• el honor perdido de katharina blum libro - Heinrich Boll

    https://gigalibros.com/el-honor-perdido-de-katharina-blum.html

    Escrita en 1974, dos anos despues de haber recibido su autor el Premio Nobel de Literatura, y llevada a la pantalla por Schlondorff, El honor perdido de Katharina Blum es una novela que no ha perdido en nada la actualidad que en su momento la convirtio en un exito espectacular: ese mismo ano se vendieron doscientos mil ejemplares, siendo traducida en poco tiempo a dieciocho lenguas distintas. En ella, el escritor aleman Heinrich Boll, nacido en Colonia en 1917 y fallecido en 1985, muestra las consecuencias que los manejos y el eco de la prensa sensacionalista pueden tener en la vida del individuo. Katharina, acosada por un publico avido de sensaciones y dispuesto a creerse cualquier titular, cuanto mas truculento mejor, llega hasta el extremo de cometer un crimen con impresionante sangre fria. La protagonista, cuya historia esta basada en un hecho real, tiene la seguridad moral de otra de las inolvidables heroinas de este autor, la Leni de Retrato de grupo con senora (1971), y no parece sentir ningun remordimiento despues de haber disparado contra el periodista grafico que, recurriendo a la manipulacion, no dudo un solo momento en destrozar su vida privada. Mientras, difamaciones y calumnias se extienden en un caso como este con mucha mayor facilidad que la verdad. Ingenua, algo romantica e inteligente, Katharina Blum es tan extremadamente sensible en relacion con el sexo, que casi roza la mojigateria. Y, sin embargo, es una de esas raras mujeres que, como Leni Gruyten, son capaces de amar a un hombre mas alla de las convenciones sociales. Ambas se entregan con la mayor espontaneidad. Mientras Leni se enamora en plena segunda guerra mundial de un prisionero sovietico, personificacion absoluta del mal en las mentes mas perversas e ingenuas de la Alemania del momento, Katharina lo hace de un fugitivo de la justicia, sospechoso sin prueba alguna de ser un terrorista. Y la sociedad, como es de esperar, le hace pagar por ello. Silenciosa y discreta como Leni, Katharina tiene tambien el valor de regirse por su propio codigo moral, un codigo que se funda en unas normas propias, no escritas, ni heredadas. Posee ademas dos cualidades mortales: la lealtad y el orgullo, esa integridad tan dificil de encontrar, que puede resultar extremadamente peligrosa por ser tan pocos los seres humanos que la poseen o que siquiera saben valorarla. Katharina, como Leni, vive en este y a su vez en otro mundo, ignorado por los demas, inaccesible para la mayoria. Las mujeres de Boll, como las de Robert Musil, otro de los grandes narradores contemporaneos en lengua alemana, estan siempre en la frontera de ese otro mundo. Son mujeres atemporales, ademas de completamente atipicas. <>, afirma el narrador. Y es precisamente todo aquello que ocurre en segundo plano lo que tiene mayor importancia, lo que en definitiva conforma nuestra verdadera existencia, no la imagen oficial que se emite cara al exterior. Para su desgracia, Katharina se convierte por pura casualidad, al asistir a una fiesta de carnaval, en el punto de mira de buena parte de la sociedad. Una de las mayores desgracias para un ser discreto y sensible como ella. Para la construccion de esta dramatica historia, narrada con el estilo de un atestado policial en forma de cincuenta y ocho breves testimonios, con lo que el autor ha pretendido sin duda concederle mayor verosimilitud, ademas de la debida distancia, Boll emplea a menudo recursos cinematograficos, como el flashback, que rompen con esa estructura aparentemente rigida, que sin embargo recuerda uno de los mas emocionantes relatos de todos los tiempos: La marquesa de O, de Heinrich von Kleist. La alternancia entre la ironia que el autor reserva para la sociedad y la tierna simpatia que muestra hacia la protagonista y sus amigos logra aligerar la sensacion que a menudo embarga al lector de hallarse ante un documento oficial. Heinrich Boll, la figura mas emblematica de la literatura alemana de posguerra, una literatura inconformista y critica desde el punto de vista social, y uno de los escritores mas leidos dentro y fuera de su pais, se identifico siempre con los oprimidos. En este caso, con las victimas de la llamada libertad de expresion. La tension narrativa va creciendo en esta novela a medida que se desvelan los primitivos y a veces hasta crueles metodos con los que la prensa amarilla tergiversa impunemente los hechos, destruyendo con ello <>, que se convierten asi en meros objetos de interes publico. Un libro que todo el mundo deberia leer para saber hasta que punto se han de recibir con prudencia las noticias difundidas a traves de cualquier medio de comunicacion. 1 El informe que sigue se basa en algunas fuentes secundarias y en tres principales, que se nombran al principio una vez, pero que mas tarde no se vuelven a mencionar. Las fuentes principales son atestados policiacos, el abogado doctor Hubert Blorna y el fiscal Peter Hach, companero de estudios del anterior, quien --de manera confidencial, se entiende-- completo el sumario, anadiendo ciertas actuaciones de la autoridad y los resultados de diversas pesquisas. Huelga subrayar que este trabajo tuvo caracter extraoficial, y que sus conclusiones se destinaron exclusivamente a uso privado, porque al fiscal le llegaba al alma el disgusto de su amigo Blorna. Este no encontraba una explicacion para todo lo ocurrido y, a pesar de ello, <>. El caso de Katharina Blum, en vista de la actitud de la acusada y de la dificil posicion de su defensor, doctor Blorna, aparecera, de todos modos, mas o menos ficticio, y ciertas pequenas incorrecciones, como las que cometio Hach, resultan comprensibles e incluso disculpables. No hace falta mencionar aqui las fuentes secundarias, unas de mayor y otras de menor importancia, ya que el mismo informe demostrara sus vinculos, enredos y confusiones, y pondra de manifiesto la consternacion que produjeron. 2 Si el informe --pues aqui se habla tanto de fuentes-- resulta a veces <>, se ruega que lo disculpen: era inevitable. Los terminos <> y <> no parecen compatibles con el concepto de composicion literaria; les convendria mejor el de conduccion. Esto deberia comprenderlo todo aquel que alguna vez, siendo nino (o incluso ya mayor), haya jugado en, al lado de y con unos charcos, uniendolos mediante pequenos canales, vaciandolos y desviandolos hasta conducir, finalmente, toda el agua hacia un canal colector, para desviarla a un nivel inferior o tal vez, incluso, para encauzarla debidamente, de forma oficial y regular, hacia un desague o un canal construido por las autoridades. Es decir, se procede a una especie de drenaje que constituye un verdadero proceso de ordenacion. De modo que si cuanto aqui se narra parece en ocasiones fluido, gracias a las diferencias de nivel y a su igualacion, se solicita indulgencia, pues tambien se producen atascos, embotellamientos y obstrucciones, y tampoco faltan los canales que no conducen a ninguna parte, las fuentes inaccesibles, las corrientes subterraneas, etc., etc.

  • EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM - Casa del Libro

    https://www.casadellibro.com/libro-el-honor-perdido-de-katharina-blum/9788432248184/1703693

    El libro EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM de HEINRICH BOLL en Casa del Libro: ¡descubre las mejores ofertas y envíos gratis!

  • El honor perdido de Katharina Blum (Contemporánea) - Amazon

    https://www.amazon.es/honor-perdido-Katharina-Blum-Narrativa/dp/8432248185

    El honor perdido de Katharina Blum (Contemporánea) : Böll, Heinrich, Katendhal, Helene: Amazon.es: Libros.

  • El honor perdido de Katharina Blum Libro de texto - Amazon.es

    https://www.amazon.es/El-honor-perdido-Katharina-Blum/dp/B00FEJXN06

    El honor perdido de Katharina Blum : Heinrich Boll: Amazon.es: Libros. ... El futuro del libro electrónico dependerá de la calidad del producto.

  • El honor perdido de Katharina Blum - Heinrich Böll - Planeta ...

    https://www.planetadelibros.com/libro-el-honor-perdido-de-katharina-blum/13014

    13 mar 2007 — Apúntate y descubre cada mes todas las novedades de narrativa literaria. Cargando... Otros libros de Novela literaria.

  • El honor perdido de Katharina Blum - Heinrich Böll - Lecturalia

    https://www.lecturalia.com/libro/14175/el-honor-perdido-de-katharina-blum

    El libro trata sobre el impacto que los tejemanejes de la prensa sensacionalista puede tener en la vida de un individuo común y corriente. ... Para ello el autor ...

  • el honor perdido de katharina blum - Primera edición - Iberlibro

    https://www.iberlibro.com/buscar-libro/titulo/el-honor-perdido-de-katharina-blum/primera-edicion/

    El honor perdido de Katharina Blum de Heinrich Böll y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • honor perdido katharina blum de heinrich böll - IberLibro.com

    https://www.iberlibro.com/buscar-libro/titulo/honor-perdido-katharina-blum/autor/heinrich-b%F6ll/

    El honor perdido de Katharina Blum de Heinrich Böll y una gran selección de libros, arte y artículos de colección disponible en Iberlibro.com.

  • EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM - Alibrate

    https://www.alibrate.com/libro/el-honor-perdido-de-katharina-blum/59872e93cba2bce50c1ba365

    Encuentra el libro EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM en Alibrate. Descubre reseñas, sinopsis, frases y más de este libro de HEINRICH BOLL.

  • EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM (Libro en papel)

    https://www.popularlibros.com/libro/el-honor-perdido-de-katharina-blum_102357

    EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM 17,10€ Ahora un 5% descuento. Envío gratis. Tras acudir a una fiesta, Katharina Blum pasa la noche con un hombre al que ...

  • EL HONOR PERDIDO DE KATHARINA BLUM - Tipos Infames

    https://www.tiposinfames.com/libros/el-honor-perdido-de-katharina-blum/1447/

    Medidas: 133 X 230 cm. Páginas: 160; Materias: narrativa. valoración (0 Comentarios) Comenta y valora este libro. Disponible ...

  • 11,4 suenos luz de Nicholas Avedon

    https://gigalibros.com/11-4-suenos-luz.html

    “11,4 Suenos luz” es una novela distopica y oscura, donde los personajes sufren y aman, perdonan y olvidan. Todos ellos quieren empezar de nuevo y despojarse de sus secretos. En el Paris del siglo XXIII donde todo esta en venta, las emociones puras son de gran valor para aquellos que no pueden vivirlas. Esta es la historia de Ariel de Santos, uno de los artistas vivos mas reputados de los Estados Europeos del Sur, un hombre atormentado por sus pactos con el diablo y adicto al Trank, la droga universal. A traves de sus ojos, seremos testigos de una huida del pasado en la empresa humana mas ambiciosa de la historia, un viaje sin regreso hacia un destino en las estrellas.

  • Sean Cote es provocador de Iris T. Hernandez

    https://gigalibros.com/sean-cote-es-provocador.html

    Aparecio sin mas. Recuerdo perfectamente aquel dia. Estaba en su despacho porque Jeff me habia pedido que, por favor, los ayudara. Al principio no me parecio una mala idea, pero eso fue porque no sabia quien era Sean Cote, el desconocido que esperaba a mi espalda sin yo saberlo.

  • El viento no espera de Raquel Sanchez Silva

    https://gigalibros.com/el-viento-no-espera.html

    Una nina dormida con un futuro por vivir, una mujer embarazada, un vagabundo sin voz, una viuda que comienza a sentir el amor, una camarera que jamas lo ha sentido, una madre que se convertira en faro una vez agotada su deriva y una famosa actriz y su falsa historia de amor. A todos ellos los va a unir el abrazo del viento extrano de Tarifa y los rincones magicos de sus calles, en una mezcolanza de encuentros, desencuentros, secretos ocultos y pasiones que salen a la luz. Una historia sobre lo mejor de la vida que, como el viento, parece irse pero siempre vuelve.

  • El coleccionista de flechas de Cristian Perfumo

    https://gigalibros.com/el-coleccionista-de-flechas.html

    !UN NUEVO THRILLER DEL AUTOR MAS LEIDO DE LA PATAGONIA!

  • LUNATIC WOLF 1 (American Wolf 5) de Kelly Dreams

    https://gigalibros.com/lunatic-wolf-1-american-wolf-5.html

    Radu Alezandru supo que la guerra habia llamado a su puerta en el momento en que se vio obligado a rescatar a su propia companera. Los conflictos ocurridos en los ultimos meses al otro lado del oceano habian traspasado sus fronteras y estaban sembrando el caos en territorio europeo. Ahora ya no se trataba solo de ayudar a su principe a encontrar la mujer que constituia la esperanza de su raza, sino de mantener a los enemigos a raya y a su companera lo suficiente cerca para no perderla.
    Judith Stevens supo que su vida habia cambiado para siempre en el momento en que el la salvo. Durante toda su vida le habian dicho que el apareceria, que la complementaria como ningun otro; su alma gemela. Quiza deberian haberle advertido tambien que dicho hombre era en realidad un lobo y el alfa de Praga
    Unidos bajo una lluvia de adversidades, deberan descubrirse mutuamente y aprender a confiar el uno en el otro antes de que la muerte se interponga en su camino o en el de aquellos que han jurado proteger.

  • La ultima palabra de Juan Elias de Pau Freixas

    https://gigalibros.com/la-ultima-palabra-de-juan-elias.html

  • non_MOD de David Jimenez Cano

    https://gigalibros.com/non-mod.html

    ?Que pasaria si la humanidad fuera capaz de trascender como especie y evolucionar hasta llegar a interaccionar con Inteligencia Artificial (IA)?

  • Maravilloso error (Los hermanos Maddox 1), Jamie McGuire de Jamie Mcguire

    https://gigalibros.com/maravilloso-error-los-hermanos-maddox-1-jamie-mcguire.html

  • Matar a un ruisenor de Harper Lee

    https://gigalibros.com/matar-a-un-ruisenor.html

    Cuando tenia casi trece anos, mi hermano Jem sufrio una grave fractura en el brazo a la altura del codo. Cuando sano y por fin se disiparon sus temores de que nunca podria volver a jugar al futbol americano, en raras ocasiones volvia a acordarse de aquella lesion. El brazo izquierdo le quedo algo mas corto que el derecho; cuando estaba de pie o andaba, el dorso de la mano formaba casi un angulo recto con su cuerpo, y el pulgar estaba paralelo a sus muslos. A el no podria haberle importado menos, con tal de poder pasar y chutar. Cuando transcurrieron anos suficientes para poder verlos en retrospectiva, a veces hablabamos de los acontecimientos que condujeron a su accidente. Yo sostengo que los Ewell fueron quienes lo comenzaron todo, pero Jem, que era cuatro anos mayor que yo, decia que eso habia empezado mucho antes. Dijo que comenzo el verano en que Dill vino a vernos, cuando nos hizo concebir por primera vez la idea de hacer salir a Boo Radley. Yo decia que si el queria tener una amplia perspectiva de lo sucedido, en realidad comenzo con Andrew Jackson. Si el general Jackson no hubiera perseguido a los indios creek arroyo arriba, Simon Finch nunca habria llegado hasta Alabama, y ?donde estariamos nosotros si no lo hubiera hecho? Eramos demasiado mayores como para zanjar la discusion con una pelea, de modo que consultamos a Atticus. Nuestro padre dijo que los dos teniamos razon. Al ser del Sur, era un motivo de verguenza para algunos miembros de la familia que no tuvieramos constancia de que alguno de nuestros antepasados hubiera peleado en la batalla de Hastings. Tan solo teniamos a Simon Finch, un boticario de Cornualles cuya piedad solo se veia superada por su tacaneria. En Inglaterra, a Simon le irritaba la persecucion de aquellos que se autodenominaban metodistas a manos de sus hermanos mas liberales, y ya que Simon se consideraba metodista, cruzo el Atlantico hasta Filadelfia, de ahi a Jamaica, y desde alli a Mobile subiendo hasta Saint Stephens. Teniendo en cuenta las estrictas normas de John Wesley sobre no enriquecerse en los negocios aprovechandose de los demas, Simon se dedico a la practica de la medicina logrando un gran exito; pero en esta empresa era infeliz, pues habia sido tentado a hacer lo que el sabia que no era para la gloria de Dios, como llevar oro y ropas costosas. De modo que Simon, habiendo olvidado lo que su maestro habia dicho sobre la posesion de bienes humanos, compro tres esclavos y con su ayuda establecio una hacienda a las orillas del rio Alabama, a unos sesenta y cinco kilometros mas arriba de Saint Stephens. Regreso a Saint Stephens solamente una vez, para encontrar esposa, y con ella establecio una descendencia con muchas hijas. Simon vivio hasta una edad impresionante y murio rico. Era costumbre de los hombres de la familia quedarse en la hacienda de Simon, Finch's Landing, y ganarse la vida con el algodon. El lugar se sostenia a si mismo. Modesto en comparacion con los imperios que lo rodeaban, Landing producia sin embargo todo lo necesario para la vida excepto hielo, harina de trigo y prendas de vestir, que proporcionaban las embarcaciones fluviales de Mobile. Simon habria considerado con impotente rabia los problemas entre el Norte y el Sur, ya que arrebataron a sus descendientes todo a excepcion de su tierra; sin embargo, la tradicion de vivir en esa hacienda siguio inalterable hasta bien entrado el siglo XX, cuando mi padre, Atticus Finch, fue a Montgomery para aprender Derecho, y su hermano menor fue a Boston para estudiar Medicina. Su hermana Alexandra fue la Finch que se quedo en Landing: se caso con un hombre taciturno que pasaba la mayor parte de su tiempo tumbado en una hamaca al lado del rio preguntandose si sus redes de pesca estarian llenas. Cuando mi padre fue admitido en la abogacia, regreso a Maycomb y comenzo a ejercer. Maycomb, a unos treinta kilometros al este de Finch's Landing, era la capital del condado de Maycomb. La oficina de Atticus en el edificio del juzgado contenia poco mas que una percha para sombreros, una escupidera, un tablero de damas y un impecable Codigo de Alabama. Sus dos primeros clientes fueron las dos ultimas personas a las que ahorcaron en la carcel del condado de Maycomb. Atticus los habia instado a que aceptaran la generosidad del Estado, que les permitiria declararse culpables de homicidio en segundo grado y asi evitar la pena capital, pero ellos eran Haverford, un apellido que en el condado de Maycomb es sinonimo de burro testarudo. Los Haverford habian liquidado al principal herrero de Maycomb por un malentendido que surgio por la supuesta <> de una yegua, fueron lo bastante imprudentes para hacerlo en presencia de tres testigos e insistieron en que <> era una defensa lo bastante buena para cualquiera. Persistieron en declararse no culpables de homicidio en primer grado, de modo que no hubo mucho que Atticus pudiera hacer por sus clientes, a excepcion de estar presente en su partida, una ocasion que fue probablemente el comienzo de la profunda antipatia de mi padre hacia la practica del Derecho Penal. Durante sus cinco primeros anos en Maycomb, Atticus practico mas que cualquier otra cosa la Economia; y durante varios anos desde entonces invirtio sus ganancias en la educacion de su hermano. John Hale Finch era diez anos menor que mi padre, y decidio estudiar Medicina en un momento en que no valia la pena cultivar algodon; pero despues de tener a Jack encauzado, Atticus comenzo a obtener ingresos razonables practicando la abogacia. Le gustaba Maycomb, habia nacido y se habia criado alli; conocia a su gente, ellos le conocian, y debido a los negocios de Simon Finch, Atticus estaba emparentado por sangre o matrimonio con casi todas las familias de la ciudad. Maycomb era una vieja poblacion, pero ademas era una vieja poblacion cansada cuando yo la conoci. En el tiempo lluvioso las calles se convertian en un barrizal rojizo; crecia hierba en las aceras, y el edificio del juzgado parecia combarse sobre la plaza. En cierto modo, hacia mas calor entonces: un perro negro sufria los dias de verano; las flacas mulas enganchadas a los carros espantaban moscas bajo la sofocante sombra de las encinas que habia en la plaza. A las nueve de la manana, los cuellos rigidos de los hombres se veian languidos. Las damas se banaban antes de la tarde, despues de su siesta de las tres, y al atardecer estaban como blandos pastelitos cubiertos de sudor y dulce talco. La gente se movia despacio entonces. Cruzaban la plaza a paso lento, entrando y saliendo de las tiendas que la rodeaban, y se tomaban su tiempo para todo. Un dia tenia veinticuatro horas, pero parecia mas largo. No habia ninguna prisa, ya que no habia ningun lugar adonde ir, nada que comprar y nada de dinero con el cual comprar, nada que ver fuera de los limites del condado de Maycomb. Pero era una epoca de vago optimismo para algunas personas: al condado de Maycomb se le habia dicho recientemente que no tenia nada que temer, solamente a si mismo. Viviamos en la principal calle residencial de la ciudad: Atticus, Jem y yo, ademas de Calpurnia, nuestra cocinera. Jem y yo estabamos contentos con nuestro padre: jugaba con nosotros, nos leia y nos trataba con cortesia. Calpurnia era otra cosa. Toda angulos y huesos, era miope, tambien bizca, y sus manos eran tan anchas como un travesano de cama, y dos veces mas duras. Siempre me estaba ordenando que saliera de la cocina, preguntandome por que no podia comportarme tan bien como Jem aunque sabia que el era mayor, y me llamaba para volver a casa cuando yo no estaba lista para regresar. Nuestras batallas eran epicas y con un final sin variacion. Calpurnia ganaba siempre, principalmente porque Atticus siempre se ponia de su lado. Ella habia estado con nosotros desde que nacio Jem, y yo habia sentido la tirania de su presencia desde que podia recordar. Nuestra madre murio cuando yo tenia dos anos, de modo que nunca senti su ausencia. Ella era una Graham de Montgomery; Atticus la conocio cuando fue elegido por primera vez para la legislatura estatal. Para entonces, el era de mediana edad y ella quince anos mas joven. Jem fue el resultado de su primer ano de matrimonio. Cuatro anos despues naci yo, y dos anos despues nuestra madre murio de un ataque repentino al corazon. Decian que era cosa de familia. Yo no la extranaba, pero creo que Jem si. El la recordaba claramente, y algunas veces en mitad de un juego daba un largo suspiro, y despues se marchaba y jugaba el solo detras de la cochera. Cuando se ponia asi, yo sabia que era mejor no molestarle. Cuando yo tenia casi seis anos y Jem se acercaba a los diez, nuestras fronteras en el verano (al alcance de la voz de Calpurnia) eran la casa de la senora Henry Lafayette Dubose, dos puertas al norte de la nuestra, y la Mansion Radley, a tres puertas al sur. Nunca sentimos la tentacion de traspasarlas. La Mansion Radley estaba habitada por una entidad desconocida, cuya mera descripcion era suficiente para hacer que nos portaramos bien durante dias. La senora Dubose era el mismo demonio. Ese fue el verano en que vino Dill. Una manana temprano, cuando estabamos comenzando nuestros juegos en el patio trasero, Jem y yo oimos algo en la puerta contigua, en el parterre de coles de la senorita Rachel Haverford. Fuimos hasta la malla de alambre para ver si habia un perrito, pues la perra terrier de la senorita Rachel estaba prenada, pero en cambio encontramos a alguien sentado que nos miraba. Sentado, no era mucho mas alto que las coles. Nos quedamos mirando fijamente hasta que el hablo: --Hola. --Hola, tu --contesto Jem amablemente. --Soy Charles Baker Harris --dijo el--. Se leer. --?Y que? --pregunte yo. --Solo pense que os gustaria saber que se leer. Si teneis algo que necesiteis leer, yo puedo hacerlo... --?Cuantos anos tienes? --pregunto Jem--. ?Cuatro y medio? --Voy para siete. --Entonces no es nada --dijo Jem, senalandome con el pulgar --. Aqui Scout lee desde que nacio, y ni siquiera ha comenzado aun la escuela. Pareces muy canijo para tener casi siete anos. --Soy pequeno pero mayor --afirmo el. Jem se aparto el cabello para mirarlo mejor. --?Por que no vienes aqui, Charles Baker Harris? --dijo--. Senor, vaya nombre. --No es mas curioso que el tuyo. Tia Rachel dice que te llamas Jeremy Atticus Finch. Jem fruncio la frente. --Soy lo bastante alto para estar en consonancia con mi nombre --dijo--. Tu nombre no es mas largo que tu. Apuesto a que es un palmo mas largo. --La gente me llama Dill --dijo Dill, intentando pasar por debajo de la valla. --Te ira mejor si pasas por encima en lugar de por debajo -- observe yo--. ?De donde vienes? Dill era de Meridian, Mississippi, e iba a pasar el verano con su tia, la senorita Rachel, y desde entonces pasaria todos los veranos en Maycomb. Su familia era del condado de Maycomb originariamente. Su madre trabajaba para un fotografo en Meridian, habia presentado una fotografia de el a un concurso de ninos guapos, y gano cinco dolares. Le dio el dinero a Dill, quien lo empleo en ir veinte veces al cine. --Aqui no hay exposiciones de fotografia, excepto a veces las de Jesus en el juzgado --dijo Jem--. ?Viste alguna pelicula buena? Dill habia visto Dracula, una revelacion que movio a Jem a mirarle con cierto respeto. --Cuentanosla --le pidio. Dill era un chico muy curioso. Llevaba pantalones cortos azules de lino que se abotonaban a la camisa, su cabello era blanco como la nieve y lo llevaba pegado a la cabeza como si fuera un plumon de pato; era un ano mayor que yo, pero yo le sobrepasaba en altura. Mientras nos relataba la vieja historia, sus ojos azules se iluminaban y se oscurecian; su risa era repentina y feliz, y solia tirarse de un mechon de cabello que caia sobre su frente. Cuando Dill hubo reducido al polvo a Dracula, y Jem dijo que la pelicula parecia mejor que el libro, le pregunte a Dill donde estaba su padre. --No has dicho nada de el. --No tengo ningun padre. --?Esta muerto? --No... --Entonces, si no esta muerto, si lo tienes, ?verdad? Dill se sonrojo y Jem me dijo que me callase, una senal segura de que Dill habia sido estudiado y hallado aceptable. A partir de entonces el verano paso con una diversion constante. La diversion constante era: hacer mejoras a nuestra casa del arbol que descansaba entre dos cinamomos gigantes en el patio trasero, alborotar, recorrer nuestra lista de obras de teatro basadas en las de Oliver Optic, Victor Appleton y Edgar Rice Burroughs. En este asunto teniamos la fortuna de tener a Dill. El representaba los papeles que anteriormente me daban a mi. El mono en Tarzan, el senor Crabtree en The Rover Boys, el senor Damon en Tom Swift. De ese modo llegamos a conocer a Dill como un merlin de bolsillo, cuya cabeza estaba llena de planes excentricos, anhelos extranos y fantasias raras. Pero a finales de agosto nuestro repertorio era aburrido, por haberlo representado incontables veces, y fue entonces cuando Dill nos dio la idea de hacer salir a Boo Radley. La Mansion Radley fascinaba a Dill. A pesar de nuestras advertencias y explicaciones, le atraia como la luna atrae al agua, aunque no mas cerca de la farola de la esquina, a una distancia segura de la puerta de los Radley. Ahi se quedaba, rodeando el grueso poste con un brazo, mirando fijamente y haciendose preguntas. La Mansion Radley hacia una curva cerrada mas alla de nuestra casa. Andando hacia el sur, se pasaba por delante de su porche; la acera daba un giro y estaba en paralelo con la finca. La casa era baja, en otra epoca era blanca y con un ancho porche y persianas verdes, pero hacia mucho tiempo que se habia oscurecido hasta llegar al tono de pizarra gris que la rodeaba. Unas tablas descompuestas por la lluvia caian sobre los aleros del barandal; unos robles mantenian alejados los rayos de sol. Los restos de una cerca guardaban el patio frontal, un patio <> que nunca se barria, donde crecian en abundancia hierbajos y flores silvestres. Dentro de la casa vivia un fantasma maligno. La gente decia que existia, pero Jem y yo nunca lo habiamos visto. La gente decia que salia de noche, cuando se ponia la luna, y miraba por las ventanas. Cuando las azaleas de la gente se helaban en una noche fria, era porque el habia soplado sobre ellas. Cualquier pequeno delito cometido en Maycomb era obra del fantasma. En una ocasion, la ciudad estaba aterrorizada por una serie de macabros acontecimientos nocturnos: encontraban mutilados pollos y animales domesticos; aunque el culpable era Addie el Loco, quien finalmente termino ahogandose en el remolino de aguas de Barker, todos seguian mirando la Mansion Radley, sin estar dispuestos a descartar sus sospechas iniciales. Un negro no pasaria al lado de la Mansion Radley de noche; cruzaria a la acera contraria e iria silbando mientras caminaba. Los terrenos escolares de Maycomb lindaban con la parte trasera del terreno de los Radley; desde el gallinero de los Radley, altos arboles de pacanas dejaban caer su fruto al patio de la escuela, pero los ninos no tocaban ninguna de aquellas nueces: las pacanas de los Radley mataban. Una bola de beisbol que cayera en el patio de los Radley era una bola perdida, y no se hacian preguntas. La desgracia de aquella casa comenzo muchos anos antes de que Jem y yo nacieramos. Los Radley, bien recibidos en cualquier parte de la ciudad, se encerraban en su casa, una predileccion imperdonable en Maycomb. Ellos no iban a la iglesia, que era el entretenimiento principal de Maycomb, sino que rendian culto en su casa; la senora Radley en raras ocasiones llegaba a cruzar la calle para tomar un cafe a media manana con sus vecinas, y sin duda nunca se unio a ningun circulo misionero. La senora Radley caminaba hasta la ciudad a las once y media cada manana y regresaba prontamente a las doce, a veces llevando una bolsa de papel marron que los vecinos suponian que contenia las provisiones de la familia. Yo nunca supe como el viejo senor Radley se ganaba la vida, Jem decia que <>, un termino educado para decir que no hacia nada, pero el senor Radley y su esposa habian vivido alli con sus dos hijos durante tanto tiempo como cualquiera podia recordar. Las persianas y las puertas de la casa de los Radley estaban cerradas los domingos, otra cosa ajena a las costumbres de Maycomb: puertas cerradas significaba solamente enfermedad y tiempo frio. De entre todos los dias, el domingo era dia para las visitas formales por la tarde: las senoras llevaban corse, los hombres llevaban abrigos, los ninos llevaban zapatos. Pero subir los peldanos de la Mansion Radley y decir <> una tarde de domingo era algo que sus vecinos no hacian nunca. La casa de los Radley no tenia puertas de tela metalica. Una vez le pregunte a Atticus si alguna vez tuvo alguna; Atticus dijo que si, pero antes de que yo naciera. Segun la leyenda del barrio, cuando el joven Radley estaba en la adolescencia hizo amistad con algunos de los Cunningham, de Old Sarum, una tribu enorme y confusa que estaba domiciliada en la parte norte del condado, y formaron lo mas parecido a una pandilla que se viera jamas en Maycomb. Hacian muy poca cosa, pero lo bastante para que hablaran de ello por la ciudad y los amonestaran publicamente desde tres pulpitos: merodeaban por la barberia; subian en el autobus hasta Abbottsville los domingos e iban al cine: asistian a bailes en los lugares de juego en el condado al lado del rio: la posada Dew-Drop y Campamento Pesquero: probaban el whisky de contrabando. Nadie en Maycomb tenia las agallas para decirle al senor Radley que su muchacho andaba con malas companias.

  • Ojos verdes (HQN), Claudia Velasco de Claudia Velasco

    https://gigalibros.com/ojos-verdes-hqn-claudia-velasco.html

  • Preguntame si me importas 1 de Alejandra Beneyto

    https://gigalibros.com/preguntame-si-me-importas-1.html

    Olivia cree que lo tiene todo... o casi. Tiene a su lado a sus amigos de siempre, aquellos con los que se siente en casa. Es independiente, alegre y gracias a su trabajo va pagando las facturas. No cree que el amor sea para ella, asi que intenta que su busqueda no le condicione la vida.
    Will tambien cree que lo tiene todo... o al menos todo a lo que aspira: una familia que lo apoya, unos amigos bastante entrometidos que siempre consiguen sacarlo de quicio y se realiza cada dia a traves del trabajo de sus suenos. Sabe que el amor no es para el, asi que ni siquiera lo busca.
    Ambos son felices con su modo de vida, hasta que se conocen el uno al otro y entonces descubren un mundo lleno de colores nuevos.
    Juntos comienzan a recorrer un camino inesperado. Todo parecia irles bien, hasta que los miedos, las decisiones, las circunstancias y los interrogantes se interponen entre ellos.
    ?Conseguiran hacer frente a esos obstaculos con tal de no perderse? ?Sera lo que han ido construyendo juntos suficiente como para lograrlo?
    Su historia empieza como muchas otras que nos cuentan: fruto de la casualidad, pero ?seran ellos realmente especiales?
    ?Te atreves a preguntartelo?

  • En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong

    https://gigalibros.com/en-la-tierra-somos-fugazmente-grandiosos.html

    Un hijo escribe una larga carta a su madre, que no sabe leer. La carta es en realidad un examen de conciencia, un repaso a los elementos clave que han ido confor-mando su identidad: como hijo de una familia de vietnamitas que huyeron de su pais rumbo a Estados Unidos y como joven que descubre y asume su homosexualidad. El entorno familiar del chico se compone de la abuela, que tuvo que marcharse de Vietnam con sus hijas, un padre maltratador y ausente, que fue arrestado por agredir a su esposa, y la madre maltratada, que trabaja en un salon de manicura y mantiene una compleja relacion con su hijo. En medio de todos ellos esta el joven protagonista de esta historia, que crecio en Hartford, Connecticut, sufrio acoso escolar por su doble marginalidad -como inmigrante y como homosexual- y descubrio siendo un adolescente el amor y la sexualidad con Trevor...

  • Los hombres de verda. no mienten de Victoria Dahl

    https://gigalibros.com/los-hombres-de-verda-no-mienten.html

    Hacia casi medio ano que Beth Cantrell no habia pensado en el. Bueno, eso no era del todo cierto. Beth carraspeo y se removio nerviosa, mirando a su alrededor como si todos los clientes de la cerveceria pudieran percibir la mentira que se estaba contando a si misma. La verdad era que habia pensado en Jamie Donovan muchas veces. Habia recordado la hora o dos que habian compartido, habia fantaseado con lo que habria podido suceder si se hubiera quedado toda la noche en aquella habitacion de hotel. Pero, durante los seis ultimos meses, ni una sola vez se habia permitido pensar en la posibilidad de volver a verlo. No habia pensado ni en llamarlo ni en contactar con el de manera alguna. Al fin y al cabo, en eso consistia el trato que habian hecho. Una sola noche. Una unica ocasion. Nada de ataduras ni de expectativas. Y ella habia tenido que atenerse a esa regla, porque de lo contrario nunca habria accedido a verse con el ni en aquella habitacion de hotel ni en ningun otro lugar. El no era su tipo. No formaba parte de su circulo social. Y ella, definitivamente, tampoco formaba parte del de el. Beth Cantrell dirigia The White Orchid, la primera boutique erotica de Boulder. Sus empleadas eran sus amigas: mujeres a las que queria como a hermanas. Eran valientes y atrevidas, muy liberales en el terreno sexual. Y salian con tipos que eran como ellas mismas: gente culta, tatuada, con piercings. Gente cool. Si, absolutamente cool, aunque ello les costara comportarse de una manera increiblemente torpe. Beth, por el contrario, no era asi. Ella era simplemente... Beth. Lo cual estaba bien, sin embargo, porque era su jefa y las queria, mientras que ellas hacian todo lo posible por incorporarla a su circulo. Le organizaban citas con hombres. Amigos suyos. Conocidos que les gustaban. Hombres a la moda, hipsters, liberados. Pero ninguno de aquellos hombres le habia producido la impresion que si le habia causado Jamie. Todavia se ruborizaba cuando pensaba en el, con su polo impoluto y sus caquis. Con su gran sonrisa blanca y sus hombros anchos. Vestido de ejecutivo, habia estado todavia mejor. La encarnacion perfecta del pijo guaperas de clase media. Y Beth lo habia deseado hasta la locura. No se habian conocido hasta entonces, pese a vivir en una poblacion tan pequena. Pero en aquella habitacion de hotel, con la promesa de que su aventura solo sucederia una vez... el secretismo que habia rodeado su encuentro habia hecho que se sintiera segura. El problema era que, desde entonces, no habia podido dejar de pensar en el. Todo lo cual habia sucedido precisamente con la primera gran cita que habia tenido en anos. -Hey -le dijo en aquel momento su pareja en la fiesta, agitando una mano delante de su cara-. ?Estas bien? -le sonrio, quitando toda critica a sus palabras. -Lo siento. Antes de que ella se hubiera puesto a pensar en Jamie, su acompanante le habia estado hablando de... algo. Se estrujo el cerebro. Algo artistico e importante sobre los primeros anos de la carrera de Robert Mapplethorpe. -De verdad que lo siento -insistio-. No me habia dado cuenta de lo cansada que estaba hasta que he bebido el primer trago de cerveza. Por lo general no soy tan grosera. El sonrio de una manera que vino a confirmarle que no se habia sentido ofendido. -Me alegro de que no te molestara venir a la fiesta conmigo. Faron y yo somos amigos desde hace anos. No queria perdermela. Y me figure que tu tambien la conocias. -Si, tenemos amistades comunes -repuso. La fiesta no era el problema. Como tampoco lo era su acompanante. El problema era que Beth no habia tenido la menor idea de que la fiesta estaba convocada en la cerveceria Donovan Brothers. No lo habia sabido hasta que su acompanante metio el coche en el aparcamiento, y para entonces el alma se le habia caido a los pies. No era culpa de aquel tipo que la fiesta a la que habia pensado llevarla hubiera tenido lugar precisamente en el local de los hermanos Donovan. Desde que llego, habia pasado los primeros cuarenta y cinco minutos escaneando con la mirada la fila de camareros y clientes de la barra, pero Jamie no estaba alli. Un golpe de pura suerte por su parte. Jamie Donovan era copropietario de la cerveceria, pero tambien un barman famoso por su simpatia. O al menos eso habia oido ella. Porque cuando estuvo con el, la habia impresionado lo serio y concentrado de su caracter. No queria volver a verlo de aquella forma. Como tampoco queria que el pensara que se habia llevado a otro hombre a su cerveceria. Seguia esperando a que Jamie apareciera por alli en cualquier momento, y dudaba de que pudiera superar la tortura que ello supondria. -Voy al servicio -le espeto. Vio que su acompanante recibia una cerveza de manos de la camarera, sonriendo de oreja a oreja mientras se lo agradecia. -?Quieres que te pida otra cerveza mientras tanto? -le pregunto el de pronto. -No, gracias... -por un momento, se quedo boquiabierta de sorpresa. Oh, Dios, se habia olvidado hasta del nombre de su acompanante. Cierto que aquella era la primera vez que salian juntos, pero se habia mostrado tan amable con ella... -No, gracias -repitio, aferrando su bolso y levantandose tan rapidamente de la silla que a punto estuvo de caerse-. Vuelvo ahora mismo. Desafortunadamente, tenia que pasar por delante de la barra para llegar hasta el bano, y le fallaron las rodillas como si fueran a doblarse bajo su peso. Contemplo la barra, descubriendo que el tipo que estaba detras del grifo de cerveza era el mismo joven delgado que habia visto antes. A continuacion volvio a escrutar la zona entera del pub, con el corazon latiendo a un ritmo aterrador. No estaba alli, gracias a Dios. Para cuando alcanzo el corto pasillo que llevaba al bano, estuvo a punto de echar a correr. Empujo la puerta, rezo una silenciosa plegaria de agradecimiento al ver el servicio vacio y se paso una mano por los ojos. -Menos mal. Una vez que su corazon dejo de galopar como un loco, dejo el bolso a un lado y se lavo las manos. La sensacion del agua helada la hizo sentirse mejor. -Todo va a salir bien -musito, intentando convencerse a si misma de que estaba lista para volver a salir. Pero cuando descubrio su mirada desorbitada en el espejo y descubrio lo muy palida que estaba, comprendio que iba a necesitar algunos minutos mas. Apoyandose con ambas manos en el lavabo, se inclino hacia delante. -Todo va a salir bien -se repitio. Dos minutos mas, y se marcharia con la cabeza bien alta y el corazon en su justo lugar. Y ya no volveria a pensar en Jamie Donovan por esa noche. Que Dios lo librara de las mujeres sexualmente liberadas. Eric Donovan se cruzo de brazos y miro cenudo sus zapatos, mientras intentaba procesar lo que acababa de oir de su maestro cervecero. -Wallace, no te entiendo. Faron esta aqui con su marido. Su marido. ?Como puede molestarte eso? !Si esta casada con ese hombre! -!Ese tipo es un canalla donjuanesco! -grito Wallace, alzando el puno y blandiendolo en direccion a la zona del pub con el rostro rojo de rabia. ?Un canalla? Eric se paso una mano por el pelo. -Perdona, pero no lo entiendo. Esos dos son una pareja abierta, liberal. De hecho, tu mismo estas saliendo con Faron, asi que... ?como puedes decir que su marido la esta enganando?

  • El origen del mal de Jose Carlos Somoza

    https://gigalibros.com/el-origen-del-mal.html

  • Cuando el amor es de verdad de Carolina Ortigosa

    https://gigalibros.com/cuando-el-amor-es-de-verdad.html

    Luna estaba dando su paseo matutino antes de ir a la agencia, cuando las emociones la asaltaron con violencia. Esa noche se habia quedado a dormir en el hotel porque Adrian habia tenido un dia agotador y le parecio buena idea. Estaban preparando su fiesta de aniversario, asi que de esa manera evitaba que estuviera yendo a casa y al trabajo continuamente. Adoraba tener el mar a solo unos minutos. La casa en la que vivian juntos ahora, estaba un poco mas alejada y tenia que ir en coche si deseaba caminar un rato. Cada dia, cuando llegaba a la playa y venia el precioso amanecer desde alli, recordaba todo por lo que habia pasado durante esos anos. Desde su anterior relacion que fracaso sin apenas ser consciente de ello, hasta el dia en que conocio a Adrian y todo su mundo dio un giro completo. Aun la sorprendia lo mucho que cambio desde su primer encuentro. El mujeriego con alergia al compromiso, de cualquier tipo, era ahora el mejor hombre que jamas creyo que encontraria, el que siempre fue, aunque no lo dejara ver a nadie hasta que ella llego. Y era todo suyo. Miro su anillo de compromiso, junto al de su boda, y su corazon se acelero. Era la mujer mas feliz del mundo, a pesar de todo lo que habia soportado sobre sus hombros ese ultimo ano, era la mujer mas afortunada y completa ahora que tenia lo que siempre deseo. El fallecimiento de su abuela, la unica familia que le quedaba, fue terrible, pero aun con todo, la sentia cerca, sabia que velaba por ella a cada instante. Con su recuerdo, jamas se marcharia del todo, y eso la consolaba. Se sento en la arena y sus dedos se hundieron entre las piedrecitas. Ese pequeno rincon la confortaba, y ahora que se encontraba bastante nerviosa, era justo lo que necesitaba para serenarse y respirar. Sabia que Adrian apareceria en cualquier momento, como hacia siempre, y debia darle la noticia. Estaba claro que no era algo malo, ni de lejos, pero era pronto, muy pronto para volver a pasar por todo el proceso de nuevo. ?Y si algo iba mal? La primera vez ya se planteo todas esas dudas, pero todo fue de maravilla. Mucho mejor de lo que imagino, y no sabia por que motivo ahora estaba intranquila. Tal vez solo eran las preocupaciones normales. No debia darle mas vueltas. Se levanto, incapaz de permanecer alli quieta por mas tiempo, y fue hasta la orilla. A esas horas el agua estaba fresca, pero en agosto, en pleno verano, era de agradecer. Despues de unos minutos pisando la arena mojada con sus pies descalzos, no lo aguanto mas y marco el numero de Tania. Sabia que a esas horas estaba despierta. --Buenos dias. ?Dando un paseo? --pregunto esta. --Si, esperando a que Adrian llegue para contarle la buena nueva. Luna oyo una risita al otro lado de la linea. --Venga, no te pongas nerviosa. Al menos tu ya tienes experiencia... yo voy a hacerlo por primera vez y estoy que me va a dar algo de verdad... Suspiro. --No podia haber salido mejor ni planeado --dijo Luna con voz chillona por la emocion--. !Vamos a tener un bebe casi a la vez! ?Te imaginas que nos pongamos de parto el mismo dia? Tendriamos un cumpleanos doble para toda la vida --bromeo. --Oh, por favor. Solo reza para que todo salga bien y ya veremos --dijo con alegria y preocupacion a partes iguales. Luna comprendio sus sentimientos mejor que nadie. Mientras ella se quedo embarazada poco despues de la boda de su mejor amiga, esta lo habia intentado durante meses sin resultado. Ahora al fin habia conseguido lo que tanto ansiaba. Ella deseaba contarle la noticia a Ruben, y Luna igual, pero con el temor de que Adrian no se lo tomara tan bien como la primera vez. Fue una gran sorpresa para los dos. Luna ya habia notado algunos cambios en su cuerpo antes de hacer el primer test de embarazo que dio positivo, y cuando fue al medico solo para asegurarse, no fue un shock. Adrian estuvo encantado al saberlo, y se comporto como el padrazo que ninguno sospecho que fuera. Pasaron solo tres meses desde la celebracion de la boda de Tania y Ruben, cuando decidieron que era el mejor momento para casarse. Estaban comprometidos, se querian con locura, y estaban esperando un hijo. En su opinion, esperar era una tonteria, asi que en poco tiempo organizaron una sencilla y emotiva boda en la playa. Con sus amigos y seres queridos, Luna pudo unirse oficialmente y para siempre con el mejor hombre del mundo. Aunque pudo disimular la tripita, compartieron con todos la noticia, y como era de esperar, la familia de Adrian, y ahora la suya tambien, quedo encantada. Se preocuparon un poco al saber que irian de viaje al Caribe durante unas semanas, pero debian aprovechar ahora que podian viajar, y asi pasar tiempo juntos antes de que Luna empezara a trabajar en la agencia con Tania. Cuando llegara el bebe, todo cambiaria para siempre y sin remedio, de modo que no se lo pensaron dos veces. Decir que lo pasaron de maravilla, casi seria un insulto a la luna de miel mas magica que ninguno pudo imaginar. En poco tiempo serian una familia, y a pesar de que no se lo habian planteado de ese modo cuando se comprometieron en San Valentin, les parecia que las cosas no podian ir mejor. --Todo saldra muy bien, ya lo veras. Solo recuerda lo preocupada que estaba yo, y que las cosas vinieron rodadas... luego me reia por haber estado tan nerviosa --expuso para tranquilizarla. --Bueno, es que has tenido mucha suerte con la pequena Aurora... es un angel --dijo con voz sonadora. Una lagrima cayo por la mejilla de Luna. Habia dado el nombre de su querida abuela a su hija como homenaje en cierto modo, ya que no le hacia falta nada para recordarla a cada momento, y porque sabia que alla donde estuviera, sonreiria cada vez que la llamara por el mismo nombre. --Lo es... y espero que este bebe sea la mitad de bueno. Ya con eso me conformo --bromeo con una amplia sonrisa. --Cruzaremos los dedos las dos... --Pues si --convino sin dejar de reir. Hablaron durante unos minutos y Luna corto la llamada para dejarla arreglarse. Ella tambien debia irse pronto si Adrian no aparecia ese dia, pero su hora de trabajar se aproximaba, y debia ir al hotel a recoger a la pequena para llevarla a la guarderia, porque su suegra no podia quedarse de canguro todo el dia, por mucho que lo deseara. Miro el increible amanecer y limpio sus mejillas humedas para que Adrian no la viera llorar. --Espero que no sean lagrimas de tristeza. Su preciosa voz ronca y masculina la hizo estremecerse. Se volvio hacia el y sonrio. --Esas acabaron hace tiempo --aseguro. Esa manana llevaba un pantalon corto y una camiseta, ambos de color blanco, resaltando su delicioso bronceado. A Luna le entraron ganas de tirarlo alli mismo al suelo y devorarlo para no dejar ni una sola miga. Lo adoraba todo de el: lo maravilloso que era con ella a cada momento del dia, su lado mas protector y carinoso, y tambien el mas salvaje y apasionado. Todo. Si tuviera que cambiar algo de su hombre, lo unico seria el que pudiera tenerle cada minuto a su lado. Nunca tenia bastante de su presencia. Lo echaba de menos cada rato que le sabia lejos, aunque ahora estaban viviendo juntos, eran un matrimonio y ya no habia distancia que los separara. Sin embargo, era algo que los dos compartian; sus momentos juntos siempre les sabian a poco, no se saciaban el uno del otro. Y esperaban no hacerlo nunca. --?Recordando el dia de nuestra boda? --pregunto. --Por supuesto --respondio ella--. Recordando la cara que pusiste cuando me viste con el vestido de novia.

  • La historia de Elizabeth Cromwell y Edric Rouhtown de Carlos Salas

    https://gigalibros.com/la-historia-de-elizabeth-cromwell-y-edric-rouhtown.html

    Elizabeth Cromwell, regresaba a Londres luego de unos largos cinco anos de vivir en escocia con su tios, encontrandose con un pequeno accidente en el camino, el cual la llevo a saber a traves del tiempo, que no todo en su libros era mentira como solia decirle su madre.
    Edric Rouhtown maldecia el clima y los malos estados de los caminos, lo unico que el deseaba era llegar a la casa de su hermana a tiempo para el nacimiento de su sobrino, sin saber que aquella joven dama que lo ayudaria, en realidad seria su destino eterno.

  • Madres arrepentidas de Orna Donath

    https://gigalibros.com/madres-arrepentidas.html

    Aman a sus hijos, pero se arrepienten de ser madres.

  • Matar o morir de Pablo Poveda

    https://gigalibros.com/matar-o-morir.html

    Prometio no hacer preguntas, pero ella abrio la caja de Pandora. Ahora un sicario profesional anda suelto y los servicios han puesto precio a su cabeza. Dana Laine tiene que evitar el desastre.

  • Memorias de una nueva gorda de Ruth Arenas

    https://gigalibros.com/memorias-de-una-nueva-gorda.html

    Yo era una chica bombon. Ahora soy una chica bombona.

  • Si te atreves, amame de Olga Salar

    https://gigalibros.com/si-te-atreves-amame.html

    ?Se atreveran a arriesgar de nuevo o el temor a sufrir los separara?

  • Fuera de control de Cris Tremps

    https://gigalibros.com/fuera-de-control.html

    Cuando tu vida esta fuera de control, el amor es lo unico seguro.

  • Tipos singulares de Tom Hanks

    https://gigalibros.com/tipos-singulares.html

  • Desatame 2 de Christina Ross

    https://gigalibros.com/desatame-2.html

    De Christina Ross, autora de Aniquilame, llegan tres nuevos libros en la serie con mas de dos millones de libros vendidos en todo el mundo.

  • Arthur de Virginia V. B

    https://gigalibros.com/arthur.html

    Conoci a Theodore James en la facultad de Harvard y nos hicimos inseparables. Almas libres. Folladores natos con mil aventuras a nuestras espaldas. Asiduos a antros que es mejor no recordar. <>, soliamos jactarnos. Que tiempos aquellos. Ahora el esta casado y yo metido en un lio. Un lio que me ha pillado por sorpresa y que no se como enfrentar.
    El amor y la vida en pareja nunca entraron en mis planes. Mucho menos formar una familia. Despues de ver como la mia se desmoronaba por culpa de las infidelidades de mi madre, y todo lo que eso supuso, me niego rotundamente. Imaginarme con un hijo me paraliza hasta el riego sanguineo. Estoy entre la espada y la pared. Una espada bien afilada y una pared demasiado tentadora.

  • Una app para estar juntos de Helena Moran-hayes

    https://gigalibros.com/una-app-para-estar-juntos.html

    Ese dia decidi tomarmelo para mi. Tome mi silla de playa y meti en mi bolso una botella de agua, unas frutas, mi libro, un sueter y sali. El verano en North Berwick era particular como todo verano en el Reino Unido. El cielo estaba nublado, aunque de vez en vez se podian ver algunos rayos de sol que escapaban rebeldes reclamando que era verano y ellos tenian derecho a salir, a pesar de eso la temperatura estaba agradable. Me quedaban cuatro dias para ir a cumplir mi sueno. Empezaba mi master en restauracion de obras de arte en la Universidad de Dublin. Mi master que tanto me habia costado para que me aceptaran. Pero cuando entre lo hicieron, me ofrecieron una beca para la matricula y no habia nada en el mundo que me detuviera. Sentia que mi vida al fin tenia sentido. No solo cumplia mi sueno, sino que lo hacia con mis propias manos. Habia ahorrado por casi cuatro anos hasta el ultimo centavo y sobrevivido gracias a la caridad de Day-day. Mi amiga de la infancia, Daisy habia heredado un piso y me habia ofrecido mudarme con ella sin tener que pagarle, con la unica condicion de que por lo menos una vez a la semana le hiciera la deliciosa lasana de mi abuela, lo que me parecio un precio mas que justo. Cuatro anos despues, cada domingo las dos nos sentabamos en la mesa -a veces con acompanantes, a veces solas-, a disfrutar de la lasana. Busque un punto tranquilo de la playa, ese dia queria que fuese mio, el menos en el dia, en la noche saldria con mi mama y la tia Sage a comer y al otro dia me quedaban las despedidas. Una cena que me habia ofrecido mi mama con sus amigas de su club de lectura, lo que yo sabia se convertiria en la discusion monumental del ano con mi mama aun pidiendome que le explicara como era mas importante un master en restauracion, que casarme y tener familia, y con la tia Sage defendiendome y diciendole a mi mama que se buscara su vida y dejara de vivir a traves de la mia. A esas alturas, ya las discusiones me divertian, a diferencia de unos anos atras cuando acababa de recibir mi grado en Artes donde mi mama empezo su campana de "voy a morir sin ser abuela". Cabia acotar que mi mama solo tenia 55 anos. Pero luego de unos anos me habia reconciliado con su manera de pensar y hasta la entendia. Ella, hija unica de una hija unica, y con una hija unica, a mi mama le atormentaba la idea de quedarse sin familia y aun mas con su unica hija sin las mas minimas intenciones de formar una, es mas, de tener pareja… estable al menos. Desde hacia unos anos atras habia adoptado la estrategia de algunos hombres, mejor tener aventuras divertidas que una relacion estable con preocupaciones. Infidelidad, rutina, aburrimiento, tristezas… no, no, no. Eso no era para mi, lo mio era la libertad y mi unica preocupacion era ser contratada como restauradora en algun museo importante, en Edimburgo preferiblemente para no estar tan lejos de mi mama y dentro de todo, de la playa, asi fuese helada y gris. El olor a mar y la brisa me sabian a libertad sin contar con que a mi me gustaba mi pequena ciudad, ella me habia dado mi pequena familia, a mis amigos y muchas, pero muchas alegrias. Senti los rayos de sol rebelarse otra vez en contra de las nubes. Tome un sorbo de agua, saque una manzana y mi libro. Nada como una novela romantica para relajarse frente al mar. El sonido de mi telefono me saco de concentracion despues de no se cuantas paginas. Mire la pantalla. Sonrei. Mi madre. La pobre queria compartir conmigo cada segundo de mis ultimos dias en el pueblo, conmigo. *?Eli, donde estas? *Estoy en la playa ma, y antes de que me lo preguntes, si, tengo puesto un sueter, -no tenia por que explicarle que era un sueter ligero-, y tambien traje una manta. Escribiendo… Escribiendo… Escribiendo… Con mi mama era siempre igual, el movil podia senalarme por media hora que estaba escribiendo para luego contestarme con un monosilabo. Podia tomar una siesta, despertarme, ver la pantalla y me mostraria el mismo mensaje. *?Exactamente? Voila. No era un monosilabo, pero… *Al frente del restaurante de fish and ships del Sr. McKinean. Escribiendo… Escribiendo… Escribiendo… *Ok. Monosilabo. Rei. No iba a decir que iba a extranar los mensajes porque conociendola, los primeros dias me iba a escribir varias veces por dia. Mire a mi derecha. Un grupo de chicas y chicos jugaban voleibol a unos metros de distancia, tenian mantas en la arena con comidas y bebidas. Sus gritos y risas se escuchaban a los lejos como un susurro. De repente a mi izquierda vi un movimiento por el rabillo del ojo, alguien se acercaba. Baje mi mirada y me di cuenta de que un balon de futbol venia a toda velocidad en mi direccion. No me iba a pegar, pero estaba bastante cerca. Estire mi pierna y atraje el balon hacia mi, la figura de un hombre se hizo nitida. --Elina ?quien iba a creerlo? --su rostro era de sorpresa, incredulidad y picardia. Miro a sus espaldas como buscando a alguien, pero en dos segundos me miraba de nuevo y sonreia. La voz pertenecia a Tim Kerr, mi viejo amigo de la infancia, habiamos sido los mejores amigos toda la vida, pero por circunstancias que preferia olvidar, nos habiamos alejado, nos veiamos en las reuniones de amigos pero ya no eramos los amigos que fuimos hasta unos anos atras. A veces lo extranaba y lamentaba haberme alejado de el, Tim siempre andaba de buen humor y siempre fue un amigo leal. Su cabello rubio alborotado no habia cambiado en nada y su sonrisa divertida tampoco. --!Tim, que gusto verte! ?Aprovechando los pocos rayos de Sol? --hice el ademan de levantarme, pero el se acerco y me dio un beso en cada mejilla y un corto pero calido abrazo. Tuve la suerte de contar con unos amigos increibles, estudiamos juntos desde el preescolar hasta finalizar el bachillerato. En el ultimo ano en nuestro curso habia mas chicos que chicas y ellos nos cuidaban mejor que a sus hermanas, nunca nos faltaron el respeto y fuimos de los afortunados que no conociamos el acoso escolar, de hecho, eramos como una hermandad. Yo me aleje un poco cuando me fui a Edimburgo a estudiar, pero cuando visitaba a mi mama, aprovechabamos todo el tiempo posible para reunirnos y recordar viejos tiempos. --Cruzando los dedos para que este verano tenga mas dias como este --sonrio-- ?Y que haces aqui sola? Ven con nosotros, estamos celebrando el aniversario de mis padres y tenemos una barbacoa en la vieja posada Berwick y presiento que la vas a disfrutar. No es como las que haciamos en casa de Oliver pero creeme que te vas a divertir. ?Te acuerdas de las barbacoas en su casa? --Por supuesto que las recuerdo y su casa tambien --ambos reimos, la casa de Oliver era el centro de operaciones de nuestro curso cuando queriamos armar buenas fiestas porque sus padres siempre estaban viajando y porque la casa de 500m2 con la terraza gigante y la piscina, eran inolvidables--, pero me temo que tengo que rechazar tu oferta, hoy estoy tratando que sea un dia "Zen", dentro de cuatro dias me voy a Dublin y tendre pocos dias como este para disfrutar en paz. --Ya sabia lo de tu viaje, felicitaciones por ese master, por cierto --me respondio sincero y rio cuando vio mi ceno fruncido--, !Ah, querida Eli! Esto es un pueblo y tiene chismes de pueblo, aunque por todas las cosas que pasaron, nos hayamos alejado, no significa que no me interesa tu vida y no me alegre de tus triunfos. Suspire derrotada. No solo porque en North Berwick era imposible mantener un secreto, sino porque extranaba poder compartir mis logros con Tim y que no se tuviera que enterar por chismes de pueblo de mis cosas. --Te voy a dejar un rato sola pero no creas que voy a desistir, en poco tiempo te envio a la caballeria a buscarte. Solte una carcajada y mire detras de el, estaba segura de que con el estaban como minimo con Bob, ademas que donde hubiera alcohol y carne, Bob estaba presente. Rei. Recorde la ultima vez que Tim dijo que enviaria la caballeria y estuve una semana durmiendo solo dos horas, y bueno, a veces ni dormia. Su ultima "caballeria" me habia marcado de por vida. --No, no, no. Yo conozco sus planes y la ultima vez fue un desastre. --Eli, la ultima vez fue hace unos anos cuando regresaste de Edimburgo despues de graduarte y no digas que no fue la semana mas divertida de tu vida. Solte una carcajada. --Lo fue, por eso me da panico tu propuesta. Me quedo con los recuerdos de esos cuatro anos atras y con mi tarde tranquila de hoy. Unas voces se escucharon al fondo llamandolo. --Vete que tienes el juego detenido por estar tentandome. Tim empezo a correr hacia su grupo, se giro sin detenerse. --Disfruta el poco momento de paz que en un rato te llega la caballeria. --!Alejate mensajero del diablo! --le dije sonriendo. Hacia falta un milagro para que me sacaran de la comodidad de mi silla de playa y mi libro. Mire al mar. Luego mire como Tim se alejaba, mas para asegurarme de que se fuera y no volviera con sus ideas locas. Recorde la ultima vez que me habia amenazado con enviarme la caballeria. Cerre los ojos por unos segundos. Recorde ese verano. No lo iba a admitir, pero en realidad si fue una de las mejores semanas de vida. Ese verano la artilleria pesada de Tim llego con unos cabellos rojos alborotados, una sonrisa encantadora, los ojos azules mas hermosos del mundo, los brazos mas firmes de toda Escocia !Ah! Y los besos mas dulces de la isla. Evan Scott era el primo de Tim, par de anos mayor que nosotros que habia llegado ese verano a visitar a Tim porque siempre era el el que viajaba a Edimburgo. La situacion no fue muy diferente a esa tarde, solo que en ese momento, cuatro anos atras, yo estaba con Daisy y Megan poniendome al dia con los ultimos chismes del pueblo. Ese ano no habia podido verlas en Navidad porque estaba en finales, mi madre tuvo que ir a Edimburgo y ahi pasamos las dos juntas las fiestas. Asi que era mucho lo que tenian que contarme. Entre otras cosas que Megan estaba saliendo con Luca. --Imaginate --dijo Daisy en una carcajada--, despues de estudiar toda la vida con el tonto de Moretti, espero cuatro anos mas en darse cuenta de que le gustaba y empezar a salir con el. La dos nos volvimos a reir. --No tarde todos estos anos en darme cuenta, que iba a saber yo que Luca practicaria rugby y su trasero se iba desarrollar como la obra de arte que es ahora. Mas carcajadas. --Estas mas enamorada de su trasero que de el. --Pues si --se encogio de hombros y saco su movil--, por cierto, me dijo que le avisara donde ibamos a estar para acercarse, te quiere dar un abrazo Eli, no te ha podido ver desde que llegaste.--Y yo a el, en especial a su trasero. Daisy escupio la cerveza que se estaba tomando. --Su trasero es mio ?Ok? Tu abrazalo de la cintura para arriba. Megan le escribio mientras seguian las bromas sobre el trasero de Luca. En media hora, Luca, Oliver, Tim, Bob y Dylane estaban llegando con un par de chicas y un monumento de pelo rojo y ojos azules.

  • Una alianza lujuriosa de Eneida Wolf

    https://gigalibros.com/una-alianza-lujuriosa.html

    Continua <> con otra entrega de esta serie para las amantes de la regencia.

  • El diario de Tita de Laura Esquivel

    https://gigalibros.com/el-diario-de-tita.html

    De las manos, del olfato, de las lagrimas, de los aromas y del corazon de Tita se desprende esta historia deliciosa, este diario es un dialogo intimo que sigue las huellas de la familia De la Garza, iniciadas anos atras en la exitosa novela Como agua para chocolate.

  • Tu, mi deuda pendiente de Scarlett O'connor

    https://gigalibros.com/tu-mi-deuda-pendiente.html

    !Scarlett lo ha hecho de nuevo! <> es una novela llena de sensualidad y erotismo que te volvera a hacer creer en el amor.
    -Melanie Rogers

  • Alma viva: La guru del desamor de Ava Cleyton

    https://gigalibros.com/alma-viva-la-guru-del-desamor.html

    La nueva novela de Ava Cleyton que hara las delicias de los lectores.

  • La vacuna de Alberto Vazquez-figueroa

    https://gigalibros.com/la-vacuna.html

    Los meses que siguieron fueron tranquilos, como si el mero hecho de deponer las armas negandose a continuar defendiendo la granja a tiros hubiera propiciado que el virus decidiera tomarse un descanso, o tal vez --y eso era lo mas probable--, que estuviera aprovechando el alto al fuego para mutar hacia una nueva estructura aun mas danina. Retirado momentaneamente a sus cuarteles de invierno, el infernal ejercito invisible recuperaba fuerzas, decidido a lanzar un definitivo asalto destinado a liberar para siempre al planeta de su mas enconado enemigo. Ya habia conseguido que incontables fabricas cerraran, miriadas de vehiculos se detuvieran, bandadas de rugientes aviones se posaran definitivamente e incluso que algunas centrales nucleares dejasen de proporcionar energia porque los que sabian manejarlas estaban muertos o faltaba el material de mantenimiento apropiado. Los seres humanos habian construido un mundo exclusivo para seres humanos, a imagen y semejanza de los seres humanos y dirigido por seres humanos, por lo que cuando esos seres humanos fallaban todo se desmoronaba. El golpe habia sido tan duro que ni siquiera el corto periodo de supuesto armisticio les habia servido para tomar aliento y disponerse a reanudar la lucha o buscar nuevas armas. Se limitaban a rezar y confiar en que todo hubiera acabado. A veces rezar es bueno. Y confiar tambien. Pero solo a veces. Una tibia manana, cuando en la atribulada familia nadie estaba aun muy seguro de que podria ocurrir de alli en adelante, un muchacho que casi parecia un cadaver viviente hizo su aparicion por el sendero. Se le advertia agotado, con aire ausente, como drogado, borracho o inmerso en un universo propio. No prestaba atencion a las flores, ni a los arboles, ni a los pajaros, y apenas reacciono en el momento de cruzar un charco que le empapo los zapatos. Corrieron hacia el. --?Que te ocurre? ?Estas enfermo? --Solo agotado. --?Tienes hambre? --Mucha. Le ayudaron a entrar en la casa. --?Que te apetece? --Cualquier cosa. --?Patatas con chorizo o perdiz escabechada? Tambien podemos prepararte un conejo a la brasa, pero tardara un poco mas. Hay que matarlo. Les observo como si le costara un inaudito esfuerzo aceptar tan absurda pregunta. --?Hablan en serio? --Totalmente. Se decanto por la perdiz acompanada de pan fresco y un vaso de leche, y al terminar observo a las tres mujeres y a los dos hombres que le observaban a su vez. Una de las mujeres, la que le daba el pecho a un nino, inquirio: --?Como te llamas? --Victor. --?Y a donde vas? --Aun no lo se. Mis padres murieron el mes pasado y todavia no lo he decidido. --Puedes quedarte el tiempo que quieras. --No tengo dinero. --Ni admitimos dinero, ni son estos tiempos de cobrar a quienes mas lo necesitan --intervino Samuel. --Pero la comida... --Comida sobra. Las cosechas estan siendo increibles, los rios se han llenado de peces y los campos de conejos, ciervos y perdices. --?Y eso por que? --Suponemos que puede deberse a que al disminuir la contaminacion, la naturaleza ha reaccionado, pero no estamos seguros. Costaba trabajo aceptarlo, pero asi era. El virus que mataba a millones de personas no se mostraba inhumano, sino mas bien <> y parecia dispuesto a conceder el control del planeta a unos animales que hasta esos momentos se habian limitado a ser victimas de los hombres. Ningun gobierno habia querido --o se habia atrevido-- a dar una cifra exacta del numero de fallecidos, pero cabia suponer que la poblacion mundial estaba siendo diezmada a marchas forzadas. Y a medida que los habitantes supuestamente mas inteligentes del planeta tendian a desaparecer, ese planeta se fortalecia y cedia el testigo de la supremacia a quienes nunca habian deseado ser supremacistas. --!De acuerdo! --admitio el muchacho, que aun se mostraba confundido--. Les sobran alimentos. ?pero que ocurre con la enfermedad? ?No les asusta? --Naturalmente que nos asusta --admitio Saul--. Durante un tiempo convertimos la granja en una fortaleza pero llego un momento en que nos dimos cuenta de que vivir en un eterno estado de terror es peor que no vivir. --Algo se de eso. Pase un mes en una unidad de cuidados intensivos con temblores en todo el cuerpo. Crei que nunca mas podria volver a trabajar. --?A que te dedicas? --Soy dibujante. --?Pintor...? --Pintor es decir demasiado. Quizas algun dia lo sea, pero de momento me limito a los comics. --?Que clase de comics? --se intereso Laura, a la que como siempre le interesaba todo. --De aventuras, pero ahora quiero empezar una serie sobre la epidemia; un reflejo del tiempo que nos ha tocado vivir, con ciudades vacias, violencia, miedo y familias rotas. --Pues aqui no vas a encontrar ciudades vacias ni familias rotas, pero podras trabajar tranquilo --le hizo notar Saul--. Si quieres puedes instalarte en una de las cabanas del bosque. --?Y como les voy a pagar? --!Que pesadez! Echaras una mano en la granja. --No me parece suficiente. --?Y que te parece un porcentaje sobre tus futuras ganancias? Probablemente alguien estara escribiendo un libro sobre la epidemia, pero en estos momentos nadie puede hacer una pelicula y el testimonio de un comic seria muy interesante. --A condicion de que fuera bueno... --puntualizo Anabel--. ?Eres bueno? El recien llegado pidio una hoja de papel y un lapiz y apenas necesito un par de minutos para demostrar que era muy bueno plasmando con todo lujo de detalles la desolacion de una gran ciudad de enormes rascacielos por cuya avenida principal tan solo se distinguia una jirafa. --Eres bueno... --aceptaron de comun acuerdo--. ?Pero, por que una jirafa? --Porque en ese entorno resulta insolita, y cuanto estamos viviendo se me antoja insolito. --De pequena me encantaba pintar jirafas... --senalo Aurelia. --Pero tenian cabeza de jirafa y patas de cocodrilo --le recordo su tio--. Eran horribles. --Odio a los cocodrilos... --reconocio Victor. --Todo el mundo odia a los cocodrilos. --Los egipcios no. Sobek era el dios de la abundancia y la fertilidad, creador del Nilo. --Es que los egipcios eran muy raros. Siempre andaban de costado y con la mano extendida, como pidiendo una comision o una limosna. Como no era cuestion de pasarse la tarde diciendo sandeces, las mujeres decidieron acompanar al nuevo miembro de la comunidad a la mayor de las cabanas del bosquecillo, y en cuanto hubieron desaparecido, Samuel, al que Anabel habia dejado al cuidado del nino, comento, mientras comenzaba a cambiar los panales: --Esto me huele mal. --?Que esperabas? --senalo su hermano--. Siempre ha sido un cagon. --No me refiero al nino; me refiero a que ese chico nos puede traer problemas. --?Anabel...? --aventuro Saul. --Y Aurelia. Tu eres su padre y la sigues viendo como a una nina, pero ya no es ninguna nina y ese es el primer muchacho que ha visto en mucho tiempo. --Ya lo se. --Y es muy agradable. --Ya me habia dado cuenta. --?Y que podemos hacer? --?Hacer? --le replico su hermano como si acabara de decir una herejia--. No puedo hacer nada. Durante la mayor parte de mi vida me considere dueno y responsable de mis actos, pero ya no soy su dueno, y por lo tanto tampoco soy responsable. Es el punetero virus el que marca la pauta. --No en este caso. Se trata de tu familia. --Se trata de <>, y si tienes alguna idea de como encarar este problema te agradeceria que la expresaras porque mas vale equivocarse juntos que por separado. --Pedirle que siga su camino. --?Por que razon? ?Porque no confiamos en nuestra hermana o porque tu no confias en tu sobrina ni yo en mi hija? --!Visto asi...! --Visto como lo has expuesto. Los dos sabemos que Anabel siempre hace lo que le da la gana, incluido tocar el acordeon, pero ya no es la misma y espero que a estas alturas tenga un cierto sentido de la responsabilidad. Samuel tambien hubiera deseado que lo tuviese pero no podia olvidar que su hermana menor habia sido siempre una de las criaturas mas liberales disparatadas y desinhibidas del planeta.

  • Un piano para los masais de Miguel Angel Moreno

    https://gigalibros.com/un-piano-para-los-masais.html

    Una historia de redencion y de lucha contra un destino inevitable. Una gran novela epica enmarcada en el Africa colonial alemana.

  • Hasta que el viento te devuelva la sonrisa, Alexandra Roma de Alexandra Roma

    https://gigalibros.com/hasta-que-el-viento-te-devuelva-la-sonrisa-alexandra-roma.html

  • Las posibilidades de enamorarse de Dawn Brower

    https://gigalibros.com/las-posibilidades-de-enamorarse.html

    Katherine y Bennett continuan cruzando caminos y palabras entre ellos. Las chispas vuelan y en poco tiempo la pasion comienza a gestarse entre ellos. Esto podria llevarlos a encontrar el amor o podria terminar siendo su ruina.

  • Entre espias anda el juego de Carolina Gattini

    https://gigalibros.com/entre-espias-anda-el-juego.html

    Genevieve es una madre divorciada con dos ninos a la que un agente del MI6 confundido toma por la espia francesa que esta buscando. El hecho de que esquive a los agentes que la persiguen cada vez que va a hacer la compra o que no deje de hablar del “arma definitiva de ultrasonidos” que se va a vender a todo el que pague por ella, no ayuda a que alguno de ellos se de cuenta de que solo tiene un nivel de estres que roza la apoplejia como no se trate pronto, y que de espia no tiene nada. Cuando se den cuenta sera demasiado tarde y ya no sabra si es chica Bond, agente secreto, o una mujer muy pero que muy harta de los errores que cometen los “espias de verdad”, de los que las unicas virtudes que puede apreciar son sus dotes de seduccion, porque de inteligencia dejan mucho que desear en el servicio.

  • Navidad en Edentown de Annabeth Berkley

    https://gigalibros.com/navidad-en-edentown.html

    Amanda Kerr fruncio el ceno, confundida. No habia visto en el parte meteorologico que fuera a nevar en el trayecto hasta Vermont. Se encogio de hombros, redujo la marcha y encendio la radio donde sonaba un alegre villancico. Queria unas vacaciones navidenas tradicionales y la nieve formaba parte de ellas. Hubiera preferido disfrutarla cuando llegara a su destino en lugar de en la carretera, pero sabia que no podia hacer nada al respecto y enfadarse era algo que no estaba dispuesta a permitirse. Aquel era uno de los objetivos que se habia planteado a principios de ano en el vision board en el que plasmaba aquello en lo que iba a enfocarse y, por supuesto, conseguir durante los siguientes doce meses. Habia incluido una foto de un mercadillo navideno, y era lo unico que le quedaba para cerrar el ano y darse por satisfecha. Habia triplicado su cartera de clientes, habia ahorrado e invertido lo que habia planeado, habia aprobado con buena nota el master previsto, y, por fin, le tocaba disfrutar de sus merecidas vacaciones navidenas. Eso era algo que no iba a encontrar con sus padres en la casa de Hawai, asi que, despues de informarse minuciosamente, habia reservado habitacion en un pintoresco hotelito rural y habia preparado su maleta a conciencia para no pasar frio. Unos kilometros mas y media hora conduciendo con bastante incomodidad, le hicieron tomar un desvio. La nieve habia empezado a caer con mas insistencia y no estaba disfrutando en absoluto del viaje. Decidio esperar a que amainara el temporal. Unos robustos arboles parecia que formaban un pasillo de entrada a ?Edentown? Eso le habia parecido leer en el cartel del desvio. Lo primero que vio fue una gasolinera, asi que detuvo el coche para preguntar por alguna cafeteria donde poder entrar en calor. Supuso que encontraria una en cuanto se adentrara un poco mas, pero no le gustaba perder el tiempo buscandola. Preferia ir sobre seguro. Dexter Campbell, el dueno de la gasolinera y el taller mecanico adjunto, envuelto en un calido anorak, se le acerco a paso rapido. Amanda bajo la ventanilla. --?En que puedo ayudarla? --le pregunto con su atractiva sonrisa. Amanda enarco las cejas, desconcertada. No esperaba un hombre tan guapo atendiendo la gasolinera. --Estoy buscando una cafeteria hasta que deje de nevar. Dexter asintio. La joven de ojos verdes y cabello castano rojizo parecia totalmente desorientada. Quiza deberia haber escuchado las noticias que hablaban del temporal que se avecinaba en lugar de los tipicos villancicos, penso. --Ademas de una cafeteria, deberia pasar a registrarse por el hotel --le sugirio amable--. Estamos en medio de una tormenta. Amanda se fijo que lucia una alianza en una de las manos que habia apoyado en su ventana a medio bajar. No le extranaba en absoluto que estuviera casado. Ademas de guapo parecia encantador. --De momento me conformo con la cafeteria. Dexter se encogio de hombros. Ya se daria cuenta por si misma. La nieve habia empezado a acumularse ligeramente en las aceras, y el capitan McLeod no tardaria en llamarle para que tuviera disponible la maquina quitanieves y la sal para esparcir y evitar posibles accidentes. --Siga recto hasta la calle principal que empieza en el lago. A mano derecha no tardara en encontrar la cafeteria de Carolyn. Los brownies son espectaculares, pero escoja lo que escoja le gustara. Y a mano izquierda llegara al hotel Eden's Star por si cambia de idea. Amanda asintio agradecida y subio la ventanilla mientras lo veia entrar al taller mecanico del que habia salido. No recordaba que en Nueva York se hubiera encontrado alguna vez un empleado de gasolinera tan atractivo, penso. Aunque tampoco utilizaba tanto el coche, reflexiono dirigiendose hacia ?el lago? ?la calle principal? Habia prestado mas atencion a sus ojos que a sus palabras. Llevaba mucho tiempo sin pareja. Quiza demasiado. Pero no la echaba en falta ni tenia interes alguno en encontrar una. Trabajaba muchas horas, ganaba mucho dinero, se superaba constantemente a si misma... y era feliz con la vida que llevaba. Sintio que la boca se le abria al ver la bonita imagen de los arboles, la pradera y los bancos de madera nevados que enmarcaban el lago helado del que le habia hablado. Paro el coche en doble fila y bajo con rapidez para hacerle una foto con el movil. Quiza ese paisaje fuera bonito de ver en verano. Aun no habia preparado el vision board del ano que no tardaria en empezar. Podria incluir Edentown en una proxima visita, decidio. Volvio a meterse en el coche y apenas habia conducido unos metros por la que debia ser la calle principal, decorada con motivos navidenos, cuando vio un escaparate de galletas, y cupcakes con un pequeno cartel en la puerta de al lado, avisando de que era una <>. Supuso que era alli donde debia parar. Penso que a la tal Carolyn le vendria bien un cartel mas grande, quiza con su nombre impreso. Aparco muy cerca, se puso el abrigo, el gorro y la bufanda antes de salir, y cogio su elegante bolso. Una corriente de aire frio y la nieve cayendo en ligeros pero continuos copos, tambien parecia que le daban la bienvenida a ese lugar. Se quedo mirado el escaparate como si fuera una nina. Le encantaron la bonita coleccion de galletas glaseadas con diferentes formas navidenas, los cupcakes con motivos y colores similares, los bombones variados y hasta los bastones de caramelo. Eso estaba buscando, sonrio. Navidad en estado puro. Miro a su derecha. La calle estaba decorada con mucho gusto, acorde con las fechas que eran, los arboles nevados adornados con pequenas luces, personas muy abrigadas que se sonreian entre ellas, la nieve en las aceras... ?Que mas podia pedir? Un escalofrio le recordo la necesidad de guarecerse al calor de la cafeteria, y sonriente, entro. Ademas del abrazo de calor que sintio, el olor a cafe y a reposteria recien hecha, la invadieron. Era mejor de lo que habia podido imaginar. La mujer morena tras el mostrador le sonrio dandole la bienvenida. Amanda se quito el gorro y la bufanda y fue hacia ella. Le parecia conocerla, pero era algo imposible porque nunca habia estado alli. Se fijo en las diferentes bandejas con dulces para elegir. --?Que te apetece? --No soy capaz de elegir --le confeso--, pero me han dicho que los brownies son muy buenos. --Has preguntado a Dexter en la gasolinera --le respondio la mujer risuena de ojos oscuros. Amanda se sorprendio, pero asintio mientras se encogia de hombros. --A Dexter le gustan los brownies porque su mujer se llama Bronwyn --le explico-- y a veces le hace rabiar cambiandole el nombre, pero te gustara cualquier otro dulce. --Si, eso tambien me lo dijo --le sonrio decidiendose por un cupcake de chocolate blanco y almendras--. Ponme uno de esos y un te con canela. --Perfecto, te lo llevare a la mesa. Richard O'Roarke se fijo en la bonita mujer que acababa de entrar en la cafeteria. No la habia visto antes. Alta, delgada, bonitos ojos verdes. Se removio incomodo en su silla. ?Por que si habia tantas mujeres atractivas en el mundo el no terminaba de dar el paso y salir con alguna en serio? --?Que te ocurre? --le pregunto su hermano sentado frente a el mirando a sus espaldas para fijarse sin mayor detalle en la desconocida a la que miraba su hermano. --Nada --le mintio dando un sorbo a su cafe para evitar mirarle a los ojos. Mike lo miro con los ojos entrecerrados. --?Seguro? Richard nego con la cabeza. --No es nada. --Llevas aqui menos de tres horas y pareces un leon enjaulado ?ya echas en falta llevarte a alguna mujer a tu atico de la ciudad? Richard lo miro con una mueca. No lo habia hablado con su hermano porque ni el tenia claro lo que le pasaba. Creia que tenia todo lo que queria. Habia trabajado mucho por conseguir su atico de lujo en uno de los mejores barrios de la ciudad, y habia conseguido ser socio del bufete de abogados en el que trabajaba, en menos de tres anos. Tenia un cochazo impresionante, se movia entre empresarios, inversionistas y prestigiosos abogados, viajaba cuando y donde queria y, de repente, su hermano se convertia en padre de una nina preciosa y le asaltaban cientos de dudas. Que su hermano abandonara su vida de lujo por recluirse en una clinica veterinaria en Edentown le habia sorprendido; que se enamorara de una mujer sencilla y encantadora, tambien, pero ser testigo de la transformacion silenciosa que lo habia convertido en padre y en un estimado miembro de la comunidad donde vivia, le habia dejado sin palabras. Buscaba cualquier excusa para viajar hasta Edentown y mirar embobado a su preciosa sobrina recien nacida. Alice era sencillamente perfecta. No tenia ni un mes y ya sentia verdadera devocion por ella. La primera vez que la pequena le habia cogido su dedo con su suave manita sintio tal emocion que, mirando a su hermano, supo que ambos estaban perdidos. Alice podria hacer con ellos lo que quisiera. No podia explicarselo con ninguna logica, pero desde que se habia convertido en tio todo lo que veia se lo queria regalar a su sobrina. Lacey, su cunada, le habia hecho prometer que no le compraria ningun animal de peluche de mas de un metro, porque despues de los dos ultimos ya no sabia donde guardarlos. El triciclo, la cocinita para jugar y el tren electrico le habian dicho que se lo guardarian para darselo cuando pudiera jugar con ellos, pero tampoco habia podido evitar comprarselos. Era su unico tio y queria ejercer como tal, aunque fuera demasiado pequena para ser consciente de cuanto la queria. ?Como podia un bebe transformar tanto a un hombre? Entendia lo que le habia pasado a su hermano, que a fin de cuentas era su padre, pero ?a el? El era muy feliz con su vida... o eso habia creido siempre. Tenia que volver a la ciudad, suspiro. Aun tenia tres horas de viaje, pero cada vez le costaba mas irse de alli. --Bueno, te esperamos para Navidad --le recordo Mike--, pero no le traigas nada mas a Alice. No me vas a dejar malcriarla si le regalas tu todo. --Tu eres su padre. La tienes que educar. Yo sere quien la malcrie. --Pues no te defendere ante Lacey --le sonrio Mike con los ojos brillantes como cada vez que hablaba de su bonita mujer. Richard sonrio con cierta envidia. Su hermano habia dejado todo atras y habia cambiado de vida. El no estaba seguro de ser tan valiente. Amanda miraba a su alrededor con una sonrisa distraida. Parecia estar dentro de una pelicula navidena de esas que ponian en la sobremesa los fines de semana. Estaba deseando llegar a Vermont y participar de lleno en todas las experiencias navidenas que pudiera. Se fijo en que las personas que habia en la cafeteria estaban relajadas y sonreian. Parecia que el estres estaba solo presente en las grandes ciudades. Miro dos veces a los dos hombres que estaban tomando un cafe junto a la ventana. Debian de ser hermanos, a juzgar por el parecido. Morenos, ojos verdes, bastante atractivos... Pero uno debia ser de la ciudad, penso, porque tenia el ceno fruncido, el cabello ligeramente engominado, y parecia preocupado por algo. Suspiro. Ella no pensaba fruncir el ceno. Estaba de vacaciones y no iba a preocuparse por nada. En cuanto dejara de nevar continuaria su viaje. Carolyn Winter acerco a la desconocida su pedido sobre una bandeja cuando vio entrar a James McLeod, el capitan de policia de Edentown. Alto, atractivo... Amanda tambien se fijo en el. Lo vieron acercarse a la barra y mirar a los clientes de la cafeteria, como si estuviera buscando a alguien. Se fijo en uno de los dos hermanos morenos. --Richard, las carreteras estan cortadas hasta nuevo aviso --le informo acercandose a su mesa--. No podras salir de Edentown, por lo menos hoy. Acabamos de senalizarlo ahora. El aludido asintio sintiendo una especie de alivio. Amanda fruncio el ceno al escuchar al policia. ?Quedarse alli? Tenia reserva en Vermont. Se levanto dejando a Carolyn junto a su mesa y se acerco al guapo policia. --Disculpe, ?y no sabe cuando volveran a abrir? --No, senorita, acabamos de cerrar la salida de Edentown --le respondio serio--. Teniendo en cuenta las horas y que esta previsto que nieve toda la noche, es probable que tenga que quedarse en Edentown dos noches por lo menos. ?Dos noches? Eso no estaba en sus planes. Si estaba dos noches alli, llegaria a Vermont solo con tres dias para contagiarse de su espiritu navideno y poder celebrar la Navidad que se habia propuesto. Con el ceno fruncido llego a su mesa donde Carolyn la esperaba con el telefono movil en la mano. --?Necesitas reservar habitacion? Amanda la miro confundida. ?Habitacion? Claro. --Si, disculpa --le dijo a Carolyn--. El hombre de la gasolinera... --Dexter. --Dexter me dijo que habia un hotel hacia la izquierda. --Si, este es el telefono --le tendio su movil donde se veia el numero escrito. Amanda cogio su propio telefono y llamo. Tambien tendria que anular la reserva de esas dos primeras noches en Vermont. No le gustaba que los planes le cambiaran de repente, y mas cuando lo tenia todo programado de una manera tan perfecta. --Avisare a Lacey de que te quedas en casa --le dijo Mike a su hermano con una sonrisa--. Lo siento por ti, hermanito. Tu atico y alguna de tus amigas tendran que esperar. Richard nego con la cabeza. --No quiero molestar. Me quedare en el hotel. Alice es muy pequena y Lacey tendra que descansar. --Lacey se enfadara si vuelvo sin ti sabiendo que estas en Edentown. --Dile que te he amenazado con regalarle a Alice otro conejo de peluche gigante. No te preocupes, dormire en el hotel, pero pienso estar con mi sobrina a todas horas. Ya que me quedo, pienso disfrutarlo. Amanda respiro mas tranquila cuando reservo la habitacion en el hotel de Edentown y aplazo la llegada al hotel de Vermont. Se levanto para pagar su consumicion cuando vio entrar a una joven morena y airada senalando al policia con su dedo indice. --James, no es posible que no se pueda salir de Edentown. Haz algo --le dijo antes de poner los brazos en jarras. Amanda no supo identificar su acento. --No puedo hacer nada --le respondio el policia levantando las manos en senal de rendicion. Un joven muy guapo entro tras la mujer morena con un nino pequeno en brazos. --James, perdona, hemos hecho tarde para salir hacia el aeropuerto... Una joven rubia con un rostro perfecto entro en la cafeteria. Llevaba un serio traje de chaqueta y tenia una carpeta entre las manos. --?Peter? ?Isabella? ?Que haceis aqui? Creia que estariais ya de camino a coger el avion hacia Italia --le hizo una carantona al bebe mientras le sonreia con carino y le daba un beso en la mejilla regordeta. --Hola, Jane --la saludo el joven--. Se nos ha hecho un poco tarde. Pietro no tenia ganas de comer... Es una larga historia... No parece que podamos salir de viaje. --No saldremos de viaje hoy, pero yo voy a pasar la Navidad con mi familia --exclamo Isabella visiblemente molesta--. Pietro quiere ver a su tio y sus primos. Peter Muldoon sonrio a su mujer. Pietro era demasiado pequeno para saber lo que queria. Bastante tenia con avisar cuando queria comer y ellos con entender sus senales cuando no queria. --Pietro solo quiere comerse la jirafa de juguete, carino. Habla con tu hermano, lo comprendera. Isabella lo miro con sus oscuros ojos entrecerrados. --Soy yo la que no lo comprende, Peter --miro al policia--. James, haz algo. James miro a Peter incomodo. Isabella resoplo antes de salir airada. --Disculpa, James -- le dijo Peter al policia--. Isabella esta un poco sensible estos dias... Navidad, familia... ya sabes. Salio detras de su mujer mientras el pequeno despedia con su manita a la bonita rubia. Amanda espero paciente a que le cobraran. Por lo visto no era la unica a la que los planes le habian cambiado. La joven rubia se sento en uno de los taburetes altos con un suspiro antes de mirar a Carolyn. --Mientras la nieva no nos impida celebrar la feria... Amanda la miro directamente. --?Hay aqui una feria? ?De esas de Navidad? --Si --le sonrio Jane Muldoon dandole un folleto con las actividades preparadas--. Puedes hacer tu propia guirnalda, decorar tu galleta de jengibre, tomar un ponche espectacular o comprar los ultimos regalos. Tambien hay chocolate caliente, y Santa aparece cuando menos te lo esperas. Carolyn sonrio al escucharla y miro a Amanda. --Jane la ha organizado. Veras como te gusta --le dijo con seguridad. Amanda sonrio convencida. Las cosas parecia que se iban arreglando.

  • La lengua de los secretos de Martin Abrisketa

    https://gigalibros.com/la-lengua-de-los-secretos.html

    <> Bernardo Atxaga

  • Cuenta atras de Lory Talbot

    https://gigalibros.com/cuenta-atras.html

    Soy Daniel Harris, bombero en la ciudad de Nueva York. Adoro mi trabajo. Tambien mi moto, el rock y a mi madre, aunque sea una tocacojones de manual. Su afan de que la haga abuela roza la obsesion. Quizas tendria que buscar un novio para ella. Tal vez asi supere la muerte de mi padre y me deje tranquilo con el tema.
    En una salida del trabajo la conoci. A ella. Mi angel. Sky. Sus ojos tan azules como un cielo despejado de verano me engancharon al instante. Esta mujer esta convirtiendome en un monas, jamas habria dicho esto antes de estar juntos.
    Pero en nuestra relacion no todo es tan bonito como sus ojos. Sky esta empenada en que lo llevemos en secreto. Jura que no esta casada pero yo creo que me esconde algo.
    ?Que es eso tan grave que no me cuenta?
    La cuenta atras para encontrar respuestas ha empezado. El cronometro se ha puesto en marcha.

  • El corazon de Aldabia de Pat Casala

    https://gigalibros.com/el-corazon-de-aldabia.html

    Aladi Hustrasga era el segundo en la linea de sucesion al trono de Aldabia, juerguista empedernido, chulo, despreocupado e irresponsable que pasaba los dias de fiesta en fiesta sin escatimar con el alcohol, drogas o sexo. Hasta el asesinato de su hermano en palacio. De la noche a la manana se convierte en el heredero legitimo al trono y se ve obligado a abandonar su vida disoluta para adoptar su nuevo papel en la linea sucesora monarquica. Intenta eludir esa realidad, pero nada evita su destino.

  • Las chicas de la bahia de Susan Mallery

    https://gigalibros.com/las-chicas-de-la-bahia.html

    Nicole Lord queria ser una buena esposa, pero habia una gran diferencia entre apoyar a su marido y mantenerlo. El habia dejado el trabajo para escribir un guion de cine que ella no habia visto nunca. Ni siquiera ayudaba a cuidar de su hijo y era ella quien tenia que ocuparse de la casa y trabajar a jornada completa.

  • Un viaje optimista por el futuro de Mark Stevenson

    https://gigalibros.com/un-viaje-optimista-por-el-futuro.html

    ?Es verdad que el primer hombre que vivira mil anos tiene hoy sesenta? ?O que en menos de una decada habra hoteles en el espacio? ?Es posible que en el futuro, si necesitamos algun organo nuevo, lo podamos cultivar en nuestro propio cuerpo? ?O que existan maquinas que capturen el CO2 de la atmosfera y acaben con los riesgos del cambio climatico? ?O que la energia de nuestros hogares la generen los cristales de nuestras ventanas? En opinion de muchos cientificos, las distintas ciencias estan a un paso de transformar de nuevo el mundo. Los progresos de la biologia, la medicina, la nanotecnologia, la robotica, y las nuevas tecnicas de produccion de energia y de alimentos, entre otros avances cientificos, nos invitan a suponer un mundo mejor.

  • El escudo de Hugo de Saray Ramirez

    https://gigalibros.com/el-escudo-de-hugo.html

    El ingenio y la maldad a veces se toman de la mano dando lugar a escenarios terribles; horrorosos eventos de dificil digestion para cualquier individuo cuerdo. Tras crecer entre frustraciones y harto de vivir disfrazado, Hugo fantasea con la idea de conocer a alguien que no le condene por ser un monstruo. Y es entonces cuando, por causas del azar, acaba tropezando con Mijail, un artista que pese a sentirse contrariado con sus obras, representa la violencia en cada cuadro con suma maestria. Conmovido ante tal descubrimiento y sintiendo que al fin ha hallado lo que tanto buscaba, Hugo tratara de lograr su objetivo cueste lo que cueste, incluso si la cordura de un ser humano depende de ello.

  • No confiare (Rebeca Olsen 1) de Raul Garbantes

    https://gigalibros.com/no-confiare-rebeca-olsen-1.html

    LA CALLE ESTABA DESIERTA. El tacon de una de sus botas tropezo con una losa rota, pero Melissa maniobro con fugaces reflejos. No queria caerse, porque su amigo Thomas debia de estarla mirando aun, aunque ya estuviese lejos. Todo le habia salido bien aquella noche. A ultima hora decidio acompanar al grupo al cine, fue una de esas cosas que se resuelven sin pensarlo mucho por el simple hecho de haber escuchado a alguien elogiar la pelicula. Despues del traspie sin consecuencias, continuo caminando hacia la boca del metro cuando la senal del paso de peatones cambio a verde. Se cerro el abrigo al sentir una rafaga de viento helado en el momento en que unas luces la iluminaron con violencia; provenian de un auto que se acercaba. --?No has visto la senal de stop? --pregunto Melissa en voz alta. Luego penso que seria alguien insensato que frenaria de forma brusca al tenerla mas cerca. A pesar de que el vehiculo continuaba acercandose, Melissa siguio caminando. De pronto, otra oleada gelida le pego en la cara y escucho que el automovil acelero. Era como si el conductor tuviese la intencion de acabar con ella; entonces, el creciente ruido del motor la puso nerviosa. Se detuvo por un instante. Lo hizo sin razonar que quedarse paralizada era peor. Luego, en una fraccion de segundo, penso en volver atras, pero no lo hizo. Corrio hacia adelante y de nuevo la bota le jugo una mala pasada y cayo en la mitad de la via. A esas alturas ya sabia que la iban a atropellar, y sus pulmones se quedaron sin aire por la impresion que esa idea le causaba. El auto venia a toda velocidad y paso sobre ella. Se oyeron gritos a lo lejos. Alguien repetia: <>, <>; mientras tanto, el cuerpo de Melissa yacia inmovil sobre el pavimento. Dentro del auto que acabo con la vida de Melissa Coleman se escuchaba la radio a todo volumen. Pero luego --cuando atravesaba el puente sobre el rio Potomac-- la conductora la apago y llamo a alguien para decirle dos palabras: --Esta hecho. Despues corto, puso el celular en la guantera y sonrio. Estaba calculando cuanto crecerian sus ahorros. Volvio a encender la radio porque quedaban unas cuantas horas de camino y no queria dormirse. 2 ALGUNAS VECES ES dificil pensar en el principio. Sin embargo, podria decir que todo empezo en el justo momento en que le escuche decir al veterano periodista Norman Jackson aquellas palabras en la cena del cumpleanos de Anita Lansbury. --Una conversacion casual puede ser determinante... --habia dicho mientras se acomodaba en la silla del comedor. Me sentia bien estando con ambos, y a solas. Era una celebracion para tres; Anita, quien ademas de haber sido mi profesora ahora era una buena amiga, el periodista del Washington Post y yo. A Jackson acababa de conocerlo y lo habia imaginado diferente, puede que mas viejo. Resulto ser un hombre menudo, de abundante pelo negro, ojos verdes y el rostro muy tostado por el sol. Anita aquella noche en su casa estaba como siempre; arreglada y desenvuelta, vistiendo un traje verde oscuro que resaltaba su bonito pelo rubio y luciendo un prendedor ovalado de marfil que me llamo la atencion. Recuerdo que esa noche terminamos hablando de los escandalos politicos que habian sacudido a Washington y confese --despues de varias copas-- que tenia en el estudio de casa un cartel que yo misma idee con la lista de todos ellos. Desde los escandalos sexuales hasta los de evasiones fiscales, pasando por los de corrupcion, mal manejo de recursos y contrabando de armas. Aquellos eran de mis temas preferidos y sabia que tambien eran los de Norman Jackson. Lo supe antes de conocerlo porque habia revisado su historial en el Washington Post y, si uno investigaba bien, siempre salia a relucir su nombre tras los rumores de los delitos de cuello blanco. Aunque yo trabajara en la revista Polis escribiendo articulos sobre politica que nada tenian que ver con tales sucesos, siempre intente mantenerme al tanto de lo que se <> en las altas esferas del Senado y de los ministerios porque desde adolescente he sabido que las cosas que suceden en la ciudad capital casi nunca son lo que parecen, y que muchos accidentes, crimenes y siniestros tienen una conexion comun: las manos ocultas de los poderosos que mueven los hilos. Fue esa noche de la cena cuando conoci lo que Jackson llamaba la Black Key: una pavorosa red criminal que utilizaba informacion para extorsionar a varias personalidades y organizaciones politicas. Lo que el estaba diciendo era grave porque tocaba el propio corazon del Gobierno de los EE. UU. Los informes de WikiLeaks alertaban de la existencia de una filtracion en la agencia llamada Kramer Team, la empresa privada de inteligencia mas importante, filtracion que a juicio de Jackson habia dotado a un grupo anonimo de delincuentes de cuello blanco de informacion clave que utilizaban para <> las decisiones politicas y economicas de gran envergadura a su favor, o en funcion de lo que pagaran sus <>. En otras palabras, Black Key se trataba de un grupo de alto nivel operativo y sin escrupulos ligado al Gobierno que vendia informacion a grupos poderosos, que extorsionaba a lavadores de dinero y a grandes corporaciones que cometian delitos de todo tipo. Jackson lo habia bautizado con ese nombre porque era como una llave maestra que abria todas las puertas usando los peores secretos que la gente es capaz de guardar. No pude quedarme tranquila despues de aquel perturbador encuentro con el amigo de Anita y construi mi propia teoria sobre el asunto durante los meses siguientes. Recuerdo que me parecio extrano el repentino silencio de Jackson y llegue a pensar que a el tambien lo habian extorsionado, ya que no solo no volvio a escribir del tema en ninguna otra investigacion, sino que se desdijo, y afirmo que no habia sido muy responsable al momento de hablar de la Black Key. Eso me habia dicho Anita varios dias despues de su cumpleanos. --Querida Rebeca, la pase muy bien en casa contigo y con Norman, y queria agradecerte. Aunque ha pasado algo realmente interesante. Jackson me ha llamado justo ahora para decirme que lo excuse contigo, que olvides la conversacion que sostuvimos porque estaba borracho y no sabia lo que decia. ?Te imaginas? Creo que le estan pegando los anos... Cuando corte la llamada con Anita, recuerdo que pense que la Black Key lograba callar a cualquiera, y lo peor era que no se sabia quien la dirigia. Confirme mis sospechas aquella manana de la conferencia de Anita, seis meses despues de la cena de su cumpleanos, cuando Katya --mi amiga del Times-- me llamo para hablarme de la repentina muerte de Melissa Coleman. 3 --?COMO sabias que le iba a pasar algo malo al asesor Benjamin Coleman? Agradece que no te presto mucha atencion despues de varios gin y que no soy del FBI, porque ahora mismo serias la primera sospechosa. No se como pudiste vaticinar lo que… --?De que estas hablando, Katya? --le pregunte, parandome en seco junto a los bancos del caminito que conducia al edificio donde tendria lugar la conferencia de Anita, en el campus universitario. --?No recuerdas lo que me dijiste hace un par de noches cuando visite Washington? Me refiero a lo de tu teoria conspirativa. Me burle de ti, pero ahora no lo hago. Antes de irte del bar te acercaste y me dijiste al oido: <>. Y tenias razon, algo le paso. Nos acaba de llegar la noticia al periodico de que atropellaron a su hija anoche y murio, asi que tenemos que hablar por videollamada… --Esta bien, Katya --la interrumpi, siguiendole la corriente y todavia asombrada por lo que contaba--. Ahora no, pero en cuanto pueda te llamo --le prometi y corte. Katya dice que siempre quiero ver los <> que en realidad no existen porque me niego a aceptar que la realidad es muy aburrida. Pero la muerte de la hija del asesor clave de la Comision me daba la razon y necesitaba que alguien me tomara en serio. No podia contar con Norman Jackson. Muchos decian que algo grave le habia pasado, pero nadie sabia con certeza que. Habia pedido un permiso y ni siquiera estaba en la ciudad. Pense que la red de soporte a actividades ilicitas de la que me hablo ahora estaba atacando a quienes podian denunciar malos manejos de la informacion privada de los ciudadanos. No tenia ninguna prueba, pero no podia negarse que era muy extrano que al miembro mas importante de la Comision Asesora para la Seguridad de la Informacion se le viera envuelto en una tragedia. Ya le habia pasado a la asesora anterior, a Deborah Clayton, quien casi muere en un incendio nocturno inexplicable en su propia casa. Una serie de accidentes inusuales habian venido sucediendoles a personas cercanas a los miembros de esa comision gubernamental y por ello vaticine que algo le pasaria a Coleman. Recuerdo que meti el celular en el pequeno morral negro que cargaba, pero lo hice de manera automatica. En realidad, pensaba en mi hermana Rose. Ella me hubiese dicho que no expresara todo lo que sabia de un solo golpe --o algo asi-- porque solia ser peligroso. No recordaba haberle contado a Katya nada sobre Coleman, pero era cierto que habia tomado algun trago de mas aquella noche y estaba particularmente habladora. Senti un escalofrio y todo mi cuerpo se movio con un espasmo sin quererlo. Una chica que caminaba a mi lado en la calle me miro, dibujo una sonrisa burlona y luego apresuro el paso. Me detuve y me quede mirandola alejarse, y al hacerlo escuche un ruido muy cerca de mi. Otra persona, hasta ese momento silenciosa, venia pisandome los talones. No me fije en su cara ni en su cuerpo, solo vi unos jeans negros moverse y pasar de largo. No me gusta sentir que alguien camina detras, tan cerca, como si me estuviese persiguiendo y me fuese a atacar. La verdad es que llevaba varias semanas creyendo que me vigilaban y ese dia lo habia sentido mas que nunca.

  • Trifulca a la vista de Nancy Mitford

    https://gigalibros.com/trifulca-a-la-vista.html

    Trifulca a la vista, publicada originariamente en 1935, es la tercera novela de Nancy Mitford. Al igual que sus predecesoras, se trata de una comedia costumbrista ligera y muy lograda que incluye un completisimo catalogo de convenciones wodehousianas: una rica heredera, rivales en el amor, la herencia de una tia, compromisos rotos, identidades falsas y un final feliz. Pero, a diferencia de sus otros libros, Trifulca a la vista nunca se reedito en vida de Nancy [1] . En los tres anos que siguieron a la publicacion de su segunda novela, Christmas Pudding, tanto su propio mundo como el que la rodeaba se convirtieron en lugares mas sombrios. Hitler detentaba el poder absoluto en Alemania y dos hermanas de Nancy, Diana y Unity, se volvieron fervientes admiradoras suyas despues de haber asistido a un mitin del partido nazi en Nuremberg. Cuando, en 1951, su editor le rogo que le permitiese reeditar la novela, Nancy se nego. <>. Como en todos sus libros, Nancy se sirvio ampliamente de familiares y amigos como fuente de inspiracion; asi, pese a la afirmacion de los creditos de que los personajes son ficticios, Trifulca a la vista es una novela muy autobiografica. El capitan Jack, lider de los camisas tricolores (precursor de Roderick Spode, lider de los shorts negros, el ridiculo aspirante a dictador de P. G. Wodehouse), esta inspirado en el amante y futuro marido de Diana, sir Oswald Mosley, fundador de la Union Britanica de Fascistas. Eugenia Malmains, la rica heredera, rebelde y entusiasta de los camisas tricolores, es un retrato apenas velado de Unity, que se mudo a Munich en 1934 para aprender aleman y colmar sus aspiraciones de conocer a Hitler. El rechazo de Nancy a reeditar --solo seis anos despues del final de la guerra-- un libro que se burlaba del fascismo y que parodiaba a Hitler es comprensible, pero no fue la unica razon de sus reparos a que la novela viera de nuevo la luz. Sus dos primeros libros la habian encasillado como una novelista ligera que se ocupaba de cocteles, fines de semana en casas solariegas y columnas de cotilleos de la alta sociedad. Highland Fling fue alabada en The Times Literary Supplement por su <>, y Christmas Pudding, por <>, pero el mismo periodico publico una critica desdenosa de Trifulca a la vista y describio la novela como un <> de un humor <>. Nancy no creia que sus novelas de preguerra fuesen obras maestras (<>, escribio --exagerando-- a Evelyn Waugh), pero si sabia que tenian cierto valor como piezas de epoca, que eran muy entretenidas y que contaban con partes extremadamente divertidas. Por lo tanto, no fue el orgullo profesional lo que la decidio a no reeditar Trifulca a la vista. La razon principal para su negativa, aparte de los chistes de nazis, fue que el libro habia provocado reacciones furibundas en la familia Mitford: Unity la amenazo con no volver a dirigirle la palabra jamas, y Diana, que acababa de divorciarse de su primer marido por Mosley, rompio mas o menos la relacion con ella hasta el final de la guerra. A esto hay que anadir, sin duda, la resistencia de Nancy a reavivar el recuerdo del intento de suicidio de Unity en 1939 y de su consiguiente muerte en 1948. Bromista consumada, Nancy nunca se tomo la politica, ni cualquier otra cosa, demasiado en serio. Su forma de entender la vida consistia en tratarlo todo como si fuese una gran broma, al menos en apariencia. Como la mayor de las seis Mitford, habia transmitido esa actitud a sus hermanas, y dominaba la atmosfera familiar. El fervor con el que Diana, Unity y la quinta hermana, Jessica --que se hizo comunista--, abrazaron las causas politicas extremistas rompio la regla tacita de las Mitford de que nada era tan importante como para no poder reirse de ello. Nancy tambien sentia una desconfianza instintiva hacia las ideologias. <>, escribio a un amigo de la familia al estallar la guerra. Para Nancy, la politica era cuestion de personalidad; las personas, no las ideas, eran lo que importaba. Cuando abandono la ficcion para escribir sobre la historia de Francia, los historiadores la acusaron de volver a contar historias sobre la vida familiar de los Mitford. <>. A pesar de las referencias a los acontecimientos politicos de la epoca, Trifulca a la vista es, ante todo, una investigacion sobre el amor y el matrimonio, temas recurrentes en todos los libros de Nancy. Esta dedicada a su marido, Peter Rodd, el hijo renegado del diplomatico sir Rennell Rodd. Cuando empezo a escribir la novela, en la primavera de 1934, llevaba solo unos meses casada con Peter; tiempo suficiente, sin embargo, para haber adquirido una opinion bastante cinica con respecto al matrimonio: <>, dice Jasper Aspect, el mujeriego desaprensivo y bebedor cuyo personaje debe mucho a Peter y, en menor medida, a Basil Murray, su coetaneo de Oxford. (La extravagante pareja habia servido ya de inspiracion para Basil Seal, el antiheroe delincuente de Merienda de negros de Evelyn Waugh). Nancy y Peter se embarcaron en el matrimonio en un torbellino de euforia. A Peter le faltaba poco para cumplir los treinta y, al parecer, considero el matrimonio como el ultimo recurso, despues de haber fracasado en todo lo demas. No hay duda de que, a su manera, le tenia carino a Nancy, pero la trataba de forma desalmada, como hacia con todas sus mujeres, y disfrutaba alardeando con sus amigos de que habia propuesto matrimonio a toda clase de mujeres pero que la unica <> para aceptar habia sido ella. Con veintinueve anos --una edad a la que, en los anos treinta, las mujeres ya se disponian a convertirse en solteronas--, Nancy salia de una aventura amorosa, que habia ido arrastrando durante cuatro anos, con Hamish Erskine, un amigo homosexual de su hermano, y se rindio al encanto insolente y rubisimo de Peter. Romantica incurable a pesar de su despiadado ingenio, Nancy decidio que estaba enamorada y consiguio hacer la vista gorda ante el verdadero caracter de Peter durante los seis meses que estuvieron prometidos, escribiendole a una amiga que se encontraba en <> y animando a todo el mundo a casarse si deseaban <>. Quiza la posdata de su carta, <>, insinue que, en cierta medida, era consciente de que casarse con Peter era una locura. Para cuando regresaron del viaje de novios, el romance se habia desvanecido. Empezaron su vida conyugal en una casita en Strand-on-the-Green, en Chiswick, subsistiendo gracias a una pequena renta procedente de los padres de ambos y al dinero que Nancy lograba reunir a duras penas con su escritura. Nancy crecio en una epoca en la que el matrimonio era practicamente la unica carrera posible para las mujeres de su condicion. Un matrimonio tenia que perdurar a cualquier precio y la esposa debia someterse a su marido. En este sentido, el ejemplo de los padres Mitford, lord y lady Redesdale, habia calado hondo en sus hijas. En Trifulca a la vista, Nancy analiza con una mirada lucida y sardonica sus tribulaciones. <>, declara con vehemencia Poppy Saint Julien a lady Marjorie Merrith, que ha roto su compromiso con el duque de Dartford porque no esta enamorada. <>. Nancy intenta, no siempre de manera convincente pero con encomiable buen humor, dejar de lado la desilusion y centrarse en representar lo que supone estar casado. Cuando Jasper menosprecia al <> a quien le gusta tener <> por telefono por las mananas, Nancy esta ridiculizando su propia aficion a charlar, su forma de intimidad preferida. Hay algo que raya en la admiracion en sus referencias indirectas a la irresponsabilidad financiera de Peter: <>, dice Poppy. <>, contesta Jasper. Cuando Poppy senala que es lo minimo que pueden hacer los hombres ya que las mujeres soportan todas las molestias del embarazo, Jasper replica: <>.

  • El placer del pirata (Al tiempo del pirata 2) de Mariah Stone

    https://gigalibros.com/el-placer-del-pirata-al-tiempo-del-pirata-2.html

    C N . M encuentro en una suerte de trance observando sus ojos onix detras de sus parpados bajos. Una barba incipiente le cubre el menton definido, y una cicatriz le atraviesa la mejilla. Lleva el largo cabello oscuro amarrado detras de las orejas en una media cola, mientras el resto le cae por debajo de los hombros. Sus rasgos son duros y elegantes. Peligrosos. ?Como es posible que una pintura enmarcada me genere este sentimiento? A lo mejor este es el tipo de estupor que le provoca una serpiente a un raton antes de lanzarse sobre el y tragarselo vivo. Siento un codazo en las costillas que me sobresalta. Miro de reojo a Samantha, mi mejor amiga, que esta de pie a mi lado en el Museo Ciudad de Piratas. Observa el retrato de James Principe Barrow, colgado al lado del de Cole. Entre las pinturas, hay dos colgantes de jade antiguos, expuestos contra la pared. --!Que atractivo! --Fija la mirada en James--. Y, aun asi, no logro encontrar una cita para ir al baile. Observo el cabello dorado, los ojos violetas, el menton cuadrado y la nariz en alto de James. Es todo lo contrario a Cole. A decir verdad, James es el tipo de hombre por el que me suelo sentir atraida, el tipico Principe Encantador. Asi era Hank, mi ex prometido. --Pero, ?quien no querria ir al baile con el, Samantha? -- pregunto y siento que se me forma un nudo en la garganta--. Ningun hombre deberia verse asi de guapo. El pensar en Hank me distrae y me provoca un dolor en la piel similar al de una ducha helada luego de un bano de inmersion calido. El era todo lo que yo siempre habia querido. La mente me da vueltas, los ojos me pican, pero no hay lagrimas, gracias a las tres pinas coladas que Samantha me hizo beber en el desayuno. Samantha pone los ojos en blanco. --Pues, yo no iria. --Senala el retrato de Cole--. El otro sujeto es mi tipo. Sigo mirando a James. Es mas seguro. Me temo que, si vuelvo a mirar al Senor Peligro, se saldra del retrato, me arrojara sobre un hombro y me llevara lejos para hacer cosas obscenas y perniciosas conmigo. Placeres prohibidos y salvajes. El tipo de cosas que las chicas decorosas como yo no deberian anhelar. --Se me ocurrio que podriamos animar un poco nuestra vida sexual --recuerdo que dijo Hank. --?Estas aburrido de mi? --le pregunte mortificada, mientras el sudor me resbalaba de la piel como hielo derretido. El bajo la mirada. --Pues, si, nena. Tienes muchas reglas. Que las luces apagadas, que ni hablar de sexo oral, que ni… Dejo de hablar, suspiro y me miro. Mis brazos y mis piernas se sentian como algodon humedo. --?Y si vamos a uno de esos intercambios de pareja para que puedas sentir otros placeres? --me sugirio. --?Quieres acostarte con otra mujer? ?Tan aburrido estas de mi? El recuerdo me da vueltas en la mente y me genera dolor de cabeza. Niego con la cabeza y me obligo a mirar a Cole con la esperanza de que logre distraerme. Cole es diferente a Hank. Mientras que Hank es el encanto personificado, es evidente que Cole es un predador que usa a las mujeres para su propio placer, como si fuera su dueno. Es probable que las deslumbre, como a mi, y despues las subyugue a su poder. Al final, las termina descartando. Decido que el tiene miedo de amar. Miedo de resultar herido. Si los hombres como el se abrieran al amor, no sentirian la necesidad de acostarse con otras mujeres. El me hace acordar a alguien que conozco: a Samantha. --Ah, si, Cole el Negro parece ser mas tu tipo, Samantha -- coincido--. Al igual que tu, necesita alguien que ame su alma perdida. Ella suelta un resoplido, pero yo sonrio y niego con la cabeza. Ella se merece la felicidad absoluta al lado del hombre indicado. Creo que la terminara encontrando. Creo que, a pesar de lo de Hank, yo tambien la encontrare. Por mas que este pasando lo que deberia haber sido nuestro quinto aniversario con Samantha. Y que tenga el corazon hecho anicos. Como soy una persona leal, estaba dispuesta a trabajar en nuestra relacion. Y el… el solo queria acostarse con otras mujeres. --No puedo hacer eso --le conteste. --Entonces, se acabo --determino. Y aqui estoy. Siento nauseas en el estomago y volteo el rostro hacia la brisa que se cuela por la ventana abierta y acarrea el aroma a mango, pera y piedras calientes. A lo lejos, se ve el destellante tono azul oscuro del oceano Atlantico bajo el sol. El guia turistico personal que contrato Samantha arquea las cejas. Adonis es un isleno que lleva puesta una camiseta blanca, una panoleta de un rojo intenso en la cabeza, un colgante de cuentas de colores, y tiene consigo una serpiente viva. --No tengas miedo --me dice Adonis. --No tengo miedo --le aseguro y me acerco para ver a la serpiente que se retuerce y saca la lengua en el aire. --?Estas loca? Alejate de ese bicho --me ordena Samantha. Sonrio, entretenida por haberla sorprendido. Ella cree que me conoce, pero hay cosas que nunca le he contado. Como mi fantasia de que Hank me tomara y me dominara porque no hubiera podido seguir respirando si no lo hacia. La realidad era que siempre me hacia hacer casi todo el trabajo y, en muy pocas ocasiones, me hizo acabar. --?Hablas en serio, Sam? --pregunto mientras observo a la serpiente--. Nunca he albergado a ninguna serpiente en mi hotel. Adonis me mira lleno de curiosidad. --?Tienes un hotel? --Un hotel de mascotas en Nueva Jersey. --Le sonrio a la serpiente--. Me encantan los animales. Tengo tres perros y dos gatos, todos adoptados. Los deje con mis padres, pero los echo mucho de menos. Samantha suspira. --Que buena manera de darle uso a tu titulo de la Universidad de Nueva York: abrir un pequeno negocio en una zona aun mas pequena y no poder contratar a mas de dos empleados. Podrias tener algun trabajo en los medios, como yo, y vivir en Manhattan. Podriamos comprar apartamentos en el mismo edificio y vivir una al lado de la otra. --Oh, detente, Sam. Me encantan mis clientes peludos, y el negocio va de maravillas. Ella pone los ojos en blanco, y Adonis retoma la historia de James. Cole y James eran amigos: los dos eran piratas y los dos capitaneaban sus propios navios. Habian asaltado un barco espanol y conseguido un gran tesoro, pero James se vio en apuros y tuvo que luchar por su vida. Cole termino quedandose con todo el tesoro, pues habian acordado que, si algo salia mal, el que tuviera el tesoro lo dividiria con el otro cuando las aguas se hubieran calmado. --Cole mantuvo su palabra y escondio la parte del tesoro que le correspondia a James --nos cuenta Adonis con una sonrisa taimada. --?Ves? --exclamo--. Te dije que Cole era un alma perdida. Se podria haber quedado con todo el tesoro, pero no lo hizo. Solo se necesita un poco de amor para abrir el corazon. Samantha niega con la cabeza. --Me asombra que sigas siendo una romantica incurable tras tu ruptura.

  • Mateo !Que te veo! de Marta Flores

    https://gigalibros.com/mateo-que-te-veo.html

    Mateo !Que te veo! Asi solia responder Carola a su atractivo vecino cada vez que intentaba acercarse a ella. Y es que, por mas irresistible que le resultara, le daba pavor la fama de mujeriego que le precedia.

  • La maga del olvido de Mar Ledea

    https://gigalibros.com/la-maga-del-olvido.html

    Camila Infante, una mujer instruida de mediana edad y amante del Martini azul, ha perdido sus recuerdos producto de una rara enfermedad mental. Dispuesta a recuperarlos, regresa a su pueblo natal, Cabo Azules, donde emprende un viaje a traves del tiempo de la mano de unas viejas fotografias encontradas en una caja de sombreros.

  • Una mujer rebelde de Julia Quinn

    https://gigalibros.com/una-mujer-rebelde.html

    William Dunford bufo con aversion, mientras contemplaba fijamente a sus amigos que anhelosamente se miraban a los ojos el uno al otro. Lady Arabella Blydon, una de sus mejores amigas en los dos anos pasados, acababa de casarse con Lord John Blackwood. Se miraban como si quisieran comerse el uno al otro. Era asquerosamente lindo. Dunford golpeo ligeramente el pie y puso sus ojos en blanco, esperando poder reirse. Tras de ellos, junto con Dunford estaban su mejor amigo, Alex, el Duque de Ashbourne, y la esposa de Alex, Emma, que era prima de Belle. Su transporte habia tenido un contratiempo, y estaban esperando un nuevo coche . Al sonido de ruedas rodando por los guijarros, Dunford se dio la vuelta. El carruaje nuevo se detuvo en el camino hasta pararse enfrente de ellos, pero Belle y John no parecieron fijarse. De hecho, casi no miraron a nadie, como si estuvieran listos a entregarse por completo a los brazos el uno al otro. Y el amor marca el lugar. Dunford decidio que ya habia tenido bastante. --!Eh! --Grito en una voz repugnantemente dulce--.!Jovenes amantes! John y Belle finalmente se separaron, dieron la vuelta y se dirigieron hacia Dunford, quien caminaba hacia ellos. --Si vosotros lograis dejar de hacer el amor, podemos estar en camino. En caso que no os hayais fijado. El carruaje esta aqui. John suspiro profunda y acongojadamente antes de acercarse a Dunford y decir: --Perdona los abrazos, no nos dimos cuenta de que habia alguien. Dunford sonrio alegremente. --De ningun modo. ?Estabamos ausentes ? John se acerco a Belle y le ofrecio su brazo. --?Mi amor? Belle acepto su gesto con una sonrisa, pero cuando Dunford entro en el carruaje, ella dio la vuelta y rechiflo, --Voy a matarte por esto. --Estoy seguro que lo intentaras. El quinteto estuvo pronto acomodado en el carruaje nuevo. Despues de algunos momentos, sin embargo, John y Belle se contemplaban arrobadamente al uno al otro otra vez. John puso su mano sobre la de ella y golpeo ligeramente sus dedos en contra de sus nudillos. Belle sonrio con satisfaccion. --!Oh, por el amor de Dios! --exclamo Dunford, dirigiendose a Alex y Emma--. ?Los veis? Cuando vosotros os casasteis no fue asi de nauseabundo. --Algun dia, --dijo Belle en voz baja, hincandole un dedo--, encontraras a la mujer de tus sus suenos, y en ese momento voy a hacer tu vida miserable. --No me asustas, mi estimada Arabella. La mujer de mis suenos es tal modelo de excelencia, que es posible que no exista. --Oh, eres insufrible, --bufo Belle--. Apuesto a que dentro de un ano estaras profundamente enamorado , encadenado con grilletes a tu pierna, y feliz por ello. Ella se recosto con una sonrisa satisfecha. A su lado John se estremecia de regocijo. Dunford se inclino hacia adelante, apoyando los codos sobre sus rodillas. -- Tomare esa apuesta. ?Cuanto estas dispuesta a perder? --Tu vas a perder, y yo no ?por cuanto te arriesgas? Emma miro a John. --Parece que te casaste con una mujer que disfruta de los juegos de azar. --Si fueses yo, puedes estar seguro habria pesado mis acciones mas cuidadosamente. Belle le dio a su reciente marido un pinchazo jugueton en las costillas, dirigio una mirada a Dunford y le pregunto: --?Bien? --Mil Libras. --Hecho. --?Estas loca? --exclamo John. --?Debo suponer que solo los hombres pueden jugar juegos de azar? --No puedes hacer esta tonta apuesta, Belle, --dijo John--. Vas a perder, ya que el hombre con quien has hecho la apuesta controla el resultado. Tu solo puedes perder. --No menosprecies el poder del amor, mi amor. Aunque en el caso de Dunford, quiza solo la lujuria lo hara. --Me hieres, --dijo Dunford, colocando la mano dramaticamente sobre su corazon para dar enfasis--, asumiendo que soy incapaz de emociones mas altas. --?No lo eres? Los labios de Dunford se cerraron en una linea delgada. ?Estaba ella en lo correcto? En realidad no tenia ni idea. De una u otra manera, dentro de un ano el seria mil libras mas rico. Dinero facil. Capitulo 1 Algunos meses mas tarde Dunford estaba sentado en su salon, tomando el te con Belle. Acababa de llegar a visitarlo; Se alegro de esa visita inesperada, ya que desde que ella estaba casada no se veian tanto. --?Tienes la seguridad de que John no va a irrumpir aqui con un arma? --bromeo Dunford. --Esta demasiado ocupado para esa clase de disparates, -- dijo ella con una sonrisa. --?Esta demasiado ocupado para acceder a su naturaleza posesiva? Que extrano. Belle se encogio de hombros. --El confia en ti, y mas importante aun, confia en mi. --Un autentico modelo de virtud, --dijo Dunford secamente, sin querer reconocer ante si mismo que estaba un poco celoso de la dicha marital de su amiga. --Y como… Un golpe sono en la puerta. Entro en el cuarto Whatmough, el flematico mayordomo de Dunford, anunciando: --Un abogado ha llegado, senor. Dunford alzo la cabeza. --Un abogado, que desea hablar a solas con usted. No pude averiguar sus razones. --Es muy insistente, senor. --Hagale pasar entonces. --Dunford miro a Belle y sin saber que hacer encogio los hombros. Ella sonrio con picardia. --Pase. Whatmough condujo al visitante. Era un hombre de cabello gris de estatura mediana, y se veia muy interesado en ver a Dunford. --?Sr. Dunford? Dunford asintio con la cabeza. --No puedo decirle que contento estoy por haberle localizado finalmente, --el abogado dijo alegremente. Miro a Belle con una expresion desconcertada--. ? Y esta es la senora Dunford? Fui inducido a creer, que usted no estaba casado, senor. Oh, esto es extrano. Puede ser obstaculo. --No estoy casado. Esta es Lady Blackwood. Ella es una amiga. ?Y usted es? --Oh, lo siento. --Dijo muy apenado. El abogado saco un panuelo y palmeo su frente--. Soy Percival Leverett, de Cragmont, Hopkins, Topkins, y Leverett. --Se inclino hacia adelante, para dar enfasis adicional al decir su nombre--. Tengo una noticia importante para usted. Muy importante ciertamente. Dunford agito sus brazos expansivamente. --Oigamoslo entonces. Leverett miro a Belle y su mirada regreso a Dunford. --?Quiza deberiamos hablar privadamente, senor? Ya que la senora, no es su esposa. --Por supuesto. --Dunford miro a Belle--. ?No te molesta esperar, solo sera un momento, verdad? --Oh, de ningun modo, --le aseguro, con su sonrisa diciendo que tendria mil preguntas listas cuando hubieron terminado--, esperare. Dunford hizo una senal hacia una puerta que conducia a su estudio. --Directamente por aqui, Sr. Leverett. Salieron del cuarto, y a Belle le dio mucho gusto notar que no cerraron la puerta correctamente. Inmediatamente se puso de pie y se movio hacia la silla mas cercana a la puerta, ligeramente abierta. Estiro el cuello, intentado oir. Un barboteo de voces. Mas barboteo. Y entonces, de Dunford, --?Mi primo que… ? Barboteo, barboteo. --?…de donde… ? Barboteo, barboteo, algo que sono como a Cornualles. --?…cuantas veces… ? No, eso no pudo haber sido “ocho” lo que ella oyo. --?…y el me dejo que… ? Belle aplaudio. !Que encantador! Dunford acababa de obtener una herencia inesperada. Espero que fuese un buen suceso. Justamente uno de sus amigos de mala gana habia recibido en herencia a treinta y siete gatos. El resto de conversacion fue imposible de descifrar. Despues de algunos minutos los dos hombres terminaron de hablar, y se estrecharon la mano. Leverett aparto de un empujon algunos escritos en su caso y dijo, --Tendre el resto de documentos enviados tan pronto como sea posible. Necesitaremos su firma, por supuesto. --Por supuesto. Leverett asintio con la cabeza y regreso al cuarto. --?Que te dejaron? --Belle exigio. Dunford parpadeo pocas veces, como si todavia no pudiese creer lo que acababa de oir. --Parece que acabo de recibir en herencia una baronia. --!Una baronia! Corcholis, voy a tener que llamarte Lord Dunford ahora, ?verdad? El puso los ojos en blanco. --?Cuando fue la ultima vez que te llame Lady Blackwood? --Hace diez minutos, --dijo ella impertinentemente--, cuando me presentaste al Sr. Leverett. --Touche, Bella. --Se recosto en el sofa, sin esperar a que ella se sentase primero--. Supongo que me puedes llamar Lord Stannage. --!Valgame Dios! Stannage, --ella se quejo--. Que perfectamente distinguido. Willian Dunford, Lord Stannage. -- Sonrio diabolicamente. -- ? Es William, verdad? Dunford bufo. Lo llamaban por su nombre de pila tan raras veces, que era un chiste familiar el no poderlo recordar. --Le pregunte a mi madre, --contesto finalmente el--. Dijo que cree que es William. --?Quien murio? --le pregunto Belle francamente. --Alguna vez has tenido tacto y refinamiento, mi estimada Arabella. --Bien, obviamente no pareces lamentar la perdida de tu pariente lejano, del que hasta ahora no conocias su existencia. --Un primo. Un octavo primo, para ser exacto. --?Y no pudieron encontrar un pariente mas cercano? -- pregunto ella incredulamente--. No es que tenga envidia de tu fortuna, claro esta, pero realmente es extenderse. --Parecemos ser una familia de potrillas. --Gracias, --mascullo sarcasticamente ella. --Termina los sarcasmos, --dijo el, ignorando su mofa--, ahora tengo un titulo y una pequena hacienda en Cornualles. Asi que ella habia escuchado correctamente. --?Has ido alguna vez a Cornualles? --Nunca. ?Has estado tu? Ella nego con la cabeza. --He oido que es realmente dramatico. Los acantilados y las olas derrumbandolos. Muy incivilizado. --?Que tan incivilizado podria ser, Belle? Esta es Inglaterra, despues de todo. Ella se encogio de hombros. --?Vas a ir alli , a visitarlo? --Supongo que debo. --El golpeo ligeramente su dedo contra el muslo--. ?Incivilizado, dices? Probablemente lo adorare. * * * * * --Espero que el odie estar aqui, --dijo Henrietta Barrett, tomando un feroz mordisco a su manzana--. Espero que realmente destete este lugar. --Ya, ya, Henry, esa actitud no es propia de ti, no es muy caritativo de tu parte. --Le dijo escandalizada la senora Simpson, el ama de llaves de Stannage Park. --No me siento tremendamente caritativa por el momento. He metido una buena cantidad de trabajo en Stannage Park. Los ojos de Henry se enrojecieron tristemente. Habia vivido en Cornualles desde los ocho anos, cuando sus padres habian muerto en un accidente de carruaje en su ciudad natal de Manchester, dejandola huerfana y sin dinero. Viola, la esposa del baron, era la prima de su abuela y amablemente habia acordado acogerla. Henry inmediatamente se habia enamorado de Stannage Park, de la piedra palida del edificio, las ventanas vibrantes, los grandes jardines . Y asi es que Cornualles se habia convertido en su casa, mas de lo que fue Manchester alguna vez. Viola se habia entusiasmado por ella, y Carlyle, su marido, se convirtio en una distante figura paternal. El no paso una buena cantidad de tiempo con ella, pero siempre tuvo una palmada acogedora en la cabeza lista cuando entraba en el vestibulo. Cuando tuvo catorce, sin embargo, Viola murio, y Carlyle estaba muy afligido. Apenas le interesaba el resto del mundo y se encerro en su despacho, dejando a un lado el control de la hacienda y la casa. Henry inmediatamente entro en accion. Amaba tanto a Stannage Park y no iba dejar que se malograse, ademas, tenia ideas firmes de como debia ser manejada la propiedad. Los pasados seis anos ella habia sido no solo la senora de la heredad sino tambien el senor, universalmente aceptada como la persona a cargo. Y a ella le gustaba su vida simplemente asi. Pero Carlyle habia muerto, la hacienda y la casa habian pasado rapidamente a algun primo lejano en Londres que probablemente era un petimetre. El nunca habia ido a Cornualles antes, penso Henry, olvidandose convenientemente de que ella llego alli solo cuando murieron sus padres. Ella habia llegado alli doce anos antes. --?Cual era su nombre? --pregunto otra vez la senora Simpson, mientras cogia la masa y empezaba hacer el pan. --Duford o Dunford, --dijo Henry asqueada--. No quisieron darme su nombre de pila, Aunque supongo que no tiene importancia ahora que es Lord Stannage. El probablemente insistira en que usemos el titulo. La aristocracia usualmente lo hace. --Hablas como si como no pertenecerias a esa clase, Henry. No pongas mala cara al caballero. Henry suspiro y tomo otro mordisco de su manzana. --El probablemente me llamara Henrietta. --Deberia. Estas mayor para llamarte Henry. --Tu me llamas Henry. --Soy demasiado vieja para cambiar. Peor ya no eres una nina. Ha pasado el tiempo Y es preciso que encuentres un marido. --?Y hacer que? ?Irme de Inglaterra? No quiero dejar Cornualles. La senora Simpson sonrio, para senalar que Cornualles era ciertamente una parte de Inglaterra. Henry queria tanto la region que no podia pensar acerca de ella como perteneciente a un lugar mayor. --Hay caballeros aqui en Cornualles, con los que te podrias casar, --le dijo--. Bastantes en los pueblos cercanos. Podrias casarse tambien con uno de ellos. Henry se mofo. --No hay nadie que me parezca atractivo y conoces a la gente de aqui, es simple. Ademas, nadie se casaria conmigo. No tengo uno chelin ahora que Stannage Park la tiene este desconocido, todos ellos piensan soy un fenomeno hombruno. --!Por supuesto que no lo hacen! --contesto rapidamente la senora Simpson--. Todo el mundo te admira. --Ya se--Henry contesto, girando sus ojos grises hacia la ventana--. Me admiran como si fuera un hombre, y por eso estoy agradecida. Pero los hombres no quieren casarse con otros hombres, sabes. --Quiza si llevaras puesto un vestido… Henry miro hacia sus gastados pantalones. --Me pongo un vestido. Cuando es apropiado. --No puedo imaginar cuando fue eso, --bufo la senora Simpson--, desde que te conozco nunca te he visto en uno. Ni siquiera en la iglesia. --Que hecho tan afortunado para mi que el vicario sea un caballero muy liberal. La senora Simpson dirigio una mirada sagaz hacia la joven. --Que hecho tan afortunado para ti, que al vicario le gusta el brandy frances que le envias una vez al mes. Henry se hizo la sorda. --Lleve un vestido para el entierro de Carlyle, si recuerdas. Para la fiesta del condado el ano pasado. Y cada vez que recibimos a los invitados. Tengo al menos cinco en mi armario, muchas gracias. Oh, y tambien me los pongo cuando vamos al pueblo. --No lo haces. --Pues bien, puede ser que no para nuestra pequena villa, pero lo hago cada vez que voy a algun otro pueblo. Pero cualquiera estaria de acuerdo que son de lo mas impracticos cuando reanudo mis actividades normales supervisando la hacienda. --Sin mencionar, penso Henry torcidamente, que con ellos se veia terrible. --Bien, te pondras uno cuando el Sr. Dunford llegue. --No estoy completamente loca como una cabra, senora Simpy. --Henry lanzo el corazon de la manzana a traves de la cocina a un cubo pequeno, que se derramo por lo lleno que estaba. Dejo salir un grito de orgullo--. No he perdido al cubo en meses. La senora Simpson cabeceo. --Si solo alguien te ensenara como ser una chica. --Viola quiso hacerlo, --Henry contesto descaradamente--, y podria haber tenido exito si hubiera vivido mas tiempo. Pero la verdad es, me gusta mucho ser como soy. La mayoria de las veces al menos, penso. De vez en cuando, veia a una bella senora en un primoroso traje de noche que le parecia hermoso y le daba celos. Tales mujeres no tenian pies y eran irreales, Henry decidio que deberian tener ruedas para poder deslizarse en ellos, mientras las miraban una docena de hombres entontecidos. Tristemente clavaba los ojos en ese cortejo, imaginandolos sonando tras ella. Entonces se reia. Ese sueno particular no tenia probabilidad de hacerse realidad, ?y ademas, a ella le gustaba su vida simplemente como estaba, verdad? --?Henry? --La senora Simpson la saco de su ensonacion--. Henry, hablaba contigo. --?Hmmm? --Henry parpadeo saliendo de su fantasia--. Oh, lo siento, estaba pensando acerca de lo que tenemos que hacer con las vacas, --mintio--, no estoy segura de que tengamos espacio suficiente para todas ellas. --Deberias estar pensando acerca de que hacer cuando el Sr. Dunford llegue. ? El envio una nota que seria esta tarde, no? --Si, asi es. --!Henry! --le reprocho la senora Simpson. Henry nego con la cabeza y afirmo. --Si acaso alguna vez hubo un tiempo para maldecir, es ahora, Simpy. ?Que ocurre si el quiere interesarse en Stannage Park? ?O peor… si se le ocurre asumir el mando? --Si lo hace, sera su derecho. El es el dueno, sabes. --Si, lo se. Es tan terrible. La Senora Simpson mezclo la masa, le dio forma de una barra de pan y la coloco aparte para levantarse. Limpiandose las manos, dijo: --Tal vez vendera. Si la vendiese a una persona del pueblo, no tendrias nada por lo que preocuparte. Todo el mundo alli sabe que manejas a la perfeccion Stannage Park. Henry salto del mueble en que estaba encaramada, planto las manos en sus caderas, y comenzo a caminar por la cocina. --El no puede vender. Esta vinculado al titulo. Si no lo estuviese, el Sr. Carlyle me lo hubiera dejado. --Oh. Bien, entonces vas a tener que esmerarte en llevarte bien con el Sr. Dunford. --Ese hombre es Lord Stannage ahora, --Henry gimio--. Valgame Dios… El baron Stannage… el es el dueno de mi casa y el que va a decidir mi futuro. --?Eso te aterra? --Quiero decir que el es mi guardian, mi tutor.

  • Lo que nunca fue de Noelia Hontoria

    https://gigalibros.com/lo-que-nunca-fue.html

    "Asi que la vida era esto". Cualquiera que estuviera en mi lugar, se habria tomado aquello de una forma muy diferente. Pero siempre he sido un loco. Un loco bien cuerdo. Un kamikaze de la vida, una persona de las que tienen la piel intacta y el alma llena de cicatrices. Vuelvo a acariciar el sobre color ocre que el doctor me ha entregado hace un par de horas, cuando acudi a su consulta para recoger los resultados de mis controles rutinarios. Con ochenta y siete anos uno ya no esta para descuidarse. Siempre he gozado de una buena salud, por suerte nunca he tenido que pasar por un quirofano ni preocuparme mas alla de tomar un par de Ibuprofenos para el dolor de cabeza o una gripe estacional en el peor de los casos. Pero el tiempo no pasa en balde para nadie. "?Como estara ella?". Y de nuevo, sonrio. Porque ella es de ese tipo de personas que siempre te dibujan una sonrisa en la cara. A pesar de todo. "Maldito viejo loco, ni en esta situacion puedes dejar de pensar en ella. Estas pirado. Siempre lo has estado". Un ataque de tos interrumpe mis pensamientos y escucho como a lo lejos del pasillo, los pasos apresurados de Pablo y Amanda se dirigen hacia mi habitacion. --Abuelo, ?estas bien? --?Ya os ha mandado vuestra madre otra vez para que vengais a vigilarme? Estos chicos son adorables, aunque en cierto modo me molestan tantas atenciones. Nunca me han gustado los protagonismos ni que la gente se preocupe demasiado por mi. Pablo y Amanda son mis nietos, los hijos de mi primogenita Marta. Cuentan con diecisiete anos de edad y lo que a mis ojos es toda una vida por delante. A pesar de ser mellizos, no se parecen en nada, ni en caracter ni en aspecto. Pablo es un buen partido, un chico sensible; Amanda tiene un corazon de oro, pero tambien una alegria innata que le hace parecer algo alocada. Y yo, como abuelo suyo que soy, se que no es solo cosa de la edad. Reconozco en ella ese empuje por vivir que yo mismo sigo teniendo. --?Que te ha dicho el medico, abuelo? ?Todo bien? --Si, todo marcha bien --miento--. Pero no quiero que os preocupeis tanto por mis achaques. Ya sabeis que a este viejo loco tambien le llegara la hora mas temprano que tarde. --No digas eso. Todavia te queda cuerda para rato. ?Que es ese sobre? --Nada, son solamente recetas --me apresuro a guardarlo en el cajon de la comoda de mi habitacion--. Pablo... Amanda... Me acabo de dar cuenta de algo. Nunca os he contado mis batallitas. --!Claro que si! Nos sabemos de memoria tus historias. Como llegaste a Berlin, como triunfaste en la musica, tus viajes, tus premios, todos los famosos que conociste... --Banalidades. Me refiero a que nunca os he hablado de mis batallitas de verdad. Esas historias que, cuando somos jovenes, nos hacen prometernos a nosotros mismos que nunca se las contaremos a nuestros nietos. Lo que realmente importa. Me apetece compartirlo con vosotros. --?Por que ahora? --Bueno, digamos que la lluvia me pone melancolico. Y que no quiero que este secreto se venga conmigo a la tumba. Aunque esta en cada una de las canciones que he compuesto, si. Pero de que sirve esconder un tesoro si no va a haber nadie que se atreva a buscarlo... o peor, que quiera hacerlo. ?Quereis escuchar la historia de amor mas bonita del mundo? Noto que los ojos de mis pequenos se iluminan. Se que en este momento piensan que les voy a hablar de su abuela, la dulce y buena de Claudia. Que ilusos. Y que inocentes. Ojala que conserven esa magia durante muchos anos. La vida todavia no les ha ensenado que las historias de amor mas bonitas son las que no tienen final feliz. Aunque yo prefiero pensar que, sencillamente, no tiene final algo que nunca dejas de sentir. Capitulo 2 Berlin, ano 2.016 "Ten debilidades. Se humano. Pero elige una que merezca la pena". Como cada dia, el S-Bahn de las ocho de la manana llego puntual a las vias de Charlottenburg. Sin embargo, Aaron no se subio en el. A pesar de no ser aleman, ya conocia perfectamente el ritmo de vida del pais tras ocho anos en aquella ciudad que tanto le habia dado. Y sabia que la primera semana de Septiembre, era mejor ganar unas horas de sueno para evitar las aglomeraciones que se formaban en el metro a las ocho. A esa hora, periodistas de medio mundo tomaban la ciudad a golpe de tren en direccion a la parada de Messe Sud para comenzar una jornada de trabajo maratoniana. Charlottenburg, a tan solo dos paradas del destino final, se convertia entonces en un hervidero de asiaticos, americanos, ingleses y algun que otro espanol que intercambiaba miradas complices con Aaron al detectar en el ese innegable aire madrileno que el paso del tiempo y sus nuevas costumbres no habian logrado arrebatarle. El gran evento europeo de la tecnologia, con un impronunciable nombre aleman pero resumido en las siglas IFA, cada ano hacia correr rios de tinta en todo el mundo y la carrera de los periodistas por conseguir las noticias antes que nadie, comenzaba en las estaciones de transporte publico. Por suerte para Aaron, su trabajo le permitia cierta flexibilidad de horarios y, en circunstancias excepcionales como aquella, podia tomarse el lujo de comenzar un par de horas mas tarde. Era musico. Pero de los de verdad. De los que un buen dia lo dejaron todo, absolutamente todo, para buscar una oportunidad. De los que apostaron por su sueno y ganaron. O eso le gustaba pensar a el. Porque con cada decision que tomamos, irremediablemente siempre estamos renunciando a otros caminos, a otras vidas. Podemos pensar que hemos acertado, que todo nos va bien y que hicimos lo correcto. Pero, ?como podemos hacer ese juicio de valor tan a la ligera sin conocer el desenlace que hubiesen tenido las otras alternativas? Una de las ventajas de haber decidido madrugar menos esa semana, es que podia despertarse a la vez que Claudia. El despertador de ambos sono a las ocho y media y Aaron no pudo evitar sonreir al ver a esa dulce mujer que refunfunaba a su lado. Se sentia el hombre mas afortunado del mundo por ser su marido. Claudia le aportaba paz, calma. Claudia era su todo. La queria mas que a nada en el mundo, aunque su mente siguiera volando traviesa cada noche hacia Madrid, buscando en la distancia los brazos de aquella otra mujer que en algun breve instante de la vida fue su complice. Su otro todo. El gran secreto de su vida. Ni siquiera Brad, su mejor amigo, conocia de la existencia de Amanda. Nadie habria entendido su historia. Ni el mismo lo comprendia al principio pero, tras muchas canciones, tras muchas lunas y tras muchas conversaciones consigo mismo frente a una copa de ginebra sin hielo, por fin habia conseguido dejar de sentirse culpable. La eterna batalla mente versus corazon. Hacia ya tiempo que habia decidido rendirse y asumir que nunca lograremos reconciliarlos. Aaron y Claudia intercambiaron un par de sonrisas cargadas del amor y el carino mas sincero que pueden regalarse dos personas. Hacia ya tres anos que habian contraido matrimonio y sus sentimientos seguian latentes, inalterables, identicos a aquella soleada tarde en la que se prometieron amor eterno. Pero Aaron, que le habia escrito mil y una veces al amor, sabia lo efimero que puede ser lo eterno, y al reves. "Los amores eternos son los mas breves", en alguna cancion dedicada a la misma chica de siempre, Aaron habia hecho propia aquella popular cita de Mario Benedetti que refleja esa brecha temporal de la que no solemos ser conscientes. Claudia fue la primera en salir de la cama aquella manana. Al contrario que Aaron, ella si tenia un horario fijo y quedarse dormida o retozar un rato mas entre sabanas no era una opcion. Trabajaba como investigadora en una famosa compania farmaceutica en Berlin y a pesar de lo mucho que le gustaba su trabajo, aun no se habia acostumbrado a la excesiva responsabilidad que conllevaba su puesto. Un despiste inoportuno podria llevarse por delante toda su reputacion y tirar por la borda anos de sacrificio y absoluta dedicacion. Alemana de nacimiento, conocio a aquel musico una noche de Septiembre de hacia ya ocho anos. Claudia le habia estado ensenando la ciudad a su amiga Noa, que vino a visitarla desde Frankfurt y, cuando se dirigian a casa desde la estacion de Hauptbahnhof, al norte de la ciudad y muy cerca de la zona turistica, parar a tomar el ultimo mojito en una carpa provisional instalada con motivo de algunas fiestas, le cambio la vida. Sobre el escenario, un timido espanol con una guitarra y una sensibilidad que nunca antes habia visto, consiguio despertar su curiosidad. Fue mutuo, y aunque lo suyo fue una historia que se fue gestando poco a poco, desde que Claudia se presento a el tras el concierto, no habian dejado de estar nunca juntos. --?Quien es tu musa? --preguntaba siempre Claudia, curiosa ante las letras tan cargadas de sentimientos con las que Aaron siempre volvia a enamorar a propios y extranos. --La vida. Y aunque la respuesta nunca llego a convencerla, con el paso del tiempo acepto que su ya marido, tenia una sensibilidad especial y que realmente era la vida la que le inspiraba a componer como si cada dia le volvieran a romper el corazon. Las letras y las melodias de Aaron siempre reflejaban un halo triste, una historia inacabada, una conexion con algo o alguien que no eran ni por asomo el reflejo de una persona feliz. Porque por encima de todo, Aaron era muy feliz. Aquella manana, Claudia preparo cafe para dos y descorrio las cortinas de aquel viejo apartamento ubicado en la primera planta del numero 27 de Windscheidstrasse. A pesar de suponerse una vivienda antigua por sus altos techos y su estilo arquitectonico, era el hogar perfecto para ambos. En una zona tranquila, pero centrica a la vez, muy cerca de una de las paradas principales de metro y muy bien conectada con el resto de la ciudad, el ambiente del vecindario era exquisito. Supermercados, tiendas y un sinfin de terrazas donde disfrutar de un litro de cerveza alemana mientras las avispas revolotean alrededor, animadas por el olor a cebada, Claudia y Aaron habian hecho de el su nidito de amor. Sin embargo, eran conscientes de que deberian buscar algo mas grande cuando la familia creciera. Les gustaba su apartamento por esa sensacion familiar que les inspiro desde el momento en que lo vieron por primera vez. La cocina no era especialmente grande y a pesar de tener que subir unas escaleras para acceder al cuarto de bano, la unica parte de la casa que incomprensiblemente estaba en las alturas, el gran salon con acceso a una pequena pero acogedora terraza y aquella chimenea dentro de la habitacion de matrimonio, lograron enamorarles desde el primer dia. Poco a poco, habian ido adaptando la decoracion a sus gustos, aunque decidieron mantener ese aire a las viejas glorias berlinesas que hacian de el un apartamento especial. Cuando Aaron por fin salio de la cama, Claudia le ofrecio su cafe recien hecho y un par de tostadas con aceite de oliva y tomate, una de las recetas que habia adoptado de la excelente gastronomia espanola que su marido se habia encargado de darle a conocer. --Gracias carino, pero no me malacostumbres, que al final voy a querer despertarme todos los dias a esta hora solo por tus tostadas. --No seas pelota y ponte en marcha, que vas a llegar hoy tardisimo al estudio y no vas a aprovechar el dia. --Prefiero eso a tener que lidiar con esa marabunta de periodistas en celo. Nunca he comprendido por que llevan siempre esa cara de estresados por la manana y de cansancio absoluto por la noche. Y sin embargo, siguen aprovechando los minutos muertos de viaje en el metro para sacar la tablet y seguir tecleando en lugar de disfrutar de los paisajes. --Estan hechos de otra pasta, como tu, que te puedes pasar noches enteras componiendo. ?Que me dices de eso?

  • El Soltero (Los hermanos Walker 1) de Amanda Adams

    https://gigalibros.com/el-soltero-los-hermanos-walker-1.html

    Algunos suenos son dificiles de matar.

    Cuando Chance Walker era un nino, sonaba con ser muchas cosas.

  • Dile si al amor…, Vanessa Lorrenz de Vanessa Lorrenz

    https://gigalibros.com/dile-si-al-amor-8230-vanessa-lorrenz.html

    Zoe es la mejor abogada dentro del despacho juridico donde trabaja, mantiene una relacion con su jefe, para ella la vida es facil, no suena con un principe azul que la rescate para llevarla a su precioso castillo, solo busca la manera de ser feliz sin que su corazon salga danado. Pero que pasara cuando Derek no este conforme con su relacion y quiera mas.
    Zoe sera capaz de perder todos sus miedos y decirle de una vez si al amor, o saldra huyendo para ser infeliz toda la vida.

  • Nubosidad variable de Carmen Martin Gaite

    https://gigalibros.com/nubosidad-variable.html

    Sofia Montalvo y Mariana Leon fueron amigas en el colegio. Sofia, joven imaginativa, de caracter abierto, se ha visto atrapada en una anodina existencia de esposa y madre de familia. Mariana se ha convertido en una brillante psiquiatra de moda. Al cabo de mas de treinta anos, el azar las hace coincidir y el recuerdo de su amistad desencadena en ambas una revolucion interior que ira creciendo a lo largo del libro.

  • Extasis (Celebrity 3), M. S. Force de M. S. Force

    https://gigalibros.com/extasis-celebrity-3-m-s-force.html