• el secreto detras de tu sonrisa - Raquelita Gomez

    https://gigalibros.com/el-secreto-de-tu-sonrisa-secretos-1.html

    Kyle es uno de esos chicos que se enamoran de verdad y aman con todas sus fuerzas. Llega nuevo a la ciudad con su amigo Steve para empezar una nueva vida: la universidad. Lo que el no tenia en mente era encontrarse con ella.
    Ella es una camarera de las que te animan a volver al lugar solo para verla de nuevo. Siempre con una sonrisa en el rostro, esa que le regala todos los dias, esa que se ha vuelto imprescindible para el.
    Lo que el no sabe es todo lo que guarda detras de esa sonrisa. Guarda una vida, una vida que la ha convertido en lo que es, a sonreir al mundo solo porque si. La realidad es muy distinta a lo que ven sus ojos. Y el va a descubrirlo.
    El es un chico curioso. Y ella una chica llena de misterios.

  • El secreto de tu sonrisa (Bilogía Secretos) Versión Kindle

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    Mirar en el interior de este libro. El secreto de tu sonrisa (Bilogía Secretos) de [Raquelita Gómez, Munyx Design ...

  • El secreto de tu sonrisa (Bilogía Secretos): 1 Tapa blanda

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  • Leer EL SECRETO DE TU SONRISA libro en línea - ManoBook

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    EL SECRETO DE TU SONRISA es una novela en línea escrita por Yulieth Vargas, Mano Book ofrece un libro gratuito de EL SECRETO DE TU SONRISA para leer en ...

  • el valioso secreto que esconde tu sonrisa (ebook) - Casa del ...

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    Tu sonrisa es la luz que ilumina el mundo Aquí te presento un libro lleno de experiencias y de reflexiones que me han acompañado a lo largo de estos años, ...

  • El secreto de tu sonrisa de Raquelita Gómez (2022) - LEER ...

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    3 ago 2019 — Lo que él no sabe es todo lo que guarda detrás de esa sonrisa. Guarda una vida, una vida ... En unos instantes podrás disfrutar de tu libro ...

  • El secreto de tu sonrisa - Inkspired

    https://getinkspired.com/es/story/43820/el-secreto-de-tu-sonrisa/

    30 jun 2018 — Inkspired - Una plataforma para lectores y escritores, donde puedes descubrir, escribir y publicar historias creativas, novelas y libros.

  • Delfinarios rechazan acusaciones de documental 'El secreto ...

    https://www.excelsior.com.mx/nacional/delfinarios-rechazan-acusaciones-de-documental-el-secreto-detras-de-su-sonrisa/1404970

    10 sept 2020 — ... AMHMAR acusaron a World Animal Protection de difundir “falacias y tergiversaciones” con su minidocumental “El secreto detrás de su sonrisa”

  • El valioso secreto que esconde tu sonrisa | Verónica Romero

    https://www.bubok.es/libros/269424/El-valioso-secreto-que-esconde-tu-sonrisa

    Un libro lleno de experiencias y reflexiones que me han acompañado a lo largo de estos años con la intención de que te hagan sentir muy bien. Es.

  • El secreto de tu mirada de Raquelita Gomez

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    Segunda y ultima parte de la Bilogia Secretos. Tracy es una chica alocada que, a sus dieciocho anos de edad, solo quiere vivir la vida y pasarselo bien. Esto se intensifica cuando se abre la posibilidad de viajar a Grecia. Alli conoce a su "amor fugaz de Grecia al que nunca volvere a ver". Pero quiza esa definicion no le agrade tanto al destino como le gusta a ella. Gael es famoso por impresionar y ser impredecible. Su naturaleza le hace querer ser un alma libre, pero lo que no espera es la conexion invisible que tiene con Tracy. Quiza los dos necesiten descubrir lo que es el amor. Quiza los dos esten hechos el uno para el otro. Quiza sean alma gemelas y no quieren darse cuenta.Quiza solo tengan que descubrirse. Eso lo decidira el destino.

  • El destino de Michael (Security Ward 8) de N. Q. Palm

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    Tel Aviv es la ciudad que lo vincula a su familia y en la que paso largas temporadas, a pesar de no estar pasando por su mejor momento, Michael se alegra de volver. Aunque sea para una mision en la que su equipo debera desenmascarar a varios terroristas.Cuando la unidad de Security Ward aterriza en Israel, es el el que debe dar la cara e involucrarse hasta el cuello debido a su conocimiento de la ciudad y del idioma.

  • La Historia de Zahira (Hermanas Sfeir 3) de Bella Hayes

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    Descarada, rencorosa y vengativa, esa es Zahira Sfeir. Prometida a Galal Al-Husayni cuando era una chica de trece anos, aun recuerda el rechazo de su futuro marido al verla y, siete anos despues, decide seducirlo. Galal, recuerda a su prometida como una chica fea, gorda y con acne, asi que le es imposible reconocerla en la sirena que lo sedujo. Ahora debera casarse con ella. El espera la tipica esposa islamica: dulce, sumisa y amorosa. Sorprendentemente, se encuentra con una prometida que suelta tacos cual marinero cuando se encabrona, es una fiera en la cama, y tiene como deporte ponerlo en su lugar. ?Como podra llegar a amarla?

  • Una asesina rendida (Atraccion peligrosa 4) de Alina Covalschi

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    El destino volvera a unir los caminos de Victoria y Andrew en esta novela que pone fin a esta serie llena de misterios, mentiras, enganos y juegos entre policias y asesinos.

  • CALLGIRL Escort 1 de Susantha Lust

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    A veces las cosas pasan simplemente porque tienen que pasar…Soy Catherine Wayne, y a mis recien cumplidos veinte anos, decidi abandonar el pequeno pueblo en el que naci y me crie para escapar de una vida que odiaba, de un pueblo asfixiante y de una madre yonqui, alcoholica y prostituta que me llevaba a vivir situaciones limite. Pero en mi huida no solo deje atras una vida de maltrato y vejaciones, sino a mi propia hermana Alice. Odio a mi madre y todo lo que representa. Odio ese pueblucho. Los odio a todos ellos.Fue la imperiosa necesidad de buscar un futuro, lo que me llevo hasta Nueva York. Alli, sola, destrozada fisica y psicologicamente, me encontre con unos pocos pavos en la cartera, un futuro incierto y el temor de verme devorada por las falacias de mis propios suenos. Pero el antojadizo destino hizo que Alina -una prostituta rusa-, se cruzase en mi camino salvandome asi de mi misma. De su mano, me adentre en el sordido mundo de la prostitucion, y con ello, rehuse al Amor. Pero claro, soy mortal, y como tal, puedo cometer errores. Y los cometi.

  • 20 grandes conspiraciones de la historia, Santiago Camacho de Santiago Camacho

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  • Era tarde, muy tarde de James Kelman

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    Sammy Samuels, 38 anos, tipico representante de la clase baja de Glasgow, ratero y exconvicto, se despierta un dia tirado en una acera tras dos dias de borrachera. No tarda en liarse a tortas con unos policias y pasa la noche en la carcel. Ya alli, poco a poco toma consciencia de su estado: le han dejado molido y esta completamente ciego. Cuando por fin regresa a casa se da cuenta de que su novia se ha ido.

  • Trilogia Generacion (Completa) de Lisa Sune

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    No me olvides (G#1)
    Sheena huye de su hogar al cumplir la mayoria de edad. Dejando una sociedad adinerada que no desea para su carrera. Inconformista por el futuro que le habian disenado y ambiciosa por tomar sus propias decisiones.
    Diez anos despues de su marcha se enfrenta al pasado para cerrar una etapa. Enfrentarse al hombre que puso su vida patas arriba y que tanto se habia empenado en olvidar todo ese tiempo. El amor que pudo sentir hacia el anos atras paso a ser rencor, pero tras su primer reencuentro no logra alejarse de el y corre el riesgo de volver a caer rendida a sus pies.
    ?Sera capaz de mantenerlo lejos de ella?
    ?Sera capaz de no volver a enamorarse?

  • Entregarse a lo Prohibido (Entregarse 1) de Priscilla West

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    --?Ya te vas? Hice todo el esfuerzo que pude para no despertar a mi companera de apartamento mientras juntaba la pila de documentos del cliente que descansaba sobre la mesa de la habitacion del hotel. Riley Hewitt tenia sueno pesado, especialmente si habia salido y bebido la noche anterior, su pasatiempo de vacaciones preferido. Por eso me sorprendio cuando levanto la cabeza rubia rojiza de debajo de las sabanas. Aparentemente, no habia hecho el silencio suficiente. --Perdoname por despertarte. Me tengo que encontrar con Richard abajo en unos minutos, asi que solo estoy recogiendo las cosas. --La noche anterior habia estado leyendo cuidadosamente la estrategia de cliente con mi supervisor, Richard Hamm, en su habitacion del hotel, como si ya no la hubiesemos examinado decenas de veces la ultima semana. Cuando volvi a mi habitacion, examine nuevamente los materiales, memorizando cada detalle, reproduciendo mentalmente la secuencia de eventos que llevarian a conseguir este cliente para nuestra compania. Cerrar este trato significaria mucho para mi carrera: las empresas de gestion de patrimonios prestigiosas no tenian la costumbre de dejar que analistas con apenas tres anos de experiencia volaran a Ciudad del Cabo, Sudafrica, para captar clientes de mil millones de dolares. Habia sido solo gracias a una serie de acontecimientos afortunados --un grupo de empleados de alto rango que renuncio para comenzar su propia empresa, mi reciente ascenso y un encuentro casual con uno de los directores en la cafeteria-- que me encontraba en esta situacion. Decir que esto era algo grande seria subestimarlo. --No te preocupes. --Bostezo y se restrego un ojo sonoliento mientras hacia un ruido que sono como algo entre un gemido y un gorjeo--. De todos modos, me queria levantar. Desayunar algo, ir a ver algo de television extranjera. No todos los dias puedes ver a Abelardo hablando en afrikaans. ?Estas lista para la reunion? Dios, eso espero. Deberia estarlo despues de tanta practica y preparacion. Por suerte, las mariposas que revoloteaban en mi vientre me daban mas energia que la que una taza de cafe podria darme jamas. --Creo que estoy lista. Ademas, Richard es quien se encargara de la mayor parte de la conversacion. Tiene anos de experiencia en esto. Yo solo estoy como apoyo. Su sonrisa de victoria destello--: Y para ser el rostro bonito. Lo haras excelente, Srta. Egresada de Harvard. Le saque la lengua juguetonamente. Riley era de Staten Island y realizo los estudios superiores en NYU. Aunque ambas terminamos trabajando en el mundo de las finanzas, Riley era una contadora especializada en asuntos impositivos para corporaciones gracias a la orientacion de sus padres y, con frecuencia, me recordaba que su trabajo era mucho menos emocionante que el mio. Sin embargo, ella generaba muchas de sus emociones durante sus descansos. La puerta de su dormitorio que giraba permanentemente garantizaba que siempre tuviera una historia jugosa para contar en nuestras "noches de cita" de mojitos y comida mexicana semanales. Al observarla examinar un menu de servicio de habitacion reflexione por millonesima vez que tenia una suerte increible al tenerla en mi vida. Nos habiamos conocido en un seminario insensibilizador, al que nos enviaron del trabajo, sobre la Expansion de la Productividad Corporativa en la Facultad de Negocios Stern de la NYU, donde no aprendimos absolutamente nada acerca de como expandir la productividad corporativa y casi todo acerca de cada una durante un periodo de tres horas. Desde entonces, ella ha sido el yin de mi yang, la guerrera de fin de semana de mi bibliotecaria. Con frecuencia, bromeabamos acerca de enviarle a NYU una linda canasta con frutas en agradecimiento, aunque Riley siempre respondia: "los doscientos mil que deje alli para un titulo en Filosofia es suficiente agradecimiento". Aun asi, no podia suprimir la ola de alegria que me inundaba cada vez que pasaba frente a la imponente facultad de negocios de acero y vidrio mientras caminaba hacia el gimnasio; sabia que, sin Riley, mi estadia en Manhattan hubiese sido tan fria y solitaria como los anos en Harvard. Cuando le conte que iba a hacer un viaje de negocios a Ciudad del Cabo por una semana, insistio en usar sus vacaciones para acompanarme, para mi satisfaccion. Pasar el rato con ella en la playa seria mucho mas divertido que tomar sol sola o --que Dios no lo permita-- con Richard. Guarde el ultimo de los expedientes, cerre la mochila y me alise la blusa celeste y la falda de tubo negra. El atuendo habia sido meticulosamente combinado para mezclar profesionalismo y estilo. Formaba parte de la estrategia. --?Como me veo? --Te confiaria mis millones de dolares (si los tuviera). --Esperemos que el chico malo multimillonario Vincent Sorenson piense lo mismo. --Te he visto trabajar sin parar para esta reunion durante un mes. Estas mas que preparada, nena. De cualquier manera, esta noche nos vamos a divertir. No te olvides de eso. Por supuesto, una tarde y una noche completas de aventura con Riley: la dulce recompensa por despertarme condenadamente temprano para captar un cliente que, segun mis investigaciones, era muy dificil. Saludando con la mano, sali de la habitacion del hotel y baje por el ascensor hasta el vestibulo para encontrarme con Richard. Mientras daba un paso hacia las baldosas de marmol y los tacos golpeteaban, verifique la hora. Las 7:30 a. m. en punto. Habiamos acordado encontrarnos una hora antes de la reunion, para darnos tiempo suficiente para caminar las pocas cuadras que separaban el hotel del edificio de la oficina del cliente y repasar cualquier detalle de ultimo momento que hubiera surgido durante el sueno. Dios sabe lo que sone con este momento. Bueno, mas bien parecian pesadillas. Y por alguna extrana razon, todas terminaban conmigo en ropa interior. Localice a Richard sentado sobre el borde de un comodo sillon, con los ojos pegados a su Blackberry. El traje de color gris pizarra y la corbata cerulea lo hacian parecer mas joven. Solo unos pocos mechones de canas revelaban que se acercaba a los cuarenta. --Buenos dias --lo salude. --?Ya desayunaste, Kristen? --me pregunto sin levantar la vista de su Blackberry. Aunque sus malos modales me habian irritado al principio, los ultimos seis meses que trabaje con el me habian ensenado a tener conversaciones enteras sin hacer contacto visual ni siquiera una vez. A menos, por supuesto, que el tema fuera el dinero. En ese caso, Richard era todo oidos. --Tome un jugo de naranja y comi una barra de granola, pero tomaria un cafe. --Pongamonos en marcha entonces. Podemos detenernos a tomar uno. --Tomo su maletin y lo segui al salir del hotel. Cuando nos marchamos del alero del area de valet, la vista del oceano a lo lejos me ayudo a calmar los nervios. Una brisa de manana temprano me despeinaba y el sol de mediados de junio resplandecia. Al tiempo que caminabamos tranquilamente por las calles transitadas de Ciudad del Cabo, disfrutaba de la vista, de los aromas y de los sonidos que no habia observado ayer por haber estado tan ocupada con la preparacion. Altos edificios corporativos que penetraban el cielo, bocinas de autos que sonaban, una mezcla eclectica de personas que viajaban al trabajo, un McDonald's aparentemente en cada esquina... de muchas maneras, me recordaba a Manhattan. Aun asi, la mezcla de colores brillantes, lenguas desconocidas y oleadas de surfistas con rastas que se dirigian hacia la playa para atrapar alguna ola matutina le daba a este lugar su encanto propio. En el camino, nos detuvimos a tomar un cafe y Richard aprovecho la oportunidad para repasar nuestra estrategia. --Cuando entremos al edificio, quiero que seas puras sonrisas, Kristen. Quiero verte los dientes en todo momento. Yo me encargare de la mayor parte de la conversacion, pero tu tambien juegas un papel importante. Puede que los clientes tengan mas dinero que algunos paises pero, primero y principalmente, son personas. Las personas tienen emociones. Los hombres, en particular, son debiles ante el encanto femenino. Tu los ablandas y yo los moldeo. --Solia decir este tipo de pendejadas diariamente, sin absolutamente nada de ironia. Es como si mi papel pudiera reemplazarse por un carton recortado con tetas. Genial. El cumplido con doble sentido de Richard me irrito, pero no me encontraba en una posicion como para estorbar. Aunque hubiera muchas mujeres en el mundo de las finanzas, las esferas mas altas consistian en clubes de hombres con sus propias reglas. No decia nada cuando Richard hacia esos comentarios sexistas, pero eso no significaba que fuera a comprometer mi integridad personal si alguna vez me sugeria que avanzara un poco mas que una sonrisa. Despues de haber estado tres anos en este negocio despiadado, muy pocas cosas podian conmocionarme. --Bien. Un enfoque impulsado por las emociones. --Use sus propias palabras para demostrarle que lo comprendia. Sonrio. --Yo lo llamo el Sistema Hermano. Segun mi experiencia, Vincent es Tipo B. Un aficionado, apasionado por las actividades recreativas, que en realidad no sabe bien como dirigir una compania pero que tuvo mucha suerte. Un CEO desenfrenado y que no se preocupa por los detalles pero que es bueno para delegar responsabilidades a sus vicepresidentes. Al tipo le encanta surfear y machacarsela. Tenia mis dudas acerca de su valoracion, pero me las reserve. Vincent habia comenzado como un surfista avido y fabrico una camara economica a prueba de agua que sujeto a su tabla de surf, lo que le permitia filmar sus logros. Pronto, la generacion de deportistas extremos de YouTube clamaba por una camara similar para sujetar a sus tablas de surf/cuerdas de puentismo/patinetas/paracaidas, y la compania que Vincent construyo de cero generaba miles de millones de ingresos. Mi investigacion habia pintado a Vincent Sorenson como una persona adicta al trabajo --su imperio se habia expandido e incluia un programa de television de deportes extremos, una linea de ropa y tablas de surf hechas a medida--, pero si Google Images pudiera opinar, diria que era un fanatico de la playa todo tatuado, con un bronceado oscuro y ojos con parpados pesados. Un vago con tatuajes y abdominales marcados. Richard continuo mientras cruzabamos la calle. --Estos tipos son bastante predecibles. Todas las demas empresas de gestion de patrimonios que se disputan su dinero se ven exactamente igual sobre el papel. Le hablaran acerca de coeficientes alfa, dividendos, fondos de cobertura, y el no lo va a entender. Queremos que nuestro enfoque destaque. Al demostrar tu interes en lo que a el le apasiona ganaras la mitad de la batalla. Observa, te apuesto a que vestira una camiseta, shorts y sandalias cuando nos reunamos con el. Mi sensibilidad a las suposiciones iniciales incorrectas se activo, pero no iba a discutir con Richard. Nuestra estrategia estaba establecida. Afortunadamente, la confianza de Richard ayudo a mitigar la constante sensacion de que todavia no estabamos preparados. Parecia la ansiedad por los examenes que senti durante toda la etapa de facultad, excepto que ahora fracasar significaba perder millones de dolares en lugar de perder algunos puntos en el promedio general. Cuando llegamos a destino, apenas reconoci la estructura de la torre de nuestra investigacion. --?Vincent es el propietario de este edificio? --No. La compania solamente alquila algunas oficinas en el vigesimo tercer piso para pequenas operaciones en el area. El viene aqui principalmente a surfear. Me asegure de fijarme la sonrisa antes de pasar por la puerta giratoria de la entrada. Luego de registrarnos, subimos por el ascensor hasta el piso de Vincent donde una recepcionista nos acompano hasta su oficina. --Solo golpeen --dijo antes de regresar a su puesto. --?Estas lista? --me pregunto Richard al acercar los nudillos a la puerta. Alli estabamos. Inspire profundamente y lo mire a los ojos: --Hagamoslo. Golpeo la puerta y escuche una voz claramente masculina que nos decia que entraramos. Elevando las comisuras de los labios para darle a mi sonrisa esa ventaja extra, segui a Richard que me guiaba hacia dentro. Mi sonrisa se desvanecio al ver al hombre que estaba sentado detras del escritorio. Se encontraba sereno y poseia un refinamiento masculino que era mas digno de un modelo de Calvin Klein que de un CEO de Fortune 500. Mientras miraba fijamente esos ojos marrones intensos, la nariz pronunciadamente grabada y la boca seductivamente tallada, ubicada en una estructura osea sin duda alguna disenada por un artesano experto, pense por un segundo que habiamos ingresado al estudio de una sesion fotografica. Pero no habia dudas de que este era Vincent Sorenson, en carne y hueso. Las horas que habia pasado analizando sus imagenes con la excusa de la investigacion no me habian preparado --no habrian podido prepararme-- para el real. En la foto mas actual que habia podido conseguir, se encontraba en el mar con el agua hasta la cintura y se acercaba a la orilla con una sonrisa radiante que hacia que se te detuviera el corazon, como si fuese algun tipo de dios sexual mistico ansioso por reclamar sus ofrendas. No resultaba dificil imaginarse a virgenes que se sacrificaban voluntariamente por el. Pero la foto se habia sacado hacia meses y en aquel entonces tenia el cabello rubio oscuro corto. Ahora caia enmarcandole los rasgos como un retrato listo para la exposicion en un museo. Por un instante, lo unico en lo que podia pensar era como se sentiria deslizar las manos por esos mechones sedosos. Mis pasos aminoraron la marcha para igualar el ritmo de la respiracion mientras lo observaba ponerse de pie con elegancia y rodear su gran escritorio de roble, para disminuir la distancia que nos separaba con una destreza sobria. Luego de estrechar la mano de Richard, se quedo de pie frente a mi. Frunciendo el entrecejo con mucha curiosidad, sus hermosos ojos se mantuvieron fijos en los mios, evaluando y analizando con astucia. Me senti extranamente vulnerable y expuesta bajo el peso de aquella mirada, como si estuviese sin ropa, desnuda ante el.

  • Me perdi en tu mirada de Claudia Velasco

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    Rosslyn Caird, hija de un prestigioso noble de Kirkwall, llego a los doce anos al condado de Caithness, al norte de Escocia, para ser educada por la familia de su futuro marido, lord James Sinclair, tercer hijo del conde de Caithness, con la intencion de convertirse en una esposa digna, y como parte del acuerdo entre ambas familias para consolidar su union y su ferrea lealtad al poderoso clan Sinclair.
    Ambos jovenes son la moneda de cambio perfecta para satisfacer los intereses politicos, familiares y sociales de su entorno, pero ellos, dos personalidades muy fuertes y muy opuestas, no conseguiran armonizar su vida, ni aplacar su caracter, y solo lograran precipitar su peculiar matrimonio hacia el abismo. Un gran desencuentro rodeado de conspiraciones, enganos, malas decisiones, mentiras, falta de comunicacion y un exceso desmesurado de orgullo que contribuiran a fracturar, aun mas si cabe, su incierto futuro.
    ME PERDI EN TU MIRADA es una novela historica ambientada en la Escocia del siglo XVII, que hace un repaso minucioso por las rigidas costumbres de la epoca, que nos lleva a viajar por aquellos apasionantes escenarios y que cuenta la intensa y vehemente historia de amor entre Rosslyn Caird y James Sinclair.
    Un relato agil y delicado, narrado con el rigor historico y la pasion de Claudia Velasco.

  • Legado de cenizas de Tim Weiner

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    La primera historia completa de la CIA.

  • Literatura y ciencia de Aldous Huxley

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    Un analisis admirable y lucido de uno de los temas mas apasionantes de nuestra epoca, el conflicto entre el mundo humanista y el mundo cientifico, y que el novelista C. P. Snow llama el problema de <>. Aldous Huxley es quiza el autor contemporaneo que ha probado de modo mas evidente --y con su propia obra-- la posibilidad de una reconciliacion entre la ciencia y la literatura. En estas paginas muestra que la esencia del conflicto puede explicarse como una oposicion, declarada o no, entre la experiencia publica y la experiencia privada, apoyando elocuentemente su tesis con numerosos ejemplos de las letras inglesas, italianas y francesas.

  • Fervor de Maya Banks

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    Jace, Gabe y Ash son tres de los hombres mas ricos y poderosos del pais. Estan acostumbrados a conseguir todo lo que desean. Absolutamente todo. En el caso de Jace, es una mujer cuyos encantos lo pillan por sorpresa... Jace Crestwell, Ash McIntyre y Gabe Hamilton han sido amigos y socios de negocios durante todas sus vidas. Ellos son poderosos e irresistiblemente sexys. Ademas Jace y Ash lo comparten absolutamente todo, incluyendo sus mujeres. Cuando conocen a Bethany, Jace comienza a sentir cosas que nunca antes habia experimentado, enfermo de celos y de una poderosa obsesion que lo traicionan y sobrepasan hasta perder el control. Jace no quiere compartir a Bethany con nadie. Esta obsesionado con ser el unico hombre en su vida y esta dispuesto incluso a poner en juego su amistad de anos con Ash. Bethany sera unicamente suya. Incluso si esto significa darle la espalda a su mejor amigo.

  • A la caza de un seductor de Alexia Mars

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    Con paso decidido, Sara cruzo el verdoso parquecito que adornaba la entrada de la Ciudad de la Justicia. Traspuso las grandes puertas de cristal y se dirigio al puesto de control. Armando, el guardia civil que controlaba las entradas y salidas, la saludo con una brillante sonrisa. --?Otra vez por aqui, letrada? --Me temo que si, Armando --le respondio ella con tono apagado. --Vaya, no parece usted muy alegre hoy. ?Un dia duro? --apunto observando el aura de tristeza que la rodeaba. --Peor, me siento como si fuese la primera vez que vengo al juzgado. --Y sin que el la oyese senalo--: Bueno, y en cierto modo asi es. --Tranquila, eso nos ha pasado a todos. Vera como manana ve las cosas de otro color. No hay nada que no se arregle con un sueno reparador. --Sara penso en su problema y deseo que pudiese desaparecer tan facilmente. No, lo suyo no se solucionaba durmiendo. --Eso espero --le contesto, mientras pasaba por su lado--. Que tenga un buen dia, Armando. --Lo mismo le digo, abogada. -- Inclino la cabeza a modo de despedida y observo el contoneo de las caderas de la atractiva joven. Suspiro. <> Las puertas del ascensor se abrieron y Sara emprendio el camino hacia el mostrador. Un recorrido que habia hecho cientos de veces, pero que ahora se le antojaba diferente, quiza porque esta vez le atania directamente... Miro el reloj. Nueve menos diez. Bien, tendria que aguardar hasta que llegase su turno. Se dirigio a la zona de espera y tomo asiento. De reojo observo a la mujer que hablaba con la auxiliar y un extrano nerviosismo invadio cada poro de su piel. Cerro los ojos e inspiro. ?!Que le pasaba!? Esto era lo que tanto habia deseado, ?no? Taconeo con sus stilettos negros y entrelazo las manos, masajeando inconscientemente la preciosa alianza que todavia decoraba su dedo anular. Su corazon, ya de por si agitado, sufrio una sacudida cuando un estruendo seguido de un poderoso <> sono tras ella. Observo la escena con el ceno fruncido; una joven habia arrollado a un hombre y ahora se encontraba encima de el, rodeados por un monton de papeles. La rubia del abrigo fucsia se puso en pie con dificultad y se deshizo en disculpas con su victima, quien farfullo algo acerca de <>, recogio sus documentos y desaparecio entre maldiciones.

  • Crimen en directo (Los crimenes de Fjallbacka 4) de Camilla Lackberg

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    Patrik y Erica siguen disfrutando de su idilio en el pueblo de Fjallbacka, ahora acompanados por su bebe, la pequena Maja, que ya tiene ocho meses. Mientras la joven pareja esta plenamente volcada en los preparativos de su proxima boda, los asuntos en la comisaria, donde Patrik trabaja, siguen su curso rutinario. Pero el alcalde reune al pleno del ayuntamiento para anunciar la llegada a Tanum de un equipo de television para filmar un reality-show bastante escandaloso llamado <> que, supuestamente, deberia reportar unos jugosos beneficios a la poblacion y que va a suponer en realidad una autentica pesadilla.

  • Examen de mi padre de Jorge Volpi

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    Examen de mi padre es el libro mas intimo de Jorge Volpi, autor de En busca de Klingsor, Memorial del engano y Las elegidas. Una memoria de su padre y, al mismo tiempo, una autopsia de Mexico.

  • Memorias de un arbol de Guido Mina Di Sospiro

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    La historia del mundo a traves de la mirada de un arbol. Una bella novela que te hara crecer y fortalecera tus raices emocionales.

  • Mis poderes y tus polvos magico de Garcia De Saura

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  • El Coleccionista de munecas de Loli Sanchez

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    Desaparecen sin dejar rastro para luego aparecer torturadas y terriblemente asesinadas.
    El que sean ninas le trae sin cuidado, no tiene piedad.
    En Beacon Hill, Boston, una serie de asesinatos, que ya dejaron huella en el pasado, vuelven con mas fuerza.
    Lea Mayo una detective con problemas de alcohol, se enfrenta a un asesino en serie que la pone a prueba una vez tras otra…
    Atrapar al asesino se ha convertido en su unico objetivo, sin intuir que el quiere que ella forme parte de su macabra coleccion.
    Podra Lea escapar con vida y capturarlo??
    O por el contrario se convertira en una de las obras del asesino??
    Adelante… La puerta esta abierta para que conozcas sus historias.
    Porque la pesadilla no ha hecho mas que comenzar….

  • Polvo y sombra (Subjefe Rocco Schiavone 6) de Antonio Manzini

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    Heredero literario de Andrea Camilleri, Antonio Manzini vuelve con la sexta entrega de la serie dedicada al subjefe Rocco Schiavone.

  • Ninos en el tiempo de Ricardo Menendez Salmon

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    Y asi como el instante de la concepcion, ese misterioso empuje en el que dos principios colisionan para cambiar el curso del mundo, resulto inaudible, con ambos actores ajenos a lo que nacia dentro de los cuerpos, asi el instante de la desgracia fue tambien silencioso. Solo mas tarde, al entrar en casa desde el jardin de juegos, descubrieron la sangre empapando el pantalon del nino. Ese mismo nino que los miraba con ojos inocentes, sin huella de dolor o de sorpresa, ignorante de que algo se habia quebrado dentro de el fatal y decisivamente. De modo que piernas arriba, con menos temor que asombro, siguieron el dibujo de la macula, aquel flujo que no era rojo, como quiere el lugar comun, sino negro y espeso, como canto el primer poeta, hasta llegar al pequeno y tierno agujero por donde el hijo amado se vaciaba igual que una taza rota. Entonces los conmovio el espanto. II Cuando supo que su hijo estaba desahuciado, Antares se recluyo en el silencio. Lo hizo porque comprendio que solo la palabra crea la verguenza. Y el sintio verguenza: verguenza de sobrevivir al nino, verguenza de tener ganas de defecar, verguenza de su necesidad de sueno. Asi que callo. Callo durante setenta y dos horas, el tiempo transcurrido entre que el oncologo le dijo que su hijo iba a morir y el instante en que el nino se apago sin ruido ni ira, como una vela soplada por un viento dulce y caritativo. Nunca, desde que en la infancia le extirparan las amigdalas, habia permanecido tanto tiempo en silencio. Quiza por eso, cuando tras la hora setenta y dos abrio la boca con intencion de hablar, de su garganta solo broto una especie de grunido, un lamento confusamente humano, mas cercano al sonido de una sierra al morder la madera que al lenguaje articulado. Antares supo entonces que, por mas que se desee, no se puede nombrar lo innombrable. III Las cosas que los muertos dejan tras ellos. Esa vida privada, inmune a la fatalidad, de los objetos, las reliquias, las posesiones. La estupida permanencia de una cuna, un peluche, un sonajero. La inerte materia de la que estan hechos un pijama de bebe, la tetina de un biberon, la pila ya para siempre identica de los panales. Cuando Antares regreso a casa, cuando cruzo aquel umbral que llevaba anos siendo un lugar seguro, las correspondencias cambiaron, el mapa giro en un vertigo loco, se deslizo un idioma desconocido en el lexico familiar. Como seguir llamando habitacion del nino a aquel cenotafio inmundo; como seguir viendo la banera vacia como una promesa de juegos; que disciplina del sueno y de la vigilia aplicar a las noches de pronto sin llantos, hambre ni compasion. La paternidad es una provincia pedagogica; la orfandad es una escuela desolada. El discipulo, aquel que ha aprendido por necesidad y por sentido del deber las obligaciones de ser padre, se convierte en un salvaje a quien los pronombres fallan, los sustantivos hieren, los verbos esquivan. La casa, la ficcion de un hogar estable, se transforma en una jungla donde amenazan animales impios. Se vuelve la mirada con la esperanza de encontrar un gesto reconocible, pero se halla solo una ausencia blanca y absurda, el insoportable ruido de fondo de un mundo hueco. Por eso, cuando el nino murio, su realidad se descompuso. El posesivo su es la clave, porque lo mas doloroso de la experiencia de la muerte es constatar algo que se sabe desde siempre, pero que jamas se acata con resignacion. Que el mundo trascurre ajeno a nuestros anhelos y padecimientos; que precisamente porque el mundo permanece indemne ante cada pequena catastrofe, son mi mundo, su mundo, nuestros personales e innegociables mundos los que se desmoronan. Aquella primera noche. Como olvidarla. Como decirla. Aquella primera noche en que los perros ladraban en la penumbra algo parecido a su desamparo, y dentro de la gran casa vacia, donde ya nunca brillaria la risa, Antares comenzo otra especie de busqueda. IV Esa busqueda que, acaso sin anunciarse, habia empezado al abandonar el hospital y alla dentro, en la colmena de su arquitectura funcional, dejar el cadaver del nino. Los gestos imposibles que hay que llevar a cabo: despedirse del equipo medico, recoger las ropas que ya nadie usara, liquidar cuestiones practicas con los encargados de la funeraria. No es una tarea hecha a medida humana. O si. Es humano, demasiado humano, tener que seguir adelante cuando todo pronostica que la posteridad, el porvenir, el manana, son lanzas clavadas en el costado de la cordura. Sentado junto a la ventana que miraba al jardin lluvioso, mientras el limonero que planto cuando supo que iba a ser padre temblaba bajo el viento, Antares penso en el trayecto de vuelta a casa, en el y en su esposa, la madre desolada y casta, un absurdo de la carne y de la emocion, reunidos en el coche como dentro de un cofre atomico, ideado para hacer frente a un desastre de proporciones universales. Recordo como permanecieron alli, quietos durante un largo, insolito minuto, saboreando su nueva condicion de huerfanos, heridos por la evidencia de que tras ellos, en la parte posterior de la maquina, ya no habia nadie, ya no habia nada. Y recordo tambien como, al girar la llave del contacto, el lector de musica se puso en marcha y arranco al disco que contenia en su interior una cascada de notas alegres, joviales, hirientes por inapropiadas, y un estribillo innoble, que a ambos les procuro lagrimas de rabia y una furia sorda y brutal, que destilo en sus bocas ya no el sabor de la ceniza o de la sangre, sino el de los agravios. V La carne cremada. El horno y sus fauces verdosas, como un gran cepo atrapado en el musgo. El bramido del fuego al alzarse, el chasquido de las mandibulas de hierro. Nadie, nunca, los habia preparado para semejante imagen. De que servian los libros leidos, los paisajes admirados, la interpretacion, la glosa, la sabiduria, la capacidad para la critica y el analisis, el juicio educado y selecto ante aquel rito. Para nada. No servian para nada. Y cuando les mostraron la urna, aquel objeto lacado, de aspecto pulcro, en el que supuestamente reposaban las cenizas de su hijo, ninguno avanzo las manos para tomarla. Ambos se miraron como extranos, viajeros arrojados por el mar a una costa abrupta, llena de peligros, y durante un insoportable lapso de tiempo permanecieron en pie, fracasados, vidas en llamas, esperando que alguien los arrancara del embrujo de la quietud, mientras el hombre de la funeraria, que olia a locion de afeitado y vestia un traje negro, contaba en silencio hasta veinte. --Cojanla, por favor --exigio al fin la voz educada pero firme--. Un dia les hara bien. Y aunque Antares no supo si era la experiencia, la impaciencia o el mas intolerable de los cinismos quien hablo desde aquellos labios, si recuerda que fue el quien extendio los brazos y recogio el tamano de su desdicha.

  • La isla sin nombre de Manel Ronda Carrasco

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    El cuerpo de Pablo Ayala cuelga de una soga cuando un terremoto provoca que el techo se venga abajo, salvandole la vida justo antes de exhalar su ultimo aliento. Habia tomado esa drastica decision al recibir la noticia mas dolorosa que jamas hubiera querido escuchar. Su esposa, junto a otras nueve mujeres, habia sido fusilada en la carcel del Faro, condenada por subversion contra el regimen que lidera con mano de hierro el general Alonso del Potro.
    A pocos quilometros de alli, en el colegio San Rafael, el seismo no deja supervivientes. Sin embargo, el cuerpo de Diego, el hijo del general, es el unico que no ha aparecido bajo los escombros. El Chino Perrone, un sicario sin escrupulos a sueldo del Estado, debera dar con su paradero en una carrera contra el tiempo.
    ?Que tienen en comun estos hechos? ?Quien esta detras del ultimo intento por derrocar a la sangrienta dictadura de Alonso del Potro?
    El pasado volvera a la isla sin nombre para saldar cuentas pendientes, en esta historia de venganzas, traiciones y amores no correspondidos.

  • ?Quien mato a Charmian Karslake? de Annie Haynes

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    Una estrella de cine de misterioso pasado, un zafiro maldito, un millonario indignado, un entorno memorable, un caballero con monoculo. Una creacion magistral de diferentes elementos y personajes para una gran novela representativa de la edad de oro del misterio. Charmian Karslake, una bellisima y celebre actriz estadounidense, aparece asesinada en la mansion de una honorable familia el dia despues de un gran baile. ?Estan implicados de alguna manera sus anfitriones, los respetables Penn-Moreton? ?Quien es el misterioso Mr. Hailsham que ha estado presente en el baile pero al que, al parecer, se ha tragado la tierra? ?Conseguira el inspector Stoddart unir las piezas y resolver el enigma? A medio camino entre Sherlock Holmes y Agatha Christie, la coleccion inedita de libros policiacos de la edad de oro del misterio de Sherlock Editores entretiene, intriga y divierte a partes iguales, rememorando una epoca glamurosa ya desaparecida.

  • Los cuadernos del chico frances de Soledad Enrique Gaitan

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    Apasionante novela que narra la historia de Denis, un chico de principios del siglo XX, a traves de Laura, una adolescente que encontrara un verdadero tesoro familiar en su casa de verano: unos antiguos cuadernos.

  • Historia de las abejas de Maja Lunde

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    Historia de las abejas, la novela revelacion de las letras noruegas, es una historia epica y global en la que, mediante tres narraciones entrelazadas, Maja Lunde reflexiona sobre los seres humanos y su relacion con la naturaleza a lo largo del tiempo.
    En la Inglaterra de 1852, William, un naturalista y comerciante de semillas que no pasa por su mejor momento, lucha por desarrollar un tipo de colmena totalmente nuevo que les valdra a el y a sus hijos fama y respeto. George es un apicultor de los Estados Unidos que en 2007 pone todas sus esperanzas en que su hijo universitario continue con el sacrificado negocio familiar. En la China del ano 2098, donde las abejas han desaparecido y con ellas el mundo tal y como se conocia, Tao se dedica a la polinizacion manual, con el deseo de dar a su hijo una vida mejor que la suya.
    Maja Lunde despliega en esta ambiciosa novela un extenso lienzo donde, a la vez que muestra las primeras y humildes tentativas del ser humano en el campo de la cria de abejas, la apicultura industrial de hoy en dia y un futuro en el que estos insectos se han extinguido por completo, explora tambien con sutileza y profundidad las relaciones familiares, el desarrollo y el medio ambiente.

  • Jimena de Luisa J.c

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    El dia de la boda de una de sus mejores amigas, Carla, Jimena conoce a un joven apuesto empresario. Debido a un desafortunado accidente, Jimena no puede prestarle la atencion que el se merece y ella querria darle, ya que se debe a la obligacion de cuidar de su amiga, Iratxe, que ha sido la peor parada del mismo.?Conseguira Jimena conocer al hombre que con tan solo una mirada le ha impactado tanto?

  • El numero Infinito de Karol Scandiu

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    HAY VEINTISIETE pasos desde la biblioteca hasta la habitacion de mis padres. Veintisiete pasos. Hace cuatro dias tarde tres minutos en alcanzar el quicio de la puerta antes de caer inconsciente frente a sus cuerpos sin vida. Mi padre todavia sostenia la pistola. Mi madre estaba en una posicion antinatural; su cabeza colgaba flacida por el lateral de la cama de matrimonio, sus ojos fijos y vidriosos en algun punto mas alla del pasillo detras de mi. Todavia me pregunto que si en lugar de tres hubiese tardado dos minutos podria haberme despedido de ellos. Y eso no me consuela. Ni un poco. Me seco las lagrimas en las hombreras de la chaqueta de mi traje negro al oir la puerta abrirse. Pienso en que seria mas facil hacerlo con las manos, pero se --soy muy consciente-- de que estoy esposada. Y no necesito una humillacion mas frente a nadie, menos todavia la de limpiarme la cara con las pulseras oficiales del Estado de California. Alexander Cristol se sienta frente a mi. Su primera palabra es una mezcla de disgusto con algo reseco en la garganta que no podria repetir. Es un buen hombre, se acerca a los sesenta, sus canas y las finas lineas de desaprobacion continua que le rodean los ojos le delatan. --Doce --susurro. El levanta la cabeza y yo le aguanto la mirada. No pienso llorar. --?Tantas? --Si. Tantas --contesto, y el esboza una especie de sonrisa medio ladeada. Si mis labios pudieran llorar, seguro lo harian por mis ojos. --La cosa esta muy complicada, Alice, no te voy a enganar. --Sus ojos se pasean de los mios a su carpeta negra, cerrada frente a el sobre la mesa. --Trece. --Puedes ser muy irritante cuando te lo propones, ?lo sabes, verdad? --Cuando me lo propongo. El sonrie un poco, pero la sonrisa no le llega a los ojos. --Te conozco desde que eras una enana mocosa corriendo por el patio mientras haciamos barbacoa --empieza a hablar. La conversacion me incomoda mas alla de lo que puedo expresar con palabras, y al fin rompo contacto visual, dirigiendo mi ojos hacia mis munecas amoratadas--. Tu padre solia decir que naciste con la tabla del cinco debajo del brazo. Ya entonces te pasabas horas en la pizarra, sumando y restando… --Senor Cristol, por favor… --Lo siento. --El letrado carraspea, se ve que intenta con todas sus fuerzas recomponerse. Intento evocar algun recuerdo que no incluya sangre o dolor. Los hay, a docenas, estoy segura de que si me pongo a contarlos perderia la cuenta. Pero ahora mismo no puedo; lo unico que veo es a mis padres muertos, son una imagen fija en mis retinas cada vez que cierro los ojos. Alexander no solo es el abogado de la familia, sino, que es casi un hermano para mi padre… lo era. El y su esposa Marie iban a casa a cada dos fines de semana a pasar la tarde, a veces en ocasiones se quedaban a dormir en la habitacion de invitados. No tenian hijos, pero solian decir que no les hacia falta, que nos tenian a Tommy y a mi. Oh, Tommy… no, definitivamente hoy no es buen dia para evocar recuerdos de nada en absoluto. --Catorce --resoplo y me dejo caer un poco en la silla. Mi espalda me esta matando, la herida de mi pierna late y quema a la par. Necesito un analgesico con urgencia, y a juzgar por la cara de Alexander no estamos ni cerca de irnos a casa. O de vuelta a la comisaria. --A tu madre le volvias loca con eso de contar. --Vuelve a sonreir un poco, y entonces abre su maletin sacando papeles al azar, aunque si se lo pregunto dira que sabe exactamente lo que hace. Lo unico que intenta es ganar tiempo, le conozco demasiado bien. Y ahora ya van quince. --No le gustaba porque no le apetecia que le prestaran atencion todo el tiempo. Ella preferia leer y pasar desapercibida. Le resultaba mas facil asi perderse en su mundo. No me doy cuenta de lo mucho que hablo hasta que mis palabras se cortan por un sollozo que no reconozco como mio. --Lo se, Alice, lo se… --El abogado esta a mi lado, me rodea con los brazos. El contacto fisico nunca ha sido una de mis cosas favoritas, consta decir que tengo pocas, pero en esta ocasion me dejo. Imagino que es mi padre. Hace cuatro dias que no lo abrazo. Y nunca volvere a hacerlo. --Podria decir que van dieciseis, pero estoy cansada de prolongar esto --hablo mientras me aparto con todo el tacto que puedo--. Asi que dime de una vez: ?cuanto piden? El letrado se aleja de mi, se sienta en la silla al otro lado de la mesa y vuelve a suspirar. Una vez mas que intenta prolongar el momento sin decirme lo que sabe. Van diecisiete. --Dos anos. Podras salir por buen comportamiento en quince meses, puede que doce. El juez quiere sentar un precedente, ya sabes que esta a favor de la lucha de los moralistas en contra de las armas, eso le serviria para poder sentar catedra sobre el tema… El mundo se retuerce a mi alrededor. Todo se vuelve borroso y lejano. Intento pensar en que estoy sentada, que no me caere, pero la silla tiembla, todo lo hace. Las sacudidas empiezan en el centro de mi pecho y se esparce como culebras por mis extremidades. Me falta el aire, se que tengo que hacer, mi propia voz me dice que baje la cabeza y la meta entre las rodillas, que respire despacio, pero no puedo. Nada va despacio, todo corre y se zarandea. --No era un arma --llego a resollar, apenas escucho mi propia voz--. !Ni siquiera era una puta arma! Y acabo de gritar tan alto que dos agentes invaden la habitacion. --Tranquilos, va todo bien --indica el abogado, y los hombres uniformados salen despacio, sin apartar la vista de mi. Estoy sentada con la cabeza agachada, la cara empapada, seguro moqueo, y no pienso dejar que nadie me haga sentir mas humillada todavia: --?Quereis una foto? --Escupo entre dientes. Cuando la puerta se cierra mi abogado tira de la silla y se sienta frente a mi. --Se que no era un arma de fuego, no la que tu usaste al menos; pero sabes que la fiscalia esta empenada en juzgarte por asesinato porque el chaval era menor de edad y tu padre tenia el arma y la disparo… --!Al puto techo mientras moria! --Chillo y no se si logro hacerme entender. Las palabras salen atropelladas, dolidas. --Lo se. Pero disparo, y tras la autopsia se ha confirmado que el menor estaba bajo los efectos de estupefacientes; se estan empenando en que no controlaba sus actos y que se asusto… --Y es el sobrino del puto alcalde. --Levanto la cabeza, la barbilla en alto, y se que si el abogado se aleja de forma instintiva es porque el odio que siento en este instante se puede ver en mis ojos. --Si. Y es el sobrino del alcalde. --Y tiene ocho abogados --sigo hablando, una vez mas, mantengo la vista fija en la suya--. Y entro en mi casa en medio de la noche, disparo a mi padre porque se desperto y a mi madre por estar alli, y luego tuvo tiempo de ir a la biblioteca a por lo que fuera que estuviera buscando, logro dispararme en la pierna, y si no fuera porque agarre el maldito abrecartas y forcejee con el acabando por clavarselo en el estomago, me hubiera matado a mi tambien. Pero todo eso no tiene importancia, ?a que no, letrado? La fiscalia considera que estaba demasiado colocado como para saber lo que hacia. Alexander Cristol parece marearse. Creo que de no estar sentado se habria caido. Sus ojos se anegan, pero traga el nudo y las lagrimas sin permitirse llorar. Se que cuando salga de aqui y llegue a su casa se derrumbara en el regazo de su esposa Marie y llorara a su amigo. Lo se. Y eso me parte el alma de por si destrozada. --Ojala pudieras hablar frente al jurado --murmura negando con la cabeza. --!Lo hare! --Casi grito--. Deja que hable yo. Deja que… --No puedo y lo sabes, Alice. --El hombre se acerca mas y me coge de la mano--. Alice, pelirroja y llena de vida como el fuego de tu melena --bromea, las mismas palabras que mi padre solia decir cuando me pillaba en alguna trastada. Llaman a la puerta y Alexander se levanta, regresando a su sitio en la mesa mientras indica que pueden pasar. Intento aprovechar este momento para recomponerme un poco, cierro los ojos e inspiro profundamente, hasta que un dolor agudo y punzante me cruza el costado derecho. Gimo en voz baja y me llevo las manos esposadas a la zona. Mi higado se siente ignorado y quiere formar parte del momento. --?Estas bien, Alice? ?Alice? Miro al frente y veo que el abogado esta parado en la puerta, presto a salir. A su lado un joven becario sujeta el pomo y me mira con miedo. Me entran ganas de hacer un movimiento brusco mientras pongo cara de loca. Seguro que el chico se mea encima. Pero este pensamiento solo me dura un segundo; mi higado vuelve a recordarme con otra punzada que no es momento de sacar mi lado mas adorable. --El fiscal ha solicitado hablar conmigo, volvere enseguida --indica y se vuelve del todo hacia mi. Su entrecejo se frunce aun mas, creando un surco profundo que casi une sus cejas tupidas--. ?Te encuentras bien? ?Quieres que llame al medico? Podemos… --No necesito medicos ahora mismo… gracias. --Volvere enseguida, ?de acuerdo? Miro como el abogado sale, y justo cuando el muchacho trajeado va a cerrar la puerta le guino un ojo y le digo adios con la mano, sacudiendo las esposas para que hagan ruido. El chico cierra de un portazo. Intento reirme pero el dolor no me deja. Nada me deja hacerlo. Miro el reloj en la pared. La luz del sol se cuela por las brechas de la persiana, convirtiendo el revestimiento de madera que me rodea en una especia de cebra color caoba. Las 11:45. Me estremezco. La vista de hoy esta marcada para las 12:30. El que la oficina del fiscal quiera hablar con mi abogado por segunda vez y cuando queda tan poco tiempo solo puede significar dos cosas: algo muy malo o algo peor. Me recuesto en la silla e intento pensar en mis padres, una vez mas lucho por traer a mi memoria un recuerdo diferente a los que me azotan los ultimos dias, y veo a mi padre sentado en la mecedora del patio mientras me regana entre risas por ponerme perdida de tierra. Me acaricia la coronilla y entona su retahila predilecta: <>. Tengo siete anos y me rio con ganas. Hay barro por todas partes, y mi madre --mas enfadada que el-- me desnuda dentro de la banera; me miro la cara en el espejo y me parece gracioso el contraste de las gotas de barro con mis pecas. Mi madre sonrie, las mismas pequitas oscuras le salpican la nariz y los pomulos aqui y alla, su pelo rojizo esta atado en un mono desenfadado, y sus delicados dedos me hacen cosquillas en los sobacos mientras la banera se llena del todo. Entonces, sumergida en ese recuerdo, el mejor desde hacia una eternidad, el aroma del jabon de miel me invade los sentidos: el olor de mama. Ella siempre usaba el mismo, ella olia a miel y flores, dulce, desprotegida… y la veo tirada en su cama, su cuello torcido, su cara fria luchando con un grito que se quedo estancado en su garganta, y recuerdo a mi hermano, su pelo moreno y brillante como el de mi padre, sus ojos verdes y grandes, su vitalidad, su fuerza, y le veo muerto como ellos, aunque el esta en un ataud, vestido con un traje demasiado fino para su gusto; a sus pies estan mis padres, pero no le lloran como lo hicieran hace cinco anos cuando nos dejaba, ahora estan en pijama, empapados de sangre, y me miran como si fuera mi culpa que todos estuvieran muertos, como si me juzgaran por seguir con vida. Me despierto con un golpe seco contra el cristal. Me quede dormida sin darme cuenta. Una paloma atontada por el choque contra la ventana arrulla y echa a volar. Ojala pudiera hacerlo tambien. Pero se que la libertad esta muy lejos de mi alcance en estos momentos. Vuelvo a mirar el reloj: las 13:16. Joder. Seguro que no sera una mala noticia, sera la peor. Llevo dias sin apenas pegar ojo y se que en cuanto me descuide volvere a quedarme dormida. Me esfuerzo por no hacerlo y me recuesto un poco en la silla, intentando mantener el recuerdo de mis padres con vida en mi memoria. Si lo pienso con frialdad, sea cual sea la noticia que traera mi abogado, no sera peor de lo que ya estoy pasando. Mi familia no esta, nunca volveran. Que mas da adonde vaya cuando salga de aqui.

  • Cuentos para (no tan) ninos de Victor Mengual Jimenez

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    Los Cuentos Para (No Tan) Ninos son un centenar de historias especialmente de amor y desamor que podias haber firmado tu o tu mejor amigo. Tu madre, tu hermano, la vecina del atico. Todos lo hemos vivido. Y como todos los cuentos, tienen su parte de fantasia, y tambien la parte en la que te podras ver identifi cado o identificada. Preparate para sonreir y para llorar. Preparate para recordar historias que no habias vivido.

  • Origen de Dan Brown

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    Robert Langdon, profesor de simbologia e iconografia religiosa de la universidad de Harvard, acude al Museo Guggenheim Bilbao para asistir a un trascendental anuncio que <>. El anfitrion de la velada es Edmond Kirsch, un joven multimillonario cuyos visionarios inventos tecnologicos y audaces predicciones lo han convertido en una figura de renombre mundial. Kirsch, uno de los alumnos mas brillantes de Langdon anos atras, se dispone a revelar un extraordinario descubrimiento que dara respuesta a las dos preguntas que han obsesionado a la humanidad desde el principio de los tiempos.

  • El Amor Que Tuvimos Y Perdimos (LGBT) de Fabian Tapia

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    Estonia, 1960
    Para Anton la llegada de Mihkel supone una revelacion; el es un joven dedicado a los tulipanes (el ultimo rastro que dejo su padre ausente) y Mihk es un joven que llega por un intercambio de Alemania para lograr la escultura que lo catapulte a la Universidad de sus suenos. Anton solo espera poder recabar la valentia necesaria para poner en orden sus pensamientos teniendolo cerca y lejos -porque el amor, segun el, es una casa que salta por los aires-. Pronto se veran envueltos en un torrido romance en el que ninguno de los dos estara a salvo, pues no estan muy seguros de que disimular sea la opcion mas correcta porque podrian desaparecerse en medio del secreto.
    En Estonia, lo saben ambos, un amor asi se castiga.
    Pero, ?no duele mas el castigo de dos corazones en la distancia?

  • Sonar bajo el agua de Libby Page

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  • Ocho millones de dioses de David B. Gil

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    La novela definitiva de David B. Gil mezcla viajes e investigacion criminal con aventuras de batallas y espadas en el Japon feudal.

  • Los chicos del calendario 4: Agosto, septiembre y octubre, Candela Rios de Candela Rios

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    Me llamo Candela Rios. Supongo que a estas alturas del ano no hace falta que te explique quien soy o por que estoy recorriendo el pais de norte a sur y de este a oeste. Los chicos del calendario ha llegado a su ecuador y cada vez estoy mas cerca de acabar esta aventura. Cada mes he vivido una experiencia unica y he conocido a personas maravillosas con las que he aprendido lecciones inolvidables.
    En agosto, septiembre y octubre visitare tres nuevas ciudades para continuar con mi busqueda de un hombre que valga la pena y me haga cambiar de idea sobre el sexo opuesto. Aunque ?quereis saber algo? Creo que empiezo a atisbar lo que buscaba. No tanto al hombre en si, sino la respuesta. Empiezo a entender que todo es cuestion de perspectiva o del momento vital de atravesamos. Y que la cuestion no es tanto dar con ese ejemplar perfecto y unico en su especie, sino encontrar ese chico cuyo momento coincida con el tuyo y haga que este caos que es el dia a dia sea tan intenso que ya no te importe subirte a la montana rusa del amor.

  • Tenia que ser el de Mar Vaquerizo

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    Barbara es una conocida disenadora de zapatos con su vida laboral asentada y la unica preocupacion de sacar adelante la siguiente coleccion, pero todo se complica cuando Toni, su hermana menor, la incluye en la organizacion de su proximo enlace matrimonial.
    No contenta con endosarle todos los preparativos como si fuese su organizadora de bodas, tambien le encarga el diseno de sus zapatos, algo que le trae de cabeza.
    Cuando todo esta controlado y a menos de dos meses para el gran dia, una llamada de la novia hara que su vida se ponga patas arriba.
    La unica persona capaz de sacar la boda adelante no es otro que Mario, un gran chef y su ex mejor amigo, ex novio, ex hombre de su vida
    ?Aceptara el cocinero el trabajo? ?Sera Barbara capaz de salir indemne de este enlace?

  • No hay mayor ciego de Joe Haldeman

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    Un <> feo se casa con una chica ciega, y la somete a operaciones para aumentar su CI, aprovechando la amplia parte del cerebro que no usa de la vision. Premios Hugo 1995 y Locus 1995 en la seccion de relato corto.

  • Amar sin contratos (Esposa por contrato 2) de Seren Dally

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    En su habitacion del hotel, Emma Reed miraba la pantalla de su tablet, conectada a la camara de vigilancia de su hija Maddie. Su marido estaba tendido con ella en la cama, aunque despierto. Emma sabia que estaba nervioso, angustiado, por la forma en que se masajeaba la frente con sus dedos, con un codo en alto, en la oscuridad. A pesar del dolor que el le habia causado, Emma Reed sintio que el corazon le daba un brinco en el pecho. Llevaba ya en el hotel cuatro dias. Emma se habia ido de la casa en mitad de la noche, en un taxi, a un hotel alejado del centro, donde no corriese el peligro de encontrarse con Jared Whiteman. Echaba de menos a Maddie. Esa manana, habia ido a verla, despues de llamar a Eloisa y asegurarse de que Jared habia salido. Le pidio a la asistenta que no le dijese nada. La mexicana, fiel a su jefe, asintio con reticencias, sintiendose desleal. Estaba incomoda, e insistio en que se fuera pasados apenas quince minutos, lo suficiente para que Emma Reed pudiese abrazar a su nina aunque, claro, para la asistenta mexicana, ella no era mas que la madrastra de Maddie Whiteman. Con la luz apagada y acostada sobre su fria cama de hotel, Emma espiaba cada noche a su hija a traves de aquella camara. Veia a Jared leerle un cuento, arroparla antes de salir del cuarto, dejando la puerta entreabierta, para que Maddie no llorase si se despertaba en mitad de la noche. Emma no sabia bien si se conectaba cada noche para ver solo a Maddie o para verlo a el. Y aquel dia era diferente. Emma habia llorado. Tenia los ojos enrojecidos y la nariz hinchada. Un peso dentro del estomago. Necesitaba a Jared mas que nunca. A ese amor se superponia una rabia profunda y dolorosa, que provenia de lo mas recondito de su vientre. Cogio su movil y le envio un escueto mensaje de texto. Lo vio a traves de la camara, alargar la mano para alcanzar su movil, leer su mensaje e incorporarse como si le hubieran pinchado. Volver a releer el mensaje de su esposa, levantandose, apresurandose hacia la puerta para llamarla. El telefono de Emma vibro sobre su mano. Seguramente estaba hablandole desde su habitacion. - Emma, vas a volver a la casa inmediatamente - fue lo primero que dijo, en un tono duro, autoritario. Ella se quedo en silencio, escuchando la entrecortada respiracion de su marido. - ?Me estas escuchando? Quiero que vuelvas a casa ahora - remarco esa ultima palabra, subiendo el volumen de su voz y espaciando las silabas - Tenemos que hablar. - No - respondio Emma, con una impasible calma, sin alterarse - Ire el martes a su oficina, a las cuatro, con mi abogada. Le aconsejo que avise a Sterling - lo trato con formalidad a proposito. Sabia que eso le molestaba. Jared resoplo, desesperado. Guardo silencio sin saber que decir unos segundos, hasta que, finalmente, se atrevio a preguntar: - ?Me vas a pedir el divorcio? - Hablaremos el martes - respondio Emma, impasible. - Dime donde estas y yo ire a hablar contigo esta... Corto la llamada sin dejarlo decir nada mas. Ahora era ella quien iba a dictar las normas. Capitulo 2 Era dificil entender como habian llegado a aquella situacion apenas tres meses despues de la boda. Todo parecio ir bien durante un tiempo hasta que una serie de fatalidades se encadenaron de forma impredecible y caprichosa. Incluso antes de conocer a Emma Reed, el millonario habia dirigido su vida "sentimental" de una forma un tanto excentrica, como alguien que no cree en el amor ni sabe que es. Su primer matrimonio, con su amiga y socia Nora Mitchell, fue por pura conveniencia y estaba basado unicamente en la amistad. Cuando Nora supo que tenia un tumor, acordaron casarse para proteger la empresa. Ella le pidio adoptar a una nina, ya que no queria morir sin saber lo que era la maternidad, y Jared Whiteman accedio sin demasiado entusiasmo, solo para complacer a una vieja amiga por la que nunca sintio nada mas alla de la lealtad y el afecto. Fue al morir Nora cuando empezo a plantearse como queria que fuese la vida de Madelaine Whiteman. Adoraba a la nina, pero su trabajo y la empresa siempre estuvieron por encima de lo demas. Fusiones, absorcion de consorcios rivales, viajes de negocios, reuniones. Su empresa crecia. No le importaba el dinero, pero era adicto al poder. Su trabajo ocupaba su vida y se le hacia cada vez mas dificil aranar algunas horas para ver a Maddie. Incluso en el fin de semana, con frecuencia, tenia cenas de negocios y se veia obligado a dejar a la nina al cuidado de Eloisa Flores, su asistenta. Y entonces, un dia Maddie empezo a preguntar por que ella no tenia una mama como las otras ninas. Jared hizo el esfuerzo de salir con alguna que otra mujer, pero todas lo hastiaron. Ninguna parecia ser lo suficientemente buena para el, siempre exigente al juzgarlas. Llevo a algunas para que conocieran a su hija, pero en ninguna vio ni la mas minima senal de encajar bien con Maddie. Todas fingian un interes en su hija adoptada un tanto artificial, impostado, y la trataban como un medio para conseguir el claro proposito de convertirse en la esposa de un millonario hombre de negocios bostoniano, portada en dos ocasiones de la revista Bloomberg Businessweek, viudo, y muy atractivo. Ademas, todas requerian una atencion que Jared Whiteman no estaba dispuesto a concederles. No era un hombre muy dado al galanteo. Pedia lo que queria, y casi siempre era solo sexo. Con eso le bastaba y hacia su ajetreada agenda mucho mas simple. Tratar de complacer a una mujer y tomarse el tiempo de conocerla eran dos tareas agotadoras para el, asi que despues de acostarse con ellas unas cuantas veces, dejaba de llamarlas o les decia, sin rodeos y sin compasion, que aquello no funcionaba y que no volveria a verlas mas. - ?Nunca te has preguntado quien y como sera la madre biologica de Maddie? - le pregunto un dia Laurie Martinez, esposa de su mejor amigo. Esa pregunta obsesiono al millonario. Por la noche, en su cama, consideraba que tal vez esa era la solucion que estaba buscando. Quien, mejor que su verdadera madre, podria cuidar a Maddie, dedicarle el tiempo y la energia que ella necesitaba, con afecto y entrega. La semana siguiente, llamo a su abogado, Alexander Sterling, y le explico su plan. Lo primero: buscar a un investigador privado, comprar informacion, seguir a la madre biologica durante algunos meses, cerciorarse de que cumplia con las expectativas del Sr. Whiteman y de que no era un peligro para Madelaine. No tenia demasiadas esperanzas de dar con una madre biologica a la altura de su hija y de el mismo. Sin embargo, se sorprendio al toparse con aquella doctorada en historia del arte por la Universidad de Chicago, especialista en pintura europea del Renacimiento y del Barroco. Cuando Emma Reed lo conocio, bajo el pretexto de comprar una de las piezas de su galeria de arte, Jared ya lo sabia todo sobre su tediosa rutina diaria, las horas a las que solia volver a su casa, sus intereses, la informacion que compartia en sus redes sociales, las relaciones sentimentales que habia tenido en los ultimos anos, en que y como gastaba su dinero, su historial de credito, su limpia ficha policial, y su expediente medico. La agencia de investigacion le habia pasado incluso un interesante dosier sobre las tortuosas circunstancias que rodearon la concepcion de su hija adoptiva. Su intencion era ser duro y frio con Emma Reed, a la que no conocia mas alla de aquellas fotos y documentos. Por fin, se dijo, tenia la oportunidad de ser dolorosamente claro con sus intenciones y sus propositos con respecto a una mujer, y los suyos eran contratar a una esposa. De manera que la trato como a la candidata a un puesto. Alexander Sterling ya tenia redactado el contrato matrimonial y estaba listo para imprimirlo una vez que Jared Whiteman diese su aprobacion a aquella bonita pasante de Chicago: "Adelante", fue el escueto mensaje que Jared Whiteman le envio despues de conocer a Emma Reed en su oficina, un lunes por la tarde. Ella se habia sentido ofendida por aquel contrato. Por la subita y sorpresiva oferta que Jared Whiteman le hizo al dia siguiente de estrecharle la mano por primera vez. Sin promesas de amor, sin falsas perspectivas. La guapa pasante de Chicago entendio que el solo queria a alguien que se ocupase de Maddie como una madre y construyese con el la grata ilusion de una familia feliz. Conveniente sexo sin las molestias de cortejar a una mujer. Una esposa bonita que llevar a sus cenas de negocios. A cambio: un millon de dolares o un negocio propio, ropa y zapatos caros, una casa en la mejor zona de Boston, vacaciones en cualquier parte del mundo. Las seguridades y las comodidades que concede el dinero en America. A ella lo que realmente le importaba era recuperar a su hija. Todo estaba claro y era un acuerdo entre adultos. Y sin embargo, Emma Reed no fue facil. Tenia escrupulos, era timida, y se nego a su deseo durante casi un mes, rehuyendolo, incluso cuando el ya tenia el derecho de tomar de ella lo que quisiese. Emma lo rechazaba con la altiva sutileza de quien se niega a ser una propiedad o un juguete. Esa actitud mojigata no hacia sino excitar aun mas al millonario, que acabo por rendirla, casi a la fuerza, en su noche de bodas. Habia despertado un deseo que Emma Reed no acababa de comprender. "El chofer estara ahi a las doce. Hoy almorzaras conmigo", le envio Jared Whiteman a traves de Telegram a las nueve, apenas tres dias despues de la boda. "Digame como tengo que vestirme", respondio ella, imaginando que se trataba de algun compromiso de negocios. "Uno de esos femeninos vestidos que me provocan una ereccion. Y no te pongas bragas", fue su respuesta. Emma Reed se sonrojo, leyendo aquel mensaje. "Sr. Whiteman, yo tenia razon. Es usted un millonario pervertido". Jared replico: "Tambien yo tenia razon. Usted es una mojigata incurable, Sra. Whiteman". A Emma le cosquilleo el estomago, viendolo referirse a ella como Sra. Whiteman. Al cabo de un momento, le llego la respuesta seria: "Vamos a ser tu y yo". Eso solo podia significar que a el le gustaba pasar tiempo con ella, se dijo Emma Reed. Empezaba a fantasear con que Jared se enamorase. Luego, agitaba la cabeza sacudiendose esa estupida ensonacion y se recordaba a si misma que aquello no era mas que un contrato. El restaurante en el que se vieron estaba en la ultima planta de un rascacielos, con unas increibles vistas del centro de Boston. Tras el almuerzo, al bajar en el ascensor, Jared Whiteman presiono el boton de parada. A Emma Reed se le estremecio el vientre, y empezo a sudar, cuando el se le puso delante, y la estrecho entre sus brazos. Con sus manos acariciandole las nalgas, comprobo si ella habia sido lo suficientemente atrevida como para no ponerse ropa interior. Arrugo la nariz, con decepcion, al notar los bordes elasticos bajo la fina tela de su vestido. Exhalo un tanto melodramatico. - Esos juegos eroticos no estan en el contrato - le recordo ella. - Ya - dijo el, deshaciendo el abrazo y dando un paso para ponerse a su lado. Presiono de nuevo el boton para reanudar la bajada - Era mucho esperar que te atrevieras a complacerme. Emma insistia en mantener las distancias, tratandolo de "usted" en privado. En ese pequeno detalle, Jared Whiteman supo leer las reticencias de Emma Reed y se negaba a darle tregua. Cada noche, al acostar a Maddie, Jared exigia de su esposa lo que le pertenecia. Ella obedecia, sin querer admitir lo mucho que empezaba a gustarle que Jared Whiteman insistiese en su intento de domenarla. El le hacia el amor una, dos veces. Emma no se negaba. De hecho, esperaba con la misma impaciencia que el el momento de meterse bajo la colcha. Y sin embargo, aun buscaba formas de herirlo con pequenos desprecios, apenas perceptibles, que no escapaban a la atencion de su esposo. - Anda, quitate la ropa - le susurraba, robandole los primeros besos de la noche. Unas veces divertido y otras desesperado por su obcecacion, Jared Whiteman la acogia en sus brazos: - Todas las noches volvemos a empezar - bromeo - Si sabes que te lo voy a pedir, por que no te acuestas desnuda de una vez. Emma Reed grunia, avergonzada. No podia evitarlo. Era su forma de mantener la cabeza y el corazon frios.

  • Dejame conocerte de Emma Sheridan

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    Brendan Connolly es un hombre atractivo, exitoso y con una aparente seguridad en si mismo que dista mucho de ser real. Las heridas de su tortuoso pasado le han dejado profundas cicatrices, pero aun asi, no se rinde y lucha para ser feliz.
    Julia Rivera, es una madre que intenta dia a dia salir adelante, tratando de dejar atras el dolor causado por quien penso que mas la amaba, dejandola sola y enfrentando las consecuencias.
    Un encuentro fortuito unira las vidas de Brendan y Julia, dos almas heridas que deberan luchar en contra de sus inseguridades, el miedo y la desconfianza. ?Podran encontrar la cura para sus almas rotas y volver a amar, o las sombras de su pasado no les dejaran espacio para alcanzarlo?

  • Lanzado al vacio de A.a Espigares-sanchez

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    “El ano es 2048.
    En una peninsula iberica arruinada e incomunicada del resto de Europa por un infranqueable muro, un hombre despierta una manana de invierno sin el mas minimo recuerdo de su pasado en la memoria. Como unica respuesta tiene una escueta nota: por sus crimenes pasados ha sido expulsado de las Islas Baleares, alli donde las personalidades espanolas mas poderosas se refugiaron cuando la Peninsula colapso. Este hombre sin nombre ha sido condenado de por vida a vagar por un territorio enfermo de pobreza, violencia y odio. Pero no esta solo; alguien de su pasado olvidado parece dispuesto a sacarle de alli a cualquier precio, aunque no es una tarea sencilla.”

  • Melodia para un forense de Mercedes Pinto Maldonado

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    ?Cual es la experiencia mas brutal que un ser humano es capaz de soportar?

  • Cleptomanas de Kirsten Smith

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  • Misterioso amor de Alex Vera

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    --Voy en camino --dije, tenia ambas manos en el volante y la pieza del Bluetooth en mi oido. --Date prisa, por favor --contesto mi padre en voz baja--. Algo no esta bien, Marcial. Hay una mala… --Se interrumpio--. Y no se… --Papa se quedo completamente callado, quite las manos del volante y me estire en el asiento. --?Papa? ?Papa, hola? ?Puedes oirme? Pero ya no estaba. Y yo, me encontraba atrapado en un maldito ferry camino a Nantucket sin nada mas que preocupacion por esa llamada. Eso no era propio de el. Mi padre era una roca. Mentira, ni siquiera era una roca, era acero. El hombre me habia criado, por el amor de Dios. En toda mi vida nunca me habia pedido ayuda, y ahora, el dia que me pide ir a conocer a mi nueva madrastra y hermanastra, me hacia esa llamada ?Sonaba asustado? ?Donde estaba su rudeza habitual? --Joder --murmure, y saque el auricular de mi oreja, lo que hizo que me picara instantaneamente--. Ahhhhh --grite, y lo arroje al asiento del pasajero de mi Audi. Abri la puerta y sali del auto para buscar a alguien que me explicara que diablos estaba pasando. Un tipo con un uniforme de marinero cursi se paseaba entre los demas vehiculos, observando y anotando las matriculas en un portapapeles y sonriendo a la gente sentada dentro de ellos. --!Hey, tu! --grite. Varias cabezas se voltearon hacia mi. El marinero tambien levanto la vista --. Si, tu, ?cuanto falta para que esto termine? --Quedan quince minutos de viaje, senor. --Quince minutos --Saque mi billetera y se la menee como si fuera una delicia--. Que sean cinco y te dare mil dolares. El hombre volteo los ojos de tal manera que solo se veia lo blanco de ellos. --?Senor? ?Tartamudee? --No, senor, pero me temo que no puedo cambiar el rumbo ni la velocidad del ferry. Esta en nuestra pagina web, senor. El viaje dura dos horas y quince minutos, en total. --Dos mil dolares --le conteste igualmente, y saque algunos billetes para probar que hablaba en serio. La suave brisa, el olor del oceano, la hermosa vista del dia en este verano, todo se me escapaba. --Senor, no puedo hacer que el ferry vaya mas rapido. Tendra que esperar --dijo el hombre. Bueno, mierda. Esa era la primera vez que me rechazaban una oferta asi. Habia sido rico la mayor parte de mi vida, y alcance a serlo mucho mas trabajando en tecnologia y bienes raices, despues de dejar la casa de mi papa. Segun mi experiencia, el dinero lo compraba todo, incluyendo viajes mas cortos a traves del oceano. Me sente de nuevo en mi auto, refunfunando en voz baja. A pesar de todo, alcance mi movil nuevamente y llame al telefono de mi padre. No contesto. Probe llamar al telefono fijo despues, apretando los dientes a traves del incesante zumbido. --Vamos --murmure--. Contesta, papa. La culpa me envolvio. Habia estado lejos de el ultimamente. Lo habia dejado esperando muchas veces. Incluso venir a conocer a su nueva esposa e hija esta semana habia sido una tarea casi imposible para mi, y ahora esto estaba sucediendo. Finalmente, el ferry atraco, y me dirigi hacia la larga calle que se unia con Cliff Road y terminaba en direccion a North Shore. O al menos, la parte de North Shore donde estaba ubicada su mansion. Sentia la tension acumularse y recorrer mi columna vertebral. Esto no era normal. Estaba en peligro. Tranquilo, imbecil. El esta bien. Mi padre no tenia ningun enemigo. No era como yo, en ese aspecto. No habia ninguna razon para que estuviera en peligro. Mis manos sudaban al volante, mi pie presionaba impaciente el acelerador. Me gustaba tener el control todo y no esperaba a que nadie mas hiciera algo. Estaba en mis manos, y asi era como me manejaba. Me acerque al camino de entrada de la mansion, y me incline hacia adelante. Mierda. Mi mirada viajo desde el camino hacia el cielo, una y otra vez. Senti un vacio en mi estomago. Una columna de humo negro se elevaba en la distancia. No. No puede ser. !Carajo! Hundi el pie en el acelerador, resbalando en el camino que conducia a la casa. Luces parpadeantes aparecieron en mi espejo retrovisor y un camion de bomberos se acercaba detras de mi. Acelere mucho mas y atravese con el Audi las rejas de entrada a la propiedad. La mansion estaba al final de un largo camino de grava. El fuego vivo serpenteaba desde las ventanas abiertas en el ultimo piso. La casa de la piscina a la izquierda ya estaba envuelta en llamas. La puerta principal estaba abierta a lo alto de los enormes escalones de piedra, pero no habia nadie de pie fuera de ella. No veia a mi padre en ninguna parte, no estaba afuera con su nueva esposa a su lado. Apenas habia frenado cuando mi mano ya habia soltado el cinturon de seguridad y con la otra abri la puerta. Salte y corri hacia la entrada principal. Detras de mi podia escuchar el chirrido de las llantas del camion de bomberos y los gritos. El humo que salia del pasillo, me asfixio. --Mierda --gruni y me arranque la camisa. Me la ate alrededor de la nariz y la boca y luego entre--. !Papa! Papa, ?donde estas? Mis ojos ardian, no podia ver. Me arrodille y me arrastre hacia la habitacion mas cercana, tosiendo, balbuceando y llamando a mi padre. Una figura aparecio en la alfombra grisacea delante de mi. Una mano delicada con los dedos enroscados contra la palma, unas pintadas de rosa palido. La imagen me llamo la atencion. Era una mujer. ?Quien era? ?Que hacia ella aqui? Mi Hermanastra. Me arrastre hasta ella, con la garganta seca, tosiendo y agarre uno de sus brazos levantandola con cuidado. Tenia que sacarla de ahi. No podia seguir con el plan de arrastrarme y buscar a mi padre. Si pude encontrarla a ella, los bomberos encontrarian a mi padre y a mi nueva madrastra tambien. Una gran grieta resono sobre mi. !Muevete! Antes de que todo el maldito techo se derrumbe sobre tu cabeza. Ella era ligera en mis brazos a pesar de su cojera. Corri a traves del humo hacia el vestibulo de entrada y un estruendoso choque, seguido de una ola de calor, me persiguio, pero no me detuve a mirar atras, no me atrevi. Alcance los escalones de piedra de la entrada, agarrando a la mujer en mis brazos. Tosi bajando cada uno de ellos y me detuve en el camino de grava junto a mi auto. Los bomberos pasaron corriendo frente a mi y entraron en la mansion. Sonaban gritos. Desenrollaron una gruesa manguera del camion y una ambulancia se apresuro a subir por el camino. La mujer aun estaba inconsciente. Me agache y la puse sobre la grava tan suavemente como pude, y luego me arranque la camiseta de la cara. Mi vision era borrosa, salian lagrimas involuntarias de mis ojos. Tosi, parpadee, me limpie la cara. Finalmente, me aclare un poco, y mi mirada se poso sobre ella. Mi corazon se detuvo por un instante. El mundo que me rodeaba se ralentizo, casi desaparecio por completo, y durante un milisegundo no habia fuego, ni peligro, no pense en mi padre, ni escuchaba las sirenas ni los hombres gritando. Solo estaba ella. Era perfecta. Coloque sus brazos suavemente a los costados, su pecho subia y bajaba lentamente. Era curvilinea, perfectamente proporcionada, con una expresion en su rostro que era verdaderamente pacifica, incluso a traves de las manchas de hollin. Una sensacion extrana se apodero de mi pecho, tenia la creciente necesidad de protegerla de las llamas, del humo, de cualquier peligro. Me puse un puno en el pecho, tratando de deshacerme de ese sentimiento. ?Quien eres? --!Hey! --El grito rompio el hechizo. Levante la vista y un bombero venia hacia mi, despejando el humo con sus manos. --Oye, ?estas bien? ?En que diablos estabas pensando? No puedes entrar a… --Se detuvo cuando vio a la mujer. Me dolia muchisimo la garganta, pero la aclare para hablar, al menos lo intente. --Mi padre --dije con voz ronca--. Mi padre y su esposa estan en el edificio. Tienen que sacarlos. --Nos encargaremos de ello --dijo el tipo de uniforme, y luego miro hacia atras por encima del hombro--. Aqui vienen los medicos. Quedate aqui mismo y no la muevas. --No me digas --le conteste, tosiendo en mi puno. No podia moverme, mucho menos a ella. Dios, habia inhalado tanto humo y gastado toda mi energia, pero queria volver corriendo a esa mansion y buscar a mi padre. ?Como diablos paso esto? Mire a la mujer aun inconsciente. ?Como se llamaba? Mi padre me lo habia dicho, pero yo era una mierda a la hora de recordar fechas y nombres. Olivia, Luna o algo asi. Me sono una alarma en el cerebro cuando la mire fijamente. Ella sabia lo que habia pasado. Tenia que saberlo. Un par de medicos corrieron hacia nosotros, con una camilla. La bajaron y se pusieron a trabajar en ella, revisandole el pulso, levantandola, atandola. Otro corrio hacia mi y se agacho, agarrando una pequena linterna con la mano. --Senor, ?puede oirme? --No, el humo ha tapado mis oidos. La confusion se apodero de la expresion del paramedico. --Por supuesto, puedo oirte. ?Adonde la llevas? --pregunte, poniendome de pie. --Al hospital. Por supuesto. Pregunta estupida. Pero yo actuaba extranamente protector al pensar que se la llevarian. Mi hermanastra. Papa. ?Donde diablos esta papa? Mire hacia la mansion, dudando entre seguir a la ambulancia hasta el hospital o quedarme esperando que sacaran a mi padre. El fuego salto de las ventanas del ultimo piso cubriendo los alfeizares y los aleros. Se escucho un crujido resonante, y dos bomberos salieron corriendo de la casa, con las manos vacias, saltaron del porche y cayeron al cesped. El crujido se convirtio en una enorme grieta, y el lado izquierdo del techo, justo encima de donde habia encontrado a mi nueva hermanastra, se derrumbo, escupiendo chispas y motas de hollin. Las llamas rugieron y los hombres abrieron la manguera, descargando el agua sobre la casa.--Mierda --murmure, llevando mis manos a la cabeza y agarrando punos de mi cabello--. Mierda. Esto no puede estar pasando --Camine hacia adelante--. !Papa! Una mano salio disparada y aterrizo en mi pecho, impidiendome correr hacia la ruina ardiente por segunda vez. --Whoa. Tranquilo amigo --dijo una voz masculina. La casa era un desastre. No habia forma de entrar sin una muerte segura. Me voltee hacia el bombero que estaba a mi lado y lo agarre por los hombros. --?Donde estan? --gruni--. ?Donde esta mi padre? ?Donde esta su esposa? --Senor, tiene que calmarse --contesto el tipo. --?Donde? Pero el grito de la sirena de la ambulancia me interrumpio. Me gire hacia ella, mirando como cerraban las puertas a bofetadas, mientras los medicos saltaban adentro. No habia nada que pudiera hacer aqui. Y existia la posibilidad de que mi hermanastra supiera donde estaba mi padre; tal vez se habia ido de la casa antes de que comenzara el incendio. Trato de llamar a la policia. Eso explicaria por que la ambulancia habia llegado a tiempo. Era una falsa esperanza. Aprete los dientes, luchando conmigo mismo por sentir esto, por sentirme atraido a seguirla a pesar de mis instintos de quedarme y buscar de nuevo en la casa en llamas, aunque eso significara poner mi vida en riesgo. Un nuevo crujido resono en el lugar y otra seccion del techo se derrumbo. Rapidamente, me separe del bombero y del segundo medico que trato de acercarse a mi, y corri hacia mi auto. Si alguien sabia lo que habia pasado, seria ella. Capitulo Dos LUNA !Dame tu corazon! !Damelo! ?Donde estas? La voz resonaba en la oscuridad que me rodeaba. Te arrepentiras si no lo haces, ?entiendes? Lo lamentaras por el resto de tu corta vida. Abri mis ojos y parpadee ante la luz del sol, luego los entrecerre. Estaba en una cama de hospital con sabanas blancas limpias. Levante mis manos y vi que estaban completamente cubiertas de hollin, ademas, me dolia la garganta y los pulmones. ?Por que estoy aqui? El pensamiento se me vino a la cabeza, y me hizo estremecer. No podia recordarlo. En panico, examine la habitacion con mi mirada, viajando hacia la ventana con sus cristales limpios que ofrecian la vista de un estacionamiento y un arbol a un lado de el. Mi mirada regreso desde esa vista de nuevo a la habitacion y luego a la cama. ?Que demonios…? Un hombre increiblemente guapo estaba dormido a mi lado apoyado en la silla, con la cabeza inclinada hacia un lado dejando al descubierto un cuello grueso y una fuerte linea de la mandibula, recubierta de una delgada y definida barba. El cabello corto y de castano oscuro adornaba su cabeza, y sus labios se movian levemente mientras dormia. Me resultaba familiar. ?De donde te conozco? Escudrine mi mente, entre el miedo y la confusion que tenia por estar en ese lugar. No habia nada, nada que explicara por que yo estaba ahi, en esa cama, con el sentado a mi lado como una especie de perro guardian. !Marcial! Es el hijo del marido de mama. Habia un oscuro recuerdo de la vez que conoci a mi nuevo padrastro en la casa de mi mama en Manhattan, en donde el me mostro una fotografia de Marcial. Aunque era mas joven en la imagen. ?Era mi hermanastro? El tipo era tan guapo como un Adonis, pero eso no explicaba por que estaba aqui. De repente un dolor de cabeza palpitante broto entre mis ojos. Aprete mis parpados y exhale. !Piensa! ?Por que estas aqui? ?Donde estas? Un grunido, seguido un chirrido del sillon a mi lado me hizo abrir los ojos nuevamente. Marcial estaba despierto, sus ojos eran de un azul cristalino y estaban fijos en mi. --Hola --dijo, en un estruendo gutural que me habria hecho sentir un hormigueo, si no estuviera completamente asustada por todo lo que estaba sucediendo en ese momento. --?Por que estoy aqui? --pregunte inmediatamente. --Luna, ?verdad? --Si. Eso era todo lo que podia recordar. Que yo era Luna. Que habia tenido un laboratorio de chocolate durante mi infancia. Que mi madre habia trabajado duro para mantenerme y darme una buena educacion. Recordaba que una vez habia comido conchas de tacos directamente de la caja y solo Dios sabia por que razon. Y que era… Mi ocupacion flotaba en los margenes de mi memoria. --No puedo recordar… mucho --dije. Marcial se levanto y arrastro su asiento mas cerca de la cama. --Me llamo Marcial --dijo--. Soy tu hermanastro. --Lo se. Recuerdo haber visto tu foto la semana pasada. Creo que fue la semana pasada, en Nueva York. --?Cuando fue eso? ?Que dia? --El 7 de enero. --!Mierda! --exclamo. --?Que? --pregunte, mi estomago se apreto ante la expresion que cruzaba por su cara. --Es 24 de julio. Me quede boquiabierta al igual que el. Eso no era posible. Habia perdido… ?que, mas de seis meses? No habia nada mas en mi memoria que eso. Intente recordar, busque respuestas sobre mi, sobre quien era yo, pero no habia nada. Mi madre, mi infancia, un flash de conocer a su marido, la foto de Marcial, y algunas conversaciones con cierta gente. Mucha gente, a la que ahora no recordaba quienes eran. --Oh, Dios --murmure--. Oh, Dios mio, esto es muy malo --Me agarre la frente--. ?Como llegue aqui? Tienes que decirme como… --Espera un momento --dijo Marcial y levanto una mano--. No te ves bien. Dejame conseguirte una enfermera. Se levanto y busco el timbre que estaba junto a mi cama, pero le agarre la mano y la aprete con fuerza. --Por favor. Por favor, antes de que hagas algo, dime que esta pasando --Mi voz se quebro un poco. No iba a llorar delante de este tipo, mi hermanastro o lo que sea. Marcial miro hacia el punto de contacto entre nosotros y luego hacia mi cara, y no pude evitar sonrojarme, a pesar del miedo que me invadia, a pesar de todo. Esos ojos eran… como estanques de fuego azul, y yo estaba atrapada en ellos. ?Que demonios pasa contigo? Ni siquiera puedes recordar. --Muy bien --dijo, liberando su mano de la mia, dejando el cosquilleo de su tacto en mis dedos. Era grande, calido, muy reconfortante--. Pero esto podria ser un shock para ti, y no quiero asustarte. --Solo dime. Por favor. Me senti tentada a tomar su mano de nuevo, pero me obligue a no hacerlo. ?Que tan patetico seria eso? Tocando a un tipo que apenas conocia, rogando por apoyo. Esa no era yo. ?O si lo era? No, definitivamente no. Mi instinto me decia que yo no era el tipo de chica que me restregaba y lloraba. --Venia a ver a mi padre y a conocer a tu madre y a ti este fin de semana. Por cierto, nunca nos habiamos visto antes. --Continua --dije, esperando a que siguiera. --Recibi una llamada de mi padre, y parecia asustado. Lo que es muy raro. El nunca tiene miedo, nunca. No podia confirmarlo. Lo recordaba vagamente en su mejor momento. Sr. Stone. Si, ese era su nombre. Dios, ?que esta pasando? --Fui a la casa de Nantucket, y estaba en llamas. Tu estabas adentro inconsciente, yo te encontre. No me ofrecio mas informacion, solo me miraba con sus ojos inquietos que se movian de un lado a otro en sus orbitas. Intente procesarlo todo, rapido. Nantucket. Fuego. Me encontro adentro. --?Me salvaste? --Si quieres llamarlo asi --contesto con firmeza. --?Y mama? ?Y tu padre? --No se donde estan. No estaban en la casa. Simplemente… se han ido. --Desaparecieron --Me eche hacia atras contra las almohadas, con la boca seca y el dolor de cabeza enfurecido--. Espera, ?acabas de decir Nantucket? ?Nantucket, Massachusetts? --Correcto. Pero lo ultimo que recordaba era Manhattan. Especificamente el apartamento de mi madre en Manhattan. El que compre para ella. Me puse a indagar en ese pensamiento, pero no habia mas informacion que recoger. Ni siquiera era un recuerdo. Era como si… solo lo supiera. Entonces, ?como diablos termine en Massachusetts? --Creo que voy a vomitar --murmure, y lo decia en serio. --Espera, buscare al medico. Cerre los ojos y me disolvi en el torbellino negro, mis entranas se tambaleaban con cada giro de la oscuridad. Agarre las sabanas con los punos, respire profundo y abri los ojos, pero los giros seguian. La habitacion estaba vacia ahora. Marcial habia desaparecido, y yo estaba sola. ?Como sabes que estuvo aqui? ?Como sabes que todo esto es real? La puerta de la habitacion se abrio hacia adentro, y entro un tipo con una bata blanca, Marcial casi le pisaba los talones. --No se siente bien --dijo--. Y no puede recordar mucho. El medico levanto sus cejas tupidas y oscuras, y giro su cabeza para verme mejor, gracias al vertigo que me inmovilizaba en la almohada. Camino hacia adelante, sonriendome calurosamente y luego levanto una banda de presion arterial de una mesa cerca de mi cama. --Hola, Srta. Cullen --dijo, y suavemente tomo mi brazo derecho--. ?Como estas hoy? --Acaba de decirte como estoy --conteste yo, poniendo una mueca de dolor--. ?Quien es usted?--Soy el Doctor Khatri, y voy a tomarte la presion mientras hablamos. ?Te parece bien? --Si. ?Que me pasa? --Sufrio una lesion en la parte posterior de su cabeza, cerca de la base --dijo, mientras fijaba la banda de presion sobre mi brazo--. Y ha estado inconsciente durante dos dias. --!Dos dias! --chille. Aunque me importo poco, porque no podia recordar nada de los ultimos seis meses. --Correcto. Hemos comprobado que tiene una conmocion cerebral, pero la buena noticia es que no hay liquido en el cerebro, gracias a Dios. --Eso es bueno --De repente mi vision se arremolino--. No puedo ver bien. La habitacion esta dando vueltas. --Mmm, tu presion sanguinea esta un poco baja --dijo el medico, mientras la maquina sonaba. Se acerco y presiono el timbre que notificaria a algunas de las enfermeras. El doctor Khatri saco un boligrafo del bolsillo superior de su bata blanca y lo sostuvo frente a mi--. ?Puede seguir esto con los ojos, por favor, Srta. Cullen? Hice lo que me pidio, apretando los dientes ante las nauseas resultantes. --Me duele la cabeza --dije. --Escucha, ?que demonios esta pasando aqui? --pregunto Marcial, detras del doctor--. Claramente se siente mal. Ayudala. --Me temo que se necesita algo mas que la orden, Sr. Stone. --Entonces, ?que se necesita? ?Quieres dinero? Las palabras de Marcial salieron renidas, y su mirada estaba fija en mi, mas que en el doctor. Esas brillantes piscinas azules contenian un tipo diferente de calor ahora, uno impulsado por la preocupacion. --Esto es un hospital, Sr. Stone. No aceptamos sobornos para tratar a nuestros pacientes. Una enfermera irrumpio en la habitacion y una rafaga de actividad estallo a mi alrededor. Todo fue vertiginoso, la gente me hablaba, se inclinaba sobre mi, tomaba medidas y cambiaba las gotas. Mis ojos se cerraban y volvian a abrirse. --?Srta. Cullen? --La voz del doctor me trajo de vuelta al presente. La habitacion estaba vacia ahora, y el remolino se habia detenido. --?Donde esta Marcial? --pregunte. --Estoy justo aqui.

  • No soy la Bella Durmiente de Teresa Camaselle

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    Esta historia empieza con un gato llamado Tesoro.
    Aunque, como empieza de verdad, es con la chica que le gusta al chico que cuida de Tesoro.
    Y no es una historia de "chico conoce chica...", porque Sergio y Sofia ya se conocen, mucho; de hecho fueron novios en el instituto. Pero han pasado diez anos sin verse. Y ahora viven de nuevo en la misma ciudad, y a el se le ha ocurrido mudarse al mismo edificio, y visitarla en el trabajo cada dos por tres… Y su vecino tiene un gato, y viaja mucho, y precisamente durante uno de esos viajes empieza esta historia.
    Fin de semana del 25 de julio de 2010. Ano Santo Compostelano. La ciudad de Santiago llena de peregrinos, turistas y paisanos dispuestos a festejar dia y noche.. Y unos intrusos intentan entrar en casa del vecino del gato. Y todo termina por liarse…
    Sorpresas, robos, persecuciones, diamantes en bruto, amigas bienintencionadas, novios olvidadizos, policias mosqueados, extranjeros sospechosos, gatos desquiciados, familiares extravagantes, sol, playa, pimientos de Padron, tarta de Santiago...
    Y Sergio y Sofia... que ya no pueden resistirse mas a su destino.

  • Julia Vidal de Lydia Kentil

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    Julia Vidal es una chica que vive con su madre y sus cuatro hermanas en la ciudad de Girona, en el siglo XIX. Son pobres y solteras, la madre esta desesperada porque no encuentran marido. Julia esta enamorada de Ignacio Campeny, pero este ama a Catalina, la hermana mayor de Julia. ?Conseguira Julia que Ignacio se enamore de ella? Catalina tiene un admirador misterioso, un capitan muy orgulloso, Alejo Estruch, que cuando conoce a Julia queda locamente enamorado de ella. Estalla la guerra de la Independencia, los hombres de Napoleon quieren invadir la ciudad, Julia hace de enfermera y lucha por su tierra bayoneta en mano, como una brava. Pierde a su familia, sufre con la crueldad del enemigo, mientras Alejo Estruch e Ignacio Campeny se disputan su amor.

  • Besame Diez Veces de Karo Leiva Arriaza

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    --Quizas aun estan estudiando no seas paranoica, Matilde-- le dice Josefa, su madre, mirando desde la puerta de cocina como su hija se comia las unas mientras estaba al lado del telefono esperando la llamada de Agustin, su novio. Hace mas de una semana que no se han hablado y mucho menos visto, desde el miercoles anterior, cuando se vieron para estudiar y el le comento que iria a casa de Felipe en Quintero a estudiar para el examen de grado que se acercaba de manera insoportable, y claro, tenia mucha logica... el lugar era perfecto para concentrarse, ella lo conocia habian pasado alli algunos fines de semana juntos. --Si, mama tienes razon, no se que me pasa yo no soy asi. Pero aunque no me creas tengo algo aca en el pecho que no me deja tranquila, angustia quizas, no lo se. Josefa paso por su lado y deposito un beso en su coronilla dandole algo de tranquilidad, pero no dijo nada, volvio a la cocina a terminar el pastel para el te. Matilde, estudiante Diseno Grafico, cursa cuarto ano de Universidad, y con Agustin, estan juntos desde el primer ano, se conocieron cuando ella entro a la facultad y el fue el encargado de "mechonearla" en la bienvenida a los novatos, le habian arrojado un balde con vinagre y otras sustancias de las que no se sabia su procedencia, pero si el aroma, y era repugnante. En ese entonces, Agustin no supo por que, pero la aparto del monton de novatos escondiendola en un pasillo de la facultad, en donde con sus ropas le limpio los ojos y el rostro del liquido asqueroso... fue quimica inmediata, Matilde sentia que su corazon iba a explotar y Agustin, tuvo todas las intenciones de besar en ese momento exacto sus labios hinchados, rosados y brillosos, pero temio asustarla, mas que mal aun eran desconocidos y ese un muy mal momento. Tiempo despues siguieron viendose hasta que se hicieron inseparables, ella se enamoro como una idiota, pero lo mejor fue lo complices que se convirtieron... estudiaban juntos y tenian muchas cosas en comun, como los gustos musicales y literarios, eran una pareja de enamorados bellisima, se les veia siempre muy compenetrados. Agustin Miller, era un joven tranquilo muy inteligente y con unos ojos maravillosos, no eran verdes ni azules, pero eran hermosos, color miel decia ella, tenian luz propia, algo que a Matilde le fascinaba. Desde que se vieron por primera vez no se separaron mas. Por lo que la relacion se basaba al cien por ciento en la confianza, nunca hubo celos ni aprehensiones por parte de ninguno de los dos. Pero aquello habria cambiado de pronto hasta hace poco mas de un par de semanas en donde Agustin, actuaba de manera extrana con Matilde y cada vez que podia esquivaba su compania. Ella entendia que los nervios de un examen de grado conllevan querer aislarse del mundo y lo dejo, no quiso ser la tipica novia obsesiva e histerica, esos no eran rasgos de su personalidad, sino todo lo contrario. --!De pronto es mejor que salgas a tomar algo de aire, Mati!--grito su madre desde la cocina--. Quizas el encierro te este agobiando. --Si, puede que tengas razon, ire a buscar a Irene, para que me acompane un rato al rio. --Esta bien, pero ten cuidado, y relaja la mente hija tal vez si haces eso que tanto te gusta hacer para bajar las revoluciones, te sientas mejor. Te aseguro que no pasa nada Agustin llamara pronto. --Si--respondio Matilde con la mirada perdida--. Debo ser yo, no hay nada que el yoga no calme, vuelvo luego. A pesar de sus angustias y presentimientos Matilde tomo su equipo de yoga y lo metio en su bolso, conecto sus auriculares al equipo de musica y salio camino a las faldas del cerro cerca del rio, donde acudia normalmente con Agustin, alli llenaba su alma y espiritu de paz, el mismo le habia ensenado como hacerlo anos atras, cuando sus padres se habian separado y los nervios la tenian vuelta una adolescente neurotica y depresiva. Desde entonces intentaba meditar y hacer yoga cada vez que el cuerpo la traicionaba y la hacia preocuparse por todo y por nada. Antes de llegar al claro paso por la casa de Irene, quien ha sido su mejor amiga desde la infancia, para que la acompanara, aunque fuera a conversar un rato y despejar su mente de los supuestos del porque Agustin no se habria pronunciado, pero esta no se encontraba en casa. Le marco el celular pero salto el buzon de voz al segundo timbre, no le tomo mayor importancia, no era novedad que Irene no estuviese en casa era una amante de la libertad, lo que la hacia odiar mantenerse en casa por un par de horas, en cambio a Matilde le encantaba la paz de su habitacion el silencio y tener su espacio. Eran muy distintas pero muy amigas. Asi, oyendo la musica para meditar que emitian sus audifonos siguio su rumbo hasta el lugar en donde acostumbraba a ejercitarse con las energias de la naturaleza, se encontraba sentada en la posicion del loto concentrandose en que el aire llegara bien a su estomago, cuando un ruidola saco del modo << ommanipadmehum >> unas risas complices, los arbustos se movieron un poco mas abajo de donde ella estaba, penso en los chicos del colegio cercano, los habia visto antes reunirse en ese lugar; se sintio extrana, no era su costumbre curiosear, pero algo la impulso a acercarse... Y lo hizo cautelosamente, por un pequeno espacio entre las hojas de los arbustos y maleza los vio. Felipe e Irene... digamos que << divirtiendose >> , ella se encontraba sin su camiseta y Felipe disfrutaba de su generosa anatomia. Irene se retorcia y gimoteaba como actriz de pelicula para adultos, mientras Felipe ahogaba sus gemidos con besos poco carinosos, sino mas bien desesperados y agresivos. Matilde se quedo de piedra y cuando se dio cuenta que estaba observando a escondidas retrocedio de inmediato, se sintio voyerista y se avergonzo, sabia que su amiga era una loca, y aunque jamas la habia juzgado por ello no podia creer que estuviese con Felipe. Conocian a la novia de este, es mas, pertenecian al mismo circulo de amigos de ambos. Por otra parte se suponia que Felipe estaba en Quintero con Agustin estudiando, habia algo alli que no cuadraba para nada. Tomo todas sus cosas lo mas rapido que pudo y salio del lugar antes que cualquiera de los dos pudiera descubrirla y pensar que los habia estado observando !Que verguenza! Solo de pensarlo se le subian los colores al rostro, esa tarde estaba siendo realmente extrana. --?Y a ti que te pasa? Ni que hubieses visto un fantasma. ?O sera que tu amado principe azul aun no te llama? << Ojalahubiese sido un fantasma >> --penso--. !Y a ti que te importa! No seas intrusa--. Le respondio de mala gana a su hermana Marcela, una adolescente bastante odiosa y entrometida, como todas las hermanas menores. Matilde entro directo a su habitacion, la tarde de yoga y meditacion habia sido un completo fracaso, no podia sacarse de la cabeza las imagenes de su amiga con Felipe, y aunque se sacudia la cabeza como sacandose tierra del cabello, no pudo olvidarlas. Se metio en la ducha e intento lavar su memoria, siendo eso absolutamente imposible. --?Mama?-- pregunto con la esperanza de recibir una buena noticia. --No carino, no ha llamado, ?Porque no vas a su casa y hablas con su mama? Asi quizas te quedaras mas tranquila. --No me gusta parecer una desesperada-- respondio, negando con la cabeza y mirando la nada. --Lo se, pero una semana sin noticias es un tiempo razonable para acercarse y preguntar. --Si, tienes razon, pasare manana despues de clases. --Esta bien, entonces no te espero a almorzar. --No, mejor sera que no lo hagas, Maritza no dejara que salga de su casa sin comer con ella. --Esta bien, yo me ire a dormir carino, intenta relajarte. Por favor no pienses tonteras y descansa, cierra bien las ventanas esos malditos zancudos anoche acabaron conmigo.--Musito Josefa ya bostezando. --Si mama, descansa tu tambien-- contesto con voz apagada. Se besaron como todas las noches a modo de despedida y Josefa fue directamente a su habitacion, dejando a Matilde en la sala mirando la nada. Casi ya no le quedaban unas, tenia un presentimiento extrano y para eso ella era buena, generalmente obedecia a sus voces internas. En fin, al siguiente dia terminaria con ello que no la dejaba en paz. A primera hora se levanto tomo de desayuno lo que su estomago producto de los nervios le permitio digerir y partio a clases, como buen dia lunes estuvo intenso y agotador, termino casi a las 4 de la tarde. Llamo a casa de Agustin para avisar a Maritza, su suegra, que llegaria en treinta minutos mas o menos, eso si el trafico no era mucho. El telefono de casa sono y sono pero no contesto nadie, su suegra tenia un taller en casa, alli se dedicaba a tallar

  • Naci para quererte, Fabiana Peralta de Fabiana Peralta

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    Mientras el destino conspira repartiendo las cartas para que Brian y Alexa se atrevan a jugar su mejor mano, una lucha de poder los envolvera en intrigas, vanidades y secretos, amenazando a cada paso con separarlos. Y por si eso fuera poco, los fantasmas de antano regresan para demostrarles que el pasado no esta muerto y que ni siquiera es pasado.

  • Coincidencias de Luis Goytisolo

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    ?Es Coincidencias propiamente una novela? Lo es, pese a que en un principio a mas de un lector pueda parecerle algo atipica. Hasta que, estimulado por los golpes divertidos, desopilantes, del relato, la acepte sin problemas como tal. Y no ya porque cumple con todos los rasgos que caracterizan al genero, sino porque la aparente dispersion inicial propia de una narracion colectiva termina por configurarse en un todo estructurado y coherente.

  • Clandestina de Cristina Redondo

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    La cronica negra sobre las estrategias de los juegos del poder.

  • Justicia: ?Hacemos lo que debemos? de Michael J. Sandel

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  • Navidad en Green Valley de T.n. Hawke

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    La magica Navidad llega a Green Valley con sus luces y colores y nuestros Lobos la viven de maneras diferentes pero igualmente llenas del amor, la pasion, y los fuertes vinculos familiares que los caracterizan.

  • Nigromante de Carlos Sisi

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    Entrerrios se esta convirtiendo en una aldea inhabitable. Las cosechas son peores cada ano, la caza escasea, la tierra esta enfermando y pudriendose, e incluso estan empezando a aparecer muertos vivientes. Sus habitantes lo saben pero temen decirlo: un nigromante se ha asentado en La Entrana, al otro lado de las montanas, y esta poniendo en peligro sus vidas. El hijo de Miles, jefe de la aldea, acaba de desaparecer, y un grupo de granjeros armados con poco mas que cuchillos y martillos decidiran salir en busca del nigromante. Los granjeros se enfrentaran a un mal que apenas pueden comprender y mayor de lo que serian capaces de imaginar. De la energia magica de la bruja Neana dependera que puedan avanzar en su travesia.

  • El optimismo de la voluntad de Jorge Herralde

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    Durante cuarenta anos nos dice Juan Villoro en el prologo Herralde ha dirigido su editorial, Anagrama, con el intrepido placer de quien organiza una fiesta en una pais con toque de queda. Y sobre los preparativos y los invitados de este convite nos habla su organizador en El optimismo de la voluntad: un collage de homenajes a autores y editores “Sergio Pitol, Carlos Monsivais, Ricardo Piglia, Roberto Bolano, Mario Muchnik, Arnaldo Orfila, entre otros”, ademas de notas sobre la experiencia de editar en el contexto latinoamericano. Como recuento historico la obra es imprescindible y como lectura es uno de los libros mas memorables que se hayan escrito sobre el tema.

  • Mirate en mi espejo de Goretty Nzeng

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    Mirate en mi espejo relata la vida de una serie de personajes en busca de la felicidad personal, mediante enganos, infidelidades y miedos.
    La mayoria son historias reales que le contaron a la autora, mostrando con gracia el pudor del sexo, los tabues y el placer encontrado en lo prohibido. Historias actuales, urbanas, de la vida cotidiana que nos ayudan a vernos en su espejo.

  • Conquistada (Hermanos Falcon 4) de Kelly Dreams

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    Jeremy Falcon tenia una cosa clara en la vida, no queria comprometerse. La solteria le gustaba demasiado, disfrutaba de su trabajo, de sus esporadicas companeras de cama y estaba dispuesto a que siguiese siendo asi. Pero entonces, la dulce y timida Lizzie se cruzo en su camino y, lo que prometia ser solo una conquista mas, se convirtio en algo mas peligroso.