• el arte de matar dragones cuadro - Ignacio del Valle

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    La primera entrega de la serie de novela negra protagonizada por Arturo Andrade, ganadora del XXII Premio Felipe Trigo, en una nueva edicion revisada por el autor.

  • EL ARTE DE MATAR DRAGONES | IGNACIO DEL VALLE

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  • El arte de matar dragones (Capitán Arturo Andrade 1) : del ...

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    El arte de matar dragones (Capitán Arturo Andrade 1) : del Valle, Ignacio: Amazon.es: Libros.

  • Mis críticas: El arte de matar dragones | La librería de Javier

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    15 dic 2009 — Cuando empecé a leer “Los demonios de Berlín” me di cuenta que el autor tenía otros dos libros con el mismo protagonista y que no eran sino los ...

  • El Arte De Matar Dragones (Capitán Arturo Andrade 1 ...

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    El Arte De Matar Dragones (Capitán Arturo Andrade 1), libro o eBook de Ignacio ... del cuadro lo llevará a destapar el tráfico de obras de arte y de armas ...

  • El arte de matar dragones - Libro de Ignacio del Valle

    https://www.lecturalia.com/libro/5996/el-arte-de-matar-dragones

    Arturo no sabe que la búsqueda del cuadro lo llevará a destapar el tráfico de obras de arte y de armas durante los años más duros de la reciente historia de ...

  • El arte de matar dragones (Capitán Arturo Andrade 1)

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    Se trata de El arte de matar dragones , una enigmática tabla anónima del siglo XIV ... Arturo no sabe que la búsqueda del cuadro lo llevará a destapar el ...

  • el arte de matar dragones - Librería Publics.

    https://www.llibreriapublics.com/es/libro/el-arte-de-matar-dragones_1528850

    ¿Qué se esconde tras esta desaparición? Arturo no sabe que la búsqueda del cuadro lo llevará a destapar el tráfico de obras de arte y de armas durante los años ...

  • el arte de matar dragones - Machado Libros.

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    ¿Qué se esconde tras esta desaparición? Arturo no sabe que la búsqueda del cuadro lo llevará a destapar el tráfico de obras de arte y de armas durante los años ...

  • EL ARTE DE MATAR DRAGONES - VALLE IGNACIO DEL

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    El libro es interesante, el agente Arturo Andrade, torturado por su pasado, tiene que encontrar una pintura en la época de la postguerra. Detalladas ...

  • A un minuto de medianoche (Forelsket 1) de Ros Marval

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    Emily Evans siempre tuvo una meta en la vida: ser publicista y vivir en Manhattan. Su tenacidad la llevo a conseguirlo; sin embargo, pronto aprendio que el destino puede llegar a tejer otros planes a tus espaldas.
    Tras la repentina muerte de sus padres, se vio obligada a abandonar su vida sonada para volver a Taylors Falls, su pueblo de origen, y a hacerse cargo de sus dos hermanos adolescentes. Ahora sus dias transcurren entre dos trabajos, facturas y labores del hogar. Apenas tiene tiempo para ella misma y ya ni siquiera suena por las noches.

  • Body Art de Don Delillo

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    El tiempo parece transcurrir. El mundo sucede, se desdobla en instantes sucesivos, y uno se detiene a contemplar a una arana aplastada contra su tela. Se advierte una inmediatez en la luz y un sentido de cosas delimitadas con precision y de fugaces destellos que relucen en la bahia. Sabemos mejor quienes somos en esos dias brillantes y poderosos en que, tras la tormenta, hasta las mas pequenas hojas secas caen imbuidas de identidad propia. El viento susurra entre los pinos y el mundo nace, irreversible, y la arana cabalga sobre su tela oscilante bajo la brisa. Ocurrio esta ultima manana. Coincidieron en la cocina, esquivandose el uno al otro mientras sacaban cosas de las alacenas y los cajones y luego esperandose mutuamente junto a la pila o el refrigerador, aun algo humedos de sueno derretido. Ella dejo correr el agua del grifo sobre los arandanos que portaba en el hueco de la mano y cerro los ojos para disfrutar del aroma que ascendia. El, sentado frente al periodico, removia el cafe. Se trataba de su cafe, de su taza. Compartian el periodico, pero el periodico, en realidad, le pertenecia tacitamente a ella. --Quiero decir algo, pero que. Ella dejo correr el agua del grifo y parecio notarlo. Era la primera vez que lo hacia ante algo asi. --Es sobre la casa. Eso es lo que es --dijo el--. Algo que queria contarte. Ella observo como el agua del grifo se tornaba opaca en cuestion de segundos. Brotaba transparente y cristalina y luego, en cuestion de segundos, se tornaba opaca. Que curioso le parecia que durante todos aquellos meses, y al cabo de tantas veces como habia abierto el grifo de la cocina, nunca hubiera reparado en como el agua brotaba transparente al principio para luego volverse quiza no exactamente lobrega sino mas bien opaca, o es que tal vez no habia sucedido antes, o acaso lo habia advertido para luego olvidarlo. Se dirigio a la alacena con los arandanos aun humedos en una mano, alargo la otra para coger el paquete de cereales y llevo la caja hasta la encimera, la caja de tonos mayoritariamente marrones y blancos, y entonces el cacharro de tostar salto y ella volvio a conectarlo porque tenias que esperar a que saltara dos veces para que el pan se dorara, y el asintio distraidamente porque eran sus tostadas y su mantequilla, y a continuacion conecto la radio y sintonizo la prevision meteorologica. Los gorriones se apelotonaban en el comedero, aleteando y luchando por un espacio en sus perchas curvadas. Ella abrio la alacena mas proxima para coger un cuenco, sacudio un punado de cereales en su interior y, finalmente, esparcio los arandanos por encima. Se seco la mano en los vaqueros, experimentando en alguna parte la incierta sensacion de un color azul desvaido y acuoso. Como se dice, la palanca. Oprimio la palanca para que se terminaran de hacer sus tostadas. Las tostadas eran de el; el boletin meteorologico, de ella. Escuchaba los boletines, llamaba con frecuencia al numero de informacion del tiempo y a veces se asomaba a la puerta principal y escrutaba el firmamento costero, saboreando la brisa en busca de implicaciones latentes. --Si, exacto. Ya se lo que es --dijo el. Ella se dirigio a la nevera, abrio la puerta y se detuvo, intentando recordar algo. Dijo ella: --?Que? --queriendo decir que has dicho, no que era lo que querias decirme. Recordo las semillas de soja. Cruzo la cocina en direccion a la alacena y cogio la caja y luego atrapo la puerta del refrigerador antes de que se cerrara. Alargo la mano para coger la leche, y al hacerlo recordo las palabras que no le habia oido pronunciar a el ocho segundos atras. Cada vez que tenia que inclinarse para rebuscar en las remotas zonas inferiores de la nevera dejaba escapar un gemido --aunque tampoco siempre-- que era mas parecido a un lamento vital. Era demasiado elegante y flexible como para acusar el esfuerzo, y no hacia con ello sino remedar a Rey inequivocamente, gimiendo su gemido, pero de un modo tan ininterrumpido, tan profundo, que tambien expresaba su propio malestar. El, ahora que ya habia recordado lo que tenia que decirle, parecio perder interes. No le hizo falta ver su rostro para saberlo. Se percibia en el aire. Se percibia en la pausa que arrastraba su observacion de ocho, diez, doce segundos atras. Algo insignificante. Algo tan trivial que si se refiriera a ello el lo consideraria como una especie de autodesprecio. Se aproximo a la encimera y vertio soja sobre los cereales y las frutas. La palanca salto o resalto y el se levanto y se llevo la tostada a la mesa y luego fue en busca de la mantequilla y ella, sin soltar el carton de leche que sostenia en el aire, tuvo que apartarse ligeramente de la encimera cuando le vio acercarse para que el pudiera abrir el cajon y coger un cuchillo para la mantequilla. La radio emitia voces como en hindi, o asi sonaban. Ella vertio leche en el cuenco y el se sento y se levanto. Se dirigio a la nevera y cogio el zumo de naranja y se detuvo en medio de la estancia agitando el envase para reflotar la pulpa y espesar el zumo. Nunca se acordaba del zumo hasta que las tostadas estaban listas. Agito el envase, y luego escancio el zumo y observo la burbujeante cinta de espuma que se depositaba a lo largo del borde del vaso. Ella se quito un pelo que llevaba pegado a los labios y se detuvo junto a la encimera, contemplandolo, un pequeno cabello de tono palido que ni era suyo ni era de el. El seguia agitando el envase. Lo agitaba mas de lo necesario porque no estaba prestandole atencion, penso ella, y porque en cierto modo absurdo e inofensivo le resultaba gratificante, por lo infantil del acto, por la sacudida y el chapoteo y aroma a naranja acartonada. Dijo el: --?Quieres un poco de esto? Ella seguia examinando el cabello. --Dimelo porque no estoy seguro. ?Bebes zumo, tu? --dijo el sin dejar de agitar el condenado trasto, pinzando el pico con dos dedos. Ella se raspo la lengua con los dientes superiores para liberar a su organismo del complicado recuerdo sensorial de aquel cabello ajeno. Dijo: --?Que? Nunca bebo de eso. Lo sabes. ?Cuanto tiempo llevamos viviendo juntos? --No mucho --dijo el. Cogio un vaso, vertio el zumo y observo la presencia de la espuma. A continuacion, se acomodo algo dolorosamente en su asiento. --No lo bastante como para reparar en esos detalles --dijo. --Siempre pienso que estas cosas no deberian pasar aqui. En cualquier sitio menos aqui, pienso. Dijo el: --?Que? --Un pelo en la boca. De la cabeza de otra persona. El se unto la tostada de mantequilla. --?Acaso piensas que solo pasa en grandes ciudades con gran diversidad de poblacion? --En cualquier sitio menos aqui. --Sostuvo el cabello entre el indice y el pulgar, contemplandolo con fingida repugnancia, o con autentica repugnancia forzada hasta limites artisticos, con los labios torcidos, paralizados--. Eso pienso. --Igual llevas con el desde que eras nina. --Regreso a su periodico--. ?Tenias perro? --Eh. ?Ahora te despiertas? --dijo. El periodico era de ella. El telefono era de el, excepto cuando ella llamaba para enterarse del tiempo. El ordenador lo utilizaban los dos, pero espiritualmente era de ella. Siguio alli, junto a la encimera, observando el cabello hasta que, por fin, lo dejo caer al suelo. Se volvio hacia la pila, se lavo la mano con agua caliente y a continuacion llevo el cuenco de cereales hasta la mesa. Su paso junto a la ventana hizo desperdigarse a los pajaros. --Te he visto beber litros de zumo, algo tremendo, no se como decirte --dijo el. Ella aun conservaba el rictus resultante de la experiencia de haber compartido la existencia desconocida de algun manipulador de alimentos o de haberse enfrentado a una realidad mucho mas desusada y serpenteante, el intimo transito del cabello de persona a persona y, de algun modo, de boca a boca a traves de anos y de ciudades y de enfermedades y alimentos contaminados y numerosos fluidos corporales de indole perniciosa. --?Como? Lo dudo mucho --dijo ella. De acuerdo, deposito el cuenco sobre la mesa. Se encamino al fogon, recogio la tetera y la lleno de agua del grifo. El cambio la emisora de la radio y dijo algo que no alcanzo a entender. Devolvio la tetera al fuego porque asi es como uno vive la vida incluso si no lo sabe y a continuacion volvio a rasparse la lengua con los dientes, insistiendo, mientras observaba el azulado chorro de la llama que brotaba del quemador. Casi tuvo que dar un brinco para separarse de la encimera cuando el se acerco en busca del cuchillo de la mantequilla. Se desplazo en direccion a la mesa y los pajaros huyeron una vez mas del comedero. Dejaron atras la sombra de los aleros y volaron hacia el sol y el silencio, en una accion que ella diviso tan solo en parte, elusiva y mudamente hermosa, las aves tan refulgentes bajo la luz que se veian consumidas por ella, incorporeas, transformadas en algo puro y fugaz y dispersamente brillante. Se sento y hojeo diversas secciones del periodico y advirtio que no tenia cuchara. No tenia cuchara. Le miro y vio que llevaba una tirita a un lado de la mandibula. Habia optado por la vieja tetera abollada en lugar de la nueva que acababa de comprar porque… ignoraba por que. Vivian en una vieja casa de madera con numerosas habitaciones y chimeneas utilizables y animales en las paredes y moho por todas partes, un lugar que habian alquilado sin verlo antes, una reliquia de los anos gloriosos de las madereras y las navieras, exageradamente grande, y tenia tarimas que crujian y diversos utensilios deformados desde Dios sabe cuando. Se dejo medio caer de la silla en un gesto de autodesprecio y se dirigio a la encimera en busca de una cuchara. Aprovecho para devolver tambien a la mesa las semillas de soja. La soja poseia un olor que no parecia corresponderse con la arenosa sustancia contenida en la caja. Era un leve tufo a trigo mezclado con pies. Lo olia cada vez que utilizaba la soja. Lo olisqueo dos o tres veces.--Te has cortado otra vez. --?Que? --Se llevo la mano a la mandibula, hundida aun la cabeza en el diario--. Solo es un rasguno. Ella comenzo a leer un articulo de la parte que tenia del periodico. Era un periodico viejo, del domingo, comprado en el centro porque hasta alli no llegaban las entregas a domicilio. --Te pasa ultimamente, no se, quiza no deberias afeitarte enseguida. Espera a despertarte. ?Y para que afeitarte? Vuelve a dejarte el bigote. Dejate barba. --?Para que afeitarme? Debe de existir un motivo --dijo el--. Quiero que Dios pueda verme la cara. Alzo la mirada del periodico y dejo escapar una de esas carcajadas vacuas que tanto le disgustaban a ella, se llevo a la boca una cucharada de cereales y comenzo a leer otro articulo. Ultimamente tendia a situarse, a insertarse en ciertos relatos de los periodicos. Era como una especie de ensonacion divagadora. Lo hacia y luego advertia que estaba haciendolo y a veces volvia a hacerlo pocos minutos despues con esa misma historia u otra diferente y luego volvia a darse cuenta. Alargo la mano hacia el paquete de soja sin alzar la mirada del papel y escancio unas cuantas semillas en el cuenco mientras en la radio se oian el trafico y las tertulias. Al parecer, la idea era que tendria que agotar la capacidad de uso de la vieja tetera, usarla y volver a usarla hasta que le salieran burbujas de oxido, y entonces y solo entonces podria sustituirla tranquilamente por la que acababa de comprar. --?Tienes necesariamente que escuchar la radio? --No --dijo ella, y siguio leyendo el periodico--. ?Que? --Que mierda tan increible. Su modo de acentuar la m de mierda, dignificando la palabra. --Yo no encendi la radio. Tu encendiste la radio --dijo ella. El se encamino a la nevera y luego regreso con un higo oscuro y enorme y apago la radio. --Dame un poco de eso --dijo ella, leyendo el periodico. --No estaba echando culpas. Quien la encendio, quien la apago. Andamos un poco susceptibles esta manana. Que digo, yo soy el que deberia estar a la defensiva. No la jovencita que se dedica a comer y a dormir y a vivir sin hacer otra cosa. --?Como? Anda, Rey, callate. El arranco el tallo de un mordisco y lo arrojo en direccion a la pila. Luego, abrio el higo con las unas y le arrebato la cuchara de entre los dedos y la lamio para limpiarla y la utilizo para extraer una porcion de pulpa rosada del pellejo abierto del fruto. La deposito sobre su tostada -- la masa, la papilla, la pulpa-- y a continuacion la extendio con el dorso de la cuchara, formando untuosos remolinos sanguinolentos rebosantes de semillas. --Yo soy el que tiene que estar susceptible por las mananas. El que tiene que quejarse. El terror de otro dia cualquiera… --dijo maliciosamente--. Tu aun no sabes lo que es eso. --Dejanos en paz un ratito --le dijo ella. Se inclino, y el le alargo el pan. En los arboles proximos a la casa, los cuervos entonaban su estridente reclamo. Ella asesto un nuevo bocado y cerro los ojos para poder pensar en el sabor. El le devolvio la cuchara. Luego, encendio la radio y recordo que acababa de apagarla y volvio a apagarla de nuevo. Ella vertio unas semillas en el cuenco. El olor de la soja era algo a caballo entre el olor corporal, si, de las extremidades inferiores y cierta vida germinativa y real de la tierra, una vida sembrada y profunda. Pero eso no lograba describirlo. Leyo en el periodico un articulo sobre un nino que habian abandonado quien sabe donde. Nada lo describia. Era olor en estado puro. Era lo que es el olor, independientemente de sus fuentes. Era como, y a punto estuvo de decir algo en este sentido, porque a el tal vez le habria divertido, pero lo dejo pasar, era como si un, tal vez un escolastico medieval hubiera intentado clasificar todos los olores conocidos y hubiera descubierto algo que no encajaba con su sistema y lo hubiera llamado soja, lo que facilmente podia formar parte de algun sublime termino latino, pero no, era imposible, y siguio alli, pensando en algo, no estaba segura de en que, con la cuchara a unos centimetros de la boca. Dijo el:

  • El hombre corriente de Narciso Uson Moral

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    ?Puede un hombre corriente subvertir el sistema juridico para lograr la justicia? ?Es moralmente aceptable? Esta es la historia de una persona, mediocre segun los convencionalismos sociales, que busca redimirse de su dolor y vindicar la dignidad de los desfavorecidos frente al corporativismo del poder. Su lucha sera ardua, costosa y obligara a otras personas a tomar decisiones morales. Es la historia de aquellos hombres corrientes que se convierten en heroes aunque sus actos solo sean conocidos por su conciencia y lo unico que busquen sea poder vivir consigo mismos.

  • Quedaos en la trinchera y luego corred de John Boyne

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    El 28 de julio de 1914, Alfie celebra la fiesta de su quinto cumpleanos que coincide con el estallido de la primera guerra mundial. El padre de Alfie, Georgie, decide alistarse inmediatamente porque cree que es su obligacion de ciudadano y, ademas, esta convencido de que todo acabara antes de que lleguen las Navidades. Despues de cuatro anos y enfrentado a un panorama desolador, Alfie descubre que el padre al que ya daba por muerto no regresa porque esta internado en un hospital militar, asi que decide coger un tren e ir a buscarlo para traerlo de vuelta.

  • La maldicion de Cowland de Samantha E. King

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    Cuando al inspector de policia Nicola Segreto le asignan el caso de una mujer fallecida en condiciones sospechosas en un hotel de su Napoles natal, nada hacia presagiar que su vida estuviera a punto de cambiar para siempre.
    En su afan por encontrar respuestas, Segreto iniciara un viaje sin retorno que lo llevara hasta el condado de Cowland, Inglaterra. ?Estara preparado para descubrir la verdad que se oculta tras la cadena de muertes y crimenes en las que se vera involucrado?
    Pero. ?Y si te cuento que nuestra historia no comienza ahi? ?Y si te hablo de una mujer casada con un conde cruel y sanguinario? ?Y si es ahi, en el siglo XVIII, cuando comienza realmente esta historia y la terrible maldicion que sus habitantes se empenan en olvidar?

  • ?Y si nos perdemos? de Paris Yolanda

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    Blue, una famosa cantante mundialmente conocida, disfruta de su publico y su trabajo. Sin embargo, harta de las presiones de su manager, decide tomarse unas vacaciones y ser solamente Celeste Ortiz, sin imaginarse lo trascendental que sera este viaje en su vida. De haberlo sabido, jamas lo hubiera hecho, ?o si?

  • Seducida (La Profesional 5) de Kris Buendia

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    Angel es el nuevo cliente de Hannah, y va a depender de ella para que desee entrar y quedarse en el mundo de la publicidad. Pero las relaciones laborales a veces vienen acompanadas de algo mas, y pueden transportarlos a ambos a un mundo de seduccion… y peligro.

  • Bajo observacion de Miriam Amor

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    ?El pequeno pervertido de al lado le esta apuntando con una camara?
    Despues de que el marido de Marion desaparece en un crucero, ella disfruta de su libertad al maximo.
    Un dia, despues de una sauna caliente, se aventura desnuda en su jardin para refrescarse.
    Sorprendida, descubre que el hijo de la vecina la esta observando en secreto.
    En lugar de avergonzarse, su cuerpo envia senales completamente diferentes.
    El deseo, la lujuria y el deseo brotan en ella. Se siente mas sexy de lo que se ha sentido en anos.
    Su libido ha despertado repentinamente de un sueno profundo. Un nuevo plan madura rapidamente en ella.
    Quiere atrapar al joven Benjamin en el acto y darle una leccion que no olvidara pronto.

  • Las defensas, Gabi Martinez de Gabi Martinez

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    Ante un ataque de locura violenta, un competente neurologo es ingresado en un psiquiatrico. Solo el sabe que su diagnostico es erroneo. Pero aun no es capaz de imaginar que la misma enfermedad autoinmune a la que ha dedicado obsesivamente su vida lo acecha. Su increible lucha contra la enfermedad y el estres corre pareja a la de la historia de este pais desde la Transicion y a la de uno de los pilares de la democracia espanola, un sistema sanitario herido hoy por la jerarquia y por una corrupcion que castiga o expulsa a quien disiente.

  • El pacto Churchill – Hitler de Carlos De Napoli

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  • Eden 1 de J. Sharpe

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    Los angeles estan entre nosotros; lo se. Hay uno atrapado dentro de mi. Pero la imagen que ustedes tienen de esos “ayudantes de Dios” esta equivocada, se los garantizo. Son todos unos idiotas maniaticos.

  • CEO Temporal de Lexy Timms

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    !La autora de Best Sellers del USA Today, Lexy Timms te trae una sexy y dulce novela romantica que te tendra apoyando a la mas debil todo el tiempo!

  • El abismo que nos separa de Claudia Cardozo

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    ?Puede el abandono de una mujer afectar de tal forma a un hombre? ?Es excusa suficiente la destruccion de sus ilusiones de joven enamorado para convertirse en un hombre danado? Victoria Sterling ha vivido siempre in con for Me con su destino. De caracter inquieto y deseosa de conocer nuevas aventuras, no duda en me ter se en toda clase de problemas para desespero de sus padres y de una hermana a quien ama pero que no puede ser mas distinta a ella. Nada cambia nunca en la serena region de Inglaterra en la que ve sus dias pasar hasta que la llegada de un atractivo joven de pasado tragico tras toca su mundo hasta sus cimientos. Pero ella no es la unica que alberga sentimientos por el recien llegado. Emma, su hermana, tambien lo ama.

  • Saga Vanir de

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    Estas frente a la saga completa Vanir

  • Tu voz entre un millon de voces de Marian Viladrich

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    Es oscuro, cinico, hurano y egoista.
    Miles Baker, antiguo dios del rock, es ahora un ermitano incapaz de escribir una cancion.

  • La libreria de monsieur Picquier de Marc Roger

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    Monsieur Picquier siempre dice que un dia sin haber leido es un dia perdido. Sin embargo, desde que tuvo que vender su querida libreria para instalarse en una residencia, los libros no se han movido de los estantes de su habitacion. Gregoire, un joven poco amante de los estudios que acaba de dejar el instituto para trabajar en la cocina de la residencia, no lo ha visto nunca leer. Entonces, ?a que viene esa obsesion con los libros? Con el paso de los dias, Gregoire descubrira que el librero se ha quedado ciego. No puede leer, asi que el joven empezara a hacerlo por el, y pronto un nuevo mundo se revelara ante sus ojos.

  • El envio de Sebastian Fitzek

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    Un nuevo magnifico thriller del autor de Terapia, El pasajero 23 y El proyecto Joshua.

  • Un amor sin contrato, Marcela Balluri de Marcela Balluri

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    Jane estaba acostumbrada a meter la pata, era el precio de tener ese caracter del demonio. Pero arrojarle una cerveza a ese estupido peon y decir frente a el que el jefe era un bueno para nada, habia sido un error de los gordos…
    Basicamente porque el estupido peon y el jefe bueno para nada eran la misma persona.
    Ahora tendra que lidiar con el hasta que el trabajo acabe, tratando de salir victoriosa en cada pelea ya que el parece empenado en cabrearla y seducirla a partes iguales.
    Un momento, ?seducirla? Bah, si eso que sentia en el estomago no eran mariposas, segura como el infierno que eran parasitos y !solo eso!

  • Por una cama de princesa de Hadha Clain

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    Eva vive en funcion a unos principios de honestidad y esfuerzo destinados a compensar sus faltas pasadas. Tras resurgir de los oscuros pozos de la adiccion retoma su vida y establece una serie de objetivos a los que dirigir sus esfuerzos: comprar el atico que siempre ha deseado y tener una cama con dossel digna de una princesa de cuento. Pero sus estructurados planes se tuercen cuando una de las amantes del Jefe le dispara tras una de sus maratones sexuales.

  • ?Es broma?, Tamara Kruger de Tamara Kruger

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  • Deseo de Veronica A. Fleitas Solich

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    Hugo y Alexia llevan un par de meses viviendo juntos, tienen planes para el futuro y sus vidas son lo que siempre imaginaron que serian: perfectas, ordenadas y exitosas. O eso creia Alexia, hasta el momento en que se encuentra frente a su tarta de cumpleanos a punto de soplar las velas y descubre unos ojos azules clavados en ella.

  • Comiendo sonrisas a solas de Tadea Lizarbe

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  • Charmed de Alexa Riley

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    -Me pintarias un trebol en la mejilla?- Miro hacia la nina que esta parada frente a mi. Estoy sentada en la acera, al lado del edificio, fuera del camino de la gente. Su pelo rojo y rizado esta recogido en dos pequenas trenzas que la hacen parecer absolutamente adorable. Llevaba una camisa que decia -I Pinch Back- que coincide con sus gafas de sol verdes. Ella senala una mejilla gordita. No puedo evitar sonreir. -Donde esta tu mami?- Le pregunto, mirando alrededor de la concurrida calle preocupada de que se haya escapado de su madre. La acera esta llena de gente mientras el desfile marcha por el centro de la calle en el medio del centro de Denver, Colorado. Los ninos siempre se acercan a mi. Nunca he estado segura del por que, pero lo hacen. No es que me este quejando. Amo a los ninos. Paso la mayor parte del dia rodeado de ellos en el centro. Tal vez me siento atraidaa por mi propia falta de familia. La nina mira a su alrededor como si finalmente recordara a su madre. -Ahi esta.- Senala a la mujer pelirroja que empuja a la multitud y camina hacia nosotros para llamar a la nina. -Mama! Me pintara la mejilla!- La chica aplaude con entusiasmo. -Evey, no asustes asi a mama al salir asi. Habia demasiada gente alrededor.- La mujer se inclina y abraza a la nina, con el claro alivio en su rostro. -Lo siento, mami.- Le hace un mohin a su madre. Tengo que luchar contra una sonrisa porque se que la nina va a conseguir lo que quiere. Quien podria decir que no a esa cara? La mujer me mira. -Estas pintando la cara?- Ella mira a mi alrededor. Tengo pintura puesta, pero no porque estaba pensando en pintar. Estaba pintando el edificio Shade, algo que he hecho muchas veces durante el ano pasado desde que comenzo la construccion. Algo sobre su diseno siempre me llamo la atencion y comence a pintarlo en cada etapa de su construccion. Todo estaba hecho de vidrio, pero lo que tiene de especial es la forma en que parece que se tuerce en su camino hacia arriba. No es solo hacia arriba y hacia abajo. Es elegante pero aun diferente. Cuando lo vi por primera vez, senti que el edificio me llamaba por alguna razon. Nunca antes habia tenido una atraccion tan dura como para pintar algo, una que me golpeaba una y otra vez y me atraia hacia ella. Se que hoy no es el mejor dia para pintarlo con toda la gente del desfile, pero queria pintarlo mientras estaba rodeado de gente. Puse la pintura casi completa contra el edificio, fuera del camino para que nadie la pise mientras busco en mi bolso el pequeno kit de pintura para cara que tengo. Suelo pintar las caras de los ninos en el centro comunitario. Cuando lo encuentro, lo saco. -Es tu dia de suerte,- le digo a la nina. Ella salta arriba y abajo. Pinto su pequena mejilla rechoncha lo mejor que puedo con sus risas cada vez que el cepillo acaricia su mejilla. Cuando termino, ella me da un abrazo. Su madre me da un billete de cinco dolares y lo meto en mi bolsillo trasero. No es como si estuviera en posicion de rechazar dinero, incluso aunque me hubiera encantado haberlo hecho gratis. Necesito cada centavo que pueda tener en mis manos. Estuve ahorrando para conseguir un lugar, pero tengo una debilidad por dos cosas: la panaderia al lado del centro comunitario y los materiales de arte. Sin mencionar que siempre les doy algo a los ninos del centro que necesitan un poco de dinero extra. Espero poder quedarme en el centro por un tiempo. Al menos hasta que me atrapen. Observo como la nina y su madre vuelven a la multitud. Algunos ninos mas se me acercan pidiendo pinturas faciales. No pasa mucho tiempo antes de haber ganado 50 dolares extra. Miro hacia la pintura que todavia necesito terminar. Un rastro de tristeza me inunda. Despues de esto, terminare. El edificio esta completo. De repente, pintura salpica por todos lados. Caigo sobre mi culo cuando algunas golpean mis polainas negras y salpican mi camisa. No es que importe. Mi ropa siempre tiene manchas de pintura. No es nada nuevo. -Que mierda!- Grita alguien. Dos manos firmes me agarran, poniendome de pie y en un pecho duro que se ve manchado de pintura verde. Mis ojos viajan arriba y arriba, encontrando dos de los ojos azules mas profundos que he visto en mi vida. Se me corta la respiracion, no por el color sino por la intensidad que me devuelve la mirada. La mandibula del hombre es dura. Todo en el es duro. Me muevo contra el, tratando de liberarme de su agarre. Jadeo cuando siento que un tipo diferente de dureza se me viene encima. El calor liquido me inunda y mi atraccion repentina por el es fuerte. -Quedate quieta,- grune. Mi cara se calienta al darme cuenta de que me estaba moviendo contra la polla de un extrano. Demonios, nunca me he movido en la polla de un hombre si soy honesta. Sus manos sobre mi se tensan un poco mas. -Arruinaste mi traje. - Inclina la cabeza hacia un lado como si me estuviera estudiando. Por alguna razon, me pregunto que es lo que el ve. Entonces recuerdo que tambien estoy cubierta de pintura. Incluso puedo sentirlo en mi cabello. Me estremezco interiormente. El traje de este hombre tiene que valer mil grandes. Nunca podria pagar algo asi. Tal vez deberia haber estado mirando hacia donde iba, me digo, tratando de hacerme sentir mejor. Capitulo 2 Warren -No la toques!- Le grito a Andrew, mi guardaespaldas. Ha sido mi mano derecha desde que abandone la Infanteria de Marina hace cinco anos despues de que mi padre muriera y me llamaran a casa para hacerme cargo del negocio familiar. No estoy seguro de si la esta siguiendo a ella o a mi. De cualquier manera, no quiero que nadie la toque. Su boca inteligente es toda mia. Mi polla, ya dura por tener su pequeno cuerpo presionado contra el mio mientras trataba de liberarse, crece aun mas con la idea de tener que perseguirla. Es casi barbaro, haciendo que mi sangre bombee como si estuviera en una batalla. Es como si cuando logre atraparle, la llevare al suelo y la reclamare como mia. Empujo a traves de la multitud, acercandome a ella. Ella se da vuelta, nuestros ojos se encuentran, y ella tropieza con la calle. Veo a un policia gritarle y dar un paso en su direccion. Si el la toca, juro que tendre su placa junto con algo de su piel. Su cabeza gira en la otra direccion cuando alguien grita. Su cabello rubio se arremolina alrededor de ella, verdes salpicaduras de pintura brillando en el. Sigo su mirada mientras corre hacia el hombre que la llamo. Los celos se apoderan de todas mis emociones. Empujo mas fuerte, tratando de llegar a ella. Cuando me libero en la calle, el hombre le tiende la mano y la sube a la carroza. La musica explota desde la carroza mientras el desfile avanza lentamente. El le da vueltas al ritmo de la musica antes de inclinarla, luego planta un beso en sus labios. Mi vision se vuelve roja cuando me dirijo hacia la carroza. Un policia me agarra del brazo, tratando de detenerme, y me grita que salga de la calle. Me volteo y lo miro con la muerte en los ojos. Levanta las manos en senal de rendicion y grazna, -Lo siento, Sr. Shade, no sabia que era usted.

  • Una cita en el Eden de Olga Salar

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    Judith es una mujer que sabe lo que quiere, y lo mas importante, no tiene miedo al trabajo duro para lograrlo. Por ello cuando aparece en su vida un hombre que logra romper todos sus esquemas, cree que lo mejor es salir huyendo. El problema es que el no esta dispuesto a consentirlo.

  • La mujer del heredero de Myrna Mackenzie

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    La fotografa de Bodas Bellas, Regina, creaba recuerdos perfectos que los novios conservaban para siempre. Sin embargo, al mirar las fotos de su propia boda se dio cuenta de que apenas conocia al hombre con el que se habia casado.

  • Con amor, de Valentina de Becka Black

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    Mario y Valentina solo tienen en comun la ciudad de Milan. Dos almas solitarias y oscuras que no encuentran la paz, ni siquiera la buscan. Mario huye de Espana con el corazon roto y se refugia en Italia sin sospechar que los fuertes vinculos de su familia con la mafia siciliana, convertiran su vida en un infierno.

  • Forajido (Seleccion RNR) de Marisa Sicilia

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    Media docena de ninos de diferentes edades bostezaban apoyados sobre las mesas que hacian de improvisados pupitres. Felicity alzo la voz tratando de contagiar su entusiasmo al infantil auditorio. --Y es por eso que no debemos robar ni mentir, ni por supuesto asesinar a nuestros semejantes. Veamos, ?quien puede recitar de corrido los Diez Mandamientos? Solo una mano se alzo con rapidez. Felicity sonrio a la pequena de los Richardson. --Se que los sabes, Laura, pero ?que tal si dejamos que alguien mas se anime? ?Que me dices, Jimmy? ?O tu, Samuel? Los aludidos se rascaron la cabeza, pensativos. Jimmy empezo: --Amaras a Dios sobre todas las cosas. --Muy bien --le alento Felicity--. ?Y que mas? --No mataras. --Estupendo, ?y...? --No robaras. --Eso es. --Y... Jimmy puso cara de hacer un esfuerzo tremendo, pero la inspiracion no llego. Laura volvio a alzar la mano impaciente. --Piensa tranquilo, no tenemos ninguna prisa. Varios suspiros desencantados sonaron de fondo. --?No pegaras a tu hermano pequeno? Las risas sonaron a coro. --No, Jimmy, aunque es un buen punto. Podemos considerarlo un extra. ?Te acuerdas de alguno mas? El pequeno siguio pensando. La paciencia de Felicity comenzo a resentirse. ?Era tanto pedir que se aprendiesen diez sencillas normas al dedillo? Otra mano se levanto al fondo. --Si, dime, Peter, ?conoces la respuesta? --No, senorita McIntyre, ?pero puedo irme ya? Mi madre me ha dado permiso para ir de pesca. Todos los rostros se volvieron hacia ella esperanzados. Cualquiera de ellos tenia mejores cosas que hacer una manana de domingo de primavera que quedarse alli encerrados. Felicity se supo derrotada. --Esta bien. Podeis iros, pero recordad leer en vuestras casas el fragmento que hemos estudiado. No lo olvideis: Moises y la travesia del desierto. --No, senorita McIntyre -- respondieron a coro y salieron huyendo de la escuela dominical. Todos. Incluso Laura. Suspiro, pero no perdio el animo. Estaba acostumbrada a tratar con aquellas pequenas bestezuelas. Era un triunfo mantenerlos sentados y que se presentasen vestidos y calzados. Ademas, penso a la vez que consultaba el pequeno relojito que llevaba prendido del vestido con una fina cadena, ella tambien tenia mas cosas que hacer. Constance la estaba esperando en la puerta del salon parroquial. Era una mujer bajita, redonda y pacifica, de cabellos oscuros entre los que se mezclaba alguna cana. Muy distinta de Felicity que era de estatura mediana, constitucion no generosa pero tampoco en exceso delgada, de cabellos cobrizos que llevaba recogidos muy tirantes en torno al rostro y piel blanca salpicada de pequenas pecas. Sus ojos entre verdes y grises habrian sido bonitos si los cristales de las gafas no hubiesen velado su desconcertante efecto. Ambas tenian treinta anos cumplidos y estaban solteras. Mala combinacion para una mujer en Carsons o en cualquier otro lugar, pero tanto la una como la otra habian asumido su condicion y no dejaban que les impidiese llevar un vida activa y gratificante a los ojos del Senor, que era la vara por la que median sus actos. Con todo, habia limites que siempre seria complicado traspasar para cualquier mujer, fuese soltera o casada, en Carsons o en Missouri. --?Lista, Constance? --pregunto Felicity colocandose los guantes y ajustandose el chal. --Si tu lo estas... --contesto su amiga que era fundamentalmente timida, y solo su timidez y la docilidad de su caracter la empujaban a seguir la corriente a Felicity. --Pues adelante.

  • PROMESAS DE AMOR CUMPLIDAS de Claudia Velasco

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    PROMESAS DE AMOR CUMPLIDAS, segundo libro de la Saga Lancaster, cumple diez anos y lo celebramos con una nueva edicion revisada y actualizada.
    “Despues del exito de El medallon de los Lancaster, primer libro de la serie Lancaster, Claudia Velasco vuelve a unir los destinos de los Forterque-Hamilton y los Lancaster y nos entrega el segundo libro de la saga, Promesas de amor cumplidas, donde conoceremos una nueva y apasionante historia de amor y donde nos reencontramos con Elizabeth y William Forterque-Hamilton, los grandes protagonistas de esta Saga en la que un apasionante viaje en el tiempo nos lleva a la Inglaterra de Enrique VIII.
    Filadelfia, 1920. Madeleine McDonaldson, hija de una acaudalada familia, suena con poder cambiar su destino, esta en contra de las costumbres de su tiempo y se resiste a contraer matrimonio con el hombre que su madre ha elegido para ella. Todos en su familia la ven apenas como a una muchacha confundida por su juventud y cegada por las nuevas ideas que se propagan en la epoca. Cuando la fecha de la boda se vuelve inminente, Madeleine ve como ultimo e improbable recurso para escapar un medallon que ha estado en su familia durante generaciones y del que, dicen, contiene el secreto para viajar en el tiempo.
    Condado de Berkshire, 1537, mientras William Forterque-Hamilton, el respetado duque de Forterque, pena por la ausencia de su esposa Elizabeth, su hermano James, un oficial del ejercito de su Majestad britanica, temido y respetado, se ve sorprendido por la aparicion en sus tierras de una joven misteriosa, que no solo llegara a su condado con las pruebas de un complot para asesinarlo, sino que tambien desatara a su alrededor una gran aventura que los llevara a conocer el amor y una enorme pasion que transformara sus vidas para siempre.

  • Una noche dorada de

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    Arianna Townsend no tiene pensado, por el momento, enamorarse.

  • Reencuentro con el pasado de Dakota Milano

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    Cuando la unica opcion para vivir es dejar el pasado.

    Deje que un extrano enmascarado me vendara los ojos.

  • Nadie se muere de esto de Fatima Casaseca

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    Dicen que para solucionar cualquier problema el primer paso es reconocer que lo tienes, y la verdad es que, visto asi, parece facil. Como si reconocer algo no fuese mas que un tramite, una diligencia anodina consistente en admitir aquello que ya se sabia pero que, por alguna razon estupida y caprichosa, uno se empena en negar de manera sistematica. Sencillisimo, vaya. Poco menos que un juego de ninos si no se pasase algo por alto. Algo importante, fundamental. Y es que, para reconocer, primero siempre hay que conocer; es decir, percatarse, notar o percibir, pues dificilmente puede admitirse algo que se ignora. Yo misma, por ejemplo, hasta hace poco ignoraba que era una cobarde. Que soy bastante soberbia si que lo intuia, mas que nada porque es casi lo unico que llevan reprochandome en serio mi padre y mis hermanas desde que tengo uso de razon. Pero ?cobarde yo? No lo habria imaginado jamas. Nunca. De hecho, llevo --o llevaba-- toda la vida considerandome osada y transgresora, diferente, mejor incluso, y pavoneandome por ello dia si, dia tambien, con unas infulas que ahora se me antojan de lo mas ridiculas y cuyo recuerdo aun me sonroja, provocandome dolorosas punzadas de verguenza. Un recuerdo no muy lejano, todo sea dicho, porque aunque esta historia comenzo meses atras, su absurdo desenlace se produjo hace apenas unas semanas. Una resolucion que por mucho que mi padre se empene en considerar necesaria y, por eso mismo, acertada, a mi solo me parece triste. Triste, cobarde e indecorosa. Y con el amargo regusto que le queda a una al descubrir que ha estado demasiado tiempo haciendo el gilipollas. Me llamo Elena Garcinuno, por cierto, y voy a cumplir treinta y cuatro anos. El ultimo sabado de enero, hace casi siete meses, llame a mi hermana pequena en estado de shock. Al principio, como viene siendo lo habitual en estos casos, Natalia se cabreo con Alberto. Aunque quizas <> no se ajuste del todo a la sarta de improperios que le dedico, que lo puso de vuelta y media. Es probable que aquel dia no jugase a favor de Alberto el hecho de que mi hermana no le ha tragado nunca y que los ultimos cinco anos, por educacion y porque me quiere, se ha limitado a dejarme caer, como si fuera una observacion objetiva y sin malicia, que es un blandengue y que no entiende que veo en el. Con lo macarra que es Natalia, todo un detalle por su parte. Asi que durante esa conversacion telefonica no desaprovecho la oportunidad y se desquito a gusto; y no se le paso por la cabeza concederle siquiera la presuncion de inocencia. De todas formas, como esto es a toro pasado y estoy intentando ser sincera y despiadada conmigo misma --y valiente, claro--, reconozco que llamando a Natalia sabia perfectamente donde me metia y que eso era justo lo que buscaba. Pero es que la situacion era de todo menos simple y lo que yo tenia esa manana era el orgullo dolorido y un ataque de colera monumental y descontrolado que me urgia canalizar antes de verle. Que estaba llorando a moco tendido, vamos. Mientras aporreaba la pantalla del telefono era consciente de que, si me lo hubiese encontrado dandose un revolcon con otra, o intentandolo, habria sido todo muchisimo mas facil. Sobre todo por lo espontaneo. Conociendome, seguro que le habria abofeteado, escupido e insultado, y que despues me habria escapado a gimotear y a seguir injuriandole en algun bar, alternando amigas y familia. Y copas, eso por supuesto, mogollon de copas. La cuestion --y aqui residia el problema fundamental, mi problema fundamental-- era que no le habia pillado, asi, con las manos en la masa como quien dice, sino un mensaje antiguo en su Facebook que, ademas de parecer una despedida, por lo menos temporal, resultaba bastante ambiguo. Eran apenas tres lineas, tal vez cuatro, y aunque no era sexualmente explicito en su contenido, el hecho de no conseguir ubicar a la remitente --una tal Pilimindrina-- en mi lista mental de legitimas amistades femeninas de Alberto, ni lograr identificarla por su foto de perfil --una figura sin contornos ni facciones, a lo lejos, frente a lo que me parecio el Coliseo romano-- disparo todas mis alarmas. Ella, Pilimindrina --apodo que me la sugeria traviesa e inocente al mismo tiempo, como pilindri o pelandrusquilla, una aleacion irresistible para cualquier ego masculino--, habia escrito, hacia mas o menos un ano, que le habia hecho muy feliz conocerle, que desde aquellos dias pasados juntos en Barcelona no habia podido dejar de pensar en el, en las circunstancias que les impedian mantener una relacion mas estrecha, y que esperaba con ilusion y expectativa que el destino volviera a ponerlo en su camino pronto. Bla, bla, bla. Un zorron en toda regla, conclui, pues si hablaba de circunstancias adversas es que sabia de mi existencia. Y se la sudaba. Lo peor, no obstante, era que Alberto, mi en teoria entregadisimo novio, le habia contestado unos dias despues en un tono similar: <>. Aun a riesgo de parecer una neurotica, confieso haberme aprendido la respuesta de memoria, emoticonos incluidos, pero es que tuve que repasarla varias veces para confirmar que de verdad ponia eso y no otra cosa, tal era mi desconcierto. Que vaya ingenua, se burlaba Natalia, como si no estuviese clarisimo lo que significaba. Menudo cabron, cabronazo, pedazo de cabron, repetia machacona. Peor que eso, decia, una mosquita muerta es lo que es. Y es que Alberto --Albertito, como lo apodo despectiva nada mas conocerle--, el novio ideal, guapo y pijo, la envidia de todas mis amigas, el mas estupendo, detallista y sacrificado, siempre respetando mis tiempos y sin presionarme, nunca me habia dado motivos para sospechar de el.

  • Voluntades de Papel de Anali Sangar

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    -Perdoname por haberte roto el corazon una docena de veces, por no ser un hombre normal y tener el alma podrida. Y perdoname por no poder dejarte ir. Pero es que no puedo, maldita sea. Te quiero tanto que.
    -Te duele. Igual que me duele a mi. Tu no tienes el alma podrida, Samu, solo una voluntad de hierro que no se puede manipular.

  • Las batallas silenciadas de Nieves Munoz

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    Verdun, 1916. Cuando estalla la Gran Guerra, Irene Curie toma una decision: la de estar lo mas cerca posible del frente. Convencida de que ayudara a salvar muchas vidas, gastara hasta su ultimo aliento en ensenar radiologia a los cirujanos en los hospitales de campana mediante aparatos portatiles ideados por ella y su madre, Marie Curie.
    Su estancia en el hospital de Barleduc se convertira en una lucha para ganarse el respeto de los curtidos militares y de sus companeras… hasta que estalla la tormenta. Cuando los alemanes bombardean Verdun, comienza una carrera contrarreloj para arrancar de la muerte la mayor cantidad de vidas posible. Junto con una enfermera, Berthe, y una voluntaria, Shirley, se enfrentara al infierno que supuso la batalla mas cruenta y larga de la guerra. Y no solo lucharan por su propia supervivencia. El cielo y la tierra arden… y ellas estan en el medio de la batalla.
    Con una prosa vibrante y energica, llena ademas de sensibilidad y feminidad. Nieves Munoz nos narra la batalla de Verdun como nunca antes la habiamos visto; ante nuestros ojos aparecen las vidas de todos aquellos que participaron, de una forma u otra: desde las trincheras, en los pueblos, en el aire, en los hospitales de campana… Porque como en toda guerra, hubo vencedores y vencidos, pero todos tuvieron alma, y en esta su primera novela Nieves Munoz nos abre la suya y la de sus personajes para darnos un bien eterno: la esperanza.

  • Mas alla de los volcanes de Yolanda Fidalgo

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    NOVELA GANADORA DEL IV PREMIO INTERNACIONAL DE NARRATIVA MARTA DE MONT MARCAL.

  • El anillo de Grace Marie March

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    MaryAnne no llevaba mucho tiempo en la empresa, ?Por que fue a la fiesta que organizaban?, aun se lo preguntaba y mas teniendo en cuenta que era una fiesta de mascaras, pero todo cambio cuando Spencer llego a la fiesta, desconociendo ambos la direccion del otro, disfrutaron de su mutua compania, pero… ?Que sucedera cuando anuncien que ha llegado el momento de quitarse las mascaras y desvelar su identidad?
    Cuando MaryAnne supo quien era el hombre con el que habia pasado esa velada magica, lo unico en lo que pudo pensar fue en huir y que el no descubriera nunca quien era ella.
    Cuando Spencer se quito la mascara esperando que luego ella se la quitara, se sorprendio al ver como ella huia de el, pero el llego a quedarse con un objeto para poder encontrarla, un anillo.

  • Hola Hermosura de Carmen De La Torre

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    Tras el fallecimiento repentino de su abuelo, Clara, una chica de ciudad, regresa al pueblecito natal familiar de Guadalajara, al que no volvia desde hacia mas de dieciseis anos, convertida en una autentica <> que no pasara desapercibida.
    En el pueblo Clara se reencontrara con antiguos companeros y amigos de la infancia que, para su sorpresa, se han convertido en atractivos muchachos, y acabara teniendo varios encuentros con un misterioso y atractivo joven que no resultara ser otro que Andres, el nino <> que, cuando eran pequenos, estaba <>.
    ?Como reaccionara Clara al descubrir que Andres se ha convertido en un apuesto e irreconocible conquistador?

  • Antes de que digas adios de Victoria Vilchez

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    Y ese? --dijo Lola, senalando a un chico rubio que acababa de salir de la piscina. Negue con la cabeza--. Pero si es perfecto. No se quien de las dos estaba mas harta de aquel jueguecito, si ella, que se empenaba en encontrar un tio que me gustara, o yo, que no tenia intencion alguna de liarme con nadie. --Vamos, Lola --replique, al darme cuenta de que babeaba--, cierra la boca de una vez. No se acerca ni de lejos a la palabra perfeccion: juraria que el rubio no es natural, tiene el culo plano y, de esto no estoy segura, pero creo que el tatuaje del hombro es de pega. Mi amiga se volvio hacia mi con el ceno fruncido y su clasica expresion de <>. La ignore y volvi a tumbarme en la hamaca. --Bruja --farfullo entre dientes. --Te he oido. Se puso las gafas de sol y se acomodo en su tumbona. Me recordo a Uma Thurman en Pulp Fiction, con su corta melena morena y completamente lisa a pesar de la humedad. --No lo entiendo, Ari. Llevas un ano pasando de todo tio que se te acerca, y de los que no se te acercan tambien. --Trate de seguir ignorandola, consciente del discurso que se avecinaba--. No me digas que no te apetece darle una alegria al cuerpo. --Estoy bien asi. Eres tu la que parece necesitar con urgencia un buen repaso --le espete, con un tono de voz algo mas duro de lo que esperaba. --No cambies de tema. --No lo hago --proteste, dedicandole una sonrisa inocente que no me sirvio de nada. --Lo haces y muy mal, anadiria. Se cruzo de brazos, enfurrunada, como si en vez de veintiun anos tuvieramos siete y le hubiera robado su juguete preferido. --No debes ni acordarte de como se hace --dijo, tras convencerse de que no iba a seguirle el juego. Puede que fuera verdad. Mi desencanto respecto al genero masculino habia ido aumentando a lo largo del ultimo ano. Todo habia empezado a asemejarse a una mala novela romantica que se repitiera una y otra vez: chico conoce a chica, a chica le gusta chico, chico se muere por ponerle las manos encima a la chica, chica cree que siente algo por el, chico tambien... chico conoce a otra chica, chica se da cuenta de que el tipo es un imbecil y fin de la historia. Eso cuando no era la chica la que conocia a otro chico. Resumiendo: que me habia hartado. Dada mi estrepitosa carrera amorosa, habia decido plantarme y dejar de complicarme la vida. En honor a la verdad, tendria que decir que mi voluntad a veces flaqueaba, pero por norma general llevaba bastante bien la castidad autoimpuesta. --Me acuerdo perfectamente --afirme, no del todo convencida. --Vale, porque vas a tener oportunidad de demostrarlo --se jacto con una sonrisa maliciosa asomando en sus labios--. Por ahi viene un morenazo perfecto para ti. Segui la direccion de su mirada y salte de la hamaca cuando me di cuenta de a quien pertenecian aquel par de ojos verdes que me estaban observando con descaro. --!Lucas! --Me arroje en sus brazos y el me alzo del suelo, envolviendome con los suyos. Tras unos segundos, escuche el carraspeo de Lola a mi espalda. Lucas me dejo en el suelo y se aparto para dedicarme una larga mirada. --Dime que bailaras conmigo --murmuro, dedicandome su mejor sonrisa torcida, esa que usaba para que las chicas dejaran de respirar a su paso. --Antes de que digas adios --recite en respuesta, tal y como hacia cada vez que el me lo preguntaba. Su cara se ilumino al escucharme. Le guine un ojo antes de girarme hacia Lola, que habia permanecido en silencio durante nuestro peculiar saludo. --Lucas, esta es Lola --los presente, reprimiendo la risa ante la expresion perpleja de mi amiga--. Lola, este es Lucas. --Encantado, Lola. Mi amiga, que continuaba recostada en la hamaca, asintio con la cabeza, desarmada por la picara sonrisa de Lucas. Puse los ojos en blanco, consciente de que esa era la reaccion tipica de la mayoria de chicas, e incluso de algunos chicos, al conocerlo. No podia negar que era una respuesta logica. Su metro ochenta, el pelo moreno despeinado, un cuerpo practicamente perfecto (que yo sabia que mantenia a base de natacion y jogging) y la seguridad que destilaba eran, entre otras, razones de peso para provocar que desviaras la vista a su paso para asegurarte de que no te lo estabas imaginando. Incluso la cicatriz que adornaba su ceja izquierda, en lugar de afear su rostro, le otorgaba un mayor atractivo. Lo habia conocido al iniciarse el curso pasado, e inmediatamente nos habiamos hecho amigos. Compartiamos ratos de estudios en la biblioteca y salidas a cenar o al cine, siempre que el no hubiera quedado con alguna de sus muchas conquistas. No puedo decir que no se mereciera la fama de mujeriego de la que gozaba en la facultad. Pero nosotros eramos amigos, solo eso. --Encantada --farfullo al fin Lola. Mi amiga desvio la vista de Lucas para mirarme, enarcando la cejas de forma interrogante. Estaba claro que iba a tener que darle muchas explicaciones. Ella habia oido hablar de Lucas en muchas ocasiones, pero puede que yo hubiera obviado algunos detalles de su fisico con la esperanza de que ella no me machacara al respecto. --No esperaba encontrarte aqui --afirmo Lucas, reclamando nuevamente mi atencion. --Quedan dos semanas para que comiencen las clases. Lola tendra que regresar a Londres y yo a Madrid. Pensamos que nos vendrian bien unos dias de descanso antes de volver a la cruda realidad. --En realidad --intervino Lola--, teniamos la esperanza de conseguir que Ari se diera un buen revolcon y dejara de comportarse como una amargada. --!Lola! --la reprendi, mientras Lucas rompia a reir a carcajadas. Aquello era la venganza de mi amiga por lo que le habia ocultado, y seguramente no se iba a contentar con eso. --Nada serio --continuo ella--, ya sabes, con un rollete de una noche seria suficiente. --Suerte con eso --senalo Lucas--. No creo que le falten voluntarios... --Estoy aqui --dije, y levante la mano por si habian olvidado que me encontraba presente. El chico del tatuaje, del que momentos antes Lola me habia intentado vender sus bondades y atractivos, llamo a Lucas desde el otro lado de la piscina. --He de irme. --Me acerco a el para darme un beso en la mejilla--. Esta noche organizamos una fiesta en la casa de un amigo, luego te envio un mensaje con la direccion. --Cuenta con nosotras --acepto con rapidez Lola--. Puede que aun haya esperanza para Ari. El resto de la tarde, Lola se dedico a someterme a un completisimo tercer grado que ya quisieran los de la CIA. Cuando se ponia asi, me recordaba a uno de esos perros que pasa horas enteras con un hueso roido entre los dientes y grune cada vez que alguien intenta quitarselo de la boca. --Para que yo me entere, ?has estado quedando durante todo el curso con ese semidios del sexo y no te lo has montado con el? --me increpo a traves de la cortina de la ducha. Mi amiga me habia seguido hasta el bano y se habia atrincherado entre la banera y la puerta, sin concederme siquiera el beneficio de una ducha reparadora. No pude evitar suspirar ante la enesima vez que formulaba la misma pregunta. Solo iba cambiando algunas palabras, entre ellas, los adjetivos que empleaba para describir a Lucas. Todos, para que negarlo, bastante graficos. Aparto la cortina y me lanzo una mirada inquisitiva, algo asi como un: <>. Me senti culpable. Habia algo que no le habia contado a Lola, algo que me habia esforzado por olvidar. --Bueno... --titubee, y mi tono de duda azuzo su espiritu detectivesco, condenandome. --Lo sabia, lo sabia, lo sabia --repitio, exhibiendo una sonrisa triunfal. --No es lo que crees --trate de desdecirme, pero ya era demasiado tarde.

  • La ciencia en el alma de Richard Dawkins

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    La ciencia en el alma reune cuarenta y dos ensayos, debates y homenajes que abarcan tres decadas, y llega en un momento oportuno y necesario. En una epoca de fake news y de cuestionamiento de creencias universales, en este apasionado alegato Dawkins insiste en que la razon sea la protagonista de nuestra vida, dejando de lado comportamientos execrables como la xenofobia o la misoginia, que deberian quedar fuera de todo relato. Asimismo recalca la importancia de las pruebas empiricas y critica la mala praxis cientifica, la presencia de la religion en las escuelas y a los negacionistas del cambio climatico. Precisamente ahora, cuando tanta gente cuestiona la realidad de la evolucion, Dawkins se pregunta que pensaria Darwin de su propio legado, y reconoce que la ciencia es poseedora de muchas de las virtudes de la religion -<>- sin la pesada carga que aquella conlleva: la supersticion y el prejuicio.

  • La mentira que nos unio de Rose Days

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    Madeleine no penso dos veces cuando la casamentera del Londres le consiguio matrimonio con el unico heredero del conde de Yorkshire. Esa boda era muy importante para la joven, por muchos motivos.

  • Sombras nuevas de Alba Duro

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    La oscuridad estaba a su maximo punto, el olor de cigarro estaba adherido a sus dedos que tecleaban sin parar, su rostro estaba muy junto a la pantalla del ordenador como para no perder ningun detalle. Su cabello largo y rizado, estaba atado en una cola con la intencion de domarlo. Tenia un cardigan gris ancho y largo, medias largas y los lentes. --Entonces, luego de caer juntos jadeantes en la cama, ella se dio cuenta que era feliz junto a el. Patricia estaba leyendo las ultimas lineas de una historia romantica que acababa de terminar. Lo volvio a hacer, asegurandose que la redaccion estaba correcta, puesto que ella es una redactora de novelas romanticas y ese es un habito que le aseguraba estar tranquila con lo que habia hecho. Luego de revisar, pasaria tiempo para arreglar los aspectos de presentacion del texto: Colocarle un titulo mas bonito, revisar las comillas y signos de puntuacion, la sangria y, claro, la portada; el cual no representaba un problema ya que era una aficionada a las artes y, como tal, le encantaba jugar con acuarelas y oleos. Todas las bases estaban cubiertas. Pero, por lo pronto, saldria al balcon y se sentaria en una pequena silla de madera. Alli, aprovecharia para fumar un cigarro con tranquilidad y asi celebrar que por fin habia terminado con una obra. Era otro logro personal. Se sento y se quito los lentes, respiro profundo y se dispuso a admirar la vista al parque que tenia. Era un area verde grande, extensa, que ofrecia un panorama tranquilo y calmo. Los afortunados como ella, podrian relajarse viendo arboles lo cual era bastante util para olvidar el caos de la ciudad. Mientras consumia uno de sus vicios favoritos, sabria que seria cuestion de tiempo en que tendria que levantarse para responder los correos de los fanaticos, revisar propuestas de clientes y nuevos proyectos que debia anotar en una agenda de cuero rojo que llevaba siempre consigo. No solo para organizar sus fechas sino tambien para anotar cualquier idea interesante que podria servirle para sus textos. La historia de Patricia como escritora, sin embargo, comenzo de una manera, digamos, curiosa. Ella se encontraba en la universidad estudiando Periodismo, una carrera que no le parecia interesante en lo mas minimo. De hecho, se encontraba compartiendo las aulas con un grupo de personas que se sentian orgullosas de hacer entrevistas y de jugar a ser reporteros estrellas mientras que ella estaba aburrida y, peor aun, con un creciente sentimiento de decepcion. Un dia, saliendo de clases, noto un aviso en la cartelera de corcho que se encontraba en la entrada: "Si te gusta la escritura y quieres emprender en este maravilloso mundo, anota este correo y nos comunicaremos contigo". Para cualquier persona, un aviso tan parco como ese, solo podria significar una cosa: Estafa. Pero, para Patricia podria significar su boleto dorado hacia un cambio de vida que podria darle mas estabilidad en un futuro. Fue a casa rapidamente y se sento en el ordenador de su hermana mayor. --A ver, hagamos la prueba. Un simple "Hola, estoy interesada" y listo. Esperaria la respuesta... Si es que llegara a manifestarse. Dentro de si sabia que no habia nada que perder. Para combatir la ansiedad de la expectativa, prefirio tomar el libro de Estadistica y comenzar a estudiar para los parciales hasta que se quedo dormida. Los numeros, para ella, tenian un efecto casi sedante. Luego de una hora, se levanto de repente y se dirigio hacia su maquina para revisar los estados de Facebook hasta que noto que tenia una respuesta en su correo. Los angeles comenzaban a cantar en su oido. --!Hola, Patricia! Estamos encantados en saber que estas interesada. ?Que tal si nos envias un texto de tu preferencia de 300 palabras? Asi evaluaremos tus habilidades en redaccion. Quedamos atentos ante tu respuesta. Con una amplia sonrisa en el rostro, termino de espabilarse y a pensar que tema seria interesante de escribir. Esta vez, tenia la libertad de escoger todo lo que quisiera. --Mmm, que sea un cuento corto... Espero que funcione. No paso mucho tiempo cuando se sintio inspirada y comenzo a escribir. Algo sencillo y con un final feliz. Reviso y leyo y volvio a revisar hasta que se sintio contenta con el resultado final. Con la esperanza en el corazon, redacto un correo de respuesta. --!Hola! Aqui les adjunto el texto requerido. Espero que les guste. Estare atenta ante cualquier eventualidad. Firmo y decidio que la suerte se manifestara. De todas formas, no pasaria nada si las cosas no saldrian como queria. Al menos asi trataba de consolarse con aquella filosofia del vaso medio lleno. Para su fortuna, no obstante, recibio las mejores noticias que pudo recibir en mucho tiempo. --!Enhorabuena, Patricia! Nos ha encantado lo que has escrito. Queremos hablar contigo y proponerte que escribas historias como la que nos enviaste... No siguio leyendo porque el triunfo personal que sentia le nublaba la vista. Eso era una oportunidad de oro y no pensaba perderla. Lo cierto es que Patricia termino escribiendo cuentos cortos para ninos y adultos. Dos a la semana era la cuota a cumplir y estaba mas que feliz de hacerlo. Aunque la responsabilidad demandaba hacer espacio entre sus deberes, no le importaba rechazar fiestas o reuniones aburridas puesto que le interesaba reunir dinero para irse de su pueblo natal. Todo lo tenia visualizado como una estratega. ... Y asi le funciono. En plena graduacion estaba lista para mudarse a la gran ciudad de Los Angeles. Dejaria el frio, la nieve fastidiosa y los chismes para residenciarse en un lugar que podria garantizarle mayor estabilidad laboral. Se despidio de sus padres y hermanas, de la monotonia y del destino para escribir el suyo propio, ahora el rumbo era una ciudad enorme, intimidante pero brillante. A pesar de las dificultades, Patricia pudo hacerse paso y residenciarse en una zona alejada del centro pero igual de transitada. El piso que alquilo y que ahora es su hogar, tiene forma de atico pero es amplio y ventilado. Ella, como cuenta con un espiritu sencillo y libre, no se molesto en hacer demasiados cambios salvo por invertir en discos de vinilo, un tocadiscos, afiches de peliculas y de los musicos que admira.

  • Manifiesto por la lectura de Irene Vallejo

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    Habia una vez una mujer sola en un territorio peligroso. Menuda y delgada, cada noche debia enfrentarse a una temible amenaza. Pero, en los cuentos, los pequenos, los debiles, los fragiles poseen siempre un talisman salvador. Ella conocia un sortilegio infalible: era capaz de levantar a su alrededor un muro de aire para defenderse. Los sillares de esa muralla invisible eran las palabras. Cuando una historia brotaba de sus labios, la gente se detenia a escuchar, con la mirada fija, como en trance, olvidando sus quehaceres, sus angustias y su ira. Sus fabulas eran, para todos, un refugio frente al acecho del peligro. Es facil reconocer en ella a la persuasiva Sherezade, pero tambien a la protagonista de una leyenda nacida en la tradicion oral francesa, <>, donde una joven aprendia el arte de narrar escuchando el susurro del viento entre los arboles. Al regresar a casa con el bagaje de las historias aprendidas de los alamos, de las hayas y de los robles, el embrujo de su voz lograba enmudecer la vara con que, dia tras dia, la golpeaban. La mitologia griega nos hablo de Odiseo, el zarandeado y luchador heroe homerico, que recurria a astutos relatos para salvar la vida. Tambien de los versos y los cantos magicos de Orfeo, que encandilaban a los animales y vencieron a la muerte. En la ceremonia del Premio Cervantes, Ana Maria Matute afirmo: <>. En esta confidencia vibran los ecos de una larga andadura de nuestras letras. Ya el Cantar de mio Cid alude a una nina que salvo a su pueblo con la belleza de sus palabras; siglos despues, Manuel Machado dedicaria un poema a esa chiquilla tejedora de discursos: Una voz de plata y de cristal responde... Hay una nina muy debil y muy blanca en el umbral. Patronio se negaba a dar consejos al conde Lucanor, pero le contaba sabias fabulas para alumbrar su camino. Lazaro de Tormes, nuestro lazarillo, advierte al comienzo de su historia: <>. Pero, anade, mis cuentos son <>. En el Quijote, la pastora Marcela defiende su libertad por medio de una vibrante narracion. Nuestros clasicos nos confian una y otra vez el mismo mensaje con distintas voces: los relatos nos ayudan a sobrevivir. Las palabras son un hechizo cargado de futuro. Somos una especie fragil, particularmente fragil: ni muy fuerte, ni demasiado rapida ni especialmente resistente al hambre, la sed, el calor o el frio. No estamos adaptados al vuelo o la vida bajo el agua. Nacemos completamente indefensos y nuestra infancia es mas prolongada que la de ningun otro animal. Hasta un virus minusculo nos pone en peligro. Sin embargo, la brisa de una cualidad asombrosa nos ha impulsado hacia un desarrollo inesperado, hacia un imprevisible progreso. Esa facultad es nuestra imaginacion, que, aliada con el lenguaje, nos permite sonar lo inconcebible, colaborar y fortalecernos unas a otros. Somos la unica especie que explica el mundo con historias, que las desea, las anora y las usa para sanar. Nuestra autentica fortaleza es creativa. Gracias a la imaginacion, hemos inventado el mito de Icaro y los aviones, el Nautilus y los submarinos, los viajes estelares de Luciano y el Apolo XI. Si los humanos no hubieramos fabulado con tierras sonadas como El Dorado o con seres mitologicos como las sirenas, no habriamos podido explorar territorios desconocidos ni llegar a la luna, alumbrar la teoria de la relatividad, el automovil o el ordenador. Lo imposible debe ser sonado primero, para algun dia hacerlo realidad. II ALAS YCIMIENTOS Narramos, escribimos y leemos porque hemos fabricado la fabulosa herramienta del lenguaje humano. Por medio de las palabras, podemos compartir mundos interiores e ideas quimericas. Cuando un animal fantasea --si tal cosa es posible--, carece de herramientas para contarselo a otro animal. Algunas especies estan dotadas de habilidades comunicativas, en ocasiones asombrosamente complejas, pero ninguna puede compararse con las nuestras en flexibilidad, libertad y riqueza de matices. Este prodigio linguistico nos permite coexistir en dos geografias: el espacio tangible que habitamos junto a miles de seres vivos y un universo paralelo que nos pertenece en exclusiva --el de la fantasia, el de las posibilidades, el de los simbolos--, al que ninguna otra criatura puede acceder. Propulsados por el lenguaje y la creatividad, nuestros cerebros despegaron de la mera evolucion biologica, cuya cadencia es implacablemente lenta, y elevamos el vuelo con las rapidas alas de la evolucion cultural. Hace miles de anos, la invencion de una sofisticada tecnologia, la escritura, abrio las puertas a conservar conocimientos, ideas y suenos, a expandirlos y hacerlos revivir con cada mirada que se posa en las letras de una pagina. El filosofo Richard Rorty piensa que leer nos cambio la mente de forma irreversible. Gracias a la lectura, hemos desarrollado una anomalia llamada <>. Descubrir los personajes de una historia se parece a conocer gente nueva, comprendiendo su caracter y sus razones. Cuanto mas diferentes son esos personajes, mas nos amplian el horizonte y enriquecen nuestro universo. A traves de los libros, anidamos en la piel de otros, acariciamos sus cuerpos y nos hundimos en su mirada. Y, en un mundo narcisista y egolatra, lo mejor que le puede pasar a uno es ser todos. Leer nunca ha sido una actividad solitaria, ni siquiera cuando la practicamos sin compania en la intimidad de nuestro hogar. Es un acto colectivo que nos avecina a otras mentes y afirma sin cesar la posibilidad de una comprension rebelde al obstaculo de los siglos y las fronteras. Por el camino del placer, sobre los abismos de las diferencias, la lectura ofrece puentes colgantes de palabras. El psicologo Raymond Mar y su equipo de la Universidad de Toronto probaron en 2006 que las personas que leen son mas empaticas que las no lectoras, especialmente quienes frecuentan obras literarias. Un grupo de estudiantes debia elegir entre dos sobres: uno contenia La dama del perrito de Chejov; el otro, un texto que describia exactamente la misma historia, pero en un lenguaje neutro, frio, casi documental, sin las inflexiones propias del antiguo oficio de la narracion. Quienes leyeron las palabras de Chejov lograron mejores calificaciones en las escalas de empatia, especialmente aquellos a quienes mas emociono el cuento. La cualidad de sumergirse en el lugar del otro y bucear en aguas distantes no solo enriquece nuestra intimidad, sino nuestra vida privada, la convivencia cotidiana, las habilidades sociales que desplegamos, y expande sus beneficios hasta la politica internacional o los logros de las empresas. El habito de leer no nos hace necesariamente mejores personas, pero nos ensena a observar con el ojo de la mente la amplitud del mundo y la enorme variedad de situaciones y seres que lo pueblan. Nuestras ideas se vuelven mas agiles y nuestra imaginacion, mas iluminadora. Al asomarnos a la madriguera de un relato, escapamos de nosotros y nos proyectamos en los personajes de un pais inventado. Sostiene Mario Vargas Llosa que ... la vida, injusta, nos obliga a ser siempre los mismos, cuando quisieramos ser muchos, tantos como requeririan para aplacarse los incandescentes deseos de que estamos poseidos. (...) La buena literatura es siempre un desafio a lo que existe. Anhelamos ver por otros ojos, pensar con otras ideas y sentir otras pasiones. La magia consiste en ponernos las lentes de la ficcion y observar a traves de ellas, deslizandonos en los placeres, los terrores o las ambiciones ajenas. Y, sin movernos de la cama, el universo entero nos pertenece, la inmensidad esta al alcance de nuestros dedos. En los mundos inventados nos encontramos, nos entendemos y aprendemos a colaborar. La filosofa estadounidense Martha Nussbaum, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, defiende que la lectura forma parte de la preparacion necesaria para vivir en democracia. Desde que los griegos lo ensayaron por primera vez hace milenios, este sistema es el mas exigente y asombroso que hemos intentado. Pretende crear una convivencia que no se sustente en la fuerza, sino que se apoye en una delicada urdimbre de acuerdos y en una conversacion incesante. Como nos recuerda Antonio Basanta, <>. En el compas cotidiano de la experiencia democratica, todos y cada una tomamos con nuestro voto decisiones que tendran consecuencias cruciales en la vida de otras personas. En un texto titulado La crisis silenciosa,Nussbaum reflexiona: La capacidad de imaginar la experiencia del otro debe cultivarse y pulirse si queremos guardar alguna esperanza de afianzar la dignidad de ciertas instituciones, a pesar de las abundantes divisiones que albergan todas las sociedades modernas. Cuanto mejores trapecistas seamos, capaces de esa pirueta que nos coloca en la mirada ajena, mas solida sera la democracia que edificamos. El ejercicio de volar fortalece nuestros cimientos.

  • Balsamo de Juan Antonio Vallejo Narvaez

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    Atipica, hipnotica, brutal. Un thriller que no te dejara indiferente.

  • Los dias de Alejandria de Dimitris Stefanakis

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    Saga familiar ambientada en Alejandria durante la primera parte del siglo XX.

  • Los dias felices de Mara Torres

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    <>

  • Papi de Jorge Borges

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    Frank no era un hombre cualquiera.
    Era el p*to amo de Nueva York.
    Penthouse en Manhattan.
    Cuerpo de infarto. Empresa multimillonaria.

  • Navidad. y algo mas de Priscila Serrano

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    Erase una vez una noche estrellada, una noche repleta de luces de colores... En cada esquina, la gente cantaba la misma cancion: Navidad, Navidad, dulce Navidad. ?En serio? O sea, ?no hay mas repertorio? A veces pienso que se quedaron anclados en esa cancion. Menos mal que en mi casa se saben mas. Me encuentro en un atasco con el coche, esperando pasar el maldito semaforo que se ha puesto en verde cuatro veces y todavia sigo aqui, sin poder avanzar por la cantidad de vehiculos que hay a esta hora. A este paso, me comere las uvas aqui y eso que aun estamos a veintitres de diciembre. Mi mania de dejarlo todo para ultima hora... Todavia me faltan por comprar algunos regalos de Papa Noel para mis sobrinos, unos sobrinos que piden demasiadas cosas y encima muy caras. Creo que al final comprare lo que me salga de las narices y santas pascuas. Cuando por fin cruzo el semaforo, estoy a solo cinco minutos del centro comercial. Aunque claro, ahora la cola para entrar sera incluso mas larga. Dios mio, el ano que viene empiezo a comprar los regalos en verano. Casi una hora despues, consigo aparcar el coche y me bajo con la clara intencion de correr como si se me fuera la vida en ello. Voy tan rapido que parece que estoy en una maraton. Miro el reloj de mi muneca justo cuando entro en el centro comercial y compruebo que son casi las nueve de la noche. Pronto cerraran asi que tengo muy poco tiempo. Encima aqui hay mucha gente. Me estoy agobiando. Camino sorteando a las personas y me dirijo hacia la tienda de juguetes. Espero tener suerte y encontrar algo que les guste a Paula y Julia. Mis sobrinas han sido muy claras en su carta a Papa Noel, quieren la misma muneca. Exactamente la misma y su madre, es decir, mi hermana, no la ha encontrado. Suerte que mi amiga Susana me ha dicho que esta manana habia visto cinco munecas aqui. Comienzo con la busqueda loca y tras sortear a muchas personas en el camino, veo a lo lejos la estanteria donde se suponia que debian estar las cinco munecas, pero solo quedan tres. Entonces veo a camara lenta como una senora coge una. Me quedo expectante, rezando para que no coja ninguna mas y la veo marcharse con la munequita de los... <>, me digo a mi misma justo cuando emprendo camino hasta esas perfectas munecas que parecen sonreirme desde sus cajas rosadas y llenas de brillos. No pueden ser mas feas pero claro, si mis ninas las quieren, la tita Julia se las consigue. Cojo la primera y me la llevo al pecho como si hubiese conseguido el premio a la mejor tia del ano y justo cuando toco la segunda, alguien agarra el otro lado de la caja y mis manos comienzan a temblar. Miro a la persona que esta quitandome lo que llevo buscando mas de diez minutos y nos quedamos congelados. <>, pienso. --?Julia? --Su voz me pone la piel de gallina. Es esa misma voz que tantas veces me susurraron palabras bonitas hace mas de un ano. --David... Hola --titubeo, nerviosa--. Cuanto tiempo. ?Que tal? Sonrie al percatarse de mi nerviosismo y no le culpo, se me nota tanto que hasta siento como arden mis mejillas. --Bien, muy bien. No sabia que estuvieras en Madrid --dice sin soltar la muneca, cosa que yo tampoco hago. Me quedo pensativa unos segundos, los mismos en los que el no me quita la vista de encima. Es mas, incluso me ha repasado de arriba abajo, aunque no haya mucho que ver con tanta ropa. El polar que llevo me llega hasta las rodillas y ni que decir de lo gordo que es; hasta podria pasar por una embarazada. Dios me libre, ya tengo suficiente con mis sobrinas. --Eh, si. Llevo viviendo aqui cinco meses, pense que era buena idea volver a casa. --Agacho la cabeza un poco avergonzada. Nuestra historia de amor fue la mas bonita que he vivido en toda mi vida. No hay dia que no recuerde todos los momentos que pasamos juntos en Canarias. Nos fuimos a vivir alli tras dos anos de novios porque me habia salido un trabajo. El trabajo de mi vida, en realidad. Eramos felices, el tambien habia conseguido un buen empleo, pero no fue suficiente. Al menos no para el. Entonces, una noche decidio por los dos y se marcho dejandome alli sola, sin familia ni amigos. No llevabamos tanto tiempo en Canarias como para tener un vinculo con otras personas y me dolio que me dejase tirada cuando teniamos tantos planes. --Me alegro de que hayas vuelto --responde sincero. --Gracias, yo tambien. Nos quedamos un momento en silencio y tiro de la muneca, pensando que la va a soltar pero no lo hace. Es mas, el tira tambien. Alzo una ceja incredula, pues de verdad pensaba que iba a dejar que me la llevara. No, por lo visto no sera asi. --Eh... Necesito esa muneca --le digo con calma. --Yo tambien y mucho --replica aferrandose a ella. --No lo entiendes, necesito las dos munecas. Ya sabes que tengo dos sobrinas y las dos quieren la misma muneca. Y no hay mas en ninguna parte. --Yo tambien tengo una sobrina a la que no veo desde hace mas de cinco meses y es la unica que queda. Vamos, no seas egoista, ya tienes una. Comienzo a negar, poniendome mas roja aunque no por verguenza sino por el cabreo que esta creciendo en mi interior, lenta y dolorosamente. Creo que David no recuerda como me pongo cuando me enfado y hoy va a ver la peor parte de mi como no suelte la dichosa muneca. --Espera, pensemos con claridad, por favor --refiere pasandose la mano que tiene libre por su precioso y sedoso cabello negro. No puedo dejar de observarle--. Echemoslo a cara o cruz. ?Te parece? --Alzo una ceja con altaneria y a la misma vez enseno mi preciosa mueca de desconcierto que tanta gracia suele hacer pero que a el, por increible que parezca, le resulta tierno. --Sigues siendo la misma --murmura de pronto. Abro los ojos desorbitadamente y me muerdo el labio inferior justo cuando se acerca unos milimetros. Ha sido un leve movimiento que he notado al oler mas de cerca su colonia. <>, pienso mirandole a los ojos. David sonrie dulcemente y yo creo que pronto caere al suelo hecha gelatina. Es tan guapo, siempre lo ha sido. Niego desechando cualquier pensamiento sobre el hombre que me dejo tirada solo por no ser capaz de vivir con su novia en otro lugar y crear su propio hogar. No fue capaz de luchar. --?Sabes? Dejare la muneca con una condicion --propone. --?Que condicion? --Que cenes conmigo esta noche. --Trago saliva nerviosa, muy nerviosa y me quedo sopesando su propuesta. Como si fuera posible aceptarla como si nada... --Lo siento pero no puedo --respondo sin titubear. --Entonces, dame la muneca que tengo que irme. --No te la vas a llevar, yo la he visto antes. No es justo que vengas ahora y me la quites, asi como... --?Asi como que? ?Que ibas a decir, Julia? --Me interrumpe, sabiendo que si no llega a hacerlo, podria haber dicho algo de lo que despues me arrepentiria. Y la verdad es que necesito gritarle algunas cosas que tengo atascadas en la garganta desde que lo vi marcharse, desde que salio por la puerta aquella noche en la que creia que me esperaba con una cena romantica. Era nuestro aniversario y al final fue nuestro ultimo dia juntos. Es todo tan surrealista. --Nada, sera mejor que me vaya. --Me giro, dejandole la muneca. Ya buscare otra. Camino con la unica muneca que he conseguido entre los brazos, como si quisiera llenarlos de algo que no sea soledad. Luego la pego a mi pecho, ahi donde aun sigue doliendo. Donde, a pesar del tiempo, sigue latiendo por la unica persona que he amado en mi vida. Pero fue tan cobarde, tan egoista. Llego hasta la caja y pongo la muneca sobre la cinta para pagarla y asi irme de una maldita vez para volver a mi casa, de donde no saldre hasta manana a las nueve de la noche. Tengo el dia libre asi que me hundire en mi miseria con el fin de que algun dia pueda volver a salir del pozo con una sonrisa y gritando que lo he superado. Lo mas gracioso de todo es que pensaba que asi era, que habia superado la ruptura, el abandono, pero ahora que he vuelto a verle, me siento incluso peor que antes. Sobre las once de la noche, llego a mi apartamento y tras dejar la muneca y mi bolso en la entrada, me quito el polar para dejarlo sobre la silla de comedor. En seguida enciendo la calefaccion y las luces del arbol de navidad. No es que me guste, en realidad creo que es mas por costumbre que otra cosa; mis padres siempre me han ensenado lo valioso de esta epoca, lo bonito que es pasarlo con la familia y amigos, con el amor... No tengo de eso, no hay amor por ninguna parte. Voy hasta la cocina y me preparo un chocolate caliente para despues sentarme en el sofa con la manta que me regalo mi hermana el ano pasado, es de borrego y muy calentita. Aqui en Madrid hace demasiado frio, tanto que no soy capaz de desnudarme para ponerme el pijama hasta que la casa este caldeada. Enciendo la tele y busco una pelicula en Netflix, justo cuando escucho unos toques en la puerta. Me pongo nerviosa, no suelo recibir visitas a esta hora. En realidad, no suelo recibir visitas, soy algo solitaria. Me levanto y arrastro los pies hasta la puerta. --?Quien es? --Pregunto asustada. --Soy David. ?Me abres la puerta? Apino los labios y frunzo el ceno. ?Que hace aqui? Me pongo de espaldas a la puerta y echo la cabeza sobre ella. Me quedo asi unos segundos, pensando si abrir o no. Suspiro un par de veces cuando vuelvo a escuchar su voz. --Julia, por favor. Necesito hablar contigo --suplica y escuchar asi su voz, no hace mas que hacerme mas dano. Se lo que quiere decirme, como tambien se lo que puedo llegar a sentir cuando lo escuche. Tambien se que sigo enamorada y que mi vuelta ha sido por el y nada mas que el. Eso no lo sabe, no he llegado a decirselo porque cuando llegue, David no estaba. Estuvo fuera un tiempo, segun su madre necesitaba pensar y este no era el lugar. La verdad es que no sabia que tambien habia regresado a Madrid. --Yo, sigo queriendo... --Lo escucho suspirar--. Te he traido una cosa. --Dejalo en la puerta y vete, David. No es el momento de hablar algo que podrias haberme dicho en otra ocasion, en otro lugar --esto ultimo lo digo mas para mi que para el, aunque estoy segura de que me ha escuchado. --No pienso irme hasta que me abras y me dejes hablar contigo. Solo cinco minutos y si despues de eso sigues sin querer verme, me ire y no te molestare mas. Sin mas, abro la puerta y me mira. --Solo cinco minutos, es lo maximo que te doy. Tu a mi no me diste ni un minuto para poder hacer que... No termino la frase cuando sus labios chocan con los mios. Siento la calidez de sus manos cogiendo mis mejillas para apresarme mas a su boca, para no dejarme ir. Por un momento intento escapar de el, de este beso que hara estragos en mi, que hara que vuelva a caer en sus brazos como si no me hubiesen soltado nunca. Nos separamos unos milimetros con la respiracion agitada. David pega nuestras frentes para despues clavar sus ojos verdes en los mios y suspira. --No sabes lo que he necesitado este beso, lo que he sonado con este momento --declara con la voz cargada de agonia. --Si no me hubieras dejado alli, no habria sido un sueno --respondo, demostrandole cuan dolida estoy. --Perdoname, no tenia que haberte dejado. No sabes lo que me arrepiento. --Se separa de mi --. Pense que yo seria una piedra en tu camino, en esa vida que tanto te habia costado conseguir. Ser la jefa de recursos humanos en esa empresa fue siempre tu sueno y yo no queria que lo dejaras por mi, porque yo no era feliz alli. Crei que hacia lo mejor para ti... --Pero no fue asi, rompiste mi corazon en mil pedazos y me convertiste en lo que ves ahora; una mujer dolida que no es capaz de ser feliz y mucho menos confiar en nadie --le interrumpo dandome la vuelta para ir hasta el sofa y volver a sentarme. Hundo la cara entre mis manos a la vez que siento las suyas cogerlas para hacer que lo mire. Esta de rodillas frente a mi y creo que esta noche sera mi fin, lo estoy viendo venir. --?Que era lo que me traias? --Intento relajar el ambiente con una pregunta que no viene al caso. Sonrie de lado y coge la bolsa que traia en las manos y que no habia visto hasta ahora. Saca la muneca y yo alzo ambas cejas, sorprendida. Me la tiende para que la coja. --Es tuya. --?Por que? --Porque no tengo nada. Todo lo que soy, lo que tengo... lo que ves, es tuyo Julia y quiero que siempre sea asi. --Vuelve a agacharse frente a mi--. Te quiero mucho mas que aquella noche en la que me equivoque, la noche que no logro olvidar porque no soy capaz de sacarte de mi mente. Te quiero mucho mas que cuando te vi la primera vez en esa gasolinera. --Me regala una sonrisa sincera y tierna--. Te quiero incluso mas que cuando me tiraste aquel vaso de agua en la cara cuando intente pedirte una cita. Pero es que estaba tan loco por ti que no era capaz... No puedo seguir escuchando sus palabras porque ya han calado hondo en mi pecho, mucho mas hondo que cuando comenzamos con este amor que no morira jamas. Lo beso con todo el amor que soy capaz de sentir por el, con el mismo amor que he intentado esconder y no he podido. David me abraza, me encierra entre sus brazos a la vez que me levanto para poder abrazarle. Subo mis manos hasta su cuello y entrelazo mis dedos en su nuca, buscando mas profundidad en este beso que marcara un antes y un despues en nuestra historia. Estamos tan absortos en nosotros mismos que no nos damos cuenta de que un movil comienza a sonar hasta pasados unos segundos. No es el mio, como va a serlo si yo odio ese villancico: Navidad, Navidad, dulce Navidad. Que alegria en este dia hay que celebrar. Me separo de el y alzo una ceja para despues mirarle a los ojos. Reprimo la carcajada porque se que no es el momento. --?En serio? --Pregunto. Mas el no responde--. Odio esa cancion. --Lo se, por eso mismo la he puesto de tono de llamada. --Arrugo la frente--. Me recordaba a ti. Estallo en una estruendosa carcajada que hace que el se una a mi. Ambos nos reimos sin motivo aparente y sin embargo, no podemos parar. --Feliz Navidad, dulce Navidad, Julia --murmura cerca de mi boca. --Feliz Navidad, dulce Navidad, David. Nos besamos para sellar nuestro amor, para demostrar que ni el tiempo y mucho menos la distancia es capaz de acabar con algo tan poderoso como es el amor verdadero. Despues de esto, amare el villancico y lo cantare todas las Navidades que pase junto a el porque se que esta vez, sera para siempre.

  • Un discreto amor de Lily Cerda

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    Lord James Hamilton es el septimo Duque de Rodhersay, Marquez de Burleg, y Conde de Glasgow.

  • El Estanque Koi asesinato misterio de Kristie Lynn Higgins

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    Maji … un mundo que fusiona las culturas oriental y occidental, durante una era anterior a la aparicion de la maquina de vapor. La espada era el arma definitiva y trajo orden al planeta bajo el emperador. Ingrese a esta realidad alternativa y vea una fusion de dos culturas. Viaja por el mundo de ‘Ronin: Have Sword-Will Travel’ y descubre la edad del samurai lleno de intriga y suspenso.

  • Lo que esta en mi corazon de Marcela Serrano

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    Una novela donde la revolucion mexicana sirve de paisaje de fondo para una conmovedora historia que invita a reflexionar, desde el punto de vista de lo femenino, sobre temas como la perdida de los hijos, de la pasion y las pequenas cobardias cotidianas.

  • Hasta que llegaste a mi vida de Beatriz Manrique

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    La historia de dos corazones empujados por el orgullo a separar sus caminos.

  • Siete esqueletos de Lydia Pyne

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    DURANTE EL SIGLO XX, la busqueda de nuestros ancestros abarco cuatro continentes y dio como resultado el descubrimiento de cientos de fosiles. La mayoria de estos descubrimientos viven placidamente en colecciones de museos, pero algunos se han convertido en celebridades, abrazados por amplias audiencias y considerados puntos de referencia para entender nuestros origenes. En este libro, la divulgadora cientifica Lydia Pyne explora la forma en que siete esqueletos alcanzaron la fama.

  • La vieja tierra (Exitos literarios) – Dorte Hansen de Dorte Hansen

    https://gigalibros.com/la-vieja-tierra-exitos-literarios-8211-dorte-hansen.html

    Una historia sobre vidas paralelas y sobre los grandes contrastes entre el pasado y la vida que llevamos en el presente.