• el libro de los quizas - Fran Russo

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    ?A que no eres capaz de leer solamente el primer capitulo?

  • EL LIBRO DE LOS QUIZAS | FRAN RUSSO

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    18 abr 2016 — Sinopsis de EL LIBRO DE LOS QUIZAS. Quizás por alguna razón quieras permanecer dormido y vivir la vida que tenías, es respetable. Lo triste es ...

  • EL LIBRO DE LOS QUIZÁS Tapa blanda - Russo, Fran

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    EL LIBRO DE LOS QUIZÁS : Russo, Fran: Amazon.es: Libros. ... Este libro trata de alejarse de los denominados libros de autoayuda, pero si te ayuda no habría ...

  • Reseña: El libro de los quizás

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    13 sept 2016 — De la mano de Frida Ediciones y escrito por Fran Russo llega un libro mágico que te hará pensar «El libro de los quizás», de la serie “Viva ...

  • El libro de los quizás - RUSSO, FRAN -5% en libros | FNAC

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    El libro de los quizás, libro o eBook de RUSSO, FRAN. Editorial: Mueve tu lengua. Los mejores precios en libros y eBooks.

  • EL LIBRO DE LOS QUIZÁS de Fran Russo - Mueve tu ...

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    Quizás por alguna razón quieras permanecer dormido y vivir la vida que tenías; es respetable. Lo triste es que la mayoría de las veces miras películas o ...

  • El Libro De Los Quizás - FRAN RUSSO - Agapea

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  • El libro de los quizás - Página del escritor Fran Russo

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    El libro de los quizás. Con más de 15.000 ejemplares vendidos en España y América os quiero dar las gracias. Pero sobre todo os quiero dar las gracias por ...

  • El libro de los quizás by Fran Russo - Goodreads

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    El libro de los quizás book. Read 4 reviews from the world's largest community for readers. ¿A que no eres capaz de leer solamente el primer capítulo?Qui...

  • Libro de Los Quizás, El. FRAN RUSSO - Carrefour

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    Titulo:LIBRO DE LOS QUIZAS, EL Autor:FRAN RUSSO Editorial:MUEVE TU LENGUA Género:Arte, Arquitectura, Cine y Fotografía Formato encuadernación:Tapa Blanda ...

  • El dia que Selma sono con un okapi de Mariana Leky

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    Todo el mundo en Westerwald sabe que Selma tiene un don especial: cuando suena con un okapi alguien fallece en veinticuatro horas. El dia que se hace realidad la premonicion que todos temen, las verdades acalladas y las cartas iniciadas con nunca y siempre comienzan a circular, y su sueno cambia irreversiblemente las vidas de Luise, su nieta; de Martin, el nino levantador de pesas; del optico enamorado; de la triste Marlies e, incluso, la de un peculiar monje budista.

  • Cleptomanas de Kirsten Smith

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  • Legado de traicion de Manuel Tabullo Alonso

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    El suicidio de Fernando Quiroga y el posterior asesinato de su hijo, son algo mas que simples coincidencias. Anton Veiga recibira el encargo de investigar los dos sucesos. Una investigacion en la que descubrira que ambas muertes estan relacionadas con un suceso ocurrido durante la guerra civil.

  • Siente, suena y ama de Marisol Gallardo

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    Lucia llevaba una vida feliz junto a los suyos, ese verano acababa de cumplir diecisiete anos. Una manana alguien llama a su puerta, era Miguel y preguntaba por su padre. A partir del momento en que sus miradas se cruzaron, se hicieron inseparables, dias llenos de ternura, complicidad y amor. Pero un dia, Miguel se subir al primer tren de la manana y desaparecer. Si quieres saber que ocurrio, las claves estan en siente, suena y ama, una novela, donde descubriras a Bea su amiga de la Universidad, Diana, una joven alocada que huye de su pasado y Ariel, una chica mexicana tan especial como sus antepasados. Una historia de amor y lealtad que te cautivara, te hara sonreir, emocionante y sobre todo valorar la verdadera amistad.

  • Adios, Princesa de David Rocasolano

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    Adios, Princesa es la historia del choque de un gran tren expreso, los borbones, contra una modesta caravana de gitanos, los Ortiz-Rocasolano. Nos han arrollado y ni siquiera se han preocupado de mirar hacia atras. Erika esta muerta y los demas nos hemos quedado solos y mutilados. Por eso escribo esto. Se que la historia no tiene vuelta atras. Pero esa historia, hasta ahora, solo ha sido contada de arriba abajo, con todo su glamour y su mentira. Ahora yo voy a contarla de abajo arriba. Desde lo que queda de aquella caravana destruida de gitanos. Advierto desde ya: no es una historia alegre.

  • Desde mi piel de Maria Moreno

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    Cuando me desperte me dolia terriblemente la cabeza y quise llevarme las manos a las sienes. Entonces me di cuenta de que estaba atada a la cama. Abri los ojos y mire a mi alrededor prestando toda la atencion que era capaz de prestar. Estaba aturdida y no veia con claridad, mi alrededor se presentaba borroso ante mi. Todo parecia muy blanco, muy limpio, y percibi el olor aseptico de los hospitales. No sabia que habia pasado o que estaba haciendo en este lugar. Entre imagenes que mi memoria se empenaba en traer a mi mente, olores que no podia identificar y un miedo atroz que no sabia de donde procedia, mi nombre aparecio de repente: "Miriam. Soy Miriam", me repeti mentalmente como si el mero hecho de recordar como me llamo fuera un triunfo Me llamo Miriam Santa Cruz y hoy he recibido un regalo que he estado pidiendo desde el mismo dia en que abri los ojos en este lugar: un cuaderno y un boligrafo. Parece ser que la doctora C ya no considera un peligro un simple boligrafo. En realidad nunca lo ha sido. Lo unico que queria era ordenar todo lo que va apareciendo en mi mente. Al principio eran imagenes sueltas que no significaban nada para mi, pero ahora son piezas del puzle que es mi vida que me quieren contar la historia de como he llegado hasta aqui. Cuando abri los ojos en un entorno tan blanco y tan limpio senti el inmenso alivio de haber conseguido lo que queria: por fin habia muerto. Eso era lo que pretendia aquella tarde en que me corte las venas y me meti en la banera para entregarme lentamente a mi destino. Y fue tan dulce el vaiven del agua carmesi contra mi fragil cuerpo, proporcionandome la paz que tanto habia ansiado, que este lugar inmaculado no podia ser otra cosa sino el final del camino. Por unos instantes pense que mis hijos aparecerian en algun rincon y los busque...los busque con los ojos y con el corazon, pero no estaban. Y me invadio una tristeza de otro mundo al recordar que ya habia despertado en lugares similares en otras muchas ocasiones, entumecida, dolorida, sedienta, con los ojos cerrados por la hinchazon de tal forma que no podia ver con claridad donde estaba y presa de un dolor fisico que se me antoja ahora mas leve que este sentimiento tan profundo que se ha aduenado de mi. El dolor fisico puede paliarse. El dolor del alma no. Me volvi a dormir sin querer. No podia mantenerme despierta, casi no podia ni fijar la vista. Ademas, durmiendo recuperaba la fantasia de que estaba muerta porque era un sueno sin suenos, un sueno en paz provocado por la medicacion, la misma medicacion que callaba las voces de mi cabeza que me decian que mis hijos me esperaban en algun lugar. La siguiente vez que recuerdo haber despertado vi a una mujer vestida con una bata blanca que me miraba. No la distinguia muy bien porque no podia enfocarla, pero recuerdo que me dijo: -No te preocupes. La vision borrosa y la somnolencia son efectos secundarios de la medicacion que iran desapareciendo poco a poco. Su voz tambien desaparecio lentamente en mis oidos, como en tantas ocasiones en que no pude despertar del todo. Hasta que un dia o una noche, por fin logre mantenerme despierta. Recuerdo que entro una mujer con una bata blanca que no reconoci como la que habia hablado conmigo en otras ocasiones hasta que oi su voz al preguntarme: -?Como te encuentras? Entonces me di cuenta de que jamas olvidaria esa voz porque me recordaba a la de mi madre. Hay voces que son eternas, que sobreviven mas alla del tiempo y la muerte y en aquel momento llegue a pensar que era a mi madre a la que estaba escuchando. La mire fijamente unos instantes. Era alta, de complexion media y con el pelo rizado por encima del hombro. Debia tener unos cincuenta. Esta vez se acerco a mi y me toco suavemente el brazo donde tenia las vias para el suero y la medicacion, en un intento de transmitirme su apoyo. Por fin me volvio a hablar y yo pude comprobar que esta voz que me era tan familiar iba acompanada de un rostro que no recordaba haber visto en mi vida. -?Como te encuentras? ?Puedes verme bien? ?Sabes donde estas? Y juro por lo mas sagrado que queria hablar aunque solo fuera para decirle que la razon por la que estoy aqui es porque fui lo bastante idiota como para no cerrar con pestillo la puerta del cuarto de bano cuando decidi que no podia aguantar tanto dolor. Sin embargo, las palabras se perdian en el camino a mis labios, agolpandose en mi garganta luchando por salir. Aquella vez no lo consiguieron. Lo que si salio fueron mis lagrimas a borbotones, que quemaban al recorrer mi rostro. Me dolian los ojos y cuando el liquido salado alcanzo mis labios, me escocieron terriblemente. Pasado un tiempo descubri que llevaba sedada dos semanas seguidas desde el dia en que, antes de que me ataran a la cama, intente saltar por la ventana una vez y acabar con mi vida a golpes contra la pared en otra ocasion, llegando incluso a mancharla de sangre. No fue mi unico intento de acabar lo que habia empezado aquella tarde en mi banera, al parecer tenia una gran habilidad para darme cabezazos con las paredes o usar cualquier instrumento que las enfermeras trajeran a mi habitacion para autolesionarme, nunca a los demas, solo a mi. Yo solo queria morir... y no me dejaban. Y por eso seguia atada. La doctora C creia que habia que esperar a que dejara de autolesionarme antes de pensar en soltarme las manos. Tambien los pies los tenia atados por seguridad. Una enfermera salio al pasillo a avisar al medico mientras yo descubria que en esta habitacion no habia ventanas. Por eso habia perdido por completo la nocion del tiempo. Por eso este cuarto era tan horriblemente blanco y brillante de dia y tan descorazonadoramente negro por la noche. Por eso y por los sedantes, supongo. Por desgracia, a partir de aquel momento empece a pasar mas tiempo despierta que dormida. No me gustaba la habitacion. Me recordaba a una despensa o al temido cuarto de las ratas donde las monjas del colegio amenazaban con encerrarnos si nos portabamos mal. A lo mejor era el infierno... o el purgatorio. Mire a mi alrededor. Nada. Ni cuadros, ni sillas. Nada. Solo la cama en que permanecia postrada y el suero que me mantenia con vida. En algun momento, supongo que por la manana o a medio dia, aparecio una enfermera en la habitacion y me dijo que me iba a liberar de algunas cosas entre las que no se encontraban mis ataduras. Era una mujer ya mayor, muy delgada, pequena y arrugada como una pasa. Recuerdo que tenia los ojos y los dientes pequenos. Nunca me gustaron las personas con ojos y dientes pequenos. De pequena se me antojaban duendes malos y supongo que nunca lo supere. Me quito la aguja que llevaba el suero a mis venas y luego la sonda. Casi me regano cuando me dijo: -Ya esta bien, bella durmiente. Si quieres hacer pis tendras que levantarte. Tuve la impresion de que estaba enfadada conmigo, pero no se me ocurria por que pues no recordaba ni haberla visto antes. -Quiero que quede clara una cosa- me dijo mientras enredaba alrededor de la cama- Te vamos a dar manzanilla y yogur para ver como toleras las alimentacion. ?Puedes negarte? Puedes. Entonces volvere con una sonda naso-gastrica y a eso si que no te podras negar. ?Esta claro? La presencia de esta mujer pequena y chillona me intimidaba enormemente. Salio de la habitacion y unos minutos despues aparecio la doctora que me era familiar. Traia consigo una silla plegable que abrio y coloco junto a mi cama antes de sentarse. -Hola - me dijo intentando aparentar indiferencia - Me alegra verte despierta. Quiero hablar contigo sobre algo muy importante. Quiero quitarte las ligaduras que te tienen sujeta a la cama, pero para eso necesito tu colaboracion. Mi mirada bajo instintivamente hasta las ligaduras de mis manos y subio para volver a encontrarse con los ojos de la doctora: -Necesito saber que no te vas a intentar hacer dano. ?Puedo confiar en ti? Parpadee. No sabia que decir. No sabia que queria decir con aquello. Imagine que debia haber hecho algo terrible para que todos en este lugar estuvieran enfadados conmigo y no confiaran en mi, pero no lo recordaba. -Fijate en tus munecas. Baje de nuevo los ojos hasta ellas. -Despues de tres semanas aun estan vendadas. ?Te digo por que? Porque la primera vez que te libere las manos, apenas sali por la puerta, te quitaste las vendas y te arrancaste los puntos a bocados. Una vaga imagen de sangre corriendo por mis brazos parecia querer confirmar que lo que esta mujer estaba diciendo era cierto. No dije nada. Simplemente segui mirandola a los ojos esperando mas instrucciones, o algun otro comentario. La doctora se acerco a mi y empezo a desatarme la mano derecha, que era la que le quedaba mas cerca. No parecia tener miedo de que la atacara, porque en lugar de rodear la cama para soltarme la otra mano, lo hizo desde donde estaba, colocando su cuerpo muy cerca del mio. Se retiro un poco, pero no volvio a sentarse. Supongo que queria observar mi reaccion. No hice nada extraordinario, con una mano me cogi una muneca y luego repeti el mismo gesto con la otra. Hice el ademan de apartarme el pelo del hombro, por pura costumbre y descubri que mi melena rojiza no caia sobre mis hombros. Mi mirada interrogante se clavo en los ojos de mi interlocutora: -Lo siento. No nos quedo mas remedio que cortarte el pelo. Has estado demasiado tiempo en la cama. Es una medida puramente higienica. Volvi a mirarme las manos, esta vez los dedos y las unas. Estaban inmaculadas, blancas y aterciopeladas. Mientras tanto, la doctora liberaba tambien mis pies. -Ya esta. Si todo sigue bien hoy tomaras algo suave y te sentaras un rato en la cama. No quiero que te marees cuando te levantes. Yo seguia mirandome las manos. Tenia la extrana sensacion de que eran de otra persona, como si no las recordara asi.

  • Ilusiones prestadas de Clara R. Sierra

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    Estoy empezando a pensar que los libros tienen vida propia y eligen cuando quieren ser publicados. A pesar de tener varios proyectos empezados, un dia me desperte con la idea fija de que era el momento de publicar una recopilacion de todas las colaboraciones que hice y aqui estan. Han sido seis anos en los que escribia para otros. Mis ideas, ilusiones, eran prestadas para Fan Pages, grupos de Facebook, antologias beneficas o no y programas de radio. Creo que para todos los que empezamos en este mundillo es un verdadero honor ver nuestro texto publicado y mas si es para una buena accion. Puede sonar un topico, pero es cierto, recibes mucho mas de lo que das. Cada texto que creas es un aprendizaje que no te ensena ningun curso de escritura y he participado en varios. La razon es que uno de los mejores ejercicios para aprender a escribir, es hacerlo y cada vez que tienes el reto de plasmar un relato de la nada: de eso trata. Recuerdo la primera vez que escribi un relato para ser publicado en la antologia benefica La vida es bella. Pensaba, ?como me dejan publicar con ellas? La mayoria eran ya escritoras con varias novelas a sus espaldas y a partir de ahi salieron muchas otras. Cuando comentaban en el grupo el proceso de subir el libro en la plataforma Amazon, juro que lo veia como cuando el hombre pisaba la luna. Lo vivi como si fuese irreal. A mi no me podia pasar eso... y me paso. Cuando por fin vi mis letras en papel fue como; lo he conseguido. Debo decir que soy muy critica conmigo misma y me senti orgullosa de mi trabajo. Ya se que es mejorable, de eso se trata de progresar, pero senti que tenia calidad suficiente como para si lo viese en una libreria pudiese tener un nivel bueno. Tambien parecia que al escuchar que me leian en la radio, no era mi texto o me diese tanta verguenza... No se, cada vez que escribes no puedes evitar mostrar alguna parte intima de ti que quiza no mostrarias de otra forma. Esa es la magia de la literatura. Fue maravilloso documentarme para los relatos. En La victoria del corazon fue como visitar el norte de Francia en plena primera guerra mundial y en Inseparables a Roma y mirar por sus calles. Es uno de los regalos que tuve, aprendi a localizar lugares donde luego poder crear novelas. Tambien los personajes se quedan un poco en ti y los sientes un poco como amigos imaginarios. No pienses mal. Son <> porque pasas mucho tiempo pensando en ellos y darles vida, <> porque son producto de tu mente. Alguno se merece un poco mas de mi... No descarto la idea de que varios de estos relatos se conviertan un dia en novelas, ya que creo que pueden aportar bastante si se escarba un poco mas en ellos y en sus historias. Conforme pasaba el tiempo me costaba mas recortar el texto, los personajes pedian mas presencia y eso es genial cuando no quieres parar de darle al teclado. Sin duda, ha sido una experiencia unica. Cada vez que me invitaban a colaborar paraba el blog y todo para disfrutar escribiendo. Hubiese querido incluso participar en mas, pero a veces no daba abasto. Tambien hay algun relato que no puedo publicar aqui porque cedi los derechos, pero os invito a que tambien les echeis un vistazo. Se llama Pisadas que dejan huellas y es a favor de x. Tambien hay otra colaboracion que no he publicado porque aun no salio a la luz. De corazon puedo decir que si alguna de estas letras sirvio para que una asociacion tuviese beneficios, me doy por satisfecha. Me consta que en alguna si, asi que meta conseguida. Ahora toca que estos diecinueve textos se unan para formar mi propio libro. He tenido la suerte de que he escrito desde erotica (suave), romantica, algo de misterio...etc. Aqui teneis una miscelanea bastante interesante que espero que disfrutes, tanto como yo al escribirla. Todo ese esfuerzo unido para que puedas leer algunas pinceladas de mis letras. El ascensor La amaba en el secreto del silencio, solo se permitia acariciar su cuerpo con torpes miradas y olia su esencia cuando sus cuerpos se aproximaban para hablar en el trabajo. Cada dia se acicalaba para ella, para la que parecia que no existia. El fin de semana era una tortura para el, pensando en que haria… Y se tenia que obligar a liberar su mente con fiestas, deporte y otras mujeres que no significaban nada para el. Hasta que un dia ordinario, de un mes cualquiera, subieron juntos en el ascensor hacia la oficina. Un clack paro en seco la cabina. Quedando atrapados. El penso que era el paraiso y la miro. Estaba poniendose blanca e hiperventilaba. Le pregunto si estaba bien, una pregunta estupida. Sabia todo lo que en la oficina se hablaba de ella y padecia claustrofobia. Se acerco a ella, en un gesto amable le dijo que no tuviese miedo y le desabrocho los primeros botones de la camisa. Le regalo una timida sonrisa. Entonces bajo la cremallera de su falda y no tuvo que hacer mas. Su boca busco la suya y el no pudo menos que corresponder su beso. Durante un segundo la miro, pensando si aquello era real o una de las fantasias con las que cada noche se dormia. Sus ojos destilaban deseo, fuese lo que fuese llegaria hasta el final. Suspiro, alzandola en brazos sin dejar de besarla. Ella rodeo con sus piernas su cuerpo, mientras el no dejaba de devorarla primero la boca, bajo por el cuello, descubrio su pecho y lo gozo. Ella jadeante bajo sus pantalones y lo acaricio. El se tuvo que contener para no explotar de pasion. Desgarro su ropa interior. Y empezo el vaiven que busca el placer de la carne. Ella le susurraba al oido todo lo que habia anhelado y le revolvia el pelo. Juntos llegaron donde explotaron sus sentidos. Se besaron despacio y dulcemente para despedir los cuerpos. Oyeron voces desde fuera. Apenas habian pasado unos minutos que cambiaron sus vidas. Ella le descubrio y el la conquisto para siempre. Gracias a la invitacion de Eva Siempre Sola publique este relato en la Fan Page de Facebook: Relatos llenos de amor, siendo el post elegido como publicacion destacada llegando a obtener mas de 500 likes, en el ano 2014. El dia menos esperado Ana no era igual que el resto de las mujeres. Vivia entregada a su trabajo y aunque rondaba los 40 no le atraian los convencionalismos. No estaba dentro de sus planes la idea de casarse, ni formar su propia familia. Se le volaban los dias delante del portatil. Tan solo le acompanaban los recuerdos de un ayer, ya muy lejano en el tiempo, cuando de adolescente se enamoro por primera y unica vez. Si una de sus amigas le rompia su rutina y la invitaba a cenar. Se imaginaba como seria su vida en pareja con el. Cuando un nino se acercaba jugando a ella. Miraba con curiosidad su cara, elucubrando como seria un hijo con el. En casa los dias que recibia el frustrante sermon de que sus padres eran mayores y querian verla casada antes de morir. Solo pensaba en como se llevarian con el. Era todo su mundo y su mundo nada era, mas que ilusiones vanas. Antes de dormir recordaba el brillo de sus ojos al mirarla, los reflejos cobrizos de su pelo al sol, de sus manos suaves cuando se entrelazaban con las suyas y esos besos que le hacian perder la nocion del tiempo. Hasta que el dia menos esperado al regresar de su trabajo, vio a lo lejos un extrano que no dejaba de mirarla. Al principio no le hizo caso, pero luego pudo mas la curiosidad y al llegar a su encuentro… Alli estaba el que ocupaba todos sus suenos, dormida y despierta. La miraba dulce y timidamente, esbozando una sonrisa. Se paro en seco pensando que era una ensonacion. Lo miro absorta. El brillo de sus ojos se habia apagado, los reflejos cobrizos de su pelo se volvieron canos y ralos, las manos se hallaban endurecidas por los anos y su boca ya no le parecio apetecible.

  • El laberinto azul (Inspector Pendergast 14) de Douglas Preston , Lincoln Child

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    En la decimocuarta entrega de la serie del inspector Pendergast, la siniestra sombra de una venganza ancestral amenaza la vida del agente del FBI.

  • Pedacitos de ti (Los hermanos Montgomery II) de Moruena Estringana

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    Emma acaba de vivir el peor momento de su vida; no solo porque sus padres hayan acabado en la carcel acusados de narcotrafico, sino porque su prometido la ha abandonado nada mas conocer la noticia.

  • Tentacion en Navidad de Penelope Dunn

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    Un ano antes… Estaba en la casa de Mauricio, que la habia comprado recientemente. Ese lugar debia ser modificado cuanto antes por una chica. Note la escultura que daba la bienvenida al dormitorio de huespedes de mi hermano. Era una escultura terrible, y me hizo darme cuenta de lo que sucedia mientras los primeros rayos del sol golpearon mi cara. Gire para ver a los lados y senti algo de sospecha, que se fue incrementando poco a poco. Me levante lentamente. Cuando puse los pies en el piso, me queje en silencio. Pude recordar todo lo que habia pasado horas antes. Aunque no habia nada mas que algunas marcas en la sabana a mi lado, me di cuenta de que Simon habia dormido conmigo. Recorde las frases seductoras que me habia dicho, y que luego habia decidido dormir otra noche y asi recibir el Ano Nuevo en casa de Mauricio. Simon habia querido volver a El Rosal un dia antes. Planeaba recibir el ano en la fiesta del centro de la ciudad. Supuse que regresaria a esa ciudad superpoblada, por lo que fui a casa de mi hermano, con la intencion de liberar mi tension tras mis largas jornadas de trabajo antes de la Navidad. Fue un error. Sabia que Mauricio tendria licor como para abastecer a una ciudad. Cuando llegue alli, Simon me sirvio un whisky. Siempre por esas fechas, en el hotel estabamos desbordados de trabajo. Asi que ahora solo queria pasar una noche calmada y beber algunos tragos con mis amigos. “No esperaba verte aqui. ?No se suponia que regresarias a El Rosal?”, le pregunte. “Astrid, sabes que no hay forma de que me niegue a estar en una fiesta como esta”, dijo Simon con tono de broma. El deseo comenzo a fluir. Aunque nunca habiamos concretado nada, la tension sexual entre nosotros se habia incrementado con el paso de los anos. El tenia cuatro anos mas que yo, lo que parecia algo importante cuando eramos unos chicos, pero cuando crecimos le reste importancia. Fuimos al porche y comenzamos a oir las historias de mi hermano, todas muy divertidas. Me mantuve a su lado el resto de la fiesta. Continue bebiendo y me acerque mas a el, sintiendome cada vez mas relajada. Tome su brazo o escuche sus historias tambien, sin parar de reir. La lujuria que sentia ya estaba torturandome, pero sabia que Mauricio y Simon tenian una amistad de vieja data. Con cada fiesta, las imagenes de ese pasado tan feliz aparecian en sus historias. Mauricio paro de narrar una de sus anecdotas y Simon puso su mano en mi espalda. Tal vez era un simple gesto, ?o no? Volvimos a la sala de estar y puse mis dedos en su pierna mientras volvia a escuchar sus experiencias juveniles. Me di cuenta de que queria lo mismo que yo. Lo deseaba. Tome aire, con la idea de bajar el ritmo de mi ansiedad. Ibamos rumbo al comedor, un lugar en el que no habia nadie. “?Te sientes bien, Astrid?”, me pregunto. El deseo estaba flotando en el ambiente. El resto de los invitados permanecian en el porche. Eso nos dejaba a solas. Y me permitia comprobar como ambos nos deseabamos. Pase mis ojos por la cara de Simon, y me di cuenta de que pensaba lo mismo. Sin embargo, era el mejor amigo de mi hermano. Se trataba de alguien especial para el. Retrocedi, pero senti que estaba justo a mi lado, apenas a unos milimetros de un hombre que deseaba pero que siempre habia considerado como parte de mi familia. “Tal vez no deberiamos hacer esto”, dije, y di otro paso atras. “?Que pensabas que hariamos?”, me pregunto, susurrando. Dio un paso y tomo mis caderas para acercarme a el. El movimiento fue fuerte, aunque me senti comoda. De hecho, aumento el fuego en mi cuerpo y gemi sin poder evitarlo. Entonces eso basto para que continuara. Estaba claro que no era parte de mi familia. Y tambien que ya eramos adultos. Me condujo hasta una pared y quede entre su cuerpo y ella. Llevo sus labios a mi boca y luego hundio su lengua en el interior. Volvia a gemir mientras su aroma masculino inundaba mi nariz. Era el hombre al que habia deseado hacia anos. Ahora estaba apoderandose de mi cuerpo. Tome su pecho y deje que su lengua flotara en mi boca. “Deberias…”, dije, pero volvio a besarme, ahora con mas fuerza. Sabia que debiamos parar, pues cualquier persona podria encontrarnos. Estabamos corriendo peligro, aunque la sensacion de placer era maravillosa. “Podrian descubrirnos”, le adverti cuando pude retirar su boca. Sus dedos llegaron a mis senos. “Que se vayan al carajo”, dijo con fuerza. Bajo su boca hasta alcanzar mi sien. Cada beso que me dio erizo mi piel. Me encanto saber que lo excitaba tanto. Y tambien me excito, aunque sabia que era incorrecto estar con el. “Cielos”, dije en voz baja. Arquee mi espalda para ayudarlo a moverse. Era la primera vez que un hombre me trataba con tanta gentileza y rudeza al mismo tiempo. Simon era cuidadoso, pero tambien me mostraba su hambre. Un hambre que no podia guardar mas. Subio mi blusa y apreto delicadamente mi vientre con algunos de sus dedos. “No sabes cuanto tiempo he querido poseerte”, conto en voz baja. “Demuestramelo. Hazme tuya”, le pedi en un murmuro. Sonrio y subio mi cuerpo. Fuimos al dormitorio de huespedes y cerre mis ojos. Cuando desperte, vi la puerta de ese dormitorio cerrada. Una pregunta surgio en mi mente: ?que veria cuando abriera esa puerta? Exhale con fuerza, abri mis ojos y fui por mis cosas. Me impresiono lo mucho que me costo encontrarlas tras la noche de placer que habia tenido. ?Que diria Mauricio? Senti una terrible incertidumbre. Una sensacion que se mantuvo en mi. Sabia que no queria que Simon saliera conmigo. Era su hermana menor y me protegia. De todas maneras, ya tenia claro que debia enfrentar la situacion tras lo que habiamos hecho en uno de sus dormitorios. Recorde que Simon habia tomado mi ropa interior de encaje con su boca. Al encontrarla, senti otra ola de deseo. El parecia un jovencito desesperado por estar con su primera chica. Queria hacer todo con suma rudeza. Puse la ropa interior empapada, o lo que quedaba de ella, en mi bolso, y abri la puerta. Escuche sonidos que venian de afuera y supuse que se trataba de Simon. Camine sigilosamente hasta llegar a la sala de estar. No habia nadie en el pasillo. Todos los invitados dormian en los sofas o las alfombras. Se notaba que habian disfrutado la noche. Camine hasta la entrada en silencio. Mauricio noto que tenia mis zapatos en mi mano. “!Por fin despiertas!”, dijo. “?Ya es mediodia?”, le pregunte. El tono de mi voz era mas raro de lo habitual. Un recuerdo llego a mi mente, pero no queria contarle nada sobre el a Mauricio. Contuve el aliento y percibi un sabor en mi boca. “?Quieres vomitar? Acercate al cesped". “?De que hablas?”, le pregunte. Me ofrecio una rosquilla de la caja que tenia a su lado. Las habia comprado en mi tienda favorita. “De tu cara. Luces como si estuvieras a punto de vomitar. Deberias comer una rosquilla”, me sugirio Mauricio. “?Y Simon?”, le pregunte, como si no me importara la respuesta. “Se fue. Salio muy temprano. !Que buena fiesta tuvimos! Perdi el rastro de Simon a medianoche, pero hoy a las cinco de la manana se marcho con prisa. Menciono que su avion partiria temprano”, me respondio. Simon ya era un abogado importante en El Rosal. No tendria sentido iniciar algo con el. Sin embargo, esperaba que al menos se despidiera de mi. Entonces asenti y gire. No queria que mi hermano notara lo frustrada que me sentia. Puso la caja en mis rodillas y se levanto para sentarse en el columpio. “Toma la que quieras”, insistio Mauricio. Tal vez su actitud era la apropiada. Nuestras familias estaban en desacuerdo con una posible relacion entre nosotros. Ademas, no habria forma de que pudieramos estar juntos con tantos kilometros entre nosotros. Suspire y me sente al lado de mi hermano en el columpio. Comence a moverme, mientras me obligaba a hablar y simular que no habia ocurrido nada entre Simon y yo. Se habia marchado sin decir nada, asi que haria lo mismo que el. Como Mauricio no me pregunto al respecto ni queria saber nada, supuse que nadie mas se enteraria. Ser suya habia sido mejor de lo que habia pensado miles de veces en mis fantasias. Al recordar que habia podido acostarme con un hombre con el que habia querido tener relaciones por tantos anos, me senti afortunada. *** Pronto todo cambiaria en nuestra ciudad. La celebracion de San Valentin se acercaba. Ivana estaba soltera, como yo. Por esa razon planificamos una noche solo para nosotros. Lo habiamos hecho miles de veces. Prepare panecillos, compre dos botellas de vino y busque una pelicula sobre romance y enredos para que la vieramos.

  • Tan sutil como la brisa (Boreal Rois 1) de Rosa Alcantara Menendez

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    Cualquier lugar es bueno para encontrar el amor y en cualquier lugar pueden ocultarse secretos. Gabriel Drake tiene treinta y cinco anos, una situacion economica desahogada, un matrimonio herido de muerte y un desafio: negociar en Terranova la inversion de una petrolera para el banco en el que trabaja.
    El clima, la frustracion y el azar jugaran un papel decisivo cuando se tope de frente con Claire Merritt, tan fascinante como misteriosa. A partir de ahi, su vida quedara atrapada por el pasado de la mujer, por saber que secretos guarda en su interior y en su casa. Esa que todos llaman La Rosa de los Vientos, la mansion roja o el caseron de la esquina, pero nadie por su verdadero nombre: Boreal Rois.

  • La reina del baile (Bajo sospecha 5) de Mary Higgins Clark

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  • La bruja de los zapatos rojos de Helen C. Rogue

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    Ari es la supervisora de una cadena de restaurantes. En uno de ellos, conoce a Marcos, el gerente. Desde el primer momento se sienten atraidos el uno hacia el otro. Pero una serie de circunstancias hace que se distancien. Cuando vuelven a encontrarse, estalla la bomba de relojeria… Un relato donde la tension sexual es patente desde el minuto uno, y donde lo peor es enfrentarse a unos sentimientos ocultos pero que estan a flor de piel.

  • Vidas contrastadas, Leah Dempster de Leah Dempster

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    Ella le ofrecio mas de lo que estaba esperando.

  • El rastro de su voz de Antonio J. Sanchez

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    Una fria tarde de 1945 Martin llega a San Nicolas, un hogar para ninos huerfanos con trazas de mansion embrujada donde permanecera hasta que su madre se cure de una tuberculosis. Antes de marcharse, ella le hace valedor del mayor de sus tesoros: El Rastro de su Voz, un pequeno disco de pizarra que cambiara su vida para siempre. Martin pronto descubre que la herencia de su madre es algo mas que un trozo de plastico, una cancion maldita que le arrastrara durante anos por un laberinto de secretos y mentiras, y por la que un misterioso coleccionista de objetos unicos esta dispuesto a pagar toda una fortuna.

  • Las virtudes de la perdida de David Arrabal Carrion

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    Acompana a un grupo de refugiados sirios en su penoso camino hacia la libertad, blande la espada junto a un vengativo samurai, huye de ti mismo en lo mas profundo de Africa, espera a tu esposo para cenar, contrata a un sicario para que ponga fin a tu enfermedad, levantate como un dios contra la humanidad o desciende hasta el mismo corazon del Infierno. Entra en estas paginas sin miedo, pues como todos los personajes de estos cuentos, lo creas o no, ya estas sentenciado. En esta coleccion de 18 relatos seremos conducidos a traves de una oscuridad cotidiana hacia la ausencia, el dolor, el anhelo, la venganza, la impotencia, la resignacion y la muerte.

  • Otra Vez Tu de Alice Kellen

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    Elisa dejo tres mojitos en la mesa y parte del liquido, de color verde intenso, se derramo sobre la superficie. Me gire para coger una servilleta y adverti que, para los duenos de aquel antro caribeno, unos tristes trozos de celofan eran un lujo innecesario del que se debia prescindir. Hannah arrugo su pequena naricilla cuando rozo la humeda copa con los dedos. Era raro verla en aquel ambiente, teniendo en cuenta que parecia un ser angelical e inocente recien caido del cielo; no me sorprenderia que el dia menos pensado brotasen unas alas de su espalda. Presumiblemente, la hazana mas peligrosa que habia realizado a lo largo de su vida, fue visitar a un amigo que residia en Brooklyn. Solia relatar aquel episodio cuando iba algo achispada, con los ojos brillantes de emocion, como si aquel dia hubiese escapado de una banda de narcotraficantes armados con varias AK-47. Sin embargo, aquello habia ocurrido anos atras. Con el paso del tiempo, las tres habiamos cambiado mucho y, a pesar de nuestras diferencias, seguiamos siendo grandes amigas. A decir verdad, estaba convencida de que el hecho de que fuesemos tan distintas era el verdadero secreto de nuestra duradera amistad. No se me ocurria ninguna otra teoria valida. Hacia dos noches que habiamos llegado a California. Siempre habia fantaseado con vivir alli en algun momento y, aunque mi trabajo en la editorial me impedia cumplir tal proposito, pasar veinte dias de vacaciones bajo el sol junto a mis dos mejores amigas, superaba con creces todas mis expectativas. A pesar de que tenia una edad considerable --!sabia que el final estaba cerca, pues en apenas unos anos traspasaria la barrera de los treinta!--, durante aquellos dias me habia sentido de nuevo como una quinceanera. En plan viaje de amigas unidas. En plan molamos mogollon. En plan... en fin, supongo que pillais lo que intento decir. Elisa habia propuesto hacer aquel viaje, alegando que estaba muy nerviosa por su inminente boda --que se celebraria en septiembre-- y que necesitaba tomarse un tiempo para si misma, antes de embarcarse en una nueva etapa de su vida. Yo no habia puesto ninguna objecion porque, al fin y al cabo, nada excepto mi trabajo me ataba a Nueva York y ya habia planeado pasar las vacaciones tirada en la cama, comiendo helados y batidos de EJ's Luncheonette mientras volvia a ver de forma compulsiva --y por cuarta vez consecutiva-- la serie Friends. Hannah habia tenido que consultar con sus padres el plan de pasar las vacaciones en California, a pesar de que tenia veintisiete anos y hacia siglos que se habia independizado, mudandose a un lujoso atico en la avenida mas transitada de Nueva York. Supongo que tener unos controladores padres millonarios tambien tenia sus desventajas. Bueno, ?que digo?, en realidad creo que son billonarios con <>, o multimillonarios. Deberia mirar en un diccionario las diferencias entre esos terminos, aunque la idea principal queda clara: pasta suficiente como para tirarte en la cama desnuda y lanzar billetes verdes al aire estilo escena cutre de pelicula de sobremesa. --Esta un poco fuerte --Hannah tosio, dejando el mojito sobre la mesa. --!No digas tonterias! --Elisa ondeo una mano en alto, tras beberse casi la mitad de su copa de un trago--. Me encanta el toque mentolado. Hannah arrugo nuevamente su diminuta nariz --era el unico gesto carente de elegancia que se permitia hacer a si misma, a pesar de que su madre solia amonestarla por ello--, y rebusco en su bolso hasta sacar un folleto turistico y depositarlo con sumo cuidado frente a nosotras. --He pensado que manana podriamos ir a la playa, ?que os parece? --su una, pintada de un brillante esmalte rosa, repiqueteo sobre la idilica imagen que se veia en el folleto--. Al parecer, las playas que estan frente a nuestro bungalo son de las mejores de toda la zona. --!Si! !Quiero tostarme al sol como si no hubiese manana! --exclame. --!Ni hablar! Compraremos una sombrilla --Hannah me miro fijamente--. ?Sabes lo perjudicial que es el sol para la piel?, ?quieres tener un monton de manchas en cuanto cumplas los treinta? Suspire mientras Elisa reia. Cuando su movil comenzo a sonar, se disculpo explicando que era Colin y salio del local. En realidad, siempre era Colin, su maravilloso e increible prometido. Elisa habia tenido la suerte de tropezar con el unico prototipo masculino decente que quedaba sobre la faz de la tierra. Esperaba que procreasen pronto, expandiendo una nueva raza de hombres perfectos aunque, cuando eso sucediese, estos me llamarian <<tia Emma>> y yo tendria la piel repleta de manchas de color cafe por no haber seguido los consejos de Hannah. --?En que estas pensando? --Hannah se aparto con delicadeza algunos mechones de su sedoso cabello rubio. <> Descarte admitirlo en voz alta. --En que si no quieres un mojito, puedo ir a pedirte otra cosa. No hacia falta que Hannah dijese lo cohibida que se sentia en aquel local caribeno atestado de gente. Probablemente, su aventura en Brooklyn acababa de convertirse en una saga, cuya segunda parte se titulaba <>. --?Lo harias? --abrio excesivamente sus ojos azules. Asenti con la cabeza. --!Gracias, Emma! --saco la billetera de su bolso, pero denegue su ofrecimiento--. Tomare un San Francisco. --Genial --me termine de un solo trago lo que quedaba de mi mojito--. !Que sean dos! Arrastre la silla hacia atras para levantarme torpemente e intente avanzar entre el gentio. Jamas habia estado en un pub similar, ni que se le pareciese de lejos. En Nueva York, los locales solian ser sofisticados y aunque habia todo tipo de gente --?para que mentir?--, podia asegurar que el noventa y nueve por ciento de los clientes solian ir vestidos. Ese nimio detalle no parecia ser un requisito en California. Habia numerosos chicos sin camiseta y jovenes en biquini. Las que no iban en banador, llevaban unos minusculos pantaloncitos de tela vaquera o cinturones que usaban a modo de falda. Sonaba una musica caribena de fondo --no podia distinguir si era salsa, bachata o algo similar-- y un sinfin de sudorosos cuerpos se movian a un mismo ritmo, rozandose entre si. El ambiente destilaba sexo. Era como si todos los clientes de ese bar llevasen escrito en la frente <<Follame, !follame!>> Definitivamente, al lado de aquellas adolescentes desenfrenadas, ya no me sentia como una quinceanera, sino mas bien como una anciana senil a punto de palmarla. Mi fantasia juvenil acababa de ser aniquilada de un modo cruel. Respire hondo mientras apartaba de mi camino a otra chica medio desnuda y conseguia llegar hasta la barra. En eso consistia ese local, en tener que hacer malabarismos para poder pedir una copa. No, los camareros no se acercaban a tu mesa con una libretita y te atendian amablemente; eran los clientes quienes debian lograr --no se como, todo sea dicho-- que uno de los bronceados camareros te prestase atencion durante un segundo de su valiosisimo tiempo. Mientras estaba en la barra, con los antebrazos apoyados sobre la superficie de madera oscura, me pregunte si Elisa habria terminado la conversacion telefonica con su inmejorable novio. No estaba segura de que Hannah pudiese sobrevivir sola en aquel lugar durante mas de cinco minutos. --?Que te pongo, preciosa? --pregunto un camarero, sin dejar de preparar alrededor de diez mojitos a un mismo tiempo, con los vasos colocados sobre la barra formando una larga fila recta. Le mire asombrada. Es decir, tenia entendido que los hombres no podian hacer mas de dos cosas a la vez, pero ese especimen me estaba hablando... mientras movia las manos... Guau. Impresionante. Seguro que habria hecho un master en hosteleria o algo similar. --Dos San Francisco. --En seguida --contesto al tiempo que cogia varios vasos mas del estante. Permaneci muy quieta, como si fuese una estatua de hielo, ajena a la marabunta de gente que saltaba y bailaba animada a mi espalda. ?Desaparecerian todos si cerraba los ojos y contaba hasta diez? Definitivamente no, dado que alguien me estaba tocando el trasero. Me gire bruscamente y aparte la mano del intruso de un manotazo. Un chico joven, que tenia el cabello muy rubio, sonrio y se tambaleo hacia un lado sin dejar de mirarme. --?Que crees que estas haciendo?

  • Vidas en ruinas de Rachel Van Dyken

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    Rachel van Dyken, autora que ha estado en las listas de los libros mas vendidos de The New York Times, Wall Street Journal y USA Today.

  • Cuidate de mi de Maria Frisa

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    Con una trama descarnada y adictiva, un desarrollo repleto de giros y sorpresas, un final inesperado y una pareja de inspectoras fuertes, carismaticas y complejas, Cuidate de mi es la novela negra del ano.

  • Lili, la intrepida hija del duque de Nieves Hidalgo

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    Vuelve Nieves Hidalgo. Vuelve <> con la historia de Lili, personaje de Rivales de dia, amantes de noche.

  • Tu y yo y la increible locura de estar juntos de Ana Forner

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  • El caso Morel de Rubem Fonseca

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    El fotografo Paul Morel recibe una inesperada visita en la celda donde esta prisionero. El comisario Matos y su amigo Vilela, una famoso novelista, estan dispuestos a todo para averiguar cuanto se refiere al crimen que imputan al artista. Este, al parecer, esta escribiendo una autobiografia con la que pretende confesar unos actos que ni en sus mas retorcidas pesadillas Matos podria llegar a imaginar. Pero ?que hay de ficcion y que de realidad en tan delirante texto? Sexo, violencia, depravacion, abusos…todo cabe en el relato. ?O quiza era eso su vida?

  • Movie Star 3 de Alex Cartier

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    Ophelie vivia un idilio amoroso hasta el dia en que rompio con Michael y su vida empezo a tambalearse. Acompanada de su mejor amiga Laure, Ophelie pone los pies en Hollywood para abrir una agencia francesa de cine. Pero apenas llega, todo le recuerda a Michael, a quien no ha vuelto a ver desde hace cuatro meses, cuando sucedio el drama. Todo le recuerda a ese hombre que le hizo descubrir el amor y la pasion. En un momento en que busca pasar pagina, el destino pondra de nuevo al actor en su camino. ?Perdonar o vengarse? Para Ophelie, es una opcion dificil. ?Que sucedera cuando Michael se entere que Ophelie se interesa por otro hombre?

  • Ese pais al que te pareces de Tobie Nathan

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    El Egipto multicultural y las decadas mas convulsas del siglo xx se convierten en el escenario de un amor imposible.

  • Siete Pecados de Nathan Burkhard

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    Reed Fletcher es un prometedor agente del FBI. Su meta es recopilar pruebas contra la familia Kapot y hacer justicia, pero su destino tiene otros planes. Cuando se cruza en su camino la joven Naval Kapot, acabara haciendo lo que una vez juro no hacer: enamorarse perdidamente de su objetivo.
    Naval Kapot, al ser la hija de un poderoso narcotraficante, acepto en su vida estas tres palabras: drogas, perdida y traicion. No obstante, en una noche de fiesta conoce a un hombre de ojos azules, decidido y con temperamento explosivo que le cambiara la forma de ver la vida.
    Cada uno de ellos se debatira entre sus ideales y sentimientos, pero sobre todo lucharan contra el destino. Todo para poder permanecer juntos. ?Pero su amor sera lo suficientemente fuerte para resistir los Siete pecados?

  • Esposa oculta (eLit) de Carrie Weaver

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  • Sedienta de Aeryn Anders

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    El traqueteo del vagon, junto a los efectos de alguna sustancia que permanecia en sus venas, la mantenia en un duermevela constante. Ni los gritos de la nina del asiento trasero ni el persistente rezo susurrado de la monja sentada a su lado, lograron que su mente se despejara. Su cuerpo se mecia al compas del vaiven de las ruedas de hierro al rozar las vias. Se mojo los labios con la lentitud que la acompanaba, necesitaba dejar atras la sequedad que abordaba su boca y no sentir la aspereza cada vez que tragaba. Su mente estaba repleta de flashes que se proyectaban segun la lucidez del momento. Aprovecho el instante de disfrutar uno de ellos para bajar la mirada. Una manta gris le cubria el cuerpo desprovisto de ropa, las dudas se aduenaron de sus pensamientos de inmediato. <>, logro preguntarse antes de dejarse vencer otra vez por Morfeo. Sintio un frio tremulo, la humedad de la superficie --mezclada con el agua expandida a su alrededor-- se filtraba por la piel desnuda de los muslos helandole los huesos. Alzo la cabeza aun condolida al oler el desagradable hedor que le impedia una correcta respiracion. Sus ojos enfocaron a la nada, la oscuridad la envolvia por completo. Los brazos le dolian debido a la posicion, la tension de tenerlos estirados en la espalda atados con una soga imposibilitaba que pudiese moverlos. Al tragar comprobo que la misma cuerda que la mantenia maniatada le presionaba la garganta impidiendole un buen funcionamiento. Bajo de nuevo la cabeza para evitar ahogarse ella misma. Escucho el descorrer del pestillo y al instante una luz mortifera inundo la estancia. Alzo el rostro a la misma vez que abrio los ojos. Le descoloco ver el gris sucio del sillon. Desvio el rostro e intento enfocar la imagen de la religiosa que miraba a cualquier parte del vagon menos a ella. Sacudio la cabeza, lo unico que deseaba era aclararla, volver a tener todos los sentidos en alerta; pero su mente no le daba tregua, seguia empenada en mantenerla en la inopia mas de lo establecido. Con pesadez llevo la mano izquierda a la sien. Los moratones que lucia, penso que serian producto de la atadura. Se acaricio la cabeza con suavidad, todavia sentia miles de aguijones clavandose en su interior. Miro por la ventanilla y le impacto la imagen que proyectaron sus retinas en el cristal: estaba de pie con los brazos en cruz sujetados por unas esposas negras a la madera que, debido al barniz, le refrescaba la espalda. Frente a ella se bosquejaron unos ojos negros como la noche que --junto a unos carnosos labios-- la observaban con lascivia a la vez que se humedecia el belfo. Sintio la caricia en la mejilla seguida de una bofetada que le giro el rostro. <>, ordeno una voz sugerente en el interior de su cabeza. Quiso cerrar los ojos y dejar de verse en aquella tesitura; pero la mirada azabache junto a la sensualidad de la voz, la mantenian rehen de su propia zozobra. El tren redujo velocidad y logro sacarla de la ensonacion. Le costo horrores enfocar de nuevo la vista hacia su companera de viaje. --Perdone, hermana, ?que hora es? --Sintio los aguijonazos en la garganta con la primera palabra, pero se obligo a terminar la frase. Debia de recomponer el lapsus de tiempo que su mente se negaba a mostrarle por voluntad propia. La monja alargo el brazo y senalo la pequena pantalla que colgaba del techo al otro lado del pasillo. Edna parpadeo un par de veces, por mucho que se esforzo por adivinar en que franja horaria vivia, sus retinas se negaban a ofrecerle tal consideracion. --Disculpe, hermana, pero es que no logro verlo, ?podria decirmela usted si es tan amable? --suplico sin dejar de observarla, aunque la religiosa se negaba a ofrecerle una mirada de compasion. A la religiosa no le hacia demasiada gracia hablar con una hija de la calle que encima tenia la poca decencia de subirse al tren repleto de menores, mujeres decentes y hombres con miradas libidinosas, desnuda; pero su deber, al ser una sierva de Dios, era ayudar a los necesitados. --Las ocho y media de la tarde --respondio sin llegar a observarla. Un flash obligo a Edna a cerrar los ojos, vagamente recordaba haberse subido al tren a primera hora de la manana, y si el trayecto duraba tres horas, no podia ser tan tarde y que aun estuviesen camino de Valencia. <>, se pregunto desconcertada. <>, eso era el motivo de estar en el tren, tenia la presentacion de la nueva novela de su mejor amiga. Se alarmo al comprobar que iba tarde, por mucho que quisiera no llegaria a tiempo. --?Ha habido algun imprevisto para que llevemos once horas de trayecto? --Tomo una bocanada de aire para proseguir--. Valencia esta a tres horas de Murcia. Era la primera vez que su companera de viaje desviaba la vista hacia ella. A Edna le sorprendio, y alarmo a partes iguales, la incredulidad que sus iris proyectaron. --Senorita, en una hora llegaremos a Madrid. --?Madrid? --alcanzo a cuestionar. La religiosa asintio una vez. --?Que dia es? --Domingo. ?Se encuentra usted bien? --Deseo saber la hermana, comenzaba a preocuparle el estado en el que se hallaba. Le extrano, a la vez que escandalizo, que accediera al vagon desnuda; pero eso no fue lo que en realidad llamo su atencion, verla repleta de mugre y sangre por doquier logro que se santiguara en mas de una ocasion. No tardo en llamar la atencion de una azafata y solicitar que trajese una manta o cualquier prenda para tapar la desnudez de la chica que parecia perdida, aunque sus movimientos se asemejaban mas a estar bajo los efectos de algun potente estupefaciente. Antes de ladear el cuerpo y mirar por la ventana opuesta a la suya, se aseguro de que ella respiraba, incluso le arrebato el billete de las manos con delicadeza para entregarselo al revisor de turno con el proposito de que no la despertara. Edna volvio a caer en el duermevela que la mantenia al margen de la realidad, no tuvo tiempo de contradecir a la monja, su mente se apago de repente sumiendola en una voragine de imagenes que no lograba encajar. Todo lo que le rodeaba parecia la mala organizacion de un puzle al que le faltaban piezas para poder acabarlo, y estaba segura de que esas eran las que lo recomponian. Esforzo hasta el limite sus recuerdos, simplemente alcanzo a rememorar el momento justo que llego a la estacion de tren de Murcia, su hermana habia sido la encargada de llevarla para evitarle el gasto del taxi. Otra fugaz imagen le mostro estar sentada en el banco a la espera de que llegase el tren y partir hasta Valencia a pasar el fin de semana con Sara, tenia muchas ganas de verla, de estar de nuevo con ella. Otro momento efimero le mostro alguna que otra diapositiva de ella en el vagon con el movil en las manos, hablaba con… Su mente volvio a bloquearse, no recordaba quien era la persona que lograba arrancarle mas de una sonrisa; pero estaba segura de que no se trataba de su amiga, aquella atontada iluminacion de rostro nada mas la mostraba por un hombre, un hombre que le gustaba. La turbacion se apodero de sus somnolientos pensamientos haciendola cuestionarse los hechos. ?Quien era aquel extrano con el que habia hablado de camino a Valencia? ?Seria el dueno de los ojos azabaches que la excitaban y asustaban a partes iguales? ?Y por que se encontraba direccion hasta Madrid sin sus pertenencias? Abrio los ojos al escuchar el chirriar de unas ruedas necesitadas de un poco de aceite, las pobres se lamentaban con cada giro que alguien les obligaba a hacer. Parpadeo con insistencia hasta que logro ver a la joven azafata que la miraba con pena. --?Quiere un poco de agua? --Ofrecio con una sonrisa en la cara. --Si, estoy sedienta. --Logro articular. Alargo el brazo, pero no llego a alcanzar el vaso que la chica le ofrecia, este cayo con peso muerto sobre el regazo de su companera. La miro a la espera de obtener su perdon, un perdon que no llego. La azafata se apiado de ella. Se hizo con el vaso y le acerco el plastico a los labios para incitarla a tomar sorbos pequenos. La enfermera que viajaba en el vagon contiguo les habia advertido a todos los trabajadores que no le diesen nada solido, a lo mucho un poco de liquido. Edna engullo el vaso en un suspiro, noto como el agua le danaba la garganta a su paso, pero a la vez aliviaba la sensacion de lija en la que se habia convertido. --Mas --rogo. La mujer quiso apiadarse de Edna y darle mas. Las instrucciones eran claras, un vaso pequeno cada hora, no sabian bajo a que efectos estaba sometida y no debian arriesgarse o podian empeorar su salud. --No se preocupe, en el hospital le daran mas. Quiso cuestionar aquella afirmacion, pero su aletargada mente no lo permitio. Espero sentada mientras los demas pasajeros bajaban del tren, por mucho que quisiese alejarse de todo aquello y recuperar la normalidad, su cuerpo se negaba a obedecer las instrucciones de su cerebro. Sintio unas manos sujetandola con suavidad por los brazos, su instinto fue pegar la espalda al asiento. Su confusa mente la premio con otra imagen que para nada era la real que vivia en ese momento. En la fantasia, el hombre de ojos oscuros, le presionaba los biceps con insistencia, tanto que la dolencia era insoportable. Noto como algo le rasgaba desde el mismo centro de su cuerpo, el dolor ascendio por la espina dorsal hasta ubicarse en la cabeza. <>, en esa ocasion la voz no emanaba sensualidad, era rudeza lo que emitia. --Senora --escucho lejano--. Senora, tiene que acompanarnos. La llevaremos al hospital y alli podra recuperarse. --?Que me ha pasado? El enfermero --encargado de ayudarla a bajar-- la miro con compasion. No era la primera vez que la veia, su rostro llevaba una semana mostrandose en todos los noticieros del pais, tanto su amiga como su familia habian denunciado su desaparicion siete dias atras. Fueron los propios trabajadores de Renfe quienes dieron el aviso de su paradero al verla subir mugrienta, ensangrentada, desorientada y desnuda en la estacion de Alcira, y en Atocha estaban apostados a la espera de su llegada. Su mente rechazaba rellenar los recovecos que seguian con bastantes lagunas. Cuando volvio a despertar noto que su cuerpo no pesaba tanto como horas atras; pero aun asi, por mucho que lo intento, Edna no fue capaz de recordar lo ocurrido. Presto atencion al escuchar lejana una diccion conocida, los lagrimales se humedecieron al oir la voz angustiada de Sara. --Doctor, ?no insinuara que mi amiga se marcho por voluntad propia? --No insinuo nada, senora. Lo unico que pretendo es que comprenda que no hay sintoma alguno de que su amiga fuese obligada y tampoco se ha hallado semen, lo que descarta que haya sido violada. Por otra parte, el examen toxicologico releva una gran cantidad de cocaina consumida. --Lo que me faltaba por escuchar --se quejo Sara--, mi amiga no es ninguna drogadicta. Edna dejo de prestar atencion, su mente le revelaria lo sucedido, pero hasta que no encajara todas las piezas del rompecabezas no hallaria la verdadera respuesta. Cerro los ojos y una sonrisa calida la recibio con alegria, los abrio sobresaltada al reconocerlo. 2 Cuarenta y ocho horas antes de desaparecer --Damos paso a las noticias mas relevantes de hoy, viernes 24 de noviembre de 2017. Retiran un polemico mensaje para concienciar a la gente contra la violencia de genero. Este ano las denuncias por malos tratos han repuntado mas de un 24 %. Por otro lado, saltan las alarmas en la estacion de Villena, ya son dos jovenes las que han desaparecido... Alargo el brazo hasta alcanzar el radio despertador. Le encantaba comenzar el dia con la melodica voz del locutor. Desde aquella manana que la escucho en la oficina se habia enamorado de ella, su mente no alcanzaba a imaginar que rostro acompanaria tan bella diccion; pero habia logrado cautivarla de tal modo que compro un despertador con emisora para levantarse cada manana con ella. Desperezo el cuerpo antes de ponerse en marcha, le deleitaba rezagar la salida de debajo de las mantas, algo que solo ocurria en epoca invernal, el resto del ano nada mas sonar la alarma se ponia en marcha. Sonrio con amplitud al saber que dia era, por fin habia llegado el tan ansiado viaje que la llevaria directa a pasar unos dias inolvidables junto a Sara, su amiga. Hacia tres anos que se conocian gracias a las Redes Sociales. Pronto congeniaron a las mil maravillas convirtiendose, ademas de en amigas, en el apoyo que ambas necesitaban para lograr las decenas de objetivos que se marcaban para superarse profesionalmente. A Edna le encantaba hablar con ella, le fascinaba la capacidad de imaginacion de Sara, como de la nada se sacaba una novela que te absorbia hasta la ultima palabra. A ella siempre le atrajo aquel solitario pero fascinante mundo, el poder de unir palabras hasta crear una historia que atrapase al lector al instante. Sara era especialista en ello, no lo decia por tener la suerte de ser su amiga y leer sus novelas antes que nadie, todos los medios y entendidos del tema elogiaban el estilo de su pluma. En cambio, su trabajo hacia meses que habia dejado de atraerle. Al principio disfrutaba con cada venta de vivienda que realizaba, le satisfacia saber que aportaba su granito de arena a que familias comenzasen una nueva etapa. Pasados los anos, era tan monotono que debia obligarse a ir cada manana a la oficina para comenzar un nuevo dia. Aquel viernes era distinto, lo tenia libre puesto que no deseaba perderse la triunfal presentacion del nuevo libro de Sara, porque estaba convencida de que seria todo un exito como los demas. Sin perder la felicidad del rostro se preparo para marcharse, en menos de un par de horas tenia que estar en la estacion si no deseaba perder el tren. La insistencia de un claxon en la calle le advirtio de la llegada de su hermana. Apago las luces de casa antes de agarrar el asa de la maleta y cerrar la puerta hasta su regreso.

  • Tatiana cuesta abajo 1 de Rosario Martin Martinez

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    Era feliz. Estaba en un momento de mi vida en el que me sentia tranquila, a gusto conmigo misma. Tenia un trabajo que me encantaba aunque he de reconocer que era algo donde estaba estancada sin opcion a ascender, aun asi, incrustada en una rutina diaria sin subidas ni bajadas, era muy feliz rodeada de gente que me confortaba, complementaba y aportaba. El ambiente era ideal, me sentia como pez en el agua, quiza eso era lo que me seguia manteniendo alli y, aunque en algunas ocasiones resultaba complicado, seguir viendole el lado positivo a aquello. Trabajaba como administrativa en una jugueteria, pasaba mas horas alli que en mi propia casa, pero no me importaba. Llevaba trabajando en la jugueteria cinco anos y alli conoci a Pablo, mi chico. Pablo es de esas personas que parecen haber hecho un pacto con el mismisimo diablo, pareciera que los anos se habian olvidado pasarle factura. A sus treinta anos podia hacerse pasar por uno de veinte perfectamente. Pablo es un chico de piel clara y unos ojos azules como el oceano, sus labios son finos y muestran al sonreir unos perfectos y blanquisimos dientes. Tiene el pelo color almendra peinado siempre con un tupe perfecto de minutos eternos de reloj frente al espejo, realzando asi unas mechas naturales de su flequillo. Pero ahi no queda la maldita perfeccion fisica de Pablo, eso es de mandibula para arriba, de mandibula para abajo es aun mejor si cabe... Fisico atletico, hombros formados, pecho formado, brazos formados y abdomen hiper formado. La competencia hecha carne del David de Miguel Angel. ?Sabes que es lo que mas rabia me da? Que no se priva en la comida, que apenas hace ejercicio y que todo es debido a su puta genetica… Pablo es bastante mas alto que yo aunque, con mi metro sesenta y tres, no es complicado. Pablo era mi novio y a la vez, mi companero de trabajo, mi amante y mi mejor amigo. Llevabamos juntos tres anos y desde hacia seis meses viviamos juntos. Empece con el cuando tenia veintidos anos y el veinticuatro pero yo siempre pareci mayor a su lado. Al principio decidimos llevar nuestra relacion en secreto en el trabajo porque no queriamos que nuestra relacion personal afectase a nuestra relacion profesional, pero tras un ano escondiendolo, empezamos a contarlo a nuestros companeros con los que estabamos codo con codo todos los dias, aquellos que nos hacian sentir como en casa y con los que nos sentiamos comodos desnudandonos (no literalmente, entiendaseme). Pablo tenia una relacion muy especial con Victor (su companero en la seccion de almacenaje de la jugueteria), fue al unico que se lo conto. Victor es un chico de una estatura media y no es muy atractivo fisicamente, no es de los que hacen que la cabeza se te voltee sola a su paso pero tiene ese algo que hace que lo veas con buenos ojos e incluso llegues a verle guapo al desatar su verborrea... En todos los trabajos existe el tipico bromista que te intenta sacar una sonrisa con cada situacion que se va presentando, en la jugueteria, era el. Victor parecio encantado con la noticia. Para mi, Victor era un companero mas, no cruzabamos muchas palabras aunque si que me habia echado muy buenas risas cuando subia a la oficina y dejaba caer alguna de sus payasadas. Sabia que era muy especial para Pablo por como me hablaba de el, era el unico amigo que le conocia a mi chico pero no me extranaba, yo tambien tenia una unica y mejor amiga, Eva. Por mi parte, se lo conte a ella, a mi otra mitad, la que siempre ha estado a mi lado. La conoci al entrar en la empresa y al mes parecia que la conocia de toda la vida. Eva es simplemente perfecta. Una tia super inteligente, simpatica y guapisima... Tiene una melena rizada y de color rojiza natural que le roza casi el culo, un culo por cierto, perfecto. A Eva le apasiona el deporte, siempre dice que su vida se basa en el trabajo y el gimnasio y que no quiere ni necesita nada mas. Mientras que en nuestras horas de descanso Eva comia una ensalada y se iba al gimnasio, yo me comia una hamburguesa doble con queso y extra de salsa, a poder ser barbacoa, y me iba a casa a dormir un rato para volver con mas sueno aun a mi puesto de trabajo y claro, eso en el culo, se nota... Eva es una negada para el amor, tuvo un novio y le duro cinco meses creo recordar... Siempre decia que no queria novio cuando le preguntaban que cuando tenia pensado centrar la cabeza. Tenia veintiseis anos y su familia siempre fue muy tradicional asi que en cada BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones), siempre le tocaba responder a las mismas preguntas… No era capaz de recontar la de veces que escucho aquello de "!Que se te va a pasar el arroz!". Cada vez que se lo decian soltaba su ya frase oficial: "Para comerme un jamon no tengo que comprar el cerdo entero". Aun siendo una negada para el amor, celebro mi noviazgo con Pablo como si fuese suyo... Capitulo 2 TODAS LAS ROSAS TIENEN ESPINAS Llegue aquella manana feliz al trabajo, como cada dia, dispuesta a empezar a hacer el nuevo catalogo para la campana de verano de la jugueteria. Eva tenia la cara descompuesta, como si solo le hiciese falta sacar una palabra de su boca para romper a llorar... Aun asi saco fuerzas para dirigirme unas palabras que me dejaron casi al borde del infarto... --Tati, amor... La jefa quiere que pases a su despacho. Una frase corta con un mensaje que no me podia dejar indiferente. Empece a temblar gobernada por los nervios. Llame a la puerta de Estela, mi jefa, una mujer ya entrada en anos pero que parecia que tenia menos edad que yo gracias al Botox que se pinchaba religiosamente... --Adelante --su voz me resulto bastante rotunda aunque eso no era ninguna novedad. --Buenos dias, Estela. Eva me ha dicho que queria verme. --Buenos dias Tatiana, sientate por favor --hice lo que me dijo, las rodillas me temblaban, asi que lo agradeci--. La empresa no esta pasando por su mejor momento, estamos intentando mantener la empresa activa pero claro, para ello, tendremos que prescindir de algunos empleados... Hemos llegado a la conclusion de que reducir plantilla puede ser un buen metodo para seguir manteniendo esto a flote... Lo siento, Tatiana… !!Me estaba despidiendo la muy zorra!! Y justo alli, sentada con la mirada perdida, repasando mis anos dedicados a aquella jugueteria, se me vino a la mente Pablo y todos los planes que teniamos pensado hacer juntos; dejar de vivir de alquiler y comprarnos un pisito decente en una zona bonita y centrica, dar un paso mas en nuestra relacion y casarnos, plantearnos seriamente y sin miedos la idea de ser padres... Todos, absolutamente todos mis planes a la mierda... Joder, ?como cojones podian cambiar tanto las cosas de un dia para otro, o de una hora para otra, o de un puto minuto para otro? --Estela, quizas haciendome una reduccion de jornada podria seguir en la empresa... --me senti una autentica idiota haciendo aquello, pero me parecia tan necesario, que tire mi dignidad por los suelos y segui--. Llevo cinco anos aqui, estoy muy contenta con mi puesto de trabajo, siempre he hecho bien el trabajo que se me exigia en mi puesto --y el que no pertenecia a mi puesto, como pedirte citas para hacerte las unas, las mechas o algunos retoquitos faciales y corporales, zorra de los infiernos--, ?cabria esa posibilidad? --Tatiana, se cuanto vales como empleada, llevas anos demostrandomelo, pero cuando los numeros no cuadran... --Podriamos buscar otra solucion. Estoy segura de que algo podriamos hacer... --Lo siento, Tatiana, no sabes cuanto. --No mas que yo... --dije practicamente susurrando. --La renovacion de tu contrato iba a ser en dos semanas y siento decirte que no se te va a renovar. Puedes buscarte otro trabajo, o mimarte un poco y darte unas merecidas vacaciones... -- esbozo una sonrisilla falsa. Quise llorar, tirarme al suelo y dar patadas como un nino en plena rabieta, por suerte soy de las que piensan las cosas dos veces… Sali del despacho con un nudo en la garganta que presagiaba lo que pasaria minutos despues. Los ojos se me llenaron de lagrimas e intente contenerlas por los pasillos para que los clientes que se encontraban por alli no se percatasen de nada. Fue cuando vi a Eva que rompi a llorar... De buena gana me hubiese tirado a patalear en el suelo, pero segui viendolo infantil… --!Me han despedido! --Tati... --me abrazo tan fuerte que hasta dolia pero me senti protegida entre los brazos de mi mejor amiga. --No es justo --dije con rabia. --Seguro que te ha pasado esto porque el destino te tiene preparado algo mejor... --Si, pertenecer a una fila eterna en el INEM… Sentada en mi mesa, con la mente estancada en lo oido, cogi mi movil siendo consciente de lo mucho que me temblaban las manos. Busque el numero de Pablo y le deje un WhatsApp: *Malas noticias amor... te veo a la hora del almuerzo en la entrada... Te amo. Deje mi movil en el cajon del escritorio e intente hacer mi trabajo como si dentro de dos semanas no tuviese que irme de alli. No se de donde saque las ganas de trabajar correctamente y no llevar a cabo mi malefico plan de descolocarle el registro de stock, lo se, como villana dejo mucho que desear… --!No me mandes un mensaje diciendome que tienes malas noticias y despues no me cojas el telefono cuando te llamo! No he tenido tiempo en toda la manana de subir a las oficinas --Pablo estaba nervioso, reconozco que en su lugar yo hubiese estado igual porque no soy Dona Paciencia que digamos--. ?Que es lo que pasa? --Me han despedido --eso es Tati, con tacto, como solo tu sabes hacerlo...--. Estoy fatal, Pablo. La expresion de Pablo cambio instantaneamente , se le petrifico el rostro. --?Como? ?por que? --La empresa no va todo lo bien que deberia y tienen que prescindir de algunos empleados, es en ese punto donde me hago actriz principal de este puto papelon de mierda que es mi vida en la jugueteria, aqui, donde he invertido miles de horas de mi vida para acabar en la puta calle-- me salieron las palabras a borbotones, no podia pararlas, no cogi aire y fui desinflandome como un globo al final de la frase--. Pablo, en dos semanas estoy en la puta calle... No se que cojones vamos a hacer… Sinceramente, desee que Pablo dijese algo que me tranquilizase, algo dejandome entender, aunque ni yo misma me lo creyese, que era un bache que pasariamos juntos, que la vida no acababa con la llegada de mi despido y que, seguramente, la vida me tendria preparado algo mejor, pero no, no me dijo nada, el solo me abrazo y se mantuvo callado...

  • Lo que crees es mentira (Las doce puertas 4) de Vicente Raga

    https://gigalibros.com/lo-que-crees-es-mentira-las-doce-puertas-4.html

    Dos historias narradas en paralelo. La primera trascurre en los principios del tribunal de la inquisicion de Valencia, donde es protagonista destacado el humanista Luis Vives y sus secretos. Todos los personajes existieron en su epoca y todos los hechos narrados se corresponden con la realidad historica. La segunda historia es protagonizada por un grupo de amigos en actualidad, que descubren que el misterio que creian resuelto, en realidad no ha hecho mas que comenzar.

  • Ahora imagino cosas de Julian Herbert

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    <> The New York Times

  • No huyas del Alpha de Lighling Tucker

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    Olivia siente que ha cambiado un cautiverio por otro. Ya no esta siendo golpeada, pero no puede salir de esas cuatro paredes que dicen ser su proteccion. El recuerdo de la muerte del amor de su vida la esta desgastando.
    Ademas, el cambio a loba esta siendo dificil y mas tratando directamente con su protector. El tiene un caracter muy especial, se cree divertido cuando lo que ella siente es que es un bufon de la corte. Pero, ?a quien puede enganar?
    Sin proponerselo, el se acaba convirtiendo en alguien indispensable en su vida y eso cambia las reglas del juego. Olivia siempre ha dicho que, una vez finalizase el ano, se marcharia con su hermana y viviria una nueva vida.
    ?Es eso posible con la presencia de Lachlan en su vida?
    Lachlan no supo lo que hacia cuando acogio a Olivia en su casa. La ha protegido durante meses y ha establecido un vinculo tan fuerte que le duele pensar el dia en el que la vea marcharse.
    Ha descubierto en ella miles de facetas que no creia que existieran. Olivia tiene picardia, fuerza y siente que debe ayudarla; que no debe dejarla caer en el pozo oscuro de la pena.
    No obstante, se ha marcado una meta: no tocarla durante el ano que ha prometido cuidarla.
    ?Podra resistirse? ?Luchar contra si mismo? ?Entre honor y placer?
    Amor, pasion y accion en un libro plagado de seres que te robaran el aliento. Sin olvidarnos de la presencia de los Devoradores.
    ?Te atreves a entrar en su mundo?

  • Apartamento 16 de Adam Nevill

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    Algunas puertas deberian permanecer cerradas… En Barrington House, un elegante bloque de pisos londinense, hay un apartamento vacio. Nadie entra, nadie sale. Y ha permanecido asi durante cincuenta anos. Hasta que una noche el vigilante oye unos ruidos despues de medianoche y decide ir a investigar. Lo que experimenta alli basta para cambiar su vida para siempre. La joven Apryl llega a Barrington House procedente de Estados Unidos. Ha heredado un apartamento de su misteriosa tia abuela Lillian, fallecida en extranas circunstancias. Se rumorea que Lillian estaba loca. Pero su diario insinua que estuvo implicada en un suceso terrible e inexplicable varias decadas atras. Decidida a averiguar algo sobre esta excentrica mujer, Apryl comenzara a desentranar la historia oculta de Barrington House. No tardara demasiado en descubrir que un mal que transforma a la gente aun habita el edificio. Y que la puerta del apartamento 16 es el acceso a algo mucho mas terrorifico…

  • El ateniense de Pedro Santamaria

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    Grecia se precipita hacia una guerra como nunca ha visto ni vera el mundo. La Atenas de Pericles domina los mares, Esparta es invencible en tierra. Y ambas ciudades pugnan por convertirse en la lider indiscutible de la Helade en un conflicto completamente asimetrico que durara cerca de treinta anos y despues del cual la Grecia luminosa no sera mas que un lejano recuerdo. Esta es la historia de uno de los personajes mas controvertidos de la antiguedad: Alcibiades, el ateniense. Familiar y protegido de Pericles, discipulo y amigo de Socrates, omnipresente en la obra de Platon, rival de Nicias, amante de la reina de Esparta. Estratega y demagogo, politico y guerrero, traidor y patriota. El mas bello de los griegos y el mas acaudalado de los atenienses. Cruel en el amor, valiente y decidido en la guerra. Implacable y calculador... Fiel reflejo de una Atenas y de una epoca que sento las bases de la sociedad occidental.

  • Normal de Warren Ellis

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    Normal es un centro para el tratamiento de trastornos psiquicos de cientificos, economistas, estrategas mentales… Todos tienen en comun el haberse dedicado a analizar que pasara en el futuro. Bajo una estricta vigilancia y sometidos a una medicacion intensa, estan divididos en dos grupos que no se comunican entre si: el de los que se dedican a la ” prevision estrategica ” , que dependen de instituciones sin animo de lucro y que buscan como evitar los desastres que se avecinan (cambio climatico, guerras devastadoras, rapaces gobiernos disfuncionales…); y los de ” prediccion estrategica ” , a sueldo de empresas y ” think tanks ” de seguridad, que dan por hecho tales desastres y buscan metodos para sobrevivir a los mismos. Adam Dearden, un especialista en ” prevision estrategica ” , tras sufrir una crisis nerviosa, es internado en Normal.

  • Habra tiempo para arrepentirse, Stevie Turner de Stevie Turner

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    Paul despierta con una misteriosa mujer en su cama. Sin recuerdo alguno de como llego ahi, Cat Taylor se adentra en su vida y acaba mudandose a su apartamento. Este arreglo le funciona a Paul – hasta que conoce a Anita Fairfax.

  • Horas oscuras (Detective McHale 3) [LGBTI] de L. Farinelli

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    Madison descubrio quien es El disecado y ahora esta en una carrera contra el tiempo; Zoe fue secuestrada por el escurridizo y cruel asesino, asi que la detective tendra que poner a prueba todo su instinto para encontrarlo antes que la mujer que ama se convierta en su proxima victima.
    La sagaz detective contara con la ayuda de Andrew y el capitan Benson, pero, ?sera suficiente? ?Encontrara a tiempo el nuevo escondite de Ferguson?

  • Dakata (Semillas Negras) de Lorraine Coco

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    Mi nombre es Dakata. Tengo 18 anos y soy una dhampira. Vivo en la Colmena junto a otros miembros de mi raza. Somos custodiados y entrenados por seres de la casta superior, que en apariencia nos protegen del mundo exterior y de los humanos.
    Pero he comenzado a ser convocada a realizar combates a muerte antes de que se desarrollen todas mis habilidades, y eso lo ha complicado todo.
    Estoy descubriendo que nada es lo que parecia hasta este momento, entre otras cosas, la misteriosa muerte de Constantine, mi companero.
    Las revelaciones me empujan hacia un mundo nuevo e inquietante que pone en peligro mi vida y la de mis seres mas queridos. ?Conseguire adaptarme a el y salvarlos?

  • La andaluza, Alissa Bronte de Alissa Bronte

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    La Condesa de Lerma se ve abocada a un horrible destino: su padre la ha condenado en vida forzandola a contraer matrimonio con un hombre al que odia y teme. Durante el largo viaje al que sera su nuevo hogar, unos bandoleros asaltan la diligencia en la que viaja junto a su doncella mas querida. En el ataque, un bandolero le robara algo mas que una joya…

  • Mi Amor Gitano (Amores Imposibles 1) de Amaya Evans

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    Una casa para senoritas, muy conocida por gente de sociedad, a la que llegan jovenes pertenecientes a las mejores familias del pais cuya reputacion ha sido danada o destruida debido a algun escandalo. Por este motivo, y gracias a la verguenza que le han hecho pasar a sus familias, son enviadas a este centro de rehabilitacion de comportamiento para que cuando esten listas salgan de alli, a hacer una vida digna de su status social.

  • El corazon va por libre de Lorraine Murray

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    Dos personas que recelan de las historias de verano y que se han prometido asi mismas no adentrarse en una. Pero que desconocen lo caprichoso que puede llegar a ser el destino que los ha situado el uno frente al otro. ?Quien dara ese pequeno empujon que puede cambiar sus vidas?
    Mar se ha marchado a Ibiza a ganar dinero para sus estudios en Glasgow. Alex es el dueno del apartamento donde ella se aloja. Se han visto en varias ocasiones pero ninguna ha tenido nada que ver con aquella manana en la que Alex abre la puerta de su propio apartamento para encontrarse a Mar envuelta en una toalla de bano.
    ?Que pasa por la cabeza de ambos para que de manera casual comiencen algo que se le puede ir de las manos? Y es que por mucho que se digan que los sentimientos no entraran en juego… ?Que haran cuando termine el verano ambos tengan que regresar a sus respectivas vidas en dos paises diferentes? Sin embargo, alguien tiene otros planes de los que los dos son ajenos. Porque por mucho que ambos se empenen en asegurar que lo suyo ha sido un buen recuerdo del verano en Ibiza, en su interior ambos saben la verdad.

  • !Despeinate! de Tamara Marin

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    Eli es una educadora infantil de veintitres anos, joven e impulsiva. Le encantan los tatuajes, los piercings y la velocidad, no necesariamente en ese orden.
    Ella vive <> y le importa bien poco lo que la gente opine.
    Max es un bombero de treinta cuatro anos; serio, organizado, meticuloso y le gustan las mujeres parecidas a el.
    ?Conseguira Max apartar a un lado sus prejuicios?
    ?Podra Eli estar con un hombre tan opuesto a ella?
    ?Seran capaces de dejar atras sus diferencias?

  • Viaje a Norrkoping (Lunar de media luna 2) de Paula Perella

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    La busqueda de lo perdido, el deseo de lo olvidado. Me despierto agitada. Otra vez el sueno de Muriel y la gente ahorcada, morada y oscura, en el camino. Los gusanos recorrian su carne y vestimentas, la nariz de ellas cortada, y sangre goteando aun, casi coagulada, sin saber muy bien si arrastraban visceras, al suelo. --!Eyra! Tranquila. --Me termina de despertar Arn--. ?Que suenas? --Lo de siempre Arn, lo de siempre --le contesto casi gimoteando. Me dan ganas de llorar, pero no quiero hacerlo. Tengo que superarlo ya. --Creo que deberias buscar a alguien que te ayude a ampliar tus conocimientos para poderte sanar tu --me dice serio. --Yo estoy sana, Arn. Parece idiota a veces; no tengo fiebre, como bien, no me duele nada... !estoy sana! --No duermes bien, Eyra. Yo me despierto casi todas las noches oyendote sufrir en suenos, y luego te levantas de mal humor porque no te gusta que te vea asi, a punto de llorar. --!No estoy a punto de llorar! Si lo estoy, pero no me gusta que nadie se de cuenta. No me ha gustado nunca y ahora tampoco. Soy fuerte y no tengo que llorar, pero ultimamente lloro por todo; el otro dia asisti un parto y llore cuando nacio la nina, me llamaron a sacrificar una yegua y tambien llore... !Deja ya de llorar, estupida Eyra! --Eyra, vas a enfermar o me haras enfermar a mi porque no descansamos bien, ?buscaras a alguien? --Buscare. Calla y duerme --le digo para poder dormir otra vez. Pero ?donde busco? No se quien podria ayudarme. Ya tomo las plantas del sueno, la dormidera y otras, pero casi siempre vuelvo a sonar. A mi misma no me puedo cantar los aullidos apaciguadores ni sanadores, esto no funciona asi. Ha de ser otro aullador, y no conozco a ninguno. Aunque quizas en la aldea de madre... quizas alli alguien sepa algo. Me despierto y Arn todavia duerme. Es tan extrano tenerlo aqui, junto a mi, con los ojos cerrados y su nariz recta y terminada en punta hacia mi. Aunque por otra parte es como si siempre hubiesemos vivido juntos. Deja siempre una marca de saliva en la almohada y le gusta asomar uno de los pies por debajo de las mantas y sabanas, aunque sea invierno. Me levanto y me visto. Ojala pudiera usar pantalones como el; cada dia me resulta mas penoso, mas aburrido tener que ponerme todas estas capas y luego ajustarmelas. Para colmo, ultimamente no tengo fuerzas para ajustarme el jubon como antes. Quizas si sea cierto que ya no soy ninguna muchacha y mi cuerpo haya cambiado, de hecho cada dia me canso mas por los caminos y las laderas. --Arn, a desayunar. --le beso en un ojo y abro uno de las contraventanas para que entre la luz. Entra en el salon, que no se parece en nada a la cabana en la que pase el ultimo ano antes de casarme. Aqui tengo muchas comodidades que, aunque a veces me hacen sentir incomoda, como si yo ya no fuera la misma y fuera a convertirme en mi hermana la adinerada, por otro lado me facilita todo mucho mas. Por ejemplo, la chimenea no esta en el centro, sino que esta en un rincon y asi la casa apenas se ensucia con el humo, las ventanas son grandes y entra el sol durante el dia, la cuadra esta abajo y deja el suelo caliente y no entran tantas moscas ni tanto olor a caballo. --Eyra, acuerdate de que hoy no vuelvo hasta la noche, tengo que terminar de explicar el diseno de la torre nueva del reloj y luego pasare a cobrar... y habra bastante cola porque es sabado. --Bueno, no te preocupes. --Y pongo cara de asco por culpa de la leche. La leche me esta repugnando. --?Que pasa? --se sorprende el--. ?Esta agria? --Huelela, a mi me da ganas de... --Y salgo corriendo en busca de una palangana para vomitar. La cabana, en este sentido, era mas practica; solo tenia que salir por la puerta en busca de un rincon. --Has enfermado, Eyra, y te dije que pasaria --me regana, como si no tuviera suficiente con el mal rato que estoy pasando de intentar vomitar lo que no tengo en el estomago, !si acabo de levantarme! Cuando me siento mejor, bebo algo de agua y mastico una manzana, pero no la trago, me da miedo llenar el estomago y que vuelva a tener que vomitar. --Arn, voy a ir a la aldea de mi madre, alli quizas sepan algo sobre el Clan --le digo como si le pidiera permiso, pero no entiendo por que. --?A cuantos dias esta? --No lo se, primero tengo que preguntar a mi padre, igual querria acompanarme. --Bueno, no tardes mas de una semana, no quiero preocuparme --me dice con gesto serio. ?Antes era asi conmigo? No lo recuerdo, creo que era bastante mas confiado, mas despreocupado... ahora es como si fuera su hermana pequena. --Si te preocupas es porque te da la gana, ?cuantas veces te he de demostrar que sola me valgo muy bien? Si quisiera aun te tumbaria, ademas, sabes que con los aullidos puedo defenderme perfectamente. --Me da igual lo que digas, nina protestona --me dice serio--. Vas a tener cuidado y no vas a pensar solo en ti, vas a darte cuenta de que lo que tu haces me afecta, y ya vale de protestas... O le digo a tu padre que se venga a vivir con nosotros, y ya veremos a quien le da la razon. --!Eres un...! Eres... un gusano, por no decirte otras cosas --le digo entre dientes, enfadada, pero en realidad tengo que disimular la risa. !Padre en casa! No, por favor, !otra vez bajo el mismo techo no! Que aunque se ha calmado bastante sigue siendo un testarudo marimandon. --Antes del proximo domingo estare en casa de nuevo --acabo cediendo--, si fuera a tardar mas te lo hare saber. --Me voy ya, te dejo a Tyr. --Y me da un beso en la nariz. Baja las escaleras y sale por la cuadra. La ciudad no esta muy lejos, pero no obstante vivo en el campo. Me dio mucha pena dejar la nueva cabana, con el huerto arreglado, con todo el trabajo que dio adecentarlo y toda la gente que vino a ayudarnos. Le pedi a Padre que alguien lo usara, que no lo dejaran caerse de nuevo... pero no esta muy cerca de la aldea y a la gente no le gusta estar tan alejados. La gente es timorata y medrosa, demasiado para el escaso peligro que hay en esta zona. Recojo las cosas del desayuno y las limpio con el agua de la tinaja. Hoy no voy a ir al lavadero, hoy me voy de viaje a casa de Padre y luego a la antigua casa de Madre. Estoy nerviosa, ?como sera aquello? ?La gente sera amable? ?Todavia quedara algo de Madre alli? Me lavo la cara y me enjuago la boca; no quiero tener mal aliento por el vomito, asi que mastico hojas de menta. Ya no me queda regaliz, asi que tendre que recoger... !o comprar! Ultimamente abuso de gastarme el dinero comprando las hierbas, pero es que ya no tengo tanto tiempo para ir a buscarlas. Sabia que al final iba a tener que cambiar por Arn, ?el habra cambiado por mi? Me parece que no, que sigue haciendo exactamente lo mismo que dos anos antes de casarnos. No me parece justo, pensar en ello me hace hervir la sangre, ?habre hecho bien en casarme con el? ?Yo estoy hecha para esto, para estar casada? Me ato el mono y cojo mi morral, en el que meto fruta, queso y pan; suficiente para el camino hasta casa de Reidar. Bajo a la cuadra; --!Drakkar! Vamos --lo llamo. <> me parece mucho mas digno que <>, el pobre animal no se merece ese nombre. Acude con soltura, aunque el perro ya no es tan jugueton como antes, pero bueno, supongo que yo tampoco. Todos nos hacemos mayores. Ensillo el caballo que me regalo Paiva y le reviso las herraduras. Parece que todo esta correcto. Lo saco a la pradera, fuera de casa, y cierro la puerta con llave. Me aseguro de que todas las puertas y ventanas quedan cerradas. No viene mucha gente por aqui, pero nunca se sabe. Dejo la llave colgada en una de las ramas de un avellano que hace esquina con la casa, donde Arn y yo siempre la dejamos para que el otro la encuentre. Solo tenemos una, aunque Arn siempre dice que mandara copiarla

  • Legendary (Caraval 2) de Stephanie Garber

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    Mientras que algunas habitaciones de la finca tenian monstruos escondidos debajo de las camas, Tella juraba que la suite de su madre ocultaba gran encanto. Toques de luz esmeralda espolvorearon el aire como si las hadas vinieran a jugar cada vez que su madre se fuera. La habitacion olia a flores arrancadas de jardines secretos, e incluso cuando no habia brisa, las cortinas transparentes ondeaban alrededor de la magnifica cama con dosel. Arriba, un candelabro de citrino saludo a Tella con los sonidos musicales de los besos de cristal, lo que le hizo facil imaginar que la suite era un portal embrujado a otro mundo. Los pequenos pies de Tella no emitieron ningun sonido mientras pasaba de puntillas por las gruesas alfombras de marfil hacia el tocador de su madre. Rapidamente, miro por encima del hombro y luego agarro el joyero de su madre. Elegante y pesada en las manos de Tella, la caja estaba hecha de nacar y cubierta de filigrana de oro con tela de arana; A Tella le gustaba fingir que tambien estaba encantada, porque incluso cuando sus dedos estaban sucios, afortunadamente nunca dejaban huellas. A la madre de Tella no le importaba si sus hijas jugaban con sus vestidos o si se probaban sus elegantes zapatillas, pero les habia pedido que no tocaran esta caja, lo que solo lo hacia mas irresistible para Tella. Scarlett podia pasar sus tardes sonando despierta con espectaculos itinerantes como Caraval, pero a Tella le gustaba tener aventuras reales. Hoy fingio que una reina malvada sostenia cautivo a un joven principe elfo, y para salvarlo, necesitaba robar el anillo de opalo de su madre, la joya favorita de Tella. La piedra lechosa era cruda y aspera, con forma de estrella, con puntas afiladas que a veces le pinchaban los dedos. Pero cuando Tella levanto el opalo hacia la luz, la piedra chispeo, cubriendo la habitacion con ascuas de cerezas luminiscentes, oro y lavanda que insinuaban maldiciones magicas y polvo de duende rebelde. Lamentablemente, la banda de laton era demasiado grande para el dedo de Tella, aunque cada vez que abria la caja, todavia se la ponia en caso de que hubiera crecido. Pero este dia, justo cuando Tella se deslizo en el ring, noto algo mas. El candelabro sobre ella se inmovilizo como si tambien hubiera sido sorprendido. Tella se sabia de memoria todos los articulos de la caja de joyeria de su madre: una cinta de terciopelo cuidadosamente doblada con bordes de oro, aretes de color rojo sangre, una botella de plata empanada que, segun su madre, contenia lagrimas de angel, un relicario de marfil que no se abria, una pulsera de chorro que Parecia que pertenecia al brazo de una bruja en lugar de a la elegante muneca de su madre. El unico articulo que Tella nunca toco fue la bolsita de color gris sucio, que olia a hojas mohosas y a dulce muerte de charnela. Mantiene a los duendes alejados, su madre una vez bromeo. Tambien mantuvo alejado a Tella. Pero hoy, el pequeno bolso feo parpadeo, atrayendo a Tella hacia el. En un momento parecia un monton de podredumbre y olia a descomposicion. Un parpadeo despues, en su lugar, descansaba un reluciente mazo de cartas, atado con una delicada cinta de raso. Luego, en un instante, volvio a la desagradable bolsa antes de que se transfigurara nuevamente en las tarjetas. Abandonando su mision de juego, Tella rapidamente agarro el cordon sedoso y levanto la cubierta de la caja. Al instante dejaron de moverse. Las tarjetas eran muy, muy bonitas. Eran de un tono tan oscuro de sombra de noche que eran casi negros, con pequenos toques de motas doradas que brillaban a la luz y hebras remolinos de un profundo relieve rojo violeta que hacia que Tella pensara en flores humedas, sangre de brujas y magia. No se parecian en nada a las debiles cartas en blanco y negro que los guardias de su padre le habian ensenado a jugar juegos de apuestas. Tella se sento en la alfombra. Sus agiles dedos hormiguearon mientras desataba la cinta y volteaba la primera carta. La joven retratada le recordo a Tella a una princesa cautiva. Su hermoso vestido blanco estaba desgarrado, y sus ojos en forma de lagrima eran tan bonitos como el cristal de mar pulido, pero tan tristes que les dolia mirarlos. Muy probablemente porque su cabeza estaba enjaulada en un globo redondo de perlas. Las palabras "La doncella de la muerte" se escribieron en la parte inferior de la tarjeta. Tella se estremecio. No le gustaba el nombre, y no le gustaban las jaulas, ni siquiera las nacaradas. De repente tuvo la sensacion de que su madre no querria que ella viera estas cartas, pero eso no impidio que Tella volcara otra.

  • La casa entre los cactus, Paul Pen de Paul Pen

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    El autor espanol de exito internacional, Paul Pen, regresa con un inquietante thriller psicologico.

  • Otono en Manhattan (Loca seduccion 1) de Eva P. Valencia

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    Gabriel Gomez es un joven y guapo arquitecto que deja Barcelona huyendo de la atraccion que siente por la prometida de su hermano Ivan. A su llegada a Manhattan no le faltan candidatas dispuestas a conquistar su maltrecho corazon, pero la unica mujer que despierta su interes es su sexi, autoritaria y exigente jefa, Jessica Orson.

  • Hormigas en los pantalones de Agatha Allen

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    Esta es la apasionante historia de un joven que representa a toda una generacion que tuvo que enfrentarse a la apertura y los avances de un pais que despierta tras la represion de la guerra civil

  • Amor en la fila 27 de Eithne Shorthall

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    ?Que pasa cuando Cupido juega a ser copiloto? Todavia recuperandose de una ruptura, Cora Hendricks ha renunciado a encontrar el amor. Para ella, en realidad. Para pasar el tiempo, mientras trabaja en el mostrador de check-in de Aer Lingus en Heathrow, Cora empieza a jugar a ser cupido con parejas solteras durante el vuelo. Utilizando solo su intuicion, Internet y la afable asistente complice, Nancy, la fila 27 se convierte en el laboratorio del amor de Cora. En lugar de sentarse al azar, dos pasajeros, de forma involuntaria, se sentaran junto a la persona de sus suenos, o no. Cora asegura que la fila 27 es solo algo de diversion, pero mientras ella esta ocupada haciendo que salte la chispa a gran altura, el amor que habia abandonado para si misma podria haber aterrizado justo en frente.

  • Fran o Francesca de M. N. Mera

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    Esta no es una sinopsis cualquiera, creo que Fran se merece algo diferente, igual que su historia, de modo que en vez de escribir una sinopsis al uso, voy a plasmar la opinion de una lectora que lo explica mucho mejor que yo. Firmado. Maria N.Mera.

  • Manipulando la historia de Eric Frattini

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    El hundimiento del acorazado Maine, que desato la guerra de Cuba entre Espana y Estados Unidos; los intentos de derrocar a Fidel Castro; las dudas sobre si el ataque a Pearl Harbor pudo evitarse; las maniobras contra Vietnam del Norte por parte de Estados Unidos; los atentados atribuidos a los comunistas para minar su infl uencia en Europa son, entre otras muchas, algunas de las operaciones que, orquestadas desde el poder, han dado un giro a la historia.
    El libro de Eric Frattini, apoyado en documentos desclasificados e imagenes de los protagonistas y acontecimientos mas significativos, nos descubre las principales operaciones de falsa bandera del mundo contemporaneo.

  • Loba negra de Juan Gomez Jurado

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    El thriller que los 250.000 lectores de Reina Roja estan esperando.

  • El corazon de una Campbell de Edith Stewart

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    Colin McGregor ha conseguido salir con vida del paramo de Culloden, no sin gran esfuerzo. Herido, busca refugio en una cuadra donde sus fuerzas le abandonan y cae desmayado.
    Brenna Campbell, duena y senora del castillo de Cawdor, no puede creer que el herido en sus cuadras sea un McGregor. Sabe que si los ingleses lo descubren alli, el clan sera acusado de traicion a la corona. Pero ese no es su unico problema, Brenna tiene que lidiar con las atenciones del capitan Fullarton quien pretende cortejarla. Pero ella jamas se casara con un sassenach, asi que esta dispuesta a pedirle a Colin McGregor, una vez repuesto de sus heridas, que se haga pasar por su prometido para alejar al baron ingles.
    Lo que comienza como una farsa ante los ojos de todos, pronto dara paso a la pasion mas abrasadora.

  • Una vieja que leia novelas de amor de Luis Sepulveda

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    El cielo era una inflada panza de burro colgando amenazante a escasos palmos de las cabezas. El viento tibio y pegajoso barria algunas hojas sueltas y sacudia con violencia los bananos raquiticos que adornaban el frontis de la alcaldia. Los pocos habitantes de El Idilio mas un punado de aventureros llegados de las cercanias se congregaban en el muelle, esperando turno para sentarse en el sillon portatil del doctor Rubicundo Loachamin, el dentista, que mitigaba los dolores de sus pacientes mediante una curiosa suerte de anestesia oral. --?Te duele? --preguntaba. Los pacientes, aferrandose a los costados del sillon, respondian abriendo desmesuradamente los ojos y sudando a mares. Algunos pretendian retirar de sus bocas las manos insolentes del dentista y responderle con la justa puteada, pero sus intenciones chocaban con los brazos fuertes y con la voz autoritaria del odontologo. --!Quieto, carajo! !Quita las manos! Ya se que duele. ?Y de quien es la culpa? ?A ver? ?Mia? !Del Gobierno! Metetelo bien en la mollera. El Gobierno tiene la culpa de que tengas los dientes podridos. El Gobierno es culpable de que te duela. Los afligidos asentian entonces cerrando los ojos o con leves movimientos de cabeza. El doctor Loachamin odiaba al Gobierno. A todos y a cualquier Gobierno. Hijo ilegitimo de un emigrante iberico, heredo de el una tremenda bronca a todo cuanto sonara a autoridad, pero los motivos de aquel odio se le extraviaron en alguna juerga de juventud, de tal manera que sus monsergas de acrata se transformaron en una especie de verruga moral que lo hacia simpatico. Vociferaba contra los Gobiernos de turno de la misma manera como lo hacia contra los gringos llegados a veces desde las instalaciones petroleras del Coca, impudicos extranos que fotografiaban sin permiso las bocas abiertas de sus pacientes. Muy cerca, la breve tripulacion del Sucre cargaba racimos de banano verde y costales de cafe en grano. A un costado del muelle se amontonaban las cajas de cerveza, de aguardiente Frontera, de sal, y las bombonas de gas que temprano habian desembarcado. El Sucre zarparia en cuanto el dentista terminase de arreglar quijadas, navegaria remontando las aguas del rio Nangaritza para desembocar mas tarde en el Zamora, y luego de cuatro dias de lenta navegacion arribaria al puerto fluvial de El Dorado. El barco, antigua caja flotante movida por la decision de su patron mecanico, por el esfuerzo de dos hombres fornidos que componian la tripulacion y por la voluntad tisica de un viejo motor diesel, no regresaria hasta pasada la estacion de las lluvias que se anunciaba en el cielo encapotado. El doctor Rubicundo Loachamin visitaba El Idilio dos veces al ano, tal como lo hacia el empleado de Correos, que raramente llevo correspondencia para algun habitante. De su maletin gastado solo aparecian papeles oficiales destinados al alcalde, o los retratos graves y descoloridos por la humedad de los gobernantes de turno. Las gentes esperaban la llegada del barco sin otras esperanzas que ver renovadas sus provisiones de sal, gas, cerveza y aguardiente, pero al dentista lo recibian con alivio, sobre todo los sobrevivientes de la malaria cansados de escupir restos de dentadura y deseosos de tener la boca limpia de astillas, para probarse una de las protesis ordenadas sobre un tapete morado de indiscutible aire cardenalicio. Despotricando contra el Gobierno, el dentista les limpiaba las encias de los ultimos restos de dientes y enseguida les ordenaba hacer un buche con aguardiente. --Bueno, veamos. ?Como te va esta? --Me aprieta. No puedo cerrar la boca. --!Joder! Que tipos tan delicados. A ver, pruebate otra. --Me viene suelta. Se me va a caer si estornudo. --Y para que te resfrias, pendejo. Abre la boca. Y le obedecian. Luego de probarse diferentes dentaduras encontraban la mas comoda y discutian el precio, mientras el dentista desinfectaba las restantes sumergiendolas en una marmita con cloro hervido. El sillon portatil del doctor Rubicundo Loachamin era toda una institucion para los habitantes de las riberas de los rios Zamora, Yacuambi y Nangaritza. En realidad, se trataba de un antiguo sillon de barbero con el pedestal y los bordes esmaltados de blanco. El sillon portatil precisaba de la fortaleza del patron y de los tripulantes del Sucre para alzarlo, y se asentaba apernado sobre una tarima de un metro cuadrado que el dentista llamaba <>. --En la consulta mando yo, carajo. Aqui se hace lo que yo digo. Cuando baje pueden llamarme sacamuelas, hurgahocicos, palpalenguas, o como se les antoje, y hasta es posible que les acepte un trago. Quienes esperaban turno mostraban caras de padecimiento extremo, y los que pasaban por las pinzas extractoras tampoco tenian mejor semblante. Los unicos personajes sonrientes en las cercanias de la consulta eran los jibaros mirando acuclillados. Los jibaros. Indigenas rechazados por su propio pueblo, el shuar, por considerarlos envilecidos y degenerados con las costumbres de los <>, de los blancos. Los jibaros, vestidos con harapos de blanco, aceptaban sin protestas el mote-nombre endilgado por los conquistadores espanoles. Habia una enorme diferencia entre un shuar altivo y orgulloso, conocedor de las secretas regiones amazonicas, y un jibaro, como los que se reunian en el muelle de El Idilio esperando por un resto de alcohol. Los jibaros sonreian mostrando sus dientes puntudos, afilados con piedras de rio. --?Y ustedes? ?Que diablos miran? Algun dia van a caer en mis manos, macacos --los amenazaba el dentista. Al sentirse aludidos los jibaros respondian dichosos. --Jibaro buenos dientes teniendo. Jibaro mucha carne de mono comiendo. A veces, un paciente lanzaba un alarido que espantaba los pajaros, y alejaba las pinzas de un manotazo llevando la mano libre hasta la empunadura del machete. --Comportate como hombre, cojudo. Ya se que duele y te he dicho de quien es la culpa. !Que me vienes a mi con bravatas! Sientate tranquilo y demuestra que tienes bien puestos los huevos. --Es que me esta sacando el alma, doctor. Dejeme echar un trago primero. El dentista suspiro luego de atender al ultimo sufriente. Envolvio las protesis que no encontraron interesados en el tapete cardenalicio, y mientras desinfectaba los instrumentos vio pasar la canoa de un shuar. El indigena remaba parejo, de pie, en la popa de la delgada embarcacion. Al llegar junto al Sucre dio un par de paletadas que lo pegaron al barco. Por la borda asomo la figura aburrida del patron. El shuar le explicaba algo gesticulando con todo el cuerpo y escupiendo constantemente. El dentista termino de secar los instrumentos y los acomodo en un estuche de cuero. Enseguida tomo el recipiente con los dientes sacados y los arrojo al agua. El patron y el shuar pasaron por su lado rumbo a la alcaldia. --Tenemos que esperar, doctor. Traen a un gringo muerto. No le agrado la nueva. El Sucre era un armatoste incomodo, sobre todo durante los viajes de regreso, recargado de banano verde y cafe tardio, semipodrido, en los costales. Si se largaba a llover antes de tiempo, cosa que al parecer ocurriria ya que el barco navegaba con una semana de retraso a causa de diversas averias, entonces debian cobijar carga, pasajeros y tripulacion bajo una lona, sin espacio para colgar las hamacas, y si a todo ello se sumaba un muerto el viaje seria doblemente incomodo. El dentista ayudo a subir a bordo el sillon portatil y enseguida camino hasta un extremo del muelle. Ahi lo esperaba Antonio Jose Bolivar Proano, un viejo de cuerpo correoso al que parecia no importarle el cargar con tanto nombre de procer. --?Todavia no te mueres, Antonio Jose Bolivar? Antes de responder, el viejo se olio los sobacos. --Parece que no. Todavia no apesto. ?Y usted? --?Como van tus dientes? --Aqui los tengo --respondio el viejo, llevandose una mano al bolsillo. Desenvolvio un panuelo descolorido y le enseno la protesis. --?Y por que no los usas, viejo necio? --Ahorita me los pongo. No estaba ni comiendo ni hablando. ?Para que gastarlos entonces? El viejo se acomodo la dentadura, chasqueo la lengua, escupio generosamente y le ofrecio la botella de Frontera. --Venga. Creo que me gane un trago. --Vaya que si. Hoy dia saco veintisiete dientes enteros y un monton de pedazos, pero no supero la marca. --?Siempre me llevas la cuenta? --Para eso son los amigos. Para celebrar las gracias del otro. Antes era mejor, ?no le parece?, cuando todavia llegaban colonos jovenes. ?Se acuerda del montuvio aquel, ese que se dejo sacar todos los dientes para ganar una apuesta? El doctor Rubicundo Loachamin ladeo la cabeza para ordenar los recuerdos, y asi llego la imagen del hombre, no muy joven y vestido a la manera montuvia. Todo de blanco, descalzo, pero con espuelas de plata. El montuvio llego hasta la consulta acompanado de una veintena de individuos, todos muy borrachos. Eran buscadores de oro sin recodo fijo. Peregrinos, los llamaban las gentes, y no les importaba si el oro lo encontraban en los rios o en las alforjas del projimo. El montuvio se dejo caer en el sillon y lo miro con expresion estupida. --Tu diras. --Me los saca toditos. De uno en uno, y me los va poniendo aqui, sobre la mesa. --Abre la boca. El hombre obedecio, y el dentista comprobo que junto a las ruinas molares le quedaban muchos dientes, algunos picados y otros enteros. --Te queda un buen punado. ?Tienes dinero para tantas extracciones? El hombre abandono la expresion estupida. --El caso es, doctor, que los amigos aqui presentes no me creen cuando les digo que soy muy macho. El caso es que les he dicho que me dejo sacar todos los dientes, uno por uno y sin quejarme. El caso es que apostamos, y usted y yo nos iremos a medias con las ganancias. --Al segundo que te saquen vas a estar cagado y llamando a tu mamacita --grito uno del grupo y los demas lo apoyaron con sonoras carcajadas. --Mejor te vas a echar otros tragos y te lo piensas. Yo no me presto para cojudeces --dijo el dentista. --El caso es, doctor, que, si usted no me permite ganar la apuesta, le corto la cabeza con esto que me acompana. Al montuvio le brillaron los ojos mientras acariciaba la empunadura del machete. De tal manera que corrio la apuesta. El hombre abrio la boca y el dentista hizo un nuevo recuento. Eran quince dientes, y, al decirselo, el desafiante formo una hilera de quince pepitas de oro sobre el tapete cardenalicio de las protesis. Una por cada diente, y los apostadores, a favor o en contra, cubrieron las apuestas con otras pepitas doradas. El numero aumentaba considerablemente a partir de la quinta. El montuvio se dejo sacar los primeros siete dientes sin mover un musculo. No se oia volar una mosca, y al retirar el octavo lo acometio una hemorragia que en segundos le lleno la boca de sangre. El hombre no conseguia hablar, pero le hizo una senal de pausa. Escupio varias veces formando cuajarones sobre la tarima y se echo un largo trago que le hizo revolverse de dolor en el sillon, pero no se quejo, y tras escupir de nuevo, con otra senal le ordeno que continuase. Al final de la carniceria, desdentado y con la cara hinchada hasta las orejas, el montuvio mostro una expresion de triunfo horripilante al dividir las ganancias con el dentista. --Si. Esos eran tiempos --murmuro el doctor Loachamin, echandose un largo trago. El aguardiente de cana le quemo la garganta y devolvio la botella con una mueca. --No se me ponga feo, doctor. Esto mata los bichos de las tripas --dijo Antonio Jose Bolivar, pero no pudo seguir hablando. Dos canoas se acercaban, y de una de ellas asomaba la cabeza yaciente de un hombre rubio.