• elizabeth betancourt - Elizabeth Betancourt

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    La temperatura en Copenhague invitaba a salir y montar en bici, su actividad favorita. No habia nada mejor que el viento fresquillo que removia su melena de color platino haciendola sentirse tan libre como los pajaros a los que solia observar su padre en sus ratos libres, yendo sin pereza alguna hasta De Sondermarken. Un hermoso parque que enorgullecia a los copenhaguenses. Lo mejor de todo, paseando con su bicicleta era el poder ver a diferentes personas, cada una con su propio estilo, con gestos divertidos o preocupados que motivaban a Annelise a reflexionar sobre el mundo que la rodeaba, a preguntarse si en ese preciso momento alguien en la otra punta del planeta divagaba sobre las mismas cuestiones que ella. Resoplo por enesima vez, mirando el sol brillar desde la ventana de su habitacion. --?Sigues asi? --La voz de su madre la asusto y la joven dio un respingo, mirando por encima de su hombro para ver a su progenitora con una sonrisa nerviosa, plantada en el rellano de la puerta como una flor. --Estoy harta de estar metida aqui. No comprendo porque hacer una buena accion me provoca tanto dolor de cabeza. !No debia haber dicho nada! --Respondio Annelise a su madre, volviendo su cara otra vez hacia delante, concentrandose en los ninos que jugaban a la pelota en la calle. !Que envidia les tenia! --!No puedo creer lo que me estas diciendo, jovencita! !Retira eso de inmediato! Tu padre y yo te ensenamos una buena educacion basada en el respeto, la sinceridad y el amor. --Le echo la bronca la mujer. Annelise se dio la vuelta otra vez, mirando a su madre con lamento. No queria decir eso, por supuesto que no lamentaba haber ayudado a la policia para que pudieran meter tras las rejas a ese hijo de puta cuyo hobbie era violar a cualquier mujer que pudiera alcanzar, pero desde el momento en que juzgaron a Harald Adamsen con sentencia de diez anos de prision, su mundo habia cambiado por completo. --Mama, no queria decir eso, es que... Esa buena accion solo me esta llevando a la locura. -- Se explico Annelise, pero su progenitora seguia mirandola con ese ceno arrugado, ese brillo de decepcion en sus ojos hermosos de color violeta que ella habia heredado. --No es la buena accion la que te lleva hacia la locura, mas bien, el encierro, lo cual es totalmente comprensible. Tu padre y yo hemos pensado en eso y tenemos la solucion. -- Respondio Inga Dahl con un tono pausado, como si temiera la reaccion de su hija. --?Solucion? ?Que solucion? --Pregunto la joven mirando con ojos abiertos como platos. Las novedades no le gustaban nada, preferia centrarse en la comodidad de una rutina y no llevarse sorpresas. A Annelise le gustaba tenerlo todo controlado y mas que el encierro, lo que le provocaba horribles dolores de cabeza, era el hecho de no tener el control desde hacia ya tres meses. Para colmo, su familia se encerraba junto con ella y el estres aumentaba por momentos. --No te me vuelvas loca, hemos hablado con el agente Bodilsen y el cree que nuestra idea es fantastica. --?Por que no me lo habeis consultado a mi ? --Pregunto Annelise atonita. Su ojo derecho empezaba a parpadear haciendola parecer un robot, cuyo hardware esta estropeado. Un tic que la muchacha no podia controlar en momentos de nervios a flor de piel. --Cielo, no creo que ahora mismo tengas la capacidad para tomar decisiones... --Empezo Inga y su hija jadeo ofendidisima. --Dejame terminar, cielo. Veras que te gustara lo que tenemos pensado. Somos tus padres y nunca hariamos algo que no fuera beneficioso para ti y para tu vida. No hay nada mas importante para un padre que el mundo de su hijo sea perfecto, si pudieramos, probablemente la mayoria optariamos por encerrar a nuestros pequenos en una burbuja de color rosa para que siempre esten a salvo, pero el mundo no funciona asi, la realidad que nos rodea nos obliga tomar decisiones que pueden ser tristes, pero son las mejores para educar y ensenar a nuestros hijos como enfrentarse a las situaciones que nos depara este mundo. --Mama empiezas a asustarme... --Murmuro Annelise entrecerrando sus ojazos adornados por unas pestanas bien definidas. --Has estado arropada siempre por nosotros... La nina de nuestros ojos, nuestra unica hija que recibio todo nuestro amor, un carino y apoyo que siempre tendras, pero es hora... --?Me estas diciendo con palabras bonitas que me largue de casa? --Pregunto Annelise estupefacta. --No exactamente, cielo. --Dijo Inga, mirando a su hija como si esta fuera una bomba de relojeria. --Tienes veinticinco anos y nunca has estado fuera de esta ciudad, lejos de todo lo que conoces. Apenas conoces a gente y eso no es normal. Hemos pensado con tu padre, que podrias aprovechar esta situacion e irte a Espana, donde Lucia, mi mejor amiga. Tiene una granja de sandias, su casa es hermosa y la ciudad donde vive, te robara el corazon. Sera una nueva experiencia y ademas, estaras a salvo. Ningun Adamsen podra encontrarte alli. Annelise miraba a su madre, incredula. No podia creer lo que estaba oyendo. --Dime que estas bromeando. ?Enserio me estas diciendo que encima que estoy encarcelada aqui, metida entre estas cuatro paredes, ahora debo alejarme de mi entorno? ?Ir a un pais que no conozco y con personas que nunca he visto en la vida? --Oh, cielo, Lucia es encantadora. Tiene dos hijos y uno es de tu misma edad casi, son un pan de dios. Podrias tomarte esto como unas vacaciones. Ademas, ?sabias que muchas de las playas de Almeria son de origen volcanico y que tienen el observatorio astronomico mas grande del mundo? Annelise volteo los ojos y respondio. --Mama estoy segura de que es un sitio hermoso y bla, bla, bla, pero yo quiero estar en mi casa, en mi ciudad. No voy a ningun lado que os quede claro. No pienso huir de estos matones cuando no he hecho nada malo. La policia esta obligada a cuidarme como su testigo de proteccion que soy y no mandarme a kilometros de distancia lejos de mi casa. Estallo la joven y se acerco a su madre. Le sacaba tres cabezas, Inga se veia a su lado diminuta y eso que no era bajita, media metro sesentaisiete. --Iras. --Hablo Inga Dahl, empleando ese tono que usaba tan pocas veces que se podia contar con los dedos de las manos, pero que no admitia discusiones. Su mirada era de fiera, tan iracunda que Annelise sintio que su aliento se detenia. --Mama... --Hizo un intento de protestar, pero fue callada en el instante y es que su dulce y carinosa madre, cuando deseaba podia intimidar mucho. --Eres una egoista Annelise. --Afirmo la mujer con una voz que indicaba reproche y su hija la miro estupefacta. Parecia que pronto se iba a echar a llorar, pero la situacion en la que estaban exigia decisiones radicales. Era hora de que Annelise creciera y se hiciera cargo de algunas cosas, empezando por probar cierta independencia que sus padres le habian negado, sin darse cuenta en que ese exceso de apoyo podria dificultar el futuro a su querida hija. --?Por que dices eso? --Pregunto la joven con voz tremula. Inga suspiro, dandose cuenta hasta que punto sensible era su nina. Aquello era horrible, el mundo se la iba a comer si seguia asi. Su esposo y ella nunca antes se habian planteado ese dilema, pero convivir tanto tiempo con su hija, pasar tantas horas juntos, les habia hecho darse cuenta de algunas cosas. --No te importamos. Estando aqui nos pones en peligro. El padre de Harald Adamsen fue pillado antes de ayer a unos kilometros de nuestra residencia. ?Coincidencia? No lo creo y el senor Bodilsen, tampoco. Es increible que con tal de sentirte a salvo, estes de acuerdo en arriesgar la vida de tu padre y la mia. Provocarnos ese dolor de cabeza constante, ese temor insoportable de que te maten, te danen y de paso a tu padre y a mi. Contesto la mujer que conocia bien a su hija y sabia que podia ser de todo menos egoista. Ese era el ultimo "As" que se sacaba de la manga. !Debia alejarla de Copenhague! !No, debia alejarla de Dinamarca! Si para ello se veia en la obligacion de tratarla con frialdad y de culparla por esa situacion, Inga estaba dispuesta. !Mas valia un hijo enfadado y triste que uno bajo tierra! --!Mama, no me puedo creer lo que estoy escuchando! !Jamas en la vida se me ocurriria poneros en peligro! --Exclamo su nina mientras lloraba sin siquiera percatarse de eso. --!Pues no demuestras eso, Annelise! Si realmente te importara y supieras la magnitud de lo que esta pasando, estarias de acuerdo en irte a Almeria donde Lucia. Eso calmaria el ambiente, los Adamsen se olvidarian un poco del asunto al darse cuenta de que no estas aqui y de paso conocerias un nuevo pais, nuevas personas, una nueva cultura. Dijo Inga gritando. Annelise se quedo sin habla. Lamentaba tanto haber vivido aquel maldito lunes… --Pero, si algun Adamsen os ataca en mi ausencia, me pesara en la conciencia el no haber estado aqui, junto a vosotros y ademas... ?Que pasara con mi trabajo? --Pregunto la joven cuando recupero el habla. --Su principal objetivo eres tu. A nosotros no se nos acercaran si no te ven por aqui y ademas, el agente Bodilsen estara protegiendonos a pesar de tu ausencia. En cuanto a tu trabajo como profesora de guarderia, siento decirtelo cielo, pero ya lo has perdido... No creo que te vuelvan a contratar. Los padres estarian en contra porque inconscientemente pensarian que sus hijos estan en peligro contigo. Si te vas a Espana igual hasta encuentras un trabajo, no como profesora, pero bueno, hay muchas variedades de empleos, asi pruebas cosas nuevas, carino. Annelise resoplo. Estaba claro que a sus padres se les habia metido la mosca en la cabeza de enviarla donde la tal Lucia. ?Que podia hacer? Nunca se habia alejado de los suyos por mucho tiempo... Aquello iba a ser dificil, pero pensar que les ponia en peligro con su presencia alli, la animaba a tomar esa resolucion tan drastica. --Bien, pero prometeme que me llamareis todos los dias, sin falta. Dijo finalmente la joven. Su madre podia apreciar el miedo en sus ojos y se le partia el corazon, pero una madre debia hacer lo mejor para su hijo e Inga no era muchas cosas, como: Buena deportista, buena en dibujo e inclusive la cocina se le daba de pena, pero si era una buena madre, capaz de parar la rotacion de la tierra, bajar la luna y cualquier barbaridad que se le pudiera ocurrir a uno, con tal de hacer feliz a su nina.

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  • Suenos (Italia 1) de Elizabeth Betancourt

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    La maleta vieja y desgastada sobre la cama matrimonial provocaba que sus pensamientos revolucionaran otra vez. Las preguntas asaltaban su cabeza sin contemplacion, cada reflexion parecia un latigo que golpeaba su cabeza como si deseara castigarla. --Esto es una completa locura, Melania. --Las palabras de su prima, la perfecta, siempre coherente y logica Danna, aparecian en su mente como si de un disco rayado se tratara. Su familia adoptiva, La tia Mitzi, el tio Arnold y por supuesto, Danna, conseguian hacerla dudar de si misma desde que tenia memoria. Todo lo que comenzaba a emprender y cualquier idea que se le cruzara por la mente era considerada una "locura". --"Deberias de pisar la tierra firmemente, Melania. !Fijate en tu prima! Ha logrado conseguir un contrato fijo en el supermercado y ahora tiene un trabajo digno y mas o menos bien pagado. Tu siempre aspirando a cosas imposibles... !Debes ser realista Melania! --Solia decir la tia Mitzi a menudo y tarde o temprano lograba disuadirla de aquellas ideas fantasiosas que provocaban suenos de una vida diferente, una en la que se sintiera llena y ese vacio que la llevaba persiguiendo desde siempre finalmente se disipara como las cenizas del fuego que se las llevaba el viento. La mayoria de las personas, al menos aquellas que formaban su entorno, elegirian la seguridad que les proporcionaba esa rutina y aparente apacible vida que mas que pacifica era tediosa, tan estatica que llegaba a ser pesada y hartaba. Si, en definitiva, su alma necesitaba poder brincar, poder sentir una emocion nueva, sentirse viva en verdad. Hasta hacia una semana ni se le habria cruzado por la mente algo como lo que estaba a puntito de hacer. Trabajaba en el taller de costura de sus tios porque a Danna nunca se le habia dado bien aquella labor, el taller y la costura la aburrian de sobremanera, encontrar el empleo de jornada completa en el supermercado habia sido una feliz noticia para ella, pues le gustaba moverse y en ese trabajo una siempre reponia estanterias, ordenaba, hacia inventarios y mil cosas mas, ademas se llevaba estupendamente con sus companeras de trabajo y no la habia costado integrarse en el grupo de "Mercomax". Quien habia tenido que cargar con la dificil pareja que eran Arnold y Mitzi Wilson, habia sido la joven Melania que habia aprendido desde nina a lidiar con el temperamento de sus tios. Lo cierto es que les amaba con locura, se habian hecho cargo de ella sin dudarlo ni por un segundo en cuanto sus padres, cuyos rostros apenas recordaba, no, lo cierto es que no los recordaba, se habian muerto en un accidente automovilistico dejandola sin el amparo que representaban sus figuras con tan solo un anito de edad. El agradecimiento que sentia por los Wilson era infinito, pues la habian dado techo, comida e incluso amor a su manera, pero sus formas de pensar contrastaban muchisimo con la suya. Ella deseaba con ansias poder caminar por muchos senderos y ver hasta que destino la llevarian. Sus suenos eran grandes y sin limites, a veces sentia que podia conseguir cualquier cosa que se propusiera, pero sus tios la bajaban a la tierra de inmediato, matando de un tiro todos los pajaritos que volaban por su cabeza. Tal vez fuera una sonadora irremediable a la que la realidad podia golpear con fuerza, pero una vida sin suenos, deseos y objetivos le parecia una forma de respirar insipida, como esos platos saludables que cocinaba a veces la tia Mitzi y que sabian basicamente a nada. Ni sal, ni condimentos... !Nada! Suspiro por enesima vez mientras borraba las gotitas de sudor de su frente con la manga de su camisa de algodon. En su mente habia una batalla, un gran dilema: Por una parte, su lado salvaje, ese tan lleno que aspiraba por nuevas emociones que podria conservar toda la vida en forma de recuerdos y por otro, la sensatez con la que habia crecido gracias a la firme educacion de sus parientes que preferian vivir en una burbuja contemplando el mundo a traves de su fina capa transparente. Para ellos, la realidad consistia en ciertos pasos que uno debia dar: El primero, por supuesto nacer. El segundo, estudiar. Despues elegir si continuar con estudios superiores o trabajar. Segun el tio Arnold, la educacion en la crisis que amenazaba al mundo actualmente era algo inutil que solo representaba gastos innecesarios que se podian ahorrar por si algun dia los necesitaban. El tercer paso consistia en encontrar un empleo e intentar ahorrar dinero, parecia que cuanto mas se trabajaba y menos se gastaba era mejor, como si el dinero se coleccionara. Algo que a Melania la costaba comprender, pues, aunque no habia compartido su opinion con nadie de sus conocidos, ella pensaba que si uno trabajaba tenia el pleno derecho de disfrutar de la manera en que vea correcta de su esfuerzo. Curiosamente, sus tios siempre se quedaban con todo el dinero que ganaba de las clientas del taller. Con los anos, la vista de Mitzi habia empeorado y a Melania se le daba muy bien coser y confeccionar... por lo tanto las mujeres del contorno solian acudir a ella. El dinero que ganaba iba directamente a las cartillas de ahorro de la familia, para posibles percances futuros, decian sus tios... Era una pena porque Melania deseaba desde hacia mucho tiempo poder pagarse un curso de Diseno de moda corte y confeccion. Le gustaba en verdad ese trabajo, era lo unico que provocaba el brillo en su mirada, queria avanzar, sentia una enorme creatividad en su interior que deseaba explorar. A veces se imaginaba a si misma creando disenos de vestidos y conjuntos hermosos, como las que llevaban las modelos en las pasarelas mas espectaculares de Paris que una podia ver gracias a internet. En su habitacion, tenia monton de libros que la duena de la libreria que se encontraba al lado del taller, habia tenido la amabilidad de regalarla. Casi todos eran sobre moda, era algo que la fascinaba e inspiraba. Melania movio su cabeza de un lado a otro, sus cabellos del color del vino tinto se movieron salvajemente golpeando la piel de sus mejillas, como si de esa forma pudiera borrar las dudas que estaban a punto de convencerla de quedarse y seguir con su vida tal y como llevaba veinte anos, pero una voz interior la gritaba que prosiguiera, que no debia temer y que ya era hora de abandonar el nido, de alzar las alas y ver lo que la deparaba esta nueva aventura, este nuevo capitulo del libro de su vida que deseaba abrir. --Llevas reflexionando una semana, Melania. !Ya lo tienes decidido! --Se dijo a si misma y un brillo adorno su mirada de color verde oliva. La hoja que habia imprimido seguia sobre su cama, al lado de su vieja maleta que habia logrado adquirir en una tienda de segunda mano. Era antigua, pero desprendia clase, segun Melania que se habia enamorado de aquella maleta a primera vista, imaginando un viaje memorable con una sonrisa de oreja a oreja, pues para alguien que llevaba estancada en la pequena ciudad pintoresca de "Boring", en el corazon de Oregon, era como una peripecia. Siempre que venia un visitante al lugar donde habia crecido y al cual conocia como a la palma de su mano, reia a carcajadas ya que el eslogan de aquella mini ciudad que ni debia ser catalogada como "ciudad", era: "El lugar mas excitante para vivir, todos los dias son una aventura". La frase que habia elegido el alcalde, un vejestorio que debia tener ciento veinte anos, pero que no cambiaba ni un apice de aspecto fisico como si fuera la reina de Inglaterra, contrastaba totalmente con el nombre de aquel sitio. Se acerco al papelito que se habia arrugado ligeramente, pues lo miraba cada noche antes de acostarse pensativa. Pronto las reflexiones sobre si esta decision era tan acertada como en su imaginacion, se convertian en suenos. Con una media sonrisa, lo tomo entre sus dedos y leyo por enesima vez el anuncio que iba mudar su vida: Fabbriche di Vergemoli (Toscana) La hermosa zona, frecuentada en el pasado glorioso del pais por grandes artistas, esta dentro del proyecto europeo de la compra de casas por un euro. Debido al gran descenso de habitantes del pais por culpa de la crisis, el gobierno ha optado por este nuevo y revolucionario metodo que es perfecto para los amantes de la naturaleza, las almas sensibles y artisticas que deseen la libertad y lanzarse a la gran aventura de reformar un hogar y devolverle su grandeza de antano en cinco anos. Para mas informacion, consulte a la siguiente direccion web: www.casasporuneuroeuropa.it El anuncio estaba acompanado de una imagen de la zona que quitaba el aliento. El verdor de los prados, el cielo de un azul tan claro y hermoso que seguramente las mejores poesias se debian haber inventado contemplando semejante panorama. Aquella tierra en plena primavera, adornada por varios colores intensos que se mezclaban en el verde del inmenso prado. Los rayos del sol parecian caminar por el campo y las flores parecian aplaudir antes de que la luna, como buena madre que era, les mandara dormir y descansar en el confort de la noche. Aquellos rayos iluminaban a un caseron de tejas verdes como si fuera el protagonista de un escenario de algun musical famoso. La paz que transmitia la imagen llevaba a la joven mujer a visualizarse sentada en las escaleras blancas decoradas con pequenas macetas de flores bien cuidadas, bebiendo una copa de vino blanco y observando la luna mientras sonaba despierta. En la pagina web, la descripcion de la hermosa casa, resultaba muy apetecible de aceptar la unica y especial oferta con la cual uno pocas veces podia encontrarse en la vida. Seis habitaciones, una sala de estar y comedor, una cocina, un mirador amplio con vistas espectaculares e inspiradores y un sotano, ademas de las extensas tierras que tambien estaban dentro de aquella oferta mas que generosa. --Es una propuesta tan diferente y singular que no aceptarlo y lanzarse podria llevarme a lamentarme y preguntarme durante el resto de mi vida lo que habria pasado en caso de haber aceptado... Hablo sola consigo misma, como solia hacer. A veces su familia la miraba como si fuera un bicho raro cuando hacia ese tipo de cosas.

  • Te mereces ser feliz (Matrimonios forzados 3) de Elizabeth Betancourt

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    Yvaine estaba de lo mas emocionada por ver a su futuro marido. Sus amigas, Abigail y Paige la habian ayudado para elegir el vestido de novia y comprarlo. Al principio se sentia avergonzada y les habia dicho que les devolveria el dinero, pero ellas se negaron en rotundo. Encontrarlas habia sido una de las cosas mas bonitas que le habian ocurrido en mucho tiempo y ahora se casaba con el hombre al que amaba. !La vida le sonreia! Por fin todo empezaba a ir sobre ruedas. Yvaine lo habia pasado mal, pero despues de la tormenta siempre salia el sol. Ese pensamiento era lo que la habia mantenido en pie durante los cinco anos que habia pasado con los Becker. Nunca iba a olvidar el dia en el que les conocio. Mientras escuchaba el traqueteo del tren y contemplaba tras la ventanilla la oscuridad, los recuerdos golpearon su mente y como si se encontrara en una maquina del tiempo volvio al diecinueve de Julio del ano dos mil catorce. Hace cinco anos: Odiaba Foreign Private School. Bufo mientras la profesora de espanol Maria del Mar la miraba entornando sus ojos negros. -Senorita Hoang no voy a tolerar sus ataques de colera en mi clase. -La dijo la mujer e Yvaine puso los ojos en blanco. !Si solo habia suspirado pesadamente unas cien veces! !Ni que fuera el anticristo! -Se dijo. -No es justo que ellos se lo esten pasando pipa en Madrid y que yo este aqui mortificada, aguantandola a usted y a su cara de vinagre, senora Maria. -Pues no hubiera suspendido y ahora podria estar en Madrid con sus padres, disfrutando del sol de Espana. -Le respondio la mujer, enfurrunada. -Es que no me gusta el espanol. -Replico Yvaine para molestarla. Le gustaba la forma en la que la mujer adquiria varias tonalidades de piel al enfurecerse. En realidad, le gustaba la asignatura, pero en los ultimos examenes no sabia lo que habia ocurrido, pero sencillamente no la apetecia estudiar. Las demas asignaturas las habia aprobado por milagro. – !Como que no te gusta el espanol! Es el idioma mas apasionado y rico. Los mas grandes poetas de la historia escribian en ese idioma que es musica para los oidos. ?Que sabreis los ingleses? -Dijo la mujer con cara de asco e Yvaine estallo en una carcajada. La profesora la taladro con la mirada y la dijo. -Es usted una bromista y rebelde Yvaine. Espero algun dia alguien sepa domarla. -Yo no soy inglesa senora loca, digo Maria. Soy orgullosamente escocesa. -Y asiatica. -La corrigio la profesora que en el fondo se divertia con las replicas de su alumna mas rebelde. -Ya… Pero en el corazon me siento escocesa y por Escocia muero y mato. -Dijo levantandose como si fuera una guerrera y como si su lapiz fuera una especie de sable o espada. La profesora casi se cae de la silla de la risa. Esa nina estaba como un cencerro. -Pobre del que va a ser tu marido, Yvaine. -Le dijo la mujer entre risas. -Ya se como hara todo lo que yo deseo. -Le contesto con la barbilla levantada y mirando como si hubiera descubierto un nuevo planeta. – ?Como? -Pregunto Maria, saliendole ya lagrimas por los ojos. -He oido a la directora hablando con la madre de Meghan. Dijo que su marido comia de la palma de su mano tan solo ella abriendo las piernas. Dijo que el senor Norton se la pasaba abajo horas. No se que queria decir, pero… – !Yvaine Hoang! !No deberias escuchar conversaciones de adultos! -Grito Maria, enrojeciendo hasta la raiz del pelo. Yvaine sonrio de oreja a oreja. – ?Sabe que cuando grita sus ojos parecen salirsele de las orbitas? – Pregunto curiosa y Maria parecia a punto de estallar. -Maria, parece que usted va a explotar como las bombas de Hiroshima y Nagasaki. -Le hablo Yvaine como si estuviera preocupada. – !Se acabo, pequena bruja! -Le dijo la profesora y se levanto de su silla que estaba detras de su escritorio, mientras Yvaine, riendo se levantaba para escapar. El juego tan absurdo fue interrumpido por el psicologo del instituto. Su expresion era tan seria que ponia los pelos de punta. – ?Sucede algo, Ronald? -Le pregunto Maria y el hombre respondio. -La nina debe venir conmigo. Sus padres acaban de ser victimas de un atentado en Madrid. -Le respondio en bajito, aunque Yvaine pudo oirlo. En ese momento su corazon se detuvo y una oscuridad la abrazo, perdiendo la conciencia. Cuando abrio los ojos estaba en una habitacion que desconocia, penso que todo habia sido una pesadilla, pero cuando una mujer de asuntos sociales se presento ante ella. Yvaine empezo a gritar que donde estaban sus padres, las lagrimas que derramaba quemaban sus ojos enrojecidos y sus gritos de angustia y miedo rompian el corazon de todos los presentes que eran sus profesores, el medico y aquella mujer que cambiaria su vida para siempre. La dieron unos tranquilizantes y al cabo de un rato ya sentia sus ojos cada vez mas pesados hasta que cayo en los brazos de Morfeo. La siguiente vez que desperto se acordaba bien de todo y mas calmada, aunque su corazon golpeaba tan fuerte en su pecho que creyo que se saldria, escucho lo que la mujer de asuntos sociales le tenia que decir. -Sus padres lamentablemente han fallecido en un atentado organizado en Madrid por un grupo de islamistas radicales. Al principio nos costo poder identificarlos, pero no hay duda. Son ellos ya que pudimos hacerles una autopsia y la policia espanola los reconocio como Scott Campbell y Akane Hoang. Yvaine se tapo con la mano la boca, sollozando y empezando a temblar. La mujer la abrazo e intento reconfortarla. Cuando sus sollozos disminuyeron, la senora le dio un clinex para limpiarse la nariz y los ojos. -Se que son tus padres, pero no comprendo por que no tienes el apellido de tu padre. -Le pregunto con voz suave. Yvaine, congestionada la respondio. -Mama queria que yo recordara siempre mi origen asiatico. A papa le parecio estupendo, de esa forma se podia apreciar que adoro a las dos culturas. -Aunque, un poco mas la escocesa. -Aclaro, haciendo sonreir a la mujer. -Yvaine, se que esto es muy dificil para ti. Perder a tus padres es algo espantoso y no quisiera que acabaras en una institucion porque pueden ser horribles. He buscado cuidadosamente un hogar para ti y he encontrado al perfecto. – ?Cual? -Pregunto ella, sin ganas. -Un pariente de tu padre. El unico que tiene. Iras a vivir con el y sus dos hijos, no estaras sola y el senor custodiara tu herencia. Son personas muy buenas, ya veras que todo mejorara. -Le dijo la mujer con una sonrisa e Yvaine asintio. Nada importaba, lo unico que deseaba era abrazar a sus padres. Al dia siguiente conoceria a los Becker y su vida cambiaria para siempre. Ella se transformaria, convirtiendose en alguien muy diferente al que imaginaba que seria de nina. El tren paro abruptamente e Yvaine abrio los ojos. Los tenia empanados, siempre que los recuerdos la asechaban ocurria eso. Borro la huella que habian dejado sus lagrimas con el dorso de la mano y bajo del tren. Hoy iba a casarse con Alistair Anderson, su alma gemela, estaba segura. Con una sonrisa que podia iluminar la torre Eiffel se encamino hacia el pequeno hotel donde habia alquilado una habitacion para maquillarse y ponerse el vestido de novia. Por desgracia sus amigas no la podian acompanar, pero Yvaine notaria su presencia y al de sus padres, que sabia que la contemplaban desde algun lado sonriendo, orgullosos.

  • Suenos (Italia 2) de Elizabeth Betancourt

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    Sentada en el bar, sumida en sus pensamientos, siquiera oia la triste musica de fondo que tanto se asemejaba a su estado de animo. Ya desde un inicio sabia que emprender el viaje hasta Italia era un riesgo, pero estaba dispuesta a arriesgar porque la seguridad en la que vivia en casa de sus tios era una ilusion, una carcel disfrazada de solidez, de una garantia de vida tranquila que era estatica sin cambio alguno, estando en un bucle que consistia en rutinas interminables de aburrimiento. No lamentaba haberse ido de "Boring", pero ni en sus peores pesadillas se habria imaginado que perderia todo por culpa de una mentira, por culpa de una farsante maquiavelica que a simple vista no parecia alguien de quien temer... Durante el viaje, aquel viaje inolvidable en el que habia conocido a Angela y a Domenico, habia pensado que podia fracasar con el proyecto que habia emprendido, pero por cuestiones economicas, no por el odio de toda una comunidad que la habia tratado al principio como una persona que merece respeto y carino, para despues sin siquiera escucharla, juzgarla y echarla de sus vidas como si fuera un perro callejero. Sus ojos todavia se empanaban al recordar lo perdida que se sentia al salir de la casa de Domenico. La habian sentenciado sin siquiera darle la minima oportunidad de poder defenderse. Habia creido que en seis meses la conocerian, sabrian la clase de persona que era y sobre todo, sabrian lo mucho que habia entregado de su amor a todos ellos. Una lagrima se deslizo por su mejilla sonrojada y Melania la borro con rabia, diciendose a si misma que ninguno de ellos valia la pena, ninguno de ellos merecia una sola lagrima suya, ninguno, excepto su angelito... Si seguia alli, planeando y luchando por descubrir las mentiras de Antonella, era por Angela y por su casa, habia trabajado muy duro como para abandonar el unico hogar real que habia tenido en la vida. --Disculpe, senorita... Espero no molestarla, pero creo que necesita compania. --La voz de un hombre interrumpio sus reflexiones. Le miro sin llegar a verle, lo cierto es que se sentia desde hacia semanas como en un mundo lleno de niebla espesa que la permitia abstraerse de la realidad. No queria sumergirse en su mundo interior, pero el dolor por la perdida de aquello que siempre habia anorado tener y por fin parecia haberlo logrado, la mortificaba. --Nnno, no pasa nada. --Murmuro Melania en respuesta. El hombre sonrio y toco su mano, fue entonces cuando la pelirroja por fin se fijo en el. Era un hombre atractivo, debia rondar los treinta y cinco anos, moreno y de estatura promedio. Iba vestido de manera informal y debia admitir que tenia una sonrisa bonita. Su gesto no parecia el tipico de un varon joven que intenta llevarse a la cama a una chica que se encuentra en un bar en los suburbios de la Toscana. Parecia que deseaba genuinamente ayudarla, al menos escuchandola, si, tenia pinta de ser un buen oyente. --?Por que una joven inglesa tan bella esta sola en esos lares y con la mirada tan triste? -- Pregunto aquel hombre cuyo acento en ingles era dulce y gracioso. --Es una historia muy larga. --Contesto Melania, haciendo un intento de esbozar una sonrisa que mas bien parecia una mueca y en un italiano perfecto, casi de nativa. --Se me da bien escuchar. --Respondio el moreno. Su mirada era calida y su voz muy tranquila y serena, tanto que resultaba calmante. --Eso parece... ?Eres un escritor que busca inspiracion en historias tristes? ?O tal vez, un sociologo que intenta estudiar el comportamiento de las feminas extranjeras en Italia? ?O, eres alguien sin una vida propia que no tiene nada mejor que interesarse en las vidas ajenas? Melania no habia pretendido resultar tan borde, pero ultimamente no parecia ella misma, no se sentia como la mujer serena, dulce, simpatica y graciosa que generalmente era. Algo en su interior se habia roto... --Perdona, no queria... --Intento disculparse, pero el hombre la dedico una sonrisa, como diciendo: No pasa nada. --Soy criminologo, me acabo de tomar las vacaciones y decidi venir a este sitio que se caracteriza por sus buenas costumbres y la paz. Mi trabajo muchas veces impide esa tranquilidad mental que deseo. --Dijo el desconocido dejando a Melania sorprendida. Ella jamas habia conocido a un criminologo y aquello resultaba de lo mas interesante. --!Vaya! No me extrana... ?Es como en "Mentes Criminales"? Me refiero, seguro que has visto cosas espeluznantes... --Dijo Melania con la curiosidad tipica de una nina pequena. --La realidad supera la ficcion. --Contesto el hombre y en sus ojos ella pudo apreciar cierta tristeza, pero fue solo por unos segundos tras los cuales la expresion del moreno volvio a ser afable y sus ojos brillantes, chispeantes como el lucero vespertino. --Entiendo... ?Y que te parece la Toscana hasta ahora? --Pregunto Melania cambiando de tema, aunque se moria por saber mas sobre las cosas que debia haber visto aquel desconocido tan atractivo. Su imaginacion volaba por las nubes, imaginandose situaciones, historias dignas de un episodio de NCIS. --A La Toscana la podria definir como un paraiso idilico donde el tiempo se ha detenido. -- Respondio el criminologo. --Oh, recuerdo que yo habia pensado lo mismo cuando pise estas tierras. --Dijo Melania con cierta melancolia. --?Y ahora? ?Opinas de la misma manera? --Pregunto el hombre que al parecer se interesaba por el comportamiento humano incluso fuera del trabajo. --Claro que si, lo que pasa es que... No se, es dificil de explicar. --Dio una respuesta bastante ambigua la pelirroja, pues ya no confiaba en las personas como antes y tanto interes repentino por parte del desconocido sonaba sospechoso. --Intenta explicarlo. Creo que has sufrido mucho, parece que alguien a quien amaste con todo el corazon te destrozo emocionalmente... No pareces desear soltar tu dolor a un perfecto desconocido. Lo cual es comprensible y ademas, aconsejable. Pareces una buena chica, alguien capaz de escuchar... Tal vez tu podrias ser mi oyente por unos minutos, a mi no me importa que seas una desconocida, casi que lo prefiero, siento que me puedo expresar mejor con alguien a quien no conozco, alguien cuya opinion en el fondo no me importa, alguien a quien tras una charla amena no volvere a ver. --Dijo el moreno sonriendo, Melania correspondio a su gesto. --Entonces tienes una historia... --Dijo ella, mas para si misma que para el, reflexionando en voz.--En esta clase de sitios siempre hay alguien con una historia, dispuesto a ahogar el dolor con una copa o un rapido revolcon. --Yo solo vine a por una o varias copas. --Dijo la pelirroja, dejando clara su postura. --Tu corazon pertenece a alguien, inconscientemente pones barreras a cualquiera que quiera ligar contigo porque sientes que le debes lealtad a esa persona. --Dijo el desconocido sin inmutarse, con una voz pragmatica. --!No le debo nada a ese! --Contesto Melania con voz ronca, con los ojos reflejando su llanto interior. --Lo que yo decia, un corazon roto. --Dijo el moreno levantando una ceja y ella le miro rabiosa. --!Deja de analizarme! Mi cabeza es mia y solo yo puedo estar dentro de mi coco. La respuesta de la inglesa le hizo reir al criminologo, a ella le parecio que su risa era agradable al oido y sin poder evitarlo, tambien lanzo una carcajada. --Cuentame tu historia. --Dijo al cabo de un rato la pelirroja, tomando un gran sorbo de su jarra de cerveza. --Me suspendieron del trabajo por un trauma... --!Oh dios mio! --Exclamo Melania horrorizada, con los ojos abiertos de par en par. --No es por algo que haya visto, esas cosas no suelen afectarme, solo unos cuantos casos durante mis primeros anos de oficio, pero el ser humano esta hecho para encontrar la forma de poder avanzar a pesar de ver las cosas mas horrorosas hechas por seres que han caido en la miseria de su existencia. --Respondio el con una voz inexpresiva, probablemente una tecnica que habia aprendido como forma de suprimir sus emociones para desempenar su trabajo. --?Y entonces? --Pregunto Melania consternada por lo frio que parecia al hablar de su trabajo. --El ano pasado mi hermano, Alphonso, se suicido. Fue de forma repentina, el parecia estar bien meses atras, pero se enamoro perdidamente de una chica a la cual yo nunca llegue a conocer. Encontre su cuerpo sin vida en su habitacion, pues compartiamos piso, el colgaba desde el techo y en su mano habia una carta desgarradora en la que describia ese amor enfermizo que sentia hacia esa mujer llamada Chiara. Al parecer, ella nunca correspondio a su amor, pero a pesar de eso era extrano ese comportamiento en mi hermano, el no era un cobarde, todo lo contrario y jamas antes se habia obsesionado de esa forma con una mujer hasta perder la cabeza. Lei todas las cartas que le habia escrito, solo se repetia ese nombre y la belleza que poseia la mujer, pero ninguna pista sobre la identidad de Chiara, tan solo su nombre de pila. Llegue a tener una gran mania de encontrar mas respuestas para poder explicarme la razon de que mi hermano hubiera tomado tal decision, una resolucion radical y sin logica... Pero, no hallaba las respuestas a todas mis preguntas, mi jefe lo noto, me dio un plazo para recomponerme y dedicarme de nuevo de pleno en mi trabajo, pero no pude... Es por eso que Basilio, mi superior me suspendio temporalmente y vine aqui... Creo que me vendra bien. --Termino de relatar el hombre y anadio. --Te acabo de contar parte de mi vida y sin embargo, ni te he dicho mi nombre. Me llamo Cristiano. La historia de lo que le habia pasado al criminologo habia dejado a Melania con un malestar en las entranas. --Yo Melania. Espero que estas tierras apacibles realmente te ayuden, es algo atroz lo que ha pasado y puedo comprenderte perfectamente, puedo entender las dudas que te asechan, sobre todo, teniendo en cuenta que tu hermano era alguien con todos los tornillos bien puestos... Es extrano el cerebro, su funcionamiento... !Un dia piensas normal y ves las cosas con logica y perspectiva, al otro has perdido las facultades! --Asi es, pequena pelirroja. He hablado de esto solo con mi terapeuta.