• el triunfo de los principios como vivir con thoreau - Toni Montesinos

    https://gigalibros.com/el-triunfo-de-los-principios.html

    Se asocia frecuentemente a Henry David Thoreau tanto con la desobediencia civil, en un contexto de lucha contra la esclavitud y la guerra en unos Estados Unidos que se estaban formando, como con la atraccion que sintio por la vida de los indios. Pero lo cierto es que este observador de la naturaleza y el comportamiento humano abordo en su dia todo lo que hoy es importante para nosotros. En Walden, pero tambien en el resto de sus libros, diarios y cartas, hablo desde una perspectiva autobiografica de la amistad, el amor, la economia, la educacion, la politica, la religion, la hipocresia social. Siempre asentandose en ideas firmes y practicando la austeridad, confiando en los sentidos y la intuicion, con la voluntad de hacer de su presente algo que le trascendiera.

  • El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau - Planeta ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-el-triunfo-de-los-principios-como-vivir-con-thoreau/248902

    4 may 2017 — El triunfo de los principios es una biografía de Thoreau y a la vez un recorrido por sus reflexiones y experiencias, un cuestionamiento de ...

  • el triunfo de los principios: como vivir con thoreau-toni ...

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    4 may 2017 — El libro EL TRIUNFO DE LOS PRINCIPIOS: COMO VIVIR CON THOREAU de TONI MONTESINOS GILBERT en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y ...

  • El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau - Libros

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    El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau : Montesinos, Toni: Amazon.es: Libros.

  • El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau - IberLibro ...

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    El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau de Montesinos, Toni en Iberlibro.com - ISBN 10: 8434425815 - ISBN 13: 9788434425811 - Editorial Ariel ...

  • El Triunfo de los Principios. Cómo Vivir con Thoreau - Librería ...

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    El triunfo de los principios es una biografía de Thoreau y a la vez un recorrido por sus reflexiones y experiencias, un cuestionamiento de nuestra vida ...

  • EL TRIUNFO DE LOS PRINCIPIOS. CÓMO VIVIR CON ...

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    En Walden, pero también en el resto de sus libros, diarios y cartas, ... El triunfo de los principios es una biografía de Thoreau y a la vez un recorrido ...

  • EL TRIUNFO DE LOS PRINCIPIOS. CÓMO VIVIR ... - Unebook.

    https://www.unebook.es/es/libro/el-triunfo-de-los-principios-como-vivir-con-thoreau_231826

    EL TRIUNFO DE LOS PRINCIPIOS. CÓMO VIVIR CON THOREAU (Libro en papel) ... Se asocia frecuentemente a Henry David Thoreau tanto con la desobediencia civil, en un ...

  • El Triunfo De Los Principios. Cómo Vivir Con Thoreau

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    En Walden, pero también en el resto de sus libros, diarios y cartas, habló desde una perspectiva autobiográfica de la amistad, el amor, la economía, la ...

  • EL TRIUNFO DE LOS PRINCIPIOS. CÓMO VIVIR CON ... - LAIE

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    Thoreau se propuso aprender «cómo vivir, cómo sacarle el mayor partido a la vida». Una mirada que hoy resulta más iluminadora que nunca.

  • El triunfo de los principios. Cómo vivir con Thoreau

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    4 may 2017 — Se asocia frecuentemente a Henry David Thoreau tanto con la desobediencia civil, en un contexto de lucha contra la esclavitud y la guerra en ...

  • Cuentos para quedarse en casa de Eloy Moreno

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    He creado este ebook gratuito para que estos dias de cuarentena os pasen mas rapido y de una forma mas entretenida.

  • Brazos neumaticos de Rosalia Reyes

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    Mis hermanos. Mi moto. Mi club.
    Esos eran los amores de mi vida.
    Hasta que conoci a Veronica.
    Y sus curvas infernales. y ardientes.

  • Sushi para dos de Patty Love

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    Mei Dube tiene un restaurante de sushi en
    Montreal, un amigo gay demasiado entrometido
    y una manipuladora madre con el firme proposito
    de hacer cumplir una tradicion familiar. Mei,
    en cambio, no las tiene todas consigo. Esa tradicion
    es arcaica y no esta dentro de sus planes a corto
    plazo pasar por el aro. Sin embargo, las cosas se
    complican un poco cuando su madre se presenta
    en su puerta con un enigmatico hombre,
    y lo haran todavia un poco mas cuando conozca
    a un simpatico camarero, que hace que su corazon
    se dispare, la respiracion se le acelere y la sangre
    le hierva en las venas.

  • A tu lado 2 de Helena Sivianes

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  • Mision de doble filo de Encarna Magin

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    Olivia Park es una agente secreta de la CIA que recibe la orden de custodiar a un reconocido empresario hasta que declare en el juicio contra su exsocio. Lo que empieza siendo un caso mas se complica cuando Olivia descubre que el testigo protegido es Nick Evans, el hombre que le rompio el corazon en el pasado.

  • El Gran Cuaderno de Podcasting de Francisco Izuzquiza

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    El Gran Cuaderno de Podcasting muestra todo lo necesario para aprender a crear un podcast, publicarlo y darlo a conocer para convertirse en un podcaster profesional.

  • Corazon culpable de Janice Maynard

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    -!La respuesta es no! Mazie Tarleton termino la llamada, deseando tener un telefono antiguo para colgar con fuerza el auricular. A sus espaldas, Gina, su mejor amiga y companera de trabajo, se acabo el ultimo bocado del bollito de canela y se chupo los dedos. -?Quien te ha enfadado tanto? Las dos mujeres estaban en el despacho de Mazie, un rincon al fondo de All That Glitters, la exclusiva joyeria de Mazie en el centro historico de Charleston que a tantos turistas y paisanos atraia. -Es otra vez la agente inmobiliaria de J.B. dandome la lata -comento Mazie. -No te quejes. J.B. te ha hecho una buena oferta por este edificio que se cae a cachos. -?De que lado estas? Mazie y Gina se habian conocido en el primer curso de la escuela de arte y diseno de Savannah. Gina conocia el desprecio que Mazie sentia por el empresario mas deseable y sexy de Charleston. -Hay carcoma en el desvan y la calefaccion es prehistorica, por no mencionar que la cuota del seguro se triplicara en la proxima renovacion. Se que los Tarleton sois muy ricos, pero no por eso tenemos que ignorar una buena oferta. -Si viniera de otra persona que no fuera J. B. -murmuro Mazie con tension en los hombros. Jackson Beauregard Vaughan, el hombre al que amaba tanto como odiaba desde que tenia dieciseis anos. Lo detestaba y queria hacerle tanto dano como el que el le habia hecho a ella. -?Que es lo que te hizo? -pregunto Gina. Su expresion de perplejidad era comprensible. J.B. Vaughan era el prototipo de hombre alto, moreno y guapo. Tenia una sonrisa arrogante, brillantes ojos azules y rasgos marcados, ademas de unos hombros muy anchos. -Es complicado -murmuro Mazie, sintiendo que le ardia la cara. Los recuerdos le resultaban humillantes. Mazie no recordaba ningun momento en el que J.B. no hubiera formado parte de su vida. Mucho tiempo atras lo habia querido como a un hermano. Pero cuando sus hormonas empezaron a enloquecer, lo habia visto desde una nueva perspectiva. El baile de primavera de su colegio se habia presentado como la oportunidad de jugar a ser adultos. Lo habia llamado una tarde de un miercoles del mes de abril. Con los nervios a flor de piel y el estomago encogido, le habia hecho la invitacion. J.B. se habia mostrado evasivo. Entonces, apenas cuatro horas mas tarde, habia aparecido en la puerta de su casa. Su padre estaba encerrado en su estudio bebiendo, y Jonathan y Hartley, sus hermanos, habian salido a hacer unos recados. Asi que habia sido ella la que habia abierto la puerta. Como se habia sentido incomoda de invitarle a pasar, a pesar de que ya habia estado antes un monton de veces, habia salido al porche y le habia sonreido con timidez. -Hola, J.B. No esperaba verte hoy. Se habia quedado apoyado en el poste, en aquella postura tan varonil. En pocas semanas cumpliria dieciocho y seria legalmente un adulto. -Queria hablar contigo cara a cara. Has sido muy amable invitandome al baile. Me siento halagado. -Todavia no me has dicho si iras conmigo. Sintio las manos heladas y empezo a temblar. -Eres una chica encantadora, Mazie, y me alegro de que seas mi amiga. No hacia falta que dijera nada mas. Era inteligente y sabia leer entre lineas, pero no estaba dispuesta a dejarlo escapar tan facilmente. -?Que intentas decir, J.B.? -Maldita sea, Mazie. No puedo ir al baile contigo. No deberias habermelo pedido. Eres una cria. -No soy una nina. Soy solo un ano mas pequena que tu. -Casi dos. Le sorprendio que lo supiera con tanta exactitud. Avanzo unos pasos hacia el. Se habia venido abajo, pero no estaba dispuesta a que se diera cuenta de cuanto afectaba a su autoestima. -No te inventes excusas, J.B. Si no quieres ir conmigo, ten las agallas de decirmelo a las claras. El maldijo entre dientes y le aparto un mechon de pelo de la cara. -Eres como una hermana para mi. No podia haber dado con una excusa menos convincente. ?Por que se empenaba en levantar muros entre ellos? Respiraba con tanta agitacion que corria el riesgo de hiperventilar. Era evidente que lo habia malinterpretado. J.B. no habia ido hasta alli aquella noche porque sintiera algo por ella o porque quisiera verla. Estaba alli porque era todo un caballero incapaz de decirle que no por telefono. Otra persona se lo habria puesto mas facil, pero Mazie estaba cansada de ser buena. Lo rodeo por la cintura y apoyo la mejilla en su amplio pecho. Llevaba una camiseta azul marino, unos vaqueros desgastados y sus nauticos de piel. Era el clasico James Dean, un chico malo e inconformista. Cuando lo toco, todo su cuerpo se puso rigido. Nada se movio, excepto una unica cosa, algo bastante abultado. Jackson estaba excitado y como Mazie se habia abrazado a el, le era imposible ocultarlo. Sus bocas se encontraron y volco toda su pasion de adolescente en aquel beso desesperado. J.B. sabia de maravilla, tal y como habia imaginado en sus suenos. Por un momento, se habia sentido vencedora. La estrecho contra el y su boca se fundio con la suya. Su lengua se deslizo entre sus labios y acaricio el interior de su boca. Las piernas no la sostenian y se aferro a sus hombros. -J. B. -susurro-. Oh, J.B. Sus palabras lo sacaron del hechizo en el que habia caido. Se aparto tan bruscamente que Mazie dio un traspie. J.B. ni siquiera alargo la mano para ayudarla a recuperar el equilibrio. Se quedo mirandola, iluminado por la poco favorecedora luz amarillenta del porche. El sol se habia puesto y la noche habia caido con todos los olores y sonidos de la primavera. Se paso la mano por los labios para secarselos. -Como te he dicho, Mazie, eres una cria, deberias salir con los de tu edad. -?Por que estas siendo tan cruel? A continuacion vio como tensaba los musculos del cuello, y los ojos se le llenaron de lagrimas. Pero no iba a permitir que cayeran. -Creo que hemos terminado con esto. Hazme un favor, J.B. Si alguna vez ocurre un desastre y tu y yo somos los unicos seres humanos que sobrevivimos en el planeta, pierdete. -Mazie... Hola, Mazie. La voz de Gina la devolvio al presente. -Lo siento, estaba sumida en mis pensamientos. -En J.B., ?verdad? Estabas a punto de contarme por que detestas a ese hombre despues de tantos anos y por que no quieres venderle este edificio a pesar de que te ofrece tres veces su valor. Mazie trago saliva, olvidandose del pasado. -Me rompio el corazon cuando eramos adolescentes y se porto muy mal. Asi que si, no quiero ponerselo facil. -No estas siendo razonable. Olvidate del dinero. ?Acaso no te ha ofrecido tambien otros dos locales en una ubicacion privilegiada para nuestra tienda? !Esta dispuesto a hacer un intercambio! ?A que estas esperando, Mazie? -Quiero hacer que se arrastre. J.B. habia comprado todos los metros cuadrados en una franja de dos manzanas cerca de Battery. Tenia planeada una impresionante rehabilitacion en aquella zona de la ciudad, respetando las normas de conservacion del patrimonio historico de Charleston. A nivel de calle estarian los comercios, siguiendo el tipico estilo sureno. Sobre ellos, la idea de J.B. incluia lujosos condominios y apartamentos, algunos de ellos con vistas al puerto. Lo unico que se interponia en los planes de J. B. eran Mazie y su local. Gina agito la mano ante la cara de Mazie. -Baja ya de la nube. Puedo entender que quieras vengarte del tormento de tu juventud, pero ?de veras te vas a cerrar en banda? -No estoy segura de querer vendersela. Necesito tiempo para pensar. -?Y si la agente inmobiliaria no te vuelve a llamar? -Lo hara. J.B. nunca se da por vencido. Es una de sus virtudes y tambien la mas detestable. -Espero que tengas razon. J.B. se sento en un taburete y alzo la mano para llamar la atencion del camarero. Se habia puesto chaqueta y corbata para una reunion. En aquel momento, se habia quitado la corbata y llevaba el primer boton de la camisa desabrochado. Jonathan Tarleton estaba sentado a su lado, tomando agua con gas. -Tienes mal aspecto -comento J.B. -Son estos malditos dolores de cabeza. -Tienes que ir al medico. -Ya he ido. -Entonces, tienes que encontrar otro mejor. -?Podemos dejar de hablar de mi salud? Tengo treinta anos, no ochenta. J.B. queria insistir en el tema, pero era evidente que Jonathan no estaba interesado. -De acuerdo. Tu hermana me esta volviendo loco. ?Puedes hablar con ella? No queria mencionar la verdadera razon por la que necesitaba ayuda. Mazie y el eran como el agua y el aceite. Ella lo odiaba y J.B. llevaba anos tratando de convencerse de que no le importaba. La verdad era muy diferente. -Mazie es muy cabezota -dijo Jonathan. -Es una cualidad de los Tarleton, ?no? -Tengo el proyecto paralizado porque me esta tomando el pelo. -A mi hermana no le caes bien, J.B. -Eso ya lo se. Mazie no quiere hablar de vender. ?Que se supone que debo hacer? -?Mejorar la oferta? -?Pero como? No quiere dinero. -No lo se. Siempre me he preguntado que hiciste para enfadarla. Se ve que mi hermana pequena es la unica mujer de Charleston inmune a tus encantos. J.B. apreto el menton. -No tengo tiempo para andar con juegos. Necesito empezar las obras antes de mediados de enero para cumplir lo programado. -Le gustan los bombones. Jonathan habia hablado en serio, pero J.B. sabia que se estaba burlando de el. -?Me estas diciendo que le compre bombones? -Bombones, flores,... no se. Mi hermana es una mujer complicada. Es lista como el hambre y tiene un gran sentido del humor, pero tambien tiene un lado oscuro. Te lo va a hacer pagar caro. Estate preparado para arrastrarte. J.B. dio un trago a su bebida e intento olvidarse de Mazie. Todo en ella lo volvia loco, pero no se podia dejar llevar. Se atraganto y tuvo que dejar el vaso para recuperar la respiracion. Los hijos de los Tarleton eran guapos. J.B. solo recordaba de la madre de Jonathan que era una mujer bella, con un eterno aire triste. Jonathan y Hartley habian heredado la tez morena de su madre, asi como sus ojos oscuros y su pelo castano. Mazie tambien era morena, pero su piel era mas clara y sus ojos de un marron dorado. Su hermano llevaba el pelo muy corto y Mazie lucia una melena por el hombro. Solia dejarse caer por casa de los Tarleton en Accion de Gracias, pero ese ano habia estado ocupado con otros asuntos. Sin darse cuenta, ya estaban en diciembre. -Seguire el consejo de los bombones. -Vere lo que puedo hacer, pero no te aseguro nada. En ocasiones, cuando le sugiero algo, hace justo lo contrario. Ha sido asi desde siempre. -Porque siempre ha querido estar a la altura de sus hermanos y los dos la habeis tratado como a una nina. -No fue facil despues de que mi madre ingresara en la clinica. La pobre Mazie nunca tuvo un referente femenino. No puedo ayudarte si te lo esta poniendo dificil. Solo Dios sabe por que lo hace

  • El accidente de mi vida de Marta Lobo

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    ?Que ocurre si se mezcla en una misma historia una madre odiosa, una boda, unas amigas locas, un amor de adolescencia, un secreto de familia y una protagonista un poco zorra?
    Pues que tienes mi historia.

  • Besame y Quedate de Sophie Kiss

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    Sabrina es una mujer como ninguna otra, vive de lo que ama, y ama lo que le permite tener una vida relajada, llena de varios logros que la catalogan como una mujer exitosa dentro de su area. Sabrina es periodista, pero antes que nada es escritora. Trabaja en el periodico El Temple, cuyo editor en jefe es uno de sus mejores amigos de la universidad, el senor Martin, quien es apenas un poco mayor que ella pero que se ve casi como un anciano cuando ella realmente luce muy joven para tener 40 anos. Sabrina tiene 40 anos, pero cualquiera que la vea podria pensar que ella es apenas una mujer de 30 o quizas menos. Esta manana, ella esta viendose frente al espejo y no piensa en eso, no piensa en que sus senos se ven bastante firmes para una mujer de su edad, de hecho, mientras se ve y recoge el cabello con ambas manos, solo piensa en su rostro de una manera distinta a como tal vez lo haria casi cualquier otra mujer. Sabrina se mira en el espejo que esta en la sala de su casa, ubicado justo al lado de la puerta. Ha sido colocado alli de manera estrategica para ella poder echarse un vistazo a si misma antes de salir, pero no por razones de estetica o por que le preocupe demasiado como luce antes de salir, sino porque verse en ese espejo antes de abandonar la casa, la invita a pensar y recordar cualquier cosa que necesite llevar, y haya olvidado. Verse en ese espejo antes de salir es una ritual que Sabrina cumple desde hace mas de 10 anos, desde epocas en las que tuvo varios novios, entre ellos Kenneth, su mas reciente ex y del que hoy en dia no desea saber nada, porque los problemas con el podrian haberle hecho perder su trabajo, y hoy en dia, por cosas que escapan tanto de sus manos con de las manos de su propio amigo Martin, ella podria perder su actual trabajo si algo pasara, si se involucrara en algun escandalo, porque los principales inversores, los que financia el periodico, son personas muy conservadoras que no desean ningun tipo de escandalo entre los reporteros que trabajan para ese periodico. Hoy, mientras ella se ve en el espejo, no piensa en nada de eso, sino que piensa en que debe ir al trabajo y no deberia olvidar su camara fotografica, asi como tampoco su grabadora de audios. --Te espero cuanto antes puedas llegar a la oficina, porque hay una encomienda especial para ti. --Le decia Martin a traves de un mensaje de texto que la invitaba a apresurarse un poco para ir hasta lo oficina donde por lo visto algo especial esperaba por ella. Sabrina leyo el mensaje de texto y decidio no responder sino actuar, por lo que tomo sus llaves, su bolso, y un par de lentes de sol que coloco sobre su cabeza antes de cruzar la puerta de la sala y abandonar la casa para abordar su escarabajo, un auto sincronico que heredo de su difunto padre. Una vez dentro del rosado auto, que ella misma habia pintado con ayuda de un amigo que trabaja en un concesionario de autos, encendio el radio reproductor y coloco musica instrumental, su favorita para conducir. Sabrina siempre ha sido una mujer muy decidida y al mismo tiempo independiente con caprichos muy poco comunes y que por lo general siempre logra cumplir, como ese detalle de pintar ella misma su auto. Mientras conduce rumbo a la oficina, la brisa mueve sus rubios cabellos y le da un aire de mujer independiente, pareciendo una postal de una revista feminista. La sola escena de ella conduciendo un auto rosado, con lentes oscuros a una velocidad que solo ella decide cual es, hacen de Sabrina una mujer digna de imitar por otras mujeres o por lo menos de fotografiar. Al entrar al edificio de apenas dos pisos, Sabrina es una mujer que capta la mirada de todos, y no precisamente por sr la tipica mujer coqueta que se viste para eso. Sabrina es mas una mujer de belleza natural y espontanea. Ella baja de su auto, camina despacio si nada le urge, pero siempre con pasos firmes, como quien sabe muy bien a donde va y a que se enfrentara. En esta oportunidad, Sabrina lleva unos jeans bastante desgastados, no de esos que tienen huecos en las rodillas, pero si de los que alguna vez fueron azules muy tupidos y ya muestran un color mas parecido al blanco con algunos destellos de celeste, en lo que sin duda es una prenda ya destenida por el tiempo y por las veces que ha ido a la lavadora. Ya dentro, cruza el lobby, se quita sus gafas oscuras, y suelta su cabello, que estaba recogido con una cola alta. Ahora ya con el cabello derramado sobre los hombros y sin los lentes que cubrian su mirada, se ve todavia mas genuina de lo que ya proyectaba su estampa antes de entrar. Luego de cruzar la recepcion, Sabrina llega hasta donde esta su oficina, que es apenas un escritorio rodeado por 4 laminas de fibra de vidrio que delimitan su espacio pero no necesariamente le dan la privacidad que ella siempre ha pensado que merece. --Algun dia mi oficina dejara de ser cuatro paredes transparentes que supuestamente indican cual es mi espacio pero que en realidad, en vez de protegerme, me expone. Esto no es una oficina, esto es una vitrina. --Dijo Sabrina en voz alta para que Martin, quien estaba en la oficina contigua, escuchara. -- !Mira, nina! ?Serias tan amable de dejar de quejarte y venir a mi despacho inmediatamente? .--Exclamo Martin desde la oficina de al lado que si tenia paredes de yeso y donde la puerta totalmente abierta dejaba ver un escritorio revuelto de papeles, lleno de cosas hasta mas no poder, y frente a el un hombre gordo, calvo, un tanto mayor, que fumaba un tabaco mientras leia algo al mismo tiempo que hacia magia para evitar que sus lentes resbalaran por su rostro y cayeran al piso, en lo que deberia ser tal vez el rostro mas asimetrico con todas las facciones de un gigante y una nariz contrastante del tamano que la tendria un bebe de apenas meses. Sabrina solo sonrio luego de lograr su cometido, esa era su manera de saludar a su amigo y jefe, quejandose para hacerse notar, y luego de captar su atencion, dirigirse hasta su oficina a gastarle alguna broma para despues finalmente hablar de trabajo entre algunas cosas personales tambien. -- ?Que dice mi calvo favorito? --Pregunta Sabrina desde la puerta, asomando solo parte de su cuerpo, especificamente la parte superior, como quien oculta la otra mitad del cuerpo por algun motivo de picardia. --Nada, aqui esperando que me digas cuando vas a ganar un premio que haga que este periodico se convierta en algo que acapara las miradas internacionales y yo comience a ganar millones de dolares. --Bueno, querido. Tu sabes que eso no pasa porque no me dejas escribir sobre lo que yo quiero y se que es importante, sino que siempre te inventas unos reportajes muy raros y a veces hasta tontos, pero que yo igual cubro porque te tengo mucho aprecio y eres mi mejor amigo. --Y el unico que realmente te da la oportunidad de escribir sobre lo que siempre has querido, aunque te cueste admitirlo o te empenes en decir cosas contrarias a la verdad. Para ser una periodista, eso esta muy mal de tu parte. Deberias ser mas profesional y apuntar mas a la verdad. Sabrina termino de entrar a la oficina, se sento en la silla frente al escritorio de Martin y mientras ambos sonreian, ella se puso lo mas comoda que pudo hasta colocar sus pies sobre el escritorio mientras Martin la veia con ganas de llamarle la atencion al mismo tiempo que contenia la risa. --Vamos Sabrina, Tu sabes que jamas tendras un jefe como yo. Tu lo sabes y yo lo se. ?Es tan dificil decirlo? Sabrina creo un silencio de mas de tres segundos para luego estallar en una carcajada. --Claro que si, algun dia lo dire. Pero por lo pronto, cuentame. ?De que se trata esta extrana y nueva mision especial? ?Voy al espacio exterior? ?Entrevistare a una tribu canibal en Suramerica? ?Entrare a lo mas profundo de un volcan en Australia? --No, nada de eso. Aunque si guarda mucha relacion con temas polemicos y la naturaleza, que de por si ya bastante que lo es en estos tiempos. --Respondio Martin mientras colocaba sobre el escritorio los papeles que tenia en las manos, los mismos que leia antes de que Sabrina llegara, para luego abrir una gaveta y extraer otros documentos que dejo caer sobre la tabla de escritorio, justo al lado de los pies de Sabrina. --Alli lo tienes, alli esta todo. Sabrina bajo los pies del escritorio, tomo los papeles con sus manos mientras Martin la observaba como estudiandola, como tratando de traducir sus gestos mientras ella leia de que se trataba este nuevo trabajo. Sabrina leia con calma, muy concentrada, con el ceno fruncido. Martin por su parte solo la miraba, esperando alguna reaccion, al mismo tiempo que parecia ocultar una ligera sonrisa. -- ?En serio voy a cubrir la noticia de dos tipos muy millonarios peleando por un bosque? --Bueno, mirale el lado positivo. Lo mas importante es que no vas a gastar un centavo, te hospedaras en un hotel de mala muerte pero por lo que no tendras que pagar nada. Tambien tendras tres comidas diarias gratis en el mismo hotel, y ademas no gastaras tampoco un solo centavo en pasajes. ?No te parece maravilloso? La respuesta de Martin le hizo cambiar totalmente el rostro a Sabrina, por lo que Martin debio apresurarse a agregar algo en su comentario: --Mira, creo que no lo has leido bien --Dijo Martin quitandole los papeles de la mano para senalarle un apartado especial en los archivos-- Si te fijas, parece ser una disputa que involucra corrupcion, al mismo tiempo de que tengo la sospecha de que uno de los dos millonarios no es tan malo como crees, de hecho, si revisas su perfil podras notar que el sujeto en cuestion es u hombre totalmente altruista, filantropo, que ayuda a la humanidad... En fin, parece una suerte de superheroe sin capa luchando contra un villano, ambos en el terreno del dinero dentro de un pueblo que no es pobre ni rico, sino mas bien un lugar muy tranquilo en el que seguramente te sentiras comoda, relajada y... -- !Aburrida! Eso es lo que me voy a sentir, aburrida. Pero bueno, no importa. Estas son las cosas que uno hace por los amigos. ?Cuando salgo? ?La proxima semana? Ante la pregunta, Martin abrio otra gaveta del escritorio para sacar de ella unos boletos de autobus que le entrego en sus manos a Sabrina. -- ?En serio voy a ir por tierra de nuevo? ?Algun dia dejaras de ser tan tacano y me pagaras, aunque sea un pasaje de clase turista en alguna aerolinea de esas extranas que sabemos que son mas lavado de dinero que otra cosa? Puede ser, pero mientras te sigas quejando, lo seguire pensando. Ambos soltaron una carcajada para luego dejarse de juegos, de bromas, y ponerse un poco serios los dos. -- ?De cuanto tiempo estamos hablando? --Pregunto Sabrina. --Bueno, sales hoy en la tarde noche, y si duras una semana por alla seria demasiado, lo ideal es que lo hagas en tres o cuatro dias, pero si por alguna razon tu trabajo se extiende, pues no hay de otra, se hace. Pero eso, yo preferiria que cuando mucho te tomaras una semana, no mas de eso. --Bueno, esta bien. Voy a casa a terminar de arreglar mis cosas y de ahi me marcho directamente hasta el terminal. Te diria que me voy en mi carrito, pero prefiero gastar tu dinero. Martin no hizo mas que reir y se despidio de ella lanzandole un beso. --Guarda eso para tu secretaria, a mi no me des ese tipo de mala suerte. -- Dijo Sabrina antes de abandonar la oficina de Martin y el edificio, no sin antes hacer una pequena parada en su oficina, recoger algunos articulos como un pen drive, un block de botas y un panuelo que segun ella le da buena surte cuando viaja. Un par de horas despues ya Sabrina se encontraba leyendo un ejemplas de un periodico local, que en parte significaba la competencia para El Temple, el periodico donde ella trabajaba para su amigo Martin. Mientras Sabrina leia noticias locales de poca relevancia, sonreia imaginando que pensaria su amigo si supiera que ella preferia leer a aun periodico como La Pared de La Verdad al que el tanto odiaba. El viaje hasta el Bosque Foresty, ubicado en la localidad de Tozark, un pequeno pueblo de clima muy agradable y donde todo parecia ser muy calmado, fue de aproximadamente cuatro horas. En esas cuatro Horas Sabrina tuvo tiempo para pensar en todo, para recordar a sus difuntos padres, para preguntarse una vez mas, por enesima vez, como seria su vida si ella estuviese casada y si ello le permitiria tener ese trabajo que tanto le apasiona. Pero entre tantas otras cosas, a Sabrina tambien le dio tiempo de imaginar como seria volver a hacer el amor despues de tanto tiempo. La ultima vez que tuvo pareja fue hace ya varios anos, y desde entonces solo ha tenido relaciones inestables y sexo casual, cosas de apenas una noche. Este viaje le hizo recordar la vez que fue a las montanas a cubrir un reportaje sobre unas plantas y fue acompanada de un guia experto con el que termino teniendo un sexo desenfrenado en las rocas, a muchisimos metros de altura, en diferentes posiciones, entre ellas de perrito, la que sin duda era su favorita porque a Sabrina le gusta mucho sentir ser dominada y en esa posicion generalmente suele pedir que la tomen del cabello y la presionen fuerte para sentir el choque entre ambas carnes al ritmo del placer. Sabrina ya ni recuerda el nombre de aquel sujeto, de hecho, solo recuerda que su pene no era muy grande, pero al menos era muy bueno en lo que hacia, especialmente con el sexo oral. En esa oportunidad, el sujeto no solo la coloco de perrito, sino que tambien la volteo dejandola ver el cielo mientras la tuvo abierta de piernas devorando lo que ella tenia para el. Ya ha pasado mucho, ya no recuerda casi nada de aquello salvo que el sexo fue muy bueno. El viaje por fin parece acercarse a su fin y ella ya esta llegando a donde debe ir ahora a cumplir otro reportaje y no evita preguntarse si en esta oportunidad tambien conocera a alguien. Sabrina tiene la certeza de que, si sus padres estuviesen vivos, estarian muy orgullosos de ella. Tambien sabe que una vida de casada en cierta medida le entorpeceria poder cumplir sus funciones como periodista y corresponsal. Todos esos son temas que siempre estan dando vueltas en la cabeza de Sabrina. Finalmente, luego de cuatro horas en un viaje que le permitio pensar en muchas cosas, ya se encontraba en la localidad de Tozark. Alli, Sabrina se dirigio de inmediato al primer puesto de comida apenas puso sus pies en el terminal. Pidio un sandwich en una especie de cafetin para transeuntes, y luego de devorarlo se dirigio caminando hasta donde estaba ubicado el hotel aparentemente muy economico que Martin le habia conseguido. Sabrina tenia consigo un mapa de los lugares que debia visitar, en su mayoria podian recorrerse a pie, excepto por el propio bosque Foresty cuyas dimensiones eran tan gigantescas como enigmaticas. Luego de una corta caminata, finalmente llego hasta el hotel mientras durante el breve recorrido pudo observar lo espeso de un bosque que lucia como magico, como lleno de vida, de buenas energias, de cosas positivas tanto para los habitantes del lugar como para cualquier visitante que se deleitara con la imponente estampa de un lugar natural, exotico, y al mismo tiempo aparentemente tan maravilloso al que Sabrina solo habia visto por unos segundos y desde muy lejos pero por el cual ya se sentia muy atraida. --Buenos dias, senor. Mi nombre es Sabrina Lutens, y debo tener una reservacion bajo mi nombre. --Buenos dias, senorita --Le respondio el recepcionista del hotel La Alameda en lo que seguramente fue todo un cumplido para una mujer de 40 anos-- En efecto su nombre esta en la lista de espera para ubicarle una habitacion apenas haya vacante, pero la verdad es que aun ninguno de nuestros huespedes se ha marchado. Hemos tenido una semana muy convulsa, llena de mucho movimiento en el pueblo, especialmente por las disputas por el bosque, y por lo tanto hemos estado muy llenos y aun nos mantenemos asi. Si gusta puede dejar su numero telefonico, y con gusto podremos llamarle apenas tengamos alguna habitacion disponible. Los comentarios del joven recepcionista habian comenzado muy bien, llamandola senorita y utilizando un lenguaje muy educado y a la vez considerado, pero la verdad fue que esa ultima noticia de que no habia realmente una reservacion concreta para ella, fue caso un insulto. Por un momento tuvo ganas de realizar un reclamo inmediato, luego penso en querer conversar con algun gerente, pero despues todas esas ideas se disiparon cuando tambien considero la posibilidad de llamar a Martin para reclamarle, hasta que al final penso que no debia ser culpa de nadie, que no solo habia tenido muy mala suerte. --Esta bien. Ya vere que resuelvo. ?Podrias darme mejor los datos de algun otro hotel que este cerca? Necesito estar ubicada lo mas cerca del bosque posible, porque tengo asuntos pendientes con el. Necesito entrevistarlo. -- Dijo con una sonrisa envolviendo el buen humor que suele caracterizarla. --Seguro --Respondio el empleado del hotel-- Tome esta pequena lista donde estan los datos de todos los demas hoteles del pueblo. Puede usar nuestro telefono si gusta, y le ruego una vez mas que nos disculpe por no poder ofrecerle una habitacion en este momento. De verdad lo lamentamos mucho. Sabrina paso de estar un poco disgustada a quedar realmente impresionada con la amabilidad del recepcionista, y sin mediar mas palabra, haciendo apenas un gesto con su cabeza, tomo los datos que el joven le paso y se dedico a llamar uno por uno a los diferentes hoteles que aparecian en aquella lista, hasta que oyo una conversacion de dos personas que iban saliendo del hotel y que antes de cruzar la puerta hacia las afueras de la propiedad, pasaron por un lado de ella citando el bosque y la problematica que ella habia ido a cubrir para el periodico de su amigo Martin. -- !Vamos rapido que alla estan los dos hombres esos peleando! --Le dice un sujeto rubio alto y delgado a otro un tanto moreno que caminaba a su lado. -- !Bueno, vamos! !No me quiero perder ese show!

  • Te envolvi en besos (Por amor 03) de Maria Beatobe

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    De lo siguiente que tenia recuerdos era del sonido de la ambulancia y del revuelo que se habia formado en la calle. Por un momento crei que todo era un sueno o que estaba viviendo una realidad paralela, pero no. Era real como la vida misma y a mi amiga acababan de atropellarla. Me sentia totalmente anegada y aturdida. Esto no podia estar pasandole a ella. Note que Gael me abrazaba con fuerza mientras de reojo veia como metian a Noe en la ambulancia. Acababa de caer en la aplastante realidad. Seguia inconsciente. Yo solo queria zafarme de el y correr a abrazar a mi amiga, pero los sanitarios tampoco me lo permitieron y le pidieron a Gael que me retuviera. Estaba temblando. !Noe! No hacia mas que repetir su nombre como si de un mantra se tratara. Queria pensar que, cuanto mas lo gritara, antes despertaria. Pero mis fuerzas flaquearon cuando vi que cerraban las puertas traseras de la ambulancia con un sonido que me partio el corazon. --Vamos, Naira, seguiremos a la uvi movil hasta el hospital --dijo Gael mientras me ponia la mano en la espalda. ?Habia dicho uvi? ?Tan mal estaba que necesitaba una ambulancia de ese calibre? Yo lo vivia todo como fuera de mi; en algunas ocasiones incluso tenia la sensacion de levitar. Agradeci que Gael estuviera conmigo en ese momento; si no, probablemente habria terminado desmayada junto al cuerpo de mi amiga. Le mire agobiada hasta que consegui decir una palabra. --Vamos. Subimos al coche y nos pusimos el cinturon de seguridad a toda velocidad. Gael arranco resuelto y corrimos al hospital que nos habian indicado los sanitarios. Conducia rapido, pero no tenia miedo; en ese instante, por lo que sentia verdadero panico era por mi amiga. Zigzagueo con maestria entre los coches hasta que vi de lejos la ambulancia que trasladaba a Noe. --!Esta alli! --grite senalando con el dedo y mirando despues a Gael--. ?La ves? Fruncio el ceno, concentrado, y giro el volante para cambiarse de carril y adelantar a un par de coches. Al final, la alcanzo y se puso tras ella, mientras el sonido de la sirena me hacia ser consciente de la gravedad de la situacion. Notaba de vez en cuando la mirada fugaz de Gael sobre mi, preocupado por como me encontraba. En apenas diez minutos llegamos al hospital. La ambulancia se metio por una via en la que una senal avisaba de que era un acceso restringido a vehiculos especiales. Me daban ganas de tirarme del coche en marcha y correr hacia la camilla en la que iba mi amiga, agarrarla de la mano y no soltarla hasta que despertara. Aparcamos en el garaje y sali del vehiculo casi antes de que Gael pudiera apagar el motor. Sentia como me seguia con premura. Corri despavorida mientras buscaba el modo de llegar a urgencias. Vi muchos carteles que dirigian hacia alli, pero el panico me tenia tan paralizada que no era capaz de descifrar ninguno de ellos. Gael debio de notar mi miedo y tomo el mando. --Ven conmigo --dijo mientras me cogia de la mano y caminaba con ligereza. Finalmente, llegamos a la sala de espera de urgencias. Era una estancia en tonos grises que, a pesar del calor que hacia en la calle, desprendia un frio paralizante. Nos cruzamos con un ir y venir de personal sanitario, y me sentia hasta mareada de tanto mirar hacia los lados. Apenas vi la ventanilla de informacion, me dirigi directamente alli. --Hola --dije alterada y con palpitaciones--. ?Como esta Noemi? La chica que estaba al otro lado intento calmarme. Era joven, de pelo largo moreno y lacio, y con una pequena placa en el uniforme que rezaba Estela Martin. Nos atendio con una sonrisa amable, que no perdio tras mi acelerada pregunta. --A ver, tranquila, necesito que me des mas datos. ?Como se apellida? --me pregunto solicita. --Soler, se apellida Soler --respondi casi metiendo la cabeza por la ventanilla. La chica tecleo con soltura en su ordenador el apellido de mi amiga. La espera se me hizo eterna. --Pues... no me aparece nada. Espera que pruebe otra vez. De nuevo, volvio a pulsar las teclas y note que la ansiedad crecia en mi por segundos. Como no me dijera algo ya, iba a explotar y me iba a poner a gritar sin parar hasta que me dejaran ver a mi amiga. La recepcionista volvio a decirme lo mismo: --Lo siento, pero no aparece en el ordenador --respondio al fin, negando con la cabeza. --!Como que no aparece! --chille--. !Tiene que estar! !Una uvi la acaba de traer! Pruebe otra vez, por favor, !pruebe otra vez! En ese momento, Gael me cogio por la cintura, dio un paso adelante y se hizo cargo de la situacion. --Disculpe, acaban de trasladarla en una uvi movil --dijo con educacion mientras yo esperaba a punto del infarto. --!Ah! Es la chica que acaba de llegar. --De repente, la recepcionista se percato de la persona por la que preguntabamos--. Aun no estan los datos actualizados en el ordenador. Esperadme un momento, que voy a consultarlo. Y desaparecio tras aquellas puertas color plata.

  • Susurros en la noche de Diane Pershing

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  • Olvidame, si puedes de Norah Carter

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    Ay, Senor, otra vez no... Era la frase de siempre, lo primero que decia cuando llegaba a mi lugar de trabajo. Todos los lunes me despertaba diciendome: "Victoria, una sonrisa, comienza una nueva semana y esta vez no habra problemas". Y lo hacia, de verdad. Me despertaba temprano, tomaba una ducha y salia de mi habitacion preparada. Con mi habitual ropa de trabajo, leggins negros, camisa negra, tacones negros... Si, trabajar horas de pie, en una pasteleria de lujo, no impedian que yo llevase a cabo mi lema "Antes muerta que sencilla". A lo que iba, que me pierdo.... Me recogia mi larguisima melena rizada y morena en un mono y me maquillaba sutilmente, lo suficiente para resaltar mis ojos grises. No me gustaba mucho el maquillaje y tampoco es que lo necesitara, habia heredado un buen cutis. Cuando entraba en la cocina, mi padre, quien aun no habia entendido que yo ya estaba cerca de rozar la treintena, me tenia preparado mi desayuno: cafe, zumo de naranja, tostadas y una fruta. Podia con todo, menos con la fruta. Nunca me habia gustado, la repudiaba, y tampoco hacia el esfuerzo por comerla. Buenos dias, carino, ?como has dormido? -pregunto mi calvo favorito. Asi lo llamaba yo, carinosamente. Me acerque a el e hice lo mismo que hacia desde que era pequena, le di un beso en la calva. Es lunes -dije como respuesta a todo. Vamos, este lunes sera diferente -era su intento de animarme, como cada dia. Si, lo se -me menti a mi misma, porque sabia que no seria asi. Aunque intentara enganarme, ese lunes seria un problema, como todos. Problema que se solucionaria el miercoles, el viernes me iria a casa pensando que el proximo lunes todo estaria bien, para que ese dia llegara y me diera en las narices con que todo se jodio de nuevo-. Papa, no me voy a comer el platano. No me gusta. Es mas, odio el platano -puse cara de asco y lo eche a un lado. Odias toda la fruta. Pero tienes que comerla, te guste o no. Mmm... – dije ignorandolo- ?Y mama? Es lunes... Si, ya se que es lunes. ?Pero donde...? Oh, espera, ?en el medico? -resople. Como cada lunes -suspiro el. Se sento frente a mi con su cafe y desayunamos en silencio. Tenia 28 anos y vivia con mis padres por eleccion. Tenia un trabajo estable, un buen sueldo, pero no me gustaba estar sola. Ademas, ellos ya eran mayores y preferia hacerles compania. Eso y porque, para que nos vamos a enganar, yo era un desastre en la cocina. Podia ser la mejor pastelera del mundo, pero a la hora de comer... No sabia hacer ni un huevo frito. Como decia, vivia con mis padres. Ya estaban los dos prejubilados. Eran una de esas parejas que tardaron anos en poder tener hijos, cosas de la genetica, y cuando llegue, me quede sola, y ya ellos habian pasado la treintena, asi que no hubo hermano posible. Mejor para mi, me gustaba mucho la tranquilidad como para soportar a un hermano pequeno. Aunque a veces deseaba haberlo tenido, alguien de mi edad para poder contarle mis cosas. Asi que cuando lo necesitaba, llamaba a la loca de mi mejor amiga, Alberto, y con ella que me desahogaba. No, no me he equivocado. He dicho Alberto y amiga, es que tiene mucha pluma ella. Y yo siempre me he llevado mejor con el genero masculino, para amistad, porque en temas relaciones... Vicky, el zumo. La voz de mi padre me saco de mi ensonacion. Levante la mirada, observando sus cansados ojos grises, con esas cejas blancas, con esa mirada tan parecida a la mia. Papa, odio la fruta -dije como una nina pequena. O te lo tomas sola, o te lo doy yo. Resople y empece a beberlo. Poco a poco, no tenia ganas de echar todo afuera. Mi madre... Por ahi iba. Era la mejor madre del mundo, la mejor cocinera, la mejor en todo. Pero lo mas hipocondriaco del mundo.

  • La fuente de los siete valles de Felix G. Modrono

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    Pablo Santos regresa a su Logrono natal tras casi dos decadas al servicio del Archivo Secreto del Vaticano, con la mision de recuperar los libros desaparecidos del monasterio de San Millan de la Cogolla. Pronto descubrira que uno de los ejemplares perdidos de la vieja botica benedictina guarda un importante secreto alquimico. Su busqueda le llevara a enfrentarse no solo a su pasado, encarnado en Lucia Garay -su amor de juventud-, sino tambien a un inquietante futuro.

  • La noche no entiende de luces de David Navarrete Utrera

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    Tom es un chofer descontento con su insulsa vida y apesadumbrado por la gran trayectoria de sus padres en comparacion con el.
    Sin embargo, la aparicion de dos distinguidas y atractivas mujeres a las que debe conducir al congreso de los diputados cambiara su existencia. Seducido por la posibilidad de cambiar de estatus y de tener todo lo que habia sonado decide aceptar el misterioso encargo que estas le realizan.
    Dicho encargo le llevara a trabajar en Londres al servicio de uno de los hombres mas poderosos del mundo: Jamie Rowling.
    De lo que no es consciente, es de ser tan solo un peon mas de un juego del que ni siquiera conoce las reglas.

  • Los Retos de Sophie de Rachel Amat

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    Sophie Madden, futura periodista en la Universidad de San Juan, Espana. Tras la muerte de su padre, decide romper con todo lo establecido y se lanza a vivir su sueno mas preciado, un intercambio en la gran ciudad de Nueva York.
    Cuando llega se encuentra con grandes retos que haran que su experiencia sea inolvidable. Un hombre que la descolocara, mentiras ocultas, obstaculos cotidianos y no tan cotidianos. Una experiencia que hara de la vida de Sophie, todo menos cotidiana y rutinaria.
    Momentos increibles en Central Park, grandes eventos, relaciones de amistad para toda la vida, incidentes aislados y una nueva forma de comprender el amor en un mundo al que no esta acostumbrado.
    Si eres amante de las experiencias, del suspense, de las grandes historias de amor con tintes contemporaneos, esta es tu novela.

  • Jugare contigo de Maritza M. Buendia

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  • Quedate (La chica del servicio ) de Patricia Geller de

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    BAJO del coche en el que hoy, y como viene siendo habitual desde hace dias, soy el copiloto. Casi no me sostengo en pie, mis musculos han perdido fuerza, el agotamiento se ha vuelto mi gran amigo. Miro a mi derecha, la entrada de mi casa, nuestra casa. El refugio de Gisele y mio. Un intenso nudo se me forma en la garganta. Es muy dificil asimilar que cruzare las puertas y ella no estara… Siento una mano en mi hombro, dandome el empujon que necesito. Es Scott Stone, el hermano de mi mujer, que conoce lo dura que esta siendo esta nueva etapa, pues desde que ella se fue, la semana anterior, es mi gran apoyo. Ya estamos en la provincia de Malaga. Volvemos del psicoterapeuta, al que hemos ido para asegurarnos de que el tratamiento sea el correcto, tras haberlo retomado en Madrid y ahora seguir haciendolo, frente a esta enfermedad que esta a punto de acabar con lo que mas quiero en la vida: Gisele Stone. --Tranquilo, todo va a salir bien --me dice mi cunado, colocandose delante de mi--. Anoche su voz era mas alegre, ?no te lo parecio? --Le gusta que yo este aqui… --reconozco compungido--. Sabe que no podia seguir en Madrid, tampoco en casa de mis padres y el Refugio es lo mas nuestro que tenemos. Entonces me vengo abajo. --?Que voy a hacer sin ella, Scott? --Va a volver pronto --me recuerda, tan triste como yo--. Aprovechad este tiempo, recomponeos. -- Me da el llavero, que cojo con manos temblorosas--. ?Necesitas algo…? Juego con las llaves, con la mirada perdida en ninguna parte, sin el valor suficiente para dar el paso y entrar en casa. Hoy la noche de bodas es el recuerdo que mas me duele, aquella noche nos amamos locamente y ahora el vacio frente a esas imagenes es demoledor. --Dejame unos minutos a solas, por favor --le pido, caminando. --Estare aqui. Abro la puerta exterior y cruzo la zona del jardin. El suelo esta humedo, ha llovido bastante estos dias, recordandome lo fria y triste que es esta epoca del ano. El invierno, en pleno mes de enero. No quiero ni mirar a mi alrededor, no puedo soportar tantos recuerdos compartidos. --Joder, joder. --Me sobresalte ante sus quejidos. Al mirarla, vi que se estaba riendo; tenia el cabello alborotado, apenas se le veia la cara. De un manotazo se lo aparto. Sus ojos grises casi cerrados. Hermosa y atrevida--. ?!Te ries!? !Hemos perdido el vuelo! La mire cenudo, sonoliento. --!Es la una, Matt, la una! --Puta mierda. Me deje caer de nuevo hacia atras--. !Levantate! Desnuda, con aspecto salvaje; mi perdicion. Me imagine deslizandome entre sus muslos… --Anda, acurrucate aqui conmigo --le pedi, alzando la mano--. Mas tarde cogeremos otro. --?Otro? !Yo me quiero ir ya! --Me incorpore para verla mejor, con sus brazos en jarras--. Tanto jugar anoche… y mira ahora. Solte una carcajada. --Ven conmigo --le pedi de nuevo--. Un poco mas. Con osadia, se recogio el cabello en un mono alto y corrio hacia mi, haciendonos caer bruscamente hacia atras. Su emocion por viajar era evidente. La haria disfrutar como nunca. --?Como has amanecido, esposo? Pero no disfruto como me lo propuse, la jodi tambien en nuestra luna de miel. Hoy tengo miedo, miedo de no saber recuperarla, de que no vuelva nunca. A pesar de las llamadas diarias desde su marcha, su voz suena muy apagada. Se que no es feliz estando lejos de mi, pero tampoco conmigo. Las constantes y absurdas peleas, mi negativa a tratarme, mintiendole… y mi comportamiento enloquecido la han agotado. No se quererla como merece. Temo que pierda las fuerzas, la ilusion y las ganas de luchar. Inspiro al llegar a casa, son las cinco de la tarde, pero no se si donde ella esta es de dia… o de noche… No ha querido decirme su paradero, sabe que la buscare, pese a haberle prometido lo contrario. No soy tan fuerte como piensa. Justo antes de abrir, suena mi telefono. Nervioso, rebusco en el bolsillo del pantalon oscuro que llevo puesto. Un grunido escapa de lo mas profundo de mi ser. Mi garganta se abre de nuevo. La energia y el aire que necesito me llegan inmediatamente. Es ella, Gisele. --?Carino? --pregunto con agonia. --Hola, Matt. --Hola, preciosa. --?Que tal…? La noto cansada, habla en un tono poco audible. Me siento en la entrada, en los escalones. No puedo mas, desconocer tantos detalles de su vida es un sinvivir. Me duele demasiado esta distancia. --?Como estas, nena? --susurro. --?Y tu? --La oigo suspirar--. Recuerda que si tu estas bien, yo tambien lo estare. He hablado con Carlos… Me gusta ese doctor. --Es amable, si --digo sin ganas, de lo que menos me apetece hablar es de el--. Estoy en la puerta de casa, me falta valor, Gisele. Hay un precario silencio, crudo. --Te quiero mucho, mi vida. Estoy muy orgullosa de ti --musita--. ?Entramos juntos? Una de sus ocurrencias. Sonrio, negando con la cabeza. --Solo no puedo. --No lo estas… Estoy contigo, venga, abreme la puerta. Con mas animo, me levanto y me encamino hacia la puerta. La llave entra a la primera y no dudo en cruzar la sala, su voz es el empujon que necesito. Ahi, fotos de Gisele rodean la estancia. Tambien nuestras, dandole luz a este rincon tan especial. Hay muchas imagenes, sobre todo las de nuestra luna de miel. Una que me hace sonreir es en la que ella esta con su brazo alrededor de mi cuello, sentada en mis rodillas y haciendo burla. Mi cara varia entre la diversion y la sorpresa. Jugueton. --Matt --me llama preocupada--. Dime algo, cuentame cosas. Carraspeo. --Estoy haciendo todos los tramites necesarios y cuando regreses… --Nos quedaremos en Malaga --acaba enseguida, consciente de que me altero si no habla de una pronta vuelta--. ?Has comido? --Algo… En casa de mis padres. Tengo algun que otro mareo, nauseas… Esto es muy dificil, carino. Otro largo suspiro, esta contenida, cambiada. --Carlos me ha contado que, aunque las pastillas son imprescindibles para el estado de animo, la depresion y los episodios… tienen sus reacciones. --Camino por la sala, rozando su imagen con los nudillos--. Se que al principio cuesta, me acuerdo de cuando empezaste la otra vez… --murmura incomoda--, pero ahora cuentas con el apoyo de todos. Y el que mas necesito esta lejos y ni siquiera se por cuanto tiempo. --Te extrano, nena, a veces siento que me voy a volver loco si no te acaricio, si no vuelves pronto. Me haces falta --confieso, mal--. ?Podre enmendar alguna vez tantos errores? --Lo estas haciendo ya… --No se vivir sin ti, Gisele. Me gustaria decirle que no volvere a dejar el tratamiento, que no volveremos a pelearnos por tonterias y que no controlare cada paso que de. Pero se que es pronto y que pensara que sera otra promesa rota. He de ser prudente. --?!Nena!? --Dime… --?No tienes la misma necesidad de abrazarme?

  • Me olvide de mi de Alma Hendricks

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  • La piedra del destino de Rober H. L Cagiao

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    Las copas de los arboles dibujaban una curva paranormal bailando ritmicamente, unos con los otros, en el cielo estrellado. El agua caia sobre su rostro mezclandose con sus lagrimas, untando salado y no salado, vida y muerte, el bien y el mal. Se agarro como pudo al tronco de un imponente castano, uno de los pocos que se resistian a la invasion del eucalipto. Estaba cerca, lo intuia. Las fuerzas escaseaban, espero a que aquel viento huracanado le diera una tregua y continuo, luchando en su contra, ante la suerte, ante la vida misma. Entonces la vio. Era la piedra del destino, la que tantos antes que ella habian buscado. No habia dejado de llorar desde que empezara aquella inhumana ascension, pero ahora todo valia la pena. Apoyo su mano sobre aquellos circulos concentricos, simbolos de siglos de historia humana y busco la entrada a la cueva. Nadie que no supiese de su existencia la encontraria, pero ella, Paola Gomez, creia ya en las meigas, nas bruxas, nos demos, nos Mouros. Con la linterna led, pegada a la frente, entro con los pies por delante. El espacio era el justo para un ser humano de complexion delgada. La linterna, solo reflejaba la piedra y mas oscuridad hasta que cayo en una especie de hoyo. Miro atras pensando que mas tarde tendria que subir y eso no seria tan facil. Dirigio su cabeza hacia aquella cueva humeda y vio un haz de luz al fondo del pasadizo. Queria correr, pero sabia que no debia. Cogio su arma y avanzo, ya no lloraba, ahora sudaba. No sabia que se encontraria al otro lado. ?Tesoros? ?Mouros? ?Serian ciertas las leyendas? ?Comunicaria aquel pasadizo con el Castillo de Andrade, con la playa de Centrona o con el Monasterio de Caaveiro? Apago su linterna, aunque se arriesgaba a tropezar. Aquella luz, era lo suficientemente nitida para guiarse hacia ella. Estaba cerca, solo unos metros mas. Alli, de pie, en el centro, iluminado por un haz invisible habia una presencia vestida de negro, de espaldas. Paola, respiro hondo y sintio como las lagrimas volvian a inundarla. Cuando se dio la vuelta y vio aquellos ojos inyectados en sangre, el miedo la cubrio por dentro. No podia ser el, era imposible, ella misma lo habia encerrado. De fondo escucho una musica conocida que le ablando el corazon y la traslado a aquellas horas en San Miguel de Breamo. En su mente solo escuchaba a la gente gritar... !Guardian, guardian! Entonces vio como se acercaba a ella muy despacio, se quitaba el pasamontana y le sonreia, mientras la cogia por los hombros. El bien y el mal Paola, solo tu puedes guiarnos. --No era capaz de hablar, de contestarle, las palabras se enredaban en su garganta. --Solo tu, Paola. II. LA RESACA Desperto banada en sudor y el corazon saliendosele del pecho. Era la tarde del tercer dia que pasaba sin despegarse de las sabanas de su cama. El inspector jefe, Costoya, la vigilaba haciendo turnos con Modesto y Portela. La doctora Fraga, que habia sustituido a Milo en el equipo medico, venia todos los dias a verla, pero sabia que el problema estaba unica y exclusivamente en su cabeza. Rubio les preguntaba a todas horas por ella. Era la jefa, la punta de lanza, la necesitaban. Pero aquello habia sido muy duro y retransmitido en directo para todo el pais. La vio revolverse varias veces sobre si misma, empezar a sudar, noto como queria hablar, pero no era capaz, estaba sonando, supuso. Duro casi dos minutos, le puso las manos en los hombros y la miro fijamente, intentando entrar en su cerebro. Levanto medio cuerpo y a punto estuvo de tirarlo de la cama. --!Paola, Paola! ?Estas bien? --Ella, no era capaz de hablar, de expresarse, su cara reflejaba una tension desmedida, como si hubiese estado en el infierno. Se acerco otra vez minimamente y ella arqueo las cejas. Le indico el vaso de agua que estaba en la mesilla. Bebio un sorbo largo como si no hubiese bebido en siglos. Cuando termino se lo devolvio y rompio aquel muro que no le dejaba hablar. --Costoya, siempre te he respetado como un padre, y lo sabes. Dime, ?como se sale de esto? -- Al inspector jefe le parecio una de las preguntas mas dificiles de contestar de las que le habian hecho en sus casi cincuenta y ocho anos de vida. Suspiro. --?Como se sale de todo?, haciendo borron y cuenta nueva. Tarde o temprano tendras que volver a vivir, y cuanto antes lo hagas menos tiempo que habras perdido. Pura logica. --Lo miro durante un largo rato para acabar trasladando su mirada al gran ventanal que tenia a su derecha. --?Sabes? Nadie esta preparado para algo asi, para que tu vida se rompa en apenas segundos, pero supongo que esta sensacion es la que tienen todas esas personas que pierden en un instante lo que quieren. En mi caso, es sentir que mi vida no ha sido, exactamente, mi vida y eso, me rompe por dentro. --Podra recomponerla, solo es cuestion de ir pegando los pedacitos. --Nuevamente lo miro. --?A que te refieres exactamente, Costoya? --En cuanto lo dijo se arrepintio de ello, pero el mal ya estaba hecho. --Me refiero a que no sabes, exactamente, lo que le paso a tu padre. Igual es un buen momento para empezar. --La mirada de Paola se ilumino y en el fondo el inspector se sintio bien, esperaba que aquello no tuviera consecuencias funestas. --Tienes toda la razon, llevo tres dias perdidos entre pastillas, pesadillas y ese sol horrible que no para de brillar. --Para que luego digan que en Galicia siempre llueve, ilusos. De todos modos, no te apresures, primero seria buena idea que te levantaras, te dieras una ducha, demos un paseo y manana vamos a ver al jefe. ?De acuerdo? --Sabia que todo aquello caeria en saco roto, teniendo en cuenta el caracter de Paola. --De acuerdo, me levanto, me ducho y nos vamos a la comisaria. Me duele el cuerpo de estar en la cama. Necesito accion y sobre todo informacion. --Lo miro diciendole que no habria vuelta atras. La comisaria Gomez, al tercer dia, segun las escrituras, habia resucitado. Como si de un huracan se tratase, Paola Gomez, comisaria de la brigada criminalistica de la jefatura de A Coruna, entraba en aquella enorme y desangelada sala. Se paro de frente, con las piernas separadas y las manos en las caderas, y los miro. Estaba orgullosa de ellos. Eran su equipo y, aunque lo habian pasado muy mal, lo habian conseguido. Sonrio. Uno a uno, se fueron acercando a abrazarla. Rubio, espiaba desde su despacho, aquel que en realidad era de Paola. A pesar de su caracter serio, no pudo evitar esbozar un amago de sonrisa y alumbrarsele una pequena luz en el corazon, en el fondo, muy en el fondo, era humano. Estaba radiante, parecia nueva, el pelo hondeando al viento y aquel traje de chaqueta y pantalon tan caracteristico en ella, un autentico torbellino humano. El primer abrazo fue para su querido Modesto. La comisaria lo miro fijamente. --?Y tu que? Seguro que eres el mitico amigo que en las bodas se sube al campanario para tirarle arroz a los novios. --Todos se rieron. --No hizo falta, amigo, pero estabas alli por si acaso, gracias. --El siguiente era Portela. --?Como va esa mano? Ya me conto Costoya, lo del escape de Alcatraz y vuestra entrada triunfal, vaya par. --Los agarro del hombro a los dos. Las siguientes en abrazarla fueron, Ana y Alba. --Menos mal que has vuelto, que estabamos en minoria y no veas lo que abusaban estos carcas. --Me lo creo, sobre todo viniendo de nuestro, por lo que veo, nuevo becario. --Miro a Rafa con una sonrisa enorme en la cara y se abrazo a el. Se dio la vuelta en busca de Milo, al no verlo se extrano, pero no le dio mas importancia. Se volvio de nuevo y les hablo a todos. --Antes de ir a ver al carcamal que esta detras de mi puerta y que hace rato que nos mira, creyendo que no lo vemos, queria daros las gracias por vuestro apoyo, porque el curre que os metisteis para descubrir al Guardian fue bestial y aunque al final la cosa se complicara tanto, lo conseguimos, salvamos a esa gente. Y lo mejor de todo, nos ganamos la confianza de los de arriba para continuar aqui. Ahora sigamos trabajando, luego tengo algunas cositas ya para vosotros. Se dio la vuelta y vio como Rubio se sentaba de nuevo en su despacho. Con paso decidido se dirigio a el, no sin antes guinarle el ojo a sus companeros. A su equipo. A su familia. --Me alegro de verla, Paola. --La miro a los ojos y ella pudo apreciar cierta emocion, aprovecho para sentarse. --La verdad es que no contaba con usted tan pronto, pero bienvenida sea, y antes de nada ?como se encuentra? --Me da un poco vueltas todo, pero despues de pasarme tres dias encerrada en casa, el milagro es que no me volviera loca. --El caso, comisaria, es que hay novedades. Como puede ver, he incluido a Rafa como becario de la unidad y es que, he de decir, que su ayuda con el Guardian fue inestimable. Y en cuanto a Milo, esto se le hacia demasiado grande, ha decidido dejarnos y su lugar lo ocupara la doctora Fraga, si, la misma que fue a atenderla a su casa. Es medico forense, psicologa clinica con un largo historial sobre sus hombros. El resto del personal que trabajaba con Milo seguira con ella. Y esa es la buena noticia, los de arriba creen que hemos hecho un buen trabajo, a pesar de la enorme repercusion mediatica de este asunto. --Rubio, se levanto y comenzo a pasearse nervioso por la sala. --Durante estos tres dias no han cesado las manifestaciones, de una u otra manera, de simpatia hacia el Guardian de las flores, pero para nosotros eso es ya agua pasada, exceptuando a nivel personal para usted, por supuesto. -- ?A donde lo han llevado? --A la espera de juicio, esta en Teixeiro y alli esperamos que continue. --?Puedo verlo? --A su debido tiempo, comisaria, pero si, claro, eso entra ya en terreno personal, no le puedo poner impedimento alguno. --Quiero saber donde esta mi padre. Necesitare hablar con el, con Franganillo, con Morales... --Como sabra, tanto los parrocos como Franganillo y Morales no seran condenados, en ningun caso, pues su delito ha prescrito. Asi es que si, claro que puede hablar con el. Pero dejemonos de pasado y centremonos en el presente, necesito un informe del proceso del Guardian de las flores, minucioso, para entregar a los de arriba, que no se le quede una coma y lo necesito ya. A partir de manana empezamos a ponernos con esos expedientes si es que no hay nada mas urgente. --De acuerdo, jefe, asi se hara. --Comisaria, buen trabajo, con toda la carga emocional que debio usted sentir alli dentro, solo puedo celebrar la entereza demostrada. Supongo que lo sabe, pero se ha ganado la admiracion de muchos. !Enhorabuena! --Paola ya se iba cuando el jefe Rubio, se dio cuenta que le faltaba algo --ah, y, por cierto, he decidido quedarme con el despacho y dejarle a usted el de aqui detras, supongo que no le importara, teniendo en cuenta, el infimo uso que hace usted de el. --Descuide, jefe, yo soy mas de tirarme por cualquier sitio, pero gracias. --Paola, salio con el pecho lleno y una floreciente sonrisa. Volvio a darle la enhorabuena a Rafa y a desearle suerte en esta su nueva casa. Vio como Modesto los miraba desde su puesto, no sabria decir si celoso o solo curioso

  • Como en Oz, en ningun sitio de Danielle Paige

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    Como en Oz, en ningun sitio es una reinterpretacion muy novedosa del clasico que ha deleitado a millones de lectores del mundo entero.
    Dorothy golpeo sus tacones tres veces y volvio a Kansas. Ese fue el final. Pero ?realmente todo termino ahi?
    Dorothy vive feliz con su tia Em, pero cuando un regalo misterioso aparece en la puerta de su casa en su decimosexto cumpleanos, Dorothy descubre que tendra la oportunidad de volver a la ciudad reluciente que la convirtio en una estrella.
    Dorothy se siente feliz ante la posibilidad de reunirse con sus antiguos amigos: el Espantapajaros, el Hombre de Hojalata y el Leon Cobarde. Pero pronto se da cuenta de que durante su ausencia Oz ha cambiado, y ella tambien. En esta ocasion, los ladrillos amarillos la llevaran por un camino muy distinto, y durante su viaje descubrira que la linea entre el bien y el mal se ha vuelto muy estrecha, por lo que ya no estara segura de en que lado se encuentra ahora.

  • El dia que amanecio sin colores de Jean-gabriel Causse

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    Una novela luminosa que dara color a tu vida.

  • Dulce Carolina de Lidia Paez

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    Desde que Diego la abandona sin ningun tipo de explicacion, Carolina vive dedicada a su profesion y a Martin, su sobrino. La reposteria es su vida y, junto a su hermana y su padre, regenta la pasteleria familiar que abrio su abuelo hace mas de cincuenta anos.
    En el edificio en el que vive, y tras un tiempo sin inquilinos, se instala en el piso de arriba un chico que le llama la atencion. Alto, moreno y sonriente, tiene pinta de arrasar alla por donde pasa. ?Como se llama? ?A que se dedica? ?Tiene pareja?
    En la intimidad de su habitacion, Carolina fantasea con tener a su vecino bajo sus sabanas, pero ?que pasara cuando se de cuenta de que las fantasias pueden hacerse realidad?

  • Iskari de Kristen Ciccarelli

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    Hace anos se susurraban historias venenosas de magia y oscuridad, ahora prohibidas porque su eco atrae a los dragones. Asha lo sabe mejor que nadie: cazarlos es su deporte favorito. Solo uno la ha derrotado, el responsable de desfigurar su rostro con una horrible quemadura.

  • Carolyn de Jesibel Vega Acevedo

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    Luego de escapar de su hogar en Inglaterra, Carolyn se embarca en un viaje a America con la esperanza de reconstruir su vida. Sin embargo, al llegar al Nuevo Mundo, Carolyn se da cuenta de lo dificil que sera sobrevivir en la America Revolucionaria.

  • Bajo el cielo de Madrid y el mundo de Aitana de Jenny Del

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    Jorge y Aitana parecian vivir un sueno cuando, en su mejor momento profesional, el destino cruzo sus caminos. Un amor a primera vista, que les convirtio en inseparables y por el que ambos no dudaron ni un solo segundo en apostar.
    Presos de un deseo sexual irrefrenable, su felicidad era completa en el momento que, coincidiendo con un viaje de Aitana, Jorge fue inesperadamente detenido por la policia. Desesperado y, sin entender ni una palabra de lo sucedido, maldecia su suerte y se negaba a creer que otra vez le estuviera ocurriendo a el...
    Por su parte Aitana, a miles de kilometros de su amado e, ignorando el pasado de este, se sintio traicionada hasta el punto de pensar que la dicha experimentada juntos no habia sido mas que un cruel engano...
    ?Estaria en lo cierto o todo quedaria en una pesadilla? ?Podrian aquellos que sabian la verdad hacerla valer? ?Triunfaria el amor o sus existencias se verian abocadas a seguir sendas distintas?
    Una historia apasionante con un final conmovedor...

  • La hermana de Louise Jensen

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  • Con mi tanga no se juega, !bruja! (Brujas 1) – Monica Garub de Monica Garub

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    “Dicen que las brujas debemos estar escondidas, que nuestro don ha sido otorgado por un ser de la oscuridad y que ante todo no sabemos amar sin utilizar nuestra magia.

  • Eric de Terry Pratchett

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    Lo ultimo que sabiamos de nuestro amigo Rincewind era que, al final de Rechicero, habia quedado atrapado en las Dimensiones Mazmorra cuando intentaba salvar el mundo. Algun tiempo mas tarde, tanto en el reino de la Muerte como en la Universidad Invisible se empieza a oir regularmente un sonido como de pasos corriendo y una voz que dice: Ohmierdaohmierdavoyamorirvoyamorir. Los magos se ponen extremadamente nerviosos, pero no tanto como cuando por fin averiguan que Rincewind vuelve a estar sobre el Mundodisco. Al fin y al cabo, el tipo en cuestion fue testigo de ciertos comportamientos poco dignos de los que hicieron gala los magos no hace mucho tiempo... Un demonologo, por otra parte, ha invocado lo que el cree que es un demonio muy poderoso y decide pedirle los tres deseos basicos de todo hombre, aunque como (en el caso que nos ocupa) dicho hombre tenga trece anos: dominio sobre todo el Disco, estar con la mujer mas hermosa del mundo y vivir para siempre. Pero es muy posible que no todo le salga como espera... Y finalmente, el Infierno esta en plena remodelacion. Un demonio joven con alma de director de empresa ha asumido el control y ahora el Infierno es eficiente, pero esto no gusta ni a las almas en pena ni a los demas demonios... Eric es una novela corta del Mundodisco, profusamente ilustrada en su edicion original inglesa por Josh Kirby (el autor de las portadas hasta Ladron del tiempo). Es la ideal para empezar a leer en ingles, y ademas se pueden hacer muchas camisetas chulis con las ilustraciones. La edicion espanola, por desgracia, no lleva ilustraciones.

  • Freak like me de Eva M. Soler

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    !Sumergete en esta saga de novelas New adult que exploran la vida de un grupo de universitarios en un exclusivo internado de Montreal!

  • Adorable perdicion (Adorable 1) de Gabriela Cano

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    Primera y apasionante entrega de la trilogia <> de Gabriela Cano en la que conoceremos la romantica historia de Heather y Kilian.

  • Podemos salvar el mundo antes de cenar de Jonathan Safran Foer

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    La mayoria de los libros que abordan la crisis del medioambiente son densos, academicos y estan repletos de estadisticas impersonales. Este no es uno mas. Es accesible, inmediato y ofrece una solucion clara que los lectores pueden poner en practica inmediatamente. El principal porcentaje de las emisiones globales de CO2 proviene de las granjas industriales. Dejar de comer carne es dificil y nadie es perfecto, pero reducir su consumo es mucho mas facil y tiene un efecto positivo e inmediato en el medio ambiente. Solo cambiando nuestra cena (y comiendo carne solo una vez al dia) es suficiente para cambiar el mundo.
    Mezclando ensayo, reportaje periodistico y su propia biografia, historia y actualidad, Jonathan Safran Foer se mete de lleno en uno de los principales dilemas de nuestra epoca de una forma urgente, creativa y sorprendente.

  • Lealtad y sangre de Raul Garbantes

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    LO UNICO QUE Linda Amatista escuchaba, despues del ruido del agua fria estrellandose contra su cuerpo y el suelo, era el sonido del viento corriendo entre los arboles. Por un instante, eso era todo lo que existia, como un hechizo. Se aferro lo mas que pudo a ese sonido que era un oasis en el infierno que estaba viviendo, por un tiempo que empezaba a parecerle inconmensurable. Solamente entendia que ahora la unica realidad era el dolor. A medida que volvia en si, cada parte de su cuerpo daba fe de vida a traves del suplicio que le hacia padecer. Ya el mundo de afuera se habia vuelto borroso, sonidos, formas y colores vagos; pero su mundo interno era un enjambre de senales de dolor vertiginoso que hacia parecer su cuerpo mas extenso de lo que en realidad era. Mas que un cuerpo humano, un continente de sufrimiento. --Ya es hora --escucho decir. Sintio el resplandor de una luz a traves de los parpados hinchados. Trato de taparse la cara un poco con uno de sus brazos. Ambos se alzaban sobre su cabeza inclinada, pendiendo de las munecas esposadas, estas, a su vez, entrelazadas con una cadena que se elevaba hasta un liston de madera en el techo. Las rodillas tocaban el suelo, pero ya casi no sostenian todo el peso de su cuerpo, los tobillos atados tambien. Trato de abrir los ojos. Era como si su rostro hubiera mutado a una mascara tallada por los golpes. Ahora podia escuchar hasta el zumbido de la unica bombilla de aquel pequeno lugar, una que colgaba desnuda de un cable; tambien escucho el rechinar de la madera con los pasos del torturador. Apenas podia ver su vaga silueta del otro lado del cobertizo, tomando algo entre las manos, quiza una soga. --Todo va a terminar pronto --dijo el hombre. <>, penso ella, desconcertada; como si no la hubiera abusado ya lo suficiente, como si de esa forma no la hubiera despojado ya de cada parte de su persona: treinta y tres anos, Linda Amatista, oficial de Policia condecorada del distrito de Olivares. El orgullo de su madre y de sus amigas. El hombre se acerco y libero las esposas de la cadena. Ella dejo caer todo su cuerpo al suelo, sintiendo la madera rugosa y el frio de la noche que erizaba su piel, el viento ahora golpeaba con mas fuerza que antes, produciendo un silbido cuando chocaba con el cobertizo. Por fin podia respirar hondo, por fin sus musculos se distendian, y aquel alivio mitigo un poco el calvario que atravesaba. Vio la silueta del hombre acercarse, sus contornos difusos por la luz de la bombilla, pero, sobre todo, por la mezcla de sangre y sudor que se acumulaban entre los parpados de ella. Sintio una sombra cubrirla por completo y luego un ardor cuando el retiro la cinta adhesiva de su boca, removiendo luego el panuelo del interior de esta. El frio, el miedo y el dolor le sacaban sonidos involuntarios que no lograba reprimir por mas esfuerzo que pusiera. Lo escucho reir para si y sintio ira, quiso hacer sufrir a cada hombre que conocio alguna vez, quiso hacerlos suplicar por la muerte que ella ahora deseaba para si. Sintio toda la saliva y sangre acumuladas en su boca y trato de decir algo. Su garganta estaba tan seca que apenas dejaba salir aire. --?Que? --pregunto el hombre, acercando el rostro. Enseguida se cubrio de una sustancia rojiza y viscosa al recibir un escupitajo de su victima. En el silencio que siguio, ella supo percibir la rabia acumulandose en su abusador. Esta era la unica victoria que podia permitirse, asi que sonrio como pudo, esperando que el regocijo la acompane hasta el ultimo momento. --Eres una guerrera --escucho decir al hombre--. Para nada como las otras. <>, penso Linda. Mientras, ella se obligo con todo su ser a no darle esa satisfaccion, la de verla quebrarse mentalmente. Entonces recordo las palabras de su mejor amiga, Aneth Castillo, cuando estaban en la academia de Policia. Cuanto le hubiera gustado verla una ultima vez. Quiso permanecer un poco mas en aquel recuerdo, pero su captor habia comenzado a golpearla de nuevo. Tomo algo de tiempo para que el hombre se percatara del propio frenesi en el que habia caido. Se sorprendio a si mismo con el rostro desencajado por una mueca que mezclaba rabia y placer. Estaba jadeando cuando se detuvo y la vio ante si, casi inconsciente otra vez. Bajo los brazos y subio el rostro, cerrando los ojos, como si alguna sustancia invisible lo estuviera banando. Su respiracion se volvio a calmar. Trato de penetrar lo mas profundo que podia en aquella calma, instalarse alli, en la satisfaccion y el alivio que no era capaz de experimentar de otra forma y que solo era superado por lo que pensaba hacer despues. Volvio a esposar a la mujer con los brazos atras. La vio moverse cuando ajusto el nudo de la soga en su cuello. Tomo un extremo y lo avento por encima del liston. Dio unas vueltas a la soga por su antebrazo para lograr un mejor agarre, tomandola luego con ambas manos. Despues de una respiracion profunda, comenzo a tirar de la soga. Lo hacia de forma lenta para observar a su victima contorsionarse mientras agonizaba. Y, con cada tiron de la soga, se sumergia de a pocos en un extasis unico. Para cuando la mujer ya habia dejado de moverse, ahorcada, estaba consumido por una euforia total que se concentraba en su entrepierna. Mantuvo la escena congelada un momento. Cuando sintio que ya la habia absorbido lo suficiente, solto la soga. El sonido grave del cuerpo golpeando contra la madera le disgusto. Quiza le parecio que rompia con la solemnidad que estaba experimentando. No se dejo consumir por el hecho, pues el mal humor lo sacaria por completo de la atmosfera que habia creado para si. Entonces volteo el cuerpo para que mirara hacia el techo y se comenzo a desvestir. 1 UN CASO PELIGROSO PARA LOS QUE aun no me conocen soy Goya. La primera vez que fume un cigarrillo ya estaba separado de mi mujer y mi hija me odiaba. Recuerdo que salia de un bar en la madrugada, con el aliento a licor. Estaba en camino a convertirme en un alcoholico; mejor dicho, en un adicto. El cerebro de un adicto es muy particular, saben. Es una persona compulsiva. Si logra superar una adiccion, siempre existe el riesgo de que alguna otra cosa pase a llenar ese vacio. Trato de no pensar mucho en esto. Pero la realidad no siempre colabora con los propositos de nuestra voluntad. Por el contrario, pareciera colocarle obstaculos. Esta ha sido una manana inusual en mas de un sentido. El mas evidente: el sol radiante brillando en medio de un cielo despejado. Cosa que detesto. No por aborrecer de lo que el comun de la gente disfruta, sino por el calor que produce un sol radiante por la manana en Sancare. En la comisaria todo parece brillar exageradamente, iluminado casi sin dejar sombra alguna. Siento la pelicula de sudor con la que me cubre el calor y la humedad de la ciudad, casi como una segunda piel. Siento las gotas cayendo por mi nuca, mi camisa adhiriendose a mi cuerpo incomodo y ansioso. Sobre mi escritorio hay pilas de papeles esperando por mi. Cierro los ojos y escucho el bullicio de la comisaria, manotazos sobre mesas, golpes metalicos, voces, ordenes, carcajadas, correteos por los pasillos. Cada elemento, hasta el mas insignificante, exaspera mi paciencia. Este es el dia en que se supone debemos traer a alguien de la familia para compartir un rato y que vean lo que hacemos. Una idea ridicula donde las haya. Pero mas ridiculo es que yo haya imaginado siquiera que mi hija Laura contestaria mis llamadas para invitarla. --Goya --escucho decir a Valeria desde un escritorio cercano. Tras ella esta su madre, Aneth Castillo, mi companera que sonrie e intercambia palabras con Hilario Cota, otro miembro del equipo de Homicidios. Quiza se burlan de mi porque saben cuanto detesto este lugar ahora mismo. Sin embargo, le sonrio a la nina. Me recuerda a Laura cuando tenia su edad. La alegria que veo en mi companera tambien me recuerda a mis propios animos cuando comence a trabajar con la Policia. Esta idea me refresca un poco el pesimo humor que tengo y, mientras, trato de no pensar en ciertas cosas. Escucho la puerta del comandante Sotomayor abrirse con la premura usual, que poco tiene que ver con la urgencia de lo que va a comunicar. Lo miro. Me hace un gesto con la mano. Por la cara que tiene, no debe de ser nada grave. Entro a la oficina y veo al comandante de pie, alargandome el telefono, como quien se lava las manos de una tarea fastidiosa. --?Inspector Goya? --escucho preguntar del otro lado del receptor, es la agradable voz de una mujer quiza entrando en la cuarentena. --El habla. --Es un gusto hablar con usted --dice--. Soy la fiscal Vera Simmons, del distrito de Villablanca. --?En que la puedo ayudar fiscal? --Vera, estoy manejando un caso delicado y he dado con uno de los sospechosos principales, al cual pienso interrogar en las proximas horas. Creo saber a donde se dirige la conversacion. Y no me disgusta el pronostico. --Su don de gentes --continua--, si me permite la expresion, es famoso entre algunos de nosotros, y su ayuda me pareceria invaluable. --?Quiere que interrogue a su sospechoso? --No --dice con cierta risa--. Eso lo haria yo. Pero me encantaria su asesoria, saber sus impresiones sobre el sujeto durante el interrogatorio. Solo quiero saber si deberia seguir cavando este hoyo. Le digo que con mucho gusto podria ayudarla con eso. Nada mas oportuna que una excusa para dejar la comisaria en este momento. --Goya --dijo el comandante Sotomayor, reteniendome, cuando ya cruzaba la puerta--. Recuerda que hoy es la cena del alcalde con las nuevas autoridades. Te espero alli. Un embotellamiento inesperado me mantiene en el centro de la ciudad, entre humo, bocinas de autobuses y vendedores ambulantes. Ha empezado a correr el viento, arrastrando nubes con lentitud, volviendo benevolo el calor. La luz de esta manana da a los colores y a las texturas de los edificios una nitidez particular. Un hombre mayor de piel tostada pasa por la ventana de mi auto vendiendo diarios. Le pregunto si sabe que ocasiona el trafico. --Es una manifestacion de obreros --me dice con una voz ronca--. Pero ya se estan retirando. Le compro una copia y le agradezco. Reviso por encima los titulares. <>. <>. <>. El ajetreo de siempre. Por fin los autos comienzan a avanzar. Veo un grupo de hombres con cascos de proteccion dispersarse. Al rato ya he dejado el caos del Centro y las vias se tornan mas acomodadas, los edificios mas modernos, cobran mas presencia las areas verdes con caminerias y personas haciendo ejercicios o paseando a sus mascotas: todo ocurre como si se tratara de otro mundo, uno desentendido de las noticias en la prensa y de las intenciones mezquinas de quienes abusan del poder. Asi, como en una ciudad paralela, entro al distrito de Villablanca. Sigo la direccion que me proporciono la fiscal Simmons. No demoro en llegar y, despues de anunciarme en la recepcion, la chica que me atiende me informa que la misma fiscal bajara a recibirme. No pasa mucho hasta que veo salir de un ascensor a una mujer muy atractiva y elegante. Viste un pantalon de punto grueso y corte cenido de color gris con rayas delgadas y claras, una chaqueta que hace juego con el pantalon y una blusa de tonalidad crema. Lleva tacones bajos, pero de punta fina. Tiene el pelo suelto, largo, oscuro y abundante. Ya cerca, la veo sonreir levemente, una sonrisa muy expresiva sin ser exagerada. Diria que esta entusiasmada de verme, aunque no nos conocemos. Despues de haber destruido mi matrimonio con Silvia, al punto de no dirigirme la palabra hasta el sol de hoy, nunca me vi realmente cautivado por otra mujer. Pero la fiscal Simmons ha logrado causar una impresion en mi, aunque me cueste reconocerlo. --Inspector Goya, que gusto --me dice, su voz es todavia mas agradable de escuchar en persona. Le extiendo la mano sin saber en verdad que decir o hacer, excepto un sonido vago. --Debo decir que esperaba con anticipacion nuestro encuentro --afirma mientras caminamos al ascensor. --Dejame adivinar --replico algo incomodo--, algun profesor trasnochado te hizo estudiar uno de mis casos viejos. --Espero que excuse mi cursileria. Pero es famoso, entre los de mi generacion al menos. Segui su carrera hasta que, bueno... --Hasta que lo mande todo al demonio --la interrumpo. --Exacto. A medida que subimos, el paisaje de Villablanca cobra perspectiva a traves de los cristales, sus cuadriculas perfectamente planeadas, sus espacios publicos, otros en construccion. Salimos a un piso limpio y aclimatado, de techo alto, con varios pasillos, varias oficinas y salas.

  • La dalia negra de James Ellroy

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    Jamas le conoci en vida. Existe para mi a traves de los otros, mediante la evidencia de lo que su muerte les obligo a hacer. Trabajando con el pasado, busque solo hechos, y la reconstrui bajo la forma de una muchachita triste y una puta, en el mejor de los casos como alguien que-pudo-ser..., una etiqueta que podria serme aplicada tambien a mi. Desearia haber podido concederle un final anonimo, relegado a unas pocas palabras laconicas sobre el informe de un policia de Homicidios, la copia en papel carbon que se manda a la oficina del forense, mas papeleo necesario para llevarle al cementerio. Lo unico que habia de malo en mi idea es que ella no hubiera querido que las cosas ocurrieran de ese modo. Por brutales que fueran los hechos, ella hubiese querido que tales hechos llegaran a ser conocidos. Y dado que le debo mucho, y soy el unico conocedor de la historia, he empezado a escribir esto. Pero antes de la Dalia estuvo la relacion, y antes de eso, la guerra, los reglamentos militares y las maniobras en la Division Central, los cuales nos recordaban que tambien los polis eramos soldados, aunque fuesemos mucho menos populares que quienes estaban combatiendo contra los alemanes y los japoneses. Despues del trabajo de cada dia, los patrulleros tenian que participar en simulacros de ataque aereo, pruebas de oscurecimiento y entrenamientos para la evacuacion en caso de incendio, lo cual nos obligaba a ponernos firmes en la calle Los Angeles, a la espera de que el ataque de un Messerschmitt nos hiciera sentir un poco menos estupidos. La llamada para los servicios del dia seguia siempre un orden alfabetico, y poco despues de haberme graduado en la Academia, en agosto de 1942, conoci a Lee alli mismo. Ya habia oido hablar de el por su reputacion y estaba enterado de nuestros historiales respectivos: Lee Blanchard, peso pesado, 43 victorias, 4 derrotas y 2 nulos; con anterioridad, atraccion regular en el estadio de la Legion de Hollywood. Y yo: Bucky Bleichert, peso ligero, 36 victorias, ninguna derrota, y ningun nulo, colocado una vez en el puesto numero diez del ranking por la revista Ring, tal vez porque a Nat Fleisher le divertia la mueca desafiante con que solia contemplar a mis adversarios, en una exhibicion de mis dientes de caballo. Pero las estadisticas no contaban toda la historia. Blanchard pegaba duro, y recibia seis golpes para poder colocar uno, un clasico cazador de cabezas; yo bailaba, hacia fintas y buscaba el higado, siempre con mi guardia en alto, pues temia que si recibia demasiados punetazos en la cabeza mi aspecto se estropearia aun mas de lo que mis dientes lo estropeaban. En cuanto a los estilos de pelear, Lee y yo eramos como el aceite y el agua, y cada vez que nuestros hombros se rozaban cuando nos repartian las tareas a primera hora del dia, yo me preguntaba quien ganaria. Durante cerca de un ano nos estuvimos midiendo mutuamente. Jamas hablabamos del boxeo o del trabajo policial y limitabamos nuestra conversacion a unas cuantas palabras sobre el tiempo. En lo fisico, eramos tan distintos como pueden serlo dos hombres: Blanchard, rubio, de complexion sanguinea, media metro ochenta y dos y tenia los hombros y el torax enormes, con las piernas gruesas y arqueadas y el nacimiento de una tripa dura e hinchada; yo era de tez palida y cabello oscuro, un metro noventa de flaca musculatura. ?Quien ganaria? Finalmente, deje de intentar predecir quien seria el ganador. Pero otros policias habian adoptado la pregunta como suya y, durante ese primer ano en la Central, oi docenas de opiniones: Blanchard por un KO rapido; Bleichert por decision de los jueces; Blanchard parando el combate, siendo retirado de este por heridas... Todo, salvo Bleichert noqueando a su adversario. Cuando no me veian, les oia susurrar nuestras historias fuera del ring: el ingreso de Lee en el Departamento de Policia de Los Angeles; sus rapidos ascensos, conseguidos gracias a los combates privados a los cuales asistian los peces gordos de la policia y sus amigotes de la politica; como capturo a los atracadores del Boulevard-Citizens, alla por el 39, y se enamoro de una de las chicas de los ladrones, lo que le impidio engrosar las filas de los detectives cuando la chica se fue a vivir con el --en una completa violacion de las reglas del Departamento sobre no mezclar el trabajo y la vida privada-- y, por ultimo, la peticion de ella para que dejara de boxear. Los rumores sobre Blanchard me llegaban igual que los golpes y las fintas del ring, y yo me preguntaba hasta que punto serian ciertos. Los fragmentos de mi propia historia eran como punetazos en el estomago, por su veracidad al ciento por ciento: el ingreso de Dwight Bleichert en el Departamento para escapar de problemas bastante graves; la amenaza de expulsion de la academia cuando se descubrio que su padre pertenecia al Bund germano-estadounidense; las presiones sufridas para que denunciara ante el Departamento de Extranjeros a los chicos de ascendencia japonesa con los cuales habia crecido para asi asegurar su posicion dentro del Departamento de Policia de Los Angeles... No le habian pedido que celebrara combates privados porque no era un buen pegador, de los que dejan inconsciente a sus adversarios a las primeras de cambio. Blanchard y Bleichert: un heroe y un desgraciado. Acordarme de Sam Murakami y de Hideo Ashida, esposados y camino a Manzanar, hizo que las cosas quedaran bastante simplificadas entre nosotros dos..., al principio. Mas tarde entramos en accion, codo a codo, y mis primeras impresiones sobre Lee --y sobre mi mismo--, se fueron al garete. Era a principios de junio de 1943. La semana anterior, los marineros se habian peleado con unos cuantos mexicanos vestidos de cuero negro en el muelle Lick de Venice. Corrian rumores de que uno de los chicos habia perdido un ojo. Empezaron a producirse escaramuzas tierra adentro: personal de la marina procedente de la base naval de Barranco Chavez contra los pachucos de Alpine y Palo Verde. A los periodicos llegaron noticias de que los mexicanos llevaban insignias nazis, ademas de sus navajas de muelle, y centenares de soldados, infantes de marina y marineros de uniforme cayeron sobre las zonas bajas de Los Angeles, armados con bates de beisbol y garrotes de madera. Se suponia que en la Brew 102 Brewery, en Boyle Heights, los pachucos se agrupaban en numero similar y con armamento parecido. Cada patrullero de la Division Central fue llamado al cuartel y alli se le proporciono un casco de laton de la Primera Guerra Mundial y una tranca enorme conocida como sacudenegros. Al caer la noche, fuimos conducidos al campo de batalla en camiones que habian sido prestados por el ejercito y se nos dio una sola orden: restaurar la paz. Nos habian quitado los revolveres reglamentarios en la comisaria; los jefazos no querian que ningun 38 cayera en manos de esa asquerosa y jodida ralea mexicano-argentina, los gangsters morenos. Cuando saltamos del camion en Evergreen y Wabash, llevando en la mano solo un garrote de kilo y medio con el mango recubierto de cinta adhesiva para que no resbalara, me senti diez veces mas asustado de lo que jamas habia estado en el ring, y no porque el caos estuviera acercandose a nosotros desde todas las direcciones. Me sentia aterrado, porque, en realidad, los buenos eran los malos. Los marineros estaban reventando a patadas todas las ventanas de Evergreen; infantes de marina con sus uniformes azules destrozaban sistematicamente las farolas, lo cual producia cada vez mas y mas oscuridad en la que poder trabajar. Soldados y marineros de agua dulce habian dado de lado la rivalidad entre las distintas armas y volcaban los coches aparcados ante una bodega al tiempo que jovencitos de la marina vestidos con sus acampanados pantalones blancos molian a palos a un grupo de mexicanos, al que superaban con mucho en numero, en un portal de al lado. En la periferia de la accion pude ver como unos cuantos de mis companeros se lo pasaban en grande con gente de la Patrulla Costera y policias militares. No se cuanto tiempo permaneci alli, quieto y aturdido, mientras me preguntaba a mi mismo que debia hacer. Entonces, mire hacia la calle Primera, al final de Wabash, donde vi casitas y arboles; nada de pachucos, polis o infantes de marina sedientos de sangre. Antes de saber muy bien lo que hacia, corri en esa direccion a toda velocidad. Hubiera seguido asi hasta derrumbarme pero una aguda carcajada que broto de un porche me hizo frenar en seco. Fui hacia el lugar de donde me llegaba el sonido. --Eres el segundo de los polis jovenes que sale como si se le quemara el culo de la animacion --me dijo una voz bastante cascada--. No te culpo. Resulta bastante dificil saber a quien le has de poner las esposas, ?verdad que si? Me quede en el porche, sin moverme, y mire al viejo. --La radio dice que los taxistas han ido hasta los cuarteles de la parte alta de Hollywood para traer a los marineritos hasta aqui. Segun la KFI, esto es un asalto anfibio, han estado tocando Levando anclas cada media hora y he visto unos cuantos reflectores giratorios al final de la calle. ?Crees que esto es lo que llamais vosotros un asalto anfibio? --No tengo ni idea, pero yo me largo. --No eres el unico, ?sabes? Hace muy poco, un hombreton paso corriendo por aqui. El abuelo comenzaba a parecerme una version de mi padre, aunque algo mas correosa. --Hay unos cuantos pachucos que necesitan ver su orden restaurado. --?Y cree que eso es sencillo, amigo? --A mi me lo resultaria. El viejo lanzo una risita de placer. Baje del porche y volvi hacia donde debia estar, mientras me daba golpecitos en la pierna con el garrote. Ahora, todas las farolas estaban rotas; resultaba casi imposible distinguir a los mexicanos de los soldados. El observar aquello me proporciono un camino facil para salir de mi dilema, y me dispuse para lanzarme a la carga. Entonces, a mi espalda, oi gritar: <>, y supe quien era el otro tipo que tambien habia salido corriendo. Retrocedi. Alli tenia a Lee Blanchard. <>, enfrentandose a tres infantes de marina de uniforme azul y un pachuco con todos sus cueros de gala. Los tenia acorralados en el camino que cruzaba el patio de una cabana bastante maltrecha y los rechazaba con rapidos gestos de su sacudenegros. Los marineritos le lanzaban golpes con sus garrotes, y fallaban siempre porque Blanchard no paraba de moverse, atras y adelante, hacia un lado, sosteniendose con gran agilidad sobre las puntas de los pies. El pachuco no cesaba de acariciar las medallas religiosas que le colgaban del cuello y su expresion era la de no entender nada.

  • Tendremos que matarlo de Miguel Campion

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    Galileo Alcazar es un cientifico espanol que trabaja en una base de la Patagonia donde se estudian formas alternativas de energia, pero descubre que el proyecto es una tapadera para extraer combustibles fosiles y provoca un enfrentamiento internacional entre Espana y Argentina. Galileo es retenido por el gobierno argentino y obligado a participar en un experimento genetico secreto donde su etica y su cordura se pondran a prueba. Mientras esta investigacion se desarrolla, Galileo conoce a la presidenta de Argentina, la seductora Cristina Gonzalez, de la que se enamorara perdidamente. En un futuro donde enamorarse esta prohibido por considerarse una enfermedad mental, Galileo debera guardar su secreto y descubrir la verdad sobre ese misterio llamado amor.Presidentes delirantes, cientificos dementes, esbirros implacables, monstruos semihumanos, indigenas futuristas, adolescentes apasionados...... Tendremos que matarlo es una novela hibrida que podria adscribirse al genero bizarro, con una trama de intriga y aventuras en un marco futurista distopico, grandes dosis de humor e ironia y toques de terror, erotismo, romance y folletin, ademas de un juego de referencias literarias.

  • El vestido azul de Michele Desbordes

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    Conocemos a Camille Claudel, sobre todo, como la amante del tambien escultor Auguste Rodin. Desde siempre, el papel de las mujeres que intentaron desarrollar su trabajo cerca de hombres de gran proyeccion ha sido secundario, ha sido una sombra. De este modo es como la autora de esta extraordinaria novela, Michele Desbordes, intenta rescatar a Camille de su fantasmal condicion. Recrea con una poetica libre de sentimentalismos la historia de la joven Camille, una sombra en la vida de todos, una extravagante, una exaltada, arrebatada por la vida, por el arte y por el amor que no consiguio nunca ser visible para quienes la conocieron. Un fantasma delicado, bellisimo, sutil, cuya potencia emocional la aparto enseguida de las convencionales sensibilidades que la rodeaban.

  • MARIPOSA CAPOEIRISTA 2 de Lily Perozo

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    Tras un tragico evento, que amenaza la seguridad de la familia Garnett, deberan poner punto final a sus sonadas vacaciones y regresar a Nueva York. Sin embargo, Elizabeth dejo en Brasil muchos pendientes, ademas de un poderoso sentimiento que apenas descubria, el cual se volvera mas intenso a pesar de la distancia.
    Mientras tanto, en Rio de Janeiro, Alexandre debera enfrentar una situacion de vida o muerte, que lo alejara de la mujer que durante anos creyo una fantasia, pero que llego a su vida en el momento menos esperado, convirtiendose en la mas increible realidad; por la que luchara hasta vencer sus miedos y tenerla de regreso.
    Un inesperado suceso que sacudira a Brasil tambien trastocara la vida de Alexandre y Elizabeth, abriendo una puerta al tan esperado reencuentro, pero nuevos secretos seran revelados, poniendo en la cuerda floja su prematura relacion. Elizabeth debera decidir entre seguir su corazon y confiar en Alexandre o ser sensata y continuar con su vida al lado de Luck.
    Cualquier decision que tome terminara lastimando inevitablemente a alguno de los dos hombres que mas ama en su vida, algo que debera afrontar, si desea su felicidad.
    Lee el segundo libro de Mariposa Capoeirista y descubre que le depara el destino a Elizabeth Garnett.

  • Almas de luna, Mara Oliver de Mara Oliver

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    En Fronda, los ninos duermen en los tejados y toman la luna para convertirse en lobos; las ninas suenan con el cambio, pero ninguna lo ha conseguido en los ultimos cincuenta anos… hasta ahora.
    Todo esta a punto de cambiar, los hijos del alfa cortejan a la nieta de los omega y hasta los mestizos olvidan la pena de muerte y se atreven a regresar, pero la unica hembra fertil de la manada no desea cumplir con las tradiciones y desposarse en un triple enlace, ella luchara por su primer amor, su libertad y la vida de los que mas quiere.
    Una hembra para tres machos alfa, dos hermanos destinados a enfrentarse y el fantasma de un gran amor entretejen los multiples hilos de este romance de lobos, pasiones, profecias y venganzas.
    Bienvenidos a Fronda, bosque de sombras y corazones robados.

  • Despertando el amor en la naturaleza de Oscar Pascual , Sonia Crespo

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    Iker y Lorena eran una pareja casi perfecta que habian superado muchos obstaculos para llegar hasta el punto en el que se encontraban, lo que les habia hecho comprender que la relacion perfecta hay que construirla dia a dia con mucho amor, respeto, comprension y poder de adaptacion, para afrontar cualquier obstaculo de la vida.
    Lorena habia encontrado en su esposo a su mejor amigo, su confidente, su complice, un padre estupendo para sus hijos y un companero de vida capaz de darle lo que necesitaba anticipandose a ella.
    Iker habia encontrado en su esposa lo mismo que ella en el, pero ademas esa musa que le inspiraba miles de detalles romanticos.
    Su amor era fuerte como una roca, pero iban a comprobar que tambien era fragil como el cristal, al aparecer viejos fantasmas del pasado, que como molestos visitantes invisibles habian aparecido para poner a prueba ese amor.
    Para intentar acabar con ellos decidieron volver ese lugar magico que era tan especial para ellos, los lagos de Covadonga. Alli descubriran que se amaban y debian de hacer lo posible para que la relacion funcionase. Lo harian a traves de la naturaleza. ?Sera eso suficiente para que su amor no se rompa?
    No se pierdan esta historia llena de carino, comprension, pasion, naturaleza y, por supuesto, mucho amor.

  • Caprichosa Comprada de Francisco Correa

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    Soy la hija unica de Franz Neumann, un multimillonario de la industria farmaceutica, mi padre de origen aleman llego a New York hace treinta anos, sin dinero. El tuvo una ninez dificil, el trabajo era duro y escaso. En su Alemania natal era feliz, pero las condiciones no estaban dadas para lo que el ambicionaba. Su padre, era dueno de la unica farmacia que habia en el pueblo y su madre era una ama de casa que se dedicaba a cuidar de el y de su hermana mayor, Emilia. Siempre tuvo claro que queria dedicarse al negocio familiar, pero a otro nivel, por lo que decidio matricularse en la universidad a estudiar quimica y especializarse en formulas medicas. Al graduarse decidio viajar a los Estados Unidos, a cumplir su sueno. Al llegar aqui consiguio trabajo en practicas en una empresa farmaceutica cuyo dueno tenia problemas economicos. Mi padre se puso como meta ayudar a levantar de nuevo la empresa, y lo logro, cosa que le valio la gratitud del dueno y un lugar en la junta directiva de la misma. Al fallecer, el Sr. Graham, que era como se llamaba el propietario de la empresa, y como no tenia descendencia, dejo a mi padre como heredero. Una de sus mayores virtudes era la ambicion, lo que le ayudo a construir su imperio. Y en menos de diez anos ya se habia convertido en un hombre rico. Con el paso de los anos multiplico su fortuna hasta ser una de las mas grandes del pais. Otra de las virtudes de mi padre es la lealtad, para el, ser leal era una de las cosas mas importantes con las que se puede contar y por eso tiene amigos incondicionales a los que considera sus hermanos. Es un hombre cabal y trabajador. Tiene cincuenta y cinco anos. Es un hombre alto, uno ochenta y cinco de estatura, ojos azules que yo herede y cabello gris. Esta casado con mi madre Leyna desde hace treinta anos, ellos son una pareja ejemplar. Ella es hermosa, tiene el pelo rojo como el mio, ojos verdes y una sonrisa que no tiene comparacion. Es pintora y tiene su estudio en casa. Mi padre tiene voluntad de hierro, pero tiene una debilidad: yo... nunca ha podido negarme nada y yo me he aprovechado de eso. Soy su nina mimada. Tengo veinticinco anos, una carrera en negocios que mi padre insistio en que hiciera, porque al ser su unica hija lo que se espera de mi, es que me encargue de todo cuando el decida jubilarse. Esto no me hace ninguna gracia, pero creo que no podre eludirlo, por eso el tiempo que me quede de libertad lo voy a dedicar a divertirme y buscar la emocion al maximo. Vivo en un hermoso y lujoso atico en Tribeca. Tengo todo el dinero que necesito para comprar lo que se me antoje, lo que necesito y lo que no, porque es uno de mis pasatiempos favoritos y basicamente a eso me dedico. Yo tambien considero la lealtad un valor muy importante por eso tengo un grupo de amigas con las que cuento de manera incondicional. -- Vamos Alena se nos hace tarde, tenemos reservacion para dentro de una hora. -- Me dice mi amiga Susan que se ha quedado en mi piso para ir a cenar y luego una discoteca que esta muy de moda. -- Espera un momento es que no se que ponerme. -- Digo mirando en mi closet, que cabe senalar no es un closet cualquiera es una de las habitaciones de mi atico que mande a reformar para guardar mi coleccion de ropa, zapatos, joyas y demas accesorios a los que me dedico a comprar. -- !Que no tienes que ponerte, Alena! Eres increible. -- Dice Susan desde el salon. -- Dejame en paz, ya salgo. -- Respondi. Me decidi por un Crop Top negro de Versace, unos jeans Calvin Klein que me hacen un culo increible y unas sandalias Jimmy Choo. Me veo en el espejo y me veo sensacional tengo el aspecto perfecto para ligar, esta noche tengo ganas de echar un buen polvo. No me atraen las relaciones largas, pero tampoco soy de irme con cualquiera, pero hoy, quiero hacer una excepcion, quiero pasar una buena noche con algun chico que me guste y listo, cada quien a su casa sin nombres ni complicaciones. Llegamos al restaurante, uno muy de moda para estos dias, y donde hay que hacer reservacion con mucho tiempo de anticipacion, cosa que yo no tengo que hacer porque el ser hija de Franz Neumann tiene innumerables ventajas. El maitre nos acerca a la mesa donde ya nos esperan Carol y Jenna. Las cuatro somos inseparables, nos une una amistad a prueba de todo. -- Hola chicas, ?que tal estan? -- Saludamos Susan y yo al llegar a la mesa. -- Guao estan hermosas. Nos sentamos, y nos ponemos al dia, Carol y Jenna trabajan en las oficinas de un grupo de inversores y Susan trabaja en la compania de su padre. -- Cada vez tenemos menos tiempo para vernos. -- Nos dice Jenna. -- Si, eso es lo malo de no ser millonaria, hay que trabajar. -- Apunta Carol. -- No sean imbeciles el salir de compras tambien tiene lo suyo, es agotador. -- Responde Susan. -- Si, supongo... claro tienes que decidir si comprar vestidos, zapatos o joyas. -- Nos reimos todas. La cena transcurre de manera agradable, la comida es deliciosa una degustacion de diez platos, cada uno mas exquisito que el otro. Luego nos dirigimos a una discoteca que esta recien inaugurada, se habla muy bien del lugar se llama Odyssey. Al llegar a la puerta nos hacen entrar, tenemos pases vip, y entramos sin problema. El sitio esta bastante lleno, el ambiente es fenomenal, subimos a un reservado para estar mas tranquilas y desde alli observar el ambiente. Al ser un reservado vip nos asignan a un camarero que va a estar al servicio de nosotras toda la noche, que nuestras copas nunca esten vacias. El DJ esta poniendo la musica de moda. Nosotras estamos esperando entrar un poco mas en calor para empezar a bajar a la pista. Chocamos nuestras copas y brindamos por nuestra amistad. Jenna, Carol, Susan y yo somos amigas desde la universidad. Lo nuestro fue un flechazo, las cuatro comenzamos en la carrera de negocios el mismo ano. Nos topamos en la primera clase, el primer dia teniamos en comun que ninguna queria estudiar esa carrera, pero por diferentes circunstancias habiamos caido alli. Comenzamos a hablar y hasta el dia de hoy somos inseparables. Jenna tiene novio desde la preparatoria, se llama Adam y es un santo para aguantar a mi amiga, que es una obsesiva del orden y del control. Estan locos el uno por el otro y de eso no hay duda. Carol esta recuperandose de una ruptura amorosa, el chico con el que estaba saliendo hace unos meses le puso los cuernos y ha decidido convertirse en una folladora ocasional. Se divierte sin complicacion, solo disfrutar del momento. Aunque eso lo creere cuando lo vea, es una romantica empedernida. Susan por el contrario es un alma libre, no sale con un chico mas de cuatro veces, ella dice que para que ser egoista, que su cuerpo es muy hermoso para que lo aproveche uno solo. Mi amiga esta loca... Yo soy una mezcla entre Carol y Susan. No he tenido relaciones muy largas, pero no suelo irme con cualquiera. Me gusta disfrutar del buen sexo y eso lo da la confianza y la complicidad. Salgo algunas veces con un amigo, Bradley es un moreno de ojos verdes, muy alto y con un cuerpo atletico, muy guapo. Nos conocimos en el gimnasio donde suelo entrenar, salimos de vez en cuando a comer y a tomar algo, y eso siempre termina en su departamento, entre las sabanas y con un buen orgasmo. Pero esta noche estoy con otros animos, quiero echar un buen polvo y me he propuesto ligar con el chico mas guapo que este en el lugar. Bajamos a la pista, y nos colocamos en circulo a bailar, estamos pasandola genial, siempre que estamos juntas nos divertimos mucho. Es por eso que tratamos de hacerlo con frecuencia. Hay un monton de chicos guapos que nos miran, conozco a muchos ya que pertenecen a nuestro circulo social, muchos son hijos de clientes de mi padre o algun ejecutivo de la empresa. Ninguno que llame mi atencion especialmente. Ya estando en calor comenzamos a bailar de manera sensual, provocando a los chicos, el alcohol esta haciendo su trabajo y dejamos todas las inhibiciones. La musica esta genial. Nos tocamos unas con otras buscando tentar a los chicos, Susan toca mi cintura y se coloca detras de mi, Carol se coloca de frente y me roza el cuello, estamos dispuestas a provocar. Jenna para variar ha ido a contestar un mensaje que Adam le envio. Estamos divirtiendonos de lo lindo, pero Susan ya tiene precisado a un chico, un mulato enorme, musculoso y muy guapo que no le ha quitado la vista de encima desde que llegamos. Se hablan con la mirada y ambos comienzan a bailar de una manera muy sensual. Mi amiga es hermosa, tiene unos hermosos rasgos asiaticos, su padre es japones y su madre inglesa. Es muy exotica tiene un cuerpo hermoso y es muy alta. No tiene problemas en volver locos a los chicos. Quedamos Carol y yo divirtiendonos y bailando, de repente siento que me toman de la cintura y volteo. Es un chico que se llama Cameron, suele frecuentar los mismos sitios que nosotras y que he rechazado un monton de veces. -- Sueltame imbecil... -- Le digo empujandolo. -- ?Que te pasa Alena? Tienes toda la noche provocando a todos los hombres del lugar. -- Me dice tomandome del rostro. -- Me estoy divirtiendo y no quiero hacerlo contigo. -- Trato de alejarme y me lo impide. -- Sueltala o llamo a seguridad para que te saquen. -- Dice mi amiga Carol. -- Dejanos tranquilos perra y largate. -- Le dice y vuelve a agarrarme con fuerza. -- Dejalas en paz, la chica te ha dicho que la suelte. -- Oigo una voz fuerte desde atras del chico. -- ?Y si no la suelto, que? De repente sin mediar mas palabras el chico sale disparado contra el suelo y la nariz sangrando. Todo fue en camara lenta, o creo que era por el alcohol que habia tomado, lo sacaron del local. Al levantar la mirada veo al dueno de la voz que me defendio del imbecil, era el hombre mas guapo que habia visto en mi vida. Era alto, media casi el metro noventa, cabello rubio, del largo perfecto, unos ojos grises hermosos, un cuerpo atletico, de unos treinta y cinco anos. -- ?Te encuentras bien? -- Me pregunta el hombre.

  • Secretario de Compania de Noni Garcia

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    Los rayos del sol entraban tenuemente por la acristalada pared del despacho de Daniela. A pesar de ser tan solo las siete y media de la manana, ella ya habia tenido tiempo de hacer varias gestiones y contestar mas de diez correos. Era adicta al trabajo desde que creo, un par de anos atras, su empresa de organizacion de eventos. Se levanto de la silla maldiciendo que todavia no hubiera llegado Adrian, su secretario, para prepararse un cafe, aunque no podia quejarse. El chico, a sus veinticinco anos, habia resultado un gran fichaje unos meses atras, cuando su amiga Aitana se habia ido a vivir a Nueva York con Henry. Recordar la boda que le habia organizado con aquel rubio larguirucho la hizo sonreir mientras la maquina siseaba al expulsar el cafe de la capsula. Hacia un par de dias que no sabia nada de ella, ahora sus horarios eran tan diferentes que era complicado coincidir, asi que saco su movil y le mando un mensaje que leeria unas horas despues. La echaba mucho de menos, pero sabia que Henry era su felicidad y que estaba donde debia estar. Soplaba el cafe que ardia como el mismo infierno cuando escucho a alguien abrir la puerta. Bien podia ser la persona que enviaba la empresa de limpieza cada manana, pero no, era Adrian, que como siempre llegaba con bastante tiempo de antelacion a su hora de entrada. Adrian era alto, pelo castano, ojos verdes, cara aninada y desbordaba timidez, siempre escondido tras sus gafas de pasta y su mirada gacha. Lo observo durante el tiempo que el no fue consciente de su presencia, vio como se deshacia del abrigo y, sin entender muy bien por que, deseo que siguiera quitandose ropa. Sacudio la cabeza para apartar esos pensamientos de su cabeza y carraspeo para que el supiera que estaba alli, que ella estaba observandolo. El chico levanto la mirada, en ese momento desnuda de sus gafas, que estaban impregnadas de la fina lluvia que estaba cayendo en ese momento sobre Madrid. Por primera vez, en el tiempo que llevaba trabajando para ella, Daniela se encontro con una mirada llena de seguridad que hizo que su corazon saltara un latido. --Buenos dias --dijo Adrian, volviendo a esconderse en su halo de timidez. --Buenos dias, Adrian. ?Que tal el fin de semana? --Bien. Tranquilo. Estudiando en casa y poco mas. --No sabia que estabas estudiando. --Si, un master. --Me has dejado sorprendida. ?De que es? --De Direccion de Empresas. --Si te soy sincera, no entiendo que haces trabajando de secretario para mi. Estoy segura de que podrias aspirar a mucho mas. --El mercado laboral no esta muy bien, y necesitaba el dinero, aunque voy a tener que seguir trabajando los fines de semanas para poder pagar todo... --Adrian puso cara de no haber querido pronunciar esas ultimas palabras. --?Trabajas los fines de semana? ?De que? --En la noche. --Eres una caja de sorpresas, chico. Bueno, vamos a trabajar que hoy tenemos muchas cosas que hacer. Adrian siguio a su jefa pensando en la conversacion que acababan de tener. Cuando unos meses atras encontro el trabajo, se prometio que dejaria de hacerlo en el mundo de la noche, pero eran tantos los gastos que tenia con los estudios y la hipoteca, que mucho se temia que tendria que volver a retomarlo. Solo esperaba que no le afectara en su actual empleo. Se sento donde le habia indicado con su bloc de notas y su boligrafo, y espero pacientemente las tareas que Daniela tenia para el. Tenia razon su jefa al decir que tenian mucho trabajo por delante ese dia y toda la semana. No tendria tiempo para aburrirse, y menos para estudiar, porque mucho se temia que iba a trabajar bastantes horas extras. Salio del despacho, se sento en su sitio y comenzo a hacer llamadas. Con un poco de suerte, terminaria temprano y tendria tiempo de ir a alguna clase esa tarde, aunque tuviera que comer un bocadillo en la cafeteria que habia en la esquina. La manana paso volando y el reloj marcaba las dos y media cuando la puerta del despacho se abrio y salio Daniela. Lo miro extranada, hacia media hora que habia terminado su jornada laboral y pensaba que, probablemente, Adrian le habia dicho que se iba, pero, como estaba tan enfrascada en sus cosas, no se habia dado cuenta. --Crei que ya te habias marchado. --No, me quedan por enviar un par de correos... --Pues ya lo haras manana. Ahora vete a casa a descansar que el dia ha sido bastante intenso. --Ya no me da tiempo de ir a comer a casa. Tengo clase a las cuatro y no quiero faltar. --?No vas a comer? --Si, ahora parare en la cafeteria de la esquina y pedire un bocadillo para comermelo en el metro. --No vuelvas a hacer eso. Tu hora de salida es las dos, si no te da tiempo a terminar algo, me avisas y listo. Yo lo hago o se hace al dia siguiente. --Vale. Pero ya hoy voy a terminar... --No vas a terminar nada. Te invito a comer y te llevo adonde tengas que ir. --No... --Siii. Daniela lo aparto de su mesa, aprovechando que la silla tenia ruedas, y apago el ordenador. Adrian sonrio y no pudo evitar que el pulso se le acelerara al ver tan de cerca el precioso trasero de su jefa. Sacudio la cabeza y desecho cualquier pensamiento calenturiento que pudiera provocarle la mujer que tenia delante. Su madre siempre le habia dicho un refran que cumplia a rajatabla: <>. Incluso en su otro trabajo, cosa que solia ser bastante complicada, pero esa era el unico limite que habia puesto cuando empezo a trabajar para la agencia. Salieron del edificio y se dirigieron al bar de la esquina, donde Adrian tenia pensado comprar el bocadillo, pero Daniela hizo que se sentara y pidieron algunas tapas. --Y... ?donde trabajas los fines de semana? --No me gusta hablar de ello. --Organizo eventos, no voy a asustarme de nada. --Ya... Bueno... Soy un poco reservado. --No hace falta que me lo jures, creo que esta es la conversacion mas larga que hemos mantenido desde que empezaste a trabajar para mi. --No soy muy hablador. --Ya no te hablo mas de tu otro trabajo. ?Tienes que hacer practicas para el master? --Si, pero las hare cuando termine el curso... --?Estas hablandome en serio? --Si. --Manana tienes una nueva tarea que hacer. Incluye Dan Events en la red de empresas colaboradoras del master. Asi convalidare las practicas con tus horas de trabajo. --Pero... Yo solo soy tu secretario. --Haces labores que van mucho mas alla de las de un secretario, y pondre mis conocimientos a tu disposicion. --Pues estaria bien. Asi podre ir a visitar a mi familia cuando tenga vacaciones. --?De donde eres? --De un pequeno pueblo de Cadiz. --?Y que haces en Madrid? --Estudiar. Continuaron hablando durante un buen rato de los estudios de Adrian, hasta que llego la hora de ir a sus clases. Daniela lo llevo hasta el lugar que el le indico y volvio a la oficina. Tenia muchas cosas que dejar resueltas antes de volver a casa y darse ese bano relajante que tanto le gustaba

  • El fabricante de munecas de R. M. Romero

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    En la tierra de las munecas existe la magia.

  • El Quinto Elefante de Terry Pratchett

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    Si lord Vetinari, el taimado gobernante de la metropoli de Ankh-Morpork, queria alguien con tacto y diplomacia para que representara a la ciudad durante la ceremonia de coronacion del nuevo rey electo de los enanos en el distante pais de Uberwald, ?por que -se pregunta Sam Vimes- lo ha escogido a el? Lord Vetinari quiere echarle a los lobos. Y a los enanos. Y a los vampiros. Porque estas son las tres mayorias que gobiernan el vasto y feudal reino de Uberwald. Donde se extrae el mejor sebo para velas y cirios, del que es absolutamente dependiente la ciudad de Ankh-Morpork. Asi que esta mision diplomatica es tambien una mision economica encubierta, para lo cual un curioso funcionario de palacio acompanara a los nuevos embajadores: el se encargara de todos los susurros y guinos mientras Vimes se dedique a servir los sandwiches de pepinillo. Aunque no le apetezca, sir Samuel Vimes, comandante de la Guardia de la Ciudad, no va a poder negarse a la orden de lord Vetinari, y pronto parte con su sequito hacia Uberwald, donde debera resolver un misterio inesperado...

  • Cuerpos Malditos de Lucia Baskaran

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    ?Viste tu vida pasar por delante de tus ojos antes de morir? ?Era yo la protagonista de alguna de esas imagenes? ?Cual fue tu ultimo pensamiento? ?Llegaste a quererme alguna vez? ?Para quien eran esas flores?

  • Un paso de mas de Tina Seskis

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  • Hombre de futbol de Arthur Hopcraft

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    Un clasico de la literatura deportiva. Mencionado constantemente como el mejor libro jamas escrito sobre el futbol.

  • ?Aun quieres saber que me hace reir? de M.c. Sark

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    ?Alguna vez os ha venido a la memoria un primer beso? ?La sonrisa de ese joven al que conocisteis una noche y no volvisteis a saber de el? ?Pensais con frecuencia en lo que pudo haber sido y no fue?
    Malditos recuerdos. Unas veces vuelven para endulzarte la vida, otras para amargarte la existencia.

  • Sombras rusas de Liliana Villanueva

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    Los pasos retumban sobre la madera, alguien sube, de dos en dos, los escalones de la empinada escalera. El unico que sube asi, corriendo, apurado, como si la velocidad con la que viaja cada dia en bicicleta de vuelta del trabajo lo empujara acelerando su llegada a casa, es Jan. La llave gira en la cerradura, la puerta de entrada se abre y se cierra de un portazo. Dos, tres, cuatro pasos rapidos. Y antes de verlo aparecer en el marco de la puerta, alcanzo a divisar un movimiento, como en esas fotografias antiguas de tiempo de exposicion largo, cuando alguien se mueve y el negativo registra una sombra transparente que dura solo un instante, un fantasma que se queda suspendido en el aire. Lo veo, aun fuera de foco, pero no lo veo entero, solo veo su cara iluminada por la luz amarilla de la cocina contra el fondo oscuro del pasillo; veo su cara aislada y con expresion de asombro, como si su cara hubiera llegado antes que su cuerpo, sola. Como un patinador sobre una pista de hielo o como los chicos que no saben frenar su cuerpo a tiempo, Jan apoya una mano en el marco de la puerta para no caerse. Ahora veo la otra mano, de la que cuelga la cartera de cuero negra como un pendulo. Es raro que la lleve encima, contra su habito tan establecido de dejarla olvidada hasta la manana siguiente sobre la mesita de marmol bajo el espejo de la entrada, como si ahi adentro se conservara el tiempo, todas esas horas que el pasa en la agencia de noticias que le roba la vida y gran parte de sus ganas. Cada dia le pregunto que paso en el mundo y el, cansado, abrumado por tantas noticias que pasan por su pantalla como las interminables aguas de un rio, me contesta: --No se. Todo. Nada. Tampoco colgo su campera en los ganchos del pasillo, sigue vestido de calle, abrigado contra los frios de octubre: las medias de lana sobre el jean para que el pantalon no moleste al pedalear, la campera con el cierre y los botones de gancho totalmente cerrados, la bufanda verde de lana suave hecha un nudo alrededor del cuello. Veo cada una de sus partes: su cara, sus manos, los jeans, la campera, las veo de forma aislada, como si llegaran de a poco en un tiempo diferente, mas lento que el habitual. La imagen de Jan tarda en revelarse en la oscuridad liquida del pasillo. Y es recien cuando entra a la cocina cuando lo veo entero, de una pieza. Me mira sin decirme nada, me mira sin verme. Se que tiene algo que contarme, una noticia importante. Lo conozco, conozco esa forma del asombro que se le mete en el cuerpo y que le saca el habla. No quiero apurarlo, le doy tiempo, a el le gustan las ceremonias. Jan recuerda los sucesos trascendentes de su vida desde chiquito, como cuando a los cuatro anos llego corriendo hasta la cocina, donde su madre preparaba el almuerzo frente a la ventana empanada. Llego corriendo y seguramente se habra sostenido contra la mesada de la cocina para frenar el impulso de su cuerpo, mientras afuera, en el jardin, nevaba y el viento del Norte hacia temblar los vidrios de la ventana. La cocina era un lugar protegido, caliente, familiar. Un nido. Jan se subio al ultimo cajon de la cajonera, le dio un tiron a la pollera de su madre y le dijo: --Mama, queria decirte que estoy muy contento con mi vida hasta ahora. Lo dijo muy seriamente, con conviccion, despues de haberlo pensado mucho. El recuerda ese momento cuando fue consciente de su vida y de su lugar en el mundo. Esa primera frase es la mas importante, la que lo define, de alguna manera. Veo la imagen de ese chico de cachetes llenos, colorados, como si la hubiera vivido, aunque yo en esa epoca ni siquiera habia nacido. El recuerda ese momento y muchos otros mas. Me encanta que me cuente y me repita esas historias que ya son mias. Jan relaciona lo que ocurrio en el mundo con los sucesos de su vida. Como cuando recien nos conocimos y fue a visitarme a la Argentina. Viviamos separados: Jan en Hamburgo, yo en Buenos Aires. Ahorro durante medio ano, paso hambre hasta que pudo comprar el pasaje de avion mas barato. Se escapo por un mes, falto a las clases de abogacia, no le conto nada a nadie. Una manana de abril de 1986 sono el telefono y atendi. Era Hilge, una de sus hermanas. Con voz muy preocupada me pregunto por el, si sabia donde estaba. Me explico que lo estaban buscando por todos lados: una nube toxica se acercaba desde Ucrania y Bielorrusia hasta el Norte de Alemania, donde vive la familia. Le pase enseguida el tubo a Jan, imaginando la sorpresa y el alivio de su hermana, que no penso que el estuviera ahi, tan lejos. Asi nos enteramos de que habia explotado una central atomica en un lugar llamado Chernobil. Tres anos mas tarde, yo estaba trabajando en un estudio de arquitectura en Berlin cuando Jan me llamo por telefono. Era tarde y lo primero que me dijo, con un tono vertiginoso de voz: "Cayo el muro". Y despues me pidio: --?Podrias ir por mi a la Puerta de Brandemburgo? Observa bien todo lo que pasa y despues contame. !Como me gustaria estar ahora en Berlin! El 25 de diciembre de 1991, Jan estaba de guardia en la agencia cuando llego un cable urgente de ITARTASS. Despues de que el 8 del mismo mes Gorbachov habia firmado el Tratado de Belavesha, que reemplazaba a la URSS por una Union de Comunidades Independientes, en la noche de navidad la Union Sovietica dejo de existir formalmente: soldados del Ejercito Rojo habian bajado la bandera sovietica de las torres del Kremlin y la reemplazaron por otra de la Federacion Rusa, un simple cambio de banderas que Jan tradujo al lenguaje periodistico como *****NOTICIA URGENTE*****, en mayusculas y con todas las estrellitas posibles, un texto corto que anunciaba el fin de una era. La mesa de la cocina de nuestro departamento de Hamburgo esta llena con mis libros y apuntes. Como cada dia desde que me mude de Berlin estoy leyendo y tomando notas, tratando de encontrar un orden en mi tesis. Dejo la birome sobre el cuaderno y apoyo la espalda contra la pared dura y repentinamente fria. Espanto una sombra que pasa por mi cabeza y espero lo que tenga para decirme. Jan respira hondo, me mira a los ojos y, con una mezcla de fascinacion y algo parecido al miedo, me dice: --Me ofrecieron el puesto en Moscu. Lo primero que siento es alivio: no tuvo un accidente con la bicicleta, sus padres, sus tres hermanas y sus siete sobrinos estan sanos y siguen vivos, no exploto ninguna central nuclear, su mama puede seguir cocinando ricas salsas de champinones que crecen salvaje en el jardin. Jan tampoco se enamoro de la secretaria, que podria ser su madre, por suerte en Alemania no hay golpes de Estado, ni estallan nuevas guerras, ni Berlin fue ocupada por los rusos. Aqui todo es mas o menos calculable, como las estaciones, como el otono en la ventana. Jan y yo nos miramos directamente a los ojos, en silencio. MOSCU. Asi como hace unos instantes sus pasos retumbaban en la escalera, la palabra MOSCU retumba ahora en mi cabeza. Escucho el eco que llega, desde algun cuarto oscuro de mi conciencia, hasta el lugar en mi cerebro que recibe la informacion, la traduce y la procesa. MOSCU, el eco es un golpe de martillo, fuerte y repetido, la palabra, nueva, queda en el vacio como si nunca antes la hubiera escuchado. Suena diferente. Suena fuerte. Jan se sienta, mas bien se deja caer en la silla. Me mira desde el otro lado de la mesa y en su mirada tambien hay un vacio. Es un vacio que depende de mi llenar. Hace ya nueve anos que vivo en Alemania. Desde el principio sabiamos que por su trabajo en algun momento hariamos las valijas y seguiriamos viaje. Pero ?Moscu? En nuestros planes estaban Madrid, Londres, Paris y Tel Aviv. Buenos Aires todavia no: el puesto de corresponsal acaba de ocuparse y no estara libre hasta dentro de tres o cuatro anos. Jan espera una respuesta. Desde que llego no abri la boca. Todo ocurre en mi cabeza, donde todavia escucho el eco de MOSCU. La palabra suena indefinida, desconocida, peligrosa, fuerte. Me gusta que suene asi. Y es por eso que digo: --No digas que no. --No hay que decidirlo ahora -me dice Jan-. Tenemos dos semanas para dar una respuesta. Claro que cuanto antes tomemos la decision, mejor. Jan me propuso hacer un viaje a Moscu, para ver si nos gustaba. No nos gusto. Y sin embargo, aceptamos. MOSCU ES OTRO MUNDO Igor maneja malhumorado por una avenida llena de autos. Hace giros nerviosos, toca bocina y se queja del transito de Moscu. Pero el es parte de ese transito. Algunos conductores lo miran con fastidio, otros le contestan con mas bocinazos o con gestos poco amistosos de las manos. La mayoria lo ignora, aunque sus miradas dicen todo. Hace frio, la nieve que alguna vez fue blanca ahora es una sopa espesa y gris oscura arrollada por las ruedas de los autos. Los camiones avanzan por la derecha y por la izquierda e impiden ver hacia adelante. Los vehiculos se salpican entre si, sin piedad ni benevolencia. Bajo los paraguas, los valientes peatones que intentan cruzar la avenida de diez carriles se cuidan para no mojarse con el aguanieve escupida por el transito y no ensuciarse con el caldo helado de la calle. No parece tarea facil ser peaton en Moscu, ni conductor, ni ruso en general. Me digo a mi misma que debo evitar mi tendencia a llegar a conclusiones precipitadas o desarrollar teorias disparatadas y me detengo en los detalles. Los carteles de transito estan escritos en cirilico y eso produce un primer extranamiento. Todo es extrano sin llegar a ser exotico. Se ven pocos carteles de propaganda en esta ciudad gris, fria y humeda. Acostumbrada desde chica a la presencia permanente de publicidad, a los avisos de Coca Cola y a guiarme por los carteles de los negocios, a primera vista Moscu se me aparece muda. Cuando viajo a la URSS, Garcia Marquez escribio una cronica titulada: "22.400.000 kilometros cuadrados y ni un aviso de Coca-Cola". Pero esto ya no es la Union Sovietica, el pais esta empezando a cambiar de forma definitiva y los carteles de propaganda -termino que en ruso esta asociado a la propaganda politica- seran suplantados por las publicidades de los objetos de consumo mas insolitos. Pero en este primer viaje todavia estoy en blanco, no se nada de lo que me espera, ni siquiera se si esta visita sera la ultima, o la definitiva. Estoy encandilada en una ciudad que no se muestra, me gusta la diferencia y observo cosas que normalmente no llamarian mi atencion: como esta vestida la gente, edificios grises, detalles de autos y camiones, ruidos y olores. El auto vibra, hace ruidos mecanicos y aunque las ventanas estan completamente cerradas se escucha el traqueteo, el zumbido y el arrastre de las ruedas de los otros autos sobre el asfalto cubierto de aguanieve. Como en un campo donde nunca va a crecer nada, las ruedas van arando surcos en la masa helada. Es tan profunda la huella que dejan los autos que Igor se ve obligado a mantenerse en su carril para evitar volcar el auto entre los montones de hielo acumulado. Habituada al transito silencioso de Alemania, viajar en auto en Moscu es como meterse en una maquina industrial de gran tamano, en algo que parece funcionar automaticamente por alguna orden superior sin que uno pueda decidir o hacer nada, salvo dejarse llevar y entregarse. Jan esta fascinado: le encantan los autos viejos, raros. Mira hacia todos lados y le pregunta a Igor el nombre de los modelos de autos y camiones, cuadrados y remachados, como recauchutados con restos de laton de tanques o aviones de guerra, sin publicidad alguna, salvo algunos inquietantes numeros sopleteados sobre el metal que no explican mucho. --Ese es un GAZ -dice Igor-. Fabrica de automoviles Gorki. El camion que nos paso es un KAMAZ, la fabrica de camiones mas grande del mundo, ubicada a 900 kilometros al Este de Moscu, en los margenes del rio Kama. Ahi va un KrAZ, de Krasnoyarsk. El Lada lo conocen, ?verdad? Y ahi adelante, el negro, es un Volga. Tambien son producidos en Gorki. Los Aparatchniks -Igor levanta la cabeza haciendo una venia- viajan en Volgas negros. Pero ya se estan haciendo de autos importados de Alemania. !Oh! Miren esa limusina que adelanta por el carril del medio. Es un Ziv, copia del Lincoln norteamericano. Antes lo usaban miembros del Politburo, los nachalstvo. Aunque ahora, nunca se sabe, seguramente es un nuevo rico. Y ese inutil que no acelera ahi adelante es un Moskvitch. !Imbecil! ?Que esperas? ?La carroza de la princesita del otono? --!Increible! -dice Jan-. Son de coleccion. !Tantas marcas que no tengo!

  • Amor Juvenil de Marta Escudero

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    Libre: Romance Juvenil con el Escritor Rebelde
    A mis 23 anos vivo encerrada en la pequena prision de mi “hogar”. A punto de terminar estudios de veterinaria, y aun asi sintiendome una prisionera en mi propia casa. “Mientras vivas bajo mi techo, haras lo que yo diga”, es la frase que repiten constantemente mis padres ante cualquier intento de tener un poco de libertad.
    Es asfixiante cuanto menos. Pero todo cambia cuando un joven de 22 anos, solo, se muda a la casa de enfrente. Terminando estudios de derecho para convertirse en abogado, actualmente se gana la vida escribiendo novelas de romance juvenil.
    Es dificil no sentirse atraida por el. “Libre”, ya no solo de las cadenas de una familia, sino de la sociedad en si misma. Con una moto asomando en el garaje, una sonrisa torcida cada vez que saluda, y el sentimiento de que hace “lo que le da la gana, cuando le da la gana”, es realmente dificil no derretirse por el.
    Asi que cuando un dia me invita a tomar un cafe no puedo evitar teniendo sexo con el entre sus sabanas. Y de ahi, la cosa solo pudo complicarse mas.

  • La ley del corazon de Amy Harmon

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    Una preciosa historia sobre nuevos comienzos y un amor eterno

  • La seduccion del Highlander de Vega Manhattan

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    Calem queria venganza y recuperar todo lo que le habia sido arrebatado.
    Un error pone en su camino a Aileen. La rebelde Campbell no era quien esperaba y, mucho menos, lo que necesitaba. No por ello rechaza el desafio de conseguir lo necesario para llevar a cabo sus planes.
    Y la negativa de Aileen no sera suficiente para mantener al Highlander alejado de ella.
    La pasion los llevara a vivir algo que ninguno de los dos imaginaba.

  • Comer para no morir, Michael Greger de Michael Greger

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    La gran mayoria de muertes prematuras podrian prevenirse con tan solo llevar a cabo sencillos cambios en la dieta y en el estilo de vida. En Comer para no morir, el doctor Michael Greger, experto en nutricion y medico de fama mundial, analiza las quince primeras causas de muerte (enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cancer, diabetes, enfermedad de Parkinson o hipertension arterial, entre otras) y explica como algunos cambios en la alimentacion y el estilo de vida pueden ser mas eficaces que las pastillas u otros tratamientos farmacologicos y quirurgicos, y de este modo vivir una vida mas saludable.

  • Un lugar donde quedarme de Jana Westwood

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    Hace ya anos que Felicia Bellgard, hija de un pequeno terrateniente de Houston, Texas, encandilo con sus dulces ojos azules a Sam, uno de los hermanos Harbord, duenos del rancho Little Bit, consiguiendo uno de los matrimonios mas prosperos de todo el estado. Sam era el mayor y compartia la propiedad con Walter, su hermano pequeno, pero la tierra nunca seria un problema entre estos hermanos porque 507105 acres era suficiente terreno para los dos. La vida de Felicia se vio, a partir de ese momento, adornada con toda clase de lujos y comodidades, si tenemos en cuenta que vivia en un rancho. Felicia tenia una hermana, Jillian, que deberia haber seguido sus pasos si hubiese sido inteligente. Todos pensaban que Jillian era mucho mas guapa que Felicia y estaban seguros de que conquistaria a Walter sin apenas esfuerzo, de manera que los cuatro hermanos vivirian juntos y felices para siempre, en los dos mil kilometros cuadrados de terreno que poseian. Pero cuentan que Walter se enamoro de Irene Abey, la mejor amiga de las dos hermanas, y se hizo construir otra casa a unos cuantos kilometros del edificio principal, dentro del rancho, dejando a todos con cara de imbeciles. Jillian tuvo entonces que buscar el amor en otros lares y con el buen ojo que la caracterizaba fue a fijarse en Roberto Guzman, un mexicano que trabajaba en el rancho y cuyas mayores cualidades eran sus desarrollados musculos y una poderosa labia. La familia Bellgard, en concreto el padre de Felicia y Jillian, un hombre chapado a la antigua y con poco aprecio por los extranjeros, ordeno a su hija que se desenamorase inmediatamente, a lo que Jillian reacciono escapandose con Roberto para casarse. Thomas Bellgard borro a su hija de la vieja Biblia en la que la habia inscrito al nacer y prohibio a todos los miembros de la familia que tuviesen contacto con ella, de ninguna clase. Repudiada por todos, Jillian se marcho con su esposo a Saltillo, Mexico, y no volvio a tener noticias de su familia tejana. El amor que sentian el uno por el otro se fue agriando a fuerza de penurias, y mientras Jillian tenia que cuidar de sus cuatro hijos, Roberto encontro en el vino a un fiel amigo. Habian pasado diez anos sin que tuviesen noticias de la descarriada Jillian, cuando Felicia recibio una carta de su hermana. El orgullo habia muerto de hambre y le pedia ayuda. Felicia entonces tampoco era demasiado feliz, tenia todo lo que podia desear, excepto lo que mas deseaba. Dios no habia querido bendecirla con el don de la maternidad, y ver como Irene traia al mundo a Nathan y Samantha no la ayudo mucho. La contricion de su hermana y sus suplicas para que la perdonase tuvieron efecto en Felicia, que leyo a su esposo la carta en la que la susodicha le pedia ayuda diciendole que volvia a estar embarazada y que no se veia con fuerzas de cuidar a otro nino mas. Sam Harbord sabia de sobra lo necesitada que estaba su esposa de un hijo y se le ocurrio una idea, podian quedarse con el nino que llevaba Jillian en el vientre, adoptarlo como suyo y proporcionarle una vida con todo lo que pudiese necesitar. Para ello imponia una unica condicion: que fuese varon. Felicia paso toda la noche sin dormir pensando en ello. Aunque le hacia una gran ilusion ser madre, nunca se habia tenido que preocupar por otro ser humano. Entonces se le ocurrio una idea. En lugar de quedarse con uno de los hijos de su hermana, se quedarian con dos, el que aun no habia nacido y que adoptarian como propio, y la mayor de las ninas, a la que acogerian como protegida y que seria en realidad quien se encargase de atender al bebe. Su esposo estuvo totalmente de acuerdo con ella. Jillian, que amaba profundamente a sus hijos, sintio que se le partia el corazon al tener que separarse de dos de ellos. En especial de Tracy, que era plenamente consciente de lo que ocurria. Aun asi fue capaz de convencer a Roberto de que aquello era lo mejor para todos. Gracias al dinero que les darian podrian comprarse una casita y montar el taller mecanico que el siempre habia querido. Ademas, Sam y Felicia costearian la educacion de todos sus hijos. Incluso de Tracy. Roberto firmo los papeles de adopcion y entrego a su hijo recien nacido, mientras Jillian abrazaba a su pequena sin soltar una lagrima y repitiendo en su cabeza que Tracy y Harry tendrian una maravillosa vida lejos de ellos. La nina lloraria suficientes lagrimas por todos. (c) Jana Westwood Portada:Jana Westwood Foto portada: 123rf 1aEdicion: febrero de 2017 Todos los derechos reservados. Queda prohibida, bajo la sancion establecida por las leyes, la reproduccion total o parcial de la obra sin la autorizacion escrita de los titulares del copyright. Capitulo 1 Tracy era pequena y estaba demasiado delgada para su edad. A Felicia le parecio que ademas tampoco parecia muy simpatica, pero quiza se debiera a lo exageradamente timida que era. --No se parece a mi hermana, ?verdad? --dijo mirando a su marido que estaba sentado junto a ella en el avion. --Es una cria, ?que esperabas? --dijo el sin prestar demasiada atencion a nada que no fuese el bebe que tenia en los brazos. Resulto que Sam se encontraba comodo con el nino y el instinto paternal habia eclosionado en el como por arte de magia. Felicia siguio mirando a la pequena que iba sola en los asientos de la derecha. Al menos habia dejado de llorar. Cuando llegaron al rancho les esperaban con globos y carteles de bienvenida con el nombre de Harry por todas partes. Todos se portaron muy bien con Tracy. Incluso su primo Nathan que con doce anos tenia poco interes en la llegada de un bebe y una nina a la familia. Samantha, a la que todos llamaban Samy, se mostro un poco nerviosa, para ella la idea de tener una prima de su misma edad con la que jugar era todo un acontecimiento, pero Tracy no parecia muy entusiasmada por conocerla. A Tracy le parecio que todos eran increiblemente grandes y que su prima era realmente hermosa con aquella ropa tan bonita y el pelo largo sujeto en una coleta alta. Se sentia fea, pequena y tremendamente triste. No levantaba la cabeza y apenas dijo nada temiendo que se pondria a llorar. Cuando cortaron la tarta y pretendieron que comiera una porcion a punto estuvo de atragantarse al intentar contener las lagrimas. Irene Abey comprendio que la nina necesitaba desahogar su pena a solas y se ofrecio a mostrarle su habitacion dejando a los demas con el pequeno Harry. A Irene no le gustaba nada como habia decorado la habitacion su cunada. Tampoco le parecia bien que hubiese colocado a la nina en aquel cuarto tan pequeno con la excusa de que era el unico que estaba al lado del de Harry. --?Te gusta? --pregunto con ternura. Tracy asintio con sinceridad mirando a su alrededor. Habian pintado las paredes en color azul cielo, que era su color preferido. Se acerco al armario y lo abrio, estaba lleno de ropa. Se volvio a Irene. --Felicia te ha comprado ropa --dijo su tia acercandose--, penso que no tendrias mucha. Tracy miro su pequena maleta que alguien habia dejado sobre una silla y luego volvio a mirar la ropa que estaba colgada en el armario. Entre todos sus hermanos juntos no tenian tanta ropa como habia alli. --Samy hizo de modelo para escoger la talla --dijo Irene--, es posible que te esten un poco grandes, mi hija esta mas rellenita que tu. Al ver que la nina estaba incomoda con su presencia decidio dejarla sola. --Te dejare para que te instales --dijo Irene--. Supongo que querras sacar tus cosas de la maleta. Y puedes descansar o bajar cuando te apetezca. Tracy asintio y vio como Irene salia del cuarto dejando la puerta abierta. Despues de unos segundos fue hasta su maleta y la abrio. Sus pantalones raidos la miraron avergonzados y sus zapatillas gastadas parecieron esconderse tras el papel con los dibujos de Clara. Cerro la maleta, se sento en el suelo y se abrazo las rodillas con fuerza tratando de contener los sollozos que se le escapaban sin que pudiese impedirlo. Su primo Nathan entro en el cuarto y la observo unos segundos hasta que ella levanto la vista y lo miro con la cara mojada por las lagrimas. --Asi que ya conoces la tradicion --dijo el muchacho. Tracy fruncio el ceno. --La de que llorar cuando estrenas una casa trae buena suerte --dijo el muchacho sentandose frente a ella en el suelo--. Supongo que te lo ha contado mi madre, pero no hace falta que te esfuerces tanto. Venga, que te ayudo. El nino empezo a gemir y a hacer como que lloraba y Tracy se echo a reir al ver sus muecas. --?Sabes montar? --pregunto cuando la nina se limpio las lagrimas. Tracy nego con la cabeza. --Pues aprenderas --respondio Nathan--. Yo monto muy bien, y caballos grandes, no como los que monta Samy. Pero es que ella es una cria. Como tu. --?Cuantos anos tienes? --pregunto Tracy. --Trece --respondio orgulloso--. Tu no debes tener mas de ocho. --Tengo diez --dijo ella molesta. El nino la miro de arriba a abajo. --Pues eres muy pequenaja para diez anos --dijo--. Mi hermana te saca una cabeza, por lo menos y tiene nueve. ?Todos tus hermanos son tan pequenajos como tu? Tracy asintio y la tristeza volvio a invadirla al pensar en su familia, sobre todo en su hermana Clara. --Estas triste --dijo Nathan. Tracy asintio. --Echo de menos a mi familia --dijo. Su primo la miro con ternura. --?Quieres hablarme de ellos? --pregunto. A la nina se le iluminaron los ojos y asintio repetidamente