• ernesto ganuza fernandez - Ernesto Ganuza

    https://gigalibros.com/por-que-la-gente-odia-la-politica.html

    Nuestra relacion con la politica en los ultimos anos ha sido aparentemente contradictoria: nunca habiamos desconfiado tanto y a la vez (casi) nunca nos habiamos implicado con tanta intensidad. En ?Por que la gente odia la politica?, a partir de una serie de datos cuantitativos y cualitativos que dan lugar a un interesante dialogo en relacion a estas cuestiones, se examina en profundidad esta relacion amor-odio que tienen las personas con la politica y cuales son las alternativas que se proponen frente a ello: ?mejoramos los sistemas de representacion y tratamos de conseguir mejores politicos?, ?profundizamos la democracia con mas participacion?, ?recurrimos a expertos que puedan ser neutrales y eficaces? Esta obra nos muestra que aspectos nos atraen mas y cuales nos convencen menos en cada una de estas alternativas.

  • Libros de Ernesto Ganuza Fernández - Agapea

    https://www.agapea.com/Ernesto-Ganuza-Fernandez/

    Envíos a partir de 18€ para España peninsular, Tenerife, Gran Canaria y Mallorca. Estás aquí: Libros > Libros de Ernesto Ganuza Fernández ...

  • Ciudadanía y participación : Ganuza Fernández Ernesto

    https://www.amazon.es/Ciudadan%C3%ADa-participaci%C3%B3n-Ganuza-Fern%C3%A1ndez-Ernesto/dp/384433887X

    Ciudadanía y participación : Ganuza Fernández Ernesto: Amazon.es: Libros. ... Este libro es una reflexión sobre los límites de la democracia y cómo se ...

  • Libro: La democracia es posible - 9788416205554 - Marcial ...

    https://www.marcialpons.es/libros/la-democracia-es-posible/9788416205554/

    La democracia es posible.[ Ganuza Fernández, Ernesto; Mendiharat, Arantxa; ]. El desgaste y el deterioro de la política desde la perspectiva de la ...

  • Ernesto Ganuza Fernández - Dialnet

    https://dialnet.unirioja.es/servlet/extaut?codigo=591220

    Libros — Libros. La democracia es posible: sorteo cívico y deliberación para rescatar el poder de la ciudadanía. Ernesto Ganuza Fernández, Arantxa ...

  • Todos los libros del autor Ganuza Fernandez Ernesto

    https://www.todostuslibros.com/autor/ganuza-fernandez-ernesto

    Quieres información sobre los libros de Ganuza Fernandez Ernesto? Te damos información detallada de sus obras y te decimos donde comprarlas.

  • ernesto ganuza fernández - Libros - Iberlibro

    https://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?an=ernesto+ganuza+fern%E1ndez&sortby=20&pt=book&cm_sp=pan-_-srp-_-ptbook

    El círculo virtuoso de la democracia. Los presupuestos participativos a debate / Ernesto Ganuza y Francisco Francés. de Ganuza Fernández, Ernesto y una gran ...

  • GANUZA FERNÁNDEZ, ERNESTO | Traficantes de Sueños

    https://traficantes.net/autorxs/ganuza-fern%C3%A1ndez-ernesto

    Ernesto Ganuza es científico titular del CSIC. Es Doctor de Sociología por la Universidad Complutense de Madrid (2005). Ha sido miembro del equipo ...

  • Ernesto Ganuza Fernández - Centro de Ciencias Humanas y ...

    http://cchs.csic.es/es/personal/ernesto.ganuza

    Ernesto Ganuza es Doctor en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid ... publicando libros y artículos sobre esta problemática (como Popular ...

  • democracia y presupuestos participativos - Elkar

    https://www.elkar.eus/es/ficha_del_libro/democracia-y-presupuestos-participativos/ganuza-fernandez-ernesto/alvarez-de-sotomayor-carlos/9788474266344

    Ernesto Ganuza Fernandez / Carlos Alvarez De Sotomayor. ... Los autores y coordinadores de este libro quieren compartir unas experiencias que pretenden ser ...

  • Los peces solo flotan muertos de Jose Luis Caballero

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    Barcelona, 1972. Un misterioso asesinato en el Club Nautico que pondra en jaque a la policia, a las mas altas esferas de la burguesia de la ciudad y a los Servicios Secretos de la Casa del Principe Juan Carlos de Borbon.

  • Adios, tristeza: 18 pasos para recuperar la alegria de Cristina Soria

    https://gigalibros.com/adios-tristeza-18-pasos-para-recuperar-la-alegria.html

    La vida, a veces, nos provoca sufrimiento, y son esos momentos de sufrimiento los que nos pueden hacer mas fuertes o adentrarnos en la mas absoluta tristeza. Este libro quiere ayudarnos a salir de ese circulo negro.

  • La voz de los arboles de Tracy Chevalier

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    La familia Goodenough ha dejado atras la Nueva Inglaterra del siglo XIX para instalarse en los pantanos de Ohio y lleva consigo algunas ramas de su manzano favorito. Pero en el huerto que plantan se hunden tambien las semillas de la discordia entre James y Sadie Goodenough. Mientras James adora las manzanas dulces, Sadie prefi ere refugiarse en la sidra. Esas diferencias irreconciliables afectan a sus hijos y obligan al menor de ellos, Robert, a abandonar Ohio y buscar fortuna. El amor hacia los arboles, heredado de su padre, le acompana en su viaje hacia el Oeste. Alli descubre el amor de la mano de una vivaz cocinera y, gracias a un comerciante de semillas, los secretos de las poderosas secuoyas. Entre estos arboles centenarios de California, encuentra consuelo y, con el tiempo, algunas respuestas

  • Houston, tenemos nueve semanas y media de Garcia De Saura

    https://gigalibros.com/houston-tenemos-nueve-semanas-y-media.html

  • Listo para el Amor (Los McCarthys de Gansett Island 3) de Marie Force

    https://gigalibros.com/listo-para-el-amor-los-mccarthys-de-gansett-island-3.html

    Durante los cuatro mejores veranos de su adolescente vida, Luke Harris estuvo enamorado de Sydney Donovan, una visitante estacional y adinerada de Gansett Island. Entonces Sydney se fue a la universidad y nunca mas volvio. Se caso con otro hombre y tuvo dos hijos, mientras que Luke permanecio en la isla, trabajando en el Puerto Deportivo Gansett de los McCarthys y preguntandose que habria salido mal entre el y la unica mujer a la que jamas habia amado. Quince meses despues de que Sydney sufriera la tragica perdida de su esposo e hijos, vuelve a Gansett con el fin de averiguar que hacer a continuacion, lo cual puede suponer que se reavive el romance con el unico hombre de su pasado al que nunca ha olvidado. Pero, ?estara preparada para darle una segunda oportunidad al amor?

  • Besos de cereza de Lorraine Coco

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    ?Puede el primer beso marcarte para toda la vida?
    Andrea creia que no, pero lo cierto es que durante los ultimos doce anos, no ha podido olvidar el suyo. Cuando, de la forma mas inesperada, el chico al que entrego ese beso, aparece en su trabajo convertido en un atractivo hombre, cree que se trata de una jugarreta del destino. Mas aun cuando se ve obligada a quedar con el y con su carismatica hija, por el bien de su sobrino, Nico.
    A partir de ese momento, su vida se convertira en una aventura, un mar de tentaciones y muchas preguntas que no sabe si esta preparada para responder.
    ?Conseguira mantenerse a salvo, o caera rendida en su trampa de besos de cereza?

  • La persona normal de Marijke Schermer

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  • Miss Manias, tus secretos de Olivia Kiss

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    Tricia esta harta de los reportajes poco serios que le mandan hacer en la cadena de television donde trabaja: desde ir vestida de animadora hasta terminar cubierta de tarta en las fiestas locales. Quiere sentirse valorada y comunicar noticias importantes. O al menos en eso piensa cuando conoce a Dexter en un bar, tras uno de los ultimos encargos de su jefa. Claro que, en ese momento, todavia no sabe que Dexter no es un hombre mas, sino el futuro protagonista de todos los informativos del pais.
    Cuando sale a la luz que la empresa dirigida por Dexter esta metida en un buen lio a causa de un desvio de fondos, a Tricia le ofrecen al fin la oportunidad que tanto estaba esperando: cubrir la noticia. El problema es que Dexter es irresistible y no parece en absoluto culpable y. a ella cada vez le gusta mas. Pero dejarse llevar por la tentacion es una locura cuando todo su trabajo esta en juego. Y aun mas importante, ?puede confiar en Dexter?
    <>.

  • Black out de Maria Moreno

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    Novela, memorias, retrato de epoca, microensayo, cronica social, diario intimo, registro cientifico, desnudo, critica, mapa: de la magistral mixtura de generos a las fronteras entre Plaza Miserere y Barrio Norte, o a los parecidos entre Emilio, el mozo que le alcanza la cartera cuando tropieza hacia la vereda, y Georges, el barman del Ritz que ante Hemingway ignora a Scott Fitzgerald.

  • Una esposa para Stanford de S. Giner

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    Delaney Stanford estaba harto de que su familia lo presionara para que se casara y tuviera descendencia. Pero el no estaba por la labor. Era multimillonario y le gustaba la vida que llevaba. Salia con mujeres pero siempre les dejaba claro que no queria nada mas que no fuera una cena y disfrutar del sexo con ellas. De manera que, para callar a su familia, decidio buscar una esposa para un ano y despues de ese tiempo se divorciarian. Y la encontro.

  • Inapropiadamente hermosa (Confesiones en la noche 1) de Marion Marquez

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    Incapaz de regirse a las normas de la sociedad de Londres de 1835, Lady Emmeline Laughton estaba lejos de ser la dama apacible y docil que todos esperaban, pero con su caracter dulce y atrevido era capaz de entrar hasta en el corazon mas duro. Con su constante ceno fruncido y sus modales perfectos, Joseph Whitemore, Marques de Thornehill, era el hombre mas enigmatico que ella hubiese conocido. Emmeline se ve inmediatamente tentada a averiguar quien es el hombre que se esconde detras de todo el misterio, sin saber que en el proceso, podria terminar develando el secreto de su propio pasado.

  • Una fea encantadora de Eva Benavidez

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    Lady Clara Thompson esta en su ultima temporada social y es considerada una fea en toda regla. Resignada a ser un florero en cada velada y a punto de convertirse en una solterona, solo desea cumplir el sueno que acaricia desde nina: Ser escritora.
    Cuando en un baile conoce a un apuesto caballero, Clara queda obnubilada por el; aunque pronto su arrogante personalidad la desencanta. Pero al descubrir su intencion de comprometerla en matrimonio, luchara por conservar su libertad.
    Marcus Bennet, a sus treinta anos y como segundo hijo del Marques de Somert, esta acos-tumbrado a vivir una existencia libre y sin presiones. Su unico proposito es el disfrute de los placeres carnales y los beneficios que le da llevar una vida desenfrenada. Lo que le ha valido ganarse el apodo <>.
    Cuando Marcus se convierte, inesperadamente, en el Conde de Lancaster, debe enfrentar-se a un importante obstaculo: perder su reciente posicion y riqueza, o aceptar casarse con una mujer a la que no desea. Sin embargo, no siempre se pueden manejar las riendas del destino y, cuando menos lo esperas, este puede deshacer hasta el plan mas elaborado.
    Juntos se sumergiran en una guerra de voluntades, en la que intentaran salvar su solteria.
    Sin percatarse, perderan la batalla del amor y el botin sera sus corazones.

  • Esclavos del honor de Raul Borras San Leon

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    La epopeya de los heroes del sitio de Baler.

  • Sexo, Orujo y Flamenco (Las Mujeres Gonzalez 1) de Katy Molina

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    Carmela es una joven muy vainilla en el ambito sexual que descubrira un mundo con el sheriff Bruno y hara que se plantee su modo de vida.
    El dolor por la perdida de un ser querido la llevara a Nueva Orleans a unificar las raices familiares que perdio en el pasado e ira descubriendo los secretos que guardan sus tres tias mellizas, prima y hermana.
    Haran una pina y volveran a sentirse una familia cuando descubran que el demonio es de carne y hueso y duerme bajo el mismo techo. Las chicas Gonzalez nacen con un sexto sentido, premoniciones y visiones con el mas alla, que seran la clave para resolver el enigma que mantiene a Ursula, la hermana mayor de Carmela, alejada de la familia.
    Nada es lo que parece y todo es como esta escrito.

  • Contigo llego la pasion de Emma Bailey

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    La duena de la pasteleria de al lado esta preparando su especialidad, torta de crema, y tengo toda la intension de saborearla.

    Dicen que un mecanico con un mal pasado no puede ser un buen padre.

  • Un reino de sombras (Reyes y Hechiceros 5) de Morgan Rice

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    El capitan de la Guardia Real estaba apostado en su torre de vigilancia y miraba hacia los cientos de Guardianes debajo de el, hacia todos los soldados jovenes bajo su mando que patrullaban Las Flamas, y suspiro con resentimiento. Siendo un hombre digno de liderar batallones, el capitan sintio que era un insulto para el el estar posicionado en este lugar, en el lugar mas recondito de Escalon y vigilando un grupo de criminales rebeldes a los que les decian soldados. Estos no eran soldados; eran esclavos, criminales, muchachos, ancianos, los indeseables de la sociedad, todos enlistados para cuidar un muro de llamas que no habia cambiado en mil anos. No era mas que una celda glorificada, y el merecia algo mejor. Merecia estar en cualquier parte menos aqui, quiza custodiando las puertas reales de Andros. El capitan miro hacia abajo de manera desinteresada mientras se desataba otra pelea, la tercera del dia. Esta parecia desarrollarse entre dos muchachos crecidos que peleaban por un pedazo de carne. Un grupo de muchachos gritando y animandolos rapidamente se puso alrededor de ellos. Esta era su unica fuente de diversion en este lugar. Estaban totalmente aburridos de pie mirando Las Flamas dia tras dia y con sed de sangre; y el les permitia divertirse. Si se mataban entre ellos, mucho mejor; esos serian dos muchachos menos que vigilar. Se escucho un grito mientras uno de los muchachos vencia al otro, encajandole una daga en el corazon. El muchacho se desplomo mientras los otros vitoreaban su muerte y se lanzaban sobre su cuerpo para ver que podian encontrar. Esta al menos era una muerte rapida y misericordiosa, mucho mejor que las muertes lentas que les esperaban a los otros. El victorioso se acerco, empujo a los demas, se agacho y tomo el pedazo de pan del bolsillo del muerto y lo puso en el suyo de nuevo. Tan solo era un dia mas en Las Flamas, y el capitan ardia con indignidad. El no se merecia esto. Habia cometido un error desobedeciendo en una ocasion una orden directa, y como castigo lo habian mandado a este lugar. Era injusto. Lo daria todo por poder regresar y cambiar ese momento de su pasado. La vida, penso, podia ser demasiado exigente, demasiado absoluta, demasiado cruel. El capitan, aceptando su suerte, se dio la vuelta y observo de nuevo Las Flamas. Habia algo en su constante crujir, incluso despues de todos estos anos, que le parecia atrayente y hasta hipnotico. Era como ver el rostro de Dios mismo. Mientras se perdia en el resplandor, penso en la naturaleza de la vida. Todo parecia tan insignificante. Su puesto aqui--los puestos de todos estos muchachos--parecia tan insignificante. Las Flamas habian existido por miles de anos y nunca moririan, y mientras siguieran ardiendo, la nacion de troles nunca podria invadir. Era como si Marda estuviera al otro lado del oceano. Si dependiera de el, tomaria a los mejores de estos muchachos y los pondria en otra parte de Escalon, en las costas, en donde realmente se les necesitaba, y les daria muerte a todos los criminales entre ellos. El capitan perdio la nocion del tiempo como le pasaba a menudo, perdiendose en el resplandor de Las Flamas, y no fue sino hasta muy tarde en el dia cuando se sobresalto poniendose en alerta. Habia visto algo, algo que no podia procesar, y se frotaba los ojos pensando que era una alucinacion. Pero mientras miraba, lentamente se dio cuenta de que esto no era una ilusion. El mundo estaba cambiando delante de sus ojos. Lentamente, el constante crujir por el que habia vivido cada momento desde que llego aqui, se detuvo. El calor que emanaba desde Las Flamas desaparecio de repente haciendole sentir un escalofrio, su primer escalofrio real desde que habia llegado a este lugar. Y entonces, al mirar, la columna de flamas brillantes rojas y naranjas, las que le habian hecho arder los ojos iluminando dia y noche sin cesar, habian desaparecido por primera vez. Desaparecieron. El capitan se froto los ojos de nuevo en confusion. ?Estaba sonando? Delante de el Las Flamas estaban bajando hacia el suelo como una cortina que caia. Y un segundo despues, no quedo nada en absoluto. Nada. El capitan dejo de respirar y el panico y la incredulidad empezaron a crecer dentro de el. Por primera vez se encontro mirando hacia lo que habia del otro lado: Marda. Era una vision clara y sin obstrucciones. Era una tierra llena de negro; montanas negras y desiertas, escarpadas rocas negras, tierra negra, y arboles negros y muertos. Era una tierra que nunca debio ver; una tierra que nunca nadie en Escalon debio ver. Hubo un silencio aterrante mientras los muchachos debajo por primera vez dejaron de pelear entre ellos. Todos ellos, impactados, se voltearon boquiabiertos. El muro de flamas se habia extinguido y, del otro lado de pie y mirandolos con avaricia, estaba un ejercito de troles que llenaba la tierra hasta el horizonte. Una nacion. El corazon del capitan se desplomo. Ahi, a unos pies de distancia, estaba una nacion de las bestias mas desagradables, gigantescas, grotescas y deformes que habia visto, todas blandiendo enormes alabardas y todas esperando pacientemente este momento. Millones de ellos los miraban pareciendo igual de impactados al darse cuenta de que nada los separaba de Escalon. Las dos naciones se encararon mirandose entre ellos, los troles con una mirada de victoria y los humanos en panico. Despues de todo, eran unos cientos de humanos contra un millon de troles. Se escucho un grito que rompio el silencio. Este vino del lado de los troles, un grito de triunfo, y este fue seguido por un gran estruendo mientras los troles avanzaban. Se abalanzaron como una manada de bufalos, levantando sus alabardas y cortando las cabezas de muchachos congelados en panico que ni siquiera pudieron correr. Fue una oleada de muerte, una oleada de destruccion. El capitan mismo se quedo inmovil en su torre, muy aterrado como para sacar su espada mientras los troles ya iban hacia el. Un momento despues sintio como caia mientras la furiosa multitud derribaba su torre. Cayo sobre los brazos de los torres y grito al sentir que lo tomaban con sus garras y lo hacian pedazos. Y al encontrarse ahi muriendo y sabiendo lo que se avecinaba sobre Escalon, un pensamiento final cruzo por su mente: el muchacho que habia sido apunalado, que habia muerto por un pedazo de pan, era el mas afortunado de todos. CAPITULO DOS Dierdre sentia que sus pulmones eran aplastados mientras daba vueltas en la profundidad y desesperada por aire. Trato de estabilizarse pero sin poder lograrlo debido a las masivas olas de agua que la hacian girar una y otra vez. Deseaba respirar mas que cualquier otra cosa en el mundo y su cuerpo gritaba por oxigeno, pero sabia que tratar de respirar ahora significaria su muerte. Cerro los ojos y lloro, mezclando sus lagrimas con el agua y preguntandose cuando terminaria este infierno. Su unico consuelo fue el pensar en Marco. Lo habia visto caer al agua junto con ella, lo habia sentido tomarla de la mano y ahora lo buscaba por todas partes. Pero no encontro nada mas que negrura y olas de espuma en la aplastante agua. Penso que Marco ya deberia estar muerto. Dierdre deseaba llorar, pero el dolor derribo cualquier pensamiento de autocompasion de su mente y la hizo pensar solo en sobrevivir. Pero justo cuando penso que la ola no podria cobrar mas fuerza, esta la empujo contra el suelo una y otra vez atrapandola con tal fuerza que sintio que el peso del mundo entero estaba sobre ella. Sabia que no sobreviviria. Penso que el morir aqui en su ciudad natal y aplastada por una ola gigante creada por los canones de los Pandesianos era ironico. Hubiera elegido morir de cualquier otra forma. Penso que podria arreglarselas con cualquier clase de muerte; excepto ahogarse. No podia soportar el dolor extremo, la agitacion, el no poder abrir la boca y tomar una bocanada de aire que cada parte de su cuerpo deseaba con desesperacion. Sintio que se volvia mas debil y que sucumbia ante el dolor. Pero entonces y justo cuando sentia sus ojos cerrarse, justo cuando sabia que no podria soportar un segundo mas, sintio que daba la vuelta y giraba rapidamente hacia arriba arrojada por la ola con la misma fuerza con la que la habia aplastado. Se dirigio rapidamente hacia la superficie con el impulso de una catapulta, alcanzando a ver la luz solar y con la presion lastimandole los oidos. Para su sorpresa, un momento despues salio a la superficie. Jadeo tomando grandes bocanadas de aire y mas agradecida de lo que nunca habia estado en su vida. Abrio la boca tratando de respirar y, un momento despues y para su terror, fue succionada debajo del agua de nuevo. Pero esta vez tuvo suficiente oxigeno para resistir un poco mas y el agua no la empujo tan profundo. Pronto salio a la superficie de nuevo tomando otra bocanada de agua y antes de ser sumergida de nuevo. Era diferente en cada ocasion, la ola se debilitaba y, al subir, sintio que la ola estaba llegando al final de la ciudad y se diluia. Dierdre pronto se encontro en los limites de la ciudad, pasando los grandes edificios que ahora estaban bajo el agua. Fue empujada bajo el agua una vez mas pero esta vez fue capaz de abrir los ojos y ver todos los grandes edificios que una vez habian estado erguidos. Vio montones de cuerpos flotando en el agua delante de ella como peces, cuerpos cuyas expresiones de muerte ella ya trataba de eliminar de su mente. Finalmente y sin saber cuanto tiempo habia pasado, Dierdre salio a la superficie de una vez por todas. Fue lo suficientemente fuerte para pelear contra la ultima ola que trato de sumergirla, y con una ultima patada pudo mantenerse a flote. El agua del puerto habia viajado demasiado lejos tierra adentro y no quedaba un lugar a donde ir, y Dierdre pronto sintio que llegaba a un campo de cesped mientras las aguas bajaban dirigiendose otra vez al mar y dejandola sola. Dierdre se quedo boca abajo con el rostro sobre el humedo cesped y gimiendo por el dolor. Seguia jadeando por el dolor en sus pulmones y disfrutando cada respiro profundo. Debilmente logro voltear su cabeza para mirar por sobre su hombro, y se horrorizo al ver que lo que habia sido una gran ciudad ahora no era mas que mar. Solo alcanzaba a mirar la punta de la torre de la campana que se elevaba unos cuantos pies, y se quedo pasmada al recordar que solia elevarse a cientos de pies en el aire. Completamente exhausta, Dierdre por fin se rindio. Dejo caer su rostro en el suelo dejando que el dolor de lo que habia sucedido ahi la sobrecogiera. No podia moverse. Momentos despues se quedo profundamente dormida, apenas viva en un campo remoto en una esquina del mundo. Pero de alguna manera, habia sobrevivido.

  • De Pixar al cielo de Lawrence Levy

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    Hoy en dia, Pixar es uno de los grandes del entretenimiento: el estudio que revoluciono los efectos digitales especiales y la animacion por ordenador, y desarrollo una serie de peliculas de gran exito, incluyendo la iconica Toy Story. Sin embargo, cuando Lawrence Levy se unio a Pixar en 1995, era una compania de software que apenas se mantenia a flote. Trabajando en estrecha colaboracion con Steve, Lawrence establecio cambios audaces, reorganizo las operaciones comerciales, lidero la salida a bolsa de la compania y fue pieza fundamental en su venta por 7.400 millones de dolares a The Walt Disney Company en 2006. Durante el proceso, Lawrence y Steve forjaron una profunda y duradera amistad. Este libro revela ademas un lado de Steve Jobs muy diferente al hombre dominador de la leyenda: un individuo curioso y reflexivo que preferia llegar a resoluciones mutuas sobre las decisiones empresariales y que, aunque inicialmente impopular entre sus empleados, se convertiria en el motor del talento creativo sin precedentes de Pixar.

  • Ella,el y el danes de Ana Alvarez

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    Necesito otro trabajo --dijo Cristina mientras introducia el tenedor en el enorme plato de pasta carbonara que tenia delante y se llevaba una generosa porcion a la boca. Amanda, su amiga intima, que estaba sentada enfrente con una simple ensalada delante, movio la cabeza dubitativa. --?Otro? ?Y cuando piensas realizarlo? --Tengo algunos ratos libres y me vendria bien un poco mas de dinero. Si queremos ir a Escocia en un par de anos, necesito ahorrar. --Y yo tambien, pero tu no tienes tiempo, no paras de la manana a la noche. Era cierto. Cristina Duran se levantaba todos los dias a las cinco y media de la manana para salir a correr, actividad que jamas, salvo enfermedad muy grave, dejaba de realizar, fueran cuales fuesen las condiciones meteorologicas reinantes o las circunstancias de la jornada. Despues de una ducha rapida y tras un suculento desayuno se marchaba al trabajo, andando, por supuesto, y recorria los mas de dos kilometros que distaban desde su casa hasta la inmobiliaria donde trabajaba. Desde alli comenzaba un largo periplo ensenando casas por toda la ciudad. A mediodia, o media tarde, segun se diera el trabajo, sacaba del enorme bolso que siempre la acompanaba un tupper con comida o un bocadillo que tomaba sentada en cualquier parque antes de continuar su recorrido. Mientras, habia ido sobreviviendo a base de fruta, caramelos, chocolate o cualquier cosa comestible entre visita y visita. Solia llegar a casa alrededor de las nueve de la noche y se dedicaba a las tareas domesticas y a cocinar para el dia siguiente. Los fines de semana oficiaba bodas y recorria los supermercados de la ciudad buscando ofertas, cargada con la propaganda que habia ido recogiendo de los buzones de las casas que ensenaba a lo largo de la semana, amen del suyo propio. Amanda comio un poco de ensalada sin dejar de observar a su amiga, que continuaba dando cuenta de su cena con un apetito rayano en la obsesion. --Si yo comiera todo eso antes de dormir, moriria de indigestion --comento. --Yo no tengo ningun problema. --Ya lo se. Tampoco de sobrepeso. Algun dia me gustaria que, aunque fuera solo por un mes, te engordara todo lo que tragas, para que supieras lo que sentimos el resto de los mortales al tener que dejar de lado las comidas que mas nos gustan. O al menos dosificarlas. Estaban cenando en casa de Cristina, como tantas veces, porque era imposible coincidir a otra hora, debido al apretado horario de esta. Amanda trabajaba en una cadena de zapaterias como administrativa y salia mas temprano que su amiga. --?Y en que has pensado trabajar? Porque no me cabe la menor duda de que ya tienes alguna idea al respecto. --Se me ha ocurrido aprovechar mis ratos libres. --Ah… ?pero tu tienes eso? --Algunos domingos por la manana y horas sueltas entre una visita y otra a pisos de la inmobiliaria. --?Y por que no aprovechas esas horas libres para meterte en un cine a ver una pelicula, leer un libro o simplemente descansar? --Ya descansare cuando sea vieja. Ahora tengo treinta anos y me falta vida para todo lo que quiero hacer. Amanda sacudio la cabeza. No iba a convencerla, tratar de hacerlo era mision imposible. Conocia a Cristina desde hacia quince anos y jamas la habia visto quieta mas de diez minutos. --Tambien podrias aprovechar ese rato para echar un buen polvo, ya que no para descansar. --A eso no le diria que no, pero no hay ningun candidato a la vista. --Pues emplea tus energias en buscarlo; seguro que sera mas productivo y te dara mas satisfacciones que otro trabajo. Cristina nego con la cabeza y se levanto para dirigirse a la cocina a buscar el postre. Coloco una fuente con fruta y una lata de gallegas caseras sobre la mesa. --!Seras arpia! ?Como me pones una caja de mis galletas favoritas delante a estas horas de la noche? --Por eso, porque son tus favoritas. --Son casi las once, me voy a ir a la cama en poco rato y todo el azucar y la mantequilla se van a posar en mi tripa y mis caderas mientras duermo. --!No sera para tanto! --?Que no? Cogi tres kilos el verano pasado y no consigo soltarlos por mucha dieta que haga. Sin fuerza de voluntad, Amanda alargo la mano y cogio una galleta, mientras su amiga colocaba un punado en su plato y se llevaba la caja de vuelta a la cocina. --?Vas a decirme en que otra cosa piensas trabajar? --pregunto mordisqueando despacio la galleta para que le durase mas. --Voy a registrarme en una pagina web como acompanante turistico. --?Y concretamente eso es…? --Pues mas o menos guia turistico a pequena escala. Se trata de acompanar a grupos reducidos, a veces una pareja o una familia, a recorrer la ciudad, recomendarles donde comer o algunas actividades y resolverles problemas si surgen. --?Y para eso no es necesario cursar estudios de turismo? --No, basta con hablar con fluidez un segundo idioma y conocer la ciudad. Yo domino el frances y un poco de danes que me enseno mi abuela paterna, asi que cumplo el perfil. --Y la ciudad te la conoces de un extremo a otro, de eso no tengo ninguna duda. ?Y lo de buscar pareja? ?No lo consideras? --Es complicado, Amanda. --Que hayas tenido una mala experiencia en el pasado no significa que vuelva a suceder. --No es eso. --?Entonces? Cristina se encogio de hombros. --No tengo tiempo para un hombre, ni para buscarlo ni para mantenerlo a mi lado. --Pero prometeme que no saldras corriendo si aparece. --No lo hare. --Entonces me voy ya para que puedas descansar. --Todavia tengo que planchar una lavadora. --Cris, son las once y media… ?De verdad vas a ponerte a planchar ahora? --No tengo otro momento. Amanda se levanto y cogio platos y cubiertos para llevarlos a la cocina y empezo a colocarlos en el lavavajillas. Despues de dejarlo todo recogido, contemplo como su amiga desplegaba la tabla de la plancha en el salon. Se acerco a ella y atisbo en la cesta de ropa. --Prometeme que plancharas solo lo imprescindible y vas a pasar de las bragas. --Siempre las plancho. --Pero es muy tarde ya. Y Cris… son de licra, no se arrugan. Cuando las extiendes sobre tu bonito y delgado trasero quedan perfectas. Ademas… no hay nadie que las vaya a ver. Cristina no respondio y Amanda miro al techo, impotente. --Esta bien, haz lo que quieras. Dame un beso. Ambas amigas se abrazaron, y mientras acompanaba a Amanda hasta la puerta alargo la mano y encendio el ordenador. --?Que haces? --Mientras se calienta el deposito de vapor voy a registrarme en la pagina de acompanantes. --Me marcho ya, que me estas estresando. La puerta se cerro detras de Amanda y, mientras bajaba hasta la calle, se dijo una vez mas que lo que Cris necesitaba era un tio que la tuviera anclada a la cama durante dos dias seguidos a base de polvos. Que le hiciera quemar esa energia desbordante que dedicaba al trabajo. Cuando llego a su casa, situada varios numeros mas abajo en la misma calle, se dijo que, si su amiga no hacia nada por buscar pareja, ella iba a darle el empujon que necesitaba. Se sento ante el ordenador y busco entre las paginas de contacto una que le parecio seria y abrio un perfil a nombre de Cris. Estatura: 1,78 cm. Peso: 67 kg. Edad: 30 anos. Color de pelo: Pelirroja natural. Color de ojos: Verdes. Complexion: Delgada. Estudios: Medios. Profesion: Agente inmobiliario. Aficiones: Aqui Amanda se quedo pensativa. Para hacer honor a la verdad deberia poner <>, porque en realidad no habia nada de lo que Cris no disfrutara con la excepcion de estar sentada, pero no podia poner eso. Se decidio por: <> Hubiera podido anadir <>, pero eso solo asustaria a los posibles candidatos. Luego busco una foto sexi de Cris y la anadio al perfil. A proposito, dejo en blanco las casillas sobre el tipo de hombre que buscaba, para no reducir las posibilidades, y relleno solo la referente a la edad. Entre treinta y treinta y cinco anos. Y le dio a aceptar.

  • Mi mayor descubrimiento de Sophie Saint Rose

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    Damaryss se puso los guantes de algodon e impaciente se acerco a la mesa. --Dios mio... -- susurro admirando los grabados de la piedra plana del tamano de un ladrillo. --Es azteca sin duda. --Paso el dedo por los redondeados dibujos. --Esta en muy buen estado. Casi no se ha degradado. --Es autentica --dijo Cristal--. Los tecnicos han corroborado la autenticidad de los grabados y las pruebas del carbono catorce de los huesos encontrados a su lado situan al fallecido en el ano mil quinientos diecisiete. Mas o menos. Ya sabes como va esto. Levanto la vista hasta su ayudante y le guino uno de sus ojos verdes. --Al parecer has aprovechado mis vacaciones. --En cuanto llego, todo fue una locura. Te hubiera llamado pero el jefe se negaba a que te interrumpieran las vacaciones por una piedra. Que le habia costado dos anos que te cogieras unas. Que ni aunque encontraramos el mismo Santo Grial te llamaria y que como lo hicieramos alguno de nosotros nos capaba. --Damaryss rio divertida. --Esas fueron sus palabras. -- Emocionada rodeo la mesa. --?Que opinas? --Que es azteca. No hay duda. ?Quien la ha traducido? --Yo. Apreto los labios. --Pues si fuera tu profesora te suspenderia, senorita. Esto es un perro no un ciervo --dijo senalando el simbolo redondeado--. Y hay dos en la piedra. --Mostro los perros en las dos esquinas. --Estos son fieles y valientes... Estan rodeados de dioses que les protegen, tienen un camino que seguir --dijo senalando el trazo entre las imagenes que iba hacia la parte izquierda de la piedra--. Protegen algo que esta aqui en el centro que no tenemos porque esto esta a la mitad. --Senalo un trazo recto. --Pero parece el principio de una casa... Protegen el hogar, sus costumbres, su cultura. --Se enderezo entrecerrando los ojos. --Perros... --?Damaryss? --Su ayudante la miro interrogante con sus ojos azules. --?Que pasa? Se volvio y a toda prisa fue hasta el ordenador. --En los anos sesenta se encontro algo... Dejame pensar. ?Donde lo habia visto? --Se aparto su cabello moreno de la cara antes de abrir los ojos como platos. --!En el Smithsonian! --Tecleo a toda prisa y pincho en el raton muchas veces hasta que chillo de la alegria volviendo la pantalla. Cristal dejo caer la mandibula al ver la otra parte de su grabado. --Es exactamente igual. --!Si! Cuatro perros que protegen algo que esta en el centro. Falta el pedazo del medio. ?Se puede comprobar que el cadaver era azteca? --No, estaba en muy mal estado. Solo pequenos restos oseos. --?Y donde fue encontrado? --En una cueva. En Alabama, cerca de Tuscaloosa. --?Tan al este? Son mas de dos mil kilometros... --Se quedo mirando la pantalla. --Esta fue encontrada en Kansas, en unas obras de un centro comercial en Burlington. --Increible. ?Separaron los pedazos a proposito? --Y los trasladaron desde el valle de Mexico hasta aqui. Y en la epoca de la que era el cadaver nos indica... --La llegada de los espanoles a las Americas. --Exacto. Llegaron los conquistadores y enviaron a cuatro fieles guerreros a llevar un grabado a cada parte de lo que ahora son los Estados Unidos. --Protegian algo. --Exacto. Algo que los conquistadores no podian encontrar. --Se levanto senalando la piedra y mostrando los dioses que acompanaban a los perros en su camino. --Algo por lo que necesitaban el viento --dijo senalando otro simbolo--. Para saber como sortear los obstaculos. Algo tan sagrado que no podian destruir para evitar que se lo arrebataran. Solo podian alejarlo y esconderlo para que nunca lo encontraran. --Tanto como para adentrarse tan al norte. Pero solo tenemos dos piedras. --Cristal chasqueo la lengua apartando un mechon de pelo rubio. --Y no es por nada, pero si esa se encontro en los sesenta despues de mas de cuatrocientos anos y esta ahora, ?cuando crees que encontraremos la siguiente? --Muy graciosa. !Es un descubrimiento increible! Seguramente en toda tu carrera como arqueologa no veras nada igual. --Acabas de explotar mi burbuja como Indiana Jones. --Muy graciosa. --No tenemos nada. --Suspiro sentandose en una silla. --Y yo que creia que cuando llegaras descubririas el Dorado o algo asi. --No, el Dorado no lo trasladarian cuatro hombres. Y yo sigo pensando que estaba en Peru. --Se le corto el aliento. --Pero si que esas piedras esconden algo mas... Algo que ocultaron. No solo lo alejaron. --?Y si es un mapa como iban a encontrarlo despues para recuperar eso tan valioso? Porque hay que ser muy listo para encontrar las piedras en todo el territorio de los Estados Unidos. --No lo entiendes. No es un mapa de vuelta, es un mapa de ida. Es exclusivamente para llegar desde su asentamiento hasta el lugar donde escondieron eso tan valioso. A Cristal se le corto el aliento. --?Solo lo utilizaron para llegar aqui? --Exacto. Y como su mision en la vida era proteger lo que habian transportado, fuera lo que fuera, se alejaron con una piedra cada uno a una parte del territorio americano separando el mapa en varios pedazos. ?Y por que no las destruyeron despues de llegar a su objetivo? Por los dioses que les cuidaron durante el viaje. Unas piedras sagradas que tampoco podian destruir, asi que simplemente se alejaron dirigiendose a un punto mas al norte. Su ayudante miro la piedra. --?Y por que los hombres estan separados en el mapa? -- Distraida miro hacia la jefa que estaba sacando algo de la fotocopiadora. Puso la fotocopia al lado de la piedra y ambas entrecerraron los ojos porque no eran exactamente iguales. --Mira, aqui se bifurcan las lineas --dijo Damaryss senalando la fotocopia. --Y todas son distintas. Esta de aqui es mas curvada. Parece un garfio. Apreto los labios. --Algo se nos escapa. Dos de los perros corresponden a dos hombres y solo encontramos en cada excavacion una piedra con un cuerpo. Si fuera un mapa para cada uno de ellos no cuadra. ?Donde quedaron los dos cuerpos que faltan? ?Por que estan representados en la piedra y despues desaparecieron? --Puede que murieran en el camino. En aquella epoca se morian por todo. --Y estas rutas... Trae un mapa geologico de Mexico. --Deberiamos escanearlo y que lo hiciera el ordenador. --Ponte a ello. Quiero saber a que corresponden esas rutas. --Ahora me pongo, jefa. Mirando la fotocopia apreto los labios. --Tenemos mucho trabajo por delante. Suspiro viendo a Cristal dormida sobre su mesa y miro su reloj. Las dos de la manana. La verdad es que no sabia por que se daban tanta prisa. Las piedras llevaban por ahi quinientos anos. Se notaba que necesitaba mas vida social. Ajusto de nuevo la imagen de la supuesta ruta y la giro para cuadrarla con el mapa. No sabia si era el tamano o es que estaba totalmente equivocada. Cogio la piedra de nuevo y fruncio el ceno. La linea de arriba empezaba algo mas separada del guardian que la de abajo. --!Cristal! Su ayudante se sobresalto levantando la cara con un folio pegado a la cara y se lo quito de golpe asustada. Sus cabellos rubios estaban totalmente despeinados y la trenza que llevaba siempre, estaba deshecha despues de tres dias alli metidas. --?Que? ?Que pasa? Sonrio sin poder evitarlo. --Ven, mira esto.

  • Libera tu magia de Elizabeth Gilbert

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    VENCE AL MIEDO Y DESCUBRE EL MILAGRO DE UNA VIDA CREATIVAElizabeth Gilbert, autora superventas de Come, reza, ama, nos trae un relato inspiracional como ruta de acceso a la vida vibrante y plena con la que siempre has sonado.

  • ?Bailamos? de Noni Garcia

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    Alejandra no podia creer que aquel coche se hubiera saltado la senal, que tuviera que estar de baja algunos meses, que no pudiera bailar y, mucho menos, que su medico y cirujano fuera Salvador, el insoportable hermano de Ivan, su mejor amigo y pareja de baile.
    Salvador siempre habia mantenido lejos de el a Alejandra, alguien que le atrajo desde el dia que la conocio, una nina de papa ante la que no pensaba sucumbir, ya que con una tuvo suficiente.
    Pero ni Alejandra es lo que aparenta, ni Salvador es el hombre insufrible que parece ser.
    Un accidente, una mujer valiente, un hombre con miedo a sufrir, una recuperacion que los une sin remedio y.
    ?Podra un baile unirlos para siempre?

  • La noche de los ninos de Toni Morrison

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    Dura y tierna a la vez, La noche de los ninos esta aqui para dar energia a la voz de las mujeres y trazar caminos insolitos que nos liberen de la soledad. Por la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison.

  • Tantos lobos de Lorenzo Silva

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    Cuatro nuevos casos del popular subteniente Bevilacqua y su ayudante Chamorro. Esta vez, nuestros protagonistas se veran obligados a centrar sus miradas en la cara mas oscura que la vida moderna ha traido o ha acentuado. Cada uno de los crimenes a los que se enfrentan refleja los peligros a los que nuestros ninos y jovenes estan expuestos cada dia: las redes sociales, el acoso escolar o el auge de la violencia de genero entre parejas jovenes.

  • Libre de Promesas (Maestros del Blackish 3) de Kelly Dreams

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    --Buenas noches, ?en que puedo ayudarte? Sophie sostuvo la mirada del hombre que se movia detras del mostrador de la recepcion del exclusivo y discreto club de BDSM de Chelsea, se lamio los labios y se inclino hacia delante. --Estoy buscando a Alexander Brooks --le informo--. ?Podrias decirme donde puedo encontrarle? El recepcionista fruncio el ceno y la miro entre intrigado y suspicaz al escuchar el nombre real del propietario del Blackish. No era alguien que pasase precisamente desapercibido con ese pelo blanco peinado de punta, unos profundos ojos azules e inquietantes y unos biceps que parecian un par de troncos. Tenia los dedos largos, como los de un pianista y no pudo evitar preguntarse si seria capaz de tocar el cuerpo de una mujer con la misma destreza. Todo el exudaba masculinidad y una seguridad que solo poseian los dominantes. El hecho de que vistiese una camiseta negra con el logotipo del club no hacia mas que afianzar su suposicion. --El Amo Horus ya esta dentro. --Hizo hincapie en la palabra <> sin quitarle la mirada de encima. Horus era el primer nombre de Alexander, si bien nunca habia dejado que lo llamase por el--. Llegas por los pelos, estamos a punto de cerrar las puertas. ?Cual es tu nombre? Observo al tipo que se inclino sobre el ordenador. --Sophie Joyce. Parecio introducir el nombre en el programa y, al no encontrarlo, levanto la mirada con suspicacia. --?Tienes membresia en el club? No. De hecho, ese era el principal motivo por el que estaba alli, mirandole, y no habia atravesado las puertas que habia detras para buscarle por si misma. Sin embargo, esa no seria una respuesta adecuada, no frente a ese Dom. --No, senor --respondio con suave educacion. El enarco una ceja, sin duda curioso ante su presencia y su abierta asuncion de su lugar como sumisa. --Este es un club privado, princesa --le informo con tono firme aunque igual de amable que habia utilizado hasta el momento--. No puedo dejarte entrar sino estas en la lista. Dejo que sus labios se curvaran en una lenta sonrisa que sabia llamaria su atencion. --No le he pedido que me dejase entrar, senor --le recordo dulcemente--. Mi unica intencion es tener unas palabras con Alexander. Su respuesta le arranco una inesperada carcajada. Sus ojos brillaron de diversion y sus labios se estiraron. --Tienes una manera unica de insultar a un dominante con esa dulce y educada voz -- aseguro risueno--. Deberias tener cuidado de a quien diriges tus respuestas. Bajo los ojos lentamente. --Lo siento, senor --replico sumisa--. Me he limitado a constatar un hecho. El sacudio la cabeza, la miro de soslayo y se froto la barbilla. --De acuerdo, Sophie, has despertado mi curiosidad --le dijo dando un golpecito al mostrador--. Quedate aqui. Ire a ver si Horus esta libre para tener unas palabras contigo. Asintio y contuvo la excitacion que acelero su corazon. --Gracias... --pregunto sutilmente su nombre. --Amo Lucien, carino --le guino un ojo. --Gracias, Amo Lucien. El inclino la cabeza, se giro y se acerco a la puerta, la abrio y asomo la cabeza unos momentos. --Oye. Rick. Necesito que te quedes en la recepcion un par de minutos. Tengo que localizar al jefe. Una voz juvenil respondio al momento. --Si, senor. Al momento un joven de aproximadamente su edad atraveso la puerta vistiendo unos pantalones de cuero rotos, y una camiseta de red bajo la que podian verse los piercings que tenia en ambos pezones. Su pelo negro estaba peinado de punta y llevaba los labios negros, al igual que la sombra de ojos. Le dedico una mirada entre curiosa y apreciativa y ocupo su lugar tras el mostrador. --Hola --la saludo. --Hola --respondio a su vez. --No te habia visto antes por aqui --continuo echandole un buen vistazo de arriba abajo. --Estoy segura de ello --asintio manteniendo sus respuestas cortas por temor a que su voz vacilase. Estaba muy nerviosa y sabia que eso la llevaria a tartamudear. La respuesta parecio sorprenderle pero acabo por reirse. --De acuerdo, se cuando hablo de mas --acepto risueno, se echo hacia atras y se sento en el taburete sin insistir en la conversacion. Suspiro interiormente. Sabia que le habia dado la impresion de borde, pero necesitaba de todas sus fuerzas para seguir adelante con esa visita. No has pasado por todo esto para rendirte ahora, Sophie. Coraje. Se lamio los labios con nerviosismo y se entretuvo mirando a su alrededor, sus ojos cayeron sobre un tablon de anuncios y se aproximo a leer el contenido. Apenas habia tomado nota de algunas cosas cuando la puerta volvio a abrirse y escucho una conocida voz junto a la del Amo Lucien. --...rizos de color negro, ojos verde esmeralda y unos labios de lo mas besables. --Escucho el resumen del recepcionista--. Llego preguntando por ti. Se giro de inmediato hacia la puerta para ver a ambos hombres, aunque sus ojos se detuvieron sobre el mas alto. --Sophie. --La sorpresa bailo unos instantes en los ojos azul oscuro antes de desaparecer y adquirir un brillo de especulacion--. ?Que haces aqui? Las palabras se hundieron en su estomago como si fuesen de plomo. ?Eso era todo lo que tenia que decirle despues de cuatro anos sin verse? Alzo la barbilla y se obligo a respirar profundamente para lograr que las siguientes palabras no temblasen en sus labios. --Vengo a pedirte algo --respondio encontrando su mirada y sosteniendola, algo que siempre le habia resultado dificil. Esos ojos parecian poder ver a traves de ella. El enarco una ceja, abandono el umbral y camino hacia ella. --?De que se trata? Se lamio los labios una ultima vez y respondio directa. --Quiero que me acojas bajo tu tutela en el Blackish. CAPITULO 1 --No puedes decirme que no, asi, sin mas. Una frase demasiado contundente para una mujer tan menuda, penso Horus recorriendola con la mirada. Sentada frente a su escritorio parecia una pequena hada vestida de forma escandalosa, lo suficiente escandalosa para que encajase con el ambiente de esa noche en el club. Pero ella no iba a entrar, no habia luchado consigo mismo tanto tiempo para echarlo ahora todo a perder. Contemplo disimuladamente su curvilinea figura, el negro pelo rizado cayendole sobre los hombros y esos bonitos ojos verdes brillando de irritacion. Tenia las mejillas sonrojadas, sus labios se movian con ritmico erotismo provocandole unas irrefrenables ganas de mordisquearlos. ?Habia tenido que pasar cuatro anos sin verla para encontrarla jodidamente deseable? Estaba enfermo. Debia haber recibido mas golpes en el ring de los que pensaba y alguno de ellos habia impactado directamente en su cabeza. --Acabo de hacerlo, querida --replico a su vez, cruzando las manos con gesto aburrido sobre el estomago--. No voy a tutelarte en el Blackish y tampoco voy a darte una membresia. La manera en que apreto los labios formando un pequeno mohin irritado lo conocia demasiado bien. Conocia cada una de sus tretas, cada una de las expresiones de esa pequena y discola hembra; la misma con la que habia compartido seis anos de su vida. Una actuacion demasiado larga, una promesa hecha a su mejor amigo y que trajo consigo un tiempo mas alla de la simple complicacion. Sophie Joyce habia sido su esposa. Casarse con ella fue su forma de mantenerla a salvo, de cumplir con la promesa hecha a Robert, su hermano, y alejarla de las garras del hijo de puta que se tiraba a su madre. <>. La justicia era una autentica hija de puta, habia dejado de confiar en ella cuando tenia trece anos y fue internado en un reformatorio a peticion de sus propios padres. <>. Si, tanto su vida como la de Sophie no habian sido precisamente un camino de rosas, sus respectivos progenitores eran los unicos culpables de que sus destinos se hubiesen cruzado y ella hubiese terminado a su cuidado. --No puedes hacerlo --insistio ella modulando cada palabra, concentrandose en no tartamudear--. No puedes decidir por mi. Hace tiempo que perdiste ese derecho. Enarco una ceja y suspiro. --Empiezo a preguntarme si lo tuve alguna vez --replico con palpable sarcasmo--. Lo que si puedo asegurarte es que mi respuesta a tu pregunta sigue siendo la misma: No. No la queria alli. Bajo ningun concepto iba a dejar que esa mujer se pasease con menos ropa de la que llevaba puesta por las entranas del club. Los ojos verdes brillaron con una punzada de dolor ante sus palabras, pero pronto ocupo sus pupilas la irritacion que emanaba de cada poro de su cuerpo. --Ya no te-tengo dieciseis anos. --La leve vacilacion en su voz le indico que estaba empezando a perder el temple y el tartamudeo que tanto odiaba volveria a entrar en escena. Sabia lo que eso significaba para ella, lo vulnerable que se sentia en esos momentos y, en circunstancias normales, habria hecho lo que fuese para tranquilizarla, pero ahora solo deseaba sacarla de su oficina y que no volviese a poner un pie alli. --Gracias a Dios --admitio con una mordaz carcajada--. Con sufrir una vez tu adolescencia, fue mas que suficiente. Preferiria que me moliesen a golpes antes que tener que lidiar de nuevo con una mocosa hormonal. Cruzo los brazos sobre unos encantadores y llenos pechos. Si, ya no quedaba nada de la adolescente que habia estado a su cuidado, a la que habia querido, quien despertaba el deseo en sus venas y a la que se habia prohibido tocar. --?Sigues siendo virgen? --Dejo caer la pregunta con gesto aburrido. Estaba decidido a herirla con sus palabras si con eso conseguia su objetivo; disuadirla--. Si estas buscando la manera de ponerle remedio... estas en el lugar equivocado. Su rostro enrojecio todavia mas, esos ojos esmeraldas se entrecerraron hasta formar dos pequenas rendijas. --No-o, des-desde que nos separamos me he ti-ti-tirado a todo tio que encontre por el camino, algo que ha siii-sido de lo mas sa-saaa-satisfactorio --tartamudeo visiblemente afectada por sus palabras--. Tu no me qui-quisiste. Por su-suerte el mundo esta lleno de hombres menos... seee-selectivos que tu. Se obligo a morderse una replica. No tienes la menor idea de nada, Kitty. Si, se habia casado con ella pero no la habia tocado en los seis anos que habian estado juntos. Su unica intencion al contraer matrimonio era evitar que quedase desprotegida. Robert se habia encargado de obtener la custodia de su hermana pequena despues de que su madre dejase claro que no estaba preparada para cuidar de una cria. Y habia sido con su bendicion y permiso que la entonces menor, habia terminado bajo su tutela por medio del matrimonio. <>. Se estremecio interiormente al recordar aquellas duras palabras, el sentimiento de ira que habia despertado en su fuero interno ante la indefension de una nina y lo que podia pasarle si Robert no estuviese alli para protegerla. Deberia haber sido una conversacion condicional, un <> totalmente lejano, pero Robert Joyce habia hablado con conocimiento de causa, sabiendo lo que ocurria en su cabeza y que si seguia luchando, su vida estaria en peligro. Se habian conocido en las calles, Rob habia evitado que terminase con la garganta abierta solo para llevarle a conocer al Reverendo John. El padre era un hombre de color robusto que creia que incluso los mas idiotas se merecian una segunda oportunidad. Su necesidad de ayudar al projimo lo habia llevado a crear un lugar en el que los jovenes con problemas de ira, actitud o que vivian en la calle podian aprender a controlarse y al mismo tiempo hacer deporte. El peculiar reverendo fue el unico capaz de llegar a el despues de que lo internasen en ese lugar. El hombre le escucho sin juzgar y le dio la oportunidad de descargar su ira contra el mundo ofreciendole un deporte que le aporto la disciplina y el control que a menudo le faltaba. El fue tambien el unico que tuvo el valor de decirle que no estaba preparado para tomar sobre sus hombros una responsabilidad tan grande como Sophie, pero fiel a su rebeldia y a la palabra dada, no le escucho. ?Como hacerlo cuando le debia a Robert su propia vida? Se sacudio los recuerdos y miro de nuevo a la mujer que tenia frente a el, la misma con la que se habia casado a los veintisiete --teniendo ella solo dieciseis--, para separarse seis anos despues sin haberle tocado ni un pelo. ?Acostarse con ella? Habia sido impensable hacerlo, no con una nina y, cuando dejo de serlo, el ya se habia internado en un mundo que no deseaba para ella. --No vas a obtener una membresia en este club, Sophie --le informo de manera tajante--. No voy a tutelarte, no voy a permitir que entres en mi club, no pienso secundar lo que sea que tengas en mente. Mi respuesta es no. Ella se tenso, se incorporo hasta permanecer con la espalda muy recta y recatadamente sentada en la silla frente a el y lo miro sin parpadear siquiera. --Tengo entendido que el club lo llevan do-dos socios --replico con una ligera vacilacion, senal inequivoca del volcan de emociones que transmitia su cuerpo--. Veamos que tiene el que de-decir al respecto. Chasqueo la lengua, descruzo las manos y se apoyo en los brazos de la silla para levantarse. --El Amo Fire te dira lo mismo que te estoy diciendo yo ahora --declaro abandonando su asiento y rodeando la mesa hasta detenerse a su lado--. Este es un club privado, solo se puede acceder a el por recomendacion de alguno de los miembros existentes o en las convocatorias de acceso que se dan una vez al ano. Y tu no estas en posicion de obtener ninguna de las dos.

  • Amar por partida doble, Encarni Arcoya Alvarez de Encarni Arcoya Alvarez

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  • Noche Sagrada de Michael Connelly

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    Renee Ballard, que sigue trabajando en el turno de noche, regresa a la comisaria de Hollywood de madrugada y se encuentra a un desconocido hurgando en los viejos archivadores. El intruso es el detective retirado Harry Bosch, que esta buscando pistas de un caso abierto que lo obsesiona. Ballard lo echa, pero luego revisa el expediente y siente una profunda empatia y rabia. Bosch esta investigando la muerte de Daisy Clayton, una joven de quince anos que se fugo de casa. Mientras vagabundeaba por las calles de Hollywood, fue brutalmente asesinada y su cadaver fue arrojado en un contenedor como si de basura se tratase. Ballard une fuerzas con Bosch para descubrir lo que le ocurrio a Daisy y llevar finalmente a su asesino ante la justicia.

  • Que sera de Nosotros de L. Rodriguez

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    Tras la locura de un club secreto y una ruptura desgarradora,
    Delhy Lugo se encuentra en una encrucijada para decidir su futuro.
    Ella se debate entre dejar que su vida fluya,
    tomando su propio destino o vengando el sufrimiento de un corazon roto.
    ?Podra el senador Santiago Moya perdonar las decisiones erroneas de la mujer que ama y absolver sus propios errores? ?Podra Delhy salir de su nuevo estilo de vida?
    Descubre el esperado desenlace de esta historia,
    donde una mujer enamorada es consumida entre el amor, el odio, la venganza, y sin duda,
    la decepcion de su felices para siempre.

  • Los hijos de los magos muertos de Isabel Clemente Burcio

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    En Akwaburgo, la ciudad industrial y comercial mas importante del reino de Khonikash, un grupo de magos se rebelaron contra la corona, pero algo salio mal. Muchos acabaron muertos y sus hijos desaparecidos.
    Quince anos mas tarde, lord Zeth Austen los busca en los suburbios de la ciudad para formarlos y reintentar la revolucion. Elle, ladrona y espia de la mafia; su mejor amiga Lyan, una joven cortesana cuya virginidad esta en subasta; Svet, un genio de la mecanica; Ekon, un atractivo estibador; Ben, trabajador de una taberna; y Daren, el mejor tirador de la armeria. A ellos se les une Zoraya, una esclava que resulta ser la princesa del reino de Phoisker.
    Cuando comienzan a aparecer cadaveres de magos por toda la ciudad y lord Zeth Austen desaparece sin concluir la formacion de los hijos de los magos asesinados, estos se veran envueltos en una trama de intrigas que pondran en peligro sus vidas y el delicado equilibrio de la corrupta ciudad de Akwaburgo.

  • Un extrano en casa de Shari Lapena

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    De la autora del thriller revelacion de 2017 La pareja de al lado, llega una nueva y adictiva novela repleta de giros y secretos.

  • Irene y el Sr. Naranja de J.m. Martinez Pedros

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    Esta es la historia tragicomica de Irene y el Sr. Naranja. Ella una viuda sin problemas economicos, aburrida de su rutina, puritana, grunona y solitaria. El, harto de ser guapo y mear colonia, intentando escapar de su propia vida y creyendo que encontraria la solucion, se convirtio voluntariamente en esclavo. A partir de entonces. Ambos pasaran por una serie de aventuras y desventuras; el realismo magico se funde con escenas tragicomicas, tan teatrales como surrealistas; el dolor de unos hace reir a otros y nada ocurre como uno se espera.

  • Mi vida querida de Alice Munro

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    Una hermosa coleccion de cuentos de la premio Nobel Alice Munro, donde el amor, que nos acecha desde el pasado o nos reclama desde el futuro, es el tema central.

  • Una lista de deseos para Santa Claus de Mariah C

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    La Navidad es sin duda la epoca mas feliz del ano, un periodo de alegria, ilusion y esperanza. Aunque no para Yarek que cree que el gordinflon de las barbas blancas y las ropas ribeteadas de armino que todos los anos lo visitaba para Navidad ha dejado de existir.
    Un denso manto blanco cubre Chicago. La noche de Navidad esta cercana.
    ?Crees en la magia y en como lo imposible se hace realidad?
    Escribe una lista de deseos, pide con el corazon, cierra los ojos, y dejate llevar.

  • Adolescentes. Manual de instrucciones de Fernando Alberca

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    Este es ese manual. Una obra que sirve para eliminar viejos esquemas y llegar de un modo practico al fondo de los problemas de cada hijo, con carino, acierto y comprension, dando respuesta a inquietudes como:
    ?En que piensa y que siente el adolescente?
    ?Por que tiene ciertos comportamientos y como han de reaccionar los padres ante ellos?
    ?Como alimentar la autoestima de un hijo?
    ?Como interpretar sus gestos y palabras?
    ?Como hacerle entender que sus padres estan en su mismo equipo, incluso cuando le corrigen?
    Descubre y aprovecha la adolescencia, aprende a hacerla mas facil y disfruta de una etapa decisiva en la vida de tu hijo.

  • Destruccion 2 de Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    No era mi cuerpo. No, tampoco era la sombra de un pajaro. Ojala lo fuese. Ojala hubiera tenido esa libertad que tanto anoraba en esos animales para volar alto y desaparecer de este jodido mundo. No podia decir que estaba confusa. No. Yosabia con claridad lo que habia sucedido en mi vida, loque me habia llevado a ser esa mujer engreida y vanidosa durante tantos anos. Llevaba varias semanas en Irlanda. No tenia contacto con nadie. Ni siquiera habia tenido la valentia de coger algunas llamadas de Jess. Ahora yo habia elegido esa vida de soledad y de retiro. Nunca imagine que eldineropudiera hacer tanto dano en una persona. No era la primera vez que pensaba en el mal uso que le estaba dando a la fortuna de mi padre. Podia haber ayudado a mucha gente que lo estaba pasando francamente mal con un poco de esos ingresos que semanalmente llenaban mi cuenta corriente. Pero hay algo que hace que las personas vanidosas lo sean, que sean codiciosas y que solamente piensen en si mismas. Y se trata de la falta de generosidad. Lo vi en James, en mi hermano, que malgastaba con voluntad el dinero de mis padres, y lo vi en mi, que solo pensaba en modelitos y en tratamientos de belleza. Para ser una persona vanidosa, lo que tienes que hacer es no pensar en el resto de la humanidad, sino solo en ti. Ahora me daba cuenta, lejos, muy lejos de Brad y quienes podian haber sido unos amigos excepcionales, de que mi vida habia sido un puto desastre. Me martirizaba pensandolo una y otra vez. Aquella manana de lunes no sali de casa. Llovia. Aproveche para quedarme en la cama. Pensaba en montar algun negocio o en buscar trabajo para deshacerme de esa vida de excesos y pereza continuada que siempre habia llevado. Queria ser otra mujer. Mi separacion de Brad habia sido un punto de inflexion en mi vida. Que el hermano del que podia haber sido el hombre de mi vida hubiese sido atropellado, asesinado, por James, me ponia enferma. Estaba a punto de enloquecer. Quiza, lo unico positivo que habia detras de aquella tragedia es que yo podia renegar de mi pasado turbio y comenzar desde cero. Debia poner tierra de por medio. No desayune. Me levante a mediodia y me duche. No tenia ganas de meterme nada en el estomago aquel lunes. Ademas, no sabia cocinar nada. Solo habia comprado latas y platos precocinados desde que me instalara alli. Y aquello todavia me hacia menos apetecible acercarme a la nevera o a la encimera. Me prepare un te y estuve mirando por la ventana. Una pequena plaza con una diminuta arboleda era el paisaje que contemplaba desde mi salon, todo un lujo en aquella ciudad donde la neblina y una llovizna intermitente desdibujaban las fachadas de las casas que me rodeaban. ?Tenia miedo? Si, lo llamare miedo. Tenia miedo, no a comenzar, sino a recordar. Cada vez que recordara, sentiria el temblor, la nostalgia, la ausencia de Brad y de lo que podia haber sido el inicio de una vida feliz. Tenia miedo a tantas cosas. Ni siquiera tenia a Marlene ayudando en casa. No tenia a nadie con quien hablar, con quien desahogarme. Me ahogaba, pero era un castigo que merecia, maldita sea. Pese a la fina lluvia, decidi salir a dar una vuelta por la ciudad. Cuando una viaja por tantos lugares del mundo y duerme en los hoteles mas caros, termina por no darle importancia a las ciudades que visita. Lo que cambia un lugar es tu punto de vista, tu estado de animo, la compania. Yo siempre habia viajado sola o con James. Ahora me daba cuenta de que, si Brad estuviese a mi lado, Dublin me pareceria una ciudad maravillosa, pero ahora era otra de esas ciudades europeas que habia visitado sin que me emocionara significativamente. Me puse ropa deportiva. Queria pasar desapercibida. No queria que nadie se fijara en mi cuerpo, en mi rostro. Alli no era conocida. De hecho, no era conocida en ningun lugar delmundo, salvo por mi apellido McRay. Yo llevaba la sombra de mi padre alla donde fuese y eso era un estigma con el que James y yo debiamos cargar. Camine durante un largo rato por Grafton Street y curiosamente algo hizo que me detuviera delante de un escaparate. No tenia ganas de llenar mi nuevo armario con ropa cara. No me apetecia nada ir de compras. ?Donde me detuve? Fue delante de una libreria. No habia reparado en ella pese a haber pasado por aquel lugar decenas de veces las ultimas semanas. De nuevo fue un libro sobre pajaros la que me atrajo la atencion. Sin pensarmelo dos veces, entre. Compraria aquel libro donde una preciosa gaviota suspendida en el aire aparecia en la portada. Se trataba de un ensayo del prestigioso biologo Trevor Jones. Entre sin pensarmelo dos veces. Una anciana amable regentaba aquella pequena libreria. Me sonrio. Estuve hojeando diversos libros y algunos albumes infantiles que tenian unas ilustraciones preciosas. Aunque nunca habia sido proclive a leer, salvo esos libros sobre aves, decidi que no me vendria nada mal hacerme con una pequena biblioteca en casa. Seguramente contribuiria a darle un caracter mas acogedor y romperia con esa fria atmosfera que ahora tenia en su interior. Mientras me hacia con unos cuantos libros, entre ellos, ese ensayo sobre aves, alguien cruzo el umbral de la puerta de entrada, alguien que desperto mi curiosidad. Era un hombre que, seguramente, rondaba los cuarenta anos. No era un jovenzuelo, pero se notaba que se cuidaba muy bien. Su porte atletico y una mirada seductora enseguida hicieron que bajara la mirada. Me estaba poniendo muy nerviosa. ?Como podia sucederme eso? No sabia como reaccionar o comportarme. El magnetismo que despedia aquel hombre, cuya madurez y seguridad se notaban en su voz al hablar con la dependienta y en la eleccion de un traje gris, estaba en sintonia con esa actitud varonil que destilaba con cada gesto. Como lalibreria no era muy grande, enseguida se percato de mi presencia. Que idiota era. Estaba ante un tipo muy interesante y yo llevaba un chandal y unas zapatillas de deporte. Sin embargo,mi rostro estaba ahi, frente al suyo, en esa distancia justa y prudente en que dos personas pueden mirarse detenidamente sin que ninguno de ellos se sienta intimidada. Y eso hizo el. Fijarse en mi. Y yo me sonroje. Tenia claroque, a estas alturas, yo no creia en los flechazos y en nada parecido a enamorarse a primera vista. Si alguna vez experimente algo parecido a eso, fue con Brad. Pero creo que, a estas alturas, no me sentia capacitada para volver a experimentar algo asi. Pero he de confesar que la aparicion de aquel hombre en la libreria hizo que, por unos momentos, me olvidara de todo lo que habia sucedido en Manhattan, de todo lo que habia dejado alli. Imaginaba continuamente a Brad, aniquilado al saber que yo, a la que habia amado salvajemente, era la hermana de su mayor enemigo. Con atrevimiento y, sin saber por que, me dirigi al mostrador para pagar mis libros. El hombre habia comprado una antologia de cuentos orientales que la dependienta estaba envolviendo pacientemente. Estaba claro que era un libro para regalar. Al acercarme, senti su fragancia oscura y penetrante. Tenia gusto al elegir el perfume como habia tenido al elegir su indumentaria. Un corte de pelo refinado y algunas canas le daban un aire misterioso. Si me preguntais si me acordaba de Brad en aquel momento, os dire que no lo habia olvidado. Que aquel chico al que James habia destrozado su vida seguia en mi corazon y el hecho de que yo me hubiese trasladado a Dublin a vivir era la prueba fehaciente de lo que estaba diciendo. Pero la presencia de aquel hombre me tenia cautivada. En otro tiempo, ni siquiera lo hubiera mirado. Pero ahora que habia descendido al reino de los mortales, me encantaba recrearme en la belleza de la gente corriente. Habia escarmentado. Estaba harta de aquellas falsas amistades en los circulos de mi hermano y en esos ligues de una noche donde no habia ninguna diferencia entre un consolador y aquellos chicos de portada de revista. Fingi que no estaba interesada por la curiosa eleccion de aquella antologia de cuentos, pero el, sin embargo, no pudo evitar comentar algo sobre el libro que habia elegido. --No sabia que a alguien le pudiese interesar ese trabajo sobre aves -- manifesto con una voz suave y tersa. --Si. Me encanta leer sobre pajaros. --?Quien me iba a decir que una joven tan hermosa tendria esos gustos tan peculiares? --?A que se refiere con "peculiares"? -- pregunte seria, tratando de seguirle el juego. --No me malinterprete, senorita. Conozco al autor. --?De verdad? -- volvi a preguntar. --Si, ademas, es un tipo extraordinario. --No he leido ningun libro de el, solamente algunos articulos que ha ido publicando en Internet --dije con tono apagado. --No le va a defraudar si le gusta el apasionante mundo de los pajaros -- dijo el esbozando una leve sonrisa. --No se si se esta burlando de mi. --No me estoy burlando. Simplemente me encanta saber que hay personas que sienten pasion por estos temas. ?Es usted biologa? --Bueno, algo parecido -- menti con un tono enigmatico. El hombre volvio a sonreir y sus ojos parecian que querian leer algo en los mios. No sabia comointerpretar aquellas palabras y aquel tono que, aunque natural y espontaneo, no dejaba de tener un halo de seduccion.

  • El amor no es un invento de los poetas de Rita Nixon

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    Sol tiene casi 30 anos y su vida sentimental es una montana rusa. Ya era catastrofica, pero, como siempre se puede ir a peor, entra en crisis despues de pasar una noche de loca pasion con el que parecia, una vez mas, el hombre de su vida, pero que resulto ser el hombre de la vida de su esposa.

  • Finales que merecen una historia de Albert Espinosa

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    Relatos para sonar despierto y sanar el alma dormida.

  • Madame B de Sandrine Destombes

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    Una ultima revision general y Blanche Barjac podria cerrar la puerta del piso. Ya habia acabado con las manchas que quedaban y estaba impaciente por volver a casa. Le dolian los hombros y estaba convencida de que se le habian pelado las rodillas de estar toda la noche agachada. Habia tenido que cambiar la alfombra y la disposicion de los adornos, pero en general se sentia bastante satisfecha. Tenia que empezar a hacer deporte cuanto antes. Todos sus musculos se lo pedian a gritos. Adrian ya la habia advertido. A partir de cierta edad, ese trabajo se convertia basicamente en un desafio fisico. Pero Adrian tenia setenta y seis anos, y todo lo que decia parecia en mayor o menor medida un consejo de sabio, asi que Blanche se habia acostumbrado a escuchar solo lo que le interesaba. Tendria tiempo para pensar en la artrosis y el reumatismo. Iba a cumplir treinta y nueve a finales de ano. Lo unico que necesitaba era hacer un poco de ejercicio. Desde hacia unos meses, Blanche habia empezado a separar residuos. Ella misma llevaba las bolsas de basura, recicladas y reciclables. Era su toque personal. Implicaba algunas gestiones mas, pero al fin y al cabo cada uno debia poner un poco de su parte. Por supuesto, siempre quedaban algunos desechos inclasificables, sobre los que Blanche no habia encontrado ninguna indicacion en internet o que simplemente no podia tirar. Por lo general, dejaba que Adrian se ocupase de ello. Con cuarenta anos de experiencia a sus espaldas, la eficacia de sus metodos habia quedado mas que demostrada. El habia intentado transmitirle todo su saber, pero Blanche preferia que se reservase algunos secretos. Sabia que, mientras aun tuviera cosas que ensenarle, el viejo hombre permaneceria a su lado. Blanche cerro con cuidado para no dar un portazo al salir. El propietario le habia asegurado que en esa planta no vivia nadie mas, pero la discrecion siempre era de rigor, sobre todo a altas horas de la noche. Por mas que llevase ropa neutra y fuese con la cabeza gacha en todo momento, la carretilla plegable llena de bolsas de colores era lo bastante llamativa para que alguien pudiera recordarla, llegado el caso. Sin embargo, tenia un punto a su favor. Nadie se fijaba en una senora de la limpieza. A lo sumo, algun testigo podria recordar la estatura o su aspecto a grandes rasgos, pero jamas seria capaz de describir su rostro con precision. En el ascensor que la llevaba al aparcamiento, Blanche reflexiono sobre su vida y su profesion. Hasta el momento su trabajo era irreprochable, pero ?por cuanto tiempo mas? Adrian ya no era joven, y sin el tendria que dejarlo. Con el dinero que habia ahorrado podria mantenerse unos cuantos anos, pero ?que haria en su dia a dia? Su madre habria sabido encontrar las palabras para calmarla, pero ya no estaba, y desde hacia un tiempo la echaba muchisimo de menos. Apreto las mandibulas varias veces. No era el momento ni el lugar para ponerse a dudar del futuro o rememorar el pasado. Aun tenia un arsenal de cosas por hacer antes de enviar las fotos del resultado. Le llevaria como minimo una hora de viaje llegar a casa de Adrian, sin contar la parada en el vertedero. Despues tendria que examinar la informacion que contenian el ordenador y el movil que habia rescatado en el piso y hacer capturas de pantalla de lo que considerase relevante antes de destruir a conciencia ambos dispositivos. Y aun faltaria quemar los ultimos indicios y su propia ropa antes de poder disfrutar de un desayuno en familia bien merecido. Ser limpiadora requeria cierto rigor y Blanche Barjac era una de las mejores. 2 Hacia una semana que Blanche esperaba pacientemente un nuevo encargo. Habia vuelto a su estudio de la rue Halle, en el distrito XIV de Paris. En cualquier otra parte se habria pasado los dias caminando arriba y abajo, pero alli el techo abuhardillado no le permitia dar mas de cinco pasos seguidos. Habia aprovechado el obligado descanso para poner sus documentos en orden. Oficialmente, Blanche se comprometia a eliminar todo rastro de sus intervenciones. Una vez cumplida la mision, los clientes no tenian nada que temer. Estaba en juego su propia reputacion. Adrian incluso le habia dejado una frase preparada por si le preguntaban sobre el tema. Pero Adrian tambien la habia advertido acerca de la precariedad laboral del sector y la necesidad de tomar ciertas precauciones. Aparte de obligarla a abrir un plan de ahorro al inicio de su carrera profesional, el viejo hombre le habia ensenado como cubrirse las espaldas. No se trataba de chantajear a nadie, sino de tener un seguro de vida. Si llegasen a detener a uno de sus clientes, Blanche necesitaba poder recordarle hasta que punto era imprudente implicarla. Por eso conservaba con sumo cuidado un souvenir mas o menos incriminatorio de cada mision: el arma del crimen, una fotografia, un mensaje… No era una decision premeditada, pero hasta la fecha sus grandes limpiezas siempre le habian permitido hacerse con algun elemento inculpador. Los objetos los almacenaba Adrian en su cobertizo, y Blanche se encargaba de digitalizar y archivar lo demas en su ordenador. Una base de datos le facilitaba tener los expedientes actualizados. Blanche acababa de rellenar la ficha 92 y se preguntaba que sentiria cuando llegase a la numero 100. Puede que se regalase un viaje para celebrarlo. Sonaba con conocer Argentina, pero siempre encontraba alguna excusa para posponerlo. En realidad, Blanche era incapaz de alejarse de Adrian. Era un pilar para ella, su protector. Desde hacia un tiempo la animaba a que se distanciase un poco, a que pasase unos dias sin contactar con el. Sin embargo, el resultado era poco convincente. Blanche habia vuelto a morderse las unas y se olvidaba a menudo de tomar la medicacion. Este ultimo argumento habia sido mas efectivo que ningun otro, asi que Adrian la esperaba a ultima hora del dia. Mientras tanto, Blanche ocupaba el tiempo como podia. Catalogar el ultimo encargo que habia hecho no le llevo mas de media hora. Era un caso clasico de limpieza que no habia exigido demasiado trabajo. A un hombre de negocios casado y con dos ninos se le habia ido la mano con el trabajador sexual que habia recibido en casa mientras su pequena familia disfrutaba de la nieve en Courchevel. Su primera reaccion fue llamar a su abogado, quien le aconsejo los servicios de RecureNet & Associes.

  • Los eduardianos de Vita Sackville-west

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    Sebastian y Viola, dos jovenes hermanos que heredaran en un futuro no muy lejano la mansion de Chevron, con todas sus deslumbrantes pero envaradas costumbres, estan a punto de dejar atras la adolescencia y adentrarse en los entresijos de la alta sociedad inglesa bajo la atenta mirada de su aristocratica y severa madre, Lucy. Sin embargo, la irrupcion de un impetuoso aventurero llamado Leonard Anquetil en una de las recepciones familiares trastocara irremediable y definitivamente sus vidas. El mundo que les espera promete amantes, exquisitas fiestas y entranables tradiciones ligadas a la mansion rural y al servicio, pero tambien dobleces e hipocresias, reclusion y artificialidad.
    Todavia estan a tiempo de tomar las riendas de su existencia, les recuerda Anquetil, pero ?sabran elegir sabiamente su camino?

  • Bajo la luna azul, Maria Jose Tirado de Maria Jose Tirado

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    Cada paso que has dado ha hecho que hoy estes conmigo.

  • Cuenta atras (Manhattan Beach 3) de Raquel Villaamil

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    ?Que sucede despues del <<...y fueron felices para siempre>>? Miriam Sanabria esta viviendo por fin con su gran amor, el apuesto actor Sean Weller, en la idilica playa californiana de Manhattan Beach donde se conocieron. Y su preciosa amiga Sandra mantiene un romance con el director de la pelicula del mismo titulo. Todo parece marchar bien para las dos, pero… Miriam aun sufre pesadillas por el intento de asesinato del que fue victima en el episodio anterior de la trilogia. Sin embargo no esta dispuesta a que eso paralice su vida, asi que, cuando recibe el encargo de dirigir la problematica construccion de un hotel en una isla paradisiaca de Hawai, y pese a sus reticencias por volver a separarse de Sean, decide arriesgarse. Cuando llegue alli, su tarea resultara ser mucho mas complicada y peligrosa de lo que nadie podia haber previsto. Mientras, Sandra parece tenerlo todo: triunfa en Hollywood, posee una tienda de ropa de lujo en Rodeo Drive y provoca la admiracion de todos los hombres por su belleza. Sin embargo, la realidad para ella es otra bien distinta. Cuando un dia la cremallera de un vestido se niega a subir mas alla de su cadera, comienza un infierno al que va siendo arrastrada irremediablemente, justo cuando su mejor amiga esta demasiado lejos para ayudarla. La cuenta atras ha comenzado en Manhattan Beach. ?Vas a perderte el episodio final?

  • Paisley (Divas 3) de Emma Madden

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    Paisley Campbell-Evans empezo su carrera musical muy joven, triunfo a los veintidos anos y a los veintisiete, en el mejor momento de su carrera, su vida personal se desmorona, llega un divorcio inexplicable, y una epoca sentimental muy dura salpicada por intromisiones ajenas, mentiras y malos entendidos que, sin embargo, no logran destrozar su animo, ni la pasion que siente por su hija, por su musica y por el gran amor de su vida, su exmarido, Michael Evans.
    Paisley, la gran estrella mundial de la musica, sobrevive, lucha y brilla en los escenarios para alegria de sus millones de fans, mientras en la intimidad intenta recuperar la estabilidad y la felicidad que le fue arrebatada de forma tan injusta.
    "PAISLEY" es el tercer libro de la Serie Divas, de la escritora Emma Madden, dedicada a esas mujeres fuertes, famosas y con un exito esplendoroso, que viven el amor a su manera y con una tremenda pasion.

  • B de bestias (Alfabeto del crimen 1) de Sue Grafton

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    La investigadora privada Kinsey Millhone tiene problemas para llegar a fin de mes el dia en que no tiene mas remedio que aceptar el rutinario encargo de buscar a la hermana de Mrs. Danziger, Elaine. Ahora bien, cuando llega al apartamento de esta y se encuentra con que lo ocupa otra enigmatica mujer, cuando Mrs. Danziger le pide de pronto que abandone el caso, cuando se entera de que, pocos dias antes de la desaparicion de Elaine, su vecina y companera de bridge ha sido brutalmente asesinada y su casa ha desaparecido bajo las llamas, cuando el sobrino drogadicto de esta sabe mas de lo que dice, cuando se producen misteriosos registros, extranas injerencias y, finalmente, otro asesinato, a la obstinada y meticulosa Kinsey Millhone el asunto le va pareciendo todo menos rutinario.

  • Polos opuestos (Baile 1) de Monica Garcia

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    --Nos vemos manana, chicas --dije. Una a una mis alumnas fueron saliendo del aula en donde impartia clases de baile a ninas de entre seis y diez anos. Suspire mientras avanzaba hacia la parte trasera de la sala. Alli habia dejado mi bolsa y una fina chaqueta por si el dia se torcia. Abri la mochila y saque la botella de agua que siempre llevaba al estudio. La destape y di un gran trago. --Maddie --oi a mis espaldas. Me gire para encontrarme con Hayley, mi alumna mas joven --, tengo una duda. --Muestrame. --No se si he pillado bien el ultimo ejercicio de la coreografia. Le pedi que repitiera el rol rueda y asi lo hizo. Se tumbo en el suelo boca abajo y alzo las piernas a la vez que tenia la barbilla apoyada en el suelo. Poco a poco fue bajando las piernas hasta apoyarlas en el suelo delante de su barbilla, arqueando el cuerpo. La observe con detenimiento mientras ejecutaba el ejercicio. --Lo haces bien, pero debes tener cuidado a la hora de arquear la espalda. Ademas, debes alzar mas las piernas. No se si me he explicado bien --la fui corrigiendo. Ella asintio y repitio el ejercicio tal y como le habia dicho. --Bien hecho. Te veo manana, ?vale? La pequena afirmo con la cabeza con entusiasmo y salio disparada por la puerta hacia los vestuarios. Recogi mis cosas y sali de la sala que Hannah Brown, la directora de todo el estudio, me habia asignado para dar mis clases. Tenia que recorrer medio edificio para llegar al aula veintiseis, en donde ella nos daba clase a mis companeras de grupo y a mi. Diez minutos despues entre en los vestuarios. En ellos solo se encontraba Sarah, una de mis mejores amigas. Cada aula tenia el suyo adherido a ella. Se podia entrar a la clase por alli o por la puerta de entrada, aunque nosotras lo haciamos a traves del vestuario. --Buenas tardes, Maddie --me saludo. --Hola. --?Que tal la clase? Empece a cambiarme de ropa. Cambie mis gastados vaqueros por unas mallas ajustadas y mi camiseta de manga francesa por una camiseta verde sin mangas. --Bien. Creo que ya estan preparadas para competir. --?Se lo has dicho a Hannah? --pregunto. --Todavia no he tenido tiempo de hablar con ella. Me puse las punteras y despues me recogi el cabello en una trenza que me llegaba por debajo de los hombros. A mi lado, Sarah se hizo una coleta. Poco despues de terminar de prepararnos, Samantha, Emma, Tamara y Susana entraron en los vestuarios, todas ellas charlando entre si. --Muy buenas, chicas --nos saludaron, alegres. --Hola. Esperamos a que ellas terminaran de vestirse para ir juntas al aula. Esta era muy espaciosa, con los suelos revestidos en madera. El lado contrario a la puerta principal estaba ocupado por un gran espejo que terminaba un poco antes de donde se situaba la puerta de los vestuarios. Las paredes eran de un blanco impoluto y algunas zonas estaban tapadas por gigantescos posters de bailarines famosos que habian estudiado en ese mismo estudio. Practicabamos baile de lunes a viernes y algunos fines de semana. Empezabamos a las cinco de la tarde y terminabamos a las nueve, aunque habia algunos dias que las sesiones se alargaban o que, debido a algun concurso importante, nos veiamos obligadas a faltar al instituto. Concursabamos todos los fines de semana, los sabados para ser mas exactos. Como era de esperar, llegamos antes que Hannah, quien seguramente estaria entretenida dando clase o analizando concienzudamente algunos papeles. Ella se tomaba muy enserio su trabajo y, por ende, era muy dura con nosotras. Queria sacarnos el maximo partido a todas. Sarah y yo fuimos hacia una esquina y nos pusimos a estirar los musculos mientras charlabamos sobre asuntos triviales. Minutos mas adelante, mientras me tocaba la punta de los dedos de los pies teniendo las piernas completamente estiradas, Hannah Brown irrumpio en la estancia. El cabello lo llevaba recogido en un apretado mono del que se le escapaban un par de mechones castanos. Observo con seriedad el espacio, comprobando que todas estuvieramos alli. --Siento el retraso, chicas. La clase que he tenido a las cuatro se ha alargado considerablemente. --No pasa nada, Hannah --la tranquilizo Tamara, sonriendole. Todas nos acercamos a ella, formando un circulo a su alrededor. Como ya estabamos a mediados de semana sabiamos cual era nuestro papel en la competencia de este fin de semana; en mi caso, solo actuaria en el baile grupal. Estabamos esperando instrucciones. --Bien, chicas. Como sabeis, la competicion de este fin de semana es bastante importante. En ella bailaran los mejores estudios de la zona, asi que debeis ir a por todas. <<Empezaremos por el baile grupal. Despues, Tamara ensayara su solo. Cuando termine con ella, Samantha hara el suyo. Por ultimo, volvereis a practicar lo primero que he dicho --nos explico mirandonos a cada una--, ?entendido? Asentimos con la cabeza, sin decir ni una sola palabra. --Bien, en ese caso podemos comenzar. *** Volvi al Moonlight completamente reventada. El ensayo habia sido agotador, tanto que apenas podia mantenerme en pie. Hannah se habia esmerado con la clase de hoy. Segun ella, todo debia salir a la perfeccion. Sonrei al ver la enorme verja de hierro forjado y los setos que rodeaban los terrenos del orfanato. Saque las llaves de la bolsa y meti la mas pequena en la abertura de la cerradura. La gire hasta que se abrio con un clic. Entre cerrando la verja a mis espaldas y avance por el jardin delantero, plagado de flores y arbustos, hasta llegar a la entrada principal del Moonlight. Repeti el mismo gesto y entre. --Maddie --dijeron Maya y Owen, levantandose del sofa y viniendo corriendo hacia mi. Abri mis brazos y los abrace con fuerza, besando sus coloradas mejillas. --?Que tal estais, preciosos? --pregunte sin soltarles, poniendo la voz mas grave, tal y como se les habla a los ninos pequenos. Despues, avance por el salon hasta sentarme en uno de los numerosos sofas con ellos encima de mi regazo. Maya y Owen eran los mas pequenos que vivian en el Moonlight. Ambos tenian seis anos y eran adorables. Siempre estaban juntos, a todas horas, y nunca se peleaban; es mas, Owen siempre defendia a Maya en el colegio cuando alguien se metia con ella. --Muy bien. Hemos empezado a aprender a escribir palabras largas --dijo con orgullo Owen. --Tambien nos han ensenado a escribir varios numeros --agrego Maya sonriendo. Ambos me miraban con la emocion reflejada en sus rostros infantiles. --!Que mayores os estais haciendo! Que rapido pasaba el tiempo. Todavia recuerdo el dia en que empezaron a ir a preescolar, lo asustados que estaban ambos. Sonrei al recordarlo. Los dos rieron por mi comentario. --Todavia somos ninos, por si eso te consuela --hablo Owen en cuanto paro de reirse. Sonrei con dulzura y, acto seguido, les hice cosquillas. Unos pasos resonaron por toda la estancia, provocando que parara de torturarles. En el salon entro Kara, la directora del Moonlight, seguida de Alvaro, su marido, con quien compartia el cargo. Los dos discutian sobre algo. --...Te digo que no podemos permitirnoslo --decia ella frunciendo el ceno. --Y yo te digo que si. Podriamos... --Alvaro callo al vernos. A pesar de haber pocos internos en el hogar, los gastos eran excesivos. Entre el colegio, el instituto, las extraescolares y los gastos que generaba el Moonlight andaban justos de dinero. Es por eso que yo habia decido dar clases de baile, para ayudarles con los gastos, ya que la academia de baile a la que asistia era muy cara. Como las clases privadas eran las mas costosas, habia decidido pagarmelas. --La cena esta lista, chicos --comento Kara intentando que olvidaramos lo que habiamos oido. En cuanto esas palabras salieron de su boca, los ninos salieron disparados hacia el comedor, dandoles un beso en la mejilla a ambos antes de marcharse por la puerta. --?Tan mal esta la cosa? --pregunte cuando estuve segura de que nadie mas nos oia. Kara se toco el puente de la nariz con frustracion y Alvaro suspiro con pesadez. Las ojeras eran notables en ellos. Parecian agotados y estresados a la vez. --Hablaremos de ello luego. Ve a cenar --me ordeno Alvaro. Asenti con la cabeza. Subi las escaleras de caracol y camine por el largo pasillo hasta llegar a la habitacion que compartia con Lea. En total habia siete dormitorios: tres para las chicas y cuatro para los chicos. Si a eso se le sumaban la habitacion de los directores mas las de las cuidadoras y la de la cocinera... Ademas, por cada habitacion habia dos personas, salvo en el caso de las ninas mas pequenas, quienes dormian juntas. El caso es que entre y fui hasta el fondo de la estancia. Deje mi mochila de baile en mi cama, bajo una de las ventanas del gran dormitorio. Habia tres camas, aunque la habitacion solo estaba ocupada por Lea y por mi. Habia espejos aqui y alla y tres grandes armarios. Las paredes eran de un tono rosa pastel y el suelo estaba cubierto con una gran alfombra morada. Cuando baje al comedor, todos estaban alli, esperandome. Me sente entre Lea y Maya y, despues, me servi un buen plato de ensalada de pasta. --?Que tal las clases? --pregunto Lea mientras pinchaba una espiral con el tenedor. --Muy bien, la verdad. Cada vez ejecutamos mejor el baile grupal. Hoy, sin ir mas lejos, Hannah nos ha felicitado y nos ha dicho que si lo hacemos con la pasion con la que ensayamos, seguramente ganaremos el concurso del sabado. --?Sabes donde va a celebrarse o todavia no os ha revelado el lugar? Sonrei. --Va a ser aqui, en Portland. Mi amiga, quien habia estado bebiendo un sorbo de agua, casi se atraganto. Empezo a toser, dandose suaves palmadas en el pecho. --?En Portland? --pregunto en cuanto se hubo calmado. Asenti con la cabeza. --!Eso es estupendo! !Podre verte sin tener que salir de la ciudad! Rei al notar el entusiasmo que destilaba su voz. Normalmente los concursos solian ser en ciudades cercanas; por eso estaba tan emocionada Lea, porque se ahorraria el viaje. --?Que pasa en Portland? --pregunto Kara, mirandonos a ambas con el ceno fruncido. Seguro que estaria preguntandose en que andariamos metidas. --El concurso de Maddie --contesto Maya antes de que pudiesemos hacerlo nosotras. Nos la quedamos mirando sorprendidas--. ?Que? --pregunto la pequena--. Hablabais muy alto. --Asi que es en la ciudad... --dijo Alvaro pensativo--. ?Sabes ya la hora? --Empezara a eso de las cinco, mas o menos. Pero yo debo estar dos horas antes para prepararme --explique. --Estaremos ahi para animarte --me dijo Owen. --En primera fila --agrego Amber. Despues de eso, el comedor se quedo en silencio. Solo se oia el ruido que producian los cubiertos al chocar con los platos. Pocos minutos mas tarde, Lea me pregunto por las clases que daba y yo le conte lo orgullosa que estaba de mis ninas. Estaba completamente segura de que estaban preparadas para competir y asi se lo habia dicho Hannah, quien habia quedado conmigo en ver la clase de manana para determinar si estaban preparadas o no para asistir a concursos de baile. --Ojala estes en lo cierto y puedan participar --dijo Lea sonriendo--. Estoy segura de que eres una gran profesora. Me sonroje ante su comentario. Ni siquiera habia pensado en eso. Si mis alumnas tenian el nivel suficiente como para competir, eso significaria que mis clases habian dado sus frutos. --Yo tambien lo espero. Capitulo 2 Eric El maldito despertador casi me provoco un infarto. Maldiciendo, le di un manotazo, tirandolo al suelo. Di media vuelta en la cama, tapandome de nuevo con la sabana. --!Eric, es hora de levantarse! --grito mama desde la puerta de la habitacion pasados unos minutos, tocandola con fuerza. --Cinco minutos mas... --murmure adormilado. Oi como la puerta se abria con fuerza y enseguida empece a escuchar las pisadas de mama. Maldicion, habia entrado en mi dormitorio. --!Vamos o llegaras tarde! --Me zarandeo con fuerza. Me levante a reganadientes. Odiaba madrugar. Maldito instituto que nos obligaba a levantarnos temprano. Mi madre salio de mi territorio y pocos minutos despues fui al bano para darme una ducha de agua fria, a ver si asi lograba despejarme del todo. Cinco minutos despues, sali con una toalla enrollada en mi cintura. Seque mi cuerpo con rapidez y me puse una muda. Acto seguido, cogi del armario unos pantalones vaqueros y una camiseta gris, y me vesti. Cuando baje a desayunar, todos se encontraban en la mesa de la cocina. Papa leia el periodico mientras fruncia el ceno debido a alguna noticia que le desagradaba; mama preparaba el desayuno entonando en voz baja una cancion; Dylan y Andrew discutian tal y como lo hacian todas y cada una de las mananas; y Hayley tomaba en silencio su desayuno. --Buenos dias, familia. --Buenos dias, hijo --dijeron mama y papa a la vez, como si estuvieran sincronizados. Me acerque a mi madre, que seguia preparando el desayuno, y deposite un beso en su mejilla. Repeti el gesto con papa y con Hayley. Dylan y Andrew se creian demasiado mayores como para recibir besos. Me sente al lado de mi hermanita menor y cuando mama deposito mi desayuno en la mesa, lo devore. --Papi, recuerda que debes llevarme a clase de baile --le recordo Hayley. Todas las tardes ella daba clases de baile en la mejor academia de Portland, el Hannah Brown Studio. La que normalmente la llevaba era mama, aunque ese dia no podia porque le habian adelantado una operacion. Mama era cirujana y papa, periodista. --Tranquila, pequena, no lo olvidare. --Dejo el periodico sobre la mesa y sonrio con ternura. Termine mi desayuno y una vez deje mis cosas en el fregadero, subi a mi habitacion. Alli cogi la mochila con los libros. A continuacion, sali de mi habitacion y baje corriendo las escaleras. --!Me voy! --grite para que todos me oyeran. --!Ten un buen dia! --oi que decia mama desde la cocina. Sali de casa cerrando la puerta con un ruido seco. Camine hasta la acera, en donde estaba aparcado mi deportivo negro, regalo de cumpleanos de mis padres. Subi en el dejando la mochila en el asiento del copiloto, meti las llaves de contacto y las gire, provocando que el motor rugiera con fuerza. Sonrei, me encantaba ese coche. Conduje por varias manzanas hasta llegar a la casa en donde vivia mi mejor amigo, John. Ambos habiamos ido a la misma escuela primaria y desde el primer momento estuvimos juntos. Le vi sentado sobre el pavimento, mirando su telefono movil con interes. Toque el claxon antes de parar a unos metros de el. John alzo la cabeza, sobresaltado por el estridente sonido, pero cuando vio que era yo, sonrio burlonamente. --Ya te ha costado llegar --dijo a modo de saludo, rodeando el coche y ocupando el asiento del copiloto, aunque primero tuvo que quitar mis cosas de ahi. --Yo tambien me alegro de verte. Una vez mi amigo estuvo asegurado, arranque de nuevo el coche. --Odio las clases de hoy --comento John mientras miraba por la ventana. --Yo tambien las detesto. Ademas, hoy tenemos dos horas seguidas de matematicas. --Buf, ni me lo recuerdes. Solo de pensarlo me da dolor de cabeza. --Se llevo las manos a la cabeza exageradamente provocando que se me escapara una sonora carcajada. --!Que dramatico eres! ?Por que no te apuntas al club de teatro en vez de a baloncesto? --me burle. John me miro con total seriedad. --Ni de cona. Todos sabemos que ese club esta plagado de inadaptados sociales. Los siguientes cinco minutos transcurrieron en silencio, sin contar el hecho de que mi amigo se puso a buscar una emisora de radio que al final no encontro, ya que cuando llegamos al aparcamiento del instituto todavia seguia canaleando. Aparque el coche en donde solia dejarlo, cerca de la salida. --?Que tal te fue ayer con Tessa? --me pregunto a la vez que avanzabamos por el mar de gente. Hice una mueca. Ayer habia ido a su casa con la excusa de que me explicara un ejercicio. Habia intentado por todos los medios acostarme con ella, en vano. Esa chica no se enteraba de mis indirectas. --Ha sido horrible. Pese a que lo he intentado con todo, no captaba nada. Estaba empenada en explicarme las malditas derivadas. --Y eso ha sido un duro golpe para tu ego, ?verdad? --se burlo el haciendo una mueca. --No hablemos de mi ego --resople mientras entrabamos. Cuando estabamos lo suficientemente cerca de nuestras taquillas, divise a Jack, a Ethan y a Caden. Los tres estaban rodeados de chicas que iban ligeras de ropa y que coqueteaban con ellos sin parar. --?Que pasa, chicos? --nos saludaron mientras se apartaban de las chicas. Chocamos los punos a modo de saludo y fuimos directamente a nuestras taquillas. Puse la combinacion y la abri. Deje la mochila y saque los libros de las materias que tenia a la manana, en este caso tendria dos horas seguidas de matematicas. Tuve que esperar a que los lentos de mis amigos cogieran sus cosas, ya que de vez en cuando se paraban a hablar como marujas en un mercado. Sonrei ante esa idea. No me los imaginaba en un mercado chismorreando con senoras mayores. El timbre me devolvio a la realidad, y parece ser que les dio el empujon que necesitaban para terminar de coger lo necesario de las taquillas, ya que pocos segundos despues los tenia a mi lado. Los cinco nos pusimos en marcha. Andabamos con tranquilidad, total la clase no se moveria de sitio. De vez en cuando, la gente se giraba para lanzarnos miradas; muchas de ellas eran de admiracion o deseo, y otras, de pura envidia. Nosotros eramos los chicos mas deseados de la escuela. Todas las chicas suspiraban por nuestros pies. Yo nunca habia tenido una relacion duradera; lo mio era rollo de una sola noche. No me gustaba comprometerme y eso las chicas lo tenian claro. Cuando llegamos al aula, esta estaba ya repleta de companeros. En la primera fila ya se encontraban sentadas las empollonas de clase, dos chicas inadaptadas que siempre sacaban buenas notas. Charlaban animadamente sobre un tema que desconocia y que me importaba mas bien poco. A su lado tambien estaban sentados los que querian sacar buenas notas, aunque no lo eran tanto como las de ellas. En las filas centrales se sentaban los alumnos que no sacaban ni buenas notas ni malas notas. Y en las ultimas filas nos sentabamos nosotros, a los que menos nos importaba la asignatura. Nos acomodamos en nuestros sitios y nos pusimos a hablar hasta que el profesor nos mando callar. Las dos horas se me hicieron eternas. No entendia nada de lo que el profesor explicaba, por lo que los ejercicios los hacia de pena. Mis amigos intentaron ayudarme, sin exito. Era un zoquete. Al final de la clase el profesor me pidio que me quedara unos minutos porque queria hablar conmigo. Asi que me despedi de mis amigos y espere a que todos hubieran salido. --Senor Woods --me saludo--, ?sabe por que esta aqui? --No, senor. ?Por que razon querria hablar conmigo ese senor bajito, calvo, gordo y sudoroso? El profesor de matematicas era un tipo peculiar. Sudaba a mares todos los dias del ano y normalmente vestia con unos trajes que realzaban su descomunal barriga, ademas de ser totalmente espantosos. Pero lo peor de todo era su rostro arrugado, cuya guinda del pastel era su horrible uniceja. --Esta a punto de suspender mi asignatura. Palideci. !No podia ser posible! Pese a que se me daban muy mal las matematicas, siempre aprobaba esa maldita asignatura. Ademas, necesitaba aprobar todas para poder jugar en los partidos de baloncesto. --Es imposible --me negue a creerlo. --Mirelo usted mismo. Todos y cada uno de los ejercicios que ha hecho han estado mal. No solo eso, no se esfuerza en mi asignatura. Asi que como suspenda el examen, no aprobara--. Se paso un panuelo por el cuello y por la cara para secarse el notorio sudor. Reprimi una mueca de repulsion. --!No puedo suspender! --La rabia me consumia. No queria creerlo. Necesitaba con urgencia aprobar esa asignatura. --Creame, yo tampoco. Es por eso que se me ha ocurrido ponerle un tutor particular que pueda darle clases por la tarde. ?Que le parece? Lo sopese. Su oferta era muy tentadora. Pero no sabia si serviria de algo o no, teniendo en cuenta que no se me daban bien las mates. Ademas, ?quien sabia quien seria la persona encargada de ayudarme? Lo que menos queria era un friki a mi alrededor, dandome ordenes. Pero, por otro lado, lo necesitaba. Si no, suspenderia. --Esta bien. ?Cuando podria empezar con esas clases y con quien las haria? --pregunte. Sonrio. --Manana mismo puede empezar cuando le presente a su tutor. *** --?Profesor particular? --John no se lo creia. Abria mucho los ojos, tanto que parecia que se le iban a salir de sus orbitas. Hice un movimiento afirmativo con la cabeza. --?Como es eso de que vas a suspender? --Jack estaba estupefacto--. No puedes suspender. --?Crees que no lo se? --exclame pinchando un trozo de carne con el tenedor. Nos encontrabamos en el comedor del instituto, rodeados de gente que hablaba. La intensidad de las voces era tal que teniamos que alzar mucho la voz para oirnos entre nosotros. --?Y quien va a ser el afortunado de aguantarte? --pregunto Ethan. --?Aguantarme? Yo voy a ser el que tenga que aguantarle --dije molesto. La idea de que alguien tuviese que ayudarme no me gustaba ni un pelo--. Ademas --anadi--, el muy canalla del profesor no me ha dicho quien es. --Seguro que es uno de los empollones de clase --comento Caden mirando la mesa en la que estaban sentados un grupo de ellos, charlando animadamente, ajenos a nuestra conversacion. Suspire pesadamente. Lo que menos queria era que fuera uno de los sabelotodos de la clase, pero, bueno, no estaba en mis manos decidirlo. Terminamos el almuerzo y depositamos nuestras bandejas en su sitio. Estabamos avanzando por el pasillo, camino hacia las taquillas para coger las mochilas, ya que por la tarde no teniamos clase, cuando, de pronto, choque contra alguien, quien cayo redondo al suelo. Mis amigos y yo reimos por su torpeza. --Mira por donde vas, friki --dije.

  • La formula deseada de Menchu Garceran

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    Los laboratorios Pharmaceutical Industries han encontrado La formula deseada por muchos. Tanto, que han agredido a su descubridora, Diana Manetti, para conseguirla.
    Adam Howard. El dueno de los laboratorios, esta empenado en protegerla, pero ella no lo cree necesario.
    Entre los dos se crea un tira y afloja que los lleva a algo mas que una relacion entre un jefe y su empleada.
    Todo este caos los avoca a buscar otro tipo de formula que les sirva a ambos para alcanzar un buen acuerdo y establecer los terminos de su relacion.

  • Los senores del humo de Claudio Cerdan

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    Esta novela negra llega a las librerias avalada por el aplauso de los mayores expertos, criticos y escritores.

  • El mal causado (Un dia en el Tamesis 2) de Diaz De Tuesta

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    !Segunda entrega de esta apasionate serie de Diaz de Tuesta!

  • Maestro Daniels (La sumisa elegida 1) de A. C. Labouche

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    Nicole termino el ultimo de sus fideos frios de sesamo. Con los ojos cerrados, saboreaba el sabor helado del mani, el cual inundaba sus sentidos y calmaba sus nervios. En un humedo dia de julio en Manhattan, cuando todo el mundo pareciera estarse derritiendo, languidos cuerpos se empapan en transpiracion, camisas de vestir muestran enormes manchas de sudor, este era justo el tipo de comida vegetariana ligera que ella necesitaba. Seis meses. Eso era lo transcurrido desde que habia ingerido un pedazo de carne. Bueno, eso no era del todo cierto. Una o dos veces se deslizo una pieza de pollo asada en una parrillada en una azotea. Schwarma de carne una noche de borrachera en el centro de la ciudad. Pero despues de esos lapsus volvio al carril. Absteniendose de la carne, yendo hacia el otro lado como su padre, un ranchero, hubiera dicho. No fue tan dificil como ella hubiese creido. Se limpio las manos y saco su telefono. Ningun mensaje. Deseaba encontrar alguno de James. !Hey sexy! Ten un estupendo dia. ?Como van las cosas? !No puedo esperar a verte mas tarde! Algo. Eso es todo lo que ella necesitaba, alguna senal de que el estaba pensando en ella, que no importara cuan desalentador fuese su busqueda de trabajo actual y de cuantos muchos problemas habian tenido juntos durante el transcurso del ano pasado, el estuviese aun pensando en ella, palpitando con amor y deseo por ella. Pero no habia nada. !A la mierda! Se dijo a si misma. Eran las 12:55. Tenia diez minutos para regresar al trabajo. Tenia permitido tomarse una hora para almorzar --una de las pocas ventajas de su desagradable trabajo. Una amplia sonrisa cruzo por su cara. Recordo la resolucion que habia tomado justo antes de salir de su trabajo. Esta era su ultimo dia. No mas trabajo en ese repulsivo lugar, el cual debio ser la fachada para algo. Deberia renunciar inmediatamente, en el minuto en que entro alli. 100 mesas, casi ningun cliente, un solitario chef frances. Era tan extrano. Con los brazos desplegados ampliamente, Nicole sintio que flotaba de regreso al restaurante, una sonrisa triunfante en su cara mientras pasaba sobre la muchedumbre de peatones que caminaban arduamente, nubes borrosas moviendose una tras otra sin echarse un vistazo, sin el menor reconocimiento de la existencia de cada otro. Cuando apenas llego, estuvo desconcertada de cuan frios, distantes y desinteresados parecian ser los moradores de Manhattan. Pero despues de unos meses de retrasos de trenes, cambios extremos de clima, viajes de Uber super caros, terribles resacas en las mananas domingueras, cornetas y sirenas estallando a toda hora en la noche, constantes aumentos de rentas, vecinos ruidosos, techos con goteras, ella comprendio mejor el por que los neoyorquinos se comportaban de la manera en que lo hacian. Fue un viaje trepidante. Tal vez demasiado trepidante para ella. Unas vacaciones en algun lugar tropical, con brisas frescas, arenas inmaculadas, aguas translucidas y cielos claros y azules remontandose hacia el infinito era justo lo que necesitaba. Sonrio al escuchar su telefono sonar. Quizas era James. A lo mejor le tenia algo especialmente planeado para ella. Tal vez podrian ir a por pizza y una garrafa de vino rojo por los alrededores del lugar de St. Mark's Place. Mas tarde podrian fumarse juntos un porro en el parque, besandose, acurrucandose, mimandose, coqueteandose, paseandose tomados de la mano como en los viejos tiempos. Eso es lo que solian hacer antes de que las presiones de vivir en la ciudad los derrumbaran al piso. No habia con quien mas desquitarse. Asi que se desquitaban el uno contra el otro en ese pequeno apartamento, mas parecido a un closet por el cual pagaban 1.500 $ al mes. !1.500 $ al mes, que estafa! Pero eso es lo que hay que pagar por vivir en el corazon de la accion, en el centro de la gran manzana. Saco su telefono de la cartera, miro fijo la pantalla y fruncio el ceno. No reconocio ni el nombre ni el numero. ?Nueva Jersey? ?Quien podria estarla llamando de Nueva Jersey? Iba a dejar que respondiera la grabadora cuando recordo que James tenia unos cuantos primos en Nueva Jersey. El tipo de primos que raramente son invitados a las reuniones familiares. Tambien eran el tipo de primos que te protegerian en caso de encontrarte en la salida equivocada de una deuda de apuestas con un corredor de apuestas con poco simpatia. James se encontro a merced de uno o dos corredores de apuestas en los ultimos anos. Fue amenazado con cuchillos, pistolas, bates de beisbol si no pagaba a tiempo. Un corredor de apuestas lo amenazo que no iba a volver a caminar si no conseguir el dinero rapido. Hasta ahora habia sido capaz de mantener todos sus huesos intactos. Siempre fue capaz de conseguir algun dinero, estafar algunas personas, rogarle a algunas otras. Contesto el telefono. Pero la voz del otro lado no era la de James. --?Hablo con Nicole Chapman? --Dijo la voz. Nicole trago grueso y cerro sus ojos antes de contestar. --Si --dijo finalmente. --!Hola Srta. Chapman! Le llamo en nombre de la compania de prestamos estudiantiles Sallie Mae, con respecto a su saldo pendiente. Cuando la llamada finalmente termino, Nicole sintio como si la hubiesen pateado en la cabeza repetidamente, su cuerpo y alma vapuleado hasta la sumision. ?Como podria estarle sucediendo esto a ella? ?17.000 $? Eso es lo que todavia debia por prestamos estudiantiles. Podria jurar que el balance estaba en cero. Despues de que su padre repentina y sorpresivamente falleciera de un ataque al corazon su madre le habia asegurado que el prestamo seria cancelado con el dinero que su padre le dejaba en su testamento. Por lo cual, entendia que tanto ella como su hermana menor Jessica recibirian alrededor de 50.000 $ cada una. !Que demonios estaba pasando! Nicole sentia la urgencia de gritar, de clamar a los cielos y maldecir su destino. Justo cuando estaba al borde de tomar una decision importante, rehusandose asentarse en ese repulsivo trabajo sin futuro y ahora se entero que estaba hasta el cuello en deudas. Por supuesto que habia mucha gente con mas de 17.000 $ en cuentas, pero eso no la hacia sentirse mejor. Esa perra de la Sallie Mae tuvo que aparecerse y arruinar todo. Necesitaba ponerse en contacto con su madre y hermana. Tenia que haber una completa y logica explicacion acerca de por que aun debia tanto dinero. Iba a llamar pero se dio cuenta de que ya paso cerca de una hora y media desde que se fue. Suspiro y sacudio la cabeza. Que maldita ironia, penso. Ahora me preocupaba que me dispidieran de este trabajo de porqueria. Capitulo 2 --Hey mesera. Mas vodka. !Ahora! --La voz borracha le produjo escalofrios por todo el cuerpo a Nicole. Eso es todo, se dijo a ella misma. Eso era todo lo que iba a ser capaz de soportar. Baja paga, sin beneficios y teniendo que lidiar con clientes borrachos. Esta no fue la razon por la cual se ajusto el cinturon y ahorro por tantos meses para asegurarse que tendria suficiente dinero para cruzar el pais. Por esto no fue que su espiritu independiente del oeste la habia traido a Nueva York. La gran manzana. La gran ciudad de luces brillantes. Boulder, Colorado estaba muy, muy distante. Alli es donde estaba su familia; y alli, es donde habian estado por los ultimos cien anos o mas, construyendo un legado con el paso del tiempo. Pero el matrimonio de sus padres comenzo a caerse a pedazos y todo cambio para siempre. Esta no fue la unica razon por la cual sintio que debia de largarse de ahi, pero en definitiva fue una de las razones mas fuertes. Originalmente su familia habia venido de Filadelfia hace muchisimo tiempo. Como muchos americanos en el siglo 19, habian partido al oeste en busca de oro y riquezas. No encontraron mucho oro, ni muchas riquezas; pero si lo suficiente para establecerse y echar raices. Despues de graduarse en la Universidad de Colorado, sabia que si tenia que pasar otro ano de su vida escuchando lecciones aburridas y estudiando para examenes sin sentido se volveria loca. Ademas pareciera que todas sus amigas se estaban embarazando o empleandose en trabajos sin futuro y arrejuntadas con hombres que no valian la pena. Sencillamente eso no era la vida para ella. Desde que miro repeticiones de episodios de la serie televisiva Sexo y la Ciudad se sintio atraida por Nueva York. Todo aparentaba ser glamoroso, excitante y sofisticado. Parecia tan diferente a todo lo que ella habia experimentado. Apenas llego a la ciudad, todo era novedoso, tan lleno de vida. Estaba atemorizada pero tambien emocionada, nerviosa pero con una curiosidad inmensa. Predecia meses de aventura, felicidad y eventualmente amor. Todo eso seria de ella. Eso fue lo que penso. Eso es lo que esas primeras semanas parecian prometer. Pero ese sueno paradisiaco muy pronto se evaporo. Fue mucho mas dificil de lo que penso conseguir trabajo, mucho mas dificil de lo que penso conseguir una companera de cuarto decente. A la final termino por optar por un cuarto sencillo. Afortunadamente llego a Nueva York con algo de dinero en sus bolsillos. Pero se le estaba acabando rapidamente. Demasiado rapido. En las ultimas semanas temio revisar su cuenta bancaria por internet. Era deprimente ver como habia mermado el dinero en sus cuentas, aun cuando habia tratado de ser lo mas responsable posible. Siempre habia tarifas y cargos ocultos. Y siempre existian emergencias, crisis que enfrentar en la ciudad; y por supuesto, ocuparse de algunas cosas cuesta dinero. Mucho dinero. No sabia que otro trabajo podia conseguir. Pero no queria preocuparse por eso. Se las arreglaria. Siempre fue buena arreglandoselas, saliendose bien de los enredos. Eso era lo que haria. Una vez mas encontraria la manera de manejar la situacion por ella misma. Siempre estuvo orgullosa de su independencia y por su habilidad de resolver problemas enganosos sin tener que depender de un hombre. Esa fue la forma en que fue criada. Una verdadera mujer de la frontera del oeste. Y a pesar de toda su bravuconeria y coraje, podia sentir como la presion, el stress y la tension comenzaba a agotarla. Ahora podia sentirlo en sus jaquecas, articulaciones adoloridas, en el amargo sabor de las resacas, tragos y cigarros mananeros despues de tratar de purgarse los fines de semana. Ella no sabia por cuanto tiempo iba a poder aguantar esos ciclos de altibajos, llevar su cuerpo al limite de lunes a viernes y luego los fines de semana llevarlo a otros limites, despertarse el lunes y volver a repetir todo el maldito ciclo de nuevo. Esa es la forma en que las cosas te resquebrajan en la ciudad. Nada la habia preparado bien para este tipo de intensa y super estresante modo de vida. Ultimamente habia estado cuestionandose si habia hecho o no la decision correcta. Tal vez sus familiares y amigos familiares estaban en lo correcto. Tal vez debio quedarse en el oeste. Tal vez alli es donde se encontraba su corazon. Tomo un profundo respiro y cerro sus ojos. Una nueva y excitante rejuvenecedora energia surgio a traves de su cuerpo. Hacia mucho tiempo desde que ella no se sentia asi de bien. Demasiado tiempo. Se contento por sentirse asi de nuevo. Ella era ambiciosa. Diligente. No tenia tiempo de sentarse a compadecerse de ella misma. Se avergonzaba de pensar lo pasiva que habia sido ultimamente, solo dejando pasar los dias, como un robot. Sin sentimientos ni pasion, con escasa energia en su vida. ?A donde iba? ?Que estaba haciendo? ?Cuanto mas tiempo iba a tolerar esta rutina? Levantate, ve al trabajo, revisa tu telefono a cada rato, sal del trabajo, ve a casa, come, duerme. Pero por supuesto estaba James. El habia estado entrando y saliendo con regularidad de su vida en los ultimos pocos anos. El fue una de las primeras personas que conocio al llegar a la ciudad. El inmediatamente la tomo bajo su ala, y no le tomo mucho seducirla. Y aun con este novio intermitente las cosas se habian vuelto rancias ultimamente. Hasta sus peleas que se tornaron tan ruidosas que en una que otra ocasion llamaron a la policia, se habian vuelto tediosas y predecibles. Anhelaba aventurarse, hacer algo afuera en el mundo que la hiciera sentir que realmente estaba viva.

  • El objetivo (Will Robie 3) de David Baldacci

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  • Solo tengo plan A de Laia Andia Adroher

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    Mi madre solo tuvo que decirme que mi abuela habia pasado por el hospital para que hiciera las maletas sin pensarlo. Estoy viviendo en Nueva York, me mude hace seis anos queriendo vivir el sueno americano tras tener un contrato debajo del brazo para ser modelo de una marca. La campana iba a ser larga y me iba a permitir vivir una temporada en la Gran Manzana, asi que llena de ilusion sali del pueblo sin fecha de retorno y con la esperanza de que esa oportunidad me abriera mas puertas. Y vaya si lo hizo, ahora soy una modelo de renombre y no me puedo quejar de todo el trabajo que tengo. Me va tan maravillosamente bien que por esa misma razon puedo tomarme este paron, retrasar algunas campanas y dedicarle unos dias a mi familia. Es algo que hace demasiado tiempo que no hago. No es que no me guste el pueblo, tengo mil y un recuerdos buenos en el, pero me fui sabiendo que seria por una larga temporada y volver podria hacerme cambiar de opinion, digamos que la fuerza de voluntad nunca ha sido lo mio y con poco me hubiesen convencido para quedarme de nuevo. Asi que podemos decir que he intentado evitarlo durante todos estos anos, lo que no significa que haya evitado a mi familia, amigos o demas, simplemente que hemos coincidido en otros lugares y en menos ocasiones. Pero mi abuela se merece esta visita porque la quiero como a nadie y porque no me perdonaria que le pasara algo y no estuviera a su lado. Estoy siendo muy pesimista, mi madre ya me ha informado por activa y por pasiva que no ha sido nada grave, pero sabe que no le perdonaria habermelo ocultado. Y en el fondo se que ha usado esa baza para tenerme unos dias en casa, no la culpo; por mi parte, tambien tengo ciertas ganas de ello. Volver al pueblo representa muchas cosas. No solo por todo lo que respiro en el, sino tambien por los recuerdos, la nostalgia y la felicidad que me invade. Siempre me ha fascinado la gran familia que formamos entre todos y el poder sentirse en casa es una de las mejores sensaciones de la vida. Quizas por todo esto he evitado venir durante estos anos. Le tengo demasiado carino como para desprenderme sin mas. Me costo lo suyo dar el paso, dejarlo atras, y estaba convencida de que volverlo a pisar me traeria muchos sentimientos y seria como una tentacion para volverme a quedar. Y ahora no puedo permitirmelo, no cuando mi carrera esta en lo mas alto y me apetece seguir unos anos mas. Luego, ya decidiremos que hacer con mi vida. Volver a casa es siempre reconfortante, aunque creo que lo mas dificil sera compartir techo con mis padres; tantos anos independizada que no se si podre soportarlo, pero ese es un mero detalle que estoy dispuesta a acatar. Ya dicen eso de que como en casa en ningun sitio, y volver a tenerlos a mi lado estoy segura de que recargara mis energias para poder volver mas animada; digamos que a pesar de que todo me va estupendamente, siempre tengo periodos de bajon. La soledad no es tan facil como dicen, y tenerlos lejos hace que, a veces, experimente esa sensacion. En un pueblo tan pequeno como el nuestro, nos conocemos todos, somos como una gran familia, y la bomba que fue mi partida no paso desapercibida para nadie. Hubo opiniones de todo tipo, pero la gente que mas me importaba me animo a intentarlo, me apoyo en todo momento, y, ademas, se alegraron de poder fardar de paisana. Aqui salia con Alvaro, con el que vivi anos muy felices y a quien siempre considere mi gran amor. En estos lugares sueles tener un unico amor, ya no solo por el corto abanico de seleccion, las habladurias o la presion social, sino porque se te permite conocer el amor de verdad. Experimentas todos los procesos de la relacion y el vinculo que creas es mucho mas fuerte del que puedas encontrar en la ciudad, al menos, a mi parecer y bajo mi experiencia. Seguro que hay casos especiales, pero la libertad que tenemos aqui para conocernos y el tiempo que compartimos, tengo entendido que es mayor que en otras partes, asi que si, pudimos conocernos bien y querernos mas. Empezamos a salir cuando yo tenia quince anos y el diecisiete, y a mis veinte yo decidi cambiar mi camino. Por lo que podeis comprobar, el decidio apoyarme, pero desde la distancia. Empezamos siendo jovenes, era algo que la gente decia que se veia venir y desde el primer dia nos convertimos en inseparables. Lo haciamos practicamente todo juntos y buscabamos cualquier momento para coincidir. Las familias ya se llevaban bien, por lo que no habia objeciones de ningun tipo y podiamos incluso pasar noches juntos. Cuando le dije que me habian ofrecido una campana en Nueva York, fue mi maximo apoyo y se alegro un monton por mi felicidad, pero ambos teniamos claro que el se quedaba en casa. No sabiamos cuanto tiempo significaba ese primer contrato, por lo que tampoco rompimos de primeras. La verdad es que no fue una ruptura dolorosa. Creer en el amor es lo que tiene, que piensas que dura para siempre, y que por muchos oceanos que pongas de por medio, sera algo irrompible. Y aqui fui una grandisima ilusa. Tampoco voy a mentir, he tenido mis encuentros en la Gran Manzana; pocos, considerando el gran numero de oportunidades, pero suficientes. Si os lo he mencionado nada mas llegar es porque acabo de dejar mis cosas en casa y he decidido ir a respirar el aire puro que tenemos por aqui, como para reencontrarme con mi tierra y dejarme llevar por la nostalgia del momento. Mis padres no llegaran hasta mas tarde y como no he avisado a casi nadie de que venia a pasar unos dias, queria disfrutar un rato de mi misma, concienciarme de lo que va a ser estar aqui y evaluar como me siento pisando mi tierra. Ya sabeis, el primer paseo, la primera toma de contacto, ya que todavia no estoy segura de estar aqui de verdad. Esto iba a permitirme un rato con mi yo del pasado y recordar todas esas anecdotas que me sacan mil sonrisas. El handicap ha sido que no he tardado ni cinco minutos en tener que presenciar mi peor pesadilla, la que me acaba de dejar inmovil y con el corazon mas que encogido. Aqui estoy, teniendo que observar como Alvaro ha rehecho su vida. Realmente en shock y con el corazon en mil pedazos. Lo se, puedo ser muy ilusa si despues de seis anos, cuatro si contamos desde nuestro distanciamiento, pensaba que me iba a guardar el luto, pero eramos como el principe y la princesa de este pueblo y yo nunca me imagine una vida sin el. Ademas, que la mujer que lleva del brazo sea Teresa es lo peor que me podia pasar. Mi grandisima enemiga, y sere una creida, pero la envidia que me tenia era inhumana, no lo digo solo yo, lo dice practicamente todo el pueblo. Si, ella tambien tiene amigas, pero son las del pueblo vecino, asi que aqui todos opinan como yo. No se como ha llegado a pasar todo esto, me imagino que mis amigos acabaran de ponerme al corriente. He seguido manteniendo el contacto con la mayoria, por eso me extrana el doble no estar informada de este acontecimiento. Tambien es cierto que, de inicio, no perdi la buena conexion con Alvaro, por lo que el tambien podria haberme hablado de la situacion. Cuando me fui, no pusimos un punto y final definitivo, lo que yo os decia, cuando crees en las historias de amor, sabes que cuando vuelvas, te va a estar esperando. Anado que no me fui con fecha exacta de retorno, por lo que eso podria haber sido una eternidad. Pero fuese como fuese, yo creia en mi cuento perfecto. Ahora mismo maldigo todas esas peliculas romanticas donde todo acaba bien. Hacen que nuestras expectativas en cuanto el amor sean demasiado grandes y luego pasa lo que pasa. Alvaro y yo seguimos hablando cada dia durante una temporada, incluso tuvimos algun reencuentro en America y puntos intermedios. Fue como intentarlo en la distancia, acostumbrandonos a un tipo de vida diferente, una especie de relacion que no sabiamos a donde nos podia llevar. Hasta que, supongo, que la diferencia horaria, nuestras complicadas agendas y nosotros mismos hicimos que esa comunicacion disminuyera. Tambien tuvimos ciertas discusiones, las que yo considere que se debian a sus celos cuando me veia en alguna revista y especulaban con alguno del mundo del famoseo, y al final, pues, cortamos por lo sano. Para no hacernos dano. Bueno, por lo sano es un decir, ya que todo vino provocado por una tremenda discusion que llevo anos intentando olvidar. Claro que nunca pense que no seria el hombre de mi vida. Yo confiaba en que cuando decidiera volver, porque si algo tenia claro era que tarde o temprano volveria a casa, retomariamos lo que dejamos a medias. Y es mas, tenia la esperanza de que, una vez olvidadas todas esas palabras que nos dijimos hara unos tres anos, el seria el que se encargaria de hacerme una visita. Si, una de esas donde se pide perdon, todo queda atras, y nos declaramos amor eterno. Muchas peliculas he visto a lo largo de mi vida, por esa misma razon creia en la posibilidad de tener mi propio final feliz. Quizas puedo tener mas esperanza de la permitida o viva en un cuento de princesas que no debo. Pero cuando sientes este amor por una persona, no hay barrera que valga. Bueno, si, la que tengo delante de mis ojos. Que el ha decidido pasar pagina y encontrar a otra persona. ?Habra dejado de sentir por mi? ?Sera solo una manera de consolarse? No quiero ser mala, pero Teresa ya existia cuando estabamos juntos, y entonces me eligio a mi, por algo seria, ?no? Es decir, que si entonces no le gusto suficiente, ?por que ahora si? Me temo que es un tema mas complejo de lo que me puedo estar imaginando, sin embargo, como el no me ha visto a mi, prefiero encontrar una fuente fiable que me explique que ha pasado antes de enfrentarme a la dura realidad. Y esa fuente no puede ser otra que Vanesa, espero que mi mejor amiga no me mienta, tenga motivos para habermelo ocultado y sepa maquillarlo suficiente para que no duela. --Dime que eres una gran amiga y nos reunimos en diez minutos en el pub --le digo al descolgar; no hace falta especificar, para tres pubs que tiene el pueblo, todos sabemos a cual nos referimos. --No todas contamos con tu potencial, estoy trabajando --me responde entre risas. --Se que sabras ganarte a tu jefe, te espero ahi. --Y cuelgo antes de que pueda darme otra clase de excusa estupida. Vanesa es mi amiga desde que naci. Es tambien mi vecina y hemos sido siempre una y carne. Le afecto mucho mi partida, pero su camino estaba aqui, en la empresa familiar, por lo que no pudo venirse conmigo. Viene a verme una vez cada dos meses y hacemos un viaje juntas al ano. De todas maneras, seguimos manteniendo conversaciones, practicamente diarias, por Skype. Y eso solo hace que me replantee el por que me ha estado ocultando lo que acabo de ver. Algo que voy a tardar muy poco en averiguar, puesto que ya esta entrando por la puerta con su mejor sonrisa. --En mi defensa dire que me hizo prometer que no diria nada y que no contabamos con que volverias tan pronto. --No hace falta que exponga el motivo de mi quedada, Vanesa me conoce incluso mejor que yo misma. --?Seis anos es volver pronto? No tiene sentido que os haya hecho prometer algo asi, ?tampoco pensaba decirmelo el? --Quizas me haya olvidado, pero podria mantener un poco del carino que nos teniamos.

  • Siete casas vacias de Samanta Schweblin

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    NOS PERDIMOS --dice mi madre. Frena y se inclina sobre el volante. Sus dedos finos y viejos se agarran al plastico con fuerza. Estamos a mas de media hora de casa, en uno de los barrios residenciales que mas nos gusta. Hay caserones hermosos y amplios, pero las calles son de tierra y estan embarradas porque estuvo lloviendo toda la noche. --?Tenias que parar en medio del barro? ?Como vamos a salir ahora de aca? Abro mi puerta para ver que tan enterradas estan las ruedas. Bastante enterradas, lo suficientemente enterradas. Cierro de un portazo. --?Que es lo que estas haciendo, mama? --?Como que que estoy haciendo? --su estupor parece sincero. Se exactamente que es lo que estamos haciendo, pero acabo de darme cuenta de lo extrano que es. Mi madre no parece entender, pero responde, asi que sabe a que me refiero. --Miramos casas --dice. Parpadea un par de veces, tiene demasiado rimel en las pestanas. --?Miramos casas? --Miramos casas --senala las casas que hay a los lados. Son inmensas. Resplandecen sobre sus lomas de cesped fresco, brillantes por la luz fuerte del atardecer. Mi madre suspira y, sin soltar el volante, recuesta su espalda en el asiento. No va a decir mucho mas. Quiza no sabe que mas decir. Pero esto es exactamente lo que hacemos. Salir a mirar casas. Salir a mirar las casas de los demas. Intentar descifrar eso ahora podria convertirse en la gota que rebalsa el vaso, la confirmacion de como mi madre ha estado tirando a la basura mi tiempo desde que tengo memoria. Mi madre pone primera y, para mi sorpresa, las ruedas resbalan un momento pero logra que el coche salga adelante. Miro hacia atras el cruce, el desastre que dibujamos en la tierra arenosa del camino, y ruego por que ningun cuidador caiga en la cuenta de que hicimos lo mismo ayer, dos cruces mas abajo, y otra vez mas casi llegando a la salida. Seguimos avanzando. Mi madre conduce derecho, sin detenerse frente a ningun caseron. No hace comentarios sobre los cerramientos, las hamacas ni los toldos. No suspira ni tararea ninguna cancion. No toma nota de las direcciones. No me mira. Unas cuadras mas alla las casas se vuelven mas y mas residenciales y las lomas de cesped ya no son tan altas, sino que, sin veredas, delineadas con prolijidad por algun jardinero, parten desde la mismisima calle de tierra y cubren el terreno perfectamente niveladas, como un espejo de agua verde al ras del suelo. Toma hacia la izquierda y avanza unos metros mas. Dice en voz alta, pero para si misma: --Esto no tiene salida. Hay algunas casas mas adelante, luego un bosque se cierra sobre el camino. --Hay mucho barro --digo--, da la vuelta sin parar el coche. Me mira con el entrecejo fruncido. Se arrima al cesped derecho e intenta retomar el camino hacia el otro lado. El resultado es terrible: apenas si acaba de tomar una desdibujada direccion diagonal cuando se encuentra con el cesped de la izquierda, y frena. --Mierda --dice. Acelera y las ruedas resbalan en el barro. Miro hacia atras para estudiar el panorama. Hay un chico en el jardin, casi en el umbral de una casa. Mi madre vuelve a acelerar y logra salir en reversa. Y esto es lo que hace ahora: con el coche marcha atras, cruza la calle, sube al cesped de la casa del chico, y dibuja, de lado a lado, sobre el amplio manto de cesped recien cortado, un semicirculo de doble linea de barro. El coche queda frente a los ventanales de la casa. El chico esta de pie con su camion de plastico, mirandonos absorto. Levanto la mano, en un gesto que intenta ser de disculpas, o de alerta, pero el suelta el camion y entra corriendo a la casa. Mi madre me mira. --Arranca --digo. Las ruedas patinan y el coche no se mueve. --!Despacio, mama! Una mujer aparece tras las cortinas de los ventanales y nos mira por la ventana, mira su jardin. El chico esta junto a ella y nos senala. La cortina vuelve a cerrarse y mi madre hunde mas y mas el coche. La mujer sale de la casa. Quiere llegar hasta nosotras pero no quiere pisar su cesped. Da los primeros pasos sobre el camino de madera barnizada y despues corrige la direccion hacia nosotras pisando casi de puntillas. Mi madre dice mierda otra vez, por lo bajo. Suelta el acelerador y, por fin, suelta tambien el volante. La mujer llega y se inclina hasta la ventanilla para hablarnos. Quiere saber que hacemos en su jardin, y no lo pregunta de buena manera. El chico espia abrazado a una de las columnas de la entrada. Mi madre dice que lo siente, que lo siente muchisimo, y lo dice varias veces. Pero la mujer no parece escucharla. Solo mira su jardin, las ruedas hundidas en el cesped, e insiste en preguntar que hacemos ahi, por que estamos hundidas en su jardin, si entendemos el dano que acabamos de hacer. Asi que se lo explico. Digo que mi madre no sabe conducir en el barro. Que mi madre no esta bien. Y entonces mi madre golpea su frente contra el volante y se queda asi, no se sabe si muerta o paralizada. Su espalda tiembla y empieza a llorar. La mujer me mira. No sabe muy bien que hacer. Sacudo a mi madre. Su frente no se separa del volante y los brazos caen muertos a los lados. Salgo del coche. Vuelvo a disculparme con la mujer. Es alta y rubia, grandota como el chico, y sus ojos, su nariz y su boca estan demasiado juntos para el tamano de su cabeza. Tiene la edad de mi madre. --?Quien va a pagar por esto? --dice. No tengo dinero, pero le digo que vamos a pagar. Que lo siento y que, por supuesto, vamos a pagar. Eso parece calmarla. Vuelve su atencion un momento sobre mi madre, sin olvidarse de su jardin. --Senora, ?se siente bien? ?Que trataba de hacer? Mi madre levanta la cabeza y la mira. --Me siento terrible. Llame a una ambulancia, por favor. La mujer no parece saber si mi madre habla en serio o si le esta tomando el pelo. Por supuesto que habla en serio, aunque la ambulancia no sea necesaria. Le hago a la mujer un gesto negativo que implica esperar, no hacer ningun llamado. La mujer da unos pasos hacia atras, mira el coche viejo y oxidado de mi madre, y a su hijo atonito, un poco mas alla. No quiere que estemos aca, quiere que desaparezcamos pero no sabe como hacerlo. --Por favor --dice mi madre--, ?podria traerme un vaso de agua hasta que llegue la ambulancia? La mujer tarda en moverse, parece no querer dejarnos solas en su jardin.

  • Como salvar a un baron de si mismo (Las Conspiradoras del Cortejo 1) de Eleanor Rigby

    https://gigalibros.com/como-salvar-a-un-baron-de-si-mismo-las-conspiradoras-del-cortejo-1.html

  • Vida con estrella de Jiri Weil

    https://gigalibros.com/vida-con-estrella.html

    Cosida en la chaqueta, justo sobre el corazon, tal y como dictan las normas en una Praga ocupada por los nazis, una estrella convierte a Josef Roubicek en un forastero en su propia ciudad. El, en tiempos un tipo tan normal e inofensivo que resultaba casi anodino, se ve obligado a esconderse en una buhardilla de las afueras con la unica compania de un gato, a trabajar como sepulturero en el cementerio y a mantenerse alejado de las calles. Su vida se centrara a partir de entonces en la supervivencia y en las cosas sorprendentemente pequenas -una cebolla, un libro, un amor perdido- a las que se aferra para perseverar. <> es una conmovedora e inquietante fabula que nos muestra que sobrevivir contra toda probabilidad es el mayor acto de resistencia que se puede concebir.