• el nombre de edrielle mita marco - Mita Marco

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    Unos golpes en la puerta de su oficina lo hicieron erguirse. Llevaba mas de una hora sin apartar los ojos del ordenador, y necesitaba un respiro. --Adelante --dijo desde la silla, mientras bebia un trago de agua. En el despacho aparecio Tory, la chica de recepcion, algo muy raro en ella, porque jamas le permitian moverse de su puesto. Por su cara, algo malo habia ocurrido. --Ben, tienes que irte --le anuncio asustada--. Han llamado del hospital, es Andy. Al escuchar ese nombre, casi volco la silla. Salio del despacho corriendo, sin coger ni siquiera la chaqueta, a pesar de que, fuera de la oficina, el termometro apenas rozaba un grado sobre cero. Monto al coche, con el corazon en la boca y los ojos llenos de lagrimas. Tenia que llegar a tiempo, no podia perder ni un segundo. La barrera del aparcamiento no subia. --!Vamos, vamos, joder! El guardia de seguridad, al verlo tan alterado se acerco. --Senor Smith, ?ocurre algo? --!La barrera, no sube! El hombre asintio. --Lo se, se rompio esta manana, los operarios de la compania estan arreglando el mecanismo, han tenido que... --!Pero tengo que irme! !No puedo esperar a que la arreglen! El hombre fruncio el ceno y lo miro, preocupado. Al ver la cara desencajada de Ben, el guardia se altero. --Jesus bendito, ?no sera Andy otra vez? --Si. Al escuchar aquel asentimiento, la levanto en peso para que Ben pudiese pasar. Traspaso la barrera y acelero el coche todo lo que aquel permitia. Poco le importaban las multas, que le retirasen el carnet o ser acusado de ser un peligro publico. La persona mas importante de su vida lo esperaba en el hospital. Y no pensaba fallarle. Dejo el coche mal aparcado. !Que se lo llevase la grua si molestaba! Corrio hasta la recepcion, sintiendo que le faltaba la respiracion. Alli no habia nadie. --!Por favor! !Necesito ayuda! --grito, sin importar las miradas reprobadoras del resto de la gente--. !Por favor! Una enfermera que pasaba por alli se acerco a su lado. Era una mujer joven, rondaria la treintena. Con el cabello rubio y una sonrisa amable. --?Ocurre algo, senor? Ben suspiro al ser atendido. --Necesito saber donde se encuentra Andy Smith. Acaban de avisarme a la oficina de que lo habian trasladado al hospital. La chica asintio y corrio a buscar el nombre en el ordenador que habia en la recepcion. A los pocos segundos asintio. --Andy Smith, aqui esta. Acaban de subirlo a planta. A la habitacion ciento ocho. Ben salio corriendo sin agradecer a la chica que lo hubiese ayudado. No pensaba en nada mas que no fuese ver a Andy. Si algo malo le hubiese sucedido por no estar a su lado, jamas se lo perdonaria. Al llegar a la puerta de la habitacion, se encontro con el medico que salia de ella. --Doctor, soy Benjamin Smith, ?como esta? El hombre lo miro, reconociendo su cara de otras ocasiones anteriores y abrio el informe. --Senor Smith, Andy ha sufrido otra insuficiencia cardiaca mientras desayunaba. Ha tenido suerte de que su abuela estuviese con el. Si llegan a traerlo quince minutos mas tarde, las noticias no serian tan buenas. Ben se llevo una mano a la frente, sin poder quedarse tranquilo. --?Como esta? --Ahora esta estable, pero ya sabe que con los problemas del corazon nunca se puede estar seguro. Andy necesita un trasplante con urgencia. El miro al medico, agobiado, y asintio, con la cara desencajada. --?Todavia no hay ningun posible donante? --Hay donantes, de hecho, ayer murio un senor que dono todos sus organos. El problema es que no es compatible con el de Andy. --Dios. --Ben se apoyo contra la pared y cerro los ojos con fuerza. Estaba agotado. Esa situacion podia con el, aunque se empenase en aparentar ser el hombre mas fuerte del mundo. --Tenga fe, Benjamin --lo animo el medico poniendo una mano en su hombro--. No todo esta perdido, todavia les queda algo de tiempo. El asintio e intento sonreirle, aunque lo unico que consiguio fue hacer una mueca. --?Puedo entrar a verlo? --Claro. Hace cinco minutos pregunto por usted. Observo al doctor caminar por el pasillo. Cuando lo perdio de vista, agarro el pomo de la puerta y se adentro en la habitacion. Nada mas poner un pie en ella, vio a su madre mirando por la ventana. La mujer sonrio al verlo y lo beso en la mejilla. --Te estabamos esperando. --He venido todo lo rapido que he podido --comento, con el rostro cansado. --!Papa! Aquella vocecita proveniente de la cama, lo hizo sonreir. Ben miro a su hijo, que lo esperaba con los brazos abiertos, y corrio a abrazarlo. --?Como estas, campeon? --Beso su cabello rubio, bastante corto, y lo revolvio. --Estoy bien. !Ya le he dicho a la abuela que nos vayamos a casa! !En el colegio van a ver una pelicula y me la voy a perder! --exclamo con enfado. Ben rio al escuchar a su hijo. Lo miro con amor y lo volvio a abrazar. Aquel nino, demasiado delgado y blanquecino, era la alegria de su vida. Desde que nacio, siete anos atras, Ben comprendio lo que era el amor verdadero. Su hijo era la razon para seguir luchando, el motivo para querer convertirse en mejor persona. Y ahora la vida queria arrebatarselo. --Hoy creo que tendremos que quedarnos aqui. El doctor quiere asegurarse de que estas bien antes de dejar que vuelvas a casa. Andy hizo una mueca con los labios. --!Pero yo quiero ir al colegio, papa! --Los ojos se le humedecieron. Verlo llorar le partia el corazon. Acerco la boca a su oido y le susurro, para que su abuela no los escuchase. --Te prometo que, cuando salgas de aqui, te voy a llevar al cine. --?Que? ?En serio? --Su carita se ilumino. --En serio. Comeremos comida basura, tomaremos bebidas con gas... --Y, despues, ?podremos jugar a futbol los dos? --La cara del nino se ilumino. Ben apreto los labios y suspiro. --Todavia no. Hasta que no tengas un corazon nuevo, y te pongas completamente bien, para ti se acabo el correr. La tristeza regreso al rostro del nino. Su padre lo abrazo, dandole calor y lo beso en la frente. --Pero pronto podremos, Andy --le aseguro--. Estoy seguro de que tu corazon nuevo esta en camino. El nino se quedo mirando hacia la ventana de la habitacion, lugar donde su abuela se hallaba sentada en un incomodo sofa. --Papa, ?por que estoy enfermo? Ben cerro los ojos con fuerza, ante la pregunta de su hijo. Esa era la misma pregunta que se hacia el una y otra vez. ?Por que tenia que padecer aquello su nino cuando habia tanta gente mala en el mundo? La respuesta siempre era la misma. --No lo se, Andy. La vida, a veces, no es justa. Dejaron que se marchasen del hospital dos dias despues. El doctor habia aumentado la medicacion del nino, para intentar evitar aquellos ataques, pero bien sabian que no seria suficiente mucho tiempo. Ben, su madre y Andy, entraron a su domicilio. Nada mas llegar, el nino echo una carrera hacia su habitacion. --!Andy, no corras! --le regano su abuela. La mujer ya contaba con una avanzada edad, y su nieto, a pesar de su enfermedad, la dejaba sin fuerzas. Se acerco a su hijo, que metia la ropa del nino en la lavadora, y se apoyo en ella, contemplandolo. --?Que vas a hacer? Ben se incorporo y miro a su madre, cansado. --Todavia no lo se. Habia pensado en buscar a algun auxiliar medico para que se quede a su cargo mientras yo trabajo. Pero no creo que pudiese pagarlo con mi sueldo. Ella asintio y se llevo una mano a la frente. --Sabes que si pudiera seguiria quedandome con el. Pero yo no estoy capacitada para esto. La enfermedad de Andy ha ido a peor. No se lo que hacer frente a sus ataques. --Lo se --asintio--. No te preocupes, mama, me apanare. Solo necesito unos dias para encontrar a una persona que se ocupe de el mientras estoy en el trabajo. Comenzaron a caminar hacia la habitacion del nino. Abrieron la puerta y lo encontraron con la nariz pegada al cristal de la ventana. Miraba a traves de ella con ojos sonadores, mientras que empanaba el cristal con su aliento y dibujaba en el. Su abuela nego con la cabeza y sonrio. --Andy, no manches el cristal. --No lo estoy manchando, abuela --rio con picardia--, es arte. Ben se carcajeo ante su ocurrencia y cruzo los brazos sobre el pecho. --Ponte el pijama, artista, que voy a prepararte la cena. Dos horas despues, Andy ya dormia en su cama. Ben se dio una ducha, intentando quitarse algo de estres de encima, pero le fue imposible. Ya no recordaba como era levantarse un dia de la cama sin tener que preocuparse por darle la medicacion, o trabajar con todos los sentidos puestos en el ordenador, y no sufrir por si su corazon fallaba estando en clase. No recordaba como era reir con su hijo, sin que le rondase por la cabeza que, quizas, era la ultima vez que lo hacian juntos. Salio de la ducha, envuelto en un albornoz y se sento en un taburete que habia frente al espejo que ocupaba toda la pared frontal de la estancia. Se miro en el. Detras de esas ojeras y esas arrugas de preocupacion, se escondia un hombre de treinta y cinco anos. Guapo y agradable, segun decia la gente. Pero, Ben, solo veia a un saco de huesos, triste y sin ganas de socializar con nadie. Se llevo las manos a la cabeza y las lagrimas resbalaron por sus mejillas. Echaba de menos a Kate. Su mujer. Con ella todo hubiese sido diferente. Kate era una persona alegre, optimista, carinosa... Estaba seguro que ella hubiese llevado mejor todo aquello de la enfermedad de Andy. Pero la vida se empeno en quitarsela tambien en un accidente de coche. Lo habia dejado solo, con un nino enfermo y con el dinero justo en el banco para poder pagar los medicamentos

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  • Inmortal de Alma Katsu

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    ?Para que usariamos la inmortalidad? Una historia de amor y venganza a traves de los siglos, con Maine, Boston, Paris y

  • Tu voz entre un millon de voces de Marian Viladrich

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    Es oscuro, cinico, hurano y egoista.
    Miles Baker, antiguo dios del rock, es ahora un ermitano incapaz de escribir una cancion.

  • Sin compromiso (Nuevos Tiempos) de Curtis Sittenfeld

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    Mucho antes de que llegase a Cincinnati, todo el mundo sabia que Chip Bingley andaba buscando esposa. Dos anos antes, Chip --graduado por el Dartmouth College y por la Facultad de Medicina de Harvard, vastago de los Bingley de Pensilvania, que durante el siglo XX habian hecho fortuna con el negocio de las piezas de fontaneria-- habia aparecido, por lo visto con alguna reticencia, en el famosisimo reality televisivo Tal para cual. A lo largo de ocho semanas, durante el otono de 2011, veinticinco solteras habian convivido en una mansion de Rancho Cucamonga, en California, compitiendo por el corazon de Chip: celebraban citas en las que iban a jugar al blackjack a Las Vegas o a catas de vino en los vinedos del valle de Napa mientras se peleaban y se ponian a parir entre ellas delante del pretendiente y tambien a sus espaldas. Al final de cada episodio, le daba a cada una o bien un beso en los labios, lo que significaba que continuaba compitiendo, o bien un beso en la mejilla, que queria decir que tenia que volverse a su casa de inmediato. En el ultimo episodio, cuando solo quedaban dos mujeres --Kara, una antigua animadora universitaria de veintitres anos con unos ojazos y una melena rubia rizada, profesora de instituto en Jackson, Misisipi; y Marcy, una dentista morena de veintiocho anos, hipocrita pero atractiva, de Morristown, Nueva Jersey--, Chip se puso a llorar como una magdalena y rehuso proponer matrimonio a ninguna de las dos. Ambas eran increibles, extraordinarias, inteligentes y sofisticadas, afirmo, pero no sentia hacia ninguna de las dos lo que el llamaba <>. En cumplimiento de las normas de la Comision Federal de Comunicaciones, la consecuente diatriba de Marcy quedo reducida a una serie de palabras interrumpidas por pitidos que a duras penas ocultaban su colera. --No quiero que conozca a las chicas por haber estado en esa chorrada de programa --le decia la senora Bennet a su marido durante el desayuno una manana de finales de junio. Los Bennet vivian en Grandin Road, en una amplia casa de estilo Tudor de ocho habitaciones en el barrio de Hyde Park de Cincinnati--. Ni siquiera lo he visto. Pero estudio en la Facultad de Medicina de Harvard, ?sabes? --Eso me comentaste --respondio el senor Bennet. --Despues de todo lo que hemos pasado, no me importaria tener un medico en la familia. Llamalo interes si quieres, pero yo mas bien diria que es una cuestion de inteligencia. --?Interesada tu? --repitio el senor Bennet. Cinco semanas antes, el hombre habia pasado por una revascularizacion coronaria de urgencia; tras una convalecencia complicadita, hacia pocos dias que habia recuperado su habitual actitud sardonica. --Chip Bingley ni siquiera queria presentarse en Tal para cual, pero su hermana lo propuso como candidato. --Entonces un reality no es muy distinto del Premio Nobel de la Paz, pues en ambos se requiere de candidatos propuestos por terceros. --Me pregunto si esta de alquiler o ha comprado la casa --dijo la senora Bennet--. Eso nos indicaria cuanto tiempo tiene pensado quedarse en Cincinnati. El senor Bennet bajo su rebanada de pan. --Teniendo en cuenta que hablas de un completo desconocido, tu interes en los pormenores de su vida me parece desmedido. --Yo tampoco lo consideraria un desconocido. Trabaja en Urgencias en el Christ Hospital, lo que significa que Dirk Lucas debe de conocerlo. Chip es bienhablado, no como esos jovenes vulgares que suelen salir en la tele. Y es muy atractivo, ademas. --Pensaba que nunca habias visto el programa. --Me trague unos minutos de pasada mientras las chicas lo veian. --Miro malhumorada a su marido--. No deberias discutir conmigo; es malo para la recuperacion. En cualquier caso, Chip podria haber hecho carrera en la television pero decidio volver a la Medicina. Y se nota que viene de buena familia. Fred, estoy convencida de que el hecho de que se haya mudado aqui justo cuando Jane y Liz se encuentran en casa supone un resquicio de esperanza para nuestros problemas. Las dos hijas mayores de las cinco hermanas Bennet llevaban una decada y media viviendo en Nueva York; a causa del susto motivado por la salud de su padre habian vuelto repentina, si bien temporalmente. --Carino, si una marioneta hecha con un calcetin, que tuviera herencia y un diploma de Medicina de Harvard, se mudase aqui, tu estarias convencida de que su destino era casarse con una de nuestras chicas. --Burlate todo lo que quieras, pero el tiempo no pasa en balde. No, Jane no aparenta los cuarenta que va a cumplir en noviembre, pero cualquier hombre que sepa su edad le dara vueltas y vueltas a lo que ello supone. Y Liz la sigue de cerca. --Muchos hombres no quieren hijos. --El senor Bennet le dio un sorbo al cafe--. Ni yo lo tengo claro todavia. --Una mujer de cuarenta puede dar a luz, pero no es tan facil como los medios de comunicacion nos hacen creer. La hija de Phyllis y Bob ha probado toda clase de metodos y al final se tuvo que conformar con el pequeno Ying de Shanghai. --Se levanto y se miro el reloj de oro ovalado--. Voy a llamar por telefono a Helen Lucas, a ver si puede organizar algo para presentarme a Chip. Capitulo 2 La senora Bennet era quien siempre bendecia la mesa en las comidas familiares --sentia predileccion por las oraciones de la Iglesia anglicana-- y, aquella noche, apenas hubo pronunciado la palabra <>, anuncio con entusiasmo incontenible: --!Los Lucas nos han invitado a su barbacoa del Cuatro de Julio! --?A que hora? --pregunto Lydia, de veintitres anos, la pequena de las Bennet. Mary, que tenia treinta, le dijo: --Hasta que no se haga de noche no puede haber fuegos artificiales. --Nos han invitado a una prefiesta en Mount Adams --intervino Kitty. Ella tenia veintiseis, la mas cercana tanto en temperamento como en edad a Lydia, aunque contraria a las conductas fraternales tipicas; iban juntas a todas partes, y era la pequena quien llevaba por el mal camino a la otra. --Pero si no os he dicho quien va a estar en la barbacoa. --Desde su extremo de la larga mesa de roble de la cocina, la senora Bennet estaba euforica--: !Chip Bingley! --?El llorica de Tal para cual? --dijo Lydia, y Kitty solto una risita mientras aquella anadia--: Yo no he visto nunca a ninguna mujer llorar lo que lloro el en la temporada final. --?Que es un llorica de tal para cual? --pregunto Jane. --Ay, Jane --le dijo Liz--. Que inocente y pura eres. Has oido hablar del programa Tal para cual, ?verdad? Jane entrecerro los ojos. --Creo que si. --Pues el salia alli ahi hace un par de anos. Era el tio que codiciaban veinticinco mujeres. --Creo que no os imaginais el terror que ha de experimentar un hombre al verse asi de superado en numero --comento el senor Bennet--. Yo muchas veces me echo a llorar, y eso que aqui solo sois seis. -- Tal para cual es degradante para la mujer --dijo Mary. --Esa es tu opinion, claro --tercio Lydia. --Pero a la temporada siguiente van a ser una mujer y veinticinco chicos; eso es paridad --dijo Kitty. --Las mujeres se humillan de una manera a la que no llegan los hombres. Estan desesperadisimas --replico Mary. --Chip Bingley estudio en la Facultad de Medicina de Harvard --dijo la senora Bennet--. No es uno de esos ordinarios de Hollywood. --Mama, su ordinariez hollywoodiense es lo unico que interesa de el aqui en Cincinnati --le dijo Liz. Jane se volvio hacia su hermana. --?Tu sabias que estaba aqui? --?Tu no? --?A por cual de nosotras quieres tu que vaya, mama? --pregunto Lydia--. Es mayor, ?verdad? Entonces doy por hecho que a por Jane. --Gracias, Lydia --comento aquella. --Tiene treinta y seis, asi que es tan adecuado para Jane como para Liz --contesto la senora Bennet. --?Por que no Mary? --pregunto Kitty. --No me parece el tipo de Mary. --Porque es lesbiana y el tal Chip no es mujer --anadio Lydia. Mary la fulmino con la mirada. --Lo primero: no soy lesbiana. Y aunque lo fuese, prefiero ser una lesbiana a una sociopata. Lydia sonrio con superioridad. --Puedes ser las dos cosas. --?Lo estais oyendo todos? --Mary se volvio hacia su madre, en un extremo de la mesa, luego a su padre, en el otro--. Lydia esta fatal de la cabeza. --Las dos teneis la cabeza perfectamente --dijo la senora Bennet--. Jane, ?como se llama esta verdura? Sabe distinta a otras veces. --Son espinacas. Las he estofado. --A decir verdad --intervino el senor Bennet--, hay un aspecto para el que no os funciona muy bien la cabeza. Sois adultas, tendriais que estar viviendo por vuestra cuenta. --Papa, vinimos para cuidarte --respondio Jane. --Pues ya estoy bien. Volveos a Nueva York. Tu tambien, Lizzy. Ya que eres la unica que se niega a aceptar un centavo y, no por casualidad, la unica con un empleo de verdad, se supone que debes dar ejemplo a tus hermanas. De lo contrario, te arrastraran con ellas. --Jane y Lizzy saben lo importante que es para mi el almuerzo --dijo la senora Bennet--. Por eso siguen aqui. El acontecimiento al que se referia era el almuerzo benefico anual de la Liga Femenina de Cincinnati, programado aquel ano para el segundo jueves de septiembre. La senora Bennet era miembro de la Liga desde los veinte, aquel ano era la presidenta del Comite de Organizacion del acto y, lamentablemente (como recordaba a menudo a los integrantes de la familia), la enorme presion y responsabilidad de dicho papel le impedian cuidar de su marido durante la convalecencia. --A ver: la invitacion de los Lucas es para cuatro. Lydia y Kitty: teneis tiempo de sobra para veniros con nosotros y llegar a vuestra fiesta antes de los fuegos artificiales. Helen Lucas va a invitar a unos cuantos jovenes del hospital aparte de a Chip Bingley, asi que seria una pena que os perdieseis la oportunidad de conocerlos. --Mama, a diferencia de nuestras hermanas, Kitty y yo somos perfectamente capaces de conseguir novio por nuestra cuenta --replico Lydia. La senora Bennet miro al otro extremo de la mesa, a su marido. --Si alguna de nuestras hijas se casase con un medico, me quedaria satisfecha, si. Pero Fred: me atreveria a decir que, si eso hace que se vayan de casa, tu tambien lo estarias.

  • Misericordia auxiliar (Imperial Radch 3) de Ann Leckie

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    El esperado desenlace de la trilogia superventas del New York Times: <>

  • Operacion Rigoletto de Ricardo Hansen

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    Heriberto y John habian planificado la estafa perfecta, pero cometieron un error, involucrar a Sofia. Ella habia perdido lo que mas amaba y cierto dia, comenzo a sentirse observada. Su mascota ladra incesantemente hacia la puerta. Esta sola e indefensa en medio de su mansion. Atizaron el fuego de su odio y ahora clama por venganza. Su vida cambio radicalmente desde aquella vez y ellos, comprendieron tarde de cuanto seria capaz.

  • Algo increible de Andrea Adrich

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    La familia Dubrow vuelve a Santa Monica despues de una decada. Con su regreso, Andreas Johnson, conocido como Leon, revive el tragico pasado que le une a esa familia, por la que siente una enorme animadversion.
    Fabiola Dubrow es una nina rica que aparentemente lo tiene todo, menos algo tan preciado como la libertad. Se ha pasado toda su vida haciendo el papel de hija perfecta, hasta que se encuentra con Andreas, y ese chico rebelde de rasgos felinos e impresionantes ojos azules se convierte en la excusa perfecta para empezar a trasgredir las normas.
    Andreas, por su parte, no quiere saber nada de los Dubrow. Pero el destino le tiene preparado una sorpresa. Algo increible de la mano de quien nunca hubiera imaginado.

  • En lo mas profundo de la Meseta Solitaria de Don Winslow

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    Tercera entrega de la serie protagonizada por el detective Neal Carey, del autor del bestseller mundial El poder del perro.

  • Tu eres mi primavera eterna de Alexis Rain

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    ?Alguna vez te has sentido perdido? ?Sientes que alguien mas tira de las riendas de tu vida?
    Una ciudad. Dos culturas.
    Durante un trayecto en tren dos personas de mundos opuestos, Sakura, una japonesa
    dedicada a la veterinaria, de familia adinerada y con un padre arraigado a sus tradiciones, y
    Liam, un australiano perdido en la vida y atrapado en un pais en el que le es dificil encajar y en
    un trabajo que ama pero en el que no le toman en serio, tienen un primer encuentro fugaz que
    los marcara a ambos y les hara cuestionarse el rumbo de sus vidas y lo que quieren hacer con
    ellas.
    ?Conseguira Sakura escapar del futuro que planea su padre? ?Liam encontrara su
    sitio en un pais tan distante como Japon?

  • El buen padre de Santiago Diaz

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    La calle principal de la urbanizacion de chales se ilumino con el azul de las sirenas. Uno de los Zetas freno en la rampa del garaje y el otro derrapo en el jardin de entrada, llevandose por delante un rosal y una pequena palmera. Los cuatro agentes --tres hombres y una mujer-- salieron de los coches y fueron a aporrear la puerta. --!Policia! !Abran! Ante la ausencia de respuesta, el mas veterano dio un par de pasos atras. --Apartaos. --?No deberiamos pedir una orden? --titubeo su companero. --No hay tiempo para eso --respondio la agente con determinacion. Despues de varias patadas, la cerradura cedio y la puerta quedo abierta de par en par, con el pomo incrustado en la pared de escayola. La luz intermitente que llegaba del exterior inundo el vestibulo. --!Policia! !?Hay alguien en casa?! Desenfundaron sus pistolas y entraron alumbrando con sus linternas. Nada mas llegar al salon, se quedaron paralizados al descubrir una mancha de sangre en el techo. La observaron en silencio durante unos interminables segundos, presintiendo que seria una noche dificil. --Es arriba --dijo uno de ellos, como si sus companeros necesitasen esa informacion para atar cabos. --Habria que avisar al Grupo Especial de Operaciones… --La victima todavia podria seguir viva --dijo el que habia abierto la puerta negando con la cabeza. Subieron por la escalera intentando recordar cual era el protocolo en ese tipo de situaciones. Pero cuando de la teoria se pasa a la accion real, uno se olvida de todo. Al entrar en el dormitorio, encontraron la explicacion a los gritos pidiendo auxilio que habia denunciado una vecina; en el suelo, boca abajo, en medio de un charco de sangre, yacia el cuerpo sin vida de Andrea Montero. Aunque todavia no habia empezado a descomponerse y apenas desprendia un ligero olor metalico, basto para que al agente mas joven se le revolvieran las tripas. --Informare a la central --atino a decir antes de salir a buscar un lugar donde echar la cena sin contaminar la escena del crimen. La agente, con algo mas de aguante que su companero, le dio la vuelta al cadaver y descubrio una imagen que tardaria tiempo en borrar de su memoria: la cara era un coagulo de sangre y no se distinguian las facciones; bien podria ser una chica de veinte anos o una mujer de cincuenta. Por una foto que habia sobre la comoda, dedujo que tendria unos cuarenta. Le tomo el pulso sin ninguna esperanza de encontrarselo y vio que, aparte de las al menos cinco cuchilladas en diferentes partes del cuerpo, tenia marcas defensivas en manos y brazos, y un corte en el cuello que le habia seccionado la yugular y que sin duda fue lo que le causo la muerte. --Hijos de puta --dijo apretando los dientes con rabia. --!Aqui! --grito el joven agente que habia salido unos segundos antes--. !No se mueva! !Las manos en la cabeza! Sus companeros corrieron hacia el lugar del que procedian los gritos. En medio de la habitacion contigua habia un hombre de mediana edad arrodillado, la tipica persona que pasaria desapercibida en cualquier lugar, con rasgos demasiado comunes y cara de buena gente, alguien a quien los vecinos seguramente describirian como muy educado y agradable, incapaz de matar una mosca. Pero la primera impresion que los policias se llevaron de el decia todo lo contrario: tenia la ropa, la cara y las manos manchadas de sangre. Parecia en estado de shock, como si no comprendiera que sucedia ni por que habian tomado su casa. A su lado, en el suelo, habia un cuchillo de trinchar ensangrentado. Uno de los agentes lo aparto de una patada al entrar en la habitacion. --?Que esta pasando? --pregunto paseando la mirada por aquellos policias que le apuntaban con sus armas. --!Las manos en la cabeza, no se lo volvere a repetir! El hombre considero que era mejor obedecer y, en cuanto sus dedos se entrelazaron por detras de la nuca, los agentes le cayeron encima y lo esposaron. Al dia siguiente, los informativos dirian que Andrea Montero habia sido la trigesimo septima mujer asesinada a manos de su pareja en lo que iba de ano. UN ANO DESPUES 2 La inspectora de Homicidios Indira Ramos examina el vaso de zumo con detenimiento, buscando alguna marca que le haga sospechar que no esta tan limpio como deberia. La camarera se arma de paciencia ante una escena que se repite todos los domingos desde hace casi medio ano. --?Que? ?Esta a su gusto o no esta a su gusto? --El vaso lo has lavado a mano con jabon neutro, ?verdad? --Si, senora… --responde harta--, igual que los cubiertos, el plato y la taza de cafe. ?No cree que va siendo hora de que confie en mi? En lo relativo a la higiene, Indira no confia ni en la camarera ni en nadie, y eso que cuando su psicologo le puso como ejercicio obligatorio salir a desayunar una vez a la semana, eligio esa cafeteria porque es la mas limpia que encontro, a pesar de que esta en la otra punta de Madrid. Cuando a una le han diagnosticado un TOC (un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide tener un comportamiento medianamente normal), cualquier precaucion es poca. --Gracias, Cristina --responde al fin. La camarera fuerza una sonrisa y vuelve tras la barra. Indira limpia con una servilleta la tarrina de mantequilla y la abre para extenderla sobre el cruasan a la plancha. Es uno de los pocos caprichos que se permite en toda la semana y quiza no deberia, pero ya le sobraban siete kilos antes de empezar con esa rutina. Debe de ser el aire lo que le engorda, porque si no, no se lo explica. Menos mal que, aparte de ese ligero sobrepeso, tambien tiene unas facciones lo suficientemente bonitas para permitirse ir con la cara lavada porque, como tantas otras cosas, el maquillaje le da alergia. Lo que empieza a preocuparle son las canas. A sus treinta y seis anos, todavia son pocas y consigue mantenerlas a raya, aunque por si acaso, mas por higiene que por moda, lleva el pelo corto. El problema llegara cuando tenga que tenirse: esta convencida de que el tinte le producira una terrible erupcion cutanea. Apenas se ha llevado el primer trozo de cruasan a la boca cuando suena su movil. Lo ignora, pero la insistencia de su joven ayudante, Lucia Navarro, finalmente le obliga a contestar. --?Tu no sabes que hoy es domingo, Navarro? --Los asesinos no entienden de festivos, jefa. Antes de acercarse a hablar con el forense y con los de la Policia Cientifica, la inspectora Ramos se pasea por delante de los curiosos que se han congregado alrededor del Estanque Grande del Buen Retiro, convencida de que entre ellos esta el asesino. En muchos de los libros de criminologia que ha devorado a lo largo de su vida aseguran que es cierto que algunos homicidas acostumbran a volver al lugar de los hechos, que no es solo un recurso sin fundamento que utilizan con frecuencia escritores y guionistas. Hay asesinos que vuelven para comprobar que el cadaver es rescatado tal y como llevan fantaseando desde que lo depositaron en el sitio donde debe ser encontrado. A algunos les da morbo, otros simplemente quieren asegurarse de que no han cometido algun error por el que vayan a cogerlos. Lo malo es que un domingo por la manana hay alli demasiada gente congregada y la inspectora no logra distinguir nada mas incriminatorio que gestos de sorpresa, de repugnancia y de curiosidad. Todavia esta a diez metros de la cinta policial que mantiene a los domingueros alejados del cuerpo y ya siente el profundo rechazo de sus companeros, miradas reprobatorias que la senalan como una traidora capaz de delatar a otro policia por colocar la prueba que llevaria a un hijo de puta a la carcel. Siete meses despues de aquello, el hijo de puta sigue en la calle y a la inspectora Ramos le cuesta un triunfo encontrar algo de comprension y respeto.

  • Night School Resistencia: Volume 4, C.J. Daugherty de C. J. Daugherty

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  • La nina dormida de Merche Maldonado

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    Superado su ochenta cumpleanos, tomo una decision inminente: preparar los bartulos para alojarse en la fecha indicada. Al amanecer, lo primero que hizo fue despedirse de sus mascotas. Abrazo sus cuerpos peludos y suaves como si se fuera al campo de batalla y supiese que, quiza, no volveria a acariciarlos. Los canes le ofrecieron carantonas y mimos sin entender que marchaba y podrian no volver a verlo aunque, a decir verdad, suspiro tranquilo. --Hermano, cuida de Dama y Vagabundo. --Rodrigo, sabes que estaran bien --contesto Adrian. --Cuando me instale quiero que vengan a visitarme. ?Los traeras? --Por supuesto. Iremos todos a verte, pero no tienes que marcharte. Lo sabes, ?verdad? --No, no --siguio Salvador, uno de sus sobrinos--. Te cuidaremos como tu nos cuidaste a nosotros. Acuerdate de cuando eramos ninos y nos limpiabas la nariz y arreglabas ese rebelde remolino, herencia del abuelo. Siempre te estaremos agradecidos por todo lo que haces por nosotros. --Salva --dijo Rodrigo con carino--, ya no me queda ese cabello rebelde: se fue cuando cumpli los sesenta --rio sin ganas. --Somos hermanos --expreso Adrian con mirada triste--, y siempre hemos estado muy unidos. Si te vas, nos dejaras sin un pedazo de nosotros. Ya se que no te iras muy lejos, pero, por mi trabajo en la empresa familiar, no se cuando podre ir a la residencia. --No te preocupes, estare bien. Ademas, solo estaremos a una hora de camino. Os echare de menos, pero esto no es un adios, sino un hasta pronto. Necesito que me conteis como sigue todo y como estan mis diablillos. --Senalo con la mirada a sus sobrinos, ambos en la orilla del estanque con los dos canes. --Emitio una leve sonrisa. --Como quieras, Rodrigo --asintio Adrian, resignado--. Te echaremos de menos. --Lo se, y yo tambien, pero teneis que seguir con vuestras vidas, y yo con la mia. Se abrazaron y besaron y Adrian dio unas palmadas en el lomo de su hermano. Despues de la despedida, antes de su marcha, el anciano recorrio la hacienda con la mirada, intentando memorizar cada uno de los detalles, olores, ruidos… Giro sobre si mismo, con torpeza, llevandose consigo todo lo que pudiera retener, mientras arrastraba la pequena maleta que se habia preparado con lo indispensable para el ingreso. Su hermano le acompanaba en silencio, y asi hasta dejarlo en el taxi que esperaba en la puerta. Solo le dedico una sonrisa. Al llegar, Rodrigo encontro una construccion que, por exceso de modernidad, se alzaba apatica y vulgar, con vistas a varios bloques de igual semejanza. Todos ellos formaban un conjunto identico, incluido en un paisaje rural y aledano a una poblacion pequena. El vehiculo lo dejo en la puerta. Asio la maleta direccion al centro, pero el sonido de unos pajaros le distrajo. Se acordo de los detalles impresos en la propaganda y dio media vuelta. Frente al centro pudo observar un gran parque dividido por caminos de tierra que, entre otros parajes, recorrian un merendero. Parecia estar muy concurrido. Mientras decidia si posponer su entrada en el edificio para echar una ojeada, se rasco la barbilla, pensativo. Arrastro su maleta para cruzar la calle. Camino despacio hasta llegar a donde se alzaban unas escaleras a modo de anfiteatro al aire libre. En una zona cercana estaba ubicado el mayor recinto para perros de la comarca, vallado en un rectangulo y decorado con troncos. Fue uno de los reclamos del folleto que llamo su interes. Para poder contemplar mas de cerca los juegos de los canes, se sento frente a la reja. Respiro hondo. El olor de la arboleda era desagradable por el abonado de los campos limitrofes. Supuso que seria diferente en la epoca de la floracion de los almendros, castanos, encinas y madronos. Sobre todo, suspiro agradeciendo la ausencia del cipres, por ser el mas usado en sitios sacramentales, los cuales no tenia la menor idea de recrear. Se sintio cansado y decidio dirigirse hacia la residencia, llena de ventanales y con una pequena recepcion. Despues de presentarse, accedio a lo que seria su hogar de descanso para la tercera edad. Una vez a solas en su cuarto, la primera impresion fue buena, aunque le faltaban muchas de sus pertenencias. Tampoco quiso llenarse de recuerdos. Puso la maleta encima de la cama y, al abrirla, surgieron varios portarretratos. Siempre supuso que cuando llegara el momento de la vejez tendria al lado del lecho una foto familiar con su esposa y dos o tres hijos, pero, al no ser posible, se conformo con la imagen de su hermano y sus sobrinos. No podia faltar la fotografia de sus fieles amigos, sus fieras, ya con evidente edad, que les daba especial talante. Una vez que coloco los objetos elegidos en el sitio que les correspondia, suspiro melancolico. Guardo la foto de su difunta esposa dentro del cajon porque denotaba desconsuelo y no deseaba rememorar aquellos tiempos, sino que pretendia empezar una nueva vida casi al final de sus dias. Suspiro de nuevo, como si se hubiera quitado un peso de encima. Era la primera vez en mucho tiempo en que se sentia util, con sensacion de poder llevar la vida hacia donde deseara y de no sentir dependencia por la gente que amaba. Seria como estar en un hotel de lujo donde lo cuidarian, y solo tenia que seguir vivo para disfrutarlo. Capitulo 2 Miro por la ventana y vio que atardecia. Su estomago rugio cuando el reloj de pulsera corroboro que se acercaba la hora de la cena. Habia pasado el dia descansando. Resoplo. Se levanto de la cama con impetu y, un poco coqueto, se propuso engalanarse para estar mas visible delante de alguna mujer. Calzo zapatos nuevos, despues de vestirse con pantalon tejano y esa camisa a rayas azules que tanto le gustaba. Paso la mano por su barbilla: se habia afeitado por la manana. Solo le quedaba engominar el cabello y esparcir la fragancia sin tacanear. Ni siquiera le dio tiempo a salir del cuarto cuando, para su sorpresa, en el umbral de la puerta le detuvieron tres hombres y una mujer. --Hola, me gusta tu camisa --dijo ella. --Bienvenido --le dijeron los demas al unisono, luciendo una gran sonrisa. --Gracias. Me acabo de instalar y todavia no conozco a nadie. Encantado de conoceros. --Tenemos que ponerte al dia. Me llamo Lola --dijo ella dandole un beso en cada mejilla--. Estos son Angel, Marcos y Teo. --Encantado. Me llamo Rodrigo. --Alargo la mano para saludarlos. --?Quieres que hagamos una visita guiada? --pregunto la mujer apoyada en un baston. --Por supuesto. Caminaron despacio por el corredor. Al pasar por una de las habitaciones, la mujer la indico con la mano: --Este es mi cuarto. Todos son calcados, acorde con cada planta y necesidades. Los venturosos que pueden caminar estan en el primer piso; los impedidos, en el segundo. Hay un tercero, sellado a cal y canto por las enfermeras. Solo ellas y los doctores tienen la llave del elevador, unico punto de entrada, salvo el acceso obligado por la legislacion. --Le guino un ojo--. De eso se mucho. Asciende hacia la demencia y desesperanza, encarcelados para que no puedan huir o porque no sepan volver. --Segun hemos comprobado, rara vez tienen visitas --anadio Marcos--, si acaso algun personaje trajeado acompanando a un familiar, como los letrados que gestionan las ultimas voluntades. --Por suerte tenemos el jardin en la parte de atras, que es una delicia para los favorecidos de poder moverse --siguio Angel. Llevaba un sombrero tapando su negra calva--. ?Vamos? El nuevo inquilino asintio con la cabeza y se desviaron por un nuevo pasillo. Sonrio satisfecho. Teo, un octogenario robusto y atletico, permanecio callado. La femina lo miro con ternura y asio su mano para que los siguiera en su visita por el centro. Al llegar, Rodrigo se detuvo ante el espectaculo que entreveia por la puerta de cristal. Los ojos engrandecieron al admirar la amplia y frondosa zona, acompanada del piar de pajaros. Ante la mirada absorta del recien llegado, Lola comento: --Por el dia podemos disfrutar de este sonido, pero por la noche solo se escucha el aleteo de murcielagos. --Nadie se explica donde se esconden esos vampiros al amanecer y por donde aparecen al ocaso --dijo Marcos, sonriente. --La paz que se respira en la rosaleda nos inspira las partidas interminables de ajedrez, inconclusas por no tener prisa --prosiguio Angel. Rodrigo sonrio. Sus nuevos companeros, contagiados por el gesto, parecian estar orgullosos del trabajo efectuado

  • El Cuadro De La Sirena de Andrea P. Munoz

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    Bonnie le miro sonriendo desde la proa. Los ojos castanos le brillaban con un jubilo que hacia tiempo habia creido perdido. Sus cabellos rojos danzaban alrededor de su rostro iluminando el paisaje como la cabeza encendida de una cerilla. Las comisuras de sus labios se ensancharon formando una gran sonrisa. El chico que le acompanaba pensaba que no habia cosa mas hermosa que ella. La miro absorto como si esta fuera una sirena y el un simple marinero sin posibilidad de huir de su embrujo. --Esto es maravilloso --pronuncio Bonnie deleitandose con la brisa, con las olas que rompian en el balandrajo[1] y el perfume salino que se pegaba a su piel. El chico la abrazo con fuerza. Le acaricio los cabellos y la beso dulcemente. Los labios de el sabian a mar. Siempre habia sido asi. Hasta llevaba el mar en su nombre. Moray [2] . Bonnie susurro para si el nombre de su marido. Se besaron de nuevo mientras las olas mecian la embarcacion. La joven pelirroja se habia quedado embarazada del chico a los diecinueve anos y a pesar de que nadie habia apostado por ellos, ahi estaban. Cinco anos despues y celebrando su primer aniversario como marido y mujer. Con una familia preciosa. Una punzada de tristeza cruzo el pecho de la joven. No estaba acostumbrada a estar lejos de su hija y aquel dia la habia dejado al cuidado de sus suegros. A la pequena le pusieron Yvaine que en gaelico se traducia como estrella de la manana. Era una nina muy bonita. Su rostro pecoso le recordaba a una sandia, redonda y con pequenas semillas. Habia heredado el fuego en su cabello y la mirada de su padre. Tenia cinco anos y apenas balbuceaba unas pocas palabras. Cada manana Bonnie la levantaba, le masajeaba las articulaciones, le daba su medicina y le preparaba el desayuno. Despues, y con bastante dificultad, la banaba en la banera de ceramica mientras Yvaine se retorcia y aparecian las primeras convulsiones. El siguiente paso era vestirla. En ese punto, a menudo Bonnie se enfadaba pues su hija se negaba a ponerse la ropa que le habia elegido y se frustraba en silencio porque la nina era incapaz de meter un brazo por la manga del jersey. Una vez vestida, le ponia los dibujos animados en el televisor o bien le tendia alguna pintura que esta agarraba con dificultad. A Yvaine le gustaba pintar y su color favorito era el verde. Podia pasarse horas rayando una hoja en blanco con un crayon verde esmeralda o en su defecto azul. El color azul era su segundo color favorito. El tercero aun no lo habia descubierto. Mientras ella pintaba, Bonnie limpiaba la casa y preparaba la comida solo para ellas pues Moray no llegaba hasta la noche. A veces incluso tenia que ausentarse varias noches seguidas. El trabajo en alta mar era asi. Los pescadores paraban su trabajo durante la epoca de tormentas pero pasaban largas jornadas fuera de casa cuando el mar respondia a sus demandas de abadejo[3] y crustaceos. Por la tarde, la chica paseaba a Yvaine en una diminuta silla de ruedas. Visitaba la fruteria o cualquier otro establecimiento en el que tuviera que comprar. A la vuelta del paseo senalaba el mar. "Tu papa esta ahi, luchando contra monstruos marinos para volver con nosotras", decia. No sabia si su hija la entendia o no pero esta se quedaba mirando el mar con absoluta fascinacion infantil. Cuando regresaban a casa, Bonnie estaba siempre cansada. Aun asi le daba la cena a su pequena, le ponia el pijama y la arropaba en su cama mientras le contaba un cuento. A Yvaine le habian diagnosticado paralisis cerebral infantil (PCI) que afectaba tanto a sus funciones motoras como neurologicas pero no la hubiera cambiado por nada del mundo. Para ella era una nina sana. Normal. Una nina feliz y risuena que llenaba de dicha su corazon. Por supuesto, criarla suponia muchas veces que se levantase con ojeras, con los musculos rigidos y tan agotada como la noche anterior. Pero Yvaine era su estrella. Su estrella de la manana. --!Mira! Moray senalo la boveda celeste protegiendo a su esposa del frio con los brazos. Rodeandola con extremada ternura. Las estrellas habian comenzado a aparecer por encima de sus cabezas. Estas brillaban con fuerza y ambos se quedaron admirandolas un rato pese a la frialdad del norte. Sin embargo, las estrellas no duraron mucho en el cielo pues su brillo fue disminuyendo hasta desaparecer. Por completo. Una a una. Parecia que el barco flotase en mitad de la nada. Entre un mar oscuro y un cielo tan negro como un abismo. El joven no recordaria mucho a partir de ese momento. Tan solo pequenos fragmentos. Imagenes confusas del peor momento de su vida. La nubes negras; Los rayos; Observar el barografo[4] con sorpresa; Las embestidas de las olas; El grito de Bonnie; El miedo en la mirada de ambos; El casco partiendose en dos, separandoles en el acto. Las astillas que saltaban de la madera; El agua que arremetia sin piedad; La lluvia que le impedia ver con claridad; La sal de su boca. Pero lo que Moray nunca podria olvidar fue ver los destellos rojos de una melena de sirena hundiendose en el mar. 2 2013 Crail. Escocia. Aisla tenia sesenta y tres anos y toda una vida de recuerdos a su espalda. A menudo, los recuerdos se agolpaban en su pecho y le impedian dormir. Como aquella noche. Se desperto y bajo las escaleras agarrada al pasamano. Sus pasos cansados deambularon por el pasillo en plena penumbra. Penso que lo mejor seria hacerse un te. Una tila quiza le viniera bien a sus nervios. Encendio la cocina de gas y puso una tetera a hervir. Mientras el agua bullia, sus ojos se desviaron hasta una lata metalica de galletas abollada y descolorida. Normalmente su mirada siempre evitaba aquel rincon pero esa noche no tenia fuerzas. Cada dia que pasaba la anoranza por lo que una vez sintio se hacia mas y mas honda. Sin apenas ser consciente de ello, sus dedos alcanzaron la lata del estante. A Aisla se le empanaron los ojos mientras sacaba las cartas que tenia escondidas. Habia pasado casi toda una vida guardando aquellas palabras de juventud. Su memoria reconstruyo la mirada de un muchacho. Unos ojos aguamarina como la pintura que manchaba los dedos del chico. Aisla casi podia verse en aquel ano de 1964 con aquel vestido claro de volantes ondeando sobre las rocas. La tetera empezo a silbar y la anciana la aparto del fuego. Despues apago la cocina de gas y se sento en la salita llevandose la infusion y las cartas con ella. La luz de las estrellas entraba debilmente a la casa a traves de las cortinas de encaje. El viento, por su parte, llamaba a la ventana golpeando los cristales. Aisla leyo toda la noche o al menos, todo el rato que pudieron sus ojos abnegados en las lagrimas antes de quedarse dormida en su butacon amarillo como la piel de un limon. Desperto con las cartas aun en su regazo y el foso de la infusion pegado a la taza en pequenos granulos oscuros. Fuera tocaban a la puerta y desde la ventana donde antes la visitaba el viento del Norte era ahora el sol vespertino quien inundaba la estancia a traves del cristal. La anciana se levanto renqueante y con la rodilla dolorida. Los anos no pasaban en balde. Guardo las cartas en la lata de galletas con toda la prisa que pudo darse pensando en la visita que la esperaba. Su hija y su nieta habian conducido desde Edimburgo hasta la costa de Fife para llegar ahi con la intencion de pasar unos dias con ella. Aisla se sentia agradecida por tener a su lado a Effie y a la pequena Sheena. Habia volcado en ellas todo el amor que la propia anciana no pudo obtener de su familia cuando era joven. Abrio la puerta y enseguida se vio rodeada por unos brazos fuertes pero delgados como raspas de pescado. --!Mama! Que alegria verte --saludo Effie abranzandola con fuerza--. ?Como estas? Effie se subio las gafas de sol para contemplar mejor a su madre. La anciana tenia el rostro delgado surcado de arrugas y su cuerpo menudo estaba cobijado bajo un camison holgado. El cabello cano, que aun guardaba en sus hebras algun que otro destello dorado, caia a un lado del hombro, trenzado como una espiga de trigo. Sus ojos, antes de un azul intenso, estaban levemente empanados por las cataratas. --!Abuela! --exclamo su nieta mientras arrastraba una maleta con ruedas. Aisla abrio los ojos de par en par sorprendida de lo mucho que habia crecido la joven en los ultimos meses. Sheena era toda un mujer con sus diecinueve anos recien cumplidos. Alta. Pelirroja. Iris azul como el mar. Aun asi se mostraba emocionada por visitar a su abuela. Al contrario de lo que cualquier persona de su edad sentiria confinada al pueblo pesquero de Crail sin nada que hacer ni pubs sofisticados donde beber. Crail era un laberinto de casas de piedra de una o dos plantas que llegaban casi al muelle donde las embarcaciones dormitaban. Entre el aroma salino y la fragancia de las flores que abundaban entre sus calles, se escondian pequenos cafes y pintorescas tiendecillas. La guinda de aquel pueblo escoces era su mercado con la captura fresca que el mar traia consigo. A Sheena le gustaba aquello. La tranquilidad que se respiraba en el ambiente. Por supuesto, lo que mas le gustaba era convivir con su abuela bajo los techos de aquella casa de piedra clara con los postigos azules, el tejado rojo y su puerta pintada de amarillo. Su abuela siempre habia fomentado el lado artistico de la chica. Le gustaba contarle cuentos, incluso ahora cuando ya no era una nina. Siempre que ella iba a visitarla a su casa esta le ofrecia una taza de te y una historia como quien ofrece una galleta de mantequilla o una porcion de tarta. Y Sheena absorvia esas palabras como una esponja de bano. Las dejaba inundar su mente y las historias se quedaban alli tanto como pudiera recordarlas. Su historia preferida era el cuento de la sirena. La joven recordaba a su abuela sentada en su silla de madera blanca pintada a brocha ancha por ella misma. Recordaba que el salon olia siempre a una mezcla de te negro y sandalo. Tambien recordaba la voz de Aisla que se elevaba por encima del pitido de la tetera. Habia una vez… decia siempre. Pues era asi como comenzaban todos sus cuentos. Como comienza cualquier cuento. Cuando era pequena, Sheena se sentaba en su regazo y jugueteaba con su collar de perlas de nacar. En una ocasion, de tanto retorcerlo, el hilo se rompio y las perlas se dispersaron por la alfombra. La anciana nunca le regano por eso. "Podemos arreglarlo" dijo, "haremos un collar nuevo y quedara mas bonito que el anterior. " Aisla nunca trato a la nina con malas palabras. Nunca le dijo "Sheena deja eso", "Sheena no comas mas tarta", "Sheena, ahora no puedo contarte un cuento". Ella nunca le nego nada. Ninguna historia. Incluso de adulta no podia hacerlo. Sheena era su consentida. Ella lo sabia. Su madre lo sabia. Todo el mundo sabia que Sheena era su ojito derecho. --Pasad, pasad. No os quedeis en la puerta --pronuncio Ailsa olvidandose de la lata de galletas. Olvidandose del dolor y los secretos de antano. Todo lo que importaba es que estaba ahora con su hija y su nieta. Era feliz. Effie cerro la puerta despues de dejar pasar a su hija Sheena. Enseguida, las tres se pusieron a arreglar las habitaciones de arriba mientras charlaban acerca del dia a dia que ambas vivian en la ciudad. Aisla pregunto por su yerno, Archie Scott, que se habia quedado al cuidado del Tea House. La anciana no habia visto el salon de te de su hija salvo por las fotografias y siempre que podia preguntaba por el negocio pues sabia que para Effie era muy importante. Terminaron de acomodar los dormitorios y de ponerse al dia casi a la hora de comer. Sheena y su abuela estababan en el comedor esperando a que Effie terminase de cocinar su famoso Scotch Broth [5] . Para Effie, cocinar en Crail suponia mas tiempo y esfuerzo puesto que no estaba familiarizada con las cocinas antiguas de gas frente a la electrica que tenia en Edimburgo. --Recuerdas… --Sheena comenzo a hablar intentando llenar el silencio de la casa--. ?Recuerdas aquel cuento de hadas que me contabas siempre? ?Ese que trataba sobre sirenas? La anciana dio un respingo. Aquello le habia venido por sorpresa. Parecia que el recuerdo del muchacho que conocio en el muelle de Anstruther hacia ya decadas se resistia a irse. Aferrandose con unas y dientes a su presente. Asintio. Por supuesto que recordaba aquella historia pues siempre le habia recordado al chico. Aisla carraspeo antes de llenar el acogerdor salon de la casa con su suave voz. Habia una vez --Murmuro justo antes de hacer una pausa para beber de su taza azul anil--, un palacio de coral y nacar, de piedras preciosas y algas de mil colores que resplandecia bajo el oceano como la luz de un faro. Este era el hogar de las sirenas. El corazon de aquel mar gelido e inmenso. Las sirenas eran criaturas mitad humanas mitad pez cuyas colas irradiaban a las olas del color del arcoiris. Sus escamas eran duras y brillantes como las esmeraldas y portaban en sus cabellos pequenos tesoros como perlas, corales, estrellas de mar y oro. Gobernaba sobre todas aquellas profundidades, un joven principe de ojos azules como el mar que le pertenecia. El joven sireno era un aventurero nato y descubrio muy pronto los placeres que le producia observar los barcos de la superficie. Un dia asomo la cabeza y vio a una joven pintar a carboncillo en una cuartilla de papel. Se enamoro. Tanto de aquella joven como de la pintura. Compartio charlas con ella a la luz de la luna junto al puerto cada madrugada. Ella en tierra. El en mar. Ambos se amaban pero nada podian hacer para estar juntos. Eran de mundos distintos. Hasta la pintura se le escurria de las manos al principe pues el agua no era un buen medio para que sobreviviera el papel. Se dijo que su corazon tampoco sobreviviria mucho tiempo alli. Una noche en que ambos se separaron despues de un romantico encuentro, el joven pidio a las estrellas ser humano para asi estar con su amada. No sabia que ella habia deseado aquella misma noche ser sirena para entregar su corazon al mar. Ambos desearon estar juntos y aunque hicieron lo imposible, siempre se mantenian separados. Pese a su deseo de encontrarse, ella acabo en el mar; el en tierra. Convertida en sirena, la joven vio que era inutil resistirse a los hados. El destino le habia quitado lo que mas amaba y no lo soporto. Olvido. Pidio a los dioses que se deshicieran de su memoria y el tiempo acabo por convertir aquella sirena en piedra. El joven principe, transformado en humano y sin hogar, vago por el mundo pintando sirenas sobre sus lienzos. Esperando asi el regreso de su amada con cada pincelada. A Sheena siempre se le rompia el corazon. Mas de una vez habia querido preguntarle acerca de la historia pero nunca encontraba las fuerzas. Aquel tragico cuento la impresionaba demasiado para poder pronunciar palabra alguna hasta pasado un rato. Pero la pelirroja ya no era una nina que se hubiera quedado sin habla. --?Y despues que paso? --pregunto Sheena esperanzada por la posibilidad de un final feliz todavia no descubierto. Aisla la miro con ojos graves y tristes. Parecia que, como en un hechizo de cuentos de hadas, hubiera envejecido cien anos de golpe. Le temblaron ligeramente las manos e hizo todo su acopio de fuerzas para no derrumbarse. El aroma a verduras floto en el ambiente. Pronto estaria terminada la comida y despues la anciana iria a su cuarto a descansar. Descansar de una noche dormitando en el sillon y relajarse por las emociones que no habia previsto tener aquella manana. --?Despues? --susurro con la boca pequena mirando fijamente a su nieta. Aun dirigiendo su vista a Sheena, era a el a quien veia. A aquel muchacho jovial, noble y leal que habia conocido en el muelle durante su juventud. Hablo, mas consigo misma que con su nieta--. Despues no paso nada.

  • Los Medici. Una dinastia al poder de Matteo Strukul

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    “Florencia, 1429. A la muerte del patriarca Giovanni de Me-
    dici, sus hijos Cosimo y Lorenzo se encuentran al frente
    de un autentico imperio financiero pero, al mismo tiempo,
    cercados por enemigos acerrimos como Rinaldo degli Albizzi
    y Palla Strozzi, exponentes de las mas poderosas familias
    florentinas.
    Valiendose de su inteligencia y su ausencia de prejuicios,
    los dos hermanos conquistan el poder politico, hallando
    el equilibrio entre un implacable sentido de los negocios
    y el amor por el arte y la cultura.
    Mientras los trabajos para la construccion de la cupula de
    Santa Maria del Fiore se ejecutan con la direccion de Filippo
    Brunelleschi, los adversarios de siempre continuan
    tejiendo sus tramas. Entre ellos se halla tambien una mujer
    de infinita belleza, pero de peligroso encanto, capaz de
    atrapar el corazon de un hombre.
    Entre homicidios, traiciones e intrigas de palacio, esta novela
    narra la saga de la familia mas poderosa del Renacimiento,
    el inicio de su ascenso a la Senoria florentina en
    una sucesion de intrigas y giros inesperados que tienen
    como protagonistas a capitanes sin escrupulos, envenenadoras
    fatales, sanguinarios mercenarios suizos… y muchos
    otros personajes que mantendran al lector pegado a sus
    paginas.”

  • La Reina (Hermanas MacBride 1) de Kira Freitas

    https://gigalibros.com/la-reina-hermanas-macbride-1.html

    Libro 01 de la Trilogia de las Hermanas MacBride

  • La version de Emily de Carolina Gattini

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    Emily Jhonson, ha tenido el desproposito de prometerse con Lord Thomas Henry Bradbury, hijo de Lord Arthur Bradbury, septimo duque de Hampshire. Algo que el duque no va a permitir por ningun medio, ya que considera a Emily una cazafortunas; aunque entiende perfectamente por que su hijo se ha prometido con ella, es una joven hermosa que podria embaucar con sus encantos a cualquier hombre. Pero el la va a desenmascarar, asi como todo lo que oculta, aunque para ello tenga que traspasar los limites de la moralidad victoriana.

  • Si te tientan mis labios (Los Hijos de la Infamia 2) de Eleanor Rigby

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    En el ajedrez y en el amor, siempre es la reina quien protege al rey…

  • Te amare toda la vida de Susana Oro

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    Cuando Sami Ferguson se enamoro era demasiado joven. A pesar de su corta edad ella estaba segura que seria para toda la vida. Lo que no se imagino fue lo doloroso e injusto que podia ser el amor, ni las dificultades que tendria que soportar porque los dos eran de clases sociales diferentes. Sami era la hija de Rosi, la empleada domestica de la familia Arias, y Magda Arias no iba a permitir que su hijo Alvaro perdiera la cabeza y el brillante futuro que tenia por delante por culpa de sus ridiculos sentimientos por la hija de su sirvienta.
    Alvaro Arias se enamoro de Sami cuando ella era demasiado ingenua e inocente. El sabia que tendria que esperar que ella creciera para concretar ese amor que les llego demasiado pronto.
    Cinco anos despues los dos se reencuentran, y Alvaro esta convencido que ese es su momento con Sami. Pero nada salio como el se lo habia imaginado.
    Odios, culpas, resentimientos del pasado y celos seran los obstaculos que se interpondran en la vida de los dos.
    ?Podran Sami y Alvaro sortear tantos escollos, olvidar las culpas y perdonar los errores? ?Podra el amor superar tantas pruebas?

  • El despertar de Bella de M. C. S

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    ?Que harias si te despertaras de un coma cinco anos despues y descubrieras que otra persona esta viviendo tu vida?
    Mayra Costa acaba de despertarse de un coma. Ella recuerda que estaba a punto de dar a luz a su hija y que estaba casada con Victor, su amor desde la universidad. Al despertarse aturdida en un hospital, no tiene idea de que paso cinco anos en coma y perdio todo el crecimiento de su hija. Decidida a recuperar el tiempo perdido, Mayra descubrira que aunque los anos no han pasado para ella y que mantiene los mismos sentimientos del pasado hacia Victor, descubrira que no le ha sucedido lo mismo a su esposo.
    Al principio ella quiere recuperarlo, a pesar del hecho de que el la ha lastimado profundamente, pero a veces renunciar al pasado y darle la oportunidad a un nuevo amor y ganarse el corazon de su hija sera la unica forma para que Mayra cure las heridas que muchos han causado en su corazon.

  • Beauty Too (2a parte) de Susana Rubio Girona

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    Eran las siete menos diez de la manana y estaba en el portal, preparadisima para nuestra escapada a Sort. Mire mi maleta rosa fucsia y automaticamente pense en Javi. El me la habia regalado al principio de nuestra relacion y con ella hice varios viajes; Berlin, Roma, Praga y ?alguno mas? Si, claro, salidas varias por nuestra hermosa tierra. Habiamos ido a la Rioja, Pais Vasco, Madrid... Me faltaba Paris, era mi viaje pendiente. Desde que lo habia dejado con el, no habia ido a ninguna parte y pense que era hora de cambiar aquello. Quizas despues de Navidades podria irme unos dias por ahi... ?pero sola? Jamas lo habia hecho... y no sabia si me sentiria comoda. Podia proponerselo a alguien... -- Buenos dias -- Sebas me devolvio a la realidad con su voz grave. Le di un repaso rapido: vaqueros y sudadera gris. El pelo medio largo alborotado y sus ojos increibles puestos en mi. Que guapo era el maldito. -- Buenos dias -- respondi apartando mi vista y mirando hacia la carretera para ver si venia Marco y no alargaba demasiado aquella incomoda situacion. Estuvimos en silencio, como dos autenticos desconocidos. Pense en que era una lastima estar asi con el justo ese fin de semana pero o era eso o acabaria en su cama. Sebas tenia razon en decir que debia aclarar mis pensamientos y queria ser justa y madura. No podia ir dejandome llevar por ellos y justificarme a mi misma con ideas vagas sin sentido. -- ?Que tal tu semana? -- rompio el hielo y me sorprendio. -- Bien, trabajando... -- ?Alguna novedad? -- le mire a los ojos y vi que lo decia intencionadamente. ?Hasta donde debia ser clara con el? El lo era mucho, no se cortaba cuando me explicaba segun que cosas. ?Por que yo no podia hacer lo mismo? -- Lucas quiere dejar a su mujer, aunque va a esperar para decirselo. Asi que no digas nada. Apreto sus dientes y alzo una ceja asintiendo con la cabeza varias veces. -- Asi pues, la cosa va en serio. -- No es por mi -- nada mas decirlo me sono idiota el argumento. -- Sera por mi, entonces -- dijo con una notable ironia y me entraron ganas de reir pero me aguante las ganas. -- Sebas te lo he dicho porque no quiero malos entendidos. Lo sabes, igual que yo, y punto. -- ?no pedia siempre sinceridad? Dos tazas. -- Muy bien. ?Y ese punto que significa? -- Que todo sigue igual -- le dije, tranquilamente. Me miro pensativo. -- ?Vamos a tener que retarnos en duelo? Lo mire sin poder no sonreir. Menuda tonteria... -- Lo digo para ir preparando las pistolas. Al final no sabia si reir o mandarlo a paseo y opte por lo primero. Sebas tambien medio sonrio y me gusto que lo hiciera, estar tan serio no le pegaba nada. Su preciosa sonrisa era un rasgo muy caracteristico en el y algo que me dejaba a menudo embobada... -- ?Bea? -- Su voz me saco de ese estado catatonico. Afortunadamente llegaron en ese momento Marco y los demas en un BMW enorme y nuevecito. Me sente al lado de Ari y empezo la chachara nerviosa por el viaje a Sort. Paramos a medio camino para hacer un cafe y cambiar de conductor. Sebas se ofrecio y de ese modo pude ir observando su pose y sus gestos al conducir. Aproveche para analizar sus rasgos y recrearme recordando las veces que me habia besado y las cuatro ocasiones que habiamos estado piel con piel. La primera en mi cocina fue puro sexo, sin mas adornos. Aunque sexo del bueno, tenia que reconocer que era un figura en el arte amatorio. No hubo tiempo ni de ir a la cama, fue un pillo aqui te mato pero de diez. Uno de aquellos polvos que recordaria toda mi vida por sexual y morboso. La segunda en el parking... me provocaba verguenza todavia; me veia apoyada en su coche, con el vestido subido y el empujando. Me gusto claro, pero fue algo que no repetiria, creo... De la tercera habian transcurrido pocos dias... Buf, en su cama, y me habia hecho el amor, el mismo lo habia verbalizado de ese modo. Cada vez lo tenia mas claro: yo sentia algo por el. Me mordi el labio al recordarlo. Mi ropa cayendo despacio a mis pies, el olor a sexo en su habitacion, piel con piel... todavia oia sus gemidos. Y la cuarta fue en su cocina, en la silla, y fue solo sexo, si, pero un sexo complice y lleno de confianza. Como cuando tienes pareja y lo haces en plan salvaje, sabiendo que hay un trasfondo en todo aquello. -- Bea, hemos llegado -- me dijo Ari dandome un codazo -- Deja de babear -- murmuro sonriente. -- Muy graciosa -- le dije saliendo del coche. El paisaje habia ido cambiando continuamente y ahora estabamos en medio de la naturaleza, repleta de arboles, de nieve y frente a una casa de madera bastante grande y con un tejado de pizarra. La casa estaba rodeada de montanas junto al pueblecito de casas de piedras. Eran casi las diez y media de la manana, y un senor nos esperaba para entregarnos las llaves. Le saludamos amablemente, nos dio algunas indicaciones y nos despedimos con ganas de entrar. Su interior no nos decepciono; el suelo, las vigas, todo era rustico y acogedor. Fuimos recorriendo las estancias y Martina y yo dejamos nuestras cosas en nuestro correspondiente armario. Lo hicimos con rapidez porque la idea era subir a pistas cuanto antes. Nos cambiamos de ropa y Marco y Sebas prepararon su material. Eran los unicos que esquiaban asiduamente y que tenian su propio equipo. Seguidamente subimos a Port-Aine, nos sacamos los forfait y alquilamos el material necesario. Alejandro y yo, que eramos los que no sabiamos esquiar, decidimos compartir un monitor. Sebas se habia ofrecido dias atras pero no me habia dicho nada mas ni yo hubiera querido tenerlo de profesor. Con todo, tocamos nieve ya bien tarde, eran poco mas de las doce y quedamos que a las dos bajariamos a la cafeteria para picar algo. El monitor que nos toco era como todos; muy moreno, con la marca de las gafas en su cara, de ojos azules y muy joven. ?Tendria los veinte? Era guapillo si, pero un crio, claro. -- ?Tendra la ESO? -- le pregunte a Alejandro chismorreando mientras le seguiamos hacia la zona de los aprendices. -- Se ve joven, ?no? -- ?Nos fiamos? -- nos reimos y el muchacho no dijo nada. Se llamaba Francisco y juro que a los dos minutos empece a llamarle "Franco", la madre que lo pario al enano. Menuda mala leche gastaba y de bromas ni una. Serio como un garrote. Eso si, despues de dos horas duras de batallon con el, Alejandro y yo empezamos a deslizarnos y a defendernos entre la gente en las pistas verdes y azules, lo que era ya un gran logro para nosotros. Al despedirnos de el, le dimos las gracias. -- Por cierto Bea -- le sonrei -- Tengo la ESO. Nos reimos los tres a carcajada limpia aunque yo me puse roja como un tomate, era algo tan comun en mi que incluso a veces ya no le daba importancia. -- Perdona Franc -- le dije aun riendo. -- Te perdono si me invitas a un cafe mas tarde. -- Sus ojos de nino se clavaron en los mios y le sonrei amablemente. Ostras, con la juventud, como subia... -- Gracias pero es que voy con amigos, ya sabes. -- Anda, vamos -- me echo una mano Alejandro -- Ahi vienen los profesionales. En aquel par de horas, no nos habiamos visto porque ellos habian ido por pistas mas complicadas, las rojas y las negras. Los cuatro sabian esquiar de sobras y venian muy sonrientes. -- Mira que ligarte al monitor Bea -- me dijo Alejandro bromeando -- Infanticida. Nos reimos los dos abiertamente. Sebas y yo nos miramos unos segundos largos. Estaba para comerselo; con aquello ropa, con la chaqueta medio abierta, las gafas en ese pelo revuelto, y con las mejillas rojas por el frio. Uf, era como un poster de esos tios buenos que habia en las revistas y lo tenia delante, era real y no podia tocarlo. ?O si? Fuimos a la cafeteria, andando con los pies molidos. Aquello era peor que llevar unas Manolo Blahnik de medio metro, lo juro. Que dolor en mis deditos. Nos cambiamos aquellas endiabladas botas por unas de nieve y nos sentamos en la mesa, satisfechos y cansados. La comida fue igual de amena que el viaje, hablando de todo y de nada, y con alguna que otra mirada entre Sebas y yo. Era imposible no hacerlo, me gustaba jolines, me gustaba mucho y lo tenia frente a mi.

  • Los Penword de Arlette Geneve

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    Una historia cautivadora, una saga familiar al estilo de Lo que el viento se llevo.
    La historia de Justin y Aurora, y la de Ian y Mary por fin juntas en un solo volumen.

  • El nino escondido de Rhys Bowen

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    Una carta. Una revelacion. Un viaje de descubrimiento.

  • La melodia del tiempo de Jose Luis Perales

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  • Magia Blanca (Novelas del Tarot 3), Malala Macaroni de Malala Macaroni

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  • Un Rostro en la Multitud de Stephen King & Stewart O’nan

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    Desde la muerte de su mujer, Dean Evers se pasa las tardes apoltronado en el sofa viendo partidos de beisbol. Durante una de estas tardes solitarias, mientras mira un partido de los Devil Rays contra los Mariners, la vision de una figura entre las gradas lo saca de su letargo. Dos filas detras de la multitud, en el asiento asignado a un invitado especial, alguien le mira fijamente desde el otro lado del televisor. Es el rostro de una persona de su pasado, de hace decadas, de alguien que no deberia estar en un partido de beisbol ni tampoco en ningun lugar de este planeta. Y asi empiezan a desfilar por la pantalla personas de su pasado. Hasta que un dia aparece la mas terrorifica de todas...

  • Muerte contrarreloj de Jorge Zepeda Patterson

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    Cuatro incidentes en el Tour de Francia han alertado a la policia: un atropello, un violento asalto, una sospechosa intoxicacion y un supuesto suicidio. En mas de un siglo nada habia alterado el orden de uno de los eventos deportivos mas importantes del mundo hasta ahora que es evidente que hay un asesino en el peloton de corredores.
    Marc Moreau, miembro clave del equipo cuatro veces campeon, es reclutado para seguir de cerca las huellas del culpable. Marc sabe que con tal de ganar una etapa del Tour, hay ciclistas dispuestos a morir en descensos suicidas a mas de noventa kilometros por hora; pero ahora tambien hay algunos dispuestos a matar para conseguirlo.
    En una competencia que parece destinada a la desgracia y en la que todos los involucrados se convierten en victimas y culpables, Moreau tiene frente a si la oportunidad de su vida y, al lado de Fiona -su novia y jefe de mecanicos- y Steve Panata -su mejor amigo y cuatro veces campeon-, tendra que decidir entre la traicion, el triunfo o incluso la muerte en una frenetica batalla en solitario contra el cronometro.

  • Yo si que como 1 de Patricia Perez

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  • La chica evanescente (Vanishing Girl 1) de Laura Thalassa

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    Cada noche un nuevo destino, una mision arriesgada y una atraccion en aumento

  • Alberto de Diego Schurman

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    <>
    Del prologo de Diego Schurman

  • La consentida de la Reina de Sophie Saint Rose

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    Lady Marian Andover, ahijada de la Reina Victoria, antes de su presentacion en sociedad conoce al Marques de Brentwood en un baile de mascaras poco recomendable. Encandilada por el atractivo libertino decide que sera su marido. Tanto si quiere, como si no.

  • Dominada de Sheila Maldonado

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    Frederick Valverde, escritor y musico, atormentado por un pasado siniestro, busca en el sexo la liberacion de sus penas. Se sumerge en ambientes lascivos liberando sus propios demonios. Se encuentra en uno de sus conciertos con una mujer muy especial que se convierte en su musa, pero que sin pretenderlo, la arrastra a sus infiernos. En Venecia la adiestra para que sea su esclava y ella accede a ser su mejor discipula

  • Llevame Siempre Contigo (Llevame contigo 3) de Yara Ariza

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    Jannice Hernandez tiene la mala fama, entre sus amigas, de siempre llegar tarde a todos lados. No se permite salir de casa sin estar bien arreglada, nunca se sabe a quien pueda encontrarse.

  • El reflejo oscuro de un caballero de Margaret Hacklename

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    Dos trovadores y un viaje increible camino de una de las batallas mas importantes de la Reconquista. Una novela de una calidad exquisita que te dejara boquiabierto de la primera a la ultima pagina.

    Un viaje iniciatico en el que Bernat de Carcassona y Giraut del Luc encontraran en el camino el amor, el desamor, la traicion y la muerte.

  • Venganza (El Diablo sobre la isla 2) de Joan Pont Galmes

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    Carlos, el asesino profesional adicto a la morfina que sembro el panico en la isla de Mallorca varios anos atras, recibira en esta ocasion un encargo muy especial de una fundacion estadounidense: ejecutar la denominada “justicia historica”. Aceptara el trabajo a reganadientes impactado por la fotografia de una mujer, Maria Garcia, a la que debe vengar, con la esperanza de de lograr olvidar a Elena y de reencontrarse algun dia con su desconocida hija Macken. Esta vez ira acompanado de Esther, que se cruzo en su vida de una manera fortuita y con la que formara un vinculo sangriento que recorrera varios continentes. Carlos, siempre pendiente de si mismo, no adivina que acaba de crear un monstruo peor que el.

  • Anos de sequia de Jane Harper

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    Volver a Kiewarra, pequena comunidad al sureste de Australia, es lo ultimo que el investigador de delitos financieros Aaron Falk desea. Y no solo por el sol abrasador y la sequia pertinaz que han dejado al ganado famelico, a los granjeros desesperados y a la poblacion desquiciada, sino tambien por el temor a que su presencia reavive las heridas que su precipitada partida dejo abiertas veinte anos atras. Sin embargo, cuando le comunican que Luke Hadler, su amigo de la infancia, y su familia han muerto de forma violenta, presuntamente en un acto de parricidio y posterior suicidio, se siente obligado a regresar.
    Recibido con manifiesta hostilidad, Falk se propone no quedarse mas de un par de dias, pero las suplicas de los padres de Luke para que intente aclarar las circunstancias de la muerte de su hijo haran que reconsidere su decision. Asi, mientras colabora de forma extraoficial con el sargento Greg Raco, el jefe de policia local, Falk se vera obligado a encarar los fantasmas de su oscuro pasado y a enfrentarse al odio visceral que todavia le tienen algunos vecinos del pueblo.

  • El expediente Vaterland de Volker Kutscher

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    Una nueva entrega de Babylon Berlin, la saga del detective Gereon Rath ambientada en el Berlin de los anos treinta.

  • Noches magicas de Maureen Child

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  • Rendicion de Magenta Perales

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    Un secuestrador. Y un artista.
    Pero Alicia se resistio...
    ... a ser su nueva obra.

  • Destruccion 2 de Monika Hoff, Norah Carter, Patrick Norton

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    No era mi cuerpo. No, tampoco era la sombra de un pajaro. Ojala lo fuese. Ojala hubiera tenido esa libertad que tanto anoraba en esos animales para volar alto y desaparecer de este jodido mundo. No podia decir que estaba confusa. No. Yosabia con claridad lo que habia sucedido en mi vida, loque me habia llevado a ser esa mujer engreida y vanidosa durante tantos anos. Llevaba varias semanas en Irlanda. No tenia contacto con nadie. Ni siquiera habia tenido la valentia de coger algunas llamadas de Jess. Ahora yo habia elegido esa vida de soledad y de retiro. Nunca imagine que eldineropudiera hacer tanto dano en una persona. No era la primera vez que pensaba en el mal uso que le estaba dando a la fortuna de mi padre. Podia haber ayudado a mucha gente que lo estaba pasando francamente mal con un poco de esos ingresos que semanalmente llenaban mi cuenta corriente. Pero hay algo que hace que las personas vanidosas lo sean, que sean codiciosas y que solamente piensen en si mismas. Y se trata de la falta de generosidad. Lo vi en James, en mi hermano, que malgastaba con voluntad el dinero de mis padres, y lo vi en mi, que solo pensaba en modelitos y en tratamientos de belleza. Para ser una persona vanidosa, lo que tienes que hacer es no pensar en el resto de la humanidad, sino solo en ti. Ahora me daba cuenta, lejos, muy lejos de Brad y quienes podian haber sido unos amigos excepcionales, de que mi vida habia sido un puto desastre. Me martirizaba pensandolo una y otra vez. Aquella manana de lunes no sali de casa. Llovia. Aproveche para quedarme en la cama. Pensaba en montar algun negocio o en buscar trabajo para deshacerme de esa vida de excesos y pereza continuada que siempre habia llevado. Queria ser otra mujer. Mi separacion de Brad habia sido un punto de inflexion en mi vida. Que el hermano del que podia haber sido el hombre de mi vida hubiese sido atropellado, asesinado, por James, me ponia enferma. Estaba a punto de enloquecer. Quiza, lo unico positivo que habia detras de aquella tragedia es que yo podia renegar de mi pasado turbio y comenzar desde cero. Debia poner tierra de por medio. No desayune. Me levante a mediodia y me duche. No tenia ganas de meterme nada en el estomago aquel lunes. Ademas, no sabia cocinar nada. Solo habia comprado latas y platos precocinados desde que me instalara alli. Y aquello todavia me hacia menos apetecible acercarme a la nevera o a la encimera. Me prepare un te y estuve mirando por la ventana. Una pequena plaza con una diminuta arboleda era el paisaje que contemplaba desde mi salon, todo un lujo en aquella ciudad donde la neblina y una llovizna intermitente desdibujaban las fachadas de las casas que me rodeaban. ?Tenia miedo? Si, lo llamare miedo. Tenia miedo, no a comenzar, sino a recordar. Cada vez que recordara, sentiria el temblor, la nostalgia, la ausencia de Brad y de lo que podia haber sido el inicio de una vida feliz. Tenia miedo a tantas cosas. Ni siquiera tenia a Marlene ayudando en casa. No tenia a nadie con quien hablar, con quien desahogarme. Me ahogaba, pero era un castigo que merecia, maldita sea. Pese a la fina lluvia, decidi salir a dar una vuelta por la ciudad. Cuando una viaja por tantos lugares del mundo y duerme en los hoteles mas caros, termina por no darle importancia a las ciudades que visita. Lo que cambia un lugar es tu punto de vista, tu estado de animo, la compania. Yo siempre habia viajado sola o con James. Ahora me daba cuenta de que, si Brad estuviese a mi lado, Dublin me pareceria una ciudad maravillosa, pero ahora era otra de esas ciudades europeas que habia visitado sin que me emocionara significativamente. Me puse ropa deportiva. Queria pasar desapercibida. No queria que nadie se fijara en mi cuerpo, en mi rostro. Alli no era conocida. De hecho, no era conocida en ningun lugar delmundo, salvo por mi apellido McRay. Yo llevaba la sombra de mi padre alla donde fuese y eso era un estigma con el que James y yo debiamos cargar. Camine durante un largo rato por Grafton Street y curiosamente algo hizo que me detuviera delante de un escaparate. No tenia ganas de llenar mi nuevo armario con ropa cara. No me apetecia nada ir de compras. ?Donde me detuve? Fue delante de una libreria. No habia reparado en ella pese a haber pasado por aquel lugar decenas de veces las ultimas semanas. De nuevo fue un libro sobre pajaros la que me atrajo la atencion. Sin pensarmelo dos veces, entre. Compraria aquel libro donde una preciosa gaviota suspendida en el aire aparecia en la portada. Se trataba de un ensayo del prestigioso biologo Trevor Jones. Entre sin pensarmelo dos veces. Una anciana amable regentaba aquella pequena libreria. Me sonrio. Estuve hojeando diversos libros y algunos albumes infantiles que tenian unas ilustraciones preciosas. Aunque nunca habia sido proclive a leer, salvo esos libros sobre aves, decidi que no me vendria nada mal hacerme con una pequena biblioteca en casa. Seguramente contribuiria a darle un caracter mas acogedor y romperia con esa fria atmosfera que ahora tenia en su interior. Mientras me hacia con unos cuantos libros, entre ellos, ese ensayo sobre aves, alguien cruzo el umbral de la puerta de entrada, alguien que desperto mi curiosidad. Era un hombre que, seguramente, rondaba los cuarenta anos. No era un jovenzuelo, pero se notaba que se cuidaba muy bien. Su porte atletico y una mirada seductora enseguida hicieron que bajara la mirada. Me estaba poniendo muy nerviosa. ?Como podia sucederme eso? No sabia como reaccionar o comportarme. El magnetismo que despedia aquel hombre, cuya madurez y seguridad se notaban en su voz al hablar con la dependienta y en la eleccion de un traje gris, estaba en sintonia con esa actitud varonil que destilaba con cada gesto. Como lalibreria no era muy grande, enseguida se percato de mi presencia. Que idiota era. Estaba ante un tipo muy interesante y yo llevaba un chandal y unas zapatillas de deporte. Sin embargo,mi rostro estaba ahi, frente al suyo, en esa distancia justa y prudente en que dos personas pueden mirarse detenidamente sin que ninguno de ellos se sienta intimidada. Y eso hizo el. Fijarse en mi. Y yo me sonroje. Tenia claroque, a estas alturas, yo no creia en los flechazos y en nada parecido a enamorarse a primera vista. Si alguna vez experimente algo parecido a eso, fue con Brad. Pero creo que, a estas alturas, no me sentia capacitada para volver a experimentar algo asi. Pero he de confesar que la aparicion de aquel hombre en la libreria hizo que, por unos momentos, me olvidara de todo lo que habia sucedido en Manhattan, de todo lo que habia dejado alli. Imaginaba continuamente a Brad, aniquilado al saber que yo, a la que habia amado salvajemente, era la hermana de su mayor enemigo. Con atrevimiento y, sin saber por que, me dirigi al mostrador para pagar mis libros. El hombre habia comprado una antologia de cuentos orientales que la dependienta estaba envolviendo pacientemente. Estaba claro que era un libro para regalar. Al acercarme, senti su fragancia oscura y penetrante. Tenia gusto al elegir el perfume como habia tenido al elegir su indumentaria. Un corte de pelo refinado y algunas canas le daban un aire misterioso. Si me preguntais si me acordaba de Brad en aquel momento, os dire que no lo habia olvidado. Que aquel chico al que James habia destrozado su vida seguia en mi corazon y el hecho de que yo me hubiese trasladado a Dublin a vivir era la prueba fehaciente de lo que estaba diciendo. Pero la presencia de aquel hombre me tenia cautivada. En otro tiempo, ni siquiera lo hubiera mirado. Pero ahora que habia descendido al reino de los mortales, me encantaba recrearme en la belleza de la gente corriente. Habia escarmentado. Estaba harta de aquellas falsas amistades en los circulos de mi hermano y en esos ligues de una noche donde no habia ninguna diferencia entre un consolador y aquellos chicos de portada de revista. Fingi que no estaba interesada por la curiosa eleccion de aquella antologia de cuentos, pero el, sin embargo, no pudo evitar comentar algo sobre el libro que habia elegido. --No sabia que a alguien le pudiese interesar ese trabajo sobre aves -- manifesto con una voz suave y tersa. --Si. Me encanta leer sobre pajaros. --?Quien me iba a decir que una joven tan hermosa tendria esos gustos tan peculiares? --?A que se refiere con "peculiares"? -- pregunte seria, tratando de seguirle el juego. --No me malinterprete, senorita. Conozco al autor. --?De verdad? -- volvi a preguntar. --Si, ademas, es un tipo extraordinario. --No he leido ningun libro de el, solamente algunos articulos que ha ido publicando en Internet --dije con tono apagado. --No le va a defraudar si le gusta el apasionante mundo de los pajaros -- dijo el esbozando una leve sonrisa. --No se si se esta burlando de mi. --No me estoy burlando. Simplemente me encanta saber que hay personas que sienten pasion por estos temas. ?Es usted biologa? --Bueno, algo parecido -- menti con un tono enigmatico. El hombre volvio a sonreir y sus ojos parecian que querian leer algo en los mios. No sabia comointerpretar aquellas palabras y aquel tono que, aunque natural y espontaneo, no dejaba de tener un halo de seduccion.

  • Casanova de Katy Evans

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    El chico del que no deberias enamorarte Tahoe Roth es un seductor. Un chico malo. Nunca pasa dos noches con la misma mujer y, aun asi, no puedo evitar sentir algo por el. Pero Tahoe no quiere nada conmigo. Solo somos amigos. Sin embargo, cuanto mas tiempo pasamos juntos, mas me confunde. Y estoy segura de que acabara por romperme el corazon.

  • El serpenteante ser pensante de Julio Suarez Guerrero

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    Desventuras, perversiones, reflexiones y adicciones de un expatriado Millennial quien, fruto de una crisis existencial, decide emprender una nueva vida en Asia. Alli encuentra trabajo como agente inmobiliario de lujo en una importante multinacional con sede en el centro financiero de Shanghai.

  • El ultimo aliento de Karin Slaughter

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    A los trece anos, la ninez de Charlie Quinn llego a un brusco y desolador final. Dos hombres, con asuntos pendientes con su padre, que era abogado, irrumpieron en su casa y despues de esa terrible noche el mundo de Charlie no volvio a ser el mismo.

  • Boda con un extrano (Millonarios italianos 3) de Florencia Palacios

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    Tercera entrega de la saga millonarios italianos.
    La presente es una novela de romance, erotismo con cuotas de misterio y suspenso, distinta a las anteriores.
    Boda con un extrano.
    Una manana Isabella despierta en un hospital sin recordar nada, aturdida y con un fuerte dolor de cabeza, solo sabe que ha perdido la memoria y toda su historia parece atrapada en una especie de limbo.
    A su lado hay un hombre guapo y seductor, un italiano que lleva anillo de casado y la trata como a una reina.
    No sale de su asombro al enterarse que ese hombre es su marido.
    No puede creer su buena suerte. pues de repente recuerda que era una chica profuga y solitaria.
    Descubrir la verdad se convertira en su obsesion y tambien descubrir quien es ese hombre que dice ser su esposo y del que no puede recordar nada.

  • Entre el hielo y el fuego (Between 2) de Gema Martin Munoz

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    Segunda entrega de la serie Between.
    Ari lucha por recuperarse y estar bien de una vez. Sin embargo, sus pensamientos se lo impiden, queriendo controlar su vida. Ella sabe que esta haciendo sufrir a todos los que la rodean, pero no es consciente de sus propios actos. Alvaro necesita permanecer a su lado para demostrarle que todavia la quiere, aun sabiendo que se esta haciendo dano a si mismo, intentando ayudarla cuando ella desprecia su ayuda.
    Diego continua luchando contra sus sentimientos hacia su mejor amiga mientras su exnovia intenta convencerlo para que vuelva con ella, pero para el ya no seria lo mismo: ahora el sueno se lo quita otra persona.
    Y a Chris parece que le ha mirado un tuerto: su novio acaba de romper con el, en su casa las cosas no van bien y, para colmo, aparece en su vida alguien que consigue hacerle sentir bodas gitanas en el estomago.

  • Soy tu primera vez, Laurie Elizabeth Flynn de Laurie Elizabeth Flynn

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    En Milton High todos los chicos tienen algo en comun, por muy diferentes que sean entre ellos. Empollones, deportistas, raperos, frikis y los que pasan desapercibidos… Ese algo en comun tiene curvas y toda una historia detras de su melancolica sonrisa: Mercedes Ayres.
    Con un nombre extranjero y una familia que la tiene completamente olvidada (no conocio a su padre y su madre nunca habla con ella), Mercedes ha decidido ayudar a todas las chicas del instituto en su camino hacia la perdida de la virginidad y evitar asi que tengan una primera vez patetica. ?Como? Convirtiendose ella misma en la <> de todos esos chicos que estan a punto de hacerlo con sus novias. Evan, Tobby, Jeremy… Mercedes parece obsesionada con la idea de que toda chica tiene que tener una primera vez perfecta y sin <>.
    Aunque la idea de Mercedes era que no pasaria de cinco chicos, llega a diez y en estos momentos se esta acostando con el doce. Lo que al principio creia que era una acto de ayuda para que otras chicas no sufriesen lo que ella sufrio, se le va de las manos. Entonces se reencontrara con Zach, y Mercedes descubrira que los sentimientos pueden ser mas fuertes de lo que creia y que a veces es conveniente poner limites para poder vivir en libertad.

  • El corazon de la fiesta de Gonzalo Torne

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    Despues de heredar un enorme piso en el centro de Barcelona (una <>), Clara Montsalvatges decide reconvertirlo en un espacio donde cuidar a amigas que pasan una mala racha, ya sea profesional, amorosa o de salud. El verano llega, el espacio se vacia y en el piso de enfrente se instala una pareja de vecinos misteriosos que no tardaran en entregarse a desagradables discusiones a gritos. Un poco por miedo a la violencia y un poco por jugar, Clara convoca a su antiguo novio (de quien sigue dudando si es el hombre de su vida o una calamidad manifiesta) para que la ayude a <> la situacion mientras deciden que hacer el uno con el otro. Tras una noche de risas interrumpida por golpes y alaridos, Clara terminara allanando el piso de enfrente y se convertira (empujada por la curiosidad y en contra de su sentido comun) en la confidente de su vecina, que la arrastrara a un remolino de vivencias donde los origenes modestos se mezclan con la promesa del lujo, y donde el desprecio y la desconfianza compiten con la feroz alegria de las ambiciones, todo recorrido por la bendicion y la pesadilla del dinero: bienvenidos al mundo de Violeta Mancebo, la nuera del Rey de Cataluna. Planteada como una luminosa comedia romantica que no tarda en revelar su caustico interior, El corazon de la fiesta dibuja a partir de la historia intima de dos parejas las grietas de una sociedad tensionada por los sentimientos comunitarios y las diferencias de clase, el coctel explosivo que forman al mezclarse la nacion y el dinero. Propulsado por una prosa vibrante y desvergonzada, y por una mirada tan acerada como lucida, Gonzalo Torne ha escrito, con El corazon de la fiesta, su novela mas audaz, y una de las mas ambiciosas y pertinentes de los ultimos tiempos.

  • Perfectamente imperfecta (Unidos por el amor 1) de Fernanda Suarez

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    Primera entrega de la serie <>.

  • Atlantida de David Wood

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    ?Cual es la verdadera historia detras del legendario continente perdido de la Atlantida y que poder ejercen los atlantes? Cuando la arqueologa Sofia Perez descubre los restos de una ciudad atlante, involuntariamente le da a Dominio el poder de rehacer el mundo segun su propio diseno. Desde las profundidades del Caribe hasta las calles de Paris, a las islas japonesas y mas alla. Unase a los ex marines de la armada que se convirtieron en cazadores de tesoros, Dane Maddock y “Bones” Bonebrake, en una carrera para detener a Dominio de desatar su mayor amenaza en la mas emocionante aventura, !Atlantida!

  • Tu y otros desastres naturales de Maria Martinez

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    Harper ha planificado hasta el ultimo detalle de su futuro. Pronto acabara sus estudios y lograra el trabajo por el que tanto se ha esforzado. Tendra la vida que desea. Sin embargo, una triste perdida hara que su plan perfecto, aquello que creia querer mas que nada, se transforme de nuevo en confusion, dudas e inseguridades.

  • La otra lepra, Chufo Llorens de Chufo Llorens

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    La otra lepra es la historia de dos familias en la segunda mitad del siglo XX, un fresco historico lleno de claroscuros, una indagacion en los rincones del corazon humano, en los limites del odio y el sufrimiento.

  • Por encima de todo de Saint Rose Sophie

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    Hope suspiro mirando el techo y apreto con fuerza las sabanas cuando escucho un ligero ronquido. Lentamente volvio la cabeza para ver el perfil de su marido, que dormia placidamente a su lado sin tener ni idea de todo lo que se le pasaba por la cabeza. Dios, aquello era horrible. ?Como se le ocurria pensar que no le queria? Por supuesto que le queria. Martin era el hombre perfecto. Alto, moreno y el novio ideal durante sus seis meses de noviazgo. Atento, encantador y siempre estaba pendiente de ella. Los ojos verdes de Hope se llenaron de lagrimas y rapidamente se levanto de la cama para que no la escuchara llorar. Se puso su bata de seda beige sobre su camison y salio descalza sin hacer ruido por la moqueta que acababan de elegir. Camino por su enorme apartamento a oscuras y llego hasta el salon. Las luces de la noche de Nueva York iluminaban la estancia y ella miro por el enorme ventanal, abrazandose a si misma mientras pensaba en todos los acontecimientos que la habian llevado a ese estado. El sentimiento de culpa que tenia desde hacia dos meses, le oprimia el pecho y ya le estaba pasando factura fisicamente. Habia adelgazado y no dormia bien, porque cada vez que cerraba los ojos veia esos ojos azules que le remordian la conciencia. Todo habia empezado muy bien. Era la recien casada mas feliz de Nueva York y cuando volvieron de su idilico viaje de novios por Tailandia, su marido llego un dia a casa despues del trabajo para decirle, que quien ahora era su pesadilla, volvia a Nueva York. Hope, que estaba mirando un catalogo de cortinas para el salon, se levanto del sofa de un salto con el catalogo en la mano y Martin se echo a reir cuando le beso. Su marido la cogio por la cintura mirandola con amor y sin soltarla, acaricio su mejilla hasta apartar un mechon de su pelo rubio de su sien. --?Como te ha ido hoy el dia, senora Wolf? Hope le beso en la nariz. --Muy bien, en la agencia me han ofrecido una cuenta estupenda. --Pues yo tengo una noticia increible. --La llevo hasta el carisimo sofa de cuero beige y se sentaron en el. --?Increible? !Te han ascendido! El se rio negando con la cabeza al ver su emocion. --No, aunque me lo deben. --Ellos se lo pierden. ?Cual es la noticia? --Clay esta de camino. En unos dias estara de vuelva en Nueva York y esta vez para siempre. --?Clay? --Mi hermano. Te he hablado de el, ?recuerdas? --Si --dijo molesta volviendo a mirar el catalogo de cortinas--. Recuerdo que me comentaste, que estaba demasiado ocupado para venir a la boda de su unico hermano. --Hope, no te enfades con el. Estaba en medio de una fusion que no podia dejar. Su trabajo era importante. --Si, tan importante como para faltar a la boda. Hasta a tu madre le sento como una patada en el estomago que no viniera. --Giro la hoja y le mostro una fotografia. --?Que te parecen de este estilo? Su marido suspiro, cogio el catalogo de sus manos y la miro con sus preciosos ojos marrones. --Prometeme que intentaras llevarte bien con el. Solo hay tres personas que me importan de veras en esta vida y vosotros sois dos de ellas. Ella suspiro y miro a su marido a reganadientes. No puedo evitar sonreir maliciosa. --?Que me daras a cambio? Martin riendo la cogio por la cintura colocandola a horcajadas sobre el. -- Preciosa, todo lo mio es tuyo. ?No escuchaste al sacerdote? --La beso suavemente en los labios. --Quiero un bebe. A su marido se le corto el aliento y en sus ojos vio que le habia hecho el hombre mas feliz del mundo. Recordandolo, una lagrima cayo por su mejilla, porque despues de ese dia nada seria lo mismo. El ultimo dia en que fue realmente feliz. Una semana despues estaba en el trabajo cuando escucho el sonido de su movil dentro de su despacho y entro corriendo en el para cogerlo seguida de su ayudante. --Mary, esos bocetos no me gustan. Llama al departamento de arte y diles que los repitan. --Pulso el boton y se coloco el telefono al oido guinandole un ojo a la mujer, que sonrio ironica saliendo del despacho con las muestras en la mano. --!Y que se den prisa! ?Diga? --Eres una tirana. Se echo a reir al escuchar la voz de su marido. --Y a ti te encanta. --No lo dudes. Hope rodeo la mesa sentandose en su sillon y se desabrocho la chaqueta de su traje rosa palo. --?Que crisis tienes entre manos para que me llames a las once de la manana? --Preciosa, que bien me conoces. --Soy toda oidos. --Me vas a matar, pero tienes que ir a recoger a Clay al aeropuerto. Hope apreto los labios, pero aun asi intento ser suave. --Carino, tengo trabajo. --Lo se. Pero llega hoy de Dubai y tiene que haber alguien para recibirle. ?Esta lista la habitacion de invitados? --Sabes que si. He hablado con Cloe esta manana para asegurarme, pero... --Eres su anfitriona hasta que encuentre apartamento. Iria yo mismo, pero me ha llamado el juez Lower y no puedo decirle que no. Hope sabia que habia solicitado esa reunion desde hacia semanas y se dio por vencida. --Esta bien. Ire. --Te quiero, ?lo sabes? --Hope sonrio. --Cada dia mas. --Mas te vale. Ire a buscarle y le instalare en casa, pero despues me vuelvo al trabajo. Tendre que recuperar las horas perdidas, porque mi campana de cereales va a cambiar el mundo de la publicidad --dijo ironica. --Hecho. --Te quiero. --Recuerda, en el JFK dentro de dos horas. --Cloe dejara la cena en el horno. Si todavia no he llegado a la hora de la cena, empezar sin mi. --?No llegaras para cenar? --Manana tengo la presentacion de los panales y... --Vale. No protestare. --Te quiero. --Colgo el telefono y lo dejo lentamente sobre la mesa, sintiendo un mal presentimiento. Mirando las luces de la ciudad de Nueva York en el presente, penso si su subconsciente no la estaria advirtiendo de que su vida estaba a punto de cambiar. Si el no hubiera aparecido en sus vidas, todo habria seguido igual y seguiria siendo feliz. Porque era feliz. Hasta el momento en que entro en la terminal de llegadas del aeropuerto, era feliz. Sonriendo vio en el monitor que su avion llegaria a su hora y espero pacientemente a que se abrieran las puertas de cristal que daban a la zona de recogida de equipajes. Cuando empezaron a salir varias personas, sin darse cuenta se miro el traje queriendo tener buen aspecto para su grosero cunado, que ni se habia molestado en ir a la boda para conocerla. Habia que ser idiota. Coloco su melena rubia sobre su hombro y dio golpecitos con el pie en el suelo impaciente para despues mirar su reloj de pulsera. --Estupendo. Ya he perdido dos horas. --?Hope? Levanto la vista y miro hacia esa voz grave, quedandose tan sorprendida como horrorizada por lo que acababa de sentir simplemente con el sonido de su voz. Pero verle fue un impacto aun mayor. Vestido con un traje azul hecho a medida, irradiaba un aura de fuerza que era imposible no sentirse atraida. Pero fueron sus frios ojos azules los que le traspasaron el corazon, que en ese momento empezo a latir alocadamente. --?Tu eres Hope? --pregunto el acercandose con el carrito. --Si --susurro admirando su mandibula cuadrada hasta llegar a sus finos labios, que en ese momento estaban algo crispados--. Oh, perdona... pero tienes parecido con Martin, aunque ... --No nos parecemos en nada. Excepto en el color del cabello, claro. -- Miro a su alrededor dejandola de piedra con su groseria. --?Tienes el coche fuera? Tenia que haber llamado a un chofer. !Encima! Si pudiera salir de ese estado de idiotez en que la habia dejado, le soltaba cuatro cosas. --Si, tengo el coche fuera

  • La clave secreta del universo – Lucy y Stephen Hawking de

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    Con La clave secreta del Universo el genial Stephen Hawking y su hija Lucy han conseguido acercar a los pequenos -y no tan pequenos- las maravillas y los secretos del Universo, y demostrarnos que la ciencia tambien puede ser divertida y apasionante.

  • El cielo en llamas (HQN), Claudia Velasco de Claudia Velasco

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