el mar de las sirtes
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el mar de las sirtes - Julien Gracq
https://gigalibros.com/el-mar-de-las-sirtes.htmlNada se mueve en la senoria de Orsenna. La otrora capital de un imperio pujante es ahora una ciudad dormida, carcomida por la inercia. Un joven patricio, Aldo, es enviado a la ribera de las Sirtes para vigilar a las tropas acantonadas. Mas alla del mar, la ultima frontera, estan las costas de un ignoto pais con el que la senoria mantiene una guerra de tres siglos, tan aletargada como los propios contendientes. Con la llegada de Aldo, todo empieza a dar senales de vida, y el entusiasmo vital desequilibra el juego de fuerzas sobre el que se sustenta la paz.
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EL MAR DE LAS SIRTES | JULIEN GRACQ | Casa del Libro
https://www.casadellibro.com/libro-el-mar-de-las-sirtes/9788497936477/1015316El mar de las Sirtes es la deslumbrante recreación de un mundo irreal, onírico, una fábula alegórica que desenmascara los resortes ocultos que acechan ...
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El mar de las Sirtes (Contemporánea) - Libros - Amazon.es
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El mar de las Sirtes (Narrativa) Tapa dura – 1 mayo 1998
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El mar de las Sirtes | Penguin Libros
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el mar de las sirtes - Iberlibro
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EL MAR DE LAS SIRTES - GRACQ JULIEN
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El mar de las Sirtes (Julian Gracq) | Crítica de Libros
https://www.criticadelibros.com/drama-y-elemento-humano/el-mar-de-las-sirtes-julian-gracq/Un joven de buena familia, Aldo, es enviado por la Señoría de Orsenna a una zona apartada de su nación, las Sirtes, zona fronteriza con el Farghestán, ...
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EL MAR DE LAS SIRTES · GRACQ, JULIEN - Libros - Tipos ...
https://www.tiposinfames.com/libros/el-mar-de-las-sirtes/2234/La enigmática resurrección de un olvidado enfrentamiento entre dos grandes potencias en decadencia, sirve a Julien Gracq para hilvanar un texto de atmósfera ...
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El mar de las Sirtes - Julien Gracq - Libros Alcaná
https://www.libros-antiguos-alcana.com/julien-gracq/el-mar-de-las-sirtes/libroEl mar de las Sirtes ( Gracq, Julien ) [2532063 - JL14] Novela francesa Siglo XX Debolsillo. Barcelona. 2005. 19 cm. 332 p. Encuadernación en tapa blanda de ...
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EL MAR DE LAS SIRTES. GRACQ,JULIEN. Comprar libro
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Los ojos del bosque de Julien Gracq
https://gigalibros.com/los-ojos-del-bosque.htmlLa incesante busqueda interior
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La vida secreta de la mente de Mariano Sigman
https://gigalibros.com/la-vida-secreta-de-la-mente.htmlUn viaje a lo mas intimo del pensamiento humano. Como piensan y se comunican los bebes. Como elegimos y que hace que confiemos en los demas. Como nace la conciencia en el cerebro y como nos gobierna el inconsciente. Que sucede en el cerebro durante los suenos. Que hace que nuestro cerebro este mas o menos predispuesto a cambiar. Como podemos aprender y ensenar mejor.
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Despierta de Monika Hoff
https://gigalibros.com/despierta.htmlHace mucho, mucho tiempo atras, la intrepida Daniella, quien no creia en cuentos fantasticos, se adentro en las feroces fauces de una cueva, que decian, las malas lenguas, estaba testada de hediondos aromas. Pero ella, tan valiente y maravillosa que era, !no les hizo caso!, y tan pronto hubo entrado solto su bandera con “Daniella estuvo aqui” y se echo una siesta. Despues de todo se la merecia, habia andado por horas y horas. Estaba agotada y la humedad que habia alli tampoco es que ayudase a estar para echar cohetes. Se sento en una pequena esquina libre de piedras y suspiro, orgullosa, por haberlo logrado. No cualquier nina de trece anos era capaz de semejante hazana. Bostezo y apoyo la cabeza en la pared rocosa. Si estuviera donde deberia estar, se prepararia un tazon de leche caliente. Pero no, ella habia preferido llevar la contraria y asi estaba ahora. Sin fuerzas. Cerro los ojos pensando en descansar un rato. Dejo a su mente hacer su trabajo de recordar como habia llegado hasta alli, de cuan poco le costo (seguramente se estaria diciendo eso a si misma, cuando estuvo a punto de despenarse mas de cinco veces ladera abajo) llegar a aquella cueva, apartada de toda civilizacion. De como el cargado aire sentencio sus pequenos pulmones a quedarse sin apenas aire, pero que siguio como si el aire para ella estuviera de adorno. Recordo lo impresionante que era la cueva, tan grande, tan fornida, tan esbelta como una senora. La cueva llevaba anos existiendo, como todas las cuevas y como toda cueva estaba llena de rocas, y a Daniella le parecio que cada roca y piedra que alli reposaba era muy distinta a tantas otras tanto dentro como fuera, como si cada una fuera una persona distinta en el mundo, con sus pensamientos, con sus sentimientos, con sus quejas... Se perdio por sus pensamientos durante un rato mas. De un manotazo se quito la mano que tenia posada en su cabeza. Suspiro de alivio y volvio a acomodarse. --Despierta --escucho esa aguda voz mientras la mano volvia, esta vez, a tocarle los parpados. Daniella protesto y volvio a darle otro manotazo. Solo que esta vez fue a su propia cara. Aturdida, pestaneo y abrio los ojos. Arrugo la nariz, pensaba que todo habia sido un sueno. Craso error. Pero ya todo estaba hecho, habia comenzado a adentrarse mas en la cueva, movida por la curiosidad que tantas historias habia creado. Vio como las paredes tenian musgo pegado de una singular manera, pues simulaban dibujos como tantas veces habia visto en las paredes de su pueblo. Pero no eran dibujos de cosas que ella supiera que significaban, habia como pajaros al lado de arboles, al lado de picos de montana, al lado de otras cosas que ella no distinguia claramente. Quitando esos detalles nimios, aquella cueva la desilusiono al comprobar que no era mas que una cueva mas. Tenia trece anos y mucha imaginacion. Quizas esperaria… bueno, yo no se que esperaba encontrar. La cuestion es que se desilusiono. Pesarosa, miro con desdicha al techo, pero lo que alli se encontro no fue un techo rocoso... que habria sido lo normal teniendo en cuenta que estaba en una cueva, se encontro una manada de manchas negras de ojos brillantes que la miraban con hambre. Daniella empezo a temblar. Podia adentrarse en una cueva desierta en lo mas recondito de un bosque encantado. Pero murcielagos... Ese ya era otro tema. Les tenia panico. Empezo a darse la vuelta para salir corriendo (sin pensar que hacer eso los alertaria a todos cuando lo mas normal seria que caminara lentamente hacia atras y no los enojara), cuando alguien la detuvo. --No lo hagas --susurro una inteligente voz. Daniella giro la cabeza bruscamente a la izquierda e intento ver entre las sombras al ser que se encontraba alli. --Yo... yo... --tartamudeo, no era capaz de decir nada mas. --Tu quieres salir corriendo, imagino que te daran miedo los murcielagos. Porque habras pensado que eran eso --la voz cada vez se escuchaba mas cerca. --?Quien eres? --consiguio preguntar. --?Yo? ?Que quien soy? --se rio-- Dimelo tu. Daniella resoplo, no estaba para escuchar tonterias, tenia decenas de seres asquerosos chupasangre encima de su cabeza que en cualquier momento le morderian o la convertirian en vampiro (si, habia leido muchas historias ella), para andarse preocupando por alguien a quien no veia. Ella solo pensaba en correr. --Te dije que no lo hagas. ?Acaso quieres que todos vayan a por ti como su proxima presa? Esto la paro en seco. No habia pensado en eso. En realidad nunca pensaba mucho las cosas. Ella se escudaba en que era una nina y tenia que correr aventuras, pero un poco de sentido comun no le vendria mal. Claro que eso no se le podia decir, las aventuras estaban antes. --Me quiero ir --dijo con voz segura esta vez. --?Por que? --?Que por que? Bueno, esto... --?Crees que son vampiros, Daniella? --?Como sabes mi nombre? --Me lo dijiste tu. Daniella estaba empezando a impacientarse. --Mira, no tengo tiempo para tonterias-- dijo auto convenciendose de que todo estaba bien--. Me da igual quien seas, o quienes son esas cosas, yo me voy a casa y no hay mas que hablar. Comenzo a andar sin mirar atras creyendo ir hacia la salida de la cueva, la muy ingenua no sabia de las genialidades de esta "simple" cueva. --Espera --susurro de nuevo la molesta voz. Que diantres querra hacer o decir ahora--, por ahi no es. --Detesto a esa desagradable voz que suena. Deberia saber cuando callar... deberia... Deberia !morir! ?!Eh!? Bien, su voz sono tan fuerte que las criaturas se abalanzaron sobre ellos desde las alturas. Se pegaron a sus cuerpos como mucosas salvajes que eran. Este es el fin para las mocosas que van en busca de lo que no tienen que buscar, en vez de quedarse en casa cenando un tazon de cereales con leche.... ?pero, que? De pronto un haz de calor hizo chillar a las criaturas pegajosas, teniendo que deshacerse de sus presas y dejando a la pringosa Daniella libre de nuevo. Daniella se palpo todo el cuerpo y empezo a sentir escalofrios, era la primera vez que veia aquellas criaturas, pero sentirlas en su cuerpo, le hizo pensar que casi preferia haberse encontrado con murcielagos, y aquello la sobresalto demasiado. Se levanto del suelo, respirando pesadamente, parecia que el corazon le iba a salir por la boca. Cogio aire lentamente. Mas vale que os tapeis los timpanos, queridos lectores... --!?Pero que eran esas cosas?! --grito a pleno pulmon. Despues se preguntaria por que siempre estaba ronca...-- Jo... --se callo instantaneamente, recordando su edad y que habia ciertas palabras que no debia decir-- Pfff, !?que eran esas cosas?! --grito mas fuerte y agudamente esta vez, si es que eso era posible. Nadie respondio asi que miro a su alrededor, esperando ver al ser con el que habia hablado minutos antes. Iba a gritar de nuevo (lo se porque estaba volviendo a llenar sus pulmones de aire) cuando una sonora carcajada retumbo en la cueva. Daniella abrio los ojos, incredula. --?Te estas riendo? --pregunto. Pregunta que no necesitaba, la voz no dejaba de reir. --Perdon, --dijo entre risas-- es que no te viste. --Que no me vi... !Que no me vi! !?Como me iba a ver si esos seres estaban a punto de hacerme pure?! --Eres un poco exagerada --seguia riendo. Como Daniella no me escucha, os lo digo. La verdad es que un poco exagerada si era la nina, o un poco peliculera mas bien. Pero bueno, ella se divertia. --Soy exagerada. --refunfuno mientras empezaba a caminar de un lado para otro-- Unos asquerosos bichos se abalanzan sobre mi para chuparme la sangre cuales sanguijuelas y tu me dices que soy exagerada... No puedo creerme esto, a ver por que no me tome el tazon de leche y me meti en mi cama en vez de hacer lo que hice. Siempre igual, --empezo a mover las manos exageradamente-- la proxima vez hare caso a los adultos y dejare de meterme en lios. Pfff, --resoplo de nuevo, eso tambien lo hacia mucho-- cualquier dia muero de un infarto --dijo esto ya quieta, con una mano sobre su pecho y la otra en la frente. Peliculera. --Claro que si --convino la voz que mas bien sonaba como que no la creia. Ser inteligente... --Y tanto que si. --aseguro ella de nuevo-- No estoy dispuesta a morir joven, soy una nina, tengo trece anos, tengo muchas av... --se interrumpio, sabia que iba a meter la pata con la frase. --Aventuras que vivir. --termino la voz por ella-- No puedes negar lo que eres, Daniella. --Yo no... --Ahora dime, --no la dejo hablar-- ?estas dispuesta a vivir cada una de esas aventuras? --?Que aventuras? --pregunto ella, haciendose la tonta. --Aventuras como esta, Daniella. --No te entiendo --nego con la cabeza. Realmente no lo entendia. --Dejame explicarlo de otra manera. --la voz carraspeo-- ?Estas dispuesta a vivir cada uno de tus suenos y pesadillas? Daniella siguio mirando a su alrededor, preguntandose donde estaba, de quien era aquella voz, porque de alguien tenia que ser, o al menos eso era lo que su mente algo logica le reprimia. Las voces no pueden ir por ahi solas por la vida, como tampoco pueden ir los pies sin el resto del cuerpo. CAPITULO 1 Pfff... el comienzo Daniella era una nina muy curiosa que nunca solia hacerle caso a las cabezas pensantes de las personas de su alrededor. Y esto, muchas veces la llevaba a meterse en verdaderos problemas. Pero bien que le hacia caso a las voces sin cabeza que escuchaba en mitad de las cuevas en las que se adentraba. Era una nina muy extrana. Caminaba por un extenso pasillo de cristal liquido espeso, tan espeso que cuando pisabas por el, tus huellas se quedaban impresas como si de barro se tratase. Pero la suela te la dejaba limpia, invento de los diminutos del sur. Ella, por supuesto, iba sin darse cuenta de este detalle, si se fijara mas en las cosas que debia fijarse, estaria ahora en el septimo sueno. Pero ella no era asi. Y aqui estamos. Se encontraba en un edificio colindante de la cueva, estaba enteramente hecho de cristal, con las paredes bien alejadas del pasillo flotante. A veces caian gotas del techo, a veces se oian sollozos, eso era algo que le inquietaba a Daniella. Pero seguia caminando con el paso firme, como si no fuera la primera vez que estaba aqui. --?Hola? -- dejo caer de pronto. Y los sollozos pararon al mismo tiempo que dejaron de caer gotitas. Aunque pasados unos minutos, unas gotitas empezaron a subir hacia el techo y unas risas demenciales empezaron a brotar de las lejanas paredes. --Esto es un mundo de locos --se quejo en voz baja. Se acerco a uno de los cristales y, lentamente, al ver su reflejo, acerco la mano para tocarlo. --Lo que me faltaba, una sala llena de espejos --nego con la cabeza, demasiado tipico. Todo el mundo les tenia miedo a los espejos, pensaban que escondian oscuros secretos tras ellos. Todos menos ella, claro. Ella era muy valiente, hacia falta algo mas para asustarla. Ademas, ?un mundo dentro de un espejo? En fin... Habia que tener mas imaginacion. Miro la imagen reflejada y sonrio. Pero la imagen no lo hizo. El brinco que dio Daniella fue digno de ver. Aparecio en la otra punta de la sala en cero coma... --Pfff... --su resoplido favorito-- Vas a perder la cabeza, Daniella. Inspira, espira... Son los nervios y el cansancio, nada mas. Y el hambre y la sed y... Bueno, da igual, no viste lo que es. Ya mas tranquila, camino lentamente, muy lentamente, hacia el espejo. Podia mirar cualquier otro, seria por espejos... Pero no, era Daniella la valiente, tenia que ser ese. Cuando estuvo cerca, o mas bien, cuando estuvo al lado de ese espejo, reflejandose en otro, pero no en el espejo en cuestion, empezo a dudar. Toco el espejo esperando en su fuero interno que se tratase de un espejo, y chillo contenta al comprobar que efectivamente tenia tacto de espejo. --Vamos, Daniella, --se dijo a si misma-- tu puedes. Es un espejo, por dios. Poniendo su cuerpo en una extrana posicion, cual contorsionista del mejor circo del mundo, empezo a mover la cabeza para verse en "el espejo". Dio otro brinco cuando vio, aunque por supuesto ella lo negaba, una silueta correr dentro del espejo. Yo podria deciros como era esa silueta, pero no me corresponde, ni quiero. Sin embargo, aquel ultimo brinco le provoco hipo. Cada vez que hipaba, los espejos resonaban como altavoces en un concierto, y como todo estaba lleno de cristal, se escuchaba un concierto de repiqueteo de cristales. Una maravilla y Daniella no era capaz de bailar al son de la musica. Ella seguia hipando cuando en mitad de su asombro cedio la atencion en otro reflejo distinto. --?Que... hip... es... hip... eso?-- dijo sin aliento. Lo que ella se habia quedado mirando era el paisaje de las altas cumbres, se veian las nubes rosadas y el rio de cuadrados, la ventisca helando a su paso con glacial abrazo y las miradas huecas de sus habitantes mas comunes. Pronto, otro reflejo le llamo la atencion. En este caso se trataba de uno aun mas alto que el anterior, se trataba de un hombre sollozando, de apariencia grotesca y llena de arrugas. De su reflejo brotaban gotas que subian al techo, como antes de que pronunciara ninguna palabra nuestra inteligente Daniella, solian bajar al suelo. Aunque hay estudiosos que dicen que las gotas de ese reflejo nunca suben al techo ni bajan al suelo, sino que suben al suelo y bajan al techo. Pero eso ya son minucias que no vienen a cuento... Daniella se habia hartado de mirar a alguien llorar, asi que se paseo por los reflejos sin pensar demasiado, y se encontro con uno que daba a un conejo banandose en una olla enorme que estaba puesta al fuego, mientras se restregaba unas hojas de lechuga por el cuerpo a modo de esponja. Daniella sin poder impedirlo, volvio a hipar, pero lo que vio a continuacion le quito el hipo y la hizo adentrarse en un espejo: el conejo la miro con desagrado y corrio la cortina con gran indignacion. Pero eso ya es otra historia, Daniella ya no estaba rodeada de espejos... ahora... tenia otros asuntos mas importantes. --Jopetas. --refunfuno cuando se vio en el suelo. Se toco la frente, que era donde se habia llevado el golpe y levanto la cabeza para mirar malamente a la cama-- Siempre tengo que caerme de la cama, ?no puedo despertarme como cualquier nina normal? Esa pregunta sobraba, la palabra normal al lado del nombre de Daniella... Ja. Gimio de dolor al levantarse. No le digais quejica, pequenos lectores, tened en cuenta que dormia arriba de una litera. El por que aun no lo se, no tenia hermanos ni nada parecido y todos los dias se despertaba cayendose de la cama, asi que lo logico seria que durmiera en la cama de abajo, pero... Logica y Daniella. --Juro por Dios, que algun dia dejare de caerme la cama --senalo al techo a la vez que lo decia, cual Scarlata O'Hara. No os riais, recordad lo dramatica... --Deja de jurar en vano y ven a desayunar --grito su padre, como cada manana, desde la planta de abajo. --!Ya...! --se callo, con el ceno fruncido. Esperad... ?que? ?Su padre? --Otra vez me afecto el golpe --puso los ojos en blanco--. Mi padre llamandome a desayunar, si eso no es que esta vez me golpee bien fuerte, --se lavo la cara, o mejor dicho, se mojo los dedos en el agua que tenia en la pequena palangana que dejaba todas las noches en la mesilla de noche y se refrego los ojos para quitarse las leganas-- pues no se. El dia que mi padre se levante antes que yo y mi madre y nos haga el desayuno, hago el pino con la nariz. Se quito la camisa de dormir y se puso un vestido. Rosa, ella nunca cambiaba de color. Lo que hacia pensar a los demas que nunca cambiaba de vestido, pero lo hacia todos los dias, lo que pasa que tenia trece iguales. ?Por que trece? Pues vete a saber... Hay cosas que son mejor no preguntar. O conocer.
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La ultima Sibila de Isabel Abenia
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El latigo del Cowboy de Jorge Borges
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Recuerdame (You make me feel 2) de Kathalee Trueba
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Mientras Mi Cielo Se Derrumba de Matias Zitterkopf
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Solamente amame (You make me feel 1) de Kathalee Trueba
https://gigalibros.com/solamente-amame-you-make-me-feel-1.htmlAlena se comprometio porque estaba enamorada. Eithan lo hizo porque. creyo que tenia que hacerlo. Ahora, el busca volver a sentirse vivo al estar con otras mujeres. Y ella, encontro el amor en su pequena hija.
El es arrogante, malhumorado y un muy buen agente. Ella es su jefa.
Ella aun cree en el amor. El prefiere no pensar en ello.
A pesar de ser tan distintos, ambos tendran que, darse cuenta de que, el amor no tiene que ser perfecto. Que, el compromiso, no tiene que ser solo un acuerdo.
Y que, a veces, la felicidad de una persona, solo se obtiene a costa de la de otra. -
Morir en Prime Time (Dosier Davinci 1) de Luis Cano
https://gigalibros.com/morir-en-prime-time-dosier-davinci-1.htmlAlejandro Damasco se dio a conocer al mundo entero en la jornada de apertura de la galeria Echoes, durante la presentacion de su serie Las profundidades del alma. La asistencia de publico y medios de comunicacion era masiva, mas por el exitoso trabajo de los responsables de relaciones publicas de la nueva galeria, que por el poder de convocatoria de un pintor hasta el momento casi desconocido. No solo se habia conseguido atraer a las figuras mas destacadas del panorama artistico parisino, sino que ademas se habian sumado al acto destacados representantes de disciplinas en principio bastante menos relacionadas con cuestiones artisticas, como el deporte o la moda. Tal vez mucho menos sorprendente era que tambien algunos politicos de renombre, como Philippe Demont, se dejaran ver por alli, revoloteando junto a las camaras como excitados insectos atraidos por la luz en una noche de verano. Sin ser demasiado grande, Echoes, sin duda ayudada por la forma circular de su sala central, resultaba un espacio comodo y muy adecuado para exhibiciones multitudinarias. En el anillo exterior, se proyectaban sobre la pared curva los cuadros de Damasco. Esta era la peculiaridad mas destacable de la galeria: las obras se mostraban en espectaculares imagenes reflejadas, aunque tambien podia admirarse su formato original en la sala interior. El techo en cupula completaba una inusual sensacion de encontrarse en el interior de alguna construccion natural, mineral o incluso organica. Musica chillout empapaba la estancia de una onirica atmosfera que, sin embargo, no conseguia engullir por completo los excitados y altisonantes murmullos de la multitud, que iba acomodandose poco a poco en las sillas colocadas en circulos concentricos alrededor del pequeno escenario preparado para la ocasion. Como no parecia haber sillas suficientes para todos los asistentes, los mas rezagados comenzaban a quedarse de pie junto a la pared que circundaba la sala, estropeando en parte el impactante efecto de las proyecciones paisajisticas, que quedaban ahora reflejadas sobre sus cuerpos. Muy pocos espacios podian ser ya aprovechados por nuevos visitantes. La ubicacion de Echoes junto a uno de los bulevares mas transitados de Paris podria haber disparado el aforo, pero la entrada solo se permitia acreditando invitacion previa. Alejandro ocupaba ya su asiento en el escenario central con el director de la galeria a su derecha y a su izquierda el habitual maestro de ceremonias en este tipo de eventos, en esta ocasion Thierry Fourieur, archiconocido presentador del late night de moda en France 2. El artista miraba a su alrededor con serenidad, sin un minimo signo de sorpresa o admiracion ante una asistencia que sabia bien que abarrotaba la sala mas por la inauguracion de la galeria --coctel posterior debidamente anunciado-- que por su deseada presencia. Vestia de blanco inmaculado, camisa de cuello mao y amplios pantalones a juego. Solo un colgante de oro blanco en forma de sol con un enorme granate en su centro desequilibraba la neutra combinacion. El pelo, por una vez, bien peinado en una melena de cabellos lisos, brillantes, oscuros, enmarcando un rostro ancho de facciones amables, algo bronceado y rematado por una barba recortada con esmero. De manera un tanto abrupta, la musica ceso. Una de las esculturales modelos invitadas al acto trataba de acceder en ese momento al ultimo asiento que quedaba vacio en la fila mas cercana al escenario, frente a los ponentes. Sus esfuerzos por avanzar se convirtieron en el foco de atencion de todo el auditorio. En realidad, lo que muchos de los asistentes encontraron estimulante fue la vision de sus llamativas formas, ajustadas en un atuendo de seda negra, confeccionado con acierto y vestido con sensual elegancia. -- Muy buenas noches… Perdon, el micro parece desconectado. -- con unos ligeros golpeteos de su dedo indice en la cabeza del microfono, intento comprobar la resonancia emitida. Tras una breve manipulacion por parte de un asistente y ya con la voz amplificada, el director de la galeria retomo su introduccion. -- Disculpen, ahora si. Muy buenas noches senoras y senores. Mi nombre es Alan Mittard. Les agradezco a todos su presencia en esta inauguracion. Nos complace observar la generosa respuesta que ha merecido nuestra convocatoria. Echoes es un nuevo concepto de galeria y abre sus puertas con la intencion de convertirse en un enclave muy especial para todos los amantes del arte: del arte vivo. Esto no es un museo, y quiero dejarlo claro desde el principio. -- miraba a los presentes con unos ojos vivos y centelleantes, que reflejaban la pasion destilada por sus palabras -- No queremos colecciones de obras muertas. Buscaremos siempre exponer obras que requieran la complicidad del espectador de una manera especial. Toda obra de arte necesita un espectador, que duda cabe, pero hay artistas que se acomodan y tambien lo hacen los receptores de su obra, que solo ven lo que se les da ya masticado, listo para digerir, aburridamente descifrado. No nos interesan las explicaciones faciles. En realidad no nos interesan ningun tipo de explicaciones, sino las sensaciones. Queremos obras transgresoras que provoquen y trasciendan, que indignen, emocionen, enfurezcan, que provoquen la colera y el llanto, que nos llenen de deseo y de pasion. Y yo ya no quiero estropear mas esta inauguracion con mi verborrea descontrolada. Todo puede ir mucho mejor si le cedo el turno a Thierry, un profesional de la palabra que os presentara al artista que hoy nos honra con su presencia. Alan acerco el microfono a Thierry esbozando una sonrisa complice que el presentador correspondio con agrado. Con envidiable naturalidad y en un tono suave y magnetico, Thierry comenzo su introduccion como si compartiera confidencias con su grupo de amigos en la acogedora intimidad de algun pub irlandes. -- Tenemos suerte; muchisima suerte. No hablo del coctel que disfrutaremos en una hora, aunque incluya barra libre con todo tipo de bebidas espirituosas --unas risas generalizadas rebotaron con optimismo por toda la sala-- Somos unos pocos elegidos para disfrutar de una nueva experiencia artistica y no vamos a hacerlo de la mano de cualquier aspirante, sino de un genio extraordinario llamado Alejandro Damasco. Como coleccionista de arte, ademas de presentador en mis ratos libres -- anadio en tono humoristico -- sus cuadros me parecen un fabuloso enigma aun por desvelar. El pintor se reincorporo en su silla, sonriendo con nerviosa satisfaccion " Thierry empieza fuerte", penso . El popular presentador retomo la palabra. -- La galeria Echoes hoy no es conocida. Tampoco lo es Alejandro Damasco. Es seguro que lo van a ser y mas pronto que tarde. El mundo artistico -- hizo una medida y significativa pausa -- el mundo esta hambriento de ideas y de talento y a la vez, hastiado de mediocridad y oportunismo. Esta noche se dan cita y se conjugan en esta sala dos formas similares de entender lo artistico: crear lanzandose al vacio de la exploracion, sin mas red que el instinto y con el impulso que solo da la seguridad del propio convencimiento. Con cada palabra anadida a su apasionado discurso, la bronceada piel del presentador parecia brillar con mas intensidad. Thierry era un hombre atractivo. Un alquimista de la palabra que sabia adornar cualquier frase solo con sus calidas modulaciones, seduciendo con cada mirada y con cada gesto. Continuo hablando durante muchos minutos y Alejandro se convencio pronto de que daba igual lo que dijera porque la audiencia le seguiria escuchando embelesada. Tenia sin duda un poder de atraccion similar, aunque de otra naturaleza, al de la espectacular modelo que ya acomodada en su silla, disfrutaba de la presentacion. Al verla recordo a Selene, que no estaba en la sala. Y recordo, sin quererlo, su plan. Decidio olvidar sus detalles y concentrarse en lo que podia lograr. Sintio que tras muchos anos de esfuerzo, su momento habia llegado. Nunca antes una sala de exposiciones con ninguna de sus colecciones habia merecido tanta atencion del publico y de los medios. Camaras de los principales canales de Francia cubrian el evento a nivel local y nacional. Incluso se percato de la presencia de varios periodistas extranjeros, uno de la RAI, otro de RTVE y un tercero de la television suiza que seguian el acto desde la primera fila. Poco importaba que fuera su presencia la que provocara tanta expectacion o que esta se debiera a la ampliamente anunciada inauguracion de Echoes. Lo importante era que la presentacion se habia convertido en el escaparate ideal para darse por fin a conocer. Entre los asistentes encontro los rostros conocidos de algunos de sus alumnos en la escuela asi como de algunos artistas con los que habia tenido relacion en los ultimos tiempos, sobre todo por coincidir en exposiciones y conferencias. Cruzo su mirada con Anja Bock, una estudiante alemana de musica con gran talento y con una belleza de pureza deslumbrante, que semanas atras le habia revelado opiniones muy interesantes sobre creacion artistica e inspiracion. Estaba acompanada del prometedor director de cine Mirko Hanaka. Tambien le parecio reconocer a Marco Baldini, el reputado escultor y representante. No lejos de donde creyo situarle, se encontraba Gabriel, gran fotografo y como el mismo se habia definido en no pocas ocasiones, “cazador de arco iris”. Aparte de ellos, mas y mas conocidos pero ningun amigo cercano ni tampoco familiares -- demasiados kilometros -- . Lo preferia asi. -- La obra de Alejandro Damasco -- continuaba Thierry Fourieur -- es enganosa y es fascinante. Crees verla y en realidad no has empezado a mirarla. La entiendes y al instante se fragmenta en mil pedazos que no logras aprehender ni ensamblar. ?Surrealismo? ?Cubismo? ?Impresionismo? ?Arte abstracto, figurativo? Dejemonos de etiquetas, por favor. Creo que si su obra pudiera definirse con palabras, se estaria diciendo muy poco de ella. Si lo hicieramos la estariamos empobreciendo y ni siquiera creo que se hayan inventado todavia las palabras para esta maravilla que ilumina ya las paredes de Echoes.
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La psiquiatra de Wulf Dorn
https://gigalibros.com/la-psiquiatra.htmlEl caso de una paciente maltratada y aterrorizada se convierte en la pesadilla de la psiquiatra Ellen Roth. La mujer teme ser raptadas por el hombre del saco. Se lo susurra a Ellen y luego desaparece sin dejar rastro. Nadie la ha visto ni sabe nada de ella. Ellen quiere encontrarla. Pero cuando lo intenta, se ve involucrada en un macabro juego del que no sabe como salir para salvar a la paciente y a si misma. Solo puede intentar encajar las piezas de un rompecabezas diabolico. Mientras se precipita a un abismo de violencia, paranoia y terror, descubre que los problemas nunca no se arreglan solos…
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100 noches en Andromeda de Norma Estrella
https://gigalibros.com/100-noches-en-andromeda.htmlDe nino, Edu sonaba con inventar su propio monopatin volante con el que poder viajar hasta la Luna. De nina, Eva jugaba con su hermana y sonaba con tener una maquina expendedora de donetes en su habitacion.
Ambos trabajan ahora para una empresa tecnologica llamada Andromeda, desarrollando proyectos de Inteligencia Artificial. Sus prototipos de asistente virtual --Lalo y Lala-- rivalizan para ser los elegidos por un excentrico empresario de Palo Alto, que busca inundar el mercado con los perfectos novios virtuales en San Valentin.
Durante cien dias y sus noches, algo muy grande se cuece entre los ordenadores de Andromeda. -
El secreto de la orquidea de Lucinda Riley
https://gigalibros.com/el-secreto-de-la-orquidea.html -
El regalo de Lyon de Tanya Anne Crosby
https://gigalibros.com/el-regalo-de-lyon.htmlConocido como el Lyon por su destreza en el campo de batalla, Piers de Montgomerie acepta un desafio del rey David; sofocar una molesta rebelion de las tierras altas. Como pago, acepta un terreno que esta en disputa, sin embargo pronto descubrira que lo que realmente desea es la belleza proveniente de las tierras altas, cuyos hermanos nunca doblegaran ante el.
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Dejemos atras el pasado de Grace Marie March
https://gigalibros.com/dejemos-atras-el-pasado.htmlHenry tenia nuevas vecinas, su desconocida hermana y una amiga, quien precisamente poco despues pide trabajo en su empresa. ?Como puede ayudar a su padre despues de descubrir la gran traicion de su madre?
Cynthia tenia claro que no pensaba aprovecharse de su amiga para ayudar economicamente a su familia, viajaria junto a ella para conocer a su padre y a su hermano, pero no se quedaria en casa esperando que otros solucionaran sus problemas, lo que no esperaba era trabajar para Henry despues de la vergonzosa forma en que se habian conocido. -
Y si fuera cierto de Antonia J. Corrales
https://gigalibros.com/y-si-fuera-cierto.htmlNo recordaba haber viajado nunca en un tren tan arcaico. Era lento y destartalado, con asientos de madera vieja y eskay marron decolorado, sucio y aplastado por el uso. Aquel vehiculo parecia quejarse en cada tramo del recorrido. Al circular emitia un ruido metalico, constante y monotono que se asemejaba a un quejido. En cada curva que tomaba aparentaba partirse en dos, como si hubiese perdido algun anclaje y con el la posibilidad de seguir su curso por aquellas vias tan primitivas como el. Durante el viaje, a pesar de los traqueteos que dejaron mi espalda maltrecha, consegui dormitar. Aquel duermevela siempre desembocaba en una pesadilla que me llevaba una y otra vez a nuestro ultimo encuentro. A la imagen surrealista de las hojas de arce girando en el aire; rojas, de un rojo tan intenso como irreal. Y de ellas a su copa y a la mia. A la mirada de el, a nuestro silencio, a sus manos soltando las de ella. Al dolor que senti, al dolor que se tambien sintio el cuando nuestras miradas se cruzaron. Al abismo por el que se precipito nuestra vida en comun; al barranco por el que fue resbalando nuestra relacion hasta hacerse girones. A nuestras mentiras, a nuestros enganos, a sus sonrisas y mis lagrimas, al luto que acompano nuestras ultimas veladas. A aquellas noches marchitas, adornadas con rosas de petalos desprendidos y secos que se dejaban caer sobre el mantel blanco, junto a las copas de aquel vino tinto de reserva que dejamos de compartir. Los recuerdos de aquellos dias, los ultimos de nuestra relacion de pareja, se sucedian uno tras otro sin orden ni concierto, componiendo aquella pesadilla hasta que el tren brincaba sobre algun riel ligeramente dilatado y el salto me devolvia al interior de aquel vagon que olia a suenos rotos. Alli todos dormian. Lo hacian como yo, a intervalos cortos. Entreabrian los ojos y quejumbrosos intentaban adoptar una nueva posicion. Con la mirada perdida y desorientados volvian a cerrarlos a los pocos segundos, bamboleados por el traqueteo constante y molesto del vagon, al que acompanaba un chirrido que, a veces, se asemejaba a los acordes producidos por las cuerdas de un violin desafinado. Dentro de aquel vagon el presente parecia no existir, al menos esa fue mi sensacion, que todos estabamos inmersos en una extrana pausa que no terminaria hasta que el tren llegara a su destino. Antes de subir a aquel artilugio, que parecia haber regresado del pasado, me percate de que no llevaba mi ordenador, pero ya era demasiado tarde para regresar. Habia esperado mas de una hora sentada en uno de los bancos de aquel apeadero que, por su austeridad y decoracion decadente, parecia pertenecer a otro siglo. Cuando a traves de los altavoces indicaron la llegada del tren y fui a echar mano de mi equipaje comprobe que solo llevaba el trolley. No habia cogido el maletin con el ordenador portatil, ni la maleta con mi ropa. Arrecida y sola en aquel paraje que se me antojo inhospito, gelido, silencioso y demasiado solitario, me recrimine el despiste, las prisas con las que habia abandonado mi lugar de residencia. Me reproche haber permitido que mis sentimientos se antepusieran a la razon. Ser tan visceral siempre me habia dado problemas y dejar mi ordenador y la maleta con la mayor parte de mi vestuario en casa, era uno mas para anadir a la lista. Apenas recordaba lo sucedido la noche anterior, despues de salir del restaurante. Tampoco lo que hablamos Torcuato y yo. Sin embargo, estando segura de que hablamos, no conseguia recordar ni tan siquiera un gesto suyo, ni una palabra que apuntar; nada. Su ausencia era extrana, demasiado inusual y ello me llevo a suponer que, tal vez, le hubiese molestado mi marcha apresurada. Pero lo deseche porque le habia manifestado mi deseo de aceptar el trabajo y el se mostro receptivo; me apoyo. Entonces, ?por que no se habia despedido de mi?, me cuestione varias veces sin encontrar una respuesta. Todo parecia haber perdido sentido, como si aquello, lo sucedido en el restaurante, no hubiera ocurrido jamas. Sin embargo, la hoja de arce permanecia en mis manos, roja, brillante y esclarecedora; demostrandome que todo era real. Me marche de forma precipitada. Senti la necesidad de escapar, de huir. Aquel detalle era lo unico que recordaba con mayor claridad. La prisa; la necesidad casi vital de perderme, de no regresar a la casa, de no volver a verle, de no enfrentarme a una realidad que nos perseguia hacia tiempo y que ambos nos negabamos a aceptar. Mi falta de valentia ante aquella situacion inesperada, tan infrecuente como posible, permanecia fresca en mis pensamientos aranandome por dentro, haciendo que me sintiera mal. Recordaba una y otra vez sus ojos fijos en los mios y una inusual sensacion de ahogo. Aquella presion en el pecho que me impedia hablar y el sonido seco de la puerta de casa al cerrarse tras de mi, parecian adheridos a todos mis pensamientos. --Estas loca, como te vas a marchar a un lugar al que no llega ni la senal de la telefonia movil. No sabes quien es ese hombre, que tipo de vida lleva, ni tan siquiera si su identidad es real. Es una irresponsabilidad. Puede ser un paranoico, un perturbado o vete tu a saber--me dijo mi marido una semana antes, cuando le mostre el anuncio que habia recortado de la pagina de ofertas de trabajo de un diario nacional. --Imagino que habra algun pueblo cerca desde el que pueda comunicarme. Hoy en dia no existe ningun lugar tan alejado de la civilizacion, tan incomunicado. No dramatices, igual hasta te sientes mejor sin mi. Total, casi que va a ser lo mismo que ahora. No creo que me eches mucho en falta..., ni yo a ti -le respondi en un tono ironico al que no se enfrento. Nunca se enfrentaba a mis palabras si estas eran recriminatorias. Le dijese lo que le dijese el simulaba no escuchar si hacerlo le iba a suponer una discusion. Algo que a mi me ponia empirica y que tambien contribuyo a que nuestro distanciamiento fuese cada vez mayor. --No te das cuenta de que hasta el anuncio es, cuando menos, un poco raro. No hay ningun dato, ni direccion, solo un numero de telefono movil. Deberias cerciorarte de que todo es veraz antes de aceptar el trabajo. Tendrias que hacerlo, aunque solo fuese por responsabilidad. --Tu siempre has dicho que hay que arriesgar, arriesgar para ganar. Pues eso precisamente es lo que voy a hacer. Ademas, ?que tengo que perder?, mi vida es como un juguete roto, un puzle al que cada dia le faltan mas piezas... La llegada a la estacion fue tan brusca como los baches y desniveles que durante el viaje truncaban mis continuos intentos por descansar. El tren paro en seco. Fue como si sus ruedas metalicas y viejas se hubieran clavado en el suelo de golpe. El sonido que produjo, ferreo y estridente, parecio convertirlas en unas de hierro que se aferraron a las viejas vias, incrustandose en ellas y parandolo contra su voluntad. A pesar de aquel frenazo brusco e inesperado, del ruido agudo que invadio el vagon, nadie se movio de sus asientos, ni hizo un solo gesto de extraneza; solo me levante yo. En el apeadero me esperaba el, el hombre que me habia contratado para que escribiese su vida. Era alto, de complexion fuerte y cojeaba ligeramente de su pierna derecha. Vestia abrigo de pano gris. Sus manos estaban cubiertas por unos guantes negros de cuero. Llevaba la solapa del abrigo alzada y rodeandola una bufanda de lana negra. Su rictus era severo, como su planta, de aire castrense. Si no fuese por aquella sonrisa que me dio la bienvenida antes que sus palabras, habria pensado que no solo su vestimenta y sus ojos eran grises, su interior tambien. Me resulto intranquilizador comprobar que nadie mas que yo se apeaba en la estacion, tambien la aparente desolacion que rodeaba el lugar. Tal vez estuviera equivocada, quiza aquel viaje era una locura, un riesgo que no debia correr, pense mirando desconcertada hacia el vagon del que terminaba de bajarme. El tren comenzo a moverse paulatinamente, demasiado lento, como si quisiera y no pudiese coger velocidad. Una de las ventanas de mi vagon se abrio y la mujer que habia viajado frente a mi se asomo por ella. Saco su mano y dejo caer una hoja de arce que, llevada por el viento, llego hasta mis pies. Instintivamente busque en mi agenda la hoja de arce, la hoja roja del restaurante, pero no estaba. Debio caerseme dentro del vagon, pense. El se agacho, la recogio y con una expresion calida y entranable dijo: --Aqui hay muchos arces --senalo las montanas y el valle--, pero ninguno tiene unas hojas tan rojas como esta, parece de terciopelo. Puedo plastificarsela..., si quiere. La convertiriamos en un marca paginas perfecto-- afirmo ofreciendomela. >>Soy Santos, y usted debe ser mi biografa, Fabiola, ?me equivoco?...
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49 y mas alla de Isabel Cortijo
https://gigalibros.com/49-y-mas-alla.htmlLa ventana de la habitacion se encontraba entreabierta y el aire, que hasta hacia unos dias habia sido tan agradable sentir por la manana, me obligaba a estirar de la sabana y arroparme hasta el cuello. Dormia en un colchon de uno cincuenta. Una cama en la que podia dar vueltas de lado a lado sin encontrar obstaculos, porque desde hacia mas de seis anos no compartia con nadie besos, abrazos y gemidos. Era una mujer de cuarenta y nueve anos y mi vida, en aquella epoca, transcurria apaciblemente entre mi trabajo, mis hijos, mis amigos y mi madre. Atras quedo mi separacion, el duelo por la muerte de mi padre y mi cancer de mama. Me habia divorciado de Victor y, salvo los dos primeros anos despues de la separacion, en los que tuvimos bastantes asperezas, nuestra relacion era cordial. Durante mi enfermedad me presto una gran ayuda. Se comporto como el mejor padre y atendio a los chicos con la mayor dedicacion. Sabia que necesitaba gran parte de mi energia para curarme y asumio lo que yo no podia sobrellevar; eso hizo que olvidara rencores y volviera a sentir un verdadero afecto por el. En apariencia, mi vida no habia cambiado mucho, pero solo en apariencia, porque esos acontecimientos vividos en los ultimos anos me marcaron y me hicieron mirar con otros ojos mi presente. A veces tenia la sensacion de que, antes de esas situaciones traumaticas, mi vida no era la mia. A excepcion del nacimiento de mis hijos, me deje guiar por los caminos que te lleva la inercia, y aquellos choques emocionales me habian hecho despertar, hacer un stop, mirar a mi alrededor y darme cuenta de que mis pasos, quiza, me condujeron a donde no queria ir. Existia un antes y un despues, una especie de linea divisoria que separaba a <
> de vivir aquellos sucesos de < >. La nueva Elisa ya no se dejaba llevar por inercias y habia aprendido a tomar decisiones, reduciendo los miedos que se agrandan en la mente y que dejan poco espacio para volar. Estaba experimentado lo que Julia me contaba: < >. Y lo sentia asi, a pesar de que en algunas ocasiones a < >, en el trasiego de lo cotidiano, tambien le enrabietaran las pequenas contrariedades, aunque le fuera dificil mantener el enfado cuando se percataba de que carecia de sentido enojarse por una nimiedad. Despues de la destruccion y pasado el duelo, la reconstruccion me estaba haciendo sentir mas viva y fortalecida, renovada tras desprenderme de la piel muerta. Consciente de la brevedad y la fragilidad de la existencia, queria saborearlo todo. Degustaba las cosas mas sencillas, los pequenos detalles, intentaba compartir mas momentos con las personas que queria y consideraba todo aquello como un regalo de la vida... Si, disfrutaba de casi todo, salvo de una parcela que pensaba que se habia borrado para siempre. No habia vuelto a retomar mi vida en el plano sentimental. Esa parte la suprimi. Tenia la sensacion de que en el terreno sexual y amoroso todo estaba acabado para mi. Habia recibido alguna que otra proposicion y aceptado alguna que otra cita, aunque no sabia muy bien por que lo hacia. ?Quiza con la idea de que surgiera algo? Pero cuando llegaba o se insinuaba el < >, no queria ni podia continuar hacia adelante. A veces me dejaba dar algun que otro beso para ver si el sapo se convertia en principe, y no, no habia principes para mi. La ultima proposicion fue la de Pedro. Pedro era el asesor fiscal de la empresa en la que trabajaba. Un viudo tan solo unos anos mayor que yo, de buena presencia, con los hijos ya independizados y la vida resuelta economicamente. Empezo a frecuentar la oficina. Se mostraba siempre dispuesto a personarse en la empresa ante cualquier contratiempo y a resolver el mas minimo problema, aunque a veces parecia que los creaba el para justificar su presencia. Nieves y Rosario, que eran mis ayudantes, me lo decian: < >. Yo no le prestaba atencion hasta que un dia me invito a cenar. Me pillo con el dia tonto y le dije que si. Pedro tenia un atico al final de la avenida del Oeste, enfrente del Mercado Central. Era un piso de esos que te dejan con la boca abierta: mas de doscientos metros y una terraza espectacular desde la que se divisaba la Valencia monumental, con sus tejados, torres y cupulas. Un escenario unico, embellecido con la calida iluminacion nocturna de la ciudad. Era una noche de verano y en la terraza habia preparada una mesa adornada, vestida con un mantel blanco de ligeros bordados, un jarron de cristal con flores frescas, velas perfumadas con llamas que temblaban ligeramente a cada golpe de brisa, y una vajilla y cristaleria muy vistosas y coloristas. Colgaban por la pared, enredadas en algunas plantas, ristras de diminutas lucecitas que creaban una atmosfera con un cierto toque navideno. Todo un entorno que parecia sacado de la mejor revista de decoracion. El conjunto estaba predispuesto con todos los detalles para abandonarse a los sentidos. El mismo se molesto en preparar personalmente la cena. Se deshacia en atenciones. La velada estaba siendo agradable, hasta que empezo a intentar algun que otro acercamiento que me llevo a < >, buscando distancia fisica. A cada aproximacion, yo iba levantando una barrera mas alta, no una simple valla que se cae con el viento, sino un verdadero muro que me separaba del deseo de sentir el cuerpo de aquel hombre. El problema no era que no me hiciera tilin, el problema era que no me hacia tilin ningun hombre. Me habia convertido en una especie de < > sexual, ajena a todo lo que suponia una atraccion por el otro sexo, incluso se podria decir que sentia rechazo. En lo relacionado con el deseo estaba muerta y enterrada. Los acercamientos fisicos para intentar besarme habian sido frustrados, por lo que Pedro opto por las palabras. Me cogio la mano que tenia languidamente apoyada sobre la mesa y me la apreto con la suya. --Elisa, te quiero decir que llevo bastante tiempo pensando en ti, no se si te habias dado cuenta. --Si, me he dado cuenta de que pasabas a menudo por la oficina sin una necesidad real. --Habia una necesidad: la de verte. Estaba viviendo una situacion incomoda. Su mujer habia fallecido hacia dos anos y el no era ningun picaflor; me estaba desnudando su corazon y yo, en lo que se referia a la piel, era una cyborg. Pedro continuo hablandome. --Me gustaria tener una relacion contigo. Me gustas. Me apetece rehacer mi vida, compartirla con una mujer como tu. Creo que eres idonea para mi. En honor a la verdad, me senti atraido por ti antes de quedarme viudo, pero respetaba demasiado a mi mujer como para haberte insinuado algo. Yo escuchaba atenta su discurso que, tras una pausa, como para tomar aliento, continuo. --Si te digo que empezaste a gustarme cuando estabas en pleno tratamiento y llevabas la peluca... Iba alguna vez por la oficina, te veia por el cristal de tu despacho y Nieves me decia que apenas faltabas al trabajo y que tu talante era el de una mujer positiva y luchadora; y eso, precisamente, es lo que empezo a gustarme de ti: me parecias una mujer fuerte. A mi mujer la quise mucho, pero se quejaba por todo y la menor contrariedad le superaba. --No soy tan fuerte, no lo creas. El cancer lo viven cientos de hombres y mujeres y seguro que con mas valentia que yo. Por suerte, el mio lo cogieron a tiempo y no fue muy virulento, pero he de confesarte que tuve bastantes momentos de debilidad. Aunque me resulta curioso lo que dices, que te sintieras atraido por mi cuando entonces, fisicamente, estaba hecha un adefesio. !Vaya, tambien era un hombre sensible! !?Que mas se podia pedir?! No sabia que decir para no herirle. Era encantador y poseia muchas cualidades: todavia guapo, con buena conversacion, con un agradable perfume a Acqua di Parma y me miraba con los ojos embelesados. Cualquier mujer se hubiera sentido halagada y estaria saboreando esos momentos. Desde luego, el problema debia estar en mi. --Pedro, no se que decirte --le conteste--. Yo, de momento, no me veo compartiendo mi vida con un hombre. --No digas eso, Elisa. Eres una mujer todavia joven y atractiva --me dijo con una expresion indefinida, supongo que intentando disimular su decepcion al escuchar mis palabras. No le explique que, para tener una relacion, lo primero que habia que sentir eran ganas y yo habia dejado de tenerlas. Ya no me apetecia meterme en la cama con un hombre. Recordaba los ultimos encuentros sexuales con Victor. Por decirlo de alguna manera, el hacia el amor por un lado y yo por otro, es decir, no lo haciamos. Esos encuentros se convirtieron en una sucesion de movimientos mecanicos, desapasionados y sin conexion que buscaban la propia satisfaccion sin pensar ya en el otro, o eso es lo que me parecia a mi. Pero ?que sentiria el cuando me venia a buscar y yo, simplemente, me dejaba hacer? Seguro que percibia mi falta de ganas..., pero nunca lo hablamos; ya habia demasiadas cosas rotas entre nosotros que no tenian reparacion alguna. Incluso esos encuentros sexuales llegaron un dia a terminarse e inicie una especie de hibernacion, un letargo sexual. Dormia en el larguero de la cama evitando cualquier contacto que supusiera un comienzo de la ceremonia sexual. El calor se esfumo y en nuestra cama se formaban tempanos; podian construirse iglus. Seguro que todo eso me habia dejado huella, pero ?por que no pusimos remedio antes a aquella situacion? ?Tal vez no habia tenido buen sexo y para mi empezar una nueva relacion era como retomar mas de lo mismo? ?Existia el buen sexo? ?Podria volver a recuperar el deseo? ?Queria volver a recuperarlo? ?Para que lo necesitaba? ?Por que crearme una necesidad que no tenia? Acabamos la cena y el pobre Pedro, en los meses siguientes, insistio alguna que otra vez mas, hasta que desistio, y yo me alegre. Capitulo 1 Al levantarme, antes incluso de pasar por el aseo, iba derecha a poner la cafetera. Me gusta el cafe de cafetera italiana. Hasta me resulta agradable escuchar su pitido y ver como sale el vapor cuando empieza a subir. Mi madre me habia regalado una de capsulas que solo usaba cuando venia de visita. Se empenaba tambien en traerme de vez en cuando las dichosas capsulas, pero yo se las regalaba a mi amiga Julia y hacia como que las gastaba para que no sospechara que seguia prefiriendo el olor y el sabor del cafe de mi cafetera italiana. Que mentirijillas tan absurdas usamos los humanos; todo para no herir su corazon cuando se enterase de que su regalo no me habia gustado y no tenia ninguna intencion de darle uso. Al olor del cafe aparecia Rocco, reclamando tambien su desayuno. Un poco de pienso y arreglado. El siguiente paso era la emision de unas cuantas voces combinadas con la apertura de las puertas de las habitaciones de mis hijos para invitar a Violeta y Marcos a levantarse. Al poco tiempo, aparecian por el pasillo, somnolientos, dirigiendo entre bostezos sus pasos a la cocina, que se convertia en el primer lugar de encuentro familiar al empezar el dia. Violeta estaba a punto de cumplir los dieciseis y Marcos tenia veinte. No eran ningunos ninos, pero su madre, que era yo, les seguia preparando las tostadas y su vaso de leche, con la intencion de que se fueran bien desayunados a clase. Cosas de las madres. Ellos tomaban el desayuno en la mesa, pero yo habia cogido la costumbre de dejar el mio sobre la encimera de la cocina. De pie, agarraba mi taza de cafe y, entre sorbo y sorbo, ponia el lavavajillas o hacia cualquier otra cosa de logistica domestica. Esos eran mis desayunos diarios salvo los fines de semana, en los que me acercaba a la terraza del bar de al lado y me sentaba, sin mirar el reloj, a tomar un capuchino y leer la prensa acompanada de Rocco. Le encantaba bajar conmigo el sabado y el domingo por la manana. Se tumbaba en el suelo con paciencia y, cuando lo miraba, me parecia que pensaba: <>. Creo que Rocco pensaba eso, y he de decir que yo tambien. Ya estaba establecido que era yo quien bajaba al perro por la manana. Habia optado por dejar de renir con mis hijos; desgastaba mas el entrar en debates mananeros sobre a quien de los dos le tocaba sacarlo que madrugar un poco mas y bajarlo sin batallas. Despues de ducharme ya lo tenia detras de mi porque sabia que era la encargada de su paseo matutino. Desayunados, duchados y vestidos saliamos de la casa para afrontar el dia, dejando a Rocco como guardian del hogar. Tardaba en llegar a mi lugar de trabajo unos veinte minutos a pie; habia decidido hacer el trayecto andando para disfrutar de un paseo mientras aspiraba el aire de la manana y, de paso, hacer un poco de ejercicio. Usaba zapato plano para hacer el recorrido, pero en la taquilla de mi despacho siempre guardaba dos pares con algo de tacon, unos negros y otros marrones, que me calzaba en ocasiones para ir por la oficina. -
Calle Dublin de Samantha Young
https://gigalibros.com/calle-dublin.htmlJocelyn Butler se ha estado escondiendo de su pasado durante anos. Pero todos sus secretos estan a punto de ser descubiertos?
Hace cuatro anos, Jocelyn dejo atras su tragico pasado en los Estados Unidos y comenzo de nuevo en Escocia, enterrando su dolor, haciendo caso omiso de sus demonios y avanzando sin ataduras. Su vida solitaria esta funcionando bien hasta que se muda a un nuevo apartamento en Dublin Street, donde
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Y acompasar nuestros pasos por la acera de R. Freire
https://gigalibros.com/y-acompasar-nuestros-pasos-por-la-acera.htmlNuria se tenia por una chica tranquila, poco amiga de aventuras y estrictamente heterosexual. ?Por que, entonces, no trato de escabullirse cuando descubrio que Daniela era su esperada cita a ciegas? ?Era solo curiosidad lo que sentia? ?Como se explicaba que aquella hermosa joven pareciera comprenderla mejor que ningun hombre?
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No puedo dormir contigo, carino (Los peligros de enamorarse de un libertino 2) de Raquel Mingo
https://gigalibros.com/no-puedo-dormir-contigo-carino-los-peligros-de-enamorarse-de-un-libertino-2.htmlLlega la segunda entrega de la serie <
> con la historia de Helailla y Keylan. -
La maldicion de Tonr (Leyendas del Bosque Azul) de Leslie G
https://gigalibros.com/la-maldicion-de-tonr-leyendas-del-bosque-azul.htmlEl gran bosque dormia sumergido en una densa niebla que lo cubria por completo como si intentara esconderlo del mundo. En el suelo, una triste criatura se arrastraba sobre la hierba mojada; el olor a tierra invadia su nariz y sus unas se enterraban en el lodo. La luz de la luna atravesaba la niebla y llegaba hasta ella transformada en sombras. Y, mientras su cuerpo maltrecho reptaba entre penumbras, la criatura se preguntaba si sobreviviria un dia mas. Sus piernas se habian convertido en dos pesos muertos que no hacian sino retrasarla en su viaje. Las piedras del camino habian abierto varios cortes en su abdomen, algunos bastante profundos, y la sangre que brotaba de su cuerpo dejaba charcos de plata escondidos entre las hojas. El cansancio iba venciendo a sus brazos, que batallaban duro para arrastrar aquel cuerpo inutil. Estaba exhausta, las lagrimas le nublaban la vista y su piel habia comenzado a agrietarse como una fruta seca. Pero no se detenia, porque llevaba el peso del mundo en su vientre desnudo, porque, si lo hacia, estaria condenandolos a todos. Cuando llego a la caverna, apenas conseguia mantenerse despierta, tenia la barriga lacerada y el rostro desfigurado por las heridas. Estaba muriendo, y el simple movimiento de estirar un brazo para impulsarse hacia el frente le parecia una tortura. Aun asi, logro colocar una mano en el agua, dejando que el frio penetrara en su piel y avivara sus sentidos. Poco a poco se arrastro hacia adentro de aquellas aguas negras con olor a muerte, cerro los ojos y se dejo llevar por la corriente hasta las entranas de la tierra. El primer sol se le perdio detras de una estalactita gigante cuya punta se hundia toscamente en el lago subterraneo. Y, cuando aquella agua congelada se llevo sus lagrimas, ella hizo un juramento. Capitulo 1: La caverna 1 Sylha solto un chiflido nada apropiado para una exprincesa de veinte anos, pero lo que tenia delante valia eso y mucho mas. Habia llegado a la isla justo cuando el primer sol comenzaba a aparecer en el horizonte, aprovechando la marea baja y las aguas calmas de la madrugada. Ahora, despues de pasarse la mitad del dia atravesando bosques y escalando el enorme morro de piedras que la separaba del extremo este, entendia por que le habian advertido que no podria rodear la isla con el bote. Delante de ella se extendia un precipicio hasta la playa, donde olas de mas de quince metros arremetian con tanta furia contra las rocas que el agua le llegaba a salpicar los pies. Cada vez que las olas se alejaban, era posible ver la arena blanca esperando para ser cubierta nuevamente. Parecia que el mar habia perdido la cordura. --Bonito, ?verdad? --sono una voz a su lado que le hizo dar un salto y desenvainar la espada --. Existe una belleza rara en todo lo salvaje --completo el anciano con una sonrisa en los labios. El hombre era rechoncho y un poco mas alto que ella. Llevaba una barba blanca que le llegaba al pecho y vestia un overol azul claro por encima de una camisa de cuadros con mangas largas. En contraste con la barba, su cabeza no ostentaba ni un solo cabello y brillaba bajo la luz del sol, cubierta de sudor. Tenia unos ojos pequenos que la miraban como ella siempre penso que lo hubiera hecho su abuelo de haberla conocido. --?Tu eres el guardian? --pregunto la chica guardando nuevamente su espada en el cinto. --Puedes llamarme asi si lo deseas, ?y tu eres la invasora? --Puedes llamarme asi. El viejo asintio, luego miro al mar: --No eres la primera que lo intenta. --Lo se. La ola que llegaba en ese momento les dio un bano de agua fria y le arrebato una carcajada al anciano. --?Vas a tratar de impedirmelo? --pregunto Sylha lamentando no haber resguardado sus pertenencias fuera del alcance de las olas. --Yo no, ese no es mi trabajo. Ella queria preguntarle cual era su trabajo; si el guardian no estaba alli para cuidar del prisionero, entonces, ?para que estaba? Se mordio la lengua, los dos soles ya habian recorrido la cuarta parte del camino y no tenia mucho tiempo si queria marcharse antes de que anocheciera. La unica entrada de la caverna se encontraba alla abajo. Sylha se pregunto de que forma el guardian le haria llegar las provisiones al prisionero, luego recordo que aquel recluso en particular no necesitaba provisiones y un escalofrio recorrio la piel de sus brazos. Sin perder mas tiempo, ato un extremo de su soga a la roca mas firme que encontro y se paso el otro por entre las piernas en forma de arnes. Conto los latidos de su corazon entre una ola y otra, y decidio que, si lograba alcanzar la entrada antes de llegar a treinta, estaria segura. Se colgo del precipicio y, cuando la proxima ola llego, el miedo la congelo en el lugar. --No tienes que hacerlo, mi nina --le dijo el anciano--. No vale la pena. Eso era todo lo que necesitaba escuchar. Sylha lleno sus pulmones de aire y espero una nueva ola. Lo ultimo que vio antes de lanzarse al vacio fue una sonrisa triste en el rostro del guardian. <
>, penso y comenzo a contar. Cayo en la arena mojada con un golpe tan fuerte que abrio un hueco a su alrededor. A su espalda podia escuchar al mar preparandose para una nueva embestida; adelante, la entrada de la caverna la sorprendio por su tamano. --Es demasiado grande, no me protegera de la fuerza de la ola. Pero no habia otro lugar para donde correr, ni mucho menos tiempo de subir por la soga nuevamente. Asi que entro en la cueva, que se abria hacia el interior de la montana como una boca gigante. El enorme tunel se perdia en la oscuridad, pero continuaba siendo demasiado ancho para frenar la fuerza del mar. La chica acelero el paso, buscando entre las paredes algun refugio donde pudiera ponerse a salvo. Entonces, un instante antes de que el agua tapara por completo la luz del dia, un timido rayo de sol ilumino la grieta. 2 Cuando Sylha termino de pasar el cuerpo por la grieta, llego el agua, entrando en la caverna con un sonido estruendoso y llevandose la poca iluminacion que restaba. La chica sabia que la camara donde se encontraba ahora tambien se inundaria, pero el delgado espacio de la ranura frenaria la fuerza del mar y la salvaria de morir aplastada contra una roca. El nivel del agua comenzo a subir. Ella se sujeto de una estalagmita y contuvo la respiracion, contando los segundos en espera de que el agua se retirara de nuevo. Llego a treinta y aun no podia respirar. Algunas burbujas de aire escaparon por su boca, y la joven se vio obligada a luchar con fuerza para calmar los latidos de su corazon, era la unica forma de lograr que el poco aire que le quedaba en los pulmones le rindiera un tiempo mas. Estar rodeada de rocas no ayudaba en nada, tampoco el hecho de que ya iba por cuarenta y el agua no parecia querer salir de alli. < >. Y el agua salio. Lentamente, mucho mas despacio que como habia entrado, el agua abandono la cueva. Entonces la joven pudo ver donde se encontraba. Todo era como lo recordaba: un intrincado conjunto de grutas y rocas que se entrelazaban con la montana en caminos que ascendian a la oscuridad. Aquella era la verdadera entrada de la caverna; de haber seguido por el tunel principal, probablemente ya estaria muerta. No le fue dificil encontrar la ruta que debia seguir, ella ya habia estado alli demasiadas veces como para perderse. Sylha comenzo a subir, contemplando admirada como la oscuridad se intercalaba con los rayos de sol que atravesaban esporadicas ranuras entre las rocas que formaban la montana, manteniendo el ambiente envuelto en penumbras que a duras penas le permitian distinguir los toscos escalones. Las proximas olas tambien llegaron hasta ella, pero el agua poco a poco fue perdiendo terreno y, conforme la chica se adentraba en las entranas de aquella fortaleza escondida, el mundo en el exterior se le fue haciendo lejano. Habia muchos pasajes dentro de la montana, ninguno parecia hecho por los hombres. Las paredes de las grutas eran asperas y humedas. El techo estaba cubierto de estalactitas, algunas de las cuales se unian a las rocas en forma de columnas que la chica necesitaba rodear para seguir su camino. El suelo estaba mayormente seco, salvo por algunas pozas de agua que aparecian en medio del trayecto. Despues de un tiempo, Sylha comprendio que los < > no eran mas que irregularidades en las rocas que formaban la pendiente. Estaba tan ensimismada en su camino que no percibio cuando el aire se volvio mohoso y, solo cuando vio la enorme sombra pasar de un lado para otro a algunos metros de ella, Sylha se dio cuenta de que habia llegado a los dominios de la Raposa. 3 El corazon se le disparo en el pecho y su cuerpo entero se inmovilizo. Sylha se obligo a respirar, ella conocia al animal, podria identificar aquel olor con los ojos cerrados y sabia lo que tenia que hacer. --Espero no estar equivocada --se dijo--, no seria un buen momento para descubrirlo. Si alguien le hubiera dicho cinco anos atras a la princesa de Tonr que un dia se encontraria dentro de una caverna, jugando a los escondidos con un animal demoniaco, se hubiera echado a reir; no por causa de la caverna ni por lo siniestro del asunto, sino simplemente porque Sylha siempre odio esconderse. No lo hacia bien y odiaba todas las cosas que no se le daban bien. Aquella era otra epoca, tan distante que parecia la vida de una persona diferente. La joven se apretujo contra una estalagmita que, por su tamano, podia esconderla perfectamente. No necesitaba mucho espacio para eso, pues su cuerpo continuaba siendo tan delgado como siempre, demasiado escualido para el gusto de la mayoria de las personas. No tuvo que esperar mucho para que el animal apareciera y, aunque ella recordaba con exactitud cada detalle de su apariencia, la sangre abandono su cuerpo en el momento en que la enorme cabeza asomo por detras de las rocas. Tambien recordaba otras cosas. Sylha estiro el brazo con los ojos cerrados, intentando no pensar en las mandibulas de la Raposa, ignorando el olor a pescado descompuesto y las gotas de saliva que cayeron sobre su piel cuando la bestia acerco el hocico. Asi era el juego, la Raposa olfatearia su alma y decidiria si era digna, o al menos era eso lo que ella habia entendido despues de tantos encuentros desafortunados. Tal vez nada tenia sentido y la Raposa reaccionaba segun estuviera de humor ese dia, pero Sylha no queria ni imaginar que sucederia ahora si el animal decidiese atacarla. Mientras esperaba el veredicto, la chica se permitio un vistazo rapido e inmediatamente se arrepintio de haberlo hecho. La cabeza del animal era tan grande que el puno de la chica cabria enteramente dentro de uno de los orificios de su hocico grotesco. Su cuerpo tapaba la gruta por completo --Sylha llego a pensar que si la bestia no crecia mas era porque el limitado espacio donde vivia no se lo permitia --, y su aspecto era tal y como ella recordaba: desprovista de piel, la enorme Raposa ostentaba musculos y tendones que brillaban banados en una sangre hedionda; el rostro era una mascara de terror donde podian verse colmillos amarillentos enterrados en el hueso, como si hubieran sido implantados por la fuerza. Si algo habia aprendido la joven en sus tantos encuentros con la bestia, era que el miedo la traicionaria. Sylha mantenia el brazo firme, soportando el escrutinio de la Raposa, quien lanzaba ondas de aire caliente al olfatearle la mano. Pero no podia evitar que la chispa de temor que habia activado cuando la observo se encendiera cada vez mas. Sabia que el animal lo sentiria y sabia que aquel seria su fin. La bestia le dedico un grunido de advertencia, era una escena extrana considerando que el animal no tenia labios; aun asi, aterradora. Ella respiro con fuerza y cerro los ojos, concentrandose en el motivo que la habia impulsado a realizar aquel viaje, tenia que lograrlo. Un momento despues, la Raposa giro su cabeza y se fue. Sylha suspiro, habia pasado la primera prueba, pero no terminaria ahi. Sabia que el animal la dejaria deambular por las cavernas, pero, cuando descubriera hacia donde realmente ella se dirigia, la cazaria. 4 A partir de ese punto, los caminos por dentro de la montana se volvieron oscuros. Cuanto mas se adentraba en aquel laberinto de cuevas, mas desagradable se le hacia el viaje. Por las paredes de piedras comenzaron a aparecer rastros de sangre seca, espinas de pescados y huesos. En una de las camaras, Sylha se encontro un amontonado de armas oxidadas y viejas, entre las cuales se podian ver restos de personas. Virandose de espalda, la chica se ato un panuelo sobre la nariz y la boca, intentando filtrar el aire putrido y enfocar sus pensamientos en cualquier otra cosa fuera de aquel lugar. No podia permitirse vomitar, pues eso atraeria la atencion de la Raposa. Ella sabia lo que encontraria alla dentro, no era la primera vez que estaba alli. Sin embargo, no podia evitar que el estomago se le retorciera al recordar que, si el animal la tomaba desprevenida, acabaria uniendose a la coleccion macabra. De una cosa estaba segura: aquel era el camino correcto. Cuando se fue acercando a su destino, la luz la fue abandonando. Sylha continuaba encontrando algun que otro agujero entre las piedras; eran demasiado pequenos para poder mirar a traves de ellos, pero lo bastante grandes como para notar que alla afuera aun era de dia. Sin embargo, la luz no entraba en la caverna, sino que se limitaba a formar pequenas esferas alrededor de los huecos y el efecto optico era perturbador. La chica escuchaba los pasos de la Raposa alrededor de ella. La bestia la habia dejado ir, pero la mantenia vigilada desde los cientos de tuneles que se entrelazaban en la montana. Sylha sabia que no faltaba mucho para que el animal descubriera hacia donde se estaba dirigiendo y, disimuladamente, puso una mano sobre la empunadura de su espada. Ella era consciente de que no la podria matar, la Raposa era un animal magico que ni siquiera estaba vivo, pero se sentia mas segura de esa forma. Estaba tan oscuro que Sylha ya no veia donde colocaba los pies y tenia que pasar las manos por las paredes de las grutas para guiarse. Se encontraba cerca. Entonces, llego el silencio. Sylha detuvo sus pasos, sintiendo como el miedo formaba una bola fria en su garganta, y aguzo el oido. Las estalactitas habian dejado de gotear, la Raposa habia dejado de moverse... < >, penso mientras se dejaba llevar por el terror. Y corrio. La exprincesa de Tonr salio en disparada atravesando tuneles con el sudor mojandole la frente y una bestia milenaria siguiendole los pasos. La mayoria de las veces que habia visitado aquel lugar terminaban de la misma forma: ese era el momento en que moria. --Hoy no. Cada vez que doblaba una esquina sentia a la Raposa mas cerca. Despues de un tiempo perdio totalmente el sentido de sus pasos y temio estar dando vueltas en circulo. El hedor del animal llegaba cada vez mas fuerte, y casi podia sentir su odio. La Raposa le habia permitido pasar con una sola condicion, y ella la habia traicionado. --Lo siento --susurro como si sirviera de algo. Sylha corria con unas piernas que ya no parecian suyas, sin detenerse a buscar el camino correcto, volando sobre los charcos del suelo y girando entre tuneles oscuros. Estaba tan aterrorizada que no se dio cuenta de cuando la oscuridad la envolvio por completo, un detalle importante considerando lo que significaba: habia llegado. Sylha paro, intentando inutilmente mirarse las manos, con el corazon estallando dentro de su pecho. A pesar de no haber rejas ni cerraduras, ella sabia donde estaba; habia sonado demasiadas veces con aquel lugar, con aquella camara dentro de la montana donde, con solo colocar un pie, era invadida por una oscuridad perfecta. Llevaba exactamente cinco anos teniendo el mismo sueno, con finales diferentes. Cinco anos que habia dedicado a prepararse para el dia en que lo enfrentaria de verdad. Y alli estaba, aranada y cansada, destruida por la vida, cumpliendo su sueno; por algun motivo, aquello no parecia alegrarla. <>, penso. Entonces, unos ojos rojos aparecieron frente a ella: --Hola, Sylha, bienvenida a mi hogar. -
Los discipulos de Baco de Daniel Garcia Gimenez
https://gigalibros.com/los-discipulos-de-baco.htmlLa investigacion sobre unos asesinatos relacionados con el mundo del vino llega a manos de una agente de policia. El encuentro con un confidente la embarcara en una carrera que esta obligada a ganar sin conocer quienes son sus oponentes. Un mafioso ruso, una arqueologa furtiva, el archivero de la catedral de Barcelona, una rubia enigmatica, un antiguo oficial nazi, un sicario de mirada tierna y un enologo crapula cruzan sus caminos con un objetivo unico: descubrir el secreto oculto en una botella de vino centenaria.
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El libro de mi destino (Narrativa), Parinoush Saniee de Parinoush Saniee
https://gigalibros.com/el-libro-de-mi-destino-narrativa-parinoush-saniee.html -
Eres solo una esclava. Reina de Aina Castillo
https://gigalibros.com/eres-solo-una-esclava-reina.htmlYa vienen. Ya vienen. --No podemos tenerla aqui. La mataran. --Tenemos que hacer algo urgente. No podemos quedarnos aqui. El ruido de los pasos que avanzaban, sonaban como la marcha de la muerte. De fondo, los gritos de desesperacion que se ahogaban en las detonaciones de las armas. En la oscuridad, la discusion era llevada en susurros. A pesar del miedo que sentian, ese hermoso bebe dormia placidamente en los brazos de su madre. La mujer la envolvio aun mas porque, a pesar del terror, la noche estaba mas fria que nunca. La contemplo por un rato. La expresion de serenidad y de completo amor le hizo pensar que por un momento nada malo podria suceder. Pero no era asi, el sonido del peligro se hacia cada vez mas intenso y sabia que no habia escapatoria. --Vete. --?Pero de que hablas? --Vete, vete con la nina. Vayanse. --No te puedo dejar aqui. --Vete, te he dicho. El le tomo el rostro y una lagrima recorrio la mejilla. Ella supo que el final era inminente por mas que lo negara en su alma. --Vete... Hazlo ya. La voz fue mucho mas suave pero igual se sintio como una sentencia cruel. El dolor estaba en el aire pero eso era lo que se podia hacer. No habia otra solucion. Entonces, la mujer diviso una puerta en el medio de la oscuridad y antes de irse, giro para ver por ultima vez al hombre que siempre habia amado. Se encontro en la calle, en ese lugar que habia sido su hogar por tanto tiempo y que ahora era solo un escenario de destruccion y dolor. Los gritos aumentaban, por lo que tomo a su bebe entre los brazos para protegerla de todo lo que habia alrededor. Se convertiria en su escudo sin importar nada mas. Sorteo lugares con cuerpos y sangre, reconocio los rostros de vecinos y de las mascotas que tambien se habian convertido en parte de su familia. Casas destruidas y ese ambiente de desolacion. Ese era el futuro que le esperaba a su hija. Corrio con todas las fuerzas de su cuerpo, al mismo tiempo que sus brazos actuaban como la barrera de proteccion contra todo lo demas. Poco a poco, la mujer dejo atras aquello que tanto amaba. Recorrio caminos que no habia conocido jamas, con la sensacion de que la pesadilla aun no habia terminado... Y tenia razon. Justo cuando penso que por fin estaba lejos de todo, fue interceptada por un grupo de hombres altos y muy amenazantes. Se quedo muda y comprendio que su destino ya no era el de estar con ella, pero al menos haria el intento de salvarla. --Por favor, mirenla. Es solo una bebe. No tiene culpa de nada. Tenia los ojos cargados de lagrimas y la voz quebrada por la desesperacion. Si alguien tenia que vivir, sin duda, era la pequena. --Hagan conmigo lo que quieran, no me importa. Pero por Dios, se lo ruego, no le hagan dano. Es un ser puro e inocente. Se lo ruego, por lo que usted mas quiera. Tuvo la sensacion de que todo estaba perdido hasta que un hombre emergio entre el grupo. Ella no lo pudo detallar porque todo estaba oscuro y la angustia era demasiado grande. Entonces, el estiro los brazos para recibirla. La madre, le sonrio agradecida y antes de despedirse de ella, le dio un beso en la frente. --Estes en donde estes, siempre estaremos contigo. La dejo sobre los brazos del desconocido con la esperanza de que ella tuviera un futuro. Luego, se quedo alli de pie, mirando como su hija se separaba de ella, mientras aun dormida en la tranquilidad. Ese ligero cambio fue suficiente como para que la bebe pudiera despertar. Abrio esos grandes ojos azules y miro fijamente a esa persona que la sostenia. No lloro, no se puso inquieta, mas bien estaba tranquila y curiosa. --No te preocupes. Todo saldra bien. II El hombre subio a un coche de color negro mate mientras aun cargaba a la nina en brazos. Se quedaba mirandola, como ensimismado y se dio cuenta que queria cuidarla como si fuera el mas preciado de los tesoros. No estaba seguro de lo que habia pasado pero sintio que la amaba mas que nunca. Lo cierto es que todo el caos que habian dejado atras fue producto de un cambio que movio los cimientos de una sociedad fracturada. El mundo quedo ahogado en la oscuridad y en la incertidumbre, no habia una alternativa y solo quedo la necesidad de hacer una lucha de clases encarnecida y violenta. Era una especie de guerra civil, la cual sirvio para dividir aun mas a la gente. Los pobres contra los poderosos y, en el medio, la gente que apenas pudo salvarse al escoger de bando. Por supuesto, esto tambien represento que el futuro cambiaria por completo y para siempre. Eso, sin embargo, era solo la punta del iceberg. El conflicto social se vio bordeado por el politico y economico. La llamada burbuja exploto y acarreo un conflicto sin precedentes. No hubo oportunidad de recuperar nada, solo mirar el caos desde lejos. La crisis de los hidrocarburos tambien hizo mella, sin dejar de lado los conflictos sobre migrantes y refugiados. Poco a poco, las naciones comenzaron a aliarse entre si, con la finalidad de erigir muros para protegerse. La multiculturalidad se convertia en una especie de sombra del pasado. Gracias a ello, se hicieron movimientos civiles para purgar a esas clases "incompetentes". Ejercitos financiados por hombres de poder, se encargaron de eliminar a todo aquello que representara una potencial amenaza. La intencion era clara, se trataba de acaparar todo el control posible a traves del miedo. Los resultados se veian claramente. De esta manera, la sociedad mundial se organizo en ciudades estados y con una division social muy marcada: en el tope, los Alfas, individuos con todo el poder posible y unicos capaces de disfrutarlos privilegios de ello. Los Beta tendrian una postura menor pero hasta cierto grado influyente. Surgieron por medio de alianzas como metodo para salvarse el pellejo. Al final, tendria la ventaja de poder participar en ciertas decisiones relevantes, pero aun preservando una posicion inferior. En el fondo de la piramide, estaban los Omegas, considerados como la clase mas detestable que podria existir. Generalmente, estaba conformada por ladrones, prostitutas, drogadictos y todo aquel que no se le considerada medianamente decente o siquiera importante. Eran de lo peor y tenian que lidiar con ese destino hasta el dia de su muerte. Asi pues, luego de las purgas y de la caida de lo que se conocia en la humanidad, la sociedad volvio a resurgir de las cenizas pero de una manera radical. Ya nada seria como antes. Por ejemplo, en estas grandes ciudades-estados tambien se amurallaron entre si, con el fin de separar aun mas las clases. Los Alfas optaron por quedarse en el mejor lugar, seguidamente los Betas, ubicados en los alrededores. Los Omegas, por otro lado, fueron enviados a la periferia como si fueran desechos de la peor clase. Por ende, se resignaron a vivir en un ambiente hostil y dificil, sin la posibilidad de que pudieran mejorar sus condiciones de vida. En vista de todo aquello, el hombre negro no queria que su hija viviera entre extranos y maleantes, la queria lejos de todo aquello que pudiera corromperla. Por cuestiones de la vida, ni el ni su esposa podian concebir, asi que la llegada de esa criatura cambio todo. Por completo. --?Te parece bien? Los ojos de la mujer reflejaban una inmensa necesidad de amar. El solo verla la convencio de que era lo mejor que podia hacer por ella misma. Asi que la tomo en brazos y se quedo prendada de esos ojos grandes y azules. Tan brillantes, tan vivos. --Si... Que se quede con nosotros siempre, siempre. Siguio mirandola ensimismada por su belleza y termino por decir. --Louise... Ese sera tu nombre, Louise. La bebe sonrio como si estuviera de acuerdo con el nombre. Y desde ese momento, Louise Walker se convertiria en una de las Alfas mas importantes de ese lugar. Sus padres adoptivos hicieron lo posible por ocultar su verdadera identidad. Entonces, modificaron documentos y se inventaron una historia para hacerles entender a los demas que ciertamente se trataba de su hija. Sin embargo, estaba la constante pregunta que rondaba en el aire: "?Como lograron concebir?", esa misma que parecia ensombrecer su felicidad pero que era algo que lograban evadir de manera exitosa. Asi pues, Louise Walker crecio poco a poco rodeada de los lujos y de la tranquilidad de una sociedad Alfa que la apreciaba cada vez mas. Su caracter dulce y justo, su inteligencia y su fuerza resultaban admirables. Todo aquello vivia dentro de ella y resultaba ser conmovedor. Aunque era indudablemente encantadora, su padre se encargo de senalarle que el mundo era un lugar peligroso, por lo que tenia que aprender a defenderse de aquellas personas que estaban dispuestas a hacerle dano. --Aprenderas a pelear para que no dependas de nadie, salvo de ti misma. --?Por que? ?Acaso no tenemos personas que nos cuidan, papa? El viejo Walker recordo el momento en que su madre rogo por su vida en medio del fuego y de la muerte. Esa imagen punzo las neuronas de una manera que penso que perdia las fuerzas en las piernas. Entonces, tuvo que recordarse a si mismo que estaba alli, frente a su hija, con el fin de hacerle entender que tenia que hacerle caso
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No solo socios (Hermanos St. James 2) de Jamie Beck
https://gigalibros.com/no-solo-socios-hermanos-st-james-2.htmlLa vida perfecta de Cat St. James, modelo de portada, es pura apariencia. Por suerte, es una autentica maestra escondiendo la verdad a la camara y a los demas. Su actual problema se llama Hank Mitchell, el carpintero de voz suave al que dejo plantado hace unos meses. Verlo en la boda de su hermano no hace mas que empeorar su tristeza y despertar un inoportuno deseo que decide ahogar en champan.
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La Cabana_ Donde la Tragedia Se de Wm. Paul Young
https://gigalibros.com/la-cabana-donde-la-tragedia-se.htmlCuando la imaginacion de un escritor y la pasion de un teologo se fecundan entre si, el resultado es una novela del orden de La cabana. Este libro puede ser para nuestra generacion lo que El viaje del peregrino fue para la de John Bunyan, su autor. !Asi de bueno es! Eugene Peterson, profesor emerito de teologia espiritual, Regent College, Vancouver, B.C. Mientras leia La cabana me di cuenta de que las preguntas que se despliegan en esta cautivadora novela eran preguntas que yo llevaba muy dentro de mi. Lo maravilloso de este libro no es que ofrezca faciles respuestas a preguntas abrumadoras, sino que te invite a acercarte a un Dios de misericordia y amor, en el que encontramos esperanza y sanacion. Jim Palmer, autor de Divine Nobodies (Nadies divinos) La cabana es una invitacion unica en su genero a viajar al corazon de Dios mismo. En medio de mis lagrimas y exclamaciones de jubilo, fui realmente transformado por la amorosa piedad con la que Wm. Paul Young levanto el velo que tan a menudo me separaba de Dios y de mi mismo. Con cada pagina, los complicados sies y noes que distorsionan una relacion hasta convertirla en religion eran arrasados, conforme yo comprendia al Padre, el Hijo y el Espiritu por primera vez en mi vida. Patrick M. Roddy, ganador del Emmy como productor de ABC News Envuelta en creativa brillantez, La cabana es espiritualmente profunda, teologicamente iluminadora y vitalmente impactante. La recomiendo al maximo. Por cierto, estamos regalando ejemplares de la novela que es de dar gusto. Steve Berger, pastor de Grace Chapel Leipers Fork !Por fin una novela sobre el encuentro de un hombre con Dios, poseedora de integridad literaria y audacia espiritual! La cabana traspasa los cliches tanto de la religion como de la mala literatura para revelar algo bello y rotundo sobre la danza integral de la vida con lo divino. Esta historia se lee como una plegaria: como el mejor tipo de plegaria, llena de sudor y maravilla y transparencia y sorpresa. Cuando la lei, me senti en comunion con Dios. Si este ano lees una obra de ficcion, que sea esta. Mike Morrell, zoecarnate.com Una excepcional pieza literaria que te lleva directamente al corazon y naturaleza de Dios en medio del angustiante sufrimiento humano. Esta increible historia te retara a considerar la persona y el plan de Dios en terminos mas amplios de los que sonaste jamas. David Gregory, autor de Dinner with a Perfect Stranger (Cena con un perfecto desconocido) La cabana cambiara para siempre tu manera de pensar en Dios. Kathie Lee Gifford, coanimadora de Today Show (Programa de hoy) de la NBC Pense de verdad que este libro era un libro mas. Creanme, amigos: !no lo es! Cuando aparecen los carros alegoricos, por lo general los dejo ir. Pero en el caso de La cabana no solo me he subido al carro, sino que ademas no dejo de pedirle al conductor que se detenga para recoger a todos mis amigos. No recuerdo cuando fue la ultima vez que un libro, y mucho menos una obra de ficcion, tuvo tal impacto sanador en mi vida. Drew Marshall, conductora de radio, The Drew Marshall Show Si Dios es todopoderoso y esta lleno de amor, ?por que no hace algo con el dolor y el mal en nuestro mundo? Este libro responde esa antiquisima pregunta con sorprendente creatividad y asombrosa claridad. Con mucho, uno de los mejores libros que yo haya leido en mi vida. James Ryle, autor de Hippo In the Garden (Hipopotamos en el jardin) Seductor, con giros que desafian nuestras expectativas mientras nos ensenan eficaces lecciones teologicas sin condescendencia. Yo estaba llorando para la pagina 100. No podras leerlo sin involucrar tu corazon. Gayle E. Erwin, autora de The Jesus Style (El estilo de Jesus) Este libro va mas alla de ser la novela bien escrita llena de suspenso que es, y que te obliga a dar vuelta a la pagina. Desde la muerte de nuestro hijo Jason, el Senor nos ha guiado hasta un reducido numero de esos libros que cambian la vida, y este es el primero de la lista. Cuando llegues a la ultima pagina, habras cambiado. Dale Lang (rockcanada.org), padre de un estudiante muerto en el tiroteo de Columbine La cabana es una hermosa historia de como Dios sale a nuestro encuentro en medio de nuestras penas, atrapados por las desilusiones, traicionados por nuestros propios supuestos. El nunca nos deja donde nos encontro, a menos que insistamos. Wes Yoder, Ambassador Speakers Bureau La creatividad e imaginacion de La cabana te cautivaran, y antes de darte cuenta estaras experimentando a Dios como nunca. Las intuiciones de Wm. Paul Young no solo son cautivadoras, sino tambien biblicamente ciertas y fieles. No te pierdas esta transformadora historia de gracia. Greg Albrecht, director de Plain Truth Magazine (Revista La Pura Verdad) !Su libro es una obra maestra! Hay lagrimas en mis ojos y un nudo en mi garganta. Solo puedo pensar en quienes deberian leer sus palabras, y estoy convencida de que cada persona que lea este libro tambien conoce a otras necesitadas de sus palabras.
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Recuerdos secretos de Mallory Kane
https://gigalibros.com/recuerdos-secretos.htmlDespues de haber sido brutalmente atacado y dado por muerto, Jay Wellcome se habia quedado sin memoria. Pero ni siquiera la amnesia podia borrar la imagen de aquella belleza sin identidad…
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Hermanos de alma de David Diop
https://gigalibros.com/hermanos-de-alma.htmlAlfa Ndiaye es senegales y ha acabado combatiendo con el ejercito frances en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. En el mismo regimiento tambien lucha su amigo Mademba Diop, que es herido de gravedad en el frente. Cuando Mademba le pide que lo mate para evitar sufrimientos inutiles, Alfa se siente incapaz de cumplir su deseo. Ansioso por vengar la muerte de su companero, cada noche se desliza con sigilo hacia las posiciones enemigas, elige a un soldado cuidandose de no ser descubierto, clava la mirada en sus ojos azules, lo mata infligiendole la misma herida con que se desangro Mademba y despues le corta una mano y se la lleva como trofeo. Noche tras noche repite este macabro ritual.
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Caotica Jimena, Neira de Neira
https://gigalibros.com/caotica-jimena-neira.htmlJimena tiene un plan: vivir tranquila sin salir demasiado de su zona segura, conseguir un trabajo relacionado con sus estudios y no implicarse con nadie a un nivel que no sea puramente fisico.
El orden, la racionalidad, la dureza.
Bruno no tiene ninguno, mas que ser feliz con los pequenos placeres de la vida, pero si muchos problemas que debe resolver mientras deja que sus pasos lo guien.
El caos, la emotividad, la ternura.
Un piso. Un encuentro. El objetivo de una camara. Un giro inesperado. El desequilibrio.
Y sucede.
Dos personas aparentemente opuestas que se cruzan y convergen, cuando sus caminos no lo hacen.
Porque el amor no siempre llega en el momento indicado ni con la persona adecuada, pero no por ello desaparece.
Porque, aunque la vida nos haga elegir lo que mas duele, todas las historias de amor del mundo se merecen un final. -
Trubel de Tamara Ortiz Santiago
https://gigalibros.com/trubel.htmlSolo le basto ver sus ojos para saber que caeria rendido ante ella. Su cabello era rubio, sus ojos azules eran tan claros que le robaban el aliento. Su mirada era timida y su sonrisa coqueta.Trubel y Klarissa se entregaron entre ellos, se mostraron que eran lo mas importante que tenian el uno para el otro.Pero no todo siempre acaba bien. Surgen acontecimientos que hacen que las cosas se tuerzan. Y ellos desgraciadamente estaban a punto de descubrirlo.
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Prestame tu calor (Prestame 8) de Iris Boo
https://gigalibros.com/prestame-tu-calor-prestame-8.htmlLa ambicion de otros le arrebataron todo lo que mas queria, y le enseno que ser el jefe de la mafia irlandesa en Chicago exige un alto precio. El nunca busco ese puesto, la venganza le puso ahi, pero no puede dejarlo porque es el unico que puede mantener ese precario equilibrio que sostiene la paz en la ciudad.
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Fragmentos (Partials), Dan Wells de Dan Wells
https://gigalibros.com/fragmentos-partials-dan-wells.html -
La leyenda del guerrero de Emma G. Fraser
https://gigalibros.com/la-leyenda-del-guerrero.htmlAmy Campbell, una joven que acaba de perder su trabajo y su novio, decide embarcarse en un viaje a Escocia para conocer a su familia paterna y la historia de su clan junto a una amiga, Bonnie. Tras ver una representacion del final de la guerra entre los Campbell y MacDonald, las jovenes deciden visitar las ruinas del castillo MacDonald, pero un fuerte tornado las sorprende, llevandolas al ano 1615, en medio de la guerra de los clanes.
Iain MacDonald, tras heredar el titulo de laird de su clan, rechaza la oferta de matrimonio de Reid Campbell con su hija, por lo que este le vuelve a declarar la guerra. Tras numerosas muertes de inocentes, Iain jura vengarse de todos los Campbell, incluidas las mujeres de ese clan. Pero cuando Amy se cruza en su camino, su valentia y belleza lo atraen de tal manera que no podra dejarla escapar facilmente.
Pero cuando los Campbell los atacan, Amy tendra que hacer frente a su destino para cambiar el curso de la historia. -
Coser mi alma rota de Mabel Diaz
https://gigalibros.com/coser-mi-alma-rota.htmlAbril, una arquitecta de 27 anos, regresa a Madrid para entregar las invitaciones de su boda a familiares y amigos.
Sin embargo, no todos estan felices por el proximo enlace.
Su mejor amiga Mar duda de que se vaya a casar con el amor de su vida.
A sus padres tampoco les gusta la decision.
Y para colmo esta Carlos, su ex novio, quien al recibir la noticia se da cuenta de que esta a punto de perder a la unica mujer que ha amado por culpa de su estupido orgullo.
Los acontecimientos y el poco tiempo que le queda a Carlos le empujaran a cometer una locura.
?Dara resultado o finalmente Abril se casara con su prometido? -
No me prives de tu piel de Patricia Geller
https://gigalibros.com/no-me-prives-de-tu-piel.htmlEva se siente vacia y necesita olvidar. Su monotona vida no le depara demasiadas emociones, por lo que decide acudir a un club privado y mantener relaciones a oscuras con un hombre al que no puede ponerle rostro. Ella sabe que es un juego peligroso y que esos extranos encuentros tienen fecha de caducidad.
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Para Claire con amor de Africa Huertas
https://gigalibros.com/para-claire-con-amor.htmlRelato sobre el amor y el tiempo. Lo que perdura a pesar de todo, del mundo, del destino caprichoso y los acontecimientos. Para Claire con amor te hara viajar a dos epocas, en dos tiempos y dos vidas.
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Justo de Carlos Bassas Del Rey
https://gigalibros.com/justo.htmlLa verdadera justicia debe ser fria, implacable, desapasionada. Y para aplicarla, Dios decidio que cada generacion contara con treinta y seis Justos, los tzadik, hombres anonimos que mantienen el equilibrio entre el Bien y el Mal sobre la faz de la Tierra. Justo Ledesma es uno de ellos. Un viejo irascible que discurre por las calles de un barrio, el de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, que ya no es el suyo; de una ciudad, Barcelona, que dejo de serlo hace tiempo. Un hombre cansado que, consciente de que su fin esta cerca, decide saldar cuentas con su pasado; con un pasado que regresa de forma inesperada cincuenta anos despues.
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La Sumisa que hay en Mi (Saga Amigos Club Darkness 1), Iria Blake de Iria Blake
https://gigalibros.com/la-sumisa-que-hay-en-mi-saga-amigos-club-darkness-1-iria-blake.html -
Esta princesa ya no quiere tanto cuento de Anabel Garcia
https://gigalibros.com/esta-princesa-ya-no-quiere-tanto-cuento.htmlLa vida parece divertirse poniendome en situaciones limite de las que no se como salir. Pero esta vez se trata de un gran dilema, pues mi camino se ha bifurcado de repente y me lo juego todo a cara o cruz.
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Corazon en deuda de Kim Lawrence
https://gigalibros.com/corazon-en-deuda.html“Ven conmigo a Italia... y hazte pasar por mi prometida”.
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Guerreros de Iberia de Benjamin Collado Hinarejos
https://gigalibros.com/guerreros-de-iberia.html<
> Pompeyo Trogo. Poeta galo-romano del siglo i a.C. La antigua peninsula Iberica estuvo poblada por poderosos y muy diversos pueblos que tenian como rasgo identitario comun hacer la guerra. Desde los iberos hasta los lusitanos, pasando por los celtiberos, los vettones, los vacceos o los cantabros entre otros, todos luchaban por defender su estatus social y territorio en guerras internas o, por lo que son mas conocidos, contra el invasor romano. Este libro, una relevante investigacion sobre el mundo de la guerra en Iberia, con un relato riguroso y vibrante al mismo tiempo, muestra al lector de forma unica su manera combatir, el armamento que utilizaban, su organizacion en la batalla y, tambien, la arqueologia del campo de batalla que ha llegado hasta nuestros dias y que nos permite conocer mucho mas de aquellos excepcionales pueblos que marcaron profundamente la historia de Iberia. -
Aliados del amor (Libertinos Enamorados 1) de Vanny Ferrufino
https://gigalibros.com/aliados-del-amor-libertinos-enamorados-1.htmlA sus veintitres anos de edad y en su quinta temporada, lo mas atractivo que Lisa Stanton, hija de los marqueses de Winchester tiene, es su dote.
Una dote por la cual el empobrecido conde de Hamilton sera un excelente pretendiente. Pero el duque de Windsor, el hombre que rompio su compromiso anos atras, estara dispuesto a hacer todo lo posible con tal de atraparla.
Y Jaden Browning, duque de Windsor, siempre consigue lo que quiere. En este caso, tener bajo su poder el corazon y el alma de Lisa Stanton. -
Entre fotos apareciste tu de Ivan Arolle
https://gigalibros.com/entre-fotos-apareciste-tu.htmlLa pasion de Lucia es la fotografia y su trabajo. En uno de sus viajes y por cosas del destino, se enamora de Arturo, pero la vida lo quitara rapidamente de su camino.
Con el paso del tiempo, decide olvidar lo que fue y poner todas sus fuerzas en construir una relacion con Efrain, sabiendo que, quizas, nunca podra amarlo como se merece. No deja de intentarlo, hasta que la vida pone de nuevo al hombre que amo en su camino, pero esta vez Arturo aparece como el prometido de su mejor amiga.
Decisiones que tomar, donde en algun momento habra que elegir entre la amistad y el amor. -
A Sexy Berling (Epilogue), Maya Blair de Maya Blair
https://gigalibros.com/a-sexy-berling-epilogue-maya-blair.html -
Agatha y el chico de los tatuajes (Familia Reed 2) de Olivia Kiss
https://gigalibros.com/agatha-y-el-chico-de-los-tatuajes-familia-reed-2.htmlCuando Agatha descubre que el chico malo ha vuelto al pueblo, sabe que debe mantenerse alejada de el porque Daniel Kurt es todo lo que ella no ve con buenos ojos. Sin embargo, el destino no juega a su favor, y los dos terminan encerrados en la pequena biblioteca durante una noche de tormenta. Sin cobertura ni nada mejor que hacer, Agatha y Daniel comienzan a conocerse. Y ella no puede evitar la creciente curiosidad. ?Que hace rodeado de libros? ?Son ciertos los rumores que dicen sobre el? ?Y por que empieza a sentirse alterada ante su presencia y esos tatuajes que recubren sus brazos cuando es el ultimo hombre en el que se fijaria?
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Historias eroticas para viudas del Punyab de Balli Kaur Jaswal
https://gigalibros.com/historias-eroticas-para-viudas-del-punyab.html -
Un gin de Estrella Correa
https://gigalibros.com/un-gin.htmlAtrevida, sensual, divertida, emocionante. Llena de sorpresas y enganos. Todo se une en una novela donde el amor inunda cada pagina, nada es lo que parece y las dudas rodean a una chica que lucha por sobrevivir cada dia tratando de olvidar el pasado.
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Corrompido de L. Rodriguez
https://gigalibros.com/corrompido.htmlUn terrible accidente.
Un momento preciso.
Una responsabilidad inesperada llevara a Lisandro Prescott a
reconsiderar el rumbo de su vida.
?Podra una joven sembrar las semillas de la esperanza, el amor y la
ilusion en un hombre que paga una condena autoimpuesta? ?Sera
capaz Corina McKay de transformar el carino en amor verdadero?
Descubre la historia de dos almas incompletas que fueron creadas
para complementarse una a la otra.
Dejate hechizar bajo el poder de la inocencia. -
Hasta el Fin de la Soledad. Pandemia de Angel Palacios
https://gigalibros.com/hasta-el-fin-de-la-soledad-pandemia.htmlEn medio de un mundo desolado por una pandemia, Adhara se enfrente a la incognita de saber a donde ha ido su unico companero. Las dudas le inundan al igual que los recuerdos de su vida con el. Y cuando Adhara intenta continuar su vida lo mas normal posible, en medio de una profunda soledad, cuando empieza a escuchar que alguien le persigue.