• el caso del banquero asesinado - Augusto de Angelis

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    El comisario Carlo de Vincenzi, inspector de la Brigada Movil de la ciudad de Milan, esta de guardia esa noche cuando recibe la visita inesperada de un antiguo companero de clase, Giannetto Aurigi. Este, segun le cuenta, despues de asistir en La Scala a los dos primeros actos de Aida, ha abandonado la representacion para pasear al azar por las brumosas calles y se le ha ocurrido pasar a saludarle. Todo perfectamente normal, si no fuera porque en ese momento una llamada telefonica informa al comisario de que en el apartamento de su visitante ha tenido lugar un crimen… La victima es el banquero Garlini y, tras el hallazgo en el bano de un frasco de acido prusico, todas las sospechas recaen de inmediato sobre el propietario de la vivienda. Dividido entre su sentido del deber y la lealtad hacia su antiguo camarada, De Vincenzi tendra que hacerse cargo del caso.
    Aparecida por primera vez en 1935 y reeditada sin interrupcion desde entonces, El caso del banquero asesinado es la mitica obra con la que De Angelis inauguro en Italia el genero de la novela negra.

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  • El caso del banquero asesinado: 380 (Libros del Tiempo)

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    El caso del banquero asesinado: 380 (Libros del Tiempo) : de Angelis, Augusto, Zuriaga, Alfonso: Amazon.es: Libros.

  • El caso del banquero asesinado (Libros del Tiempo nº 380 ...

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    El caso del banquero asesinado (Libros del Tiempo nº 380) eBook : de Angelis, Augusto, Zuriaga, Alfonso: Amazon.es: Libros.

  • el caso del banquero asesinado - Machado Libros.

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    Dividido entre su sentido del deber y la lealtad hacia su antiguo camarada, De Vincenzi tendrá que hacerse cargo del caso. Aparecida por primera vez en 1935 y ...

  • EL CASO DEL BANQUERO ASESINADO - LAIE

    https://www.laie.es/es/libro/el-caso-del-banquero-asesinado/9788417860806/915767

    La novela que inauguró el género negro en Italia. El primer caso del comisario De Vincenzi. «Tan humano como Maigret, tan romántico como Marlowe.

  • Reseña de El caso del banquero asesinado - Fantasymundo

    https://www.fantasymundo.com/el-caso-del-banquero-asesinado-de-augusto-de-angelis-novela-pionera-de-la-narrativa-policiaca-italiana/

    17 oct 2019 — El origen del término se encuentra en una colección de libros de bolsillo publicada en Italia por la editorial Mondadori a partir de 1929.

  • El Caso Del Banquero Asesinado - Agapea

    https://www.agapea.com/Augusto-de-Angelis/El-caso-del-banquero-asesinado-9788417860806-i.htm

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  • el caso del banquero asesinado - La caixa d'eines

    https://www.lacaixadeines.com/es/libro/el-caso-del-banquero-asesinado_107154

    EL CASO DEL BANQUERO ASESINADO, DE ANGELIS, AUGUSTO, 16,95€. La novela que inauguró el género negro en Italia. El primer caso del comisario De Vincenzi. «.

  • El Caso Del Banquero Asesinado - TROA Librerías

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  • el caso del banquero asesinado - Librería La Puerta de ...

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  • Amor. para septiembre de Bruno Ribero Liern

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    El ser humano es asi: envidioso y ruin. Materialista. Avaricioso... Creo que es algo innato en el, como si estuviese escrito en su codigo genetico y no se pudiese hacer nada por evitarlo. Quizas esteis pensando que exagero, que no se de lo que hablo, e incluso puede que os pregunteis quien narices soy yo para afirmar algo asi de un modo tan contundente. Muy sencillo. Mi nombre es Annie Richmon, y soy la que cada fin de mes se averguenza de las actitudes horrendas de su familia y pierde un poco mas la esperanza en la humanidad. Y hoy es fin de mes: el dia que mas detesto, con diferencia. Las estrictas normas familiares han pasado de un Richmon a otro generacion tras generacion y, a pesar de que los anos han diluido algunas de ellas, mi padre se empena en conservar las que considera de vital importancia para nuestro crecimiento personal. Termino de arreglar mi pelo frente al tocador que tengo junto al inmenso ventanal que da al jardin, y me veo ridicula, como cada maldito fin de mes. Por ese motivo suelo ser de las ultimas en bajar, total, la bronca de la abuela y sus miradas de odio infinito me alcanzaran por cualquier otro motivo, asi que lo mismo me da. --No se lo tengas en cuenta --me repite papa una y otra vez desde anos inmemoriales. Pero me resulta imposible. Son tantas sus manias que a veces me planteo si ha sido poseida por un ente tocapelotas que lo unico que quiere es divertirse a nuestra costa. La campana suena desde abajo, y el rebano empieza a acudir al gran evento. Escucho a mi hermana, Violet, bajar la escalinata de madera de antiguo roble, y la reconozco por el sonido que producen los tacones cortos que utiliza para la ocasion. Logro convencer a la abuela de que eso no son tacones, y de que le permitiera usarlos. No se como lo hace, pero Violet siempre logra todo lo que se propone. En ese sentido me da mucha envidia. Ama nuestro estilo de vida a niveles que no soy capaz de explicar. No tiene aspiraciones en la vida mas que la de ser la comidilla de todos y todas. Se mueve como huron en madriguera, y no alcanzo a entender como ha logrado vivir de las rentas de papa sin dar un palo al agua. Imagino que usar ese tonito de voz que tanto detesto --infantil y pijo a partes iguales-- la ha hecho vulnerable a ojos de mi padre. Fragil y delicada, asi es como debe verla, sin duda. Pero nada mas lejos de la realidad. Mi hermana puede ser una vibora si se lo propone. La campana vuelve a sonar, recordandome por que odio tanto los ultimos de mes. Me siento asfixiada, quizas mas que de costumbre, pero aun asi me levanto. Me miro en el espejo de pie que hay tras el paraban decorado con la portentosa imagen del Taj Mahal, y me veo horripilante. Si estuvieran grabando una serie de television en mi jardin sobre una familia Amish, podria colarme por el fondo y pasaria desapercibida. Esto que llevo puesto se parece mas a un saco de patatas que a cualquier otra cosa, aunque tras el ultimo London Fashion Week, bien podria ser una prenda de alto standing. En fin. Me resigno --como siempre--, y me decido a acudir al <>. Abro la puerta y escucho a mis sobrinos en el piso de abajo. Eso significa que Gregor ha llegado, y me alegro mucho. Gregor es mi hermano mayor, y probablemente, quien mas y mejor me escucha y comprende. A veces pienso en la edad que nos separa y me abrumo: podria ser mi padre. Pero esa diferencia de edad no es obstaculo para nosotros. Tenemos un gran feeling, y por eso siempre quiero sentarme a su lado en la mesa. El lo sabe, y procura guardarme el sitio. Soy su amiga y confidente, a la que recurre para contarle las cosas que a nadie mas se atreveria a contar, como por ejemplo, que siempre quiso tener una nina. Por eso tiene seis monstruitos a los que adoctrinar, porque buscando, buscando... la cosa se le fue de las manos. Mi cunada ha metamorfoseado su cuerpo tras tanto embarazo, y ahora su fisico es un mal chiste comparado con lo que fue. De ahi que me atreva a decir que soy su ojito derecho, porque despues de tantos anos al fin se ha resignado, y soy lo mas parecido a la hija que nunca tendra. Bajo las escaleras algo mas motivada y, al verlo en la cocina, me relajo. --Hola, enana --saluda como siempre. Voy hasta el y le propino un fuerte abrazo. Este mes ha viajado mas de lo habitual y no lo he visto casi nada. --?Que tal? ?Como estas? --tantea, al ver mi cara de desagrado. --Pfff... yo que se... --Vamos... --dice con carino--, es solo una cena al mes. Podria ser peor --dice bajito--, imagina esto todas las semanas. La asistenta nos escucha, pero no dice nada. Cada dia tengo mas claro que es una santa. Puede que sea la unica que conoce todos los trapicheos de cada uno de nosotros. A veces imagino que es una enviada de arriba cuya mision secreta es la de combatir las fuerzas del mal, representadas --como no-- en la figura de mi abuela. Gregor me sonrie, pero no estoy animada para seguirle. --Ve con los Gremlins, anda, yo le echo una mano a Gabriela en la cocina. --No es necesario, Gregor, muchas gracias --dice la mujer con una sonrisa de oreja a oreja. --Es la misma conversacion de siempre, Gabri --insiste mi hermano, mostrando sin ningun pudor el carino que siente por ella--. Sabes que no me voy a ir, ?verdad? La mujer deja de remover el guiso que humea en la olla y que, por cierto, huele superbien, para mirar a mi hermano con ojos brillantes. Ojos que muestran una gratitud inconmensurable. Podria decirse que Gabriela fue la encargada de criarnos, y estoy convencida de que este tipo de gestos que suele tener Gregor con ella, hacen que la mujer sienta que el esfuerzo merecio la pena. --Eres un sol. Gracias... Gregor me guina un ojo y es la senal para que vaya con los enanos. Entro en el salon y no me sorprende que ya esten todos en la mesa. Los peques, cuyas edades van desde el anito hasta los diez, sentados unos frente a otros; mi hermana Violet junto a mi padre --para hacerle la pelota, como siempre--, y mis padres, uno a cada lado de la abuela, que preside la mesa con la campanita de marras en la mano. La mujer me fusila con la mirada nada mas atravesar la puerta doble del gran salon --el de los actos oficiales--, y casi me agacho de forma involuntaria por si me alcanza un proyectil. Le devuelvo la mirada de odio, y la mujer alza la campana de nuevo y la hace sonar una sola vez, como diciendo: <>. --!Hola, pequenajos! --saludo, tratando de ignorar a la abuela. --!Hola, tia! --contestan todos con la educacion que los caracteriza. --!Brandon me esta dando golpes con los pies! --dice uno de ellos. --!A mi tambien! --suelta el pequeno, el mono repetidor. --!A ti no te he dado, mentiroso! --!Pues si! --!Pues no! --Chicooos... --dice mi padre con voz suave, tratando de calmarlos, lograndolo al momento. --Hola, papa. Hola, mama. Hola, abuela. --Estas muy guapa, vida mia --dice mi madre. --Mama... no hace falta mentir... --suelta la estupida de Violet. Claro, como ella esta increible con lo que se ponga... --Violeeet... --Es broma, papi... ya lo sabes --dice arrimandose a su hombro y sonriendole como una idiota--. Estas <>, hermanita --suelta con esa sonrisita cinica en la cara. No llego a entender en que momento empezo a tenerme esa mania que siempre trata de demostrarme de modos tan sutiles como este. Pero ya no le hago ni caso. Saludo a la mujer de mi hermano, que trata de controlar a los peques a pesar de que se comportan mejor que muchos adultos, y Jack entra en el salon. Al verlo, maldigo el haber nacido mujer. A ellos les permiten acudir a la cena con camisa y vaqueros, zapatos y, eso si, corbata. !Ah! Y recien afeitados, que no se me olvide. Le miro a el, despues me doy un vistazo a mi misma, comparo, y la diferencia es arrolladora. Ademas, Jack es atractivo. Siempre ha tenido exito entre las mujeres y nunca ha sido de una sola. Le gusta picotear, como el lo llama. Y por todo eso le envidio, ademas de porque papa le da manga ancha. Creo que, de entre todos, es su preferido. Puede que por su aficion a los deportes, no lo se. --Rubia... --Jack es un chulin. Tiene la costumbre de cambiarme el mote constantemente, y rara vez repite. Tiene gracia, lo admito, y ademas, es agil y sagaz. Gregor y Gabriela entran en el salon portando cada uno una fuente bastante grande. En una hay un caldo de pescado y marisco variado, y en la otra, un asado de carne. Y lo se porque cada fin de mes se repite el menu, por orden, claro esta, de la madre superiora. --Abuela --dice Gregor, adelantandose a ella--, lo hago porque considero que debo hacerlo, y si no le gusta, lo siento. Gregor siempre le ha hablado de usted a la abuela, y gracias a Dios, esa costumbre es una de las pocas que ha ido diluyendose a lo largo de los anos hasta extinguirse. Cosa que la abuela no se cansa de recordar, y motivo por el cual, a Gregor le permite ciertas licencias que a otros nos estarian vetadas por completo. --Se le paga para que haga su trabajo --recrimina la anciana delante de Gabriela, importandole bien poco que este presente. --Claro --contesta Gregor--, y lo hace de maravilla. ?No lo huele, abuela? La Sargento mira con impasibilidad a su primer nieto, pero no anade nada mas, solo un leve grunido. Gregor acude a mi lado, da la espalda a la abuela con disimulo y me sonrie sin ser detectado. La campana suena de nuevo, y esta vez con impetu: Liam ha agotado su corta paciencia, como siempre. Es el ultimo en bajar, y el mas raro de todos los presentes. Pasa casi la totalidad de su tiempo encerrado en su habitacion, frente al monitor de su ordenador. Es un experto en informatica y, en los ultimos anos, en la bolsa, donde parece que se gana la vida con bastante soltura. Tiene ojo para los negocios, y sabe donde invertir y cuando vender. Los test de inteligencia a los que nos sometian de pequenos revelaron que, de todos nosotros, el es el mas inteligente, pero nunca ha querido estudiar. En cuanto a la sociabilidad... bueno, eso es otra historia. No tiene amigos en la vida real, y solo se comunica con el exterior a traves de su computadora. Un friki, vaya. Cuando Liam entra en el salon, se cruza con Gabriela que regresa a la cocina a por el vino blanco. La saluda con la cabeza un poco gacha, y entra directo a su asiento, el unico que queda libre. <>, pienso. <>. --Llegas tarde --senala la abuela. Liam asiente, pero no dice nada. --Liam... Papa tiene un don para lograr imposibles usando solo una palabra al hablar, alargandola hasta la extenuacion y empleando una tonalidad que nos advierte de un comportamiento incorrecto. --Lo siento --se disculpa Liam al fin, levantando la cabeza. --Bien, estamos todos --dice mi padre--. Empecemos. Gregor, tu el primero, como siempre. ?Como ha ido? --Bien --contesta--. Hemos ampliado el mercado europeo, tal y como teniamos previsto. Llegaremos a diez nuevas ciudades durante los proximos doce meses, entre las que se incluyen Valencia o Niza. Esto supondra un gasto inicial de unos dos millones de dolares, que recuperaremos en un tiempo estimado de dos anos. Gabriela aparece con la botella de vino, y la desconcha junto a mi padre. Es una experta haciendolo. Las leyendas cuentan que mi abuela estuvo a punto de despedirla el dia que empezo a trabajar con nosotros por no saber hacerlo del modo correcto. Ahora podria ir a un concurso y proclamarse vencedora sin derramar una sola gota de sudor. --Suena bien, Gregor --le motiva mi padre--. ?Algun problema con el que pueda ayudarte? Gregor niega con la cabeza. --En principio, no. --Perfecto, como siempre. Mantenme informado de los avances. --Claro. Gabriela comienza a servir el vino en las copas, y mi abuela la observa con detenimiento. La pobre ha forjado a su alrededor una coraza que, en su mente, la vuelve invisible, porque de lo contrario se hubiera vuelto loca. --Violet, ?que hay de ti? --He quedado esta tarde con Julia, iremos de shopping. --No hablo de tu vida personal, sino profesional. --!Ay, papi, no me agobies, en serio! Tengo tiempo de sobra por delante. Dejame vivir. Papa carraspea y se contiene. --Tienes que centrarte, ya lo sabes. --Si, papi, ya lo se --contesta, empleando un tono infantil bastante ridiculo--. Estoy pensando en el mundo de la moda. Mi padre enarca una ceja. --?La moda? --Claro. No hay nada en el universo que me guste mas y se me de mejor. ?No te parece? --?Y que has pensado en concreto? --pregunta Gregor, mientras Gabriela comienza a servir sopa en los platos. --Pues... ya sabes... disenar vestidos... confeccionarlos... todo eso. --Si, ya, hasta ahi llego. Pero para eso hacen falta muchas cosas. Lo sabes, ?verdad? --!Pues claro! ?!Te crees que soy boba!? --exclama Violet muy ofendida. --Yo no he dicho eso, pero montar un negocio como ese, al nivel que tu deseas... no es facil. Solo queria que lo supieras. --Necesitare un disenador digital, un taller de costura con varios expertos en el tema, difusion por redes sociales... --Bien --dice papa--, ?y cuando piensas empezar con el proyecto? --Buf... no lo se. Ultimamente he ido muy liada. --De fiesta en fiesta --suelta Jack sin previo aviso. Violet le mira a los ojos sin titubear, y le contesta alzando la voz: --!El que no ha salido de fiesta este ultimo mes! La campana suena, y todos vuelven a sus posiciones iniciales. Saben que la abuela manda, y que hay que respetarla. Gregor siempre hace de mediador, y esta vez no iba a ser menos. --?Y tu, Jack? ?Ya estas matriculado? --Si. Pero he dejado un par de asignaturas para el curso que viene. --?Y eso? --pregunta papa. --Por aquello de lo que hablamos, el negocio que estoy montando con mi companero. ?Recuerdas? Me esta quitando demasiado tiempo para otras cosas. --?Al final va para adelante? --pregunto sin saber. Hace mucho que no se menciona nada del tema, y pensaba que habria caido en saco roto. --Si, eso parece. Estamos bastante emocionados, creemos que puede funcionar. --?Hablas de la cerveceria? --pregunta Gregor, interesado. --No sera una cerveceria --contesta Jack un poco ofendido--. Sera un lugar creado por y para los jovenes. Frente al mar. Con un pequeno escenario para ofrecer musica en directo. Iluminacion tenue, musica de ambiente... --Suena bien --digo sin pensar demasiado. --Gracias. El lugar es idoneo. --?Donde? --indaga papa. --Cerca del puerto maritimo, en una zona bastante exclusiva. Queremos ir a lo grande. --Cuanto mas subas, mas grande sera la caida --le aconseja Gregor, a lo que Jack responde volteando los ojos y dejandolos en blanco. --Conozco vuestras monsergas. Las he escuchado un millon de veces en estas cenas, tranquilos. No soy un pardillo. --Discrepo --suelta papa, tajante--. Es lo que eres, y no te creas ninguna otra cosa. Los negocios son muy serios, y hay que tener la cabeza muy despejada para saber separar la ilusion de la realidad. Y si fueras tan listo como te crees --anade a modo de estocada final--, hubieras hecho un estudio de la estructura antes de comprar. De ese modo, ahora no serias dueno de un local danado, y no necesitarias mas dinero mio para solucionarlo. --?Estas diciendo que no nos vas a ayudar economicamente? Mi padre, que esta a punto de llevarse a la boca una cucharada de sopa, frena a medio camino para mirar a mi hermano Jack a los ojos de un modo bastante duro. --No. Lo que digo es que quiero conocer a ese amigo tuyo. Hablar con el en privado. Si voy a darle mi dinero a un desconocido, lo minimo es que se presente ante mi, y me explique su proyecto y sus objetivos. --Es nuestro proyecto --le espeta Jack. --Si, y mi dinero, y mis normas. Las tomas o las dejas. Jack asiente, pero no se atreve a replicar ni una palabra mas. Y me percato de que mi abuela ya tiene la campana preparada de nuevo. El silencio se hace presente, generando una sensacion desagradable y rara en el ambiente. --Esta deliciosa, ?verdad carino? --Mi padre le habla a mi madre en un tono de voz que nada tiene que ver con el de hace un instante, como si no hubiera sucedido nada. Ella todavia no ha dicho ni una palabra. A decir verdad, no suele hacerlo. Los negocios de la familia nunca le han interesado demasiado. Prefiere mantenerse al margen y dejar hacer a mi padre. Al fin y al cabo, siempre se le han dado de maravilla. Dicen que el dinero llama al dinero, pero como no tengas buen ojo, el dinero se esfuma de un plumazo por mucho que tengas. --Si, muy rica --contesta sonriendo. El mas pequeno de mis sobrinos se tira la sopa por encima en un descuido, manchando parte del mantel, la tapiceria de la silla en la que esta sentada mi cunada, y la alfombra persa que tenemos bajo los pies. --!Esta familia es un desastre! --protesta la abuela. --Abuela... --le increpa con carino Gregor--, es un nino... ha sido un accidente... --!Si la asistenta le diera de comer estas cosas no pasarian! --Abuela... --insiste Gregor--, queremos que el pequeno coma con nosotros. Si ensucia, pues lo limpiamos. No pasa nada. Gabriela entra en la estancia nada mas escuchar el barullo. --No se preocupen, yo me encargo de todo --dice la mujer un poco angustiada, recogiendo la sopa que hay volcada sobre la mesa a toda prisa, tratando de evitar que caiga mas de ella sobre la alfombra. --!Tardas demasiado! --le grita la abuela. --Mamaaa... --Mi padre hace uso de su don, y surte efecto de nuevo. Es increible. Cuando el desastre se ha solucionado, la cena continua y le llega el turno a Liam. Siempre sucede de la misma manera: uno a uno, y por orden de llegada al mundo, nos preguntan/interrogan por nuestros avances en el mundo en general. Como si de un mes a otro nuestras vidas fuesen a cambiar de forma radical. --?Que hay de ti, Liam? ?Algun cambio? --Alguno... --contesta Liam sin demasiado entusiasmo. Todos aguardamos, pero no dice nada mas. --?Y bien? --insiste mi padre. A Liam hay que sacarle las palabras, y nunca lograre entenderlo. Mira que he conocido a gente rara en esta vida, pero lo de mi hermano es de otro nivel. Como si viviera en un mundo paralelo al nuestro y se dejara caer por aqui solo para alimentarse e ir al bano. --He ganado mi primer millon. Todos los que en ese momento estabamos sorbiendo sopa, la echamos por la nariz. Sin excepcion. --?!COMO!? ?!HAS DICHO UN MILLON!? A mi padre no le sorprende que alguien pueda ganar un millon de dolares. De hecho, el supero esa cifra hace mucho. Lo que le sorprende es que uno de sus hijos, sin su ayuda, lo haya logrado. --Si, un millon. --?!Como lo has hecho!? --pregunta mi padre. --Invirtiendo aqui y alla. En una de esas, !bingo! Sono la flauta. --?Cuando fue eso? --pregunta Gregor. --Hara unos quince dias --contesta Liam. --?!Y cuando pensabas contarlo!? --preguntamos Gregor y yo al mismo tiempo. A veces nos ocurre, estamos casi conectados. Liam se encoge de hombros. --No pensaba. Pero si preguntais... --Quiero saber cuando ingresaste ese dinero, y a que cuenta. Tengo que llamar a Michael, debo informarle de... --Papa... Liam interrumpe a mi padre, en cuya cabeza solo hay cabida en estos momentos para la evasion de impuestos. Mi padre mira a Liam, y este habla cuando tiene su atencion:

  • Olvida que antes de Irene Ferb

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    Carol tiene tanta hambre que hasta envidia el chicle que mastica Lola con esa extravagancia caracteristica suya y hasta imagina que podria nutrirse algo. Celos de un chicle, es patetica… ?tendra algun alimento o sera verdad eso que dice su madre de que son derivados del petroleo? La observa atentamente, tan diva, tan esbelta que parece una estatua, con esa cara de gata iracunda a punto de estallarte, que te desanimaria a acercarte, y, sin embargo, es la mas popular del colegio porque es como el rey Midas: si te toca te conviertes en oro, lanzandote directamente al grupo de los intocables, los <>. Otra pompa, ya lleva diez. Y ella que mataria por masticar y sacar algo de jugo, pero no puede, desde hace mas de un ano. Su mandibula, acorde a su cuerpo, esta mal hecha y su mordida es inaceptable segun el ortodontista, por lo que su madre saco la tarjeta de credito sin preguntarle y ahora lleva unos aparatos que le corrigen la boca y no le dejan morder nada solido. No, no le pregunto si queria ser el objeto de todas las burlas de su clase, de nuevo, por lucir el aparato mas exagerado de todo el colegio. Ahora la llaman presa, porque su boca parece una carcel. Cuando aparecio con el corse para la escoliosis no tardaron en bautizarla como <>, se burlaban de que su cuerpo parecia hecho a piezas. A todo se acostumbra uno… o no, puede que ella nunca lo haga. Su madre le dice que es hipersensible y que deberia importarle un comino lo que los demas digan de ella. Su madre va de fuerte, pero la mira y sabe que habla desde la ignorancia porque nadie se ha burlado jamas de ella, !que sencillo es asimilar los dramas de la vida desde la barrera! En su momento ocupo el lugar que ahora ocupa Lola. Su madre y su perfeccion… ?como puede ser su hija? Su estomago vuelve a rugir, ya van cinco veces, solo espera que durante la clase de etica no le suene, porque suelen estar en silencio haciendo deberes y se va a morir de la verguenza. Si al menos le hubieran dejado el zumo… pero se lo han quitado todo, el flan y el zumo. Anoche no ceno por dolor de tripa y apenas ha desayunado porque se ha despertado muy tarde. Lleva dieciocho horas sin darle trabajo a su estomago. Tiene unos companeros de la peor calana que viven por y para amargar la existencia a los corquis. Corquis: persona que, segun su escala de medir, no esta terminada y prefiere sacar buenas notas antes que estar todo el dia haciendo el ganso. No hace falta aclarar que ella esta en el top cinco de las corquis del cole. Lo que mas le fastidia es que no se lo toman: se lo quitan y encima lo pisotean delante de su cara y se marchan corriendo, como carreras de caballos, haciendo ruido con sus burlas. Y no, es mejor no decirselo a los profesores, solo le faltaba sumar a su lista de apodos el de chivata. Roa vuelve a meter un gol. Van cuatro en veinte minutos. Se rumorea que le va a fichar el Real Madrid, que le ha visto un ojeador. Es muy bueno. Aprovecha que todo el mundo lo hace para mirarle y asi no llamar la atencion… <>. Total, que para no dar mas que hablar prefiere disimular y de refilon ver como se abraza con Alberto, el otro idolo de masas de su colegio y que, a la vez, tambien, es su hermano mayor. Despues chocan los punos y camina en solitario hacia el centro del campo con la cabeza alta, recordandole a esos jugadores profesionales tan chulitos que ponen en la tele. A Roa se le ve de lejos que ha nacido para triunfar. Eso se nota. A ella no… Y por eso, aunque el se pasa tardes enteras en su piscina no sabe ni como se llama. Alberto le saca tres anos, el ya tiene dieciseis. Tambien es muy guapo y debe de ser muy simpatico, pero a ella no le hace ni caso. Vive por y para el deporte y para sus amigos. No se porta mal con ella, directamente la ignora. A veces, ha presenciado como la calana se burla de ella y ha seguido a sus cosas como si nada. Y eso duele mas que cualquier empujon. ?Como no puedes importarle nada a alguien de tu familia? Cuando era mas pequenita se reia mucho con ella y jugaban juntos, ella le adoraba, pero fueron creciendo, se hubo de convertir en invisible y se fue olvidando de ella. Carol de el tambien, poco a poco, pero a veces le cuesta y se le hace nudo. Las chicas de clase vienen hacia ella. Se ha quedado guardando el sitio mientras ellas ensayaban en un rincon el baile de fin de curso. Bea la mira avergonzada, ella es su unica amiga y no suelen separarse para nada, pero la han elegido como su correctora y se ha ido a ver si todas bailaban sincronizadas. --?Que tal, Carol? --le pregunta al tomar asiento. --Pues muerta de hambre. --?Te han vuelto a quitar el desayuno? Con pereza, afirma con la cabeza. --No te preocupes, tengo en mi mochila galletas, ahora te las doy. La mira agradecida. Bea es un sol. Con ella no se meten porque es muy dulce y a la vez atrevida y su hermano Aitor si que la defiende. Las chicas hablan y hablan sobre el baile y Bea y ella escuchan un poco apartadas. A ella no le ofrecieron participar, baila fatal y odia hacerlo. Suena la alarma. Termina el recreo. Se baja del murete y hace un poco mas de ruido de lo normal porque se tropieza con una piedra. No sabe que pasa, tampoco ha sido para tanto, ?por que todos la miran?, ?ehh? ?Por que la senalan y se rien? Busca a Bea, ella esta igual de sorprendida. Se hace un corro a su alrededor, hasta Roa y su hermano han llegado, entre tantas voces los escucha: --?No es tu hermana esa? --Si, tio, vamonos. --!Pobre cria, vaya hermano mas capullo! --Vamonos, macho… que se apane ella. No entiende nada, esta paralizada de la verguenza, sabe que hay algo en ella que les hace reir y hasta algunos juraria que ponen cara de asco. Se mira. ?Que, que es esto? ?Por que tiene tanta sangre en el pantalon? --!Bea! Ella se da cuenta a la vez y le tapa con su cuerpo. --Vamos al bano --le dice al oido--, tranquila… Hay que ser constante, no claudicar jamas, es su leitmotiv desde hace anos. Carol reconoce en todas las entrevistas que concede que asi consigue cualquier objetivo que se propone, y para sus adentros se guarda que asi elimino el horrible acne de su adolescencia y que fue el detonante de la Carol que es hoy en dia. Rutina por la manana y por la noche, cada dia, desde hace quince anos, cinco mil cuatrocientos setenta y cinco amaneceres y las mismas lunas. Le sigue encantando contar. Grano o marca que desaparecia gracias al protocolo de: limpieza, tonico, balsamo, crema antigrasa, serum e hidratante, la hacia sentir una victoria tal, que se animaba a seguir pese al cansancio y asi fue efervescendo su amor por la rutina. Carol es enemiga del azar. Ella no se lo puede permitir, hay quien tiene la suerte de triunfar sin apenas trabajo y consciencia, pero ella cada paso que da esta mas que medido y calculado, y si alguna vez se ha despistado, dejando escapar un centimetro a su arrinconada rebeldia, derrapa. Y no mas caidas, hieren, y ella ya se ha curado muchas cicatrices, se le ha agotado el botiquin. Entra en su habitacion. Observa el vestido de esta noche. Un lujo. Y todo lo que conlleva esa palabra viene a cargo de su madre. Se entero de que este ano si que estaba invitada a la fiesta de la radio y no ceso hasta convencerla de que el vestido era muy importante y que con un Elie Saab que se compro la temporada pasada iba a presumir de figura. Aunque se lleven casi treinta anos, su madre y ella usan la misma talla, asunto que puede ser algo preocupante, pero que para estos menesteres le sale mas que rentable. Carol jamas invertiria tanto en ropa, y no solo se refiere a dinero, es tambien cuestion de tiempo. Ella prefiere leer, ver una buena pelicula, salir a cenar, tomar una copa de vino, ir a pasear mientras escucha podcast, visitar museos, nadar… y comer queso. No hay nada que le guste mas que el queso. Coge una nota que hay sobre la cama: Tu hermano pasara a las ocho a recogerte. Vino ayer de Londres. No puedes ir a un evento asi sola. No seas estupida con el, lo esta pasando mal. <>, se dice Carol. Llevan quince anos sin apenas concederse algo mas que conversaciones de ascensor y hoy se van a tener que comunicar lo quieran o no. Su prometida le ha abandonado dos meses antes de la boda y el se ha vuelto a Espana porque no podia asumir el fracaso y, segun su madre, esta hecho un roto. ?Y cuando ella le necesitaba?, ?el hacia algo para ayudarla o la ignoraba como a un homeless? <>, se repite como un mantra… el mantra que escucho todos los lunes y miercoles a Ricardo en la consulta, durante diez anos. Ya no va, no puede porque ahora son intimos. El es su mejor amigo varon, y el siempre le dice que con ella perdio a una clienta, pero gano a una hermana. Su infancia fue borrascosa, a sus padres les costo entenderlo, pero una vez que lo comprendieron y pidieron ayuda, Ricardo, un recien licenciado en psicologia que ficho el colegio, se cruzo en sus vidas y la vida de Carol se impregno, poco a poco, de nuevos colores. A Ricardo le debe en quien se ha convertido, ella esta orgullosa de si misma y, sobre todo, de que el permanezca en su vida. El y Bea, su amiga desde la prehistoria. Ahora su socia. Carol le envia un mensaje para contarle quien va a ser su acompanante en la velada de esta noche. Sabe que no la va a poder contestar, hoy tenia muchas reuniones. Bea se ocupa de la gestion y legislacion de su empresa, Carol de la parte tecnica, ella es la cara visible. Son las duenas de una pagina web lider en su sector. Carol estudio periodismo, trabajo en varios lugares, hasta dar con la guia Michelin que le apasiono, se formo en el tema, hizo varios cursos y un master en critica gastronomica y ahora se dedica a publicar resenas de restaurantes, hoteles y clubs de Espana, Portugal, Francia e Italia, de momento. Las resenas no solo son escritas, hay videos, entrevistas, opiniones, de forma que el cliente se hace una idea completa del lugar que va a escoger. Son resenas personalizadas, no de plantilla, no un copia y pega como en otras paginas, ese es el secreto de su exito. Llevan tres anos y estan triunfando. Desde hace un ano, tambien organizan viajes a medida. Eso fue idea de Bea que, aunque es la gestora, tiene una cabecita loca llena de ideas. Aunque la ducha suele calmarla, hoy la visita de su hermano la mantiene estresada. Es una adulta, se relaciona con mucha gente al dia, pero Alberto… el puede evocar a sus fantasmas, esos que extinguio tras mucho esfuerzo en la consulta de Ricardo y no quiere ni pensar en revivirlos. Apenas se han visto en los ultimos anos. En navidades y si era indispensable. El vivio varios anos en Catar como jugador de futbol profesional y ahora residia en Londres con su prometida, Alissa, una matematica que trabajaba en Huawey, que se ha enamorado a ultima hora de una mujer. No entiende como a su madre se le ha ocurrido obligarle a ir con el… ?Como estara? Hace bastantes meses que no se ven. Aunque eso le haga ser peor persona, el saber que el esta deprimido le hace sentir un poco de ese gustirrinin que negarias si o si a cualquiera que te preguntase. Es politicamente inaceptable disfrutar del sufrimiento de otros, y por eso no es disfrutar la palabra que ella escoge para autojustificarse, es <>. A Alberto todo se le ha puesto de cara en la vida, ya le iba tocando pasar por la casilla de bancarrota. A ver que tal se relaciona con su equipo de radio, Los clandestinos. Un programa nocturno en Onda radio en el que diseccionan todo lo que tenga relevancia cultural, desde el humor y el amor por el arte. A Carol le apasiona, toda la semana se prepara el tema de turno y habla y aprende de sus companeros, cineastas, periodistas, escritores. A ella la ficharon por sus conocimientos sobre gastronomia, tal cual, porque siempre se ha fijado en los platos que se cocinan en las peliculas y en los libros, y tiene esa diferencia que aportar. Como agua para chocolate fue el inicio de ese amor y nunca penso que podria sacarle provecho. Relacionarse con gente tan culta y tan interesante es fascinante. Nada mas terminar de calzarse suena el timbre de la puerta. Antes de ir para alla, Carol se echa un ultimo vistazo y se ve fabulosa con el vestido, su madre sabe lo que hace. Es elegante y a la vez atrevido. Negro con un importante escote camiseta, entallado en la cintura y con una falda vaporosa con transparencias geometricas. Se ha recogido el pelo en una coleta alta y maquillado suave y le convence el resultado. Carol se gusta hasta recien despertada, eso tambien se lo debe a Ricardo. Toma aire profundo varias veces para relajarse antes de abrir, ensaya una sonrisa, la mantiene y gira el pomo. La luz automatica se enciende e ilumina a Alberto. Y no ve lo que esperaba, un hombre desecho. Encuentra frente a ella a un atractivo y atletico treintanero, moreno de ojos castanos claros, con una sonrisa brillante, un aroma embriagador y una postura de triunfador. --!Dios Santo! !Estas preciosa! --Y para su sorpresa tira de ella y se ve estrechada entre sus musculosos brazos--. !Cuanto me alegra verte tan bien! Ella omite reconocerle que ella siente justo lo contrario… --!Hola Alberto! !Como me despeines te asesino! --espeta--. A ver si no me has abrazado en treinta anos y hoy que me peino has asaltado una tienda de gominolas y vienes carinoso. Alberto se separa, por un momento Carol cree que se ha pasado de dura y esto puede violentar la velada que acaba de empezar, pero cuando le escucha reirse a carcajadas, recuerda que hay pocas cosas que le ofendan. Alberto es como su madre, de otra pasta, asi como de hormigon armado; ya tendria tarea el lobo de los tres cerditos y soplar hasta salirle una hernia, que no derrumbaria a su madre y a su hermano ni con la ayuda de la huracanada Dana. --Se me habia olvidado lo sincera que eras, hermanita. --Normal que se te olvide, con que te acuerdes de como me llamo me doy con un canto en los dientes --le reprocha y despues a si misma porque con esa actitud la noche va a ser infernal. Alberto vuelve a reir. --Creo que era algo como Carolina… --Carol --le corrige ipso facto. --Y que odias que te llamen asi, no me has dejado terminar. Se muchas mas cosas de ti de las que piensas --dice tan pagado de si mismo que cualquier poligrafo dictaminaria que dice la verdad. --Ya lo dudo. Espera que cojo el bolso y cierro. --Carol se da la vuelta y entra en su casa. Mientras recoge, apaga luces y saca las llaves, se dice a si misma que debe frenar la hostilidad y llamar a filas a su cordialidad. --?No me vas a invitar a entrar en tu choza? --le pregunta Alberto cuando le tiene de nuevo frente a ella. Su aroma vuelve a sorprenderla, huele a limpio, pero con unas trazas tostadas e incluso picantes que se aduenan de su pituitaria. --No vamos bien de tiempo --le responde cerrando la puerta energica, como si hiciera un simil consigo misma: ni entras en mi casa, ni en mi vida--. Otro dia. --Vale, vale --su hermano ha captado el impetu--, pero por lo que veo te van bien los negocios, !menudo chalet y que buena zona! --Si, trabajo mucho, Alberto. --Lo se, mama me habla mucho de ti.

  • El inocente de Mario Escobar

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    .”Todos debemos enfrentarnos alguna vez en la vida con nuestra conciencia”.

  • Tristeza de los citricos de Liliana Blum

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    Sabado al fin. Lucia se levanto de la cama con ese pensamiento y una sonrisa. Las ensonaciones que acumulo en su mente durante todos los otros dias iban a tomar forma al fin. La semana habia sido eterna. Asi eran todas desde que conocio a Marcelo. Camino por el pasillo rumbo a la cocina, moviendo un poco las caderas al ritmo de una musiquita dentro de su cabeza. La casa olia a encierro: abrio la ventana que daba al patio y el jardin. Se habria fijado en el polvo acumulado en el alfeizar, pero algo mas capturo su atencion. Una de las macetas parecia haber sufrido un ataque con granada: sus entranas de tierra expuestas, fragmentos de planta y trozos de barro yacian dispersos por los adoquines. No eran ni las ocho de la manana. Sin pensar, su dedo indice fue a posarse sobre el lagrimal para quitarse una lagana: tardo unos segundos en procesar la totalidad de la escena. No era muy buena para la jardineria, pero intentaba mantener vivas las plantas en las macetas mas bonitas que podia encontrar: un ama de casa se valora por la limpieza de su hogar, el cuidado de su jardin y el buen cuerpo a pesar de los hijos. Por la brutalidad de la imagen no habia advertido en primera instancia al Capitan Capibara, pero el grito de Eloisa la arranco de tajo de aquella mezcla de indignacion e incredulidad ante el destino de las violas. Se sorprendio por encontrar a su hija alli. ?Por que le afectaba a ella la tragedia de aquella planta si la unica preocupacion de la nina a esa hora era ver Discovery Kids? Aquello era tragedia para senoras de cierta edad. Su abuela solia decir que una maceta rota en la manana era presagio de un mal dia que solo empeoraria a medida que corrieran las horas. Pero Lucia no era supersticiosa, sino pragmatica. Aquello solo significaba mas trabajo para ella. Las caritas formadas por las motas de los petalos regadas entre la tierra contribuian a dar el efecto de una masacre. Cerro los parpados y se convencio a si misma de que ese accidente no podia arruinar su sabado: nada que no pudiera resolverse con una visita al vivero, una escoba y un recogedor. El sabado era el mejor dia. Algo tan nimio como eso no cambiaria sus planes. Abrio los ojos y percibio el cadaver del cobayo. Extendido tras una tortuga de barro que albergaba a las dalias, con la cabeza destrozada por detras, parecia llevar una corona de cuajos de cerebro y sangre. Comprendio al fin el grito de su hija que, aullando, tiraba con fuerza de su ropa, como si quisiera castigarla a ella por la muerte de su mascota. ?Le daria tiempo a limpiar aquello antes de su cita? II Un, dos, tres, cuatro... y cinco. Lucia conto despacio, con parsimonia, antes de cortar el chorro del aceite y poner el sarten sobre la flama. Vertio todo un tramo de chorizo hasta verlo expulsar su propia grasa rojiza sobre el teflon. Luego de unos minutos, cuando el aroma inundo la cocina, fue rompiendo uno a uno los cinco huevos para incorporarlos. El desayuno tan bellamente dispuesto frente a el provoco en Cesar esa expresion de gula que ella conocia muy bien: un vaso con medio litro de jugo de naranja, una taza de cafe con leche, cinco tortillas de harina y los huevos con chorizo, brillantes como charol. Lucia lo miro engullir aquello desde la puerta de la cocina. El doctor le habia prohibido grasas, azucares y alcohol, ademas de haberle ordenado una vida menos sedentaria. Prediabetico, hipertenso, con mas placa en las arterias que un hombre del doble de su edad, el candidato ideal para un infarto. Pero su marido no daba indicios de entender los riesgos de ignorar las recomendaciones medicas. ?Por que, entonces, le habia preparado Lucia aquel desayuno? Era obvio: no lo queria y le daba igual lo que le pasara; aun mas, si se moria pronto por comer asi, mejor. No. No era cierto. Lo hizo porque lo amaba tanto que no podia negarle nada, porque lo respetaba y sabia que era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, y no queria actuar como si fuera su madre. Regreso a la cocina. El reloj con silueta de cafetera de la pared parecia estatico. Se volvio a sentir como en la primaria, contando los minutos para salir de clase. Comenzo a preparar un huevo estrellado y sirvio un vaso de leche con chocolate para Eloisa. Cuando escucho la voz de Cesar, estaba a punto de ponerle unos ojitos de catsup a la yema. --?Por que esta llorando la nina? Lucia enderezo la espalda y respiro hondo para controlarse: le crispaba que Cesar se refiriera asi a su hija, sobre todo porque Eloisa estaba sentada frente a el en la mesa. ?No podia preguntarle? Desde la barra de la cocina, ella grito como si estuviera muy lejos: --Elo, dile a tu papa que paso. Lucia termino de pintarle una boca a la cara amarilla y decoro las orillas con picos rojos para simular un sol. Le puso un popote al vaso y contemplo su obra: podrian decir lo que fuera de ella, pero nunca descuidaba a su hija. Al contrario, detalles como este hacian que Eloisa diera grititos de alegria y se colgara de su cuello para decirle que era la mejor mama del mundo. Pero hoy el esfuerzo se veria neutralizado por la muerte del roedor vegetariano que la esclavizaba obligandola a cortar dos veces al dia trozos de apio, zanahoria y lechuga para alimentarlo. --Mataron al Capitan Capibara, papi. La voz de Eloisa se quebro; la nina sorbio mocos y luego uso el dorso de la mano para limpiarse. Lucia entro en ese momento y puso el huevo-sol frente a su hija. Cesar hizo contacto visual con ella, esa expresion patetica de perfecto inutil, como siempre que no sabia como actuar con Eloisa. Con el paso de los anos, ambos habian llegado a perfeccionar aquella comunicacion no verbal hasta llegar a niveles insospechados: incluso a veces podian mandarse al carajo con un simple gesto, o incluso un suspiro con la fuerza adecuada. Se acerco para recoger la taza vacia de su marido y le susurro: --El cuyo --luego, en voz mas fuerte--: voy a traerte mas cafe. --?Que le paso al cuyo, mija? --pregunto el con falsa seguridad. --Tenia la cabeza toda explotada por atras. --La nina se cubrio la cara con las manos y se solto a llorar--. Solo tenia su carita... Lucia contuvo el aliento por unos segundos haciendo acopio de paciencia. Tras descubrir el cadaver, le habia tomado casi media hora hacer que su hija dejara de llorar y ahora estaba chillando otra vez. ?Podria volver a calmar a Eloisa y aun asi llegar a tiempo a su cita? --?La cabeza, dices? --Cesar introdujo un tenedor lleno de huevo en la boca y ella rogo a los cielos que no continuara hablando mientras masticaba. ?Pero cuando han escuchado los santos las plegarias de una esposa?--. Si le arranco la cabeza, entonces fue un cacomixtle --dio un trago a jugo de naranja--. No hay duda. El hombre masticaba y discurria al mismo tiempo sobre los habitos depredadores de esos animales. El ruido de la comida triturada, la saliva haciendo su parte en el proceso de deglucion y la mandibula moviendose obligaron a Lucia a recoger rapido algunos trastes usados y volver a la cocina en busca de refugio. Era repugnante. Quisiera pensar que si de novios lo hubiera visto hacer algo asi, jamas se habria casado con el. ?Estaba ciega? ?O a partir de cierto tiempo a el dejaron de importarle los modales? Al menos Eloisa ya habia dejado de llorar y escuchaba con interes la informacion sobre el asesino del Capitan Capibara. Lucia abrio el grifo para lavar los trastes. Mezclada con el sonido del agua, llegaba a sus oidos la voz de su marido describiendo el modus operandi de los cacomixtles. El olor a huevo del sarten le provoco nauseas y tuvo que verter un chorro de cloro en gel en el recipiente del jabon. Eso arruinaria la suavidad de sus manos; tendria que usar una buena crema para revertir el efecto. Era sabado y necesitaba que su tacto fuera el mas terso del mundo. III Consulto su telefono: faltaba una hora para el inicio de su primera clase. La de reposteria habia sido recomendacion de su mama y la de natacion, de la suegra. El camino al corazon de un hombre es a traves del estomago, habia dicho su madre, una de las mujeres mas ingenuas que Lucia conocia. Tal vez por eso creia que usar refranes populares era el mejor vehiculo para transmitir la sabiduria. Como las parabolas de Jesus a sus discipulos, decia con una mano en la cintura y la otra tocando el crucifijo que pendia de su cuello. Parecia una taza: una taza muy devota. La suegra, en cambio, abatida por la obesidad y la diabetes, era menos religiosa y mucho mas pragmatica. Una tarde, durante una comida familiar, se habia acercado a su nuera para apretarle con el indice y el pulgar una lonja sobre la cintura. <>. Lucia la contemplo como si no creyera lo que habia oido: ?como se atrevia a decirle algo asi, ella, que parecia una ballena? Entonces, como si fuera psiquica, la suegra agrego: <>. Luego exhalo: se agitaba por cualquier movimiento, hasta por hablar. El papa de Cesar no volvio a tocarme desde que me puse asi. Lucia habia comenzado a apilar los trastes para llevarlos al fregadero. La senora la seguia del comedor a la cocina, esperando una reaccion, pero ella apreto los labios y tenso la quijada en directa proporcion a como se sentia ofendida. <>. En ese instante, las dos hicieron contacto visual. Sus ojos parecian decir: sabes a lo que me refiero. Metio en su maleta deportiva traje de bano, gorra, toalla, goggles, y un estuche en donde guardaba el champu, jabon, desodorante, crema corporal y perfume, luego puso su delantal y una cofia en una bolsa de plastico que guardo junto con lo demas. Frente al espejo, sumio el vientre. Eloisa se quedaria en casa con Cesar un rato, pero mas tarde el la dejaria con alguna de las abuelas, que se peleaban por cuidar a la unica nieta en ambas familias. Los sabados por la tarde el jugaba futbol con sus amigos. Aunque aquello sonaba como una actividad atletica, en realidad se trataba de un partido en el que todos los jugadores, panzones y con calcetines que les cubrian las pantorrillas, se quedaban parados lanzandose pases mediocres con la pelota. Si alguno llegaba a correr, era solo por unos diez o veinte metros antes de parar y encorvarse para recuperar el aliento con las manos apoyadas en las rodillas. Media hora despues llegaban a la conclusion de que ya habian hecho suficiente ejercicio y buscaban una sombra, abrian la hielera y sacaban las cervezas. En el hipotetico caso de que alguno hubiera llegado a quemar alguna caloria, la recuperacion del partido los hacia volver a su casa mas gordos que al salir a la cancha. Pero eso si: la culpa habia sido de Lucia y sus kilos de mas por el embarazo; sus estrias y la grasa extra en su cuerpo habian provocado que Cesar le fuera infiel. Como si las gallinas fueran responsables de que las degollaran por tener plumas. Era estupido. No tenia logica. Y sin embargo, esa habia sido su excusa. Termino de quitarse la ropa y la arrojo con fuerza al cesto de mimbre en el bano. Desnuda, tomo la crema depilatoria y se agacho para untarla en sus piernas. Un olor quimico y punzante impregno sus pulmones. Esta sustancia no podia ser buena, pero no tenia tiempo ya de depilarse con cera caliente. Eloisa asomo su cabecita por la puerta del bano: --Mami, ?vamos a comprar otro cuyo? Doblada hacia el frente y con las manos embadurnadas de blanco, Lucia tuvo una vista privilegiada de las lonjas de su vientre y de sus pechos colgantes. Penso en las perras callejeras. Se irguio de inmediato y succiono aire antes de enfrentarse con el espejo para comprobar que aquella imagen era reversible con tal solo cambiar de posicion. Estoy hecha una vaca, penso. No hablo en voz alta porque la psicologa de la escuela les habia advertido que los comentarios vengativos sobre el cuerpo moldeaban las mentes de las ninas. Un futuro de anorexia, bulimia y frustracion perpetua las esperaba si escuchaban a sus madres denostar sus propias figuras. --Vamos a ver, mi amor. --El reloj indicaba que ya habian pasado los tres minutos requeridos. Tomo el rastrillo sin filo para remover la crema--. Si va a andar libre en el jardin como el otro, lo va a matar tambien ese animal. --Se llama cacomixtle. --Habia un cierto aire de superioridad en la vocecita de su hija. Le fascinaba poder corregir a su madre--. Pero puede vivir en una jaula. --Eso, el cacomixtle. --Lucia enjuago el rastrillo en el lavabo y vio caer grumos de crema y vellos negros--. Si lo ponemos en una jaula se va a morir de tristeza. Eloisa puso cara de compungida, como siempre que estaba a punto de hacer un berrinche. Maravilloso. ?Por que no podia ir a importunar al papa que no estaba haciendo nada? Su marido le habia sido infiel con la asistente del contador que llevaba las cuentas de su microempresa. El idiota habia cerrado la ventana del navegador, pero sin salir de su cuenta de correo electronico, una direccion que Lucia desconocia. A la hora en que se sento a revisar sus mensajes en la computadora familiar, se encontro con la bandeja abierta y una carta no leida. Era una carta de amor cursi y con pesima ortografia. Cuando Cesar regreso del trabajo hubo gritos e incluso algunos ridiculos punetazos que lanzo Lucia y que el neutralizo sin problema tomandola de las munecas. Mientras montaba su escena, Cesar se defendia diciendo que no era su culpa que ella hubiera perdido interes en el sexo y que lo tuviera abandonado, ocupada a tiempo completo con la bebe. Eso, sin mencionar lo mucho que habia engordado durante el embarazo. --Elo, no llores. A lo mejor compramos un gatito. --Se acerco a la nina y le acomodo el cabello detras de las orejas--. O tal vez un cachorro que no vaya a crecer mucho. La carita infantil se ilumino con aquellas palabras y Lucia no pudo dejar de experimentar un estrujamiento en el corazon, un dolor bueno, tierno. Si por atender a esta criatura el cerdo de su esposo habia corrido a los brazos de esa puta, bien habia valido la pena. Con el tiempo, la terapia, la inercia y las intervenciones de su madre y suegra, que terminaron enterandose, el matrimonio se habia repuesto de aquel <>. La infidelidad habia sido un episodio del pasado, como aquella vez que la lavadora se descompuso o ella olvido sacar un pollo del horno y la cocina quedo apestando a quemado durante dias. Pero no habian dado los pasos necesarios para resolver el problema de fondo. Solo lo guardaron al fondo del closet, como los regalos que no gustan pero no se pueden reciclar. Lucia no lo perdonaria nunca. --?De veras, mami? --Si --Lucia se puso un sosten que le aumentaba el busto un par de tallas y que la hacia parecer una paloma golona. Analizo su cuerpo desde varios angulos y se puso perfume en la y griega que se le formaba entre los pechos rebosantes--. Aunque papa no quiera. IV Lo que Lucia tenia con Marcelo era sexual. Tras conocerse, nunca se habian visto fuera del motel: jamas habian compartido una comida o ido al cine. No conocian a ningun miembro de sus respectivas familias y nunca irian juntos al supermercado. Ella no le traeria a la cama un remedio para la gripa ni el la veria recien levantada y sin maquillaje. Ningun futuro. Solo sexo. Marcelo la hacia sentir ligera, sin peso, radiante incluso, como una medusa que flota en el oceano y no piensa nada porque no tiene cerebro. Al volver a casa tras estar con el, Lucia permanecia varias horas suspendida en esa ingravidez deliciosa, como cuando de nina patinaba durante horas y al quitarse los patines tardaba en adaptar de nuevo sus pies al piso. Encendio la luz: siempre la sorprendia la distribucion de los muebles, que podia variar de un cuarto a otro; el kit de condon, champu, jabon y pastillas de menta sobre el lavabo; la regadera de paredes transparentes, visible desde la cama. El aroma a productos quimicos queria enmascarar los olores sexuales de las parejas que habian estado alli, pero a ella le parecia que mas bien los exaltaba. Marcelo bajo la hielera del carro; saco una cerveza para el y una bebida preparada de lata para Lucia. Si las rutinas de su vida domestica le resultaban tediosas, las que habia desarrollado con su amante la prendian: quedarse de ver cerca de la escuela de reposteria, dejar su carro alli y subir al de Marcelo, que la esperaba sonriente, oliendo a locion Calvin Klein y con una cara que la hacia sentir como si ella fuera lo mejor que le habia sucedido en toda la semana, manejar hasta el motel en las afueras de la ciudad, ponerse una gorra deportiva y lentes oscuros antes de entrar. Luego sexo por el tiempo exacto de sus clases de reposteria y natacion juntas, y regresar a casa banada, como si hubiese nadado. Pocas veces hablaban de camino al motel: apenas sobre el clima, si Marcelo habia tenido que esperarla mucho tiempo, la falta de fluidez en el trafico. Aunque el conocia la situacion de Lucia y la existencia de una hija (la cicatriz de la cesarea y las estrias eran imposibles de pasar por alto), no sabia detalles de su vida. Ya en el cuarto, el intercambio de palabras entre ambos se reducia a peticiones especificas o a indicativos de que algo iba bien. Entre ellos habia sexo y nada mas. Ese era el proposito del oasis. Lucia dejo la bolsa sobre el tocador y acepto la bebida que Marcelo le puso en la mano. Sentados muy cerca uno del otro, en la orilla de la cama, bebieron en silencio sin quitarse los ojos de encima. Necesitaban tiempo para pasar de sus respectivos mundos a este privado, como el pez angel que hace un ano le habia comprado a Eloisa. Segun el empleado de la tienda de mascotas, era necesario ponerlo en la bolsa de agua dentro de la pecera de la casa, y abrirla poco a poco. <>. Asi con ella: requeria un periodo para que su cerebro, pero sobre todo su cuerpo, supiera que ahora estaba con Marcelo. Al terminar su margarita, Lucia se sintio aclimatada al olor de Marcelo, a la textura de su piel. Se desvistieron sin ayudarse y se acercaron para cerciorarse de la realidad del cuerpo ajeno. Se besaron despacio al principio, pero a medida que se adentraban uno en el otro, sintio la urgencia de besarlo mas rapido y de modo casi violento, como necesitara devorarlo. Estaba acostumbrada a gritar muy fuerte cuando cada particula de su ser se estremecia con lo que ella solo podia definir como felicidad. Esta vez no pudo: ya estaba cerca, pero perdio el impulso a mitad del camino, igual que un jabon que se resbala entre las manos. Cambiaron de posicion varias veces y por fin fingio su orgasmo. ?Para que alargar el tormento? Poco despues, Marcelo se convulsiono debajo de ella con ese ruido animal y viril que a Lucia le parecia el sonido mas hermoso del planeta, pero que hoy estaba manchado de rencor. El si, pero ella no. Se dejo caer de espaldas sobre la cama, brazos y piernas extendidos como una estrella de mar, la vulva humedecida. El ambiente impregnado de su propio olor marino, del sudor de los dos, de semen, oscilaba sobre ellos como el Espiritu Santo en el libro de catecismo de su hija. Lucia giro la cabeza hacia Marcelo, que ostentaba ese gesto de agradecimiento y satisfaccion que tienen los hombres despues de eyacular. Cuando lo vio por primera vez, nunca imagino que terminaria asi con el, esperando a que el ritmo cardiaco se les normalizara y el sudor se secara en la piel mientras el cansancio del orgasmo les recorria cada fibra de sus musculos. Movio la mano hasta tocar la de Marcelo: entrelazaron los dedos y ella cerro los ojos. Se habian conocido en un negocio de insumos para oficinas y escuelas. Lucia hacia fila para sacar fotocopias; el revisaba unos mapas sobre el mostrador perpendicular a ella. ?Arquitecto? Marcelo la sorprendio mirandolo y le sonrio. Sin duda soltero. Tenia aun ese aire de osadia y ligereza de espiritu que nunca sobrevive a los primeros anos de matrimonio. Ella se sonrojo: hacia anos que no coqueteaba, anos tambien sin que un hombre la mirara asi. Al levantar la cara para darle al empleado el cuaderno con las recetas de la abuela para fotocopiar, se dio cuenta de que el seguia mirandola. Sin mas la invito a un cafe. ?Que encontro en sus ojos que intuia la posibilidad de que ella aceptara? ?O era algo que hacia con todas? No importaba. Habia aceptado de inmediato, sintiendo un calor intenso que la recorria completa. Era como una de esas comedias romanticas: se emocionaba a una distancia segura. Pero de pronto se habia convertido en el personaje principal, sentada en un cafecito con decoracion retro y frente a un hombre mucho mas joven que ella. Contra todos los consejos maternos y de revistas femeninas, tuvo sexo con el en la primera cita, si es que a eso se le podia llamar cita. Si se habia vuelto un personaje de pelicula cursi, una mujer que en realidad no era ella, ?que mas daba? La noche despues de haber estado con Marcelo por primera vez, Lucia paso por todos los estados posibles: feliz, angustiada, feliz, arrepentida, feliz, entusiasmada, feliz, avergonzada, feliz, con ganas de repetir. ?Pensaria el que era una puta que hacia eso con cualquiera? Tras varias vueltas sobre el colchon habia decidido que no importaba: nadie, salvo ellos, lo sabria. Ademas, si no la tomaba en serio, era irrelevante: ella ya estaba casada. ?No era ese el unico proposito de ser tomada en serio? Lucia se coloco a horcajadas sobre las caderas de el y le regalo la vista de su cuerpo entero. Coloco sus palmas abiertas sobre el pecho y jugo con esos vellos oscuros y gruesos. Quiso iniciar el sexo otra vez, pero no pudo. El deseo la habia abandonado y se sentia sin fuerzas, como un juguete sin baterias. El la jalo hacia si para besarla: ella correspondio sin ganas y fue evidente para los dos. --?Que pasa? Quien sabe si fuera el dia del mes (faltaba una semana para su periodo), o si en verdad la escena del cuyo la habia afectado mas de lo que pensaba, pero la tristeza ensombrecio su cara. Nunca habia sido buena para ocultar sus estados de animo: su desolacion era evidente. No hubiera querido contaminar este espacio, lo que sea que Marcelo y ella tenian, con el tedio de su otra vida, con sus problemas de ropa sucia, las fechas limites de pago, comidas balanceadas o como limpiar un dibujo con crayola de las paredes. Pero ante la pregunta de Marcelo, su cerebro no tuvo mas opcion que contarle lo que habia pasado esa manana: la maceta, el cuyo, el llanto de Eloisa, la actitud desesperante de Cesar, la culpa que la embargaba por haberse reunido con el cuando su hija se habia puesto tan mal. --?Que es un cuyo? Lucia puso los ojos en blanco por un segundo. ?Que pasaba con el vocabulario de los jovenes de hoy? --Es lo mismo que un conejillo de indias --intento que su voz no adquiriera el tono didactico que usaba con su hija. Marcelo tenia cara de no entender--. Los animalitos que usan en los laboratorios para experimentar... Tampoco. Los roedores no estaban en el repertorio de conocimientos de su amante. Iba a agregar que los cuyos eran un platillo muy apreciado en Peru, pero el ya estaba tocandole las tetas y no era precisamente agradable. --Basta --tomo las munecas de Marcelo--. No me estas escuchando. Vio la expresion de su amante: impaciencia, fastidio. Queria sexo y ella estaba hablando de sus sentimientos. Un parpadeo. El deseo de Marcelo de estar en cualquier otra parte. Quizas con una mujer de su propia edad, con preocupaciones de chica joven y sin hijos. Un segundo, pero alli estaba, era evidente. ?Lo habia arruinado todo? Un silencio incomodo se concentro en el aire, como la humedad pesada antes de una tormenta. Marcelo se puso de pie y comenzo a vestirse. --Quede de llevar a mi hermana al centro comercial. Tal vez la maternidad la habia vuelto mas sensible para detectar las mentiras, pero esta era la primera vez que Marcelo mentia y era tan estruendoso como un vaso que se estrella contra piso. Lucia sintio un malestar que se extendia por su cuerpo. Fingio consultar la hora en su celular y dijo que tambien debia irse. Se metio a banar y mojo su traje de bano en la regadera. Seco su cuerpo con la toalla que habia traido de su casa. Una puesta en escena para beneficio de su estabilidad conyugal.

  • Mientras te rendias, Margarita Martin Ortiz de Margarita Martin Ortiz

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  • Todo un ano de amor de Noa Pascual

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    Detesto la noche de Fin de Ano! Todo el mundo se desfasa, como si no hubiese mas fiestas en todo el ano. Y eso que aqui, en Las Vegas, esta todo calculado y montado para que los trescientos sesenta y cinco dias del ano parezcan festivos. Estoy entre bambalinas, en cinco minutos comenzara el espectaculo. Es un lugar privilegiado, desde aqui lo tengo todo controlado: escenario y publico. --El de la chaqueta gris, en el pasillo trece, parece esconder una botella --aviso a uno de mis companeros. Observo como Harry se acerca al susodicho y le intercepta el alijo. --Todo controlado, jefe --informa Harry. Asiento con la cabeza y sonrio. !Jefe! Quien me lo iba a decir. Hace cinco anos que me ascendieron a jefe de seguridad. Llevo trabajando en este casino desde hace quince anos. Y ahi esta lo mas paradojico, de los quince a los veintidos anos, me metia en mas lios de los que puedo recordar; lo que menos hubiese imaginado nadie es que acabase trabajando en seguridad. Supongo que era mi destino. Me he criado entre mesas de juego. Esto es lo que pasa cuando tu madre ha trabajado toda su vida como crupier del casino. Habian dos opciones en mi futuro: estar en un lado u otro del casino; jugador o trabajador. Y aunque durante un tiempo pense que acabaria perdiendo hasta la camisa, es bien cierto que mis problemas siempre fueron mas bien lios de faldas. !Las mujeres han sido mi perdicion! --!Vamos chicas, vamos! --grita el coreografo a las bailarinas. Comienza el ajetreo, las bailarinas corriendo de un lado a otro, sus risas, sus suspiros, sus gritos... --!Eh, guapo, deseanos suerte! --comenta una de ellas al pasar por mi lado. --Mucha mierda --respondo con mi sonrisa cordial. --Jarvis, espero que nos consigas champan del bueno. --Me exige Doreen, la bailarina mas veterana --. El jefe de seguridad siempre tiene enchufe. --No le hace falta el puesto para conseguirlo --opina Margot--. Ninguna camarera le negaria nada al morenazo de ojos verdes mas guapo de Las Vegas. --Vuestros deseos son ordenes --bromeo, aunque ya lo tengo preparado. Es algo con lo que ya contaba, pues todos los anos tenemos el mismo ritual. Se acercan las ocho chicas para subir por las escaleras que llevan al escenario. Estan preciosas, con esos vestiditos tan brillantes y sus plumas de colores que vuelan con sus movimientos. !Vaya, vaya, vaya! Parece que la rubita de cara angelical me brinda una sonrisa picara. La clase de mohin que un hombre sabe reconocer a la perfeccion. !Esta noche triunfo! Le guino un ojo y ella en respuesta me dedica un contoneo sensual de cadera. Soy el unico privilegiado de esa provocacion. Y la verdad, me gusta el detalle. En cuanto la musica comienza y se descorre el telon, centro mi mirada de nuevo en el local abarrotado. La seguridad de estas artistas ahora es lo unico importante, mas cuando la rubia de ojos como el azul del cielo, puede conseguir que yo acabe empapado en sudor y celebrando en privado que es Ano Nuevo. Me rio para mis adentros al recordar a mi madre: <>. Sus palabras retumban en mi cabeza. Miro el escenario y cuando la mirada calida de la muchacha conecta con la mia, sonrio pensando que igual a los treinta y ocho anos todavia soy un cazador. Despues de dos horas termina el espectaculo. Como este era el tercer y ultimo pase, damos la velada por concluida. La gente abandona el lugar y por fin podemos relajarnos. Con copas en las manos brindamos todos juntos por el Ano Nuevo. Kiara se acerca con paso felino, parece una pantera en busca de su presa. Chica lista, porque estoy dispuesto a ser su trofeo. --Las chicas han hablado de ir a celebrar la entrada del ano a una fiesta que organizan unos amigos de Mery --me comenta susurrante--. Aunque preferiria una fiesta mas privada. Intento aparentar calma, aunque ahora mismo lo unico que deseo es tumbarla y desnudarla sin perder un segundo mas. Ladeo la cabeza y mi frente queda pegada a la suya. --Nena, estarias loca si pensaras que me voy a perder esa fiestecita privada entre tu y yo --aseguro--, despues de haberme provocado toda la noche. Kiara suelta una carcajada que se queda ahogada en mi boca, al besarla con pasion. La gente que nos rodea nos vitorea, y sin pensarlo, me inclino para coger a Kiara y sacarla de este lugar, entre mis brazos. Nos alejamos, escuchando de fondo risas y aplausos. Al llegar a casa, nuestras bocas se unen una y otra vez. Sin descanso y sin piedad. Estamos muy necesitados el uno del otro. Y sincronizados nos desnudamos, sin prisa pero sin pausa. En cuanto la tumbo en la cama, me es imposible no mirarla con adoracion. --?Piensas quedarte ahi mirando toda la noche? --Nena, las obras de arte hay que admirarlas --respondo a la vez que me acerco a ella. Kiara suelta una risita que me llena el alma. Es un sonido embriagador, podria pasarme el resto de mi vida escuchandola y seria feliz. --Siempre tan adulador. Me encojo de hombros. Ella acuna mi cara y cuando me veo reflejado en su brillante iris, se que he sido cazado. Aunque en un principio la idea era tener sexo salvaje, los besos calidos, las caricias tiernas y las miradas complices, han conseguido que cambie todo, pues en esta cama, solo hay dos personas enamoradas haciendo el amor. Al caer exhaustos, mientras Kiara se queda encima de mi, con la respiracion abrupta, lo unico que consigo decir son dos palabras: --Feliz aniversario. Levanta la cabeza y su sonrisa de nuevo ilumina la habitacion. --Este es especial --comenta al tiempo que besa mi torax--. Es el decimo. !Diez anos, ya! Como pasa el tiempo. Me carcajeo, pues su espontaneidad me ha hecho gracia. Me inclino y la beso de nuevo. Se mueve con lentitud y acaba tumbada a mi lado, y los dos giramos nuestros cuerpos, para mirarnos a los ojos. --?Alguna vez pensaste que durariamos tanto? --Me pregunta estudiando mi mirada. Hago un mohin, dando a entender que lo estoy pensando. Kiara sonrie y acaricia mi mejilla. --El dia que nacio nuestra primera hija supe que este matrimonio seria para siempre. La respuesta la conmueve, y no miento. En cuanto tuve entre mis brazos a Rosie, recien nacida, me enamore de ella tanto como de la madre. Y de nuevo esa frase de mi madre: <>. Ya lo creo que fui cazado, y lo mejor, me encanta ser la presa de las tres mujeres de mi vida: Kiara, Rosie y Danira. --Recuerdo la reaccion de mis padres --comenta avergonzada--. !Querian matarte! Suelto una carcajada. Recuerdo aquel momento como si fuese hoy. Claro que, ahora que soy padre, no se si yo reaccionaria de igual manera. Kiara no para de negar con la cabeza. --Nuestro matrimonio comenzo como sacado de una mala pelicula --rememora el momento--. Los dos borrachos y casandonos en Noche Vieja en una capilla cochambrosa. Sonrio pero no digo nada, prefiero escucharla. --Cuando desperte, con la mayor resaca de mi vida --pronuncia divertida--, y vi el anillo en mi dedo --Levanta la mano y lo observa--, pense que habia cometido el mayor error de mi vida; mas que nada porque cuando tu te despertaras y recordaras lo que habiamos hecho, ibas a salir despavorido en busca de un juez para anularlo todo. --?Eso pensabas? --pregunto incredulo, nunca imagine que ella pensara algo asi. Asiente con la cabeza. --Solo llevabamos saliendo tres meses --me recuerda--. Y yo estaba coladita por ti, pero... Se queda callada y la invito a continuar. --?Pero que? Se ruboriza y consigue que despues de diez anos juntos, mi corazon vuelva a latir como la primera vez que la vi. --Pero tu reaccion de ese dia, consiguio que te amara --le brillan los ojos--. Ese dia me enamore sin medida de ti. --?Por no salir corriendo? --Por tu serenidad, tu honestidad, tu manera de mirarme y dar la cara ante mi familia sin avergonzarte de nuestra locura. Me muevo y quedo sentado con la espalda pegada al cabecero de la cama. Alargo mis brazos y cojo a mi mujer para sentarla encima de mi, estrechandola con mi cuerpo. --Nena, no fue una locura --aseguro--. Fue el mayor premio que me podria tocar. Kiara deja caer su cabeza en mi hombro, mientras con su mano acaricia mi pecho. --Recuerdo cuando abriste los ojos, al mirarme te sobresaltaste... --!Estabas palida! --exclamo al rememorar aquel momento. Ella besa mi clavicula. --Ahi me enamore de ti --reconoce--. Acunaste mi cara entre tus manos y preguntaste: <>. Lo unico que acerte a decir fue: <>. Tu asentiste y continuaste preocupado. Solo te importaba que yo estuviese bien, querias llevarme al medico. Sonrio y beso su cabeza. --Tu palidez era preocupante --confirmo lo evidente de aquel dia. --Y al ver que continuabas obstinado en llevarme a ver al doctor, te cogi de la mano y la levante junto a la mia para que vieses las alianzas. Levanta la cabeza y nos miramos a los ojos. --Nos hemos casado, te dije con temblor en la voz.

  • !O no hay trato! de Carolina Gattini

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    El destino y la mala suerte llevan a Miriam a la desesperacion. No es capaz de pagar sola el alquiler al que se habia comprometido con su reciente ex, las deudas la ahogan y finalmente decide vivir en un lugar con todas las comodidades, "comodos" sofas, bano y ducha, salas de reuniones…, es decir, la oficina donde trabaja.
    Miguel Garmendia esta a punto de perder lo unico que tiene, la empresa que levanto desde joven porque precisamente dedico su vida a trabajar, en lugar de disfrutar de ella como hicieron sus amigos y hermanos. Confiar en la persona equivocada, su contable, le ha llevado practicamente a la quiebra. Sin embargo hay una esperanza, conseguir la herencia de su madre, bajo la condicion de casarse. Claro que, no es tan facil encontrar a una mujer que quiera casarse con un hombre como el y renunciar a una vida normal, aunque sea por unos meses. O tal vez si… El unico problema es que esa mujer es adicta al sexo y la abstinencia de ese matrimonio no es compatible con ella… Asi las cosas… Miriam tendra que establecer sus propias condiciones… !O no habra trato!

  • No cambiaria nunca, Eli Jane Foster de Eli Jane Foster

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    Amanda era descarada, vestia como le apetecia ignorando las reglas sociales y practicamente hacia lo que le daba la gana. Aunque en su trabajo era eficiente, asi que su jefe no podia echarla. Respecto a los hombres, no llegaba a encontrar lo que realmente necesitaba y eso que lo buscaba. No paraba de buscarlo, pero nada. Frustrada salio de fiesta con una amiga para encontrarse con lo que menos se esperaba...

  • Arenas blancas de Geoff Dyer

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    Del autor de Pero hermoso, un magnifico libro de viajes sobre los lugares que visitamos y el poder de la memoria. Un precioso homenaje al arte y a la literatura.

  • El granero, tu y yo (Bdb) de Antonella De Quevedo

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    Eloisa, aparentando calma y normalidad, inspiro con intensidad y extendio sobre la gran mesa el mantel de los domingos. Apoyo las manos a ambos lados y agacho la cabeza para intentar tranquilizarse. Cuando termino de preparar la mesa, se sento sin dudar un instante de que Julian, su hijo, regresaria pronto y se sentaria con ella. Confiaba en que el berrinche cesara pronto si le dejaba su espacio. Despues de largo rato, escucho el chirrido de la puerta al abrirse y unos pasos cansados que se dirigian hacia el comedor. Eloisa dejo escapar un suspiro de alivio cuando vio que su hijo estaba de vuelta. Venia bastante sudado y con sintomas de haber estado llorando, pero aun asi se sintio menos angustiada. Julian, antes de tomar asiento, miro a su madre con frialdad, con escrutinio, se sento agachando la cabeza y comenzo a comer. Queria evitar cualquier tipo de conversacion. --Espero que te guste, hijo. --Eloisa esbozo una sonrisa. --?De verdad te importa? --le solto disgustado sin apartar la mirada de su plato. --Claro que si, he guisado la carne como te gusta. --Estaba equivocado si pensaba que ella se iba a rendir. Tenia toda la paciencia y el amor del mundo para el. --Asi es como la odia papa --protesto Julian clavando sus ojos castanos en los de su madre, que brillaban y amenazaban con inundarse de lagrimas. --Papa ya no esta, no tiene sentido que cocine a su gusto --aclaro decidida pero sin alterarse. Golpeando la mesa con los punos cerrados, Julian retiro la silla de un empujon y se marcho a su habitacion ante la mirada triste de su madre. Los malos modos cada vez eran mas frecuentes en Julian, un chico que siempre habia sabido comportarse. Una vez que estuvo en su habitacion, cerro la puerta con pestillo y se tumbo en el puf gigante que tenia en el suelo. No tenia herramientas para apaciguar su frustracion, pero si era consciente de que no queria herir de manera gratuita a su madre. No se sentia orgulloso por su comportamiento, pero de alguna manera necesitaba rebelarse contra alguien, y se daba la circunstancia de que solo estaba ella. No soltaba por su boca todo lo que pensaba y no por falta de ganas, un rescoldo de sensatez lo frenaba, porque, despues de todo, no conocia al cien por ciento todo lo ocurrido entre sus padres. Era joven pero no imprudente, asi que antes de odiar a su propia madre con todas sus fuerzas, sentia la necesidad de saber quien habia sido el verdadero culpable de que su vida se tambaleara de esta manera tan asquerosa. Los adoraba a ambos, y su madre siempre estaba ahi, pero el apoyo y la seguridad que le transmitia su padre eran cuanto creia que necesitaba para terminar de convertirse en un hombre. Sabia que su padre habia tocado fondo por algun motivo que se le escapaba, pero para eso estaban ellos alli, para apoyarlo y ayudarlo. No compartia en absoluto con su madre la decision de echarlo a la calle como a un perro sarnoso. No, Julian sabia que de haberse tratado de un perro sarnoso, Eloisa le hubiese dado atencion veterinaria y cobijo. Gritos, reproches y una maleta. Esa maldita imagen lo acompanaria por siempre. Solo habia podido entender, desde la planta de arriba, parte de la discusion. Eloisa habia echado a Fernando de la casa para siempre. El le habia pedido que lo dejara al menos despedirse de Julian, pero no se lo permitio alegando que eso complicaria aun mas las cosas, que ya lo haria en otro momento. Lanzando la pelota una y otra vez contra la puerta, sentado en el puf, desistio de su intento de contener las lagrimas. Necesitaba alguna via fisica de escape, y llorar por segunda vez tal vez lo ayudaria. Pero tras un rato durante el cual el derroche de lagrimas no habia sido capaz de apaciguar su malestar y su dolor, decidio ir en busca de la unica persona con la que no debia guardar las formas ni las apariencias. Era su mejor amigo, solo que se trataba de una chica. Estela descansaba en el granero leyendo uno de sus libros. Como cada tarde, incluso en domingo, se refugiaba en el granero de los padres de Julian huyendo del ruido de la maquina de coser de su madre, una mujer incansable que cosia de sol a sol para sacar adelante a su familia y ayudar a su marido. Julian acudia en busca de Estela cada vez que tenia ocasion. Vivian muy cerca y sus familias se apreciaban y ayudaban de forma mutua desde hacia muchos anos, de ese modo habian crecido juntos. Cuando ninos, su relacion habia sido natural, fluida y divertida. Sus preocupaciones se habian basado en quien recogia mas huevos o quien cruzaba mas rapido el cercado. Pero desde que la adolescencia habia hecho acto de presencia, ambos tenian la sensacion de tener que medir sus palabras. Julian era algo arisco, y ella, bastante susceptible. A pesar de eso, sobrellevaban bien el descontrol hormonal, y la necesidad mutua los mantenia unidos. Cada vez eran mas los vecinos que se rendian y vendian sus tierras, sus animales o sus casas en la zona para ir a vivir a la ciudad, asi que eran casi los unicos adolescentes que habitaban aquel lugar tan hermoso de la sierra. La situacion era muy dificil. Durante los ultimos meses, la inestabilidad en el hogar de Julian lo habia trastocado a el y de paso a su caracter ya de por si complicado. Pero Estela, como buena amiga, se aguantaba las ganas de patearle el culo y pasaba por alto sus malas contestaciones. Comprendia lo dificil de la situacion y no queria ni imaginar que sus padres llegaran a separarse. La puerta del granero se abrio con su caracteristico chirrido por el oxido en las bisagras, y Estela supo que Julian venia en su busca. Habia visto a Fernando salir de la casa con cara de pocos amigos, asi que supo que Julian necesitaba hablar.

  • A dos velas de Vi Keeland

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    Ava estaba saliendo con el hombre perfecto. Se habian encontrado en lados opuestos de la sala del tribunal. Despues de dos semanas de discutir un caso de alto perfil, las chispas ardian tanto que ella, se aseguraria de que el apuesto fiscal de distrito la clavara en la pared cuando entraran solos en el ascensor al final del juicio. Pero en cambio el la invito a salir. Y una cita agradable llevo a dos, dos derivo a tres y, finalmente, despues de cinco citas agradables, estaba lista para acabar con su periodo de sequia. Aunque Evan no estaba haciendo ningun movimiento. Asi que Ava decidio tomar el asunto en sus propias manos y sorprenderlo con una visita nocturna. Pero la sorprendida va a ser ella…

  • El mar blanco de Roy Jacobsen

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    Nadie puede estar solo en una isla… Sin embargo, Ingrid esta sola en Barroy, la isla que lleva su nombre, mientras la guerra de su infancia ha sido sustituida por una guerra aun mas terrible y Noruega se encuentra bajo el dominio de los nazis.
    Cuando el mar arrastra a la orilla los cuerpos de los soldados de un buque bombardeado, Ingrid no se imagina que uno de ellos aun tendra vida suficiente para borrar toda una existencia de soledad.
    Tampoco se imagina lo que sufrira para proteger a su amante de los alemanes y de los colaboradores noruegos ni el periplo al que se enfrentara para volver a casa tras ser arrancada de su isla. Ni que, durante los estragos de la guerra, rodeada de refugiados que huyen de la hambruna por tierra quemada, recibira un regalo de valor inconmensurable.
    Roy Jacobsen retoma a los personajes de Los invisibles y nos sumerge con mayor profundidad en sus vidas al tiempo que hace un poderoso retrato de un ano decisivo en la historia de Noruega.

  • Te deje ir, Clare Mackintosh de Clare Mackintosh

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    El thriller psicologico ganador del Theakston Old Peculier a la mejor novela policiaca del ano. Un libro que no te dejara ir.

  • La Locura de Nayade ( Trilogia Locura 1), Chloe Magne de Chloe Magne

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  • Dr. Bully y el bebe secreto (Ritmo cardiaco 3) de Larissa De Silva

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    Estaba viendo doble. Y me gustaba lo que estaba viendo. Era tan alto, con una mata de pelo castano oscuro, y grandes ojos marrones. El tambien me sonreia, y mientras la musica golpeaba a nuestro alrededor, nos acercabamos cada vez mas. No importaba que estuvieramos afuera y la noche estuviera extranamente humeda, o que un monton de otros estudiantes universitarios nos rodearan y pudiera oler el champu, la colonia y el aliento contaminado por el alcohol de todos. Wes se inclino y me hablo al oido. --?Quieres otro trago? --pregunto, y su discurso se torcio. Yo asenti. --Bien --dije. Wes me cogio la mano. La suya estaba caliente y pegajosa, pero la mia probablemente tambien. Estaba sudando, y la agradable sensacion de alcohol habia sido reemplazada por un mareo apremiante. Vi como Wes miraba por encima del hombro, acercandome a el. --Quedate conmigo, chica -- dijo, mostrandome una sonrisa tonta cuando lo hizo. Me rei, pero hice lo que me dijo, acercandome cada vez mas a el. Nuestros cuerpos practicamente se tocaban mientras navegabamos por el mar de la danza, estudiantes borrachos, hacia su suite estudiantil. Habiamos hecho este viaje muchas veces, pero normalmente estabamos solos. No estabamos rodeados por un millon de otros estudiantes. El patio estaba normalmente desierto, pero siempre nos encontrabamos en medio de la noche. No fue intencional, habia sucedido asi, cuando el semestre habia comenzado. Pense en ello cuando finalmente llegamos a la escalera de hormigon que lleva a la suite de Wes. Me acerco a el, me tropece y practicamente me cai, y me agarro envolviendome el brazo alrededor de la cintura. Se rio. --?Estas bien? Asenti con la cabeza, mirandolo. --Si --dije, mi corazon saltando en mi pecho cuando puse mi mirada en su cara. Estaba tan impresionada con el, y lo odiaba. No ibamos en serio, nunca ibamos a estar en serio, y yo tenia que estar de acuerdo con eso. Me gustaba, pero era realista. Estaba fuera de mi alcance, y lo sabia con certeza. Si hubieramos crecido en la misma ciudad, el nunca me habria echado una segunda mirada. Pero esto era la universidad, un universo en si mismo, y eso era suficiente. Me miro fijamente. --Ace, ?seguro que estas bien? Asenti con la cabeza, cerrando los ojos. --Creo que he bebido demasiado. Me miro de arriba a abajo, con sus ojos brillantes. --?Te acompano a tu dormitorio? --No --respondi--. No, no. No quiero ver a mis companeras de cuarto. Sonrio. Solo tuvimos que subir unas cuantas escaleras mas antes de llegar a su puerta roja, el numero ‘tres’ grabado sobre la mirilla en letras doradas. Me solto, hurgo en su bolsillo y recupero su llave. Me sonrio, triunfante, y abrio la puerta, aunque le costo mucho esfuerzo. Una vez abierta la puerta, extendio su mano y yo la agarre. Entro en la habitacion, y yo entre detras de el. Me rei un poco mientras miraba su suite, que siempre me parecio extranamente limpia. Tal vez esa era una de las ventajas de no tener que vivir con companeros de cuarto. Me las arregle para abrirme paso de forma inestable hacia su cocinita improvisada. La bebida, de alguna manera, se las habia arreglado para emborracharme aun mas que antes, acercandose sigilosamente a mi como un repentino golpe de suerte. --Agua --dijo Wes. Practicamente podia oir lo seca que tenia la boca. --Para los dos Le sonrei mientras tomaba dos vasos de la tabla de drenaje y me daba uno. Me apoye en el mostrador e hice lo posible para llevarme el vaso a la boca. Lo tenia en la barbilla, lo que me hizo reir, y tambien hizo reir a Wes. --Escucha --dice. --Los dos estamos demasiado… Intentemos esto de nuevo manana, ?vale? Sacudi la cabeza. --No --dije, senalandolo sin ninguna razon. --No, no. Vine aqui para hacer una cosa y solo una cosa. Wes se rio, echando la cabeza hacia atras. --?Asi que no estas aqui solo porque te gusta pasar el rato conmigo? Me queje en negacion. --No eres malo. Pero no eres un gran conversador --dije. O trate de decir. Estaba borracha, y la palabra “conversador” sonaba como una absoluta tonteria. --Grosera --dijo, riendose. --Termina tu agua, y luego te llevaremos a la cama. --?Nos meteremos los dos en la cama? --No --dijo, sonriendome. --Esta noche no, Ace. --Boo --le respondi, mirandolo fijamente, pero termine mi agua. Me cogio la mano y me llevo a su cama. Le rodee el cuello con los brazos y me rei mientras intentabamos besarnos torpemente, sin poder hacerlo. --Manana --dijo--. Duerme ahora. --No estoy cansada. --Lo estas --respondio--. Simplemente no lo sabes todavia. Estamos demasiado jodidos para esto.--Nosotros… no. Estamos bien. --Vale --dijo, riendose mientras me esponjaba una almohada. --?Que tal si hacemos un trato? Si sigues despierta en cinco minutos, nos besaremos. Me rei, dandome la vuelta. --Si --dije--. Me gusta como suena eso. Y luego no recordaba nada en absoluto. *** Me desperte con un dolor de cabeza punzante, mis labios secos y mi estomago en nudos. El sol estaba justo en mi cara y no estaba en un lugar particularmente familiar. Las mantas eran muy pesadas y me daban calor. Intente quitarmelas, pero me dolia todo el cuerpo. Grunendo, finalmente me las arregle para mover el edredon de la parte superior de mi cuerpo. --Cafe --dijo Wes, entregandome una taza de poliestireno con el logo del campus. --Parece que lo necesitas. Me gire. --No hay necesidad de gritar --dije en voz baja. --?Quieres decir, ‘gracias, Wes’? Cerre mis ojos, agarre el cafe y tome un sorbo. Todavia estaba muy caliente, pero lo aprecie. --Gracias, Wes --dije. --Tambien te traje un McMuffin --dijo--. Son particularmente buenos cuando los dejas enfriar por un rato. Sonrei. --?Cuanto tiempo estuve dormida? --Demasiado tiempo --dijo, mostrandome una bolsa de papel marron con la comida dentro. -- Tuve tiempo de ir a tomar un cafe, luego a McDonald’s, e incluso tuve tiempo de contemplar la posibilidad de estudiar. Me volvi hacia el. --Claramente me he quedado demasiado tiempo --le dije--. Me comere esto y desaparecere de tu vista. ?Cuanto te debo? --? Por el McMuffin de huevo? Creo que estare bien --respondio. Puse los ojos en blanco. No parecia una amabilidad cuando estaba siendo sarcastico. Parecia notar el cambio en mi expresion, porque se acerco a mi y me aparto el pelo de la frente. --Oye --dijo--. Lo siento. No quise hacerte sentir mal. Todavia podia oler el alcohol en su aliento, y no creia que me estuviera yendo mejor. Lo mire, con esos enormes ojos marrones, y sonrei. --No --dije--. No me debes nada. Gracias. Asintio, sonriendome, y luego se acerco a mi hasta que sus labios estuvieron sobre los mios. Su toque fue calido y suave, y el beso solo duro unos segundos antes de que se alejara. --Tengo una sorpresa para ti --dijo. --?Ah, si? --Si --respondio--. Te traje… un pastel de manzana. Esta mas caliente que el sol, y probablemente asqueroso, pero pense, ?que es el desayuno sin postre? --Puede que seas uno de los buenos --respondi. --Tal vez --dijo--. Lo intento. Una vez que comi y bebi mi cafe, me senti mucho mejor. --No eres malo en esto --dije, limpiandome la boca con una servilleta de la marca. --?Como te sientes? --Bastante bien, considerandolo todo --dijo, sentado a mi lado en la cama, hundiendo su cuerpo en el colchon a mi lado. --Anoche estaba mas que borracho, y no se si ese futon es bueno para mis articulaciones. --Tienes como veinte anos --dije, un poco indignado. --?Como puedes estar preocupado por tus articulaciones? --Atletismo --respondio--. Necesito asegurarme de que mis rodillas estan en forma si quiero ser capaz de competir. --Podrias intentar engrasarlas. --Idea sensata --respondio--. Tal vez deberias ser medico, Ace. Incline mi cabeza mientras lo miraba. --Escucha --dije--. Lamento haberme puesto muy mal anoche. No te envie ese mensaje de texto para que tuvieras que cuidarme toda la noche. --Lo se --dijo, luego me miro y sonrio. --Tampoco es por eso que te recogi, pero no me importo. Pense que era algo agradable, de verdad. --?Lo hiciste? --No eres una persona dificil de cuidar --dijo--. No vomitaste nada, asi que eso te da una ventaja en mi libro. Me lami los labios. --?Haces esto a menudo? Ladeo la cabeza, levantando una ceja perfectamente enmarcada. --Teniamos un acuerdo. Me mordi el labio inferior. --Tienes razon --dije--. Lo siento. Suspiro, y luego Levanto mi cara con un dedo torcido bajo mi barbilla. Presiono sus labios contra los mios otra vez, y supo salado y dulce. Estaba exhausta y me dolia el cuerpo, pero de repente me quede sin aliento por el, y supe lo que tenia que hacer. Lo que mi cuerpo me exigia hacer. Cuando se alejo de mi, estaba sonriendo. --Sabes a tarta de manzana --dijo. --Sabes a cafe --le respondi. Ladeo la cabeza, con los ojos entrecerrados. --?Estas totalmente sobria ahora? --Como monja --dije. Se mordio el labio inferior. --Sigue hablando asi --dijo--. Y no podre quitarte las manos de encima. --No sabia que te gustaba la mujer religiosa --le respondi, riendo mientras se arrastraba sobre mi, presionando sus labios contra los mios y bajando su cuerpo sobre mi. Llevaba un pijama muy caro, y me di cuenta de que aun llevaba el vestido de la noche anterior. La tela de su camisa era mucho mas bonita y suave que el edredon, que mi propio vestido. Pero solo me concentre en la suave tela de su camisa por un segundo, porque en el momento en que mis manos tocaron su pecho, pude sentir que mi corazon comenzaba a latir rapido, y todo mi cuerpo comenzaba a calentarse debajo de el. Sus besos fueron suaves al principio, luego mas insistentes. Respiro profundamente, presionando su cuerpo contra el mio, y yo agarre la parte inferior de su camisa y meti la punta de mis dedos en su piel sorprendentemente suave. Gimio, con su voz baja y tranquila, lo que siempre fue suficiente para volverme loca. Mi pierna subio sola, y pronto me di cuenta de que habia abierto mi cuerpo de tal manera que el suyo estaba justo encima de mi, y pude sentir lo duro que estaba, y habia empezado a mover sus caderas hacia adelante y hacia atras, solo un poco, lo suficiente para hacerme saber cuanto me deseaba. Incluso a traves de la tela de panties y sus pantalones para correr, ya sentia que iba a explotar. Hizo una pausa, por un segundo, y luego se mordio el labio inferior. --?Quieres que te coja? Lo mire. Sus ojos marrones brillaban, y habia dejado de moverse en absoluto. Sus mejillas estaban rojas, y pude ver las gotas de sudor en su frente. Cerre los ojos y asenti con la cabeza. --Dime --dijo. Volvi a abrir los ojos y lo mire directamente. Siempre habia sido dolorosamente timida. Solo que no lo era cuando estaba cerca de el. Algo me paso cuando estaba cerca de el, y fue como si quisiera ser alguien que no era. Como si quererlo, como si deseara a este hombre, porque era el primer hombre de verdad que habia encontrado, fuera suficiente para quitarme todas mis inhibiciones, y solo… pedir lo que queria. Pedir lo que necesitaba de el. Y cada vez que me hacia pedirselo, me volvia loca. --Follame, Wes --dije, mi voz temblaba. Se mordio el labio inferior, una sonrisa en su cara. --?Que dices? --Follame, por favor--, dije. Sonaba como si estuviera suplicando. Lo estaba haciendo. No habia que decirselo dos veces. Movio su mano suavemente desde mi brazo, a traves de mis pechos, a traves de mi estomago, y hasta entre mis piernas. Senti las puntas de sus dedos rozando mi cuerpo, y mi cuerpo se tenso, mi espalda se arqueo para buscar su toque. --Realmente quieres esto, ?no? --Si --dije, apenas reconociendo mi propia voz. --De verdad que si. Enhebro su dedo entre el elastico de mi tanga y mi piel, y luego la deslizo por mis piernas muy habil y rapidamente, y de repente quede completamente expuesta ante el. Se tomo un segundo, solo un segundo, para mirarme. --Mierda --dijo, mas para si mismo que a mi. Lo mire, buscando en su cara para averiguar si era algo bueno o malo, pero no tuve que esperar mucho tiempo. Antes de que pudiera averiguar lo que estaba pasando, pude sentir su aliento en el interior de mis muslos. Uso sus dedos para abrirme y luego lamio alrededor de mi clitoris, lenta y deliberadamente, esperando que reaccionara antes de insertar un dedo libre en mi, enroscandolo ligeramente y dejando que me acostumbrara a el primero. Me estaba prestando atencion, y lo senti en la forma en que su lengua se movia por mi clitoris, aplicando un poco de presion extra de vez en cuando, su respiracion se aceleraba cada pocos segundos. El me queria, tenia hambre de mi, y yo podia sentirlo con cada movimiento, con cada gemido, con cada toque. Presiono su dedo dentro mio, uno al principio, luego dos, luego otro, todo mientras me lamia el clitoris, mientras me veia practicamente morir de placer debajo de el y luego se alejaba de mi cada vez, siempre negandome la dulce liberacion de un orgasmo desesperadamente necesario. --Bien --dijo, su aliento me hacia cosquillas en la piel. --Esta bien. Lo vi arrodillarse. Deslizo sus pantalones de correr por sus piernas, y luego se los quito por completo. Mire su polla, que fue estrangulada por sus calzoncillos Calvin Klein negros, y tardo un segundo demasiado largo antes de quitarselos tambien. Le gustaba que me gustara mirarlo, pero sabia cuanto lo queria. Cuanto lo necesitaba.

  • Sigo siendo yo (Antes de ti 3) de Jojo Moyes

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  • Tipos singulares de Tom Hanks

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  • La senora Dalloway de Virginia Woolf

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    La senora Dalloway relata un dia corriente en la vida de Clarissa Dalloway, una dama casada con un diputado conservador y madre de una adolescente. La historia comienza una soleada manana de junio de 1923, con un paseo de Clarissa por el centro de Londres, gran escenario de la novela, y termina esa misma noche, cuando comienzan a retirarse de casa de los Dalloway los invitados a su fiesta. Aunque en el curso del dia sucede un hecho tragico: el suicidio de un joven que vuelve de la guerra, lo notable de la historia no es ese episodio, ni los pequenos sucesos y recuerdos que la componen, sino que toda ella este narrada desde la conciencia de los personajes y del analisis de todo lo que pasa por sus mentes antes de actuar.

  • El pueblo soy yo de Enrique Krauze

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    Un manifiesto a favor de la libertad y la palabra.

  • Seduccion: En tus brazos… y huir de todo mal I, Fabiana Peralta de Fabiana Peralta

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  • Sin alas en el sur de Angelo Azzurro

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    Sin alas en el sur es la primera novela de Angelo Azzurro, una escritora novata de Genova.
    Cuenta una historia parcialmente real, vivida entre Sicilia y Francia. Un giro romantico dara un nuevo impulso a la historia y algunos acontecimientos dramaticos nos haran reflexionar sobre el todavia demasiado oprimido y amenazado mundo de las mujeres. La protagonista es una de muchas, una de nosotras… Algunas querra sonar, algunas mas se reconocera a si misma.
    Increible pero cierto, un extracto fue premiado en el concurso y en otro la novela entera merecio una mencion especial!

  • Una Propuesta casi Indecente de Mia Del Valle

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    Su saldo no es suficiente para realizar la siguiente llamada_ Nuevamente lo mismo, mi celular sin saldo. Apoyo los codos en la mesa del comedor y descanso la cabeza en mis manos. Mi perro Lechuga mueve su cola a mi lado esperando algun mimo, acaricio su papada y rasco sus orejas, bueno mejor dicho su oreja y media, es que una de ellas la tiene por la mitad. Cuando lo encontramos en la calle era tan solo un cachorro, yo volvia del secundario andando y unos ninos malvados lo estaban torturando, lo pateaban y uno de ellos con una navaja le corto su pequena oreja. No dude ni un segundo ante semejante pelicula de terror, tome un palo que encontre en la calle y mande un fuerte y caracteristico grito de los mios. --Bastaaaaaaa, dejen ese animal ya mismo o van a ver. Uno de ellos, el mas grande, que tendria unos 12 anos se me vino encima. --Si no queres lo mismo para ti nenita, mejor vete. --Nenita tu madre mariconcito, es mejor que dejes a ese animal o te las veras conmigo --mantenia mi menton en alto tratando de intimidar a los agresores. El comenzo a reir, en verdad daba miedo, era de mi altura y robusto, un pequeno proyecto de maton, dio unos pazos y me empujo, trastabille pero me mantuve firme. La pequena bola de pelos blanca con manchones negros temblaba y lloraba, no paraba de sangrar. El otro nino dejo por un momento al animal mientras observaba la contienda que se estaba armando, tambien lo disfrutaba, dos sadicos, !que asco! --Mejor dejamos al perrito, y nos ocupamos de esta pequena putita, creo que necesita atencion --esa fue la frase antes de tocar uno de mis pechos, estiro el brazo y con una mano me manoseo. <> Puede sonar parecido al sonido que produjo el tronco rompiendo su cara, o su cara rompiendo el tronco; todo depende del cristal con el que se miran las cosas. Fue uno; no, fueron dos. Tres, si, fueron tres dientes los que escupio el gordo baboso, luego que yo estrellara el tronco en su nariz y boca. Ante el asombro del segundo nino, tome en brazos al cachorro y sali corriendo como alma que lleva el diablo. Esta bien que sea valiente, pero vamos, tampoco loca, y era seguro que en cuanto salieran del shock vendrian por mi. Corri lo mas rapido que pude, con el animal sangrando en brazos, hasta llegar a mi querido barrio. Directo a la veterinaria del senor Flanginsky, el y su hijo, me vieron entrar y colocar al sangriento cachorro sobre la camilla. No pude decir mas, me largue a llorar aflojando toda la tension que habia dentro mio. Flanginsky padre, me acompana hasta la pequena cocina, me entrega un vaso con agua, yo lo acepto con mi temblorosa mano. No puedo dejar de llorar. El buen hombre toma asiento frente a mi con los codos apoyados sobre sus rodillas. --?Maria Victoria, te paso algo?, ?te han hecho dano? --me observa con preocupacion. --No, solo al cachorro. --logro responder. --Bueno, tranquila. Tu quedate aqui, vamos a ver al pequeno. --Sale de la cocina y acto seguido entra Daniel, Flanginsky hijo. --Victoria, papa me dijo que te haga compania --intento sonreir, no lo consigo, mi labio tiembla con la amenaza de otro llanto inminente. --Gracias --logro decir. Daniel es un chico dulce y guapo, tiene un bello rostro, y espalda ancha. Es tres anos mayor que yo, vamos al mismo instituto, dentro de poco ingresara a la Facultad de Veterinaria y asi continuar con su pasion; los animales. Mas tarde llegaba mi tio por mi. Por suerte, el cachorro, mejor dicho mi cachorro, con el correr de los dias se fue recuperando hasta que por fin pude llevarlo a casa. Con media oreja menos y unos traumas, llego a ser un perro feliz. !Si hasta rie! <> Es bandido, le gusta esconder cosas, si se molesta por algo orina dentro y !rie! Amo a Lechuga. Se preguntaran porque el nombre, bueno eso no tiene nada muy cientifico que digamos, la noche que vino a casa, su primer acto de vandalismo fue tirar el bote de basura, luego de revolver todo se durmio con una hoja de lechuga encima, y asi fue su nombre, Lechuga para aqui; Lechuga para alla. Pero bueno, es mi turno de presentarme, soy Victoria, Maria Victoria Rodriguez, a sus ordenes, 25 anos, cabello castano claro, ojos miel o verdes dependiendo el clima, solterisima y en este momento de mi vida pobre, muy pobre. Bien, no se que mas contar. <>... ?ya lo mencione? Vivo con mi tio, un viejo pastelero alegre y muy simpatico, amante de la buena comida y la lectura. Solo somos nosotros, no tengo mas familia, mis padres; o mejor dicho la hermana de mi tio, la cual vendria a ser mi "madre" me abandono cuando tenia tres anos de edad, no se preocupen, casi no la recuerdo <> y mi padre; bueno, jamas supe nada de el. Mi vida no es muy interesante, estudio psicologia, estoy a un ano y medio de recibirme. No trabajo, me dedico a los libros y hacer las entregas de los pasteles en nuestra destartalada camioneta. A cambio, recibo propinas y una mesada para mis gastos. Tio Mario me entrega una humeante taza de te con limon. <> Estamos en nuestra gran y despintada casa, es muy calida, mi hogar desde que tengo uso de razon. Tio esta amasando Tortas fritas, una tipica preparacion de mi pais y un clasico de los dias de lluvia. Son unos discos de masa con un pequeno orificio en medio u ombligo como se les dice, las que se frien en grasa y luego se espolvorean con azucar. El secreto esta en comerlas bien calientes, cuanto mas calientes mas ricas y mas grande la indigestion, pero bueno, "SARNA CON GUSTO NO PICA". Como les contaba anteriormente estoy o mejor dicho estamos en bancarrota, las entradas del tio como pastelero, no alcanzan para mantenernos, y mis magros ingresos como repartidora menos que menos. Los impuestos se estan acumulando y no tenemos respiro. Dentro de algunos meses nos remataran la casa. Mi tio no sabe esto aun, temo que se enferme por tantas preocupaciones, por lo que planee pedir un prestamo estudiantil, saldar los pagos de impuestos y buscar un empleo urgente o sacarme la loteria; o !algo! Necesito un trabajo de verdad, uno de ocho horas. Es momento de dejar a un lado mis estudios y retribuir todo lo que el tio ha hecho por mi, deseenme suerte me voy al banco. --!Tio me voy! --?Pero con esta lluvia? ?A donde vas querida? --Me junto a estudiar con las chicas, vuelvo de tarde. -- se que no deberia mentirle, pero es por su bien. Beso su frente calva, coloco mis botas de lluvia, campera, bolso y me voy. En la calle el agua cae sin piedad. Abro mi paraguas transparente y comienzo a caminar en busca de un autobus, un condenado autobus que me lleve al puto Banco. Un despiadado camion, que pasa a toda velocidad por un bache hace que el agua salte empapandome de pies a cabeza. Tengo ganas de ponerme a llorar. Ganas de que alguien me abrace y cuide, una madre, un padre, un novio, alguien que aligere el stress de vivir con el corazon en la boca, por las deudas. En fin no voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar repito una y otra vez como si fuera un mantra. Sin darme cuenta choco contra una mujer la cual reacciona de mala manera insultandome y empujandome contra un semaforo, mi paraguas se rompe. <> En un momento asi, solo queda reir. No se puede hacer mas que eso, cuando las fuerzas de la naturaleza estan en contra de uno ?verdad? Claro que la "pesadilla" continua, subo al autobus que va repleto de personas. Dentro el vapor deja los cristales empanados, no hay ni siquiera una ventana abierta, el gentio mas la humedad del dia impide que se respire bien. El viaje dura unos treinta minutos, cuanto ya casi no puedo mantenerme en pie, llego a destino y bajo del sauna con ruedas. <> !No puedo creer! !Me robaron el celular! Oh si senores, claro que si, ilusa yo de viajar con el telefono en el bolsillo de mi chaqueta en un medio de transporte capitalino !repleto! Lo unico que me queda es abrazar fuerte mi bolso <> e ingresar al lujoso Banco a toda prisa. No es raro que el guardia de seguridad me observe de arriba abajo deteniendose mas de lo necesario en mi "delantera". Mi pelo es un desastre, esta pegado a mi frente por la lluvia, el maquillaje se me ha corrido, la mascara de pestanas se transformo en un gran manchon debajo de mis ojos, parezco un mapache ojeroso, la ropa esta empapada y aun gotea. <> Llega mi turno de ser atendida. Una gentil dama de unos cincuenta anos me invita a tomar asiento. Entrego mi documento de identidad y formularios completos para el prestamo, no es tanto dinero el que necesito, solo diez mil dolares. A cambio traigo como respaldo las escrituras de mi casa que estan a mi nombre. Uno de los tantos resguardos de mi paranoico tio. En el caso de que le suceda algo, yo pueda contar con un techo donde vivir. Y no terminar siendo una indigente que viva en las calles con un carro de supermercado rodeada de perros; textuales palabras suyas. "Nena, estudia mucho. No soy eterno, en algun momento no estare. Y si eso ocurre ahora, !puedes terminar viviendo en las calles!, salvo que te saques la loteria o te cases con un viejo calvo y millonario" Mi respuesta siempre era la misma "Jamas me casare, prefiero jugar a la loteria". --Buenos dias. Tome asiento por favor, enseguida ingresamos los formularios --pide amablemente la ejecutiva. --Gracias senora, hoy fue un dia un poco complicado. Creo que mi cuota de mala suerte queda cumplida con la tarde de hoy. --Comento al tiempo que cuelgo mi ensopado abrigo en el respaldo de la silla. --Bien, nombre completo ?Maria Victoria Rodriguez?-- escribe sin mirar la profesional empleada. --Correcto... --?Segundo apellido? --la pregunta que atormento mi vida desde nina. --No hay segundo apellido. --tengo mis manos entrelazadas sobre el escritorio, estas comienzan a transpirar. --Lo siento --se disculpa incomoda. --No lo haga, no hay problema. De nina me era mas dificil responder esa pregunta. Por suerte ya no. --Comento en un balbuceo, mientras descascaro el esmalte de mis unas. Cuando ingresa mis datos en el ordenador la observo. Cuanta elegancia. Viste falda y chaqueta negra. Cabello castano no muy largo, gafas sin montura, anillos y en su cuello una cadena de oro, que lo mas cerca de ella que puedo estar es sacando una foto con mi telefono, desde fuera de la joyeria; claro, eso si tuviera movil. Tendra unos cuarenta anos; quizas mas, es bella y educada. Corroboramos unos cuantos datos mas y !CATAPLUM! O algun sonido onomatopeyico que pueda reproducir el de mi culo cayendo al suelo a causa de la noticia que recibo. --Bien senora Rodriguez, solo nos faltaria la firma de su esposo para poder ingresar el pedido de prestamo. En el caso de los matrimonios firman ambos conyuges. <> !Pero si esa palabra no entra en mi vocabulario! --!No!, disculpe pero debe haber un error. Yo no soy casada --Me produce risa imaginarme casada, pero !no definitivamente no! Es que nunca estuvo en mis planes el matrimonio, ni lo estara. --Pero en el sistema figura que usted esta casada con.... --la elegante y desquiciada mujer corrobora en su ordenador. Y con sus lentes apoyados en la punta de la nariz escupe el nombre -- Senor Federico Betner --en ese instante, fue la primera vez que escuche su nombre. Su maldito nombre. Respiro hondo. Trato de explicarme mejor. Aclaro mi garganta. --Perdon senora, pero le repito. !Yo no estoy casada! --noto que poco a poco me voy alterando. El tono de mi voz aumenta unos decibeles, esta bien que tenga una buena actitud ante la vida, y que trate de sacar lo positivo a cada situacion. Pero esto es simplemente !demasiado! --?Te separaste? <> --!Pero como mierda hago para que entienda, no se quien cuernos es ese hombre! --la palma de mi mano golpea fuerte sobre el escritorio de la loca mujer. Tocan mi hombro. Un guardia de seguridad, me advierte que baje la voz o tendre que salir del recinto en ese momento. Levanto mi dedo indice y pido solo un minuto. --Disculpe mi manera de hablar, pero le juro soy soltera. Jamas me case, ni comprometi, es mas no tengo novio,... !si hasta soy virgen! Le ruego me crea --Estoy temblando y ahora si noto que estoy perdiendo los modales. Tengo ganas de romper todo y gritar, no puedo controlar mas mis ganas de llorar. Una lagrima escapa, la limpio rapido con mi mano. --Bueno senorita, aqui le anoto el nombre de su NO esposo, hablelo con el y arreglen sus asuntos --y si los estaba por perder, a mis modales me refiero, en ese instante los pierdo por completo, y lejos estoy de encontrarlos nuevamente. Estoy furiosa e indignada y escupo toda la mierda que venia conteniendo --!Que no soy casada! !ESTUPIDA MUJER DE LENTES DE VIEJA! --grito a todo pulmon antes de ser sacada a la fuerza del Banco. <> Miro el post it amarillo que hay en mi mano. Federico Betner, debo conseguir la direccion de este hombre. Todo es muy raro, estas cosas no pasan, bueno o no deberian pasar. Esa noche en la seguridad de mi hogar, salgo del bano, ya con mi pijama puesto y una toalla en la cabeza. La ducha de hoy duro mas de lo que acostumbro. Pase cuarenta y cinco minutos bajo el agua tratando de limpiar esa mezcla de frustracion y enojo, con la musica a todo volumen. Hay dias como el de hoy, en el que disfruto el tener musica en el bano. Un capricho un tanto excentrico de mi tio, el cual adopte yo tambien. Menos mal que en casa hay dos retretes, porque con este chiche, demoramos bastante mas de la cuenta en banarnos. Entro en mi dormitorio.

  • La septima silla de Constanza Sartory

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    La psiquiatra Elina Amille esta a punto de retirarse de una prestigiosa carrera de mas de 35 anos. Sin embargo, mediante un acontecimiento inesperado, descubre que existe una forma de saldar, aunque sea en parte, una dolorosa deuda que tiene con el pasado.
    Por otro lado, seis mujeres de distintas edades y ocupaciones, se encuentran al iniciar un novedoso tratamiento a traves del cual pretenden arreglar sus desastrosas vidas.
    El destino se encarga de cruzar los caminos de estas siete mujeres, dando por resultado una compleja historia de suspenso, romance, drama y humor.

  • Delitos de pasion de Adrian Aragon

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    Una mujer desaparece en la ciudad de Nueva Orleans (Luisiana) sin dejar rastro. Su novio acude a la policia para denunciar el hecho. Los detectives Daniel y Katherine son los encargados de buscar alguna pista del extrano suceso, ya que no parece haber ni un sospechoso ni un movil.

  • Cupido me ha dado fuerte de Carolina Vivas

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    !17 RELATOS QUE HABLAN DE AMOR!
    Dicen que los escritores romanticos y con buena imaginacion siempre aprovechan el 14 de febrero para contar una linda historia de amor. Es que a veces sacar tu lado cursi tiene su ventaja, aunque aqui, entre flores y corazones, tambien encontramos formas diferentes de amar. Asi que, !hay para todos los gustos!
    Eso de esperar demasiado de nuestras parejas un dia tan comercial no se los recomiendo, la verdad, pero aqui si se puede sonar, es mas: !te sorprenderas!
    !Lean los relatos y descubran su favorito!
    Asi conoceras a varios clientes dificiles de Cupido, veras estrellas con Eros. o, simplemente mantendras tu lado romantico a flote porque el amor es contagioso.
    !Disfruten!

  • Raven de Akara Wind

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    "Tres veces burlaras a la muerte para despertar el poder de la luna y la luz de su interior devorara las sombras para guiar el destino de la humanidad"

  • El coleccionista de pesadillas de A. Vega

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    Odiaba su trabajo. Lo reconocia. Pero no le quedaba otro remedio que acudir cada noche a la morgue. Miro el cielo estrellado una ultima vez antes de comenzar su turno. Entro en el frio edificio pegado al hospital publico. Sus pisadas resonaron en el silencio del lugar. Las luces parpadeaban sobre el proyectando sombras que cualquier otro les resultaria aterradoras. Para el no eran mas que sombras. Estornudo ante el intenso olor a productos quimicos, nunca se acostumbraria a ese olor. Aseptico, a limpieza compulsiva, como si fuera posible eliminar el olor a muerte. Estuvo a punto de reir pero se contuvo. La muerte no se podia eliminar, tampoco enmascarar, ni ignorar, o maquillar. La muerte era el ultimo vagon del viaje en el que todos los seres vivos de la Tierra tenian un billete en preferente. Fue directo a la sala seis. Abrio la puerta de metal e ingreso en la amplia habitacion. Paseo la mirada y comprobo que habia seis camillas extendidas, todas vacias menos una. Ahi estaba. No iba a perder tiempo. Odiaba su trabajo, el olor a lejia y otros productos quimicos que no era capaz de identificar, la frialdad de aquel lugar. Se acerco hasta la camilla observando al ocupante. Era un nino, no podia decir que edad tenia pero no eran mas de diez anos. Era mas que evidente el motivo de su muerte. El gran agujero en la cara no dejaba dudas acerca de como y por que murio. Se coloco frente a el, observandolo con atencion, imaginando durante unos segundos como seria su vida. Le llegaron a la mente miles de imagenes intercalandose unas con otras, algunas eran recuerdos propios otras no tenia ni idea de donde llegaban pero todas la mostraban la ilusion de la vida, el sentimiento de invulnerabilidad, la sensacion de que tenia toda una vida por delante y ni siquiera sabia que era la muerte. Los ninos y las ninas eran todos iguales. Fragiles, fuertes, llenos de esperanza, de magia, de suenos, de pesadillas, de ilusiones, de... Escucho un crujido. Se tenso. Miro a su alrededor. Volvio a oir el mismo crujido. Era como un rasguno en la piedra, como el crepitar de la madera en el fuego. Muy debil, pero se escucho con claridad. --A... Contuvo el aliento. Juraria que... --Ayuda. Si, habia oido una voz. Debil, un susurro desgarrador. Suspiro con pesar y volvio a mirar al cuerpo tendido en la camilla. La herida le desfiguro el rostro, era un boquete que le revento parte de la frente, la nariz y los ojos. Tan joven... --Ayuda. Miro a su alrededor comprobando que estaba solo. ?Ya habia dicho que odiaba su trabajo? Cada noche era igual y, por desgracia, cada ano que pasaba era mas la carga de trabajo que le tocaba cubrir. La morgue siempre estaba llena y esa noche podia considerarse afortunado al ver que solo habia un cuerpo en las camillas. --Ayuda. Dio un respingo saliendo de sus pensamientos. No podia perder el tiempo. Habia llegado la hora. Se acerco otro paso hasta el nino, llegando a rozar el frio metal con sus dedos. --Ayuda. Lo volvio a escuchar, una y otra vez, como una cancion salvaje y desesperada que queria llegar a todas partes y a ninguna. Se agacho hasta quedar a la altura de la cara del infante. Abrio su boca y aspiro. --Ayuda. Ese lamento desesperado se acallo en el momento en que succiono el alma del nino. Sabia amarga, como los sentimientos de miedo y dolor que le inundaron segundos antes de fallecer. Tuvo que apoyarse contra la camilla al visualizar los ultimos minutos de vida de su objetivo. Risas, bromas. Lo vio jugando con sus hermanos mayores. Un reto. Carcajadas. Burlas. ?A que no te atreves? La decision que cambiaria para siempre su destino. Abrio el armario donde su padre guardaba las escopetas de caza. Salieron al patio. Todo ocurrio muy rapido. El disparo no dolio pero al cabo de unos segundos todo su mundo se redujo a un terror abrasador que lo asfixio. ?O era su sangre? No podia ver, las palabras se atoraron en su garganta. Solo podia oir los gritos de sus hermanos, los de su madre... Y lo ultimo que le paso por la cabeza antes de que la oscuridad lo engullera por completo alejandolo del dolor y el miedo fue: ?A que no te atreves? El recuerdo se apago, como cuando decides detener la pelicula que estabas viendo. Durante unos segundos el miedo del nino fue suyo y estuvo a punto de gritar. Siempre era igual. Era su maldicion. Poder sentir a traves de los ultimos recuerdos de sus objetivos. Cuando todo paso se movio hacia la puerta. Ya habia acabado su trabajo. Sus pasos volvieron a resonar en el silencio del lugar. Fue directo hacia la salida. Cuando estaba a punto de abandonar la morgue escucho un sonido que lo sobresalto. Se giro hacia la derecha. El ascensor se abrio y vio a una humana. Esta miro hacia donde el estaba. Se puso nervioso esperando a ver que hacia ella. Queria... queria... Ella continuo su camino, pasando a traves de el en direccion a la salida. El suspiro desilusionado y comenzo a reir. Queria que lo viera pero si eso sucedia, significaba que ella estaba a punto de fallecer. El no era mas que una sombra, un viento helado que sentian los humanos cuando pasaba cerca de ellos, un crujido en la noche, un siseo, un... --?Quien eres? ?Que haces aqui? Abrio los ojos y no podia creer lo que estaba pasando. La humana se habia girado, con la mano en las barras de la puerta. Lo estaba mirando fijamente. !Lo veia! No supo que responder. Siglos esperando que le sucediera algo parecido y no supo que decir. --!Voy a llamar a Seguridad! Comenzo a caminar acercandose a ella. Con cada paso la humana elevaba el tono de su voz, lo amenazaba, se veia que le tenia miedo, podia escuchar los alterados latidos de su corazon. Estaba a punto de alcanzarla. ?Podria tocarla? ?Rozar su suave piel? ?Notar el calor de su vida antes de que se apagara para siempre, antes de que no fuera mas que una voz a la que salvar en la noche? Extendio el brazo y cuando estaba a punto de tocarla el suelo se abrio y lo engullo, cayendo al vacio. Los gritos de la mujer lo acompanaron mientras descendia al mundo de la muerte. Rompio a reir mientras caia, abriendo los brazos y disfrutando de esa sensacion de libertad absoluta. No importaba. Seguro que pronto veria de nuevo a esa mujer. Succionaria su alma. La transportaria al mundo de los muertos donde se enfrentaria a su destino final. No sabia que habia mas alla de esa oscuridad que era su mundo. Le tenian prohibido ir mas alla. El estaba condenado a vagar entre el luminoso mundo de los vivos y de los muertos, recolectando almas. Con cada alma le quitaban peso a su condena. Ya perdio la cuenta de cuanta condena le quedaba realmente. ?Importaba? No recordaba su vida como humano pese a los pocos flashes de su pasado que aparecian en su mente. No tenia claro si eran suyos realmente o fruto de todos los recuerdos que absorbio al cabo de los anos. ?De verdad fue humano antes de convertirse en uno de los muchos mensajeros de la muerte? No le importaba. Su vida era acudir cada noche a la morgue y transportar el alma o las almas que alli encontrara. En el momento en que llego al final del tunel, vomito el alma, un proceso que le producia dolor. Lo agradecia. Ya no sentia nada, solo podia percibir emociones a traves de su trabajo. Pudo ver el alma del nino. Ojos azules. Tenia los ojos azules, penso, mientras le senalaba una luz que se veia a lo lejos.

  • Entre el deseo y el amor de Stefania Gil

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    Dejate llevar por esta novela que esta cargada de erotismo, pasion y romance en la epoca mas bonita del ano. Ryan Griffin es un hombre guapo que se conforma con tener a Vanessa a su lado porque no quiere encontrarse solo. Le teme a la soledad y por ello aguanta cualquier manipulacion proveniente de la mujer que todos parecen querer sacarle de encima.Lo que los demas no saben es que Vanessa es su zona de confort. Para Ryan, acercarse a una chica desconocida y dar ese primer paso para conocerla representa un verdadero estres.

  • El Hambre Invisible de Santi Balmes

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    A partir de un accidente en un concierto, Roman Spinelli, alias, Equilibrista, llega a la conclusion de que su vida debe replantearse por completo. La caida no ha sido unicamente fisica, sino que simboliza un accidente mucho mas profundo y abarca todos los ambitos de su vida. Este es el punto de partida de un libro en el que el protagonista debera emprender un viaje hacia las profundidades de si mismo, una ciudad interior llamada Bruma, habitada por alter ego de la mas diversa indole, a menudo contradictorios y todos ellos extremos.
    El Hambre Invisible es una novela con trazos de autobiografia, ensayo, poesia, diario y regresion. En ella experimentaremos la necesaria busqueda de nuestra esencia como personas, de comprender lo que nos define, y de paso, identificar a nuestro enemigo interior a traves del dialogo con uno mismo.
    En definitiva, estamos ante un mapa del alma que puede ayudar al lector a configurar el suyo.

  • El tiempo es algo muy liviano de Aurea Vicenta Gonzalez

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    En un futuro inmediato, entre avances tecnologicos que ya se atisban hoy, tres generaciones de mujeres perseveran en su empeno: ser ellas mismas.
    La atenta contemplacion de un lienzo de El Greco ofrecio en su dia a la mas anciana la expectativa de un hallazgo por el que todavia lucha con denuedo, pese a la edad.
    El afan de estudios superiores aproxima a la mas joven con su ancestro, al tiempo que su capacidad de empatia crece y se manifiesta.
    El respeto obra el milagro de la reconciliacion con el pasado, algo que jamas llego a imaginarse la protagonista.
    Amistad, lealtad, temores, dicha, desilusiones, esperanzas..., todo puede acarrearlo la vida sin que importe la edad fisica del ser humano ni la epoca en la que discurra su existencia ya que segun el poeta "Hoy es siempre todavia".

  • Perdido en las olas de Javier Romero

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    Tristemente, la historia de Pau es muy comun en nuestros dias. Ninos que, un dia si y otro tambien, son el dano colateral de una violencia de genero grabada a fuego en nuestra sociedad y que se ha convertido en el pan nuestro de cada dia. Ninos que no creen en la fantasia y que ven como su infancia se trunca por un amor enfermizo y que, en la mayoria de las ocasiones, ni tan siquiera pueden disfrutar.

  • El mundo azul. Ama tu caos, Albert Espinosa de Albert Espinosa

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    El caos es lo que te hace diferente. Lo que la gente no entiende de ti o lo que desea que cambies. Pero el caos es parte de uno, por ello, cuando alguien no te entienda dile:

  • Los Roockford de Mara Caballero

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    Devan Roockford se entera de una noticia importante: su padre ha sufrido un infarto y de paso se entera de la nueva crisis de la empresa de la familia. Inmediatamente viaja desde Los Angeles a la ciudad de Londres despues de anos de haberse marchado para buscar su propio camino lejos de su pasado.
    Anne Freeman es la directora de una revista de moda en Espana, decide ir a Londres cuando su madre le informa del infarto de su padrino; A su llegada descubre que Devan esta en la ciudad y despues de un suceso tragico, ella se entera de la crisis de la empresa de los Roockford, encuentra una solucion y la propone a Devan, este duda pero ambos deciden dejar a un lado sus diferencias del pasado, entonces elaboran un contrato donde al final hay una clausula muy importante donde se especifica que durante un ano ante el mundo seran.
    Los Roockford.

  • Seductora inocencia (Knight 1) de Gaelen Foley

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    La venganza los unio, ?los separara el amor?

  • Wylding Hall. La Mansion de Elizabeth Hand

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    A raiz de la misteriosa muerte de su cantante principal, los jovenes miembros de una legendaria banda de folk rock se encuentran en Wylding Hall, una antigua casa de campo inglesa, con sus propios y oscuros secretos. Alli grabaran Wylding Hall, el album que les consagrara y marcara un antes y un despues en su trayectoria… pero a un coste aterrador, cuando Julian Blake, su nuevo cantante, desaparece en el interior de la mansion para no volver a ser visto.
    Ahora, anos mas tarde, cada uno de los musicos supervivientes, sus amigos y amantes --incluyendo un psiquico, un fotografo y el manager de la banda-- se reunen con un joven documentalista para contar su propia version de lo sucedido durante aquel verano. Pero, ?cual es la historia verdadera? ?Y que le ocurrio realmente al joven y talentoso Julian Blake?

  • El es mi Sueno (Suenos y Pecados 1) de C. H. Dugmor

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    Un amor en secreto sera la tortura mas larga de su vida. A Shirley Sandoval se le ha olvidado sonar. Ha dejado atras todas las pasiones por las cuales suspiraba cuando era nina. Su rutinario vivir la ha llevado a repetir error tras error y lo peor del caso es que ella lo ha permitido. Se ha dejado llevar por el conformismo de ser una mas del monton. “Las oportunidades llegan una sola vez en la vida y hay que aprovecharlas”. Eso es lo que profesa ella dia tras dia. El problema es que ni ella misma se lo cree. Sin embargo, la vida le tiene preparada una sorpresa. Una oportunidad que ella no esperaba, llegara y ella debera decidir si renunciar a sus realidades para ir detras de sus suenos. Un amor turbio se cruzara en su camino. El es su sueno y lo ha sido desde hace muchos anos atras. No obstante, su realidad pasara a ser su peor enemiga y le recordara constantemente que los suenos son solo eso, suenos. Pecados, tentaciones y mentiras se convertiran en parte de su dia a dia. Londres sera testigo de una pasion de ensueno.

  • Dejame estar a tu lado de Toni Fernandez

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    Diez anos es mucho tiempo pero no el suficiente para olvidar lo sucedido.
    Sergio vive controlando su presente. Tiene claro lo que quiere en la vida: seguir siendo la persona en la que se ha convertido. Pero algo se le escapa de las manos y le hara recordar lo que es sentir miedo de nuevo.
    Mireia no puede creer que haya regresado. Ahora cuando todo parecia en calma. Pero no viene solo y mucho menos con las manos vacias. Debera preparase para lo que esta por venir.
    Luchar juntos no es una opcion, amarse tampoco. Y es que cuanto mas huimos del pasado, mas posibilidades hay de que nos encuentre.

  • Rebelion electronica de andar por casa de Esther Mor

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    “El robot Roomba, en un alarde de independencia y autonomia, se habia puesto en marcha. Solo. Y se dirigia hacia mi. Amenazante. A velocidad constante. Intente salir de su radio de accion, pero, de una manera inexplicable, parecia perseguirme. Eso no era posible. Mi mente racional no daba credito. Avance por el pasillo con el condenado electrodomestico siguiendo mis pasos a corta distancia. Cuanto mas aceleraba la marcha, mas parecia hacerlo el tambien.”
    ?A que se enfrenta Maribel?
    ?Es una rebelion local, un odio visceral enfocado unicamente a nuestra protagonista o esta toda la humanidad en peligro?
    Ella esta a punto de iniciar una aventura perseguida por aquello que el ser humano ha creado para facilitar su vida cotidiana, ?quieres acompanarla?

  • Te seguire de Yunuen Galvan

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    Alice es una chica enamoradiza y fria que perdio a su primer amor por miedo. Despues de varios anos la vida le volvio a poner una nueva persona en su camino; pero, ?Que pasara si su viejo amor aparece de nuevo?, ?Sera capaz de dejar ir una nueva oportunidad para regresar a donde siempre tuvo el sueno de estar?"Te seguire" es una obra que aborda el tema del amor no correspondido y las diferentes maneras en las que se llega a superar los sentimientos; trata de una manera sutil el hecho de que en muchas ocasiones por intentar perseguir a una persona que no esta escrita en tu destino, te olvidas de ver quien si lo esta.

  • El secreto de Breton de Vicente Garrido , Vicente Garrido Genoves

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  • 23 de octubre de R. Freire

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    Laura es feliz: es joven y hermosa, esta a punto de firmar su primer contrato para una importante campana publicitaria y la vida le sonrie. Sin embargo, todo cambia en unos segundos. Un inesperado y absurdo accidente la aleja de todo aquello por lo que habia luchado y hace que descubra recodos dentro de si misma que jamas habia sospechado que existieran. Ahora tendra que empezar de cero, porque el mundo ha resultado ser un lugar mucho mas complicado de lo que ella pensaba.
    "Me siento como si tuviera que hacer borron y cuenta nueva, como si todo lo conseguido durante mis primeros veintidos anos de vida no sirviera para nada y tuviera que aprender a vivir de nuevo."
    "No puedo pasar por alto el hecho innegable de que, desde que llegue aqui, Javier ha desaparecido por completo de mis pensamientos y, en su lugar, se ha instalado una chica ni muy guapa ni muy fea que tiene un gusto horrible para vestir y que lleva unas enormes gafas de pasta."
    "Tengo que llegar al fondo porque no soporto ser un segundo plato, y no lo soporto porque quiza, solo quiza, una parte de mi empieza a preguntarse si esta aventura podria llegar a ser algo mas profundo de lo que me gustaria admitir."
    "Nuestro primer beso es suave y furtivo, apenas ha durado dos segundos. Separandose, mi amiga me mira atentamente. Nuestros ojos se cruzan, dan permiso, invitan a investigar mas este dulce caramelo que apenas hemos saboreado."
    "Es como si Sandra tuviera la llave, la clave secreta que da acceso directo a mi interior. Sin que pueda comprender lo que sucede, de pronto la noto en todas partes a la vez, en mi boca, en mi sexo... en mi mente."
    "Aqui, en este apartado lugar del mundo, no existen mis cicatrices ni el 23 de octubre. Aqui no puede pasarnos nada malo."

  • Un idilio por los pelos de Ariadna Baker

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    Siempre tuve vocacion de peluquera. Recuerdo que desde nina ya me encantaba peinar a mis amigas, incluso a mi madre, que tenia una larga melena negra como una india. Con mis pequenas manos le hacia unas maravillosas trenzas y recogidos que todo el mundo me celebraba. Las horquillas que le ponia por aqui y por alla eran casi mas largas que mis dedos. --Te veo peinando a las famosas, carino --solia decirme cuando todavia ni habia hecho mi Primera Comunion. Sus palabras me llenaban de orgullo. --?A Madonna? --le preguntaba, ingenua de mi. --A Madonna y a todas las top models y actrices de Hollywood. Ese era mi sueno a esa edad, pero mi padre tenia otros planes de futuro para mi y para mi Marta, mi hermana gemela. Con ella no tuvo ningun problema porque tenia muy claro que queria ser ginecologa, sin embargo, cuando yo termine la ESO y quise matricularme en una academia de peluqueria, me lleve el chasco de mi vida, y es que me di de bruces con un muro inquebrantable. --De eso nada, Ingrid. Quiero que mis dos hijas tengan una carrera universitaria, asi que termina el Bachillerato y ya veremos a que universidad te envio despues. --Pero ?por que? --proteste. --Porque lo digo yo, y punto --asi de tajante ha sido siempre mi padre. --Luciano, deja a la nina que estudie lo que a ella le guste --intervino mi madre. --Eso, Fabiola, tu ponte de su parte como siempre. ?Es que en esta casa no tengo voz ni voto? Cuando se ponia asi, no habia quien pudiera con el. Y eso de que no tenia ni voz ni voto... en fin. Mi padre no es mala persona, pero si de ideas fijas. En cuanto a mi madre, tiene un caracter muy blando y siempre se ha dejado llevar por el para evitar enfrentamientos, cosa que nunca he entendido. Una cosa es ser un gallo de pelea y estar a la gresca a todas horas y otra que no se impusiese en casos como este que estoy contando. Por aquellos dias me harte de llorar, viendo que no habia nada que hacer. Habia intentado hablar un par de veces mas con el, pero en ambas con el mismo resultado; cero patatero. --No te preocupes, cielo --me dijo mi madre una manana cuando el se marcho a su consulta de dermatologia a trabajar--, sabes que solo quiere lo mejor para vosotras dos. --?Es que lo vas a defender? Tu tambien sabes que quiero estudiar peluqueria, ademas, que no me veo yo estudiando una carrera. Yo no tengo el coco de mi hermana ni de cachondeo. Eso era cierto. Los libros no estaban hechos para mi y me costaba la misma vida metermelos en la cabeza. Marta era harina de otro costal. Ella disfrutaba devorandolos y siempre sacaba las mejores notas de clase, pero yo iba aprobando cada curso por los pelos. Esa era otra de las razones que me llevaban a querer ser peluquera. --A ver, hija, no es eso lo que quiero decir --prosiguio--. Me refiero a que todavia eres muy joven, estudia algo que no te resulte muy complicado y luego ya se vera. Cuando tengas tu titulo universitario en la mano, lo mismo cambias de opinion. O el. Pero hoy por hoy... tu sabes. Si, si sabia lo que queria darme a entender. A mis dieciseis anos, estando bajo el mandato de mi padre, lo tenia muy crudo. Y lo de emanciparme era inviable; con esa edad y sin ninguna experiencia laboral, dificilmente iba a encontrar un trabajo que me permitiera irme de casa para poder hacer con mi vida lo que me diese la gana. El dia que termine el Bachillerato y le anuncie a mi padre que habia decidido estudiar Enfermeria, se conformo a medias. --Pues hija, para eso, por un poco mas de esfuerzo, estudia Medicina. Hasta ahi podia llegar la broma, pense. Seis anos de carrera y uno preparando el MIR volviendome loca ya del todo. Ni de cona, vamos. Precisamente lo que yo queria era ganar tiempo. Mi plan era estudiar una carrera de cuatro anos y luego... a correr. Para entonces una tendria otra edad y mi padre no podria echarme ya el freno tan facilmente. Seguia empenada en ser peluquera tarde o temprano. --No, papa. La medicina para Marta. Ella ha salido a ti, pero yo no llego a tanto --le replique. Bueno, en realidad, Marta habia salido a los dos, porque mi madre tambien estudio en su dia Veterinaria. Ejercio como tal durante unos anos, pero un problemilla de salud que ahora no viene al caso la obligo a retirarse. El, que era consciente de que yo no estaba tan capacitada para los estudios, debio entender que era preferible que me metiera a hacer Enfermeria a que le dejase la carrera de Medicina a medias por no poder abarcar tanto. El asunto es que nosotros viviamos en un pueblecito del sur de Huelva que estaba a bastante distancia de la capital, de manera que me quedaba mas cerca la universidad de Cadiz que la onubense. Esa otra tierra a orillas del Atlantico siempre me ha llamado mucho la atencion, asi que vi ahi la oportunidad de matar dos pajaros de un tiro: pasar unos anitos en la capital gaditana y, de paso, vivir una nueva experiencia, lejos del seno familiar. Por suerte, en eso mi padre no puso ninguna objecion. --Muy bien, pues ya sabes. Ve buscandote por internet un piso de esos compartidos para estudiantes. Para ti y para tu hermana, claro. --Pero !papa! --protesto Marta. --Ni papa ni gaitas --otra vez le salio su vena mandataria--. Os ireis las dos juntas a Cadiz, asi os estimulais la una a la otra con los estudios. Mi hermana tampoco fue capaz de quitarle la idea en lo tocante a ella. Marta llevaba para entonces tres o cuatro meses saliendo con Claudio, un chaval de nuestro pueblo bastante guapo y espabilado que habia montado una ferreteria. Aunque nunca llego a decirlo, yo sabia que Claudio no era para mi padre santo de su devocion, y no porque el chaval fuera un pintillas ni nada por el estilo. Al reves, era un chico guapo, con muy buena presencia y bastante majete. Como cada uno sabe lo que hay en su casa, yo conocia bien la mentalidad de mi padre (distinta tambien en ese sentido a la de mi madre) y sabia que a el Claudio le parecia poca cosa para su hija, aunque no lo dijese. En el plan iba yo tambien por delante. Sus hijas tenian que casarse con alguien de mas nivel, esa era su pretension. Nunca he llegado a entenderlo, la verdad, pero el es asi. Ahora bien, si me hubiese visto por entonces en la misma papeleta de Marta, ahi si que hubieramos tenido un buen rifirrafe mi padre y yo. En el amor no parto peras con nadie, pero por aquellos tiempos yo no tenia pareja aun. Hasta entonces solo habia salido con un chico, hijo de un farmaceutico del pueblo, y nada mas que dos meses. En cuanto a mi hermana, tuvo que jorobarse con lo que habia, aunque tampoco era un drama: iriamos a diario a clase en Cadiz y los fines de semana tirariamos las dos para casa. Al comenzar el verano nos pusimos como locas a buscar piso. Llamamos a un monton de telefonos, pero nos encontramos con que la mayoria de las habitaciones ofertadas en los anuncios ya estaban apalabradas. Ademas, nosotras queriamos habitaciones independientes, a lo que estabamos acostumbradas desde siempre. Eso nos complicaba mas aun la busqueda. --No, si ya veras tu --decia Marta--, me veo metida en una pension. --Que exageradas eres, por Dios. Todavia queda mucho verano por delante. Asi era, pero no seria hasta finales de agosto cuando dimos con el piso ideal en el que poder vivir las dos durante nuestros anos de universitarias. No obstante, cogimos un tren y fuimos a verlo con nuestros propios ojos, que las fotos a veces enganan mucho. Aquellas le hacian justicia. El piso estaba situado en la ultima planta de un elegante edificio del paseo maritimo y tenia unas preciosas vistas al mar. En el vivia Mariola, una joven profesora de instituto. --Todo este tiempo han vivido aqui Saray y Rocio, pero ellas ya terminaron sus estudios a finales de junio y se volvieron para San Roque --nos explico --. Luego he alquilado las habitaciones por quincenas a gente de fuera, porque en esta zona se paga un paston en verano. --Tiene que ser una gozada vivir aqui todo el ano, aunque no sea en epoca de playa ?no? --le pregunte mirando absorta por la ventana. --Lo es. A mi me da igual que sea pleno invierno. Muchas mananas de domingo me bajo con el chandal y las deportivas y me voy andando por la arena hasta Torregorda. --?Donde esta eso? --Para alla --senalo con el dedo a la izquierda--. Cerca de San Fernando ya. Un dia segui y segui y me plante en La Isla. Otras veces tiro para el campo del Sur. --Parece un bloque muy tranquilo, ?verdad? --fue Marta la que se lo pregunto. --Relativamente. En verano hay mas ajetreo porque muchos propietarios tienen esto como segundas viviendas y las alquilan por temporadas, ya sabes, por semanas, quincenas... segun les convenga. Los unicos de esta planta que vivimos siempre aqui somos Elena y yo. --?Elena? ?Una pelirroja muy alta?

  • La Asistente De Boda Del Jeque de Jessica Brooke

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    Alana Fiora asimilo la magnitud del palacio arabe, un monumento en piedra tallada y marmol en el pais de Al-Marasae; una maravilla que nunca hubiera pensado que veria en persona. Su madre, que habia crecido en el Libano, le habia contado historias de lo asombroso que habia sido el Palacio Beiteddine cuando se abrio al publico durante el Festival Beiteddine. ?Pero esto? El palacio de la familia real Hassem estaba mas alla de todo lo que podria haber imaginado. No estaba segura de que era lo que esperaba cuando su padre le dijo que trabajaria en el palacio unos pocos meses. Pero su mente habia evocado imagenes del Taj Mahal, con sus blancos chapiteles resplandecientes alcanzando el cielo o las grandes bovedas hinchadas como lagrimas de oro asentadas en torres enormes. Lo que le esperaba aqui era un palacio con exteriores en austera arenisca rosada, con apagados chapiteles, que parecian mas bien torres de un castillo europeo. Si se mirara con detenimiento, se podria ver las bovedas relucientes a traves de las esquinas y la cupula en alto, todo ello disimulando un exuberante arco iris de color increible y la decoracion interior. El salon de entrada le recordaba, extranamente, a las navidades. Los mosaicos geometricos pintados que cubrian sus muros en verdes y rojos brillantes incorporaban caligrafia tallada que danzaba por todo el salon. Alana se dirigio a la biblioteca del palacio (o a una de ellas, en todo caso) donde, se le habia informado, se encontraba el principe primogenito Jeque Dharr Hassem. El jeque Dharr era su mision aqui en Al-Marasae, el futuro novio. Con veintisiete anos y con muchos anos de universidad a sus espaldas, no le habia parecido algo demasiado normal convertirse en experta de organizacion de bodas. No, mejor borrar eso, asistente experta en organizacion de bodas. Su madre, Lena, habia sido quien habia sido contratada por la familia real. Sin embargo, las bodas islamicas eran basicamente un contrato legal y Gabriel Fiora habia decidido que el reluciente nuevo titulo de Derecho de Alana era justo lo que su madre necesitaba llevar con ella a Oriente Medio. El curro, aun asi, venia con un magnifico beneficio para ella: para hacer el trabajo deberia de ser ascendida de asistente juridico a abogada en practicas. Alana nunca habia oido de ningun caso semejante, aunque tampoco habia oido que alguien graduado en Derecho fuera contratado como asistente legal para empezar. Aun con su diploma, era el unico trabajo disponible en el bufete de su padre y el se habia resistido a la idea de que ella trabajara para cualquier otro. El era su padre, despues de todo, asi que en aquel momento cogio el puesto, aunque ahora estaba mucho mas contenta con la promocion. Su padre parecia confiar unicamente en ella para este trabajo, lo cual era gratificante, aunque un tanto extrano. Todo el asunto era un tanto raro, empezando por la manera en que se lo presento. Ella recordaba que la habia llamado desde su oficina una noche hacia las nueve. Alana tambien estaba alli, tratando de sacar algo en claro de todos las caligrafias deficientes y archivos mal nombrados. Gabe dijo que habia perdido una apuesta sobre un recorrido de golf y que se habia quedado mas tarde de lo normal hincando el diente a un trabajo de machaca para uno de los socios de mas arriba en el escalafon corporativo. El queria saber si recordaba los rumores que habian rondado en la bolsa sobre cierto jeque de un pequeno pais de Oriente Medio llamado Al-Marasae, cerca de Arabia Saudi y los Emiratos Arabes Unidos. Alana habia recordado los rumores. Le habian asignado alguna comprobacion de hechos en Hassem Petroleum, Inc., puesto que era a la vez cliente de Singer, Winchester and Cole, asi como una inversion de muchos de sus empleados. Habia oido rumores de que el heredero del jeque reinante habia resultado envuelto en algun tipo de controversia. Alana nunca acabo de identificar exactamente lo ocurrido, pero la corriente del rumor crecio con chismes variables--desde el intento de asesinato por parte del jeque Darr hacia su propio padre, hasta su affair con una princesa italiana. Sea como fuere, debia de haber algo de verdad en los rumores, puesto que se habia comunicado a la junta directiva de Hassem Petroleum que podria haber algun cambio en la linea sucesoria de la familia real hacia agosto de 2015. Se habia fijado cierto tipo de ultimatum para el principe, y ahora Alana sabia lo que era. Se tenia que casar. Ella no sabia que encantamiento habia empleado, pero de alguna manera su padre habia descubierto que el jeque Azhaar Hassem, el dirigente de Al-Marasae, habia dado a su hijo hasta agosto para casarse, o seria descartado en favor de su hermano menor. Alana dudaba aun mas de que fuera una simple coincidencia el hecho de que su madre fuera reclutada como organizadora de bodas para el evento. Su madre tenia en marcha un pequeno imperio bastante simpatico, y habia organizado el "mejor dia de vuestras vidas" para mas de una pareja famosa. A pesar de ello, de alguna manera dudaba que el estatus de Lena Fiora como organizadora de bodas hubiera alcanzado notoriedad internacional. No, su padre se habia servido en cierto modo de ellos para esto, pero no estaba segura de con que objetivo. Pero, oye, ella era una abogada capacitada, y su madre iba a conseguir un cheque bastante gordo, asi que no podia ser tan malo. Fuera lo que fuera en lo que andaba metido, de momento salia rentable. Ahora, solo necesitaba conseguir unos pocos minutos con del jeque Dharr. La puerta de la biblioteca era igualmente impresionante que el resto del palacio. La puerta de tamano doble iba desde el suelo hasta un estilizado arco de punto del techo, dejando sitio solamente para la misma jamba. La libreria tras la puerta no tenia nada que ver con sus expectativas. Estaba acostumbrada a las bibliotecas de la Universidad de Nevada, Las Vegas, incluyendo la Biblioteca de Derecho Weiner-Rogers, asi que la palabra biblioteca normalmente conjuraba imagenes de mesas de madera rodeadas de incomodas sillas de alambre grueso con asientos de plastico e interminables estanterias, con tantas filas de profundidad que te podias perder entre ellas. En cambio, lo que encontro era una planta redonda de la misma arenisca rosa, de una docena de metros de diametro, en lo que conjeturo que era uno de los chapiteles a modo de torreones de la esquina. Mosaicos pintados en azul y rojo intensos rodeaban estanterias que habian sido excavadas en los mismos muros, que se curvaban en espiral con la sinuosa escalera de piedra, que serpenteaba a lo largo del muro hasta al menos otro piso. En el centro, habia una amplia mesa octogonal sin sillas. Cada lado tenia un almohadon afelpado color burdeos, apoyado en pequenos cojines descansando contra el, con borlas doradas colgando de sus esquinas. El aire era seco y fresco con el delicioso aroma que solo pueden desprender los libros. Las suaves estanterias de piedra estaban cargadas de tomos y Alana pasaba las manos por sus lomos, sintiendo las encuadernaciones de piel y las caligrafias labradas. La mayoria de los libros, al menos en esta planta, estaban escritos en arabe, o en todo caso se trataba de traducciones. Los amplios caracteres bajo sus dedos y la atmosfera extranjera hacian que Alana se sintiera como si la hubiesen raptado dentro de uno de aquellos mismos libros. ?Cuantas horas podria perderse en una biblioteca como aquella, hondamente enterrada en uno de aquellos cojines gigantes? Suspiro mientras retiraba la mano de los libros. -- Perdon, chicos, tengo que encontrar a un jeque. Seguro que sabeis donde esta, ?no? --Quizas le convenga echar un vistazo a la segunda planta. Alana quedo boquiabierta durante un momento antes de darse cuenta de que la voz incorporea procedia de algun lugar encima de su cabeza. Hizo girar sus ojos a su alrededor y miro a lo largo de la escalera de espiral, mientras el sol de la manana se desparramaba por las hermosas vidrieras azules y rojas que la delimitaban, pero no podia divisar a nadie. Sus pies tomaron los peldanos. Afortunadamente, habia decidido llevar zapatos bajos. Los tacones no solo habrian sido indecentes, sino que tambien habria sido un horror para sus pantorrillas el subir los peldanos de piedra. Al llegar a lo alto del tramo de escaleras, localizo a una persona sentada en una silla de piel atiborrada y oculta tras un periodico. Creia que su padre era la ultima persona del mundo en leer aun aquellas cosas. El segundo piso parecia mas tradicional, con mesas de cafe de madera cuidadosamente lustrada y cristal. Salpicados por doquier se podian encontrar elegantes sillones orejeros hechos en piel, mezclando el olor de los libros con la piel y el barniz de madera. La escalera acababa alli, pero las estanterias y los libros seguian aun mas alto, al menos dos pisos mas, donde el techo estaba decorado con arabescos en un azul mas claro y blanco, en un patron trenzado, circular, y caleidoscopico. El hombre de la silla doblo su periodico y se levanto para recibirla. Era alto y esbelto, con anchos hombros que se estrechaban descendiendo hasta estrechas caderas. Contaba con una mandibula afilada y pomulos salientes. El hombre, que supuso seria el jeque Dharr, alcanzaria casi el metro noventa de estatura e iba vestido con una holgada camisa blanca de algodon e inesperados jeans occidentales. Sus ojos de color de miel la sopesaron con perspicacia, y su piel, entre cetrina y cobriza, parecia relucir en el halo resplandeciente de la vidriera mientras permanecia de pie con las manos cruzadas detras. --No la conozco --dijo sencillamente. *** Nunca habia visto a una mujer apareciendo en lo alto de las escaleras de la biblioteca. Mediria uno sesenta y ocho en el mejor de los casos, con pelo azabache recogido en una coleta sobre una sencilla americana azul cubriendo una blusa de cachemira crema. Una falda a juego hasta la rodilla cubria unas caderas voluptuosas y las gafas sin marco acentuaban los ojos turquesa mas imponentes que el jeque hubiera visto en su vida. Resaltaban frente a su cutis cetrino y sus suaves labios con silueta de corazon. Las elegantes lineas de su rostro se disolvian en un largo escote que desaparecia entre el tejido de su ropa. El jeque Dharr habia notado inmediatamente la falta de hijab o cualquier otro tocado y dio por supuesto que era una de entre los americanos que habia hecho venir su padre para la boda. Poso a un lado su periodico y se mantuvo en pie, observandola detenidamente segun se acercaba. --No la conozco. --No, nunca nos hemos encontrado. Soy Alana Fiora, ha contratado a mi madre como organizadora de su boda --dijo en una voz que habria rezumado profesionalidad si no fuera por la ligera vacilacion. El sospecho que probablemente se encontraba encogida por el esplendor del palacio, tal y como sucedia normalmente a los pocos visitantes que habian venido. Pero tambien reconocio el sonido de la inexperiencia. Noto que ella no le habia ofrecido su mano como saludo, y encontro inusual que una extranjera supiera que una mujer no deberia tender su mano al saludar. O eso, o simplemente ella estaba siendo descortes. La boda, por supuesto. La condicion de su padre para mantener su lugar como heredero del reino. Su padre sabia que legalmente no podia privarle de su herencia, pero el gobierno si que se lo podria retirar. Tambien sabia que, si perdiera el poder ejecutivo del reino, la posicion de facto como director de Hassem Petroleum iba con el. --De hecho fue mi padre quien la contrato --dijo, volviendo a su asiento--. Sientese, y digame para que me necesita. ?Ya hemos llegado a la degustacion de la tarta? --Muchas gracias, jeque Dharr. No --sonrio--. Estoy colaborando con la organizacion de la boda, pero la razon principal por la que me encuentro aqui es como consejera legal para el Katb elKitab, el contrato de matrimonio. Apuesto a que la degustacion de la tarta seria mucho mas divertido. La sonrisa de Alana era brillante, plena de dientes blancos como perlas. El no podia evitar sonreir a su vez. --Digame, senorita Fiora, ?por que habrian mandado a una mujer a aconsejarme, especialmente a una bisona en las leyes de los Estados Unidos, no digamos ya a los contratos matrimoniales islamicos? Esos ojos turquesa brillaron, pero estaba intrigado por saber si iba a morder el cebo prontamente. --?Que le hace creer que soy novicia? El se encogio de hombros. --Es usted joven. Se deduce de ello. Sencillamente, se retiro las gafas y las doblo en el bolsillo interior de su chaqueta. --Entiendo cuan diferentes son nuestras culturas, mi jeque. Podria inventarme como excusa la ignorancia de mi padre respecto a las costumbres de su cultura. Podria admitir que quizas el nepotismo tuvo algo que ver. Podria tratar de impresionarlo con mis cuantificaciones y resultados en la universidad o con mis estudios previos en legislacion islamica y judaica. Pero, sinceramente, creo que su padre accedio a que viniera con mi madre porque no sentia la necesidad de pagar los elevados honorarios de los abogados mas reconocidos del bufete para algo que se reduce a un mero acuerdo prenupcial. Esta era nueva, pero no tenia miedo en absoluto en sacar un poquito las garras. Esto le gusto. --Asi pues, digame, consejera, que me tiene preparado? --El Katb-el-Kitab esta en su mayor parte en orden. Es mayormente el modelo general de ustedes, regido por el Islam sunita, la jurisprudencia Hanafi que rige en Al-Marasae, etcetera. Usted firmara en su propio nombre y el sultan Jassor bin Adi Puteri firmara en nombre de su hija la princesa Raaniya Binti Jasoor. El unico asunto que me preocupa es algo sepultado en el mahr, lo que los occidentales llamarian la dote. --Si, senorita Fiora, estoy familiarizado con las costumbres matrimoniales de mi propia cultura. --Por supuesto --dijo, y el notaba que ella trataba de mantener la pulla ajena a su voz--. Pero lo que encontre es algo que pense que seria apropiado comunicarselo personalmente. Puede que usted este al tanto de esto, pero no podia evitar tener la sensacion de que estaba encubierto intencionadamente entre la jerga legal. --Prosiga --dijo el, meciendo su mano. --En esencia, el mahr contiene una estipulacion que transfiere el diez por ciento de sus acciones con derecho en RPI a la familia real de Burhinna. Asi que eso era parte de la estratagema de su padre. Habia habido controversia, algunos dicen que infundada, sobre si menguaban las existencias domesticas de crudo en Burhinna. La pequena nacion de Malasia habia dado con un pozo en los primeros anos veinte del siglo pasado que les habia convertido en muy pudientes comparados con su tamano. Si fueran ciertos los rumores sobre el cierre de ese pozo, parecia como si estuvieran tratando de crear algun tipo de colaboracion encubierta con RPI a traves del matrimonio. Tras sus propios intentos fallidos, parecia como si su padre le hubiese comprado una novia con las propias acciones de Dharr. --Es un asunto que no habia previsto. Pero, llegados a este punto, no me parece descabellado -- suspiro casi. --Bueno, esa no era la parte que estaba muy oculta. Como sabra, hay dos partes en un mahr. Hay una que se concede directamente tras el matrimonio, y esta lo que se espera si el matrimonio se disuelve. Lo que encontre es que al parecer en caso de disolucion, por cualquiera de las dos partes, la cantidad se dispara a otro 25% mas, para un total de 35%. Eso es el 35% de sus acciones en RPI que iran a la familia real si se produjera un divorcio --dijo ella, pasandole un archivador lleno de papeles. Habia dos especificamente senalados con marcadores de pegatinas amarillas. El jeque Dharr se sento frente a su silla y tomo el monton de ella. Noto que se lo ofrecia con su mano derecha y no con la izquierda. Aun no sabia si era coincidencia o si quizas ella poseia ciertas nociones de las costumbres de Oriente Medio. El jeque hojeo los papeles, seguro de que tenia que haber mas en las cifras que habia encontrado ella. Tenia que haber algun tipo de proteccion para evitar tanto a el como a la princesa el cortar y salir corriendo tras el matrimonio. El archivador requeria un examen mas detallado que no podia darle al momento, ya que varios asuntos en Hassem Petroleum requerian su atencion esa manana. --Necesito revisar estos mas de cerca, pero enseguida tengo una reunion. Venga conmigo a cenar al restaurante Principes y Paisanos. Tengo una mesa en el salon del piso de arriba. Vistase de modo apropiado. --Por supuesto, mi jeque. Si eso es todo... --y estaba seguro de que ella no quiso darle a sus palabras la leve huella de ponzona que llevaban, pero aquello no le sento mal. No queria otro monigote o pelele a sus pies. Esta mujer ya le habia probado que tenia un ojo agudo y cierta integridad. Ahora el tenia bastante curiosidad en ver hasta donde llegaba su talante. Permanecio en pie, mientras ella retiraba sus gafas de su chaqueta y extendio su brazo hacia las escaleras. --Si, senorita Fiora. Eso sera todo por ahora. La veo esta noche a las siete. --Hasta entonces --contesto Alana. Recogio sus cosas y se retiro haciendo resonar las suelas por toda la biblioteca segun descendia las escaleras. Alana Fiora, su nueva consejera con los cautivadores ojos turquesa le dejo tambien un eco tras su paso. Habia encontrado algo improcedentemente oculto en el contrato con su futura novia, o era que quizas buscaba algo dramatico --?el impetu de una hija excesivamente entusiasta, tratando de ganarse a su propio padre? Lo descubriria esta noche, tras tratar de analizar los documentos personalmente. En cualquiera de los casos, tenia preguntas para su nueva consejera, unas pocas mas alla del archivador que sostenia. Las trataria esta noche.

  • Mujer que sabe latin de Rosario Castellanos

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    Rosario Castellanos (1925-1974) hace una muy personal incursion en Mujer que sabe latin… en el debatido y siempre actual tema del feminismo. En este campo, Castellanos es una polemista que combate con las armas del ingenio y de la ironia a traves de una prosa que resplandece de sentido.

  • Comer sin miedo de J.m. Mulet

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    ?Era mejor la comida de antes que la de ahora? ?Es mas sano comer ecologico? ?Estamos consumiendo mucha quimica? ?Nos envenenan los aditivos? ?Son tan malos los productos transgenicos como nos quieren hacer creer? ?Existen las dietas milagro o las pildoras magicas para adelgazar? ?Como sera la comida del futuro? ?Anda suelta por ahi alguna enzima que lo cura todo?
    En un momento en el que palabras como <>, <> o <> inundan el etiquetado de los productos que compramos, Comer sin miedo ofrece un analisis! cientifico y documentado de la realidad de los alimentos y de sus supuestas virtudes. J. M. Mulet, experto en bioquimica y biologia molecular, revela que hay de cierto y que hay de mito en la informacion que circula sobre lo que nos llevamos a la boca, desmontando con ironia y humor un sinfin de falacias y mitos.
    Radicalmente en contra de la demonizacion de la intervencion humana en los alimentos, nos demuestra que hoy la comida es mas segura que nunca en la historia de la humanidad, que por fin tenemos el privilegio de poder comer sin miedo.

  • Cuando desapareciste de John Marrs

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  • Simpatia por el diablo de Agustin Diaz Yanes

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    Al ordenar las hojas, Isabel no pudo por menos que reparar en su contenido. Cerro la puerta del despacho y las leyo a fondo. Se asusto: lo que tenia entre las manos era el plan de una conspiracion para apoderarse del Estado. La casualidad convierte a Isabel, la secretaria del banquero mas importante del pais, en la heroina que pone en marcha la red de resistencia que se enfrentara a los poderosos de este mundo: politicos corruptos manejados por banqueros al servicio de oscuros intereses dispuestos a vender Espana al mejor postor. Una Espana que no es exactamente la que vivimos, pero que se parece en todo, es el tablero donde se juega esta apasionante partida, narrada con el estilo inconfundible de uno de los creadores mas personales de la actualidad.

  • El Protector Elegido de Checko Martinez

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    La ciudad de Terrance Mullen esta siendo atacada por seres sobrenaturales. Solo el Protector Elegido y sus amigos podran ponerla a salvo.

  • Cada suspiro de Nicholas Sparks

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  • Alex (Mayores 1) de Maria Jose Tafur Quinones

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    Emily Stone. Dieciseis anos y completamente diferente a cualquier otra adolescente de su edad. Es mas o menos alta, bonita y aun una nina pequena. Le gustan los libros y el cafe, pero dejar que su mejor amiga la convenza de pedir uno en una tarde especifica podria resultar poner todo su mundo al reves.

  • Los Revolucionarios de R.g. Grimaldi

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    Novela romantica y erotica, basada en el historico y fugaz romance en el Mexico posrevolucionario de Tina Modotti, una de las fotografas mas relevantes de la historia, con Julio Antonio Mella, un joven revolucionario cubano al cual la historia se ha encargado de eliminar, por lo peligrosos que aun son sus ideales para el statu quo. Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Jose Clemente Orozco, Jose Vasconcelos, Edward Stieglitz, Georgia O’Keeffe, Edward Weston, Frida Kahlo y las mas grandes figuras intelectuales de los inicios de los 1900 en America se tergiversan en este apasionante relato revolucionario.

  • Amar a Jason Thorn de Ella Maise

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    Jason Thorn... El amigo de la infancia de mi hermano...