• el ultimo viajero - Pedro Alfaro Campos

    https://gigalibros.com/el-ultimo-viajero.html

    Sara, una joven guia turistica de la ciudad de Buenos Aires, recoge a un ultimo viajero en el aeropuerto para llevarlo a su hotel en el centro de la ciudad antes de cogerse unas cortas vacaciones. Nada mas verlo queda prendida ante la atraccion y el enigma que desprendia el extrano visitante. Decide entonces acompanarlo durante su estancia en la ciudad… Pronto descubrira que a su lado suceden las cosas mas inverosimiles y su vida y la de las que la rodean se vera alterada por quien era capaz de reconducir el destino de aquellos que se cruzaban en su camino. Ella, mientras, intentara llegar hasta al hombre del cual se habia enamorado irremediablemente… pero algo se interponia.

  • EL ULTIMO PASAJERO | MANEL LOUREIRO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-el-ultimo-pasajero/9788408112495/2101673

    Sinopsis de EL ULTIMO PASAJERO. Juan Gómez-Jurado recomienda: “Si Stephen King hubiese nacido en Pontevedra, se apellidaría Loureiro”. El último pasajero ...

  • EL ULTIMO PASAJERO | MANEL LOUREIRO | Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-el-ultimo-pasajero/9788408131519/2352840

    Un viejo buque de transporte lo encuentra por azar y lo remolca a puerto, tras descubrir que en él tan sólo queda un bebé de pocos meses…y algo más que nadie es ...

  • El último pasajero - Manel Loureiro | PlanetadeLibros

    https://www.planetadelibros.com/libro-el-ultimo-pasajero/91982

    28 may 2013 — El último pasajero, de Manel Loureiro. ... paso por paso, el último viaje del Valkirie. ... Libros de terror para pasar miedo. Comprar.

  • EL ÚLTIMO PASAJERO - LOUREIRO MANEL

    http://quelibroleo.com/el-ultimo-pasajero

    ... decide reflotarlo y repetir, paso por paso, el último viaje del Valkirie. ... Me pareció un libro que al inicio crea espectativa pero en el transcurso ...

  • Mi opinión sobre el libro El Último Pasajero - Raúl Prieto ...

    https://www.raulprietofernandez.net/blog/libros/mi-opinion-sobre-el-libro-el-ultimo-pasajero

    Manel Loureiro, el autor de Él Último Pasajero, nos sorprende nuevamente con esta novela donde nos sumerge en un ambiente claustrofóbico durante el ...

  • El último pasajero - Libro de Manel Loureiro - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/80150/el-ultimo-pasajero

    Un viejo buque de transporte lo encuentra por azar y lo remolca a puerto, tras descubrir que en él tan sólo queda un bebé de pocos meses... y algo más que nadie ...

  • El último pasajero (Autores Españoles e Iberoamericanos)

    https://www.amazon.es/%C3%BAltimo-pasajero-Autores-Espa%C3%B1oles-Iberoamer/dp/840811249X

    El último pasajero (Autores Españoles e Iberoamericanos) : Loureiro, Manel: Amazon.es: Libros.

  • El último pasajero (Autores Españoles e Iberoamericanos ...

    https://www.amazon.es/El-%C3%BAltimo-pasajero-Manel-Loureiro-ebook/dp/B00CKY1RKG

    Outlet de Libros. Cientos de libros a precios reducidos. Ver más ; Biografía del autor. Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) es un escritor, abogado y presentador ...

  • EL ULTIMO VIAJERO - PEDRO ALFARO CAMPOS - Agapea

    https://www.agapea.com/Pedro-Alfaro-Campos/El-ultimo-viajero-9788416532827-i.htm

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  • EL ÚLTIMO PASAJERO. MANEL LOUREIRO - Librería Sinopsis

    https://www.libreriasinopsis.com/libro/el-ultimo-pasajero_251606

    En stock. 6,68 €. Comprar. Otros libros del autor.

  • Un matrimonio a la fuerza de Alicia Hertz

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    Alexandra Leichmann esta dentro de una espiral de alcohol, drogas y sexo de la que no quiere salir. Esto cambia cuando su padre la obliga a casarse con un hombre al que ni siquiera conoce. ?Que pasaria si ese hombre tiene un gemelo y este la atrae? ?Y si le atraen los dos hermanos? ?Podra dejarse llevar por la situacion y aceptarla? Una historia que tiene sexo, amor, romanticismo, misterio y una trama muy interesante. ?Te atreves a descubrir a Alexandra, Luc y Liam?

  • Un millon de pequenas cosas de Susan Mallery

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  • Por Elisa (Elisa 2) de Lily Perozo

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    Despues de superar muchas pruebas el amor entre Elisa y Jules se ha fortalecido, cada vez es mas dificil ocultar el sentimiento que comparten, y la urgencia por estar juntos los lleva a revelarse contra aquellos que mas duro los juzgan.
    Sin embargo, su felicidad no puede ser completa, aun las culpas pesan en sus almas, ambos saben que no pueden olvidarse de todo y vivir su amor plenamente y en libertad, no a costa de la infelicidad y el sufrimiento de Frank.
    Nuevas situaciones daran un giro a la historia y haran que este amor sea puesto a prueba una vez mas, exigiendo mayores sacrificios. Nuevos personajes, algunos aliados y otros enemigos de este sentimiento, jugaran un papel muy importante en la toma de decisiones de Elisa y Jules.
    Por Elisa, nos llevara a traves de emociones que nos haran cuestionarnos, hasta donde se puede llegar por amor y cuanto estamos dispuestos a sacrificar por la persona que amamos.

  • El vestido azul de Michele Desbordes

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    Conocemos a Camille Claudel, sobre todo, como la amante del tambien escultor Auguste Rodin. Desde siempre, el papel de las mujeres que intentaron desarrollar su trabajo cerca de hombres de gran proyeccion ha sido secundario, ha sido una sombra. De este modo es como la autora de esta extraordinaria novela, Michele Desbordes, intenta rescatar a Camille de su fantasmal condicion. Recrea con una poetica libre de sentimentalismos la historia de la joven Camille, una sombra en la vida de todos, una extravagante, una exaltada, arrebatada por la vida, por el arte y por el amor que no consiguio nunca ser visible para quienes la conocieron. Un fantasma delicado, bellisimo, sutil, cuya potencia emocional la aparto enseguida de las convencionales sensibilidades que la rodeaban.

  • Amor y virtud, Rolly Haacht de Rolly Haacht

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    Amor y Virtud es el primer libro de una trilogia de genero juvenil/new adult. Los protagonistas -con edades comprendidas entre los 19 y los 22 anos- viven a lo largo de todo un ano y comparten con el lector todas sus decisiones, una veces con mas acierto que otras. No todos se conocen desde el principio y esa es precisamente la magia de la historia: dos de ellos son hermanos, una de las chicas tiene una hermana gemela y la otra es una chica huerfana amiga de los hermanos. Ademas, tambien hay personajes secundarios que son igual de importantes, sobre todo en la continuacion del segundo libro. Cabe destacar que no hay un argumento principal sobre el cual giran los personajes, sino que son precisamente los personajes los que requeriran de toda tu atencion. Y por ultimo: NO es un libro de filosofia, pero “las virtudes cardinales de Platon” son la linea argumental secundaria que acompana a toda la historia. "Se sento en uno de los comodos sofas con uno de los libros que habia empezado hacia semanas. Le habia llamado mucho la atencion uno de los capitulos, y no hacia mas que releerlo. Trataba acerca de las virtudes cardinales y segun decia, Platon habia establecido cuatro virtudes para la estabilidad del alma. Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia. Cuanto mas leia, mas deseaba saber. Leia y releia las frases mas importantes y las descripciones de las virtudes, y se preguntaba si ella seria capaz de completar las cuatro..."

  • La llave de bronce: Magisterium 3, Cassandra Clare de Cassandra Clare

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  • El Sexo siempre es la Respuesta de Jorge Borges

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    Como Animales: Romance, Sexo y Erotica con el Licantropo Alfa

  • Delirios de un hombre cuerdo de Leonardo Grinn

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    Los delirios del autor, nos proponen otra miradas con sentido de una realidad agotada por su frenesi del consumo. Textos embriagados de trazos donde las palabras cobran vida.

  • La Dama del Amazonas de Teresa Ortiz-tagle

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    Aventuras, accion, misterio y una mujer que lucho hasta mas alla de cualquier limite.

  • La doctrina del Sainte de Peter Handke

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    Escrita a continuacion de ” Lento regreso ” , novela con la cual sostiene un soterrado vinculo, ” La doctrina del Sainte-Victoire ” (1980) marca un punto de inflexion en la obra de Peter Handke (1942), que adopta en ella el narrador en primera persona y encuentra una fecunda veta en la geografia y en el discurso digresivo. Dominada, como la Provenza (escenario en que se situa), por la montana Sainte-Victoire, objeto de numerosas representaciones por parte del pintor Paul Cezanne, asi como por la relacion que el narrador establece con ella, la obra tiene como ejes el paisaje, el tiempo, la representacion artistica y la reflexion acerca de la labor creadora y del desarrollo de la existencia.

  • El amor no cierra a mediodia de Abby Baker

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    Valentina trabajaba en una tienda de libros viejos. Bueno, en realidad era mucho mas que eso. Era un sitio donde llegaban libros raros y eran tratados como obras de arte, cuidadosamente restaurados para volverlos a poner a la venta para los coleccionistas amantes de la calidad. Esa tienda, llamada El estante de Jane Austen, habia sido desde siempre el sueno de Valentina. Desde que tenia uso de razon habia sonado con abrir una tienda de libros viejos, pero no una de esas polvorientas, con olor a rancio, sino de las que podian compararse con un museo. Y tras muchos anos lo habia conseguido. Despues de licenciarse en Filologia inglesa, y con la ayuda de los contactos de sus padres, compro un local en las callejuelas del Barrio Gotico de Barcelona y abrio su sonada libreria de viejo. Fue bautizada en honor al primer volumen que puso en los estantes, un ejemplar antiguo de Emma que le habia regalado anos atras su abuela y que, a pesar de formar parte de la coleccion de libros que habia en la tienda, era el unico que siempre tenia el cartel de <> delante. Durante seis anos se habia dedicado enteramente a esa libreria, que se habia convertido en punto obligado de visita para todos los bibliofilos de la ciudad, gracias a la perseverancia y al trabajo de su mejor amiga, Victoria, licenciada en Filologia inglesa igual que ella y restauradora de profesion. Eran las unicas empleadas del negocio y, aunque a final de mes siempre tenian beneficios, no podian dejar de abrir ni un solo dia. Ese sabado en concreto, le tocaba a Valentina, asi que, despues de dejar su apartamento en el Eixample, bajo por la Rambla de Catalunya, cruzo la Gran Via y la plaza Catalunya y, tras girar a la derecha antes de llegar al final de Portal de l'Angel, subio la persiana de El estante… Normalmente, la tienda la visitaban curiosos y los pocos clientes habituales, los tipicos coleccionistas en busca de la pieza esencial para su coleccion, que, dada la calidad de los libros alli expuestos, podia ser cualquiera. El local era alargado. La mayor parte estaba dedicada a los libros que estaban a la venta, dispuestos en los altos estantes de las paredes; las piezas mas valiosas se hallaban cerradas bajo llave en unas vitrinas de cristal. Al fondo habia una pared con una puerta en la que se podia leer <>, que daba acceso a la sala donde Victoria restauraba los libros antes de volverlos a poner a la venta. En el catalogo de El estante no habia cualquier libro. Valentina se encargaba de seleccionar los ejemplares antes de adquirirlos. Los que entraban a formar parte del fondo solo eran incunables, ediciones raras, ediciones anteriores al siglo XIX, y cosas por el estilo, es decir, autenticas piezas de coleccion. Encendio las luces y el oscuro local se convirtio en un bonito espacio de paredes blancas, bien iluminadas, donde se podian ver perfectamente los libros meticulosamente ordenados. Para Valentina, abrir la tienda siempre era un placer. Tras dejar sus cosas debajo el mostrador, que estaba al lado de la puerta de entrada, se dispuso, como cada sabado, a quitar el polvo de todos los estantes. No queria que su tienda oliera a viejo. Aunque pareciera raro, los sabados eran el dia mas tranquilo en El estante. Ese dia, la mayoria de la gente salia a pasear y a comprar con sus familias; los turistas deambulaban por la ciudad haciendo fotos de todos los rincones famosos de Barcelona y muy pocos pensaban en adquirir una edicion de coleccionista de algun libro en latin, impreso a mediados del siglo XVIII. Por ello, era la mejor ocasion para hacer limpieza y revisar la caja de la semana. Esa manana del sabado transcurrio sin sorpresas, es decir, sin visitas, y casi al mediodia Victoria llego a la tienda. --Buenas tardes --saludo. --Hola, Vicky. --?Alguna venta importante? --pregunto Victoria--. ?Alguien ha comprado la edicion del Galileo de mil setecientos noventa? --No se ni para que lo preguntas --respondio Valentina--. Sabes de sobra que ese libro nunca nos lo sacaremos de encima. --Claro, ?quien va a comprar un ejemplar de hace mas de doscientos anos, cuyo precio pasa del cuarto de millon de euros? --Hizo una pausa--. Suerte que lo compraste tirado de precio en Florencia; si no, habria sido nuestra ruina. El verano anterior, tras tres anos sin vacaciones, ambas decidieron de mutuo acuerdo cerrar la tienda durante el mes de agosto e irse de vacaciones a la Toscana. Y, como siempre, mientras Victoria confraternizaba con algun italiano de mas de metro ochenta y torso musculoso, ella no hizo mas que comprar libros, entre ellos ese ejemplar que habia mencionado su amiga. --Sabes que si no cambias, no te volvere a llevar de vacaciones conmigo. -- Victoria se callo, rememorando un pasado magnifico--. ?Como se llamaba el que te estuvo tirando los tejos el dia que estuvimos en Pisa? ?Giancarlo? ?Pietro? Bueno, eso es lo de menos. ?Por que no le hiciste caso? Cada vez que se quedaban solas o no habia clientes cerca, Victoria le recordaba las posibles conquistas que Valentina habia rechazado durante su viaje. --Mira que eran guapos y… !estaban buenisimos! --grito, como si tuviera hambre --. ?Que debe tener un hombre para que le dirijas la palabra? --Les dirijo la palabra --replico Valentina. --Si, como a Francesco, que se te durmio a los treinta segundos. --?Ves? --dijo Valentina--. Eso es lo que busco en un hombre: que me pueda aportar algo mas que un abdomen musculado y una bonita sonrisa, y que no se me duerma si le hablo de algo que no este relacionado con el. Victoria no quiso seguir con la conversacion. Sabia como acabaria. Valentina buscaba al hombre perfecto, algo que, como habia podido comprobar ella misma, no existia. Segun Victoria, solo la suma de fragmentos de muchos hombres distintos daba como resultado el hombre perfecto. El unicornio blanco. --Cambiando de tema --dijo--, estoy a punto de terminar con el Hamlet en frances de mil ochocientos. ?Hay alguien que este interesado? Valentina nego con la cabeza. --Esto no puede seguir asi --continuo Victoria--. Cada vez tenemos mas libros y no conseguimos venderlos. Hasta que vaciemos un poco los estantes no deberiamos comprar mas. --Justo ahora que viene la Feria del Libro de Ocasion --respondio Valentina--. Sabes que ire y que no podre resistirme. --Esta semana no hemos vendido nada. Deberiamos ampliar el mercado. Hacer algo que atraiga a mas clientela que los coleccionistas viejales que vienen a comprar para ligar con nosotras. --No seas mala, Victoria. Esta se encamino al fondo del local y entro en su taller para, pocos segundos despues, colgar en la puerta una hoja de papel escrita a mano que decia <>. No era la primera vez que Victoria hablaba de ese tema de las relaciones con Valentina. Casi cada sabado la invitaba a ir con ella de copas para ver si ligaba. Pero mientras que Victoria no podia recordar a cuantos habia presentado como su <>, Valentina no habia tenido mas que decepciones. Por eso, ultimamente ya no se proponia ni siquiera entablar conversacion con ningun hombre. En cuanto a la tienda, la verdad era que Victoria tenia razon. Deberian ampliar el mercado, pero Valentina no tenia ni idea de nada que no fueran sus preciados libros. Pero como minimo tenian que intentar vender algun ejemplar valioso, para solventar los ultimos meses, un poco ajustados. Durante la tarde, Valentina se canso de recibir visitantes desde detras del mostrador. Personas mayores que descubrian una tienda que <>, turistas despistados buscando la catedral, gente que se confundia de local y entraban pensado que era una libreria <>, y un largo etcetera. Tan solo una joven pareja compro algo. Tras ver el ejemplar de Emma, y los precios de los libros de alrededor, el chico habia convencido a la chica para que buscaran algo un poco mas asequible. Asi que esta se acerco a Valentina. --Hola --dijo con voz decidida--, estaba buscando algun ejemplar un poco raro de alguna obra de Jane Austen… --Pero que no sea extremadamente caro --intervino su pareja. --!Carino! --protesto ella--. Eso no se dice. --No pasa nada --dijo Valentina--. Se que algunos ejemplares son un poco caros. Vamos a ver si encontramos algo. Salio de detras del mostrador y se fue a una esquina de la tienda, seguida de cerca por la chica, mientras el chico se distraia con cada cubierta que veia. Se notaba que entendian. Se les veia en la cara que eran lectores habituales, y no tan solo de bestsellers. Ella seguro que habia leido todo Jane Austen y a las hermanas Bronte, y el sin duda habia hecho algo mas que hojear Sherlock Holmes. --Aqui tenemos los ejemplares de principios del siglo veinte. Tal vez no son tan raros como los del dieciocho, pero tienen su encanto. Empezo a repasar los estantes en busca de algo que pudiera satisfacer a su joven clienta. --Mira, aqui tienes Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad de los anos veinte, por unos veinte euros cada uno. Saco los dos libros y se los enseno. La chica los hojeo detenidamente, parandose en las paginas que contenian grabados, intentando valorar si la calidad y el precio eran aceptables. Mientras, Valentina le iba ensenando otros libros de la misma epoca y autora, a precios que no superaban los treinta euros. --Carino --dijo la joven--, ven aqui a ver que opinas. --Un segundo --replico el--. Yo tambien estoy mirando. Cogio un ejemplar de Verne que habia estado leyendo hasta ese momento y se acerco a su pareja. --?Que? ?Te decides? --No se. Sabes que me gusta muchoEmma, pero este ejemplar de Orgullo y prejuicio es mas antiguo. El cogio los dos libros que tenia en las manos, los hojeo, miro los precios y luego la miro a ella. --Quedate los dos --sentencio. --?Los dos? ?Ya te va bien? --pregunto la chica. El asintio con seriedad y, mientras iban con Valentina hacia el mostrador para pagar, discretamente dejo el Verne donde estaba. Mientras les cobraba y se despedia de ellos, Valentina envidio a aquella joven. Se notaba que el, a pesar de tener sus gustos y caprichos, era capaz de dejarlos de lado para hacerla feliz. Pues, al fin y al cabo, parecia que ella fuera su mayor capricho.

  • Una marquesa enamorada (Amor amor 3) de Mile Bluett

    https://gigalibros.com/una-marquesa-enamorada-amor-amor-3.html

    Continua la serie <> de Mile Bluett con esta historia de amor con tintes de intriga y misterio.

  • Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos de Mary Ann Clark Bremer

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    Se reunen en este volumen todas las novelas cortas de Mary Ann Clark Bremer traducidas hasta la fecha al castellano y publicadas por nuestra editorial: Una biblioteca de verano, Cuando acabe el invierno, El librero de Paris y la princesa rusa y Una pasion parecida al miedo. A las que anadimos un breve relato, <>, coetaneo de los demas textos, y cuyo titulo fue tomado por la autora de un verso de William Shakespeare. Una oportunidad unica para adentrarse en el singular mundo de una escritora fundamental pero hasta hace poco secreta.

  • Conjuro de luz de V.e. Schwab

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    Vivi lo que el destino les depara a tus amados heroes. y enemigos.
    El equilibrio de poder finalmente se ha roto. La precaria estabilidad entre los Londres finalmente ha llegado a su punto de quiebre. La oscuridad ha proyectado sus sombras sobre el Imperio Maresh, alguna vez vibrante con la vivacidad roja de la magia. ?Aprovechara otro Londres para resurgir?
    ?Quien caera? Kell, que creyo ser el ultimo Antari vivo, comienza a flaquear bajo la presion de lealtades rivales. Frente a la tragedia, ?podra sobrevivir Arnes?
    ?Quien se alzara? Lila Bard, alguna vez una ladrona comun -pero jamas corriente-, ha sobrevivido y se ha vuelto cada vez mas fuerte al atravesar una serie de combates magicos. Pero ahora debera aprender a controlar la magia, antes de que esta pueda consumirla. Mientras tanto, el desprestigiado capitan del Aguja Nocturna, Alucard Emery, reune a su tripulacion y juntos emprenden una carrera contra el tiempo para conseguir lo imposible.
    ?Quien tomara el control? Ademas, un viejo enemigo regresa a reclamar la corona, mientras un heroe caido intenta salvar a un mundo de la descomposicion.

  • La ira y el amanecer – Carmen Torres de Carmen Torres

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    “Cien vidas por la que tomasteis. Una vida por cada amanecer”.
    En una tierra regida por un monstruoso califa, cada nuevo amanecer rompe el corazon de una familia. Dia tras dia, el rey contrae matrimonio con una joven que al alba es ejecutada.
    “Si fallais una sola vez, os arrebatare vuestros suenos, os arrebatare vuestra ciudad.
    Y os arrebatare estas vidas multiplicadas por mil”.
    Por eso es un misterio cuando una desconocida se presenta voluntaria para casarse con el.
    Esa misma noche, ella le cuenta una historia.
    ‘Yo no estoy aqui para luchar. Estoy aqui para ganar’.
    Y por primera vez, la aurora no llega tenida de rojo.
    ‘Os juro que vivire para ver todos los atardeceres posibles.
    Y que os matare.
    Con mis propias manos’.

  • Vivir abajo de Gustavo Faveron Patriau

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    Me he puesto en contacto con Gus Fowley Partridge, con el objetivo de confirmar si ambas resenas biograficas, las unicas que he encontrado en estos veintitres anos, corresponden a la misma persona. Tambien para averiguar si mantiene algun tipo de contacto con George Bennett. Las respuestas, como supuse, han sido si a la primera pregunta y no a la segunda. Ha querido saber a que se debe mi interes. Le he contado parte de la historia. Tambien le he dicho que tengo todas las peliculas que George filmo en su vida. Como era de esperarse, ha mordido el anzuelo y me ha pedido una entrevista: quiere ver las peliculas. Quiere que le cuente todo lo que se sobre George. Fowley vive en Savannah. Ha dicho que puede venir a Boston la proxima semana. Le he explicado que la entrevista no puede ser en mi casa pero que las peliculas, en cambio, solo las puede ver aqui. No ha parecido comprender (ya entendera). Despues de colgar, he buscado en mis libretas de 1992 las cosas que escribi sobre George. He arrancado algunas paginas que no quiero que vea. A los fragmentos que le dare les he anadido una que otra frase explicativa, enmiendas, muchos borrones. LIBRETA 1. Octubre de 1992 ... Llega a Lima el 3 de enero de 1992. En julio es el secuestro. Despues vienen las torturas. En setiembre, el final. A principios de octubre comienzo a investigar... ... Viene desde Chile, a bordo de un autobus que ha tomado en alguna ciudad no lejos de la frontera. Baja en una estacion de La Victoria. Lo ven entrar y salir de hotelitos miserables. Alto, tripudo, de pasos largos. Lleva una maquina de escribir en un estuche. Se sienta en bancas en parques color tierra, al pie de estatuas. Redacta documentos, dibuja planos. Trae bluejeans, zapatones de montanista, un guante en la mano derecha, un gorro azul con una B roja en la frente. Entra y sale por compuertas y garajes; entra y sale de edificios en ruinas, excavaciones. Se reune con malvivientes en descampados. Acude a citas en casas vacias. Las paredes le dicen nombres. Divisa mensajes escritos en alcantarillas. Vaga entre bares, se detiene en las esquinas, la gente se lo queda mirando: el observa, enumera. Cruza una avenida del orfanato al manicomio, otra del malecon al colegio militar. El cielo se abre, el lo mira... ... En Lima, nadie sabe su nombre ni que hace ni por que esta en la ciudad. En huariques de Barranco toma de pie. Vigila un agujero del Centro. Camina con extrema rapidez por callejuelas de Lince y Jesus Maria. Se sienta en el atrio de una iglesia en Barrios Altos. Acude a burdeles pero no habla con nadie. Repudia a las prostitutas. Obsesivamente mira un vaso de whiskey. Tiene veintinueve, treinta anos. Espectral, el sol lo quema [es palido como su padre]. Anda con un mapa en las manos y encuentra los sitios que le interesan. Por ejemplo, los cineclubes: va de noche. Los chicos de San Marcos y la Catolica lo ven, se preguntan quien es. Circulan rumores, como pasa siempre en Lima. El mira la calle Colina desde una mesa en un tugurio. El hielo hace clic, clac. Hay edificios con ventanas rotas, esquirlas de vidrio en las veredas, tanquetas en las pistas, camiones con infantes de Marina, tranqueras y barricadas. Pero la gente circula alrededor como si no viera nada. Yo, por ejemplo: nunca veo nada... ... En Miraflores encuentra un hostal para mochileros en la esquina de Alcanfores y Cantuarias. El lleva diez dias en Lima la manana en que la mujer de la recepcion, que se llama Rita Moreno, como la actriz, lo ve arrastrar los pies por el tunel entre espejos de la recepcion. Ojeroso, seco, una sombra de barba, la boca grande, entreabierta. Camina cabizbajo. Le parecera divertida, a ella, su pinta de gringo estrafalario. Le hara gracia su cara anacronica de nino. Pero no sabe que pensar, Rita Moreno, cuando el coloca sobre el mostrador dos pasaportes americanos y le pide que escoja uno. Ella duda pero acepta el juego. Sonrie, se pasa dos dedos de unas turquesas por la mejilla, elije un pasaporte al azar. El abre el otro, le echa una mirada, lo guarda en su mochila. Dice: entonces llamame George. Ella ladea la cara, abre mas la sonrisa, le pide que llene un formulario. El firma: George Walker Bennett. Mas abajo, donde esta escrito domicilio permanente, apunta una direccion en Paraguay: el sotano de un edificio en la avenida Juscelino Kubitschek, en Asuncion. Le dice a Rita Moreno que quiere dormir en un cuarto compartido, de camas-camarote. Un cuarto lleno de extranos, es lo que dice. Ella responde que tiene muchos cuartos asi pero que estan vacios. George coge la llave y sube la escalera... ... Cuando no anda de ronda por las calles de Lima, lee y escribe. Escribia en una maquina que parecia de juguete y que, cuando la guardaba en su estuche, parecia un acordeon para ninos, me dice Rita Moreno. Y lo que escribia eran cartas, porque al terminar doblaba los papeles y los colocaba en sobres de correo. Un gordo en la oficina postal de Petit-Thouars lo ve todas las mananas. Esta de pie junto a la puerta antes de que abran la oficina, somnoliento, bostezando, leganoso. (El gordo, no el. El llega minutos despues, hace cola, despacha su carta). Rita jura haber leido mas de una vez el dorso de esos sobres, en el restaurante del hostal, despues del desayuno. El nombre del destinatario tambien era George Bennett, dice Rita: se enviaba cartas a el mismo, a una especie de carcel-manicomio en Estados Unidos. DIARIO, 24 de agosto de 2015 ... George se fue de Maine a los dieciocho, cuando le faltaban semanas para acabar la secundaria. La historia de sus padres es oscura, angustiante, implica tijeras. Toda su infancia la paso en la misma casa, en la calle McKeen, en Brunswick, dos horas y media al norte de Boston. En la casa habia un sotano y en el sotano estaba la coleccion de tijeras de su padre. La coleccion de camaras antiguas y la coleccion de libros de poesia estaban en el atico de la cochera. En el atico nunca murio nadie pero en el sotano si: un muchachito apunalado en 1980. Durante la decada siguiente, viajo por los paises en los que alguna vez vivio su padre. Despues llego a Lima... LIBRETA 1. Octubre de 1992 ... Pasa horas de cuclillas bajo los puentes de la Via Expresa. Estudia a los pordioseros. Algunos muladares le causan sobresalto. Otros lo imantan como un abismo. Come en puestos de mercado, da vueltas alrededor del Estadio Nacional. Un dia se queda mirando a unos ninos que juegan futbol en la explanada de Occidente. Huerfanos, piensa: tienen padres pero son huerfanos... ... Lleva una mochila de excursionista, de la que saca una camara. Segun unos, es una Leica obsoleta y oxidada; segun otros, una Instamatic, igualmente obsoleta y oxidada. Retrata hospicios, palacetes republicanos, un osario de carros desbaratados junto al Cuartel San Martin, casuchas malparadas, letras desprendidas de avisos de neon, animales agonicos. Segun otros, su camara no es ni una Leica ni una Instamatic, sino una filmadora. [Mucho despues se que son cuatro]. En la mochila tambien estan la maquina de escribir y la mascara de oso. Se ponia la mascara por las noches y dormia con ella, me dicen tres personas... ... Lee un libro distinto cada dia. Despues los revende donde los compro: en la feria de libros viejos de Grau. Interrogo a los vendedores: nadie lo recuerda. En otros circulos escucho dos rumores (ahora, en octubre, los rumores sobre George se han multiplicado, incluso los de caracter bibliografico). De acuerdo con el primero, todos sus libros son de poetas alemanes. Holderlin, Schiller, Trakl, Brentano, Rilke. Alguien menciona a Hans Carossa. Alguien, a Paul Celan. Pero Celan es rumano y Trakl es austriaco. Otros afirman que solo lee memorias, o novelas que parecen memorias, escritas por sobrevivientes del Holocausto, escritores que estuvieron en Auschwitz o en Buchenwald: Primo Levi, Jean Amery, Immanuel Krakauer, Tadeusz Borowski. [Tiempo despues, esto es extrano, descubro que, en 1992, no habia traducciones de Borowski]. En el fondo, esa parte de mi pesquisa me parece irrelevante. Porque nadie menciona a Robert Frost, y yo se, desde mayo o junio, que George lee concienzudamente a Robert Frost... ... La pregunta es si George llega a Lima sabiendo lo que hara. En otras palabras, si llega con un plan. Calculo que la respuesta tiene que ver con sus recorridos por la ciudad. De ahi que sea relevante describir sus caminatas. Al principio parecen azarosas, enloquecidas. Sonrie ante la Morgue Central. Fuma en ventanales de Pueblo Libre. Se sienta en la berma de la avenida del Ejercito, entre el Perez Aranibar y el Larco Herrera: ?atraido por orfanatos y manicomios? Gravita hacia los cementerios, en Ate, en El Agustino. Se para en una esquina de Aguajales y mira debajo de los carros. Comparte cigarrillos con los soldados de guardia. Lee bajo semaforos. Prefiere no subir a microbuses ni tomar taxis. En el Rimac ve a un loco con la piel renegrida y una caja de carton en la cabeza y se sienta a su lado y sostiene con el una animada discusion: hay un testigo presencial. Ademas del loco... ... Todos los jueves, en un callejon de Puente Piedra, habla con alguien a traves de un vitroven. ?Mentalmente le da la vuelta a un reloj de arena? En efecto, esa es la impresion que produce; es decir, parece un chiflado, en las primeras semanas. ?Eso es parte de su plan? Creo que no. Lo de George, en ese momento de su vida, no es una forma de locura pero tampoco es el fingimiento de la locura. Es el paso intermedio: el ultimo manoteo de su cordura antes de que la cuerda se rompa (cuerda: cordura). Debate consigo mismo, considera si es correcto hacer lo que ha proyectado (asumamos que si lo ha proyectado). Lee lapidas en los cementerios. Lee periodicos en basurales. Lee las lineas de su mano izquierda. Camina como un orate por la ciudad. Todo eso parece la locura pero todavia no lo es. No ha traspuesto por completo, por decirlo asi, el umbral de la demencia. Esta pensando en huir, en no hacer lo que ha planeado hacer, en renunciar a todo y largarse... ... Por eso es importante que, mas tarde, a principios de febrero, su conducta cambie: sus recorridos cobran un cierto orden, un aire rutinario. Todas las mananas camina del hostal a la avenida Larco. En Miraflores, no se aleja de la costa, sigue el borde del acantilado. Sube por la Perez Aranibar, baja por el Ejercito. En la Costanera regresa al malecon, camina por San Miguel hasta Maranga... ... A mediados de febrero su ruta se hace precisa, inalterable, diriase que maniatica: las mismas calles, las mismas esquinas, todos los dias. No cabe duda de que, en esa ruta, y en esa precision, se esconde una clave, porque en esos dias tiene que ser cuando George determina finalmente llevar a cabo su plan. Febrero, en esta historia, es el final de la duda. Eso se ve en el cambio que sufren sus recorridos. Ayer hice la prueba con un mapa. Esboce las rutas de George en enero: un garabato, un laberinto. Despues dibuje, una vez por dia, su camino de todas las mananas desde mediados de febrero. Tuve que trazarlo tantas veces que el papel se agujereo. El simbolo es evidente. ?Quien esta mal de la cabeza? ?El que camina indistintamente por cualquier parte o el que infinitamente recamina sus propias huellas, una y otra vez?... ... Y sin embargo, aun mas que la ruta, lo importante es el lugar donde termina. La ultima cuadra de la Costanera. En enero ha pasado por ahi mas de una vez, pero en febrero va todos los dias. A un lado ve el malecon, mas alla la playita de piedras ovales, mas alla el mar, al fondo las islas. Detras de el hay nueve casas, de cara a la costa. Se vuelve a mirarlas: la tercera de izquierda a derecha es simple, de dos pisos, con cercos de madera blanca a cuyos pies crecen hileras de hortensias y geranios. Es pulcra, pequenita, modesta (es una casita rosada). Tres puertas mas alla, ve una casona antigua, de los anos treinta. ?Esos muros ennegrecidos, esa torsion de los fierros en los tragaluces, esa hendidura de los tejados, son senales de que alguna vez la consumio un incendio? Averiguo. El incendio ocurrio a fines de los sesenta, pero, cosa rara, nunca han refaccionado la casona. Es una ruina flaca, enhiesta, de ventanas longitudinales, tiene un mirador (una especie de torre sobre el segundo piso) y, abajo, ante la puerta, una escalinata de siete peldanos. Todas las mananas camina hasta ahi, permanece un instante al pie de los escalones, no se acerca mas. Cruza la pista en direccion al malecon, se encarama en el murito. Desde ese sitio, entre el mar y la ciudad, ve a ratos la casita rosada y a ratos las barandas cenicientas, los mastiles torvos de la casona incendiada. (Piensa: tantos anos despues, es como si siguiera en llamas)... ... En la casona incendiada no debe vivir nadie (eso tambien es importante). En la casita rosada, en cambio, vive una chica llamada Ariadna Enzensberger. Tiene veintitres anos pero parece de diecisiete. Ha terminado historia en la Catolica y sopesa la idea de entrar a la maestria pero tambien estudia cine en talleres que toma de noche, uno en Barranco y otro en San Miguel. Su madre nacio en Lima pero se crio en la sierra y aunque Ariadna piensa en ella con frecuencia, nunca la conocio. Siempre ha vivido con su padre, que ensena Historia del Arte y se llama Rainer Enzensberger. Ariadna es bonita, simple, de ojos negros y corto pelo rubio a lo Jean Seberg. Es austera, la gobierna una especie de alegria melancolica o tal vez una conformidad con la vida que ella quiere hacer pasar por alegria. Tiene un grupo de amigos de San Marcos y otro de los talleres nocturnos pero prefiere la soledad. Va al cine cada vez que puede. Al cineclub del Banco de Reserva, al cineclub del Museo de Arte, al del colegio Raimondi, al cine Roma, al Cinematografo de Barranco, los mismos lugares a los que George va todas las noches. Es casi imposible que sea una coincidencia... ... Desde el muro del malecon, el la ve. Ella sale poco, casi siempre esta en casa cuidando a Rainer, que es un hombre mayor: mas parece su abuelo que su padre. Juntos arreglan el jardin de hortensias y geranios (o el jardin de margaritas y llamaplatas: la observacion es literaria, ornamental). Rainer se sienta bajo el dintel de la puerta, Ariadna entra y sale de la casita rosada. Laboriosa, lleva y trae mangueras, semillas, regaderas. ?Nunca ven a George al otro lado de la pista? Buena pregunta: un extrano con una mochila a la espalda, camaras fotograficas, una filmadora, una maquina de escribir, sentado en el muro del malecon, es un personaje conspicuo. ?Sera que George, apenas ellos salen de la casita rosada, se deja caer por el lado opuesto del muro, hacia la playa? Esa es mi conjetura: el se esconde, y, hasta entrada la tarde, los espia desde ahi. George es metodico, desde febrero... LIBRETA 2. Octubre de 1992 ... Cuando Ariadna sale sola, por las noches, los lunes y los miercoles, a los talleres, o al final de la tarde, los viernes o los sabados, para ir al cine, el va tras ella, guardando la distancia. En mi coleccion de VHStengo las imagenes que filma cuando la sigue por la calle. Rompe su costumbre de no subir a microbuses. Trepa al mismo que ella, se sienta en la ultima fila o se queda de pie cerca de la puerta trasera. Ariadna mira la ciudad. George mira a Ariadna. Cuando ella va a los talleres, el regresa al hostal. Cuando va al cine, el continua acechandola: se escurre en la sala detras de ella. Solo la primera vez hay un contratiempo: el portero le dice que no puede entrar con la mochila (Sendero Luminoso, las bombas). George se enfurruna, vuelve al Medialuna, a su cuarto vacio. Se pone la mascara de oso, supongo, intenta dormir ... ... Los dos sabados siguientes ella ve Portero de noche en el Cinematografo y El rey de Nueva York en el Museo de Arte. George se esconde en el viaje de ida, pero, en los cines, se asegura de que Ariadna note su presencia. Tropieza adrede con ella a la salida, se para justo detras en la cola de la boleteria. Ella lo mira de reojo. El sacon de camuflaje militar, la camiseta negra de ilegibles letras amarillas, los borceguies, la gorra de beisbolista: un tipo peculiar. ?Que cosa ve George cuando mira a Ariadna? Me cuesta responder esa pregunta... ... El tercer sabado es 29 de febrero (1992 es un ano bisiesto). Ariadna ve La batalla de Argel, de Pontecorvo, en el Raimondi. Al final, George se le acerca. ?Le dice algo sobre la pelicula? Lo imagino hablando acerca de la primera escena (seria lo logico: en la primera escena hay una tortura). Ella no sabe que responder. Esta asombrada de que George le hable: es un extrano. George quiere aprovechar su desconcierto. Le dice que no sabe si ella se ha dado cuenta, pero, en las ultimas semanas, se han cruzado tres veces en los mismos cines. Ariadna se sobrepone al pudor, inusualmente: responde que si se ha dado cuenta. George dice que eso no puede ser coincidencia. Ella le dice que, en efecto, no parece coincidencia, y que tal vez el la esta siguiendo. George sonrie, dice: quizas eres tu la que me esta siguiendo a mi. ?Ella tambien sonrie? No esta acostumbrada a hablar con desconocidos, y sin embargo, cuando se aleja del cine y George avanza a su lado, no se siente invadida. Vuelven a hablar de La batalla de Argel. El le ha de hacer notar que algunos de los actores no son profesionales, sino rebeldes argelinos que, en la pelicula, hacen el papel de ellos mismos. Ella dira que entonces no es una ficcion. El respondera que no puede no ser una ficcion. Sobre todo las escenas de torturas, debe decir. Ella ha de preguntar por que. El dira: porque una tortura siempre entrana una ficcion. ?Ella vuelve a preguntar por que? Supongamos que si y que George le dice que una persona que tortura a otra espera que le cuenten una historia, pero no siempre le interesa que la historia sea real: solo que parezca verosimil. Ella le da vueltas a esa idea... ... ?George le parece atractivo desde esa primera noche? Las cosas que dice tienen un pie en la truculencia pero suenan interesantes, piensa Ariadna. Van del Raimondi a Miraflores por la avenida Arequipa, una larga caminata (que para George no es nada) por la berma central. Mas alla del cerco de lanzas del Palacio Marsano, una niebla negra viene del parque de Miraflores, devora los jardines de pasto muerto, los troncos cascados de los arboles, las fachadas mugrosas de los edificios, la respiracion de los mendigos en las veredas. Cuando llegan al ovalo de Pardo, George la invita al Haiti. Eligen una mesa afuera. Al rato aparece un grupo de muchachos con chuspas y bigotitos y patillas incipientes, que conocen a Ariadna de los talleres de cine, y se sientan a su lado. Uno de ellos es importante en mi relato porque esta enamorado de Ariadna y porque unos meses mas tarde, despues del crimen, y durante muchos anos --?debido a su amor por ella?-- intentara recomponer los fragmentos de esta historia... DIARIO, 24 de agosto del 2015 (noche) Ese chico era yo. ?Hablaba con malvivientes en terrenos baldios? ?Les contaba historias a las lapidas en los camposantos, a medianoche? ?Marchaba por las calles de Lima con una brujula cuya aguja siempre me apuntaba al corazon? Nada de eso. Era callado. Habia ensenado Literatura al salir de la universidad, en academias preuniversitarias, pero desde hacia unos meses era fotografo en un periodico y por las noches iba a talleres de cine, en uno de los cuales conoci a Ariadna. Mis padres habian muerto dos anos antes. SIGUE LA LIBRETA 2. Octubre de 1992 ... Cuando veo a George, la manera en que reclina la cabeza sobre el hombro derecho y mira los hielos en su vaso de whiskey me produce la certeza de que entre su gorro de beisbolista y el vaso hay un dialogo que le interesa mas que las cosas que ocurren a su alrededor. ?Me demoro en notar que su filmadora, sobre la mesa, esta encendida? No, me doy cuenta de inmediato. En ese momento, no se por que (no me pregunten por que), yo, que tambien traigo una filmadora (vengo del taller), interpreto la suya como un desafio. Quizas es su pinta de americano sucio -- aunque George no esta sucio, nunca esta sucio, sino apenas desalineado-- lo que me sumerge en la atmosfera de un viejo western. El asunto es que de inmediato enciendo mi camara como si desenfundara un revolver. El se da cuenta, sonrie, es la primera imagen suya que grabo... ... Los chicos, mientras tanto, se han puesto a hablar de cine, de la manera en que los chicos de San Marcos y la Catolica hablan de cine, en Lima, en los noventa: entusiastas y aburridos a la vez. George los escucha; tengo la impresion de que los deja hablar. La conversacion es irrelevante. Yo menciono una pelicula de Klimov que nunca he visto. Digo que es la obra maxima del cine ruso. George dice que es una mala pelicula. Despues hace una pausa y se corrige, o eso parece (en verdad no se corrige: siempre responde dos veces, cosas opuestas). Al rato habla sobre una pelicula llamada Menilmontant, de Dimitri Kirsanoff. (Otra noche, mas adelante, una noche cualquiera en un lugar cualquiera de Lima, George me dira algo sobre Menilmontant pero de inmediato se interrumpira y hablara de Los olvidados de Bunuel y dira que una pelicula solo es buena si nos deja la sensacion de que sus personajes nunca perderian el tiempo mirandola). Dice que en Menilmontant esta la clave para entender la historia de la humanidad. Todos esperamos que elabore esa idea (y nadie tiene nada que argumentar porque no sabemos quien es Kirsanoff). George dice tres o cuatro frases sobre la bruma de la realidad y los agujeros que horadan las estrellas y de inmediato se queda callado y vuelve a mirar el vaso de whiskey. Ariadna dice que su pelicula favorita es Sola en la oscuridad, de Terence Young [la mujer ciega, la muneca, el sotano, los manotazos: tiene sentido, pobre Ariadna]... ... En las horas siguientes, George habla a ratos con los chicos y a ratos solo con ella, en voz baja. Ariadna sonrie, el parece sonreir. Le pide su numero de telefono. Ella se lo da. Yo miro todo (mi camara sigue encendida)... ... Esa tambien es la primera vez que veo a Rita Moreno. Dobla por Diagonal, saluda a George, tiene pinta de gitana. Le dice que esta yendo al hostal. El le pide que lo espere. Paga la cuenta de todos, acerca la cara a la cara de Ariadna, le habla al oido. Les pregunta a los chicos cuando piensan ir al cine. Le dicen que el jueves. Quedan en juntarse en el Paseo Colon, a las seis, para ver una de Costa-Gavras. George se va con Rita. Cuando los perdemos de vista, le pregunto a Ariadna como piensa irse a casa y ella me pide que la acompane a tomar un taxi. Nos internamos en la neblina del parque Kennedy. Le pregunto donde ha conocido al gringo y a su novia. Ariadna dice que la mujer no es la novia de George, sino la recepcionista de su hostal (eso le ha dicho). Recien entonces escucho el nombre de George. Es tan predecible que me suena falso, como el nombre de un personaje americano en una pelicula mexicana. El gringo torpe que muere acuchillado en un callejon --pero George no es torpe y solo es medio gringo y no muere, o no muere acuchillado, al menos no en un callejon--. Cuando Ariadna sube al taxi, me quedo mirando la calle y el taxi en la calle e imagino que estoy en el taxi con Ariadna y que le cojo la mano y ella no la retira (por eso se que el momento es imaginario) y que ella inclina la cabeza sobre mi hombro y yo le beso el corto pelo rubio a lo Jean Seberg. El taxi se pierde entre el barullo de los peatones y los microbuses de la calle Berlin, mas alla de la nube purpura del parque, y yo vuelvo a la realidad, y me quedo un rato en la realidad como adentro de una mazmorra y despues me voy caminando a la casa de mi tia...

  • Seduciendo al principe de Amanda J. Queiroz

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    Ella solo busca que la quieran en su forma, y no en las millones que existen. Quiere que la quieran unica y no cualquiera. Vive la vida despeinada, fumandose un peta en cada esquina, llorando en la barra del mismo bar que lleva su nombre, yendo de taxi en taxi detras del amor de su vida que olvido decirle cuando iba a ser la proxima cita. Tiene la mirada clavada donde todos, pero mira como nadie. Es una chica sin filtros, sin pelos en la lengua, sin ataduras en el corazon. Dice lo que tiene que decir y siente lo que no quiere sentir. Es la gata que camina por los tejados a medianoche en busca de una caricia y huye al primer roce. Es tan unica que ni siquiera la encuentras en un libro, ni en una fragancia ni en un paisaje. Lo de sus ojeras ya nos lo cuentan las canciones, lo de su sonrisa ya nos lo cuentan las interminables veces en las que tuvo que partirse para ser la chica valiente que ahora es, porque eso si: un dia tuvo tanto miedo, que no tuvo otra opcion que secarse las lagrimas y tomar al toro por los cuernos que dicho sea de paso: ya los llevaba clavados en el pecho. Ella es el sol de The Beatles, la paciencia de Guns N' Roses, la satisfaccion de los Rolling Stones; la voz rota de Kurt, la sonrisa fugaz de Amy, la mirada perdida de Jim, el espiritu rebelde de Janis. Jamas se ha rendido por nada, aunque muchas veces lo ha hecho por alguien. Lo ha dejado todo por un abrazo y ha hecho estallar esa presion del pecho contra otro pecho. Dos corazones que laten al compas es musica para cualquier sentimiento. No la catalogues como una chica rota, porque no lo es, lo que si es: una chica que lleva mil guerras perdidas en la mirada y mil cicatrices bajo la sonrisa." Benjamin Griss Esa manana cuando me desperte, lo ultimo que me esperaba era tener una resaca de mil demonios, y un dolor de cabeza infernal. ?Por que tendria que beber? Eso me pasa por hacer caso a Serena. ?Por que siempre hago caso a esa loca? Mi cabeza palpitaba fuerte y tenia la boca seca, me costaba incluso abrir los ojos o tragar. Aun asi muy despacito abri los ojos, me encontraba en la cama de un hotel que no era el mio. De hecho era como un palacio en comparacion con la choza que Serena y yo habiamos pagado para pasar el fin de semana por mi cumpleanos. Ay, mi cabeza. Me lleve las manos a la cabeza y suspire con pesar. Cuando viera a mi mejor amiga la pensaba matar. Aquel maldito dolor de cabeza se debia a los veintitres chupitos de Vodka que me hizo tomar anoche, uno por cada ano de mi vida. ?En que estaria pensando? Nunca bebi en mi vida, y ahora me pasaba esto. A mis veintitres anos tenia que estar muy gilipollas para hacer caso a Serena. Era una mala influencia y lo sabia, mis padres me lo habian repetido mil veces. Pero no… Tenia que seguirle el rollo a la condenada esa. Tenia pequenos fragmentos de anoche pero todo sonaba tan confuso en mi mente. Creo que vomite sobre alguien… ?O fue Serena? Puede que tambien me cayera sobre algo duro… de ahi que me duela tanto el culo. Arg. Frote los ojos pero algo aspero que me raspaba la cara me freno. Abri los ojos y mire con estupor mi mano izquierda en la que descansaba un anillo de plata sencillo sobre mi dedo anular. ?Pero que…? Me incorpore tan rapido que senti vertigo y ganas de vomitar. Cerre los ojos con fuerza intentando luchar contra el mareo y la resaca. Unos minutos despues, cuando se me paso por fin la sensacion de malestar, abri los ojos y estudie la habitacion. Era una suite francesa, las paredes tenian un color crema suave, y las molduras del techo estaban pintadas de un oro brillante. Todos los muebles eran de color caoba y en el suelo habia varias alfombras egipcias adornandolo. Todo era tan precioso que me quede anonadada. En mi ciudad no se solia ver nada tan bonito, lo unico que se podia apreciar en la granja de mis padres era el paisaje rustico, las vacas, los caballos… Poco mas. No podia creer que todo aquello fuera real, con que tuve que pellizcarme para tener la certeza de que no se tratara de un sueno mas. --Buenos dias princesa.-- una voz ronca y profunda inundo la habitacion captando toda mi atencion. Gire la cara y de una de las puertas de la suite aparecio un hombre desnudo. Si, completamente desnudo. Senti como el calor se subia a mis mejillas dejandolas coloradas al instante. El me sonrio y siguio su camino hacia otra puerta de la suite, yo me limite a seguirle con la mirada. Que culo, Jesus. Solte una risilla nerviosa y me tape los ojos. Si mi madre me hubiera visto en aquel momento… Lo mas seguro era que dijera que iria al infierno por ver a un hombre desnudo. Me destape la cara y volvi a mirar al anillo de mi dedo. Y lo quede mirando y mirando hasta que mi cerebro hizo un pequeno clic y abri los ojos de par en par otra vez. --Oh… No, no, no…-- empece a decir estupefacta y retire la sabana de encima. Estaba desnuda. Desnuda, en una habitacion que no era la mia, con un sexy hombre que ni siquiera conocia. Oh Dios, mi madre me va a matar. Mis padres eran muy religiosos, como se enteraran de esto… Me mataban. ?Como habia podido pasar? ?Me habia acostado con un completo desconocido? Definitivamente estaba muerta, y quiza desheredada a los ojos de mis padres. Eran demasiado religiosos para aceptar lo que acababa de hacer. Me iba explotar la cabeza, la tenia como un bombo, me levante tapandome con la sabana y empece a caminar de un lado al otro en busqueda de mi ropa pero no estaba por ninguna parte. -- ?Buscas tu ropa? Me gire hacia la voz masculina y le vi otra vez. Ahora iba vestido, con un pantalon de mezclilla claro, una camisa azul cielo y mocasines. Bastante apuesto, la verdad. Sus ojos azules se veian de lejos como un maravilloso cielo de primavera. Perfecto. -- Si. -- mi voz sono baja y quebradiza. Tenia tanta verguenza que casi no podia mirarle a los ojos. Aquella situacion era demasiado violenta para mi. Mis padres no me habian educado para hacer algo asi, ir acostandome con cualquier hombre por la vida. --Anoche la vomitaste por completo. --Sonrio y fue hacia una mesita que estaba al lado de la cama. Cogio un reloj que parecia bastante caro a simple vista y se lo abrocho en la muneca izquierda. Donde de hecho llevaba el mismo anillo que yo. Se me hizo un nudo en el estomago y senti fuertes ganas de vomitar. --He pedido que te compraran algo de ropa, esta en el bano, supongo que querras ducharte antes de que bajar a desayunar. --Yo… Gracias. --De nada princesa… Te espero abajo. -- me sonrio ampliamente y se fue de la habitacion como si nada.

  • Mi ultima noche en Londres de Maria Gomez

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    El dia que concluyeron mis vacaciones en Londres, llegue tarde al aeropuerto, me dejo el avion y no tengo suficiente dinero extra para comprar otro boleto.

  • Hasta donde nos lleve el amanecer de Laura Ever

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    Desde el primer momento en que la vi, supe que esa chica iba a traerme problemas. Lo llevaba escrito con luces de neon. ?Por que no lo vi? Nunca pense que algo tan pequeno pudiese tener tanta furia en su interior. Era una pequena fiera que nunca me daba tregua, y eso es lo que mas me gustaba de ella. La vi entrar en nuestro apartamento con esa elegancia que tanto la caracterizaba, mirandolo todo con curiosidad, hasta que su mirada se cruzo con la mfa. Fue en ese momento cuando supe que estaba perdido. ?Quien era esa chica y por que estaba en mi salon? --Esta es Olivia--explico Hope con una pequena sonrisa de disculpa. Me quede pensando unos instantes. Accedi a tener una nueva companera, no a dos. ?Que me habia perdido?--. Ha venido de visita este fin de semana, espero que no os importe. Ella nunca avisa cuando viene, ?verdad, Oli? Hay algo llamado telefono movil, a ver si lo usas para algo mas que no sea mirar las redes sociales --dijo dirigiendose a su amiga. Me cruce de brazos y la observe mientras le dirigia una mirada de reproche a Hope. Sonrei divertido. Iban a ser unos dias interesantes. Desde ese momento no pude dejar de pensar en esa chica morena, terca y malhumorada. Aunque, claro, solo parecia pagar su malhumor conmigo, con David y Hope era una persona completamente diferente. Atenta, divertida..., incluso amable. Sonreia y todo, lo que parecia todo un logro viniendo de ella. A mi solo me dirigia miradas de odio que no entendia muy bien a que venian. Desde ese momento nos convertimos en archienemigos, como le gustaba llamarlo a Hope. Mi meta en la vida era hacerla rabiar, y para ella lo mas importante en esta vida era tocarme los cojones. Si, he dicho cojones, ?que pasa? Perdonad, pero es que esa chica saca lo peor de mi. ?Por donde iba? Ah, si. Olivia hacia todo lo posible por amargarme la existencia desde que habia aparecido en mi vida, o mejor dicho, en mi salon. Algunas veces parecia esa amiga simpatica que decia Hope que tenia, pero la mayor parte del tiempo no la soportaba. En cuanto entraba por la puerta ya queria que se largara. Y como nunca avisaba cuando venia, no habia manera de decirle que no la queria en mi apartamento. ?Tan dificil era avisar? Por lo visto si. Por esa razon, cuando dijo que se mudaba a Manchester casi consigue que me atragantara con la comida. ?Habia escuchado bien? Daba gracias de que estuviera buscando otro piso en el que quedarse que no fuera este. Porque queria que se fuera, ?verdad? Lo que paso meses atras fue un error, un error que no se repetiria. Del que me arrepentia tanto como ella. Lo que tampoco esperaba era que se llevara tan bien con su nuevo companero de piso, Hector. Me fui de alli hecho una furia, repitiendome que para mi Olivia no era nada. Esa pequena fiera no iba a conseguir confundirme. La queria fuera de mi vida. O al menos eso intentaba decirme la mayor parte del tiempo Capitulo 1 Olivia Unos meses antes... Cuando me sente en el coche, arranque el motor y puse direccion a Manchester, no lo pense detenidamente, simplemente me subi al coche, encendi el motor y me dije: ?por que no? Nunca habia sido demasiado de pensar las cosas. Normalmente era de las que hacian algo y despues se paraba a pensarlo. En esta ocasion, ni siquiera tuve tiempo de hacerlo. Iba concentrada en la carretera, pensando en el tiempo que hacia que no veia a mi amiga y eso me rompia por dentro. Hope siempre habia sido un miembro mas de mi familia, y ella lo sabia. Podriamos haberla adoptado si hubiese querido. Sabia lo mal que lo habia pasado con su padre, y por esa razon me costo mucho irme a la universidad. Al principio no queria irme porque sabia que, de hacerlo, ella caeria. Me prometio que no, pero no pudo evitarlo. El ultimo dia que la vi fue cuando salio del hospital. Me quede con ella unos dias, ya que nadie mas lo hacia. Les prohibio a mis padres que se hicieran cargo de ella, pero a mi, por mucho que me lo prohibiera, sabia que no le haria caso. Era cabezota, pero yo aun lo era mas. Asi que, ahi me encontraba, despues de meses, intentando llegar a una casa en la que nunca habia estado. Me paso la direccion en cuanto se mudo alli, por si algun dia queria ir de visita. Tenia mucha curiosidad por su nueva vida. Sabia que lo habia dejado todo atras y que habia empezado de cero en un nuevo sitio, y estaba muy orgullosa de ella. Hablaba con Hope todos los dias y por eso conocia sus progresos. Tambien habia escuchado hablar mucho de sus companeros de piso: David y Alex. Alex... ese con el que compartiria unas palabras tan solo verlo. Si lo reconocia, claro. Hope no paraba de hablar de el. Que si Alex esto, Alex lo otro, como me ayuda Alex, si no fuese por Alex... Odiaba a ese tal Alex, y ni siquiera lo conocia. Estaba pensando en el y en la rabia que le tenia cuando tire con demasiada fuerza del vestido y senti como la tela se desgarraba. Mierda, ?que me pasaba esa manana? No tuve mas remedio que parar de camino y comprar otro. Maldito sea. Me pare delante del edificio y me quede de piedra al verlo. Era precioso e impresionante. ?A quien habia tenido que sobornar Hope para terminar viviendo alli? Mire la pantalla del telefono para asegurarme de que estaba en el lugar indicado. Un par de veces, por si acaso. Nunca se sabia. Me alise el vestido nuevo, que me habia costado mas de lo que tenia previsto, la verdad. Pero era tan bonito... En cuanto lo vi, supe que tenia que ser mio. Era de color marron y hacia juego con el sombrero que me compre hacia tan solo unas semanas y que, casualmente, me habia puesto esa manana. Cogi aire y me dirigi hada la puerta. Muy probablemente habria estado bien llamarla y avisar de que me dirigia hacia alli, pero no me iba demasiado eso de anunciar mi llegada. Me arriesgaba mucho, lo sabia, quiza no estaba, pero entonces ya la llamaria. De momento, queria sorprenderla. Y al parecer, lo consegui. --?Olivia? --pregunto Hope cuando me vio parada en la puerta de su apartamento--. ?Que estas...? --No logro terminar la frase. --!Sorpresa! --grite mientras me tiraba a sus brazos. Despues de la impresion inicial, me abrazo con fuerza. !Como la habia echado de menos!--. He venido a pasar unos dias contigo, ?no es fantastico? --?Dias? --pregunto perpleja--. Sabes que puedes llamar antes de venir, ?verdad? No creo que te pasara nada por decirlo unos dias antes. --Hice una mueca. --Bueno, Hope, ya me conoces. Soy un alma libre. --Ella puso los ojos en blanco--. Ademas, no creo que pase nada porque me quede aqui un par de dias, ?no? --Se encogio de hombros--. Solo sera el fin de semana, tranquila. --No, claro que no. --Despues murmuro algo que no llegue a entender. Pero en ese momento, no le di demasiada importancia. Cuando me separe, eche un vistazo a todo lo que me rodeaba, observandolo con detenimiento. Si el aspecto de fuera ya era impresionante, por dentro era aun mejor. Nunca habia visto un apartamento asi. Y tan limpio. Yo solo tenia una habitacion y... bueno, digamos que no estaba tan limpia y ordenada como deberia. Cuando me di la vuelta, me tope con unos ojos verdes que me miraban con curiosidad. Era un chico alto, de cabello oscuro. Un chico muy atractivo, debo anadir. Se me corto la respiracion de la impresion. --Esta es Olivia --explico Hope a ese chico de ojos claros--. Ha venido de visita este fin de semana, espero que no os importe. Ella nunca avisa cuando viene, ?verdad, Oli? Hay algo llamado telefono movil, a ver si lo usas para algo mas que no sea mirar las redes sociales --dijo mientras me miraba. Ese chico se cruzo de brazos y me fulmino con la mirada. --Asi que Olivia. --No me gustaba nada su mirada--. Soy Alex. --Asi que aquel era el famoso Alex. Interesante. --Como ya sabes mi nombre, no hace falta que me presente --dije mientras me cruzaba de brazos--. ?Por que no te apartas? Necesito pasar. --?Y tu por que no te largas? Este es mi apartamento --dijo recalcando la palabra mi--, y tu visita inesperada hace que tenga que cambiar mis planes. ?Habia dicho atractivo? Lo retiraba. Idiota. --Vaya, cuanto lo siento --En realidad, no lo sentia ni un poquito--. Lamento haber trastocado tus planes, Alex. No volvera a pasar. Desde ese dia, me prohibi a mi misma avisar cada vez que pisara su casa. Capitulo 2 Alex Esa manana, me levante con ganas de afrontar el dia con energia. Habia estado esperando ese momento durante semanas. Y cuando por fin llego, me sentia muy bien. No podia esperar hasta salir. Para algunos parecera una tonteria, pero para mi era el acontecimiento del ano. Durante un solo dia pondrian en el cine mi pelicula favorita en version original, y no podia esperar para ir a verla. Me habia comprado las entradas en cuanto las pusieron a la venta, y convenci a Rachel para que me acompanara. Aunque tampoco me hizo falta mucho para eso. Decirle que despues la invitaria a cenar basto para que me dijera que si. Pero un imprevisto hizo que todo mi dia se fuera a la porra. Sono el timbre y todos nos miramos. No esperabamos a nadie. --?Hemos pedido pizza? --pregunte. Normalmente nadie llamaba a nuestro timbre a no ser que hubiesemos pedido algo. Hope se encogio de hombros y salto de la silla. Tardo en reaccionar despues de abrir la puerta y no pude evitar preocuparme cuando vi que no se movia

  • Cuando nadie nos ve de Sergio Sarria

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    Comienza la Semana Santa en Moron de la Frontera (Sevilla). Lucia Gutierrez, sargento de la Guardia Civil, tiene una reunion de emergencia con la alcaldesa del pueblo, debido a varios incidentes que relacionan a jovenes costaleros con el consumo de drogas. A poco de montar un operativo de vigilancia, se descubre un caso de suicidio: Antonio Jimenez, conductor del autobus escolar de Moron, ha aparecido muerto en su vivienda, tras abrirse las tripas a la manera del harakiri japones. Y al dia siguiente, unos padres denuncian la
    desaparicion de su hijo Alex, de siete anos. No va a ser una Semana Santa cualquiera y, aunque no lo parezca, hay una siniestra relacion entre todos estos acontecimientos.

  • Dulces Escarchados de A.m. Willard

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    Morgan Lewis, una romantica sin esperanzas y la burbujeante duena de Polka Dot Bakery, no podia esperar para casarse con el hombre de sus suenos. Sintiendose mareada mientras camina por el parque llevando su hermoso vestido de novia por encima del hombro, ve algo que ninguna futura esposa deberia ver. En ese momento, la boda de sus suenos se convierte en una historia adecuada para una revista de chismes. Mientras las lagrimas corren por su rostro, ella se pregunta a quien cancelar primero: la iglesia o el proveedor.

  • La Fuerza del amor (Blue Roses 1) de Noelia Jimenez Sanguesa

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    Barcelona, 1992.

  • Elige el corazon de Mara Brent

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    Esperanza ha perdido de golpe todo lo que tenia, y es enviada a trabajar a un castillo de criada, en lo que parece que va a ser toda su vida, gris y vacia. Pero su vida no sera asi finalmente. El amor surgira donde menos lo espera porque “el corazon elige por una lo que no parece ni cuerdo ni razonable”.
    En este libro he querido hacer un pequeno homenaje a mis abuelos maternos.
    Ellos, campesinos y pobres, se llevaban quince anos y siempre se quisieron mucho.
    Mi abuelo, cuyo primer apellido delataba que procedia de alguno de los emigrantes que durante la Edad Media fueron de la actual Alemania a Navarra, era muy alto.
    Y mi abuela, unica en eso de multiplicar los panes y los peces en la dura posguerra espanola, era pequena. Un hermano suyo que fue a Argentina se convirtio en un jockey famoso.
    Este libro esta ambientado en el siglo XVIII y me he documentado sobre la epoca, aunque respecto al robo frustrado me he permitido una pequena licencia, puesto que lo que relato solia suceder a principios del siglo XX.
    Primeramente los ladrones ponian un gorro o sombrero en el camino y habia que depositar dinero para poder continuar viaje sin problemas. Si no se ponia, aparecia un perro ladrando. Habia que poner mas dinero en esa ocasion. Y si finalmente no se ponia nada, uno recibia una paliza y le quitaban todo lo que llevaba encima.
    A mi abuelo le ocurrio eso en una ocasion en que llevaba encima todo el dinero de la venta de un ternero y, cuando aparecio el perro, decidio desviarse del camino y meterse en el monte. Llego a casa de madrugada, todo aranado y magullado.
    Espero que os guste el libro.

  • Si te traiciona el corazon (Los hijos de la infamia 1) de Eleanor Rigby

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    ?Hasta donde estarias dispuesto a llegar por amor…?

  • Un lugar para escondernos de Mile Palma

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    Natalia ha vivido toda su vida enamorada del hombre con el que quiere casarse, sin saber que el solo la utiliza para complacer sus caprichos. Cuando descubre que George se ha comprometido en matrimonio con otra mujer, decide acabar con su vida. Ahi aparece Eduardo, salvandola y enamorandose de ella. Pero las cosas con el no son como parecen y todo se va al traste. Y es una casualidad la que pone a Jose Luis en su camino, haciendola conocer el verdadero amor.

  • Traicionada de Danielle Steel

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  • Tu casualidad (Rancho Anderson 2) de Eva River

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    Los Anderson tenian un ultimatum. O encontraban esposa o encontraban esposa.
    ?Que tan dificil podia ser? ?Acaso no tenian a todas las chicas babeando por ellos? Pues… estaban a punto de comprobarlo.

  • Una tienda en Paris de Maxim Huerta

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    ?Alguna vez has pensado empezar de cero en otra ciudad? Fue entonces cuando todo cambio. Justo al acercarme a aquel viejo cartel de madera escrito en frances que vendian en un anticuario improvisado de Madrid. Aux tissus des Vosges, Alice HUMBERT, nouveautes.

  • El gran circo de la economia de Peter T. Leeson

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    ?Sabia que, en la Inglaterra del siglo xix, habia subastas en las que se compraban y vendian mujeres para luego casarse con ellas? ?Que, durante 250 anos, Italia persiguio penalmente a las cucarachas y a los grillos? ?O que en Liberia, aun hoy, los acusados de un crimen beben a veces veneno para determinar su destino?

  • Guerra de voluntades de Nena Lima

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    Cuando Anne Peabody llego al pueblo californiano de Aguas Bravas para acudir a una cita de trabajo, no imagino los contratiempos que su llegada ocasionaria en el seno de la familia Carter. Su terquedad la enfrentara desde el primer momento al fuerte, brusco e intimidante temperamento del senor Carter. Este no desperdiciara la ocasion de provocarla para que se marche del rancho y tome la diligencia que la trajo hasta el pueblo.
    En un continente tan salvaje y hostil donde los enfrentamientos con los pueblos indigenas eran frecuentes y donde la inminente llegada de una guerra civil tenia al pais en vilo, la joven senorita Peabody aprendera a comprender y a valorar acerca de los prejuicios raciales que le rodea, experimentando a diario lo que es vivir con el peligro cuando se convive con tantas tribus nativas.
    En esta apasionante y bella historia, la atraccion y el deseo sexual golpearan de improviso en la vida de nuestros protagonistas y sellara para siempre sus destinos.

  • Ahora tu de Karla Trier

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    Clark, un empresario de exito, conocio lo que es que le cambie la vida drasticamente tras la perdida de su esposa. Su hija es su unica distraccion fuera del mundo de los negocios.
    Julie, una profesora con una vida totalmente diferente a la de el, aparecera para ensenarle que siempre hay una segunda oportunidad.
    ?Seran sus diferencias un impedimento para que esten juntos o los unira aun mas?

  • El pais de los vientos frios de Yolanda Revuelta

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    El monje se acerco a su pollino y le ofrecio una brizna de hierba que crecia en la inmensa pradera de verdes intensos tras una primavera lluviosa. El animal, encantado, la atrapo entre los dientes y comenzo a mascarla despacio, sin prisa alguna, mientras oteaba de forma desinteresada el horizonte. El religioso, que en ese momento se encontraba con los brazos alrededor de una conocida planta de uso medicinal, lo imito, se irguio intentando obviar el dolor de lumbares que en ese instante le traspasaba la espalda como un aguijonazo y alzo mas la cabeza, centrando su mirada en la grandiosa masa de agua que se abria ante sus ojos. El mar parecia una balsa, solo unas pequenas olas se atrevian a romper en los salientes de las rocas, la calma era absoluta. El dolor parecio desvanecerse y no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Esa calma no hacia presagiar lo que iba a ocurrir unos minutos despues. Observo la grandeza del mar y dio gracias al Senor por tan maravilloso regalo, coloco su mano derecha sobre las cejas y centro toda su atencion en un pequeno punto que destacaba a lo lejos. Entrecerro mas los ojos hasta que pudo identificar aquel objeto flotante que se movia con suma rapidez, surcando el oceano a una velocidad pasmosa. Su intuicion le indicaba que esa extrana embarcacion de una inmensa vela rectangular desplegada y con un mascaron de proa que simulaba la cabeza de una bestia inmunda, no podia traer nada bueno. Parecia mas bien una obra del diablo que cualquier otra cosa. Desvio su atencion al monasterio, que se alzaba hieratico y majestuoso frente al mar; su mirada, sin poder evitarlo, volvio de nuevo a la nave. El viento azoto con fuerza su habito, de tono oscuro y raido por el paso del tiempo; sin embargo, el parecio no notarlo. Despues de aquella misteriosa embarcacion, aparecieron otras que parecian seguir el surco que dejaba la primera. Abrio una mano despacio, hipnotizado por aquellas extranas naves que iban aumentando de tamano a medida que se acercaban a tierra y tiro las plantas medicinales sobre la verde hierba, a la vez que en su mente se formaba una idea desoladora. El pollino movio de forma incesante sus enormes orejas, como si pudiese percibir la intranquilidad del hombre que se hallaba a su lado, rebuzno con poderio para hacerse oir y obtener otro bocado extra pero, para su sorpresa, esta vez no dio resultado. El monje, sin perder detalle de lo que acontecia, se temio lo peor. Las embarcaciones se dirigian a tierra firme y alli no habia nada mas que el monasterio. Con una rapidez que le sorprendio incluso a el mismo, monto a su pollino, tiro de la cuerda que hacia las veces de bocado, e hizo apretar el paso a su montura; como respuesta, el animal de carga rebuzno con mas brio, pero no desobedecio las ordenes y comenzo su andadura con paso energico. Si la situacion hubiera sido otra, hasta podria haberse definido como divertida. Los misteriosos barcos se abrian paso entre las aguas a gran velocidad, su tamano aumentaba a medida que se iba acercando a la playa y, si de lejos le parecio que eran misteriosos y sombrios, a distancia corta no pudo menos que definirlos como tenebrosos. Espoleo con el talon el flanco de su rucio para que aumentase su paso, este obedecio a la orden en el acto y se puso, no sin esfuerzo, a la par de la primera embarcacion. Sin duda era una competicion desmedida, pero el monje, atemorizado por las circunstancias, no penso ni por un momento en su montura. La embarcacion, como era de suponer, les adelanto. Por primera vez, se dejaron oir los gritos de los hombres que la manejaban; solo se escucho un rugido que no tenia traduccion alguna y, al mismo tiempo, comprensible a todas las razas que poblaban la tierra. Eran gritos de guerra. El viento del norte cortaba su piel como el filo de un cuchillo, pero lo ignoro y apreto con mas fuerza los lomos de su pequena montura. Las campanas del monasterio comenzaron a escucharse a un ritmo alarmante. El tintineo era cada vez mas fuerte e insistente. Era el toque de alarma, de lo desconocido. Sus hermanos ya habian advertido el peligro, pero no por eso disminuyo la marcha. Necesitaba llegar cuanto antes y estar asi junto a los suyos. El repiqueteo se entremezclaba con el ruido que hacian los remos al tocar el agua. Era atrayente como el canto de una sirena, pero igual de peligroso. El barco llego a la orilla, y el y su montura, extenuada por el recorrido, se acercaron hasta el monasterio. Desmonto y observo como aquellos hombres pisaban tierra. Su aspecto era dificil de definir, pero llego a la conclusion de que solo podia describirlos como sucios y salvajes. Uno de ellos le llamo la atencion, quizas fuese el de mas edad; era alto, de torso robusto, de melena rubia y barba trenzada. Hablaban una lengua desconocida, sin embargo lo que mas le impacto fueron las armas que portaban sus manos: hachas, escudos de madera y espadas. No venian en son de paz. La puerta del monasterio se abrio de repente. --!Hermano Gilbert!--exclamo al verlo uno de los monjes sobre el estridente redoble de las campanas --. ?Quienes son? Su respuesta quedo suspendida en el aire al escuchar los aullidos de guerra que venian desde la playa. Como caido del cielo, llego el caos. El averno. Horas despues, herido de gravedad, con una mano ensangrentada en el abdomen intentando que sus intestinos se mantuvieran en su sitio, obtuvo la respuesta. Dejo caer la cabeza a un lado hasta tocar el frio suelo de piedra y tosio con fuerza, ya que el denso humo taponaba sus vias respiratorias y respiraba con dificultad. El monasterio ardia envuelto en llamas, profanado y ultrajado. Aquellas bestias eran la personificacion del demonio. Habian asesinado, saqueado y no habian dejado nada de valor en el monasterio; solo unas miseras vidas que se iban apagando poco a poco. El dolor se volvio insoportable a la vez que la hemorragia se escapaba con mas fuerza entre sus dedos. Le quedaba un hilo de vida y lo sabia. Se encomendo al Senor y le pidio que lo sacase de aquel infierno y lo llevase al paraiso; pero esa vez, Dios parecio desatender la suplica.

  • Alexa entre las olas de Ana Cantarero

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    ?Que responderias a tu mejor amiga si esta te propusiera abandonar tu vida para pasar un verano en una aldea costera de Portugal?
    <>.
    Pero imaginate que te invita a su boda el hombre con el que has convivido durante tres anos y del que todavia crees que sigues enamorada.
    <>.
    Permiso concedido, maletas cargadas en tu Mini amarillo, mil kilometros recorridos y de repente un regimiento de avispas autoestopistas se cuela por la ventanilla.
    <>.
    Entonces, aparece a lo lejos una destartalada furgoneta vintage conducida por un surfero de veinticuatro anos con pintas de Tarzan que resulta ser.
    <>.

  • El intruso honorifico de Felipe Benitez Reyes

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    El intruso honorifico viene a ser una enciclopedia personal en la que se mezclan la interpretacion y el dato, la parodia y el analisis, la vision critica y la vision ironica, dando pie a una especie de caleidoscopio ensayistico en el que se analizan o se definen objetos cotidianos y conceptos universales, obras artisticas y creadores de todas las disciplinas, con el foco centrado en los aspectos mas extranos e imprevistos de nuestra realidad.

  • Rosas amarillas para conquistar a la senorita Remington de Ana F. Malory

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    Lancaster, Reino Unido, 1840 Demasiado excitada como para permanecer sentada, la joven senorita Elizabeth Grant caminaba de un lado a otro del dormitorio deteniendose de tanto en tanto frente al espejo del tocador. Estudiaba con atencion la imagen que este le devolvia, sonreia satisfecha y reanudaba el paseillo ante la divertida mirada de su prima Anna. --No comprendo como puedes estar tan tranquila --manifesto la muchacha, revisando por enesima vez su aspecto, atusandose los rizos que le enmarcaban el rostro y ahuecando el abullonado de las mangas de su vestido antes de girarse hacia su prima con una deslumbrante sonrisa en los labios--. ?No estas emocionada? Yo siento que podria estallar de un momento a otro, tan alborotada estoy --concluyo con una risita de puro jubilo. --Es comprensible, estas a punto de asistir a tu primer baile --senalo Anna, coreando la risa de Beth al ver que sus palabras no hacian mas que avivar el entusiasmo de la mas joven, y contagiandose del mismo. A fin de cuentas, esa tambien seria su primera temporada, aunque su edad distara mucho de ser la de una debutante. La inesperada muerte de sus padres tres anos atras la habia mantenido largo tiempo sumida en el dolor, la tristeza y el duelo, alejada de los salones y reuniones. Detalle este que, dado su caracter extrovertido, y a decir de su tia un tanto levantisco, le traia sin cuidado. Intentaria disfrutar de las fiestas y el baile como cualquier otra joven, sin importarle que el resto de la sociedad la considerara, a sus veintiun anos, poco menos que una solterona. A lo largo de aquella semana su tia Clarissa la habia abrumado con interminables sermones sobre como tenia que comportarse en el baile de presentacion de Beth. Ante todo, debia evitar ponerse en evidencia, pensando siempre en su futuro y en el de su prima que, con seguridad, esa misma temporada lograria prometerse con algun respetable y, por supuesto, adinerado caballero. --Con suerte, siempre y cuando tu conducta sea intachable, tu tambien encontraras esposo. Estas habian sido sus palabras la noche anterior. Palabras que en ese instante resonaban en su cabeza casi como una amenaza. <>. Ni mucho menos estaba en contra del matrimonio, pero tampoco lo consideraba una obligacion. Si algun dia se casaba lo haria por amor y no porque el caballero fuera adecuado, acaudalado y socialmente conveniente. Tampoco porque la sociedad asi lo dictara. --No tienes de que preocuparte. --Tranquilizo a Beth con una calida sonrisa, olvidandose de las monsergas de su tia y de un futuro que, por el momento, no le inquietaba lo mas minimo--. Causaras sensacion. Estas preciosa. --Eres muy amable, Anna, y me encantaria poder decir que tambien tu luces estupenda, pero... las dos sabemos que ese vestido rosa que mama ha escogido para ti no es precisamente favorecedor --apostillo con un mohin de disculpa. Anna se acerco al espejo, contemplo su imagen y dejo escapar un suspiro de resignacion. --Tu madre queria asegurarse de que esta noche fueras tu la que brillara, y para ello me ha convertido en una col rosa --senalo con gesto comico--. Creo que, de haber podido, habria hecho lo mismo con el resto de invitadas --anadio, muy seria. Su expresion solemne no logro enganar a Beth y un segundo despues ambas estallaban en carcajadas. --Llevas razon, pero no lo ha hecho con maldad, aunque he de reconocer que se le ha ido un poco la mano. Continuaban riendo cuando la puerta del dormitorio se abrio sin previo aviso. --?Que escandalo es este? --pregunto Clarissa, horrorizada. --Ha sido culpa mia, le contaba a Beth... --Dios bendito --la interrumpio con apurados movimientos de las manos--, a este paso terminare de los nervios --dijo mas para si que para las muchachas, que la observaban con fingida seriedad. Tomo aire y lo expulso despacio antes de volver a hablar--. Los invitados comienzan a llegar y debemos recibirlos como corresponde. Sabeis lo que debeis hacer, ?verdad? --pregunto al tiempo que las hacia abandonar la estancia y, saliendo tras ellas, acomodaba los volantes del vestido de su hija--. Anna… --?Si, tia? --Espero que recuerdes todo cuanto te he dicho estos ultimos dias. --Por supuesto que lo recuerdo, tia. --Clarissa, satisfecha, se les adelanto, dedicandoles una ultima mirada antes de comenzar a bajar las escaleras--. ?Como olvidarlo si ha pasado toda una semana martirizandome con ello? --susurro en cuanto la mujer les dio la espalda. --?Has dicho algo? --inquirio aquella, deteniendose para mirarla por encima del hombro. --!Oh! Nada importante, tia. --Beth a duras penas podia contener la risa--. Que puede estar tranquila, no se me ha olvidado ni una sola palabra de cuantas me ha dicho. --Confio en que asi sea, querida. --Respiro despacio y bajo a reunirse con su esposo, que ya recibia a los primeros invitados. *** Clarissa se sentia exultante; todos elogiaban su fiesta y comentaban lo encantadora que era su hija Elizabeth. Prueba de ello era que su carne de baile se habia completado en un abrir y cerrar de ojos, y varios caballeros, los menos avispados, habian perdido la oportunidad de disfrutar de su compania durante la danza. Anna tambien habia bailado, aunque preferia permanecer en un segundo plano. No resultaba agradable exhibirse con aquel horrible vestido lleno de lazos, sin mencionar que la mayoria de caballeros alli presentes solo tenian ojos para las mas jovenes de la reunion. Hacia un buen rato que observaba a las parejas moverse en el centro del salon, cuando diviso entre el gentio al senor Taylor. Recordo entonces que el nombre del caballero figuraba dos veces en su carne; por lo tanto, la buscaba. Habia bailado con el al inicio de la velada y sabia que sus pies no soportarian un nuevo encuentro con los desmanados zapatos del joven. Sin rastro de remordimiento, huyo, mezclandose entre los invitados que bordeaban la pista de baile, hasta despistarlo. Terminar junto a una de las puertas que daban al jardin le sirvio para escabullirse fuera y librarse asi de la tortura que supondria bailar con el. El aire fresco de la noche la hizo estremecer, pero preferia pasar frio a volver a la atestada sala donde, con total seguridad, el senor Taylor continuaria buscandola, al menos durante unos minutos. Con pasos distraidos y sin apenas ser consciente de ello, tomo el camino que conducia a los rosales. Era su lugar favorito del jardin, porque le gustaban las rosas, en especial las amarillas. Eran flores hermosas y delicadas, pero a la vez temibles, con sus grandes y afiladas espinas; le fascinaban. Le recordaban un poco a si misma: de apariencia fragil y fuerte caracter. Quizas por eso la cautivaban. Durante la caminata se cruzo con varias parejas, unas paseaban sin mas para descansar del barullo del salon, otras buscaban rincones un poco mas discretos, con seguridad para decirse palabras de amor e, incluso, besarse con pasion, penso, suspirando. Se pregunto si alguna vez hallaria un hombre que se fijara en ella. Cierto que habia despertado el interes de varios caballeros, pero, a su modo de ver, eran demasiado jovenes o demasiado mayores. Tal vez su aspecto menudo, carente de sugerentes curvas, su cabello anaranjado, herencia de su padre, y sus ojos tremendamente verdes, no fueran del agrado de los hombres que ella consideraba interesantes.

  • Una Navidad en Escocia de Anne Aband

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    Susan Edwards bajo del tren que la habia traido a Edimburgo desde su ciudad natal, Londres. Habia sido una decision repentina, incluso irracional. Dejar su puesto como profesora adjunta de la facultad de arqueologia para ir a excavar en un posible yacimiento cerca de la ciudad escocesa... !toda una locura! Pero si se lo pedia su profesor favorito, no tenia ninguna duda. Se supone que ella la hermana mayor, la sensata y que Caroline era la menor, la que deberia hacer toda clase de locuras. Pero en su caso, no era asi. Su hermana pequena salia con Frank, un abogado de lo mas aburrido y trabajaba en una compania de marketing, en el mismo edificio que su novio. Aburrido. Pero si ella estaba contenta, le parecia bien. Susan llevaba ya tres anos, desde que termino la carrera con excelentes notas, trabajando en la misma universidad donde saco su titulacion. Habia terminado el doctorado, y tambien habia terminado la relacion con Thomas, colega suyo y companero de la universidad. Y termino porque el se fue a las excavaciones de Atapuerca, en Espana. Le pidio que le acompanara, pero en ese momento ella tuvo miedo. Y ahora el habia encontrado una novia espanola. Se alegraba por el. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, si no arriesgas, no ganas, y cuando su antiguo profesor, Henry McDall, le solicito ayudarle en un pequeno yacimiento en unos terrenos familiares, a las afueras de Edimburgo, no se lo penso. Penso que la aventura la llamaba, que la vida le estaba diciendo que volviera a sacar de dentro de ella ese espiritu arriesgado, capaz de hacer cualquier cosa. Sus padres aceptaron a reganadientes su marcha, y en la facultad le dieron una excedencia de un ano. Todavia se sorprendia de lo facil que habia sido todo. Bajo del tren buscando al profesor McDall, pero no lo vio. Era un hombre de edad avanzada, pero le prometio que la iria a recoger para llevarla a la casa donde vivia y donde ella se instalaria, un edificio familiar de cuatro pisos con un precioso jardin, segun le habia contado. Se abrigo un poco mas; en octubre y en Edimburgo no hacia precisamente calor. Llevaba un gracioso gorro con un gracioso pompon de color rosa que le habia regalado Caroline. Saco la maleta con ruedas y camino hacia la parte cubierta del anden, pues comenzaba a caer una fina llovizna. --!Lo que faltaba! --se dijo mirando por encima de la gente que se habia bajado. ?Donde estaria el profesor? Se iba a quedar helada, y, ademas, no sabia donde estaba su casa. --Eh, senorita, ?es usted Susan Edwards? --una voz ronca la interpelo por detras. Ella se volvio con una sonrisa aliviada y se quedo con la boca abierta. Un tipo pelirrojo, con el cabello mojado chorreando por la cara y con dos inmensos ojos azules, le sonreia como si ella fuera un tesoro encontrado. --Si, si --acerto a decir. Era el hombre mas guapo que nunca habia visto. Con facciones regulares, alto y de anchas espaldas. --Entonces, vamos, que mi tio le espera en la casa con un buen ponche caliente. El escoces le cogio la maleta rozandole con la mano. Ella la retiro, como si le hubiese dado un calambre. Caminaron hacia fuera de la estacion, ella detras de el, mojandose, pero ya no le importaba. Su vida se habia iluminado de repente. Comenzo a elucubrar. ?Estaria soltero? ?Se habia fijado en ella? Seguro que alguien tan atractivo estaba casado y si no, era porque tenia algo malo, penso con ironia. Llegaron al aparcamiento y abrio una furgoneta bastante vieja para meter la maleta. --Entre, senorita --dijo el abriendole la puerta del copiloto. --Gracias, esto... --Sean, me llamo Sean McDall y el profesor es mi tio. He tenido que coger su furgoneta porque mi coche esta en el taller, espero que no le importe. --Oh, por favor, Sean, tuteame. Debemos de ser de edad parecida. --Esta bien, Susan. El viaje, ?bien? --dijo mientras arrancaba la furgoneta que gimio ante el esfuerzo. --Si, los paisajes de Londres aqui son maravillosos, y esto --dijo ella senalando en general --, es tan bonito… Nunca habia estado en Edimburgo. --Entonces me encantara ensenarte el lugar, cuando no estes trabajando con mi tio. Aunque no se si tendras tiempo, esta tan emocionado que pasa casi todas las horas excavando. --Seguro que encontramos un momento --dijo ella pensando que querria pasar mas de un rato con el escoces. Enseguida llegaron a su calle y de nuevo Sean recogio su equipaje y lo llevo dentro. La lluvia estaba cayendo con mas persistencia y el gorro de Susan se empapo, al igual que su cabello negro. Entraron en la casa y se quitaron los abrigos. Un gracioso perrito de raza indeterminada salio a saludarles moviendo el rabo. --Se llama Wee, que significa pequeno. Nunca crecio como nos prometieron. Ella acaricio al perrito que se fue trotando hacia el salon, como pidiendole que lo acompanaran. Susan se quedo mirando al escoces que llevaba unos pantalones de franela y un jersey oscuros. Si la habia impresionado en la estacion, ahora simplemente no podia ni hablar. --Pasa, Susan, mi tio te espera. ?Prefieres un ponche, un cafe, o te? --Te estara bien, gracias, Sean. Susan paso hacia el saloncito y Sean se la quedo mirando. ?De donde habia sacado su tio una ayudante tan preciosa? Tenia el cabello oscuro, le recordaba a la obsidiana y sus ojos verde oscuro eran un sueno. Ademas, era una preciosa mujer con curvas, como le gustaba a el. Si iba a estar alli mucho tiempo, deberia tener cuidado. Se fue a preparar los tes moviendo la cabeza, no, otra vez no. No se volveria a colgar de ninguna chica, de momento.

  • Como (no) fracasar con tu novel de Joan Bekker

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    Al contrario que otras muchas guias de marketing, esta no te promete vender mil copias ni hacerte famoso. Yo, el autor, no soy best-seller de nada, solo un simple experto en marketing.

  • Quiero respirar de Chary Ca

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    Cuando Daniel lleva a su sobrino al hospital con un problema respiratorio, nunca penso que seria el quien acabaria necesitando ayuda para poder respirar . Amanda, una pediatra que huye de su anterior relacion, una relacion toxica cuyos escabrosos detalles comienzan a ver la luz. Ella esta dispuesta a dedicar se a vivir su vida disfrutando de sus amigas y su trabajo. Pero Daniel aparece en su consulta y pone su mundo del reves. Ella sera el oxigeno que el necesita para volver a respirar y el sera el unico hombre que pueda curar sus heridas. Aprenderan que el amor es como las mariposas, que si no lo persigues acaba volviendo a ti. QUIERO RESPIRAR una novela que te ensenara que en el amor, para poder respirar se necesitan ser dos.

  • Exquisita tentacion de Nicola Marsh

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    Una noche deberia haber saciado su deseo...

  • La Cita Millonaria (Cita para Rehacer 1) de Susan Hatler

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    Abigail Apple va con retraso a su cita a ciegas al ser detenida por exceso de velocidad. Por desgracia, al poli <> no le importa que ella llegue tarde y mucho menos que ella tenga el corazon roto debido a que su protectora de perros favorita corra peligro de ser cerrada. Tras ello, acudira a su cita con barro seco en sus tacones, pelo de perro cubriendo su vestido y olor a establo en su pelo. Cuando llega, sin embargo, Abigail se da cuenta de que su cita a ciegas no es otra que el policia que la detuvo.

  • El tunel de las almas perdidas de Mara Urnoba

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    Una historia donde la memoria, el espacio y el tiempo van cogidos de la mano. La novela arrastra al lector al desconocido e intrigante mundo de la psicologia y de la historia contemporanea a traves de unos extranos acontecimientos que tienen lugar en un geriatrico de Gandia. Las acciones, los pensamientos y los recuerdos de los personajes principales, entre los que destaca la psiquiatra jubilada y residente en Toulouse, Eulalia Lambert, exprisionera de Ravensbruck, y el exagente del Servicio de Inteligencia espanol, Fernando Escriva, llevan el peso de las diferentes tramas. Estos dos singulares ancianos intentan desentranar el misterio que se esconde entre las paredes de un lugar aparentemente inofensivo con la ayuda de sus nietos, Alexandra y Leo. Una trama policiaca que envuelve a estos cuatro personajes hasta un final sorprendente e inesperado.

  • Jamas me olvidaras, mi jefe de Olivia Saint

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    Patricia y Bob son una de las tipicas parejas de hoy en dia, todo es perfecto pero inundado en la monotonia de una relacion monogama. Llevan tanto tiempo juntos que muchas veces ambos terminan las frases del otro, se han vuelto demasiado similares, ya no hay sorpresa, no hay novedad, no hay erotismo. Esto vuelve loca a Patricia, quien descubre que su vecino, un muchacho apuesto mas joven que ella, la ve con otros ojos. Esta oportunidad que se le presenta a Patricia no se da todos los dias, por lo que ella decide tomarla y dejarse llevar por el momento. ?Descubrira su marido su pecado?

  • Bajo el puente de los vientos, Jose de la Rosa de Jose De La Rosa

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    ?Que mas podia pedirle a la vida? ?Que podia salir mal a partir de ahora? Podia desear lo unico que me faltaba: autentico y verdadero amor. Temblar de amor. Reir de amor. Sufrir de amor.

  • El sargento Barbancho de Eduardo Rodriguez Perea

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    En un pueblo de la sierra cordobesa y a plena luz del dia, aparece el cadaver de una bellisima muchacha.

  • El banquete de los placeres de Crystal King

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  • ?Que paso cuando se terminaron las perdices? 2 de Gema Tacon

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    Ariel vuelve con mas fuerza que nunca aunque sigue teniendo el corazon dividido. Lo que no sabe es que el tiempo no espera por nadie, y que a su regreso las cosas han cambiado mas de lo que jamas imaginaria. Junto a Merida, Blanca, Aurora, Lilo y otros nuevos companeros de locuras tendra que desmontar las ilegalidades de las mayores villanas de la historia. Aprendera a marcha forzada que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos. ?Sabra elegir esta vez o se volvera a equivocar? ?Dejara titere con cabeza?
    En sus lineas encontraras intriga, accion, aventura, romance y humor. Descubriras que los cuentos de hadas y que los principes azules no siempre son como los recordabas.
    ?Quieres comenzar a traumatizarte?

  • Al final del camino de Poppy Garcia

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    TANTO SEXO EN UN SOLO BESO

  • La tierra que pisamos de Jesus Carrasco Jaramillo

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    Hoy me ha despertado un ruido en mitad de la noche. No un ronquido de Iosif, que, raro en el, a esa hora dormia a mi lado en silencio, medio hundido en la lana del colchon. He permanecido tumbada, con la mirada detenida en las vigas de haya que sustentan el techo, apretando fuertemente las sabanas en busca de una firmeza que el lino, tan sutil, me ha negado. Durante un buen rato me he quedado quieta, con los hombros contraidos y las manos cerradas. Queria volver a escuchar el ruido con nitidez para poder atribuirselo a alguno de nuestros animales y asi, tranquila, regresar al sueno. Pero, mas alla del aire agitando las ramas de la gran encina, no he percibido nada, y entonces, como por ensalmo, el viejo mito del intruso de ojos vaciados por la codicia se ha agarrado a mis tripas y ha empezado a devorarlas. Es agosto, las hojas de guillotina estan subidas hasta los topes y una brisa perfumada y calida mece los visillos. Los hace danzar de un modo tan hermoso que, en esta epoca, durante mis desvelos, me siento contra el cabecero y me quedo embelesada viendolos ondear cual delicados pendones. Aspiro las fragancias que el aire trae y que, por momentos, desplazan a los aromas estancados del cuarto. Llegan en oleadas, de la misma manera que el mar va depositando en la orilla los restos de un barco naufragado. En primavera el azahar de los naranjos florecidos lo ocupa todo, especialmente cuando cae la tarde. Dias antes de que eso suceda, el arbol siempre envia un mensajero. Jornadas todavia frescas en las que, repentinamente, un hilo fugaz avisa de que, en algun lugar de los contornos, la vida ha sido convocada a su renacimiento. Con los punos llenos de tela y los ojos cerrados, he tratado de concentrarme en la oscuridad exterior. Y asi, he imaginado que me asomaba al porche elevado sobre el fragante cesped que rodea la casa y, desde alli, he dirigido mi atencion hacia el frente, al lugar donde el predio se asoma al valle. A lo lejos titilan las farolas de gas del pueblo, encaramado como un galapago a las faldas del castillo. En mi mente desciendo los escalones de madera y camino unos pasos sobre la hierba humeda hasta la verja que domina el huerto de la terraza inferior. No oigo nada alli, ni siquiera el aspero roce de las hojas ya secas del maiz. Me giro hacia la casa para recorrer la parte trasera de la propiedad. En los tiestos sujetos a la balaustrada del porche crecen formas confusas. La campana de alarma cuelga del tejadillo sobre ellas y su cuerda casi las toca. A la izquierda del edificio se levanta la gran encina, un ser poderoso y rotundo, cuya copa invade parte del alero. Al otro lado, entre la vivienda y el camino, el pequeno establo con sus ventanucos enrejados y sus tejas alomadas. Dentro, ni siquiera se oye a la yegua rascar el suelo de pizarra con sus herraduras. Tampoco se oye a Kaiser, nuestro perro; era de suponer, porque es sin duda el animal mas indolente que se pueda imaginar. <>. Y yo quiza sonrei por la ocurrencia y seguro que le di la razon para que se marchara pronto. Al parecer hay un lince, o un lobo, que lleva varias semanas merodeando por los alrededores del pueblo y que ha matado, dicen, a varias ocas y a algun cordero. Me lo conto el doctor Sneint en el dispensario de la guarnicion la ultima vez que fui al castillo en busca de las medicinas de Iosif. Mientras colocaba los frascos en mi alforja, el se levanto y, despues de repasar someramente los lomos de su biblioteca, extrajo un atlas de fauna iberica y me lo mostro. Del grabado me llamaron la atencion las patillas colgando a los lados de la boca y el aspecto puntiagudo de las orejas. <>. Tanto la idea de buscar los excrementos como la de abrirlos me resulto en aquel momento repugnante, pero luego, ya de vuelta a la casa, encontre las heces y no pude resistir la tentacion de revolver en ellas con un palo. Hacerlo no me resulto desagradable. Olian a conejo y, por su aspecto, se diria que esos animales solo se alimentan de pelo. Me he levantado y he prendido la lampara que tengo sobre la mesilla. Asomando el cuerpo sobre el alfeizar, he movido la luz a un lado y a otro en busca de signos del animal, pero enseguida me he dado cuenta de que la luna llena iluminaba mas que mi farol y he terminado por apagarlo. En cualquier caso, no he apreciado nada extrano. Quiza mi luz lo haya espantado. Los animales seguian tranquilos y yo he dejado que el aire templado que asciende por el valle me acaricie la cara. La luna llena tenia de un extrano amarillo las nubes detenidas sobre la llanura distante. He cerrado las contraventanas y me he vuelto a meter en la cama. Mientras regresaba el sueno, de nuevo mirando al techo, he reparado en que no hay hayedos en esta parte del pais. www.lectulandia.com – Pagina 7 2 Lo veo por primera vez con la manana bien entrada, mientras arreglo los geranios. Los pliegues de su chaqueta se cuelan por entre las lamas blancas de la verja que da al huerto, justo enfrente de mi. Iosif descansa en su mecedora a mi lado, aunque decir que descansa es, de algun modo, redundante, pues se pasa el dia recostado: en la cama, en el sillon del salon y, durante el buen tiempo, aqui, en el porche. Lo levanto cada manana, lo visto y lo siento donde corresponda segun la epoca del ano. Le agarro del codo y el, con pasitos cortos, se deja llevar de un lado para otro como un perrillo complaciente. La enfermedad lo ha reducido a una minima expresion de lo que fue. Un hombre que ha tenido a su mando divisiones, que ha dispuesto de las vidas de otros hombres, que ha asediado ciudades y pasado a cuchillo a enemigos y sediciosos. Me pregunto si sus viejos adversarios, aquellos a los que sometio hasta convertirlos en subditos de su majestad, conservaran la antigua furia con la que, sin duda, rindieron sus armas a este hombre a cuya sombra he vivido y cuya sombra es ahora todo lo que respiro. Su mente opera de manera discontinua y lo mismo pasa dos semanas callado, con la cabeza caida, incapaz siquiera de levantarse solo e incluso haciendose sus necesidades encima, que comienza a regir de manera repentina. En esos episodios, de duracion indefinida, se incorpora a la vida cotidiana tan plenamente que parece que nunca la hubiera abandonado. A veces regresa y se comporta igual que un paciente caprichoso. Si estamos en la cocina y me esta viendo cortar verduras, me exige que haga trozos grandes, y me explica, por enesima vez, que a el le gusta notar lo que esta comiendo. <>. En ocasiones, su cordura se remonta al pasado y se dirige a mi como si yo fuera parte de un recuerdo; me llama <> o <>, con tono marcial o almibarado, segun el caso. Y lo extrano es que nunca en la vida, ni cuando estabamos prometidos, me llamo asi, <>. Se diria que entre las grietas de su cerebro reverdecen viejos anhelos o el recuerdo de otra mujer a la que, sin duda, deseo durante sus largas ausencias; en la epoca en que las campanas se sucedian y parecia que el Imperio acabaria ocupando el globo entero. Por suerte, el que hace anos que no me visita es aquel hombre que hacia temblar los cimientos de mi mundo. El modo en que se enfurecia cuando el pequeno Thomas no declinaba correctamente, o cuando volvia manchado del jardin. Lo agarraba de la oreja, tiraba hacia arriba y casi levantaba al muchacho. Lo zarandeaba y no fueron pocas las veces en que recibio bofetones y golpes en los dedos con la regla de madera. Yo le suplicaba que lo dejara, que era solo un nino, y entonces el se volvia y me hundia con la turbidez de su mirada; la de quien ha bebido hasta hartarse la sangre bullente de los hombres. Una mirada cuyo recuerdo todavia me estremece y de la que aun quedan rastros en el fondo de sus ojos. www. lectulandia.com – Pagina 8 <>, me digo al ver los tallos agujereados. Son imposibles de exterminar y todos los anos tengo que arrancar muchas de mis plantas y quemarlas tras la casa, ya que es la unica manera de que la plaga no afecte a los ejemplares sanos. Las tomo por el tallo y las vuelco para sacarlas de los tiestos. La tierra oscura cae al suelo, siempre fresca y bien ligada, formando grumos esponjosos que yo me llevo a la nariz para embriagarme con sus aromas

  • Y yo a nosotros (Bilogia ‘Y yo’ 2) de Elsa Garcia

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    Veinte meses. Ese es el tiempo que ha tenido Jota para cerrar cicatrices, echar de menos a su familia y decidirse a volver. Todo sigue tal y como lo recordaba. Solo hay un pequeno cambio. Uno muy guapo y muy tatuado. Lucas es casi tan encantador como molesto. Tiene una paciencia infinita con los pequenos con los que trabaja en el centro de Ana y Javi, y se ha propuesto sacar de quicio a Jota. Aunque ella va a intentar que no le afecte, porque solo quiere volver a brillar como antes, divirtiendose con esos amigos a los que tanto extrano y que consiguen devolver el color a sus dias entre canas y risas. Y es que solo necesita estar de nuevo en casa para poder sonreir otra vez sin que pesen los recuerdos, esos que siempre evoca con los ojos azules y un hermano que lo necesitara de vuelta en Madrid. Hay reencuentros para los que no sabe si esta preparada. Pero la vida no pregunta ni pide permiso. Hay trozos de felicidad disfrazados de personas. Pero para poder disfrutarlos tiene que dejar caer barreras muy altas. Hay canciones con nombres propios. Pero el miedo a veces es mas poderoso que las ganas.

  • Inmortal de Alma Katsu

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    ?Para que usariamos la inmortalidad? Una historia de amor y venganza a traves de los siglos, con Maine, Boston, Paris y

  • Los crimenes de Mitford de Jessica Fellowes

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    Seis hermanas. Toda una vida de misterio. Una familia incomparable.

  • El alma de la espada. La sombra del zorro 2 de Julie Kagawa

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    Hace mil anos, el gran dios Dragon fue invocado para conceder un deseo terrible, y la tierra de Iwagoto se sumio en una era de oscuridad y caos. Ahora se concedera un nuevo deseo a aquel que sea el poseedor del Pergamino de las Mil Oraciones.