• el zapato de oro - Maria Parra

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    Esta historia comienza hace muchos, muchisimos anos en un prospero y pacifico reino; mas concretamente en una deslumbrante mansion rodeada por un bello jardin. Alli vivia un noble caballero junto a su joven hija, cuya madre habia fallecido hacia unos anos. Desde entonces la pequena Isabella, dotada de una desbordante energia, habia contado por unico companero de juegos a su gatito negro. Un dia, meditando acerca de su actual situacion, el padre decidio que no podian continuar asi. Su hija necesitaba los cuidados de una madre. Ademas, merecia disfrutar de la compania de unas hermanas. Por ello, el noble senor marcho de viaje para buscar, entre las damas de la nobleza del reino, a la mujer capaz de llevar su hogar y educar a su hija. Al cabo de unos meses escogio a una viuda, madre ya de dos hermosas y gentiles chiquillas de edades muy similares a la de Isabella. Se celebro con presteza la boda, sin ostentaciones ni algarabias, como correspondia al ser unas segundas nupcias. Tras el enlace, el padre de Isabella envio una misiva a la mansion con el fin de informar de la feliz noticia y el pronto regreso con su nueva madre y hermanas. Y llego el dia en cuestion. Isabella se encontraba en las cocinas, ocupada en ayudar en la preparacion de la comida, cuando uno de los mozos irrumpio en la estancia anunciando a voz en grito la llegada del amo. Desde el jardin se divisaba un carruaje aproximarse. --!!Que alegria!! !!Papa ya viene con mi nueva mama y mis hermanitas!! --exclamo la chiquilla henchida de alborozo al oir la ansiada nueva. Tan contenta estaba que al ir a quitarse el delantal, que protegia su vestido de posibles manchas, olvido soltar la larga cuchara de madera con la que instantes antes removia el guiso. Sucedio entonces que, al girarse con un impetuoso movimiento, tiro la cazuela al suelo. Por fortuna, gracias a estar hecha de resistente cobre no se hizo anicos. En cambio, su contenido no corrio la misma suerte y se desparramo por completo. La cuchara escapo de su mano y fue a aterrizar sobre la cabeza de una de las pinches. Sobresaltada, la jovencita lanzo una exclamacion de dolor mientras se llevaba las manos a la zona magullada. Tan entusiasmada se encontraba Isabella con la llegada de su nueva familia, que ni cuenta se dio del desastre organizado. Salio disparada de la cocina tirando el delantal al aire tras ella que volo y volo hasta posarse en el suelo, justo delante del sirviente portador de la noticia justo en el preciso instante en que se disponia a ayudar a varias sirvientas. Apresuradas querian limpiar el estropicio; ?que diria la nueva senora si se topaba con semejante desaguisado al llegar a su nuevo hogar? Y, sin darse cuenta, el hombre piso el delantal. Entonces, el tejido resbalo sobre las losetas de piedra haciendole patinar. Sorprendido, trastabillo y trato de recuperar el equilibrio mientras se esforzo por frenar su patinazo. Pero no lo logro e instantes despues cayo de culo justo sobre los restos del aun humeante guiso. Cuando Isabella cruzaba el umbral de la mansion se oyeron los alaridos del pobre mozo; acababa de abrasarse el trasero ademas de hacerse polvo la espalda. Sin embargo, la muchacha ni se dio cuenta. Tal era su emocion que ni veia, ni oia. Tan solo pensaba en su nueva madre y hermanas. --Que el cielo proteja a nuestra nueva senora --rezo suplicante la cocinera elevando los ojos al techo tras observar el panorama que presentaba su cocina--. Le va a hacer mucha falta con esta nina --anadio y dejo escapar un suspiro de alivio. Aunque en semejante situacion pareciera extrano tal sentimiento, lo cierto era que la fornida mujer preferia mil veces ver su cocina vuelta del reves y libre de la presencia de Isabella, que ordenada pero con ella entrometiendose en todo. Haciendo honor a su respetable oficio no soportaba las intromisiones en sus dominios y sus dominios eran las cocinas de aquella mansion, aun si la intrusa era una dulce y amable jovencita siempre deseosa de ayudar al projimo; incluso cuando el projimo no se lo pedia ni la necesitaba para nada. Y en opinion de la curtida cocinera, Isabella era una segura invitacion al desastre. Con ella cerca nunca podia estar tranquila. Siempre con el corazon encogido preguntandose que nueva calamidad caeria sobre su querida cocina. Entretanto, con aun mas entusiasmo, Isabella proseguia su carrera por el jardin directa hacia el carruaje. Justo acababa de parar a la entrada de la propiedad. --!Papa, querido papa! --exclamaba a voces mientras el caballero, su nueva esposa y las dos muchachas descendian del transporte. En su carrera agitaba los brazos saludando a su familia como si sus gritos no fueran suficiente llamada de atencion y en uno de esos movimientos, golpeo un rastrillo medio apoyado a la carretilla del jardinero. Este, como todos los dias, se hallaba ocupado con sus rosales, primulas, gladiolos y demas plantas que componian el delicado jardin. Pero, claro esta, para tener un hermoso jardin es necesario trabajar duro y dedicarle muchas horas. Por ello, al viejo empleado de la familia que no era muy dado al trato humano y poco le importaba si el amo estaba en casa o fuera o si llegaban visitas o nuevos miembros a la familia siempre y cuando no pisaran sus parterres, estaba concentrado en sus cosas sin prestar atencion a nada que no tuviera raices hundidas en la tierra. En tanto, sus utensilios se hallaban dispersos por la zona a la espera de ser usados. Del mismo modo, sin prestar atencion a la briosa y ruidosa carrera de la chiquilla, se encontraba Lucifer; el minino de la casa. Pese a tan sobrecogedor nombre era un gato de lo mas tranquilo. Y aun asi, el nombre resultaba de lo mas acertado. Por lo general, el felino gustaba de pasar el dia dormido, tirado en cualquier lado. La mayoria de las veces en los lugares mas insospechados o inoportunos. En cambio, si tenia un dia inusitadamente activo, medio dormitaba mientras observaba trabajar a alguno de los sirvientes de la mansion. Sin embargo, a la caida del sol, como les suele pasar a muchos de sus congeneres, se trasformaba en un animal activo y se dedicaba a pasear a sus anchas por la vivienda mientras todos descansaban. Asi, cuando alguno de los sirvientes o un miembro de la familia se levantaba de noche, porque habian olvidado cerrar una ventana o querian tomarse un vaso de leche con el fin de espantar el insomnio, y avanzaban en la penumbra de los silenciosos pasillos portando por unica iluminacion una vela con su correspondiente debil llamita y de pronto, entre las fantasmagoricas sombras proyectadas por la llama unidas a las producidas por su propia imaginacion, se topaban con unos ojos brillantes como brasas salidas de los infiernos, daban un brinco con el corazon palpitando a mil por hora y proferian siempre identica exclamacion: --!!Por Lucifer!! Con lo cual no podia haber mejor nombre para el. Ese dia Lucifer estaba tumbado sobre la blanda hierba, sintiendo como los rayos del dorado astro acariciaban su pelaje de ebano. Con los ojos convertidos en apenas unas ranuras ambarinas observaba cautivado como el jardinero se afanaba en sus labores, al tiempo que luchaba contra la agradable modorra que le invitaba al reino de los suenos. En tanto el minino lidiaba su particular batalla entre dormir o mantenerse despierto, el rastrillo golpeado por Isabella salio volando. Giro sobre si mismo y el palo choco con el otro lado de la carretilla lo cual impulso el rastrillo haciendolo volar mas alto. Sin que nadie observara la escena, hizo un nada desdenable vuelo por el cielo. Sobre todo para ser un rastrillo carente de alas. Pero el aterrizaje no parecia ser el punto fuerte del utensilio de jardineria y aterrizo con estrepito, por la parte puntiaguda, muy cerca de Lucifer. Tan cerca que casi le ensarta la cola. Se desperto de lo mas sobresaltado y con un verdadero susto de muerte, salio volando. Los gatos a pesar de igualmente carecer de alas, pueden volar muchisimo mas alto que los rastrillos de jardinero; sobre todo cuando se asustan. Aunque en aterrizajes son tan inexpertos como los utiles de jardineria. Eso si, tienen unas afiladas garras con las que aferrarse a lo primero que pillen. Y lo primero con lo que se topo Lucifer en su descenso, convirtiendose en su improvisada pista de aterrizaje, no fue otra cosa que la cara de Druzilla; una de las nuevas hermanastras de Isabella. Al notar como aquella cosa peluda y negra, salida de la nada, la aranaba y mordia aferrandose a ella como una lapa, la pobre muchacha pego un tremendo alarido mientras forcejeaba, desesperada por liberarse. Anastasia, la otra hermanastra de Isabella, fue en su auxilio. Lucho por apartar a Lucifer. Pero cuanto mas notaba que tiraban de el mas se asustaba y con mas fuerza clavaba unas y dientes. Ademas, los gritos de ambas jovencitas, la una por el sufrimiento y la otra rogando socorro, no ayudaban mucho precisamente a que el minino se sosegara. La madre de las chicas, muda de estupor, observaba tan rocambolesca escena. Entretanto, su esposo notaba como un sudor frio comenzaba a correrle por la frente. A todo esto, Isabella, sin enterarse de nada a pesar de estar por completo en su campo de vision, proseguia su particular maraton. Cuando apenas le quedaban unos metros para llegar hasta su nueva madre tropezo con su propio vestido, perdio el equilibrio y cayo hacia delante. Luego, rodo como una pelota la distancia restante hasta su familia para finalmente acabar espatarrada, sentada de culo y con las piernas abiertas justo frente su madrasta. --!!Mamita!! --exclamo jubilosa. Se abrazo a la cintura de la mujer, en su actual posicion era lo mas alto que llegaba, mientras ignoraba las vueltas que daba su cabeza. La noble dama se quedo de piedra y miro a la joven con el asombro grabado en el rostro. Luego dirigio la mirada a su nuevo esposo. --Querida, te presento a mi hijita --musito el caballero tras un nervioso carraspeo con una sonrisa forzada. Sudaba a mares. Su esposa no dijo palabra pero su cara lo decia todo. Senor, ?Donde me he metido? El padre de Isabella albergaba la esperanza de que la incorporacion de las tres feminas a sus vidas, lograra apaciguar el impulsivo caracter de la chiquilla. La noble senora, con el apoyo de sus hijas, puso todo su empeno en lograr sosegar a su hijastra. Intento aficionarla a la costura y el bordado, actividades propias de damas educadas, que ayudaba a templar el caracter dotando de mayor paciencia a las doncellas. Sin embargo, todo fue en balde y pronto comprendieron que no tenia remedio. Finalmente la familia asumio que la jovencita, a pesar de carecer de malicia alguna, era una verdadera fuerza de la naturaleza. Un desastre natural de proporciones devastadoras semejante a los tornados, terremotos, monzones o a la caida de meteoritos. Eventos de inevitable destruccion, los cuales era mejor que no te pillaran de por medio. Por ello, los habitantes de la mansion, resignados, hicieron lo unico posible; apartarse cuanto pudieron del camino de Isabella e intentar no salir heridos cuando estaba cerca. De este modo, fueron pasando los anos.

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  • La Cenicienta - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/La_Cenicienta

    La tercera noche, el pájaro concede a Cenicienta unos zapatos de oro y un vestido de princesa aún más hermoso que los dos anteriores.

  • Zapato de Oro - Wikipedia, la enciclopedia libre

    https://es.wikipedia.org/wiki/Zapato_de_Oro

    En fútbol, el Zapato de Oro (Neerlandés: Gouden Schoen, Francés: Soulier d'Or, Alemán: Goldener Schuh, Inglés: Belgian Golden Shoe) es un premio concedido ...

  • El zapato no era de cristal / Charles Perrault - KINDSEIN

    https://www.kindsein.com/es/34/2/831/

    El zapato de La Cenicienta no era de cristal en el cuento original, según John Lloyd y John Mitchinson, autores de El pequeño gran libro de la ignorancia.

  • Cuba Libre de Cheryl Ness

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    Esa es la oracion clave que envuelve esta historia de amor real desarrollada en las calles de la Habana, Cuba, y que, de alguna manera, refleja como la vida de los cubanos cambio despues de la implementacion de la Ley de Democracia Cubana por el Congreso de los Estados Unidos de Norteamerica.

  • 30 dias para casarme de Elisa Castro

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    ?Que decirles? Estaba borracha.

  • Mitologia Griega de Neil Matt Hamilton

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    Los mitos y leyendas griegos han inspirado a hombres y mujeres de todo el mundo durante cientos de anos. Las historias de Apolo, Perseo, Aquiles y otros han mantenido la imaginacion de viejos y jovenes por igual, incluso en el presente. De hecho, los personajes del mito y la leyenda griegos han llegado a la cultura dominante en forma de personajes populares de television y cine. La mitologia griega fue tan influyente que incluso formo la base del mito romano. En la mitologia griega: mitos y leyendas fascinantes de dioses, heroes y monstruos griegos, estaras expuesto a las emocionantes historias de dioses y heroes que formaron el canon de la religion griega antigua.

  • Bajo el aro de Pau Gasol

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  • No me dejes ahora de Rosa Cortes

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    Lucas intento volver a ser feliz y olvidar el pasado junto a Laura. Pero el pasado volvio a su vida, desestabilizandolo nuevamente. En forma de mujer, Carla, podra poner su nueva relacion en peligro y lo obligara a tomar una importante decision, la cual no tiene nada clara.

  • Irresistible 4 de Robyn Hill

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    Su cadera se contoneaba de una forma febril, salvaje, provocando en mi cuerpo un estado de continua excitacion. El cuerpo de aquella mujer era fantastico: unas piernas bien torneadas, unos pechos generosos que a duras penas lograba contener el bikini de lentejuelas, y un ombligo muy sexy. Su flexibilidad no dejaba de asombrarme. Tan pronto se sentaba sobre mi regazo, como se levantaba para girarse y ensenarme su trasero; todo en movimientos elegantes y energicos. Trague saliva. Era dificil no caer en la tentacion ante aquel despliegue exuberante y erotico. Su melena pelirroja no cesaba de moverse sobre sus hombros, o sobre su espalda cuando echaba la cabeza hacia atras. A lo lejos sonaba la musica, creando una burbuja de espacio y tiempo en el que ambos nos encontrabamos muy comodos. Ella dominaba la situacion al ser una profesional, mientras que yo era testigo de su maravilloso talento para la seduccion y el baile. Sin darme tiempo a reaccionar, me coloco sus pechos sobre mi cara hasta el punto de imposibilitarme la respiracion. ?Como me ha dicho que se llama?, me pregunte. Debido a la masiva ingesta de alcohol, mi memoria habia menguado a un cincuenta por cien de su capacidad. Se giro de nuevo al son de la musica para que observase su espalda, y como se desabrochaba la parte de arriba al tiempo que me lanzaba una mirada coqueta. La prenda cayo al suelo, pero mis ojos esperaban el excitante momento de ser colmados con la vision explosiva de sus pechos. Senti la ereccion incomodandome en mis calzoncillos, pero estaba concenciado a no airear el pene de su madriguera. Por eso una parte de mi, para enfriarme, busco el recuerdo de personas u objetos nada sexuales, como una abuela o un billete de autobus. Nada de eso sirvio, aquella chica sabia bien la reaccion que causaba en los hombres. Por fin, sus pechos quedaron a la vista y no pude mas que reconocer su perfeccion. El detalle del piercing en los pezones resultaba provocador, por lo que sacudi la cabeza para que evitar que los malos pensamientos me invadieran por completo. El numero acabo con su pierna por encima de mi cabeza, muy cerca de su tanga de lentejuelas. Haciendo gala de su celebre flexibilidad, me beso la mejilla. --Eres guapo. Si quieres fiesta, te espero en la habitacion de alli --dijo senalando con la cabeza. Asenti, aun abrumado por el exuberante espectaculo. La chica recogio el bikini y desaparecio ante la atenta mirada de Lou, David y la mia, por supuesto. --Lo pagareis caro, malditos --dije mirando a mis amigos. La fama de las fiestas de despedida de soltero son legendarias, pero ellos me habian prometido que las strippers se mantendrian al margen. Desde la irrupcion de Amanda en mi vida, el deseo por otras mujeres habia desaparecido. Ella me llenaba de arriba a abajo. No necesitaba a nadie mas. --No sera para tanto, Eric --dijo Lou, entregandome una copa de whisky y sentandose a mi lado. --Ademas, una ereccion no cuenta como infidelidad --dijo David, sonriendo mientras se palpaba su entrepierna. --?La tuya o la mia? --pregunte. --La de los dos. Sera mejor que nadie diga ni una sola palabra --dijo David mirando a Lou. --Sere una tumba. Os lo prometo. Ademas, manana con la reseca se me habra olvidado todo --dijo Lou despues de tomar un trago de su copa. --Entonces lo de pasar a la habitacion con ella, ni hablar --dijo David. Los tres nos miramos sin decirnos nada durante unos segundos. A continuacion, estallamos en una carcajada al unisono. Confieso que estaba disfrutando mucho mas de lo que pensaba, y eso era asi porque me sentia arropado por la amistad de Lou y David. Los tres formabamos un trio de lo mas pintoresco: un frances a punto de casarse, un americano ya casado, y otro empezando una relacion. --Me parece que es hora de regresar a casa --dije mirando mi reloj, que marcaba las dos de la madrugada. --Ni hablar --dijo Lou negando con la cabeza. --?Te has vuelto loco? --pregunto David con los ojos bien abiertos--. Aun queda mucha noche. --?Que mas teneis planeado? --pregunte alzando las manos en senal de rendicion. Lou y David se miraron, encogiendose de hombros. --?Nada mas? --pregunte--. Entonces, vamonos a casa que ya echo de menos a mi futura mujer... --Tu lo que pasa es que estas cachondo --dijo Lou, soltandome un codazo. --La verdad es que si --dije, riendo--. Ademas, tampoco hay ningun plan. --Eric, esto es Las Vegas, algo sucedera. Llevas el tiempo suficiente para saber que cualquier cosa puede pasar... --Oh, vamos, no sera para tanto... En ese momento entro en la habitacion una chica de cuerpo escultural. Llevaba el pelo muy corto, casi rapado al cero. De su nariz colgaban unos flamantes piercings y sus brazos estaban tatuados al completo. --Hola, chicos. Me llamo Sally y necesito testigos para mi boda, ?os apuntais? Me quede de piedra mientras David y Lou me lanzaban miradas como diciendo <>. *** Los cuatro nos montamos en una limusina que nos esperaba a la salida del club. Sally nos presento a su prometido, un tipo gordito con cara de buena persona y vestido de Elvis, el cual nos saludo efusivamente. --Gracias, chicos, por hacernos este favor. Sally y yo nos acabamos de conocer, ?no es fantastico? --?Esta noche? !Enhorabuena! --exclame sorprendido por la locura, aunque cada vez menos, ya que desde que habia llegado a Estados Unidos me habia pasado de todo. --Es tan romantico... --dijo Sally, mirando tiernamente a su prometido. Ambos se besaron con pasion, sobandose el cuerpo del otro, ignorando nuestra presencia. --Nos pone que haya gente mirandonos --dijo Elvis, a modo de excusa. --Oh, estupendo --dijo Lou mirando fijamente--. Por nosotros, no os corteis. --Estais hecho el uno para el otro, no hay duda --dijo David, ironico. Mientras los novios no dejaban de saciarse carnalmente, me incline sobre el minibar y empece a servir copas a mis amigos. Los tres brindamos por la boda de Elvis y Sally, y nos bebimos el vodka de un sorbo. La cabeza empezaba a darme vueltas. Me costaba recordar la ultima vez que me habia emborrachado. --?Esta bien? --me pregunto Lou. --Si, si --dije con una sonrisa. --!Por cierto, os regalo unos puros! --exclamo Elvis de repente, deshaciendo el beso con su prometida. Del bolsillo interior de su chaqueta blanca y con flecos, saco tres puros que repartio a cada uno de nosotros. --Vaya, que nivel, es un Monte Cristo numero 4 --dije oliendo el aroma intenso del tabaco--. El puro mas famoso del mundo, y cubano. Elvis saco de otro bolsillo un cortador de puros y un encendedor. Procedio a cortar la vitola y, finalmente, para los encendio con solemnidad. --?Se puede fumar aqui? --pregunte. --No, pero un dia es un dia --dijo Elvis con una amplia sonrisa. David y yo aspiramos el suave aroma del tabaco, mientras que Lou tosio un par de veces. Al parecer, no estaba acostumbrado a fumar. Enseguida el humo se apodero de la atmosfera de la limusina como si fuera una niebla. Por suerte, llegamos a nuestro destino a los pocos minutos. Estaba deseoso de participar en una de esas boda rapidas y locas de las que tanto se describen en las peliculas de Hollywood. Cuando nos apeamos de la limusina, me fije en un letrero luminoso que decia "Capilla Viva Las Vegas". Nos encontrabamos aun El Strip, pero en la zona alejada de los casinos. En la puerta se encontraba un Cadillac adornado con flores y cintas blancas. Una pareja de recien casados salio de la capilla y, tras despedirse de los invitados, se subio al coche y se marcharon ante mi estupefacta mirada. Al entrar, dejamos que los novios hablaran con el recepcionista. Tras recibir el pago, enseguida se nos invito a pasar a la capilla. Mi primera impresion fue que se asemejaba al decorado de una pelicula. Las flores eran de plastico y la musica sonaba enlatada. David, Lou y yo nos quedamos de pie, detras de la novia. De una puerta trasera salio un reverendo con barba grisacea y calvo como una bola de billar. Empezo a soltar el discurso mientras mis amigos y yo nos mirabamos con asombro, divertidos y encantados de vivir una experiencia tan insolita. --Es la primera vez que estoy en una boda de estas --dijo Lou, entusiasmado. --Yo tambien --dijo David. --Yo tambien --dije yo. Sally se veia radiante, y deduje que bajo esa imagen dura que le gustaba llevar, se escondia una mujer dulce y romantica. Elvis no paraba de sonreir, pero su mirada parecia un tanto perdida, por lo que me pregunte si estaria colocado. --Si, quiero --dijo Sally sin dejar de mirar a Elvis cuando el reverendo le formulo la ansiada pregunta. --?Y tu, Mike Post, aceptas a Sally Carter como tu esposa? -- pregunto. Elvis en vez de responder afirmativamente, bajo del altar y empezo a correr con expresion de angustia. --!No quiero casarme! --exclamo, fuera de si. Miramos a la novia, quien con un gesto de la mano nos ordeno que lo detuvieramos. El cuerpo de Elvis era robusto, pero entre los tres conseguimos retenerlo, a pesar de su pataleo. Elvis insistia en su deseo de no contraer nupcias, por lo que los tres nos miramos sabiendo que era algo a lo nosotros no le podiamos obligar. Nuestra etica nos lo impedia. --Si no me caso con el, me caso con uno de vosotros, pero hoy me caso --dijo tajante Sally. Ante esa ferrea determinacion, empujamos al novio hacia el altar. La situacion no resultaba sencilla, pues Elvis se revolvia como un autentico profesional de lucha libre. El reverendo, para nuestra sorpresa, permanecia inmutable, como si fuese una escena mil veces vista. Sally, brazos en jarra, esperaba a su prometido con el ceno fruncido. --!Nos acabamos de conocer esta noche! !Es de locos! -- exclamo Elvis. --Soy el amor de tu vida, lo que pasa es aun no lo sabes --dijo Sally, emocionada. Elvis solto un punetazo al aire que impacto en el estomago de Lou, el cual se doblo por el dolor y por la falta de aire. Aqui fue cuando se desmadro todo. David, en solidaridad con su amigo, le propino una patada a Elvis, pero fue un acto que no gusto demasiado a la novia. --!Eh, a mi prometido no se le pega! --exclamo Sally bajando del altar. Sin esperarlo nadie, la novia armo su brazo y propino un punetazo a David, que se agacho a tiempo. Sin embargo, el golpe lo recibio mi mandibula. Cai hacia atras. Lou se revolvio contra Elvis, y este contra David. Sally sacudia con el ramo de flores a quien se pusiera por delante. En un segundo se formo un magma de pies y brazos que resultaba imposible de dilucidar quien atizaba a quien. El reverendo con gran parsimonia, suspiro y grito por un interfono situado en la mesa. --Seguridad, por favor.

  • El cementerio de las hesperides – Lindsey Davis de Lindsey Davis

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    “De la aclamada Lindsey Davis (< historica>> para El Periodico de Catalunya; < Christie de la Antigua Roma>> segun Santiago Posteguillo),
    creadora del queridisimo personaje de Marco Didio
    Falco, llega la nueva novela protagonizada por la hija de
    este, Flavia Albia.
    La vida les sonrie a Flavia Albia y su pareja, Manlio Fausto.
    Pero el nuevo trabajo de este como contratista comienza
    con un problema: en el Jardin de las Hesperides aparecen
    los huesos de un mozo de taberna desaparecido anos atras.
    Albia decide investigar y para ello se interna en la vida real
    de las calles de Roma, donde las tabernas son burdeles,
    los trabajadores llevan una existencia brutal y el juego y la
    extorsion estan a la orden del dia. Y frente a esa realidad,
    Albia no puede olvidar que su propia boda y su emocionada
    familia la esperan a la vuelta de la esquina.
    Los dioses, sin embargo, parecen tener otros planes…”

  • Tinta roja, El manuscrito robado de Mercedes Pinto Maldonado

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    Lo habia tenido todo, tierras, mansiones en playas y montanas, coches de lujo, amistades importantes... todo. Siempre puso mucho esfuerzo en ser alguien y su teson y un golpe de suerte hicieron posible que alcanzara el segundo de sus suenos; el otro, el que abrigaba desde nino, no pudo ser. Pero un dia, despues de cinco anos de despilfarro y desenfreno, lo abandono la fortuna. De sopeton, un frio tres de enero se encontro en la calle, con treinta y ocho anos, unos zapatos de Gucci, un reloj Cartier, un abrigo de Armani y dieciocho mil euros en metalico que habia podido rescatar de su caja fuerte antes del desahucio. Salio de casa unos minutos antes de que llegara la policia para precintarla. Camino lentamente hacia el que hasta hacia tan solo unas semanas habia sido su imperio. Miro hacia el cielo, justo al lugar donde se encontraba su lujoso despacho, coronando el que fue su edificio de oficinas, uno de los mas altos de la ciudad. Despues bajo la vista y a un lado de la zona ajardinada que rodeaba el rascacielos encontro un banco; el banco que tantas veces habia dado orden de que lo quitaran porque a la caida de la tarde lo sitiaban los indigentes y sus mugrientas pertenencias. Daban muy mala imagen a su castillo de cristal, por la manana siempre encontraba restos de sus pauperrimas cenas acompanadas con el vino de oferta del supermercado y a poco que alguien se acercara le asaltaba el olor a orines. Durante toda su vida desprecio sus pateticas vidas, su falta de iniciativa, ese dejarse llevar sin luchar por una ilusion... le parecian la basura de la sociedad. Camino unos pasos y se sento, ahora ese era el unico lugar que podia ocupar sin que lo echaran, total, todo aquello ya no dependia de su arrogante dueno. A un lado un carton de vino volcado goteaba el jugo, que resbalo por la madera hasta llegar a su caro abrigo. No le importo; de hecho, se lo hubiese quitado de no ser porque aquella debia ser la manana mas fria que habia conocido. ?O estaba confundiendo el frio con la desolacion? La derrota, el desarraigo, la soledad y la humillacion era su unica companiar. Poco a poco comenzaron a llegar los empleados de las oficinas, cargados con pancartas y vociferando estribillos de protesta. <>, <>. Agacho un poco la cabeza para no ser visto tras el seto y espero casi una hora a que se disolviera la pequena manifestacion. Mientras sonaba la nueva banda sonora de su vida, comprendio que no habia vuelta atras. Posiblemente conservara la capacidad de remontar, de volver a levantar un imperio de la nada, pero ya no le seducia tan fatuo poder, en realidad su privilegiada situacion no le hizo feliz ni un solo dia. Recordo aquellos dias de juventud, escribiendo frente a la chimenea, que su abuelo mantenia encendida dia y noche durante los diez meses que duraba el invierno en Villafria, y le invadio una fuerte sensacion de nostalgia, sintio que de recuperar algo debia ser justamente eso: su pasion por la escritura, pero sin mas intencion que la de disfrutar. A su derecha atisbo aquel sombrio callejon, un estrecho pasadizo a la gran avenida comercial que siempre ignoro, dos ajados carteles llamaron su atencion: uno sobresaliendo de la primera planta de una antiquisima edificacion que decia <> y otro justo encima que anunciaba <>. Recordo que hacia unas semanas paso por esa callejuela y se quedo mirando el pequeno escaparate de la libreria, oscuro, lleno de polvo y con un punado de libros y libretas mal ordenados. Le parecio el inframundo de las letras, una fotografia sepia y ajada tomada siglos antes. Fue en ese lugar y ese dia cuando le parecio que alguien le hablo desde el portal que lindaba con la papeleria: <>. Se quedo paralizado, penso que aquella voz de anciana no era mas que fruto de su desesperacion, habia sido el peor de sus dias. Cuando quiso asomarse al portal se cerro de repente. Tal vez su verdadero golpe de suerte habia sido perderlo todo, o casi todo, aun tenia un buen fajo de billetes que, bien administrados, le darian para muchos meses; para su nuevo proyecto solo necesitaba papel, boligrafo, una mesa, silencio y soledad. En ese callejon parecia tenerlo todo: material, comida y cama.

  • El misterio del asesino del mas alla de Robin Forsythe

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    Un detective excentrico de mente prodigiosa, un Watson frivolo pero fiel y entusiasta, una devota espiritista, fenomenos sobrenaturales. y dos hombres que aparecen misteriosamente muertos.

  • Una cancion salvaje de Victoria Schwab

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    -El primer tomo en la bilogia “Los monstruos de Verity”. -Best Seller del New York Times. -Victoria Schwab es una reconocida autora de fantasy juvenil, que ha publicado varios libros con un gran exito a nivel mundial, entre ellos destacan Una magia mas oscura y El archivo. Kate Harker quiere ser despiadada como su padre. Tras cinco anos en los que paso por seis internados, al fin regresa a casa para demostrar que puede serlo. August Flynn quiere ser humano. Pero no lo es. Es un monstruo, capaz de robar almas con una cancion. Es uno de los tres monstruos mas poderosos de una ciudad plagada de estas criaturas. El arma secreta de su propio padre. Su ciudad esta dividida. Su ciudad esta desintegrandose. Kate y August son los unicos que pueden ver ambos lados, los unicos que podrian hacer algo. Pero ?como te decides a ser heroe o villano cuando es tan dificil distinguirlos?

  • Suspirandote de Manu Ponce

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    Alexandra Me he pasado los ultimos cinco anos viviendo la misma vida monotona. Cuando una se divorcia de su marido despues de mas de diez anos casados, no es para echar cohetes, pero era lo mejor. ?Sabes cuando teneis una seta por marido, que en la cama es como una estrella de mar que quiere que se lo den todo hecho y solo se tumban estirados en el colchon? Pues asi era mi marido. Esos que la limpieza les da alergia y les repele el simple hecho de coger un trapo para limpiar la mancha de la cerveza que se les acaba de caer en la mesa frente al sofa, donde se pasa las horas, mirando el televisor. A ese que podriamos llamar hombre cojin. Ese era mi marido, el que me lo cargaba todo a mi y ni siquiera me echaba una mano con nuestra pequena, de ocho anos. La verdad es que no se lo tomo muy bien cuando le dije que habiamos terminado. Era uno de esos hombres a los que miras y ya no vuelves a ser la misma. El tipico modelo de cuerpo de infarto, y eso que bebia que parecia una esponja. Me imagino que la constitucion genetica ayuda y mucho. Hace cinco anos que se me separe y vivo con mi nina, Rebeca, en un piso en el centro de Barcelona. Trabajo en una empresa de seguridad informatica. Soy la supervisora de todos y cada uno de los informaticos que hacen posible que la empresa este en el numero uno de su campo. --Buenos dias, Chloe, ?como se ha levantado hoy la princesa del deseo? --Pues la verdad es que estoy muy muy bien, y eso que no he comido arroz. --?Eing? --?No has visto el anuncio? --No. --Vale, no importa. --?Que planes tienes para el viernes? --Ninguno, ?has pensado en algo en particular? --?Que se te ha pasado por esa cabecita? Te lo veo en la cara, tienes algo en mente. --Me han invitado a una fiesta y la verdad es que pensaba ir, seria bueno que pudieras venir conmigo. --Es de esas de las tuyas, ?no? --Si. --Entonces no se yo. --Espabila ya, tienes casi cuarenta anos y tienes mas telaranas en la seta que mi altillo. --Esta bien, pero a mi no me metas en cosas raras, ?eh? Vamos, nos tomamos algo, bailamos y volvemos a casa. --Si, si, lo que tu digas, Sor Alexandra. --Te recogere el viernes a las diez. Dejale la nina a tu hermano, te lo debe. --Esta bien. --Genial. Nos vemos, y por cierto, hay que ir un poco decente a la fiesta. Quema tus chandales a lo profesora de gimnasia y ponte algo que resalte esos melones que tu madre te ha dado. --Vale. Ciao, puti. --Ciao, zorri. No tengo mas que tres amigas de verdad, y Chloe es una de ellas. Me cuesta dar mi corazon, sobre todo despues de lo que me paso con mi exmarido, por eso soy muy selectiva en mis amistades. Ojala pudiera cambiar, pero estoy demasiado dolida. Me imagino que necesito tiempo para sanar mis heridas, aunque realmente nunca me he permitido hacerlo y tampoco he querido, supongo. * Hoy es mi primer dia libre en anos y pienso saborearlo. Es viernes y me he podido levantar cuando me ha dado la gana, que ha sido sobre las once de la manana. Abro un ojo y veo a mi Rebeca con esa cara de angel relajada por completo, dormida como la Bella durmiente. Me levanto y hago del desayuno en silencio para no despertarla. La verdad es que estoy pletorica. Es festividad nacional y tengo todo el dia para mi, excepto la noche, que he quedado con Chloe para ir a esa fiesta suya del pecado en la que hacer orgias es como comer pipas en el parque, lo habitual. --Buenos dias zorri, zorri --miro al loco, que vuela por donde le da la gana de casa y niego con la cabeza. --Cierra el pico de una vez. No digas eso o esta noche comeremos pollo al horno, ?lo captas? --No pollo, zorri, zorri. Maldito loro. La culpa es de Chloe, que le ha ensenado a llamarme asi, la muy zorra. Antes era un animal tierno, carinoso, amable, y ahora si no me llama zorri revienta. --Te has quedado sin pipas, por listo. --Dame pipas, zorri, zorri. Coloco los ojos en blanco y entonces veo como mi estrella aparece restregandose los ojos con el dorso de la mano. La miro con ternura mientras le dejo el bol de leche con cereales y la cuchara en la mesa. --?Como ha dormido mi estrellita? --Muy bien mami, he dormido como un osito. --Me alegra carino. Y anda que no, hoy no tienes que ir al colegio, ?eh? Tienes que estar pletorica. --Si, hoy voy a pintar mis dibujos. --Bien, me alegra oir eso. La verdad es que tengo que hablar contigo carino. Esta noche he quedado con Chloe para ir a dar una vuelta y salir un poco, que no lo hago desde que papa no esta. ?Te importa si te dejo en casa del tito por esta vez? --!Siiiiii! Me encanta estar con el tito. --Genial. Ayer le mande un mensaje y tiene muchas ganas de verte. --Vale, mami. Me llevare al senor Potato para que lo montemos y las cartas para darle una paliza. --Genial. Ahora a desayunar estrellita, quiero que vayamos a dar una vuelta. --?Vamos a ir al parque? Porfa, mami. --Ya veremos. Aprovecho para limpiar toda la casa a fondo, cosa que no puedo hacer entre semana mientras Rebeca hace puzles, pinta y recorta figuras de papel con un molde que le compre. Acabo a las dos de la tarde y tras darme una ducha y hacer unos spaghetti, acabo llevandola al parque, asi tengo tiempo para organizarme la agenda de la semana que viene mientras ella se divierte. Tengo siete reuniones con inversores, empresas que quieren que trabajemos para ellos, otras que necesitan nuestra seguridad y un banco que precisa un programa encriptado para los datos de sus clientes. Me las organizo y mando un correo a cada uno de los representantes de las empresas para que se presenten el dia y la hora que les marco en el email. Una vez estoy lista, juego un rato con mi nina en el tobogan, empujandola en el columbio y cientos de cosas mas. A las siete, volvemos a casa para que podamos cambiarnos y hacer la pequena maleta con una muda, el neceser y el pijama de mi chica para que pueda ir a casa de mi hermano y pase alli la noche. Nos subimos en mi Range Rover Velar y pronto nos encontramos en casa de mi hermano Cristian. Bajamos del coche y Rebeca corre hasta la puerta de su tio, al que ama con locura y pulsa el timbre. El abre la puerta y cuando la ve, sonrie de oreja a oreja y la toma de la cintura para girar con ella haciendola volar. Yo sonrio al verlos. La verdad es que Cristian se ha convertido como un segundo padre para mi hija y le agradezco que este ahi cuando mas lo necesito. Cuando deja a mi pequena en el suelo esta viene corriendo hacia mi y la achucho antes de besarla. Es sencillamente preciosa. Jamas he visto algo tan bello en mi vida y no es porque sea mi hija.--Portate bien, no le des mucho la lata a tu tio. --Lo prometo mami. Portate tu bien tambien. Te quiero, mami. --Y yo a ti, mi princesa. Le tiro un beso a mi hermano y le doy las gracias gritando demasiado fuerte, creo que me han escuchado hasta los vecinos de la otra punta de la ciudad. Me subo en el coche y vuelvo a casa, tengo que prepararme para la fiesta de Chloe, bueno, en la que han invitado a Chloe. Cuando estoy ya en casa, abro el armario para ver que me pongo y solo encuentro trajes de ejecutiva, pero que el sexy se pierde entre los ribetes. No tengo nada que no diga: "hola, soy madre, casi tengo los cuarenta y no he echado un polvo desde que Jesus perdio la zapatilla. Tengo eso mas reseco que un estropajo" . Llamo a Chloe, porque la verdad es que estoy mas perdida que un pulpo en una cacharreria. Ya no me da tiempo a salir a comprar un vestido, asi que solo me queda pedirselo a mi mejor amiga, que tiene la misma talla que yo. --Hola puti, te necesito urgente. --?Que pasa? ?Necesitas tampones? ?Pruebas de embarazo? ?Un hombro en el que llorar? --No, solo un vestido. No tengo nada que no sea para llevar a la oficina y no creo que un traje sea lo mas apropiado para una fiesta. --Esta bien, te llevare en quince minutos un vestido de puton verbenero, pero despues no te quejes si ensena mas de lo que cubre. --Miedo me das. Aprovecho para maquillarme y escojo unos zapatos con un tacon de infarto mientras llega Chloe con el vestido. Me plancho el pelo y me coloco algun que otro tirabuzon que resalte antes de que el timbre suene y al abrir aparezca una Chloe demasiado emperifollada. --?Como esta la zorri mas sexy del mundo? --Pues desnuda y saliendole canas de esperar. --Anda, anda, no seas exagerada. ?Esa es la ropa interior mas sexy que tienes? La verdad es que da pena, parece la de una octogenaria con menos sexo que un caracol. --Tengo algo que una vez use con mi exmarido, pero es demasiado provocativo. Ruborizaria a un muerto. --Pues ese, ese, ese es el que tienes que ponerte. Te recuerdo que vamos al club de la lujuria, no al de las monjas de caridad. --Esta bien, aunque mi intencion es pasarlo bien, no exhibir mi ropa interior. --Bueno, ya veremos. Ahora ponte esto y esto y nos vamos pitando, que al final llegamos tarde. Me tira el vestido y una especie de mascara. Ahora parece que tambien hay que llevar mascaras, como si fuera esto una fiesta a lo Romeo y Julieta. Me pongo el vestido lo mas rapido posible sin estropear el peinado ni el maquillaje y cuando esta completamente ajustado a mi cuerpo, me coloco la mascara. No es que sea perfecta, pero estoy bastante mona. --No hacia falta que te pusieras la mascara aun, pero bueno. La verdad es que te queda muy bien, aunque no tanto como a mi. Es mia, pero te la regalo. --Gracias, Chloe. --?Nos vamos? --Claro. Vamos a salir por la puerta cuando el integrante de la familia que queda dentro y que me odia profundamente desde que me separe de su dueno, nos da su despedida particular. --Adios, zorri, zorri --dice el loro.

  • Lectura facil de Cristina Morales

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    Son cuatro: Nati, Patri, Marga y Angels. Son parientas, tienen diversos grados de lo que la Administracion y la medicina consideran <> y comparten un piso tutelado. Han pasado buena parte de sus vidas en RUDIS y CRUDIS (residencias urbanas y rurales para personas con discapacidad intelectual). Pero ante todo son mujeres con una extraordinaria capacidad para enfrentarse a las condiciones de dominacion que les ha tocado sufrir.

  • La ciudad silenciosa de Jose Luis Caballero

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    ?Que ocurriria si un dia, de forma inexplicable, toda la poblacion del planeta quedara atrapada en edificios y espacios cerrados, incapaz de salir al exterior?

  • Yo, Gaudi de Xavier Guell

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    El mundo entero sabe que Gaudi fue uno de los arquitectos mas geniales de la historia. Pero alrededor de su vida y su persona continuan planteados muchos enigmas. ?Era Gaudi homosexual? ?Fue mason? ?Cual fue su sentimiento religioso? ?Estaba a favor de una Espana federal? ?Por que dejo la continuacion de la Sagrada Familia a sus discipulos menos aventajados? ?Cual fue la relacion de Gaudi con los otros grandes intelectuales de su tiempo, Verdaguer, Maragall, Unamuno? ?Quien fue en realidad Gaudi? Pocos podrian responder mejor a estas preguntas que Xavier Guell, tataranieto de Eusebio Guell, el hombre que apoyo y financio a Gaudi en la mayoria de sus proyectos mas importantes.

  • La lectora ciega de Paqui Ayllon

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    La lectora ciega es un emocionante testimonio de superacion a traves del amor a los libros.

  • En una casa blanca a la orilla de Abril Camino

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    Candela lo ha perdido todo.
    Su perfecta vida ha saltado por los aires.
    Esta muerta de miedo. Y de dolor.
    Esta perdida.

  • Emilia Pardo Bazan de Isabel Burdiel

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    Isabel Burdiel restituye la figura de la novelista espanola por excelencia, personalidad clave del siglo XIX.

  • Circulos cerrados (Mistery Plus), Viveca Sten de Viveca Sten

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  • El buen padre de Santiago Diaz

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    La calle principal de la urbanizacion de chales se ilumino con el azul de las sirenas. Uno de los Zetas freno en la rampa del garaje y el otro derrapo en el jardin de entrada, llevandose por delante un rosal y una pequena palmera. Los cuatro agentes --tres hombres y una mujer-- salieron de los coches y fueron a aporrear la puerta. --!Policia! !Abran! Ante la ausencia de respuesta, el mas veterano dio un par de pasos atras. --Apartaos. --?No deberiamos pedir una orden? --titubeo su companero. --No hay tiempo para eso --respondio la agente con determinacion. Despues de varias patadas, la cerradura cedio y la puerta quedo abierta de par en par, con el pomo incrustado en la pared de escayola. La luz intermitente que llegaba del exterior inundo el vestibulo. --!Policia! !?Hay alguien en casa?! Desenfundaron sus pistolas y entraron alumbrando con sus linternas. Nada mas llegar al salon, se quedaron paralizados al descubrir una mancha de sangre en el techo. La observaron en silencio durante unos interminables segundos, presintiendo que seria una noche dificil. --Es arriba --dijo uno de ellos, como si sus companeros necesitasen esa informacion para atar cabos. --Habria que avisar al Grupo Especial de Operaciones… --La victima todavia podria seguir viva --dijo el que habia abierto la puerta negando con la cabeza. Subieron por la escalera intentando recordar cual era el protocolo en ese tipo de situaciones. Pero cuando de la teoria se pasa a la accion real, uno se olvida de todo. Al entrar en el dormitorio, encontraron la explicacion a los gritos pidiendo auxilio que habia denunciado una vecina; en el suelo, boca abajo, en medio de un charco de sangre, yacia el cuerpo sin vida de Andrea Montero. Aunque todavia no habia empezado a descomponerse y apenas desprendia un ligero olor metalico, basto para que al agente mas joven se le revolvieran las tripas. --Informare a la central --atino a decir antes de salir a buscar un lugar donde echar la cena sin contaminar la escena del crimen. La agente, con algo mas de aguante que su companero, le dio la vuelta al cadaver y descubrio una imagen que tardaria tiempo en borrar de su memoria: la cara era un coagulo de sangre y no se distinguian las facciones; bien podria ser una chica de veinte anos o una mujer de cincuenta. Por una foto que habia sobre la comoda, dedujo que tendria unos cuarenta. Le tomo el pulso sin ninguna esperanza de encontrarselo y vio que, aparte de las al menos cinco cuchilladas en diferentes partes del cuerpo, tenia marcas defensivas en manos y brazos, y un corte en el cuello que le habia seccionado la yugular y que sin duda fue lo que le causo la muerte. --Hijos de puta --dijo apretando los dientes con rabia. --!Aqui! --grito el joven agente que habia salido unos segundos antes--. !No se mueva! !Las manos en la cabeza! Sus companeros corrieron hacia el lugar del que procedian los gritos. En medio de la habitacion contigua habia un hombre de mediana edad arrodillado, la tipica persona que pasaria desapercibida en cualquier lugar, con rasgos demasiado comunes y cara de buena gente, alguien a quien los vecinos seguramente describirian como muy educado y agradable, incapaz de matar una mosca. Pero la primera impresion que los policias se llevaron de el decia todo lo contrario: tenia la ropa, la cara y las manos manchadas de sangre. Parecia en estado de shock, como si no comprendiera que sucedia ni por que habian tomado su casa. A su lado, en el suelo, habia un cuchillo de trinchar ensangrentado. Uno de los agentes lo aparto de una patada al entrar en la habitacion. --?Que esta pasando? --pregunto paseando la mirada por aquellos policias que le apuntaban con sus armas. --!Las manos en la cabeza, no se lo volvere a repetir! El hombre considero que era mejor obedecer y, en cuanto sus dedos se entrelazaron por detras de la nuca, los agentes le cayeron encima y lo esposaron. Al dia siguiente, los informativos dirian que Andrea Montero habia sido la trigesimo septima mujer asesinada a manos de su pareja en lo que iba de ano. UN ANO DESPUES 2 La inspectora de Homicidios Indira Ramos examina el vaso de zumo con detenimiento, buscando alguna marca que le haga sospechar que no esta tan limpio como deberia. La camarera se arma de paciencia ante una escena que se repite todos los domingos desde hace casi medio ano. --?Que? ?Esta a su gusto o no esta a su gusto? --El vaso lo has lavado a mano con jabon neutro, ?verdad? --Si, senora… --responde harta--, igual que los cubiertos, el plato y la taza de cafe. ?No cree que va siendo hora de que confie en mi? En lo relativo a la higiene, Indira no confia ni en la camarera ni en nadie, y eso que cuando su psicologo le puso como ejercicio obligatorio salir a desayunar una vez a la semana, eligio esa cafeteria porque es la mas limpia que encontro, a pesar de que esta en la otra punta de Madrid. Cuando a una le han diagnosticado un TOC (un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide tener un comportamiento medianamente normal), cualquier precaucion es poca. --Gracias, Cristina --responde al fin. La camarera fuerza una sonrisa y vuelve tras la barra. Indira limpia con una servilleta la tarrina de mantequilla y la abre para extenderla sobre el cruasan a la plancha. Es uno de los pocos caprichos que se permite en toda la semana y quiza no deberia, pero ya le sobraban siete kilos antes de empezar con esa rutina. Debe de ser el aire lo que le engorda, porque si no, no se lo explica. Menos mal que, aparte de ese ligero sobrepeso, tambien tiene unas facciones lo suficientemente bonitas para permitirse ir con la cara lavada porque, como tantas otras cosas, el maquillaje le da alergia. Lo que empieza a preocuparle son las canas. A sus treinta y seis anos, todavia son pocas y consigue mantenerlas a raya, aunque por si acaso, mas por higiene que por moda, lleva el pelo corto. El problema llegara cuando tenga que tenirse: esta convencida de que el tinte le producira una terrible erupcion cutanea. Apenas se ha llevado el primer trozo de cruasan a la boca cuando suena su movil. Lo ignora, pero la insistencia de su joven ayudante, Lucia Navarro, finalmente le obliga a contestar. --?Tu no sabes que hoy es domingo, Navarro? --Los asesinos no entienden de festivos, jefa. Antes de acercarse a hablar con el forense y con los de la Policia Cientifica, la inspectora Ramos se pasea por delante de los curiosos que se han congregado alrededor del Estanque Grande del Buen Retiro, convencida de que entre ellos esta el asesino. En muchos de los libros de criminologia que ha devorado a lo largo de su vida aseguran que es cierto que algunos homicidas acostumbran a volver al lugar de los hechos, que no es solo un recurso sin fundamento que utilizan con frecuencia escritores y guionistas. Hay asesinos que vuelven para comprobar que el cadaver es rescatado tal y como llevan fantaseando desde que lo depositaron en el sitio donde debe ser encontrado. A algunos les da morbo, otros simplemente quieren asegurarse de que no han cometido algun error por el que vayan a cogerlos. Lo malo es que un domingo por la manana hay alli demasiada gente congregada y la inspectora no logra distinguir nada mas incriminatorio que gestos de sorpresa, de repugnancia y de curiosidad. Todavia esta a diez metros de la cinta policial que mantiene a los domingueros alejados del cuerpo y ya siente el profundo rechazo de sus companeros, miradas reprobatorias que la senalan como una traidora capaz de delatar a otro policia por colocar la prueba que llevaria a un hijo de puta a la carcel. Siete meses despues de aquello, el hijo de puta sigue en la calle y a la inspectora Ramos le cuesta un triunfo encontrar algo de comprension y respeto.

  • Especial luna de miel de Rebeca Montes

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    Aquel no era su primer viaje en avion. Ni siquiera se podria decir que fuese su primer viaje con el. Pero mientras caminaba apresurado entre el gentio del aeropuerto, su maleta rodando detras, no pudo evitar sonreir, feliz. En aquel rincon del mundo que se asemejaba mas a una burbuja turistica, los idiomas que se escuchaban por todas partes variaban de un espanol que Keith entendia solo a medias y un ingles fluido. Las personas apresuradas a su lado tambien parecian proceder de los mas variados destinos, a juzgar por retazos de conversaciones que el no llego a comprender. --?Donde vamos ahora? --pregunto mientras se detenia y se colocaba junto al que, desde hacia mas de un ano, era su marido. --Tenemos que buscar la empresa donde reservamos el coche. No fue dificil encontrar la hilera de cristaleras con decenas de anuncios sobre el renting y los precios. Chris ignoro a todos aquellos que intentaron llamar su atencion desde las puertas para entrar en la indicada. Alli, un joven de tez morena y bonitos ojos oscuros los atendio en un ingles perfecto, les hizo rellenar un monton de papeles y los acompano afuera, hacia un aparcamiento donde un reluciente coche azul los esperaba. --Es automatico, como lo pidieron. Y podra devolverse en nuestra empresa del aeropuerto del Chetumal en la fecha acordada. Disfruten de su viaje. El calor nada mas salir le hizo transpirar en apenas cinco minutos. No estaba acostumbrado a esa humedad sofocante que a las once de la manana parecia succionarlo todo. Se habia banado en repelente para protegerse de los mosquitos, y su piel se veia aun mas palida por el exceso de crema protectora para el sol. Chris habia tenido el tino de ignorar el inmenso sombrero que compro en el aeropuerto de Nueva York para cubrirse tanto la cabeza como los hombros. Ya sabian los problemas que tenia con las quemaduras. Keith habia debatido largo y tendido con su esposo sobre el destino de su viaje. Iban a ser diez dias y queria pasarlos lo mas relajados posible. La suma de mar y naturaleza seria un conjunto perfecto para que ambos pudieran deshacerse de algo del estres propio de los ultimos meses. El plan, en un principio, no era ir a Cancun, sino a un lugar mas pequeno y, supuestamente, menos concurrido en aquellas fechas: Tulum. Segun las fotos, aquel pueblecito turistico tenia uno de los yacimientos mayas mas importantes pegado a la playa. Una playa caribena, para mas enfasis. Desde alli se podian visitar, ademas, un monton de lugares que en imagenes parecian paraisos perdidos en medio de selvas hermosas. --?Quieres comer algo antes de partir o cuando lleguemos al hotel? Chris, con unas bermudas oscuras y una camiseta de algodon amplia, no habia conseguido en absoluto aquello que busco: el pasar desapercibido. Sus cabellos rubios, sus ojos castanos y aquel rostro atractivo no hacian sino atraer miradas de forma constante. Llevaba ademas aquel aura de seguridad que uno inmediatamente vinculaba con el dinero. Era algo que para aquellas alturas se pegaba de forma innata a su esposo. Por suerte, al final decidio no ir con aquellas chancletas horribles y se pudo unas zapatillas deportivas. --Cuando lleguemos. Sera junto la hora de comer, ?verdad? No deberiamos tardar ni dos horas, se supone. --Entonces solo compraremos agua para el camino y listo. Fue Chris quien se acerco hasta un puesto junto a la salida donde vendian botellas de todo tipo. Tras comprar un par de ellas, metio las maletas en el maletero mientras Keith configuraba el GPS del coche. Era una carretera recta, por lo que no deberian tener problemas. El aire acondicionado pronto se hizo necesario y Keith no dejo de mirar por su ventanilla, inmerso en un paisaje donde solo se veia verde y mas verde. De vez en cuando pasaban algun pueblo pequeno, que usualmente detenia el recorrido de los coches con altos resaltos en la carretera. Llegaron a Tulum antes de las dos. El pueblo era diminuto. Apenas unas calles que se extendian alrededor de la avenida principal. Pero por insistencia de Chris, que no creia que fuese necesario quedarse en un hotel alli, ambos tenian una bonita habitacion en el paseo de la playa, donde los hoteles mas caros se apinaban con sus rincones al mar privados y sus suites de lujo. Nada mas llegar, un chico uniformado los recibio, los dejo aparcar en un lugar privado y los condujo hasta la recepcion. Desde ella se veia una piscina larga que terminaba en una especie de cristalera con vistas al mar. Mas alla, una especie de terraza restaurante con bancos acolchados y toldos oscuros. Pero la mayor sorpresa fue cuando ese mismo muchacho los guio a traves de un camino de tierra y madera hasta dar con una cabana de dos pisos oculta entre arboles. Era como una casita encantada en medio del bosque, y justo frente a la playa. --Esto no es lo que reservamos --murmuro confundido. Christopher se volvio hacia el, atrayendole de la cintura mientras sus labios se posaban sobre los de Keith en un breve y sonoro beso. --?Sorpresa? Pense que te gustaria. !Y como no! Una hamaca grande pendia de dos arboles robustos, un porche de suelo de madera tenia unos sillones grandes y seguramente comodos. La puerta era de cristal, pero unas telas blancas cubrian en interior. El trabajador abrio la puerta y Keith, simplemente, sintio ganas de llorar. Verdaderamente parecia algo salido de un cuento. Con decorados rusticos y cuidados, telas claras y diafanas, sillones llenos de cojines. Era amplio y abierto, ofreciendo las vistas al mar. Era perfecto. --Gracias --susurro. El chico salio de la casa tras entregarle Chris la propina. Keith no sabia que queria hacer mas, abrazar a aquella persona insufrible por momentos o correr hacia el mar para lanzarse de cabeza a las cristalinas aguas. Gano el, como siempre, y cuando casi salto sobre ese cuerpo alto y hermoso, Chris le agarro para ayudarle a colocar las piernas alrededor de su cintura. --Me encanta --susurro mientras dejaba un rastro de besos por aquella piel que empezaba a dejar notar la barba del dia. Le encantaba sentir la aspereza contra el, sentirle a el apretado contra su cuerpo. Chris lo cargo por la casa, seguramente buscando la habitacion, y Keith se encontro pronto tendido en suaves y frescas sabanas. La cama tenia una tela fina que colgaba del techo y Keith, mientras elevaba el trasero para dejar a Chris sacar su ropa interior, penso que los mosquinos se quedarian fuera aquella noche. Le escucho grunir algo mientras se deshacia de su propia ropa, alli frente a el. Y Keith, durante unos instantes, penso que quizas deberia apuntarse a un gimnasio. Su cuerpo delgado no era propenso a conseguir grasa de mas, pero comparado con aquel cuerpo moldeado y marcado, parecia bastante simple. --Estas pensando demasiado, Keith --dijo Chris--. Tendre que esforzarme mas. --No hace falta, esposo. Solo me recreaba con esos abdominales tuyos. Quizas me apunte a tu gimnasio. --No duraras ni dos semanas. --Eso no es... Pero aquella boca le silencio con un beso, y Keith gimio mientras le sentia tumbarse junto a el, acariciando su abdomen y bajando la mano hasta encontrar su miembro, ya mas que despierto. --Esposo, aun tengo la camiseta. Fuera. El sonrio, esa sonrisa ladina que tan bien se le daba, y se separo un momento para sacarla. Con el tiempo, Keith habia descubierto que su marido tenia una suerte de fetiche con las bocas. Le gustaba besar. Podian tirarse mucho tiempo acostados en la cama, despues del sexo, mientras que aquellos labios finos volvian una y otra vez sobre los suyos. Le besaba durante el sexo. Y a veces cuando estaban solos. Chris no era persona de muestras publicas de afecto. Keith pronto aprendio aquello tambien, pero no importaba. Porque mientras aquellos dedos se enredaban en su cabello y tironeaban de el, colocando las piernas de Keith sobre sus hombros y abriendole a su ereccion, lo unico que tenia claro era que lo amaba. --Voy --susurro Chris contra su oreja mientras se introducia en el, y Keith le dejo hueco cuando empezo a mordisquearle la oreja, empezando un lento vaiven que pronto encontro aquello que buscaba. Fue rapido al final, ambos buscando el placer en brazos del contrario. Fue hermoso por ser quien era, si. Y tambien por estar donde estaban. Tiempo despues, y limpios de los estragos del sexo, ambos salieron en busca de comida, demasiado hambrientos como para pensar si quiera en ir a banarse un rato. El comedor era enorme y bonito, como con grandes ventanales que rodeaban todo permitiendo las vistas y manteniendo fuera los mosquitos. --Cuidado con el picante. No querras pasarte el resto de los dias malo del estomago --dijo Chris una vez los sentaron a la mesa y tomaron el menu. --Me gusta el picante --respondio mientras revisaba los pescados frescos del dia. --El picante de casa no es nada comparado con este. Aquella parte de Keith que habia ganado confianza en si mismo y que queria libertad de elegir, casi le hizo ir a por cualquier platillo tipico mexicano con su buena racion de chile. Por suerte, su parte racional era mas inteligente que eso, y finalmente pidio consejo al camarero en cuanto a los pescados. Chris opto por carne y ambos comieron frente a las aguas azules mientras el aire acondicionado refrescaba sus pieles. Fue a media comida que lo noto. Las miradas. Uno pensaria que con el tiempo se habria acostumbrado, pero de hecho no era asi. Y las mujeres que se comian al rubio con la mirada, muchas de ellas medio vestidas en sus ropas de bano y con algun pareo, eran siempre un recordatorio contante de lo diferentes que eran ellos. Miro su plato, subitamente enfadado, y tomo toda su copa de vino de un trago, casi ahogandose al instante. --?Que demonios estas haciendo? No tienes ningun aguante con el alcohol. Para su disgusto, Keith chasqueo la lengua, mirando a su esposo con el ceno fruncido. Sabia que no debia parecer muy amenazador, pero Chris alzo una de sus cejas mientras preguntaba: --?Que pasa? --Nada. Nada --repitio con mas enfasis.

  • Nuestro es el cielo de Luke Allnutt

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    Todos tenemos que tomar decisiones.

  • Mudar de piel de Marcos Giralt Torrente

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    Imaginemos a nueve narradores reunidos para contar cada uno de ellos, sin callarse nada, una historia relevante de su vida. Historias de infancia compartidas con sus padres y hermanos, o historias de su pasado reciente vividas con sus parejas e hijos. Al igual que los narradores de esa escena imaginada se contagiarian de un tono similar dictado por el tema y las circunstancias, las nueve historias reunidas en este libro se sirven de un lenguaje comun para hilar con tramas diversas un tapiz nada convencional de los subterraneos del afecto. Algunas conforman cuentos canonicos y otras fuerzan las fronteras del genero para erigirse en autenticas novelas bonsai, pero en las nueve late, junto al engarce de ecos sutiles, el mismo afan de desnudar la realidad para dejarla tal como se nos apareceria en un breve instante de revelacion.
    Con la agudeza y precision que caracterizan su obra, Marcos Giralt Torrente se adentra de nuevo en las relaciones familiares demostrando sus grandes dotes para perfilar la psicologia -en ocasiones contradictoria- de unos personajes enfrentados a sus miedos y anhelos. Padres intermitentes, madres esquivas, adolescentes que se asoman desconcertados al mundo adulto, ninos complices, hermanos y hermanas unidos por lazos dificiles de disolver, reencuentros inesperados, enganos, sombras ominosas, ausencias irreparables, amores imperfectos y, en general, ese lento encaje de las complejidades de la vida al que nos expone la convivencia con el espejo de nuestros allegados.
    Sin excesos melodramaticos, pero tambien sin contemplaciones, con una mirada a la vez desapegada y compasiva, acompanada siempre de una escritura virtuosa, atenta a las modulaciones y los matices, el autor explora las entranas de la intimidad y sus grietas y nos brinda nueve narraciones excepcionales.

  • In love (Almost 2) de Adriana Ls Swift

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    No todo es como parecia ser.

  • Las rosas de las espinas de Alexandra Martin Fynn

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    Elizabeth Colt, la propietaria de la fabrica de revolveres mas importante de los Estados Unidos, se hallaba trabajando frente al pequeno escritorio que habia dispuesto en su alcoba. A traves de los enormes ventanales, enmarcados por cortinas satinadas, se atisbaba el hilo ceruleo que comenzaba a ganar la batalla a la noche. Una lampara de aceite iluminaba el gesto concentrado de la mujer, que respondia a la carta que le habia enviado Abraham Lincoln. Desde que iniciara la Guerra de Secesion, un ano atras, la demanda de armas se habia duplicado y la compania recibia permanentes presiones por parte del Gobierno. La elegante caligrafia de la <>, tal como la llamaban, ornaba las paginas de la misiva que dirigia al jefe de Gobierno: Respondiendo a su inquietud, senor presidente, confie en que la compania Colt seguira funcionando al maximo de su capacidad para apoyar su magnifica gesta. Si los mas de mil empleados con los que cuento no alcanzan para sostener la produccion, contratare a mil mas. Debemos ganar esta guerra, para que el sueno de la libertad de los esclavos se vuelva realidad. Si los estados del sur se independizan de los Estados Unidos y fundan una nacion basada en el trafico de personas, la humanidad toda habra fracasado. Esta fabrica no descansara hasta que la Union se alce victoriosa. La mujer debio abandonar la tarea por un momento para limpiarse la enrojecida nariz. Desde hacia dos dias no paraba de toser y estornudar. Sin duda, aquella indisposicion era consecuencia de todos los pesares que habia debido sobrellevar en los ultimos diez meses: su esposo habia fallecido el pasado enero, victima de la enfermedad de la gota y, en agosto, debio afrontar la perdida de su embarazo, que se encontraba en estado avanzado. Aquella criatura que llevaba en el vientre habia sido el unico consuelo frente a la muerte de Samuel. Pero el destino se llevo tambien a su pequena nina, dejandola devastada. En aquel momento, entro en el cuarto la senora Witts, el ama de llaves de la mansion. Cualquiera la hubiera confundido con la duena de la casa, de tan orgullosa y augusta que era su postura. --Buenos dias, senora --saludo--, ya son casi las seis de la manana, ?desea que le haga traer una taza de chocolate? --Buenos dias, querida. En un rato, por favor. Aun no termino con esto --respondio Elizabeth, entre toses. --En media hora le hare subir el servicio. La mujer ya se retiraba, pero se volvio y dijo: --No lo tome a mal, senora, pero, ?me permite hacerle una sugerencia? --Por supuesto. --Quiza le convendria guardar cama, al menos por un par de dias. Y llamar al medico. Aunque usted insista en ignorarlo, es evidente que esta cursando un fuerte constipado. Elizabeth desestimo aquello con un ademan y replico: --Querida, agradezco mucho su preocupacion, pero no tengo tiempo para caer enferma. Estamos en guerra; no puedo permitirme ni la debilidad ni el descanso. --Lo se, senora, pero… --Tengo apenas treinta y cinco anos. Dormire cuando sea vieja. En aquel momento, una doncella entro a la habitacion. --Senora Colt, disculpe la interrupcion --dijo--. Acaba de llegar un jinete; un soldado. Dice que trae una carta urgente de parte del comandante del Ejercito del Potomac, el general George McLellan, y que debe entregar el sobre en mano. Le dije que usted no estaba en condiciones de recibirlo, pero el insistio mucho. Ante la mencion de su viejo amigo, Elizabeth se envolvio en su pesada bata e indico: --Que pase a verme. --Pero... !usted esta en ropa de cama! --reclamo el ama de llaves. --El cabalgo tres dias seguidos desde Arlington Heights para llegar aqui y no lo voy a tener esperando. Hagalo subir y prepare un cuarto para que el pobre se asee y descanse. Las dos empleadas se retiraron y cerraron la puerta tras de si. El joven militar se mostro avergonzado cuando sus botas dejaron un reguero de barro en la lujosa alfombra Aubusson. Estaba tan sucio que el azul de su uniforme casi no se distinguia bajo las capas de polvo que lo cubrian. No acepto la invitacion a sentarse, por temor a dejar inservible la silla que le ofrecian. --?Cual es su nombre, muchacho? --se intereso Elizabeth. --Gregory Hall, senora. --Muy bien, Gregory. Digame, ?cual es el mensaje que desea entregarme personalmente? --El comandante McLellan me pidio que le de esta carta. Debo aguardar a que usted escriba la respuesta, para llevarsela a el lo antes posible. --La leere en este mismo instante. Ahora, vaya con la senora Witts. Ella le esta preparando un cuarto para que pueda lavarse, comer y descansar un poco. --Le agradezco su generosidad, senora Colt, pero debo partir lo antes posible. Si tengo sueno o hambre, no tiene importancia. Debo responder a mi comandante. Elizabeth sonrio. Era sabido que McLellan era idolatrado por sus tropas. --Si no come ni duerme, caera rendido en el camino y no podra cumplir la orden de su superior --la mujer tiro del cordel que llamaba al servicio--. El ama de llaves lo acompanara. El muchacho agradecio y siguio los pasos de la empleada. Cuando se encontro a solas, Elizabeth rompio el sobre con el sello del Ejercito y leyo la carta que contenia. De inmediato comprendio porque McLellan no habia utilizado ni el correo militar ni el telegrafo para comunicarse con ella. Arlington Heights, Campamento General del Ejercito del Potomac, 5 de octubre de 1862 Querida E.: Espero que te encuentres muy bien y que el pequeno Caldwell este creciendo sano y fuerte. Lamento mucho no haber podido visitarte luego del fallecimiento de tu esposo. Bien sabes el afecto y el agradecimiento que le he profesado a lo largo de estos anos, pues el ha sido para mi una fuente invalorable de inspiracion y apoyo. Yo me encuentro bien, aunque mi alma sangra por el resultado de la batalla de Antietnam. Obtuvimos una victoria sobre el ejercito que comanda el general Lee, pero eso no me brinda mas que la tibia satisfaccion de haber cumplido con mi deber. En un solo dia perdi a 12 000 soldados, entre muertos, heridos, prisioneros y desaparecidos. Desde el parapeto en el que me encontraba mientras se producia la lucha, vi a mis muchachos caer y amontonarse como pilas de carne inerte. Y observe a los sobrevivientes, arrastrando sus maltrechos espiritus, con los miembros agarrotados y los ojos secos de tanto llorar a sus companeros. Al final de aquella dramatica jornada, recibi ordenes de Lincoln en las que me instaba a lanzarme, de inmediato, tras las tropas confederadas. Su plan era cortar la retirada a Lee, antes de que el pudiera reponerse de sus perdidas en el campo de batalla. Sin embargo, desoi sus demandas, pues hacer aquello hubiera implicado sacrificar miles de hombres mas. El se niega a comprender que hoy no cuento con los recursos necesarios para asegurar una victoria: los regimientos estan mermados y las municiones escasean. Tambien tenemos una urgente necesidad de nuevas armas, pues muchas de las que teniamos se averiaron en la refriega y hemos perdido miles a manos de los rebeldes. Tengo la conciencia tranquila, pues se que mi decision fue acertada. Sin embargo, todos se han vuelto en mi contra: los politicos, los oficiales y los periodistas opinan que soy indeciso y cobarde. Peor aun; me llaman traidor, por haber dejado escapar a Lee. Y Lincoln sigue presionandome para que lance mis tropas al campo de batalla, aun en la precaria situacion en la que se encuentran. Yo resisto en mi conviccion, pero se que, mas temprano que tarde, seran sus ordenes las que se ejecuten. Por ello, me urge recuperar mis recursos. Nuestro ejercito sera arrasado si no contamos con armas suficientes antes de una nueva lucha. En suma, necesito tu ayuda. No te pedire nada en concreto, pues lo ultimo que deseo es comprometerte. Si lo unico que puedes enviarme son palabras de aliento, estas seran para mi un tesoro en este escenario de desolacion. De mas esta decir que esta comunicacion y todas las que sigan, sea cual fuere su naturaleza, deben mantenerse en el mayor de los secretos. Si envias a alguien a reunirse conmigo, asegurate de que sea una persona de nuestra mutua confianza. Recelo de todo el mundo. Tuyo, G. Elizabeth dejo la carta sobre el escritorio y se tomo el rostro con las manos. Penso que McLellan debia estar realmente desesperado para ponerla en una situacion tan delicada como aquella. El no podia ignorar que, si se descubria que ella le habia enviado armas de manera ilegal, aquel seria el fin de la compania Colt. Y habia sido inteligente al elegir las palabras que estampara en su carta: ?como podria alguien negarse a brindar una ayuda que evitaria la muerte de miles de seres humanos? La mujer se restrego los ojos, como si de ese modo pudiera aclarar su vision. Pero solo un cumulo de ideas contradictorias se enredaron en su mente. --Si tan solo Sam estuviera aqui… --susurro. Entonces, se puso de pie y se acerco a la enorme pintura en la que estaba plasmada la figura de su esposo. Y con un suave ademan, extendio la mano para acariciar el marco dorado. --?Que debo hacer, querido mio? --le pregunto a la imagen del retrato. Elizabeth sabia muy bien que el padre del comandante habia sido una persona muy importante para Samuel Colt. Su apoyo habia sido clave en un momento en el que el contexto economico y politico se presentaba muy adverso para el inventor de armas. Tan estrecha se volvio la amistad entre ambos que, en el lecho de muerte del anciano doctor McLellan, Samuel le juro que velaria por el porvenir de sus dos hijos varones. Dado ese compromiso, Elizabeth estaba segura de que su esposo hubiera deseado que ella honrara la promesa hecha a un moribundo. Aquella certeza la inclinaba en favor de enviar la ayuda que el militar le solicitaba. Por otra parte, ella no dudaba de que McLellan ansiaba salvar la vida de miles de soldados; una gesta que apoyaria cualquier persona con corazon. Sin embargo, comprendia cabalmente que enviarle armas al comandante, sin la anuencia del Gobierno, era una jugada que podia poner en riesgo el futuro de su fabrica y de todo aquello por lo cual ella y su esposo habian luchado tanto. Urgida por resolver su conflicto interior, la mujer unio las manos en oracion. Su padre, el reverendo William Jarvis, le habia inculcado el camino de la fe, y ella lo transitaba cada vez que necesitaba reunir fuerzas para salir adelante. En aquel momento, requeria mas que nunca la guia del Senor, pero de El solo obtuvo un angustioso silencio. Agobiada por la roca que le pesaba en la espalda, volvio a dirigir la mirada a la imagen de su amado. Fue entonces cuando los primeros colores del alba iluminaron la habitacion y un reflejo rojizo parecio dar vida al retrato de Samuel Colt. A Elizabeth se le empanaron los ojos y, por un instante, tuvo la impresion de que el le sonreia. Entre lagrimas, tomo aquello como la senal que estaba esperando y se sintio algo mas aliviada. En su corazon y en su mente, la decision estaba tomada: no ignoraria el pedido del general McLellan, en honor a todo lo que su padre habia hecho por Samuel Colt. Y, menos aun, dejaria indefensos en la batalla a miles de soldados que luchaban por una causa noble. Estaba dispuesta a correr los riesgos que fueran necesarios. Con la decision asumida, regreso a su escritorio, coloco la mano sobre la carta que habia estado escribiendo a Lincoln y dijo, en voz alta: --Perdoname, Abraham, por hacer esto a tus espaldas. Es en beneficio de tu causa. Con algo de alivio por la resolucion adoptada, era menester reflexionar acerca de como instrumentar la ayuda que le ofreceria a McLellan. Lo primero que debia decidir era que tipo de armamento enviar. Sabia que al comandante le convendria recibir rifles Springfield, los mismos que el Ejercito distribuia entre los soldados; pero aquello no seria posible. Deshacerse de un gran numero de armas largas implicaria incumplir el contrato que la Colt habia firmado con el Gobierno y aquello resultaria en multas monstruosas para la compania. Elizabeth decidio, en consecuencia, entregar revolveres que, ademas, serian mas simples de transportar de incognito. George habia mencionado que muchas de las armas con las que contaba se habian averiado en batalla. Ella sabia que algunas podrian ser reparadas por sus empleados, pero la fabrica no podia prescindir de los brazos de sus operarios, dada la enorme cantidad de trabajo que tenian pendiente. Sin embargo, si se reordenaban los turnos y se ajustaban algunos procesos, podia hacer el sacrificio de enviar algunos hombres. Pero solo serian unos pocos; los suficientes para sacar del aprieto a McLellan. La idea era que los enviados permanecieran unos dias en el campamento militar, tratando de arreglar la mayor cantidad de revolveres y rifles que fuera posible. Ahora Elizabeth debia pensar en quienes serian las personas idoneas para realizar semejante labor. Sin duda, deberian ser excelentes trabajadores, ademas de hombres de su entera confianza. Casi sin proponerselo, tres nombres acudieron a su mente: William Green, George Arlen y Jim Carson, tres obreros que, ademas de ser excelentes personas, eran incansables y muy capaces. Los tres habian sido esclavos fugitivos que, tras su huida, se refugiaron en la fabrica de Colt, al amparo de Samuel y de ella. Y Elizabeth sabia que el honor de aquellos hombres haria que dieran su vida por cualquier causa en la que ella se embarcara. Por ultimo, McLellan habia enfatizado que, si ell

  • Flores para Julia de Andrea Longarela , Neira

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    Oliver cree que su vida es perfecta. Se ha esforzado demasiado por conseguirlo.
    Sin embargo, recien cumplidos los treinta y cuatro, siente que su mundo se tambalea y no sabe como recobrar el equilibrio.
    Las cosas en el trabajo no van bien, su matrimonio hace aguas y, por mucho que busque cuando abre los ojos por las mananas, no encuentra ningun motivo de peso para levantarse de la cama.
    Por eso sus amigos piensan que se merece unas vacaciones. Y su familia. Y, lo que es peor, su jefe. Sin saber como, acaba bajo el techo de un lugar muy especial escondido entre montanas, rodeado por un jardin de cuento y compartiendo espacio y silencios con Julia.
    Julia, que es tan distinta a el que no entiende por que no puede dejar de mirarla.
    Pero lo hace, la observa, y todo cobra un sentido diferente.
    Porque Oliver aun no lo sabe pero, en ocasiones, todo lo que necesitamos es perdernos para encontrarnos.

  • Matar el pasado, Lizzie Quintas de Lizzie Quintas

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    En un mundo donde la avaricia esta a la orden del dia y la traicion acecha en cada esquina, solo se puede esperar la perdicion del ser humano.

  • Amor entre las nubes de Mary J. Forbes

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  • ?Me hablas a mi? de Sam Leith

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    ?Que tiene la retorica para estar en todas partes?

  • Lo mejor que se decir sobre la musica de Robert Walser

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    <>. Para Robert Walser, la musica no fue solo algo bello y autentico, sino tambien algo increiblemente subversivo que, en cuanto distinto al lenguaje, se oponia a la limitacion de las convenciones.

  • La traicion de Roma de Santiago Posteguillo

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    Ultima novela de la Trilogia de Roma, en la que descubriremos el epico final de dos de los personajes mas legendarios de la historia: Escipion y Anibal.

  • El atico De La Quinta Avenida de Sarah Morgan

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    Eva, una romantica empedernida, adoraba todo lo que tuviera que ver con la Navidad. Ese ano probablemente habria pasado las fiestas sola, asi que cuando le ofrecieron cuidar un atico espectacular en la Quinta Avenida, no dejo escapar la oportunidad. ?Que mejor lugar para celebrar la Navidad que Manhattan cubierta de nieve? Lo que no se esperaba era encontrar que el atico seguia ocupado por su guapisimo y misterioso propietario.

  • Raine de Margotte Channing

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    --Dame un poco de agua, hija. --Raine cogio la copa y ayudo a su padre a que se incorporara en la cama para que pudiera beber. Durante los pocos meses que llevaba enfermo, se habia acostumbrado a anticiparse a sus necesidades sin dejar que nadie mas que ella lo cuidara. Queria estar con el todo el tiempo posible, hasta el final. Despues de beber un par de sorbos, Valar aparto la cara, cansado, y se tumbo de nuevo con los ojos cerrados. Su cuerpo, que meses antes era el de un hombre maduro, sano y fuerte, en poco tiempo se habia convertido en el de un anciano enflaquecido que parecia mantenerse con vida solo gracias a su fuerza de voluntad. Habia amanecido respirando de forma debil y superficial, senal, segun el sanador de la aldea de que le quedaba poco tiempo y, aunque ella se habia asegurado de que su padre no escuchara su diagnostico, el sabia que se estaba muriendo. Ahora, Raine estaba sentada en la cama junto a el, mirandolo, esperando pacientemente a que abriera los ojos. Era una muchacha alta y esbelta, con una hermosa mata de pelo negro heredado de su madre que solia mantener sujeto en una trenza, y unos inteligentes ojos dorados que ahora se veian inusualmente tristes. Algo recuperado, Valar cogio la mano derecha de su hija y la beso, poniendola luego sobre su corazon, como habia hecho tantas veces con la de su querida esposa. Su voz estaba tan debilitada, tan diferente a lo fuerte que habia sido siempre, que solo escucharla hacia que Raine temblara por dentro. --Has sido la mayor felicidad que me ha concedido la vida, aparte del amor de mi querida Agneta, tu madre. Y no hubiera podido estar mas orgulloso de ningun hijo. --Raine sentia como las lagrimas acudian a sus ojos, a pesar de que se habia prometido no llorar delante de el y Valar sonrio, orgulloso--. Llorar es bueno, al menos eso decia tu madre. Aunque reconozco que yo no le hice mucho caso en eso --bromeo, luego le dio un ataque de tos, sorprendiendola con lo que le dijo cuando se le paso--. Recuerda siempre que, solo cuando un berserker ama de verdad, sus ojos cambiaran volviendose incandescentes, como si detras de ellos ardiera un fuego abrasador. --Volvio a callarse, cansado. Ella lo escucho sin decirle que habia decidido tiempo atras que jamas tomaria como esposo a un berserker, a pesar de que Valar lo era y Raine lo adoraba. --Padre, ?por que siempre besabas la mano derecha de madre y la ponias luego sobre tu pecho, como acabas de hacer con la mia? --El la miro con carino. --Es el gesto que tienen los berserkers para mostrar a sus seres queridos que tienen su corazon en las manos. Raine no pudo resistirlo mas y se echo en brazos de su padre llorando silenciosamente y el intento abrazarla, pero estaba demasiado debil, por lo que dejo caer los brazos sobre la cama con un suspiro. Con paciencia, espero a que su pequena se recuperara, aunque sentia que no le quedaba tiempo y no podia marcharse sin asegurarse de que ella haria lo que le habia pedido. Era muy importante. --Hija, ?recuerdas lo que tienes que hacer cuando yo muera? --Ella asintio limpiandose las lagrimas y reprochandose el no haberse mantenido serena delante de el, tal y como se habia prometido a si misma. --Lo siento, padre. --El la miraba, triste. --No, hija, ya se lo dificil que es esto para ti. Recuerda lo que siempre te he dicho: que lo mas importante en la vida no se puede comprar, y que tienes que buscar lo que las personas llevan dentro de si. No te fies de las apariencias. Ella lo miro extranada. --?A que te refieres? --Valar la miro algo preocupado porque su hija era, aunque ella misma no se diera cuenta, demasiado inocente para algunas cosas. Se habia convertido en una mujer tan bella que seducia a los hombres sin percatarse, y no era consciente de ello. --Morten te pretendera cuando yo me haya ido. No lo hace ahora porque sabe lo que opino de el, pero, cuando yo no este, estoy seguro de que intentara acercarse a ti. --?Morten? --Raine abrio los ojos desmesuradamente--, pero si esta viviendo con la hija de un comerciante rico, ?no lo recuerdas?, nos lo dijo Ivarr cuando volvio de Stavanger de vender los quesos. Morten era un joven guerrero, mayor que ella, que habia vivido en la granja durante dos anos para que Valar le ensenara a luchar. La ultima vez que lo habian visto, hacia tres anos, el debia tener veinticinco anos y ella dieciseis. --!Eres tan inocente!, aun eres una nina en muchos aspectos. --Su padre movio la cabeza con tristeza por no poder seguir protegiendola durante un tiempo mas. --Padre, ya tengo diecinueve anos --contesto carinosamente-- y se luchar, gracias a ti, tan bien como cualquier hombre. --Su padre no pudo ocultar el orgullo que sentia por ella ya que, aunque nunca lo hubiera imaginado, habia resultado ser su mejor alumna. --Estoy de acuerdo. No en vano te ha ensenado el mejor maestro que se puede encontrar en todo el reino --bromeo. --O sea, tu. --Eso mismo. --Otro ataque de tos hizo que se le quitaran las ganas de bromear y cuando se calmo, minutos despues, se quedo dormido. Pero no volvio a despertarse. La melena negra de Raine brillaba gloriosamente bajo el sol enmarcando su cara palida, pero bellisima incluso en esa situacion. En honor a su padre se lo habia dejado suelto y se habia puesto su mejor vestido blanco, el color que habia que llevar en las ceremonias funerarias. A su lado estaban sus queridos Ivarr y Sif, sus mejores amigos. A el se lo habia encontrado Valar anos atras, sin familia y sin hogar y a Sif la habia comprado, siendo una nina, al dueno de una taberna, cuando vio que le pegaba. Al ver que los sepultureros bajaban el cadaver al hoyo donde reposaria el cuerpo de su padre, Raine se tambaleo, pero Ivarr, que estaba a su lado, la sujeto a tiempo por la cintura. Ella se sentia extranamente ajena a todo, como si aquello le estuviera pasando a otra persona. --?Te encuentras bien? --intento tranquilizarla con un murmullo y volvio a mirar el agujero donde todavia podia ver el cadaver de su padre que habian amortajado las ancianas del pueblo, aunque al principio se habian resistido a hacerlo porque iba a ser enterrado y no quemado como era la costumbre. Ivarr quiso llevarsela a casa cuando empezaron a echar en la tumba las hierbas aromaticas que precedian a la tierra y las piedras, pero ella se nego, decidida a quedarse hasta el final. Se lo debia. Su padre habia hecho mucho mas que eso por ella, habia vivido anos sin su madre y sin querer hacerlo, solo porque Raine no creciera sin ninguno de sus padres. Asi que aguanto de pie, mientras sentia que un trozo de su corazon se quedaria siempre con el en esa tumba, fria y oscura. Cuando todo acabo, Ivarr se encargo de pagar a los sepultureros que habian cavado la tumba junto a la de la madre de Raine, mientras Sif tiraba de ella hacia la carreta en la que habian venido y en la que tambien transportaron el cadaver de Valar. --Vamos, Raine. --Me gustaria quedarme un poco mas y ver el mar desde los acantilados. --Su mirada se desviaba hacia alli, estaban solo unos metros mas alla de las tumbas, pero Sif no la dejo ir, preocupada porque estaba demasiado palida y apatica y llevaba varios dias sin dormir. Necesitaba descansar. Ivarr y ella lo habian hablado y si no se acostaba cuando la llevaran a la granja, le harian beber alguna cosa para obligarla a dormir, aunque no quisiera. La prueba de que no estaba bien fue que se dejo llevar por la pequena Sif a la que sacaba mas de una cabeza, hasta la carreta sin quejarse y tampoco rechisto cuando la ayudo a subir. Sentadas, esperaron a Ivarr, que aparecio poco despues. Sif habia sentado a Raine para que fuera delante con Ivarr y ella lo hizo atras, como hacia siempre dada su condicion de sirvienta. Y de esa manera, recorrieron el camino de vuelta a casa. Al final no hizo falta que la convencieran para que descansara porque se quedo dormida en la carreta, sobre el hombro de Ivarr. Cuando llegaron a la casa, el la cogio en brazos y la llevo a su habitacion, y se marcho para que Sif la metiera en la cama. Cuando entro en el salon que habia construido Valar para su familia muchos anos atras con sus propias manos, miro triste, a su alrededor, porque el tambien habia perdido al hombre que habia sido un padre para el desde hacia mas de diez anos. Valar lo habia encontrado tirado en un camino cuando volvia de una de las guerras en las que habia luchado con el ejercito del rey, muy lejos de alli, hambriento, helado de frio y abrazado a la espada de su difunto padre, buscando a alguien que lo ensenara a pelear. Valar, despues de hablar con el, le dijo que no le ensenaria a pelear, pero que necesitaba a un muchacho como el que le ayudara en las tareas de la granja. Con el tiempo se dio cuenta de que nunca habia necesitado a nadie porque la granja era pequena y Valar se bastaba para realizar el trabajo, pero fue la manera que se le ocurrio para ayudar a un muchacho de quince anos que andaba perdido por los caminos, y que no tenia ningun hogar al que volver. --Creo que dormira bastantes horas. --Ivarr miro a la querida Sif, que se estaba limpiando algunas lagrimas que debia haber aguantado hasta salir de la habitacion de Raine. Era bajita y pelirroja y resultaba bastante extrano verla llorar porque siempre tenia una sonrisa en los labios. Su pregunta hizo que volviera a la realidad. --?Que vas a hacer ahora? --Mientras hablaba con el, le acerco un poco de la comida fria que habia dejado preparada esa manana, sabiendo que hoy todos tendrian hambre, ya que el dia anterior ninguno de los tres habia probado bocado. El cogio un trozo de carne con los dedos y se encogio de hombros antes de contestar. --No lo se. Ahora no puedo marcharme. --Sif se mordio el labio inferior, intentando hacerse el suficiente dano para no ceder a las lagrimas. --Lo se. --?Sabes que va a hacer ella? --Senalo con la barbilla la habitacion de la mujer de la que siempre habia creido estar enamorado, pero, desde hacia unos meses habia empezado a dudar de esa certeza y decidio marcharse lejos durante una temporada, hasta estar seguro de lo que sentia. Claro que ahora no podia irse. --No, no hemos hablado sobre eso. No creo que lo haya pensado todavia. --Pero tu la conoces mejor que nadie, incluso mejor que su padre, ?que crees que hara?, ?se quedara en la granja? --Ante su insistencia, Sif ladeo la cabeza y lo miro con unos sagaces ojos grises, pequenos y redondos. --No lo se, no creo que ni ella misma lo sepa. Pero estoy segura de una cosa: que lo primero que hara sera cumplir la promesa que le hizo a Valar: ir unos dias a casa de su amigo, el que trabaja en la catedral de Stavanger. Tiene algo que ver con su herencia, al parecer, Valar lo dejo todo dispuesto para que no tuviera mas remedio que ir alli. --Puedo acompanarla. --Sif lo miro apenada y, aunque no dijo nada, su silencio fue suficiente y al ver su rostro, el mismo se contesto--: Pero ella no querra que lo haga. --No. Ya la conoces, ni siquiera quiere que yo la acompane. Creo que necesita estar un tiempo sola. Estos ultimos meses en los que su padre ha estado enfermo han sido muy duros para ella. Ha tenido que ver como se iba convirtiendo en la sombra de lo que habia sido. --Respiro hondo porque no podia derrumbarse, Raine la necesitaba entera. Cuando se fuera de viaje, podria llorar a gusto, pero mientras tanto, no. --Eres la mejor amiga que podria tener --Ivarr repitio lo que le habia dicho muchas veces antes. Sif intento observar a Ivarr objetivamente, a pesar de sus sentimientos por el. Era un hombre musculoso gracias al trabajo en la granja y al entrenamiento al que lo habia sometido Valar durante anos, porque finalmente habia cedido y lo habia entrenado. Y para ella era muy atractivo, alto, rubio y con unos chispeantes ojos verdes. Tambien era muy reservado, tanto, que con la unica con la que se sinceraba del todo era con Sif. Lo triste era que ella estaba enamorada de el como una loca desde que lo conocio, siendo una nina, aunque ahora sabia que nunca habria nada entre los dos. Ivarr, ignorante de los pensamientos de ella, decidio preguntarle algo sobre lo que tenia mucha curiosidad. --Raine no me ha dicho que paso la noche de la muerte de Valar. Sif respiro hondo para poder hablar: --Dice que estuvo hablando como si supiera que ya no le quedaba tiempo, dandole todo tipo de consejos sobre la vida. Le dijo que estaba muy orgulloso de ella y que solo le pedia una cosa: que fuera feliz. Tambien le recordo lo que tenia que hacer cuando muriera. --Ivarr admiraba la fortaleza que siempre habia mostrado Valar. --Ningun padre habla asi a su hija. --Tampoco ninguno le ensena a pelear con todas las armas conocidas, pero es que ningun otro padre es el guerrero mas famoso que ha tenido nuestro ejercito. --Cierto. Era un hombre extraordinario y su hija tambien lo es. --Valar siempre decia que Raine estaba llamada a hacer grandes cosas, pero que el solo deseaba que ella encontrara a la persona que la complementara, como a el le habia ocurrido con su madre. --A pesar de la fama que tienen los berserkers de que siempre mueren jovenes, ha muerto con una edad avanzada. --Sif lo miro con el ceno fruncido y el levanto las manos en son de paz. --!Eh!, que no lo critico, !sabes que yo lo queria como a un padre!, solo digo que, segun se cuenta, casi todos los berserkers suelen morir jovenes y locos. --Ya. --Sabia perfectamente que Ivarr lo queria, pero, a veces, tenia la sensacion de que no aceptaba del todo su naturaleza como berserker. --El no eligio ser un berserker --le regano y el inclino la cabeza, reconociendo su error. --Lo se. La isla cada vez le parecia mas pequena y llevaba tiempo sintiendo que la oscuridad crecia dentro de el, y no queria que nadie mas que el se viera afectado por su locura. Desde fuera, sin embargo, cualquiera que lo mirara solo veria a un hombre grande y musculoso, un gigante de casi dos metros de pelo y ojos oscuros, que disfrutaba observando como las olas lamian la playa. Estuvo casi media hora inmovil, mirando el mar, sin decidirse a volver a la casa que compartian los siete berserkers, los unicos habitantes de la isla. De repente noto una mano en el hombro que sabia a quien pertenecia, porque no habia perdido la vieja costumbre adquirida en el ejercito de estar siempre en guardia. --Llevas aqui mucho tiempo. Se dio la vuelta para mirar a su amigo a la cara. Hacia semanas que habia notado que Lars estaba preocupado por el, pero no podia hacer nada por evitarlo. --Solo estaba mirando el mar. --Lars sonrio ironicamente, lo que arrugo de manera siniestra la mitad quemada de su rostro, que provocaba un escalofrio en la mayoria de la gente cuando la veia. Lars habia sido un hombre extraordinariamente apuesto, pero, cuando se le quemo la cara, su vida cambio. Hasta que encontraron la isla, Wulf y el habian recorrido muchos pueblos sin encontrar un lugar donde vivir, por la reaccion de la gente al ver su rostro. --Yo pensaba que, a estas alturas, lo tendrias muy visto. --?Ya lo tienes todo preparado? --Wulf estaba deseando que se marchara, precisamente porque era la persona que mejor lo conocia. --Si te refieres a las dos arpas, si. Las he envuelto con panos como hago siempre, para que no se danen durante el viaje. Manana viene el barco que las llevara a la costa y Ragnar va a dejar una carreta en la playa para que pueda entregarlas en la ciudad. Ragnar era el jarl de toda la region. Era un berserker que habia luchado en el ejercito junto a ellos, y que habia cedido la isla con la idea de crear un refugio para todos los berserkers que no tuvieran otro lugar adonde ir. Wulf seguia mirando las olas como si estuviera hipnotizado por ellas, y Lars se canso de esperar que le prestara atencion. --Y, hablando de eso... si ya has mirado suficiente rato el mar, me gustaria hablar contigo. -- Lars tenia que llevar dos arpas que acababa de terminar de fabricar. Habia demostrado ser un gran artesano elaborando y tocando el arpa vikinga y tenia encargos de diferentes lugares del reino, incluso de otros paises. Wulf contesto a su amigo volviendose para mirarlo fijamente, sin saber que esperar. Con Lars nunca se sabia, pero no le daba buena espina, por lo que intento distraerlo. --Imagino, al ver lo parlanchin que estas, que hoy tampoco tienes jaquecas y me alegro por ello, amigo. --La sanadora Olisse, la mujer de Aren, otro amigo soldado, habia conseguido curarle los fuertes dolores de cabeza que padecia y que no lo dejaban dormir, pero Lars no tenia ganas de hablar acerca de eso. Estaba demasiado preocupado por su amigo y no iba a dejar que lo apartara de su objetivo. --Quiero pedirte un favor. Que vayas en mi lugar. --Wulf lo miro, muy sorprendido. --?Por que?, nunca has dejado que nadie mas que tu entregue tus arpas. --Porque necesitas salir de la isla mas que yo. --?Que dices? --Como no supo que responder, utilizo el argumento que solia funcionarle habitualmente--: Aunque fuera asi, no puedo marcharme. Tengo un compromiso con Ragnar y con todos los que estais aqui. --Lars se acerco de nuevo a el y le puso la mano derecha en el hombro, decidido a sincerarse. --Wulf, siento el vacio en tu interior y he visto como te alejas cada vez mas de mi, y de todos. Te confieso que te he seguido alguna vez cuando sales de madrugada para observar el mar, como estabas haciendo hace un momento, y temo por ti. --Los ojos azules de Lars lo miraron con carino, algo que reservaba a muy pocas personas. Para aligerar el momento, le dio un golpe amistoso en la espalda--. !Vamos, di que si!, asi podras ver a Otkala, hace mucho que no vas a visitarla, ?verdad? --No te preocupes tanto por mis asuntos --bromeo, aunque solo a medias--, estoy bien, hermano. Ademas, se cuanta ilusion te hacia ver como colocaban las arpas en la catedral, !pero si llevas semanas hablando sobre eso! --Lars se encogio de hombros, quitandole importancia--. No puedo robarte ese momento. --No me estas quitando nada, porque te lo ofrezco yo. En cuanto a tu trabajo dirigiendo todo esto, te sustituire yo. No te preocupes. --Wulf se rio hasta que vio que lo miraba muy serio y con los brazos cruzados, entonces, carraspeo y dejo de reirse. --Perdona, pero creia que era una broma. --Pues no, he decidido sustituirte hasta que vuelvas. Vamos, confia en mi, ?que puede ir mal? --Los dos sonrieron divertidos porque con tantos berserkers juntos, todo podia irse a pique en un momento. --Te lo agradezco, pero no es necesario. En otra ocasion, quizas. --Viendo que no iba a ceder, Lars decidio ser totalmente sincero. --Wulf, no me hagas decir en voz alta lo que se que estas pensando cada vez que miras el mar. --Su amigo se separo bruscamente de su lado y le dio la espalda, volviendo a la misma posicion que tenia antes, cuando lo habia encontrado. --!Maldita sea, Lars!, !no te metas en mi vida! --mascullo entre dientes sin mirarlo--. !Tengo derecho a tener algo de intimidad, ademas, cualquiera de nosotros al que le preguntes ha tenido un momento malo y no pasa nada! --Ya, pero en ti cada vez son mas frecuentes y eso es por algo, los dos lo sabemos --esta vez la voz de Wulf le provoco un escalofrio. --Esta bien --de nuevo se volvio hacia el, y en sus ojos Lars pudo ver el tormento que sentia --, cada dia noto avanzar la oscuridad, pero yo no permitire que controle mi mente hasta volverme loco y haceros dano a cualquiera de vosotros. --Lo miro--. Y tu harias lo mismo. --Es verdad, por eso creo que tienes que entregar tu las arpas y yo debo quedarme aqui. Te vendra bien y solo seran un par de dias. --No. --Si. Cuando empezaban asi, ninguno de los dos solia ganar, pero en esta ocasion Lars no cedio, manteniendose firme y Wulf, al final, no pudo negarse a hacer lo que le pedia, porque nunca podria olvidar que la horrible cicatriz que deformaba la mitad del rostro de su amigo, la tenia porque recibio en su lugar un caldero de aceite hirviendo. Cuando intentaban conquistar un castillo luchando en el ejercito del rey, Lars se puso delante de el para protegerlo y, por ese acto de valentia y amistad, siempre tendria la cara desfigurada. El favor que le estaba pidiendo de que entregara las arpas en su lugar, no era nada a cambio, de modo que acepto.

  • El cazador de fantasmas de Arlette Geneve

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    Rachel es una medium sensitiva que ayuda a espiritus a mantener un ultimo contacto con sus familiares vivos, tambien a desenmascarar a falsos clarividentes, pero todo cambia cuando en una sesion para mostrar un fraude, un espectro peligroso contacta con ella. Rachel se encuentra ante un peligro muy real, y por eso busca la ayuda del unico que puede darsela.

  • Alex (Los hijos de monica amder 2) de Erina Alcala

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    La madre de Alex Ponce siempre estuvo enamorada desde que tuvo 12 anos del padre de Alex, Nolan Wilson, su vecino del rancho de al lado, pero este, unos anos mayor que ella nunca se fijo en esa chica seria, timida pequena y callada que fue. A parte de tener novia desde el instituto, Pam, la chica rubia, animadora y guapa. Su madre, Monica Ponce, habia nacido en Malaga, Espana, de padre malagueno y madre americana, cuyo abuelo, el bisabuelo de Alex, tenia un rancho en Dubois, un pueblo del estado de Wyoming y cuando este murio, los padres de su madre tuvieron que irse desde Malaga a hacerse cargo del rancho. Y su abuelo lo hizo prospero. Sin embargo, la noche de la fiesta de graduacion del instituto, sus padres lo concibieron. Sin saberlo, su abuelo, el padre de su madre quiso que su madre Monica, estudiara en la universidad de Malaga y asi estar con sus abuelos paternos. Y alli nacio Alex, al que su madre le puso su apellido y nunca, ni su abuelo ni su padre supieron de el hasta que su madre, regreso al rancho seis anos despues. El era pequeno y recordaba poco, recordaba haber conocido a su padre en el rancho cuando volvieron de Espana, poco tiempo, pero tambien recordo que su padre iba a tener otra hija con su novia que se habia ido a California y habia vuelto embarazada, llevandose a su padre consigo. Sin embargo, la novia de su padre perdio a su hija en el parto. Pero se caso con ella, meses despues y el siguio con su madre que tuvo que hacerse cargo del rancho y ponerlo a punto al morir su abuelo. Recordaba como estuvieron los dos solos y como su madre trabajo e iba de un lado a otro hasta dejar el rancho precioso. Contrato a trabajadores y se enamoro del cocinero, un chico de Montana, West y al que quiso mas que a su propio padre que no fue a verlo nunca mas, salvo llamarlo por telefono y mandarle dinero mensualmente. No lo volvio a ver hasta los 17 anos. Sin embargo, si recordaba irse al rancho de al lado de pequeno y hasta los 17, con sus abuelos, los padres de su padre que lo querian mucho. Su padre nunca le puso el apellido y su madre no quiso que West, su marido, le pusiera el suyo, para no hacer dano a su verdadero padre Nolan, y paso a llamarse Alex Ponce, el apellido de su madre que siempre tuvo y no quiso cambiarlo. Su madre tuvo dos gemelos de su padre West, el que lo habia criado con amor y lo queria como su propio hijo, y a los gemelos les puso su segundo apellido para que todos sus hijos tuvieran el suyo, Ponce, asi sus hermanos a los que llevaba siete anos, West y John, se llamaban Amder Ponce. Cuando Alex acabo el instituto, tanto sus abuelos paternos como su madre, vendieron sus ranchos y se fueron a Nueva York. Su madre le dijo que iban a cumplir el sueno de su padre West. West era un tipo alto, mas que su padre, guapo y fuerte de ojos negros profundos como sus hermanos. Era de Montana y tenia un rancho, que su hermana mayor, le hizo vender cuando murio su padre. Y aun conservaba la mitad del dinero de su rancho, pero al ver el anuncio de su madre buscando cocinero anos atras, fue a Dubois y nunca se arrepintio. Anos atras habia estado cuatro anos en Nueva York haciendo un curso extenso de chef, pero dejo su sueno de montar un restaurante por su madre. Se enamoro perdidamente de ella y nunca habia visto una pareja que se amara mas que sus padres. Siempre se lo decia a su madre, que queria un amor como el de ellos y una mujer como su madre, que se amaban tanto. El no veia que discutieran sino por tonterias y su padre cogia a su madre en alto y se le quitaba el enfado, y siempre estaba cogiendola y besandola y ella a su padre igual. Siendo el pequeno, participaba en esos juegos. En la adolescencia, le parecian pesados, pero despues eran una envidia para todo el mundo. Eran su media naranja, el amor de su vida cada uno. Cuando se fueron a Nueva York, compraron un apartamento enorme y precioso y sus padres montaron una cafeteria justo en el bajo del apartamento. El edificio tenia gimnasio y piscina. Y su madre siempre era la madre generosa que no queria que no le faltara nada a sus hijos, y su padre era mas recto y lo respetaban y querian y West, se emocionaba a veces, sin disimular nada. Justo el ano que se cambiaron a Nueva York, Alex recibio una beca para estudiar en Harvard, habia solicitado Derecho y alli, conocio a su mejor amigo, de Wyoming, de Cheyenne, la capital y durante los seis anos que permanecieron en la universidad, fueron los mejores amigos. Iban juntos a todos lados, estudiaban, salian con chicas. Mas un tonteo que otra cosa los primeros anos, pero el cuarto ano de universidad, Alex creyo enamorarse de una chica que en una de las fiestas que hicieron, chocaron y ella le echo su refresco encima. Tenia 21 anos y cuando miro la cara de esa chica asustada y preciosa, supo que habia tenido la mayor suerte del mundo. --!Ay Dios! Lo siento, siento haberte echado... --No pasa nada, ha sido un accidente --Dijo el casi encantado. -- Lo siento de verdad --Dijo de nuevo la chica. --Te lo perdono si vienes a que me cambie. --?A tu habitacion? --No te voy a comer. --?Que estudias? --Derecho ?y Tu? --Le pregunto Alex. --Yo tambien. --?Que ano? --Cuarto. --Yo tercero --Dijo ella. --Pero no eres de aqui por el acento, digo... --No, soy espanola, de Malaga. Marbella en concreto. --?En serio? --Si, ?Por que? --Yo naci alli, mi abuelo tambien lo era y mi madre, pero me viene a los casi seis anos a Wyoming a nuestro rancho, ahora vivimos en Nueva York --Le contaba mientras caminaban hacia su dormitorio. --!Que casualidad! Yo soy de Marbella y mis padres quisieron que estudiara en esta universidad. --?Tienes beca? --No, ?Tu si? --Si --Dijo Alex. --!Que suerte! --?Como te llamas? --Sofia ?Y tu? --Alex encantado, ya llegamos y me cambio. --Vale. Y lo acompano a traves del campus y se metio en el bano y se cambio. --Bueno, ya esta. ?Volvemos a la fiesta? --Si. --?A que se dedican tus padres? --Mi padre es medico y mi madre tambien. --?Son ricos? --No demasiado, solo que ganan bien y mis abuelos me dan algo para la universidad. --?Tienes mas hermanos? --Si, tengo uno mayor. Julio. Es policia en Malaga, pero ya es independiente. --?Que edad tienes? --20, pronto cumplire 21 en marzo. --Yo 21. Y cumplire en unos meses 22. Nunca te he visto por aqui --Siempre estoy en la habitacion o en la biblioteca. Tengo que estudiar, no puedo dejar que mis padres se sacrifiquen y no aprobar los examenes. A partir de esa noche, Alex, un chico de 1,85, de ojos verdes, pelo oscuro y cuerpo formandose, se creyo enamorado de Sofia, pequena como su madre, si pasaba de 1,60, con unos ojos castanos claros y un pelo castano por media espalda que era su debilidad, tenia un cuerpo precioso. Y cada vez que tenian un rato libre estaban juntos. Eran inseparables, asi como su amigo Jim de Wyoming que se echo otra novia Karen de Nueva York. Iban los cuatro a la biblioteca, a comer y cenar y salian por Cambridge. Y dos meses despues de conocerse, hicieron el amor en un hotel de Cambridge un fin de semana que se quedaron solos. El, ya se habia acostado con algunas chicas en tonteos los anos anteriores. Pero para Sofia era su primera vez y fue muy especial para los dos. Fue intenso y estaban enamorados como adolescentes. El adoraba a esa chica buena que lo adoraba a el. No habia otra. No se lo quiso contar a sus padres hasta que esa relacion tuviera mas tiempo, y ademas no queria preocuparlos y que pensaran que no estudiaba y estudiaba mas con ella. Alex era muy carinoso, y lo que aprendio de su padre West, lo ponia en practica, la cogia al vuelo, la besaba siempre, la tocaba y era su pequena espanola. Asi estuvieron un ano y medio, saliendo. Y cuando Alex empezo el master, justo a la mitad del primer ano de los dos que hizo de master, y cuando Sofia, terminaba la carrera, los padres de Sofia murieron en un accidente de coche y tuvo que volver a Espana para no volver mas. Y aquello fue muy duro para ambos que estaban tan enamorados. Alex recordaba como lloraban el dia que ella tomo el tren para irse al aeropuerto de Nueva York. Era el fin de todo. Alex se hundio en los libros y su amigo Jim, hacia lo que podia porque sabia lo enamorado que estaba de ella. Hablaban por Skype, pero sabia que eso no llevaba a ningun lado y ella no queria sufrir mas de que ya sufria por la muerte de sus padres, y dejo de hablar con el. Le dijo que se buscara otra chica y la olvidara. Alex termino su master, pero nunca olvido a Sofia, estuvo dos anos en casa de sus padres y lo llamaron para trabajar en un bufete, y a los 26 anos, se independizo, tenia trabajo, un apartamento situado en la misma avenida que vivian sus dos padres, y que le pagaron y decoraron entre ambos padres, y ademas tenia dinero. Sus abuelos cuando vendieron el rancho le habian dado un millon de dolares que su madre junto con lo que le habia ido dando su padre Nolan a lo largo de los anos, recibio. Y su cuenta fue aumentando con los dos anos que vivio en casa de sus padres y que no quisieron cobrarle nada. Vivia feliz, tenia todo, chicas no le faltaban y a veces veia a su amigo Jim que se mudo a Nueva York y seguia con Karen y cuando los veia juntos, se acordaba de Sofia, pero eso ya no podria ser. Sin embargo, ninguna chica fue como Sofia en esos anos. Sofia por su parte, al ano siguiente y con uno de retraso, tuvo que repetir curso en Malaga, el ultimo de Derecho, en cambio el master duraba un ano alli, asi que cuando acabo tenia 24 anos y vivia con sus abuelos. No habia olvidado a Alex y nunca mas salio con otros chicos. Queria ir a Nueva York, pero ?Como encontrarlo?, quiza tuviera novia, quiza... Pero iria. Asi que una noche cuando habia acabado su master quiso irse a Nueva York y asi se lo dijo a sus abuelos que, acongojados, no querian perder a su nieta. Su hermano en cambio le dijo que si ese era su deseo, se fuera y probara, si no, que volviera. Era su vida. --Pero abuelo, esta mi hermano Julio, he hablado y con el y con Manuela. --?Y que te ha dicho tu hermano y tu cunada? --Que haga mi vida. Hemos repartido el dinero y vendido la casa de mis padres. --?Y cuanto tienes hija? --Despues de pagar el master, casi 500.000 euros, seran mas en dolares, alquilare un apartamento en Manhattan. Donde vivia Alex con la intencion de verlo. Esa era la unica intencion, encontrar trabajo tambien, pero verlo...

  • El elegido de Jorge Moreno

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    Pablo es joven y esta sobradamente preparado para ejercer la carrera que ha estudiado, pero esta en el paro. El reencuentro con un amigo del instituto le lleva a incorporarse a una organizacion que tiene por objeto cambiar el orden establecido y en la que esta llamado a tener un papel crucial. El lider del movimiento le reserva una mision muy importante, aunque Pablo no sabe de que se trata.
    Pero su decision absurda de abrir la puerta al sonar el timbre pondra patas arriba su existencia.

  • Ven… te cuento de Ivonne Vivier

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    Una recopilacion de 11 historias cortas, algunas cargadas de romanticismo y otras solo de sensualidad, aunque todas sazonada con una pizca de picante. El condimento necesario para dejar en la mente del lector el saborcito de la fantasia.

  • La caida de Gondolin de J. R. R. Tolkien

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  • Ciega traicion. Donde nace tu vuelo, libelula de Genne L. Paris

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    Armando Sanfield es un hombre de personalidad fuerte, con una trayectoria politica intachable y una gran carga emocional en su alma… Dedicarse a su carrera diplomatica era su prioridad, por lo que dejo de lado cualquier relacion personal que lo desviara de ese proposito. Distante, callado e intransigente, es como lo describen quienes se relacionan con el. Sin embargo, en la vida se tejen senderos que son imposibles de evadir…, porque escapar nunca fue una opcion. Asi, lejos de su tierra natal, una eslava de ojos azulados y piel perlada le robara el corazon, convirtiendose en su bendicion y... ?en su condena? Pero ?acaso puede sobrevivir un gran amor a la sospecha de haber sido traicionado? ?Que se es capaz de hacer por despecho? ?Conseguira un alma atormentada y herida encarcelar el dolor con tal de no perder lo que mas ama? Odiar y amar a la vez, ?es eso posible?… ?Donde esta la frontera entre la razon y la locura? El destino, imprevisible, lanza sus redes al viento como hojas marchitas de otono que se tejen entre si, enlazandonos a nosotros y, a veces, marcando el futuro de aquellos a los que tanto amamos… Descubre en este relato los detalles de un pasado que pueden resquebrajar la historia de Armando e Ivanna… Un gran amor, una ardiente pasion. Dos culturas diferentes y una dolorosa duda que te llevara con ellos a descubrir… Donde nace el vuelo de una libelula…

  • Cuidado con el pavo real de Isabel Bogdan

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  • Pactos y senales de J. J. Benitez

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    Pactos y senales prosigue la titanica senda investigadora que J. J. Benitez emprendio hace mas de cuatro decadas: probar la existencia del mas alla. A partir de los pactos establecidos en vida entre dos personas, y la muestra explicita en forma de senales que nos llegan a traves del universo, y que uno de los dos, ya en el mas alla, manifiesta al otro como prueba irrefutable de que hay vida despues de la muerte.

  • La pasion de Heronimo de Cristo Alcala

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    Heronimo Mon.El senor oscuro.Dueno de una de las metalurgicas, mas grande del mundo. El rey del acero.El jefe de los jefes, segun la Mercantil Commers.Millonario.Egolatra.Dominante.Catalogado por tres anos consecutivos por la Forbes y la Time, como entre las cien personas mas influyentes y mas sexis del planeta.

  • El pensionado de Neuwelke de Jose C. Vales

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    El Pensionado de Neuwelke es la historia de una joven institutriz francesa aquejada de una rara y terrible afeccion que la convierte en una proscrita. Tras recorrer Europa huyendo de un implacable exorcista, la maestra llega al Pensionado de Senoritas de Neuwelke, en los gelidos y desolados parajes de Livonia. Alli, por fin, Emilie cree haber encontrado el sosiego y la paz que anhelaba: el propietario del colegio, los profesores, las damas de compania y las alumnas, junto a un viejo y malhumorado jardinero escoces, conforman un paisaje humano en el que la amistad, la generosidad y la honradez se veran forzadas a luchar contra los celos, las ambiciones y el fanatismo. Una gran novela que rinde homenaje a la mejor literatura decimononica.

  • La conquista de Laura (Steel 3) de Rose Gate

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    Laura se ha reencontrado con Marco y parece que todo ha quedado aclarado. El se ha propuesto conquistarla, recuperarla para formar junto a ella y sus hijos su ansiada familia. Pero ella esta renuente a abandonar Noruega y volver a Barcelona. Marco tiene un mes para demostrarle que es un hombre distinto y que confia plenamente en ella ?Sera capaz de hacerlo? Laura no puede evitar que todo lo que siente por Marco la envuelva en un remolino de deseo y amor. Quiere volver a creer que lo suyo es posible y que tienen una oportunidad, decide aceptar la proposicion de Marco para vivir un mes con el y tomar una decision que puede cambiarles la vida a ambos sin saber que el destino va a ponerles a prueba de nuevo. ?Sera capaz Laura de abandonarlo todo para volver a los brazos del hombre que ha traicionado su corazon? ?Seran capaces de superar todos los obstaculos que intentaran distanciarlos? ?Triunfara el amor frente a los celos y la desconfianza? ?Lograra Marco su anhelado felices para siempre?

  • Todos los dias que tuvimos juntos de Anne Zoer

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    Jude Summers es una mujer fuerte, capaz y vulnerable en algunas ocasiones.Ben Randall es un hombre que no solo oculta un secreto, sino que su propio pais trato de matar en cuanto se presento la ocasion.Luego de un aparatoso incidente Jude queda con la duda acerca de quien le salvo la vida y por cuestion del destino su encuentro se vuelve un poco “vergonzoso”

  • Las Ramonas de Ana Cabaleiro

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    Mi marido se acuesta con esta pobre ilusa, vuelve a pensar Mona Otero. Vuelve a pensarlo por tercera o quiza ya por cuarta vez desde que se subio al coche y se desespera, porque no llevan ni tres minutos de trayecto. Esta imagen, la de la pobre ingenua seducida, ya la ha tenido antes, al menos unas veinte o treinta veces mas durante la boda del sabado. Y en simultaneo tambien piensa que ya es mala suerte que le haya tocado ir en el maldito coche con ella. Todavia van a la altura del cruce del gallinero, que ademas de no ser lo que se dice un cruce, no tiene cerca ningun gallinero, solo la granja de pollos de los Novo, que forma parte del paisaje historico del entorno desde que a Mona le alcanza la memoria. Lo que si es cierto es que ese cruce, que es mas bien el empalme de una pista en otra, es como una frontera, el final de Saidres, la parroquia de Mona y el comienzo del exterior, sea cual sea ese exterior, Silleda o Lalin, o incluso Pontevedra o Compostela, esos sitios a los que habitualmente hay que ir por alguna causa: comprar, ir al medico o arreglar algun papel. Ahora ya no es sabado, es lunes, y Mona Otero tiene, en efecto, todo el cuerpo de lunes, acido y pesado, y se ve metida en un coche con una tia que sin duda es la amante de su marido y se siente arrasada por dentro por el fin de semana terrible que acaba de padecer, que ha sido como un rosario de pesadillas extenuantes. Mona Otero sonrie. No sera ella la perdedora de la historia. Nunca lo ha sido en casi quince anos de matrimonio. --Oye, me alegre mucho el sabado cuando vi que te habian contratado. Eres la unica fotografa que conozco que saca guapa a cualquiera. La conductora del coche, la amante de su marido, Ra Meixide, entabla la conversacion justo con lo que mas le puede doler, el machaque de su espiritu profesional con la maldita frase de sacame guapa. Ambas saben que esa fue la causa del encontronazo del sabado y Mona trata de dilucidar si su interlocutora es valiente o una simple inconsciente al volver a hurgar en la herida. --A ti te ha pasado como a mi. Por un lado teniamos que trabajar y, por el otro, ibamos de invitadas, y de tanto atender al trabajo al final no disfrutas de la fiesta. Ra Meixide sigue perorando animada sobre la maldita boda. Demasiado animada, le parece a Mona. Empieza a preocuparse por el rumbo que esta tomando la conversacion, pero no le queda mas remedio que entrar en el juego. --Era la primera boda que hacias, supongo. Como llevas aun tan poco tiempo de concejala... --Si, si, me hizo muchisima ilusion, ?sabes? Porque los novios pidieron ex profeso que los casara yo. Al oirla, a Mona le viene como una rafaga de compasion. Ya no es solo que Ra Meixide le parezca algo ingenua, sino tambien egolatra profunda. Entiende que la flamante concejala de Participacion Ciudadana y Turismo esta ensayando para labrarse la pose de politica humilde, de las que quieren seguir siendo pueblo llano. Para empezar, hoy pone su coche particular a disposicion del projimo, en este caso, a disposicion de Mona, para los viajes compartidos. Ra Meixide, una politica de su tiempo que no malgasta el erario publico, que contribuye a la conservacion del medio ambiente y bla, bla, bla, una persona maravillosa. !Cuantas como ella ha conocido! Apenas estan llegando al atajo que atraviesa la parroquia de Negreiros y que va a dar a la nacional 525, justo antes de la recta de Rolan. !Lo que aun le queda metida en ese coche! Cuarenta kilometros por lo menos. --?Como es que vas hoy a Compostela? Y tan temprano. --Tengo una reunion a primera hora en San Caetano, a primerisima hora, la verdad. Por eso cuando vi tu solicitud en BlaBlaCar me parecio perfecto aprovechar el viaje. A Mona le parecen demasiadas explicaciones. Una reunion en la Xunta en agosto ni siquiera le suena creible, pero Ra Meixide continua hablando como una metralleta, con un soniquete estridente, tal como la recuerda en los mitines de la campana electoral. Al pasar por el trecho de carretera desde donde se ve el lugar de Riobo, todavia en la parroquia de Negreiros, Mona deja volar la parte tonta de la neurona hacia el grupusculo de casas donde paso su primera infancia, en casa de tia Milita, que ni era tia suya ni nada. No era mas que la casa en la que se habia criado su padre despues de que lo hubieran recogido de dios sabe donde. Nunca le han contado ese momento de la historia familiar. Alli queda, escondido, no se ve desde la carretera, el puente de piedra que pasa sobre la via del tren, junto a la casa de Penido. Era en otro tiempo un territorio autonomo, una reserva independiente y secreta, todo un mundo propio, con un pretil de piedra que se curvaba en arco por encima de los railes, que se veian alla al fondo y que atesoraban todo un universo maravilloso de fabulas pobladas de monstruos que vivian entre las zarzas de las lindes y entre las traviesas de la propia via. Era un mundo oscuro, el de los cuentos que se inventaban desde la atalaya del puente, donde no habia espacio para princesas, porque en los cuentos de aldea solo habitan ogros y dragones deformes y amenazantes contra los que hay que luchar a muerte en batallas terribles e imaginadas cada dia, siempre peligrosisimas. Por eso llegaba tarde a comer a casa de tia Milita. Piensa, como de pasada, como si fuera un pensamiento dormido en una galaxia paralela, que deberia plantearse algun proyecto sobre los puentes de piedra, o sobre las vias del tren, o sobre los terraplenes que las limitan infestados de zarzas y maleza, algo que por fin impactara a su galerista. --Me encantaron tus zapatos, de lo mas elegante que he visto en mucho tiempo. La gran Ra Meixide, la concejala animosa, parece sonreirle en senal de paz. Acaban de entrar en A Bandeira, y ante el semaforo en rojo, paradas de un modo absurdo en una calle desierta, silenciosa, desolada a esas horas tan tempranas, se ve a si misma y a la amante de su marido como si estuvieran en la via principal de un poblado del Oeste despues de un tiroteo. Mira con algo de ansia a las aceras, a las ventanas de los bajos, a los escaparates, y no ve ni un triste gato ni un perro callejero ni un pajaro despistado que surque el aire a esas horas de la madrugada. Son apenas las siete y cuarenta de una manana de lunes. Y ademas de ser lunes, es agosto, y llueve malamente y sin ganas, como por tocar las narices. Y ya ha pasado mucho desde la espera en el punto de encuentro, a la puerta de la taberna de Saidres, la de Concha, rogando a los dioses profanos que el conductor de BlaBlaCar no se hubiera perdido. Andar por las aldeas no siempre es tan facil como parece en Google Maps. Diez minutos resguardada bajo el balcon del bar, mirando obsesivamente hacia el lado de A Pena, que era por donde tendria que aparecer el coche, atisbando a la nada, o sea, hacia unas cuantas fincas y la casa abandonada del cura al fondo, con la iglesia en lo alto, y al final, Ra 32 anos conductor nivel experto era la maldita concejala parlanchina. --Y ademas de elegantes, parecian comodos. Eran comodos, ?no? La voz aguda no le da tregua, voz de politica competente y dispuesta, que la devuelve a la noche del sabado, al claustro en ruinas del monasterio de Carboeiro, decorado para la ocasion por algun pijo con infulas artisticas, imitando una especie de jardin silvestre entre piedras historicas. Alli estaba ella, a las siete de la tarde, con sus zapatos dorados recuperados directamente del arcon del desvan de la casa de Saidres, que acumulaba quincalla de cuya procedencia ya nadie en su familia sabia responder; podian ser las cosas del tio Ernesto de cuando estuvo embarcado, o los restos del equipaje de una hermana de la bisabuela que volvio de Brasil rota y moribunda, o simplemente trastos sin historia, restos desvalidos de la vida de cada uno que habian ido llenando, a lo largo de los anos, el arcon del desvan. --Si, eso si, comodisimos. Van pasando por Loimil y grandes nubes grises y bajas siguen lagrimeando mansas. Ra Meixide conduce al limite de la prudencia, pero sin sobrepasarlo, con un punto de correcta contencion. Habla animadamente de la boda, de como conocio a los novios, ahora ya matrimonio, de como le pidieron que fuera ella, la nueva concejala, la del recien formado Gobierno municipal, la que oficiara la ceremonia civil. Ni diez semanas hacia que ostentaba el cargo, era su primera boda. --Me ha encantado la experiencia, la verdad. En general las bodas son momentos de tanta felicidad, todo el mundo se esfuerza para que salga todo perfecto, para que tenga ese toque como de magia, ?no? Ademas, la novia iba taaan espectacular, ?a que si? Para Mona, la novia podria haber ido envuelta en celofan y no habria ido mas espantosa. En realidad, no le apetece hablar de la boda. No quiere hablar de nada con esa tia, pero contribuye a la conversacion como cabe esperar. --La que iba espectacular eras tu. Me encanto el vestido que llevabas, !que tela!, con esos brillos, con esos matices irisados... Le agrada comprobar que Ra Meixide es tan simple como egolatra, y no tiene reparo en seguir con frivolidades. --Bueno, chica, es que en eso de las telas yo juego con ventaja, quieras que no, es una asignatura que me ha tocado estudiar desde la cuna. Mona recuerda la tension en la fiesta patronal de San Juan, cuando ella y sus primas estrenaban sus vestidos, todas tiesas y temerosas de mancharlos o estropearlos. Por aquel entonces, conocia a la gran Ra Meixide por ser la hija de Mucha, la de los retales, en cuya tienda la tia Milita compraba las telas para hacerles los vestidos, todos identicos, a lo mejor cambiando el color de un lazo o de un volante. Las llevaba a sesiones interminables para escoger el genero en los escasos diez metros cuadrados de local, que mas bien parecia el despacho de un estanco, con estanterias y cajas de rollos de tela, de hilos, de gavetas llenas de muestras de botones, de presillas, de pasadores, de corchetes, alli toqueteando, sobando y palpando calidades, consistencias y resistencias, mientras se desgranaba, una a una, la vida de cuanta conocida habia. Y alli estaba ella, la hija de Mucha, la de los retales, sentada en una banqueta en un rincon, entre el mostrador y el escaparate, con el libro abierto sobre las rodillas, atenta a lo que se le mandase: nina, cogeme ahi en ese cajoncito los botones nacarados, ese, si; sacale aqui a la senora esa tira de puntilla fina que acaba de llegar, que me parece a mi que le va perfecta a la cinturilla de estos conjuntos. La pequena Ra Meixide, callada y obediente, podria muy bien haber protagonizado una pelicula de esas de como se alcanza el gran sueno americano, con teson y esfuerzo, la hija de soltera que ayuda en el negocio familiar, estudia con becas publicas y suda sangre y lagrimas hasta que consigue la plaza en propiedad de profesora de quimica en un instituto, que llega incluso a directora del centro, y que se permite una excedencia para ponerse al servicio de la ciudadania en el Gobierno municipal. Y todo antes de la edad de Cristo. Sin perder, por tanto, ni un minuto de su vida. --La del vestido rojo con cristalitos cosidos, ?sabes cual te digo? Claro que Mona sabe cual le dice. Iba armada con una reflex ultimo modelo y un juego de flashes nuevecitos. Mucha idea de fotografia no se le veia, porque se movia de una punta a otra como si tuviera que hacer fotos desde todos los angulos, cuando una profesional de verdad lo que hace antes de empezar es buscar la direccion de la luz y localizar los espacios para ir a tiro fijo. --Me toco compartir mesa con ella, y era simpatiquisima. !Vaya personaje! Estuvo contando anecdotas de sus viajes. Resulta que ha recorrido medio mundo. Simpatica seria, pero Mona recuerda a la supuesta senora viajera usando la camara en automatico y disparando cuando se le antojaba, muchas veces al mismo tiempo que ella, quemandose mutuamente el trabajo con tanto flash, y consiguiendo que le cayeran bien todos los demas invitados que andaban por alli incordiando con sus moviles de ultima generacion para hacerse el tipico selfie con los novios. --!Que risa! Nos conto que en la India tenia que ducharse con un cubo y un cazo, y que un dia por lo visto le toco un cubo con rana y que se fue duchando como pudo mientras la rana la miraba fijamente. !Nos tronchamos! !Si hasta imitaba a la rana y todo! La concejala prosigue animada con las anecdotas del sabado, y Mona, viendo lo mucho que se enrolla con ese tema, sabe que acabaran llegando a la parte espinosa. Dejan atras el puente sobre el rio Ulla, cubierto de niebla y calabobos, y se van acercando ya a Santa Cruz de Ribadulla. Mona se da cuenta de que Ra Meixide hace gala de una mezcla curiosa de politica abierta y dicharachera, de conversacion amable y campechana, con un poso cotilla y desinhibido, que identifica con la herencia de los anos que paso en la tienda materna de los retales. Ya a la altura de la senal de la limitacion a cincuenta, en la entrada de Lestedo, a Mona le viene a la boca un regusto a bilis. Alli, justo alli, pero yendo en sentido inverso, le habia puesto la guinda a la desastrosa jornada del sabado. Alli la paro el agente de trafico, barra luminosa en ristre, y perdio los pocos puntos del carne que le quedaban. Atraviesan Lestedo, y la boda y toda la hecatombe que desencadeno siguen planeando sobre su animo. Es justo en ese punto cuando cae en la cuenta de que la concejala no le ha preguntado que hacia en Saidres, sola y sin coche, un lunes por la manana, cuando ella y su marido viven en Compostela. Y piensa de nuevo lo que ya pensaba en aquel instante preciso de la boda, el sabado por la tarde, lo que lleva pensando desde que se monto en ese coche: mi marido se acuesta con esta pajarraca. Y a continuacion algo aun peor, y el muy cabron me la manda para que me haga de choferesa hasta Compostela. Le entran ganas de abrir la puerta y tirarse en marcha. Quien la habra mandado montarse.

  • El Caso Saint-Fiacre de Georges Simenon

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    <>. El caso Saint-Fiacre: un enigma desgarrador, teatral, que se resiste a ser desvelado y que brinda a Maigret la ocasion de realizar una melancolica peregrinacion por su pueblo natal. Alli, en el humilde cementerio, se halla la tumba de su padre. Y en la terca mirada del monaguillo, Maigret se ve, en muchos aspectos, reflejado a si mismo. Todo parece, no obstante, confabularse para mancillar sus recuerdos de infancia: el castillo esta hipotecado, la condesa de Saint-Fiacre se ha convertido en una vieja chiflada que se rodea de gigolos, y su hijo, con su conducta, precipita la ruina familiar. En efecto, nada es como antes...

  • Te habia sonado de Christian Martins

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    Lucia no quiere enamorarse. Ni una relacion seria. Ni complicaciones innecesarias.
    Pero la noche de Halloween conocera a un sexy policia con una propuesta un tanto peculiar. Una noche de intenso placer y de emociones desconocidas haran que se replantee las cosas y lo que realmente quiere para su futuro.
    Pero todo se complica cuando, al final, descubre que su sexy policia tiene tantas promesas en los labios como secretos detras de la puerta.

  • Hablemos claro sobre el comercio mundial de Dani Rodrik

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    La globalizacion no ha beneficiado a todo el mundo. Muchos trabajadores europeos y estadounidenses han resultado excluidos debido a la externalizacion de ciertos trabajos industriales a China, Mexico y otros lugares. Al mismo tiempo, el proceso de internacionalizacion ha favorecido al sector de las finanzas y a profesionales altamente especializados, capaces de beneficiarse de unos mercados en expansion descontrolada.

  • La esencia de la lluvia de Carina Vernet

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    La guerra de Cuba esta causando estragos en los negocios. Mientras desde el jardin de su recien estrenada mansion modernista Isidro rememora cuanto le ha costado llegar donde esta, su hija Carmeta ve trastabillar su mundo entregado a la astronomia: si su padre se arruina, se vera obligada a casarse.

  • Mar de leva de Octavio Escobar Giraldo

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    Mar de leva cuenta la historia de un fin de semana de Mariana y Javier, su hijo, en una isla del Caribe que los cambiara para siempre.

  • Seduciendo a todas de Dylan Martins

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    La llegada de John a Manhattan tras dos anos trabajando en Japon en una multinacional, es chocante, sobre todo al volver a encontrarse con sus amigos Brian y Enzo, de los que no sabe nada desde entonces y descubriendo que ya son hombres casados.
    Todo lo contrario a lo que John quiere, su deseo es tomarse un ano sabatico en su vida y su objetivo… seducir a todas las mujeres que se le crucen en el camino, pero sin atarse a ninguna de ellas.

  • Otono en Manhattan (Loca seduccion 1) de Eva P. Valencia

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    Gabriel Gomez es un joven y guapo arquitecto que deja Barcelona huyendo de la atraccion que siente por la prometida de su hermano Ivan. A su llegada a Manhattan no le faltan candidatas dispuestas a conquistar su maltrecho corazon, pero la unica mujer que despierta su interes es su sexi, autoritaria y exigente jefa, Jessica Orson.