• fernandez mata a fernandez - Federico Jeanmaire

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    “Fernandez mata a Fernandez” es el titulo de la noticia que atrapa a un experiodista de policiales. Luego de leerla en la pagina de un diario sospecha que no se trata de un accidente e inicia una investigacion personal que lo lleva hasta el lugar de los hechos. Una anciana que alimenta a las palomas, un portero gay obsesionado con la limpieza de las veredas, un jubilado comunista, el director de un diario manipulador, una jueza corrupta y un periodista retirado corto de entendimiento, todos de apellido Fernandez, son los protagonistas que hacen oir sus voces en esta novela, en la que cada uno defiende su punto de vista como si en ello se les fuera la vida o, mejor, como si verdad y conveniencia constituyeran sinonimos. Federico Jeanmaire despliega una serie de personajes que configuran la particular trama social de la ciudad. Un policial entretenido e inteligente, en donde el lector no puede dejar de reir al tiempo que tampoco puede dejar de reflexionar acerca de aquello de lo que se esta riendo. Una historia de las que solo suceden en la Argentina, en la que los vicios parecen igualar a particulares y poderosos, revelando que, de algun modo, “todos somos Fernandez”.

  • Fernández mata a Fernández - Federico Jeanmaire - Planeta ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-fernandez-mata-a-fernandez/300911

    1 jul 2019 — Ese mismo año su libro Miguel, una biografía ficticia de Cervantes, fue finalista del Premio Herralde de Novela. Entre otros, ha publicado Un ...

  • fernández mata a fernándezjeanmaire, federico - Quelibroleo

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    "Fernández mata a Fernández" es el título de la noticia que atrapa de inmediato a un ex periodista de policiales, apellidado también Fernández.

  • federico jeanmaire - fernández mata a fernández - Casa del ...

    https://www.casadellibro.com/ebook-fernandez-mata-a-fernandez-ebook/9789876705936/9784952

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  • FERNÁNDEZ MATA A FERNÁNDEZ - FEDERICO JEANMAIRE

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  • Fernández Mata A Fernández (ebook) - Agapea

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  • Fernández mata a Fernández - Goodreads

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    'Fernández mata a Fernández' es el título de la noticia que atrapa de inmediato a un ex periodista de policiales, apellidado también Fernández.

  • FERNÁNDEZ MATA A FERNÁNDEZ - LIBRERIA HERNANDEZ

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    Librería Hernandez - Pasión por el libro. La librería Hernández tiene más de medio siglo. Fundada por Emilce García de Hernández y Damian Carlos Hernández.

  • La creacion de Eva de Federico Jeanmaire

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    Maruja acude a una iglesia porque necesita confesarse con el parroco del pueblo, el padre Jorge. Esta desesperada y se siente sola. Su pareja, el doctor Milbergen, ha muerto y teme que su cunado se quede con la casa. La confesion de Maruja se remonta a los anos en que su nombre era Jose Maria, los inicios de su relacion con el doctor, la operacion de cambio de sexo y los veinte anos de convivencia y amor que mantuvieron. Pero Maruja ve y describe el mundo en clave femenina, y de esa manera se apropia de la lengua como contrapeso de la mirada masculina que no solo impone el lenguaje. Tambien esta la mirada inquisitoria de los otros y de la propia Iglesia. Con esa particular manera de expresarse y en su dialogo confesional con el parroco, Maruja cuestiona temas como la transexualidad, la religion, la mentira, el deseo, la moral y el uso de la lengua.
    Al igual que en Mas liviano que el aire, Federico Jeanmaire devela, con humor y agudeza, la confrontacion que existe sobre las formas de ver, de vivir y de nombrar el amor.

  • La luz de la pasion de Nuria Llop

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    Pablo Ribera queria ser medico de la corte pero, tras ser acusado y encarcelado por la Inquisicion, sus planes se truncan. Al salir libre, su madre le instala en una casa donde comparte alquiler con dos mujeres. Pablo sigue prendado de Constanza, su amor imposible, pero pronto se vera enredado en los juegos de seduccion de las mujeres de la casa.

  • El senor Origami de Jean-marc Ceci

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    A los veinte anos Kurogiku se enamora de una desconocida y deja atras Japon para encontrarla. Cuarenta anos mas tarde vive como un ermitano en la Toscana, dedicado al arte del washi, el papel artesanal japones con el que se practica el origami. Un dia, un relojero llamado Casparo llega hasta alli con la intencion de crear un reloj que contenga todas las medidas del tiempo. Su presencia alterara la tranquilidad del lugar y el alma de Kurogiku, quien debera, por fin, hacer frente a su pasado. Bella y sobria, El senor Origami es una novela que nos hace ver aquello que no se muestra y comprender aquello que no se pronuncia, y que se apoya en una premisa esencial: <>.

  • Los trillizos sorpresa del multimillonario de Ciara Cole

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    El bebe sorpresa de un multimillonario. !por tres!

  • Proxima estacion, Atenas de Petros Markaris

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    En su serie de novelas policiacas, Petros Markaris envia siempre al comisario Kostas Jaritos a investigar por el laberinto de Atenas, al principio en su Mirafiori, luego en su Seat y ultimamente, debido a la crisis, en autobus. Ahora, el autor se lleva al lector consigo y lo acompana por la ciudad, siguiendo la
    linea mas antigua de metro de la capital griega. Es un viaje por todos los estratos sociales: desde la ciudad portuaria del Pireo hasta el centro, y de alli, a traves de los barrios mas pobres, a la noble Kifisia. Como en una maquina del tiempo, el pasajero viaja a la Antiguedad, a pleno siglo xix y al presente; y si
    quiere huir del ajetreo, encuentra, bajo la guia experta de Markaris, rincones escondidos donde el tiempo parece suspendido.

  • Frederica de Georgette Heyer

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  • El mecanico de Blanca Moral

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    Como ligar si eres Soraya Perez:
    1. Averia tu coche en plena autopista mientras vuelves de vacaciones.
    2. Llama desesperada al primer mecanico que encuentres en google.
    3. Acuestate con el mecanico mas atractivo que has visto jamas.
    4. Repite el paso 3 hasta que no te queden fuerzas para moverte.

  • Yo, Camille de Neus Falco

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    Camille, es la protagonista de vivencias exitosas y penosas a la vez, a lo largo de su vida. Con un largo recorrido desde su pais natal Francia, con un leve paso por Barcelona (Espana), hasta la ciudad de Buenos Aires en Argentina. Mas tarde por Nueva York, California, y finalmente hasta el corazon de La Toscana en Italia.

  • Demonio de los mares de Susana Biset

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    El mar es un dios inclemente, decide sobre la vida de los que lo cruzan sin contemplaciones: naufragios, tormentas, arrecifes inesperados. El mar, a veces, tambien se encarina con sus hijos dilectos, con aquellos que han sorteado los obstaculos; entonces, decide, benevolente, darles una compania, alguien a quien anhelar.

  • No todos los gatos son pardos de M. J. Fernandez

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    Un solo silbido corto y seco fue suficiente para segar la vida de Augusto, que cayo de bruces sobre el suelo de su elegante cocina. La oscura y fria noche riojana se trago el apagado ruido del disparo, y le permitio a Dilan detenerse para comprobar que habia cumplido su mision. El demonio estaba muerto. Un charco se extendio sobre el granito, y el olor a sangre inundo las fosas nasales del asesino. --!Hazlo! --?Para que? --!Debes hacerlo! --No quiero. --!Ahora! Dilan dejo la pistola sobre la mesa con el canon todavia humeante y cogio uno de los cuchillos que reposaban en su base de madera. Se decidio por uno pequeno y afilado como una navaja, se agacho junto al cuerpo y comenzo su tarea. Su mano temblaba mientras trazaba las lineas en la espalda del cadaver. Un nudo atenazo su estomago. El charco de sangre se extendio hasta manchar la suela de sus zapatos. Disparar fue facil. Un solo movimiento del dedo y todo termino, pero aquello... --?Por que te detienes? --No puedo, no quiero. --!Hazlo! El asesino limpio el sudor de su frente con la manga y continuo su macabra tarea. Luego solto el cuchillo y se incorporo. Antes de marcharse, recogio la pistola y la guardo en su bolsillo. --Ya esta. Dilan se alejo del cuerpo de Augusto, y sus huellas plasmaron su recorrido hasta la puerta. El viento frio de diciembre lo azoto en cuanto traspaso el umbral. Lleno sus pulmones de aire, y con las manos enguantadas en los bolsillos de la chaqueta, se alejo del chale a paso apresurado. Capitulo 02 El dia no comenzo bien para Salazar. Sentado frente al comisario, escuchaba resignado sus gritos, mientras hacia lo posible por mantener la compostura. --?Por una vez no podias quedarte quietecito? --?Y dejar que me machaquen? !Tengo derecho a defenderme! --No en este caso --argumento Ortiz--. Nestor, no se si eres consciente de la gravedad de este asunto. Si tratas de involucrarte, te acusaran de obstruccion. El inspector resoplo como un toro a punto de embestir. --Asi que debo quedarme de brazos cruzados, mientras esa bruja destruye mi carrera y quien sabe si hasta consigue enviarme a la carcel. ?De que lado estas tu? Ortiz fruncio el ceno y echo la cabeza hacia atras. --!Del tuyo, por supuesto! ?Como se te ocurre dudarlo? No voy a dejarte en la estacada, pero tienes que confiar en mi. No es un asunto que puedas investigar tu mismo. !No tendria ni que explicartelo! --Asi soy yo. Un poco lento en comprender cuando alguien quiere arruinarme la vida, y mi propio hermano me dice que me haga a un lado. --Hay que ver que eres cabezon cuando te lo propones. --Es rasgo de familia, que le voy a hacer. Ortiz adopto el tono que usaba con sus hijos cuando estaban a punto de colmarle la paciencia. --Escuchame, Nestor. Hare todo lo posible por demostrar tu inocencia, pero es algo que debes dejar en mis manos. Comprende que si interrogas a los testigos o buscas evidencias en este caso arruinaras su validez ante el juez, porque entonces la parte acusadora podra argumentar que hubo manipulacion de las pruebas. El inspector busco en su cabeza un argumento para rebatir a su hermano, pero sus neuronas no estaban por la labor. !Para una vez que las necesitaba! Salazar torcio la boca y dejo escapar el aire.--Vale, supongo que tienes razon. --!Por supuesto que la tengo! Tienes que mantenerte al margen de este asunto. Deja que yo me ocupe. --?Que piensas hacer? --Le asignare la investigacion a Remigio. Nestor lo penso por un momento, luego asintio. --Remigio. Esta bien. Es un buen investigador. --?Me prometes que no vas a intervenir? --!Palabra de boy scout! --Tu nunca fuiste scout. --Pues por eso mismo. --Nestor... --insistio Santiago en tono de advertencia. Salazar adopto una actitud de martir, que tenia bien ensayada con Paca. --Es lo mejor que puedo ofrecerte. Hare lo posible por no interferir en un caso que puede destrozarme la vida y que dejare en manos de terceros, con la esperanza de que le pongan suficiente empeno para sacarme del atolladero, mientras yo solo observo impotente desde la distancia. --Deja el melodrama. Sabes que haremos lo posible por salvarte el... --!No es necesario que lo digas! Ya lo se, pero que quieres, nada es mas seguro que arremangarse y ocuparse uno mismo. Ortiz fruncio el ceno. --Pues en esta ocasion, sera mejor que dejes tus mangas donde estan. Y te advierto algo mas: a la inspectora Araujo ni te le acerques. Solo nos falta que la lies con alguna de tus <>, y que se tome tu acusacion como algo personal. Salazar se llevo una mano al pecho con aire dramatico. --?Me crees capaz de hacer algo que pueda molestar a esa arpia que solo hace su trabajo, el cual consiste en arruinarme la vida? Me ofendes. --Estas advertido --dijo el comisario, al mismo tiempo que senalaba a Nestor con el indice. Salazar suspiro con aire de incomprendido y se disponia a responder, cuando el timbre del telefono de la oficina interrumpio la discusion. Ortiz respondio y despues de un dialogo muy corto, le dio las gracias a Lali y colgo. --Esta manana encontraron un cadaver en un chale de Santo Domingo de la Calzada. Al parecer, ya tienes un buen motivo para arremangarte. Capitulo 03 Con la cabeza todavia en su propio problema, Nestor salio del despacho del comisario. Se detuvo un momento frente al escritorio de Lali, y le pidio que le avisara a su nuevo companero que se reuniera con el en la escena del crimen. Veinticinco minutos despues, el inspector llegaba al lugar de los hechos. El barrio estaba bastante apartado, y consistia en media docena de chales de lujo cercanos entre si, pero alejados de todo lo demas. Cuando Salazar llego a su destino, lo recibio el frio. Despues de comprobar que los chicos de Cientifica ya escudrinaban los rincones, el inspector se detuvo junto a la puerta de entrada. Uno de los tecnicos se ocupaba de la cerradura. El perito alzo la cabeza cuando vio al policia y le dijo lo que queria saber sin esperar a que le preguntara. --La cerradura esta intacta. Nadie la forzo. Tres cuartos de lo mismo con las ventanas. --Asi que el asesino tenia llave. El agente asintio. --O le abrieron la puerta. Salazar le dio las gracias al experto y entro al chale. Lo primero que vio fue una serie de cintas que formaban un pasillo artificial para proteger una hilera de huellas de zapatos que el homicida dejo en su huida. Bien. Un criminal descuidado facilitaria la resolucion del caso. En cuanto el inspector llego a la cocina, lo alcanzo el olor metalico de la sangre y se encontro con un escenario dantesco. El cadaver estaba tendido de bruces en el suelo sobre un charco de sangre. Se trataba de un hombre en la cincuentena. En la espalda se podia ver el agujero de entrada que dejo el proyectil, y algo mas... Ya el juez y el forense se habian puesto manos a la obra. El doctor Molina estudiaba el cuerpo, mientras Aristigueta tomaba notas. Ambos centraron la mirada en Nestor en cuanto llego. El juez fue el primero en hablar. --Bienvenido, inspector. Me alegra que le asignaran este caso. --Gracias, senor. ?Puede decirme quien era la victima? --Augusto Soler, cincuenta y seis anos y abogado de profesion. Era muy exitoso. --?Tenia familia? --Viudo y con tres hijos. Dos adultos y una adolescente. --?Vivian aqui? ?Hay algun testigo? --Los mayores son independientes. Ya les avisamos. La hija menor si vivia con su padre, pero la asistenta nos informo que la joven se marcho ayer por la tarde para dormir en casa de una amiga. --Es un alivio --reconocio Nestor--. Es posible que gracias a ello no estemos ante un doble homicidio. ?Que puedes decirme tu, Javier? El forense resoplo antes de responder. --Un disparo por la espalda a corta distancia, con un arma de alto calibre. Ya imaginaras el destrozo, pero lo mas extrano es este trazo alrededor del orificio de entrada. Lo hicieron con un cuchillo. --Un pentaculo. !Maldicion! Espero que no nos encontremos frente a un crimen ritual. ?A que hora lo asesinaron? --Hacia la medianoche. --Mal asunto. ?Quien encontro el cadaver? --La asistenta. Su nombre es Antonia Valdez --respondio el juez--. Sus gritos atrajeron a los vecinos y uno de ellos fue quien nos llamo. --?Donde esta ahora? --Despues del susto que se llevo, una vecina ofrecio recibirla en su casa hasta que se le permita marcharse.

  • El Sendero Del Dragon de K. Spencer

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    La tarde presentaba un aire plomizo que se pegaba a las nubes, convirtiendolas en masas gigantescas que caerian de un momento a otro sobre la faz de la Tierra aplastando todo vestigio de vida de un plumazo. La ciudad convivia con la agitacion propia de cada tarde: vehiculos que desfilaban en una y otra direccion, llevando y trayendo gente sin parar por las principales avenidas que parecian un circuito infinito de carreras. Manipulados por alguna voluntad que jugase con un mando a distancia, a la que le gustara jugar con los humanos y ver hasta donde son capaces de soportar entre tanto estres e insufrible rutina. En los suburbios se respiraba, sin embargo, el esperpentico lado trasero de ese espejo donde todo parecia brillar y resultar consumible, apetecible. Alli, en construcciones extremadamente humildes y pesimas en habitabilidad, se ve a quienes no pueden acceder a la voragine empresarial, financiera, y glamurosa de Detroit. Y es en esas condiciones --muchas veces miserables-- donde se encuentran, entre quienes acaban como carne de canon de la delincuencia, las verdaderas perlas de la ciudad, pues han sabido apartarse de ese margen de vertigo en medio de la adversidad conservando un minimo de dignidad humana. En algunos centros educativos, como el que tiene a Pamela como profesora, parece que se producen milagros, que se intenta llevar a cabo una nueva integracion de jovenes de esos suburbios para ofrecerles algo mejor que no sea delinquir, drogarse, o entrar en negocios clandestinos. Pero puede que algo oscuro se este fraguando en esas altruistas intenciones. Algunos de esos jovenes estan empezando a demostrar un nivel de vida demasiado alto para lo que se pueden permitir. Estamos hablando de chicos con 16 anos que, aunque a duras penas pueden sus familias pagar el suministro de luz en sus casas, ellos llevan al instituto demasiado dinero en sus bolsillos... y eso esta empezando a ser demasiado sospechoso. Pues ni sus padres estan al corriente de donde viene esa fuente de ingresos. Y aqui comienza esta historia, en esa tarde en la que nuestra profesora va a tener una extrana visita... Pamela seguia en su despacho, rodeada de dossiers por corregir. Todos en el instituto habian marchado ya, pero ella se quedo para estudiar un caso especialmente particular: el de su alumno mas problematico, tratando de comprobar si la ayuda recibida por parte del equipo psicopedagogico habia surtido efecto, o no, en sus avances academicos. Tampoco queria que ese muchacho cayera --como los otros-- en esa red que seguramente estaria poniendole el cebo hasta que picara. Tenia obsesion por conseguir mejoras en todos sus alumnos, hasta el punto de sacrificar su vida privada, entregandose por completo a su labor como tutora. Y aun mas ahora que sentia que podria desenmascarar toda una mafia que quizas se aprovechaba de algunos de sus alumnos. Despues, seria ya demasiado tarde, todo se desvaneceria como la niebla al amanecer. El instituto cerraria sus puertas el curso siguiente. La arquidiocesis tenia problemas financieros y decidio vender colegios para salir a flote. Solo los seleccionados profesores pasarian --desde su entonces central ubicacion-- al nuevo edificio: en el ala superior oeste de la ciudad. Por ello, se dejaba el alma en su particular investigacion, ademas de ser una perfecta educadora. En el dossier de ese muchacho, llamado Oliver, figuraban los ejercicios de la semana, todos ellos llenos de garabatos y tachaduras, haciendo que la frustracion se apoderara cada vez mas de Pamela, agotada tras una jornada intensa de valoraciones del segundo trimestre. Se echo las manos a la cara, intentando apaciguar la sensacion de impotencia que la estaba invadiendo. ?Como podia hacer para que ese atormentado estudiante se tomara en serio las clases? Sabia de sus problemas personales. Practicamente, se habia criado solo, en ausencia de los grandes pilares paternales, que desaparecian continuamente de su atormentada vida. Abrio el cajon de la derecha y saco una caja de aspirinas. Le dolia mucho la cabeza y no le hacia gracia tener que conducir hasta su casa con un nuevo episodio de migrana que le impidiera siquiera manejar su vehiculo. Dio un sorbo del cafe que le quedaba ya frio en la taza para tragar la pastilla, cerrando los ojos, como de costumbre. Permanecio asi unos instantes, entrando en un estado de relajacion que le hacia falta para olvidar todos sus problemas, todos sus pesares. Para concentrarse en algo mas placentero, cogio entre sus manos el colgante que llevaba puesto: una cadena de plata con un espejito enmarcado. Se miro a traves de el buscando el reflejo de todo lo que ese objeto representaba. Aparto unos mechones del flequillo para ver mejor sus ojos…tal y como le habian indicado en un extrano grupo de amistades que hacia muy poco habia conocido en internet. De repente, sintio como si alguien estuviese detras de su espalda. Una corriente de panico atraveso su cuerpo, dejandola inmovil, quizas para congelar ese momento y que no avanzase, tratando de considerarlo una alucinacion. Pero no lo era. Alguien, con extranas intenciones, habia entrado en su despacho. En silencio, sin que ella se diera cuenta. Iba vestido de negro, con una capucha que ocultaba su cabeza; y su rostro, tras una mascara. Acto seguido, unas manos frias rodearon su cuello. Una voz masculina, llena de tension, pronuncio: --No te des la vuelta o te mato. Quedate quieta y escuchame bien --un tipo le ordenaba mientras pasaba la hoja de un cuchillo por delante de su cara a la vez que con el otro brazo la sujetaba contra su cuerpo. Pamela, desde su asiento, sin poder moverse apenas, con el corazon a todo galope, queria girarse para ver su rostro, pero sus ojos no pudieron ver mas que una masa oscura, una capucha y la mascara blanca, que sonreia igual que un nino ante su tarta de cumpleanos, y que cubria toda la cara del misterioso intruso. --He dicho que no te gires --insistio el asaltante, con la voz amortiguada por la careta, y siguio--: Y ahora quiero que grabes esto en tu puta cabeza: !Deja en paz a Oliver, o tendras que lamentarlo! --?Oliver? Yo solo quiero ayudarle --dijo temblorosa Pamela, a punto de darle un infarto. --Se lo que estas haciendo. Te lo advierto. Deja de meterte en su vida --ordeno el tipo--. No juegues a salvar vidas. ?Te ha quedado claro? --No se a que se refiere. Soy su tutora, nada mas --intento justificarse Pamela. --la hoja del cuchillo iba dando vueltas, como si el agresor quisiera deslumbrarla con el brillo de su acero. --Si que lo sabes, senorita Pamela, lo sabes perfectamente. Y como sigas metiendo tus narices en todo lo que haga o diga Oliver, te puede ocurrir una verdadera desgracia. Y seria una pena. Tanto trabajar para acabar pasto de las ratas --sentencio el cinico extrano, con un tono realmente siniestro. Las manos de ese individuo rozaron las mejillas de la tutora, estremecida al maximo, la cual esparcio una lagrima que recorria su cara como si fuera puro acido. Despues, bajaron por su cuello y presionaron un poco. Ella intento tragar saliva, notando sus gruesos dedos, que le parecian mortalmente repudiables. El intruso enmascarado retiro sus manos del cuello de Pamela, bajando aun mas hacia sus pechos, pero se detuvo. Pamela emitio un quejido, queria desembarazarse de esas manos, apartandolas con las suyas, y eso provoco que el atacante se exasperara y continuara con su advertencia. --Dejeme, por favor. Hare lo que me dice. Pero dejeme. --suplicaba Pamela, viendo que podria acabar agredida en su intimidad, en manos de ese hombre que, por su voz, estaba deseando hacer dano y disfrutar con ello. --Espero que todo se solucione por las buenas. A ver, ?te ha quedado suficientemente claro lo que no debes hacer? --exigio el, alzando el cuchillo para indicar que se levantara. Ella tenia casi inmovilizadas las piernas. Era como si el cerebro la ordenase quedarse asi, quieta, esperando que --de alguna manera-- esa orden fuera enseguida anulada, y, mientras, las neuronas trabajasen en inteligentes sinapsis para convencer al agresor de que lo que queria hacer con ella no podia ser, que eso no estaba bien. Que el minimo resquicio de conciencia y humanidad que le quedara en su cabeza le hicieran desistir en su empeno por dejarle una marca de espanto de por vida. --Ya le he dicho que lo he entendido, y que no intervendre mas en cuanto a Oliver. Ahora dejeme ya, por favor. Vendra enseguida el conserje. --concluyo Pamela, mintiendo, ya que no quedaba nadie en todo el instituto. Solo estaba ella. Y el asaltante, claro. --Mentirosa. ?Te crees que soy idiota? Se muchas cosas de este instituto. Y tambien sobre ti -- dejo bien claro ese tipo que estaba al corriente de los movimientos del centro, y que no se andaba con rodeos. Iba en serio. --Esta bien. No le miento. Puede que haya salido, pero el conserje suele quedarse hasta tarde supervisando el trabajo de las limpiadoras --se excuso Pamela. Su mente no paraba de buscar pruebas para no sentirse desamparada. Pero la realidad era que asi lo estaba. Estaba completamente a merced de ese hombre, cuya mascara le producia, ahora que se habia levantado y podia verle de soslayo, verdadero terror. --Date la vuelta --le exigio mirandola, como si estuviera mordiendola con sus ojos afilados. --No hagas algo de lo que te puedas arrepentir. --?Arrepentirme? Eso se lo dejo para las santurronas como tu, que van de Madres Teresa de Calcuta por la vida. Pero no te preocupes, haga lo que haga, iras derechita al cielo. Te lo has ganado --la asusto al limite. Pamela se iba acercando a la pared con gran nerviosismo. Solo la idea de sentir el filo de ese cuchillo por su fina piel, la dejaba en estado de shock… Porque, aunque saliera viva de alli, ya no seria lo mismo. Habia caido en un pozo del que no se puede salir mas que cuando en este se deja caer una cuerda por la que subir. Y alli no habia ni Dios ni cuerda alguna. El hombre seguia mirandola, y a la vez iba haciendo saltar el cuchillo para sujetar su mango en cada vuelta al aire que lo lanzaba, a escasos centimetros de su mano, pero de vez en cuando la apuntaba como si se lo fuera a lanzar de un momento a otro. --No me mate, por Dios. Hare todo lo que me diga, sin decirselo a nadie. Y deje de apuntarme con el cuchillo. Me esta dando algo. No me haga sufrir, por favor. Yo no he hecho nada, y si le molesta que me preocupe por Oliver, desde ahora dejare de hacerlo. Se lo juro --confesaba presa del panico, espantada de pies a cabeza. --Venga, dejate de suplicas. No te voy a matar, solo quiero que sepas de lo que soy capaz -- volvia a recordarle su falta de escrupulos. --Perfecto, senorita --murmuro el, con un tono de conformidad--. Tiene un cuello precioso. Fragil, delicado... --?Le gusta asustar a las mujeres? Pues que sepa que lo esta consiguiendo. Asi que dese por satisfecho. --Ella se oponia por dentro a atacarle verbalmente. Pero tenia delante al mismisimo diablo, con la intencion de pasar el filo de la hoja de ese cuchillo por su delicada piel si es que le incitaba a ello, y aunque lo intentara, sabia que no podia huir de esa situacion. --Esta bien, senorita. Date la vuelta y quedate ahi hasta que me haya ido, ?entendido? Ella vio salir el sol en ese momento. Se giro y se puso contra la pared, apretando su cuerpo con sus manos, como si se abrazara recuperando su vuelta a la vida, dejando atras, literalmente, al terror y a la muerte. Y ese individuo, tal como habia entrado por la ventana, desaparecio subitamente, en silencio y el aire de la calle entro y lleno los pulmones de Pamela, como si acabara de nacer. Ella se dirigio, tras unos segundos, hacia la ventana que, en un primer piso, era facilmente accesible, al poder ser escalada la pared de ladrillos de la fachada con la soltura propia de una persona atletica. Juraria que tenia la ventana cerrada antes de que ese tipo entrara, pero quizas una de las hojas de la ventana quedara sin ajustar. Se asomo pero no vio a nadie, era evidente que ese hombre habia torcido a la derecha. Justamente, su despacho estaba ubicado hacia la esquina del edificio. Cogio sus cosas: su bolso, su abrigo y se tapo por delante con una mano. Abrio la puerta del despacho y se dirigio por el pasillo hacia la salida del centro, pasando por las clases en las que retumbaban sus tacones al estar con las puertas abiertas en medio de aquel vacio que hacia eco. Ya en la puerta, metio la llave que no acababa de centrar y salio apresuradamente del instituto, dirigiendose a su coche, que estaba estacionado en el aparcamiento, a unos diez metros. Busco sus llaves en el bolso, y se le iban cayendo cosas con los nervios, como recibos de los supermercados y algun que otro pintalabios, se agacho a recogerlas mientras maldecia por no haberse ido, como todos, a la hora del cierre del centro. Encontro por fin el llavero con la inicial P, apreto el boton del mando y, antes de sentir el clic de apertura de puertas, acciono la maneta de la puerta, lo que bloqueo el sistema y hubo de esperar para volver a activar el sistema de apertura: cosa que acabo por desquiciarla en su intento por escapar de alli lo antes posible. Mientras tanto, uno de sus pechos se habia salido con los movimientos. Al verse asi, expuesta a las miradas de quienes en ese momento pasaban por alli, y darle igual si habian visto o no su semi desnudez, no escucho o no lo quiso hacer, los comentarios de esas personas que la miraban: <>. Eso si, ganas le dieron de decirles lo que le acababa de pasar. <>, penso. Se sento, cerro las puertas, bloqueandolas, puso la llave en la toma de contacto y la giro para arrancar. Nada, no arrancaba. Siguio intentandolo, una y otra vez pero lo que en realidad estaba haciendo era ahogar el motor. Ya no pudo mas, se estiro sobre el volante, apoyando los brazos contra su frente, descargando en el llanto toda la tension, todo el miedo que se habia aduenado de su cuerpo dejandola incapaz ni siquiera a reaccionar. Un golpe seco en la ventanilla de alguien que se habria acercado a su coche, hizo que cesara el llanto y se preparara para lo peor, abriendo de golpe los ojos --ya desorbitados de tanta angustia --, echandose hacia el asiento del copiloto, tratando de evitar ser de nuevo violentada por el misterioso agresor. Con las manos protegiendo su cara, a traves de los dedos trato de ver, muerta de panico, lo que le esperaba; cuando una voz amable resono como las campanas de un despertador de pesadillas, pues no parecia ser el agresor que en su despacho la violento, y algo le decia en su interior que podria confiar en quien estuviera ahi fuera picando a la ventana de su coche. Una cara amable de un hombre de mediana edad se asomaba para ofrecerle ayuda. --!Hola! !Tranquila, solo queria ayudarla! He visto que tenia dificultades para arrancar su vehiculo. ?Esta usted bien? -le dijo, mostrando su mejor voluntad para sacarla del apuro. --!Ah!…Si, gracias, es que me asuste pensando que se trataba de otra persona. !Por favor, ayudeme! !Alguien ha intentado matarme! --le respondio, soltando el lastre de desconfianza del que estaba poseida. Desbloqueo las puertas para poder salir, pues veia por la cara de incertidumbre que ese hombre no escuchaba nada a traves del cristal de la ventana, aunque ella si pudo escucharle, dado que su tono era lo suficientemente alto para conocer su bienintencionado proposito. El hombre acompano la puerta hasta abrirla del todo, facilitando que Pamela fuera socorrida. --!Dios mio! !Gracias que ha aparecido usted! !Casi me matan ahora mismo en el instituto! Y siguio desahogandose: --!El coche no arrancaba, y ...! Entonces, un mar de lagrimas inundo sus ojos, ahogando sus palabras. --!No se altere, tranquila! Llamaremos a la policia. Ahora respire y deje que ellos se ocupen. --!No! !La policia no! --interrumpio Pamela horrorizada ante la idea de "molestar" con su declaracion al misterioso asaltante, que seguro no tendria escrupulos en acabar con ella en cualquier momento, en el instante mas inesperado. --Bueno, esta bien, pero al menos deje que la lleve a tomar una tila, ahi mismo --propuso, senalando el bar que se veia al otro lado de la carretera. --!Esta bien! !Gracias! Sera lo mejor --reconocio Pamela mirando hacia los lados intentando identificar a su agresor en toda persona que deambulaba por esas calles. Se fijo, algo mas detenidamente, en su "angel de la guardia". Era todo un gentleman: por su exquisita forma de vestir y ademanes corteses, propios de un ejecutivo que esta acostumbrado a llevar su imagen siempre impecable, asi como la actitud: inspiraba confianza, la que requiere alguien que debe defender la representacion de una gran firma empresarial. Su cabello estaba cortado en un estilo jovial, con esa graciosa caida de flequillo que invitaba a desordenarlo, como cuando tocamos la cabeza de un nino mostrando afecto revolviendo su pelo. El corte y la calidad de su traje bien podrian ser de los mejores modistos italianos, a la vanguardia de la elegancia y la comodidad. Pamela cerro el coche cogiendose del brazo de ese amable desconocido, pues le faltaban las fuerzas con todas las angustias que acababa de sufrir. --Me llamo Alexander Stone, he venido a Detroit unos dias para firmar un acuerdo con una sucursal de nuestra compania. La Central esta en Paris, donde resido habitualmente, aunque mi origen es britanico. --Su presentacion no podia ser mas "glamurosa". Solo oir "Paris" parece que las neuronas aplican una transmision de sensualidad y elegancia en todo aquel que pronuncia esa palabra..."Paris", esa ciudad que representa la esencia del romanticismo y la exquisitez. --!Vaya! !Alli me querria ir ahora mismo, para olvidarme de todo lo que me ha pasado! --!Nunca se sabe!… dijo el galante ejecutivo, que, mirandola a los ojos, arqueo una ceja como si del Arco del Triunfo se tratara... Caminaron hasta la cafeteria "Chance" donde una pareja solitaria, al fondo, se confesaba en un cuchicheo divertido. --?Que deseas tomar? --le pregunto el empresario a la tutora, que no cesaba de mirar a la pareja para ver si se daba la vuelta el chico y poder comprobar si se trataba del "sospechoso". --!No temas! --la calmo Alexander--. No estara aqui... ese individuo debe estar bien lejos ya. Cuentame, ?que te ocurrio? Pamela conto con todo detalle el suceso ocurrido en su despacho: el asalto, la amenaza (que quedo grabada en la memoria de los miedos que jamas se olvidan), las sensaciones de impotencia injustas que devoraron esos interminables segundos... haciendo que Alexander cada vez expresara mas preocupacion en su rostro. La apariencia amable de Alexander se fue convirtiendo en rabia contenida. Hasta sus manos, antes acogedoras, ahora se cerraban en vengativos punos dispuestos a hacer justicia. El ceno fruncido y los labios apretados siguieron a un golpe seco en la mesa con su mano, haciendo sonar uno de los gemelos de su camisa. --!Ese malnacido no deberia seguir asustando asi a ninguna mujer y menos a usted, que se ha preocupado tanto por todo alumno conflictivo! La tarde se iba cerrando en una oscura noche, que invadio de repente la atmosfera con voluminosas nubes de un gris cercano al negro, en su avance al centro de Detroit. Una mujer y su hijo corrian por la calle tratando de huir de la tormenta que se avecinaba. No se esperaba este cambio de tiempo tan brusco en un dia de lo mas soleado, propio de mediados de abril, en plena primavera. --Deberia ir ya hacia el vehiculo, pronto se desatara la tormenta y no se podra conducir --dijo Pamela algo asustada, comenzando a poner los pies en el suelo y seguir dirigiendose a su rutina diaria. --No utilizo aqui el coche, me desplazo en taxi, es mas comodo. ?No le importaria llevarme unas calles mas alla? No tengo ninguna prisa en llegar al hotel --dijo Alexander, intentando estar mas tiempo con ella. Pamela le miro y por su mente se cruzaron pensamientos enfrentados: por una parte, se sentia halagada de tal peticion; por otra, aparecian miedos ante los numerosos crimenes que habia visto en las series policiacas. No se consideraba una rompecorazones ni una Dulcinea para nadie, pero siempre guardaba un aspecto delicadamente femenino que, sin saberlo, causaba una especial atraccion a algun que otro companero del centro. Podria contemplar la posibilidad de que ese hombre quisiera tener un affaire con ella, pues es lo que muchos hombres de negocios hacen cuando salen de su guarida y prueban a soltar una cana al aire. Pero, en cuanto penso en todas sus responsabilidades, dio carpetazo a cualquier tentacion al respecto: en cuando llegara a casa tendria que dar de comer al gato, o este daria la serenata a todo el vecindario; poner la lavadora, darse una ducha, cenar algo y preparar la comida del dia siguiente. Siempre se llevaba un tapper al centro para comer alli, pues seguia una dieta estricta para mantener la figura. Ensaladas, tofu o seitan, hamburguesas vegetales y sobre todo fruta para ir calmando el apetito entre horas.

  • Esclavos de un motivo de Consolacion Gonzalez Rico

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    Muchas veces he intentado enfrentarme al papel y plasmar por escrito la historia de mi vida. Hace anos me empujaba el deseo de volver a vivir mis recuerdos, pero estaban tan recientes que evocarlos tan solo dolia tanto como desprender un vendaje de una herida infectada, y las primeras cuartillas acababan en el cesto de los papeles debido a un mero problema de supervivencia. Hoy, aunque todavia quedan cicatrices que duelen cuando se desatan las tormentas del alma, quiero intentarlo de nuevo, sin demasiada conviccion de que esta vez pueda llevar a termino mi proposito. Todo sucedio como estaba escrito, diria si creyera en la fuerza que para muchos explica el ir y venir de la existencia humana. Todo sucedio siguiendo un inexorable principio de causalidad, quiero mas bien admitir de acuerdo con las teorias deterministas que discutia en aquellas clases del Curso Preuniversitario en el Ramiro de Maeztu, tan diferentes a las que el Colegio de las Teresianas me tenia acostumbrada. Aun recuerdo la voz clara y rotunda de mi profesor de Filosofia. El largo tiempo transcurrido no ha borrado de mi mente el brillo de sus ojos redondos y penetrantes, que concedian a su rostro, junto con su nariz aguilena, el aspecto de un aguila majestuosa. Y con la misma pericia y elegancia que si de un aguila se tratara, nos hacia volar por los cielos del pensamiento en busca de respuestas a la trascendencia, al bien y al mal, a la libertad. Aquella tarde de primavera la discusion se centraba en la libertad de los actos humanos. --?No creen ustedes --preguntaba muy seguro de la respuesta-- que el principio de causalidad formulado por Kant es aplicable tambien a nuestros actos volitivos? ?O acaso piensan que somos libres cuando, despues de vencer las eternas dudas que agitan nuestro espiritu, creemos que hemos elegido entre esto o aquello? Su dedo indice largo y huesudo volaba en diagonal una y otra vez, hundiendose hasta enrojecer en los extremos opuestos de la pizarra donde habia escrito dos palabras: CAUSA – EFECTO. Yo, con la vehemencia y pasion de mis pocos anos, y la influencia todavia reciente de los principios religiosos que me habian inculcado las Teresianas, intentaba rebatirlo. --Si mis actos no son libres, ?donde queda mi responsabilidad? ?Donde mi libre albedrio? Si Dios nos ha abandonado en este mundo caotico, despojados de una voluntad libre para hacer esto o dejar de hacer aquello, ?como puede pedirnos cuentas al final del camino? ?Cual es la razon del premio y el castigo? Si existe un Dios justo, y este debe ser uno de sus atributos, ?como podra juzgarme por aquellos actos carentes de una absoluta y total libertad a los que me han conducido unas causas que se me escapan, que son ajenas a mi? Me habia levantado de mi asiento sin ser consciente de ello. Las mejillas me ardian, y mi voz habia ido cobrando un tono enfatico que chocaba con el silencio que se hizo en el aula. --No sea ingenua, senorita Morales; la libertad no existe. Siempre actuamos guiados por el motivo mas fuerte --asevero de forma irrefutable. Mis dudas y su seguridad quedaron suspendidas en la estancia hasta que fueron borradas por el sonido del timbre. Su respuesta sin embargo quedaria para siempre en los registros de mi cerebro, y durante unos minutos, en los golpes de mi sangre, que sentia en las sienes con furia. Quiza con miedo. Mire al cielo a traves de los cristales y su aspecto me parecio premonitorio. En lugar de un azul diafano, propio de la ya avanzada primavera, se presentaba como una boveda negrisima en la que pude contemplar, como unica respuesta a mis dudas, un sobrecogedor dibujo de luz zigzagueante que me produjo un escalofrio. --El motivo mas fuerte --susurre ocupando mi silla. Era una premonicion. Aun faltaban algunos anos para que yo descubriera, con la claridad de un relampago, cual iba a ser mi motivo mas fuerte; el que desencadenaria las tormentas de mi vida. Los hilos de la causalidad Pero los anos de universidad pasarian pronto, y alli estaba, no exenta de cierta angustia, recogiendo mi especialidad de anestesista y a punto de lograr mi primer trabajo. Todo habia resultado demasiado facil para alguien que como yo, en boca del Catedratico de Ginecologia, tenia <>. La frase no me disgusto, sobre todo venida del temido y admirado Profesor Antunez. Del vicio estaba segura; lo habia adquirido con los anos. En lo concerniente a su opinion sobre las virtudes de mi cabeza, tengo que admitir tambien que me ayudo a conquistar parcelas de seguridad y autonomia, imprescindibles para abrirme camino en el terreno profesional, casi vedado entonces a una mujer de veinticuatro anos. Desde luego, no creo que mi pelo caoba oscuro, ni mis ojos verdes, ni mis largas extremidades, que remataban una figura un tanto delgada para los gustos de la epoca, tuvieran nada que ver con el afecto sincero que siempre mostro por mi el Catedratico de Obstetricia y Ginecologia. Aquella manana, me habia citado en la Secretaria de la Facultad para entregarme personalmente la credencial que me habilitaria para el ejercicio de mi especialidad como anestesista. Su gesto fue todo un detalle y un honor para mi. --Andrea Morales Aguilar. Habia pronunciado mi nombre y mis dos apellidos despacio, otorgando la solemnidad precisa a cada uno, como siempre tenia por costumbre hacerlo. Yo me sentia nerviosa y aturdida frente a el. A pesar de los anos transcurridos, puedo sentir todavia su mano derecha aplastandome los nudillos, a la vez que con la izquierda retenia aun mi anhelado trofeo. --Aqui tiene, doctora Morales, su flamante licencia para dormir el dolor --dijo con voz solemne y cercana--. Espero que sepa ejercer su profesion con la misma dignidad y brillantez que siempre ha mostrado en todo cuanto hace. La emocion que me producia aquel ansiado momento, y sus palabras, que conjugaban deseo y reto, hicieron que la respuesta que traia ensayada se me quedara en la garganta. Senti que el rubor me quemaba la cara, y solo pude responder con una sentida sonrisa en la que se mezclaron satisfaccion y agradecimiento. Cuando me disponia a desasirme de su mano, retuvo con fuerza la mia unos instantes y anadio en tono confidencial: --Si quiere trabajar conmigo, manana la espero en mi despacho a las diez en punto. Alli estaba yo, naturalmente, desde las nueve y media de la manana ante la puerta del despacho del profesor mas duro, temido y respetado habido nunca en la Facultad de Medicina, segun relataban las cronicas orales que se transmitian de una generacion a otra de estudiantes. Apenas habia dormido la noche anterior. Durante las largas horas de vigilia, habia imaginado, corregido, inventado y hasta sonado la escena, que con la noche adquiria tintes desmesurados. Sin duda, era la oscuridad quien agrandaba la situacion y encogia mi entereza. La lentitud perezosa del reloj me parecia una crueldad. Cuando sus agujas se aproximaban a las seis de la madrugada, decidi prepararme para el que habria de ser el dia mas decisivo de mi existencia; entonces yo no podia imaginar hasta que punto. Me levante con presteza. La sequedad de mi garganta contrastaba con la humedad viscosa de mi cuerpo provocada por el calor. Muy despacio, sin hacer ruido, introduje mis pies en las zapatillas y me dirigi al cuarto de bano, casi palpando paredes y muebles para no despertar a mi companera y amiga Charo, que entonces compartia conmigo la habitacion. Abri el grifo, puse debajo mi boca y bebi con avidez, hasta que el chorro de agua fresca restauro los estragos producidos por el insomnio. Deje caer el camison, que el suelo recogio indiferente, y concedi la libertad a mi larga y rizada cabellera roja. La agite a derecha e izquierda energicamente y busque el efecto en el espejo. El volumen que habia adquirido, y la espesa marana de mis rizos ya libres, otorgaban a mi rostro un aire felino. Alli quedaba mi cara, perdida entre la maleza. Destacaban en ella unos enormes ojos verdes, rasgados, que el espejo me devolvia esa manana con destellos de curiosidad y expectacion, ante un horizonte prometedor que nunca hubiera presentido tan cerca. Me complacia seguir observando mi cara. Mi nariz, mas bien pequena, no era uno de sus rasgos mas relevantes, mientras que mis labios se hacian notar por su detallado dibujo y amplitud y su facil sonrisa, que dejaba al descubierto unos dientes correctos y regulares. Era excesivamente palida, pero las huellas de la noche anterior acentuaban aun mas mi palidez. Deslice la mirada por la imagen que el espejo me mostraba, y mi cuerpo me recordo la albura marmorea de las estatuas griegas, mas por su color que por sus proporciones, demasiado alargadas como ya he dicho. La unica nota de color marron rojizo, se habia cuidado la naturaleza de colocarla con profusion debajo de mis brazos y entre el nacimiento de mis piernas. Estaba claro que no era una belleza en el sentido clasico de la palabra, pero me habia ido convenciendo de que tenia un atractivo especial. Quiza fuese ese aire tan peculiar, rayando en el descuido, que no me importaba mantener. Me quite las zapatillas y me coloque debajo de la ducha. Con un movimiento mecanico y habitual, mis dedos giraron con rapidez y el impacto estimulante de aquel aguacero atrevido acaricio con frescura cada poro de mi cuerpo. Cuando la toalla termino su tarea me dirigi al cuarto de estar, donde habia dejado mi indumentaria colocada sobre una silla. No habia mucho donde elegir, ni me importaba el hecho de no contar con un ropero variado. Sin maquillar, con el pelo recogido en una trenza y enfundada en unos vaqueros casi siempre gastados, que solia conjuntar con un polo o camisa a cuadros, era la viva imagen de la sencillez y la naturalidad. Ese dia no queria ofrecer un aspecto diferente: los mismos vaqueros, un Lacoste verde manzana, la misma trenza, unos zapatos castellanos y un bolso de marroquineria colgado en bandolera. Mi corazon, al igual que dijera Adamo en su cancion, entonces tambien lo llevaba en bandolera. Un portazo leve, y el paso firme hacia la boca del metro. Madrid empezaba a despertar. El minutero de mi reloj sobrepasaba en dos minutos las diez de la manana cuando golpee tres veces la puerta cuya placa no dejaba lugar a dudas: D. Fernando Antunez Catedratico de Obstetricia y Ginecologia Su voz, inconfundible, atraveso la barrera sin dificultad. --Pase, doctora Morales --ordeno como si adivinara mi presencia. Hice girar el pomo de la puerta y avance con una resolucion un tanto forzada

  • El chico de una noche (Los chicos 3), Jana Aston de Jana Aston

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    ?Alguna vez has sentido un flechazo por tu jefe?

  • El principe sin corazon de Tara Pammi

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    !Habia encontrado a la esposa a la que habia perdido hacia anos!

  • Casarse con el misterioso CEO de Sheila Gates

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    “Jane, esta es mi tarjeta bancaria, la contrasena es 131224. Lo que necesitas anadir en casa, lo miras. ” Han pasado unas horas, y la oreja de Jane siempre recuerda a lo que dijo su nuevo marido cuando le entrego una tarjeta bancaria antes de salir por la manana. Para ser honesto, ella sabe muy poco sobre este hombre como su marido. Ella no sabia nada de el, excepto que el le habia dicho su apellido, Qin, que ella no estaba segura, y que ella no estaba segura de quien era el en su familia. Jane no sabia de donde venia del coraje y un hombre que solo se habia reunido dos veces para casarse. Hace diez dias, con la entusiasta ayuda de Yu Meiling Feiling, Jane primero puso un pie en el camino de las citas, conocio a un hombre llamado Qin Yue. Ella no tenia ninguna esperanza, despues de todo, despues de ser incriminada hace tres anos, no estaba calificada para ser exigente, solo otros para recogerla. Debido a que ya no podia seguir con otros, llego quince minutos antes el dia de la cita. En sus propias condiciones no pueden aprovechar, solo puede ser mejor en otros aspectos, con la esperanza de dejar una buena impresion en el otro lado. Si puedes conocer al hombre adecuado para casarte, pero tambien puedes dejar que los padres se sientan a gusto. El hombre con el que salia llego temprano, no demasiado tarde. El traje de hombre es muy formal, deja que la gente sienta que le da gran importancia a esta fecha, a la primera sensacion mas intuitiva de Jane es muy buena. Su forma de” decir hola tambien se comparte: “Hola, senorita Jane! Soy Qin Yue. ” Palabras prevalentes, solo porque su voz es muy magnetica para que Jane se sienta inusualmente bien, la impresion de este hombre anadio un punto. Despues de la comunicacion regular y directa de los hombres, educadamente dejaron sus numeros de telefono y se fueron. El numero de citas mas, Jane no se tomo esta cita en serio. Penso que esta fecha seria la misma que antes, pero dos dias despues recibio una llamada de Qin Yue. Su voz sigue siendo educada: “Senorita Jane, ?esta libre por la noche? ” Esa noche, Qin Yue le pidio que comiera en un restaurante de Sichuan. Jane no le gusto una ocasion tan incomoda, las palabras de la mesa son muy pocas, una comida un poco mas reservada tambien no comio mucho. Inicialmente queria encontrar una razon para salir primero, en el medio, Qin Yue tomo la iniciativa para hablar: “Miss Jane, estoy libre el proximo miercoles, ?que tal si vamos a la licencia de matrimonio? ” “?Que certificado obtienes?” Jane se sorprendio por el comentario de Qin Yue. “Certificado de matrimonio. “Repitio, en un tono solemne, no como una broma en absoluto. ” ?Licencia de matrimonio? ” Jane todavia no esta muy segura de lo que oyo, puso su mano en el muslo, y pellizco duro, para asegurarse de que no esta sonando. Qin Yue tiene un par de cejas de espada muy gruesas, ojos brillantes, la cara es tan guapa como una pintura. Es el tipo de persona perdida en la multitud que se puede encontrar de un vistazo. Su mirada era seria, no parecia una persona impulsiva, y esta fue la segunda vez que se conocieron, y dijo que se iba a casar con ella? Entonces la voz magnetica baja del hombre volvio a alcanzar sus oidos: “Pense que la senorita Jane, como yo, queria formar una familia, casarse y tener hijos, y vivir una vida que otros pensaban que era ‘normal’. ” “Si, creo que si, pero despues de todo, nos conocimos por segunda vez, ?no crees que es demasiado pronto? “Jane dijo lo que pensaba, queria tener una familia propia, pero no queria ser tan apresurada. ” Es un poco rapido. “El aspecto de Qin Yue era aburrido y plano”, “Regrese a dos dias despues de la primera reunion. Jane me dio una excelente primera sensacion, personalmente siento que los dos no entramos en conflicto con el personaje, asi que quiero intentarlo. ” Jane fruncio el ceno y era un poco infeliz: “El matrimonio no es un juego de ninos en mi mente. ?Probarlo? Si no lo intentas bien, ?quieres …” Antes de terminar, Qin Yue interrumpio sus palabras: “Senorita Jane, todos somos adultos, naturalmente no esperequen que no haya amor, ambos tenemos muy claro lo que nuestros corazones quieren”. Jane no respondio a las palabras, fija a la cara de Qin Yue. Desde la superficie del hombre, tranquilo y discreto, parece ser un objeto apropiado de matrimonio. Pero, ?realmente puede poner el resto de su vida en manos de un hombre que solo se ha conocido dos veces? ?Esta realmente bien? Veala vacilantes, Qin Yue dijo: “Tal vez estoy demasiado ansioso, no tuve en cuenta sus sentimientos.” Jane cree que estoy bien, vuelve y piensalo, y esperare tu llamada. ” Cuando llego a casa ese dia, Jane estaba pensando en ello toda la noche. Admite que hay puntos especificos que ella y Qin Yue comparten, como el amor que simplemente no existe. Despues de estar tan profundamente herida, ya no creia que habia el llamado amor en el mundo. Sin dormir toda la noche, a la manana siguiente llamo brevemente el telefono de Qin Yue, prometio su “propuesta”. Esa manana, Jane tomo la tarjeta de identificacion.con Qin Yue, juntos al registro matrimonial. Cuando ella y Qin Yue, junto con un certificado de matrimonio de la Oficina de Asuntos Civiles, hay un sentimiento en su corazon no puede decir. Todo lo que dice que el matrimonio es la segunda vida de una mujer, ahora parece ser tan simple, nueve piezas de certificado de nueve collares en su vida talladapertenecen a la huella exclusiva de Qin Yue. Ayer fue el dia en que Jane se mudo al apartamento de Qin Yue. Anoche Qin Yue tambien actuo muy caballeroso, tomando la iniciativa de dejar el dormitorio principal a ella sola para descansar. Estaba en otro dormitorio. Jane no penso que el primer dia que se mudo a la casa, Qin Yue le dara la tarjeta bancaria. Ella y el no se conocen, ?como puede estar seguro de que toda la propiedad de la familia en sus manos? “Jane, los reporteros de los principales medios de comunicacion, estan esperando alli. La gente de la junta y el nuevo presidente vendran pronto. “La voz severa del gerente de relaciones publicas Xu Ai interrumpio la gira de Dios de Jane, rapidamente se retracto de sus pensamientos, actitud correcta: “Xu gerente, lo siento, voy a prestar atencion.” Xu, tono duro: “Jane, aunque eres el personal del departamento de negocios, tu gerente te envio a ayudar a nuestro departamento de relaciones publicas, me das un espiritu, no me des un lastre”. Jane sonrio y asino con la nalga: “Administrador Xu, no volvera a suceder.” Xu Friendly volvio a mirar los ojos de Jane antes de mover los ojos, llamando a varios de los mismos empleados del departamento responsables de la recepcion. “Todos jugaron cien mil puntos de espiritu por venir, la conferencia de prensa de hoy debemos hacer lo mejor, absolutamente no podemos cometer un pequeno error. Xu discurso amable al mismo tiempo, ojos serios barridos a traves de las manos de cada miembro del personal. Capitulo 2 Jefe Misterioso “Si. El departamento de relaciones publicas encargado del trabajo de recepcion se hizo eco de los colegas que habian sido enviados temporalmente para apoyarlos. Los ojos de Xu finalmente cayeron sobre Jane: “Jane, escuche que eres el mejor empleado de tu vendedor”. Despues de un tiempo, estaras con el nuevo presidente, a cargo del nuevo presidente, y no tienes que preocuparte por otras cosas. ” Jane asino con la nalina, todavia no ha respondido. El personal de relaciones publicas Ma Dana mostro una mirada feliz: “Jane ah, si nuestro nuevo presidente sigue soltero, usted tendra la oportunidad de acercarse al nuevo presidente” Xu mirando a Ma Dana: “Hoy puede estar relacionado con todos nosotros en el futuro, todos ustedes me dan un punto severo.” Jane en silencio tomo un respiro y trato de llegar a lo mejor del trabajo habitual. Justo cuando la multitud pensaba que todo en la compania estaba tranquilo, la junta de repente dio la noticia de que el presidente tomaria el relevo como una nueva persona. Sin embargo, el jefe entrante es misterioso, los jefes de varios departamentos a traves de varios canales de investigacion, pero no oyo nada sobre el. Jane no es generalmente una persona feliz, en este momento no se puede estirar el cuello mirar la entrada quiere ver este gran BOSS es precisamente lo que es sagrado? “Aqui vamos, los directores y el nuevo presidente estan aqui. La voz de la recepcionista se transmitia desde el walkie-talkie a los oidos de todo el personal. Los colegas no pueden evitar manejar su ropa y permanecer respetuosamente en sus puestos. Jane siguio el traspaso cercano de Xu para cumplir con el tan esperado “misterio gran BOSS.” A pocos pasos, vi a un hombre alto con un traje gris plateado, rodeado de varios hombres con trajes negros, marchando a un ritmo exquisito hacia la sala de lanzamiento. El hombre alto que camino frente a la multitud con un traje gris plateado era claramente su nuevo marido, Qin Yue! “Imposible! Jane penso que era una ilusion,e inmediatamente cerro los ojos ysacudio la cabeza para despertarse rapidamente. Pero cuando abri los ojos y mire de nuevo, la apariencia del hombre se mantuvo sin cambios. Si fuera otra persona, podria admitirlo, pero este es su nuevo marido, no puede admitirlo. Como una cara perfecta como un cuchillo, la altura completa de un metro ocho y una buena figura, asi como caminar inadvertidamente revelo la noble elegancia. El hombre mostro que cualquiera de ellos coincidia perfectamente con su nuevo marido. “Qin, Qin Yue? ” Jane miro al hombre. Parece oir su voz, los ojos del hombre ligeramente, atrapados en su cuerpo. En sus ojos, Jane estaba tan nerviosa que estaba a punto de olvidar su aliento. ?Como no haber pensado que su nuevo marido “ordinario” se convertiria en el nuevo presidente de su propia empresa? Ella lo miro, con la cabeza zumbando como una flor abierta. Los ojos del hombre en su cuerpo por un momento se alejaron inmediatamente, frio como si no la conociera tal persona. Indiferencia hacia ella, el corazon puro se hundio rapidamente. Es claramente Qin Yue, es su nuevo marido, ?por que usar una mirada tan fria a ella? Pero por un momento, el corazon de Jane habia brillado todo tipo de ideas. Lo mas parecido a la realidad es que ella piensa que este momento es un sueno, un objetivo irreal. Qin Yue esa persona es siempre suave y elegante charla ingerida y hacer las cosas son muy educados, nunca la veo todavia pretender no saber. Rapidamente se pellizco dos veces con la mano, y saco las comisuras de su boca con dolor, solo para descubrir que no era un sueno, sino lo que estaba experimentando ahora.

  • Casado con mi secretaria de Roxana Aguirre

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    Oliver Anderson, un millonario y apuesto joven de veinticinco anos, esta a punto de perder la presidencia de su empresa por no llevar una vida formal. Pero de repente su vida da un giro al pedirle a su secretaria, Alexandra Carlin, que sea su esposa durante seis meses.
    La historia narra el divertido matrimonio odio-amor entre Oliver Anderson y su secretaria cuando las cosas no salen como ellos esperaban.

  • Adios Sarajevo de Atka Reid

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    Mayo de 1992.

  • La pregunta y la respuesta (Chaos Walking 2) de Patrick Ness

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    La continuacion de la aclamada trilogia en que se basa la superproduccion Chaos Walking, del novelista de Un monstruo viene a verme.

  • Las Caricias del Jeque de Susan Stephens

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    Sola y embarazada, Lucy Gillingham estaba decidida a proteger a su futuro hijo de su peculiar familia. Pero Tadj, el atractivo desconocido con el que habia pasado una noche inolvidable, habia vuelto para revelarle un secreto sorprendente. !Estaba esperando un hijo de un rey del desierto! Tadj daria seguridad a su heredero, pero ?estaria Lucy dispuesta a aceptar aquella propuesta escandalosa y compartir el lecho real?

  • Tatuaje de Manuel Vazquez Montalban

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    Pepe Carvalho ha dejado la CIA tras 9 prometedores anos y cuando iba a ser ascendido. Ahora es detective privado. Dejo la CIA sin haber ahorrado ni un duro y ahora quiere ser su propio patron, vivir tranquilo y ahorrar para la vejez, pues ya tiene 40 anos y hay que ir pensando en ello. El cadaver de un banista con el rostro descompuesto e irreconocible aparece en la playa y el dueno de una peluqueria de barrio contrata a Carvalho para que averigue el nombre del cadaver. No quiere mas que eso y esta dispuesto a pagar bien. Demasiado bien. No quiere ir a la policia y prefiere pagar a Carvalho para que lo averigue sin tener que implicarse el mismo. El asunto es un poco raro, pero un esceptico Carvalho no pregunta nada mas y acepta el encargo. Carvalho tampoco quiere ir a la policia y prefiere investigar utilizando sus propios recursos. Estos le llevaran de Barcelona a Holanda y vuelta a Barcelona. El nombre del muerto lo averigua con relativa rapidez, pero la manera que tiene de ir enredandose el caso cada vez mas, hace que quiera investigar por su cuenta. Incluso cuando vuelve a Barcelona con la informacion solicitada por su cliente, nuestro detective sigue investigand. Vazquez Montalban nos presenta en esta primera novela de Carvalho como investigador privado, no solo a su protagonista, sino tambien a los personajes secundarios que apareceran en otras historias de este detective.

  • En el ultimo volumen de Divino B'atista

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    "?Que harias si tu banda favorita recien terminara de lanzar una nueva marca de ropa?"

  • Hija del dragon de Kiersten White

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  • La balada del nino que queria un abrazo de Baptiste Beaulieu

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  • Cuatro poetas en guerra de Ian Gibson

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    Antonio Machado, Juan Ramon Jimenez, Federico Garcia Lorca y Miguel Hernandez son cuatro de las mejores voces poeticas de la Espana del siglo XX. Unidos no solo por su absoluta dedicacion a las letras, sino por su lealtad a la Segunda Republica, enarbolaron una defensa acendrada de la libertad y la democracia.

  • Cenizas de plata y sangre de Almudena De Arteaga

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  • Almas robadas de

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  • El espejo egipcio de Pilar Gonzalez

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    ?QUE PASARIA SI UN DIA AL COMPRAR UN ESPEJO TU VIDA SE CONVIRTIERA EN UNA PESADILLA?

  • Irresistible 1 de Robyn Hill

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    Aunque siempre me he sentido un privilegiado en la vida, el dia que aterrice en Las Vegas maldije mi mala suerte. Despues de dos meses en Nueva York, en un centro de desintoxicacion por consumo de cocaina, habia decidido trasladarme a la ciudad del pecado. Alli me aguardaba un productor musical con un contrato para cantar en un casino y publicar un disco. Estaba entusiasmado, deseando empezar cuanto antes. Por desgracia, todo eso se habia evaporado de repente, pero empezare por el principio. Para quienes no me conozcais, mi nombre es Eric Cassel, naci en Paris, tengo treinta anos y fui un jugador de futbol muy reconocido durante ocho anos, e incluso llegue a ser internacional en cien partidos. El futbol para mi no fue mas que un medio para lograr mi independencia economica, si, me gustaba, sin embargo, no era mi autentica pasion. Aquello que siempre me ha hecho sentir vivo es cantar. Desde pequeno me gustaba coger el mando a distancia del televisor e imaginar que cantaba como Frank Sinatra, mi idolo, frente a miles de personas. Pero casi sin darme cuenta, el futbol se cruzo en mi camino y devoro todo mi tiempo libre, aunque yo sabia dentro de mi que, tarde o temprano, acabaria cumpliendo mi destino. Cuando festejabamos en cualquier discoteca la consecucion de algun titulo con mi equipo, el Paris Saint Germain, me encantaba apoderarme del microfono y cantar <>. !Que bien lo pasaba! Magnifique! Aun asi, en aquellos tiempos cantar lo hacia solo de vez en cuando, por diversion. Una lesion me obligo a retirarme del futbol hace dos anos y, sin la necesidad de trabajar en la vida, el cine me pico la curiosidad, ya que siempre me habian ofrecido papeles para protagonizar peliculas debido a mi agraciado fisico y a mi fama. Fue una etapa muy divertida, pero cuando me llamaron de un festival de cine de Nueva York para ser jurado a ultima hora sustituyendo a un importante director frances, entendi que era una senal del destino. En cuanto pise la ciudad, me deje contagiar por la electrizante energia que desprende cada rincon y supe que habia llegado el momento de probar un nuevo desafio empezando de cero. La suerte quiso que despues de cantar, por casualidad, en un bar de moda de Manhattan, un productor se acercase para ofrecerme cantar en Las Vegas en un casino de su propiedad y, si triunfaba, publicar un disco. No me sorprendio que esto ocurriera en Estados Unidos, la tierra de las oportunidades, asi que le dije que si inmediatamente. Por desgracia, una noche loca que disfrutaba de la compania de dos amigas, me arrestaron en plena calle con dos gramos de cocaina. Despues de arduas negociaciones con la fiscalia, mis abogados lograron un excelente trato: una fuerte multa economica de cuatro ceros, dos meses en una clinica de desintoxicacion y continuar en posesion de mi visado de turista. Asi pues, en junio aterrizaba por primera vez en Las Vegas. Despues de registrarme en una suite en el MGM, alquile un Ferrari para acudir a la oficina del productor, en el centro comercial Fashion Show. Me encontraba entusiasmado, con mariposas en el estomago, imaginandome en un gran escenario ante miles de personas. En cuanto sali de las escaleras mecanicas, me quede con la boca abierta. Se habia formado un tumulto de gente, y de ahi, de repente, salieron dos policias escoltando a un hombre corpulento y calvo: el productor que habia conocido en Nueva York. Merde! Pregunte a una mujer y me comento que, al parecer, lo habian detenido por estafa. Toda mi ilusion se vino de abajo de pronto. Sintiendo una profunda decepcion, decidi pensar en mi siguiente paso mientras regresaba conduciendo por El Strip, la avenida principal de Las Vegas. Podia regresar a Paris, pero alli los medios me verian como el exfutbolista millonario que canta por capricho. Tambien podia permanecer en Las Vegas y encontrar un sitio donde cantar, si, seria divertido seguir los pasos de Frank Sinatra. Ademas, a cada paso me cruzaba con bellisimas mujeres buscando amour. Me resultaba imposible vivir tiempos prolongados sin la calidez y el aroma femenino. Conquistar a una mujer es un manantial de fuertes sensaciones, y algo a lo que nunca podria renunciar. Necesitaba el placer suculento de su piel, por eso queria estrenar cuanto antes la cama matrimonial con una noche eterna de lujuria y desenfreno. En cuanto llegue a la suite, encendi el televisor. Odio el silencio y siempre necesito bullicio a mi alrededor. Ordene que el servicio de habitaciones me trajera una botella de Dom Perignon, mi champana favorito, y la puse a enfriar en la nevera. En ese momento llamo mi madre al telefono del dormitorio. --?Cuando te vas a casar, Eric? --fue lo primero que dijo--. Quiero que me des nietos de una vez. Estoy cansada de esperar, no quiero morirme sin nietos. Suspire. Mi madre siempre con la misma cancion. Esposa, hijos, hogar... --Mama, acabo de llegar a Las Vegas. Aun no he encontrado a la mujer ideal, ya te lo he dicho --dije mientras me sentaba sobre la cama y me quitaba los zapatos. --!Ya no quiero que me presentes mas a tus novias! --dijo con enfado--. La proxima mujer que conozca sera mi futura nuera, que ya me queda poco para pasar a mejor vida. --Mama, que solo tienes sesenta anos... --dije negando con la cabeza. A mi madre le encantaba el drama. --Hijo, nunca se sabe. --Mama, te quiero muchisimo y te echo mucho de menos, pero primero he de encontrar a esa mujer que haga sonar mi corazon. Ahora tu eres la mujer mas importante de mi vida --dije con una sonrisa, sabiendo como agradarla. --Oh, callate --dijo mi madre riendo--. Siempre consigues que se pase mi enfado. --?Cuando vendras a visitarme? --En cuanto me tome unas vacaciones... --Deja el trabajo de una vez, yo te mantendre. Sabes que el dinero no es problema, mama. En ese momento llamaron a la puerta. Sin duda, seria room service con mi Dom Perignon. --Me gusta mi trabajo, Eric. En casa me aburriria, echaria de menos a mis pacientes. Ser enfermera es mi vocacion. --Esta bien, como quieras --dije sabiendo que seria imposible convencerla--. Te dejo, que llaman a la puerta. Luego hablamos. Un beso. --Un beso, hijo. Cuidate. *** Despues de almorzar en el hotel, decidi pasear por el casino del MGM. Mi plan era hablar con la gente y descubrir un bar donde pudiera cantar, aunque fuese en modo karaoke. Me era indiferente si me pagaban un salario o no, con acudir todas las noches y disponer de un publico entregado, me daba por satisfecho. Yo solo queria hacer aquello que de verdad me complacia. Muy cerca de la entrada me llamo la atencion la jaula de cristal habitada por leones reales. Los turistas se fotografiaban sin cesar; a todos les parecia divertido encontrarse animales salvajes al lado de las slot machines. Enfrente se situaba una pared con decenas de televisores y, en cada uno, se retransmitia un acontecimiento deportivo distinto. Los empleados atendian a los jugadores que formaban una fila india esperando con resignacion su turno para apostar. Rios de gente iban y venian en medio de luces y sonidos hipnoticos. Las mujeres me miraban sin disimulo, y yo les saludaba con un guino o un movimiento educado de cabeza. Oh, femmes... Estableci contacto visual con una bella camarera de ojos verdes, que se acerco cimbreando las caderas y bandeja en mano. --Hola, guapo, ?quieres algo para beber? --me pregunto con una sonrisa seductora. --Si, un kamikaze, por favor. Era mi coctel favorito para empezar las fiestas. Se trataba de una racion generosa de vodka, zumo de limon, jarabe natural y escarchado con azucar. Mmm... sensationnel. Pero no solo habia llamado a la atractiva para ordenar una bebida, si trabajaba en Las Vegas debia conocer bien la ciudad del pecado. --Me encantan tus ojos, ?como te llamas? --pregunte cogiendola de la mano y mirandola fijamente. Observe como sus pupilas se dilataban, lo que solo podia significar que le atraia. --Pamela --dijo inclinandose hacia mi. --Pamela --repeti lentamente su nombre--. Dime un bar donde pueda cantar y pasarlo bien. La camarera se quedo pensativa durante unos segundos mientras yo la desnudaba con la mirada. De su preciosa boca salio finalmente una direccion. --En Town Square hay un bar que se llama Yesterday. Una vez fui con mis amigos y pasamos una noche muy divertida con la musica de los noventa --dijo apoyando su mano sobre mi pecho. --Genial. Gracias, Pamela --dije mostrando mi mejor sonrisa. --No te vayas muy lejos, ahora te traigo tu bebida... Pamela me dio la espalda y observe de nuevo su sexy contoneo. Sus gluteos eran firmes y se movian con una gracia que embrujaba. Suspire de amor. Mi interes en Las Vegas no era precisamente el juego, pero pisar la ciudad y no apostar, era como ir a Paris y no visitar la Torre Eiffel. Me acerque a una mesa donde un grupo de gente enfervorizada jugaba a la ruleta. Pedi cambiar cien dolares en fichas, y fui dejando montoncitos sobre el tapete, algunos en la frontera entre dos numeros. Lo ideal hubiese sido entablar conversacion solo con mujeres, pero en ese momento me parecio que una pareja se lo estaba pasando de maravilla. Decidi acercarme primero a hablar con el hombre, ya que si abordaba primero a la mujer, como es logico, se hubiese creado una tension innecesaria. --?De donde sois? --pregunte al joven, cuya edad rondaria los veinticinco anos. --De California. ?Y tu? --De Paris. ?Has estado alguna vez? --No, pero a mi y a mi mujer nos encantaria --dijo y despues se giro hacia ella--. Carino, te presento a un frances. Ella me saludo con una bonita sonrisa. --Ella es Michelle, y yo soy Sam. --Yo me llamo Eric Cassel. Michelle era un bellezon con un cuerpo escultural. Me incline a Sam y le susurre: <>. Sam me tendio la mano para que chocara las palmas, lo que los americanos llaman high five. En ese momento regreso Pamela con mi coctel kamikaze. --?Donde estabas? Pense que te habia perdido --dijo poniendo una mano sobre su cadera, como si estuviera enfadada. Sin pensarmelo dos veces, le di un beso en la mejilla, lo que le causo extraneza al principio, pero despues le parecio un gesto divertido. --En Francia solemos dar un beso en la mejilla cuando acabamos de conocer a una mujer --dije para excusarme. --Me gusta el estilo frances --dijo Pamela sin dejar de mirarme mientras me deslizaba una nota en mi chaqueta. Seguramente su numero de telefono. --?Que bebida es esa? --pregunto Michelle. --Kamizake. Pamela, por favor, trae una ronda de kamikazes para mis nuevos amigos. Yo invito --dije. Sam y Michelle vitorearon mi generosidad. Ya habia empezado a granjear amistades a las pocas horas de llegar. La decepcion por el arresto del productor estaba mas que olvidaba. La vida sigue. --?Que os parece si despues nos vamos a un bar que me ha recomendado Pamela para cantar? --pregunte rodeando por los hombros al matrimonio. --!Si! !Me apetece cantar! !Sera genial! --exclamo Michelle pegando saltitos de ilusion. Al cabo de un rato, con el alcohol de los kamikazes fluyendo por nuestras venas nos apeamos del Ferrari en frente del Yesterday. Senti un cosquilleo en el estomago, como el que sufren los artistas antes de salir al escenario. Entre el primero y me quede unos segundos mirando el bar, procurando que todos reparasen en mi presencia. Era tambien otro truco del manual del seductor: hacerse notar, por eso habia decidido acudir con gente, para no entrar solo, lo cual me hubiera ocasionado la perdida de valor. El Yesterday era un bar no demasiado grande, con paredes decoradas con fotografias de los muchos clientes que lo habian visitado. La luz era calida y acogedora, y todos parecian disfrutar de un rato formidable. La barra se disponia en forma de u, y varios camareros se afanaban en preparar cocteles y servir nachos con queso. Al fondo, un pequeno y simple escenario para debutar en Las Vegas. No estaba mal. Michelle, Sam y yo nos sentamos en una mesa, y ordenamos las bebidas. Ellos, cervezas; yo, un Dirty Monkey, que consiste en vodka, licor de cafe, un poco de crema de whiskey, leche y platano. Enseguida pedi mi cancion: <>, del maestro Frank Sinatra. Michelle se decanto por <> de Natalie Imbruglia, y Sam decidio tomarselo con calma. Mientras llegaba nuestro turno les pregunte cuanto tiempo llevaban casados. --Un ano --dijo Sam mirando a su esposa. Michelle asintio con la cabeza. --Nos conocimos a traves de unos amigos. Fue un flechazo, en cuanto lo vi supe que era el hombre de mi vida. --Y yo la mujer de mi vida --dijo cogiendola de la mano. Se dieron un beso rapido y carinoso en los labios. De repente, me llamaron al escenario, me sentia pletorico de energia, como un nino el dia de Navidad. Sabia que los dejaria a todos asombrados con mi voz. Los primeros compases de la cancion empezaron a sonar mientras disfrutaba del escenario. Yo era el centro de atencion en ese momento y eso me encantaba. Ahora empezaba lo mas bonito, seducir al publico, amarlos y llevarlos a la cama... Mi voz empezo a llenar el bar a la vez que observaba la reaccion entusiasmada de todo el bar. A mitad de la cancion, salte del escenario a las mesas, me arrodille delante de un grupo de mujeres... Asi debia sentirse Frank Sinatra en sus inicios. Pero esto no fue lo mas increible, cuando termine la actuacion me despedi entre apasionados aplausos. En cuanto regrese a la mesa, un hombre bajito y rechoncho se me acerco y me dijo: --Me llamo Lou Wagner. Acabo de abrir un nuevo restaurante espectaculo, y quiero contrarte. ?Que me dices? Sonrei de oreja a oreja. Esto solo podia suceder en America.

  • Muerte en Cape Cod de Mary Higgins Clark

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  • La hija olvidada de Armando Lucas Correa

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    Tras el exito del best seller internacional La nina alemana, la segunda novela de Armando Lucas correa narra un nuevo episodio desconocido de la Segunda Guerra Mundial.

  • Noche de fuego de Colin Thubron

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    Desde las primeras paginas de esta novela se nos desvela el final que aguarda a sus protagonistas, siete inquilinos de un mismo edificio de apartamentos--el casero, un pastor anglicano, un neurocirujano, una entomologa, un fotografo, un nostalgico de la infancia y un viajero--que perecen entre las llamas que provoca un cortocircuito. En sus ultimos instantes, los ocupantes del edificio rememoran episodios significativos de sus vidas; siete individuos que simbolizan en realidad siete aproximaciones al alma humana.
    Con un lirismo incomparable y un lenguaje cristalino y hermoso, Colin Thubron recrea la compleja trama de los recuerdos para salvarlos de las llamas.

  • F*llame como si salieras de la carcel de Jorge Borges

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    Toda mi vida he sido su protegida.
    Desde los 16 anos.
    Ahora tengo 21.
    Erik lleva 3 anos en la carcel.

  • Nuestras riquezas de Kaouther Adimi

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    En 1935, Edmond Charlot, un joven de veinte anos, regresa a Argel desde Paris con la idea de fundar una libreria y una editorial. Su minuscula libreria, que bautiza como Las Verdaderas Riquezas, se convierte en lugar de encuentro de aspirantes a escritores y de figuras como Antoine de Saint-Exupery y Andre Gide. Alli publica tambien el primer texto de un autor desconocido: Albert Camus. Pero Charlot ignora que dedicar la vida a los libros no le eximira de verse zarandeado por los infortunios de la historia: en visperas de la segunda guerra mundial, una revuelta esta a punto de estallar en Argelia.

  • Sonando con Molly de Lori Beasley Bradley

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    Cuando la exitosa autora Sherri Lambert regresa a su ciudad natal despues de 40 anos, no espera encontrarse con Dylan Roberts, el rompecorazones de la escuela secundaria, ni tampoco con las visiones que atormentaron su infancia.

  • Por Olvidarte de O. M. Courtly

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    Al perdio al amor de su vida,
    Al no ha vuelto a ser la misma desde entonces,
    no le importaria rogar por tener ese amor de vuelta.
    Pero ya no hay nada que hacer, ella lo debe olvidar.

  • Correspondencia a una dama de Blanca Santoro

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    Esta novela nacio de un reto particular. Hace unos meses me propuse escribir una carta romantica y colgarla en mi perfil de Instagram. Soy una autentica enamorada de las epistolas y queria darme el placer de escribir una. Lo que no sospechaba era que acabaria por engendrar 64 cartas de amor. Si, toda una correspondencia que, como puedes suponer, iba a convertir mi muro de Instagram en algo totalmente diferente a lo que es: un espacio intimo donde suelo hablar de literatura. Asi que decidi reunir esas epistolas en un pequeno libro y lanzarlo al mundo para que todos los romanticos pudieran deleitarse de su lectura; tanto, espero, como yo disfrute al crearlo. Y es que el amor tiene mil caras y no todas las personas lo sentimos de igual manera ni lo expresamos del mismo modo. Todos somos unicos y, como tal, esta historia de amor tambien lo es.

  • Pasion sobre dos ruedas de Dana Curt

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    Senti que el whisky me quemaba mientras bajaba por mi garganta. Todavia podia recordar cuando papa me dio mi primer trago. Tenia once anos. El agua de vida, dijo. --?Sigues pensando en la rubia con la que te acostaste ayer? -- Cobra interrumpio mis pensamientos, golpeandome la espalda tan fuerte; que casi derramo el whisky del vaso. Cabron. --?Cual? -- Pregunte, girando en mi taburete del bar hacia ellos. Los otros se rieron, Cobra sonrio. --Anoche solo habia dos rubias--, dijo, y en mis labios aparecio una sonrisa. Cobra era un bromista, pero no era bueno para aceptar una chiste. Aunque, no estaba bromeando. Quise decirselo antes, pero luego lo olvide. --Exactamente--, dije, y el se abalanzo sobre mi, arrancandome el vaso de las manos. Anoche habia dos rubias. Claire o algo asi, la de las tetas grandes, y ni siquiera recuerdo el nombre de la otra. Tenia labios rojos y gruesos y recuerdo que me calzaban como un guante de latex alrededor de mi pene. Ella era la unica chica en la que Cobra habia estado interesado desde la semana pasada. Slash y Reyes me lo quitaron de encima, mientras el apretaba los dientes y me abria las fosas nasales. No iba a pelear con el. Me estaba divirtiendo, el era de la familia. No habia razon para que yo recibiera un punetazo. Respiraba con dificultad cuando me lo quitaron de encima e hizo un rapido tiron con las manos para bajarse la camisa que se le habia subido hasta el pecho. --Mas vale que sea tu idea de una broma, Dio--, dijo, y yo mire timidamente a los demas. Estaban sonriendo, pero yo sabia que secretamente esperaban que fuera una broma. ?Le digo que grito mi nombre mientras me estrellaba contra ella por detras? ?Que me dejo tres mensajes de voz esta manana? Fue tan facil irritar a Cobra. En el ultimo ano desde que tomo el lugar de Calavera en el Club, se convirtio en el tipo que usamos de saco de boxeo. No era como si fuera un hermano para mi. Me hubiera encantado ver su cara si le dijera que la chica que le gustaba era de las que se corria a chorros. --Solo bromeo, hermano--, dije en su lugar y me vacie el whisky en la garganta. Cobra se tomo un momento para analizarlo. Paso de fruncir el ceno y resoplar a sonreir y reir en cuestion de segundos. Llame la atencion del "Rey" mientras Cobra se sentaba en un taburete a mi lado y ordenaba otra ronda para todos nosotros. Reyes sabia lo que habia pasado. Me vio ir a la parte de atras del Club con las dos mujeres. Me advirtio con una senal de que era mala idea. Le alce mi vaso vacio y le sonrei. ?Que era la vida si no estaba hecha para follar con cualquiera disponible? Y esa rubia estaba disponible anoche. Yo no hubiera dicho nada si Cobra se hubiera acostado con ella anoche. Siempre y cuando llegara a ella primero. --Saben, podrian darme una mano con esto--, Big T nos trajo nuestros vasos. Siempre habia trabajado en el Club. Se decia que antes se le conocia como "El Psicologo", porque aparentemente, solia recostarse en una de las bancas y escuchar a estos hombres tatuados derramar sus corazones sobre el. Ahora que estaba retirado, era el mejor camarero del Club. Reyes le silbo a Slash como si estuviera llamando a un perro. --Puedes usar a este--, dijo y todos nos reimos a carcajadas. Big T puso los ojos en blanco, dando al mostrador un golpe con el trapo que tenia en el hombro. --?Quieres poner a los dos tipos mas grandes aqui detras de la barra? -- dijo y cruzo sus voluminosos biceps sobre su pecho. Todavia no podiamos dejar de reirnos. Solo pensar en Slash y Big T detras de la barra, apretandose. --Contrataremos a otro mesero, Big T, y no dejes que estos chicos te afecten con sus idioteces--, fue la voz de papa la que interrumpio nuestras risas. Estaba sentado al final del mostrador, rodeado por Coronado y los otros miembros mayores del club. Habia escuchado la conversacion y habia hablado con su voz profunda, que tenia el poder de silenciar a todos en la habitacion. Estas eran las cualidades que importantes para el: Poder Respeto La motocicleta Mujeres Habia hecho todo lo posible para inculcarme esas cualidades, para prepararme para cuando fuera mi turno de ser presidente de los "Outlaws". Era solo que a veces se me confundia el orden en que van esas cosas. --Si, senor--, dijo Big T y volvio a trabajar en el bar. A mucha gente le gustaba llamar a papa --Senor-- o solo --Angello--. Nunca los corrigio. Eramos una gran familia, una familia de hermanos como Coronado solia decir, pero papa se aseguro de que todos supieran quien era el jefe de la familia. Era el. Y luego iba a ser yo. Nos llamo la atencion y levanto un vaso a modo de saludo, yo hice lo mismo, brindamos y bebimos. --Entonces, ?como estaba ella? -- Cobra se habia acercado a mi mientras yo no miraba. Me volvi hacia el, un poco confundido. ?De quien estaba hablando? --Las tetas que te anotaste anoche. !Hombre, la escuche gritar! -- dijo con una risa y bebio un poco de su cerveza. No pude evitar preguntarme cuales fueron los gritos que escucho. --?Quieres que te invite a ver la proxima vez que tenga a una chica inclinada sobre mi motocicleta? -- Pregunte. Reyes y Slash se rieron. Cobra se encogio de hombros y se sento en su silla, inclinandola peligrosamente hacia atras, pero manteniendola perfectamente equilibrada. --Tal vez aprenda algo--, dijo con una risa y yo sacudi la cabeza. Cobra era un buen tipo. Era nuevo en el Club, solo un cachorro, pero me cubria las espaldas. Lo que significaba que yo siempre cubriria la suya. *** Estabamos jodidos. ?Cuanto tiempo habiamos estado bebiendo? El tiempo se habia solapado y entrelazado, para transformarse en un largo chorro de alcohol y chistes malos. --?Quien de ustedes va a arropar a mi hombre esta noche? -- La voz de una mujer nos interrumpio. Todos nos volvimos a la puerta del bar al unisono y vimos a Ruby de pie, con las manos en las caderas. Sus rizos marrones rizados enmarcaban su cara, y sus ojos eran severos. Mama. --Angello, tu vieja esta aqui para recogerte--, escuche a Coronado bromear y papa le dio una sonrisa. La mirada de mama me busco en la oscura multitud del bar y puso los ojos en blanco. Se habia casado con un motociclista. Habia criado a un motociclista. Esta era la vida con la que se habia conformado, no la que habia elegido y, a veces, me daba pena. Vi a papa deslizarse perezosamente de su taburete y alcanzar su chaqueta de cuero, mientras que mama permanecia de pie en la puerta, observando cada movimiento de papa. Se necesito mucha confianza y muchas agallas para forjar el solido matrimonio que mama y papa compartian. No habria sido facil para ella. El codigo de vida de papa incluia a las mujeres. Estaban al final de su lista de prioridades, pero estaban ahi. No tuve que estrujarme el cerebro para recordar cuantas veces lo habia pillado con otra mujer, y cuantas veces mama habia amenazado con irse. En ese entonces culpe a papa. Lo culpe por el dolor que le causo a mama, y jure que nunca haria pasar a otro ser humano por eso. No haria pasar a mis hijos por el dolor de ver a una familia desmoronarse. Por eso Miriam nos dejo a la primera oportunidad que tuvo. No podia soportar ver a mama destrozada, una y otra vez. Aunque papa no le habia sido infiel en mas de ocho anos, Miriam siempre creyo que volviera a suceder. No queria estar cerca cuando sucediera. Ahora vivia en la otra parte de la ciudad, y en secreto me alegraba que se mantuviera alejada del Club. Los chicos no estarian babeando en cada oportunidad que tuvieran de verla. Algunos de los chicos gritaron y vitorearon cuando papa se acerco a mama. Habia visto fotografias de los dos juntos cuando se acababan de conocer, antes de que Miriam y yo nacieramos. Eran muy atractivos y probablemente todavia lo eran. Papa la agarro por el culo y la tiro hacia si, antes de besarla. Puse los ojos en blanco y mire hacia otro lado. Creci viendo a los dos babeando el uno sobre el otro. Que asco. --!Vayanse a casa! -- Les ladre, y los demas siguieron animando. Cuando papa la solto, me miro directamente y arqueo las cejas, antes de volverse hacia los demas. --Todos ustedes deberian irse a casa. Es tarde, chicos--, dijo, con una voz amenazante y autoritaria. A lo largo de los anos, se habia desempenado bastante bien en su papel de matriarca, y yo sabia que eso solo habia fortalecido el matrimonio entre los dos. --Ruby es una gema, ?entiendes? -- Cobra bromeo y yo sacudi la cabeza con indulgencia. --?Como esta Miriam? -- Slash pregunto, sabiendo exactamente el efecto que tendria en mi. Mi cabeza ya nadaba en alcohol y luchaba contra las ganas de seguir el consejo de mama. --A salvo ahora que esta lejos de ti--, le dije y se rio. Miriam estaba fuera de su alcance y todos lo sabian, pero eso no les impidio tomar fotos en mi ausencia cada vez que podian. --Oye, ?no estas satisfecho con una hermana que preguntas por otra? -- Cobra se apresuro a intervenir. Slash habia empezado a ver a Sofia, la hermana de Cobra, y se habian embarcado en una extrana vida juntos. Una relacion que ninguno de nosotros pensaba que iba a funcionar. Sofia era dulce y sabia lo que queria. Slash era joven y desalinado y tenia demasiadas cosas en el pasado de su familia como para reconocer que tenia algo bueno con ella. Pero disfruto de lo mucho que esto molestaba a Cobra, sin embargo. El Rey se puso de pie. Pude ver en su cara que estaba acabado. Desde que papa lo tomo bajo sus alas hace cuatro anos, fuimos los mejores amigos. --?A donde vas? -- Slash le pregunto y Reyes senalo su reloj. Eran las tres de la manana. --?Tienes que decir tus oraciones matutinas? -- Cobra dijo con una risa, y Slash, Reyes y yo le disparamos miradas amenazantes. La religion de Reyes estaba fuera de discusion, al igual que Miriam. Incluso yo pense que era un poco raro cuando lo conoci, pero ya sabiamos que era lo que lo mantenia cuerdo. Solia ser un chico de la calle, la pandilla iba a matarlo si no salia y creia que era su religion la que lo habia traido a Angello. Respetamos sus creencias. Cobra parecia ser un estudiante lento y no se habia dado cuenta lo importante que era respetar los limites. --Recuerda lo que dijo tu madre--, me dijo Reyes, y me hizo un gesto de despedida con dos dedos. Le sonrei. --Reyes--, lo llame mientras lo veia salir del bar, despidiendose de los demas mientras se iba. Ahora solo estabamos Slash, Cobra y yo en este extremo del mostrador, todavia revolviendo nuestras bebidas. Al menos Slash tenia a Sofia esperandolo en casa. Todo lo que yo tenia era Roxana, y no era exactamente un ser humano. Era tarde y habia bebido demasiado, pero tambien era demasiado temprano para irme a dormir. Saque el telefono del bolsillo de mis jeans y me desplace por los mensajes.

  • El contrato (Casaderas 1) de Catherine Bybee

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    Blake Harrison necesita urgentemente una mujer con la que casarse. Samantha Elliot, propietaria de una agencia matrimonial, tiene dos dias para encontrarla…

  • Connor (Mia 3) de A.g. Keller

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    Connor Blair siempre ha estado rodeado de lujos, excentricidades y un aparente carino. Hace ocho anos necesito del apoyo y comprension de sus padres, los duenos de la cadena de supermercados Bronty, que al saber de lo que se trataba no dudaron ni un segundo en darle la espalda. Despues de todo Connor ha vuelto a Nueva York con un solo proposito, terminar de conquistar el corazon de Mia, una relacion que apenas comienza cuando ella lo acepto como su novio. Hay muchas cosas que Mia desconoce y que Connor no se atreve a confesarle por temor a perderla y, cuando cree que nada puede salir mal, aparecera en sus vidas la unica persona que tendra el poder de estropearlo todo. Sembrando la duda en su corazon, empujandola a tomar una decision que podria cambiar el destino de los dos. ?Quieres saber lo que Connor no se atrevio a contarle?

  • El conspirador de Humphrey Slater

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    Todos guardamos secretos. Harriet, una joven inglesa candida e inocente que acaba de casarse con un comandante de la Guardia de Granaderos mucho mayor que ella, Desmond Ferneaux-Lighfoot, esta a punto de descubrirlo.Obnubilada por la prestancia y la inteligencia del hombre con el que ha decidido compartir su vida, unas extranas postales que llegan a su casa sin remitente ni texto seran la senal de alarma, el preludio de un peligroso juego del que Harriet ignora las normas, pero al que se ve abocada sin remedio. Sera entonces cuando conozca el verdadero rostro de su esposo…Fallecido en Espana en 1958, Slater nos dejo como legado este magistral relato acerca de la lealtad y la traicion, escrito en una prosa ironica y mordaz.

  • Los trucos de la bestia de Lide Aguirre

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    Estoy convencido al ciento cincuenta por cien de que es mi vecino quien lo tiene secuestrado. Me da igual su aspecto de angel redentor y que sea el nino bonito de un barrio atestado de momias que ya solo quieren creer y se rinden a sus maneras de oveja encarrilada, a su voz llena de graves que ahora suena a terciopelo de salon pero que hace nada barria los silencios de los locales mas miserables de la ciudad: el sabe donde esta el chico por el que todo el mundo llora. El tiene a Pablo Martiarena. Lo supe ayer, al anochecer. Volvia a casa entre calles brillantes por la lluvia, dejando atras los pasos apresurados de quienes corrian a resguardarse bajo los soportales y sintiendome algo mejor que los dias anteriores, seguramente porque la oscuridad del nuevo invierno parecia darme un refugio y el cuello del abrigo solo me devolvia el calor de mi respiracion. Y entonces lo vi. Salia con su coche por la cuesta del parking de la plaza Cataluna y no me habria fijado en el si no fuera porque volvio la cara y me miro de repente; y sus ojos eran dos agujeros transparentes, no esa mirada azul a lo Paul Newman que tanto explota hoy dia por aqui y que tan bien le funciona, sino dos ojos redondos, vacios, de pirado, que me abrieron la puerta, por un segundo, a los calculos de hielo que se forman dentro de su cabeza. Y detras, en el asiento trasero, estaba el, Pablo Martiarena, el joven de la <>, el nino bien por el que se han levantado las alfombras de la ciudad, con su cicatriz en forma de jota en la sien izquierda, <>, como explicaba su angustiada madre en el programa de ETB de ayer por la tarde, y su pelo rubio cortado a lo casco, un peinado antiguo, de los noventa, que le da aspecto de nino o de yonki, segun quien lo mire. El caso es que vi a Pablo de perfil, a cuatro metros de mi y medio cubierto por una sombra corpulenta que le habia lanzado el autobus 17, que circula por la Gran Via como si se fugara de Alcatraz, pero lo reconoci a pesar del escupitajo oscuro del autobus y las bailarinas de lluvia que se estampaban contra su coche. Pero eso no es todo: algo le estaba sucediendo. Porque habia algo mas ahi, en el interior del vehiculo que conducia mi vecino Ivan Katz; algo lo suficientemente impactante como para que mi conciencia lo eliminara al instante, algo que llevo intentando rescatar desde entonces sin lograrlo. Ahora camino hacia mi casa en el barrio de Gros, en San Sebastian. Hoy no llueve, pero el dia suena a cristal helado. A mi derecha, el horizonte mastica los ultimos restos de la tarde y las paredes de los edificios a mi izquierda se van apagando cubiertas de carteles con el rostro de Pablo, carteles de color naranja fosforito para que destaquen sobre la rona que esta levantando su silencioso imperio de oscuridad sobre las fachadas de este barrio bohemio, obtuso y marino que el chico frecuentaba bastante, segun he podido saber. En los carteles, la familia de Pablo Martiarena subraya que se trata de una desaparicion de riesgo, asegura que se recompensara cualquier informacion sobre su paradero y facilita un numero de telefono. El chaval sonrie en la foto con una tristeza latente que te hace pensar que si no hubiera desaparecido ahora lo habria hecho mas adelante, de alguna otra manera. Tiene una expresion apocada y una mirada ojerosa y descolorida que revela noches de juerga y dias oscuros y tristes. Segun voy leyendo, me entero de que a Pablo Martiarena, donostiarra de 27 anos, se lo trago la tierra hace tres semanas, pero hace solo un dia estaba sentado en el Volvo gris de Ivan, el artista, el emprendedor, el nino mimado que se perdio en las fauces del lobo durante mas de diez anos y se reencontro con su parte ganadora antes de que se lo tragara la bestia. El mismo nino al que todos los demas del edificio teniamos miedo de pequenos. La Ertzaintza, sin embargo, tiene su propia version de lo ocurrido. Una version que me ha roto todos los esquemas. Una version con la que no estoy de acuerdo. Pero empecemos por el principio. Ayer por la noche, cuando llegue a casa y le conte a mi prima okupa lo que habia ocurrido, me convencio de que me acercara a una comisaria de la policia a contarles lo que vi o, mejor dicho, a ponerles al corriente de <>, como la llama ella ahora. No lo hice, no inmediatamente; no lo tenia claro del todo. En cambio, opte por tirar de contactos haciendo uso del listin siglo XXI: Facebook. Alli di con Edorta, un buen tipo con aspecto de toro viejo y espiritu acolchado, antiguo companero de clase en mi primer colegio y ertzaina de profesion. Le envie un mensaje diciendole que queria verle por un asunto que quiza era una tonteria, pero quiza no, y que, eso, que mejor encontrarnos. Y hoy mismo a primera hora me ha contestado animandome a que me pasara por la comisaria de Hernani, un pueblo a pocos kilometros de San Sebastian, <>. Al final, ha sido el quien me ha puesto al corriente de la verdadera situacion de Pablo. Y, en pocas palabras: Edorta desmiente todo lo que se cuenta sobre el caso en los medios de comunicacion. Pablo Martiarena <>, me ha insistido. Ni desaparecido ni en el coche de Ivan Katz. El chico de los carteles esta, simplemente, haciendo su vida muy lejos de aqui con una mujer que ha conocido y que su madre no aprueba. <>, me comenta bastante molesto. Al parecer, la madre se niega a aceptar esa version de la desaparicion y les pone <> alla por donde va, me cuenta. Por otra parte, los familiares de otros desaparecidos han empezado a criticar la repercusion que esta teniendo el caso de Pablo y la supuesta atencion que recibe por parte de la policia, y lo achacan a que el chico viene de una familia con dinero. <>, lamenta mi ex companero. En realidad, todo lo que me ha contado Edorta sobre el caso me ha dejado bloqueado, con una extrana sensacion muy parecida a la de tener las manos atadas y no poder abrir un regalo. Porque nada tiene mucho sentido, y cuanto mas habla el mas nitida se hace en mi memoria la imagen de Pablo en aquel coche. ?Estaba llorando?, pienso. Igual. Igual si. --Es un caso archivado, Mikel, aunque te agradezco la preocupacion --me suelta Edorta tranquilamente apoyado sobre el escritorio de un despacho anodino. Estoy sentado en la tipica sala de paso que imagino es la que utiliza cualquier agente cuando se reune con alguien poco relevante como yo--. Pablo Martiarena Gallardo se marcho voluntariamente a Iquique, en Chile, con su novia, hara tres semanas. Esta localizado y sano y salvo, pero no podemos evitar que su madre insista en que no es asi y se dedique a empapelar la ciudad y a llamar a la tele y a la radio, donde no comprueban la veracidad de casos como este porque son demasiado morbosos y les dan audiencia. El chaval da pena, su madre da pena y viene de una familia bien, y eso vende. En cualquier caso, te agradezco la informacion, Mikel, me alegra que hayas venido, te tenia perdida la pista despues de tantos anos y me ha gustado verte. Seguramente viste a alguien que se parece a Pablo, pero quien sabe, tal vez el chaval haya vuelto a San Sebastian. Nos pondremos en contacto con la madre para saber si ha tenido noticias. Trato de digerir la informacion. No se por que, no me cuadra. --?O sea, que al final lo unico que ha pasado es que se ha fugado con una chilena? --le pregunto con la vista fija en su costado derecho mientras intento poner los puntos sobre las ies. Edorta se ha levantado de su asiento y le hace un gesto a alguien a traves de la pared acristalada que separa el despacho del resto de habitaculos. --Si; bueno, no, no se ha fugado --cuando vuelve a tomar asiento, mi antiguo companero me sonrie con amabilidad y recuerdo fugazmente aquellos tiempos en los que era un nino regordete que me ayudaba a resolver problemas en clase de matematicas, treinta anos atras--. Lo unico que ha hecho es marcharse de mala manera con una chica, lo que hacen algunos enamorados, nada del otro mundo. El padre de Pablo murio hace cuatro anos y el no tiene hermanos, y su madre no quiere creer que se haya ido porque no asume que el hijo unico haya puesto una novia y un oceano entre ellos. Una locura pasajera, al parecer acababa de conocer a la chilena cuando hizo las maletas y se largo, una cosa rara, pero no ilegal. La madre niega la evidencia y asegura que esta secuestrado, que no lo localiza y que ni siquiera cree que este en Chile, pero lo cierto es que, por ahora, tenemos todo: los billetes de avion, su direccion… Ya volvera. O no. De todas maneras, nunca se sabe y es mejor tener todo atado. ?Dices que te parecio que Pablo viajaba en el coche con un vecino tuyo? --Si, en la parte trasera del coche de Ivan Katz, seguro que lo conoces. Ultimamente ha salido bastante en los periodicos. De chaval fue un grafitero bastante popular y ahora dirige una academia de pintura que organiza exposiciones de arte cada dos por tres en toda la ciudad, en Tabakalera y en el Kursaal y… Bueno, en muchos lados. Edorta se encoge de hombros --no lo reconoce-- y empieza a anotar en su ordenador. La luz blandengue de un halogeno cae sobre nosotros como lo haria en la sala de espera de un hospital. --Katz se escribe con k y tz, entiendo --murmura mientras teclea. --Si. Katz, como suena. Su abuelo era aleman. Ivan tiene nuestra edad, 42. Vivia en mi edificio, en la calle Zabaleta. Ahora vive en Segundo Izpizua, casi al lado. --?Y que sabes de el? Porque si has venido aqui sera por algun motivo. La gente no va denunciando a sus vecinos… --la mirada de Edorta se vuelve indescifrable. --Ivan Katz… --me siento como una maruja cotilla, pero trago saliva y me animo a continuar-- es un tipo raro. --?Raro? --Edorta es demasiado bueno para mirarme con mala cara, pero hasta yo me doy cuenta de que mi descripcion no tiene un pase valido en una comisaria. --Es peculiar… Peligroso --continuo, intentando despertar su interes--. Ahora parece un tio normal, asentado, ya sabes. Se esta haciendo un hueco en la sociedad guipuzcoana de renombre, digamos. Abrio la academia de pintura hace unos cinco anos, despues de recuperarse en Proyecto Hombre y…

  • La bruja (Original) de Camilla Lackberg

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    Fijate bien.Nada es lo que parece.No te fies del titulo, de la portada ni de la sinopsis.La ultima novela de Camilla Lackberg tampoco es lo que parece.Resuelve el enigma de La bruja.

  • Nunca Te Olvidare de Natalia Lee

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    Parecia un dia soleado de verano. Algunos ninos ruidosos jugaban en el cesped, mientras que otros paseaban en bicicleta con sus padres por el parque. Habia mucho verde por todas partes, y Mel se apoyaba contra el tronco de un arbol, aprovechando la sombra fresca que ofrecia. Inesperadamente, la figura de una mujer aparecio a pocos metros de la nina. La luz brillante que emanaba de ella eclipso los hermosos ojos azules de Melissa durante unos minutos, hasta que finalmente se detuvo. Frente a ella, descalza y con un vestido blanco que cubria la mayor parte de su cuerpo, estaba Helena, su madre. Aunque Mel queria abrazarla y besarla, debido al anhelo que sentia, la bella mujer no dejo que su hija se acercara. -Solo escuchame, Melissa, tenemos poco tiempo. – declaro. -Pero mama … -No, no hables, por favor. Se todo lo que estas sintiendo, querida. Se de tu angustia, tu tristeza, el miedo a volver a Nueva York … Es normal que tengas miedo. Todos tenemos miedo cuando tenemos que enfrentar cosas mas grandes que nosotros. Pero se necesita fuerza, hija, especialmente ahora que conoceras a muchas personas. Algunos no son lo que parecen, de hecho, son falsos, egoistas, pero puedes estar segura de que tambien encontraras otros que son justos, verdaderos y que te han estado esperando durante mucho tiempo. Simplemente no se han dado cuenta todavia. Se que lo que te estoy diciendo ahora no parece tener sentido, pero lo importante es que sabes que siempre estare a tu lado para protegerte. Confia en mi, carino, todo estara bien, no te preocupes. Por unos momentos Mel guardo silencio, totalmente paralizada . Su cerebro habia articulado una serie de frases y preguntas para la madre, pero ninguna palabra podia salir de su boca. Helena, por su parte, tampoco dijo nada mas. Solo miro a Melissa con ternura y sonrio. La suave luz de antes comenzo a envolver su cuerpo nuevamente, hasta que se volvio tan intensa que Melissa tuvo que apartar la cara para proteger sus ojos de la luz exasperante . -Senorita? !Senorita, despierta, por favor! "Dijo una voz desconocida, que ahora sonaba cada vez mas cerca de la luz cegadora. Desconcertada, Mel abrio los ojos bruscamente, al mismo tiempo que daba un pequeno golpe en la silla gracias al susto. Las gafas en sus manos rodaron directamente al piso del avion, uniendose a una revista que se habia caido alli desde que se durmio. -Disculpe las molestias, senorita, pero vamos a aterrizar. Por favor, abrochense los cinturones. Aun bajo la influencia del extrano sueno, Melissa solo sacudio la cabeza. La joven azafata sonrio mostrando su llamativo lapiz labial rojo y continuo recorriendo el pasillo del avion, despertando a las pocas personas que todavia estaban dormidas . “Fue un sueno, solo un sueno”, penso Mel, mientras buscaba sus gafas en el suelo. Pero aunque trato de convencerse de que todo era solo un gran desastre debido a su cerebro cansado, el encuentro con su madre parecia tan real como el hecho de que ella estaba alli, en ese avion, rumbo a los Estados Unidos. Cuando finalmente encontro las odiadas gafas con lentes gruesos, Mel se los puso en la cara de todos modos y se ajusto el cinturon como lo habia ordenado la azafata. Mirando por la pequena ventana a su izquierda, pudo ver un enorme lago brillando bajo el sol de la tarde, y su avion que se acercaba cada vez mas a la pista del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. -Si, bienvenida de nuevo a America, dijo Melissa. , respirando profundamente mientras se ajustaba las gafas, y se miro a si misma en el claro reflejo del cristal. – Finalmente llegaste a casa … * * * * * A pocos kilometros de distancia, en el corazon verde de Manhattan, Aaron Stonewell estaba distraido. Sentado en el cesped brillante de Central Park a la sombra de un arbol, no parecio notar a las dos ciclistas que pasaban por tercera vez (y a proposito, por cierto) frente a el. No es que no fueran bonitas, por el contrario, eran dos chicas impresionantes. Pero la atencion y los ojos de Aaron ahora estaban completamente pegados a la pantalla de su MacBook que mostraba en pequenos intervalos las innumerables fotos tomadas en el ultimo show de su banda de punk rock, Nonsense . Por mucho que ya las habia visto millones de veces solo esa tarde, era imposible para el no admirar toda la vibracion de la audiencia que parecia desbordarse a traves de la pequena pantalla del ordenador. Aunque ese era solo el decimo espectaculo de su banda inexperta, se habian conmocionado y eso valia mas para el que la pequena tarifa ofrecida por el propietario del pequeno club en Brooklyn donde tocaban. Aprovechando la distraccion de Aaron, una figura se escabullo a sus espaldas y, teniendo cuidado de no llamar su atencion, camino de puntillas hasta que estuvo muy cerca del nino. Sin embargo, la persona no contaba con el revelador crack de una rama de arbol seca que termino pisoteando por simple descuido. – Buen intento, Marvin James! se burlo Aaron, volviendose hacia su amigo. – Como ladron, soy un gran bajista, ?no? – Pregunto el chico de ojos negros, depositando su bajo en el suelo y sentandose justo al lado de Aaron. -Di, ?que estas viendo en ese cuaderno que te alegra tanto ? -Son las fotos de nuestro ultimo show. – respondio Aaron con cierto orgullo. – Disfrutan demasiado, ?no? Mira la emocion de la multitud! -Si Total! – Marvin estuvo de acuerdo, estirando el cuello para verlos. – Lastima que Sophie, tu nueva musa inspiradora, no fuera. -!Y Chloe , tu pequena pasion eterna , tampoco aparecio alli! espeto Aaron bruscamente. -Oye, solo soy el hijo del conserje de la escuela. !No tengo oportunidad con esa chica! Tu, hombre … Ah … !Puedes tenerla en cualquier momento! ?Olvidaste que te llaman a ti y a Oliver “Los hermanos perfectos”? Todas las chicas de la Academia Eugenne Sinclair babean por vosotros , incluso las mas veteranas … – Ah, esta bien … !Deja de exagerar , MJ! La mayoria solo sabe mi nombre por mi hermano. Y ademas, la unica chica que realmente me importa no se preocupa por mi ", suspiro Aaron, bajando la cabeza. El hecho de que Aaron Stonewell fuera adorado por gran parte del ala femenina de la escuela no era nada nuevo para nadie. El otro “Hermano Perfecto”, como las chicas comenzaron a llamarlo al final del sexto grado, tenia una belleza inusual. Era alto, delgado, con penetrantes ojos verdes, como los que no puedes dejar de mirar, y cabello negro corto e intenso, un poco desarreglado en el frente. Como si eso no fuera suficiente, ademas tenia una cara hermosa y una sonrisa brillante que hacia que todos a su alrededor sonrieran tambien. Su unico defecto real era que estaba enamorado de la ahora ex novia de su hermano Oliver. Y por mucho que Marvin le mostraba a su amigo la gran cantidad de chicas que se derretian por el en los pasillos de la escuela y en los espectaculos, era Sophie la que le gustaba y Aaron sufria debido a su increible indiferencia. -Olvidate de esa chica , sabes que todavia le gusta Oliver. Manana deberian comenzar a salir de nuevo. Lo hicieron tanto … No es la primera vez que pelean. – dijo MJ, ahora colocando el ordenador de grafito de Aaron en su regazo para ver mejor las fotos. -Pero esta vez fue grave, el idiota de mi hermano estaba con otra chica y Sophie lo vio. !Esta podria ser mi oportunidad! Creeme, no hay chica como ella en esta ciudad. Marvin, quien hasta entonces parecia no estar de acuerdo con su amigo, comenzo a sonreir. De hecho, Sophie debia ser la unica criatura en Manhattan, o quizas en todo el planeta, capaz de ser tan hermosa y tan egoista al mismo tiempo. Simplemente no se comparaba en maldad con Darth Vader de Star Wars, porque era de otra galaxia muy, muy lejana y la disputa se limitaba solo al espacio terrestre. -Estoy de acuerdo, ella es muy bonita. Pero no se, creo que le falta algo … – respondio Marvin, presionando las teclas del MacBook para que las fotos pasaran a una velocidad mas rapida. “?Le falta algo?”, Repitio Aaron, frunciendo el ceno como si su amigo hubiera dicho algo increible. -?Que puede faltar en una chica completamente perfecta? Aunque la respuesta de MJ era “corazon”, algo lo hizo detenerse repentinamente y reir en voz alta senalando la pantalla del ordenador . Alli, en una foto que parecia muy antigua, habia dos ninos sonrientes y abrazados, que no recordaba en absoluto haber visto en el ultimo espectaculo de la banda. -Oye! ?Quienes son la rellenita y el chico que tiene aparatos en los dientes? -Le pregunto Marvin al amigo, aun riendose. Cuando Aaron miro el MacBook, no pudo entender como esa foto que debia haberse perdido por los innumerables archivos que tenia su ordenador, habia parecido alli, junto con los registros del concierto, no tenia sentido . -Bueno, el de los aparatos soy yo. – Aaron comenzo a explicar un poco avergonzado. – Y la rellenita es Melissa, la hermana de Sophie que regresa a Nueva York. -?De verdad? ?Este feo eres tu? – se burlo Marvin, pareciendo no creerlo. – Wow … Has mejorado mucho eh, hombre! Y que cosa mas absurda, la nina llega hoy y esta foto de ella aparece asi, de la nada … Oye, pero ?por que la tienes en tu ordenador ? Pasion infantil, ?verdad? Es? Pregunto, alzando las cejas maliciosamente y golpeando ligeramente a su amigo. Aaron puso los ojos en blanco y volvio a llevar el ordenador a su regazo. -No inventes , Marvin. Melissa y yo jugabamos juntos cuando eramos ninos y eso es todo. Despues de que ella se fue con su madre a Brasil, nunca volvimos a hablar. Quiero decir, incluso nos enviamos correos electronicos al principio, pero luego la comunicacion se volvio mas rara. La zona horaria diferente tampoco ayudo y ella siempre estaba ocupada ayudando con la ONG de su tia. Entonces, ya sabes, la amistad se extinguio gradualmente. – explico Aaron, mientras cerraba el cuaderno. Habia un toque de tristeza en su voz, pero sabia como disfrazarlo. La verdad es que el y Melissa eran grandes amigos. “!Los mejores del mundo!”, Como Aaron incluso se llenaba la boca para decir cuando hablaba de su amistad con la pequena Mel. Se habian conocido en Central Park, mientras jugaban a los columpios bajo la supervision de sus nineras, y desde ese dia se mantuvieron unidos de tal manera que no pudieron hacer nada mas el uno sin el otro. Tenian una especie de hermosa amistad, una que todavia era demasiado pura para ser sacudida por las hormonas de la pubertad, cuando la linea divisoria entre ninos y ninas se fortalece y los hace parecer seres de planetas totalmente diferentes. Pero el destino decidio ser implacable con los dos amigos, y cuando Melissa menos lo esperaba, ya estaba en un avion que se dirigia a Sudamerica con su madre, dejando a Aaron solo y lloroso en Nueva York. Hoy en dia, incluso despues de que hayan pasado cuatro largos anos, el nino todavia recordaba tristemente la separacion forzada de su mejor amiga . Era una herida ya curada, que a veces dolia cuando veia algo que le recordaba a Mel, pero eso ya no importaba demasiado. El pasado estaba detras de ellos y ahora no serian mas que simples extranos el uno para el otro. – Bueno, y hablando de Melissa … – dijo Aaron con un suspiro, volviendose hacia MJ -… Creo que es hora de ir al hotel Meditteranean para empacar las cosas para la presentacion. Hoy la tarifa vale la pena y nos pagaran por adelantado. -Oh, ni me digas! Despues de esa bagatela que ganamos en el ultimo show, incluso pense en renunciar a mi carrera. – se burlo el bajista, saltando. Aunque llegarian un poco mas tarde de lo acordado con el dueno del hotel, Aaron y Marvin caminaron en silencio hacia la salida oeste de Central Park, cada uno pensando en lo que mas le importaba. El bajista de los altos salarios y Aaron en ver a Sophie de nuevo, hasta que sus pensamientos derivaron sin querer al recuerdo infantil de Mel. Por unos momentos recordo las travesuras que los dos habian hecho juntos cuando eran ninos y esto lo hizo sonreir, pero pronto la imagen infantil de la amiga se perdio y Sophie volvio a dominar su mente haciendo que su corazon volviera a dolerle. * * * * * El vestibulo de la Terminal Tres estaba lleno cuando Melissa aterrizo en el aeropuerto JFK. Parecia que todos los ninos estadounidenses habian decidido viajar en la primera semana de sus vacaciones escolares, a juzgar por la cantidad exorbitante de ninos y ninas que jugaban con los carritos de equipaje bajo la mirada impaciente de sus padres. Llevando sus dos pesadas maletas, Mel miro a su alrededor en medio de toda esa agitacion cuando reconocio a su padre, a pocos pasos de ella, con un elegante traje gris que lo hacia verse serio, un alto ejecutivo. Albert, al parecer, no habia cambiado tanto como ella habia pensado. Aunque su cabello ahora tenia algunos mechones blancos en las sienes, aun conservaba la forma encantadora que hacia que la madre de la nina muriera de celos cuando aun estaban casados. -Hola papa. – Mel lo saludo, luego de caminar torpemente hacia el. -Melissa?! Dios, no puede ser! !Carino, como has crecido ! Albert se sobresalto mirandola de pies a cabeza. – !Estas muy alta y hermosa ! Mel sonrio levemente y se sonrojo, bajando la cabeza para mirar al suelo. No estaba acostumbrada a escuchar cumplidos y, como no estaba satisfecha con su apariencia, tenia una imagen muy distorsionada de si misma. -Oh, no te pases, papa! Alta si, pero hermosa ? ?Esta chica miope? – bromeo, abrazandolo con timidez, sin acercarse demasiado. Despues de tanto tiempo fuera y un sujetador finalmente (y muy bien) lleno, Mel no sabia como comportarse con Albert. No eran como dos extranos, pero tampoco tenian la tipica intimidad de padre e hija. Ademas, ya no era esa nina de diez anos, y la falta de contacto habia abierto un profundo abismo entre los dos que solo el tiempo podia salvar. -Es bueno tenerte por aqui otra vez. No te puedes imaginar como tu hermana y yo te hemos extranado todos estos anos. Dijo, con la voz rebosante de emocion. Cuando acurruco a su hija en ese abrazo timido, pero lleno de anhelo, Albert cerro los ojos e inmediatamente su mente lo transporto al pasado a cuatro anos atras, cuando habia abrazado a Melissa por ultima vez en ese mismo aeropuerto. Fue una separacion dolorosa y los anos que siguieron fueron aun mas tristes, ya que gracias a la terquedad de Helena, su ex esposa, que se nego a darle la direccion donde vivia, nunca puedo visitarlos en Brasil y mucho menos enviar los regalos de cumpleanos y Navidad que compro todos los anos a Mel. Ni siquiera la pension que depositaba regularmente en el banco todos los meses para pagar la educacion de su hija, su ex esposa la toco. -Espera, dejame mirarte de nuevo. dijo Albert, liberandose de los brazos de Mel. – !No puedo creer que mi pequena nina ahora sea una adolescente de catorce anos ! 14 -Es asi padre, si lo soy. – Mel murmuro, un poco incomoda con toda esa atencion. -Pero ya es suficiente, esta conversacion se esta volviendo demasiado dificil. Siempre dijiste estas mismas cosas por telefono despues de que te envie mis fotos por correo electronico, ?recuerdas? A pesar de la alegria que sentia, Albert decidio no molestar mas a Melissa con esos comentarios sobre el crecimiento, tipicos de las tias solteronas en las reuniones familiares. Queria que se sintiera bien por haber regresado y, sobre todo, que se olvidara de la muerte de su madre que habia sucedido meses atras. Luego, volviendose hacia el guardia de seguridad del traje negro que esperaba inmovil como un soldado ingles a pocos metros de distancia, Albert hizo un leve gesto con la mano para que se acercara el empleado. -Toma hija, creo que esto es tuyo. dijo, tomando algo de las manos del empleado y colocandolo justo despues de la cabeza de Mel. Al instante reconocio su vieja gorra azul para mascotas de los Yankees de Nueva York , el equipo de beisbol que amaba de nina. Ya ni siquiera recordaba las reglas del juego, ya que en Brasil el deporte popular era el futbol, pero no podia contenerse ante algo que le recordaba tanto a su infancia. -Wow! Pense que lo habia perdido durante el traslado a Brasil. Muchas gracias papa! – le agradecio Melissa, mientras ajustaba la gorra en su cabeza. -No, hija, no me lo agradezcas todavia. Tengo otra pequena sorpresa para ti y creo que te complacera mucho mas que esta. Incluso sin fuerzas debido al viaje y su cuerpo pidiendo a gritos una cama, la apariencia cansada de Melissa se animo repentinamente . Tenia curiosidad por saber de que hablaba Albert. ?Sorpresa? Dijo Mel , frunciendo el ceno. – Ah, padre, dime … por favor. -No puedo. Tendras que ser paciente. Por ahora, creo que sera mejor que caminemos a la limusina. Aunque parte de la ciudad esta pasando las vacaciones de verano en los Hamptons , el trafico de Manhattan puede no ser muy bueno a esta hora. dijo, senalando el equipaje de Melissa para que lo llevara el guardia de seguridad. Aunque no le pagaban por eso , sin embargo, lo hizo de todos modos, sin lugar a dudas. – Vamos! No he estado en una limusina en mucho tiempo. Creo que ni siquiera recuerdo como es por dentro … Mel exagero, recordando sus dias de infancia, cuando todavia iba y venia por Manhattan, llevada a donde quisiera por el chofer de su padre. Un coche como ese estaba muy lejos de la realidad que ella vivia en el interior de Brasil. Como su madre y su tia Veronica habian abrazado la causa ambiental, siempre preferian usar bicicletas o transporte publico para ir a algun lado. Obviamente, no eran las formas mas faciles y rapidas de moverse, sino formas politicamente correctas para evitar que se arroje innecesariamente mas dioxido de carbono al aire y se agote la capa de ozono. ?Que dirian las dos si vieran a Mel entrar en una limusina que gastara tanto combustible ? La chica ni siquiera se lo queria imaginar … Pero tambien, ?que podia hacer ella? Su padre estaba en la lista de los 100 hombres mas ricos de los Estados Unidos segun la revista Forbes. Si no tuviese una limusina, ?que utilizaria ? Autobus? Metro? Coches compartidos? En realidad no … Eso era para los mortales pobres, no para el poderoso propietario de la cadena hotelera The Meditterranean . Y, como hija del dueno, Melissa tendria que acostumbrarse nuevamente, voluntaria o involuntariamente, a esta vida llena de mimos y privilegios. Albert cruzo rapidamente el vestibulo, feliz de tener a su hija de regreso a su lado y, cruzando la puerta automatica que conducia a la calle, se dirigio hacia la magnifica limusina que se detuvo ante ellos con precision cronologica. -Entonces? ?Lista para tu primera vuelta? pregunto, mientras el chofer abria la puerta del lujoso coche para que la chica entrara. Al ver la limusina justo delante de sus ojos, Mel trago, totalmente deslumbrada. Era dificil pensar en los casquetes polares que se derretian a miles de kilometros de distancia gracias a las emisiones de CO2, cuando algo tan hermoso, brillante y lujoso estaba parado frente a ti. -Disfruta, querida . Es del hotel y solo atiende a clientes VIP , pero hoy ordene que estuviera completamente a tu disposicion. – Una limusina? ?Solo para mi? Vamos , papa, a esto llamas una pequena sorpresa? – Mel se admiraba a si misma mientras se acomodaba en el suave asiento del auto. Albert se sento a su lado riendo y despues de cerrar la puerta de la limusina, fue al frigorifico y tomo una botella de agua mineral Glaceau para calmar su sed. -Pero no dije que esta sea la sorpresa. continuo, recordando lo que les esperaba en el restaurante del hotel. – Aun no has visto nada, hija. Y para ser sincero, las emociones de esta noche apenas comienzan. Capitulo 2- PIMIENTA Y DIENTES Despues de tantas retenciones tipicas de Manhattan, la limusina entro en Park West Street, donde se encontraba el famoso y admirado hotel The Meditteranean . Con sus ojos atentos al continuo movimiento de personas caminando por las aceras esa tarde, Mel pronto reconocio el maravilloso verde de Central Park que aparecia en el lado derecho de la calle. – ?Estamos ahi? pregunto ella, ajustando sus odiadas gafas que insistian en deslizarse casi hasta la mitad de la nariz. -No creo que no estes reconociendo el hotel, hija. A pesar de que se sometio a algunas renovaciones, no esta tan diferente. dijo Albert, saliendo del coche . Cuando Mel salio de la limusina y miro la imponente fachada del Mediterraneo , le era imposible no admirar, como si fuera la primera vez, el majestuoso hotel frente a ella. Es cierto que habia crecido en esos pasillos y conocia incluso los detalles mas pequenos del lugar, sin embargo, despues de tantos anos de distancia, regresar y mirar todas esas pequenas ventanas blancas, las banderas estadounidenses ondeando en el viento y los pisos que casi se perdian de vista. Fue emocionante para ella. ” Wow, no puedo creer que este aqui de nuevo ” , penso Mel mientras entraba en el gran salon de The Meditteranean con su padre. Cuando pisaron la lujosa alfombra que completo la sofisticacion del lugar, Melissa pronto fue reconocida por el gerente del hotel, y tambien por el imbecil encargado del hotel de su padre, Pierre Le Blanc. Al mismo tiempo, dejo el mostrador donde estaba supervisando al personal que registraba a los huespedes , para sonreir y encontrarse con ella y Albert. -Mademoiselle Fenner , que honrra los terrmes aqui! Pero, maldito mon Dieu , !como creciste y adelgazaste ! ?Cuando fue emborra dificilmente podria olharr porr el balcon y agorra es mi tamano. Oh! Me estoy haciendo viejo. Dijo dramaticamente, con su acento frances divertido que se nego a perder. -Es bueno verlo tambien, senor. dijo la chica, todavia un poco timida. Mel sabia que habia cambiado mucho, despues de todo, habia perdido varios kilos y era mucho mas alta, pero estar alli escuchando ese bla bla bla acerca de cuanto pero habia perdido y crecido era casi una tortura. No le gustaba recordar sus dias de “peso pesado” como algunos companeros de escuela la llamaban en ese momento. "Si , es verdad. Era una bola de manteca que tenia un trasero mas grande que la luna y del tamano de un enano. Satisfecho? “Fue la respuesta grosera que tenia en la punta de la lengua, pero que no se atreveria a decir Era demasiado educada y no le gustaba herir los sentimientos de los demas. Afortunadamente, uno de los empleados del hotel arrojo torpemente el equipaje de un huesped importante del carrito del equipaje y Pierre dejo la conversacion para ir y reganarlo con toda la autoridad que el trabajo del gerente le garantizaba. Solo despues de deshacerse de Le Blanc, Melissa puede notar realmente el impresionante entorno a su alrededor. El vestibulo del hotel parecia mucho mas lujoso ahora que en su infancia. En el centro estaba la gran recepcion flanqueada a la derecha y a la izquierda por dos escaleras de marmol gigantes, por las que siempre se deslizaba por la barandilla para desesperacion del gerente Le Blanc. Ahora habia un pequeno salon luego de la entrada, para la comodidad de los huespedes y visitantes, asi como muchas plantas, flores y obras de arte que se extendian a traves de las diversas paredes del lugar decoradas exactamente en estilo europeo. En el techo, ademas de una pintura inspiradora con angeles y nubes, estaba el costoso candelabro de cristal, con un diseno firmado por Tiffany, que era dificil de no notar debido a su intenso brillo. A pesar del poco tiempo que paso en el Salon, Mel quedo impresionada por lo sumamente sofisticado que era ahora The Mediterranean . -Es maravilloso, lo se. – dijo Albert en el elevador , mientras miraba a la nina a traves del reflejo del espejo lleno de arabescos florales. – Hoy somos el segundo mejor hotel de Manhattan. Solo estamos detras del Plaza. Pero ya estamos haciendo mejoras para resolver esta situacion. -Dios, papa, no pense que The Mediterranean estuviera asi. Parece mas un palacio que un hotel. – exagero Melissa. -Si, pero ahora es tu palacio, querida. – Anadio sonriendo, saliendo por la puerta de metal que acababa de abrir. En el pasillo bien iluminado lleno de pequenas estatuas de marmol, Mel y su padre caminaron hacia la puerta de madera y vidrio del Chateau D’ore. A pesar del silencio pedregoso que dominaba el lugar y la ausencia de personas que entraban y salian del restaurante, lo que seria normal en ese momento, la chica no se dio cuenta de la misteriosa atmosfera que se cernia alli. -Tu primero, hija. – ordeno Albert enigmatico, empujandola ligeramente por la espalda. Cuando Mel entro en el restaurante, todavia vacilante, se vio sumida en la oscuridad. Al no ver nada frente a ella , penso en retroceder unos pasos hacia la puerta, pero de repente se encendieron las luces y cayo una lluvia de globos de colores y mucho papel picado. Varias personas, en su mayoria adolescentes que estaban dentro del restaurante, la recibieron dandole la bienvenida. -Es un placer tenerla con nosotros, senorita Fenner . Sea bienvenida. – dijo una mujer con cabello rojo, apareciendo justo frente a ella . Parecia haber pasado la treintena recientemente y tenia ojos en forma de almendra que la hacian sentir envidia. Mel abrio la boca, pero todavia estaba demasiado sorprendida para responder algo. ?Quienes eran todas esas personas? ?Y por que demonios tu padre no te advirtio sobre eso? Al menos podria haberse puesto ropa mas presentable que la que llevaba puesta. -Querida, esta es Rebeca Pitty, mi secretaria personal. Ella fue quien me ayudo a planear toda esta fiesta para ti. dijo Albert, senalando a la mujer. -?Ah, si? Gracias , senorita Pitty. – saludo Mel, todavia un poco confundida , pero devolviendo la sonrisa amistosa a la secretaria. Sophie, que estaba a solo unos metros de distancia, se acerco a los tres, seguida de cerca por Chloe y Vicky , sus inseparables amigas que se parecian mas a un par de guardaespaldas que la perseguian. Cuando las hermanas finalmente se encontraron cara a cara, Mel tuvo la ligera impresion de que Sophie no estaba muy entusiasmada con su regreso. La miro de arriba abajo como si la ropa de Melissa fuera una ofensa en ese lugar, y respiro hondo, como lo haces cuando vas a tomar una medicina horrible. -Bienvenida, Melissa. – dijo la hermana entre dientes, abrazandola con cuidado para no arrugar su top de Marc Jacobs . Gracias a Mel, Sophie se estaba perdiendo el lanzamiento de la nueva coleccion de Rihanna en una galeria super moderna en Soho , la meca de la moda de Nueva York, y no estaba contenta con eso. Su presencia alli era obra de Albert, que le habia ordenado que asistiera a la fiesta de bienvenida de su hermana bajo la pena de cancelarle todas las tarjetas de credito si no se presentaba. -Es bueno verte de nuevo, Sophie. – l respondio Mel, un poco timida . – Ha pasado tanto tiempo, ?no? -Sabes que ni siquiera me di cuenta? – respondio la hermana, con un timbre seco en su voz. -Wow! Pense que eran gemelas como Mary Kate y Ashley Olsen, pero al mirar a ambas ahora, se puede ver que tienen muy pocas cosas en comun. – Comento Vicky , analizando a Mel como si fuera un animal exotico en exhibicion. De hecho, las hermanas no eran muy parecidas. Despues de todo, no eran identicas , y el tiempo habia colaborado aun mas para acentuar estas diferencias. Sophie era hermosa como una pintura. Tenia el pelo rubio liso y la piel blanca que la hacia parecer una muneca de porcelana, ademas de tentadores ojos azules y finos labios rosados. Aunque Mel tenia el mismo color que los ojos y el cabello de su hermana, al mirarla se sentia fea. En realidad no lo era, pero cuando se comparo con Sophie, descubrio que su cabello ondulado y opaco no se comparaba con el de ella . Si solo Albert le hubiera contado sobre la fiesta antes, tal vez habria logrado vestirse un poco para no verse tan sin sal frente a todas las personas elegantes y bien arregladas. !Oh, como queria salir de alli y volver a Brasil! “?Tienes alguna preferencia musical, querida ?”, Pregunto Albert de repente. – No tenia idea de lo que te gustaba, asi que contrate una banda y un DJ especialmente para tu fiesta de bienvenida. Que quieres escuchar -Bueno, hmm … Dejame ver … Realmente me gusta esa cantante, Pink, ?sabes? – dijo Mel, fingiendo no darse cuenta de que Sophie miraba sus zapatillas grises All Star y arrugaba su nariz. Aunque no tenia idea de a quien era esa “Pink” que mencionaba su hija, Albert fue inmediatamente a un rincon de la habitacion para responder a su solicitud. Alli, apretujados entre el bar y la puerta del balcon debido a la cantidad de invitados a la fiesta, estaban Aaron, Marvin y Doug, ya en posesion de sus instrumentos, esperando que Albert pasara su repertorio para comenzar otro espectaculo sin sentido. -Bueno, ya que Sophie no nos presenta, soy Victoria McQueen. dijo Vicky , extendiendo la mano para estrechar la mano de Melissa. -Hola, bienvenida . Ya me conoces, soy Chloe Von Bondenburg . – saludo a la otra chica con cabello castano, flequillo corto y ojos color miel. – Chloe ” Dumbo “? ?La que estudiaste conmigo en la Academia Sinclair ? !No puede ser! !Tenias orejas enormes! Mel disparo, sin querer. Sophie y Vicky se miraron con miedo, esperando que Chloe explotara. Melissa habia tocado inadvertidamente un tema delicado para la chica y eso era sinonimo de detonacion, pero en lugar de una respuesta grosera, Chloe se sonrojo.

  • El cuervo y el angel de Ann R. Bright

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    Una romantica novela en la que la autora nos invita a viajar con sus personajes o, simplemente, a ser espectadores de su emocionante historia.

  • Yo soy Eric Zimmerman 2 de Megan Maxwell

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    Tras una boda y un viaje de novios de ensueno, mi vida con Judith comienza a normalizarse. Durante el dia, mientras trabajo en mi empresa, mi maravillosa esposa sigue en sus trece de llevarme la contraria en todo lo que puede y mas.

  • Y, de repente, todo cambio de Jessica Garcia Martin

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    Claire tiene una vida idilica: un trabajo que le encanta, una casa que la enamora y un novio entregado en cuerpo y alma a ella, ?o no? No todo es lo que parece…
    Tras varios meses de inseguridades, discusiones y secretos, Claire toma una de las descisiones mas importantes de su vida. Asi, su mundo se pondra patas arriba, conocera a alguien que le abrira los ojos, sentira la pasion y el deseo, descubrira que es el amor de verdad… y miles de cosas que le ocurriran por el camino.
    No estara sola, sus mejores amigos, Sam e Ivan, la acompanaran, le reganaran, se reiran y lloraran, pero siempre juntos.

  • Protegeme de Sophie Saint Rose

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    Laia hacia anos que no tenia una relacion con un hombre y en la despedida de soltera de su amiga Grace, se solto un poco la melena. Bueno, igual no fue un poco porque las consecuencias de esa noche iban a cambiar su vida para siempre. Lo preocupante era que no recordaba muy bien lo que habia ocurrido.

  • Navidad en Edentown de Annabeth Berkley

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    Amanda Kerr fruncio el ceno, confundida. No habia visto en el parte meteorologico que fuera a nevar en el trayecto hasta Vermont. Se encogio de hombros, redujo la marcha y encendio la radio donde sonaba un alegre villancico. Queria unas vacaciones navidenas tradicionales y la nieve formaba parte de ellas. Hubiera preferido disfrutarla cuando llegara a su destino en lugar de en la carretera, pero sabia que no podia hacer nada al respecto y enfadarse era algo que no estaba dispuesta a permitirse. Aquel era uno de los objetivos que se habia planteado a principios de ano en el vision board en el que plasmaba aquello en lo que iba a enfocarse y, por supuesto, conseguir durante los siguientes doce meses. Habia incluido una foto de un mercadillo navideno, y era lo unico que le quedaba para cerrar el ano y darse por satisfecha. Habia triplicado su cartera de clientes, habia ahorrado e invertido lo que habia planeado, habia aprobado con buena nota el master previsto, y, por fin, le tocaba disfrutar de sus merecidas vacaciones navidenas. Eso era algo que no iba a encontrar con sus padres en la casa de Hawai, asi que, despues de informarse minuciosamente, habia reservado habitacion en un pintoresco hotelito rural y habia preparado su maleta a conciencia para no pasar frio. Unos kilometros mas y media hora conduciendo con bastante incomodidad, le hicieron tomar un desvio. La nieve habia empezado a caer con mas insistencia y no estaba disfrutando en absoluto del viaje. Decidio esperar a que amainara el temporal. Unos robustos arboles parecia que formaban un pasillo de entrada a ?Edentown? Eso le habia parecido leer en el cartel del desvio. Lo primero que vio fue una gasolinera, asi que detuvo el coche para preguntar por alguna cafeteria donde poder entrar en calor. Supuso que encontraria una en cuanto se adentrara un poco mas, pero no le gustaba perder el tiempo buscandola. Preferia ir sobre seguro. Dexter Campbell, el dueno de la gasolinera y el taller mecanico adjunto, envuelto en un calido anorak, se le acerco a paso rapido. Amanda bajo la ventanilla. --?En que puedo ayudarla? --le pregunto con su atractiva sonrisa. Amanda enarco las cejas, desconcertada. No esperaba un hombre tan guapo atendiendo la gasolinera. --Estoy buscando una cafeteria hasta que deje de nevar. Dexter asintio. La joven de ojos verdes y cabello castano rojizo parecia totalmente desorientada. Quiza deberia haber escuchado las noticias que hablaban del temporal que se avecinaba en lugar de los tipicos villancicos, penso. --Ademas de una cafeteria, deberia pasar a registrarse por el hotel --le sugirio amable--. Estamos en medio de una tormenta. Amanda se fijo que lucia una alianza en una de las manos que habia apoyado en su ventana a medio bajar. No le extranaba en absoluto que estuviera casado. Ademas de guapo parecia encantador. --De momento me conformo con la cafeteria. Dexter se encogio de hombros. Ya se daria cuenta por si misma. La nieve habia empezado a acumularse ligeramente en las aceras, y el capitan McLeod no tardaria en llamarle para que tuviera disponible la maquina quitanieves y la sal para esparcir y evitar posibles accidentes. --Siga recto hasta la calle principal que empieza en el lago. A mano derecha no tardara en encontrar la cafeteria de Carolyn. Los brownies son espectaculares, pero escoja lo que escoja le gustara. Y a mano izquierda llegara al hotel Eden's Star por si cambia de idea. Amanda asintio agradecida y subio la ventanilla mientras lo veia entrar al taller mecanico del que habia salido. No recordaba que en Nueva York se hubiera encontrado alguna vez un empleado de gasolinera tan atractivo, penso. Aunque tampoco utilizaba tanto el coche, reflexiono dirigiendose hacia ?el lago? ?la calle principal? Habia prestado mas atencion a sus ojos que a sus palabras. Llevaba mucho tiempo sin pareja. Quiza demasiado. Pero no la echaba en falta ni tenia interes alguno en encontrar una. Trabajaba muchas horas, ganaba mucho dinero, se superaba constantemente a si misma... y era feliz con la vida que llevaba. Sintio que la boca se le abria al ver la bonita imagen de los arboles, la pradera y los bancos de madera nevados que enmarcaban el lago helado del que le habia hablado. Paro el coche en doble fila y bajo con rapidez para hacerle una foto con el movil. Quiza ese paisaje fuera bonito de ver en verano. Aun no habia preparado el vision board del ano que no tardaria en empezar. Podria incluir Edentown en una proxima visita, decidio. Volvio a meterse en el coche y apenas habia conducido unos metros por la que debia ser la calle principal, decorada con motivos navidenos, cuando vio un escaparate de galletas, y cupcakes con un pequeno cartel en la puerta de al lado, avisando de que era una <>. Supuso que era alli donde debia parar. Penso que a la tal Carolyn le vendria bien un cartel mas grande, quiza con su nombre impreso. Aparco muy cerca, se puso el abrigo, el gorro y la bufanda antes de salir, y cogio su elegante bolso. Una corriente de aire frio y la nieve cayendo en ligeros pero continuos copos, tambien parecia que le daban la bienvenida a ese lugar. Se quedo mirado el escaparate como si fuera una nina. Le encantaron la bonita coleccion de galletas glaseadas con diferentes formas navidenas, los cupcakes con motivos y colores similares, los bombones variados y hasta los bastones de caramelo. Eso estaba buscando, sonrio. Navidad en estado puro. Miro a su derecha. La calle estaba decorada con mucho gusto, acorde con las fechas que eran, los arboles nevados adornados con pequenas luces, personas muy abrigadas que se sonreian entre ellas, la nieve en las aceras... ?Que mas podia pedir? Un escalofrio le recordo la necesidad de guarecerse al calor de la cafeteria, y sonriente, entro. Ademas del abrazo de calor que sintio, el olor a cafe y a reposteria recien hecha, la invadieron. Era mejor de lo que habia podido imaginar. La mujer morena tras el mostrador le sonrio dandole la bienvenida. Amanda se quito el gorro y la bufanda y fue hacia ella. Le parecia conocerla, pero era algo imposible porque nunca habia estado alli. Se fijo en las diferentes bandejas con dulces para elegir. --?Que te apetece? --No soy capaz de elegir --le confeso--, pero me han dicho que los brownies son muy buenos. --Has preguntado a Dexter en la gasolinera --le respondio la mujer risuena de ojos oscuros. Amanda se sorprendio, pero asintio mientras se encogia de hombros. --A Dexter le gustan los brownies porque su mujer se llama Bronwyn --le explico-- y a veces le hace rabiar cambiandole el nombre, pero te gustara cualquier otro dulce. --Si, eso tambien me lo dijo --le sonrio decidiendose por un cupcake de chocolate blanco y almendras--. Ponme uno de esos y un te con canela. --Perfecto, te lo llevare a la mesa. Richard O'Roarke se fijo en la bonita mujer que acababa de entrar en la cafeteria. No la habia visto antes. Alta, delgada, bonitos ojos verdes. Se removio incomodo en su silla. ?Por que si habia tantas mujeres atractivas en el mundo el no terminaba de dar el paso y salir con alguna en serio? --?Que te ocurre? --le pregunto su hermano sentado frente a el mirando a sus espaldas para fijarse sin mayor detalle en la desconocida a la que miraba su hermano. --Nada --le mintio dando un sorbo a su cafe para evitar mirarle a los ojos. Mike lo miro con los ojos entrecerrados. --?Seguro? Richard nego con la cabeza. --No es nada. --Llevas aqui menos de tres horas y pareces un leon enjaulado ?ya echas en falta llevarte a alguna mujer a tu atico de la ciudad? Richard lo miro con una mueca. No lo habia hablado con su hermano porque ni el tenia claro lo que le pasaba. Creia que tenia todo lo que queria. Habia trabajado mucho por conseguir su atico de lujo en uno de los mejores barrios de la ciudad, y habia conseguido ser socio del bufete de abogados en el que trabajaba, en menos de tres anos. Tenia un cochazo impresionante, se movia entre empresarios, inversionistas y prestigiosos abogados, viajaba cuando y donde queria y, de repente, su hermano se convertia en padre de una nina preciosa y le asaltaban cientos de dudas. Que su hermano abandonara su vida de lujo por recluirse en una clinica veterinaria en Edentown le habia sorprendido; que se enamorara de una mujer sencilla y encantadora, tambien, pero ser testigo de la transformacion silenciosa que lo habia convertido en padre y en un estimado miembro de la comunidad donde vivia, le habia dejado sin palabras. Buscaba cualquier excusa para viajar hasta Edentown y mirar embobado a su preciosa sobrina recien nacida. Alice era sencillamente perfecta. No tenia ni un mes y ya sentia verdadera devocion por ella. La primera vez que la pequena le habia cogido su dedo con su suave manita sintio tal emocion que, mirando a su hermano, supo que ambos estaban perdidos. Alice podria hacer con ellos lo que quisiera. No podia explicarselo con ninguna logica, pero desde que se habia convertido en tio todo lo que veia se lo queria regalar a su sobrina. Lacey, su cunada, le habia hecho prometer que no le compraria ningun animal de peluche de mas de un metro, porque despues de los dos ultimos ya no sabia donde guardarlos. El triciclo, la cocinita para jugar y el tren electrico le habian dicho que se lo guardarian para darselo cuando pudiera jugar con ellos, pero tampoco habia podido evitar comprarselos. Era su unico tio y queria ejercer como tal, aunque fuera demasiado pequena para ser consciente de cuanto la queria. ?Como podia un bebe transformar tanto a un hombre? Entendia lo que le habia pasado a su hermano, que a fin de cuentas era su padre, pero ?a el? El era muy feliz con su vida... o eso habia creido siempre. Tenia que volver a la ciudad, suspiro. Aun tenia tres horas de viaje, pero cada vez le costaba mas irse de alli. --Bueno, te esperamos para Navidad --le recordo Mike--, pero no le traigas nada mas a Alice. No me vas a dejar malcriarla si le regalas tu todo. --Tu eres su padre. La tienes que educar. Yo sere quien la malcrie. --Pues no te defendere ante Lacey --le sonrio Mike con los ojos brillantes como cada vez que hablaba de su bonita mujer. Richard sonrio con cierta envidia. Su hermano habia dejado todo atras y habia cambiado de vida. El no estaba seguro de ser tan valiente. Amanda miraba a su alrededor con una sonrisa distraida. Parecia estar dentro de una pelicula navidena de esas que ponian en la sobremesa los fines de semana. Estaba deseando llegar a Vermont y participar de lleno en todas las experiencias navidenas que pudiera. Se fijo en que las personas que habia en la cafeteria estaban relajadas y sonreian. Parecia que el estres estaba solo presente en las grandes ciudades. Miro dos veces a los dos hombres que estaban tomando un cafe junto a la ventana. Debian de ser hermanos, a juzgar por el parecido. Morenos, ojos verdes, bastante atractivos... Pero uno debia ser de la ciudad, penso, porque tenia el ceno fruncido, el cabello ligeramente engominado, y parecia preocupado por algo. Suspiro. Ella no pensaba fruncir el ceno. Estaba de vacaciones y no iba a preocuparse por nada. En cuanto dejara de nevar continuaria su viaje. Carolyn Winter acerco a la desconocida su pedido sobre una bandeja cuando vio entrar a James McLeod, el capitan de policia de Edentown. Alto, atractivo... Amanda tambien se fijo en el. Lo vieron acercarse a la barra y mirar a los clientes de la cafeteria, como si estuviera buscando a alguien. Se fijo en uno de los dos hermanos morenos. --Richard, las carreteras estan cortadas hasta nuevo aviso --le informo acercandose a su mesa--. No podras salir de Edentown, por lo menos hoy. Acabamos de senalizarlo ahora. El aludido asintio sintiendo una especie de alivio. Amanda fruncio el ceno al escuchar al policia. ?Quedarse alli? Tenia reserva en Vermont. Se levanto dejando a Carolyn junto a su mesa y se acerco al guapo policia. --Disculpe, ?y no sabe cuando volveran a abrir? --No, senorita, acabamos de cerrar la salida de Edentown --le respondio serio--. Teniendo en cuenta las horas y que esta previsto que nieve toda la noche, es probable que tenga que quedarse en Edentown dos noches por lo menos. ?Dos noches? Eso no estaba en sus planes. Si estaba dos noches alli, llegaria a Vermont solo con tres dias para contagiarse de su espiritu navideno y poder celebrar la Navidad que se habia propuesto. Con el ceno fruncido llego a su mesa donde Carolyn la esperaba con el telefono movil en la mano. --?Necesitas reservar habitacion? Amanda la miro confundida. ?Habitacion? Claro. --Si, disculpa --le dijo a Carolyn--. El hombre de la gasolinera... --Dexter. --Dexter me dijo que habia un hotel hacia la izquierda. --Si, este es el telefono --le tendio su movil donde se veia el numero escrito. Amanda cogio su propio telefono y llamo. Tambien tendria que anular la reserva de esas dos primeras noches en Vermont. No le gustaba que los planes le cambiaran de repente, y mas cuando lo tenia todo programado de una manera tan perfecta. --Avisare a Lacey de que te quedas en casa --le dijo Mike a su hermano con una sonrisa--. Lo siento por ti, hermanito. Tu atico y alguna de tus amigas tendran que esperar. Richard nego con la cabeza. --No quiero molestar. Me quedare en el hotel. Alice es muy pequena y Lacey tendra que descansar. --Lacey se enfadara si vuelvo sin ti sabiendo que estas en Edentown. --Dile que te he amenazado con regalarle a Alice otro conejo de peluche gigante. No te preocupes, dormire en el hotel, pero pienso estar con mi sobrina a todas horas. Ya que me quedo, pienso disfrutarlo. Amanda respiro mas tranquila cuando reservo la habitacion en el hotel de Edentown y aplazo la llegada al hotel de Vermont. Se levanto para pagar su consumicion cuando vio entrar a una joven morena y airada senalando al policia con su dedo indice. --James, no es posible que no se pueda salir de Edentown. Haz algo --le dijo antes de poner los brazos en jarras. Amanda no supo identificar su acento. --No puedo hacer nada --le respondio el policia levantando las manos en senal de rendicion. Un joven muy guapo entro tras la mujer morena con un nino pequeno en brazos. --James, perdona, hemos hecho tarde para salir hacia el aeropuerto... Una joven rubia con un rostro perfecto entro en la cafeteria. Llevaba un serio traje de chaqueta y tenia una carpeta entre las manos. --?Peter? ?Isabella? ?Que haceis aqui? Creia que estariais ya de camino a coger el avion hacia Italia --le hizo una carantona al bebe mientras le sonreia con carino y le daba un beso en la mejilla regordeta. --Hola, Jane --la saludo el joven--. Se nos ha hecho un poco tarde. Pietro no tenia ganas de comer... Es una larga historia... No parece que podamos salir de viaje. --No saldremos de viaje hoy, pero yo voy a pasar la Navidad con mi familia --exclamo Isabella visiblemente molesta--. Pietro quiere ver a su tio y sus primos. Peter Muldoon sonrio a su mujer. Pietro era demasiado pequeno para saber lo que queria. Bastante tenia con avisar cuando queria comer y ellos con entender sus senales cuando no queria. --Pietro solo quiere comerse la jirafa de juguete, carino. Habla con tu hermano, lo comprendera. Isabella lo miro con sus oscuros ojos entrecerrados. --Soy yo la que no lo comprende, Peter --miro al policia--. James, haz algo. James miro a Peter incomodo. Isabella resoplo antes de salir airada. --Disculpa, James -- le dijo Peter al policia--. Isabella esta un poco sensible estos dias... Navidad, familia... ya sabes. Salio detras de su mujer mientras el pequeno despedia con su manita a la bonita rubia. Amanda espero paciente a que le cobraran. Por lo visto no era la unica a la que los planes le habian cambiado. La joven rubia se sento en uno de los taburetes altos con un suspiro antes de mirar a Carolyn. --Mientras la nieva no nos impida celebrar la feria... Amanda la miro directamente. --?Hay aqui una feria? ?De esas de Navidad? --Si --le sonrio Jane Muldoon dandole un folleto con las actividades preparadas--. Puedes hacer tu propia guirnalda, decorar tu galleta de jengibre, tomar un ponche espectacular o comprar los ultimos regalos. Tambien hay chocolate caliente, y Santa aparece cuando menos te lo esperas. Carolyn sonrio al escucharla y miro a Amanda. --Jane la ha organizado. Veras como te gusta --le dijo con seguridad. Amanda sonrio convencida. Las cosas parecia que se iban arreglando.

  • Besos humanos de Francisco Ferrer Lerin

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    Puede que el adjetivo que mas convenga a los relatos reunidos en este volumen sea el de <>. Pero la crueldad que los distingue no se desprende solo de la materia que muy a menudo los ocupa -atrocidades sin cuento, salvajadas sin nombre, bestialidades que hielan la sangre-, sino que tiene que ver, ademas -y sobre todo-, con la actitud del narrador, con su modo tan despiadado de tratar esa materia, de tratar al lector mismo. Como en ese monton de miembros y visceras informes en el que se reconoce sin embargo un cuerpo humano, asi tambien, en no pocas de estas piezas, se reconoce su condicion de relatos a pesar de que carecen de casi todos los atributos del genero. Tanto mayor es el impacto de su escritura directa, cargada de tension y de peligro, de suspense y de misterio, y tambien de humor. Porque el humor -un humor tan eliptico como desopilante- es el clavo ardiendo que al lector se le brinda para sustraerlo al horror que tan a menudo inunda estas paginas, repletas de crimenes, de monstruos, de pesadillas, de enormidades. De sorprendentes confesiones, ademas. Asi como de una belleza inesperada.
    Estos Besos humanos vienen a proclamar abiertamente una evidencia hasta ahora apenas susurrada: que, camuflada bajo su reputacion de poeta esquivo, de escritor <>, <>, la obra de Ferrer Lerin esconde una de las propuestas mas audaces y radicales de la narrativa espanola de las ultimas decadas. Espigadas tanto de sus diferentes libros como de su blog personal, las piezas reunidas en este volumen recorren esta faceta insuficientemente destacada de un autor en todos los sentidos politicamente incorrecto: un maestro del miedo que es a la vez, sin paradoja alguna, un seductor.

  • Carlota en las alturas de Mercedes Alonso

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  • Arder de Marcia Cotlan

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    Ella deseaba experimentar el placer. El le descubrio el amor.

  • Astillas en la sangre de Ashley Dyer

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    La sargento Ruth Lake y el comisario Greg Carver andan a la caza de un asesino en serie que recoloca a sus victimas como si fueran maniquis y les cubre el cuerpo entero de complejos y misteriosos tatuajes. Los medios ya lo han apodado <>, por el metodo primitivo y tremendamente doloroso del que se sirve para tatuarlas. Despues de muchos meses de investigacion, cuando parece que la resolucion del caso es inminente, el asesino asesta un golpe personal: dispone a su ultima victima de forma que se parezca a la esposa de Carver. Sometido a una gran presion, el comisario entra en una espiral autodestructiva de sexo y alcohol. De pronto, se encuentra en el suelo, medio muerto por un disparo, y sobre el se alza la imperturbable Lake, apuntandolo con un arma. ?Le ha disparado ella? Si no es asi, ?por que esta retirando de su apartamento todas las posibles pruebas y falseando el escenario del crimen?

  • El mecanismo de los secretos de Jose Gil Romero

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    Septiembre de 1859. Tras la extrana tormenta solar, la ciudad aguarda en una calma tensa: esta a punto de cumplirse una amenaza escrita hace siglos.