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    3 oct 2018 — LIbros epub, mobi, pdf, libros gratis, en español.

  • Secretos de mariposa de Victoria Morrigan

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    Angel ha vivido el maltrato desde que puede recordar. Sabe lo que se siente. Y tambien sabe lo que es que una persona mayor se aproveche de la confianza de un nino. Por eso, cuando conoce a Fanny, su pequena mariposa, se promete a si mismo que sera para ella lo que el no tuvo: un refugio.

  • Besame, Princesa, Cathryn de Bourgh de Cathryn De Bourgh

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    Novela romantica contemporanea.

  • Devorame (Gio e Ilke 1) de Rose Gate

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    Su alma no estaba preparada para amar, el sexo y la oscuridad dominaban su vida, llena de dinero, poder y desenfreno. Giovanni Dante, era gerente del Masquerade, un selecto club de sexo ademas de poseer casi un imperio de la hosteleria. Huerfano, al fallecer sus padres en su adolescencia, hereda la empresa de la familia y es adoptado por la familia de su mejor amigo cuando mas lo necesita. Ilke es una joven llena de vitalidad, guapa y sexy a morir disfruta de su libertad al maximo sin apenas preocupaciones solo una, ganar el dinero suficiente para cumplir su sueno. Ilke desea sobre todas las cosas convertirse en una gran disenadora y estudiar en Paris, para ello aceptara un trabajo un tanto peculiar, oonde le ofreceran ganar mucho dinero para ahorrar la cantidad que necesita. Un trabajo en un lugar oculto ante el mundo y solo abierto para el goce de algunos. Con lo que no contaba Ilke era con conocer a Giovanni y la voragine de sentimientos que este despertaba en ella. Su atractivo animal, su exotismo y la corriente sexual que hay entre los dos los, les llevara a un tira y afloja de voluntades avocandolos hacia un viaje sin retorno. Si te gusto trece fantasias, preparate para la historia mas irreverente y excitante, la de Ilke y Giovanni. Si te gusto Trece fantasias, trece maneras de conquistar y la conquista de Laura. Llega la pareja mas irreverente la de Ilke y Giovanni. Feliz lectura, espero vuestras opiniones y si quereis seguirme lo podeis hacer a traves de redes.

  • Baila para mi, Patricia Marin de Patricia Marin

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  • El amor siempre va en decadencia de C.r. Narvaez

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    Juno es un joven de diecisiete anos, es hispano y no sabe hablar muy bien el ingles. El llega a esta nueva escuela donde todos son bilingues y millonarios. Vladimir Walsh y Aixa Walsh son los gemelos fraternos mas apuestos y los unicos pelirrojos de toda la escuela. Conocen a Juno Cruz y deciden darle una oportunidad de ser parte del grupo. Lo que Juno no sabe es que terminaria enamorado de ambos y tendria una lucha interna de saber con quien desea pasar el resto de su vida. Lo que Juno tampoco sabe es que Vladimir y Aixa esconden un secreto, el secreto que mantiene la economia de la cuidad de manera ilegal. Ahora Juno le toca una fuerte decision, seguir amandolos sin importar que o contarles a todos todo el dano que ellos causaron en el, contarle al pueblo todos los secretos de los Walsh. ?Podra Juno contra su corazon o dejara que los Walsh lo controlen a el?

  • La ladrona Hood de Mari Diaz

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    Sus propositos son nobles, los metodos que emplea, cuestionables, pero los resultados siempre son los esperados.

  • Amigos, sin mas (Amigos 4) de Ana Alvarez

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  • Ser feliz no es gratis, pero tampoco cuesta tanto de Tamara Gorro Nunez

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    Para conseguir acercarnos a una vida plena y feliz es necesario llevar a cabo unas pautas que nos hagan sentirnos bien por dentro y por fuera.

  • Munecas y Grilletes de Aina Castillo

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    La Muneca de Metal: Sumisa Obediente Enamorada del Motero
    Amy no es una chica mas.
    Amy es huerfana. Ilegal.
    Sin documentacion. Inexistente.

  • Nunca Te Olvidare de Natalia Lee

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    Parecia un dia soleado de verano. Algunos ninos ruidosos jugaban en el cesped, mientras que otros paseaban en bicicleta con sus padres por el parque. Habia mucho verde por todas partes, y Mel se apoyaba contra el tronco de un arbol, aprovechando la sombra fresca que ofrecia. Inesperadamente, la figura de una mujer aparecio a pocos metros de la nina. La luz brillante que emanaba de ella eclipso los hermosos ojos azules de Melissa durante unos minutos, hasta que finalmente se detuvo. Frente a ella, descalza y con un vestido blanco que cubria la mayor parte de su cuerpo, estaba Helena, su madre. Aunque Mel queria abrazarla y besarla, debido al anhelo que sentia, la bella mujer no dejo que su hija se acercara. -Solo escuchame, Melissa, tenemos poco tiempo. – declaro. -Pero mama … -No, no hables, por favor. Se todo lo que estas sintiendo, querida. Se de tu angustia, tu tristeza, el miedo a volver a Nueva York … Es normal que tengas miedo. Todos tenemos miedo cuando tenemos que enfrentar cosas mas grandes que nosotros. Pero se necesita fuerza, hija, especialmente ahora que conoceras a muchas personas. Algunos no son lo que parecen, de hecho, son falsos, egoistas, pero puedes estar segura de que tambien encontraras otros que son justos, verdaderos y que te han estado esperando durante mucho tiempo. Simplemente no se han dado cuenta todavia. Se que lo que te estoy diciendo ahora no parece tener sentido, pero lo importante es que sabes que siempre estare a tu lado para protegerte. Confia en mi, carino, todo estara bien, no te preocupes. Por unos momentos Mel guardo silencio, totalmente paralizada . Su cerebro habia articulado una serie de frases y preguntas para la madre, pero ninguna palabra podia salir de su boca. Helena, por su parte, tampoco dijo nada mas. Solo miro a Melissa con ternura y sonrio. La suave luz de antes comenzo a envolver su cuerpo nuevamente, hasta que se volvio tan intensa que Melissa tuvo que apartar la cara para proteger sus ojos de la luz exasperante . -Senorita? !Senorita, despierta, por favor! "Dijo una voz desconocida, que ahora sonaba cada vez mas cerca de la luz cegadora. Desconcertada, Mel abrio los ojos bruscamente, al mismo tiempo que daba un pequeno golpe en la silla gracias al susto. Las gafas en sus manos rodaron directamente al piso del avion, uniendose a una revista que se habia caido alli desde que se durmio. -Disculpe las molestias, senorita, pero vamos a aterrizar. Por favor, abrochense los cinturones. Aun bajo la influencia del extrano sueno, Melissa solo sacudio la cabeza. La joven azafata sonrio mostrando su llamativo lapiz labial rojo y continuo recorriendo el pasillo del avion, despertando a las pocas personas que todavia estaban dormidas . “Fue un sueno, solo un sueno”, penso Mel, mientras buscaba sus gafas en el suelo. Pero aunque trato de convencerse de que todo era solo un gran desastre debido a su cerebro cansado, el encuentro con su madre parecia tan real como el hecho de que ella estaba alli, en ese avion, rumbo a los Estados Unidos. Cuando finalmente encontro las odiadas gafas con lentes gruesos, Mel se los puso en la cara de todos modos y se ajusto el cinturon como lo habia ordenado la azafata. Mirando por la pequena ventana a su izquierda, pudo ver un enorme lago brillando bajo el sol de la tarde, y su avion que se acercaba cada vez mas a la pista del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy. -Si, bienvenida de nuevo a America, dijo Melissa. , respirando profundamente mientras se ajustaba las gafas, y se miro a si misma en el claro reflejo del cristal. – Finalmente llegaste a casa … * * * * * A pocos kilometros de distancia, en el corazon verde de Manhattan, Aaron Stonewell estaba distraido. Sentado en el cesped brillante de Central Park a la sombra de un arbol, no parecio notar a las dos ciclistas que pasaban por tercera vez (y a proposito, por cierto) frente a el. No es que no fueran bonitas, por el contrario, eran dos chicas impresionantes. Pero la atencion y los ojos de Aaron ahora estaban completamente pegados a la pantalla de su MacBook que mostraba en pequenos intervalos las innumerables fotos tomadas en el ultimo show de su banda de punk rock, Nonsense . Por mucho que ya las habia visto millones de veces solo esa tarde, era imposible para el no admirar toda la vibracion de la audiencia que parecia desbordarse a traves de la pequena pantalla del ordenador. Aunque ese era solo el decimo espectaculo de su banda inexperta, se habian conmocionado y eso valia mas para el que la pequena tarifa ofrecida por el propietario del pequeno club en Brooklyn donde tocaban. Aprovechando la distraccion de Aaron, una figura se escabullo a sus espaldas y, teniendo cuidado de no llamar su atencion, camino de puntillas hasta que estuvo muy cerca del nino. Sin embargo, la persona no contaba con el revelador crack de una rama de arbol seca que termino pisoteando por simple descuido. – Buen intento, Marvin James! se burlo Aaron, volviendose hacia su amigo. – Como ladron, soy un gran bajista, ?no? – Pregunto el chico de ojos negros, depositando su bajo en el suelo y sentandose justo al lado de Aaron. -Di, ?que estas viendo en ese cuaderno que te alegra tanto ? -Son las fotos de nuestro ultimo show. – respondio Aaron con cierto orgullo. – Disfrutan demasiado, ?no? Mira la emocion de la multitud! -Si Total! – Marvin estuvo de acuerdo, estirando el cuello para verlos. – Lastima que Sophie, tu nueva musa inspiradora, no fuera. -!Y Chloe , tu pequena pasion eterna , tampoco aparecio alli! espeto Aaron bruscamente. -Oye, solo soy el hijo del conserje de la escuela. !No tengo oportunidad con esa chica! Tu, hombre … Ah … !Puedes tenerla en cualquier momento! ?Olvidaste que te llaman a ti y a Oliver “Los hermanos perfectos”? Todas las chicas de la Academia Eugenne Sinclair babean por vosotros , incluso las mas veteranas … – Ah, esta bien … !Deja de exagerar , MJ! La mayoria solo sabe mi nombre por mi hermano. Y ademas, la unica chica que realmente me importa no se preocupa por mi ", suspiro Aaron, bajando la cabeza. El hecho de que Aaron Stonewell fuera adorado por gran parte del ala femenina de la escuela no era nada nuevo para nadie. El otro “Hermano Perfecto”, como las chicas comenzaron a llamarlo al final del sexto grado, tenia una belleza inusual. Era alto, delgado, con penetrantes ojos verdes, como los que no puedes dejar de mirar, y cabello negro corto e intenso, un poco desarreglado en el frente. Como si eso no fuera suficiente, ademas tenia una cara hermosa y una sonrisa brillante que hacia que todos a su alrededor sonrieran tambien. Su unico defecto real era que estaba enamorado de la ahora ex novia de su hermano Oliver. Y por mucho que Marvin le mostraba a su amigo la gran cantidad de chicas que se derretian por el en los pasillos de la escuela y en los espectaculos, era Sophie la que le gustaba y Aaron sufria debido a su increible indiferencia. -Olvidate de esa chica , sabes que todavia le gusta Oliver. Manana deberian comenzar a salir de nuevo. Lo hicieron tanto … No es la primera vez que pelean. – dijo MJ, ahora colocando el ordenador de grafito de Aaron en su regazo para ver mejor las fotos. -Pero esta vez fue grave, el idiota de mi hermano estaba con otra chica y Sophie lo vio. !Esta podria ser mi oportunidad! Creeme, no hay chica como ella en esta ciudad. Marvin, quien hasta entonces parecia no estar de acuerdo con su amigo, comenzo a sonreir. De hecho, Sophie debia ser la unica criatura en Manhattan, o quizas en todo el planeta, capaz de ser tan hermosa y tan egoista al mismo tiempo. Simplemente no se comparaba en maldad con Darth Vader de Star Wars, porque era de otra galaxia muy, muy lejana y la disputa se limitaba solo al espacio terrestre. -Estoy de acuerdo, ella es muy bonita. Pero no se, creo que le falta algo … – respondio Marvin, presionando las teclas del MacBook para que las fotos pasaran a una velocidad mas rapida. “?Le falta algo?”, Repitio Aaron, frunciendo el ceno como si su amigo hubiera dicho algo increible. -?Que puede faltar en una chica completamente perfecta? Aunque la respuesta de MJ era “corazon”, algo lo hizo detenerse repentinamente y reir en voz alta senalando la pantalla del ordenador . Alli, en una foto que parecia muy antigua, habia dos ninos sonrientes y abrazados, que no recordaba en absoluto haber visto en el ultimo espectaculo de la banda. -Oye! ?Quienes son la rellenita y el chico que tiene aparatos en los dientes? -Le pregunto Marvin al amigo, aun riendose. Cuando Aaron miro el MacBook, no pudo entender como esa foto que debia haberse perdido por los innumerables archivos que tenia su ordenador, habia parecido alli, junto con los registros del concierto, no tenia sentido . -Bueno, el de los aparatos soy yo. – Aaron comenzo a explicar un poco avergonzado. – Y la rellenita es Melissa, la hermana de Sophie que regresa a Nueva York. -?De verdad? ?Este feo eres tu? – se burlo Marvin, pareciendo no creerlo. – Wow … Has mejorado mucho eh, hombre! Y que cosa mas absurda, la nina llega hoy y esta foto de ella aparece asi, de la nada … Oye, pero ?por que la tienes en tu ordenador ? Pasion infantil, ?verdad? Es? Pregunto, alzando las cejas maliciosamente y golpeando ligeramente a su amigo. Aaron puso los ojos en blanco y volvio a llevar el ordenador a su regazo. -No inventes , Marvin. Melissa y yo jugabamos juntos cuando eramos ninos y eso es todo. Despues de que ella se fue con su madre a Brasil, nunca volvimos a hablar. Quiero decir, incluso nos enviamos correos electronicos al principio, pero luego la comunicacion se volvio mas rara. La zona horaria diferente tampoco ayudo y ella siempre estaba ocupada ayudando con la ONG de su tia. Entonces, ya sabes, la amistad se extinguio gradualmente. – explico Aaron, mientras cerraba el cuaderno. Habia un toque de tristeza en su voz, pero sabia como disfrazarlo. La verdad es que el y Melissa eran grandes amigos. “!Los mejores del mundo!”, Como Aaron incluso se llenaba la boca para decir cuando hablaba de su amistad con la pequena Mel. Se habian conocido en Central Park, mientras jugaban a los columpios bajo la supervision de sus nineras, y desde ese dia se mantuvieron unidos de tal manera que no pudieron hacer nada mas el uno sin el otro. Tenian una especie de hermosa amistad, una que todavia era demasiado pura para ser sacudida por las hormonas de la pubertad, cuando la linea divisoria entre ninos y ninas se fortalece y los hace parecer seres de planetas totalmente diferentes. Pero el destino decidio ser implacable con los dos amigos, y cuando Melissa menos lo esperaba, ya estaba en un avion que se dirigia a Sudamerica con su madre, dejando a Aaron solo y lloroso en Nueva York. Hoy en dia, incluso despues de que hayan pasado cuatro largos anos, el nino todavia recordaba tristemente la separacion forzada de su mejor amiga . Era una herida ya curada, que a veces dolia cuando veia algo que le recordaba a Mel, pero eso ya no importaba demasiado. El pasado estaba detras de ellos y ahora no serian mas que simples extranos el uno para el otro. – Bueno, y hablando de Melissa … – dijo Aaron con un suspiro, volviendose hacia MJ -… Creo que es hora de ir al hotel Meditteranean para empacar las cosas para la presentacion. Hoy la tarifa vale la pena y nos pagaran por adelantado. -Oh, ni me digas! Despues de esa bagatela que ganamos en el ultimo show, incluso pense en renunciar a mi carrera. – se burlo el bajista, saltando. Aunque llegarian un poco mas tarde de lo acordado con el dueno del hotel, Aaron y Marvin caminaron en silencio hacia la salida oeste de Central Park, cada uno pensando en lo que mas le importaba. El bajista de los altos salarios y Aaron en ver a Sophie de nuevo, hasta que sus pensamientos derivaron sin querer al recuerdo infantil de Mel. Por unos momentos recordo las travesuras que los dos habian hecho juntos cuando eran ninos y esto lo hizo sonreir, pero pronto la imagen infantil de la amiga se perdio y Sophie volvio a dominar su mente haciendo que su corazon volviera a dolerle. * * * * * El vestibulo de la Terminal Tres estaba lleno cuando Melissa aterrizo en el aeropuerto JFK. Parecia que todos los ninos estadounidenses habian decidido viajar en la primera semana de sus vacaciones escolares, a juzgar por la cantidad exorbitante de ninos y ninas que jugaban con los carritos de equipaje bajo la mirada impaciente de sus padres. Llevando sus dos pesadas maletas, Mel miro a su alrededor en medio de toda esa agitacion cuando reconocio a su padre, a pocos pasos de ella, con un elegante traje gris que lo hacia verse serio, un alto ejecutivo. Albert, al parecer, no habia cambiado tanto como ella habia pensado. Aunque su cabello ahora tenia algunos mechones blancos en las sienes, aun conservaba la forma encantadora que hacia que la madre de la nina muriera de celos cuando aun estaban casados. -Hola papa. – Mel lo saludo, luego de caminar torpemente hacia el. -Melissa?! Dios, no puede ser! !Carino, como has crecido ! Albert se sobresalto mirandola de pies a cabeza. – !Estas muy alta y hermosa ! Mel sonrio levemente y se sonrojo, bajando la cabeza para mirar al suelo. No estaba acostumbrada a escuchar cumplidos y, como no estaba satisfecha con su apariencia, tenia una imagen muy distorsionada de si misma. -Oh, no te pases, papa! Alta si, pero hermosa ? ?Esta chica miope? – bromeo, abrazandolo con timidez, sin acercarse demasiado. Despues de tanto tiempo fuera y un sujetador finalmente (y muy bien) lleno, Mel no sabia como comportarse con Albert. No eran como dos extranos, pero tampoco tenian la tipica intimidad de padre e hija. Ademas, ya no era esa nina de diez anos, y la falta de contacto habia abierto un profundo abismo entre los dos que solo el tiempo podia salvar. -Es bueno tenerte por aqui otra vez. No te puedes imaginar como tu hermana y yo te hemos extranado todos estos anos. Dijo, con la voz rebosante de emocion. Cuando acurruco a su hija en ese abrazo timido, pero lleno de anhelo, Albert cerro los ojos e inmediatamente su mente lo transporto al pasado a cuatro anos atras, cuando habia abrazado a Melissa por ultima vez en ese mismo aeropuerto. Fue una separacion dolorosa y los anos que siguieron fueron aun mas tristes, ya que gracias a la terquedad de Helena, su ex esposa, que se nego a darle la direccion donde vivia, nunca puedo visitarlos en Brasil y mucho menos enviar los regalos de cumpleanos y Navidad que compro todos los anos a Mel. Ni siquiera la pension que depositaba regularmente en el banco todos los meses para pagar la educacion de su hija, su ex esposa la toco. -Espera, dejame mirarte de nuevo. dijo Albert, liberandose de los brazos de Mel. – !No puedo creer que mi pequena nina ahora sea una adolescente de catorce anos ! 14 -Es asi padre, si lo soy. – Mel murmuro, un poco incomoda con toda esa atencion. -Pero ya es suficiente, esta conversacion se esta volviendo demasiado dificil. Siempre dijiste estas mismas cosas por telefono despues de que te envie mis fotos por correo electronico, ?recuerdas? A pesar de la alegria que sentia, Albert decidio no molestar mas a Melissa con esos comentarios sobre el crecimiento, tipicos de las tias solteronas en las reuniones familiares. Queria que se sintiera bien por haber regresado y, sobre todo, que se olvidara de la muerte de su madre que habia sucedido meses atras. Luego, volviendose hacia el guardia de seguridad del traje negro que esperaba inmovil como un soldado ingles a pocos metros de distancia, Albert hizo un leve gesto con la mano para que se acercara el empleado. -Toma hija, creo que esto es tuyo. dijo, tomando algo de las manos del empleado y colocandolo justo despues de la cabeza de Mel. Al instante reconocio su vieja gorra azul para mascotas de los Yankees de Nueva York , el equipo de beisbol que amaba de nina. Ya ni siquiera recordaba las reglas del juego, ya que en Brasil el deporte popular era el futbol, pero no podia contenerse ante algo que le recordaba tanto a su infancia. -Wow! Pense que lo habia perdido durante el traslado a Brasil. Muchas gracias papa! – le agradecio Melissa, mientras ajustaba la gorra en su cabeza. -No, hija, no me lo agradezcas todavia. Tengo otra pequena sorpresa para ti y creo que te complacera mucho mas que esta. Incluso sin fuerzas debido al viaje y su cuerpo pidiendo a gritos una cama, la apariencia cansada de Melissa se animo repentinamente . Tenia curiosidad por saber de que hablaba Albert. ?Sorpresa? Dijo Mel , frunciendo el ceno. – Ah, padre, dime … por favor. -No puedo. Tendras que ser paciente. Por ahora, creo que sera mejor que caminemos a la limusina. Aunque parte de la ciudad esta pasando las vacaciones de verano en los Hamptons , el trafico de Manhattan puede no ser muy bueno a esta hora. dijo, senalando el equipaje de Melissa para que lo llevara el guardia de seguridad. Aunque no le pagaban por eso , sin embargo, lo hizo de todos modos, sin lugar a dudas. – Vamos! No he estado en una limusina en mucho tiempo. Creo que ni siquiera recuerdo como es por dentro … Mel exagero, recordando sus dias de infancia, cuando todavia iba y venia por Manhattan, llevada a donde quisiera por el chofer de su padre. Un coche como ese estaba muy lejos de la realidad que ella vivia en el interior de Brasil. Como su madre y su tia Veronica habian abrazado la causa ambiental, siempre preferian usar bicicletas o transporte publico para ir a algun lado. Obviamente, no eran las formas mas faciles y rapidas de moverse, sino formas politicamente correctas para evitar que se arroje innecesariamente mas dioxido de carbono al aire y se agote la capa de ozono. ?Que dirian las dos si vieran a Mel entrar en una limusina que gastara tanto combustible ? La chica ni siquiera se lo queria imaginar … Pero tambien, ?que podia hacer ella? Su padre estaba en la lista de los 100 hombres mas ricos de los Estados Unidos segun la revista Forbes. Si no tuviese una limusina, ?que utilizaria ? Autobus? Metro? Coches compartidos? En realidad no … Eso era para los mortales pobres, no para el poderoso propietario de la cadena hotelera The Meditterranean . Y, como hija del dueno, Melissa tendria que acostumbrarse nuevamente, voluntaria o involuntariamente, a esta vida llena de mimos y privilegios. Albert cruzo rapidamente el vestibulo, feliz de tener a su hija de regreso a su lado y, cruzando la puerta automatica que conducia a la calle, se dirigio hacia la magnifica limusina que se detuvo ante ellos con precision cronologica. -Entonces? ?Lista para tu primera vuelta? pregunto, mientras el chofer abria la puerta del lujoso coche para que la chica entrara. Al ver la limusina justo delante de sus ojos, Mel trago, totalmente deslumbrada. Era dificil pensar en los casquetes polares que se derretian a miles de kilometros de distancia gracias a las emisiones de CO2, cuando algo tan hermoso, brillante y lujoso estaba parado frente a ti. -Disfruta, querida . Es del hotel y solo atiende a clientes VIP , pero hoy ordene que estuviera completamente a tu disposicion. – Una limusina? ?Solo para mi? Vamos , papa, a esto llamas una pequena sorpresa? – Mel se admiraba a si misma mientras se acomodaba en el suave asiento del auto. Albert se sento a su lado riendo y despues de cerrar la puerta de la limusina, fue al frigorifico y tomo una botella de agua mineral Glaceau para calmar su sed. -Pero no dije que esta sea la sorpresa. continuo, recordando lo que les esperaba en el restaurante del hotel. – Aun no has visto nada, hija. Y para ser sincero, las emociones de esta noche apenas comienzan. Capitulo 2- PIMIENTA Y DIENTES Despues de tantas retenciones tipicas de Manhattan, la limusina entro en Park West Street, donde se encontraba el famoso y admirado hotel The Meditteranean . Con sus ojos atentos al continuo movimiento de personas caminando por las aceras esa tarde, Mel pronto reconocio el maravilloso verde de Central Park que aparecia en el lado derecho de la calle. – ?Estamos ahi? pregunto ella, ajustando sus odiadas gafas que insistian en deslizarse casi hasta la mitad de la nariz. -No creo que no estes reconociendo el hotel, hija. A pesar de que se sometio a algunas renovaciones, no esta tan diferente. dijo Albert, saliendo del coche . Cuando Mel salio de la limusina y miro la imponente fachada del Mediterraneo , le era imposible no admirar, como si fuera la primera vez, el majestuoso hotel frente a ella. Es cierto que habia crecido en esos pasillos y conocia incluso los detalles mas pequenos del lugar, sin embargo, despues de tantos anos de distancia, regresar y mirar todas esas pequenas ventanas blancas, las banderas estadounidenses ondeando en el viento y los pisos que casi se perdian de vista. Fue emocionante para ella. ” Wow, no puedo creer que este aqui de nuevo ” , penso Mel mientras entraba en el gran salon de The Meditteranean con su padre. Cuando pisaron la lujosa alfombra que completo la sofisticacion del lugar, Melissa pronto fue reconocida por el gerente del hotel, y tambien por el imbecil encargado del hotel de su padre, Pierre Le Blanc. Al mismo tiempo, dejo el mostrador donde estaba supervisando al personal que registraba a los huespedes , para sonreir y encontrarse con ella y Albert. -Mademoiselle Fenner , que honrra los terrmes aqui! Pero, maldito mon Dieu , !como creciste y adelgazaste ! ?Cuando fue emborra dificilmente podria olharr porr el balcon y agorra es mi tamano. Oh! Me estoy haciendo viejo. Dijo dramaticamente, con su acento frances divertido que se nego a perder. -Es bueno verlo tambien, senor. dijo la chica, todavia un poco timida. Mel sabia que habia cambiado mucho, despues de todo, habia perdido varios kilos y era mucho mas alta, pero estar alli escuchando ese bla bla bla acerca de cuanto pero habia perdido y crecido era casi una tortura. No le gustaba recordar sus dias de “peso pesado” como algunos companeros de escuela la llamaban en ese momento. "Si , es verdad. Era una bola de manteca que tenia un trasero mas grande que la luna y del tamano de un enano. Satisfecho? “Fue la respuesta grosera que tenia en la punta de la lengua, pero que no se atreveria a decir Era demasiado educada y no le gustaba herir los sentimientos de los demas. Afortunadamente, uno de los empleados del hotel arrojo torpemente el equipaje de un huesped importante del carrito del equipaje y Pierre dejo la conversacion para ir y reganarlo con toda la autoridad que el trabajo del gerente le garantizaba. Solo despues de deshacerse de Le Blanc, Melissa puede notar realmente el impresionante entorno a su alrededor. El vestibulo del hotel parecia mucho mas lujoso ahora que en su infancia. En el centro estaba la gran recepcion flanqueada a la derecha y a la izquierda por dos escaleras de marmol gigantes, por las que siempre se deslizaba por la barandilla para desesperacion del gerente Le Blanc. Ahora habia un pequeno salon luego de la entrada, para la comodidad de los huespedes y visitantes, asi como muchas plantas, flores y obras de arte que se extendian a traves de las diversas paredes del lugar decoradas exactamente en estilo europeo. En el techo, ademas de una pintura inspiradora con angeles y nubes, estaba el costoso candelabro de cristal, con un diseno firmado por Tiffany, que era dificil de no notar debido a su intenso brillo. A pesar del poco tiempo que paso en el Salon, Mel quedo impresionada por lo sumamente sofisticado que era ahora The Mediterranean . -Es maravilloso, lo se. – dijo Albert en el elevador , mientras miraba a la nina a traves del reflejo del espejo lleno de arabescos florales. – Hoy somos el segundo mejor hotel de Manhattan. Solo estamos detras del Plaza. Pero ya estamos haciendo mejoras para resolver esta situacion. -Dios, papa, no pense que The Mediterranean estuviera asi. Parece mas un palacio que un hotel. – exagero Melissa. -Si, pero ahora es tu palacio, querida. – Anadio sonriendo, saliendo por la puerta de metal que acababa de abrir. En el pasillo bien iluminado lleno de pequenas estatuas de marmol, Mel y su padre caminaron hacia la puerta de madera y vidrio del Chateau D’ore. A pesar del silencio pedregoso que dominaba el lugar y la ausencia de personas que entraban y salian del restaurante, lo que seria normal en ese momento, la chica no se dio cuenta de la misteriosa atmosfera que se cernia alli. -Tu primero, hija. – ordeno Albert enigmatico, empujandola ligeramente por la espalda. Cuando Mel entro en el restaurante, todavia vacilante, se vio sumida en la oscuridad. Al no ver nada frente a ella , penso en retroceder unos pasos hacia la puerta, pero de repente se encendieron las luces y cayo una lluvia de globos de colores y mucho papel picado. Varias personas, en su mayoria adolescentes que estaban dentro del restaurante, la recibieron dandole la bienvenida. -Es un placer tenerla con nosotros, senorita Fenner . Sea bienvenida. – dijo una mujer con cabello rojo, apareciendo justo frente a ella . Parecia haber pasado la treintena recientemente y tenia ojos en forma de almendra que la hacian sentir envidia. Mel abrio la boca, pero todavia estaba demasiado sorprendida para responder algo. ?Quienes eran todas esas personas? ?Y por que demonios tu padre no te advirtio sobre eso? Al menos podria haberse puesto ropa mas presentable que la que llevaba puesta. -Querida, esta es Rebeca Pitty, mi secretaria personal. Ella fue quien me ayudo a planear toda esta fiesta para ti. dijo Albert, senalando a la mujer. -?Ah, si? Gracias , senorita Pitty. – saludo Mel, todavia un poco confundida , pero devolviendo la sonrisa amistosa a la secretaria. Sophie, que estaba a solo unos metros de distancia, se acerco a los tres, seguida de cerca por Chloe y Vicky , sus inseparables amigas que se parecian mas a un par de guardaespaldas que la perseguian. Cuando las hermanas finalmente se encontraron cara a cara, Mel tuvo la ligera impresion de que Sophie no estaba muy entusiasmada con su regreso. La miro de arriba abajo como si la ropa de Melissa fuera una ofensa en ese lugar, y respiro hondo, como lo haces cuando vas a tomar una medicina horrible. -Bienvenida, Melissa. – dijo la hermana entre dientes, abrazandola con cuidado para no arrugar su top de Marc Jacobs . Gracias a Mel, Sophie se estaba perdiendo el lanzamiento de la nueva coleccion de Rihanna en una galeria super moderna en Soho , la meca de la moda de Nueva York, y no estaba contenta con eso. Su presencia alli era obra de Albert, que le habia ordenado que asistiera a la fiesta de bienvenida de su hermana bajo la pena de cancelarle todas las tarjetas de credito si no se presentaba. -Es bueno verte de nuevo, Sophie. – l respondio Mel, un poco timida . – Ha pasado tanto tiempo, ?no? -Sabes que ni siquiera me di cuenta? – respondio la hermana, con un timbre seco en su voz. -Wow! Pense que eran gemelas como Mary Kate y Ashley Olsen, pero al mirar a ambas ahora, se puede ver que tienen muy pocas cosas en comun. – Comento Vicky , analizando a Mel como si fuera un animal exotico en exhibicion. De hecho, las hermanas no eran muy parecidas. Despues de todo, no eran identicas , y el tiempo habia colaborado aun mas para acentuar estas diferencias. Sophie era hermosa como una pintura. Tenia el pelo rubio liso y la piel blanca que la hacia parecer una muneca de porcelana, ademas de tentadores ojos azules y finos labios rosados. Aunque Mel tenia el mismo color que los ojos y el cabello de su hermana, al mirarla se sentia fea. En realidad no lo era, pero cuando se comparo con Sophie, descubrio que su cabello ondulado y opaco no se comparaba con el de ella . Si solo Albert le hubiera contado sobre la fiesta antes, tal vez habria logrado vestirse un poco para no verse tan sin sal frente a todas las personas elegantes y bien arregladas. !Oh, como queria salir de alli y volver a Brasil! “?Tienes alguna preferencia musical, querida ?”, Pregunto Albert de repente. – No tenia idea de lo que te gustaba, asi que contrate una banda y un DJ especialmente para tu fiesta de bienvenida. Que quieres escuchar -Bueno, hmm … Dejame ver … Realmente me gusta esa cantante, Pink, ?sabes? – dijo Mel, fingiendo no darse cuenta de que Sophie miraba sus zapatillas grises All Star y arrugaba su nariz. Aunque no tenia idea de a quien era esa “Pink” que mencionaba su hija, Albert fue inmediatamente a un rincon de la habitacion para responder a su solicitud. Alli, apretujados entre el bar y la puerta del balcon debido a la cantidad de invitados a la fiesta, estaban Aaron, Marvin y Doug, ya en posesion de sus instrumentos, esperando que Albert pasara su repertorio para comenzar otro espectaculo sin sentido. -Bueno, ya que Sophie no nos presenta, soy Victoria McQueen. dijo Vicky , extendiendo la mano para estrechar la mano de Melissa. -Hola, bienvenida . Ya me conoces, soy Chloe Von Bondenburg . – saludo a la otra chica con cabello castano, flequillo corto y ojos color miel. – Chloe ” Dumbo “? ?La que estudiaste conmigo en la Academia Sinclair ? !No puede ser! !Tenias orejas enormes! Mel disparo, sin querer. Sophie y Vicky se miraron con miedo, esperando que Chloe explotara. Melissa habia tocado inadvertidamente un tema delicado para la chica y eso era sinonimo de detonacion, pero en lugar de una respuesta grosera, Chloe se sonrojo.

  • Cafe y tarta de Mario Sanca

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    El agua cae sin contemplaciones desde el cielo. Las gotas de lluvia repican en el exterior contra los coches y el mobiliario urbano en una melodia anestesica y caotica, un actor en el fondo de la sala que susurra desde la distancia para comentar la escena que tiene lugar ante si. En una cafeteria de la ciudad, a traves de unos cristales perlados de gotas, se distingue un exterior frio, gris, casi detenido en el tiempo, que logra convertirse en una melancolica foto que alguien colgaria en una sala de espera. Una estampa en la que se recuerda que el agua no discrimina a nadie. Mientras, en el interior, la imagen, es muy diferente: acogedora, calida, alborotada por el sonido de la cafetera que calienta la leche, el impacto frio de las cucharas metalicas contras las tazas y las conversaciones de mujeres y hombres que ocupan las mesas. El olor dulce de las tartas y el amargo del cafe inundan todo el espacio, y arrancan una sonrisa de satisfaccion a todo aquel que llega del inhospito exterior. En ese momento de la manana, una pequena campana de metal indica que alguien abre la puerta de la cafeteria. El acolchado sonido de la lluvia desaparece durante los breves segundos en que la puerta esta abierta, y vuelve a la normalidad cuando el umbral se cierra. Al instante, se escucha un suspiro de agotamiento acompanado por el sonido caracteristico de unos zapatos mojados. --Te dije que cogieras el paraguas --comenta con una sonrisa la camarera al chico que acaba de sentarse en la barra. Con sus ojos del color del sirope de menta, enmarcados por el flequillo y unos mechones sueltos de tono chocolate con leche, observa al cliente de arriba abajo. Un leve gesto de negacion con la cabeza hace que el pelo de su coleta oscile de un lado a otro. --Se me ha olvidado en casa --contesta el mientras sus hombros bajan todo lo que su fisionomia le permite. Mojado por completo, su pelo corto, del color de las galletas tostadas, deja escapar pequenas gotas de agua que impactan sobre las gafas, por lo que su vision se transforma en un campo de estrellas translucidas y sus ojos caramelo quedan desdibujados. --Jaime... --La camarera llama su atencion--. Al menos quitate la gabardina --insiste con un tono dulce y calido, similar a la espuma caliente--. !Esta chorreando! No querras volver al trabajo con un resfriado. --No --contesta cansado--, supongo que tienes razon. Y con un movimiento lento, como si la gabardina se resistiera a terminar ese humedo abrazo, el chico se la quita con cuidado para no mojarse mas y la coloca en una butaca libre que hay junto a el. Esto deja a la vista el fisico delgado de un joven de veintipocos anos. --Tambien se te ha mojado la camisa. --Unos segundos de silencio siguen al comentario. El, a traves de las gafas, mira como lo observa--. ?Ves algo con eso? Deja que te las limpie. --Y sin pedir permiso, en un gesto que denota mucha confianza, se las quita y las limpia con mimo gracias a un par de servilletas de papel. Despues se las vuelve a colocar, en un movimiento que parece perfeccionado por la fuerza de la costumbre--. Mucho mejor, ?verdad? A traves de los cristales, ya limpios y transparentes, Jaime contempla la mirada de la camarera, clara, con una mezcla de alegria y algo mas intenso, dificil de identificar, sobre todo en alguien que apenas ha llegado a la treintena; como si su edad no acompanase el nivel de profundidad que aguarda esa mirada. --Si, gracias, Elena. --Se quita las gafas para comprobar con satisfaccion los cristales. --No tienes que darlas. La camarera lo examina de nuevo. Sin la gabardina empapada tiene mejor aspecto, al menos no parece un perro abandonado. Pero ese pelo despeinado y la camisa pasada de moda no ayudan. --Si alguien te viera ahora, diria que te sientan fatal las Navidades --comenta Elena mientras arquea una ceja. --Lo se --contesta mientras intenta sonreir. --Perdone, jovencita. --Un hombre la llama desde el otro lado de la barra. --Ahora mismo vengo, Jaime, mientras... --Lo vuelve a mirar, aunque es incapaz de terminar la frase. Contiene una carcajada y, con una sonrisa en los labios, se aleja para atender al otro cliente. A esas horas, casi a final de las fiestas, y con una lluvia que no invita a la gente a salir de casa, apenas hay transeuntes por las calles. En la cafeteria, unas pocas personas, divididas en un par de mesas, cortan el silencio del lugar; sus conversaciones se mezclan con el ruido de la vajilla y de la cafetera mientras la radio hace todo lo posible por no quedarse en un segundo plano. En los pocos momentos en que el sonido de fondo se sincroniza, el cafe se llena del lamento de los asistentes y sus quejas sobre la vuelta al trabajo. Mientras, Jaime se conforma con mirar la lluvia caer en el espejo de detras de la barra. Las gotas forman una pequena neblina translucida que distorsiona la imagen al otro lado de la calle. Y, en un instante, la escena se inunda con el aroma de cafe recien hecho, chocolate y una pizca de limon. El muchacho se fija en la barra y se da cuenta de que, delante de el, ha aparecido una gran taza de cafe con una cremosa capa de leche y una suculenta porcion de tarta. Y ese leve olor a limon solo puede proceder de una persona. --De nada --responde Elena a la pregunta que no llega a formular Jaime. --?Y eso? --Invita la casa. --Vaya... --dice el chico sorprendido--. Voy a tener que dejarme el paraguas en casa mas a menudo. --Yo que tu no me arriesgaria. Y con una amplia sonrisa, Jaime clava el tenedor en la tarta y escucha el ruido efervescente que produce el bizcocho al tacto con el metal; al mismo tiempo que, por el rabillo del ojo, observa como Elena fija la vista en algun punto de la cafeteria. Cuando sigue la direccion de la mirada, comprueba que contempla a un chico y una chica sentados en una de las mesas. --?Que opinas? --pregunta ella mientras seca los cubiertos con un pano. El se gira un poco en el asiento para observarlos mejor: el cruce de miradas, los gestos, la postura, el tono de sus voces, sus expresiones... Todo pequeno detalle que pueda delatar el tipo de relacion que hay entre ellos. --Amigos --declara Jaime tras unos minutos de analisis. Elena tuerce la boca en un gesto que deja claro que no esta de acuerdo. --No estoy tan segura. ?Hermanos? --No --niega con la cabeza el tras darle un pequeno sorbo al cafe--, amigos. Creo que el quiere ser algo mas. --?Tu crees? --pregunta ella, esceptica. --Claro que si. --No me terminas de convencer. --La camarera suelta los cubiertos y el pano con resignacion --. Eso mismo podria pensar un desconocido de nosotros. --?De nosotros? Nada mas lejos. --Es cierto. Es evidente la relacion que hay entre nosotros. --?Tu crees? --repite Jaime--. Ahora es a mi al que no terminas de convencer. Elena mira a la pareja de la mesa y suspira. --Bueno, supongo que, con el tiempo, lo averiguaremos. La campana de la puerta vuelve a sonar. La camarera presta atencion a los nuevos clientes y deja a Jaime con su tarta y su cafe para atenderlos.

  • El numero de la traicion de Karin Slaughter

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    En la sala de urgencias del hospital mas ajetreado de Atlanta, la doctora Sara Linton se ocupa de una mujer muy malherida: desnuda y con evidentes signos de haber sido torturada, esta claro que ha sido presa de una mente retorcida. El detective Will Trent, de la Oficina estatal de Investigacion de Georgia y su companera Faith Mitchell, comienzan la investigacion de los hechos pero enseguida se dan cuenta de que la terrible realidad es que la paciente de Sara tan solo es una de las multiples victimas de un asesino cruel y sadico. Ademas muy pronto, otra mujer -inteligente, atractiva y bien situada- es secuestrada. Will y su companera Faith Mitchell se encuentran en el ojo de un huracan para dar caza y captura a un asesino.

  • Una historia de Espana de Arturo Perez Reverte

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  • Solamente amame (You make me feel 1) de Kathalee Trueba

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    Alena se comprometio porque estaba enamorada. Eithan lo hizo porque. creyo que tenia que hacerlo. Ahora, el busca volver a sentirse vivo al estar con otras mujeres. Y ella, encontro el amor en su pequena hija.
    El es arrogante, malhumorado y un muy buen agente. Ella es su jefa.
    Ella aun cree en el amor. El prefiere no pensar en ello.
    A pesar de ser tan distintos, ambos tendran que, darse cuenta de que, el amor no tiene que ser perfecto. Que, el compromiso, no tiene que ser solo un acuerdo.
    Y que, a veces, la felicidad de una persona, solo se obtiene a costa de la de otra.

  • No eras tu, es el de Angel Curt

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    Un amor al limite de lo prohibido, donde la lujuria y la pasion juegan un rol protagonico al correr los capitulos.
    Ella, debe darse cuenta que su esposo y la vida que escogio no era su verdadero destino. Sin embargo lo mas dificil de ello fue darse cuenta que el amor no estaba tan lejos. El hermano de su esposo era todo lo que ella podia sonar en un hombre, protector, honesto y sensual. Ser juzgada por un divorcio no era parte del sueno, pero hay cosas que no se pueden evitar... y enamorarse es una de ellas.

  • Al otro lado de la pared de Laura Nuno

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    Robert Smith esta decidido a dejar atras su pasado como mercenario y emprender una nueva vida, pese a saber que, haga lo que haga, vaya donde vaya, su pasado le perseguira. Para una persona que ha visto el mal cara a cara, que esta acostumbrado a desconfiar de todo y de todos, no es facil amoldarse a una vida normal y corriente. Por mucho que lo intente, por mucho que lo desee, siempre recelara de las personas, sobre todo de cualquier muestra de gratuita generosidad. Es por ese motivo que cuando la vecina de al lado se presenta en su apartamento dandole la bienvenida con un bizcocho, no puede menos que sospechar que pertenece a un grupo del crimen organizado. A partir de ese instante centrara todos sus esfuerzos en averiguar cuanto hay de verdad en la bondad de la muchacha, y cuanto de mentira. Pero al hacerlo no contara con los sentimientos que la gitanilla despertara en el.
    Ni que debera renunciar a ellos debido a un pasado que le esta pisando los talones.

  • Espiando a mi vecina por la ventana de Devora Mela

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    Mariana acaba de mudarse a una nueva ciudad, y desde la gran ventana en su habitacion puede ver el apartamento del edificio de al lado. Una noche se queda pegada a su ventanal espiando el intenso encuentro sexual de su vecina, deseando que a ella le hicieran lo mismo.

  • Goodbye Days. Un mensaje. Tres despedidas de Jeff Zentner

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  • El ultimo aullido del lobo, Cecilia Barale de Cecilia Barale

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    Treinta anos despues de la misteriosa muerte de Pedro en una protesta en Estambul, su hija Julia recibe un sobre con fotografias en las que reconoce a su padre, envejecido y caminando junto a una joven. El mundo de Julia se desmorona. ?Esta vivo, oculto en algun lugar del mundo?

  • Maldito diluvio, Miss Smile de Miss Smile

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  • King (La Hermandad de los Solteros 1) de Kendra Little

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    El gobierna un imperio de venta al por menor. Siempre consigue lo que quiere... hasta que la encuentra a ella.

  • El reloj mecanico de Philip Pullman

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  • Como nos Venden la Moto de Noam Chomsky , Ignacio Ramonet

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    La propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al estado totalitario. Chomsky nos muestra, tomando casos concretos, que son las tecnicas de persuasion, como y quien las aplica, con que intenciones y como actuan sobre nosotros. Ramonet da un paso mas. Examina, e ilustra con hechos, como los medios de control y vigilancia se han multiplicado con la fantastica capacidad de las nuevas herramientas. ?Quien tiene la propiedad de estos medios? La presente obra se compone de dos escritos, cada uno correspondiente a un autor, que giran alrededor de la manipulacion informativa como medio para obtener, conservar y aumentar el poder de un grupo social o empresarial. Ambos autores, por tanto, se interesan por la evolucion del papel ejercido por los medios de comunicacion en el control y la limitacion de la libertad individual, y actuan como vigias de una situacion preocupante y de incierta resolucion.

  • El principe sin corazon de Tara Pammi

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    !Habia encontrado a la esposa a la que habia perdido hacia anos!

  • La catedral de la luz de Ruben Laurin

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    Una historia de amor, celos y traiciones durante la construccion de la catedral de Magdeburgo, uno de los primeros templos goticos del imperio germanico.

  • El anticuario judio de Oscar Rodrigo

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    En la Praga de 1890 la ciudad se convierte en la poblacion mas cosmopolita de Centro Europa. En ese periodo de tiempo una serie de desapariciones y escabrosos asesinatos se producen en los alrededores del barrio judio. En dicho distrito trabaja un misterioso anticuario cuya hija sera la investigadora novata de tan atroces crimenes. Sumergete en una onirica e inquietante atmosfera en el fascinante siglo XIX en un intento por desentranar este caso de tintes sobrenaturales con dosis de humor negro y personajes que amaras u odiaras. La aparicion de personajes historicos en esta pesadilla con sus virtudes y sus debilidades te van a dejar sin habla.

  • La casa del reloj en la pared de John Bellairs

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    ?No oyes el tic-tac?

  • Juego de conquista (Hermanas Withler 02), Silvia Garcia Ruiz de Silvia Garcia Ruiz

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  • November 9, Colleen Hoover de Colleen Hoover

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  • La tentacion del principe de Sandra Bree

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    Envidias, celos, falsas apariencias, amor#

  • Sol poniente de Antonio Fontana Gallego

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    Aunque hayan pasado miles de anos, sigue siendo el olor de las higueras de las tardes de mi infancia lo que me desvela en las negras madrugadas, como si durante mi sueno hubieran echado raices al otro lado de la puerta, en el pasillo, en la cocina, por todas partes, el dormitorio de repente un revuelo de insectos, de recuerdos que hay que espantar a manotazos hasta que se posan de nuevo sobre el polvo de los muebles o en la bruma del espejo donde estamos todos vivos: si apoyo la frente en el azogue, mi padre un puntito que se aleja entre las olas; si retrocedo unos pasos, mi madre asomada al balcon diciendo adios, adios; si fuerzo la vista, yo una noche de terral, dormido en el autobus que me trae de vuelta a casa desde el Pico de las Animas, el vaho en el cristal de la ventanilla confundiendose con el vapor de la olla que mi abuela se enorgullecia de no haber fregado nunca, <>, una manera como otra cualquiera de decir que si se habia pasado la vida haciendo potaje en aquella olla, y esa semana tambien iba a hacer potaje, y potaje haria, seguro, la proxima semana, ?por que perder el tiempo fregandola? No habia que ser Einstein para deducir que el poso del potaje de las semanas y meses y anos anteriores se mezclaria con el potaje de esa semana, y que la combinacion de toda aquella grasa potenciaria el sabor del potaje de la semana entrante, y asi potaje tras potaje, hasta que un dia, aunque se le olvidara echarle, no se, garbanzos, nadie se daria cuenta, pues el potaje seguiria sabiendo a potaje y a garbanzos gracias a que la olla tenia lo que mi abuela llamaba sustancia; y yo nos imaginaba a ella, a mis padres, a mis hermanos y a mi sentados a la mesa del comedor, los siete masticando garbanzos inexistentes que se desharian en la boca como los de verdad. Lo mismo que con el potaje ocurria con el cafe de cada desayuno, mas concentrado que el cafe del desayuno anterior. La cafetera, cada manana, con mas rona que la manana anterior. Por dentro, las paredes de la cafetera ya no lisas; por dentro, las paredes de la cafetera, grumosas. Mugrientas. Posos, capas, estratos de cafe en el interior de la cafetera de la casa de mi infancia, que mi abuela tambien se negaba a fregar. Si hubieran decidido someter la costra de suciedad de nuestra cafetera a la prueba del carbono-14, sabe Dios a que conclusiones habrian llegado los cientificos. A que epoca. A que era. El holoceno. El pleistoceno. El plioceno. El cafe de la casa de mi infancia, un cafe atomico. Te tomabas una taza, y fuego por las venas. Te tomabas dos tazas, y un subidon de adrenalina. Te tomabas tres, y taquicardia. ?Seria por eso por lo que nadie venia a vernos? Principios Cuando, con un ano de diferencia, nacieron mi hermano Sebas y mi hermano Bruno, nuestra casa se lleno de parientes, de amigos de la familia y de eso tan antiguo que llamabamos <>; tambien de risas y de ramos de flores. Cuando nacio mi hermano Curro, recuerdo a los parientes, a los amigos y a las visitas, pero de las risas y los ramos de flores no consigo acordarme. Nadie nos dio la enhorabuena. Nuestra casa se poblo como de sombras. Espectros que se asomaban al precipicio de la cuna y suspiraban. Mas que de sombras, de lo que se lleno nuestra casa fue de suspiros. <> <> <> Hasta que, poco a poco, las sombras desaparecieron. Los parientes, los amigos, las visitas. No, no fue el cafe de mi abuela el culpable de que ya nadie viniera a vernos. <> Mi abuela, ahora, sonrie en blanco y negro. Mi abuela ya no mi abuela: mi abuela, las cenizas de mi abuela. Un nicho entre cientos de nichos, un bucaro, unas flores de plastico. Descanse en paz. Mis visitas al cementerio son tan escasas que siempre se me olvida cual es el nicho de mi abuela y como llegar hasta el, asi que siempre -siempre- tengo que pedirle un plano al sepulturero. Como es cojo y se apana mal con las muletas, el sepulturero prefiere moverse lo menos posible y guarda los planos fotocopiados en un cajon, de donde los va sacando para marcar con una equis el pariente que buscas. Entonces, plano en mano, busco a mi abuela como si buscara un tesoro. Mi abuela diciendo: <>. Mi abuela, encantada de que tuvieras mala cara, aunque lo tuyo no fuera nada, absolutamente nada, comparado con lo suyo. Lo suyo siempre era peor, muchisimo peor. Peor, incluso, que lo de mi hermano Curro. Un analisis de orina acababa de demostrar que se estaba muriendo a chorros, por eso mi abuela sonrie en la foto con la que decidimos decorar su pequena <> del columbario, como la llamaba mama. <>, la llamaba mi padre con sorna: <>. Que sonrisa la de mi abuela mientras agitaba el informe del ambulatorio y nos lo restregaba por las narices: -Tengo velocidad en la sangre, ?lo veis? -Y volvia a leer-: <>, aqui lo pone bien clarito. O sea, que la sangre me circula por las venas a mil por hora, lo mismito que un Ferrari. !Podria darme un jamacuco en cualquier momento! -Le brillaban los ojos, ?seria de orgullo?-. Y vosotros os creiais que eran imaginaciones mias… Y yo: -Pero abuela, si todos tenemos velocidad en sangre. -Que sabras tu. ?Acaso eres medico? No, ?verdad? Pues a callar. El resto del dia lucio aquella sonrisa con la que nos desafiaba en la hora de su muerte. Por eso la inmortalice con la Kodak de mi Primera Comunion, para recordarla despues; como tambien recuerdo, no se me olvida, la que me dedico cuando rescate para ella la vieja postalita del Pico de las Animas. Mi abuela tan poco dada a la felicidad desde que mama le obligo a abandonar su casa en aquellas calles en cuesta y a venirse a vivir con nosotros; quiza no haga falta puntualizar: sin consultarselo a papa. Cada manana mi abuela amanecia con una enfermedad nueva. ?Que el dolor de espalda le habia impedido dormir? <> ?Que por culpa de un flemon no habia pegado ojo? <> ?Que durante la comida habia rebanado el tuetano de los huesos del cocido? <> Como minimo.

  • El secreto de tu amor de Cathryn De Bourgh

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    Sophia se enfrenta al momento mas dificil de su vida y de pronto comprende que esta sola, sola con sus propias fuerzas y siente que lentamente la abandonan. Entonces aparece ese guapo y excentrico millonario neoyorquino amigo de su esposo para ofrecerle su ayuda incondicional. Le ofrece su hombro para llorar, la consuela y ella sucumbe a la pasion que despierta en todo su ser…

  • Escrito en el agua (Planeta Internacional), Paula Hawkins de Paula Hawkins

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  • Viaje al pais de los blancos de Ousman Umar

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    La odisea de un joven que arriesgo su vida por un futuro mejor.

  • Heliodora de Silvia Sanz

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    Pude sentir dolor en todos mis huesos. Haber dormido en ese viejo colchon tirado en el suelo, paso de ser una idea de lo mas melancolica a una penitencia a lo largo de la noche, eran mis primeras horas en la casa, que ganas tenia de que este momento llegara, ahora si puedo decir por fin, que es mia, y no me importaba pasar estos instantes de cualquier manera. Habian sido muchos meses tortuosos los que habian pasado hasta que ayer, finalmente, firme la escritura y me hicieron entrega de la llave. Era preciosa. Bueno preciosa, era y sera, porque la verdad es que ahora mismo es un monton de trastos viejos, corrijo mi pensamiento, trastos antiguos, paredes quebradas, tejados caidos y ventanas y puertas descolgadas. Nada de esto puede desanimarme, al contrario, llenan mi cuerpo y mi mente de una energia interior como nunca antes habia sentido. Por donde empiezo, poco puedo hacer con las herramientas y enseres de limpieza que aqui tengo. Al menos algo de agua hay, Pude adecentarme un poco y, decidida, sali a comprar lo que necesitaba; pero antes, un cafe me terminaria de despertar. Tuve que andar un largo tramo hasta encontrar un bar, entre y senti como los tertulianos del lugar se giraban para mirarme, pude leer en su mente un pensamiento. --Esta es forastera. Pedi que me pusieran un cafe con leche, largo de cafe con la leche templada y en vaso de cana. El camarero se tomo su tiempo para servirmelo, quiza fueron demasiadas peticiones juntas. Lo acompane con una buena tostada y un vaso de zumo. Ahora si, cuerpo y alma estaban preparados para afrontar este magnifico dia. Mientras desayunaba, observe a los tertulianos, al camarero, la decoracion. Todo parecia estar totalmente armonizado, hasta el olor a aceite usado que, salia de la cocina acompanaba a aquella estampa que sin llegar a ser gris, la calificaria de verde caqui, muy propia del ambiente cazador y campero que todo transmitia. No muy lejos de alli, encontre una tienda. A primera vista, nunca hubiera imaginado que fuera tan grande y tuviera tantas cosas, pues al pasar por delante solo se veia la puerta de entrada. De no haberme fijado en que una mujer salia con una barra de pan, habria pasado pensando que era la entrada de una vivienda. Todo cuanto en principio necesitaba aqui lo tenian: cepillo, recogedor, fregona, cubo, bayetas, limpiacristales... Estaba tan emocionada... Mientras deambulaba por la tienda, sentia que las mujeres que alli estaban me observaban, con la misma sensacion que habia experimentado con los clientes del bar: --Esta es forastera. Ya se acostumbraran a mi presencia, pense. Me dirigi a la caja, espere mi turno y pague. Regrese a mi casa, dando un paseo muy tranquilo y admirando cada una de las viviendas que iba dejando a mi paso. Todas encaladas, con sus rejas pintadas en negro, algunas de ellas tenian grandes puertas falsas de madera, que en otros tiempos habian servido para dar entrada a los carros y caballos a los patios interiores. Me quede un rato admirando uno de ellos que, al pasar, tenia las puertas abiertas y me dejaba apreciar grandes macetas de hortensias de diferentes colores al fondo, y un gran laurel, que casi daba sombra a todo el corral. Mi casa, como me gustaba esa idea. Me la repetia una y otra vez, para grabarla a fuego. Recuerdo cuantas veces me habian dicho que estaba loca, que como podia invertir en esa ruina todos mis ahorros, que era tirar el dinero. No quise escuchar a nadie, no hice caso de nadie ni de nada, solo a mi corazon y el me decia que debia comprarla, que mi futuro y mi felicidad estaban ligadas a esa casa de una manera que aun no puedo entender, pero es algo que estoy segura descubrire. Ahora viene la pregunta del millon. ?Por donde empiezo? Tengo todo el viernes y el fin de semana para elegir aquella zona de la casa donde voy a vivir a partir de ahora. Estoy casi segura de donde voy a ubicarme, hay dos habitaciones contiguas, una mas grande que la otra, y aunque mi primera idea fue elegir la mayor, decidi que debia usar la pequena; estaba justo al lado del bano y de la puerta del patio. !Como me gusta ese patio! Por un impulso, cogi el cepillo y de manera casi inconsciente sali a la puerta de la calle y me puse a barrer la acera. Yo misma me sorprendi realizando aquel trabajo, no recuerdo que fuera una prioridad en ese momento, pero de forma casi natural, como si de una costumbre innata se tratara, barri toda la acera que bordeaba mi casa. Mientras lo hacia, pude ver como detras de una ventana de la casa de enfrente una anciana mujer me observaba. No podia verla muy bien, pero sabia que estaba alli, mirando. De la misma forma casi inconsciente, llene varios cubos de agua y los eche en la acera para terminar de limpiarla. Ahora si, ahora podia empezar dentro. Enrolle la persiana de laminas de madera, y anude la verde cuerda a una alcayata que parecia estar colocada en un lateral de la ventana para ese menester. La abri con sumo cuidado, vigilando que no se descolgara de las bisagras, las repase una por una y las engrase, ya podia abrir y cerrar con tranquilidad y sin producir ese intenso ruido que resonaba por todas partes. La limpie con sumo carino, no importaba cuanto tiempo me iba a llevar adecentar este cuarto, sino que cada movimiento, cada cosa que tocaba o limpiaba fuera recobrando la vida y el lustre que en otros tiempos habia tenido. No siento que este limpiando, es mas una sensacion de estar restaurando. Y eso me hace sentir muy feliz. Tenia desalojada toda la habitacion y me postre de rodillas para fregar el suelo y ver de cerca el magnifico mosaico con que estaba decorado. O, al menos, a mi me lo parecia. Decidi hace tiempo no justificar el por que hacia o dejaba de hacer las cosas, o de por que pensaba una cosa y no otras mas afines a la educacion que me habian dado. Si a mi me gustaba ese suelo y me parecia espectacular, nadie iba a venir a convencerme de lo contrario. Lo limpie con sumo carino, con delicadeza, apreciando cada una de las tonalidades, y de las formas geometricas que lo forman. He acabado. Me quede de pie en el quicio de la puerta observando la habitacion y disfrutando con montones de imagenes que llenaban mi cabeza de como iba a decorarla. Vamos a por el bano, me dije. Ni mucho menos experimente la misma sensacion al limpiarlo que me habia producido el cuarto. Era evidente que nada tenia que ver con el resto de la casa y que se habia construido con posterioridad al resto de las estancias, y seguramente obligado por las necesidades. No habia nada en el que me llamase la atencion, era meramente un lugar necesario que no me aportaba nada mas que su funcion vital, y que tenia claro que remodelaria y le daria un aire mas coqueto y rural. Desde luego que los azulejos verde agua iban a desaparecer, asi como el resto de enseres que hacian juego en tonalidad. De momento es lo que hay y por salud e higiene tenia que limpiarlo a fondo. Una vez habia terminado, sali al patio y busque lo que en alguna ocasion se me habia hecho ver. Como si de un macetero se tratase, en uno de los rincones habian quedado tirados varios trozos de lo que en su tiempo debio ser una tinaja y en la tierra alli acumulada habia crecido una gran cantidad de hierbabuena. Arranque un ramillete y lo puse en agua en un pequeno jarroncito que habia encontrado en el recibidor. La coloque en el bano, junto como mis enseres personales. Es increible como un pequeno detalle puede hacer que cambie por completo la apariencia de un lugar. Y que agradable olor.

  • Lo nuestro es unico de Sophie Saint Rose

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    Karina ha decidido trasladarse a la casa de su abuela en Texas para alejarse todo lo posible de su familia, con la que mantiene una relacion poco saludable. Pero verse forzada por la situacion a vivir con su vecino y con su hermana, no era lo que tenia pensado. Mucho menos sentir esa atraccion por Jason, que la estaba volviendo loca…

  • El banquete de los placeres de Crystal King

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  • Cada estrella de mi cielo de Victoria Vilchez

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    Sobre mi cabeza habia tan solo un cielo plagado de estrellas; bajo mi espalda, un tejado que habia visto tiempos mejores y, a mi lado, estaba Aiden, mi vecino y tambien mi mejor amigo. Nos conociamos desde que ambos usabamos panales. Habiamos quemado muchas etapas juntos y pasado por numerosos dramas; al principio del tipo <>, pero con el paso de los anos habiamos crecido y madurado, y nuestros dramas tambien. Aunque tal vez no del todo, ya que a veces el todavia se entretenia haciendo desaparecer mi movil o mis zapatillas favoritas, y yo le robaba sus camisetas del equipo de futbol porque eran estupendas como pijama. Lo que no habia cambiado era nuestra amistad y la cantidad de tiempo que pasabamos juntos; eso, en realidad, se habia incrementado. --No puedes hablar en serio --me dijo, tumbado a mi lado y con sus ojos azules fijos en el cielo. Era de noche y, si me hubiera mirado, estaba segura de que hubieran parecido casi negros; tambien se le oscurecian cuando se enfadaba. A la luz del dia, en cambio, el tono azul cobalto de su iris resultaba perturbador. Aiden habria podido cumplir con los estandares de chico popular del instituto si se hubiera esforzado un poco para aparentarlo y su vida no estuviera continuamente rozando el desastre. Solo tenia quince anos, los mismos que yo, aunque en apenas unas semanas el cumpliria los dieciseis, y ya alcanzaba el metro ochenta. Era bastante atractivo, no solo por su altura y sus ojos, sino por todo el conjunto: su rostro armonioso, los hoyuelos que solo aparecian cuando sonreia con verdadero entusiasmo, la mandibula cuadrada y un cuerpo digno del equipo de futbol del instituto. Sin embargo, en un pueblo como el nuestro, donde casi todos conocian las miserias de sus vecinos, el estigma de una familia rota pesaba demasiado. El procuraba no prestar atencion a las habladurias, pero yo sabia que le afectaban aun cuando se esforzaba por disimularlo. --Me da igual --respondi, girando la cabeza para observar su perfil--. De todas formas, ?en que momento hemos acabado hablando de mi virginidad? Aiden y yo charlabamos sobre los temas mas variados, y hoy parecia que aquel era el elegido para entretenernos. --No deberias entrometerte --anadi, y solo entonces tambien el volvio el rostro hacia mi. Una de sus cejas se elevo. --?Por que? ?Te gusta alguien? ?Lo conozco? --se intereso, y una sonrisita picara asomo a sus labios. Incluso yo, que me consideraba inmune a sus encantos, apreciaba lo lejos que podia llegar con una sonrisa asi. --?De verdad hay que darle tanta importancia? Tu no se la diste a la tuya. ?Por que habria de darsela yo? ?Porque soy una chica? --refunfune, y su sonrisa se esfumo. --Por eso mismo lo digo, Madi --comento muy serio--. Yo era un crio y lo mio fue un revolcon rapido y del que no me quedo precisamente un buen recuerdo. Esto no tiene nada que ver con que seas una chica. Sencillamente, no quiero eso para ti. Silencie el comentario que me quemaba en la punta de la lengua. Hasta donde yo sabia, esa primera vez suya no se diferenciaba mucho de lo que hacia ahora con algunas de las chicas (la mayoria chicas mayores) con las que salia, pero no iba a echarselo en cara. Aiden tenia serios problemas con las relaciones que implicaran algun tipo de compromiso por su parte. En ese aspecto, yo era su relacion mas larga, y lo nuestro no podria haber sido mas platonico. Sin embargo, entendia que, con todo por lo que habia pasado su familia, no fuera de los que creyera fervientemente en el amor. --Solo es sexo, ?no? --lo chinche, con el unico objetivo de hacerlo sonreir. El agito la cabeza de un lado a otro. --A veces dudo de que tengas realmente quince anos. --Le di un empujoncito con el hombro que lo hizo reir. A continuacion, solto un suspiro y sus ojos se pasearon por mi rostro--. Busca a alguien con el que te encuentres a gusto, aunque no se trate del... amor de tu vida. --Incluso le costaba pronunciar esa palabra. Yo sabia que no creia en el amor, lo decia solo por mi--. Que te haga sentir comoda; un tio que no este unicamente pensando en lo bien que se lo va a pasar luego contandoselo a sus amigos. --?Hablas por experiencia? Ahora fue el el que me dio un codazo, pero no rio mi broma. --Hablo como tu mejor amigo, me preocupo por ti. Nos habiamos puesto serios de repente, a pesar de que ni siquiera habia buscado tener esa conversacion. Yo no era aun mas que una cria que estaba empezando a descubrir el porque de tanto revuelo en torno al sexo. Observe su rostro mientras el volvia a contemplar el firmamento. El ceno fruncido y la linea recta que formaban sus labios bastaron para que comprendiera que sus pensamientos no debian de haber tomado un rumbo agradable. A pesar de nuestra amistad, Aiden a veces resultaba un enigma para mi; descifrar sus pensamientos, un desafio. Habia sombras en el, claroscuros y tambien partes que brillaban tanto que te hacian apartar la vista; las ultimas eran las que el se esforzaba por no mostrar a los demas. --Vale --acepte al fin. No queria continuar con aquella estupida conversacion, pero lo siguiente que dije resulto aun mas estupido--: Hazlo tu entonces. --?Hacer que? --inquirio, confundido, y sus ojos volvieron a recaer sobre mi, turbulentos y arrolladores. Trague saliva. --Conmigo. Hacerlo... conmigo. Durante unos segundos no dijo nada. Su mirada estaba fija en mi rostro, tan intensa que me arrepenti de inmediato de haber dicho semejante tonteria. Acto seguido, comenzo a reirse a carcajadas. --!Eh! --proteste, empujandolo sin demasiada fuerza. No queria que terminara rodando y cayendose del tejado. --Por un momento he creido que lo decias en serio --solto, aun riendo. Mis labios se curvaron en una sonrisa, aunque por algun motivo me costo mas que de costumbre. --Imbecil --me burle, contenta por haber borrado la tristeza de su expresion. --Estas loca, pequena. Me rodeo con el brazo y tiro de mi. Acabe con la mejilla apoyada en su hombro. Estar con el era facil y reconfortante. Al dia siguiente, y como cada manana, Aiden me esperaba en el coche para llevarme al instituto. Contaba con una licencia de aprendizaje que en realidad le permitia practicar y poco mas, pero mi mejor amigo no era de los que se preocupaban en exceso por las normas. Aquello me habia costado mas de una discusion con mi madre, aunque habia accedido finalmente solo para no tener que escucharme refunfunar por la casa y despues de que le repitiera una y otra vez que siempre ibamos directos al instituto. Nada de paradas. Lo cierto era que Aiden solia detenerse en el pueblo para comprarme un cafe; decia que no lograba entender nada de lo que salia por mi boca hasta que tomaba uno. --?No piensas volver al equipo? --le pregunte cuando el instituto asomo al final de la carretera, larga y empinada, por la que conducia. No contesto de inmediato y, con las gafas de sol puestas, me era imposible verle los ojos. --?Aiden? --Es que no me fui exactamente. --?Te han echado? --inquiri perpleja. No se por que me sorprendia. Mi amigo era un iman para los problemas. Nunca habia estado segura de si era el quien se los buscaba o le salian al paso. Se encogio de hombros; expulsado entonces. --?Que has hecho esta vez? Se detuvo junto a un aparcamiento libre, pero no hizo nada para meter el coche en el. --Tienes muy poca fe en mi, ?no? Me rei. El tambien sonreia. --La justita para continuar siendo tu amiga. Era mentira y el lo sabia. Si habia algo que yo tenia, era fe en Aiden. Pero nuestra relacion era asi, un continuo tira y afloja. --Vamos, llegaras tarde --me dijo, invitandome a bajar del coche. No habia parado el motor. Enarque las cejas y le lance una de mis miradas intimidatorias, o al menos lo intente, con Aiden no solian funcionar. --?Tu no vienes? El se inclino y me dio un beso en la sien. --Tengo algo que hacer. Estare aqui para el descanso. Definitivamente, habia llegado la hora de descubrir que estaba pasando. Le arranque las gafas de un manotazo antes de que pudiera hacer nada para evitarlo, dispuesta a bucear en su mirada azul y robarle una respuesta, y se me escapo un gemido al contemplar la hinchazon que se extendia alrededor de su ojo.

  • Heit (Juegos salvajes 4) de Lena Wolf

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    Ultima entrega de la serie Juegos Salvajes. Gracias por llegar hasta aqui.

  • Dulce animal de compania de Triunfo Arciniegas

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    Una apasionante novela sobre la delgada linea que separa el amor del deseo.

  • Lady McGregor de Arlette Geneve

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    Nicholas Cameron Worthington es el cuarto conde de Blakwey, pero su nombre y su titulo estan manchados con sangre. Nadie en el reino posee mejor punteria que el, pero el ultimo duelo mantenido con el marques de Bell, ha eliminado cualquier posibilidad de tener un compromiso con lady Rawhide, y Nicholas necesita con urgencia una esposa...

  • Esta no es una cancion de amor de Alessandro Robecchi

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    Volcado en exhibir los disparates e indignidades que la gente normal es capaz de hacer por amor, Carlo Monterossi, alma del reality televisivo <>, se ha propuesto desvincularse del programa pese al dinero y la fama que le reporta. Una noche, al hilo de su decision, recibe la visita de un sicario en su domicilio milanes, encuentro del que sale vivo de milagro, habida cuenta de que otras dos personas no han tenido la misma suerte y han acabado con una bala del calibre 22 en la frente.

  • Doce millas de Ray Bolivar

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    La ciudad de Ginburk esta situada al este de Pigeon Forge, entre Laurel y Gatlinburg, en el condado de Sevier, Tennese. En 1978 constaba de treinta mil habitantes y la principal actividad economica era la agricultura. Por aquel entonces el PIB per capita ascendia a doce mil dolares. Si tenemos en cuenta que el PIB per capita nacional era de ocho mil trescientos dolares, no es dificil llegar a la conclusion de que la ciudad atravesaba un periodo de esplendor, que se mantuvo durante varios anos. Hasta finales de los anos ochenta, los pobladores de Ginburk se dedicaban principalmente al cultivo de trigo y la explotacion ganadera, pero la sobreexplotacion del suelo y el abuso de fertilizantes industriales, provocaron el deterioro de las tierras mas fertiles de la region, con el subsiguiente perjuicio. Hacia el ano mil novecientos noventa la mayoria de las tierras eran improductivas, y los agricultores, incapaces de devolver sus creditos, quebraron. Al menos un ocho por ciento de ellos decidieron probar suerte en sectores productivos mas rentables. Incluso, hubo quienes emigraron a otras regiones. Pero la mayoria sufrio un duro varapalo. No querian abandonar sus tierras. Estos agricultores fueron los que sufrieron con mayor dureza la crisis que sobrevino durante los siguientes anos. No fue hasta finales de la decada de los noventa, con la llegada al poder del alcalde M. C. Foster, cuando la economia de la ciudad volvio a dinamizarse. Foster era un hombre inteligente y con estudios que propuso realizar prospecciones a gran escala en toda la region, con la esperanza de encontrar recursos que permitieran un desarrollo sostenible y, al mismo tiempo, les sacara de la pobreza. Era una decision desesperada que ni siquiera fue necesario consultar con los votantes. De hecho, nadie esperaba que bajo el suelo hubiera algo con valor. Pero se equivocaban. A mediados de ano, un grupo empresarial chino interesado en realizar prospecciones en la zona contacto con la oficina de Foster. Una semana despues tuvieron una reunion a puerta cerrada y, al cabo de quince dias, firmaban un acuerdo de concesion por un periodo de cien anos. Siete meses, dos semanas y un dia mas tarde, Foster recibio un fax de Unix Industrias en el que se confirmaba la existencia de Grafeno, un mineral utilizado para crear componentes electronicos. La carta era escueta. Indicaba que las reservas eran abundantes. Pedia, ademas, la tramitacion acelerada de los permisos pertinentes para el inicio de la explotacion a gran escala, y valoraba en unos tres mil los puestos de trabajo que se crearian durante su mandato. Aquella noche Foster no durmio.

  • Vuela conmigo de Katariina Tammert

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    Laura, azafata de vuelo, comienza una prometedora carrera en la aerolinea mas importante del pais a la vez que empieza a formar parte de un complicado triangulo amoroso. Este la llevara a hacerse las preguntas mas profundas sobre su identidad y sobre lo que busca en la vida. Mientras aparecen las respuestas conocera a hombres que le descubriran patrones transgeneracionales ocultos, pero muy presentes en su familia. Entre tanto el camino se le ira revelando cargado de viajes, fiestas, glamour, aventuras y alegria.

  • La reina descalza de Ildefonso Falcones

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    En la Espana del siglo XVIII, una conmovedora historia de amistad, pasion y venganza une dos voces de mujer en un canto desgarrador por la libertad.

  • Entre el bien y el mal de Maria Barillas

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    Todo se remota a tus momentos vividos, y las personas con las cuales compartes tu vida, pero que sucede cuando todo lo que tenias te es perdido, y te ves estancada en ti misma, buscando respuestas para las miles de incognitas que se presentan.

  • Mas cerca aun de Natalie Daniels

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  • Uno mas uno son tres (Casate conmigo 3) de Delfina Farias

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    Como toda historia, esta llega a su fin... Sus protagonistas viviran una intensa historia de amor, con emociones a flor de piel, con peleas, celos y conflictos; amaran, sufriran y lloraran, ?lograran superar todas las dificultades? Con hijos ya grandes y varios problemas que resolver, los tres protagonistas lucharan para sobrevivir. ?A quien elegira Sofi para pasar el resto de su vida? A Davy un brasilero cabron, celoso y arrogante o a Manu, un banquero bello y sensual. ?A quien elegirian las ATREVIDAS?

  • Enojar a un marques malvado (Segundas Hijas) de Veronica Mengual

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    La noche fue tormentosa. Los relampagos no habian dejado que Margot, de apellido Kidder, pegase ojo. Habia estado buena parte del tiempo de descanso mirando por la ventana. Era un espectaculo fascinante ver los dibujos inesperados que se formaban en el cielo. Era la naturaleza en su maxima expresion rugiendo furiosa, despues de tenir el horizonte. Le apasionaba estar en su alcoba, con la chimenea prendida, observando una intempestiva tormenta nocturna. Desde pequena supo que no era una persona demasiado comun. Las diferencias con su hermana mayor, Bernice, eran del todo evidentes. A Bernice le gustaba jugar con munecas, a Margot con las plantas. Bernice deseaba salir a pasear, ella preferia leer un libro. Su hermana pintaba de modo fascinante, ella podia cocinar un rico bizcocho de chocolate. Por descontado que todo lo que Bernice hacia, era elogiado y aceptado por sus padres, los condes de Burst. No asi lo que Margot llevaba a cabo. Se sentia extrana en su casa, con su propia familia. No encajaba. Esas diferencias tan manifiestas que ambas hermanas tenian, la colocaban a ella, a Margot, en una posicion delicada. Mas, cuando la belleza que una dama debia tener para conseguir a un buen partido, habia recaido casi por completo en Bernice. Se habia conformado con ser <>. En efecto, todo en Margot era un problema de proporciones biblicas. No sabia como lo hacia, pero siempre conseguia estar en el momento menos oportuno y en el lugar poco adecuado. Su caracter tierno y docil la ayudaba a sobrellevar ciertas cosas que desde un punto de vista exterior eran bastante injustas. Se consideraba a si misma bastante confiada. Con dieciocho anos recien cumplidos, Margot no tenia miedo mas que a una cosa: la ira de su hermana. Bernice era demasiado... demasiado... demasiado... !todo! Ademas de ser perfecta, su hermana mayor siempre buscaba molestarla. No entendia muy bien el motivo. Tal vez la disputa viniese por aquella muneca que le regalo tia Theodora. Bernice considero que la de Margot era mas bonita y a partir de ahi, las cosas cambiaron. Margot sacudio la cabeza para negar. No creia que aquella muneca comenzase la historia compleja que se producia entre las hermanas. Bueno. Si, era cierto que Theodora solia tener una especial inclinacion por Margot, pero en cuanto Bernice supo ganarse a la tia, la cosa cambio por completo. Tanto mudaron los afectos de la tia solterona Theodora, que el viaje por Europa que le habia prometido a Margot, le fue concedido a Bernice. No importaba. Margot estaba mas que satisfecha por la tranquilidad sosegada que reinaba en la finca de campo. Bernice llevaba fuera cerca de ocho meses y, aunque estaba feo decirlo, habian sido los mejores de toda su existencia. Y no solo por este motivo. Su felicidad era plena porque, aunque refunfuno un poco por ese viaje del que finalmente habia gozado su hermana, !ella iba a casarse! Margot estaba entusiasmada. Bernice contaba sobre sus espaldas dos temporadas y pese a ser toda una beldad, no habia conseguido una propuesta aceptable. Tambien era cierto que su perfecta hermana, con sus medidas adecuadas, sus preciosos ojos azules y ese cabello del color del oro mas claro, rechazo a todos y cada uno de los pretendientes que llegaron hasta su puerta porque no los consideraba apropiados. Bien. Por una vez ganaria a Bernice en ese juego de competencia que su hermana mayor instauro entre ellas. Margot se casaba con un hombre sin haber disfrutado de ninguna temporada y sin haber salido del campo para encontrarlo. La joven se miro al espejo. Fuera de la sombra que proyectaba su hermana, parecia que habia florecido timidamente. Compuso una sonrisa triunfal llena de ilusion y esperanza. Coloco un mechon de pelo rebelde que se habia salido de su lugar. Su cabello no era tan ostentoso como el de Bernice, pero era del color adecuado: dorado como los rayos del sol. Sus ojos no tenian tampoco el tono tan claro como el de la hija mayor del conde de Burst, pero eran azulados, mas bien grises, como un dia nublado. El mayor de los problemas era su alzada. Con apenas un metro cincuenta y siete de estatura era bastante baja, pero deseaba pensar que su intelecto, ese que nutria con una buena lectura, compensaba con creces su talla. Bernice le sacaba casi cabeza y media... La fortuna dio gran parte de la belleza de la familia a su hermana, a ella la bendijo con bastantes pecas en buena parte de su cuerpo. No estaba bien visto que las manchas echasen a perder el tono lechoso de piel. Habia probado todo tipo de remedios para aplicarse: como los tonicos con limon, banarse en leche de burra como hacia Cleopatra... Sus pecas no deseaban marcharse y a ella ya no le importaba porque el hombre que le habia preguntado si deseaba casarse con el decia que eran encantadoras. Margot suspiro de plena felicidad. Estaba completamente enamorada de el. Era sencillamente maravilloso, ideal, perfecto, atento, apuesto, con buenos modales, rico, con titulo y su padre lo aprobaba por completo. David Clarke, conde de Luxor, tenia veinticuatro anos y la adoraba al igual que hacia ella. Era el vecino que habia comprado la propiedad adyacente a la de lord Burst y cuando David llego a casa para presentarse... fue un cuento de hadas, se miraron a los ojos y saltaron chispas. Margot nunca fue muy dada a creer en enamoramientos, pero lo que sintio al principio por el, no fue nada en comparacion con lo que siguio tras esos seis meses en los que se habian conocido y hecho grandes amigos. Y entonces llego un contacto que ella consideraba divino. Los labios de el la rozaron un momento con timidez y todo su cuerpo temblo. Habian salido a montar y cuando la ayudo a bajar del caballo a mitad de la cabalgata, el no pudo resistirse, segun le habia dicho. Estaban prometidos en secreto, porque solo faltaba que David hablase con su padre y la cosa quedaria lista para sentencia. Nunca creyo que encontrar el amor resultase tan sumamente facil. !Ni siquiera lo habia buscado! Pero era deliciosamente perturbador imaginarse viviendo la nueva vida que pronto iniciaria. Tendria un esposo, es decir, todo con lo que una joven dama casadera suena desde que deja de hacerse las trenzas. Dirigiria su casa y seria amable con sus sirvientes porque eso iba con el caracter dulce que Margot tenia. Le daria muchos hijos, tantos como Dios quisiera enviarles y seria la mejor esposa de todo Londres. No, de todo el planeta. Colmaria a su esposo con tanto amor que nunca dejaria de sentirse querido. Si. Eso haria. Seria la perfecta esposa para el conde de Luxor. David. Todavia recordaba el instante en el que el la invito a usar su nombre de pila. Le parecio un acercamiento tan intimo que no supo como reaccionar. Se puso tan colorada que sus mofletes hablaron por ella ante esa invitacion. El le acaricio la mejilla y le dijo que la encontraba adorable. Antes de salir de la habitacion, cogio un sencillo sombrero de paja y se marcho en direccion al riachuelo. David deseaba hablar con ella de manera privada y la habia citado alli despues del desayuno. El lugar al que se dirigia estaba a unos veinte minutos de la casa y ese tiempo le sirvio para sentir una expectacion increible. Conforme se acercaba hasta el punto de encuentro, lo veia cada vez de forma mas nitida. El se habia quitado el sombrero y lo portaba entre las manos. El cabello negro se movia por el ligero viento que se habia levantado. En cuanto la diviso, le otorgo una brillante sonrisa que la deslumbro con la blancura de sus perfectos dientes. Sus ojos eran tan verdes, como la hierba mas fresca. !Era tan apuesto! --Margot... --Cada vez que el pronunciaba su nombre su corazon se estremecia. ?Se podia morir de puro amor? La joven comenzaba a pensar que si. --David... --Consiguio decir antes de que el se abalanzase para abrazarla. Las rodillas le temblaron. El se obligo a despegarse de ella. La miro con verdadera adoracion. Los ojos de ambos estaban en sintonia. Se sonrieron como dos jovenes absolutamente embelesados. --Te amo, Margot. Mas de lo que imagine que amaria a cualquier mujer. Eres perfecta para ser mi esposa. ?Lo seras, verdad? --El conde le acaricio la mejilla en un gesto muy tentativo lleno de nerviosismo. Ella sintio mil mariposas revolotear en su estomago. Era la primera vez que el le confesaba sus sentimientos de forma tan efusiva. --Por supuesto que si --respondio la rubia, sin apice de duda. Era el hombre mas apuesto, atento y perfecto que jamas penso que podria tener. --Margot... --La volvio a abrazar con intensidad--, me vuelves loco. Cuando no estoy contigo pienso en ti a todas horas. No se que tienes, pero me haces sentir como un animal... David la solto de improviso como si quemase. El se giro de pronto. --?Que te sucede? --inquirio ella sorprendida por el supuesto rechazo. --Tu me sucedes. Te deseo tanto que me duele --dijo de un modo agonico. --?Como puedo hacer eso? --Margot se acerco para tocar su hombro a fin de que el se diera la vuelta. La mirada de ambos estuvo nuevamente conectada. El le acaricio la mejilla una vez mas.--Debo marcharme. Mi tio esta enfermo y no se cuando regresare. --!Oh! Lo siento mucho. ?Cuando te marchas? --La noticia le habia sentado como un jarro de agua fria, pero comprendia que era necesario que el atendiera sus asuntos familiares. --Esta tarde. Deseaba hablar con tu padre antes de marcharme, pero cuando he ido en su busca, el mayordomo me ha informado que ha partido a Londres. --En verdad esto habia sido un contratiempo a sus planes. --Si, el conde se ha marchado. ?Has estado en casa esta manana? --pregunto con extraneza, pues no le dijo nada de su visita. El cabeceo afirmativamente. --He ido con la unica idea de cerrar nuestro compromiso lo antes posible... --Su tono de voz sono extrano. Con un deje de tristeza. Margot le sonrio. --En mi corazon no hay lugar para otro que no seas tu --trato de tranquilizarlo--. Por lo que a mi respecta, eres mi prometido. David le devolvio la sonrisa y ella percibio que el se tranquilizaba. --?Tu padre me aceptara? --inquirio con nerviosismo contenido. Ella se rio con ligereza. --?Un conde, joven, apuesto, rico y que declara su amor por su hija? Estoy segura de que padre te aceptara por completo. --Al menos asi lo esperaba, porque lord Burst no podia poner ningun impedimento. --Es un hombre muy serio. Parece inaccesible. --A David no le gustaba demasiado la actitud de ese hombre, en especial, con relacion a su hija. --Lo es con todo el mundo. No solo contigo. Le preocupa el condado, su titulo y sus negocios --puntualizo. Margot era su propia sangre y creia que, si la hija de la cocinera se hiciera pasar por ella, ni lord ni lady Burst se darian cuenta del engano. --Yo... deseaba haber hablado con tu padre antes de irme y pedirle sus bendiciones porque... --La frase quedo suspendida en el aire. Margot lo vio excesivamente inquieto, y por norma general, David era un hombre muy civilizado y tranquilo. --Sea lo que sea que ocurra, puedes contar conmigo siempre. --En un gesto de audacia, Margot se puso de puntillas y le dio un ligero y suave beso en los labios. David la sostuvo un instante entre sus brazos. --Te deseo, Margot. Se mia --pidio, mientras acercaba su entrepierna al cuerpo femenino para dejar claro lo que en verdad estaba demandando. Margot sintio el pinchazo de su hombria. Se sofoco, pues sabia que el estaba en un estado que antes nunca habia sido tan patente. Su zona intima se sentia dura y ella diria que incluso palpitante. Trago saliva con fuerza y lo miro con intensidad a los ojos. Vio el deseo de el ahi reflejado. --Yo... yo soy tuya... --dijo sin ser demasiado consciente de las implicaciones de su aseveracion. --No. No lo entiendes. Yo deseaba hablar con tu padre para poder sellar nuestro compromiso y poder... Yo... --Le toco el turno a el de tragar saliva--. Margot, deseo tomarte como mi mujer. Aqui y ahora. Te deseo y no puedo esperar mas. Si no te tengo, me volvere loco. He tratado de contenerme. Ya no lo soporto mas. Saber que estare unas semanas lejos de ti... Deseo llevar conmigo tu recuerdo siendo mia para que nada nos separe jamas. Margot bajo la mirada al suelo. Estaba azorada. Si. En estos instantes comprendia perfectamente lo que el estaba demandando. Una joven solo tenia su reputacion. Era la leyenda que la condesa le recitaba casi a diario, mas cuando David comenzo a dar muestras de interes por ella. Una joven mancillada fuera del matrimonio no sobrevivia al ostracismo. --David... yo no... --comenzo a titubear. --No. No digas nada. Lo se. Estoy siendo demasiado egoista. No tengo derecho a pedirte nada. No contestes. Podre esperar... --Margot lo vio totalmente desesperado en su explicacion. Se sintio miserable por haberlo hecho sufrir con su intento de negativa. --David, comprendo que tu... En fin, eres un hombre y que yo... Yo sere tu esposa. Creo que mi deber... Es decir, yo... Te amo. --Consiguio decir entre los balbuceos. --?Me amas? --Abrio los ojos lleno de jubilo por la declaracion. Esa muchacha era pura luz y el deseaba quedarse ciego por su mirada. --Con todo mi ser. Creo que eres el mejor hombre que conoci, conozco y conocere. Estoy muy agradecida de que te interesases por mi. --?Como no iba a hacerlo? Eres todo candor, inocencia. Ademas, posees una inteligencia excepcional. Todo ello, sin olvidar esos preciosos ojos que tanto me impresionaron cuando te conoci. Creo que eres la mujer perfecta. --El coloco su nariz pegada a la femenina--. Puedo esperar si es lo que deseas. Lo hare, aunque ello me cueste horrores. --Emitio una carcajada carente de humor--. Solo es que necesitaba hacerte el amor de modo desesperado. Lo siento, Margot. No debi haberlo pedido. Me disculpo. Cuando estemos casados... Margot inhalo una bocanada de aire fresco. --Deseo que me hagas el amor, David... Ahora --susurro la ultima palabra por lo bajo mientras su mirada caia al suelo. --Margot... --David sintio que el cielo se habia abierto ante sus ojos. Desde que la habia visto, solo fantaseaba con tumbarla sobre su espalda y... Y eso fue justo lo que hizo en cuanto obtuvo la aprobacion de esa maravillosa mujer. Le acaricio unos breves minutos los incipientes senos, y a continuacion la ayudo a acomodarse sobre la mullida hierba. David se coloco sobre ella mientras se desabrochaba la presilla del pantalon. Le subio la falda y hurgo entre su ropa interior. --Mi amor. Mi amor... me has hecho el hombre mas feliz del mundo --le dijo al tiempo que llevaba su miembro hasta el interior de ella. Le costo atinar el tiro, pero al tercer intento, una vez que su virilidad se apoyo en su abertura, consiguio meterse de una embestida hasta el final de su cueva. Margot no grito. Pudo contener la furia del dolor que nacio en su ser. No asi, consiguio refrenar sus lagrimas. El siguio embistiendo sin saber la laceracion que habia provocado. La rubia cerro los ojos. Sabia que dolia. Su hermana habia hablado de ello en alguna ocasion con sus amigas casadas y la habia escuchado decir que cuando un hombre yacia con una mujer el dolor era insoportable. Ya tenia la confirmacion. Deseaba gritar, pero no podia. No debia hacerlo. El seria su esposo y ella le serviria en todo cuanto precisase. La labor de una mujer era mantener satisfecho, feliz y contento a su marido. Ella habia aceptado la proposicion de el y comenzaria de inmediato a demostrarle su valia. En lo que fueron tres minutos, un rugido profundo acallo el canto de los pajaros. Margot percibio unas palpitaciones en su interior al tiempo que algo calido se vertia dentro. David se quedo laxo sobre el cuerpo de ella. Su cabeza se apoyo sobre su clavicula un momento. Margot no se atrevia a decir nada. Tan solo queria que el se retirase. Y parecio leerle la mente, porque David se movio de inmediato y se incorporo. Vio la sangre de la mujer a la que pretendia desposar en su virilidad y sonrio. --Eres mia, Margot. Mia para siempre. --Se acomodo sus partes y la ayudo a incorporarse. Se fijo en la humedad que todavia tenia en sus mejillas--. No llores, preciosa mia. Has perdido tu virginidad, pero no has de temer nada. Te he prometido que me casare contigo y lo haremos pronto. ?Podras esperar, Margot? Ante las palabras de promesa, ella sintio que su herida intima se acallaba. La esperanza renacio de nuevo. Habia obrado correctamente. --Si. Lo hare. Te amo, David. Entonces el le dio otro beso calido y la abrazo con fuerza. --Esperame, Margot. Pronto seras mi esposa. Con el juramento de un amor que acaba de sellarse, el conde de Luxor se marcho de alli mirando atras a cada rato. Margot era dulce, era sensata, era todo cuanto podia desear un hombre que buscase una buena esposa. Y con el corazon lleno de amor y rebosante de felicidad, la joven Margot llego a su casa sobre un monton de nubes que le indicaban que seguia sonando. Pero no todos los suenos eran dulces. Habia pesadillas que comenzaban de la manera mas natural. Margot en su ingenuidad y falta de lecciones sobre la vida y los hombres, no se ocupo de esconder la prueba de su delito. La doncella encontro sangre en sus enaguas y de inmediato dio parte a la condesa. Y todo comenzo a ir de mal en peor... Asi fue como su hermana Bernice amanecio en casa a la semana siguiente y tia Theodora se llevo con ella a Margot, a la espera de saber si lo que la joven habia hecho, presumiblemente con algun trabajador de la casa, daba sus frutos. Para suerte de Margot, su hermana no llego a enterarse del motivo de su precipitada marcha de la finca familiar. Pese a que la segunda hija de lord y lady Burst imploro un poco de tiempo para explicar la situacion, nadie le hizo caso. Para sus padres, ella habia cometido el peor de los delitos y no merecia mas que una reclusion en un lugar donde no pudiera hacer gala de su caracter licencioso y reprochable. Y los dias se convirtieron en semanas, estas en meses y cuando cumplio los veintidos anos, al fin tuvo las ansiadas noticias que nunca llegaron mientras residia con su tia lejos de sus padres. Cuatro anos de soledad, donde las penas habian sido mas que las alegrias. Pero habia llegado el momento de respirar libertad. Sentia retirarse el yugo que anos atras colocaron sobre su cuello. David al fin la habia encontrado. Libre. Seria libre al fin y con el hombre que tanto habia amado. Su cuento de hadas comenzaba una vez mas y esta vez, nadie podria evitar que Margot Kidder alcanzase la felicidad que le habian robado durante cuatro largos anos. Y con ese pensamiento en la mente, nada mas llego a Londres se dio cuenta de que la pesadilla no habia hecho mas que comenzar.

  • El viaje, Anna Soler de Anna Soler

    https://gigalibros.com/el-viaje-anna-soler.html

    Ruth es una chica adolescente, de tan solo diecisiete anos, que vera como su vida se derrumba con el divorcio de sus padres. Pero un inesperado viaje cambiara su destino, y hara que su inmadurez y rebeldia pasen a un segundo plano.
    Ruth aprendera de sus experiencias, y crecera emocionalmente a medida que el viaje vaya avanzando.
    La vida no es tal cual la joven habia imaginado, y a traves de su vivencia emprendera un camino repleto de aventuras y obstaculos hacia la madurez.
    Una tierna historia de amistad, aventura, y romance.
    ?Hasta donde sera capaz de llegar Ruth?

  • Maraton de Brian Freeman

    https://gigalibros.com/maraton.html

    Una bomba estalla en pleno maraton en la ciudad de Duluth. El detective Jonahtan Stride se suma a la frenetica busqueda del autor. Alguien asegura haber visto a un joven musulman con una mochila, y pronto se desata la caza al hombre. Pero las cosas son mas complejas de lo que parecen…

  • El candidato y la periodista de Mary O'neill

    https://gigalibros.com/el-candidato-y-la-periodista.html

    Ella, una periodista de izquierdas. El, un politico de ultraderecha.
    ?Podra el amor y el deseo con tanta diferencia?