ella es evelyn escandalo
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ella es evelyn escandalo - Kate. L Morgan
https://gigalibros.com/ella-es-evelyn-escandalo.htmlPark Avenue, Nueva York, 1860 Se sentia tan feliz, que el tiempo volaba en esa ciudad que le parecia sobrecogedora. Asistia a bailes, al teatro, visitaba monumentos, y no estaba cansada de toda esa actividad sino encantada, salvo por una extrana sensacion que la incomodaba, sobre todo en ese momento pues tenia la sensacion de que la observaban. No estaba segura, pero el cosquilleo en la nuca se habia vuelto incesante durante esos dias. Miro detenidamente a los paseantes que conversaban de forma entretenida en Central Park que le parecio enorme. En un banco cercano se encontraban dos muchachas que reian y conversaban de forma animada. Enfrente de ella, una mujer esperaba a alguien: tamborileaba con los dedos sobre un libro de forma impaciente. El resto de las personas no le parecieron lo suficientemente interesantes como para seguir con su escrutinio. Miro de nuevo el cuadernillo que tenia en las manos, y siguio dibujando todo lo que veia. Cuando regresara a Inglaterra, al menos se llevaria un hermoso recuerdo. Miro hacia el sol, y comprobo que quedaban todavia horas para que se ocultara. Lady Warren y lord Philips, sus amigos, habian decidido comprar algunas bagatelas en Sheep Meadow, pero ya tardaban mas de la cuenta, aunque no se arrepentia de haberse dado una escapada en soledad para dibujar el hermoso jardin pues era mucho mas interesante de lo que habia esperado. La visita al zoologico le habia parecido demasiado estresante porque disponian de poco tiempo. Le quedaban solo cuatro dias para que concluyera ese viaje a la ciudad, y ya habia agotado tres, aunque los habia aprovechado al maximo. Evelyn Brown, unica hija del marques de Dartmoor, se sentia muy feliz de que sus padres la hubieran llevado consigo en su viaje a las colonias. El noble lo habia decidido en el ultimo momento y contra la opinion de la esposa, pero a el no le apetecia estar tantos meses sin la compania de su hija. El marques iba a comprar una extensa propiedad en el este, y la parada en Nueva York habia sido obligatoria para disfrutar de los paisajes e interactuar con la sociedad de la ciudad. Para convencer a su esposa de lo apropiado que era llevarse a la hija en el viaje, habia puesto como escusa la necesidad de que la joven adquiriera un apropiado guardarropa para su presentacion en sociedad en la proxima temporada, y su esposa se indigno por la sugerencia pues ella creia que las mejores modistas estaban en Londres. Pero Andrew Brown se habia salido con la suya, y la hija termino acompanando a los padres en ese viaje tan largo, pero del que estaba encantada. Volvio a alzar su vista de las hojas del cuadernillo y miro los dibujos que ya habia terminado. La verdad es que se le daba bastante bien manejar el carboncillo a mano alzada. Evelyn habia dibujado elegantes plazas, algunos establecimientos que le parecieron curiosos, y las interminables avenidas de la ciudad. Nueva York le parecia fascinante. Lanzo un suspiro largo porque la sensacion molesta de que la observaban seguia presente. Evelyn volvio a mirar en derredor suyo esperando encontrar los ojos que perturbaban su tranquilidad, pero no los encontro. Hizo un encogimiento de hombros, y se dedico a buscar su pequeno bolsito de mano donde guardaba la llave de la habitacion del hotel, dinero, y algunos objetos femeninos, pero no lo encontraba, y se preocupo. Evelyn maldijo su costumbre de centrarse tanto en dibujar que se le olvidaba todo lo demas. Tanteo con el pie bajo el banco por si se le habia caido, pero tampoco estaba. Dejo el cuadernillo y bajo la mano hasta el suelo, pero, por mas que tanteaba, no lograba encontrarlo. Cuando se aseguro de que ninguno de los paseantes le prestaba la mas minima atencion, bajo la cabeza con la suficiente rapidez para buscarlo, pero no lo vio por ningun sitio. --?Ha perdido esto? --la voz profunda le hizo alzar la cabeza de golpe, el sol le dio de lleno en el rostro y la deslumbro. Tuvo que parpadear varias veces porque no distinguia nada. El desconocido dejo el bolsito en el banco, ella quiso mirarlo de nuevo y se volvio a deslumbrar. Parecia que el hombre estaba envuelto en rayos de luz. A la falta de vision se unio la preocupacion porque el hombre se habia acercado demasiado a ella, y no lo habia percibido de tan ensimismada que estaba admirando el paisaje y dibujando. --!Gracias! Se me ha debido de caer sin darme cuenta. --La explicacion habia sonado algo tonta porque era obvio, pero el timbre de voz del extrano la habia inquietado mas de lo que queria admitir pues parecia que estaba muy ebrio. --?Me permite invitarla a una limonada? --ella nego rapidamente con la cabeza. No solia aceptar invitaciones de desconocidos, y menos de uno al que no podia verle el rostro. Ella se dijo que al menos podria cambiar de angulo, pero seguia plantado frente a ella sin importarle que el sol la molestara. --Gracias por su amabilidad, pero tengo que irme. --Evelyn sujeto el cuaderno, los carboncillos, el bolso, y, sin mirar al extrano porque no queria volver a deslumbrarse, corrio en direccion al hotel sin volver la vista atras, afortunadamente el hotel estaba justo enfrente del parque. El caballero observo perplejo la huida apresurada de la muchacha. Desde que la habia descubierto en el parque, no habia podido quitarle la vista de encima. Se habia sentido poderosamente atraido por ella pues poseia unas largas y tupidas pestanas bajo unas cejas bien delineadas que realzaban las oscuras violetas que iluminaban su perfecto y delicado rostro. Lastima que la muchacha se mostrase tan desconfiada pues solo pretendia mantener una ligera charla. Sabia que era inglesa como el, y la necesidad de escuchar un acento que extranaba, le habian impulsado a conversar con ella, pero la mujer no le habia obsequiado ni una palabra amistosa. <
>, se dijo mientras regresaba al hotel para seguir emborrachandose, necesitaba no estar sobrio nunca mas. Maldijo a su padre, maldijo a su destino, y a todas las mujeres de Inglaterra, pero especialmente a una, la culpable de su desgracia. A Evelyn le costaba entender la explicacion que le estaba ofreciendo el recepcionista. Sus padres seguian disfrutando de la velada en la embajada inglesa, y regresarian tarde, por ese motivo ella habia decidido volver al hotel porque se sentia muy cansada. Como no estaba acostumbrada a beber alcohol, el champan que habia tomado se le habian subido rapidamente a la cabeza. Su madre se habia enfadado con ella al verla, pero sus palabras habian llegado demasiado tarde, y ahora estaba mareada. ?Por que las muchachas de Nueva York bebian sin que sus madres se escandalizaran?, se pregunto. Por ese motivo se habia sentido a animada a hacerlo, y ahora pagaba su impulsividad. --?Ha entendido, lady Brown? --Evelyn asintio con la cabeza--. Dado que ha sido un error del hotel, la hemos ubicado en la planta tercera. --?Mis padres seguiran alojados en la planta primera? --pregunto. Ahora debia alojarse dos plantas mas arriba de sus padres. La visita imprevista de un senador, con el correspondiente sequito de seguridad, lo habia cambiado todo. El recepcionista siguio informandole. --Hemos cambiado sus pertenencias a la suite numero trescientos cinco. < >, penso ella. --!Muchacha afortunada! --la voz fuerte de Michael le hizo dar un respingo--. Toda una suite para ti solita. --!Que envidia! --suspiro Helena--. Dormiras lejos del control de tus padres --Evelyn le dio un codazo carinoso. --La verdad que dormir en la misma estancia que mis progenitores me da cierta seguridad -- confeso Evelyn--. Nunca antes he dormido sola fuera de casa. Michael la miro con ojos brillantes, pues Evelyn llevaba en su cuerpo bastante mas de dos copas de champan. --?De verdad que no te vienes al teatro --le pregunto. El recepcionista ya le daba la llave de su habitacion. --Lamento no acompanaros, pero no me encuentro muy bien. Helena la miro con las cejas alzadas. Visitar los teatros de Nueva York era una oportunidad unica. En Sheffield no habia teatros ni atracciones. Lo sentia por Evelyn porque la normas sociales indicaban que no debian dejarla sola hasta que regresaran sus padres de la embajada, pero la habian acompanado al hotel donde no podia ocurrirle nada malo. Michael y ella habian aceptado cuidarla, pero ahora no querian quedarse ni sufrir una velada aburrida porque estaba claro que Evelyn iba a quedarse dormida enseguida. --?De verdad que no te importa que vayamos al teatro Bowery? --insistio la mujer--. Ya sabes que muero por ver El mercader de Venecia? Evelyn sonrio. --Disfrutad, y manana me contais --los animo ella. Michael y Helena eran sus mejores amigos. El padre de ambos habia sido amigo y socio del suyo, hasta su muerte, muerte que los habia dejado en la bancarrota, por ese motivo se encontraban en Nueva York, porque Helena iba a conocer a su futuro esposo: un rico hacendado que los salvaria de la ruina. Era costumbre entre los nobles ingleses con maltrechas fortunas buscarse herederas que salvaran el patrimonio, y, en el caso de los americanos, sus fortunas les servian para entrar en la aristocracia. Las tres semanas de travesia no la habian mareado tanto como el champan que habia ingerido en la embajada inglesa. --Bien, gracias, Evelyn, manana te contaremos --le dijo Helena mientras se despedia de ella con la mano. Evelyn se giro a la vez que suspiraba pues estaba deseando meterse en la cama. -
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Ella es Evelyn escandalo - Kate. L Morgan - Libros4
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el libro del escándalo
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Seducir a Mister McNiall de Kate. L Morgan
https://gigalibros.com/seducir-a-mister-mcniall.htmlCondado de Halifax, Nueva Escocia, 1908 !MALDITA SU SUERTE! Si el hubiera sido un hombre rico, si hubiera obedecido a su padre y se hubiera dedicado a la iglesia, si hubiera sido mas ambicioso e incluso temerario, ahora no tendria que enfrentarse a un destino aciago. Stephen solto un largo suspiro mientras sujetaba con mas fuerza las bridas de la montura. Habia quedado con los amigos en Truro; el mejor club para hombres en la zona de Quinpool. Tenia ganas de estar un tiempo con ellos porque llevaba una semana horrible. Mollie, su amante desde hacia dos anos, se habia marchado a visitar a sus padres a Port Hodd. El, se sentia muy avergonzado de no poder ofrecerle lo que ella necesitaba, pero la queria, y de momento a ella le parecia suficiente. Stephen vivia con Mollie en una casita muy cerca de Pleasant Park. Como iba a estar unos dias solo, habia decidido encontrarse con sus amigos de siempre. Stephen arreo su montura aunque cabalgar tan rapido podia ser peligroso, pero el club se encontraba en un lugar privilegiado, y donde se servia el mejor whisky. El verano no era muy bueno en Nueva Escocia, bueno, en realidad no era bueno en todo el ano, pero en ese tiempo Halifax estaba a tope de visitantes del norte buscando viveres para pasar los meses mas frios del ano, tambien enseres para sustituir aquellos que se rompian. Detuvo el caballo sin problemas, desmonto, y le paso las riendas al mozo de cuadra. El chico se quedo esperando la moneda, pero el no llevaba nada encima. --Llegas temprano --la voz era la de su amigo Darrell. Darrell Dexter era el hombre mas sarcastico de todos. Tenia veintiocho anos y estaba soltero. Era dueno de Shediac, la cuadra donde se criaban los mejores sementales de Nueva Escocia, ademas le gustaban las mujeres hermosas y los caprichos caros. Darrell habia tenido una infancia muy dura porque tartamudeaba de nino, lo que hizo que su padre lo ignorara. Crecio aislado en el campo, mientras su familia vivia en Shelburne. Cuando el padre se dio cuenta de que su hijo era un tipo del que podia sentirse orgulloso, resulto demasiado tarde; Darrell ya no sentia el menor interes por relacionarse con su padre. Por ese motivo se marcho de la casa familiar, y no volvio hasta que se supo huerfano. --Queria ser el primero en llegar --respondio el--, pero ya veo que no es asi. --Pues casi llegas el ultimo --respondio John. John Sparrow era conductor de carruajes, tenia veintiseis anos. Estaba soltero, y era un hombre con un agudo sentido del humor, pero todavia mas de cinismo. Desde muy joven tuvo que luchar para poder encontrar su lugar, y para lograrlo decidio unirse al ejercito. Alli habia aprendido todo sobre los sementales, y desarrollo una habilidad natural para conducir todo tipo de carruajes. Se licencio con honores del ejercito, y monto su propio negocio. --?No ha llegado Charles? --pregunto algo sorprendido porque el mencionado solia ser muy puntual. --Habra tenido que atender a algun cliente de ultima hora. Charles Tupper era el dueno de un pequeno restaurante en el centro, lo habia heredado de su abuelo, y llamaba al local Dufferin. Tenia veintinueve anos, estaba viudo, y era el mas impulsivo de los cuatro. Era un hombre al que le gustaba llevar la contraria casi en todo, quizas porque el lo consideraba una forma de demostrar su valia porque la muerte de su esposa lo habia dejado con un marcado trauma. Un sirviente de casaca roja y brillantes botones dorados dejo la botella y los vasos sobre la mesa. --Gracias Dummfier --le agradecio Stephen. --?Vais a tomarlo sin mi, desgraciados? Charles acababa de hacer su entrada en uno de los reservado en el club Truro. --Es solo el primer trago --respondio Darrell casi al mismo tiempo que se echaba un trago largo--, y esta bueno --enfatizo. Los cuatro amigos se saludaron y brindaron por el encuentro de cada semana. Era el incentivo que necesitaban para continuar adelante. --Ha sido un dia bastante duro --la voz de Charles habia sonado impaciente. --?Que pensais hacer manana? --la pregunta de Stephen logro que tres cabezas se giraran hacia el. --Manana es sabado --respondio Darrell--. Posiblemente tenga una venta, una que espero con impaciencia pues me reportara grandes beneficios. --?Vas a vender a Digby? --pregunto Stephen. Digby era el mejor semental de las cuadras Shediac, pero Darrell no contesto. --Yo tengo que llevar a un par de religiosos a Little Harbour --contesto John. --Yo abrire Dufferin como siempre --respondio Charles--. El restaurante esta comenzando a funcionar muy bien ahora que he cambiado de cocinero. --Pues yo tengo todo el fin de semana para mi solo --dijo Stephen. Charles, Darrell y John lo miraron con suma atencion--. Mollie se ha ido a Port Hodd. Quiere pasar un par de dias con sus padres --informo. --?Y no te has marchado con ella? --la pregunta de Charles parecia inocente, pero no lo era. --!Por San Jorge que ha vuelto a dejarte! --exclamo Darrell. Stephen lo miro con semblante serio. --?Que tiene de extrano que vaya a ver a su familia? --respondio serio. --Y el shyster no se entera --dijo John mirando a Charles y a Darrell a la vez. Como era abogado los amigos lo llamaban picapleitos. --Haz el favor de no hablar de mi como si no estuviera presente --se quejo Stephen--, que solo me dejo una vez. --!TRES VECES! --respondieron los amigos al unisono. --Las otras dos no cuentan porque fueron malos entendidos. --!Uf! --bufo Charles por toda respuesta. --Puedes venir manana a las cuadras, te dejare montar a Digby --le ofrecio el amigo--, e igual se te aclaran las ideas. Stephen hizo un gesto negativo con la cabeza. --Me gustaria pintar el salon pues buena falta le hace --contesto--, asi cuando regrese Mollie se llevara una sorpresa. La economia de Stephen era muy precaria pues hacia bastante tiempo que habia perdido su empleo, por ese motivo se ocupaba de todas las reparaciones de la casa donde vivia. Si sus padres no se hubieran arruinado, si no hubieran fallecido en un naufragio, el seguiria conservando la casa familiar y algo de la herencia de su abuelo, pero todo se perdio en la inversion de la naviera. --?Se puede ser mas estupido? --pregunto Darrell de forma retorica. --Que ya esta bien --se quejo Stephen--, que yo no tengo la culpa de que esteis mas solos que la una y que os moleste que yo tanga a mi florecilla. --Para una vez que esa arpia te da un respiro, no se te ocurre nada mejor que hacer --se burlo Charles mientras daba un sorbo a su copa. --En lugar de disfrutar --apunto Charles--, de seducir a toda dama que se ponga por delante. --Os recuerdo que yo no soy de esos libertinos y licenciosos, ?lo habeis olvidado? --pregunto envarado--, porque soy todo un caballero, no como vosotros, ademas, tengo a Mollie. --Parece que oigo a tu padre y no a ti --le dijo John. Los amigos no le iban a dar tregua. --Solo te falta la armadura y la espada --se burlo Darrell--, pero te recuerdo que esa mujer va a ser tu perdicion --insistio--. Y me fastidia que seas tan bueno, que se aproveche de ti, y por encima de todo que no te enteres. Stephen opto por beber un trago de whisky. No le gustaba el tono ni las palabras de ellos, pero los queria. Eran sus amigos, pues con ellos habia pasado infinidad de aventura, tambien algun que otro duelo. --Si yo tuviera lo que tu tienes entre las piernas --dijo de pronto Charles guinandole un ojo --, seria el rey de las damas. --?Y quien te dice que no lo soy? --pregunto Stephen con una media sonrisa. --!La poppy de Pleasant Park! --respondieron los tres con guasa. A Stephen no le hacia gracia el apodo que le habian puesto sus amigos a su amante. Como el la llamaba florecilla, ellos se burlaban. De acuerdo que no era la mujer mas brillante, pero era buena persona. A pesar de que Stephen llevaba ya varios meses caminando en la cuerda floja porque no conseguia trabajo en ningun bufete de la ciudad, ella no le reprochaba nada, y seguia pagando los gastos que ambos generaban sin una sola protesta. Sus amigos eran injustos en su trato hacia ella. --?Que tal la entrevista del otro dia en Lunenburg? --pregunto John. Stephen resoplo de una forma bastante elocuente. --Llegue tarde. Ya habian contratado a otro abogado. --Tambien es mala suerte, con la de experiencia que posees --le dijo Charles--, y lo atractivo que eres. Stephen habia trabajado desde que dejo la universidad como pasante para un juez en Halifax, pero el hombre se habia retirado y su sobrino termino ocupando su puesto, con lo que el se quedo de pronto sin trabajo y sin perspectivas de lograr uno. --Eres un buen abogado, seguro que consigues algo. Stephen empezaba a desesperarse. Incluso habia sopesado marcharse a Saint John. --Yo podria contratarte en Shediac, pero joder, eres un abogado muy brillante y no quiero verte de mozo de cuadra --le dijo Darrell. --!Que no te desesperes! --exclamo Charles. --Cuando compre el proximo faeton, podras ser su conductor --le dijo John algo turbado porque de los cuatro amigos, el era el que peor trabajo tenia--, hasta que te salga algo en condiciones.
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>. Era un matrimonio que se caracterizaba, entre otras cosas, por el cambiante animo de Jacob, alternativamente enfurecido o encantado con Jane en el papel de tenaz esposa rural. No cabe duda de que eso influyo en los caminos que decidi recorrer yo. Conoci a Jacob Goldman cuando me entrevisto para una plaza universitaria en Londres, durante mi ultimo ano en un elegante colegio privado del norte de la ciudad al que mi madre me habia mandado. Mi madre, viuda de un verdulero local modestamente acomodado, lo habia hecho con cierto sacrificio y con la esperanza de que yo adquiriese el acento apropiado y estuviese en condiciones de participar en los circulos apropiados. Y dado que los padres estan destinados a que sus hijos les decepcionen, creo que a ella le decepciono que la consecuencia de su decision fuera, en cambio, que yo sacara siempre buenas notas y que Jacob se convirtiera en mi profesor. Jacob (un impresionante y corpulento filosofo de izquierdas procedente del East End) nos hablaba con maravillosa y convincente fluidez sobre la dialectica trascendental, en un tono de voz formidable y barriobajero plagado de oclusiones gloticas, como de ayudante de fontanero. Era el catedratico de filosofia en aquel laberintico edificio victoriano y enseguida se convirtio en mi figura paterna y mi referente cultural. Yo habia leido las alusiones de lord David Cecil a sus < > de Oxford, pero Jacob no me entrevisto en ningun lugar que pudiese dignificarse con esa palabra. Me entrevisto en lo que parecia ser apenas un recoveco ventilado. --Te sere sincero --dijo--. Te he hecho venir hasta aqui porque el informe del director de tu colegio es tan negativo que me induce a sospechar que quiza seas mas lista que el. Puede que no seas, claro, mas que una rebelde testaruda. ?Que crees tu que eres? Me traspaso desde debajo de unas cejas de negra crin con una mirada de indisimulada antipatia. Eso fue, claro esta, mucho antes del dia en que le vi mandar pasar a su cocina a un grupo de testigos de Jehova empapados por la lluvia y ofrecerles tazas de te, porque era la persona mas buena del mundo. Como si del relleno de un cojin se tratara, del cuello de su camisa abierta salia pelo a juego con las cejas. Yo debi de encogerme de hombros con algo de desden. ?Como podia transmitirle mi situacion? ?Hasta que punto estaba impulsada timoratamente por un deseo de complacer y en cambio me sentia obstinadamente incapaz de hacerlo obedeciendo a valores que no fuesen los mios? Dado que mis valores no eran compartidos por quienes me rodeaban, estaba destinada al fracaso. Creo que la falta de reconocimiento me hacia mostrarme presuntuosa, en un intento de forzar el interes de aquellos que ejercian sobre mi su autoridad. --A veces presumo --conteste. --Yo tambien --dijo Jacob. En el colegio era rebelde a un nivel modesto, siempre correcta, culpable de poco mas que de leer a James Joyce por debajo de la mesa en las clases de religion, de faltar a todos los acontecimientos deportivos y de no llevar el uniforme del colegio con la delicadeza con que otras lo hacian. De rechazar, en suma, aquellos aspectos del colegio que me parecian perifericos respecto al proceso educativo. La educacion, de acuerdo con lo que siempre habia esperado de ella, es lo que recibi de Jacob. Jacob tenia cierta afinidad con los mas inconformistas, entre otras cosas porque, segun supe mas tarde, en su rebelde juventud hubo de verselas con un bondadoso juez conservador. Y creo que el conservadurismo del juez le habia ensenado a Jacob (respecto al conservadurismo y a otras formas de villania) a odiar el pecado y no al pecador. Algo que se le daba muy bien. --Dices que te gusta leer. Encendio uno de sus repugnantes cigarrillos proletarios con una cerilla de cocina que saco de una caja enorme y me cedio la palabra. Recuerdo retrospectivamente con cierto rubor que le conte, entre otras cosas, que pensaba que Wordsworth tenia < >, que creia que Jesucristo habia sido un socialista utopico y que no me gustaba el sexo en D. H. Lawrence. Es una costumbre que tengo, ahora bajo control, la de compensar mi timidez natural con estrafalarios fogonazos de prepotencia. --A mi mujer tampoco le gusta --dijo el, lo que me sorprendio en gran medida--. Ella considera que mas que sexo es exhibicion impudica indecente. Pero ?no hay, y perdona, porque no es mi huerto de coles, no hay en eso algo del entusiasmo propio del pionero? ?No hay una cierta ingratitud en lo de trepar hasta los hombros del pasado y burlarse? --No lo se. Pero no me gusta tener que estar agradecida por algo. Jacob se tomo eso con una alentadora sonrisa contenida. --Por supuesto, a mi nunca han llegado a golpearme con jade chino --dijo--. Me han tirado a la cabeza una lata de rabo de buey Heinz y no han acertado, pero eso no tiene ni por asomo el mismo poder simbolico. Despues pase a complicarme la vida hablando del unico libro de filosofia que habia llegado a leer, una edicion de bolsillo de un libro de Bertrand Russell publicado por la Home University Library que habia comprado en el mercado de Camden Town, sospecho que para fastidiar a mi madre, que creia que me estaba convirtiendo en una marisabidilla que ahuyentaba a pretendientes estupendos. La que huia de los hombres era yo, claro, pero el asunto operaba en ambas direcciones. Como dice Robert Frost: < >. Luego le conte a Jacob que mi novela preferida era Emma. El comento con ironia que al menos en ella no habia nada de sexo. Yo aun lo ignoraba, pero el sexo era uno de los temas favoritos de Jacob. Me ruborice y dije con pasion para defenderme: < >. Jacob lanzo una sonora carcajada rabelesiana y propuso ir a tomar un cafe, que compramos en una maquina expendedora que habia al final del pasillo. --Mira, preciosa --me dijo cuando ya me marchaba--, la gente que viene aqui lo hace a costa del contribuyente britanico. Y yo lo que exijo es que esa gente se esfuerce. Si no se esfuerzan hago todo lo que esta en mi mano para que los echen. Durante las vacaciones de verano recibi la notificacion (el ultimo cumplido que me dirigiria Jacob) de que el departamento me admitiria sin importarles mis notas finales. -
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Agarrame, si puedes (Lola 1) de Alma Fernandez
https://gigalibros.com/agarrame-si-puedes-lola-1.htmlNunca te avisan de que tu vida se va a ir a la mierda en un segundo con veinticinco anos, ni que perderas todo aquello que habias ganado, ni que aprenderas a seleccionar a los amigos que creias fieles, pero que ahora se averguenzan de ti. No estaba lista para ver que mi mundo se desmoronaba, que ya no podria conocer medio mundo, correr una maraton, vivir de mi sueno, basicamente tener ilusion por vivir. Recapitulemos para que esto pueda entenderse, porque no es que sea melodrama ni que quiera compadecerme de mi misma, sino que todo tiene un porque y la verdad es que el mio no es moco de pavo. Soy campeona de atletismo, en la especialidad de carrera de obstaculos, o al menos lo era hasta que tuve el accidente, cayendo sobre uno de los obstaculos y provocandome una lesion medular irreparable. Me diagnosticaron paraplejia y me encorsetaron a una maldita silla de ruedas. Ahora vivo en otro mundo, en otro mas frio, infernal, solitario, marginado, aburrido. Nunca he sido mucho de salir a bailar samba, pero me encantaria salir ahora mismo a mover las caderas, tras escapar del hospital en el que estoy metida mientras acaban de hacerme unas pruebas y me instruyen para que a partir de ahora sea autonoma en lo que a movilidad con la silla se refiere. Mi madre esta sentada a mi lado mientras me como una especie de pure con color de moco en mal estado, un trozo de pollo a la plancha mas seco y duro que la suela de un zapato, concretamente de la sandalia de Cristo, si, esa que dicen siempre que esta perdida. Yo acabo de encontrarla y esta en este plato. Punto para mi. Mi madre se sienta en la cama ahora mientras yo tomo el yogurt y charlamos. Parece ser que mi padre se ha ido a por unos cafes. Ojala me pudiera tomar un buen cafe, y no esos de las maquinas que pareces meados de rata. La cama empieza a doblarse por momentos como un sandwich y es entonces cuando descubro que mi madre esta apretujando con su culamen a lo Jennifer Lopez el mando para reclinar la cama y nos esta apretujando como si esto fuera la faja de mi abuela, que en paz descanse. Mi madre no puede levantarse para darle al otro boton del mando y deshacer el bocadillo que ha hecho con nosotras. Solo se me ocurre pulsar como puedo, contorsionando mis brazos, el boton rojo de ayuda para que venga una enfermera a sacarnos de esta. Una vez hemos sido liberadas de esa tortura china, mi madre preocupada me pide perdon mientras acaricia mi rostro, pegandome los pelos a la cara, ahora sudorosa, como si fuera una peluca de las malas. --Carino, lo siento, ?te duele algo? -- me acaricia las piernas. --No mama, no siento ni tu caricia, ni aunque me caiga Hulk encima -- me encojo de hombros. Si yo no me lo tomo en serio, ?quien demonios lo va a hacer? La enfermera me mira con una mezcla de compasion y decepcion. Pero tambien hay un brillo en la mirada, de esos que ves cuando una persona esta en una situacion muy mejorable, como es mi caso, y se alegran de no ser ellos los que estan en tu pellejo. La entiendo, yo tambien lo pensaria, supongo. Cuando la gente te juzga por todo, te tiene que chorrear, como el agua entre las piernas, y asi es como he cambiado yo. Me he puesto una coraza porque el mundo es cruel y yo no quiero ser el patito feo del que reirse y despues compadecerse. Mis padres se han marchado a casa a descansar por peticion de una servidora. La verdad es que se los ve cansados y no quiero ser una carga. No quiero esclavizarlos a estar conmigo hasta el fin de los tiempos. Conmigo se ha quedado un celador la mar de mono. De mi entrenador no he vuelto a saber nada. No le he visto el pelo desde que me metieron en la ambulancia rumbo al hospital tras el accidente. El celador de mi habitacion, que ahora se que se llama Bruno, me ha traido un zumo y una revista que le he pedido, previo pago. Es el hombre ideal. Es mono, pero no de animal, sino agradable sin llegar a pibon, es dulce y encima cachas. Podria ser mi tipo, no os voy a mentir. Me imagino sobre su moto recorriendo el mundo entero. ?Que como se que tiene moto? No lo se, pero quiero pensar que si, porque en mi imaginacion es una grande y negra. Pero eso no va a pasar, no porque no tenga posibilidades con el, que si me pongo lo peto, pero no me veo ahora mismo subiendo a una moto, ni ahora ni nunca. Me estoy cagando, asi de claro, pero decirle eso a Bruno para que me lleve en brazos no es muy romantico, y puede que si me lo curre me lleve un meneo hospitalario, asi que mejor no romper la magia, al menos la que mi cabeza ha creado. Me levanto como puedo, sentandome en el colchon y acerco lo mas que puedo la silla de ruedas para sentarme en esta. Bajo con el mando lo mas que puedo la cama, a la altura de la silla y me arrastro como un gusano hasta quedar en el borde de la cama. Me cojo a la silla y tiro de mi cuerpo para con suerte caer en la silla, y si lo hago, pero abierta de patas junto cuando entra Bruno. Mierda. Suerte que llevo bragas, pero tambien una compresa mas grande que Gibraltar. Me coloco lo mas rapido posible las mierdas para que ese tierra tragame pierda algo de tierra y le sonrio para disimular. Me mira compasivo y me toma en brazos. He perdido mucho peso con esa comida, si se puede llamar asi, que me dan, asi que peso poco mas que una pluma de pavo real. --?Donde quieres que te lleve? --Necesitaba ir al bano, pero no te preocupes, necesito practicar. --Todavia estas convaleciente por la operacion. Mas adelante te dare toda la libertad posible para que hagas y deshagas a tu antojo, pero aun no. --No me gusta depender de la gente, ya lo sabes. Soy muy independiente. --Lo se, pero durante unos dias vas a estar pendiendo de mi cuello, ?vale? --Esta bien-- le digo agarrandolo del cuello mas fuerte con mis brazos mientras me sujeta, para no caerme. --Seras mi mona colgona -- y eso suena fatal, no, lo siguiente. Me deja en la taza del vater y sale para darme intimidad, como puedo, me bajo las braguitas y me cambio la compresa mientras suelto por este culito respingon todo menos rosas. Cuando voy a limpiarme, no hay papel, que novedad y encima en el peor momento. Estiro la mano como si fuera el Inspector Gadget hasta mi neceser, donde tengo la colonia y hecho todo lo posible antes de llamar a Bruno. Necesito que me traiga un rollo. Escondo la compresa sucia dentro del canuto pelado para que no la vea y tiro de la cadena, aun no habiendo acabado, pero para que no vea flotando las minas antipersona y me tapo todo lo posible para que no vea nada, aunque segundos antes ha visto mas de lo que debia. --Bruno, ?puedes venir? --Claro -- escucho detras de la puerta y golpea. -- ?Puedo abrir? Si, entra. --Dios santo, esta mezcla de olores es un poco nauseabunda. ?Ha muerto un animal aqui o que? --Lo siento. Necesito pedirte algo. --Claro, lo que necesites. --Necesito un rollo. --Bueno, tengo algunas amiguitas, pero puedo hacer hueco para una mas. --Me refiero al de papel higienico. --Lo se, ahora te lo traigo. Dame ese canuto, que lo tiro. --No, que no es necesario. Me quita el canuto de las manos y la compresa cae de dentro, quedando completamente abierta en el suelo. Joder. La recoge sin decir nada y se marcha para traeme poco despues un par de rollos de papel para que tenga de mas. Se lo agradezco antes de marcharme. Poco despues llega mi madre con una caja de tampones, bendita madre, es la mejor. Adoro a mi madre, siempre me trae lo que necesito. Lo de llevar las compresas xxxxxl del hospital a lo forro de libros como que no mola. Al igual que tampoco mola llevar aqui ya dos meses encerrada entre estas cuatro paredes. Y por fin ha llegado el dia de salir de esta jaula y poder ver la luz del sol sin barrotes de por medio y batas con las que ensenas el trasero. Me despido de Bruno con un abrazo y disimuladamente le meto en el bolsillo de la bata un papel con mi numero, porque si cuela, cuela. Me encamino al ascensor empujada por mi padre mientras mi madre me toma de la mano, modo melodramatica. Lo primero que hacemos es ir a comprar cosas a tiendas especializadas para hacer mas comoda mi vida a partir de ahora; cojin hinchable por eso de las almorranas y de mas, guantes para no palpar las mierdas de perro con la piel cuando giro las ruedas de la silla, cojin para respaldo acolchado, para que el dolor de espalda no me mate, etc. Ahora, mas lista que Fernando Alonso en una de sus carreras, sobre todo con el equipamiento anti --dolor, me encamino a casa, que por suerte es un piso con ascensor, de no ser asi, me veo en brazos de alguien o arrastrandome escalon a escalon como un gusanillo. Me coloco frente al ordenador y escribo mi diario en Facebook, como todos los dias. Me gusta que mis seguidores sepan que estoy bien y cual es mi rutina desde el accidente. El problema es que solo escribo las cosas buenas e intento contarlo desde un punto de vista comico.
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Mi dulce infierno de Josefina Rossi
https://gigalibros.com/mi-dulce-infierno.htmlLlevaba dos anos en esta hermosa ciudad de Alaska, por primera vez en mi vida estaba teniendo estabilidad y paz. Mi abuela me habia heredado todos sus bienes cuando murio y con ello me regalo un lugar al que pertenecer. Tenia una rutina, trabajaba para la estacion de bomberos de la ciudad y aun que estaba rodeada de hombres fuertes y hermosos, solo uno me quitaba el aliento. !Dios!, pero era un odioso, siempre que podia estaba intentando volverme loca. Pero justo esta semana tenia mi calefactor malo en casa y como la estacion tenia las tripulaciones en servicio pense en tomar una ducha con agua caliente.
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La camara de obsidiana de Douglas Preston
https://gigalibros.com/la-camara-de-obsidiana.html -
A partir de ahora (Casi como hermanos 1) (LGBT) de Frances Stone
https://gigalibros.com/a-partir-de-ahora-casi-como-hermanos-1-lgbt.htmlAnthony espera feliz la llegada de su nuevo HERMANITO adoptivo, pero cuando su madre abre la puerta le presenta a su nuevo HERMANO MAYOR, que llega directamente desde el orfanato y no parece tener muchas ganas de hacer amigos.
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Mas rojo sangre de Katarzyna Puzynska
https://gigalibros.com/mas-rojo-sangre.html -
El cerco de Bogota de Santiago Gamboa
https://gigalibros.com/el-cerco-de-bogota.htmlUna serie de relatos de Santiago Gamboa que no dejara indiferente a nadie
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Vecinos de Danielle Steel
https://gigalibros.com/vecinos.htmlDentro de la impresionante mansion de piedra hacia calor incluso en el sotano, donde Debbie Speck se afanaba en la amplia y eficiente cocina guardando la compra que su marido, Jack, acababa de traer. El hombre sudaba copiosamente. Tenia algo mas de cuarenta anos, y un poco de sobrepeso. El pelo oscuro le empezaba a clarear y siempre olia a la locion para el afeitado con la que trataba de disimular el olor al whisky barato que bebia por las noches y que guardaba en su habitacion. Al dia siguiente, cuando hacia algun esfuerzo, exudaba el alcohol por los poros. Debbie solia unirsele para tomar una copa o dos. Ella preferia el gin-tonic o el vodka, que mantenia frio en la nevera del apartamento del sotano, al que su senora, Meredith White, nunca bajaba. Respetaba su privacidad, algo que les parecia perfecto a los dos. Debbie tambien era un tanto corpulenta y se tenia ella misma de rubio. Jack y Debbie llevaban quince anos trabajando como interinos cuidando de la casa de Meredith White, celebre estrella de cine que habia escogido una vida de reclusion. Cuando les contrato todavia estaba en activo, rodando una pelicula tras otra, a menudo fuera de la ciudad, y su marido, el actor y productor Scott Price, hacia lo mismo. En ocasiones pasaban meses separados trabajando en rodajes distintos. Era el empleo ideal para Jack y Debbie: una inmensa y lujosa mansion cuyos senores estaban fuera casi todo el tiempo y, cuando se encontraban en casa, siempre se hallaban muy ocupados. No tenian tiempo para controlarlos estrechamente y confiaban en ellos. Cuando entraron a trabajar eran jovenes, apenas tenian veintinueve anos, pero ya conocian las ventajas y los beneficios ocultos que conllevaba ese tipo de empleo. Era como recoger fruta madura de los arboles. Las tiendas en las que compraban o los trabajadores a los que contrataban les ofrecian sustanciosas comisiones o les proporcionaban servicios que a ellos les salian gratis pero que sus jefes pagaban sin saberlo, ya que los proveedores poco honrados inflaban las facturas de manera considerable. Y habia mucha gente que se apuntaba al juego. A los pocos meses, ya habian establecido toda una red de fructiferas relaciones comerciales. Era una practica habitual, y ellos no tenian ningun reparo en aprovecharse de sus senores. Ya lo habian hecho antes. Seleccionaban a la gente para la que trabajaban en funcion de lo ocupados, distraidos o ausentes que estaban. Cuando les contrato, Meredith era una de las actrices mejor pagadas de la industria del cine y fue muy generosa con ellos. Al principio, de vez en cuando hacian de chofer para su hijo Justin, de trece anos, pero siempre habia tutores para supervisarlo, y tambien un joven universitario que se alojaba en la mansion y lo llevaba a la escuela cuando ambos padres se encontraban fuera rodando. Pero cuando estaban en casa, se encargaban de hacerlo ellos mismos. Tenian tambien una hija, Kendall, que a los dieciocho anos se habia marchado a la universidad en Nueva York y ya no habia vuelto a vivir en San Francisco. Cuando Jack y Debbie entraron a trabajar, Kendall tenia ya veinticinco anos, se habia casado y era madre de una nina, Julia, y solo regresaba por Navidad. Y Meredith y Scott estaban tan atareados con sus carreras que casi nunca disponian de tiempo libre y no podian ir a verlas tanto como querrian. Era el trabajo ideal para Jack y Debbie. Tenian su propio apartamento dentro de la residencia, que contaba con una entrada independiente y estaba amueblado con muy buen gusto. La mansion, la mas grande de todo San Francisco, se encontraba en Pacific Heights, el mejor barrio residencial de la ciudad. Trabajar para dos grandes estrellas de cine no solo les conferia prestigio, sino que tambien resultaba muy provechoso para ambos. Meredith y Scott se habian trasladado cuando Justin nacio y Kendall tenia ya doce anos. No querian criar a otro hijo en Los Angeles, les habia explicado Meredith. San Francisco era una ciudad mas pequena y conservadora, con un ambiente mas saludable, excelentes escuelas para los ninos y buen tiempo todo el ano. El terreno en el que se alzaba la mansion les proporcionaba el espacio y la privacidad que necesitaban, sobre todo gracias al altisimo seto que mandaron plantar cuando se mudaron. Con el tiempo, Debbie y Jack habian sacado grandes beneficios de las ventajas que conllevaba su empleo. Despues de muchos anos de comisiones bajo mano, habian logrado un importante colchon economico. Tambien se habian hecho con algunos tesoros procedentes de la casa principal, en especial dos pequenas pinturas francesas muy valiosas que desde hacia mas de una decada estaban colgadas en su dormitorio. Meredith nunca habia reparado en su desaparicion. A Debbie le gustaban tanto que habia decidido <
> en sus aposentos. Meredith tenia ademas una cuenta bancaria destinada al pago de los gastos de la casa. Unos anos antes, Debbie se habia ofrecido a encargarse del pago de esas facturas para aliviarla de ese tedio. Y de vez en cuando desviaba pequenas cantidades a su propia cuenta, tan exiguas que ni siquiera el contable de Meredith las habia cuestionado. Debbie y Jack eran unos ladrones muy astutos. Pero tambien sabian que debian permanecer muy atentos a las necesidades de sus senores, y catorce anos atras se mostraron de lo mas compasivos y afectuosos cuando la vida de Meredith se derrumbo por completo. Solo un ano despues de que entraran a trabajar en la casa, el mundo dorado de la actriz se desmorono de repente, dejando solamente cenizas a sus pies. Y eso hizo que Meredith se volviera todavia menos cautelosa con las cuentas y pudieran enganarla con mayor facilidad. Catorce anos antes, Scott mantuvo un romance muy sonado con una joven actriz italiana con la que habia rodado una pelicula. Ella tenia veintisiete anos, y el, a sus cincuenta y cinco, le doblaba con creces la edad. Cuando Jack y Debbie entraron a trabajar en la casa, el matrimonio parecia muy solido y estable, algo poco habitual en el mundo del espectaculo. Por lo que observaron, estaban enamorados y sentian devocion por sus hijos. Pero entonces Scott se marcho a rodar a Bangkok y, cuando volvio, el matrimonio ya estaba hecho pedazos. En cuanto llego a casa, dejo a Meredith por Silvana Rossi y se fue a vivir con ella a Nueva York. Meredith se sintio profundamente herida por la traicion, pero mantuvo el tipo ante sus hijos. A los encargados de la casa les sorprendio que nunca hablara mal a Justin de su padre, pero Debbie la encontro mas de una vez llorando a solas en su habitacion y la consolo abrazandola con carino. Humillada por las noticias sobre la nueva pareja que aparecian en los tabloides, Meredith corto de raiz todo tipo de vida social. Apenas salia de casa y centro toda su atencion en Justin. Lo llevaba a la escuela y a los entrenamientos, pasaba tiempo con el y cenaban juntos todas las noches. Debbie la oyo rechazar una pelicula que le habian ofrecido. Meredith queria quedarse en casa con su hijo hasta que amainara la tormenta provocada por el escandalo de la separacion. Justin estaba muy afectado y viajo en varias ocasiones a Nueva York para visitar a su padre. Cuando volvia, siempre decia lo mucho que odiaba a su futura madrastra. Scott planeaba casarse con ella en cuanto consiguiera el divorcio. A los catorce anos, Justin habia llamado < > a Silvana cuando hablaba en confianza con Jack, que a su vez se lo habia contado a Debbie. El chico le habia confesado que a su hermana, a la que Jack y Debbie apenas conocian, tampoco le gustaba aquella mujer. Meredith nunca hablaba de Silvana con Debbie. Era una mujer muy digna, discreta y respetuosa, aunque no cabia duda de que debia odiar a la joven estrella italiana. Y Scott estaba empecinado en conseguir el divorcio cuanto antes. Su matrimonio, aparentemente feliz, habia saltado por los aires. Meredith aparco su impresionante carrera para pasar mas tiempo con su hijo, y aunque por entonces aun no la conocia mucho, Debbie la admiro por ello. Jack y Debbie no tenian hijos. Tiempo atras habian trabajado en Palm Springs para una pareja de ancianos, que murieron con escasos meses de diferencia. Se habian conocido en un programa de rehabilitacion en San Diego dos anos antes de conseguir ese empleo. Aunque ambos habian crecido en el sur de California, no habian coincidido hasta entonces. A Jack lo habian arrestado varias veces por delitos menores, sobre todo fraude con tarjetas de credito para costear su drogadiccion. Debbie habia sido acusada de hurto menor, sustraccion de tarjetas y posesion de marihuana con fines de trafico. El juez les habia enviado al mismo programa de rehabilitacion. Ambos tenian veintidos anos y pasaron seis meses alli. Durante ese tiempo urdieron un plan para trabajar juntos, lo cual acabo convirtiendose en amor, o auno sus ambiciones en un proyecto de vida comun. Se casaron porque asi podrian conseguir mejores empleos, como encargados en casas de familias ricas. Jack habia sugerido que trabajar para los ricos podria ser muy lucrativo y una buena oportunidad para maquinar planes mas ambiciosos para el futuro. Debbie se mostro bastante reacia, pues no queria ser una criada, limpiar lavabos ni llevar uniforme, pero Jack la convencio diciendole que podrian hacer lo que quisieran. Contratarian a otra gente para que se ocupara del mantenimiento y el trabajo sucio, mientras ellos se llevaban la mejor parte. Incluso podrian afanar dinero o algunos objetos valiosos mientras sus jefes estaban fuera, culpando a otros de los robos, al tiempo que ganaban un buen sueldo y vivian a sus anchas en casa ajena. Jack logro que el plan sonara tan atractivo que, cuando salieron de rehabilitacion, decidieron llevarlo a la practica. Fueron a una respetable agencia de empleo en Los Angeles. Presentaron referencias escritas por el mismo Jack en un papel de correspondencia tambien falsificado, y que supuestamente habian sido escritas por una pareja mayor que habia fallecido sin dejar herederos que pudieran confirmar su historia. La agencia ni siquiera se molesto en comprobar las referencias ni tampoco sus antecedentes penales, algo que solo hacia si lo solicitaba el cliente. Les despidieron de su primer empleo por incompetencia general, por no tener ni idea de lo que hacian. Pronto aprendieron lo que se esperaba de ellos, y entonces entraron a trabajar para la pareja de ancianos de Palm Springs, la que acabo muriendo de verdad. Eran tan mayores que apenas prestaban atencion a lo que hacian sus empleados. Los hijos de la pareja se mostraron agradecidos de que sus padres estuvieran tan bien cuidados por gente afectuosa y responsable, y la pareja incluso les dejo una pequena suma al morir. Mas adelante, cuando entraron a trabajar para Scott y Meredith en San Francisco, sus referencias eran autenticas. Los actores estaban buscando a alguien para ocuparse de su casa a traves de una agencia de confianza de Los Angeles. Jack y Debbie no tenian ninguna prisa, pues podian ir tirando con el dinero que les habia dejado la pareja de ancianos. Sin embargo, cuando les ofrecieron trabajar para Scott y Meredith, no pudieron resistirse. Supondria un gran avance en su carrera, y para entonces ya sabian lo que se esperaba de ellos, lo serviciales y obsequiosos que debian mostrarse para adaptarse sin problemas a la vida de sus senores. A Scott no le gusto mucho la pareja. Le dijo a Meredith que creia que eran demasiado serviles, pero al final sus recelos no importaron, ya que al cabo de un ano se fue a rodar a Bangkok y, a su regreso, se marcho para siempre. Meredith no mostro tantos reparos a la hora de confiar en ellos. Tras quince anos trabajando para la actriz, esta habia llegado a depender por completo de ellos para protegerla del mundo exterior y atender todas sus necesidades, que eran minimas. No era una persona exigente, y se pasaba la mayor parte del tiempo leyendo en el estudio que habia junto a su dormitorio o sentada en el jardin. Ya no recibia a nadie en casa. Durante los ultimos catorce anos, se habia retirado del mundo y preferia llevar una vida mas tranquila que la que habia llevado como estrella de cine. Sin embargo, el mundo no se habia olvidado de ella, y su reclusion voluntaria la habia convertido en una leyenda. Seis meses despues de que Scott se marchara a Nueva York con Silvana, y de que solicitara el divorcio para poder casarse con ella, Justin fue a visitarles a la casa que la pareja habia alquilado en Maine durante el mes de agosto. Kendall, su marido y su hija Julia tambien irian a pasar las dos ultimas semanas alli. A Kendall, como a Justin, no le gustaba nada Silvana, pero adoraba a su padre y a su hermano pequeno. No estaba feliz por la separacion, pero se sentia mas unida a Scott que a Meredith y se alegraba de que su padre viviera cerca de ella. Kendall estaba casada con un prospero banquero de inversiones y disfrutaban de una vida magnifica en Nueva York. En la casa de Maine habia una lancha motora que Scott estaba deseando usar, y tambien un pequeno velero que sabia que a Justin le encantaria, ya que los dos ultimos veranos habia ido a un campamento nautico en el estado de Washington. Con solo catorce anos, era un entusiasta de la navegacion. Meredith habia advertido a Scott de que no queria que su hijo saliera a navegar solo en las aguas desconocidas e impredecibles de la costa de Maine. Scott la tranquilizo diciendole que siempre le acompanaria, aunque anadio que Justin era mejor patron que muchos hombres que le doblaban la edad. Era un deporte que le fascinaba y siempre decia que de mayor se compraria un velero y navegaria por todo el mundo. Acordaron que Justin pasaria el mes de agosto con su padre, asi que el muchacho lo estaba deseando. El divorcio tambien le habia afectado mucho y echaba de menos a su padre. Le encantaba la idea de pasar un mes entero con el, y tambien compartir un par de semanas con su hermana mayor, a la que idolatraba, pese a la presencia de Silvana. Decia que era muy tonta y que siempre se estaba enroscando alrededor del cuerpo de su padre como si fuera una serpiente, lo cual le hacia sentir verguenza. Justin hacia todo lo posible por ignorarla. Y como el ingles de Silvana no era muy bueno, tenia una excusa para no hablar con ella. Diez dias despues de que Justin llegara a Maine, Scott se desperto una soleada manana de domingo con una resaca espantosa. La noche anterior habian ido a una fiesta en casa de unos nuevos amigos que habian hecho por la zona. Tenia un terrible dolor de cabeza y no queria levantarse de la cama, asi que dio permiso a Justin para que saliera a navegar solo en el pequeno velero. Era poco mas que un bote, y el chico le prometio que no se alejaria de la orilla y que volveria para la hora del almuerzo. Una hora despues se desato una fuerte tempestad y el oceano se encabrito inesperadamente. El velero de Justin se alejo de la costa mas de lo previsto, arrastrado por las corrientes y zarandeado por las enormes olas. Cuando Scott se desperto a mediodia, al ver el fuerte oleaje que se habia levantado y descubrir que Justin aun no habia regresado, llamo a la Guardia Costera. Bajo al muelle con un nudo en el estomago que se iba haciendo cada vez mas grande: su hijo seguia sin aparecer y era demasiado peligroso salir con la lancha motora para intentar buscarlo. Por la tarde, la Guardia Costera encontro el bote volcado. No habia ni rastro de Justin. Dos dias despues, su cuerpo aparecio varado en la playa de una de las islitas cercanas. Para entonces Kendall ya habia volado a Maine para esperar noticias junto a su padre, mientras que Meredith se habia quedado en San Francisco, sentada junto al telefono, rezando. Sus peores temores se hicieron realidad. Scott la habia llamado llorando el dia que desaparecio, y tambien cuando encontraron su cuerpo. Kendall estaba destrozada cuando hablo con su madre. Todos lo estaban. Scott se veia totalmente desolado cuando Kendall y el volaron a San Francisco con el cuerpo de Justin para el funeral que Meredith habia preparado para su hijo. Kendall estuvo en todo momento pendiente de su padre, pues sabia lo culpable que se sentia. Creia que su madre era mas fuerte y que podria sobrellevarlo mejor. Catorce anos mas tarde, aquellos borrosos recuerdos seguian atormentandolos a todos. Despues de la tragedia, Meredith apenas habia vuelto a hablar con Scott. Kendall sentia mucha lastima por su padre y eso la unio mas a el. Tras la muerte de Justin, fue a visitar diligentemente a su madre una o dos veces al ano, pero la culpaba por lo dura que se habia mostrado con Scott, algo que habia acabado pasandole una terrible factura: el sentimiento de culpa estuvo a punto de destruirle. Durante un par de anos, Scott se sumio en una espiral de drogas y alcohol de la que solo logro salir gracias a la ayuda de Kendall y de Silvana. Meredith le habia echado toda la culpa de la muerte de Justin, algo que a Kendall le parecia cruel. Habia sido un accidente. El no lo habia matado. Sin embargo, habia actuado de forma estupida y negligente, y habia faltado a la promesa que le hizo a Meredith, y como resultado Justin habia muerto. Ella no tardo en firmar los papeles del divorcio. Scott y Silvana se casaron finalmente. En aquellos momentos la necesitaba mas que nunca. Y dos anos despues de la muerte de Justin, de nuevo sobrio, retomo su carrera. En esos momentos, con sesenta y nueve anos, apenas actuaba y se dedicaba sobre todo a dirigir y a producir, con mas exito que antes si cabia. La incipiente carrera de Silvana fracaso de manera estrepitosa y cayo en el olvido antes incluso de que Scott volviera a trabajar. Ya tenia cuarenta y un anos, y llevaba la vida de la esposa de una celebridad de Hollywood, lo cual ya le iba bien. Ya no quedaba rastro de su belleza, habia ganado peso y se habia convertido en una persona cargante, sin talento ni personalidad. Era una de esas mujeres que habian sido deslumbrantes en su juventud y que se esforzaban por continuar pareciendolo a golpe de botox y bisturi, aunque lo unico que conseguian era resultar vulgares. Pero despues de trece anos de matrimonio continuaban juntos, y ella estaba encantada con su papel de esposa de un actor y productor famoso. Seguian viviendo en Nueva York, donde Scott podia pasar mas tiempo con su hija y con su nieta. Meredith dudaba de que le fuera fiel a Silvana, aunque lo que hiciera con su vida le traia sin cuidado. Kendall habia crecido y Justin ya no estaba, de modo que no tenian razon alguna para hablarse. No habian vuelto a verse desde el funeral de Justin, un recuerdo que resultaba desgarrador para todos. Scott nunca se habia perdonado por su muerte y no habia tenido mas hijos con Silvana. Ella tampoco queria tenerlos. Era veintiocho anos mas joven que el y se contentaba con seguir siendo su nina. Continuaba comportandose como si fuera su munequita, aunque ya no lo pareciera en absoluto. Kendall nunca habia perdonado a su madre por lo dura que habia sido con su padre a causa del accidente, y rara vez iba a visitarla a San Francisco, algo que a Meredith le causaba una enorme afliccion. La deprimia ver la casa donde ella y su hermano habian crecido. Su madre mantenia la habitacion de Justin intacta, como si fuera un santuario, y ella misma se habia recluido y vivia como un espectro. Los dos encargados de la casa, Jack y Debbie, le producian escalofrios. Se comportaban como si fueran los duenos del lugar, algo de lo que su madre ni siquiera parecia darse cuenta. Y, como resultado de su distanciamiento con Kendall, Meredith habia llegado a tratar a Debbie casi como a una hija. Solo era cuatro anos mayor que Kendall, y Meredith podria haber sido perfectamente su madre. Ademas, vivian en la misma casa y se veian a diario. La exitosa carrera cinematografica de Meredith llego a su fin cuando Justin murio. Tras su muerte se paso dos anos encerrada en la mansion, llorando la perdida de su hijo. Le costo otros tres anos volver a sentirse remotamente ella misma. Tuvo pesadillas durante anos, hasta que por fin, de forma lenta y dolorosa, llego a aceptarlo. Para entonces, rodar peliculas ya no le interesaba. Ella y Scott habian invertido su dinero de forma inteligente. Meredith no tenia grandes gastos y no necesitaba trabajar. Intentar recuperar su categoria de estrella le parecia una farsa absurda despues de la perdida de su hijo, asi que, sin siquiera pretenderlo, se recluyo en la mansion. Se pasaba dias sin hablar con nadie, salvo unas pocas palabras con sus empleados, quienes de manera eficiente, tal como ella les habia ordenado, mantenian el mundo exterior a raya. Ellos la protegian de una vida publica de la que ya no queria formar parte. Durante aquellos cinco primeros anos tras la muerte de Justin, Meredith permanecio ajena por completo a cuanto la rodeaba. No se dio cuenta de que habian desaparecido cuadros de las paredes del salon, ya que rara vez entraba en la estancia y no prestaba atencion a lo que contenia. Cuando Debbie le conto que una sirvienta a la que habia contratado habia robado algunos abrigos de pieles, ella no le dio ninguna importancia y dejo que la despidiera. No se imaginaba volviendo a lucir nada tan glamuroso. En esa etapa de su vida se vestia con vaqueros, y con parkas viejas cuando hacia frio, y se limitaba a sentarse en el jardin. Llevaba zapatillas deportivas o botas de jardineria. Cuando salia a dar sus largos paseos, nadie la reconocia. La gente de la zona solo sabia que la legendaria actriz vivia en aquella mansion. Sabia lo que le habia sucedido y que casi nunca salia de su propiedad. Era una de aquellas tragedias que ocurren en la vida y de la que algunas personas jamas se recuperan. Al parecer, Meredith era una de ellas. Su carrera cinematografica habia llegado a un abrupto final cuando tenia cuarenta y nueve anos. Y, con ella, el resto de su vida. Meredith dejo de ver a todas sus amistades. No le quedaba mas familia que Kendall, que vivia a cinco mil kilometros con su marido y su hija, tenia su propia vida y casi nunca iba a San Francisco. Kendall habia permanecido unida a su padre y la habia excluido a ella de su vida. La traicion de su marido, la muerte de su hijo y el hecho de que su hija se pusiera de parte de su padre y la abandonara habian sido unos mazazos terribles que habian sumido a Meredith en la soledad. Catorce anos despues de la muerte de Justin, a la edad de sesenta y tres, Meredith llevaba una vida tranquila. Durante todo ese tiempo se habia negado a recibir a su agente, que habia fallecido antes de que llegaran a hablar siquiera. No tenia el menor interes en retomar su carrera o volver a convertirse en la gran estrella que habia sido. Ya no se sentia atormentada por la perdida de su hijo. Habia aprendido a vivir con ello, a aceptarlo, y creia firmemente que volveria a encontrarse con el algun dia. Tampoco viajaba. No le gustaba salir de San Francisco, preferia quedarse en la casa donde Justin habia vivido toda su corta vida. Su habitacion, en la planta superior, permanecia intacta. Ya apenas entraba, salvo para buscar una fotografia o algun objeto suyo. Se conformaba con saber que estaba alli y que seguia igual que cuando el vivia. Nada habia cambiado en la casa desde hacia catorce anos. Eso le hacia sentir que, despues de la muerte de Justin, el tiempo se habia detenido. Pero los anos siguieron pasando… Jack y Debbie se habian convertido en los guardianes de Meredith, su escudo contra las miradas indiscretas del mundo exterior, y se aprovechaban de la situacion a su antojo sin que ella cuestionara ni reparara siquiera en lo que hacian. Habian dejado que el seto creciera aun mas para que nadie viera lo que se ocultaba tras aquellos muros. Durante los primeros cinco anos, Meredith habia sufrido una depresion enfermiza. Para entonces su vida podria definirse como apacible, era una mujer con un pasado conocido y una historia tragica, que se conformaba con pasear por el jardin o, en los dias tempestuosos, conducir hasta la playa para plantarse frente al mar y dejar que el viento le azotara la cara. No sentia necesidad de compania ni le apetecia volver a ver a sus viejas amistades. Sus vidas eran muy diferentes de la suya. Meredith habia visto algunas de las peliculas que Scott habia dirigido ultimamente. Le sorprendio lo buenas que eran y la alivio que el no saliera en ellas. No tenia ganas de volver a verle la cara. Hacia tiempo que todas sus fotografias habian desaparecido de la casa. En cambio, habia retratos de Justin por todas partes, en todas las etapas de su corta vida, y tambien de Kendall, aunque bastantes menos. Debbie hablaba a Meredith de su hijo en tono reverente y supo convertirse en alguien esencial a la hora de reconfortarla. Sabia que le apetecia comer y cuando y como le gustaba que le sirvieran. Sabia el tipo de libros que le gustaba leer y se encargaba de conseguirselos. Le dio a conocer algunas series nuevas de television y las veian juntas. Debbie se convirtio en una especie de filtro para ella, evitandole todo aquello con lo que no queria lidiar y haciendole la vida mas facil. Por su parte, Jack la tranquilizaba diciendole que el la mantenia a salvo, y ella le creia. El mundo exterior se le antojaba extrano y peligroso, y, casi sin darse cuenta, Meredith se volvio dependiente de la pareja. Ellos le facilitaban la existencia, y ella les estaba agradecida por ello. No la habian abandonado, como habian hecho Scott y Kendall. Incluso habian colocado una malla tupida entre los barrotes de la verja principal para que los curiosos no pudieran atisbar en el interior de la propiedad. Meredith era una especie de leyenda en el vecindario, la famosa estrella de cine cuyo hijo habia muerto y que se habia retirado del mundo. -
El Guardian de las Flores de Rober H.l. Cagiao
https://gigalibros.com/el-guardian-de-las-flores.html48 horas para la gran fiesta del Apostol. Colegiata de Iria Flavia. Un hombre aparece muerto y su hija ha desaparecido. Y solo es el principio.
La Comisaria Paola Gomez se vera envuelta en una venganza mas alla de lo personal entre libros, flores y leyendas gallegas tenidas de sangre. -
Estacion Central de Lavie Tidhar
https://gigalibros.com/estacion-central.htmlUna diaspora mundial ha dejado un cuarto de millon de personas a los pies de una estacion espacial. Las culturas chocan en la vida real y en la virtual. La vida apenas tiene valor, y la informacion tiene incluso menos. Mucho ha cambiado cuando Boris Chong vuelve de Marte a Tel Aviv. La examante de Boris esta criando a un extrano y familiar nino que puede meterse en el torrente de informacion de una manda con el simple roce de un dedo. Su primo esta enamoradisimo de un robotnik: un soldado ciborg destrozado que necesita mendigar piezas de repuesto. Su padre tiene una enfermedad terminal, una plaga mental multigeneracional. Y una atormentada vampira informatica ha seguido a Boris a un lugar al que tiene prohibido volver. Alzandose sobre todos ellos esta la Estacion Central, el nucleo interplanetario en medio de todo: la Tel Aviv con sus constantes cambios; una potente arena virtual y las colonias espaciales donde la humanidad se ha marcado para escapar de los estragos de la pobreza y la guerra. Todo esta conectado por los Otros, poderosas entidades alienigenas que, a traves de la Conversacion (un torrente inestable de conciencia) suponen el inicio de un cambio irreversible. En la Estacion Central, los humanos y las maquinas siguen adaptandose, prosperando e incluso evolucionando. <
>. Tor.com < >. Guardian < >. Ken Liu, escritor premiado con los premios Hugo, Nebula y World Fantasy, y autor de La gracia de los reyes. < > Adrian Tchaikovsky, Shadows of the Apt -
Viento del Este, Viento del Oeste de Pearl S. Buck
https://gigalibros.com/viento-del-este-viento-del-oeste.htmlViento del este, viento del oeste, es la primera novela de Pearl S. Buck. Fue publicada en el ano 1929, y en ella nos acerca, desde su profundo conocimiento, a la cultura y costumbres de la China de principios del siglo XX, aunque lo cierto es que este ultimo dato el lector se lo tendra que imaginar, ya que no hace ninguna referencia a fechas ni acontecimientos importantes a lo largo de todo el libro. Narrado en primera persona por su protagonista principal, Kwei-lan nos cuenta su conmovedora historia, la de una mujer nacida en el seno de una familia distinguida que desde el mismo momento de su nacimiento es prometida en matrimonio con su futuro marido tal y como marcan las normas y tradiciones, tanto de su pais como de su familia. Y para eso sera educada y preparada, para servir fielmente a su esposo segun las costumbres orientales y llegar a ser la perfecta esposa que todos esperan que sea. Su futuro marido, por el contrario, recibe una educacion totalmente diferente, ya que se trasladara a vivir a Estados Unidos para recibir formacion academica como medico. Al terminar la carrera y regresar de nuevo a su patria, sus padres le obligaran a cumplir con el compromiso y casarse con su prometida, Kwei-lan. Un mundo totalmente diferente se abrira ante ellos, pero principalmente para ella. El deseo de el es desmarcarse de las rigidas normas orientales y acercase mas a las occidentales. Ella tendra que acomodarse a una forma y ritmo de vida para la que no ha sido preparada, y que por otro lado le cuesta enormemente entender. Ha sufrido muchas penurias y sufrimientos en su educacion de <
> y ahora se enfrenta a un mundo que desconoce y la desconcierta. Cogida entre dos mundos totalmente diferentes, una lucha interna de sentimientos enfrentados se iniciara en su interior, debiendo librar esa batalla en soledad. -
La muerte juega a los dados de Clara Obligado
https://gigalibros.com/la-muerte-juega-a-los-dados.htmlLa muerte juega a los dados es un libro capaz de situarse en la frontera de los generos y de la ficcion misma. En una casa de la clase alta de Buenos Aires aparece un hombre con un disparo en la sien. Estamos en 1936. A partir de este relato, se teje una compleja red de historias que, en general, ha sido exclusiva de la novela. Clara Obligado desarrolla, al mismo tiempo, una narracion policiaca y una saga familiar que llega hasta nuestros dias, una coleccion de cuentos de brillante arquitectura cuyos afluentes arrastran al genero hacia caminos nuevos.
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Hecho en Saturno de Rita Indiana
https://gigalibros.com/hecho-en-saturno.htmlLuz de oficina, de consultorio. Luz aguada en una capota de nubes pareja que hundia los hombros del horizonte. Luz blanda, como los zapatos ortopedicos del doctor Bengoa. Blando tambien el folder en el que el doctor habia escrito el nombre de su nuevo paciente, Argenis Luna, quien bajaba de un avion de Cubana de Aviacion chorreando un sudor pastoso y frio. Bengoa lo esperaba en la pista, en su arrugada guayabera color champan, con ambas manos en el letrero de tipos bold que habia rellenado impecablemente. Al identificar a Argenis se acerco a tomarle el pulso a la vez que miraba su reloj de pulsera, y mientras caminaban por la pista para ir a buscar las maletas se lo presento a un joven militar que los escoltaba como <
>. Contra el fondo gris de la nublazon las palmas retaban al rayo y la centella, a pesar del malestar Argenis penso que era hermoso. El aire estaba cargado y respiraba con dificultad, la nariz le goteaba como una llave abierta. Ya frente a la correa del equipaje, Bengoa anadio, dirigiendose al militar, < >. Las maletas se asomaron por el redondel de la correa al mismo tiempo que Bosch en la conversacion y dieron una vuelta completa sin que Argenis se animara a identificarlas, sin que se animara a interrumpir a Bengoa. Los atributos heroicos que el doctor Bengoa enumeraba orbitaban desde siempre en torno a la leyenda de su padre, y Argenis con ellos, otro satelite mas, como las maletas de tela roja en la correa. No tenia fuerzas para cogerlas, repletas como estaban con las cosas que su madre habia comprado para equipar su desintoxicacion en Cuba. Las senalo con el dedo y se subio la capucha del jaquet para combatir el aire acondicionado y la verguenza que le daba su obvia debilidad. Llevaba meses viviendo en los sofas de los amigos que todavia lo toleraban, su unica propiedad era una mochila Eastpak verde donde llevaba las jeringuillas, la cuchara y un Caselogic con sus cedes. Su madre habia echado toda la parafernalia a la basura, excepto los cedes y la mochila en la que ahora llevaba una botella de Ron Barcelo Imperial de regalo para el doctor Bengoa y una caja grande de Zucaritas. El joven militar los ayudo con las maletas hasta el carro. Los musculos de sus antebrazos apenas se contraian por el peso del equipaje. Fingia entusiasmo por el tema que Bengoa desarrollaba y miraba a Argenis de reojo, como si intentara hallar algo del heroico padre en las ciento veinte libras que aquella primavera sumaban los pellejos del hijo. De lejos, el lada color ladrillo del doctor Bengoa parecia nuevo; ya dentro, y presa de un escalofrio de los que preceden a la diarrea, Argenis calculo la verdadera edad del carro en las grietas del tablero. Llevaba cuarenta y ocho horas sin heroina y habia vomitado en el avion, las azafatas cubanas, con sus uniformes y peinados anacronicos, lucian tan absurdas como las tabletas de Alka-Seltzer que le ofrecian para aliviarlo. El doctor Bengoa abrio la guantera del carro con un golpecito y de alli extrajo una jeringuilla desechable, algodon, un pedazo de goma y una tira de ampolletas color ambar que decian < >. La tira cayo sobre el regazo de Argenis y este noto por primera vez el sucio acumulado en sus jeans. Eran los mismos que llevaba cuando, hacia poco menos de un mes, se mudara a la casa de Rambo, su pusher. Mientras amarraba la goma en el brazo izquierdo de Argenis para hacer saltar la vena, el doctor Bengoa le explico los detalles de su estadia, y luego, al meter la jeringuilla en la ampolleta le dijo < >. Lo inyecto alli mismo, en el estacionamiento del aeropuerto Jose Marti, con la tranquilidad y legalidad que su profesion le permitia y Argenis se dejo hacer como una enamorada mientras taxistas en Cadillacs de otra era iban y venian con turistas de la nostalgia. Argenis habia intuido que su cura seria de dolor y abstinencia; sin embargo, alli estaba, aliviado por completo de sus sintomas, sintiendo como el quimico hacia que las ideas y las cosas perdieran sus aristas, sus filos incomodos, rumbo a La Pradera, una clinica para los turistas de la salud que llegaban a Cuba de todas partes del mundo. El complejo lucia, por lo menos desde fuera, como un economico resort todo incluido, de esos que se llenan de familias de clase media en Semana Santa en Puerto Plata. Las paredes del camino hacia la recepcion estaban decoradas con afiches de solidaridad comunista, Argenis trato sin exito de imaginar un hotel como este en Dominicana. Coloridas serigrafias con mapas y banderas de distintos pueblos del mundo homenajeaban el trabajo medico como un baluarte de la revolucion. En uno, el liquido de una inmensa inyeccion anaranjada entraba en un mapa de Latinoamerica, Haiti era la afortunada vena; en otro momento Argenis hubiera hecho un chiste. Frente al afiche de la inyeccion, una senora mayor con acento argentino pedia informacion a una enfermera sobre la heladeria Coppelia y, a su lado, otra mujer mas joven, en silla de ruedas, que se le parecia, intentaba ocultar bajo una gorrita de Mickey Mouse la calvicie provocada por la quimioterapia. Haydee, como decia el carnet que la enfermera llevaba pinchado en la camisa, no iba uniformada, pero tenia puestos esos zapatos de goma que solo llevan los jardineros y los profesionales de la salud. Unos mocasines a prueba de todo que habian venido de fuera, producto de una noche con un europeo o del agradecimiento de un paciente satisfecho. La enfermera miraba con complicidad sonriente a Bengoa mientras ofrecia detalles historicos de la famosa heladeria a las mujeres. Se saco un pesado llavero de madera del bolsillo con el numero diecinueve pintado y se lo extendio al doctor diciendole < > antes de acompanar a las argentinas a abordar un taxi. El nuevo quimico entraba en Argenis al atropellado ritmo de la conversacion de Bengoa; un torrente de fechas emblematicas de la lucha antiimperialista, recetas para batidas profilacticas, trozos de canciones de Silvio, Amaury Perez y Los Guaraguaos, economia china y estadisticas de beisbol. Tenia la boca seca y las pupilas tan dilatadas que todo a su alrededor lucia como una foto en alto contraste. Se aferro al brazo del doctor para caminar y bordearon la piscina hasta la habitacion 19. La habitacion, que Bengoa habia llamado < >, tenia vista a la piscina y una puerta corrediza de cristal, frente a la cual, en una mesita de hierro adornada con flores de plastico, dos hombres descalzos, uno en pijama y el otro en traje de bano, jugaban a las cartas. El doctor lucho con la cerradura sin dar con el truco que Haydee les habia anunciado mientras Argenis, a traves del cristal, hacia un inventario del mobiliario de su nueva habitacion. Un abanico de techo, una cama twin y una mesita de noche. La puerta de Rambo, su pusher, tambien tenia su truco, para abrirla habia que halar al mismo tiempo que se metia la llave. < >, pidio a Bengoa, y este se hizo a un lado satisfecho con la notable mejoria de su nuevo paciente. Argenis intento una, dos veces, meneando la llave en el bombin como el rabo de un perro alegre hasta que la puerta cedio y el olor a cloro de las sabanas limpias les dio de frente. Privilegio; sentia la palabra en su boca, que hacia los mismos movimientos para la ele y la ge que para saborear y tragar una cucharada de frosting. La decia cada manana tras lavarse los dientes y la cara mientras se ponia el pequeno traje de bano Speedo que su madre habia elegido. Luego nadaba un poco, sin mucho atletismo, y daba un par de vueltas en estilo pecho. Bengoa se lo habia indicado para estimular el apetito y estaba dando resultados. Hacia las ocho Haydee le traia una bandeja con huevos fritos, pan tostado y cafe que engullia en su habitacion sin poder evitar pensar que fuera de la clinica la mayoria de la gente desayunaba un cafe aguado hecho de chicharos y borra vieja. < >, le pedia Haydee con ternura, y se llevaba la bolsa llena de papeles del zafacon del bano para botarla. Argenis se preguntaba si Haydee vivia en La Pradera o si por la noche se llevaba las sobras de los pacientes a su casa. Sus zapatos de goma eran tan higienicos como discretos y no dejaban ver mucho mas alla de la labor que facilitaban. Jamas iban a revelarle lo que Haydee pensaba de los extranjeros con dolares con acceso a lugares y atenciones con los que los cubanos no podian ni sonar. Segun Bengoa, Argenis no estaba en La Pradera por los dolares que su papa le habia hecho llegar en una de sus valijas en el vuelo de Cubana, sino por los meritos revolucionarios de su padre, la carrera politica de su padre, la orbita en expansion de sus atributos. Tras el desayuno leia un poco, sentado a la mesita de hierro, de una copia sin portada de Fundacion e Imperio de Asimov que Bengoa le habia traido y media hora mas tarde estaba de nuevo en el agua. Con los brazos en cruz, de espaldas al borde de la piscina, hacia la bicicleta con las piernas y veia como, poco a poco, el hospital se despertaba, como los enfermos surgian de sus habitaciones con pies perezosos. Solia divertirse pensando que aquel hotel era una vieja pelicula que el proyectaba con el movimiento de sus piernas bajo el agua y desaceleraba la bicicleta como si de una manivela se tratara para que las escenas fluyesen a camara lenta. Siempre lograba el efecto deseado, todos en La Pradera se movian despacio. Si hacia buen sol, para las diez de la manana la piscina estaba llena y Argenis se salia con miedo a contagiarse de alguna extrana enfermedad, otra enfermedad, porque Bengoa le habia hecho ver que estaba enfermo, que la adiccion era una condicion y que estaba alli para curarse. Iba a curarse del consumo, porque la adiccion como tal no tenia cura. < >, le habia dicho entregandole una cajetilla de cigarrillos. Almorzaban juntos todos los dias y fumaban antes y despues de la comida, en la mesita de hierro, mientras veian como a esa hora le daban terapia acuatica a un muchacho rubio con sindrome de Down. Discutian sobre los sintomas de Argenis y luego el doctor regresaba al centro gravitacional de todas sus conversaciones, la Revolucion cubana. Bengoa habia estado en la sierra con Fidel y habia conocido al padre de Argenis durante la Conferencia Latinoamericana de Solidaridad, en el 67. Hablaba de estos eventos con la solemnidad de un predicador, haciendo hincapie en fechas y nombres de parajes perdidos en los que habia curado las heridas, las fiebres, las infecciones y el asma de la carne revolucionaria. Cada dia, Bengoa extraia una muestra del saco sin fondo de sus anecdotas. La porcion de estas memorias era tan precisa como la dosis de Buprenorfina de Argenis, y era evidente que lo llenaban del mismo sosiego que a su paciente su medicina. El recuerdo de aquellos eventos y el recuerdo que de ellos tenian sus sentidos le dilataban las pupilas, le aceleraban el pulso; luego venia el inevitable bajon, que le hacia mirar el agua de la piscina y tirar una ultima linea, por lo general tragica, con la que disminuir lo forzoso de su aterrizaje. < >. Argenis imaginaba la palabra inmolacion latiendo en las venas de Caamano y de sus companeros, la oscura euforia que los habia hecho desembarcar en un lodazal playero del norte de Republica Dominicana a tumbar el gobierno de Balaguer en el 73 con solo nueve hombres. Tremenda nota. Tras el desahogo historico diario de Bengoa solian faltar minutos para las cuatro en punto de la tarde, hora en que sin falta inyectaba a Argenis en su habitacion. Podia hacerlo frente a la piscina pero este preferia relajarse en la cama un rato, mirar el abanico de techo o fijar la vista en una calcomania con la bandera argentina que alguien habia pegado en la puerta corrediza de vidrio. Argenis pensaba que la bandera aludia al Che Guevara, pero Bengoa le explico orgulloso que Maradona habia estado en aquella clinica y le mostro la calcomania como prueba fehaciente de la pasada presencia del astro. La calcomania se habia empezado a despegar y los bordes transparentes habian adquirido, gracias a la suciedad del ambiente, el mismo color ambarino de las ampolletas de Temgesic. -
Amor de niebla y destino de Natalia Sanchez Diana
https://gigalibros.com/amor-de-niebla-y-destino.htmlLucian Monroe se ha pasado la vida luchando por mejorar los derechos de los trabajadores en los molinos de Manchester pero una fatidica noche, un acontecimiento violento le obliga a huir.Desde que perdio a su esposa, no ha vuelto a tocar a una mujer porque se hizo una promesa.
Todo se tambalea cuando coincide con Catalina Wright, a la que han enviado lejos para casarla con algun aristocrata que quede prendado de su cautivadora belleza y de la riqueza de su hermano.
Pero lo que quiere Catalina es encontrar su lugar en el mundo y descubrir la pasion.
Lo que empieza con un favor inocente, se complica cuando ambos descubren el deseo y el pasado reclama su venganza.
Rebelate contra las normas.
Lucha, camarada.
Y enamorate. -
Un corazon como el tuyo (California Dream 2) de Juliana Y. Velazquez
https://gigalibros.com/un-corazon-como-el-tuyo-california-dream-2.htmlUn hombre que tiene el mundo a sus pies. Las mujeres se rinden a su encanto sin mayor esfuerzo. Sin embargo, tiene como regla no dejar el corazon en un beso.
Una mujer solitaria marcada por el pasado, a quien las cicatrices y el dolor le han borrado las fantasias. No cree en promesas de amor ni cede a la seduccion.
Una coincidencia junta sus caminos.
Esa mujer que llega a su vida para ponerla de cabeza, le hace cuestionarse como es posible romper su unica regla sin haber rozado sus labios. El cree que sera facil hacerla caer.
Pero ella tiene mucho mas dentro, su mirada oscura es solo un reflejo de sus heridas. A pesar de ello, la persistencia de aquel hombre amenaza con romper sus barreras.
Para el amor nunca fue tan complicado triunfar. -
Azul. Un Despertar a la realidad 1 de Mercedes Franco
https://gigalibros.com/azul-un-despertar-a-la-realidad-1.htmlPreparate para esta nueva historia adictiva que no querras parar de leer, llena de romance, intrigas y eventos inesperados que te provocaran una montana rusa de emociones.
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Una tercera opcion de Noelia Jimenez Sanguesa
https://gigalibros.com/una-tercera-opcion.htmlAhora mismo me encuentro entre la espada y la pared. No se que hacer, no puedo decantarme por uno de ellos; es algo que se me antoja imposible. Tengo ante mi a dos personas que me quieren, me valoran y me respetan, pero tambien tengo la gran oportunidad de ir a pasar el verano a Chicago con mi padre, a quien no veo desde hace casi siete anos, y conocer una nueva ciudad; un nuevo pais. Ya hace varios anos que tengo mi corazon dividido entre dos personas, ya que ambos me aportan cosas diferentes e imprescindibles para mi vida. Uno me da estabilidad y el otro me proporciona la emocion que necesito en mi vida. Uno me hace sentir especial y el otro deseada. Uno me frena cuando pierdo los papeles y el otro me insta a mostrarme tal y como soy, sin que me importe lo que puedan pensar los demas de mi. Necesitaria una tercera opcion que uniera todas sus cualidades en una sola persona y asi todo seria mas facil. Tengo un problema, eso esta muy claro. No voy a pensarmelo ni un segundo mas, he pasado dos anos intentando decidirme por uno de ellos y no lo he conseguido; ?quien puede asegurarme que si me quedo todo se solucionara como por arte de magia? Quizas, estoy equivocada y ninguno de ellos conseguira darme nunca lo que realmente necesito. --?Vas a dejar aqui abandonados a tus dos amores despues de dos anos mareandolos? --mi amiga me mira con una sonrisa totalmente sincera, ella sabe lo mucho que he intentado decidirme por uno de ellos. --No puedo hacer otra cosa, Pilar. Ademas, sera una via de escape y estar lejos de ellos durante un tiempo quizas me ayude a darme cuenta de quien de los dos me conviene mas. --Entonces, ?crees que echaras de menos a uno de ellos? --me mira fijamente, esperando y deseando que me sincere con ella, pero ni yo misma se lo que quiero. --Eso espero. Llego al aeropuerto sobre las doce del mediodia y veo como mi padre me sonrie orgulloso, casi camuflado entre la multitud. Las lagrimas empiezan a acumularse en mis ojos y corro hacia el, sin importarme la mirada curiosa de la gente cuando paso como una bala por su lado, hasta que llego a sus brazos y estos me arropan con todo el carino que ha estado reservando para mi. Han pasado mas de seis anos desde la ultima vez que le vi, desde que mi madre cayo enferma y el tuvo que aceptar el trabajo que su empresa le ofrecio en la otra punta del mundo para poder cubrir asi todos nuestros gastos, incluyendo los medicos, los cuales no habiamos esperado. A pesar de lo mucho que lo intento, su esfuerzo y dedicacion no sirvieron de mucho, ya que mi madre fallecio unos meses despues y a mi padre le fue imposible rescindir el contrato si queria seguir en la empresa para poder pagarme los estudios y todo aquello que necesitase. En aquel momento, una chica de diecinueve anos necesitaba el dinero mas que otra cosa en el mundo. Lo habia perdido todo y necesitaba salir adelante fuese como fuese. Como era mayor de edad y acababa de empezar la carrera, decidi que preferia quedarme totalmente sola en Madrid y luchar por conseguir todo aquello que siempre habia sonado. Despues de mucho esfuerzo, dedicacion y la gran ayuda economica de mi padre, consegui licenciarme en medicina y entrar a trabajar en un hospital que se dedica a investigar a fondo el cancer e investigar para encontrar medicamentos, aun experimentales, que ayuden a prevenirlo y asi conseguir erradicarlo en un futuro cercano. A dia de hoy, de lo unico que me arrepiento es de no haber ido antes a visitar a mi padre. Una parte de mi siente que le abandono, pero la otra sabe que en aquel momento separarnos fue lo mejor para los dos. Mi madre lo era todo para nosotros y vernos a diario nos habria recordado que ya no la teniamos, ni la tendriamos, a nuestro lado. --No me puedo creer que mi nina ya sea toda una mujer. Ademas, estas preciosa. Tienes que tener a todos los hombres de Madrid a tus pies --mi padre me abraza con fuerza y dulzura, intentando hacer de ese primer contacto despues de tanto algo inolvidable para los dos. --El tiempo tampoco ha pasado en vano para ti. Estas hecho un abuelo --le doy un golpe suave en el hombro, provocando que empiece a reir como hacia anos que no le escuchaba hacerlo --. Y no, no tengo a todos los hombres de Madrid a mis pies. Creo que, por el momento, no estoy por la labor --me encojo de hombros, lo que provoca que a mi padre le brillen los ojos y se llenen de alivio. Esta claro que siempre sere su ninita. --Se te va a pasar el arroz, hija --ambos nos reimos y me veo tentada a decirle que tendria que aplicarse sus palabras, pero pronto la nostalgia inunda su rostro y se que me ha leido el pensamiento--. Han pasado muchos anos, es cierto, pero el dolor sigue haciendo mella en mi -- los ojos de mi padre estan igual de apagados que el dia que volvio a casa para el funeral de mi madre. Esto es algo que me provoca escalofrios; ha pasado demasiado tiempo. Nunca la olvidaremos, eso por supuesto, pero la vida sigue y no podemos quedaros anclados en el pasado, por muy duro que sea pensarlo. --Deberias rehacer tu vida, papa. Te lo he dicho miles de veces. Sabes que mama hubiese querido verte feliz. --Soy feliz, tengo una hija que esta a dos pasos de curar el cancer. Mi padre me abraza de nuevo y me conduce hasta su coche, nos subimos y nada mas sentarme, me quedo dormida sin que me de tiempo ni de abrocharme el cinturon. No se cuanto ha durado el trayecto, pero cuando bajo del automovil y veo la gran casa que hay frente a mi, empiezo a comprender que mi padre me haya mandado mas de dos mil euros cada mes durante estos ultimos siete anos y haya podido contribuir economicamente con tanta frecuencia en las investigaciones del hospital donde trabajo; esta forrado. Nada mas entrar me doy cuenta de que el hombre que me dio la vida tiene ayuda para mantener la casa, puesto que esta esta impecable y el nunca ha sido ordenado; ni pulcro, ya puestos a decir la verdad. Con una sonrisa emocionada, me acompana a la que sera mi habitacion y me echo a llorar en cuanto la veo; esta decorada exactamente igual que el cuarto que tenia en casa cuando era una adolescente y mi madre nos dejo. Poco despues de su muerte, alquile un piso pequeno cerca de la universidad. Fue una manera cobarde de escapar, pero fue la forma mas facil que encontre de no recordarla constantemente y evitar que el dolor acabase conmigo. --No pense que tardarias tanto en venir, asi que supongo que ahora parece un poco infantil -- mi padre me mira con la disculpa reflejada en sus ojos y aprieta mi mano con suavidad--. Quise que cuando vinieses a verme, no te sintieses extrana en una casa que no era la tuya. --Es perfecta, papa. Me encanta, de verdad. Sin mediar palabra, observo cada rincon del cuarto y me sorprende encontrarme con algunos objetos que creia perdidos, pero que al parecer se llevo mi padre cuando se fue para sentirme un poco mas cerca. No le culpo, se que dejarme en Madrid fue lo mas duro que ha hecho nunca, pero fue una decision que ambos tomamos y que tuvimos que aceptar. Dejo las maletas con cuidado sobre la cama y me dispongo a ordenarlo todo. Mi padre me anuncia que debe volver al trabajo y que volvera sobre las ocho de la tarde si no se complican las cosas en la oficina. Al parecer, ahora es uno de los jefes y, ademas de ganar mucho mas dinero del que nunca podria haber imaginado, tiene que encargarse de cientos de cosas que le roban mucho tiempo y le mantienen distraido. Entiendo que se refugiase en el trabajo, asi ha conseguido mantener su mente ocupada y no verse solo durante horas ante la posibilidad de que mi madre ocupase sus pensamientos. Cuando lo tengo todo bien ordenado y he hecho de esta habitacion algo totalmente mio, me dispongo a encontrar la cocina y hacerme algo rapido de comer. Son mas de las dos del mediodia y mi estomago me esta pidiendo municion. Despues de diez minutos vagando por la casa, encuentro la cocina y en ella a un muchacho de unos treinta anos preparando distintas recetas que va dejando ordenadamente sobre la encimera. --?Hola? --me quedo parada en la puerta de la cocina, esperando que el chico entienda mi pregunta no formulada; ?quien es y que esta haciendo en la cocina de la casa de mi padre? --Oh, !hola! --el muchacho se gira para mirarme, mostrandome una sonrisa de lo mas sincera, unos ojos azules muy claros y una tez bronceada. Su cabello rubio cae sobre sus ojos y unas manos grandes me invitan a acercarme--. Tu padre me ha dicho que estarias muerta de hambre despues de tu viaje. Se le ha olvidado comentarme que te gusta, asi que he preparado un poco de todo para que puedas elegir lo que mas te apetezca --me sonrie y me muestra sus blancos dientes, totalmente alineados excepto uno; algo que me parece muy sexi--. Espero no haberme pasado. --No... No es necesario que hagas nada de esto, se cocinar y puedo encargarme de hacerlo sin ningun problema. --Nadie ha dicho lo contrario, pero soy el cocinero y este es mi trabajo. No me cuesta nada hacerlo, para mi es un placer y tu padre me paga muy bien por ello. --?Mi padre tiene un cocinero propio? --mis ojos se abren como platos y acepto su invitacion de sentarme en uno de los taburetes que acompanan a la barra americana, observando asombrada todos los platos que va dejando frente a mi. --Si. Bueno, tiene un cocinero, un chofer, un asistente y muchas personas que le ayudan a mantener la casa para que no se vuelva loco en el intento. --No sabia que mi padre era de esa clase de hombre de negocios --una sensacion totalmente desconocida empieza a oprimirme el pecho. No se que es, pero tiene pinta de que no me gusta nada que mi padre se haya convertido en un senorito despues de todo lo que luchamos para conseguir salir adelante. --Y no lo es, en absoluto. Mi madre es su secretaria en la empresa, se dio cuenta que desde que murio su mujer el no era el mismo y movio cielo y tierra para encontrar quien le ayudara a salir adelante y con la casa --el muchacho ha tenido que ver mi cara de desconcierto, puesto que rapidamente empieza a darme mas informacion--. Mi madre es lesbiana, no tiene ningun interes en tu padre, y por eso trabaja para el. Este dejo muy claro que solo queria a hombres trabajando para el. Es consciente de que nunca amara a nadie como amo a tu madre, pero todos sabemos que nadie es de piedra y el siente que mirar a otra mujer es faltarle el respeto a su esposa --el chico se encoge de hombros mientras acaba de dejar los ultimos platos frente a mi y le sonrio agradecida. No entiendo por que mi padre se comporta de este modo, nunca ha menospreciado a las mujeres; al menos no que yo sepa--. Es normal que pienses que es una actitud algo machista, pero asi se quita una preocupacion y no tiene que pensar en si se fijara en alguien y como podria afectarte eso a ti. --Entiendo... --mi mente viaja hasta todas y cada una de las conversaciones que he mantenido por telefono con mi padre casi a diario durante los anos que hemos estado separados y en ninguna habia mencionado nada de todo esto.
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Gabriel de Sylvius (Dinastia 1) de Sofia Navarro
https://gigalibros.com/gabriel-de-sylvius-dinastia-1.htmlPrimer tomo de la saga vampirica “Dinastia”.Gabriel es el hijo primogenito de los Duques de Sylvius en la Francia del siglo XVI. A pesar de las comodidades que le ofrecen sus titulos de nobleza, Gabriel decide unirse al seminario de los Jesuitas para convertirse en sacerdote. Siendo el mas adelantado de su clase, el joven recibe la proteccion del Obispo de Paris. Entre los muros de Notre-Dame, su aprendizaje apenas acabara de empezar.La saga Dinastia recorre mas de cuatrocientos anos de historia, a traves de Europa y America, siguiendo los pasos del Senor de los Vampiros, sus hijos y sus nietos.
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Corazon en deuda de Kim Lawrence
https://gigalibros.com/corazon-en-deuda.html“Ven conmigo a Italia... y hazte pasar por mi prometida”.
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Un amor de pelicula de Rachel Winters
https://gigalibros.com/un-amor-de-pelicula.htmlTras siete anos como asistente, Evie Summers esta lista para obtener la promocion que se merece. Pero la agencia de cine donde trabaja esta en la cuerda floja y Evie perdera su trabajo si no consigue convencer a su cliente mas importante y arrogante para que termine de escribir el guion de una comedia romantica de Hollywood.
Cuando el guionista confiesa que no hay nada escrito, Evie le propone un pacto: si ella puede probarle en tan solo tres meses que es posible enamorarse en la vida real como en una pelicula, el escribira el guion. Evie se embarca en una mision a contrarreloj: recrear todos los primeros encuentros de las peliculas romanticas para conocer a un hombre de la misma manera que Sally conocio a Harry o Hugh Grant se enamoro de Julia Roberts en Notting Hill. -
La distancia entre dos besos de Olivia Kiss
https://gigalibros.com/la-distancia-entre-dos-besos.htmlAmber quiso gritar de frustracion cuando escucho que su hermano soltaba un suspiro largo y daba un paso hacia atras alejandose del capo abierto del coche. El nego con la cabeza, cruzado de brazos y con una arruga surcando su frente. --No entiendo que es lo que le pasa. --?Estas seguro? Vuelve a mirarlo. --Amber, es la tercera vez que lo hago y no veo nada raro que provoque que el coche se caliente --explico su hermano James tras bajar el capo con el brazo y cerrarlo--. Lo siento. Tendras que ir al mecanico del pueblo, no sera para tanto ?no? Casi como quitarme los ojos con una cucharita de cafe, penso. Y luego se corrigio a si misma en lo referente a los ojos porque lo cierto era que, Ezra, el unico mecanico de Sound River, era un imbecil de primera, si, pero no podia negarse que alegrase la vista de cualquiera. Amber hubiese pagado a cambio de que fuese un hombre sudoroso y poco atractivo, pero, en cambio, tendria que enfrentarse a el, con su interesante rostro y sus increibles ojos azules. La cuestion era que Ezra la odiaba. ?Por que? Pues porque una manana de otono, cuando ella salia de la cafeteria que siempre frecuentaba con sus amigas y que estaba enfrente del taller, habia tropezado y le habia tirado encima el cafe con leche tamano gigante que llevaba en la mano. Desde entonces, el le habia hecho la cruz. Hasta el punto de que, unas semanas atras, en la puerta de esa misma cafeteria cuando ella le pidio explicaciones por la cara de malas pulgas que le dedicaba cada vez que se cruzaban, el habia decidido pagarle con la misma moneda y recrear el episodio en el que se habian conocido, esa vez con ella en el papel de chica que recibe un chorro de cafe en la cabeza. La experiencia no habia sido agradable, no, y Amber temblaba de rabia solo de pensar en Ezra, algo que, remontandonos al punto de partida, significaba que era un problema que el unico que la pudiese ayudar a arreglar su coche fuese precisamente el tipo que mas parecia detestarla. --Esta bien. Si no hay mas remedio, lo llevare --dijo resignada. --No tardes. --James alzo una ceja en alto--. Me preocupa que vayas con ese trasto en malas condiciones, ?quien sabe lo que podria ocurrir? --No exageres --concluyo mientras los dos se dirigian hacia el rancho por el sendero que conducia hasta la entrada. Al llegar, se despidieron en el pasillo cuando James dijo que iria a darse una ducha y Amber entro en la cocina y busco algo para picar. Ella siempre tenia un hambre voraz. Por suerte, era de constitucion delgada y, ademas, una persona muy nerviosa que no solia parar quieta casi nunca; gracias a eso, seguia manteniendose en forma. Ese dia, tras abrir varios armarios y no encontrar nada interesante, puso un par de tostadas a calentar y saco un bote de mermelada de fresa casera antes de sentarse en la mesa de la cocina. Katie entro en la estancia. Junto a Hollie, era su mejor amiga y un apoyo incondicional. Las tres se habian conocido siendo unas ninas y, llegados a aquel punto, no tenian secretos entre ellas. Como la confianza daba asco, Amber ni se inmuto cuando Katie le quito una de sus tostadas y se sento en la mesa a su lado. La senalo con la cabeza. --Tu maravilloso novio no ha encontrado el problema del coche --se quejo Amber--. Ten hermanos para esto. Katie sonrio y se unto la tostada con mermelada. --Bueno, no puede ser perfecto en todo. --?Que insinuas? --pregunto Amber. --Que ya es perfecto en muchas otras... cosas. --Oh, !por favor! !Es mi hermano! Nada de detalles sobre lo que sea que haceis en el dormitorio todas las noches. Suficiente tengo con vivir bajo el mismo techo que vosotros. --No digas tonterias --dijo Katie. --No lo son. Algun dia tendre que mudarme. --!Eso no es cierto! El rancho es de los dos y no tienes que irte a ninguna parte. Amber lo sabia. Antes de morir, su padre, les habia dejado a ella y a su hermano el rancho de la familia Faith en igualdad de condiciones. A dia de hoy, James se ocupaba del ganado y de las tareas externas, y ella llevaba las cuentas y la parte administrativa. Sin embargo, desde que la relacion entre James y Katie se habia consolidado y ella se habia mudado alli, Amber no dejaba de pensar en que, algun dia, tendria que irse. Y no por ellos, que probablemente no la dejarian escapar jamas, teniendo en cuenta que el la adoraba y que Katie era una de sus mejores amigas, sino por ella misma. De repente, Amber habia empezado a pensar en la posibilidad de tener su propia familia y su propia casa; poder decorarla a su gusto, marcar sus normas, pasearse a sus anchas vestida con una camiseta y ropa interior o darse un bano de espuma con la puerta del servicio abierta de par en par para poder escuchar mientras la musica que sonaria desde la habitacion de al lado. Lo cierto era que, verlos a ellos, tan acaramelados y felices, habia despertado en Amber esos deseos que nunca antes se habia planteado. ?El problema? No habia chico. Ningun chico. Aunque, por otra parte, bien podria mudarse sola. Por alguna razon, desde nina, siempre se habia imaginado a si misma haciendolo cuando encontrase al hombre de su vida y, entre ambos, buscasen una propiedad que fuese al gusto de los dos. Desde hacia unos anos, ese ideal de pelicula se iba convirtiendo en una escena menos clara. Para empezar, porque en Sound River, el pequeno pueblo donde habia nacido y en el que seguia viviendo, no existian tios que valiesen la pena. --Tendre que ir al taller ahora luego --dijo con un suspiro. --?Al de Ezra? Te deseo suerte --bromeo Katie, pero, en realidad, lo decia completamente en serio. Ahogo una risita antes de darle un mordisco a su tostada. 2 Sorprendido, Ezra alzo la cabeza cuando vio el coche que entraba en su taller y, aun mas importante, a la chica que lo conducia. Amber Faith. Fruncio el ceno de inmediato y se limpio las manos con un trapo antes de animarse a ir a su encuentro. Ella bajo del coche y cerro la puerta con un golpe seco. Los dos se miraron en silencio unos segundos hasta que Amber se atrevio a romper la tension del momento. --Mi coche se calienta --se limito a decir. --Que bien. Enhorabuena. --Necesito que lo arregles. Ezra le mostro una sonrisa pretenciosa y se apoyo en el capo de otro coche que tenia en el taller. La miro de los pies a la cabeza. El verano habia llegado a Sound River y ella vestia unos pantalones cortos y un top con escote de corazon y de color rojo que hacia juego con las sandalias llenas de piedrecitas. El torcio el gesto. --Prueba a cambiar el tono mientras me lo voy pensando. --?Que tono? --replico impaciente. --Ese necesito que lo arregles como si trabajase para ti. --Trabajas para mi. Pienso pagarte --matizo. El alzo una ceja y se cruzo de brazos. Cuando lo hizo, Amber intento en vano no fijarse en la piel bronceada y en la camiseta negra de tirantes que vestia y se ajustaba a su torso, revelando que estaba mas en forma de lo que ella deseaba admitir. --Te estas equivocando. Este es mi taller, asi que yo decido que trabajo acepto. Dame una buena razon para no pedirte que te largues por donde has venido. --?Ser un buen mecanico? Por ejemplo. --No me convence. Prueba otra mas. --?No comportarte como un idiota? --Estas perdiendo puntos, carino. --Vale, ?sabes que? Tu ganas. Adios. Ezra la miro divertido y avanzo hasta ella para cogerla de la muneca antes de que pudiese subir al coche. La solto de inmediato. ?Que habia sido eso? Casi podia ver las chispas saltando a su alrededor y no le gustaba, no, no le gustaba en absoluto... --Dejame echarle un vistazo --dijo secamente. --De acuerdo, si insistes... --Ella sonrio. El abrio el capo del vehiculo y lo observo con detenimiento mientras ella seguia parada a su lado. Encendio el vehiculo un par de veces y reviso algunos cables. --Vuelve a contarme lo que le ocurre. --Se calienta --repitio Amber--. Y cuando eso pasa, se para de repente. Me ocurre cada dos o tres dias; voy conduciendo y, pum, deja de funcionar. Ezra la miro por encima del hombro. --?Y luego arranca otra vez? --Si. Dejo pasar unos minutos para que se enfrie y vuelvo a encenderlo. --?El indicador de la temperatura te avisa? --Veo como sube la aguja, si. El alzo los brazos y bajo el capo del coche para cerrarlo. Volvio a limpiarse las manos y se giro con lentitud hacia ella, que seguia parada en medio del taller. --Lo arreglare. Dame una semana. Amber pestaneo varias veces, confundida. --?!Una semana!? !Necesito el coche! Ezra senalo el taller con la cabeza. --Carino, se que crees que eres muy especial, pero como puedes ver hay otros clientes que llegaron antes que tu y yo solo tengo dos manos. --Su mirada se volvio de repente intensa y picara--. Se usarlas muy bien, pero no hago milagros. --Cuatro dias --negocio. --No. Tendras que respetar el turno. Amber apreto los punos y noto como se le disparaban las pulsaciones por culpa de los nervios. Podia ver en la mirada de el que la estaba retando y que, aunque era cierto que habia mas coches en el taller, probablemente podria hacerlo antes; sus ojos azules y llenos de diversion le decian que estaba disfrutando del momento y, por alguna razon, a ella le sacaba de quicio el y esa costumbre de ir por ahi con actitud de perdonavidas, como si el mundo estuviese a sus pies y tuviese derecho a odiarla sin razones. Por eso, termino negando con la cabeza. --No te preocupes. Ya encontrare a alguien que sepa usar las manos aun mejor y mas rapido que tu --se burlo haciendo alusion a su comentario, que habia sonado como una provocacion-- . Gracias por tu tiempo. --Creeme que te hago un favor cuando te digo que te estas equivocando. --?Puedes devolverme las llaves? --pidio. --Claro. --Se las dio y luego le abrio la puerta del coche con una expresion burlona como si fuese un perfecto caballero. Ella lo ignoro y subio al vehiculo--. Suerte. --!Lo mismo te digo! !Ups, no! Miento.
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Eres mi dosis de Nerea Vara
https://gigalibros.com/eres-mi-dosis.htmlStephen Sinclaire decidio cerrar su corazon el dia que lo hicieron anicos cuando solo era un adolescente. Desde entonces se rige por tres reglas que nunca incumple: el manda, no repite con la misma y jamas suplica. Dedica su vida a su carrera en la NBA, hasta el dia en el que su rodilla sufre grandes danos y debe cambiar de profesion…
Alyssa Mills se muda a Charlotte para acudir a la mejor universidad de interpretacion y de paso, poder huir de su novio maltratador. Rie, se divierte, acude a fiestas de fraternidades y vive bajo el continuo temor de ser encontrada por el. Hasta que un nuevo profesor se une a la plantilla y hace que comience a ver el mundo con otros ojos.
Amor, lucha interna de sentimientos y verdaderas amistades, en una historia que te demostrara como la edad y las circunstancias le importan bien poco al corazon.
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No cambies por mi, Rubi de Olivia Saint
https://gigalibros.com/no-cambies-por-mi-rubi.htmlSiempre hay una segunda oportunidad en el amor
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El feminismo lo cambia todo de Silvia Claveria
https://gigalibros.com/el-feminismo-lo-cambia-todo.htmlEl feminismo, por fin, ha conseguido un poco de atencion en la sociedad y en los medios de comunicacion. Nos hacemos preguntas y buscamos respuestas pero, en demasiadas ocasiones, nos encontramos ante falsedades y medias verdades. O incluso ante conceptos indescifrables. ?Mansplaining, manterruption?
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El terror – Dan Simmons de Dan Simmons
https://gigalibros.com/el-terror-8211-dan-simmons.htmlLa verdadera historia de una legendaria expedicion al Artico, transformada en una excitante y extraordinaria novela en la linea del mejor Stephen King o Patrick O’Brien y llevada a la TV en una extraordinaria serie de 10 episodios.
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Te necesito en mi vida de Janis Sandgrouse
https://gigalibros.com/te-necesito-en-mi-vida.htmlDaniela es una joven que regenta una pequena casa rural en un pueblo a las afueras de Madrid.Hace mucho tiempo que no tiene a nadie a su lado. Ocupa todo su tiempo en su trabajo, sus sobrinas y su hermana.Tras los graves sucesos que le ocurren a su hermana, afloran los recuerdos de su adolescencia, aquellos momentos en los que debia maquillarse mas de la cuenta para ir al instituto.Y en la sala de espera del hospital, se encuentra con el.Su primer amor, su primer beso, su primera despedida creyendo que nunca volveria a verle.
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Besame primero de Lottie Moggac
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Una intensa opera prima sobre los peligros del mundo online. -
Aqui le echamos muchos huevos… a la tortilla, Garcia de Saura de Garcia De Saura
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Alguien Que No Soy (Mi eleccion 1) de Elisabet Benavent
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La chica con pies de cristal de Ali Shaw
https://gigalibros.com/la-chica-con-pies-de-cristal.htmlCon esta fabula sobre el amor, bella, singular y exquisitamente triste, el escritor britanico Ali Shaw ha visto como su primera novela se convertia en un hallazgo literario. La chica con pies de cristal ha recibido excelentes criticas en Inglaterra y Estados Unidos, ha obtenido el Premio Desmond Elliot y ha sido finalista del Premio Costa de Primera Novela y del Premio Crawford, ademas de traducirse a catorce idiomas. Extranos sucesos ocurren en el remoto archipielago de Saint Hauda. Criaturas de una rara belleza sobrevuelan la marisma helada y animales albinos encuentran refugio en los bosques, mientras las medusas iluminan con destellos electricos el oscuro fondo del mar. Tras unas breves vacaciones en una de las islas, la joven Ida Maclaird descubre que sus pies se estan volviendo de cristal. Alarmada, Ida regresa a Saint Hauda en busca de una explicacion a este fenomeno.
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Las recetas de la dieta del metabolismo acelerado (Coleccion Vital), Haylie Pomroy [PDF] de Haylie Pomroy
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Como te veo yo, Abril Camino de Abril Camino
https://gigalibros.com/como-te-veo-yo-abril-camino.html -
Mas dulce que el cafe 2 de Miki Russo
https://gigalibros.com/mas-dulce-que-el-cafe-2.htmlLa verdad finalmente ha quedado al descubierto y Kari esta destrozada. Ya no quiere saber nada de Roberto. Se siente tonta y utilizada. Su unico deseo es dejar el dolor atras, retomar su vida y olvidarse de el... o al menos intentarlo, ya que parece ser imposible. Roberto esta arrepentido de sus errores y no quiere perder a Kari, pero su pasado no le deja muchas opciones para recuperarla. Resignarse parece ser el unico camino, pues los problemas llegan uno tras otro y las dudas y temores no dan tregua. Kari y Roberto vuelven a encontrarse, pero las cosas ya no son como antes. El dano ya esta hecho y no existen muchas posibilidades de repararlo. ?Pueden dos corazones rotos curarse el uno al otro? ?Donde esta el limite del perdon? ?Que sacrificio estas dispuesto a hacer por amor? El cafe, aunque sea por naturaleza amargo, esta lleno de matices, igual que el amor. Sin embargo, de nosotros depende que tan dulce pueda ser.
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Susurros de amor (El corazon de un libertino 4) de Kathia Iblis
https://gigalibros.com/susurros-de-amor-el-corazon-de-un-libertino-4.htmlContinua la serie <
> con esta cuarta entrega. -
Efectos colaterales del amor de Krystal Sutherland
https://gigalibros.com/efectos-colaterales-del-amor.htmlHenry cree en el amor para toda la vida. Y cuando conoce a Grace, excentrica y coja, se enamora perdidamente de ella contra todo pronostico. Pero el pasado de ella oculta secretos que aun esta intentando
superar, y un nuevo amor no forma parte de sus planes futuros.
Juntos, recorreran el emocionante y complicado camino del primer amor, con consecuencias imprevistas.
Dos personajes con sentimientos a flor de piel y mentes brillantes esforzandose por comprender la eterna lucha entre corazon y cabeza, entre recuerdo y esperanza. -
Un lugar al que volver de Jose A. Perez Ledo
https://gigalibros.com/un-lugar-al-que-volver.htmlVerano de 2017. Cuando Tomas se queda en el paro, decide aceptar un singular trabajo. Ejercera como chofer y guia de Tess, una adinerada mujer de Miami, y su hija adolescente en un viaje de tres semanas por el sur de Espana. Solo pone una condicion: ser acompanados por Hugo, su hijo de 13 anos, con quien mantiene una complicada relacion desde su divorcio.
Asi es como estos cuatro personajes emprenden una travesia que los llevara hasta los origenes familiares de Tess y en cuyo recorrido descubriran que las cosas mas importantes no son necesariamente las
mas urgentes.
Decia el fotografo Henri Cartier-Bresson que la mision ultima de la fotografia consiste en atrapar ese momento unico que ya nunca volvera a producirse. Lo llamo <>. De esos momentos fugaces e irrepetibles trata esta novela. -
Desde aquella orilla de Juan Alberto Alfaro Saavedra
https://gigalibros.com/desde-aquella-orilla.html“Helenio, al que todos llaman Hely, da un giro a su vida dedicandose a viajar y vivir de ello. Lo que no sabe es que, en un solo dia, una historia de amor cambiara por completo su diario de viajes, ese que nunca debio cerrar. Alba, su amor, es el principio y el fin. India es el escenario de una aventura inacabada”.
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Humanos de Tom Phillips
https://gigalibros.com/humanos.htmlLos humanos contemporaneos han recorrido un largo camino en sus setenta mil anos de paso por la tierra. Arte, ciencia, cultura, comercio: en la cadena evolutiva somos verdaderos ganadores. Pero lo cierto es que no siempre ha sido un viaje facil y, a veces, muy puntualmente, hemos llegado a pifiarla de verdad.