sus brazos sobre el pecho, se inclino contra un archivador y espero a que las mujeres salieran hacia el pasillo. Cuando ellas se detuvieron en la puerta charlando, se impaciento y aclaro su garganta, llamando la atencion de Bryn hacia el. Cuando ella giro y lo vio, el debio haber estado contento por su nerviosa reaccion. En cambio, tuvo que controlar su propia reaccion inesperada. Mientras su rostro se enrojecia y se ampliaban sus ojos, Daniel se dio cuenta por primera vez... ?como era posible?… que sus ojos eran mucho mas que comunes y ordinarios. Eran de un calido color marron dorado bordeados por pestanas oscuras que complementaban su forma ligeramente exotica. Trato de no hacerlo, pero su mirada recorrio su figura de arriba a abajo. !Que idiota habia sido! Bryn era guapisima. Su brillante cabello era como el ebano sin una pizca de rizos. La tentadora curva de sus pantorrillas por encima de sus zapatos negros de siempre. La plenitud de su labio inferior que ahora mismo castigaba con sus blancos y rectos dientes. Y sus ojos. Ohh, sus ojos. Imagino esos ojos dorados deslumbrados con placer, placer que el podria darle de muchas maneras. Verbalmente. Fisicamente. Acostada. De pie. Suave y lento. Luego duro. Y luego incluso mas duro. Como si ella pudiera leer su mente, se sonrojo pero no dijo nada. Tam sonrio a Daniel sobre el hombro de Bryn. Era alta y llevando tacones altos a pesar de la sandia en su estomago, se elevo sobre la pequena figura de Bryn. Ella saludo con sus dedos de una manera alegre. -- Bueno, hola guapo. Justo estabamos hablando de ti. Bryn parecia a punto de estrangular a Tam con sus propias manos. En cambio, inclino su barbilla y paso por delante de Daniel. O mejor dicho, lo intento. Daniel bloqueo la salida. A pesar de la excitacion que lo recorria, se trago las ganas de reir. -- ?De verdad? Parecia que hablaban de conseguir que Thad llevara a Bryn a una fiesta de compromiso. -- Dio una mirada de reojo a Bryn. -- Pero yo conozco al hombre desde hace muchos anos y aunque no esta en una relacion exclusiva en este momento… -- Vio que los ojos de Tam se ensanchaban y entrecerro los suyos un tanto. Inmediatamente, ella apreto los labios para reprimir una sonrisa. --… No estoy seguro de como se sentiria al ser utilizado como un... veamos, ?como deberiamos llamarlo?… una distraccion. Aunque, no puedo decir que te culpo. Yo tambien tengo una madre eternamente optimista. Los ojos de Bryn parpadearon, indicando que a pesar de sus mejores intentos, el estaba empezando a gustarle.

  • Pactos y senales de J. J. Benitez

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    Pactos y senales prosigue la titanica senda investigadora que J. J. Benitez emprendio hace mas de cuatro decadas: probar la existencia del mas alla. A partir de los pactos establecidos en vida entre dos personas, y la muestra explicita en forma de senales que nos llegan a traves del universo, y que uno de los dos, ya en el mas alla, manifiesta al otro como prueba irrefutable de que hay vida despues de la muerte.

  • Lo que te hace grande de Valenti Sanjuan Gumbau

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    Pense que correr servia para escapar. Asi empezo todo. Corria para escapar. Para dejar fantasmas atras. Huyendo de personas, sentimientos y decepciones que todavia ardian demasiado hondo como para poder meter el dedo dentro del cazo sin quemarte la piel hasta arrasarla. Sin arrancarla de cuajo demasiado pronto. Como cuando arrancas el Ironfix transparente de un libro de la escuela que estabas forrando y, al ver que queda una pequena burbujita, o que queda desencajado, intentas despegarlo y te llevas todos los colores que habia en la portada. Todos los rostros. Todas las miradas. Todos los recuerdos. Todos los todos. Un all included en toda regla. O como cuando arrancas un bluetag de la pared, porque la foto que aguantaba ya no debe estar ahi, ni en la pared ni en tu vida, y al quitarlo te llevas por delante medio centimetro de pladur. Porque la pared no era pared, y el recubierto de pintura era menos solido que lo que te unia a la persona de la foto que acabas de romper a pedacitos. Por eso corria yo. Solia hacerlo a todas horas. Corria por la manana, a mediodia, antes de comer o despues de hacerlo, a media digestion. Corria en ayunas, antes del amanecer, mientras la ciudad todavia no se habia despertado, como sintiendo que les estaba robando a todos unas cuantas horas de ventaja. Incluso puede que pensara que absorbia alguno de sus suenos, minutos antes de que se levantaran --os levantarais-- para ir a trabajar. Haciendole trampas al reloj, desactivando la cuenta atras para que no estallara la bomba. Corria a la hora de la siesta, o despues de hacerla, o mientras todo el mundo veia El diario de Patricia. Corria antes de hacer el amor, o recien follado. Corria habiendo merendado un zumo de naranja con cereales, o sin ganas de correr. Con las calles iluminadas por el sol, por farolas, o por nada. A ritmo de buena musica, de un podcast de radio o de mis propios pasos contra el suelo. Derecha izquierda, derecha izquierda, uno dos, uno dos, vamos vamos tira tira tira tira, vamos vamos vamos, de forma casi hipnotica. Corria mientras echaban futbol por la tele, aunque fuera la final de la Champions. O mientras el 90 por ciento de la gente de mi edad y en esa misma ciudad preciosa que es Barcelona estaba emborrachandose en el Razzmatazz o en el Apolo. Corria en verano, en invierno, en primavera o en otono. Incluso en epoca interestacional, si es que esto existe. Muerto de hambre porque aun tenia que cenar o jodido de frio porque ese dia diluviaba y habia salido a lo Sanjuan, es decir, sin un puto cortaviento. Y ni hablar de chubasquero: es lo que tiene la vida, que los chaparrones no avisan. El que avisa es el hombre del tiempo de las noticias, y no da una ni en pintura. Life is life, dicen en ingles. O <>, que dicen en mi barrio. Corria por la ciudad. Asfalto en vena. Como sintiendo que gastando suela gastaba dolor. Como creyendo firmemente, y juro por el de la religion y el de las biblias que es verdad, que a cada paso que daba, estaba un metro mas lejos de aquello que me atormentaba. Asi de ingenuo era entonces. Cuanto mas corras, mas habras huido. Cuanto mas corras, menos te perseguira el ruido. Corria por la carretera de les Aigues, un santuario que todo corredor que vive en mi ciudad venera como una especie de pulmon al que escapas cuando los archivadores verticales ya te han comido demasiado terreno y tienes el alma a media asta. O cuando la alegria que te caracteriza te obsequia con un minuto de silencio que dura dias. O Semanas. O meses. O con un cerrado por defuncion. Ahi es donde antes solia refugiarme: poca gente, vistas privilegiadas de las calles, hormigas que se mueven en plena ebullicion. Y tu, en medio de la montana. Lejos. Pero no tan lejos como para no ver todo lo que sucede. Cerca, pero no tanto como para no sentirte superior: estas por encima. Muchos metros por encima. Y a la tranquilidad que eso te da, hay que anadirle un inevitable sentimiento de superioridad: <>. Bueno, esto fue hasta que de repente ese templo, en una referencia casi biblica, se convirtio en un mercadillo de poca monta. O en una analogia mas nuestra: hasta que la carretera de les Aigues se transformo en las Ramblas. Corria por Collserola. Por la avenida Diagonal, arriba y abajo. Al lado de Sagrada Familia, donde vivia en ese momento. Y bordeando el mar que le da vida a la capital catalana. Siempre el mar. Siempre el romper de las olas. Siempre el vaiven del agua contra las rocas. Asi que fuera la hora que fuese, en algun momento de mis carreras, a medio sprint o recuperando despues de hacer series, olia esa libertad que venia manchada de Mediterraneo. Siempre ese olor a mar roto. A sal apetecible. A helado no dulce ni comestible, pero que te llena la boca solo con su aroma. Daba igual si era al amanecer. Por la tarde. A la hora de la siesta o a la hora del polvo mananero. Pero sobre todo corria de noche. Y los que habeis corrido de noche sabeis que correr de noche no es correr. O no es solo correr. Corria de noche. De madrugada, incluso. Porque la oscuridad de la noche oculta tu fragilidad ante la gente que te cruzas por la calle. Y eso ya es algo. Pero la soledad de la madrugada hace que no haya nadie por las calles que pueda juzgarte. Paz absoluta. Tranquilidad sanadora. Segundos que se convierten en minutos, que mutan en horas, que vacian tu cabeza y te recargan el alma. Cuantas mas horas corria, mejor me sentia. Cuanto mas sudaba, menos pensaba. Cuanto mas lloraba, menos recordaba. Cuanto mas escapaba, menos me alcanzaban. Mis fantasmas. Mis problemas. Mis horas turbias. Como si fuera un poema, en fondo y forma. La primera epoca en que sali a correr con regularidad, sin que eso tuviera nada que ver con un entreno o un objetivo deportivo, fue por una chica que me dejo. El tema de siempre. Mas viejo que Van Gogh, que se corto la oreja para mandarsela a una chica; mas gastado que Laura Pausini. Si, si, la de <>. Pues superalo, mujer, y no nos atormentes con tu musica. Y aun asi, cai en lo mismo en lo que caemos todos desde el inicio de los tiempos. Asi de previsibles somos. A mis veinticinco anos estaba convencido de que iba a ser la mujer de mi vida. Recuerdo que cuando me dejo por otro que trabajaba conmigo no podia evitar los ataques de panico. De inseguridad. Hasta tal punto que durante unos dias me sentia incapaz de hacer lo que llevaba ya siete anos haciendo: una simple entrevista. Un reportaje. Unas preguntas divertidas con el micro por la calle. Lo unico que me tranquilizaba en ese primer gran duelo que senti en mi vida era meterme en la cama abrazando su cuerpo desnudo. Pequeno. Menudo. Agarrable. Aunque, claro, despues de una primera noche sin ser novios pero durmiendo abrazados y desnudos, me di cuenta de que iba a ser peor el remedio que la enfermedad. Y sin pensarlo, sin que nadie me lo hubiera recetado, sin saber muy bien de donde lo saque ni por que, sin esperar que lo anunciara el hombre del tiempo, que de todas formas no iba a acertar, a la siguiente madrugada sali a correr. Corri toda la noche. Corri toda la madrugada. Corri por toda la madrugada. Un rato y paraba. No estaba demasiado en forma. Andaba y corria. Corria y me paraba. Lloraba y pensaba, y volvia a correr. Y a llorar. Y a parar. Y arrancaba de nuevo. ?A que? Pues a todo un poco. Y asi paso mi primera madrugada corriendo. Ese fue mi bautizo. Porque en cierto modo se puede decir que esa noche volvi a nacer. Y ese 25 de octubre de 2005 empezo una nueva vida para mi. Aunque en ese momento yo no lo sabia. De dia seguia hecho trizas. Porque mi cabeza pensaba. Porque mi corazon sentia. Porque mi alma anoraba. Y que cojones, porque me habia tirado la noche corriendo y llorando, y llorando y corriendo. O al reves. En esa epoca las hice bastante gordas. Eso si que eran sanjuanadas y no lo que hago ahora. Recuerdo que saliamos a tomar unas copas con los amigos. Al Jamboree, por ejemplo. De hecho, a cualquier local de la plaza Real. Salir, o estar fuera de casa, que no es lo mismo, me convenia. Porque a pesar de ser mi casa, mi casa no era mi casa si no estaba ella. Total, que, a la minima que podia, montaba un plan para salir a darlo todo. Aunque fueran solo unas horitas, para enganar al cuerpo y hacerle pensar que todo iba bien, y que al llegar a casa, una vez desnudo, despojado de problemas, y de noche, y de oscuridad, me meteria en la cama y ahi estaria la agarrable. La menuda. La que me acababa de dejar por un companero de trabajo

  • Vozdevieja de Elisa Victoria

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    Tiene nueve anos. Su nombre es Marina, pero en el cole la llaman Vozdevieja. Este verano en Sevilla, el primero despues de la Expo del 92, es tan largo y tan seco que ella no sabe si llorar o reir. Si quiere que todo cambie o que todo siga igual. Porque aun juega con munecas Chabel pero ya mira revistas para adultos. Porque su madre esta enferma y ella ya se imagina en un convento rodeada de huerfanitas. Porque todo el mundo, tambien su padre, insiste en desaparecer. Porque su mejor amiga es su abuela, quien le guisa, la peina, se deja cortar esas unas como alacranes, le cuenta su amor por Felipe Gonzalez, le dice tranquila, le ensena nuevos tacos, le cose vestidos de flores. Luego sale y esos vestidos le molestan tanto como si fueran de lija. Y aun asi, Mar

  • Trilogia Especial Si tan solo fuera sexo de Myriam Ojeda Moran

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    ?En que momento la vida decide cambiarlo todo? Jacqueline Amoros, es una chica con una vida normal, un trabajo normal y un grupo de amigas no tan normales… Todo va bien, incluso tiene un amor platonico que la fascina, hasta que alguien de su pasado regresa de manera accidental.
    Situaciones freneticas, un sexo delicioso y un misterioso dios griego.
    Klaus Grass, llega a la vida de Jacqueline para ensenarle que es el amor frenetico, sin darse cuenta de que quiza esta apostando mas de la cuenta ?Esta uno preparado realmente para enamorarse?
    Y si es asi… ?Todo vale?
    Trilogia completa con mas de nueve millones de lecturas online, esta vez llega en un nuevo formato para cautivar cada rincon de ti.

  • No robaras de Blas Ruiz Grau

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  • Nunca fue tan perfecto de Laimie Scott

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    Una nueva y apasionante novela de Laimie Scott.

  • Marte. La proxima frontera de Jose Maria Maza

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    ?Llego el hombre a la Luna?

  • La Hija Maldita (Pueblos Perdidos 1) de Cristina Pujadas

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    Invisible. Su piel era dorada y sus ojos tenian el tono ambarino correcto de su raza, pero ningun dorado la miraria como a un igual si miraba su cuello. Maldita. La Diosa Aurum la habia condenado al nacer, al no marcar su piel con la runa de los dorados, quizas por un pecado cometido por su difunta madre, quizas por un mero capricho. Condenada a no ser una dorada en derecho pleno, habia vivido encerrada dentro del Oraculo del Desierto sirviendo a las Vidente, protegida del mundo que habia fuera. De los salvajes y de aquellos que podian despreciarla por no haber sido marcada.

  • El senor Origami de Jean-marc Ceci

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    A los veinte anos Kurogiku se enamora de una desconocida y deja atras Japon para encontrarla. Cuarenta anos mas tarde vive como un ermitano en la Toscana, dedicado al arte del washi, el papel artesanal japones con el que se practica el origami. Un dia, un relojero llamado Casparo llega hasta alli con la intencion de crear un reloj que contenga todas las medidas del tiempo. Su presencia alterara la tranquilidad del lugar y el alma de Kurogiku, quien debera, por fin, hacer frente a su pasado. Bella y sobria, El senor Origami es una novela que nos hace ver aquello que no se muestra y comprender aquello que no se pronuncia, y que se apoya en una premisa esencial: <>.

  • El poder de la mente sin limite de David Reig

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    Deja de esforzarte sin resultado…
    Aprobar examenes y sacar mejores calificaciones es extremadamente importante, esto va a definir en quien nos vamos a convertir en un futuro: nuestros ingresos, nuestras oportunidades, el futuro de nuestra familia...

  • Baila para mi, Patricia Marin de Patricia Marin

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  • B de Bella de Kris Buendia

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    Es guapo y elegante. Misterioso y Bestia. Un importante Senador. Nuestro primer encuentro fue perfecto, pense que lo habia dejado atras cuando me fui esa noche y me mude a otro pais. Pero un ano despues, me vuelvo a encontrar con el. Ahora como su asistente.
    El no sabe que hace un ano pago una noche para estar conmigo.
    El no sabe que por algunas noches dejo de ser su aburrida asistente ejecutiva.
    El no sabe que soy Bella, una mujer con heridas y dama de compania, una porque la que ha vuelto a pagar otra noche.
    Mi secreto esta a salvo mientras no me reconozca. y mientras no se enamore de mi.
    ?La bestia sera Dominada por la Belleza?

  • Donde menos lo esperas de Brianne Miller

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    El amor es como una caja de bombones, nunca sabes el sabor que te puede tocar. Por desgracia a mi siempre me tocan los bombones amargos, los que te dejan mal sabor de boca y poco a poco te van quitando las ganas de seguir probando el resto. Mi ultimo bombon no era demasiado guapo, ni demasiado brillante, ni demasiado carinoso. Era mas como el insulso bombon de chocolate blanco con arroz inflado que la mayoria de las personas deja para el final. Crei que eligiendo ese bombon no corria peligro de terminar desilusionada, pero por desgracia me equivoque. Archie se dedica a vender coches, un empleo sencillo y sin demasiadas preocupaciones en el que le pagan a comision. Si no hay venta no hay dinero, asi de sencillo, por eso me tocaba a mi el ochenta por ciento de las veces invitarle a el a cenar. Pero no me importaba porque era tan ilusa que pensaba que me queria... que tonta fui. No me di cuenta cuando me quedaba encerrada en casa porque el queria quedar con sus amigos y decia que aun no se sentia preparado para compartirme con ellos, ni aquella vez que le llamo su madre y aun teniendome delante de el vestida unicamente con un corpino de encaje y un tanga a juego, le dijo que viniera a ver lo bien pintadas que le habian quedado las paredes del pasillo. Ahora se que fui una tonta y que todo el tiempo me engano. Quien sabe... tal vez no era su madre quien llamo sino la muchacha de veintipocos anos con la que salia a mis espaldas y que descubri por casualidad gracias a Facebook, que curiosamente me sugirio el perfil secreto de Archie como nueva amistad. Pero todo eso es pasado desde hace seis meses, ahora solo quiero centrarme en mi trabajo y olvidarme del resto de bombones de mi caja, porque posiblemente nunca mas vuelva a probarlos y terminen por caducarse. Miro la hora en el enorme reloj de numeros plateados de la oficina y apago el ordenador con un suspiro. Soy supervisora de una importante cadena de franquicias y por lo general me encanta mi trabajo, excepto cuando Brandon, el responsable del departamento comercial, empieza a insistir de manera agobiante en que salga con el. Como si hubiera oido mis pensamientos el aludido se acerca a mi mesa sonriendome de la forma que tanto detesto y se sienta en ella con toda la poca verguenza que le caracteriza. --Levanta de ahi, Brandon, por favor --ordeno sin apartar la mirada de mi ordenador. --Estas muy quisquillosa hoy, Ash. ?Es que no has tomado cafe esta manana? --Para ti sigo siendo la senorita Lowell. --Parece que hoy te has levantado con el pie izquierdo, nena. A pesar de la burla hace lo que le pido, pero se pone en cuclillas a mi lado con los brazos cruzados sobre mi escritorio. --?Cuando vas a quedar conmigo? --pregunta. --Nunca --respondo sin dedicarle ni una triste mirada. --?Y por que no? --Porque no me da la gana. --Dejame invitarte a cenar. --No tengo hambre. --!Vamos, Ash! Tendras que comer, ?no? --Te he dicho que no me llames Ash. Y si, tengo que comer, pero para tu informacion ya he quedado con alguien. --?Con Jodi? --bufa-- Pues cancelalo. --Ni lo suenes, prefiero mil veces cenar con ella a hacerlo contigo. Con un suspiro de derrota se pone de pie al fin, devolviendome mi espacio personal. --Algun dia terminara aceptando, senorita Lowell. --No se si lo dice como amenaza o como promesa--. No pienso darme por vencido. --Pues te aseguro que estaras desperdiciando un tiempo precioso. Brandon al fin se marcha y puedo respirar tranquila. Es incomodo, bochornoso y desesperante que insista en quedar conmigo de esa manera. ?Es que no sabe aceptar una negativa? Me tiene harta con sus intentos de seducirme, desde que se entero por casualidad de que lo habia dejado con Archie no deja de incordiar con lo mismo, y aunque yo no suelo llevar tacones de aguja como mi mejor amiga, estoy segura de que si le pido uno prestado para clavarselo a Brandon en la frente me lo dejara sin rechistar. Jodi llega a la oficina en ese momento y se apoya en mi escritorio con una sonrisa. --?Nos vamos o que? --pregunta-- Me muero de hambre. --Si, es que he tenido aqui a Brandon otra vez. --?Ese capullo sigue molestandote? --se ofende-- Al final voy a tener que darle una paliza... Su comentario me hace reir y me engancho de su brazo para salir de la oficina. --?Crees que yo no se defenderme sola o que? --protesto-- Me tratas como si fuera una nina pequena. --Eres tonta, eso es lo que eres. No quiero que vuelvas a pasar por nada tu sola, para eso estan las amigas. --Ya tuve suficiente con la bronca de Stacy, no empieces tu tambien. Stacy es otra de mis mejores amigas. Nos conocimos cuando se unio a la franquicia hace ya unos anos y desde entonces las tres nos hemos hecho inseparables. --Vale, ya paro... --protesta Jodi. --Asi me gusta, que seas obediente. Me aparto de ella con una carcajada cuando levanta el bolso para darme con el. Cenamos en un restaurante cercano, y aunque estoy algo cansada mi amiga insiste en ir a tomar algo a algun pub. --Tengo ganas de acostarme --me disculpo. --!Vamos, Ash! No has salido desde que dejaste al pringado que tenias por novio, es hora de que empieces a conocer chicos de nuevo. --No, gracias, mi caja de bombones caduco. --?Como dices? --Olvidalo --respondo sonriendo--. Me voy a casa, en serio. --Ashley Lowell --protesta cruzandose de brazos delante de mi--, como se te ocurra dejarme tirada esta noche te juro que no te lo perdonare jamas. --?Y para que quieres que te acompane? Conoceras a un tio y te iras a bailar con el, no me apetece beber sola de nuevo. --Te prometo que no voy a apartarme de ti --dice con las manos unidas--, sere como una lapa. Por favor... --Esta bien... Entramos al pub de siempre y Justin, el portero, nos saluda con una sonrisa. --Crei que ya no veniais --nos dice. --?Y perdernos ver a nuestro macizo favorito? --bromeo-- Ni de broma. --Que no te engane, tenia pensado irse a casa --me delata Jodi. --!Ten amigas para esto! --rie Justin-- Tranquila, carino, que lo importante es que estes aqui. Miro a Jodi con una ceja arqueada haciendo reir a Justin, que nos besa a ambas en la mejilla. Es una pena que sea gay, en serio... seria el unico hombre con el que romperia mi decision de no fijarme mas en ninguno de ellos, pero creo que antes de que el se fije en una chica se congelara el Infierno. --Portaos bien --dice al abrirnos la puerta. --Sabes que somos muy buenas --responde Jodi con un mohin. --Ash tal vez, pero tu... Encontramos una mesa vacia al final del local y me voy hasta ella mientras Jodi pide nuestras cervezas. El ambiente esta bastante bien, hay gente pero sin llegar a ser agobiante y en la pista se puede bailar con libertad de movimientos. Jodi me tiende mi cerveza y se apoya en la mesa con un suspiro. --?No te sientas? --pregunto. --Me duele el culo de estar sentada --responde. --Has estado toda la tarde fuera de la oficina. --Si, pero he pasado mas tiempo en el coche que en las tiendas. ?Por que no bailamos un poco? --Me tomo esta y me voy a casa --aviso. --?Por que? --protesta con un mohin. --Porque estoy muy cansada, manana trabajamos y al menos yo no podre mantenerme en pie si me quedo mas tiempo. --Eres una aguafiestas --protesta Jodi. --El mundo no gira alrededor de ti, mona. --Eso quisiera yo... Levanto la vista con una sonrisa y me quedo helada en el sitio al ver al hombre mas guapo que he visto en mi vida. Es bastante alto, puede rondar el metro ochenta, de hombros anchos y cintura estrecha. Se pueden adivinar unos buenos pectorales debajo de la camiseta blanca que lleva puesta y tiene unos biceps de esos que toda chica se muere por tocar. Lleva el pelo castano corto por los lados y algo mas largo por arriba, y los mechones se entrecruzan haciendole parecer un chico malo. Tiene una mirada risuena en sus ojos castanos, una sonrisa de infarto que dibuja dos hoyuelos en sus mejillas y una barba de tres dias que le hace parecer mucho mas atractivo e interesante. Soy muy mala para las edades pero no parece ser mucho mas joven que yo, tres o cuatro anos tal vez... pero no mucho mas. Ni siquiera me he dado cuenta de que tenia la mirada fija en mi durante mi escrutinio. Sin apartarla, se bebe el ultimo trago de su cerveza con una sonrisa absolutamente irresistible, deja el botellin sobre la mesa y se acerca a nosotras con paso decidido. --!Madre mia! --susurra mi amiga a mi lado-- Ese hombre tiene una mirada quemabragas total. Le doy un codazo sonriendo pero no puedo apartar mis ojos de el. Es como un dios griego que lo llena todo a su paso. La ropa le sienta de muerte, y eso que solo lleva una camiseta de manga corta y unos vaqueros normalitos... En cuanto llega a nuestra mesa apoya los codos en ella y acerca su cara a la mia sin dejar de sonreir, consiguiendo que mi corazon se salte un latido. --?Donde has estado escondida durante toda mi vida? --susurra.

  • Juana de Castilla de Maria Teresa Alvarez

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    ?Por que no reacciona como los demas? No protesta, no se queja. Tiene que dolerle…, le ha clavado las puas de la peineta en la mejilla…Y ni un gesto de protesta. ?Quien puede ser? Solo le ha pedido permiso para retirarse. --!Que se vaya! !Que se vayan todos y me dejen en paz! !!!Y tu no sigas peinandome!!! No soporto mas esta tortura. Me haces dano. Eso es lo que deseais todos, acabar conmigo. --Pero, senora, no sabeis el aspecto que teneis. Debeis dejar que os arregle --dice la sirvienta con voz firme. --Yo soy quien decide lo que tengo que hacer. Abandona inmediatamente la habitacion. !Ya! Te lo ordeno. !!!Vete!!! --Esta bien. Os dejo, pero sabed que os volveran a encerrar a oscuras --comenta sonriendo la sirvienta mientras abandona la habitacion. Dona Juana, fuera de si, toma el primer objeto que tiene al alcance de la mano y lo estrella contra la puerta que acaba de cerrarse. Hernan Duque se encuentra en la sala contigua y al ver salir a la criada se dirige a ella: --?Que es lo que pasa, a que se debe su terrible enfado? --Siempre esta asi. Mosen Ferrer ya habria dado orden de encerrarla. ?Puedo preguntaros quien sois vos? ?Por que no habeis ido a que os curen la herida? --Es un rasguno sin importancia. Soy el nuevo jefe de la casa de la reina dona Juana. --?Vos? --pregunta sorprendida la criada--. ?Sois vos el que va a sustituir a mosen Ferrer y no la pone en su sitio? --Dejemosla descansar. Manana me reunire con todo el personal. --?Manda alguna cosa? --No, no. Puede retirarse. Hernan Duque duda unos segundos si llamar a la puerta de dona Juana para presentarse; no ha podido hacerlo en el encuentro tan poco afortunado que han mantenido hace unos minutos. No pensaba ir a cumplimentarla, pero al pasar al lado de su habitacion y escuchar aquellos gritos decidio entrar. La escena le habia impresionado: dona Juana, una mujer todavia joven, mal vestida y poco aseada, se debatia furiosa con la sirvienta que intentaba desenredarle el cabello para poder peinarla. Ninguna de las dos se habia percatado de su presencia. Hernan Duque se acerco a ellas, saludando. La reina fuera de si, al darse la vuelta para ver quien habia entrado, sin proponerselo, en un arrebato de ira, le hiere en la mejilla con las puas de la peineta. El penso que lo mejor era salir sin decirle quien era. Ahora tampoco lo hara. Manana, con el nuevo dia y despues de asimilar y analizar el encuentro con dona Juana, sera el momento de presentarse. Hernan Duque no queria aceptar aquel puesto, pero el cardenal Cisneros se habia empenado en que asi fuera. No deseaba enjuiciar la labor de nadie, y menos la de quien lo habia precedido en el cargo, pero era del dominio publico el rechazo que todos sentian, en especial los vecinos de Tordesillas, hacia mosen Luis Ferrer, al que acusaban de ser un cruel carcelero y de someter a dona Juana incluso a malos tratos. Algo le habia comentado Cisneros al respecto. El tratara de hacer todo el bien que pueda a la soberana. Aunque Hernan Duque hubiese cedido a la tentacion de enjuiciar el comportamiento del anterior jefe de la casa de la reina, por muy mal que pensase no habria exagerado, porque la realidad era aun peor. Designado por el rey Fernando para que vigilase el encierro de su hija en Tordesillas, mosen Luis Ferrer habia cumplido a rajatabla la mision encomendada. En los casi ocho anos que estuvo al frente del cuidado de la reina, el aislamiento al que la sometio fue total. Ni un solo dia consintio que dona Juana saliera al exterior del palacio, y por supuesto no se le permitian visitas. Algunos nobles castellanos, que en mas de una ocasion intentaron saludar a su reina, se encontraron con la negativa de mosen Luis Ferrer, que inventaba disculpas que ya nadie creia, pero que no les quedaba mas remedio que aceptar. Cuando la reina se negaba a comer, la obligaba a alimentarse, aunque tuviese que llegar a los castigos fisicos. El mismo reconocio haber utilizado la violencia con ella. Otras veces, para conseguir que dona Juana se mostrara obediente o para castigarla por alguna protesta que habia protagonizado, la mandaba encerrar en una habitacion totalmente a oscuras. El palacio en el que Juana estaba encerrada habia sido creado por iniciativa del rey Enrique III. Estaba situado en las inmediaciones del palacio monasterio de Santa Clara mandado construir por el rey Alfonso XI para celebrar la victoria en la batalla del Salado, convirtiendolo en la residencia de su amante, Leonor de Guzman. Anos mas tarde, el rey Pedro I finalizaria las obras de este palacio mudejar en el que viviria con Maria de Padilla. En el nacieron sus dos ultimos hijos. Sera este monarca quien decida ceder el palacio a la mayor de sus hijas para que lo convierta en convento. Y asi fue, despues de que el papa Urbano VI, en 1365, aprobara su fundacion. A lo largo de los anos se fueron realizando obras para adaptarlo a las necesidades conventuales. Por ello, el nuevo rey de Castilla, Enrique III, al no disponer de residencia en Tordesillas, decidira la edificacion de otro palacio nuevo, que es en el que vive dona Juana. Es de planta rectangular, con dos pisos de altura. Cuenta con tres puertas. Una al sur, frente al Duero, otra el norte y la tercera mirando al oeste. Tiene un corredor exterior y en la fachada sur se levanta una torre cuadrada, con tres alturas; la ultima dispone de un pequeno mirador. En el interior tiene dos patios y una pequena huerta. Los materiales utilizados en su construccion no habian sido buenos, por lo que es preciso realizar continuas reparaciones. Dona Juana, la reina cautiva, sera su ultima moradora. A su muerte, el castillo en el que habia vivido encerrada mas de cuarenta anos quiso desaparecer con ella y poco a poco se fue desmoronando en el mas absoluto de los olvidos. Tordesillas era entonces una localidad importante en la que residian mas de mil familias. Un lugar castellano muy querido por la historia. Su nombre ha quedado impreso para siempre en el Tratado que en ella se firmo entre los Reyes Catolicos, Isabel y Fernando, y el monarca portugues Juan II. En Tordesillas estaban muy al tanto de la situacion de la reina. Se contaban tantas cosas de su enloquecido comportamiento que ya muchos creian en la locura de dona Juana, aunque todos rechazaban el trato vejatorio al que la sometian. Algunos personajes destacados de la villa pensaron en ayudarla en alguna medida, pero poco podian hacer, pues todo estaba autorizado por su padre, el rey Fernando, que, apoyado por el cardenal Cisneros, regentaba el reino en ausencia de su hija, a la que habia inhabilitado encerrandola. El pueblo seguia con cierto dolor los comentarios que atravesaban los muros de palacio. Por eso a la muerte del rey Fernando, en 1516, los vecinos de Tordesillas se sublevaran exigiendo que mosen Luis Ferrer fuera relevado del cargo. El cardenal Cisneros estaba de acuerdo con las medidas que el rey Fernando habia tomado respecto a su hija. De ahi que al fallecimiento de este decida que la reina deba seguir encerrada, mientras el asume la regencia --segun el testamento del Rey Catolico-- en espera de la llegada del hijo de dona Juana, Carlos. Cisneros, por tanto, mantiene el aislamiento de la reina. Pero si tiene en cuenta las protestas de los vecinos de Tordesillas y la carta que dona Maria de Ulloa, camarera de la reina, le escribe dandole cuenta de las penalidades a las que estaba sometida dona Juana: ... Sus ojos no pueden soportar la luz, lo cual no es de extranar, ya que cuando no queria comer la encerraban en un cuarto oscuro hasta que cambiara de parecer. En los ultimos tiempos no se le ha consentido entrar al monasterio de Santa Clara, donde se guarda el tumulo de don Felipe que Dios tenga en su gloria. La he encontrado mucho peor de lo que me podia imaginar. Si el estado de nuestra senora mueve a compasion, otro tanto ocurre con la princesa Catalina, que, a punto de cumplir nueve anos, no conoce el mundo fuera de este castillo. Cuanto haga vuestra eminencia por mejorar la suerte de nuestra senora no dude de que sera obra de gran justicia y gratisima a los ojos de nuestro Senor Jesucristo. En un gesto de cordura, tal vez de compasion, Cisneros cesa a mosen Ferrer en sus funciones y nombra a Hernan Duque, al que conoce muy bien, pues ha luchado a su lado contra los moros. El hombre en el que se ha fijado es una persona en la que confia sin ningun tipo de reservas. El gesto que el capitan de las tropas castellanas, Hernan Duque, habia tenido al ofrecerse a cambio de uno de sus hombres, padre de siete hijos, que habia sido hecho prisionero y que iba a ser asesinado por no poder pagar su familia el rescate exigido, le ennoblecia. Al igual que su reaccion posterior. El cambio de prisionero fue aceptado y el rescate solicitado, para liberar ahora a Hernan, se incremento. No pertenecia este a una familia muy pudiente y su anciano padre para salvarlo decidio el matrimonio de Hernan con una joven con problemas de salud cuyo destino era quedarse soltera, pero de familia campesina con grandes posesiones. Con la dote conseguida por su padre, Hernan Duque fue liberado tras un ano de cautiverio. Al poco de regresar a su pueblo contrajo matrimonio, cumpliendo el compromiso paterno. La joven esposa, que se llamaba Maria Micaela, mejoro a su lado de las convulsiones que padecia, pero al dar a luz en su primer embarazo fallecieron ella y el bebe. Hernan Duque tomo entonces la decision de hacerse monje franciscano. Ingreso para cursar el noviciado en el convento de Valladolid y es alli adonde acude Cisneros para proponerle que acepte el cargo de ocuparse de dona Juana. Hernan Duque muestra sus deseos al cardenal de seguir en el monasterio y rechaza su oferta, pero Cisneros lo convence diciendole que es la voluntad de Dios. Que nadie mejor que el para intentar ayudar a la desdichada soberana que se ha visto sometida hasta entonces a un humillante trato por parte del responsable de su casa.

  • Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos de John Berger

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    Combinando la soberbia profundidad de sus ensayos y criticas artisticas con la riqueza emocional de su ficcion y su poesia, en esta obra John Berger vuelve por primera vez la lente de su arte sobre si mismo. Asi, se concentra en sus emociones personales y su vida y se cuestiona sobre ciertos aspectos tan trascendentales como ?que es lo que nos lleva a amar? Berger vuelve a mostrarnos otra manera de ver, ofreciendonos, ademas, una magnifica declaracion acerca del enfrentamiento entre la devastacion y el amor en nuestro mundo.

  • Querido John de Nicholas Sparks

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    John Tyree, es un muchacho rebelde que vive en Carolina del Norte. Despues de pasar una infancia complicada sin madre y con un padre obsesionado con la numismatica decide alistarse en el ejercito para poder huir de su pueblo y de su disfuncional familia. Sin embargo, en uno de los permisos que se le conceden, volvera a su ciudad natal y alli conocera a Savannah. Las visitas de John a Savannah se suceden y en ellas el amor que sienten el uno por el otro no hara mas que aumentar. John conseguria ademas, con la ayuda Savannah, descubrir el porque del alejamiento de su padre y reconciliarse con el.

  • Sexo, Camaras y Accion de Robin C. Tutti

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    Fidelidad o libertad, profesion o placer; el limite podria no existir.

  • Mientras camino entre las sombras (Cielo prohibido 2) de Matias Zitterkopf

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  • La montana magica, Thomas Mann de Thomas Mann

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    El protagonista de la novela, Hans Castorp, un joven de 22 anos, estudiante de ingenieria y de familia adinerada, va a visitar a su primo al hospital de tuberculosos de Davos, en donde su estancia, originariamente planeada para tres semanas, se convierte en una estadia de siete anos. Pronto comprende que la logica que rige en el hospital, situado a 1530 m de altitud, es distinta a la que gobierna el mundo “de los de abajo” -el mundo de los sanos-. El hospital de Davos, reino de la enfermedad y la muerte, pero tambien de la ociosidad y la seduccion, transforman profundamente al protagonista. La montana magica es tambien una descripcion de la situacion social e intelectual europea, que registra los acontecimientos filosoficos, sociales y politicos de Europa que provocaron la Primera Guerra Mundial.

  • Un caballero inconveniente de Catherine Brook

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    Inglaterra, 1830 Habian pasado cuatro anos desde que Edwin Allen habia asistido a una fiesta de esas. En general, las semanas campestres de lady Pembroke eran del agrado de toda la sociedad, y bastante anheladas por aquellos jovenes que ya se sentian preparados para entrar en el mundo tragico pero ineludible del matrimonio. El no estaba listo, y dudaba que algun caballero de veinticuatro anos recien salido de la universidad lo estuviese. A menos, claro, que fuese un hombre con un fuerte sentido de la responsabilidad y apego a lo tradicional, virtudes que nadie podria adjudicarle jamas. En realidad, era muy dificil que le adjudicaran alguna virtud. Edwin sonrio ante el pensamiento y tomo un sorbo de la copa, su unica compania en el solitario jardin. Para su gran fortuna, era el baile de inauguracion y todos estaban dentro festejando, por lo que era improbable que lo importunaran. No era que detestase las fiestas o a las personas, solo que el preferia entretenimientos mas interesantes. De preferencia, con mujeres menos recatadas que las alli presentes y caballeros tan bromistas como el. Todavia recordaba la discusion que tuvo con Julian al respecto. --Se que eres un adulto, pero el sentido comun me dicta que no es conveniente dejarte solo en casa --habia dicho su hermano Julian con tono inflexible despues de que Edwin rechazara rotundamente la idea de ir a la semana campestre de lady Pembroke. --Si ese es el unico inconveniente, me quedare en un hotel --habia respondido el, haciendo que en los rasgos de Julian apareciera esa mueca contrariada que tanto le divertia. --No, no es el unico. Estas en edad de empezar a introducirte en sociedad. La aristocracia sabe que te has graduado, les ha resultado toda una sorpresa porque todos juraban que te expulsarian. Han empezado a incluirte en las invitaciones. --Espero que no tengan la absurda idea de que me he reformado, porque de ser asi… --Edwin --habia interrumpido su hermano--, ya no eres un jovenzuelo. --Que haya pasado la etapa de bromas no me hace un caballero respetable. No tengo animos para tratar con gente estirada y damas que parpadean como si los ojos se le fueran a secar solo por no pestanear cada medio segundo. !Por Dios, Julian! Sabes que asistir a esa fiesta en particular es gritar que estas buscando esposa. Soy muy joven para eso. No pienso ir y es mi ultima palabra. Por supuesto, no habia contado con que el conde de Granard, que siempre habia sido mas bien benevolente con el y con su melliza Clarice, se pusiera inflexible en el tema. Habia pocas personas que pudieran obligar al famoso mellizo Allen a hacer algo que no deseaba, y Julian estaba en ese reducido grupo que solo conformaban el y Clarice. El primero porque habia sido lo mas cercano que tuvo a una figura paterna cuando quedaron huerfanos a los siete anos, y la segunda porque era su melliza, su otra mitad, y no habia nada que Edwin no hiciera por ella… aunque moriria antes de confesarselo. Asi pues, valiendose de ese respeto que Edwin le tenia, habia conseguido arrastrarlo hasta alli. Por fortuna, Edwin era el cuarto hijo de un conde y sus posibilidades de heredar un titulo eran casi nulas. De lo contrario, estaria rodeado de jovenes casaderas que lo asfixiarian con sus perfumes de rosas y lo marearian con tanto aleteo de pestanas. No tener una fortuna considerable y ser bastante joven tenia sus ventajas. Cuando todos comprendieran que no se habia regenerado --y el se encargaria de que quedase claro-- todo volveria a la normalidad. La aristocracia dejaria de enviarle invitaciones y darian un paso hacia atras cada vez que lo vieran entrar. Despues de todo, si algo inspiraban los mellizos Allen era cautela, y no era para menos. Todos sabian que fueron los mellizos quienes, a la tierna edad de ocho anos, liberaron a los perros de caza en el almuerzo de lady Milford, y ni que decir de cuando Edwin habia incendiado un salon en Eton --y por eso fue expulsado--. La sociedad estaba siendo demasiado idiota al pensar que un personaje como el se podia reformar. Sabia que algunas matronas estaban desesperadas por casar a sus hijas, pero no era necesario llegar a fantasias absurdas. -- Edwin --susurro una voz suave a sus espaldas. Edwin se tenso y se permitio hacer una mueca de repulsion antes de girarse con una sonrisa algo tensa. --Lady Lydia, que sorpresa. En realidad no lo era en lo absoluto. Sabia que la dama estaba alli: llevaba intentando evitarla toda la noche. Supuso que habia sido demasiado optimista de su parte pensar que podria huir de ella toda la semana. --No sabia que habias regresado. Me alegra mucho volver a verte --dijo con una sonrisa. Edwin admitia que tenia una sonrisa bonita. Lastima que fuera lo unico en su rostro. No habia cambiado en lo absoluto desde la ultima vez que la vio; si acaso se habia vuelto mas fea. Tenia una nariz gruesa, como la de las ilustraciones de las brujas en los cuentos; unos ojos muy grandes y un rostro demasiado redondo. Su cuerpo prometia ser un poco mas tolerable, pero era dificil de descifrar con tantas capas de tela encima. La sociedad no las apodaba a ella y a sus hermanas <> por nada. --Llegue hace poco. Por mas que la cortesia lo exigiera, Edwin no se atrevia a responder con un <>. No solo porque no se alegraba, que ya era una razon muy poderosa puesto que el no solia hacer uso de ese tipo de mentiras, sino porque solo agravaria el problema. Habia pensado que una separacion de cuatro anos lo solucionaria por si solo, pero cuando la joven habia intentado llamar su atencion esa noche supo que habia pecado de ingenuo. --Podrias haberme escrito. Edwin tuvo que contener una mueca. No, definitivamente el problema no se habia resuelto. Habia sido demasiado esperar considerando que era un Allen, un apellido maldito para la sociedad, ya que quienes los portaban vivian entre lios y escandalos. En el caso de los mellizos Allen, y de el en particular, los problemas no los encontraban, sino que ellos mismos, ansiosos de diversion, iban en busca de estos. Sin embargo, en ese caso particular, el problema si lo habia encontrado. !Y vaya problema! Todavia recordaba aquel dia con un escalofrio. Clarice y el estaban haciendo un favor que implicaba el allanamiento de habitaciones privadas durante una fiesta. A punto de ser descubiertos, Edwin habia salvado la situacion haciendose el perdido y pregonando que habia quedado con lord Sheritong para hablar de los terminos del cortejo de su hija. Que diablos iba a imaginar que lord Sheritong se enteraria. Asi fue como termino haciendole la corte a Lydia, que, por mas que el solia mostrarse desagradable, se aferraba a el como su tabla de salvacion. No era de extranar. Ella no tenia mas pretendientes y queria conservar al unico que tenia, asi fuera tolerando sus desplantes. A la larga, a Edwin le habia dado pena la joven y habia dejado de comportarse como un desalmado, pero no habia dudado en aprovechar su regreso a la universidad para poner fin a aquel cortejo tan espantoso. O al menos creyo haberle puesto fin. Aunque las pruebas apuntaran lo contrario, todavia queria creer que la joven se habia acercado a saludarlo solo por amabilidad. Si, eso es algo que ella haria. --Los chismes llegan mas rapido que una carta --apunto Edwin, fingiendo indiferencia--. Y hablando de chismes, no deberias estar aqui fuera mucho tiempo. No es bueno para tu reputacion. Lydia lo miro de una forma extrana, como si no lo comprendiera. --?Te sucede algo, Edwin? Te noto extrano. --Estoy bien. Pero deberiamos regresar… --Hizo ademan de marcharse. Si no se iba ella, tendria que hacerlo el. Una situacion asi era tentar demasiado al apellido Allen. --No entiendo la urgencia. Se que no es correcto, pero ya que nos vamos a casar… Edwin no escucho lo que dijo despues de eso. La insinuacion del matrimonio lo detuvo en seco. ?Casar? ?Se habia vuelto loca? Seguro que si. En cuatro anos podian suceder muchas cosas, y no era por ser cruel, pero el constante rechazo al que Lydia debia haberse visto sometida podia haber afectado sus capacidades mentales. Suponia que era uno de los efectos mas drasticos de saberse una solterona. Algunas se amargaban, otras vivian de ilusiones y unas pocas como lady Lydia mezclaban esas ilusiones con la realidad hasta fusionarla y convertirla en un mundo ideal que solo ella veia, con un caballero solo para ella. Edwin debia dejarle claro que el no podia ser ese caballero. --?Casarnos? Tenia muchas cosas mas que decir, pero la incredulidad lo superaba. La palabra le causaba fobia. Casarse. Asumir responsabilidades. De verdad ella se habia vuelto loca. Tomo un sorbo de licor para tranquilizarse. Lydia lo miro con extraneza. --Antes de marcharte dijiste que cuando regresaras nos casariamos. Edwin casi se atraganta con la bebida. Su piel palidecio dos tonos. El no pudo haber dicho semejante idiotez. Era cierto que mentia con frecuencia para salir de problemas, y tambien recordaba que antes de enfrentar algunos encuentros con ella se tomaba unas cuantas copas para darse valor, pero que lo condenaran si habia prometido semejante cosa. Bajo ninguna circunstancia, ni siquiera borracho, podria haber mencionado algo tan absurdo. Edwin se tomaba muy en serio su libertad. Jamas bromearia con ello. Definitivamente esa joven habia perdido el juicio. --Bueno, esas no fueron tus palabras exactas --continuo ella al ver su expresion de incredulidad. Edwin respiro con alivio. Le alegraba saber que no era el quien estaba perdiendo la cordura--, pero dijiste que necesitabas ir a la universidad para poder ofrecer a la dama con la que te casaras un futuro prometedor. Dijiste que mi padre jamas aceptaria a un don nadie en la familia. Eso si lo recordaba. Si, eso habia sido con exactitud lo que habia dicho, aunque estaba seguro de que la mencion de lord Sheritong habia sido un ejemplo y no una insinuacion. Recordaba haber dicho: <>. Dicho de esa forma si parecia una indirecta, pero !que diantres! Estaba demasiado desesperado por quitarsela de encima.

  • Breve historia de las batallas de Carlos Diaz Sanchez

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    Descubra las batallas que cambiaron el destino de las grandes civilizaciones. Los detalles de las tropas, armamentos y las tacticas de los mas brillantes generales, Ramses II, Alejandro Magno o Julio Cesar. Egipcios contra Hititas, Griegos contra Persas, Romanos contra Dacios: la trepidante historia de las guerras que decidieron el curso de la historia.

  • Quien mato a Laura Coves de Pablo Poveda

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    Quinientos metros mas y habria terminado su entrenamiento diario. La manana comenzaba a ser calurosa en la ciudad de Alicante. El sol repicaba en la playa del Postiguet a medida que se acercaba el mediodia y la abundante masa de turistas transitaba en sendas direcciones por el paseo. El sudor empapaba su pecho, notaba la humedad en los brazos y la boca reseca tras una hora sin pausa. Correr le ayudaba a sentirse mejor, a silenciar la mente, aunque no era una aficionada a los deportes. No le gustaba el yoga, ni la meditacion. Lo habia probado todo y aquello era lo unico que le funcionaba. Marta Agullo se movia rapido, a un ritmo que superaba el de la mayoria de los corredores que encontraba por el camino. Para ella era lo habitual. Las pruebas de acceso al Cuerpo no le habian resultado complicadas. Atraveso el paseo de la playa, acompanada por el ritmo machacon de la musica electronica que salia por sus auriculares y continuo por el bulevar del puerto. A la altura del cruce que llevaba a la Explanada, vislumbro un grupo de extranjeros que esperaban a que el semaforo cambiara de color. Todo sucedio en cuestion de segundos. De pronto, sus sentidos se agudizaron y vio como la mano de un carterista accedia al bolso de una mujer de cabello rubio. La turista no noto su presencia hasta que sintio el tiron en su cuerpo. El grito de la victima provoco la confusion. 1 a en la playa del as transitaba en ca tras una hora aficionada a los ello era lo unico s corredores que rpo no le habian sica electronica a del cruce que que el semaforo edia al bolso de El circulo del paso de cebra se deshizo y los transeuntes que cruzaban desde el otro lado formaron una masa heterogenea. Agullo no lo penso dos veces. Cuando el ladron pego el primer tiron, echo a correr por el paseo maritimo, en direccion a la antigua lonja de pescado. Su padre siempre le decia que un agente no descansaba, incluso cuando no estaba de servicio. Agullo salio disparada tras el ladron, aumentando la velocidad y tambien el ritmo cardiaco. La fatiga se hacia presente en su cuerpo. Empezaba a sentir la deshidratacion despues de una hora corriendo. Ignoro las senales de su organismo y se concentro en el objetivo. El delincuente era un varon delgado, de baja estatura, moreno y con el pelo rizado. Por su apariencia, ella penso que no pasaria los veinticinco anos y tambien que no tardaria en agotarse. Poco a poco, recortaba la distancia con el, pero aun estaba lejos de alcanzarlo. El ladron giro el rumbo, bordeando el Club de Regatas y adentrandose en la peatonal que llevaba al centro comercial Panoramis. Ella debia apresurarse. Si el sujeto entraba en los grandes almacenes, lo perderia de vista. Cuando el muchacho parecia dirigirse hacia la puerta principal, un grupo de jovenes le obstruyeron el paso y le obligaron a cambiar de direccion. Agullo apreto los punos, lleno los pulmones doloridos por la carrera y aumento el ritmo, a pesar del cansancio. Cada zancada era mas larga y tambien mas sufrida, pero lo tenia acorralado. La muchedumbre de la entrada, que parecia formar parte de una visita guiada, entorpecia el camino de la agente. --!Policia! !Apartense! --grito a viva voz. Las palabras disuadieron a los viandantes, que abrieron un pasillo. La presencia de ambos llamo la atencion de los guardias de seguridad del recinto. El chico corrio hacia un espigon y entendio que no habia salida. Ella rebajo la velocidad y vio su expresion de impotencia. Era joven y el bolso valia lo suficiente para detenerlo. Los ojos del ladron buscaban una salida. --!Alto, Policia! --exclamo ella, acercandose a el. No iba armada, ni estaba de servicio, y penso que lo mas probable era que el delincuente si tuviera con que defenderse--. !No puedes huir! !Entregate y no lo compliques mas! Era la primera vez que se enfrentaba a una situacion como esa. En comisaria le habian advertido de las consecuencias, pero ella se dejo llevar por el instinto y ahora comenzaba a arrepentirse por ello. Debia ser precavida, penso. El muchacho no respondio, quiza porque no entendia el idioma, o porque seguia buscando una escapatoria. Agullo se acerco unos metros mas, pero el no parecia tenerle miedo. Cada vez estaba mas cerca del limite que separaba el muelle del agua. --!Entregate! El la miraba desafiante y nervioso. Con una mano sujetaba el bolso que habia robado y con la otra se preparaba para golpear. --No seas tonto, dame el bolso y entregate. Los pies del chico estaban cerca del borde de la superficie. Ella estudio su lenguaje fisico y entendio que, si avanzaba un centimetro, no dudaria en sde el otro lado n direccion a la aba de servicio. ritmo cardiaco. despues de una o rizado. Por su aria en agotarse. la peatonal que a en los grandes o de jovenes le punos, lleno los ada zancada era da, entorpecia el encia de ambos a de servicio, y e--. !No puedes ar por el instinto eguia buscando no dudaria en golpearla. Sin embargo, en su cabeza tambien existia una segunda posibilidad, sin que saliera herida. Con cada respiracion, el muchacho se recuperaba de la carrera que habia efectuado. --!Por ultima vez, dame el maldito bolso! No te lo voy a repetir. El mozo sonrio y saco una navaja del bolsillo. Abrio la hoja y la levanto para que ella la viera. La agente sintio un escalofrio que la puso en alerta. La situacion se complicaba, penso, pero no iba a permitir que se escapara. Calculo rapido y tomo una decision. Cuando el caco extendio el brazo para disuadirla, Agullo lo esquivo y despues fingio abalanzarse sobre el. El chico no espero el contraataque y retrocedio, olvidando que estaba tan cerca del agua. Un fallo, un error que le saldria mas caro que el bolso. Perdio el equilibrio, cambio de expresion y movio los brazos con torpeza. Agullo se acerco, le arrebato el objeto de las manos y lo dejo caer al muelle. El ladron se sumergio en las densas aguas del Club de Regatas, banadas en combustibles y aceites. La agente echo un vistazo al objeto y calculo que valdria mas de mil euros. <>. Los guardias de seguridad se acercaron a ella para socorrerla. --A mi, no, !a el! --explico, mientras el chico intentaba nadar hacia la salida. A lo lejos, la victima del robo y su marido se acercaban a las puertas del centro comercial. --!Llamen a la Policia para que lo detengan! --ordeno y se giro para senalar a la propietaria del Louis Vuitton--. Esto pertenece a aquella mujer. --Pero usted es policia --dijo el guardia jurado, desconcertado por la situacion. Agullo lo miro, sudando a borbotones, y suspiro. --?Por que hoy nadie me escucha cuando hablo? golpearla. Sin embargo, en su cabeza tambien existia una segunda posibilidad, sin que saliera herida. Con cada respiracion, el muchacho se recuperaba de la carrera que habia efectuado. --!Por ultima vez, dame el maldito bolso! No te lo voy a repetir. El mozo sonrio y saco una navaja del bolsillo. Abrio la hoja y la levanto para que ella la viera. La agente sintio un escalofrio que la puso en alerta. La situacion se complicaba, penso, pero no iba a permitir que se escapara. Calculo rapido y tomo una decision. Cuando el caco extendio el brazo para disuadirla, Agullo lo esquivo y despues fingio abalanzarse sobre el. El chico no espero el contraataque y retrocedio, olvidando que estaba tan cerca del agua. Un fallo, un error que le saldria mas caro que el bolso. Perdio el equilibrio, cambio de expresion y movio los brazos con torpeza. Agullo se acerco, le arrebato el objeto de las manos y lo dejo caer al muelle. El ladron se sumergio en las densas aguas del Club de Regatas, banadas en combustibles y aceites. La agente echo un vistazo al objeto y calculo que valdria mas de mil euros. <>. Los guardias de seguridad se acercaron a ella para socorrerla. --A mi, no, !a el! --explico, mientras el chico intentaba nadar hacia la salida. A lo lejos, la victima del robo y su marido se acercaban a las puertas del centro comercial. --!Llamen a la Policia para que lo detengan! --ordeno y se giro para senalar a la propietaria del Louis Vuitton--. Esto pertenece a aquella mujer. --Pero usted es policia --dijo el guardia jurado, desconcertado por la situacion. Agullo lo miro, sudando a borbotones, y suspiro. --?Por que hoy nadie me escucha cuando hablo? Viernes, 7 de agosto de 2008. Sant Vicent del Raspeig, Alicante. Su padre no aguanto lo suficiente para cumplir su ultima voluntad. La vida no siempre era justa y en su caso se lo llevo antes de hora. Ante la presencia del agente inmobiliario, Marta Agullo dio un ultimo vistazo a la modesta casa familiar de Sant Vicent del Raspeig, una vivienda de dos plantas con patio interior en la que se habia criado. Entre esas paredes se quedarian todos sus recuerdos, los momentos de una infancia atipica pero feliz. Sin embargo, penso que lo mejor que podia hacer, dado que no tenia mas familia cercana, era ponerla en venta y deshacerse de ella. Ahora ya no existia ningun motivo para estar alli. --Aqui tiene --dijo y le entrego las llaves al agente, quitandose una gran carga emocional de encima--. Es toda suya. El hombre llevaba un traje de color plateado y el cabello tieso por la gomina. --Estupendo. Le preparare una copia del contrato, con todo el papeleo. --Por supuesto, no hay ninguna prisa. --No la hay para usted, claro --respondio con un tono jocoso. Ella no reacciono. El hombre rio nervioso, cruzo los brazos y miro al salon--. Esta casa se vendera sola. Ya lo creo. <>. Marta Agullo abandono la propiedad con un casco de motocicleta en el codo y la esperanza de regresar para firmar la venta. Se despidio del agente y camino hacia su Vespa Primavera de color azul celeste para regresar a Alicante. La calma de las calles del pueblo le recordaba a su ninez, a su padre y a las tardes que habia pasado sola entre libros, mientras el se encargaba de cazar a los malos, como solia decirle. Ella tambien se convirtio en policia, una decision que nunca le gusto al padre, pero que termino aceptando con orgullo. Por desgracia, el inspector Agullo habia fallecido dos anos antes a causa de un infarto. Una muerte rapida, subita como la que provoca un balazo en el centro del corazon. Una despedida dulce, o quiza entretenida, frente a la pantalla de la television mientras veia una serie espanola. Un suceso tragico, triste, pero esperado por su hija. 2 zo a la modesta nterior en la que infancia atipica nia mas familia ga emocional de ono. El hombre o y la esperanza pa Primavera de ardes que habia padre, pero que un infarto. Una Una despedida serie espanola. Tenia depresion, aunque nunca asistio a un medico. El conac y el tabaco lo acompanaron durante diez anos, despues de que un cancer se llevara a su esposa. La ultima voluntad del padre era la de poder presenciar algun dia, como su hija se convertia en inspectora del Cuerpo Nacional de Policia. Marta le prometio que asi seria, pero solo si cortaba con sus vicios. Ella cumplio con su parte del trato. Las pruebas eran duras, pero ella era inteligente y tenia buena forma fisica. Estudio, oposito y consiguio el ascenso. El no lo vio. No aguanto lo suficiente. Por suerte, tampoco para escuchar como la vida de su hija se habia convertido en un infierno tras el ascenso. Habia pasado casi un ano desde su incorporacion a la Comisaria Provincial, casi dos desde la marcha de su padre. Algunas cosas habian mejorado, como su punteria. En la galeria de tiro de Javea era una habitual. Disparar en frio no era un problema. Sin embargo, otras, seguian igual que el primer dia. El cuerpo se le paralizaba cada vez que la idea de apuntar a una persona asomaba en su cabeza. El porque de esa reaccion seguia siendo el mismo que la habia llevado a empunar una pistola. Una noche primaveral de sabado, de camino a una discoteca junto a una amiga, la atracaron en plena calle. Sintio impotencia, miedo y rabia por tener que entregar sus pertenencias bajo coaccion. Uno de los maleantes se insinuo, rozando su rostro con la hoja de la navaja. Las piernas le temblaron tanto, que estuvo a punto de perder el equilibrio. La Policia llego tarde y los cacos desaparecieron. Paso dos noches sin dormir, aterrada por la cara de esos hombres y preguntandose cuantas mujeres tendrian que sufrir sus ataques hasta que los detuvieran. Ni el consuelo de su padre ni las palabras de los policias la calmaron. Pensaba que no solo era injusto, sino que nadie debia pasar por aquello. Y entonces descubrio que hacer con su vida. Cuando abrio la taquilla de los vestuarios, vio que alguien se habia molestado en dejarle una nota de papel con un recordatorio escrito en rotulador rojo: <>. Ese era su seudonimo. Un molesto juego de palabras. <>, se repetia recordando a su padre, cada vez que le gastaban una broma. Tomo la nota, miro a su alrededor en busca de complices, la arrugo en una bola de papel y la lanzo a una papelera. o acompanaron hija se convertia eligente y tenia o en un infierno asi dos desde la asomaba en su nar una pistola. ga, la atracaron tandose cuantas e su padre ni las adie debia pasar o en dejarle una recordando a su ola de papel y la <>. Esa era la leccion que le habia ensenado su padre a lo largo de la vida. <>. Un consejo que llego tarde y tal vez seria util para el, un lobo de vieja escuela, pero no para ella. La Comisaria Provincial de Alicante habia pasado de ser un lugar de trabajo ameno y tranquilo, a convertirse en una fortaleza hostil en su dia a dia. Una subida de sueldo tambien implicaba un aumento de responsabilidades, de criticas y de zancadillas que evitar. A muchos de sus companeros, sobre todo los que estaban por encima de ella, todavia les costaba aceptar la posicion que habia adquirido. No les sentaba nada bien que Agullo se saltara la cola del ascenso con un examen. Se licencio en Derecho por exigencias familiares. La madre queria un titulo para su hija y los abogados estaban bien considerados y ganaban un buen salario. El padre pensaba que una carrera como aquella la ayudaria a tener orden y solvencia en el futuro, pero Marta no estaba de acuerdo con esa forma de ver la vida. Con los anos, su padre tuvo razon. En lugar de discutir, Agullo entendio que podria salir con titulo antes de tiempo, y los cinco anos de carrera se convirtieron en cuatro, debido a su capacidad para memorizar los extensos y aburridos temarios por los que nunca mostro interes. Despues ingreso en la Academia de Avila. Media un metro sesenta y cinco, cumplia con las exigencias de altura y tambien se manejaba por el ingles, gracias a una relacion amorosa que habia tenido anos atras con un chico irlandes afincado en Alicante. Debido a su pasion por el deporte desde nina, destaco en las pruebas fisicas con unos tiempos envidiables. Marta Agullo iba a encaminada a ser una agente ejemplar. Era obediente, metodica, agil y resolutiva, cualidades que no tardaron en levantar ampollas entre el resto de personal. Pasaron algunos anos, gano experiencia y comprendio como funcionaba aquello. Sabia que podia dar mas de si y aspiraba a convertirse en una de esas mujeres duras y sin miedo que veia en la comisaria durante los turnos de noche. Pero optar a inspectora no era sencillo: ni por el camino viejo, ni por el alternativo. Las oposiciones para acceder a la Escala Ejecutiva eran duras y exigentes. Y ella no era una conformista. Dejo las pertenencias en la taquilla y salio al exterior del edificio para tomar un cafe antes de comenzar la jornada laboral. Algunos dias sabia cuando entraba, pero no cuando saldria. Esa manana tuvo una extrana sensacion al respecto. Cruzo la calle y entro en la cafeteria que habia frente a la comisaria, un bar espanol como los de siempre, con su barra alargada de zinc, la pata de jamon en un extremo, la vitrina cargada de ensaladilla rusa, boquerones, magra frita con tomate y una television en lo alto. Uno de esos bares que huele a cafe torrefacto, a bocadillo de calamares y a anis. Un lugar en el que la vida se detiene mientras se esta en el. Pero la suya no se detuvo. Mas bien, la siguio recordando el calvario que sufria. Al entrar, encontro a varios companeros desayunando en la barra. Su presencia no paso respeto de los la, pero no para abajo ameno y sueldo tambien ella, todavia les Agullo se saltara ara su hija y los que una carrera taba de acuerdo mpo, y los cinco r los extensos y ien se manejaba n chico irlandes s pruebas fisicas vantar ampollas uello. Sabia que iedo que veia en un cafe antes de ndo saldria. Esa spanol como los trina cargada de o. Uno de esos el que la vida se esencia no paso desapercibida. --!Buenos dias! --dijo, con el semblante serio. Un hombre y una mujer la miraron, le devolvieron el saludo y se desplazaron al otro extremo de la barra. La inspectora pidio media tostada con tomate rallado y aceite y un cafe cortado. Podia sentir los ojos punzantes. La miraban como los buitres, desde la distancia. <>, se dijo, asumiendo que la unica manera de rehacer su vida seria pidiendo un traslado. Y no lo descartaba. Era lo unico que podia salvarla en el futuro de una baja psicologica. Vender la casa de su padre habia sido el primer paso. Mientras esperaba al desayuno, alzo la vista y puso atencion a la television para distraerse. <>. Elche, penso, la eterna ciudad vecina que existia en un mundo aparte y a la que habia visitado dos veces en su vida. El resto eran comentarios y prejuicios del colectivo popular. <>, se pregunto, observando la pantalla. <>, se dijo. <>, penso y se rio. Dio un bocado a la tostada y se limpio el aceite de la barbilla. Las palmeras, las fiestas y los fuegos artificiales aparecian en la pantalla. Se volteo a mirar a los otros policias. ?Hasta cuando duraria aquello?, se cuestiono. ?Realmente merecia la pena todo lo que habia sacrificado por llegar hasta alli? <>. desapercibida. --!Buenos dias! --dijo, con el semblante serio. Un hombre y una mujer la miraron, le devolvieron el saludo y se desplazaron al otro extremo de la barra. La inspectora pidio media tostada con tomate rallado y aceite y un cafe cortado. Podia sentir los ojos punzantes. La miraban como los buitres, desde la distancia. <>, se dijo, asumiendo que la unica manera de rehacer su vida seria pidiendo un traslado. Y no lo descartaba. Era lo unico que podia salvarla en el futuro de una baja psicologica. Vender la casa de su padre habia sido el primer paso. Mientras esperaba al desayuno, alzo la vista y puso atencion a la television para distraerse. <>. Elche, penso, la eterna ciudad vecina que existia en un mundo aparte y a la que habia visitado dos veces en su vida. El resto eran comentarios y prejuicios del colectivo popular. <>, se pregunto, observando la pantalla. <>, se dijo. <>, penso y se rio. Dio un bocado a la tostada y se limpio el aceite de la barbilla. Las palmeras, las fiestas y los fuegos artificiales aparecian en la pantalla. Se volteo a mirar a los otros policias. ?Hasta cuando duraria aquello?, se cuestiono. ?Realmente merecia la pena todo lo que habia sacrificado por llegar hasta alli? <>.

  • Un encuentro accidental de Cathy Williams

    https://gigalibros.com/un-encuentro-accidental.html

    Casarnos, Abigail. No hay otro camino.

  • Trilogia de Auschwitz de Primo Levi

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    <>. Asi comienza Si esto es un hombre, libro que inaugura la trilogia que Primo Levi dedico a los campos de exterminio nazis. Cronica del horror cotidiano, el libro describe en el lenguaje mesurado y sobrio del testigo la espera de la nada, la privacion cotidiana, el olvido de la condicion humana de los prisioneros.

  • El cielo en tus ojos de Angela Drei

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    Evan ha aprendido desde pequeno que cada logro va a acompanado de esfuerzo y dolor.
    Cuando por fin encuentra el amor, el pasado regresa para hacerle caer de nuevo.
    Quiza esta nueva vida junto a Allyson no es para el, tal vez solo es un sueno imposible.
    Tendra que luchar por ser el hombre que ella merece porque, despues de todo, el no sabe escribir poesia, pero sabe que esta enamorado de ella.

  • Contando estrellas (Bdb) – Christina Birs de Christina Birs

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    Mencia de Cusanza, una joven erudita del siglo XV, regresa a Compostela tras haber pasado los ultimos anos en Roma. Consciente de que alguien la persigue, se refugia en la iglesia de Santa Maria Ligure, al sur de Genova, a sabiendas de que alli estaran a salvo tanto ella como el contenido del pequeno cofre que porta consigo.
    En la actualidad, la figura de Mencia es objeto de estudio por parte de un equipo de investigadores encabezado por la arqueologa Sira Lopez, quienes, con el proposito de aportar luz sobre ciertos detalles un tanto oscuros de la historia, acometen una excavacion en el entorno de las ruinas de Santa Maria Ligure. Inmersa en el trabajo que la acercara al objetivo profesional que tanto ansia, un expolio llevado a cabo en extranas circunstancias hara que la vida planificada al milimetro de Sira se desestabilice. Pero no tanto como lo supondra la llegada del lugarteniente Enzo Fossati, con quien, muy a su pesar, se vera obligada a trabajar con el fin de esclarecer el caso.

  • Entre llamas te volvi a encontrar de Alexa Blanco

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    Margarita tenia seis anos cuando Alex, un nino marcado por un tragico suceso familiar, llego a su colegio.Tras convertirse en amigos inseparables, Alex se fue a vivir lejos.
    19 anos despues, la vida de Margarita dara un vuelco inesperado a raiz de un incendio en su edificio.
    Y las consecuencias… Tendras que leer su historia para saberlas.

  • Una noche con Rubi (Joyas de la nobleza 1) de Catherine Brook

    https://gigalibros.com/una-noche-con-rubi-joyas-de-la-nobleza-1.html

    Primera entrega de la serie <>.

  • El gran circo de la economia de Peter T. Leeson

    https://gigalibros.com/el-gran-circo-de-la-economia.html

    ?Sabia que, en la Inglaterra del siglo xix, habia subastas en las que se compraban y vendian mujeres para luego casarse con ellas? ?Que, durante 250 anos, Italia persiguio penalmente a las cucarachas y a los grillos? ?O que en Liberia, aun hoy, los acusados de un crimen beben a veces veneno para determinar su destino?

  • No sin antes verla feliz de Paula Alaimo

    https://gigalibros.com/no-sin-antes-verla-feliz.html

    Una historia llena de esperanza y amor.

  • Preterito imperfecto de Nieves Concostrina

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    Este nuevo libro de Nieves Concostrina empieza en el Ano de la Pera y llega a nuestros tiempos, pasando, como no, por Fernando VII.

  • Tu y yo. Nivel principiante (Tu y yo 1) de S.j. Hooks

    https://gigalibros.com/tu-y-yo-nivel-principiante-tu-y-yo-1.html

    Ella es su alumna. El tiene mucho que aprender.

  • El ejercito de los sonambulos, Wu Ming de Wu Ming

    https://gigalibros.com/el-ejercito-de-los-sonambulos-wu-ming.html

    Paris, enero de 1793. El rey Luis XVI esta a punto de ser guillotinado y la ciudad bulle entre el entusiasmo de los partidarios del nuevo orden y las conspiraciones de los monarquicos. El Terror no tardara en llegar, y la Revolucion entrara en una fase critica.

  • La plaza y la torre de Niall Ferguson

    https://gigalibros.com/la-plaza-y-la-torre.html

    Una historia de las redes organizacionales que han cambiado el mundo y una invitacion a la reflexion esceptica sobre el papel que tienen en nuestra sociedad.

  • La isla de las mujeres del mar de Lisa See

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    Una inmersion fascinante en una cultura en vias de desaparicion.

  • Ciudad violenta de Jorge Balderas Galvez

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    Imagina entrar a una Ciudad freneticamente violenta, una ciudad donde el mas debil muere y el fuerte lo pisotea sin reparo alguno.
    Una ciudad en donde un virus infeccioso letal que convierte a la gente en zombies desquiciados e incansables acaba de ser liberado esta manana.
    Una ciudad tan terrible que el hecho de tener a decenas de zombies persiguiendote por las calles sin detenerse, sin darte aliento, puede que sea el menor de tus problemas.

  • Cuando estabamos vivos, Mercedes de Vega de Mercedes De Vega

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  • Tormentas y amor en navidad de Birgit Kluger

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    Blake odia la Navidad.
    A Shelley le encanta esta fiesta mas que cualquier otra.

  • Me alquilo para el 14 de febrero de Helena Lago

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    Helena Lago nunca deja de sorprenderme. Es una de esas personas que esconden suenos en el puno de la camisa para lanzartelos cuando menos te lo esperas. Una de esas personas magicas con las que empiezas hablando de como auto publicar un libro en Amazon y acabas queriendo unir tu vida a la suya para siempre, de cualquier manera, en cualquier punto del planeta. Asi es ella. El otro dia nos estabamos tomando un cafe y debatiamos... no se de que, de veras ni lo recuerdo. Creo que hablabamos de la tormenta que habia sacudido su Sevilla natal esa manana, que nos desperto a todos sin aviso previo. Estabamos charlando sin ningun otro proposito que pasar el rato cuando, de pronto, entre un sorbo y otro, me dice sin venir a cuento: "Escribeme un prologo". Y lo dice como quien pide otra ronda o la cuenta al camarero. Me dieron ganas de apuntarme el pecho con el dedo y preguntarle: "?A mi? ?Lo dices en serio?". Confieso que no tengo ni idea de como se escribe un prologo. Ni soy una erudita en el tema ni he tenido antes el privilegio de asomar mis palabras entre las de otra escritora. Me encantaria saber las pautas a seguir para hacer justicia al compendio de relatos que tenemos entre manos, aunque mucho me temo que, para hacerlo, tendre que dejarme guiar por el corazon y no por un simple manual de instrucciones. Lo primero que hay que saber de Helena Lago es que estamos ante una autora que no aporrea el teclado, sino que baila sobre las letras como si ellas fueran un precioso lago sobre el que estuviera a punto de deslizarse con unas cuchillas perfectamente afiladas. Sus relatos llenos de luz desprenden una sensibilidad como pocas veces he visto en otras autoras. Una sensibilidad que, huelga decirlo, es marca de la casa, porque Helena no solo impregna su obra con ella sino que lo hace tambien con absolutamente todo lo que toca. Es como si su corazon estuviera directamente conectado a las yemas de sus dedos y cuando escribe no sale de ellos una simple concatenacion de palabras, sino una especie de pentagrama de los sentimientos. Sus personajes femeninos son reales y vulnerables. Los hay fragiles como el diente de leon que esta a punto de ser arrastrado por el viento y fuertes como las raices de un arbol. Helena pinta y colorea a todo tipo de mujeres cada vez que se sienta a escribir y lo hace de tal manera que cualquier persona que la lea se sentira intimamente conectada a las emociones de sus personajes. Tras haber leido los relatos que componen Me alquilo para el 14 de febrero y otros tantos que estan por venir, no me cabe ninguna duda de que estamos ante una de las voces mas delicadas y preciosas de la literatura espanola contemporanea. Un secreto muy bien guardado que se nos presenta con esta antologia de relatos y que estoy segura de que, en el futuro, nos sorprendera con obras igual de preciosas. El mundo LGBT esta de enhorabuena por contar con ella entre sus filas. No. Miento. Me atrevo a decir que el mundo, en general, celebrara su puesta de largo en la literatura. Y yo tengo ademas la suerte de compartir mis dias, suenos, planes y vida con esta magnifica autora. Pasen y lean. Emma Mars Instrucciones para querer a Amy Gibson El telefono no para de sonar y aun estoy sentada en la terraza decidiendo si responder o no. Seguramente se trata de mi amiga Caroline que, como es domingo, se aburre y necesita desconectar un rato de Peter y los ninos. A veces me siento utilizada por ella, cuando tuvo a sus hijos quiso centrarse exclusivamente en su maternidad y experimente una absurda sensacion de abandono, pero suele llamarme semanalmente para saber como estoy, aunque siempre habla ella. Caroline es morena, tiene un fuerte temperamento y a menudo es mejor no llevarle la contraria, decirle que si a casi todo y seguir pensando lo que pensaba antes de hablar con ella. Nos conocimos en unos grandes almacenes cuando apenas teniamos catorce anos. Ella, aunque pertenecia a una familia adinerada, habia robado un panuelo de seda y pude verla hurtando aquella prenda preciosa e inalcanzable para nosotras. No quise delatarla, pero Caroline se percato de mi presencia y mantuvo su mirada azul sobre mis ojos oscuros. Note que estaba midiendo mi lealtad, estaba retandome. Me di media vuelta y sali del establecimiento sin decir nada. Al cabo de unos minutos adverti sus pasos detras de mi, me agarro del brazo y quiso invitarme a un polo de limon. Que tonteria. Pese a que no me fiaba de alguien como ella, accedi educadamente. Para mi aquel verano estaba siendo largo y aburrido, que mas daba compartir un rato con aquella desconocida. Fue su manera de agradecerme el silencio. A partir de aquella tarde nos hicimos amigas. Las mejores. Quiza porque ella siempre me necesitaba, mi templanza y mi prematura madurez contrarrestaban su alocada tendencia a desobedecer las normas de los adultos. Ella siempre se reia de mi gusto por la musica clasica o por la poesia. A mi no me importaba, sabia que en el fondo me queria a su manera. Pero no me apetecia cogerle el telefono. Escuchar sus problemas maritales de nuevo, asegurandome que esta vez piensa divorciarse de Peter porque no la escucha lo suficiente, o que repita que sus hijos crecen demasiado deprisa. En un dia como hoy, podria deprimirme profundamente. Tambien es posible que se trate de Jack. Puedo imaginarmelo muy bien, sosteniendo un cigarrillo entre sus labios, su esposa cocinando cualquier plato complicado a esas horas para hacerle muy feliz y la television encendida, como siempre. Jack habria terminado de leer por cuarta vez el periodico y querria pasar el rato conmigo. Me invitaria a tomar algo en el centro, por supuesto el se ofreceria a recogerme en coche y yo declinaria su oferta porque prefiero ir andando. Insistiria en que nos viesemos en esa cafeteria del hotel que hace esquina y yo terminaria cediendo, incluso podria llegar a emocionarme y abriria el primer cajon de la comoda del dormitorio para elegir mi ropa interior. La ilusion me duraria unos cinco minutos; al cabo de ese tiempo, volveria a sentirme vacia y culpable por no haberme negado en rotundo. Jack trabaja conmigo en una galeria de arte de las afueras de la ciudad, yo cobro menos que el, trabajo mas horas que el y aun asi todas le acabamos sonriendo amablemente cuando aparece a las once de la manana para preguntarnos por las piezas que se han vendido. A fin de cuentas, el es el encargado de que aquello funcione, y como relaciones publicas es bueno. Pero no lo soporto cuando frunce el ceno, fingiendo que esta a punto de decir una frase legendaria y termina soltando una carcajada y una estupidez al mismo tiempo. Rara vez tolera que otra persona tenga una opinion diferente a la suya, o que una mujer sepa de algun tema con mayor profundidad que el. Empezamos a acostarnos hace tres meses y medio. La primera vez estaba borracha, nunca bebo y esa noche en aquella fiesta ingeri mas alcohol del que mi cuerpo admite. A partir de aquel dia, el me mira con sus ojos enormes de lobo y me suele decir: --Guardare este secretito nuestro siempre y cuando me prometas que volveremos a vernos. Por favor, por favor --y junta sus manos como implorando. Aquellas formas suyas tan manipuladoras e infantiles me ponian enferma, pero aun asi iniciamos una relacion mas o menos estable, que consistia en tardes o noches de hotel, y conversaciones espontaneas por telefono cuando su mujer estaba entretenida. Desde que empece con el mis companeras del trabajo aseguran que estoy deprimida, y en cierto modo llevan razon, aquel contacto con Jack me entristece muchisimo. Pense en mi madre. Pero mi madre no me llama los domingos porque va al club con sus amigas y cena en casa de mi hermano. A ella le gustan los domingos mucho mas que a mi y desde que me independice, parece guardarme un extrano rencor por haberla dejado sola. Siempre ha sido un poco egoista pero los anos han ido acentuando esta particularidad suya y a veces puedo llegar a detestarla

  • Las malditas de Stacey Halls

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    En un tiempo de miedo y sospechas ser mujer es el mayor de los riesgos.

  • Diez canciones de Navidad para Nadia de Yaiza Castro

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    ?Que pasaria si el vuelo que debe llevarte a la tierra de Santa Claus se retrasase y te quedases sola, en mitad de un aeropuerto, el dia despues de que te hayan roto el corazon?
    Nadia es una joven abogada con tendencia a meterse en situaciones disparatadas a la que acaban de romper el corazon. Nicholas y Aleksei son dos pilotos a los que les han cancelado el vuelo. Un golpe de suerte, y un flechazo, hacen que, lo que parecia la peor noche de sus vidas, se transforme en una aventura por el mismo centro de la Navidad, llevandoles de un escenario a otro mientras las risas, los sentimientos y los recuerdos caen sobre ellos como copos de nieve. Al mismo tiempo, conoceremos la historia de Alvaro, el exnovio de Nadia, que comienza una frenetica carrera esa misma noche para demostrar que los milagros navidenos pueden convertirse en realidad.

  • Chloe (Divas 1) de Emma Madden

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    Chloe Miller es una conocida estrella de Hollywood que a los veintiocho anos, recien divorciada y con una larga y prestigiosa carrera, tiene que cambiar sus habitos y contratar un equipo de escoltas de primer nivel para cuidar de su seguridad.
    Una experiencia incomoda al principio, que acabara por transformar su existencia y que le regalara la historia de amor mas importante, inesperada y trascendental de su vida, con el unico hombre del que no se podia enamorar.
    Chloe Miller y Kenan Yaman se conocen, se rechazan y mantienen las distancias, hasta que el amor y la pasion se abren paso en toda su plenitud, sin que ninguno de los dos pueda controlarlo.
    “CHLOE” es el primer libro de la Serie Divas, de la escritora Emma Madden, dedicada a esas mujeres fuertes, famosas y con un exito esplendoroso, que viven el amor a su manera y con una tremenda pasion.

  • Algunas mentiras – Nuria Rivera de Nuria Rivera

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  • Dias de lluvia de Angeles Ibirika

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    Tras la muerte de su mujer, Kaiet decide regresar, junto a su pequeno hijo, a la casa de su padre en Bermeo, despues de diecisiete anos de ausencia. Desde el primer instante se siente extrano, en un lugar al que ya no pertenece. Pero si su futuro se le presenta oscuro, retomar el pasado que dejo a medias tampoco le sera facil. Debera resolver todo lo que quedo pendiente con su precipitada marcha, explicar muchos de sus actos, enfrentarse a sus dudas, sus temores y sus prejuicios. y perdonar. Aunque lo que no imagina es que durante ese proceso se reencontrara con la dulce Maddi y que junto a ella la vida tratara de darle una segunda oportunidad. ?La dejara escapar de nuevo?